pasión ciega por el teatro

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PASIÓN CIEGA POR EL TEATRO ACTO PRIMERO Cuadro primero La sala de ensayo representa un interior lóbrego, donde apenas caben una silla y una taza de váter. En un primer término, una mujer con una venda en los ojos y las manos atadas a la espalda, llora. Detrás, un hombre permanece en la oscuridad, vigilándola, pero no se acerca Mujer: ¿Dónde estoy? Voz: No haga preguntas Mujer: Me duele todo el cuerpo Voz: Se le pasará pronto Mujer: ¿Por qué tengo los ojos vendados? Carme Querol interpreta a esta mujer, esposa de un político corrupto a la que un grupo terrorista secuestra. Entra en la sala de ensayo risueña junto al resto del elenco de La Sang, drama escrito por Sergi Belbel, actual director del Teatre Nacional de Catalunya. Los ocho actores del grupo Sarau y su directora Ariadna Morros, arman un alboroto considerable. Ríen, se saludan, comentan las incidencias del día y empiezan a arrastrar sillas. Pasan diez minutos de las siete. La estancia es amplia. A lo largo y ancho de dos paredes, grandes paneles de madera con tiradores empotrados de metal, hacen las veces de armarios. En todo el perímetro, sillas arrimadas. Sólo una enorme columna en el extremo

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El grupo Sarau realiza obras de teatro con personas ciegas, como una forma de ayudar a su integración social y para potenciar su vocación teatral. Trabajo final de Ángels Muñoz para el Master en Periodismo BCNY, IL3 - Universitat de Barcelona - Columbia University. Mayo de 2011

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Page 1: Pasión ciega por el teatro

PASIÓN CIEGA POR EL TEATRO

ACTO PRIMERO

Cuadro primero

La sala de ensayo representa un interior lóbrego, donde apenas

caben una silla y una taza de váter. En un primer término, una mujer

con una venda en los ojos y las manos atadas a la espalda, llora.

Detrás, un hombre permanece en la oscuridad, vigilándola, pero no

se acerca

Mujer: ¿Dónde estoy?

Voz: No haga preguntas

Mujer: Me duele todo el cuerpo

Voz: Se le pasará pronto

Mujer: ¿Por qué tengo los ojos vendados?

Carme Querol interpreta a esta mujer, esposa de un político

corrupto a la que un grupo terrorista secuestra. Entra en la sala de

ensayo risueña junto al resto del elenco de La Sang, drama escrito

por Sergi Belbel, actual director del Teatre Nacional de Catalunya.

Los ocho actores del grupo Sarau y su directora Ariadna Morros,

arman un alboroto considerable. Ríen, se saludan, comentan las

incidencias del día y empiezan a arrastrar sillas.

Pasan diez minutos de las siete. La estancia es amplia. A lo largo y

ancho de dos paredes, grandes paneles de madera con tiradores

empotrados de metal, hacen las veces de armarios. En todo el

perímetro, sillas arrimadas. Sólo una enorme columna en el extremo

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derecho y una mesa en el rincón de la izquierda. El resto, podría ser

recorrido por una mano sin encontrar apenas irregularidades u

obstáculos.

Ariadna (Joven enérgica, vestida con falda corta y mallas de

colores. Su indumentaria informal contrasta con su firmeza y

exigencia como directora): Venga, empezamos. Carme, allí

(Señala.)

Cipriana (Irónica): Sí, tú señálale, que verás cómo se entera. ¿Voy

a buscar una cuerda?

Mercedes: Yo tengo un pañuelo de seda para atarla.

Jaume: Hui, esto es muy erótico.

Ariadna: La silla representa el váter.

Carme: ¡Fedra!, bonita, ponte allí.

Fedra, mezcla de labrador negro y golden retriever, deambula de

aquí para allá, meneando la cola y buscando quién le preste

atención.

Ariadna (Alzando la voz): ¡Fedra, venga, allí!

La perra se dirige hacia la mesa del rincón y se echa debajo.

Carme (Cariñosa). Muy bien, aquí.

Ariadna: Al suelo, Carmen.

Jaume Solé, uno de sus secuestradores en la ficción, se dispone a

atar las manos a su compañera de escena. Es un hombre de

mediana edad, robusto que oculta sus ojos tras unas gafas oscuras.

Page 3: Pasión ciega por el teatro

Carme: No aprietes el pañuelo, que si no lo estropeamos.

Ariadna (Mira el cuaderno y lee las notas que ha escrito): Cuando

queráis. Quiero que os relajéis y disfrutéis. Si se olvida el texto, da

igual. ¡Dejaos sorprender, hombre, que es lo más bonito del teatro!

Se inicia el diálogo entre los dos actores. Mientras Carme llora y se

queja, su perra aprovecha para dormitar. Por fin, su carcelero la ha

liberado de la venda que la cegaba y de la cuerda que le impedía

moverse, pero su miedo no disminuye.

Mujer (angustiada): ¿Por qué no se cubre el rostro? (Pausa.)

Tanto tiempo con los ojos vendados, tanta oscuridad, tengo las

pupilas dilatadas, ahora le veo muy bien la cara. Demasiado

bien (Pausa.) Preferiría no vérsela.

Acabada la escena, compañeros y directora aplauden la actuación

de los intérpretes. Fedra y Osaka, el otro ejemplar blanco de

labrador, irrumpen en lo que sería el escenario, moviendo la cola

para participar en lo que ellas creen, es un juego. Carmen,

tanteando el aire con las manos hacia abajo, busca a su perra

lazarillo para acariciarla.

Apunte 1º. El propósito de Carme llamando así a su compañera de

fatigas, demuestra la estima que le merece el teatro. Porque si hay

algo que une a los miembros de esta formación teatral de la ONCE

no es sólo su ceguera sino, sobre todo su deseo de subirse a un

escenario y actuar. El motivo es el mismo que mueve a todos los

que atrae la actuación. “Somos gente que nos gusta que nos

miren”, sentencia Carme.

Page 4: Pasión ciega por el teatro

En el mundo de la interpretación ha habido mujeres que han hecho

de hombres, hombres que se han disfrazado de atractivas féminas,

blancos que se han hecho pasar por negros e incluso videntes que

han fingido ser ciegos. Su esfuerzo por imitar los gestos y las

expresiones de las personas sin visión les ha valido el

reconocimiento de la crítica y en muchos casos se les ha premiado

por ello.

Los actores y actrices de Sarau también realizan un sobreesfuerzo

para que sus movimientos y su gestualidad no delaten su

deficiencia visual. Sin embargo, a diferencia de las grandes

estrellas, ellos preferirían que el público obviara su discapacidad y

valorara más su actuación. Con esta obra, se alejan del género de

la comedia, adoptando un registro más dramático y subrayar así sus

dotes interpretativas. Comparado con los mil contratiempos que

supone vivir el día a día en una gran ciudad sin ver, pasearse por

un escenario con naturalidad, es un mal menor.

Cuadro segundo

Apartamento de 30m, junto a la plaza Joanic. Sólo en la salita de

apenas 12m se apiñan mobiliario y multitud de objetos. Pegado a

una pared, preside la sala un sofá de dos plazas, justo enfrente una

mesita de centro. A un lado, una estantería que combina las

figurillas de porcelana, con recuerdos de viajes y candelabros; al

otro lado, otra estantería con libros, papeles y equipo de música. En

la pared de enfrente, una mesa escritorio, encima de la cual

conviven apretujados una pantalla de ordenador, una tele lupa y un

montículo de papeles. Delante una butaca de color negra. En el

suelo dos colchonetas para la perra. Son la once de la mañana y

Page 5: Pasión ciega por el teatro

por el balcón de este entresuelo, la luz, levemente tamizada por

unos visillos, alcanza todos los rincones del piso

Carme (Viste pantalón corto y una camiseta holgada. Lleva en las

manos una bandeja con el desayuno que instala encima de la

mesita, luego se acomoda en el sofá): Distingo la noche del día y

cuanto más contraste de luz, mejor. Eso para mí (Señala la butaca)

es una mancha oscura. Yo, cuando interpreto a esa mujer no noto

contraste entre lo que digo y lo que me pasa. No ver para mí es

constante, pero no constantemente me lo estoy planteando. No creo

que todos los actores se planteen cada frase, partiendo de su

situación personal. Quizás yo, no viendo, si estuviera en un lugar

muy oscuro, también pediría que me encendieran la luz porque yo

la tengo muy interiorizada (Se sirve el café en la taza sin derramar

una gota y Fedra, atraída por el olor de una pasta de cabello de

ángel se acerca y olisquea. En seguida vuelve a echarse en el

colchón.) Lo mío fue una pérdida muy lenta. A los 26 o 27 años me

enteré que tenía glaucoma (Enfermedad que se caracteriza por un

aumento de la presión ocular) y a los 32 me afiliaron en la ONCE.

Fue el disgusto más grande de mi vida. Era el reconocimiento de

todo lo que había perdido.

Apunte 2º Su personaje no vuelve a aparecer hasta la última

escena. El lugar es el mismo, pero las circunstancias han cambiado.

Le han cortado un dedo, una oreja y un pie, y están a punto de

asesinarla.

Mujer: Lo único que he sentido cuando he vuelto en sí, ha sido

este picor insoportable. He mirado. No he visto el pie, aun así

me pica. Y el dedo. Y la oreja. (…) La realidad es otra, pero me

da igual. En la cabeza, todo continúa en su lugar.

Page 6: Pasión ciega por el teatro

Carmen: Sí que está relacionado con lo que me pasa a mí, pero no

lo utilizo. Haber perdido la visión es un pesar muy grande, y yo en

este momento lo cambiaría todo por ver, pero no quiero vivir con la

situación de la pérdida, porque eso no te deja vivir lo que puedes

ganar. Yo, para el papel, pensé en varias víctimas de la banda

terrorista ETA como Miguel Ángel Blanco (Concejal del Partido

Popular de Ermua, cuyo asesinato conmocionó a todo el país en

julio de 1997) Estoy segura que sus asesinos le dijeron desde el

principio que iba a morir. (Se emociona).También me ayudo haber

trabajado con gente discapacitada de movilidad que me dicen que

,aún no teniendo pierna, la perciben. A mí me ocurre lo mismo: no

veo pero percibo. Cuando alguien me dice este tío está buenísimo,

esto yo ya lo sé. (Suena el timbre de la puerta y Carme se levanta a

abrir.)

Carme: Hola

Jordan: Hola soy…

Carme (No le deja acabar la frase) ¡Ay Jordan dime!

Jordan: ¿Me dejas otra vez la llave?

Carme: Sí hombre sí. No te preocupes. (Coge la llave de una

estantería y se la da) Toma.

Jordan: Gracias

Carme: Venga, guapo, hasta luego. (Cierra la puerta y vuelve a

sentarse en el sofá esquivando la mesita.)Una de las cuestiones

que me preocupaba cuando perdí la visión era perder la

gestualidad. Siempre me había llamado la atención la

inexpresividad de los ciegos totales.

Page 7: Pasión ciega por el teatro

Apunte 3º. Aquéllos que ven, consideran que todos los ciegos viven

en una noche cerrada y que sólo la visión posee mil matices. Se

equivocan. Las formas de no ver son también muchas y cada una

condiciona la movilidad del ciego de una manera distinta. Por eso

los movimientos de Carme y de otros actores del grupo, gracias a

ese resto visual, transmiten seguridad y sensación de normalidad.

Cuadro tercero

Sala de ensayos de la ONCE. Ahora una mesa ocupa el centro del

espacio y la directora coloca dos sillas a cada extremo. Se ensaya

la escena tercera, en la que dos policías ven interrumpida su

conversación por el terrorista de la primera, ahora reconvertido en

Hombre Tímido. Trae consigo un paquete que contiene el dedo de

la retenida. Cipriana ayuda a Jaume Solé, ciego total y jubilado, a

colocarse en un extremo desde el cual entrará. Lourdes Presa,

ciega total y jubilada, ya está sentada con los codos apoyados en la

mesa y un bocadillo entre las manos. Ella interpreta el papel Mujer

Policía.

Mujer Policía: ¿Qué quiere?

Hombre Tímido: He encontrado esta bolsa en el metro, con una

nota (El Hombre tímido alarga un papel a la Mujer Policía)

Tienen departamento de objetos perdidos, ¿verdad?

Mujer Policía (Leyendo): “Llévenlo inmediatamente a la

policía”. No es para objetos perdidos. Es para la policía.

Démelo.

Los dos han conversado con la naturalidad que exige el diálogo,

pero Ariadna para la escena.

Page 8: Pasión ciega por el teatro

Ariadna: Jaume, tú alargabas la mano y ella buscaba la nota.

Acuérdate, porque si no le tocas la teta.

Lourdes: Bueno, de vez en cuando ya va bien.

Ariadna (Riendo). Ya, ya. He visto que lo ha hecho dos veces y no

te has quejado.

Acabado el ensayo, Jaume Solé coge su bastón y se dirige al

ascensor. Una vez en el exterior, enfila la calle Sepúlveda a la vez

que mueve su bastón de derecha a izquierda donde las fachadas de

las casas son el punto de referencia.

Jaume: La calle es el lugar donde uno aprende a moverse con más

confianza, aunque sea a fuerza de sustos. Una vez en el metro, creí

que estaba en un pasillo, cuando en realidad estaba justo delante

del andén y a punto de dar el paso equivocado. Al final, un viajero

me advirtió. (Ya ha cruzado dos travesías). Me quedé ciego a los 15

años, cuando el mecanismo que manipulaba en un taller de material

de construcción, explotó y cortó el nervio óptico. Me dieron 800

pesetas de indemnización. Yo veo una espesa niebla con algún que

otro destello. (Cruza la calle Viladomat y gira a la derecha, pasa por

un vado, sigue y golpea levemente con el bastón a una adolescente

sentada en el escalón de la puerta de entrada a su domicilio. La

chica sonríe y repliega las piernas) Aquí es. (Pausa.) Hace años,

antes del accidente, veía siempre en Tremp a una pareja de ciegos

y sufría porque me sentía impotente. No sabía cómo ayudarlos.

Ahora entiendo a los demás.

Apunte 4º. Ni Carme ni Joan, pierden el tiempo en inútiles

amarguras. Aceptan la ceguera y dedican parte de su vitalidad, al

teatro. El juego de la ficción , que ellos se toman muy en serio, es el

Page 9: Pasión ciega por el teatro

que demuestra su fortaleza para encarar cualquier obstáculo. Por

que como señaló Borges “si el ciego tiene una vocación artística, ya

está salvado”. Una sentencia aplicable igualmente a los que siguen

aferrados al mundo de las apariencias.

ACTO SEGUNDO

Cuadro primero

Despacho de la psicóloga Loles Martín en la ONCE. Una enorme

placa con letras y número en relieve y en Braille, lo indican. Tras

una puerta de cristal translúcido, su oficina mantiene la desnudez y

austeridad en el mobiliario de todo el recinto. Mesa, dos silla,

estantería con puertas y ventana. Sentada, consulta su agenda

mediante un ordenador que habla. En el suelo, un perro

repanchingado en una colchoneta color azul. Esta especialista lleva

26 años afiliada a esta institución y 24 atendiendo a ciegos y a

familiares. Habla con seguridad, sin apenas pausas, como una

alumna aplicada que recita la lección, pero entendiendo su

contenido.

Loles Marín: La gente viene tocada y necesita saber que hay otras

personas con una discapacidad como la suya y llevan una vida

normal. En las actividades socioculturales, la persona puede hablar

de manera relajada con otras, a la vez que hacen cerámica o teatro,

así pierden un poco esa idea egocéntrica que se crea, cuando

tienes un problema. (Pausa breve) El teatro lo fomentamos porque

es una manera de afrontar situaciones sociales muy amplias. Desde

el punto de vista terapéutico aprovechamos aspectos como el

compromiso con el grupo, la memorización de textos y la

Page 10: Pasión ciega por el teatro

orientación que se gana en un escenario sin bastón, pero la

actividad en sí no es una terapia, es lúdica (El ordenador anuncia

que son las diez y después suena el teléfono). Sí, bajo ahora

mismo. Recomendamos que no pierdan contactos sociales a pesar

de que cuesta. La ONCE es una válvula de oxígeno: llegas,

respiras, coges estrategias de funcionamiento y sales fuera. (Se

levanta y anima a su perro para que haga lo mismo) Venga, vamos

Yeco. (El animal sigue cómodamente recostado, y ella lo zarandea

levemente) Venga, ¡qué vaguncio estás ¡ (Finalmente se levanta

medio adormilado y ella le coloca el arnés) La ONCE asusta porque

crees que vas a cambiar de mundo y entrar en el mundo de los

ciegos. Quitar ese mito pasa por entrar en un grupo de teatro y

hacer amigos, ir a tomar un café (Reflexiona para encontrar las

palabras adecuadas) van cambiando un poco esa actitud de

autocomplacencia en la lástima a una situación de socialización. (se

(Se dirige a la puerta.) Pero cada uno es un mundo, vemos el global

de la persona y trabajamos el ajuste a la discapacidad que mejor le

va. (Abre la puerta y se va a desayunar con otros dos compañeros

que ya están esperándola. Caminan lentamente por un largo pasillo

de suelos relucientes y puertas de madera a ambos lados, distintas

porque el tono de éstas últimas es más oscuro,- una de las pocas

concesiones al sentido de la vista que hay en este edificio.

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ACTO TERCERO

Cuadro primero

Martes, 2 de mayo 2011.En Barcelona la lluvia está arreciando.

Falta una hora y media para que se inicie la semifinal de la

Champions entre el Barça y el Real Madrid. Una alargada mesa de

madera ocupa gran parte de esta aula de la ONCE, dándole un aire

ministerial. Tres integrantes del grupo Sarau – Cipriana Mediavilla,

Joan Casoliva y Francisca Sánchez- sentados en el extremo más

cercano a la puerta, charlan amigablemente.

Apunte 6º. Cipriana es la que conserva más resto visual: distingue

colores, puede leer desde cerca y no necesita bastón. Durante su

niñez, adolescencia y juventud vivió acomplejada por su escasa

visión, soportando insultos y maltrato en la escuela. La ceguera de

Joan, “un cristal empañado por el vapor con una luz detrás” dura ya

casi veinte años, pero éste es sólo su segundo año como actor.

También Francisca es una novata en el campo de la interpretación y

también su ceguera es reciente (desde 2009 está afiliada a la

ONCE). Quizás por ello se resiste a dejar de vestirse con colores, a

pesar de de que sólo diferencia entre negro y gris.

Cipriana (Jubilada): Los ciegos aceptan la ceguera hasta cierto

punto. Pero viven con la amargura de ser ciegos. Aquí, lo que pasa

es que algunos creen que sólo tiene derecho a pertenecer los

ciegos totales.

Joan (Hombre joven): No, no. La mayoría viven, vivimos nuestra

ceguera muy mal, no queremos mostrarnos al mundo como

personas ciegas.

Page 12: Pasión ciega por el teatro

Cipriana: Yo creo que no.

Francisca (Mujer joven): Joan tiene toda la razón. Porque si fuera

como tú dices, yo vendría con el bastón cada día. El rehabilitador ya

me dijo que con mi que usarlo visión tendría. Y yo erre que erre, sin

bastón. No es que me dé vergüenza…pero

Cipriana: (La interrumpe). Te hiere tu orgullo.

Francisca: Sí, por ejemplo que los vecinos me vean con él.

(Dirigiéndose a Joan). ¿A ti no te pasaba al principio? ¿Verdad que

sí?

Joan: Ser ciegos es de lo peor que te puede pasar. Entonces en

este mundo que la imagen lo es todo, nadie quiere mostrarse frente

a los demás así. Nos escondemos de nuestra propia ceguera.

Puedes ir cogido del brazo de una persona y pasar desapercibido.

Cipriana: Quizás sí. Porque mira, el día que me puse a vender

cupones, todo el mundo se quedó de piedra. Ninguno sabía de mi

problema. ¿Por qué?, porque para mí era un tabú.

Francisca: Justo estás dándole la razón a Joan.

Cipriana: Pero yo, ya desde que estoy en la ONCE, todo lo

contrario, soy la reina de los mares. A ver, no es lo mismo en un

rebaño de ovejas blancas, una oveja negra, que en un rebaño de

ovejas blancas y negras, ser una más. No sé si he puesto bien el

ejemplo.

Joan: Pero el problema está en la calle. Uno se siente orgulloso de

ser guapo, alto, de tener los ojos claros, de tener dinero, de tenerla

muy grande, pero, claro, ¿cómo vendes que te sientes orgulloso de

ser ciego? .Es que eso tiene muy mala venta.

Page 13: Pasión ciega por el teatro

Ríen los tres

Cipriana: Si no es vender nada. Pero, escucha, yo jamás había

hecho una broma con mi visión…

Joan (La interrumpe): Es que eso es un bálsamo.

Cipriana: Ahora sí, porque lo tengo muy superado.

Francisca: Bueno Cipri, pero tú no eres ciega total.

Joan: Lo que pasa también es que entre ciegos te sientes cómodo,

viven en tu mismo mundo, están en tu misma dimensión y hablan

en tu mismo idioma.

Francisca; Yo me sigo relacionando más con videntes, pero claro

llevo poco tiempo con la invalidez. Que esto supongo que con el

tiempo se pierde

Joan: Entre personas que ven, te sientes que los demás no

entienden tu mundo. Ni lo entienden, ni falta que les hace.

Cipriana: A mí, me molesta mucho aquí, cuando viene gente y

tratan de explicarles las cosas con mímica. Una cosa es que en la

calle te digan o hagan lo que sea, pero no en la ONCE. ¡Hay gente

estúpida pero estúpida!, que lleva años trabajando aquí, y no es

capaz de entender que un ciego no ve.

Francisca: A mí me sorprendió muchísimo cuando me afilié y

escuchaba a ciegos totales decir “Bueno, mañana nos vemos”.

Joan: ¡Es que yo te veo a ti y a ella! A mi manera os veo. El

lenguaje no hay que cambiarlo. (Después de pensar un rato

continúa) A mí me molesta que estoy haciendo algo y me lo quitan

de las manos para hacerlo igual, o cuando te dicen no sé como lo

Page 14: Pasión ciega por el teatro

has hecho. Pero lo peor es cuando te dicen si yo estuviera en tu

lugar, ¡ooooooh!

Francisca: Pues alguna vez te lo he dicho (Carcajadas). Lo que no

sabía era que te molestara.

Joan: No, no, no. Hablo de gente que ve, porque lo dicen sintiendo

mucha lástima. Me ven como un inútil. Relacionan la ceguera con la

imbecilidad total.

Cipriana: En el teatro, algunos piensan ¡pobrecitos ciegos!, lo hacen

bastante bien para no ver.

Apunte 7º.Ciprina ya es una veterana en el grupo, pero es la

primera vez que finge ser un hombre, de profesión policía. En

cambio para Francisca éste es su segundo papel con la compañía.

Interpreta a una terrorista fría y calculadora, que no siente ninguna

empatía hacia su víctima. Nunca antes se hubiera atrevido a actuar,

pero ahora como no ve al público, no pasa ninguna vergüenza. Para

Joan, La Sang, supone todo un desafío porque realiza un doble rol:

primero es un joven que coquetea en el parque con una chica,

después un político corrupto y esposo de la mujer secuestrada. Ello

le obliga a moverse y a hablar de maneras muy distintas, para no

confundir al espectador.

Joan: El primer comentario es que no se les notaba, no es qué bien

habéis actuado o me ha gustado la obra.

Cipriana: A mí me molesta que no valoren la interpretación y sí que

te defiendas en el escenario. Vas a ver una obra de teatro, no a un

ciego.

Page 15: Pasión ciega por el teatro

Joan: Ése es un tema que tengo con vosotros y con Ariadna desde

el primer día. Para mí es un error salir a actuar sin el bastón.

Francisca: Tiene razón. Hay gente más pendiente de si te chocas o

si encuentras eso, o si te tropiezas.

Joan: Sin el bastón, te mueves con torpeza, con miedo, con

inseguridad. Eso el cuerpo lo expresa de una forma muy cruda. Y a

los ojos de los demás les es desagradable, y a las personas que te

quieren, les es hiriente, les duele verte así. ¡Es muy chungo eso!.

Cipriana: Pero es que estamos haciendo teatro. Actuamos

doblemente.

Joan: Pero si yo fuera un inválido que va en silla de ruedas, ¿me

colgarían de una cuerda para hacer ver que camino? (Carcajadas)

Con el bastón no tendríamos que esconder nuestra ceguera,

intentando mostrarnos como videntes.

Cipriana: Pero salir con el bastón, te machaca mucho el papel. Mira,

llega un momento en que hueles la humedad, hueles la pared que

te para, te corta el aire (Pausa) El agujero que hay en el suelo,

puedes sentir su profundidad. El aura te lo recoge todo, te

desarrollas el aura de una manera muy increíble.

Joan: Sí señora. Es que el sentido de la vista es tan potente que

ciega todos los demás.

Apunte8º.Demócrito, filósofo presocrático del siglo 400AC se

arrancó los ojos para que las apariencias no le impidieran “ver” la

auténtica realidad. Su meta era descubrir el constituyente esencial

de la materia.

Page 16: Pasión ciega por el teatro

ACTO CUARTO

Cuadro primero

El departamento de Psicofísica de la Universidad de Barcelona, y

más concretamente el .Despacho del profesor, José Antonio Aznar

Casanovas, miembro del departamento de Psicofísica de la

Universidad de Barcelona. Su mesa está pegada a una ventana, no

muy grande, por la que se cuela un pedazo de Collserola. Dos

estanterías donde se entremezclan libros de referencia de la

materia con dossiers y cajas de distinto tamaño. En las paredes

destacan un tablón de corcho con gráficos, anuncios de congresos

y un ejemplar de la contraportada de La Vanguardia con la

fotografía de François Ansermet, psiquiatra; al lado un enorme

póster del Museo de la Ciencia que se puede contemplar desde una

mesa con dos pantallas de ordenador y un queratómetro, aparato

imprescindible en cualquier centro oftalmológico para poder revisar

el fondo de ojo (la retina) y detectar disfunciones visuales.

El profesor utilizará un tono pausado y, acostumbrado al trato con

estudiantes, sus explicaciones son didácticas y buscan ante todo la

claridad.

José Antonio Aznar: La visión ciega existe. Hay invidentes que no

tienen dañado el córtex occipital, área del cerebro donde se recibe y

se profesa la información visual. Y se han hecho experimentos,

colocándoles delante de los ojos objetos y colores para que digan

qué perciben. ¡¡Los aciertos están por encima del nivel de azar!! La

visión ciega es capaz de detectar a un metro que hay un objeto e

incluso los ciegos congénitos pueden advertirlo . (Abre los ojos con

expresión de incredulidad) ¿Cómo se explica que diferentes

Page 17: Pasión ciega por el teatro

longitudes de onda lumínica sean percibidas sin visión? Lo que no

sabemos, es que sensores lo hacen posible. Los ciegos completan

su interpretación del mundo a través de un sistema compensatorio:

exploración táctil, auditiva, somatoestésica (percepción a través de

la piel) y móvil. (Pausa) En cuanto a manejarse en un escenario,

son básicos la memoria cinestésica (orientación espacial) y táctil.

En el caso de los invidentes su sistema de localización es

exocéntrico; es decir sabe su posición, pero respecto a los objetos.

Lo que no tienen es la certeza de que estén ahí, sólo es una

posibilidad. Además su control sobre el espacio es únicamente peri

personal, lo que alcance la mano estirando el brazo. (Hace ver que

tiene un bastón entre sus manos) Por eso el bastón es una especie

de dedo virtual que permite verificar si hay un vacío o un objeto a

una distancia mayor. Las personas que han visto poseen una gran

ventaja. Tienen otra manera de conceptualizar el espacio. En

cambio los ciegos congénitos llevan un retraso cognitivo de dos

años por no poseer esta experiencia. (Mira el reloj, falta un minuto

para las dos. Coge unos papeles y sale del despacho para acudir a

una reunión con otros colegas).

Page 18: Pasión ciega por el teatro

ACTO QUINTO

Cuadro primero

Salón de estar en un piso de la calle Balmes en el barrio de Sàrria

Sant Gervasi. Consol Pérez saca de uno de los cajones de una

librería llena de fotografías familiares, una caja con varios papeles y

fotografías.

Consol Pérez: En esta fotografía estoy en la primera fila, la segunda

empezando por la izquierda. (Una niña vestida de blanco y con una

melena negra de tirabuzones mira a la cámara). Aquí tenía unos

ocho o nueve años, estaba en el Orfeo el Roser, en el Poble Sec

donde empecé a cantar en el coro y hacer teatro. Durante la Guerra

Civil seguimos haciendo, luego se interrumpió todo. Años después,

nos trasladamos aquí y me enteré que en el Club barcino, justo aquí

delante (Señala hacia la terraza) había un grupo de teatro y me

apunté. Hicimos todo tipo de obras (Rebusca entre el amasijo de

papeles, acercándoselos mucho, los programas de las piezas que

represento) Y a los 70 años me profesionalicé. Aquí tengo

apuntados varias de las cosas que hice. (Es una libretita pequeña

de tapas verdes y hojas cuadriculada. Pasa una página,

coproducción italiana con Virna Lisi; pasa otra, película para TV3, y

en la siguiente La ciudad de los prodigio). Creo que por aquí debe

estar una foto mía vestida de época. Todos eran trabajos de

figuración. No aquí no, bueno es igual. (Suena el teléfono). No

necesitamos nada, gracias (Cuelga). Era una oferta de no sé qué.

Bueno, (Reflexiona), lo último fue trabajar en Barrio Sésamo,

haciendo de vieja estrambótica, que duro bastante.

Page 19: Pasión ciega por el teatro

Apunte 9º. A los 74 años una trombosis en el ojo izquierdo le deja

un 10% de visión. Sigue trabajando. Con 87, trombosis en el

izquierdo. Diagnóstico, ceguera.

Carme: Ahora todo es my borroso. A tres metros ya no reconozco a

nadie. Pero sigo cocinando y cosiendo. Eso sí, mi marido me

selecciona los hilos y me dice de qué color son. Y miércoles y

domingo tengo partida de póquer con las amigas. Utilizamos una

baraja enorme. Somos muy informales, merendamos y nos dejamos

ver las cartas.

Cuadro segundo

Consol está a punto de ensayar dos de las escenas en que

interviene. Antes la directora insufla ánimos a las actrices

Ariadna: Venga, vamos a hacer de lo imposible posible, de lo

posible difícil, de lo difícil fácil y de lo fácil divertido.

Empieza el ensayo. La víctima, Carme, se levanta al oír como la

puerta del zulo se abre y entra el personaje de Consol, vestida con

una falda roja a juego con la chaqueta, en las piernas calcetines

blancos hasta las rodillas y los pies calzados con unas manoletinas.

Mira a la secuestrada y ésta siente un escalofrío.

Mujer: ¿Cuántos años tienes?

Niña: Doce. (Pausa.) Mentira. (Pausa) Diez (Pausa). ¿Se ha

creído que tenía doce?

Mujer: No lo sé. Sí

Niña: Sé engañar. Me lo enseñó mi madre.

Mujer ¿Quién es tu madre?

Page 20: Pasión ciega por el teatro

Niña: Está muerta

Mujer: ¿Y tu padre?

Niña: Los asesinaron (Pausa.) El enemigo (Pausa.) Delante de

mí. (Pausa.) Hace cuatro años.(Pausa.)Todavía tengo

pesadillas.

Apunte 10º. Esta veterana actriz, a punto de cumplir 90 años en

agosto, ciega y con problemas de oído, representa a una niña de

diez años. Además de su aspecto delicado, Consol posee una

facilidad innata para la actuación que se evidencia, cuando en

escena pasa de la ingenuidad infantil a la maldad más atroz, con

una facilidad pasmosa Pertenece al grupo terrorista que ha

secuestrado a la Mujer, y la relación con esta señora sacará lo peor

y lo mejor de su personalidad. Su interpretación suena igual de

convincente al hablar de sus padres con aire triste, que cuando pide

a la terrorista ayudar en la amputación del dedo. Su método de

preparación lo resume así: “entró en el escenario, me concentró y

sale”.

Ahora toca ensañar la última escena. Consol no se encuentra bien,

esta mareda

Ariadna: Consol, ¿llevas el aparato en el oído?

Consol: No, nunca me lo pongo, así chillo.

Ariadna: Mejor. Espérate allí sentada. Recuerda que al final te

abrazas a Carme y le susurras las últimas palabras

La mujer ya ha sido ejecutada. Su último deseo, despedirse de la

Niña, no se ha cumplido, pero ella ha presenciado todo lo ocurrido.

Page 21: Pasión ciega por el teatro

La obra se cierra con un monólogo que dirige a su “enemiga amiga”,

asegurándole que visitará a su hijo, acompañada de su abuela.

Niña: Llamaremos a la puerta. Preguntaremos por él. Tu hijo. Él

aparecerá, me mirará y dirá que no me conoce de nada.

(Pausa.) Pero da igual. El me habrá mirado y yo le habré visto.

Las nueve y media. Hora de irse a casa. Consol coge su bastón y

se va del brazo de Carme, que a su vez es conducida por Fedra.

Consol baja las escaleras como le enseñó el rehabilitador de la

ONCE. En Plaza Catalunya se separan y la niña-anciana se dirige a

los Ferrocarriles catalanes, dirección Tibidabo. Se apea en la última

parada y baja por la calle Balmes,. Hasta llegar a su casa, los

porteros de todas las fincas vigilan que entre en su portería. Si en el

camino alguien le dice adiós, ella corresponde “no sea que lo

conozca”. En casa la espera su marido para cenar y un televisor de

65 pulgadas.