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Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela Edgar Augusto Valero Julio Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas Doctorado de Historia Bogotá, Colombia 2013

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Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Edgar Augusto Valero Julio

Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas

Doctorado de Historia Bogotá, Colombia

2013

Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Edgar Augusto Valero Julio Código 04-469049

Trabajo presentado como requisito para optar al título de: Doctorado en Historia

Director: PhD. Oscar Rodríguez Salazar Profesor Titular y Emérito Departamento de Historia

Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas

Doctorado de Historia Bogotá, Colombia

2013

Agradecimientos

En primer término debo hacer mención del apoyo económico que, mediante una

beca de movilidad académica y fondos del Banco Santander de España, me brindó la

Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe en el año 2007; ayuda

que fue muy importante para tener una estancia de estudios en Caracas.

Mi gratitud también para varios docentes de la Universidad Central de Venezuela

vinculados al Cendes, quienes me colaboraron con orientaciones y sugerencias útiles:

Esther Gamus Gallegos, Consuelo Iranzu, Arnoldo Pirela, Thomas Paez. En el

Instituto de Estudios Superiores de Administración IESA consulté su bien organizada

biblioteca, y recibí sugerencias de los profesores Rosa Amelia González, José

Malavé y Henri Gómez; éste último docente fue además muy amable al contactarme

con importantes empresarios como Gustavo Volmer y Enrique Sánchez y directivos

de la fundaciones Mendoza y Vivienda Popular.

Igualmente fueron muy provechosos los diálogos con Ruth Capriles de la Universidad

Católica Andrés Bello; Renato Valdivieso y Manuel Rodríguez Campo de la Fundación

Polar. Asi mismo agradezco el tiempo dedicado por los investigadores Juan María

Morales y Oscar Olinto Camacho. En lo que se refiere al apoyo en cuestiones que

podrían denominarse logísticas en Caracas, fueron muy amables Rigoberto Puentes y

los esposos Lía y Juan Pedroza.

Un especial reconocimiento debo a los docentes e investigadores colombianos,

Oscar Rodríguez quien orientó juiciosamente el desarrollo de la investigación;

Carlos Dávila y Eduardo Sáenz, que conocieron el proyecto e hicieron importantes

observaciones y sugerencias; asi mismo, a Alberto Mayor, Medófilo Medina, Anita

Weiss, Juan Carlos Celis, María Teresa Pinto; Cesar Ayala, con quienes en

diferentes ocasiones comenté algunos de los temas abordados, siempre estuvieron

interesados en su desarrollo y prestos a animarme a seguir adelante.

Resumen y Abstract VII

Resumen

El presente trabajo, a partir de una síntesis de aportes de historia empresarial e

investigación de fuentes primarias analiza, desde una perspectiva de historia

comparada, la mutación y continuidad de elementos paternalistas en la autoridad y

prácticas de relaciones laborales de firmas destacadas en el proceso de

industrialización de Colombia y Venezuela a lo largo del siglo XX. Se exploran

aspectos de las culturas de trabajo e interacción entre patronos y trabajadores en un

conjunto de empresas de ambos países, pero el ejercicio comparativo se concentra en

los casos de más notable avance económico y mayor desarrollo de planes de bienestar

y asistencia social, como fueron los de la región antioqueña de Colombia, el

consorcio Mendoza de Venezuela.

Tomando en cuenta para cada contexto nacional, aspectos relacionados con la

configuración del poder político, luchas sindicales, industrialización y conformación

de sistemas de protección social, se describen y analizan en cada país las

modalidades de interacción entre trabajadores y patronos, del mismo modo que el

asistencialismo y planes de bienestar inspirados en valores paternalista, para después

realizar el contrate de los tipos nacionales, explicando las diferencias y similitudes en

relación con el entorno socio histórico de la actividad empresarial.

Palabras clave: Colombia y Venezuela; relaciones laborales; paternalismo industrial;

industrialización; filantropía empresarial

VIII Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Abstract

This research —a work that derives from primary sources and the synthesis of

documents on the history of corporations—analyzes the transformation and continuity of

paternalist elements in authority and labor-relationship practices in important companies

during their industrialization process in Colombia and Venezuela throughout the 20th

century. The study uses a comparative historical analysis. Several aspects such as the

corporative culture and interaction between employers and workers of a group of

enterprises from both countries are explored. However, the comparative analysis focuses

around the cases that show an outstanding economic advance along with more

developed plans to offer social security and social assistance to the workers, as shown by

the enterprises in the region of Antioquia, Colombia, and the consortium Mendoza from

Venezuela.

This study takes into account aspects related to the configuration of political power, union

struggles, industrialization, and the conformation of social security measures to protect

the workers in each national context. This is done with the purpose of describing and

analyzing the modalities of interaction between workers and employers as well as forms

of assistance and social security plans based on paternalist values. The purpose of this

approach is to contrast national typologies that explain the differences and similarities

within a socio-historical context of corporative activity.

Key words: Colombia and Venezuela; Work relationships; Corporate paternalism;

Industrialization; Corporate philanthropy

Contenido IX

Contenido

Pág.

Resumen y Abstract VII Introducción 1 1. Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

7

1.1 Objeto de estudio 8 1.1.1 El mando paternalista y su antiguo antecedente 8 1.1.2 La estrategia de ser patrón generoso, un hecho de todos los tiempos y lugares 10 1.1.3 Paternalismo, cambiante y perdurable: importancia de su análisis 16 1.2 Conceptos y contextos de análisis 21 1.2.1 Tradicionalismo y búsqueda de legitimidad 22 1.2.2 El paternalismo como parte de un contexto económico rentistico 25 El rentismo en el mundo no industrializado 29 Rentismo minero y petrolero 31 1.2.3 Paternalismo, reciprocidad y control social 34 1.2.4 Desarrollo del Sistema de protección social y ocaso del paternalismo 39 1.3 El problema, su periodización e interrogantes 45 1.3.1 Paternalismo de pioneros y primeras épocas de las empresas 48 1.3.2 Paternalismo de empresas providencia 49 1.3.3 Neo paternalismo de las épocas más recientes 50 1.3.4 Razones de la perdurabilidad y mutación del estilo paternalista de autoridad en las empresas

50

1.3.5 Interrogantes y procesos específicos a los casos de Colombia y Venezuela 53 1.4 Aspectos metodológicos 56 1.4.1 Comparabilidad Colombia - Venezuela 56 1.4.2 Contextos, unidades y estrategia de comparación 59 1.4.3 Posibilidades y limitaciones, una consideración sobre las fuentes empleadas 66 2. Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 71 2.1 Liderazgo empresarial e imagen social 72 2.2 Paternalismo de pioneros y primeras épocas de las empresas 77 2.2.1 Las luchas obreras como contexto y antecedente 77 2.2.2 Estado y sindicatos:Un caso de paternalismo estatal 1936 - 1948 80 2.2.3 La disposición personal y la conveniencia práctica de ser un patrón generoso 84 2.2.4 El empresario dadivoso y la política de industrialización sustitutiva 91 2.2.5 La imagen del ‗buen empresario‘ frente a la reprobación y la crítica 94 2.3 Prácticas paternalistas de la etapa pionera 101 2.3.1 Campamento, comedor y dispensario: una infraestructura necesaria en los primeros años de las fábricas

102

2.3.2 El Trabajo social en Empresas Mendoza 108

X Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

2.4 La etapa de empresa providencia 115 2.4.1 Un modelo de acción sindical entre el Estado y los partidos 116 2.4.2 El espíritu de punto fijo y el nuevo escenario de las relaciones laborales 121 2.5 Mutación y continuidad del paternalismo en la empresa providencia 123 2.5.1 De la inclinación por el ‗buen trato‘ a la Institucionalización del bienestar 124 2.5.2 Organización, deferencia y divulgación 127 2.5.3 Sindicatos, paz laboral y acción empresarial benefactora 134 2.5.4 Cajas de ahorro y vivienda obrera los beneficios más consistentes para mostrar 137 2.5.4 Del problema nacional de la vivienda a las cajas de ahorro en las empresas 140 2.6 La institución de asistencia y sus cambios 146 2.6.1 Conformación de una estructura para el bienestar social 147 2.6.2 Carola Ravell: un aporte crítico y nueva concepción de la asistencia social 148 2.6.3 Cambios y realizaciones 152 2.7 Fundaciones e incipiente discurso de responsabilidad social empresarial 157 2.7.1 Pasando de obras sociales a la actividad fundacional y filantrópica 161 2.7.2 Fundación Eugenio Mendoza 164 2.7.3 Tendencias y características de la labor fundacional 168 2.8 Programas en vivienda popular: apuntando al problema más serio 171 2.8.1 Las instituciones de vivienda popular: dos frentes de acción entrelazados por Mendoza

174

2.8.2 Desempeño del sistema público 178 2.8.3 Fundación de Vivienda Popular: un Banco Hipotecario y una fábrica de materiales

179

2.8.4 Vivienda populares S.A. Viposa: una búsqueda de materiales económicos 184 2.8.5 Un inevitable cambio de rumbo 187 2.8.6 Última etapa y balance de los aportes de la FVP 190 2.9 Del liderazgo filantrópico al valor simbólico 194 2.9.1 Diversidad de contribuciones y participantes en la actividad fundacional 196 2.9.2 Interacciones con el Estado 200 2.9.3 Algunas necesidades de capacitación 203 2.9.4 De la confrontación de problemas sociales a la preocupación por la imagen en el empresariado venezolano

204

2.9.5 El encuentro de Maracay 1963 y sus significados 206 2.9.6 El Dividendo voluntario para la comunidad DVC, como producto de un enunciado de responsabilidad social de la empresa

208

2.9.7 Estrategia de acción y programas del DVC 215 2.9.8 Crisis y replanteamiento del DVC en un escenario de cambios 229 2.9.9 Nuevos protagonistas, modalidades y formas de responsabilidad empresarial 236 2.10 Síntesis: asistencialismo empresarial y permanencia del paternalismo 243 3. Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 247 3.1 Religiosidad y espíritu emprendedor como sello regional 251 3.1.1 Caridad y conveniencia en la filantropía de los ‗negociantes‘ antioqueños 256 3.1.2 El empresario industrial moderno 259 3.2 El caso de Fabricato 266 3.2.1 Prácticas y modalidades asistenciales 268 3.2.2 Programa de vivienda y ‗cursos para todos‘ 276 3.2.3 El sindicato: otro espacio de actuación paternalista 281 3.2.4 Formalización del asistencialismo y proyección al entorno 284 3.2.5 Crisis y cambio 287 3.2.6 Una visión del sector textil

291

Contenido XI

3.2.7 Servicio social, catolicismo y contribución femenina en la génesis del trabajo social

294

3.3 El caso Corona: de una fábrica de loza a un grupo económico 298 3.3.1 La llegada de los ‗doctores‘: impacto y conciliación 303 3.3.2 Efecto aperturista: búsqueda de competitividad y nueva conciliación 308 Síntesis 3.4 Experiencias fallidas del ‗modelo antioqueño‘ en otros escenarios nacionales 314 3.4.1 Una hacienda ganadera de los Ospina en el Sinú 315 3.4.2 Una filial de Fabricato en Bogotá 319 3.5 Tendencias de institucionalización y racionalización en las prácticas paternalistas 321 3.5.1 Actividad filantrópica y fundacional en Antioquía y Valle 321 3.5.2 Subsidio familiar y cajas de compensación en la intersección de todos los paternalismos

326

3.5.3 Racionalidad ingenieril contra paternalismo tradicional 335 3.5.4 Flexibilidad y cambios laborales 340 3.5.5 El Neopaternalismo de épocas recientes 345 Caso Incolbestos 349 4. Conclusión y síntesis comparativa: similitudes, diferencias, y explicaciones 351 4.1 Dimensiones y variables a explorar en la comparación 353 4.1.1 Contrastación de contextos: política y Estado 355 Caudillismo Vs civilismo 355 Partidos e inclusión 357 Estado rentista y populismo 360 Pactos y tránsito a la democracia 366 4.1.2 El Sistema de Protección Social SPS como referente y parte del entono empresarial

370

Los obstáculos a una seguridad social centralizada y de orientación universal 374 Contrastes regionales y sectoriales 378 4.1.3 La religión, un notable factor diferenciador de procesos entre los dos países 382 4.2 Contrastación de las prácticas paternalistas 388 4.2.1 Motivaciones cambiantes y diversas 388 4.2.2 Rentismo, asistencialismo estatal y expectativas 390 4.2.3 La vivienda como aspiración y necesidad más fuerte 396 4.2.4 La formación del trabajador adecuado: una exigencia de la industrialización 399 4.2.5 Legitimación y formación de una imagen por parte del empresariado 402 4.3 Organización e institucionalización del paternalismo 403 4.3.1 Cosmopolitanismo 403 4.3.2 Redes sociales y programas asistenciales 406 4.3.3 Especialización y profesionalización de la asistencia 408 4.4 Crisis y replanteamiento 414 4.4.1 De la bondad patronal a la dignidad de la negociación colectiva 414 4.4.2 Autocritica y cambio de expectativas 416 4.4.3 Acción gremial y asistencialismo 417 4.5 Tránsito hacia discursos y prácticas de Responsabilidad social empresarial RSE 420 4.5.1 fundaciones y filantropía 420 4.5.2 La fórmula filantrópica proyectada al ámbito empresarial 426 Epílogo La comparación más allá de las empresas y prácticas contrastadas 431 Bibliografía 437 Anexos (VER CARPETA DE ANEXOS ADJUNTA)

Contenido XII

Lista de figuras

Pág.

2.1 Consejo de Coordinación de las Empresas Mendoza 1975 129 2.2 Organigrama de la Fundación Eugenio Mendoza 165 A 4.1 Plan de Sendas (VER CARPETA ANEXOS ADJUNTA)

A 4.2 Plan de Educación Social Rural (VER CARPETA ANEXOS ADJUNTA)

Contenido XIII

Lista de tablas

Pág. 1.1 Panorama de investigaciones sobre paternalismo 13 2.1 Firmas del Grupo Mendoza 1926 - 1976 72 2.2 Resultados de los planes de vivienda en Empresas Mendoza hasta 1976 145 2.3 Cajas de ahorro promovidas por Empresas Mendoza hasta 1976 146 2.4 Créditos obtenidos por la FVP hasta 1965 181 2.5 Características de las viviendas financiadas entre 1961 - 1971 182 2.6 Cifras sobre el avance de la Fundación de vivienda popular 187 2.7 Resultados de la Banca hipotecaria venezolana 1961 - 1965 188 2.8 Crecimiento de firmas afiliadas y entidades ejecutoras 219 2.9 Distribución sectorial de las empresas asociadas al DVC 219 3.1 Primera etapa de avances productivos en Fabricato 267 3.2 Procedencia, estado civil y nivel de analfabetismo de las obreras de tejidos en el distrito de Medellín 1916 - 1928

268

3.3 Fabricas textiles del Valle de Aburrá 1922 270 3.4 Obreros de telares en Fabricato por sexo 275 3.5 Posesión de vivienda en Fabricato en los años 80s 278 3.6 Fundación de empresas del Grupo Empresarial Corona 301 3.7 Tipología y contrastación Estructura tradicional y Estructura tecnocrática 337 4.1 Porcentajes de población urbana Colombia - Venezuela 1936 - 1985 383 4.2 Presencia de la Iglesia en Colombia y Venezuela 384 4.3 Comparación de la actividad fundacional Venezuela - Colombia 422 VER CARPETA DE ANEXOS ADJUNTA A 3.1 Activos del grupo Mendoza por sectores en millones de Bs a comienzos de los años 70s

A 3.2 Subsidiarias de Venepal A 3.3 Producción de la CA Vencemos del grupo Mendoza A 3.4 El mercado cementero en Venezuela 1945 - 1952 A 4.1 Habitaciones populares construidas en Bogotá 1918 - 1944 A 4.2 Total de viviendas construidas en Colombia por el ICT 1942 - 1973 A 4.3 Déficit estimado de viviendas por ciudades A 4.4 Evolución de la tasa de sindicalización en Colombia (1947 - 2005) A 4.5 Afiliación sindical sectores publico / privado A 4.6 Afiliados según clase de sindicato 2005 A 4.7 Convenios OIT sobre libertad sindical ratificados por Colombia A 4.8 Grado de mecanización en la industria en 1945 A 4.9 regiones en el patrimonio e inversión total de la industria nacional

XIV Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

A 5.1 Empleados y producción en Bavaria A 5.2 Antigüedad del personal de Bavaria en 1937 A 5.3 Mujeres en la fuerza obrera de Bavaria 1935 - 1940 A 5.4 Productividad física y accidentalidad en la fábrica Bavaria del Bogotá A 5.5 Trabajadores de Cementos Samper. Lugar de nacimiento 1920 - 1950 A 5.6 Duración de vinculaciones laborales en Cementos Samper 1920 - 1950 A 5.7 Población de Cali A 5.8 Trabajadores de la industria azucarera en 21 ingenios a septiembre de 1974 A 5.9 Sindicatos en la industria azucarera 1974 A 5.10 Personal ocupado en la industria azucarera colombiana A 5.11 Inversiones en RSE en el sector azucarero por rubros A 5.12 Empresas del Grupo Carvajal

Contenido XV

Lista de Anexos

Pág.

ANEXOS (VER CARPETA DE ANEXOS ADJUNTA)

Anexo 1 Otros casos venezolanos

1.1 Cigarrera Bigott 1882 - 1945 1.2 La Electricidad de Caracas EDC 1.2.1 Las prácticas paternalistas de la etapa fundacional 1.2.2 Institucionalización y nuevas formas del paternalismo 1.2.3 Gerencia paternalista y control del conflicto 1.3 Industrias Pampero 1907 - 1975 1.3.1 Iniciativas empresariales diversas 1.3.2 Actividad gremial y política 1.3.3 Practicas asistenciales y paternalistas 1.3.4 Síntesis 1.4 Sánchez y Compañía desde 1917 1.4.1 Primeras actividades en el comercio ferretero trashumante 1.4.2 Expansión y crecimiento comercial 1.4.3 Del paternalismo a los planes de previsión Lanzamiento del plan de jubilación La propuesta del plan de jubilación Elementos de concepción e inspiración del plan Mejoras al plan y compatibilidad con avances públicos Proyecciones hacia el entorno 1.4.4 Síntesis 1.5 Políticas de fomento azucarero y paternalismo inducido 1.5.1 Fomento estatal en sector azucarero 1.5.2 El caso de Central La Pastora 1.5.3 El trabajo rural, débil antecedente del paternalismo fabril 1.5.4 Un caso de mejoras concertadas entre empresarios y sindicato Anexo 2 Política, luchas laborales e instituciones de protección social desde 1935 en Venezuela

2.1 Imágenes y prácticas: La actividad petrolera y su influjo en la vida empresarial venezolana

2.1.1 Viviendas, empleos bien pagos y comisariatos 2.1.2 Luchas laborales y logros proyectados al medio venezolano 2.2 Paternalismo estatal y factores políticos

XVI Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

2.2.1 Riqueza petrolera y estatismo como entorno favorable al paternalismo 2.2.2 Rentismo, gasto público e intervención estatal El enunciado de una política social De Pérez Jiménez a la democracia y el Estado rentista 2.2.3 Vivienda y alimentación como campos de asistencia pública Programas de vivienda: lucha contra el rancho y superbloques El Instituto Nacional de Nutrición, en el tránsito de las ‗sopas populares‘ a los comedores industriales

2.3 Los sindicatos nacionales como parte del paternalismo estatal 2.3.1 Periódicos, gremios y primeras luchas obreras desde el siglo XIX 2.3.2 Estado y sindicatos: un caso de paternalismo estatal 1936 – 1948 2.3.3 Represión y paternalismo en el período de Pérez 1.1 2.3.4 La transición y los primeros pasos de la democracia 2.3.5 Un modelo de acción sindical entre el Estado y los partidos 2.3.6 El espíritu de punto fijo y el nuevo escenario de las relaciones laborales 2.4 Una seguridad social incompleta y fragmentaria 2.4.1 Del estado social en la constitución a la seguridad social 2.4.2 El Estado: promotor y obstáculo de la seguridad social 1.2 2.5 Una normatividad laboral protectora, pero de difícil aplicación 2.5.1 Participación de utilidades como punto de confluencia de tensiones entre Estado y empresarios

2.6 Síntesis: tres determinantes del asistencialismo paternalista 2.6.1 Estado rentista e interventor y sistema político Tensiones y divergencias 2.6.2 La idea de abundancia en recursos naturales y otros elementos culturales del sistema distribuidor de rentas

La percepción del trabajo, riqueza, honradez y suerte Paternidad y familia como problemas sensibles y la tentación de ser padre 2.6.3 Cultura rentística, expectativas elevadas y organización

Anexo 3 Estado, empresariado e industrialización: surgimiento y declinación del grupo Mendoza

3.1 El entorno de la actividad empresarial 3.1.1 La Corporación Venezolana de Fomento CVF 3.1.2 Sectores industriales y grupos empresariales 3.1.3 La actividad comercial como antecedente 3.1.4 El grupo Mendoza en el panorama de la industrialización venezolana 3.2 Eugenio Mendoza: fundador y líder 3.2.1 Antecedentes familiares 3.2.2 Actuación política y de Estado 3.2.3 Estrechas y variadas vinculaciones con el Estado 3.3 Rasgos más notorios en el desarrollo del grupo Mendoza 3.3.1 Un rápido crecimiento desde los años 40s 3.3.2 Integración de capitales y filiales Rasgos de localización Algunas cifras ilustrativas del avance de las empresas Mendoza 3.3.3 Aprovechamiento de apoyos estatales y estrategia sustitutiva espontánea 3.3.4 Entre el boom de la demanda y la depresión del mercado Creación de la demanda y promoción del consumo como estrategias de desarrollo empresarial

Contenido XVII

Diversificación y expansión comercial 3.3.5 Integración productiva 3.3.6 Algunos logros técnicos Nexos técnicos y mejora productiva Ingenieros y técnicos extranjeros en el grupo 3.3.7 Una constante necesidad de financiamiento Fuentes externas Reinversión, emisiones y otras fuentes 3.3. 8 Mercado cementero: oportunidades y dificultades 3.4 Génesis y crisis de un modelo de organización y gestión hasta fines de los años 70s

3.4.1 Continuidad y especialización desde las primeras actividades de comercio 3.4.2 La conformación de una estructura 3.5 Crisis y esfuerzos de cambio 3.5.1 Reconociendo el problema 3.5.2 Seminarios y primeros cambios organizacionales 3.6 El manejo de los recursos humanos: de la preocupación por el empleado a la pérdida de ‗la mística‘

3.6.1 Búsqueda e integración de talentos diversos 3.6.2 Preparación técnica de trabajadores, una preocupación desde los años 70s 3.6.3 Rotación laboral y falta de productividad como problema de los 70s 3.6.4 El problema de la ‗mística‘ 3.6.5 Búsqueda de racionalización en la gestión de recursos humanos 3.7 Los ajustes y crisis de los 80s y 90s, escenario de la declinación del grupo Mendoza

3.7.1 Un relevo generacional malogrado 3.7.2 Cambios en la política económica 3.7.3 Mejoras y otros esfuerzos sin resultado Anexo 4 Paternalismo y protección social en la política colombiana 4.1 El contexto político en la primera mitad del siglo XX 4.1.1 La herencia regeneracionista de los años 20s 4.1.2 República liberal: las promesas no cumplidas de la intervención del Estado 4.1.3 Violencia y proyecto corporativista en la segunda etapa conservadora 4.1.4 Rojas Pinilla y Anapo: el mismo paternalismo, ahora como parte de un proyecto populista

4.1.5 Síntesis 4.2 El vacilante y difícil tránsito de la caridad cristiana a la seguridad social como derecho

4.2.1 Ideas de caridad y catolicismo La caridad de los notables 4.2.2 Beneficencia y primer planteamiento de la asistencia 4.2.3 Otros aspectos de las prácticas caritativas y asistenciales 4.2.4 Hacia la construcción de la Seguridad social 4.2.5 Otros factores relevantes en la competencia seguro social – sistema patronal 4.3 El problema de la vivienda: esfuerzos privados y públicos 4.4 Debilidad y pobre institucionalización de la normatividad laboral y la actividad sindical

4.5 Proceso industrializador y calificaciones

XVIII Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Anexo 5 Otros casos colombianos 5.1 Casos de Bogotá y centro del país 5. 1.1 Cervecería Bavaria Una generosidad siempre bien publicitada Identidad obrera y lucha sindical Productividad y salud como elementos de ruptura con el paternalismo 5.1.2 Fábrica Samper: pueblo - fábrica con ‗trato respetuoso y deferente‘ Casas con jardín y bienestar Compromisos y esfuerzos no recompensados: el caso del señor Triana Dificultades y crisis varias a partir de 1976 5.1.3 Compañía de Energía Eléctrica de Bogotá: otro campo de actividad de los Samper

5.2 Casos del Valle del Cauca 5.2.1 Haciendas e ingenios: el sello regional y los contrastes del paternalismo Cooperativas de trabajo asociado CTA: continuidad del paternalismo para los corteros en la historia reciente

Malestar y huelga de los corteros 5.2.2 Fabrica de baterías MAC: aprendizaje y crecimiento dentro de un modelo familistico

5.2.3 Carvajal y compañía: el caso más destacado Concepciones y prácticas paternalistas La Fundación Carvajal Manuel Carvajal Sinisterra: convicción católica y liderazgo Desempeño gremial y público Frente a la cuestión social: preparación gerencial La etapa de Mancol y el discreto distanciamiento del modelo de empresa providencia

Introducción

El presente estudio se inspira en la línea de trabajo de historia comparada

latinoamericana, que en los últimos años ha impulsado el Departamento de historia

de la Universidad Nacional. En el planteamiento de la perspectiva de análisis y los

interrogantes, fueron esenciales las contribuciones de varias asignaturas y los

diálogos con los docentes orientadores de las mismas, tal fue el caso de los

seminarios teóricos del profesor Mauricio Archila, los cursos de análisis histórico

comparado de los profesores Medofilo Medina y Cesar Ayala. En otro frente resultaron

muy valiosos los aportes en historia económica de los cursos del profesor Oscar

Rodríguez, asi como también la aproximación que pude tener a diferentes paradigmas

teóricos, problemas y temas abordados en el campo investigativo de los Sistemas de

protección social que él lidera.

Con el estudio que aquí presento, me propongo evidenciar el fuerte enquistamiento y

continuidad de la mentalidad y las prácticas paternalistas dentro de los estilos de

actuación de las elites empresariales de nuestro país, y su diferente naturaleza

respeto a las que también se manifiestan en Venezuela. Sin embargo, la perspectiva

comparativa puede hacer algo más que describir y explicar las diferencias y

semejanzas de un objeto de estudio, y se espera que contribuya a caracterizar

aspectos esenciales de cada entorno nacional o procesos de más amplio alcance. Por

ello, aquí se hace un esfuerzo por definir la actuación de los patronos, sus formas de

autoridad e interacciones sociales dentro de las firmas, de modo que se haga posible por

vía del contraste y la diferenciación de procesos y contextos, tener aproximación a las

estructuras políticas y sociales de los dos países.

El propósito de interpretar la naturaleza de la autoridad paternalista de las

organizaciones con relación al contexto de cada país, pasa por la exploración de casos

y definición de un tipo nacional, del mismo modo que por la explicación de

particularidades y diferencias con relación a procesos y dinámicas de orden más amplio

2 Introducción

como el avance de la actividad fabril, las políticas de industrialización sustitutiva, la

modernización organizativa de las firmas, las luchas obreras y sindicales, la organización

de la seguridad social, la institucionalización de las relaciones laborales.

Esta amplitud y complejidad del campo de análisis, obligó por una parte a delimitar

el objeto de análisis, y centrar la observación en el conjunto de firmas más

modernas y representativas de cada país, las que resultaron ser también las más

reconocidas por su asistencialismo paternalista durante varias décadas del siglo XX: el

empresariado antioqueño y el Grupo Mendoza de Venezuela.

Sin embargo, como forma de definir con más precisión y confiabilidad los rasgos

derivados de las variables y procesos, que se considera inciden en la autoridad y el

manejo de las empresas para cada nación, y tomando en cuenta las fuertes

particularidades regionales que la cultura empresarial colombiana, se hace

aproximación a un subconjunto de firmas también relevantes para el tema estudiado,

cuya descripción y análisis se incorpora en anexos: para Venezuela: La Electricidad

de Caracas, Cigarrería Bigott, Industria de licores Pampero, Sánchez y Compañía; para

Colombia: Cervecería Bavaria, Cemento Samper, Empresa de Energía de Bogotá,

Carvajal y Compañía e Ingenios azucareros.

La heterogeneidad de las fuentes y análisis académicos disponibles, en cuanto a

calidad y profundidad, tanto para los procesos de las empresas, como para las

cuestiones de contexto de los dos países, explica algunas asimetrías y diferencias

de alcance y detalle en el tratamiento de los temas, reflejado en el análisis de los

contextos y casos nacionales, sin embargo, sobre los aspectos fundamentales se

consiguió un volumen de información aceptable para el ejercicio comparativo.

Asi mismo, el propósito de reconstruir y hacer seguimiento a lo largo del siglo XX, al

discurso y el ‗trato paternalista‘, desde la deferencia personal de los primeros tiempos,

hasta los sofisticados programas de Responsabilidad social empresarial del presente,

genera otras diferencias en la presentación de los casos. Para algunas firmas, fue

factible incorporar información sobre procesos en períodos muy recientes, p.e., los

ingenios y Carvajal en Colombia, que no se incluye para otras.

Como es obvio, la amplitud del abordaje, en el que se pretende analizar y vincular

relaciones laborales y procesos de cambio a nivel de firma, con dinámicas amplias de

Introducción 3

la economía, la política y el Estado a nivel nacional, hizo necesario acudir a fuentes

secundarias variadas. Para el análisis de los contextos de ambos países fue posible

emplear resultados de investigación aceptados por su calidad y contribución a campos

especializados de historia política, económica, del desarrollo industrial; igualmente se

recurrió a aportes variados en el análisis comparado, sistemas de protección social,

trabajadores y sindicatos, relaciones laborales.

En lo que se refiere a tópicos específicos de empresas y empresarios, la desigual

situación de cada país respecto a estudios secundarios y acceso a fuentes,

determinaron estrategias de investigación diferentes. En el caso de Colombia se puede

decir que el estudio se apoya esencialmente en resultados reconocidos y confiables de

historia empresarial y sociología; respecto al país vecino, la existencia de esos

insumos académicos es menor, e inexistente para las empresas Mendoza. Esta

escasez obligó a una ardua reconstrucción de procesos con base en publicaciones y

fuentes impresas generadas por la misma compañía y un conjunto de biografías de

enaltecimiento del empresario Eugenio Mendoza. En algunos temas fue posible indagar

fuentes de archivo público y realizar entrevistas.

Esta adversa y notoria la falta de investigaciones académicas en el terreno de la

historia empresarial de Venezuela, y del Grupo Mendoza en especial, tratándose del

más destacado y representativo complejo empresarial de la industrialización sustitutiva,

puede obedecer a una idea solo parcialmente cierta, pero arraigada en académicos,

en el sentido de que se trata de desarrollos artificiales producto de la renta petrolera y

la protección pública.

De modo que los contornos de nuestro problema, se bosquejan con base en una

mezcla de variados aportes, por una parte biografías, revistas, informes y

documentación generada en el contexto empresarial, y por otra estudios realizados por

académicos destacados en diferentes campos, que citaremos extensamente. Estos

últimos, habían descrito procesos y prácticas de reciprocidad y asistencialismo en las

relaciones de trabajo, que pocas veces se han abordado como tema específico. Por

otra parte como se verá, la orientación a la síntesis de estudios monográficos

secundarios y resultados consolidados para cada país, además de inevitable en una

4 Introducción

perspectiva que pretende ir más allá de las fronteras nacionales, es también el camino

señalado por los expertos en historia comparada.

Otro de los llamados de atención de los expertos que aquí se procura acoger, es el de

evitar la simplificación o aplanamiento excesivo de la diversidad de rasgos y

particularidades del objeto comparado en función de construir tipos nacionales o

regionales que resulten más claramente contrastables. En este sentido, se quiso recoger

en las descripciones a nivel de casos, un buen número de datos sobre la presentación

pública o ‗teatralidad‘ del poder ante los subordinados y la opinión general; las

modalidades de interacción de patronos y trabajadores y, en algunos casos conformar

una cierta narrativa o ‗descripción densa‘.

Como es obvio, en este como en otros estudios, abundaron las dudas sobre los sesgos,

distorsiones y falta de ponderación de las fuentes, sobre todo las originadas en las

compañías y actores del medio empresarial, se trata de algo inherente a todo proceso

investigativo, que aquí se pretende dejar en evidencia con la forma extensa y literal

de presentar los datos, que a veces podría confundirse con un sentimiento de adhesión

al empresario benevolente o certeza de su mérito y generosidad, que desde luego no

está presente en el autor.

El análisis se presenta del siguiente modo, en el primer capítulo se define histórica y

socialmente el paternalismo y su manifestación en el mundo del trabajo y la empresa, a

tiempo que se sugieren varios perspectivas de interpretación y se definen aspectos

metodológicos de la comparación. En el segundo capítulo se describen y analizan las

modalidades de asistencialismo paternalista del Grupo Mendoza en Venezuela; en el

siguiente las de la región antioqueña, tomando en cuenta aportes variados, entre ellos

estudios sobre empresas textiles y del Grupo Corona; el último capítulo se dedica a la

síntesis comparativa en la que se recogen los rasgos destacados que se han expuesto

para cada país y se estructuran en una perspectiva de contraste, procurando

vincularlos a contexto histórico de cada nación.

Como complemento esencial en la presentación del tema para cada país y del ejercicio

comparativo, se incluyen cinco anexos, en los que el lector encontrará una

Introducción 5

descripción y sustentación detallada de aspectos de los contextos nacionales y casos

adicionales que son importantes para realizar el ejercicio comparativo del capítulo 4.

Estos anexos se dedican a los siguientes tópicos: el primero a los casos

complementarios que se analizaron para Venezuela; el segundo a un conjunto de

procesos de la vida política, el Estado y las dinámicas de la organización obrera y la

lucha sindical del vecino país; el tercero se refiere a su proceso de industrialización,

políticas sustitutivas, la intervención económica estatal, y en relación con este

escenario, la conformación del Grupo industrial Mendoza; el cuarto se concentra en

aspectos fundamentales del ámbito político de la primera mitad del siglo XX en

Colombia: el Estado, los partidos, los sindicatos y la lucha obrera, la estructuración del

sistema de protección social; el último se ocupa de exponer el análisis de los casos

colombianos adicionales, organizados por regiones: Bogotá y centro del país, Valle de

Cauca.

La inclusión de estos temas y la detenida descripción que se hace de algunos

aspectos, aumentan considerablemente la extensión total del trabajo, y crean el hecho

anómalo de unos anexos que casi igualan en número de páginas el texto principal.

Esta situación amerita una disculpa, pero tiene una justificación en la necesidad de

presentar procesos que pueden ser de interés, considerando que los estudios

comparativos de países latinoamericanos aún no han avanzado tanto, y no abundan los

estudiosos que conozcan para las dos naciones varios de los temas que aquí se

tratan.

1.Paternalismo empresarial entre la tradición

y la mdoernidad: Interrogantes y perspectiva

de análisis

En las siguientes páginas, se define y especifica el paternalismo empresarial como

objeto de estudio en el marco general de los procesos de modernización, y en el entorno

concreto de la industrialización de Colombia y Venezuela; se sustenta la importancia

del análisis socio - histórico de esta forma de autoridad y de los procesos que han

determinado su persistencia a lo largo de varias décadas, e incluso algunas

manifestaciones en el presente.

A continuación se resumen algunos elementos teóricos que permitirán el estudio del tema

propuesto, desde diferentes perspectivas: como continuidad de las formas tradicionales de

autoridad y relación social; dentro de las estrategias de manejo de la fuerza laboral y el

control social requerido ante problemas y necesidades prácticas de la naciente vida fabril;

como parte de discursos y prácticas legitimadoras del empresariado en los escenarios

rentísticos en que actúa; en relación con las primeras etapas de lento y poco coherente

avance de los sistemas de protección social.

Seguidamente, se precisa la estrategia de comparación que se ha escogido, con una

concisa explicación de los supuestos de la misma, las dimensiones y unidades en que

se enfocará el cotejo de diferencias y similitudes; finalmente se hacen algunas precisiones

sobre las fuentes de información y base empírica en que se apoya el estudio.

8 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

1.1 Objeto de estudio

1.1.1 El mando paternalista y su antiguo antecedente

Sea en el contexto amplio del poder público o en el más restringido de la empresa

privada; en la colonia, el pasado reciente o el presente, es posible hallar formas de

poder, políticas o relaciones sociales que pueden ser caracterizadas como

paternalistas. En relación a la vida económica, estudios en los países industrializados,

describen casos en plantaciones, minas y ciudades – fábrica, con experiencias

paradigmáticas como Pullman - City en E.U.; Mulhouse o Le Creusot en Francia; Le

Grand Hornu en Bélgica (Bennett J., 1975; GER, 1991).

Bajo esta noción se define una forma de ejercicio de la autoridad, que se inspira en la

existente en la unidad familiar, en la que se trata a los subordinados como a menores

de edad (indefensos y sin plena conciencia); sin tomar en cuenta su condición de

personas con libertad y responsabilidad propias. Puede tratarse también de una

política social, supuestamente tendiente al bienestar de ciertos beneficiarios, quienes

no intervienen en el diseño de la misma, y se encuentran en condiciones de insuperable

desigualdad social y pasividad frente a sus dirigentes.

En la actualidad, cuestiones relativas a concepciones y prácticas paternalistas se

discuten en ámbitos tan variados como políticas públicas y organización del Estado;

seguridad social; programas de salud; organización de la educación; administración de

justicia; y desde luego en el contexto de las relaciones laborales y gestión empresarial

(Alemany G. 2005).

El paternalismo fue un componente fundamental en las relaciones autoridad de todas las

épocas pre modernas, que en algunos casos se hizo explicito en documentos y

declaraciones. El despotismo ilustrado enunció el carácter paternal del Rey, a quien

correspondía la protección y guía a sus súbditos hacia la felicidad, el bien común y la

prosperidad.

Estas ideas se hicieron manifiestas en directrices de la corona española destinadas a

promover el amparo y cuidado en el manejo de la mano de obra indígena y esclava.

Respecto a los indígenas, los debates surgidos alrededor de las denuncias del padre

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

9

Bartolomé de las Casas, motivaron la expedición de gran número de cédulas reales, que

conformaron las leyes de indias. Desde el siglo XVI, en medio de una excesiva

casuística y confusa acumulación, se instituyeron como limitación a los excesos en la

explotación del trabajo y garantía de conservación de ‗los naturales‘, los resguardos,

mitas y encomiendas, del mismo modo que un buen número de normas que regulaban

la forma de emplear el trabajo indígena (Ostau De L., 2006: 119 s).

Las normas respecto a la población esclava fueron más escasas. En diferentes reales

cédulas, al lado de taxativas disposiciones sobre el manejo de esta fuerza laboral, se

incluyeron mandatos sobre moralidad, actividades religiosas, trato benévolo y

restricción de las formas de empleo más nocivas para este grupo humano.

Particularmente la Instrucción esclavista de 1789, dentro del estilo reglamentarista de la

administración colonial, pretendió limitar el ámbito de tareas, la intensidad, duración de

los trabajos y las condiciones de vida. Aunque, en muchos espacios la reducida

capacidad de control podía hacer que esas normas resultaran innocuas frente a las

duras realidades de la época, las exigencias allí consagradas, llevaron a la exasperación

e inconformidad de los propietarios de esclavos, hasta 1794, cuando fue suprimida

(Chávez M., 2011).

Esta cédula definía la manera de emplear el trabajo de los esclavos, y los ‗cuidados

físicos y espirituales‘ que debían recibir, pero también dictaba a éstos la obligación de

adoptar un comportamiento filial en relación con el amo a quien debían respetar,

obedecer y cuidar como a su padre; las infracciones a este mandato debían ser

castigadas con moderación, únicamente por los amos o los mayordomos1.

1 Los mandatos de adhesión filial se manifestaron en haciendas esclavistas y se extendieron a

la sociedad general del siglo XVIII, como parecen revelarlo casos estudiados en Popayán y Perú, en donde los apelativos amo, señor, padre y patrón se emplearon por igual para identificar al dueño y propietario de la tierra; del mismo modo, se generaron algunas ideas sobre vínculos sociales de dependencia (Ahumada C., 2010).

10 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Esta embrionaria legislación no se aplicó a la población negra, y sólo operó

precariamente para algunos sectores indígenas. No obstante, esos preceptos son

significativos porque compendiaron normas antes formuladas pero dispersas, que

resultan muy ilustrativas de la adhesión de las autoridades coloniales al paternalismo en

el manejo y organización de sistema esclavista de trabajo. Por otra parte, es obvio que

en éste período de reformas borbónicas y rebeliones de esclavos, se pensara que un

trato más considerado evitaría los levantamientos y garantizaría obediencia y lealtad.

Después de la etapa de luchas independentistas y proyectos republicanos con diferente

contenido político y modernizante en el siglo XIX, el débil desarrollo material, la

persistencia de extremas desigualdades y estructuras sociales fuertemente

jerarquizadas y permeadas de conservadurismo y caudillismo, no favorecieron el pleno

avance de las instituciones de ciudadanía y derechos sociales, como tampoco una

completa abolición del tipo de relaciones de protección y leal sometimiento.

Si bien el paternalismo fue un elemento de autoridad específico y natural de los

tiempos pre modernos, que dio forma a las relaciones entre individuos de los sectores

dominantes que detentan poder y quienes en una posición subordinada obedecen; es

evidente que pervive y continua manifestándose en el presente, en diversos

espacios, entre ellos los medios empresariales, en la medida en que las estructuras

sociales y referentes de las modernas relaciones laborales tiene un desarrollo y

proyección muy débil o retardado. En tales casos, nociones como las de contrato,

derechos laborales, negociación colectiva, tendrían poca significación como elementos

orientadores de la relación laboral, más bien influirían ideas sobre la incapacidad de los

trabajadores para conducir su vida, y la consiguiente obligación del empresario de

protegerlos y hacerse responsable por su futuro.

1.1.2 La estrategia de ser patrón generoso, un hecho de todos

los tiempos y lugares

Las prácticas paternalistas en diferentes modalidades y configuraciones, fueron una

forma usual de autoridad en plantaciones esclavistas, minas y talleres manufactureros

de los tiempos pre modernos, pero persistieron como manifestaciones del tradicionalismo

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

11

e ideologías administrativas propias de las firmas después de la primera revolución

industrial y el avance capitalista (Bendix R., 1956; Reid D. 1985; Scranton P., 1984).

Frente a la esperada extinción de estas manifestaciones, ante el desarrollo de los

derechos sociales, las relaciones industriales, la negociación colectiva y otras

instituciones de la modernidad y la democracia en el siglo XX, es destacable que el

fenómeno haya tenido fuerte presencia en algunos escenarios nacionales y reaparezca

en el presente, incorporado a la gestión empresarial en países avanzados, y como parte

de nuevas estrategias de control de la fuerza laboral (Fleming P., 2005).

Una ojeada a un conjunto estudios en el tema, con notable presencia de casos

españoles y de países latinoamericanos (ver tabla #1), parece confirmar la tesis de

David Landes (1979), sobre la mayor presencia de prácticas paternalistas en

sociedades de fuerte tradición feudal y señorial, en las que los empresarios triunfantes

tendían a considerarse como señor y patrón, queriendo actuar como tutores

protectores de los trabajadores y hacerse responsables por su bienestar.

Algunos interesantes aportes se pueden destacar en dos de los estudios señalados,

situados en extremos distantes de la cronología del capitalismo. El estudio más

completo para España (Sierra Á., 1990), como parte de un conjunto de casos

enfocados en la minería que se incluyen en la imagen panorámica del cuadro #1,

enfatiza la continuidad de estructuras del pasado. Reconociendo que esta especie de

mesianismo patronal no estuvo presente en una cifra estadísticamente significativa de

empresarios, señala que una parte de patronos y capitanes de empresa de las

primeras etapas de la industrialización, ante la necesidad de modelar un trabajador

minero adecuado a las exigencias productivas, intervinieron fuertemente en la vida y no

solo en el trabajo de los obreros.

Desde este caso significativo de la industrialización española, se ilustran los esfuerzos

de lo que llegó a ser un proyecto ideológico - moral, que empleando medidas

benéficas y asistenciales, entendidas como ‗obras sociales‘, estaba destinado a

arraigar, educar y adaptar la fuerza de trabajo a las necesidades de una explotación

económica en expansión.

12 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Del mismo modo, estos esfuerzos de control se entienden como parte de un proceso

no espontáneo, o estrategia destinada a conformar una primera respuesta de la

burguesía ante los problemas y tensiones del régimen liberal, y una forma de conectar

los mundos del trabajo y el no trabajo.

Desde otro frente disciplinar, el estudio de Annie Lamanthe (2009), analiza un caso

ilustrativo de la Francia actual que permite mostrar la persistencia en el presente, de

un fenómeno que también fue reconocido por Robert Castel (1997: 261): ‗…de hecho

grandes sectores de la organización del trabajo conservarán hasta el día de hoy la

herencia del patronato y el paternalismo‘.

La autora se refiere a una gran diversidad de prácticas paternalistas en la historia

francesa, siendo notorios los casos de grandes fábricas que originan y dominan una

población alrededor suyo, pero también los de la pequeña empresa rural; del mismo

modo que varios modelos de tipo familiar autoritario, social y legalista. Se evidencia

la especificidad de este proceso nacional, por la notable separación y oposición entre

el modelo de laboral de la empresa privada, ligado a las relaciones personales y el

más impersonal y republicano que rige las relaciones de los funcionarios de

burocracia estatal2.

Este estudio se aproxima a actividades agrícolas rurales de la Francia actual,

abordando una pervivencia de modalidades de paternalismo en firmas de pequeño

tamaño que corresponde a una tradición en que los empresarios han combinado los

rasgos del antiguo propietario terrateniente y el nuevo industrial, generando un

capitalismo familiar permeado tanto de valores tradicionales como de moral católica.

Por esta vía se originan acuerdos personalizados que resuelven contingencias e

imprevistos dentro del ciclo productivo, estructurando compromisos recíprocos que

garantizan flexibilidad, productividad, adaptabilidad de las formas de trabajo a las

2 Asi mismo, en contraste con el caso inglés, se refleja un proceso industrializador y

crecimiento económico en el que tuvieron destacado papel firmas de pequeño y mediano tamaño, entre ellas negocios familiares, del mismo modo que actividades que no se consideran las más típicas de la clásica industrialización (Peemans J., 1992).

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

13

condiciones estacionales de la actividad; del mismo modo que sentido de pertenecía

en los empleados y algunas garantías al empleo. Se trata de esquemas que ofrecen

una gama de posibilidades que van de lo más o lo menos autoritario, y de lo más o

lo menos social.

Tabla 1.1 Panorama de investigaciones sobre paternalismo

Período País Ámbito de

estudio Grupo social

analizado Fuente

Siglo XVI España Ciudad de Castilla

Población urbana

Hiltpold P. ‗Política paternalista y orden social en la Castilla del Renacimiento‘ EN Brocar: Cuadernos de investigación histórica, # 13 1987.

Siglos XVII - XX

Brasil Plantaciones esclavistas

Esclavos negros

Belatto L. ‗As duas faces da moeda: paternalismo, amor e ódio entre senhores e escravos no brasil colonial‘ EN Klepsidra 2001 #6.

Siglo XIX Francia Minería y metalurgia

Trabajadores Reid D., ‗Industrial paternalism: discourse and practice in nineenth – century French mining and metallurgy IN Comparative studies in society and history Vol 27 # 4 1985.

1791 - 1922

Inglaterra Minería e industria del hierro

Trabajadores Staples W., Rowman C., Power, Profits, and Patriarchy: The Social Organization of Work at a British Metal Trades Firm, 1791 to 1922 Rowman & Littlefield Publishers 2001.

1800 - 1860

EE UU Filadelfia

Industria textil

Trabajadoras Scranton Philipe ‗Varietes of paternalism: industrial estructures and the social relations of production in American textiles IN American Quarterly Vol 36 #2 1984.

Siglo XIX Brasil Agricultura Café

Colonos Truzzi O., Ana Volpi S., Pioneirismo, disciplina e paternalismo nas relações de trabalho entre proprietário e imigrantes no século XIX: o caso da colónia de Nova Lousã, em São Paulo EN História vol. 6, 2005.

Siglo XIX - XX

Mexico (Guadalajara) Matillas

Industria cementera

Campesinos y su conversión a obreros industriales

López Calle P., Del campo a la fábrica Vida y trabajo en una colonia industrial Madrid Editorial La Catarata 2010.

14 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

1860 - 1917

España Asturias

Industria Trabajadores Sierra A., El Obrero Soñado: Ensayo Sobre el Paternalismo Industrial Asturias 1860-1917, Madrid siglo XXI 1990.

1865 - 1940

EE UU Sociedad en general

Género femenino

Leverenz D., Paternalismo Incorporated: Fábulas de La paternidad de América, 1865-1940 Ithaca:. Cornell University Press. 2003.

1890 - 1950

Mexico Industria de Monterrey

Trabajadores de cuatro fábricas

Snodgrass Michael ‘Deference and Defiance in Monterrey Workers, Paternalism, and Revolution in Mexico, 1890–1950’ Indiana University-Purdue University Indianapolis 2003.

1892 - 1925

España Asturias Minas Aller

Minería de carbón

Trabajadores García G., Prácticas Paternalistas. Un estudio antropológico sobre los mineros asturianos Barcelona, Editorial Ariel 1996.

1900 - 1930

Mexico Industria cementera

Campesinos y obreros industriales

1.3 López Calle, P. Paternalismo industrial y desarrollo del capitalismo: la fábrica de cementos El León de Guadalajara, 1900-1930 Tesis Doctoral UCM 2004.

Comienzo del siglo XX

Chile Minería de Cobre

Trabajadores ‗La cuna del sistema paternalista‘ Minería Chilena mch • Abril 2005 # 286.

1900 - 1980

Perú Minería del Cobre en Cerro de Pasco Corporation

Trabajadores, sindicato y entorno político

Kruijt D., Vellinga M., Estado, clase obrera y empresa trasnacional El caso de la minería peruana, 1900 - 1980 México Siglo XXI 1983.

1935 - 1973

Argentina Industria Cementera

El patrón, los trabajadores y la villa obrera

Lemiez Griselda Relaciones laborales paternalistas en la industria del cemento El caso de calera Avellaneda, Olavarría 1935 -1973 http://www.eumed.net/librosgratis/2013a/1288/index.htm

1935 - 1952

Argentina Industria textil

Trabajadores Barbero M., Ceva M., (1999) ‗La vida obrera en una empresa paternalista‘ en Devoto F., Madero M., (Edit) Historia de la vida privada en Argentina Vol III La Argentina entre multitudes y soledades. De los años 30s a la actualidad Aguilar – Taurus.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

15

1937 - 1941

EE UU Industria automotriz

Trabajadores según factor racial

Brueggemann John The power and collapse of paternalism: The Ford Motor Company and black work 1937 - 1941 IN Social Problems # 47 2000.

1938 - 1958

España Industria Trabajadores Babiano M., Paternalismo industrial y disciplina fabril en España (1938 - 1958) Madrid CES 1998.

1939 - 1955

España Minería Trabajadores Rodríguez G., Losada Á. ‗Paternalismo empresarial y ―desarrollismo‖. Reflexiones sobre la construcción del poblado minero de Fontao‘ EN Revista Galega de Economía, vol. 16, # 1 2007.

1930 - 1960

Brasil Sector azucarero

Trabajadores y comunidad

Vinicios M., Calvacanti de A., Señores de la tierra Poder y mando en el nordeste de Brasil Caracas Biblioteca Ayacucho 1999.

Segunda mitad del siglo XX

Francia Pequeñas empresas industriales en el medio rural

Trabajadores Lamanthe Annie Paternalismo en Francia: permanencia, dinámicas y actualidad EN Trayectorias volumen 11, núm. 28 enero-junio 2009.

1960 - 1995

Inglaterra Industria del Asbesto

Trabajadores Tweedale G., Warren R., ‗A Case in Point: Morality and Paternalism in the Asbestos Industry: A Functional Explanation IN Business Ethics: A European Review Vol 7 1998.

2000 Georgia Población total

Zurabishvili T., ‗Georgia: Persistent Paternalism’ Sociological Research, vol. 43, no. 6, 2004.

2000 Inglaterra Estrategias organizacionales

Fleming P. ‗Kindergarten Cop‘: Paternalism and Resistance in a High-Commitment Workplace IN Journal of Management Studies 42:7 November 2005.

1.1.3 Paternalismo, cambiante y perdurable: importancia de

su análisis

En medio del complejo y heterogéneo proceso que en Colombia y Venezuela conduce a

la expansión y consolidación de sectores productivos en el siglo XX, y las

reestructuraciones productivas y ajustes de las últimas décadas, es significativo que el

16 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

paternalismo, como componente de los valores y la cultura empresarial haya mantenido

una presencia destacada, cambiando y mutando a diferentes estructuras sociales,

desde el rol de la benevolencia personalizada de los pioneros de las primeras

fábricas; el asistencialismo de las empresas y grupos industriales más consolidados;

hasta las modalidades que hoy coexisten con discursos y metodologías de la llamada

Responsabilidad social empresarial.

Aunque el tipo de acciones de intervención en la vida de los trabajadores, asistencialismo,

caridad o filantropía, que se asocian más con la mentalidad paternalista no fueron un rasgo

generalizado o predomínante dentro del empresariado, si estuvieron presentes en sectores

significativos del mismo durante el siglo XX, p.e, en el grupo Mendoza, consorcio

empresarial más importante de la industrialización venezolana, o en Antioquía, la región

empresarial pionera y por varias décadas más desarrollada de Colombia.

Sin embargo, independientemente de si el fenómeno tuvo una gran la extensión, o si

fue de carácter aislado y excepcional, su comprensión, puede contribuir a completar

el cuadro de las formas de actuación de los grupos hegemónico de la sociedad. Más

aún cuando éstos estructuran su imagen social apelando frecuentemente a

demostraciones de caridad y sensibilidad ante los problemas sociales.

La especificidad y carácter sui generis de las estructuras de regulación del trabajo,

modalidades de relación laboral y formas de entendimiento entre el capital y el trabajo en

América Latina, respecto a las tendencias y desarrollos dominantes en el primer mundo,

que ha sido advertida por estudiosos de los fenómenos laborales Dombois y Pries

(1995), serían otro motivo para explorar las modalidades paternalistas de configuración

del poder y su persistente continuidad en las firmas.

Frente a la normalización de las relaciones industriales, supremacía de los acuerdos

entre empresarios y trabajadores, y clara institucionalización de sus formas de

entendimiento, que predominaron en los países más avanzados, y rápidamente dejaron

atrás las primitivas modalidades patronalistas, resulta notable y merecedora de estudio la

heterogeneidad de relaciones laborales y configuración de la autoridad patronal en

que parece ocurrir una simbiosis entre lo antiguo y lo moderno.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

17

En varias etapas del siglo XX, en el marco de los disímiles contextos latinoamericanos,

las condiciones de mercado pudieron resultar menos determinantes, ya que factores

de la organización y sus políticas internas (entre ellas los elementos paternalistas), se

convierten en un factor estructurador fuerte de las relaciones laborales. Del mismo

modo, desde la esfera de la oferta de trabajo se mezclan e inciden elementos como

nexos familisticos y redes de amistad (Pries L., 2000).

De este modo, la descripción y análisis de las acciones que en los medios

empresariales se exponen como dadivosas, sensibles socialmente y filantrópicas,

aporta a la comprensión no solo de los específicos nexos e interacciones de los

empresarios con sus trabajadores y las comunidades cercanas a sus zonas de actividad,

sino también de los que construyen las elites políticas, el poder gubernamental y la

sociedad en general.

Se supone que las elites políticas desde sus discursos, estrategias y planes de gobierno

definen los rasgos más significativos de la estructura de dominación en cada etapa. Sin

embargo, los sectores empresariales, en muchos casos manteniendo estrechos nexos

con éstas, aunque no necesariamente una coordinación explícita de sus diferentes y

diversos integrantes, despliegan una serie de actuaciones, frente a los trabajadores y a

la sociedad, que también contribuyen a la fortaleza y coherencia interna de esa

autoridad hegemónica.

De modo que considerar al empresariado como actor colectivo y parte del sector

social dominante puede facilitar una comprensión de las variadas motivaciones y

acciones de tipo paternalista, que en muchos casos le llevan a construir y mantener en

períodos variables de tiempo, ciertos lazos de entendimiento, acuerdos más o menos

tácitos, o una especie de juego de reciprocidades y lealtades en el marco de las

exigencias de la actividad productiva y el desarrollo de la empresa capitalista.

El contexto específico de los mutuos intercambios entre patronos y trabajadores, parece

dejarse de lado en la medida que los estudiosos con su búsqueda de profundidad temática

y especialización en campos de trabajo, concentran su atención en uno u otro grupo aislado

de los demás, de modo que no ven sus interacciones en un mismo plano.

18 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En unos casos se trata de estudiar diferentes aspectos de la actuación y logro de los

empresarios como capitalistas, en tanto que en otros casos lo que se desea es

caracterizar las luchas y resistencias de obreros o comunidades en el marco de los

antagonismos y conflictos. Lo anterior contribuye a que los análisis socio históricos

sobre el empresariado, tiendan a debatirse en enfoques dicotómicos del empresario

como héroe o villano; en los que es usual caer en una leyenda rosa o leyenda negra

sobre el desarrollo de su actividad3.

En los dos países, las valoraciones que se hacen del empresariado, caen dentro de

esta conocida polaridad. Existe gran número de obras dedicadas a la irrestricta

exaltación y alabanza de fundadores y líderes de firmas, género en el que las

conductas caritativas y los programas filantrópicos tiene un papel significativo. Sin

embargo, en amplios sectores de estudiosos y de opinión pública en general, se

alberga desconfianza y suspicaz reserva frente a este sector de la sociedad.

En Venezuela, el notorio antecedente de nexos corruptos con el Estado y actuación en el

escenario rentístico hace que los estudiosos del tema consideren al empresariado como

clase bajo sospecha (Francés A., 2001, 2003; Malavé J., 2000), factor que parece incidir en

el menor desarrollo del campo de estudios sobre historia empresarial. En Colombia son más

abundantes los análisis académicos sobre el tema, pero también se manifiestan

resistencias a considerar a este sector social y sus temas derivados como un legitimo objeto

de estudio (Dávila C., 2000), e igualmente se multiplican las dudas.

En el caso colombiano, aunque en menor medida que en el país vecino, se percibe

sospecha y aprensión sobre los tratamientos preferenciales y el favorecimiento de las

políticas púbicas de industrialización, y se introducen otros factores de recelo. Las

distintas etapas de un casi ininterrumpido proceso de violencia, alimentan también

posturas desconfiadas respecto al empresariado, presentes en diversas especulaciones

y rumores relacionados con la implicación directa o el apoyo disimulado de la elite

capitalista o sectores de la misma a los actores armados.

3 Este tipo de posturas está relacionado también con la definición del empresario por parte

de diferentes escuelas económicas, para las que oscila, desde la inutilidad y demonización de la Escuela marxista y economía radical, hasta la canonización de Schumpeter y la Escuela Austriaca (Valdaliso J. y López S.,2007: 8 ss).

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

19

Al respecto, resultan ilustrativas desde las viejas versiones sobre la existencia de una

‗mano negra‘ de soterrados promotores de la violencia integrada por empresarios tan

prestigiosos como Hernán Echavarría Olózaga, hasta el señalamiento de los

‗enemigos agazapados de la paz‘ que hizo al renunciar en 1983, el negociador de paz

del gobierno Betancourt, Otto Morales Benítez. En esa ocasión se refirió a sectores

de ultraderecha opuestos a todo dialogo y pacificación, que solo hasta época reciente

identificó como empresarios4.

En la primera década del nuevo siglo, variados indicios del apoyo de sectores

empresariales a grupos armados causantes de graves masacres y desplazamientos, del

mismo modo que las compras a bajo precio por parte de destacadas firmas, de tierras

abandonadas en las oleadas de violencia5, abren nuevos interrogantes sobre los

distintos roles y facetas de las elites económicas en la historias reciente.

Desde algunos estudios de historia social se expresan también comprensibles

preocupaciones sobre la glorificación de empresarios y la necesidad de aproximarse más

críticamente a las interacciones de éstos con otros sectores sociales. Lo anterior en

dirección a evitar visiones sesgadas y justificadoras sobre los cambios sociales promovidos

por grupos que llegan a hacerse hegemónicos en zonas y actividades económicas.

Ilustrativo de esta postura en el trabajo sobre los resguardos indígenas y el desarrollo de

la ganadería en el departamento de Bolívar (Solano P., Florez R., 2007), en el que se

cuestionan estudios sobre el progreso del empresariado ganadero de esta zona de la

costa norte, entre 1850 y 1875, por desconocer el impacto social de la actividad

desarrollada y contribuir a invisibilizar a la población indígena que resultó expropiada

de sus tierras bajo los supuestos de una economía liberal y una libertad ciudadana

imposible de ejercer para ellos.

4 El texto de la carta de renuncia se puede consultar en http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/

sociologia/papeles/papeles6.htm; y la concreción de su acusación en El Tiempo septiembre

13 de 2010 Entrevista de María Isabel Rueda.

5 Aranguren M., (2001); El Tiempo octubre 3 de 2010 p 13; septiembre 22 de 2011 p 21; El

Espectador Mayo 22 de 2011 ‗Montes de María Un modelo de desarrollo que concentra tierras y mano de obra‘; El Espectador Abril 29 de 2012 Alfredo Molano ‗Aunque la jaula sea de oro‘.

20 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Otro llamado en la mismo sentido se encuentra en un estudio sobre la población afro

descendiente (Taussin M. 1975), en el que se hace énfasis en el despojo de tierras por parte

de hacendados de la caña, como parte de violentos procesos de conversión de fuerza

laboral libre en asalariada, en los que se acudió tanto a la intimidación, como a discursos

racistas y excluyentes para legitimar la destrucción de formas comunitarias de propiedad y

agricultura, y asi conformar el modelo de la gran hacienda e ingenio azucarero6.

Ahora bien, las diversas manifestaciones de paternalismo en la política pública, tanto

como en la empresa privada de Colombia y Venezuela, definen más aún la

pertinencia de su estudio. En lo que se refiere al vecino país, el influjo del ingreso

petrolero y el papel rentista de su Estado, han configurado una antigua y, en los

últimos años, fortalecida tendencia a la promoción de programas sociales que no deja

de tener la imagen de la dadiva paternalista gubernamental.

En el escenario de las políticas neoliberales colombianas de la última época, aunque a

menor escala, los programas de asistencia focalizada aplicados, como típico efecto del

paternalismo estatal y clientelismo implícito en ellos, no aportan soluciones reales a

problemas y llegan a generar en las poblaciones beneficiadas, actitudes de

dependencia y pasividad frente a sus opciones y posibilidades de mejora personal7.

Similar continuidad o resurgimiento de las prácticas paternalistas se manifiesta en la

empresa privada; en muchos casos, lo anterior se manifiesta en paradójica confluencia

con avances significativos en aspectos como gestión y estrategia de competencia;

metodologías de calidad; internacionalización del negocio; empleo de tecnologías de la

información y comunicación.

6 Similar desaprobación y crítica a los estudiosos del empresariado que ignoran, minimizan o

distorsionan diferentes aspectos de las relaciones e impactos de la actividad empresarial en relación con otros grupos sociales, y una búsqueda de comprensión de esos procesos en la perspectiva de la lucha y el conflicto social, se encuentra en dos estudios sobre el desarrollo la explotación petrolera: la Concesión Barco en el Catatumbo y la Tropical Oil Company en Barranca, del mismo modo que otras actividades configuradas en el modelo de enclave económico durante las primeras décadas del siglo XX (Vega R., Aguilera M., 1995; 2002).

7 Para una breve y bien argumentada descripción de esta problemática contemporánea, Ver

López Cecilia ‗Profesión ser pobre‘ Portafolio marzo 1 de 2010.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

21

Del mismo modo, están presentes modalidades de exclusión de sindicatos y

debilitamiento de los recursos legales en la protección laboral, que dan paso a formas de

control del trabajo apoyadas por igual en el empoderamiento y la intimidación. En éste

marco de fuerte desregulación de las relaciones laborales, aumenta el personalismo de

patronos y gerentes, y vuelve a apelarse a un paternalismo tanto dadivoso como

arbitrario y autoritario, que se expresa bajo nuevos rótulos como los de Responsabilidad

social empresarial y salario emocional.

1.2 Conceptos y contextos de análisis

El vocablo paternalismo apareció en el siglo XIX en el discurso anglosajón, no como un

concepto propio del análisis social, sino más bien como una expresión ideológica, con la que

los nacientes movimientos sociales y políticos modernos calificaron en sentido despectivo el

sistema de relaciones que pretendían superar. Desde otro ángulo y considerando un

conjunto más amplio de dilemas e interrogantes, se identifica esta conducta social como un

instrumento de control inspirado en valores arcaicos, claramente opuestos a la libertad,

autonomía individual y otros principios de la modernidad8.

A continuación, reiterando que la noción de paternalismo no puede considerarse una

categoría explicativa, sino a lo sumo un término descriptivo de un fenómeno social de

variable configuración y posible de hallar en cualquier época histórica, presentaremos

varios marcos de análisis desde los que interpretaremos las formas de relación

laboral paternalista halladas en firmas los dos países.

1.2.1 Tradicionalismo y búsqueda de legitimidad

8 Desde el siglo XIX hasta el presente se han planteado interrogantes y debates sobre la idea

paternalista de la autoridad. John Stuart Mill en 1859 expuso sólidos argumentos contra el paternalismo protector, señalándolo como ataque a la libertad individual y a la esencia de la civilización. Otras polémicas en el terreno jurídico, filosófico y político como la relativa a la necesidad de intervención del Estado para preservar la integridad de los individuos Vs la auto protección y responsabilidad; o la relacionada con la aceptabilidad de la intervención protectora para suplementar carencias de grupos sociales, equilibrar desventajas y asi evitar daños mayores, se pueden encontrar en Doxa Cuadernos de filosofía del derecho Universidad de Alicante #5 1988.

22 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La configuración del poder y el ejercicio de la autoridad fueron aspectos explorados

con profundidad en la obra de Weber, en donde se aportó tanto un modelo tipológico

descriptivo (los tipos de dominación), como una representación comparativa de su

desarrollo histórico. La descripción de las estructuras sociales y económicas no

capitalistas, pre capitalistas y capitalistas sin llegar a ser una representación lineal y

evolutiva, destaca la fuerza incontenible de la modernidad; sin embargo no se dejan de

tomar en cuenta simbiosis, combinaciones, fenómenos transicionales y la compleja

pervivencia de elementos pre modernos, aún en el presente9.

Las formas paternalistas de autoridad, del mismo modo que modalidades como las

patrimonialistas, feudales, clientelistas, gerontocráticas, hacen parte del conjunto de

estructuras de dominación tradicional, que en el análisis weberiano se contraponen a

la moderna dominación legal que se ejerce a través del derecho racional y la

burocracia especializada. El avance del capitalismo y la sociedad moderna supone la

generación de una serie de conflictos y tensiones entre la nueva racionalidad del

poder y las formas tradicionales de autoridad.

Los principales elementos de confrontación se han derivado de las ideas modernas de

libertad individual y autodeterminación personal, del mismo modo que de nociones como

contrato y negociación; derecho y el código de trabajo; y de las dinámicas del

mercado de trabajo libre; las necesidades técnicas y organizativas. Se trata de una

tendencia a hacer que las relaciones sociales, entre ellas las construidas alrededor del

trabajo, se conciban y se acepten desprovistas de elementos de personalización y

subjetividad, del mismo modo que de componentes como parentesco, vecindad,

oficio, religión.

Dentro de las detalladas tipologías y procesos transicionales estudiados en los tipos

de dominación, las formas tradicionales de mando son las que resultan más afines a

característicos elementos paternalistas; a partir de su génesis en la unidad más

elemental de la autoridad doméstica, éstos pasan a proyectarse, mezclarse y generar

9 Ver esta construcción conceptual en Max Weber (1922; 1923); del mismo modo que en la

útil sistematización de conceptos y síntesis de todas las investigaciones de Weber que aporta Reinhard Bendix (1979).

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

23

tensiones con nuevas formas de autoridad surgidas de la complejidad y las

dinámicas de cambio subsiguientes.

El punto de partida en el planteamiento de la dominación tradicional de Max Weber, es el

concepto patriarcalismo, que describe la hegemonía y preeminencia de un ‗señor‘

dominante según reglas hereditarias sobre una comunidad domestica, cuya autoridad

personal está cimentada en la dependencia física y mental de las mujeres y el

desvalimiento de los hijos menores. Los sentimientos de piedad filial y el respeto por la

sagrada tradición de acatarle contribuyen a fortalecer el poder de este señor ante los

dominados, pero también a limitar aspectos de su mandato, de modo que para una gran

parte de sus mandatos rige su libre arbitrio, en tanto que la otra está demarcada por la

tradición. Lo que no se admite en todo caso es una definición formal de obligaciones.

La que llegaría a ser una variable y diversa configuración de las formas de autoridad en

la etapa feudal, es descrita en la clásica obra de March Bloch (1958), caracterizando

vínculos de sangre, instituciones de parentesco, relaciones de vasallaje, solidaridades

de linaje, dependencia y subordinación personal; toda una gama de vínculos de respeto y

reciprocidad que quedaban cristalizados en ceremonias y rituales de homenaje,

sometimiento y juramento de fidelidad.

Lo que resulta de interés en la descripción de las formas de autoridad tradicional, de

las que hace parte el paternalismo, y que resulta sugestivo para nuestro tema, es que

el mando no se ejerce solamente en virtud de la capacidad de coacción física, sino

que se apoya también en la idea de que quien lo ejerce y quienes obedecen actúan

según una noción de legitimidad que los lleva a un implícito acuerdo de compromisos

recíprocos: se aporta protección y deferencia, a cambio de lealtad y obediencia.

Siguiendo esta misma lógica de la inevitable codeterminación entre jefe y subordinado

ligada a la dominación tradicional, en el medio específico de la industria moderna se

define también la posibilidad de una interacción de doble vía o influencia mutua entre

empresario y trabajador, del mismo modo que entre el empresario y su entorno social

(Weber M., 1924).

24 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

El empresario domina y somete a su fuerza de trabajo asalariada y la presiona para

que cambie y se ajuste a las exigencias del proceso productivo capitalista (encontrando

a veces decidida resistencia); pero también se reconoce el proceso opuesto, en el que

el empresario en alguna medida debe adecuar su organización, forma de gestión y

modalidades de trabajo al tipo de elemento humano y social del que dispone para

desarrollar su actividad: la forma de empresa y de autoridad resultante también

dependen del tipo de trabajadores con que se cuenta.

Según las condiciones históricas de cada momento, las relaciones laborales que se

construyen reflejan los intereses de empresarios, pero también las limitaciones de éstos

para controlar el proceso productivo y algunos de los intereses de trabajadores. Lo que

se sigue de estos supuestos, es que las formas paternalistas de relaciones laborales,

han sido hasta cierto punto una necesidad y una solución inevitable dadas las

características de la fuerza laboral vinculada a la empresa y al trabajo industrial en las

circunstancias de cada momento.

Asi pues, el cumplimento de su plan de inversión y explotación económica en

determinadas condiciones hizo inevitable para el empresariado la adopción de vínculos

personalizados y actitudes dadivosas. Aspectos que quedan reflejados en las ideas y

justificaciones del discurso empresarial o ideología administrativa que elaboran las

minorías para defender, dentro y fuera de las organizaciones, el poder y control que

detentan frente a las mayorías, a las que exigen obediencia (Bendix,1966).

Todas las prácticas relacionadas con la autoridad, entre ellas las de generosidad y

tutela, en gran parte están sustentadas y acompañadas por nociones de

Responsabilidad Social Empresarial y tienen un desarrollo histórico apreciable, en el

cual es posible distinguir varias etapas e ideas dominantes. En el siglo XIX se

consideraba que los empresarios eran responsables por la suerte de los asalariados/as y

de sus familias, lo que llevaba a que las empresas más grandes ofrecieran a sus

trabajadores/as o al menos a un núcleo central de los mismos, oportunidades de trabajo

estable, servicios de alimentación, salud, educación, préstamos o servicios de vivienda.

Con el tiempo varios de estos servicios se fueron convirtiendo en responsabilidad de los

Estados para con los ciudadanos o entraron a formar parte de las reivindicaciones y

conquistas del movimiento obrero.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

25

Los discursos empresariales justificadores de la dominación, invocan las acciones

generosas y tiene un sentido legitimador que cambia a lo largo del tiempo. En fases

tempranas del capitalismo se trataría de lograr prestigio y reconocimiento social frente a

otros grupos sociales competidores; puede tratarse de la necesidad de reivindicar su

poder económico y propiciar un consenso con la opinión pública, los trabajadores o los

legisladores. En un escenario en que las exigencias de disciplina y esfuerzo productivo

se intensificaban, y en presencia de movimientos obreros organizados, se trataría de

una respuesta a la cuestión social como fenómeno de desigualdad y distribución de los

beneficios que debía resolverse (Kocka J., 2002).

Ante reclamos y cuestionamientos a su autoridad y riqueza, los empresarios pueden

ampararse en el orden legal de la fábrica y el contrato laboral, pero en general tienden

a buscar algún medio para conseguir la aceptación de los trabajadores, pues solo asi se

alcanza su disposición óptima al trabajo y el rendimiento que se requiere de ellos. Dentro

de los medios para conseguir ese consentimiento productivo se identifican los modelos

patriarcales del patrono como figura ejemplar, que además concede alguna

remuneración o protección adicional al básico exigido por la ley como forma de

ampliar su base de legitimidad (Kocka J., 2002).

1.2.2 El paternalismo como parte de un contexto económico

rentistico

En el caso del empresariado de los países de nuestro estudio, su búsqueda de legitimidad

no apuntaría solo a la justificación de un poder y posición preeminente alcanzada con el éxito

económico, sino que tendría una necesidad adicional de elementos legitimadores en virtud

de la marcada orientación rentística de sus estrategias de actuación.

Como vernos, en las condiciones histórico - políticas del desarrollo capitalista de Colombia

y Venezuela, el rentismo predominante hace que los empresarios deriven elevadas y

notorias utilidades de política públicas favorables, e incide en que sea más acentuada la

práctica del paternalismo en el manejo sus organizaciones, tanto el que se orienta a la

interacción con los trabajadores, como a los otros entornos sociales de las firmas.

26 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La idea de la conducta rentística, típicamente ha sido empleada en los estudios

económicos y de historia de actividades y firmas, para definir una forma de actuación

empresarial que se considera distante del capitalismo competitivo e innovador y por

ello pernicioso para la sociedad. La actividad del rentista pretende unos beneficios que

no están en consonancia con su esfuerzo; se trata de alguien que desde la comodidad

de un privilegio obtenido del Estado, se enriquece sin arriesgarse y sin aportar al

sistema. La actividad rentística se considera una perturbación o distorsión de un

sistema que de otro modo debía tender al crecimiento, la productividad y la

innovación; una alteración del escenario de variables ideales del mercado competitivo

y el papel del Estado gendarme al estilo de los países del primer mundo.

El economista norteamericano Gordon Tullock inspirándose en supuestos neoclasicos

hizo desde los años 60s las primera formulaciones que dieron base a la noción de

rentismo y conducta buscadora de rentas, al estudiar una variedad de temas, entre ellos

las prácticas monopolísticas10. La síntesis que este autor hace en uno de sus

numerosos escritos sobre el tema, describe los primeros avances del concepto

(Tullock G., 2005: 25 - 29).

En ésta pionera y ya clásica perspectiva el rentismo se consideró un fenómeno ‗que

siempre ha estado entre nosotros‘ y se inscribía en el marco de las condiciones del

mercado competitivo, en las que la intervención del Estado o las disposiciones

gubernamentales sobre comercio y actividad económica, conseguidas con

procedimientos de intriga y corrupción en componendas entre interesados privados y

funcionarios, generan beneficios perversos e indeseables. El uso de conexiones

políticas para obtener ventajas es la situación más asociada al rentismo, pero también

se contempla el ejercicio de poderes monopólicos y el aprovechamiento de

10 A pesar de las primeras contribuciones de Tullock, el término Rent seeking se empleó por

primera vez en 1974, cuando Anne Krueger escribió un artículo titulado ‗economía política de la sociedad buscadora de rentas‘. En este escrito, en el que no se usaban contribuciones de Tullock, el tema central eran las economías orientadas al mercado en las que las restricciones gubernamentales, específicamente sobre el comercio internacional, tenían efectos nocivos. La autora aportó algunas mediciones acerca del valor de las rentas de licencias de importación para India y Turquía, encontrando que eran grandes con relación al producto nacional bruto de esos países.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

27

deficiencias en las estructuras corporativas de gobierno para obtener una cuota

excesiva de ganancias11.

Dentro de los antecedentes del estudio de la conducta rentistica, se menciona el interés

en la segunda post guerra, por situar el análisis normativo de la política pública sobre un

firme fundamento analítico. La economía intentaba entender las pérdidas asociadas

con las imperfecciones del mercado; medidas de equilibrio parcial de las pérdidas

ocasionadas por monopolios, tasas, tarifas, barreras al comercio, fueron desarrolladas

(Congleton, R. y otros, 2008)

En torno al tema, se emprendieron cuidadosos estudios empíricos para medir tales pesos

muertos; se comprendió que las políticas públicas que los producen no existen por

ellas mismas sino que son a menudo el producto de sistemáticos esfuerzos de

grupos afectados por esas políticas. Sin embargo las ventajas generadas para los

grupos de interés no fueron totalmente consideradas.

Entre los supuestos de esta teoría, que se apoya en una perspectiva histórica que

parte del mercantilismo, está la idea de un mercado competitivo en el que

predominan las conductas fomentadoras de riqueza, de las que se puede derivar la

eliminación de las firmas menos eficientes. Sin embargo algunas de las acciones

empresariales se orientarían a buscar rentas cuando individuos y organizaciones, que

pretenden alcanzar privilegios, gastan recursos en actividades de lobby ante instancias

gubernamentales. En tal situación, tanto los recursos dedicados al cabildeo, como los

privilegios obtenidos son desperdicio de capital escaso en el sistema, siendo por ello

una conducta perjudicial a la sociedad.

Para Tullock, las actuaciones de interés particular, con las que un sector económico

logra alterar a su favor el neutral poder público son el impulsor fundamental del

rentismo: se hace una inversión con la que se aspira a un poder de monopolio o

11 Desde 1980 se han editado destacados textos para reunir los principales avances de la

escuela del rentismo, entre ellos Toward a Theory of the Rent - Seeking Society (1980) Buchanan, Tollison y Tullock; The Political Economy of Rent - Seeking (1988) Rowley, Tollison y Tullock, pero se puede considerar que en (Tullock 2005) se compila lo más significativo de la teoría.

28 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

privilegio. Estas inversiones no productivas tendrían como foco el gobierno y su

burocracia, con lo cual se incrementa la propia riqueza, aunque se desperdician

recursos sociales12.

Además, el análisis se extiende a otros niveles como los mecanismos de la

democracia. Se sostiene que el modelo de elección pública resulta desvirtuado en la

medida que poderosos grupos de interés y burócratas, aspirando a rentas, y a

instancias de un electorado mal informado, acomodan decisiones legislativas en

provecho propio; insiste en que se trata de tendencias que gastan recursos escasos y

reducen la riqueza colectiva (Tullock 2005 parte 1).

Cuando es posible que los intereses privados restrinjan la libre competencia e incidan en

las decisiones gubernamentales para conseguir privilegios y monopolios, se generan

intentos de otros por evitar el pago de esas rentas (o por conseguir los mismos

privilegios?); también se producen desvíos de recursos de actividades productivas a

no productivas cuando las corporaciones contratan a manipuladores políticos como jefes

ejecutivos y destinan a otros de sus cuadros a trabajar en el nivel gubernamental

tratando de evitar las nocivas consecuencias de las leyes y regulaciones improductivas.

En todas las condiciones institucionales las rentas serían indeseables, por reducir la

riqueza general de la sociedad; en el único caso en que se refiere a buenas rentas, es

cuando una innovación genera cuasi rentas en un sistema competitivo de mercado; ello

es positivo aunque deje a algunos de los iniciales productores fuera del mercado, y

resultaría indeseable cualquier media gubernamental tendiente a restringir las

innovaciones para evitar perjuicios a los productores.

En el apartado en que se sitúa más específicamente en la firma, Tullock insiste en

que la búsqueda de rentas ocurre a menudo por lobby de regulaciones económicas

como aranceles. La captura regulatoria es un concepto relacionado que se refiere a la

colusión entre firmas y agencias gubernamentales asignadas a regularlas, la cual es vista

12 La cuantificación y empleo de modelos con detallado manejo de cifras puede llegar a ser

grande, p.e., en algunos de los trabajos se estiman y sopesan todos los costos del lobby; las atenciones y regalos a los funcionarios; las ventajas adicionales conseguidas por la firma.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

29

como facilitadora de extensiva conducta buscadora de rentas, especialmente cuando las

agencias gubernamentales deben confiar en las firmas por su conocimiento del mercado.

Si comprar un ambiente favorable es más barato que construir más eficiente capacidad

de producción, la firma escogerá la primera opción, cosechando ingresos que no están

en absoluto relacionados con ninguna contribución a la riqueza o el bienestar total. Esto

resulta de una distribución de recursos sub optima, además de gasto monetario en

lobbismo, en perjuicio de rubros como: investigación y desarrollo; mejora en las

prácticas empresariales; formación de personal; capitales adicionales. Todo lo cual

resulta pernicioso por retrasar el crecimiento económico.

El rentismo en el mundo no industrializado

Como hemos visto, la conceptualización del rentismo se inspiró más en el capitalismo

competitivo avanzado, con predominio del libre mercado, un limitado y claro papel del

Estado, asi como una escala y complejidad tal de la vida económica que hace dominante

lo anónimo y abstracto de las interacciones. Sin embargo, una corriente de

investigaciones inspiradas en esta problemática analizó fenómenos de los países del

segundo y tercer mundo. Dentro de la escuela del rentismo, orientadas a comprender

los patrones de crecimiento y desarrollo en economías del 2º y 3º, realiza

contribuciones de interés. En tales espacios esa teoría ayudó a demostrar que la

búsqueda de rentas y su consecuente distribución equivocada de recursos y corrupción

reducían las posibilidades de crecimiento económico, y que en cualquier Estado nación

era inevitable la disipación de rentas. Del mismo modo, explicar las dificultades de la

transición de las economías a modernas capitalistas13.

El estudio de (Morck R., Yeung B., 2003) desde una perspectiva comparativa

internacional, analiza el fenómeno del control familiar de las firmas y grupos

empresariales, y su influjo en la construcción de conductas buscadoras de rentas y en

13 Algunos títulos ilustrativos son: Khwaja Asim / Mian Atif Corruption and politicians: Rent-

seeking in an emerging financial market 2004 (Estudio sobre Pakistán); Fischer Pius Rent-seeking, institucions and reforms in Africa: Theory and empirical evidence for Tanzania Tesis PHD University of Konstanz; Coolidge J / Ackerman S., High level rent seeking and corruption in African regimes: Theory and cases 1996 (World Bank Group, Yale University); Ahbijit Banerjee, et ali Inequality, control rights, and rent seeking: sugar cooperatives in Mahrashtra in Journal of political economy #1 2001 Chicago University.

30 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

el desarrollo económico de los países; los autores incorporan y contrastan elementos

del institucionalismo como la confianza y el capital social.

A partir de información sobre estructura de la propiedad en las firmas más grandes y

medianas y correlaciones simples respecto a PIB y variables de desarrollo económico de

27 países, los autores, contrastan dos escenarios económicos. Uno en donde es elevado

el control y la concentración de la propiedad en reducidos grupos familiares; existe un

alto nivel de confianza entre las elites económicas y políticas, que promueve la

búsqueda política de rentas y el atraso social y económico del país es notable. En

oposición al anterior, otro de países desarrollados como Estados Unidos, que se

caracterizan por manejar los negocios por medio de administradores profesionales para

accionistas dispersos; hay poca confianza entre las elites; y se tiene un alto nivel de

desarrollo económico y social general.

Frente a interpretaciones en que se valora la confianza entre sectores sociales como factor

favorable a la dinámica económica, los autores sostienen que una mala distribución de la

confianza y su concentración entre integrantes del sector gubernamental y empresarial,

resulta muy proclive a la corrupción, la búsqueda de rentas por parte de las elites

empresariales y al atraso general. Cuando la propiedad de las firmas está concentrada

en familias oligárquicas, estas tienen una innata ventaja como buscadores de renta a

causa de sus lazos de sangre con elites políticas, longevidad, pequeño número, habilidad

para coaligarse. Se presenta entonces un juego cooperativo entre miembros de la elite y no

cooperativo entre la elite y el resto de la sociedad

La aplicación de indicadores de control familiar oligárquico para diferentes países y

su relación con el PIB y otros indicadores de desarrollo mostró que los países de

altos ingresos tienen menos control familiar oligárquico. Además de que las grandes

familias propietarias son más importantes en los países pobres, se encontró que factores

como la inadecuación y escasez de infraestructura física del país, la peor mortalidad

infantil, la baja calidad educativa, aparecen también relacionadas con el más alto

control oligárquico de las firmas.

Aunque los autores aceptan la complejidad de una relación simple causa – efecto y la

existencia factores endógenos y codeterminantes, en la asociación control familiar

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

31

oligárquico - atraso, dejan claro que en los países en que crece más rápido el

ingreso per cápita, pocas de sus grandes firmas son controladas oligárquicamente.

Dentro de la aproximación a las consecuencias para la firma de este entorno rentistico,

se insiste en que los talentos profesionales no son aprovechados porque junto con una

parte de recursos se destinan, no a la inversión real, sino a la búsqueda política de

rentas: lobby político, jueces influyentes y favores de burócratas; se entorpece y

desestimula la inversión y la corrupción oficial es una barrera crítica para crecer.

Como han señalado otros autores, en condiciones rentísiticas las inversiones en

innovación producen menos retornos que las inversiones en sobornos para cambiar la ley

y obtener ventajas, por ello prevalecerá el soborno sobre la inversión real. Frente a la

idea de Schumpeter, acerca de la innovación como juego de suma positiva, la

búsqueda de rentas sería en estos casos un juego de suma negativa.

En síntesis, ocurre una retroalimentación positiva en que control familiar oligárquico,

búsqueda de rentas políticas y pobreza se perpetuán entre si. Las sociedades en las

que predomina la búsqueda de rentas se alejan de los esfuerzos innovadores y crecen

más lentamente. Esta trampa de los bajos ingresos está asociada con un control

oligárquico familiar que involucra una bien desarrollada pero indeseable confianza entre

miembros de la elite. El problema central aquí no es la ausencia de confianza, como

pensarían algunos institucionalistas, sino una indeseable distribución de confianza.

Por otra parte, debe considerarse que cuando se definen políticas públicas como las de

industrialización sustitutiva en nuestros países, de entrada se crea un escenario rentístico,

ya que se escogen sectores a ser favorecidos por medidas de apoyo; no existe una

neutralidad o imparcialidad del Estado con relación al empresariado y este puede

buscar el aumento de las medidas de protección o su prolongación en el tiempo.

Rentismo minero y petrolero

Otras perspectivas entienden el Rentismo como fenómeno derivado de la abundancia de

un recurso natural que puede ser vendido en el mercado externo. La tesis de la

enfermedad holandesa ayuda a conformar una perspectiva, en que esa abundancia

tiene amplios efectos negativos en la medida en que llega a ‗distorsionar la estructura

32 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

y la asignación de los recursos económicos, a redistribuir regresivamente el ingreso

nacional y a concentrar la riqueza en pocas manos, mientras se generaliza la pobreza, se

originan crisis económicas recurrentes y se consolidan mentalidades «rentistas», además

de profundizarse la débil y escasa institucionalidad, alentarse la corrupción…‘ (Schuldt J.

/ Acosta A. 2006).

Otros aspectos significativos que mencionan estos autores están relacionados con: las

euforias inflacionarias de los booms exportadores; el endeudamiento externo y sus

lastres hacia las posibilidades futuras de desarrollo; efecto enclave en el que se aísla

el sector exportador y se acentúa el atraso y la heterogeneidad productiva del país; la

creación de poderosos Estados empresariales dentro de débiles Estados nacionales y

el debilitamiento del Estado, cuando éste es sustituido por los inversionistas privados en

el suministros de servicios como educación, salud y bienestar social.

En otro análisis, se destacan las consecuencias negativas de los excedentes de

exportación en manos de un Estado débil y sin capacidad institucional, en el cual se

produce el llamado ‗efecto voracidad‘, el cual desata una afanosa y nociva lucha de

grupos locales y sectores empresariales por apropiárselos, generando procesos de

corrupción, desvío de recursos y expectativas hacia las decisiones en la esfera política

que apartan al empresariado de la competencia y la innovación creativa (Aaron T. /

Lane P., 1999).

La paradoja de la abundancia seria el rotulo para describir otro grupo de estudios en

los que se analiza porque a pesar de sus bonanzas, resulta un imposible para los

países ricos en recursos naturales, salir del atraso. Dentro de este enfoque y sobre

una amplia base cuantitativa, Bravo-Ortega C. / De Gregorio J., (2002), apelaron a un

ejercicio de comparación entre países escandinavos (Finlandia, Noruega y Suecia) y

latinoamericanos (Argentina y Chile), en el que demostraron que no siempre las

riquezas naturales conllevan la fatalidad de la pobreza. Cien años atrás los dos

grupos de países, siendo poseedores de similar riqueza natural, tenían un nivel

equivalente de ingresos y situación económica, mientras que hoy los latinoamericanos

clara y abrumadoramente son superados por los europeos.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

33

La perspectiva aplicada sugieren que los recursos naturales son perjudiciales para el

crecimiento económico en países con bajos niveles de capital humano, aunque tengan

un positivo efecto ingreso; el efecto negativo sobre el crecimiento podría surgir por

arrastre de recursos de otros sectores capaces de generar crecimiento económico

adicional. El escrito resalta la trayectoria de países ricos en recursos naturales que

comienzan con altos niveles de ingreso, acumulan capital humano y aceleran su

crecimiento. Los recursos naturales, en este caso no serían una maldición, aunque en

presencia de muy bajos niveles de capital humano, causan estancamiento de la

economía porque ésta puede especializarse en un sector con baja productividad.

El estudio de Terry L. Karl (1997), ha demostrado la particularidad del rentismo

petrolero y la especial intensidad con que su lógica penetra muy a fondo la sociedad

y el manejo del Estado, dejando su impronta en aspectos como la limitada

profesionalidad de la administración pública; la debilidad de la función fiscal; el

personalismo y presidencialismo extremo; la regulación excesiva de la vida económica y

la pretensión fallida de una industrialización estatal.

Este rentismo configura el escenario en que se estructura la empresa moderna y la

conducta de los actores de la economía. Para el análisis histórico queda por explicar

la postura del empresario que ha sido claro beneficiario de políticas rentísticas y participa

del proceso asumiendo el rol de benefactor paternal con prácticas de asistencialismo

al interior de su firma y de filantropía hacia el entorno.

Por una parte, como patrono debe transigir ante lo que le reclama el entorno laboral y

socio político con actores surgidos e influidos por ese mismo rentismo; por otra parte

requiere actos que lo legitimen frente a la sociedad en general y sectores críticos.

Necesita que lo exculpen de un enriquecimiento, que en general no se acompaña de la

generación de especiales capacidades productivas; lo anterior, a veces en presencia de

crisis políticas y en medio de la resaca del boom, que deja pobreza y agudos

problemas sociales.

1.2.3 Paternalismo, reciprocidad y control social

34 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

El trato paternalista con sus elementos de mando personalizado y particularista, tiene

en el ámbito privado de las firmas, del mismo modo que en la interacción entre elites

y dominados su escenario más notable. La mirada a los intercambios entre tan

desiguales sectores de la sociedad, muestra diversas manifestaciones de calidez y

proximidad en las relaciones personales, que se manifiestan en ritos y símbolos

compartidos. En muchos casos se trata de definiciones y expectativas consuetudinarias,

con antecedentes y evocaciones nostálgicas que se pierden en los tiempos más

remotos desde los que la unidad domestica se proyectó a toda la sociedad

(Thompson E.P. 1979).

En el análisis que hace Thompson de las relaciones entre la Gentry y los sectores

que le deben obediencia en el siglo XVIII inglés, destaca las conductas generosas de

la minoría dominante como parte de rituales de calculada teatralidad y afectación que en

ciertos momentos hacía de su liberalidad espectáculo, del mismo modo que todo lo

que tienen de mito o ideología que mira hacia un pasado primitivo e idealizado.

Las acciones magnánimas examinadas en su aporte real, evidencian que se trataba

principalmente de gestos planeados que no llegaban a traducirse en

responsabilidades reales, pero que cumplían un papel en la preservación el orden

social; podían hacer olvidar la dureza de las imposiciones y garantizar a cambio una

desmedida lealtad. Todo lo cual postergó por largos periodos antes de la

industrialización, el enfrentamiento entre las clases.

No obstante, se generaban elementos de consciente reciprocidad y equilibrio entre

los grupos sociales involucrados en la relación paternalista. La realización de un papel,

no exento de teatralidad por parte del sector favorecedor y controlador del otro, ocurría

en condiciones tales que ambas partes de la ecuación eran un poco prisioneras de la

contraria: unos aportando deberes y funciones benefactoras y los otros deferencia y

obediente acatamiento.

Ante el avance de la racionalidad capitalista, con sus derechos de propiedad, nuevas

clases en ascenso, salarios y cálculo económico, una heterogénea multitud construye

diversas formas de resistencia a través de la prensa, la ley, el tumulto (motines, pero no

rebeliones), el apoyo religioso y desde luego todo lo que se deriva de la costumbre con

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

35

sus rituales de protección – sumisión, el ‗capital emocional‘, las formas simbólicas de

reciprocidad.

Se presenta la compleja interacción del poder, lujos y consumos suntuarios de la

Gentry, del mismo modo que los elementos variados de cultura plebeya: el papel de

sumisión y dependencia, pero también su fuerza como tumulto anónimo y sus

solidaridades de un tipo de gremio que es a la vez de talante artesano y precursor de

los sindicatos modernos14.

Lo significativo en esta etapa de cambios, es que los plebeyos conscientes de su

posición vulnerable y aún sin lo que sería una conciencia de clase obrera, aprovechan

sus espacios como multitud, mantienen por casi un siglo el esquema de reciprocidad –

equilibrio y lo explotan con habilidad. De este modo, aunque limitados por la

hegemonía de la gentry y sus recursos de control, conservan algunas prerrogativas y

confrontan las abrumadoras exigencias de la nueva economía dominante.

Los elementos de sentimiento y conveniencia típicamente presentes en las

manifestaciones de generosidad patronal, son explorados por Richard Sennett (1982),

a partir de su definición de paternalismo como ‗autoridad de falso amor‘, que se

ubica en el extremo opuesto a la autoridad sin amor de las modernas organizaciones

burocráticas impersonales. La falsedad del amor que las autoridades paternalistas

profesan por sus súbditos, estaba en que cuidaban de ellos, solo porque asi

beneficiaba sus propios intereses.

El paternalismo se entiende en primera instancia como una tendencia del siglo XIX a

asimilar la autoridad a la imagen de un padre de tiempos más amables y estables,

14 James Scott (1990) se ha referido a los discursos y posturas estratégicas de los sectores

subordinados, ante los poderosos que en la ‗puesta en escena teatral‘ de su papel, tienden a sobreactuar su poder y reputación. Encuentra complejas formas de resistencia cotidianas e inevitables en toda relación de poder, sutilmente manifiestas en los momentos de calma aparente, cuando se evita la confrontación directa. El aprovechamiento de los gestos de generosidad del patrón con un simulado agradecimiento y sumisión en el discurso estereotipado y ritualista de los dominados, serían un disfraz y un papel conveniente, que ocultaría hasta un momento más adecuado, su inconformidad y oposición frente al poder.

36 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

superpuesto sobre la imagen de un jefe; lo que en el fondo era esencialmente una

idealización del antiguo orden que se estaba extinguiendo frente al mundo moderno,

racional y burocrático. Esta metáfora evocadora de un pasado deseable, se inspiraba

en el hecho real de que en los siglos XVII y XVIII el padre había sido efectivamente un

jefe en las explotaciones económicas centradas en la familia, pero confrontaba ahora el

duro derecho material detentado por jefes que distaban mucho de ser protectores y

solidarios con sus empleados.

Con la extinción del patrimonialismo, se hacía necesario hallar un medio para legitimar

el poder fuera de la familia mediante una invocación de los papeles desempeñados

dentro de la familia. El paternalismo estaba en el centro de esta exhortación, con la que

se esperaba lograr que los sometidos fueran leales, agradecidos y pasivos.

Antes que las fábricas, fueron los hospicios, asilos y prisiones, los espacios en que se

pretendió establecer comunidades conforme a criterios paternalistas, destinadas a

reformar la personalidad, pero similares componentes de combate a la corrupción e

inculcación de valores morales estuvieron presentes también en muchas de las

comunidades industriales.

Teniendo por referente experiencias como las de las ciudades industriales de Francia y

E.U., el autor plantea una periodización que destaca las siguientes etapas del

paternalismo en el mundo desarrollado, según el propósito que se persiga en cada

una:

1- Negación del individualismo: presente a lo largo del siglo XIX, en la medida que las

actuaciones paternalistas también se veían motivadas por un deseo de establecer

contactos cara a cara y crear comunidad, en un sistema económico regido por el

individualismo y la competencia.

2- Control eficiente: algunos empresarios procuraban servicios comunitarios para

sus empleados, apreciando en ello el valor moral, de hacer trabajadores más

satisfechos y por ello más productivos y con menos tendencia a ir a la huelga.

Considerando estas dos etapas, se puede decir que el paternalismo empresarial

pretende responder a dos impactos del gran capitalismo sobre la sociedad. En primer

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

37

término a la separación que crea entre las esferas de la familia y el trabajo, cuya unión

material característica de la era patrimonial, solo se recuperaría más adelante y de

modo funcional con el estado asistencial. Asi mismo y como veremos, en acuerdo

implícito con Polanyi, Sennett considera que el paternalismo quería remediar en algo el

aislamiento y abandono en que quedaron los individuos frente al mercado; situación

que más adelante resultó moderada por el Estado asistencial. La integración

simbólica de familia y trabajo, asi como la cohesión y estabilidad comunal que

esperaban lograr los paternalistas empresariales apuntaba también a obtener tasas

más elevadas de productividad.

3- Rentabilidad: orientación presente en numerosas ciudades – fábrica que ante el

volumen de sus operaciones y el número de trabajadores vinculados a ellas, se

diversificaron hacia la construcción de viviendas y la propiedad de tiendas al por menor

en las que vendían a los empleados.

El análisis de Thompson destaca la teatralidad impactante de las prácticas

paternalistas y su papel en el sometimiento de los subordinados, del mismo modo

que la compleja reciprocidad que vincula a las dos partes implicadas en la relación

de autoridad. Sin embargo su aporte al estudio del tema, va más allá, al sugerir

trascender el sentido descriptivo generalizado, del término paternalismo y su reducido

poder explicativo para caracterizar un sistema de relaciones sociales.

Como hemos visto, variadas expresiones de paternalismo se encuentran en firmas de

todos los tiempos en diversos países, de modo que no se dice gran cosa afirmando que

una sociedad o un orden de relaciones es paternalista. Por lo cual resulta útil la

indicación metodológica de Thompson, en el sentido de ir más allá de las expresiones

emotivas de las fuentes sobre bondad patronal, para analizar más bien las expresiones

institucionales que genera ese paternalismo, especialmente las que evidencian un

‗control de toda la vida del trabajador‘, que desborda lo referente a la compra de su

fuerza de trabajo. De este modo podrá valorarse la trascendencia de esa

manifestación del poder como elemento mediador en las relaciones sociales.

Asi pues, el paternalismo como rasgo propio de la interacción entre grupos sociales,

admite una caracterización descriptiva y funcional, pero lo más significativo

38 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

analíticamente sería, como lo ilustra el análisis de Sennett responder a qué

condiciones históricas corresponde y a qué procesos socio políticos e económicos

contribuye en un entorno determinado.

Esta perspectiva es provechosa en los dos casos nacionales que se pretende analizar

comparativamente, ya que en diferentes espacios sociales, se advierten distintas

expresiones institucionales de paternalismo que se han generado en compleja

simbiosis con elementos modernos de institucionalización del conflicto capital –

trabajo, relaciones laborales y organización empresarial.

Como veremos, las expresiones de autoridad y prácticas empresariales han tenido

dinámicas de cambio, que representan tanto una persistencia o continuidad de

estructuras sociales, como una serie de procesos de aprendizaje, racionalización e

institucionalización en la esfera empresarial. Del mismo modo es evidente que este

tipo de paternalismo, en un escenario en que los industriales fueron generosamente

protegidos por la política pública, y actuaron rentísticamente, cumplió el doble papel

de aportar legitimidad y servir como mecanismo de control social.

Dado que este estudio se orienta al actor empresarial como promotor de discursos

y prácticas paternalistas, la cuestión de las posturas, respuestas y actitudes del sector

obrero como destinatario y coparticipe de esas conductas a lo largo de diferentes

períodos y contextos productivos es compleja y solo parcialmente podrá abordarse. La

descripción a nivel de firmas muestra diversas evidencias de reciprocidad convencida y

clara persuasión, mientras que en otros casos se manifiesta una respuesta ritualizada,

calculada o de simple interés pragmático por los beneficios que se recibían.

En general, procesos como la profesionalización de las áreas de asistencia y bienestar

laboral; el ingreso de generaciones de trabajadores con más escolaridad y el avance de

las relaciones industriales y la actividad sindical, debilitan los supuestos de la

interacción paternalista, sin embargo como veremos, en algunos casos esta forma de

autoridad subsiste a pesar de tales cambios o resurge y vuelve a ser promovida en

períodos más recientes.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

39

1.2.4 Desarrollo del Sistema de protección social y ocaso del

paternalismo

En términos generales, el final del paternalismo como esquema de autoridad y

discurso legitimador del poder desde el enfoque tradicional ocurre en la medida que

se afianza la modernidad con sus valores democráticos, la lógica de los derechos

sociales, los acuerdos entre sectores de la sociedad y contratos en el marco legal. Se

produjo una lenta evolución, en la que pervivieron elementos tradicionales, y ocurrieron

complejas y variadas interacciones entre las nacientes instituciones de protección y el

paternalismo de autoridades y patronos, en una etapa en que la industria y la

empresa moderna surgían y se afianzaban.

Las tesis de la clásica obra de Karl Polanyi (1997) sobre el desarrollo del capitalismo y

la sociedad moderna, giran en torno a la interacción entre el movimiento de expansión

continua del mercado y el contra movimiento de protección de la sociedad; dinámica

que en principio tendió a fortalecer la auto regulación del proceso. El empuje sin

precedentes del capitalismo desde el siglo XVIII amenazaba tan seriamente a la

sociedad que fue necesario proteger, no solo a los seres humanos y los recursos

naturales del impacto del mercado autorregulado, sino también a la propia

organización de la producción capitalista.

En este trasfondo se detalla el antagonismo histórico de dos fuerzas esenciales, por una

parte, el liberalismo económico orientado al mercado auto regulador y sustentado en el

librecambio por las clases comerciantes; por otra, la protección social dirigida a

conservar al hombre, la naturaleza y todos los afectados por la acción del mercado. Este

último propósito era de interés para la clase obrera, y los propietarios de tierras, que se

esforzaban por estructurar una legislación protectora, asociaciones restrictivas e

instrumentos de intervención.

En el siglo XIX, en todos los países capitalistas se produce un conjunto de

manifestaciones ‗casi universales y generalmente de orden exclusivamente práctico‘ que

permiten concretar este movimiento proteccionista; se trata de reformas, regulaciones y

nuevas instituciones orientadas a rectificar un buen número de consecuencias

negativas del avance irrestricto del mercado.

40 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En el análisis de Polanyi, no es el Estado el que se contrapone al mercado sino la

sociedad, en una línea de actuación en la que participa el empresariado, o parte

apreciable del mismo, como componente de la sociedad. Es asi como en las compañías

se establecen algunos elementos de bienestar y amparo, que al mismo tiempo que

anticipan los futuros sistemas nacionales de protección, son una continuidad de

antiguas tradiciones gremiales y artesanales. Sin embargo, dadas las condiciones en

que se producen, esas prácticas patronales son también una calculada obsequiosidad

que corresponde a propósitos de control social, legitimidad de la autoridad, mejor

manejo de la fuerza de trabajo.

En consecuencia, el paternalismo tiene el doble carácter de inicial instrumento de lucha

contra la inestabilidad obrera y primitiva forma de protección social, al mismo tiempo

que encarna un ideal regresivo del que se quisieron apartar los sectores obreros

(Castel R., 1997: 262).

En torno a la conformación de la relación asalariada y sus cambios, Robert Castel

describe procesos como la génesis de una idea laica de previsión que comenzó a

hacerse más importante y a tener instrumentos de realización como las cajas de

ahorro y las sociedades de socorros mutuos del siglo XIX. Estas últimas, no estuvieron

exentas de tensiones dado que podían ser empleadas para fines reivindicativos, pero

tuvieron apoyo patronal y significaron una esperanza de mejoramiento de la suerte de

las clases populares que resultaba compatible con la estructura liberal de la economía.

El nexo empresa - patronato dio mucha fuerza a este mecanismo, en virtud del poder

casi total del dueño de compañía sobre los obreros. Un patronato con connotaciones

morales surge cuando el patrono considera que más allá de un trueque de salario por

trabajo, debe haber interés por el obrero y esfuerzo por serle útil, desarrollando de ese

modo un elemento tutelar que se veía como una previsión de padre, un deber para

saldar totalmente su deuda con el trabajo.

Por otra parte, era también claro que al brindar servicios no impuestos por la estricta

lógica del mercado, el empresario combinaba elementos ideológicos y pragmáticos

inspirados en la equidad, que al mismo tiempo eran convenientes a su propio interés.

Los principales amparos del patronato se relacionaban con enfermedad o accidente,

mejoras en la vivienda, educación y ocio sano, pensión de invalidez, apoyo a viudas y

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

41

huérfanos, y en ellos el patrón se convertía en organizador de la seguridad del obrero a

quien se veía como incapaz de previsión y ahorro.

Es significativo que estos primeros industriales, partidarios del liberalismo económico

con su base contractual y salarial modernas, mantenían un tipo de relación tutelar

que era una supervivencia del mundo de las relaciones feudales, pero que les hacía

sentir que merecían el autentico nombre de ‗patrón‘ y eran más que un simple amo

o empleador: patrón significaba seguridad y paz, pero también subordinación. El

patronato se hizo paternalismo en las primeras fábricas, aunque el primero poseía

componentes más tradicionales, ambos tenían en común ser intentos de lucha de

conjunto contra la inestabilidad obrera, de modo que pueden considerarse las primeras

formas sistemáticas de protección social.

Obviamente, para Castel había aquí una paradoja ya que estas innovaciones

reactivaron formas muy arcaicas de dominación: hacen olvidar los avances de la

modernidad y proponen una utopía reaccionaria. Lo que deja en claro este proceso es

que el liberalismo desplegó dos modelos de organización social con tensiones entre si:

el intercambio contractual entre individuos libres, iguales, razonables y responsables; y

el intercambio desigual con quienes no podían entrar en la lógica de la reciprocidad

contractual. Este último se consideró el espacio para las intervenciones sociales.

El crecimiento de la industria, con sus exigencias de organización en gran escala

impuso relaciones objetivas y definidas por las tareas a realizar, suprimiendo las

relaciones de dependencia personal regidas por costumbres e imperativos morales. En

consecuencia, las relaciones formales y burocráticas desplazan gran parte del

paternalismo y sus relaciones de sujeción personal y afectiva.

Castel parece compartir con Polanyi la idea de que la empresa como institución

económica central del capitalismo, debe conciliar procesos que conllevan fuerte

antagonismo, en el centro de los cuales surge el fenómeno del paternalismo. Asi p.e.,

en el pasado fue continuadora de prácticas protectivas tradicionales como el patronato y

partícipe de otras nuevas como el mutualismo del seguro obligatorio; asi mismo, en el

42 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

presente sigue teniendo un dilema conflictivo entre los reclamos sociales y el

imperativo del mercado.

Sin embargo, una visión completa de la interacción de la firma, los sectores obreros

y la sociedad entorno a la conformación de mecanismos de protección social, pasa

por la comprensión de las dinámicas políticas. A ello se dirige el análisis de Jacques

Donzelot (2007) sobre la irrupción de lo social en el discurso político y su proyección

en las acciones estatales en Francia, con especial énfasis en las implicaciones del

proceso de 1848.

Este autor muestra distintos momentos de un prolongado debate social entre una

vertiente liberal que hace fuerte énfasis en el papel del mercado y otra que reclama la

intervención del Estado para mitigar los visibles efectos de la pobreza y desigualdad

de fortuna. El factor desigualdad en lo civil, es fundamental dado que hace aparecer

como incoherente un discurso centrado en la igualdad política y los valores

democráticos que se esperaba realizar en un proyecto republicano y soberano,

supuestamente aceptable para todos los sectores sociales.

Los debates políticos y las reflexiones filosóficas de la época trazaron las aristas de lo

que se denominó la cuestión social, entendida como producto de la contradictoria

situación en que por una parte, se garantiza formalmente soberanía política a todos,

mientras que por otra se mantiene una tangible inferioridad en la condición civil de una

parte de la población. Se reflejaron los dilemas políticos del momento, y el temor a los

discursos demagógicos, las expectativas de los sectores mayoritarios desposeídos y

los avances socialistas; del mismo modo que la aprehensión a que surgiera un Estado

que por intervencionista se hiciera monopolizador de la riqueza y la actividad económica.

Todo lo anterior llevó a que estas tensiones políticas se resolvieran dando más

importancia al derecho al trabajo, como forma de equilibrar lo que hasta entonces había

sido el enaltecido derecho a la propiedad, y a ambientar una especie de idea demócrata

cristiana sobre la asistencia como deber moral, antes que como derecho. Otras

importantes respuestas estuvieron en el surgimiento de la idea de solidaridad, derecho

social y negociación como forma de resolver las expectativas y temores entre los

grupos sociales.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

43

En el mundo del trabajo, la consecuencia de esta idea de solidaridad sustentada por

varias corrientes teóricas, fue la aplicación del derecho social y la técnica aseguradora

como solución no revolucionaria a problemas sociales como la enfermedad

profesional, los accidentes de trabajo, el desempleo, la vejez. De éste modo, con un

mecanismo de ahorro o ‗sacrifico previo‘ y socialización de riesgos se hacía posible

que ciertas garantías y protecciones al trabajador ya no dependieran solamente del

sentido de responsabilidad del patrono o de los instrumentos de reclamo legal del

asalariado.

La escuela tradicionalista reconocía el problema, pero seguía apegada a dispositivos

morales como la buena voluntad del empresario, el papel social de la familia y la

ayuda mutua. En última instancia la técnica aseguradora y sus certeza estadísticas,

tenía el doble papel de suprimir la conflictividad política y confrontar el paternalismo

voluntarista.

Frente a la homogeneización y carácter abstracto – racional de la lógica aseguradora y

de los derechos sociales, contrastaba el paternalismo aplicado con los consejos de la

magistratura del trabajo, la libreta de trabajo y el reglamento de los talleres; modelo de

autoridad que había sido desarrollado por los patronos casi facultados por la autoridad

del Estado. Bajo esta idea tradicionalista de responsabilidad y libre arbitrio del

empleador, se fomentó el particularismo con elementos de control y tutela, que

pretendieron llegar hasta la vida privada del trabajador, y resultaron altamente

restrictivos de su libertad y movilidad.

Una vez resueltas estas tensiones políticas, el paternalismo como elemento de

arbitrariedad del empresario e intrusión controladora en la vida personal del trabajador

se superó en virtud del desarrollo de la técnica aseguradora, ya inscrita fuertemente en

las instituciones del Estado – Providencia. A nivel de las firmas, lo anterior se reforzaba

con el surgimiento de la democracia industrial y sus procedimientos sindicales y

participativos; igualmente la corriente de la normalización del taylorismo con su

potencial productivo y de racionalización del ejercicio de la autoridad contribuyó a

superar el sistema de manejo paternalista.

44 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Obviamente, el proceso de institucionalización de la protección social en un marco

político moderno presenta diferentes variantes según como ocurra la interacción de

aspectos legales y organizativos, y los diferentes ordenamientos entre Estado, mercado

y familia, en todos los cuales la postura ante el paternalismo es definitoria

En el planteamiento de Esping-Andersen (1993) sobre los tres regímenes de Estado

bienestar (conservador, liberal y socialdemócrata) se valora el aporte de la política y la

movilización obrera a la formación de los Estados de bienestar, pero desde la mirada de

los casos específicos se sugiere comprender su evolución ‗...como el resultado de la

historia del Estado en la formación de la nación y/o la influencia del conservadurismo y

del catolicismo‘. Dentro de los factores políticos se contempla el modelo de formación

política de la clase obrera y el tipo de coalición política de clase que permite asumir

la transición de la economía rural a la sociedad de clases medias (Esping-Andersen

G., 1993: 21, 54).

En la explicación del surgimiento y configuración variada del Estado Bienestar se

sopesan las teorías funcionalistas de la modernización y las teorías del poder.

Admitiendo que las diferencias de enfoque dificultan la vinculación de los aportes de

la primera que mide con mucha precisión un conjunto limitado de variables y de la

segunda que explora más amplia e históricamente la política.

Se contrasta la tesis de los inevitables procesos de redistribución ligados al

crecimiento demográfico, urbanización, industrialización y salarización, con su opuesta

que valora la manera en que la política y el balance de poder inciden en la sociedad

y determinan el perfil del sistema de protección social: su grado de desmercantilización

del trabajo, estratificación y universalismo.

La armonización final y un poco provisional de las dos perspectivas lleva al análisis

relacional del poder en el que se interpreta la construcción del Estado bienestar en

cada país, aceptando el impacto combinado de los movimientos de izquierda y el poder

católico ‗absolutista‘. El análisis estructural de aspectos significativos del sistema de

protección social, identificando las determinaciones históricas y la influencia de lo

político en su desarrollo haría posible definir la causalidad del proceso (Esping-

Andersen G., 1993: 180).

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

45

Aunque el avance del Estado Bienestar por naturaleza suprime el paternalismo, la

conformación del modelo conservador presenta un buen número de nexos y

afinidades con él. Los promotores de la variante conservadora de la protección social

resisten a la mercantilización de los individuos pero solo en razón del peligro que ello

representa para el mantenimiento de su poder y privilegios; asi mismo optan por la

ayuda paternal de las economías domésticas, los gremios y el papel benefactor de la

iglesia, generando tres líneas de evolución: feudal, corporativista y estatista. Dentro de

la primera, el favoritismo y el clientelismo son las versiones más recurrentes, con

prácticas paternalistas que se extienden hasta el presente y llegan a ser un elemento

del pasado que contribuye al avance de la empresa privada moderna Esping-

Andersen G., 1993: 62.

La combinación de salario y bienestar social, con mecanismos de ayuda a viudas y

huérfanos fueron características de la actividad de corporaciones y gremios y formas

de integrar a los individuos y resistir a la mercantilización; las tendencias de abolición

de gremios hicieron que evolucionaran a mutualidades. En el modelo estatista a

esta misma integración social se adicionaba la conservación de la autoridad y la lucha

contra el socialismo; este esquema tuvo versiones absolutistas caracterizadas por el

compromiso paternalista y autoritario para la protección social de los súbditos (Esping-

Andersen G., 1993: 63).

Los casos nacionales que aquí estudiaremos, muestran que el desarrollo de elementos

institucionalizados y públicos de protección social riñe con la continuidad de las formas

paternalistas. Sin embargo, lo que resulta más notable es que la forma como se

estructuran las instituciones de protección social, los procesos políticos que las

sustentan y la debilidad de su base económica y de la gestión estatal, hacen que, el

asistencialismo de inspiración paternalista, que en otros escenarios es considerado una

vetusta e indeseable práctica, no solo tenga continuidad en el manejo de las firmas,

sino que perviva en políticas e instituciones públicas de protección social.

1.3 El problema, su periodización e interrogantes

En el medio empresarial el paternalismo, se manifiesta como un conjunto de valores y

prácticas sociales que determinan una particular forma de relación entre patronos y

46 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

trabajadores que mantiene un carácter personalizado, en donde se actúa con referencia

a un acuerdo tácito de reciprocidad, según el cual, el salario y los componentes de la

remuneración o beneficios aportados por el empleador se consideran en parte como

dádivas generosas, que deben tener a cambio la lealtad irrestricta y la sumisión

incondicional por parte de los trabajadores.

Los componentes de la relación paternalista son muy variados según la época, el

espacio nacional, sector de actividad en que ésta se asienta; del mismo modo, el

género, nivel educativo y edad del trabajador que se inscribe en ella determina sus

características. Los casos estudiados presentan una amplia gama de rasgos, desde

elementales dádivas, que evolucionaron a elaborados esquemas asistencialistas

orientados a la alimentación, salud, recreación, vivienda, ahorro destinados a los

dependientes y a poblaciones próximas; prácticas comunitarias, religiosidad, ritos y

ceremonias de interacción afectiva entre patronos y trabajadores; conductas

ejemplarizantes y dispositivos de moralización, control e intervención en la vida privada

familiar y el tiempo libre.

Un aspecto fundamental en la definición de una relación laboral como paternalista es

que tanto trabajadores como patronos, creen en la existencia de un pacto de

recíprocos compromisos, en el que a cambio del voluntario y justo proceder del

empresario en la remuneración y condiciones de trabajo, el subordinado debe

corresponder con lealtad personal, esfuerzo y compromiso con sus labores. Otras

ideas que refuerzan esta concepción del vínculo laboral, se relacionan con la visión

de desvalimiento del obrero y la consiguiente obligación del patrono de protegerlo y

ayudarlo a conducir convenientemente su vida. Del mismo modo, la representación en

el trabajador, p.e, un migrante de la vida rural, de un sentimiento de gratitud hacia

quien, considera le ha ayudado a insertarse en el mundo de la fábrica y la vida

urbana.

Con esta forma de relacionarse con sus subordinados, los patronos combinan

elementos pragmáticos e ideológicos, conformando prácticas e instituciones que

tuvieron dinámicas de cambio a lo largo del siglo XX. La concesión unilateral de ayudas

y auxilios variados por parte de empresarios, se convierte en una especie de

asistencialismo originado en las compañías, y como tal puede ser visto como

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

47

simplemente paliativo frente las necesidades sociales; mecanismo de remuneración

indirecto que puede ser contingente y a veces adverso a la construcción de mecanismos

institucionales de protección social, o capacidades autónomas en los receptores de las

ayudas.

Un buen número de procesos de crecimiento económico y cambios técnico –

organizativos, contribuyen a debilitar el escenario de esta primera configuración del

paternalismo. La profesionalización y especialización de la organización; la introducción

de criterios de cálculo y control sistemático de la producción; la mayor influencia de

elementos de normatividad laboral, instituciones de seguridad social pública,

representación sindical y relaciones industriales, llevan a que se deje de lado el

personalismo de las relaciones, el libre arbitrio patronal y la idea de que las

necesidades del trabajador se resuelven con la generosidad del patrono. En lugar de

ello, se abre paso la certeza de que el salario y beneficios hacia el trabajador son un

derecho o un objeto de negociación entre el capital y el trabajo, tanto como un

prerrequisito para el funcionamiento del proceso productivo.

Sin embargo estos cambios, que dependen tanto a la dinámica de las firmas como de

la acción estatal, no transforman de modo tan rápido y consistente la vida de las

empresas, y en ocasiones el papel del pionero, como autoridad tradicional se mantiene,

y se transfiere a las incipientes instancias de racionalización de la administración de

modo que persisten muchos aspectos del manejo paternalista, aunque en compleja

combinación con nuevos elementos en la organización.

Lo anterior conduce a la cuestión de las dinámicas de cambio y posibilidades de

periodización del fenómeno. Alemany García (2005, 14), sitúa una primera etapa

determinada por consideraciones pragmáticas: la proyección patronal de una imagen

de filantropía destinada a ocultar la explotación de la fuerza de trabajo. Más adelante

esta forma de interacción entre patronos y trabajadores se estructura y presenta como

alternativa para confrontar tanto de los movimientos revolucionarios de izquierdas como

del liberalismo de laissez faire.

48 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En la primera etapa los alojamientos, Cajas de socorros y retiro, buscaban asegurar el

arraigo y sometimiento de las enormes cantidades de trabajadores que se requerían,

logrando sortear el conflicto con el liberalismo del laissez faire, en tanto que se

asegurara el no intervencionismo de Estado. Estas prácticas paternalistas, moderaron

un poco las duras condiciones del primer industrialismo, y a veces eran hechas con

agrado por los empresarios a condición de que el Estado no interviniera de modo alguno,

salvo como gendarme ante las revueltas.

La caracterización del paternalismo empresarial que aquí se hace, apunta a describir

y contrastar para los dos países en que se analiza, la capacidad de mutación y

continuidad de ésta forma de autoridad y su relación con variables de contexto y

procesos específicos de cada país. Atendiendo a la estructuración de las interacciones

entre patronos y empleados, del mismo modo que a las condiciones históricas, es

posible diferenciar las siguientes tres etapas del fenómeno, de las cuales este estudio

analizará comparativamente para Colombia y Venezuela las dos primeras.

1.3.1 Paternalismo de pioneros y primeras épocas de las empresas

En los primeros tiempos del desarrollo industrial, cuando pioneros y ‗capitanes de

industria‘, a veces dando continuidad a valores tradicionales y estilos familiares de

mando, y dentro de un manejo altamente personalizado, con su trato deferente y sus

dádivas al incipiente grupo de trabajadores industriales, buscaron resolver diferentes

problemas prácticos. Era prioritario conseguir su integración estable como fuerza

obrera, lo cual incluía evitar su desplazamiento a otras actividades o regiones; asegurar

una motivación para aprender oficios y habilidades industriales; generar disciplina

respecto a las exigencias de sus puestos; suplementar la ausencia del Estado frente a

temas de salubridad y asistencia básica.

Este tipo de paternalismo de pioneros y fundadores de empresa, está muy ligado al

prestigio e imagen del empresario como líder y ejemplo de trabajo, que con su

proximidad y deferencia motiva esfuerzos e integra a trabajadores que apenas se

acercan al trabajo fabril. Ejemplo de este tipo de influjo personal como mecanismo de

control y organización del trabajo fueron Leo Kopp en Bavaria; los hermanos Samper

en su fábrica de cemento; algunos de los empresarios Echavarría de Antioquía; en el

misma lógica se encuentran empresarios venezolanos como Alejandro Hernández de

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

49

Industrias Pampero; Luis Bigott con su fábrica de cigarrillos y Eugenio Mendoza en

su primera etapa como industrial. Esta configuración del paternalismo se va

extinguiendo en una fecha difícil de precisar, porque depende de dinámicas

sectoriales y nacionales, pero que se puede ubicar como posterior a los años 30s para

Colombia y a los años 50s para Venezuela.

1.3.2 Paternalismo de empresas providencia

Se trata de una etapa más avanzada, cuando organizaciones más complejas y

desarrolladas, actuaban en el marco de políticas de industrialización sustitutiva; en este

momento se desarrollaron programas asistenciales más consistentes, en las que se

tenía una estructura de manejo más burocratizada, pero la firma continua cumpliendo

funciones como dispensadora de beneficios para sus empleados y, en ocasiones para el

entorno social en que opera. Es esencial que en esta etapa, patronos y directivos

mantienen valores que los llevan a sentirse responsables por la situación de sus

trabajadores; asi mismo, respecto a las comunidades aledañas, ciertos beneficios y

apoyos materiales hacia el exterior se entienden como un inevitable obligación moral

de socorro ante la pobreza reinante o retribución por los recursos naturales utilizados y

los impactos generados.

En este caso, los trabajadores perciben la empresa como entidad generosa, por sus

niveles salariales y servicios adicionales que no se aplican en otras firmas de la zona;

del mismo modo puede tratarse de la típica fábrica – pueblo, en la que una gran

unidad de inversión y transformación se establece en un área poco habitada y distante

de otros centros urbanos, generando un asentamiento humano que depende en sus

ingresos y satisfacción de todas sus necesidades de la gran empresa industrial.

La etapa de las empresas providencia se extiende a lo largo de varias décadas del siglo

XX, generando ciertas dinámicas de cambio y adaptación ante procesos del entorno

como la conformación de organizaciones sindicales; institucionalización de las relaciones

industriales; primeros avances en los sistemas de protección social. En Venezuela

se encuentran ejemplos de este modelo providente, en grandes firmas del sector

petrolero y minero, pero también en firmas industriales nacionales, de las cuales el caso

más representativo es el Grupo Mendoza; en Colombia se destacan diferentes estilos

50 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

dependiendo de las regiones y sectores de actividad: Ingenios azucareros y Carvajal

en el Valle del Cauca, textileras y otras industrias en Antioquía; firmas de Bogotá y

centro del país; empresas con participación pública como Acerías Paz del Río y

Ecopetrol.

1.3.3 Neo paternalismo de las épocas más recientes

El resurgir de algunos elementos paternalistas, se advierte hoy en firmas, con

frecuencia destacadas y bien posicionadas en el mercado. En tales casos, después que

las estrategias de flexibilización han llevado a la extinción de la actividad sindical y

parte apreciable de los derechos laborales, y la supremacía patronal define

unilateralmente todos los aspectos del manejo laboral, con propósitos conciliadores y de

estímulo al compromiso y la calidad en el trabajo, se vuelve a apelar a discursos de

integración; actitudes de personalización y deferencia; fragmentarios beneficios y

políticas de bienestar (Dombois R Pries L., 2000; López C., 2002).

Asi mismo, en otras formas contemporáneas de relación entre el empresariado y la

sociedad, como las actividades filantrópicas y las de Responsabilidad social

empresarial RSE, se ha hallado un resurgir de prácticas paternalistas (Fleming P.

2005; Vidal M., 2010).

1.3.4 Razones de la perdurabilidad y mutación del estilo

paternalista de autoridad en las empresas

La periodización que se acaba de presentar, del mismo modo que la perspectiva sobre

estudios del tema que se resumió (Ver tabla 1.1), sugiere la continuidad de ideas y

prácticas paternalistas en una amplia época que va desde los primeros tiempos de la

firma moderna, hasta el presente. Los empresarios, en simbiosis con elementos

avanzados de la tecnología y la organización productiva capitalista, y con diferentes

énfasis y estilos, han mantenido ésta forma de autoridad tan típicamente pre -

moderna, debido a su versatilidad para apoyar diversos propósitos de control y

manejo de las firmas en diferentes escenarios y etapas históricas. Asi mismo, es

evidente que el ejercicio público de la generosidad, es una de las formas de exhibir la

teatralidad y poner en escena el papel de las clases dominantes.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

51

Los casos analizados en diferentes períodos históricos, y los aquí estudiados muestran

variadas modalidades de trato paternalista con las que los empresarios quisieron

conseguir diversos propósitos. En las primeras etapas de la industrialización, para los

empresarios tendría significación la idea de actuar de acuerdo a lo que consideraban

un deber social de las clases superiores, o el propósito de ser consecuentes con una

tradición y prestigio familiar; del mismo modo la mencionada necesidad de arraigar,

adaptar y controlar a una incipiente fuerza obrera industrial.

Desde los años 50s en los países estudiados, empieza a construirse el marco

institucional y regulativo (normatividad laboral, seguridad social, relaciones industriales y

negociación colectiva con representación sindical), que en esencia debería cumplir el

papel de referente moderno e impersonal en la gestión de la fuerza de trabajo y las

relaciones laborales. Sin embargo el avance de estas instituciones resulta tan lento y

errático, que siguen teniendo presencia las prácticas paternalistas, pero ahora los

motivos predominantes son los de dar legitimidad15 a la autoridad patronal dentro y

fuera de la planta: ante los trabajadores buscando aceptación y ante el entorno

creando una imagen positiva de la actividad empresarial.

En relación a lo anterior, las condiciones de la política de industrialización sustitutiva y,

específicamente para Venezuela de rentismo petrolero, que trasfirió recursos públicos

al empresariado, del mismo modo que cierto influjo de la lucha obrera y protesta social,

determinaron que las firmas emprendieran y divulgaran más sistemáticamente sus

acciones asistenciales.

En síntesis, en la etapa que hemos denominado de empresa providencia, aunque

existe un manejo de las organizaciones más moderno y profesional, y se ha extendido el

campo de acción del derecho laboral y la contratación colectiva, en el heterogéneo

escenario empresarial persisten ideas acerca del bienestar laboral y buena

15 La noción de legitimidad que aquí se emplea es la que define Max Weber (1922), como

elemento diferenciador de las distintas formas de autoridad que propone. En este planteamiento, la obediencia no depende solamente de la imposición de la fuerza coercitiva, sino que son esenciales elementos de aceptación y consentimiento voluntario, que aseguren en el subordinado un mínimo de voluntad o interés por acatar los mandatos.

52 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

remuneración ligada a la generosa voluntad del patrono o los directivos. Se percibe

que solo en un reducido número de firmas se tienen tales condiciones

(excepcionalidad), del mismo modo que éstas superan los parámetros exigidos por las

normas legales, y que por largos periodos fue reducida la capacidad del Estado para

exigir el cabal cumplimiento de las obligaciones laborales. Para trabajadores y

patronos, en la conformación de las relaciones laborales y las condiciones de trabajo,

parece incidir poco al poder de regulación del Estado, y es muy débil el mecanismo de

los acuerdos y pactos en el interior de la empresas. En los asalaridos sigue siendo

fuerte la idea de que dependen de la disposición del patrono a dar ‗un buen trato‘.

En la actualidad, en empresas donde es característica la desindicalización y

flexibilización, amplias franjas de trabajadores con vinculación temporal y precarias

condiciones de trabajo, son liderados por directivos interesados en promover planes

de competitividad que requieren un desempeño comprometido y aporte inteligente. En

tales contextos y dentro de estrechos límites, se configura el manejo neopaternalista, ya

que se vuelve a construir la idea del patrón benevolente que generosamente renueva

el contrato y concede algunas dádivas, y el trabajador leal que debe sientir como

suyas las metas de la organización.

Asi pues, a lo largo del siglo XX y hasta el presente, desde las primeras actividades

fabriles, con desigual intensidad y en variadas configuraciones, ha persistido en las

relaciones laborales, una incesante y compleja mutación del típico nexo

paternalista. Sin embargo, debemos precisar que en muchos casos las firmas otorgan

beneficios y servicios a favor de los empleados, en contextos en los que para las dos

partes, es completamente claro que se trata de uno de los componentes de la

remuneración obtenida a cambio de un aporte al proceso productivo; de una

obligación patronal; de un derecho garantizado por normas legales y convencionales,

que es también una retribución estándar en el mercado laboral.

A diferencia de ello, el elemento definitorio de la existencia del fenómeno que

estudiamos, es más bien el específico sentido que los actores sociales le dan a tales

concesiones, la percepción de las mismas como acciones voluntarias y benevolentes, a

las que los trabajadores deben corresponder, y que se hallan inscritas en un marco de

recíprocos compromisos. Si en el pasado, en mucho espacios era evidente la idea

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

53

de que unas aceptables condiciones de remuneración, más que del cumplimiento de

derechos, dependían de la ‗liberalidad‘ del patrono, en los escenarios desregulados y

precarios del presente, cualquier elemento que supere la baja calidad promedio de las

condiciones de trabajo, es presentado y percibido en muchos casos como una

generosa concesión.

1.3.5 Interrogantes y procesos específicos a los casos de

Colombia y Venezuela

Diversas cuestiones pueden formularse respecto a la perdurabilidad y capacidad de

renovación en la concepción paternalista en la empresa, que con similitudes y

particularidades se advierte para los países analizados, tanto si se consideran los

períodos diferenciados de su aplicación como las variadas condiciones y factores que

inciden en su desarrollo; nuestro análisis agrupa los interrogantes bajo tres enunciados

principales:

1 - El paternalismo de las primeras etapas de las empresas, aún en los países más

avanzados, puede ser entendido como un rasgo usual y característico en la transición

del estilo de autoridad tradicional hacia las formas modernas en el marco de los

procesos de avance industrial y organizativo de las firmas. Sin embargo, en Colombia y

Venezuela la persistencia y notoria continuidad de este fenómeno hace parte de las

modalidades de gestión de la fuerza de trabajo configuradas bajo las políticas de

industrialización sustitutiva ISI.

En un escenario en que los principales industriales fueron protegidos por el Estado

(con mayor intensidad en Venezuela), y en ambos países claramente exhibieron

conductas rentísticas, con sus programas paternalistas de manejo de los trabajadores y

agenda filantrópica pretendieron legitimarse ante la sociedad. Éstas formas de gestión

de personal y el típico asistencialismo que generaron, en medio de particularidades y

diferencias de estilos nacionales, relativas a aspectos culturales y económicos,

tuvieron un carácter altamente sincrético respecto a otros procesos y necesidades de la

industria en crecimiento, de modo que sirvieron también a propósitos de control social

y en alguna medida redistribución de riqueza.

54 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

2- En relación con la dimensión socio política, la perdurabilidad de las prácticas

paternalistas y su pervivencia en firmas más avanzadas del siglo XX está relacionada

con el escaso desarrollo en la vida de las organizaciones de elementos de una autentica

democracia industrial como los acuerdos sociales, la normatividad laboral y la libertad

de asociación. Lo anterior se corresponde y refuerza a nivel de la esfera política con la

debilidad de los derechos ciudadanos, tenue definición de lo público, y en general

limitado desarrollo de las instituciones democráticas modernas. Esta situación queda

evidenciada con la reducida presencia del Estado en lo provisión de ciertos servicios de

interés social y en últimas lo que llegará a ser la conformación de un Sistema de

protección social fragmentario e ineficiente.

Las soluciones que han aportado los empresarios a los problemas sociales desde las

primeras etapas de la industrialización, tenía que ver con el hecho de que éstos, junto

con otras instancias sociales como la iglesia, contribuían a conformar incipientes

elementos de protección social. En el momento, en que el Estado y otras fuerzas

sociales emprenden el diseño de sistemas nacionales más integrados y amplios,

desde los años 40s para los países estudiados, comienza a cambiar el rol de las

compañías y su paternalismo. Este cambio no es tan rápido o completo, en la medida

que la creación del sistema por parte del Estado es lenta y errática, y a menudo puede

verse como una frustrada construcción que deja muchas necesidades sin ninguna

forma de amparo.

3- El paternalismo empresarial, como elemento de control social guarda ciertas

interacciones y correlaciones con los procesos de movilización obrera y lucha sindical

que acompañan el desarrollo industrial. Al mismo tiempo que se produce un impulso

industrializador que lleva al crecimiento y expansión de empresas modernas, en los dos

países se expresa un sector obrero cada vez más organizado y beligerante

políticamente. El empresariado temeroso de posturas radicales y generadoras de

fuertes antagonismos, buscó con el trato deferente y las dádivas, prevenir el

surgimiento o consolidación de organizaciones sindicales.

Aunque en este tipo de compañías surgieron organizaciones obreras que plantearon

con variadas posiciones, desde la irrestricta cooperación hasta el antagonismo más

extremo, y en algunos casos falta totalmente la presencia sindical, es evidente que

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

55

buena parte del modelo de control paternal se diseña para promover la conformidad,

desarmar las exigencias obreras y desestimular su organización independiente.

En muchas ocasiones el brote de manifestaciones de organización reivindicativa y

autónoma se percibe como el ultraje a un sentimiento y valores compartidos; y la

representación de los intereses obreros a través de un sindicato se señala como lo

más incongruente y chocante frente al modelo de entendimiento personalizado y afectivo

que creen haber construido ciertos patronos. En tales medios se defendió un pretendido

estilo de relaciones directas y extendidas a varias dimensiones, frente a lo que se

señalaba como la lógica desconfiada y formal del contrato y la negociación

colectiva.

Otra dimensión del paternalismo como mecanismo de lucha contra la actividad sindical

era el contrapunteo o rivalidad que tenía implícito el paternalismo patronal respeto a

los procesos y conquistas obreras de otros sectores económicos y regiones, que en el

discurso de los sectores dominantes se descalificaban, y cuya emulación en sus

medios empresariales se deseaban evitar a cualquier precio.

En el caso colombiano, las dinámicas católicas y paternalistas de la región de Antioquía,

epicentro de la génesis industrial nacional, se combinaron con esfuerzos para evitar la

formación de sindicatos beligerantes y luchas como las que emprendieron los

trabajadores del Río Magdalena, ferrocarriles y enclaves petroleros y bananeros de

regiones vecinas. Los programas paternalistas de las firmas industriales de capital

venezolano, aunque reproducían algunas de las prácticas del campo petrolero

extranjero, también pretendían prevenir el surgimiento de movimientos obreros

similares a los de éste sector.

1.4 Aspectos metodológicos

1.4.1 Comparabilidad Colombia - Venezuela

Latinoamérica considerada como región económica y socio política alberga una alta

diversidad de estructuras y una gran heterogeneidad en sus poblaciones, extensiones

territoriales y desarrollo industrial; al interior de cada país también son evidentes las

56 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

diferencias en niveles educativos, empleo y el contexto de los sectores productivos y

empresas.

Una primera explicación de diferencias y particularidades, se encuentra en el ya

clásico ensayo de Jaime Jaramillo (1969) sobre la personalidad histórica de Colombia,

en las que este historiador reflexionó y contrastó la situación del país en el escenario

de las determinantes históricas latinoamericanas desde antes de la etapa colonial,

ubicándolo en una posición media respecto a la intensidad con que se manifiestan

variables y procesos como densidad y unificación de sus poblaciones precolombinas;

mestizaje; inmigración; afluencia de población afro; fortaleza de las instituciones

coloniales; arquitectura colonial y riqueza minera. Con lo que se quiere decir que

respecto a esos factores Colombia no puede ser situada dentro del grupo de naciones

en las mejores situaciones, pero tampoco en el de las menos afortunadas.

Una mirada a las dinámicas económicas y procesos de desarrollo en el siglo XX

muestra la misma diferenciación y gradación de matices, asi p.e. en muchos países de

Centroamérica el llamado modelo primario – exportador continúo teniendo presencia

(Cohen I., 2003), al tiempo que otros como Brasil y México, a tono con los estímulos

de las inversiones extranjeras y sus crecientes mercados internos, desarrollaron una

más consistente industria, que con rasgos de fordismo periférico, hoy muestra una alta

capacidad productiva.

Estos esfuerzos de industrialización estuvieron acompañados por procesos de

urbanización, conformación diversa de los Estados nacionales y surgimiento de nuevos

actores sociales y sectores como el empresariado, gremios económicos, grupos

profesionales, organizaciones obreras. Con más complejidad, se advierte también la

presencia disímil de elementos keynesianos, acuerdos corporativos y esbozos de

Estado Bienestar. La consideración de estos factores y procesos muestra una

diversidad y diferenciación muy apreciable, aún limitando la observación a los países

andinos (Bonilla H., 1999).

Es significativo que la situación intermedia de Colombia descrita por Jaramillo, vuelva a

hacerse manifiesta en una mirada panorámica sobre varios importantes temas

contemporáneos, del mismo modo, el que Venezuela aparezca en una condición

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

57

similar en varios de esos tópicos. Es asi cómo una consideración a nivel de América

latina, sobre el desarrollo productivo y material, el grado de avance de sus sistemas

de seguridad social16; el adelanto de su educación y ciencia, deja a ambos países, en

el horizonte medio de cualquier escala que se quisiera construir. Del mismo modo,

comparten notablemente desde los años 60s el hecho de haber mantenido la

alternancia de gobiernos civiles en condiciones de libre elección, después de sendas

dictaduras militares, en una etapa en que predominaron regímenes militares en casi

todo el continente.

Los países elegidos para este análisis comparativo tienen otros aspectos en común,

además de la cultura e historia compartida desde la colonia y primera etapa

republicana: la dependencia de la exportación de materias primas; la llegada tardía y

esforzada a la industrialización; y procesos como el modelo de industrialización

sustitutiva de importaciones ISI.

Este marco de política económica, con sus estrategias de crecimiento hacía adentro,

concentración en los mercados internos, aceptación de la intervención del Estado por

parte de los grupos económicos hegemónicos, por varias décadas fue el norte orientador

de las prácticas empresariales.

En lo que se refiere a los empresarios, en ambos casos predominan los pioneros que

surgieron a partir de un reducido capital y se formaron con esfuerzo propio, iniciativa

de aprender y superar dificultades; un elemento significativo es que formaron sus

compañías trabajando muy cerca de sus empleados, enfrentando entornos muy

precarios en materia de asistencia social pública, salud y educación.

16 Evidencia de un comportamiento similar de los dos países en tópicos de natalidad y

mortalidad; y su situación media respecto a los más y los menos avanzados, puede verse en uno de los estudios de Currie L., (1950: P1: 237 ss). Sobre la equivalente situación de los sistemas de protección social Ver Mesa Lago (1991).

58 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Sin embargo hay también diferencias, que son notorias y determinantes en la vida de

las empresas, y que le dan relevancia a un ejercicio comparativo17. Entre las

divergencias estaría el influjo del factor petróleo en la vida venezolana: por una parte

las prácticas y expectativas generadas por las compañías extranjeras, por otra el

llamado rentismo, abundancia de recursos y consiguiente proceso distribuidor, con

manifestaciones populistas y de clientelismo en el Estado y los partidos.

Otros elementos disímiles, en el contexto nacional y la vida empresarial de los países

comparados, que se pretende relacionar con las modalidades de autoridad paternalista

tienen que ver con la rapidez y profundidad del proceso de industrialización. Mientras

que en Colombia el desarrollo fabril empezó en los años 20s, pero fue más pausado,

en Venezuela los primeros pasos se dieron en los años 40s, pero de un modo que

resultó más acelerado y forjado desde el principio como proceso de sustitución de

importaciones bajo un esquema capital – intensivo. Este proceso fue liderado por

empresarios que habían sido primero fuertes en el comercio, y luego en competencia

con importadores, establecieron fábricas en la perspectiva de producir y ensamblar

localmente bienes.

Como veremos, otras diferencias significativas para el tema estudiado, se derivan de

las variables: influjo de las ideas católicas y actitud cosmopolita de los empresarios;

formación de grupos empresariales; procesos socio políticos como la actividad

sindical y la formación del Sistema de protección social.

La propuesta de elementos fundamentales a tomar en cuenta en el análisis

comparativo de las elites políticas de Colombia y Venezuela de Medina (2004), que

dadas las características de imbricación y superposición en su conformación, es

completamente aplicable a las elites económicas y empresariales, sugiere la

17 A propósito de los elementos favorables a un ejercicio de análisis comparado de Colombia y

Venezuela en una temática muy próxima a la que aquí se quiere desarrollar, cabe destacar el aporte de Charles Bergquist (1988) en el campo de la historia laboral en América Latina, en donde se sopesan similitudes y diferencias de interés para el análisis, Ver (Bergquist Ch, 1988).

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

59

consideración de los fenómenos derivados del caudillismo, personalismo y formación

de los partidos políticos; del mismo modo que el tipo de influencia política de la Iglesia.

Se destaca la gran continuidad de las familias colombianas de elevada posición en el

ejercicio del poder a los largo de etapas de auge hacendario, comercial, cafetero e

industrial, y la pervivencia de los dos partidos tradicionales en la vida política. En

contraste, en Venezuela ocurre una casi extinción de las viejos sectores dominantes, y

su subordinación a partidos y personalismos, siendo decisivo el surgimiento de nuevas

agrupaciones, y para todos los sectores dominantes la renta petrolera como elemento

de afirmación y reproducción. A continuación, mediante la contrastación de los

contextos políticos precisaremos el entorno de sectores sociales, intereses y luchas

por el poder en el que se estructura el paternalismo empresarial.

1.4.2 Contextos, unidades y estrategia de comparación

Como se ha dicho antes, el propósito de este estudio es contrastar mediante una

perspectiva histórica comparativa, la evolución del tipo de relaciones paternalistas, en

firmas principalmente industriales, de Colombia y Venezuela. Algunas de las

manifestaciones y dinámicas de cambio en el tipo de autoridad paternalista en el marco

del avance capitalista e industrial del siglo XX, presentan similitudes y diferencias en

los dos países examinados, sin embargo varios factores de cada contexto nacional,

determinan particulares configuraciones y rumbos que el análisis debe explicar. A

continuación se puntualizan algunos aspectos de la metodología adoptada, resaltando

sus contribuciones y posibilidades a la luz de sugerencias metodológicas de destacados

expertos comparativistas.

En primer término, debe destacarse la utilidad de la aproximación comparativa en una

dimensión amplia. Dentro de un balance muy optimista acerca de antiguos y

recientes aportes del comparativismo histórico, nuevos casos e hipótesis, dialogo y

cooperación con otras disciplinas y estudios estadísticos, Theda Skocpol (2003)

sustenta la vitalidad de esta área, que por la manera de abordar sus temas, tiene la

posibilidad de hablar tanto a los académicos como al ‗hombre de la calle‘ sobre las

estructuras sociales que vivimos.

60 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Según este enfoque, en el mencionado campo de estudio, se asume un doble

desafío al estudiar el cambio social en el mundo real, ya que enfrenta interrogantes

acerca de causalidad y esquemas teóricos, tanto como otros relativos a métodos de

investigación empírica. En lo que constituye una renovada apuesta por la perspectiva

histórico comparativa, la autora encuentra nuevas ventajas en esta opción

metodológica, como la posibilidad de que el investigador se comunique con diferentes

especialistas y asuma cierto eclecticismo teórico y metodológico, que lo salva de las

limitaciones de la súper especialización y las jergas de comunidades encapsuladas a que

ha tendido la academia norteamericana18.

Asi mismo, el aporte de miradas diferentes que hace la perspectiva comparativa

histórica permitiría confrontar el conocido empleo de casos y comparaciones

deliberadamente elegidas para probar tesis ortodoxas; de modo que las aproximaciones

fundamentalistas y de modernización en estudios con amplia base estadística, pero

hechos desde supuestos poco realistas sobre zonas homogéneas, puestos en relación

con los análisis comparados, pueden generar un dialogo crítico con otras disciplinas.

Por otra parte, a pesar de que en el análisis histórico no es posible garantizar unas

condiciones de ceteris paribus, la comparación puede cumplir un papel de

experimento indirecto, que hace posible la comprobación de hipótesis: si en una

sociedad ocurre el fenómeno a que se atribuye a la causa b, puede buscar

sociedades en las que se daba a sin b, o b no condujera a a (Kocka J 2002: 48).

Nadie mejor que el pionero en la materia Bloch (1928: 115), para definir el ejercicio

analítico de comparar, entendiéndolo como ‗elegir, en uno o más medios sociales

diferentes, dos o más fenómenos que a primera vista parecen presentar ciertas

analogías entre si, describir sus curvas evolutivas, constatar las similitudes y las

diferencias y explicarlas en la medida de lo posible. Es necesario, por tanto que existan

dos condiciones para que, históricamente hablando, haya comparación: una cierta

18 Charles Bergquist (1989) describió también los peligros de la especialización extrema, que

impiden a los historiadores del primer mundo, relacionar adecuadamente la parte con el todo, cayendo en el síndrome del ‗topo empírico‘, mientras que los temas más importantes en los que se pueden explicar ‗las interconexiones del cambio en las sociedades totales a través del tiempo‘, quedarían a los científicos sociales, asi convertidos en ‗halcones de alto vuelo de la historia comparada‘. También se sustentan aquí algunas ventajas y posibilidades del historiador de los países menos desarrollados respecto al análisis comparativo.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

61

similitud entre los hechos observados – hecho que en cierta forma es implícito ya de

por si - y una cierta diferencia entre los medios en que ambos han tenido lugar‘

Skocpol T., Somers M., (1980) apuntan a lo mismo cuando se refieren al contraste de

contextos como uno de los más destacados caminos para la historia comparada. A

partir de una yuxtaposición de casos se resalta una característica distintiva y la forma

como ésta afecta el comportamiento de un proceso social supuestamente general y la

posibilidad de trazar contrastes entre los casos individuales. La teorización explícita es

característica de esta historia comparada, en la que temas, cuestiones o tipos

ideales deben ser planteados al comienzo o emerger de la discusión precedente.

Es destacable que en esta perspectiva de la comparación se hace un llamado al

cuidadoso respeto de la integridad histórica de cada caso como un todo: naciones,

imperios y religiones constituyen todos relativamente irreductibles, cada una con su

compleja y única configuración socio histórica por derecho propio. Se trataría de

preservar un sentido de particularidad histórica cuando se compara varios países, evitando

que este se pierda en amplias generalizaciones; y desde la comparación sociológica se

intenta incrementar la visibilidad de una estructura contrastándola con otra.

De modo que, sin un conocimiento de los contextos, la inferencia causal puede

pretender un nivel de generalidad desmedido o irreal; por otra parte, el análisis

comparativo no puede intentar reemplazar el análisis causal por el reducido número de

casos con que tratan y la dificultad para aislar variables.

Junger Kocka (2002: 62 ss) argumenta en el mismo sentido, destacando la ventaja

de una comparación de pocos casos en la medida que hace posible tomar

suficientemente en cuenta el contexto, aunque obliga a incluir en el análisis un

número grande de variables. Señala cómo en períodos recientes se encuentra menos

disposición a comparar culturas y civilizaciones a escala global, y se prefieren

comparaciones más limitadas espacial y temporalmente.

Del mismo modo, este autor registra el aprovechamiento de la comparación como

campo propicio a interacciones interdisciplinarias fecundas entre áreas de las ciencias

62 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

sociales y la historia, asi como el hecho de que después de un comienzo de la

comparatividad con predominio de otras ciencias sociales, en las últimas décadas es la

historia la disciplina líder en este campo, con tendencia a orientarse a los contrastes,

más que a la generalización, concentrarse en pocos casos, generalmente dos, para

asi poder tomar suficientemente en cuenta el contexto.

En éste campo de estudios, en el cual fueron usuales las comparaciones con

cuantificación de variables para un gran número de países, p.e., en temas de ciencia

política, la historia comparada ha contribuido a demostrar la ventaja de concentrar el

cotejo en un reducido número de casos, o N pequeño. Esta fórmula se apreció como

favorable aunque conllevara la desventaja de tener que manejar un gran número de

variables, ya que la búsqueda de diferencias entre los casos, facilitaba el contraste de

los contextos.

Asi mismo, cierto desanimo frente a los abordajes estadísticos en las últimas décadas

del siglo XX, del mismo modo que el predominio de una ciencia social interpretativa

que se propone descifrar significados, y realizar la ‗descripción densa‘ sugerida por

Clifford Geetrz, conduce también al terreno de los contextos concretos que son

principalmente abordables si se examinan poco casos (Collier D., 1999).

Respecto a las unidades nacionales o geográficas que se pueden comparar, los

teóricos de la compatividad han insistido en que muchos de los temas que pueden

estudiarse van más allá de las fronteras nacionales; en tanto que Kocka (2002., 51) ha

señalado que muchos problemas, entre ellos los relacionados con la transformación

económica de la industrialización, pueden tratarse mejor en la comparación entre

unidades regionales pequeñas.

Para situarnos ya dentro de la temática concreta de este trabajo, es fundamental señalar

que la viabilidad metodológica y potencial aporte de una historia comparada de

Colombia y Venezuela, principalmente en el campo de los procesos políticos y las elites

vinculadas a ellos, fue claramente sustentada y su realización emprendida hace varios

años por el profesor Medófilo Medina (2004). Sugiriendo el uso amplio y sistemático de la

perspectiva comparada como camino para la superación del aislamiento en los

estudios históricos, del mismo modo que para evitar las tendencias particularistas de las

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

63

historiografías nacionales y su valoración de los procesos propios como sendas únicas y

exclusivas, y a la luz de las contribuciones más reconocidas en este campo de estudio,

este investigador propone varios elementos metodológicos esenciales19.

En primer término destaca que la perspectiva comparativa estimula el análisis y

contraste de los fenómenos de diversas sociedades asumiéndolas como ‗sociedades

totales‘, de modo que se hace inexcusable el conocimiento y vinculación de los

contextos a la explicación de los interrogantes. Del mismo modo, parece esencial una

selección de objetos de estudio que pueda ser explorada en períodos de larga y

mediana duración; la clara definición del marco cronológico y los atributos de la

comparación; y el empleo de un esquema de formalización que haga explícitas las

unidades sometidas al cotejo.

La comparación que proponemos recoge las sugerencias hasta aquí resumidas.

Colombia y Venezuela tienen un buen número de aspectos comunes en su formación

como naciones y sus antecedentes históricos y culturales; sin embargo, las tendencias

políticas desde el siglo XIX, la construcción del Estado, el proceso de industrialización y

la consiguiente formación de elites, marcaron diferencias importantes, que han llegado a

ser perceptibles como procesos nacionales.

Ambos países, presentan particularidades regionales apreciables en diferentes

dimensiones. Aunque las más marcadas a nivel de la vida económica parecen ser las

de Colombia, p.e., el papel destacado de la zona antioqueña y del sector textil en la

formación de la primera burguesía industrial del siglo XX; en contraste, el primer

empresariado industrial venezolano no aparece vinculado a ninguna región y rama en

particular, y sus inversiones se localizan por igual en todas las zonas más dinámicas

del país, dando origen a grupos capitalistas diferenciables por su variable participación y

presencia en sectores de la industria, comercio, finanzas, pero en los que no se

advierte una notoria especialización o concentración regional.

19 Dentro de los estudiosos venezolanos se plantea también la importancia de los estudios

comparativos y hay preocupación por la falta de avances en este campo, Ver Quintero Inés (2004).

64 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Por esta razón, aunque se tomará en cuenta información sobre un variado conjunto de

empresas destacadas por sus prácticas de dadiva y asistencialismo, localizadas en

diferentes zonas geográficas y sectores de actividad, de ambos escenarios nacionales,

nuestro ejercicio comparativo se enfocará sobre las concepciones y prácticas del

paternalismo que se hayan manifestado en el núcleo industrial más avanzado y

dinámico de cada país20.

Este criterio de selección de ámbitos a comparar, según importancia económica e

industrial en el siglo XX, busca explorar los escenarios en los que la presencia de

aspectos paternalistas puede resultar más paradójico, y tal vez inesperado en relación

con el apreciable grado de avance técnico y económico de las firmas. En los dos

países, los escenarios más dinámicos y destacados de la industrialización capitalista,

fueron también los más notorios por sus prácticas paternalistas: para el caso colombiano,

el empresariado antioqueño; y para Venezuela el grupo empresarial Mendoza.

Las dos unidades de actividad empresarial escogidas como objeto de la comparación,

son desiguales en su estructura, por ser la colombiana un conjunto de capitalistas con

una ubicación e identidad regional, y la venezolana el grupo económico más

destacado del siglo XX, liderado por Eugenio Mendoza y sus hermanos, y con

actividades dispersas por todo el país. Sin embargo, tienen en común representar,

para cada nación, la más acentuada y notoria tendencia a aplicar modalidades de

paternalismo industrial a lo largo de su desarrollo y crecimiento económico.

En términos de la tipología de opciones metodológicas que sugiere Charles Tilly (1991:

105), este estudio se orienta a la identificación de variaciones en la intensidad del

20 El clásico estudio comparativo de Chandler (1990), sobre generación de capacidades

organizativas en E.U., Alemania e Inglaterra, resulta inspirador respecto a la manera de plantear la comparación. Allí se define como unidad a contrastar la estructura industrial, y se llega a su definición mediante historias colectivas de empresas (las 200 más grandes) escogidas en los sectores líderes; cotejadas en tres momentos diferentes; y definidas según inversiones en producción, distribución y dirección. Asi mismo, se toma en cuenta el entorno, explorando variables como geografía, población y medios de transporte; el papel del Estado y el marco legal; sector financiero, sistema educativo.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

65

fenómeno y explicación de las diferencias que muestran los diferentes casos de la

cuestión comparada, y lo hará con referencia a elementos de contexto y procesos

históricos de cada país. Este tipo de abordaje evidencia una serie de factores

diferenciadores, relacionados tanto con el objeto de estudio (las empresas y sus formas

de autoridad), como con sus entornos nacionales.

Es obvio que particularidades relativas a las firmas que se estudien, sus procesos más

relevantes, temas y fuentes a las que es posible acceder; y al investigador que las

analiza, según sus intereses y determinaciones, diferencian los perfiles de la historia

empresarial resultante. En este caso se pretende hacer un análisis socio – histórico de

firmas principalmente industriales, con énfasis en el desenvolvimiento de sus formas de

autoridad, para explicar comparativamente su configuración y cambio en relación con los

siguientes contextos nacionales en que actúan los empresarios que las dirigen.

1- Política y Estado, respecto a la cual se tomarán en cuenta aspectos esenciales

de la conformación de los partidos, estructuración de la democracia y las instituciones;

surgimiento y avance de las instituciones de la protección social.

2- Dinámica económica e industrialización, dentro de la que se considerará el

avance hacia el capitalismo, del mismo modo que las estrategias públicas de

industrialización sustitutiva y desarrollo económico, asi como nexos e interacciones

entre las elites políticas y económicas, y actividad gremial.

3- Sociedad y cultura en lo que se refiere a la formación de movimiento obrero, la

protesta social, la urbanización y algunas tendencias de la actividad religiosa y la

familia.

En el tratamiento de éstos temas de contexto, lo que es forzoso hacer es retomar las

conclusiones más sólidas de estudiosos reconocidos y confiables de cada país. Se

explora aquí un conjunto heterogéneo de tópicos, que han sido abordados en estudios

con desigual énfasis y profundidad, con el propósito de delinear los nexos entre la

cuestión central que se desea comparar (las prácticas paternalistas en las empresas)

con diferentes aspectos relevantes del entorno.

66 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Por lo anterior, es obvio que no se puede esperar la generación de nuevas

contribuciones o interpretaciones sobre esos temas, sino más bien una visión

sintética de sus tendencias más marcadas. Asi mismo, resulta inevitable cierta

simplificación de procesos que pueden tener mayor complejidad, debido a que se

abordarán en la medida y tópico concreto en el que se advierta un claro vínculo, con

la cuestión central a examinar y comparar.

En cuanto a los casos explorados, se tomó en cuenta un conjunto heterogéneo en su

cronología, con información de variable profundidad y calidad, que permite detallar

modalidades destacadas de cada uno de los períodos definidos, y en algunos casos

describir procesos hasta etapas muy recientes.

1.4.3 Posibilidades y limitaciones, una consideración sobre las

fuentes empleadas

En el campo de la historia comparada se ha aceptado la idea que un prerrequisito para

formular cualquier análisis en esa materia, es la existencia de un conjunto de

estudios históricos primarios, en lo posible ‗detallados, críticos y sólidamente

documentados‘ Kocka (2002: 59). Lo anterior significaba que debía hacerse una

primera etapa de investigaciones locales preliminares, que generara estudios

monográficos nacionales confiables, como base para realizar el ejercicio comparativo,

que inevitablemente era una síntesis secundaria.

Por lo anterior, el comparativista en su tarea debía prescindir de las fuentes primarias y

el trabajo archivístico intenso, y le resulta forzoso apoyarse principalmente en

bibliografía secundaria, más aún si pretende comparar muchos casos. En este

sentido, se diferenciaba una tarea analítica inicial, centrada en estudios concretos, que

debían ser hechos con características adecuadas para contribuir a la siguiente fase

que era de síntesis, y de la que se ocuparía un grupo más reducido de historiadores

(Bloch M., 1928: 126, 143).

Otra perspectiva sobre el tema, se refiere a una nueva tendencia entre los analistas a

completar el estudio de los trabajos monográficos nacionales, haciendo hasta cierto

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

67

punto su propia recopilación de datos, al mismo tiempo que combinar nuevas técnicas y

aproximaciones dispares. En este sentido se refiere al empleo por comparativistas de

métodos cuantitativos de red combinados con estudios de caso históricos; del mismo

modo la posibilidad de acudir a una ‗sinergia metodológica y teórica con otros campos de

estudio, particularmente demostrada en estudios sobre los Estados bienestar y el

impacto de la globalización (Skocpol T., 2003: 420 s).

A este respecto, el estudio que aquí se presenta, se apoya hasta donde ello es posible

en los estudios secundarios que resultan más confiables para los dos países, sobre la

historia de empresas y temas de contexto, pero también acude a algunas fuentes

primarias. En el caso de Colombia, y particularmente del desarrollo industrial y

empresarial de la región antioqueña, se contó con un conjunto variado de estudios

académicos, con un nivel de elaboración y calidad aceptable como apoyo al análisis

comparativo.

Respecto a las fuentes del caso venezolano, es necesario hacer algunas precisiones.

Las sombras de corrupción empresarial, dependencia de la renta petrolera y los nexos

políticos, parecen incidir en cierta subestimación del tema por parte de los estudiosos, lo

que lleva a una limitada exploración de ese campo de investigación21. Si a ello se

agrega el difícil y restringido acceso a los pocos archivos privados de los que se tiene

noticia, se comprende el reducido desarrollo de la historia empresarial y la consecuente

escasez de estudios secundarios aprovechables en la comparación.

En esta investigación, la falta de estudios en ésta área, sumada a la restricción al

acceso a archivo, como ocurrió con el de la Fundación Eugenio Mendoza, condujeron

a intensificar la búsqueda a nivel de fuentes impresas elaboradas por las organizaciones

lideradas por este empresario y disponibles en bibliotecas y centros de documentación

públicos. De modo que la carencia de estudios monográficos sobre las empresas y la

imposibilidad de acceder a información primaria, se compensó con una detenida

consulta de revistas de empresas, informes, textos conmemorativos, historias

21 La revisión de Capriles y Rodríguez (1996), confirma esta impresión, ya que su balance

incluye estudios de diversa calidad, muchos de ellos típicas biografías de enaltecimiento; confirmando para esa fecha la inexistencia de estudios académicos sobre el Grupo Mendoza, el más destacado consorcio industrial del siglo XX.

68 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

institucionales y otras publicaciones impresas por compañías del Grupo Mendoza,

del mismo modo que por las fundaciones y organizaciones filantrópicas promovidas por

el mismo.

Lo anterior fue complementado con un análisis de bibliografía secundaria, principalmente

un conjunto de escritos y biografías de enaltecimiento y celebración de virtudes

empresariales. Aunque con obvios sesgos, vacios y exageraciones que exigen una

mirada muy crítica y cautelosa, ambos tipos de fuentes presentan datos esenciales

para representarse el desarrollo y la situación de las compañías en diferentes etapas.

Estas fuentes dan cuenta de las acciones paternalistas, en la medida en que éstas eran

cuidadosamente contabilizadas, descritas y divulgadas en informes de áreas

especializadas. Sin embargo, como registro de procesos sociales sus contenidos

aparecen fuertemente ligados a la visión e intereses de las compañías y del

empresario, respecto a la conformación y circulación de una imagen hacia determinados

sectores del entorno22.

No obstante las limitaciones mencionadas, el tipo de datos disponibles, permite una

aproximación al carácter que la esfera patronal y gerencial quería dar a sus

interacciones con los trabajadores; del mismo modo que a las diferentes modalidades

de acción asistencial, dadivosa o benéfica; y al tipo de presentación pública que de ellas

se hacía, y otros aspectos relevantes.

En esta investigación, se recogen y estructuran estos elementos con énfasis narrativo en

un conjunto de casos de empresas, buscando preservar la particularidad histórica del

fenómeno en estudio y registrar cierta coherencia o armonización de otros procesos en

torno a los mecanismos paternalistas.

Asi pues, la descripción detallada de las prácticas paternalistas que se presenta a nivel

de cada firma, aunque en varias de ellas dependa mucho de las fuentes empresariales,

22 E.P., Thompson (1979) se ha referido a un problema similar, cuando señala los sesgos de la

documentación del siglo XVIII, en la que se destacaba excesivamente el sentimiento y la deferencia entre grupos sociales, que eran sumamente desiguales para la época. Al respecto indicó que estos rasgos fueron tan marcados en algunas fuentes, que llegaron a distorsionar la visión de los investigadores. Del mismo modo incidió la manera respetuosa y dócil en que se redactaban las peticiones escritas, y la gran visibilidad de algunas de las funciones de los grupos dominantes, en contraste con la escasa manifestación de otras.

Paternalismo empresarial entre la tradición y la modernidad: Interrogantes y perspectiva de análisis

69

pretende comprender dinámicas específicas a organizaciones que fueron notables por

sus rasgos paternalistas. El disponer de descripciones detalladas en forma de ‗casos

empresariales‘, para nuestro ejercicio comparativo que se ha restringido a la región

antioqueña y al grupo Mendoza, facilita la construcción de tipologías de conducta

paternalista nacional, buscando que éstas resulten consistentes y lógicamente

articuladas con los escenarios nacionales en los que se generan.

En síntesis, la documentación originada en las empresas, resulta inevitable ante la

falta de acceso a otras fuentes, y puede apoyar la descripción de las diferentes

acciones paternalistas y su evolución. Sin embargo, la explicación de estas prácticas,

atribución de causalidad y determinación del sentido que para los actores sociales tienen,

se conocerá tomando en cuenta aspectos del contexto socio político y económico

esbozados antes, como la vacilante conformación del sistema de protección social; los

recursos de legitimación del empresariado rentista; necesidades de control social y

solución a problemas prácticos del desarrollo industrial.

Finalmente, en lo que se refiere al ejercicio comparativo, tanto de las prácticas

paternalistas como de la interacción de las mismas con el entorno de factores

determinantes, es posible contrastar nuestro análisis y probablemente afinarlo o

armonizarlo a la luz de los aportes de algunos buenos análisis comparativos ya

realizados, tanto para Colombia y Venezuela, como para alguno de los dos en

relación con otro país. En ambos casos, parece muy útil la síntesis que con propósitos

comparativos se hace de algunos temas significativos para nuestro modelo comparativo.

Aunque son pocos los estudios comparativos de Colombia y Venezuela, son

aprovechables varios que en virtud de los tópicos específicos que tratan, resumen

importantes fenómenos de escala nacional. En primer término debe señalarse el

estudio de Charles Bergquist (1988), relativo a la organización y lucha obrera; asi

mismo los trabajos de Daniel Levine (1981, 2007) sobre la iglesia en ambos países y

sobre el desarrollo de la democracia. El más reciente en el campo del análisis político

comparado de Ana María Bejarano (2011) presenta una bien lograda y sintética visión

de la evolución política de ambos países.

Otros estudios comparativos que contrastan un fenómeno de Colombia en relación

con países diferentes a Venezuela son fundamentales en la medida que contribuyen

70 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

con la mencionada visión condensada y ordenada de algunos temas para nuestro

país, en este campo es destacable la obra de Mario Hernández que caracteriza la

evolución del sistema de salud colombiano entre 1880 y 1950; y el análisis de

Dombois y Priest (2000) sobre la conformación del régimen laboral y sistema

nacional de relaciones industriales y negociación colectiva.

2. Concepciones y prácticas del apternalismo

empresarial en el grupo Mendoza

Un conjunto diverso de crónicas e historias de compañías muestra que fueron

frecuentes en el medio empresarial venezolano casos de patronos que por su

forma de relacionarse con los trabajadores, de remunerarlos o de concederles

dádivas y ayudas diversas, superaban tanto los niveles usuales y generalizados de

precaria remuneración y trato despótico, como las obligaciones que blandamente

exigía la ley laboral de su época. Varios de ellos llegaron a ser famosos y sus historias

divulgadas en escritos en donde se ensalzaban sus virtudes y se los situaba

como ejemplo de humanidad y justicia en el trato a sus empleados.

El rol de empresario generoso y justo fue teniendo cambios y mutaciones desde sus

formas más primigenias ancladas en los estilos personales de los pioneros en el

comercio, y sobre todo en la industria, hasta las estrategias de Responsabilidad

Social Empresarial RSE de las compañías del presente. Mirado históricamente

este rasgo, ha sido un complejo y cambiante componente de las relaciones sociales

a distintos niveles, no solo entre empleados y patronos al interior de las empresas,

sino también entre las esferas privada y pública; así como entre el sector privado de

los inversionistas y la sociedad en general.

Mendoza fue el más el más representativo exponente de un conjunto de empresarios

que en distintos períodos del siglo XX venezolano, fueron destacados y han sido

reconocidos hasta el presente como generosos y ejemplarmente justos con sus

trabajadores23 (Ver Anexo 1). Al caracterizar el sentido paternalista que tuvieron

23 Alejandro Hernández y los Sánchez, junto con Eugenio Mendoza, fueron situados en el

estudio de González Deluca (1994: 553) como poseedores de una imagen de empresarios con preocupaciones sociales y orientación nacionalista en sus proyectos económicos.

72 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

estas conductas, se pretende identificar algunos factores determinantes del contexto

y sugerir una línea de evolución de estas prácticas empresariales.

En este capítulo, después de una sintética presentación del empresario Mendoza y el

grupo de firmas que creó, nos ocuparemos de examinar las principales actuaciones

generosas y asistenciales de Mendoza. De acuerdo a la periodización propuesta, en

el análisis de estas prácticas se distinguen las que corresponden a los primeros años

(etapa pionera), de las más estructuradas como sistema asistencial (etapa de empresa

providencia). Por su importancia en la explicación de las tendencias en el interior de la

firma, para cada período se hace un preámbulo, en el que se sitúa de modo conciso

el entorno político y de luchas obreras.

La segunda parte, como etapa de mayor institucionalización del modelo de relaciones

laborales e interacción con la sociedad que se había generado, describe con más

detalle las actividades filantrópicas del empresario. Se hará énfasis en el tránsito

de las acciones voluntarias e individuales, a la conformación de fundaciones, y luego la

indiscutida posición de líder que Mendoza alcanza en este campo, su ascendiente

sobre el empresariado nacional y su papel como promotor de contribuciones y

acciones organizadas ante problemas sociales, entre ellas la organización de

empresarios Dividendo Voluntario para la Comunidad DVC.

2.1 Eugenio Mendoza: Liderazgo empresarial e imagen social

El empresario al que se dedica este capítulo vivió entre 1906 y 1979. Su primera

actividad de negocios fue el comercio de materiales de construcción principalmente

importados en los años 20s, y en las siguientes décadas, junto con sus hermanos y

otros inversionistas fue formando un conjunto de firmas industriales que en 1976

contaba alrededor de 8000 trabajadores24.

En este desarrollo se aplicó una lógica de crecimiento en que se ha reconocido una

estrategia sustitutiva de importaciones. A partir de un establecimiento pionero se

fundaban o adquirían otras plantas en procesos y productos complementarios,

24 Una descripción más completa de las diversas actividades de Eugenio Mendoza y la

conformación del grupo de firmas que llevó su nombre, se encuentra en el Anexo # 3

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 73

ensanchando la capacidad productiva y alcanzando niveles elevados de integración

técnica y concentración de propiedad. Las firmas iniciales y sectores en los que

tuvieron más participación estas empresas fueron: 1- Materiales Mendoza (Comercio

ferretero y maquinaria) 2- Protinal (Concentrados e industria avícola); 3- Vencemos

(Cementos, pinturas y otros materiales de construcción); 4- Venepal (Papel, cartón y

empaques) (Ver tabla 2.1).

El fundador y líder de este grupo industrial fue notable también en actividades

filantrópicas y de interés público, desde los años 40s, con organización de varias

fundaciones y la participación en causas sociales de cierta resonancia; del mismo

modo tuvo protagonismo en esferas gubernamentales y políticas, siendo las más

importantes el Ministerio de Fomento (1942) y la Junta de gobierno posterior a la

caída de la dictadura (1958). También actuó en la promoción de organizaciones

empresariales como Fedecamaras, vocero del sector privado y representante de

Venezuela en negociaciones de comercio internacional.

Tabla 2.1 Firmas del Grupo Mendoza 1926 - 1976

Año de

fundación

Nombre Ubicación #

trab

Capital

millones

Bs

Actividad básica

1926 Materiales Mendoza

C.A.

Maracay 433 15 Comercio de

ferretería y

materiales

construcción

1942 Protinal, C.A. Valencia 717 75 Indust alimentos

concentrados para

animales

1943 C.A. Venezolana de

Cementos

Puerto La

Cruz

1251 102 Producción de

Cemento

C.A. Vencemos Mara Maracaibo

C.A. Vencemos Lara Barquisimeto

1943 C.A. Capac Maracaibo

1948 C.A. Maquinarias

Mendoza

Maracay 404 30 Comercio

maquinaria agrícola,

industrial y de

construcción

1953 Sherwin - Williams

Venezolana C.A.

Valencia 412 17.5 Fabricación de

pinturas, lacas

74 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

esmaltes

1953 Convertidora venezolana

de papel Convepal

Caracas 180 10 Ind Envases para

leche, laminados e

impresión sobre

celofán

1954 C.A. Venezolana de

Pulpa y papel Venepal

Morón 924 61 Fabricación de

papeles, cartones y

cartulinas

1955 Transporte Industrial

S.A. TISA

82 5 Transporte de

cemento y yeso

1955 Banco La Guaira

Internacional C.A.

La Guaira 280 24 Actividad bancaria

1956 Mezcladora Mixto Listo

Consolidada C.A.

Caracas 139 7 Fabricación y venta

de concreto

premezclado

1956 Inversiones Mendoza

C.A.

11 20 Inversiones y

promociones

industriales

1957 Explotaciones forestales

y agrícolas S.A. EFASA

Morón 27 0.8 Plantaciones

experimentales

1964 Incubadora Protinal

INPROCA

Valencia 80 4 Producción de

pollos

1959 Envases Varios S.A. Barquisimeto 350 5 Fabricación de

bolsas de papel

1960 Granjas Nirgua C.A. Valencia 93 4.37 Producción avícola y

de huevos

1961 Productora de semillas

C.A. PROSECA

Valencia 36 3 Producción de

semillas certificadas

1961 Banco hipotecario de la

vivienda popular

Caracas,

Valencia,

Puerto la

Cruz

104 12 Financiamiento para

adquisición de

vivienda

1962 Compañía venezolana de

cerámica C.A.

La Victoria 365 12 Fabricación de

sanitarios

1963 Metalúrgica Mendoza

C.A.

Valencia 213 5 Fabricación de

productos

metalúrgicos

1964 Extractora nacional de

oleaginosas S.A.

ENDOSA

Valencia 33 4 Extracción de aceite

vegetal para

fabricación de

alimentos

1964 Graneros venezolanos S.

A. GRAVENSA

Valencia 47 18 Almacenaje y

distribución de

cereales

1964 Empacadora Avícola C.A. 302 6 Beneficio de pollos

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 75

EMPACA para el consumo

1964 Desgerminadora

Carabobo S. A. DECASA

Valencia 100 7.5 Industrialización del

maíz y derivados

1964 C.A. Concretera Lock

Joint Consolidada C.A.

Caracas,

Cua

275 10 Fabricación y ventas

de tubos de concreto

1965 Ensambladora Carabobo

C.A.

Valencia 16 4 Ensamble y venta

de automotores

1965 Protinal de Zulia C.A. Maracaibo 220 16.5 Alimentos

concentrados para

animales

1966 Viviendas populares

S.A. VIPOSA

Las Tejerias 140 3 Construcción y venta

de casa

prefabricadas

1966 C.A. Venezolana de

acciones industriales

CAVAIN

2 48 Inversiones y

promociones

industriales

1966 Granjas Juana Paula Valencia 72 3 Producción avícola y

de huevos

1968 Construcciones Viposa

S.A.

26 50 Montaje de casas

prefabricadas

1968 Papelera Venepal C.A.

PAVENCA

Valencia 250 10 Fabricación de

envases de cartón

corrugado

1969 C.A. Química integrada

INTEQUIM

Valencia 100 5 Fabricación de

resinas, poliéster,

acelerantes,

secantes, etc

1969 Agregados livianos C.A. Charallave 28 10 Fabricación de

productos

complementarios

para construcción

1969 Inmoviliaria La Paragua

1970 Maquimat del Zulia C.A. Maracaibo 112 5 Venta de materiales

y equipo para la

agricultura y

construcción

1970 Agrícola Chaguaramas 72 0.02 Desarrollo y

producción de sorgo

1970 Yalisto C.A. Caracas 20 1.5 Fabricación de

productos

complementarios

para construcción

1971 C.A. Venezolana de

pigmentos CAVEMPI

Valencia 3 Fabricación de

pigmentos orgánicos

e inorgánicos

76 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

1971 C.A. Venezolana de

grifería VENGRIF

Las Tejerías 50 1.5 Fabricación de

herrajes y grifería

1971 Complementos

venezolanos S.A.

COMPLEVENSA

Valencia 60 1.2 Fabricación de

divisores, forros y

derivados de cartón

corrugado

1972 Recuperadora de papel

RECUPAL

Caracas y

otras

400 10 Recolección,

clasificado y

empaque de

desperdicios de

papel y cartón

1973 Pinturas internacional

C.A.

Maracaibo

1973 Maquimat Oriente C.A. Puerto la

Cruz

1973 Reconstrucción y

servicios de maquinarias

C.A. RESEMCA

Acarigua

1975 Venezolana de

Teleprocesamiento C.A.

Teleprovenca

1976 Industria del Hierro

Guayana C.A.

Puerto

Ordaz

1976 Maquimat del centro

C.A.

Acarigua

Fuentes: EM 1976; Rangel D. 1972

Es significativo que éste consorcio haya trascendido a la historia venezolana no solo

como el más representativo y destacado logro del desarrollo industrial y de las

políticas sustitutivas el siglo XX, sino también como la compañía más comprometida

con el bienestar y buen trato a sus trabajadores. El grupo perdió el protagonismo que

había alcanzado y el conjunto de sus empresas se desintegró en los años 90s del siglo

XX, pero su fundador ha sido reconocido de muchas formas, tanto en su época,

como en años recientes, como pionero y persistente promotor de prácticas

benéficas y justas hacia sus empleados.

La constancia y empeño de su cometido se manifestó en el volumen de recursos que

destinó generosamente a metas de equidad y responsabilidad en sus empresas, y a

causas filantrópicas de sus fundaciones; pero también en el liderazgo que ejerció entre

el empresariado venezolano y su esfuerzo por promover en este sector, lo que

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 77

consideraba los deberes de equidad social y sensibilidad ante los problemas

venezolanos. Su trayectoria es ineludible en el tema que nos ocupa, en tanto

representa el paso de las conductas paternalistas características del típico pionero, a

las formas institucionalizadas y racionales de la firma de gran tamaño; mientras que

en el entorno de la empresa fue trascendental su impulso a fundaciones, la motivación

de esfuerzos empresariales colectivos por solucionar problemas sociales y la

sustentación de tales acciones como un deber social inexcusable para todo gestor de

negocios en la actividad privada25.

Como veremos, parte muy importante de la contribución de Mendoza a la

institucionalización y racionalización de las prácticas benéficas de los empresarios y su

forma de relacionarse con la sociedad, fue la creación en 1964 del Dividendo

voluntario para la comunidad DVC. Esta asociación empresarial, empezó con 130

empresas afiladas, a instancias del liderazgo de Mendoza, y como punto culminante de

toda su trayectoria de ayuda social, se propuso reunir contribuciones e integrar el

mayor número de firmas para organizar planes de beneficio social y comunitario a nivel

nacional en campos como educación, nutrición, salud, estabilidad familiar.

2.2 Paternalismo de pioneros y primeras épocas de las

empresas

2.2.1 Las luchas obreras como contexto y antecedente

Un elemento importante del contexto, por conectar las dinámicas políticas de la

primera mitad del siglo XX y la vida obrera, es el de las luchas sindicales. Una

sintética visión de éstas, nos mostrará por un lado, varias condiciones adversas a la

aclimatación de un marco de representación obrera, derechos laborales y acuerdos

entre capital y trabajo, y por otro desde muy tempranas épocas el paternalismo

como parte de los recursos mediadores en las relaciones entre la autoridad política y

los trabajadores.

25 Dentro de un abundante conjunto de biografías y reseñas de este empresario , pueden

consultarse: Pietri Uslar s.f.; Jaen G., 1987; Polanco A., 1993; Alarico C., 2006; Acedo M., 1974; Aurrecoechea J., 1966; Camacho O., 2007.

78 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La organización obrera, desde fines del siglo XIX había vivido un período precursor

marcado por diversas ideas mutualistas y cierto cosmopolitanismo reflejado en

discusiones alrededor del socialismo utópico. Sin embargo, no se manifestaban

notorias tendencias hacia la confrontación o antagonismo frente a las clases

propietarias, ya que las expectativas del incipiente sector obrero parecían orientarse

más a buscar la cooperación entre patronos y trabajadores en el marco de relaciones

patriarcales, y a los paliativos para la pobreza de la época (Ver anexo 2).

En contraste con estas primeras agrupaciones gremiales, organizaciones más

definidamente obreras se emprendieron en sectores y actividades diversas como caña

de azúcar; ferrocarriles y tranvías; artes gráficas; obreros y artesanos del Distrito

Federal. Como hemos visto, en la industria petrolera se generó el movimiento sindical

más poderoso y significativo como foco de influencias hacia el escenario laboral

venezolano del siglo XX. Sin embargo antes y después de este proceso, en el contexto

económico nacional, y bajo las adversas condiciones de la dictadura de Gómez, se

registra la fundación de sindicatos y algunos períodos notorios de huelgas.

Se reclamaba por las duras condiciones de trabajo y los dirigentes con frecuencia

eran detenidos y enviados a la construcción de carreteras y otros trabajos forzados;

en el año 1919 ocurre el mayor número de huelgas de esta clase (Urquijo 2000: 13 -

14). En septiembre de ese año, se hicieron propuestas tendientes a unificar los gremios

y corporaciones en una Confederación General Obrera: según el autor: ‗algunos de

dichos gremios tenían claro sentido de que estaba terminando la época del paternalismo

patronal y del asistencialismo mutualista‘. Esta idea tuvo aceptación en organizaciones

de tranvías eléctricos de Caracas, ferrocarril Caracas - La Guaira, Ferrocarril de

Venezuela (Parra 1980: 52).

En estas etapas precursoras del sindicalismo, la iniciación de los obreros en el

quehacer sindical estuvo a cargo tanto de las más tradicionales sociedades de auxilio

mutuo, p.e., con los ciclos de conferencias sobre temas laborales organizados por la

Sociedad de protección mutua de Caracas; como de líderes comunistas, entre ellos

Rodolfo Quintero, quien en 1930 empleó su texto Lecciones Obreras, que llegó a ser

el primer órgano de propaganda comunista en Venezuela (Parra 1980: 56).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 79

Venezuela había sido miembro fundador de la OIT, y en 1928 el régimen dictatorial de

Gómez crea la Federación obrera de Venezuela, sindicato oficialista, cuyos dirigentes

lo representarán ante éste organismo. Al mismo tiempo se promulga una ley de

trabajo, que no llegará a ponerse en práctica. Los estatutos de esta federación se

elaboraron únicamente para ser expuestos ante la OIT y acreditar la existencia de

libertad sindical en el país (Urquijo 2000: 15).

En 1931 nace el Partido comunista de Venezuela PCV, organización a la que se

debe la inicial celebración del 1° de mayo; en este mismo año, cuando la industria

petrolera cuenta con más de 20.000 trabajadores, este movimiento funda en Cabimas el

primer sindicato petrolero del país. Ante la prohibición de establecer sindicatos, los

5000 trabajadores que lo constituyeron, usaron el nombre disimulado de Sociedad

auxilio mutuo de obreros petroleros SAMO (Urquijo 2000: 15).

El período que empieza en 1936, marca tan notable ruptura en la historia venezolana,

que se consideró ese año como el primero del siglo XX (Carrera D., 1983). Ya librado

el país de la dictadura de Gómez, empezaba una era de expresiones políticas y

afanosa organización de movimientos y partidos. Asi mismo la fuerte migración interna

de población campesina pobre deseosa de ser asalariada en las zonas de influencia

petrolera26, y otros éxodos inauguraban una tendencia de aumento poblacional y

urbanización. En ésta época ya podían plantearse sin restricción los enormes y

conocidos problemas de salubridad, alimentación, y los nuevos de vivienda y

oportunidades; al mismo tiempo se fortalecía y organizaba una primera generación de

empresarios nacionales, que años después encontraría en la vivienda y las demandas

de la construcción una de sus espacios de acción.

Aunque las políticas monetarias y cambiarias de Venezuela durante los años 30s,

habían permitido solo un escaso desarrollo de la industria manufacturera, el primer

26 Al respecto debe recordarse que hasta los años 30s, en grandes zonas de Venezuela, el

trabajador rural estaba sometido a inequitativos y férreos sistemas de endeudamiento y pago con fichas o vales, solo redimibles en el negocio del propio hacendado (Ríos Josefina 1988).

80 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

censo industrial de 1936 estimaba en 8025 establecimientos, con un promedio de 5,8

obreros por unidad manufacturera, para un total de 46.855 trabajadores. La

elaboración de alimentos ocupaba más de la mitad de dichos operarios, seguido del

sector confección, siendo los establecimientos más grandes unas pocas textileras.

En el siguiente censo industrial en 1953, la ocupación en el sector manufacturero había

subido a 138.064 obreros repartidos en 10.045 establecimientos, sin apreciables

cambios en su composición (Bergquist 1988: 258 ss).

En medio del agitado clima político de la época y con apoyo de 150.000 trabajadores

representados por 219 delegados, se funda la confederación de trabajadores de

Venezuela CTV en 1936. Se manifestaban aquí las dos más importantes corrientes

políticas inspiradoras del sindicalismo, teniendo en ese momento una correlación de

fuerzas de 17 comunistas Vs 122 socialistas; éste último movimiento llegaría a

convertirse en el influyente partido socialdemócrata Acción Democrática AD (Urquijo

2000: 19).

2.2.2 Estado y sindicatos: un caso de paternalismo estatal

1936 – 1948

En este contexto, el sector obrero ligado a las empresas nacionales estaba en

crecimiento, aunque era débil organizativamente; tuvo muy poco protagonismo en la

redacción de las normas de protección al trabajo, y esporádicamente fue objeto de un

manejo paternalista por el Estado. Si bien, la beligerancia y capacidad perturbadora de

los sectores obreros industriales, juzgada por el número de sus efectivos, no era

grande, una evaluación de sus capacidades debe tomar en cuenta la participación de

otros sectores y la fortaleza generada en conjunto con las nacientes fuerzas

políticas27.

27 Se estima que entre los años 20s y 30s, la mano de obra empleada en el sector capitalista

industrial aumentó del 5 a 13% y para 1936 alcanza el 22% de toda la fuerza laboral; en cifras absolutas el sector petrolero alcanza 13.754, en tanto que la industria manufacturera nacional llega a estimarse en unos 30.000, estando casi las tres cuartas partes ocupadas en la industria de alimentos y textiles (Karlsson Weine 1975; Baptista 1997: 33).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 81

Por otra parte, la gestión pública, el manejo de los programas sociales y las políticas

públicas, como acciones estatales estuvieron marcadas por la impronta paternalista. En

ello se ha visto una suerte de repartición graciosa del ‗don populista‘ e intensa

transferencia de rentas a través de formas tan variadas como: obras de infraestructura;

amplia burocracia; servicios públicos gratuitos; impuestos reducidos y tendiendo

constantemente a la baja; Bolívar sobrevaluado, etc. (Capriles R., 1996).

Todo lo anterior creaba una extendida cultura de dependencia de los entes

gubernamentales y un público siempre expectante, para el cual las dádivas eran una

obligación. Sin embargo una de las manifestaciones más claras del rol paternal del

Estado y su cambiante, pero constante predominio se puede ilustrar en las

relaciones Estado - sindicatos durante el período 1936 - 1948, en el que los

gobiernos por esta vía consiguieron regular, movilizar o imponer ciertas formas de

negociación sobre el movimiento obrero (Villalba D., 2002).

El estudio de Villalba describe la consecución de estos propósitos, a partir del

gobierno de López Contreras, quien se propuso debilitar las fuertes relaciones, que

desde el principio se habían establecido entre los sindicatos y las organizaciones

políticas de la oposición; a diferencia de ello, Medina en el gobierno siguiente, optó

por alianzas temporales con uno de los dos partidos que entonces se disputaban el

control del movimiento sindical. Lo que es común a ambos gobernantes es la actitud

de tutelaje que les llevó a acudir a métodos intervencionistas en los que era claro

que se dudaba de la capacidad de los dirigentes sindicales y se sometía a

limitaciones y controles sus organizaciones impidiendo que crecieran y se

desenvolvieran de modo soberano y autosuficiente.

Con un espacio industrial y fuerza laboral apenas en formación, los primeros

dirigentes sindicales salieron de las filas de los partidos, y las organizaciones que

llegaron a crear estuvieron muy comprometidas en las luchas políticas de la época.

Pese a lo cual el gobierno de López Contreras estructuró un paternalismo regulador

al sentirse en el deber de proteger a los trabajadores, asi como de preservar ciertos

valores e instituciones tradicionales, de la influencia de políticos e ideologías que, a

su entender, amenazan una transición idealmente disciplinada y progresiva hacia la

democracia. Por lo anterior, desde la lógica paternalista se hacían esfuerzos por

82 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

regular y guiar la incorporación de las organizaciones sindicales al orden que

comenzó en 1935.

Desde principios de 1936, se manifestó otro aspecto del paternalismo, teniendo por

referente la ley de trabajo de ese año, de la cual se podía decir que reglamentaba

la acción de un sector social que apenas estaba en formación y que no participaba de

ninguna manera de su elaboración. Tanto a través de la inspectoría del trabajo, como

de la nueva oficina del trabajo de Maracaibo se presionaba a las compañías petroleras

para que cumplieran con aspectos de la ley de trabajo vigente y el gobierno, antes y

durante el transcurso de la huelga petrolera, adoptaba posiciones favorables a los

trabajadores.

Para muchos observadores fue evidente que, aún ante las más fuertes presiones de

los sectores patronales reaccionarios y en períodos de reflujo sindical, el presidente

reafirma las medidas favorables a los trabajadores, p.e., la reglamentación del

reparto de utilidades. Asi mismo, la manera como se realizaba el rol de mediación

en los conflictos laborales del sector petrolero, mantenía la misma orientación

protectora.

En el período 1945 – 1948, con Acción Democrática AD liderando la llamada

revolución de octubre, se expresa un paternalismo de tipo movilizador, en el que se

promovieron muchas novedades, en las relaciones Estado - sociedad civil. Se

incorporaron diversos grupos sociales al nuevo sistema de partidos políticos en

formas que claramente lo diferenciaban de sus predecesores inmediatos. La

intervención estatal en lo laboral era ya habitual pero lo que no se había hecho era

establecer un vínculo entre tal intervención y el desarrollo de una organización política

moderna y de alcance nacional.

Junto al Partido Comunista PCV, AD había sido pionera en organización de masas, y

por esta época el Estado se ocupó de una intensa estructuración de sindicatos. La

orientación intervencionista de este proceso está implícita en el decreto que

contemplaba la resolución de todos los conflictos laborales, mientras las garantías

constitucionales permanecieran suspendidas, por medio de procedimientos de

conciliación o arbitraje. Villalba destaca que los miembros de sindicatos controlados

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 83

por AD fueron en todo momento alentados a resolver sus diferencias con los

patronos a través de medios no conflictivos y fueron exitosos sus esfuerzos por

incorporar sectores cada vez mayores de las clases populares a organizaciones

gremiales leales al régimen y bien articuladas con el partido de gobierno.

Los conflictos de trabajo transcurrían de tal modo que los mayores beneficios de la

clase trabajadora parecían depender de la intervención activa y directa del Estado,

como mediador, árbitro, o incluso negociador en nombre de los sectores organizados;

proceso que resultaba más significativo en los contratos colectivos petroleros, industria

en la que predominaban los líderes sindicales de AD y de la cual se derivaba un

modelo que tomaban en cuenta los demás sectores.

El nexo partido - sindicatos, y la dependencia de éstos respecto a la mediación del

gobierno, daba margen a la jefatura del Estado para aumentar o disminuir las demandas

sindicales según su conveniencia y hasta, discretamente garantizar a firmas extrajeras

la supresión de una huelga (Villalba 2002: 69); la iniciativa y mediación del gobierno

se habían convertido en factores decisivos de los que un movimiento sindical en el

fondo débil y dependiente no podía prescindir.

Al respecto, un escrito de la OIT citado por Villalba es elocuente, cuando al analizar la

legislación y las medidas favorables a los trabajadores durante el Trienio, afirmaba: ‗el

movimiento sindical no ha sido capaz de jugar un papel importante en la

elaboración de la legislación social, que en Venezuela es mucho más una obra del

gobierno que el resultado directo de un esfuerzo concienzudo de parte de los

trabajadores‘.

En síntesis, se tienen dos etapas contrastantes del paternalismo estatal hacia los

sindicatos, la primera de 1936 a 1945 en que se pretendió regular su actividad, y

otra más ambiciosa de 1946 - 1948 en que además de regularlos, se tuvo como

objetivo movilizarlos e incorporarlos como miembros activos al proyecto político que

lideraba Rómulo Bertancourt.

Lo significativo y trascendental hacia el futuro de esta segunda fase, es que se llegó a

estructurar una relación de intercambio, en la cual los sindicatos prestaban soporte

político a través del voto y la actividad político electoral, al gobierno y al partido, a

84 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

cambio del logro de beneficios económicos derivados de la intervención directa del

Estado en el campo laboral. A continuación, veremos cómo la empresa industrial, que

por esta época comenzaba a proyectarse como un nuevo escenario de la vida

económica, ofrece otros espacios para la integración y cooptación del sector obrero

por parte de las elites por vía de la deferencia y algunas condiciones de trabajo que

superaban los niveles reinantes.

2.2.3 La disposición personal y la conveniencia práctica de ser

un patrón generoso

Uno de los aspectos que le da reconocimiento y aceptación general a este empresario

como personaje notable del siglo XX venezolano, fue el haber erigido un gran grupo

económico, habiendo comenzado su actividad de trabajo, cuando aún en la niñez, sin

recursos económicos, decide dejar sus estudios elementales e ingresar como

dependiente a una firma de importación y venta de materiales de construcción. Si

bien, su rama familiar descendía del primer presidente de la República y por línea

materna estaba emparentado con la familia de Simón Bolívar, según los biógrafos era

de una época en que se podía ser muy respetable por sus deslumbrantes ancestros,

aunque no se tuvieran bienes de fortuna.

A lo largo de muchos eventos públicos en que el empresario leyó breves discursos para

entregar donativos, inaugurar obras, celebrar fechas especiales de las firmas, destacar

empleados, del mismo modo que en diversos escritos e intervenciones públicas como

dirigente político o gremial, se percibe el interés por sustentar y comunicar su visión

de lo que significa la colaboración y compromiso que ha pretendido mantener con los

trabajadores y los objetivos fundacionales. El contenido de todas éstas expresiones

públicas era cuidadosamente redactado por asesores, a partir de ideas generales

propuestas por Mendoza, quien luego revisaba y ajustaba el texto.

En muchas ocasiones Mendoza explica, lo que se considera una conducta generosa,

como el simple cumplimiento de obligaciones normales en un empresario; en uno

de los principales homenajes públicos en que se reconoció el sentido generoso de sus

actividades, expresó: ‗solo he querido ser un buen ciudadano‘.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 85

Sin embargo, los mensajes y discursos expresan diferentes motivos y explicaciones de

la conducta empresarial dadivosa o sensible socialmente, unas veces como parte de

una ética y disposición personal; otras como un deber social de las clases más

adineradas; también desde el punto de vista de la conveniencia o necesidad para la

buena gestión de las empresas; del mismo modo que como forma de contribuir al

equilibrio y armonía en el entorno político y social. En este último caso, el empresario

vincula sus prácticas benevolentes tanto con las políticas de protección e

industrialización sustitutiva, como con los desafíos al orden y la estabilidad que

planteó la acción armada insurgente.

Dentro de las explicaciones que Mendoza daba a su inclinación a ayudar y compartir

parte de sus bienes, estaba la idea de retribuir la fortuna que el destino o la buena

suerte le permitieron alcanzar28. Para éste empresario, admirador de Franklin D.

Roosevelt, su éxito abrumador y riqueza dependió de la combinación de diferentes

variables como la competencia técnica, saber profesional, perseverancia, disciplina,

y también del factor suerte. Por esta razón, creía que tenía la obligación de devolver

a la comunidad o compartir en su medio social parte de los beneficios de la actividad

empresarial. Por otra parte, en los valores de la familia Mendoza también estaba la idea

de que era necesario compartir y hacer parte del negocio a los empleados; aspecto

que siempre fue señalado como un rasgo característico desde sus primeros negocios.

En otras ocasiones, aparece la idea de que las diferentes etapas que viven en el

desarrollo de los negocios van disponiendo al empresario a adoptar más posturas y

acciones de solidaridad y preocupación ante problemas del país. En otra ocasión,

Mendoza lo presenta como parte del curso de su vida como hombre de negocios: un

primer momento, los principales esfuerzos y preocupaciones se concentran en la

creación de riqueza, al mismo tiempo que se llega a consolidar una estructura

empresarial y un equipo humano confiable; una vez se siente esto asegurado, aparece

la preocupación frente a los problemas sociales29.

28 Entrevista Luisa Helena Mendoza de Pulido, Hija de Eugenio Mendoza Julio 2007.

29 Vencemos #91 1972 ‗30 años de Protinal‘ P 14.

86 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Igualmente, en sus declaraciones Mendoza consideraba que su experiencia en

cargos públicos: como ministro de Fomento en 1943 y como integrante de la junta de

gobierno en 1958, le habían hecho más consciente de los problema de pobreza,

insalubridad y atraso del país, que parecían agravarse con el aumento poblacional.

A comienzos de los años 60s, en medio de su fallido proyecto político con la Asociación

Venezolana Independiente AVI, expresa una concepción acerca de lo que debe ser

un empresario con sentido social y proyectado hacia el escenario político. Mendoza

enumera como principios base del progreso del sistema de libre empresa: la

democracia, los principios cristianos y la justicia social; con lo anterior exhorta a los

empresarios a demostrar verdadera sensibilidad y preocupación, para enfrentar como

propios los problemas de alimentación, vivienda, educación la creación de fuentes de

trabajo‘ (Graces P., 1986: p 315 – 317).

Una década después, en una charla ante la segunda convención de empresas

juveniles, destaca el papel del empresario en la comunidad, en relación a sus

posibilidades de contribuir al desarrollo de la propia comunidad; y una vez más se

refiere a la obligación de actuar ante los problemas de los empleados y obreros, dentro

y fuera de la empresa, tratando de ayudarlos en cuestiones como la educación de sus

hijos, la solución de sus problemas de vivienda y otros: aporta ejemplos como la ayuda

empresarial en el terremoto de 1967, el Dividendo voluntario para la comunicad DVC y

la Fundación de vivienda popular FVP. En relación al período de agitación y crítica que

afronta el sector privado, considera oportuno y conveniente inculcar en la juventud el

verdadero concepto del sistema de libre empresa, y asi superar lo que denomina

campañas para deformar y desacreditar el papel de los empresarios30.

Ideas más pragmáticas sobre la conveniencia de las acciones solidarias para el

avance de las empresas y su buen manejo también se manifestaron. En el caso de

la planta cementera de Pertigalete, se había apreciado como en poco años, el avance

industrial creaba centros de trabajo, alrededor de los cuales se formaron ciudades; la

debilidad del Estado solo alcanzaba a aportar precarios servicios de educación y

30 Vencemos #87 1971.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 87

salud, razón por la cual las empresas debían actuar en tales campos. Lo que en el

presente se sustenta en la Teoría de los stakeholders, para esa época se resumió en la

frase ‗si la empresa se olvida de la sociedad, ésta se olvida de ella‘31.

En discurso ante Fedecamaras invitando a sus afiliados a adherir al DVC en 1962,

Mendoza menciona otros motivos de la lógica asistencial y paternalista, cuando se

refiere a las tensiones de los empresarios acerca de la tributación y la forma como

una ayuda empresarial voluntaria a la solución de los graves problemas del país,

podría alejar nuevos y mayores impuestos. Asi mismo, teniendo en mente procesos de

los países más avanzados, promueve la vinculación a su propuesta de ayuda

destacando la importancia de la labor fundacional y los aportes privados a obras

sociales, que considera enormes en el mundo industrializado (Graces P., 1986: 121).

De los requerimientos internos del manejo de las empresas se deriva un buen

número de incentivos hacia las prácticas paternalistas. En este sentido, puede

señalarse la necesidad de contar con personal directivo, técnico y administrativo de

calidad, factor que Mendoza consideró decisivo en el avance de los negocios y que

resultaba escaso en la época de acelerado crecimiento en que empezó sus

empresas, según su apreciación solo el 10% era competente y tenía buen desempeño,

los demás hacían fracasar las empresas.

En relación con esta situación surge el interés por proteger, conservar y estimular al

sector idóneo de los empleados y promover su formación: en carta a su hermano Lope

citada por Polanco (1993: 145), Mendoza señala: ‗..es necesario que el empleado

joven, nuevo y el obrero, también vean el porvenir amplio y seguro si trabajan de buena

fe […] es necesario estimular al elemento capaz y eliminar al mediocre‘.

Los primeros directivos que fueron confiables para Mendoza y le ayudaron a

conformar sus industrias, asimilaron el talante paternalista y lo reprodujeron en su

trato al creciente sector obrero que ingresó. El agrónomo Oscar Romer uno de los

fundadores de Protinal define enteramente este aspecto del esquema paternalista de

31 Entrevista el empresario Gustavo Vollmer Julio de 2007.

88 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

los primeros años en relación con la necesidad de conservar a los buenos empleados,

cuando se refiere con nostalgia al entusiasmo y mística que se sentía en los primeros

tiempos de la organización, cuando el país era muy pobre, y con limitados medios la

empresa daba sus primeros pasos, pero se visualizaba un gran futuro

‗..se integró un gran equipo, y lo que solíamos llamar la gran familia Protinal cuya

filosofía era uno para todos y todos para uno, todo buen trabajador de Protinal vivía y

trabajaba sintiéndose seguro porque sabía que pertenecía a una institución que lo

respaldaba en todo momento, y que ni él ni su familia, a la cual se le prestaba gran

atención, en ningún momento estaban solos ni desamparados en los difíciles momentos

de la vida, ya que la empresa acudía en su ayuda cuando se justificaba y lo merecía.

La relación que existía entre patrón y trabajador era siempre muy cordial y se cultivaba y

cuidaba muy de cerca proporcionándose al efecto, oportunidades muy bien planificadas

para que el contacto personal se mantuviera estrecho y éste no fuese solamente con el

trabajador, sino también con su familia. Se recorría con frecuencia las oficinas e

instalaciones, en cuya oportunidad se saludaba al empleado u obrero en el sitio de su

trabajo, y, además de dirigirle una palabra amable, se observaba si el ambiente en que

se desenvolvía era el adecuado, en cuanto a espacio, luz ventilación y limpieza. Se

atendía a quien quisiera hablar con uno. Se le oía con atención se trataba de ayudar si lo

requería y merecía, pasando el problema a quien concernía, pero con seguimiento‘32.

Como se puede ver, la valía o mérito del trabajador eran aspectos claves en las

atenciones y la deferencia, de modo que queda claro el sentido de la recompensa y la

relación funcional entre buen trato y expectativas por un buen desempeño laboral.

El crecimiento de las empresas, con la diferenciación y especialización organizacional

que conllevó, y la llegada de nuevas generaciones de directivos y empleados, pareció

cambiar el tipo de relaciones y la concepción que se tenía de las mismas; en

diferentes momentos Mendoza alecciona a su grupo directivo sobre la importancia de

incorporar sus principios de manejo del personal a las otras responsabilidades de

gestión, asi p.e., en el XII seminario de ejecutivos de 1976 expresó:

32 Vencemos # 155 1983

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 89

‗..A quienes les toque presidir el comité de dirección tendrán que dedicarse por entero

al estudio de las empresas y al análisis de sus fallas y de sus éxitos, a conocer más al

personal para ayudarlo a resolver no solo los problemas que tengan en la empresa sino

los que confrontan en la familia. Todo esto requerirá un contacto directo y permanente

con las empresas y con su gente, es decir, una dedicación integral, tal como lo he

venido haciendo yo..‘33.

Por otra parte, muchos de los procesos productivos (elaboración de cementos, papel,

alimentos concentrados) y tareas de mantenimiento, demandaban habilidades y

conocimientos prácticos y muy particulares de las plantas y equipos que tenía las

empresas; se trata del tipo de saberes técnicos, que en las industrias de

transformación de materias primas, típicamente genera oficios altamente específicos

al manejo de procesos y ciclos complejos de tareas de control de instalaciones. En

este tipo de industrias se hace necesario que los operarios sean vinculados y entrenados

dentro de esquemas de formación interna y sobre los puestos de trabajo34.

Éstos operarios de oficios específicos e intensivos en maquinaria, manejaban

equipos y realizan tareas de inspección muy decisivas en el buen desarrollo de

procesos trascendentes para la producción, y difícilmente convertibles en rutinas

fáciles de aprender. Por lo anterior, se requerían varios años de permanencia estable

de los trabajadores en las secciones, aprendizaje sobre el puesto y transmisión de

saberes de los trabajadores más antiguos, para llegar a conocer todos los detalles del

manejo y forma de intervención efectiva en los procesos (Ver Anexo 3).

Las condensadas biografías laborales presentadas en la sección ‗gente vencemos‘ de

la revista del grupo, evidencian el nexo entre oficios específicos, formación interna y

estabilidad: alguien con el oficio de ‗compresionista‘ decía ‗esas máquinas de la sala

de compresores las conozco al dedillo, son 39 años los que llevo entre este enjambre

de piezas y tornillos‘; otra trayectoria de 35 años, muestra el ingreso casi en la niñez

33 Vencemos #115 1976

34 Para una explicación del tipo de conocimientos y habilidades demandadas en la vida fabril,

de acuerdo a los diferentes niveles técnicos y de mecanización de la producción y los tipos de proceso productivo, Ver Kern y Schumann (1980)

90 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

como jardinero de medio tiempo en casa de un gerente, después el servicio militar,

reingreso a la sección de mantenimiento, luego al oficio de hornero, más adelante

curso de electricidad con el INCE y paso a Departamento eléctrico; posteriormente al

departamento de sistemas, hasta ser inspector de instrumentación en 1987.

En otro caso aparece un recuento de lo que se describe con sentimiento positivo

como ‗duro trabajo‘, pero acompañado de promoción y formación continua, de un

técnico que registra una antigüedad de 42 años: ingreso a los 15 años como

ayudante del horno; a lo largo de esos años fue aprendiendo mecánica, llegó a

mecánico ajustador, luego mecánico de turno y después mantenimiento mecánico35.

En síntesis, la especificidad de los procesos y su exigencia de formación técnica

interna, determina que para éste sector de trabajadores, las empresas dispongan

una permanencia estable, que conduce a largas trayectorias ocupacionales dentro de

la misma planta. En empresas Mendoza la armónica y durable permanencia de los

operarios son tanto una necesidad del desarrollo de este tipo de industrias, como

un resultado de las políticas de personal que se adoptan, lo que a su vez introduce

elementos favorables al manejo paternalista de los trabajadores.

2.2.4 El empresario dadivoso y la política de industrialización

sustitutiva

Dentro de los variados temas tratados en los discursos y mensajes de Mendoza, hubo

apreciaciones sobre la política pública. Se expresaba adhesión al programa de

industrialización sustitutiva ISI y de desarrollo capitalista predominante, defendiendo la

idea de que el favorecimiento de los trabajadores y la ayuda a los sectores

marginados por parte del empresariado, contribuirían a sustentar más eficazmente

esa política. Del mismo modo, también se hacen consideraciones y se manifiestan

reservas sobre aspectos específicos como la intervención estatal, sea cuando

35 Vencemos # 180 1987.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 91

parece excesiva la regulación, o cuando el Estado pretende actuar como empresario; asi

mismo sobre el intercambio comercial subregional andino y la inversión extranjera.

En un rápido comunicado, en 1958 cuando hacía parte de la Junta de gobierno,

Mendoza resumió lo que creía un modelo de industrialización prometedor si contenía los

siguientes elementos: estable nivel de ingresos petroleros; protección arancelaria y

créditos a largo plazo; la expansión productiva que creara fuentes de trabajo y evitara

la salida de divisas que enriquecen a otros países. Admitía el riesgo de una primera

etapa de altos precios al consumidor, que sería superada en la medida que se

adquiriera experiencia productiva36.

En la perspectiva de Mendoza la industrialización es ‗la obra vital que requiere el

país‘, y ella se lograría estimulando la iniciativa privada, y apoyándola con atinados

planes de la CVF tendientes a un intenso y armonioso desarrollo industrial; se

apreciaban los créditos que ha venido concediendo esta entidad, pero se esperaba

que fuera posible una ampliación del crédito exterior37.

En los medios empresariales y gremiales, eran frecuentes las propuestas de Mendoza

para que los patronos propiciaran una mayor participación de la fuerza laboral en los

beneficios de la producción; prestaran una mayor atención a los problemas sociales del

trabajador; contribuyeran a resolver los problemas de vivienda y se preocuparan por el

entrenamiento del propio personal. La conexión más clara del esquema sustitutivo

industrial y capitalista con el tipo de manejo laboral que aplicó, se expresa asi:

‗El otorgamiento de utilidades más allá de los limites que establece la ley del trabajo es

una práctica que se generaliza cada vez más en las empresas; debemos analizar con

interés el que trabajadores y empleados se conviertan en accionistas de la empresa;

esto se ha ensayado en el grupo desde 1952, podría ser un medio para que los

trabajadores se sientan participando más en el sistema de libre empresa‘38.

36 Archivo histórico de Miraflores, Fondo inventario AC 42 – 13 1959.

37 Boletín de la CVF # 5 1961.

38 Vencemos #91 1972.

92 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Acerca del escenario externo y el capital extranjero, representado primordialmente por

EU, se reclamaba un precio equitativo para las materias primas vegetales y minerales

de exportación, cuyos incrementos reducidos no guardaban proporción con los de los

productos terminados que se importaban39.

Se apreciaba la inversión externa, a condición de que, bajo un criterio de ‗sano

nacionalismo‘ se controlara para evitar su ubicación en sectores ya cubiertos por el

empresariado nacional; o que se trate de subsidiarias que absorben el capital local; o

que se asociara de modo interesado para aprovechar medidas de protección nacional.

De este modo, la deseabilidad del capital extranjero estaría dada por su aporte al

desarrollo local, reiterando la idea de que ‗la empresa privada puede y debe contribuir

al mejoramiento de las mayorías desposeídas en su lucha por una vida mejor. Es una

deuda para con la sociedad que debe asumir la empresa privada para asegurar su

propia supervivencia‘40.

Las principales posturas críticas ante la política económica fueron la de 1968 en

contra del Acuerdo subregional andino, que consideraba una forma de distraer recursos

en otros países, cuando en Venezuela falta ahorro, hay pobres mercados de capitales y

la explosión demográfica afectan un desarrollo, que ya ha comenzado pero que

resulta insuficiente frente a los problemas sociales.

Por otra parte, argumenta la dificultad de la integración económica a nivel de América

Latina por tratarse de países en distintas etapas de desarrollo y diversa situación

económica, social, fiscal, de precios, costos de mano de obra, orden monetario y

balanza de pagos; de lo cual resultarían desventajas para Venezuela como la poca

reciprocidad y probable desbalance comercial; destaca cómo para ese momento su

país tenía el más elevado PIB, los más altos salarios y la más baja devaluación frente

39 En los años 50s, Mendoza había estado muy cerca de este debate, al actuar como negociador

del acuerdo comercial con EU, en el que se superaron tensiones sobre precio del petróleo y hubo presiones para que se dejara de comprar el crudo venezolano. 40

Vencemos #48 1965 ‗La responsabilidad de la iniciativa privada y la acción voluntaria en la América Latina‘. Discurso pronunciado por Mendoza en la Panameric Society of New England abril 22 1965.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 93

al dólar41. Más adelante, en vísperas del ingreso de Venezuela a la ALALC, se pedía

negociar una situación especial por el poder de compra del país y su poca

posibilidad de exportar por llevar menos tiempo en el camino de la industrialización42.

Respecto al Estado, ya no pueden agitarse las viejas consignas de los primeros

tiempos de Fedecamaras, en las que se reclamaba su apoyo como financiador, pero

se censuraba su intervención en la vida económica. Ante la realidad del gran poder

estatal derivado del ingreso petrolero, solo cabía pedir que no se limitara el

crecimiento del sector privado, y que se viera la conveniencia para el desarrollo de la

colaboración y armonía Estado - Empresa privada.

En la visión de Mendoza, lo anterior sería posible, siempre y cuando ésta última fuera

prospera, vigorosa y responsable socialmente. Del mismo modo, Mendoza insiste en

su fórmula para hacer más efectiva la ayuda social: que se realice como acción de

conjunto entre las principales empresas y ‗…que se mantengan las disposiciones

legales vigentes relativas a las deducciones en el impuesto sobre la renta de las

liberalidades, con fines de acción social, que hagan las empresas y los

particulares..‘43.

2.2.5 La imagen del ‘buen empresario’ frente a la reprobación y

la crítica

Desde los años 50s, las políticas favorables a la industrialización y las dinámicas

asociadas al creciente ingreso petrolero nacional, habían contribuido a un apreciable y

a veces acelerado ensanche del sector industrial y notoria acumulación, que era más

visible en el grupo de firmas destacadas del que hacía parte el Grupo Mendoza (Ver

anexo 3).

41 Vencemos #65 1968 p 14 – 22.

42 El recelo y discrepancia frente a la Alalc y las propuestas de acuerdos subregionales

fueron notorios también en otros sectores empresariales, como los que se asentaban en la Cámara de Comercio de Caracas, Ver González Deluca (1994) p 554, 564 - 565. 43

Vencemos #91 1972.

94 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Frente a esta prosperidad y éxito del empresariado, que se veía como muy dependiente

de la protección gubernamental y los recursos petroleros, no dejaron de expresarse

críticas y enjuiciamientos, que se intensificaron desde los años 60s. En ese difícil

contexto político, las prácticas paternalistas que en el Grupo Mendoza se

institucionalizaban, se convirtieron en una fórmula que el industrial presentó y

promovió públicamente; el argumento era el de justificar el apoyo estatal y dejar sin piso

a los críticos con una justa retribución y trato a los empleados. Más adelante se

completó y formalizó más con la propuesta del Dividendo Voluntario para la Comunidad

DVC como mecanismo para integrar los donativos y aportes de muchas firmas.

Si bien, la amenaza de la insurgencia armada que en los primeros años intimidó a

algunos empresarios y estimuló respuestas paternalistas, pronto se extingue,

permanece una insistente y fuerte crítica al empresariado, principalmente por parte de

sectores políticos adversos al sistema político que surgió del acuerdo de Punto Fijo y

tuvo en Rómulo Betancourt su primer presidente elegido democráticamente. El

empresariado que era señalado como directo beneficiario de la dictadura perezjimenista,

y aparecía en ésta etapa bien articulado al recién establecido régimen democrático,

fue objeto de hostilidades y cuestionamientos diversos.

A comienzos de los 60s, la inconformidad de los sectores de izquierda no

vinculados al acuerdo de los partidos mayoritarios, se acrecentó con la protesta de

los desempleados y otros sectores afectados por la crisis con la que comenzó esa

década. La situación económica mejoró, la actividad insurgente terminó, pero siguió

un agitado período de lucha dentro de los marcos legales.

La subversión armada cumplió un papel de factor cohesionador social y político del

sistema que se había conformado desde 1958 (Bautista 1993: 195), siendo el

empresariado y sus expresiones organizadas un campo muy ilustrativo de esa

unidad frente a la intimidación externa. Los mensajes de Mendoza en estos años, como

connotado representante del mundo de los negocios, expresan las tensiones que se

viven y conducen a una más insistente y explicita sustentación de la fórmula

asistencial y filantrópica como recurso empresarial para ganar legitimidad ante la

opinión pública y rebatir diferentes cuestionamientos.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 95

Las simpatías castristas, se expresaron en marchas tumultuosas y también ataques

destructivos a la propiedad privada. En 1961 varias compañías del grupo Mendoza

fueron objeto de tales agresiones: un informe de Fedecamaras en su XVII

asamblea anual, se refieren a una serie de atentados y actos de vandalismo contra el

comercio en la capital, llamando la atención del gobierno y alertando a todos los

afiliados para que prevengan estas manifestaciones que han destruido muchos negocios

como ocurrió con comercios situados en barrios populares.

Una de éstas comunicaciones dirigidas a Eugenio Mendoza, le expresa respaldo y

admiración, mencionando su dedicación ejemplar al trabajo, y el hecho de que los

directivos de la entidad ‗analizaron con preocupación el asalto y destrucción de

empresas que usted dirige, como culminación de otros hechos vandálicos..‘44.

A lo largo de los años 60s, el temor a la acción subversiva estuvo presente en la vida

empresarial, como factor de tensión y como motivo catalizador de proyectos

asistenciales. Lo anterior fue evidente en 1962, cuando Mendoza expone su idea

del Dividendo Voluntario para la Comunidad DVC ante Fedecamaras, sustentando

una serie de motivos, entre los cuales mencionaba el riesgo de la insurgencia,

advertía que más allá de la liquidez y buena marcha de las empresas, era necesario

pensar en la tranquilidad y estabilidad, porque ‗un ‗fidelazo‘ acabaría con nuestra

estructura social, económica y política‘ (Graces P., 1986: 121).

En su evocación de los años en que creó el DVC, con la idea de evitar el problema de

lo esporádico de las colaboraciones y emprender obras sociales más perdurables,

Mendoza señaló que la inscripción resultó exitosa por la situación de la Cuba de

Fidel Castro45 ‗por el que sentíamos terror‘, aunque después decayó el interés (Graces

P., 1986: 18)

44 Ver Fedecamaras (1960 – 1961: 105 – 107); González Deluca (1994: 551 - 552).

45 Hans Neumann empresario fundador del grupo Corimón, desde los años 50s, dedicado a

la fabricación de pinturas y barnices, y propietario de la más grande compañía de su ramo, se refirió a la inquietud que provocaba la actividad de Fidel Castro y su apoyo a grupos rebeldes en Venezuela, como causa para que se pensara en trasladar los negocios a un país vecino, por lo cual se diseñó una estrategia de expansión hacia otros mercados y se creó una división internacional en los años 60s (Canelón – Rago 1982: 49).

96 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Esta impresión de que el peligro castrista motivaba el desarrollo de proyectos

asistenciales, que luego decaían, fue confirmada por Adán Celis, un destacado

ejecutivo, allegado a Mendoza desde los tiempos de la Junta, quien había sido

directivo de empresas como Venepal, y de instituciones como Fedecamaras. En el

evento de las I jornadas latinoamericanas de bienestar social en la industria en 1991,

reflexiona sobre los dilemas de la RSE ante la situación del país, preguntándose:

‗producimos primero y repartimos después o producimos y repartimos al mismo

tiempo?‘, menciona además ‗cuando estábamos rodeados de guerrillas izquierdistas y

el empresario tenía miedo, actuaba, pero ahora que estamos en empresas más

seguras olvidamos las obligaciones de la comunidad‘ (Méndez R., 2003: 129).

En otros mensajes e intervenciones, Mendoza, desde distintos frentes siguió

manifestándose alrededor del tema. Como dirigente de Asociación venezolana

independiente AVI en 1963, previno sobre la influencia marxista en la educación

pública y llamó a estimular la educación privada‘ (Graces P., 1986: 320). Alertó sobre

los peligros de la actividad subversiva del castrismo, frente a la cual la supervivencia de

la democracia dependía de la solución a miles de problemas socioeconómicos que

causan inestabilidad y sufrimientos a quienes hoy apoyan el sistema democrático, pero

mañana por desesperación podrían acogerse ‗a otras soluciones nada aconsejables‘.

Como siempre, exhortaba al sector privado a ir más allá de sus intereses específicos,

para asumir por entero responsabilidades, compenetrarse con los problemas y ser

sensible a las necesidades de la comunidad, por medio de la creación y sostenimiento

de instituciones asistenciales, educacionales, de acción social e incluso organizaciones

sin miras de lucro para proveer vivienda sana, escuela eficaz y campos de deporte.

Consideraba que no bastaba con el solo desarrollo económico para superar los

problemas, y por ello la empresa se convertía en un factor de progreso, y los

empresarios debían cooperar con los gobiernos e insistir ante los legisladores para que

actúen con el fin de encontrar medios prácticos para mejorar las condiciones de vida de

‗tanta población indigente‘46.

46 Vencemos #48 de 1965 En esta oportunidad, recibía un homenaje y hablaba ante la

Panameric Society of New England, explicando el arranque de su idea del DVC en Venezuela,

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 97

El discurso de Mendoza, reforzado por el ejemplo de sus donativos a favor de

obras de utilidad colectiva, fue reconocido por amplios sectores de opinión, y seguido

por algunos empresarios. El reclamo por la ayuda a los menos favorecidos frente a lo

que veía como peligrosos avances del comunismo, lo llevaron a medidos de los 60s, a

promover campañas solidarias diversas, entre ellas una que llevara regalos navideños

a las tropas dedicadas a la lucha contra insurgente. Por estas razones, se le

premió también como defensor de la democracia47.

Zapata (1995: 93) describe el inicio de una etapa conflictiva de otra naturaleza en

coincidencia con la creación del Movimiento al Socialismo MAS: A comienzos de los

70s, circuló un afiche con la imagen de algunos de los personajes más ricos como el

banquero Tinoco, Los Vollmer, Andrés Boultón y desde luego Eugenio Mendoza,

señalándolos como quienes ‗jodían al país‘; del mismo modo se imprimieron y

distribuyeron billetes con su imagen y otras acusaciones.

Las criticas hostiles no se limitaron a pasquines y panfletos, sino que llegaron a

debates en el congreso, en donde se hicieron denuncias contra empresas del grupo

Mendoza, p.e., acusaciones a Protinal de causar alzas en los alimentos concentrados, al

mismo tiempo se cuestionaba la obra filantrópica acusando al Hospital Ortopédico

Infantil de generar beneficios, a la Fundación de Vivienda Popular de lucrarse con la

venta de los materiales del grupo como cemento, pinturas y sanitarios. Se señaló

también la actuación interesada de algunos de los integrantes de Empresas Mendoza

en el congreso y cargos públicos (Graces 1986: 320 – 327).

Del mismo modo, se publicaron artículos en revistas y algunos libros con títulos

enjuiciadores como los de Domingo Rangel ‗La oligarquía del dinero‘ (1971); Américo

Martín ‗Los peces gordos‘ (1975) y más adelante Federico Brito La aristocracia del

dinero en la Venezuela actual (1986). De los tres textos mencionados, el primero fue

llamando a la difusión de este modelo en Latinoamérica, y a que las compañías norteamericanas establecidas en los diferentes países se asociaran a esta organización. 47

Vencemos #57 1966 Discursos leídos en el homenaje a Mendoza en sus 60 años de vida y 40 de empresa; y condecoración de las fuerzas militares.

98 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

el más notable como obra investigativa; su calidad, profundidad y acopio de

información lo hacen valioso aún en el presente.

En reunión extraordinaria del Consejo de Coordinación de sus empresas en mayo de

1971, Mendoza presentó lo que describió como una campaña de descredito y un ataque

sistemático y planificado para deteriorar ante la opinión pública la imagen de las

empresas y de su principal líder, del mismo modo que otros destacados grupos con el

fin de destruir el sistema democrático y establecer un régimen marxista.

En esta oportunidad el empresario divulgó un escrito en el que se esfuerza por rebatir

una a una las criticas, y sustenta una vez más su visión de los deberes cumplidos y

pruebas de su sensibilidad como empresario, haciendo el recuento de los programas

más notables, como Financiadora Inmobiliaria Nacional FINCA que desde 1940 ayuda a

conseguir vivienda; el Dividendo Voluntario para la Comunidad DVD y la Universidad

Metropolitana UNIMET. Por otra parte, procura refutar algunos de los datos que Rangel

ha tomado del Registro mercantil, afirmando que el grupo no posee 1.199 millones

como aseguró el escritor sino 552 y 116 en reservas, de los cuales participan como

accionistas 4.952 personas entre inversionistas, directivos, gerentes , empleados,

obreros, que se benefician del esfuerzo nacionalista que son las empresas Mendoza.

Las intervenciones de Mendoza reflejan por estos años una defensa y legitimación de

su actividad en dos frentes que a veces se confundían, o se trataban de unificar para

emplear una mejor estrategia: Por una parte, en el campo de las políticas de protección al

desarrollo industrial (ver anexo 3), y por otra respecto a los críticos que censuraban el

enriquecimiento del empresariado y los pobres resultados de tales políticas. Lo anterior

se advierte cuando Mendoza examina el tema del ingreso de Venezuela al Pacto

Andino y la reforma arancelaria, advirtiendo sobre el nuevo escenario de riesgos y

dificultades para la empresa privada, que de allí se derivaba; ante lo cual sugería crear

una comisión de empresarios entre los que se encontraba Oscar Machado, Salvador

Salvatierra, Enrique Sánchez y Freddy Muller, para fortalecer a Fedecamaras.

Proponía que con base en resultados financieros, se fijara una contribución anual de 5 x

10.000 del total de capital y reservas de cada empresa, cuyo monto oscilaría entre 500 Bs y

250.000. El empresario concluye afirmando que sin este fortalecimiento, Fedecamaras no

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 99

podría atender de mejor forma sus responsabilidades, ‗ni hacer frente a aquellos grupos

empeñados en destruir la empresa privada como un primer y decisivo paso hacia la

eliminación del sistema democrático‘ (Graces P., 1986: 148 – 149).

La tendencia a promover esfuerzos colectivos, no era extraña en Mendoza; es asi

como en 1973, ante la asamblea anual de Fedecamaras defiende a la empresa

privada como uno de los pilares fundamentales del sistema democrático y factor

positivo de desarrollo económico, estimando su contribución al ingreso nacional en

77%, en contraste con la del Estado fue de 23% (Graces P., 1986: 146 - 147).

Insiste en que existe una ofensiva en los últimos años contra el sistema de libre

empresa para desprestigiarlo y distorsionarlo, ante la cual los empresarios, a pesar de

sus sólidas razones a favor, no han sabido defenderse y responder proyectando su

verdadera imagen. Critica que no se destinen recursos a adelantar una campaña

institucional que demuestre las ventajas del sistema de libre empresa e influya en

forma positiva en la opinión que ciertos sectores del público tiene de ella.

El recurso a las campañas de imagen fue usual en Mendoza, no solo con las revistas

empresariales y otras publicaciones del grupo, sino con una bien cuidada relación con

la prensa. Los empresarios y Fedecamaras, en esta ocasión no acogieron su

propuesta, pero el cometido publicitario fue emprendido en el Grupo Mendoza, con la

publicación en 1974 del libro ‘Porque Eugenio Mendoza’, escrito por Manuel Acedo

Mendoza, sobrino del empresario.

En este texto se sustenta del modo más completo y sistemático el conjunto de

argumentos y justificaciones para legitimar y defender la actividad del fundador del

grupo. Además enumerar los errores, exageraciones y excesos de suspicacia en el

análisis de Rangel, se empeña en rebatir las acusaciones de concentración de

riqueza, señalando que por su diversa estructura y participación en la propiedad, lo

que se ha hecho es más un ‗capitalismo popular‘, con diversos inversionistas:

compañías, pequeños accionistas e incluso empleados de las firmas; con lo que se

desmentían los cargos de acumulación excesiva.

El carácter de esfuerzo nacionalista y avance pionero industrial en una vía sustitutiva,

que el mismo Rangel reconoció con amplitud, son otras de las razones invocadas en

100 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

defensa de la actividad de Mendoza. Pero sin duda la mayor extensión de la

argumentación se dedica a presentar las diferentes actividades asistenciales en las

empresas, relacionadas con ahorro y vivienda; educación, bienestar y recreación, del

mismo modo que la labor filantrópica de la Fundación Mendoza y proyectos como

el hospital ortopédico infantil.

Si bien, Mendoza había sido el blanco más claro de los ataques extremistas y

acusaciones, era evidente que la ofensiva se dirigía a todo el empresariado en

conjunto; por ello Acedo se extraña de que las más fuertes críticas y la decida

ofensiva se centrara, precisamente en el grupo empresarial más destacado por su

acciones favorables a los trabajadores y sus actividades fundacionales de beneficio

social: ese es el sentido que tiene el título del libro Porque Eugenio Mendoza.

Debe destacarse que en éste título, quedó implícita una idea y un reclamo de

legitimidad del éxito económico a partir de las dádivas, que se manifestó en diferentes

reseñas de la trayectoria de Mendoza: muchos capitalistas se enriquecieron de modo

similar a como lo hizo Mendoza (con las políticas favorables, créditos y otros beneficios

estatales del rentismo petrolero), pero pocos de ellos hicieron algún esfuerzo por

compartir su riqueza o ayudar a sectores desfavorecidos, comenzando por sus

propios empleados. Esta disposición de Mendoza a proveer apoyo a los demás y

colaborar en la solución de problemas sociales, a la que siempre quiso motivar e

integrar gremialmente a otros notables de los negocios, juega aquí como motivo

atenuante o factor justificativo de la riqueza alcanzada por medios que en muchas

ocasiones se consideraron censurables dentro de la visión que diferentes sectores

sociales han tenido sobre los empresarios venezolanos como grupo ‗en situación de

sospecha‘ y fortunas de origen político48.

2.3 Prácticas paternalistas de la etapa pionera

Se trata de las actitudes y formas de relacionarse con los subordinados típicas de los

primeros años, en que las actividades comienzan a muy pequeña escala, y el

48 Estos calificativos son usados por el profesor de IESA Antonio Francés en su texto

‗Empresa privada y Estado en Venezuela‘ del 2003

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 101

empresario comparte muy de cerca con los empleados las tareas cotidianas en

contacto cara a cara e interacción muy frecuente, que permite aleccionarlos e instruirlos

sobre las pautas innovadoras en el manejo del negocio.

En los primeros años de comercio ferretero y de materiales de construcción desde

1926 hasta los años 40s, Mendoza acumula un primer capital y experiencia

mercantil, pero tan importante como eso, integra un pequeño grupo de dependientes

con los que establece sólidos nexos de simpatía, respeto, y un fuerte ascendiente.

Estos primeros empleados por delegación suya, y junto con varios de los hermanos del

fundador, son los confiables y leales organizadores de las primeras fábricas (Protinal,

Venezolana de cementos, materiales Mendoza, Maquinarias Mendoza).

Varias fuentes se refieren a rasgos de personalidad de Mendoza que le facilitaron

promover disciplina y exigencia en los trabajos, cuando actuaba ante los

subordinados sobre la base de la corrección y el ejemplo; pero igualmente a la

preocupación por la armonía y equidad en las relaciones laborales, combinada con la

proximidad y calidez en la interacción con los empleados (Aurrecoechea J., 1966;

Azpúrrua P., 1988; Jaen G., 1961).

Como es usual, en algunos aspectos hubo exageración, asi p.e., sus numerosos y

lisonjeros biógrafos, le atribuyen haber hecho por primera vez distribución de

utilidades entre sus empleados desde los lejanos tiempos de su compañía de

comercio de materiales. En contraste con lo cual, algunos cronistas de las primeras

compañías comerciales y de los derechos laborales, han descrito cómo era usual en el

comercio desde fines del siglo XIX, que al final de año, por liberalidad el dueño del

negocio entregara a cada uno de sus empleados una suma variable, pero a veces

equivalente a un mes de salario, como participación en las utilidades (Marín A.,

1941; Espinal P., 1969).

El crecimiento de las primeras fábricas es rápido, y se forman las primeras

generaciones de obreros, imbuidos de un sentimiento de respeto hacia el fundador, no

solo porque con su persistente trabajo había construido una fortuna, y daba un

permanente ejemplo de disciplina, sino por la proximidad y trato justo al trabajador que

había instituido, superando las exigencias legales. Esta percepción del empresario,

102 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

junto con la idea de que la lealtad y el compromiso con el trabajo debían estar en

concordancia con las cualidades de bondad y rectitud de Mendoza conformaron lo que

se denominó la ‗mística de trabajo‘ de los primeros años49.

2.3.1 Campamento, comedor y dispensario: una infraestructura

necesaria en los primeros años de las fábricas

Los beneficios y ayudas que se conceden a los trabajadores cambian con el tiempo y

su configuración depende en gran parte de la etapa de desarrollo que viva la

organización. Dada la dispersión de instalaciones y procesos de varias de las

empresas Mendoza, y la necesidad de emplazar plantas en lugares alejados de

zonas habitadas, en la etapa inicial de construcción de las primeras instalaciones, aún

antes de iniciarse la producción, era necesario proveer diferentes servicios; los casos

más notables fueron el de la fábrica de papel Venepal y la cementera Vencemos.

Desde que se hizo el estudio arquitectónico y funcional para planta y oficinas en un

terreno boscoso de Morón en 1956, se contempló la necesidad de proveer

servicios sociales, comedor y unidades de campamento y vías de acceso a la zona

de urbanización. Dos años después se concluye el Club social y el comedor para los

trabajadores, obras que ‗se encontraban concluidas y puestas en servicio antes de

que entrara en producción la primera máquina papelera‘50. En los siguientes años se

hacen mejoras y nuevas construcciones: en 1962 se habían concluido 100 casas y

80 apartamentos; ‗entre 1964 – 65 fueron remodelados y modernizados los edificios de

comedores y se instalaron una cafetería semiautomática y un restaurant, y en

1968 se amplió y remodeló el club social y deportivo de los trabajadores‘.

Más adelante se completa la zona de viviendas con nuevos espacios e instalaciones, de

modo que para 1978, se habla de un campamento que contaba con 261 casas y 182

habitaciones de solteros, un club, casa de abastos, cooperativa, comedores, campos

deportivos. Dentro de las actividades sociales se incluyen al lado de cursos técnicos

49 Elementos similares, derivados de la influencia del fundador se manifestaron en los casos

de Industrias Pampero, Cigarrería Bigott, Electricidad de Caracas, entre otras firmas analizadas en este estudio (Ver Anexo 1) 50

Venepal 1984 p5 – 10.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 103

especializados, formación de aprendices para hijos y familiares de trabajadores de Venepal,

cursos de alfabetización para adultos y bachillerato de libre escolaridad (Venepal, 1978).

La misma fuente reseña la introducción de servicios médicos, que fueron mejorados

con el paso de un elemental dispensario en 1958 a una sede de servicios médicos y

odontológicos más completa; en 1974 hizo renovación de sus equipos y hacía 1978

se caracteriza como ‗uno de los dispensarios mejor dotados de la industria nacional

dedicado a medicina ocupacional‘.

En el caso de la fábrica de cemento Vencemos, además de tener plantas y

organizar procesos en zonas distantes p.e., calcinación de yeso en Pertigalete y

ensacado en Catia la mar, por la falta de canteras de caliza debió organizar trabajos

en zonas casi deshabitadas, p.e., extracción en Islas Toas; trituración de Macuro

para traer el material en gabarras; ello hacia necesario que las instalaciones tuvieran

servicios como comedor de los trabajadores y planta eléctrica51.

A la primera etapa de instalación fabril corresponden los comedores industriales,

viviendas y campamentos; dispensarios y centros de atención médica; programas de

alfabetización y otros cursos para adultos en los que actuaban trabajadoras sociales y

demostradoras de hogar; lo anterior se acompañó de jardines de infancia y escuelas

básicas en la proximidad de las empresas52. Entre las actividades de recreación,

se tuvieron desde actividad deportiva a nivel de cada planta, hasta grandes y

publicitados campeonatos entre todas las firmas del grupo a nivel nacional; el grupo

invirtió en diferentes instalaciones deportivas y piscinas para las principales

empresas. También eran usuales las excursiones y visitas de trabajadores de plantas

de una ciudad a las de otra; carnavales, reuniones sociales y fiestas en clubes de las

empresas o contratados por ellas.

51 Vencemos # 131 1979.

52 Un recuento de los programas educativos de empresas Mendoza registra en 1943 los

programas de alfabetización y cursos de capacitación para adultos; en 1954 la inauguración en Maracaibo de la escuela Vencemos Mara y en 1956 la Escuela Henrique A. Stolk en Pertigalete, ambas de educación primaria para hijos y familiares de trabajadores; en 1968 el Grupo escolar de urbanización Pamatacualito destinado a educación primaria de los residentes en esa zona Vencemos # 149 1982.

104 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Asi mismo, tuvieron importancia programas de prevención de accidentes, seguridad

industrial, salud ocupacional y general; reconocimiento y premiación de trabajadores

por meritos de trabajo y antigüedad53; regalos y celebración navideña, visita de

familiares de los trabajadores a las empresas; cursos para esposas y familiares de

trabajadores, p.e., economía doméstica; campamentos vacacionales para los niños. En

los años 70‘s, en la etapa de mayor desarrollo del grupo, ocurre el cambio más notorio

en la concepción y práctica de la asistencia social, cuando se promueve la

participación de los empleados en el diseño los planes que se impulsaban, al mismo

tiempo que se ve la necesidad de que éstos favorezcan su realización como

individuos; en esta época fueron notables la organización de grupos corales y de

danzas, asi como los festivales culturales inter empresas.

La organización de los llamados programas sociales tenía una especial importancia

dentro del grupo Mendoza, todos sus ítems se cuantificaban sistemáticamente como

una inversión y eran objeto de divulgación en las numerosas comunicaciones y

expresiones públicas relacionadas con las compañías. Era evidente que el conjunto

de beneficios concedido a los trabajadores, del mismo modo que las actividades

fundacionales, se consideraban un rasgo extraordinario y destacable como característica

empresarial a divulgar insistentemente ante empleados y opinión pública, en un

proceso que va conduciendo a la elaboración de una temprana idea de

Responsabilidad Social Empresarial.

La medición del capital de las firmas invertido en programas sociales era

permanente y cuidadosa, y la mención de cifras como en escritos o eventos

públicos frecuente, un ejemplo de lo anterior fue el discurso de Mendoza en un

evento de la Venezolana de Cementos en 1973; en esa oportunidad se refiere a que

el grupo ha dedicado recursos al desarrollo integral del trabajador y su familia, con

elevación del nivel cultural, social y económico, entendiendo tales rubros como gastos

sociales, indirectamente productivos: como ‗una inversión demográfica, dirigida al logro

53 Varios de los servicios promovidos se vinculaban a programas gubernamentales, como

fue el de comedores industriales establecidos en cooperación con el Instituto Nacional de Nutrición INN; asi mismo, eventos como la Condecoración mérito al trabajo, que en 1968 ganaron dos horneros de Vencemos, y que fue impuesta por el presidente Leoni, y en otras ocasiones por los ministros de trabajo Ver Vencemos #66, #97 de 1968 y 1973 P 23.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 105

de la satisfacción y mejoramiento del capital humano de la empresa‘. Calcula que en

tres décadas esos gastos alcanzaron 58‘600.000 de Bolívares, con los que se ha

atendido vivienda, ahorro, educación, construcción de escuelas, otorgamiento de

becas, cursos de capacitación profesional, servicios médicos, dispensarios, centros

comunales, parques infantiles, campamentos vacacionales (Graces P., 1986: 99 –

100).

La síntesis de todos los programas y aportes, se hacía de tal modo que quedaba claro

que no eran prácticas de rutina en la generalidad de las empresas del país, sino

elementos específicos del grupo, cuyo valor se defendía ante los críticos de la

acumulación capitalista, que a comienzos de los años 70s se habían expresado de

modo muy categórico. Ante ellos se argumentó:

‗…no consideramos a una empresa como un ente aislado, cuyo único fin es el de

obtener beneficios materiales, indudablemente indispensables para su normal

desarrollo, pero también nos damos cuenta de que la empresa tiene que cumplir

responsabilidades sociales tanto frente a sus trabajadores como ante la sociedad

misma. Es por este concepto de responsabilidad social que tenemos, por el cual hemos

llevado y continuaremos llevando a cabo una intensa labor en el amplio campo que

cubren nuestras actividades de servicio social a nuestros trabajadores y sus familias‘54.

Entre los reconocimientos más destacados para los empleados, estaban los de

imposición de botones de antigüedad, en celebraciones en donde se hacía entrega

de algunas dádivas como participación en utilidades, bonificaciones, entrega y venta

de acciones en condiciones preferenciales; en un solo evento podían concederse

varias de ellas, e incluir otras actividades como celebración del aniversario de la

empresa, misa, primeras comuniones, y entrega de trofeos deportivos. Asi ocurrió en

1962, en un evento de Papelera Shellmar, en donde se entregaron botones de

antigüedad a 39 trabajadores que cumplieron 5,10,15, y 20 años de servicio

ininterrumpido55.

54 Vencemos # 97 de 1973.

55 Vencemos #30 de 1962.

106 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La participación en utilidades se hacía por compañías, con asistencia de directivos

de la firma y del grupo, usualmente al final de año, en combinación con mensajes

y celebraciones relacionados con la navidad56. El discurso en este caso, recordaba los

más antiguos antecedentes, de lo que se mostraba como una práctica benevolente

establecida por Mendoza desde su primer negocio, cuando una parte de sus utilidades

las compartió con sus primeros colaboradores, ‗mucho antes de que la legislación de

trabajo lo estableciera como obligación y muy en exceso de lo que después fue el

porcentaje legal‘57; el proceso de institucionalización llevó a que se definiera un

porcentaje de las utilidades para ser repartidas entre el personal, además de la

participación legalmente definida.

En un mensaje de 1963, con motivo de cumplir 20 años de actividad la cementera

Vencemos, Mendoza evidencia los dos referentes de esta retribución refiriéndose al

‗reparto de utilidades que ordena la ley y la participación en las utilidades de la

compañía que espontáneamente les concedemos de acuerdo con la conducta,

competencias y espíritu de colaboración de c/u de ustedes y por la empresa en

programas por más de 11.3 millones de bolívares‘58.

Las medidas destinadas a promover la participación accionaria de los empleados

también comenzaron por esta misma época. Mendoza diseñó un plan para convertir

en accionistas a todos los obreros y empleados que asi lo desearan, destinando

20.000 acciones por un valor de 2 millones de bolívares para ser vendidas de modo

ventajoso en la Caja de ahorros de Vencemos59. Este y otros planes de venta de

acciones no fueron obligatorios, sino de carácter abierto a todo el personal en

56 Revista Vencemos #27 1962.

57 Un acto de reparto de utilidades y entrega de botones de antigüedad en Vencemos estuvo

a cargo del directivo Eduardo Pantin, en su discurso se repiten las alusiones a las dotes humanitarias y ejemplares de Mendoza, la valoración y aporte a la mejora de los trabajadores como personas; también se expresa reconocimiento a otros directivos Manuel Acedo y Gustavo Vollmer Ver Vencemos #51 1965 p 16-17. 58

Vencemos #39 1963; La participación de utilidades que excedía la exigencia legal, con el tiempo se transformó en bonificación al personal por productividad y rendimiento, según se precisó en los estatutos de Venepal relativos a responsabilidad de la compañía en las relaciones con el personal: Ver (Venepal 1984: 188) 59

Vencemos. #39 1963.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 107

consideración a la remuneración y tiempo de servicios; se ofrecían a precios inferiores

a su valor comercial y pagaderas a largo plazo y bajo interés60.

A comienzos de los años 70s, seguía adelante el plan, como lo muestra una venta

de acciones a los trabajadores en proporción a su remuneración y años de servicio y al

público en general en lotes no mayores de 200 acciones: de las 304.000 acciones,

204.000 se ofrecieron al público y 100.000 a los trabajadores. El informe de gestión de

Venepal para esa época señala que en poco tiempo se había vendido la totalidad de

acciones del publico a 120 bolívares y el 58.5% de las acciones de los trabajadores

dentro de un programa a 5 años, al mismo precio menos el descuento del 10%

previsto en el plan (Venepal 1984: 193).

En 1973 se habla de una emisión de 304.000 acciones pagadas en un 20%, de las

cuales 100.000 acciones con un valor nominal de 10 millones de bolívares se

ofrecerían a los trabajadores de Venepal y 6 empresas filiales. En esta venta se

dieron condiciones especiales de precio y forma de pago, de acuerdo con el plan de

venta de acciones al personal; la caja de ahorros Venepal, suscribiría dichas

acciones pagando el 20% de su valor nominal en efectivo y el 80% restante junto

con una prima tiempo después (Venepal 1984: 185).

En general los beneficios y dádivas concedidas se mantuvieron a lo largo de la vida

de las empresas, aunque en algunas ocasiones difíciles se recortó parte de ellas,

asi p.e., a fines de 1955, Capriles uno de los más antiguos colaboradores, describe

dificultades en los negocios: la competencia obligó a reducir precios, la utilidad bruta

bajó, el precio del acero tuvo una gran baja, todo lo cual hizo necesario reducir el

reparto de beneficios61.

2.3.2 El Trabajo social en Empresas Mendoza

60 Tiempo después se informaba de la adquisición de acciones por más de 1.000

trabajadores; hecho que se destacaba como ejemplo a seguir para otras empresas en algunos diarios, del mismo modo que el ambiente de paz y buenas relaciones laborales de las empresas Mendoza, Ver Vencemos #42 mayo junio 1964. 61

Carta de Moisés Capriles a Mendoza en diciembre de 1955, citada por Tomás Polanco (1993: 205).

108 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

El llamado ‗servicio social‘, se encuentra entre los antecedentes del trabajo social, y

muy especialmente de la trabajadora social; su rol ocupacional aparece

profundamente ligado a los diversos programas de salubridad y asistencia social que

desde fines de los años 30s, organismos gubernamentales y algunos privados

promovieron para comunidades marginadas.

La tarea social apuntaba tanto a la solución de los problemas derivados de la

pobreza, epidemias y marginalidad que dejó la dictadura de Gómez, y que parecían

más graves en zonas rurales, como a resolver desajustes sociales derivados de la

concentración obrera en torno a nuevas actividades productivas, y aún los que

causaban programas de asistencia social emprendidos con anterioridad.

En los años 40s, un plan de viviendas a los campesinos productores de frutas en la

hacienda de Santo Domingo (Tejerías), por parte del empresario Alejandro Hernández

de Licores Pampero, contó con una contribución del trabajo social, que fue descrito

del siguiente modo (Rodríguez J. 1988: 59 – 60):

‗funcionó una pequeña oficina a cargo de una diligente trabajadora social, quien fue la

encargada de enseñar a los campesinos la utilización de los servicios higiénicos,

velar de que las habitaciones no fuesen convertidas en corrales para animales y, quizá

lo más duro, evitar que las abandonasen y volviesen a sus destartalados ranchos.

Después de los años 50s, algunas de las primeras labores de expertas en temas

sociales como Carola Ravell o trabajadoras sociales, tuvieron que ver con esfuerzos

por enmendar consecuencias no previstas de acciones asistenciales, p.e., el rechazo

de una población de pescadores a las viviendas construidas para ellos (Fundación

Mendoza 1995 p 29 ); o persuadir a trabajadores para que usaran los servicios de

un club social de la Electricidad de Caracas, inicialmente destinado solo a empleados

y ejecutivos; o los esfuerzos educativos para cambiar los hábitos alimenticios de los

trabajadores de una fábrica de papel que rechazaban el comedor y sus menús

saludables; campañas de prevención de accidentes o adaptación de personal técnico

extranjero a la vida local (Fundación Polar 1991 Vol V).

El rol del trabajo social como asistencia a trabajadores, perduró por varias décadas, es

asi como en 1988 un ingeniero y directivo del grupo Sivensa se refiere a las políticas

de personal de esta firma, fundada en 1948, pero que aceleró su crecimiento desde

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 109

1974 cuando comenzó a estar ligada al sector automotriz. Menciona actividades

recreativas, culturales y sociales; campamentos para hijos de trabajadores; una revista

en cada compañía para que los empleados expresen sus inquietudes; programa No

analfabetos.

Se refiere como algo poco común en Venezuela al programa de visitadoras sociales,

que ha logrado mejorar el clima de la compañía (Bortesi B., 1988)

‗.. Estas visitadoras son un grupo de damas asignadas una en cada compañía del

grupo, especialmente entrenadas, que se encargan de atender problemas personales de

los trabajadores. Por ejemplo un programa con el colegio de los niños, la esposa que

requiere hacerse una operación y no consigue cupo en el hospital, un señor que va a ser

desalojado de su vivienda porque no pudo pagar el alquiler, etc; todo este tipo de

asuntos los atiende el grupo de damas visitadoras sociales, y es realmente notable la

unión que se ha desarrollado entre esas personas y los trabajadores, y es importante ver

cuán satisfechos se sienten nuestros compañeros de tener a alguien que los escuche

en problemas personales y muchas veces incluso de carácter íntimo‘.

Si bien en los primeros años, Mendoza y los iniciales directivos, con sus acciones

encaminadas a solucionar ‗problemas morales, económicos, de salud de los

trabajadores y sus familias‘, se sintieron actuando como `trabajadores sociales

espontáneos‘ y superando las exigencias de la ley del trabajo de 1936. Pronto

debieron encargar tales tareas a profesionales, que organizaron el área. Varias

reseñas señalan los nombres de los principales directivos de esta función y el año de

vinculación: Teresa Troconis 1944; Luisa Amalia de Vegas 1949; Rafael

Monsalve 1958 y Carola Ravell 1969 (Graces P., 1986: 136 – 137); como veremos,

cada directivo, al ingresar pudo emprender cambios y dar al organismo un rumbo

específico.

Veremos cómo desde los primeros años, profesionales de trabajo social, principalmente

mujeres, tienen un papel muy destacado en las tareas asistenciales, generando todo

un estilo de trabajo específico de la compañía; se puede decir que en general,

predominó una lógica patriarcal y sexuada de los perfiles ocupacionales, en la que las

típicas tareas del ‗cuidado‘ quedaban adscritas al género femenino.

110 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

De acuerdo al recuento del texto conmemorativo más completo (EM 1976: 133 - 134)

un manejo más metódico de las tareas de asistencia social comenzó en 1943 con

la vinculación de la trabajadora social Teresa Troconis, quien organizó una

dependencia llamada ‗servicio de bienestar social‘, dedicada a atender los problemas

individuales del personal. En 1949 se creó el ‗Departamento social‘, que fue dirigido

por Luisa Amalia de Vegas, y contó con tres trabajadoras sociales para asesorar a

seis empresas; el número de esta profesionales aumentó de modo que pudo haber

una en cada empresa.

Desde 1955 las distintas formas de asistencia creadas para todas las plantas del país

como: servicios médicos y odontológicos, seguros de enfermedad, maternidad,

accidente y vida, del mismo modo los campamentos vacacionales, quedaron bajo la

responsabilidad del Departamento Social.

La primera forma de definir la organización y las actividades dedicadas a la ayuda y

bienestar de los trabajadores en las empresas Mendoza fue el Servicio social. Esta

expresión fue tomada de las instituciones estatales venezolanas encargadas de la

asistencia social en los años 30s, que a su vez la habían traído de la experiencia

francesa en este campo. Esta propuesta de servicio social, como función pública

situaba a la trabajadora social62 en el centro de una labor sistemática que

comenzaba con el acercamiento y búsqueda de información en la comunidad, ‗mediante

un interrogatorio lleno de sagacidad, pero no exento de cierta dulzura y no menos

prudencia‘ estas Encuestas sociales, debía ayudar en la solución de los sufrimientos y

flagelos del individuo y la familia, pero también tenían el sentido de estudios

tendientes a aplicar medidas de previsión social (Álvarez P., 1943: 23 – 27).

La alta estima de estas profesionales en las empresas Mendoza, y la calidad técnica de las

que se contrataron es un hecho innegable. En un discurso de homenaje a Luisa Amalia

62 Solo hasta comienzos de los años 50s, se derogó la medida que prohibía el ingreso de

hombres a esta profesión, (Ruíz Lila 2002)

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 111

de Vegas63 en 1972, Mendoza resume su trayectoria y labor como trabajadora social,

dejando ver que en éste campo, cómo en el de ingenieros y directivos, también había

buscado un talento reconocido y una experiencia probada en el sector público: En 1939

es nombrada directora del servicio social del Ministerio de sanidad y asistencia social64;

1941 directora de la Escuela nacional del Servicio social viaja a Bélgica a

especializarse en trabajo social; cuando regresa se dedica a estructurar como directora

el servicio social de empresas Mendoza por 10 años (Graces P., 1986: 386 – 387).

Asi mismo es claro que se contó con su experiencia para organizar las actividades

fundacionales externas a la actividad de las empresas, ya que perteneció al comité

consultivo de la Fundación contra la parálisis infantil; miembro fundador de la

Fundación Eugenio Mendoza, de la asociación de apoyo a la infancia FIPAN y de

otras organizaciones. En 1977 las cualidades y dedicación demostradas fueron

reconocidas al ser designada ‗Mujer de Venezuela‘ y se puso su nombre a uno de

los jardines de infancia apoyado por el grupo Mendoza.

Teresa Troconis, otra de las orientadoras del trabajo social en empresas Mendoza también

dejó evidencia de sus calidades profesionales y concepciones sobre su quehacer. En un

escrito de 194665, define las cualidades requeridas y el quehacer profesional de la

trabajadora social como gestora de un servicio social, que entiende como arte y como

ciencia, con el que se busca reajustar las relaciones personales y reorganizar los grupos

sociales. Es significativo que, quien llegaría a ser directiva de los planes asistenciales

de las empresas Mendoza, considerara que la esencia del servicio social se distingue de la

caridad de inspiración religiosa, de la filantropía, la beneficencia o la asistencia pública,

63 El nombre de esta trabajadora social ha sido destacado dentro de las pioneras de la

profesión en Venezuela, su primera acción notoria fue una campaña voluntaria antituberculosa en 1936, luego vendría su participación en actividades del Ministerio de sanidad y asistencia social, (Ruíz Lila, 2002). 64

La creación de esta entidad, significa aprovechar un conjunto de experiencias de voluntariado católico de damas prestantes que en los años 30s realizaron asistencia/visitaduría/servicio social con algún tinte anti - gomecista, al mismo tiempo que la introducción de algunas influencias benéfico-asistenciales y caritativas del travaille social belga y francés, (Barrantes Cesar, 2004). 65

El texto constaba de 75 páginas, titulado Divulgaciones sobre Servicio Social y fue ganador en el VI Concurso femenino venezolano promovido la asociación cultural interamericana, razón por la que fue incluido como el volumen 13 de la Biblioteca Femenina Venezolana en 1947.

112 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

porque se trata de una actividad orientada por la ‗conciencia de responsabilidad social‘ y

se dirige a todas las clases sociales.

Diferentes analistas, coinciden en señalar a las empresas del grupo Mendoza como

un campo inicial de aplicación a la empresa industrial de los principios y técnicas del

trabajo social. Los profesionales de ésta área desde 1943, se ocuparon de una

diversidad de actividades de atención individual de casos y coordinación de acciones

en distintas plantas: escuelas, dispensarios, comedores, reparto de juguetes, becas y

clubes de recreación para el tiempo libre, todo lo cual se hacía con la idea de ir más

allá de lo que exigía la ley (Méndez R. 2003: 45).

A lo largo del tiempo el rol del trabajo social se transforma, a tono con los cambios en el

tipo de empleado y los requerimientos de la organización. Una reseña sobre trabajo

social industrial, destaca cómo en los primeros tiempos de empresas Mendoza, el

analfabetismo era tan elevado, que se dio mucha importancia a la formación en lectura y

escritura, con estímulos económicos para quienes lo lograran; y la posibilidad para muchos

de ellos de continuar los estudios en las Escuelas de adultos del Ministerio de educación.

Del mismo modo eran importantes los programas de salud, dispensarios, prevención de

accidentes, organización y supervisión de comedores y recreación (ACEC 1991).

Los autores detallan que en cada planta había oficinas del servicio social, las

cuales se ubicaban en el área de prestación de servicios médicos, en un ambiente de

fácil acceso y privacidad para la atención de los trabajadores. Sin embargo, dentro de

las tareas de trabajo social, fue usual la visita a la vivienda del trabajador y el rol de

la demostradora de hogar, que aconsejaba sobre aspectos de la higiene doméstica,

nutrición, descanso y manejo de los niños.

Otra de las actividades conocidas fueron los campamentos vacacionales, en los que

se organizaba recreación y otros programas para los hijos de trabadores en los

períodos de vacaciones escolares; en esta labor se combinó el uso de recursos de la

empresa privada y el Estado, ya que en muchas ocasiones los campamentos se hacían

en instalaciones de las plantas, pero empleando autobuses del ministerio de defensa

y los comedores del Instituto nacional de nutrición de cada zona.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 113

Por otra parte, no faltó el reconocimiento de Mendoza y los otros directivos a la labor de

las trabajadoras sociales y la preocupación por mejorar su preparación técnica y mantener

su entusiasmo hacia las tareas. La publicación de periódicos especializados; seminarios

a algunos de los cuales asistían personas de otras compañías; evaluación de

métodos y técnicas; cursos en temas como psicología industrial al que asistieron

directivos y becas para estudios en el exterior, ilustran un constante interés por la

preparación de las profesionales dedicadas a los programas sociales.

Hubo también ceremonias para reparto de utilidades, destinadas específicamente al

personal del Servicio social Mendoza; en una de ellas, a fines de 1962 la reseña de

Vencemos informa de la asistencia de Mendoza, el directivo del área y cerca de 20

trabajadoras sociales66. En algunas ocasiones se celebró el día del trabajador social, y

se premió a algunas de sus exponentes en cada planta67.

El interés de varias compañías y centros universitarios por conocer las formas de

aplicación del trabajo social en empresas Mendoza, y el reconocimiento de sus

aspectos pioneros e innovadores en el medio venezolano, sitúan la buena imagen y

el reconocimiento que las ‗prácticas sociales‘ de esa organización alcanzaron.

La ponencia sobre ‗Génesis del trabajo social industrial‘, escrita por integrantes de la

Asociación civil escuela católica de servicio social (ACEC 1991), fue sustentada en el

evento Primeras jornadas latinoamericanas de bienestar social en la industria68; en

ella se señalaron como industrias pioneras en empleo del trabajo social las

firmas Cementos La Vega y Cervecería Polar, pero se reconoce la gran significación

de las experiencias de empresas Mendoza, comenzando por el aporte de exponentes

reconocidas y notorias como Luisa Amalia de Vegas, quien además de organizar el

Servicio social Mendoza contribuyó a la formación de otras de sus colegas en el

66 Vencemos #33 1963.

67 Vencemos # 159 1984 p 28.

68 En este encuentro realizado en 1991, se presentaron casos y experiencias de asistencia

social muy variados, entre ellas la de Empresas Mendoza y Electricidad de Caracas, que hacía parte las más antiguas y contrastantes respecto a las más limitadas e incipientes, iniciadas en la los años 80s.

114 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

campo industrial para empresas como Manufacturas de papel Mampa; Electricidad de

Caracas, Cervecería Nacional y Hotel Tamanaco.

Un variado grupo de organizaciones solicitaba inclusión de sus profesionales en los

cursos para trabajadoras sociales que hacía el grupo Mendoza; asi mismo otras

solicitaron su asesoría, entre ellas se menciona: Escuela de Trabajo Social de la

Universidad Central de Venezuela UCV y de la Universidad de Oriente UDO; del

mismo modo que las escuelas de sociología y trabajo social de la Universidad Católica

UCAB, Corporación venezolana de la Guyana, Siderúrgica de oriente Sidor, Centrales

azucareros, Cervecería Polar (ACEC 1991: 88 – 89).

Asi mismo, fue posible alguna contrastación y reflexión conjunta de experiencias

asistenciales, entre equipos dedicados a esa tarea. Asi ocurrió con un curso de

especialización para trabajadoras sociales dictado en la sede de La Electricidad de

Caracas EDC, por parte del Departamento social Mendoza, con asistencia de 24

profesionales, parte de las cuales pertenecía a empresas Mendoza; allí trataron

aspectos legales, de reglamento de trabajo y psicología industrial69.

2.4 La etapa de empresa providencia

Hemos visto cómo en la etapa que llega hasta 1948, la actividad sindical en la

esfera política quedaba subordinada a los intereses y dinámicas de los partidos y el

poder político. La dictadura de Pérez Jiménez, que se mantuvo en el poder en

connivencia con importantes sectores del empresariado, aplicó una estrategia en que

se combinaba una fuerte represión a los sindicatos, con algunos beneficios

paternalistamente ofrecidos a sectores de trabajadores. Del mismo modo, los recursos

petroleros disponibles, encausados dentro de los planes tecnocráticos de

constructivismo del régimen, significaron un notable estímulo a la inversión industrial y

al crecimiento de las firmas; fortaleciéndose los típicos mecanismos rentísticos de

componendas y favoritismos entre gobierno y sector privado (Ver anexo 2).

69 Boletín Líneas EDC #3 Mayo 1956 p 5. En otra ocasión, trabajadoras sociales del

Banco Obrero visitaron la urbanización ‗Comunidad Picure‘ para asistir a un curso, además del cual recibieron explicaciones sobre los servicios y recursos de la comunidad por parte de la Jefe del servicio social de la EDC, Ver Boletín Líneas #46 1961.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 115

Después de 1958, el sistema político se estructura con algunos elementos

corporativistas, siendo notorio el debilitamiento que la dictadura había causado a los

sindicatos, y la consiguiente dependencia de éstos respecto a los partidos en la

transición a la democracia. La auto asumida moderación de las organizaciones

obreras en virtud de los pactos y condiciones de la etapa pos dictadura, conforma

una situación en la que aumenta el margen de acción del empresariado para definir

voluntaristamente las políticas laborales específicas a cada firma, parte de las cuales

fueron de sometimiento irrestricto de los trabajadores con esquemas paternalistas.

En estas condiciones, en las que fue considerable la inconformidad y protesta social

por los fenómenos de pobreza, desempleo y marginalidad urbana, asociados a la crisis

económica del momento; en presencia además de la insurgencia y el golpismo que

acechaban los primeros años del nuevo orden político, se afianzó en algunas firmas como

el Grupo Mendoza la formula empresarial del particularismo asistencialista.

Para el análisis de este período, en primer lugar presentaremos aspectos esenciales del

entorno político post dictadura que incidieron en las relaciones laborales, para después

concentrar la atención en los cambios y nuevas configuraciones del manejo paternalista en

la segunda mitad del siglo XX, cuando los planes de vivienda se convierten en el aspecto

más sobresaliente de los beneficios a los trabajadores; en seguida se examinarán los

cambios en el manejo de los planes sociales, que conducen a que se cuestione y comience a

suprimir el paternalismo reinante; a continuación se aborda la proyección filantrópica y la

acción conjunta que Mendoza promueve entre el empresariado, que significa claramente

una postura precursora de la actual Responsabilidad social empresarial.

2.4.1 Un modelo de acción sindical entre el Estado y los partidos

Desde 1936 comenzó a estructurarse un marco legal y de garantías para la actividad

de los sindicatos en la sociedad; de distintas formas, quienes lideraron la política desde

ese año clave de la historia venezolana, contribuyeron a generar el especial estilo de

acción y las dinámicas que caracterizaron a los trabajadores organizados a lo largo del

siglo XX. En una primera etapa que llega hasta 1945, los gobiernos post gomecistas de

López y Medina crearon los incipientes parámetros de acción, pero de restringida

autonomía y pocas posibilidades políticas y organizativas; AD antes de 1948, no tanto por

sus actos de gobierno, como por la forma de vincular sus dinámicas proselitistas con la

116 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

actividad de los sindicatos, persiste en la lógica del sometimiento, pero desarrolla una

capacidad movilizadora.

A partir de 1940 se produce un dinámico y acelerado crecimiento de la economía70,

jalonado por la actividad petrolera en la que desde 1943, se introdujeron cambios

nacionalistas, que aumentaron los porcentajes de regalías que debían reconocer las

compañías extranjeras al gobierno venezolano. Sin embargo este proceso coincide

con un período de represión a los obreros, poco espacio sindical, malas condiciones

laborales, bajos salarios y pobreza.

Esta situación, lo mismo que las inquietudes por la distribución del ingreso y la

denuncia de la pobreza que exhibían diferentes sectores de opinión, son elementos del

trasfondo de lo que había llegado a ser un paternalismo estatal, en torno al cual se

van estructurando mecanismos para la distribución de la renta petrolera, que desde el

comienzo de la democracia llegarían a ser muy reconocidos y característicos.

Bajo la dictadura de Pérez Jiménez hay una fuerte represión, y se ensaya un esquema

de integración por vía de las concesiones paternalistas; la lucha contra el régimen y los

procesos de la post dictadura, hicieron más firmes los lazos de unión del

sindicalismo con los partidos socialdemócratas y los sectores empresariales. Desde

1959 con el inicio de la democracia y el control del poder por los dos partidos más

fuertes AD y COPEI, las tendencias de acción de los sindicatos moldeadas asi por

estas fuerzas políticas - y también por procesos históricos como las luchas en el sector

petrolero y el debilitamiento de las fuerzas de izquierda - consolidan un espacio socio

político para la acción sindical con los siguientes rasgos característicos:

En primer lugar debe mencionarse lo que se deriva de los nexos con el Estado: la

tendencia de éste a mantener un fuerte control sobre la acción sindical; la

dependencia de estas organizaciones respecto al poder público y el intervencionismo y

reglamentarismo excesivo. Desde 1936 el Estado propicia una serie de políticas y

70 Las cifras de Baptista (1997: 58) sobre índice general de la actividad económica muestran un

crecimiento lento entre 1930 y 1940, lapso en que pasó de 11.13 a 14.61, seguido de una aceleración, que duplicó esta cifra cada década asi: en 1950 llegó a 37.54, y en 1960 66.48.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 117

medidas que amplían y fortalecen la estructura sindical y, al mismo tiempo, a través de

la normatividad, las concesiones y la influencia sobre los líderes de las organizaciones

instrumenta mecanismos que garantizan un control permanente sobre el rumbo del

movimiento obrero.

En estas condiciones es decisivo el papel del poder público en los logros del

sindicalismo; lo cual lleva a que el movimiento sindical pierda su iniciativa y se

conforme con generar pasivamente una mejora progresiva de las condiciones

saláriales de los trabajadores. La dependencia es tal que muchos de los logros en

materia de derechos laborales se originaron por acciones del gobierno a favor de los

trabajadores, sin que se requiriera esfuerzo por parte de la dirección sindical (OIT

1995: 15).

Respecto al contenido de la normatividad, puede señalarse que se orienta por un

objetivo protector relativamente claro en la regulación de las relaciones individuales

de trabajo y por un evidente propósito de control en lo que se refiere a las relaciones

colectivas; la estructura descentralizada tiene limitado alcance cuantitativo, y está

basada en el sindicato de empresa y la negociación colectiva, de modo que favorece a

los trabajadores de grandes empresas y excluye a los de las pequeñas y medianas.

Las bases de la Ley orgánica de trabajo LOT estuvieron en la constitución de 1961,

que en materia de derechos sindicales se basó en la de 1946, y regula la cuestión

laboral en una extensa normatividad que llega a 665 artículos; ésta hacía posible la

negociación colectiva pero incrementaba la intervención de las autoridades del trabajo

sobre todo en el campo de las relaciones colectivas (OIT 1995: 16 ss).

Aunque el sistema venezolano fue muy influido por las normas internacionales del

trabajo que en algunos casos se proyectaron a disposiciones relativas a condiciones de

trabajo y en otros a normas sobre relaciones colectivas, al parecer este avance no

pudo ser aprovechado plenamente, debido al tipo de estructura que se había generado.

La descentralización deja la mayor parte del poder de regulación en el

particularismo de la negociación colectiva por empresa, conformándose una

estructura fragmentada y atomizada. Asi mismo, la excesiva normalización no

solo de las leyes y decretos, sino de las conductas y actitudes de las partes, dificulta

118 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

el desarrollo autónomo de organizaciones consistentes y relaciones bilaterales

maduras (OIT 1995:17 ss).

Del mismo modo que ha sido estrecha la relación de los sindicatos con el Estado, lo es

con los partidos políticos mayoritarios AD y Copei, aunque por antecedentes

históricos es más fuerte con el primero. Como señala Lucena (1986: 463), ello

ocasiona un desbalance entre un gran poder político y un débil poder sindical de la

agremiación obrera. Se llega a tener protagonismo en el juego político, pero en

períodos de crisis económica la debilidad sindical significa poca incidencia en la

determinación de salarios, condiciones de trabajo y conservación de los puestos. La

estructura predomínate hace que en épocas de recesión el mayor peso en las

decisiones laborales recaiga sobre las confederaciones (centrales sindicales y

empresariales) lo que disminuye el margen de autonomía a nivel de las unidades de

producción; en etapas expansivas o de abundancia lo característico es el

comportamiento autónomo de las partes, en el que cada centro de producción lograba

mejoras en las negociaciones colectivas, lo que planteaba menos exigencia del nivel

confederal.

La injerencia de los partidos en los sindicatos llega a niveles tales, que los cargos de

dirección sindical no son determinados por los luchas obreras o por elecciones

democráticas, sino por la adscripción a una organización partidista, que lo impone a la

base sindical, o lo designa en correspondencia con el ‗cuoteo‘ de la proporcionalidad

partidista en las representaciones sindicales, como ocurre en la CTV en donde se ha

institucionalizado la representación partidista en cargos de dirección obrera (Febres

1985: 297).

La dinámica de los conflictos laborales reproduce también el sesgo partidista, es asi

como entre 1959 - 1982, la CTV impulsa conflictos más numerosos e intensos en

los períodos en que el partido gobernante es COPEI (Febres 1985: 304). Al respecto,

es también revelador el marcado contraste entre las huelgas consideradas legales

en los primeros años de la democracia con AD en el poder, que son más del doble

que los paros intempestivos: 67.6% contra 32,5%; mientras que en la década 1974 -

1984 la cantidad de paros intempestivos fue visiblemente mayor que las huelgas

legales (Iturraspe 1996: 318 ss).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 119

Otra característica destacada de los sindicatos es su naturaleza no conflictiva o su

rechazo de la huelga como medio de lucha. Las organizaciones mayoritarias se

definen como defensores del ‗status democrático‘, y son más dados al cabildeo y los

entendimientos con las esferas del poder político, de modo que en su cultura jurídica

y organizativa la huelga sigue siendo un fenómeno maldito, que se considera

disfuncional (Iturraspe 1996: 322; OIT 1995: 18). Dentro de los factores explicativos del

carácter marginal del conflicto en las relaciones laborales venezolanas, además de la

partidización de los sindicatos, se mencionan los beneficios directos e indirectos

aportados por el Estado distribuidor de renta. Por otra parte, según Febres (1985) la

falta de experiencia hace que los dirigentes sindicales prefieren evitar el conflicto

porque no saben cómo manejarlo.

Una consecuencia de que los sindicatos actúen como apéndices de los partidos y

dependan de Estado, es la corrupción y el llamado ganstetrismo sindical. Se señala

cómo los dirigentes, tienden a las componendas a espaldas de los trabajadores, con el

objeto único y esencial de conservar privilegios; tales pactos se hacen con diferentes

esferas de poder, entre ellas sectores empresariales, que en otras instancias suelen

enjuiciar los fenómenos de corrupción. En algunos medios sindicales se manejó la idea

de que la ‗contribución‘ de empresarios públicos o privados al financiamiento

sindical era una especie de expropiación legitima, que se ejerce sobre un Estado

corrupto y sobre algunos empresarios con tasas de ganancia poco frecuentes en el

mundo capitalista Febres (1985).

Se han señalado la dispersión, fragmentación y debilidad organizativa como rasgos

más notables de los sindicatos. La débil presencia en el sector productivo, tendencia a

evitar el conflicto y carácter poco reivindicativo, hacen más determinante el papel de las

unidades empresariales en la definición de condiciones salariales y laborales.

Por otra parte, la heterogeneidad del sistema productivo, es un rasgo contextual que va

siendo más significativo. La diversidad de los espacios de trabajo, presentaba desde el

enclave minero, la instalación petrolera, la empresa pública industrial, la gran empresa

privada, hasta las haciendas, y otros sectores de pequeña empresa competitiva, con

remuneraciones y situaciones laborales contrastantes. Tal disparidad de firmas

dificultaba la aceptación y consolidación de una normatividad como referente general

120 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

de regulación; del mismo modo que motivaba en la fuerza laboral alguna emulación,

expectativas y reclamo por mejoras.

En estas condiciones no es posible una interacción empresariado – sindicatos que

conduzca a generar y mantener un esquema armonizado de relaciones laborales,

que institucionalice el conflicto entre el capital y el trabajo. De este modo, el lugar que

deberían ocupar unas vías institucionales de cierta proyección y solidez, a las que

no puede contribuir este tipo de sindicalismo, es ocupado por el particularismo de los

empresarios. La ausencia de estos canales de entendimiento, o su reemplazo por

mecanismo corruptos, deja más libres los espacios para que el empresariado

configure por su cuenta practicas de manejo laboral, y construya los esquemas

paternalistas que veremos.

Como ha señalado Iturraspe (1996), el orden interno de la empresa depende, en

parte de la intervención del Estado plasmada en el derecho del trabajo, y en parte

de los acuerdos surgidos de la interacción entre trabajadores y empleadores; de modo

que la combinación de pautas jurídicas de origen estatal y compromisos entre los

actores del medio productivo genera el sistema de normas laborales; pero si esto

último no tiene consistencia es más probable que predomine la imposición unilateral

del patrono: se llegaría a una situación que oscila entre la ruda arbitrariedad y la

generosidad voluntarista.

2.4.2 El espíritu de punto fijo y el nuevo escenario de las

relaciones laborales

Hemos visto cómo desde 1958, los acuerdos de avenimiento obrero patronal y de

Punto fijo estructuraron y dieron un orden al sistema político, vinculando y

comprometiendo a los sectores políticos y sociales dominantes, entre ellos el

empresariado y, a otro nivel a los sectores obreros; la búsqueda de estabilidad del

sistema y continuidad de la débil democracia, quería lograrse evitando a toda costa las

manifestaciones de conflicto y propiciando la tendencia a la concertación y los

acuerdos. Aunque su permanencia fue breve, es significativo de la proximidad entre las

elites políticas y económicas, que en la junta de gobierno que hizo la transición entre

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 121

el fin de la dictadura y el primer gobierno elegido democráticamente, se incluyera a

dos representantes del mundo empresarial71.

Como parte de los componentes del sistema político, se instituía un nuevo marco de

relaciones entre el capital y el trabajo, en un momento en que el avance democrático

parecía frágil. Desde los sectores obreros y sindicales, no dejaba de manifestarse

abierta inconformidad o soterrada hostilidad hacia los acuerdos que se veían como

una claudicación y sometimiento del grupo social más golpeado por la dictadura y del

que más había luchado por combatirla.

El perfil del nuevo orden democrático y social, estuvo altamente determinado por los

intereses de los líderes de los partidos más fuertes y del empresariado, en un proceso

que desde una nueva lógica de participación y cooptación, daría continuidad a algunas

de las tendencias de control paternalista del poder político sobre los sindicatos. Asi

mismo, se sentarían las bases de las relaciones laborales y las formas de autoridad

en el interior de las firmas.

Como ilustración de lo que se pueden considerar principios y supuestos de este nuevo

marco de entendimiento, pueden tomarse algunas ideas expuestas por Alfredo

Tarre Murzi72 en un espacio muy significativo del mundo empresarial en 195873.

Este abogado y escritor, que participó activamente en la política de los partidos

dominantes de su época, y en 1969 fue Ministro de trabajo en el primer mandato de

Rafael Caldera, en su conferencia hacía un llamamiento a promover un nuevo tipo de

capitalista de mentalidad progresista, dispuesto a dejar el silencio e indiferencia

tradicional de este sector ante los problemas sociales, económicos y políticos del país.

71 Participaron por algunos meses Eugenio Mendoza y Blas Lamberti, aunque renunciaron

por diferencias con otros integrantes de la junta. 72

Alfredo Tarre Murzi (1919 – 2002) se tituló en Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela (1944), hizo un postgrado en Derecho del Trabajo en la Universidad de Columbia en 1949; también estudió en la Universidad de Ginebra un postgrado en Derecho del Trabajo, Seguridad Social y Relaciones Internacionales en el año 1953; fue un agudo escritor y observador de la política, que usando en ocasiones el seudónimo Sanin, publico varios libros, entre ellos Los muertos de la deuda, o, El final de la Venezuela saudita (Ediciones Centauro, 1989). 73

Ver Tarre Murzi A., ‗Las Relaciones Industriales en el derecho social venezolano‘ Conferencias de la Asociación Venezolana de Ejecutivos Caracas 1958

122 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Aceptando las recientes violaciones de los derechos laborales y los contratos

colectivos al amparo de la dictadura, por parte de un sector de empresarios, solicita a

los directivos obreros una tregua sindical, similar a la que hizo en el terreno político,

mientras se organizan servicios administrativos del trabajo, para evitar los conflictos;

propone que a partir de las comisiones de avenimiento se generen Comités de

empresa al estilo de los Europeos.

Invocando avances como la automatización y la nueva corriente de las Relaciones

Humanas en el mundo avanzado, reclama su empleo para integrar a los trabajadores

considerando los aspectos sociales, familiares, morales que repercuten en su

desempeño; invita a analizar si el salario alcanza al trabajador, como usa su tiempo

libre y sus vacaciones, a crear servicios sociales dentro y fuera de las empresas que

ayuden al trabajador. Propone además que se apliquen los convenios de la OIT

suscritos por Venezuela y que ‗…el nuevo empresario, el ejecutivo venezolano, no

puede limitarse exclusivamente al cumplimiento de la ley de trabajo […] debe buscar

siempre la manera de prevenir los conflictos del trabajo yendo en busca del trabajador,

tendiéndole la mano al trabajador‘.

Estas exhortaciones a los empresarios para actuar de modo progresista, apenas

comenzada la etapa post dictadura, más allá del entusiasmo de quien había estudiado

tales temas en el primer mundo, demuestran el interés que se tenía por conectar las

tendencias del pacto y la búsqueda de armonía en la dimensión política, con los

desafíos y dilemas del mundo del trabajo. Como hemos visto, una parte de los

empresarios en las siguientes décadas, le apostó a ésta fórmula de trato considerado y

servicios sociales, para tomar los caminos que abría la industrialización.

Debe recordarse que después de la mitad del siglo XX el crecimiento industrial que

tuvo sus más elevadas cifras entre los años 60 y 70, haciéndose más intensivo en

capital: pasó de representar alrededor del 10% de la producción nacional en 1950 a 23 %

en 1974. Este avance se explica en parte porque porciones significativas de la gran

riqueza generada por el petróleo, se destinaron por varias vías al fomento industrial. No

obstante, el fuerte trasfondo liberal, reformista y nacionalista de los programas de

gobierno de esta época, no se logró estructurar una economía industrial integrada,

independiente del petróleo y capaz de una expansión continuada (Bergquist 1988:

260).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 123

2.5 Mutación y continuidad del paternalismo en la

empresa providencia

Hasta los años 50s, avanzó la conformación de las empresas Mendoza con el

afianzamiento de las firmas base de las industrias que ya comenzaba a controlar. Lo que

siguió después fue un acelerado crecimiento y un gran esfuerzo de cambio y

construcción organizacional. En lo que se refiere las políticas de bienestar, hubo

esfuerzos por pasar de las manifestaciones personalizadas e informales a los procesos

especializados y sistemáticos de asistencia bajo la coordinación de organismos

especializados dentro del grupo.

Del mismo modo se registró un esfuerzo por mantener y reproducir en las nuevas

empresas que se creaban o integraban, el ambiente de trabajo de las primeras firmas

establecidas (Materiales Mendoza, Protinal, Vencemos, Maquinarias Mendoza) y el

papel ejemplar y estimulante de los directivos, igualmente se manifestó la proyección

de las iniciativas asistenciales fuera de la compañía y su conversión en acciones

filantrópicas y fundacionales de más alcance; asi mismo, fue notorio el papel promotor

de Mendoza y su convocatoria al empresariado nacional para emprender

colectivamente planes asistenciales en materias que parecían de la mayor

urgencia social.

Lo que empezó como una serie de servicios necesarios para emprender trabajos en

las primeras plantas y formar fuerza laboral industrial, que caracterizamos como etapa

del paternalismo pionero, se fue convirtiendo en un conjunto más amplío de beneficios y

actividades tendientes al bienestar de los trabajadores y sus familias. Las publicaciones

de las empresas, principalmente la Revista Vencemos, divulga y detalla una variedad

de iniciativas asistenciales, más o menos ordenables en una secuencia temporal, de

acuerdo a la orientación y propósito empresarial al que corresponde: desde la

solución de las necesidades más elementales en los primeros años de la organización;

luego la búsqueda de distención y recreación adecuada para recuperar las energías y

124 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

el equilibrio emocional; y en los períodos más avanzados, actividades tendientes a

promover la participación, expresión y realización de la personalidad74.

2.5.1 De la inclinación por el ‘buen trato’ a la

Institucionalización del bienestar

En medio del acelerado crecimiento de sus empresas, Eugenio Mendoza siempre

defendió ante sus directivos y mandos medios la necesidad de mantener un trato

personalizado y cercano con sus empleados. Era usual asumir que en las

empresas había nexos que iban más allá de la relación patrono - empleado, asi

p.e.: Eduardo Mendoza, hermano del fundador del grupo, en una de las

celebraciones se refería a la familia Protinal, y al orgullo de los logros alcanzados,

entre ellos haber conformado esa ‗unidad familiar de trabajo‘75.

En medio del rápido ensanche y creciente complejidad de la organización, fue el

español Justino de Azcarrate, quien hizo ver a Mendoza la necesidad de destinar

recursos propios y crear organización especializada, para dar continuidad y

‗gerenciar‘ la actividad asistencial y filantrópica que tanto apreciaba el

empresario76.

Azcarrate había llegado a fines de los años 30s a Venezuela, como exiliado de la

guerra en su país, y poco tiempo después se vinculó al grupo Mendoza,

contribuyendo por muchos años al establecimiento y manejo de varias de sus

fundaciones y planes asistenciales, su intervención ayudó a dar una nueva dimensión

a lo que, en un primer momento fueron prácticas muy personalizadas, de modo que

se inició un proceso de racionalización, institucionalización y modernización en las

prácticas filantrópicas.

En articulo de su autoría, el hispano se presenta como conocedor del plan Beveridge,

la legislación social europea e instituciones de protección como el seguro patronal

contra el riesgo de accidentes y enfermedades profesionales; también afirmaba tener

74 El ordenamiento cronológico de las prácticas, en cuanto a los propósitos a los que se dirigen,

parece coincidir con la conocida tesis sobre la jerarquía de la necesidades de Abraham Maslow; enunciado que aquí consideramos de utilidad descriptiva. 75

Vencemos #91 1972. 76

Entrevista Luisa Helena Mendoza, Caracas Julio 2007.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 125

la experiencia de haber participado en la creación de una mutual en España en 1932;

y estar deseoso de compartir lo que sabía en el tema77.

Su examen de la situación venezolana, lo lleva a sugerir una aplicación de planes,

por libre iniciativa de las empresas patronales, ya que si bien, la ley de trabajo de 1936

dedicaba sus títulos 4 y 5 a los riesgos profesionales y al seguro social obligatorio,

no genera obligaciones: lo fundamental de la norma había sido aprobado, pero su

aplicación quedó condicionada a la publicación de los correspondientes reglamentos,

los cuales no habían aparecido aún. La ley favorecía al trabajador reconociendo una

renta equivalente a las 2/3 partes de su salario en caso de incapacidad total, pero su

ejecución requería la creación de un instituto central de los seguros sociales.

En concepto de este observador de tan incipientes medidas de protección laboral, en

lugar de este esquema con exigencias difíciles de cumplir, ha debido, facultarse a las

compañías de seguros existentes o a las mutualidades creadas por los mismos

empresarios, según este análisis: ‗existen entidades representativas de las actividades

industriales y comerciales que bien pueden iniciar, con garantía de éxito la creación de

una mutualidad para asegurar a los asociados contra el riesgo de accidentes de sus

obreros‘78.

Esta interesante reflexión, corresponde a una clase de artículo que fue típico de los

años 40s, en el que los empresarios en proceso de convertirse en beneficiarios de

créditos y otras prerrogativas gubernamentales, trataban de demostrar a otros sectores

sociales, que tenían preocupación por compartir tales ventajas brindando servicios

y bienestar a los trabajadores. Además de ello, describe la debilidad de los

sistemas públicos de aseguramiento, que para la época eran apenas un enunciado, y

una embrionaria conciencia en los empresarios sobre la necesidad de proteger a su

empleados ante las contingencias de salud.

En este contexto el articulista, seguramente a instancias del empresario Mendoza,

para quien ya trabajaba, expresa que ‗…trata de animar a las empresas individuales y

77 Producción #3 diciembre de 1943 p14 – 17.

78

Op. cit. Producción #3

126 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

colectivas, especialmente a las cámaras y asociaciones en las que aquellas están

afiliadas, para convertir en realidad una propuesta cuyo fondo humanitario y al mismo

tiempo útil, son indudables..‘. Para Bautista (1993), en el discurso político y

gubernamental era usual desde el siglo XIX, incluir una serie de enunciados deseables

e importantes, pero dejarlos como normas sin reglamentación, ni posibilidad de

realización práctica; en éste contexto quedaba claro que el desarrollo de los planes

de protección que requería la naciente industrialización, dependería de la iniciativa

de cada empresario.

Por lo anterior, la innata inclinación, que era la motivación inicial de Mendoza para

construir buenas relaciones con los trabajadores y apoyar la mejora de sus

condiciones en los primeros años de sus empresas, no encontraba más espacio de

realización que el de sus propias firmas. Más adelante, según cambiaban las

circunstancias y el entorno, hubo otros motivos para mantener las prácticas

asistenciales, y se transformaron las orientaciones y campos de aplicación de esta

benevolencia.

En la medida que crecen la escala de inversión y el tamaño de las firmas, y cambian

las condiciones históricas, la disposición personal a un trato considerado de los

trabajadores, como motivación de la práctica asistencial son reemplazados por otros

más complejos, cuya funcionalidad puede entenderse en el marco interno de las firmas

o en el entorno social amplio. Los servicios y planes de bienestar que corresponden a

la dinámica de las firmas y su crecimiento son motivados por factores como: necesidad

de arraigar, formar y mantener una fuerza laboral industrial y construir una

organización; búsqueda de lealtad y compromiso con los fines productivos;

motivación y eficiencia en la fuerza laboral.

Como motivos determinados por el entorno de la organización, podemos señalar:

necesidad de diseñar mecanismos de distribución de renta petrolera y entrega de

dones; búsqueda de legitimidad y asentimiento social cuando se trabaja en el

modelo de industrialización en el que el Estado asegura privilegios y concesiones

diversas; necesidad de percepción aprobatoria y aceptación una vez se ha

acumulado un capital, pero se confronta un entorno social crítico y adverso al modelo

sustitutivo.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 127

2.5.2 Organización, deferencia y divulgación

A lo largo del tiempo, en el escenario del rápido crecimiento de empresas Mendoza,

bajo la impronta que su promotor va dejando en ellas, van cambiando los motivos de

las prácticas de benevolencia y las necesidades obreras que en cada momento

parece prioritario resolver: educación básica o técnica; salud y bienestar; recreación y

deporte; ahorro y vivienda; participación y expresión autónoma. Paralelamente ocurre la

conformación de una organización y grupo directivo en varios niveles, con una

orientación y capacidad de acción alineada con tales metas.

A diferencia de otras firmas, en el Grupo Mendoza el estilo paternalista de los

primeros años de autoridad personalizada y control directo, perduró a pesar de los

cambios del crecimiento, en la medida que su lógica se incorporó a la estructura de la

organización y el líder mantuvo una persistente actuación en diferentes espacios de

celebración, rito y ceremonia que afianzaban esos elementos en la cultura

empresarial79.

Lo que se llamó ‗acción social‘ o ‗programas sociales‘, siempre ocupó un lugar

importante en el Concejo de Coordinación y todas las demás estructuras organizativas

que se fueron generando; del mismo modo se esperaba de los directivos y

empleados superiores de las compañías, una activa participación en actividades de

asistencia social y filantropía, al punto que los logros y aportes en ese campo eran

esenciales para el ascenso y promoción: en la evaluación de los ejecutivos se valoraba

en el mismo nivel, los logros en los negocios y en los programas sociales80.

Las realizaciones de los programas sociales que describiremos y otros sucesos

concernientes a las empresas o a los empleados, motivaron diversas celebraciones,

79 Son varios los enfoques sobre cultura empresarial u organizacional, en los que se propone

entender las dinámicas de las firmas - consideradas como micro sociedades - tomando en cuenta el conjunto de ritos, costumbres, mitos, héroes, leyendas, tradiciones y prácticas que se generan y comparten. En tales perspectivas la historia y los valores de los fundadores hacen parte fundamental del conjunto de elementos prácticos y simbólicos que identifica a un colectivo social y determina sus percepciones y acciones; se trata de un agregado de significados que se reproduce, mantiene y cambia en el tiempo de acuerdo a factores socio estructurales Ver Abravanel H., y otros 1992; Schein E.,1992. 80

Entrevista Luisa Acedo, Caracas agosto de 2007.

128 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

inauguraciones y otros eventos, que congregaron a directivos, empleados y

trabajadores en torno a Mendoza como fundador y líder más destacado. Entre los

motivos más importantes de celebración, estuvieron la inauguración de plantas,

escuelas, obras, programas, clubes recreativos; fechas especiales y aniversarios de las

empresas; imposición de botones conmemorativos de antigüedad y reparto de utilidades;

entrega de viviendas, regalos, menciones de honor; eventos deportivos y culturales.

Se procuraba que cada acto tuviera cierta formalidad y presentación adecuada, con

asistencia de los directivos más importantes en relación con la empresa o

trabajadores destinatarios del festejo o dadiva; en algunas ocasiones misa81 y la

presencia de personalidades destacadas o integrantes del gobierno como alcaldes,

gobernadores o el mismo presidente de la República; en los casos en que no podía

asistir Mendoza, las palabras de rigor quedaban a cargo de alguno de sus hermanos

u otro alto directivo.

81 Era usual en los eventos la presencia del sacerdote, el oficio religioso, la bendición de

edificios o máquinas; del mismo modo se efectuaban primeras comuniones en celebraciones relacionada con los trabajadores. Sin embargo, era limitado el peso de la religión dentro de las motivaciones de Mendoza, y sus nexos con la fe católica y la iglesia eran débiles; según Gustavo Vollmer que le conoció de cerca y participaba de sus acciones sociales y donativos, Mendoza no veía con simpatía el vincular sus prácticas benevolentes y filantrópicas con la religión católica.

Figura 2-1CONSEJO DE COORDINACIÓN DE LAS EMPRESAS MENDOZA 1975

A S A M B L E A

COMITÉ

DIRECCIÓN

JUNTA DE

CONSEJEROS

CALIFICACION Y

DESARROLLO

FINANZAS ORGANIZACIÓN

Y SISTEMAS

RECURSOS

HUMANOS

RELACIONES

GENERALES

RELACIONES

INDUSTRIALES

ACCIÓN

SOCIAL

JUNTA DE

ADMINISTRADORES

GERENCIA

DIVULGACIÓN Y

RELACIONES

PÚBLICAS

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 129

Estos eventos propiciaban diálogos e interacciones de directivos y empleados, y en

ellos era esencial el discurso de ofrecimiento, a cargo de Mendoza u otro directivo, en

el que usualmente se recordaba, lo que se consideraba principios de la organización

entre ellos la búsqueda de equidad y justicia social. También era frecuente reconocer

el aporte de los trabajadores a la organización; destacar la contribución de las

empresas del grupo al país; en ocasiones se hacían reflexiones sobre el problemas

nacionales, el progreso del país, la política económica y de fomento. Además de las

celebraciones formales de las empresas, hechos del ámbito privado de los

empleados, como festejos de cumpleaños, bodas y apadrinamiento de hijos eran

también ocasiones para que los directivos expresan deferencia; asimismo la calamidad

familiar, enfermedad o muerte.

Algunos recuerdos de la vida empresarial, dejan ver la significación de ciertos ritos

de integración y son ejemplo del típico ejercicio de la deferencia (Empresas Polar

2006: 8 - 10):

Según Eduardo Mendoza, hermano del empresario: ‗..los 31 de diciembre a medio

día, daba una gran fiesta, con asistencia increíblemente amplia y de categorías muy

distintas. Esta celebración tiene su origen en lo que significó para nosotros, en familia,

el 31 de diciembre, cuando brindábamos con cerveza, pues no había recursos para otra

cosa, y con el lema ‗uno para todos, todos para uno‘ [….] ‗no era ostentoso ni

discriminaba a nadie…la fiesta del 31 de diciembre, al mediodía, era la fiesta del año,

iba desde el presidente de la república hasta el más humilde. Cumplía con todos, asi

fuera 10 minutos, y a sus muchos ahijados les enviaba un regalo el día del

cumpleaños..‘

ESTUDIOS

ECONÓMICOS

ESTUDIOS

ECONÓMICOS SOCIAL TELEPROVENCA TECNOSEGUROS ADMINISTRACIÓN

ZULIA LARA CENTRO ARAGUA ORIENTE

Tomado de EM (1976)

130 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Otros ex empleados lo describen como: ‗…el único millonario que ha sido

condescendiente con los pobres, sin menospreciarlos‘. […] ‗Tenía el don de conocer a

cada uno de sus trabajadores y cuando no recordaba el nombre de alguno, lo

preguntaba antes de saludarlo. Decía que a la gente había que tratarla por su nombre.

Era un poquito exigente, cuando uno incurría en un error le llamaba la atención, pero al

rato decía algo simpático o gracioso, para limar asperezas‘ […] fuera del ámbito de

sus empresas, Eugenio Mendoza era igualmente popular, la gente lo abordaba en la

calle y si no podía plantearle un problema, le dejaba un papelito o una carta. Si alguien

le pedía ayuda para comprar una casa el respondía ‗le voy a ayudar, pero usted también

ahorre un poquito‘ y si le pedían 100 bolívares, daba 50 para que la gente hiciera un

esfuerzo‘.

Otro elemento de la interacción de Mendoza con los trabajadores, es el rol

pedagogico y la actitud ejemplificadora que adoptaba con frecuencia. Por ello en el

típico discurso ante los trabajadores, no faltaba el tono aleccionador y las

exhortaciones a hacer buenas acciones; es asi como a propósito de un evento para

entrega de acciones, Mendoza destaca a trabajadores de pico y pala, que tuvieron

alfabetización, luego cursos de superación profesional que produjeron obreros

especializados, que más adelante se vincularon al programa para adquirir vivienda; de

acuerdo a la nota de Vencemos, pidió a sus trabajadores que no se ciñeran

exclusivamente a su trabajo en la fábrica sino que se proyectaran a su comunidad:

‗… ‗hemos visto como están quemando bárbaramente a Venezuela por todas partes,

agotando sus recursos forestales, volviendo cenizas sus bosques. Los trabajadores

responsables no podemos ver eso con tranquilidad, tenemos que salirnos de las

fábricas para combatir la ignorancia y contribuir al engrandecimiento de nuestro

país‘82.

En esta oportunidad, también se hace evidente que el característico manejo de

Mendoza, en ocasiones chocó con los avances hacia un manejo profesional de los

recursos humanos: asi p.e., en un evento de la planta cementera de Pertigalete en

82 Vencemos #42 mayo junio 1964.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 131

1964, en que se explicaba el éxito de la empresa como debido a la gran importancia

que se ha dado al elemento humano como factor de progreso, el fundador hizo el

siguiente transcendental anuncio para los trabajadores:

‗..ha sido suspendido ‗el tabú‘ que impedía que los familiares de los trabajadores

pudiesen trabajar en la misma planta. De ahora en adelante los hijos de nuestros

trabajadores tendrán prioridad en los empleos que genere la compañía…‘

Desde los años 50s, Mendoza quien es considerado un exitoso industrial, ha

consolidado también un prestigio como patrono benévolo, promotor del bienestar de

sus trabajadores y activo organizador de fundaciones benéficas. El afianzamiento de

esta imagen depende no solo de la acumulación de prácticas asistenciales y del tipo

de relaciones laborales que establece, sino también de la divulgación sistemática de

tales acciones. Lo anterior se logró con los propios esfuerzos y también con el buen

manejo de las relaciones con los medios nacionales.

Fueron variadas las publicaciones financiadas por el grupo Mendoza, en las que se

mostraba dentro y fuera de la organización la forma de manejo de las empresas y

fundaciones. La revista Vencemos, que tomaba el nombre de la empresa cementera,

fue de las más notables, por su nivel de elaboración, difusión y contenido. En principio

todas las plantas elaboraron boletines y órganos divulgativos de circulación restringida,

destinados a integrar al personal e informar sobre las actividades internas, p.e.,

‗Revista Protinal’ ‘Boletín informativo del Centro social y deportivo Cementos Mara’,

‘Guarura’ de Planta Perigalete, ‘El Caimán’ en Barquisimeto, ‘El Maraquero’ de

Maracaibo83.

El primer número de Vencemos apareció en junio de 1958 con 1.500 ejemplares

de tirada; diez años después llegaba a 4000 ejemplares; en 1978 después de 20

años de ininterrumpida aparición, alcanzó los 126 números y 4.500 de tirada; se

83 Vencemos # 126 de 1978.

132 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

consultaba en las empresas del grupo, pero también en otras firmas, cámaras de

comercio, gremios y entidades relacionadas con la actividad productiva84.

La revista estaba dedicada a los temas de las empresas y los empleados del grupo,

informaba sobre sus eventos, celebraciones, programas asistenciales, actividades

deportivas, recreativas y culturales; asi mismo, presentaba hechos notables de la

actividad fundacional; contaba con secciones de interés general relativas a cultura

nacional, folklor, tradiciones, artes e historia venezolana, las cuales tenían buena

elaboración e imágenes.

Vencemos era también un medio privilegiado para que Mendoza expresara con

discursos y comunicados su postura ante debates de política económica,

especialmente los que afectaban a las empresa; y desde fines de los años 60s, en

artículos especiales se defendió a la organización de acusaciones y criticas, haciendo

exaltación de su imagen, valores y méritos; enumerando los beneficios de sus

compañías, ante ‗las sombras de algunas calumnias que todo hombre grande

despierta‘. Parte de los textos incluidos en esta dirección, eran discursos pronunciados

en algunos de los homenajes que se hicieron en honor a Mendoza.

Las fotos de la revista dejan ver el característico evento o celebración de empresa,

en que Mendoza, sus hermanos o directivos superiores son el centro de atención:

aparece de modo repetido, leyendo el acostumbrado discurso, felicitando, abrazando,

conversando, teniendo contacto y muestras de simpatía hacía quienes son festejados.

Los discursos hacia los trabajadores eran cortos, y se apreciaban porque en ellos se

expresaba con sencillez y simpatía, p.e., en una ocasión los invitaba a acoger el

plan de compra de acciones destinadas a los empleados ‗para que ustedes ordeñen la

vaquita y también beban leche‘.

En algunos números se presentaron fotos y reseñas de los empleados y

trabajadores. Un ejemplo fue la serie ‗Que actividad realiza Ud?‘, en la que por varios

números se describió el perfil profesional y trabajo que realizaban algunos de ellos;

84 Vencemos # 66 1968 # 126 1978.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 133

del mismo se indicaba la antigüedad en la firma, promociones que había tenido y

sentimientos de satisfacción con la empresa85.

Esta manera de particularizar a individuos, para mostrar su satisfacción como

favorecidos por las buenas políticas de la compañía, tenía a veces la forma de la

anécdota, como cuando se narró cómo un mensajero al cumplir 30 años de

antigüedad, tuvo el ingenio suficiente para conseguir que se le diera el regalo

conmemorativo que el protocolo reservaba a los ejecutivos: un reloj Rolex86; en otra

ocasión el discurso entusiasta sobre el crecimiento de una empresa fue interrumpido

para ordenar que se llamara a participar en la celebración, a un trabajador que siendo un

joven campesino había ayudado a despejar el terreno de vegetación nativa y asi

construir los primeros edificios, y aún laboraba en la planta.

Cuando el centro de la celebración era una empresa, lo usual era referirse a los

primeros esfuerzos e incipientes logros, enumerar los beneficios que se han generado

para el país: productos que antes se importaban a alto costo; empleos directos e

indirectos; planes a favor de la buena salud de los trabajadores y sus familias; centros

para la educación y la enseñanza de los mismos; actividades culturales y recreativas;

avances desde erradicación del analfabetismo hasta envío de universitarios jóvenes a

EU a hacer máster. Se hacía mucho énfasis en las Cajas de ahorros con cuyos

fondos se ayudaba a solucionar el problema de vivienda, mencionando siempre un

porcentaje superior al 80% de trabajadores con más de 5 años que habían resuelto este

vital problema.

2.5.3 Sindicatos, paz laboral y acción empresarial benefactora

Uno de los aspectos característicos de la modernización empresarial, es la primacía

de los lineamientos y regulaciones legales en la vida laboral, del mismo modo que el

85 Vencemos #27 de 1962; # 128 de 1978. Este tipo de artículos, del mismo modo que los

de contenido cultural, tienen alguna similitud con los que publicaba la petrolera norteamericana que editaba El Farol y parecen inspirados en ella: asi p.e, el número 118 de marzo 1949 p 10-15 la revista petrolera informa sobre la presencia femenina en la Creole de Venezuela y los diversos trabajos ejercidos por mujeres (recibidora de ropa, telegrafista, técnica de radio, dos ingenieras, una geóloga, una supervisora de archivos); en esa ocasión se resaltaba que su número había subido de 111 en 1940 a 1500. 86

Vencemos # 180 1987

134 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

empleo de medios especializados y profesionales, que implican el predominio de

elementos burocráticos e impersonales en la organización del trabajo. En este

contexto, para los actores sociales los elementos más definitorios de las relaciones

laborales son los derechos, la negociación colectiva y los acuerdos; como

tendencia se presentaría la extinción de la lógica paternalista en la que los

empresarios brindan sus dádivas y deferencia, a cambio la disciplina de trabajo y

lealtad de los trabajadores.

Cuando las organizaciones alcanzan este grado de complejidad, predomina la

tendencia a encauzar por vías legales los conflictos entre el capital y el trabajo; se

crean espacios para los sindicatos y la negociación colectiva. Éstos factores inciden en

la estructuración de las relaciones industriales y sus instrumentos de racionalización

del manejo del factor humano, que típicamente ha sido una fuente de estabilidad y

mejoras en materia de salarios y condiciones de trabajo.

En el caso de las empresas Mendoza, la tendencia de institucionalización partió de los

beneficios y dádivas que el empresario concedía desde los primeros años, y se fue

proyectando a una política social más estructurada, pero ligada a su estilo

benevolente. En las primeras épocas de la organización, antes de que la normatividad

hiciera exigencias sobre derechos laborales y seguridad social, Mendoza ‗liberalmente‘

concedió diferentes prerrogativas a los trabajadores; desde fines de los años 40s,

cuando entraron en vigencia las primeras leyes laborales, lo concedido

discrecionalmente a los trabajadores del grupo, superaba los requerimientos de las

primeras normas. Por otra parte, la legislación por mucho tiempo resultó inconsistente

y fragmentaria, y las autoridades inoperantes frente a la resistencia e incumplimiento

empresarial; razón por la cual persistía la idea de que la voluntad generosa del

empresario era más determinante de la situación de los trabajadores, que los

derechos y garantías de la ley o, los acuerdos con las organizaciones sindicales.

La poca información disponible sobre los sindicatos en el grupo Mendoza, no

muestra que su surgimiento motivara el rechazo obstinado y dolorido del empresario,

que era usual en las compañías de manejo personalizado ante esta circunstancia, ni

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 135

se produce en medio de una fuerte confrontación. A lo largo de varias décadas

persiste una armonía y entendimiento87 con la organización de los trabajadores, que

está además a tono con el papel mesurado y bien articulado de la mayor parte de

movimiento sindical, respecto a los lineamientos de los dos partidos dominantes y el

sistema político surgido de los acuerdos de Punto fijo. Como veremos, varias de las

empresas Mendoza tuvieron sindicatos y firmaron convenios colectivos que

confluyeron sin apreciables divergencias con los programas sociales y prácticas de

responsabilidad social de los empresarios; se puede decir que el papel de los

sindicatos, fue principalmente el de reforzar el modelo de manejo laboral de Mendoza

y afinar algunos de sus rasgos.

Las típicas descripciones de secciones de empresas, actividades de puestos,

trayectorias de trabajadores y las celebraciones de antigüedad y despedidas, muestran

que era posible para los trabajadores alcanzar altas antigüedades y promociones en las

empresas, a instancias de las políticas de personal establecidas por el fundador, en

un proceso también afianzado por la actividad sindical y la actuación de las

secciones de Relaciones Industriales88.

En este contexto de predominio del acuerdo tácito entre empresario benevolente y

trabajadores, las relaciones con la organización sindical muy pocas veces condujeron

a conflictos. Clemente Ortega quien fue directivo desde 1947, refiriéndose a 40 años

de vida de la Venezolana de cementos, recuerda que la única huelga ocurrió

cuando concluyó la construcción de la planta: ‗…había más de 300 trabajadores, pero

para iniciar nuestras operaciones solo necesitábamos 120, se dio preaviso a los

restantes, pero el sindicato consideró que se requerían mas y cerraron la planta

impidiendo que entraran los trabajadores, la inspectoría del trabajo dio la razón a la

empresa..‘89.

Un informe gubernamental sobre conflictos laborales surgidos o solucionados entre

el 7 y 14 de septiembre de 1960, se refiere a uno de Vencemos originado en la

87 ACEC 1999.

88 Ver Vencemos # 125 1978 p 4 – 7; # 159 1984 p22.

89 Vencemos # 180 1987.

136 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

presentación a la empresa de un pliego conflictivo que pedía reenganche y pago de

salarios caídos de un trabajador y destitución del jefe de relaciones industriales; en el

siguiente informe se reportaba que dicho conflicto fue solucionado ‗al convenir las

partes un arreglo transaccional sobre las cuestiones que lo originaron‘90. Las noticias,

actos públicos y discursos en eventos registrados por la revista en los años 60s y

70s, muestran armonía entre empresa y sindicato, la participación de éste en todas

las actividades comunitarias importantes del esquema de integración de los

trabajadores, y la periódica firma de contratos colectivos en cada planta91.

Respecto a la fábrica de papel Venepal, los informes de gestión, que resumen los

principales temas debatidos y las decisiones tomadas en asambleas ordinarias y

extraordinarias para 30 años de actividad hasta 1984, muestran también unas

relaciones laborales tranquilas, con actividad sindical, negociaciones y firma de

acuerdos colectivos con vigencia de dos o tres años; los entendimientos ocurrían con el

sindicato Unión de Trabajadores de la Industria Papelera SUTIP y el proceso nunca

adquirió un carácter conflictivo92. Solo en dos ocasiones se evidencian

dificultades y cierta exigencia para la empresa, derivada de la firma de los acuerdos:

en 1967 se explica una disminución en las utilidades del ejercicio, por la inversión en

maquinaria y gastos financieros, y un ‗incremento general de los costos de mano

de obra causado por la firma de un nuevo contrato colectivo a principios del año

pasado y por las nuevas cotizaciones del seguro social‘93. En 1979, la conflictiva

situación laboral que vivía el país trascendió a la empresa, razón por la que el

contrato colectivo ‗no pudo ser firmado sino después de 4 meses de discusiones‘94.

2.5.4 Cajas de ahorro y vivienda obrera los beneficios más

consistentes para mostrar

Un escrito de prensa de comienzos de los años 50s, el economista Maza Zabala

(1958) en pocos párrafos resume el problema de la vivienda en Venezuela y los

90 Ver Archivo histórico de Miraflores, Fondo Inventario (AC62 7 – 20; 7: 31).

91 Ver Vencemos #29 de 1962; #48 de 1965; # 54 de 1966; # 128 de 1978.

92 Ver Vencemos #42 de 1964; #56 de 1966; (Venepal 1984: 52, 143, 173, 217, 296).

93 Venepal (1984: 109).

94 Venepal (1984: 252)

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 137

esfuerzos que usualmente se hacían para resolverlo. En primer término la idea de que

no solo era reducida la cifra de viviendas adecuadas, y se había carecido de

políticas de urbanismo, sino que el rápido desarrollo de proyectos extractivos en

zonas petroleras, siderúrgicas, de construcción de grandes obras y complejos

industriales diversos, incidía de modo particular en las características del fenómeno,

en las expectativas de solución de los afectados y en los esfuerzos de solución que

se habían dado.

En relación a la cuestión de la vivienda se habían generado consignas de lucha

social, conflictos y aspiraciones desde la llegada de la inversión petrolera al

comienzo del siglo XX; en tales reclamos había tenido importancia el tema de la

calidad de la vivienda obrera y los campamentos, especialmente considerando que

muchas plantas y proyectos, forzosamente debían localizarse en zonas despobladas

y distantes de los centros habitados; hacia mediados del siglo XX, surge otro tipo

de dificultades respecto a la migración campesina a las ciudades.

Entre las causas de la insuficiencia de vivienda, el autor sitúa las dificultades de

financiamiento y la incierta recuperación de capitales, que desalentaban la inversión

por parte de los constructores; asi mismo el estrecho mercado de capitales y los altos

costos de producción. Por lo cual proponía facilitar el financiamiento y mejorar el

margen de beneficio con exenciones de impuestos. Entre las formulas usuales para

construir vivienda se refiere a la ‗ayuda propia‘, en que se reúne el esfuerzo y el

ahorro de las familias, pero considera que este sistema requiere apoyo técnico en

planificación, venta de materiales y terrenos a bajo precio y facilidades de pago.

Dentro de las modalidades privadas, alude a experiencias como las de la fábrica

Ron Pampero, en que es posible la construcción de viviendas por ‗ciertas empresas

importantes‘ para sus trabajadores, logrando cuotas posibles, bajo interés y largo

plazo; se valora positivamente tal sistema por promover el ahorro como una

obligación ineludible. Aunque lo evalúa como un modelo poco desarrollado, Maza

señala que si llega a impulsarse ‗hasta la categoría de un sistema social‘, aportaría

resultados muy positivos.

138 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

A continuación veremos cómo la iniciativa de Mendoza en este campo pareció seguir

esta sugerencia: habiendo empezado con algunos sistemas de ahorro, promovido por

sus empresas consolidó una modalidad de cajas de ahorro que llegó a facilitar el

acceso a vivienda a buena parte de sus trabajadores, a tiempo que asesoraba al

Estado en el mismo tema y emprendía programas de alcance nacional como la

Fundación de Vivienda Popular, orientado a personas no vinculadas a sus empresas.

Mendoza promovió sus planes en un contexto en el que la actuación de la empresa

privada como promotora de la vivienda y el desarrollo urbano, se había aceptado

desde las primeras décadas del siglo XX. Las concesiones petroleras de Gómez

dieron a las empresas el papel de urbanizadoras, permitiéndoles establecer ciudades

y ocuparse de todos los aspectos de la gestión urbana, salud, educación y los

servicios de infraestructura; las empresas quedaban obligadas a dar vivienda y servicios

a sus empleados y familias; de modo que las regulaciones vigentes llevaron a que las

zonas residenciales se instalaran muy cerca de las industriales (González T., 1996:

42 – 45).

El modelo del campamento desde las primeras décadas del siglo XX se empleó, para

actividades productivas permanentes y de cierta escala, generándose muchas tensiones

y dilemas respecto a cómo disponer el alojamiento obrero95 y orientar el desarrollo de

los asentamientos, p.e., respecto a criterios de exclusión por empresa y por categoría

laboral, lo que originaba conjuntos separados con condiciones contrastantes, según los

habitara población local tradicional, mandos y empleados de alto nivel, obreros o

población complementaria que quería obtener ingresos aportando servicios a las

firmas.

El estudio de González Téllez menciona como determinantes urbanísticos y de

localización los volúmenes de población; calidad de los terrenos disponibles; factores

técnicos y económicos duración de la explotación; rutas de salida; tendencias de

95 El caso del retraso de un año en la construcción de la Represa de Caroni, perteneciente al

complejo hidroeléctrico del Guri en 1980, atribuido a las malas condiciones de alojamiento, salud y recreación de los trabajadores ilustra la pervivencia del mismo problema. En esa oportunidad el presidente, como única fórmula para garantizar el rendimiento de la importante obra, e invocando el respeto de la dignidad de los trabajadores, aspectos sociales necesarios de las obras y los deberes del Estado, ordenó mejoras por 100 millones de bolívares en un gran campamento obrero llamado El Merey (Aguerrevere F., 1980).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 139

las compañías al exclusivismo urbanístico para su personal; propuestas nacionales

para lograr un asentamiento compartido de empleados y población complementaria

con inversión social.

La reflexión sobre tales desarrollos lleva a contrastar la típica idea del campamento

con la propuesta de ciudad abierta, y a que se formulara la Política de desarrollo

urbano y de la comunidad (PDUC) donde se reconocen los efectos negativos de las

modalidades de asentamiento en campamentos industriales y campamentos

residenciales, y la práctica de segregación entre la población básica y población

complementaria y la idea de que era mejor consolidar y reforzar centros poblados

(González Téllez 1996: 56).

Las acciones del Banco Obrero habían empezado desde 1928, pero solo tuvieron

importancia en los años 40s y 50s (Ver Anexo 2). Sin embargo, para los años 60s se

dispuso el retiro gradual de la acción directa del Estado en el Banco Obrero y en

otros organismos, y la entrega de la promoción de la vivienda de interés social a la

inversión privada, a través de estímulos como los contenidos en el programa de

desarrollos mixtos (González Tellez 1996: 82).

De modo que la intervención del Estado en el fomento de la construcción de vivienda de

bajo costo fue muy débil, razón por la que las iniciativas a nivel de empresa y de

entidades caritativas privadas generaron más expectativas.

2.5.5 Del problema nacional de la vivienda a las cajas de

ahorro en las empresas

En los primeros años de empresas Mendoza, los problemas de vivienda se resolvían

por parte de cada empresa, pero a partir de 1947, en el propósito de diseñar un

programa de más alcance y formalización en su manejo, se instituyó como

compañía sin fines de lucro Financiadora Inmobiliaria Nacional Compañía Anónima

Finca. Un año antes, en una práctica que llegaría a ser usual en Mendoza, como

promotor de proyectos de interés social y líder influyente en el empresariado

venezolano, presentó ante el Rotary Club de Caracas en 1946, la idea buscando

140 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

motivar a otros empresarios a adherirse para contribuir a la solución del problema

de vivienda de los trabajadores (Camacho O. 2007: 122).

La propuesta era constituir a partir de cajas de ahorro, con contribución y supervisión

de empresas y trabajadores, una entidad financiadora nacional cuyos objetivos

podían ser realizados por cualquier empresa o agrupación de varias de estas; se

pretendía evitar la creación de una entidad burocrática muy grande, promoviendo

varias formadas por empresas, de modo que resultara más fácil su manejo, mayor el

interés y contacto de los patronos frente a las obras emprendidas.

En principio el programa se orientó a apoyar a trabajadores y empleados con

dificultades de vivienda, que tuvieran familia y llevaran más de dos años en la

empresa; la asociación a Finca sería voluntaria, conformando un ahorro con el 10%

del salario, al que la empresa adicionaría el 5% del mismo del salario o jornal,

hasta la terminación del pago de la vivienda. Además de los aportes de los

demandantes de crédito, el capital de FINCA, se conformaría con donaciones e

inversiones de los favorecedores empresariales, colaboraciones de institutos de

crédito como el Banco Obrero, pero existía la prohibición de captar fondos del público;

esta restricción, fue vista por el sector empresarial como un factor causante de

insuficiencia de fondos y riesgos para sus capitales.

Por lo anterior, Mendoza limitó su proyecto a los obreros y empleados de sus

compañías en los términos mencionados, de modo que la empresa llegaba a financiar

el 25% del valor de la vivienda; en 1948 fundó la primera Caja de ahorro, de seis

que llegarían a establecerse en torno al programa de Finca siendo obligatoria para

el trabajador de las empresas su inscripción en ella; más adelante se establecieron seis

que agruparon a todos los empleados de Empresas Mendoza.

En las principales empresas se organizaron cajas de ahorro, con la participación de

empleados y algunos de los más destacados ejecutivos del grupo en sus juntas

directivas; rindiendo informes periódicos y divulgando sus realizaciones en materia

de créditos aprobado y viviendas entregadas. Asi p.e, la caja de las plantas cementeras,

que se llamó Finca Vencemos fue fundada en 1951 con un capital de 100.000 Bs

que luego se elevó a 1 millón de bolívares y en marzo de 1962 a 2.5 millones de

bolívares. Con los aportes suscritos y pagados por CA Venezolana de Cementos, los

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 141

ahorros de sus asociados y el superávit de sus operaciones habían invertido hasta

diciembre de 1961 6‘199.559. Dentro de las realizaciones se mencionan obras y

urbanizaciones que resolvieron el problema de a 231 trabajadores de varias de las

plantas96.

Después de diez años de funcionamiento de Finca Vencemos, se conformó un

sistema en el que los trabajadores se hacían propietarios en plazos que varían de 10 a

15 años mediante la contribución de la empresa en proporción al ahorro del

beneficiario; existió el amparo de una póliza de seguro equivalente al costo de la

vivienda de modo que en caso de fallecimiento la casa pasaba a ser propiedad de

los herederos; el sistema de cajas también se orientaba a financiar mejoras de

vivienda y cuotas iniciales.

Entre las realizaciones se refieren a una urbanización 20 casas de 3 habitaciones con

un costo total de 501.915; 35 en la urbanización Mara de Maracaibo con inversión de

906.221; el informe menciona construcciones en Caracas, Barquisimeto, Maracaibo,

Toas, Pertigalete, Catia la Mar y Macura, con un costo total de 9‘373.200 de

bolívares; también la concesión de préstamos para la construcción y mejoras de

viviendas a sus asociados por 2‘928.000 bolívares97.

En el caso de la papelera Venepal, se pueden diferenciar tres etapas en la

construcción de viviendas para trabajadores: la primera a cargo de la empresa y en

función de construir la planta e iniciar la producción; la segunda con mediación de un

Fondo de ahorros que se creó y la última desde 1963 cuando se constituyó la Caja de

Ahorros Venepal a la que estaban vinculados todos los trabajadores y que hacía parte

del modelo Finca.

96 Vencemos # 28 Marzo Abril 1962 p10.

97 Vencemos #30 julio agosto de 1962; en la celebración de los 35 años de concretera

Lock joint Consolidada CA, otra de las firmas del sector cementos se indica que el 72% de los trabajadores de esta empresa, localizados en Caracas, Maracay y Cúa ha resuelto su problema de vivienda, Ver Vencemos #104 1974.

142 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En la primera etapa se construye residencia para solteros, 5 casas tipo familiar,

edificio para cafeterías y servicios sociales y asistenciales, en un proceso que la junta

directiva explica del siguiente modo en su informe de 1958 a los accionistas98:

‗…por estar nuestra planta ubicada en una zona no desarrollada y carente de

servicios, la empresa ha tenido que crear y poner en funcionamiento departamentos

asistenciales, 25 viviendas tipo familiar, 2 residencias para solteros con capacidad de

26 cuartos, casa de abastos, comedores, campos deportivos y una escuela con cupo

para 60 alumnos. Como complemento de las obras anteriores se construyeron las

correspondientes redes de electricidad, cloacas y agua. Estas instalaciones eran de

absoluta necesidad y fueron utilizadas por nuestro personal durante la construcción y

ahora durante el funcionamiento de la fábrica, y con lo cual la empresa demuestra ser

consecuente con su empeño de lograr el mejoramiento de las condiciones económicas

y culturales de sus trabajadores, con quienes nos complace informar que llevamos

excelentes y cordiales relaciones‘.

Tres años después, se habla de la necesidad de contribuir a la solución del agudo

problema de la vivienda, por lo cual la junta directiva, invocado también el

mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores elabora y realiza un

‗proyecto completo para una urbanización en las cercanías de la planta, en la cual se

construirán 100 casa de habitación y 80 apartamentos para solteros‘; en esta obra se

tuvo como financiación parcial un préstamo del Banco hipotecario de la vivienda

popular99.

Los informes de 1966 a 1969 dan cuenta de la entrega de varias etapas asi: en

1966 20 casas y 20 apartamentos; en 1968 100 casas para trabajadores en

cercanías de Morón; en 1969 23 casas. En estos proyectos una vez más se

demuestra la tendencia a hacer coordinación de actividades entre empresas Mendoza

y organismos del Estado, ya que cooperaron el Servicio social Mendoza, la caja de

ahorros de Venepal y la división de vivienda rural del Ministerio de sanidad y

98 Venepal 1984 p 17, 25 – 26.

99 Venepal 1984 p 52, 61, 69, 71; En discurso de 1966 Mendoza totalizó en 278 el número de

unidades de vivienda construidas, en las que afirmó habitaban más de 1000 personas, para las que también había escuelas, comedores, club, balneario, campos de deporte Ver Graces P., 1986: 107.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 143

asistencia social; en esta fecha se informa que el 67% de los trabajadores con más

de 3 años en la empresa ha resuelto su problema de vivienda100.

El comienzo de los años 70s marcó un cambio importante en el manejo de los

programas sociales en el grupo. Como veremos, la participación de los trabajadores

en el diseño de los programas era uno de los principios de la forma de gestión que

impulsó Carola Ravell desde su llegada a la dirección del Departamento Social. Por lo

anterior, comenzaron actuar comités de vivienda, que se ocupaban de analizar la

problemática habitacional del trabajador y motivarlo a el y su familia para la adquisición

de una nueva vivienda acorde con sus posibilidades económicas, al tiempo que

apoyaban las gestiones ante la caja de ahorros FINCA, el fondo de prestaciones

sociales o de instituciones externas, si era necesario. Un informe de la directora para

el período 1971 – 1974 señala que un total de 1.398 trabajadores adquirió nuevas

viviendas con inversión de 34 millones de bolívares, en planes orientados al 64% de

trabajadores con ingresos mensuales inferiores a 1.250 Bs101.

En 1977 la Caja de ahorros Venepal, que había empezado con 385.000 bolívares

y afiliación de la totalidad de trabajadores y empleados, alcanzaba un capital de

10‘833.640 bolívares; los préstamos para adquirir vivienda eran uno de sus propósitos,

aunque también la venta de acciones de la empresa a los trabajadores, como se hizo

entre 1973 y 1974, con la oferta de 100000 acciones de las cuales se había vendido el

70% a comienzos de 1975102. Respecto a Protinal, la más antigua industria del

grupo, se informó que su plan de vivienda permitió solucionar sus problemas

habitacionales a 621 trabajadores103.

El sistema de las cajas de ahorros tuvo modificaciones que llevaron a incrementar los

montos de ahorro y a dar más alcance al programa. Los escritos entusiastas que

en 1976 celebraban los 50 años de actividad empresarial de Mendoza, reseñan

junto a los logros empresariales, las obras sociales y varios cambios y avances en

las actividades relativas a vivienda: la cuantía del ahorro del trabajador de acuerdo

100 Venepal 1984: 98, 120, 130.

101 Vencemos # 109 1975.

102 Venepal 1978 p 11.

103 Vencemos #91 1972.

144 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

con la última reglamentación oscila entre 3 – 7% del sueldo y la empresa aporta el

35% del ahorro del trabajador; en alguna de las empresas ésta aporta hasta el

60%; estiman en 100 millones las aportaciones de las empresas para incrementar

el ahorro de los trabajadores.

Frente a los 55 millones en que se estimaron los haberes de los asociados en 1976, se

calcula la suma aportada por las empresas en 15 millones; en caso de muerte, los

asociados estaban amparados por un seguro de vida entre 10.000 y 25.000 Bs,

recibiendo en algunos casos doble indemnización por muerte accidental; los campos

de inversión de las disponibilidades bancarias de las cajas están en cédulas

hipotecarias, bonos y acciones de la compañía a la que pertenece cada una104.

Otra nota resume los aportes del programa de vivienda hasta 1976 del siguiente

modo: Fomentadora inmobiliaria nacional C.A., Finca ha vinculado 23 empresas,

tiene un capital de 1‘872.000 bolívares y ha resuelto cerca de un millar de problemas

de vivienda con una inversión de 25 millones; se creó un mecanismo para que los

trabajadores de más bajos ingresos tuvieran un apoyo financiero adicional para acceder

al programa. Finca Vencemos tiene 4 millones en capital, ha participado en la

solución de 787 problemas de vivienda, con un aporte de más de 25 millones; Finca

Valencia C.A., ha ayudado a que el 72% de Pavenca sea propietario de vivienda.

Las tres empresas tienen un capital de 7 millones y han resuelto 1.700 problemas de

vivienda. Se calcula que el conjunto de empresas ha aportado alrededor de 50 millones

Bs por este concepto, y destacan el caso de las empresas con plantas lejos de los

centros urbanos, en donde se construyó un número importante de viviendas en los

campamentos de Venezolana de cementos y Venepal, actividad en la que invirtieron

12 millones105.

El dato que más se empleaba para mostrar la contribución de Mendoza al

bienestar del personal vinculado a sus empresas era el del porcentaje que contaba

con vivienda propia, a este respecto se incluía el siguiente cuadro:

104 Graces p., 1986: 155; Vencemos #115 1976.

105 Graces P., 1986: 156.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 145

Tabla 2.2 Resultados de los planes de vivienda en Empresas Mendoza hasta

1976

Obreros % Empleados % Total %

Trabajadores con vivienda 3906 62 3300 73 7206 66

Trabajadores sin vivienda 2529 38 1198 27 3727 34

Total 6435 100 4498 100 10933 100

Tomado de Graces P. 1986: 157

Sin embargo, se aclaraba que descontando la cifra de 2.186, que era la de

empleados que por tener menos de 2 años de antigüedad no podía vincularse a las

cajas, el porcentaje de trabajadores con vivienda subió a 82.3% y el de trabajadores

sin vivienda bajó a 17.7%. Otros datos de interés son los siguientes:

146 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Tabla 2.3 Cajas de ahorro promovidas por Empresas Mendoza hasta 1976

Caja #

asociados

Capital de los

socios

# prestamos Monto Bs

Central de ahorros 3851 8011400 64833 37863856

Vencemos 1550 16277146 90140 69552285

Protinal 2180 6682045 19735 42091622

Venepal 1249 8254443 17313 22000000

Banco la Guaira 279 2488606 3860 1075000

Vivienda popular 378 1366874 3109 4974000

Venceramica 607 853825 3877 3407521

Totales 10094 43934 202867 180935284

Tomado de Graces P., 1986: 155

La mayoría de conjuntos habitacionales financiados se localizaban en zonas cercanas

a las plantas, su inauguración y la entrega de viviendas, eran motivo del típico

evento o ceremonia pública con asistencia de Mendoza, directivos de las firmas,

trabajadores y algunos notables de diferentes esferas próximas a las compañías.

Después de entregada la casa, la presencia de Mendoza y su rol tutelar, se

mantuvo directamente o a través de sus instituciones de asistencia, apoyando

acciones relativas a adecuación de entornos, servicios públicos y escuelas; del

mismo modo, promoviendo concursos que motivaban la buena conservación,

premiando la casa y jardín mejor cuidados (Méndez R., 2003: 46 – 47).

2.6 La institución de asistencia y sus cambios

En esta sección se analizarán las estructuras organizativas que en diferentes períodos

se crearon con el propósito de cumplir las tareas de asistencia social en el grupo

Mendoza. Desde las elementales actividades que coordinaba el Servicio de bienestar

social en los años 40s, se evolucionó al más complejo y especializado Servicio

social Mendoza y luego al Departamento Social, en un proceso que supuso una

apreciable profesionalización y diferenciación de sus tareas.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 147

Desde los años 70s la contribución de Carola Ravell y su enfoque comunitario y

participativo en los planes sociales marca un cambio, que estimuló el

replanteamiento de la lógica paternalista que había llegado a predominar en el manejo

del bienestar laboral.

Ésta última etapa es destacable como esfuerzo para cambiar la actitud de los

trabajadores, y que dejaran de verse como beneficiarios pasivos de lo que se hacía

‗generosamente‘ para ellos, y que comenzaran a tener un participación inteligente en el

diseño de programas y la realización de sus potencialidades en campos como el

educativo y artístico.

2.6.1 Conformación de una estructura para el bienestar social

El organismo encargado de la asistencia social y los planes de bienestar de empresas

Mendoza tuvo siempre una importante ubicación y apreciable peso dentro del

esquema organizacional. Desde el principio se conformó como una sección autónoma

y especializada, que gestionaba acciones para cada una de las empresas; cuando se

conformó el Concejo de Coordinación, siguió teniendo una posición destacada,

reafirmó su autonomía y mantuvo su propio presupuesto.

Dentro de la importante etapa de diseño organizacional que se había vivido en los

años 50s, el Departamento obtuvo personería jurídica y pasó a llamarse ‗Servicio

Social Mendoza‘. Su organigrama incluía director administrativo, trabajadora social

asistente a la dirección, dos supervisoras generales, veinte trabajadoras sociales y

cuatro demostradoras de hogar. En 1970 con el liderazgo de Carola Ravell, se creó el

Departamento Social, adscrito al Consejo de coordinación, organismo que más tarde

se fusionó con el servicio social Mendoza. Para mediados de los 70s el

departamento social en su oficina central tenía un economista, dos sociólogos, tres

trabajadoras sociales, un pedagogo y un contador; en el nivel operativo laboraban 32

trabajadoras sociales, tres demostradoras del hogar y una economista del hogar.

Bajo este esquema organizativo, el Departamento social, con autonomía y entidad

propia, centralizó el diseño y gestión de los planes que se aplicaron en cada una

de las empresas. Los informes anuales de Venepal muestran la constante presencia

de este organismo en las actividades asistenciales y sociales en los años 70s y 80s:

148 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

planes educativos; reconocimientos de antigüedad; programas de ahorro y vivienda;

mejoras de comedores y cafeterías; estructuras de recreación y vacaciones, p.e., un

área en Colonia Tovar106.

2.6.2 Carola Ravell: un aporte crítico y nueva concepción de

la asistencia social

En las descripciones de los planes sociales de las empresas Mendoza, era usual

referirse a la existencia de dos etapas diferenciadas en su desarrollo, una primera

enfocada sobre los individuos y otra de tipo comunitario; sin embargo, no se trató

de un avance lineal y armónico. La primera fase se había vivido desde los años del

servicio social y el departamento social y era producto de las experiencias

asistenciales y aportes de dos generaciones de trabajadoras sociales; la segunda

empezó con el ingreso de la economista Carola Ravell al Departamento social; entre

ambas es perceptible una ruptura y cambio de orientación decisivo. Como veremos,

era la primera vez que se designaba como directora a una exponente de una

profesión diferente al trabajo social; su presencia en la organización conllevó una

importante crítica y replanteamiento de las concepciones y prácticas asistenciales que

se habían desarrollado hasta entonces.

Después de casi tres décadas de variados y celebrados planes sociales, Ravell con

experiencia en programas sociales internacionales y estatales venezolanos, llegó para

mostrar que se había asentado un modelo en el que los trabajadores tenían una

actitud dependiente y pasiva respecto a las dádivas y beneficios que se les concedía;

en su lugar la experta propuso nuevas actividades que permitirán la participación

activa, la expresión y la realización de las capacidades sociales y comunitarias de los

destinatarios de los programas.

La actividad de Ravell en el grupo empresarial comenzó en 1969, cuando Mendoza

la invitó a incorporarse al Departamento social del Consejo de Coordinación;

inicialmente se le pidió hacer una evaluación de los programas sociales adelantados

en las empresas, a partir del cual se reorientaría el enfoque de la política social en el

106 Venepal 1984 : 98, 130, 143, 152,173,207,271,309

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 149

grupo. Ravell había pertenecido al servicio diplomático en Paris y Londres en los años

40s y permanecido exiliada en México durante la dictadura de Pérez Jiménez, tiempo

en el que hizo una maestría en economía en la UNAM107; en ese país tuvo

aproximación a las misiones culturales y otros programas que le acercaron a una

combinación de teoría económica y práctica social (Sanguineti Y. 1995).

De regreso a Venezuela en 1959, integró con un sociólogo y un asesor extranjero un

equipo interdisciplinario de la Oficina central de coordinación y planificación

Cordiplan, muy cercano a la presidencia; tuvo a cargo varios temas sociales y

comunitarios. En 1960 se incorporó a los organismos de planeación y política nacional

el tema de comunidad, fundando la División de desarrollo de la comunidad, de la

cual se nombró como directora a Ravell. Estas y otras experiencias de Desarrollo

comunitario en que participó, la llevaron a reafirmar la necesidad de modificar las

actitudes tradicionales de dependencia que generaban algunos programas

gubernamentales y a enunciar la necesidad de promover cierta racionalidad en las

relaciones con la comunidad; en esta dirección propuso despertar la iniciativa, crear

consenso social y participación activa (Sanguineti Y. 1995).

Yolanda Sanguineti (1995), sitúa el contexto en el que Ravell adquirió su

experiencia profesional: el contacto con los programas de las Naciones Unidas que en

los años 50s promovió el desarrollo comunitario; en tales acciones se analizaba y

valoraba la experiencia de ayuda mutua entre los pobladores, para proponer que sus

esfuerzos se unieran a los del Estado en la mejora de la vida de las comunidades.

La anterior perspectiva se oponía a la de tipo asistencial que, según muchos

críticos, se convertía en un paternalismo fomentador de dependencia y pasividad en

los grupos sociales, con respecto al Estado o los técnicos de los programas.

Las experiencias y logros de Ravell en temas comunitarios y sociales, se expresaron

en un corto libro titulado ‗El desarrollo de la comunidad como técnica de inducción

del cambio social‘ escrito en compañía del sociólogo Piñango y de Giovana

107 Como elemento ilustrativo de su ideario y parte de su actividad de este período, puede

verse artículo titulado ‗Actualidad de las ideas de Federico List‘ que escribió en la revista mexicana Lecturas del trimestre económico #1 Vol XVI de 1956.

150 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

González en 1969. En éste texto se hace un típico análisis desde la perspectiva de

la modernización que era dominante en la época, combinando autores como

Crawford, Germani, Mac Clenan, apelando a un esquema polar en que se describe en

un extremo la situación tradicional y en el otro la modernizada, señalando en cada

momento el papel de los sectores público y privado como patrocinadores del desarrollo,

las posibilidades de su acción coordinada; la necesidad de que se abandone la función

asistencial respecto a las comunidades. En lo que se refiere a estas últimas, el

énfasis se pone en la autogestión, la generación de una mentalidad empresarial y una

participación consciente, deliberada y organizada (Ravell y otros 1969).

En dos escritos publicados en Revista Vencemos, Ravell expuso lo que serian sus

concepciones sobre el manejo de la ‗acción social‘ en empresas Mendoza. En

1971, bajo el titulo ‗Aspectos teóricos del programa del Departamento social‘

comenzó por definir su tarea en la organización y procuró despejar temores de los

directivos que habían manejado el área asi108:

‗La creación del departamento social del Concejo de coordinación de las empresas

Mendoza ha respondido a la dinámica que hoy en día se imprime a los programas

sociales. No ha significado, en ningún momento, el suplantar la labor que desde hace

20 años viene realizando el servicio social Mendoza. Como lo señala el documento de

su creación el departamento ha tenido como objetivo fundamental, la reestructuración

y ampliación de los programas de proyección social que realizan las empresas y

asesorar su implementación… su propósito ha sido lograr una mayor participación de

los trabajadores –empleados y obreros- no solo en la ejecución de los programas sino

también en la elaboración de los mismos. Esta participación activa del personal de la

empresa conduce a una mejor integración del grupo y a una mayor identificación

empresa – trabajador. El trabajador en la empresa es más que un factor productivo.

La empresa a través de la gerencia, jefes y supervisores, debe tratar de aplicar

aquellas técnicas de relaciones humanas que eliminen y eviten fricciones y conflictos

dentro de los grupos; la participación es una excelente forma de crear equipos de

trabajo y asi lograr el desarrollo equilibrado dentro de la empresa. la participación

108 Vencemos #87 1971

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 151

genera sentimiento de pertenencia, el grupo percibe que su gerente es un apoyo

efectivo a la labor del grupo, entonces el trabajador esta dispuesto a colaborar

activamente con el gerente y no reaccionar en su contra‘.

Otras ideas que complementaban este planteamiento central de la participación,

enfatizaban la necesidad de que los directivos supieran delegar responsabilidades, no

solo en el campo social, sino en el económico; la participación de los trabajadores en

el diseño de los programas sociales sería un medio para lograr un mayor bienestar y

satisfacción, y con ello una mayor vinculación e identificación con la empresa; deben

romperse barreras entre los diferentes niveles sociales para generar canales

bidireccionales de comunicación que permitan mejores relaciones humanas, como

elemento esencial de la organización.

Un año después, como sustentación de los programas en que tenían más énfasis,

Ravell escribe un artículo titulado ‗La educación factor básico de desarrollo‘, en el

que considera que sólo con éste elemento podrá conseguirse ‗que cada individuo sea

capaz de vivir una vida plena […] el deficitario, el lesionado, el relegado, puede ser

guiado a la edad adulta y disfrutar igualmente de una vida plena‘. Al mismo tiempo

critica lo que denomina la capacitación tradicionalmente impartida, por no responder

a las necesidades reales ni satisfacer las expectativas de la población; se trataría no

solo de adaptar y motivar en el individuo a superar las condiciones a las que se

enfrenta en el aspecto económico sino también en el sociocultural109.

En esta perspectiva la eficiencia de la organización empresarial depende tanto de las

aptitudes de sus miembros para hacer sus labores, como del grado de satisfacción

que les proporcione el desempeño de la misma. Si se eleva el nivel educativo, los

individuos se identifican más con la organización y sus procedimientos y le encuentran

más sentido a lo que hacen; la educación permitiría el progreso del individuo con

base de sus meritos y aptitudes.

109 Vencemos #93 1972

152 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

2.6.3 Cambios y realizaciones

La reseña sobre la primera etapa de actividades de Ravell en Empresas Mendoza

escrita por Zaira Verti (1995), da una idea de las dimensiones del cambio

introducido por la nueva directora. El servicio social Mendoza había llegado a ser una

organización con autonomía para la toma de decisiones y el manejo presupuestal,

dedicado a asesorar y dar asistencia técnica a las empresas en temas sociales.

Estaba conformado por una junta directiva, presidente ejecutivo, personal supervisorio y

trabajadoras sociales asignadas a las empresas; estas últimas reportaban al

organismo central, pero también a los gerentes de planta de cada empresa en cada

ciudad.

En un estudio de diagnostico de Ravell, que incluyó entrevistas a todos los niveles,

encontró que el servicio social Mendoza no había avanzado al mismo ritmo que

marcaban los cambios en las empresas; había insatisfacción en el nivel gerencial y

distancia entre los gerentes y el personal directivo y supervisor del servicio social.

Estas primeras aproximaciones confirmaron a la observadora, que en los programas el

trabajador tenía un rol de beneficiario pasivo, sin posibilidades de participar o incidir

en las actividades que se realizaban (Verti Z. 1995: 73 – 74).

Carola Ravell reorientó el trabajo social empleando la acción grupal, debiendo sortear las

tensiones y temores del personal que desarrollaba los anteriores programas, ante el

surgimiento de una nueva estructura, pero su intención era apoyarse en lo ya existente

para dar mayor cobertura y proyección a los programas. Los primeros pasos fueron de

estudio sobre las necesidades y expectativas de los trabajadores y de crear conciencia

sobre la necesidad del cambio que deseaba proponer. Teniendo por centro las

empresas Vencemos y Venepal, y el apoyo de destacados directivos como Clemente

Ortega, Armando Espinoza, Adán Celis, Justino de Azcarrate y otros, la idea de la acción

grupal se materializa en los Comités de participación, con los que se pretendía la

integración de las personas de todos los niveles. A partir de una sencilla estructura de

asesor, coordinador y secretario, se motivó una interacción sin diferenciar el status de los

participantes, de modo que todos tuvieran igualdad de posibilidades.

Los Comités eran los elementos más novedosos de la nueva concepción y se

ocuparon de cuatro grandes áreas de acción: utilización del tiempo libre, formación

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 153

de recursos humanos, ahorro y vivienda, salud, higiene y seguridad industrial. La

estructuración de comités en todos los cuatro temas siguió etapas de motivación,

asesoramiento, supervisión y evaluación, solo llegó a ser completa en Protinal,

Vencemos y Venepal, que eran las tres más grandes firmas. La aceptación de las

innovaciones emprendidas por Ravell requirió su decidida actividad promotora a lo

largo de toda la organización: en los niveles gerenciales haciendo ver la

importancia de los objetivos y el valor de la participación del trabajador, para que

llegara a ser algo más que un elemento productivo; la participación podría asegurar

un trato más humano, como integrante de su familia y comunidad, al mismo tiempo que

la satisfacción lo haría más productivo.

En relación con los trabajadores se trataba de hacerles ver que con su participación

organizada y coordinada podían resolver por si mismos sus problemas; lo anterior

requería charlas y asesorías en materia de definición de objetivos, organización

para el manejo de planes, presupuestos, evaluación de cumplimiento. A partir de este

plan, la participación de los trabajadores se enfocó en el diseño y gestión de los

programas, pero también en la financiación de partes de los mismos, por medio de

aportes económicos, lo cual indicaba la trascendencia de los cambios y resultaba

muy significativo, ya que lo usual era que la empresa aportara todo.

Frente a las trabajadoras sociales, fue necesario mostrar que se valoraba lo que habían

construido y se las consideraba importantes en la buena aplicación de los nuevos programas;

se hicieron actividades entre integrantes del Servicio social Mendoza y del Departamento

social, en las que hubo esfuerzos por elevar el nivel técnico y alcanzar un mejor desempeño.

Los primeros logros convencieron al equipo de trabajadoras sociales de las ventajas de la

nueva forma de actuar, como posibilidad de proyectarse a un mayor número de

personas. A fines de 1972 fue claro que no tenía sentido conservar dos estructuras, de

modo que se fusionaron en el Departamento social Mendoza; la junta del Servicio Social

Mendoza pasa a ser del Departamento social, Ravell es designada presidente ejecutivo y el

departamento técnico queda integrado por un equipo de dos sociólogos, un psicólogo, un

docente y las trabajadoras sociales.

El nuevo departamento social continuó dependiendo del Consejo de coordinación,

teniendo manejo autónomo de un presupuesto que se conformaba con cuotas de

154 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

las empresas; la presidente reportaba directamente a Mendoza como presidente del

grupo; su estructura pareció más pequeña y eficiente, actuaba en 44 de las

empresas y sus sucursales, atendiendo a 10.786 trabajadores y 32.358 niños. Las

nuevas capacidades promovidas en las trabajadoras sociales les permitieron

desempeñar cargos como gerencia de Recursos Humanos en empresas como

Protinal, Envases varios y Venceramica (Verti Z., 1995: 81 – 83).

Bajo el enfoque participativo de Ravell, a lo largo de los años 70s y 80s se continuó

desarrollando las políticas sociales del grupo; asi lo demuestran los informes anuales

de Venepal, en los que se destacaba la actividad de los comités participativos110. Años

después, las descripciones de ésta etapa, valoran estos cambios como

reestructuración e introducción de un enfoque favorable a la realización de los

programas sociales con una nueva actitud y participación activa del personal111.

Varios artículos de la revista Vencemos y otras fuente del grupo, presentan el

desempeño del renovado Departamento social en cada una de las cuatro áreas de

acción en que dividió su tarea. En el tema de la sana utilización del tiempo libre,

junto con la Asociación deportiva empresas Mendoza, se dio impulso a juegos

deportivos que tuvieron un carácter nacional, en la medida que competían equipos

de las plantas de todo el país; se hicieron en 1971, 1973 y 1976, teniendo por

sedes a Barquisimeto, Maracaibo y Valencia respectivamente FM 1976 134 - 135.

Asi mismo, se celebró el I festival artístico de las empresas Mendoza en 1974 con

la participación de 18 grupos artísticos integrados con cerca de 400 trabajadores e

hijos de los mismos, actuaron grupos corales y criollos de 5 empresas; conjuntos

vocales de tres; grupo de teatro de una; grupo folclórico infantil de otra112. En la

misma dirección se organizó la Exposición anual de pintura. Para la primera mitad

110 Ver Venepal 1984: 152, 162, 173, 201, 229, 271, 309.

111 FM 1976: 133 – 134; Graces P., 1986: 100.

112 Vencemos # 101 1974; Otras actividades registradas fueron las de campamentos

vacacionales de los cuales se hicieron 11 en ese año, con 813 acampantes, cuadruplicándose las cifras de 1968; el primer foro inter –escolar en el que participaron los últimos grados de las escuelas de Pertigalete, Vencemos Mara, Venepal y en el cual de modo didáctico se estudiaron y discutieron problemas nacionales de primera importancia como: La escuela y la empresa; la reforma agraria; la nacionalización petrolera.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 155

de los 70s, se presentaban como avances en el área de formación de recursos

humanos, la erradicación del 98% del analfabetismo y la culminación del ciclo de

primaria por todos los trabajadores; en formación secundaria programas especiales

para estudiantes que trabajan; y mejoramiento profesional atendido con cursos en que

participa el INCE y otras instituciones públicas y privadas.

Respecto a la adecuada utilización del tiempo libre Carola Ravell mostró un buen nivel

de conocimiento sobre los problemas de su tiempo, cuando planteó algunas

reflexiones sobre la necesidad de humanizar la civilización técnica, subrayando que en

la era de la automatización y la alta especialización, los trabajadores pueden sufrir

gran insatisfacción; razón por la cual una mejor utilización del tiempo libre establece un

equilibrio armonioso. A continuación presentan otros resultados de su gestión:

incremento del 66% en los últimos 4 años en vacaciones, excursiones y deportes; con

asistencia de 63.768 personas entre trabajadores y familiares en 1974; inversión de

668.800 bolívares de los cuales 124.465 fueron aportados por los propios

trabajadores113.

El informe del Departamento social 1974 – 1975, en lo tocante a utilización del

tiempo libre se refirió a: 357 actividades culturales, detallando el papel de grupos

artísticos, órganos divulgativos, bibliotecas y exposiciones de pintura. De lo anterior

resultaba una participación de 30.000 personas; 447 eventos deportivos donde

intervinieron 17.185 personas; 73 viajes en los cuales tomaron parte 3957 trabajadores;

campamentos vacacionales con 1076 participantes114.

El énfasis en la participación, la expresión y realización del talento personal se

mantiene hasta 1990 con la realización de varios festivales culturales y los llamados

‗concursos de estímulo a la creatividad‘, que incluían exposiciones de pintura,

cerámica y fotografía en que participaban integrantes de las empresas Mendoza115.

Por otra parte, en los periódicos seminarios y encuentros de profesionales que era

usual hacer, Ravell consiguió en un nivel directivo medio promover la reflexión y la

113 Vencemos # 109 1975.

114 Vencemos # 115 1976.

115 Vencemos # 186 1988; # 194 1990.

156 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

participación colectiva en torno a los programas que se desarrollaban116. Sin embargo,

este proceso tuvo como consecuencia no prevista, el que se abordaran del mismo

modo nuevos problemas que afrontaron las empresas desde los años 70s. Asi ocurrió

en el VI Seminario de actualización profesional del Departamento social, al que

asistieron 70 personas vinculadas a las actividades de trabajo social del grupo a nivel

nacional, en donde se evaluó el problema de la vivienda en áreas de concentración

industrial como Valencia, Barquisimeto y Maracaibo; al mismo tiempo que se

presentaron diagnósticos y estudios sobre la problemática de rotación de personal y

ausentismo laboral117.

Las II jornadas de planificación y administración de recursos humanos tuvieron 110

participantes que presentaron recomendaciones a los órganos de dirección, respecto

a acciones a implantar dentro de las empresas, en las que se evidenció la necesidad

de mantener un mecanismo comunicativo y de relación entre las empresas del grupo, a

fin de compartir experiencias e informaciones relativas a la gestión de personal dentro

de las mismas. Igualmente hubo discusiones sobre vivienda, guarderías infantiles, y

nuevamente, ausentismo y rotación118. En su intervención como presidente del

Comité de dirección, Manuel Acedo Mendoza se comprometió a llevar las

inquietudes a instancias superiores y mencionó dificultades de productividad, escasez

de recursos financieros y humanos y otros factores que limitarían la posibilidad de

dedicar atención y recursos a programas y sugerencias.

Después de más de 10 años de actividad al frente del Departamento social de las

empresas Mendoza, Carola participó activamente durante los años 80s y hasta su

deceso en 1995, en el diseño y desarrollo de los programas que las Fundaciones

Mendoza y De vivienda popular orientaban hacia las comunidades. Como veremos

en la siguiente sección, en tales actividades también incorporó innovadoramente los

principios de la participación y acción comunitaria.

116 Vencemos # 132 1979.

117 Vencemos # 125 1978 p 8.

118 Vencemos # 132 1979

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 157

2.7 Fundaciones e incipiente discurso de responsabilidad

social empresarial

Desde los primeros años de vida independiente las elites políticas y económicas

mostraron preocupación por los problemas nacionales, tal como quedó evidenciado

en las propuestas de la Sociedad Económica de Amigos del País, del mismo modo

que en las ayudas y conductas benevolentes ante sectores marginados. En el siglo

XX, la creciente capacidad económica del Estado, asociada a los ingresos petroleros

contribuye a situar el papel benefactor en la esfera gubernamental, sin embargo los

sectores empresariales y sus organizaciones gremiales, en principio los comerciantes

con la Cámara de Comercio de Caracas CCC y después un sector más variado, con

predominio de industriales, mantienen un papel activo en materia de ayuda social.

En mirada retrospectiva a lo que denomina gestión social empresarial, González

Deluca (2001) presenta varios determinantes históricos de la preocupación y acción

de los inversionistas privados frente a los problemas sociales de su entorno. Esta

apretada síntesis de motivos predominantes en diferentes períodos, remontándose a

los tiempos coloniales, sitúa como primer antecedente la tradición cristiana de la

caridad como obligación moral de protección a los desvalidos; en este contexto, la

generosidad de los que tienen, hacia los menos favorecidos se vuelve un patrón de

conducta socialmente aprobado.

Por ésta vía, el honor asociado a las familias benefactoras, se trasmitió a los

notables de los primeros tiempos de la república, quienes como único sector con

capacidad económica y organizativa, y en presencia de la debilidad institucional y

material del poder gubernamental, dieron continuidad a las tradiciones de asistencia y

dádiva. La autora destaca la particular situación de los comerciantes, quienes siendo

objeto de prejuicios ante su riqueza y acusaciones de estar excesivamente orientados

a la ganancia, buscaban la aprobación social, mediante una activa participación en

campañas de ayuda a pobres y damnificados119.

119 Debe tomarse en cuenta también la significativa presencia de extranjeros en la esfera

mercantil, cuyos valores pragmáticos y estilos de vida afines al trabajo dedicado y el ahorro, sin duda contrastarían con los usos locales.

158 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La actividad de la Sociedad Económica de Amigos del País, desde 1829 ilustra

otra forma de preocupación por la promoción del bien público y privado por parte de

notables que ayudaban al gobierno en tareas de fomento, asesorando temas de

agricultura, comercio, artes y oficios, población e instrucción pública (Farías H., 1991).

En el último tercio del siglo XIX, el sector más dinámico y próspero del comercio con

sus contribuciones públicas y sociales, reeditó la idea de la obligación de los

privilegiados económicamente hacia los sectores desfavorecidos o afligidos por

catástrofes. La capacidad organizativa de éste sector mercantil, se acreditó e hizo

necesaria en las tarea de recaudo y distribución de ayuda, en relación con los

frecuentes desastres naturales y epidemias.

Destaca González Deluca (2001), el papel público activo del llamado ‗alto comercio‘,

organizando sociedades de beneficencia y Juntas de Fomento para administrar

fondos y vigilar la construcción de escuelas, carreteras, ferrocarriles y otras obras

públicas; del mismo modo que el protagonismo de este grupo como prestamista del

gobierno, y también diseñador de la estructura de finanzas del Estado; la actividad de

los comerciantes como gestores de la asistencia pública se mantuvo hasta la era

petrolera.

Empezando el siglo XX, las firmas más grandes como las compañías de

ferrocarriles, y los primeras fábricas, entre ellas varias de cigarrillos, se destacaron

también por sus donativos y cooperación con hospitales, beneficencias, obras de

caridad, actividades a favor de la educación, en un proceso en el que es evidente

que las contribuciones con fines sociales se relacionan con los intereses de los

negocios. La resolución de problemas sanitarios era fundamental para el buen

desarrollo de los proyectos de inversión, y en este sentido los planes higienistas y de

salubridad pública interesaban a los empresarios, más allá de sus tendencias

filantrópicas.

Ante las epidemias de peste bubónica y fiebre amarilla de 1910, la actuación decidida

de la Cámara de Comercio de Caracas, condujo a que se aceptara formalmente a

este gremio como Junta central directiva de la salubridad pública, con atribuciones

para recaudar fondos, disponer investigación de enfermedades y muertes, hacer

planes de obras sanitarias necesarias, de modo que en los hechos actuó como el

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 159

primer ministerio de sanidad. Los miembros de esta junta eran notables empresarios,

directivos del gremio de comercial de Caracas, Knoop directivo del Ferrocarril Alemán,

Ricardo Zuloaga fundador de la electricidad de Caracas y Eugenio Mendoza Cobena,

(González Deluca 2001: 24); éste último, padre del empresario que llegaría a ser el

más connotado exponente de las iniciativas filantrópicas en el siglo XX.

En las siguientes décadas, los ingresos petroleros ayudaron a superar la pobreza

presupuestal del Estado, que en el siglo XIX había contrastado tanto con la holgura de

los comerciantes; en los años 40s claramente se muestra el papel del Estado como

benefactor y fuerte promotor de la mejora social colectiva, en campos de sentida

necesidad como la salubridad, educación, vivienda. Para González Deluca (2001: 28),

el clima sociopolitico de los 40s, con éste ascenso del Estado social benefactor incide

en que surja una concepción de empresa que acepta como parte de sus intereses, la

cuestión del bienestar de los trabajadores y la comunidad.

Asi pues, para la etapa en que despega la industrialización a mediados del siglo, se

ha mantenido en el empresariado la tradición de proyectarse más allá del medio

económico, participando activamente en la solución de problemas; el tradicional

gremio de los comerciantes comienza a eclipsarse y Fedecamaras lo releva en las

interacciones del empresariado con el Estado y la sociedad. Como hemos visto, el

rápido crecimiento de los capitales privados estrechamente vinculado al apoyo de

un Estado que se fortalece e interviene cada vez más en la vida económica, crea

nuevas razones para mantener y acrecentar el papel benefactor del empresariado:

en la esfera política necesitan legitimidad, tanto como aceptación y reconocimiento

por parte de la opinión pública; se temía el reclamo crítico de otros sectores sociales,

casi en la misma medida que la ampliación del poder del Estado y su tendencia a

tener injerencia en la vida económica.

Destacados exponentes del empresariado que surge desde fines de los años 40s y

se consolida en grupos económicos en los 60s, aplican programas de asistencia

social en el interior de sus firmas; al mismo tiempo que estos programas se

institucionalizan y adquieren cierta especialización organizativa, muestran interés

por proyectar sus propósitos asistenciales al entorno nacional. Si bien, de tiempo

atrás era usual que los sectores privilegiados de la sociedad, en algunas

160 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

circunstancias y dentro de ciertos límites contribuyeran a causas de interés social,

lo que los empresarios emprenden a partir de los años 50s, se hace de modo más

sistemático, y aparece más encuadrado dentro de los usos corporativos y

empresariales modernos: se trata de fundaciones y otras organizaciones que

diseñan planes de beneficio social y programas filantrópicos.

Como hemos mencionado, la cantidad y variedad de sus aportes, el grado de

continuidad, racionalidad y difusión de los mismos, convirtieron a Mendoza en el

principal exponente de la sensibilidad y aporte a los problemas nacionales como

práctica empresarial en el siglo XX. Sin embargo, su capacidad económica e

inspiración en la experiencia fundacional norteamericana le llevaron a introducir

novedades en las modalidades de asistencia social. Lo anterior explica que éste

industrial haya sido el promotor de la primera fundación privada del país orientada a

un propósito humanitario, como fue la Fundación venezolana contra la parálisis infantil,

establecida en 1942. En los siguientes años estableció tres más, de modo que

puede decirse que fueron las fundaciones el modelo de acción que más utilizó y

por el cual se conocieron y proyectaron mejor sus planes asistenciales. En las

subsiguientes décadas otros empresarios optaron por el mismo camino y esta figura

institucional se multiplicó hasta alcanzar la abundancia que tiene en nuestros días.

Los propósitos a que apuntó de modo directo o indirecto de la labor fundacional de

Mendoza, fueron tan diversos como rehabilitar a la niñez afectada por el polio; crear

sistemas de ahorro, financiamiento y construcción de vivienda para sectores populares;

establecer jardines de infancia y formar docentes para los mismo; promover estudios

científicos de interés para el desarrollo del agro; fundar una universidad y una galería

de arte; conceder becas y apoyar la edición de obras de gran valor académico.

En esta sección se hará una síntesis de la variada agenda filantrópica que manejó

Mendoza, detallando un poco más los programas de vivienda. En este último caso se

examinarán los mecanismos institucionales y financieros diseñados; los logros

alcanzados en relación con el conocimiento de la actividad constructora; y el

significado de este aporte en relación con la problemática social y urbana de la

época. En seguida se analizará la forma de organización de la tarea fundacional, sus

actores, redes sociales y se intentará un balance de sus logros y limitaciones.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 161

Una vez delineada la actividad fundacional de Mendoza, se abordará la cuestión de las

proyecciones que ésta tuvo en los medios empresariales, y la manera como a través

del DVC, el destacado industrial pretendió fomentar de modo infructuoso un

programa de compromiso y participación activa del sector pudiente de la sociedad

frente a la inquietante y crítica situación que se notaba en amplios sectores pobres.

Es significativo este proceso, ya que confluye con él, la crisis del proyecto social y

asistencial del Estado, las amenazas revolucionarias de los años 60s y 70s, y la

pérdida de legitimidad del modelo sustitutivo que, claramente había promovido la

riqueza y concentración de capital en algunos sectores, pero no una capacidad

productiva y redistributiva aceptable en el sistema económico.

2.7.1 Pasando de obras sociales a la actividad fundacional y

filantrópica

Tanto las políticas sociales aplicadas en el manejo de las empresas, como las

obras filantrópicas de proyección más amplía, sitúan a Eugenio Mendoza dentro

de la tradición de participación organizada y contribución a la solución de

problemas nacionales, que caracterizó a un sector de los notables venezolanos;

diferentes intervenciones públicas y muchos artículos de las publicaciones del grupo

muestran que Mendoza y su equipo gestor de política sociales conocía

antecedentes de actividad benéfica desde el siglo XIX, y frecuentemente presentaban

su actividad como parte de esa tradición.

Fueron diversas las obras sociales y benéficas que las empresas del grupo Mendoza

lideraron por su cuenta o promovieron junto con otras firmas. Asi p.e., Venepal en

la perspectiva de ayudar a comunidades próximas a su planta en temas de educación

familiar, salud y mejora de la vivienda, promovió en 1964 el Centro comunal

Venepal y en 1969, junto con otras compañías, Fundamorón; en algunas épocas

excedentes de generación eléctrica de plantas cementeras fueron dispensadas a

comunidades de Maracaibo, Puerto la Cruz y Barcelona; Venezolana de Cementos

dona moderno centro de salud en Isla de Toas; Protinal, aporta a la ciudad de

Valencia un centro de rehabilitación a construirse en un terreno donado por el concejo

162 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

municipal, con el fin de complementar servicios de medicina física y rehabilitación del

hospital central120.

La Asociación venezolana de productores de cemento, que se había fundado en 1956

fue otro medio para la promoción de obras sociales empleado por las empresas

Mendoza. Una reseña de esta organización se refiere a parques infantiles,

bibliotecas, becas, y de modo muy especial a programas de formación técnica

como publicaciones populares y técnicas, laboratorio móvil, cursos para maestros de

obra, cursos para ingenieros, respuesta a consultas técnicas, a este respecto

sobresalen las llamadas unidades móviles de ‗Juan Cuchara‘121.

Asi mismo, la actividad del departamento de estudios económicos del Consejo de

Coordinación, parte de la cual era el análisis de temas de economía nacional como

integración económica a nivel de los países andinos, exportaciones, uso de materias

primas nacionales, es presentada como una manera más de ejercer la ‗filosofía

de servicio al país‘; en este caso, indudablemente se entiende que los intereses de

la empresas siempre coinciden con los del país122. Sin embargo la manera en que

Mendoza quiso dar mayor alcance, continuidad y buen manejo a sus causas

filantrópica123, además de conseguir exenciones fiscales, fue actuar desde la

estructura jurídica y administrativa de la fundación.

Las fundaciones lideradas por Mendoza con año de constitución fueron: Fundación

Venezolana contra la parálisis infantil (1942); Fundación Eugenio Mendoza (1951);

Fundación de la vivienda popular (1958); Fundación Universidad Metropolitana

120 Venepal 1978; Vencemos #52 1966; Vencemos #33 1963; Venepal 1984 p 144, 152;

Vencemos #91 1972 121

Vencemos #87 1971 ‗Juan Cuchara‘ era una publicitada figura con la que al parecer se pretendía hacer la antítesis del conocido y antiguo personaje popular, ‗Juan Bimba‘, que representaba al campesino humilde, ingenuo e indefenso que el avance petrolero había desarraigado y llevado traumáticamente a la ciudad; a diferencia de éste, con la imagen de ‗Juan Cuchara‘, varios programas estatales y privados, pretendieron simbolizar al individuo activo, emprendedor e ingenioso para aprovechar el espacio y mejorar su casa en los programas de autoconstrucción y vivienda rural higiénica. 122

Vencemos # 98 1973 123

Se asume aquí la noción de filantropía organizada o filantropía corporativa, en la que es fundamental la existencia de una acción continua y de donaciones realizadas por firmas con ánimo de lucro, Ver Samborn Cynthia A., Portocarrero Felipe (2003)

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 163

(1970). La primera de ellas, se estableció en el mismo año que se introdujo la

noción de fundación en el código civil, por parte de Mendoza, junto con otros

destacados hombres de empresa como Oscar Augusto Machado, John Boulton,

Nicomedes Zuloaga, José Manuel Sánchez y Guillermo Zuloaga; el proyecto incluía la

construcción del que inicialmente se llamó Hospital poliomielítico, en un terreno

donado por el gobierno (Méndez CH., 2003: 44).

Acerca de la motivación inicial para actuar en este frente asistencial, las fuentes

del grupo mencionan el fuerte brote de parálisis infantil que afectó al país en 1941 y

el deceso por esta enfermedad de la hija de uno de sus amigos. La gravedad de la

epidemia habrían llevado a Mendoza y al médico Trino Castro a exponer el tema en

reuniones del Rotary Club de Caracas y después a pedir un aporte de 15.000 Bs a

10 personas obteniendo respuesta favorable de 6; un primer avance fue la apertura

del hospital en 1945, el cual fue aumentado su capacidad de 20 a 175 camas en

1961; en 1966 como parte de procesos de diferenciación y especialización de la

organización fundacional se separaron las actividades de administración del

patrimonio económico y el manejo del hospital (EM, 1961: 165 – 172; FEM, 1976: 163

- 165).

La organización de la fundación, del mismo modo que la instalación de hospital contó

con asesoría de Nelson Rockefeller, quien tenía vínculos con Mendoza años atrás a

propósito de la construcción del hotel Avila; se nombra como directora del hospital

a la norteamericana Miss Rickey, quien empieza actividades con un fisioterapeuta

de la misma nacionalidad y un traumatólogo local (Graces 1986: 16 – 17).

La fundación venezolana contra la parálisis infantil fue dirigida por una asamblea de

diez consejeros; en su administración participaba una junta directiva integrada por un

presidente, un vicepresidente, un tesorero dos vocales. Aunque existían otros

aportantes e interesados que participaban como integrantes y suplentes en los

mencionados órganos de gestión, algunos de ellos familiares y allegados a Mendoza,

el más destacado papel correspondió al fundador.

En 1976 el hospital completa 31 años de actividad, con 78.933 niños atendidos, un

creciente presupuesto que empezó con 50.400 Bs en el primer año y llegó a los

164 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

7‘305.604 en el mimo año. Ante la necesidad de ampliar servicios y hacer

mayores inversiones, desde 1954 se hacen campañas nacionales para recoger

fondos, en las que hasta 1975 se han recogido 46 millones de bolívares. Se afirma

que las cantidades faltantes para el manejo del hospital, se cubren con rentas

provenientes del patrimonio de la fundación, aportes de Mendoza y de las empresas

Mendoza (FEM 1976: 164).

2.7.2 Fundación Eugenio Mendoza

Fue creada en 1951 por Mendoza y su esposa Luisa Rodríguez con motivo de

celebrar 25 años de actividad empresarial, se constituyó con 6.5 millones de

bolívares y sus propósitos iniciales fueron los de promover la investigación científica y

experimental en agricultura y ganadería; ayuda y asistencia a la infancia y juventud;

obras y servicios culturales. La fundación era presidida por Mendoza, tenía una

asamblea de consejeros designada por el fundador, integrada por personas

destacadas en los campos de actividad profesional, científica, comercial y agrícola.

Tenía también un consejo de directores integrado por los fundadores y sus hijos,

vicepresidente ejecutivo, dos vicepresidentes y seis consejeros designados por el

fundador, comité ejecutivo formado por presidente, vicepresidentes, y dos consejeros.

Desde su fundación el patrimonio ha subido de 6,5 a 13,8 millones de bolívares, por

donaciones de los fundadores y de Carlos Mendoza; este patrimonio se invierte en

acciones de diferentes empresas e inmuebles para arrendar (FEM 1976: 172).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 165

Figura 2.2

Tomado de: FEM (1954:11)

Una mirada al empleo de los recursos, muestra que a los programas relacionados con

la niñez se dedicó más de la tercera parte del presupuesto, siguieron a continuación

los proyectos agrícolas y luego los temas culturales. El informe de veinte años de

actividades del período 1951 – 1971, indica que en ese período se recibió un total

de 35‘432063 bolívares, cifra que se destinó a los diferentes programas, en la

siguiente proporción 38% ayuda a la infancia; 23% agricultura; 18% cultura; el

restante 21% correspondió a gastos financieros y edificios (FEM 1971).

FUNDACIÓN EUGENIO MENDOZA

ASAMBLEA DE CONSEJEROS

CONSEJO DE DIRECTORES

COMITÉ DE

AGRICULTURA

COMITÉ DE AYUDA A LA

INFANCIA

COMITÉ DE

CULTURA

COMITÉ DE

BECAS

COMITÉ DE

FINANZAS

COMITÉ DEL

ZULIA

GERENCIA

EXPERIMEN-

TACIÓN DE

MAÍZ

PROPAGRACIÓN

DE FRUTALE

S

PRODUCTOS

DE

ENEA

BIBLIOGRAFÍA AGRICO

LA JARDIN

DE INFANCIA

LUISA

GOITICOA

CENTRO JUVENIL

DE

CATIA

ESCUELA ARTESAN

AL DE

SEBUCAN

EDICIONES Y

PUBLICACIONES

CONTROL DE BECAS

OFICINA

CENTRAL

166 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Lo relacionado con la niñez, incluyó la creación de jardines de infancia como el

Luisa Goicotia y Eugenio Andrés Mendoza124 en Caracas y Maracaibo

respectivamente, centros de recreación, fiestas infantiles, reparto de juguetes en

navidad. Se destacó mucho el tema de la capacitación de maestras Kindergarterinas

para la educación preescolar, en un proceso que condujo a las jornadas de estudio

sobre preescolar en 1966 y más adelante a la creación de un programa especial en la

Universidad Metropolitana125.

En lo relativo a la agricultura, se destaca el impulso al cultivo de maíz, particularmente

la producción de semilla seleccionada de alto rendimiento; después de 12 años de

actividad con los híbridos elaborados se había cuadruplicado la capacidad productiva

por hectárea; los materiales de esta experiencia fueron donados al min agricultura y

cría para que continuaran la investigación126. En 1961 buscando más efectiva

distribución de las semillas, con participación de Protinal y de inversiones Creole se

creó la Productora de semillas C.A. Proseca, con participación de la fundación en

20% del capital. Esta entidad hizo aumentar el uso de maíz hibrido, extendió su

actividad a otras clases de semillas y organizó su propio centro de investigaciones (FEM

1976 p 174).

La gestión de los recursos fundacionales en el campo cultural y educativo

correspondió al académico Pedro Grases. El balance presentado con ocasión del XX

aniversario de la Fundación Mendoza, registra su contribución a publicar 94 volúmenes

en textos de enseñanza, biografías escolares, libros de lectura y obras de

documentación, referencia e investigación; asi como también el patrocinio de 204

conferencias sobre temas científicos y humanísticos; y 227 exposiciones de arte

(Grases P., 1986: 230).

124 Los nombres se dan en recuerdo de la Señora madre y el hijo de Mendoza, fallecido

accidentalmente a muy corta edad. 125

FEM 1976: 177; Fundaciones #2 Noviembre de 1964 126

Como proyección de un proceso de alcance internacional, en 1962 por iniciativa de la Fundación Mendoza, y en asocio de una entidad del ministerio de agricultura, se creó el Comité de fomento regional del maíz, que tuvo el apoyo del Dr E.J. Wellhausen, un conocido director del programa de la revolución verde, Ver FEM 1976: 174.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 167

La actividad de la Fundación Mendoza frente al problema de la malaria y la

vivienda rural, es ilustrativa de la proximidad de los esfuerzos públicos y privados.

En 1954 esta entidad en conjunto con la División de Malariología realizó

estudios y experimentos para elaborar materiales de construcción a bajo costo,

que permitieran promover la construcción de viviendas más higiénicas en zonas

de alta susceptibilidad a enfermedades tropicales. En este programa actuó como

integrante del equipo gubernamental el reconocido epidemiólogo Arnoldo

Gabaldón, quien más adelante participó en actividades de la Fundación Mendoza.

Para Charo Méndez (2003, 50 - 54), la creación de la Fundación Mendoza por

parte de Mendoza y su esposa estuvo influida por el espíritu empresarial de Nelson

Rockefeller; inspiración que pude ser percibida también en la creación en 1956 de

la sala de exposiciones Mendoza, que fue la primera sala de arte contemporáneo

del país, y contó con el apoyo de programa internacional del Museo de Arte

Moderno de Nueva York. Los espacios de esta sala se aprovecharon para dictar

cursos de la fundación y ciclos de conferencias como la que se tituló ‗visión de

América Hispana‘, a cargo del prestigioso intelectual Mariano Picón Salas127.

En el campo cultural y educativo, Mendoza se propuso otras tarea como el Museo

del transporte, destinado a buscar y mantener en forma permanente una bien lograda

exhibición de vehículos y otros medios de movilización utilizados a través del tiempo;

proyecto que se hizo en asocio con directivos del parque del este y otros

ciudadanos128. Sin embargo, la tarea fundacional más importante en este frente y

la última de las instituciones que impulsó fue la Fundación Universidad

Metropolitana, establecida en 1970 para el impulso y soporte financiero de la

universidad del mismo nombre.

A ésta fundación aportó Mendoza 7.5 millones de bolívares, al mismo tiempo que

2.5 millones cada uno de los siguientes grupos: Electricidad de Caracas; Boultón -

Sivensa; Shell de Venezuela; Fundación Creole y Grupo Delfino, de esta forma se

completaron 20‘ Bs. Además se recibió un terreno en donación para su campus y

17 millones de bolívares en contribuciones hasta 1976; a esta obra contribuyeron

127 Fundaciones #2 Noviembre de 1964

128 Vencemos #79 1970

168 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

también alguna de las empresa del grupo, como Venepal que en 1970 donó 1 millón

de bolívares que serían pagados en los siguientes 5 años129.

2.7.3 Tendencias y características de la labor fundacional

Aunque Mendoza promueve la participación de otros empresarios y organizaciones en

los programas fundacionales, un aspecto primordial es que el liderazgo,

protagonismo y esfuerzo está centrado de su figura como convocante y

contribuyente más notable: Sus aportes a las tres fundaciones descritas se

estimaron en 23 millones de bolívares al año y su patrimonio en 62 millones Bs; el

texto que resume todas las actividades hasta 1976, menciona la prestación de

servicios de atención diaria para más de 1500 niños, jóvenes y adultos, contando con

el trabajo de más de 200 profesionales vinculados (FEM, 1976: 161).

El interés por invitar y coaligar contribuciones de varias organizaciones,

nacionales y extrajeras, e incluso de Estado, en condiciones de transparencia y

confianza en el promotor, facilitó donativos de diverso origen. En ocasiones

representantes de empresas entregaban confiadamente sus cheques, estando

apenas enterados del proyecto que se proponía; ocurrían también donativos por vía

testamental en los que se disponía que la Fundación Mendoza, los administrara,

p.e., para ayudar a niños necesitados130. Un ejemplo de la cooperación con otras

organizaciones fue la edición, en asocio con la Fundación Shell, de ‗El

libertador’, obra del profesor Augusto Mijares131.

Uno de los logros reconocidos de la unión de esfuerzos entre las entidades que

compartían la misma preocupación, a instancias de la Fundación Mendoza fue la

creación en 1958 de la Federación de instituciones privadas de asistencia al niño

promovida FIPAN, organismo dedicado a ayudar a la infancia desamparada. En la

organización de esta entidad participó la directiva del Departamento social Mendoza,

Luisa Amalia de Vegas, quien coordinó las actividades de 35 instituciones que se

habían creado para la época orientadas a esta población; esta organización publicó

129 FEM 1976: p 202; Venepal 1984: 144.

130 Fundaciones #5 Abril de 1965.

131 Vencemos #46 1965 p24

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 169

estudios sobre temas relacionados con la niñez, como doble turno escolar y tiempo

libre; reconocimiento del hijo natural; política nacional de infancia y juventud; se calculó

que las organizaciones afiliadas atendían más de 500.000 niños y jóvenes132.

Otra de las formas de proyección al entorno social, se orientó a apoyar organizaciones

ya establecidas como los Scouts, y tuvo la participación de varios de los hermanos y

familiares de Mendoza. Es asi como Lope Mendoza intervino en actividades

benefactoras a favor de la niñez y participó en programas de la YMCA Asociación

cristiana de jóvenes como fundador y presidente en Venezuela desde 1958, logrando

que sus servicios se extendieran a 7 ciudades incluida la capital; con su actividad

se construyeron campos deportivos y un edificio central hecho con donaciones

ciudadanas y apoyo del Ministerio de Obras Publicas. La actividad de Lope se

concentró en el tema de la niñez, manifestándose públicamente sobre la necesidad

de una política Pro infancia, pero también apoyando la construcción de pabellones

infantiles antituberculosos y donando becas; además fue directivo de la mencionada

Fipan y de la institución de apoyo a la formación profesional Educredito (Jaen 1982:

125 - 130).

Un rasgo característico de la actividad fundacional de Mendoza, similar al de sus

políticas sociales y asistenciales en el terreno de sus empresas, fue el persistente

esfuerzo divulgativo. En el desarrollo de sus planes filantrópicos el industrial fue

consciente de su influencia social y explícitamente procuró divulgar sus esfuerzos y

convertirse en ejemplo y estímulo de acciones similares en el medio empresarial;

como veremos en 1961 celebrando su primera década de actividad, saludó la

existencia de 29 fundaciones más, y lanzó la idea del Dividendo voluntario para la

comunidad DVC (Polanco 1993: 262).

La publicidad de los programas y acciones solidarias se hizo en los libros

conmemorativos e informes de actividades que se han citado, del mismo modo que en

publicaciones de las empresas como la mencionada Vencemos, el boletín Fundaciones

que circuló en los años 60 y 70s y fue reemplazado por Interfundaciones. En los dos

132 Fundaciones # 22 1968; FEM 1976: 162.

170 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

últimos, en particular se procuraba dar a conocer lo que hacían las fundaciones en

que participaba Mendoza, pero también recoger todas las noticias sobre otras

organizaciones y actividades filantrópicas, asi como dádivas y ayudas individuales

que se conocieran.

Un aspecto significativo fue la elaboración de notas biográficas de destacados

exponentes de la generosidad social, de modo que el boletín Fundaciones pareció

contribuir a recoger y divulgar anteriores y diversas acciones dadivosas, para asi

crear la idea de una tradición caritativa y sensible en las elites económicas, que se

remontaba a los primeros tiempos de la vida republicana (p..e, José María Vargas,

Juan Nepomuceno Chaves). Desde luego los promotores y las acciones filantrópicas

del presente se vinculaban y asociaban a esa respetable y antigua práctica

social133.

En los programas orientados al entorno social también se experimentó la

contribución renovadora de Carola Ravell; un artículo titulado ‘Proyección a la

comunidad‘ describe las tareas de capacitación, recreación, cultura, deportes y

saneamiento en que hubo una participación comunal de 54.052 personas, incluyendo

adultos, adolescentes y niños.

En otras actividades la participación llegó hasta contribuir con su financiación, para

asi evitar generar una extrema dependencia de las organizaciones promotoras: El

informe se refiere a coordinación de la búsqueda de recursos externos con los de la

propia comunidad, indicando que sobre una inversión total de 523.645 bolívares en

los últimos 4 años, el 18% fue aportado por los miembros de las comunidades; el 44%

por las empresas y el 38% por otros organismos e instituciones externos a la

comunidad134.

133 En este sentido, el boletín Fundaciones destacó los aportes de varias organizaciones e

individuos como Samuel Belloso, Ricardo Zuloaga, John Boulton; Juan Ernesto Branger; Hans Neumann; Feliciano Pacanins A. 134

Vencemos # 109 1975

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 171

2.8 Programas en vivienda popular: apuntando al

problema más serio

Caracas desde el siglo XIX, había atravesado episodios europeizados en su

desarrollo, que dejaron alguna huella en la morfología de su arquitectura y se

combinaron hasta mediados de los años 20s con manifestaciones de un modo de vida

típico de la oligarquía terrateniente y comercial dominante.

Después de varias décadas de transferencia urbanística europea, desde los años 40s

comienza un desarrollo más influido por el estilo urbanístico y arquitectónico

norteamericano, aspecto que sumado al auge petrolero, genera en pocos años una

renovada capital con grandes edificios, amplias avenidas, centros comerciales,

suburbios de clase media, y otra expresiones urbanas modernas que, indefectiblemente

compartían espacio con zonas de ranchos y barrios pobres (Almandoz M., 1997: 11 -

15).

En este sentido, la trayectoria empresarial de Eugenio Mendoza, que había empezado

sus negocios como comerciante en los años 20s, y había llegado a ser el más

próspero industrial del siglo XX, empalmaba dos épocas de la vida económica, tanto

como del desarrollo de la ciudad: primero un tipo de metrópoli pre petrolera burguesa

y moderadamente plutocrática, y a continuación una capital de rápido y descontrolado

crecimiento, cuya ostentación coexistía con notorias manifestaciones de miseria y

desigualdad.

Sin embargo, éste empresario no había incursionado como constructor en el sector

de la vivienda de lujo, oficinas y centros comerciales para los grupos sociales de

altos ingresos, que para la época era la más clara posibilidad de conseguir los

mejores beneficios comerciales y más rápida rotación y acumulación de capitales

(Camacho 2007: 103). Se puede decir que su trayectoria, primero en comercio de

ferretería y construcción y luego como fabricante lo acercaba más a los esfuerzos

que veremos respecto a materiales y la construcción económica para sectores

pobres urbanos, como campo de actividad fundacional.

172 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Desde los años 40s, cuando Mendoza ya era identificado como un próspero y

generoso industrial, la problemática de la vivienda, visible en escasez, dificultad de

financiamiento y abundancia de ranchos, no cesaban de agravarse. Como hemos

visto, este empresario había creado la Financiadora inmobiliaria Nacional FINCA en

1947, un sistema de ahorro y préstamo, al que podrían aportar empresas de todo

el país, y junto con ahorros de los trabajadores apoyar la consecución de vivienda;

sin embargo por limitaciones legales este programa se restringió a las empresas

Mendoza.

No obstante, esta iniciativa junto con varias propuestas y llamados públicos a

instancias oficiales y privadas para actuar frente al problema, habían convertido a

Mendoza en un precursor de soluciones y referente dentro del tema. Es en calidad

de reconocido interesado en el fenómeno, que Mendoza presenta a fines de 1949

una propuesta135 para coordinar esfuerzos estatales y empresariales, de modo que

mediante el establecimiento de varias instituciones y nuevas normas, se combinaran

aportes patronales con el ahorro obligatorio de los trabajadores, de modo que se

llegara a tener un sistema estable de financiamiento y construcción de viviendas para

sectores de bajos ingresos.

Sobre la base de la experiencia de FINCA, la propuesta sugería la interacción del

Banco Obrero (con una mejora en su base presupuestal), con dos instituciones nuevas:

un Banco Hipotecario y un organismo coordinador llamado Consejo Nacional de la

Vivienda. Además de un capital inicial de 25 millones de bolívares a cargo del

gobierno, aportes empresariales y ahorros obreros, se requeriría una ayuda crediticia

inicial en cédulas hipotecarias y otras obligaciones de imperativa suscripción. Como

significativa, muestra de desconfianza en el aparato estatal, Mendoza alertaba sobre

probables tropiezos del siguiente modo:

135 El texto tiene autoría de Mendoza, señala como colaboradores a Alejandro Alfonso

Larraín y Justino de Azcarrate; expone en 55 páginas lo que se tituló Ante-proyecto de una posible solución para resolver el problema de la vivienda. Incluyó varios anexos con información económica hasta mediados de 1949, sobre la deficitaria oferta del Banco Obrero, la iniciativa privada y una de las compañías petroleras, frente al rápido crecimiento de la demanda de vivienda; la experiencia de FINCA y varios bosquejos del tipo de viviendas que ofrecía este plan.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 173

‗…Para evitar hasta donde sea posible los excesos del burocratismo y obtener la

máxima cooperación de parte de los patronos y beneficiarios, es esencial que el

instituto mismo no trate de ejecutar las construcciones de las obras, su adjudicación,

etc sino por intermedio de empresas asociadas que se constituyeran en forma similar a

FINCA..‘

De acuerdo a un documento del Archivo Histórico de Miraflores de abril de 1950,

elaborado por consultores de política económica y dirigido a la Junta militar de

gobierno, la propuesta que hemos comentado, se recibió y analizó por parte de

especialistas del área, apreciándose positivamente136, en cuanto colaboración

destinada a ‗…servir como punto de partida, para el desarrollo, por el gobierno

nacional, de un vasto plan de construcciones Provivienda.‘

El mismo documento deja claro que en este período, la propuesta no tuvo ninguna

aplicación práctica porque las autoridades del Banco Central, el Consejo

Nacional de Economía y el Consejo Bancario Nacional, no encontraron una fórmula

para garantizar un buen funcionamiento de bancos de ahorro y préstamo, hipotecarios

y de capitalización; los primeros no parecían poder alcanzar una estable capacidad

económica, y habría entorpecimiento del desarrollo entre unos y otros.

Mendoza continuó interesado en el tema y en 1951 se aproximó al equipo redactor

del conocido documento ‗Solución del problema de los ranchos de la ciudad de

Caracas‘, integrado por ingenieros, entre los que estaba Ricardo Zuluaga, Pedro

Pablo Azpurrua, Leopoldo Martínez, y arquitectos como Carlos Dupuy; de este

contacto resultó la vinculación de varios de ellos a las empresas y proyectos de

Mendoza (Camacho O., 2007: 104 – 105). Sin duda fue importante para Mendoza,

conocer el novedoso enfoque de este planteamiento, que era el de mejorar

progresivamente los barrios existentes con la participación y potencial de aporte de los

mismos pobladores, igualmente sugería incorporación de servicios, asistencia

136 Este concepto fue emitido por Jesús María Herrera y Joaquín González Gorrondona y fue

editado en la Serie Pensamiento político venezolano del siglo XX, en el tomo titulado Gobierno y época de las juntas provisorias (1948 - 1952) Congreso de la Republica, Caracas 1996 Documento # 166 p 149 – 157.

174 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

técnica, social y crediticia; la erradicación se indicaba solo en caso de factores de

riesgo.

En medio de la progresiva concentración del poder en Pérez Jiménez, estas

propuestas se excluyeron ante el constructivismo modernizador del militar, que

prefería erradicación y limpieza de la ciudad, para dar paso a obras arquitectónicas

de gran tamaño como los superbloques. La creciente inmigración campo - ciudad

agravó los problemas, pero la transición a la democracia en 1958, con Mendoza en

la Junta de transición, lo acercó nuevamente al fenómeno, desde la esfera

gubernamental: ‗vi la tragedia que representaba la vivienda en el país, tanto en los

barrios marginales como en el interior‘ (Grases P., 1986: 18).

En este contexto se entiende que el empresario fuera llamado por Betancourt, a

asesorar el Sistema nacional de ahorro y préstamo Snap, que en términos del

programa de gobierno se dirigía a ‗hacer de Venezuela un país de propietarios‘; del

mismo modo que quisiera con su nueva idea de la Fundación de la vivienda popular

FVP, diseñar un sistema no lucrativo que superara la escala y limitaciones de Finca

y estuviera dirigido a sectores de bajos recursos económicos (Camacho O., 2007: 86

- 87).

2.8.1 Las instituciones de vivienda popular: dos frentes de

acción entrelazados por Mendoza

Una vez depuesta la dictadura perezjimenista, la euforia por el triunfo y el comienzo

de la democracia, apenas podía ocultar, por una parte las difíciles condiciones de

pobreza de la mayoría de la población, una de cuyas manifestaciones eran las

grandes zonas de ranchos, y por otra la fuerte depresión económica. Rómulo

Betancourt, como primer mandatario elegido por votación popular, tuvo que sortear

tentativas de golpe y avances insurgentes, del mismo modo que un acentuado y

creciente malestar social.

En este contexto, se dieron los primeros pasos en la conformación de un sistema

de financiamiento para adquirir vivienda, de modo que sus avances dieran respuesta a

la crisis social, al mismo tiempo que reactivaran la economía con el estímulo a la

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 175

construcción. Un paso importante fue la reglamentación del sistema financiero

mediante un decreto ley de 1958 sobre creación de bancos hipotecarios, pero más

decisivas fueron las normas expedidas, al comienzo de mandato de Betancourt

en 1961, como la ley general de bancos y el Decreto 520, que estableció el Sistema

de Ahorro y Préstamo, normas que hicieron posible la existencia de banca

especializada en el país.

A partir de este momento comienzan a desarrollarse dos sistemas para ahorro y

financiación de vivienda, en los que participa Mendoza. En primer término, el que el

industrial mismo había comenzado a estructurar en 1958 con la Fundación de

vivienda popular FVP, y que le llevó a establecer el Banco hipotecario de la vivienda

popular y la productora de materiales prefabricados Viviendas populares S.A.

Viposa. Por otra parte, el que empezó el gobierno de Betancourt en 1961 con la

creación del Sistema nacional de ahorro y préstamo Snap, ligado al Banco Obrero, y

del que Mendoza fue nombrado presidente hasta 1966; este último generó el

Banco nacional de ahorro y préstamo y otros mecanismos para apoyar la

adquisición de vivienda.

Los dos sistemas marcharon de modo paralelo, teniendo en común no solo la

contribución de Mendoza y el temor a la proyección interna de la revolución cubana,

sino algunas características y dificultades. Contaron con el apoyo financiero de

entidades internacionales como la Alianza para el Progreso (Polanco T., 1993

: 240 s).

Mendoza y Lander como representantes del Snap y del Banco obrero

respectivamente, consiguieron en 1960 un préstamo de 10 millones de dólares del

Development fund loan y el BID, que significó un cambio de política de EU respecto

al que se había tenido en 1958 cuando recibió solicitudes similares. Este hecho fue

atribuido a las vinculaciones políticas y empresariales de Mendoza, y estimuló al

capital privado a participar en el proyecto tomando en cuenta que la imagen del sector

saldría favorecida social y políticamente en un momento en que crecía el entusiasmo

por el proceso que lideraba Fidel Castro (Camacho O., 2007: 133, 167).

176 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La operación requirió la visita de un directivo del primer banco mencionado al

proyecto de Valencia y a la empresa Protinal y dejó en claro la exigencia de diseñar

una entidad de ahorro y préstamo similar a las que operaban en EU. Finalmente el

monto aprobado fue de 5 millones con plazo de 15 años y 5% de interés anual y la

condición de que la FVP consiguiera una suma igual, de acuerdo al capital de respaldo

que podía prestar Empresas Mendoza.

El capital por conseguir lo obtiene Mendoza de un crédito de la Corporación

Venezolana de Fomento CVF a 15 años y 6% de interés anual, con el compromiso que

la FVP construyera en la región de la Guyana 1000 viviendas con una inversión de 15

millones de bolívares. Estos avances llevaron al establecimiento de un banco

hipotecario con 10 millones de bolívares, que sirviera como sostén financiero de los

programas de la FVP; esta institución se fundó en el marco financiero del Sistema

nacional de ahorro y préstamo Snap.

Como demuestra Camacho (2007: 168) estos programas estaban inscritos en los

planes de Fomento social para América Latina de la administración Eisenhower, que

fueron aprobados en el acta de Bogotá de 1960, en donde Estados Unidos firma con

18 países el compromiso de aportarles 500 millones $US para estimular el desarrollos

sociales en campos urgentes como el de la vivienda. Los planes de la Alianza

para el progreso, junto con las propuestas hechas en la visita de Kennedy a Venezuela

en 1961, refuerzan esta estrategia de asistencia norteamericana para el despegue

del crédito público y privado, que en el fondo pretendió contrarrestar el castrismo con

programas de propiedad del suelo y vivienda.

Estos dos programas fueron un espacio en que Mendoza proyectó sus ideas

ante varios sectores de la sociedad, pero también enfrentaron dificultades y

resistencias. De cara a las elites empresariales y políticas comunicaba tesis

filantrópicas sobre la necesidad de participar y contribuir para la superación de los

problemas sociales, de modo que se construyera un país más equitativo. De

fondo y en conexión con lo anterior estaba su percepción estratégica acerca de

la necesidad de que el empresariado tuviera protagonismo y formara una imagen

favorable en las condiciones de creciente conflictividad política y social. Respecto a

los trabajadores, las ideas se referían a la importancia del esfuerzo disciplinado y el

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 177

ahorro para mejorar su propia condición. En distintas ocasiones Mendoza describió

las dificultades que sus iniciativas enfrentaban en ambos grupos: la indiferencia y falta

de visión de los empresarios, parecía tan adversa como la reducida disposición al

ahorro en los asalariados.

El proceso de la organización de instituciones de vivienda que emprende Mendoza, lo

enfrenta de varias formas a las dificultades de financiación y, en el campo de los

materiales y la construcción, a las restricciones a su producción. Finca muestra las

limitaciones para conseguir la participación de otros empresarios para poder ampliar

los programas más allá de las propias empresas. Cuando se funda la FVP se

encuentra que el capital inicial aportado por el y sus asociados a la institución, no

garantizaba su permanencia a futuro; por lo anterior, Mendoza quiere depositar los

fondos disponibles de las empresas en que participa y que los demás empresarios

hagan otro tanto convencidos de los beneficios económicos y sociales de la

construcción de viviendas (Camacho O., 2007:171).

Apuntando también a la cuestión de la vivienda, desde el frente gubernamental, se

tomaron otras medidas en 1961. Con el decreto 611 se revivió la figura de la Junta

de Crédito para la Construcción de Viviendas Urbanas, con el que se canalizaron

fondos destinados a la reactivación de la construcción y de la economía en general. Los

fondos asignados se constituyeron con aportes del Estado (160 millones de bolívares) y

de 16 empresas petroleras (200 millones de Bolívares), que fueron utilizados para la

adquisición de cédulas hipotecarias emitidas por los bancos hipotecarios creados a tenor

de la nueva Ley General de Bancos y otras instituciones de Crédito.

En el Ministerio de Hacienda, se dieron los pasos para aplicar el llamado Plan de

estimulo a la construcción. La realización de este programa estuvo a cargo de

Andrés Germán Otero, el más notable ejecutivo del grupo Mendoza, quien se retiró

temporalmente de su cargo para desempeñar, lo que se ha considerado un exitoso

ministerio, entre 1961 y 1965. Una de las tareas de este funcionario fue poner en

marcha el Plan de estimulo a la construcción, diseñado por su antecesor Carrillo

Batalla, y que se había aprobado unos días antes de su posesión; este programa

asignaba 565 millones de bolívares a la industria de la construcción, obtenidos a base

de colocar letras del tesoro contra el encaje legal de los bancos comerciales en el

178 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Banco Central, y bonos para ser entregados a los contratistas y suplidores de

materiales para las obras (Acedo Luisa (e) p 49 - 50).

Una vez más, en torno a la reactivación del sector construcción y la solución del

problema de la vivienda, se ven en estrecha proximidad y coincidencia la actividad e

intereses del sector privado y el sector público. Considerando el plan de estimulo a la

construcción y el programa estatal de vivienda, Luisa Acedo calculó en 1.110 millones

de bolívares, la cifra que ‗se le insuflaban al sector más golpeado por la crisis‘. En este

período confluía en ese fondo de capitales, la ayuda de la Alianza para el progreso, los

recursos del Estado, dinero de las firmas petroleras y empresas nacionales; del mismo

modo que las dinámicas de crecimiento de la industria, los planes asistenciales de

Mendoza, el aporte técnico de Otero su ejecutivo más destacado, y los propósitos

gubernamentales de Betancourt frente a la crisis social y económica.

2.8.2 Desempeño del sistema público

El programa gubernamental que Mendoza asesoró se inspiraba en la experiencia

del sistema de ahorro y préstamo norteamericano y según él, confrontó dificultades

para que los individuos pudientes colocaran sus dineros, ante lo cual insistió en que

sus empresas aportaran parte de los fondos disponibles para contribuir a la creación de

la entidad (Grases P., 1986: 194).

El sector privado temía al riesgo y se esperaba la garantía de los depósitos ofrecidos

por el gobierno, que llegarían a 150 millones de bolívares, pero solo después de

muchas gestiones de Mendoza y del banco obrero, dio 12 millones y prometió una

cifra igual más adelante. La demora del gobierno se debía a que encontraba que las

empresas Mendoza habían alcanzado mucha fuerza en la organización del Snap, y la

entidad se asociaba mucho con ellas, lo cual restringía la ganancia política de la

iniciativa137 (Camacho O., 2007: 166).

137 La biografía de Polanco (1993: 240 - 243) señala presiones políticas y obstáculos tales a

la labor de Mendoza, que al no contar con el apoyo de Leoni, el segundo presidente del período democrático, condujeron a su renuncia; y retoma la explicación del industrial, para quien las realizaciones de la FVP creaba un contraste notorio con lo poco que hacía el gobierno Polanco 240 - 243.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 179

De acuerdo a Camacho (2007: 171 - 172) Mendoza cumplió un buen papel como

impulsor del Snap, el cual se consolidó con la creación del Banco nacional de ahorro y

préstamo en 1966. El plan de la nación entre 1965 – 68 limitó la actuación del Snap a

familias con ingresos entre 1200 y 3900 bolívares mensuales, quienes constituían el

21.5% de la población nacional; en 1972 el Snap contaba con 22 entidades,

300.000 ahorradores y 12000 millones de bolívares, estimándose en 24.000 familias

el número de familias que habían contado con crédito a largo plazo para resolver su

problema de vivienda. Asi mismo, se considera que el Snap tuvo buena aceptación

en razón de sus bajas tasas de interés, cuotas fijas durante el lapso acordado de

préstamo; del mismo modo debido a que pagaba como interés tres puntos por

encima de los bancos comerciales.

Como epilogo del programa estatal que en sus primeros años había sido asesorado

por Mendoza, Camacho (2007: 173) se refiere para fines de los 70s a algunos

cambios, competencia en la captación de recursos y modificaciones en el entorno,

como factores que contribuyeron a la declinación de su rendimiento y capacidad de

aporte, hasta llegar al año 1989 en que lo que quedaba del Sistema nacional de

ahorro y crédito había perdido totalmente su perfil y no se distinguía en nada de la

banca hipotecaria. Completa la explicación de este cambio citando al experto

Alfredo Cilento138:

‗…el aparato productivo privado ha dirigido todos sus recursos y esfuerzos hacía la

producción de viviendas de lujo y otros inmuebles de alta rentabilidad, donde el acceso

al crédito y las ganancias son más atractivas, mayores los beneficios y donde campea

también la especulación‘.

2.8.3 Fundación de Vivienda Popular: un Banco Hipotecario y

una fábrica de materiales

Como hemos señalado Mendoza estableció en octubre de 1958, la Fundación de

vivienda popular FVP como institución sin fines de lucro, entidad desde la que

138 Cilento Alfredo ‗Financiamiento y mercado de la vivienda en Venezuela‘ Trabajo de

promoción docente Facultad de arquitectura y urbanismo UCV #1 1989.

180 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

impulsó la construcción de vivienda para sectores de escasos recursos, de modo

paralelo al programa gubernamental del Snap que hemos descrito y del que

participó como asesor en sus primeros años. La FVP empezó con un capital de

5 millones de bolívares, que con la participación de 3 fundaciones (Creole, Boulton

y Shell), 41 notables de los negocios y 59 empresas, ascendió a 13‘579517139; una

vez colocados 10 millones de capital, la fundación siguió desarrollándose gracias a

un préstamo negociado por Mendoza con la Alianza para el progreso por 5‘ millones

$US (FEM 1976: 186 – 187).

Los primeros terrenos para construcción de que dispuso la FVP fueron los

donados por la Creole Petroleum Corporation en Maracaibo y Puerto La Cruz; otros

en Caracas los aportó Mendoza y algunos empresarios más. Para aumentar la

disponibilidad de tierras se acudió a las donaciones y se contó también con el

aporte de las municipalidades; en cuanto a los contratos de construcción, se

diseñaron mecanismos para seleccionar las firmas constructoras con propuestas más

ventajosas, acudiendo a licitación pública (Camacho O., 2007: 131). Este aspecto,

como elemento ético, siempre se resaltó ante los críticos suspicaces, procurando

dejar en claro que la actividad fundacional no generaba utilidades para las firmas y

personas aportantes, ni contribuía a las ventas o rentabilidad de los fábricas de

materiales de construcción.

En desarrollo de su objetivo central, la FVP estableció en 1961 el Banco hipotecario

de la vivienda popular y en 1966 la compañía productora de prefabricados Viviendas

populares S.A. Viposa; en alguna oportunidad se definió a estas dos entidades

como ‗..empresas lucrativas que producen utilidades, pagan impuestos y se manejan

con criterio comercial, pero todos sus beneficios los percibe la FVP para invertirlos en

sus planes de viviendas populares para las clases de pocos recursos..‘140.

139 Entre los aportantes se destacan conocidos individuos del mundo empresarial como:

Machado Zuloaga, Carlos Arcaya, Rodríguez Amengual, Los Delfino, Carlos Sucre; casi 10 aportes correspondían a empresas del grupo Mendoza o integrantes de esta familia; los más elevados fueron: Eugenio Mendoza 2‘000.000; Vencemos 814.000; Fundación Creole 500.000; Fundación Shell 500.000; Alfredo y Alberto Vollmer, cada uno con 500.000; Tamayo Eduardo 500.000; Ceballos Cecilia 500.000; Fábrica Nacional de Cementos 471.000; Asociación venezolana de productores de cemento 400.000. Ver FVP Informe 1966. 140

Vencemos # 98 1973

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 181

El Banco hipotecario de la vivienda popular actuaba como instrumento financiero de

la FVP para realizar construcciones y ventas a compradores. El informe de las

actividades de Mendoza en 1976, recapituló 15 años de actividad del Banco

afirmando que empezó con un capital de 10 millones que se ha incrementado a 50

millones pagado mediante capitalización de sus superhabits y cuenta con reservas

que alcanzan 12‘ millones; pudo cancelar el crédito de 5‘ $US de la AID; ha concedido

préstamos por 1610 millones de bolívares, de los cuales el 73% se ha destinada a la

construcción de 21605 viviendas (FEM 1976: 194).

Tabla 2.4 Créditos obtenidos por la FVP hasta 1965

Entidad Monto en bolívares Proyecto financiado

Agency for international

development

22‘500.000 Varios

Banco hipotecario de crédito

urbano

2‘000.000 Valencia #2

Banco Obrero 3‘360.000 Maracaibo #1

Corporación venezolana de

fomento CVF

6‘000.000 Guayana

Banco hipotecario de la

vivienda popular

2‘000.000 Valencia #4

Banco hipotecario de crédito

urbano

2‘000.000 Acarigua

Banco hipotecario del Zulia 600.000 Maracaibo #2

Fuente: tomado de CVF Informe de 1966

A instancias del liderazgo de Mendoza, la FVP definió como su campo de acción

la concesión de créditos, tanto para construir casas prefabricadas, como casas en

otros materiales a solicitantes que dispongan o no de terrenos y que soliciten

créditos a través de la banca hipotecaria y la FVP. Respecto al sector social

destinatario de la oferta de la FVP, ante propuestas de consolidar la presencia

económica y facilitar la colocación de cédulas hipotecarias con la construcción de

viviendas para la clase media y obreros especializados que ofrecían las mayores

182 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

garantías de pago, Mendoza reafirma el objetivo de satisfacer las necesidades de los

grupos de escasos recursos económicos como propósito central de la FVP141.

En otras ocasiones, Mendoza insistió en la necesidad de que la FVP se concentrara

en los problemas de la vivienda popular, ofreciendo apoyo para la adquisición de

hogares propios a las clases más necesitadas; he hizo llamamientos a la industria para

que se esforzara por producir materiales de bajo costo y el sector privado se

dedicara a construir vivienda barata142.

Tabla 2.5 Características de las viviendas financiadas entre 1961 - 1971

Área en metros cuadrados Número de viviendas

financiadas

Menos de 50 123

50 – 75 2841

75 – 100 763

Más de 100 850

Rangos de precio en

bolívares

Número de

viviendas

financiadas

Porcentaje

Menos de 30.000 2850 62.3

30.000 - 50.000 896 12.6

Más de 50.000 831 18.1

Tomado de: FVP Informe anual 1971

141 De acuerdo al estudio de Camacho O., (2007: 138), quien consultó actas y

documentos internos de la FVP. 142

Vencemos #27 1962 p 12; #61 1967 p P 14

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 183

La FVP concentró su actividad en Caracas y otras 14 ciudades del interior notorias

por su crecimiento industrial143, contando en muchos casos con la donación de tierras

de las municipalidades. En 1966 Mendoza hace un entusiasta discurso de

inauguración de una urbanización de la FVP en Valencia: ‗..aquí tuvimos el primer

respaldo y aquí ha sido donde la fundación ha realizado una importante parte de su

obra, pues de las 3000 y tantas viviendas que ha construido en todo el país, 800 han

correspondido a Valencia…‘ estimando en 4000 el número de residentes afirmó que

contaban ‗…con todos los servicios comunales de capilla, escuela, parques, campos de

deportes..‘ (Grases P., 1986: 104).

Otra inauguración de conjuntos habitacionales resaltaba varios de los elementos

relacionados con la labor fundacional: p.e., en el estreno de 118 casas de la

fundación Cumaná, se destacaba que la obra fue financiada en parte con créditos

del AID144. En la entrega de la primera etapa de la unidad de vivienda de Maracay en

1967, el motivo escogido fue el de la fiesta de independencia; en el caso de la

segunda etapa de la fundación Barcelona, se recordó y vinculó otro de los programas

asistenciales a los que había contribuido Mendoza, empleando el nombre del

epidemiólogo Enrique Tejera145.

La FVP asumía tareas de mantenimiento de calles y otros elementos de los

entornos habitacionales, en tanto que la Fundación Mendoza y a veces el

departamento social de empresas Mendoza, ayudaba en procesos como la

instalación de jardines de infancia, escuelas primarias, atención médica básica y

campamentos vacacionales.

En cuanto al proceso seguido para seleccionar a los beneficiarios, un boletín

indicaba que la FVP tomaba en cuenta las condiciones socioeconómicas de los

solicitantes. Una trabajadora social aplicaba una encuesta socio económica y visitaba

el hogar y sitio de trabajo del posible adjudicatario; un comité estudiaba las encuestas,

considerando que la persona no posea vivienda propia; que el pago de mensualidad no

143 En 1971, Carabobo con 1219 vivienda y Aragua con 705 eran los dos Estados en

que más había construido la FVP, ver Informe de la FVP 1971 p 1 - 2 144

Vencemos #47 1965 145

Vencemos #59 1967, # 112 1976

184 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

supere el 25% de los ingresos, que disponga de fondos para pagar la cuota inicial; que

tenga empleo estable; que acepte las reglas de la comunidad establecidas por la

fundación. El solicitante debía cancelar una cuota inicial de 15 a 25% del valor de la

vivienda y pagaba el excedente en un plazo de 15 años146.

En los programas de la FVP, también hubo aportes de Carola Ravell, similares a los

que había hecho en el departamento social: se buscó que cuestiones relacionadas

con las finanzas, terrenos, trámites, diseños, fueran conocidas y discutidas en foros

por los beneficiarios, para trabajar bajo la idea de buscar la participación de la

comunidad.

2.8.4 Vivienda populares S.A. Viposa: una búsqueda de

materiales económicos

Los esfuerzos por diseñar mecanismos financieros que hemos visto, hicieron

crecer la escala de construcción y estuvieron acompañados de experimentos para

reducir costos y tiempos de construcción y ahorrar materiales, que condujeron a

incluir dentro del proyecto los planes de prefabricación de viviendas. Los ensayos de

sistemas de construcción económicos y rápidos de la FVP, llevaron a constituir en 1966

Viviendas Populares S. A. Viposa con un capital de 5 millones de bolívares para

explotar unas patentes de prefabricación que ofrecen ventajas sobre la construcción

corriente.

Después de haber adelantado planes de vivienda a nivel de los trabajadores de sus

empresas, desde mediados de siglo nuevos elementos inspiradores e ideas son

incorporados en la perspectiva sobre el problema de la vivienda de Mendoza. Para

Camacho (2007: 108), la participación en la Junta de 1958, ayudó al empresario

a cambiar su visión del problema de la vivienda y la escala de actuación que venía

asumiendo en sus empresas desde la creación de FINCA, a tiempo que el

planteamiento del arquitecto finlandés Alvar Aalto, sobre urbanismo progresivo,

conocida en 1959 incidió en las posturas de Mendoza sobre los barrios y la

146 Fundaciones # 19 1967

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 185

necesidad de detener la construcción de ranchos en los años 60s, evidencia la

influencia del señalado informe.

Este mismo autor señala la influencia de tesis del arquitecto Fruto Vivas, sobre

autoconstrucción a partir de crédito barato, del mismo modo que la experiencia de éste

usando láminas de hormigón prefabricado que imitaba la experiencia Sueca de

Siporex. Esta última experiencia se reflejó en la iniciativa de Viviendas populares

S.A. Viposa, que como veremos fabricó materiales económicos y funcionales

como parte del sistema que se conformó alrededor de la Fundación de vivienda

popular FVP. El conocimiento que Mendoza tenía de instituciones de crédito y

ahorro norteamericanas, del mismo modo que del National Housing Act de 1948, que

cita en su ‗Ante-proyecto..‘ es otros elemento que incide en los programas que

diseña.

Las actividades en el campo de prefabricados, habían comenzado unos años antes

con un proyecto piloto para la creación de una fábrica experimental de casas

prefabricadas, actividad a cargo del departamento técnico dirigido por un ingeniero

danés que trabaja para la firma del grupo Mendoza Lock Joint en tejerías Estado

Aragua; estos desarrollos fueron el preludio de lo que sería la constitución de la

empresa de prefabricados Viviendas populares S.A. Viposa (Camacho O., 2007: 135).

El propósito de reducir costos de producción y el apoyo en sistemas de prefabricación

europeos había estado presente en el departamento técnico que creó la FVP para

desarrollar con profesionales venezolanos un sistema industrializado para la

prefabricación de viviendas y la construcción de una pequeña planta para elaborar los

elementos requeridos en concreto. En ésta experiencia se crearon técnicas

productivas nacionales que tuvieron progresiva racionalización y mejora constante de

acuerdo con las demandas del mercado. A las innovaciones aportaron arquitectos que

habían tenido desempeño en coordinación modular en planes del Banco obrero,

haciendo con ello avances en la flexibilidad del sistema y aportando posibilidades de

variedad que reclamada el mercado; asi mismo, se mencionan contribuciones del

sector fundacional, público y universidades (Camacho O., 2007: 154, 157).

186 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Los esfuerzos de perfeccionamiento parecen significativos, considerando que se

había comenzado con una fábrica con capacidad de producción de 300 casas por

año, y en 1968 el montaje de una nueva planta eleva esta cifra a 1.300147,

trabajando en dos turnos de 8 horas cada uno (Camacho O., 2007: 158). Un factor

importante para el usuario de este tipo vivienda como el diseño y adaptabilidad

había tenido también mejoras: En 1974 Omar Feaugas G. y Ruben Akerman,

presidente y gerente general respectivamente, presentaron 9 modelos de Viposa

Modular, señalando nuevas ventajas de diseño arquitectónico, aprovechamiento de

los espacios internos y atractivos exteriores, adaptables a casi cualquier tipo de

terreno. Los modelos # 8 de una planta, y #1 de dos plantas sustituyeron los

anteriores diseños; y todas las unidades contaban con techos de teja e instalación

eléctrica embutida; áreas desde 49 a 187 mts148.

Como síntesis de 10 años de actividades de Viposa hasta 1976, se indica que esta

firma emplea a 115 obreros; tiene una capacidad de producción de 1.200 casas

anuales por valor de 50‘ bolívares; desde 1966 a 1976 ha construido 4.375 casas

que totalizan 155.622.000 bolívares (FEM 1976: 195). Por otra parte se afirma que los

sistemas de construcción perfeccionados por Viposa han tenido buena aceptación no

solo en Venezuela, sino también en el exterior, dado que se han hecho contratos

con compañías de Trinidad, Jamaica, Guatemala, Ecuador, Costa Rica; y ha

concedido opciones en Honduras, El Salvador, y varios países árabes149.

147 De acuerdo a los informes de la FVP, de la producción total de viviendas prefabricadas

de Viposa, casi la mitad fue adquirida para sus programas, en tanto que el resto se vendía a otros compradores. 148

Vencemos # 103 1974 149

Vencemos # 112 1976

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 187

Tabla 2.6 Cifras sobre el avance de la Fundación de vivienda popular

Año Total Casas construidas FVP a la fecha o en el período

Valor promedio de la vivienda bolívares

Capital total invertido

Casas Viposa

Viviendas financiadas con Créditos

Total viviendas construidas y financiadas

Fuente

1961 – 1965

3016 23.000 69‘703000

FVP Fundación de la vivienda popular 1961 – 1965

1966 Más de 3000

Grases P., 1986: 104

1967 3289 45 – 65000 Bs

85‘009.745

Vencemos #59 1967

1971 Cerca de 4577150

121947.370 millones bolívares

532 Más de 10.000

Vencemos #87 1971

1973 5291 51.300151

156‘843475

FVP Informe 1973

1961 – 1976

5429 200 millones bolívares

26320 por valor de 1500 millones bolívares

FEM 1976: 186 - 187

1966 – 1976

4375 FEM 1976: 195

2.8.5 Un inevitable cambio de rumbo

El programa de Mendoza con la FVP, tuvo logros que pueden ser sopesados

con relación a los resultados del programa estatal y el contexto de la banca

hipotecaria. De acuerdo a Camacho (2007: 142) la FVP entre 1960 y 1964 entregó

150 La mayoría de las unidades construidas eran casas: De un total de 4577, 4330 eran

casa, 223 apartamentos y 24 locales comerciales, Ver FVP Informe 1971 p1. 151

Se registra un incremento en el precio promedio de los años anteriores, que era 33.400, que se atribuye a incrementos en los costos y mejoras en las especificaciones de construcción.

188 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

2319 viviendas, que en relación con las 13771 aportadas por el Banco Obrero en el

mismo período, alcanzan el 17%. A partir de otra fuente, que ofrece información

casi del mismo período, y detalla la contribución de la mayoría de bancos

hipotecarios, se puede estimar en 13.2% las viviendas construidas por la FVP,

sobre el total de la banca hipotecaria.

Tabla 2.7 Resultados de la Banca hipotecaria venezolana 1961 - 1965

Banco # viviendas

financiadas

%

Banco hipotecario de crédito urbano 3104 27.4

Banco obrero 3505 31

Banco hipotecario de la vivienda popular

(FVP)

1492 13.2

Banco hipotecario venezolano 1333 11.7

Banco hipotecario unido 1308 11.5

Banco hipotecario del Zulia 559 4.9

Total 11301 100

Fuente: construido con base en Acedo C., 1967 p 170

El acceso a recursos financieros había sido siempre un problema. El primer aporte de

recursos de la AID contribuyó al despegue, pero persistió la necesidad de capital,

razón por la que en 1964, Mendoza solicita un préstamo para construir 1.200

viviendas al BID; las condiciones de esta entidad fueron muy difíciles de cumplir para

la FVP. En el período 1963 – 1965, Mendoza había acudido a créditos a corto plazo

de los bancos comerciales locales para conseguir capital de trabajo; se requerían

créditos en ciudades como Valencia, Barquisimeto, Maracaibo y Guyana para acelerar

la venta de viviendas, recuperar el dinero invertido en los proyectos ejecutados, de

modo que el capital pudiera ser rotado para nuevos desarrollos habitacionales

(Camacho O., 2007: 144).

Unos años después, otras dificultades afloran, en 1974 la disponibilidad de

terrenos comenzó a ser adversa, persistían también las demoras en la tramitación

de registros públicos y las restricciones a los créditos a corto plazo y disminuía la

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 189

producción de Viposa a pesar de la ampliación hecha en 1966. Ante estas dificultades

Mendoza solicita la revalorización de las viviendas construidas por la FVP y la emisión

de bonos para colocación pública (Camacho O., 2007: 145).

Del mismo modo, se estudian alternativas como las de crear divisiones regionales de

la FVP para facilitar la operación del Banco hipotecario de la vivienda popular. Otra

alternativa propuesta por Mendoza fue la constitución de un Programa de barrios a

través de las Asociaciones de vivienda Asoviv, como forma de acercar a la FVP a

otros problemas de la vivienda en barrios pobres. Esta idea se concreta en 1976 con la

creación de un Departamento de servicios a la comunidad, el cual se encargaría

adicionalmente de la atención a los barrios, el mantenimiento de parques, jardines,

escuelas y todo lo referente a los espacios públicos y programas sociales con los

actuales y futuros adjudicatarios de vivienda, en los sectores en que la FVP había

actuado.

Las noticias e informes sobre los programas de vivienda liderados por Mendoza y

localizados en su mayoría en terrenos donados por las municipalidades y

particulares, mostraban que siempre se había tenido preocupación por los entornos

de las unidades residenciales construidas y los servicios que requerían; una

descripción de las casas de la FVP y de las casas prefabricadas señala que se

habían previsto espacios para capillas, jardines de infancia, centros comerciales,

parques y campos de juego; contaban con todos los servicios y vías pavimentadas152.

Por otra parte, las construcciones de Viposa, algunas de las cuales se localizaron

en urbanizaciones de ingresos medios y altos de Caracas, generaron actitudes de

confrontación y hostilidad con sectores de habitantes identificados con los valores

formales y estéticos de ‗la quinta‘, que rechazaban la vivienda prefabricada como

típica vivienda popular, de menores ingresos y que desvaloriza sus propiedades

(Camacho O., 2007: 160).

152 Fundaciones # 19 1967.

190 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En cierto modo, parte de los conjuntos de viviendas aportados por los programas de

la FVP, no lograban superar la situación de desintegración y carencia típica de los

barrios153. Lo anterior explica que su esforzado y reconocido impulsador tratara, por

medio de las Asoviv, de evitar el marchitamiento, deterioro y descuido de los sectores

urbanizados, pero tal vez no debidamente integrados y atendidos por organismos

especializados.

Las opciones de mantenimiento y mejoramiento de barrios a través de Asoviv, se

convierten en misión social y técnica de la FVP para sectores pobres de la

ciudad. Ya fallecido Mendoza en 1979, la FVP consolida esta línea de trabajo,

dejándose la tarea de construcción de viviendas a Urbosa y Viposa, las cuales hoy

en día contribuyen económicamente a los programas comunales, técnicos,

constructivos, de micro créditos y científicos a la FVP. Como muestra de que se

reconsideraban anteriores actitudes típicas de asistencialismo paternalista, se

destaca que en el nuevo programa se dio importancia al respeto hacia la opinión, el

conocimiento y el arraigo de los pobladores; se trató de armonizar eficazmente al

agente externo que promueve proyectos y el poblador que tiene sus propios propósitos

y objetivos (Camacho O., 2007: 148 ss).

2.8.6 Última etapa y balance de los aportes de la FVP

Entre las actividades asistenciales y fundacionales que hemos descrito, fue el

campo de la vivienda popular el que más decididos esfuerzos y logros tuvo;

Mendoza lo había emprendido y acrecentado en consonancia con el auge de su

modelo de negocios y sectores de actividad, que resultaba muy asociado a la

industrialización sustitutiva y dependiente del Estado. A continuación presentaremos

algunos elementos que permiten sopesar los logros de éste programa, en relación

con el desfavorable panorama de la vivienda en Venezuela.

153 En la vida cotidiana venezolana, la diferenciación de las zonas de la ciudad y los tipos

de vivienda, define situaciones socio económicas antagónicas asi: urbanizaciones y quintas se asocian con propietarios de alto status, en tanto que barrios y ranchos caracterizan pobladores pobres.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 191

Los planes adelantados por Mendoza, junto con la mayoría de los que hacía la

banca hipotecaria, se destinaban a lo que usualmente se denominaba ‗población no

marginal‘, es decir trabajadores y empleados con ingresos bajos o medios, de los

que se suponía tenían en el financiamiento la principal dificultad para ser

propietarios de vivienda; otro era el sector que se consideraba marginal, en el cual se

reconocía una necesidad de promoción humana e integración al desarrollo, para el

que se diseñaron programas, principalmente estatales, entre ellos los de

autoconstrucción. Aunque a través de la Fundación Mendoza, en el tema de

materiales económicos154 se apoyaron programas de vivienda rural y de lucha contra

la malaria, el principal esfuerzo se dirige a los trabajadores asalariados, en principio

los de sus empresas y después los de zonas con apreciable inversión industrial.

Un aspecto específico de las actividades fundacionales de Mendoza en vivienda, en

relación con los programas que había manejado el Banco obrero, fue el que se

garantizara la propiedad de la tierra a los beneficiarios de vivienda. Mientras que en

los planes de éste Banco, el Estado retenía la propiedad del predio, en los de

Mendoza se valoraba el incentivo de ser dueño total de la vivienda, la importancia de

la propiedad y la seguridad futura del beneficiario (Camacho 2007: 112 -3).

A otro nivel, también fue un rasgo particular en el programa de vivienda, la idea de

una estrecha colaboración y entendimiento permanente entre sector público y

privado, como estrategia de desarrollo. Mendoza siempre defendió y promovió con

insistencia a propósito de otros temas, la posibilidad de una acción próxima y

concertada entre empresarios y gobierno, principio que resultaba más fácilmente

defendible respecto al problema de la vivienda: para la mayoría de observadores, sin

la intervención del Estado, era imposible resolver tan grave carencia social.

154 Se menciona la cooperación con la división de malariología, para ensayos de

construcción de viviendas con tierra – cemento, con ‗predomínate participación de los interesados‘; esta experiencia fue provechosa para analizar costos y tiempo de construcción (FEM 1976: 175).

192 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Considerando el tema de las viviendas como aporte concreto del programa, y como

forma de completar la perspectiva del mismo, resulta útil lo aportado por una

evaluación hecha para la misma FVP sobre los programas de los años 60 y 70S.

Ayello y Lara (1988) con base en observaciones en las plantas y bodegas de

Viposa, encuestas y visitas a las casa construidas, hacen un análisis, en el que

señalan críticamente algunos aspectos. Mencionan la necesidad de corregir fallas de

ventilación en las viviendas, recomiendan cambiar estilos de construcción y materiales

que hacen muy monótonos y poco atrayentes los conjuntos habitacionales. Se

refieren al tipo de diseño inspirado en teorías racionalistas de hace 15 0 20 años, en

las que de modo modernista la forma sigue a la función, lo que lleva a casas con

distribución rígida y concéntrica que no permiten mayores cambios formales o

funcionales.

Para los autores, las viviendas no fueron diseñadas para ser ampliadas y muchos

propietarios lo han hecho gastando en ello más o menos el 100% del valor original,

demostrando asi que pertenecían a un nivel de ingresos que no estaba en armonía

con el sentido del plan155. Sugieren ajustes arquitectónicos para cambiar las fachadas

tipo navi o barraca de damnificados, consideran adecuados los espacios, tanto en

altura como en amplitud, excepto los baños y cocinas; reiteran que las casa no fueron

diseñadas para crecer, puesto que sus muros internos y externos no son aptos para

ampliaciones.

Si bien, en éste examen de fines de los 80s con sus sugerencias de mejora, las

viviendas no parecen deficientes o precariamente construidas, una apreciación

desde estudios sobre el problema urbano general, permite ver como esta

iniciativa se inscribía en un modelo nacional de vivienda con marcadas debilidades

por su falta de coherencia y limitado alcance.

155 Frente a evaluaciones con la perspectiva y percepción de épocas más recientes, debe

tomarse en cuenta la cuestión de la relatividad de las valoraciones: en las condiciones que habían vivido los beneficiarios, como arrendatarios en zona pobres y marginadas, en ese momento debieron apreciar la posibilidad de ser propietarios y con su nuevo espacio conseguir mejoras en su vida. Las inversiones para ampliar las viviendas, indican probablemente nuevas exigencias y cambios de expectativas relacionadas con la nueva cultura del consumo y el estilo de vida que trajo el boom petrolero.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 193

Alfredo Cilento (1977) en una ponencia sobre producción de viviendas de interés

social, se refiere a la variedad de proyectos emprendidos, desde los convencionales

de vivienda hasta los de dotación de lotes con servicios, incluyendo muchos de

autoconstrucción. Respecto a los programas del sector público señala la falta de

continuidad, la tendencia a expandir la acción de sector público, creando con

frecuencia nuevas instituciones que se superpusieron a las ya existentes, este tipo de

evolución sugiere que los compromisos se han originado en la presión ejercida en

cada momento por grupos específicos, cada vez más amplios que intentaba resolver su

problema de vivienda, y en la necesidad del sector público de responder a estas

nuevas exigencias.

Este experto, estima que los programas de construcción directa y de créditos llevados

a cabo por el Banco Obrero, y después por el Instituto Nacional de Vivienda,

llegaron a proveer cerca de 600.000 viviendas, lo cual equivale casi la cuarta parte

de la población de Venezuela. Se refiere también a que el sector privado alcanzó

un desarrollo tecnológico de la construcción suficiente para resolver los problemas de

producción masiva, pero la reducción de costos lograda fue desvirtuada por los

‗incrementos en los precios de los materiales e insumos, en los casos de la mano

de obra y equipos; y por el excesivo afán de lucro rápido que generalmente

acompaña a procesos de tipo inflacionario‘.

El estudio de Víctor Fossi (1989: 485 ss) coincide con Sarli en la valoración del

aporte estatal a la vivienda y el impacto inflacionario, pero destaca que la producción

ha tendido a ser deficitaria en relación con las necesidades de la población. Según

esta perspectiva, entre 1966 y 1978, en coincidencia con el debilitamiento de los

aportes estatales, la construcción privada de vivienda creció hasta llegar a

constituir 2/3 de la producción total; las crisis de la banca hipotecaria y el aumento de

trámites desde 1979 comenzaron a reducir la capacidad del aporte privado.

Sin embargo, un aspecto del aumento de la participación privada en el sector había

sido su concentración en los sectores de ingresos medios y altos, aspecto que junto

con los procesos inflacionarios y especulativos condujo a ‗un creciente desequilibrio

cuantitativo y cualitativo del mercado habitacional […] en que la oferta no se adecua a

la demanda‘.

194 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La construcción de vivienda popular que Mendoza hizo con la FVP, puede ser

inscrita en este amplio panorama de tendencias, sus aportes contribuyeron al

crecimiento de la participación privada en la edificación de vivienda y facilitaron la

compra de casa a un sector de asalariados; pero como se ha indicado, las

dificultades para conseguir capitales, terrenos y cumplir trámites, conducen a que

desde fines de los años 70s, ocurra una declinación en el nivel de actividad, tanto

financiadora de su banco hipotecario, como constructora de Viposa; es entonces

que la FVP opta por el programa de ayuda a los barrios y Viposa se convierte en

proveedora de materiales para el mercado.

2.9 Del liderazgo filantrópico al valor simbólico

Mendoza había sido objeto de diferentes homenajes y distinciones, reseñas elogiosas

y diversas noticias sobre su obra social, algunas de ellas como ‗desagravio‘ a lo

que se consideraban injustas campañas de difamación y desprestigio de sectores

hostiles al empresariado; tanto en su país como en Estados Unidos, país con el que

cultivó muy sólidas y perdurables relaciones156. Esta continua divulgación contribuyó

a que su imagen se consagrara en la historia venezolana como un ejemplo de

capitalismo generoso y humano.

Después de su deceso en 1979, cuando las compañías empezaron su declinar y el

sólido grupo empresarial sufría una lenta desintegración, también la actividad y

presencia de las fundaciones se debilita, aunque continúen hasta el presente

funcionado, con ajustes en sus propósitos y bajo la dirección de descendientes del

empresario fundador; sin embargo el carácter pionero y la significación de su obra

social hace que trasciendan como instituciones emblemáticas y ejemplares.

En este sentido, la figura de Mendoza comienza a tener un valor simbólico y ejemplar

desde 1969, cuando la Asociación mundial de vivienda rural y servicios comunales

156 Premio Interamericano Theodore Brent Nueva Orleans 1957; Doctor Honoris causa del

Springfield College, Massachusetts 1963; Doctor Honoris Causa de Bates College en Lewiston Maine 1965; Premio de la Fundación las Américas Nueva York 1973; Doctorado Honoris Causa Universidad de Boston 1974 (Graces P., 1976: XXIX). Ver Vencemos #57 1966 ‗Homenaje a Eugenio Mendoza en 60 años de vida y 40 de empresa‘; #85 1971 ‗Homenaje al señor Eugenio Mendoza ante ataques alevosos de enemigos del progreso‘.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 195

en su sexta reunión del comité sobre vivienda, construcción y planificación, celebrado

en ese año en la ONU, creó tres premios anuales destinados al reconocimiento de la

labor realizada en programas de vivienda rural. Uno de los premios lleva el nombre

de Mendoza en reconocimiento a sus actividades y participación en la solución del

problema de la vivienda, en especial lo relativo a inicio y desarrollo de programas de

vivienda rural y servicios comunales en Venezuela157.

Correspondiendo a ese sentido simbólico y a sus nuevas líneas de trabajo, la FVP

también creó dos premios que promueven y conceden asi: Premio Eugenio Mendoza

establecido desde 1984, se otorga cada dos años a investigaciones sobre temas de

vivienda o como financiación de investigaciones; a tono con sus aportes en materia

de trabajo comunitario, se creó en 1995 el Premio Carola Ravell, el cual se

concede cada dos años, a organizaciones de base que se hayan destacado por su

labor en la mejora de sus condiciones de vivienda y hábitat. A otro nivel la fundación

Mendoza había instituido en honor a uno de los profesionales fundadores de

Protinal, el premio Claudio Muskus con 10.000 Bs anuales para el mejor trabajo de

investigación veterinaria realizado en el país por nacionales o extranjeros.

Comenzando la década de los 80s, que según la periodización de Méndez (2003)

fue la del boom de las fundaciones corporativas, se hace el último reconocimiento de

importancia a la Fundación Mendoza en su aniversario XXX: Con asistencia del

presidente Herrera Campins, se impuso a la señora Luisa Rodríguez, viuda de

Mendoza la orden del libertador en su grado de oficial; asistieron otras figuras

destacadas como Arnoldo Gabaldón y Pedro Grases158. En 1983 los herederos

Mendoza entregan formalmente los legados que como última voluntad el empresario

había concedidos a las fundaciones y obras sociales asi: Fundación Mendoza 10

millones; Fundación contra la parálisis infantil 5 millones; Dividendo Voluntario para la

Comunidad 1 millón; Universidad Metropolitana 8 millones; Centro médico docente La

Trinidad 3 millones159.

157 Vencemos #84 1971; el primer premio Mendoza de este año, fue compartido por 4

organizaciones religiosas norteamericanas. 158

Vencemos # 146 1982. 159

Vencemos # 155 1983.

196 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Los últimos datos de los años 80s, muestran cambios en los programas de las

fundaciones, en los que es evidente su menor alcance y su carácter discreto frente a

la notoriedad de sus primeros tiempos160, asi p.e., el manejo de sus centros de

atención y aprendizaje infantil que hacía la Fundación Mendoza entra en una nueva

etapa, concentrándose en la construcción de los preescolares que instalaban en las

urbanizaciones construidas por la FVP; los jardines de infancia se fueron entregando a

asociaciones comunitarias; con las exigencias de profesionalización de los educadores

de preescolar, la actividad se pasó a la Universidad Metropolitana (Méndez Ch., 2003:

114 – 115). En 1986 se inició un programa de apoyo a la microempresa en el que

empleó asesoría y metodología de la fundación colombiana Carvajal; los programas

de apoyo a la investigación agrícola, por razones de costos y de conveniencia para

esa empresa, fueron traspasados a Protinal161.

2.9.1 Diversidad de contribuciones y participantes en la

actividad fundacional

Si bien Mendoza cumplió un papel destacado como fundador, promotor y aportante

principal de las organizaciones benéficas que hemos descrito, la información disponible

muestra que, en la labor de las fundaciones, participaba una variedad de personas,

entre los que se puede mencionar familiares, allegados, otros empresarios y notables,

que actuaban como cofundadores, consejeros, donantes, favorecedores, integrantes

de las junta directivas, ejecutores de programas. Por otra parte, se requería el

trabajo de equipos de profesionales, trabajadoras sociales; empleados de varios

tipos para las tareas de los jardines de infancia, Hospital ortopédico infantil, etc.

La capacidad para seccionar personas talentosas, colocarlas en las funciones más

convenientes y motivar sus mejores esfuerzos, que se atribuyera a Mendoza en el

160 En contraste, otras organizaciones promovidas por empresarios, en diferentes campos de

acción comienzan a destacarse, entre ellas la Fundación Polar, creada por el exitoso grupo del mismo nombre. 161

Entrevista a Luisa Helena Mendoza, Directora de Fundación Mendoza, Agosto de 2007; como veremos más adelante en la comparación con el caso colombiano, es ilustrativa ésta interacción de las más destacadas fundaciones empresariales de ambos países, la venezolana tiene una más temprana estructuración institucional y considerable proyección social; la colombiana vive estos procesos y emprende una acción sistemática más tardíamente.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 197

manejo de sus empresas, se manifiesta también en la actividad fundacional. En

este caso fue evidente también la capacidad de convocar a otros individuos y

organizaciones, conseguir interacciones favorables y conformar redes de relaciones en

torno a propósitos asistenciales y caritativos. La imagen pública de respetabilidad,

solvencia moral y generosidad, que se le reconocía, eran elementos decisivos en

esta capacidad de promover proyectos filantrópicos.

Notables y acaudalados de toda especie, conocidos por sus obras sociales y dádivas,

tanto los de tipo tradicional como los de nuevos sectores de actividad, respondieron a

los llamados de Mendoza; también participaron las compañías petroleras extranjeras;

directivos de sus firmas y de otras organizaciones; accionistas de las empresas

Mendoza; inmigrantes talentosos; funcionarios públicos destacados.

Un ejemplo de ésta capacidad para generar vínculos estimulantes y productivos en

Mendoza fue la amistad que cultivó y las diversas interacciones que estableció

con tres muy destacados exponentes del intelecto venezolano, como fueron Arturo

Uslar Pietri (1906 - 2001), Augusto Mijares (1897 - 1976) y Pedro Grases (1909 -

2004)162. Con el primero tenía más afinidad social, pero de todos consiguió

participación en la actividad cultural de las fundaciones; financió la publicación de

algunas de sus obras; y fue objeto de escritos de exaltación o defensa y posturas

públicas de apoyo en los casos en que recibió ataques y críticas.

En el escenario de la actividad fundacional y asistencial, se contó con profesionales

de buena preparación asi p.e., Gustavo Machado Hernández163 (1897 – 1968) médico

162 Arturo Uslar Pietri fue literato, intelectual y funcionario notable en la presidencia de Medina

Angarita en los años 40s, se ha señalado su contribución al nombramiento de Mendoza como ministro de fomento en este mandato; Augusto Mijares notable historiador y sociólogo, funcionario y ministro de educación en los años 40 y 50s; Pedro Grases filólogo y lingüista español llegado a Venezuela en 1937. Es significativo que, después del golpe que depuso al presidente Medina, Uslar mantuvo de modo perseverante su posición distante y crítica frente a los partidos AD y COPEI, que dominaron la vida política desde 1958, en tanto que Mendoza tuvo excelentes relaciones con casi todos sus mandatarios. 163

Gustavo H. Machado fue muy activo en tareas de promoción de la salud infantil desde los años 30s, en el gobierno del General López, cuando se combinaron esfuerzos privados y públicos para fundar hospitales e impulsar eventos y organizaciones como el Concejo Venezolano del niño, Ver Memoria del primer congreso venezolano del niño Reunido en Caracas feb 1 – 6 1938 Editorial Bolívar 1938; Fundaciones # 22 1968

198 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

cirujano con estudios de puericultura y clínica pediátrica en la Universidad de Paris,

trabajó en la Fundación Mendoza; Carola Ravell (1918 – 1993), doctora en economía

con larga experiencia como asesora de la ONU en trabajo comunitario en varios

países, dirigió y transformó el departamento social de las empresas Mendoza en los

años 70s.

Las relaciones con Grases habían sido muy estrechas, desde cuando el español llego

como refugiado en 1937, y en 1939 daba clases a los hijos de Mendoza padre y otros

allegados; asi mismo fue profesor particular de Mendoza, con la tarea de formarlo en

aspectos humanísticos e históricos; en 1951 lo nombró en un cargo directivo en la

fundación Mendoza (Graces P., 1986).

La lista de asistentes a la celebración de los 10 años de la Fundación Mendoza,

publicada en un texto que resume las principales actividades (FEM: 1961); evidencia la

variedad e importancia de las personas que colaboraban de diferentes modos: los

empresarios Carlos Blaschitz y Antonio Olavarría; Ricardo Zuloaga, el conocido gestor

de la Electricidad de Caracas; los escritores Arturo Uslar Pietri y Pedro Gases; el

epidemiólogo Arnoldo Gabaldón; el inversionista petrolero Nelson Rockefeller; el

inmigrante español y conocedor de la actividad mutual y filantrópica, Justino de

Azcarrate; el médico pediatra Gustavo H. Machado; la trabajadora social del grupo

Mendoza Luisa Amalia de Vegas.

Las reseñas y notas biográficas sobre directivos y empresarios, muestran que además

de las fundaciones y obras lideradas por Mendoza, tenían participación en otras

organizaciones benéficas, asi p.e., en la asociación cristiana de jóvenes YMCA

actuaban: Gustavo H. Machado, como presidente honorario; Enrique Machado

Zuluaga, presidente; Manuel Acedo Mendoza, vicepresidente; Lope Mendoza,

vocal164.

Asi mismo, éstas fuentes destacan cómo para algunos directivos, p.e., Clemente

Ortega, quien laboró en las empresas cementeras, y tuvo responsabilidades en las

164 Vencemos #63 1967 p 4-5.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 199

tareas fundacionales de Mendoza, las acciones caritativas y benévolas habían

empezado en cargos públicos y otras ocupaciones, con anterioridad al ingreso a

actividades organizadas por Mendoza165. Aunque todas las reseñas muestran las labores

fundacionales como producto de una sensibilidad y disposición personal, es indudable

que se pueden entender como acciones pragmáticas, destinadas a buscar la afirmación

y legitimación de los empresarios, que en función de sus intereses específicos, necesita

mostrarse como fiel a ideales de servicio. El auge de la filantropía que se notó desde

los años 60s, y en los 80s se evidenciaba en la abundancia de fundaciones y publicitados

programas, correspondió a un esfuerzo por construir una imagen de los hombres de

negocios como grupo solidario y generoso hacia la sociedad.

Por otra parte, el desarrollo de la agenda benéfica, tanto como la gremial, o la

participación accionaria y los cargos en juntas directivas, permitían a los empresarios

mantener espacios de interacción y cooperación de hombres de negocios y notables

de diferentes sectores, lo que contribuyó a formar un tejido social empresarial con

solidez y capacidad de expresión. En estos escenarios se integró Mendoza con otros

empresarios notables, entre ellos los Vollmer y los Machado.

Algunas de las actividades del ingeniero Oscar Augusto Machado, gerente de la

Electricidad de Caracas, son ilustrativas de los diferentes espacios de interacción: en

el campo empresarial fue integrante de las juntas directivas de Vencemos y

Venepal; consejero general de empresas Mendoza; presidente de cervecería de

Caracas y fábrica nacional de vidrios. En la actividad fundacional participó de cinco

organizaciones, entre ellas la Fundación de vivienda popular FVP y la Fundación

contra la parálisis infantil166.

La divulgación de las obras fundacionales y donativos que se hizo en publicaciones del

grupo Mendoza, junto con otras de sus posturas, lejos de ser un medio de

protagonismo exclusivo e imagen para Mendoza, buscó fomentar y expresar un

165 Vencemos # 88 1972.

166 Vencemos #56 1966

200 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

espíritu de acción colectiva y compromiso de todo el empresariado167. Se tuvo el

cuidado de extender a otros empresarios y organizaciones, los componentes de elogio

mutuo y auto complacencia que estaban presentes en los balances y descripciones de

la ‗obra social‘. Siempre se procuró reconocer y destacar los aportes de las otras

fundaciones, benefactores y obras, lo cual explica que Mendoza llegara a tener un

destacado liderazgo y un reconocido papel como artífice y representante más

notable de la labor social.

2.9.2 Interacciones con el Estado

Como ya se ha descrito, las acciones filantrópicas privadas y los planes sociales

del Estado, en diferentes ocasiones tuvieron tangencias y puntos de contacto. Para

ambos sectores se trataba de ayudar a sectores de la sociedad que sumidos en

la marginalidad y pobreza, en éste proceso hubo circulación de individuos y

experiencias entre la esfera pública y las instituciones benéficas de los empresarios,

se interactuó y cooperó de diferentes maneras.

Aparte de la ya mencionada y notable actividad de la Cámara de Comercio de

Caracas, la actividad inversionista extranjera generó varios antecedentes destacables

en torno a la erradicación de enfermedades tropicales. En 1917 la Caribbean Petroleum

Company emprendió campañas epidemiológicas contra el paludismo, invitando a

personal médico extranjero experto en el tema; de este modo pudo darse un

interesante caso de aprendizaje y transito de experiencias, Enrique Tejera, médico del

campo petrolero La Horqueta de ésta firma, ayudó tiempo después a organizar el

Ministerio de Sanidad y asistencia social (Méndez CH., 2003: 34 – 35).

Una de las primeras instituciones benéficas que actuaron en Venezuela fue la

Fundación Rockefeller, institución que a través de su división de sanidad

internacional coordinó acciones con la Estatal Dirección de Sanidad Nacional, para

adelantar actividades de diagnóstico y prevención de la anquilomatosis y otras

167 Asi p.e., la mitad del texto de los diez años de la Fundación Mendoza (FEM: 1961) se

dedica a informar sobre las actividades, propósitos y organización de todas las fundaciones creadas en Venezuela, destacando como dedicadas a actividades diversas la Creole y la Shell; culturales 8, benéficas y sociales 7.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 201

enfermedades parasitarias a fines de los años 20s; este programa se ubica en el

contexto de la penetración económica y avance los intereses norteamericanos en

varios países latinoamericanos, en los que los factores salubridad e higiene

parecían un serio obstáculo (Brito Campos: 1997).

Desde los primeros años de la era post Gómez, fue usual que junto a las entidades

gubernamentales, se propiciara la participación de sectores de prestantes de la

sociedad, grupos caritativos y también notables de las actividades económicas en

ascenso; ello se había manifestado en programas asistenciales y de salubridad,

como los relacionados con la salud infantil. Los esfuerzos liderados por Gustavo H.

Machado con el Consejo Venezolano del Niño CVN, son ilustrativos al respecto,

aunque resultaron muy débiles al comienzo, 10 años después tuvieron una

apreciable mejora en sus recursos (Archila R., 1956: T II: 233 – 243).

El nombramiento de comisiones de ciudadanos competentes y honestos, tanto

como el debate público y despliegue en la prensa, era una forma de poner en escena

el cambio, las realizaciones lideradas por el jefe del Estado, pero en las que

participaba y con las que se identificaban otros sectores sociales. Lo anterior

significaba también que algunos individuos tenían cierta figuración y permanencia

en temas de interés público o de ‗beneficio para los pobres‘. En el caso de las

construcciones y renovación urbana que significó el proyecto de ‗El Silencio‘, un

ejemplo de estas formas de interacción, fue la designación de una Comisión para

analizar varias opciones formuladas por los arquitectos, e integrada por E J

Aguerrevere; Luis Lander; Luis E. Chataing; Oscar Augusto Machado; Luis Roche

(Banco Obrero, 1943).

Más allá de éste tipo de participación de personas del sector privado como apoyo

a tareas gubernamentales, Mendoza siempre estuvo convencido de que la

interacción entre los sectores privado y público de una forma más amplía, llevaría a

buenos resultados para la sociedad. Por ello consideró que la actividad de las

fundaciones y las capacidades de gestión de éstas, podían ser una base para

proponer y realizar acciones conjuntas con el Estado, que permitieron a empresarios y

gobierno demostrar alguna preocupación e intención de ayuda frente a graves

problemas sociales. A este respecto, es ilustrativa la propuesta que hace la recién

202 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

creada fundación Eugenio Mendoza al Ministerio de educación en marzo de 1954,

sobre la creación de diez escuelas prevocacionales que se instalarán anexas a 10

escuelas unitarias determinadas por el gobierno nacional168.

De acuerdo a la propuesta, se pretendía evitar que los muchachos al concluir sus

estudios cayeran en la delincuencia, proporcionándoles una mínima instrucción

técnico artesanal de 4 a 6 grado de educación primaria; al gobierno correspondería

proporcionar el terreno y los gastos de funcionamiento; la administración de asistencia

técnica de la ONU proporcionaría 32.000 Bs por escuela en equipo de maquinarias y

herramientas; los gastos de permanencia por dos años en Venezuela de técnicos para

formación de maestros y para supervisión de escuelas; también proporcionarán cinco

becas anuales para futuros maestros, esta cooperación se estima en 300.000 Bs. La

fundación correría con los gastos de construcción de los talleres: de 30 a 35 Bs cada

uno, e instalación de equipo haciéndose cargo de ellas al terminar la misión de los

técnicos de la ONU: el valor de esta contribución se estimaba en 300.000 Bs.

La circulación de individuos preparados y competentes técnicamente entre el Estado y

su entorno fue muy variado, pero resultó notable hacia la actividad empresarial y las

actividades filantrópicas en que participaban los empresarios. De éste modo se

captaban experiencias y capacidades técnicas generadas en el sector público, y

empleables en los espacios productivas o en actividades fundacionales. Este era el

sentido que tenían los nexos que creaba Mendoza con figuras notables como el

conocido malariologo Arnoldo Gabaldón; la especialista en temas de acción

comunitaria Carola Ravell; o el ya mencionado médico Gustavo Machado Hernández,

quienes más adelante actuaron como asesores o directivos en las organizaciones

lideradas por Mendoza.

El paso por la Junta de gobierno en 1958, había hecho que Mendoza se relacionara

con los doctores expertos en malaria Arnoldo Gabaldón y Arturo Berti, quienes

hicieron aportes en materia de sanidad y medidas higiénicas para el programa público

de vivienda rural; la mejora sanitaria hizo necesario desechar el rancho rural

168 Archivo histórico de Miraflores, Sección inventario F5 10-13.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 203

insalubre y en su lugar promover una vivienda con servicios y equipamientos básicos y

comunales. En esta dirección, y con el apoyo de la Fundación Mendoza se aprovechó

la tradición campesina de fabricar manualmente los adobes de la casa rural, pero

ahora empleando una proporción de cemento, en un proceso que por su facilidad y

bajo costo permitió mejoras apreciables en la vida rural con la construcción de un buen

número de nuevas viviendas, especialmente en el período de Betancourt (Gottberg

C., 1981: 79; Camacho O., 2007: 114).

Por sus estudios y realizaciones, Gabaldón fue el más brillante de los médicos

malariologos venezolanos, teniendo desde 1936 múltiples y destacados desempeños

en las instituciones públicas de salud, llegando a ser ministro de sanidad y

asistencia en el gobierno de Betancourt (1959 - 1964). La cuestión de la vivienda

fue una de las etapas de su memorable y exitosa lucha contra la enfermedad

tropical más destructiva de su época y a propósito de ella se relacionó con la labor

fundacional de Mendoza. Aunque fue rechazada inicialmente una oferta de Mendoza

para que Gabaldón y Berti, se retiraran de la sección de malariología e hicieran

parte de la Fundación de Vivienda Popular FVP que proyectaba el empresario,

años después el primero de ellos actuó como asesor de la fundación Mendoza.

2.9.3 Algunas necesidades de capacitación

En el área de las tareas operativas de manejo de las obras y servicios que se

ofrecía a la comunidad, como las escuelas, hospital ortopédico y construcción de

viviendas, fue necesaria la formación o mejora de cierto perfiles ocupacionales, y

aún la promoción del trabajo asistencial voluntario.

De acuerdo a distintas fuentes, un aspecto que afectó todos los proyectos en el

campo de la vivienda, fue el de la escasez de fuerza laboral preparada. Un informe

del Ministerio de sanidad y asistencia de 1963 se refiere a las iniciativas y acciones

públicas para capacitar albañiles y controlar la calidad de su trabajo: se consideraba

que la falta de mano de obra técnicamente competente era una de las causas del

problema de la vivienda, y se esperaba que albañiles debidamente preparados,

conocedores de planos de vivienda y de métodos de su construcción llevaran el

beneficio de la nueva técnica a aquellas personas con medios para construir de

inmediato nuevas casas (Gabaldón A., 1965: T II 499).

204 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

A nivel de las tareas directamente relacionadas con el cuidado y asistencia, que

típicamente se encomendaban a personal de género femenino, se dispuso de una

buena contribución de las trabajadoras sociales. Sin embargo, algunos planes

gubernamentales requirieron capacitar para otras funciones, fue asi como en 1959 se

realizó el curso de Demostradoras del hogar campesino, que llevó el nombre de

Eugenio Mendoza y organizó el ministerio de agricultura. Esta perfil se definió

como ‗una importante y delicada labor para lograr que la familia campesina sepa

aprovechar al máximo las facilidades de que dispone, enseñándola a vivir en

condiciones más higiénicas, a ampliar su educación, a preparar una alimentación

balanceada, a mejorar su vivienda, a aplicar nuevos conocimientos de agricultura, y

muchas cosas más, que le permitan mejorar su nivel de vida con sus propios recursos‘

(Grases P., 1986: 86).

Las actividades asistenciales y de fundaciones también implicaron estímulos al

voluntariado, como los cursos y entrenamientos de 1960, la mayoría impartidos para

mujeres que actuarían como voluntarias en programas sociales. En el discurso de

clausura Mendoza se refirió a la labor destacada de las voluntarias en la mejora del

ambiente del Hospital Ortopédico infantil169 y el acercamiento y compenetración con

las familias de barrios marginales a las que dedican su trabajo. Como ilustración de

los nexos e interacciones de apoyo a las actividades, en el tema del voluntariado

participó la Cámara de Comercio y también Luisa Amalia de Vegas como secretaria

ejecutiva de la federación de instituciones privadas de asistencia al niño Fipan (Grases

1986: 160 - 162).

2.9.4 De la confrontación de problemas sociales a la

preocupación por la imagen en el empresariado venezolano

Hemos visto cómo el empresario Mendoza, desde sus primeros años de actividad

como líder de un grupo empresarial que crece rápidamente, va estructurando un

esquema de asistencia y bienestar para sus trabajadores, que incluía un sistema de

169 Diez años después se vuelve a mencionar el aporte positivo de 80 voluntarias, que

ayudaron a mejorar el ambiente y la atención a los niños en el Hospital Ortopédico; igualmente se informaba de la atención a 363 niños de todo el país durante el año 1969, en tanto que 386 estaban en espera, ver Fundaciones #33 1970.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 205

ahorro y crédito para adquirir vivienda y otros servicios que son promovidos por una

sección especial de su organización empresarial; del mismo modo, se emprenden

varias fundaciones benéficas con el propósito de proyectar su acción hacia

problemas sociales de un entorno comunitario más amplio, empezando por el

flagelo de la parálisis infantil; luego ayuda a la niñez y actividades culturales; el

problema de la vivienda; y en la última etapa la Universidad metropolitana.

A continuación veremos un tercer frente de sus actividades, en las que el discurso y

la práctica filantrópica se proyectan hacia los pares empresariales, buscando una

expresión y alcance más definido en el escenario nacional. Se pretende llegar a un

acuerdo con los sectores empresariales más notables, sobre cuáles eran los

problemas más graves de la vida nacional, sugerir un plan de acción e invitar a un

decidido compromiso a todos los hombres de negocios. Desde 1963 con el

publicitado encuentro de empresarios de Maracay, se avanza en una especie de

diagnóstico y de convocatoria a la acción organizada, que se materializa con la

creación del Dividendo voluntario para la comunidad DVC.

En el escenario sociopolítico de los años 60s, que se tornaba más adverso y

alarmante, esta organización articulaba iniciativas de empresas y entidades

benéficas diversas; y era una clara materialización de lo que Mendoza consideraba

las posturas más adecuadas de los sectores privilegiados de la sociedad. Sobre la

base de un compromiso más claro y una acciones sociales notorias, se pretendía dar

al empresariado una identidad y capacidad de discusión frente a dos instancias

que parecían amenazadoras en grado similar: por un lado lo que se veía como un

Estado intervencionista, centralizador de recursos, y siempre tentado a ser empresario;

por otra parte, el creciente malestar social e inconformidad de amplios sectores

pobres y excluidos de los benéficos de más de dos décadas de crecimiento

económico. Este último fenómeno se consideraba más peligroso en relación con los

avances de la lucha insurgente y el fortalecimiento de tendencias de izquierda en la

vida política.

En torno al crecimiento y acreditación de ésta entidad, ocurren procesos significativos

como: elaboración de un primer enunciado de principios de responsabilidad social

del empresario que comparte el grupo promotor liderado por Mendoza; vínculo de

206 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

la actividad fundacional con procesos similares a nivel internacional; divulgación y

aplicación del modelo del DVC a otros países. A otro nivel esta organización

realizó algunos análisis y estudios de diagnóstico sobre problemas sociales,

destinados a orientar las acciones y esfuerzos asistenciales; del mismo modo,

sobre la base de su interpretación de la situación nacional, y de su papel

benefactor, los empresarios buscaron promover debates públicos y constituirse en

sector de opinión e interlocución con las políticas gubernamentales.

Veremos cómo el DVC construye una nueva organización y forma de acción

concertada, y de que modo actúa y promueve una visión de la situación nacional;

asi mismo, describiremos cómo a fines de los años 70s, en relación con las

tendencias predominantes entre la elite económica y la crisis económica del momento,

se produce un estancamiento y crisis de este esfuerzo filantrópico. De lo anterior

resulta un reajuste de la institución, que lleva a suprimir los compromisos más

decididos que eran la línea de acción sugerida por Mendoza desde el comienzo, y

desde una visión más restringida se tiende a concentrar esfuerzos en campañas

publicitarias para el mejoramiento de imagen del empresariado.

2.9.5 El encuentro de Maracay 1963 y sus significados

Durante cinco días del mes de febrero de 1963, por invitación de la Fundación

Mendoza, Fundación Creole y Asociación venezolana de ejecutivos, un grupo de

empresarios y altos ejecutivos de las principales firmas venezolanas, reflexionaron en

torno al tema: la responsabilidad empresarial en el progreso de Venezuela. Las

diferentes ponencias y discusiones fueron recopiladas en un texto que fue

apreciado como fuente de principios e inspiración del compromiso y organización de

los empresarios frente a los problemas de su época170.

La intervención de Mendoza, se centró en las posibilidades de que las minorías ricas

actuaran ante los problemas sociales y emprendieran actividades filantrópicas como

170 Seminario Internacional de ejecutivos La responsabilidad empresarial en el progreso social

de Venezuela Maracay 1963. Entre los participantes se destacan los nombres de Arturo Uslar Pietri, los hermanos Vollmer, Ivan Lansberg, Hans Newman, Justino de Azcarate, los hermanos Machado Zuluaga, Enrique Sánchez, Alfredo Anzola, José Rafael Revenga, Cesar Casas Rincón, Carlos Guillermo Rangel, Leopoldo Phelps.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 207

las que mostraban tantos logros en EU. Sin embargo, también se refirió a los

antecedentes de la conciencia social venezolana desde el siglo XIX, como la

Sociedad de agricultura y economía de 1810 y la Sociedad económica de amigos del

país, del mismo modo que programas como la Liga Antituberculosa, la Gota de

Leche, la Cruz Roja y otras organizaciones privadas.

Para sustentar su propuesta, cita cifras del sociólogo norteamericano George Hill,

quien en 1962 estudió la contribución del sector privado venezolano a programas de

educación y de tipo social, indicando que de modo voluntario 36 empresas habían

contribuido con más de 13 millones de bolívares en 1959. Señala que sin embargo,

esta cifra resultaba insuficiente frente a la gravedad de los problemas y hace un

ejercicio para calcular el 2% de la remuneración al capital y por sector como cifra más

adecuada. A continuación propone la idea de un organismo que administrara un fondo

creado con aportes entre 1 y 5 % de las utilidades de las empresas y cuyos objetivos

fueran ‗el progreso social de Venezuela‘.

Las ponencias presentadas en el evento expresaron preocupación por diferentes

manifestaciones de la problemática social del momento y se refirieron a la

necesidad de actuar organizadamente para contribuir a la superación de tales males;

situación de la que dependería en última instancia el futuro no solo de la nación,

sino también del empresariado. Se hicieron llamados a movilizar el gremio

empresarial contra los males del subdesarrollo; a propiciar más la igualdad de

oportunidades que la igualdad de condiciones; abordar temas del desarrollo y las

prioridades del mismo; analizar los problemas de la educación, la familia, la explosión

demográfica. Una de las conclusiones, que fue retomada en otros eventos

empresariales indicaba que la abolición de la miseria, no sería un logro automático

de las fuerzas libres del mercado, sino que sería producto de la actividad de todas

las instancias nacionales, entre ellas los empresarios.

Respecto al plano político, se trató sobre la obligación del empresario de intervenir

como ciudadano y a través de su empresa en actividades cívicas y comunitarias, de

modo que cumpliera su compromiso con la defensa la democracia como sistema

político y la iniciativa privada en la vida económica; el temor ante ideas marxistas en el

medio universitario; la intervención de Uslar Pietri resultó impactante al referirse a la

208 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

imagen negativa de la empresa, que en su concepto era percibida como generadora de

beneficios únicamente para sus propietarios.

La intervención de Mendoza en Maracay, se despliega en dos frentes. Por una

parte, pretendía también anticiparse a la críticas de sus pares empresarios, respecto

a que la contribución que proponía, tenía el sentido de un impuesto más, dentro de

medidas redistributivas del ingreso que acabarían siendo nocivas por afectar los

mecanismos ordenadores del mercado y los estímulos del ahorro y la inversión;

adoptando un tono pragmático e inequívocamente fordista respecto a la reproducción

de la fuerza laboral señaló:

‗ayudar a la formación de venezolanos saludables e instruidos que puedan contribuir

con su trabajo al incremento de la riqueza y bienestar del país, representa pura y

simplemente una inversión reproductiva de nuestros ingresos‘171.

Además de ello, se situaba en el contexto conflictivo del momento, confrontando las

críticas de los sectores opositores, algunos de ellos desde la vía armada. Condena

los actos violentos y hace un llamado a que se aprecien sus propuestas como una

forma de contribución del sector privado a la resolución de los graves problemas del

país. Se refirió también a que el Dividendo voluntario para la comunidad DVC, que

estaba proponiendo sería un mecanismo de inversión a través de la iniciativa privada

de los recursos ofrecidos por la Alianza para el Progreso, y fundaciones de EU y

Europa, que hoy se destinan exclusivamente a organismos estatales, porque son los

únicos que existen.

2.9.6 El Dividendo voluntario para la comunidad DVC, como

producto de un enunciado de responsabilidad social de la

empresa

De acuerdo con la compilación de los discursos de Mendoza que hizo Grases, la

idea de promover soluciones a problemas de la comunidad, surgió en los primeros

años de inversión industrial en la planta cementera de Pertigalete, cercana a un

171 Ver, Seminario Internacional de Ejecutivos 1963, Ponencia de Eugenio Mendoza

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 209

caserío muy pobre, en donde al iniciarse la producción la buena situación de los

trabajadores, con sus viviendas adquiridas con planes de la empresa, contrastaba

viviblemente con la situación de las gentes del poblado, y el industrial pensaba que

esas personas debían también tener mejoras en su situación (Grases P., 1986: 246).

Desde la celebración de los 10 años de Fundación Mendoza en 1951, este

empresario había esbozado la idea de construir una organización que estimulara y

gestionara la donación de recursos privados para aplicarlos a la solución de problemas

sociales. La sustentación de los propósitos generales del DVC se presenta

reiteradamente en discursos de Mendoza, informes de gestión y publicaciones

divulgativas de esta organización: defender en lo económico el ‗sistema de libre

empresa‘ y en lo político el ‗sistema democrático‘; lograr una mejor compenetración

entre empresa y comunidad; mostrar la verdadera imagen del empresario; contribuir de

modo solidario a la solución de problemas socioeconómicos venezolanos.

La inspiración y rasgos esenciales del DVC corresponden a Mendoza, y los años en

que propuso con insistencia y emprendió esta iniciativa, coinciden con los de sus

grandes llamados e invitaciones a diferentes sectores, especialmente el empresarial,

a sumarse a su efímero y poco realista proyecto político de la Asociación venezolana

de independientes AVI (Polanco T., 1993: 231 - 237). Sin embargo, no se puede

decir que la idea del DVC hiciera parte del proyecto político de Mendoza en ésta

época, sino que adquiere un sentido y entidad propia y refleja el esfuerzo de un

sector representativo del empresariado.

Lo que impulsa la realización de la idea, es el apoyo de las más importantes

fundaciones y grupos empresariales. El evento de Maracay en 1963 permite

integrar y coordinar esos esfuerzos, pero un elemento esencial que se generó en esa

reunión fue la construcción de un discurso de la responsabilidad del empresario, que

se convierte en declaración pública de principios y enunciado para la acción

organizada.

Este aspecto es importante como primer antecedente, de lo que en el presente es

una rutinaria práctica de proclamar principios corporativos y hacer dádivas. En el

contexto de tensiones que vivió el empresariado de la época, con este incipiente

enunciado de responsabilidad y compromiso del empresariado, se pretende

210 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

racionalizar las prácticas asistenciales que tradicionalmente realizan quienes acumulan

dinero; despojarlas de sus ingredientes morales, éticos o humanitarios más

claramente paternalistas; e inscribirlas dentro de una estrategia corporativa como

parte de la inversión para fortalecer sus intereses e interactuar ventajosamente ante

condiciones del entorno.

La formulación y divulgación de principios, como elemento innovador en la relación

de la empresa con su entorno social resultaba determinada por la experiencia y

efecto demostración de las compañías petroleras. El primer antecedente de este tipo

de manifestación en el espacio de los negocios en Venezuela, lo hizo en 1953 la

Creole petroleum corporación, cuando envió a un diario una circular con el título

‗Declaración de principios‘; en ese escrito la firma expresaba la preocupación porque

‗sus relaciones humanas sean también manejadas como sus actividades

comerciales‘. Para el remitente AT Proudfit, la buena marcha de los negocios y de la

actividad económica en general no es producto de conflictos de clases ni de choque

de intereses, sino el resultado de la cooperación, tanto espiritual como material de

patrón y trabajador, de accionistas y consumidores de la Creole, asi como al gobierno

y al público venezolano172.

En la misma dirección, se define el propósito central de la organización como el buen

éxito y perpetuación de la empresa, en beneficio no solo de las personas en directa

relación o participación con la firma, sino también las comunidades en las cuales

actúa. Los grupos sociales específicos frente a los que se reconocen obligaciones

son: accionistas; trabajadores (aceptando el derecho de asociación, negociación

colectiva y sindicatos); consumidores; público y la sociedad en general.

La firma norteamericana Creole, originada de la Standard Oil of New Jersey, era una

de las compañías petroleras extranjeras que invertía en Venezuela; estuvo presente

en el país entre 1919 y 1975, teniendo una apreciable interacción con empresas

locales y cierto dinamismo ante las exigencias del medio. Es asi como en los años

50s, en su ámbito laboral interno promueve elementos innovadores como las

172 Producción #85 julio 1953 p 20 -22.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 211

concepciones de la escuela de las Relaciones Humanas173; a tiempo que mantiene

notorios nexos con el medio nacional, entre ellos su actividad fundacional desde

1956174 y la participación en el grupo de organizaciones promotoras del DVC que

hemos señalado.

Esta primera declaración de principios en la vida empresarial venezolana, del mismo

modo que la actividad fundacional, corresponden a procesos usuales en firmas

norteamericanas de la época, cuya aplicación debió generar tránsito de experiencias y

conocimientos entre la empresa extranjera y las firmas locales; especialmente las

promovidas por Mendoza, más aún considerando que actuaron como asesores de la

Creole, Arturo Uslar Pietri y Pedro Grases, quienes tuvieron participación en las

actividades fundacionales del mencionado industrial.

De modo que pueden considerarse antecedentes del DVC, la filantropía organizada

en fundaciones que había empezado Mendoza en los años 40s y habían emulado

otras compañías en los siguientes años, entre ellas la Creole y la Shell, del mismo

modo que la mencionada declaración de principios de la Creole; se trata de acciones

en que había mucha proximidad de los empresarios, por ello se comprende que el

DVC que emprende sus actividades en 1964, con 137 empresas afiliadas, empezara

por plantear una declaración de responsabilidad social de la libre empresa.

En esta manifestación se define empresa, en relación con propósitos económicos,

pero también respecto a la creación de oportunidades de progreso, fuentes de

trabajo, seguridad social; del mismo modo se considera que esta institución, junto con

los demás sectores, es solidariamente responsable del desarrollo de la nación. Dentro

de un conjunto de seis enunciados lógicamente articulados, se sustenta: La

existencia, el crecimiento y el pleno desarrollo de la empresa requieren que tanto en

ella como en la comunidad prevalezcan condiciones morales, sociales y económicas

favorables, en un régimen de justicia, libertad y democracia; la empresa tiene

obligaciones y responsabilidades sociales, por tanto es necesario que con sus

173 Ver Creole Petroleum company 1953 Conferencia sobre relaciones humanas, Caracas.

174 Fundación Creole 1959 Tres años de la Fundación Creole, Caracas; Otro informe de esta

fundación Señala que ésta entidad fue la primera de su género, establecida por una firma norteamericana en un país extranjero Ver Hall George (1962).

212 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

beneficios proteja su capital, remunere equitativamente a sus accionistas, directores y

ejecutivos, empleados y obreros, contribuya al desarrollo a través de nuevas

inversiones y dedique también parte de sus beneficios a elevar el nivel moral y la

capacidad productiva de los venezolanos175.

De este planteamiento se deriva que la empresa tiene el deber de propiciar la

creación y sostenimiento de instituciones no lucrativas que beneficien directamente a

las comunidades urbanas rurales de menores recursos, estimulando la participación de

todos los sectores sociales, asi como la colaboración personal directa de sus

accionistas, directores, ejecutivos, empleados y obreros en un esfuerzo permanente y

mancomunado para alcanzar el bien común.

En los años que siguieron, tanto Mendoza como otros promotores del DVC, en

diferentes eventos públicos y artículos de prensa, expusieron los principios de ésta

obra, describieron sus realizaciones y convocaron insistentemente a la afiliación de

otras firmas. Los argumentos expuestos, reproducían lo esencial del evento de

Maracay, pero introducían algunos énfasis: evitar el tradicional altruismo, a favor

de una conducta responsable por el desarrollo de la nación; hacer coincidir el interés

de la empresa con el interés de la sociedad; no puede haber prosperidad económica

sin bienestar social; no se llama a los empresarios al miedo, sino a su conciencia y

a su visión; se debe asumir el contrato no escrito entre la comunidad y la empresa176.

La labor del DVC en una ocasión se definió como una serie de acciones

responsables de la empresa privada, hechas en zonas marginales, en respuesta ‗a la

creciente presión de los elementos más desamparados de la sociedad, que

generalmente no quedan comprendidos en los engranajes de la educación pública, la

educación del Estado, o el poder económico o político‘177. Lo anterior es ilustrativo de

que la actividad del DVC se entendió en relación con los sectores que no

alcanzaban a quedar cubiertos por el asistencialismo y las dádivas estatales: En

175 Vencemos #41 1964.

176 La voz de la construcción #16 1967; Lansberg Ivan ‗La nueva doctrina empresarial‘ EN

Fundaciones # 23 1968. 177

Resumen # 71 marzo 16 de 1965.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 213

este sentido es claro que se aceptaba en el sector privado un papel complementario

de las insuficiencias del Estado.

Por otra parte, algunas explicaciones sobre la importancia del DVC, lo vincularon a

las confrontaciones de la época con críticos de la empresa privada; sea que acusaran

al sistema capitalista en general, o solo al enriquecimiento empresarial dentro del

modelo sustitutivo en particular. Asi p.e., el discurso de Manuel Acedo Mendoza, en

1975 cuando se celebró un aniversario de ésta organización, con un homenaje a

miembros fundadores y empresas colaboradoras en el Instituto de Estudios

Superiores de Administración IESA, expresa esas tensiones e ilustra la forma en que

la ‗obra social‘ de los empresarios cumple un rol de defensa y legitimación en un

contexto adverso178.

La experiencia del DVC, por ser un proceso derivado de la actividad fundacional y por

sus interacciones con IESA, puede considerarse reveladora de la dinámica,

proyección y logro que había alcanzado como innovación social la actividad

benefactora de los empresarios. Se partió de las acciones asistenciales y

filantrópicas, que varios empresarios espontáneamente habían practicado, de los cuales

el más notable en este proceso había sido Eugenio Mendoza. El prestigio

alcanzado y capacidad de liderazgo de éste industrial, lo llevó a promover junto

con lo más avanzado del empresariado nacional y firmas petroleras como la Creole y

la Shell, una acción organizada de los empresarios de mayor significación, que las

tradicionales actividades caritativas y benevolentes que eran usuales.

El DVC había participado, junto con variados sectores nacionales en la creación de

la mencionada IESA, varios de los primeros directivos y organizadores de éste

centro académico que participan de las actividades del dividendo, reflexionaron sobre

ésta experiencia y procuraron hacerla parte de sus perspectivas y modelos

prescriptivos sobre la empresa, en lo que puede ser visto como una aproximación

analítica a la teoría de la empresa para las condiciones venezolanas.

178 Vencemos # 107 1975.

214 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Es asi como Carlos Lander Márquez179, un individuo próximo al proceso del DVC,

fundador y directivo de IESA, llevó el tema de la Responsabilidad social del

empresario al contexto latinoamericano con una ponencia en la Universidad Autónoma

de Guadalajara. Se trataba de un ciclo de conferencias sobre hombres de empresa

latinoamericanos, en donde sustentó una ponencia que examinaba las relaciones entre

la sociedad, la imagen de los empresarios y, lo que veía como un Estado que cada

vez se hacía más fuerte y dominante. Al mismo tiempo recogió puntos de vista

convergentes con los planteamientos sobre el deber de los empresarios hacia la

comunidad, como los expresados en la llamada Declaración de Sao Pablo de 1967,

que había surgido de la XII Reunión plenaria del concejo interamericano de comercio y

producción en septiembre de ese año180.

Iván Lansberg Henríquez, quien perteneciendo al sector financiero y asegurador,

participó en la conformación de las fundaciones Mendoza y Creole, fue el segundo

presidente de DVC entre 1967 y 1969, y también destacado integrante de IESA, en

varias conferencias sobre temas gerenciales, destacó la significación de la

declaración de responsabilidad social de la libre empresa y las actuaciones del

DVC. En un buen número de sus ponencias y publicaciones sobre temas de

administración empresarial y gerencia, expone el sentido de conciencia y compromiso

con la sociedad del DVC.

En el libro ‗Administración y desarrollo‘ en donde incluye varias ponencias presentadas

en eventos nacionales e internacionales, Lansberg (1974) analiza los seis principios

de responsabilidad del DVC y el proceso de creación de esta organización. En varios

de los capítulos de esta obra, se reflejan las preocupaciones del empresariado de la

época: la dificultad de ‗vender‘ la libertad de empresa y hacerla ver como legítima;

para Lansberg, lo que en el sector de los negocios se defendía como un principio

supremo y bienhechor de la sociedad, difícilmente podía ser apreciado en una

179 Carlos Lander Márquez (1916 - 2009) doctor de Ciencias Políticas y Sociales de la UCV en

1941; Magister en Administración de la Universidad de Harvard en 1953. Durante 20 años fue ejecutivo de la Creole Petroleum Corporation, participando en la firma del primer Contrato Colectivo Petrolero en 1946. Se desempeñó como presidente de la Asociación Venezolana de Ejecutivos y del Consejo Interamericano de Comercio y Producción. 180

Fundaciones #24 1968.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 215

sociedad con notaria desigualdad económica y alta concentración de la riqueza y las

oportunidades.

Otros temas inspirados en Maracay y los principios del DVC que comentó en su

texto fueron: el adverso clima para la idea de iniciativa privada como factor de

progreso individual, en la trayectoria nacional de ‗crónico paternalismo‘ ejercido por

líderes, empresas, dictadores y gobiernos, que enseñó a la población a esperar

pasivamente beneficios de fuera, más que a desarrollar el propio esfuerzo; la

cuestión del crecimiento demográfico excesivo, desintegración familiar y deserción

paterna como conjunto de problemas sociales decisivos.

La aprensión ante le crecimiento del Estado y su capacidad de intervención también

se manifiestan, sugiriendo el valor estratégico de las acciones benéficas empresariales

en el contexto de tensiones nacionales. En este caso, la conocida máxima con la

que llamaba a los empresarios a actuar frente a los problemas de la comunidad: ‗si la

empresa ignora a la sociedad, la sociedad terminará por ignorar a la empresa‘, se

complementaba con la siguiente frase: ‗E ignorar a la empresa se deletrea

‗intervención estatal‘. Por ello la acción social de la empresa es más que un deber, es

una oportunidad que no debemos perder‘ (Lansberg I, 1974: 201).

2.9.7 Estrategia de acción y programas del DVC

La idea del DVC, con su llamado a generar un compromiso estable y consistente

de los empresarios con los programas benéficos, se inspiraba en la práctica periódica

de las compañías anónimas, de distribuir utilidades a los inversionistas. Asi lo

presentaba Mendoza en febrero de 1964, cuando 130 empresas constituyeron el

DVC como asociación civil: ‗en la misma forma en que las empresas destinan una

justa proporción de las utilidades para pagar los dividendos del capital invertido y las

utilidades del personal, se han comprometido a destinar para el DVC un aporte que

oscila entre 2 y 5 % de sus utilidades, antes de la deducción correspondiente al

impuesto sobre renta, de acuerdo con lo establecido por resolución del Ministerio de

hacienda‘181.

181 Fundaciones #1 de 1964.

216 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

El modelo de acción propuesto ofrecía varias modalidades de contribución: las

empresas donaban entre el 2 y 5 % de sus utilidades netas, a programas benéficos

que ellas mismas seleccionaban entre los que ya existían, o lo entregaban al DVC

indicando o no los programas de esta organización que deseaban apoyar. En el

primer caso, de la empresa que por su cuenta daba ayudas, se pedía que informaran al

DVC sobre el monto y los beneficiarios de los fondos invertidos, para ‗informar

debidamente sobre la asignación de recursos destinados voluntariamente por la

empresa privada a la solución de los problemas socioeducativos del país‘182.

De este modo, uno de los roles del DVC era el de distribuidor de los aportes de las

empresas; tarea a la que agregó el compromiso para ésta organización de

aumentar el valor multiplicado de la donación en términos de número de personas

beneficiadas183. Sin embargo con el tiempo el DVC definió un campo de acción más

amplio y de mayor notoriedad en el escenario nacional. Es asi como Alfredo Anzola,

presidente de la asociación en 1971, define como tareas concretas:

‗la investigación de ciertos aspectos del campo socio – educativo del venezolano,

analiza las interrelaciones entre los ordenes social y económico, diseña proyectos de

solución, y pone en práctica programas pilotos para lo cual recauda entre sus

miembros los fondos necesarios. Además coordina la acción social empresarial para

lograr una mayor eficacia y efecto multiplicador, y mantiene informados a sus asociados

sobre el estado social del país‘ (DVC 1971).

La actividad intermediadora o distribuidora del DVC suponía también el nexo y

registro formal de un amplio conjunto de entidades receptoras, muchas de las cuales

requirieron asesoría para desarrollar mecanismos de administración y control, de modo

que se garantizara un empleo adecuado de los recursos recibidos. A estas entidades

ejecutoras, en los informes se les denominó Organizaciones voluntarias de acción

social Ovas. Su número se estimó en 1.062, entre las cuales había todo tipo de

182 Las empresas del grupo Mendoza eran visibles aportantes al DVC, los informes de

Venepal muestran entre 1965 y 1978 donaciones del 5% de utilidades líquidas, además de otras dádivas a obras sociales Ver (Venepal, 1984: 89, 98, 110, 120, 152, 227, 241). 183

Flechazo julio 1966.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 217

fundaciones, asociaciones, centros, casas benéficas, clubes de leones, clubes rotarios,

comités, juntas, hogares, sociedades, parroquias, colegios (DVC 1971).

Este conjunto de organizaciones, se clasificó en 11 sectores de actividad; el mayor

número de ellas correspondía a un grupo de casi 300, que se ocupaba de temas

educativos; seguido de las pertenecientes a los sectores religioso, asistencial y de

bienestar, a cada uno de los cuales pertenecían 150; las restantes se rotulaban

como del sector público, cultural, recreativo, fundaciones, desarrollo, investigación y

federaciones.

Las tareas conjuntas entre el DVC y la Asociación de promoción de la educación

popular APEP, ilustran la forma como podía ocurrir la interacción entre el DVC y

una de las denominadas OVAS. Esta era una organización dedicada a promover

entre sectores populares escuelas pre-vocacionales y artesanales, labor en que

mantenía cooperación con el Ministerio de educación y sectores religiosos y privados.

El DVC mantuvo vínculos de financiamiento y asesoría con APEP, la cual era dirigida

por un sacerdote, y se afirmaba que habían incrementado su actividad hasta estar

presente en 84 escuelas de 18 estados, y ayudar a 55.000 alumnos.

El DVC contaba con una agrupación estable de profesionales distribuidos en las

áreas de Secretaría ejecutiva, Asistencia técnica a Ovas; Promoción y asistencia a

asociados; Información y divulgación; Administración. Era dirigido por una junta

directiva de 11 miembros y 22 suplentes; contaba con un secretario ejecutivo y un

presidente, éstos últimos elegidos entre directivos de las empresas aportantes; en el

primer período de 1964 – 1967, la organización fue presidida por Mendoza, y luego

por otros destacado empresarios en períodos de tres años184.

Los directivos del DVC, siempre procuraron divulgar sus asambleas, actividades y

realizaciones por todos los medios nacionales, aunque también dispusieron de un

Boletín oficial llamado Flechazo, en el que además incluyeron artículos relacionados

con los problemas sociales de la familia, trabajo y comunidad. Asi mismo se

184 Siguieron en la presidencia del DVC Iván Lansberg 1967 – 1969; Alfredo Anzola

Montauban 1969 – 1972; Hans Neumann 1972 – 1974; Carlos Guillermo Rangel 1974 – 1976; Thor Halvorsen 1976 – 1979; Marcel Granier H. 1979 – 1982; Luís Augusto Vegas Benedetti 1982 – 1984.

218 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

examinaron temas sobre los que las fundaciones y organizaciones benéficas tenían

preocupación, como el relativo a la reforma tributaria de 1966.

En esa oportunidad el gobierno de Leoni proyectaba un cambio en las normas de

impuesto sobre la renta que reduciría de 5% a 1% las deducciones de impuestos a

las utilidades netas que se destinaran a obras sociales; del mismo modo, se

proyectaba eliminar el desgravamen a las donaciones a instituciones benéficas. El

DVC, como la más destacada organización en su género, encabezó peticiones en

diferentes medios, rechazando los mencionados aspectos del proyecto185.

Frente a la reforma propuesta se reaccionó señalando el desestimulo que significaba

para los donantes, y sustentando la importancia social del llamado sector de

instituciones benéficas y solidarias; se estimó en medio millón los beneficiarios de

los programas del DVC que se afectarían con la medida, y en 569 las OVAS que

actuaban en programas educativos, asistenciales, de bienestar social, culturales

deportivos y de desarrollo de la comunidad, recibiendo aportes de empresas,

particulares y aún del Estado.

El interés del empresariado por participar en la actividad del DVC, de acuerdo al

número de afiliados, se mantiene durante los primeros años, pero a pesar de las

preocupaciones y campañas de promoción que mencionan los informes, decae

después de 1968; casi la mitad de las empresas donantes pertenecía al sector

industrial. En cuanto a las entidades ejecutoras de ayudas, la cifra sube más

sostenidamente y se mantiene; aunque no todas parece tan bien estructuradas: a

comienzos de 1972 se publicó un catálogo en el que solo se registraron 189 Ovas.

185 Flechazo Agosto - Octubre 1966.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 219

Tabla 2.8 Crecimiento de firmas afiliadas y entidades ejecutoras

Año Empresas benefactoras

Afiliadas

Organizaciones voluntarias de acción social

OVAS

1964 130 266

1965 380 489

1966 460 924

1967 990

1968 479 1016

1971 488

Fuente: DVC Informes 1964 – 1971.

Tabla 2.9 Distribución sectorial de las empresas asociadas al DVC

Sector Número %

Industria 222 46

Comercio 171 36

Servicios 70 15

Minería e hidrocarburos 9 2

Otras 7 1

Total 479 100

Fuente: DVC Informe 1968 – 1969.

En cuanto al monto de las contribuciones reunidas e invertidas en los diferentes

programas entre 1964 y 1968, uno de los informes señala para 1968 61 millones de

bolívares, y el total de inversiones de los cinco años 333 millones. La inversión

según programa, muestra el predominio de las actividades educativas, aunque

lentamente aumentan las cifras de otros ítems: al principio del período los

proyectos de educación recibía el 70.2%; porcentaje que baja progresivamente hasta

47.9% en 1968; al mismo tiempo suben los aportes a rubros con las

denominaciones: desarrollo de la comunidad, investigación científica, asistencial,

220 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

cultural, religiosa, bienestar social. Lo que demuestra que aunque se desarrollaron otras

actividades, los temas educativos siguieron recibiendo casi la mitad de los recursos186.

De acuerdo a lo mencionado en los informes y en el boletín, las actividades de apoyo

a la educación fueron variadas y casi siempre conllevaron la acción coordinada con

otras entidades y organizaciones. Una de las más destacadas fue la fundación, en

1965 del sistema de préstamo educativo a mediano plazo y bajo interés llamado

Educredito; el cual se proponía contribuir con estudios especializados en el exterior y

postgrados. A esta organización el DVC aportó 1 millón de bolívares, y se hizo en

asocio con las fundaciones Creole, Mendoza, Sánchez y Shell, cada una de las

cuales contribuyó con 100.000 por cada187.

Desde 1968, a partir de los aportes teóricos del conocido experto David Mc Clelland

se avanzó en el denominado Programa de motivación al logro, en coordinación con

un equipo de profesores de la Universidad de Harvard. Estaba dirigido a pequeños

empresarios y se hizo en cooperación con otros organismos como Comisión nacional

de financiamiento a la péquela y mediana industria Canafin, Corporación venezolana

de la Guyana CVG, Fundación para el desarrollo de la comunidad y fomento municipal

Fundacomun, Instituto de cooperación educativa Ince.

Otras realizaciones fueron, el apoyo al programa Tools for freedom, con el que se

hicieron donaciones para la educación en coordinación con la Fundación

panamericana de desarrollo, y su programa de maquinarias y herramientas para la

educación; promoción de huertos escolares en 32 escuelas del Estado Aragua.

Establecimiento como programa asociado de la Asociación civil pera el estudio de la

función empresarial ACEFE, con la que se pretendía estudiar la función del empresario

y la empresa privada en la sociedad contemporánea.

En 1972 el DVC en asocio con las fundaciones Creole, y Neumann creó Educatel,

una organización destinada a diseñar y difundir por cualquiera de los medios

masivos de comunicación eventos, campañas o programas con contenido educativo; su

primera tarea se dirigió al sector de la educación pre escolar.

186 DVC Informe 1968 – 1969.

187 Fundaciones #5 Abril de 1965.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 221

Algunos programas se derivaban de los ya emprendidos, o se hacían necesarios en

relación a ellos, asi p.e., una inspección a los campos deportivos construidos por el

DVC en 1980, mostró resultados desfavorables, lo cual llevó a programar reuniones

con los responsables de las instalaciones para hacerles ver la importancia de un buen

cuidado y mantenimiento188.

Investigaciones, encuestas y presencia en los medios de

comunicación

Desde su fundación, los orientadores del DVC, parecen valorar mucho el estudio de

los problemas sociales del país, el empleo de los medios masivo de comunicación y

la cuestión de la imagen de la empresa privada entre la ciudadanía; del mismo modo

se acude a la expresión pública de posiciones sobre temas de interés nacional.

Una de las primeras campañas públicas se hizo en 1965, estuvo dirigida a la

‗renovación moral‘, teniendo por lema ‗Unión de la familia, grandeza de la patria‘,

con la participación de todas las empresas de medios afiliadas a la Cámara de la

industria de la radio y TV, se planeó por un año presentar en la radio y televisión de

todo el país, mensajes alusivos al tema, calculando que se emitirían aproximadamente

2000 por día189.

Dentro del propósito de ‗analizar fenómenos decisivos para el país‘, contribuir con

opiniones y reflexiones a una discusión pública que examine problemas de primer

orden, en víspera del cambio de gobierno de 1968, el DVC publica un documento

titulado ‗Manifiesto empresarial al servicio del desarrollo 1969 – 1973‘ (DVC 1968).

En este escrito se llama la atención sobre lo que describen como peligros y nubes

negras en el horizonte de lo que había sido hasta entonces una estable prosperidad;

alertan sobre el creciente empobrecimiento, necesidad de que el desarrollo llegara a

todos los sectores; urgencia de un cambio de curso, que situara prioridades en la

atención de problemas; anticipan que la aparente abundancia de recursos puede no

188 DVC Informe 1980 – 1981.

189 Fundaciones #7 1965.

222 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

mantenerse y previenen sobre la desorganización y mala gestión en su uso. Como

parte de su ideario más difundido insisten en que cualquier solución, para ser

efectiva debería fomentar la iniciativa individual y hacer cooperar sector público y

privado.

Los redactores del documento, desde una preocupación sobre el papel de los medios

de comunicación en la vida social, proponen distinguir entre actitudes dignas de

conservarse y otras negativas que deben transformarse. Se sugirió utilizar los medios

de comunicación para fortalecer y generar las actitudes favorables al desarrollo y evitar

la formación o mantenimiento de actitudes negativas: transmitir a los venezolanos el

concepto de las metas nacionales y los comportamientos requeridos para lograrlas.

En la misma dirección, diferencian actitudes positivas y negativas del venezolano,

entre las primeras el igualitarismo, familiaridad, visión positiva de la educación,

permeabilidad a la innovación; las negativas son el machismo y su carga de

problemas como paternidad irresponsable y desintegración familiar; tendencia a ver la

ley como interferencia y evadirla, sentido de corto plazo o inmediatismo en los

proyectos y actividades que se realizan. El problema del machismo se pretendía

enfrentar con cambios en la legislación y promoviendo el ingreso de la mujer a la

actividad productiva y cambios en el medio escolar; el sentido del corto plazo,

incentivando el ahorro.

En la consideración de la familia destacan los problemas de ilegitimidad,

irresponsabilidad y ausentismo paterno en hogares pobres y numerosos; de lo anterior

se derivaría un escenario adverso a los niños en donde la inestabilidad, ausencia de

rol paterno y la falta de autoridad conforman un niño sin disciplina, capacidad de

superación y de forjarse metas; en la vida diaria faltaría el sentido de la continuidad

del esfuerzo o arraigo comunitario. Se señala que más de la mitad de los nacimientos

provienen de uniones ilegitimas, siendo un factor poderoso de desorganización

social.

Dentro de los aspectos ligados a la ausencia del padre, se menciona también el de la

pobreza, y como consecuencias adversas sobre los hijos la apatía, hostilidad o

delincuencia. Adicionalmente analizan varios tópicos relacionados con la educación

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 223

escolar y universitaria; desarrollo comunitario y problemas urbanos como los barrios

marginales.

En la perspectiva de aconsejar acciones concretas, el documento concluye con dos

propuestas, la referente a una campaña educativa sobre la importancia de los

valores familiares, sustentada en la necesidad de cambiar aspectos actitudinales

como la pasividad generada en hogares carentes de recursos económicos y de

orientación paterna, y aspectos aptitudinales relacionados con la deficiencia del

sistema educativo.

En la otra sugerencia, se pedía al gobierno presentar un informe anual sobre el

desarrollo social del país y utilizando un sistema de indicadores sociales, de modo

que fuera posible evaluar el progreso de la marcha hacia metas como de la creación

de plenas oportunidades; estímulo de actitudes y acciones propulsoras del desarrollo

en todas las personas; sugerir modificaciones en la política social y orientar al país

hacia la revisión de los programas existentes o creación de otros nuevos.

Esta proposición al ejecutivo, se comentó también en el artículo central del último

boletín Fundaciones de 1968, en el que se llama la atención sobre la forma en que el

tipo estructura de oportunidades, derivada de la situación familiar y las condiciones

socio económicas y ambientales podía determinar un continuo proceso de ascenso, o

por el contrario, un circulo vicioso de miseria190.

Entre los argumentos de la propuesta, se señalaban aspectos plausibles sobre la

información que usualmente brindan los entes públicos: en algunos casos falta

referencia a aspectos sociales, tiene lagunas, o es irrelevante; en aspectos

sociales carecería de falta alcance y coherencia; cuando aborda lo social no compara

de manera clara resultados con metas formuladas por los organismos de planificación, o

con las necesidades reveladas en los censos y encuestas periódicas.

190 Fundaciones # 27 Nov dic 1968.

224 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En ese orden de ideas, los indicadores ayudarían a identificar de manera precisa y

continua las necesidades nacionales en materia de desarrollo social, la selección de las

metas más urgentes, escogencia de alternativas programáticas más eficaces, medición

de la productividad, entre otros aspectos. Como ilustración de los indicadores que

parece necesario desarrollar mencionan:

‗Modificación de las actitudes y valores, especialmente los relacionados con la

orientación hacia el trabajo, el logro, la nacionalidad y la cooperación; impacto del

mensaje transmitido por los medios de comunicación social sobre los valores y los

comportamientos; orden público y comportamiento antisocial según diversos tipos de

actos criminales y formas de delincuencia […] subempleo, calidad de vida familiar,

movilidad social, calidad de atención en entidades públicas, calidad de vivienda,

salud, educación, productividad de la fuerza de trabajo‘.

El empleo de indicadores planteado, apoyaría un programa para el desarrollo

social, que haría posible la coordinación y orientación de los múltiples programas

públicos existentes en áreas como salud, agricultura, niñez, ciencia, hacia metas claras;

se insistía en la necesidad de evitar la dispersión, duplicación, incoherencia y

contradicción de una pluralidad de esfuerzos, y la necesidad de incluirlos dentro de un

esquema común de metas y recursos, para que bien interrelacionados produzcan

resultados armónicos.

En éste frente de reflexión y expresión pública en torno a la situación nacional, el

DVC combinó varias acciones, buscando crear debates y corrientes de opinión para

mantener una presencia y posición activa del empresariado en el escenario nacional;

organizó entre sus aportantes afiliados, fundaciones y hombres de negocios en

general, encuentros de reflexión; también promovió estudios de opinión, cuyos

resultados se comunicaron a la sociedad, en textos y artículos diversos. En algunas

ocasiones, como en el caso de un estudio sobre el problema de la educación, éstas

resultados se dirigían de modo más especifico al Estado.

Fue comentado en varios medios el ‗sondeo de opinión‘ sobre la influencia de la

televisión y otros medios de comunicación social, que se realizó con el apoyo del

DVC; de sus conclusiones se desprendieron sugerencias sobre responsabilidad y

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 225

selección de los mensajes, también pautas de publicidad comercial ‗más acordes

con el papel educativo de este formidable medio de comunicación‘191. Otro de los

estudios se realizó con apoyo del Instituto de Estudios Sociales IDES, para

establecer con la aplicación de una encuesta entre 500 empresarios, cuáles eran

los problemas sociales que consideraban más graves192.

Los encuestados, señalaron en orden de importancia como principales problemas,

los de desintegración familiar y paternidad irresponsabilidad; crisis de autoridad a todos

los niveles; ausencia de responsabilidad ciudadana; inadecuada administración del

ingreso público; incapacidad para el trabajo productivo. Se destacó la estrecha

interrelación y similitud cualitativa de los problemas calificados como más graves, y

su vinculación con el ámbito de la familia; del mismo modo el hecho de que las

probables solución dependían de esfuerzos en el campo educativo dirigidos a las

nuevas generaciones. De acuerdo al razonamiento de los voceros del DVC, la empresa

privada como generadora del 85% del empleo en el país, al estudiar y evidenciar

tales fenómenos, del mismo modo que con sus programas, estaba cumpliendo su

obligación de buscar activamente soluciones193.

Es probable que las respuestas de los empresarios a la encuesta, estuvieran

condicionadas por el clima de opinión que se había creado en torno a los factores

paternidad, familia, educación, en medios escritos y eventos públicos, y al que el

DVC había contribuido mucho. En diferentes espacios, entre ellos los empresariales,

por ésta época era usual mostrar alarma por la explosión demográfica, los ranchos,

el creciente volumen de población sin educación ni empleo.

La preocupación por estos fenómenos se manifestó en acciones fundacionales

diferentes a las del DVC, que tenían una contrastante orientación ideológica,

aunque sus promotores estuvieran vinculados a esta organización, asi p.e., en 1971

191 DVC Informe 1968 – 1969.

192 Los resultados se publicaron y comentaron en varios medios, acompañados de artículos

sobre la crisis de la familia, procreación irregular, la educación, actitudes hacia el trabajo; asi mismo el documento ‗La educación; la gran urgencia‘ que se entregó al gobierno Ver El Farol # 229 1969. 193

DVC Informe 1968 – 1969.

226 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Iván Lansberg, un activo promotor del DVC, junto con Hans Neumann, Nicomedes

Zuloaga, Oscar Machado y otros crean la Fundación Paternidad responsable para

financiar actividades de planificación familiar; Alberto Vollmer y su esposa crearon en

1982 la asociación Pro – vida de Venezuela para defender el derecho a la vida y

contra la planificación familiar; Neumann además participó como miembro de la junta

directiva de la Federación internacional de planificación familiar, y patrocinó la campaña

‗el condonazo‘ en 1990 (Méndez Ch., 2003: 77 - 78).

Nuevos encuentros de empresarios mostraron la misma sensibilidad con los

problemas sociales que se traía desde el primer evento, asi p.e., las llamadas

reuniones de trabajo de 1969, organizadas en Maracay por DVC, Asociación

venezolana de ejecutivos, Comité interamericano de comercio y producción CICYP,

también llamadas Maracay II, referencia al primer encuentro que había inspirado la

creación del DVC. Dentro de los expositores y participantes hubo en esta ocasión,

no solo integrantes de los principales grupos empresariales, sino funcionarios del

Estado, directivos sindicales, académicos, políticos, voceros de gremios y

fundaciones194.

Los aportes del evento se recogieron en el texto ‗Venezuela y la construcción de su

futuro’, en que se pretendía con enfoque interdisciplinario, anticipar contingencias,

construir escenarios y hacer proyecciones, que ayudaran a ‗construir el futuro de

Venezuela‘. En el discurso inaugural, Enrique Sánchez ilustra la manera como veían

su presente: con una situación mejor que la primera generación afligida por epidemias

y miseria, con el auge petrolero que hacía de Venezuela el país con el mayor ingreso

per cápita, pero con evidencia de que la miseria era angustiosa para muchos. Ésta

prospectiva al año 2000, reveló preocupantes variables demográficas, económicas,

sociales, y estimuló reflexiones sobre las nuevas generaciones, asi como el interés

por iniciar debates y análisis de problemas, de los que se ocuparía un Centro de

Estudios del Futuro trabajando hasta 1973.

194 Ver DVC Informe 1968 – 1969.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 227

Como hemos visto, desde el encuentro de Maracay, el sector de empresarios

relacionados con ese evento y con las tareas del DVC, compartían la convicción de

haber enunciando una nueva concepción sobre la manera de hacer empresa. Por ello

una de las tareas de ésta entidad fue difundir el concepto de Responsabilidad social

de la libre empresa y también incorporar el tema a una ‗campaña de imagen‘, para

dar a conocer los aportes de la responsabilidad social de la empresa al país en

cuñas radiales por 17 emisoras de Caracas y el interior del país195.

La fijación de posturas y pronunciamiento público sobre los problemas del país,

como los del DVC que hemos descrito, tuvo lugar en medio de una creciente

decepción por los pobres resultados de la industrialización desde fines de la década de

los 60s; y se manifestó en otros órganos del medio empresarial como el Boletín de

la Cámara de Comercio de Caracas, desde el que se llamó la atención por temas

como los problemas derivados de la industrialización, la bonanza petrolera, el

desorden urbano, el transito, la contaminación, los malos servicios, los ranchos, la

inseguridad (González Deluca 1994: 568 – 569).

La acción intermediadora del DVC entre donantes y entidades ejecutoras de ‗acción

social‘, asi como la interrelación encuestas - estudios - propuestas al Estado o la

sociedad, para las empresas afiladas significaba una manera de hacer más racionales

y visibles las acciones asistenciales y caritativas que habían venido desarrollando, y

al mismo tiempo revela algunos aspectos destacados del momento. Un sector

apreciable e influyente del empresariado sentía alarma por la dimensión de los

problemas sociales y los riesgos que ello conllevaba para el orden social; deseaba

mostrarse como un grupo social sensible y activo ante la adversa situación de su

entorno.

Al mismo tiempo, se hacía manifiesta alguna frustración por la ineficiencia del

Estado rentista que, teniendo una apreciable capacidad económica, no había logrado

generar una buena capacidad de acción ante los que deberían ser sus cometidos

sociales y las necesidades del interés público. En relación con la percepción de su

195 DVC informe 1972 - 1973

228 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

medio social, y a tono con su preocupación sobre la deserción del rol paterno y la

desintegración de los hogares, se puede decir que este empresariado con sus acciones

asistenciales, de modo implícito y latente, tendría una disposición paternalista

ante las necesidades de esas grandes masas, que percibía como carentes de

figura paterna y bienestar económico.

Aporte a la fundación del Instituto de Estudios Superiores de

Administración IESA

Una de las acciones destacadas del DVC fue su contribución a la fundación del

Instituto de Estudios Superiores en Administración IESA en 1968, en un proceso

que dependió de la iniciativa de las fundaciones, exponentes de las más notables

firmas de la época. Los primeros esfuerzos por introducir el estudio de la gerencia

moderna, se hicieron en 1956 cuando en entonces director de Relaciones

industriales de la Creole Carlos Lander, y más adelante directivo de IESA, interesó a

ésta firma para que en lugar de enviar ejecutivos a adiestrarse a EU, trajeran un

equipo de la Norhwestern Universty y ofreciera un programa avanzado en gerencia; a

estas reuniones acudieron Gustavo Vollmer, Oscar Machado Zuloaga, Eduardo

Mendoza; funcionarios de empresas públicas y docentes de administración196.

En el mismo año 1956 se abrió la escuela de administración de la Universidad Central

de Venezuela UCV, y también una serie de programas cortos sobre gerencia y

relaciones humanas e industriales, dictados por expertos extranjeros en hoteles y

clubes del país. De dos de estos programas nació, en un grupo de participantes

encabezados por Héctor Hernández Carabaño, Oscar Machado Zuloaga, Luisa Amalia

Vegas, F.J. Rodríguez y otros, la idea de una agrupación gerencial.

Otro antecedente fue la constitución de la Asociación Venezolana de Ejecutivos

AVE en 1957, y la apertura de la escuela de administración en la Universidad

católica Andrés Bello UCAB; en ese mismo año comenzaron los cursos avanzados de

gerencia en español con apoyo de la UCV y Northwestern University, a cargo de

196 Fundaciones # 25 1968.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 229

profesores venezolanos: Salvador Larrazabal, Benito Raúl Losada y Arturo Navas

Gómez.

En 1968 después de 4 años de actividad preparatoria, con el apoyo de la mencionada

AVE y el DVC, el concejo municipal de Caracas y la corporación de Guyana,

empieza actividades IESA. Entidad que representa la más avanzada y profesional

academia de administración del país, dedicada a temas de gerencia pública y

privada. Su primer Concejo de dirección fue presidido por Carlos Lander y

compuesto por más de 60 profesionales, empresarios y ejecutivos, entre ellos los

rectores de las universidades nacionales, directivos de entidades públicas y privadas,

entre los que se destacan Santiago Vera Izquierdo ex rector de la UCV; el empresario

Enrique Sánchez; Iván Lansberg y Hugo Manzanilla del DVC; Rafael Alfonso Ravad

de la estatal Corporación Guyana.

En la fundación de IESA, se combinan procesos y aportes significativos: la

contribución indirecta de las petroleras extranjeras a través de las experiencias e

iniciativas de Carlos Lander; el interés del empresariado nacional, que con el

liderazgo del DVC consigue ayudas de 500 empresas y entidades, no solo sus

afiliadas; el apoyo de la Fundación Ford y la AIDE. Todo lo anterior hizo posible que se

reunieran 20 millones de bolívares para garantizar los primeros 5 años de actividad.

2.9.8 Crisis y replanteamiento del DVC en un escenario de

cambios

Las actividades filantrópicas que Mendoza habían comenzado con sus fundaciones,

con la actividad del DVC alcanzaron cierto liderazgo y proyección hacía el

sector empresarial. Desde los años 60s, crece el sector fundacional promovido

por diferentes firmas privadas y la experiencia del DVC se convierte en un

referente importante de organización y compromiso; sus promotores exhibiendo una

disposición cosmopolita, mantienen nexos con entidades similares a nivel

internacional, a tiempo que se reconoce la originalidad y acierto de su modelo de

actuación asistencial y se intenta reproducir en otros países.

230 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Como se ha señalado antes, Rockefeller y las firmas petroleras extranjeras inspiraron

y contribuyeron al arranque de la actividad fundacional; el DVC a su vez construyó

nexos con otros organismos y programas, principalmente norteamericanos como los

de la Fundación Ford y la United Way International, obteniendo asesorías y variados

apoyos, p.e., un Seminario ejecutivo sobre Desarrollo y gerencia del sistema de

recaudación de fondos; y a un curso en E.U. sobre Dirección ejecutiva para

organizaciones sin fines de lucro.

A su vez el esquema organizativo del DVC y sus principios de responsabilidad social

empresarial, fueron conocidos y tuvieron alguna difusión en otros países: en

Curazao se intento establecer un organismo similar; en Filipinas se creó el programa

‗Empresas filipinas para el progreso social‘ en 1971 y más tardíamente en nuestro

país ‗Dividendo por Colombia‘ en 1998 (DVC 1972; Méndez Ch., 2003: 73).

En lo que se veía como una manifestación del avance y maduración de la actividad

fundacional venezolana, con aporte sustancial de las entidades establecidas por

Mendoza y apoyo de fundaciones norteamericanas, se realizan en Caracas dos

reuniones internacionales de organizaciones de este género. Después de

preparativos que tuvieron año y medio de anticipación, e incluyeron el envío de 100

cuestionarios a fundaciones y empresarios de América Latina, en octubre de 1974

sesionó la ‗Primera reunión de empresarios y fundaciones de América‘197.

Al el evento contribuyeron directivos de importantes fundaciones entre ellas la Creole;

en el comité organizador estuvieron John Phelps (H), George Hall, Luisa Helena

Mendoza, Luis Marcano Coello y Pablo Pulido; asistieron delegados de Argentina,

Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Ecuador, EU, Guatemala, México, República

Dominicana, y Perú. La información de los cuestionarios se ordenó y publicó en el

texto Fundaciones de América Latina, obra coordinada por Luisa Helena

Mendoza, una de las hijas del empresario Mendoza, quien ha continuado hasta el

presente dirigiendo la fundación que lleva ese apellido.

197 Vencemos # 104 1974; El año anterior la Fundación Mendoza había publicado un folleto

sobre las fundaciones privadas en Venezuela en donde se las presenta y se informa sobre sus inversiones y actividades.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 231

La inspiración norteamericana en la actividad fundacional de Mendoza y la intención

de actuar como promotor de la misma se evidencia una vez más en la intervención

que hace durante el evento: señala que un motivo para promover el encuentro fue

conocer cuáles eran las actividades que en el campo social realizaban los empresarios y

fundaciones de América Latina; la información reunida permitió constatar ‗que si bien

el movimiento fundacional de nuestros países dista mucho de tener la posición que

tiene en EU, esas instituciones están desarrollando una meritoria y utilísima labor en

nuestro continente‘.

Los temas tratados tuvieron que ver con la actividad fundacional en relación a

cuestiones de desarrollo agrícola vivienda, educación y salud; Mendoza en su discurso

introductorio proponía analizar la cuestión de la asistencia técnica y transferencia de

tecnología; la posibilidad de canalizar a través de las fundaciones privadas, recursos y

proyectos orientados a programas de mejoramiento de la comunidad.. ‘para que las

tecnologías de que disponen las fundaciones de los países industrializados puedan ser

utilizadas en los nuestros, beneficiando de esta manera y en forma más accesible los

programas de acción social‘. Igualmente propuso pensar en el desarrollo de la

agricultura con nuevas técnicas para alcanzar productividad y autoabastecimiento;

prioridad a programas que puedan ser desarrollados en conjunto; buscar

mecanismos para que el sector público privado colabore más efectivamente con las

fundaciones.

Según la reseña de la revista Vencemos, Mendoza presentó el sector fundacional

venezolano con 35 años de actividad, empezando con la Fundación venezolana

contra la parálisis infantil; integrado por 34 fundaciones privadas y asociaciones

similares en cuanto a sus propósitos sociales y a no tener fines lucrativos, que a la

fecha funcionaban e invertían 70 millones de bolívares al año en actividades de

educación, cultura, vivienda, salud, desarrollo económico, investigación, agricultura y

bienestar colectivo198.

198 Ibid Vencemos # 104 de 1974.

232 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En esta ocasión, Mendoza resume una vez más su visión sobre la acción fundacional y

los requerimientos que había venido haciendo al Estado. Se refirió a los serios

problemas que afectan a la sociedad y las reacciones de violencia que generan,

ante las cuales: ‗como sector privado no podemos seguir ignorándolos si queremos

mantener la estabilidad y continuidad de nuestra vida democrática […] no bastan las

acciones del gobierno, ni las aportaciones de recursos es necesario hacer conciencia

que debemos dedicar nuestro tiempo para emprender soluciones de envergadura antes

de que sea demasiado tarde‘.

Propone como ejemplo de acción empresarial organizada, el caso de DVC, expresando

sin embargo escepticismo al afirmar que ‗cuando se estableció en Venezuela como

en otros países, tuvo una gran acogida, pero después muchos de los que en un primer

momento habían sido decididos partidarios de esa institución, le fueron retirando su

apoyo‘. Reclamó de los gobiernos mayor impulso al movimiento fundacional mediante

el establecimiento de normas legales que lo favorezcan; sugiere como medida de gran

beneficio la modificación de la ley de impuesto sobre la renta para elevar el porcentaje

que actualmente se permite deducir a las personas jurídicas y a las comunidades, por

concepto de liberalidades a organizaciones benéficas o de fines sociales y culturales;

asi mismo establecer que las personas naturales, cuyos ingresos se deriven de sueldos

y salarios, puedan deducir del impuesto el monto de sus donativos a esas

instituciones.

Si bien, la realización de esa primera reunión de fundaciones mostraba cierto

dinamismo e interés por generar nuevas formas acción, la frase de Mendoza

sobre la pérdida de apoyo de las empresas al DVC, evidencia un fenómeno que se

advertía desde unos años atrás. Alfredo Anzola como presidente del DVC informaba

en 1971 de una disminución de las inversiones sociales comunicadas al DVC; la

cual consideró significativa en relación con la situación de las empresas respecto a

su participación general en el producto territorial bruto. En su concepto, ello podría

deberse a que los proyectos educativos no mostraban tan rápidamente resultados y

ello desanimaba a los aportantes; aunque se reconocen posibles deficiencias de

información o que ‗las empresas consideran más conveniente invertir fondos en

programas de fortalecimiento del sistema de democracia económica‘ (DVC 1971).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 233

La afiliación de las llamadas Organizaciones voluntarias de acción social, muestran

también una disminución de la actividad; había ocurrido un crecimiento rápido desde

el comienzo del DVC, hasta el año 1968, momento en el que comienza a ser más

pausado por la reducción en la inscripción de nuevas entidades (DVC: 1972).

Esta declinación coincide con el comienzo de una nueva época en las relaciones

entre la empresa y sus entornos social y estatal, situación que ocasionó también

un giro significativo en el manejo del DVC. Como hemos visto, en éste período las

críticas al capitalismo y a las políticas económicas sustitutivas, recalcaban su

fracaso como formulas de crecimiento y desarrollo; los empresarios, tanto como el

establecimiento reciben agudos cuestionamientos199. En relación a lo anterior, en

1976 los directivos del DVC con Marcel Granier a la cabeza hacen un temeroso

diagnóstico en el que consideran que la empresa privada está en peligro, puesto que

sufre muy fuertes ataques y no puede defenderse, razón por la cual se decide

emprender una campaña publicitaria de gran alcance para mejorar su imagen,

presentando en los medios de comunicación las realizaciones y los beneficios que

deriva la sociedad de su sector empresarial (DVC 1976).

Los infructuosos esfuerzos por acrecentar la base de afiliados y elevar las

contribuciones al DVC, del mismo modo que la nueva percepción del compromiso

social de las empresas, llevaron a que se redujera el nivel de los aportes exigidos a

los empresarios afiliados, operándose un cambio, que significa la declinación de la

idea de compromiso empresarial que deseaba sacar adelante Mendoza, y el

surgimiento de una nueva forma de concebir la contribución del empresariado a

la sociedad.

La propuesta de modificación de estatutos presentada en el informe de 1976,

reconocía que se afrontaba un estancamiento en el número de afiliados y que la

exigencia de aportar entre 2 y 5 % de utilidades anuales eran la causa del mismo,

ya que muchos empresarios entre los más fuertes ‗no están dispuestos a contraer

compromisos en forma taxativa y obligante‘ (DVC 1976: 5).

199 La mayoría de éstas críticas y polémicas se desarrolla en el ámbito periodístico, pero de

ellas quedaron algunos libros representativos, p.e, Rangel D., (1972); Martín A. (1975).

234 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Una vez aprobada la reforma, el compromiso de las empresas asociadas al DVC

se redujo ‗a destinar al servicio de la comunidad un porcentaje de las utilidades netas

de la empresa cuya cifra determinará libremente el propio asociado, o una cantidad fija

anual la cual determinará libremente el propio asociado‘ (DVC 1976: 8). Es destacable

que se mantuvo la libertad para que el asociado decidiera el destino de sus

contribuciones, pero se le pedía que atendiera recomendaciones de la asociación y

coordinara con ella su acción; también que en el cálculo del aporte, ‗no se computará

aquellas contribuciones cuyo destino sea beneficiar contractual o voluntariamente al

personal de la respectiva empresa‘.

De este modo, se quitaba la exigencia de aportes a los afiliados, y se insistía una

vez más en estrategias publicitarias de mejora de imagen. Esto último deja ver, no solo

la típica lógica de un empresario de medios como Granier que era el directivo de

entonces, sino la intención de disminuir los compromisos más serios y tangibles

que la organización llegó a tener. Evidentemente queda atrás la perspectiva un poco

más comprometida que había propuesto Mendoza y los fundadores del DVC, y

comienza a tomar cuerpo el estilo de la responsabilidad social empresarial de exiguo

esfuerzo y fuerte divulgación, que es más usual en los últimos años.

Este cambio de rumbo en el DVC, coincide con una etapa crítica de la vida

empresarial: en un primer momento los críticos más radicales del capitalismo y las

políticas sustitutivas, denunciaron el favorecimiento de una elite empresarial

enriquecida y poco productiva; más adelante, ya avanzado el primer mandato de

Carlos Andrés Pérez, se crearon condiciones más exigentes de competencia y

apertura de espacios a otros inversionistas, a tiempo que el ejecutivo debilitaba sus

nexos con la primera generación de industriales de la que hacía parte Mendoza.

En los siguientes años del DVC se mantiene la formula de defender la imagen del

empresariado por medio de la publicidad, en un escenario económico en el que la

economía y el modelo sustitutivo sufrían impactos desestabilizadores.

Del informe de actividades de 1979, se puede deducir que la supresión del

porcentaje obligatorio a aportar no había propiciado mejoras en la situación del DVC.

De modo discreto, en este año se menciona un estancamiento en los ingresos, que

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 235

conduce a limitar las acciones a emprender. Por otra parte, incidieron factores del

momento: el proceso inflacionario redujo el rubro de gastos generales; asi mismo

las alzas salariales obligatorias y la necesidad de vincular personal de promoción

agudizaron éste déficit, que pareció atenuarse con algunos aportes importantes de

‗contribuyentes no afiliados‘. Se trabajó en una campaña para divulgar las

realizaciones del DVC en sus 16 años de actividad, teniendo por propósito también

motivar la afiliación de nuevos empresarios; con apoyo en contribuciones extras,

se publicaron anuncios de prensa que destacan aportes al mejoramiento de la calidad

de vida como producto de los programas de salud, recreación, educación, deportes

(DVC 1979).

Dos años después, nuevamente se emprendieron campañas publicitarias para la

defensa del empresariado ante los sectores hostiles, exhortando a hacer ver los

beneficios que aporta la empresa privada a la sociedad, en medio de los dos frentes

que típicamente se consideraban antagonistas: ‗existe un reconocimiento vago de la

importancia del papel del sector privado en la economía, pero la preponderancia del

Estado a través del ingreso petrolero, y las campañas de descredito, han hecho mella

en ese reconocimiento‘. En esta oportunidad se recomendaba hacer énfasis en los

beneficios aportados presentando declaraciones de trabajadores y consumidores; y

acudir también a artículos, programas de opinión, reportajes y entrevistas (DVC 1981).

Desde comienzos de los años 80s, el propósito de promover la incorporación de

nuevas firmas, y asi aumentar los ingresos para realizar programas, había tropezado

con dificultades relacionadas con el entorno económico. Las crisis que afectaron el

sector industrial y comercial, especialmente la del segundo semestre de 1980,

dificultaron a un gran número de empresas el pago de contribuciones; el informe

enfatiza en que se cancelaron, aunque con retraso. Otro de los efectos de la situación

fue el de desalentar la incorporación de nuevas empresas, lo que siempre ocurría en

períodos de agitación política o electoral; también se chocaba con la idea que la

resolución de los problemas sociales que planteaba el DVC, era una obligación del

Estado.

Las actividades del DVC como proyecto impulsado por Mendoza, cierran un proceso

de varias décadas en las que éste industrial dio vida a una concepción del papel

236 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

social del empresario, que por una parte, contenía elementos inherentes a su

sensibilidad personal y a la tradición de su grupo social y familiar; y por otra

componentes estratégicos y políticos relacionados con la situación del empresariado

ante las políticas económicas del período en que actuó.

Al mismo tiempo estaba presente la influencia petrolera, el surgimiento de la industria

privada nacional y estatal, la conformación del empresariado y algunas organizaciones

funcionales al mismo. En este proceso, la proximidad e interacción de diversos

individuos p.e., Carlos Lander, Luisa Amalia Vegas, Alfonso Ravad conectó campos

de acción variados y complementarios como la academia gerencial, las entidades

asistenciales de empresa, el grupo Mendoza, la empresa industrial estatal, en los que

se compartían y reforzaban las ideas sobre el papel del empresario en la comunidad; se

visualizaban en conjunto fenómenos como la creciente pobreza y desequilibrio social;

el problema de la insurgencia; la expansión del Estado.

En relación con la actividad y figuración que tuviera en sus primeros años, desde la

década de los 80s el DVC se estanca y tiene un papel más discreto en la vida

nacional. Como veremos, esta situación no se debe a que decayera entre los

empresarios el interés por las acciones fundacionales y asistenciales, sino más bien

que se presentaban otras formas de acción y tenían más aceptación nuevas

estrategias de presentar socialmente contribuciones y ayudas privadas a la

sociedad.

2.9.9 Nuevos protagonistas, modalidades y formas de

responsabilidad empresarial

En el marco de los booms petroleros de los años 70s y del incesante crecimiento del

Estado, aumenta el interés de los empresarios por establecer fundaciones y otras

organizaciones empresariales, en un proceso que llegaría a ser más notable en los

años 80s (Méndez Ch, 2003). En unos casos se trataba de una formalización y

replanteamiento de los propósitos que inicialmente las habían animado; en otros de

nuevas organizaciones se fundaban y empezaban actividades; lo más destacable es la

diversidad de objetivos y formas de acción que surge y que resulta muy

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 237

contrastante respecto a las concepciones y prácticas que había desarrollado la primera

generación de organizaciones.

En el frente estatal, después de la nacionalización petrolera, la empresa pública

PDVSA, continuaba la tradición de asistencia y ayuda a diferentes causas y grupos

sociales. A nivel del empresariado nacional se organizaron nuevas fundaciones como

Polar; en 1976 Fundametal para la capacitación industrial y Grupo Santa Lucía,

enfocado a la reflexión y opinión sobre temas de interés público y desarrollo nacional.

Es destacable también la fundación de Federación Venezolana de Fundaciones

Privadas en 1977; entidad que organizó eventos para fundaciones que compartían

intereses; divulgó modelos de inversión social del exterior; elaboró directorios de

fundaciones; representó a las fundaciones en consultas del Estado. Con el

ejecutivo se trataron temas tributarios como exención y exoneración del impuesto a la

renta, incentivos fiscales a empresas; y se expresaron reparos ante disposiciones

como la que obligaba a las fundaciones a gastar el 90% del presupuesto en asuntos

programáticos, argumentando que ello descapitalizaba a las organizaciones

(Méndez Ch., 2003: 91).

La segunda reunión internacional de fundaciones en 1981, reflejó el crecimiento de

organizaciones y una vez más su aproximación a entidades extranjeras. En el

evento participó como organizadora, la hija del fallecido empresario Mendoza, junto

a representantes de otras fundaciones como Polar, Council on fundations,

Fundación interamericana IAF, fundación Ford. Se habló del patrocinio de 41 empresas

nacionales; asistencia de 400 representantes de más de 100 fundaciones de Europa,

Latinoamérica, E.U., asistencia de Nelson Rockefeller y el presidente Luis Herrera

Campins200. El grupo se dividió en comisiones de salud, educación y desarrollo

agrícola se presentaron temas relacionados con el deber de los empresarios ante los

sectores desfavorecidos; por parte de Fundación Polar la urgencia de profesionalizar

el trabajo de las fundaciones y la necesidad de que en las directivas tomen parte

representantes de los grupos sociales objeto de atención (Méndez Ch., 2003: 106 –

107).

200 Vencemos # 141 1981.

238 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Algunas de las primeras fundaciones establecidas, continuaban sus programas, en

tanto que otras estaban abocadas a replanteamientos estratégicos. Ejemplo de las

continuadoras fue la Fundación Neumann del Grupo de empresas químicas

Corimon, que desde 1959 actuaba en el campo cultural y educativo, promoviendo,

entre otros programas, los de educación infantil con énfasis en pedagogía, creatividad

y artes. Hans Neumann su principal promotor, actuó en otras organizaciones

filantrópicas como el DVC, y se destacó por su concepción de que la actividad

fundacional debería ‗evitar todo viso de obra de caridad‘ generadora de conductas

paternalistas y de dependencia; del mismo modo que su llamado a evitar los excesos

publicitarios y la reducción de la actividad fundacional a propósitos de relaciones

públicas.

Por otra parte, también se presentaba la participación de los empresarios de la

primera generación en nuevos frentes de actividad fundacional como el tema

ambiental. Es asi como en 1975 se crea la Fundación para la Defensa de la

Naturaleza Fundena, con el aporte de Mendoza, Oscar Machado Zuloaga, Carlos

Beracasa, Gustavo Vollmer, William Phelps, Thomas Blohm; sus propósitos eran

apoyar la investigación aplicada y el manejo de áreas protegidas (Méndez Ch.: 89 ss).

Por ésta época, el Estado daba los primeros pasos en la definición de un marco

normativo y organización de las primeras instituciones relacionadas con medio

ambiente y recursos naturales renovables; la concurrencia privada al mismo tema

muestra una vez más el sentido de competencia y emulación de esfuerzos que se

manifestó en otras ocasiones.

Un proceso significativo de cambio e institucionalización de lo que era un pequeño

programa de asistencia a los propios trabajadores y su conversión en una labor

fundacional ocurrió en Empresas Polar. Esta firma empezó actividades en los

años 40s, y desde 1962 estableció la asociación El Puntal, dedicada a desarrollar

varios programas de ayuda a sus trabajadores y familiares, entre ellos educación

básica y para gestionar donaciones a organizaciones sin fines de lucro. En 1977,

siendo uno de los grupos empresariales más destacado en el sector de alimentos y

cervezas crearon la Fundación Polar; el acta de constitución menciona entre los

campos de actividad: educación, cultura, salud, recreación, desarrollo científico y

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 239

tecnológico en agricultura e industria, preservación del medio ambiente (Fundación

Polar 1977).

Los recursos de la fundación fueron aportados por las 18 empresas del grupo201;

desde su primer año, la dirección ha estado a cargo de Leonor González de

Mendoza, esposa del fundador y líder del grupo; en el presente ha alcanzado una

importante posición entre de las organizaciones de su género. En sus primeros años,

el avance del proyecto y las relaciones con su entorno, llevaron a esta organización

a definir como parte de sus principios y concepciones los siguientes: necesidad de

desarrollar una nueva visión de empresa que contribuya a demandas sociales;

aprecio por los ‗beneficios de imagen‘ y otras ventajas no económicas que se

derivaban de su actividad; defensa de la interdependencia y concertación con el

sector público para alcanzar mejores resultados; el campo de acción, se define

respecto a los posibles impactos productivos: ‗en ningún área podrá y deberá actuarse

con mayor conciencia y experiencia, que en aquella dentro de la cual se desenvuelve la

actividad de las empresas patrocinantes‘202.

Asi mismo, como destaca Méndez (2003: 93), el desarrollo de los programas de

Fundación Polar llevó a que se plantearan las dificultades para abordar y atender

directamente problemas significativos y la necesidad de crear modelos de acción más

adecuados para abordarlos. Se analizaron experiencias de fundaciones

norteamericanas dedicadas a campos como ciencia, salud y educación, cuya

actividad había contribuido a inducir transformaciones frente a grandes problemas. En

el campo de la gestión se avanzó en la idea de una inversión reproductiva y

ejecución de proyectos mediante cogestión, y un parámetro de gestión organizacional

donde los gastos de administración no podían superar el 20% del presupuesto.

201 Como ilustración del nivel de ingresos manejado, para el período 1980 – 1981, el informe

menciona 36‘047.579 bolívares, Ver Fundación Polar Informe de actividades 1980 – 1981. 202

Inicialmente las tareas desarrolladas son concesión de becas y otras ayudas a obreros de las empresas y sus familiares; más adelante se adicionan programas de investigación y experimentación en producción de maíz y soya, relacionados con variedades, regiones agrícolas, paquetes tecnológicos, entre otros; despúes el patrocinio de publicaciones de interés cultural y académico como el Diccionario de historia de Venezuela, Ver Fundación Polar Informes de actividades 1977 - 1981.

240 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Otros ejemplos de cambio en la concepción y práctica de la actividad asistencial se

encuentran en la industria de licores y cigarrillos. Debido a restricciones en la publicidad

de sus productos, las necesidades de imagen corporativa, de compañías que habían

sido pioneras en actividades de asistencialismo a sus trabajadores, como Cigarrería

Bigott y Ron Pampero, conducen a que nuevas formas de acción como programas

de promoción y divulgación de la cultura y el folklor nacional, del mismo modo a

campañas de protección ambiental203.

En otros casos, firmas que habían sido destacadas y sortearon exitosamente las

fuertes crisis de los años 80s y 90s, emprendieron actividades fundacionales. Un

ejemplo importante fue el grupo de empresas del sector comercio, comunicaciones y

servicios que desde los años 40s había formado Diego Cisneros. La temprana

muerte de éste empresario llevó a sus hijos a asumir la dirección el grupo,

emprendiendo primero un ensanche de las inversiones, y una problemática

participación en la actividad financiera; pero más tarde una exitosa diversificación e

internacionalización, que tuvo por eje central negocios de información y televisión204. En

1997 este grupo establece la Fundación Telcel, que desarrolla varios programas,

entre ellos los de educación y asistencia a niños y jóvenes en situaciones de

riesgo.

Si la etapa de nacionalización de recursos como el petróleo y el hierro en los años

70s, había alejado de la actividad asistencial y fundacional a pioneros y exponentes

destacados, como las compañías petroleras extranjeras, las políticas aperturistas de

los 90s, promovieron un rápido retorno de la inversión extranjera, que volvió a ser

notoria en sectores como el petróleo, pero también en otros como agroindustria, y

telecomunicaciones. Lo anterior motivó nuevas formas organizativas y prácticas de

Responsabilidad empresarial, que ahora fueron lideradas por la Cámara Venezolano

Americana Ven Am Cham.

203 Delgado N., Furiat C., Zambrano X., La imagen corporativa y el patrocinio cultural a través

de fundaciones privadas en Venezuela Tesis Comunicación social Universidad Central de Venezuela 1991; Méndez Ch., 2003: 109, 134. 204

Sobre los primeros años del grupo y su fundador, véase: Bermúdez A., (1992); sobre la segunda generación de continuadores (AVE s.f.); Bachelet Pablo ( 2004) y Sant Roz J., (2004).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 241

En esta nueva etapa, la llamada Alianza Social coordinó un trabajo conjunto entre

empresas extranjeras, Estado y organizaciones comunitarias orientado a promocionar

entre las empresas el tema de la Responsabilidad social RSE; crear directorios de

ONGs; divulgar nuevas metodologías como las de balance social; premiar

experiencias205. Méndez (2003: 135 – 136) resume una de las particularidades de esta

nueva corriente señalando: ‗la finalidad de Alianza social no es defender la actuación

privada sino establecer buenas relaciones entre el gobierno y las empresas

transnacionales, este organismo toma el espacio dejado por la Federación de

fundaciones privadas‘.

Las organizaciones y fundaciones de los años 80s y 90s, tuvieron formas de acción

sustentadas en conceptos gerenciales y modelos de trabajo propios de la concepción

estratégica y competitiva de la etapa neoliberal de la economía; en algunos de ellos

participó el DVC, y sus formas de acción en gran parte estuvieron orientadas a los

beneficios de imagen corporativa e impacto en sectores significativos para sus planes

competitivos.

Algunos de éstos nuevos programas fueron: la promoción del trabajo voluntario,

para que grupos de empleados y sus familiares y amigos, participaran en tareas

de interés social y comunitario emprendido por Fundación Telcel; aporte voluntario

por nomina AVN, fue aplicado en una variedad de firmas, en las gerencias

promovieron entre sus empleados la donación de un porcentaje de su salario,

comprometiéndose a contribuir con una cantidad equivalente, para destinarla a obras

sociales; de modo similar, se promovió entre los consumidores el programa ‗dona tu

vuelto‘206.

Dentro de la sucesión de prácticas empresariales del siglo XX, éstas recientes

modalidades corresponden a una postura pragmática y gerencialmente

205 Los propósitos de esta etapa, junto con nuevos marcos conceptuales y algunos de los

programas fueron descritos en varios documentos, en los que se conectaron éstas iniciativas en una misma línea de desarrollo histórico, con la realizaciones filantrópicas de Mendoza y el DVC, aunque diferenciando aquellas por su carácter más avanzado como estrategias de empresa y gerencia, Ver Alianza Social – Ven Am Cham 2004ª, 2004b. 206

Dinero # 181 2004

242 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

profesionalizada, en que se ha estructurado el discurso de la Responsabilidad Social

Empresarial RSE como un versátil conjunto de herramientas, para que las

compañías sean un ‗buen ciudadano corporativo‘ y puedan tener una línea de conducta

aceptable y presentable socialmente. En tales metodologías, los componentes

estratégicos e instrumentales tienen prioridad, y los programas son mecanismos para

posicionarse mejor en el mercado y afianzar la competitividad. Estos planteamientos

están más cerca de las tareas de imagen corporativa y relaciones públicas, que de la

tradicional caridad o filantropía, y avanzan en un escenario global en que las

instituciones de protección social, los derechos laborales y la noción de ciudadanía se

han debilitado en extremo.

Es evidente que frente a las actividades asistenciales, filantrópicas y fundacionales del

empresario Eugenio Mendoza, que son el centro de este estudio, las prácticas más

recientes que hemos reseñado, evidencian tanto cambios en el escenario en que los

empresarios desarrollan su ‗acción social‘, como cambios en las concepciones y

prácticas que aplican. Para un entrevistado representativo de la primera época de

pioneros industriales venezolanos como Alberto Vollmer (Padre)207, quien asistió al

célebre encuentro de ‗Empresarios por la responsabilidad social‘ de Maracay en

1963, hay una gran diferencia entre los supuestos y formas de actuación que

animaron a su generación y las de los empresarios que en la actualidad siguen los

parámetros de RSE de una entidad como Cámara venezolano americana de Comercio

VenAmCham.

De acuerdo a la perspectiva de este veterano empresario, en las prácticas que

promueve esta influyente cámara, lo que cuenta como punto de partida es una fría

medición del impacto y tasa de retorno de cada unidad de inversión social; se calcula

más lo que va a derivar el inversionista como beneficio en imagen e influencia sobre

sectores sensibles del mercado, que su verdadera contribución a solucionar un problema

fundamental de la sociedad. Enrique Sánchez, otro destacado hombre de empresa y

de obras asistenciales y fundacionales, coincidió en lo esencial con este

207 Entrevista, Caracas Septiembre 3 de 2007.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 243

planteamiento, resaltando además la poca trascendencia actual de entidades como

el DVC, en relación con la importancia que tuvo en sus primeros años208.

En síntesis, los puntos de vista presentados dejan en claro que había terminado una

época y estilo en que los hombres de negocios se relacionaban con la sociedad y

buscaban su aceptación. La primera generación de empresarios, de la que hicieron

parte Mendoza y Vollmer, realizó inversiones benéficas y promovió instituciones

asistenciales, que también estaban orientadas a conseguir fines pragmáticos y

propósitos legitimadores concretos en el marco de las política de industrialización

sustitutiva del momento y frente a las condiciones y al medio social en que actuaban.

Sin embargo, en comparación con las prácticas recientes, lo que hizo la primera

generación reveló algunos elementos humanitarios y caritativos propios del habitus de

un grupo industrial pionero, más directa y claramente dirigidos a problemas sociales;

en tanto que las acciones de los exponentes actuales, diversos en su composición

sectorial, parecen corresponder en mayor medida a sus particulares planes

estratégicos y competitivos. La característica falta de transparencia que mantienen

los promotores de la RSE, sobre el nivel de las contribuciones en relación con sus

utilidades y otras variables económicas, más aún después que se derogó el

porcentaje mínimo que había aplicado el DVC, refuerza una imagen de

inconsistente y poco significativo aporte.

2.10 Síntesis: asistencialismo empresarial y permanencia del

paternalismo

Para los empresarios como Mendoza y otros que asumen el rol de ‗patronos generosos‘

(Ver anexo 1), los beneficios y aportes que ‗liberalmente‘ asignan a los trabajadores

además del salario, tiene un significado cambiante en el tiempo. Desde la periodización

que hemos propuesto, podríamos decir que en las visiones construidas en la primera

etapa de fundadores y pioneros, influye mucho la idea de pobreza e inferioridad

irremediable de los trabajadores; con las dádivas se pretende compensar los bajos

salarios, y remediar en algo una notoria mala situación, que suponen los patronos, no

pueden o quieren afrontar sus trabajadores.

208 Entrevista, Caracas Agosto 25 de 2007.

244 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Servicios como vivienda, comedores, asistencia médica y educación básica, están

dirigidos a solucionar necesidades esenciales, que no provee el Estado y de los

cuales depende la estabilización de los individuos en su papel como primera

generación de trabajadores industriales; del mismo modo se pretende promover adhesión

y compromiso con el empresario y sus exigencias productivas.

Los empresarios industriales pioneros, que hemos estudiado, tenían en común el

haber desarrollado sus habilidades empresariales y técnicas siendo muy jóvenes y en

la práctica del trabajo. Aunque la mayoría de ellos descendía de estirpes notables y

estaban provistos de cierta educación y cultura aportada por el medio familiar,

empezaron sus empresas con muy limitados medios.

Es muy probable que este origen los hiciera más abiertos a confrontar el espacio

sociopolítico que los rodeaba y más próximos y sensibles a las necesidades de sus

trabajadores: un trabajo que comienza en pequeña escala, con pocas diferencias y

distancias entre patrono y empleados es un espacio que resulta propicio, al menos

en las primeras etapas de las firmas, al surgimiento de un tipo de integración afectiva

paternalista, a veces necesaria para la generación de un gran potencial de fecundo

esfuerzo laboral y productividad (Gómez H., Márquez P., 1998).

En una segunda etapa, después de 1950, ya en el escenario del Estado rentista

venezolano, la organización de las prácticas de bienestar y asistencia se modernizan,

pero persisten en trabajadores y directivos un buen número de actitudes y sentimientos

típicos del vínculo paternalista. Por otra parte, los empresarios favorecidos por los

apoyos estatales de las políticas de industrialización sustitutiva, a través de su

publicitado asistencialismo buscan consolidar mecanismos de prestigio e influencia

política: se trata de construir una imagen de respetabilidad y orientación filantrópica,

tanto para seguir contando con la protección estatal, como para tener legitimidad y

aceptación frente a la sociedad en general.

Respecto a la relación laboral, como se trata de períodos más avanzados de las firmas,

hay mejores niveles salariales y adelanto organizativo, pero predominó la idea de la

incapacidad obrera para hacer un uso inteligente de los ingresos. Como veremos, la

cuestión de la falta de disposición para un ahorro que permitiera adquirir vivienda

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en el grupo Mendoza 245

propia, fue invocada muchas veces por Mendoza, como punto de partida para sus

esquemas de Cajas de ahorro y préstamos de vivienda.

En una última etapa desde fines de los años 60s, que detallamos arriba, sigue

presente la búsqueda de legitimidad, pero el elemento más significativo es la

institucionalización de las prácticas asistenciales. Asi mismo, es fundamental una

transformación, con la que se pretendió propiciar la participación de los trabajadores

como destinatarios de los programas y una actitud activa para la realización de sus

talentos y capacidades.

Si bien, hubo grandes avances en materia de legislación laboral y actividad sindical, que

transformaron el escenario empresarial nacional, la mutación y continuidad de

elementos paternalistas en la vida laboral después de 1958, se explica por la debilidad

del sistema de protección social (seguridad social, pensiones, ley laboral), del mismo

modo que por los factores del entorno socio político de regulación de las relaciones

laborales, que seguían dejando espacio a la autonomía del empresario para definir el

orden interno de las relaciones laborales.

Asi mismo, la ausencia de consistentes instituciones regulativas, pactos socio políticos de

gran alcance, o actividad sindical independiente y firme, hacía que influyeran más las

tradiciones de las elites, la cultura del rentismo petrolero y el mismo paternalismo estatal

en la configuración de las relaciones sociales en la firma. De este modo, resultaron

muy determinantes el voluntarismo empresarial y el particularismo de la firma en la

definición de las condiciones de trabajo y ‗trato‘ a los subordinados.

En casos como los que examinó el presente estudio, este gran margen de autonomía

para la firma llevó a que se construyera el modelo de relación laboral paternalista, que

aunque se puede considerar más excepcional que dominante a nivel nacional, por ello

mismo resulta notable y generador de interrogantes.

En el caso de Mendoza, los rasgos sensibles de su personalidad, tradiciones familiares y

cultura empresarial conformada en su consorcio, en las condiciones del auge rentístico

de su entorno, y en el marco institucional de autonomía de la empresa para definir el

manejo laboral y social de sus empleados, llevan a se genere el particular estilo de

gestión que hemos visto. Desde los años 60s, esa forma de manejo de la firma se

246 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

enunció y quiso mantenerse por las cualidades de equidad y armonía social que, se

consideraba su fundador y primeros directivos le habían aportado.

La notoriedad del fundador en el escenario político y el liderazgo que había alcanzado

en el campo empresarial, desde su temprana actuación como ministro en los años 40s, y

luego sus proyectos políticos, explican su esfuerzo por proyectar fuera de sus

empresas, lo que veía cómo sus fórmulas de armonía social y progreso. Asi se entiende

la actividad filantrópica de las fundaciones y el que, con el Dividendo Voluntarios para

la Comunidad DVC, haya motivado e integrado el esfuerzo de los más importantes

empresarios para actuar frente a los problemas del país.

Sin embargo, la decidida y loable idea del DVC, en lo que significaba como auténtico

compromiso del empresariado con la equidad social, se deja de lado tiempo después de

ser establecida la organización. De ese modo, esta propuesta tan ligada a la figura y

estilo de actuación de Mendoza, y típica del rentismo petrolero, se olvida como

posibilidad de responsabilidad consecuente de las elites económicas con la sociedad.

3. Concepciones y prácticas del paternalismo

empresarial en la región antioqueña

En este capítulo, se analizarán las más notorias actitudes y prácticas paternalistas

evidenciadas en un conjunto de firmas representativas del desarrollo empresarial

antioqueño, especialmente de la industria, durante el siglo XX. Con base en los aportes

descriptivos y analíticos de diferentes estudios de historia empresarial se describirá y

explicará cómo surgen y se transforman en los espacios fabriles particulares estas

formas de interacción entre patronos y trabajadores, destacando las concepciones de

los actores sociales y los elementos en torno a los cuales estructuran sus relaciones

de reciprocidad.

El fenómeno que exploramos ha sido notable en ésta región pionera de la

industrialización colombiana, cuyo desarrollo empresarial ha motivado un buen número

de análisis. Como se notará, se siguen muy de cerca las particularidades del manejo

laboral en varias empresas, integrando aportes descriptivos y narrativos, de estudios

académicos reconocidos e imprescindibles en la materia, como también de algunas

típicas historias institucionales de organizaciones y empresarios.

Entre los hallazgos de la investigación sobre cultura obrera y actividad sindical en el

período 1919 - 1945, para cuatro núcleos urbanos significativos (Bogotá, Medellín,

Barranquilla y Barrancabermeja), Mauricio Archila (1991) presenta varias

evocaciones e imágenes del viejo trato paternalista hacia los trabajadores. En primer

término, a pesar de las duras y a veces inhumanas condiciones que vivieron, se

manifiesta una nostálgica percepción en muchos de sus entrevistados, como ‗años

dorados‘. A tono con escenarios laborales de manejo muy personalizado y carentes de

especialización de las tareas administrativas, los primeros recuerdos se referían a una

fácil vinculación a las empresas, sin mayores trámites o exigencias de preparación;

248 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

en el caso de Antioquía se destacan los nexos familiares como otro factor de la

informalidad reinante.

Para el autor la falta de requisitos de ingreso no se explicaba solo por la baja

calificación de las actividades a realizar o por la pequeña escala de los

establecimientos, sino por la intención de los empleadores de crear lazos personales

con los trabajadores. Como se verá, esta forma de vincularse al mundo del trabajo,

es entendida por el trabajador más como generosa concesión personal, que como

producto de un impersonal proceso de selección; de lo cual resultan sentimientos de

lealtad, que mediante dádivas y actitudes deferentes podía ser acrecentado a lo largo

de la vida laboral.

Los trabajadores recordaban concesiones tales como regalos, especialmente en

navidad; ayudas y prestamos en situaciones difíciles, reuniones y actividades que se

compartían a propósito de celebraciones religiosas; y de modo muy especial la

cordialidad y deferencia de ser llamados por su nombre y ‗como si se tratara de viejos

conocidos‘; también la formalidad y puntualidad del pago, aunque se reconociera éste

como reducido. Lo anterior era más usual en Antioquía, pero también ocurrió en

empresas del centro del país, lo que sorprende por tratarse de una región en donde

se tendía a marcar más las distancias sociales entre patronos y trabajadores (Archila

M., 1991: 128).

Las prácticas paternalistas estaban ligadas tanto a la percepción del trabajador como

alguien ‗pobre‘ que requería caridad y moralización de parte de los empresarios,

como a la intención de ocultar las duras condiciones de trabajo y el trato despótico que

se impusieron a las primeras generaciones obreras y suavizarlas en algunos

momentos; era una combinación de elementos de dominación y explotación. Similar

perspectiva paternalista estuvo implícita en proyectos municipales de construcción de

barrios obreros; campañas antialcohólicas y moralizadoras; oposición a la aplicación

de normas sobre exclusión de menores del trabajo, argumentando que quedarían

expuestos a la vagancia y corrupción moral (Archila M., 1991: 132).

En las primeras fábricas de este período, ocurrió la alternación de momentos de

suave trato paternalista con otros más prolongados de mando arbitrario y

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 249

desconsiderado. Lo anterior, hizo que a pesar de las duras condiciones impuestas,

muchos trabajadores tuvieran una percepción de los empresarios como personas

bondadosas, dado que los asociaban con los buenos momentos y las cosas

aceptables que recibieron, mientras que atribuían todo lo negativo y abusivo al

capricho o celo excesivo de capataces y mandos medios.

Para muchos entrevistados por Archila y Weiss, la misma valoración positiva del

patrono se desprende de la contrastación de la etapa vivida como trabajador

industrial y los anteriores trabajos rurales y agrícolas mucho más precarios. Frente a

las lógicas de cálculo y control estricto de la producción, además de otras adversas

condiciones que se introdujeron en una etapa posterior, cierta autonomía en el

desempeño de las tareas y laxitud en las exigencias productivas de las primera

fábricas, también se percibieron como parte de la añorada época paternalista y

alimentaron la resistencia de los trabajadores a los cambios (Archila M., 1991: 149).

De acuerdo a la mencionada investigación de Archila, para una parte de las

compañías ocurre una extinción de las relaciones paternalistas por efecto de cambios

en la mentalidad obrera, relacionados con las luchas y presiones de la actividad

militante, que creaba los primeros partidos socialistas y organizaciones obreras. Estas

acciones dejaban al descubierto para los trabajadores, el nexo de la supuesta caridad

y humanidad con la explotación y el despotismo. Por otra parte, influyeron también

nuevos elementos del manejo del Estado, e incluso la transformación en las

concepciones de organización industrial, por la llegada de nuevas generaciones de

empresarios.

Sin embargo, se admite que en otros casos esa modalidad de autoridad tuvo cambios

que aseguraron su continuidad. Entre ellos se mencionan conferencias, programas de

alfabetización, actividades de los ‗Secretariados sociales‘ y programas a cargo de

trabajadoras sociales con fiestas, reinados y otras actividades de distención y

aprovechamiento del tiempo libre con fines moralizadores.

A continuación, destacando particularidades regionales, del mismo modo que

incluyendo pormenores descriptivos, nos ocuparemos de exponer un conjunto de casos

ilustrativos de la zona antioqueña. Se examinarán firmas del sector textil, del mismo

250 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

modo que el caso de Corona, firma de larga permanencia, hoy un grupo próspero

grupo empresarial, especialmente sus modalidades del asistencialismo, dádivas y

deferencia; la pervivencia y mutación de las prácticas, en medio del crecimiento de las

organizaciones, profesionalización, aumento de su complejidad, y a veces, surgimiento

de sindicatos.

En esta recopilación de prácticas y modalidades se pretende mostrar la diversidad y

variabilidad de un fenómeno que pervivió por varias décadas, mostrando cambios y

mutaciones en la forma como patronos y trabajadores estructuraron sus percepciones,

vínculos, reciprocidades e intercambios.

Veremos cómo, a tono con el crecimiento de las firmas, las primeras modalidades

personalizadas, dieron paso a estructuras más complejas que tendieron a conformar

esquemas asistencialistas y de provisión de servicios; en varios casos estas

modalidades coexistieron con organizaciones sindicales, pero en la mayoría fueron

un factor disuasivo de la generación de tales expresiones. Con diferente intensidad

ese esquema de autoridad se apoyó en elementos de la fe católica, y generó variadas

formas de integración y control social, siendo la región antioqueña la zona con más

notorias expresiones de religiosidad, dadivosidad y elaborada ideología empresarial.

La última parte del texto, se ocupa de las dinámicas de cambio y crisis de la estructura

social paternalista que parecen más comunes a todos los casos considerados, aún los

otras regiones que se detallan en otro lugar (Ver anexo 5). Se pretende explorar una

serie de procesos que debilitaron las modalidades paternalistas de entendimiento entre

patronos y trabajadores o determinaron nuevos rumbos y formas de evolución.

Como parte de las vías de transformación, se toma en cuenta el surgimiento del subsidio

familiar y las Cajas de compensación que fueron una forma de racionalizar e

institucionalizar las tradicionales y arraigadas concesiones; en seguida se examinan

procesos internos de racionalización del manejo laboral, en los que el aporte de la

ingeniería fue relevante. Por último se esboza un conjunto de cambios, que en algunas

compañías fueron un importante factor de la transformación en el manejo laboral: los

cambios flexibilizadores ocurridos desde los años 80s en las formas de contratación y

el manejo laboral.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 251

Estos y otros ajustes aperturistas, bien conocidos en las últimas dos décadas,

conducen en algunos casos a que se impongan tajantemente las condiciones de

mercado y una acentuada precarización del trabajo, y en otros significan la adopción

de nuevos modelos, en los que al lado de muchos elementos novedosos en dirección a

conseguir competitividad y eficiencia, se retoman e incorporan algunos componentes del

pasado, generando organizaciones que los estudiosos han definido como neo

paternalistas.

Cuando ello sea posible, por disponibilidad de información y permanencia de las

compañías, se abordarán los procesos de cambio o declinación definitiva del dominio

paternalista a partir de los años 70s. Por una parte ha ocurrido la extinción,

generalmente en el marco del estancamiento y crisis de sectores industriales

específicos, en otros casos se ha percibido una evolución hacia la filantropía y las

políticas de Responsabilidad social empresarial; muchas de ellas estrechamente

vinculadas a las nuevas concepciones de manejo flexible y competitividad en auge

hoy.

3.1 Religiosidad y espíritu emprendedor como sello

regional

La región antioqueña se destacó por su desarrollo atípico dentro de la historia

colombiana. Aunque es un lugar común de la historiografía y toda una corriente de

estudios lo sustenta, debe mencionarse lo esencial de este proceso. A excepción

de la minería, ésta casi deshabitada zona tuvo pobres iniciativas productivas en el

período colonial, pero a fines del siglo XIX la diversidad de sus actividades y el impulso

de su crecimiento económico y demográfico comenzaron a situar lo particular de una

trayectoria de desarrollo, que conduciría a la generación de la primera burguesía

industrial del país.

La capacidad de su dirigencia política y empresarial para mantener la región al margen

de los destructivos conflictos y guerras civiles, aún los del período liberal radical de la

segunda mitad del siglo XIX, evidenció un pragmatismo con el que se logró garantizar

252 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

estabilidad y condiciones propicias al avance de los negocios y al progreso

material209. Del mismo modo, el dinamismo y las diversas oportunidades para la

actividad económica a pequeña escala evitaron el desarrollo del sistema hacendario

y las relaciones de servidumbre que tuvieron presencia en otros espacios.

Es destacable que la orientación práctica e innovadora en el terreno económico se

combinó con un fuerte conservadurismo en lo político y una gran influencia de la

iglesia católica en múltiples aspectos de la vida de esta provincia. La trascendencia

del factor religioso en relación con la cultura regional y las formas de actuación en

la vida económica, fue perceptible en diferentes dimensiones, entre ellas en los

medios empresariales y sus formas de autoridad, tan típicamente paternalistas.

Retomando aportes del estudio de Patricia Londoño (2002), resumiremos a

continuación algunos aspectos de ese influjo religioso en la conformación de las

relaciones sociales en el trabajo.

En esta región se mostró con mucha claridad, no solo la significación de la alianza

tácita y vigorosa entre el partido conservador y la iglesia durante gran parte del siglo

XIX, sino también el relativo buen entendimiento entre esta agrupación política y el

liberalismo. Como los antecedentes coloniales no habían dado mucha riqueza y poder

a la iglesia en esta montañosa provincia, las tendencias anticlericales no fueron tan

fuertes en los sectores liberales. Las prácticas comunitarias de una religiosidad muy

activa y vital, convocaban a sectores sociales superiores e inferiores de la sociedad,

propiciando formas de sociabilidad, interacción y cohesión social. Al compartirse

creencias y ritos de mucho arraigo se reducían las distancias sociales y se creaba

una ‗atmosfera de familiaridad‘ que dejaba menos espacio al conflicto; al mismo tiempo

se reforzaban tradiciones que se habían formado en los trabajos de arrieros, mineros

y cultivadores de café.

209 En la dura confrontación de mediados del siglo XIX, los fundadores del partido

conservador colombiano, Ospina Rodríguez y Eusebio Caro, exhortaban a sus copartidarios a resistir el dominio liberal, sin acudir a las armas y preservando la paz necesaria para ‗…el desarrollo de la agricultura, el comercio y la industria, para el adelanto de la instrucción pública y la moralidad; para la civilización y prosperidad de la república..‘ Ver Ospina R., Caro E., (1850).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 253

La orden de los jesuitas había actuado frente a la ‗cuestión social‘ en Europa,

inspirada en el Rerum Novarum, primero a través de asociaciones devotas, luego

de sociedades obreras de ayuda mutua, y hacia los años 30s sindicatos católicos;

por ello no era extraño que en su actividad en Colombia se dirigiera de preferencia a

la naciente clase obrera de Medellín. Como parte de ese esfuerzo, Antioquia llegó a

ser la región con el mayor número de organizaciones laicas, y el más intenso

activismo y participación en todos los niveles sociales, con el que pretendió resistirse a

la difusión de ideas adversas a la moralidad y los mandatos cristianos.

El estudio reseñado, estima que para el período 1850 - 1930, al mismo ritmo que

ocurre la expansión económica (Londoño P., 2002):

‗..surgieron en la región casi mil sociedades, unas más formales que otras. La mitad

de ellas (455) perseguían fines culturales, unas 300 eran de carácter religioso y cerca

de 200 se dedicaban a la beneficencia. Funcionaban en cien poblaciones diferentes

del territorio antioqueño. Casi una tercera parte (294) estaban situadas en Medellín,

cifra elevada si se tiene en cuenta que Yarumal, la segunda en la lista, tenía 33,

seguida de cerca por Sonsón, con 31, Santa fe de Antioquía, con 27 y Rionegro con

24..‘

Algunas de las 298 asociaciones piadosas que funcionaron en la región en el

período indicado, integraron a artesanos y trabajadores masculinos en general, tal

fue el caso de las Congregaciones de obreros de San José y de la Candelaria, y el

Circulo católico de obreros; la primera de estas organizaciones en 1912 alcanzó una

cifra de 6000 integrantes en sedes de diferentes municipios. Estas asociaciones se

estructuraron como confraternidades con ritos, insignias y obligaciones de culto

específicas, que generaban respetabilidad y distinción social a sus prosélitos.

La Congregación de obreros de San José fue fundada en Medellín por los jesuitas

en 1846, y perduró aún después de 40 años de destierro de esta orden; con apoyo

económico de altos jerarcas católicos y personas notables, entre ellos industriales

como Alejandro Echavarría, construyó su propia sede con biblioteca, sala de

conferencias y actividades recreativas. Del mismo modo, se dio impulso al periódico

El Obrero entre 1911 y 1914, a servicios de botica, caja de ahorros y cooperativa de

254 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

consumo, oficina de colocación y sección de auxilios mutuos financiada con cuotas

semanales de los afiliados. Actividades como las veladas familiares, apuntaban a

aportar espacios recreativos con conferencias, cine y entrega de premios; a estos

actos asistía una numerosas concurrencia y se hacía posible el contacto y la

integración de las diferentes clases sociales (Londoño P., 2002: 119).

La importancia de la iglesia en la región era perceptible en el fervor de sus creyentes,

pero también en las cifras de organizaciones militantes; iglesias y capillas; eclesiásticos

por habitante y su peso porcentual en relación con otros departamentos. En el período

1850 - 1938 el número de eclesiásticos en Antioquia, respecto al total nacional pasó

del 17% al 30%; el análisis de las comunidades religiosas, en lo que se refiere al

número de sacerdotes y monjas activos por cada 100.000 habitantes, muestra que

mientras en Colombia había 2 la cifra de Antioquia era de 19 (Londoño P., 2002:

71, 81).

La vinculación al país de algunas de órdenes religiosas que se dedicaron a

actividades de caridad (hospitales, casas de socorro, asilos de ancianos, orfanatos,

lazaretos), catequización y educación en oficios, fue posible por invitación directa y

apoyo de notables conservadores, asi p.e., la familia Ospina: una de las hijas de

Mariano Ospina perteneció a las Hermanas Salesianas en el exterior, orden que

desde 1906 con ayuda de la casa comercial Ospina Hermanos se instaló en Medellín,

para impulsar la Casa taller María Auxiliadora dedicada a preparar muchachas en

oficios como lavado, planchado y costura. Estas actividades estimularon la

receptividad de la región a la religión, promovieron nuevas vocaciones, integraron

diferentes sectores de la sociedad y aportaron cohesión social (Londoño P., 2002:

101).

Otro tipo de organizaciones de inspiración religiosa en que actuaron destacados

integrantes de las elites antioqueñas, fueron las sociedades católicas. Una de las

más notorias fue la establecida en Medellín en 1872, liderada por el mismo Mariano

Ospina Rodríguez; aunque tuvo un carácter marcadamente conservador y militante

en sus posturas, como la oposición a la reforma educativa liberal y la participación en

el conflicto de 1876, desarrolló otras tareas en sus secciones catequista, docente y

beneficencia.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 255

Como una nueva dimensión de la proximidad entre los diferentes sectores sociales

que se ha destacado para la región de Antioquía, las asociaciones religiosas se

constituían en canales de comunicación, marco común de referencia y comunidad de

propósitos, entre adeptos de las más contrastantes situaciones socioeconómicas

(socios honorarios y ordinarios); entre benefactores y personas necesitadas que eran

socorridas. A este respecto, el tradicional ‗animo igualitario‘ en las relaciones sociales

de la región confluía con el entusiasmo con que los sectores adinerados ejercían

el mandato de la caridad.

Patricia Londoño (2002: 141), destaca que el propósito de las asociaciones era

controlar el comportamiento privado y aplicar sanciones a los infractores; a este

respecto debe recordarse que algunas de las prácticas de organizaciones benéficas

como la Sociedad San Vicente de Paul210, reforzaban estas tendencias al recomendar

el conocimiento y trato frecuente de los pobres a los que se ayudaba como forma

de influir más en ellos. En torno a la entrega de auxilios se generaban discursos

de control ético y social sobre los asistidos, asi los de la ‗limosna preventiva‘ y

contención del socialismo.

No obstante el papel de estos elementos como mecanismos de control social, se

reconoce en estas forma de interacción caritativa entre ricos y pobres y en las

creencias y ritos compartidos un papel integrador, toda vez que ‗la idea subyacente

era que la gente, más que en clases sociales, se dividía entre las personas decentes y

las malas o inmorales‘; lo anterior no implicaba que se borraran las distinciones entre

los distintos sectores, ya que estas se mantenían de formas diferentes en las

reuniones y rituales.

Otro rasgo destacado de la iglesia antioqueña es la capacidad de los párrocos para

estimular acciones propicias al progreso material, promover adelantos favorables a

las provincias liderando esfuerzos comunitarios, de modo que llegaba a ser:

‗intermediarios del esfuerzo colectivo‘, que ‗consideraban su deber enseñar y

210 El análisis de Patricia Londoño (2002: 207), también se refiere a la superioridad de la

Sociedad San Vicente de Paul de Medellín, sobre la de Bogotá, por el volumen de fondos estatales recibidos y el número de personas y familias asistidas.

256 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

civilizar‘, en tareas como construcción de escuelas y asilos (Londoño P., 2002: 150

ss).

En el campo de las actividades benéficas, después de un arraigado predominio de

las órdenes religiosas en los frentes de la asistencia a enfermos, limosna y

protección a diversos desamparados, desde 1850 comienza a crecer la filantropía

particular de asociaciones y entidades variadas. El estudio de reseñado, señala la

alta valoración social de las actividades benéficas en la región, e identifica 215

organizaciones establecidas para el período 1850 - 1930, de las cuales 62 eran

hospitales; en muchas ocasiones los impulsores de estos programas consideraban

que de su esfuerzo individual se podían esperar mejores resultados que los de la

caridad oficial ejercida de modo burocrático e ineficiente. La información sobre

fundación de estas entidades permite apreciar un considerable crecimiento entre

1870 y 1880, hecho que se puede entender como la intensificación del activismo

católico en la más álgida etapa de confrontación a nivel nacional entre el

radicalismo y los sectores conservadores.

El influjo de la iglesia y su capacidad de incidir en la población, se manifestó

también en la importancia relativa del matrimonio y los menores cifras de hijos

ilegítimos respecto a otras zonas del país; aunque muchas de las variadas muestras

del poder y ascendiente de la iglesia que se han mencionado, se restringieron a la

zona central y más habitada de Antioquía, y en muchos casos fracasaron intentos

eclesiásticos y particulares por llevar ese esquema no solo al exterior del

departamento, sino a zonas distantes dentro del mismo.

3.1.1 Caridad y conveniencia en la filantropía de los

‘negociantes’ antioqueños

Durante la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX, ciertas condiciones

históricas y dinámicas económicas de la región antioqueña que confluyeron,

prepararon el ambiente para los primeros avances industriales. En esta etapa, como

actor económico fundamental en varias regiones colombianas se destacó la figura

del ‗negociante‘, quien ha sido definido como un tipo de inversionista y emprendedor,

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 257

que organizado en grupo familiar, actúa en campos de actividad tan variados como la

minería, comercio, rentas públicas, y especulación inmobiliaria (Dávila C.,1986).

La diversificación y complementariedad de sus actividades era una exigencia en una

época de alta incertidumbre para las inversiones. Dentro del conjunto de empresarios

del siglo XIX analizados por Molina (2006), se describen tres casos en que este

grupo social actuó como donante y favorecedor de algunas causas cívicas y

filantrópicas; como veremos estas actuaciones correspondieron tanto a una práctica

usual en los sectores adinerados, y a factores de conveniencia practica para los

negocios, como al tradicional recurso de favorecer la salvación con legados

testamentarios.

En primer término, el comerciante y accionista de la Compañía minera El Zancudo,

Leocardio María Arango realizó actividades que a la postre resultaron de interés cívico

y cultural: correspondiendo a su curiosidad e interés personal acumuló una

importante cantidad de objetos precolombinos comprados a guaqueros e

intermediarios; con sus propios recursos y esfuerzo organizó un museo, cuyo atractivo

y calidad fue reconocido por arqueólogos, coleccionistas y visitantes extranjeros. Del

mismo modo, como parte de su gusto por la arborización, donó terrenos al norte de

Medellín para construir un parque para la ciudad, que llegaría a ser el Jardín

Botánico (Molina L., 2006: 67 - 68).

El negociante Coriolano Amador, junto a algunos de sus negocios de urbanización,

con los que combinaba venta de materiales, emprendió actividades filantrópicas, a

través de un ente denominado Sociedad constructora de habitaciones para familias

desamparadas. Emplearon un sistema muy particular, en el que las familias

beneficiarias recibían la vivienda, cuando sus pagos mensuales por arrendamiento

totalizaran el valor de la vivienda; sin embargo como precisa Molina (2006: 93 - 94)

la entrega de la vivienda no era un compromiso formal, sino una promesa anulable

‗por mala conducta moral de inquilino o por cualquier otra circunstancia que la sociedad

estimara, sin tener que dar razón de su determinación a nadie. Cuando los

arrendatarios se hacían propietarios, no podían vender su casa sin permiso, quedando

la sociedad con el derecho preferente a comprarla por el precio en que se había

dado al inquilino‘.

258 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Para apreciar más la complejidad de estas obras benéficas, el autor cita apartes de

un escrito de este empresario sobre la forma de administrar bienes, en donde

desaconseja ‗los gastos hechos con espíritu cívico en obras de utilidad común‘ que

tendrían por destinatario a un público desconocido e ingrato; no obstante, en 1892 se

registró en un periódico el público agradecimiento de 21 personas que declararon

haber recibido como legado casas de calidad en el barrio San Vicente de Paúl. La

zona urbanizada fue después cedida a la Sociedad San Vicente de Paul para que

ella la explotara y administrara.

Dentro de este grupo de negociantes antioqueños, el más destacado tanto por su

logro económico como por sus contribuciones y donativos fue el comerciante,

agricultor y especulador con rentas públicas José María Sierra. Habiendo tenido un

origen modesto, con un persistente esfuerzo de explotación de haciendas, compra

de predios, préstamo de dinero y sobre todo con su gran habilidad para comprar y

usufructuar ventajosamente derechos de recaudo en rentas públicas, acumuló una

fortuna que a su muerte en 1921, superó los 12 millones de pesos (Molina F.,

2006: 283).

Siendo ya notorio por su riqueza, y a instancias de su yerno prestó colaboración a

causas sociales en Bogotá como la construcción del nuevo edificio para el hospital

San Juan de Dios, con el manejo inteligente de sus fondos depositados en el Banco

Central; del mismo modo respecto al Hospital San José, en el que se concretaba un

proyecto de la Sociedad de Cirugía, inspirado en una experiencia de Londres, las

ayudas proporcionadas, entre ellas donación de terrenos, lo hicieron merecedor de

que se diera su nombre a una de las salas (Molina F., 2006: 284 ss).

Sin embargo, lo más apreciable de su disposición a contribuir, se manifestó en los

donativos a obras benéficas que hizo como legado testamentario, el cual alcanzó un

monto de $175.000, cifra equivalente al valor de una de sus mejores haciendas.

Este acto caritativo se dirigió a, entidades de salud, orfanatos, asilos, cárceles e

instituciones religiosas; entre ellas, fueron seis hospitales las principales destinatarios

del 74.28% de la asignación, seguidas por los reclusorios; la distribución geográfica

de la ayuda recibida corresponde a las zonas en que se desarrollaron sus negocios

asi: Antioquía 63%; Cundinamarca 34% y Valle 3% (Molina F., 284).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 259

La viuda del negociante y los hijos que continuaron haciendo transacciones, con

frecuencia entregaron ayudas e hicieron dádivas a diferentes obras benéficas. Dado

que poseían numerosos terrenos acumulados dentro de la lógica de comprar a buen

precio y no vender, y que el desarrollo urbano posterior valorizó; fueron

constantemente requeridos para que hicieran donación de predios para vías y otros

propósitos de interés público. El legado de la viuda ordenó crear una institución de

beneficencia con personería jurídica para administrar los bienes que había

destinado a la construcción de casas para obreros, y atender la educación física,

moral, religiosa, industrial de menores abandonados, especialmente niñas. Llama la

atención por la explicación de esta acción como ‗deber social de toda persona

cristiana proteger y amparar a la niñez y a la juventud de las clases menesterosas

contra los peligros de diversa índole a que se ven expuestos‘ (Molina F., 2006: 285).

3.1.2 El empresario industrial moderno

En la Colombia de la primera mitad del siglo XX, con una dinámica muy notable de

inversiones y crecimiento, la región antioqueña llegó a liderar la industrialización

nacional y a ser base para un desarrollo fabril, que fue más especializado en

textiles. En este proceso, fueron importantes y decisivos elementos que venían

conformándose desde el siglo XIX: tradiciones y culturas de trabajo persistente;

prácticas integradoras de religiosidad católica; proximidad y buen entendimiento entre

patronos y trabajadores. Lo anterior conduce a la formación de una serie de

disposiciones y destrezas para los oficios y actividades empresariales en comercio,

minería, café211.

El estudio de Alberto Mayor (1984), caracteriza la irrupción del empresariado y elite

ingenieril, del mismo modo que la del componente obrero, que originó la

industrialización antioqueña. En este proceso fue fundamental tanto la formación de

un eficiente complejo técnico económico en torno a la actividad industrial, como la

generación de un dispositivo moral impregnado de elementos católicos; la interacción

211 Un gran número de análisis de historia social y económica, de ésta que ha sido la zona

más estudiada del país, confirman los antecedentes de esta preeminencia y significación en la primera etapa de capitalismo industrial: Roger Brew (1977); Mariano Arango (1977); López Toro (1979); James Parsons (1997); Alberto Mayor (1984); Fernando Botero (1985).

260 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

de ambos acabó siendo decisiva para conseguir la más adecuada disciplina y

disposición obrera hacia los exigentes requerimientos del avance capitalista. Lo que

se formó Según Pecaut (1982: 264), fue una ‗ejemplar coherencia de las estructuras

de dominación social…‘.

Este esquema de dominación tuvo eficacia por varia décadas, sustentando el

desarrollo industrial, y en él estuvieron presentes varias prácticas típicamente

paternalistas. De acuerdo al estudio de Mayor, a continuación se sintetizarán sus

principales rasgos considerando tanto aspectos de su formación, como de su

funcionalidad y aporte respecto al desarrollo capitalista.

En relación con los antecedentes históricos y las condiciones en que ocurrió la

conformación de las primeras fábricas, varios factores, entre ellos el papel ejemplar

del patrono y su laboriosidad consiguen la identificación del trabajador con la

fábrica como espacio central y destino en su vida (Mayor 1984: 252). Por otra

parte, se combinaron con pragmatismo elementos avanzados del capitalismo como

el taylorismo, con prácticas y concepciones religiosas que habían sido tradicionales

en la región, en un proceso que fue ajustándose y cambiando al mismo tiempo que

crecía la industria, para generar un diferenciado y específico modelo de autoridad y

organización social.

De acuerdo al estudio de Mayor, al comienzo del siglo XX, era ya notable la

laboriosidad y dedicación al trabajo del obrero antioqueño, pero aparecen tendencias

a la desorganización de su vida personal, intermitencia en su vinculación laboral e

individualismo que lo llevaban a migrar con facilidad en busca de mejores salarios;

por lo cual existió para el empresariado la necesidad de generar en sus primeros

obreros compromiso con el trabajo por vía de la auto realización.

La generación de los hábitos de trabajo que requería la actividad fabril, se consiguió

con la combinación de multas, estímulos materiales y códigos morales. En lo que llegó

a ser un proceso de adaptación de las empresas a las necesidades de los

trabajadores, con la concesión de viviendas, dormitorios y restaurantes gratis, o a

bajo costo, se encontró la fórmula para generar el necesario compromiso de los

obreros con el trabajo y con la compañía (Mayor A., 1984: 257).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 261

Para los sectores obreros que disfrutaban éstos estímulos materiales, del mismo modo

que para los sectores de obreras de origen campesino que ingresaban muy jóvenes

y que tenían una remuneración muy baja, como parte del dispositivo moral de control,

se crearon varias formas de inculcación de virtudes disciplinarias (Mayor A., 1984:

260). Los patronatos como instituciones regidas por religiosas, se ocuparon de

proveer alojamiento y protección a las obreras de las fábricas desde 1912,

fomentando la adhesión más profunda a los valores católicos, el control moral y la

realización del trabajo como un acto puro de virtud, que por su entrega y compromiso,

no requería vigilancia.

La gran cantidad de actividades religiosas y prácticas piadosas, promovidas por la

Compañía de Jesús y otras organizaciones asociadas, hacía parte de viejas

tradiciones regionales, y en la etapa de desarrollo industrial lograron controlar el

tiempo libre, garantizando una adecuada reposición de las fuerzas físicas que exigía

un buen desempeño laboral; asi mismo, los símbolos y prácticas católicas se

trasladaron a las plantas de producción y adquirieron un sentido de completo control

y vigilancia permanente (Mayor A., 1984: 262).

Las funciones del patronato relacionadas con la organización de formas de recreación

‗sana‘; adoctrinamiento católico; búsqueda de trabajo; educación elemental y cursillos

varios; caja de ahorros y préstamo; dormitorios y restaurantes; socorros mutuos;

contribuía a la acción doctrinal católica, tanto como a los fines pragmáticos de

estabilizar, proteger y formar una fuerza obrera dócil, en las primeras etapas del

avance fabril, en que muchos factores podrían dispersarla, indisponerla o distanciarla

de los roles que se esperaba que cumpliera. El temor a posibles brotes de

inconformidad o radicalización política fue un importante motivador de estos procesos

de organización en que se conseguía disciplina, sumisión y dependencia (Mayor A.,

1984: 266).

El empresariado, de fuertes convicciones católicas, participó activamente en la

conformación de los patronatos, promoviéndolos y desarrollando otras mecanismos

complementarios como premios y estímulos, alzas salariales, del mismo modo que un

gran número de ritos comunitarios integradores.

262 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Los valores igualitarios y relaciones interpersonales de confianza, familiaridad y

calidez, de un grupo social, tradicionalmente carente de prejuicios frente al trabajo

directo y compartido de cerca con los obreros, situaron a las primeras generaciones

de industriales en el papel de maestro - técnico, modelo y ejemplo cotidiano de

disciplina y trabajo esforzado; este rasgo estuvo presente aún en los ingenieros

formados en la Escuela Nacional de Minas, más imbuidos de racionalidad y cálculo.

Lo anterior facilitaba la adhesión de los trabajadores a los patronos y su percepción

de la empresa como una obra común; este acercamiento propiciaba en los primeros

la asimilación de las cualidades de disciplina, orden, respeto a los reglamentos y

lealtad, en reciprocidad; y en los segundos una mirada a sus dependientes menos

distante y clasista (Mayor A., 1984: 277s).

Los variados contactos personales entre empresarios y trabajadores, se mantuvieron

de muchas formas, sin que se introdujeran reglas impersonales, lo cual propició

una dependencia y confianza reciproca entre trabajadores y patronos, que solo se

debilitó con el crecimiento de las empresas. Con la solución de carencias y

problemas de los trabajadores, respecto a vivienda, alimentación, salud, educación

básica, etc., la empresa adaptaba su organización a las necesidades de los

trabajadores, y éstos tendieron a ver ésta como un interés central de su vida y a

identificar su éxito como el suyo propio. En este proceso fueron decisivos también

los patrones de socialización familiar antioqueña, con la imagen paterna encarnada en

la figura del patrono (Mayor A., 1984: 280 s).

En los años 30s la ética del trabajo parece debilitarse, con manifestaciones adversas

a la disciplina e indocilidad sindical; fenómeno que se manifestó también en daños y

descuidos en el manejo de los equipos, del mismo modo que en fallos en la calidad de

los productos, que persistieron a pesar de los controles administrativos aplicados

(Mayor A., 1984: 286). Exigencias y reclamos obreros sobre el cálculo y remuneración

de la producción realizada, demostraron el debilitamiento de los elementos de

confianza en las relaciones laborales.

Los esfuerzos en busca de recuperar la disciplina de la Acción Católica en su

periódico El Obrero Católico, evidenciaban preocupación por la oposición a las

exigencias del trabajo, inconformidad política y desorden moral; el alcoholismo, los

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 263

bailes, las diversiones relajadas y otros peligros de la ciudad motivaron exaltadas

campañas moralizadoras, que eran en última instancia un esfuerzo por acondicionar a

los trabajadores a las necesidades de la industria mecanizada (Mayor A., 1984: 296).

Lo que se veía como una fuerte tendencia destructora del orden y las costumbres,

que afectaría también las capacidades de trabajo, fue neutralizado apelando a las

tradiciones, la unidad y homogeneidad cultural del pueblo antioqueño en torno a la

iglesia católica; por ésta vía se generaron sentimientos de integración comunitaria

en los medios fabriles, que contribuyeron a restaurar la identidad de los trabajadores

con las empresas y las posibilidades de autorrealización en el trabajo; el activismo de

la Acción Católica, fuertemente apegado a los planteamiento de las encíclicas de

contenido social212 también contribuyó a reforzar esos vínculos comunitarios en los

espacios de trabajo (Mayor A., 1984: 306).

Bajo el influjo del semanario el Obrero Católico se expresó una identidad

característica de valores, hábitos y costumbres, del mismo modo que sentimientos

comunitarios de inspiración católica, que se transformaron en acción movilizadora

frente a lo que se mostraba como ‗enemigo‘: campañas contra la masonería, el

protestantismo y el rotarismo; en el mismo sentido respecto a nuevas actividades

de la vida moderna como diversiones, cines, clubes. Estas manifestaciones

comunitarias se expresaban tanto en los entornos urbanos, como en el interior de

las fábricas en rituales públicos de gran concurrencia como las ceremonias de

entronización de la imagen del sagrado corazón de Jesús; en uno de estos eventos,

el acto comenzó con asistencia masiva en la plaza principal de Envigado y terminó

en uno de los salones de producción de la textilera Rosellón (Mayor A., 1984: 312).

Los retiros espirituales y muchas otras actividades de contenido religioso, eran

espacios de participación e integración emotiva de directivos, mandos medios y

trabajadores. En ellos se propiciaban acciones simbólicas en las que el igualitarismo

212 En los medios obreros se divulgaron principalmente las encíclicas Rerum Novarum,

Quadragesimo Anno, Casti Connubii, más que las de contenidos antimodernistas, dogmaticas y rígidas; en varias ocasiones se obsequiaron en las fábricas, y junto con el semanario El Obrero Católico, fueron muy impactantes.

264 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

espiritual trasmutaba en igualitarismo social, como p.e, que el desayuno ofrecido

a los trabajadores fuera servido por señores y damas de prestante posición. La

realización de las diversas actividades integradoras, que para el estudioso de este

tema conllevó una combinación de elementos pragmáticos de utilidad y práctica

sincera de creencias religiosas, creaba entre patronos y obreros una unidad de

afectos y sentimientos muy favorable a la consagración al trabajo de éstos últimos;

en el mismo sentido, pero con elementos de coacción psíquica obraba la ubicación

de imágenes religiosas en las fábricas (Mayor A., 1984: 313 s).

La integración de los elementos afectivos y tradicionales del espíritu comunitario

antioqueño, con los programas y prácticas católicas, y su proyección en el

pensamiento de los líderes empresariales tuvieron matices y particularidades que el

estudio de Mayor demuestra213. Las posturas del ingeniero y directivo empresarial

José María Bernal, inspiradas en los aportes de las encíclicas, representaban parte

importante de los valores de las elites económicas de la Antioquía industrial de los

años 30s. Situándose en el escenario de la confrontación del peligro comunista,

censuraba los abusos e injusticas de los patronos, como factores propiciadores de la

rebeldía y el avance comunista, proponía una postura activa de la Acción católica

que tomara para si el recurso de la sindicalización, además de las cooperativas,

escuelas industriales, cajas de ahorro, sociedades de auxilio mutuo y patronatos.

Desde un cierto ‗integralismo‘ se trataba tanto de brindar apoyos materiales, p.e.,

educación y alimentación económica, como de promover entre los trabajadores el

activismo contra publicaciones inmorales (yocismo) y luchar contra problemas como

el alcoholismo (Mayor A., 1984: 318).

Desde otro frente, los planteamientos de Mariano Ospina Pérez, otro destacado

integrante del empresariado antioqueño, resultaban más explícitos como integración

del manejo cristiano y científico del trabajo, que combinara la sensibilidad social de

las doctrinas pontificias con lo más sofisticado de los principios de Taylor y Ford, de

modo que se lograra una cooperación y armonía entre obreros y patronos, conducente

a logros productivos. López Henao, otro de los exponentes de esta concepción,

213 Otros exponentes de esta concepción y línea de conducta fueron: Jorge Restrepo Uribe,

Gerente de Coltejer; Luis Palacio Cook, fundador de Pepelfa (Mayor A., 1984: 389).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 265

respecto a salarios y bienes materiales, enfatizaba en la justicia social y el cumplimiento

de las responsabilidades por parte de todos los integrantes de la sociedad, pero

convocaba a que desde el dogma de la comunión de los santos, elementos del

esfuerzo individual, llevaran al obrero o campesino ‗a formarse, a elevarse, a

salvarse por si mismo‘, en un proceso en el que no había lugar para sentimientos

como solidaridad, filantropía o fraternidad.

En algunos momentos la Acción Católica y su órgano informativo apoyaron huelgas

que consideraban ‗justas‘, y defendieron argumentos relativos al salario justo, que

tuvieron repercusión en sectores del empresariado, lo cual se manifestó en alzas

inesperadas de sueldo, obsequio de acciones a los trabajadores (p.e., en Coltejer,

Fabricato y Tejidos Unión) y de algunos de sus productos en fechas especiales.

La idea de la empresa como obra común, la pertenecía comunitaria y los correlativos

elementos de reciprocidad de compromisos, en firmas como Coltejer, se manifestó

en la interiorización de una ética del trabajo fabril y adhesión a exigencias

productivistas del complejo período de ensanche, racionalización de la producción y

crecimiento en las difíciles condiciones de los años 1939 – 1945 (Mayor A., 1984: 327).

El carácter rutinario y repetitivo de la mayoría de los trabajos, de cuya realización no

podrían derivarse satisfacciones especiales o sentimientos de autorrealización, dejan

en claro que las labores se realizaban de modo esmerado, porque se entendían como

‗obligación moral‘ (Mayor A., 1984: 336).

La aceptación de los patrones de conducta fomentados por la iglesia, se reveló en

aspectos como el buen aprovechamiento del tiempo libre para estudiar o en función

de la adecuada recuperación y disposición para el trabajo (deportes, descanso,

recreación adecuada); como manifestación de autocontrol y carácter se acogían

también los consejos sobre buen uso del dinero y ahorro; participación con fuerte

sentido de comunidad en todos los eventos religiosos y de la empresa; aprobación

de las directrices ideológicas de más obstinado conservadurismo y rechazo a

principios comunistas, que cumplían el papel de enemigo común (Mayor A., 1984:

334).

266 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En síntesis, en razón a la amplitud con que aborda el tema y su énfasis en la relación

entre valores éticos y desarrollo capitalista, Mayor no emplea la categoría

paternalismo, para referirse a los procesos sociales que analizó para la Antioquía de

los años 20s a 40s, sin embargo, es evidente que esa concepción de la autoridad y

el control, es uno de los elementos que conforman las interacciones entre patronos y

trabajadores.

El escenario socio político detallado por el autor, en el que antiguas prácticas

católicas perviven en virtud de la intensa actividad de organizaciones de creyentes;

se activan tradiciones de integración comunitaria relacionadas con las actividades

económicas precedentes a la industria; y actúa una elite empresarial muy pragmática,

es el marco en el que varios elementos paternalistas se desarrollan. Por una parte,

los relacionados con el aconductamiento, el control moral y la promoción del

compromiso y la ética del trabajo, en la que tiene una incidencia especial el papel

ejemplar y la proximidad del patrón; y por otra algunos referidos a la satisfacción de

las necesidades con la concesión de viviendas, patronatos, restaurantes y otras

dádivas.

3.2 El caso de Fabricato

Aunque desde el siglo XIX hubo en zonas de Santander, Cundinamarca y Boyacá

producción de tejidos de algodón y otras fibras, e incluso la destacada fábrica de

Samacá, estas experiencias no tuvieron relación de continuidad con avance industrial

antioqueño, del que el sector textil fue notable protagonista, y Fabricato una de las

empresas más importantes junto con Coltejer y Tejicondor.

Fabricato se fundó en el municipio antioqueño de Bello en 1919, y se localizó en

una zona con disponibilidad de recursos hídricos y transporte ferroviario. Los capitales

para integrar esta empresa fueron aportados por las casas comerciales L. Mejía S. &

Cia, Miguel Navarro & Cia, R. Echavarría y Cia, siendo el último de ellos vinculado a

la sociedad en virtud de la experiencia acumulada en Coltejer (Echavarría E., 1943).

Después de sortear una fuerte crisis económica nacional a comienzos de los años 20s,

esta firma tiene un lento desarrollo, pero entre 1933 y 1938 aumenta notablemente

su capacidad productiva con la incorporación de nuevos telares. Habiendo comenzado

con la producción de algodón, debido a las limitaciones del mercado nacional, la

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 267

empresa vive una importante etapa de diversificación y ampliación horizontal a las fibras

sintéticas, y aún tejidos de punto, en el que se pueden señalar los siguientes momentos

significativos: elaboración de productos mercerizados 1935; compra de la Fábrica de

Tejidos de Bello 1939; elaboración de estampados en algodón 1941; adquisición de la

Fábrica de Tejidos Santa Fe 1942; producción de rayón y otras fibras artificiales en 1944,

para lo cual se asoció con la norteamericana Burglington Mills Corporation y después

estableció la firma Textiles Panamericanos; incursionó en el campo de la elaboración de

prendas con Confecciones Fabricato Ltda en 1945 (Montenegro S., 2002: 138).

Tabla 3.1 Primera etapa de avances productivos en Fabricato

Año Husos Telares Trabajadores Capital

1922 800.000

1923 3.284 100

1926 3.588 150

1932 204

1933 260

1943 50.000 1.500 3.000 10.000.000

Tomado de: Santiago Montenegro (2002: 137)

Estos avances técnicos y económicos, a mediano plazo conducentes a una situación

de oligopolio, se apoyaron en el empleo de fuerza laboral femenina hasta mediados

de los años 40s, etapa en la que varios factores inciden que el aumento de la

participación masculina planta de personal. La investigación de Luz Gabriela Arango

(1991) sobre las trabajadoras de Fabricato permite una detenida aproximación a los

manejos paternalistas y su evolución en un período que va desde 1923 hasta

comienzos de los años 80s, confirmando las líneas generales del planteamiento de

Mayor, pero mostrando con detalle las políticas empresariales, y el patronato

manejado por religiosas como un dispositivo de control sobre la conducta moral, la

vida laboral y privada de varias cortes de trabajadoras.

268 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

3.2.1 Prácticas y modalidades asistenciales

Es destacable en el caso de Fabricato, cómo a lo largo de una historia que comenzó en

los años 20s, el paternalismo de ésta firma ha pasado por varias etapas y

transformaciones; en los primeros años es de tipo protector y controlador moral,

proyectándose hacia mujeres campesinas, que ingresan muy jóvenes a una fuerza

laboral mayoritariamente femenina en las primeras etapas de la firma. Directivos

como Jorge Echavarría de muchas formas despliegan una intervención orientadora

sobre la vida de las trabajadoras, que no reconoce el ámbito de su vida privada.

Aunque el nivel salarial en la actividad textil, como en la industrial en general, es

superior al que usualmente se pagaba en las labores agrícolas, el de las mujeres en

las fábricas era notoriamente inferior al de los hombres. Los cuadros 3.2 y 3.3

muestra el origen de la fuerza laboral, asi como algunas características y diferencias

salariales según genero, que en parte están asociadas al tipo de oficios al que se

adscribía cada sexo; del mismo modo que la preferencia de los Echavarría, también

aplicada después en Fabricato, por emplear fuerza laboral femenina.

Tabla 3.2 Procedencia, estado civil y nivel de analfabetismo de las obreras de

tejidos en el distrito de Medellín 1916 - 1928 (Porcentajes)

Año Medellín Otros distritos

de Antioquía

Otros

departamentos

Casadas No saben

leer

1916

1917

1918

1920

1921

1922

1924

1925

1926

1927

1928

50.00

53.42

48.10

45.20

37.78

37.11

35.19

36.20

33.06

37.96

28.10

49.80

46.40

51.10

53.40

61.24

61.70

62.57

62.10

64.70

61.42

71.40

0.20

0.40

0.80

1.40

0.98

1.19

2.24

1.70

2.20

0.62

0.44

0.50

1.20

1.20

4.00

1.30

0.47

0.85

0.50

0.83

0.30

1.33

10.60

4.30

3.60

4.00

4.56

5.20

2.80

4.50

4.70

5.87

4.46

Fuente: Tomado de Botero F.; (1985: 140 s) construido con información del Anuario

estadístico de la ciudad del Distrito de Medellín 1916 - 1928

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 269

Al igual que en otros escenarios de la producción industrial, aún los europeos, los

empresarios textileros se beneficiaron no solo por pagar bajos salarios a las

trabajadoras, sino que también apreciaban su docilidad. Asi mismo, el temor de las

familias de las jóvenes migrantes al nuevo espacio urbano y productivo, al que cada

vez en mayor proporción se incorporaban, facilitó la aplicación de un esquema de

organización de rígido control moral sobre fundamentos religiosos, que conduce a su

aislamiento e imposición del celibato y la soltería (Arango L., 1991: 46).

La política de personal, de modo similar a la de otras compañías textileras, fue

mostrando la tendencia a excluir a las trabajadoras casadas y crear modalidades de

protección como el internado para obreras en 1935, localizado cerca a la fábrica, y

cuya dirección se confía a las Hermanas de la Presentación. La conservación de la

soltería se convirtió en requisito para continuar trabajando: hasta un 78% de

trabajadoras que ingresó solteras se mantuvo célibe (Arango L., 1991: 49).

Parte del dispositivo de control de la conducta moral lo constituían el capellán, las

Hermanas de la Presentación y las vigilantas que actuaban en la planta asegurando

una severa disciplina y el respeto por ‗la moral y las buenas costumbres‘; en el mismo

sentido operaba el hecho de que los vínculos de parentesco se tomaban en cuenta

para vincularse a la fábrica214.

214 En relación a familia y parentesco, una de las prácticas benevolentes, en caso de muerte

de un trabajador, fue contratar a la viuda o a un hijo, para asegurar los ingresos de la familia; las oportunidades laborales seguían cerrándose a las mujeres, y quedaban restringidas a parientes y descendientes de los obreros ya vinculados (Arango L., 1991: 99).

270 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Tabla 3.3 Fábricas textiles del Valle de Aburrá 1922

Trabajadores Salarios

Empresa y propietarios iniciales

Capital en pesos

Prod. mensual (yardas)

Jornada laboral (horas)

Fem Masc

Total Fem Masc

Coltejer (Echavarría)

623.670

150.000

10 240 60 300 .35 - .80 .50 - 2.70

Fabricato* (Echavarría)

800.000

Rosellon / Tejidos Hernández (Medina)

1026.470

168.000

9.5 – 10

290 90 380 .52 1.15

Fábrica de Bello (Restrepo Callejas)

500.000

150.000

10 400 110 510 .10 - .55 .25 - 2.20

Tejidos El Sucre (Varios)

200.000

9.5 30 15 45 .60 1.50

Tejidos Medina (Medina)

44.000 9 20 10 30 .20 - .80 .60 - 1.80

Tejidos Unión (Medina)

10 27 3 30 .35 - .50 .40 - .60

Montoya y Hnos (Montoya)

9 18 24 42 .25 - .45 .60 - 1.20

Carlos Montoya (Montoya)

10 15 5 20 .45 - 1.00

.30 - 1.60

* No había iniciado producción

Tomado de: Ann Farnsworth-Alvear (2000: 56 )

Las primeras generaciones resultaron muy sumisas a la autoridad vertical y

respetuosas del tipo de manejo patriarcal que se les impuso, en el que la división

sexual del trabajo reservaba los oficios calificados y mejor pagos a los hombres;

aceptaron sacrificar sus opciones individuales de procreación y matrimonio e hicieron

del trabajo industrial, casi una vocación religiosa, en la que alcanzaron antigüedades

entre 20 y 30 años (Arango L., 1991: 51).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 271

En el marco del comienzo de la llamada República Liberal, la jerarquía católica y los

sectores más tradicionales situaron en la educación y el control de la clase obrera sus

mayores preocupaciones, más aún cuando se había tenido el antecedente de la huelga en

la textilera de Bello en 1920. Es asi cómo en 1933, en la idea de que es necesario

educar y disciplinar con rigor a las trabajadoras, apelando a la experiencia de la iglesia

católica, y teniendo en mente la amenaza de las ideas comunistas, Jorge Echavarría

propone hacer un internado para obreras (Arango L., 1991: 141 s).

De acuerdo al estudio de Arango, a instancias de Fabricato, el sistema de alojamiento,

comedor y control regentado por las Hermanas de la Presentación, al que se

denominó Patronato se convierte en una institución que alberga, alimenta y protege

a costo reducido a las trabajadoras, al mismo tiempo que vigila y controla todos los

aspectos de su existencia, y las somete a rigurosas exigencias de oración y culto

católico bajo un ‗implacable toque de campana‘.

Frente a otras instituciones de asilo y trabajo conocidas en Europa, el Patronato tenía

más énfasis en la integración religiosa; permitía un ahorro que se destinaba a fines

familiares; y no tenía limitaciones de permanencia, siempre y cuando se acogieran los

severos reglamentos. El Patronato, en estrecha coordinación con sectores de la iglesia y

organizaciones como la Acción Católica organizaba actividades para el tiempo libre como

cursos dominicales; diversiones sanas y recreación; promoción del ahorro.

La idea del Patronato, surgida en una etapa en que el paludismo, la fiebre tifoidea y

otras enfermedades derivadas de malas condiciones sanitarias, afectaban a sectores

amplios de la población, corresponde también a una preocupación sanitaria e

higienista de Echavarría en relación con la necesidad de integrar una fuerza de

trabajo eficiente y productiva.

Respecto al personal que no estaba vinculado al patronato, otro tipo de beneficios

lentamente se implementan, dentro de una perspectiva que oscila entre facilitar una

actividad cotidiana de los trabajadores como tomar su almuerzo y aportar un espacio

estimulante para el entretenimiento como un club.

272 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Es lo que se manifiesta cuando el director de Fabricato Jorge Echavarría se dirigía a

los accionistas en 1933 para proponerles la construcción de un club destinado al

descanso, alegría y ‗sano sport‘ de los trabajadores, como manifestación de cristianismo,

justicia social y ‗para contrarrestar las ideas comunistas que pronto pueden ser

infiltradas y propagadas‘, señalaba que parte importante de ese club seria un comedor

‗para proveer de almuerzo, a precio de costo, servido en su mesa debidamente

cubierta y con vajilla‘ que evitara la desagradable imagen de los trabajadores

almorzando en prados o aceras aledañas a la fábrica215.

La empresa también actuó en frentes relacionados con la salud, que garantizaban

más control de la fuerza obrera y se convertían en elementos significativos del plan

asistencial de la empresa: creación de un pabellón especial para obreros de Fabricato

en el Hospital San Vicente de Paul de Medellín; pago de medicinas, atención médica

y medio salario a trabajadores en enfermedad; establecimiento de una clínica en el

patronato (1942) y luego una más grande y moderna en la planta de Bello (1948),

que se ocupó de prestar atención médica permanente y entregar drogas de modo

gratuito (Arango L., 1991: 148).

Por ésta época, se combinan varios procesos de modernización relacionados con la

incorporación de la ingeniería industrial (racionalización del trabajo), masculinización

progresiva de la fuerza laboral, debilitamiento de los criterios morales en el control de

la fuerza laboral. La disciplina asimilada, fortaleza y sólidos valores de adhesión al

trabajo facilitaron nuevas exigencias productivas, entre ellos los relacionados con la

intensificación de las tareas.

Otros cambios, tuvieron que ver con mejoras salariales y la introducción de nuevos

componentes de la remuneración como la bonificación extraordinaria de fin de año

(1942); remuneración de días feriados (1943); bonificación sobre alza en el costo de

vida; vacaciones colectivas (1944). La aplicación de modalidades de incentivos y

nuevas exigencias en los puestos en los años 50s, conlleva desplazamiento de

215 Ver Fabricato al día #45 de 1963 ‗El pensamiento social de un fundador‘ p 53 – 56.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 273

personal, que se procura reubicar en otras funciones; los principales motivos de

renuncias tienen que ver con proyectos de matrimonio.

El estudio de Arango resume este proceso como el comienzo de una transformación de

la política general de la empresa y la concepción del trabajador (Arango L., 1991: 60):

‗..de una política paternalista, basada en la integración religiosa de un personal

mayoritariamente femenino y mal remunerado, se pasa a una política de consolidación

de una mano de obra masculina estable, obreros fordianos, padres de familia con

salarios altos y considerables ventajas extra salariales que aseguran su integración‘.

De este modo, al compromiso ético, la coacción religiosa, el respeto por el patrón y

otras tradiciones antioqueñas del trabajo, se agregó la satisfacción de las

necesidades y el estímulo salarial como elemento generador de una motivación e

integración a la empresa216.

Después de la aplicación de los métodos de ingeniería industrial, se hizo más clara la

política destinada a favorecer la constitución de familias obreras conducidas por un

obrero - padre de familia. En esta dirección ocurre la afiliación de la compañía a la

Caja de compensación familiar de la Andi (1954); primas de maternidad y matrimonio

(1956); becas educativas para los hijos y al educación familiar a cargo del

Secretariado social (Arango L., 1991: 72).

En 1950, la clínica de Fabricato comienza a prestar servicio de maternidad y

asistencia prenatal con hospitalización, sin costo para las esposas de los trabajadores;

para esta misma época colabora con el recién creado ICSS, pero buscando

mantener su autonomía, por lo cual comienza un largo período de resistencias a que

esta entidad maneje la clínica, hasta que en 1963 asume completamente su control

(Arango L., 1991: 164).

216 La estabilidad y continuidad de juntas directivas, gerentes y trabajadores era notable:

tuvo sólo 12 gerentes y presidentes en 70 años, fueron usuales antigüedades de 40 años en trabajadores.

274 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

A fines de los años 50s, ocurre el afianzamiento de la ingeniería industrial,

acompañado de la inestabilidad y reducción de la fuerza de trabajo femenina217; se

introducen elementos de Relaciones Humanas en la administración, lo que implica el

desplazamiento de la antigua figura de control moral autoritario que era la vigilanta, la

cual se reemplaza por un tipo de supervisión técnica; se define y racionaliza el

esquema de salarios de modo que, desde 1956 comienza a ser reajustado con cada

convención colectiva. Es claro que en el manejo de la fuerza de trabajo, desde ese

momento se valora más la capacidad productiva y se reduce el espacio de los criterios

sociales y tradicionales (Arango L., 1991: 80 s).

En el período 1960 - 1973 continua la difusión de la ingeniería industrial y una

expansión de la empresa, que la lleva a establecer cuatro nuevas plantas y exportar

parte de su producción desde 1964; los métodos de las Relaciones Humanas

ayudan a conseguir la mejor colaboración y participación que los nuevos niveles de

calidad y productividad exigen de los trabajadores en esta etapa (Arango L., 1991:

90).

Jorge Posada, como gerente de la compañía entre 1965 y 1980, al poseer algunas

de las cualidades apreciadas en el viejo estilo directivo (catolicismo, proximidad y trato

cálido con los trabajadores), pero también la nueva mentalidad de las relaciones

humanas y la ingeniería industrial, ayudó a hacer la transición del primer estilo

paternalista, a otro centrado en la empresa como providencia y benefactora.

En el contexto geo político de la guerra fría y la revolución cubana, y ante lo que

veían como el ‗peligro comunista‘ los empresarios elaboraron argumentos y difundieron

visiones de sus organizaciones como ejemplos de éxito económico y también social

por la armonía entre el capital y el trabajo. En este sentido, se sustentaban

beneficios derivados de planes empresariales como los de vivienda, régimen

prestacional y otras contribuciones a la mejora de los trabajadores (Arango L., 1991:

94).

217 Arango (1991: 82) ilustra del siguiente modo este proceso: ‗..el personal de tejeduría tenía,

en 1940, un 72% de mujeres, en 1950 hay un 60% y en 1957, año clave de la racionalización de la producción, solo queda un 28%. En hilados la evolución es semejante: en 1945 el 66% del personal era femenino, en 1950 el 51% y en 1957 sólo queda un 30%..‘.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 275

Es claro que se han combinado controles técnicos e ideológicos para promover una

racionalización de la vida productiva y el tiempo libre, que favorece el compromiso con

la empresa y una participación activa e inteligente que supere la lealtad sumisa del

periodo anterior.

Tabla 3.4 Obreros de telares en Fabricato por sexo

Año Total Hombres Mujeres Porcentaje

femenino

1923

1927

1928

1936

1939

1940

1943

1945

1948

1949

1950

1954

1957

1958

1961

64

69

69

167

280

304

578

687

751

570

597

656

685

740

1.122

16

16

16

40

90

84

225

263

220

193

238

326

496

535

902

48

53

53

127

190

220

353

424

531

377

359

330

189

205

220

75.4

76.8

76.8

76.0

67.8

72.3

61.0

61.7

70.7

66.1

60.1

50.3

27.5

27.7

19.6

Fuente: Tomado de Arango L., (1991: 307) Construido con base en nominas de

personal Archivos de Fabricato

Los artículos de la revista Fabricato Al Día, que siempre admitirían un número de

colaboraciones internas y externas, en temas administrativos y gerenciales, ahora

muestran la transición a las ideas de la Escuela de la Relaciones humanas, no solo con

textos aleccionadores sobre la necesidad de trato cordial, respeto, dialogo, iniciativa

entre otros aspectos, sino buscando resaltar diferentes aspectos de los empleados y

trabajadores: las usuales noticias sobre reconocimiento al buen desempeño con entrega

276 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

de medallas al mérito y premiación de años de servicio a la empresa (15, 20, 25, 30),

pero también entrevistas y reseñas de actividades artísticas y deportivas218.

El período 1960 – 1973, se produce el máximo avance económico y productivo de

Fabricato, apoyada en una combinación de ingeniería industrial, relaciones humanas y

doctrina social católica. Según Arango (1991:176), este éxito hace que la empresa

comience actuar dentro de una lógica de Empresa providencia, en la que persiste

en ser controladora y benefactora de sus trabajadores según una explícita concepción

cristiana, a tiempo que se proyecta del mismo modo a la sociedad.

3.2.2 Programa de vivienda y ‘cursos para todos’

En materia de vivienda la empresa mostró una notable evolución, desde la construcción

de casas que se arrendaban a bajo precio a los trabajadores, hasta planes de crédito

para adjudicar propiedad en coordinación con el Instituto de crédito territorial ICT, y

fondos de la Agencia internacional para el desarrollo AID.

Además del patronato, dentro de la lógica de organizar la vida privada del trabajador y

fomentar un buen uso del salario, en materia de vivienda en los años 30s hubo

acciones orientadas a construir viviendas cerca a la planta, destinadas a ser

alquiladas a trabajadores; del mismo modo, se respondió a la solicitud de préstamos

(Arango L., 1991: 149).

En 1948 la empresa disponía de 180 viviendas para ser alquiladas a los trabajadores,

y comienza a responder al influjo de la ley 85 de 1946 que exigía la construcción

de casas para los trabajadores, estableciendo un programa de adjudicaciones. La

estabilización de los trabajadores y la prevención de tendencias comunistas, estaban

entre los motivo de los empresarios para favorecer la consecución de vivienda, y en la

218 Ver Fabricato Al Día #50 1964 p 8 -9; #73 1967 p 32 - 33; #75 1967 p 33 - 35. Coltejer la

empresa colega, permeada por el mismo estilo de manejo y manejada por el mismo grupo de empresarios del que participaba la familia Echavarría muestra en su revista Lanzadera similares tendencias, p.e, en su sección ‗Buscamos personajes‘.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 277

adjudicación se tomaba en cuenta la recomendación de las monjas directoras del

patronato219.

Las diferentes modalidades de concesión de vivienda aplicadas a tres generaciones de

trabajadoras, significaron una coincidencia de estrategias empresariales y familiares,

dado que los patronos conseguían sujetar y comprometer a la fuerza laboral en su rol

productivo industrial, a tiempo que las familias en transición rural - urbana

conseguían la deseada vivienda propia (Arango L., 1991: 282).

Al comienzo de los años 60s, en el programa de vivienda se debe recurrir a las

entidades financieras especializadas, y se insiste en presentarlo como parte de una

doctrina social cristiana en acción. Han persistido las dificultades de los trabajadores

respecto a vivienda y se establece que llegan a gastar entre 30 y 40 % de su salario

en pago de alquileres, razón por la que se aplican varios planes para aumentar las

adjudicación, entre ellos uno en asocio con el Instituto de Crédito territorial ICT;

algunos resultados presentados indican que se totalizaron 1.134 adjudicaciones entre

1950 y 1964 y para 1965 se entregaron 576 viviendas220.

Sin embargo esta fórmula no puede seguir aplicándose debido a los altos costos de

la construcción, insuficiencia de servicios públicos y porque dependía de los

trabajadores de la empresa; lo cual hace que se busquen modalidades de ahorro

obrero y participación de entidades financieras (Arango L., 1991: 177).

Algunos datos de los años 80s, considerando la existencia de planes de adjudicación de

la empresa, con buenas posibilidades de amortización en una permanencia promedio de

18 años, muestran la situación de los trabajadores respecto a vivienda en los años

1982 y 1988.

219 Fabricato Al Día #61 1965 ‗Informe de la presidencia‘ P 7; #45 1963 p33 – 34; #60 1964 p

34 ‗Vivienda para trabajadores de Fabricato; #79 1968 ‗Informe de la Junta directiva‘; #60 1965 p 27 – 29 ‘40 años después‘. 220

Ver Fabricato al día # 64 de 1965 ‘42 años después‘, en donde también se menciona el alquiler de viviendas por parte de la empresa con un canon más bajo que el del mercado. La crónica de Libardo Ospina (1990: 54) se refiere a una suspensión del programa de entrega de viviendas en 1955, debido a que el decreto 2959 de ese año convirtió el impuesto de patrimonio de la sociedades anónimas en suscripción de bonos de la Corporación de Servicios Públicos, entidad que tenía entre sus propósitos dotar de vivienda a los trabajadores.

278 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Tabla 3.5 Posesión de vivienda en Fabricato en los años 80s

Amparados por

convención

Año No amparados

por convención

Casa 3.645 1982 475

Lote 224 11

Sin nada 1.565 109

Casa 2.589 1988 558

Lote 136 2

Sin nada 984 174

Tomado de Libardo Ospina (1990: 65).

Aunque la fuente no explica la variación año por año, se entiende que hay algunas

tendencias de mejora, si se considera que para 1982 el porcentaje de trabajadores

sin casa o lote era el 48.86% de los que si tenían propiedad, mientras que para

1986 los sin propiedad habían bajado a 25.11 %.

En lo que respecta a educación, la actividad asistencial de Fabricato se inauguró

en 1943 con el Secretariado social, que organizó dos escuelas y buscó becas y

apoyos para otros estudiantes; en ésta entidad actuaban jóvenes de familias notables,

muchas de ellas tituladas en trabajo social de la Universidad Pontificia Bolivariana,

quienes organizaron los Centros para el Mejoramiento del hogar, que se ocuparon

de impartir cursos de confección y cocina a esposas e hijas de trabajadores (Ospina

L., 1990: 164).

Como parte de este propósito social asistencial, e introduciendo un elemento

destacable en una firma tan dada a los métodos de la ingeniería industrial y el

taylorismo221, se desarrolló, por parte del Departamento de relaciones humanas el

programa ‗Sugiera‘, que con una reglamentación y personal especializado analizaba y

premiaba, con dinero o acciones, las ideas y contribuciones para mejorar el proceso

productivo o administrativo (Ospina L., 1990: 61).

221 Para un análisis de la aplicación de estos elementos en las principales compañías

textileras, Ver Mayor Alberto (1992).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 279

En la década de los sesenta tenía continuidad la intención de racionalización de la vida

privada y mejora de la fuerza de trabajo en los programas educativos de la compañía,

que se desarrollaban en tres frentes: formación de los hijos de los trabajadores;

capacitación de los vinculados a Fabricato y educación orientada al tiempo libre de la

familia y el ama de casa; a estos propósitos correspondían cursos y campañas

relacionadas con la educación de los hijos, alcoholismo, salud, planificación familiar y

cursos de artes y oficios entre otros (Arango L., 1991:180).

El crecimiento de la empresa, con sus correlativos avances en procesos productivos y

gestión del trabajo, conllevó mayor complejidad y especialización en la organización.

A este respecto, se percibe el tránsito de los patronatos que brindaban servicios y

apoyo a las primeras generaciones obreras, al mismo tiempo que vigilancia y control

moral, a los Secretariados sociales. Esta función, situada a medio camino entre el

paternalismo del patronato y las modernas áreas de recursos humanos, se aplicó en

otras firmas de la región, convirtiéndose en una especialidad reconocida dentro del

manejo empresarial, para la cual se crearon espacios de capacitación, promovidos y

organizados por el gremio empresarial Andi y autoridades de la iglesia.

La configuración organizacional, avanzó estableciendo una estructura que parecía dar

más importancia a las áreas relacionadas con ingeniería y la racionalización del

trabajo, a las que quedaban subordinadas las de bienestar y recursos humanos. Lo

anterior tiene que ver con que esos procesos habían sido muy importantes en el

avance de las firmas de la región y se manifestó en otras compañías importantes

como Coltejer, que compartía con Fabricato el liderazgo nacional en su sector.

Asi p.e., para 1958, las tareas asistenciales y de bienestar de cuatro fábricas de la

textilera Coltejer localizadas en tres municipios, correspondían al departamento de

Relaciones industriales, integrado por más de 50 empleados, al cual pertenecían:

jefes de personal; asistentes sociales, jefes de seguridad industrial, encargados de

280 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

comisariatos, restaurantes obreros, clubes sociales para trabajadores, escuelas e

institutos para trabajadores y sus hijos222.

Hacia 1971, a tono con la orientación hacia otros modelos administrativos, y

mostrando una más coherente integración, las tareas asistenciales de Coltejer se

concentraban en el departamento de desarrollo y bienestar, que dependía de la

Vicepresidencia de Relaciones Humanas; a este departamento correspondían las

secciones de financiación de vivienda, servicio social, educación social y formación.

De acuerdo a la descripción, además de sus directivos contaba con seis trabajadoras

sociales, asistentes sociales para cada fábrica; doce educadoras sociales que

laboraban en 45 barrios del Valle de Aburrá; dos estudiantes de trabajo social223. Las

anteriores tareas eran complementadas por el Departamento de personal que también

dependiendo de la misma vicepresidencia, funcionaba en cada fábrica coordinando

actividades de formación y promoción, becas, fondo rotatorio, deportes, restaurante,

comisariatos, cooperativas y sindicatos224.

En Fabricato y Coltejer hubo preocupación por estudiar con técnicas de investigación

avanzadas la situación social y económica de sus trabajadores, para desde allí

proyectar sus planes de bienestar social, por ello en 1965 se contrató un estudio con

el Centro de investigaciones sociales CIS de Bogotá. El artículo en el que se pedía

colaboración con los investigadores, informaba sobre el perfil de los responsables

del estudio señalando que cuentan con experiencias de investigación al lado de

Joseph Lebret y están familiarizados con sus métodos; menciona al sacerdote Gustavo

Pérez Ramírez, autor de libros sobre temas sociales y actual director del Instituto

colombiano de desarrollo social e integrante de organizaciones internacionales de

investigación social y socio religiosa225. En el caso de Coltejer, se acudió a la entidad

222 Ver Lanzadera # 21 de 1958 ‗Asi es Coltejer. El departamento de relaciones industriales‘ p

12 – 13. 223

Lanzadera #1 de 1971 ‗Que es el departamento de desarrollo y bienestar‘ p 12 – 16. 224

Lanzadera #3 de 1971 ‗El departamento de personal es para todos‘. 225

Ver Fabricato al día # 62 1965 p 10 – 13 ‗Entrevista con el jefe de bienestar social‘.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 281

Suma tres con un estudio de seis meses sobre opiniones y actitudes de los trabajadores

con relación a programas y servicios de la empresa226.

Parte de los programas de asistencia y bienestar se llevó a las plantas filiales Pantex,

Texmeralda, Riotex y Texpinal, y el clima generado con ello, sirvió de base para

promover ‗innovaciones organizativas‘. En éstas se aplicaron políticas de bienestar

laboral e integración de los trabajadores como promoción de los deportes, planes de

vivienda, educación, cooperativismo; al mismo tiempo, en Pantex intentaron

introducir ‗círculos de participación‘ como factor de mejora productiva (Ospina L., 1990:

136).

3.2.3 El sindicato: otro espacio de actuación paternalista

Por varias décadas en Fabricato fue abrumador un estilo de manejo paternalista que

se inspiraba en la doctrina social católica, y se evidenciaba en todas las

dimensiones de la vida laboral, entre ellas la actividad sindical. A tono con el

sentido paternalista y sus componentes autoritarios, se desconfía de las

organizaciones de trabajadores autónomas, por ello en los años 30s, se había

conformado un sindicato patronalista, para quitar espacio a una organización

independiente que se estaba creando, una vez conseguido este propósito, toda

actividad sindical cesó.

Sin embargo en 1944, dentro de las estrategas de la elite regional que confrontaba la

fuerza obrera que, liderada por liberales y comunistas, avanzaba en otras regiones,

Damian Ramírez el activo e influyente párroco de la compañía, impulsó la creación

de la organización sindical cristiana, que llegaría a ser la federación regional Utran

cuyo modelo, por más de 20 años evitó la presencia de organizaciones no

patronalistas, y se difundió a otras empresas de Antioquía, y convirtiéndose en

antecedente de la conservadora Unión de trabajadores de Colombia UTC. En estas

actividades de organización obrera, la imagen y el protagonismo sindical se restringía

a figuras masculinas, quedando la militancia femenina limitada a la esfera religiosa

(Ospina L., 1990: 154).

226 Lanzadera #6 1972 ‗1800 trabajadores y 200 familias en el estudio de suma tres‘.

282 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En una primera atapa, el sindicato desarrolló unas cautas y amistosas relaciones con

los empresarios, en las que era usual que Utran hiciera respetuosas solicitudes a

los empresarios afiliados a la Andi227; pero en 1956 comienza a dar curso legal a sus

petitorios, de modo que desde ese momento la organización de trabajadores se sitúa

en un más avanzado escenario de medios legales, negociación periódica y

convención colectiva (Ospina L., 1990: 171).

El sometimiento de la organización obrera en Fabricato, conllevó ventajas como

privilegios sindicales a sus directivos y la duplicación del salario anual, incluidas

prestaciones y ventajas convencionales a sus afiliados entre 1960 y 1967 (Ospina L.,

1990:191); en este período los temas de mayor interés son los relacionados con

ingeniería industrial, en los que consiguieron garantías como el mantenimiento de

niveles salariales y elevación de incentivos (Ospina L., 1990: 194).

Sin embargo desde fines de los 60s, varios procesos del entorno político como la

influencia de la revolución cubana y los avances del movimiento anapista, repercuten

en la vida del sindicato de Fabricato, generado confrontaciones y disidencias, que

llevan a cambios como la desafiliación de la UTC en 1971; factores que no cambian

las relaciones con la empresa, ni merman la tasa de afiliación que estuvo entre 70 y

80%, en razón a los beneficios y ventajas convencionales que disfrutan los

trabajadores (Arango L., 1991:193).

La crisis de 1974 que obligó a la empresa a ajustar costos, dejó tensiones entre

sindicato y directivos; éstos expresaron cada vez con más insistencia críticas a la

‗gravosa carga económica‘ de la convención, alto costo de la mano de obra de una

clase obrera privilegiada, amparada en un gran sindicato, cuyas peticiones ‗retardan

el desarrollo industrial‘; del mismo modo se expresaban quejas sobre los costos de

retroactividad de las cesantías.

227 Aparte del movimiento huelguístico en la crisis 1982 – 1983, la empresa reconoce la

poca conflictividad del sindicato, y su apoyo al establecimiento en coyunturas de protesta obrera con alcance nacional, como la movilización de 1969 frente al gobierno de Lleras o el paro cívico de 1977 (Ospina L., 1990: 44).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 283

Por lo anterior, el pliego de peticiones de 1980 fue respondido con la denuncia de

convención colectiva, en la que la parte patronal cuestionó el campo de aplicación de

los compromisos pactados; permisos sindicales; esquema de jubilación específico de

la empresa, y que se deseaba hacer equivalente al del ICSS; replanteamiento de

aspectos de la ingeniería industrial, para dejar de formar trabajadores en sus métodos

y evitar la excesiva especialización de oficios que dificultaba los traslados internos

(Arango L., 1991: 205).

Por lo anterior no resulta extraño que la huelga de 1982, conduzca a resultados

negativos y debilitantes para el sindicato de base que se había desvinculado de la

UTC y carecía de experiencia en conflictos. La crisis que siguió entre representantes

y afiliados mostró la debilidad del sindicato y la heterogeneidad de situaciones de

sus afiliados, destacándose el sector de trabajadores antiguos que conservaban más

respeto y adhesión a la empresa y sus dirigentes tradicionales y estaban dispuestos a

hacer concesiones, que salvaran la empresa y garantizaran su jubilación228; otro

sector consideraba que el poder del la empresa y la ayuda gubernamental la

preservaría sin necesidad de sacrificios obreros; los más jóvenes consideraban

inevitable una situación de menores garantías sobre su empleo (Arango L., 1991: 206).

La huelga tuvo una duración de 30 días, siendo producto tanto de los cambios

en la organización sindical, como de las nuevas circunstancias de la compañía. Por

una parte se había producido un cambio notable en la directiva, dado que la actividad

de Diego Aristizábal como presidente de la época, no correspondía al modelo de

trabajo esforzado y estrecha vinculación al medio fabril que se había cultivado y

apreciado; además la compañía resultó implicada y afectada por la sonada crisis

financiera de los años 80s. Fue una etapa en que todo el sector textil experimentó el

impacto de un renovado accionar sindical.

228 La crónica de Libardo Ospina (1990:86) destaca cómo la administración de Diego

Aristizabal, sucesor Posada Greiffentein en la presidencia de la compañía, resultó tan distante de la fábrica y sus trabajadores, como comprometida en malos manejos financieros, que apenas terminada la huelga de 1982, los trabajadores ofrecieron laborar dos semanas sin salario si Posada volvía a asumir la presidencia.

284 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Para diferentes sectores de la compañía, el nuevo estilo de gerencia, con su

política laboral ‗mal llevada y desdeñosa‘ que despertaba desconfianza en los

trabajadores, incidió en el agravamiento de la huelga, Livardo Ospina (1990: 180), lo

describe asi:

‗..Contribuyó a desatarla su poco arraigo con el personal, acostumbrado desde la

época de los fundadores a codearse con los directores y administradores, que no se

desdeñaban, inclusive, compartir la mesa de los trabajadores rasos en la cafetería

común, sus juegos deportivos, actividades cívicas y sociales, hasta sus reuniones

domésticas; cuando ahora era raro verlos en las instalaciones…‘

Por esto años, es claro que los sentimientos religiosos, las prácticas compartidas ligada

a ellos como parte del esquema paternalista de manejo, dejaron de operar como

generadores de identidad y pertenencia a la empresa, que ahora es vista por los

trabajadores, más pragmáticamente, como una organización fuerte económicamente,

con la que se pueden negociar mejores beneficios económicos y sociales, superiores a

los que se tienen los trabajadores de la mayoría de firmas de la región (Arango L.,

1991: 208).

3.2.4 Formalización del asistencialismo y proyección al entorno

En la presentación de planes asistenciales y servicios dirigidos a los trabajadores, los

empresarios en muchas ocasiones señalaron que tales acciones correspondían más

a su disposición de acatar postulados de justicia social cristiana, que a la presión de

exigencias legales229. Del mismo modo era usual que describieran cómo las

concesiones de las empresas fueron precursoras y trazaron pautas respecto a derechos

que más adelante decretaría el gobierno nacional, como prima de servicios, seguro

social, subsidio familiar, escuelas de alfabetización para hijos de trabajadores230.

229 Según algunos discursos, cuando se formalizaban como obligaciones no alcanzaba a ser

tan favorables como lo que ya se concedía por liberalidad a los trabajadores, Ver Fabricato al día #45 de 1963 p 61 - 62. 230

Ver Lanzadera #1 de 1956 p 14 - 15

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 285

Más adelante se configuran otros discursos como el relativo a la necesidad de

cuidar tanto la calidad de sus productos como su buena ‗imagen social‘. Como

primer organismo de Fabricato dedicado a gestionar los planes asistenciales se

estableció en 1943 bajo la gerencia de Rudecindo Echavarría, el Secretariado Social.

Se contaba para su funcionamiento con la iniciativa y contribución de las señoras

Emma y Cecilia Echavarría, la experiencia inspiradora externa queda evidenciada

cuando se afirma que se deseaba (Ospina 61):

‗implantar en lo aplicable en nuestro medio las experiencias del servicio social

industrial en boga en ésa época en Chile, siguiendo las enseñanzas de la

Universidad Católica de dicha nación, y merced a él la acción patronal no se contrajo

al trabajador en su lugar de labor solamente, sino que se extendió a su familia y

también en su condición de miembro activo de la comunidad, estimulando su vocación y

aptitudes y prestándole apoyo para ser cada vez más útil a sí mismo y a los demás.‘

Desde 1968 las acciones orientadas al entorno social son manejadas por el

Departamento de proyección a la comunidad, con el que se quiso dar un nuevo

impulso a los Centros de Mejoramiento del Hogar que funcionaban desde antes y que

ahora se proyectan como Centros de Artes y Oficios dirigidos a la comunidad de Bello.

En 1970 por sugerencia de Jorge Posada Greiffenstein231 se creó la Corporación

Fabricato para el desarrollo, que asume éstas actividades y define como áreas de

acción educación, cultura, salud, deporte, promoción y organización de comunidades

de base en una zona de ejecución que pretende ir más allá de Bello.

Con la nueva entidad se pretendía separar las actividades de atención y mejoramiento

del personal, respecto al manejo industrial, para hacerlo más eficiente y sustraerla del

sentido paternalista que había tenido; al mismo tiempo que proyectar la compañía a la

comunidad, en un esquema de acción en el que pudiera interactuar con otras

entidades (Ospina 1990: 82).

231 Este directivo tenía antecedentes familiares notables dentro del empresariado y la

ingeniería regional ligada al Ferrocarril de Antioquía y a la minería de oro más avanzada de la época; ingresó a Fabricato en 1953, ocupando varios cargos por 28 años, entre ellos la presidencia durante 16; se lo considera un destacado exponente del trabajo disciplinado y próximo a los trabajadores, del mismo modo que de la sensibilidad social (Ospina 1990: 85 ss).

286 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La estructura de la Corporación, contaba con departamentos de formación

comunitaria, promoción cultural, deportiva, artesanal y cooperativa, acción comunitaria,

con la perspectiva de integrar esfuerzos con otras entidades interesadas, para

promover lo que denominaron el ‗cambio social planeado‘. Esta estructura, del mismo

modo que los planes de promoción de cooperativas de artesanos, y la frustrada

búsqueda de integración de esfuerzos con instituciones, propósito que solo se logra

con el Sena, demuestra que se quiere tener proyección hacia nuevos movimientos

cívicos y acciones comunitarias, porque el cambio en la dimensión y tipo de

problemas del entorno, hacen ver las limitadas posibilidades de actuar como empresa

– providencia232.

Uno de los primeros programas de apoyo a la microempresa, fue el de la

Corporación Fabricato, en el cual se apoyó con aportes directos y se firmó un

convenio con el Banco interamericano de Desarrollo para crear un fondo rotatorio de

préstamos, mediante un empréstito de más de un millón de francos suizos; se

alcanzó a apoyar la fundación de 300 unidades. La crisis textil, con su exigencia

de recortar inversiones, hizo que en 1983 cesaran las actividades de la Corporación

y se decidiera hacer traspaso de sus activos, estimados en 250.000 dólares de la

época a la entidad Microempresas (Ospina 1990: 133 ss).

La iniciativa de los trabajadores y su espíritu de asociación, se expresó desde 1957

en la Cooperativa de Trabajadores de Fabricato, proyecto que fue motivado con la

intervención de directivos como Echavarría Villegas. Los fundadores reunieron

$3.200, a los que se adicionó un préstamo de $300.000, con el fin de abrir un

almacén para el servicio de los afiliados; en 1961 alcanzó a mil socios, y un avance

suficiente para prescindir del local con el que los apoyaba Fabricato, y poder rentar

su propia sede; en 1966 dispuso ya de un edificio propio. Desde 1975 abrió su

afiliación a trabajadores de otras empresas y en 1990 contaba con 12.000 de 120

empresas; a los servicios de ahorro, crédito y venta de mercancías, integró otros de

recreación, turismo, cursos y programas culturales (Ospina L. 1990: 59).

232 La vinculación del programa de vivienda de Coltejer a la creciente actividad de Acción

comunal, del mismo modo que la intensificación de esfuerzos con los Centros de formación familiar que apoyaba parecen apuntar en este sentido Ver Lanzadera #9 1973.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 287

3.2.5 Crisis y cambio

En los años 60s, en relación con las nuevas aspiraciones de las trabajadoras y la

actividad sindical, se hace visible la crisis y el carácter anacrónico del Patronato

como institución de integración religiosa y rígida disciplina para el control de las

trabajadoras; diversos cuestionamientos al esquema del internado, hacen que cese el

ingreso desde 1966 y sea cerrado en 1974 (Arango L., 1991: 185). Por ésta época,

a nivel de las altas jerarquías eclesiásticas hay inquietud por la pérdida de influencia

de la iglesia, lo que motivó que se emprendieran variadas acciones para recuperar la

fe y el surgimiento del sector ‗Golconda‘ con un discurso renovador y comprometido

socialmente.

Este proceso se refleja en Fabricato, en donde el capellán de la época, junto con

un grupo de trabajadoras sociales, partidarios de una visión crítica y militante de la

labor pastoral, desarrollaron una aproximación al sindicato, cuestionaron las políticas

hacia las mujeres trabajadoras, y emprendieron diversas acciones (retiros espirituales,

encuentros, cursillos, visitas a los hogares) con los trabajadores y sus familias para

constituirse en orientadores familiares y religiosos (Arango L., 1991: 186).

Sin embargo, desde 1962 los lazos de dependencia de la UTC con la iglesia y el

partido conservador se debilitan, hasta mostrar una total autonomía de la organización

obrera233. A nivel de los trabajadores de Fabricato, se logra la separación de las

prácticas religiosas, respecto a la vida laboral y productiva; ceden los controles morales

represivos; la obligatoriedad y gran hegemonía de prácticas religiosas colectivas se

debilita, haciéndose voluntaria; y los párrocos desde los años 60s emplean un control

afectivo y persuasivo, mejor adaptado a las necesidades de los jóvenes trabajadores

(Arango L., 1990: 190).

En un intento por crear en su entorno social dinámicas de crecimiento y empleo

autónomas, que debilitaran las expectativas por beneficios que pudieran recibir de la

empresa providencia, Fabricato promueve la creación de cooperativas artesanales y,

233 Daniel Levine (1981) se ha referido a la reflexión autocrítica y replanteamiento de los nexos

de la iglesia con los poderes políticos a nivel nacional.

288 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

en 1971 un convenio con el Sena para capacitar 1.030 artesanos, y otras actividades,

junto con entidades interesadas; con ello las iniciales pretensiones de desarrollar

una labor social amplia, se restringen al nivel local (Arango L., 1991: 182).

Las fuertes crisis económicas del sector textil, notorias en 1974 y 1980 motivan cambios

y replanteamientos con los que se pretende disminuir prácticas y compromisos

paternalistas con los empleados y de empresa providencia con el entorno social. En

este sentido ocurre el cierre del patronato; el recorte de la mitad del presupuesto de

la Corporación Fabricato para el desarrollo, que conlleva la suspensión de varias

actividades propias del activismo social - cristiano; la entrega de funciones

asistenciales a entidades públicas como Cajas de compensación familiar; Sena,

Instituto de bienestar familiar; desarrollo de programas para apoyo a la micro

empresa (Arango L., 1991: 197).

Aunque esta primera ola de ajustes, deja intacto lo esencial de las políticas

asistenciales como los subsidios de cafetería; la proveeduría; Fondo rotatorio de

vivienda; becas convencionales; la empresa empieza a modificar su modelo de

inspiración social cristiano, en un período en que se deterioraba el nivel de ventas y

se hacían más tensas las relaciones entre la gerencia y el sindicato. Desde la

negociación del petitorio de 1981, las posturas de la empresa producían

desconfianza, asi p.e., cuando optó por romper la cohesión de la organización,

apelando directamente a los trabajadores, con comunicaciones a sus hogares, en las

que se la empresa exponía sus puntos de vista; o cuando se desplego un inusual y

exagerado plan de seguridad con ocasión del comienzo del paro.

La convención de 1982, resolvió la huelga de ese año y acordó compromisos que

incrementaron el costo salarial en 1.000 millones, cuya segunda parte entraba en

vigencia en abril de 1983, momento en que la empresa entro en concordato con sus

acreedores, y demandó la convención (Ospina L., 1990: 201).

La resolución de esta demanda se prolongó, de modo que en 1984 se decidió

firmar un nuevo acuerdo colectivo, en el que se compensó con una bonificación de

60.000 pesos para cada trabajador, los perjuicios de la inobservancia de los

anteriores compromisos.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 289

Sin embargo, lo más significativo del momento fue el esfuerzo que se hizo para

promover la reconciliación, la confianza y la participación, de modo que se generara

un nuevo modelo de relaciones, haciendo explícito que ya no tendría los rasgos

paternalistas que habían predominado (Ospina L., 1990: 208 ss).

En esa dirección se mejoraron los procesos de comunicación interna, empleando la

revista Fabricato al día; se promueven reuniones de grupos primarios; y se busca

una mayor valoración del papel de los supervisores. Respecto al sindicato se hacen

diálogos con sus directivos, buscando recuperar su liderazgo y hacerlos participar en

la administración de algunos de los beneficios concedidos por la empresa. Por otra

parte, se promueven que las actividades culturales, deportivas y recreativas, sean

organizadas por el mismo personal; hacer enriquecimiento de sus oficios y propiciar

su contribución técnica a través de Círculos de Participación.

En este período fue más claro en las instancias directivas un cuestionamiento de la

política paternalista, que comienza recorte a programas externos como los

relacionados con las familias y las comunidades que manejaba la Corporación

Fabricato, pero que inevitablemente conduce a reducir beneficios extra

convencionales y limitar el poder de intervención del sindicato (Arango L., 1991: 200).

Después de la huelga y la crisis financiera de los años 80s, la junta directiva

presentaba un negativo balance de más de mil millones de pesos en cartera, de los

cuales 18% era vencida, y describía un inquietante panorama: estancamiento de la

demanda, auge del contrabando e importación de telas y confecciones; reducción de

exportaciones por crisis del comercio mundial, proteccionismo de los países

desarrollados y pocas medidas internas de fomento; crecimiento de los gastos

financieros, alto costo del dinero, falta de crédito y dificultades para la inversión en

acciones. Se hizo mucho énfasis también en la competencia de empresas pequeñas

y medianas, sin limitaciones de precios y vigilancia del Estado; con mano de obra de

costo reducido y pocas obligaciones con la comunidad (Ospina L., 1990: 193).

Dentro del plan de austeridad que siguió se decidió suspender dividendos y pedir

más inversión a los accionistas; vender activos no esenciales, congelar gastos y

conseguir créditos; en el campo laboral: ‗..crear conciencia entre los mismos

290 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

trabajadores sobre la necesidad de ser realistas, moderando sus pretensiones para

adecuarlas a la ocasión o coyuntura..‘. Por lo anterior, y ante el riesgo de perder sus

empleos, los trabajadores aceptaron que se aplazaran los aumentos salariales de la

convención colectiva desde abril de 1983. En este año la compañía liquidó pérdidas

por 1.200 millones, acumuló pasivos por 8.000 millones y afrontó el cierre del crédito

bancario (Ospina L., 1990: 195 ss).

En los siguientes años, el buen manejo del esquema concordatario y los planes

internos de austeridad, permitieron que la compañía redujera sus pasivos, emitiera

exitosamente acciones y se comprometiera en un ambicioso plan de adquisición de

nueva maquinaria, que le permitió recuperar su posición entre las más destacadas

del sector textil y privado nacional.

La crisis del sector en los 80s, y la confrontación con el sindicato, obligaron a la

gerencia a hacer los cambios que en palabras de los directivos, llevaron a la

empresa ‗de la época paternalista a la moderna‘. A pesar de que Fabricato, en

comparación con Coltejer, se consideró una firma más centrada en la calidad y de

cauteloso avance, en lo técnico - económico, evaluó negativamente lo que se describió

como un afán desordenado de grandeza que le llevó a buscar el crecimiento en sí

mismo; razón por la cual, con las filiales establecidas, se tiende a una estrategia de

desarrollar pequeñas, pero muy eficientes plantas (Ospina L., 1990: 252).

Los factores que hicieron más perdurable el paternalismo, fueron en un primer momento,

los elementos culturales y religiosos de la región, las tradiciones de trabajo y

religiosidad; más adelante la antigüedad de la compañía, su gran tamaño y el rol de

empresa providencia que asumió. Sin embargo, una consideración del papel de

patronos y gerentes muestra otros factores importantes; la larga permanencia de los

principales directivos frenó procesos de cambio y retrasó el relevo generacional; hasta

el comienzo de los años 60s, se logró limitar la presencia hegemónica en los

principales cargos, de los Echavarría, como familia fundadora (Ospina L., 1990: 241 ss).

En una siguiente etapa se requieren nuevos esfuerzos para hacer una renovación

generacional frente a un antiguo grupo de pioneros de formación empírica apegados

a sus puestos. En este contexto, la Junta directiva mantuvo una capacidad de

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 291

intervención, aún por encima del presidente de la compañía, sobre asuntos vitales,

entre ellos los laborales, situación que reforzó las tendencias tradicionalistas es ese

campo (Ospina L., 1990: 245 ss).

Varias formas de ruptura con la lógica paternalista en los planes de vivienda se

aprecian en Coltejer, otra empresa del sector, de similar importancia. Desde los años

50s se decide abandonar el sistema de arrendamiento de las casas a trabajadores,

que dejaba las actividades de mantenimiento del inmueble a la empresa y su

reemplazo por sistemas de venta a crédito.

A comienzos de los años 70s, los planes se orientaban a construir viviendas, proveer

créditos y asesorar la construcción de obras comunitarias con apoyo en las

posibilidades de la Acción Comunal y en modalidades de ayuda mutua de vecinos.

Trabajadores con tres años de servicio, que no tuvieran vivienda y fueran casados o

cabeza de familia, disponiendo del 20% del valor en cesantías o del un lote, podían

solicitar el apoyo. El proyecto contaba con respaldo financiero de Instituto de crédito

territorial ICT y el Banco central hipotecario BCH, cada uno de los cuales aportaba un

tercio del valor de la vivienda234.

3.2.6 Una visión del sector textil

El estudio de Ann Farnsworth-Alvear (2000), a partir de entrevistas y

documentación primaria y secundaria de las principales firmas textileras de Medellín

(Coltejer, Fabricato, Rosellón, Fábrica de Bello, Tejicondor, Telsa), para un periodo

que va desde comienzo de siglo hasta 1960, hace un análisis sectorial que

confirma en su totalidad las tendencias señaladas para Fabricato por Arango (1991),

aporta una periodización y precisiones sobre particularidades a nivel de cada

empresa. Esta interpretación reafirma que el modelo de organización paternalista de

inspiración católica que aplicaron los empresarios tuvo entre sus elementos más

importantes las diferencias de género, y de su aplicación se derivaron consecuencias

específicas para hombres y mujeres.

234 Lanzadera #7 de 1956 ‗Hogar dulce hogar‘ y #1 1971 ‗Vivienda al alcance de todos‘ p 18 –

23.

292 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Esta estructura tiene importantes mutaciones a lo largo de los siguientes tres periodos

que diferencia la autora: 1905 - 1935, predominio de la fuerza laboral femenina, bajo

un modelo disciplinario ad hoc y personalizado que se apoyaba en una idea de

responsabilidad moral; 1936 - 1953 las reglas de disciplina basadas en la diferencia

de género y el control moral se institucionalizan como paternalismo burocrático; 1953

- 1960 aplicación de los métodos tayloristas, las relaciones industriales, y mayor

ingreso de ingenieros, al mismo tiempo que se completa el proceso de

masculinización de la fuerza laboral.

A pesar de peculiaridades como los bajos salarios de Coltejer en su primera

etapa235, se puede decir que los empresarios no mostraron esfuerzos por minimizar

sus costos laborales; hay tendencia a la disminución de la fuerza laboral femenina y

al debilitamiento de algunos elementos de control moral y vigilancia, pero se

refuerzan sus mecanismos paternalistas con una serie de dádivas y beneficios extra

salariales. Las tensiones políticas y sindicales de mediados de los años 30s, marcan el

tránsito del paternalismo personalizado que exigía absoluta lealtad y obediencia y su

conversión en paternalismo burocrático, más prodigo en dádivas y servicios, y que

se perfeccionaría hasta quedar apoyado en una organización más compleja de

empleados de cuello blanco, (Farnsworth-Alvear, 2000: 118).

En este proceso, patronos y directivos se vieron a sí mismos como ingenieros sociales

y conformaron un esquema de manejo con la suficiente divulgación como para influir

en la política económica y el escenario empresarial nacional. Para la autora, se llegó a

estructurar lo que denomina un ‗capitalismo de bienestar‘ en sentido amplio, en los

años 40 y 50s, en el que incidió mucho la falta de competencia que garantizaban las

políticas proteccionistas de la época (Farnsworth-Alvear, 2000: 17).

La progresiva afirmación del nuevo esquema, con la siguiente generación de

directivos, permite la continuidad de los vínculos paternalistas entre ‗buenos‘ patronos

y trabajadores con expectativas de un trato y favores especiales; sin embargo se

actuó dentro de pautas más formalizadas, peticiones por escrito, mediación de

235 Es notable el contraste en la postura de dos integrantes de la misma familia Echavarría

respecto al manejo de la fuerza laboral; Jorge pretendía hacer de Fabricato un modelo para la sociedad y expresó desacuerdo con los bajos salarios de su tío Alejandro en Coltejer (Farnsworth-Alvear, 2000: 53).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 293

organizaciones sindicales, y empleados especializados y menos próximos a las salas

de trabajo. A pesar de que la familiaridad inter clase se redujo, se mantuvo la

conexión a la firma; en los nuevos nexos simbólicos con los trabajadores se empleó

un intensivo discurso familiar, con una idea de padres protectores y garantes de la

reputación de los trabajadores (Farnsworth-Alvear, 2000: 154, 177)

Desde los 40s, las plantas de personal crecieron y la autoridad se hizo más

burocrática, pero persistió el esquema paternalista en el que se unían y

combinaban: catolicismo, moral sexual, familia patriarcal, anticomunismo y disciplina

de trabajo. De la particular manera de concebirse la diferencia de género se derivó

un reordenamiento simbólico de la fábrica en el que se codificó la disciplina de

trabajo a través de estrictas reglas de conducta sexual y definición precisa de

conductas propias e impropias. (Farnsworth-Alvear, 2000: 149).

Considerando la interacción con procesos de la época en el escenario nacional,

como la llamada violencia de medio siglo, la organización de sindicatos pro católicos

y todas las prácticas empresariales que tendieron a mejorar la situación de los

trabajadores, representaron un patrón de autoridad conciliador y un camino

conservador diferente y menos radical en la lucha ideológica del momento, que el de

confrontación destructiva representado por Monseñor Builes (Farnsworth-Alvear,

2000: 61).

Por otra parte, en los discursos justificatorios de los benéficos otorgados a los

trabajadores, o retórica paternalista, los empresarios procuraban evitar que

aparecieran como concesiones del gobierno liberal o como producto de compromisos

con los trabajadores; en lugar de ello, desde el discurso católico se procuraba

presentar una ilusoria idea de respeto mutuo entre patronos y trabajadores

(Farnsworth-Alvear, 2000: 149).

Aunque los mandatos morales patronales, que hacían parte del esquema paternalista en

las principales textileras, conformaban una disciplina hegemónica, a nivel de la

percepciones y conductas obreras se evidencia para hombres y mujeres una

diversidad de formas de resistencia; se puede decir que existió una desconexión entre

ideología de género y práctica de género. Asi p.e, los Echavarría establecían que la

294 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

diferencia entre una conducta casta y otra no casta, podía ser la pérdida del empleo,

se acudió a muchas formas de escape a la disciplina, ocultamiento de las relaciones

amorosas, los embarazos y, aún los hijos de madres solteras (Farnsworth-Alvear,

2000: 207 ss).

En el mismo sentido, fue claro que éste clásico modelo moralista no se aplicó en

todas las firmas, ya que compañías como Tejicondor y Telsa, llamadas ‗empresas

acahuetas‘236 claramente se distanciaron del mismo al vincular mujeres casadas y

madres solteras (Farnsworth-Alvear, 2000: 176 ss).

A nivel del contexto productivo nacional, se percibe la particularidad del proceso

regional antioqueño, tomando en cuenta contrastes, como el que ofrece el caso de la

fábrica Croydon de Cali entre los años 30s y 60s. En esta firma también se empleó

por un largo período fuerza laboral femenina, ingresada a cortas edades y con

características de vulnerabilidad; estuvieron presentes algunas de las típicas acciones

paternalistas como el trato personalizado de un ‗patrón generoso, correcto y servicial‘,

prestamos y ayudas. Sin embargo, esta organización no se apoyó en elementos

religiosos, ni intentó controlar o influir sobre aspectos de la vida privada de las

trabajadoras como la sexualidad, matrimonio o maternidad (Bermudez R.: 2007).

3.2.7 Servicio social, catolicismo y contribución femenina en la

génesis del trabajo social

Las variadas labores caritativas que se cultivaron en Antioquía, tan profundamente

ligadas al tradicional sentimiento religioso de la región, evolucionaron de tal forma que

se conectaron con tres procesos específicos de la época. Por una parte, fueron uno de

los espacios públicos de actividad aceptados para las mujeres, que por su posición

social, participaron en actividades benéficas; por otra, tuvieron un vínculo muy estrecho

236 Esta particularidad se explica por tratarse de empresas con presencia de capital externo:

Tejicondor tuvo capital norteamericano, Telsa propietarios rusos y Textiles Modernos inversión francesa; en el primer caso incidió su fundación dos décadas después de Coltejer, la localización fuera de Medellín y la necesidad de vincular trabajadoras con experiencia fabril; en el segundo se reproducía un elemento de manejo laboral del país de origen del capital: En las dos firmas se apoyaron los cuidados maternos con sala cunas y otros servicios (Cañas J., 2003: 194 ss).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 295

con el asistencialismo fabril que desarrollaron los empresarios industriales; y además

significaron un antecedente y primera práctica que más adelante se proyectó en la

configuración de la profesión del Trabajo Social.

Desde la esfera gubernamental, la reforma del 1936 formalizó la idea liberal que

comenzaba a ambientarse en esta época, acerca de la necesidad de que la protección

y asistencia social fuera una responsabilidad del Estado; y ello ocurrió en un momento

en que la capacidad de las tradicionales instituciones caritativas parecían superada por

los crecientes fenómenos de pobreza y marginalidad (López O., 2008). No obstante, se

mantuvo una variedad de actividades caritativas y asistenciales con su distintivo sello

paternalista, que en gran parte eran inspiradas y manejadas por mujeres voluntarias, y

que en muchas ocasiones emplearon recursos públicos y tuvieron diferentes nexos

con el Estado.

En 1945, con apoyo de la Acción Social Católica y del gremio empresarial ANDI, se

creó la Escuela del Servicio Social de Medellín. Sus egresadas fueron damas de

buena posición social que llegaron a ser un elemento mediador entre las organizaciones

caritativas, las instituciones estatales y las comunidades, generando una manera

femenina y ‗maternalista‘ de actuar frente los fenómenos de la cuestión social237. Las

prácticas de estas asistentes en entidades públicas y empresas privadas como la

textilera Fabricato estuvieron orientadas por modelos de asistencia habitacional de

Estados Unidos, entre ellos uno inspirado en la experiencia católica de ‗Casita María‘.

De este modo, con colaboración eclesiástica entre 1946 y 1951 se gestionó en un

barrio de condiciones marginales, la primera Residencia social de Medellín;

experiencia que fue seguida de otras 18 del mismo tipo, impulsadas por mujeres y con

mujeres por beneficiarias. Las ideas cristinas inspiraron estas acciones, que tuvieron

una variada configuración en cuanto a fuentes de financiación, estructura y tareas

emprendidas (reparto de víveres, ayuda material, recreación atención médica,

educación infantil y de adultos, Cajas de ahorros).

237 La primera Escuela del servicio social había sido fundada por María Carulla en el Colegio

Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Bogotá en 1936; contando con el apoyo de organizaciones católicas internacionales y de la Curia de Bogotá, y funcionó durante veinte años, aunque no parece haber tenido tanta actividad como su similar de Medellín.

296 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Se aplicaban técnicas de recolección sistemática de información socioeconómica y

visita domiciliaria, para evaluar problemas sociales relacionados con higiene y

salubridad, la familia, la niñez, desempeño paterno. La manera como se percibían los

problemas y se planteaban las soluciones, podía llevar a adoptar fórmulas que

combinaban ‗sostenimiento moral y auxilio material‘ (López O., 2008).

Las asistentes sociales tituladas actuaron también en empresas industriales, en donde

desplazaron a voluntarias y visitadoras; especialmente en los años 50s, cuando se

masculinizaba la fuerza de trabajo y perdían importancia los patronatos y dormitorios de

obreras, aportaron sus saberes en temas relacionados con la vida del hogar y el grupo

familiar obrero. Dentro de una nueva perspectiva, en el barrio de la textilera Rosellón,

en 1954 se promovió el programa ‗Casita María‘ una de cuyas actividades apuntaba a

la recreación, teniendo la novedad de apelar a los grupos primarios de las asociaciones

voluntarias, y no a los servicios asistenciales del secretariado social de la fábrica.

Estas prácticas asistenciales centradas en la mujer como madre y ama de casa, que

implicaban la entrega de algunos recursos económicos o pequeños créditos, junto con la

noción del salario familiar para el trabajador industrial varón, ambientaron la idea del

subsidio familiar que, como veremos, se estableció en Medellín en 1954 y tres años

después se promovió a nivel nacional. Estos recursos, inicialmente se entregaban a

las amas de casa, y dieron origen a las Cajas de compensación que han perdurado

hasta nuestros días. Por otra parte, la Escuela del servicio social después de 1960, se

convirtió en la Facultad de Trabajo social de la Universidad Pontificia Bolivariana (López

O., 2008).

En su génesis las tareas asistenciales que llegaron a conformar la profesión del

Trabajo Social estuvieron ligadas a la religión, el derecho y la medicina. Sin

embargo, en el caso antioqueño, las particularidades de esquema paternalista católico

determinaron en el medio empresarial, como campo de formación de esta profesión,

un específico conjunto de determinantes en las décadas de los 40 y 50s.

Cuando se dejó de lado el esquema de damas caritativas con acciones voluntarias

y ocasionales, se adoptó el modelo del servicio social y se produjeron los primeros

desarrollos, en los que los empresarios esperaban la solución a los desajustes y

desequilibrios que se advertían en la interacción trabajador - familia, y la adecuada

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 297

adaptación del trabajador a las exigencias del medio industrial. Como se trataba de

un individuo aún apegado a costumbres y tradiciones campesinas, las intervenciones

apuntaban a promover un empleo adecuado del salario, conveniente utilización del

tiempo libre y manejo de la vida hogareña (Arias N., Escobar L., 1985: 115).

El intenso activismo religioso había creado los antecedentes de la actividad de

grupos, en la que se enfocó la labor de las asistentes sociales primero y desde los

años 50s, de las trabajadoras sociales. Por ello las acciones y programas, que en

muchos casos eran sugeridas y guiadas por los capellanes de fábrica, tuvieron un

fuerte componente de celebración y ritual religioso, y se organizó a los trabajadores y

sus familias en grupos deportivos, escénicos, musicales, de madres, de niños.

Estos grupos empíricos, a instancias de la intervención eclesiástica, ayudaron a definir

el método de intervención del trabajo social, y le dieron prioridad sobre otras opciones

como el caso social y la perspectiva de comunidad, en un proceso en el que tiene más

relevancia e influjo sobre el perfil profesional la iglesia, que otros entes como el

Estado o las agrupaciones políticas u obreras.

En síntesis, en el medio antioqueño y entorno a la actividad fabril y a la vida barrial y

comunitaria, se estructuró una serie de actividades, inicialmente inspiradas en la caridad

católica, que lentamente se transformaron y generaron diferentes modalidades

asistenciales. Un aspecto común a las diferentes etapas y contextos de desempeño de

estas prácticas, fue el influjo religioso y la contribución femenina. Esta última

evolucionó a lo largo de varias décadas, pasando por los roles de dama voluntaria

compasiva; asistente o visitadora social con alguna capacitación; hasta llegar al de

trabajadora social profesional.

El fuerte componente católico que permaneció en estas actividades, aún después que

habían avanzado elementos de profesionalización ligados al desarrollo de las primeras

academias, hace que las prácticas asistenciales en las fábricas antioqueñas, a pesar de

su diversidad y notabilidad en la época, no se consideren fundamentales como

298 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

experiencias decisivas en el surgimiento y conformación del trabajo social en

Colombia238.

3.3 El caso Corona: de una fábrica de loza a un grupo

económico

La conformación de lo que hoy es un importante grupo empresarial empezó en 1935

cuando Gabriel Echavarría Misas adquirió una rudimentaria establecimiento en el que

desde 1881 se elaboraba en el municipio de Caldas (Antioquía), gran variedad de

productos de loza; el comprador de esta pequeña fábrica pertenecía a una familia, de

destacados comerciantes y fundadores de las que llegarían a ser las más grandes

firmas textileras del país Coltejer y Fabricato.

La idea de montar este establecimiento partió del técnico metalúrgico alemán

Reinhold Paschke, quien había llegado dos décadas atrás para laborar en la actividad

minera de esta zona dinámica en actividades comerciales y manufactureras; los aportes

técnicos y la difusión de conocimientos de éste y otros técnicos, contribuyeron a que

esta empresa superara a otros productores de la región y redujera las importaciones

(Ángel A., De la Cuesta C. 2001: 9 ss).

En los últimos 15 años del siglo XIX la compañía sufrió escasez de capital por

quiebras bancarias, ruina y cambio de algunos propietarios; además hubo perjuicios

por la inestabilidad del papel moneda y la guerra de los Mil Días. Sin embargo, la

empresa logró diversificar su producción y ampliar el alcance de su mercado y en

1906 con la venta a los exportadores de Café Mejía & Echavarría, la empresa tomó

el nombre de Fábrica de Loza de Caldas (Ángel A., De la Cuesta C. 2001: 20 ss).

Desde sus primeros años aplicó algunas de las prácticas benevolentes usuales en

la región, es asi que en 1917 una fuente informa como elemento destacado el

pago de jornales a trabajadores enfermos y anticipos de salario para compra de

vivienda (Ángel A., De la Cuesta C. 2001: 29 ).

238 Varios estudiosos, en sus reseñas sobre la génesis del Trabajo Social describen las

etapas iniciales como caritativas católicas o de asistencialismo filantrópico, o proveedor, pero no registran las actividades específicas del medio industrial y sus posibles contribuciones: Ver Martínez M., (1981); Torres J., (1988); Malagón E., y Leal G., (2006).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 299

Después de algunos perjuicios por la crisis económica de fines de los años 20s, la

mayoría de las acciones de la compañía fueron adquiridas en 1935 por Gabriel

Echavarría Misas y sus hijos, y tomó el nombre de Locería Colombiana S.A.. Con

esta transacción, comenzó un proceso en que la experiencia y cultura de trabajo del

primer empresariado textil antioqueño pasaba a otros campos de actividad y se

combinaba con nuevos aportes: conocimientos adquiridos por estudios en el exterior y

el desempeño de ingenieros de la Escuela Nacional de Minas que fueron vinculados

(Ángel A., De la Cuesta C. 2001: 48). Gabriel Echavarría era hijo del fundador de

Coltejer y poseía muchas acciones en dicha compañía, que decidió vender para

concentrarse con sus hijos en el desarrollo de la nueva empresa; también había sido

fundador de Imusa y su hijo Hernán Echavarría Olózaga había sido accionista y

directivo de Pepalpa y de la mencionada textilera (Ángel A., De la Cuesta C. 2001:

51).

Hernán Echavarría Olózaga (1911 - 2006), fue una figura significativa como integrador

del viejo estilo y primer impulso empresarial y los innovadores cambios y acelerado

crecimiento de los años de la segunda guerra mundial, y en las posteriores décadas,

cuando se fundaron nuevas compañías y se produjo un posicionamiento importante

en el sector construcción, que luego integró la actividad comercial y conformó el

reconocido grupo empresarial Corona, del que éste ingeniero fue reconocido líder.

Como veremos, desde las primeras décadas de actividad se conformó una especial

cultura de trabajo, que correspondiendo a los parámetros de la región antioqueña, tuvo

particularidades, varios cambios y etapas significativas, que sin embargo han hecho

que hasta el presente las empresas Corona conserven rasgos distintivos en sus

relaciones laborales.

Antes de comenzar su actividad empresarial Hernán Echavarría estudió ingeniería

mecánica en Victoria University (Manchester) entre 1927 y 1931, e hizo estudios de

economía en el London School of Economics, entre 1931 y 1932. Al regresar al país

trabajó en la expansión de sus inversiones, pero también en la vida pública en

espacios gubernamentales y gremiales; como impulsador de la educación gerencial y

la profesión de la economía en varias universidades; escritor de temas económicos y

divulgador de las tesis Keynesianas, cuyo desarrollo presenció de cerca en su

época de estudiante.

300 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Entre los desempeños más destacados puede mencionarse: Ministro de Obras

Públicas en 1943; Directivo de la Asociación Nacional de Industriales ANDI y

contendiente del régimen de Rojas Pinilla en 1957; Ministro de Comunicaciones 1958;

Embajador de Colombia ante el gobierno de los Estados Unidos 1967; director de la

Comisión Nacional de Valores que investigó los escándalos financieros de 1980;

destacado opositor del gobierno de Ernesto Samper Pizano (1994-1998), a propósito

de las acusaciones por el ingreso dineros del narcotráfico a su campaña electoral.

Varios factores incidieron en el crecimiento y proyección de la compañía, en los

años siguientes a su adquisición por los Echavarría, entre ellos la entrada en

funcionamiento de la Central Hidroeléctrica de Guadalupe en 1935, que dejó atrás el

uso de rueda Peltón; un año después la Junta Directiva consiguió que el congreso

elevara la tarifa de aduana para loza y ladrillo esmaltado; introducción de nuevos

equipos (molinos, hornos de túnel, trituradoras y tornos) y contratación de técnicos

extranjeros; abundancia de fuerza obrera formada en tradicionales oficios cerámicos

en el municipio de Caldas. Como ocurrió a otras industrias, las conocidas dificultades

de importación de bienes en la Segunda guerra mundial contribuyeron a aumentar la

demanda de la loza y el baldosín que para entonces empezaba a producirse (Ángel A.,

De la Cuesta C. 2001: 39 ss).

Desde los años 50s, la especialización y crecimiento de las actividades llevó a que se

crearan nuevas plantas en diferentes regiones colombianas. No obstante, las viejas

prácticas paternalistas asentadas en la larga historia de Locería Colombiana,

fueron conservadas y vigorizadas por los Echavarría. Desde las primeras décadas

en que predominaba la figura del campesino – obrero, que se buscaba arraigar

para que no retornara al trabajo agrícola, llevándose el saber productivo, hasta la

época de ingreso de nuevas generaciones más claramente urbanas e industriales, se

generó una forma de manejo laboral reconocido por las buenas condiciones de

trabajo (Ángel A., De la Cuesta C. 2001: 53).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 301

Tabla 3.6 Fundación de empresas del Grupo Empresarial Corona

Año Planta Lugar

1935 Se adquiere Locería Colombiana Caldas (Antioquia)

1948 Se funda Superfrax Ltda para la elaboración

de mosaicos cerámicos

La Estrella (Antioquia)

1952 Se funda Colcerámica para producir azulejos de

pared

Madrid (Cundinamarca)

1956 Se funda Porsanitaria S.A para producir porcelana

sanitaria

Madrid (Cundinamarca)

1956 Se inaugura Arcesa S.A. cadena de almacenes

al detal de productos cerámicos

Varias ciudades

1960 Se funda Electroporcelana Gamma S.A fábrica

de aislantes eléctricos cerámicos

Sabaneta (Antioquia)

1960 Inicia Operaciones Minerales de Colombia S.A.

Para la exploración de minerales no metálicos

La Estrella (Antioquia)

1960 Se funda Mancesa Fábrica de porcelanas

sanitarias

Girardota (Antioquia)

1963 Se establece Grival S.A para la fabricación de

grifería para baños y cocinas

Funza (Cundinamarca)

1994 Se conforma Sodimac Colombia S.A en alianza

con Sodimac de Chile para establecer la cadena

Home Center

Fuente: Pedraza E., Benavides J., 2000.

Eran usuales facilidades para estudiar y estabilidad del empleo; motivación y esfuerzos

por mantener un buen clima laboral ‗trato cálido y sencillo‘; un papel de

aleccionamiento moral y continua instrucción de la gerencia en tópicos como cuidado

de la salud, economía del hogar y vida familiar; servicios de salud y facilidades para

adquisición de vivienda; vinculación de familiares y armonía interna por la

conservación de ritos y prácticas colectivas integradoras (fiestas religiosas,

celebraciones y eventos deportivos).

En el caso de las nuevas plantas que se establecían fuera de Antioquía, como

ocurrió con Colcerámica en el municipio cundinamarqués de Madrid durante los años

50s, el cuadro directivo y de mandos medios era en su mayoría antioqueño y se

procuró trasladar también los elementos de manejo que se han descrito. El grupo

paisa fluctuó entre el 20 y 25 % de la planta, dispusieron de viviendas aportadas

302 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

por la empresa, y contando con su fuerte identidad con las prácticas y estilos de

manejo de los Echavarría, ayudaron a formar a los trabajadores de Madrid en

oficios y manejo de maquinarias (López L., 1993: 60).

Se desarrollaron los tradicionales servicios asistenciales hacia el personal como

proveeduría y el colegio Echavarría desde 1962239; del mismo modo que las

prácticas religiosas católicas orientadas también a las familias, que estuvieron a cargo

de la comunidad de los Capuchinos. Los conocidos controles paternalistas se

aplicaron a un problema nuevo para la población de Madrid, como fue la conducta

escandalosa de los obreros paisas en bares y prostíbulos: con actitudes moralistas y

patriarcales el jefe de personal, el cura y el alcalde los capturaban y sancionaban.

En los barrios Serrezuela y Gabriel Echavarría se facilitó, con un sistema de

cuotas la consecución de vivienda a los empleados en lotes de 271 metros cuadrados,

que superaban el promedio de extensión de los predios de la zona y contaban con

materiales y servicios de buena calidad. En estos mismos sectores de la población,

después de 1958 se acogió con entusiasmo un elemento de organización

comunitaria novedoso para la época como fue el de las Junta de Acción Comunal

(López L., 1993: 71).

Sin embargo, no faltaron los problemas de adaptación y ajuste social en el interior

de la fábrica. Cuando se contaba con 150 operarios, algunas arbitrariedades y abusos

del grupo de empleados y trabajadores antioqueños, en el ejercicio de su papel como

poseedores de saber productivo y autoridad formal, generaron conflictos y tensiones,

que llevaron a la conformación de un sindicato entre 1955 y 1973, identificado como

‗antipaisa‘. Algunos cambios en la composición del personal, como el ingreso de

profesionales del centro del país contribuyeron a la superación del conflicto y al

surgimiento del mismo ambiente de comunidad y pertenencia, con proximidad

entre directivos y trabajadores; ingreso de integrantes de la misma familia,

principalmente padres e hijos.

239 Inicialmente se llamó Escuela de Varones Corona, pero desde 1973 cambió el nombre y

admitió niñas.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 303

Las iniciativas asistenciales y filantrópicas de la firma, definidas como compromiso

social, persistían a principios de los años 90s, con el apoyo a la cooperativa y

fondos de ahorro y préstamo para los trabajadores; asi mismo se proyectaban de

diversas formas hacia el entorno municipal, p.e., con el apoyo y dotación de

colegios; cursos técnicos abiertos a personas de fuera de la planta; respaldo a

eventos deportivos y culturales; fomento a la formación de pequeñas y empresas y

actividades generadoras de empleo como cultivos hidropónicos. Por lo anterior, el

impacto de la firma en la comunidad se considera positivo, más aún si se lo compara

con el de la floricultura que aumentó su presencia desde los años 70s (López L.,

1993: 156 ss).

3.3.1 La llegada de los ‘doctores’: impacto y conciliación

Un elemento importante en el origen de grupo empresarial que hemos esbozado

fueron los rasgos y peculiaridades del mundo social que se creó tras varias décadas

de cálidas relaciones de trabajo en Locería Colombiana. Este proceso con sus típicos

componentes paternalistas regionales, asi como sus tensiones y cambios, fue

descrito con todo detalle en el texto que el antropólogo norteamericano Charles

Savage (1986) elaboró, con base en un estudio de tres meses a ésta y otras fábricas

antioqueñas en 1960, y en otras visitas y observaciones a lo largo de ocho años.

Las detalladas descripciones de Savage, muestran una completa visión de los

intercambios entre la fábrica y el entorno local del municipio de Caldas, asi como

entre los diferentes actores sociales que participan de la producción; al mismo tiempo

se evidencian algunos rasgos del estilo de manejo, que Locería comparte con las

firmas que hemos descrito. La indagación que realiza este estudioso resulta muy

valiosa, tanto por tratarse de las percepciones de alguien ajeno a la vida laboral y a

la cultura nacional, como porque se realiza en un momento crítico en que la familia

Echavarría, propietaria de la empresa, ha decidido confiar el manejo de sus

empresas a un equipo directivo especializado y vincular a un grupo de jóvenes

profesionales como directivos de producción en la planta de ‗La Blanca‘.

A continuación se resumen los aspectos más significativos que revela este estudio

para la comprensión de los vínculos de reciprocidad entre directivos y trabajadores, y

304 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

al ambiente social creado en la planta, del mismo modo que la crisis y dinámicas de

cambio que ocasiona el ingreso de los profesionales o ‗doctores‘:

En el espacio de trabajo, convergen una serie de influencias en las que los

elementos modernos que el avance empresarial introduce, parecen bien integrados a

valores reinantes y tradicionales. El autor define como estructuras esenciales de su

análisis: familia, ‗destino prefijado‘, sistema patronal y la plaza de pueblo como

centro vital de la vida social y la integración comunitaria; con ellas describe e

interpreta elementos culturales e interacciones a nivel de los individuos, la fábrica y la

provincia. La vinculación de familiares, principalmente padres e hijos como práctica

conocida en otras actividades se aplicó en Locería, de modo que el padre de familia

trabajando junto a los patrones, se convierte en responsable por la conducta y

producción de toda la familia, aún de los hijos adultos. Se advierte la existencia de

un contrato entre familias, más que entre individuos, un sistema de remuneración

colectivo240, y que el empleador tiene un papel como ‗super padre‘ para varias

familias.

Los diálogos que el autor mantuvo con los trabajadores mostraron, que tenían un fuerte

apego a sus oficios y compromiso con sus labores, porque las concebían y describían

como un destino preestablecido, inmodificable y definido: el papel que estaban

llamados a cumplir en la vida. En conexión con la idea de destino, estaba el papel

del padre de familia, como rol más respetable al que se podía aspirar en el medio

social regional.

Los padres de familia ocupaban los puestos más exigentes, tenían funciones técnicas

de orientación y supervisión y ganaban los mejores salarios; su función era facilitar el

cumplimiento del ‗destino‘ de los integrantes de la familia, preparándolos y

ayudándolos y representándolos ante los patrones; tanto padres como patrones

recibían el respetuoso y afectivo título de ‗Don‘. Con mediación de los padres de

familia, el patrón garantiza el bienestar de los trabajadores en materia de salud,

240 Este aspecto del manejo laboral, del mismo modo que otros componentes de la

organización y gestión se entendían como modificables según iniciativa de los patrones, pero siempre en consulta con los padres de familia, de modo que pareció predominar una dinámica de cambio e innovación.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 305

vivienda, y se interesa aún por aspectos personales como los de matrimonio y vida

familiar. Asi mismo mantenía una activa presencia en los eventos comunitarios,

religiosos o deportivos, y un rol en la vida familiar como padrino de bautizo o

matrimonio y garantizará que los puestos vacantes serán para descendientes de

quienes los ocuparon.

En el esquema generado, el patrón y las familias trabajadoras eran cuidadosas en

cumplir sus ‗destinos asignados‘; el patrón concedía a los padres de familia afectuosos

saludos, estrecha atención y rápida resolución de sus peticiones. El texto describe

asi, la mixtura entre empresa y familia:

‗..Trabajadores antiguos todavía de vez en cuando hablaban de la fábrica como su

hogar, de la empresa como a su familia, y del patrón como su padre. El patrón se sentía

obligado a comportarse de maneras que reforzaban las reciprocidades básicas. Él

también tenía la intención de perpetuar la imagen de su familia patronal como una ‗buena

familia para trabajarle‘241 (Savage 1986: 44).

El estudio emplea una perspectiva comparativa, analiza una fábrica de loza en

Santuario y otra de confecciones en Medellín, pero es el análisis de la fábrica

denominada ‗La Blanca‘, en el que más se destaca la integración de la vida municipal

con la empresa, las familias, los patrones, y la vinculación de trabajadores del

campo desplazados por la violencia. Particularmente ilustrativa de la fuerza y

aceptación del esquema paternalista, es la descripción de la etapa en que el

crecimiento de la empresa, el alejamiento de los propietarios y el ingreso de

profesionales, transforma el tipo de nexos establecidos, genera una crisis y conduce

hacia un nuevo orden, en el que sin embargo se alcanzó el equilibrio y se mantuvo la

dinámica de crecimiento, preservando algunos de los elementos de la etapa anterior.

A mediados de los años 50s con una nomina de 500 trabajadores, en el centro de

una población de 2.500 habitantes, los propietarios Echavarría emprendieron la

241 Traducción libre del párrafo: ‗Older workers still occasionally spoke of the factory as their

home, of the company as their family, and of the patron as their father. The patron was obligue to behave in ways that reinforced the basic reciprocities. He was also intent on perpetuating the image of his patronal family as a ‗good family to work for‘

306 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

incorporación de personal profesional a los puestos directivos y técnicos, dejando en

cargos de mando a unos pocos ‗dones‘ como representantes del anterior orden;

esperaban la continuidad del esquema de relaciones y prácticas patronalistas que se

traía, pero los jóvenes profesionales que ingresaban no apreciaban tales formas de

manejo laboral; tampoco se interesaron por conocer la cultura, el casi cifrado lenguaje

del trabajo cerámico que se compartía, y el espacio social que se le era

inseparable (Savage Ch., 1986: 103).

La juventud de los nuevos directores, su origen urbano, pero sobre todo su

inspiración taylorista242, les llevaba a marcar distancias con sus subordinados,

evitando integrarse a los rituales y apreciadas prácticas comunitarias, tanto en los

espacios de trabajo como fuera de ellos; además de ello, con la ingeniería industrial

introdujeron muchos cambios y novedades en los procesos productivos y la estructura

de puestos y exigencias. Muchas consecuencias se derivaron de su intervención,

como fueron el malestar obrero generalizado por la modificación de los oficios o

‗destinos‘ de los trabajadores (forjador, moldeador, asistentes, etc); su falta de

acercamiento más allá de la comunicación de órdenes y nuevas pautas de

rendimiento y compensación; la supresión del papel de los padres de familia, que con

sus contratos colectivos y hereditarios habían sustentado una armónica forma de

interacción y remuneración con los patrones.

Por varios meses este ambiente social en la fábrica de La Blanca resultó muy tenso

e insatisfactorio para todos los participes de la producción, incluso los patrones o

propietarios que ya solo ocasionalmente se hacían presentes en la planta, y recibían

las quejas obreras, expresaron su propia inconformidad.

Sin embargo, la superación del conflicto se logró a instancias del dinamismo

mostrado por el hijo de uno de los antiguos dones, en la promoción de actividades

como un torneo de futbol; del mismo modo que con el aporte de diferentes

trabajadores que desde posturas tolerantes y de expectativa optimista sobre el aporte

técnico de los ‗Doctores‘, ejercieron un rol mediador.

242 Se refiere a las concepciones y técnicas de control y racionalización del trabajo que el

ingeniero norteamericano Frederick Taylor propuso al comienzo del siglo XX, y que fueron divulgadas y enseñadas en Colombia, particularmente a los Ingenieros antioqueños en la Escuela Nacional de Minas de Medellín Ver Mayor Alberto (1984; 1992).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 307

De este modo se halló un espacio motivante de interacción, que aunque no

reconstruyó el anterior esquema de reciprocidades, si creó vínculos compensadores

y la mutua aceptación de los sectores distanciados. Surgió un nuevo equilibrio y

respeto mutuo, en el que los trabajadores no esperaban que los ‗doctores‘ actuaran

como los ‗Patrones‘ o los ‗Dones‘, y estos cambiaron algunas de sus actitudes, para

completar exitosamente la aplicación de los standards taylorianos, y con ello un

cambio organizativo y productivo de fondo en la firma.

Esta aproximación de Savage a una etapa inicial de empresas que, en las siguientes

décadas crecieron y fueron la base para conformar uno de los conglomerados

económicos más importantes de Colombia: el grupo Corona, puede entenderse como el

análisis del tránsito de una fábrica con un tradicional sentido de comunidad a una

agrupación más orientada por la idea de ganancia individual dentro del nuevo sistema

de trabajo que se promovió. Para el autor, el caso estudiado muestra que en las

primeras décadas de la industrialización, al menos hasta la llegada de la electricidad,

en esta región de Antioquia, la modernización no siguió a la industrialización243. El

modelo de relaciones sociales adoptado giró en torno al viejo y conocido rol del

‗patrón‘ como alguien destacado en la vida del municipio, protagonista de relaciones

amistosas con los vecinos, benefactor y participe en eventos religiosos y cívicos

(Savage Ch., 1986: 27, 43).

Por lo anterior, en este estudio se apela indistintamente a los conceptos de

patronalismo y paternalismo, pero es el primero de ellos el que más se emplea, por

resultar más comprensivo del rol del empresario en los diferentes espacios sociales.

En contraste, aunque en algún momento se refiere al ‗paternal system‘, la idea de la

conducta paternalista se restringe a describir uno de los rasgos del patronalismo: el

interés por el bienestar de los subordinados. En síntesis, la significación de la figura

del patrón y sus interacciones con las familias obreras en la firma y región analizados,

243 En esta interpretación incidió el hecho de que en las poblaciones visitadas y entre los

trabajadores de la alfarería los vínculos entre padres e hijos, patrones y familias trabajadoras se mantenían más fuertes que en las poblaciones vecinas, que habían sido más modificadas por cambios modernizadores (Savage 1986: 42).

308 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

impone a Savage acudir la idea de sistema patronal, más que a la de paternalismo,

aunque la segunda evidentemente estaba implícita en la primera.

Otra precisión sobre la relación entre los dos conceptos, se deriva de la reflexión que

hace sobre el futuro y las tendencias de cambio en ´La Blanca‘: en presencia de un

programa de bienestar que la firma promovía y que estaba creciendo en influencia y

podría hacer que la comunidad fuera dominada por los valores e intereses de la

compañía, Savage consideró que era más probable pasar del patronalismo que

presenciaba a una situación de más autonomía y no a un paternalismo más

dependiente (1986: 143). El rumbo de la organización Corona hasta el presente

parece confirmar el acierto de este pronóstico.

3.3.2 Efecto aperturista: búsqueda de competitividad y nueva

conciliación

Al comenzar la última década del siglo XX, los cambios en el marco institucional y

regulativo de la economía colombiana tendientes a la internacionalización de la

actividad productiva, plantean múltiples desafíos y exigencias a las empresas

industriales; el primer efecto percibido por Corona fue la pérdida del 30% del

mercado nacional. Una caracterización de la situación de esta compañía, con el

sesgo productivista de los nuevos tiempos, y énfasis en aspectos de cultura

organizacional, señala entre los rasgos significativos y de necesario replanteamiento

los siguientes (Ángel A., De la Cuesta C. 2001: 57 ss):

Como producto de la posición cuasi monopólica que había tenido la firma en el

mercado, se había tendido a privilegiar la lógica de las economías de escala con

venta de altos volúmenes y mínima variedad de productos; como la comercialización

estaba asegurada, podían dejarse de lado cuestiones como: planeación, atención a

la calidad, costos y necesidades de los clientes.

Empleo de los medios internos de información, principalmente para divulgar temas

sociales, celebraciones religiosas, actividades deportivas; noticias sobre prestaciones y

dádivas para los trabajadores y artículos educativos para los trabajadores. Respecto

al movimiento interno de información relacionada con procesos, en su entrega

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 309

predominaban los criterios selectivos relacionados con afiliación y afecto más que los

de racionalidad productiva.

Entre los principios explícitos de la organización, ocupaba un lugar central la

valoración de las personas y el trato humano, que se materializaba en políticas de

bienestar, desarrollo personal y profesional, como las de ayuda para conseguir

vivienda propia, programas de salud y educación.

La relación entre dueños y trabajadores se caracterizaba por el trato próximo y familiar,

en el que eran centrales aspectos personales y familiares, y solo de modo secundario

se abordaban aspectos de producción. Las celebraciones religiosas, actividades

deportivas y familiares, asi como los lazos de parentesco se valoraban mucho en la

vida empresarial; esto último explicaba la vinculación de integrantes de la misma

familia.

Frente al desafío aperturista, la organización Corona podía acudir a alguna de las

fortalezas de su larga historia. Por ello, apeló a su capacidad para asimilar las teorías

organizativas y técnicas gerenciales más avanzadas, tal como había ocurrido en los

años 60s con la aproximación a conceptos de desarrollo organizacional y clima

organizacional, y a comienzos de los 80s con sus acercamientos a la doctrina de la

Calidad Total centrados especialmente en la planta Grival localizada en Funza

(Gutierrez D., 1999: 15).

Las políticas de personal benévolas eran afines a las exigencias del programa

Calidad Total, pero se debió asumir un mejoramiento del nivel educativo de los

empleados operativos, incluyendo aspectos relativos a la vida personal, en este

sentido se uso el programa ‗Como vivir mejor‘, en el que se trataron temas sobre

nutrición, salud, economía doméstica, atención a problemas familiares.

Sin embargo, el plan organizacional denominado Alborada 2000, representa un

esfuerzo de ‗cambio planeado‘ y ‗transformación cultural‘ más decidido, con el que la

gerencia se propuso introducir en la organización la filosofía de la calidad integral en

el pensamiento, la organización, la forma de dirigir y la actividad operacional; y se

310 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

enunciaron como orientaciones esenciales: administración humanista, calidad,

importancia del cliente, participación y compromiso social.

En la nueva visión de la compañía, en el pasado reciente la impresión de abundancia

derivada de las ventas estables y garantizadas se extendió a las relaciones de la

empresa con su entorno, razón por la cual varias instancias del municipio de Caldas

dependieron del liderazgo y aporte de la compañía para solucionar diversos

problemas. Asi mismo, para los trabajadores pertenecer a Corona representaba una

situación favorable por los buenos salarios y prestaciones sociales, posibilidad de

adquirir vivienda y respaldo para la educación de los hijos y cuidados de salud; la

antigüedad se apreciaba como un valor, pero consideraban que había permisividad

y tolerancia hacia un tipo de trabajador que ‗enfatizaba más la retribución que la

contribución‘; los valores de familia que se compartían aseguraban ‗privilegios, premios

y dádivas‘ (Ángel A., De la Cuesta C. 2001: 68).

A partir de este diagnóstico sobre la compañía se propusieron planes para cambiar

la cultura dominante descrita como manufacturera, provincial y tradicionalista, por

otra más orientada a lo global y al mercado abierto. Un primer paso fue asumir una

concepción del producto que más allá de lo funcional incursionara en nuevos diseños

y modas; se hizo más ahorrativo el proceso productivo respecto a rotura y

desperdicio; del mismo modo se creó un esquema de mejoramiento continuo que

superara la autosuficiencia de las diversas áreas y lograra la participación y trabajo en

equipo en calidad, costos, servicio y cumplimiento.

En esa dirección, la firma se esforzó por responder mejor al mercado; rediseñó

procesos; modificó patrones de comunicación, relaciones e interacciones sociales en

torno a las tareas productivas; aplicó nuevas disposiciones sobre orden y uso de los

espacios, como la que restringió el consumo de alimentos al restaurante, prohibiendo

que se hiciera en los puestos de trabajo. El proceso de transformación, con sus

dificultades, resistencias y dimisiones de quienes no se sentían parte de la ‗nueva

empresa‘, evidenció lo que se interpretó como la fuerza y arraigo de la cultura que se

había compartido por varias décadas.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 311

Como la gerencia consideraba que era posible y necesario modificar esa cultura, se

promovieron cambios en los rituales y momentos de socialización, asi p.e., se

conservó la participación en actividades de tipo religioso ya con menos vigencia, como

los pesebres y carrosas, pero evitando que se hicieran por secciones o áreas: se

dispuso diseñar una sola que representara a toda la empresa, para mostrar una

imagen el esfuerzo colectivo y superación de la competencia entre áreas (Ángel A., De

la Cuesta C. 2001: 73).

Asi mismo, se introdujeron nuevas prácticas como la de informar sobre la

estrategia de negocio, sus avances y situación de la compañía en el mercado, pero el

cambio más apreciable ocurrió en relación a la metodología de Grupos Naturales y

procesos participativos porque implicó consultar a los trabajadores y pedir su aporte

en la construcción de una nueva visión de empresa. Si bien, era usual que se

escucharan sus sugerencias sobre temas de beneficios laborales y bienestar, la

práctica de hacerles participar en el diseño de un nuevo esquema de negocio era

una novedad; por esta vía se pretendía generar una nueva identidad compartida e

interiorizar formas de conducta laboral a tono con los planes del momento. Para

quienes hicieron la crónica de ésta etapa de Corona, esta forma de participación

resultó exitosa porque ‗se generó un clima de entusiasmo, transformación y

dinamismo‘244.

Debe resaltarse que dentro de estas tendencias al desarrollo de la gestión, crecimiento y

avance productivo, la actividad sindical se consideró un obstáculo, un directivo explica

cómo se extinguieron varios fuertes sindicatos después de que (Gutiérrez D., 1999:

17):

‗.. se trazaron unos planes con el objetivo de lograr que la gente percibiera que no

había necesidad real de afiliarse a un sindicato a fin de hacer valer sus derechos y

que el estilo y el clima organizacional que se quería implementar, implicaba

244 De acuerdo a los resultados de diferentes instrumentos de análisis de la cultura

organizacional, entre ellos una encuesta a 1.200 personas, que eran el total de trabajadores de Locería Colombiana en 1997 (Ángel A., De la Cuesta C. 2001: 105).

312 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

precisamente un contacto directo con los jefes, la administración y los empleados en

general‘.

Los indicadores de avance del grupo empresarial Corona en el período más reciente, y

su posicionamiento en el sector cerámico y de construcción, incluyendo su exitosa

incursión en campos como la comercialización especializada, en asocio con

inversionistas extranjeros, indicarían que se ha logrado crear y mantener un nuevo y

equilibrado modelo de empresa eficiente y proyectada al mercado competitivo245.

Del mismo modo la dinámica del escenario productivo con maquinarias y procesos

certificados según los estándares internacionales, manejados por operarios

organizados dentro de avanzados sistemas de trabajo.

Es complejo establecer cuanto de este avance se explica por la preservación de los

principios benévolos y políticas favorables en materia laboral, que ha caracterizado a

esta ‗organización centrada en la gente‘, en el marco de su crecimiento y

generación de la estructura competitiva y dinámica de hoy.

En una época de notorio desempleo, los operarios parecen satisfechos con empleos

estables para la mayoría de ellos; niveles aceptables de remuneración respecto al

sector industrial; planes de bienestar y beneficios. Del mismo modo, son objeto de

frecuentes procesos de capacitación y laboran dentro de esquemas de trabajo y

calidad exigentes en participación y aporte creativo. En algunas fechas, equipos

integrados por empleados de todos los niveles productivos, imbuidos de las metodologías

de perfeccionamiento continuo en los procesos, exponen ante directivos y

compañeros, con apoyo en recursos estadísticos y gráficos, diagnósticos y proyectos

de mejoramiento en diferentes áreas. Al mismo tiempo, en un ambiente de diálogo, se

aclaran dudas y se escuchan sugerencias sobre aspectos de remuneración y política

de personal; en algunas de las secciones de la planta, como evocación de los

primeros tiempos aún se coloca en lugar destacado la imagen del sagrado corazón

de Jesús.

245 Las empresas Corona, integran la lista de las más exitosas en sus procesos de

internacionalización, al lado de Cementos Argos, Carvajal, Nacional de Chocolates e ISA, Ver Dinero Junio 8 de 2006.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 313

Síntesis

Después de varias décadas de crecimiento y continuos cambios, desde que la

pequeña fábrica Locería Colombiana es adquirida por los Echavarría en 1935,

lentamente se convierte en el grupo empresarial especializado en la fabricación y

venta de porcelanas e insumos para la construcción que es hoy. Las firmas que

integran a Corona, han mantenido el discurso de la organización centrada en el ser

humano, y su correlativo manejo laboral y de remuneración, no solo respetuoso de

las normas legales, sino también voluntaristamente benévolo y estimulante por sus

componentes de estabilidad, aproximación a la familia y planes de bienestar246.

A propósito de la concesión del Premio Portafolio a la mejor Gestión del Recurso

Humano del 2008, esta publicación describió a Corona como una organización con

12.500 empleos directos y 5.000 indirectos; personal y oficinas en Colombia, Estados

Unidos, México, Panamá y China; 8 unidades estratégicas de negocio dedicadas a la

manufactura y comercialización de productos para el hogar y la construcción; 17

plantas productivas en Colombia y 2 en Estados Unidos, una oficina de suministros en

China, otra de ventas en México y un Hipercentro en Panamá247.

El esquema de remuneración y manejo que se ha descrito, del mismo modo que las

prácticas en el campo del bienestar laboral y familiar, en la actualidad se aplican a

la mayor parte de la fuerza de trabajo de las plantas industriales, pero ya despojados

del antiguo estilo regional antioqueño y sentido paternalista con el que llegó a

identificarse; ahora aparecen funcionalmente integrados a principios de gestión

eficiente que pretenden innovación continua y posicionamiento estratégico de la firma

en el mercado nacional y mundial.

Asi pues, factores como el empleo de fuerza laboral profesional y calificada en

oficios, del mismo modo que la introducción de paradigmas de organización y

246 Un buen número de publicaciones y conocedores del medio empresarial colombiano

comparten esta percepción. Por otra parte, esta situación laboral, pudo ser apreciada por el autor en varias visitas académicas a algunas de las plantas de Corona entre el 2000 y 2004, y en entrevistas a algunos trabajadores. 247

Ver Portafolio Diciembre 4 de 2008.

314 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

gerencia que demandan promover modalidades de participación inteligente en las

labores; trabajo de equipo y compromiso con metas; certificación de procesos según

exigentes normas internacionales; mejora continua de niveles de calidad y proyección

a mercados internacionales, refuerzan la continuidad del manejo laboral descrito y,

resultan menos compatibles con modalidades de trabajo precario y de baja calidad

que se han multiplicado en amplios sectores de la economía colombiana248.

En este proceso incide también la despersonalización de las relaciones de

autoridad, que llevaba largo tiempo desarrollándose. En 1940 se había conformado

un junta directiva integrada por los miembros accionistas de la familia, pero a

mediados de los años 50s ocurrió la temprana diferenciación de la propiedad y el

control de la firma con el ingreso de directivos no integrantes de la familia a la

gerencia de las plantas.

Esta tendencia se perfecciona y profundiza desde fines de los 90s cuando comienza a

aplicarse un protocolo de familia que define cómo se integra la junta directiva, de

modo que cada una de las 5 ramas familiares nombre un representante; otros se

nombran de común acuerdo y se llega a 9 con la participación de un CEO249. Se trata

de un mecanismo innovador en la estructura de propiedad y la regulación del papel

de los descendientes, para asegurar independencia, transparencia y claridad en los

manejos (Pedraza E., Benavides J., 2000).

3.4 Experiencias fallidas del ‘modelo antioqueño’ en

otros escenarios nacionales

Dos casos en que inversionistas antioqueños actúan fuera de su departamento, nos

permiten analizar el discurrir y proyección de los principios y formas de manejo

empresarial que hemos descrito, y también contrastar los resultados diversos a que se

248 Una valoración y sustentación de los procedimientos que se consideran acertados y los

buenos resultados del estilo de dirección de las empresas Corona y de la región antioqueña, en relación tanto con el balance económico como con el manejo social, en cuanto aportes posibles de incorporar a una teoría nacional de administración de empresas, fue realizada por un ex empleado de Corona y luego catedrático de administración, ver Sicard J., (1989); también Correa J., Calle F., (2006). 249

Chief Executive Officeres: líder y orientador del más alto nivel en la misión estratégica y desarrollo de la empresa.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 315

llega en escenarios sociales y culturales, en los que están ausentes algunas de las

condiciones decisivas en la conformación del típico estilo de autoridad.

3.4.1 Una hacienda ganadera de los Ospina en el Sinú

En primer término la experiencia de un grupo de comerciantes, entre los que se

destacan integrantes de la familia Ospina, que entre 1912 y 1954 explotaron la

hacienda Marta Magdalena en la región del Sinu por medio de la Sociedad Agricola

del Sinu SAS. Es indiscutible la importancia de este grupo familiar en la historia

colombiana desde el siglo XIX, y su representatividad dentro de las elites

colombianas como un ‗poderío agrario – rentista – urbano - industrial y político‘

(Ramírez J., 1996).

La familia Ospina, actuando en diferentes sociedades como grupo familiar y

negociante que busca una diversificación de sus inversiones, tenía actividad en

campos variados como café, comercio, rentas públicas, minería. Un campo

importante había sido la colonización y la búsqueda de adjudicación de baldíos para

deforestar y convertir en explotaciones ganaderas; a este frente de negocios

corresponden las actividades en el Sinú, emprendidas por integrantes de la tercera

generación.

El interés por ésta región corresponde a las tendencias de expansión de los capitales

antioqueños, pero también al antecedente político y militar de haber sido la zona en

que Pedro Nel Ospina obtuvo triunfos en la guerra de los Mil Días a comienzo del

siglo XX. El favorecimiento de los negocios ganaderos la obtención de baldíos en

virtud de las posiciones políticas de los Ospina y otros accionistas políticos de

sociedades como la propietaria de Marta Magdalena se considera un hecho

recurrente en éste y otros casos empresariales (Ramírez J., 1996).

De acuerdo al estudio de Gloria Ocampo (2007) sobre esta representativa hacienda, a

lo largo del período de control antioqueño las relaciones sociales y laborales pasaron

por diferentes etapas, desde el comienzo los administradores Ospina mostraron la

conocida capacidad antioqueña de trabajo esforzado y próximo a todos los

pormenores del manejo de la hacienda; igualmente el propósito de desarrollar un

316 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

esquema de administración para buscar sistemáticamente reducir costos y

aumentar la rentabilidad; entre otras novedades introducidas, se menciona el pago

salarial en efectivo.

El esquema de administración y los valores de empresarios y mandos medios

antioqueños contrastaron notablemente con los estilos de trabajo y la cultura de los

trabajadores de la región, en los que pesaban mucho los sistemas de parentesco ritual

y el intercambio de bienes, servicios y trabajo. Es destacable que los trabajadores

alternaban su labor en la hacienda con las tareas de sus propios cultivos; en la esfera

cultural, las ferias de fin de semana y el ciclo anual de festividades de gran acogida,

con actividades expansivas como corralejas y fandangos, además del consumo de

alcohol resultaban muy significativas (Ocampo G. 2007: 154 ss).

En este contexto, las formas de sociabilidad y prácticas religiosas compartidas que

dieron tanta consistencia al esquema social y productivo e integraron a patronos y

trabajadores en Antioquia, en esta región no llegan a tener influencia.

Infructuosamente los empresarios intentaron aplicar los principios y formas de

organización efectivos en la industria de su departamento, además de pretender

desplegar el papel tutelar de la iglesia sobre la vida cotidiana de sus peones y

fomentar hábitos de sobriedad y dedicación al trabajo.

La fortaleza de las tradiciones locales, debilidad institucional de la iglesia de la región y

limitada subordinación de los trabajadores incidieron en que no se lograra la

aceptación de estrictas normas morales, o prácticas como la celebración navideña paisa

o la santificación de las uniones matrimoniales libres. Sin embargo, en este campo las

tensiones frente a la cultura local, adaptaciones e influencias recíprocas de las

estructuras económicas y culturales fueron muy complejas: p.e., los requisitos de

entrega de viviendas en la hacienda y el otorgamiento de subsidio familiar modifican

un poco los parámetros usuales de conformación de uniones.

Los diversos oficios y formas de vinculación se traducían en variadas ubicaciones

respecto a la hacienda y su casa principal y la concesión de permisos para mantener

sus propios cultivos y animales en terrenos de la hacienda o próximos a ella: un grupo

vivía en los alrededores y se desplazaba cada día a trabajar; otro era el de hombres

solos que ocupaba campamentos en terrenos de la hacienda, entre ellos los llamados

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 317

avanzados que estaban vinculados al trabajo mediante anticipos económicos y eran

ocupados por meses; un conjunto importante era de trabajadores permanentes que

habitaban un caserío que se denominaba El Pueblo.

Entre los elementos modernos e innovadores de más difícil difusión para los

propietarios, por la coexistencia de la hacienda ganadera y la producción campesina

que se practicaba, estuvo el salario en dinero; el esquema de avance como anticipo

sobre el salario, la entrega de raciones y varios tipos de contrato, eran sistemas que

dejaban muchas pérdidas a la hacienda por incumplimiento o evasión del

responsable. Estas modalidades no salariales, con dificultad se suprimieron

formalmente en 1925, pero el llamado ‗avance‘ continuó presente ya que era

preferido por una parte de los trabajadores250, que con esta forma de ‗empeñarse

antes de trabajar‘ aseguraban su independencia en relación con las necesidades

de trabajo en sus propios cultivos y también con el calendario de fiestas y

celebraciones. Por otra parte, de la producción parcelaria y las redes sociales de

parentesco, vecindad y amistad, se derivaban mecanismos de defensa ante la

racionalidad económica de los administradores.

En los años 40s, cuando todos los bosques de la Marta Magdalena fueron talados y

convertidos en potreros, concluyeron cinco décadas de montaje de la hacienda

ganadera, y fue posible prescindir de la mayor parte de los trabajadores; en esta

época se demolió el caserío (El Pueblo) desatándose el conflicto, hasta ese momento

latente, entre la vida comunitaria y pública que éste representaba y la lógica del

manejo privado y lucrativo de la hacienda. Los avances en la legislación del trabajo

hicieron que cesara el juego entre oferta y demanda de trabajo en la fijación de

salarios y el papel voluntarista del administrador, de modo que comenzaba a ser más

determinante el esquema de derechos individuales y colectivos.

Hasta se momento Marta Magdalena se había destacado por su buena remuneración y

predominio del salario en dinero, del mismo modo que por sus beneficios extra

250 Gloria Ocampo (2007: 316) enfatiza que a diferencia de prácticas en toda América

Latina, esta modalidad de contratación de trabajo por deuda, en el caso que estudia no es impuesta por los patronos, sino por los trabajadores.

318 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

salariales como raciones, medidas sanitarias y asistencia médica; en algunos tópicos,

los usos tradicionales de la hacienda, superaban no solo los niveles del entorno, sino

lo que legalmente comenzó a exigirse, asi p.e., en 1945 la aplicación de la ley 12

sobre prestaciones sociales, implicaba la ‗reducción en la asistencia por enfermedad

otorgada a los trabajadores, y a las familias en caso de muerte de éstos‘ (Ocampo G.

2007: 266).

Los administradores de la firma tomaban en cuenta las nuevas normas laborales de

los años 40s, pero daban continuidad al tratamiento situacional y casuístico del

voluntarismo tradicional, que ante invocaciones de ayuda respondía con sentido de

protección paternalista, haciendo concesiones especiales. Pero al mismo tiempo, otro

proceso ocurría asociado el desmonte de El Pueblo, el despido de personal y otras

medidas que reducían el espacio de los colonos y agregados: ..‘la pérdida de la

seguridad y de la protección que la hacienda les ofrecía; pero más que esto la

dislocación de su mundo social y simbólico y una escisión radical con su pasado: la

unidad comunitaria se disolvió y sus miembros se dispersaron…‘ (Ocampo G.,

2007:298).

En síntesis, de acuerdo al completo estudio de Gloria Ocampo (2007), la inevitable

coexistencia de elementos modernos y tradicionales y la heterogeneidad de las

categorías sociales implicadas en la actividad empresarial de la hacienda, del mismo

modo que las diferencias culturales y dificultades de control sobre una fuerza laboral

dada al trabajo independiente y a la defensa de su autonomía, dificultan la aplicación

de principios de organización y eficiencia que los empresarios habían ayudado a

diseñar en su región de origen.

Hasta los años 50s en que se fragmentó la gran propiedad de Marta Magdalena, el

manejo antioqueño conformó un esquema de explotación ganadera moderno y

productivo a medio camino entre las pretensiones modernizantes de sus promotores y

las defensas que oponían los trabajadores en su medio cultural y social. Aunque fue

posible la aplicación de algunos elementos que destacaron la buena remuneración y

‗trato‘ a su personal, no se alcanzó el mismo grado de coherencia y sujeción de la

autoridad paternalista visto en las fábricas antioqueñas.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 319

3.4.2 Una filial de Fabricato en Bogotá

La firma Texmeralda, había sido fundada en 1939 con el nombre de Induseda, que

más adelante cambia a Sedalana, desde ésta época la familia judía Shaio integra una

planta de personal con mayoría femenina con la que desarrolla una gestión

paternalista; desde 1966 fue adquirida y gerenciada por Fabricato hasta fines de los

años 90s. En el análisis que Gabriela Arango (1998) realizó sobre el proceso de esta

firma, a partir de las configuraciones laborales y de género predominantes en cada

etapa, se diseña la siguiente periodización de etapas:

1- paternalismo familiar: etapa de trato cordial y directo aunque arbitrario y

particularista por parte de los directivos integrantes del grupo familiar hacia una

fuerza laboral mayoritariamente femenina; ritmos de producción controlados e

impuestos por el sector más antiguo de trabajadoras. En contraste con la experiencia

de Fabricato no se hacen presiones para excluir la maternidad o al personal casado y

desde los primeros años se acepta la actividad de un sindicato afiliado a la CTC.

2- antagonismo de clase: algunos cambios desde los años 50s, como el creciente

predominio de fuerza laboral masculina, la huelga de 1964, la acumulación de carga

prestacional, la muerte del fundador y los desacuerdos entre sus descendientes por

el manejo de la empresa, marcan el paso a una era en que tanto antiguos como

recién ingresados aceptan las posibilidades de la negociación colectiva y los medios

legales para reclamar sus derechos.

3- neo –paternalismo fordista: ya bajo propiedad de Fabricato, se impone un

orden productivo más formalizado y jerarquizado en el que es notoria la influencia de

ingenieros y directivos antioqueños y la reducida participación femenina; en este

periodo se manifiesta un clima más adverso a la actividad sindical y tensiones

diversas ante la concentración de la autoridad en antioqueños. Sin embargo, se llega

a una situación en la que con participación del sindicato de industria apoyado por la

empresa, se combinan elementos paternalistas antiguos con los de tipo fordista como

el incremento sostenido de los salarios, ampliación de las prestaciones extralegales,

estabilidad, reconocimiento de la antigüedad y mercado interno de trabajo.

320 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

4- terror del mercado: desde comienzos de los años 90s, se emprenden cambios

a tono con las nuevas posibilidades que ofrecían la reforma laboral de la época (Ley

50 de 1990), como la contratación temporal y la adhesión a un nuevo esquema

pensional; asi mismo, dentro de nuevos principios organizativos se reagrupan los

oficios y se promueve la polivalencia de los trabajadores. Lo anterior debilita los

elementos neo paternalistas que persistían y reduce las relaciones sociales a la

dimensión de contrato laboral, en un momento en que se intensifica el conflicto entre

trabajadores y gerencia, y en el plan de reestructuración de Fabricato se decidió

cerrar la planta Texmeralda.

Como puede verse, bajo ambas estructuras de propiedad, se aplican elementos

paternalistas en dos etapas diferentes, que concluyen, en el primer caso con un

período de confrontación, y en el segundo con un proceso de recorte de planta,

desmonte de derechos laborales y liquidación de la empresa. Si bien la etapa

denominada de neopaternalismo fordista, muestra parte del estilo de manejo

generado en la gran planta antioqueña, el momento histórico de crisis que se vivía y

el plan específico de reestructuración que por razones técnico - económicas excluyó

las condiciones de la firma bogotana y su personal hacen que su desarrollo sea

limitado.

Por la época en que los propietarios de Fabricato asumían el control de Texmeralda,

ya el fundamento religioso y los controles de la fuerza laboral basados en la

diferencia de género se debilitaban en la casa matriz; de modo análogo a lo ocurrido

en el caso de Marta Magdalena los propietarios y altos directivos eran percibidos por

el sector trabajador como distantes y extraños por su cultura regional antioqueña,

razón por la cual en la textilera bogotana no se generaron los nexos e interacciones

determinantes del esquema paternalista de autoridad. Más adelante, la situación de

crisis de los años 80s con las presiones para reducir costos y aumentar la

productividad tampoco resultaba favorable, no solo a la continuidad del modelo del

clásico manejo, sino de la empresa misma.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 321

3.5 Tendencias de institucionalización y racionalización

en las prácticas paternalistas

3.5.1 Actividad filantrópica y fundacional en Antioquia y Valle

Una de las vías de transformación de los discursos y prácticas asistenciales en que

los empresarios colombianos expresaron actitudes paternalistas hacia las comunidades

y entornos sociales de sus firmas, fue el establecimiento de fundaciones y la

configuración de sus acciones dentro de los esquemas típicos de la actividad

filantrópica. Lo anterior significa un importante proceso de racionalización, que conlleva

nuevas formas de institucionalización, profesionalización y presentación de acciones

legitimadoras ante la sociedad.

Al comienzo de los años 60s, después de la etapa en que, con gran participación del

empresariado organizado, se había depuesto la dictadura de Rojas, y comenzaba el

Frente Nacional, una compleja situación social en que se aunaban los efectos de la

reciente violencia, la pobreza y nuevos problemas relacionados con el crecimiento

urbano, preocupaba a los sectores dominantes. Un variado conjunto de acciones

caritativas y llamados a ayudar a los necesitados, era su forma de responder a esta

situación, y hasta cierto punto también, a las expectativas que las dádivas populistas

del gobierno de Rojas habían despertado en algunos sectores sociales.

En este contexto, se establecen las Fundaciones Codesarrollo (1960), Mario Santo

Domingo (1960), Carvajal (1962), Corona (1963) y FES (1964). Presentaremos algunos

elementos de tres de las más relacionadas con los sectores empresariales que hemos

analizado, que se pueden considerar entre las más destacadas por sus innovaciones

y tendencias de cambio.

La Fundación Codesarrollo se crea como corporación social sin ánimo de lucro por

parte de treinta notables antioqueños del sector público, empresarial, directivos de

organizaciones, sacerdotes, teniendo como directriz (FC 2010):

´La coordinación, la investigación y la ejecución de iniciativas, tendientes a obtener el

desarrollo, la educación y el bienestar de la comunidad, mediante la búsqueda del

322 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

equilibrio económico – social, de acuerdo con los principios y métodos inspirados en la

doctrina social cristiana‘.

Uno de sus propósitos era ‗evitar la migración campo - ciudad y atacar los problemas

sociales más por sus causas que por sus efectos‘, entre ellos los fenómenos de

violencia, inseguridad, pobreza y otros asociados a la migración campo ciudad; del

mismo modo influyeron factores coyunturales como el inminente cierre de la firma

textilera Pepalfa, en medio de un fuerte conflicto laboral. Teniendo como referente la

salvaguarda del ‗sistema de libre empresa‘, se proponen asumir la responsabilidad de

la empresa privada en la solución de los problemas sociales, pensando que una

manera adecuada sería la ‗creación de una organización especializada en la

investigación de problemas de la comunidad y en diseñar y gestionar programas

dirigidos a solucionarlos‘ (FC, 2010:17).

Después de promover la participación y vinculación de empresarios y personas

influyentes, y teniendo alguna inspiración en elementos de planeación social, en 1961

a partir de una idea de la Federación de Cafeteros, y con la participación de la

Secretaría de Salud y la Beneficencia de Antioquía, empezó el Programa de formación

y capacitación, que actuó en varios temas, siendo el más destacado el de promotoras

rurales de salud, que capacitó a mujeres campesinas para aplicar técnicas de

medicina preventiva, nutrición, salud, saneamiento ambiental y mejoramiento del hogar;

este programa se difundió a varios municipios.

Otros campos de acción abiertos fueron el fomento de la actividad artesanal y la

microempresa; del mismo modo la participación en la formulación del Primer plan de

desarrollo regional del oriente antioqueño 1963 - 1970. A propósito de esta última

actividad, la fundación se conectó con las actividades de planeación que

comenzaban a ser importantes en gestión pública; coordinó tareas de aplicación de

encuestas, análisis de temas municipales y comunitarios de 18 localidades, lo cual le

dio el perfil a Codesarrollo como impulsor de temas regionales.

En una perspectiva en que se hizo explícita la idea de evitar las actitudes paternalistas,

‗trabajar con la gente y no para la gente‘, la entidad se adentró en la combinación de

acciones Estado – Sector privado - Comunidad. En relación a estos propósitos se

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 323

crearon nexos con la actividad de las Juntas de acción comunal y se promovió la

formación en cooperativismo. Uno de los temas con los que se quiso abordar el

problema de la migración campo - ciudad, fue el de la descentralización industrial, con un

estudio en colaboración con Fabricato en 1969.

Comenzando la década de los 80s, en relación con la crisis económica del momento,

hay una fuerte caída en las donaciones con que se financiaban los programas, lo cual

obliga a replantear las actividades, hacer ajustes en el equipo de trabajo, intensificar

la búsqueda de benefactores y donaciones en la empresa privada, y ofrecer al sector

público estudios e investigaciones sobre proyectos de desarrollo (FC, 2010: 35).

Desde ésta época se nota un incremento sostenido en el número de empleados que

de menos de 50 pasó a más de 350 en 2009, una proyección y alcance nacional de

los programas y crecimiento sustancial en sus cifras: los ingresos y gastos que

pasaron de menos de 2000 a más de 28.000 millones para el mencionado año;

mientras que los activos y patrimonio superaron los 24.000 millones (FC, 2010: 65 s).

Las actividades en relación a proyectos gubernamentales y espacios comunitarios han

sido muy amplias y variadas, habían comenzado en los años 60s con los estudios y la

mediación entre las Empresas públicas de Medellín EPM y los municipios en los que

se desarrolló el proyecto hidroeléctrico del Nare, y para el año 2000, se ocupaban de

proyectos del Plan Colombia en el Putumayo.

Las empresas del grupo Corona establecieron en 1963 la Fundación Santa Helena,

destinada a proveer asistencia a comunidades en áreas de influencia de sus plantas

con programas de educación, vivienda y salud. A fines de los 80s cambio su nombre y

decidió dejar de ser operadora directa de programas y proyectos, para pasar a ser

facilitadora y promotora de proyectos de mayor alcance, dejando que cada una de las

empresas diseñara y desarrollara la agenda de actividades que considerara más

adecuada para el trabajo con las comunidades.

Otros cambios destacados fueron la integración de un equipo directivo y técnico más

especializado y la asignación de un patrimonio propio para la fundación. Dentro de una

orientación a nivel nacional, el objetivo central fue disminuir la inequidad y falta de

324 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

oportunidades de la población más pobre, mediante la participación en el desarrollo

institucional de sectores sociales: construyendo modelos de gestión para escuelas,

hospitales, organizaciones sociales y comunitarias. Asi mismo, desde 1985 actúa el

Fondo de desarrollo empresarial destinado a promover el espíritu empresarial y la

microempresa (Fundación Corona, 2004).

En otro frente de actividad, la Fundación Corona ha trabajado con el fin de mejorar el

diseño y formulación de la política pública, mediante la mejora en el conocimiento

sectorial especializado, estímulo al debate, promoción de la participación ciudadana en la

solución de sus propios problemas, seguimiento y control de gobiernos locales.

En 1961, después de una trayectoria destacada en materia de prácticas asistenciales

benévolas en sus relaciones laborales, que se inspiraba en principios católicos, la

compañía Carvajal crea su fundación. Con un aporte de capital que las fuentes

sitúan entre el 35% y 40% del patrimonio de los integrantes de la familia Carvajal251, la

organización comenzó actividades, planteando como objetivo superar la inequidad social

y la pobreza en el Valle del Cauca (Carvajal y Co 2004).

La Fundación ha actuado en campos de educación y la cultura, con actividades como la

creación de una destacada emisora; en 1977 emprende un programa para el desarrollo

de la Microempresa y en 1981 inicia un plan asistencial en el Distrito de Agua Blanca

en Cali, en un momento en que este sector representaba las condiciones más notables

de pobreza y marginalidad de la ciudad, a tiempo que crecía la presencia de

organizaciones insurgentes.

De modo similar a cómo había ocurrido con las acciones asistenciales de la Fundación

Corona, Carvajal hace una autocrítica de sus posturas paternalistas, que conduce a un

replanteamiento de sus planes de asistencia directa a comunidades pobres, por

encontrar que las población asistidas no llegan ser autónomas y a superar sus

dificultades (Sánchez K., 2004; Fundación Corona, 2004).

251 Se estima en más de 200 millones de dólares la suma reunida, convirtiéndose la

Fundación en accionista mayoritario del grupo empresarial, es decir propietaria del 23% de todas la inversiones nacionales e internacionales Ver Semana Noviembre 6 de 2011 ‗Carvajal Medio siglo de filantropía‘.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 325

Por lo anterior, esas organizaciones rechazan el asistencialismo por resultar generador

de dependencias, y deciden orientar las acciones de preferencia al acompañamiento y

asesoría de las comunidades dentro de sus propias dinámicas, buscando: las

experiencias exitosas; iniciativas de más cobertura, sostenibilidad y aceptación en la

opinión pública; posibilidades de asociación y coordinación con otras instituciones

filantrópicas, entes del Estado y organizaciones sociales; estimulo a la autogestión,

iniciativa y participación comunitaria; espacios para influir en la política pública la

replicabilidad de los programas.

En síntesis, Empresas Corona y Carvajal han tenido una experiencia similar con sus

fundaciones establecidas al comienzo de los años 60s: comenzaron a actuar orientadas

a los problemas sociales de las comunidades próximas, dentro de una perspectiva

manifiestamente paternalista, que tiempo después fue cuestionada y reorientada, a

favor de programas de alcance nacional, en los que se buscó un mayor impacto, y la

generación de otros elementos favorables más perdurables y sostenibles en el tiempo.

En ambos casos, no se dejaron de lado temas asistenciales de las comunidades

próximas a las fábricas, sino que fueron asumidos por la gerencia de cada planta.

Al mismo tiempo que estas fundaciones más destacadas se desarrollaban, en los

medios empresariales ha surgido un apreciable conjunto de nuevas organizaciones

dedicadas a fines similares. Para Nicanor Restrepo (2011: 128 s), estas entidades,

como parte de la red de asociaciones patronales, ganan espacios de actuación y se

ven presionadas a proyectarse más en la medida que falta en el Estado coordinación y

eficacia para ejecutar políticas; del mismo modo que como recursos para influir en las

políticas públicas.

A nivel de Antioquía, y siendo la región en que los empresarios y sus entidades

mantiene la más intensa interacción con las esferas gubernamentales, se puede

mencionar Fundación Fraternidad Medellín 1957, en su primera etapa dedicada a

construir y vender al costo vivienda para trabajadores; Fundación Bancolombia 1969,

orientada a temas de educación; Proantioquia 1975 especializada en temas regionales;

Actuar 1983, promoción del empleo y empresarismo.

326 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

La creación de fundaciones en América latina registra una tendencia que se considera

elevada, y en ella Colombia muestra cifras sobresalientes. Una compilación de

información para siete países latinoamericanos registró 318 fundaciones creadas con

recursos empresariales252, distribuidas de la siguiente forma: Colombia 111, Chile 42,

Perú 60, Argentina 50, México 74, Brasil 55 (Gutiérrez R., Avella L., Villar R.,

2006: 31 s).

Es significativo de una búsqueda de nuevos elementos de legitimidad

y proyección conciliadora hacia la sociedad, que la mayoría de

estas fundaciones se creara en los años 90s, en la misma década

en que ocurrían los más fuertes procesos de reestructuración

empresarial y ajuste flexibilizador en las relaciones laborales y las

condiciones de trabajo de los sectores industriales en todos los

contextos nacionales.

3.5.2 Subsidio familiar y cajas de compensación en la

intersección de todos los paternalismos

El subsidio familiar se originó en los países europeos como un recurso asistencial de

gobiernos y empresas durante la segunda mitad del siglo XIX. Tratando de realizar

ideas de caridad y protección a la familia, se emplearon diferentes mecanismos para

reunir recursos, de modo que pudiera entregarse una suma de dinero a familias

obreras como forma de apoyar algunos gastos relacionados con la crianza de los hijos.

Es significativo que las primeras aplicaciones de esta prestación en Colombia, del

mismo modo que la creación de la primera Caja especializada en su recaudo y

distribución ocurriera en Antioquia. Igualmente llama la atención las entidades que lo

252 Se tomaron en cuenta como características para delimitar el conjunto de fundaciones: que

fueran privadas y sin fines de lucro; legalmente autónomas; y, dedicadas a fines sociales a través de la operación de programas específicos y/o la realización de donaciones a terceros.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 327

proponen y participan de su desarrollo, como también el momento político y mandato

presidencial en el que se acoge la idea y se convierte en norma para todo el país.

A continuación, veremos cómo las condiciones en que se originó el subsidio familiar y

creación de la primera Caja especializada253 en su manejo son ilustrativas, por una

parte de la institucionalización de las antiguas prácticas del asistencialismo paternalista

que hemos descrito, y en las que el empresariado antioqueño mostró una verdadera

profusión de modalidades, de mucha elaboración y arraigo en su región. Por otra parte,

este proceso muestra cómo en una coyuntura decisiva de la historia colombiana

convergen iniciativas e intereses del sector privado agremiado en la ANDI, el

sindicalismo patronalista de la UTC y el gobierno de Rojas, interesado en diseñar un

esquema de dádivas y ayudas que dentro de su política populista le asegurara la

adhesión de sectores trabajadores.

Las tradiciones del asistencialismo patronal católico de Antioquía a instancias de la

acción gremial de la ANDI y de la intervención reguladora del Estado dieron origen al

subsidio familiar en 1954 y poco tiempo después a Comfama la primera Caja de

compensación establecida en Colombia.

La comprensión del rol de la ANDI en esta institucionalización del asistencialismo

patronal, del mismo modo que su actuación como promotora de otros elementos

surgidos de las prácticas y concepciones empresariales antioqueñas, requiere

describir sucintamente algunos aspectos de esta activa asociación de industriales,

fundada en Medellín y Bogotá en 1944, y que en los siguientes veinte años adquirió

importancia nacional estableciendo sedes en seis ciudades colombianas.

Los empresarios antioqueños en su tránsito de negociantes a industriales apelaron a

recursos como la asociación familiar de capitales desde una fecha temprana en el

medio colombiano como 1866. La inversión extranjera fue admitida en una proporción

253 En Colombia el manejo del subsidio familiar, ha sido confiado a las Cajas de compensación

familiar, que están definidas como corporaciones de derecho privado que funcionan de acuerdo a un normatividad y controles específicos. En el escenario latinoamericano, además de Colombia solo Argentina y Chile, han empleado entidades diferentes a las de su Sistema general de seguridad social para administrar éste régimen de asignaciones familiares, Ver Arenas M., (2003).

328 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

modesta, en comparación con la que se instaló en el Valle del Cauca, y en algunos

casos con carácter transitorio porque cuando los empresarios pudieron readquirir sus

participaciones lo hicieron sin tardanza, como fueron los casos de Tejicondor, Pintuco y

Pantex (Restrepo S., 2011: 48s).

De modo que siempre procuraron mantener una identidad regional, reflejada en

esfuerzos para la mejora de su departamento y capital; en algunos casos la presencia

en la vida política se explicaba como una forma de salvar los recursos de la voracidad

de los políticos. Del mismo modo se buscó asegurar el predominio de grupos

familiares y su estilo característico de manejo.

Las elites patronales antioqueñas cultivaron nexos con el poder público y participaron

notablemente en instancias políticas y cargos gubernamentales, lo que les permitió

aprovechar mejor el reinante proteccionismo y contar además con subsidios y privilegios

concedidos por el Estado durante varias décadas del siglo XX. Aunque esta presencia

comenzó a debilitarse desde los años 60s, cuando emerge una clase de políticos

profesionales, y comienzan a reducirse las cifras de representantes de este sector en

directorios políticos, senado, cámara y ministerios (Restrepo S., 2011: 86s).

Los estudios de Eduardo Sáenz (1992, 2002), sobre el empresariado de los años 40s

y 50s, han demostrado la manera cómo, la ANDI su gremio más notable y activo,

permitió a los industriales, especialmente a los de Antioquía, alcanzar un eficaz influjo

sobre la política económica e importantes decisiones gubernamentales, de modo que los

intereses particulares y valores de los industriales como grupo social tuvieron primacía

y fueron colocados en el lugar del interés nacional.

Apeando a distintas estrategias para influir en la esfera política y mediática, esos

empresarios alcanzaron una especial hegemonía ideológica que les permitió lograr

aceptación entre la opinión pública a medidas de política económica altamente favorables

a la industria. Parte de los elementos de propaganda impresa y de radio empleados en

este proceso, proyectaron hacia la sociedad una modalidad del paternalismo en que la

industria y las fábricas tenían un papel redentor y progresista, siendo las principales

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 329

generadoras de progreso material y realización personal para amplios sectores de la

población254.

A pesar de que en altas esferas gubernamentales era bien conocida la situación de

elevados precios e insuficiente calidad en la producción industrial nacional, no obstante

los bajos costos de fuerza laboral; y de que existía una opinión adversa en varios

sectores nacionales y la presión de otros grupos organizados de empresarios

(cafeteros y comerciantes), la ANDI logró mantener condiciones de protección para la

actividad de los industriales que representaba.

La capacidad del fuerte gremio antioqueño para influir en la política pública se

manifestó en temas muy sensibles y coyunturas específicas: en 1950 definieron

aspectos importantes de la que resultó una reforma arancelaria altamente favorable a

la industria textil.

Asi mismo, se aseguraron condiciones favorables en el nuevo acuerdo comercial

firmado entre Colombia y Estados Unidos en 1951, que aceptaba la llegada de capital

extranjeros a las ramas en que no tenían inversiones y preservaran los mercados

domésticos y las líneas tradicionales de manufacturas livianas. Igualmente determinaron

decisiones del Banco de la República favorables a la consecución de créditos;

exenciones fiscales en maquinaria industrial; medidas de estímulos a las

exportaciones (Sáenz E., 2002 103 s).

Asi pues, este influyente organismo con su protagonismo en la vida nacional, consiguió

incidir muy eficazmente en las políticas públicas, de modo que el Estado dio

preferencia a los intereses particulares que ese sector representaba. A la par de ello, y

a tono con las tradiciones de la región, la ANDI buscó para sí y para sus agremiados

legitimidad e imagen como grupo favorecedor del interés nacional, emprendiendo

254 En la creación de algunos de esos mensajes y campañas participaron notables escritores

como Indalecio Liévano Aguirre, Enrique Santos Montejo, Enrique Caballero Escovar y Alberto Lleras. Los mensajes gráficos resaltaban el aporte bienhechor de la industria al empleo, la calidad de vida del trabajador y al avance general del país, insistiendo además en la necesidad de políticas tributarias y de fomento adecuadas (Sáenz E., 1992; Botero F., 1994).

330 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

acciones y programas destinados a mostrar su preocupación por los problemas sociales

y voluntad de socorrer otros sectores sociales como los trabajadores.

De acuerdo a dos historias institucionales de la entidad, podemos enumerar los

tópicos más importantes en que ésta exhibió su papel benefactor (Poveda G. 1984;

Botero F., 1994). En primer lugar se destaca el esfuerzo por invocar el interés obrero en

algunas de las posturas que defendió en importantes debates nacionales como los que

surgieron en torno al diseño de la seguridad social y la normatividad laboral.

En el mismo sentido se describe el impulso que hace entre sus afiliados y en instancias

gubernamentales a programas como: Escuela del servicio social y Sena, inspiradas

ambas en la experiencia observada en Brasil; organización de la primera olimpiada

industrial y comercial para empleados de empresas afiliadas; creación del Fondo social

con el que se financió la construcción de un hospital para trabajadores; durante el

Frente nacional ambientación de la idea de fomento a la vivienda popular que incidió

en la creación de las corporaciones de ahorro y vivienda; Centros infantiles ANDI para

la protección materno infantil, con los que se ambientó la creación del Instituto

Colombiano de Bienestar Familiar en 1968.

En algunas ocasiones los programas que promovía la ANDI, habían sido aplicados

inicialmente en las empresas antioqueñas más avanzadas con buenos resultados, y sus

promotores participaban activamente de la actividad gremial, razón por la que

procuraban difundir esas prácticas.

A otro nivel se actuó en la concesión de Becas para la especialización de profesionales

en el exterior, programa que aplicaron varias empresas industriales y retomó el

gobierno Ospina en 1950 para crear el Icetex; impulso a la fundación de centros

educativos relacionados con la industria y los negocios como Incolda, Eafit, Cesa, Icesi.

En este contexto de ejercicio de su rol como grupo de presión en las instancias del

poder público y de búsqueda de legitimación con acciones benevolentes en otras

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 331

esferas, es que la ANDI promueve el 1954 la creación del subsidio familiar y de

Comfama como primera Caja dedicada al manejo del mismo255.

En la normatividad que dio origen al Instituto Colombiano de Seguros Sociales (ley 90

de 1946), quedó planteada una primera aproximación, ya que se contemplaba como

una de las tareas de la entidad, la organización de Cajas de compensación, para atender

el pago de subsidios familiares que se establezcan por ley o por convenciones

colectivas; en el mismo sentido, los decretos 2663 y 3747 del Código sustantivo del

trabajo definieron el salario mínimo como vital y familiar.

El trabajo de Gabriel Poveda (1989), que seguiremos muy de cerca, detalla el diseño

y evolución de la primera Caja desde 1954, resaltando como punto de partida de su

creación la cordialidad y buenas relaciones entre la ANDI y la Unión de Trabajadores

de Colombia UTC. Este sindicato patronalista, en una reunión nacional trató el tema;

luego los afiliados de la Unión de Trabajadores de Antioquía Utran presentaron una

propuesta en la que cada trabajador aportara hasta el 1% de su salario, la empresa el

doble de ello y el Estado algo similar a la empresa; se acordó defender el subsidio

familiar como una reivindicación necesaria, y que todas las organizaciones afiliadas la

pidieran en sus negociaciones.

Las anteriores decisiones se trasmitieron a la ANDI, entidad que resolvió establecer el

subsidio familiar en forma voluntaria entre las empresas afiliadas, y ‗sugerir

respetuosamente al gobierno nacional‘ que en coordinación con los demás gremios

estudie la posibilidad de extender esa iniciativa a todas las regiones y sectores

económicos (Poveda G., 1989: 9).

Poco tiempo después el 30 de junio de 1954, este agrupación empresarial promovió la

creación de la Caja de Compensación Familiar de Antioquía Comfama: éste primer

organismo en su género en el país, se definió como institución sin ánimo de lucro

‗con el objeto de promover el bienestar de los trabajadores cuyo costo de la

255 Existió una experiencia precursora de subsidio familiar en la convención colectiva firmada

entre el Ferrocarril de Antioquia y sus trabajadores en 1949; en esa ocasión se concedió una suma a los trabajadores casados con hijos hasta los 15 años.

332 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

subsistencia determina situaciones de dificultad en la familia obrera..‘ y estimular la

solidaridad entre patronos y trabajadores registró estatutos con 14 empresas como

firmantes.

Las normas de funcionamiento aprobadas establecían que los fondos de la entidad

provendrían del pago mensual de cuotas por parte de los afiliados que se fijaron en 5%

del valor de la nómina; se estableció que podrían recibir asignaciones testamentarias y

donaciones privadas y públicas. El propósito central sería cancelar una suma mensual

a cada trabajador por cada hijo menor de edad que tuviera. La ANDI tenía amplios

espacios de participación, presidiendo la asamblea general e integrando el Consejo

directivo.

Confama quiso asegurarse de que los dineros asignados fueran empleados en beneficio

de la familia del trabajador, y para ello estableció un servicio de visitas de trabajadoras

sociales profesionales. Al cabo del primer año de funcionamiento, un informe dejó ver,

que a tono con las viejas prácticas y el interés por conseguir la mejor adaptación del

recurso laboral a las exigencias de la producción, se mantuvo un control moralista e

intervención en la vida privada de los trabajadores (Poveda G., 1989: 27):

..se venía ayudando a resolver problemas humanos como el logro de una mayor unidad

familiar, la regularización de uniones libres, el reconocimiento de hijos

extramatrimoniales, el aumento de la escolaridad, la mayor responsabilidad del

trabajador como jefe de familia y la mayor estabilización de los trabajadores a las

empresas‘.

El esfuerzo precursor antioqueño en esta materia, reflejaba también una tendencia

presente en el empresariado de la época, a favorecer la masculinización de la fuerza de

trabajo, aumentando la proporción de trabajadores hombres, que actuaran como

proveedores y concibiendo la remuneración más como salario familiar.

En los siguientes años, el subsidio familiar continuó difundiéndose, y fue adoptado,

entre otras organizaciones por algunas empresas oficiales entre ellas las del municipio

de Bogotá, Empresas públicas de Medellín y Universidad de Antioquía. Sin duda, lo más

significativo fue la expedición del decreto 0180 de 1956 por parte del gobierno del

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 333

General Rojas, para promover el establecimiento voluntario del subsidio familiar a todas

las empresas del país.

La norma expedida, tenía entre sus considerandos la adhesión a la doctrina social

católica como inspiración para mejorar el salario familiar; la garantía de que no se

consideraría como salario, ni se computaría como factor de salario, que estaría exento

de impuestos y sería inembargable, salvo en juicios de alimentos.

Poco tiempo después de derrocado Rojas, la junta de cinco oficiales que hacía el

gobierno de transición, aprovechando planes y gestiones que éste ya tenía avanzados,

promulgó el decreto 118 de 1957 con el cual se creó el Servicio Nacional de

Aprendizaje SENA, se aumentaron los salarios y nuevamente se invoca la doctrina

social de la iglesia para establecer el subsidio familiar como medio de fortalecimiento de

la familia (Archila M., 1995).

El decreto 1521 de 1957, reglamentó el funcionamiento del subsidio haciéndolo

obligatorio, fijó en 4% de los salarios pagados la cuota a cancelar, y reprodujo el

excepcionalísimo en el cumplimiento de las normas, al limitar la aplicación de la norma

a las empresas privadas y oficiales con 200 trabajadores y más y un capital de $

100.000 o más; del mismo modo, se prohibió que las cajas ejercieran el comercio256.

Dentro de la flexibilidad que admitió la norma, se destaca la opción que se dejó para

que las cajas cancelaran el subsidio a la esposa del trabajador, y no al padre

trabajador, si a su juicio se aseguraba mejor el buen empleo del subsidio; de acuerdo

a los informes, este aspecto contribuyó a remediar perjuicios ocasionados por los

manejos inconvenientes que muchos trabajadores hacían de los ingresos familiares.

La fundación de nuevas cajas, a las que podrían afiliarse libremente las empresas, junto

con la cuestión de la diversidad de situaciones de las empresas integrantes, respecto a

monto de aportes y número de trabajadores beneficiarios, condujo a que se crearan

256 En distintas coyunturas, la posibilidad de que los organismos asistenciales puedan ejercer la

venta de bienes, y asi restar oportunidades al comercio, ha generado tensiones y la acción organizada de ese gremio frente al Estado para oponerse.

334 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

hasta cuatro categorías de vinculación, de acuerdo con el cociente de aportes pagados

por cada hijo subsidiable; cambio que no fue aplicado en la precursora Comfama.

Desde los años 60, aumentó el número de Cajas de compensación y su difusión a todas

las ciudades, mostrándose una tendencia a diversificar su actividad incursionando en

nuevos campos como la vivienda, mercadeo, recreación, educación y salud257. La

actividad en este último campo puede interpretarse como una consecuencia de las

dificultades y deficiencias que ha mantenido la seguridad social colombiana, del mismo

modo que como un factor favorecedor de lo que ha sido la persistente fragmentación y

debilidad del mismo.

En los últimos años, han aumentado las críticas a las Cajas, sea por su forma de

manejo de excesiva e incontrolada concentración de poder en un grupo directivo muy

estrecho; por la falacia de servicios y prestaciones y las dudosas ventajas a los

afiliados; por la incursión de estos organismos en actividades que chocan con el

interés de sectores como el comercio organizado; o por la idea de que los recursos

empresariales destinados a su sostenimiento, junto con otros aportes forzosos en forma

de impuestos a la nómina, aumentan el costo laboral y desestimulan la generación de

nuevos empleos (Donadio A., 1985; Nieto B., 2003: 97s).

Sin embargo, esta figura es defendida en términos de sus aportes al bienestar de los

trabajadores, en instancias en las que los empresarios consideran que el viejo

asistencialismo paternalista, ha tenido una deseable transformación en programas de

Responsabilidad Social Empresarial RSE y la actividad de Fundaciones apoyadas por

los grandes consorcios. Una diversidad de organismos reúne esfuerzos privados y redes

empresariales orientadas a propósitos de impacto regional significativo como el

fomento de las pymes, vivienda de interés social, educación (Restrepo S., 2011:

153s).

257 Medio siglo después de establecida la primera Caja, el sistema contaba con 52, que

operaban en 531 municipios, recaudando aportes de 184.000 empresas, con 3.6 millones de trabajadores afiliados y 13.4 millones de beneficiarios, Ver Asocajas Informe 2004 citado por (Restrepo S., 2011: 186).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 335

3.5.3 Racionalidad ingenieril contra paternalismo tradicional

La mayoría de las empresas que aplicó elementos paternalistas en el manejo de sus

relaciones laborales, introdujo cambios apreciables que llevaron al cuestionamiento de

esas modalidades. Lo anterior ocurrió, con diferente intensidad y rapidez, a lo largo de un

amplio y difuso período, que para empresas como Corona y Coltejer comenzó a

fines de los años 60s y para otras se extendió hasta los años 80s.

Un estudio sociológico sobre condiciones de trabajo y cambios empresariales en la

industria, realizado a fines de los años 80s y comienzos de los 90s, que analizó con

detalle 18 firmas de diferentes tamaños y ramas de actividad localizadas en Bogotá,

aporta una visión sobre un proceso que para esa época ya había concluido, pero que

muchos de los entrevistados describieron con detalle (Weiss A., 1997).

Los casos estudiados, que se consideran ejemplificación de tendencias más generales

de la sociedad, muestran una serie de cambios, que ocurrieron principalmente en el nivel

organizativo y solo en algunos casos en el tecnológico; no obstante, conllevaron

incrementos de la productividad. En la mayoría de esas transformaciones, la

profesionalización por vía del ingreso de ingenieros, los situó como agentes de

cambio, que cuestionaron el paternalismo y el empirismo de los dueños de las empresas,

asi como la arbitrariedad de los capataces y el clima general de tradicionalismo de las

organizaciones.

El desmonte de las prácticas paternalistas y sus nexos personalizados de lealtad y

deferencia, confrontó en muchos casos valores y sentimientos muy arraigados,

ocasionando no pocas sensaciones de frustración y fractura social entre los diferentes

partícipes de la producción.

Como tendencia general en la mayoría de los casos analizados, el saber empírico de

trabajadores que se promovían a supervisores; los ritmos acostumbrados y calmados de

trabajo; la respetabilidad de la antigüedad; el trato directo y frecuente con los

propietarios; espacios y actividades comunitarios de integración, y otros aspectos

apreciados y vividos por mucho tiempo se abolieron o llegaron a ser obsoletos.

Fenómenos de la época como el crecimiento de las firmas, los avances en el sistema

336 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

educativo y la diferenciación entre la propiedad y el control de las empresas contribuyen

a este giro racionalizador.

Se trata de un cambio, no exento de resistencia y conflicto, que abrió paso a una lógica

de racionalización de procesos y organización; cálculo de costos; manejo impersonal y

burocrático y predominio de la autoridad técnica del ingeniero; todo lo cual fue

caracterizado como el ascenso de una estructura tecnocrática (Weiss A., 1997).

Aunque la transición del viejo orden tradicional al nuevo orden tecnocrático es marcada

y visible, el análisis detallado de los establecimientos, muestra que se trataba de una

tendencia general, en la que la profundidad y extensión de los cambios varía de

empresa a empresa, y se presenta heterogeneidad en la configuración de las

organizaciones258. En otros casos, concepciones inspiradas en teorías como Relaciones

Humanas, a veces en compleja simbiosis con el clásico taylorismo, y/o las incipientes

contribuciones de las profesiones de recursos humanos, contribuyeron a estos cambios

o a moderar algunos de sus efectos negativos259.

A continuación, se presenta un esquema que resume y contrasta las estructuras

organizativas tradicional y tecnocrática, enfatizando aspectos tocantes a relaciones

laborales.

258 Otros ángulos interpretativos y facetas del análisis de las empresas, como el influjo de la

tecnología; calificación obrera; gestión de la fuerza laboral; relaciones industriales; situación obrera y trayectorias laborales, son abordadas en capítulos de Castellanos G., López C., Dombois R., Castañeda W., (Weiss A., 1997). 259

En esta etapa, se puede decir que se preparó el ambiente para los ajustes en el manejo laboral y la política de personal vinculados a las reformas aperturistas de los años 90s, en los que más decididamente las empresas suprimieron personal antiguo; debilitaron sindicatos; acrecentaron la subcontratación; y los criterios de contratación laboral comenzaron a ser los de la temporalidad y la precariedad. En otras organizaciones, aún con un débil desarrollo de elementos tecnocráticos, comenzó también el desarrollo de metodologías de gestión participativa, calidad total y orientación hacia estrategias competitivas aperturistas.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 337

Tabla 3.7 tipología y contrastación Estructura tradicional y Estructura

tecnocrática

Estructura tradicional

Estructura tecnocrática

Directivos Dueños con formación empírica, por experiencia

Profesionales, principalmente ingenieros

Trabajadores

Bajas calificaciones y origen rural

Niveles medios de escolaridad

y/o calificación técnica

Tipo de supervisor

Formado empíricamente, ascenso por antigüedad, lealtad o recompensa

Seleccionado técnicamente con preparación básica en manejo de personal

Agentes del cambio

Propietarios

Ingenieros

Estilo de dirección

Benévolo o despótico según personalidad de los jefes

Limitación del arbitrio según normas, contratos o

negociaciones

Fundamento de las interacciones socio laborales

Relaciones personalizadas,

vínculos directos definidos por la costumbre, arbitrio personal de

los jefes Basadas en lealtad y

recompensa

Relaciones impersonales,

regidas por normas y reglamentos; elementos de

Relaciones Industriales

338 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Estructura tradicional

Estructura tecnocrática

Políticas de

personal

Poco explícitas; prácticas

paternalistas; ética basada

en el ejemplo del directivo

Restricción de consideraciones

personales, predominio de

criterios de costo y eficiencia

Valoración de la

estabilidad

laboral

Interés por la permanencia

de trabajadores formados

dentro de las empresas

Autonomía creciente de la

empresa frente a compromisos

de estabilidad

Definición de

necesidades de

los trabajadores

Vivienda, salud, educación,

etc., son entendidas como

responsabilidad del

empresario

Se definen como servicios y

beneficios objeto de

negociación entre capital y

trabajo

Responsabilidad

frente al

trabajador

El empresario se considera

responsable por la suerte

de los trabajadores y sus

familias

Transferencia de la

responsabilidad social al Estado

Esquema de

organización

Poco diferenciado, escasos

niveles jerárquicos

concentración de tareas y

funciones en directivos y

dueños

Altamente diferenciado, creación

de dependencias y delimitación

de funciones y áreas

especializadas

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 339

Estructura tradicional

Estructura tecnocrática

Criterios de

evaluación

Énfasis en tareas y rutinas Cifras de producción con

aplicación de estándares

Base de la

autoridad y

prestigio

saber empírico, experiencia y

antigüedad

saber profesional

Planeación y

cálculo en la

producción

Mínimo empleo de planes y

estándares; pautas basadas

en la costumbre y la

tradición:

‗se saca lo que se puede‘

Desarrollo de programación,

diseño y cálculo. Áreas

especializadas, departamentos e

ingeniería: tiempos y

movimientos

Principio

organizativo

Relaciones paternalistas y

personalizadas

Gestión burocrática

jerarquizada. Separación de

departamentos y funciones

Forma de control Directo de estilo capataz Mecánico del sistema y control

del desempeño con roles

técnicos de ingenieros y

supervisores

Forma de

reclutamiento de

directivos

Empírica; designación de

cargos y delegación de

autoridad por parentesco u

otros vínculos personales

Profesional; ocupación de

cargos por capacidad y

formación

Construido con base en (Weiss A., 1997).

340 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

3.5.4 Flexibilidad y cambios laborales

El modelo de relaciones laborales, contratación y remuneración que empleaban las

empresas más grandes del país en los años 80s, era un escenario de tensiones.

Persistían aspectos paternalistas que no se habían erradicado y se mantenían en lo

sustancial los beneficios asegurados por los sindicatos en las convenciones

colectivas; del otro lado avanzaban las presiones para racionalizar el costo laboral

que se habían introducido en la etapa de influjo tecnocrático e ingenieril que hemos

visto.

Por ésta época, y antes de que la reforma laboral de 1990 (ley 50) lo permitiera,

comenzó a crecer en la mayoría de las firmas el empleo trabajadores con contratos

temporales como situación permanente, principalmente a través de agencias de

servicio especializadas y comenzaron a aplicarse procesos de tercerización y

externalización de actividades productivas y de servicios internos de las empresas.

Esto último se consiguió tanto por la desvinculación de personal antiguo, que era

llamado a ‗negociar‘ su retiro, a cambio de convertirse en subcontratista y

proveedor de un servicio para la empresa, como con la contratación de particulares y

empresas especializadas en tareas como vigilancia, mensajería, aseo, cafetería

(Valero E., 1997).

Sin embargo, fueron las reformas aperturistas de la primera mitad de los años 90, como

cambio decisivo en el entorno, el factor que más aceleró el cuestionamiento, no

solo del paternalismo que subsistía, sino del esquema de derechos y garantías que

protegía a parte de los trabajadores; ahora desde discurso sobre la necesidad de

flexibilidad de las empresas en el escenario de apertura y competencia, se

emprendieron más drásticos cambios en el manejo laboral.

La industrialización colombiana había mostrado persistentes tendencias hacia la alta

concentración de la propiedad, lo que llevó a la formación de oligopolios alta o

moderadamente concentrados, por estar la mayor parte de la producción aglutinada

en pocas firmas; situación más notable en industrias de bienes intermedios (Ocampo

J., 1987: 302). El avance industrial comenzó a desacelerarse a mediados de los años

70s, época en que la generación de empleo fabril y la productividad mostraron

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 341

descensos por primera vez en varias décadas, además de manifestarse retrocesos en

el proceso de cambio estructural que se traía.

La certeza sobre el estancamiento hizo parte de los bien conocidos argumentos en

que se apoyó la llamada internacionalización de la economía, que significó reconocer el

agotamiento y fracaso de la estrategia para la industrialización sustitutiva a la que se

había apostado décadas atrás. En diferentes diagnósticos se había descrito, como

tendencia general, la incapacidad de avance en el aparato productivo industrial, en

el que grandes grupos económicos se beneficiaban de la restricción a la competencia

conformando oligopolios alta y medianamente concentrados (Misas G., 1975).

En tales circunstancias, un reducido grupo de firmas de gran tamaño, pertenecientes a

los consorcios más fuertes, habrían abastecido la totalidad del mercado nacional

actuando al margen de la competencia externa por las condiciones de la economía

cerrada. Las elevadas exigencias de capital de sus procesos productivos y los márgenes

de capacidad instalada ociosa debido al estrecho mercado interno, se constituyeron en

barreras de entrada a otros inversionistas nacionales.

En tales condiciones se impuso como opción económica más atractiva, la búsqueda

de utilidades rápidas con la especulación, los intereses y la compra de activos

financieros, restando importancia a la innovación técnica, la competencia y mejora de

productos (Misas G., 1988). Como consecuencia, los márgenes de beneficio de las

empresas se redujeron entre 1981 y 1983, muchos recursos de inversión productiva

pasaron al sector financiero y aumentó para los grupos económicos la proporción de

ingresos producto de actividades financieras con relación a los obtenidos con explotación

industrial.

A nivel de las empresas, resultara o no aplicable este diagnostico, se estaba ante

nuevas condiciones, que con medidas como la rebaja arancelaria más acelerada de

lo que se había previsto, obligaban a procesos de cambio rápidos y profundos en

todos los aspectos del manejo. Una mirada entre los años 1993 y 1994, a un conjunto

de firmas de posición dominante en el centro del país, caracterizadas por sus

sindicatos fuertes, elaborados sistemas de relaciones industriales y garantías, para un

342 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

apreciable porcentaje de personal con altas antigüedades, mostró sus particulares

dificultades (Valero E., 1998).

Se puede decir que en el personal antiguo, las gerencias percibían no solo un tipo

de trabajador reacio al cambio y a las exigencias laborales de los nuevos modelos de

organización y calidad, sino también una serie de costos acumulados en lo

prestacional y convencional, asi p.e, en empresas como Paz de Río se pagaba $2.45 en

prestaciones por cada $1.00 devengado en salario. En cuanto a nominas de

pensionados a cargo de la empresa había 200 en Calzado Corona frente a una planta

laboral activa de 320 personas, 600 en Cementos Samper respecto a 800 laborando,

4.200 en Paz de Río frente a una nomina de 3.000.

Ante las nuevas condiciones la mayoría de empresas emprendió planes de

reorganización administrativa, análisis de fortalezas y debilidades, estudios del estado

financiero y fijación de objetivos para la reducción de costos de operación y recorte de

planta de personal a corto y mediano plazo. En casos como Paz del Río y Ecopetrol, se

destaca más el esfuerzo por evitar el gigantismo, transformar lo que se veía como una

organización burocratizada, dispersa en muchas actividades y con tantos niveles

jerárquicos que se tornaba lento el flujo de información y la toma de decisiones.

Los recortes de personal en niveles directivo y obrero, del mismo modo que la

sistematización de oficinas y procesos administrativos hace parte de la reorganización y

en todos los casos posibilitó reducciones de personal en áreas no sindicalizadas o su

relevo por personal temporal suministrado por entidades especializadas. Lo que resulta

común a Ecopetrol, Paz del Río y Cementos Samper, empresas con grandes

instalaciones productivas fuera de sectores urbanos, es la decisión de desmontar

progresivamente una gran parte de sus servicios a las zonas de influencia, confiarlos a

particulares o transformarlos de tal modo que ya no signifiquen una dispersión de la

empresa en múltiples actividades y el incremento de su personal directo. El caso más

ilustrativo es el de Ecopetrol, en donde también se ha optado por estimular el surgimiento

de unidades productivas autónomas y privadas que hagan innecesaria la participación de

la empresa en tales actividades.

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 343

Fueron diversas las esferas y directrices del cambio, siendo una de las más notorias

la búsqueda de especialización productiva, entendida como concentrar todos los

esfuerzos de gestión y producción en la elaboración eficiente del bien industrial de que se

trate, prescindiendo de todo lo que no se relacione directamente con ese fin central o

pueda ser obtenido a más bajo costo con la participación de otras unidades económicas.

En la mayoría de las empresas se reconoció que había acabado la época de

posición hegemónica en el mercado, en que el producto se vendía solo y sin mayores

preocupaciones por la calidad y las necesidades del consumidor; la nueva situación de

competencia obligó a consistentes mejoras en diseño, mercadeo y redes de

distribución.

Los planes de racionalización en el uso de recursos y la reducción del ámbito de

operaciones de las empresas ocurrido hasta comienzos de los 90, muestran qué se

consideró concluido el ‗período paternalista‘ y llegado en momento en que las

comunidades vecinas debían y podían ya solventar sus necesidades. Por otra parte,

análisis de las empresas mostraron que si las actividades no industriales son asumidas

directamente, resultan ineficientes y costosas, por lo cual los programas o servicios que

no se podían suspender, se confían a entidades particulares.

En la esfera de la política de personal, los ajustes fueron notables, teniéndose por

propósito no solo la reducción de la planta de personal y costos laborales, sino también la

modificación de aspectos de manejo y organización de la fuerza laboral y la vinculación

de un tipo de trabajador más propio a nuevos tipos de exigencia y participación en la

producción. El logro de esos objetivos fue progresivo, y al principio problemático por la

fuerte oposición de los activos sindicatos; la disminución de personal no se logró solo a

través de los despidos, sino más bien combinando de modo variable en cada empresa

algunos de los siguientes mecanismos:

- Negociaciones para retiro de personal antiguo, aportando la empresa alguno de los

siguientes elementos: pago de una parte de la indemnización por despido, capacitación

en microempresa, facilidades de comprar vehículos o equipos de trabajo de la compañía,

garantía de contratación de servicios como subcontratista.

344 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

- No reemplazar trabajadores retirados o jubilados, sino redistribución de tareas y

vinculación de trabajadores temporales. Ante la persistencia de disposiciones

convencionales sobre política de personal como p.e., fijación de períodos máximos,

labores y número de temporales, éstos no se cumplen o se incluye personal de

producción en nómina administrativa, para no aplicar los acuerdos.

- Para extinguir determinados servicios tradicionales de la empresa, se transformaron en

bonificaciones que no se concedían al personal recién ingresado.

- Se evita utilizar trabajo extra del personal de más altos rangos laborales o del que

estaba próximo a jubilación, suprimiendo una vieja costumbre del personal antiguo que

aumentaba el salario promedio y de ese modo subía el monto de la pensión.

- La estricta y rígida definición de ocupaciones y tareas correspondientes a cada

trabajador según el puesto o cargo, se comienza a suprimir con equipos de

supernumerarios, rotación y formación de trabajadores para que acepten y puedan

desempeñarse en varios puestos.

- Al disponerse más fácilmente de personal calificado en oficios universales, varias de las

empresas restringen sus procedimientos de formación interna y permanencia

relativamente estable que existían en áreas como mantenimiento; según las necesidades

de cada momento se pueden incorporar con facilidad grupos de trabajadores

temporales calificados.

En síntesis, bajo el supuesto de que las organizaciones requerían reorganizarse y ganar

flexibilidad, de cara a las nuevas exigencias del escenario competitivo, se

transformaron apreciablemente las modalidades de contratación y manejo del trabajo

que brindaban algunas garantías salariales y de estabilidad; sea que ellas dependieran

de las antiguas lógicas paternalistas o del poder negociador de los sindicatos.

En estos procesos, casi siempre las organizaciones sindicales fueron combatidas

frontalmente o resultaron debilitadas indirectamente como consecuencia del aumento

de la subcontratación y del predominio de un nuevo tipo de trabajador, que en las

modalidades de vinculación temporal era más vulnerable y adverso a los llamados a

organizarse. La baja calidad y las adversas condiciones de las nuevas formas de

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 345

trabajo promovidas desde entonces, y casi naturalizadas bajo el rotulo de ‗trabajo

precario‘, han afectado a muchos sectores de trabajadores y se convierten en el

signo distintivo de estas transformaciones.

No obstante, se ha demostrado que a pesar de los radicales cambios, perviven

algunos elementos típicos de las anteriores formas de relación entre patronos y

trabajadores: Una caracterización del empresariado y sus procesos de innovación,

encontró para la región del Valle del Cauca, en décadas recientes, que a pesar de

todas las transformaciones aperturistas, y de la apelación a metodologías como

balance social y Responsabilidad social, subsiste junto con modalidades flexibles de

uso de la fuerza laboral como las Cooperativas de Trabajo Asociado CTA, un pre

moderno sentido paternalista, que parece ser efectivo dentro del esquema de manejo

laboral (Urrea F., y Mejía C., 2000: 116).

3.5.5 El Neopaternalismo de épocas recientes

En contra de la arraigada idea de que las concepciones y prácticas paternalistas en las

relaciones laborales llegan a su fin con la modernización de las relaciones laborales y

la introducción de más avanzados modelos de gestión, estas formas de autoridad e

interacción, en algunos contextos han demostrado cierta capacidad para resurgir,

adaptarse y resistir al cambio. Por otra parte, a nivel mundial en las últimas décadas,

el debilitamiento de los derechos y protecciones en el mundo del trabajo, la

individualización de las relaciones laborales y el poder ilimitado de las firmas han

hecho resurgir formas organizativas autoritarias de épocas pre modernas260.

Ya nos hemos referido a los casos en que después de establecidos sistemas de

negociación colectiva y representación sindical, tuvieron continuidad parte de las

relaciones laborales tradicionales. Sin embargo resulta más significativo cuando las

260 Las recomendaciones de Viscusi Stephen (2009) para conservar el empleo en épocas

de críticos recortes de nómina, entendiendo ´lo que los jefes quieren‘, dibuja claramente la vulnerabilidad del empleado en ambientes laborales del siglo XXI, totalmente regidos por la arbitrariedad y subjetividad. Shevtsova Lilia (2009) describe para la Rusia poscomunista actual, el surgimiento de una estructura que es democrática solo en apariencia, y en la que tendencias autoritarias, oligárquicas y burocráticas, se entrecruzan y descansan en un poder personalizado, marcando asi un regreso a la matriz de poder más tradicional de Rusia.

346 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

gerencias, como parte de cambios tendientes a asegurar la capacidad competitiva en

ambientes laborales de autocrático ejercicio del poder, vuelven a promover una serie

de elementos del manejo paternalista; en unos casos se pretende aliviar tensiones y

crear una nueva dinámica social cuando se ha concluido el exterminio de los sindicatos,

mientras que en otros se trata de organizaciones de reciente crecimiento, en donde se

quiere evitar el surgimiento de cualquier expresión organizada y autónoma de los

trabajadores.

Un estudio sobre las relaciones laborales en Colombia a fines del siglo XX, que

articula varias sugerencias conceptuales en torno a una idea de neo paternalismo,

presenta la especificidad de esta noción y la distingue de los modelos de autoridad

que le fueron antecesores en el siglo XX (López C., 2002); a continuación y con

interés comparativo, se resumen aspectos esenciales de los casos de la

ensambladora Sofasa y la productora de autopartes Incolbestos, dos empresas

notables en la actualidad, que son analizadas como firmas neopaternalistas en este

trabajo.

Ante todo debe destacarse, que el antiguo y el neo paternalismo se asemejan en la

idea de desplegar políticas de integración y bienestar orientadas a conjurar la

organización autónoma de los trabajadores; lo anterior dentro de un manejo de

amplia discrecionalidad y protagonismo empresarial que niega la posibilidad de que los

trabajadores definan sus intereses y sus propios cursos de acción.

Sin embargo, frente a períodos anteriores, el empresario como sujeto individual ha

sido sustituido por un equipo directivo especializado, que con una lógica de cálculo

opta por relaciones personalizadas y directas con los trabajadores, aunque estrictamente

subordinadas a una estrategia de costos, y fuertemente vinculadas a planes

productivos que requieren la motivación de los trabajadores. Ante un mercado saturado

de fuerza laboral, los propósitos de reclutamiento y retención del ‗trabajador

adecuado‘ dejan de ser relevantes; en tanto que las condiciones adversas de ese

mismo mercado garantizan el disciplinamiento y subordinación completa de un grupo

selecto y dispuesto a comprometerse a fondo con las exigencias productivas (López C.,

2002: 467 ss).

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 347

En lo que se refiere al propósito de intervención o control sobre la vida privada y el

tiempo libre del trabajador, las iniciativas neo paternalistas no llegan a ser tan

totalizadoras como las de etapas anteriores. Dentro de las dádivas motivantes para

algunos sectores de empleados, y en consonancia con el propósito de que se integren

e identifiquen con la firma se diseñan servicios y actividades para hacer participar a

la familia de la vida empresarial como cursillos, recreación, comunicados, visitas al

puesto de trabajo, y se premia con elementos para el hogar, pero ya no son

evidentes pretensiones de injerencia y cambio de los individuos que se enunciaron en

el pasado. Por otra parte, a diferencia del pasado el nuevo tipo de trabajador, tiene un

mayor nivel educativo y socialización urbana y laboral, que le generan expectativa de

relaciones de reciprocidad.

En el caso de Sofasa, a fines de los 80s, después de una dura confrontación con

un sindicato radicalizado, la compañía se propuso recuperar la productividad, mejorar

su organización y controlar la fuerza laboral. En esa dirección emprendió cambios

a todos los niveles: en producción introdujo metodologías de calidad total, que

incluían programa de sugerencias; incentivos a la productividad y calidad; estímulos a

la participación; premios por asistencia continua. En el campo organizativo el propósito

fue lograr acercamiento y buena voluntad entre los trabajadores; mejorar la

comunicación, suprimir la conflictividad, generar confianza; a tiempo que se

descentralizó el manejo de las relaciones industriales, se ampliaron las labores sociales

de los mandos medios y se profesionalizó a los supervisores.

Un punto central en esta agenda de cambios fue asumir una relación más directa con

los empleados, evitando el protagonismo del sindicato como dispensador de

beneficios ‗arrancados‘ a la empresa; la gerencia procuraba mostrarse como el

principal ente promotor de mejoras, destinada a satisfacer sus expectativas. En

esa dirección fomentó actividades deportivas y recreativas; estableció programas con la

familia de los trabajadores (celebración de la navidad, visita de los hijos de los

trabajadores a la empresa, etc.); mejoró los préstamos para vivienda y educación.

En la etapa entre los 80s y 90s, fue clara la intención de la empresa de cambiar el

esquema de enfrentamiento hostil, por uno de persuasión, que incluyó llamados a

dialogar al sindicato. Sin embargo, la desconfianza de ambas partes, llevó al fracaso

348 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

de esta iniciativa y a que la empresa desarrollara a continuación una ruda estrategia

de enfrentamiento y supresión de esa organización apelando a todos los medios,

aún algunos ilegales.

Al tiempo que se desarrollaba esta confrontación, en la que finalmente se derrotó al

sindicato, la empresa afrontaba los cambios de la política de apertura en una

situación muy adversa, con indicadores de gestión, productividad y mercado muy

adversos. No obstante fue posible la recuperación de control por parte de la gerencia,

su conversión completa en entidad privada con la venta de la participación pública,

ingreso de nuevos accionistas colombianos (Grupo Santodomigo) y japoneses,

consecución de préstamos para inversión, mejoras en la organización y calidad.

Como parte de la reestructuración se realizó la ―limpieza‖ de la mano de obra. Era un

supuesto esencial que la nueva gestión de la calidad total requería de una base

social diferente, razón por la cual se combinaron diferentes medidas como: agresivas

modalidades de despido y presiones para obtener renuncias; nuevas modalidades de

selección de la mano de obra sin conocimiento sindical o político, jefes de familia y

10% de fuerza laboral femenina; formas de contratación flexible; subcontratación de

algunas de las actividades. La renovación de la mano de obra en algunas áreas fue del

orden del 70 y 80%, siendo notable el debilitamiento de la base social en la que se

apoyaba la organización sindical.

Los porcentajes de afiliación sindical presentados por Carmen López (2002: 437)

evidencian la efectividad de la ofensiva empresarial: de un 76% antes de la huelga de

1991, desciende a 26% en 1993 y dos años después el sindicato desapareció; en

1994 el 95% de los trabajadores aparecen vinculados al pacto colectivo.

Otras medidas adoptadas dentro de la lógica neopaternalista, que se combinaron

con cambios asociados al empleo de sistemas de inspiración toyotista fueron: visitas

domiciliarias de trabajo social; empleo de la figura del ‗padrino‘ para asegurar el buen

comportamiento del trabajador; movilidad horizontal de la mano de obra para evitar la

antigua adscripción de individuos a puestos determinados; construcción de un

ambiente favorable al involucramiento activo del trabajador en sus labores; difusión

de un discurso integrador sobre ‗la gran familia Sofasa‘ como forma de comprometer

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 349

a los trabajadores en el proyecto productivista con el que se ha afrontado la apertura

económica.

Del mismo modo, hubo esfuerzos por profesionalizar a mandos medios; abandonar la

arbitrariedad en la fábrica; fomentar una comunicación directa y desprovista de

agresividad con los trabajadores pero sin renunciar a las opciones del trato duro y

autoritario a quien intentara promover cualquier organización o expresión autónoma en

favor de sus intereses. En contraste con el período de actividad sindical confrontacional,

es claro que desde los años 90s la empresa tiene toda la capacidad de regular su

esquema de salarios, prestaciones y mercado interno de trabajo; el Pacto Colectivo es

manejado por la dirección de modo que responda a algunas de las expectativas

económicas de los empleados, y de este modo no perciban la necesidad de una

organización colectiva autónoma.

Caso Incolbestos

Esta compañía fabricante de sistemas de frenos y materiales de fricción, empezó

actividades en 1956 como parte de lo que ha llegado a ser un grupo empresarial

centrado en la industria autopartista, con presencia en el mercado andino y

proveedora reconocida de las firmas Renault, Chevrolet, Toyota, Mitsubishi y Daimler

Chrysler; para 1998 tenía una planta de personal cercana a 600 empleados, la

mayoría vinculados a término indefinido. Por no haber tenido actividad sindical ni

conflictos notorios, ha tenido un proceso diferente al de Sofasa, aunque ha llegado a

estructurar un tipo de manejo neo paternalista, que en varios aspectos es similar al de

ésta261.

Incolbestos a partir de metodologías de control total de calidad y nuevas formas de

organización del trabajo, que se combinan con un manejo laboral no exento de

elementos tradicionales, ha tenido un buen posicionamiento en el escenario competitivo

que se abrió en la última década del siglo XX, alcanzando destacados logros en

certificaciones de calidad y proyección internacional; los conflictos y resistencias no

261 La información sobre el proceso de esta empresa se toma del estudio de López (2002); pero

también de visitas a la planta y entrevistas realizadas por el autor entre los años 2000 y 2003.

350 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

han sido abiertos y colectivos, sino que se han mantenido en la esfera individual.

Algunos de los elementos de este manejo neo paternalista son:

El personal profesional que se ha vinculado, hace un manejo técnico de la compañía,

a tono con los procesos de cálculo, normalización y certificación de los estándares

internacionales, pero se les ha confiado también la tarea contribuir a mantener el tipo

de relaciones directas con los trabajadores y cierta ‘responsabilidad‘ para con ellos,

propia del estilo de la firma, y dinámicas participativas y de empoderamiento del

personal en las tareas productivas.

Esta empresa, en contraste con lo que ha llegado a ser usual en el país, garantiza

una vinculación estable a la mayoría de trabajadores; un salario que está en el

promedio del mercado y prestaciones sociales un poco más altas que las exigidas por la

ley. Lo anterior se complementa con créditos de vivienda y auxilios educativos según

la situación de cada solicitante; programas de salud, recreación y deporte, a algunos

de los cuales también se vincula a las familias; premios en especie (objetos para el

hogar), para las ideas y sugerencias provechosas en los círculos de calidad

Para la mayoría de los trabajadores es positivo que la remuneración de Incolbestos

exceda los promedios del mercado y de lo que habían conocido en anteriores

empleos, y relacionan esta situación con su disposición a aceptar sin

cuestionamientos ni críticas las demandas de la empresa. En ausencia de mecanismos

de negociación y representación, dado que no existe sindicato ni pacto colectivo, las

condiciones salariales que superan lo exigido por la ley, se perciben como parte de

la liberalidad y concesión que discrecionalmente se concede; prevalece la idea de

que se trata de una costumbre y una dadiva, más que un derecho o norma

institucionalizada. Un directivo, refiriéndose a algunos componentes del salario afirmó:

‗Lo que busca la empresa es que el trabajador no lo considere como una obligación de la

empresa sino que lo asuma como una ayuda, que agradezca, no que piense que es un

derecho‘ (López C., 2002: 471).

En este escenario y dentro de las percepciones predominantes, se teme el solo

mencionar el tema sindicato y relaciones negociadas o concertadas. Lo usual es que

se lo defina como un factor altamente perturbador del orden social e innecesario, puesto

Concepciones y prácticas del paternalismo empresarial en la región antioqueña 351

que se confía en que la empresa mantendrá las favorables condiciones salariales

(‗beneficios‘); se supone que hay comunicación transparente y directa entre gerencia y

trabajadores. Se recalca la idea de la ausencia de conflicto por que los intereses de

trabajadores y empresa son los mismos y no se admite un modelo de entendimiento

diferente al autoritario que ha manejado siempre la directiva empresarial.

Algunos espacios de la llamada comunicación ‗cara a cara‘ como las ‗reuniones de

gerencia‘ despiertan expectativas entre los trabajadores más calificados; pero en

tales diálogos no se permite tratar temas salariales sino otros aspectos de la actividad

productiva, que generan cambios menores en la vida laboral. De modo que hay

certeza sobre una paciente escucha que corresponde al ‗buen trato‘ y ‗consideración‘ de

los directivos, pero pocas probabilidades de cambio en aspectos de interés para el

trabajador.

En consecuencia, hay inconformidad represada por temas salariales entre otros, y no

se confía en la posibilidad de expresar las inquietudes dentro de las instancias de

diálogo directo y ‗cara a cara‘ que la empresa ofrece; la diversidad de trabajadores

en sus edades, nivel de calificación, condición familiar y percepción de su situación y

oportunidades. Los más calificados desconfían de los espacios de diálogo, no creen

que la gerencia verdaderamente tome en cuenta sus inquietudes, no se sienten

debidamente recompensados por sus contribuciones a la mejora de procesos, se

rutinizan y frenan su capacidad de aporte dentro de las metodologías participativas,

en tanto que para los menos calificados la comparación entre sus condiciones

desfavorables en empleos anteriores o en los empleos a su alcance fuera de la

compañía, o la adversa situación del mercado laboral, les hacer valorar su situación

presente y los aleja de cualquier iniciativa de organización y expresión colectiva

sindical.

Por parte de la gerencia, el conflicto se entiende como un problema actitudinal, de

comunicación o motivación; frente al cual esperan que los directivos y mandos medios

muestren su compromiso con el cambio y los principios de la calidad, y empleen su

liderazgo para promoverlos y superar las visiones divergentes. Sin embargo quienes

tiene mando, con frecuencia perciben en los subordinados una carencia de la

352 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

verdadera iniciativa y actitud participativa que el modelo reclama, que en parte

atribuyen a la falta de suficientes compensaciones económicas al rendimiento.

En síntesis se puede decir que este esquema de autoridad neo paternalista y

gestión, convoca la participación inteligente, compromiso e implicación profunda de

los trabajadores con los objetivos de la producción, pero a otros niveles los trata

como a menores de edad, sin aceptar sus expresiones autónomas, ni reconocer o

compensar debidamente sus intereses. A pesar de resultados positivos en

sofisticados test anuales de clima organizacional, de lo anterior resulta que no hay

expresiones de inconformidad o resistencia individual o colectiva, pero si desanimo y

‗retiro de la eficiencia‘; del mismo modo que la continuidad de los elementos

paternalistas que se han convertido en parte integrante del modelo productivista.

4. Conclusión y síntesis comparativa:

similitudes, diferencias y explicaciones

Una vez presentados los casos más representativos del asistencialismo paternalista

para cada país, procurando destacar sus particularidades y rasgos específicos,

dedicamos este capítulo al ejercicio comparativo. Considerando las evidencias sobre

rasgos contrastantes en la formación de las elites de los dos países y la importancia de

tomar en cuenta los contextos del fenómeno a comparar en que se ha insistido (Ver

1.4.2), en primer término se contrastarán las dinámicas políticas y del Estado en los

dos países. Asi mismo y cómo ámbitos profundamente vinculados a la esfera del poder

político, tanto como a las prácticas paternalistas, se abordará el desarrollo de los

sistemas de protección social y el papel de la religión católica en ambos espacios

nacionales.

En seguida se comparan sistemáticamente las formas en que las empresas de ambos

países desarrollaron sus planes asistenciales, concentrando la atención en las

prioridades que se tuvo, las modalidades y niveles de organización y profesionalización

de las actividades desarrolladas; del mismo modo es de interés considerar las

coyunturas de crisis, replanteamiento y cambio en sus dinámicas. El capítulo termina

con un cotejo de las actividades fundacionales y filantrópicas, con las que los

empresarios ampliaron su campo de acción y, en muchos casos dieron continuidad a

nuevas versiones de las ideas paternalistas.

4.1 Dimensiones y variables a explorar en la comparación

En la perspectiva de análisis que se ha presentado (ver capítulo 1), el contexto socio

político de cada país se considera determinante en la configuración de las prácticas

asistenciales de las firmas y la continuidad del estilo de paternalismo que les es

específico; por esta razón señalaremos en primer término las variables que se toman en

cuenta para describir y contrastar los contextos y a continuación las que se consideran

para comparar las manifestaciones del fenómeno en estudio a nivel de las firmas.

354 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En relación con el campo de la política como espacio para el ejercicio de formas

específicas de autoridad, que son también compartidas y reproducidas por las elites

económicas, se abordarán aspectos como: grado de inclusión o exclusión; dinámica de

cambio y naturaleza competitiva de la lucha por el poder político; autonomía y

significación de la actividad sindical; amplitud y naturaleza de los pactos corporativos;

carácter multiclase, elitista u oligárquico de los partidos.

En lo que se refiere al Estado, se toma en consideración su papel como redistribuidor

de riqueza y ente asistencialista; presencia de elementos caudillistas, paternalistas,

clientelistas y populistas en el manejo de la asistencia pública; avance y consolidación

del sistema de protección social y sus funciones de seguridad social, legislación sobre

riesgos, pensiones.

Tocante a la esfera social más amplia, se examina la permanencia e influjo de

elementos rurales y hacendarios conservadores en la política; avance de la vida urbana

e influjo de procesos modernizadores; continuidad de valores y tradiciones católicos en

la sociedad.

En las prácticas benéficas y formas de interacción entre patronos y trabajadores, se

describen y cotejan: Motivos inspiradores: tradiciones familiares, caridad católica,

sentimientos de deferencia y solidaridad; propósitos de orden práctico en relación con

la formación, calidad, disposición de la fuerza laboral; modalidades de beneficios y

asistencia para cada época: salud, educación, vivienda; especialización organizativa,

nivel técnico y grado de profesionalidad con énfasis en aspectos como la progresiva

definición del rol del trabajo social.

La forma como en el interior de las firmas y organismos encargados de la asistencia,

se producen crisis que llevan cuestionar el fundamento paternalista que se ha tenido y a

replantear la función, es otro aspecto significativo en la contrastación. En el mismo

sentido se toma en cuenta la acción reivindicativa de los sindicatos; institucionalización

de los beneficios (p.e., vía cajas de compensación); interacción del asistencialismo de las

firmas con la actividad gremial empresarial. Se hace un paralelo también sobre las

tendencias de cambio más decisivas y recientes, que llevaron a conducir e

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 355

institucionalizar los planes asistenciales por las vías de la filantropía y la actividad

fundacional, y la proyección del discurso a medios empresariales más amplios.

4.1.1 Contrastación de contextos: política y Estado

A partir de una rápida caracterización comparativa del proceso político, la forma de

actuación de las elites y partidos, del mismo modo que de los componentes de la vida

democrática, la participación y las formas de autoridad, se pretende esbozar la

formación de un ámbito propicio a las modalidades paternalistas de actuación del

empresariado.

Se supone que políticos y empresarios, como sectores sociales de una misma clase

dominante, que no era muy diferenciada o densa, tenían diversos rasgos comunes,

compartían posiciones, además de que muchos de ellos oscilaban entre el rol

gubernamental y el económico empresarial. Se trataría de definir si el manejo político

y gubernamental determinaba de alguna forma o se reflejaba en las prácticas

asistenciales aplicadas en las empresas. Establecer nexos de causalidad entre

procesos de la política y el manejo estatal y los percibidos a nivel de las firmas

privadas.

Una apreciación panorámica de los procesos políticos de los dos países, apoyada en

los análisis comparativos de la política de que se dispone, muestra varias

fundamentales diferencias cuya evolución crea condiciones para la generación de

específicas formas de autoridad en el mundo del trabajo.

Caudillismo Vs civilismo

En una consideración de la evolución política de los dos países, resaltan en primer

término las particulares formas de configurarse el liderazgo y el poder, que inciden en la

conformación de los partidos, las instituciones y la vida democrática. El desarrollo

político venezolano desde los albores de la República muestra fuertes tendencias

históricas hacia el caudillismo, con una tradición de gobiernos autocráticos militares

que comprenden las etapas de José Antonio Páez, los Monagas, Juan Falcón, Antonio

Guzmán Blanco, Joaquín Crespo, los gobiernos ‘andinos‘ (Cipriano Castro, Juan V.

Gómez, López, Isaías Medina) y Pérez Jiménez a mediados del siglo XX .

356 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En contraste la vida política colombiana, presenta una regular alternancia de gobiernos

civiles, interrumpida en pocas ocasiones desde el siglo XIX, siendo el golpe de Melo

1854 y la dictadura de Rojas 1953 - 1957 las etapas de anormalidad más evidentes262.

Sin embargo, al comienzo de los años 60s, ambos países, después del derrocamiento

de dictaduras militares y de construir pactos políticos para la transición hacia el

gobierno civil, iniciaron la construcción de sistemas políticos de tipo democrático

electoral, en un escenario latinoamericano en el que predominaban las dictaduras

militares.

La continuidad en las tradiciones políticas y agrupaciones históricas hegemónicas en

Colombia, contrasta con la interrupción en las tendencias del siglo XIX debido a

procesos de inmigración masiva y a discontinuidades en la historia de los partidos que

condujeron a cambios notables en Venezuela. Después de la dictadura gomecista,

este país dejó de lado tanto la violencia política que mostraron sus guerras civiles del

siglo XIX, como las agrupaciones y tradiciones partidistas que se habían generado

(Deas M., 1999: 28).

Por esta razón, al concluir la dictadura de Gómez, y a partir de 1936 nuevos partidos

políticos inspirados en el discurso social demócrata y de izquierda pudieron

establecerse, e incluso tener una etapa de populismo radical (1945 - 1948), para

después actuar en el escenario más abierto e incluyente que se consolidó después

de la dictadura de Pérez Jiménez en los años 50s.

De modo que para el comienzo de los años 60s, Venezuela había dejado atrás tanto

sus partidos protagónicos en el siglo XIX y autocracias, como la violencia política, en

tanto que Colombia en una atmosfera de persistente confrontación, desarrollaba una

democracia oligárquica basada en la hegemonía de dos partidos que habían sido

fundados a mediados del siglo XIX. Como veremos, la estable continuidad de los

grupos dominantes explica la generación y continuidad de un tipo de prácticas

paternalistas más tradicional y matizado de catolicismo en Colombia.

262 Marco Palacios (1999: 128) precisa asi el contraste en cifras: ‗En los 128 años de 1839 a

1958, cuando se estableció la democracia en Venezuela, hubo solo cinco presidentes civiles con un total de siete años y medio de gobierno, mientras que en el mismo lapso en Colombia solo hubo dos golpes militares con gobiernos que duraron cinco años‘.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 357

Partidos e inclusión

El análisis comparativo del proceso político de los dos países, realizado por Ana María

Bejarano (2011), describe con precisión un rumbo en el que se comparten algunos

aspectos determinantes, y se viven procesos similares, pero que después de los

pactos de transición de los años 50s, origina dos tipos diferentes de democracia con

fallos, deficiencias y tendencias de cambio específicas.

Un aspecto esencial sugerido en esta interpretación como factor determinante de los

procesos socio políticos de cada nación, es el tipo de actividad económica. En 1900,

casi la mitad de las exportaciones de ambos países estaban compuestas por café, y

este ingreso ayudaba a la construcción de los Estados y las economías, pero ya en

los años 30s, el avance de la producción petrolera en Venezuela marcaba diferencias

importantes. La actividad cafetera apoyó el avance industrializador colombiano, pero

determinó que el componente rural tuviera continuidad con el predominio de los lazos

tradicionales entre terratenientes y campesinos; del mismo modo, en combinación con

el sistema político heredado del siglo XIX, proyectó el influjo de la hacienda sobre la

vida política nacional263.

En contraste la actividad petrolera venezolana, determinó la pérdida de importancia de la

agricultura, menor estímulo al comienzo de la actividad industrial, y un desarrollo de

sectores de comercio, finanzas y servicios anclados a una dinámica vida urbana y a

un crecimiento de sectores medios. Desde los años 40s, el crecimiento de la población

que habita en ciudades en Venezuela es superior entre 12 y 17 puntos porcentuales al

de Colombia (Bejarano A., 2011: 45).

Estas capas medias, exhibiendo cierta independencia respecto a los sectores

dominantes, relacionados con un campesinado transicional y una clase obrera petrolera

263 Fernando Guillén (1996) en una amplia interpretación de las lógicas de dominación desde

el siglo XIX, caracteriza a la hacienda andina como un espacio de reproducción y mantenimiento de normas autoritarias y valores tradicionales, que llegan a proyectarse hacia nuevas estructuras como la empresa industrial, de modo que en lo social se conforma más bien una ‗peonada industrial que una clase proletaria’.

358 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

minoritaria pero estratégica, fueron elementos sociales importantes en la configuración

de la democracia venezolana en la medida que contribuyeron a la conformación de

partidos multiclasistas. En contraste, en Colombia persistía la influencia de una fuerte

clase terrateniente, que le dio un tono más conservador a la vida política.

El tardío comienzo de la industrialización en los dos países, incidió en una débil y poco

definida configuración de las clases burguesas y obreras. Respecto a las primeras se

destaca que en Venezuela tendieron a depender mucho del Estado, en tanto que en

Colombia mantuvieron vínculos con los sectores terratenientes. Sin embargo, estos

sectores trabajadores débiles en Colombia estuvieron más sometidos a los partidos

tradicionales y fueron partícipes de una democratización desde arriba, en tanto que en

Venezuela ocurrió un proceso más claro de participación desde abajo.

Los sistemas de partidos generados en los dos países, muestran diferencias notables,

mientras que Colombia en presencia de la debilidad estatal y el peso de la estructura

agraria, genera agrupaciones elitistas conducidas por notables y apoyadas en los

intercambios clientelistas y el patronazgo, sus equivalentes venezolanos se definen más

como organizaciones programáticas y de masas, que incluso transitaron etapas de

populismo radical. Otro aspecto divergente es que en Colombia se vivieron etapas de

confrontación y conflicto violento, que se manifiestan a la par con una tendencia a las

coaliciones partidistas de tipo transitorio y táctico. Éstas últimas, sin embargo en

algunos períodos críticos contrarrestaron las intervenciones militares.

La alternancia de la confrontación y el acuerdo, impidió el surgimiento de un escenario

político compartido en el que se construyera y aceptara el papel del partido de la

oposición. Por otra parte, debido al tipo de coaliciones sociales que sustentaba a los

partidos, estas agrupaciones tendieron más a legitimar la autoridad y salvaguardar los

intereses de las elites, que a incluir y representar a sectores excluidos; su accionar se

basa más en una representación clientelista que ideológica y pragmática (Bejarano A.,

2011: 99).

A diferencia de ello, en Venezuela las dinámicas partidistas muestran más cooperación

y competencia. Durante el obligado exilio de la dictadura de Gómez, los jóvenes

emigrados aprendieron en diferentes escenarios sobre los partidos de masas

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 359

modernos; una vez pudieron actuar en el espacio político y en presencia de un Estado

centralizado, tuvieron muchos estímulos para desarrollar sus partidos (AD, Copei,

URD, PCV) con una movilización externa, liderando e incorporando a sus filas los

intereses de amplios sectores que nunca habían sido tomados en cuenta bajo la

dictadura (Bejarano A., 2011: 90).

Asi pues, con una agricultura y sector terrateniente debilitado por el auge petrolero, un

conservatismo político desaparecido, y ciertas dinámicas de cambio modernizador, las

nuevas agrupaciones tendieron a generar bases programáticas, y a orientarse a la

coalición progresista con nuevos sectores medios urbanos, campesinado organizado y

clase obrera activa, adquiriendo su actividad algunas de las connotaciones atribuidas al

populismo (Bejarano A., 2011: 102).

Sobresalen las diferencias con el caso colombiano, en el que la tradición elitista

acumulada por los partidos, su poder y base clientelista, no había dejado lugar para

intervenciones militares y otras alteraciones del orden político, pero su manera de

actuar propició un tipo de fragmentación y conflicto intra e interpartidista, que llevaba a

la violencia y polarización política (Palacios M., 1995). En contraste los partidos

venezolanos tendieron a ser más programáticos y, al representar a amplios sectores

llegaron a sustentar un orden democrático incluyente y competitivo, que tuvo

continuidad por varias décadas.

La mezcla de violencia y tradicionalismo propicio a prácticas paternalistas, en el

sistema político colombiano había sido señalada por Daniel Pécaut (1987) cuando se

refiere a la dinámica política colombiana como un ejercicio de la democracia en

compleja combinación con la violencia, que no se orienta por la homogeneidad de los

ciudadanos, sino que ‗descansa sobre la conservación de sus diferencias ‗naturales‘,

sobre adhesiones colectivas y redes privadas de dominación social‘.

Lo anterior se relaciona también con el débil reconocimiento del Estado como agente

legitimo de unificación de la sociedad, la falta de avances en el intervencionismo social;

la continuidad de una democracia que, no solo es restringida, sino que resulta

fundamentalmente tradicional y reforzadora de formas de dominación constituidas en el

siglo XIX. A nivel del sistema productivo, resalta la paradójica situación en que se

360 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

tiene una economía capitalista por su inserción en los intercambios mundiales, pero no

capitalista por las relaciones de producción sobre las que reposa; correlativo a lo cual es

la existencia de ‗… la doble figura de una oligarquía, agente de desarrollo por sus

vínculos con el exterior, dueña y señora de las ‗formas tradicionales‘ de dominio en el

interior (Guillen F., 1996).

Estado rentista y populismo

En lo que se refiere a la formación de sus Estados los dos países tiene similitudes en la

débil estructuración durante el siglo XIX y su tardía consolidación en el siglo XX,

contrastando con procesos como los de Chile, Argentina y México, que se destacaron

por la fortaleza de la autoridad pública y control de la coerción. Sin embargo la

trayectoria de Colombia aparece más como una evolución y continuidad de anteriores

procesos, en tanto que en la de Venezuela se perciben poca influencia de la colonia, y

más rupturas y cambios de tendencia.

Respecto a las diferencias históricas, y siguiendo los aportes de Ana M. Bejarano

(2011), es destacable cómo en Colombia los dos partidos políticos antecedieron a la

organización del Estado y fueron su principal vía de formación, y la elite política junto a

una coalición de intereses terratenientes y mercantiles resultaron decisivos para

construir la unidad nacional; asi mismo, los partidos reemplazaron al Estado en la

promoción del orden, solución de conflictos e incorporación de los sectores populares.

El peso de poderes regionales y notorio papel protagónico de la iglesia, conllevó una

autoridad acentuadamente conservadora y una democracia de débiles bases.

En Venezuela la formación del Estado fue asumida en el siglo XIX por los caudillos

militares y después por el ejército. En la etapa de Juan Vicente Gómez siguió un

modelo patrimonialista, pero contribuyó a someter a los caudillos regionales, integrar

vialmente al país, y profesionalizar al ejercito, de modo que las subsiguientes décadas de

mandatos militares se completó el proceso y quedó asegurada la paz política

(Bejarano A., 2011: 83).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 361

Otra consecuencia fue que las agrupaciones políticas liberales y conservadoras del

siglo XIX se desvanecieron, en un escenario en que fue importante la contribución

cafetera264, a la que desde los años 30s se sumó el creciente ingreso petrolero que

ayudó a fortalecer y centralizar el Estado. De modo que la producción del grano ayudó

a construir el Estado, pero es fundamental el factor petrolero en la consolidación del

mismo y en la generación de mecanismos distribuidores. Es destacable cómo el

avance petrolero ayuda a debilitar el poder terrateniente, al mismo tiempo que hace al

Estado más fuerte y autónomo frente a los poderes económicos, y crea las

condiciones para el surgimiento de los dos partidos protagónicos del siglo XX.

En relación con el auge de la riqueza petrolera y la etapa posterior a Gómez tiene

significación el ideario populista265. En la interpretación de Dávila L., (2001), éste

fenómeno se manifiesta en el período conocido como el trienio (1945 - 1948), en que

Betancourt con un discurso cargado de nuevos símbolos, valores y representaciones

planteó la construcción de un orden político y social más avanzado. Sin embargo,

reconoce que los elementos populistas en la vida venezolana han tenido una mayor

complejidad y extensión en el tiempo, quedando implícitos en el Estado que asume la

creación y representación del pueblo y actúa como principal receptor y distribuidor

exclusivo de la renta petrolera; del mismo modo que en el ―partido del pueblo‖, con el

cual se propone la transformación nacional por medio de la democratización del

sistema político venezolano y la modernización económica del país.

Por largos períodos los gobiernos militares de la primera mitad del siglo XX había

exhibido ideas de inspiración positivista acerca de la incapacidad de las mayorías

264 Aparece aquí una semejanza con el proceso colombiano, respecto al aporte económico de

la exportación cafetera; el elemento regional del predominio andino hasta la primera mitad del siglo XX pareció proyectarse esencialmente en la vida política, más no en la configuración del empresariado y los procesos económicos. 265

Aunque ha sido muy amplia la discusión y diversas las manifestaciones, en términos generales se ha definido la génesis del populismo como un fenómeno político de masas, en que sectores heterogéneos de una sociedad situada en un proceso de transición de lo tradicional a lo moderno y urbano se movilizan en torno a expectativas que no parecen tener respuesta por parte del Estado; es posible que se defina como enemigo de las mayorías a una agrupación nacional o extranjera identificable por su papel en la economía, y también que se adopten diferentes políticas redistribuidoras.

362 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

para ejercer la ciudadanía y actuar en el escenario político; ante lo cual reaccionaron

los promotores del sistema democrático. Sin embargo después de 1958, partidos con

formas de actuación populista dominaron la vida política de una sociedad civil que se

mostró débil y pasiva, llegando a ser el estilo clientelar la regla del sistema, hasta la

crisis del capitalismo rentístico en el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez.

El espíritu de cambio y reconstrucción de la sociedad que siguió a la larga y cruel

dictadura de Gómez, desde otro frente de los procesos sociales incentivó cambios en

la misma dirección (Ver Anexo 2.2.2). Lo cual explica en parte el que todos los

gobiernos desde 1936, tuvieran propósitos de redención y asistencia social al pueblo

en campos tan variados como los de: alfabetización y educación; salubridad e

higiene; vivienda; trabajo; nutrición; paternidad y familia, (Márquez, 1998; Suárez,

1983). Es evidente que este conjunto de propósitos representaban también el ideario de

los movimientos políticos de izquierda, sindicatos y otras agrupaciones sociales que

pudieron dar sus primeros pasos en este período.

Asi mismo, incide la explotación petrolera a través de la imagen de modernidad de

las compañías extranjeras y sus prácticas, los procesos de aprendizaje y flujos de

experiencias desde éstas hacia las firmas nacionales. El nivel salarial y las

condiciones de trabajo petrolero hacen subir, a veces de modo traumático, los

estándares locales y crean nuevas expectativas, motivando migraciones y cambios en los

mercados laborales. Las experiencias y formas de organización del campo petrolero,

irradiaban a una sociedad que desde los años 40s estructuraba una densa red de

instituciones de asistencia social; modifican aspectos culturales como las pautas de

consumo, uso del tiempo libre, expectativas sociales, no solo de sus empleados sino de

los pobladores de amplios espacios contiguos (Tinker, 2006).

Por varias décadas, la cultura petrolera y la imagen del Estado como perenne

benefactor, distribuidor de rentas y supremo impulsor del progreso social, del que se

podía esperar todo, influyeron en la conformación de una particular actitud de

expectativa en la sociedad; se trataba de una especie de reparto del Don populista en

obras de infraestructura; amplia burocracia; servicios públicos gratuitos; impuestos

reducidos y tendiendo constantemente a la baja; el Bolívar sobrevaluado, entre otros

aspectos (Capriles, 1996).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 363

Para algunos autores todo había conducido fatalmente a que se conformara una

economía excesivamente dependiente del petróleo, y una sociedad acostumbrada a

disfrutar de unos niveles de riqueza y bienestar que no estaban relacionados con la

capacidad productiva o el trabajo realizado (Moreno, 2002); se trata de lo que Koeneke

(2006) denominó ‗El petroestado paternalista y la nación peticionista‘.

Varios estudiosos del avance populista precisan más los nexos entre las dinámicas

económicas y políticas. Octavio Ianni (1975), describe el populismo, por un lado como

una forma de hacer política y por otro como una manera de ejercer el poder y

organizar el Estado, destacando esta última, como una específica manera de

combinar variables del sistema social con determinaciones de la economía, que en este

caso están muy asociadas a la dependencia como marco general del desarrollo. En

consecuencia, el populismo sería un modo de organización política de las relaciones de

producción en un período de crecimiento de las fuerzas productivas y ampliación del

mercado interno.

Desde su estudio del populismo de Getulio Vargas, Ángela De Castro (2001) sugiere

nuevas facetas del análisis alrededor del ‗Estado nuevo‘ (1937 - 1945), y las políticas

que originaron el travallismo, para hacer posible abordar ideas y prácticas políticas,

laborales y sindicales desde categorías como las de Estado de masas; compromiso o

apelación a las masas; diferenciación entre manipulación populista y alianza;

redemocratización, fortalecimiento de fuerzas populares, creencia en un Estado

benevolente.

En el mismo ámbito brasileño Jorge Ferreira (2001), se aparta de las interpretaciones

de una supremacía completa o absoluta de la ideología dominante sobre trabajadores

enajenados de sus reales y verdaderos intereses, por grupos opresivos. Resalta que

la alta estima y valoración popular, a lo largo de varias décadas, de alguien como

Getúlio Vargas no podía sustentarse simplemente en propaganda ideológica o

doctrinaria estatal, sino que debían existir algunos beneficios materiales, simbólicos o

cotidianos que la sociedad derivara de este líder: no podía haber llegado a tener tanta

trascendencia política a base de promesas engañosas o discursos vacíos sin aportar

nada a la vida de los trabajadores.

364 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En síntesis, desde los aportes analíticos tan sucintamente resumidos, las dinámicas de

fortalecimiento del Estado venezolano, su papel rentístico - populista - asistencialista

hacia la sociedad por una parte; y el rol paternalista - distribuidor de riqueza que

asumieron las empresas industriales de reciente y rápido desarrollo por otra, pueden

considerarse estrechamente vinculados y sincrónicos como procesos políticos.

En el caso de Colombia, es obvio que el café como principal fuente de ingreso estatal

no tuvo un volumen e influencia equivalente a la del vecino país con los hidrocarburos,

y el populismo tuvo expresiones muy débiles, principalmente las relacionadas con el

ideario de Gaitán y algunas políticas en el mandato de Rojas Pinilla. La trágica

muerte del primero y la rápida expulsión del poder del segundo, por parte de los

sectores dominantes, cuando pretendió salirse del guión que le habían asignado,

sitúa los estrechos límites de esta corriente política.

La tesis de Urrutia (1992), sobre la contención del gasto y la denominada ausencia

de macroeconomía populista en Colombia, inscrita en la conocida discusión propuesta

para América Latina por Dornbush y Edwards266, corrobora que las clases dirigentes

colombianas, en comparación con otras del continente, no emprendieron procesos de

redistribución del ingreso o reestructuración de la economía con medidas

macroeconómicas, ni maniobras sobre tarifas de servicios públicos, o incrementos del

salario real.

Las cifras de los años 60 y 70s, de tipo de cambio, déficit fiscal, tasa de inflación

muestran estabilidad y ausencia de los cambios bruscos que se derivan del tipo de

manejos populistas en las variables macroeconómicas; lo anterior acompañado por una

lenta y sostenida mejora en la distribución del ingreso y de un gasto público relativamente

redistribuidor.

Según este enfoque, el tipo de dominación clientelista de los dos partidos tradicionales,

sumado a una prensa independiente y crítica de los manejos públicos, una opinión y

266 Para una perspectiva sobre diferentes dimensiones de la polémica que abrió la

interpretación del populismo económico como indeseable y destructivo, el carácter ahistórico de su contenido, los sesgos ideológicos presentes en la misma, y los intereses por traerla al presente, ver Estrada A., (2008).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 365

gremios cautelosos frente a la inflación y una alta tecnocracia muy competente en el

manejo económico, completarían el ambiente adverso para el populismo económico, una

de cuyas facetas sería el paternalismo de Estado.

Si bien, dentro del escenario latinoamericano, Colombia habría sido excepcional por su

‗política macroeconómica extraordinariamente prudente‘, reflejada en el control del

tamaño de Estado, la deuda y la inflación, sus resultados fueron típicos, toda vez que

estas medidas no condujeron a un mejor desempeño agregado: tuvo un crecimiento

estable, pero en últimas tan bajo y fracasado como el promedio latinoamericano

(Robinson J., 2007).

Como lo muestra la descripción de las prácticas de asistencialismo paternalista de los

dos países que comparamos, y sus desarrollos desde las modalidades pioneras, hasta la

institucionalización en organismos especializados en las firmas, y de fundaciones

filantrópicas fuera de ellas, el ambiente rentístico y los elementos populistas que

hemos esbozado, imprimieron diferencias esenciales.

En primer término, en Venezuela los grandes ingresos petroleros267 situaron al Estado

como el primer ente paternalista y distribuidor de renta, de la que era beneficiaria la

sociedad en general, pero de modo particular los empresarios, que en su mayoría fueron

notoriamente protegidos por el Estado, y cuya conducta tuvo un claro carácter rentístico

(Ver Anexo 3.1). Aunque no es posible una contrastación confiable de las cifras

invertidas, los esquemas asistenciales y de dadiva adoptados en el país petrolero

parecen más pródigos en servicios y beneficios. Este proceso sitúa a ese sector social

como parte del esquema de distribución de rentas hacia la sociedad, y ocurre en

consonancia con el rápido enriquecimiento que experimentaron, su necesidad de

legitimación, y en los años 60s, sus temores ante las amenazas políticas (Ver 2.7).

267 Una mirada al crecimiento del PIB per cápita de los principales países latinoamericanos,

en el siglo XX, muestra los mayores incrementos en Venezuela en donde aumentó 9.8 veces, frente a 7.6 de Brasil, 5.1 de México, 5.0 de Colombia entre otros; la comparación con el ingreso percapita de E.U., y la tasa de crecimiento del mismo, muestra también destacadas cifras para Venezuela, que en algunos períodos doblan las de Colombia, Ver Urrutia M., Posada E., (2007: 13, 15).

366 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

El caso de Grupo Mendoza con su completo modelo asistencialista y la presentación

pública que su líder hace de esos beneficios como una posible y deseable forma de

relacionarse como empresario con la sociedad, confirma la idea de legitimar el

aprovechamiento privado de las rentas con las prácticas asistenciales.

En contraste el empresariado industrial colombiano, que había tenido un más

temprano comienzo, creció más lentamente; sin un entorno rentístico o apoyo

financiero tan considerable optó por prácticas asistenciales más modestas, calculadas,

sobrias y matizadas por elementos católicos. Aspectos significativos de la vida política

parecen determinar los rasgos paternalistas en diferentes etapas, asi p.e., se manifiesta

la caridad conciliadora que algunos sectores de las élites colombianas asumieron en la

etapa de violencia en que actuaban; del mismo modo, el propósito de dar más alcance y

efectividad a las ayudas, con la organización de fundaciones en el escenario político

de los años subsiguientes a la caída de Rojas Pinilla, cuando diferentes sectores,

ahora privados de los beneficiarios de su restringido populismo podían tender hacia

posturas adversas.

El factor político que parece común a ambos casos nacionales en la aplicación de

esquemas paternalistas de manejo laboral en las empresas, era el temor a las luchas

obreras, los sindicatos y otros críticos de la concentración de la riqueza y la inequidad

social. Por otro lado, más notablemente en Colombia, buena parte del asistencialismo y

las dádivas de los empresarios dentro y fuera de sus organizaciones se veían como

una manera de remediar lo que el Estado no podía o quería hacer.

Pactos y tránsito a la democracia

Una etapa muy importante para la definición del orden político en ambos países, es la

transición a la democracia a fines de los años 50s. El carácter de los pactos post

dictadura y la manera como se realiza este proceso, muestra las diferencias en los

sistemas políticos. Mientras que en Venezuela se configuró un marco político más

incluyente y competitivo, en Colombia se creó un esquema con muchos aspectos

restrictivos y excluyentes. La legitimación de lo acordado, se originó en el caso

venezolano de los fuertes nexos entre Acción Democrática AD y los sectores sociales,

en tanto que los elitistas partidos colombianos recurrieron al plebiscito (Bejarano A.,

2011: 147).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 367

Esta diferencia se explica por la naturaleza de los partidos y el tipo de acuerdo que se

había firmado. En cuanto a Colombia, los antecedentes de violencia que se querían

dejar de lado, llevaron a que lo convenido fuera principalmente de tipo político, con la

participación exclusiva de los líderes de las agrupaciones y referido a los partidos, antes

que a temas socioeconómicos o relativos a la institución militar. La desorganización

del campesinado, producto de la larga violencia vivida, tampoco favorecía su

participación.

En Venezuela los pactos fueron más flexibles, incluyentes y representativos, con la

participación de más actores organizados (empresarios, campesinos, trabajadores) y

temas implicados. De una parte contemplaron una dimensión militar que aseguraba

autonomía y recursos públicos para ese sector, a cambio de permitir el control civil

sobre el Estado; una dimensión política que regulaba la competencia entre los partidos

y otra socio económica para prevenir reclamos radicales distribuyendo recursos

estatales.

De esta forma, el programa mínimo de gobierno, uno de los documentos del acuerdo

venezolano, reconocía el espacio para el sector privado, la inversión extranjera y el rol

estatal en la economía, pero también definió aspectos de interés para el sector obrero

como el derecho a conformar sindicatos, la lucha contra el desempleo, reforma al código

de trabajo, la armonización de relaciones capital – trabajo, salario familiar, impulso a la

seguridad social y manejo público de la educación.

En contraste, en el acuerdo colombiano, por vía de la paridad en la distribución de los

cargos y de la alternancia de los dos partidos en la dirección del Estado, se creó

mayor rigidez y restricciones para el juego político competitivo, quitando el carácter

incierto al debate electoral y suprimiendo el espacio y papel del partido de oposición;

este último aspecto se consideró promotor de la persistente lucha insurgente de las

siguientes décadas. Por otra parte, el convenio frente nacionalista, carece de aspectos

socio económicos; situación que es explicable por la debilidad y división a que fue

conducido el sector trabajador y por el carácter elitista de las agrupaciones firmantes.

A diferencia de ello, el acuerdo de Punto Fijo reflejaba cuestiones económicas y de

distribución de la renta petrolera que habían sido temas centrales en los debates

368 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

políticos del vecino país; del mismo modo que la fortaleza del movimiento obrero

vinculado a la actividad petrolera. Respecto a la marginación de los partidos

comunistas de las dos naciones, se presentan también diferencias que ilustran la

calidad de sus democracias, mientras que en Venezuela esta exclusión fue más

moderada y se limitó a un solo evento electoral, en Colombia esa restricción se

extendió por 16 años.

Una consideración del desarrollo del sindicalismo como parte de la vida democrática,

muestra que el manejo político y estatal, generó diferencias apreciables. El análisis

tipológico para los países latinoamericanos que hacen Collier y Collier (1991), sitúa a

Colombia y Venezuela en el conjunto de los países cuya incorporación a la vida

política no fue realizada por el Estado, sino por las elites de partidos que requerían su

apoyo para sus proyectos políticos; pero mientras en Colombia esta incorporación la

realizó un partido tradicional, en Venezuela esta tarea la asumió el populismo radical.

En el caso venezolano, la manera en que se traza la política económica y fiscal y el

manejo del creciente número de entidades gubernamentales va teniendo un sentido

que muchos autores han calificado por una parte de intervencionista y dirigista, y por

otra de rentístico, clientelista y paternalista268. En esta lógica institucional y política se

articulan y actúan los sindicatos como organizaciones cooptadas por los partidos políticos

para hacer parte de esa estructura general, pero también los gremios y organizaciones

empresariales.

Este característico sometimiento y vinculación de la mayoría del sindicalismo a los

engranajes de poder de los partidos Villalba (2002), aminora el conflicto obrero. Del

mismo modo, debe considerarse que la tendencia social demócrata de AD y demócrata

cristiana de Copei, los dos más fuertes partidos políticos, se proyecta hacia las

políticas públicas, las redes clientelistas y también los mecanismos de inclusión social.

268 El paternalismo estatal parece aceptarse y conocerse más en Venezuela que el

empresarial, y se lo considera innegable inspirador de diversos programas como los del Banco Obrero, Banco Industrial, Banco de los Trabajadores; Instituto Nacional de Nutrición; Instituto Agrario Nacional; Corporación Venezolana de Fomento.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 369

En este contexto, en cierto modo, las acciones de benevolencia y asistencialismo de los

empresarios, de hecho hacen parte del mismo esquema distribuidor de rentas. Es

claro también que ciertas acciones estatales de mejoramiento social tienen

interacciones y vasos comunicantes con las iniciativas del sector privado, los

empresarios reciben apoyos de programas públicos y los dirigen a sus trabajadores.

Lo anterior hace que para el funcionamiento de las relaciones de trabajo venezolanas,

resultaran importantes los consensos, en particular en la etapa moderna de la

democracia, los cuales se orientaron al fomento la democracia representativa y la

industrialización sustitutiva; dentro de una lógica corporativista la dinámica de los

acuerdos tendía a favorecer más los intereses del gobierno, pero en general las

políticas se orientan a beneficiar a los afiliados (Lucena H., 2006: 493).

El contraste entre los movimientos sindicales de los dos países resulta muy ilustrativo.

Mientras que el sindicalismo venezolano llegó a sus cifras más altas con un 30% de

afiliación a comienzos de los 80s, y en el 2002 había bajado al 14%; las organizaciones

obreras colombianas en 1965, alcanzaron su máximo histórico de 13.4%, y para el

2002 habían caído a 4.93% (Lucena H., 2006: 494; ENS, 2005: 4).

La mayor presencia del sindicalismo en la vida venezolana se explica, en buena parte

por el favor estatal y la pertenencia al esquema corporativo rentístico del que

participaban también los partidos. A diferencia de ello las organizaciones obreras

colombianas, se puede decir que dependían de los partidos y sus redes clientelistas, ya

que desde la etapa de institucionalización de la negociación colectiva y acción sindical

que llegó hasta mediados de los años 40s, requirieron el tutelaje ejercido por el

Estado y el sector liberal, de Alfonso López Pumarejo (Archila M., 1999).

El apoyo liberal había aportado un primer marco legal necesario, pero con ese partido

fuera del poder ese sector volvía a ser débil y vulnerable; al mismo tiempo, la

fundación de la Unión de Trabajadores de Colombia UTC en 1946, dentro de los marcos

del obrerismo católico y patronalista de Antioquía, completa un panorama de

atomización y reducida capacidad de acción del movimiento. Asi pues, las agrupaciones

en busca de apoyo adhieren a sectores liberales y comunistas; luego a conservadores

de la UTC; y desde los años 60s a corrientes de la izquierda.

370 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

El esquema organizativo adoptado, determinó el predominio de sindicatos de base,

con lo cual se redujo la fortaleza y consistencia de la fuerza obrera representada; y se

circunscribió el campo de acción de las organizaciones al escenario de cada firma,

lugar propicio a los esquemas de relación paternalistas. De este modo, a instancias de la

intervención gubernamental se generó un marco institucional restrictivo y fuertemente

reglamentado, que limitaba las posibilidades de acuerdo y regulación consensuada a

temas salariales, especialmente del campo convencional o extralegal de prestaciones,

bonificaciones, primas, tablas de indemnización por despidos.

Asi pues, en el contexto colombiano de débiles sectores obreros, y en donde fue poco

influyente la presencia de partidos de izquierda, y no surgieron movimientos populistas

o corporativos, la institucionalización de las relaciones entre el capital y el trabajo

aparece ligada a la presión de las luchas reivindicativas, pero también a los perenes,

aunque cambiantes, elementos paternalistas del discurso jurídico y político de las elites;

asi mismo, intervienen iniciativas estatales de desarrollo y modernización. Asi p.e., para

respaldar mejoras salariales, el argumento podía ser proteger a los sectores más

desfavorecidos o ensanchar el mercado interno.

4.1.2 El Sistema de Protección Social SPS como referente y

parte del entono empresarial

Los análisis comparados de Bruno Theret (2006) han concebido la coherencia social

como un logro que se construye a partir de la relación entre estructuras de protección

social y representación política, y origina el ámbito de lo social. De la manera como

cada sociedad estructure el sistema de mediaciones entre los órdenes económico,

político y doméstico, del mismo modo que de su articulación con el régimen de

acumulación y el régimen fiscal – financiero dependerá la configuración de lo social.

Para este autor, el problema planteado por Polanyi sobre los peligros para la sociedad,

del mercado autoregulado y su lógica mercantil desatada sobre el trabajo, que conduce

a que el orden doméstico quede sometido a la lógica capitalista, se resuelven con la

coherente mediación que el sistema de protección puede establecer entre los órdenes

político, económico y domestico.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 371

De este modo, puede entenderse el Sistema de Protección Social como un conjunto de

instituciones construidas socialmente e insertas en un régimen de acumulación; de lo

cual se deduce que la seguridad social pertenece al terreno de la política, es un

medio que define la sociedad para restaurar el tejido social y hacer permanentes los

lazos de solidaridad que la sustentan (Rodríguez O., 2006: 201).

Desde esa perspectiva, debe sopesarse el orden político en los países analizados, en

los que resulta casi equivalente la debilidad política y dependencia de sus sectores

obreros, que actúan en un caso en escenarios diferenciados regionalmente y

controlados por elites políticas oligárquicas, y el otro caso influidos profundamente por

las dinámicas del rentismo petrolero y el populismo ligado al mismo.

La referencia al orden político involucra el concepto de ciudadanía, en la dimensión de

los derechos políticos, pero también en la de los derechos civiles y sociales. La

protección social es el resultado de la interacción entre los grupos de la sociedad, que

a lo largo de la historia ha generado elementos estructurales que se reflejan en las

aristas que el sistema presenta, en el modelo nacional que se ha conformado, en el

que cada grupo social actúa en la negociación según una lógica que se puede

interpretar y explicar.

Siendo tan limitada la participación obrera en el escenario político y endeble el rol de

la ciudadanía, las mediaciones determinantes excluirían la esfera política, y se

establecerían casi exclusivamente entre orden económico y doméstico. Tales

dimensiones serían propicias a la actuación voluntarista y dadivosa del empresariado

paternalista, como tendencia de larga duración con regularidades históricas que implican

persistencia y continuidad.

El avance de la seguridad social, como institución que se construye en el escenario

político, es fundamental en la comprensión del fenómeno de continuidad y permanencia

de las prácticas paternalistas en los espacios laborales. En la medida que los Estados

organizan sistemas de prestaciones coherentes, de suficiente cobertura y

confiabilidad, que la ciudadanía entiende como parte de sus derechos sociales y

función específica de la autoridad pública, los tradicionales mecanismos basados en la

372 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

caridad privada, el asistencialismo público y las acciones protectoras patronales

deberían cesar por completo o tener solo una presencia marginal.

A continuación veremos cómo los tropiezos y limitados logros de Colombia y

Venezuela en la estructuración de sus Sistemas de Protección Social SPS,

determinaron dentro de las particularidades de sus modelos políticos y estatales, que las

firmas dieran continuidad a prácticas asistenciales tradicionales y diseñaran otras como

parte de las dádivas y trato benevolente de sus relaciones laborales paternalistas.

La mirada a nivel de América latina, apoyada en aportes de Mesa-Lago (1991), el más

reconocido estudioso del tema, muestra que los sistemas de seguridad social de

Colombia y Venezuela no alcanzaron el nivel de avance de los países pioneros como

Uruguay, Chile o Argentina, que dieron sus primeros pasos en la estructuración de

instituciones de inspiración bismarckiana en los años 1920 y 1930, pero tampoco están

en la situación rezagada de los países centroamericanos que entre los años 50s y 60s

empezaron tardíamente el diseño de su seguridad social.

Los dos países presentan apreciables similitudes. Hacen parte de un conjunto de

naciones con un nivel intermedio de desarrollo, que empezó a crear sus servicios entre

los años 40s y 50s con inspiración en recomendaciones de la OIT y el modelo

Beveridge. En una etapa en que la población rural era predomínate, antes de establecer

un instituto general se habían definido formas de protección para los grupos

ocupacionales con mayor poder.

Algunas de las variables consideradas por Mesa-Lago (1991:196) para caracterizar el

nivel de adelanto en la seguridad social antes de la crisis generalizada de fines de los

años 80s, muestran alguna ventaja de Venezuela en cobertura de 1960 a 1985,

alcanzando porcentajes del 49.9% de la población total, frente al 16% de Colombia. Es

significativo también que los gastos en seguridad social de Colombia como porcentaje

de su PIB, fueran más altos que los del país vecino. Asi mismo, contrasta la

situación presupuestal de Venezuela que en la mayor parte del período 1970 - 1983

presenta superávit, frente a algunos déficits de Colombia Mesa-Lago (1991: 204).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 373

No obstante estas diferencias eran leves y en ambos países predomina una similar

fragmentación, pobre administración, y falta de racionalidad en el manejo de la

seguridad social. Sin embargo, en Venezuela la abundancia de recursos del Estado y la

tendencia a hacer concesiones a sectores específicos, inciden en una notable duplicidad

de entidades, descontrolada creación de nuevas instituciones y descoordinación general.

Una rápida contrastación de esta evolución, respecto a los desarrollos típicos del primer

mundo, sitúa aspectos específicos del entorno socio político en el que tuvo

continuidad el asistencialismo tradicional paternalista. La extensa reconstrucción

analítica e histórica emprendida por Castel (1997) sobre la condición asalariada y la

cuestión social, describe desde las épocas en que la categoría social de asalariado

estaba poco extendida y se consideraba indeseable, hasta una modernidad capitalista

en que se generaliza el ser asalariado, y la remuneración deja de ser una simple y

limitada paga por una tarea, para convertirse en un mecanismo social destinado a

asegurar derechos y dar garantías para la vida fuera del trabajo en campos diversos

como salud, pensión, accidentes, consumo, recreación, vivienda.

En el abordaje de los fenómenos más recientes, tomando en cuenta las nuevas

características del capitalismo mundializado y la crisis a que condujo a los sistemas de

protección, diferencia tres situaciones o zonas de cohesión social en las que puede

ubicarse a los diferentes grupos sociales: 1- Integración, situación estable pero

restringida; 2- Vulnerabilidad, creciente deterioro en la condición de sectores

asalariados; 3- Desafiliación cuando la falta de nexos con el sistema de protección ha

conducido a la inexistencia social.

Frente a la evolución reconstruida por este autor, y el punto de llegada

contemporáneo que se ha resumido, el proceso de los países analizados contrasta,

dado que en virtud de sus particularidades políticas y económicas, la integración

estable fue una realidad solo para algunos segmentos de la población, a través de

instituciones débiles, fragmentadas y diversas. De éstas, las más consistentes fueron

promovidas por el Estado, pero también ha participado la empresa privada con

modalidades de asistencia y dadiva a sus empleados.

374 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

De modo que la vulnerabilidad ha sido la situación preponderante para la mayoría de los

trabajadores; y nociones como exclusión o precaria vinculación a la vida laboral y los

derechos que de ella se derivan, con sus connotaciones de privación, parece ser

realidades predominantes en nuestras sociedades. La llamada desafiliación, es menos

significativa dado que la relación asalariada y las estructuras que esta hacía posible

tuvieron una definición y desarrollo restringido y no operaron para la mayoría de la

fuerza laboral.

Los obstáculos a una seguridad social centralizada y de

orientación universal

Colombia y Venezuela, después de varias décadas de débiles y dispersas iniciativas

inspiradas en sentimientos compasivos de las clases privilegiadas, con más presencia

de elementos religiosos como motivación en el caso de Colombia, comenzaron más

decididamente la creación de sus Sistemas de protección social en 1946 con la

fundación del Instituto Colombiano de Seguros Sociales ICSS y el Instituto

Venezolano de los Seguros Sociales IVSS (Ver Anexos 2.4 y 4.2).

En el caso de Colombia, las acciones caritativas a fines del siglo XIX, y luego la etapa

intermedia de beneficencia y otras formas de asistencialismo, que precedieron los

primeros avances en la seguridad social moderna, generaron algunos rasgos que

parecen anticipar la fragmentación, particularismo e incoherencia que se impone sobre

los esfuerzos contemporáneos.

En primer término, el influjo católico de los promotores de acciones caritativas, p.e. la

Fundación San Vicente de Paul, introdujeron elementos de vigilancia y control

religioso de la conducta moral de los beneficiarios; del mismo modo, al apoyar talleres

para huérfanos, se tenía el objetivo pragmático de capacitar fuerza laboral para la

naciente industria textil.

Cuando comenzó a darse el tránsito de la caridad privada a la beneficencia pública, se

mantuvo cierto particularismo y especificidad en las ayudas destinadas a determinados

grupos, del mismo modo que la participación en la gestión de laicos y religiosos. La

intervención pública no se entendía como integrada y centralizada para toda la

población, sino selectiva y diferenciada para sectores pobres.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 375

En ocasiones los esfuerzos estatales en el montaje de servicios no se orientaban a

grandes poblaciones, sino que se localizaban en zonas con algún dinamismo

económico como áreas cafeteras, bananeras o de industria textil; asi mismo, las

prioridades de la perspectiva higienista fueron notables elementos inspiradores de los

programas. Se presentó diferente balance en la participación de sectores privados y

públicos; y los presupuestos de ésta última instancia se conformaron con variadas

proporciones de aportes de los distintos niveles gubernamentales y se financiaron

con rentas de diferente origen.

Después de los años 30s, cuando se avanzó en la institucionalización del conflicto

entre el capital y el trabajo y el reconocimiento de los derechos laborales, en las

incipientes prácticas asistenciales, persistieron sistemas que combinaban la actividad

religiosa, la iniciativa privada y la acción pública. Coexistía el seguro especial de la Caja

de Previsión con programas netamente higienistas; resultaban contrastantes modelos

para empleados u obreros; se defendía lo más elaborado del paternalismo empresarial

que se describía como sistema patronal. Todos ellos esfuerzos discontinuos, no

centralizados en su manejo y sin inspiración universalista en la concepción de la

población destinataria.

Diferentes sectores presionaron para obstaculizar la consolidación del ICSS como

organismo centralizado. Tanto intereses del gremio médico inclinados por la atención

privada; intereses regionales hostiles a la centralización de recursos de higiene y

asistencia; la ANDI como gremio industrial que defendía los mecanismos patronales

establecidos en las empresas.

El sistema resultante vinculaba a los individuos en la medida que participaban del

sistema productivo como asalariados, dejaba fuera grupos importantes como los

relacionados con el sector primario, y tenía notorias debilidades de financiamiento

derivadas del retardo gubernamental en la entrega de sus aportes y la restricción al

manejo de los recursos destinados a cesantías.

El proceso en Venezuela conduce a un resultado similar, pero por vías algo diferentes.

Con poco protagonismo de la iglesia y la caridad católica, en sus primeras etapas que

coinciden con la dictadura de Gómez, la salud pública como la educación, estuvieron

376 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

entre los aspectos más descuidados del programa centralizador positivista que se

desarrolló. Las pocas acciones en este frente tenían principalmente la connotación

higienista de preparar a la población para la vida pública, y a ellas contribuían sectores

privados como los representados por la Cámara de Comercio de Caracas, que

requerían mejorar las condiciones epidemiológicas.

Desde 1936 la idea de constituir un Estado social de derecho, había avanzado y

adquirido un perfil definido, tanto a nivel constitucional, como en el establecimiento de

un conjunto de instituciones de seguridad social, orientadas al trabajador y su familia.

Sin embargo, después de varias décadas de creado el IVSS, y de experimentar

reformas como la de 1951 y 1966, problemas de gestión del sistema como la corrupción

y fragmentación institucional, ligados a las determinaciones que un Estado centralizador

y clientelista imponía, frustraron el carácter universal asistencial que se enunció en un

principio y también las posibilidades de realización plena de los derechos ciudadanos.

Se trataba de un esfuerzo estatal por conformar una seguridad social sustentada en el

rentismo petrolero, cuyas prestaciones dependían del particularismo de redes de

influencia y estaba asociado a procesos clientelistas que generaron regímenes

especiales; discrepancia de sectores empresariales que habían establecido algunos

servicios asistenciales propios.

En épocas de abundancia de rentas petroleras se creó gran número de entidades, que

condujeron a una incoherencia organizativa e inconveniente heterogeneidad institucional

previsional, con varios elementos del sistema cumpliendo idénticas funciones,

superposición de campos de aplicación y alta vulnerabilidad a fenómenos de corrupción.

De lo anterior resultó un frondoso y poco coherente conjunto de entidades de

protección, que resultaba fragmentado, ineficiente y poco confiable. Para los afiliados,

este sistema no garantizaba servicios previsibles y seguridades en materia de atención

médica; y la asignación pensional, cubría una baja proporción de trabajadores,

resultando insuficiente para garantizar los gastos más elementales de muchos de ellos.

Lo anterior, favorecía que dentro de las empresas se emprendieran programas de

protección social adicionales y complementarios, y que los trabajadores tuvieran

expectativas y receptividad para los mismos.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 377

En los dos casos nacionales considerados, de modo análogo a lo que ocurrió respecto

a las primeras exigencias de la normatividad laboral, se genera en relación con los

primeros y limitados avances del sistema de protección social, una serie de

tendencias que llegan a ser favorecedoras del mantenimiento de posturas

paternalistas en las firmas.

En primer término debe mencionarse el familismo y la lógica privatizante que varios

sectores de empresarios le imprimieron a los espacios de trabajo y a las actividades

obreras. Archila (2011) ha destacado por una parte la vinculación de familiares, p.e.,

hijos de los trabajadores antiguos que laboraba a cargo de sus padres, y por otra la

manera de concebirse el grupo de trabajadores como familia sujeta patriarcal y

paternalistamente a sus padres (el empresario y la empresa).

En el mismo sentido incidió, el papel de las esposas de empresarios y otras figuras

femeninas que actuaron dentro de los sistemas de asistencia y dadiva, asumiendo

parte de las tareas integradoras o fundacionales, p.e., en la labor filantrópica de

Mendoza; y en los casos colombianos de la esposa e hija del General Rojas Pinilla,

y la conyugue del fundador de Baterías MAC; lo que llevó a que se aventurara el

concepto de maternalismo (Ver Anexo 4.1.4 y 5.2.2).

Estos aspectos estuvieron presentes en las primeras décadas del siglo XX, y es

probable que ello incida en la fuerte tendencia que se nota más tarde a concebir el

espacio de la empresa como íntegramente privado en términos de la lógica de

propiedad del empresario, y por ello separado de las dinámicas de legitimidad,

democracia y vida ciudadana, que podían haber estado presentes.

Asimismo, la percepción de las obligaciones laborales y de las exigencias del naciente

Sistema de protección social estuvieron marcadas por el limitado sentido de legalidad

que predominaba. Por ello se percibe, la idea de voluntariedad en el reconocimiento

de la norma, porque un gran número de firmas no la quería o debían aplicar en virtud de

su reducido tamaño. Asi mismo la noción de excepcionalidad, según la cual la

obligación era solo para una parte de las empresas.

378 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Si a lo anterior se agrega que los controles y capacidad de coacción gubernamental eran

reducidas, se fortalece la idea de que la aplicación de las normas es principalmente

producto de la liberalidad y concesión generosa de algunos empresarios. Lo que en

última instancia estimula una percepción de autonomía de las empresas frente a la

normatividad, el Estado y los trabajadores.

En este contexto, y desde una lógica de actuación unilateral, que es entendida por los

trabajadores en relación a unas supuestas cualidades individuales de bondad

generosidad o mentalidad compasiva, el empresario estructura unos beneficios y

dádivas que aparecen al margen de los requerimientos de las incipientes normas, y no

tiene relación alguna con procesos de negociación, mucho menos con los derechos

sociales inherentes a la ciudadanía.

Contrastes regionales y sectoriales

Las instituciones y prácticas de protección social que surgen en las primeras décadas

de la industrialización y avance capitalista en los dos países, son no sólo débiles, sino

altamente diversas y fragmentadas, mostrando fuertes tendencias a la diferenciación y

segmentación de la población beneficiaria. Coexistía la antigua caridad privada,

asistencialismo de beneficencia, las prácticas patronales de antes y otras que surgieron

en relación con el lento y dificultoso emerger de la seguridad social organizada por el

Estado. La presión de trabajadores organizados y sindicatos también contribuyó a que

se establecieran prestaciones y servicios, y tuvo una interacción variable con las

acciones paternalistas que detalla este estudio.

En el contexto de las firmas que hemos analizado, por decisión de los empresarios

hubo una notoria continuidad de las modalidades tradicionales de inspiración

paternalista, pero en muchos casos, p.e, Bavaria, Cementos Samper, ingenios

azucareros y empresas textileras, no estuvo presente solo la iniciativa de los patronos,

sino que confluyó y coexistió también la presión obrera. Generalmente, en las primeras

etapas lo determinante era la voluntad e influjo del pionero paternalista, pero cuando

ésta decaía surgían sindicatos y secciones asistenciales más organizadas en las

compañías, que interactuaron con diferente grado de acuerdo (Ver Anexo 5).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 379

La concurrencia y cruce entre iniciativas voluntaristas patronales y reclamos obreros

conforma el aporte que la empresa hace a la construcción de la fragmentada

protección social; proceso en el que influyó mucho el contraste de tendencias regionales

y sectoriales de cada país. A este respecto, el proceso de Antioquía parece haberse

conducido por el rumbo más opuesto posible a cómo se desarrolló en las zona petrolera

de Barranca y las regiones aledañas de actividad bananera, ferroviaria y de navegación

por el Río Magdalena, que conformaron la más destacada expresión de la agitación

obrera desde los años 20s.

En lo que se refiere a Venezuela, varias décadas antes de que comenzara el avance

de la industria nacional, la actividad petrolera generó negativas condiciones de trabajo

que tuvieron amplia divulgación, y grandes confrontaciones obreras con las firmas

extranjeras, como el paro de 1936, en el que los huelguistas tuvieron un solidario

apoyo de la sociedad. Es plausible suponer que estas experiencias, que trascendieron

de muchas formas a la vida nacional, para el próspero empresariado nacional se

constituyeran en un elemento a evitar, de forma análoga a cómo en sus dádivas y otras

acciones benevolentes, imitó algunas de prácticas del campo petrolero (Ver Anexo 2.1).

A diferencia de los casos de firmas paternalistas como la mayoría de los que aquí se

analizan, la experiencia de las luchas de los trabajadores de la Tropical Oil Company a

lo largo de varias décadas, muestra un proceso de lenta mejora en sus condiciones de

salud, propulsado en gran medida por la presión de los trabajadores. En primer término,

en relación con la animosidad por la pérdida de Panamá que aún existía en las elites

colombianas, se habían aprobado algunas leyes sanitarias de protección a los

trabajadores petroleros (120 de 1919 y 4° de 1921), cuyo cumplimiento el Estado no

tuvo capacidad de exigir, pero que llegaron a ser un elemento inspirador de reclamos y

fuertes luchas obreras (Luna J., 2011).

Las necesidades de mejora que dentro de la lógica higienista y sanitaria emprendió la

compañía, pero mucho más las luchas obreras, que desde los años 30s hicieron de

Barranca la zona más representativa de la beligerancia sindical en el país, impulsaron

cambios en los servicios de salud ofrecidos por la petrolera, cuya calidad superó

claramente el bajo nivel de los que ofrecía el Estado.

380 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

El caso de las luchas de los trabajadores fluviales del Río Magdalena, afiliados al

Sindicato Fedenal muestra otros logros de la beligerancia obrera, que tuvieron cierta

trascendencia. En el pacto de julio de 1937 consiguieron mejoras que se extendieron a

otras categorías de trabajadores, en las condiciones de alimentación, obligación a las

compañías de contratar personal sindicalizado, mejoras salariales e indemnización por

accidente o enfermedad adquirida durante la jornada laboral (Gómez A., Malpica E.,

1984: 41 s).

Un buen número de diferencias y conflictos en torno a estos nuevos derechos,

condujeron al laudo arbitral de 1942 que, según parámetros ya anticipados en varios

proyectos, creó la Caja de Previsión Social del Río Magdalena Riocaja; entidad que

con aportes de trabajadores y empresarios, debía proveer todos los servicios que como

derecho se habían reconocido a los trabajadores.

Aunque en los siguientes años, hubo reclamos del sindicato sobre el deficiente

funcionamiento de Riocaja, exigencia de que se incluyeran en la tabla de

indemnizaciones otras enfermedades profesionales y algunas tropicales como el

paludismo, y este sindicato sufrió las letales sanciones de 1945 a la CTC, la

experiencia de Riocaja se consideró un antecedente inspirador en la posterior

creación del ICSS, en tanto que la ley 6° de 1945 reconoció varios de los avances

que esta organización había conseguido en materia de cesantías, jornada de 8 horas,

pago de trabajo extra, reglamentación respecto a enfermedades profesionales y

accidentes de trabajo entre otros (Gómez A., Malpica E., 1984: 151).

La importancia de estas luchas y conquistas obreras de clara localización regional y

sectorial, pero de fuerte repercusión en el escenario político nacional, radica en la

demostración de una beligerante y politizada organización obrera como camino para

conseguir mejoras en la situación laboral. Frente a este proceso, es notoria y

contrastante la tendencia de los industriales antioqueños como exponentes de la mayor

dinámica económica del momento, quienes con sus prácticas conformaron el más

elaborado sistema patronal y paternalista de asistencia a los trabajadores.

Además, este sector del empresariado colombiano que actuaba desde su

conservadurismo político, y se apoyaba en las fuertes tradiciones católicas de su

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 381

región, introdujo innovaciones en la organización del trabajo, al mismo tiempo que

fomentó el sindicalismo de la Unión de Trabajadores de Colombia UTC, que con un

sello político moderado, significó un contrapoder frente a los avances liberales y de

izquierda en las regiones vecinas.

En síntesis, en ambos países, se presentó una relación compleja entre el

asistencialismo patronal y la naciente seguridad social: subsistía el primero en razón a

las debilidades y falta de confiabilidad del segundo; era posible que los empresarios se

resistieran a vincularse a la nueva entidad o a cumplir algunas de sus obligaciones, y

opusieran a ella los servicios que prestaban a sus trabajadores, socavando asi los

vacilantes avances de la seguridad social.

En definitiva, los dos procesos comparados se asemejaron, en que las fórmulas de

asistencia patronal que se practicaron, inscritas como estuvieron en el manejo

paternalista, a su manera contribuyen a conformar el fragmentado y poco coherente

panorama de las instituciones de protección social de cada país.

Dentro de las similitudes, debe destacarse también que en ambos países los núcleos

de empresas que habían tenido acentuados y sistemáticos manejos paternalistas,

representan un rumbo divergente frente a las tendencias de otras regiones y sectores,

en donde la lucha organizada de los trabajadores fue el elemento determinante de la

mejora en las condiciones laborales. El hecho de que luchas obreras como las del

sector petrolero venezolano y las que tuvieron como epicentro a Barrancabermeja,

precedieran el comienzo del avance industrial u ocurrieran en zonas vecinas al mismo, y

percibidas como fenómeno indeseable por el empresariado, constituye un factor

determinante del estilo paternalista adoptado.

Por otra parte, como veremos, las prácticas y manejos del sistema patronal reflejaron

aspectos importantes del entorno de las empresas. El grupo Mendoza, la organización

más destacada en Venezuela por sus esquemas de manejo paternalista de la fuerza

laboral, en medio de su rápido crecimiento, profundizó sus desarrollos e hizo convencida

divulgación de los mismos, reprodujo la prodigalidad del ambiente dadivoso del

rentismo petrolero y estatal, y también muchos rasgos cosmopolitas.

382 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

A diferencia de ello, los empresarios colombianos, y más notoriamente los de la región

de Antioquía, configuraron a lo largo de un período más prolongado y de pausado

crecimiento, prácticas marcadas por el talante católico de su región; asi mismo, tuvieron

una menor disponibilidad de recursos y actuaron dentro de las tradiciones de trabajo de

la minería y el café (Ver 3.1).

4.1.3 La religión, un notable factor diferenciador de procesos

entre los dos países

Uno de los elementos más obvios que se destaca en la comparación de la historia de

los dos países, es que el catolicismo tuvo una más fuerte presencia en Colombia,

frente al país vecino en el que la participación de la iglesia en la vida pública y nivel

de catequización de la población fue menor (Deas 1999: 46). Como hemos mencionado

antes, este factor se refleja en las formas de autoridad y relaciones laborales de las

empresas colombianas, convirtiéndose en un fuerte elemento integrador de las

prácticas paternalistas en las primeras décadas del desarrollo industrial colombiano.

Como se aprecia en nuestro análisis del caso antioqueño, en esta región fue más

acentuado el influjo de la iglesia y la religiosidad en el control de la fuerza de trabajo,

aunque también se manifestó apreciablemente en zonas como el Valle del Cauca.

El análisis comparativo de Levine (1981), destaca varios procesos históricos que

contribuyeron a dar un perfil diferente a la iglesia católica en los dos países, y ayuda

a comprender porque en Colombia llegó a tener mayor solidez y energía, considerando

factores tan diversos como el número de religiosos o la fuerte influencia sobre la vida

social que mediante el concordato aseguró. Lo anterior ocurrió en un contexto en el

que incidieron otros factores, como impacto petrolero que desde los años 20s, hizo

una Venezuela más tempranamente urbana y confrontada con el cambio y la

generación de nuevos procesos, en tanto que Colombia tendía a conservar las

estructuras ya conocidas.

La divergente trayectoria de las iglesias había comenzado en la colonia, debido a que

la actual Colombia, como sede del virreinato que fue, en comparación con la entonces

capitanía general de Venezuela, había sido un centro económico, político y eclesiástico

más importante, lo que contribuyó a que en el siglo XIX mantuviera unas más poderosas

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 383

y arraigadas instituciones. En Venezuela el poder clerical había sido más débil, y las guerras

civiles del siglo XIX que dieron poder a sectores liberales condujeron a que éstos

disminuyeran más su influencia quitándole a la iglesia propiedades y funciones sociales.

En Colombia, el predominio conservador en el proceso de centralización política de la

Regeneración, ayudó a configurar una poderosa iglesia, que se proyectó hacia el siglo

XX. Mientras que en Venezuela la etapa unificadora, extendida hasta 1935 con la

dictadura de Gómez, no solo debilitó el militarismo regional, sino que promovió un

decidido secularismo e indiferencia oficial por la religión.

De este modo, la iglesia junto con otros sectores privados, fue relegada a un rol menor en

un proceso en el que la conjunción de un Estado fuerte, economía petrolera dinámica y

migraciones internas suprimieron, no solo las agrupaciones políticas y lealtades conocidas

del siglo XIX, sino también la presencia eclesiástica (Levine 1981: 59).

Hasta 1920 los dos países habían sido similares en aspectos de la actividad económica y

elementos de atraso como el analfabetismo y poco desarrollo de la vida urbana, pero la actividad

petrolera venezolana, con sus impactos demográficos y estímulo a los procesos migratorios

transformó rápidamente la estructura poblacional de ese país, haciéndola más urbana.

Entre tanto, la población de Colombia permaneció más asentada en la actividad agrícola

y se urbanizó más lentamente, proceso que contribuyó a la persistencia de los nexos y

lealtades tradicionales y la supervivencia de sus partidos tradicionales, estructuras de

grupos de interés y lealtades señoriales locales en diferentes regiones. En estas

condiciones se mantuvo de modo prominente el rol la iglesia católica (Levine 1981: 58).

Tabla 4.1 Porcentajes de población urbana Colombia - Venezuela 1936 - 1985

1936 1938 1941 1950 1951 1961 1964 1970 1975 1980 1985

Colom 29.1 36.3 52.4 57.5 61.6 64.3 66.9

Venez 35.0 39.0 49.8 67.5 71.8 75.6 79.0 81.6

Tomado de: Levine (1981: p 61); Cepal 2005 Boletín demográfico América Latina:

proyecciones de población urbana y rural 1970-2025 No. 76 Julio.

384 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Durante el siglo XX fue notorio el contraste entre la fuerte iglesia colombiana que

mediante el status legal que le dio el concordato entre 1887 y 1973, quedaba integrada

al Estado y con un papel central de la vida pública, y la menos influyente iglesia

venezolana que entre 1824 y 1964 había estado sin representación legal y bajo el

control estatal en virtud de la ley de patronato eclesiástico.

Respecto a recursos y estructura administrativa había también una significativa

diferencia. Ambas iglesias habían tenido expansión desde 1900, pero la colombiana

había creado nuevas diócesis que generaban articulación organizativa y contaba con un

número más grande de sacerdotes, en su mayoría naturales del país, mientras que

tres cuartas partes de los clérigos venezolanos eran extranjeros inmigrantes.

El número de ordenaciones, diócesis, parroquias y sacerdotes de Colombia, del mismo

modo que su estructurada conferencia nacional de obispos desde 1903, creaba

diversos y fuertes puntos de contacto con la población. Lo anterior explica la extensa

red de grupos de acción católica, influencia en sindicatos, programas de educación de

adultos y proyectos de acción comunitaria. A diferencia de ello, los avances

organizativos de la iglesia venezolana fueron tardíos, p.e, la Conferencia de obispos

que empezó en 1972; y sus intentos por organizar la acción católica estuvieron

limitados por falta de recursos y apatía pública, de modo que sus grupos tiene menor

proyección (Levine D., 1981: 74).

Tabla 4.2 Presencia de la Iglesia en Colombia y Venezuela

Ordenación

de

sacerdotes

#

Diócesis

Sacerdotes

diocesanos

Personas

por

sacerdote

diocesano

Total

sacerdotes

Total

personas

/

sacerdote

Venezuela

1944 357 12000 630 6900

1950 11 14 399 13300 786 6900

1955 7

1960 12 16 536 12400 1218 5500

1965 15

1969 13

1970 24 836 12004 1976 5079

Colombia

1945 1549 6224 2557 3970

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 385

1950 49 33 1750 6465 3003 3774

1955 61

1960 90 48 2339 6146 4094 3765

1965 135

1969 92

1970 56 2980 7114 4864 4358

Tomado de Levine D., (1981: 73).

Respecto al protagonismo político, la iglesia colombiana había tenido largas etapas de

alineamiento partidista conservador y de discurso antiliberal, anticomunista y anti protestante,

como reacción a estas posturas había visto surgir a Camilo Torres como sacerdote

revolucionario. Pero después de la etapa violenta más aguda de mitad del siglo XX, desiste

de la implicación directa en política partidista y clama por la unidad nacional. Sin embargo

se evidenciaba su acomodamiento en el sistema político como un todo y una postura en la

que los problemas sociales, no se explicaban como producto de la estructura social, sino

de rasgos morales de la población como hábitos nocivos y vicios.

Dentro de la diversidad de posturas que es posible en el interior de la institución

eclesiástica colombiana y la cierta libertad que permite a sus obispos para defender

puntos de vista, se llegan a plantear interpretaciones de los problemas sociales como

producto de las estructuras injustas de poder; sin embargo situados en el contexto de la

acción concreta, los prelados tienden a las posturas cautelosas y a evitar la ruptura de

la unidad de la sociedad o de la iglesia.

En contraste la institución venezolana, que no era tan fuerte, articulada e influyente, solo

había tenido algunas hostilidades contra el Betancourt del trienio y su historia no

estimuló el surgimiento de una figura equivalente a Camilo. Sin embargo, resultó más

sensible a los problemas sociales y económicos, asi como también más dispuesta a

dialogar ampliamente con sectores antagónicos (Levine D., 1981: 74).

Otro de los aportes comparativos de Levine se refiere a la convergencia y

retroalimentación entre las tendencias de la religión y la política. El proceso venezolano

que en el siglo XX condujo a la formación de partidos políticos de amplia base popular

que dominaron la vida política desde 1940, entre otras novedades; del mismo modo

que a cambios rápidos e impactantes que en lo económico, social y cultural transformó el

386 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

país, en tanto que en Colombia, se puede decir que en lo esencial las estructuras y

formas de acción del pasado, continuaron dominando la vida nacional.

Por lo anterior, las elites colombianas tuvieron el desafío de preservar las estructuras

existentes y mantener las viejas lealtades, mientras que en Venezuela se trataba de

crear nuevas instituciones para asegurar las lealtades de una población en condiciones

nuevas y más rápidamente cambiantes (Levine 1981: 61 s).

En el escenario colombiano, de continuidades políticas, repetidamente afectado por

brotes de violencia, la fuerte e influyente institución eclesiástica resultaba articulada

funcionalmente al sistema bipartidista; y su perspectiva moral de los problemas sociales

le llevaba a sustentar y promover posturas paternalistas en diferentes contexto

nacionales. Esta forma de actuación reforzaba apreciablemente las prácticas innatas del

empresariado, y en zonas de fuerte tradición católica como Antioquía, clérigos y

religiosas fueron partícipes directos de las mismas.

Estas prácticas paternalistas en los espacios privados hicieron una contribución a la

preservación del régimen político y jugaron un rol, sea como rasgo estructural de la

autoridad conservadora del momento, como parte de un sistema conciliador de

diferencias, y también como elemento paliativo de carencias y demandas sociales. A

diferencia de estas tendencias, en el contexto venezolano el papel del catolicismo es

menor dentro de las dinámicas políticas y marginal como estímulo o soporte a las

prácticas paternalistas en los medios empresariales269.

En síntesis, las tenencias históricas y el contexto del poder eclesiástico, como

influencias y valores inspiradores del paternalismo en los dos países presentan un

contraste revelador. Como se puede apreciar en la presentación de casos colombianos

(capítulo 3 y anexo 5), con particularidades regionales, las empresas muestran en sus

primeros tiempos, una marcada influencia de tradiciones y valores católicos, que

269 El estudio de Thompson (1991: 65), demuestra para el caso de la autoridad paternalista de

la Gentry, que esta se apoyaba tanto en un poder temporal como en elementos de autoridad espiritual o psíquica, ya que el declínate papel de la iglesia marcaba un debilitamiento en su hegemonía.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 387

estimulaban practicas de tutela y control moral de los trabajadores: en Antioquía

patronatos, organización del tiempo libre, ritos y ceremonias colectivas de fuerte influjo

comunitario, con motivos religiosos como epicentro; en el Valle caridad y asistencialismo

sustentado en la religiosidad católica; en Bogotá varias de las modalidades ya

mencionadas, y otras como el Círculo de Obreros, con la participación directa de la

Acción Católica en una Caja de Ahorros, que con el tiempo se convirtió en la

Fundación Social, un importante grupo financiero al servicio de propósitos filantrópicos.

En contraste, en las prácticas paternalistas de Venezuela, en consonancia con la

moderada presencia de la iglesia en la vida de ese país, hubo muy poco influjo

católico y al parecer ninguno regional, dado que los principales empresarios y grupos

tenían sus inversiones relativamente extendidas por todo el país. A pesar de que los

actos públicos de las empresas, y en los relacionados con la actividad filantrópica,

casi siempre se incluyera un oficio religioso, e importantes socios y allegados de

Eugenio Mendoza, como Blas Lamberti y la familia Vollmer fueran fervientes y

practicantes católicos, no se puede decir que los valores religiosos fueran la principal

idea inspiradora de las actividades asistenciales y filantrópicas del grupo; ni en ellas

participaron apreciablemente organismos relacionados con la Iglesia270.

Como motivos inspiradores, aparecen más los discursos y estilos de acción de las

buenas relaciones públicas e imagen corporativa, que trajeron Rockefeller y las

compañías petroleras después de sus primeras y conflictivas épocas, y con las que

Mendoza actuó coordinadamente en varios proyectos fundacionales. Como se describe

en el caso del grupo liderado por este empresario, los variados programas asistenciales

hacia los trabajadores y las actividades fundacionales, antes que valores caritativos

católicos, representaron una aproximación a propósitos pragmáticos de interés para

las firmas en el entorno en que actuaban.

270 En varias firmas como p..e, Empresas Polar y Ron Santa Teresa, los elementos de caridad

católica habían tenido alguna expresión, pero no resultaban significativos dentro del panorama empresarial venezolano. Gustavo Vollmer, conocido donante y favorecedor de entidades y obras católicas, afirmó que Eugenio Mendoza el principal artífice de obras benéficas a favor de los trabajadores y fundaciones, siempre fue adverso a vincular sus iniciativas con elementos de religiosidad católica (Entrevista julio de 2007).

388 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

4.2 Contrastación de las prácticas paternalistas

4.2.1 Motivaciones cambiantes y diversas

Una mirada general a los individuos que en el desarrollo de sus actividades de

negocios llegaron a destacarse en ambos países por sus actitudes paternalistas

enmarcadas en acciones asistenciales y benéficas, nuestra una variedad de perfiles

personales, tradiciones familiares y estilos de trabajo.

En alguna medida estos empresarios, situados al comienzo de la industrialización, ante

la debilidad de sus Estados y la pobreza del entorno, actúan dentro de lo que Frank

Safford (1965: 151) vislumbró para la primera etapa manufacturera colombiana, como

un sentido de obligación social, o espíritu de patriotismo económico. En estos casos, la

notabilidad y prestigio de sus apellidos, como elementos de la tradición de los grupos

sociales hegemónicos, determina en estos individuos una cierta idea de deber moral de

ayudar a la comunidad.

En ambos países aparecen personajes con algún prestigio en sus apellidos y sus

ancestros, pero que en general han tenido que construir sus fortunas con trabajo

esforzado, aunque este aspecto es más notable en Venezuela, del mismo modo que

se advierte una mayor la diversidad de rasgos.

Como patronos benevolentes en el vecino país, se describe a individuos de origen

social y familiar humilde como el empresario cigarrero Luis Bigott y Alejandro

Hernández fundador de la licorera Pampero que fueron opositores políticos a la

dictadura de Gómez. El haber sido perseguidos y exiliados, pudo incidir en que al

alcanzar éxito en sus compañías, hicieran particulares demostraciones de sensibilidad

social, como entregar viviendas a sus trabajadores como parte de la celebración del

primero de mayo (Ver Anexo 1.1 y 1.3). En el caso de Eugenio Mendoza, faltó la

educación profesional, pero no los antecedentes familiares notables, la tradición del

protagonismo cívico y la búsqueda de oportunidades del padre, y otros elementos que

hacen que se lo considere parte de la nueva y renovadora generación de 1928.

En los casos del ingeniero Ricardo Zuloaga Tovar, fundador de la Electricidad de

Caracas, y del abogado Lorenzo Mendoza Fleury, de Cervecería Polar, hubo estudios

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 389

universitarios, pero fue necesario el aprendizaje productivo concreto y la exploración

esforzada de diferentes actividades. El proceso de la familia Vollmer es algo diferente

por tratarse de inmigrantes alemanes con varias generaciones de experiencia en

haciendas azucareras y licores.

Dentro de los empresarios colombianos, aquí analizados por su notable actividad

asistencialista, parece haber más situaciones económicas firmes y tradiciones

consolidadas de trabajo en el comercio y la minería, del mismo modo que bases

ideológicas conservadoras y acentuado catolicismo, que como parte de su habitus y

talante de clase dominante, en cierta medida inspira los comportamientos

benevolentes y filantrópicos.

Los elementos de diferenciación regional introducen otras particularidades. En el

caso de Antioquía, se combinan fuertes componentes de pragmatismo y sentido

modernizador e innovador respecto a sistemas de administración y técnica productiva.

En este sentido, son ilustrativas las trayectorias de distintas ramas familiares y

generaciones de la familia Echavarría, fundadora de las más importantes firmas

textileras de Colombia y de otras firmas como Corona; del mismo modo, otros grupos

familiares como los Ospina.

En la región del Valle, bajo el influjo de antiguos antecedentes del manejo hacendario,

varias familias destacadas en la actividad azucarera comparten el mismo fervor

católico y generan practicas muy específicas de un sector que debe combinar trabajo

agrícola e industrial (Ver Anexo 5.2.1). La trayectoria de Carvajal, asentada en

diversas actividades de comercio e industria gráfica, ofrece un significativo contraste, por

haber vivido etapas del más personalizado e integral paternalismo en el tratamiento de

la fuerza laboral, a tiempo que el sentido innovador de su manejo la lleva a posicionarse

como una de las más avanzadas e internacionalizadas del país.

Los casos de las familias de empresarios Kopp y Samper en el centro de país, se

apartan de la caracterización hasta aquí sugerida, por ser los primeros inmigrantes judío -

alemanes con amplia experiencia en el comercio y acceso a apoyo financiero externo,

y los segundos negociantes de ascendencia liberal, aunque también fueron reconocidos

como patrones generosos y típicamente paternalistas (Ver Anexo 5.1).

390 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

4.2.2 Rentismo, asistencialismo estatal y expectativas

Desde los años 30s, dentro del espíritu de renovación y justicia social que acompañó,

en Venezuela la terminación de la dictadura de Gómez, y en Colombia la llegada al

poder del liberalismo, se hacen más relevantes en la vida pública las políticas y acciones

asistenciales del gobierno frente a los problemas y carencias sociales.

Ante el desfavorable impacto de fenómenos como epidemias, y problemas sociales

como analfabetismo, desnutrición, escasez de vivienda, los gobiernos emprenden

programas que comienzan a distanciarse de la perspectiva de la caridad privada, pero

no reflejan aún la disposición a crear consistentes instituciones de protección social;

por otra parte inciden también los reclamos y protestas de algunos sectores sociales.

Lo anterior genera un escenario de expectativas, que se proyecta a la actividad

económica privada e incide en la conformación de las nacientes empresas

industriales, para las que es imposible sustraerse a la confrontación de determinados

problemas, cuya solución se convierte en prerrequisito de su afianzamiento y avance.

Naturalmente hay apreciables especialidades que diferencian los procesos de ambos

países.

La condición petrolera de Venezuela significa de una parte un conjunto de influencias

de origen externo y efectos demostración de elementos ligados a la actividad de

extracción del hidrocarburo: el campo petrolero como enclave privilegiado con sus

urbanizaciones, comisariatos, servicios, niveles de consumo y usos especiales que

hacen parte de los ‗paisajes de modernidad‘ generadores de cambios y expectativas

entre la población.

Por otra parte, la abundancia de ingresos desde los años 30s conduce al rentismo

estatal, que a instancias de las necesidades y aspiraciones sociales, desde el

periodo post dictadura motivó la creación de una variedad de modalidades asistenciales,

entidades de fomento y programas distribuidores y de beneficio a la ciudadanía y de

fomento de la actividad productiva, como Banco Obrero, Banco industrial, Banco de

los trabajadores; Instituto Nacional de Nutrición; Instituto Agrario Nacional; Corporación

Venezolana de Fomento CVF.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 391

Ésta última entidad, dentro de cambiantes planes de industrialización y criterios de

selección, distribuyó por vía de subsidios y créditos de fácil otorgamiento y débiles

garantías, a empresarios y sectores inversionistas, un gran volumen de capitales

públicos producto del ingreso petrolero (Ver Anexo 3.1)

Todo lo anterior estimuló entre los diferentes sectores de la sociedad, particulares

expectativas frente al Estado y la esfera política, del mismo modo que luchas y reclamos

de nuevos grupos sociales por su papel distribuidor y benefactor (gremios

empresariales, agrupaciones de campesinos, sindicatos, partidos) (Ver Anexo 2).

Hay acuerdo entre los analistas sobre el hecho que en Venezuela ha habido un rápido

crecimiento en medio de una sensación colectiva de abundancia. Si a lo anterior se

agrega que desde tiempos coloniales se había cultivado la idea de que el destino del

país está relacionado con la inmensa riqueza natural que alberga su suelo, se

entiende como llega a estructurarse lo que se describió como sociedad peticionista y

Estado dadivoso (Koeneke R., 2006).

Lo anterior ha significado el surgimiento de concepciones y manejos paternalistas de

distinto tipo en las elites políticas y la gestión gubernamental, desde las ideas sobre la

incapacidad o impreparación del pueblo para la libertad política de Juan Vicente

Gómez y Pérez Jiménez, hasta la prodigalidad del rentismo estatal en materia de

dádivas, reducida tributación y exiguos costo de servicios públicos. En el tratamiento a

los sectores obreros se ha oscilado entre el manejo tecnocrático autoritario, que

reprimía expresiones políticas disidentes y sindicatos, pero entregaba bloques de

vivienda, hasta el más movilizador, asistencialista y clientelista (Villalba 2002).

Por otra parte, considerando la formación del Estado y la evolución política, con los

rasgos asociados al predominio del caudillismo militar, la tardía llegada de la

democracia y los persistentes temores acerca de la solidez y perdurabilidad de ésta,

han generado en la mayoría de las vertientes lo que se describe como obsesión por la

estabilidad o el consenso y la aversión por el conflicto (Bautista U., 1993). Rasgos del

sistema político que también contribuyen a conformar un entorno favorable al

paternalismo

392 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Lo significativo en relación a nuestro tema es que las dádivas son un elemento

fundamental del sistema político, y se genera una fuerte expectativa por mejoras

posibles, que se orientaría hacia las esferas del Estado, los partidos políticos y

sindicatos, todo lo cual fortalece el papel paternalista y distribuidor de los entes

gubernamentales. Sin embargo, es fácil suponer un cierto efecto demostración que se

proyectaría desde la esfera pública a la privada; una exigencia por lo menos implícita a

la empresa privada, y con ello una expectativa que también se convierte en

motivadora de prácticas paternalistas.

Desde una mirada de larga duración que empieza en el siglo XIX, y tiene a Colombia

por referente de comparación, puede decirse que el proceso de Venezuela se

diferencia porque presenció el ocaso de sus elites y partidos tradicionales; tuvo una

reducida influencia del clero en la vida nacional; avanzó más rápido en su

industrialización, habiendo empezado más tarde; y su proceso de urbanización fue más

acelerado. Todo lo anterior, en las condiciones del rentismo petrolero y las dinámicas de

su vida partidista contribuyó a estructurar un escenario político más participativo,

incluyente y exitoso como sistema democrático (Bejarano A., 2011).

Asi pues, el desarrollo de sus firmas ocurrió en un complejo contexto, en el que

afloraban los anhelos de progreso y equidad que habían estado reprimidos durante la

dictadura de Gómez; el empresariado actuó bajo influencias e imágenes guía más

modernas y cosmopolitas, y resultó altamente favorecido por apoyos y beneficios

estatales. Estos factores contribuyeron a estimular, no solo alguna sensibilidad social en

los empresarios, para corresponder a las expectativas de rápida mejora de sus

trabajadores, sino que los convirtieron en parte del sistema distribuidor, e hicieron

necesario que se legitimaran mostrando su activa participación en el mismo.

El contexto y proceso colombiano de industrialización muestra diferencias apreciables.

La vida fabril se estableció más lentamente, en un proceso en que negociantes y

capitales formados en la minería, comercio, café fueron haciéndose industriales,

generando culturas de trabajo y configuraciones de industria y empresa diferenciadas

regionalmente, formando un panorama que contrasta con la relativa homogeneidad del

empresariado Venezolano rápidamente desarrollado después de 1936, que al avanzar

la construcción de vías y el fomento público de grandes proyectos, crece y se

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 393

concentra en la capital Caracas y región central de Maracay Valencia, pero también

en zonas de Barquisimeto, Maracaibo y Ciudad Guayana271.

La industrialización colombiana se manifiesta más notablemente en la región de

Antioquía y su sector textil desde los años 20s, en Bogotá con un perfil más

diversificado de bienes de consumo, y hacia la mitad del siglo en el Valle del Cauca y

zonas de la costa norte. Lo anterior, en medio de un pausado crecimiento y lenta

urbanización, que genera cambios sustanciales, aunque de ningún modo las

percepciones de abundancia y expectativas del vecino país.

El periodo de 1930 a 1945, es importante en lo político como ruptura con el orden

conservador que se traía y aproximación a la modernidad en Colombia, acompañado de

auge económico asociado al crecimiento de las exportaciones cafeteras y la inversión

industrial. Aunque ocurre una apreciable promoción de instituciones de protección

social por parte de sectores privados y públicos, de naturaleza religiosa y laica, su

impacto es leve y persisten graves problemas de pobreza y marginalidad.

Las leyes promulgadas y los avances en materia laboral, fueron más notorios como

institucionalización de las relaciones de trabajo y reglamentación de aspectos del

trabajo, como la jornada, que como mejora salarial. A excepción de la remuneración

de los más calificados, que creció pero por debajo del promedio de la economía, el

panorama es de estancamiento en los salarios reales y retroceso en la distribución

del ingreso (Arévalo D., 2009).

De modo que aunque se considera una época trascendente de la intervención del

Estado en los frentes económico y social, y el discurso de la República liberal en

favor de los sectores populares, se materializa en un conjunto de instituciones y

normas, el rubro de inversiones sociales resultó reducido, no solo respecto a los

graves problemas social del momento, sino a otros ítems. Claramente los recursos

271 Antes de 1936 la industria había dado sus primeros pasos con asentamientos en zonas

portuarias relativamente bien distribuidas como La Guaira, Maiquetía, Puerto Cabello, Maracaibo, Ciudad Bolívar (Lucas G., 1998).

394 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

asignados a administración y funcionamiento de los nuevos entes absorbía la mayor

parte de los recursos, seguido por inversión y fomento; la menor proporción

correspondió a gastos sociales (Tovar B., 1986).

En comparación con el paternalismo de la distribución rentística que se manifiesta en

los espacios productivos venezolanos, el empresariado colombiano, como parte de

una clase dominante más tradicional, situado en un contexto político de elitismo y

exclusión, promueve modalidades sobrias y pragmáticas. Por la época en que

comienza su actividad fabril en las primeras décadas del siglo XX, de acuerdo a su

talante católico pero innovador en el manejo del negocio, los industriales antioqueños

con modalidades como el patronato integran y estabilizan su fuerza obrera, aplicando

dentro y fuera del trabajo, prácticas controladoras de la moral, la vida personal y el

tiempo libre.

En las siguientes décadas, y de modo similar a como ocurrió en Venezuela, aunque

con programas más mesurados, los beneficios concedidos ‗por liberalidad‘ se

extendieron a necesidades de educación, vivienda, salud, recreación y se hizo más

sistemática la actuación sobre localidades y entornos de las plantas productivas. Con

empresas más grandes y consolidadas, se establecen secciones especializadas de

bienestar y servicios, como ocurrió en empresas Mendoza y en las grandes firmas

colombianas, y cambian también los perfiles y expectativa de los trabajadores,

requiriéndose programas más enfocados en la auto realización, participación y

autonomía.

En desarrollo de estos más avanzados planes, la mayoría en los años 70s, se

cuestiona el viejo fundamento paternalista de esas prácticas, y se tiende a concebirlas

como bienestar laboral: un ineludibles aporte para estimular una mayor productividad;

o justos componentes de la retribución.

En síntesis, en el caso colombiano el avance empresarial no se acompañaba de

ninguna sensación compartida de riqueza o abundancia, y eran escasos los recursos

con los que el Estado asumió ciertas funciones asistenciales y confrontó algunos de

los graves problemas sociales. Buena parte de los apoyos que podían llegar a los

grupos sociales que los demandaban, resultaba filtrados y dosificados por los poderes

políticos, ya que predominó por largo tiempo el rol clientelista de los dos partidos

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 395

políticos hegemónicos, que desde tiempo atrás habían dominado la vida nacional y

ejercido un influjo superior al del Estado en muchos contextos.

Por tanto había en la población menores expectativas sobre apoyos y servicios para

mejorar la calidad de vida, pero como tales avances eran necesarios para que el

proyecto industrial capitalista progresara, en cierta medida tuvieron que ser impulsados

por el empresariado. En Venezuela este proceso muestra más realizaciones en las

firmas, pero en mayor medida hacen parte del clima general de expectativas

rentisticas, cambios y tendencias distribuidoras del país.

Desde mediados del siglo XX, la violencia política como rasgo distintivo de la sociedad

colombiana, completa el cuadro de recias y duras formas del poder político atenuadas

levemente con programas gubernamentales y esporádicas demostraciones de

sensibilidad social y caridad de sus elites. Del mismo modo, se alternan y coexisten

períodos y escenarios ambivalentes, asi p.e., por un lado escenarios de paz y estable

crecimiento en las ciudades con férrea autoridad en el trabajo y por el otro violencia y

desolación en los campos.

En este escenario fragmentado, la mayoría de las fundaciones filantrópicas colombianas,

creadas en los años 60s por los más exitosos industriales se proponía actuar frente a

los flagelos de la pobreza urbana que parecían más graves y amenazantes. Del

mismo modo, cuenta el hecho que junto a otras manifestaciones de caridad privada,

estas entidades se establecieron apenas terminaba uno de los períodos de más

exacerbada violencia, y recién había sido destituido del poder Rojas Pinilla. Por lo cual

se puede también afirmar que tales iniciativas estaban destinadas a desactivar las

únicas y tenues tendencias populistas que se instalaron en el poder, y alarmaron a las

elites durante el siglo XX.

En las zonas rurales la Federación de cafeteros, cumple de diferentes maneras un

papel proveedor de beneficios, aunque sin generar las mismas expectativas e impactos

de la renta petrolera en la hermana República. Si bien el rol central de la Federación es

representar los intereses de los productores, contender con intereses opuestos y

racionalizar el funcionamiento del mercado, ese gremio desempeña también un papel

como gestor y distribuidor de una parte de los beneficios derivados de la exportación

396 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

del grano, que favorecen a poblaciones y comunidades; lo cual, resulta trascendental

en la estabilidad y el funcionamiento del sistema político.

A otro nivel, un ejemplo de sobrio y específico mecanismo colombiano para ayuda a

sectores desfavorecidos del campo, inscrito en el contexto que hemos bosquejado, fue el

programa Acción Cultural Popular liderado por Monseñor Salcedo desde 1948. A

instancias de las esferas eclesiásticas y con un gran contenido doctrinal, se promovió

una emisora desde el municipio boyacense de Sutatenza, consiguiendo apoyo tanto

de la dictadura de Rojas Pinilla como de los gobiernos del Frente Nacional, para lo que

llegó a ser hasta su clausura en los años 80s, un efectivo programa de educación

popular y promoción de mejoras en la vida campesina.

4.2.3 La vivienda como aspiración y necesidad más fuerte

En consonancia con las dinámicas de industrialización, en ambos países se producen

fuertes procesos migratorios y de urbanización. Aunque hay diferencias notables, como

la mayor dinámica de éstas tendencias en Venezuela que ya hemos visto y el influjo

expulsivo de los fenómenos de violencia en las zonas rurales colombianas después de

1948, se puede decir que en ambos casos hay incremento y concentración de la

población en las zonas urbanas, también asociable al crecimiento de las empresas y su

capacidad de atracción de la fuerza laboral.

La necesidad de vivienda se convierte en parte de una amplia problemática social ante

la que los gobiernos emprenden algunos planes, y frente a la cual la revolución

cubana motiva programas externos de financiación y cooperación como los de la

Alianza para el progreso (Ver Anexo 2.2.3 y 4.3). Del mismo modo, parte de las

acciones empresariales paternalistas hacia los trabajadores, se enfoca en esta

problemática adoptando modalidades que cambian en el tiempo, desde el simple

aporte de habitaciones y casas, con concesión o no de la propiedad, entrega de lotes

o/y prestamos, hasta la organización de planes de ahorro y montaje de urbanizaciones

y barrios obreros con una infraestructura más consistente de servicios.

Los programas gubernamentales hacia la población general, algunas veces se

coordinaron con las acciones que los empresarios dirigían hacia los trabajadores. Sin

embargo, los aspectos más significativos para nuestro análisis comparativo se derivan

de la interacción entre programas públicos y privados y las dinámicas diferenciadas

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 397

que se configuran en cada país. En ambos casos, la gravedad del problema y la

insuficiencia de la intervención pública para resolverlo, pudo tener el efecto de aumentar

las expectativas sobre planes y soluciones a nivel de las firmas272.

La diferencia más notable es que en la conformación del sistema de vivienda de

Venezuela, los mecanismos estatales, tanto como los privados parecieron muy

desbordados por las necesidades y expectativas de la población, hubo una gestión

pública más desorganizada y errática. En este contexto se inscribe la iniciativa y el

aporte de Eugenio Mendoza, el principal exponente del paternalismo empresarial, quien

con estímulo al ahorro obrero solucionó gran parte del problema en sus empresas.

Aunque con relación al problema nacional sus contribuciones fueron modestas, sus

constantes llamados de atención e intervención en los debates, desde fines de los

años 40s lo convirtieron en un referente en el tema. Con sus expresiones públicas y los

planes de sus empresas sensibilizó y aportó a la reflexión nacional; del mismo modo

aportó la experiencia trasmitida al diseño del sistema nacional de crédito hipotecario

que se crea al comienzo de los años 60s.

El Banco obrero, creado en 1928 tuvo la tarea de brindar soluciones a las necesidades

habitacionales, pero en sus primeros años su aporte no correspondió a las

expectativas del momento. Sin embargo, desde los años 40s, los recursos petroleros

disponibles permiten al Estado ejecutar planes más ambiciosos, como el de los

super bloques de apartamentos, en los que se manejó una lógica tecnocrática de

densificación de la población urbana y crecimiento vertical de las edificaciones.

Por otra parte, el típico manejo distribuidor del Estado rentístico, ayuda a configurar la

problemática ya que era frecuente que cuando sucedían invasiones de tierras, la

respuesta gubernamental no era la de actos represivos de recuperación sino la

cancelación de su valor a los propietarios y la adjudicación a los ocupantes de

hecho. Del mismo modo, con una migración campo – ciudad más intensa, otra

272 Al respecto es ilustrativo el caso de la antioqueña Fundación Codesarrollo, que en 1960

empezó su actividad orientada al problema de las necesidades de vivienda, pero cambio totalmente de planes, cuando las entidades estatales de vivienda tuvieron una etapa de buena gestión y resultados.

398 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

notable manifestación de esta problemática fue el fenómeno de los tugurios o

‗ranchos‘ en las principales ciudades.

En el proceso equivalente de Colombia, la evolución del fenómeno y sus soluciones en

las grandes ciudades en formación, se muestran las recurrentes particularidades

regionales y las diversas fórmulas que se adoptaron. En Medellín y otras ciudades

hubo conjuntos de viviendas promovidos por grandes empresas, que en principio se

dieron en alquiler y luego se entregaron con planes de ahorro y crédito; en Cali y

Valle parece más notable la presión de la invasión de terrenos y los reclamos sociales,

asi cómo la concesión de viviendas en los principales ingenios; en Bogotá hay un

panorama más diverso, con acciones de inspiración católica al estilo del barrio Villa

Javier organizado por el sacerdote jesuita Campoamor, apoyo de empresarios,

invasiones y realizaciones de las entidades estatales.

Asi pues, en Colombia son menos notorios los programas de vivienda específicos de

las empresas, pero surgen tempranamente mecanismos de crédito hipotecario de

algunas entidades privadas y medidas gubernamentales destinadas a darles apoyo,

como fue el caso del Banco Central Hipotecario BCH, una organización privada y

orientada a los sectores urbanos más pudientes que dominó ese mercado hasta 1972

cuando se crearon las corporaciones de ahorro y vivienda (Urrutia y Namen 2011).

En el frente de la vivienda de los sectores urbanos de bajos ingresos, actuó desde

1937, como entidad pública el Instituto de Crédito Territorial (ICT). Su actividad

dependía de recursos del presupuesto nacional y se orientaba a la compra de terrenos y

construcción de conjuntos para ser vendidos a plazos y con intereses inferiores a los

del mercado. En el contexto de Bogotá para el período de 1951 a 1953, en donde

las modalidades informales de construcción se acercaron al 40%, puede contrastarse

la contribución a la generación de vivienda de cada entidad asi: el BCH aportó

17.950 unidades, y el ICT 103.107 (Urrutia y Namen 2011).

A comienzos de los años 80s, el malestar social por la falta de vivienda seguía siendo

grave en Colombia, el panorama de las entidades se había diversificado un poco

más, pero los programas empresariales de vivienda, en parte por combinarse con la

opción gubernamental, pero principalmente por su reducida dimensión, no

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 399

alcanzaban a tener registro en las cifras generales: de 543.255 construidas en todo

el país desde 1970, 43.5% habían sido aportadas por el ICT, 31.9% por corporaciones

de ahorro y crédito, 19.5% por el BCH, y 5% por el Fondo Nacional de Ahorro

(Gutiérrez V., 1983: 19).

En contraste con la poca significación de las fórmulas patronales de vivienda en

Colombia, en el caso venezolano, el programa apoyado en el ahorro obrero que

Mendoza diseñó con la Fundación de Vivienda Popular FVP y que evolucionó a Banco

hipotecario, tuvo logros que pueden ser sopesados con relación a los resultados del

programa estatal y el contexto de la Banca hipotecaria. De acuerdo a Camacho

(2007: 142) la FVP entre 1960 y 1964 entregó 2.319 viviendas, que en relación con

las 13.771 aportadas por el Banco Obrero en el mismo período, alcanzan el 17%.

De acuerdo a cifras citadas para Caracas en el período 1961 - 1965, en medio de un

rápido crecimiento de la Banca privada hipotecaria, el aporte público representado por

el Banco Obrero alcanza del 31%, pero lo más destacable es que el de la Fundación

de la Vivienda Popular FVP llega al 13.2%273.

4.2.4 La formación del trabajador adecuado: una exigencia de

la industrialización

En el proceso de industrialización de los dos países analizados, de modo similar a como

ocurrió en otros espacios nacionales, se requirieron acciones tendientes a la

formación, adaptación o modelamiento del tipo de trabajador conveniente a las

necesidades de un desempeño disciplinado y estable en las fábricas: era el problema de

disponer del ‗trabajador soñado‘ (Sierra Á., 1990). De modo que las dádivas y servicios

organizados para los trabajadores, en buena parte son una conducta pragmática

tendiente a crear el tipo de trabajador requerido y las condiciones para su desempeño

productivo.

Distintas evidencias de casos colombianos y venezolanos demuestran que en medio del

usual manejo personalista y arbitrario, una parte de las dádivas o beneficios se restringía

273 Calculado de acuerdo a cifras presentadas en el texto de Carlos Acedo (1967: 170).

400 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

a núcleos de trabajadores más estratégicos, que por su calificación y experiencia

acumulada, hacían un aporte sustancial al proceso.

La concesión de anticipos sobre el salario o préstamos especiales podía estar sujeta a

un comportamiento aceptable, para quienes fueran ‗buenos obreros‘, con lo cual se

manejaba un elemento de control y estímulo a las actitudes y conductas deseadas,

p.e, asistencia, puntualidad, dedicación, interés por aprender y desempeñarse bien

dentro de determinados oficios. Los elementos pragmáticos se refuerzan en el caso de

la cultura de trabajo de Antioquía, con evocaciones de la labor en minas, arriería y

café, que conllevan una variedad de formas de relación entre patronos y trabajadores

basadas en la cálida cercanía y cordial acompañamiento en fechas especiales y ritos

religiosos.

En los casos como Empresas Mendoza y Carvajal, se elaboró toda una sustentación

de la importancia de los acercamientos deferentes, el trato al trabajador por su nombre,

el conocimiento de su familia, y la necesidad de mostrar una disposición casi irrestricta

a ayudarlo en la solución de sus problemas. En algunos casos el tipo de nexos

personalizados y el particularismo de esta forma de relación, del mismo modo que la

exigencia para que directivos y mandos medios actuaran dentro de este modelo de

autoridad, creó conflictos y dificultades en etapas más avanzadas de las empresas.

Por otra parte, el carácter de las actividades de explotación y procesamiento de

materias primas que emprendían, imponía a muchas firmas trabajar en instalaciones

dispersas, lejos de zonas habitadas, de modo que algunos servicios básicos,

campañas de salubridad y planes de vivienda, eran más claramente un simple

prerrequisito en la perspectiva de desarrollar la industria y arraigar suficientemente a la

fuerza laboral. Sin embargo, en el discurso de estos empresarios y en la subjetividad

de algunos sectores obreros, estas acciones representaban conductas generosas; de

modo que se mezclaban valores altruistas, e intereses y propósitos prácticos.

El conjunto de preocupaciones empresariales respecto al trabajador en las primeras

etapas de la industrialización, se referían no solo a que buscara otras regiones para

establecerse y otras actividades a las cuales dedicarse, sino a la manera de trabajar.

Se pretendió cambiar los hábitos irregulares de trabajo e inclinación preponderante hacia

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 401

la contratación por tarea y el destajo y la limitación de su esfuerzo a una reducida

expectativa de ingresos relacionada con su bajo nivel de consumo. Era necesario

también garantizar el aprendizaje de oficios y generar la continuidad disciplinada

frente a un puesto de trabajo y un ámbito de saberes y prácticas. La continuidad de

su vinculación aseguraba que pudiera lograrse su instrucción (Castañeda W., 1988).

En muchos casos, fue claro que los barrios obreros y urbanizaciones de empresa,

cercanas a las plantas se orientaban a asegurar un mejor control del tiempo libre,

llegada puntual y en algunos casos disponibilidad en horario nocturno (trabajadores de

mantenimiento, trabajadores por turnos); también facilidades de vinculación a

programas educativos promovido por la empresa, fueran ellos de instrucción

elemental o formación técnica.

La intención educadora de los sectores que promovían la vivienda obrera, pasaba

también por estimular la receptividad de los beneficiados a los usos de la vida

urbana. A propósito de la entrega de viviendas en alquiler, construidas por el Círculo

de Obreros de Bogotá, en el Barrio Villa Javier se expresó esa preocupación en los

siguientes términos274:

‗..como muchos nacieron y crecieron en un cuchitril, creen que es un palacio sin objeto

la casa con tres piezas y cocina y lo primero que piensan es en subarrendar o alojar

parientes o coterráneos …Los hábitos heredados no se desarraigan de un tirón. No

basta construir casas; es necesario hacer que los moradores se formen según la

grandeza y dignidad del espíritu cristiano: sin eso, nunca habrá verdadera familia..‘

El contacto continuo entre patronos y trabajadores, el control del tiempo libre y su

destinación a celebraciones y rituales, como parte de esquemas integradores y

generadores de identidad colectiva y pertenencia a la empresa, también quedaban

asegurados con la concentración de viviendas obreras cerca de las fábricas.

En las firmas paternalistas, puede ocurrir que los patronos se hagan presentes en los

eventos de integración y fraternidad más significativos y se reserven el rol de

274 Boletín del Círculo de Obreros de Bogotá, Enero 26 de 1919 #4 p 11 Citado por

Castañeda W. (1988: 99).

402 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

distribuidores de dádivas y actitudes deferentes hacia los trabajadores, dejando a los

mandos medios y capataces las desapacibles tareas de control y exigencia de

rendimiento, ello incide en algunos aspectos de la memoria obrera que recuerda los

primeros con afecto y respeto275.

4.2.5 Legitimación y formación de una imagen por parte del

empresariado

Si bien, hubo similitud en el tipo de acciones de protección hacia la fuerza laboral y

de dádivas entregadas, hay diferencias apreciables en el sentido que tenían tales

acciones, su monto, el trasfondo ideológico de las mismas y su manera de realizarlas.

En primer término, debe señalarse que el rápido crecimiento económico y

concentración de riqueza de Venezuela entre los años 40s y 70s hizo posible que se

destinaran mayores recursos a prácticas de benevolencia más variadas, apreciables y

notorias que las registradas en Colombia.

Como se ha señalado, lo que hacia la diferencia eran la gran renta petrolera del país, a

la cual tenían amplio y preferente acceso los empresarios y el boom que causaba una

elevada demanda y acelerado crecimiento. Los industriales, como prósperos

receptores de rentas que fueron, con frecuencia mostraban ante la opinión sus acciones

tendientes a hacer participar a los trabajadores de los mismos beneficios. Por lo

anterior, las actividades y eventos relacionados con participación de utilidades, premios

por antigüedad, entrega de viviendas, aniversarios, homenaje a empleados,

celebraciones diversas, clubes recreativos, de las firmas venezolanas se cuantificaban y

divulgaban sistemáticamente276.

275 Al respecto, es ilustrativa la clásica película cubana de Tomás Gutiérrez Alea ‗La última

cena‘, que en el marco de la esclavitud en Cuba, muestra cómo el dueño de la plantación, mantiene una imagen benévola y se permite algunos ejercicios piadosos, mientras que las exigencias productivas y la aplicación de violencia e intimidación sobre los esclavos, quedan a cargo del mayoral don Manuel, quien las asume completamente actuando como su alter –ego. 276

Algunas revistas empresariales venezolanas destacadas y un poco inspiradas en la célebre El Farol de la Creole Petroleum Company, fueron Vencemos editada por Venezolana de Cementos del Grupo Mendoza; Revista M del Grupo Neumann (Corimón); Líneas de la Electricidad de Caracas: Notas Polarizadas (Empresas Polar).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 403

Estos patronos están más abocados a promover y exhibir acciones de beneficio

social como forma de legitimarse por su rápido enriquecimiento posibilitado con

subsidios, exenciones, créditos blandos y otros apoyos estatales. Por otra parte,

necesitaban imagen y reconocimiento, frente a otros grupos con intereses a veces

opuestos, como los comerciantes importadores, los productores de materias primas, del

mismo modo que frente a un poder estatal siempre con tendencia a crecer y hacerse

más intervencionista de la economía, cuando no a dominar sectores económicos

estratégicos.

Desde fines de los años 60s, esta elite empresarial confrontaba la crítica que en

distintos medios repudiaba la concentración del ingreso y las perversiones del modelo

económico, a tiempo que la imagen de la revolución cubana se proyecta en toda

América latina y la guerrilla castrista en campos y ciudades venezolanas, llevaba

varios años de osadas acciones que resultaban inquietantes para las clases

dominantes. En esos años, este último factor aunque restringido a una década, parece

más impactante para el empresariado venezolano de lo que fue el mismo fenómeno

para Colombia.

4.3 Organización e institucionalización del paternalismo

4.3.1 Cosmopolitanismo

Examinaremos hasta que punto al desarrollar sus planes asistenciales, los empresarios

construyen interacciones con el mundo externo y con las economías más avanzadas, y

crean capacidades para reproducir elementos novedosos, como indicativo de

cosmopolitanismo, tomando en cuenta algunas evidencias en el nivel más general de

los contextos nacionales, del mismo modo que lo que sobre este aspecto se percibió

a nivel de las firmas.

Los dos países analizados, no estuvieron dentro del grupo más favorecido por las

corrientes migratorias como lo fueron Argentina y Brasil. Colombia tuvo leyes favorables

y enunció políticas de apoyo al establecimiento de extranjeros, pero sus condiciones

climáticas, inestabilidad política, intolerancia religiosa y falta de interés económico

llevaron a resultados irrelevantes. En muchos casos acciones y discursos en dirección

contraria, como el de ‗Colombia para los colombianos‘ tenían más influencia que los

404 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

propósitos oficiales. Sin embargo dentro de esta restringida inmigración de ciudadanos y

capitales externos, la región de la costa frente al interior se destaca por su mayor

apertura hacia el ingreso de foráneos y la dinámica actividad de éstos en ciudades

como Barranquilla (Posada C., 1998: 315 s).

En contraste, en Venezuela se nota una más decidida y efectiva búsqueda de

incorporación de extranjeros a la vida nacional y empresarial. La disposición de sus

principales ciudades y zona económicas, las hacía más uniformemente accesibles a las

dinámicas de comercio del Caribe antillano; sector que en la primera mitad del siglo

XX, por su capacidad de acción gremial organizada con sus cámaras locales y la

fuerte Cámara de Comercio de Caracas, resulta muy destacado e influyente en la vida

nacional (González Deluca 1994). Muchos apellidos destacados de la vida empresarial

venezolana de la segunda mitad del siglo XX, algunos de ellos de origen extranjero, se

destacaron primero en los círculos del llamado ‗alto comercio‘277.

De modo que el impulso empresarial, con aporte de inmigrantes que se percibió en la

costa atlántica colombiana, y que allí resultó moderado, puede hacer parte de una

tendencia similar al que se presentó en Venezuela, pero en este caso fue más

extendido e influyente.

Asi mismo es significativo que en Venezuela, las usuales interacciones y tránsitos

fluidos entre la esfera gubernamental y la privada incidieran también en el

aprovechamiento de aportes de inmigrantes que habían llegado a instancias de

medidas estatales favorables, en una época en que era usual afirmar que en materia

de progreso y bienestar ‗todo está por hacerse‘. Desde los años 30s, ministerios y otras

entidades del Estado venezolano vincularon a migrantes conocedores de actividades y

profesiones sobre las que se requerían aportes técnicos o científicos.

277 A diferencia del itinerario del capitalismo colombiano, la actividad cafetera venezolana no

influyó notoriamente en los procesos de industrialización. En las últimas décadas del siglo XIX la zona andina muestra una apreciable economía fundamentada en la producción del grano, pero varias crisis afectaron los precios y la comercialización del producto, llevando a una postración del sector. Sin embargo la región andina si configuró una identidad fuerte, con una proyección que fue más destacada y específica en la vida política de comienzos del siglo XX, particularmente en los gobiernos militares que controlaron el poder por varias décadas (Rangel D., 2006).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 405

Este recurso humano calificado, después de un tiempo al servicio del Estado, con

frecuencia se vinculó a la empresa privada; varias de las firmas de Mendoza, p.e.,

Protinal278 se beneficiaron de las experiencias y saberes especializados de agrónomos,

veterinarios y otros profesionales inmigrantes que en algunos casos habían tenido sus

primeros desempeños en el Ministerio de Fomento, entidad que había sido dirigida por el

mencionado empresario (Ver Anexo 3.3.6). Del mismo modo, en el desarrollo de sus

actividades asistenciales y filantrópicas, este grupo empresarial incorporó talentos y

conocimientos de inmigrantes.

Asi pues, a Colombia llegan menos migrantes y falta disposición para aceptarlos. El

intransigente catolicismo de algunas zonas colombianas y las posturas de algunos

sectores de las elites políticas, a lo largo de un período complejo que se extendió hasta

el gobierno de Rojas Pinilla, generaron actitudes y acciones intolerantes hacia

migrantes protestantes (Abel Ch., 2004).

En particular, respecto a la inmigración de refugiados españoles, se ofrece un hecho

ilustrativo. La evolución del ideario político del importante dirigente conservador

Laureano Gómez, pasó del anti americanismo posterior a la pérdida de Panamá, a las

simpatías con el nazismo y el franquismo, después a una muy acentuada adhesión

por Estados Unidos. Lo anterior condujo a que mientras en Venezuela se aprovechaba

en esferas públicas y privadas el saber técnico de inmigrantes españoles, en Colombia

se los hostilizaba, y en los años 50s, se precipitó la salida de destacados intelectuales

que habían ingresado al país durante la República liberal (Iriarte A., 1995: 150).

En el caso colombiano, se contó con menos presencia extranjera, lo cual podría

explicar en las prácticas asistenciales colombianas la hegemonía del influjo católico,

como elemento inspirador. Siendo el caso más notable el de los empresarios

antioqueños, quienes dando continuidad al arraigado catolicismo que caracterizó a la

278 Es destacable la vinculación a Protinal de Oscar Romer, de ascendencia holandesa y

antepasados llegados a las Antillas; del mismo modo del ingeniero agrónomo suizo Jacobo Berkowitsch y del veterinario e inmigrante español Carlos Ruiz Martínez.

406 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

región durante el siglo XIX, en diversos actos comunitarios que eran acostumbrados en

los medios fabriles y en otras manifestaciones cotidianas apelaron a elementos

religiosos, del mismo modo, obras como los patronatos fueron desarrolladas con

participación de religiosas y otras se coordinaron muy estrechamente con directivos

eclesiásticos.

En contraste, las acciones benévolas de los empresarios venezolanos aparecen más

inspirados por ideas seculares y cosmopolitas: algunas de las prácticas de las

compañías de comercio extranjeras en las primeras décadas del siglo XX; los estilos de

manejo laboral y estándares de las firmas petroleras; las fundaciones filantrópicas de

E.U. y la actividad de personajes como Nelson Rockefeller.

En Venezuela se manifestaron elementos religiosos pero se pueden considerar

marginales, frente a las influencias que se han señalado, asi p.e, los programas de

Sánchez y Compañía, se originan en las ideas católicas de la primera generación de

empresarios y algunos de sus allegados, pero a instancias de la influencia de las

grandes firmas petroleras y del conocimiento de temas administrativos de un

integrante de la segunda generación, ocurre un distanciamiento de esta perspectiva y se

emprenden decisivos planes de previsión dentro de concepciones de las relaciones

laborales más modernas (Ver Anexo 1.4).

4.3.2 Redes sociales y programas asistenciales

Además de la apertura a influencias externas por vía del aprovechamiento de la

inmigración, y la disposición al acercamiento a diversas ideas y motivos inspiradores, otro

elemento importante en la caracterización del empresariado y sus prácticas laborales

paternalistas, se refiere a la capacidad para generar y aprovechar redes sociales

convocando figuras nacionales de importancia en torno a la agenda asistencialista y

filantrópica, buscando respaldar los proyectos con la contribución de diversos talentos

y personas prestigiosas.

En el caso de Mendoza, se advierte una notable incorporación de conocimientos e

influencias variadas, aportes estimulantes y recursos técnicos diversos. Además de la

amistad con el mencionado Rockefeller, este empresario en su actividades

fundacionales generó vínculos muy provechosos con tres destacados exponentes del

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 407

intelecto venezolano, como fueron Arturo Uslar Pietri (1906 - 2001), Augusto Mijares

(1897 - 1976) y Pedro Grases (1909 - 2004).

Como parte de la red de apoyo que el industrial hábilmente incorporó a su actividad

fundacional y asistencial, se puede mencionar al médico cirujano y pediatra Gustavo

Machado Hernández (1897 – 1968); la economista y experta en temas comunitarios

Carola Ravell (1918 – 1993); Justino de Azcarrate conocedor de planes mutuales;

Arnoldo Gabaldón famoso epidemiólogo; Blas Lamberti Ingeniero Civil de ascendencia

italiana, con experiencia en el sector petrolero extranjero.

En aspectos concretos del desarrollo de programas de bienestar y vivienda igualmente

se manifestaron influencias externas y la disposición a acudir a expertos y

profesionales de primer orden. En primer término debe considerase el conocimiento

que Mendoza tenía de instituciones de crédito y ahorro norteamericanas, del mismo

modo que del National Housing Act de 1948; del mismo modo que su admiración por

Roosevelt y sus ideas de promoción del bienestar social.

Planes de vivienda y fabricación económica de materiales como los de Viposa,

contaron con aportes técnicos de calidad como los del arquitecto finlandés Alvar

Aalto, sobre urbanismo progresivo, conocido en 1959; la tesis del arquitecto Fruto

Vivas, sobre autoconstrucción a partir de crédito barato; del mismo modo que la

experiencia de éste usando láminas de hormigón prefabricado que imitaba la

experiencia Sueca de Siporex.

Asi pues, fue notable la capacidad de Mendoza para interactuar con figuras

importantes de diversos medios, aún extranjeros, construir redes sociales de apoyo y

vincular al desarrollo de sus firmas, del mismo modo que a sus planes asistenciales y

fundacionales, talentos de los más diversos campos y actividades, entre ellos migrantes

con saberes profesionales escasos en el medio venezolano.

Desde luego los empresarios colombianos, y particularmente los antioqueños, dentro

de un repertorio de estrategias de aprendizaje tecnológico, desde las épocas de la

actividad minera del siglo XIX, habían generado formas de aproximación a avances

con los que no contaban: contrataron técnicos e ingenieros extranjeros; hicieron viajes

408 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

de estudio exploración y copia de técnicas productivas y maquinarias; afinaron la

capacidad de invención y adaptación de procesos.

Estos mecanismos de aprendizaje y difusión de saberes, del mismo modo que las

redes sociales construidas por el empresariado industrial de esta región, con el

establecimiento de la Escuela de Minas de Medellín y la temprana aproximación a

elementos de organización avanzados para la época como el Taylorismo, hicieron

importantes aportes y facilitaron la irradiación de la modernidad capitalista en la vida

empresarial (Mayor A., 1984; 1992). En el mismo sentido se desplegaron capacidades

para conseguir apoyo técnico de firmas consultoras externas, contacto con

inversionistas extranjeros, nexos políticos ventajosos y el respaldo de escritores y

periodistas destacados que promovieran la adopción de políticas económicas

favorables a los industriales (Sáenz R., 1992; 2002).

Firmas como Carvajal y Corona, demostraron gran dinamismo en la etapa de

expansión en que crearon nuevas plantas en los años 50 y 60s, y desde los años 80s

revelan buena capacidad para asimilar nuevas teorías organizativas y técnicas

gerenciales avanzadas, lo que contribuyó a que afrontaran exitosamente los desafíos

de la etapa aperturista de finales del siglo XX.

La combinación de estos variados medios de aproximación al saber técnico

posiblemente generó mejores resultados productivos que los alcanzados en Venezuela,

sin embargo, es destacable que en los programas asistenciales y filantrópicos

colombianos, no se revelara la misma capacidad e interés por incorporar elementos

innovadores, gestores experimentados y formas de manejo avanzadas, que si se

mostraba en el manejo de las empresas, y que en tales aspectos, el empresario

venezolano superara notoriamente a sus pares colombianos.

4.3.3 Especialización y profesionalización de la asistencia

Las primeras acciones de los empresarios pioneros, hacia sus trabajadores o

comunidades del entorno, habían sido muy personalizadas y espontáneas, p.e.,

ayudas ante necesidades varias de un trabajador, emotivas expresiones de

reconocimiento, regalos, eventos diversos de integración. Con el crecimiento de las

firmas, burocratización y profesionalización de su administración, lentamente se va

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 409

tendiendo a formalizar estas acciones, e incorporarlas a esquemas regulados. En

algunas compañías, ciertas concesiones se anticiparon a las exigencias de las

normas laborales e instituciones de seguridad social que se establecieron después; en

otros casos, estas concesiones voluntarias reconocieron más de lo exigido por la

normatividad.

Como parte del fin de la influencia personalista de los pioneros fundadores, las

prácticas paternalistas dentro de las empresas tendieron a convertirse en programas de

bienestar, manejados por áreas que gestionaban actividades de capacitación,

recreación, salud ocupacional, programas de crédito, en torno a las cuales se

estructuró un cuerpo administrativo especializado.

En las firmas examinadas en ambos países hubo semejanza en el tipo de

concesiones otorgadas a los trabajadores, con presencia y variable composición de los

siguientes beneficios: salud, recreación, escuelas, vivienda y ahorro; becas y apoyos

educativos para el trabajador o integrantes de su familia; actividades para la familia.

Sin embargo, se presentan diferencias y particularidades de interés para el análisis.

Aunque no es posible una estimación de los recursos destinados y beneficios aportados

con miras a una cuantificación y comparación precisa, de la información presentada

sobre las acciones emprendidas, se puede concluir que los planes del Grupo

Mendoza son más completos, mejor dotados de recursos y desarrollados por

dependencias con personal más especializado.

En las firmas colombianas se promovieron similares planes de vivienda, programas de

educación, salud, recreación pero a una escala que no parece superar las realizaciones

del Grupo Mendoza, ante las cuales sus dimensiones eran más modestas y limitadas.

Las áreas administrativas encargadas de tales gestiones y sus equipos, tiene menos

importancia y significación dentro de la organización.

Otras diferencias de interés se derivan de las prioridades o énfasis dominantes en los

planes. Algunas empresas colombianas, dentro de sus planes asistenciales dieron una

mayor importancia al tema de la salud de sus trabajadores: al respecto se destaca la

clínica de Fabricato, y los programas en Bavaria, Carvajal y Cementos Samper. Las

410 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

empresas Mendoza muestran un esfuerzo sostenido y destacado en la solución del

problema de la vivienda, mediante planes de ahorro y crédito, que por vía de la

actividad fundacional se extienden a empresas fuera del grupo. La Electricidad de

Caracas tuvo un avance apreciable en protección de la salud; mientras que la empresa

de comercio Sánchez y Co, concentró sus esfuerzos en planes de jubilación,

estableciendo para ello una fundación (Ver Anexo 1.2 y 1.4).

El asistencialismo colombiano tiene desarrollos en materia de vivienda, que

evolucionaron desde la entrega o venta de lotes y el alquiler económico de casas, hasta

planes estructurados de crédito y compra. Se puede señalar la construcción de

conjuntos de vivienda obrera en Antioquía, sistemas de crédito como los de Carvajal

y Corona, gran parte de cuyas realizaciones están bien coordinadas con mecanismos

de las instituciones estatales de vivienda social, como ICT.

En contraste, la actividad de los entes estatales venezolanos en este campo, es

claramente reducida y errática, del mismo modo que su vinculación con las iniciativas

privadas, por lo cual resultó más grande y apreciable la contribución de Mendoza,

quien legó a destacase como un líder en la promoción de la vivienda popular.

En lo que se refiere al perfeccionamiento y especialización de la administración y

organización de los servicios asistenciales se advierten especificidades nacionales. En

el caso de Mendoza esta compañía, más rápidamente llega a estructuras diferenciadas

y a altos niveles de organización, en donde las secciones encargadas del bienestar

tienen una destacada posición y autonomía dentro del esquema organizativo;

dependían directamente de las instancias superiores del grupo empresarial, presidencias

o gerencias de firma. Los directivos son profesionales de buena preparación y prestigio

dentro y fuera de la organización, que ocupan sus cargos por períodos largos, con

autonomía para desarrollar planes y el apoyo de un equipo humano apreciable de

trabajadoras sociales, demostradoras de hogar, nutricionistas, pedagogas.

A pesar de estos avances, por varias décadas el fundador y líder de la organización

procura mantener su presencia e influjo personal como elemento sustentador de las

buenas relaciones con los trabajadores. A veces chocando con procesos de

modernización de la organización, y como parte de un discurso acerca de la mística de

trabajo de sus empresas, quien fuera considerado un ‗caudillo industrial‘, no cesa de

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 411

aleccionar a directivos y mandos medios sobre la necesidad de preservar los vínculos

personalizados con los subordinados.

Sin embargo, existió un proceso de institucionalización que hizo más compleja la

estructura, y sistemáticas las funciones de bienestar, transformando el aporte de las

profesionales de trabajo social. En empresas Mendoza, se instituyó en los años 50s el

Servicio social, que veinte años después se reestructura y conforma el Departamento

social, entidad con una posición destacada en el organigrama y secciones dedicadas a

diferentes programas.

En el caso de las empresas colombianas, hay avances con la conformación de

organismos como los secretariados sociales; más tarde se impulsaron

departamentos de relaciones humanas, y otras áreas de bienestar a las que

correspondió apartarse un poco del tradicional influjo e intervención católica, e

introducir el aporte profesional del trabajo social.

Sin embargo, en contraste con el caso Mendoza éstas áreas muestran menor grado

de desarrollo e importancia en las firmas; equipos profesionales más reducidos y de

menor perfil; del mismo modo que una posición subordinada de estas dependencias a

áreas de relaciones industriales. Este último indica que el asistencialismo

paternalista no llegó a modificar tan decididamente la estructura de las compañías, y

posiblemente refleja el destacable papel cumplido por la ingeniería y la racionalización

del trabajo en el avance de las empresas de la región antioqueña.

En ambos casos nacionales, fueron importantes roles como los de visitadoras y

asistentes sociales, demostradoras de hogar, que fueron antecesores y

complementarios de la profesión del Trabajo social. En todos los cuales el género

femenino es clave y siempre aparece asociado a cualidades de sensibilidad,

prudencia y capacidad para las tareas del cuidado. A lo largo de varias décadas y

ligado a la transformación en las secciones encargadas del bienestar, se va operando la

profesionalización de este campo de actividad como Trabajo Social (Ver 2.3.2;

3.2.7).

A este respecto, también sobresale la experiencia de Empresas Mendoza, por la

calidad de sus equipos de Trabajo social, su nivel de formación, contacto con

412 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

experiencias de países más avanzados, prestigio y reconocimiento a sus exponentes.

En el proceso de las empresas antioqueñas, las tareas caritativas de particulares,

organizaciones como la sociedad San Vicente de Paul, y firmas, estrechamente

vinculadas a la religión católica, habían hecho un temprano e intenso uso de la visita

domiciliaria y otras actividades relacionadas con la asistencia compasiva.

Estas prácticas, junto a las del servicio social y las secretarías sociales,

profundamente permeadas por el intenso activismo social cristiano de la región,

configuraron el contexto en que se formó la profesión del Trabajo social. Los primeros

avances en materia de organización de estudios fueron en Bogotá (1936) y Medellín

(1945) con las primeras Escuelas del servicio social, fundadas a instancias de

organismos católicos; la segunda tuvo el apoyo combinado de la Acción católica y el

gremio empresarial ANDI. En las ocasiones que las empresas buscaron experiencias y

referentes externos para diseñar la organización y manejo de sus áreas asistenciales,

estos fueron también del ámbito católico.

Es significativo que en la reflexión actual de los analistas de cada país, sobre el valor

de éstos desempeños asistenciales de empresa, como campo para la estructuración

de la profesión del Trabajo social, sean los venezolanos quienes conceden más

importancia y reconocen mayores aprendizajes en las experiencias de empresas

Mendoza que, los colombianos sobre las realizaciones en las empresas antioqueñas.

La manera en que se difunden y presentan ante la sociedad las acciones benevolentes

de los medios empresariales también muestra particularidades nacionales. En las

empresas Mendoza, era más fuerte y sistemático el esfuerzo divulgativo, mediante

informes más o menos regulares y pormenorizados, del mismo modo se detallaban

diferentes aspectos en la principal revista de la empresa, asi como recopilaciones de

acciones benéficas en libros conmemorativos.

Como se ha sostenido, la participación de los trabajadores en la riqueza de las

empresas, era uno de los elementos de legitimación de la situación ventajosa del

empresariado como receptor de créditos, exenciones y diversos privilegios que éstos

derivaron del modelo económico sustitutivo y rentístico. En muchas ocasiones, los

discursos de Mendoza, ya convertido en un exponente notable del sector privado, en

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 413

actos a los que se les daba cierta resonancia, subrayaban la intención de hacer

participar a los trabajadores de los beneficios del crecimiento económico.

Del mismo modo, siempre se insistía en que la buena remuneración y ayuda a los

trabajadores, aseguraría el progreso del país, la justicia social y la preservación del

sistema democrático; en todo lo cual estaba implícita la afirmación del papel

distribuidor de la empresa, y el ideal de la calidad en las relaciones laborales, como

forma de corresponder a los apoyos brindados por el Estado.

Del mismo modo, estaban presentes en esas intervenciones argumentos a favor de

las políticas públicas, pero también opiniones y planteamientos críticos en ciertos

debates o coyunturas de cambio. En los agitados períodos de crítica al

enriquecimiento del sector privado y amenaza insurgente de los años 60 y 70s, se

introdujeron más insistentemente argumentos en defensa de la democracia y el

sistema de libre empresa.

Los empresarios colombianos, dentro de la típica postura legitimadora de su éxito

económico también exhibieron sus dádivas y formas de estructurar el manejo de

personal, como una justa y cristiana manera de retribuir a los trabajadores. En ocasiones

enfatizaban que muchas de las prestaciones creadas y concedidas voluntariamente en

sus firmas, habían marcado el camino para la normatividad laboral y diseño de la

seguridad social que hizo el Estado.

Respecto al estilo venezolano, estas expresiones fueron menos frecuentes e

insistentes. De un modo más discreto, interactuaron con presidentes y otros

representantes del alto gobierno en busca de tratamientos favorables. Invocando cifras

sobre sus programas de capacitación, vivienda, salud, y número de trabadores y familias

beneficiadas, en las editoriales de revistas empresariales como Fabricato al Día y

Lanzadera, entre otros medios, debatieron, solicitaron y argumentaron sobre la política

económica.

414 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

4.4 Crisis y replanteamiento

4.4.1 De la bondad patronal a la dignidad de la negociación

colectiva

El cuestionamiento y cambio de la forma paternalista de autoridad y relaciones laborales

ocurre en ambos países por diferentes vías. En primer término y de modo general,

debe señalarse que el débil afianzamiento y desarrollo de elementos como la legislación

laboral, la institucionalización del conflicto capital – trabajo, la conformación de un

sistema de protección social, que ha caracterizado a ambos países, crea condiciones

favorables al mantenimiento de componentes paternalistas en los ámbitos laborales

y también en la esfera política.

La relación entre sindicalismo y las formas de autoridad empresarial que analizamos es

variada. En los dos ámbitos nacionales, sectores apreciables de las organizaciones tuvieron

roles dependientes y subordinados de cierta tutela y control paternalista por parte de poderes

políticos y estatales; con más presencia en la vida nacional, pero también con más rasgos de

clientelismo corporativo y rentístico en el caso de Venezuela.

Sin embargo, la actuación de las organizaciones obreras dentro de las firmas, puede

llevar a cuestionar y abolir completamente los manejos paternalistas, o conducir solo

al rechazo de las modalidades más personalizadas y tradicionales, pero avenirse sin

dificultad con nuevas modalidades como los de la empresa providencia.

Lo anterior permite explicar los rumbos diferenciados de las empresas analizadas. En

algunas de las firmas, de modo coincidente con la despersonalización de la autoridad

en las plantas y la racionalización de la organización, en varios de los casos analizados

(Bavaria, Cementos Samper, Ingenio Riopaila, Fabricato, Electricidad de Caracas) la

lucha obrera y la actividad sindical, precipitan la superación de los supuestos

ideológicos de las interacciones paternalistas.

En buena parte de las firmas, en que se generó un clima la armonía paternalista entre

trabajadores y patronos, del que dependía un aceptable nivel salarial y otros servicios y

dádivas adicionales, se desestimula por completo el surgimiento de una representación

obrera autónoma, o esta situación es la base para impedirla (Carvajal, Empresas

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 415

Corona, Baterías MAC). En otros casos la organización obrera resulta compatible y

se integra armónicamente al esquema de manejo de benevolencia voluntaria patronal

(Empresas Mendoza).

En los casos de Venezuela, incide el desarrollo de las organizaciones obreras dentro

de un rápido crecimiento de la industria y en una etapa en que las federaciones y

principales líderes sindicales participaban de acuerdos corporativistas y nexos con los

partidos dominantes y el Estado. Similares nexos de protección y tutelaje, aunque de

menor intensidad y nivel de aporte a las organizaciones beneficiadas, se vivieron en la

génisis y desarrollo del sindicalismo colombiano, principalmente la CTC en relación con

el partido liberal y la UTC con el conservador, siendo éste último proceso más

destacable respecto al paternalismo, por la forma en que confluyen los sectores

empresariales y católicos.

De este modo, los sindicatos colombianos, aunque dentro de niveles menores de

presencia y capacidad de acción, que sus colegas del vecino país, contribuyeron a

construir modelos de relaciones laborales que rechazaban, o solo moderadamente

acogían aspectos paternalistas. Sin embargo, desde fines de los años 80s, las reformas

aperturistas cuestionan y suprimen tanto los últimos vestigios de prácticas

paternalistas, como partes sustanciales de los derechos laborales y protección social.

En años recientes, han aumentado los espacios productivos en donde se ha

depurado todo vestigio de actividad sindical, y mediante los pactos colectivos se conjura

un posible resurgimiento. Al mismo tiempo que se han consolidado y naturalizado

muchos de los procedimientos de reducción y flexibilización de costos laborales

(temporalidad, subcontratación, cooperativas de trabajo asociado), y el disciplinamiento

de la fuerza laboral por vías de lo que se ha denominado ‗el terror del mercado

laboral‘279.

279 Categoría de análisis empleada por sociólogos del trabajo como Adalberto Moreira Cardoso,

Luz Gabriela Arango y Fernando Urrea (1999), para referirse al empleo de la amenaza de despido como recurso de disciplinamiento de trabajadores que en condiciones de vulnerabilidad, sin capacidad de negociación, y careciendo de otras posibilidades laborales, quedan abocados a aceptar condiciones indeseables de trabajo.

416 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Es significativo que en tales ámbitos, en muchos de los cuales se ha alcanzado cierta

fortaleza competitiva y proyección hacia el mercado internacional, resurgen como

formas de gestión neo paternalistas con distinta configuración y dentro de nuevas

necesidades de legitimación e imagen: tratamientos personalizados, dádivas,

aproximaciones a la familia y discursos de integración.

4.4.2 Autocritica y cambio de expectativas

Otras críticas y cambios en las prácticas paternalistas, surgen del ámbito específico que

ejecuta los programas y de la forma como se decide solucionar sus dificultades. En el

caso del Grupo Mendoza, a instancias de la nueva orientación de su área de trabajo

social, se confronta en los años 70s la lógica del paternalismo, haciendo esfuerzos

por reorientar las formas de asistencia que, tal como se veía, habían conducido a la

pasividad y falta de participación de la mayoría de los trabajadores. Desde el esquema

de la jerarquía de las necesidades de Maslow, parece suponerse que ya se han

satisfecho las necesidades básicas y la motivación productiva solo se conseguirá

fomentado la expresión del talento personal y la autorrealización de los empleados.

Esta nueva perspectiva de la asistencia fue significativa y se manifestó en las

actividades de bienestar, motivando reflexiones sobre el desempeño del Trabajo

Social dentro de las firmas, pero también se extendió a la forma como se manejaban los

programas de ahorro y vivienda. En el caso de las empresas Mendoza este proceso

fue más notable, debido a la profesionalidad y nivel de organización que habían

alcanzado las áreas responsables, y estuvo muy ligado al papel renovador y creativo de

la destacada directiva Carola Ravell.

Asi mismo en éste replanteamiento, fue más claro e impactante el cambio en las

expectativas de las nuevas generaciones de trabajadores: la forma como se venían

manejando los estímulos y recompensas, no tenían los efectos de compromiso estable

y motivación que se esperaba sobre los vinculados en ésta, que era también la época

consumista de la ‗Venezuela saudita‘; por ello se experimentaron bajas en la

productividad y elevada rotación de personal.

En el caso de las empresas colombianas, las manifestaciones de crisis de efectividad

del modelo paternalista son menos notorias, pero los directivos y orientadores de

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 417

programas si experimentan la necesidad introducir novedades. Dentro de esta

tendencia, las revistas empresariales de Fabricato y Coltejer muestran que se

emprenden cambios del mismo tipo, buscando promover modalidades de recreación,

capacitación y actividades de tiempo libre que estimularan nuevas formas de la

participación, expresión de talentos artísticos y capacidades creativas. Del mismo

modo, los planes de vivienda de estas firmas comenzaron a apoyarse en

mecanismos de Acción comunal que promovían el trabajo compartido de vecinos para

construir obras de uso comunitarias; del mismo modo respecto a modalidades de ayuda

entre vecinos.

4.4.3 Acción gremial y asistencialismo

La actividad de las organizaciones empresariales típicamente sirve a la defensa de

los intereses de los agremiados, del mismo modo que a la mediación de sus conflictos,

reflejando los sectores protagónicos de cada momento, sus culturas de trabajo e

influencias regionales. Como grupos de presión, además de luchar por los intereses

de sus promotores, sirven como caja de resonancia de sus discursos, ayudando a

sustentar y exteriorizar hacia la sociedad: consignas e ideales de beneficio y

contribución; acciones en procura de legitimación e imagen; reclamos y confrontaciones

con el Estado u otros sectores de la economía o la sociedad. En este aparte veremos

comparativamente, cómo estas actuaciones gremiales se relacionan de diferentes

modos con las prácticas y estilos paternalistas de los empresarios.

En Colombia la actividad gremial comienza en los sectores dedicados a la agricultura

como la SAC y la Federación de Cafeteros, y desde mediados de los años 40s, a

instancias del poder empresarial antioqueño, adquiere su mayor fortaleza en la

industria con la Andi, a tiempo que avanza también Fenalco como organización del

sector comercio. En la experiencia venezolana, la fortaleza de las actividades

comerciales se expresa desde los primeros años del siglo XX en la influyente Cámara de

Comercio de Caracas CCC, que constituye una dinámica organizativa importante de

cámaras regionales, pero desde los años 40s, el protagonismo de esta organización

comienza a pasar a un segundo plano frente al avance de Fedecamaras, que

representa diversas agrupaciones empresariales regionales y sectores, entre ellos el de

los industriales.

418 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

En una primera época, en medio de las restricciones del ambiente controlado por

gobiernos militares, la CCC por obvias razones, se destaca en actividades de interés

público como las que imponían el programa higienista y de saneamiento

epidemiológico necesario en las ciudades portuarias; del mismo modo que coordinando

ayudas con otros sectores, y aún reemplazando al Estado, en tareas que demandaban

variadas emergencias y catástrofes (González D., 1994). Este asociación, junto a

Fedecamaras, y de modo similar a como lo hizo su colega colombiano Andi, expresó las

preocupaciones y posturas de sus representados, participando con intensidad en

debates sobre temas como impuestos y regulaciones; legislación laboral y diseño de

la seguridad social.

Evidentemente los escenarios nacionales en que actuaban las organizaciones

empresariales eran diferentes. En Venezuela la centralización y afirmación del poder

estatal a instancias de las ‗dictaduras andinas‘ primero, y luego el influjo de la renta

petrolera, generaron un Estado más fuerte e interventor, que siempre participó mucho

de la vida económica, y en diferentes épocas estuvo tentado a ampliar su actuación

como inversionista y empresario. En estas condiciones, es comprensible que uno de

los objetivos expresados por los empresarios fundadores de Fedecamaras en 1944

fue el de ‗oponerse al Estado‘ (Moncada S., 1985).

En Colombia, con un Estado más débil, en el que los dos partidos tradicionales y

sectores de las elites tenían grandes atribuciones y llegaban a desplazarlo de sus

funciones, las preocupaciones prioritarias de Andi, como el más destacado gremio

en los años 40 y 50s, fueron la manera de influir en las políticas públicas, por vía de

lobby parlamentario, maniobra en esferas estatales y elaboración de una imagen

pública, para lograr tratamientos preferentes frente a las demandas de otros grupos

(Sáenz E., 1992, 2002) .

Andi y Fedecamaras, cumplen un papel igualmente importante dentro del modelo político

y económico de cada país, y sus mecanismos sustitutivos y rentísticos, participando de

específicos esquemas de concertación en relación con diferentes esferas. En lo que a

nuestro tema se refiere las más significativas interacciones fueron con empresarios y

trabajadores organizados; respecto a los sindicatos la primera estrechó nexos con la

Unión de trabajadores de Colombia UTC, mientras que la segunda, dentro de un

entorno rentístico que había tenido también algunos elementos corporativos y populistas,

mantuvo proximidad con la Central de trabajadores de Venezuela CTV.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 419

Sin embargo, aunque hizo serios esfuerzos por proyectarse a las diferentes regiones

colombianas, en su primera etapa Andi refleja más las estrategias y estilos

particulares de los industriales antioqueños, entre ellos el asistencialismo paternalista y

católico, mientras que Fedecamaras parece una organización más limitada a la

representación y el cabildeo al más alto nivel.

Por lo anterior, la asociación colombiana fue más comprometida con el diseño y

defensa de los programas asistenciales de las empresas, asi p..e, defendió el sistema

patronal de salud en debates de oposición al naciente instituto de seguridad social. La

organización venezolana, participó en debates sobre la seguridad social defendiendo

las posturas empresariales, pero su intervención respecto a acciones asistenciales es

reducida y tardía, en los años 60s, tiene una iniciativa para actuar directamente en

esa materia y busca asesoría de directivos de la Fundación Mendoza.

En lo que se refiere a las vías de cambio e institucionalización de las prácticas

paternalistas de empresa, se muestra una más clara proximidad de la Andi a las

empresas, al Estado y a los sectores sindicales más patronalistas. Por ello, tiene tan

importante papel en la organización del Subsidio familiar y las Cajas de compensación;

procesos y entidades que no tuvieron equivalentes en Venezuela. De modo que el

modelo paternalista venezolano, estuvo más centrado en el empresario individual,

un ‗caudillo industrial‘ como Mendoza, frente a los desarrollos colombianos de

Antioquía, que parecen más compartidos por una pluralidad de empresarios, familias o

grupos de inversionistas, proyectados y apoyados en la Andi.

La creación del Subsidio familiar y las Cajas de compensación fue una importante vía

de cambio e institucionalización del asistencialismo patronal. Mediante este mecanismo,

se recogieron aportes obreros y empresariales destinados a dar una asignación

mensual por cada hijo a los trabajadores, del mismo modo que a organizar y poner a

su alcance una serie de servicios sociales y recreativos.

Este proceso, refleja aspectos tradicionales y decisivos en la región: el influjo de la doctrina

social cristiana; el dinamismo del empresariado y su gremio la Asociación nacional de

industriales Andi; los nexos de cooperación de los mencionados sectores con la Unión de

trabajadores de Colombia UTC, principal agrupación sindical de Antioquía.

420 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

4.5 Tránsito hacia discursos y prácticas de

Responsabilidad social empresarial RSE

4.5.1 Fundaciones y filantropía

La mayoría de las empresas, aquí analizadas una vez alcanzaron cierto nivel de

crecimiento y consolidación, crearon fundaciones destinadas a proyectarse a sus

entornos sociales y cumplir algunos propósitos filantrópicos. La experiencia de estas

fundaciones ha sido significativa y notable; en medio de un panorama de organizaciones

y acciones filantrópicas que ha llegado a ser muy heterogéneo y diverso, estas

organizaciones marcaron la génesis y actual perfil de la actividad filantrópica

empresarial.

En el caso venezolano sobresale el temprano comienzo de la actividad fundacional,

que ocurrió casi en el mismo comienzo de su industrialización, y se anticipó veinte

años a la creación de sus similares en Colombia. Es Eugenio Mendoza quien

establece la primera de tales entidades en 1942, bajo el nombre de Fundación

Venezolana contra la Parálisis Infantil, entidad dedicada a promover esfuerzos para

prevenir la grave enfermedad de la poliomielitis y recuperar a la población infantil que

había sido víctima. La actividad en torno a esta fundación, supuso interesar a diversas

personalidades, construir un hospital, obtener apoyo médico especializado, buscar

donaciones, conseguir apoyo público.

En 1951 junto con su esposa, para festejar 25 años de actividad empresarial, el mismo

empresario establece la Fundación Eugenio Mendoza que en conjunto con individuos

destacados en la vida empresarial, social y cultural se propone fomentar la

investigación científica y experimental en agricultura y ganadería, impulsar la asistencia

a la infancia y juventud y apoyar la cultura; en 1958, como orientación a nivel nacional

de los planes de ahorro y vivienda que funcionaban en sus empresas, estableció la

Fundación de la Vivienda Popular FVP; en 1970 establece la Fundación Universidad

Metropolitana, destinada a apoyar la organización y funcionamiento de ese centro

educativo.

El prestigio que había ganado Mendoza no solo como empresario exitoso, sino

también como ejemplo de equidad y trato justo a sus empleados, se acrecentó con éstas

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 421

iniciativas benefactoras fuera de los medios productivos. De modo que, mientras

conforma el grupo industrial más grande de Venezuela, se convierte en el líder

empresarial más notable en la organización de acciones benéficas.

La acreditación e influencia de Mendoza en este campo, generó una amplia

participación de hombres de negocios y notables en sus fundaciones, del mismo modo

que en el Dividendo Voluntario para la Comunidad DVC, organización con la que

integraron las principales iniciativas empresariales de ayuda social. Por tanto, la

actividad fundacional de este empresario es altamente representativa del tema en

Venezuela, y pertinente de comparar con las experiencias colombianas que fueron

similares entre si, aunque más autónomas, y hasta fecha reciente no coordinadas.

En Colombia, muchas de las empresas exitosas, que por su tamaño y localización

llegaron a ser influyentes en regiones, antes de establecer fundaciones y programas

formales, o sin nunca llegar a crearlos, tuvieron por diferentes razones papeles

benefactores hacia las comunidades. Ante las carencias de las regiones en que

operaban, o por la necesidad de mantener buenas relaciones con diferentes instancias

sociales, empresas con capital estatal como Ecopetrol y Acerías Paz de Río,

construyeron vías, obras públicas, apoyaron escuelas y hospitales. Firmas del sector

privado como ingenios azucareros, que requerían una buena imagen dentro de la

comunidad y ante esferas gubernamentales, actuaron en el mismo sentido, llegando a

inspirar el calificativo de ‗empresa providencia‘ para comunidades y poblaciones.

La mayoría de estos ingenios en relación con sus estrategias de manejo laboral y la

pobreza de sus entornos, a través de los programas de responsabilidad social y las

fundaciones siguen realizando este asistencialismo. A propósito de importantes

conflictos laborales, asi como de debates sociales sobre temas ambientales y políticas

públicas que han beneficiado ‗rentísticamente‘ al sector azucarero, en los últimos años

esos programas sociales han seguido teniendo una funcionalidad legitimadora dentro de

las estrategias empresariales.

De modo que la formalización del asistencialismo a través de fundaciones comienza

en los años 60s, con la creación de las siguientes entidades: Codesarrollo (1960), Mario

Santo Domingo (1960), Carvajal (1962), Corona (1963) y FES (1964). Estas

422 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

organizaciones surgían de los más avanzados núcleos empresariales asentados en las

principales regiones, pero ya proyectados al mercado y la inversión nacional;

Codesarrollo y Corona corresponden a la iniciativa de empresarios y notables

antioqueños, e integraron iniciativas y donativos de las firmas aquí analizadas;

Carvajal fue organizada por la firma nacional más dinámica y estructurada de la

región del Valle del Cauca.

Tabla 4.3 Comparación de la actividad fundacional Venezuela - Colombia

Venezuela Colombia

Fundación Eugenio

Mendoza

Vivienda

popular

Codesarroll

o

Carvaj

al

Corona Corporació

n

Fabricato

Duración Desde

1951

Desde

1958

Desde

1960

Desde

1962

Desde

1963

1970 -

1983

Autonomía

presupuestal

y

administrati-

va

Alta Alta Alta Baja

Alta

desde

años

80s

Baja

Alta

desde

años

80s

Baja

Valores

inspiradores

Discurso

Filantrópi

co

Moderno

Discurso

Filantrópic

o

moderno

Doctrina

social

católica

hasta años

80s

Doctrin

a social

católica

hasta

años

80s

Doctrin

a social

católica

hasta

años

80s

Doctrina

social

católica

Alcance de

los

programas

Nacional Nacional Regional Local

hasta

años

80s

Local

hasta

años

80s

Local

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 423

Venezuela Colombia

Cooperación

con otras

instancias

Eugenio

Mendoza

Vivienda

popular

Codesarrollo

Carvajal Corona Corporación

Fabricato

Estado Alta Alta Alta Alta Alta Alta

ONGs Nales

e Internac

Alta Alta Media

Alta desde

años 80s

Media

Alta

desde

años

80s

Media

Alta

desde

años

80s

Media

Fundaciones

similares

Alta Alta Baja

Alta desde

años 80s

Baja

Alta

desde

años

80s

Baja

Alta

desde

años

80s

Baja

Divulgación

y

proyección

de

actividades

Alta Alta Media

Alta desde

años 80s

Media

Alta

desde

años

80s

Media

Alta

desde

años

80s

Media

Venezuela Colombia

Fundación

Eugenio

Mendoza

Vivienda

popular

Codesarrollo Carva

jal

Corona

1963

Corporaci

ón

Fabricato

Profesion

alización

de la

administr

ación y

nivel de

organizac

ión

Alta

Media

desde

los 80s

Alta

Media

Alta desde

los 80s

Baja

Alta

desd

e los

80s

Baja

Alta

desde los

80s

Baja

Dinámica

de

cambio y

capaci-

dad de

reorienta

ción

Alta

Media

desde

los 80s

Alta Media

Alta desde

los 80s

Baja

Alta

desd

e los

80s

Baja

Alta

desde los

80s

Baja

424 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

Los objetivos que las fundaciones hicieron explícitos fueron similares en ambos países,

y estuvieron presentados como esfuerzos para la superación de la pobreza y ayuda

a los sectores marginados. A partir de este enunciado se concibieron diferentes

programas enfocados a la infancia, educación, vivienda, generación de fuentes de trabajo

con la microempresa, cultura y desarrollo de actividades educativas.

Una diferencia significativa en la actividad de las fundaciones de ambos países es la

amplitud y variedad de los problemas que desde el principio pretendieron abordar las

organizaciones venezolanas: las fundaciones de Mendoza, además de las campañas

contra la parálisis infantil y la rehabilitación, se ocuparon de temas como investigación

agrícola, jardines de infancia, becas, publicación de obras de importancia cultural,

mientras que sus similares colombianas empezaban con tópicos más relativos a

vivienda, trabajo, salud en las localidades en que estaban sus plantas280.

Lo anterior se debe al ambiente más dinámico y cosmopolita que rodeó el acelerado

desarrollo industrial venezolano. Hubo una apreciable y directa influencia de firmas

petroleras como la Creole, Filial de la Standart Oil Company y la Shell Petroleum

Company, que establecieron fundaciones y coordinaron programas con las

entidades nacionales; asi p.e., la amistad y proyectos compartidos de Mendoza con

Nelson Rockefeller, contribuyeron a que éste consiguiera asesoría para temas como el

hospital poliomielítico; en el mismo sentido deben valorarse los aportes de varios

inmigrantes europeos vinculados a firmas y entidades281.

La cuestión de los valores inspiradores de la actividad fundacional es un elemento

contrastante esencial. Mientras en el caso venezolano tenían prioridad razones de

justicia social, equidad, redistribución de riqueza y sustento del sistema democrático, y

280 La forma como empezó su actividad fundacional la compañía Polar, y como la ha mantenido

Sánchez y Compañía, centrada en sus empleados, se asemeja más a los primeros tiempos de las fundaciones colombianas. 281

Otras fundaciones de origen empresarial establecidas en este período y partícipes de las dinámicas promovidas por Mendoza fueron: John Boulton 1950; Rojas Astudillo 1950; Belloso 1958; Sánchez 1958; Neumann 1959; Shell 1959; José María Vargas 1964; Vollmer 1965; Banco de Venezuela 1971; Polar 1977.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 425

se elaboran declaraciones de responsabilidad social del empresariado282; en las

fundaciones colombianas, se mencionaban algunas de estas razones e incluso el temor

al conflicto social, pero por largo tiempo el fundamento esencial fue el discurso de la

caridad y los deberes éticos cristianos.

Otras características resumidas en el cuadro comparativo, como la autonomía

administrativa y financiera de las fundaciones respecto a las firmas creadoras; el

manejo especializado y profesional que se pretendió darles; la divulgación y proyección

de las actividades ante la opinión pública marcan diferencias. Una configuración legal

de la fundación como un ente separado de entidades y personas donantes, con un

patrimonio y un estatuto definido de manejo, y por tanto independencia en la

administración de sus fondos y en la gestión, se tuvo más tempranamente en las

organizaciones impulsadas por Mendoza, siendo un factor de continuidad y estabilidad

de los proyectos.

En contraste, estos aspectos de formalización no fueron definidos rigurosamente por las

fundaciones colombianas sino hasta los años 80s, como lo hicieron Carvajal y

Corona. La manera como la ausencia de autonomía llega a influir en la actividad

fundacional, puede ser ilustrada con la experiencia de la Corporación Fabricato, en

donde se enunciaron en los años 70s ambiciosos planes para las localidades aledañas,

pero años más tarde con la crisis del sector textil tuvieron que ser recortados, y en

1983 disuelta definitivamente la entidad.

El caso de la Fundación Carvajal con su emisora Musicar es otro ejemplo, aunque

dentro de un contexto diferente. Dicha estación radial se creó en 1976 y estuvo muy

bien articulada a los planes culturales de la entidad que la manejaba, pero en una de

282 Es ilustrativa la experiencia asistencialista de Sánchez y Compañía con su sistema de

previsión dirigido a promover el ahorro para vivienda y pensión, que fue su elemento más logrado. Comenzó con una inspiración típicamente católica, pero la aproximación de Enrique Sánchez, uno de los directivos de la segunda generación, a concepciones administrativas modernas, experiencia con políticas de personal de las grandes corporaciones petroleras y temas relacionados con la previsión social y aseguramiento, incidió en que se diera un explícito rechazo a las motivaciones caritativas, demagógicas y paternalistas en la promoción de su plan de jubilación.

426 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

las reestructuraciones de fines de siglo, directivos del grupo decidieron sacarla del aire

para convertirla en una línea más de negocios, especializada en la venta de música

por suscripción a todo tipo de clientes: desde ambientes de oficina hasta granjas de

cría de animales.

En términos de inversión resultó acertada esta decisión, ya que generó un rentable

frente de actividad con sedes en países vecinos, pero entre la apreciable audiencia

que se había creado no quedó una buena impresión sobre la confiabilidad de los

compromisos y persistencia de la Fundación.

En la más acentuada formalización del manejo de activos y la administración de las

fundaciones venezolanas, incidió también el hecho de que además de las

contribuciones de Mendoza, se contara con aportes de otras entidades y personas

cuyas iniciativas el había integrado; por lo anterior era de rigor la publicación regular de

informes describiendo las actividades y aportando cifras.

En el caso colombiano, salvo la fundación Codesarrollo que era impulsada por un

colectivo de empresarios y notables, que recogían donaciones y apoyos de grandes

firmas y personas pudientes, las demás en sus primeros tiempos estuvieron más

circunscritas a la órbita de las familias promotoras y a las asignaciones regulares de

las empresas.

Asi pues, fue destacable la capacidad de las entidades filantrópicas impulsadas por

Mendoza para establecer nexos efectivos con personas notables y organizaciones

afines, manteniendo la imagen de éste como líder y símbolo de la benevolencia

empresarial. En todo lo anterior se refleja no solo el influjo de los esquemas de

relaciones públicas, donación y club benéfico aportados principalmente por las firmas

petroleras, sino también la rápida prosperidad de las firmas nacionales.

4.5.2 La fórmula filantrópica proyectada al ámbito empresarial

Hasta aquí hemos examinado el proceso en el que una serie de discursos y prácticas

paternalistas de las primeras etapas de la industrialización se convierten en tradición de

las empresas y, sin desprenderse por completo de su inicial inspiración, continúan

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 427

vigentes en organismos más modernos de bienestar social de las firmas, y más

adelante se difunden a la actividad fundacional.

El desarrollo de la concepción asistencialista, primero en el ámbito interno de las

firmas y más adelante en contextos externos por parte de los empresarios aquí

analizados, sumado al prestigio ganado por muchos de ellos con su trayectoria gremial

y el desempeño de cargos públicos, lleva a que en determinadas coyunturas se

ejerza el liderazgo y se hagan esfuerzos por difundir en el medio empresarial la idea de

suscribir compromisos y actuar colectivamente ante recurrentes y agudos problemas

sociales, de modo que se extienda el radio de acción de la actividad filantrópica.

A este respecto, son ilustrativas y contrastables las actuaciones de Eugenio Mendoza

en Venezuela y Manuel Carvajal Sinisterra en Colombia, este último uno de los

directivos que más contribuyó al avance en el siglo XX de la firma Carvajal y de la

fundación filantrópica que lleva ese nombre, además de destacado directivo gremial y

varias veces ministro283. En el planteamiento del venezolano, desde afinados

mecanismos de relaciones públicas, se presenta una iniciativa centrada en una mejor

distribución de la renta con la donación voluntaria del empresariado y algún esfuerzo

por promover la mejora en la gestión pública. Con la iniciativa del colombiano, antes

que convocar la conciencia y la generosidad, se pretende persuadir a los pares de la

posibilidad de mejorar la productividad con innovaciones y gerencia profesional, para

garantizar una remuneración más justa (Ver 2.7; Anexo 5.2.3).

En el caso venezolano, la tradicional aprensión ante la intervención del Estado en la

vida económica, no solo como regulador sino como inversionista en sectores de

actividad, había generado una activa participación y la creación de diferentes medios de

expresión. En estos espacios se manifiesta la capacidad de influencia y ascendiente

sobre el empresariado de Eugenio Mendoza, quien desde sus primeros e incipientes

pasos en actividades comerciales a fines de los años 30s, hasta la conformación del

283 Sobre este punto, por su similar trayectoria, influencia sobre el empresariado y continua

participación en debates públicos, aunque desde una corriente ideológica de liberal keynesiano, podría también considerarse la actuación del propietario y directivo del Grupo Corona, Hernán Echavarría Olózaga.

428 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

más destacado grupo empresarial del país en los años 60s, había llegado a ser el

paradigma del empresario justo con sus empleados y sensible ante los problemas

sociales.

Con su iniciativa los empresarios habían tenido varias experiencias de asociación de

esfuerzos y acciones benefactoras. Entre ellas fue notable la que surgió a partir del

encuentro de Maracay de 1963, en el que un grupo destacado de empresarios

analizaron los dilemas del empresario y su papel en la sociedad, respecto a graves

problemas sociales derivados de la pobreza y marginalidad; abandono paterno284 y

desintegración familiar; deficiente educación y falta de oportunidades de amplios

sectores del país.

Con la organización Dividendo Voluntario para la Comunidad DVC, se pretendió

ayudar a cambiar la adversa situación. Para ello los directivos de las firmas

suscribieron el compromiso de aportar entre el 2 y el 5% de las utilidades brutas cada

año, para financiar obras sociales que ejecutaría esa entidad. Aunque unos años

después se suprimió esta obligación, dejando a los afiliados en libertad para aportar lo

que desearan, esta primera etapa del DVC representó un logro de Mendoza y un claro

esfuerzo por promover, desde el escenario rentístico en que se actuaba, un verdadero

y tangible aporte a fines sociales.

Esta última fórmula fue la que privilegió el nuevo empresariado que tomó el control del

DVC, ante la ola de críticas que se desató en esa época respecto a la concentración

del ingreso y los pobres resultados del modelo sustitutivo de industrialización que se

había seguido.

En el caso colombiano, la convocatoria de Carvajal resultó igualmente frustrada, aunque

presenta diferencias importantes. Desde comienzos de los años sesenta fue evidente el

crecimiento de sectores urbanos marginales y población carente de condiciones dignas

de vida, tanto como la protesta urbana y el conflicto laboral. En estas circunstancias,

284 Entre las elites económicas se había expresado una particular preocupación alrededor de

este fenómeno, que según estudios y encuestas entre empresarios, se consideraba el problema social más grave.

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 429

Manuel Carvajal que ya era un reconocido líder en el medio, tendía a buscar posturas

del conjunto del empresariado.

Un importante evento académico de gerencia fue la ocasión para reunir a un grupo

de jóvenes directivos empresariales caleños y proponerles reflexionar sobre lo que las

empresas podían hacer ante el creciente malestar social. Manuel Carvajal como

directivo destacado de la región, procuraba difundir sus fórmulas de trato equitativo a

los trabajadores, enfatizando en la necesidad de crear nuevos mercados y mejorar la

producción, de modo que fuera posible realizar y sostener mejoras salariales.

Lo que se propuso era el camino exitoso de su firma: apelar a la innovación y

productividad con apoyo en las contribuciones más avanzadas de las disciplinas

gerenciales, para contar con mayores utilidades y dar mejor remuneración como forma

de superar el antagonismo capital – trabajo.

Estas iniciativas tropezaron con la debilidad del espíritu gremial y de asociación, y la

poca disposición para adelantar reflexiones y posturas colectivas; del mismo modo fue

un obstáculo la arraigada tendencia a suponer que los bajos salarios garantizaban la

rentabilidad de las inversiones. De modo que el ‗modelo Carvajal‘, con sus prácticas

renovadas y afinadas a lo largo de varias décadas obtuvo un gran reconocimiento

nacional, aunque no se puede decir que muchas firmas hicieran emulación de su

manejo laboral.

En síntesis, la comparación evidencia una mayor influencia y presencia de la actividad

fundacional en la vida venezolana. No solo habían empezado más temprano, y dentro

de una configuración más próxima a la moderna filantropía corporativa, sino que

establecieron más organizaciones, programas, interacción entre ellas y con similares

del exterior; contaron con más recursos financieros y humanos en cuanto a promotores

y equipo técnico de alto nivel.

Las condiciones de la economía petrolera rentística, tenían una compleja relación con la

actividad filantrópica de las empresas, de una parte situaban a las grandes empresas

como uno de los mecanismos distribuidores de riqueza; de otra las diferentes ventajas

y condiciones favorables que de ella derivaron las firmas, les crea la necesidad de

430 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

realizar y publicitar acciones legitimadoras, de las que los donativos y programas

fundacionales eran una parte.

Otros elementos que contribuyeron a estructurar estas características y explican los

avances de esta primera etapa, fueron la influencia norteamericana en las formas de

organización, la capacidad gremial de los empresarios y el mencionado liderazgo de

Mendoza. Sin embargo, es significativo que después de la etapa de crisis financieras,

recesión y políticas neoliberales de los años 80s, a las que no pudo sobreponerse el

grupo empresarial Mendoza, las fundaciones mantienen actividades, pero sin la

proyección y el liderazgo que se les había conocido.

La actividad fundacional en Colombia empezó más tarde, tuvo un menor número de

organizaciones y programas; sus actividades fueron más limitadas y enfocadas a

espacios próximos a las empresas. Sin embargo, a partir de los años 80s evolucionó

a la par con el progreso de las compañías base; su manejo y organización se

profesionalizó y adquirió autonomía. Programas de más alcance nacional de las

fundaciones Carvajal y Corona, como los orientados a estimular la participación

ciudadana, hacer transparente la gestión pública en temas neurálgicos y promover

estudios y debates sobre problemas fundamentales ilustran los nuevos rumbos

emprendidos.

Los cambios en la situación de las fundaciones de los dos países quedaron en

evidencia a propósito de una actividad en que interactuaron las fundaciones Mendoza

y Carvajal: Carola Ravell, que durante más de una década dirigió el Departamento

social de las empresas Mendoza y en 1992 era miembro directivo de la fundación

Mendoza y asesora de la fundación de vivienda popular desde 1987 creó en la

Fundación Mendoza el programa ‗Apoyo a la microempresa‘. En esa oportunidad optó

por aplicar la metodología utilizada por la Fundación Carvajal de Cali, por

considerarse la de más larga y exitosa experiencia (Ravell C., Espinoza M., 1992: 15).

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 431

Epilogo

La comparación más allá de las empresas y prácticas

contrastadas

Una vez concluida la caracterización y cotejo comparativo de las ideas y prácticas

paternalistas desarrolladas en ámbitos empresariales de los dos países, constatamos

una importante presencia y larga continuidad de diferentes elementos paternalistas,

en firmas que fueron muy destacadas dentro del panorama de la industrialización de

cada país. Estas modalidades, teniendo un continuo cambio, han permanecido

desde los primeros tiempos de las empresas, subsistiendo en las prácticas de nuevas

secciones como bienestar, recursos humanos, y en la proyección que las firmas

quisieron tener a espacios más amplios de la sociedad con la actividad fundacional. En

algunos casos, en etapas más recientes se emprendieron procesos de autocrítica y

replanteamiento de planes de acción

Una consideración morfológica de las formas del paternalismo empresarial muestra

muchas similitudes. Queda evidenciada la existencia de un conjunto de prácticas

características de cada época, pero que resultan análogas en los dos espacios

nacionales considerados. Del mismo modo, se encuentran muchas semejanzas con

las modalidades de asistencialismo, formas de desarrollar servicios, vínculos

personalizados, controles morales e interacciones entre patronos y trabajadores, que

describen autores en estudios sobre paternalismo de otros países y períodos.

Sin embargo sobresalen importantes diferencias, entre ellas la escala, alcance y

sofisticación de las actividades asistenciales, asociada a las mayor disposición de

recursos de Venezuela; y la presencia del factor religioso propio del desarrollo histórico

colombiano. De modo que los esquemas asistenciales y de dadiva adoptados en el

país petrolero fueron más pródigos en servicios y beneficios; tuvieron una organización

432 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

más moderna y profesional, del mismo modo que una difusión más sistemática. En el

ambiente rentistico de esa economía petro dependiente, el Estado era el primer ente

paternalista y las grandes firmas industriales llegaron a hacer parte de un sistema

para distribuir una serie de beneficios a los que aspiraba la sociedad.

El empresariado industrial colombiano, que había tenido un más temprano comienzo, y

lento crecimiento, sin un entorno rentístico o apoyo financiero tan considerable optó por

prácticas asistenciales, en campos de acción similares a los del país vecino, pero a

una escala y nivel de organización menor; con desarrollos más limitados, y hasta

épocas recientes muy matizados por elementos católicos.

E.P. Thompson (1979), ha hecho un llamado a superar el carácter descriptivo

generalizado del concepto paternalismo en las relaciones sociales, analizando con rigor

las expresiones institucionales que genera esa forma de autoridad, especialmente las

que evidencian ‗el control de toda la vida del trabajador‘ más allá de lo referente a la

compra de su fuerza de trabajo; para asi valorar su trascendencia como elemento

mediador en las relaciones sociales.

Esta expresión institucionalizada y papel mediador del paternalismo, puede buscarse

en el escenario político de cada país, en las afinidades y nexos implícitos entre las

esfera del poder público y el privado en la vida empresarial. Desde esa perspectiva,

podemos afirmar que el empresariado venezolano, del cual Mendoza era muy

representativo, concedió más dádivas, no solo porque dispuso de mayores recursos, y

lo inspiraba la cultura del rentismo petrolero y las expectativas generalizadas que ésta

creaba, sino también por el influjo de un sistema político y una democracia más

inclusiva, abierta y participativa (Bejarano A., 2011), del mismo modo que una atmosfera

con algunos elementos socialdemócratas, populistas y corporativos. En el contexto

de la política y el estatismo, del vecino país, el empresariado estuvo más obligado a

legitimarse y a responder ante la sociedad con actos benevolentes.

En ese orden de ideas, la forma en que se configura la dominación sociopolítica de las

elites hacía más inevitables las dádivas paternalistas en Venezuela, a tiempo que los

nexos más estrechos con el capitalismo, especialmente el norteamericano, y otras

influencias externas, eran un estímulo para una más decidida institucionalización y

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 433

proyección hacia fundaciones dentro de los marcos más modernos de la filantropía

corporativa.

Las manifestaciones paternalistas en las empresas colombianas, fueron más modestas

en los beneficios concedidos, y por su inspiración y conexión con la religiosidad católica

en principio tuvieron fuertes elementos de control moral y social. Por diferentes

razones parecen compatibles con un entorno político y estatal, fuertemente controlado

por una elite oligárquica y tradicional, que ha generado unas estructuras de dominación

más excluyentes. Con un sistema democrático más restringido y cerrado a la

participación, las elites económicas tendrían una menor necesidad de legitimarse con

demostraciones de generosidad y altruismo; razón por la cual el asistencialismo tiene

un bajo perfil y los avances más notables en materia de filantropía empresarial y

fundaciones ocurren en las últimas tres décadas.

Ahora bien, como se ha descrito en varios de los casos empresariales analizados, las

acciones paternalistas como elemento mediador de las relaciones sociales, facilitan la

integración y cooperación de entidades gubernamentales y sectores empresariales en

torno a iniciativas asistenciales. Sin embargo, lo más destacable a este respecto es que

la estrategia de trato benevolente hacia las clases subalternas, evidencia cierto nivel

de imbricación e integración funcional entre las elites de la esfera política y

empresarial, como sectores hegemónicos de la sociedad.

La benevolencia paternalista sería hasta cierto punto un elemento de afinidad y un

proyecto compartido por parte del sector social dominante de cada país, situado en

un ambiente que Moises Naim (1989: 505 s) caracterizó como ‗pequeño, interconectado

y personalista‘, en donde resulta muy determinante el ‗factor somos pocos y nos

conocemos‘. Del mismo modo, debe considerarse la poca diferenciación de las elites y

su continua alternación de funciones públicas, privada y gremiales.

Ya hemos visto para Venezuela la acción distribuidora de renta del Estado, y la forma

como Eugenio Mendoza, un líder empresarial de prestigio nacional, situado en

posiciones públicas, empresariales y filantrópicas, contribuye al mismo cometido, a

tiempo que convoca y lidera a un sector de hombres de negocios para trabajar en la

434 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

misma dirección, procurando hacerles ver que de ello depende la estabilidad y

continuidad de la ‗democracia y el sistema de libre empresa‘.

Por otra parte, la trayectoria de Mendoza, con algunas etapas que se podrían

considerar de omnipotencia inversionista y deseos de ensanchar su complejo industrial

más allá de realistas posibilidades de estable y duradero funcionamiento, significa una

continuidad del fuerte y tradicional caudillismo de otros tiempos, que no tuvo apreciables

manifestaciones en Colombia.

En éste último país, el empresariado de los años 50s y 60s exhibe una variedad de

conductas benévolas, no solo el conocido asistencialismo fabril, sino una gama de

proyectos hacia la sociedad que van desde tradicionales acciones de caridad

conciliadora, hasta el establecimiento de las primeras fundaciones filantrópicas; todo lo

cual guarda cierta concordancia con la etapa política que se vivía y el carácter

oligárquico y elitista del sistema democrático reinante.

El apreciable avance industrial y ensanche empresarial que venía desde los años 40s

coincidió con la más grave violencia en amplias zonas rurales. En tal escenario resulta

ilustrativo el papel alternado de Manuel Carvajal, como ministro de gobiernos conservadores

en la etapa de mayor intensidad de la llamada Violencia, y líder sobresaliente en el campo de

la filantropía católica y el establecimiento de una de las más destacadas fundaciones. En

esas circunstancias, se puede decir que las dádivas generosas resultaban funcionales al

orden social y hacen parte de un sistema político que se ha caracterizado por la

combinación o alternación de conflicto - concertación en la interacción entre las fuerza

políticas; y autoritarismo - benevolencia caritativa en el tratamiento de los sectores

subalternos. Lo anterior ha ocurrido en períodos diferenciados de la historia, del mismo

modo que en zonas delimitadas de la geografía nacional.

La consideración de la conducta paternalista desde perspectivas genético - históricas

como las de procesos de larga duración de Braudel Fernand (1968) y ‗Path

Conclusión y síntesis comparativa: Similitudes, diferencias y explicaciones 435

dependence‘ (Trayectorias dependientes)285, muestra hasta el presente la continuidad

del paternalismo como fórmula mutable y persistente dentro de la vida empresarial y el

sistema político de ambos países.

Para el caso de Venezuela, en períodos recientes, el papel paternalista del Estado

rentista vuelve a fortalecerse, pero ahora dentro de una orientación ideológica diferente

a la que mantuvo durante el siglo XX, proceso frente al cual, a gremios y asociaciones

privadas, dentro del discurso de la Responsabilidad social empresarial, y aún a

agrupaciones políticas opositoras, les resulta inevitable mostrar en acciones o discursos su

disposición a hacer un aporte asistencial y sensible ante los problemas sociales.

En Colombia, siguen estando presentes manifestaciones paternalistas. A nivel de las

políticas públicas, se perciben en subsidios y programas focalizados y paliativos de la

extrema pobreza, de inspiración neoliberal y funcionalidad clientelista. Mientras que

en ámbitos de las firmas privadas, el voluntarismo y los auto compromisos de

programas de Responsabilidad social empresarial RSE evidencian la misma tendencia.

Igualmente, ciertas estrategias competitivas aplicadas en contextos donde se ha

suprimido la actividad sindical o nunca existió, y se han promovido diferentes

modalidades de contratación flexible y trabajo precario, se reviven las prácticas

paternalistas mediante la entrega de algunos beneficios en forma de dádivas

voluntarias, a veces ligadas a nuevas formas de tratamiento personalizado y

deferente, con las que se pretende promover el compromiso con las metas de la firma

y la eficiencia productiva (ver 3.5.5).

El mundo del trabajo de los últimos años, parece oscilar entre dos condiciones

indeseables. Por una parte, las derivadas de fórmulas de flexibilidad y precarización

de las condiciones laborales sin atenuantes ni justificaciones, al estilo de lo que se ha

denominado ‗terror del mercado laboral‘; y por otra, la autoridad del ‗falso amor‘ que

285 Esta perspectiva que tiene muchos exponentes y vertientes, entre ellos Mahoney James

(2000).

436 Paternalismo empresarial en la industrialización de Colombia y Venezuela

definió Richard Sennett, y que bien puede aplicarse a los patronos neo paternalistas de

la actualidad.

La permanencia disimulada o manifiesta de un elemento arcaico y pre moderno como el

paternalismo, parece estar asegurada, en la medida que se han debilitado en el escenario

interno de las compañías los elementos que típicamente han configurado su antítesis,

como son democracia empresarial, representación sindical y derechos laborales. Además

de ello, las instituciones de ciudadanía y sistemas de protección social en el contexto social,

en los países analizados solo alcanzaron un débil desarrollo, y en otros ámbitos afrontan

fuertes embates y libran luchas de incierto resultado.

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