pobreza en venezuela. capacidades
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Revisión de la pobreza en Venezuela para 2014 bajo el enfoque de capacidades de Sen y NussbaumTRANSCRIPT
Integrantes: Daniel Arráez
Farah Lee Francisco Figuera Laura Morazzani
María Thornhill
INGRESO, DESIGUALDAD Y POBREZA EN VENEZUELA. APROXIMACIÓN DESDE EL
ENFOQUE DE CAPACIDADES.
INTRODUCCION
El desarrollo económico es una concepción que va mucho más allá del crecimiento. La
calidad de vida no sólo esta determinada únicamente por altos valores de los indicadores
propiamente pecuniarios, por el contrario, los países han entendido que el correcto
funcionamiento del sistema económico debe estar soportado por instituciones eficientes que
además, se fundamentan sobre un marco legal apropiado, trayendo como consecuencia una
corriente de incentivos y oportunidades para sus habitantes, que les permitirá un entorno de
superación disponible para todo aquel que lo desee.
En nuestra cotidianidad es muy común escuchar hablar de pobreza y desigualdad pero en
muy pocos casos se llega a analizar el sentido amplio o general de estos términos; que abarca un
sinfín de dimensiones que permiten un estudio mucho más profundo y crítico de la situación así
como de las herramientas que permitirán generar soluciones más acertadas en relación a la
dinámica socio-estructural presente en cualquier economía.
El presente trabajo de investigación rescata las capacidades individuales como motor de
salida a situaciones de pobreza y desigualdad económica. Además, pretende realizar un contraste
de la evolución de ciertos indicadores de crecimiento y desarrollo de la economía venezolana
desde la perspectiva de la teoría de las capacidades, así como las implicaciones que han tenido
estos sobre en empoderamiento de libertades y oportunidades a sus ciudadanos.
A lo largo de la historia de Venezuela el desempeño económico de nuestro país ha tenido
tropiezos y aciertos que han dado como resultado transformaciones rampantes del aparato
productivo, desde la Venezuela agrícola exportadora de cacao y café hasta la petrolera actual
podemos evidenciar que el movimiento del sistema económico y sus consecuencias sociales y
político-administrativas han estado a la merced de bonanzas de ciclos productivos de bienes que
el país exporta de manera intensiva y que casualmente son el principal sustento económico de
cada periodo en particular. A partir de 1920 el petróleo pasa a ser un elemento clave para las
cuentas nacionales debido a su importancia en términos de materia prima para un sin fin de
productos e indudablemente en materia energética, concediéndole al territorio una ventaja
comparativa que se fue profundizando conforme se encontraron mayores reservas petrolíferas y
se agudizó la dependencia mundial de dicho recurso. (Contreras, s/f)
Gráfica 1: Desenvolvimiento Económico de Venezuela, periodo 1830-2006.
Fuente: Baptista (s/f) (A partir de 1926 los datos referidos para establecer la curva corresponden al PIB no rentístico y el PIB no
rentístico mas la renta internacional del petróleo por habitante respectivamente.)
Como se puede observar en la gráfica 1, esta nos muestra los niveles de actividad
económica por habitante, existen dos momentos completamente diferentes en cuanto a volumen
de recursos se refiere, entre 1830 y 1920 muestra un comportamiento estable y bajo del
componente, el cual corresponde a la etapa agraria de nuestro país en donde predominaban el
cacao y el café como productos de exportación, pero a partir de la década de los 20 cuando el
petróleo se sitúa en el primer lugar en términos de importancia estratégica comercial para
Venezuela, el nivel de actividad económica por habitante se multiplica debido a un acelerado
crecimiento (Baptista, s/f).
Otra situación que es relevante destacar, es que a partir del segundo escenario mostrado
en la gráfica 1, se evidencia un comportamiento mucho más errático del desenvolvimiento de la
economía venezolana, en donde hasta 1970 se nota un crecimiento sostenido, mientras que a
continuación el desenvolvimiento de la economía da un giro en términos negativos con algunas
excepciones mínimas en comparación al panorama general.
En términos generales los 60 años que comprenden el período 1920-1980 se
caracterizaron producto del auge petrolero por un estado todopoderoso en términos
económicos, capaz de mantener niveles elevados de trabajadores públicos, un alto crecimiento
poblacional, inversión extranjera y nacional directa sin precedentes, en comparación a los demás
países de Latinoamérica o los que conforman el mundo desarrollado, así como resultados previos
de nuestro país, aunado a una recomposición urbana del territorio. Además de esto, se logró
consolidar una estructura inmersa en políticas sociales dirigidas a los ciudadanos en materia
educativa, de salud y servicios sociales.
Un indicador que a grandes rasgos expone el efecto del desempeño general de la
economía venezolana sobre su población es el PIB per-cápita expresado en la tabla 1, como se
logra observar para el año 1920 el país se encontraba en una situación precaria en términos
comparativos respecto a vecinos del continente o los países industrializados, los cuales
ostentaban un nivel 2.42 y 6.18 veces superior al nuestro respectivamente. Pero lo interesante
no termina ahí, al comparar estas cifras con las del año 1980 observamos un crecimiento
arrollador de unas 9.78 veces, permitiéndole al país caribeño posicionar por encima de su pares
latinoamericanos, y desde una perspectiva global se manifestó una tasa de crecimiento anual por
mucho superior al de las economías industrializadas; todo esto considerando el nivel inicial del
análisis (Baptista, s/f).
Tabla 1: PIB Per-cápita
Tasa de crecimiento
anual 1920 1980
Economías industrializadas 2.676 12.785 2,6
Economías latinoamericanas 1.042 3.821 2,2
Venezuela 433 4.236 3,8
Fuente: Baptista (s/f).
Si observamos nuevamente la grafica 1, podremos darnos cuenta que a partir de 1980 la
economía y su tendencia dan un vuelco negativo, que en líneas generales representó un cambio
en el patrón de vida de los ciudadanos. A grandes rasgos se puede identificar en la tabla 2 como
el crecimiento acelerado de de indicadores como el PIB per cápita y la tasa de crecimiento
poblacional urbano se reducen a más de la mitad en comparación al período 1936-1978, esto
como consecuencia al pobre desempeño económico que experimentó la nación, principalmente
por la caída sostenida del ingreso petrolero acompañado con altos pagos de la deuda pública
externa resultante del aumento de las tasas de interés internacionales y una
sostenida presión financiera por la fuga de capitales extranjeros, altos niveles de corrupción y un
descenso en la calidad de vida, esta última fundamentada principalmente por la caída de la
absorción de empleados públicos por parte del Estado, así como una merma de la infraestructura
social que había logrado ser exitosa en décadas anteriores y que ahora presentaba fallas
importantes en términos de educación, salud y servicios sociales por el poco flujo de recursos que
la sostenían (Silva y Schliesser, 1998).
Tabla 2: Actividad Económica VS Población
1936-1978 1978-2006
Población total 3,3% 2,40%
Población urbana 5,80% 2,90%
PIB 6,60% 1,20%
PIB per cápita 3,30% -1,20%
PIB por hab. urbano 0,80% -1,70%
Fuente: Baptista (s/f).
Como se ha podido constatar el desarrollo y el crecimiento de la economía venezolana ha girado
desde hace bastante tiempo alrededor de la actividad petrolera como sustento de la nación, aun
cuando se ha intentado diversificar la agricultura y tomar en cuenta sectores como la agricultura
o el turismo con alto potencial, en muchos casos han fracasado o simplemente no se han
materializado; por ende cualquier objetivo en términos de infraestructura social así como de
enriquecimiento del capital humano depende de los ingresos provenientes de este sector; es por
ello que se pretende analizar un poco más fondo la relación entre crecimiento y desarrollo, y su
impacto sobre la adquisición de capacidades enmarcado en la economía venezolana y sus
ciudadanos en los últimos 15 años aproximadamente.
Grafica 2: PIB per-Cápita (a dólares estadounidenses actuales) Venezuela VS América latina, el
Caribe y el Mundo, periodo 1998-2012.
Fuente: Banco Mundial (2014).
Venezuela luego de atravesar grandes crisis que afectaron el precio del petróleo mundial, en
donde este llegó a valores históricos tan bajos como en el segundo periodo presidencial de Rafael
Caldera (1994-1999) ha logrado apropiarse desde el nuevo milenio de ingresos extremadamente
cuantiosos debido a que el barril de petróleo ha alcanzado cifras máximas de 130$ y en promedio
se ha mantenido sobre los 100$ aproximadamente hasta la actualidad. Como observamos en la
grafica 2 la tendencia del PIB per cápita venezolano ha sido en términos generales positiva, con
ciertas excepciones como el periodo 2002-2003 por los hechos relacionados al paro petrolero que
generaron una turbulencia al aparato productivo debido a las protestas y el cese de las actividades
económicas a nivel general, pero aun partiendo de este punto podemos identificar una diferencia
abismal de unos 9.000 $ aproximadamente respecto al valor obtenido para el año 2012. Además
de esto, podemos observar que el país obtuvo valores de este indicador en promedio superiores,
de manera sostenida a partir del año 2004 en términos comparativos respecto al resto de América
Latina y el Caribe, y a partir del año 2007 fueron superiores al promedio mundial, hasta alcanzar
para el 2012 un monto de 12.728,73 $, lo que nos permitiría inferir en un primer momento que
ha podido contar con recursos suficientes para cumplir las metas en materia de pobreza e
infraestructura social importantes.
En el gráfico 3, se puede apreciar como el gasto público ha ido creciendo a grandes rasgos en
Venezuela, mientras que el principal ingreso del país, la renta petrolera, ha sufrido un rezago y se
ha mantenido en el tiempo y hasta decaído. Debe verse con cierta preocupación, sabiendo que el
contexto resulta favorecedor para la nación, con un precio que se mantiene aproximadamente en
100 $ por barriles, lleva a considerar que si la merma en el PIB de la actividad petrolera se debe a
una menor producción. Este resultado, no sólo implica una menor entrada en la balanza de pagos,
sino una disminución en la capacidad de generación de políticas públicas eficientes que
repercuten sobre la calidad de vida de sus habitantes. Podriamos bien, traer a colación otras
actividades no petroleras, empresas privadas que aportan al PIB, así como al fisco, que
efectivamente constituyen el respaldo de dichos gastos y motor del sistema económico, que hoy
en día, se observa un desincentivado y deteriorado.
Gráfico 3: Comparación Gasto Público y PIB Actividad Petrolera, periodo 1997-2012.
Fuente: Elaboración propia con base a datos del Banco Central de Venezuela (2014).
En los últimos años en Venezuela, el gasto público se ha caracterizado por la personalidad
populista del gobierno frente a la sociedad, haciendo grandes inversiones en materia social, como
lo indica una nota de prensa de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), en el que el
vicepresidente Jorge Arreaza informa en el Memoria y Cuenta 2013, que el gobierno de turno ha
destinado un 64% (que representan alrededor de 600 mil millones de dólares) de los ingresos
obtenidos entre 1999 y 2013 para la inversión social, en políticas de educación, salud y vivienda
(Freidder, 2014).
-
2000000,0
4000000,0
6000000,0
8000000,0
10000000,0
12000000,0
19
97
19
98
19
99
20
00
20
01
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02
20
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20
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20
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20
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20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
Mil
es
de
Bs.
Gasto Público
PIB Actividad Petrolera
DESIGUALDAD ECONÓMICA
El tema del desarrollo económico está conformado por dimensiones tanto económicas
como sociales; por ello resulta imprescindible profundizar el estudio en las condiciones de los
agentes que la conforman. Al tratar específicamente el nivel de ingreso, nos referimos a la
distribución de renta entre los miembros de la sociedad y que su desigualdad está dada por la
brecha existente entre las oportunidades de acceso a bienes a los cuales tiene la oportunidad
unas personas y otras no (Ray, 1998).
En el gráfico 4, se puede observar la comparación de tres países con el índice más alto y
tres con el más bajo por cada región (Asia, Europa, África, la Comunidad de Estados
Independientes (CEI) y América Latina). Haciendo incapié en la situación de América Latina, se
logra apreciar una clara desigualdad entre los países que la conforman, casos extremos como el
Bolivia que para el 2007, presentó una relación entre el “decil más rico y el más pobre de 108
veces” (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU Hábitat, 2014,
p. 42). Por el contrario, Venezuela representa uno de los países con menor proporción de la
región, sin embargo, en constraste con otras regiones como Europa y la CEI se encuentran en
niveles superiores a sus naciones más desiguales.
Gráfico 4: Comparaciones del ingreso per cápita entre regiones.
Fuente: Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU Hábitat. (2014).
Este fenómeno puede generar exclusiones focalizadas en subgrupos los cuales resultan
marginados ante la incapacidad de disfrutar de las mismas posibilidades. Haciendo referencia al
caso venezolano, Lozano (2012) reseñado por el periódico El Nacional, redactó que Marino
Alvarado, director del Programa Venezolano de Educación – Acción en Derechos Humanos
(PROVEA), indicó que ha transitado en un periodo en el que existe inclusión social y a la vez,
exclusión política; consideró que basado en derechos humanos el Estado “ha hecho un gran
esfuerzo en cuanto a las misiones, pero que se han instrumentado de manera política y en ella se
han dado casos de discriminación por razones políticas”.
La exclusión social posee las siguientes características:
Invisibilidad: Se refiere a la omisión de los aportes y derechos de determinados grupos
sociales, tales como: las mujeres, las minorías sociales o sexuales o la cultura.
En Venezuela, según Parra (2011), reportera de la AVN, expone el caso de las
comunidades indígenas que pasaron de una invisibilidad al reconocimiento a cabalidad
de sus derechos, cultura y participación en los programas del Estado, que se conciben en
la Constitución de 1999.
Pobreza estructural y desventaja: Considera dos concepciones para medir la pobreza, la
Línea de Pobreza (LP) y el enfoque de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), se
caracteriza por deficiencias tanto de ingresos como al acceso a vivienda, servicios
sanitarios y educación.
Gráfico 5: Hogares pobres en Venezuela por tipo de método, periodo 2002-2008.
Fuente: Elaboración propia con base a datos del Instituto Nacional de Estadística (2014). (NBI 2013 dato no disponible).
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10,00
20,00
30,00
40,00
50,00
60,00
Línea de Pobreza
NBI
En el gráfico 5, se puede observar un decrecimieto por parte de ambos indicadores
respecto a su situación inicial hace 10 años. Se destacan caídas importantes y vertiginosas
para el criterio de NBI en el año 2009, seguido de una subida al periodo siguiente y una
tendencia que se mantiene hacia los años 2011 y 2012; conjuntamente la Línea de
Pobreza sufre una disminución progresiva a partir del 2004 y con un leve aumento hacia
el 2013. Ambos se ubican alrededor del 30% de la población.
Estigma: Hace referencia a una condición, comportamiento, rasgo o atributo que
contribuye a generar un rechazo por parte de la sociedad. Considerado tambíen como
etiqueta social, que puede desarrollarse a nivel cultural, religioso, de salud, clase social,
etc.
Discriminación: Es la acción de disociar a un individuo de la sociedad, a través de un trato
perjudicial o desprecio inmerecido, por determinadas características.
En los últimos años en Venezuela, frente a un escenario tan polarizado, se han
evidenciado asuntos de discriminación política, algunos casos señalados en un informe
escrito por el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH-
UCAB), tratandose de manifestaciones de discriminación al ejercicio del derecho al voto
por parte de los funcionarios, declarando posible represalias. Es también una
discriminación, al incumplirse normas laborales como la “inamovilidad laboral”, mientras
que empresas privadas son fuertemente penalizadas por omisiones de este tipo. Esta
situación, representa un menoscabo a la libertad de las personas a elegir y expresarse
libremente.
En este mismo orden de ideas, el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos
Humanos (PROVEA) en su informe anual 2013 sobre la “Situación de los Derechos
Humanos en Venezuela” destacan “el uso proselitista de la entrega de viviendas por parte
de las candidaturas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), violando la
normativa vigente e incurriendo en discriminación política prohibida en la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela” (pp. 291).
Desventajas acumulativas: Casos en los que un individuo reúne varias características
discriminadas por la sociedad.
CAPACIDADES
El desarrollo es, en última instancia la capacidad de las personas para realizar actividades
elegidas y valoradas de forma libre. Por tanto, ningún proceso de desarrollo se puede llevar a cabo
sin considerar la amplitud de las capacidades humanas. Así por ejemplo, poseer educación y salud
son capacidades humanas vitales que permiten a las personas tomar decisiones en áreas claves o
para elevar la productividad de un país. Sin educación estas opciones son limitadas.
Las capacidades según Amartya Sen (2000) se definen como las oportunidades de los
individuos de llevar una u otra clase de vida. En su origen, el enfoque de las capacidades se
constituía como una alternativa a los distintos modelos que desde el utilitarismo, el liberalismo o
las necesidades básicas pretendían fundamentar filosóficamente una teoría de Desarrollo
Humano.
Las capacidades deben interpretarse como libertades fundamentales para conseguir
diferentes estilos de vida, diferentes ideas, según lo que cada cual realmente desee y valore. El
modelo plantea la importancia de distinguir la libertad positiva y la libertad negativa. Pero para
explicar la libertad de llevar un tipo u otro de vida hay que considerar simultáneamente todo el
repertorio de funcionamientos a nuestro alcance. Ésa es la misión del conjunto de capacidades,
que es formado por todos los conjuntos de funcionamientos de los que es capaz el sujeto, y que
así engloba sus distintos estilos de vida posibles.
Los seres humanos debemos ser capaces o no de estar sanos, ver, evitar el hambre,
ayunar, tener una vivienda, tener seguridad física, evitar ser agredidos físicamente, trasladarnos
sin peligro, tener ropa, evitar la vergüenza por la ropa que llevamos, estar junto a nuestros seres
queridos, vivir sin estar estigmatizados, llevar una vida normal, actuar con sensatez, estar
equilibrados, sentirnos felices y estar satisfechos.
Sin embargo, Sen se ha resistido a ofrecer una lista concreta de las capacidades básicas,
ya que esta tarea debe recaer sobre cada comunidad de acuerdo con sus fines específicos.
POBREZA
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 1997), la pobreza se refiere
a la incapacidad de las personas de poseer un nivel de vida aceptable, partiendo de la premisa de
que todas las personas tienen derecho a llevar una vida larga, saludable, acceso a la educación,
libertad política, respeto de los derechos humanos, seguridad personal, acceso a un trabajo
productivo y bien remunerado, etc. Sin embargo, la medición de éste fenómeno se ha
caracterizado por restringirse básicamente a elementos que son cuantificables; dejando a un lado
aquellos aspectos cualitativos que también forman parte de la calidad de vida de los individuos.
En contraste a los Objetivos del Milenio (ODM), planteados por la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), algunos de sus aspectos fundamentales incluyen la reducción la pobreza extrema,
frenar la propagación del SIDA y garantizar el acceso a una educación primaria, con la vista puesta
en el año 2015.
Gráfica 6: Proporción de Personas que Viven con Menos de 1,25 Dólares al Día, años 1990,
2005 y 2010 (Porcentaje).
Fuente: Informe ODM (2014)
En el gráfico 6, se puede apreciar que las variaciones porcentuales entre los índices de
pobreza para las 5 áreas geográficas de estudio en el año 2010 respecto a 1990, han disminuido
considerablemente; más no tan aceleradamente en algunas zonas como en otras. Por ejemplo,
llama la atención el caso del Sur Este Asiático, quién obtuvo una disminución de 31% en el índice
de pobreza, al igual que el Sur de Asia propiamente dicho quien evidenció una disminución del
21%. En ambos casos, la disminución de la pobreza ocurrió de manera acelerada más no es el caso
de Latino América por ejemplo, cuya disminución fue del 6% nada más para el mismo período de
estudio, el caso de África Subsahariana con un 8% y el Norte de África con una disminución de
casi 4%; lo cual ya es un indicador de que las medidas de reducción de pobreza o algún otro
económico, político o social, está influyendo en el rezago de estas regiones respecto a las otras.
Michelutti (s/f) hace referencia a la pobreza desde dos puntos de vista cuantitativos:
partiendo de la renta y el consumo, y basadas en indicadores sociales. En el primer escenario, se
define a este fenómeno como un límite de consumo en bienes y servicios necesarios para la
satisfacción de necesidades básicas; mientras que en el segundo, es definido como la falta de
algunas capacidades fundamentales en el ámbito alimenticio, en viviendas y la participación
social. En este orden de ideas, se desea plantear la pobreza desde dos puntos de partida, como
lo son la identificación de los grupos de personas que se consideran pobres y la agregación del
bienestar de los individuos en una medida de pobreza, o como según dimensiones y geografías.
Dentro del análisis realizado por éste autor la pobreza tiene una fuerte presencia en el Norte del
mundo y de una manera más pronunciada en aquellos países que se encuentran en vías de
desarrollo.
De acuerdo a las estimaciones del Banco Mundial, el 59% de la población total en los
países de la zona Norte del planeta se encontraban bajo la línea de 2$/día (valor de referencia
para personas pobres a nivel mundial); de los cuales 39, 81% de dicha población vivía en
condiciones de Asia Central, la población pobre es el 19,7% del total; mientras que para el caso
de África subsahariana, es el 76,6% (Michelutti, s/f).
Aun cuando la pobreza es un fenómeno que se encuentra presente a lo largo del globo,
las diferentes condiciones de los países y de las regiones que lo involucran, genera que las
mediciones para cada uno de ellos sean diferentes para la población pobre y que las estrategias
de intervención se adecúen a cada situación en específico.
Por otro lado, existen a su vez algunos indicadores a nivel mundial utilizados para medir la
pobreza que están universalmente aceptados. Sin embargo, para el caso Venezolano se utiliza el
método de la Línea de Pobreza; el cual utiliza el ingreso o gasto de consumo como medida de
bienestar, comparándolo con el valor per cápita de una canasta básica. Para el caso de la línea de
pobreza extrema, esta incluye aquellos bienes cuyos requerimientos calóricos, proteicos y
nutricionales son necesarios para el desarrollo humano, mientras que la Línea de Pobreza total,
corresponde al doble del valor de la Línea de Pobreza Extrema (Riutort, 2009).
La siguiente tabla muestra un análisis del ingreso, desigualdad y pobreza para el período de
1995-2005, se observa que la pobreza en Venezuela se encuentra determinada por una serie de
variables que van desde el crecimiento del PIB, el PIB per cápita real, hasta la tasa de informalidad,
los trabajadores y el salario mínimo (Riutort, 2006).
Tabla 3: Pobreza y Variables Determinantes, periodo 1995-2005. (Porcentajes).
Fuente: Matías (2006)
En este sentido, se puede a preciar que según los datos suministrados por éste autor, el
año 2001 registra el menor valor tanto de pobreza total como de pobreza extrema, la variación
en el poder adquisitivo fue mínima en comparación con la inflación de ese año respecto al año
2000, la cual pasó de 16,4% a 12,5%.
De igual manera, aun cuando los niveles de inflación del período 1999-2004 son inferiores
a los registrados en el período 1995-1998, se aprecia que la economía no fue capaz de generar
ingresos suficientes que superaran en forma permanente el crecimiento de los precios; como
resultado de una reducción en el PIB real per cápita en relación al nivel alcanzado en 1998. Aunado
al hecho de que a lo largo de estos períodos la economía venezolana ha funcionado con altos
niveles de desempleo e informalidad y donde se ha incrementado el número de trabajadores con
ingresos inferiores al salario mínimo.
De acuerdo con las ideas de Riutort (2009), se puede inferir que aun cuando en el país han
existido cualquier cantidad de políticas en materia inflacionaria, no sólo para el caso del periodo
de estudio planteado por él, sino también en la actualidad, dichas políticas no han sido suficiente
para generar un cambio en los niveles de pobreza nacionales de no estar acompañada por una
política de estímulo a la inversión, la producción y la generación de empleo. Los cuales, deben
orientarse hacia las actividades intensivas en mano de obra. Por otro lado, la estabilidad
económica no estará garantizada mientras no se reduzca la excesiva dependencia relativa de los
ingresos petroleros, por tanto se debería reducir la dependencia de las exportaciones petroleras
mejorando la participación de las exportaciones no petroleras. De igual manera, se debe tener en
cuenta que la estabilidad económica y de precios, son condiciones necesarias para la solución al
problema de la pobreza, pues la inestabilidad genera caídas significativas en la inversión, de
producto, empleo y de salarios reales, lo cual no es solucionable en el corto plazo. De esa manera,
ante una inestabilidad recurrente se generan caídas permanentes de los salarios reales y como
consecuencia de ello un deterioro continuo en los indicadores de pobreza.
Por tanto, para el caso venezolano se puede apreciar que los hogares con pobreza y
pobreza extrema, se encuentran fluctuando constantemente como consecuencia de algunas de
las variables expuestas anteriormente. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la
variación anual entre los hogares pobres y pobres extremos para los últimos dos años han
presentado variaciones que a simple vista parecieran indicar una disminución de la pobreza en el
país.
Grafica 7: Hogares Pobres por Semestre, periodo 2006-2013.
Fuente: Elaboración Propia (2014), datos obtenidos partir de estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Sin embargo, en el gráfico anterior se puede apreciar que para el año 2012 respecto al
año 2011 hubo una disminución de 322.415 en el número de hogares pobres a nivel nacional; así
como también una disminución de 18.991 en aquellos hogares con pobreza extrema. De igual
manera, al realizar las comparaciones del año 2013 respecto al año 2012, se puede observar que
hubo un aumento de 590.857 en la cantidad de hogares pobres; así coma también un aumento
de 485.001 en aquellos hogares con pobreza extrema. Por tanto, autores como Rojas (s/f).
atribuyen las fluctuaciones de los niveles de pobreza y pobreza extrema del país, a los subsidios
del estado. Es decir, que la condición relativa de éstos tiende a mejorar en la medida que el estado
suministra ingresos a los más necesitados; lo cual no mejora de manera estructural la pobreza
sino que funcionan como mecanismos momentáneos para el control de la misma en vez de
disminuir las implicaciones de éste fenómeno en el mediano y largo plazo.
No obstante, y manteniendo la mirada sobre el enfoque de capacidades, las iniciativas
por parte del Estado en atacar la pobreza más extrema y los ciudadanos en situación de calle y
miseria han rendido resultados. La Fundación Misión Negra Hipólita, adscrita al Viceministerio
para la Suprema Felicidad, que forma parte del Ministerio del Poder Popular para el Despacho de
la Presidencia y Seguimiento de Gobierno; se encarga atender, capacitar y reinsertar socialmente
3.919.392
3.514.385 3.544.874 3.480.6293.610.851 3.682.322
3.359.907
3.950.764
1.197.947972.746 964.696 969.591 942.241 973.076 954.085
1.439.086
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Hogares Pobres Por Años Periodo 2006-2013
Pobres Pobres Extremos
a los ciudadanos con las características previamente descritas. El cuadro número 1 presenta la
cantidad de venezolanos que han sido recogidos anualmente durante el periodo 2006-2013.
Cuadro 1: NÚMERO DE CAPTACIONES MISIÓN FUNDACIÓN NEGRA HIPÓLITA POR AÑO DESDE
EL 2006 HASTA EL 2013
AÑO NRO. DE CAPTACIONES
2006 1.582
2007 1.808
2008 2.109
2009 2.542
SUB TOTAL 8.041
2010 3.614
2011 5.741
2012 5.512
2013 5.359
SUB TOTAL 20.226
TOTAL 28.267 Fuente: Fundación Misión Negra Hipóilita (2014).
Pese al incremento aparente de los ciudadanos atendidos durante el periodo de ocho
años considerado, una interpretación más a fondo del cuadro devela un decremento porcentual
sobre los venezolanos en situación de pobreza que reciben atención por parte del Estado.
Considerando el incremento de la pobreza extrema para el periodo 2013, lo justo es considerar
que se debería presentar un incremento respecto a los venezolanos captados durante el último
año. Al considerar que el propósito de esta institución es captar, capacitar y reinsertar
venezolanos socialmente, falla en éste al ser incapaz de lograr su cabal cumplimiento.
En contraparte al enfoque planteado por Sen; Martha Nussbaum (2012), profesora de la
Universidad de Chicago y representante del enfoque de las capacidades, ofrece un listado
provisorio con las capacidades básicas que deberían ser aseguradas a cada persona en virtud de
su dignidad humana.
1) Vida. Toda persona debería ser capaz de llevar una vida de una duración normal.
2) Salud corporal. Tener adecuadas condiciones de salud, alimentación y vivienda.
3) Integridad corporal. Gozar de libertad de movimientos y seguridad.
4) Sentidos, imaginación y pensamiento. Recibir una educación que permita desarrollar estas
capacidades y un ambiente de libertad para manifestar gustos y creencias.
5) Emociones. Capacidad de amar, de estar agradecido en las diversas formas de asociación
humana.
6) Razón práctica. Ser capaz de formular una concepción del bien y un plan de vida.
7) Afiliación. Capacidad de vivir con otros, de establecer relaciones sociales, de ser respetado y
no discriminado.
8) Otras especies. Ser capaz de respetar a los animales, las plantas y demás especies del mundo
natural.
9) Juego. Ser capaz de jugar y reír.
10) Control sobre el propio ambiente. Gozar de oportunidades de participación política, derechos
de propiedad y del trabajo.
Boltvinik (2007), en una revisión sobre la literatura referente a la economía política de la
pobreza, rescata el concepto de Wiggins sobre necesidades cuando afirma que una persona
necesita de X en términos absolutos si y sólo si ella resultara dañada si carece de X. Partiendo de
este concepto, realiza un cuadro en donde agrupa los tipos de necesidades en la primera columna,
los tipos de satisfactores, y finalmente los recursos que se deben destinar a fin de satisfacerlas.
Este cuadro se reproduce en el cuadro 2, presentado a continuación.
Fuente: Boltvinik – Revista Desacatos (2007)
Para llevar este listado a números y poder comparar los niveles de desarrollo y de
libertades de un país con respecto al resto del mundo existen indicadores socioeconómicos los
cuales reflejan la realidad social de las comunidades.
Entre los más importantes indicadores tenemos el Producto Interno Bruto (PIB), el Indice
de Desarrollo Humano (IDH) calculado anualmente tanto por las Naciones Unidas como por los
países que la integran, indicadores de empoderamiento, el Indice de Pobreza Multidimensional
(IPM), el Indice de Desigualdad de Género (IDG), el Indice de Desarrollo Humano ajustado por la
desigualdad, el Coeficiente de Gini y las tasas de pobreza, desempleo, empleo formal, bienestar,
seguridad, natalidad, mortalidad y sostenibilidad ambiental de los países, para fines de este
estudio tomaremos en cuenta algunos de los indicadores más importantes.
ÍNDICE DEL DESARROLLO HUMANO
El índice de Desarrollo Humano (IDH) es un indicador elaborado por el programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), desde el año 1990. Está compuesto por tres
parámetros: salud, educación e ingresos, medido cada uno en una serie de variables específicas.
De acuerdo a los resultados, el IDH puede ser Muy Alto, Alto, Medio o Bajo.
Este indicador surge como alternativa a los indicadores tradicionales, tales como el
Producto Interno Bruto per cápita, porque no refleja los avances obtenidos en materia de
desarrollo social o humano.
El INE, en su carácter de rector de las estadísticas oficiales en Venezuela, publicó en su
página web una nota haciendo referencia a la diferencia notable entre el valor publicado por el
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe anual para el año 2010 y
el valor oficial calculado por el ente, ubicando a Venezuela en la posición número 75 y no en la
53. En una nota de prensa del INE del 2013, el presidente de esta institución, Elías Eljuri, señalaba
que la metodología empleada por el organismo, supone la modificación de los indicadores;
incorpora el Ingreso Nacional Disponible per cápita en lugar del PIB per cápita, a su vez, utiliza el
promedio de años de escolaridad de la población de 25 años y más, en lugar de la tasa de
analfabetismo y la matrícula escolar.
Gráfico 8: Comparación del IDH de Venezuela respecto al valor de referencia del
PNUD.
Fuente: INE (2010).
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo baso sus cálculos en estimaciones
realizadas por consultores particulares, sin tomar en cuenta las cifras oficiales publicadas por el
INE.
Según el valor del INE, Venezuela se encontraría ubicada en la categoría de IDH alto, y en
comparación con los países de América Latina, por encima de Perú, Ecuador, Brasil y Colombia.
Para el año 2012 Venezuela obtuvo un valor de 0,771, lo que nos lleva a concluir que el IDH es
sensible a las políticas sociales de los gobiernos.
Esto desde la perspectiva de Nussbaum (2012) puede ser visto como la competencia de
cada país para la fijación del umbral de las capacidades, abordada desde una manera o forma
distinta o de acuerdo a la historia o la tradición, pero este concepto no debe desvirtuar las razones
objetivas del índice solo para responder a beneficios políticos particulares.
Un tema que en la actualidad no escapa a la vista de muchos ciudadanos es la inseguridad,
que sin distinción alguna toma la vida de muchos venezolanos al año, de acuerdo con las cifras
establecidas en el Estudio global de homicidios de la Oficina de Crímenes y Drogas de las Naciones
Unidas (ONODC, 2013) la tasa de muertes violentas en Venezuela de forma particular ha ido
incrementado desde 1995 siendo el único país de sur América que padece de este fenómeno de
manera consistente.
Como se observa en la gráfica 9, se puede corroborar que los niveles de muertes violentas
en Venezuela han ido incrementando de manera sucesiva desde 1995 ubicándose para 2010 por
encima de cualquier país de sur América con una tasa de 49 homicidios por cada 1000 habitantes,
y todo esto mientras el gobierno de Venezuela mantiene constantemente una campaña de ayuda
social, argumentando que la razón de sus políticas públicas y económicas es estrictamente social,
y que estas buscan el beneficio común.
Gráfica 9: índice de Homicidios para Algunos Países de Sur América, periodo 1995-2010.
Fuente: UNODC (2011).
La misma situación se repite para el año 2012, en la gráfica 9 Venezuela figura con un tasa de
53.7 homicidios por cada mil habitantes en comparación a países como Colombia, Brasil, Uruguay
y Chile algunos de estos con poblaciones muchos mayores.
Gráfica 10: índice de Homicidios para Algunos Países de Sur América, año 2012.
Fuente: UNODC (2012).
En el caso de que hagamos un análisis desde una perspectiva internacional, la situación no mejora
en absoluto, en la gráfica 11 se puede observar como la capital de nuestra nación, Caracas figura
entre las ciudades más violentas del mundo si comparamos, el índice nacional de homicidios,
respecto al mismo indicador pero en el caso particular de la ciudad.
Gráfica 11: índice de Homicidios según las Ciudades Más Pobladas de América, año 2012.
Fuente: UNODC (2012).
Resulta entonces poco probable que los venezolanos en su totalidad sientan que se encuentran
necesariamente por encima del umbral de las capacidades cuando evidentemente no han sido
tomadas las acciones necesarias para corregir de manera efectiva el problema de la inseguridad
en el país caribeño que ha sido afectado por este fenómeno por tanto tiempo, más aún
considerando que si una capacidad tan básica como la de vivir hasta el término de una vida
humana de duración normal es interrumpida tan a la ligera, sea entonces objetivo primordial del
Estado centrarse en la totalidad de las 10 capacidades que conforman dicho umbral.
ÍNDICE DE DESIGUALDAD DE GÉNERO
Este índice permite mostrar la posición de la mujer y los efectos de la desigualdad de
género en los 140 países que conforman el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD). La cantidad de datos publicados que incluyen una figura de género se han incrementado
considerablemente desde el comienzo del PNUD. Los primeros índices globales como son el Índice
de Desarrollo relativo al Género (IDG) y el Índice de Potenciación de Género (IPG), fueron
presentados en el Informe sobre Desarrollo Humano del año 1995, justo antes de que se realizara
la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing. Respaldadas por los informes anuales, estas
dos iniciativas pioneras atrajeron la atención del público y destacaron la importancia de la
recopilación y análisis de datos desagregados por género.
Sin embargo, estos dos índices dieron inicio a una serie de debates por la búsqueda de la
mejor manera de construir un índice de género válido y confiable.
El IDH no depende de imputaciones, incluye tres evaluaciones cruciales para la mujer:
salud reproductiva, empoderamiento y participación en el mercado laboral, por otra parte,
ninguno de los indicadores implícitos se relaciona con el nivel general de desarrollo de una nación,
de modo que los países en desarrollo pueden obtener resultados relativamente buenos si las
disparidades de género son reducidas. Una de las principales ventajas del IDG es que logra captar
a simultaneidad de las desventajas de las mujeres frente a los hombres tanto en escolaridad como
en oportunidades laborales.
Según una nota publicada por la Agencia de Venezolana de noticias en el 2011, la ministra
para la mujer y la igualdad de género, Nancy Pérez, afirmó que Venezuela se encamina cada día
más hacia la eliminación definitiva de toda forma de discriminación y desigualdad, y que en la
actualidad es uno de los países con mayor igualdad de género de América Latina, de acuerdo al
PNUD, el IDG para Venezuela es de 0.5, siendo la media de América Latina 0.6.
En el artículo “Las metas del Milenio y la igualdad de género. El caso de la República
Bolivariana de Venezuela”, publicado por la CEPAL en octubre de 2005, las mujeres venezolanas
aportan el 51% del total de trabajadores que necesita la economía para la producción nacional.
Este porcentaje es el resultado de la suma del aporte al trabajo mercantil (38%) y del 99% a las
necesidades de trabajo doméstico.
Cabe destacar que en Venezuela se han promulgado una serie de instrumentos legales
tales como la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; Ley para
la Protección de las Familias, la Maternidad y la Paternidad; Ley de Lactancia Materna;
resoluciones del Consejo Nacional Electoral (CNE) para la participación política de las mujeres; la
creación del Banco de Desarrollo de la Mujer (Banmujer) y la Misión Madres del Barrio. Lo que
pone en evidencia la intención publica de respetar los derechos de la mujer venezolana.
En cuanto a la participación de las mujeres en los diferentes niveles educativos a nivel
nacional para el periodo escolar 2009 – 2010, el Ministerio de Educación publicó las siguientes
tablas.
Tabla 4: Valores de participación en el sistema educativo en Venezuela en el período
2009-2010.
Fuente: Ministerio del Poder Popular para la Educación (2010).
Tabla 5: Valores de participación en el sistema educativo en Venezuela, según el nivel, en el
período 2009-2010.
Fuente: Ministerio del Poder Popular para la Educación (2010).
El porcentaje total de estudiantes de sexo femenino es mayor al masculino, y al analizarlo
por niveles se ratifica este resultado.
Para el año 2012 el valor del IDG para Venezuela se ubico en 0.64, lo que implica una
notable contracción en lo que el gobierno del país llama “La igualdad total entre las mujeres y los
hombres”.
En este mismo orden de ideas, resulta tener en claro que en el mundo en el que vivimos
existen diferentes matices en cuanto a derechos civiles se refiere, la evolución histórica de estos
no ha llevado a la actual controversia entre el matrimonio igualitario, aceptado en muchos países
pero desechado en su totalidad en muchos otros, no es de extrañarnos que este sea un tema tabú
en muchas naciones en desarrollo. De a cuerdo a lo planteado por Nussbaum (2012). Cualquier
capacidad, derecho o libertad que este siendo demandada no debe ser sujeto a un análisis de
importancia tomando como fundamento la cantidad de personas que lo apoyan sino por la calidad
de los argumentos que están detrás de esas personas. Los partidarios de la comunidad de
“Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT)” en todo el mundo y en Venezuela
específicamente, buscan igualdad de condiciones ante la ley bajo la figura de la unión matrimonial
como los establecidos para cualquier unión entre individuos heterosexuales, así como cambio de
identidad genérica y sexual, salud y otros derechos civiles, económicos y sociales.
De acuerdo al PROVEA (2011), Venezuela es uno de los pocos países de la región que no
ha tomado acciones para asegurar la igualdad ante la ley de “Lesbianas, Gays, Bisexuales,
Transexuales, Transgéneros e Intersexuale (LGBTTI)”. Estas carencias propician la violencia,
ayudan a legitimar la homofobia y contribuyen a crear un entorno de odio en la sociedad dado el
desconocimiento ampliamente distribuido en la población.
El proyecto de Ley Orgánica de Igualdad y Equidad de Género presentada en el año 2008,
incluyó, en la primera discusión, amparo por orientación sexual e identidad de género en las áreas
de salud, seguridad social, educación, trabajo, vivienda, pero sorpresivamete esta protección fue
eliminada en el texto para la segunda discusión (2009), por las resistencias este proyecto nunca
fue sometido a deliberación en plenaria de la Asamblea Nacional. Aunado a esto, no existe
tipificación de los crímenes de odio, por lo que la violencia homo-lesbo-transfóbica no se refleja
en ninguna estadística policial o judicial. Los crímenes contra la población LGBTTI son
invisibilizados al ser clasificados como crímenes pasionales y basta que haya habido sustracción
de algún bien para que se considere que el móvil fue el hurto y no el odio. No se informa a las
ONG sobre el resultado de las investigaciones, en casi todos los casos los crímenes no son
investigados adecuadamente para determinar el móvil de odio debido a los prejuicios de los
investigadores (Diverlex, 2011).
CONCLUSIONES
El tema de la pobreza abarca grandes dimensiones, que van desde aspectos pecuniarios
a las libertades particulares que pueden referirse a las oportunidades de trabajo, participación
política y acceso a instituciones o servicios públicos. De acuerdo con Nussbaum (2012) no es
suficiente hablar de riqueza para tener una perspectiva clara de lo que la pobreza es, sino que es
necesario dilucidar las capacidades que puede o no tener un individuo así como las aspiraciones
futuras personales, de manera más clara “¿qué es capaz de hacer y de ser cada persona?” en
donde se deja a un lado el valor que puede ofrecer en términos económicos un conjunto de
opciones en cuanto al mejor uso que se le pueda dar y se pasa a una escala de valoración
intrínseca asociada a las libertades que se encuentran a disposición.
El enfoque de capacidades planteado por Sen, y complementado por Nussbaum, tiene
vigencia global. Sin embargo, cada país debe considerar los elementos propios que moldean las
necesidades de los ciudadanos, de manera que se puedan invertir los recursos necesarios para
capacitar a las habitantes y logren resolver individualmente sus necesidades. La jerarquización
planteada por Boltvinik acerca de las necesidades resulta particularmente efectiva en el combate
a la pobreza. La inversión en infraestructura cuyo propósito sea resolver el problema de la
pobreza, sin entender las causas de la misma, resulta fútil si no se ataca la causa; y, dado que la
pobreza es multidimensional, cualquier subsidio representado por transferencias por parte del
Estado, resultará vacuo.
Sin embargo, si el enfoque de la inversión social, y de las medidas públicas, está dado a la
capacitación de la población, para que sea capaz de aprovechar las oportunidades que se le
presenten, resolviendo de manera propia sus necesidades; entonces se puede asumir que la
pobreza (entendida como la incapacidad de los individuos de satisfacerse sus necesidades) se verá
considerablemente disminuida.
Finalmente, no es suficiente el enfoque de las capacidades propuesto por estos autores.
Es preciso que, además de poseer las capacidades de satisfacer las necesidades, existan las
condiciones que permitan la creación de las oportunidades. En Venezuela, pese a que en términos
mundiales muchos indicadores resultan favorables; el deterioro de las instituciones, así como la
pérdida de confianza en las mismas, coloca en entredicho la rigurosidad estadística con la cual se
llevan a cabo los cálculos para los índices. El deterioro institucional entonces, limita las
oportunidades a las que los individuos puedan procurarse acceso, reafirmando lo expuesto
anteriormente que no es suficiente con la capacitación de las personas.
En consecuencia, se puede decir que la pobreza en Venezuela, requiere un cambio
estructural que permita que éste fenómeno vaya desacelerándose en el largo plazo. Este cambio
no significa incrementar los subsidios que ayuden a mejorar de manera momentánea la calidad
de vida de los más necesitados; sino la creación de un sistema que permita a los individuos generar
los ingresos que les permitan la satisfacción de sus necesidades, como podrían ser el poder
adquirir todos los bienes da la canasta básica, disfrutar plenamente de un servicio de salud
eficiente y completo, contar con una vivienda sólida, más allá de una invasión; así como cubrir
cualesquiera otras necesidades, tanto básicas como no, que cada uno de los miembros de la
sociedad pudiera presentar.
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