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1 El Consejo Editorial de la revista Palabra, en su última sesión, acordó la importancia de dedicarle un número al tema de los 12 años del Ejecutivo Federal panista, valo- rados desde la perspectiva de la doctrina e ideología de Acción Nacional. En este número contamos con una serie de opiniones valiosas, encontradas, que generan polémica y debate, pero sobre todo reflexión, primicia de nuestro Partido. Por todo lo que se publica en esta edición de Palabra, deseo sinceramente que seamos capaces de provocar un examen de conciencia y tener la fuerza de seguir adelante y lo que haya que corregir en nuestros gobiernos estatales y municipales, de una vez se haga. Muy importante es valorar y evaluar si, en estos 12 años en el Ejecutivo Federal, nuestros gobiernos y nosotros los panistas llegamos al poder para cumplir los fines por los que fuimos fundados o simplemente se buscó tener el poder. Permítanme hacer un recordatorio del pensamiento de nuestro fundador en cuanto a la razón de ser del poder: “En cuanto llegar al Poder basta recordar cuántos lo han alcanzado para el mal, o cuántos lo han tenido para no hacer nada. Lo importante no es el Poder, sino aquello para lo cual debe servir el Poder”. Manuel Gómez Morin, 1944. PRESENTACIÓN

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Acción Nacional

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Page 1: Palabra No. 95

1

El Consejo Editorial de la revista Palabra, en su última sesión, acordó la importancia de dedicarle un número al tema de los 12 años del Ejecutivo Federal panista, valo-rados desde la perspectiva de la doctrina e ideología de Acción Nacional.

En este número contamos con una serie de opiniones valiosas, encontradas, que generan polémica y debate, pero sobre todo reflexión, primicia de nuestro Partido. Por todo lo que se publica en esta edición de Palabra, deseo sinceramente que seamos capaces de provocar un examen de conciencia y tener la fuerza de seguir adelante y lo que haya que corregir en nuestros gobiernos estatales y municipales, de una vez se haga.

Muy importante es valorar y evaluar si, en estos 12 años en el Ejecutivo Federal, nuestros gobiernos y nosotros los panistas llegamos al poder para cumplir los fines por los que fuimos fundados o simplemente se buscó tener el poder.

Permítanme hacer un recordatorio del pensamiento de nuestro fundador en cuanto a la razón de ser del poder: “En cuanto llegar al Poder basta recordar cuántos lo han alcanzado para el mal, o cuántos lo han tenido para no hacer nada. Lo importante no es el Poder, sino aquello para lo cual debe servir el Poder”. Manuel Gómez Morin, 1944.

PRESENTACIÓN

Page 2: Palabra No. 95

2

Los panistas no podemos ni debemos olvidar nuestra historia, esas asambleas donde se debatía con gran pasión si Acción Nacional debía participar en los procesos electorales, porque se analizaba no la capacidad de los panistas sino la situación de la nación, esa nación que hemos ido democratizando, pero donde no hemos consolidado los cambios que requieren. No existía ambición de poder, existía altura de miras para el bien común.

Yo sí encuentro una gran similitud y actualidad de aquellos tiempos de los años cuarenta, cincuenta y sesenta con este nuevo siglo. Aún no tenemos todas las condiciones democráticas, principalmente en las entidades federativas y los municipios, sin una conciencia ciudadana de libertad y análisis para emitir un voto. Desde luego mucho es que no avanzamos ni como partido ni como gobierno para ciudadanizar, mucho menos tuvimos la capacidad o no quisimos comunicar los logros y las diferencias de un gobierno humanista a un gobierno autoritario, y lo más grave es que como militantes y como funcionarios no dejamos atrás los apetitos personales por la preminencia del bien común.

Una docena de años en el Poder Ejecutivo pero sin lograr poner en el pandero nuestra doctrina y sin consolidar una victoria cultural.

Page 3: Palabra No. 95

3

Carlos Castillo Peraza decía: “La ideología es precisamente el desarrollo programático de los Principios de Doctrina, como ésta se desdobla en políticas públicas, leyes y decisiones de gobierno”. ¿Qué hicimos para lograr esto? ¿O qué dejamos de hacer para que no sucediera?

Deseo fervientemente que este número de Palabra nos deje conocimientos y sobre todo la inquietud para realmente trabajar desde el Congreso, gobiernos locales, congresos locales y como panistas por nuestros principios y en seis años volver a ganar, no sólo el Ejecutivo, sino la mayoría del Congreso, pero que este triunfo no sólo sea de un proceso electoral, sino ganar las conciencias ciudadanas. Teniendo muy claro que el poder político es necesario al Estado, pero éste está ordenado al servicio del hombre para facilitar su perfeccionamiento

Como decía don Rafael Preciado Hernández: “Legitimación de origen y legitimación de ejercicio”.“La conciencia de los derechos fundamentales del hombre, de carácter individual, conduce al conocimiento de esos otros derechos del hombre, de carácter social”.

Tomás Trueba GraciánDirector

Page 4: Palabra No. 95

4

ntroducción En las últimas décadas, México ha experimentado grandes cambios políticos y sociales. Durante estos años, los mexi-canos han tenido que enfrentar duros embates en la vida económica y social. En los años setentas, la economía em-pezó a encontrar los límites de una economía protegida y

por años la población mexicana tuvo que someterse a dificultades económicas oca-sionadas por desequilibrios en el mercado exterior. En los años ochenta, el gran en-deudamiento del gobierno sometió al país a una gran vulnerabilidad, y junto con otros factores, a crisis económicas recurrentes. A consecuencia de estas crisis, los años noventa significaron para los mexicanos, años de continua pérdida del poder adquisitivo de los salarios, mayor emigración a los Estados Unidos, un incremento del sector informal y de pobreza, y una disminución en el nivel de vida y desarrollo social de los mexicanos.

En la última década, y con un diferente frente en la acción pública, se han he-cho considerables esfuerzos para que cambiar el rumbo del país. En los últimos años, la economía de México y sobre todo, su gente, han logrado un mejoramiento sustancial, ya que no sólo la economía ha crecido, sino que socialmente, la pobla-ción de México es más educada y goza de una vida mejor. Más aún, comparado con otros países latinoamericanos, México sobresale, demostrando por mucho cómo la implementación de buenas políticas económicas, la estabilidad financiera y el buen manejo de los recursos pueden llevar a un país y a su población a gozar de un mejor nivel de vida. Esto ha sido un gran cambio desde que otra fuerza política arribó al poder ya que no sólo México ha crecido económicamente sino socialmen-te, logrando que millones de mexicanos tengan mayores oportunidades de gozar de una vida mejor.

MéxICo: ¿Qué hA CAmbIAdoCoN loS úlTImoS GobIERNoS?

María Elena del Carmen Salazar Diez de Sollanoy J. Cameron Verhaal

Page 5: Palabra No. 95

5

Gracias a estos cambios, el país experimenta un horizonte diferente al que tenía tan sólo una década atrás. Dar a conocer y hacer públicos estos cambios no sólo permite que la población mexicana tenga conocimiento de la situación económica y social de su país, sino que permite que ésta tenga las herramientas necesarias para poder exigir, comparar y escoger a sus representantes políticos. A continua-ción, se demuestra a través de seis variables económicas y sociales, el desempeño económico y social de México desde que se llevó a cabo la alternancia.

Descripción de seis variables económicasEn esta sección, se presenta el cambio que han sufrido en los últimos años seis variables económicas: el Producto Interno Bruto (PIB), ingreso por habitante, la inflación, la pobreza y distribución del ingreso, el mercado laboral, la educación, y el sector vivienda.

I. Contexto SocioeconómicoEn el año 2007, México tuvo un desempeño económico favorable, caracterizado por un crecimiento del PIB de 3.3% y un crecimiento del Producto Interno Bruto por habitante de 5.06% (World Economic Outlook). En los últimos años, el país ha tenido un desempeño económico favorable ya que el PIB per capita se ha incre-mentado 36.75% durante el período 2000-2008 (ver Gráfica 1) aumentando desde $10,647.44 (PPP) en 2000 a $14,560.41 (PPP) en 2008.1 Este aumento es más elevado al observado en la última década de los anteriores gobiernos en el poder ya que durante el periodo 1991-1999 el PIB per cápita se incrementó en una tasa de 30.55%

Gráfica 1PIB per cápita (PPP) en México, 1991-2008

Fuente: World Economic Outlook (Abril 2009).

1 PPP corresponde a sus siglas en inglés Purchasing Power Parity. Esto en español se traduce como “Paridad del Poder Adquisitivo”. PPP es un indicador económico cuyo objetivo es el de comparar de una manera realista el nivel de vida entre distintos países, atendiendo al Producto Interior Bruto per cápita en términos del coste de vida en cada país.

16000

14000

12000

10000

80001991

7694.558008.31

8202.58

8591.27 8526.28

8082.04

9121.69540.71

9914.86

$10,772.70

$12,593.73$12,068.79

$11,246.36$10,939.97

$10,647.44

$13,517.49

$14,560.41

$14,201.61

19961992 19971993 19981994 19991995 2000 20042002 20062001 20052003 2007 2008

Page 6: Palabra No. 95

6

Comparado con otros países latinoamericanos, México también ha logrado so-bresalir, mostrando un crecimiento del PIB per cápita mucho más elevado de paí-ses como Brasil o Bolivia. Más aún, México muestra como ha logrado posicionarse arriba de países como Venezuela que hace diez años mostraban un crecimiento similar o hasta más elevado que México. Ver la Gráfica 2.

Gráfica 2 PIB per cápita (PPP) en varios países latinoamericanos, 1991 2008

Fuente: World Economic Outlook (Abril 2009).

Por otra parte, la Gráfica 3 muestra cómo, durante la última década del PRI (1991-1999), el PIB por habitante varió a una tasa de 1.3% mientras que en sólo 6 años del PAN en el poder, éste ha variado a una tasa de 1.92%. Igualmente, durante la última década del PRI en el poder el ingreso por habitante varió a una tasa de 1.5%; sin embargo, durante sólo seis años del PAN en el poder, el ingreso por habi-tante ha variado casi el doble, a una tasa de 2.53%.

Gráfica 3Ingreso por habitante 1990-1999 y 2000-2006

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

16000140001200010000

8000600040002000

01991

Argentina Bolivia Brasil Chile México Venezuela

19961992 19971993 19981994 19991995 2000 20042002 20062001 20052003 2007 2008

3.0

2.5

2.0

1.5

1.0

0.5

0.01990-1999

Ingreso por habitantePeríodo

1.5

2000-2006

2.53

Page 7: Palabra No. 95

7

Desde la entrada del PAN al poder, México también ha experimentado un cam-bio drástico en la inflación, permitiendo que millones de mexicanos gocen de una mayor estabilidad económica y seguridad. La Gráfica 4 muestra cómo la inflación en nuestro país ha disminuido constantemente en los últimos años, alcanzando niveles históricos (3.275% en el 2005). Durante la década del PRI en el poder, la inflación no sólo era significativamente mayor sino que variaba significativamente año tras año, impidiendo seguridad económica y estabilidad.

Igualmente, la Gráfica 5 muestra cómo México sobresale muy por abajo de paí-ses latinoamericanos como Chile, Brasil y Argentina, que reflejaron al final del año 2007 una inflación de 7.83%, 4.45% y 7.23% respectivamente.

Gráfica 4Variación porcentual anual de la inflación en México

(1990-2007)

Fuente: World Economic Outlook (Abril 2009).

Gráfica 5Variación porcentual anual de la inflación en varios países latinoamericanos, 2007

Fuente: World Economic Outlook (Abril 2009).

60

50

40

30

20

10

019911990 19961992 19971993 19981994 19991995 2000 20042002 20062001 20052003 2007

29.93

18.795

11.9388.009

7.052

Inflación (variación anual)

51.966

27.705

16.22

18.353

12.133

8.8524.312

5.629

3.889

5.123

3.275 4.023 3.741

25

20

15

10

5

0

7.23

11.72

Inflación (variación anual)

4.45

7.83

5.693.74

22.45

Argentina Brasil ColombiaBolivia Chile México Venezuela

Page 8: Palabra No. 95

8

II. Pobreza De acuerdo con las últimas estadísticas disponibles,2 en 2006, 40.4% de mexicanos vivían en situación de pobreza. De ese porcentaje, 8.7% vivían en pobreza extrema (ver Gráfica 6, Tabla 1).3

Gráfica 6Magnitud de la pobreza y la indigencia

1990-2006

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

Tabla 1Magnitud de la Pobreza y la Indigencia, 1990-2006

Población bajo la línea de pobreza Población bajo línea de Indigencia

Año Zonas Rurales Zonas Urbanas Total País Zonas Rurales Zonas

Urbanas Total País

1989 56.7 42.1 47.7 27.9 13.1 18.7

1994 56.5 36.8 45.1 27.5 9.0 16.8

1996 62.8 46.1 52.9 33.0 14.3 22.0

1998 58.5 38.9 46.9 31.1 9.7 18.5

2000 54.7 32.3 41.1 28.5 6.6 15.2

2002 51.2 32.2 39.4 21.9 6.9 12.6

2004 44.1 32.6 37.0 19.3 7.0 11.7

2005 47.5 28.5 35.5 21.7 5.8 11.7

2006 40.1 26.8 31.7 16.1 4.4 8.7

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

2 Las cifras del 2007-2008 no están aún disponibles.3 Un individuo en pobreza extrema es aquel que vive con menos de un dólar al día.

60.0

50.0

40.0

30.0

20.0

10.0

0.0 1989

Población bajo la línea de pobreza Población bajo la línea de indigencia

47.7

18.7

45.1

16.8

52.9

22.0

46.9

18.5

41.1

15.2

39.4

12.6

37

11.7

35.5

11.7

31.7

8.7

1998 20041994 2000 20051996 2002 2006

Page 9: Palabra No. 95

9

Si se comparan las cifras actuales con las de los años noventa, se constata que la situación actual del país es visiblemente mejor (ver Tabla 1). Es decir, la pobre-za en nuestro país ha disminuido significativamente desde que el Partido Acción Nacional tomó el poder. La Tabla 2 muestra cómo durante los años del Partido Re-volucionario Institucional (PRI), la pobreza en nuestro país disminuyó a una tasa excesivamente lenta. Por ejemplo, durante el período de 1989-1998, el porcentaje de mexicanos viviendo en pobreza disminuyó tan sólo a una tasa de 1.68%, y el porcentaje de mexicanos viviendo en pobreza extrema sólo disminuyó a una tasa de 1.07%. Sin embargo, en tan sólo los 6 años del PAN en el poder, de 2000 a 2006, la tasa de mexicanos en pobreza disminuyó en 22.87% y el número de mexicanos viviendo en pobreza extrema disminuyó en 42.76%.

Esta disminución es un gran avance en la lucha contra la pobreza ya que signi-fica que mientras que en el año 1996, con una población de 93,130, 089 millones de habitantes, existían 49,256,817 mexicanos viviendo bajo la línea de pobreza (lo que equivale al 52.9% e la población). Sin embargo, para el 2006, las políticas contra la pobreza implementadas por el PAN, permitieron reducir el número de mexicanos viviendo bajo la línea de pobreza en 31.7%, lo que equivale a 16,011,670 de mexi-canos gozando de una vida mejor. Esta reducción es significativa no sólo porque se logró reducir la pobreza en números absolutos, sino también porque se logró disminuir a pesar de que hubo un incremento en la población ya que en el 2006 había una población de 104,874,282 millones de mexicanos.

Tabla 2 Magnitud de la pobreza y la indigencia4

Año Población Bajo la Línea de Pobreza Variación Población Bajo la

Línea de Indigencia Variación

1989 47.7   18.7  

1998 46.9 1.68% 18.5 1.07%

2000 41.1   15.2  

2006 31.7 22.87% 8.7 42.76%

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

Igualmente, desde la entrada del PAN al poder, el ingreso en los hogares mexi-canos ha aumentado, logrando que un mayor número de hogares mexicanos vivan arriba de la línea de pobreza y por lo tanto gozan de mejores oportunidades. La Gráfica 7 muestra como el porcentaje de hogares en México que viven arriba de la línea de pobreza aumentó de 62.5% en 1996 a 79.3% en 2006.4 A un individuo se le considera pobre si su nivel de ingreso se sitúa por debajo de un nivel mínimo que le permita

satisfacer sus necesidades básicas; e indigente, si éste no le permite satisfacer sus necesidades alimentarias. Estos mínimos se denominan “línea de pobreza” y “línea de indigencia” respectivamente.

Page 10: Palabra No. 95

10

Gráfica 7Porcentaje de hogares en México que viven bajo la línea de pobreza

1996 y 2006

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

Comparado con otros países, y con el resto de Latinoamérica, México también ha sobresalido en los últimos años en el combate a la pobreza. Las políticas im-plementadas por el PAN han logrado que la tasa de pobreza en nuestro país haya disminuido no sólo a una tasa mucho mas rápida que en otros países latinoameri-canos como Brasil, Colombia o Venezuela, sino que también la pobreza en México ha disminuido a una velocidad más rápida que el promedio logrado en Latinoa-mérica. Como se puede observar en la Gráfica 8, en los años del PRI en el poder, la magnitud de la pobreza en México disminuyó a una tasa excesivamente baja, superado no sólo por países como Brasil o Colombia, sino que la mayoría de los países latinoamericanos lograron reducir su pobreza a un ritmo mucho más rápido que México. Sin embargo, en los años del PAN, México sobresale en el combate a la pobreza, ya que logró reducir su pobreza a un nivel mucho mayor que Brasil o Colombia y el resto de Latinoamérica.

Gráfica 8Variación de la magnitud de la pobreza en varios países latinoamericanos,

1990-2006

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

120

100

80

60

40

20

01996

37.5 20.7

62.5 79.3

Bajo la línea de pobreza Arriba de la línea de pobreza2006

20

15

10

5

0

-5

-10

-15

1990-1999

10.5

Brasil Colombia México LatinoaméricaVenezuela

4.22.1

5.2

0.8

9.4

18.4

4.5

-9.6

7.3

2000-2006

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11

Una de las principales causas por las cuales se ha logrado reducir la pobreza en México se debe en gran parte al programa de Oportunidades, antes Progresa.5 Este programa fue implementado por el Presidente Ernesto Zedillo, pero retomado por el Presidente Vicente Fox, y después por el Presidente Felipe Calderón. Vale destacar que Oportunidades es uno de los pocos programas gubernamentales que ha pasado de un gobierno priísta a uno panista y que aún se siga implementado. Esto en sí representa un gran cambio en la manera de hacer política, ya que gene-ralmente los gobiernos entrantes terminaban programas gubernamentales por el simple hecho de ser producto de un partido ajeno y no por los resultados que estos estaban generando. Independientemente de ser éste un programa implementado por el PRI, el PAN decidió continuarlo y apoyarlo.

Hoy en día, el PAN ha hecho que Oportunidades sea el programa más impor-tante del Gobierno Mexicano que busca reducir la pobreza extrema en el país, ba-sándose principalmente en aquellas familias en la línea de pobreza de capacidades. Pobres de capacidades son aquellas personas cuyo ingreso es menor al necesario para cubrir el patrón básico de alimentación, salud y educación (Sedesol, 2007:4).

Oportunidades representa un cambio significativo en los programas de com-bate a la pobreza en México. Contrario a los anteriores programas de lucha contra la pobreza, donde la cobertura universal era la norma, Oportunidades aplica un riguroso método de selección de beneficiarios para concentrar sus esfuerzos en familias y entidades con mayores índices de pobreza y menores posibilidades de desarrollo humano (SEDESOL, 2007: 8).6

El programa ha crecido de manera significativa desde que el PAN entró al po-der. En sus inicios (1997), tenía una cobertura de 300 mil familias; no operaba en todos los estados y se concentraba solamente en 1, 440 municipios (CIESAS 1999). Hoy en día el programa tiene una cobertura de 5 millones de familias (aproxima-damente 25 millones de mexicanos) que viven en 92,672 localidades marginadas, de las cuales, 69.2% pertenecen a zonas rurales, 17.1% habita en localidades semi-urbanas y 13.7% en localidades urbanas7 (ver Gráfica 9). Oportunidades en el año 2007 contó con un presupuesto de 39 mil millones de pesos. Este programa maneja el presupuesto más grande de los programas del Gobierno Federal.8

5 Progresa (Programa de Educación, Salud y Alimentación) cubría originalmente zonas rurales, expandiéndose a zonas semi-urbanas a partir de 2001 y a zonas urbanas a partir de 2002. El programa cambia su nombre a Oportu-nidades en 2002 (Cruz, De la Torre et al., 2006: 9).

6 El índice de desarrollo humano mide los avances en indicadores relativos a educación, salud y alimentación (Se-desoL, 2007: 8).

7 Fuente: - Oportunidades. Un programa de Resultados 2007: 13-16. Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). http://www.oportunidades.gob.mx/

8 Fuente: - Oportunidades. Un programa de Resultados 2007: 13-16. Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). http://www.oportunidades.gob.mx/

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12

Gráfica 9Crecimiento de cobertura del Programa Oportunidades

1997-2007

Fuente: Sedesol, 2007: 13

III. Mercado laboralMayores oportunidades de empleo significan mayores oportunidades para la po-blación de integrarse socialmente y participar activamente en la sociedad. De la misma manera, un mayor empleo significa progreso material y mayores niveles de vida. En México, el gobierno del PAN ha logrado mantener una tasa de desempleo muy baja. Comparada con otros países latinoamericanos, México presenta una de las tasas más bajas de la región (4.8% en el 2007). Como se puede apreciar en la Gráfica 10, México presenta una tasa de desempleo mucho menor cuando se com-para con países como Brasil, Argentina, Ecuador y Venezuela.

Gráfica 10Tasa de desempleo abierto

1990-2007

Fuente: CEPAL: Panorama Social de América Latina, 2008.

6

5

4

3

2

1

01997

0.3

2001

3.1

1999

2.3

2003

4.2

2006

5

1998

1.6

2002

4.2

2005

5

2000

2.5

Cobertura 1997-20072004

5

2007

5

20

12

4

16

8

0

18

10

2

14

6

1990 20031997 20051994

Argentina Brasil Ecuador México Venezuela

20041999 2006 2007

Mill

ones

de

hoga

res

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13

Crear empleo no es suficiente, éste tiene que ser bien remunerado para que los trabajadores puedan generar un ingreso suficiente para que puedan salir de la extrema pobreza junto con sus familias. La Tabla 3 muestra cómo el porcentaje de trabajadores en México que viven con menos de un dólar por día ha disminuido drásticamente. Por ejemplo, en tan sólo 6 años del PAN en el poder se ha logrado disminuir alrededor de 14 puntos porcentuales la proporción de población ocu-pada que viven en pobreza, pasando de 38.5% en 1990 a 24.3% en 2006. Esta dis-minución permite evidenciar que, actualmente, el funcionamiento de mercado de trabajo en México está permitiendo al país salir de la pobreza a amplios segmentos de trabajadores.

Comparado con otros países de Latinoamérica, México destaca ya que en pro-medio, la región disminuyó el porcentaje de trabajadores que viven con menos de un dólar por día en 10 puntos porcentuales, yendo de 39.7% en 1990 a 29.5% en 2006.

Tabla 3Ocupados que viven en la indigencia y en la pobreza, total nacional, urbano y rural

1990, 2002 y 2006 (en porcentajes)

Total Indigencia Nacional Indigencia Areas Urbanas Indigencia Areas Rurales

1990 2002 2006 1990 2002 2006 1990 2002 2006

12.9 8.7 6 8.1 4.4 2.7 21.7 16.3 12.3

Total Indigencia Nacional Indigencia Areas Urbanas Indigencia Areas Rurales

1990 2002 2006 1990 2002 2006 1990 2002 2006

38.5 31.2 24.3 33 24.5 18.8 48.4 43 33

Fuente: CEPAL: Panorama Social de América Latina, 2008.

IV. EducaciónLograr una mayor educación en la población permite que esta población obtenga oportunidades únicas para enfrentar el futuro. Esto se debe a que una mayor edu-cación permite que se obtenga una mayor productividad y el potencial de generar un mayor ingreso. Lograr una mayor educación en todos los niveles es importante. Sin embargo, el rendimiento que se obtiene al poseer educación primaria es mucho más bajo que el obtenido en secundaria y preparatoria, a las cuales se tiene menos acceso en zonas rurales.

El lograr que la población alcance niveles de educación a nivel secundaria mar-ca un avance significativo en cuanto a los niveles de retorno en educación y en el futuro laboral, ya que permite a grandes grupos de personas obtener trabajos de

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14

alta productividad y por lo tanto mayores ingresos, permitiéndoles escapar de la pobreza. Igualmente, el nivel secundaria produce impactos positivos en igualdad de oportunidades y en el futuro crecimiento de un país ya que permite niveles de competitividad mayores y una sociedad mas culta y con conocimiento.

La Gráfica 11 muestra como la población de 15 a 24 años de edad que cuenta con instrucción secundaria, se ha incrementado considerablemente desde que el PAN entró al poder. Como se puede observar, en diez años del PRI en el poder, este porcentaje aumentó en menos de 3%; sin embargo, en tan sólo 6 años del PAN, se ha logrado aumentar la población con instrucción secundaria en las zonas urbanas en más de 10%. Este aumento es especialmente cierto en las zonas rurales donde ha habido un incremento de más de 14% en los 6 años del PAN en el poder (Gráfica 12). Esto muestra un gran avance en el combate a la pobreza ya que una de las princi-pales causas de la pobreza rural en México es la baja escolaridad de esta población.

Gráfica 11Población de 15 a 24 años con 10 a 12 años o más de instrucción secundaria, zonas urbanas

1989-2006

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

Gráfica 12Población de 15 a 24 años con 10 a 12 años o más de instrucción secundaria, zonas rurales

1989-2006

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

40.035.030.025.020.015.010.0

5.00.0

30.0

25.0

20.0

15.0

10.0

5.0

0.0

1989

1989

22.1

7.7 8.011.2 12.7

17.520.2

23.1 23.527.0

24.4 25.3 24.3

33.337.2

32.2 33.8 34.1

2000

2000

1996

1996

2004

2004

1994

1994

2002

2002

1998

1998

2005

2005

2006

2006

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15

Aún más importante, es el éxito que ha tenido el gobierno panista en lograr que la población femenina cuente con estudios de secundaria. Lograr que las mujeres cuenten con mayores estudios no sólo beneficia a las generaciones presentes sino a las futuras, ya que hay una relación positiva entre el nivel de educación de las ma-dres con el nivel de educación de los hijos. La Gráfica 13 muestra cómo desde que el PAN entró al poder el número de mujeres con estudios de secundaria ha aumentado en más de 11 puntos porcentuales en las zonas urbanas en el período de 1998 al 2006. En 10 años del PRI, este aumento fue de menos de 5%. En las zonas rurales, el cambio ha sido también importante, ya que la población femenina con estudios de secundaria ha aumentado en más de 16 puntos porcentuales en el período 1998-2006.

Gráfica 13Población Femenina de 15 a 24 años con 10 a 12 años o más de instrucción, zonas urbanas y rurales,

1989-2006

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

V. Gasto socialEl gasto social, es clave para lograr una mayor redistribución de la riqueza y mejo-rar las condiciones de vida de la sociedad, especialmente de los más necesitados. Sin embargo, estos recursos deben de ser bien enfocados, asignados con transpa-rencia y efectivos. Una de las características que distinguen al PAN del PRI ha sido el mejor uso que se le ha dado al gasto social, ya que los programas han sido mejor enfocados, reciben evaluaciones continuas para probar su efectividad y se ha esta-blecido la transparencia como una norma en todos los programas.

Específicamente, la Gráfica 14 muestra como el gasto público social per cápita ha aumentado a una tasa mucho más elevada desde que el Partido Acción Nacional entró al poder, ya que éste aumentó de $455 dólares en el período 1995/1996 a $618 en el período 2000/2001. La gráfica 15, muestra como dentro del gasto público total, el presupuesto destinado a gasto social, ha también aumentado durante los años del PAN. Finalmente, la Gráfica 16 muestra como gasto público social como porcentaje del PIB ha aumentado en los últimos años. Este aumento en el gasto social demuestra la importancia que le otorga el PAN a mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos, especialmente de los que viven en pobreza y carecen de oportunidades.

50.0

40.0

30.0

20.0

10.0

0.01989 20001996

Zonas Urbanas Zonas Rurales

20041994 20021998 2005 2006

20.5 23.6 23.6 23.432.8

38.532.3 34.5 35.3

6.9 8.1 10.3 11.718.9

20.624.9

22.028.2

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16

Gráfica 14Indicadores de gasto público social, 1990/1991-2000/2005

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

Gráfica 15Indicadores de gasto público social

1990/1991-2000/2005

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

Gráfica 16Indicadores de gasto público social: porcentaje del PIB

1990/1991-2000/2005

Fuente: CEPAL: Panorama Social de Latinoamérica, 2008.

800700600500400300200100

0

70605040302010

0

12

10

8

6

4

2

0

1990-1991

1990-1991

1990-1991

2000-2001

2000-2001

1995-1996

1995-1996

2005-2006

2005-2006

2000-2001Per cápita (en dólares de 2000)

Porcentaje del Gasto Público

Porcentaje del PIB

1995-1996 2005-2006

355

41.3

6.5

8.49.7 10.6

61.353

59

455618

724

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17

VI. ViviendaEl sector de la vivienda se ha caracterizado en los últimos años por un gran cre-cimiento. Su dinamismo se debe no solo a que las dos últimas administraciones han tomado como elemento esencial la promoción del desarrollo de los sectores de construcción y vivienda. Estos sectores son altamente generadores de empleo y tienen el potencial de constituirse en motores de crecimiento de la demanda in-terna, reduciendo la sensibilidad ante fluctuaciones de la economía mundial. Por otra parte, la vivienda constituye la base del patrimonio familiar y el centro de la convivencia y el desarrollo social.

El cambio drástico que ha sufrido el sector de la vivienda en México se debe a que a partir del 2001, el gobierno federal realizó un amplio proceso de transfor-mación en el sector, con el propósito de consolidar las condiciones para que mas hogares hagan efectivo el derecho de disfrutar de una vivienda digna. Programas como “Esta es tu casa”, la creación de la Conavi (Comisión Nacional de Vivienda), y el nuevo banco de desarrollo habitacional (Sociedad Hipotecaria Habitacional), han permitido hacer más eficientes los esfuerzos y recursos del sector publico en mate-ria de desarrollo habitacional y lograr que muchas familias de mexicanos con bajos recursos cuenten con una solución habitacional acorde con sus capacidad de pago.

Como se puede apreciar en la gráfica 17, desde la entrada del PAN al poder, el número de créditos para la adquisición y construcción de vivienda social ha crecido significativamente. Por ejemplo, a partir del 2001, el número de créditos aumentó de 461,927 a 1 millón 405,537 en el 2008, es decir, un aumento de 205%. Durante la última década del PRI en el poder (1990-1999), el número de créditos ejercidos sólo creció a una tasa de 32%.

Gráfica 17Número de créditos ejercidos en el sector vivienda

1990-2008

Fuente: Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda (Conafovi) y Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).

1,600,000

1,400,000

1,200,000

1,000,000

800,000

600,000

400,000

200,000

01990 1996 2001 20051994 1999 2003

Créditos Ejercidos

20071993

461,297

1,405,537

1998 2002 20061995 2000 2004 2008

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18

De la misma manera, la inversión ejercida para la construcción de viviendas nuevas y/o mejoramiento de las mismas se ha incrementado enormemente desde la entrada del PAN al poder. La Gráfica 18 muestra como la inversión ejercida en este sector creció en 8 años del PAN en el poder en 375%. Durante el mismo núme-ro de años del PRI en el poder (1990-1998), la inversión ejercida tuvo una tasa de crecimiento mucho menor (157%).

Gráfica 18Inversión ejercida en el sector vivienda

1990-2008

Fuente: Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda (Conafovi) y Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).

Es importante hacer notar, que el crecimiento y posteriormente la crisis, del sector de la vivienda en los Estados Unidos es muy diferente al de México. En Estados Unidos el crecimiento y la crisis del sector de la vivienda se dio por un exceso en el crédito otorgado al sector de la vivienda en general. En México, el crecimiento de la vivienda se ha dado especialmente en el sector popular. Es decir, la falta de crédito no permitió por mucho tiempo que la gente de escasos recursos pudiera hacerse de una vivienda. Hoy en día, existen mayores posibilidades para que la gente de bajos recursos obtenga una casa haciendo posible que el sector de la vivienda popular aumente significativamente.

Conclusiones y propuestasEsta investigación argumenta que la presencia de líderes en determinadas regiones y/o países permite la puesta en marcha de programas y proyectos que promueven el desarrollo económico en una región o localidad. El liderazgo es también visto en este trabajo, como la capacidad de una o varias personas con visión y tenacidad para dirigir, moldear y motivar actores e implementar programas y políticas pú-blicas que inicien el cambio y por lo tanto el desarrollo económico de una región.

300, 000,000.00

250, 000,000.00

200, 000,000.00

150, 000,000.00

100, 000,000.00

50, 000,000.00

0.001990 1996 2001 20051994 1999 2003 20071993 1998 2002 20061995 2000 2004 2008

59,086,119.90

Inversión Ejercida (miles de pesos)

280,601,400

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19

El análisis de algunos indicadores económicos en este trabajo muestra que des-de que se dio la alternancia del poder en México, se han ampliado las oportuni-dades de desarrollo de la población a través de estrategias y proyectos que han estimulado el crecimiento económico, el empleo, la educación, vivienda adecuada, mejorando así las condiciones de vida y bienestar de la población. Nuestro país es un ejemplo claro de cómo la democracia aumenta la competencia entre los parti-dos políticos, impulsando la competitividad de los políticos, obligándolos a hacer las cosas mejor, de implementar programas y políticas que funcionen, de aplicar políticas anti-corrupción.

Sin duda, la recesión económica mundial y la gran dependencia de nuestro país en la economía de los Estados Unidos, provocará una disminución en el cre-cimiento económico de México, habrá estancamiento o disminución en el empleo y en el ingreso de las familias. La recesión económica también tendrá sin duda, un impacto en la pobreza. Las cifras en el nivel de empleo, crecimiento económico, pobreza e ingreso del 2008 ya muestran un decrecimiento y sin duda 2009 presen-tará una disminución o estancamiento aún mayor. Sin embargo, la continuación de adecuadas políticas macroeconómicas y sociales permitirán al país hacerle frente a la crisis de una manera más estable y se podrá minimizar las repercusiones en términos de pérdida de empleo y pobreza. Hasta ahora, el PAN ha demostrado la capacidad de implementar programas y políticas adecuadas, sin embargo, en los próximos años, la crisis económica impondrá grandes retos en el gobierno.

Uno de los grandes retos que enfrentará el gobierno será el de utilizar los re-cursos fiscales de la mejor manera que permitan reactivar la economía y contener el detrimento del nivel de vida de la población. El gasto público jugará un papel clave en las condiciones sociales de la sociedad y el levantamiento de la economía doméstica, tales como el sector de la construcción, alimentos, etc.

En la presencia de crisis económicas, el sector social es el que más sufre ya que el gasto público deja de ser una prioridad, afectando enormemente a la población, especialmente aquella de bajos recursos. Algunas recomendaciones para enfrentar la crisis y disminuir el impacto económico en la sociedad, especialmente en aque-llos que son mas vulnerables, son:

• Mantener la eficiencia, transparencia y efectividad en los programas sociales;

• Fortalecer las instituciones encargadas de combatir la pobreza y proveer recursos para los programas sociales;

• Promover la inversión en el sector de vivienda, construcción y servicios públicos y así impulsar la economía doméstica;

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• Mantener lo mas posible, el nivel de gasto público en educación, salud, sobre todo en lo relacionado al mejoramiento y creación de infraestructura de salud y educativa ya que esto promueve el sector de la construcción;

• Reforzar el sistema de recaudación de impuestos y tomar los pasos necesa-rios para evitar la evasión de impuestos ya que esto permitirá el aumento de recursos públicos;

• Acelerar las decisiones en la obra pública que genere inversiones y empleo ya que actualmente la burocracia hace que tome meses el llevar actividades como estas (carreteras, presas, etc.);

• Llevar acabo las reformas estructurales que necesita el país como son la reforma energética cuya reforma reciente fue incompleta, reforma laboral la cual es en su mayoría obsoleta, la reforma fiscal en donde la mitad de los actores económicos son informales, y la reforma educativa, ya que la educación publica a nivel primaria tiene una influencia excesiva del sindi-cato, que dedica mucho tiempo a las cuestiones administrativas y poco a la superación académica de los educadores;

• Continuar con la evaluación y rendición de cuentas de los programas so-ciales y políticas públicas para así asegurar el buen funcionamiento de los recursos gubernamentales.

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ntroducciónMéxico arribó a una mala democracia, pervertida, embrio-naria, frágil, vulnerable. No era para menos, la democracia es un proceso y, para consolidarse, requiere de muchos in-gredientes. Uno de ellos, el cultural, está conformado por la identificación de ciertos principios, no numerosos pero

sí arraigados con todo vigor en la conciencia de un pueblo, es el más difícil de al-canzar. Gustav Radbruch los califica como “la reducida aristocracia de principios fundamentales”.1

Juan Manuel Gómez Morin, con un sentido del humor muy peculiar, relata que el 17 de septiembre de 1939, después de concluir los actos fundacionales del partido, vio a su padre meditabundo y cabizbajo. Al preguntarle el motivo de su estado de ánimo, don Manuel exclamó: “Ya está, no es lo que soñamos, no es lo que anhelamos, pero ha nacido Acción Nacional”. Cuando Juan Manuel escucha referencias al PAN de Gómez Morin, el de los fundadores, para sus adentros dice, “Aquel PAN solamente duró unas horas”.

Esta anécdota simboliza la lucha permanente entre el ideal y la realidad que tanto ha sacudido la mentalidad de filósofos, literatos, políticos, seres humanos 1 Aminadab Pérez Franco (ed.), La fuerza de la voz. Obra de Miguel Estrada Iturbide, México, Fundación Rafael

Preciado Hernández, Fundación Miguel Estrada Iturbide y Miguel Ángel Porrúa, 2011, p. 202.

El PAN EN El odER:uNA rEflExIÓN

doCTRINARIA

Juan José Rodríguez Pratsy Rosa María Giorgana Pedrero

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que se expresan emblemáticamente a través de las figuras del Quijote y Sancho Panza o con la frase shakespeariana de ser o no ser. En los individuos con responsa-bilidades públicas, el dilema reviste tal cotidianeidad que siempre está en el centro de la toma de decisiones o en la fuga del hombre con poder en un vano intento por escapar de sus deberes.

Acción Nacional puede presumir –con sustento– de ser el partido con mayor identidad en el escenario político nacional. Puede asimismo presumir de con-gruente durante su larga marcha como oposición y de ser un crítico permanente del poder. La investigadora Soledad Loaeza señala con certeza:

Podemos afirmar que los tres elementos característicos de la doctrina panista son: la identificación con los principios de la doctrina social de la Iglesia, una teoría del Estado basada en la realización de los valores personales y una concepción moralista de la actividad política”.2

Esas tesis están contenidas en los documentos doctrinarios del partido: Prin-cipios de Doctrina (1939) y la Proyección de Principios (1965 y 2002), así como el documento Por un cambio democrático de estructuras (1970). En este núcleo se pone énfasis en esos principios señalados por Loaeza. También ponen de manifies-to cómo la vida del PAN en la oposición transcurrió con la congruencia que puede caber en política.

Al asumir el poder en el año 2000, el desafío de la congruencia se magnificó. Ya no tan sólo consistía en ejercer la crítica desde la oposición, sino en aplicar los prin-cipios desde el poder. Se ponía a prueba la fortaleza doctrinaria del PAN, la cual debía ser acompañada de una gran habilidad política. Luis Felipe Bravo Mena, su presidente en ese entonces, lo dijo en forma contundente. Era necesario lograr que el partido no se convirtiera en “una lastimosa caricatura de sus adversarios”. Por lo tanto, un deber del PAN y de sus organismos de reflexión es hacer una crítica profunda y objetiva para destacar aciertos y reconocer errores en el afán de tener credibilidad. Únicamente de esa manera podrá convencer a la ciudadanía para que le otorgue una tercera oportunidad en la Presidencia de la República.

AlternanciaCon la alternancia de partidos en los cargos de elección y su consecuente competi-tividad, ha surgido un cierto desánimo. Las explicaciones son muchas y variadas:

• Desencanto normal después de una transición por las inmensas expectati-vas generadas.

2 Soledad Loaeza, Acción Nacional. El apetito y las responsabilidades del triunfo, México, El Colegio de México, 2010, p. 73.

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• Disfuncionalidad del sistema presidencial hasta ese momento orientado por reglas no escritas pero puntualmente obedecidas.

• Falta de mecanismos de dicho sistema para generar acuerdos.

• Carencia de habilidad, de temor o de convicción firme del Partido Acción Nacional para ejercer el poder o bien incapacidad para comunicar los mu-chos avances logrados.

• Obstrucción de los partidos políticos de oposición para impedir las refor-mas requeridas. México tuvo una transición votada pero no pactada, lo cual impidió su proceso de consolidación democrática. Por otra parte, nun-ca hubo un ajuste de cuentas con el pasado y en el momento más propicio para dar una señal clara de que las cosas se estaban haciendo de manera diferente –llevar hasta sus últimas consecuencias el famoso Pemexgate–, el PAN cambió un “lingote de oro por cacahuates”. Al final, ni siquiera se obtuvieron del PRI los cacahuates consistentes en la reforma energética.

• Una ciudadanía poco experta en prácticas democráticas que no ha asumi-do con responsabilidad su nuevo papel.

Desde luego, las causas antes enumeradas no son incompatibles y puede ser la combinación de todas ellas. Lo importante es analizar específicamente lo corres-pondiente al PAN ante la falta de eficacia esperada desde el poder.

Adolfo Christlieb Ibarrola le dio un enorme giro a la historia del partido. Un viejo militante, Eugenio Ortiz Walls, solía platicar una anécdota muy ilustrativa. En una ocasión, siendo Christlieb presidente del PAN, comentaba con don Ma-nuel las actividades del partido y el fundador hablaba con enorme entusiasmo de las tareas pendientes. Don Adolfo respondió: “Desde luego, don Manuel, pero le recuerdo que usted está viendo el espectáculo mientras yo estoy allá arriba, en la cuerda floja, con la posibilidad de avanzar, pero con el permanente riesgo de caer”.

Christlieb reconoció el triunfo de Gustavo Díaz Ordaz. Debido a la relación ge-nerada entre ambos, se empezaron a instrumentar algunos cambios para impulsar el sistema hacia la transición democrática. Recordemos los diputados de partido –ya instrumentados hacia el final del régimen de López Mateos– y los triunfos electorales obtenidos en ese periodo –similares en número a los logrados de 1939 a 1962–, incluyendo las ciudades de Hermosillo y Mérida.

En 1969 el PRI rompió el acuerdo establecido3 y se dio el gran fraude en Yuca-tán. Ese mismo año, Manuel González Hinojosa –a la sazón dirigente del partido– 3 El acuerdo consistió en que Díaz Ordaz le pidió a Christlieb el apoyo en las cosas que los panistas consideraran se

estaban haciendo bien. A su vez, el presidente reconocería los triunfos electorales obtenidos en las urnas.

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y Efraín González Morfín visitaron a Christlieb, quien ya padecía el avance de un cáncer terminal. Este último todavía tuvo los bríos suficientes para pedir que se pospusiera la convención para elegir al candidato a la presidencia pues él deseaba postularse. Anhelaba tener la oportunidad de desnudar al gobierno y a su presi-dente por su falta de compromiso con la democracia. Esto, desafortunadamente, ya no fue posible.

Otro punto importante impulsado por el PAN en su objetivo de alcanzar el poder se dio en 1982, cuando se quebró la alianza entre la elite económica y el PRI ante la precipitada expropiación de la banca, decretada por José López Portillo. El partido entonces recibió a muchos jóvenes líderes, en parte pertenecientes a las estructuras del poder, quienes aportaron recursos económicos y estrategia electoral que llevaron a candidaturas exitosas. Esto lo denunció con gran alarma Pablo Emi-lio Madero, al señalar la decisión de un grupo de empresarios de Ciudad Juárez de crear un nuevo partido o sumarse a Acción Nacional. Estos optaron por la segunda opción, momento considerado como el arranque de los llamados “neopanistas” o “bárbaros del norte”, que si bien se identificaban en lo fundamental con la doctrina panista, no conocían sus textos ni su historia.4

En 1988, uno de aquellos agredidos por la expropiación bancaria, Manuel Clouthier, fue el candidato panista a la presidencia de la República. Clouthier ob-tuvo una buena porción de votos y sumó a líderes del sector empresarial que con pragmatismo se postulaban a los cargos de elección popular. En ese año el PAN tomó una decisión histórica: don Luis H. Álvarez, jefe nacional, con el apoyo de Carlos Castillo Peraza y de Diego Fernández de Cevallos, asumió como un hecho irreversible, a pesar del posible fraude electoral priista, que Carlos Salinas de Gor-tari tomara posesión como presidente de la República. A cambio de ello se planteó una serie de reformas a instrumentar desde el poder para permitir el arribo a la de-mocracia. Éste ha sido uno de los actos más controvertidos en la historia reciente de México. Cuauhtémoc Cárdenas no participó en la mesa de negociaciones, aunque sí se entrevistó con Salinas. En sus memorias, Cárdenas acepta que los conflictos de ese año provocaron las reformas que permitieron la transición.5 Efectivamente así fue, pero no por la actitud del Frente Democrático Nacional o del PRD, sino porque Acción Nacional sí aceptó negociar. Don Luis lo dice en una frase contundente: “El PAN, con su larga historia de sinsabores, tuvo más arrestos para la negociación”.6

La ambigüedad, característica en la lucha política de la autodenominada iz-quierda, le abrió al PAN el camino para lograr triunfos electorales en los estados –empezando por Baja California en 1989– y consolidar diversas reformas políticas que culminaron con la alternancia en el poder en la presidencia de la República.

4 Pablo Emilio Madero, La mentira del PAN, México, Partido Demócrata Mexicano, 1997, pp. 16-17.5 Cuauhtémoc Cárdenas, Sobre mis pasos, México, Santillana Ediciones, 2010, pp. 260-270.6 Juan José Rodríguez Prats, Soy panista, México, Fundación Rafael Preciado Hernández, 2011, p. 161.

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Principios panistasEl PAN es el partido más consistente en sostener una doctrina, los principios deri-vados de ella y las políticas públicas correspondientes. A continuación, un repaso de sus principios.

1. Del respeto a la dignidad de la persona humana –la idea más fecunda en la his-toria de la filosofía política– se desprenden las cuatro generaciones de derechos humanos –civiles y políticos, económicos, sociales y ambientales–, así como la lucha por la democracia. Al inicio del siglo XXI, la humanidad levanta el estan-darte del principio de la dignidad. Digno proviene del indoeuropeo dek-no y del latín dignus, que significa “merecer, tener derecho a”.7 Según el filósofo André Lalande, dignidad humana es:

…el principio moral que enuncia que la persona humana no debe ser tratada jamás sólo como un medio, sino como un fin en sí; dicho de otro modo, que el hombre no debe ser emplea-do nunca como medio sin tener en cuenta que es al mismo tiempo un fin en sí.8

Respecto a su nexo con la democracia, escribe Gustavo Zagrebelsky:

La democracia no promete nada a nadie, pero exige mucho de todos. No es un ídolo sino un ideal que se corresponde con una idea de la dignidad humana. Su recompensa está en su realización. Si estamos desilusionados, es por la ilusión sobre la facilidad de la tarea”.9

En la actualidad, la dignidad es bandera en prácticamente todas las luchas po-líticas. La dignidad también se vincula con el humanismo. En este sentido, son ilustrativas las siguientes palabras:

Los juristas romanos inventaron el término humanitas, y lo relacionaron con la compasión y con la dignidad humana (…) Este singular valor de la persona huma-na obliga al hombre a construir su propia personalidad, a educarse, pero también a respetar y favorecer el desarrollo de la personalidad ajena. Quien siente estos debe-res y lo prueba con los hechos no sólo se llama hombre, sino que lo es, es humanus.10

El PAN sostuvo este ideal desde 1939. El movimiento de los indignados, el dar oportunidad a todo ciudadano para que pueda vivir conforme a ella y el calificar de indigno a toda persona que no se respeta a sí mismo y hace mal uso del poder es hoy frecuentemente señalado en todas las naciones. 7 Guido Gómez de Silva, Breve diccionario etimológico de la lengua española, México, El Colegio de México y Fondo

de Cultura Económica, 2004, p. 225.8 André Lalande, Vocabulario técnico y crítico de la Filosofía, Argentina, Editorial El Ateneo, 1966, p. 245.9 Gustavo Zagrebelsky, Contra la ética de la verdad, Madrid, Editorial Trotta, 2010, p. 115.10 José Antonio Marina y María de la Válgoma, La lucha por la dignidad, Barcelona, Editorial Anagrama, 2005, p. 45.

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“¡Indígnate!, les dice Hessel a los jóvenes, porque de la indignación nace la voluntad de compromiso con la historia”.11 Esta idea implica que indignarse es participar, idea tan añeja como las leyes de Solón: “La ley permite dar muerte al ciudadano que se mantenga neutral en medio de las discordias civiles”.12 La prime-ra obligación del gobernante y del gobernado es respetar la dignidad de los demás. El principio tiene vigorosa actualidad y vigencia.

2. Por su vertiente liberal, Acción Nacional siempre ha desconfiado del Estado y se ha manifestado en defensa del ciudadano. Desde su arribo al Poder Legislativo en 1946, denunció los abusos del poder, la corrupción y las violaciones al Estado de derecho. Su tesis central fue ver la política como un deber cívico. Esto es, la vinculación de la política con la ética. Dos proyectos se han discutido principal-mente en la Historia de México: 1) ver en el Estado la solución de los problemas y 2) fortalecer a la ciudadanía y respetar los derechos del hombre. A la primera corriente se le denomina nacionalismo revolucionario; a la segunda, humanismo político.

3. Sostiene el principio de solidaridad, que fortalece y vincula a toda una nación en la búsqueda del bien común, entendido como las condiciones mínimas que le permitan al ser humano desarrollarse en plenitud.

4. También sustenta el principio de subsidiariedad, derivado de la doctrina social cristiana, también definido como una solidaridad ordenada; es decir, tanta so-ciedad como sea posible y tanto Estado como sea necesario. Hoy puede decir-se: tanto mercado como sea posible, tanta regulación como sea necesaria. Por eso los panistas han impulsado las reformas estructurales en materia de energía y han presentado iniciativas para intentar superar una confusión grave en la Constitución: la falta de deslinde entre lo público –función del Estado– y lo pri-vado, tarea de los particulares. En este contexto, el concepto de bienes públicos es fundamental, son aquellos que no se agotan en su consumo y que es respon-sabilidad del Estado otorgar.

Dignidad y solidaridad constituyen los ingredientes fundamentales de una buena política social. Esto es, disminuir la pobreza sin manipular a los beneficiados, pro-piciando siempre la superación personal para asumir responsabilidades.

Políticas públicasEn el análisis de las propuestas panistas obstruidas por los partidos de oposición, sobresalen algunas en las que, de alguna forma, se puede fincar la responsabilidad de otros protagonistas en el escenario, sin pretender justificar del todo al PAN. La manifestación más clara de la urgencia de aprobar estas reformas es la confesión del candidato priista a la presidencia de la República de que estas son necesarias, 11 Stéphane Hessel, ¡Indígnate!, México, Editorial Planeta, 2011, p. 13.12 Citado por Chateaubriand, El genio del cristianismo, México, Editorial Porrúa, 1990, p. 33.

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quien además se jacta de poder lograrlas con el apoyo de sus aliados. Esto sólo refleja una cosa: los priistas y sus compañeros de alianza obstaculizan el avance del país.

Los principios doctrinarios deben reflejarse en políticas públicas específicas. A continuación algunos ejemplos.

El PAN se opuso a la reforma de 1983, que incorporó el concepto de áreas es-tratégicas como exclusivas del Estado en la carta magna. No hay ninguna razón por la cual el Estado deba proteger ciertas áreas económicas de la intervención de particulares. Debido a ello se ha caído en una profunda dependencia externa. La reforma en petroquímica riñe con el principio liberal contenido en el artículo quinto de la Constitución: “A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos”.

La empresa pública no es ningún dogma, no encarna ningún tabú. Su función es la competitividad, la eficiencia, a través del planteamiento de objetivos claros. Tanto Petróleos Mexicanos como Comisión Federal de Electricidad sufren de em-pleomanía, son lentas para tomar decisiones, tienen una fuerte carga sindical y han sido administradas con criterios poco profesionales. En un artículo reciente, el economista Macario Schettino daba un par de ejemplos sobre la productividad de la industria eléctrica en México y en Estados Unidos:

Acá producimos casi 250 mil millones de kwh con 112 mil personas, allá produ-cen poco más de 4.2 billones de Kwh con 400 mil trabajadores. En promedio, cada trabajador produce allá 5 veces más electricidad que acá.

Pemex produce 2.6 mbd de petróleo crudo, 8 millones de pies cúbicos de gas natural, y 1.4 mbd de petrolíferos. Para ello, utiliza 145 mil trabajadores, aunque habría que agregar las actividades realizadas a través de contratistas. Exxon pro-duce 2.3 mbd de petróleo crudo, 9 millones de pies cúbicos de gas y 5.4 mbd de petrolíferos, y lo logra con 81 mil trabajadores, dispersos alrededor del mundo. En el mejor de los casos, Pemex es la mitad de productiva que Exxon.13

Desde su origen, el PAN ha sido enemigo de los monopolios, sean públicos o privados. Por eso se identifica con el texto de la Constitución de 1857, de corte liberal, que permitía la inversión en todos los órdenes, salvo en dos actividades reservadas para el Estado: el Correo y la acuñación de moneda. El primero resulta obsoleto hoy en día, el segundo se justifica por sí solo.

El principio de subsidiariedad también sostiene que no haga la entidad mayor aquello que puede realizar la entidad menor. La primera sólo interviene si la se-gunda no tiene capacidad para ello. De ahí la tesis panista de descentralizar la vida

13 Macario Schettino, “Productividad y revolución”, artículo en el periódico El Universal, 3 de marzo de 2011.

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nacional y de impulsar un auténtico federalismo. En México no están claras las esferas de acción de cada orden de gobierno, lo cual nos ha llevado a tener estruc-turas federales y estatales haciendo lo mismo. Además de un alto costo burocráti-co, esto implica obstrucciones y confrontaciones. En la práctica, la Federación es la única recaudadora, pues Estados y Municipios prácticamente carecen de potestad tributaria. Basta consignar las siguientes cifras:

De acuerdo con las más recientes estadísticas de la OCDE, en los países con organización federal integrantes del organismo, 27% de los impuestos totales co-rresponden a tributos locales o estatales. La proporción en México es de sólo 3%. En Estados Unidos, 36% de la tributación total es local; en Canadá es 48% y en Australia, 18%.14

Durante los 11 años del gobierno panista se han incrementado sustancialmente las participaciones a Estados y Municipios. En 2010 el monto de las participaciones, aportaciones y otros gastos entregados por la Federación a los estados ascendió a 1 billón 22 mil millones de pesos, que representa 33% del gasto total ejercido.15

La recaudación del impuesto predial, que por reforma de 1983, se le otorgó a los municipios con la buena intención de fortalecer sus finanzas, resultó una pé-sima política. Se desplomó la cobranza y hoy los municipios recolectan, por este concepto, únicamente 0.2% del PIB, una de las tasas más bajas del mundo. Baste decir que Brasil y Colombia recaudan 10 veces más.

Estados y municipios están hoy irresponsablemente endeudados (se estima, porque hay mucha deuda sin registro, que la cifra rebasa los 300 mil millones de pesos), con el agravante de que no están sujetos a una rigurosa supervisión y a una auténtica rendición de cuentas.

El PAN siempre ha apostado por el cambio gradual y conforme a derecho. Por eso en cada sexenio ha impulsado reformas para propiciar el arribo a la democra-cia. Actualmente, aun cuando ha quedado atrás el presidencialismo exacerbado y el partido hegemónico, nuestra democracia, por decirlo eufemísticamente, deja mucho que desear. Prevalecen prácticas del pasado y el uso de recursos públicos para promover proyectos personales y para financiar campañas electorales. Es me-nester no tan sólo mejorar el desempeño de las instituciones y su marco jurídico, sino también impulsar una auténtica cultura democrática sustentada en los prin-cipios y valores empleados por otras naciones para lograr una mejor democracia.

Desde que surgió a la vida pública, el PAN luchó por la libertad de cátedra, por una política educativa auténtica y humanista y por el fortalecimiento de la respon-sabilidad de los padres de familia en la formación de sus hijos, además de señalar 14 Enrique Quintana, “Los olvidados impuestos locales”, artículo en el periódico Reforma, 28 de marzo de 2011.15 Ibidem.

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al Estado sus responsabilidades en la tarea más urgente a realizar: una mejor edu-cación en todos los niveles para los mexicanos. Este tema preocupó al PAN desde su origen pero, a partir de los años 60, la lucha se tornó ríspida, espectacular y de índole nacional. Adolfo Christlieb Ibarrola, José González Torres y Rafael Preciado Hernández aportaron brillantes exposiciones para defender esta idea. Esta lucha, difícil y cargada de encono, culminó en 1992 con una reforma a nuestra Carta Mag-na, que permite a las escuelas particulares la impartición enseñanza religiosa y que constituye uno de los grandes logros del Partido Acción Nacional. Otro momento crucial, reflejo de esta polémica, que estuvo en el centro de la vida política, corres-ponde al debate –ocurrido en octubre de 1984– entre José González Torres y Jesús Reyes Heroles cuando el primero tenía el cargo de diputado federal en la LII Legis-latura y el segundo era Secretario de Educación Pública.

En materia agraria, se señaló desde el principio la aberración de continuar indefinidamente el reparto cuando éste pasó de ser restitutivo –para devolver a las comunidades indígenas las tierras de las que habían sido despojadas– al ejido dotatorio, que prácticamente convirtió en afectables todas las propiedades agro-pecuarias del país. Esto engendró invasiones de tierra y el brutal minifundio –tres millones de parcelas de menos de cinco hectáreas–, causa del actual rezago en el campo mexicano.

Acción Nacional siempre ha sostenido una política monetaria responsable con el fortalecimiento de un banco central. Invariablemente ha denunciado la interven-ción de los gobiernos priistas para distorsionar los principios básicos diseñados por Gómez Morin desde 1925. Hoy en día, después de muchos errores y sacrificios del pueblo de México, esta política monetaria ha detenido la inflación, en buena medida gracias a buenos manejos en la macroeconomía.

El PAN ha sacrificado siempre intereses partidistas con el fin de proteger al país. Podrían mencionarse muchos ejemplos en materia electoral, económica y so-cial. Uno es emblemático: la aprobación de una deuda ya adquirida por el Gobier-no federal, derivada del tantas veces negado error de diciembre de 1994, el famoso Fobaproa. Se ha criticado al panismo hasta el cansancio. Quienes lo hacen olvidan que con el voto de los legisladores panistas se envió una señal de certidumbre y se evitó una crisis mayor. Esa actitud contrasta con la de otros partidos que se han opuesto una y otra vez a aprobar las reformas requeridas para incentivar el empleo y mejorar la economía. Esto lo podemos ver en la obstrucción a propuestas del Eje-cutivo en ambas Cámaras del Congreso, violando incluso la Constitución.

El PAN ha sido también pionero y consistente reformador del Estado. Sus te-sis han sido adoptadas y se han convertido en leyes vigentes: el reconocimiento del derecho de voto a la mujer, la creación de organismos electorales autónomos, la vigorización del municipio, etc. Por eso la insistencia en adoptar figuras que

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permitan a nuestro régimen presidencial un mejor desempeño, fortaleciendo me-didas de cooperación entre poderes y mediante la reelección continua de los legis-ladores. Si bien ya en 1922 Gómez Morin hablaba del referéndum, de la iniciativa popular y de la revocación del mandato, formas de democracia directa, antes de incorporar estas instituciones, se debe fortalecer la democracia representativa –aún muy deficiente–, partiendo del texto constitucional mismo.

El Estado mexicano gasta mucho y mal. La primera tarea consistiría en hacer un trabajo de ingeniería administrativa para rediseñar toda la administración pública y buscar invertir cada centavo con honestidad y eficiencia. La mejor política fiscal para incrementar los ingresos gubernamentales sólo se logrará eliminando los regímenes especiales, aumentando el universo de causantes y disminuyendo la economía infor-mal, lo cual implica un trabajo a fondo de simplificación administrativa.

La Ley Federal del Trabajo es obsoleta y las instituciones de justicia en materia la-boral han dado pruebas manifiestas de ineficiencia y de corrupción. El ordenamiento jurídico en esta materia debe proteger al trabajador y estimular la generación de empleos. Por lo tanto, debe ponerse especial empeño en flexibilizar la contratación.

Todos los partidos políticos han incurrido en una falla fundamental: sobrees-timar las posibilidades del derecho como instrumento de cambio. Abundan las ocurrencias para modificar el texto constitucional y para crear nuevas leyes e ins-tituciones. Una ley mal hecha es el clásico ejemplo de bien hipócrita pues, en lugar de resultados benéficos, genera exactamente lo contrario. Es hora ya de una gran reforma jurídica que aporte credibilidad al derecho y fortalezca la conciencia legal de gobernantes y gobernados. No por tener muchas leyes tendremos un mejor Es-tado de derecho. El derecho es para el hombre, no el hombre para el derecho.

Voces críticasAlberto Aziz Nassif y Jorge Alonso apuntan:

La mezcla de percepciones y datos duros nos presenta un panorama complicado, un país que ha perdido dinamismo, una transición que desembocó en una democracia que ha sido vulnerada por la misma clase política, y una ciudadanía que se ha desencantado de los escasos resultados de la política.16

Roger Bartra advierte la amenaza del retorno de una derecha priista como un he-cho que forma parte de nuestro panorama político y a su vez nos advierte que, impulsados por una actitud crítica y constructiva, las “actitudes conservadoras retrocedan para abrir paso a ideas más modernas y, sobre todo, democráticas”.17 16 Alberto Aziz Nassif y Jorge Alonso, México. Una democracia vulnerada, México, CIESAS y Miguel Ángel Porrúa,

2009, p. 311.17 Roger Bartra, (ed.), Gobierno, derecha moderna y democracia en México, México, Editorial Herder y Fundación

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Jorge Castañeda, en relación con Vicente Fox, escribe:

Fox efectivamente despreció las formas ortodoxas, descuidó el trabajo político de menudeo y de construcción de alianzas (aunque también se le reprochan las alianzas que sí fraguó: Elba Esther Gordillo, la CTM, el Partido Verde en 2000-2001 y varios gobernadores priístas (sic), y se quedó a medio camino: ni rompió con el pasado, ni respetó explícita y formalmente la continuidad que en ocasiones pretendía asumir. Logró menos de lo esperado, de lo necesario y de lo prometido; entregó un país económica y socialmente en ascenso, pero políticamente paralizado. Nunca supo que la ruptura era imprescindible, por lo menos para arrancar, ni comprendió que, con el andamiaje institucional vigente, gobernar se reduce a administrar, mejor o peor que antes, la herencia recibida.18

A Felipe Calderón le reprocha “haberse prestado o haber llevado a cabo una res-tauración priísta”. Le “parece insólito que a estas alturas no haya un vocero de go-bierno”. Respecto a la política exterior calderonista, opina: “El respeto reverencial por el rito y las formas me parece absolutamente priísta. Hay un cierto autorita-rismo”. Finalmente declara: “Calderón tiene la ventaja de la homogeneidad, tiene la ventaja de la lealtad, de una cierta disciplina. Pero tiene, evidentemente, la gran desventaja de una total falta de imaginación y de ideas y de debate”.19

Denise Dresser considera que Fox fomentó la parálisis de su gobierno y le critica haber limpiado “la faz a un adversario rehabilitado que luego lo acorraló (…) Allí siguen hoy, en posiciones de mando, los priístas (sic) reconocidos como listos y há-biles, pero profundamente imbuidos de los vicios más arraigados del pasado”.20 Re-procha, además, la manera de proceder del PAN en la presidencia de la República:

El gran error del PAN ha sido tratar de operar políticamente dentro de la estructura que el PRI creó, en vez de romperla. El gran error del PAN ha sido creer que podría practicar mejor el juego diseñado por el PRI, en vez de abocarse a cambiar sus reglas. El gran error ha sido emular a los priístas (sic) en vez de rechazar la manera de hacer política que instauraron.21

Konrad Adenauer, 2009, pp. 26, 27.18 Idem, p. 40.19 Carlos Castillo López (ed.), Acción Nacional. Voces de la democracia, México, Partido Acción Nacional y app Edi-

torial, 2011, p. 293.20 Denise Dresser, El país de uno. Reflexiones para entender y cambiar a México, México, Santillana Ediciones, p.

135.21 Idem, p. 103.

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Para Enrique Krauze, el PAN ha “perdido buena parte del capital moral que construyó durante décadas, esa percepción de decencia que inspiraba en mucha gente”, por varias razones: “en el periodo de Fox, frivolidad e irresponsabilidad; en el de Calderón, improvisación e inconsistencia”. Del primero destaca que “tuvo el mérito de catalizar la oposición nacional al PRI y abrir paso a la alternancia”, pero le critica haber desperdiciado su capital político, indispensable para empujar las reformas estructurales que el país tanto necesita. Le reconoce su impulso a la Ley de Transparencia, la implementación del Seguro Popular y un buen programa de vivienda, pero le reprocha no haber deslindado “la esfera política de la esfera pri-vada, empresarial y religiosa”, así como “actitudes de marcada irresponsabilidad y frivolidad”. En cuanto a Felipe Calderón, este historiador señala que gobierna en un contexto “inusualmente difícil”, con gabinetes “mediocres y endogámicos”, ceñido a “una ortodoxia ineficaz” en el manejo de la crisis económica, en vez de ensayar ideas alternativas. Considera “totalmente errada” su política exterior en América Latina, en particular con respecto a Cuba y Venezuela. Le acredita, “entre otras cosas, la reforma de las pensiones en el ISSSTE, el manejo técnico de las inun-daciones en Tabasco y la respuesta en la crisis de la influenza”, así como “la liqui-dación de Luz y Fuerza”. En cuanto a su propuesta de reforma política, le parece que “abre una oportunidad para que el Congreso inaugure una etapa de equilibrio entre los poderes y amplíe la participación ciudadana en los asuntos públicos”.22

Soledad Loaeza, tal vez la más acuciosa analista del PAN, declara no identifi-carse “con el antiestatismo que es su imagen de marca”, no comparte “su conser-vadurismo en materia de actitudes y comportamientos sociales” y le “escandalizan los intentos de imponer la autoridad de la Iglesia católica a la sociedad moderna”. Respeta, en cambio, “la experiencia del PAN en la difícil construcción de la demo-cracia mexicana, su empecinado combate contra la hegemonía del PRI y en defensa de la pluralidad política, que adoptó muy pronto como derivado de la condición de minoría a la que estuvo condenado por décadas”.23 Loaeza critica que, a 70 años de distancia, el poder le ha despertado el apetito a los panistas, “pero todavía no parecen estar preparados para el triunfo, como si la victoria les hubiera generado más dilemas y conflictos que certezas y estabilidad, y bloqueara su capacidad para asumir las responsabilidades que acarrea”.24

Macario Schettino considera que “…el partido no ha logrado definir con cla-ridad su orientación. Fue en los años noventa, tan neoliberal como el PRI; en el sexenio de Fox, sobre todo al final, tan conservador como podría imaginarse; y hoy es todavía una incógnita.25

22 Enrique Krauze, De héroes y mitos, México, Tusquets Editores, 2010, pp. 200-203.23 Soledad Loaeza, op. cit, p. II.24 Idem, p. 13.25 Roger Bartra, op. cit., p. 188.

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Por último, Jesús Silva-Herzog Márquez critica severamente lo realizado:

Antes de que renunciara al partido que en ese momento dirigía Felipe Calderón, Carlos Castillo Peraza habló de la victoria cultural del PAN. Antes de ganar el poder, decía él, hemos ganado la batalla de las ideas. Nuestra visión de la política, de la economía, de la cultura ganó hegemonía antes de que los votos ratificaran nuestro predominio. Si el PRI representa la cosmovisión maniquea del muralismo, nosotros representamos la riqueza de la pluralidad; si ellos defienden la legitimidad de la historia, nosotros reivindicamos la legitimidad de los votos; si ellos sostienen un mafioso pacto corporativo, nosotros defendemos el principio de ciudadanía; si ellos reparten el poder entre sus amigos, nosotros apreciamos el mérito de los técnicos y rechazamos la cortesanía del poder. ¿Quién podría sostener hoy, tras una década de presidencias panistas, que el contraste entre el PAN y el priismo sigue vigente?26

ConclusionesLa Historia de México ha sido una secuencia de ideales frustrados. Hay valiosos do-cumentos, pero escasamente resisten el cotejo con los hechos. Los suscritos por Mi-guel Hidalgo y José María Morelos fueron resquebrajados por Agustín de Iturbide y los gobernantes posteriores. Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada –con la ge-neración de la Reforma– sustentan los principios liberales. Porfirio Díaz interrumpe el periodo de la “República Restaurada” con el pensamiento positivista y gobierna de acuerdo con su lema “Orden y progreso”. Francisco I. Madero se aferra a su apostolado democrático antes de ser masacrado por el traidor Victoriano Huerta.

La Constitución de 1917 nació siendo violada. El Constituyente de entonces carecía de legitimidad y, contrario a las tesis maderistas, fortaleció la institución presidencial, generando una figura concentradora del poder. Plutarco Elías Calles habló del país de leyes y de instituciones, pero construyó su maximato, exactamen-te lo contrario de lo antes pregonado. Lázaro Cárdenas concibió una política social para pagar la deuda con obreros y campesinos. Si bien gobernó conforme al Plan Sexenal de 1934, en su administración se crearon las estructuras corporativas, el mayor obstáculo para la competitividad y la democracia hoy en día.

En cada sexenio puede encontrarse una enorme brecha entre dichos y hechos. Posiblemente la mayor distancia se localice en las propuestas de Salinas de Gortari como candidato y sus acciones como presidente: el retorno de la banca a manos privadas, la firma del Tratado de Libre Comercio, el fin del reparto de la tierra, 26 Jesús Silva-Herzog Márquez, “Derrota cultural”, artículo en el periódico Reforma, 19 de septiembre de 2011.

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el restablecimiento de las relaciones Iglesia-Estado. Ninguna de estas propuestas aparecía en la plataforma electoral que lo llevó a su cuestionado triunfo.

El PAN generó una enorme expectativa al arribar al poder en el 2000. Carlos Castillo Peraza presumía del triunfo cultural, pues el PAN había demostrado que sus tesis habían sido confirmadas. Sin embargo, ahora venía la etapa más difícil: hacer realidad los postulados del humanismo político desde el poder. En buena medida, la doctrina panista se quedó en el discurso. Hay líneas de pensamiento muy claras desde su origen, siendo su tesis principal el humanismo político en el cual convergen:

• La filosofía griega, estudiada por Manuel Gómez Morin.

• El derecho romano, en el cual profundizó Efraín González Luna.

• La doctrina social cristiana, estudiada por Rafael Preciado Hernández.

• El Renacimiento –que rescata el concepto de la dignidad humana y ubica al hombre en el centro de la reflexión política–, estudiado por todos ellos, a quienes se suma Miguel Estrada Iturbide.

• El pensamiento liberal y el derecho constitucional, estudiados por Manuel Herrera y Lasso y Aquiles Elorduy.

Estos talentosos panistas fueron los autores más importantes de los principios de doctrina. Conforme a ese discurso y a esa doctrina, el partido fue fiel en su larga marcha como partido de oposición. Sin embargo, al llegar al poder –como bien lo explicó Bravo Mena– vino una colisión entre los principios sustentados y el ne-cesario sometimiento a ellos desde el poder. En ese momento la tarea adquirió magnitudes colosales.

Es difícil coincidir con quienes señalan las fallas de los hombres mientras las instituciones permanecen incólumes. Si fracasan los primeros, es evidente el dete-rioro de las segundas. Podrá decirse que los principios son eternos, que la doctrina se conserva intacta, pero es estéril intentar distinguir entre instituciones y hombres por su natural imbricación. Como bien expresa Miguel Estrada Iturbide, “Las ideas para vivir necesitan encarnarse. Las mejores instituciones jurídicas, sociales, políti-cas sólo viven en los hombres y por los hombres”.27

Acción Nacional generó una enorme esperanza al llegar al poder y provocó desencanto ante el desgaste del no poder. Este es lo objetivo y debemos ver cómo se corrige. ¿Los principios eran demasiado ideales o la condición humana afloró con sus fallas? ¿Hay genes autoritarios y antidemocráticos en la cultura del mexicano?27 Aminadab Pérez Franco, op. cit., p. 170.

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El PAN sostiene el humanismo político y éste, más que doctrina, debe ser una actitud. Los fundadores y quienes continuaron con ese apostolado manifestaron una gran calidad humana. Sin embargo, al ejercer el poder emergió el enemigo mayor de la política: la soberbia. Este pecado capital impide el contacto entre seres humanos; es barrera para la solidaridad y la generosidad, cualidades esenciales de la buena política; aleja de la realidad y es lo contrario de la humildad. La sober-bia también se ve en la sonrisa del envidioso, en la mirada desquiciada del avaro contando su dinero o del lujurioso en medio de la orgía o en el hombre iracundo incurriendo en la violencia contra el prójimo.

Acción Nacional, a pesar de insistir siempre en impregnar la lucha política de motivos espirituales y en buscar mover las almas, descuidó las relaciones humanas y no supo cerrar filas en torno a su doctrina. Posiblemente la influencia del sector empresarial, la obsesión por el triunfo electoral, la falta de liderazgos o ver a la po-lítica como una pesada carga –y no como pasión de entrega– arrojaron un resultado que no está a la altura del pensamiento panista de las primeras horas.

Se ha discutido mucho la condición del mexicano, su identidad, su personali-dad. Tal parece que, con excepción del periodo de la Reforma, México ha carecido de líderes a la altura de sus desafíos. Resulta difícil aceptar que las elites u hombres indispensables empujan los cambios, pero una y otra vez se confirma que la clase política mexicana sufre de mezquindad y de mediocridad. ¿Cómo revertir estas características que remiten a la cultura de los pueblos? No es posible resignarse al determinismo. La democracia es un proceso en el que debemos continuar. La amenaza es la regresión.

Se ha hablado de capital social; es decir, la calidad de las personas. Se ha habla-do también de inteligencia social; esto es, la forma como las sociedades resuelven sus problemas. Sin duda, la condición humana en política es importante. De acuer-do con la filósofa alemana Hannah Arendt:

Cualquier cosa que toca o entra en mantenido contacto con la vida humana asume de inmediato el carácter de condición de la existencia humana. De ahí que los hombres, no importa lo que hagan, son siempre seres condicionados. Todo lo que entra en el mundo humano por su propio acuerdo o se ve arrastrado a él por el esfuerzo del hombre pasa a ser parte de la condición humana. El choque del mundo de la realidad sobre la existencia humana se recibe y siente como fuerza condicionadora. La objetividad del mundo –su carácter de objeto o cosa– y la con-dición humana se complementan mutuamente; debido a que la existencia humana es pura existencia condicionada, sería imposible sin cosas, y éstas formarían un montón de artículos no relacionados, un no mundo, si no fueran la condiciones de la existencia humana.28

28 Hannah Arendt, La condición humana, Barcelona, Ediciones Paidós Iberoamérica, 2005, p. 35.

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Italia es cuna de grandes estudiosos de la política: Nicolás Maquiavelo, Gaeta-no Mosca, Antonio Gramsci, Norberto Bobbio y Giovanni Sartori entre otros mu-chos. Sin embargo, al frente del gobierno italiano estuvo por mucho Silvio Ber-lusconi, quien representa un poder de facto. Tal parece que en materia política y hablando de condición humana, enseñan más otros autores, no necesariamente ligados a la política, pero que permiten conocer el alma del hombre: Dante, en La divina comedia, da una clasificación de los pecados en que incurren personajes his-tóricos; en el Quijote, Cervantes plantea la lucha permanente entre ideal y realidad; en Hamlet, Shakespeare muestra que la personalidad no es rectilínea; Balzac retrata con maestría cómo influye el dinero en la condición humana; Nietzsche habla del homo natura al referirse a cierto determinismo; Dostoievski afirma contundente que no se debe creer en la unidad del hombre; Freud habla del anhelo de un yo fuerte y completamente desinhibido, enemigo de la cultura y abusivo en el poder. El padre del psicoanálisis señala como fuente del sufrimiento humano la insuficiencia de nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la familia, el Estado y la sociedad. En contraste, Goethe y Víctor Hugo retratan la inmensa generosidad y la grandeza en el ser humano. Se puede hablar mucho de teoría política, pero si los hombres en el poder no cumplen previamente con ciertas condiciones, la teoría simplemente se queda en el aire. A lo largo de la historia, todo político que ha obra-do en beneficio de su pueblo se ha caracterizado por haberse conducido conforme a principios éticos y con el carácter para asumirlos como un deber cotidiano.

El PAN no ha cumplido cabalmente una asignatura: definir la relación partido-gobierno, cuando este último está formado por militantes suyos. En este sentido, cinco principios deben ser rigurosamente respetados:

• El partido debe ser un fusible de los gobernantes emanados de sus filas para evitar que las descargas externas afecten las estructuras gubernamentales.

• El partido debe apoyar las políticas, las iniciativas, las propuestas del go-bierno, siempre y cuando estén apegadas a sus principios y a la plataforma electoral con la cual se contendió.

• El gobernante debe respetar, escrupulosamente, los procesos internos del partido para elegir candidatos y dirigentes.

• El partido debe ser interlocutor con el Ejecutivo y con los integrantes del Legislativo para evaluar su desempeño y, en su momento, hacer propues-tas y recomendaciones.

• El gobernante y los legisladores deben ser receptivos a las críticas y proce-der en consecuencia.

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Al arribar al siglo XXI las etiquetas ideológicas se han deteriorado al eviden-ciarse cada vez más las políticas que sí funcionan. Desafortunadamente, hay una inexplicable resistencia y falta sentido común para aplicar medidas que han de-mostrado dar buenos resultados. La patología más grave –ya se ha dicho– es la mezquindad y la mediocridad de la clase política mexicana. Ahí radica el meollo del asunto y donde debe cifrarse el mayor esfuerzo del panismo para asumir debe-res, tarea básica por antonomasia de la ética y la política.

Aun cuando estas reflexiones se remiten a los principios consagrados por Ac-ción Nacional en sus documentos fundamentales, hay uno previo, condicionante de todo buen ejercicio del poder: la honestidad. Al respecto, es preciso remontarse al ensayo escrito por Gómez Morin en 1926 que concluye con las siguientes palabras:

El deber mínimo es el de encontrar, por graves que sean las diferencias que nos separen, un campo común de acción y de pensamiento y el de llegar a él con honestidad que es siempre virtud esencial y ahora la más necesaria en México.29

Si un hombre es deshonesto, no tiene ningún caso entrar en la discusión sobre su ideario. Simplemente está descalificado para considerar seriamente sus propuestas.

El PAN no empujó lo suficiente –tal vez ni siquiera el intento hizo– para im-pregnar al aparato gubernamental de una ética básica para impedir cualquier ten-tación de desvío en el ejercicio del poder. Ese es el error de origen y de mayor gra-vedad: la condescendencia, por miedo, por inercia, por falta de convicción íntima, por debilidad de carácter o por cualquier otro motivo, con la deshonestidad. Ahí se encuentra la razón del desaliento y del desencanto de la ciudadanía con el des-empeño panista. Podrá haber muchos argumentos para intentar expiar las culpas, pero lo cierto es que, en el fondo, pudiendo hacer tanto nos atrevimos a tan poco. Precisamente en este tema son innumerables las permanentes referencias en toda la historia del PAN sobre la estrecha vinculación entre la ética y la política. En este sentido, no hay la más mínima duda o la más pequeña concesión.

En el otro extremo, en el de la real politik, fallaron ciertas habilidades. Acción Nacional nunca pudo llevar a la oposición a una encrucijada en la cual un “no” fue-ra más costoso que un “sí” y, de esa manera, empujar las reformas. Sabemos de la preocupación de los priístas por conservar una aceptación electoral. El PAN nunca los llevó a pagar el precio por su resistencia a cualquier cambio.

Al inicio del gobierno de Vicente Fox hubo una reunión con todos los goberna-dores. El Presidente no tan sólo les pidió respeto y solidaridad, también les ofreció incrementos presupuestales, aspecto cumplido con creces. Ellos, a su vez, darían el visto bueno en la designación de delegados federales. Lo más importante: se 29 Manuel Gómez Morin, 1915 y otros ensayos, México, EPESSA, 1973, p. 38.

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acababan los gobernadores “renunciados”, en una clara muestra de respeto al fe-deralismo y a la Constitución. La “renuncia” de gobernadores fue práctica común en todas las entidades de 1929 a 2000 (49 fueron retirados de su cargo en ese lapso).

Lo anterior generó una de las más graves regresiones en nuestro proceso de consolidación democrática, pues surgieron señores feudales en las entidades fede-rativas, concentradores de un poder absoluto para decidir, incluida la designación de sus sucesores, situación que por lo regular implica complicidades, sumisión o ineptitud. Los nuevos “caciques” manejan sin ningún contrapeso los recursos pre-supuestales, controlan los medios de comunicación y han llegado incluso a cooptar a los integrantes de sus congresos y de los órganos electorales locales. La situación es muy grave, hay quienes sostienen que en la elección de 2006 algunos goberna-dores priístas apoyaron al PAN ante el temor de retornar al viejo sistema bajo el cual eran sometidos al mando centralista y vivían con la amenaza de castigos y remociones. Es evidente que Ulises Ruiz (Oaxaca) o Mario Marín (Puebla), bajo la hegemonía priísta, no hubieran terminado el periodo para el cual fueron electos. Este ha sido el más grave error del PAN en el poder.

Acción Nacional careció de malicia en el ejercicio del poder, entendiendo por esto el subestimar la capacidad del contrario para hacer el mal. Ingenuamente con-fió en promesas y cedió en aspectos fundamentales. No tan solo careció de habili-dad en este terreno, hubo un ingrediente más: miedo. Estar en el poder y negociar con miedo es una contradicción. Como bien han dicho teóricos políticos, el poder desgasta, pero más desgasta el no poder.

El PAN no supo aprovechar el instrumento más eficaz que ha tenido en sus ma-nos: el económico, el manejo del presupuesto. Se objetará que esto pudiera rayar en la ilegalidad. La respuesta sería que quienes menos merecen un trato sujeto a la legalidad son los gobernadores.

Otro ejemplo: la Suprema Corte de Justicia, con base en las atribuciones del artículo 97 constitucional y después de una investigación en el Estado de Oaxaca, sentenció que había habido violaciones del Ejecutivo estatal a los derechos huma-nos. Esto era suficiente para la desaparición de poderes, puesto que el presidente de la República protestó cumplir y hacer cumplir la Carta Magna y las leyes que de ella emanen. Ahí estaba el sustento jurídico para una acción política contundente.

El PAN debió haber sido más agresivo para desmantelar las estructuras corpo-rativas, una de sus tesis más recurrentes, pero sintió falta de apoyos para asumir esta tarea. Aquí está uno de sus principales déficits. Le podremos dar muchas vuel-tas y dar muchos pretextos: “así es el pueblo de México”, “faltó cultura política”, “nos obstruyeron los adversarios”, “las condiciones no dieron para más”, “la ciu-dadanía nos dejó solos”.

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Una cosa sigue taladrando la conciencia del panista: voluntad política, ge-nerosidad y coraje, virtudes cívicas, liderazgo moral. Tal vez prevaleció aquella enfermedad que Gómez Morin encontró en el pueblo de México “pereza moral”, consistente en no cuestionar si el trabajo realizado correspondía a los principios panistas. Se contaminó una doctrina clara y de exigencias máximas con reflexiones coyunturales y con apreciaciones de tipo electoral. Se soslayaron los ideales panis-tas por considerarlos poco prácticos y difícilmente aplicables. Hubo también temor a enfrentar situaciones de conflicto a las que los militantes no estaban acostumbra-dos y se careció de habilidad para hacer política como la reclamada por el panismo.

El fundador insistía en que la pregunta clave no es hacia dónde vamos, inte-rrogante que señala como “paralizador y estéril, nos lleva a un océano de confusos temores que abruma la mente y detiene la acción o la conduce a programas inma-duros o a la prisa lamentable y trivial de los refugios antiatómicos”. La pregunta a formular desde el poder sugerida por don Manuel es qué podemos hacer, pero, sobre todo, qué debemos hacer.30

En el núcleo de la ética está el deber. Kant destacaba una idea, colocada como epitafio en su tumba: “El cielo estrellado encima de mí y la ley moral dentro de mí”. Esta es la reflexión obligada en cada decisión tomada por un ser humano. El cielo estrellado por las múltiples opciones y la ley moral para elegir la más adecuada o la más aproximada a nuestros principios. Esta labor debe ser emprendida por cada panista en el momento de ejercer un cargo, tarea en la que ha habido omisiones graves que pueden calificarse de pereza moral.

Un individuo, al tomar decisiones y desempeñar un cargo público, está obliga-do, de manera permanente, a ese ejercicio mínimo de cotejar sus principios básicos de conducta –su manera de pensar, de sentir y de proceder– con sus labores y funciones cotidianas. Desde luego, el ejercicio siempre plantea una distancia entre ambas posturas, los ideales no se pueden vivir o aplicar en plenitud, sobre todo en política y en la administración pública. Casi siempre se opta entre males, la dificul-tad radica en precisar el mal menor. Este ejercicio debe llevar a una permanente co-rrección para que la política –sustentada en el principio de tratar a los demás como nos gustaría ser tratados– pueda acercarse al principio ético básico consistente en el ideal kantiano de hacer que tu máxima tenga validez universal: aspirar siempre a la excelsitud.

En lo antes expuesto se ubica el meollo de la pereza moral panista: no asumir el ejercicio de la política con todo el profesionalismo y la entrega requerida. Hablar de ser profesional de la política significa desempeñar un oficio con toda la volun-tad para hacerlo lo mejor posible. Desde sus orígenes, Acción Nacional tuvo una obsesión: cumplir con el deber cívico de hacer política, aun cuando la vio con cierta 30 Manuel Gómez Morin, “¿Qué debemos hacer?”, artículo en la revista La Nación N° 1068, 1° de abril de 1962.

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animadversión, pues desconfiaba de la actuación de los hombres en el poder públi-co. Percibía –y aún percibe– a la política con cierto menosprecio.

Las sociedades que han logrado consolidar su democracia conceden prioridad a los deberes sobre los derechos. Son sociedades que se exigen más a sí mismas y dejan de esperar todo del gobierno. Son sociedades de deberes. Cumplir con el deber es la tarea más noble del ser humano. Retornando a Kant, este gran moralista dice en la Crítica de la razón práctica:

Deber. Nombre sublime y grande, tú que no encuentras nada amable que lleve consigo insinuante lisonja, sino que pides sumisión, sin amenazar (…) tú, ante quien todas las inclinaciones enmudecen, aun cuando en secreto obran contra ti, ¿cuál es el origen digno de ti? ¿Dónde se halla la raíz de tu noble ascendencia, que rechaza orgullosamente todo parentesco con las inclinaciones, esa raíz de la cual es condición necesaria que proceda aquel valor que sólo los hombres pueden darse a sí mismos?31

Se puede hablar de una congruencia del desempeño panista como oposición, pero al llegar al poder faltó esa reconciliación con la real politik, tomando en conside-ración que la política es la profesión más noble siempre y cuando se ejerza con honestidad y generosidad.

El PAN en el poder no ha sido eficaz. Hay tres posibles razones:

• los principios eran de imposible realización,

• no se creyó que con esos principios se pudiera gobernar,

• faltó habilidad o voluntad política para vincular teoría y praxis.

Actualmente en Acción Nacional se pueden localizar siete grupos, sin que esta clasificación sea taxativa, sino más bien enunciativa e inclusive arbitraria. Habrá quienes encajen en una o varias de estas categorías: 31 Citado por Risieri Frondizi en Introducción a los problemas fundamentales del hombre, México, Fondo de Cultura

Económica, 1997, p. 37.

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1. El primero, tal vez el más numeroso, tiene una preocupación humana y legítima: a qué me voy a dedicar el próximo sexenio si el PAN no resulta triunfador en las elecciones. De hecho, este es un malestar en nuestra embrionaria democracia, puesto que con la alternancia se ha afectado a quienes deberían ser respetados en posiciones logradas gracias a su trabajo. La Ley del Servicio Profesional de Carrera, desafortunadamente, tiene muchas lagunas, motivo por el cual este te-mor cunde en todo el aparato gubernamental.

2. El segundo podría denominarse “los nostálgicos”, quienes añoran al partido con una consistente solidaridad derivada de estar en una trinchera con desinterés y compartiendo peligros. Responderían al llamado de Gómez Morin:

¿Qué armas para esta lucha? Las únicas irresistibles: las ideas, los valores del alma. Ni tenemos otras, ni las hay mejores. Estamos para bregar, no para obtener. Ante nosotros hemos visto pasar y desvanecerse hombres y conspiraciones que sólo eso habían obtenido o se habían propuesto. Y hemos visto ante nosotros la desbandada y la caducidad de falsas tesis mezquinas al servicio de intereses parciales y transitorios, y la zozobra y desolación de los que “sirven a señores que se pueden morir”.32

Sienten que el poder corrompió a los militantes que ocupan cargos públicos, quienes ahora se asemejan a los eternos adversarios. Habiendo ofrecido hacer las cosas de manera diferente y con gobiernos distinguibles, no se logró ese pro-pósito y por lo tanto se evocan aquellas luchas heroicas.

3. Un tercer conjunto se siente en la orfandad, ya no sabe en qué creer. Ha sido invadido por la incertidumbre. Se cuestiona si se impondrá un candidato a la presidencia de la República o si será elegido en un proceso democrático auténti-co. No sabe si sumarse a facciones políticas ya surgidas dentro del partido y que han roto su tradicional cohesión y congruencia. Estas giran en torno a intereses personales con los que desafortunadamente el partido ha sido condescendiente.

4. Un cuarto grupo, preocupado por lo que pudiera ser un resultado adverso, ya tendió puentes personales con otras organizaciones políticas. Podrían definirse como los desertores; están dispuestos a dar el paso para abandonar el partido que les ha dado cobijo y oportunidades de acción política.

5. Un quinto grupo, tal vez el más deleznable, ha caído en la tentación de la corrup-ción. Resuelta su situación personal, ya no le aflige la incertidumbre del futuro.

32 Manuel Gómez Morin, Diez Años de México, México, EPESSA, 1983, pp. 158-159.

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6. En penúltimo lugar se ubican los desencantados, quienes ya no tienen mayor esperanza y sienten que los bellos ideales panistas quedaron únicamente en eso. Han adoptado una actitud de marginación, de desaliento y de resignación. Estos se identificarían con la crítica de Hugo Gutiérrez Vega, quien reconoce en el PAN un parteaguas en la historia política de México, pues dio cauces más firmes en la lucha en favor de la democracia. Este es su mayor mérito. Sin embargo, al PAN actual ya no lo reconoce. “No es el PAN que yo conocí… del partido de centro-derecha con influencia francesa y del pensamiento cristiano.33

7. Por último, los perseverantes, los que “siguen continuando”. Los que, con todo y los tropiezos, el desaliento y ante la manifestación de la pobreza de la condi-ción humana, no dejan de tener fe y esperanza en los principios panistas.

En este escenario y sin caer en actitudes catastrofistas, el PAN debe nutrirse nuevamente de su doctrina. Si alguna solución hay es retornar a los orígenes, a esa generosidad de la que Gómez Morin y González Luna dieron pruebas sobradas en su correspondencia en la que insistentemente hablan de los hombres buenos y capa-ces, su responsabilidad “es muy grande, y sus consecuencias siempre son pesadas”.34

La historia del PAN, desde su origen hasta el momento actual, puede sinte-tizarse en la siguiente reflexión de Gómez Morin: “el tránsito de la convicción a la decisión, significa un salto mortal”.35 Efectivamente, aun cuando es muy difícil realizar una política sustentada en principios, es necesario seguir intentándolo una y otra vez. De lo contrario, la política sería una actividad solamente propicia para oportunistas e improvisados. Recordemos una y otra vez las siguientes ideas:

El creyente es el que escucha. Quien escucha confiesa la presencia de aquel que habla y desea comprometerse con él; quien escucha busca en sí mismo un espacio para que el otro pueda hablar en él; quien escucha se abre con confianza al otro que habla. Por ello los evangelios piden el discernimiento de aquello que se escucha y llaman la atención hacia cómo se escucha; en efecto: nosotros somos aquellos que escuchamos.36

El PAN es una institución de tradiciones y no hay nada de malo en respetarlas y en buscar que estas perduren. Por el contrario, solamente en su continuidad, los países se fortalecen y las instituciones se vigorizan. Algo hay de tradición en cada institución y si estas funcionan dependemos menos de los caprichos de los hom-bres. Acción Nacional es una de las más bellas tradiciones en la vida de México y vale la pena luchar por su permanencia. En alguna carta de la correspondencia mencionada, González Luna no cesa de preguntarse hasta cuándo duraría “la se-rie increíble de verdaderos milagros de perseverancia que vienen produciéndose 33 Carlos Castillo López, op. cit., p. 280.34 Ana María González Luna Corvera y Alejandra Gómez Morin Fuentes (ed.), Una amistad sin sombras, Vol. 1, Méxi-

co, Fondo de Cultura Económica y Fundación Rafael Preciado Hernández, 2010, p. 2735 Idem, p. 16.36 Juan José Rodríguez Prats, op. cit., p. 137 bis.

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desde 1939”.37 Estudiosos de los partidos políticos mexicanos no cesan de recono-cer el enorme esfuerzo de Acción Nacional que, a pesar de no alcanzar triunfos electorales por un largo tiempo, pero con una gran mística y vocación democrática, logró permanecer en el escenario político nacional.

En esa misma correspondencia destaca un valor al que el PAN le ha sido fiel: la familia, su integridad, su cuidado, su capacidad para transmitir. No es gratuito que la obra referida se haya elaborado por descendientes de aquellos dos gigantes. Se les denomina así por su generosidad, así como por su inteligencia. Eso se manifies-ta también en eso que el PAN denomina “camaradería castrense”, consistente en respetar, impulsar y cuidar el valor de la amistad. Es notable cómo los fundadores se esmeraron en la solidaridad con todos los correligionarios y con quienes inclusi-ve no militaban en sus filas, sin importar jerarquías ni clases sociales. Desafortuna-damente el poder también dañó esta arraigada cultura panista.

Sí, el PAN es una institución sustentada en tradiciones: la humanista, con todo lo que eso implica; la democrática, que aun sin estar contemplada en sus docu-mentos fundacionales, es la bandera heredada del maderismo y del vasconcelis-mo; la civilista, pues sus armas de lucha siempre han sido el respeto a la ley y su afán de enaltecer el debate, para que prevalezcan las ideas; la liberal, que le hizo diferir sustancialmente con los postulados cardenistas (que lo llevó a defender a los luchadores por la democracia en contra de la persistente represión del poder público) y que en sus tesis siempre se pugnara por el federalismo y la descentrali-zación de la vida nacional; la ciudadana, porque el PAN es producto de un acuer-do de ciudadanos, evidencia de ello es su precaria vida económica que desmiente a quienes han creído que es un partido de ricos; el cultivo de la amistad, puesto que no es exagerado afirmar que Gómez Morin, con esa candidez tan humana y esa cordialidad tan natural, supo atraer al partido a muchos militantes. Su desem-peño al frente de la Universidad Nacional y su recorrido por diversas áreas de la administración pública le hicieron establecer relaciones personales que posterior-mente fueron puente para sumarlos al partido. Por último –y no por ello menos importante–, su tradición cristiana que le da un enorme contenido de bondad y de mística.

Al concluir este trabajo el PAN se encuentra enfrascado en una contienda in-terna para elegir a su candidato. Como en toda lucha política, surgen pasiones y confrontaciones en muchas ocasiones ríspidas. Por lo tanto, hacer un repaso de sus principios y una revisión de lo acontecido en los últimos años es un deber elemental. México vive un momento cargado de incertidumbre. No sería atrevido afirmar, al estudiar todos los aspectos de la vida cotidiana, que estamos en uno de los momentos más difíciles desde que surgimos a la vida independiente. Basta leer cualquier diario para enterarse de actos de corrupción que lamentablemente 37 Ana María González Luna Corvera y Alejandra Gómez Morin Fuentes, op. cit., p. LXIX.

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quedan impunes, de derramamientos de sangre y de discursos de políticos que se culpan unos a otros y no asumen su responsabilidad. Hay una guerra verbal que a nadie beneficia.

Es momento de serenidad y de reflexión seria. Es momento de darle calidad a la política. En eso Acción Nacional sigue teniendo mucho que aportar: un partido de tradiciones. Los fundadores legaron ideas y enseñanzas que se han prolongado por varias décadas. Nuestro compromiso consiste en ser eslabón para que las reci-ban las próximas generaciones.

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SobRE El hoNoR y lA foRTAlEzA EN

PolíTICA

Aminadab Rafael Pérez Franco

a actividad política vegeta en el desprestigio porque los ciu-dadanos observan a cada rato que los políticos concretos suelen velar más por sus intereses personales que por el bien común; preocuparse más por su llegada o permanencia en los puestos públicos que por las necesidades de la gente; ostentar el cargo sin mostrar a veces sensibilidad, capacidad, eficien-cia o compromiso que acrediten la idoneidad del individuo

para cumplirlo con responsabilidad y eficacia.

En el desarrollo de la vocación política, los partidos políticos mexicanos han incurrido en una grave falla en la formación de sus militantes. Preocupados por generar liderazgos atractivos desde el punto de vista electoral o especialistas en la técnica gubernamental o legislativa, los partidos no han puesto énfasis en los valores y cualidades que un político debe hacer valer en los momentos difíciles; en contados casos, algunos dirigentes o funcionarios tienen la oportunidad de presen-ciar cómo otros afrontan una crisis y adquieren cierta experiencia para enfrentar sus propios avatares futuros. Pero, en general, los políticos son sorprendidos por las inevitables adversidades de la vida pública y reaccionan de manera errática y mezquina ante ellas.

Sería fundamental que los políticos adquirieran conciencia de las nociones del honor y la fortaleza aplicables a su oficio y no confundirlas a conveniencia. En la actualidad de la vida democrática mexicana, mantener el honor y la reputación no significan –como en la fórmula japonesa– optar por el hara kiri tras un error garra-fal, como tampoco la fortaleza equivale a aferrarse a un cargo público para salvar el pellejo.

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En política, el honor, la buena reputación, el prestigio, son cualidades que se van construyendo y acreditando conforme se cumple una trayectoria de servicio, congruencia y capacidad que son reconocibles por la comunidad política. Cual-quiera puede creerse honorable, pero ello trasciende la autopercepción, porque son otros, los demás, quienes en un momento dado pueden reconocer a un político como honorable o señalar a muchos como deshonestos, irresponsables, corrup-tos, falsos o prepotentes. El desprestigio actual de la política lleva al ciudadano a suponer que cualquier político no es digno de confianza hasta que demuestre lo contrario.

Además, el honor dista de ser una cualidad unívoca. Tiene que ver en distintos grados y circunstancias con los principios, la rectitud, la congruencia, la honesti-dad, el desempeño, la apertura e incluso hasta con cuestiones específicas relativas a la conducta personal, familiar y hasta sexual. No es la honra o la mera reputación, como tampoco el simple apego a un código de ética.

El honor en política lleva a quien lo tiene a actuar con desinterés y abnegación, a estar dispuesto a un sacrificio, así sea injusto, ante las circunstancias; saber que el poder es oportunidad temporal de servir y no patrimonio al cual aferrarse; saber que la política es también una guerra, muchas veces sucia, en la que se puede tran-sitar con dignidad y decencia, pese a los ataques y trampas colocadas en el camino por políticos sin escrúpulos, por periodistas poco veraces, por intereses económi-cos mezquinos, por fenómenos inesperados o hasta por las propias y naturales insuficiencias de todo personaje público.

Frente a los retos que se presentan constantemente a quienes ejercen la política como vocación es indispensable tener la cualidad de la fortaleza. Esta virtud se relaciona con el vigor y el ánimo para afontar riesgos; específicamente, en política, la fortaleza es la capacidad de colocarse ante una crisis y permanecer de pie, sin dejarse vencer por las adversidades, los rumores, las deslealtades, los sabotajes, el egoísmo o los actos ruines de quienes buscan el poder desde la lógica de quitarte a ti para ponerse ellos.

La fortaleza es consecuencia de portar siempre principios y valores, de tener capacidad de acción y de reflexión, de rodearse de un equipo competente y eficaz con quien se comparten las responsabilidades y los éxitos. Ser fuerte en política no tiene que ver con el tamaño del garrote, sino con la dimensión del espíritu; no es ejercer el mando, sino adquirir la autoridad; es la postura que lleva a resistir las ad-versidades e insistir en la ruta trazada o, en caso contrario, ceder en aras de abrirle paso a una solución distinta, teniendo la grandeza de hacerse a un lado cuando así lo exijan las circunstancias.

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Renunciar a un puesto público es, en muchos ca-sos, signo de fortaleza. Es una señal de que uno puede desprenderse de los fueros y recursos del poder por-que no tiene cola que le pisen, porque su capacidad lo llevará a un nuevo cargo cuando se deslinden las responsabilidades, pues en su fuero interno no tiene dudas de su propio actuar ni tampoco del de sus cola-boradores cercanos.

Cuando un político confunde el honor con la fortaleza y se aferra irracional-mente a un cargo público o partidista durante una crisis sin salida, acaba débil y deshonrado, echando a perder su propio futuro. Un legislador o un gobernante que se acogen al fuero para maniobrar desde ahí las estrategias para evadir a la jus-ticia o, peor aún, para justificar su irresponsabilidad, lo único que consiguen es sal-picar de mugre al oficio político y alimentar el enojo social contra los políticos; son los que involuntariamente se convierten en carne fresca para las fieras de la prensa que no titubearán en darse un festín con las declaraciones de autodefensa que se presentarán como torpezas adicionales que se suman a los yerros cometidos.

Parte del honor y de la fortaleza de un político tiene que ver con la conciencia de que el poder es temporal, que se desgasta y se acaba, que no hay cotos eternos y que hasta el PRI que fue la dictadura perfecta terminó siendo derrotado. También son signos de honor y de fortaleza el que la derrota o la retirada no significan el fi-nal del camino, sino que, cuando un político tiene una real vocación y las genuinas cualidades que hemos apuntado, está en posibilidades de volver, de levantarse, de seguir siendo opción. Ciertamente también hay pillos que regresan, pero no es lo mismo volver luego de hacerse a un lado voluntariamente para someterse al escru-tinio de la justicia y del pueblo, a reaparecer desde las sombras del desprestigio de quien se tuvo que ir porque lo pescaron con las bolsas llenas de dinero mal habido o con las manos llenas de sangre y de violencia.

Nunca podrá ser fuerte ni honorable el político que considere que su cargo o su poder son más importantes que el pueblo al que sirve; el que se someta a intereses parciales traicionando el interés superior de la Nación; el que por negociar, negocia principios e ideales y no sólo las estrategias, tácticas u objetivos que sí son nego-ciables. Cuando un político decide salir a proclamar en pobre oratoria su propia autodefensa, queda grabado en la memoria colectiva el desprecio por quienes se acaban en el llanto y la autoexculpación, sin perjuicio de haberle dado la espalda a la sociedad a la que se comprometieron a servir.

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n 1974 se reformó el segundo párrafo del artículo cuarto de la Cons-titución Mexicana, en ella se estableció la igualdad jurídica entre el varón y la mujer. Para hacer realidad esa ley se han creado diversos mecanismos e instituciones y se han modificado varios ordenamien-tos federales y estatales, para superar las tradicionales desigualdades entre mujeres y hombres.

También en 1974 se estableció el Programa Nacional del Año Internacional de la Mujer, que preparó la participación de nuestro país en la Conferencia Mundial sobre la Mujer, la cual tuvo lugar en México en 1975. En 1980 se creó el Programa Nacional de integración de la Mujer al Desarrollo, dentro del Consejo Nacional de Población. En 1985 se instaló la Comisión Nacional de la Mujer, que entre sus tareas tuvo la de preparar la participación de México en la Tercera Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Nairobi, Kenya. En 1993 se instaló el Comité Nacional Coordinador, con el propósito de organizar las actividades preparatorias de la par-ticipación de México en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Pekín, China, en 1995. A partir del 8 de marzo de 1996 y hasta el 31 de agosto de 1998 vino operando, desde la Secretaría de Gobernación, un mecanismo deno-minado “Programa Nacional de la Mujer” encargado de instrumentar el Programa del mismo nombre.

Por lo que toca al ámbito internacional, se han diseñado diversos instrumentos que se ocupan de impulsar la igualdad de las mujeres, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, aprobada por la ONU en 1979 y ratificada por México en 1981 y la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo en 1994, en la que se planteó,

A TodoS bENEfICIAlA iGuAldAd ESENCIAl

ENTRE MujERESy hombRES

María Elena Álvarez de Vicencio

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entre otros puntos, la necesidad de establecer mecanismos para alcanzar la igual-dad de las mujeres y los hombres en todos los niveles del proceso político y la vida pública.

La Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, convocada por la Asamblea General de la ONU, al abordar lo relativo a los meca-nismos institucionales para el adelanto de las mujeres, estableció como uno de los objetivos estratégicos, crear o fortalecer los mecanismos existentes, en las instancias más altas del gobierno, con atribuciones claramente definidas, con disponibilidad de recursos suficientes y con la capacidad y competencia para influir en cuestiones de políticas públicas y en la formulación y examen de la legislación.

En cumplimiento de este acuerdo internacional se creó el Instituto Nacional de las Mujeres en 2001, con una ley que le asigna el papel de órgano rector de las políticas para alcanzar la igualdad entre Mujeres y Hombres.

Una de las primeras acciones que el INMUJERES impulsó fue la creación de nuevas leyes para alcanzar la igualdad. Las nuevas leyes que se crearon fueron:

• Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual tie-ne como objetivo establecer la coordinación entre los tres órdenes de gobierno para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

• Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, cuyo objetivo es regular y garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, así como proponer lineamientos y mecanismos institucionales que orienten a la Nación hacia el

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cumplimiento de la igualdad sustantiva en los ámbitos público y privado, pro-moviendo el empoderamiento de las mujeres.

• Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas, esta Ley tiene por objeto prevenir y sancionar de la trata de personas así como la protección, atención y asistencia a las víctimas.

• Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, su objetivo es prevenir y eliminar todas las formas de discriminación que se ejerzan contra cualquier persona en los términos del Artículo 1 de la Constitución Política de los Esta-dos Unidos Mexicanos.

Una vez aprobadas estas leyes se ha trabajado para lograr la armonización de las normas y Códigos de los Estados para que concuerden con las federales. Actual-mente, todas las entidades federativas cuentan con su Ley de Acceso de las Mu-jeres a una Vida Libre de Violencia; 28 estados tienen Ley de Igualdad; 23, Ley de Trata; 19 cuentan ya con la de Discriminación y 23 tienen tipificado el delito de feminicidio.

El bienestar y la prosperidad de la Nación, que es el propósito de los gobiernos, no podrán alcanzarse si la mitad de la población, que son las mujeres, no tienen igualdad de oportunidades ni cuentan con los apoyos necesarios para alcanzarlas. Ninguna Nación ha prosperado marginando o desaprovechando al 50% de su ciu-dadanía. Los países que han considerado como prioridad la agenda de las mujeres han logrado la igualdad y la disminución de su pobreza.

“Se dice que el nivel de civilización de una sociedad se mide por el respeto con el que se trata a las mujeres y por el grado de influencia que ellas alcanzan en esa sociedad. Por lo tanto se requiere medir el impacto que tienen las sentencias, las leyes y las políticas públicas con perspectiva de género, para determinar el grado de influencia de las mujeres en nuestra sociedad”.1

En México, y en casi todo el mundo, se crearon estereotipos respecto al papel de las mujeres y los hombres es decir, sobre las formas en que ellas debían pensar y actuar; se esperaba que las mujeres fueran amables, dependientes y sumisas; dedicadas al hogar y a los hijos. Ahora, las nuevas generaciones de mujeres tienen menos hijos, atienden a la familia y luchan por lograr mejoras económicas, sociales y tienen cada vez más presencia efectiva en el desarrollo del país.

Al mismo tiempo que el trabajo de las mujeres contribuye a mejorar la situación económica de las familias y del país en general, tiene como consecuencia una doble jornada para ellas ya que deben seguir desempeñando todas las labores del hogar.

1 Olga Sánchez Cordero, La mujer y el voto en México, en FEPADE Difunde, México, año 2, número 4, 2003, p. 49.

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Por otra parte, este impulso económico se ha visto frenado por la insuficiente oferta de empleo para las mujeres y por la carencia de apoyos o recursos para el cuidado de los hijos. Ante esta realidad el gobierno ha impulsado, aun cuando to-davía son insuficientes, la creación de Estancias Infantiles y guarderías que cubren los dos propósitos: son una fuente de empleo para las mujeres que atienden las estancias y con el cuidado de los niños se crean condiciones para que las mujeres puedan trabajar o estudiar. Estas acciones deben incrementarse y además hay que prolongar los horarios escolares para que coincidan con los del trabajo de los pa-dres y además se requiere distribuir las tareas del hogar entre todos los miembros de la familia.

En Estados Unidos se calcula que el trabajo de una ama de casa cuesta aproxi-madamente 500 mil dólares al año. La realidad económica de México no tiene tanta estima por este trabajo. Hay familias que optan porque ambos padres tra-bajen y generalmente la madre lleva sola las responsabilidades de la casa. Otras familias deciden que la madre no trabaje fuera del hogar, porque aunque se prive de un salario y de las prestaciones, se ahorran el costo de la guardería y sobre todo, se gana en atención de los hijos y en convivencia familiar. Lo importante es lograr que todas las familias encuentren las condiciones que les permitan tomar las propias decisiones, ya que hay familias que no podrían subsistir sólo con el salario del padre. La flexibilidad en el empleo y la conciliación de la vida laboral con la vida familiar es una meta a la que México deberá llegar en el menor tiempo posible.

También hay que vencer los obstáculos que por tradición dificultan a las muje-res el acceso al trabajo, por embarazo o por tener hijos pequeños. Por ser mujeres se les niegan ciertos puestos, aun cuando tengan la capacidad para ocuparlos y se les pagan salarios muy inferiores al esfuerzo que realizan y a la preparación que han adquirido.

El tema de la mujer no debe ser tema exclusivo de ellas, ya que en todos los ámbitos y aspectos de la sociedad están incluidas de una u otra manera. Esta dis-cusión o afirmación saldrá sobrando cuando al referirnos a cualquier tema humano hablemos de personas.

Aunque el texto de la Constitución de 1917 no negaba explícitamente los de-rechos políticos a las mujeres, tampoco los estableció claramente, ya que decía en su Artículo 4: “Son ciudadanos los mexicanos…”, se quería suponer que al decir mexicanos se refería a hombres y mujeres, pero la realidad fue otra. Las mujeres no votaban ni se podían proponer como candidatas.

La obtención de la ciudadanía plena para las mujeres fue una larga lucha en la que no participaron todas las mujeres y mucho menos los varones. El tema era

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rechazado pues se sentía que atentaba contra la integridad de la familia que era tarea asignada a las mujeres.

En las elecciones del 3 de julio de 1955, las mujeres acudieron a las urnas, por primera vez, a emitir su voto para elegir diputados federales para la XLIII Legisla-tura. En estos comicios resultaron electas cuatro mujeres.

Al reconocer la ciudadanía de las mujeres adquirieron no sólo el derecho de votar en las elecciones, sino el de poder “ser votadas para todos los cargos de elec-ción popular y nombradas para cualquier otro cargo o comisión”, como señala la Constitución.

“Alcanzar la ciudadanía fue y es un logro, pero una cosa ha sido tener el dere-cho y otra muy diferente ganarse el status de ciudadanas”.2

La resistencia de los varones para ceder espacios de poder a las mujeres y la di-ficultad para ellas de conciliar la vida familiar con la acción política, ha ocasionado que el avance sea lento y difícil.

Se requiere todavía un cambio cultural para lograr que a las mujeres sean con-sideradas en un nivel de igualdad esencial respecto a los varones, con los mismos derechos y con equidad respecto a las responsabilidades familiares. Sin igualdad no podrá haber equidad.

Si hombres y mujeres se consideran esencialmente iguales, ambos podrán ele-gir, libremente la profesión, el formar o no una familia y en las familias será posible repartir equitativamente las labores del hogar y las tareas de la educación de los hijos, todo lo cual hará familias más felices y una Nación más desarrollada.

En el campo político la democracia exige que las mujeres ejerzan sus derechos en igualdad de oportunidades con los varones para acceder a cargos públicos. No puede haber democracia plena si a la mitad de los ciudadanos, que son mujeres, no se les permite participar. Hay suficientes mujeres preparadas, sólo hace falta eliminar las barreras culturales que lo impiden y que las mujeres se decidan.

2 Ibídem, p. 45

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ocos son los politólogos que atienden la sorpren-dente longevidad de los tres mayores partidos po-líticos que hoy existen en México, sólo comparable a la que se observa en democracias maduras, como la de Gran Bretaña o Estados Unidos. Por año de na-cimiento, al PRD le corresponde el primer sitio en edad, pues su antecesor remoto es el Partido Comu-nista Mexicano (PCM), fundado en 1919; en segun-

do lugar está el PRI, cuyo abuelo, el Partido Nacional Revolucionario (PNR), fue fundado por el “Jefe Máximo” Plutarco Elías Calles en 1929. Tercero en edad es el PAN, que desde 1939 mantiene el mismo nombre que ideó su fundador, Manuel Gómez Morin.

Los tres son, en el sentido gramsciano del término, partidos históricos, porque han acompañado la trayectoria de nuestra nación a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. Pero lo que quizá más llame la atención es la persistencia de dos agrupa-ciones partidistas que, por más de siete décadas, sobrevivieron al predominio casi absoluto de un solo partido, como es el caso del Partido Acción Nacional.

Salvador Abascal me pidió escribir mi opinión sobre su partido, gesto que agradezco y que me obliga a evocar la invitación que con igual propósito me hizo, en los años noventa del siglo pasado, mi siempre recordado amigo Carlos Castillo Peraza.

ASí loS vEo

Jorge Alcocer V.(Director de la revista Voz y Voto)

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Vayan pues estas letras, escritas en una tarde en que por fin pude abrir un es-pacio de serenidad en mi atribulada agenda del trabajo cotidiano.

Empiezo por alertar a los lectores sobre las limitaciones de este texto: aunque conozco la trayectoria principal del PAN, no soy un biógrafo ni un conocedor de sus avatares, sobre todo en esa larga etapa que alguien denominó “la brega de eter-nidades”. Remito a quienes estén interesados en esa historia al libro de la doctora Soledad Loaeza, a mi juicio la biógrafa más exhaustiva de la “brega de eternida-des”, así como a los textos y compilaciones que publicó Alonso Lujambio.

En lo que sigue, concentro mi interés en compartir algunas reflexiones sobre la trayectoria más reciente y el futuro del PAN, una vez que éste perdió la elección presidencial de julio de 2012, resultado que puso punto final a sus doce años de estancia en el Poder Ejecutivo federal. Obvio es decir que los juicios y opiniones aquí vertidos, son de mi exclusiva responsabilidad.

Son estas notas, apenas el inicio de una historia que está por escribirse; que corresponde escribir, en primer lugar, a los afiliados al PAN.

The worst man in the best place (El peor hombre en el mejor lugar)Vicente Fox Quesada, candidato presidencial en 2000 y presidente de México (2000-2006), fue, por su resultado electoral, el mejor candidato que en aquel momento pudo postular el PAN. Casi analfabeto funcional, el guanajuatense encarnó como nadie antes el rencor social contra el PRI. Con un discurso elemental en sus ideas y conceptos, Fox atrapó la atención del electorado. Beneficiado por la debilidad del candidato de las izquierdas, muy pronto se colocó como el hombre que podía lograr lo que hasta entonces parecía imposible: derrotar al PRI.

Lo hizo. Y entonces empezó para México, para el PAN y los demás partidos, el calvario de convivir y tratar con un hombre sin idea de Estado, a quien la lectura le aburría, los problemas lo agobiaban y las salidas fáciles, ocurrentes, le parecían la mejor forma de gobernar. Sin historia ni raigambre panista, a Fox lo enfrentaron y contuvieron, como primera línea de resistencia, los senadores de su propio partido, no pocos de sus diputados y la vieja guardia panista.

Atrapado en su propia ineptitud, Vicente Fox tuvo, sin embargo, colaboradores directos que con audacia y conocimientos contribuyeron a que los daños que cau-saban el presidente y su esposa fuesen menores.

En el gobierno de Vicente Fox los panistas miraron de lejos su propio destino, y conforme avanzó el sexenio cancelaron sus expectativas de sumarse al gobierno que consideraban propio. Quien se tome el cuidado de analizar la biografía de los secretarios de Estado y directivos de los más importantes organismos y empre-

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sas del Estado durante el periodo de 2000 a 2006, constatará la notoria ausencia de militantes del PAN. Fox rechazó usar su gobierno como escuela de formación para nuevos funcionarios, con idea y raigambre blanquiazul. Prefirió confiar en su supuesto olfato empresarial. Se condujo en el gobierno como si él siguiera siendo agente de ventas de la Coca Cola, y sus colaboradores, leales y disciplinados repar-tidores de refresco.

Fox nunca entendió al PAN ni se preocupó por él, de modo que, al llegar el final del mandato, ni el presidente sentía compromiso alguno con el partido, ni el PAN veía en él a un activo que defender y aprovechar en la siguiente elección. Para colmo, fracasado el intento de imponer a su esposa como candidata, el presidente y ella decidieron imponer a un delfín. Para ese efecto se inclinaron por el ex consejero electoral y secretario de Gobernación, Santiago Creel.

The best man in the worst place (El mejor hombre en el peor lugar)A sus 43 años, Felipe Calderón Hinojosa parecía sintetizar el ideal de un panista de hueso azul. Hijo de un fundador, casado con la hija de otro –confieso mi respeto y estima por Margarita Zavala–, dirigente juvenil, parte del relevo generacional que instrumentaron Luis H. Álvarez, Carlos Castillo Peraza y Diego Fernández de Cevallos, Felipe era la inesperada e idónea alternativa para enfrentar al delfín de Fox, en el peor momento.

Con pocos recursos e infinita sagacidad, el oriundo de Michoacán se impuso en 2005, de manera contundente, en la contienda interna del PAN. En 1999 Fox había sido precandidato único; Calderón entró a la contienda interna sin que nadie apos-tara un peso por el él; vino de atrás y ganó la candidatura presidencial. Se entreveía que el PAN por fin podría verse dentro de Los Pinos.

Felipe parecía el mejor hombre, aunque la coyuntura que indujo Fox termi-nó en conflicto y pesadilla. El PRI, dividido y debilitado, postuló a un candidato presidencial que desde el origen estaba en tercer lugar de las preferencias. Fox, al promoverle juicio político, había hecho crecer al candidato obvio de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador.

El resultado y sus consecuencias son conocidos, no es necesario referirme a esa reciente etapa.

El calderonato“Haiga sido como haiga sido”. Con esa dicción y concepto, Felipe Calderón arribó a la Presidencia de México en diciembre de 2006; en medio de un conflicto que hizo aparecer el de 1988 como juego de infantes. Cuando, tres meses antes, en sep-tiembre de 2006, me preguntaron sobre el qué hacer con el voto por voto exigido por López Obrador, mi respuesta fue: aceptarlo. Pensé entonces, lo sigo haciendo,

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que Felipe había ganado bien, que la diferencia, por mínima que hubiese sido, era legal y acreditable. Motivaciones de otra índole hicieron que mi propuesta fuese re-chazada, sin discusión. Sigo convencido que el recuento de todos los votos habría dado el mismo resultado, y que Calderón habría llegado a gobernar sin la duda que quedó sembrada.

El michoacano que, siendo jefe nacional del PAN, había sentenciado en Sonora que el reto era “ganar el gobierno sin perder al partido”, después de seis años per-dió el gobierno y ha dejado a su partido en estado de postración.

Mi balance preliminar sobre el presidente Calderón lo escribí y publiqué en el diario Reforma (“Luces y sombras”, 27/11/2012). Dice así:

“La obra de todo gobernante es producto, antes que nada, de sus propios acier-tos y errores, pero también de los de sus colaboradores y de las fuerzas políticas que acompañan y contrapesan el ejercicio del mandato.

“El mayor acierto del presidente Calderón fue su respeto a las libertades polí-ticas y, salvo contadas excepciones, a la crítica contra su persona y sus decisiones; de igual manera, cabe reconocerle el respeto a los otros dos poderes federales, a los gobernadores y presidentes municipales. Aunque en términos de crecimiento eco-nómico y generación de nuevos empleos los resultados que entrega son muy po-bres, justo es reconocerle que hereda a su sucesor una situación económica estable, base necesaria para emprender reformas que impulsen la inversión y el empleo.

“Por formación y convicción, Calderón fue un impulsor de cambios democrati-zadores durante los años previos a su arribo a Los Pinos; por esa historia personal, y por su experiencia como candidato presidencial, respaldó de manera activa la reforma electoral de 2007-2008, especialmente el modelo de acceso de partidos y autoridades electorales a la radio y la televisión; luego impulsó la reforma política, que daría frutos en agosto del presente año. Esas dos reformas constituyen su prin-cipal aporte al desarrollo democrático.

“En cambio, Calderón no supo, o no admitió, cambiar el enfoque asistencialista de la política social; preservó y perseveró, como sus dos antecesores, en el modelo instaurado por Carlos Salinas: paliar la pobreza extrema sin atacar sus causas. Al final de su mandato, México tiene el mayor número de personas con ingreso diario por abajo del mínimo de subsistencia; ése es el saldo más negativo de su política económica y social.

“En la política exterior, el michoacano no encontró la brújula que lo guiara; la relación con Estados Unidos y Canadá, nuestros socios en el TLCAN, fue guiada por la inercia, sin iniciativas ni acciones dignas de recuerdo. Con América Latina,

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México ha perdido liderazgo tanto en los temas de integración económica como en el fortalecimiento de los procesos democratizadores. Frente a Europa no se tuvo claridad en los objetivos ni consistencia en las acciones.

“Hay consenso en que el saldo más negativo del sexenio que termina es la cauda de violencia y muertes que ha provocado la llamada ‘guerra contra el nar-cotráfico’. Hasta el día de hoy no sabemos los motivos que llevaron al presidente a emprender tal ‘guerra’, mientras los muertos y las víctimas colaterales se siguen acumulando en siniestro récord. Me constó que ese tema no formaba parte de las reflexiones y análisis en su equipo de transición; Calderón se va sin haber ofrecido una explicación al respecto.

“Hay otro saldo negativo: la corrupción se extendió de manera imparable, sin que las iniciativas y acciones para combatirla y sancionarla hayan arrojado resul-tados; la corrupción y la impunidad guardan estrecha relación con el rompimiento de los pesos y contrapesos en la relación entre los tres órdenes de gobierno; son el saldo más pernicioso del feuderalismo.

“Con su gabinete, Calderón actuó bajo la premisa de privilegiar a sus amigos de confianza, sin que por ello se abstuviera de despedirlos al influjo de sus cam-biantes humores. Es cierto que la tragedia lo privó de tres de sus colaboradores más cercanos, pero visto de conjunto, su equipo cercano se distinguió por el bajo perfil, y al final por la designación de secretarios sin méritos ni experiencia. El suyo fue un gobierno de cuates.

“Al PAN lo trató como si fuera una dependencia del gobierno; ignoró que, por historia y cultura propias, los panistas no comparten las formas del presidencialis-mo de antaño. Para enfrentar al PRI, promovió alianzas electorales con el PRD, sin cuidar candidaturas ni compromisos. Llegado el momento de la sucesión, Calde-rón enredó los hilos, con los resultados ya conocidos. Perdió el gobierno y hundió al PAN en una crisis sin precedente.

“Felipe, a sus 50 años, tiene mucho tiempo por delante para hacer su personal balance; su lugar en la historia de México está asegurado, ya fue presidente. Lo que vendrá es el juicio de la historia, una vez que los ánimos se sosieguen y haya tiempo para aquilatar y valorar la obra de su gobierno, con sus luces y sombras.”

Al paso de las semanas transcurridas desde el inicio de la segunda alternancia, salen a flote informaciones que dan cuenta de posibles actos de corrupción, en múl-tiples frentes. Disipar dudas, aclarar hechos, no es solo tarea de los funcionarios de los gobiernos federales previos; es una misión de sobrevivencia del PAN.

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¿Cómo veo al PAN?Regreso a Carlos Castillo Peraza, a aquel texto mío, en res-puesta a su provocación-invitación. Cito de memoria lo que escribí en esta revista Palabra: el Partido Acción Nacio-nal tiene que abandonar el confesionario, asumir los prin-cipios y valores del mundo laico, sin por ello pedir a sus afiliados, a cualquier persona, que renuncien a sus creen-cias religiosas.

Creo que ese desafío sigue presente. Al PAN le hace falta, primero que nada, un cambio en su actitud, quizás en

sus genes, respecto de la Iglesia católica y sus valores, en crisis desde hace lustros. Tanto Fox como Calderón hicieron manifiestas sus convicciones religiosas, en un país que con esa Iglesia debió enfrentar guerras civiles e invasiones de potencias extranjeras. Respeto la religiosidad primitiva de Vicente Fox, y la razonada de Feli-pe Calderón, pero advierto de que eran y son suyas, que no corresponde que el jefe del Estado mexicano propale esas creencias.

Dejemos a Dios donde cada cual quiera y exijamos al César que no meta a Dios en los asuntos del gobierno terrenal.

Pero, en lo fundamental, el PAN ha perdido su carácter casi virginal. A lo largo de más de siete décadas pudo señalar al PRI como el causante de casi todos los males de México. Desde diciembre de 2000, la virginidad ya no es pretexto. Doce años en los Pinos; dos Presidentes de extracción panista, obligan a mirar al partido blanquiazul con una nueva óptica. Y a valorar sus actos y decisiones en contraste con su ejercicio del poder.

Dos presidentes surgidos de las filas del PAN cubrieron doce años de la vida de México, de mi generación y de otras que estaban adelante o vienen detrás. Con sus luces y sombras serán recordados por sus acciones y omisiones. Su partido, el PAN, tiene que hacerse cargo de esa historia por breve que haya sido, pues al final del día doce años en la vida de una nación son apenas un suspiro, pero en la nuestra son un tiempo considerable.

De manera inevitable, el PAN está sumergido hoy en apenas disimulada lucha interna por el control de sus derechos y prerrogativas legales, que no es poco. En la derrota, visto en sí mismo, es el segundo partido nacional por número de votos, cualquiera que sea la elección de 2012 por la que se le mida.

Es también, contra viento y marea, depositario y heredero de valores y tradi-ciones con las que se identifican millones de ciudadanos. Por derecho propio es, reitero, un partido histórico.

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Quizás el PAN necesite darse tiempo para digerir la derrota de 2012, para pen-sar colectivamente en lo que hizo bien y en lo mucho que le faltó hacer durante esos doce años en el poder.

A sus 74 años, a este PAN más que septuagenario le hacen falta –creo– menos adrenalina, menos conflicto interno, más unidad, más debate interno, más ideas propias y, sobre todo, más espíritu.

Volver a la política de alianzas de oportunidad con el PRD, bajo la consigna “to-dos unidos contra el PRI” es reacción epidérmica; es producto de la desesperación, no de la reflexión. Comportarse como el pugilista tirado a la lona por el golpe seco y contundente que lo ha dejado fuera de la pelea, para bailar en los dos segundos que siguen como el peleonero que quiere seguir batallando, con ayuda del que ayudó a su derrota, es uno de los errores más graves del PAN que retorna a la oposición.

Hacer alianzas con el PRD no es ilegal, ni indebido. Lo que no encuentro, ideo-lógico como soy, es qué los une, frente al electorado, de cara a la sociedad. Unirse para ganar ha tenido resultados disímbolos para ambos partidos, y un resultado poco deseable para la sociedad. Véanse los casos de Yucatán, Chiapas, Oaxaca, Si-naloa y Puebla.

Los dirigentes del PAN parecen no entender que conservan una ventaja envi-diable en materia electoral: mientras que el espectro del centro-izquierda está satu-rado, empieza en el PRI, pasa por esa creatura llama “Partido Verde”, para luego abarcar la constelación de las izquierdas y hasta el Panal; en el centro-derecha no hay quien le compita al PAN.

Abrevando de sus viejos principios de doctrina, actualizados en los años 60 del siglo pasado por Adolfo Christlieb Ibarrola, los panistas pueden emprender la ruta de un nuevo aggiornamiento, que no es otra cosa que la puesta en día de sus ideales y propuestas, mirando al México del nuevo siglo. Podrían ser, por fin, el partido de la derecha liberal, democrática, laica, que se proponga alcanzar la “victoria cultural” que el yucateco anticipó, de manera fallida. O pueden, seguir mirándose en el espejo de la derrota.

El PAN tendrá que retomar lo mejor de su historia, de sus mujeres y hombres, de esa irrepetible “brega de eternidades”; a la que no hay retorno. La vida política de México se normaliza, se torna aburrida, y en ese aburrimiento el Partido Acción Nacional, por lo pronto, tiene un lugar asegurado.

Los panistas deberán –creo– realizar un acto de contrición, para sin confundir su interlocutor, saber que no es Dios quien les llama a cuentas, sino ellos mismos, su ser y pensar, sus acciones y decisiones.

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Concluyo dejando planteada una duda, a partir de un hecho: como ya sabemos –saben ellos– la estancia en el poder atrajo, como la miel a las moscas, a decenas de miles de supuestos nuevos militantes y adherentes, sin compromiso con el PAN, pero ambiciosos de tener acceso a cargos públicos. En la depuración de su padrón de militantes y adherentes, la realidad quedó al descubierto. Ese es el hecho.

La duda es por el inevitable, indispensable, relevo generacional que permita al panismo mirar al futuro. Las mujeres y hombres que cubrieron las tres décadas pasadas en la vida del blanquiazul ahora están a punto de retiro. Lo que no aparece es el relevo.

Los partidos son, a final de cuentas, lo que sus hombres y mujeres son y pro-yectan.

Gracias a la revista Palabra por su hospitalidad.

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El nARCISISmoEN El PAN

Antonio De la Cuesta Colunga

an pasado más de siete meses desde que se consumara la determinación de una enorme mayoría de los mexi-canos de “sacar al PAN de Los Pinos”. En poco más de un mes –el 16 de marzo, para ser precisos–, Acción Na-cional llevará a cabo su 17 Asamblea Nacional Extraor-dinaria. En ella, según lo acordado durante las reunio-nes de su Consejo Nacional ocurridas en enero pasado, se podría presentar una reforma estatutaria de largo alcance, con el objetivo de reestructurar y fortalecer el

partido (esa sería la idea) tras la devastadora derrota electoral de julio de 2012.

Desde sus múltiples pérdidas en los comicios federales intermedios de 2009, cuando comenzaba a vislumbrarse la eventual caída panista de la Presidencia de la República, el PAN emprendió un proceso de reflexiones que pretendía encontrar errores, omisiones y posibles cursos de enmienda para una crisis que, al paso del tiempo, trascendió lo electoral y se develó como estructural. Sin embargo, la expe-riencia indica cómo, o los resultados de esa reflexión no se aplicaron con éxito en la realidad o, simplemente, no existió. En lo personal, me inclino por lo segundo. El caso es que algo falló. Entonces, ¿qué elementos podría tomar en cuenta Acción Nacional a fin de conseguir un nuevo proceso reflexivo con mejores consecuen-cias? En otras palabras, ¿cuáles son los yerros que requeriría reconocer el partido?

Primero, como señaló el senador Javier Corral en un texto publicado el 6 de enero pasado, el PAN requiere “una reivindicación y crítica que permita despejar

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de [sus] análisis la rencilla política y también dejar de estar viendo por el retrovisor cuando [se ha] decidido caminar hacia adelante”. No obstante, considero que sí resulta relevante remontarse al pasado no tan lejano, o sea, al momento en el cual el PAN pierde formalmente la Presidencia de la República. A pesar de los esfuerzos de una candidata valiente (más que diferente, como rezaba su principal arenga de campaña), sólo uno de cada cuatro votantes cifró su esperanza en Josefina Vázquez Mota como posible presidenta de México. Ahora bien, entre los casi 13 millones de quienes sufragamos a favor de la panista, estoy seguro de que nuestras motivacio-nes fueron muy distintas. Hubo quienes lo hicieron por el simple hecho de sim-patizar con Acción Nacional; otros, por buscar la continuidad de las políticas del presidente Calderón –de quien Vázquez Mota nunca supo desmarcarse hasta que, casi al final de la campaña, en un exabrupto lleno de sarcasmo (espero), lo propuso para ocupar la PGR—; unos cuantos más lo hicimos por confiar en las capacidades, sensibilidad y, en especial, carácter de Josefina; los menos, lo habrían hecho por todas las razones anteriores.

A la distancia, tal vez el error básico del panismo –al menos en el ya de por sí difícil proceso electoral de 2012—, en específico de sus liderazgos, podría resumirse en tres puntos: uno, su incapacidad de lograr la congruencia entre las virtudes de su proyecto ideológico (que sin duda posee la doctrina del PAN) y el complejo arte de gobernar; dos, el fracaso en difundir un historial convincente de buen gobier-no, en particular a nivel federal, utilizando un ingrediente que falló a lo largo de ambas presidencias panistas: comunicación social asertiva; y tres, no poder dotar a su candidata con las herramientas y entorno adecuados para preocuparse sólo por hacer campaña “al exterior”, no por arreglar las cosas en una casa que le presentó, en no pocas ocasiones, más hostilidad, indiferencia e incertidumbre, que respaldo.

Pese a lo anterior, la crisis del PAN es más compleja que un resultado electoral adverso. Incluso podría estar más allá del desvirtuado desempeño de su último representante en Los Pinos. A primera vista, la a todas luces fallida estrategia de lucha contra el crimen organizado que emprendió el ex presidente Calderón, eclip-só casi cualquier logro de su gestión. De acuerdo con la encuesta BGC-Excélsior publicada el 12 de noviembre de 2012, Calderón habría sumado el menor número de simpatías entre los últimos cuatro mandatarios mexicanos –incluido él– con

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49% de aprobación de su trabajo, mientras que también acumularía el mayor por-centaje de antipatías (49%, lejos del 31% que tuvieron Zedillo y Fox, o del 18% de Salinas). Aunque ello no abonó de manera positiva en la causa panista en los comi-cios del verano pasado, tampoco sería justo achacarle todo el peso de la culpa a ese factor. No obstante, el “estilo” panista de gobernar sí debe ser evaluado con mayor cuidado, quitando rostros y nombres –a fin de evadir (en lo posible) rencores y facilitar (de preferencia) la conciliación–.

En el PAN se suele decir que la “acción responsable” (sea lo que sea que ello signifique) acarrea costos políticos y así deberán asumirse. Es probable que un ra-zonamiento de esa índole prive en la mente de, por ejemplo, Felipe Calderón. In-cluso, una reflexión sustentada en semejante precepto es seguro que conducirá a la orgullosa proclama de la “misión cumplida” (por cierto, George W. Bush pensaba de una forma similar al desplegar un anuncio similar respecto a la invasión esta-dounidense a Irak). Bueno, ese es el tipo de esquizofrenia emanado de un ejercicio fallido del poder.

En la práctica, el PAN se topó con la vieja máxima de Maquiavelo, quien aler-taba sobre que no hay nada más difícil de llevar a cabo, más dudoso de conseguir el éxito, y más peligroso de manejar, que el emprender un nuevo orden de cosas. Sin embargo, también omitió otra enseñanza del sabio renacentista quien, a pesar de haberlo puesto en su momento en términos de “usurpadores y crímenes”, en esencia planteaba una recomendación clave para un gobernante llegado a un en-torno nuevo y, por lo general, hostil. El florentino estimaba indispensable evaluar qué y a quiénes se debía infligir un daño tal que no les fuera posible emprender siquiera una represalia. En el caso de los males de un sistema cuya perversidad siempre fue denunciada por el PAN desde la oposición –corrupción, clientelismo, corporativismo, nepotismo, etc.–, los panistas, al tener en sus manos el poder, opta-ron por atacarlos muy por encima, tolerarlos o, en no pocas oportunidades, caer en la tentación de abrazarlos. Para Maquiavelo, aquel que no actuara con coraje para derrotar dichos males ya sea “por timidez, o por haber sido mal aconsejado, se ve siempre obligado a estar con el cuchillo en la mano”. Así, el PAN, como gobierno, siempre pareció vivir a la defensiva, tal como suele ser la zona de confort de lo que Soledad Loaeza llamaría una “oposición leal”.

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Acción Nacional se debatió entre ser congruente con sus principios, mientras intentó adaptarse a una lógica política que le era ajena –si bien no desconocida–. No deben de ser pocos los panistas que quisieron –y, de hecho, aplicaron a su modo– seguir ciertas recomendaciones de Maquiavelo. El punto es que, al final, acabaron dejando el poder. Y no es que ése haya sido el problema. Como bien declaró Calderón en su momento, la competencia y la alternancia son propias de la democracia. La cosa es en qué condiciones se abandona el poder. No es raro es-cuchar que quienes optaron por colocar, no sólo a Peña Nieto en Los Pinos, sino al PRI en la inmensa mayoría de los gobiernos estatales y municipales, así como en el control de ambas cámaras del Congreso de la Unión, lo hicieron en reconocimiento a la “experiencia en el gobierno” de los tricolores.

Esto tiene lógica si aceptamos que proseguimos en un sistema que poco cambió en doce años de panismo, donde la corrupción no sólo se sofistica, sino que se re-distribuye; donde el corporativismo parece un muro infranqueable pero necesario; donde la transparencia es una práctica condicionada; donde la rendición de cuentas es sólo para quienes no son capaces de evadirla; donde ahora todos pregonan la reivindicación de la política, pero pocos se atreven a emprenderla; en suma, donde todos son oposición y, al mismo tiempo, todos son gobierno. Con todo esto en men-te, el PAN terminó mezclándose, perdiendo una identidad teórica de dignificar la política, y ganando una imagen práctica de ineptitud operativa. De cara a lo inme-diato –y probablemente a su futura supervivencia–, Acción Nacional deberá con-templar lo que le muestra su verdadero reflejo en el agua, y no permanecer “suli-bellado” por un proyecto de nación que, a la fecha, han fracasado en construir.

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El Consejo Nacional del Partido Acción Nacional, en su sesión del 11 de agosto de 2012, aprobó por unanimidad la propuesta presentada por el Presidente Gustavo Madero en los siguientes términos:

1. Aprobar la integración de una Comisión de Evaluación y Mejora del PAN que, entre otras cosas, lleve a cabo una consulta amplia para mejorar el funciona-miento del Partido y de sus Gobiernos, para cumplir con su agenda democrati-zadora y proponga las medidas y acciones que lo permitan, incluyendo las enca-minadas a recuperar los valores contenidos en nuestros Principios de Doctrina, y la ética como condición preeminente de nuestra acción política.

2. Dicha Comisión deberá considerar, entre otros, los temas relacionados con la militancia, la selección de candidatos, la elección de las dirigencias y los meca-nismos de financiamiento, para proponer un proyecto de reforma estatutaria.

3. Con base en la propuesta de la Comisión de Evaluación y Mejora, a más tardar el 15 de octubre se expedirá una convocatoria para una reforma estatutaria que se presente en una Asamblea Extraordinaria, a realizarse a más tardar en el mes de marzo del 2013.

4. Esta Comisión presentará su dictamen en la próxima reunión del Consejo Nacional.

La Comisión quedó integrada por los Consejeros Nacionales: Luis Felipe Bra-vo Mena, Germán Martínez Cázares, José César Nava Vázquez, Guadalupe Suá-rez Ponce, Víctor Hugo Castañeda, José Báez Guerrero, Luisa María Calderón

CoNTENIdo y AlCANCEdE lA rEfoRmA

ESTATuTARIA dE ACCIÓNnACIoNAl

Comisión de Evaluación y Mejora

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Hinojosa, Hugo Alfredo Sánchez Camargo, Alejandro Moreno Abud, María Ele-na Álvarez Bernal, Jorge Zermeño Infante, Marco Antonio Adame Castillo, Carlos Medina Plascencia, Cecilia Romero Castillo, Fernando Canales Clariond, José Gon-zález Morfín, Santiago Creel Miranda, Verónica Pérez Herrera, José Arturo Salinas Garza y Juan Francisco Molinar Horcasitas.

La instalación de la Comisión se llevó a cabo el 15 de agosto, y hasta hoy hemos sostenido 23 sesiones, durante las que analizamos los documentos presentados al Consejo Nacional, realizamos una encuesta ciudadana, llevamos a cabo una con-sulta a militantes y dirigentes, invitamos a expertos externos mexicanos y extran-jeros, dialogamos con los integrantes de las Comisiones de Consejo, y deliberamos ampliamente con estos insumos para conformar el documento que hoy ponemos en manos del Consejo Nacional, en cumplimiento del mandato recibido.

Este documento consta de dos partes; la primera, Contenido y Alcance de la Reforma Estatutaria, fue publicado el 15 de octubre, a la par de la convocatoria para la próxima Asamblea Nacional Extraordinaria del próximo mes de marzo. Este documento ha sido la base de la consulta estatutaria que se está llevando a cabo y que concluirá con la reforma al marco legal interno.

Sobre el primer documento, en esta presentación no se incluyen los anteceden-tes y hallazgos de la Comisión; siguen publicados en la página electrónica del PAN para su consulta por quien así lo desee.

La segunda parte, Propuesta de Mejoras del Partido y sus Gobiernos, contiene el resultado de amplias deliberaciones sobre los problemas que enfrenta el Partido, así como sobre las oportunidades que debe aprovechar. Las propuestas son en ve-ces una ratificación de caminos ya emprendidos y en otras, constituyen un cambio radical con relación al actual marco de actuación de militantes y dirigentes.

ProemioLa Comisión de Evaluación y Mejora del PAN presenta a los militantes del Partido Acción Nacional, el documento “Contenido y Alcance de la Reforma Estatutaria de Acción Nacional”.

Este documento contiene el resultado de los trabajos y deliberaciones realizados en el seno de la Comisión durante los meses de septiembre y octubre de 2012, los cuales se orientaron al análisis de las bases normativas de Acción Nacional y a co-nocer la opinión de los militantes del Partido sobre las mismas, a efecto de proponer lineamientos generales para ordenar los trabajos de la reforma estatutaria que tendrá lugar en el mes de marzo de 2013, conforme a la convocatoria a la Asamblea General Extraordinaria expedida por el Comité Ejecutivo Nacional el 15 de octubre de 2012.

En tal sentido, la Comisión pretende impulsar la más amplia discusión posible

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para concretar la reforma de los Estatutos de Acción Nacional. El presente docu-mento, y en concreto su capítulo “VI. Propuesta Conceptual de Contenidos Estatu-tarios”, constituye el punto de partida para ordenar la deliberación que habremos de realizar en el Partido para tales efectos y, por consiguiente, no define contenidos o propuestas específicas, sino que abre paso a la reflexión sobre los temas sustanti-vos de la institución que son materia de regulación estatutaria.

La Comisión tuvo especial cuidado de que este documento reflejara el sentir de los militantes del PAN quienes participaron en las consultas organizadas por el Comité Ejecutivo Nacional y por la propia Comisión; de igual manera, asumió la responsabilidad de proponer la agenda inicial para construir el proyecto de refor-ma mediante un proceso ordenado y participativo que nos lleve a diseñar y apro-bar los Estatutos que Acción Nacional necesita para afrontar los retos que le depara su responsabilidad en la vida democrática de México.

Visión GeneralLa Comisión asumió la responsabilidad conferida por el Consejo, con la clara idea de que el partido necesita propuestas de fondo en temas estatutarios y no estatuta-rios. Como un primer paso, la Comisión propone este documento conceptual, que da cuenta de las propuestas de reforma estatutaria.

Por diversas razones, el partido ha postergado cambios necesarios; ahora debe-mos adelantamos a los acontecimientos. Si no nos adaptamos al cambio y no pro-yectamos nuestra acción política más allá del corto plazo, se seguirán estrechando las opciones disponibles.

Nuestro futuro desarrollo implica asumir las responsabilidades de lo que no hemos hecho o hicimos mal, pero no quedarnos en esto. Debemos innovar a la par de regresar a nuestros orígenes ciudadanos, a nuestra tradición de libertad y deliberación y a ser escuela de ciudadanía y espacio de práctica de virtudes cívicas.

Con esta visión general, la Comisión afirma que una reforma estatutaria ayuda, pero es insuficiente; habremos de actuar de manera inmediata y congruente con nuestros principios de doctrina, para recuperar el proyecto ético y político que dio origen a Acción Nacional, el cual nos permitirá ser nuevamente competitivos.

Descripción del trabajo realizadohttp://www.pan.org.mx/cen/noticia-contenidoyalcancedelareformaestatutaria-deaccionnacional-30163.html.

Antecedentes y hallazgos de las consultashttp://www.pan.org.mx/cen/noticia-contenidoyalcancedelareformaestatutaria-deaccionnacional-30163.html

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Consideraciones Generaleshttp://www.pan.org.mx/cen/noticia-contenidoyalcancedelareformaestatutaria-deaccionnacional-30163.html

Propuesta Conceptual de contenidos estatutarios

Filosofía del proyectoa. Se propone la construcción de un nuevo estatuto. El actual es resultado de nu-

merosas modificaciones en sentidos diversos y en sucesivas reformas parciales, y nuestra última transformación estatutaria se hizo con una perspectiva de muy corto plazo, estableciendo rigideces y dejando pocas alternativas para enfrentar los cambios que hoy vivimos o los que viviremos.

El PAN demanda cambios que preparen al Partido para nuestro tiempo y circunstan-cia. Esto significa asumir la dinámica política y partidaria, más allá de lo inmediato, para trascender el corto plazo a través de Estatutos anclados, tanto en los principios como en una clara percepción de la realidad política, que permitan al Partido enfren-tar las transformaciones y los retos del entorno con rapidez y flexibilidad.

El nuevo Estatuto tendrá un horizonte que abarque la próxima generación, y nos oriente a trazar líneas de acción que nos den la capacidad de dirigir y transfor-mar el futuro. Especialmente, deberá incluir acciones afirmativas que garanticen la inclusión de las mujeres e impulsen los cambios necesarios para asegurar la igual-dad de oportunidades para todos.

Por ello es convicción de esta Comisión que la propuesta más adecuada es la creación de nuevos Estatutos que den congruencia a nuestro marco jurídico, quiten lo que está mal, cimienten cuanto está bien, regeneren lo que se ha dañado y cons-truyan las normas que necesitamos para el futuro.

b. Se plantea que el nuevo Estatuto se finque en los siguientes lineamientos generales:

i. Sostener sin cambio las definiciones institucionales que se encuentran en el Capítulo Primero del texto en vigor y que contienen la denominación, objeto, duración, domicilio, lema, emblema y distintivo electoral.

ii. Reafirmar el propósito original de ser un Partido democrático, abierto, que ac-tivamente atrae hombres y mujeres identificados con Acción Nacional, quienes libremente se afilian para participar en la vida pública con generosidad, para influir positivamente en la comunidad don-de viven, cumpliendo con sus derechos y obliga-ciones con el Partido.

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iii. La política de género deberá ser un tema transversal a todo el Partido, como parte de sus principios y vida cotidiana, tanto hacia el interior como en la con-formación y funcionamiento de estructuras y los espacios de representación po-pular y cargos de gobierno.

iv. Brindar al Partido un sentido de prospectiva, que le permita mirar al futuro para guiar a México desde nuestras acciones presentes.

v. En los procesos de selección de candidatos y dirigentes, respetando la equidad de género, deberá considerarse, la ética, capacidades técnicas, historial partida-rio y resultados de quienes aspiren a esos cargos.

vi. En la vida partidaria se deben estimular los valores éticos, los méritos, la ca-pacidad de servicio y la lealtad al Partido. En este sentido y con objeto de pre-servar la transparencia y democracia esenciales a nuestros procesos, se buscará desincentivar y sancionar la formación de grupos que, respondiendo a intereses parciales, utilicen relaciones laborales de subordinación u otras formas de mani-pulación, sea en el padrón o en los espacios de decisión que tiene el partido, para influir sobre nuestro desarrollo institucional.

vii. Ser un instrumento normativo sencillo y adaptable, para enfrentar las circuns-tancias variables que nos depare el futuro y con una semántica acorde a su importancia y asequible para los mexicanos de nuestro tiempo. Consecuente-mente, los aspectos de detalle e incluso de proceso, que se definen en el Esta-tuto actual, deberán remitirse a los respectivos reglamentos.

viii. Debe estimularse el trabajo voluntario y honorífico en el Partido. Los derechos, obligaciones y prerrogativas de los órganos directivos y de los militantes, de-berán guardar relación con el cumplimiento de responsabilidades y la obten-ción de resultados objetivos.

ix. En congruencia con nuestro origen ciudadano, debemos generar incentivos para que el Partido y sus militantes dirijan primordialmente su acción hacia los ciudadanos.

x. El Partido debe ser más eficiente en su proceso de toma de decisiones, con objeto de enfrentar mejor el futuro y sus realidades políticas variables.

xi. Consolidar los espacios institucionales, para asegurar una adecuada delibe-ración entre militantes y configurar instancias definitivas en el Partido, para resolver los conflictos internos, procurando evitar, en la medida de lo posible, los litigios ante tribunales.

xii. Fortalecer la capacidad local de gestión del Partido y recuperar nuestra

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capacidad de organizarnos en una sola acción nacional, movilizando las volun-tades de todos sus dirigentes y militantes, en torno de directrices nacionales.

xiii. Atender los contenidos intrínsecos de cada tema, pero también las relaciones que guardan entre sí, para contar con estatutos y reglamentos coherentes.

Identidad y temas fundamentales de Acción Nacionala. Los principios del PAN no fueron materia de cuestionamiento y por tanto no lo

son de propuesta en esta reforma.

b. Una opinión generalizada ha sido la falta de acción congruente de los panis-tas con esos principios, pues su pérdida nos ha llevado a desdibujar nuestra identidad. En este sentido, unos Estatutos que abran los espacios del partido para que los militantes ejerzan la actividad política, y orienten al Partido con base en sus principios, es consistente con el sentir de la gran mayoría de los consultados.

c. Tanto en los temas estatutarios como en los no estatutarios, consideramos los aspectos éticos como preeminentes y transversales a toda la acción del Partido.

Aspectos estructurales Con base en los principios generales propuestos, esta Comisión considera que de-bemos especialmente atender:

a. Trasladar el capítulo primero de los estatutos vigentes a los nuevos estatutos.

b. Afiliación, permanencia, refrendo y salida del Partido. La afiliación al Partido debe ser de carácter individual, voluntaria y a través de un procedimiento abier-to, simple y directo.

La permanencia en el Partido debe corresponder a un modelo de militancia parti-cipativa, que implique la colaboración en las actividades organizadas por los comi-tés, su participación en procesos de formación y capacitación, su presencia en acti-vidades políticas y de campaña, la representación del PAN en procesos electorales, su actividad proselitista, así como las demás que representen la promoción de los objetivos y fines de Acción Nacional.

La realización de las actividades señaladas acreditará el cumplimiento de obli-gaciones por los militantes, y la falta de participación activa y permanente en los objetivos del Partido, conllevará la pérdida del carácter de militante.

Los comités tienen una obligación correlativa de contar con programas para el trabajo de los militantes. En todas las actividades debe atenderse la razón doctri-naria que motiva ese trabajo.

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El refrendo de la militancia en Acción Nacional, debe dejar de ser un acto pe-riódico definido por el Comité Nacional, para pasar a ser una cotidiana reafirma-ción de la identidad y el compromiso que tenemos los militantes.

La salida del Partido ocurrirá a través de procedimientos ágiles, ya sea por fa-llecimiento, renuncia, aplicación de sanción, o baja automática por causas objetivas y verificables que definan los Estatutos.

c. Del Padrón, conformación, actualización y depuración. El padrón vigente deberá sujetares a un proceso de depuración y actualización permanente que evite y sancione toda conducta orientada a sesgar o manipular su uso, particularmente en los procesos internos. El padrón debe reflejar la militancia que voluntaria y libremente ha decidido participar en Acción Nacional.

d. De los militantes y simpatizantes. En concordancia con su génesis ciudadana, el saberse y sentirse panista no está circunscrito a los ciudadanos que estamos ins-critos en el Registro Nacional de Miembros, sino que abarca una amplia gama de mexicanos que voluntariamente han asumido actividades y compromisos que van, desde la emisión del voto, hasta la colaboración activa en los trabajos parti-darios, para la construcción del bien común con una visión humanista.

Esta reforma propone definir la pertenencia del militante y vincularla, con su dis-posición al cumplimiento sistemático y disciplinado de los objetivos del Partido.

Los militantes tendrán derecho a participar en las decisiones, dirección y can-didaturas del Partido, siempre y cuando cumplan con los perfiles, requisitos y obli-gaciones que les señalen los propios Estatutos y el reglamento correspondiente, bajo un esquema claro y simple. Los Estatutos preverán los periodos que deban transcurrir para poder votar en procesos internos, o acceder a cargos directivos en los consejos y comités del Partido.

Los simpatizantes, como personas identificadas con los postulados de Acción Nacional son, junto con los militantes, la mayor riqueza con la que contamos. Su búsqueda y la comunicación con ellos son determinantes para nuestro futuro. Por ello se propone contar con una base de datos siempre abierta y a partir de la cual podrán ser informados para asistir a los eventos públicos del PAN, recibir forma-ción y capacitación, participar en las campañas y en otras actividades que determi-ne el reglamento respectivo.

No será un requisito haber sido registrado como simpatizante, para ser militante.

Los actuales miembros adherentes, podrán optar por ser militantes o simpati-zantes cumpliendo, en cada caso, con los requisitos que señalen el estatuto y los reglamentos respectivos.

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e. La elección de candidatos. La definición del método de selección de candidatos es de naturaleza política y, por tanto, no dependerá de la Comisión Nacional de Elecciones, que se mantendrá como órgano de naturaleza técnica, responsable de los procesos electorales. Dicha determinación y todas las de naturaleza políti-ca, deben atender a colocar al Partido en la posición electoral más competitiva, y su definición quedará a cargo del órgano político correspondiente.

En los procesos de elección interna, debemos evitar prohibiciones que nos limiten política y operativamente; simplificar su normatividad, aplicación y requisitos; ha-cerlo unitario y ágil, para limitar los elementos del proceso que llevan a intermina-bles controversias en instancias partidarias y jurisdiccionales externas, proyectar el proceso de selección para que nos dé el impulso necesario para aumentar nuestra competitividad electoral, e introducir combinaciones que nos permitan encontrar los candidatos con identidad panista, reconocimiento social y mayor competitividad.

f. De los órganos directivos y de los consejos. El Partido seguirá estructurado a partir de asambleas, que darán origen a los consejos y comités directivos de jurisdicción nacional y local.

Los métodos democráticos para la conformación de órganos directivos y consejos, deben complementarse con medios que armonicen gobernabilidad con pluralidad, con objeto de enriquecer el debate interno y permitir, por su medio, encontrar los mejores planes e incluir a todos los panistas en la acción partidaria.

En la selección de los integrantes de estos órganos, se deberá considerar el mé-rito y la orientación a resultados de sus integrantes, mismos que deberán acreditar durante su periodo en el cargo.

El Partido debe tener la posibilidad de adaptar la conformación de sus estruc-turas a las necesidades operativas y políticas, con objeto de tener la mayor eficien-cia y eficacia en la consecución de sus objetivos.

En la conformación de los órganos directivos y de los consejos, se deben en-contrar los perfiles más adecuados, que consideren tiempos de militancia más extensos y un número de integrantes que les permitan a aquéllos ser representati-vos, al mismo tiempo que faciliten la deliberación y la toma de decisiones, así como establecer calendarios de renovación que incorporen los tiempos electorales.

g. Las facultades y obligaciones de los órganos directivos. Deben ser adecuadas para el ejercicio de sus competencias estatutarias, con una estructura jerárquica que actualice el principio de organización para asegurar su unidad, coordinación y eficacia, propiciando un desempeño eficaz que mire los objetivos del Partido y lo dirija al bien común de la sociedad a la que debemos servir.

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Entre las obligaciones inherentes a su responsabilidad, los comités directivos deben contar con un proceso de planeación que permita tener claridad en sus ob-jetivos de corto, mediano y largo plazos, y los indicadores de resultados que darán cuenta del trabajo realizado.

En este sentido, deben estar sujetos a una estricta rendición de cuentas que permita la medición de su trabajo, su orientación a resultados y la aplicación de los recursos.

De acuerdo a valoraciones objetivas, los órganos superiores contarán con las atribuciones adecuadas para revisar, supervisar y sancionar las decisiones y vigen-cia de los comités directivos bajo su jurisdicción.

h. La disciplina partidaria. Las causales de aplicación de sanciones deben quedar claramente establecidas, con el objeto de facilitar su resolución y la definitividad de la decisión que se tome.

Los procedimientos disciplinarios deben ser sencillos, con tiempo suficiente para su desahogo y con garantías adecuadas para las partes involucradas.

El Comité Nacional o un órgano de alto nivel por definirse, tendrá la facultad para imponer medidas cautelares en los casos de corrupción fehaciente, en otros asuntos de grave responsabilidad, o en aquellos que dañen la imagen del Partido.

Las Comisiones de Orden contarán con procedimientos expeditos para sancio-nar a quienes hayan incurrido en las causales que queden definidos en los Estatu-tos y reglamentos respectivos.

Asimismo, habrá mecanismos de baja automática para aquellas conductas que así defina el Estatuto.

Debe establecerse, de manera totalmente clara, el procedimiento de baja auto-mática en las causales que prevea el Estatuto

i. La vinculación con la sociedad. La vinculación con la sociedad debe dejar de ser sólo la función de un área, para ser transversal a todo el Partido y formar parte de la acción central del quehacer del panista y, por tanto, reconocida como una forma de militancia. Los trabajos en esta materia deben estar orientados a logros en el bien común, a través de causas concretas y por los medios que se conside-ren idóneos para temas de interés relevante del Partido. Su labor se coordinará en los respectivos comités directivos.

j. De los legisladores y funcionarios públicos. Los funcionarios públicos y los legisladores emanados de Acción Nacional, tienen el deber, en un marco de

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disciplina, legalidad y ética, de adecuar su agenda a la plataforma política y de contribuir con trabajo y económicamente, en el desarrollo del propio Partido.

Misión y Visión del PAN en el PresenteEl PAN requiere generar una expresión moderna de su Misión-Visión, que plasme los propósitos comunes del Partido y que genere cohesión, rumbo y unidad, para los panistas del presente y del porvenir.

La Comisión de Evaluación y Mejora del Partido y de sus Gobiernos, conti-nuando con nuestra tradición deliberativa, propone para su discusión la siguiente definición sobre la misión y visión del PAN.

MisiónRefrendamos nuestra definición de septiembre de 1939 que afirma que:

“Acción Nacional es una organización permanente de todos aquellos que sin prejuicios, resentimientos ni apetitos personales, quieren hacer valer en la vida pú-blica su convicción en una causa clara, definida, coincidente con la naturaleza real de la Nación y conforme a la dignidad de la Persona Humana.”

Hoy reafirmamos que el PAN es un partido político, instrumento de los ciu-dadanos y para los ciudadanos, organizado permanentemente en torno a valores y principios éticos, cívico-políticos y humanistas. Tiene como propósito acceder y ejercer el poder político con objeto de mantener un orden democrático en la vida pública de México y orientar éste al servicio del bien común, con base en el respeto a la dignidad de la persona.

Visión a 30 años:El Partido Acción Nacional es una fuerza política constructiva, que lucha por rea-firmar la democracia como sistema de vida en los ámbitos donde existe e implan-tarla donde subsista o prospere el autoritarismo.

Construye gobiernos donde la justicia, la honestidad y la transparencia son valores cotidianos e imprescindibles y donde los gobernantes y funcionarios labo-ran con los ciudadanos en favor del bien común.

Trabaja por fortalecer y construir instituciones y políticas públicas que permi-tan la inclusión social, con una base solidaria y subsidiaria.

Promueve acciones que facilitan un entorno legal, social e institucional y que per-miten a los ciudadanos progresar desde la libertad y el justo acceso a oportunidades.

Tenemos un país más rico y menos desigual. Un México donde el esfuerzo y la responsabilidad personal encuentra caminos para el desarrollo individual y

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familiar, dentro de un entorno de desarrollo sustentable y de mayor justicia distri-butiva.

Lucha por y desde la libertad para formar ciudadanos comprometidos con el bien común, por evitar la discriminación y abrir espacios al diálogo y al respeto mutuo, defender la vida y fortalecer el estado de derecho.

Reconoce que México, como parte del concierto de las naciones libres y demo-cráticas, debe contribuir al fortalecimiento de la paz internacional, los derechos humanos y la libertad.

Programa de Acción Política En mayo de 2004, en su XLVI Convención Nacional, el PAN aprobó su Programa de Acción Política sobre la tesis del Desarrollo Humano Sustentable con miras al Siglo XXI.

Se trata de un valioso documento que tiene una visión moderna de los retos del país y donde el PAN llama “a la responsabilidad ciudadana para edificar un Desarrollo Humano Sustentable capaz de fortalecer a nuestras comunidades, de otorgar a todas las personas oportunidades para una vida mejor y asegurar a las generaciones futuras condiciones suficientes para su bienestar.”

Como le es propio, el documento no enumera acciones concretas de carácter coyuntural, sino que enuncia los desafíos que se le presentan a México y contribu-ye con la propuesta que tiene Acción Nacional para enfrentarlos. Asimismo contie-ne una visión de largo plazo cuyos contenidos se actualizan a partir de los logros del gobierno federal panista alcanzados entre 2000 y 2003.

La Comisión propone que se den los pasos necesarios para convocar a una Convención Nacional –o al órgano que corresponda según los nuevos Estatutos– para que discuta y apruebe un Programa de Acción Política 2014.

Justifica esta propuesta: la velocidad y extensión con la que se suceden los cam-bios en todos los ámbitos; la necesidad de considerar en cada tema los logros ya alcanzados por las administraciones panistas después de 2003 y; la importancia de contar con un documento que incorpore una narrativa propia del trabajo que nuestros gobiernos realizaron.

Por tanto, el nuevo Programa de Acción Política debe ser un documento que, to-mando como base las definiciones de la Misión y Visión de Acción Nacional, con-temple un diagnóstico de la situación del país, haciendo clara la narrativa del trabajo realizado por los gobiernos emanados de Acción Nacional y retomando la temática ac-tualizada del Programa de 2004 a partir de los avances alcanzados entre 2000 y 2012.

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Esto nos permitirá vislumbrar desde un enfoque amplio las tareas que debe-mos realizar en nuestro servicio a México, así como a explicar claramente las cau-sas por las que luchamos en Acción Nacional y cómo, su consecución, beneficia a las personas y a sus familias.

Temas ProgramáticosEn tanto se tiene un Programa de Acción Política actualizado debemos seguir im-pulsando con disciplina objetivos que den cuenta de por qué es valiosa para Méxi-co la existencia de Acción Nacional. Se proponen los siguientes objetivos generales para orientar nuestra actuación como una fuerza responsable para la democracia y la libertad:

A. El desarrollo de nuestra democracia con resultados objetivos en términos de bien común;

B. La ampliación de oportunidades, libertades y derechos de los ciudadanos en los ámbitos sociales, económicos y políticos.

C. El impulso de una agenda que lleve a todas las fuerzas políticas a tomar defi-niciones en torno a los temas que interesan al país y que muestre que Acción Nacional es una fuerza que actúa en el gobierno y fuera de éste como una opción responsable y útil para México.

D. Diferenciarnos, con toda claridad, de los otros partidos políticos.

DoctrinaEl futuro del partido no puede darse sólo por la corrección de sus defectos o por la promoción de sus líderes. Ni siquiera puede depender de un nuevo estatuto por muy bueno que sea. El futuro del partido debe surgir de identificar, promover activamente y servir, causas justas y socialmente útiles.

La clave del PAN, desde 1939, ha sido una propuesta clara para mover las almas. Nuestras ideas fundamentales constituyeron desde su inicio el alma del partido y le dieron su razón de ser.

Hoy como ayer, nos diferenciamos de las posiciones autoritarias por cuanto siempre hemos apuntalado la democracia en la libertad y los derechos humanos y ciudadanos dentro de un estado de derecho. Con base en nuestra doctrina hemos contado con un enfoque ético que ha mirado siempre por la consecución del bien común por encima del interés propio. Esto nos distingue incluso de otras opciones con quienes compartimos la bandera de la democracia pero que carecen de nuestro componente ético, solidario y de sentido comunitario.

Nuestra doctrina no es un objeto intemporal aislado de la realidad cotidiana.

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Su aplicación práctica y la congruencia de nuestra vida política con ella, es lo que nos debe definir como panistas y es por tanto de observancia obligatoria.

Su vigencia debe ser probada hoy frente a los cambios permanentes que signi-fican la posmodernidad. Esto nos obliga a reflexionar, para hacerla aplicable a la nueva realidad.

Los sistemas del llamado socialismo real no lograron ofrecer una ruta viable para el desarrollo colectivo y personal.

Asimismo, las democracias liberales basadas en un individualismo a ultranza han generado ciclos de auge pero también de crisis, agudizando la desigualdad. La última crisis económica internacional ha estado revestida de particular gravedad, con devastadores efectos sociales.

En este escenario la viabilidad de cualquier sistema político descansa en su capacidad para ofrecer respuestas para los retos que están más allá de los mecanis-mos del mercado, teniendo como eje la corresponsabilidad social en la consecución del bien común.

Todo lo anterior hace, de la doctrina de Acción Nacional, su mayor fortaleza. Para construir una oferta de futuro, debemos preservarla, desarrollarla y darle un lenguaje que dé respuesta a las necesidades y legítimas ambiciones de la sociedad.

El más reciente resultado electoral se relaciona en buena medida con la ambi-güedad con la que hemos abordado los temas de fondo y tomado decisiones. Es primordial resolver este reto en la raíz de las definiciones axiológicas y su aplica-ción práctica.

En este sentido, hacemos nuestros algunos contenidos del documento “Análi-sis Doctrinal del Partido Acción Nacional”, elaborado por la Comisión Nacional de Doctrina, donde se señala que “Acción Nacional no busca el poder por el poder mismo, sino para que éste sea un instrumento para implementar su doctrina a tra-vés de instrumentos como las políticas públicas o las iniciativas de ley. “

Se propone un programa doctrinal e ideológico para el porvenir como parte de la reflexión necesaria en lo que se refiere a los temas que el PAN debe abordar en el espacio público. Asimismo, hacemos nuestro su bosquejo de decálogo progra-mático y filosófico, inspirado en nuestros principios de doctrina, en los siguientes términos:

1. La defensa de la eminente dignidad de la persona humana y su corresponsabili-dad en la consecución del bien común.

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2. La importancia de promover y fortalecer a la familia como comunidad humana fundamental.

3. La convicción del primado de la política, como camino privilegiado para cons-truir consensos, dirimir controversias y alcanzar el bien común.

4. Continuar impulsando una economía de mercado con responsabilidad social para mejorar la calidad de vida de las personas.

5. La protección del medio ambiente en un entorno de desarrollo sustentable.

6. La reivindicación del principio de la subsidiariedad.

7. La creación de entornos institucionales que permitan realizar el potencial de las personas.

8. El convencimiento de que la educación de calidad es un instrumento de ele-vación humana indispensable para el desarrollo de las sociedades en el largo plazo, formadora de valores y transformadora de la personas.

9. La vigencia de una laicidad abierta, dialogante y que garantice una auténtica libertad religiosa.

10. La necesidad de promover un orden internacional responsable, solidario y pa-cífico.

Plan de desarrollo del PANConsiderando que las trasformaciones sociales, organizacionales y políticas no se dan de manera súbita sino en procesos que van acumulando resultados y que en los comités estatales y municipales y el propio CEN tenemos diversos grados de desarrollo de capacidades, la Comisión de Evaluación y Mejora del Partido y de sus Gobiernos propone que el PAN aborde aspectos puntuales de su mejora a tra-vés de un plan de desarrollo que contenga al menos los siguientes aspectos:

Desarrollo EstructuralEn el ámbito estatal contamos con el 100% de los comités pero carecemos de indica-dores que nos hagan saber su nivel de desarrollo institucional y, por tanto, si están mejorando o no, e incluso si tienen o carecen de planes de trabajo que miren más allá de la coyuntura electoral y del cambio de dirigencias.

Como un dato ilustrativo --en ausencia de otros indicadores comparables de eficiencia-- sabemos que en lo tecnológico la generalidad de los CDE tienen equi-pos y programas obsoletos, casi ninguno cuenta con redes inalámbricas, el modo principal de comunicación con sus municipales es el fax, el 70% de ellos carecen de

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un encargado de sistemas y en 100% de los comités el internet en uso tiene capaci-dades incipientes.

Es importante la adquisición y desarrollo de habilidades de planeación y ge-renciales, que permitan definir a cada entidad los objetivos que deben perseguir en el corto, mediano y largo plazos, dentro de un esquema claro de seguimiento a los avances a partir de indicadores precisos.

Se propone que la Secretaría de Fortalecimiento interno actualice el Manual de Desarrollo de Estructuras, para ubicar en una misma escala las capacidades que de-berán ir alcanzando, desde los subcomités municipales hasta los comités estatales.

Se partirá de determinar el nivel de desarrollo de cada estructura para señalar los pasos que tiene que seguir con objeto de alcanzar mejores estadios de enrique-cimiento de la militancia, funcionalidad de las estructuras e influencia política.

Es importante que se evalúe de fondo si las funciones gerenciales y las políticas deben continuar unificadas o conviene se considere la división de las mismas en dos formas especializadas de trabajo partidario a cargo de personas distintas. En cualquier caso los distintos cargos operativos deberán cubrir perfiles específicos que acrediten las capacidades para el trabajo encomendado.

Asimismo, es importante que nuestras formas de organización estén abiertas a las necesidades cambiantes del entorno y cuenten con la flexibilidad y capacidades necesarias para trabajar adecuadamente en el mundo digital.

Estructura JuvenilEs patente que el partido está cada vez más ausente de los medios juveniles y uni-versitarios. Este hecho guarda poca relación con personas o dirigencias juveniles y constituye un juicio sobre un modelo de organización juvenil cuya continuidad no dará otros resultados.

Se deben modificar los incentivos que existen para la militancia juvenil. Se pro-pone ligar la actividad política de los jóvenes con la conquista de los medios donde se desarrollan más que a la actividad intrapartidaria. Su labor política debe estar enfocada a la conquista de los espacios donde se desarrollan como las mesas direc-tivas de alumnos y/o causas que les son adecuadas.

El trabajo debe tener mayor enfoque en la sociedad para que nuestros jóvenes sean sobresalientes en su preparación, en su formación como políticos humanistas y en conocer las realidades sociales más sentidas como la pobreza y la marginación.

La Comisión considera que esta es una estructura que tiene que ser transformada de manera radical con objeto que vuelva a encontrar, influir y atraer a la juventud.

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Desarrollo de ConocimientoPara proyectarse mejor en el largo plazo y tener vigencia en el futuro, el partido re-quiere incrementar las capacidades institucionales de diagnóstico, análisis y pros-pectiva de la realidad nacional, que le permitan prever los cambios y tendencias que impactarán en la sociedad de manera relevante, desarrollar planes para estar a la vanguardia y darles sentido en términos humanistas y de bien común.

Para ello, deberá asignar los recursos humanos más capacitados en esferas es-pecializadas, aprovechar las actuales tecnologías para que el conocimiento que se genere esté a disposición de los tomadores de decisiones y construir planes que aprovechen esta información con sentido estratégico.

Adicionalmente, se tiene que reorientar y fortalecer el trabajo de las funda-ciones y centros de estudio sostenidos por el Partido y sus legisladores, buscando establecer una acción sinérgica entre ellos y señalando en cada caso sus responsa-bilidades y funciones específicas y de conjunto.

Se debe contar con lugares donde contrastar y enriquecer nuestras propuestas a la sociedad. Como ejemplos, se pueden buscar espacios de debate y complementación en los círculos académicos y de investigación del país y realizar oros temáticos nacionales y regionales, sobre temas de políticas públicas y acerca de realidades locales y nacionales.

Desarrollo ElectoralEs a través de las elecciones como Acción Nacional puede obtener espacios políti-cos que le permitan encarnar en acciones sus propuestas legislativas y de gobierno y hacer objetivo su retorno a la competitividad electoral.

En la medida que se dan verdaderas contiendas electorales el ejercicio del po-der se hace más transitorio y hay que luchar por alcanzarlo o conservarlo en cada proceso electoral, en cada coyuntura política, en cada suceso relacionado con el funcionamiento del sistema político.

Acción Nacional debe situarse en la realidad de la vida democrática de México que le exige ser, invariablemente, un Partido electoralmente competitivo, dotado de las mejores propuestas, plataformas y discurso, así como las más amplias capa-cidades para el diálogo, el acuerdo, la negociación y el impulso de la agenda nacio-nal; un Partido útil como gobierno por tener y postular las mejores personas, por aplicar las mejores políticas públicas, por tener el desempeño más eficiente, eficaz, responsable, honesto y transparente.

Ser un partido competitivo no asegura triunfos en las elecciones, es preciso sin embargo, que el PAN se encuentre en las mejores condiciones para competir con posibilidades de triunfo.

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Como criterios generales a ser complementados por las áreas correspondien-tes, proponemos que en lo electoral el Plan de Desarrollo contemple:

A. Formar dirigentes y equipos capaces de gobernar y de legislar.

B. Contar con equipos técnicamente preparados para dirigir campañas.

C. Generar procesos internos que nos den impulso para las elecciones constitucio-nales, buscando candidatos socialmente reconocidos, con prestigio ético y com-promiso con los ciudadanos.

D. Revisar los mecanismos de selección de candidatos para disminuir su conflicti-vidad.

E. Proyectar en unidad los mejores candidatos con la debida oportunidad.

F. Profesionalizar a nuestros responsables de Acción Electoral.

G. Formar este año los cuadros que necesitaremos para enfrentar las elecciones de 2015.

H. Aplicar los recursos disponibles de manera estratégica.

I. Definir, actualizar las mejores prácticas de campaña buscando los mejores dife-renciadores con relación a otros partidos políticos.

J. Elaborar la mejor oferta política.

K. Contar con una ciudadanía estructurada en redes.

L. Contar con mecanismos de difusión propios buscando no depender de los me-dios masivos de comunicación.

M. Contar con un partido en acción política permanente.

Desarrollo de la Relación Partido - GobiernosLa curva de aprendizaje es universal y el partido, en cada localidad, de alguna ma-nera la inicia con cada cambio de gobierno con el que debe establecer una relación. Respecto de aquellos emanados de nuestras filas, se han hecho distintos esfuerzos por encuadrar esta relación pero aún nos falta avanzar a mejores definiciones sobre cómo debe desarrollarse.

Este esfuerzo de definición esencial no se agota con el presente escrito, sin em-bargo, se sugiere se analicen los siguientes criterios generales:

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A. La relación del partido frente a los distintos órdenes de gobierno deberá distin-guir las atribuciones que son propias de cada institución.

B. Si un gobierno, de cualquier orden, lleva a cabo acciones positivas que promue-van la justicia y el bien común, el PAN lo debe apoyar con base en la subordina-ción del interés parcial en favor del interés general.

El criterio antes esbozado se debe enfatizar a través del mayor apoyo y acompañamien-to cuando el gobierno es panista; se sugieren los siguientes elementos de la relación:

a. La relación del partido con sus gobiernos debe partir de la base de que somos un mismo equipo cuyo principal factor de colaboración es la aceptación de los mismos principios y la persecución de objetivos comunes.

b. Las responsabilidades diferenciadas están dictadas por la ley y por los distin-tos ámbitos de competencia. Para atenderlas de mejor manera debe haber una política de apoyo y de cooperación, que debe definirse entre los actores, y que al mismo tiempo evite las intromisiones en aquellos temas que sean parte de alguna esfera exclusiva de actuación.

c. El gobierno debe dedicarse a gobernar, sus resultados son inescindibles de la opinión que los ciudadanos tengan sobre el PAN. Esto conlleva una permanente cercanía del PAN con sus gobiernos aunque, en ningún caso, debe ser cómplice de un mal gobierno.

d. Considerando lo anterior, el Partido y sus gobiernos debemos encontrar el modo más adecuado de comunicación y, dentro de los cauces legales, la mejor manera de hacer sinergia en los procesos de sucesión del gobierno.

e. Los logros de gobierno deben ser difundidos y defendidos tanto por el gobierno como por el Partido a través de una coordinación que lo permita.

f. El Partido debe tener mecanismos de evaluación que dé, a los funcionarios, una retroalimentación de lo que deben mejorar dentro de un marco respetuoso pre-viamente acordado. En este sentido reviste particular importancia el compromi-so permanente por identificar y aplicar las mejores prácticas de gobierno.

g. El gobierno panista tiene una obligación con la plataforma política, en nombre de la cual obtuvo el voto ciudadano.

h. Toda vez que esta relación Partido-gobiernos tiene límites jurídicos, pero en mu-chos aspectos es fundamentalmente política, es necesario que el Comité Ejecuti-vo Nacional señale en un documento los criterios generales que deben guiar esa relación y que enriquezcan los aquí propuestos.

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i. La concreción en los hechos de estos criterios, finalmente quedará bajo la res-ponsabilidad de los dirigentes, militantes y funcionarios –en el Partido y en sus gobiernos– sin embargo, dicho documento permitirá a todos definir qué actitu-des son o no panistas dentro de dicho binomio. Asimismo ayudará a impulsar la mejor cooperación posible y facilitará la toma de acciones oportunas que los casos ameriten.

j. En la comunicación Partido-gobiernos el CEN puede contribuir propiciando me-sas de trabajo y diálogo permanente que involucren a todos los actores.

k. Fieles a nuestra vocación municipalista, debemos contar con un manual actuali-zado de mejores prácticas de gobierno municipal, extremar el acompañamiento a nuestras alcaldías y proponemos crear un consejo de ex alcaldes que monitoree y apoye su desempeño.

l. Es relevante que el partido desarrolle mecanismos profesionales y transparentes de gestión frente a autoridades estatales y federales que apoyen a nuestras au-toridades en la consecución de los recursos que requieren para su labor a favor del bien común.

Con relación a los gobiernos no panistas, los criterios necesariamente son más ca-suísticos, sin embargo, esbozamos los siguientes:

a. Es válido que el PAN apoye aquellas acciones de gobierno acordes con la promo-ción del bien común. Este es un tema de congruencia; cuando Acción Nacional le ha apostado al beneficio de México nunca ha perdido votos y ha ganado cre-dibilidad frente a otros actores políticos y ciudadanos.

b. En cualquier caso el PAN está obligado a decidir considerando primero el pro-yecto que se le presente y luego el contexto en el que deberá afirmar su apoyo o rechazo.

c. Lo anterior no exime de la obligación que tenemos de impulsar nuestra platafor-ma política, aun estando fuera del gobierno.

d. Tampoco debe restarnos autonomía frente al gobierno.

e. La decisión final debe tomarse por el órgano partidario competente.

Desarrollo de las FinanzasEl recurso económico obtenido con suficiencia y empleado con eficiencia y de ma-nera estratégica constituye la plataforma material de la libertad con la que podre-mos actuar, en la política en general, y en los procesos electorales en particular. Por ello, los criterios de aplicación no pueden ser meramente aritméticos o simplemente

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distributivos. Proponemos que para contar con un financiamiento dirigido a pro-yectos y acciones con verdadero valor agregado se consideren, entre otros elemen-tos que:

a. Necesitamos una redefinición de nuestras fuentes de financiamiento; se sugiere recuperar el cobro de cuotas a los militantes en general.

b. Independientemente de si son obtenidos por financiamiento público, cuotas de militantes o donativos, los recursos deben ser estratégicamente aplicados.

c. La base de su distribución debe ser subsidiaria, contra resultados y con base en un plan de desarrollo claro para el comité de que se trate y con indicadores de gestión claramente dirigidos a medir resultados y no meras acciones sin enfoque a objetivos. Cualquier gasto, incluido el corriente, no se justifica por la función que cubre sino por los objetivos que logra

d. Debe contar con flexibilidad para atender las necesidades propias del hacer po-lítico, y no atenerse meramente a un criterio distributivo.

e. La rendición de cuentas en esta materia debe continuar siendo estricta.

f. Con independencia de la suficiencia presupuestal con que se cuente no debe ver-se en el dinero la solución a todo nuestro quehacer; no hay recurso suficiente si no hay un voluntariado activo.

g. En cualquier caso, una gestión responsable debe considerar y prever, mediante un fondo, las cargas adicionales que implica cualquier gasto corriente, especial-mente en materia laboral.

h. Los recursos de los grupos parlamentarios, independientemente de que no son recursos del partido, no están exentos de la responsabilidad que implica el uso de recursos públicos y el partido debe exigir transparencia en su manejo a todos sus grupos parlamentarios.

Desarrollo de la Formación y la CapacitaciónLa formación y la capacitación han sido un elemento central de la vida del partido y de sus militantes desde su origen. Es fundamental seguir creando modelos de formación, especialmente para atender la sucesión generacional, que de manera natural se da en el partido; debemos acercar la institución a los jóvenes y a las mujeres, dándoles opción de formación política, a la par que ellos dan al partido viabilidad hacia el futuro.

A este esfuerzo hay que dedicar los recursos necesarios, continuar moder-nizando sus medios de acceso, hacerlo práctico, modernizarlo en su lenguaje y

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pedagogía, y velar porque sus contenidos encuentren eco en la realidad en la que debemos trabajar.

La formación y capacitación debe impulsar que la conducta de nuestros mili-tantes y dirigentes sea acorde con nuestros principios, eminentemente útil, forma-dora de una vida cívica ejemplar, que nos permita volver a ser escuela de ciudada-nos y contar con nuevos líderes con capacidad para ocupar puestos legislativos y de gobierno, y dirigir al partido en sus diversos ámbitos.

La capacitación admite mínimos que deben ser generales y obligatorios, pero también debe permitir que todos sus miembros puedan desarrollar sus conoci-mientos y habilidades, de acuerdo con las preferencias personales, que les permi-tan profundizar en temas específicos y especializarse.

Nuestros procesos de capacitación deben también hacerse accesibles a los ciu-dadanos no panistas, haciendo énfasis en aquellos temas de su interés, como un puente que los aproxima a nuestros principios, visión y objetivos.

Desarrollo del PAN DigitalHacer del PAN un partido digital no es un proyecto tecnológico sino humano. La tecnología no es un valor en sí mismo, lo es en tanto potencia a las personas.

El espacio digital es la nueva plaza para hacer un llamado a la solidaridad, la democracia, la participación y a la consecución del bien común. La mayoría de los mexicanos ya convivimos en este espacio, nos comunicamos, ejercemos derechos, hacemos comercio, nos organizamos y tenemos actividades políticas.

Muchos ciudadanos ya se encuentran cercanamente conectados en redes per-sonales. Los medios en su poder permiten a algunos activistas digitales individua-les, más influencia política que la que tienen muchas organizaciones. La tecnología ya nos permite dejar de ser sólo consumidores de información para convertirnos en productores de contenido de radio, tv y prensa digital.

El desarrollo, adopción y uso de la nueva tecnología pone a las sociedades en un proceso de cambio inevitable, que debilita el modelo de redes jerárquicas conforme se fortalecen los modelos de interconexión completa. Se calcula que para tener un alcance de 19 millones de personas, cantidad suficiente para ganar una elección presidencial, bastaría activar en el espacio digital a un millón de personas.

El PAN debe estar en la vanguardia del camino hacia nuevas formas de relación con la sociedad a la que pertenece, buscando ser electoralmente exitoso a través de constituir una comunidad de personas que encuentren, en la doctrina de Acción Na-cional, la guía con la que trabajan para mejorar sus vidas y de quienes les rodean.

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En esta materia hemos caminado en el desarrollo de infraestructura, bases de datos, sistemas de intercomunicación, conocimiento y habilidades de comunica-ción en las redes sociales.

La velocidad del cambio es un reto en sí misma, pues modifica los entornos y el modo de abordarlos de manera vertiginosa. Para enfrentar el cambio, la exis-tencia de la tecnología es un supuesto básico al que debemos agregar las políticas pertinentes. Debemos hacer más presente el PAN en la red y tener más de la red en el PAN.

Para responder y asimilar los retos de este cambio, se propone:

1. Contar con más espacios colaborativos que permitan --primordialmente a los jóvenes-- acceso y relación con el PAN a través del canal digital.

2. Modificar nuestra comprensión de lo que es la “militancia” para hacer muy fácil su acceso, e incluir el trabajo en el mundo digital como una forma importante del quehacer panista.

3. Construir una militancia, más de comunidades que se refuerzan en sus valores que de estructuras sólo formales.

4. Dar espacio y representatividad a los militantes y a los frentes digitales. Una organización digital, por su adhesión independiente, es resistente a hacerse cor-porativa, y mina la organización por grupos que hoy se da en el partido.

5. Agregar al papel del partido como intermediario de la participación política, el de habilitador de la participación política. Construir la coalición de los que están dispuestos a participar, dotarlos de herramientas y permitir la autogestión por causas. No sólo de elecciones sino de propuestas a las que pueden contribuir.

6. La trasformación del modelo implica un cambio cultural, no sólo táctico. Deja de hablarle a la gente para hablar con la gente.

7. Establecer un ciclo digital de retroalimentación positiva para el militante que lo impulse a alcanzar influencia a gran escala: Llamar su interés a través de causas, objetivos y campañas en el espacio virtual; facilitar su formación y; activar for-mas de participación que encuentren su premio en sus propios logros.

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8. Contar con una estrategia de eventos adecuada para fomentar la innovación y la atracción de talentos.

9. Un proceso de toma de decisiones basado en datos e innovación constante.

La llegada del PAN al gobierno fue una acumulación de poder de la periferia al centro. En el basamento de su regreso al gobierno debemos tener presente este antecedente para retornar al trabajo desde los militantes y los ciudadanos. Esto es perfectamente acorde con un PAN Digital.

Necesitamos crear el equipo y el marco institucional adecuados, para abrirnos exitosamente a este proceso de cambio e incorporarnos como un actor y comuni-cador relevante, para dar vigencia a nuestras ideas en el mundo real a través del mundo digital. Mundo que hoy abarca todas las esferas donde nos movemos.

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esde inicio de los años sesenta sabía de la existencia de un hombre muy inteligente y comprometido con la búsqueda de un cambio con democracia y justicia para México. Oí ha-blar de él a su hermano, Manuel González Morfín, quien era un querido amigo. Después conocí a su padre porque a los compañeros de Manuel nos dio unas pláticas sobre la política en México que nos abrieron los ojos tanto por lo que

nos hizo entender como por la contundencia de sus expresiones. Cuando tuve con-tacto directo con el hijo de don Efraín que llevaba su nombre pude constatar que la inteligencia y el compromiso se heredan y se aprenden en el seno familiar. Aun-que Efraín chico después de su incursión política circunscrita a la segunda mitad del siglo XX prefirió una presencia discreta, su impacto fue destacado y marcó la vida política del país. Si en la segunda década del siglo XXI uno busca por Inter-net Efraín González Luna Morfín encontrará 55,400 entradas; pero si es buscado como lo conocimos en los años sesenta, Efraín González Morfín, entonces veremos 216,000 entradas.

Los datos biográficos que Ana María su sobrina puso en la publicación que hizo el Fondo de Cultura Económica en torno a las cartas entre Manuel Gómez Morin y Efraín González Luna nos dicen que fue el cuarto de los ocho hijos del matrimonio de Efraín González Luna y Amparo Morfín. Estuvo en el noviciado y

UNA iNvITACIÓNA rECoRdAR y SEGuIR A

EfRAíN GoNzálEz MoRfíN

Jorge Alonso

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el juniorado jesuita en los años cuarenta. Estudio filosofía en Ysletta College y en los cincuenta siguió sus estudios en Innsbruck. Al finalizar esa década ingreso al PAN. Para 1960 ya era miembro del CEN de ese partido. A mediados de los sesenta tuvo una participación destacada en la redacción de la Proyección de los Principios del panismo. Fue diputado federal por ese partido en el trienio de 1967 a 1970. A finales de los sesenta fue jefe regional panista del D.F. En 1970 participó como can-didato presidencial por parte del PAN. A mediados de los setenta fue Presidente del PAN. Renunció al panismo en 1978. En los sesenta estudió derecho en la Uni-versidad Iberoamericana. Posteriormente fue fundador de la Escuela de Derecho del ITESO. El sistema universitario UIA-ITESO le otorgó merecidamente el doc-torado Honoris Causa. En los primeros años del primer gobierno panista en Jalisco fue Secretario de Educación. Cuando quise hacer el libro sobre su padre tuve una entrevista con él para solicitarle que me diera acceso al archivo de su padre. Me explicó que en ese archivo había mucho material familiar que no era del interés público y que alguien debía hacer la separación de lo que era del ámbito privado y lo que correspondía a lo público. Estuve de acuerdo con él, pero le sugerí que se encomendara esto a alguien, porque no se haría por generación espontánea. Se rio mucho de mi ocurrencia. Pero me tuve que conformar con la consulta del archivo de Gómez Morin que ya estaba organizado. Como vi que había algunos huecos en la información de este archivo insistí en poder ver el de González Luna y Ana María, la nieta, me tuvo la confianza para que lo revisara. Con la advertencia que me había hecho Efraín chico, cuando me topaba con cartas que no tenían por qué hacerse públicas, las dejaba de lado. No obstante, ahí me pude dar cuenta del gran aprecio que Gómez Morin le tenía al hijo que llevaba el nombre de su entrañable amigo. Cuando Efraín González Morfín llegó de Europa a la capital mexicana reci-bió todo el apoyo personal y laboral por parte de Manuel Gómez Morin.

Los planteamientos en torno a la doctrina social de la iglesia elaborados por Oswald Von Nell-Breuning fueron fundamentales para la formación intelectual de Efraín González Morfín. De este autor tradujo del alemán al español un libro que fue publicado por la Editorial Jus. El Concilio Vaticano II también tuvo en él una fuerte influencia. Siendo diputado panista Efraín González Morfin se opuso a la represión estudiantil de 1968, exigió información confiable sobre lo acontecido y advirtió que existía escepticismo por los repetidos hechos antidemocráticos y por el uso de la fuerza. En una conferencia que había dado meses antes de ese movi-miento había señalado que un auténtico partido político que no podía reducirse a la mera organización nominal en torno de una persona o de intereses transitorios. Puntualizó que la doctrina del PAN debía contestar las preguntas que los ciudada-nos conscientes se hacían acerca de los problemas y las soluciones que le urgían a México. Planteaba que un partido democrático no podía presentarse ante el pueblo con pretensiones de totalidad. El PAN tenía que reconocer la necesidad de la exis-tencia de otros grupos de actividad política organizada. Otra característica de un

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partido auténtico era su independencia del gobierno. Para Efraín González Morfín la tarea partidaria implicaba una construcción de abajo hacia arriba. Otra precisión que hizo fue que un partido político tenía que distinguirse de las instituciones no políticas, pero esenciales a la sociedad: sobre todo las educativas y las ocupacio-nes. González Morfín exigía mejorar el defectuosos sistema electoral. Proclama-ba la necesidad de modificar a México por vías pacíficas, democráticas, legales. Precisaba que no se podía entender la democracia sólo como el juego electoral de nombramiento de candidatos o de programas, sino como un verdadero estilo de vida, como una manera de realizar valores personales y sociales, como la manera correspondiente a la dignidad humana de participar en las decisiones colectivas que afectaran el destino personal y el destino de las comunidades humanas. Apun-taba que en el proceso desarrollo político, social y económico la falta de solidaridad responsable entre mexicanos era una de las lacras básicas de nuestro país. Ante quienes hacían una defensa a ultranza de la propiedad privada señalaba que ésta no podía ser el principio supremo que regulara la justa distribución de la riqueza, pues por encima de ella se encontraba el destino universal de los bienes materiales. Enfatizaba que era radicalmente injusta la organización de una sociedad en la no fuera posible que los bienes materiales cumplieran con su destino universal.1

A finales de los años sesenta en reuniones del Centro de Investigación y Acción Social donde yo laboraba le oí detallados y fundados análisis críticos sobre los informes presidenciales. Entonces lo tuve como maestro de Hegel y de Marx. Nos insistía en que no podíamos entender a Marx si desconocíamos a Hegel. Era muy riguroso y serio en el estudio de estos pensadores, los desentrañaba, los criticaba, veía sus aportes y sus fallas. De ese impresionante curso me quedó la convicción de que Efraín González Morfín estaba abierto a conocer a diversos autores de gran importancia y a entenderlos. No obstante no se mimetizaba con ellos, porque tenía su propia orientación. Me admiraba cómo innovaba las tesis filosóficas de la esco-lástica con una gran agudeza y lucidez para interpretar los hechos concretos. Quie-nes dentro del panismo oscurantista e iletrado lo acusaron de marxista no habían leído a Marx y eran bastante obtusos e incultos para entender toda la veta cristiana proveniente de los Evangelios, de la patrística y de los grandes pensadores de la escolástica que proyectaba Efraín González Morfín.

Después de la campaña presidencial González Morfín publicó varios de sus discursos. Ahí desentrañó lo que planteaba en torno a la persona, al humanismo solidario, a la educación, a los objetivos que debería tener un partido como el PAN. Ante la situación de antidemocracia y falta de real justicia social González Luna proponía un cambio democrático de las estructuras económicas, políticas y sociales para que se buscara el bien común de todos los mexicanos. En esa publicación se opuso a una estabilidad fincada en la violencia y defendió la necesidad de abrir las participaciones de las personas en la construcción de decisiones colectivas. No se 1 Efraín González Morfín, 1967, Justicia y reforma social, México, Ediciones PAN.

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cansaba de repetir que el cambio estructural implicaba un cambio fundamental y radical en la mentalidad y conductas de la gente.2

A mediados de los setenta Efraín Gonzalez Morfín volvía a preguntarse qué necesitaba México con insistente urgencia en esos momentos. Y la primera pista que encontraba era que los mexicanos requeríamos salir de la mentira y vivir en la verdad. Criticaba que los medios de comunicación no se atuvieran a la verdad. Explicaba que los mexicanos necesitábamos acabar con esa doble vida tan desedu-cativa, esta gigantesca empresa de deseducación que era la vida pública en México. Hacía ver que lo perjudicial que era para la educación esas enseñanzas vitales que inducían a los niños y a los jóvenes a fingir, a ser serviles y aduladores. González Luna fustigaba esa deformación que implicaba en la vida toda el inculcar que más valía ganar dinero a la mala que con trabajo honrado. Se quejaba de que se que-braran las conciencias de muchos jóvenes, y se rompieran muchas espinas dorsales para hacerlos vivir agachados ante los poderosos de todo tipo.

La segunda pista que veía González Morfín estaba en la exigencia de justicia y de respeto al derecho. Argumentaba que se necesitaba la justicia en las relaciones entre las personas, en los tribunales, en los grandes actos políticos en la adminis-tración pública, en el reparto con equidad de la riqueza nacional y de las cargas fiscales. Clamaba por esa justicia que nivelara las desigualdades. Se oponía con vehemencia a la concentración de los bienes del mundo en unas cuantas manos mientras se incrementaba un mar de miseria y de necesidades. También recomen-daba que hubiera capacidad en el gobierno, preparación y aptitud técnica que le permitiera cumplir bien con sus obligaciones. Confesaba que estaba harto de los que alquilaban su inteligencia para ponerla al servicio de la injusticia. Criticaba a los profesionales cómplices del mal gobierno y que ayudaban a reforzar las si-tuaciones indignas para las personas. Le causaban náuseas quienes se prestaban a mentir en los medios de comunicación, a hacer sentencias injustas en los tribuna-les, a poner la degradación del entendimiento al servicio del retraso de México. No obstante el negro panorama, González Morfín mantenía la esperanza.

También a mediados de los setenta Efraín González Morfín llamaba la aten-ción acerca de la insatisfacción, y convocaba a buscar la solución de los problemas objetivos. Advertía que no bastaba con recurrir a principios generales, sino que se tenían que conocer muy bien las situaciones concretas para hacer propuestas de soluciones basadas en valores éticos. Estaba convencido de que si los valores no tenían vigencia interna entre los panistas, se comprobaría con eso la imposibilidad de realizarlos en la vida de la nación. Invitaba a evitar esa hipocresía que, pro-poniendo un modelo de relaciones humanas, en los hechos se hacía lo contrario. Planteaba que la jerarquía correcta de subordinación en los comportamientos exi-gía que la política tuviera por objeto el mejoramiento de las condiciones de vida de

2 Efraín González Morfín, 1973, Discursos de su campaña presidencial, México, Editorial Jus.

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los seres humanos. Subrayaba que la política por la política, el poder por el poder, o la autoridad para la ventaja personal no era más que la manifestación de una profunda perversidad en la vida social.3

Efraín González Luna propugnó una posición que llamó solidarismo, la cual trataba de integrar, en una difícil tensión, a la persona individual y a la colectividad social. Ese término lo había difundido cuando fue candidato presidencial. Al pro-fundizar en el concepto llamaba la atención de que el mundo era conflictivo. Dada la naturaleza humana, el conflicto brotaba como resultado espontáneo de la vida misma. Ante esto proponía que por encima de los conflictos se debían reconocer valores superiores al conflicto mismo. El conflicto debía estar regido por principios superiores de justicia y de bien común. En esta forma no había que perder de vis-ta la común dignidad de los contrincantes. González Morfín recordaba que todos íbamos en el mismo barco. Para el solidarismo el interés nacional era preeminente. El solidarismo iba contra el individualismo. Una de las exigencias de la posición solidarista era la necesidad de una buena distribución de trabajo social4. González Morfín defendió que el PAN no fuera asumido por una fuerza económica como su brazo político. Debido a que uno de los poderes fácticos de los años setenta se apoderó del PAN para defender, afianzar y ampliar su poder económico, González Morfín, leal a sus principios, vio que en una deformación de esa naturaleza no estaba su sitio.5

Estando fuera de la militancia política partidista prosiguió con la elaboración de ideas sobre cuestiones económicas y temas de filosofía del derecho6. Fue funda-dor y director del grupo editor de la revista Solidarismo. Sus planteamientos en tor-no a la educación cuando estuvo al frente de la Secretaría de Educación en Jalisco también fueron publicados.7 Colaboró con el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana en cuya editorial reflexionó sobre el trabajo humano, sobre la necesidad de formar personas, y prosiguió con su preocupación fundamental acerca del cam-bio social.8

Alonso Lujambio ubicó bien lo que implicaba la ruptura de Efraín González Morfín con el panismo. Recordó que el PAN estaba polarizado como el mismo país, y que Efraín González Morfín se colocaba en lo que había que denominar el humanismo panista. Hacía ver cómo la mano de González Morfín le había dado

3 Efraín González Morfín, 1975, El cambio social y el PAN, México, Ediciones PAN; y Tesis y actitudes sociales, Mé-xico, Editorial Jus.

4 Efraín González Morfín, 1974, Solidarismo, México, Ediciones PAN.5 Efraín González Morfín, 1975, Responsabilidad y objetivos de Acción Nacional, México, Ediciones PAN; y 1977,

Persona, sociedad y política, México, Ediciones PAN.6 Efraín González Morfín, 1989, Cuestiones económicas fundamentales, México, Editorial Limusa-Noriega; 1999,

Temas de filosofía del derecho, México, Editorial Harla-Oxford.7 Efraín González Morfín, 2000, La educación: visión y mensaje, Guadalajara, Gobierno de Jalisco. 8 Efraín González Morfín, 1990, El cambio social, México, Imdosoc; 2002 Formar personas, México, Imdosoc; 2008,

Trabajo humano, México, Imdosoc.

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un sesgo profundamente social al documento de mediados de los sesenta en el que fueron actualizados los principios de ese partido. Ahí se decía que la justicia social se realizaba mediante el ejercicio y la defensa de los derechos, que la justicia social tenía por objeto promover el acceso de los hombres a los bienes materiales y espirituales suficientes para que la comunidad viviera de manera justa, equitativa y equilibrada. Lujambio le reconocía a González Morfín que hubiera luchado por la tolerancia hacia la diversidad, y que hubiera tratado de conducir al panismo hacia un compromiso con un cambio que implicaba la justicia social. Lujambio también destacó lo que consideró una gran paradoja. Efraín González Morfín, después de gran fraude en Yucatán contra el candidato panista a la gubernatura, era partidario de no acudir a las elecciones presidenciales de ese año y en lugar de campañas proponía que se hiciera una fuerte difusión de los ideales democráticos. Una buena parte del panismo compartía esta posición. No obstante, en una votación cerrada González Morfín fue derrotado en su propuesta de abstención y al mismo tiem-po fue elegido para ser el candidato presidencial, cosa que tuvo que aceptar para mantener la unidad partidista. En ese entonces el panismo todavía tenía el sello de sus fundadores. Seis años después Efraín González Luna logró impedir que el arribismo empresarial norteño asaltara a su partido y no se presentó candidato presidencial. Esto obligó al gobierno a flexibilizar su actitud autoritaria y proponer una reforma electoral que diera cabida electoral a varias tendencias políticas. Lu-jambio apuntó que González Morfín fue un agudo crítico de la reforma política de 1977, porque dicha reforma no garantizaba que el voto fuera libremente emitido y justamente computado. Las tensiones internas panistas habían crecido y ganaron en su seno las corrientes del pragmatismo empresarial con muchos intereses y ene-migas de los principios sociales de los fundadores. No obstante, Lujambio desde una militancia panista simpatizante con la figura del hijo de González Luna se preguntaba si no hubiera sido más provechoso para el panismo el que Efraín chico siguiera dando la pelea desde dentro. Pero en el panismo entrado a saco por los empresarios no cabía la posición ética de González Morfín.

En el balance que Lujambio hace de la figura de González Morfín enfatiza lo incuestionable de su importancia no sólo para la historia del PAN sino del Méxi-co reciente. Nos dice que con la salida de Efraín González Morfín de las filas del panismo ese partido quedó a merced de intereses obtusos. Pese a esa lamentable situación, Lujambio detecta que algo de lo que llama el efraínismo podría encon-trarse todavía en algunos panistas. Destaca que Efraín González Morfín elevó la calidad del debate y la altura de miras; que cercanos y adversarios lo respetaron como interlocutor serio. Nos alienta a constatar que la vida de González Morfín es una prueba irrefutable de que la política puede ser una actividad digna. Reconoce que González Morfín dignificó la política porque actuó con carácter, arrojo, estatu-ra intelectual y moral.9

9 Alonso Lujambio, “Prólogo” en Laura Alarcón Menchaca, 1970: Efraín González Morfín en campaña, El Colegio de Jalisco, Guadalajara, 2008.

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En ciertos reconocimientos a personas que han dejado huella y que interpelan con su ser y quehacer, es posible encontrar un enredo de posiciones. Algunas ten-drían que ver con cierto malestar porque la figura honrada los exhibe y los coloca ante críticas fundadas. Por eso suele haber resistencias a hacer homenajes a esta clase de personalidades. Otras los quieren aprovechar para lavarse la cara. Piensan que al erigirlos en un pedestal lograrán que las miradas se fijen en ese objetivo y dejen de percibir el malestar que provocan actuaciones lejanas y hasta contrarias a las que se honran. Pero habrá algunas que aceptarán la interpelación, examinarán su proceder y se propondrán imitar al homenajeado. Yo alentaría que esto último fuera lo que tuviera más impacto, porque resulta de suma urgencia que la política se dignifique al ponerse al servicio de las ingentes necesidades de tantas personas a las que la política está denigrando y agraviando.

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UN PARTIdo CRíTICodE Sí MISmo

Mensaje del presidente nacional del CEN del PAN, Gustavo Madero Muñoz, durante la sesión ordinaria de Consejo Nacional realizada en el auditorio Manuel Gómez Morín de la sede nacional, el pasado 19 de enero.

s un gusto darles la bienvenida a esta sesión de Consejo Na-cional de nuestro partido. Quiero agradecer primero a nues-tras consejeras, a nuestros consejeros de todo el país, porque ustedes representan la conciencia y orientan la visión de futu-ro de nuestro partido.

Saludo en particular a Don Luis Héctor Álvarez y a Doña Blanquita, porque ustedes representan nuestra lucha, que no es lucha de un día, sino es una brecha de eternidad y herencia para todos nuestros hijos.

Agradezco a los Presidentes de los Comités Estatales que encabezan al PAN en las 32 entidades de nuestro país y les pido que sean dignos representantes de nuestra institución.

Quiero agradecer a nuestra secretaria general por su gran entrega, por su gran compromiso y por su amor al partido.

Quiero agradecerle a toda la estructura del Comité Ejecutivo Nacional, a cada una de las Secretarías, la Tesorería Nacional, las distintas coordinaciones, comisio-nes y consejos que con su trabajo diligente hacen posible que estemos hoy juntos revisando cómo vamos y cómo podemos mejorar.

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Quiero darle la bienvenida también a nuestra excandidata a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota.

Gracias Josefina, a nombre del partido te agradezco de nuevo tu intensa cam-paña que representante dignamente a nuestro partido y a lo mejor de nuestro país, a todas las mujeres mexicanas.

Le doy la bienvenida a nuestros coordinadores parlamentarios, al senador Er-nesto Cordero Arroyo y al coordinador del Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal, y aprovecho para enviar a través de ustedes un saludo para todos nuestros legisladores que están comprometidos con la agenda modernizadora y democratizadora de nuestro partido y que ya han aprobado dos grandes reformas, que habíamos impulsado desde hace mucho tiempo: la reforma laboral y la reforma al artículo tercero constitucional en materia educativa. Felicidades por su trabajo a todos nuestros legisladores.

Quiero agradecer en este momento también al expresidente Felipe Calderón y a su esposa Margarita por seis años de buen gobierno y agradecerle a todos los co-laboradores por ampliar las libertades, las oportunidades y los derechos de todos los habitantes de nuestro querido México.

Amigas y amigos, los convocamos a esta sesión de Consejo Nacional, con la firme convicción de comenzar una nueva etapa en el Partido Acción Nacional, para seguir siendo el partido de los cambios que México necesita por medio de un ba-lance autocrítico, basado en una actitud propositiva, generosa e institucional.

Acción Nacional nació como un partido crítico de su entorno, pero también crítico de sí mismo desde 1939.

Hemos cuestionado por medio del debate y la discusión lo que se hace en el go-bierno, pero esencialmente lo que hacemos en nuestro partido, señalando aciertos, fallas y omisiones con el sano objetivo de mejorar nuestra labor.

Dentro de esta tradición deliberativa es que hoy cumplimos nuevamente con una característica muy panista, muy demócrata, la de dialogar en pluralidad y libertad para encontrar las soluciones a los retos que tenemos como nación y como partido.

Es precisamente ese diálogo de hombres y mujeres libres, uno de los elementos que nos distinguen de los demás partidos. No tenemos miedo de hablar libremente con honestidad, porque al cuestionarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno, buscamos la verdad y ser la mejor opción para construir con la ciudadanía, juntos, un mejor país.

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A diferencia de aquellos que consideran a la discusión como división, en este Consejo Nacional mostraremos una vez más que el debate en libertad y sin disimu-los es nuestra fortaleza para ser el mejor partido que tenemos los ciudadanos para construir un mejor país.

En primer término, como un testimonio más de nuestra vida democrática in-terna, presentaré el Informe Anual del Comité Ejecutivo Nacional para además de rendir las cuentas, analizar y discutir los desafíos que tuvimos el año 2012, así como las áreas de oportunidad en las que tendremos que enfocar nuestros esfuer-zos de ahora en adelante.

Encontrarán en sus carpetas una memoria USB, en donde todos estos docu-mentos están contenidos y también la presentación audiovisual. En este informe destacaré tres grandes programas que estamos realizando en nuestro proceso de autoevaluación y mejora, el refrendo de nuestra militancia, la reforma estatutaria y la agenda de la transición; estos son los tres grandes programas que hemos deto-nado en el Comité Ejecutivo Nacional.

Primero, la convocatoria que hicimos para refrendar, para actualizar, para depu-rar nuestro padrón de militantes y contar así con un instrumento eficaz para nuestra vida democrática del cual les informaremos en esta sesión de sus resultados.

Pero primero hay que recordar que con esto cumplimos con el mandato que nos dieran la Asamblea General Extraordinaria del año 2008 y también que es-tamos cumpliendo con la disposición de la ley para presentar nuestro padrón de miembros, distinguiéndonos así como el único partido que cumple con la ley de una manera transparente y abierta.

Agradezco en este esfuerzo, a los más de tres mil panistas voluntarios que nos ayudaron a hacer posible este refrendo en todo el país en más de mil puntos. Este ejercicio nos confirma que el PAN sigue siendo un partido de hombres y mujeres libres, no un partido de masas, de clientelas ni de estructuras corporativas.

Segundo, la convocatoria a realizar una amplia consulta participativa y propo-sitiva para reformar nuestros estatutos y mejorar la forma de afiliar, de funcionar, de elegir dirigencias, de elegir candidatos y la forma de dirimir nuestras diferen-cias del cual establecimos un espacio en la agenda de este Consejo para su análisis.

Aprovecho también para agradecerle a la Comisión de Evaluación y Mejora por su diligente y fructífero trabajo que hoy nos presentará. Este trabajo que se logró a través de estudios, de encuestas, análisis de percepción dentro y fuera del partido y a partir de deliberaciones fuertes y honestas que permiten hacer un análisis para conocer las áreas en donde debemos trabajar más para hacer un mejor partido.

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Los resultados de la Comisión serán presentados y evaluados, particularmente las recomendaciones que realizan para obtener cambios estatutarios y de forma, partiendo del análisis de los dilemas que enfrentamos y de las soluciones a estos.

De esta manera, el PAN fortalece sus principios, for-talece su identidad y doctrina, pero también inicia una revisión de estatutos haciéndolos más competitivos y efi-caces como partido moderno, como partido democrático y de vanguardia.

Todos los documentos, encuestas y análisis realizados se publican en nuestra página de internet como corresponde a un partido comprometido con la democra-cia y con la transparencia.

Tercero, hicimos la convocatoria a relanzar nuestra agenda de la transición para seguir siendo esa fuerza modernizadora y democratizadora de México, como el medio privilegiado para seguir siendo el motor de los cambios que nuestro país requiere.

Esta convocatoria la hicimos desde el primer momento en que reconocimos el resultado electoral adverso, en el que se presentaron irregularidades en el proceso que denunciamos y que impugnamos, pero que también decidimos actuar como un partido responsable y seguir impulsando esta agenda, tanto cuando estamos en el gobierno, como cuando dejamos de estar en el gobierno federal.

Por esta razón, construimos junto con los otros partidos y el Gobierno federal entrante un Pacto por México, que contiene esta agenda de reformas que requiere nuestro país, que fueron negados por el PRI cuando estaba en la oposición y que ahora decide sí impulsar.

Estamos convencidos que las reformas que contienen el Pacto por México no sólo incorpora la agenda postergada, para impulsar una mayor competencia y crecimiento económico, no sólo incorporan las reformas para ampliar las liberta-des y oportunidades y derechos de todos los mexicanos, sino sobre todo, también es importante mencionar que incorporan las reformas que ajustarán el marco legal y el marco institucional para nivelar el próximo proceso electoral federal y para impedir que haya más elecciones que se sigan ganando a billetazos o con engaños.

Son estas tres grandes convocatorias las que caracterizan el trabajo de este Co-mité que me honro en presidir y que nos permitirán iniciar una nueva etapa en

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la vida de nuestro querido partido. Tengo la certeza de que este informe será evaluado a fondo por el Consejo Nacional desde una perspectiva constructiva, democrática, critica, sí, pero no de recriminaciones ni de reproches, sino con una visión institucional con altura de miras y consciente de que las decisiones que to-memos serán determinadas y determinantes para Acción Nacional y para nues-tro querido país.

Amigas y amigos, como pueden ver el PAN sigue con una agenda clara que cumplirá fielmente para lograr un cambio profundo en México, porque a pesar de que hemos contribuido para tener un país más justo, con una economía y fi-nanzas sanas, una mejor democracia, la tarea sigue inacabada y reclama nuestro compromiso.

Demos ejemplo de democracia una vez más, discutiendo con generosidad y pasión porque lo que estamos tratando no sólo es el futuro del partido, sino que es el futuro de México y es el futuro de nuestros hijos. Hoy, las y los panistas aposta-mos nuevamente por el mañana, trabajando por el ahora, con la esperanza de que aquellos que confiamos en México, que aquellos que confiamos en la democracia, en la libertad, la convicción y la unidad, somos más que aquellos que le apuestan al cinismo, al oportunismo y a la mezquindad en la política.

Amigas y amigos, desde 1997 a la fecha, nuestra democracia ha estado caracte-rizada por gobiernos divididos y así lo seguirá estando hasta el año del 2018.

Nuestra democracia estaba caracterizada también por un sistema político que no incentiva la construcción de mayorías estables y esto se traduce en una debili-dad institucional y en una ausencia de reformas de la intensidad y del número que nuestro país demanda para superar la pobreza, para superar la desigualdad y la exclusión social.

Por esto, quiero concluir este mensaje con una cita de nuestro coordinador par-lamentario de la LVII Legislatura, en el año en que se inauguraron en México los gobiernos divididos, una cita de Don Gabriel Jiménez Remus, que cito: “México tiene sed de consensos, somos muchos los que así lo decimos. La inmensa mayoría de los mexicanos queremos la cohesión de la sociedad a pesar de la diversidad de los individuos que la componen.

El consenso no se fundamente en la desaparición de las diferentes maneras de ser ni pensar, no es una especie de sincretismo ideológico. El consenso que anhela-mos exige coraje, exige imaginación, ya que reposa menos en la eliminación de las diferencias, que en la construcción de un espacio de diálogo que asegure la regula-ción de cualquier discrepancia.

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El consenso no se concibe sin una tensión permanente, entre las fuerzas que se emplean para estabilizar una situación y las que pretenden cambiarla.

El consenso en definitiva como ahora quisiéramos verlo, reinstaurado en la escena pública mexicana, no es una solución fácil, generado por la pereza o por el temor a la acción.

Se trata, por el contrario, de una tarea compleja que ha de acometerse resuelta-mente arrostrando peligros. Consenso que implique sacrificios de renunciar a be-neficios de aquellos que habiendo sido fieles al estado de cosas tradicional, deben ahora sumarse sin reservas, a la defensa y consolidación del régimen democrático.

Consenso que implique también olvido de agravios pasados y sentarse en la misma mesa de negociación con quienes han sido nuestros perseguidores, fin de la cita.

Sabemos que nuestra lucha por lograr cambios más profundos que México necesita será larga, pero como también dijera Adolfo Christlieb: Estamos con-vencidos, y cito, que para el bien de México hemos escogido el camino duro que marcan los principios, la razón, la legalidad, el libre convencimiento y la adhe-sión voluntaria.

Si este es un camino más largo, estamos convencidos de que es el que México hoy necesita. Muchas gracias.

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El ACENTo EN lA PAlAbRA.CoNfERENCIAS SobRE

lA tRANSICIÓN dEmoCRáTICAMExICANA

Carlos Castillo Peraza

Ed. Fundación Rafael Preciado Hernández, México 2013.

arlos Castillo Peraza (1947-2000), continúa ofreciendo lecciones de política aunque no esté físicamente con nosotros. Ahora toca el turno a una serie de conferen-cias que sobre el tema de la transición democrática mexicana que se encontraban en sus archivos y no ha-bían visto la luz pública. Producto de la labor de editor de Carlos Castillo López, primogénito del expresidente del PAN, se logró conjuntar un libro que nos ofrece, en

tres grandes capítulos, un conjunto de textos que nos brindan lo que el desapareci-do político pensaba de la transición y el Partido Acción Nacional.

El primer capítulo presenta al lector “Cinco conferencias en Georgetown”, en alusión a la universidad de Estados Unidos que lo invitó a dictar una serie de con-ferencias gracias al prestigio político y filosófico del que gozaba. Los títulos de las mismas dan idea de la amplitud de temas y las reflexiones que su mente generaba: De la fuerza a la maña: la lenta apertura del Poder Legislativo mexicano a la oposición po-lítica entre los años 1943 y 1958, El Partido Acción Nacional y el federalismo en México, Recurrencia de las crisis en México, Las elecciones federales mexicanas de 1997: desafíos y perspectivas y ¿Querrán ser gobernados los mexicanos? Son los temas que compartió con sus audiencias.

De esta colección, una de las lecciones que dio –misma que se grabó en la mente y conciencia del Partido– es aquella que postuló que “el PAN, durante

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años, trabajó para edificar estas con-vicciones, estas expresiones, estas nor-mas éticas y jurídicas, es decir, esta cul-tura. Hoy, después de la victoria cultu-ral que llevó a las mentes y a las almas de los mexicanos las ideas democráti-cas y del Estado de derecho, al grado que las asumen muchos de quienes an-tes las combatieron tanto desde el PRI como desde diversas formaciones de “izquierda” que se presentaban como “democráticas”, el Partido Acción Na-cional –fundado en 1939, y cuyos pri-meros 4 legisladores federales llegaron al Congreso en 1946– parece acercarse a la victoria política”.

El segundo capítulo versa sobre sus Apuntes para la transición, en los que analiza este fenómeno a la luz de la realidad mexicana. A través de ocho textos, nos ofrece un recorrido sobre cómo se construyó este fenómeno que, aún en nuestros días, no termina de ser estudiado y explicado. Para Castillo Peraza, las particularidades que la idio-sincrasia mexicana daba a la transición la hacían algo sui generis en el mundo. Así, la recopilación de estos textos nos ofrece una visión muy amplia de este fenómeno: Dos hechos, un error, una pa-radoja, tres carencias y un mito de la tran-sición política mexicana, Gobernabilidad y justicia social, El papel del gobierno de cara al México del siglo XXI, Economía y Polí-tica: una visión compartida, México: soli-dez económica, riesgos políticos y sociales, Un banco en transición en un México en transición, El posible complemento y Ex-pectativa política del próximo milenio son los títulos que darán al lector una idea

de los alcances que las reflexiones que nuestro autor tuvo.

El último capítulo de la obra tiene que ver con una obsesión de Castillo Peraza: El Partido Acción Nacional, acerca del cual escribió en distintas tri-bunas. Pero no se trató de una obsesión distante, pues el tiempo que le dedico no sólo a estudiar al Partido, sino a vi-virlo, le permitió conocer no sólo las obras sino también a los personajes que construyeron la historia de Acción Nacional. Es en ese sentido que pudo no sólo explicar las razones que tuvo el Partido para transitar por determina-das rutas, sino incluso trazar otras para las nuevas generaciones.

Sin duda, se trata de una obra que pronto obtendrá el calificativo de clási-ca, pues en sus propias palabras: “Las obras que merecen el calificativo de ‘clásicas’ ofrecen una rica y fecunda oportunidad adicional. Permiten vin-cular el pasado con el presente y con el futuro. Son la bisagra que articula tradición con innovación. Anudan y reanudan a las generaciones que, a lo largo del tiempo, van llegando a dis-frutar de su presencia y a releerla y a comprenderla de nuevo. Así, las obras ‘clásicas’, engarzando historias y mira-das personales menos duraderas que ellas mismas, generan eso que llama-mos veneración, es decir, el respeto en su grado supremo, el que se profesa a lo que mantiene su propia dignidad y dignifica en cualquier tiempo a quien se le acerca con apertura de inteligencia y de corazón”.