pleito por la tierra entre ateros de santo domingo. anthony stevens-acevedo

8/14/2019 PLEITO POR LA TIERRA ENTRE ATEROS DE SANTO DOMINGO. Anthony Stevens-Acevedo

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Pleito por la tierra entre hateros de Sto. Dgo. al mediar el siglo XVII

Pleito por la tierra entre hateros deSanto Domingo al mediar el siglo XVII

Anthony Stevens-Acevedo

Sabemos que la regin Este de la Repblica Dominicana,especialmente la zona de llanuras y colinas entre la CordilleraOriental y el Mar Caribe, estuvo poblada y dedicada con ciertaintensidad a explotaciones ganaderas y agrcolas al menosdesde el segundo cuarto del siglo XVI. Esa actividad parece

1. Ensayo histrico redactado hace diez aos que por diversas causas nohaba sido publicado hasta ahora que su autor gentilmente lo ha cedidoa Clo para su divulgacin.

2. Profesor de Historia y Director Auxiliar del Instituto de Estudios Do-minicanos de la City University of New York (CUNY).

. La documentacin de las cuentas de pagos de impuestos locales a laCorona de Espaa producida por la Caja Real de Santo Domingo (laocina local de recaudacin de la monarqua) en el segundo cuarto delsiglo XVI, que revela la produccin agrcola que sala en esos aos dela cuenca del ro Soco y que era comprada y consumida por la poblacinde la ciudad de Santo Domingo, se conserva en la Seccin Contaduradel Archivo General de Indias de Sevilla, Espaa. Asimismo, hay claraevidencia de poblamiento en dicha zona en esa poca en un listadoparcial de ingenios incluido por los regidores del Cabildo civil de SantoDomingo en una reclamacin que emprendieron contra el Cabildo

eclesistico en 15-5. Dichos documentos se conservan tambin enel Archivo General de Indias, Seccin Justicia. De ellos se hizo unaprimera publicacin en la revista Casas Reales, rgano del Museo delas Casas Reales, Segunda Etapa, No. 19, Santo Domingo, octubre de1988, pp. 89-141, aunque con algunos errores de transcripcin.


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haber continuado durante el siglo XVII. Pero no es mucho loque conocemos todava de esa ruralizada sociedad colonial deleste del pas, formada por colonos europeos, blancos criollos,negros africanos esclavos, y negros y mulatos nacidos en laIsla. Hay indicios, sin embargo, de que a medida que vayamosutilizando ms ciertas fuentes documentales de la poca anpoco consultadas, podremos ir reconstruyendo con ms nitidez

esa etapa del pasado de la regin.Un ejemplo lo tenemos en el expediente de un pleito

judicial entre dos hateros o ganaderos de mediados del sigloXVII que, residentes ambos en la ciudad de Santo Domingo4, posean tierras dedicadas a la crianza de cerdos y reses en

4. Es un expediente en realidad incompleto que aparece copiado en

los folios 164r.-1718r. del legajo 22-A de la Seccin Escribana deCmara del Archivo General de Indias de Sevilla, como parte de otroexpediente mucho ms extenso, e1 de la comisin o investigacin quese encarg al oidor Sancho de Ubilla sobre los negocios y manejos delpotentado de La Espaola Rodrigo Pimentel por 1660, expediente queconstituye la masa del legajo. Y como dichos folios se recopilaron ycopiaron cuando el pleito entre Francisco Pimentel y Francisco vila-Lugo an no haba concluido, constituyen en realidad un expedienteinconcluso. En lo adelante citaremos el documento formado por estos

folios comoPleito Pimentel-vila.La primera referencia a esta documentacin la encontramos en su daen la obra de la americanista espaola Juana Gil-Bermejo,La Espao-la: Anotaciones Histricas (1600-1650), Sevilla, Escuela de EstudiosHispanoamericanos, 198, uno de los poqusimos estudios monogr-cos, junto con los de Frank Pea Prez, existentes hasta hoy sobre LaEspaola del siglo XVII. En las pp. 107-109 de dicha monografa, laautora resume brevsimamente el contenido de dicho expediente comoparte de un planteamiento ms general sobre la situacin de la colonia

en ese perodo.La mencin hecha en su estudio por Gil-Bermejo de algunos lugaresde la zona de San Pedro-Hato Mayor que resultaban familiares al autorde este artculo, nos estimul a consultar directamente el documentooriginal en el Archivo General de Indias, y ciertamente contiene detalles


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la zona cercana a la entonces llamada Sabana de Tavila,5

comprendida entre los actuales municipios de Los Llanos (enel extremo noroeste de la provincia de San Pedro de Macors)y Hato Mayor (cabecera de la provincia del mismo nombre).Se trat del litigio entre el hatero esclavista Francisco PimentelFigueroa,6 dueo al parecer de varias propiedades entre losros Casu e Higuamo, y Francisco vila-Lugo Pealosa, 7

adicionales de inters para el conocimiento de ese momento histricode la regin este de La Espaola, como intentaremos demostrar en laspginas siguientes. Una transcripcin paleogrca ntegra hecha pornosotros del citado fragmento documental la incluimos al nal de esteartculo, a modo de apndice. Hasta donde sabemos, es la primera vezque se publica.

5. Todo indica que se trata, para grata sorpresa nuestra, de las tierras aleda-

as al actual Paraje-Batey Tabila cuyo nombre ha sobrevivido rme enel uso actual entre los lugareos de la zona noroeste de la provincia deSan Pedro de Macors. El Mapa de la Repblica Dominicana de escala1:50.000 confeccionado por el Instituto Cartogrco Universitario dela Repblica Dominicana, al que recurriremos repetidamente a lo largode este artculo, registra el toponmico inequvocamente. Vase la HojaNo. 671-IV (Los Llanos) de dicho mapa en su extremo noroeste. Lomismo pasa con otros topnimos actuales de la misma zona que semencionan en elPleito Pimentel-vila y que se citan ms adelante.

6. Aunque, al comienzo de su peticin al gobernador y presidente de laAudiencia, el denunciante se presenta como Francisco Pimentel, comomarido y conjunta perssona de Doa Jeronima Lopes de Morla, ysta es la manera en que se reeren a l la mayora de los documentosy testigos del expediente, al nal de la peticin l mismo rma comoFranisco Pimentel y Figueroa, por lo que asumimos que ste erasu nombre completo.

7. As se identica l mismo al comienzo de su pettizion de querella, enPleito Pimentel-vila, fo. 1652v., aunque en los testimonios de testigos

la mayora de ellos se reeren a l simplemente como Franisco deLugo, por ejemplo en los fos.1646r.-1652r. Nos preguntamos si se tratade un posible descendiente del muy acaudalado terrateniente de La Es-paola del siglo XVI, Francisco Dvila, propietario de numerosas casasen la ciudad de Santo Domingo y de quien sabemos que posey varios


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otro hatero propietario de una hacienda en Tabila, tambinamo de esclavos en la misma comarca pero al parecer conmenos tierras que Pimentel.8 A nes de 1658 Pimentel y vila-Lugo, residentes los dos segn los indicios en la ciudad deSanto Domingo como propietarios absentistas, se acusaronmutuamente ante la Real Audiencia de haber invadido ydestruido sus respectivas propiedades colindantes.9 Se trataba,

hatos en la ribera del ro Magu a mediados de ese siglo, y tras cuyofallecimiento se documenta, en 1570, otro pariente suyo, homnimo,que aparece involucrado en las gestiones sucesorias sobre las tierrasde Magu. (El ro Magu, como se sabe, corre en direccin norte-sura unos 1 kilmetros al este de la Sabana de Tabila, formando lafrontera administrativa oriental de la provincia de Hato Mayor). Tene-mos asimismo constancia de un Francisco Dvila en los aos 1594 y

1600, y de una panadera llamada Francisca Dvila en 1606, segn semenciona en la recopilacin documental de Emilio Rodrguez Demorizi,Relaciones Histricas de Santo Domingo, vol. II, Editorial Montalvo,Santo Domingo, 1945, pp. 155, 267, y 78, respectivamente.

8. Como veremos ms adelante, en algunos de los testimonios de testigosse implica tambin en el ataque contra las posesiones de vila-Lugoa Lope de Morla, cuado de Pimentel y dueo segn los datos deun rancho muy cercano al de vila-Lugo. Por qu vila no incrimi-n directamente a Lope de Morla en sus acusaciones formales ante

la Audiencia? Eso es algo que no sabemos. Tenemos pendiente labsqueda de posibles informaciones adicionales sobre Lope de Morlaen las recopilaciones documentales existentes para intentar aclarar unpoco ms sus vnculos con Pimentel y su presencia como propietarioen esta zona oriental de la Isla. Los referidos comentarios sobre MorlaenPleito Pimentel-vila, fos. 1661r., 1664v., 1668r. y 1668v.

9. Aunque no se dene explcitamente a Francisco Pimentel como vecinode la ciudad de Santo Domingo en la documentacin, hay dos detallesque parecen indicar que probablemente lo era, como tambin lo era

Francisco de vila. Uno es el hecho de que en una declaracin de suempleado o criado Gernimo Nicasio, ste indica que tras haberse dadocuenta de la destruccin del hato de Francisco Pimentel perpetradosupuestamente por vila-Lugo, dicho empleado biendo el dao tan

grande que se le avia hecho se fue [desde Arroyo Oveja] a la iudad


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al parecer, de la culminacin de un enfrentamiento ms amplioentre uno y otro por el control de las tierras de la comarcamencionada. Un conicto entre potentados que, como veremos,no era la primera vez que ocurra en la zona en una poca enla que todo indica que los deslindes de terrenos no se llegabana hacer con suciente exactitud.10

La mencin hecha en su estudio por Gil-Bermejo de algunos

lugares de la zona de San Pedro-Hato Mayor que resultabanfamiliares al autor de este artculo, nos estimul a consultardirectamente el documento original en el Archivo General deIndias, y ciertamente contiene detalles adicionales de interspara el conocimiento de ese momento histrico de la regin estede La Espaola, como intentaremos demostrar en las pginassiguientes. Una transcripcin paleogrca ntegra hecha por

nosotros del citado fragmento documental la incluimos al nalde este artculo, a modo de apndice. Hasta donde sabemos,es la primera vez que se publica.

Los papeles de esas gestiones judiciales hechas antela Real Audiencia en la ciudad de Santo Domingo y en lazona mencionada pasaron a formar el expediente judicialpropiamente dicho del caso, y son esos documentos los quenos ofrecen hoy, ms de 40 aos despus, la oportunidad deobtener cierta informacin sobre lo que pudo haber sido aquellasociedad de hateros, estancieros, peones y esclavos entre losactuales municipios de San Pedro de Macors, San Jos de LosLlanos y Hato Mayor del Rey.

de Santo Domingo a dar abiso de[e]l a su seor Franisco Pimentel.(Ibid., fo. 1646v.)

10.


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Focos de poblamiento y de agropecuaria entre los ros Casu eHiguamo a mediados del sglo XVII

En la documentacin citada se mencionan concretamentedos hatos, seis ranchos, un ingenio, unasabana y una estancia,adems de otro hato en el trmino de Monte Plata.11 Los ranchosse citan por lo general como explotaciones incluidas dentro dehatos o de las llamadas tierras y son los siguientes:

1. Hato de vacasLa Lima, de Francisco Pimentel;2. Rancho de ganado de cerda enArroyo Oveja, de Francisco

Pimentel, dentro de los lmites de las tierras de La Lima;. La Hacienda de campo que llaman El Casu, de

Francisco Pimentel;12

4. HatoLa Estrella, rivera del Casu, hazienda de Don

Francisco Pimentel;5. Estancia del Capitan Don Alonzo Girn, distante deuna legua respecto al rancho de Tabila;

6. Rancho Sabana de Oveja, el lugar donde pretendepoblar Francisco vila1 y donde construy rancho;

7. Rancho de cerda en tierras de Doa Ana Mara;8. Rancho de cerda del Capitn Lope de Morla que est

junto al rancho de Don Francisco de Lugo;9. Casa, rancho y poblacin que tiene don Francisco De

Lugo en la rivera del Casu

11. Se menciona asimismo el hato deLuca Fajardo, en San Antonio de

Monte Plata, pero por su ubicacin no lo podemos considerar parte dela comarca de Tabila.

12. Pleito Pimentel-vila, fo. 1652v. Vase tambin nota 47.

1. Ibid., fo. 166v.


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10. Rancho de ganado de cerda de Francisco vila enArroyo Oveja. (Es el rancho que aparentemente desencaden elconicto entre Pimentel y vila-Lugo, posiblemente por estardeslindadas con poca claridad las propiedades en ese lugar);

11. Rancho Tabila; y

12. Hato San Marcos, del capitn Muoz Vsquez.14

De estos toponmicos sobreviven hoy en da, aunque pocomencionados en la vida pblica provincial, al menos los de

La Estrella, Casu, Tabila,Doa Ana , Oveja, yLa Lima , todosen la zona formada por las cuencas de los actuales ros Casue Higuamo (especcamente sus segmentos localizados al surde la provincia de Hato Mayor y al norte de la provincia deSan Pedro de Macors).

La comprobacin de la vigencia de estos nombres delugares en la actualidad entre los pobladores de la zona, envisita que hiciramos en el verano de 1995 a algunos de estosparajes, as como su clarsima consignacin en el actual Mapade la Repblica Dominicana a Escala 1:50.000, parece pruebacontundente de la continuidad histrica de muchos de losnombres de lugares de la reginEste de nuestro pas al menos

desde el temprano siglo XVII, y en algunos casos posiblementedesde el mismo siglo XVI.15 Las guras 1 y 2 muestran mapas

14. Ibid., fos. 1669r.-1669v.

15. El Pleito Pimentel-vila nos ayuda, nalmente, a ver en una nuevaperspectiva histrica la zona al norte del municipio de San Pedrode Macors, acostumbrados como estamos a pensar el territorio y elpoblamiento de esta provincia de alguna forma condicionados por laformacin del ncleo urbano de su municipio cabecera en el siglo XIXjunto a la desembocadura del Higuamo. En el caso de Hato Mayor,esta documentacin no hace sino conrmar la larga solera histricadel poblamiento de toda su comarca desde los primeros tiempos de lacolonia.


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(basados en el Mapa de la Repblica Dominicana 1: 50,000)en los que se destacan todos los lugares mencionados endicho expediente y otros que forman su contexto poblacionalactual.

Figura 1. Zona Oeste de la Provincia de Hato Mayor y ZonaNorte de la Provincia de San Pedro de Macors, basado en elMapa 1:50,000 de la Repblica Dominicana


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Figura 2. Probable ubicacin de lugares mencionados en el pleitoPimentel-vila de 1658


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La ubicacin aproximada de las Tierras de Tabila y su usodurante la primera mitad del XVII

En una copia de una carta de venta de febrero de 1615incluida en el expediente citado 16se nos ofrece una descripcinaproximada de la sonoma de la propiedad a la que se llamabaTabila por entonces, rerindose a

un rancho de ganado de serda [...] en la rivera del Casuy[...] que es el rancho que disen de Tavila con las tierras quele pertenezen, que es desde el Arroyo de las Obejas17 la veradel Casu avajo, asta [sic] las savanas de Tavila y el Sercado[...] el qual dho rancho alinda [sic]por la una p[ar]te con el

ynguenio [sic] de Juan de Escobar y por la otra con el hatode La Lima de Baltazar Garzia Aevedo.18

Estos datos nos aclaran, por un lado, la ubicacin de lastierras de Tavila en una banda de territorio entre el ArroyoOveja por el noroeste y el Ro Casu en su curso medio ms alsur, por un lado, y el Higuamo (donde ste hace conuenciacon el Arroyo Libonao) por el otro. Asimismo nos indican

16. Se trata de la carta de venta hecha por Cristbal de Santa Ana Mojica,vezino de la villa de Santo Crus del Rincn del Seivo [sic] residenteen esta mui noble y mui leal iudad de Santo Domingo a Mara deLeguisamn , hija lexitima de Tristan de Leguisamon difuntto i de

Juana Montao su muger, vezina de esta iudad. Vase Pleito Pi-mentel-vila, fos. 1684v.-1688r.

17. Se reere al Arroyo Oveja que todava con el mismo nombre corre endireccin norte-sur y desemboca en el ro Casu por la margen orientalde ste como auente.

18. Ibid., fo. 1684v. Ntese como aparecen perfectamente diferenciadosen estos testimonios documentales el rancho que disen Tavila y lassavanas de Tavila, lo cual nos indica que el toponmico Tabila se dabaa la vez a un lugar (el rancho) y a una porcin de territorio diferenciadade ste (la sabana).


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que ya al menos en 1615 Tabila yLa Lima eran topnimos depropiedades separadas y de dueos diferentes.En cuanto al uso econmico de estas tierras, la mencin

del referido ingenio de Juan Escobar19 nos reconrma laprcticamente constante tradicin caera-azucarera de estazona de Repblica Dominicana justo desde la poca colonialhasta hoy, pues sabemos por otras fuentes que ya en la primera

mitad del siglo XVI hubo ingenios en esta llanura de SanPedro de Macors-Hato Mayor.20 Asimismo se evidencia unacontinuidad igualmente antigua de la tradicin de crianza decerdos en esta zona del pas, reiterada en el otro documentode venta de los mismos terrenos hecha el 0 de diciembredel mismo ao de 1615v por Mara de Leguisamn a Juan deEscobar (futuro suegro de Francisco de vila-Lugo) donde se

menciona explcitamente

19. Presumiblemente localizado segn nuestros clculos cerca del ro Casupor su lado oeste, por lo menos sabemos que desde antes de febrerode 1615 ya dicho ingenio perteneca a Escobar. No se puede descartarque con la adquisicin del rancho de Tabila por los Escobar, lo querepresentaba posiblemente una expansin de sus tierras por el ladoeste, comenzaran las pugnas con los dueos del hato La Lima.

20. La mencin ms especca que conocemos de ingenios al norte deSan Pedro de Macors ya en el primer tercio del siglo XVI la hemosencontrado en el expediente de un pleito de 15 entre el Ayuntamientoo Cabildo Civil de Santo Domingo con el Cabildo Catedralicio de lamisma ciudad, conservado en el legajo 12, No. 1, Ramo 2, de la SeccinJusticia del Archivo General de Indias. Tras consultar los originales endicho archivo y transcribir el documento completo descubrimos que esamisma labor ya haba sido hecha para la Coleccin Documental-His-trica Herrera, y el documento publicado en la revista Casas Reales,Segunda Etapa, No. 19, octubre de 1988, pp. 89-141. Nuestro cotejodel trabajo de transcripcin al menos nos sirvi para corregir algunastranscripciones confusas que encontrabamos en el texto tal y como seimprimi y public en Casas Reales. Sobre la informacin que apareceen esos documentos, intentaremos en un futuro prximo preparar unartculo divulgativo.


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un rancho de ganado de serda [...] que esta en l[a]scaveadas de [l]as savanas de Tavila y con dos cavalleriasde tierra.21

Digamos tambin que encontramos en esta documentacinun dato que parece apuntar hacia la prctica del cultivo delcacao en esta zona de La Espaola a mediados del siglo XVII.Rerindose a la expedicin de vila-Lugo y el alcalde Paredes

a la comarca de Tabila se nos dice concretamente que el 12de diciembre ambos continuaron su recorrido en busca detestimonios desde muy temprano y que:

[...]Llegando a la estanzia del capitan Don Alono Gironcomo a las siete de la meana [sic] poco mas o menos estavaManuel Rodrguez, de color pardo, esclavo de Don AlonoGiron y assi mismo otra negra su esclava, escogiendo cacao.22

(La estancia de Alonso Girn estaba distante de una leguarespecto al rancho de Tabila.)2

Los sucesivos dueos de las tierras de Tabila antes de 658

Segn los datos que ofrece la documentacin citada, laSabana de Tabila haba pasado por varios propietarios durante

las dcadas anteriores a la confrontacin entre los hacendados

21. Ibid., fos. 1689r.-1692v. Como veremos, del documento se hizo unacopia el 1 de febrero de 1659 por gestin de vila-Lugo, quien (Ibid.,fo. 1688v.) expres al pedir la copia que dicha escriptura de venta[...] esta en un pleito venido por los menores de Juan de Escobarmi suegro. De nuevo observamos claramente (especialmente en elfo. 1689r.) las Sabanas de Tavila mencionadas como un territorio

diferenciado del rancho del ganado de serda localizado en lascaveadas de ellas.

22. Ibid., fos. 166r.-166v.

2. Ibid.


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vila-Lugo y Pimentel en 1658. Sabemos que el 16 de febrerode 1615 la habia adquirido Doa Mara de Leguisamon porcompra a Cristbal de Santa Ana Mujica, mientras que SantaAna la haba comprado antes a Hernando de Ulloa, y Ulloa asu vez la haba adquirido de Francisco Jover de Santa Cruz,24que era el propietario ms antiguo que se menciona en elpleito.25 En todo caso, unos diez meses despus de la compra

de las tierras de Tabila hecha por Mara de Leguisamn, el 0de diciembre del mismo ao de 1615, la propiedad cambi demanos al ser adquirida por Juan de Escobar, padre de Marade Escobar, futura esposa de Francisco de vila-Lugo.26 Por la

24. Ibid., fos. 1684v.-1685r. Antes de febrero de 1615, pues, Tabila ya habatenido tres dueos sucesivos diferentes. Algo similar a estas ventas

sucesivas de hatos y sabanas de unos dueos a otros tambin lo hemosvisto al menos a mediados del siglo XVI en el caso de algunos ingeniosde azcar. Los traspasos ocurran a intervalos de tiempo muy variables.Vid., para breves comentarios sobre los traspasos de un ingenio, A. R.Stevens-Acevedo,Esclavos,Empresarios Azucareros y Transacciones

Econmicas en el Ingenio Santa Brbara de la Isla Espaola en 1557,enEcos, rgano del Instituto de Historia de la Universidad Autnomade Santo Domingo, Ao (1995), No. 4, pp. 7-8.

25. No contamos por el momento con las fechas exactas de los diferentes

traspasos anteriores a 1615. Una bsqueda futura de ms datos sobreestos sucesivos propietarios de las tierras de Tabila anteriores a 1615en la documentacin de la poca, tal vez podra ayudarnos a aclararmejor los orgenes de la propiedad como tal e incluso de su nombre.Una posibilidad digna de explorar es la de que dicho nombre se debaa que estas tierras hayan sido, durante la segunda mitad del siglo XVI,parte de las mltiples propiedades que en las cercanas de Hato Mayortuvo el acaudalado regidor de la ciudad de Santo Domingo FranciscoDvila, mencionado en otra parte de este artculo a este mismo respec-

to.26. Algunos de los nombres de personajes propietarios y sus familias ter-minaron al parecer convirtindose en topnimos de la zona. Justamentea unos 5 kms. al sur en lnea recta respecto al Batey Tabila (y unos kms. al sur del actual Batey Casu) se encuentra hoy en da el Batey


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documentacin sabemos que durante los veinte aos siguientesmuri Juan de Escobar, que la propiedad fue heredada por suesposa, y madre de Mara, Ana del Aguila, y que sta a su vezprocedi a venderla a un Juan Fernndez de Torres. ste a suvez vendi la propiedad a Baltazar Garca Acevedo, quien almorir la dej en herencia a su esposa Antonia de Azevedo.

En 168, exactamente el 2 de marzo, Antonia de Acevedo,

viuda de Baltazar Garca Acevedo y a quien la documentacinde ese ao muestra como heredera del hato La Lima y delHatillo del Higuamo

se querello criminalmente del dho don Fran[is]co de Lugo y de otras perssonas porque estando en quieta y passifca posezion de la sabana de Tavila y teniendo enella corral y bujios donde apastavan y apastan sus bacas del

hato de La lima y Hatillo del Liguamo [sic] por ser pasto y

Ulloa. Igualmente, a unos 4 kms. al este del poblado de Oveja, msexactamente entre el Arroyo Corral Falso y el Arroyo Libonao (auentedel Higuamo ms al sur por su orilla oeste), en la actual provincia deHato Mayor, se conserva el toponmicoLegusimo, que (sin que pre-tendamos aqu extremar la especulacin) nos parece ser una probable

supervivencia del apellidoLeguisamn de la mencionada donsellaMara de Leguisamn que haba sido propietaria de la sabana de Tabilamediante compra hecha all por febrero de 1615. La cercana de losactuales lugares, de nuevo parece consolidar la evidencia de que setrata de los mismos sitios a los que se reere esta documentacin delsiglo XVII.

Por cierto que, buscando en el Directorio Telefnico 1996de CO-DETEL, la compaa de telfonos dominicana de por entonces, entrelos listados de usuarios en las provincias del Este encontramos, en el

correspondiente a la localidad de Los Llanos (p. 746), uno de apellidoLeguizamn, posible indicio (pendiente de conrmacin) de la pervi-vencia en la zona, todava a nes del siglo XX, de algunos descendientesde las familias del siglo XVII mencionadas en el Pleito Pimentel-vila.El apellido dej de aparecer en los directorios de los aos siguientes.


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abrevaderos suios, el dho don Fran[is]co de Lugo de echoy por fuerza avia echo en la dha savana abria un mes pocomas o menos un corral y bujio27 [...] ajuyentandole28 [sic] su

ganado y despojandole de la poseion en que estava.29

El 2 de abril de 168 la Audiencia orden que sedeshisiesse el despojo y que las partes siguiesen su justizia.0El 25 de junio de ese ao Franisco de Lugo y demas

consortes (exactamente su esposa Mara de Escobar y elhermano de sta, el presbtero Bartolom Gmez de Escobar)presentaron peticin a travs de su representante Bartolomde Castro Aguiar, reclamando que las tierras de Tabila eransuyas por herencia de Juan de Escobar, y que la venta que habahecho Doa Ana del Aguila (viuda de Juan de Escobar y madrede Mara Escobar y su hermano) al precio de 800 r[eale]sde

quartos era nula como echa de cossa agena, aadiendo elprocurador que por el dho tiempo mis partes eran menores deveinte i sinco aos y oi lo es la dha Doa Maria de Escobar.Reclamaba asimismo a la Audiencia que:

mande condenar a la dha Doa Antonia a que restituya amis partes las dhas tierras y alegaba que concurren con estoel aver avido en la venta inormisima leion porque al tiempo

27. Ibid., fo. 1694v. Llama la atencin la transcripcin bujio hecha por elescribano, casi seguro reproduciendo a su mejor parecer la pronuncia-cin aspirada de la palabra boho que oa entonces de boca de estoshabitantes del este de la Isla.

28. Ibid.A los lingstas les interesar este otro ejemplo de aspiracin de lah ya en el siglo XVII en La Espaola, y que todava es tan frecuente

en el habla popular dominicana, incluso precisamente en el caso deotro verbo relacionado con ahuyentar: juir por huir.

29. Ibid., fos. 1694r.-1694v.

0. Ibid., fo. 1695v.


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que vendio las dhas tierras la madre de mis p[art]es balian ajusto y comun estimaz[i]on mas de las dos partes mas en quelas bendio.1

Segn esta interpretacin, pues, la propiedad se habravendido por un tercio de su veradero valor. Por su parte elprocurador o abogado de Antonia de Acevedo, Jacinto de Fras,argument entonces respecto a la propiedad que:

la a estado poseiendo mi p[a]rte y sus antesesores mastiempo de beinte aos2 con sienzia y pasienzia de las contrarias

sin que les fuese puesto ympedimento alguno ni yntentadoadcion [sic] con cuyo laco [sic] y transcursso e tiempo aunquando no ubiera proedido las dhas ventas estavan escluydoslas partes contrarias,4 rechazando el argumento de que fuede menores y que no se pudo enaguenar[sic] [...] por no

aver haver avido divizion ni partiion de vienes5 [...].Aadiendo que por haber llevado en dotte Ana del Aguila

ms de 8000 ducados de plata a su casamiento con Juan deEscobar, ahora que l era difunto se deba contar el precio dela savana en esos 8000 ducado y

presisamente [sic]se le ha de aser entero su dote en los

vienes que vendio despues de la muerte de su marido.6

1. Ibid., fos. 1696v.-1967r.

2. Lo cual, de ser verdica la armacin del abogado Fras, ubicara laventa de esta parte de la propiedad de parte de la viuda Ana del guilaen algn momento entre 1615 y 1618.

. Parece querer decir lapso?4. Ibid., fo. 1697v.

5. Ibid., fo. 1698r.

6. Ibid., fo. 1698v.


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Finalmente el abogado Fras agreg que, an en el caso deque se consideraran bienes de menores,tan solamente venia a tener una p[ar]te de quatro la dha

Doa Ana del Aguila y no otra perssona ninguna porque lamitad toca y pertenee a la dha Doa Ana del Aguila por vienes

gananziales, y una de las dos que quedan al dho BartolomeGomes de Escobar, presbitero, el qual tiene oi mas de treinta

aos y asi, por haver passado mas tiempo de sinco aos queel suso dho dejo de ser menor sin aver pedido cosa alguna[...] es visto aver aprovado y ratifcado la dha venta.7

Puntualiz adems que si acaso haba base para demandapor la parte de Francisco vila

lo avia de intentar contra Juan F[ernande]z de Torres quefue el primer comprador [...] y no contra mi parte por haverlacomprado por su justo balor y que si alguna estimazion tieneoi la dha sabana es por el ganado de mi p[a]rte que oi pastaen ella mas no porque la dha tierra lo valga, como no lo valiaal tiempo que se bendio al dho Juan F[ernande]z por no tenerningun ganado en ella la dha Doa Ana del Aguila.8

La Audiencia, representada en esa ocasin por Don Juan

Melgarejo Pone de Leon, Don Juan de Retuerta, y el DottorDon Pedro Alvares de Mendoca, sentenci salomnicamenteel 24 de diciembre de 168, estando en audienzia publica yvisita de carel general, en Santo Domingo, reconociendo lapropiedad de Francisco de vila-Lugo y Mara de Escobar ydemas herederos de Juan de Escobar sobre la mitad de lassavanas, declarando por nulo el contrato de la dha mitad

(o sea, lo comprado por el difunto Garca-Acevedo), pero a la

7. Ibid., fo. 1698v.

8. Ibid., fo. 1699r.


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vez reconociendo el derecho de Antonia de Acevedo sobre laotra mitad, aparte de su derecho a recuperar el dinero pagadoinicialmente por la mitad que se compr ilegtimamente y quedeba pertenecer a vila-Lugo y sus parientes.9

Despus de haber rechazado el 8 de febrero de 16940unasuplicacin de Antonia de Acevedo contraria al fallo quedivida la propiedad, la Audiencia orden el 1 de julio de

1641, mediante provisin real executoria, la particin delas sabanas en yguales partes41 y la entrega de la mitad dela sabana a Francisco de vila, previo pago de parte de stede la mitad de los 100 ducados de quartos que la Audienciahaba determinado (en 25 de enero de 1641) que debi costara Antonia de Acevedo la compra de la sabana,42 o sea, 50ducados de cuartos.

La divisin de la Sabana de Tabila en 643

El 1 de marzo de 164 vila-Lugo, estando en el ingeniodel Casui nombrado San Juan Bauptistta4 present ante el

9. Ibid., fo. 1717r. No sabemos si esta decisin se basaba en posibles

inuencias polticas de los Escobar-vila o si la Audiencia estim queno haba prueba suciente de propiedad de ninguna de las partes sobrelas sabanas de Tabila.

40. Ibid., fo. 1704v.

41. La Audiencia entonces estaba integrada por los oidores Don Juan Bitrian de Biamonte, lisenziado Don Juan Melgarejo Pone deLeon=lisensiado [sic] Don Juan de Rretuerta. La real provisin fueredactada por el escribano de cmara Antonio de Heredia y registradapor Fernando de Villafae Trexo chanciller.

42. Ibid., fo. 1705v. Antonia de Acevedo haba argumentado que la sabanale haba costado 200 ducados de cuartos.

4. Se conrma as la existencia de un ingenio azucarero junto al Casutodava en 164. No sabemos por el momento de redactar este artculo


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alcalde ordinario del Seibo Simn Ramrez la provisin realexecutoria que traigo de la rreal audienzia ordenando laentrega de la mitad de la sabana de Tabila y una peticin paraque la ejecutara.44 Ante los testigos Andrs de la Cruz, PedroBauptista, Miguel Hernndez y Joseph Peres vezinos yresidentes del termino y juridizion de la villa del eibo elalcalde puso en posesin a vila

sealandole, al suso dicho por longitud, y latitud, de lamitad, de la dicha sabana veinte y una cuerda de longitud,

y quatro querdas de latitud de a quine baras cada cuerday cada bara de doe palmos bara y por cavezada de la dhasabana por la una parte [entre renglones: de ancho] de [entrerenglones: las] cavezada [sic] de la dha sabana tres cuerdas

y medias, y diesiseis brazas, que le pertenecian a la dicha

Doa Antonia de Azebedo por longitud, y latitud, y por la otracaveza tres querdas y media de siete cuerdas que tubo por laotra caveada dandole tambien a la susodicha por esta partede longitud, y latitud, y no quitando el derecho a una parte nia otra y partiendo de por mitad, la longitud de la dha sabana

y lo mismo fue en latitud45.Juan de la Riba, representante y sobrino de Antonia de

Acevedo46y presente en la ceremonia, impugn el acto segnel testimonio del mismo alcalde ordinario Ramrez

si se trata acaso del mismo ingenio del difunto Juan de Escobar men-cionado antes.

44. Ibid., fo. 1709v.-1709r.

45. Ibid., 1710v.-1711r.46. Antonia de Acevedo, declarndose vezina desta dicha iudad (SantoDomingo), le haba expedido all mismo un poder a De la Riba en 11de mayo de 1642 para que la representara y defendiera sus interesesen el acto de particin de las sabanas. Los testigos del poder fueron


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porque no se echo la cuerda por donde el quisso quese echase no siendo en derecho de ley y justizia pero fuedesestimada ah mismo por el alcalde atendiendo yo el dichoalcalde y testigos ser maliia la dicha contradizion47.

Ramrez de Vetancor procedi all mismo tambin aexpedir certicacin y testimonio de la entrega de la posesinde la mitad de la sabana a Davila Lugoante los testigos

Andrs de la Cruz, Pedro Bauptista, Miguel Hernndez yJosephPeres. (Prez expres haber realizado l mismo lacerticacin attento no haver escrivano publico ni real entodo este distritto y su juridiion.48)

No sabemos casi nada de lo que ocurri durante los casi 15aos siguientes transcurridos desde esa divisin de las tierrasde Tabila entre Francisco-vila y Antonia de Acevedo por

orden de la Audiencia en marzo de 164, hasta los incidentesque comenzaron el 0 de septiembre de 1658 con la invasin ydestruccin supuestamente perpetrados por el mismo Franciscovila-Lugo contra el hato La Lima de Francisco Pimentel,segn la denuncia hecha por este ltimo el 5 de octubresiguiente, dando inicio al pleito judicial que sirve de base yfuente a este artculo. Lo nico que cabe suponer es que fueprobablemente en ese lapso de 15 aos cuando Pimentel dehecho adquiri la propiedad del hato La Lima, sea por compraa Antonia de Acevedo o a unos dueos posteriores a sta.

Juan Bezerra, Pablos de Rribas y Luis de Molina vezinos de [e]stadha iudad, y el escribano Francisco Galindo de Victoria. Se nos diceadems que la dha otorgante no frm, tpica expresin usada cuando

la persona no saba escribir. Vid. ibid., fos. 1707v.-1708v.47. Ibid., fos. 1711v.-1712r.

48. Ibid., fos. 171r.-171v. De los tres testigos, slo Jos Prez sabarmar.


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Lo nico que al respecto sabemos por la documentacines que el de septiembre de 165849 (tres semanas antes de losincidentes del 0 de septiembre) Francisco de vila gestionuna copia legalizada de la carta de venta de febrero de 161550.Eran acaso estas gestiones de vila-Lugo por adquirir copiasde sus ttulos los primeros pasos de algn plan suyo contraPimentel, para intentar zanjar unas tensiones que, quizs,

venan germinando desde haca cierto tiempo entre ambospotentados?

Las incidencias del pleito Pimentel-vila de 658

Tras presentar sus respectivas denuncias, Pimentel y vila-Lugo solicitaron a la Audiencia que ordenara una investigacin,comenzando con el envo de alcaldes ordinarios queacompaaran a cada denunciante a la zona de los hechos pararecoger testimonios sobre los incidentes entre los pobladoresdel lugar. Los oidores de la Audiencia, encabezados por elpresidente y gobernador Flix Ziga Avellaneda, acogieronambas denuncias y, como se ver, ordenaron a los alcaldes

49. Tenemos que conrmar esta fecha en nuestra copia microflmica de ladocumentacin original, pues en la transcripcin que hemos hecho apartir de la copia microlmada hemos consignado el ao quarenta yocho, lo cual no parece tener sentido. No tenemos ningn otro indi-cio de gestin alguna hecha por Lugo ni por nadie ms en 1648, y lacoincidencia de que la copia, autorizada por la Audiencia y hecha porel escribano Luis de Casillas, se emita un 7 de septiembre (o sea trasunos lgicos das de tramitacin) nos hace pensar que se trata de un

error lo del ao 1648, y que se debi tratar en realidad del 1658, que esel ao donde se da el conicto y las denuncias entre Lugo y Pimentel.La fecha de 1648 aparece consignada al nal del fo. 1688r.

50. La peticin comienza al pie del fo. 168r. y termina en el fo. 168v. Lacopia por el escribano Luis de Casillas est en los fos. 1684r.-1688v.


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ordinarios la visita a los lugares, la recoleccin de testimoniosde testigos, y el envo de estos ltimos a la Audiencia.

La denuncia de Pimentel

La primera denuncia la recibi la Audiencia el 5 de octubrede 1658, y la puso Francisco Pimentel, probablemente el mismoda o poco antes, citando la destruccin y derribamiento de

un rancho de ganado de zerda y su corral perpetuadas el 0de septiembre en su hato de bacas nonbrado La Lima51 en eltermino y jurisdizion de la villa del Seibo,52 y pidiendo que seordenara a los alcaldes de la misma villa que aberiguen que

persona o personas picaron dho corral.Como resultado de la peticin de querella de Pimentel, el

gobernador y presidente emiti una reeptoria u orden a losalcaldes hordinarios de El Seibo, con instrucciones especcasde interrogar los testigos disponibles y enviar los testimoniosal secretario de la Audiencia Francisco Facundo de Carvajal,todo ello escripto y sacado en limpio, serrado y ellado.5Concedida la orden a favor de Pimentel, ste se present en ElSeibo el 15 de octubre de 1658 con el dicho documento ante el

alcalde ordinario Francisco Tercero Parra. En una declaracin

51. Existe hoy en da, en la orilla oeste del Arroyo Libonao y aproximada-mente un kilmetro al norte de su conuencia con el Higuamo en sucurso medio, un paraje llamado La Lima. Dada la coincidencia topo-nmica y que se trata de la misma comarca geogrca, nos inclinamosa suponer que constituye la misma localidad o rea aproximada que

en la poca que estudiamos se llamHato La Lima. La Lima queda aunos 9 10 kms. al noreste del actual Batey Tabila.

52. Pleito Pimentel-vila, fo. 164r.

5. Ibid., fo. 1645r.


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de obedecimiento emitida a su vez por el mismo alcalde, steindic haber idoa la rribera del rio Casuy, termino y jurisdizion

desta villa, para examinar los testigos que ante mi fueronpresentados.54

Al parecer el alcalde Tercero Parra inici sus interrogatoriosal da siguiente, 16 de octubre de 1658.55 En total recogi

testimonios de 6 personas... estando en la rivera del Casuycomenzando las entrevistas al parecer en el rancho de

ganado de zerda que Pimentel tiene en Arroyo Obeja,56 yefectundose todas ellas al parecer en el mismo lugar, ya queno se dan indicios ningunos de desplazamiento por parte delfuncionario a otros lugares, presumiblemente muy cercanospor lo dems, donde residan algunos de los testigos.

En todo caso, hecha la informacin por el alcalde ordinariocon los testimonios de los testigos, Francisco Pimentel lapresent ante el presidente de la Audiencia y gobernador dela colonia y le solicit prender a quien pareziere culpado.Probablemente el 15 de noviembre de 1658 y ante el escribanoFrancisco Facundo Carvajal, el gobernador y presidente Conde

del Sacro Imperio orden que se abrieran las probanzas, sejuntaran con los autos y se enviaran a la Real Audiencia. Al

54. Ibid., fo. 1645v.

55. Ibid., fo. 1646v.

56. Ibid., fo. 1646r. Todo parece indicar que se trata del arroyo que, se-gn la hoja 6371-IV (Los LLanos) del Mapa Topogrco Nacional aescala 1:50.000 publicado por el Instituto Cartogrco Universitario

de la Repblica Dominicana, an hoy con el mismo nombre, uye endireccin norte-sur, paralelo al ro Casu y hasta conuir con ste porsu margen oriental cerca del actual Batey Tabila, en la zona oeste dela actual provincia de Hato Mayor y justo donde sta hace fronteraadministrativa con la provincia de San Pedro de Macors.


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dia siguiente, el presidente y los oidores lisensiado DonDiego Lopes de la Puerta y Doctor Don Andres Martines deAmileta estando a puerta serrada ordenaron que se juntaracon la querella de Don Franisco de Lugo avisando que a

su tiempo se probeera.57

La denuncia de vila-Lugo

Y es que, en efecto, dos das antes, el 1 de noviembre de1658, la Audiencia haba recibido una acusacin58 presentada por Francisco de vila-Lugo ese da, o poco antes, anteese tribunal contra Francisco Pimentel, imputndole que elmircoles 2 de octubre de 1658

como a las quatro de la maana poco mas o menos fueel dho don Franisco Pimentel desde su hazienda de campoque llaman El Casuy con todos sus esclavos y criados y59

57. Pleito Pimentel-vila, fo. 1652r.

58. La acusacin, enPleito Pimentel-Lugo, fos. 1652v.-165v. Como fre-cuentemente ocurre con las copias de peticiones de los expedientes, lade la peticin de querella de Francisco de vila-Lugo contra FranciscoPimentel ante la Audiencia no tiene fecha, pero s se indica la fecha del

auto de los seores lisenziado Don Diego Lopes de la Puerta y dottorDon Andres Martinez de Amileta admitiendo la querella: 1-XI-1658.Certic el auto el escribano Antonio de Heredia. Estos autos por loregular se expedan el mismo da o en los das siguientes. El auto, enfo. 1654r.

59. Ibid., fo. 1652v. Creemos que esta hazienda de campo que llaman ElCasuy era la hacienda Arroyo Oveja junto al ro Casu de FranciscoPimentel mencionada ms adelante en el expediente, y que probable-mente es el lugar que ha sobrevivido hasta hoy como el actualBatey

Casu, a unos dos kms. de la margen occidental del ro del mismonombre, equidistante entre los actuales Batey Ulloa y Batey Tabila.Existen otros dos lugares en la regin que el Mapa Topogrco Nacionala escala 1:50.000 identica junto al curso alto del ro Casu: uno con elnombre de Casuy otro con el nombre de Sabana de Casu, ambos al


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[entr en los]60

corrales que tengo de ganado de zerda en las savanas que llaman Tavila catore leguas desta iudad ypico, derribo, y echo por los zuelos la cassa de mi bibienda,cosina, buhios y ranchos del ganado dexandolo todo asolado,hasiendo la gente que llevo saco y rrobo de todo lo que teniaen la cassa de mi bibienda [...] en que me a echo de daocon la perdida del ganado y buhios y demas poblazion y rrobo

mas de tres mill pessos y acusndolo de querer com podery fuerza de esclavos y criados apoderarse de mis tierras ycassa.61

vila-Lugo acus asimismo a Pimentel de que: quierecom [sic]poder, demas de los daos que me a cauzado, poblarmis tierras, de manera que tiene en dha poblazion puesto seis

perssonas para su defenssa y pidi a la Audiencia que mande

al dho Don Franisco Pimentel que pique y despueble lo quetubiere edifcado en dhas mis tierras.62

Finalmente, Avila-Lugo solicit a la Audiencia que, paracompilar la informacin de testigos que quera presentar sobrela alegada agresin de Pimentel se usaren los alcaldes ordinariosde Bayaguana y Monte Plata ya que la persona que haca de

norte del actual poblado de El Puerto y de la carretera que en direccinoeste-este une actualmente Bayaguana con Hato Mayor. El estar mslejos hacia el norte y a mayor altura nos hace pensar que ninguno delos dos son el lugar que en el XVII se llamabaEl Casu.

60.Ibd. Aqu parece haber un error del notario que redact la copia otraslado del expediente del pleito Pimentel-vila. Insertamos entrecorchetes, a manera de reconstruccin, el verbo entr, para facilitarla uidez de lectura del texto, y para intentar aproximarnos a lo que

creemos debi ser la lgica del original.

61.Ibid., fo. 165r.

62.Ibid., fo. 165v.


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justicia ordinaria de la villa de El Seibo es primo hermano deDon Lope de Morla, su cuado de Don Franisco Pimentel6.Igualmente requiri a la Audiencia mandar se enpiezen aexaminar los testigos desde esta iudad rerindose a SantoDomingo, por ocurrir algunos testigos ympusibilitados de

salir a la calle,64 a lo que accedi la Audiencia en 15 denoviembre del mismo ao.

Al da siguiente, 16 de noviembre de 1658, vila Lugocomenz presentando un testigo en Santo Domingo por ante elescribano Diego Mendes.65 El 21 de noviembre, la Audienciaadems expidi una real provisin dirigida a los alcaldesordinarios de Bayaguana y Monte Plata para que hicieran lainformacin o interrogatorios solicitada por vila Lugo.66 El9 de diciembre, la peticin de vila Lugo y la provisin de la

Audiencia le fueron presentadas al alcalde ordinario de MontePlata, Gaspar Paredes, mientras ste se encontraba en el hatode Doa Luzia Faxardo, termino y jurisdizion de San Antoniode Monte de Plata.67

6. Ibid., fo. 1654r.64.Ibid., fo. 1654v.65. El primer testigo fue Alono de Mayorga ofzial de herrero de color

mulato libre vezino de [e]sta iudad (Santo Domingo), de 48 aos deedad, quien dijo que trece das antes haba presenciado una conversacinentre Francisco de Lugo y un negro nombrado Clemente que conozemui bien esclavo del capp[ita]n Don Rodrigo Pimentel, en la queLugo expres al esclavo su sospecha de que ste haba participado enla destruccin de su propiedad, mientras que ste le respondi seor

yo no fui a esso, que los que fueron eran Juan del Guabanimo y otronegro.Ibid., fos. 1655r.-1655v.

66. Ibid., fos. 1656v.-1660r.

67.Ibid., fo. 1660v.


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No sabemos cundo exactamente emprendieron el caminodesde el trmino de Monte Plata, pero s sabemos que el 11de diciembre, a eso de las cuatro de la tarde, el alcalde GasparParedes y Francisco de vila Lugo llegaron al hato de La

Estrella, rivera del Casui,68 propiedad de Pimentel. Allcomenzaron entrevistando esa misma tarde a tres testigos, para luego pernoctar al parecer en el rancho y cassa de

don Franisco de Lugo69

(el rancho Tabila, segn nuestrosclculos). Al da siguiente, 12 de diciembre, desde muytemprano continuaron visitando lugares, recogiendo el primertestimonio alrededor de las 7 de la maana en la estanzia delcapitn Don Alono Giron, que estaba distante de una leguarespecto al rancho de Tabila,70 y obteniendo, sucesivamente,declaraciones de nueve personas ms en tierras de Doa Ana

Mara,71 en el rancho del ganado de zerda del capitan Don

68. Ibid., fo. 1661r. Como ocurre con la mayor parte de los toponmicosque se mencionan en el Pleito Pimentel-Lugo, el Mapa TopogrcoNacional antes mencionado registra en la actualidad tanto un parajellamadoLa Estrella as como unBatey Estrella, a unos 4 y 6 kilom-tros al oeste del curso del ro Casu, respectivamente, y a unos 8 y 9kilmetros al norte de la localidad petromacorisana de Los Llanos. De

nuevo, asumimos que se trata del mismo lugar homnimo mencionadoen la documentacin.

69. Segn el testimonio del alcalde Paredes, al ltimo de los interrogadosel da 11 lo encontraron en el camino cuando iban haziendo viaje

para el rancho y cassa de don Franisco de Lugo. Por otro lado, elprximo interrogatorio fue al da siguiente como a las siete de la me-ana [sic] en otra estancia vecina. Ambas situaciones hacen pensarque posiblemente durmieron en el rancho de vila-Lugo.

70. Ibid., fo. 166v.71. Precisamente a unos 7 kilmetros al este del ya mencionado parajes deLa Estrella yBatey Estrella, entre los cauces del ro Casu y el ArroyoOveja, sobrevive hoy el Batey Doa Ana. Coincidencia casual detoponmicos antiguos y actuales? Parece demasiada casualidad este


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Lope de Morla72

que esta junto al rancho de Don Franiscode Lugo, y en los mismos cassa, rancho y poblazion quetiene don Fran[is]co de Lugo, rivera del Casu, as como el1 de diciembre en el rancho de Don Lope de Morla (muycercano, como hemos escrito ms arriba, al parecer al ranchode vila-Lugo), y nalmente el 14 de diciembre en el hatode San Marcos asienda del capittan Muos Basques tambin

localizado en la rivera del Casui.7

Por otro lado, el mismo da 12 de diciembre vila-Lugoy Paredes haban tenido ocasin de llegar a un ranchuelo

pequeo nuebamente hecho con unos pocos de marranos entro[sic] sin guente[sic] ninguna localizado, segn la descripcinde Paredes, llegando a la savana que llaman Obea [sic] mui

serca del rancho de Don Fran[isco] de Lugo. De hecho,

vila-Lugo le insisti a Paredes que consignara en su acta quela localizacin del rancho era en dicha savana de Obea mui

serca de mi casa74 (o sea, cerca de la casa de vila-Lugo) y

Doa Ana, justo a unos escasos kilmetros al norte del actualBateyTabla, sede homnima del antiguo rancho de Francisco de vila-Lugoy hacia el cual se dirigan buscando testigos el mismo vila-Lugo y el

alcalde Paredes. Preferimos pensar que se trata de otro de los lugaresefectivamente mencionados en el documento de marras.

72. Aproximadamente 8 kilmetros al sureste delBatey Doa Ana y 7 kms.al sureste de Tabla, est hoy elBatey Don Lpez, mientras 2 kms. msal este otro paraje ms pequeo se llamaLa Mora. No podemos dejar deobservar la relativa similitud de estos topnimos con el nombre DonLope de Morla, cuyo rancho estaba, segn la descripcin del alcaldeParedes junto al rancho de Francisco vila-Lugo. Las distancias, porotro lado, no parecen muy diferentes de la cercana que se menciona

en el documento al que nos estamos reriendo.7. Ibid., fos. 1669r.-1669v.

74. Ibid., fo. 1669v. Por alguna razn que desconocemos, en el expedienteno se copi esta declaracin del alcalde ordinario referente al da 12


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aprovech el lugar y el momento para comunicarle al alcaldequeeste es el rancho que contradijo su fundazion por lo qual

se a orijinado el tener disgusto con Don Franisco Pimentelpor cuya caussa fue a mi cassa y poblazion y me destruioarandola por los zuelos y para que conste donde pretende

poblar Don Franisco Pimentel siendo mio requiero a Vu[estra

mere]d primera segunda y terzera ves esta dicho rancho endicha savana de Obea mui serca de mi casa me de verdaderotestimonio en pblica forma.75

junto con las dems de ese da que aparecen en los folios anteriormentecitados, sino despus de la ltima tomada correspondiente al da 14. Almenos no parece tratarse de un error de fecha, porque se da la fecha12 de diciembre tanto al comienzo como al nal de la declaracin.Por otro lado, si era un lugar tan cercano al rancho de Dvila Lugo, noparece imposible que lo hayan visitado el mismo da en que fueron aotros lugares. Tal vez el alcalde olvid consignarlo junto a los datosdel da 12 y luego record el olvido el da 14 y preri entrar el datoese da antes que dejarlo sin consignar. Otra posibilidad es que siendoeste expediente una copia del original ordenada por el visitador, estesalto en la secuencia cronolgica haya sido simplemente resultado deun error del escribano que lo copi a las rdenes del visitador Ubilla.

75. Ibid., fos. 1669v.-1670r. Esta versin de los hechos que presentabavila-Lugo al alcalde Paredes, indicando que fue la construccin deeste rancho hecho por l en tierras de Arroyo Oveja lo que provoc elataque de parte de Pimentel contra su propiedad, muy cercana, diereobviamente de los alegatos que inicialmente haba presentado Pimentel,quien denunci en su momento el ataque de vila-Lugo como la primeraagresin en esta serie de incidentes. El testimonio de vila, por su parte,describe el ataque hecho por Pimentel contra la propiedad de vilacomo algo que ocurri unas tres semanas despus del asalto hecho porvila-Lugo segn lo denunciado por Pimentel. Si las fechas alegadas

por ambos fueran ambas ciertas, una posible interpretacin podra serque la construccin de vila pudo haber generado cierta reaccin,tal vez verbal, de parte de Pimentel, y que el primero se adelantara aposibles acontecimientos atacando la propiedad de Pimentel, lo que asu vez dio justicacin a ste para responder de la misma manera. Ms


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El mismo 14 de diciembre, al tiempo que vila-Lugoy Paredes realizaban su indagaciones por el Casu, laAudiencia autoriz la promulgacin previamente solicitadapor vila-Lugo de una copia de otro documento que debaresultarle nuevamente necesario para defender sus derechosde propiedad: la venta de Tabila en diciembre de 1615 porMara de Leguisamn a Juan de Escobar. Y a partir de ese

diciembre de 1658 lo nico que conocemos son trmites casiestrictamente burocrticos hechos por vila-Lugo respecto alos documentos que se haban presentado hasta ese momentoante las autoridades, sin que sepamos nada ms sobre los hechosni sobre el desenlace de las acusaciones propiamente dichas quese haban formulado.76 Los oidores de la Audiencia acogieron

all de los detalles de cmo ocurrieron las cosas, sin embargo, lo queparece claro es que se trata de una pugna por el control de la propiedadentre dueos de terrenos colindantes.

76. En efecto, a eso del 29 de enero de 1659 vila-Lugo parece habersolicitado a la Audiencia la lectura, para la causa del pleito contra Pi-mentel, de una Real Cdula de 1619 donde se mencionaban hechos queposiblemente vila-Lugo consideraba mritos de antepasados suyosestablecidos en Tierra Firme.

Se trataba de una Real Cdula expedida el 21 de diciembre de 1619emitida por Felipe III y dirigida al capitn general de Santa Marta yRo Hacha (Colombia), Francisco Martnez de Ribamontn, en la quese ordena se de mered y favor a Francisco Maldonado de Saavedray sus hijos y nietos en forma de ofzios y cargos de mi servizio.

La cdula reconoce los testimonios presentados por el mismo Maldona-do sobre los servicios de sus antepasados en la conquista y colonizacin,describiendo la genealoga de la familia y sus valores. Maldonado-Saavedra por lo visto declar llevar 4 aos sirviendo a la Corona en

Cartagena y Santa Marta, y entre sus mritos habra mencionado elviaje que hizo a Santo Domingo durante la invasin de Fran[isco]Draque a reconoser las fuerzas de los enemigos y saver el intentoque llebaban y aviendolo fecho y entendido que querian yr a la costade la dha Provinia de Cartaguena [sic] compro de su haz[ien]da un


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la solicitud, pero ordenaron que el documento se incluyera enel expediente, sin atender en ese momento la peticin de vilade que se le devolviese el original. Meses despus al parecer,ste tuvo que reiterar la solicitud de devolucin, pues constaun auto favorable a ese respecto dado por la Audiencia el 10 deoctubre de 1659 (fos. 1672v.-167v.), as como un testimoniode la confeccin de la copia por la Audiencia el 25 de octubre

del mismo ao (fo. 1682v.).Sabemos que el 1ro. de febrero de 1659 los jueces de la

Audiencia ordenaron que las partes presenten los titulos yrecaudos que tubieren para que el que mexor derecho tubierele ampare en su poezion.77 El 21 de mayo de ese aoaceptaron la presentacin hecha por vila-Lugo de sus ttulosde propiedad y de las sentencias de vista y revista y posessionhechas en aos anteriores por la Audiencia en relacin a lasdisputas sobre las tierras de Tabila, y cuyas copias el mismovila haba solicitado en de septiembre del ao anterior.78

nabio en el qual se embarco y fue a la dha Provinzia y la de TierraFirme a dar avizo, con lo que supuestamente las mencionadas pro-vincias se pusieron a salvo antes de que llegara el corsario, y se salvgran cantidad de riquezas y bienes.

Dado que la copia de la cdula en cuestin incluye copia de una peti-cin hecha por unos sobrinos de la esposa de Maldonado-Saavedra quellevaban el apellido Pealosa, parece razonable concluir que DvilaLugo (cuyo otro apellido era precisamente Pealosa) intent usar eldocumento para reforzar sus mritos familiares ante la Audiencia enmedio del litigio. Vid., fos. 1676v.-1681v.

77. Ibid., fos. 1672r.-1672v. En esta ocasin los oidores intervinientesfueron Don Gaspar Veles Mantilla, don Diego de la Puerta y dottor

Don Andres Martines de Amileta.

78. Ibid., fo. 168r.


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Dicultades judiciales inexplicadas

A partir de entonces parece que vila-Lugo encontrdicultades en conseguir un abogado que defendiera su caso.El 25 de agosto de 1659 la Audiencia, en la persona del oidorDiego de la Puerta, acogi favorablemente una solicitud suyapidiendo mandar a el lisenziado Don Baltazar Mendes que se

escussa de ayudarme, me ayude por quanto en esta iudad noai mas que dos abogados y el lisenziado Don Juan Vela lo esde la parte contraria.79 Y sabemos que el 6 de septiembre elescribano pblico Blas Snchez notic el auto de la Audienciaa Don Balthazar Mendes abogado de [e]sta audienzia, en su

persona, y dijo que lo oya.80

Hay constancia, por otra parte, de que el 5 de marzo de

1660 la Audiencia envi al acuerdo una peticin de vila-Lugo en la que ste avisaba sobre una rreal edula sobre mi

particular que segn supo de un agente suyo se habadespachado tras gestiones ante el Consejo de Indias, y en la quepeda a la Audiencia que se sirva de mandar se ponga dicharreal edula con los auttos y que junttos se me entreguen.81La solicitud fue presentada estando en audienzia publica.

Llevada de all al acuerdo, fue denegada el 8 de marzo en elacuerdo hordinario fecho por los seores Presidente y oidoresde [e]sta rreal audienia es a saver su seoria del seor Don

Juan de Balboa Mogrobejo, cavallero de la orden de Santiago,Presidente y los seores lisenziados Don Gaspar Beles Mantilla

79. Ibid., fo. 1714r.

80. Ibid., fo. 1714v.

81. Ibid., fo. 1715r.


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y don Diego de la Puerta, oidores.82

vila insisti en solicitarlos autos y el 10 de marzo los seores Presidente e oidores es asaver, los seores lisenziados Don Gaspar Beles Mantilla y donDiego de la Puertta oidores dieron una respuesta favorable,ordenando la entrega.8

Otro pleito inconcluso

Cmo termin exactamente la confrontacin entre Pimentely vila-Lugo, por ahora lo desconocemos. El pleito haballegado hasta el punto que hemos descrito cuando, el 9 deagosto de 1660 y por orden del entonces visitador generalyoidor de la Audiencia Sancho de Ubilla, del Consejo de SuMagestad, el escribano de cmara Don Antonio de Herediahizo testimonio y traslado de los papeles del proceso, hasta

82. Ibid., fos. 1715v.-1716r.

8. En verdad parece que las copias no le fueron entregadas, pues una se-mana despus, el 1 de marzo de 1660 la Audiencia rechaz medianteauto otra peticin de vila-Lugo (presumiblemente en la misma fechao poco antes) para que la Audiencia le devolviera los auttos debidoa que su abogado el procurador de [e]sta rreal audienzia Pedro

Bazn estaba embaraado por la parte contraria y porque los otrosabogados, Francisco Garca y Juan Rosado, tampoco podan defenderle,Garca por ser abogado del capitan Don Rodrigo Pimentel, y don Juan

Rossado por su muger deudo del dicho don Rodrigo Pimentel.

Los oidores lisenziados Don Gaspar Veles Mantilla y don Diego dela Puertta respondieron con un auto de no a lugar lo que pide, perodos das despus (15-III-1660) vila insisti con otra peticin antela Audiencia, esta vez solicitando que a pesar de las impugnacionesantes mencionadas la Audiencia mande a Bazn o a Garca a repre-

sentarlo. La nueva solicitud fue acogida favorablemente, y se ordena Francisco Garca que actuase como procurador de parte de vila. Sibien no entendemos cmo ste se llevara con un abogado que estabatan conectado al clan de los Pimentel, contra uno de cuyos miembrosprecisamente se estaba enfrentando judicialmente.


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en el estado en que oi estan los dhos autos, el qual ba escritoen inquenta y una foxas.84 Y fue justamente esa recoleccinde lo que era el expediente Pimentel-vila hasta ese momento,ordenada por Ubilla como parte del propio expediente de visitao investigacin judicial que l mismo estaba recopilando sobrela situacin del inuyente capitn Rodrigo Pimentel en la Isla,la que posibilit la conservacin de los materiales del Pleito

vila-Lugo y que los mismos llegaran hasta nuestros das, auncuando incompletos.85

Voces de gente rural de La Espaola en el siglo XVII

Como sabemos, Francisco vila-Lugo y FranciscoPimentel, respectivamente, se hicieron acompaar por unalcalde ordinario cuando salieron, cada uno por su cuenta, arecoger testimonios y reacciones en la comarca de sus hatospara intentar sustanciar con pruebas sus recprocas acusacionesde invasin de terrenos y daos materiales ante la Audiencia deSanto Domingo. Esos testimonios y declaraciones a travsde las voces de algunos de los amigos, socios, trabajadores yesclavos de estos hateros nos proveen una rara oportunidad

para no slo hacernos una idea del conicto en curso entre estosdos potentados, sino tambin para percibir algunos datos sobreel mundo social de los hatos tal y como existan al este de laciudad de Santo Domingo en el siglo XVII, en cuanto a temasque van desde las relaciones y grupos de poder existentes enla Isla hasta la visin y opinin que los distintos miembros de

84. Ibid., fo. 718v.

85. A la fecha de este artculo no sabemos de ninguna otra copia del ex-pediente, nalizado y con sus correspondientes sentencias, que hayasobrevivido hasta hoy.


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ese mundo rural colonial tenan de esas mismas relaciones yotros aspectos de su sociedad.

Los testimonios contra vila-Lugo

Hubo 4 testigos que declararon haber odo al mismoFrancisco de vila-Lugo expresar que l mismo habaejecutado la destruccin del rancho de Francisco Pimentel.

Tres de ellos asimismo indicaron haber odo la amenaza verbalde vila-Lugo de matar con dos balazos a quien defendiera elrancho de Pimentel.

El primer testimonio recogido por el alcalde Tercero-Parray Francisco Pimentel, estando en la rivera del Casuy fueel de Gernimo Nicasio, de 22 aos segn indic l mismo yperssona a quien tenia Don Francisco Pimentel en su servizioen el rancho de ganado de zerda que tiene en Arroyo Obeja.86

Nicasio expres que el 0 de septiembre Don Francisco deLugo (Francisco de vila-Lugo) en persona haba llegado ala propiedad de Pimentel y le haba dicho a este sirviente que

yba con yntento de picarlo, y que en efecto, por la noche estetestigo lo hallo todo picado y en el uelo. Asimismo indic

Nicasio que, habiendo ido a la iudad de Santo Domingoa dar abiso a su seor don Franisco Pimentel para que loremediase, al regresar se encontr otra vez precisamente con

86. Ibid., fo. 1646r. Todo parece indicar que se trata del arroyo que, segnla hoja 6371-IV (Los LLanos) del Mapa Topogrco Nacional a escala

1:50.000 ya mencionado, uye an hoy con el mismo nombre en direc-cin norte-sur, paralelo al ro Casu y hasta conuir con ste cerca delactualBatey Tabla, al sur-oeste de la actual provincia de Hato Mayory justo donde sta hace frontera administrativa con el noroeste de laprovincia de San Pedro de Macors.


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vila-Lugo, y ste le coment yo fuy quien lo pique y quienlo picara todas las vees que lo levantaren.87No slo eso. Segn el mismo testimonio de G. Nicasio,

ste con mucha costa de trabaxo y peones le bolvio a alzar,pero tras una ausencia suya para ir

a missa al pueblo de Bayaguana, (...) quando bolviohallo segunda bes picado y destroado dho rancho con lo qual

presume y tiene por sierto quien lo bolvio a picar segunda bes[sic] fue dicho Don Franisco de Lugo.88

Asimismo Nicasio testic adems haber odo de Sebastinde Ortega (perssona que tiene su cassa muy zerca de la mia

y de la de Don Franisco de Lugo) que el mismo Franciscovila-Lugo le haba manifestado a Ortega y a un tal PedroBatista que haba sido l mismo (vila) quien lo havia picado

primera y segunda bes y que lo picaria todas las beses que lolebantasen y que quien lo defendiera mataria con dos valas.89Interrogado el mencionado Sebastin Ortega Hinojosa, de unos47 aos, expres que a su casa se haba presentado un da unnegro nombrado Manuel, esclavo de don Franisco de Lugoy que haba dicho que benia de picar con su amo el rancho

de Don Franisco Pimentel. Testic asimismo queotro dia lleg Don Franisco de Lugo a dicha cassa destedeclarante y en presenzia de Pedro Baptista dijo=ayer pique

sigunda ves el rancho de Don Francisco Pimentel y lo e depicar todas las bees que lo alzaren.90

87. Ibid., fo. 1646v.88. Ibid., fo. 1647r.

89.Ibid., fo. 1647r.90. Ibid., fo. 1647v.-fo. 1648r.


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El tal Pedro Baptista, de unos 50 aos, interrogado por elalcalde Tercero-Parra el mismo da, esencialmente reconrmel testimonio de Ortega en cuanto a las declaracionesautoinculpatorias supuestamente hechas ante ellos por vila-Lugo.91 Mientras que el testigo Gregorio Marques, morenolibre de unos 40 aos que tena casa en el Higuamo,adems de haber visto los resultados de ambos derribamientos

del rancho dijo haber odo tambin de boca del mismoFrancisco vila-Lugo la misma declaracin de yo fui quien lopique y quien lo picara todas las bees que lo alzaren y quienlo defendiere matare con dos balas.92 (Actitud de prepotenciay altanera de potentado de parte de vila-Lugo que, de habersido cierta, nos hace preguntarnos sobre posibles conexionestradicionales con la prepotencia social que han exhibido

cotidianamente muchos poderosos de la sociedad dominicanahasta poca bastante reciente).

Otro testigo, Gaspar de los Reyes, de unos 50 aos de edady cuya etnicidad no se menciona, declar haber visto al mismoFrancisco vila en cassa de Juana Belasques, persona quebive mui serca del rancho de Don Franisco Pimentel, yhaber odo a vila decir: bengo de tumbar el rancho de Don

Franisco Pimentel, guardeme esta hacha Juana Belasquesque yo me boy a la iudad.9 Dicha Juana Velazquez, mulatalibre de unos 60 aos, al ser interrogada reiter bsicamentelo dicho por De los Reyes.

91. Ibid., fo. 1648v.

92. Ibid., fos. 1649r.-1649v.

9. Ibid., fo. 1650r.


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Finalmente, Alonso Rubio, de unos 50 aos, persona quebibe mui zircumbezino del rancho de Don Franisco Pimentely Figueroa, inculp como los dems a Francisco vila

por averlo oydo decir a Manuel Engola, esclavo de DonFranisco de Lugo, que el y su amo abian picado ambas beesel rancho.94

Los testimonios contra PimentelEn las entrevistas a testigos hechas por Francisco vila-

Lugo y el alcalde Paredes para substanciar la acusacin deste contra Pimentel, aquellos encontraron a su vez variostestimonios. En la estanzia del capitan Don Alono Giron95encontraron a Manuel Rodrguez, de color pardo, esclavode Don Alono Giron y assi mismo otra negra su esclava,escogiendo cacao.96 Rodrguez indic que se dezia entre la

gente del campo que Francisco Pimentel acusaba a Franciscode Lugo de pretender poblar en la sabana de Oveja quele perteneca a l (a Pimentel). En un rancho de ganado deerda que esta en tierras de Doa Ana Mara testic unmosso blanco que dijo hera natural de Cadiz y se llamaba

Alono de Soria97

y dijo simplemente haber odo decir que el

94. Ibid., fos. 1651r.-1651v.

95. La estancia de Alonso Girn estaba distante de una legua respectoal rancho de Tabila.

96. Ibid., fos. 166r.-166v.97. De nuevo tenemos que advertir otra coincidencia de similitud de nombre

con otro topnimo actual de la zona. A unos 5 kms. al norte-noroestedel Municipio de Hato Mayor se encuentra el actual paraje Los Sorias.Alguna relacin con posibles descendientes de este inmigrante espaolllamado Alonso de Soria? Es otra posibilidad pendiente de investiga-cin.


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asalto se haba hecho de noche. Y en el el rancho del ganadode zerda del capitan Don Lope de Morla que esta junto alrancho de Don Franisco de Lugo obtuvieron testimoniode Doa Ysavel, muger de Sevastian de Ortega, compaeroen dicho rancho con don Lope de Morla, quien conrm lanocturnidad del ataque (a desoras de la noche con ruido dehachas) contra el rancho de Lugo.98

El alcalde consign en su testimonio que al llegar:a la cassa, rancho y poblazion que tiene don Fran[is]co

de Lugo, rivera del Casu, que estan por los zuelos trescorrales grandes que estavan cuviertas [sic] de yaguas en que

se rrecojia el ganado de zerda mano y por estar como estandhos corrales como estan a tenido Don Fran[isc]co de Lugomucha perdida del ganado pues por vista de ojos he visto que

si alguno llega, bufa y echa a juir[sic]99por los montes y asimismo me consta por vista de ojos un buhio grande de vibienda

y una cossina grande derribada sin haver parte alguna en quepoder alojarse sino al pie de los arboles, donde alle al negroManuel, esclavo de Don Franisco de Lugo acompaado conla candela no mas, que me causso compassion y lastima y assimismo esta picada y derivada [sic] la media luna y tasajera,que no quedo cossa alguna en pie.100

Todo indica que dicho esclavo era el mismo esclavoManuel Angola de 54 aos de edad de Francisco vila-Lugo

98. Ibid., fos. 1664v.-1665r.

99. Ibid., fo. 1665v. Ntese la transcripcin hecha por el escribano en

forma de j de lo que probablemente era el sonido de la h aspirada.Dato de inters para los lingstas sobre un probable antecedente, ya amediados del XVII, de esa misma prctica en la pronunciacin de unagran parte del espaol hablado dominicano de hoy.

100.Ibid., fos. 1665v.-1666r.


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(y posiblemente el mismo al que acusaban los testigos dePimentel), que declar que la noche del asalto al rancho,cuando

sintio gran ruido de achas y gente que deribavan loscorrales, acudi y agachandose por el monte, conozio unnegro ser esclavo de don Franisco Pimentel que no savecomo se llama.

Indic adems quedespues desto los criados y perssonas llegadas a Don

Franisco Pimentel y Don Lope de Morla lo atemorisavandisiendole que lo avian de matar por orden de Don Franisco

Pimentel y don Lope de Morla y que los alcaldes hordinariosde la villa del Seibo como parientes y llegados a los suso dhoslo an de amarrar y prender porque no tenga su amo rancho ycon este temor bibe en los montes sin atreverse a ser [sic]101reparo al ganado por estar solo.102

Siempre segn Manuel Angola, la gente de FranciscoPimentel protagoniz una segunda agresin cuando

el savado siguientte, estando retirado como refiere,bolvieron a desoras de la noche y derribaron el buhio grande

y cosina llevandose todo lo que avia en el bujio [sic]10

grande,[...] hachas y lana y ropa, gallinas, esteras y otras cossas

101. Este deletreo nos parece un error de transcripcin del escribano, y quelo que probablemente dijo o quiso decir Manuel Angola era que, debidoa su temor, vivia sin atreverse a hacer reparo al ganado, o sea, sinatenderlo.

102.Pleito Pimentel-vila, fos. 1666v. y 1667r.

10.Ibid., fo. 1667r. Vid. Nota 99. Obsrvese otra vez, al igual que en lasnotas 27 y 28 ms arriba, la transcipcin como j de lo que era pro-bablemente el sonido de la h aspirada.


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que mi amo tenia en dho bujio, y mataron dos machos y se losllevaron.104Particularmente difcil debi ser dar testimonio a una negra

anciana, libre al parecer a la fecha de los hechos, y que segnlos indicios estaba relacionada con ambas partes en conicto.La describe el alcalde como

una morena vieja nombrada Ana Jolofa,105 enferma, que

estavaen el rancho de Don Lope de Morla, vezina del ranchode Don Franisco de Lugo, queasistia la dicha negra en eldicho rancho de Don Fran[is]co de Lugo.

Preguntada por el alcalde lo que savia y lo que passoquando hizieron el dao a la cassa de Don franisco de Lugodonde bibia, Ana Jolofa dijo haber sido despertada por

mucho ruido de jente y golpes de hachas que derribavanla casa y poblazion que tiene Don Franisco de Lugo en surancho rivera del Casui () y que parecia que se venia elmundo avajo, y le obligo asi enferma como esta echar a uir[sic] por el monte, yr a favoreer al rrancho de Don Lope deMorla donde asiste Sevastian de Ortega y su muger DoaYsavel.

Aadi nalmente ser pblico que Pimentel mand a hacerlos destrozos contra vila-Lugo, y que le estorva a DonFran[is]co Pimentel no pueble en las tierras de don Franiscode Lugo. Todo indica que, ante los peligros desatados porlas fuerzas en pugna, Ana opt por guarecerse del lado dondeperciba que en todo caso sufrira menos. En efecto, el relato delalcalde termin indicando que la dha negra dise asiste oi en

104.Ibid., fo. 1667r.105. El uso del apelativo tnico Jolofa hace pensar que se trataba de una

esclava originalmente africana de la tribu de los jolofes.


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el rancho de Don Lope de Morla, temerosa de otro tropel deque son amenaados ella y el negro (al parecer rerindosea Manuel Angola, el esclavo de vila-Lugo).106

El encuentro con otro de los testigos a su vez nos hacepensar en el aspecto de la migracin de espaoles peninsularesa la Isla, no importa cuan ocasional, justamente durante estesiglo XVII, a veces demasiado estereotipado como poca de

total aislamiento e inmovilismo histrico. En efecto, el 14 dediciembre lleg el alcalde Paredes a un rancho de ganadode zerda rivera del Casui yen tierras del hato de San Marcosasienda del capittan Muos Basques.107 All interrogaron a unhombre blanco solo que dijo se llamaba Juan Martin y era de

Espaa natural de Xibraltar y es de hedad de beinte y ocho aospoco mas o menos, quien al parecer se limit a dar el mismo

testimonio que hera publico responsabilizando a Pimentelpor el ataque contra la propiedad de Lugo. La pregunta de cmoy por qu avatares iba a parar a los hatos del interior del Estede La Espaola un espaol joven de la costa mediterrnea enesta poca nos lleva a mltiples conjeturas.108

Un atisbo de conciencia del poder entre los subalternos?

Uno de los datos que nos ha parecido ms interesante enelPleito Pimentel-vila tiene que ver con lo que podramos

106.Las declaraciones de Ana Jolofa, en los fos. 1667v.-1668v. Ne-gritas del autor.

107. El segundo apellido de este militar hacendado tambin coincide con

otro topnimo de un lugar actual cercano, unos 8 kms. al este en lnearecta del Batey Doa Ana, entre el Higuamo y el Arroyo Martn devila, y aproximadamente a poco ms de 1km. al noroeste del parajeMorquecho.

108.Ibid., fos. 1669r.-1669v.


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describir como la expresin de una forma de concienciapoltica relativamente ntida manifestada al menos por uno delos trabajadores mulatos libres y por algunos de los esclavosde los hatos envueltos en el conicto, mientras eran sometidosa interrogatorios en el vecindario de los hechos por amboshateros querellantes.

Un caso aparece expresado en la contundente respuesta que

dio Juan del Valle, de color pardo, libre que sirbe de maioralen el hato de La Estrella (hato de Francisco Pimentel) alhatero Francisco vila-Lugo cuando ste y el alcalde Paredesse encontraron con dicho personaje mientras, como parte desu recorrido investigativo, se trasladaban desde La Estrella109hasta el rancho y cassa de don Franisco de Lugo. Eltestimonio redactado por el alcalde nos dice como [...]Don

Franisco de Lugo le dixo [a Juan del Valle:] es pusible Juanque no estorbaras a don Franisco Pimentel no me hiziera eldao que me hizo, a que respondio [del Valle:] mi seor, lospobres no pueden con los seores,110 indicando una denidavisin de lo que eran las relaciones de opresin y subordinacinimpuestas por los hateros en aquella sociedad rural a quienesno tenan idntico poder.

Este mismo personaje aadi asimismo a su comentarioanterior (y al parecer a modo de excusa) lo siguiente:

yo me abia el mes de ottubre passado, por horden de lamadre de mi seor don Franisco, despedido de mayoral111y

109.Ibid., fo. 1662r. y 1662v.

110.Ibid., fo. 1662v. Negritas del autor.

111.Ibid,, fo. 1662v. Si puediramos atribuir exactitud a la transcripcinhecha por el alcalde Paredes de las palabras de todos estos declarantes,a los lingstas les podra interesar este giro sintctico en boca de un


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el siguiente dia supeque mi seor don Franisco Pimentel haviaido con su gente y echado toda su cassa de V[uestra] m[ere]dabajo y esto, seor, corrio la voz por todos estos campos.112

Expresiones interesantes, por su parte, del poder de almenos algunas mujeres de las familias hateras (o al menos dela percepcin de ese poder por parte de sus subalternos) y, porotro lado, de lo que parece una muy clara conciencia de parte

de este negro libre sobre el carcter contractual, (y al parecerno prolongable ni por un da) de su compromiso laboral consu seor, as como de todas sus posibles implicaciones enmedio de un conicto como el que se estaba desencadenandoentre los hateros Pimentel y vila-Lugo.

Algunas opiniones de los subalternos sobre la violencia y eldelito

Cuando en la tarde del 11 de diciembre de 1658, llegaronFrancisco vila-Lugo y el alcalde Gaspar Paredes

al hato de La Estrella, rivera del Casui, hazienda de DonFranisco Pimentel,salio una negra nonbrada Ursula dandoleel pesame al capitan don Franisco de Lugo del sueso de la

perdida de su rrancho e indicando que mi seor Don Franisco

Pimentel mando picar las posilgas y mi seor Don Lope deMorla fue el que mando deribar el buhio grande y cozina.11Sea como gesto para congraciarse con el potentado

reclamante y con la autoridad que lo acompaaba, o porquerealmente lo pensara, es interesante la opinin expresada

empleado, interrumpiendo el tiempo compuesto con varios comentarioscircunstanciales: yo me haba [...] despedido. Negritas del autor.

112.Ibid., fo. 1662v.

11.Ibid., fo. 1661r.


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mi amo es fuerza que se safe su cuerpo con dezir mis negroslo hizieron; si mi seorhiziera petizion y les costara caro, quela obligazion era sacarlo todo fuera y entregarlo al negro yentones der[r]ibar[sic], pues su amo lo mando.117

Otra opinin social sobre los ricos parece desprendersetambin de las opiniones del esclavo de Manuel Angola al dartestimonio ante su propio amo Francisco vila y el alcalde Gaspar

Prez y explicarles cmo vio desde lejos el asalto hecho en lanoche por Francisco Pimentel, aadiendo el comentario deser publico lo mal que quieren a su amo Don Fran[is]co

Pimentel y don Lope de Morla por querer, como ricos, quitarlas tierras a su amo.118

Asimismo, rerindose especcamente al segundo asaltocontra la propiedad de vila-Lugo por la gente de Francisco

Pimentel, Manuel Angola testimoni lo que nos parece otrasignicativa expresin de las posibles percepciones del podersocial vigentes al momento en la colonia y que nos lleva aplantearnos que, posiblemente, el miedo o precaucin frenteal poder violento de los grandes hateros en el mbito rural noera slo privativo de los esclavos que les servan, sino tambincompartido por los sectores y grupos econmicamente mucho

ms dbiles aunque fuesen jurdicamente libres.

117.Ibid., fo. 1662r. Negritas del autor.

118. Expresin que parece referirnos a unas concepciones sociales entre losesclavos, en este caso la percepcin de los acaudalados como agentesde abusos dentro de la pirmide de jerarqua social. Era acaso unaoportunidad para un esclavo criticar explcitamente a los poderosos,al menos a los que no ejercan poder directo sobre l (por no ser sus

dueos), o acaso una nocin de que dentro de un mismo nivel social(entre los propietarios o amos, por ejemplo, y tal vez entre esclavostambin) el abuso de los ms acomodados contra los menos acomoda-dos era socialmente condenable? Vid. Pleito Pimentel-vila, fo. 1667r.Negritas del autor.


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En efecto, segn Manuel Angola en las mismas declaracionesya citadas, cuando al amanecer los sirvientes de Franciscovila-Lugo que acababan de percatarse del segundo asaltohecho por las gentes de Pimentel fueron a llamar a Sevastiande Ortega, que esta vezino, que biese el dao y donde havianmuerto los machos, el despertado compaero o socio de Lopede Morla, dijo no queria metersse en ser testigo contra

hombres poderossos.119

Lo que a su vez nos trae a la memoriade nuevo los alegatos del mismo Francisco vila respecto alterror inspirado por lo que podramos llamar el clan de losPimentel en la Isla por aquel entonces.120

Otro detalle que llama la atencin en esta declaracin delesclavo Manuel Angola parece aludir a percepciones y recuerdoscolectivos tal vez vigentes por entonces en la poblacin de la

Isla relacionados con las invasiones extranjeras que con relativafrecuencia haba sufrido la colonia. Declar Manuel Angolaque, al sentir en medio de la noche el ruido de destruccin delas instalaciones del rancho de Francisco vila-Lugo entoncesbajo su vigilancia, l (Angola) grit desde la oscuridad:

Quines son, inglesses o brujos, que estan haziendo mala mi amo? [...]y no le respondieron.121

Representaba de algn modo esta reaccin del esclavouna obsesin compartida entonces por otros en la Isla respectoal peligro de los asaltos britnicos contra la parte espaola dela Isla?

119.Ibid., fo. 1667v. Negritas del autor.120.Ibid., fos. 1671r. y 1671v.

121. Vanse dichas declaraciones en los fos. 1666r.-1667r. delPleito Pi-mentel-vila. Negritas del autor.


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ConclusinTal y como hemos intentado evidenciar en las pginas

anteriores, todava es posible profundizar nuestro actualconocimiento del pasado social colonial de zonas especcasde Repblica Dominicana cuyo estudio no ha sido hastaahora objeto de mucha atencin de parte de la historiografa

dominicana. Existen fuentes como elPleito Pimentel-vila quenos pueden proveer datos, aunque sean dispersos, con los quese pueden reconstruir algunas de las situaciones y procesos dela sociedad colonial de La Espaola en esas regiones o zonas,y as contribuir no slo a una comprensin ms cabal de lo quefue en Santo Domingo la sociedad colonial en general, sinotambin a iluminar lo que posiblemente fueron los antecedentes

coloniales de la actual sociedad dominicana tal y como se hacongurado hasta hoy, o hasta hace muy poco, en esas mismasregiones del pas.

Para quienes sean conocedores de los poblamientos de lasprovincias de San Pedro de Macors en su parte noroeste y deHato Mayor en su zona suroeste en las ltimas dcadas, ciertasrealidades reejadas en el Pleito Pimentel-vila resultarn

sin duda familiares, a pesar de la distancia cronolgica y loscambios histricos que median entre nuestra poca y ese sigloXVII del que somos de alguna forma herederos. Tal es el casode: la rme continuidad de la toponimia de la zona durantecuando menos unos cuatro siglos; el predominio socio-polticoavasallador de los terratenientes; sus conexiones incluso de parentesco con quienes ejercan la autoridad poltica ruralen representacin del Estado colonial monrqui

pleito por la tierra entre ateros de santo domingo. anthony stevens-acevedo

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