parasha naso

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Instituto Gal Einai La Dimensión Interior Derechos Reservados Instituto Gal Einai La Dimensión Interior www.dimensiones.org [email protected] Permitida su difusión citando el nombre del autor B”H VIDEO MEDITACIÓN DE LA SEMANA PARASHAT NASÓ 5771 ELEVA1. TESHUVÁ, CONFESIÓN Y COMUNIDAD En parashá Nasó tenemos la mitzvá de la teshuvá, sin lugar a dudas la mitzvá más grande e integral de todas, pues incluso si la persona desobedece todas las demás mitzvot de la Torá, continúa teniendo la oportunidad de realizar teshuvá. “Ein davar omed lifnei hatshuvá”, nada se interpone a la teshuvá. Esto corrige, rectifica y repara todo el daño que alguien pudiese producir al cometer transgresiones. ¿Cómo expresa la Torá esta mitzvá de teshuvá? “Vehitvadú et jatatam Asher asú”, “y confesarán el pecado que han cometido”. De esta manera vemos que la Torá se refiere a la mitzvá de teshuvá y la define como una confesión, algo verbal, audible. ¿Y por qué es de esa manera? Pues se podría pensar que la teshuvá es primordialmente una función del corazón, el aceptar a Dios en su corazón, que tiene que arrepentirse de corazón por haber pecado, tiene que tomar una firme decisión en su corazón de que no lo volverá a hacerlo de nuevo. Entonces, todo está en el corazón. Pero la Torá dice que la realización práctica de la mitzvá es mediante la confesión, en la boca. Ahora, esa palabra “confesión”, hitvadú, aparece dos veces en la Torá, aparece en este versículo y aparece en la parashá anterior “vehitvadú et avonam” “confesarán su iniquidad”, que es otro sinónimo de “pecado” (avón y jet), como aparece en los trece principios de misericordia, “…nosé avón, vafesha vejatá…”, que Hashem nos “perdona por nuestra iniquidad” y después dice, “por nuestro pecado”. Entonces, la Torá dice una vez “vehitvaadú et avonam” y la segunda vez dice “vehitvaadú et jatatam” Cada התוודו, hitvaadú [suma 427 que es 7 veces 61; son números primos, los factores primarios de 427. El siete significa que algo aparece en los sietes atributos del corazón. 61 es el valor de א ני, “ani”, “yo”, que es el “ego”. Todos los pecados se cometen debido al ego. E Incluso cuando un rey peca, como está dicho “asher nasí ijtá”, “cuando el príncipe peca”, las iniciales de esas tres palabras forman “ani”. De esto también aprendemos que el príncipe los príncipes son personas muy elevadas pues tienen una enorme responsabilidad sobre la gentetambién peca. ¿Cómo peca? ¿Por qué peca? Debido al ego. Entonces, básicamente el pecado viene de un ego muy exagerado. ¿Cómo reparamos esto? Convirtiendo el “ani” en “ain”, “ אניen איןque tienen las mismas letras. “Ani” significa “yo” y “ain” significa “nada.” El yo tiene que anularse a través del punto interno de la sabiduría del alma llamada “ain, “bitul”, “nada”, “anulación”. Esa es la esencia de teshuvá, convertir nuestro propio “yo” en “nada”, en lugar de tener siete veces “yo” tienes siete veces “nada”. Está dicho que la nada es el origen único del alma judía, ain mazal leIsrael. Como la palabra aparece 2 veces, duplicamos esto, entonces, en lugar de 7 veces 61, sumados son 14 veces 61. 14 es David, ese príncipe que pecó e hizo teshuvá, -y la Torá dice que Dios lo hizo pecar, “todos los pecados son una conspiración de Dios”, que

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1. TESHUVÁ, CONFESIÓN Y COMUNIDADEn parashá Nasó tenemos la mitzvá de la teshuvá, sin lugar a dudas la mitzvá más grande eintegral de todas, pues incluso si la persona desobedece todas las demás mitzvot de la Torá,continúa teniendo la oportunidad de realizar teshuvá. “Ein davar omed lifnei hatshuvá”,nada se interpone a la teshuvá. Esto corrige,

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Instituto Gal Einai La Dimensión Interior

Derechos Reservados Instituto Gal Einai La Dimensión Interior – www.dimensiones.org – [email protected]

Permitida su difusión citando el nombre del autor

B”H

VIDEO MEDITACIÓN DE LA SEMANA

PARASHAT NASÓ 5771 – “ELEVA”

11.. TTEESSHHUUVVÁÁ,, CCOONNFFEESSIIÓÓNN YY CCOOMMUUNNIIDDAADD

En parashá Nasó tenemos la mitzvá de la teshuvá, sin lugar a dudas la mitzvá más grande e

integral de todas, pues incluso si la persona desobedece todas las demás mitzvot de la Torá,

continúa teniendo la oportunidad de realizar teshuvá. “Ein davar omed lifnei hatshuvá”,

nada se interpone a la teshuvá. Esto corrige, rectifica y repara todo el daño que alguien

pudiese producir al cometer transgresiones.

¿Cómo expresa la Torá esta mitzvá de teshuvá? “Vehitvadú et jatatam Asher asú”, “y

confesarán el pecado que han cometido”. De esta manera vemos que la Torá se refiere a la

mitzvá de teshuvá y la define como una confesión, algo verbal, audible. ¿Y por qué es de esa

manera? Pues se podría pensar que la teshuvá es primordialmente una función del corazón,

el aceptar a Dios en su corazón, que tiene que arrepentirse de corazón por haber pecado,

tiene que tomar una firme decisión en su corazón de que no lo volverá a hacerlo de nuevo.

Entonces, todo está en el corazón. Pero la Torá dice que la realización práctica de la mitzvá

es mediante la confesión, en la boca.

Ahora, esa palabra “confesión”, hitvadú, aparece dos veces en la Torá, aparece en este

versículo y aparece en la parashá anterior “vehitvadú et avonam” “confesarán su iniquidad”,

que es otro sinónimo de “pecado” (avón y jet), como aparece en los trece principios de

misericordia, “…nosé avón, vafesha vejatá…”, que Hashem nos “perdona por nuestra

iniquidad” y después dice, “por nuestro pecado”.

Entonces, la Torá dice una vez “vehitvaadú et avonam” y la segunda vez dice “vehitvaadú et

jatatam” Cada התוודו, hitvaadú [suma 427 que es 7 veces 61; son números primos, los

factores primarios de 427. El siete significa que algo aparece en los sietes atributos del

corazón. 61 es el valor de ניא , “ani”, “yo”, que es el “ego”. Todos los pecados se cometen

debido al ego. E Incluso cuando un rey peca, como está dicho “asher nasí ijtá”, “cuando el

príncipe peca”, las iniciales de esas tres palabras forman “ani”. De esto también aprendemos

que el príncipe –los príncipes son personas muy elevadas pues tienen una enorme

responsabilidad sobre la gente– también peca. ¿Cómo peca? ¿Por qué peca? Debido al ego.

Entonces, básicamente el pecado viene de un ego muy exagerado.

¿Cómo reparamos esto? Convirtiendo el “ani” en “ain”, “אני en אין” que tienen las mismas

letras. “Ani” significa “yo” y “ain” significa “nada.” El yo tiene que anularse a través del

punto interno de la sabiduría del alma llamada “ain, “bitul”, “nada”, “anulación”. Esa es la

esencia de teshuvá, convertir nuestro propio “yo” en “nada”, en lugar de tener siete veces

“yo” tienes siete veces “nada”. Está dicho que la nada es el origen único del alma judía, ain

mazal leIsrael. Como la palabra aparece 2 veces, duplicamos esto, entonces, en lugar de 7

veces 61, sumados son 14 veces 61. 14 es David, ese príncipe que pecó e hizo teshuvá, -y la

Torá dice que Dios lo hizo pecar, “todos los pecados son una conspiración de Dios”, que

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hace a la persona pecar y la única razón es que debe enseñarle a cada judío individual para

todas las generaciones por venir que aunque peques, incluso si eres un príncipe, el nivel más

alto de responsabilidad del pueblo judío peca y cae, siempre tendrás el poder de tu alma para

regresar a Hashem para rectificar ese pecado. Eso lo aprendemos de David. De hecho 2 x 7 x

61 es “Yo soy David”, אני x דוד. Y ese número, que es 864, es la primera de las tres

bendiciones sacerdotales expresadas en esta parashá, “Ievarejejá Hashem veishmereja, “Que

Hashem te bendiga y te cuide”.

Las dos cosas que tenemos que considerar y contemplar en esta frase “vehitvadu et jatatam

asher asú”, “y confesarán el pecado que cometieron”, son:

Uno es que la palabra vehitvadú”, “confesarán” está en plural: “ellos” ¿Por qué está en

plural? Yo pensaría que teshuvá es una experiencia personal, el “yo” peca, debido a que he

pecado debo hacer teshuvá, la expresión de teshuvá y la confesión deberían estar en singular,

¿Por qué está en plural “vehitvadu et jatatam”, “y confesarán el pecado”?

El segundo punto lo preguntamos desde el inicio ¿Por qué debo confesarme, por qué está esa

transición desde el “yo” a “nada”, mediante palabras audibles que tienes que decirle a Dios,

“he pecado, he hecho tal y cual cosa… y me arrepiento y he decidido firmemente no hacerlo

otra vez.”

En realidad estas dos preguntas se responden una a la otra. Una parte de hacer teshuva es

sentirse parte del “clal”, de la comunidad de Israel, es una parte muy esencial de hacer

teshuvá. Tengo que identificarme y sentirme parte del clal Israel, cneset Israel, a todo el

pueblo judío. Y aunque no estoy diciendo que todos han pecado como yo he pecado, para

regresar de mi pecado, tengo que conectarme a los demás judíos. Tal como se dice antes de

rezar, debes conectarte a todo el pueblo judío y recibir la mitzvá de veahavta lereajá

camoja, amar a todos los judíos como a mí mismo antes de rezar, de lo contrario, mi rezo

será como un sacrificio imperfecto, pues si me estoy ofreciendo en sacrificio no puedo tener

ninguna imperfección, pues las personas deben estar conectadas a todas las demás almas y,

si hay alguna que no estuviese conectada, tiene una imperfección en su propia alma, y por

esta razón no puede sacrificarse a Hashem, no puede rezarle a Hashem.

Cuanto más en el caso de teshuvá, si no sentimos que estamos conectados, especialmente si

se ha hecho un daño muy grande a tí mismo y a todo el mundo debido a esos pecados,

¿Cómo podrás rectificarlo? Solamente lo puedes rectificar si estas conectado al pueblo judío.

Para estar conectado con Dios, debes estar conectado más fuerte que nunca al pueblo judío.

Antes fuiste un “yo”, un ego separado, entre más la persona sienta su “yo”, su ego, más

estará separada de los demás, no es parte de la comunidad.

El comienzo de la teshuvá es que tienes que entender que la teshuvá es un proceso

comunitario. Aunque lo estés haciendo para tí mismo, es algo comunitario. Estoy haciendo

teshuvá para traer al Mashíaj, pues he hecho todo este daño, ¿Por qué estoy haciendo

teshuvá? Porque quiero reconectarme. Pero realmente estoy haciendo teshuvá por que todo

el daño que he hecho está postergando la llegada del Mashíaj, y yo quiero favorecer la

llegada del Mashíaj, tengo que hacer teshuvá. Pero el Mashíaj no va a venir sólo para mí,

¡porque yo soy justamente la razón por la cual no viene! El Mashíaj solamente vendrá

cuando estemos todos nosotros juntos.

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Esto explica por qué tengo que confesarme verbalmente, porque verbo es comunicación.

Aunque se dice que algunas veces la persona no debería confesar sus pecados en voz alta

que las demás lo escuchen. A veces debes guardarlo un poco para ti mismo, no es kevod

shamaim, no es “honorable para Hashem” que todo el mundo escuche todos tus pecados. Se

dice que una de las diferencias entre Moshé Rabeinu y David Hamelej, en referencia a sus

pecados, es que Moshé Rabeinu quería que todos escucharan su pecado, que él solamente

peco en esta pequeñita ocasión y ese fue el motivo por el que no le fue permitido entrar a la

tierra de Israel. Y el Rey David no quería que la gente escuchara sus pecados. Esa es la

diferencia entre bitul y shiflut, la auto anulación absoluta y la humildad, los dos niveles

Moshé Rabeinu y el rey David, si deseas que los otros escuchen tu confesión o no.

Pero, de cualquier manera, aun que no quieras necesariamente que los demás escuchen tu

confesión, pero confesarse apropiadamente es comunicación. Una vez más, si la guardo en el

corazón, en primer lugar, tal vez no podría reconocer cabalmente lo que he hecho. Decir que

he hecho tal y cual cosa con mi boca es reconocer plenamente, y junto al reconocimiento

pleno está la comunicación. No es tan sólo la comunicación entre Dios y yo, sino que, una

vez más, aunque otras personas no escuchen, es hablar de manera parecida a la humana, en

un cierto nivel subconsciente es comunicar mi pecado, mi confesión y mi deseo de regresar

a Hashem para todos, pues sé que mi pecado es un fenómeno comunitario, y que mi regreso

a Dios es un fenómeno comunitario.

Y esto es la que aprendemos de esta gran mitzvá en la parashá de esta semana “vehitvadu et

jatatam asher asú”, “deberán confesar los pecados que han cometido”.