pagano nora - historiografía erudita

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    HistoriQ_grafia emdim.Nora C. Pagano

    Exis te c ie rto COnSCl150 e n d ata l' el surgimienro y consolidacion de In historiografla erudiia argentina" sobre lasegunda mitad delsiglo X1X aun cuando puedan reconocerse prefiguraciones y anticipacionesLa diacronia. en tanto dimension constitutive del relata Iiterario , de! discurso politico, In cronica 0 de Iam em oria, n o parecia ser Ia condicion suficiente para convertir esos textos en "historias". Para ello eranecesario dotar a la narracion de un conjunto de atributos que consensualm ente fueron adoptando aquellosletrados que aspiraban a ser reconocidos como "historiadores".Aunque se trata de un fenomeno generalizado en la historiografia universal, la eru dicio n p rese ntsp artic ula rid ad es p ertin en te s a c ad a c on te xto en el que tuvo Iugar; en las paginas sigu ientes darem os cuenta de

    las m odulaciones que adopto en el am bito local. y a partir de In segunda mitad del siglo X IX .L a expr es ion "historiografia erudtta" aparece literalm ente consignada a rnediados de la decada de 1920 en laHistoria de la historiografia argentina de Romulo Carbia (1925) obra que podria considerarse como e!primer in te nto sistema tic o p or d ar cu en ta de l as ca rac te r is ti cas que lo s es tudios hi stori cos asumieron ennuestro pais. A partir de la combinacion de perspectivas genetica y taxonom ica, su autor distinguia dostradiciones historiograficas ccntralcs: "filosofante" y "erudita". La primera contaba entre su srepresentantes a Vicente Fidel y L ucio V icen te L op ez as i como a Jose M anuel Estrada: Ia segunda por suparte, e ncon tr ab a e n Ba rto lome M itre su p rin cip al referente, anticipado por Luis D om inguez, continuado porP au l G ro us sa c y fundam entalm ente por Ia Nueva Escuela Historica, tradicion que el mismo Ca rb ia in te gr ab ajunto can otros noveles historiadores. La operacion de (auto )filiaci6n y legitim acion perceptible en eI texto,no ibn en zaga a aquella otra que tenia POl' objeta colocar al M itre en un Ingar central de In constelacion, yc an el, a s us jo ve ne s h ere de ro s.E I obra fue reeditada bajo el titulo Historia crftica de l a Hi s to r iogra f la Argentina en 1939 y 1940 cana lg un as m o dific ac io ne s, a un qu e 1 0 sustancial de la concepcion perm auecio canonicam ente en vigencia.B ien m irado, este caracter bifronte que C arbia atribuia a la historiografia nacional. encontraba su fundamentomas lejan o en la recepcion del debat e que protagonizaron Mitre y Lopez entre 1881-1882. N o se trataba delp rim ero n i d el u ltim o cruce p ole rn ic o sin o q ue por el contrario, el genera se hallaba am pliam ente difundidoentre ciertos integrantes de circulos politicos y culturales; Ia particularidad del aqui m encionado consiste enStl construccion en tanto "acontecim iento", tal com o tendrem os ocasion de referir. En esa construccion ocupaun lugar central Ia reedicion que R icardo Rojas hizo de las intervenciones de M itre y Lopez en la coleccionBiblioteca Argentina (J 916;' U n lustro despues, en su H istoria de la literatura argentina. Rojas volveria acolocar el debate en el lugar fundacional de la historiografia local y a M itre en el centro de esta.En el texto "Mitre: un historiador frente al destino nacional" (1943). Jose Luis Romero agregaba a lac on dicio n eru dita d e M itre, la admirable c oe xiste nc ia q ue p erc ib ia e ntre su labor de hi stori ador y de po li ti co ,Esa doble naturaleza posibilito al historiador de Belgrano desarrollar no s 610 una vers ion del pasado nacionalsino y fundamentalm ente una conciencia historica firmeque reconocia como condicion de posibilidad laexistencia de la crisis p ost C as ero s. Las innegables resonancias que una concepcion tal reviste en eI contextode Stl enu nciacion - un juego de e sp ejo s e xp lic ito s ab re el final del tex to -, n o o scu recen la su stan tiv id ad d es u c on te nid o: Mitre fu e para 1. L. Romero el "constructor de fa historia de fa Nacion ...alegato irrebatiblepara fa afirmacion de nuestro extstencia colectiva ... "En 1980 Tulia Halperin Donghi se interrogaba en La histnriografla: treinta alios en busca de un rumbo(reeditado como La historiografia argentina del Ochenta al Centenario) sabre las modalidades que losestudios historicos ostentaban en nuestro m edic a 10 largo del trienio 1880-191 O inaugurado bajo los efectosde 1 0 que suponia una doble crisis: politics e historiografica. En esc contexte, "los clasicos de /0historiografia argentina .,- Mitre y Lopez - poco podian aportar por constiruir "modelos alia vez inimttablesy cada vez menos pertinentes" en relacio n can ese m ism o co ntex te. C on clu ia afirm an do q ue d uran te esas tresdecadas - y a pesar de los valiosos aportes de P. G roussac-, no pudo surgir una tradici6n historiografica capaz

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    de sustituir a la mitrista, verificacion esta que permitia aSLI VCZ ,explicar la emergencia de la Nueva EscuelaHistorica.Halperin Donghi caracterizaba la obra de Mitre como un "ejemplo partlcularmente exitoso ", ponderando la"Historia de Belgrano" en terminos de "hazaha ,. en 1 1 1 que 11"tndagacion erudita" se combinabaadmirab!ementecon las "ideas orientadoras". El analisis inscribia a Lopez en una perspective que -siguiendo a M itre- c on sid era ba m a s " po litic a'' q ue " fil os of ic a" y en I n que el colorido n arra tiv e n o podiaocultar la parcialidad de su punta de vista y de alli Ia irnposibilidad de instituirse como un historiador de lanacionalidad.En 1996, Halperin volvio sobre el particular en el articulo Mitre y la formulacien de una historia nacionalpara fa Argentina, en el qu e ratificaba y ampliaba In lo s co ncep to s v ertid os u na d ecad a y med ia a nt es .Ni eI tiempo transcurrido ni la disparidad de analistas alteraron sustanrivamente los terminos genericos en quese formulaba el problema de la conformacion de Ia historiografia erudita; ella encontraba en Ia "Historic deBelgrano y la independencia argentina" y "La historia de San Marrin y fa emancipacion sudamericana" deBartolome Mitre su mas m eridiana expresion .. L a robustez de In construccion heuristica y hermeneutica, seasentaba progresivamente en cada una de las reediciones ~ cuatro en el primer caso y dos en el segundo - lasque dominaron el espacio historiografico por mas de tres decadas (1857 a ] 890).El efecto paradigmatico producido por esos textos, se reforzaba en la medida en que fueron confrontados conlos de Vicente F. L opez, sefialadarnentc su "Historia de fa Republica Argentina. "; a ello s file atrib uid o Incalificacion de "filosofante" cuyas connotaciones reforzaban los mer itos de aquel otro forma te "e rud it e"Por 1 0 demas, ia eficacia del modele mitrista hallaba otra justificacion acaso mas trascendente: Inconsumacion de una conciencia historica que Ie perrnitio hilvanar convenientemente una imagen de l pasado,presente y fu tu ro d e una nacion que fragu6 en el relato y en la gesti6n politica,Este modo configurar el problema, funcional a la necesidad de disefiar tradiciones legitimadoras ycristalizarlas en textos canonicos, dificulta sin embargo la percepcion de un conjunto de fenomenos quepermiten pensar la constitucion de la historiografia erudita como unjactum resultante de la convergencia demultiples procesos que tuvieron lugar a 10 largo de decades, Y CCll110 tal, susceptible de ser desagregado endiversos planos analiticos. Dificulta asim ismo l a posi bi li dad de con cebir I a construccion historiografica comoproducto colectivo y de caracter no lineal.Ciertarnente la construccion de una historiografia erudita fue el producto de un desarrollo gestado en mediode las cambiantes condiciones de posibilidad que tuvieron Iugar durante In segunda mitad del siglo XIX yprincipios del siguiente; tales condiciones alimentaron modos de abordaje e interpretaciones del pas ado ehicieron de el un objeto digno de atenci6n. La razon politica constituye entonces un elemento necesarioaunque no es suficiente para explicar el fenomeno que se aspira a abordar; se requiere asirnismo dar cuentade los variados aspectos que ofrece la produccion textos de desigual procedencia y factura, a traves de loscuales resulta posible trazar los derroteros que culminaron en la estabilizacion historiografica verificable en elc am bio de sighTales itineraries podrian sintetizarse en los siguientcs: la gradual y relativa diferenciacion que Ia narracionhistorica fue adoptando respecto del relata literario, del genera biografico - autobiografico, memorialisrico, latradicion oral y del discurso periodistico. En relacion can ello, cabe destacar la difusion del libro, la actividadeditorial y las publicaciones periodicas especializadas, y , desde el punto de vista documental, el trayecto queconduce del predominio inicial de las redes privadas y circulos de bibli6filos, a la coexistencia de aquellasr ed es c an in stitu cio ne s publicas y privadas redimensionadas (institutos, juntas, biblioteca, archive, museo) ysus correlatives organos de expresion. Desde una perspectiva estrictameute historiografica, la implantacionde un canon erudito supuso tambien el conocimiento y recepcion de modelos, referentes y tradieionesintelectuales extemos asi como la fijacion de criterios intersubjetivos de orden heuristico can el consiguienteestablecim iento de c riterios de autoridad. .1. Las apelaciones al pasado: la tribuna politica, la_prensa periodica, la literatura, y :a biografiaejemplar.

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    E I exilic - m ontevideano, boliviano 0 chilena - constituy o un am bito de experiencias politico-intelectuales enel cual se desplego una sociabilidad no siempre armonica , La cualidad literaria, era el mayor capitals irn bo lic o al que l os emig rados pudieron ap ela r : es crib ie ro n n ov elas h is to rica s, tradujeron y difundieron a losclasicos del rom anticism o, fundaron instituciones Iiterarias, educativas, de conocimiento, e intervinieronactivam ente en Ia prensa periodica. Tales desernpefios no solo significaron la canalizacion de una vocacionin telectu al, d e' in qu ie tu de s politico culturales 0 In expresion del eclecticismo que suponia Ia comunconviccion romantica. sino que tambien proporcionaban un m edia de subsistencia en las duras condicionesimpuestas por el destierro. Este conjunto de circunstancias perm ite explicar la m ultiplicidad de esferas en quetales actividades se desplegaron asi como los [adores que posibilitaron que esos hombres adquirierann oto rie da d p ub lic a y a un e nta bla ra n e nf re ntamie nto s y rivalidades interpersonales.Durante el destierro varios intelectuales se dispusieron a dar continuidad y p ro fu nd id ad a a qu ella tip ica men terornantica "Ojeada Restrospectiva" e in iciaron las pesquisas tendientes a recuperar el pasado para encontraren elias sim bo lo s cap aces d e fu nd ar el o rd en rep ub lican o y u na n uev a ciu dad an ia. E ntre o tro s caso s, p ued edestacarse L a labor heuristica - que todavia aguarda una exegesis - de personalidades como F lo re nc io V are lao Valentin Alsina y em presas com o la B iblioteca de "E I com ercio del Plata" fundada por el prim ero de ellos,continuada por el segundo, y profusam ente consultada por B. Mitre. En esta coleccion fueron publicadasv alio sa s fu en tes utiliza das lu ego po r nuestros primeros historiadores como la traduccion de In c ele br eDescripcion de Felix de A zara realizada por R ivadavia, y Ia "Compilacion de documentos relativos a sucesosdel Rio de fa Plata desde 1806" (1851) a cargo de V . A lsin a y V ice nte F . L op ez.Caseros reunio a los emigrados en su tierra natal aunque alineados en facciones enfrentadas; la revolucionseguiria devorando a sus herederos y les im pondria a algunos de elias nuevos exilios derivados de losposicionam ientos adoptado s en m edic de crecientes turbulencias politicas.Buena parte de esas tenias de posicion se expusieron publicam ente a traves del recurso de la prensa periodicaampliamente conocido y transitado, sea en Montevideo, Santiago 0 Valparaiso. En tal sentido, resultaconocida la correlacion que hacia mediados del siglo X1X Iigaba la fuerte politizacion can In centralidad delfenorneno de Ia p re nsa p erio dica y Ia e xp an sio n d el a so cia cio nismo ; de alli el afan de las dirigencias politicasurbanas por captar y conquistar al publico ~ potencial proselito- en tanto necesaria instancia Iegitimadora. Esaincipiente esfera publica opera como un nexo entre la sociedad y el estado; ambito de sociabilidad, depublicidad de opiniones, de critica, debate y juicios asi como formador de reputaciones y Iugar deacumulacion de capita! sim bo lico . E se "temible pader del diarismo" al decir d e E rn es to Quesada, explica quemuchos hombres publicos estuviescnligados a la propiedad y gestion de la empresap er io dis tic a.c on virtie nd os e e n verdaderos "caudillos de fa prensa" como denunciaba Alberdi en las "CartasQ uilloranas" .EI caracter performativo de Ia prensa periodic a, qu e recibe su fuerza del contexte social en el tiene Ingar y

    de la posicion d el en un ci ad or, Ie confirieron a la misma una apreciable centralidad en la instrumentacion dedisefios politico-culturales, dato ineludible para comprender parte de la dinamica historiografica de lasegunda m itad del siglo XIX A traves de ese soporte, las divergencies tomaron estado publico asumiendo 1

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    a alguna faccion en pugna, 0 para fundar un relate capaz de fortalecer In s virtudes civicas. No se trataba parcierto de funciones excluyenres, como bien ejemplifica el.caso de B. M.iJrequien desde las paginas del diario"Los Debates" apelaba al pasado para inventer una genealogia que anudaba la tradicion maya de MarianoMoreno can el "partido de Ia Iibertad" que a Ia sazon, e l l11iSIllO Iideraba; mientras, simultaneamenre, en1857, esculpia una biografia de Belgrano para ilustrar y prornover entre los lectores las cualidadesrepublicanasE] proyecto de escribir Ia historia de hombres notables - celebridades american as -, habia sido concebidobacia 1843 par Andres Lamas y el mismo Mitre en el marco las acrividades desplegadas en el InstituteHistorico y Geografico del Uruguay recientemente funda do, A] ultimo Ie cupo la tarea de biografiar aArtigas, que tarea que complete . y no sen! la unica vez . en 1846 con el ensayo "La monronera y Ia guerraregular" aparecido en el periodico "La Nueva Era"; por su parte Lamas se debia encargar de la biografla deBelgrano, tarea que aparentemenre no complete.C asi una decada despues en Chile, se publicaban los dos t0l110S de In "G aleria N acional 0 coleccion debiografias y retratos de hombres celebres de Chile" (1854), escrita par los "principales literates del pais". Diego Barros Arana, Miguel Amunategui , Joaquin Best Gana , Hemog en es de Irisarri, entre a lTOS, Setrataba de una empresa que aspiraba a conocer y popularizer las vidas de hombres a quienes Chile debia In"republica", la "independencia" y in "nacionalidad"; en ella, Ia biografia de San Martin disefiada par D. FSarmiento coexistia sin demasiados sobresaltos con Ia de Jose M, Carrera, Tomas Cochrane 0B. 0 'Higgins.En 1857, Diego Barros Arana editaba el periodico chileno El Museo donde publico una serie de biografias, altiempo que daba a conocer su Historia general de 10 independencia de Chile,Por entonees, en Buenos Aires, veia la luz una coleccion titulada "Caleria de celebridades argentinas:biografias de los personajes mas notables del Rio de la Plata" - un panteon de personalidades civiles ymilitares-, en Ia que Mitre publicaba su biografia de Belgrano; Juan Maria Gutierrez I I I de Rivadavta, D. F.Sarmiento Ia de San Martin, Lozano Ia del Dean Funes, Guido la del Almirante Brown, Manuel RafaelGarcia In de su padre Manuel Jose Garcia; Luis Dominguez la de Florencio Varela y Pedro Lacasa seocupaba de Ia figura del General Lavalle, cuyas litografias estuvieron a cargo del prestigioso impresorfrances Narciso Desmadryl, tambien Iitografo de Ia "Gale ria Nacional" chilena,Las objetivos de Ia "Caleria de celebridades argentinas" fueron enunciados elocuentemente par Juan M.Gutierrez en su biografia de Rivadavia, p ers on aje q ue fu e prec is amente repa tr iado en 1857, Decia Gutierrez;"Los hombres notables de la revolucion argentina ...soportan bajo sus humildes sepulcros e! dab t e peso de falosa y de la indiferencia.i.El vienta de nuestras querellas ha llevado en pedazos a nuestros viejos proceres.Es preciso buscar 10 huella de sus pasos ... Es necesario lavar de sabre elias las manchas de lodo con que lessalpico el carro revolucionario ... colocarles en dignos pedes tales, a/in de que lajuventud les venere.. . . ";esavoluntad civico-poiitica, historiografico-Iiteraria, imponia a sus cultores a suturar monarquia COilrepublicanismo, democracia con caudillismo, localismos con colectivos mas amplios; generar un panteonmoralizante que reposara sabre un a adecuada base heuristic a acorde a los reclamos de una practica qu e seconjugaba con aquellos otros demandados por la necesidad de consensos politicos.B. Mitre contribuyo a tales fines con una biografia de Manuel Belgrano que abarcaba desde 5U nacimientohasta 1812 y se cimentaba en una apreciable compulsa documental: a diferencia del usa publico del pasadoreciente practicado en 1 3 esfera publica como justificacion para el presenre, can Ia biografia de Belgrano sein cu bab a el mas exi to so " rn it o de los o rig en es" d e u na n acio n que elmismo Mitre invenraria y presidiria.Si la "Calerta de Celebridades Argentinas" aspiraba a difundir la trayectoria de ciertos hombres publicosrelacionados can la guerra independentista como rezaba el prospecto de In Irnprenta de Mayo, la coiecciondirigida por Alejandro Magarifios Cervantes, Ia "Biblioteca Americana" que poco despues comenzaba aedi ta rs e, amp li ab a aque ll a i ni ci at iv a y acaso la complernen taba. .Era el uruguayo Magarifios una personalidad plenamente de epoca, cuyos intereses literarios se entrelazabancon los hisroriograficos y politicos como sus admirados romanticos argentinas po r quienes guardaba un granrespeto intelecrual, particularmente dirigido hacia las figuras de E. Echeverria y V AlsinaMagarifios se desempefio como rninistro, senador, diplomatico, profesor v rector de la universidad oriental;desarrollo en Espada y luego en Francia una intensa experienciaintelecrual canalizada hacia la produccionlitera ria y Ia colaboracion en periodicos y revistas; en Paris publico Estudios histericos politicos y socialessobre el Rio de Ia Plata (1854) y fundo la Revista espanola de ambos Mundos (1853),

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    La "Biblioteca Americana;' - cuyo nombre evoca Ia publicacion que Andres Bello fundara en Londres(]823)-, estaba destinada a estimular el progreso intelectual a traves de Ia difusion de las obras depensadores, poetas, y prohombres notables. En carta de 1. M. Gutierrez a Magarifios de ocrubre de 1858, elfuturo rector de In Universidad de Buenos Aires sa lu da ba la in ic ia tiv a "literaria' del uruguayo y recordabaca n razon que Chile habia invertido tiempo y dinero en "enriquecer sus colecciones de Historia patria y arehabilitar los nombres memorables, sea cual haya sido la epoca 0 Ia bandera bajo que se ilustraron. ".",segura mente aludiendo a la Galena Nacional Sostenia que en la R ep ub lic a Argentina no seria escasa Iacosecha y tras sugerir los nornbres de "hombres notables ... par el profunda conocimiento que tuvieron de lascasas patrias y pOl' 10 grave tnoralidad del caracter", afinnaba: " ...EI senor don Bartolome Mitre, en laelegante y erudita introduccion ala "Galeria de celebridddes argentinas" ha plantado segurosjalones paramarcar el sendero que puede conducirnos al hallazgo de pingties joyas de Literatura patria.". Instaba a"anudar' presente ~i pasado com o condicion del progreso y d e In rn orig era cio n, p artic ula nn en te "cuandoalguna vez se troza pOl' media fa cadena social" y sentenciaba "la Historia es en nuestros dias fa musa queconsuela a losfuertes ingenios nch4ragos en las olas turbulentas de los negocios publicos, y la que disciplinaa los soldados conscriptos para las batallas de la tribuna 0 de la prensa" Finalmente deseaba que Ininiciativa ed itorial contribuy a a inclin ar a los joven es hacia las in ve st ig ac io ne s h is to ri ca s.La Biblioteca Americana de Magariiios no solo aspiraba a recuperar la mejor tradicion literaria y de la sideas: proyecto .asimismo un Boletin Bibliogrdfico uti! al publico erudite y a los libreros y ofrecia a sussuscriptores libros y periodicos que circulaban por Buenos Aires, la Confederacion, Montevideo.En el apartado Cronicas de fa Biblioteca se incorporaban comentarios, criticas, cartas y rectificaciones comoaquella que librara virulentamente contra su rival del Musco Literario, Carlos Paz. Estas caracteristicas noseran infrecuentes en otros ernprendimientos que tendran Iugar en los afios subsiguientes; "La Biblioteca'groussaquiana sera un ejemplo de ello.Fue el mismo 1. M. Gutierrez uno de los colaboradores de la Biblioteca y quien tomara a su cargo Inconfeccion de lo s tomo s VI (J859) Pensamientos, maximas y sentencias de escritores. oradores y hombres deestado de fa Republica Argentina y VII (1860) - Apuntes biograficos de escritores, oradores y hombres deEstado de la Republica Argentina. Incluia a m de modo aparentemente eclectico, personalidades tales comoTomas Manuel Anchorena, Julian Segundo Aguero, Carlos Alvear, Pedro Jose Agrelo, Patricio Basabilbaso,Manuel Belgrano, Florencio Balcarce y otros, retomando tarnbien a aquel Rivadavia que comenzara abiografiar en 1857 con motivo de Ia repatriacion de sus restos.Por su parte, el tomo VB1 obedecio al diseiio de Luis Dominguez -ex redactor del periodicoEl Orden-, quiense ocupo de los Escritos politicos, economicos y literartos de D. Florencio Varela, figura que ya habiab io grafia do en la GaJeria de Celebridades argentinas1.1 B. Mitre: de la biograffa a la HistoriaEn medic de tal fervor evocative bacia un pasado demasiado cercano en el que colocar los origenes detradiciones politicas, litcrarias, fllosoficas vio la !uz el primer tomo de In "Historia de Belgrane" de B,Mitre: los prolegomenos de Cepeda dernoraron la aparicion del segundo hasta 1859.La modesta biografia incluida en In Caleria de Celebridades Argentinas se habia convertido en volurninosolibro y fundamentalmente en una historia, particularidad que se suele soslayar cuando se la considera comola segunda edicion de Ia zaga de cuatro que concluiria con Ia definitiva de 1887.En efecto. el desplazarniento conceptual que supone pasar de una "biografia" a una "historia" sugiere unamayor sensibilidad hacia las dimensiones diacronicas y colectivas. aun cuando se reconozca en 1a bios unformidable hilo conductor. La formula - en Ia que resonaban ecos plutarquianos- fue expresada por Mitre enlos siguientes te111 1i11o s se trataba de dar cuenta de " la vide de un hombre ,y de la historia de una epoca ",trazada ahora basta 1816 gracias a la ampliacion de la base documental, ese arbotante en que se apoyababuena parte de la construcci6n.En tanto biografia, eI texto aspiraba a representar a traves de Belgrano, "un tipo de virtud republican a " conaciertos y e rr or es , debi li dades y grandezas; he aIE la "idea moral del libro ", capaz de "servir de cjemplo yIeeeion " . La historia de vida no solo opere como ejemplo etico sino como guia para la investigacion "faantorcha de la biografia ilumina e! libra de historia a fa vez que el camino del historiador ''; el genera ru e

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    practicado par M itre desde su experiencia exilar .durante Ia cual indago sobre las trayectorias de A rtigas,Rivera Indarte, M. Dorrego v M. M oreno; en su "Diario de juventud ", consignaba el impacto que I a I ec tu rade In "B iografia Universal" ejercio en su formacion intelectual, asi C0l110 In de Thiers, percfundam entalm enre la "H istoria de C rom well" de V illam ain, "dejando hablar siempre a los documentos ... " .S i Plutarco Ie aporro las potencialidades pedagogicas de la bios : c:... nadie es capaz de im aginal' to do fa qu epuedeformularse en fa narracion de fa vida, .. ninguna relacion presenta mas leccionespara los hombres nicontribuye mas a la educacion moral de un pueblo .., r , a traves de V . Cousin descubri6 -corno otrosromanticos-, el concepto de "hombre representativo " . En su "Historia de Belgrano", Mitre aplicabaaque ll as no ci on e s para ilustrar los distintos aspectos de la R ev olu cio n a l concebir a M . M oreno como sufugaz espiritu; a San M artin , su dimension americana y guerrera: Rivadavia encarnaba e! sistemarepresentativa, en tanto que A rtigas era pintado como el Atila sobre el que giro fa revolucion interna. elmovimiento semibarbaro de masas emancipadas. El conjunto de las cuatro biografias, de las "cuatrocelebridades de distinto genera ", p od ia o fre ce r p arc ia lm en te "el cuadro de nuestra revolucion ", pero lafigura de B elgrano las suturaba y conectaba operando com o "eslabon de la cadena que une las tradicionescolon tales a los principios revolucionarios ".

    En cuanto historia, M itre apelaba a la "cronologia, el movimiento, los sucesos, los hombres, las ideas, lastendencias, en una palabra, lafisonomia de una epoca en que vivio elpersonaje cuya figura ocupa el primertermino"; concepto bastante afinado con el que iniciaba el transite de la bicgrafia ala historia, transite que seconsumaria COIl u na a nu nc ia da "Historia de la revolucion argentina ".( , Q u e significaba operativam ente escribir la historia de una revolncion que estaba por cum plir su m edio siglosin c on ta r ( t im con ninguna - "vacio criminal que pone en evidencia nuestra incuria y nuestro atraso enmateria de estudios historicos "-, co mo con sig nara M itre?La respuesta se halla en el Prefacio, lugar donde se despliega Ia "largo enumeracion de los documentos enque se bam fa verdad historica de nuestro trabajo Y la exactitud de nuestros juicios "; rara pieza en elcontexto de I n historiografla m itrista, a partir de aqui bastante rericenre (] consignar con precision sus fuentesdocumentales y bibliograficas como no sea en el m arco del debate: acaso porgue como afirmara, las citas"poco importan ala generalidad de los lectores y los verdaderos eruditos 110 necesitan de elias. "'",acasop orq ue el p resrig io q ue ad qu iriera d esde en to ne es to rna ba inn ecesaria ta l ex hibicio u.A pesar de "el saaueo que se ha hecho de nuestros archivos p ltb lic os " , Mitre pudo conformar lID nutridocorpus que abarcaba entre otros, desde documentos proporcionados par el sobrino del biografiado, a unapoderosisim a tradicion oral transm itida pO I: los contemporaneos de los sucesos que se narraban -sefialadam ente Ia version de su suegro Nicolas de V edia-, pasando par m em orias, bandos, partes, etc .Probablemente uno de los meritos de Ia "H istoria de Belgrano" radique en el esfuerzo de su autor porconvertir el pasado reciente en historia, en diferenciar la historia vivida de Ia percepcion hisrorica de 1 0v iv id o, e n d ome stic ar Ia memoria espontanea sustitu yen dola po r otra v olu ntaria y deliberada.La necesidad de escribir una historia en los terrninos antes enunciados, precedia para el autor a su tratam iento"filosofico" entendido basicam ente com o una leccion etica; ella debia resultar del estudio de los hechos"subordinados a un principio": la "idea de independencia, argumento principal de! texto". No se trataba unpunto menor, particularmente si se atiende a In preocupacion con que M itre recordaba el pasaje de L.Dom inguez en su biografia de F . Varela en el que afirm aba que este murio sin conocer las verdaderasintenciones de l a junta revolucionaria. .Ademas de las propiedades moralizantes, literarias y eruditas, 0 precisarnente par ellas, can Ia Historia deB elgrano M itre declaraba su aspiracion a escribir un "libro popular" que circulara por las "escuelas yen elconjunto social"; en efecto y c om o so stu vie ra G utie rre z, "fa Historia es la gran aplicacion de todos lost al en to s " ; en tal sentido, In obra no estaba exenta de una visible dim ension politica consignada por D . F .Sarm iento en el Corolario que hizo al prim er volumen fechado en julio de 1858. A finnaba allique "un libra es cast siempre hijo de fa sociedad en donde nace " e insistia en Ja relacion entre biografla ehistoria y su im portancia en Ia tarea de resaltar virtudes para reforzar Ia conciencia publica.E I mismo Corolario constituia un discurso politico que parangonaba a Belgrano con M itre a 1 so ste ner q ueambos "fueron publicistas cuando fa patria y la libertad requirieron el contingente de sus luces, yambosabandonaron fa pluma para ceiiir fa espada cuando fa invasion vino (I llamar a las puertas de BuenosAir es . .. " . EI espejo - que desnudaba Ia finalidad extrahistoriografica de In obra -, no se privaba de destacar la

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    base docum en tal em pleada POf e l a uto r, "por lo que es facti corregir las errores de las mismos actores ytestigos de los sllcesos.F desvanecer los que venian acreditados pOl' una corriente y aceptada tradicion ".El Corolario constiruye entonces un ejemplo de Iegitim acion convergcnte que convalidaba obra.historiografica y o bra p olitic a; a rn ba s f ue ro n sin embargo, obj et o d e c rit ic as .1.2 Algunas recepciones de la "Historia de BeJgrano" y algunas aperturas historiognHicasLas criticas a la "H istoria de Belgrano" fueren in iciadas por un cordobes, D . Velez Sarsfield, y por untucumano, 1. B. A lberdi: en am bos casas se practicaban operaciones no sclo intelectuales sino abiertam entepoliticas que, b ajo la fo rm a de c ri tic a s h is to ri og ra fi ca s, pe rmi tian rnan if es ta r su s d iv erg encie s e n e l p re se nte ,v alien do se d el p asad oEI intercambio entre M itre, par entonces presidente de Ia nacion y Dalmacio Velez S arsfield, tuvo Ingar en1864 y pudo ser seguido par los lectores del d iario ''HINacional" donde clultimo publico "RectificactonesIustoricas: General Belgrano, General Guemes" . Los articu los fueron respondidos par M itre en "LaNacionargentina" bajo titulo "Estudios historicos sobre la Revolucion de Mayo: Belgrano y Guemes". FinalmenteVelez co nte sto lo s argumentos m itristas e n o tras dos piezas : "Contestacion a los articulos publicadospor elautor de fa Historia de Belgrano ", refutados a su vez en "Ilustraciones complementarios" de B. Mitre.D e su soporte pe ri od is tico - "ElNacional" h ab ia sid o fu nd ad o po r Velez Sarsfield y Mi tr e a dqu ir ir ia tiempodespues "La Nacion Argentina ", reb au tiz an do la c om o "La Nacion-, l a po lemica paso casi inmediatamente asendos libros : "Rectificaciones h ist6 ric as: G en eral Belgrano, General Guemes", de D. Velez Sarsfield, y"Estudios hist6ricos sobrela Revoluci6n de Mayo : Belgrano y Guemes" de B .M itre, ambos de 1864.EI punta de partida del cordobes fue cuestionar la imagen de Belgrano constru ida par M itre, ernpefiado encuestionar aqueJlo que entendia una sobreestim acion de Ia FIgura de Belgrano par sobre la de los pueblos dela s provincias. Una segunda discrepancia era la que se organizaba en tome de Ia figura de Guemes cuya Iaestatu ra heroic a era para Velez homologable a las de San M artin y B olivar, en tanto que para M itre no pasabade ser un m ero caudillo local. Las Rectificaciones expresaban fundam entalm ente las tensiones que el presenteproyectaba hacia el pasado; ello, en el contexto de las resistencias provinciales post Pavon y de losprolegornenos d e la Gu erra c on tra Paraguay, n o dejaba de asu mir fuertes con notacio nes politicas.Por su parte, M itre se autoconsideraba en una posicion equidistan te entre el protagonismo de lo s heroes y eJque Ie correspondia a las fuerzas sociales colectivas, m ientras colocaba el texto de Velez en una de las linensinterpretativas sobre Ia Revolucion de M ayo :aquella que ponderaba la accion de los pueblos por sobre Ia delas minorias -revelando indirectamente Ia existencia de interpretaciones discordantes-, y acusaba a sucontradictor de no apoy ar sus discrepancias con pruebas que autoricen tal refutaci6n."...para crear heroes COI1 atributos que nunca tuvieron. es preciso infamar a los pueblos ... ", decia Velez

    Sarsfield, a 1 0 que Mitre contestaba : "ese libro, al cual parece reprocharsele, sacrificar fa influencia eficazde los pueblos a la accion aislada de las individualidades historicas.fue precisamente escrito para despertare!sentimiento de fa nacionalidad argentina, amortiguado entonces (1858) pOl' fa division de los pueblos."Poco tiempo despues, en el marco de otro debate rnuy celebre a p roposi to de la guerra de la Triple Alianza,Juan Carlos Gomez Ie contestaba a Mitre:."los hechos se sometenflexibles a su plume de historiador .." "Estos motivos reapareceran ciertarnente exacerbados, en la querella que A lberdi entablo al libra de Mitre,b ajo e l titu lo "B elg ra no y sus historiadores", inclu ido en sus Escritos P6stuJ11oS1897) - aunque concebidoh acia 1 86 5- y ree ditad o fu eg o b ajo o tras d en om in scio ne s.Buena parte de In argurnentacion alberd iana podria sin tetizarse en uno de, sus conceptos llamados a tenerinusitadas apropiaciones : "Lafalsa historia es origen de Iafalsa politica "; con esta afirm acion revelaba elcaracter que atribuia al texto de M itre y el de su propia in tervencion, pero tambien instalaba una estrechare la cio n en tre p asa do y presen te, de m odo qu e In critic a historiografica fire un vehiculo utilizado por A lberdipara enju iciar implacablemente a su adversario, C01110 1 0 hizo tambien contra Sarm iento a traves de"Facundo y 5U biografo".Alberdi identificaba a Mitre cen las perspectivas e intereses de las m inorias ilustradas portefias,historicam ente Ilarn adas a sojuzgar al interior como sucedio en 1810 can Moreno y en 1865 can el mismo

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    M itre; este "coloniaje porteho ' ~ Ia intervencion de los ejercitos ell situaciones provinciales - Ie pcrmitiad en un cia r la s a mb icio ne s p ortu aria s y s us e fec to s d es me mb rad ore s.La resistencia a tal avarice fue y seguia estando para el tucum ano, 11 cargo de los caudillos -de A rtigas aPefialoza-, verdaderas encarnaciones de Ia "soberania del pueblo" en los que M itre represenrabaincorrectamente Ia democracia semibarbara yel espiritu localista, acaso sin querer advertir, segun su entice,que este ultimo no era otro que el de Buenos Aires, verdadero despotismo de la "democracia inteligente".Lucidarnente eI critico preguntara ; com o suprim ir a los caudillos sin suprim ir la dem ocracia ya qu e "esa esfa cuestion de! gobierno en America "; con ello, eI nucleo de la intervencion alberdiana se situaba en lacu esti6 n po litica referid a a Ia go bernabilid ad y la naturaleza del gobierno, la gran linea de continuidad entrepasado y presente.Partiendo del caracter "atlantica" de Ia revolucion independentista, A lberdi se colocaba en abiertacontradiccion con M itre, quien insistio en el origen am ericana del ciclo revolucionario iniciado en 1776; talcaracter explica para el tucurnano su generalizacion como fenomeno desde Buenos A ires hasta M ejico,restandole de esc modo la especificidad rioplatense que M itre I e habia conferido Perc si la revolucion fueobra de Europa - y una de las fases de su devenir- , la grandeza del fu tu ro am erica no ta mb ien sed productode la civ ilizacion europea. A lberdi se declaraba consciente que este, Stl m odo de explicar I a revolucionindependcntista am ericana no halagaba Ia vanidad de los pueblos, particularm ente a "los hombres de BuenosAires y sus ideas"; co n I a a dju dic acio n d e Ia in dep en de nc ia "a fa espada de /005 ' soldados americanos, faindependencia que es obra de la accion civilizada de la Europa, se hace un idolo de la gloria militar. que es10 plaga de nuestras republicas. "Para el autor de "Las Bases ", la verdadera obra revolucionaria debio consistir en el establecim iento de ung ob iem o libre, firm e, estab le y nacional; el tucumano constataba que ese tipo de gobierno nunc a fue posib le,ni en 1810 ni en los 55 afios subsiguientes, de 1 0 qu e se infiere el caracter "hipotetico' de In historia de M itre,un a "leyenda documentada. lafabula revestida de certtficados, .. una revolucion de independencia contra faautoridad de los documentos ....una historia para halagar fa vanidad del pais ..,5000 documentos paraapoyar 5000 exageraciones e hiperboles mentirosas. con que hace de un hombre serio. bravo, digno der es pe to , u n figuron extraiio y si n fisonomia .., "El unico merito q ue A lb erdi recono cia a Historia de Belgrano consistia en el aporte d ocu me nta l o fre cid o,que perm itia a cada quien sacar sus conc1usiones can prescindencia de Ia erronea in terpretacion que brindaba.Las virtudes republicanas que aquel relato erudite aspiraba a estim ular en el colectivo social, eran tam biend ifu nd id os d es de o tra s te xtu alid ad es y sopo rtes com o las evo cacio nes literarias y la pedagogia de las estatuas.E l primer caso se ejemplifica en algunas obras de Juana M anuela GOITiti editadas por Casavalle en 1865 bajodirecci6n de V icente Quesada - , a bien aquella novela de Gutierre L, E I C apitan de Patricios (I864 ): elseg un do p uede ilustrarse a traves de la iniciativa que tuvo Ingar en Buenos A ires en 1863, a fin de dar unpedestal a la figura de San M artin cuando sim ultaneam ente se erigia otra e n S a nt ia go de Chile.La ductilidad literaria de G utierrez se m anifesto tarnbien entonces - como otrora hiciese co n motive de larepatriacion de los restos de R ivadavia en 1857-, a traves del disefio de su Bosquejo Biografico del CeneralD. Jose de San Marnn acompafiado par textos pertenecientes a F lorencio Varela, Felix Frias, V icenteL opez, Esteban De Luca, C ay etano R odriguez, entre otros. Las consideraciones de G utierrez sedan reeditadaspar Casavalle en 1868 con el agregado de "Un breve paralelo entre San Martin y Bolivar" que el autor delBosquejo Biografico habia dado a conocer en eJ "Correo del Dom ingo "Los tintes eIogiosos can que Gutierrez pin taba a San M artin, Jigando su Vida publica a los grandesacontecimientos de la Independencia. y can fa historia modern'] de cast todo el continente Americana",contrastaba can los juicios que sobre la m ism a personalidad virtiera A lberdi en el ya referido alegato antim itris ta . E xp re sab a alli c ierto im ag in ario mas 0menos difundido que consideraba a S an M artin com o 1 1 1 1 rarogeneral argentino, convertido en tal por"una logia influyente.. ..no es genio sino entre mediocres": empezopor defender a los espaholes y acabo par defender a los c hi/ en os y p er uana s; peleador cosm opolita cuy o plancondujo a la perdida de cuatro provincias, S an M artin "no inicio [arevolucion y tampoco Ie toea acabarla ","castigo a patriotas como los Carreras" )" obstinado can cruzar los Andes -episodio que no constituy e"hazaha y ni siquiera era una idea propia "~, no reparo en que ios portugueses saqueaban las M isiones

    donde habia nacido. M em orias en pugna que ni diez m il docum entos Iograrian com patib ilizar acabadam ente.

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    Estas diversas rnodulaciones en las que se expresaba elm ito de los origenes, 5 1 1 Iegado y la s J l & ' 1 . 1 r a S con elIo sasociadas, era solo una de las direcciones en que se expresaba la actividad historiografica.Una i nc ip ie n te h is to riog ra fl a catolica encontro en Ia produccion de Jose M. Estrada uno de SllS principalesexponentes; en 1861 este autor publicaba La genesis de nuestra raza y un afio despues, EJ catolicismo y Iadem ocracia. En eI u ltim o te xto s m en cio na do s S(~declaraba "catolico y republicano ", c om o Z u viria y Frias aquienes referia elogiosam ente. C olocandose en la perspectiva de Lam enn.ns, antagonize can e I intelectualc hile no F ra nc is co B ilb ao y su La America en peJigro, obra en Ia que su autor argumentaba sobre la tensionque encontraba entre las form as dem ocraticas y l a es tructu ra religiosa Frente a esc juicio critico, Estrada nodude en s os te ne r q ue "el catolicismo es el germen de fa libertad".EI cruce, inicio una zaga de conferencias y publicaciones en las que el catolicismo m ilitante sera la notacentral; se abria paso una concepcion del pasado que sin renunciar a su rronco liberal, 1 0 conjugaba conla tradicion catolica en un contexto marcado por eI avance de sectores Iaicos y se cularizan tes. E se ferv oralim ento tambien el dictado de conferencias publicas - comenzando por aquel "Bosquejo historico de Iacivilizacion poJitica en las provincias U nidas del R io de la Plata" (1866)EI ambito educarivo fue unode los terrenos en los que so dirimio esta tension; asi las "Lecciones sobrehistoria de l a Repub li ca Argentina" (1868) de Estrada publicadas por la Revista Argentina que el m ism ocreo y dirigio, coexistia cot versiones seculares com o la ofrecida par Juana M anso en su "Compendio dehistoria de las provincias unidas del Rio de Ia Plata, desde su descubrimiento hasta fa dedaraci6n de suindependencia el 9 de julio de 1816". (1862 ) cuyas reediciones ampliadas constituyeron un clasico de Inmanua li st ic a e sco la r.Catolicismo militante y secularismo se encontraban asimismo representados en los elencos del areaeducativa; en 1869 Estrada fue designado Director G eneral de Escuelas m ientras G utierrez se desem pefiabacom o Rector de la Universidad de Buenos A ires y presidia 13 comision que debia redactar el proyecto de unp la n d e in stru cc io n g en era l y universitaria E n ese m arco rem itio a N icolas A vellaneda - rninistro de G obiernode Ia provincia de Buenos A ires -, el manuscrito que Ilevaba por titulo "O rigen y desarrollo de IaEnsenanza Publica Superior en Buenos Aires. Noticias hist6ricas sobre el origen y desarrollo de laenseflanza publica superior en Buenos Aires. Desde fa epoca de fa extinci6n de la Compafiia de .Iesus enel aflo 1767 hasta poco despues de fundada de Universidad en 1821". (1868).E I texto indagaba los antecedentes de Ia educacion superior en Buenos A ires desde los tiernpos colonialeshasta mediados del siglo XIX y no se privaba de incluir los consabidos Estudios Biograficos sobreintelectuales destacados en distintas areas, sean ellas cientificas 0 humanisticas; en tal sentido, Ia obraconstituye una lograda indagacion sabre el m undo de las ideas y su relacion con el desarrollo socio politicoargentino.1.3 V. F. L6pez: de la novela historica a fa historia.V icente F idel L opez cornpartio como muchos de sus c on te rn po ra ne os - jovenes romanticos- las vicisitudes

    de l d e st ie rr o, p ar ti cu la rmen te eI clim a politico intelectual de Ia republica portaliana. A diferencia d e a lg un osde aquellos jovenes, pertenencia no solo a una "dinastia intelectual" sino que a traves de Sll p ad re , V ic en teLopez y Planes, estuvo en contacto desde su infansia con personalidades que m tegraron parte de Ia dirigenciapa s r evo lu c ionar ia , ta l como 1 0 reconoee en su Autobiografia publicada po:- G roussac en "L a B iblioreca"(1896) Estas circunstancias han sido presentadas a m odo de habitus que perm ite com prender algunas de lasperspectivas contenidas en su vasta y diversa producci6n : ella tuvo lugar en variados contextos y obedeci6 adistintas m otivaciones surgidas a 1 0 largo de un agitado rnedio siglo entre las que no se hallan ausentes lassu rg id as d e su p rolo ng ad a co ndicio n ex iliar.Si las Jornadas de Junio significaron para M itre un a carrera politica ascendente , e lias irnplicaron para Lopezun nuevo destierro: cuando se reinstalo definitivamente en Buenos A ires ocupo diversos cargos politicos:Convenci ona l Con sti tu y ente y S enador provincial, D iputado N acional , M inistro y au nq ue cu and o Sll nombrefue propuesto com o candidate presidencial, no alcanzo la centralidad de algunos de sus conternporaneos.Tarnbien com o sus ellos. la im pronta rom antica 1 0 Ilevo a incursionar en 1[1novela historic a, - El CapitanVargas (!846-1850), La Novia del hereje (1854), El ultimo de los Pizarro (1856) -, genera que n o a ba nd on oaun cuando el clim a cultural que las inform aba habia variado ostensiblem ente; com o ejem plifica La IDea de

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    fa Guardia,(l896) En su archive personal es posible verificar algunos trazos de una ficcion que nuncaescribio sabre Santiago de Liniers ; la idea habia s id o e sb oz ad a en 1854 en carta a NaValTO Viola que precedeII la edici6n de La novia del hereje; Vicente Fidel enunciaba alii su intencion de trabajar sabre El Conde deBuenos Aires, -co rno cu rio samen te h iciera su fu tu ro critico , P aul GroUSSilC, cuarenta y tres afios mas tarde,Si Lopez I1UI1Caconsume con plenitud el paso de Scott a Thierry -es decir de I a novela historica a Ia narracionhistoriografica-, acaso par esas mismas y particulares concepciones construyo lila historia carente delinealidades pero tampoco de inconsistencias y yerros; desde sus celebres "retratos" -frescos Iiterarios en lo sque se localiza buena parte de su celebridad-, hast a aquellos otros en los que pintaba can destreza elconcierto internacional en la coyuntura prerrevolucionaria.El desembarco de Lopez en la indagacion sistematica sobre el pasado local fue ciertamente mas tardia que ene 1 caso de Mitre, y mas alla de ciertas prefiguraciones, deberia situarse en los tempranos setentas.Durante toda In decada siguiente colaboro can In Revista de Buenos Aires, fundada por Vicente Quesada yMiguel Navarro Viola.; sus articulos estaban particularmente centrados en aspectos historicos, etnologicos yfilologicos del antiguo Pen! : fa busqueda romantica de los ongenes.En la Revista del Rio de fa Plata ~ que co dirigia con 1 . M . G utie rre z y A, Lamas, publico en varias entregasentre 1872 y 1877 una prim era vision organica sabre el pasado nacional : Alio XX Cuadro general _ IIsintetico de fa revolucion . En una misiva de Mitre a su colega Barros Arana conocida como Carta sobre faliteratura americana (1875) que eI chilena tuvo el "desatino" de publicar, don Bartolome se pronunciaba enterminos descalificantes sobre las indagaciones de Lopez; .anticipaba alli un conjunto de juicios queactualizaria en ocasion del debate que un lustra mas tarde los habria de enfrentar. Mitre aconsejaba tomarcan cautela la Vicente Fidel, a quien acusaba de Iiviandad por ajustarse a "ideas preconcebidas, teorias,hipotesis mas que a un sistema metodico de comprobacion ".Par entonces el "historiador filosofante" ejercia eI rectorado de Ia Universidad de Buenos Aires (1873-1876),institucion que 1 0 revisto como profesor de Derecho Romano y de Economia Politica; de su desempefioernanaron textos como Curso de Derecho romano bajo tin nuevo plan 0 bien aquellos referidos a Ia historiafinanciers - particularmente al credito publico-, tematica que revisito en calidad de Ministro de Hacienda dePellegrini. a traves de su obra EI Banco: sus complicaciones con ill politica tie 1826 y sus transformacioneshistoricas (1891).En 1878 prologo la primera parte de Las neurosis de los hombres celebresen [ahistoria argentina, ;'Rosas ysu epoca" de Jose Maria Ramos Mejia; seguramente ajeno al clima desdeel que Ramos concibio su texto,Lopez 1 0 presentaba como un ensayo que aspiraba a coloear los estudios sociales en la senda cientifica y 1 0encuadraba en e l g en er o de indagacion m edica S OC ial; si bien declaraba su incompetencia en la materia ~mtlynotoria a juzgar por el contenido del prologo -, y ann su escasa solidaridad con ella, admiraba los talentos desujoven autor.1. 4 Otros fenomenos vincuJados a fa erudicion: Jibreros, librerias. revistas y repositorios.Entre In segunda y la tercera edicion de la "Historia de Belgrano", las recuperaciones, refutaciones, yaperturas historiograficas, tenian Iugar en el marco de una apreciable expansion de las Iibrerias e imprentas ,fenomeno que ejercio sus efectos en la dinamica intelectual, en la cultura escrira , y - en 1 0 que aqui inreresa-,favorecio la circulacion de textos y documentos.Efectivam ente durante la decada del sesenta se verifica eI incremento de la actividad grafica; par ese entoneesse establecieron en Buenos Aires las imprentas de Coni, Kraft y Estrada y las Iibrerias de Mayoperteneciente a Carlos Casavalle, Ia Libreria del Colegio de los hermanos Igon , Libreria Nueva de Peuser,L a L ib re ria E uro pe a de Jacobsen, ademas de Ia L ib re ri a Espano la de Federico y Teodomiro Real y Prado,Algunos de esos establecimientos constituyeron verdaderos espacios de sociabilidad, cuyas trastiendas ~particnlarmente las Iibrerias del Colegio y Ia de Mayo -, albergaban a personalidades del mundo politicointelectual relacionadas con el estudio sabre el pasado : Juan Maria Gutierrez, Bartolome Mitre, VicenteFidel Lopez, Mariano Pelliza, Andres Lamas, Antonio Z i l 1 1 1 ) ' ; Manuel Ricardo Trelles, Angel JustinianoC arran za, D alm acio V elez S arfield , Rafael Obligado y Olegario V. Andrade y German Burmeister.En ese media, Carlos Casavalle constituia la consulta obligada de estos escritores quienes solicitaban suslibros, documentos, laminas y periodicos, Ie acercaban proyectos 0 Ie ofrecian su s autografos para Ia edicion.

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    La libreria contaba con una gran disponibilidad de obras, al punto que en 1887 alcanzaba a reunir m ilo ch ocien to s titu lo s d ileren tes d e a uto res arn erican os y europeos.Tarnbien fue consulta obligada Ia persona de Andres Lamas, dedicado constantemente a arnpliar su scolecciones de papeles historicos: su casa de la calle Piedad fue sede a importantes tertulias Iiterariasp ro ta goniz ad as p or c ol ec cio ni st as y proto historiadores del siglo X IXEn las librerias se desarrollaba un conjunro de actividades m uy vinculadas con la gestion historiograficacom o la edicion y venta de libros, la distribucion de periodicos locales y ex tran j ero s , In d ifu sio n d e catalo go sy c J acopio y circulacion de documentos. En algunos cases divulgaban boletines bibliagrdficos comoC asavalle, quien edito el Boletin Bibliografico Sudamericano redactado por G utierrez; este tipo de insum ospermitieron a los estudiosos .tomar conocimiento de obras prestigiosas del mundo in te le ctu al amer ic an a yeuropeo, constituy endose de tal m odo en un auxiliar de Ia indagacion.En sim ilar sentido, merece destacarse In obrn de A lberto Navarro Viola quien entre 1879 Y 1887 edito nuevetomos del Anuario Bibliografico de la Republica Argentina, en el que cada obra se clasificabagenericamente y en ocasiones, era objeto de una reseiia critica a cargo personalidades com o S arm iento yMitreLa difusion de libros ~. documentos fue una importante estacion en el proceso de erudicion al igual que laspublicaciones periodicas entre las cuales las revistas rnerecen una particular referencia. Los directores deestas ernpresas formaban parte de esa elite politico intelectual que se expresaba en m ultiples direccionestem aticas, en tre las cuales la historica, no se hallaba ausente, aunque sin reclam ar prim acia alguna.La serie se remonta a 1 Plata cientifico J ' literario (1854) fundado por M iguel N avarro V iola, Ia notable yefimera Revista del Parana (1861) bajo la direccion de V icente G. Quesada, que segun M artinianoL eg uiz am on a bo rd ab a "los origenes y fundacion de los pueblos de fa Republica, fa descripcion fisica, lascostumbres, las cronicasy memorias de fa epoca colonial, fa guerra de fa independencia yla lucha civil .. ",ad em as d e cu estio ne s Iitera rias, Ie gisla tiv as y vinculadas a Ia economia politica. Por 1 0 d ern as, ia rev istapodria considerarse como el organo no oficial del malogrado Institute H istorico y Geografico de laConfederacion.Esta publicacion hallaria su continuidad en Ia Revista de Buenos A ires ( I 863-187 l) y la Revista tiel Rio de laPlata (lK7l-l877). La prirnera de ellas editada par la Imprenta de M ayo, estuvo dirigida por M iguel NavarroV iola v V icente Quesada v cont6 entre sus colaboradores a Juan M aria Gutierrez. Antonio Z innv. M anuel

    ~ .c " R ic ard o T re lle s y A ngel Justiniano C arranza. L os articulos sobre historia americana eran los mils numerososy entre SllS autores se destacaban los chilenos B. Vicuna M ackenna, D. Barros A rana y M. Amunategui ;desde Uruguay las colaboraciones procedian de V. F. Lopez y A. Magarifios. No se hallaban ausentes otrasc on trib ucio ne s am erica nas v aim f ra nc es as v e sta doun id en se s.Una som era lectura de I a 116111 inade sus suscriptores perm ite reconocer quien es eran sus lectores - 0 a l m en ossustentaron economicamente el emprendim iento- : A . Lamas, B . M Itre, A . Carranza, C Guido Spano,Damian Hudson, J. 1 \1 Gutierrez, J. M . Estrada, Lucio M ansilla, M . Tre lles , N icolas A vellaneda, CarlosPellegrini. entre otros.Por su parte, la Revista del Rio de 1 0 Plata creada por Juan M aria G utierrez, V icente Fidel Lopez y AndresLamas, tam b ie n se dedicaba ~, temas de historia y li te ra tu ra amer ic an as , prolongando la experiencia de lasp ub lic acio nes an te rio res. co nn nu id ad v erifica ble ad em a s en el e le nc o d e c ola bo ra do re sEn la mayor parte de esas publicaciones periodicas, se trascribian documentos ineditos, contribuyendo conello a su difusion y em pleo por parte de quienes m iraban hacia el pasado por curiosidad intelectual, voluntadpolitica a com o m era remezon del formate q ue g ua rd ab an la s p ub lic ac io ne s tra nso ce an ic as.Existian asim ism o publicaciones em anadas de distintas instituciones oficiales de caracter m unicipal entre lasque se destacan la Revista del Archive General de Buenos Aires, -creada pol' M anuel Ricardo Trelles en sucondicion de director del repositorio-, que liege a publicar 4 tom es (1869- r 8 72 ). A e ste in fatig ab le estu dio sose debe tambien la Revista de la Biblioteca Publica de Buenos Aires, in stitu cio n q ue tarnbien presidio(J879-1884)~ en este caso. la gestion de Trelles aspire 1 1 continual' el impulse que intento irnprim irle suantecesor, VicenteQuesada Este ultimo en su condicion de director de este ultimo repositorio desde 1871,esrirnulo su reorganizacion indagando modelos europeos, experiencia que maxim ize emprendiendobusquedas docum entales en archives extranjeros particularm ente sobre el periodo colonial. D e ello dio cuenta

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    en S11 obra Las bibliotecas europeas y algunas de fa America latina, can un Apendice sobre el Archive deIndios (I877). Gracias a estos aportes, amplio y modernize las salas de lectura, relaciono ala Biblioteca cansus similares de Europa y obtuvo del extranjero significativas remesas de material bibliograficoTrelles intento reorganizar eI Museo Publico de Buenos Aires, dirigio el Departamento de Esradistica ypublico el Registro Estadistico de Buenos Aires que hacia 1875 contaba con 12 vo lumenes que contenianinformacion sabre Ia historia de l as an tiguas regiones del Vi rre inato.Por su parte Andres Lamas contribuyo a la archivistica ; sus Instrucciones para fa adquisicion de archivoseuropeos que puedan ilustrar la historia del Rio de fa Plata, constituyen segun R6mulo Carbia "la primeratentativa organica de revision e integracion con datos fehacientes de nuestra historiografia del periodohispanico". En 1874, junto a Manuel Trelles y Juan Maria Gutierrez, participo en la elaboracion de unproyecto de ley organica para eI Archive General de la Provincia de Buenos Aires, y en 1884 actuo en Iacomision que implernento su nacionalizacion, dando origen a nuestro actual Archive General de Ia NadonResulta finalmente necesario referir el desarrollo de la tarea escasamente valorada y conocida de losbibliografos como Antonio Zinny, a quien Torre Revello consideraba un "maestro de Ia bibliografiaargentina". En 1866 comenzo a publicar en Ia Revista de Buenos Aires, su primer trabajobibliogrMlco,"l{{emeridogrqfla argiro metropolitana hasta fa caida del gobiemo de Rosas" ~ curiosadenominaci6n que Andres Lamas, rebautizo como "Bibliografia periodistica de Buenos Aires", en el que sepresentaba cada periodico, su titulo, fecha de su aparicion y cesacion, formato, imprenta, numero de que secompone cada coleccion, nombre de los directores 0 fundadores, colaboradores y redactores que se conocen ,observaciones y noticias biograficas sobre cada uno de estos y la biblioteca publica 0 particular donde seencuemra el periodico; tres alios mas tarde adopto el formate de libro que superaba las 600 paginas. Un afioantes habia aparecido su Efemeridografia argireparquiotica - de las provincias argentinas-, publicadoasimismo como tirada aparte de Ia Revista de Buenos Aires, tomos. XVI a XXIV.Estas obras se convirtieron en valiosos auxiliares en 11nvestigacion, como 1 0 file -y es-, Ia indizacion deLa Gaceta de Buenos Aires desde 1810 a 1812 y La Gaceta Mercantil desde 1823 a 1852, que contienen 11sistematizacion de bandos, proclamas, manifestaciones, partes, ordenes, decretos. circulares. observaciones,declaraciones, tratados, oficios, noticias. resoluciones, aetas, reflexiones, promo cion es, donativos.renuncias, remociones, etc ( 18 75 )" Tambien de 1875 se editaba la Bibliografia historica de las ProvinciasUnidas del Rio de fa Plata, desde e l ana 1780 hasta el de 1821, fuente poco exploradaFinalmente, es insoslayable 11eferencia a Ia obra de Antonio Zinny, Historia de los gobernadores de lasprovincias argentinas desde 1810 hasta lafecha, entres volumenes aparecidos entre 1879 y 1882, precedidapor una cronologia de los adelantados, gobemadores y virreyes del Rio de Ia Plata desde 1535.Par cierto, los trabajos contenidos en estas revistas - en eI caso de Tidies centrados en problemas limitrofes,temas de numismatica, y paleografia-, no constituian "historias-relatos", y las instituciones que patrocinaronesas publicaciones estaban lejos de funcionar como la Ecole des Chartes 1 0 hacia en Francia desde hacia masde medic siglo; sin embargo, y aunque su aporte fuese modesto, resultara gradualmente verificable en lasproducciones historiograficas posteriores.2. Historicidad y nacionalidad. Mitos fundantes y colectividades imaginadasCuando en 1876 aparecio el primer tomo de Historia de Belgrano y de laindependencia argentina de B.Mitre, el conjunto de fenomenos que contribuyeron a la conformacion de una histonografia erudita, seencontraba en expansion, pem las turbulencias politicas no decrecian como palmariamente 10 demostraba elmismo Mitre encsbezando Ia revoluci6n de 1874. Pasado y futuro se resistian a serlo acaso porque para ellaera precise construir consensos entre las elites politicas que posibilitaran alinear presente, pasado y porvenir,tal como pudieron hacerlo experiencias politicas masestables que posibilitaron la aparicion de solidasconstrucciones historiograficas como habia sucedido en Chile y Brasil Esta nueva versi6n de la Historia deBelgrano proporcionada par Mitre fue probablemente un intento por alcanzar esas metas.Varios fueron los cambios operados en aquella inicial biografia comenzando par su titulo, que ahoravinculaba Ia historia del creador de la bandera al proceso de Ia independencia argentina: [a edicion contenia

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    adernas, algunos agregados.originados en Ia polemics COIl Velez y extendia su arco temporal y su correiativamasa heuristica. Pero fue la incorporaciou del capitulo introductorio La sociabilidad argentina: 177{)-1794,la innovacion Iustoriograficarnente mas notable conteaida en la edicion.; Ia celebridad que adquirio el texto,c ontrasta c on In p arq ue dad re fe ren cia l e xp lic ita d e lID disefio Ilarna do a fu nd ar Ia p re existen cia de la na cio n ySlI t rad ic ion igual ita ria : - r epubl icans.No obstante, N. BOUIlHldeniostro hasta que punta el capitulo resulta tributario de las ideas de Tocqueville yMignet; e 1 primero habria aportado la reflexion sobre "el punta de partida" en tanto factor explicative dedesarrollos ulteriores; por.su parte la Historia de fa Revolucion Francesa de Mignet inspire un cierto"determinismo" prefigurador del porvenir y capaz de sortear reveses y dificultades. Ese "punto de partida" 0"determinacion" de origen podia hallarse para Mitre en Ia sociabilidad desplegada en el pasado coloniallocal. definida a partir de un media natural, un estilo particular de colonizacion, un modo de relacionessociales y un conjunto de rasgos culturales y economicos que dieron por resultante el suelo igualitario en eIque podra gerrninar Ia libertad politica conquistada en 1810.Con ello, el autor fijaba posicion sobre un tema que varios intelectuales hispanoarnericanos habian abordadoen una etapa ternprana de sus reflexiones: la evaluacion del pasado colonial y SD legado en tanto dave paracornprender su presenrey r no de la r e l p or ve nir . C ie rta rn en te , e l PlU1tOfue obje to de discrepancies y polernicasque en los afios '40 sc desarrollaron desde Mejico hasta Chile, alimentadas par las personalidades de LucasAlarnan, Lastarria, Bello, Sarmiento y Bilbao. Precisamente este ultimo publicaba en 1844 su "SociabilidadCh ilen a" , obra en la que asociaba el regimen colonial can el complejo autoritmi.smo-feudalismo-catolicismoe inculpaba a In revolucion - y al orden post revolucionario- de incapacidad para abolir los privilegios queintent6 socavar; ello die por resultante un regimen liberal pero no igualirario encarnado en la republica dePortales.: tal "determinacion de origem" solo podia ser corregida a traves de una propuesta cuyo radicalismoe scanda lizo a l e sp ec tro politico chileno.l.Es pos ib le r el ac iona r I ii o pe raci on con teni da en la "Sociabilidad Argentina" de Mitre can estas reflexiones?De ser asi. su resultante seria opuesta a la de Bilbao; donde este encontraba como Jegado y escollo iadesigualdad, Mitre veia cI fenorneno inverse : una colonizacion que en su espacio literal habia generado unasociedad sin desigualdades ostensibles, un regimen colonial que contenia el gennen republicano que sera asu vez - gracias a una continuidad irrefrenable - el soporte del ideal romantico de nacionalidad. En efecto ..para Pilar Gonzalez.Ja sociabilidad definida por los mismos actores concieme precisamente a las relaciones"civiles" constitutivas del Iazo social, una "nacionalidad'~ definida por aspectos socio-culturales cuyaespecificidad permitiria establecer fronteras jurisdiccionales al Estado; desde esta perspectiva parecerazonable que Mitre se refiera a la "sociabilidad argentina" y Bilbao a la "sociabilidad chilena". En amboscasos, Ia operacion posibilitaba ademas satisfacer el principio de "particularidad" y a traves de 61 de"idenridad", tan caro para fa sensibilidad romantica.Desde estes supuestos.es posible repensar aquella agenda que Mitre trazara en el Prefacio de su "Historia deBelgrano" en In que proyectaba escribir una "Historia de fa Revolucion argentina" para 1 0 cual cretanecesario dotar al texto de "una introduccion sabre e! estado intelectualy politico de la Colonia ....dando asial. desarrollo de fa idea revolucionaria. un.punta de partido"; colocada en este plano, Ia SociabilidadArgentina vendria a completar una concepcion originaria pero gradualmente forjada al calor de multiplesfactores.La introducci6n a I n te rc er a edicion es entonces I a exposicion de un proceso que responde a rendenciasevolutivas inrnanentes que gobiernan y explican su desarrollo : si la libertad politica y el republicanismoestaban en germen en esc organismo virreinal, tambien 1 0 estaban sus Iimites a "vicios". a los que Mitre hariaexp li ci ta r ef er en ci a a fi os mas tarde en su epiiogo a la H isto ria de S an Martin.Tal perspective organicista contenida en la concepcion del historicisrno romantico es inescindible de latemporalidad; a diferencia de su version "ilustrada", no hay historia fuera de agrupamientos humanos - Ianacion herderiana- capaces de devenir. Era eI surgimiento de Ia concepcion "genealogista" de nacion; ellapreexistia a las provincras, configurando un nucleo localizado desde Ia conquista espanola (principio deunidad) cuya particular sociabilidad Ie conferia claras diferencias respecto de otros rincones de Ia Americameridionaltprincipio de exclusividad) Esta via Ie habria permitido a Mitre llegar a conclusiones distintas deBilbao, as! como explicar las amputaciones territoriales que tuvieron Iugar durante las guerras par lain de pe nd en cia . L a p artic ula rid ad del punto de partida, era tarnbien la del desenlace: Ia independencia

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    argentina culmina en 1821, conquistada par esfuerzos propios, no banda militarmente como ocurrio en otrosescenarios americanos sabre los cuales a su vez Ilevo Ia libertad. Estas especificidades de Ia revoluci6n"externa" parecen correlativas can aquellas que Mitre atribuia a la revolucion "intema" que tarnbienrespondi6 a "sus propios elementos organicos" (republicanosj.vaciados sobre el modele proporcionado porBuenos Aires. En efecto, aquella idea del glorioso destine manifiesto de una nacion contenida en el capituloinicial, se enraizaba en una experiencia mas regional que nacional como fuera observado par THD, dato queperm ite e xp lic ar la r ec epcion f avor ab le que tuvo entre la a sc endente bur gues ia porte iia .E Palti Ilarno la atenci6n sabre el caracter inexorable de ese desarrollo, presentado virtualmente como W1a"fatalidad", concepcion que - afirmaba, no sin razon, - aparecia 'en tension con el resto del texto. Ciertamenteambos mecanismos de explicacion coexisten en Ia historiografia mitrista Ia determinacion previa y Iaaccion humana.vcircunstancia remite al marco del debate entre Ilustracion e Historicismo y a la doblecausalidad presente en la historia: los heehos historicos en cuanto objetos de conocirniento son conocidos apartir de sus causas-efectos bajo el principia del determinismo; en cuanto acciones humanas, postulan"libertad " perc se norman par eI imperativo moral del "deber-ser". Desde esta perspectiva, el acto deconocimiento propio de la historia era "comprender el sentido" de esa totalidad en movimiento (de una epoca,de una cultura, de una sociedad, de una personalidad); a partir de entonces era posible "explicar" Iaconfiguracion peculiar de ciertos hechos particulares.Sinteticamente el argumento de b . "Histor ia de Belgrano ..." consiste dar cuenta del "desarrollo gradual dela idea de "independencia del pueblo argentino" desde sus origenes a fines del siglo XVlll y durante surevolucion hasta fa descomposicion del regimen colonia! en 1820 cuando se inaugura una democraciagenial, embrionaria y anarquica que tiende a normalizarse dentro de sus propios elementos organicos".Para Mitre, Ia revoluei6n emanaba entonces del mismo orden colonial: un organo municipal: el Cabildo, unatradicion juridic a, la libertad comercial que en las estribaciones de ese mi51110orden anticipo la rupturepolitica, factores estos que conjugaban sus efectos can Ia movilizacion que sucedio a invasiones inglesas y lacrisis pensinsular abierta en 1808, "[a ley inexorable que se cumplia ".Hasta 1820 la revolucion fue tributaria de ese antiguo orden en cuyas bases todavia usufructuaba, en tanto suslideres atenuaban su fervor par la causa de Mayo; la gu erra so cial abierta en el oeaso directorial fue elcorolario de la revolucion politica; esa "democracta inorganica" pero "genial completara el ciclo. EI afioXX fue entonces an momenta culminante de la revolucion en el que los caudillos consumaron Ia destrucciondel estado heredero del orden colonial y transfonnan la revolucion politica en "revolucion social" medianteese complejo juego que Mitre llama "acetones, reacciones, transformaciones, evoluciones y transiciones'

    2.2. Comprobaciones y refutaciones.En 1881 Carlos Casavalle daba a conocer La revoluci6n argentina. Su origen, sus guerra y su desarrollopolitico hasta 1,830 del Dr. V. F. Lopez, texto en cuyos cuatro volumenes reunio los articulos que a partir de1872 su autor publicara en Ia R evista del R io de la P lata.Tambien en 1881 publicaba la Introduccion a Ia "Historia dela revolucion argentina desde susprecedentes coloniaJes hasta el derrocamiento de la tirania en 1852".En el Prefacio, Lopez hacia referencia a "muchlsimas personas" preocupadas par encontrar los origenes denuestra revolucion en "multitud de libros y documentos ", aunque dudaba de los meritos de una empresa tal en"poises que se ven arrastrados por el huracan del positivismo y por un empleo mas practico de lasaspiraciones morales", mas alla de 1 0 cual existen quienes con "espintu ajeno a la voragine de los negocios"se dedican a presentar a los ojos de los contemporaneos "esa combinacion de espejos oblicuos que se llamahistoria y en fa que un pais cualquiera puede verse, a un mismo t iempo, por todos sus costados.i.en susdiversas edadesy en sus diversos perfiles".En Ia Introduccirin, eI autor colocaba el punto de partida de su anahsis en Ia Espana del siglo XVlII en tornode la cuaI entramo un conjunto de hecho~, de caUSRS, consecuencias y paralelismos orientados a lograr lacornprension de Ia historia de In Revolucion Argentina, asi como =porujuzgar el caracter moral y politicoque le han dado los germenes propios delpais combinadas con los gran des hechos europeos del siglo pasadoy delpresente en sus primeros ahos "De tal modo, los sucesos de mayo de 1810 eran colocados en el cuadro

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    mas amplio de Ia h isto ria u niv ersal -de M adrid a principados italianos y del gabinete mgies a la corteportuguesa ~ cuadro diestramente trazado tal como seiialara Jose L. Romero, en el cual 110 se hallabanausentes la sagaz Iecrura del politico atento a In dinamica de los partidos y las intrigas, ni la preocupacionliteraria. ni referencias al texto de Mitre,No se privaba tam poco de ciertos ton os criticos que, aunque puntuales, vehiculizaban profundasconcepciones politicas como su manifiesta admiracion por jefes del partido liberal espaiiol: Aranda.Floridablanca, Campomanes, Jovellanos, que supieron conjugar su condicion de grandes estadistas can suconocimiento del pasado. Par 1 0 dernas, el conjunto de tradiciones aprendidas en el hogar paterno, fue lacantera que permitio a Vicente Fidel esbozar Ia dinamica de las facciones que el l lama los "partidos ,.localescoronados por el "partido nacional" triunfante eI 25 de Mayo de 1810. Este "liberalismo conservador" tansuyo, 1 0 llevo a mirar con recelo los levantamientos de Chuquisaca y La' Paz, fracas ados por haber estadoconducidos por "turbos populares Sin/reno y direccion ", es decir, por Ia presencia de esa "plebe proletana'inexistente en Buenos Aires.Coincidente con Mitre , a firm ab a q ue I n re vo lu cio n e co nom ic a p re ce dio a II:social: la "Representacion de losHacendados ", era considerada "Carta Alagna de nuestro Derecho en el camino de nuestro Revolucion ". yconeluia q ue m as alb de vaciiaciones, dudas y meditaciones de Belgrano, Moreno y Saavedra, "Buenos Airesharapor sf, y se gobernara por su propio derecho antes que dejarse gobemar otra vez pOl' Cadiz, su verdugoy enemigo secular ", atribuyendo a los monopolistas gaditanos el principal interes en el mantenimiento de Incondicion colonial.En este punto, comenzaba su discusi6n frontal con Mitre, aludido como el biografo de Belgrano, sobre quiensentenc iab a : "La h i stori a n o puede esc ribi rse con pe reza.: ser cla ro, co mp le to y catego rico al exponer fa vidade las generaciones que la han hecho yjuzgar a sus actores in animo etfactis ".Precisamente esta u lt ima expr es ion se co nv irtio en el ep ig rafe asociado con e l c el eb re debate protagonizadopor Lopez y Mitre entre 1881. Los juicios criticos contenidas en la Introduccion referidas a la Historia deBe/grana y de fa indcpendencia argentina, motivaron Ia replica del biografo belgraniano quien, aludido,comenzo a responderlas desde las paginas de Ia recientemente aparecida "Nueva Revista de Buenos Aires'dirigida por Ernesto Quesada bajo el titulo Comprobaciones; ellas fueron reediradas por cl mismo Mitre en"La Nadon ". La respuesta de Lopez ~ Debate Historico, Refutaciones a las comprobaciones hist6ricassobre la historia de Belgrano- pudo conocerse a tra ves de las colum nas de "El Nacional" a p artir deoctubre de 1881. El ciclo se .cerraba con las Nuevas Comprobaciones de B. Mitre.No es necesario insistir en las connotaciones que derivan del soporte en el cual estas discrepancias tomabanestado publico, aunque resulta significative consignar que elias adquirieron rapidamente formate libresco; en1882 Casavalle edito "Comprobaciones'' y "Nuevas Comprobaciones sobre la historia argentina" deMitre, mientras que Felix Lajouane publico el "Debate historico, Refutaciones a las cornprobacioneshistoricas sobre la historia de Belgrano" de Lopez.Quedaba asi planteada [a genesis del celebre cruce que ha ocupado un Ingar privilegiado en la historia de Iahistoriografia a rgent in a m1 l11uepor cierto no fuera el unico ni el primeroo eI ultimo; ademas de los hastaaqui resefiados ~ y otros muchos-, contemporanearnente se desarrollaba Ia polem ica que se origino en Iaaparicion de la tercera edicion del "Bosquejo Historico de Ia Republica Oriental del Uruguay" de FranciscoBerra (prnnera edicion de 1866), refutado en 1882 par Carlos Maria Ramirez en "Juicio critic a del BosquejoHistorico de Ia Republica Oriental del Uruguay" publicado en Buenos Aires, texto que habilito 11nmediatareplica de Berra co n SlIS "Estudios Historicos acerca de Ia Republica Oriental del Uruguay' editado enMontevideo. En el su autor acusaba a Ramirez de serias deficiencias heuristicas, aunque el fondo de Inpolemica deberia ser rernitida a la distinta consideracion que fa figrra de Artigas inspiraba a cadacontradictor: se in ic iaba la campaiia de r eh abi li ta ci on a rt igu is ta .Como en otros casos. cl intercarnbio protagonizado por V. F, Lopez y B. Mitre ofrece multiples planosanaliticos entre los que es posible recortar los que remiten a las vias de produccion del conocimiento sobreel pasado, la reconstruccion e interpretacion de los hechos hist6ricos y Ia construccion del punto de vista.Frente a los sefialanuentos historicos, geograficos, toponimicos, cronologicos y conceptuales efectuados porLopez, Mitre despleg6 una nutrida artilleria de fuentes de diverso tipo ~ numismaticas inclusive-, aS I comof ro nd os os ma rc os b ib lio gr af ic os y referenciales que avalaran cada una de sus afirmaciones.

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    Tempranarnente M itre sc reafirmo en 1'1 argumentacion que hacia de los "documentos" la piedra angular deto da c on str uc cio n h is to rio gra fic a; I a actividad heuristics posibilitaba el establecinuento de los hechos loscuales d eb ian s er o rd en ad os , clasificados y correIacionados, asignandoles su significado para formar de la sp artes u n co nju nto ; "tal es el objeto de fa htstoria, de cualquier mOLIi) que ella se escriba.: porqlle todo esosirve a formar los elementos del juicio racional o de la canciencia colectiva. ,,",, ,V F, Lopez no fue ajeno 11afan documentalis ta: hacia fines de la de c ada del cincuenta escribia a Posse,Teran y M arcos Paz solicitandoles fu entes para reconstruir eI periodo 1810-1824, particularmente en 10vineulado can los partidos politicos en el interior, Pero es necesario reeonoeer que no com partia con suadversario In m isma confianza que este depositaba en esos testimonies del pasado : "nuestros archivos nocontienen verdaderos secretos, ni encierran fa solucion de ningun problema historico 0social por resolver:contienen, cuando mas , in tim as 0 curiosos detalles sabre incidentes personales que ennada pueden cambial'fa nocion viva y general que todos tenemos de nuestra reciente historia y de-nuestro tradicion de ayer".Invocaba a su fa vo r, la obras de" Tucidides, Salustio, Cesar, Tacuoy Macaulay que. sin documentacionalguna, son, sin embargo, los mas grandes modelos de los historiadores a los ojos de fa critica universal "Al respecto M itre se ocupo de clasificar a tan dispar elenco de "historiadores filosoficos, no filosoficos yantifilosoftcos "S i es posib le reconocer en la obra de Lopez resonancias de M ichelet -perceptible en su concepcion del pasadoen term inos de resurreeci6n 0 rem em branza-, tam bien 1 0 es haliar su disidencia con el frances en sualejamiento d e! p as ad o "d ocu men tal" y su sustitucion po r eI pasado "vivido". En efecto, p ar a V ic en te Fidellos documentos cumplen con la finalidad de informar al escr:itor ~ determ inar la verdad de los hechos-, tras 1 0cual este debe ser "artista y compositor".La verdad entonces se encontrab a para este ultim o en Ia "tradicion" , tal como sostuvo en su "Historia de larevolucion ..." ." nuestro deber nos manda contar aquello que VIlHOS en las nubes fantasticas de lainfancia.i.Io que oiamos a nuestros padres.i..cuando los primeros rayos de patriotismo y de fa gloriaconmovian al pais entero y el hogar en que mecian nuestra cuna ", Elocuente sintesis de la "historia defam ilia" con que recurrentemente se ha asociado a la concepcion lopizta; este modo de concebir la laborhistonografica probablem ente explique su gusto por los testim onies andes, a los que M itre tam bien apelara yque sin embargo hiciese valer como criteria impugnador de la construcci6n de Lopez. La diferencia entreambos no deberia buscarse en eI caracter de la fuenre sino en S1 I dimension politic a : los consultados porLopez eran generalmente aquellos que com partian con el, u na s im ilar adscripcion politica; aSI, la burguesialiberal era para ei no solo la protagonista del proceso historico, sino que operaba C01110 fuen te p r iv il eg iada, yproporcionaba el punto de vista desde el que se narraba.Esa historia, y esa tradicion, no era otra qu e la de la "burguesia liberal" portefia, tal com o consignara elpropio L opez quien enfatizaba en la necesaria subjetividad contenida en todo relate "el que escribe essiempre un hombre que tiene una intencion y un interes'' que, en su propio caso, no es otro qu e el de es cgrupo 0 partido cue creo y condujo el estado revolucionario po r el sinuoso itinerario qu e culmino no sinreservas, en el rosrsmo.La indagacion de Lopez vuelta sobre la intimidad y habitos de los ancestros propia de la novela historica,qu e fascinaba a Ramos M ejia, debia conjugarse con las enseiianzas de l pasado y la construccion de unafilosofia de Ia historia, tal como enunciaba aquel otro memorialis ta de la tradicion wigh, Thomas M acaulay ,quien en su obra "On history " (1828) decia que el conocim iento del pasado vale por 1 0 que p erm it e formarcalculos justos para el futuroElliberalismo conservador de Lopez, centrado en fa tradicion pero no por eIlo volcado univocam ente sobreel pasado, ha sido contrastado co n el progresism o de su interlocutor -que era el de los sectores portefios enascenso-; la resultante fue, en el caso de M itre, un curso historico organico y gradual en el que las elites -herederas de la tradicion republicans originada en Ia colonizacion-, aportaron In "razon reflexiva" a Ia"razon espontanea" de las masas, clave para concebir esa "historia nacional " que distaba de aquella otra "departido" producida por L opez.Cuando hacia el cambio de decada se produjera el acercam iento en tre los polem istas y la polem ica pasaba ase r WI modo de acordar, solo un aspecto permanecio fuera de los "acuerdos" : la desobediencia de SanM artin. A nte la acusacion form ulad a pOl' Lopez sobre que si el Libertador h ub iera p ues to el eje rc ito d es tin ad oal Peru al servicio del D irectorio para hacer respetar la Constitucion de 1819, no se hubiera producido el

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    desorden del an a XX. Mitre inculpo a su rival de incurrir en "Uchronia". Esta expresion pertenece nRenouvier autor de "Uchronia 0 Estudio historico de fa sociedad europea como no ha ocurrido" ell eI queI n define como "fa utopia racional en fa h isla ria, segun 10 cual se demuestra como pudieron prevenirseciertos hechos y producirse otros logicamente". Su referencia no solo revelaba eI conocimiento por parte deMitre de pensadores neokantianos sino que ponia de manifiesto un afinado sentido historico y como tal,refractario a aquello que hoy llamamos hipotesis contrafacticas. Mas aII-~de estas cuestiones, el punto quep erm an ec io fu era de los acuerdos, no era en absoluto de orden menor, sino que guardaba directs vinculacioncan la interpretacion de la guerra civil abierta en 1820.El caracter acontecnnental del debate fue iniciado en su misma contemporaneidad desde las paginas de laNueva Revista de Buenos Aires, publicacion que rapidamente dio cuenta del intercambio y sus alternatives,tomando partido favor de Mitre En 1892 Mitre evocaba el debate en terminos de "iusputas literarias"vinculadas par un "comun sentimiento nacional ", formula recuperada por Rojas cuando reedite eldebate y 1 0coloque en un lugar central de la historiografia argentina. El gesto tuvo lugar en la c ole cc io n BibliotecaArgentina subtitulada "coleccion mensual de los mejores libros nacionaies"; era esta parte de un proyectopedagogico mas vasto contenido en la Restauracion Nacionalista (1909); sus Iineas directrices fueronenunciadas par Rojas en. 1914 en el marco de una conferencia pronunciada en la Facultad de Filosofia yLetras, en la que se desempefiaba como Profesor de Historia de 1< 1Literatura Argentina: "restaurar textoscorrompidos 0divulgando los olvidados afin de popularizar sus ensehanzas ".En la Noticia Preliminar (1916) que prologaba los argumentos que B. Mitre esgrimio en el debate, Rojasfundam entaba la im portancia del mismo en la v olu nta d par establecer la "verdad" de los "hechos" y unconcepto general de metodo historico. En una explicita alusion a las querellas entre Alberdi y Sarmiento, elfuturo decano sostenia que "lo esencial de lapolemica nofue como otras. una lucha en sf misma, sino lascosas que en ella se debatian " elevandose de rencilla personal para afrontar I a "critica historica donde sedefendieron temas, fuentes, metodos y juicios sabre el.pasado argentino y los origenes de nuestroindependencia ",EI texto, sobrio y equilibrado, trataba de reconstruir los p rin cip ale s a rg um en to s e sg rim id ospor los polemistas, distinguir sus perfiles socio politicos y atribuir los meritos correspondientes; Mitre eracolocado en C I centro de la escena porque a 61 se debia la tarea fundamental de haber cimentado Ia laborhistoriografica marcando convenciones y regulaciones. A Lopez se le arribuia una "intencion profundamentenacionalista' au nq ue era co lo cad o "a fa vera" de so polem isra a quicn "complementaba' por h ab er in ic ia doen nuestro medio la hisroria "como arte " en Ia convicc ion de que "Laciencia no excluye al arte".N acia el mito de los origenes de la historiografia argentina.2,3 Luego del debate .En 1883 Y por espacio de una decada tuvo Ingar Ia edicion de su monumental Historia de fa RepublicaArgentina de V. F. Lopez ; Ia obra abarcaba diez tomes y estuvo financiada POf el concurso del ernriopublico gracias a Ia gestion C. Pellegrini ante el Senado Nacional. El gesto respondia menos a unaponderacion favorable de la labor intelectual de Lopez, que a su cercania politica con una de las faccionesque pronto entrarian en pugna; estas convicciones- que 1 0 llevaron a identificarse con las tradiciones delpartido whig, COI1 Ia Republica conservadora y oligarquica chilena y aun con el Brasil imperial en tanto esasexperiencias supieron sortear los peligros derivados del electoralismo-, seexpresaron concomitantemente ensu interpretacion historiografica.Su Historia de Ia Republica Argentina ilustra la funcion guizotiana -centralmente politica- de Ia historia ysu funcionalidad para explicar el presente y funcionar como ejemplo 0 corrective. En el Prefacio, V. F. Lopezparticipaba al lector que en cada pagina habria de testirnoniarse el "fracaso que ha sufrido el verdaderogobierno representative y electoral desde sus origenes hasta nuestros dias "; ese recurrente fracasoinstitucional era particularmente perceptible para el autor, si el observador se colocaba en el presente de Iaobra, distante siete decadas de In revolucion. Esta habia abierto Ia senda independentista pero no pudo disefiartU1 sistema capaz de sustituir Ia mcderada dorninacion secular espanola, particularmente aquella etaparnarcada por el reformismo de Carlos III y el virrey Vertiz. Por cierto esta afirmacion no afectaba Iavaloracion positiva del hecho revolucionario sino Sll legado, motive este que remite nuevarnente a laspolemicas que a 1 0 largo de los '40 tuvieron Ingar desde Chile hasta Mejico.

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  • 5/9/2018 Pagano Nora - Historiograf a erudita

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    Ese modo de plantear 141problem atic a que ponia el acento en Ia dificultad para instaurar un orden capaz debalancear los nacientes im pulses dem ocraticos, le conferta al rexto una notable vigencia; adecuacion can elloLopez anticipaba en alguns m edida el ordenamiento que Jo se In gen iero s - desde otras m atrices ~ form ularaa fi os d es pue s.En 1887 aparecio la cuarta edicion - y defin itiva - de la "H isroria de Belgrano y d e la in de pen den ciaargentina" la cual no presentaba cam bios significativos ; Ja s principales transform aciones eran contextuales :por ese entonces era dificil acordar con un rum bo ascendente de Ia nacion y su encuadre en una dem ocraciaorganica., tal como por entonces demostraba la construccion historiografica de Lopez. Ese mismo ano seiniciaba la publicacion de la "Historia de San Martin y de la emancipacion americana '.' de M itre,reedita da en 1890.La s d if er en ci as entre e l B e lg ra no y eI San M artin de B. M itre resultan elocuentes; el prim ero retocado a 10largo de trein ta afios y en medic de una carrera ascendente: el segundo, producto de In madurezhistoriografica y del descentrarn iento politico de su autor. S i Ii! :im agen de Belgrano - concebida wando erap re cis o g en era r la n ac io na lid ad 0 conciliar a la s fa cc iones -, o frecia u na admirable sin tonia can su presente, Iade S an M artin resultaba en tal sentido un tanto anacronica 0 al m enos tardia en relacion con los antecedentesque precedieron Ia rehabilitacion historiografica E n todo caso , no setrataba de una novedad; Ia recuperacionde una figura polem ica com o la sanm artiniana, habia sido in iciada par S arm iento , Lam as, A lberdi, G utierrezy ou-as personalidades del contexto latinoam ericano com o B. Vicuna MackenaYa se aludio a Ia in iciariva del gobierno nacional que en 1862 decid io erig ir 1 8 prim era estatua de S an M artinen s ue lo p atrio ; J 1 \ im agen del libertador estaba rodeada de tin tes negatives, surnido en una "largay tenebrosanoche de ingratitud y oividos", co mo o bse rv ara M itre. A p ro po sito d e este ev en to , 1 . M. Gutierrez e sc rib io e ltex to an tes alud id o, "B osqu ejo b io grafico" pu blicad o en 1863 y ree dita do c in co af ios d es pu es p or C as av alle ,esta vez can Ia finn a de su autor. M itre pronuncio en Ia ocasion un discurso cuy os linearnientos seguian lostrazados en un aJ ticulo q ue ya habia sido publicado en La nueva era de M ontevideo (1842); en el 111is1110enfatizaba el d iscip linam ienro m ilitar por sobre el irnpetu revolucionario , retomando un conceptos anmart in iano expres ado en la p ro clama a los peruanos sabre que era preciso realizar Ia union para no serdevorados pOI'In anarquia; er a un San Ma rtin muy adecuado a la s circunstancias. 'Hacia 1864 M itre rem itia a Las Heras un cuestionario referido a la cam pafia transcordillerana; una decadamils tarde, La Nac io n anunciaba Ia publicacion en foU etin de "La H istoria de San Martin" que tuvo cuatroentregas; entre am bas obras, en 1878, concib io "Las cuentas del G ran Capitan" , texto q ue , au nq ue c ar en tedel aparato erudito caracteris tico de otros, procuraba establecer fehacientemente I a h one st id ad y austeridadsanmartinianas. F inalm ente en 1880 pronnncio una oracion funebre en ocasion de Ia repatriacion de losr es tos de l Libe rtador,S i en 1 3 "H istoria de Belgrano" M itre eligio un personaje secundario perc fim cional en tomo del cual contarlo s avatares de la r evolu cion, ca n SlI San M artin afrontaba la trayectoria de un protagonists de laemancipacion amer ic an a, p ro ce so este que era colocado por el autor a Ia altura de los grandes episodios de Inhistoria universal.E I ah ora biografo sanmartiniano, conservaba el viejo em pefio de Ilegar a Ia e se ncia d e la s ca sa s, explorandoe in tegrando - no sin tension - conjuntos de pares tales como causes/fines, realidad/ideal, instin to/razon ,a cc io n i nd iv id u al y fuerzas colectivas en un recurrente desdoblam ieruo de planes com o aquel que atribuia Iarelatividad d e lo s triu nfo s y fracases segun el am bito en el que Ia accion hubiese tenido lugar : e l de las ideas,e l m i li ta r 0e l po li ti coLa figura del Iibertador adquir