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¿On’tá el Chiste? Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

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¿On’tá el Chiste?

Emiliano Llano Díaz y

Arturo Renero Montemayor

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¡On tá el Chiste! Chistes para toda ocasión

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor El autor y Exa Ingeniería® no están afiliados a ningún fabricante.

Derechos Reservados© por el autor 2015. Derechos mundiales reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o almacenada en ningún medio de retransmisión, fotocopiado o reproducción de ningún tipo, incluyendo pero no limitándose a fotocopia, fotogra-fía, fax, almacenamiento magnético u otro registro, sin permiso expreso de los autores y de la editorial.

Compuesto totalmente en computadora por: Exa Ingeniería SA de CV® Bajío 287- 101 Col. Roma México, D.F.

55 564- 10- 11; 55 564- 02- 68; FAX 55 264- 61- 08

ISBN 968- 499- 822- 8 SEP 20726/92 Registrado ante la SEP en la propiedad intelectual del autor Impreso y hecho en México.

1era edición octubre 2015

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Nuestro agradecimiento más profundo a María Cristina Vera Aristi por su valiosa cooperación y paciencia en la ayuda de la elaboración de este libro; por las numero-sas horas invertidas en su corrección y por reírse de nuestros chistes eliminando los menos graciosos y más groseros.

Gracias a la Dra. en Psicología Norma Elena Vidaurry Jiménez por la revisión de la introducción y sus valiosas sugerencias sobre el tema (después de las cuales aún seguimos llorando y chupándonos el de-do).

A nuestros amigos por contarnos cientos de chistes y aguantarnos durante tantos años.

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Prologo

Mi fascinación por los chistes viene desde mi más tierna infancia. No recuerdo cuál fue el primero que me contaron pero creo recordar que fue un chiste estúpido en inglés (a eso de los 5-6 años de edad) de por qué la gallina cruza la calle. Aún sigo sin entender la respuesta.

Lo repetía sin cesar y me reía convencido de que debería tener gracia. Siguieron otros del tipo “Mira una mancha de huevo”. En un momento dado se volvió una forma más de interactuar con la gente, quizá la necesidad de sentirme importante por mi habilidad de inducir risas con facilidad y comencé entonces a memorizar cientos de ellos. No tenía rival. Fue por aquellas épocas que conocí a mi cuate Arturo y encontré un alma gemela en mu-chas actividades, la música rock, la filosofía y… los chistes. Entre los dos podíamos pasar horas contándonos los más diversos chistes y ampliando nuestro ya de por si amplísimo repertorio.

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Pasábamos los días a jugar boliche, bádminton, billar, pero sobre todo contábamos chistes a diestra y siniestra. Chistes de todo tipo, muchos de los cuales hoy no nos atreveríamos a contar a cual-quiera por resultar "tendenciosos" (religiosos, ne-gros, judíos...). Sé ahora que solo un puñado de personas disfruta de este tipo de chistes sin adhe-rirse al juicio o prejuicio transmitido en el chiste fuera de su propia voluntad cómica.

Sucedió por entonces que fuimos invitados a una fiesta de nuestra prima Mabis. Típica fiesta en la que los hombres ocupaban una esquina de la pieza reservada para el baile mientras la música suena a fondo y las mujeres la esquina contraria obstinán-dose a no abandonarla y aburriéndose ambos ban-dos como una ostra. A Arturo y a mí se nos ocurrió que unos chistes podrían animar la fiesta: el resul-tado fue espectacular pues pasamos por lo menos 2 horas sin parar contando chistes avivando la fiesta hasta que incitamos a unas cuantas parejas a parar-se a bailar.

Eso nos dio la pauta de decirnos: Si sabemos tan-tos chistes ¿Por qué no compartirlos con los que queremos en un libro? De ahí, una fiesta hace ya

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40 años, surge este libro de chistes que esperamos sea el principio de una larga colaboración para otros más.

Tuvimos especial cuidado de eliminar aquellos chistes que consideramos demasiado vulgares o tendenciosos y los guardamos cuidadosamente en nuestro repertorio para aquellos que los sepan apreciar o los quieran escuchar sin ofenderse.

Encontrará aquí, amable lector, algunos de los chistes que más nos han hecho reír. Hemos incor-porado también muchos otros que circulan por Internet. Tratamos de clasificarlos, lo cual a la larga resultó imposible pues muchos pertenecen a varias categorías. Nuestra disculpa por adelantado si alguno lo ofende o contraría, nuestra sola inten-ción es que pase un buen momento riendo hasta hacerlos llorar si es posible.

“Cuando el filósofo señala la luna, el tonto se fija en el dedo” “Los amigos son como las estrellas, siempre bri-llan en la oscuridad” Emiliano Llano Díaz, enero 2016

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Agradezco enormemente la invitación del Ingenie-ro Emiliano Llano y la Maestra Mª Cristina Vera por contribuir en la consolidación de este libro, el cual exhibe un intenso y notorio trabajo de investi-gación de campo en busca de lo insólito, absurdo, controvertido e hilarante buscando tanto en calles como en callejones, parques, hospitales, inmedia-ciones de los zoológicos, escuelas, reclusorios; aplica tanto en el terreno de la sonrisa como en el del vacilón. Siendo uno de los propósitos el recor-dar que vivir en el polo positivo nos alimenta el alma y mantiene nuestra conexión con la infancia, lo que nutre nuestro poder de asombro, mejora el ánimo y nuestra visión del mundo.

La historia de la humanidad nos muestra episodios de talento, de drama, trágicos e insólitos; momen-tos mágicos plagados todos de pasión, de lucha. Episodios épicos que van desde tragedias de la comedia griega, hasta nuestros días del calenta-miento global, sin dejar pasar por todo el circo que cada siglo sorpresas ha dejado. Recordamos por igual a los bufones del rey o aquellas figuras le-gendarias del arlequín que surgieron en la Edad Media. Como escribe el filósofo: “con largo ropaje de clara vestidura, el roble lucía al trabajar sin

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descansar; como lirio de río que con ánimo y vigor desbordado en su diario andar para cumplir y no fallar; como guardián de las grutas, sigiloso vigi-lante de las horas y los minutos al final de la jor-nada del día todo en orden tenía; como cascada que perturba el silencio al martillar la roca así el correr de los días doblega el alma y al cuerpo man-tienen ocupado y ¿dónde queda en la vida la risa y la alegría?”

Así en este pícaro mundo, ahora globalizado donde gobierna y todo cree saberlo su Majestad “Inter-net”, más en ese ir y venir de las rutinas de las horas y semanas en lucha por la diaria sobreviven-cia; donde los platos fuertes tienen el condimento del stress, necesario es la dotación de burla en ironía de un chiste diáfano para no colapsarnos y hasta los problemas de salud evitar, por tanto, la receta que acierta siempre: dos o tres veces al día reír.

Entrando en materia y haciendo referencia a aquel personaje que con toda la cordura en sus manos y ya en curso el calendario Gregoriano afirma lo que es bien sabido por todos: “La vida, se parece a un restaurant, nadie se va sin pagar”.

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Por suerte el talento humano, en combinación con la cultura popular en cada poblado y en cada na-ción, ha creado personajes para cuentos graciosos, chistes, historias de comedia que por sí mismos han rebasado fronteras y al paso de los años van encadenando de generación en generación chispa e ingenio.

Arturo Renero Montemayor, enero 2016

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¿On’tá el Chiste?

Según la Real Academia Española, “chiste” es un dicho o historieta breve que contiene un juego lexical o conceptual que hace reír a quien lo escu-cha. Proviene del verbo “chistar” que originalmen-te significaba hablar en voz baja o susurrando. Pero, ¿por qué susurrar un chiste cuando lo que se quiere es que la gente lo escuche?

Antiguamente, los chistes eran ocurrencias obsce-nas (y muchas aún lo son), por lo que cuando una persona quería contarlos se los decía a su interlo-cutor al oído susurrándolos para que nadie más lo escuchara. Así, los chistes se contaban en voz baja, “chistando”. De ahí su nombre. Otra versión de la etimología del chiste es la onomatopeya “chist” que servía para interpelar al oyente, para que se acercara y escuchara la confidencia. Adopte la que le haga más gracia.

— “chist”, “chist” ¿ya te sabes este chiste de Pepi-

to?

Pepito le dice a su vecinita:

— Vamos a lo obscurito que te quiero enseñar algo

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La chica desconfiada acepta

— Pero hay que meternos debajo de las sábanas —

le dice

A regañadientes la chica acepta y se mete toda te-

merosa a la cama

Pepito le dice entonces:

— ¿Ya viste cómo brilla mi relojito en la obscuridad?

Al paso del tiempo, contar chistes se volvió todo un arte o una profesión y se comenzó a hacer abiertamente en público.

Un chiste viene a ser un relato, en general corto; de autor usualmente anónimo; dirigido a destinata-rios indefinidos; concebido para hacer reír y codi-ficado en lengua coloquial que, aunque se puede transmitir por escrito (como es el caso de este li-bro), es más común su trasmisión oral. Suele pro-pagarse vertiginosamente, algo así como un rumor. Trata de temas variados que inciden sobre muy diversos temas como la actualidad, la política, el sexo, los estereotipos, etc.

Aunque su brevedad y el uso de un lenguaje coti-diano le permiten al chiste transmitirse con facili-dad, éste no se cuenta siempre de la misma forma, pues al ir pasando de boca en boca se transforma,

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cambian algunas palabras, se adaptan los persona-jes y puede modificarse su extensión según el que lo relata. Estas modificaciones permiten que los temas de los chistes sean diversos, como diversas son también las fuentes de “inspiración” para su creación: noticias, actividades culturales y recrea-tivas, telenovelas del momento, acontecimientos del ámbito político, así como otras situaciones de la vida diaria. Asimismo, los chistes no provienen de una sola clase social, pueden ser populares, intelectuales, académicos, etc.

¿En qué se parece un mouse1 a un político?

.nanoicnuf on sartsarra y sanoiserp ol on is euq nE

La sola comprensión del significado de las pala-bras de un chiste no basta para que complete su función ya que exige del receptor una referencia común e implícita. De ahí que a veces no se en-tienda un chiste a pesar de conocer la lengua.

Un individuo pregunta a la portera de un edificio:

— ¿La notaría?

— Si se acercara...

1 Ratón o dispositivo señalizador informático

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El receptor debe concentrarse en un proceso com-plejo de decodificación que requiere aplicar simul-tánea y eficientemente estrategias de comprensión del código así como de interpretación de la situa-ción a partir de informaciones culturales. En efec-to, para que un chiste provoque risa, se necesita que el que lo dice y el que lo oye compartan cierta habilidad en el código lingüístico e interpretación (“chispa”) y se identifiquen con referencias cultu-rales similares del mundo que los rodea.

Le he pedido a mi marido que me llevase a ver “Los

Miserables” y hemos estado una hora sentados

frente a la puerta del Congreso de los Diputados.

Y los psicólogos ¿qué dicen de todo esto?

Según Sigmund Freud el humor puede estar rela-cionado con el contenido del inconsciente. En su libro “El chiste y su relación con el inconsciente”2,

2 Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu Editores, 1905.

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(que leí a los 18 años y toda-vía no le encuentro el chiste) clasifica las fuentes de la risa en tres amplias categorías, algo así como: la broma, el sentido cómico y el humor.

Desde el punto de vista de Freud, el chiste (la forma verbal e intrapersonal del humor) ocurre cuando el consciente permite pen-samientos “prohibidos” por la sociedad. El super-yó (que representa los pensamientos morales y éticos), reprime al ego (es decir nuestros defectos, pasiones, ira, orgullo, gula, envidia, lujuria, ven-ganza, etc.) para generar el humor del yo que es el que al final ríe. El superyó permisivo manifiesta un humor benevolente y reconfortante (como cuando era niño), mientras que el superyó severo crea un humor mordaz y sarcástico (como me pasa ahora de viejo). Un superyó muy duro (como el de mi abuela) suprime el humor por completo.

Freud, como en la mayoría de sus ideas, se basa en una dinámica entre el yo, el ego y el superyó. Se-gún su teoría las personas más inhibidas y reprimi-

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das disfrutan mucho más de los chistes y vicever-sa.

Por lo visto no todo mundo es capaz de disfrutar de un buen chiste, lástima por ellos.

¿Cómo se dice psicoanalista en japonés?

.okokuT odukaS

Freud dedicó al tema largas reflexiones impresio-nantes que no concluyen en nada. A la luz de éstas, podemos pensar que el chiste nos arroja a un abismo desconocido conectándonos con el incons-ciente. Contándolo abrimos una rendija al sub-consciente por la que de pronto escapa toda nues-tra agresividad, obscenidad y el absurdo de nuestra existencia. Nos permitimos, por un breve momen-to, ser como somos, es decir, pequeños ante la inmensidad del universo y atacar a nuestros seme-jantes de forma sádica, ridiculizándolos y martiri-zándolos. Pero también hay esperanza pues el chis-te, gracias a la auto-ironía, nos hace inmunes ante nuestros defectos para superarnos durante el breve instante de una carcajada.

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Otros, como Schopenhauer o Hegel, ven lo cómico como la percepción de un contraste, un contrasen-tido o incongruencia. Los actos cómicos son aque-llos que escapan a las leyes, hábitos y convencio-nes oponiéndose o destruyendo lo previsto. Incluso en algunos casos consideran la novedad del chiste como un rasgo esencial de lo risible.

— A ver Pepito, dime 2 pronombres

— ¿Quién? ¿Yo?

— Muy bien, ¡Aprobado!

No siempre los psicólogos están de acuerdo en encontrarle el chiste al asunto. Platón y sus secua-ces sostienen que toda experiencia humorística surge como manifestación del sentimiento de supe-rioridad del hombre hacia el hombre y eso no es aceptable pues es una burla hacia aquellos que consideramos inferiores.

Para Bergson3, la risa es una especie de correctivo: “En la risa observamos siempre una intención no declarada de humillar”. Nos sentimos superiores a las personas de las que nos reímos, porque piensan

3 Bergson, Henri. La Risa. Madrid: Sarpe, 1895.

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de forma diferente y toman en serio cosas que nosotros ni siquiera tomamos el tiempo de consi-derar.

Aunque Kant, Schopenhauer y Freud dedicaron mucha energía a explicar los chistes sinceramente creemos que nunca encontraron el “chiste”.

— Doctor, doctor, nadie me cree.

— Dígame la verdad ahora, ¿cuál es su verdadero

problema?

Los motivos del chiste y el chiste co-mo fenómeno social Casi todo mundo está de acuerdo en que el princi-pal motivo para el cual se crea un chiste es para conseguir un placer momentáneo a través de la risa redentora.

El chiste posee una relación directa con la manera de pensar y ver el mundo de la persona que lo emi-te. Así, para que un chiste tenga chiste es necesario que exista una persona acorde con la misma vi-sión, ya que de lo contrario, nos encontraremos con un comentario poco gracioso (ofensivo o estú-

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pido), que al final requerirá de explicaciones per-diendo todo su sentido.

Algunas personas tendrán particular afección por el humor negro, chistes verdes o chistes blancos, concluyendo que el chiste forma parte de los “gus-tos” de la persona que lo comunica y memoriza; dichos gustos son tan respetables como cualquier acto humano que no caiga en la violencia o maltra-to de otra persona.

El chiste es, además, una construcción social que se relaciona con variantes históricas y culturales que influyen en su elaboración y su contenido, aunque no hay que olvidar a los llamados “clási-cos” que nunca pasan de moda.

— ¿Cómo se llama ese pájaro?

— Lo ignoro

— ¡Ay qué loignorito más bonito!

Para comprender mejor la dinámica del chiste, podemos identificar varios mecanismos que parti-cipan en el mismo: la persona que lo cuenta (na-rrador(a)) y su público en el cual busca el efecto del chiste: la risa. El auditorio recibe el mensaje y decide si éste es gracioso u ofensivo; de resultar

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gracioso, el placer producido se expresa con mayor fuerza que en el narrador.

¿Cuántos lados tiene un círculo?

.areuf ed le y ortned ed le :soD

El chiste busca comunicar algo e involucra el len-guaje y sus símbolos; es breve, se transmite con facilidad pues se dispone de pocas palabras, poco tiempo y debe emitirse en cualquier lugar, por cualquier medio o canal. Puede estar compuesto de diversas temáticas y tener diferentes intenciones. Además, necesita de un elemento de novedad y de sorpresa, tiene un suspenso (que en este caso es su final o desenlace), presenta personajes conocidos (individuales y colectivos) — al menos para el que lo recibe — de lo contrario se pierde el sentido del chiste. Generalmente echa mano de escenas coti-dianas y cercanas a los oyentes lo que le hace muy atrayente. Algunos chistes son generados en un momento determinado y su relato, en otro contex-to, cultura o época, requeriría de tantas explicacio-nes anexas que borrarían la esencia cómica del mismo.

— ¿Cuál es el refresco más oscuro?

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Seve Na'4

— ¿Por qué hay una fotografía de Díaz Ordaz5 en

cada esquina?

.ellacacob yah euq racidni araP

Dos vascos comentan el nacimiento de la hija de

uno de ellos:

— Iñaqui, me he enterado que tu hija acaba de na-

cer.

— ¡Y estoy la mar de contento!

— ¿Cómo le has puesto?

— Rocío.

— Eso no mola, no es un nombre Vasco.

— Ya, pero en casa le llamamos Itxcarcha y eso sí

que mola.

Por otra parte, el chiste cuenta con cierta “permisi-vidad” social para tocar ciertos temas y realizar ciertos actos (agresión, rechazo, burla), sin temor a la censura por lo que el narrador tiene que escoger con tacto a su público.

4 En referencia al refresco Seven-Up

5 Antiguo presidente de México que se caracterizaba por

tener una mandíbula prominente

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¿Cuánto mide la milla…? No sé, pero seguro que

más que la tuya.

Según otros autores entre los objetivos del chiste se encuentran proporcionar un espacio lúdico que nos permite escapar de la crítica social o de la censura para producirnos una extrema satisfacción psíquica. En ese sentido, el chiste permite la libe-ración de sentimientos o de su evacuación ante situaciones negativas que perturban la vida en sociedad y que generan molestia o angustias, así “...el chiste es un termómetro que mide la agresi-vidad, la angustia, el dolor y el descontento...”6.

Vas en tu coche y ves pasar a un político en bicicle-

ta. ¿Por qué no lo atropellas?

.ayut res aírdop atelcicib al euqroP

Si el que escucha un chiste tiene un estado de áni-mo bajo y malo, no será un buen juez para confir-mar con sus risas si el chiste ha conseguido su propósito (puede ser que esboce una leve sonrisa de asombro). La persona a la que se dirige el chiste debe tener buen humor y apertura de espíritu. Esto

6 Pérez Yglesias, María. La Ironía en la Risa Popular. 2002.

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pasa también con los chistes inocentes y los ten-denciosos, agregándose en estos últimos un nuevo peligro: La persona con la que se comparte el chis-te puede no tener ninguna relación afectiva con el oyente. De ahí nuevamente la importancia capital de saber escoger el chiste adecuado, el auditorio al cual va dirigido y el momento apropiado para sol-tar el repertorio que debe, obviamente, ser el más amplio posible.

¿Cuál es el hombre que piensa más profundo?

.orenim lE

En general nadie crea chistes para sí mismo. Al crearlo se busca inmediatamente contarlo o com-partirlo por otro medio, comunicándolo y propor-cionando placer. El proceso psíquico de la forma-ción del chiste o broma no termina en su ocurren-cia sino en su comunicación y el reconocimiento que el oyente gasta con el placer de su risa.

El chiste pierde su efecto hilarante cuando necesita demasiada reflexión o referencias intelectuales. Las alusiones del chiste tienen, pues, que ser evi-dentes y fáciles; si no, su efecto se destruye por la aparición de dicho componente intelectual. Así

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mismo el oyente debe poder colmar con facilidad las omisiones que deja el chiste.

— ¿Por qué el pollo cruza una cinta de Möbius7?

.ragul omsim la ragell araP

Un buen chiste debería, pues, en teoría:

1. Tender a una expresión lo más breve posi-ble, para ofrecer una atención mínima.

2. Ser fácilmente comprensible, pues si exige intelectualidad, peligra su efecto.

Con la desviación de la atención descubrimos un rasgo esencial del proceso psíquico del que escu-cha el chiste:

1. Casi nunca sabemos de qué reímos, aun-que después queramos analizarlo. La risa que provoca el chiste es el resultado de un proceso automático, que se hace posible alejando la atención consciente.

7 Cinta de una sola cara. Möbius, astrónomo y matemático

(1790-1868)

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2. Llegamos a la conclusión de que el chiste pierde su efecto al escucharlo una segunda vez (a menos de que se lo cuente a mi es-posa, que se siempre se le olvidan). Esta peculiaridad se deriva de que la esencia de la sorpresa se malogra y es por eso que se sólo se cuenta el chiste a las personas que no lo conocen o recuerdan.

— ¿Cómo andas? – pregunta el ciego a un paralíti-

co.

— Pues ya ves — responde el paralítico al ciego.

Un médico que acaba de examinar a una señora,

dice al marido de la enferma:

— No me gusta nada

Y el marido confirma:

— Hace tiempo que a mí tampoco, pero su padre es

millonario.

Desinhibidores Sociales Un chiste pude provocar risa si el auditorio está predispuesto a divertirse. Una vez que el auditorio comienza a reírse, casi cualquier ocurrencia produ-cirá más risa. La ingestión de estimulantes como el alcohol o ciertos tipos de drogas amplifican este efecto porque disminuyen el control del Yo y su represión. Dicen algunos, pues, que la sorpresa no

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es el secreto del buen chiste sino la fluidez y la forma de contarlos y eso nos hace reír aunque ya sepamos intuyamos el final u oído mil veces.

Estereotipos comunes en los chis-tes

Los chistes generalmente operan con estereotipos (patrón o modalidades de conducta). Estos chistes son generalmente tendenciosos y agresivos — siguiendo la clasificación de Freud.

No todos los estereotipos son negativos y en algu-nos chistes se destaca la presunta inteligencia o sagacidad y capacidad de seducción de un grupo humano determinado:

Sexuales o de género: representan los rasgos de masculinidad o femineidad que la cultura popular o la tradición atribuye a cada género. Los chistes con este estereo-tipo se consideran "sexistas" o " machis-tas". Ejemplos clásicos son los chistes de homosexuales.

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Una chica en minifalda pasa frente a un hombre co-

jo recargado en una pared.

— ¡Mamacita! — le dice él

— ¡Ay! ¡Cojo feo!

— ¡Yo te enseño! — le responde sin inmutarse

Étnicos: rasgos atribuidos por raza o na-cionalidad (negativos o positivos).

— ¿En qué se parece Superman a un argentino hu-

milde?

.etsixe sod sol ed onugnin euq nE

Dos negros atraviesan un puente cuando uno le di-

ce al otro:

— Quiero orinar

— Yo también – responde.

— El agua está fría— dice uno.

— ¡Y profunda!— dice el otro.

Regionales o nacionales: Los que en cada región o país representan a personajes con ciertos rasgos o defectos como avaricia, ingenuidad, estupidez o ignorancia:

o Los leperos de la ciudad de Lepe en la provincia de Huelva en Es-paña, se utilizan para representar

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personajes burdos o brutos. Lo mismo sucede con los vascos.

o Don Chebo en Guatemala repre-senta a los ingenuos.

o Los pastusos de la ciudad de San Juan de Pasto, en Colombia y en Ecuador, tienen el papel de estú-pidos.

o Pepito es el personaje travieso e ingenuo en México (en España, Perú y Argentina se llama Jaimi-to). También se usa la "mamá de Pepito" como complemento.

o Venancio, en México, representa junto con los gallegos al español ignorante.

o El gaucho, tanto en Argentina co-mo en Brasil, es denigrado ta-chándolo de homosexual.

o Los belgas y las rubias son los tontos en Francia.

— ¡Jaimito, en clase no se puede dormir!

— Ya lo sé, Maestra. ¡Usted no para de hablar!

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Celebridades de carácter rudo: persona-jes de la tele o del cine, como por ejemplo “Rambo” o el del actor que lo interpreta una y otra vez (por ejemplo Chuck No-rris).

Chuck Norris olvidó una vez dónde dejó sus llaves.

Se torturó durante una hora hasta que se obligó a

decirlo.

Chuck Norris duerme con una almohada debajo de

su pistola

Personajes ilógicos u objetos inertes: rasgos o conductas humanas para causar rima o chiste.

— ¿Qué le dice la silla rica a la pobre?

.allicerboP

Oficios o profesiones: Médicos, aboga-dos, políticos y prostitutas, entre otros. Comportamiento exagerado e irónico en el contexto del personaje.

— Doctor, entonces ¿no hay más remedio que ope-

rarme?

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— Desde luego.

— ¡Pero si no tengo nada!!

— Mejor, así será más fácil la operación.

Conductas: El borracho es el personaje de predilección y se usa para relatar con iro-nía y exageración anécdotas o situaciones jocosas derivadas de su comportamiento y exagerándolo.

Un borracho saca las cerillas para encender un ciga-

rrillo, pero no encienden. Saca una tras otra tirán-

dolas. Finalmente, una de ellas enciende; la apaga

y dice:

— ¡Hip... hip... ésta me la guardo... hip... ésta...

hip... es de las buenas...!

Defectos o rasgos negativos y enferme-dades: tartamudos, gangosos, gordos, etc. son los protagonistas de chistes tendencio-sos y crueles

— Doctor, vengo a que me osculte.

— ¡Ráspido, en el arsmario!

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El nacimiento de un chiste

Manipulando hábilmente el lenguaje se logra un chiste adecuado. Existen técnicas variadas, que intentaremos describir en esta sección, que conlle-van a un chiste bien logrado.

La receta de un buen chiste es, entonces:

Lenguaje Humor (mucho) Inteligencia (poca)

Presentamos, a continuación una buena variedad de ejemplos de chistes lingüísticos.

Ejemplos de chistes lingüísticos. De los elementos textuales e intertextuales: se incluyen signos verbales y no verbales (gestos), se juega con la entonación, se mezclan y manipulan los contextos, las referencias culturales; se juega con los dobles sentidos y las intenciones del que relata y escucha el chiste.

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Un intermediario presenta a su cliente la muchacha

que le ha escogido como novia. Desagradablemente

impresionado, el joven murmura a su gestor:

— ¿Para qué me ha traído usted aquí? Es fea, vieja,

bizca, desdentada y…

— Puede usted hablar alto — interrumpe el agen-

te— también es sorda.

Morfosintácticos Se crean palabras nuevas, se manipulan los lexe-mas, se juega con el orden de las palabras, se alte-ran expresiones coloquiales, frases hechas.

No es lo mismo el Consulado General de Chile que

el General con su…

Polisémicos Interpretación con un significado o sentido que no es aquel que el contexto textual parece indicar como más lógico o esperable.

— ¿Sabes? Soy vidente, y por 10 pesos te digo el

futuro.

— ¿10 pesos? OK.

— Yo seré vidente, tú serás vidente, él será viden-

te...

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Polisémicos Contextuales No se comparte la misma situación comunicativa

Un empleado entra temerosamente en el despacho

de su jefe y le dice:

— Discúlpeme, jefe, pero es que hace tres meses

que no cobro.

— Nada, nada, hombre. No se preocupe, está dis-

culpado.

De Ambigüedad Ocurre cuando una frase admite dos o más signifi-cados diferentes.

Una persona entra en una zapatería y dice:

— Buenas, ¿tiene zapatillas?

— Muy buenas.

— ¡Que si tiene zapatillas!

— Muy buenas.

Paronomásticos Recurso que se basa en la semejanza fonética de palabras o grupo de palabras. Al utilizar palabras de sonido muy semejante, pero diferente, y con significado muy distinto se produce un contraste de gran efectividad expresiva.

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Una señora entra en una zapatería y pregunta:

— ¿Tiene zapatos de cocodrilo?

— ¿De qué número calza su cocodrilo?

Con Homofonía/ Homonimia Se produce cuando dos palabras de origen y signi-ficado distinto acaban sonando (y a veces escri-biéndose igual).

— ¿Cuál es el colmo de una farmacia?

Que la vendan porque no queda más remedio.

— ¿Te vienes a ver una serpiente que le han traído

a Pepe?

— ¿Cobra?

—No, no. Es gratis.

De Calambur Se trata de la agrupación de las sílabas de una o varias palabras de forma que cambia totalmente su significado original.

Entra un señor en una tienda y le dice el depen-

diente:

— Buenas, caballero, usted me dirá...

Y el otro completa:

— Pues, aproximadamente, entre 1.80... 1.82... o

por ahí.

Page 38: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

xxv

Ortografía

Señorita:

— ¿Qué opina usted sobre la gelatina?

— Bueno en realidad no sé qué decir. En mi escuela

sólo conocí la "Y" griega y la "I" latina, pero la "G"

latina nunca supe de ella, a lo mejor no fui ese día

a clase.

Recursos gráficos

Vndo tclado con un pquño dfcto

Enredos fonéticos Onomatopeya, aliteración, mala pronunciación, pronunciación dialectal

— ¿Bailamos?

— Claro. ¿Pero quién saca a mi amiga?

— Ahhh, por eso no te preocupes. ¡SEGU-

RIDAAAAD!

Aliteración Repetición de uno o varios sonidos en palabras próximas:

Page 39: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

xxvi

¿Qué ruido hacen los misiles que atacan Irak?

— Bushhhhhh

Onomatopeya Imitación de un sonido:

— Mamá, mamá, que me voy de caza.

— ¿Pero por qué no te llevas la escopeta?

— No, que me voy pa’ ziempre.

Ortografía + semántica + fonética

En un bar:

— ¿Tiene tabasco?

— Sí, en la másquina.

Manipulación Del tipo morfosintáctica y textual, la derivación:

— Doctor, mi hijo se tragó una moneda.

— ¿Y cómo sigue?

— Sin cambio.

Retruécano Combinación o cambio de orden de las sílabas de un enunciado para reformularlo con cierto pareci-

Page 40: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

xxvii

do formal pero significado diferente. Es, por lo tanto, el famoso “juego de palabras” del cual el doble sentido (albur mexicano) es el más conocido de todos y aparece en muchas frases chistosas y mal intencionadas.

No es lo mismo “Los libros de texto” que “Detexto

los libros”.

No es lo mismo las curvas de Tapachula que tapate

las curvas, chula.

Alteración De refranes, frases hechas, fórmulas, títulos de libros, de películas...

— ¿Cuál es la fórmula del agua bendita?

.O.soiD.H

De Superación

Un rey viaja por su imperio. Ve a un hombre que se

le parece mucho y le pregunta:

— ¿Recuerda usted si su madre trabajo de sirvienta

en el palacio?

— No, su majestad — responde éste — pero mi pa-

dre sí.

Page 41: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

xxviii

Una persona enfadada con la otra, le pregunta:

— ¿Sabe usted la diferencia entre la ignorancia y la

indiferencia?

La otra, despreocupada, responde:

— No lo sé ni me importa.

De Alusión La alusión fue considerada por Freud como la más corriente y manejable de todos los medios del chis-te (“Alusión con omisión” en la teoría de Freud8). Es decir, se refiere al tema a través de una frase que “alude” al real contenido de lo que se quiere expresar omitiendo decirlo directamente.

Un judío ve en la barba de otro, restos de comida.

— ¡A que adivino lo que has comido ayer!

— Dilo.

— Lentejas.

— Has perdido — le responde el segundo — eso fue

anteayer.

8 Freud, Sigmund. El Chiste y su Relación con lo Inconsciente.

Alianza Editorial, 1905.

Page 42: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

xxix

Del Absurdo No tendenciosos (no orientados hacia lo sexual, ni lo agresivo).

¿Cómo baja un elefante cuando sube a un árbol?

.oñoto le arepse y ajoh anu erbos enop eS

El que ríe al último es que no entendió el chiste.

Los autores

Page 43: On' ta el chiste?
Page 44: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

1

Contenido Prologo ...................................................... i ¿On’tá el Chiste? ....................................... i Y los psicólogos ¿qué dicen de todo esto? ................................................................. iv

Los motivos del chiste y el chiste como fenómeno social ................................ viii Desinhibidores Sociales ...................... xv

Estereotipos comunes en los chistes ...... xvi El nacimiento de un chiste ..................... xxi

Ejemplos de chistes lingüísticos. ....... xxi Morfosintácticos .......................... xxii Polisémicos .................................. xxii Polisémicos Contextuales ........... xxiii De Ambigüedad .......................... xxiii Paronomásticos ........................... xxiii Con Homofonía/ Homonimia ...... xxiv

De Calambur ................................ xxiv

Page 45: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

2

Ortografía ..................................... xxv

Recursos gráficos .......................... xxv

Enredos fonéticos ......................... xxv

Aliteración .................................... xxv

Onomatopeya ............................... xxvi Ortografía + semántica + fonética ..................................................... xxvi Manipulación ............................... xxvi Retruécano ................................... xxvi Alteración .................................. xxvii De Superación ........................... xxvii De Alusión ................................ xxviii Del Absurdo................................. xxix

Pepito ........................................................ 5

Telonazos ................................................ 17

Casados ................................................... 25

Colmos .................................................... 37

Doctores .................................................. 41

Meseros .................................................. 51

Page 46: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

3

Locos ...................................................... 57

Adivinanzas ............................................ 67

De Chile, Dulce y Manteca .................... 77

Cuentos Largos ..................................... 113

Page 47: On' ta el chiste?
Page 48: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

5

Pepito

l personaje cómico preferido de los mexicanos para sus chistes (todos han oído hablar de él pero nadie lo conoce) pelados o no, es el famoso

Pepito. Niño curioso cuyo único propósito en la vida es realizar preguntas indiscretas o poner en evidencia situaciones incómo-das o curiosas para los adultos. Puede ser tanto un niño inocente como malicioso. Experto en mujeres o con completo desco-nocimiento de causa. Aunque conocido en otras zonas del Caribe, en algunos países se hace llamar Jaimito. Juzguen ustedes:

Pepito le pregunta a su tía:

— ¿Dónde está el pajarito, tía?

— Yo no tengo mascotas, Pepito.

— ¡Pues papá me dijo que íbamos a ver a

la cotorra de la tía!

E

Page 49: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

6

Pepito está de visita en la Casa Blanca y

pregunta:

— Buenas tardes, ¿está el presidente?

— No, está en Ohio.

— ¿Con quién?, ¿conmigo?

Pepito le pregunta a su madre:

— ¡Mamá, Mamá! ¿Puedo ir a la piscina?,

hoy ponen el trampolín mediano

— Claro que sí hijo.

Y Pepito llega a casa con el brazo roto.

Al día siguiente Pepito le pregunta a su

madre:

— ¡Mamá, Mamá! ¿Puedo ir a la piscina?,

hoy ponen el trampolín gigante

— Sí pero pórtate bien.

Pepito llega a casa con el otro brazo roto.

Al siguiente día Pepito le pregunta a su

madre:

— ¡Mamá, Mamá! ¿Puedo ir a la piscina?,

hoy le ponen el agua.

— Pepito, ¿tú no rezas antes de comer?

— No, mi madre es buena cocinera.

— Mamá, mamá, ¡la abuela se ha caído al

suelo!

— ¿Y tú la has ayudado?

— No, que va, se ha caído ella sola.

Page 50: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

7

Pepito llega a su casa y le dice a su mamá:

— Mami, aquí está mi boleta de calificacio-

nes.

La mamá la toma, la observa y dice:

— ¿Quuueeeé? ¡Estas calificaciones mere-

cen un castigo!

Pepito le contesta:

— ¿Verdad que sí mamá? ¡Vamos! ¡Yo sé

dónde vive la maestra!

La profesora interviene en una discusión

entre dos alumnos:

— Pepito, ¿cuál es el problema?

— Es que soy demasiado inteligente para

estar en el primer año. Mi hermana está en

el tercero y yo soy más inteligente que

ella. ¡Yo quiero ir al tercero también!

La profesora ve que no puede resolver el

problema y lo manda a la dirección. Mien-

tras Pepito esperaba en la antesala, la pro-

fesora le explica la situación al director.

Éste le promete hacerle una prueba al mu-

chacho, que seguro no conseguirá respon-

der a todas las preguntas, y así accederá a

continuar en el primer año.

Ya de acuerdo ambos, hacen pasar al

alumno y le hacen la propuesta de la prue-

ba que él acepta.

Inicia entonces las preguntas el director:

Page 51: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

8

— A ver Pepito, ¿Cuánto es 3 por 3?

— Nueve.

— ¿Y cuánto es 6 veces 6?

— 36.

El director continúa por casi una hora, con

la batería de preguntas que sólo un exce-

lente alumno de tercero debe conocer y

Pepito no comete ningún error.

Ante la evidente inteligencia del menor, el

Director le dice a la profesora:

— Creo que tendremos que pasarlo al ter-

cer grado.

La profesora no muy segura, dice:

— ¿Puedo hacerle yo unas preguntas tam-

bién?

El director y Pepito asienten. Inicia enton-

ces la profesora:

— ¿Qué tiene la vaca 4 y yo sólo dos?

— Las piernas, responde Pepito sin du-

dar...

— ¿Qué tienes en tus pantalones, que no

hay en los míos?

El director se ajusta los lentes, y se prepa-

ra a interrumpir...

— Los bolsillos, responde el niño.

— ¿Qué entra al centro de las mujeres y

sólo detrás del "hombre"?

Estupefacto, el director contiene la respira-

ción...

Page 52: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

9

— La letra "E", responde el alumno.

— ¿Y dónde las mujeres tienen el pelo más

crespo?

El director hace una mueca de asombro.

— En África, responde Pepito sin dudar.

— ¿Qué es blando, y en las manos de una

mujer se torna duro?

Al director se le cruzan los ojos.

— El esmalte de uñas, profe... contesta

Pepito.

— ¿Qué tienen las mujeres en medio de las

piernas?

El director no lo puede creer...

— Las rodillas, responde Pepito al instante.

— ¿Y qué tiene una mujer casada más an-

cha que una soltera?

— La cama.

— ¿Qué palabra comienza con la letra C,

termina con la letra O, es arrugado y todos

lo tenemos atrás?

El director empieza a sudar frío...

— El codo, profesora.

— ¿Y qué empieza con C tiene un hueco y

yo se lo di a varias personas para que go-

zaran?

El director se tapa la cara...

— Un CD.

¿Qué tienen las mujeres una vez al mes y

le dura 3 o cuatro días?

Page 53: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

10

—El sueldo del marido.

El director, ya mareado de la presión les

interrumpe y le dice a la profesora:

— Mire, póngame a este niño en sexto

año... ¡¡Yo mismo acabo de fallar todas las

respuestas!!

— Mamá, mamá, ¿los pedos son húmedos?

— No Pepito

— Entonces ¡tengo diarrea!

Pepito le dice a su padre:

— ¡Papá, papá, tengo una noticia buena y

otra mala!

— ¿Cuál es la buena Pepito?

— ¡Que he aprobado todas las materias!

— ¿Y la mala?

— ¡Que es mentira!

— Pepito, ¿cuánto es 9 x 9?

— Los que conocemos nuestras limitacio-

nes sólo sabemos hasta 9 x 1.

— Pepito, ¿sabes la carga del electrón?

— Negativo.

— ¿Y la del protón?

— Tampoco.

— Pepito, ¿qué hacía Robín Hood?

— Robar a los ricos.

Page 54: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

11

— ¿Por qué?

— Porque a los pobres no podía quitarles

nada.

— Mamá, mamá, hoy en la escuela hemos

aprendido a hacer explosivos.

— ¡Qué bien, Pepito! ¿Y mañana qué les

van a enseñar en la escuela?

— ¿Qué escuela?

— Pepito, ¿por qué es famoso Colón?

— Por su memoria.

— ¿Por su memoria?

— Sí, porque en su monumento dice: “a la

memoria de Colón”.

Pepito va a la feria de ganado con su papá

y no pierde detalle de lo que éste hace.

— ¿Y ahora qué haces?

— Estoy palpando a la vaca para ver cómo

está de carnes porque la quiero comprar.

— ¿Ah, sí? Pues el otro día el plomero pa-

rece que quería comprar a mamá.

Pepito llega corriendo:

— Mamá, mamá... llegó el lechero, ¿tienes

dinero para pagarle o tengo que ir a jugar

afuera?

— Pepito, dime el principio de Arquímedes.

Page 55: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

12

— La “A”, señorita.

— Pepito, ¿Cuántas manzanas quedan si

tenemos cinco y nos comemos dos?

— Tres maestra.

— Muy bien Pepito

— Y ¿cuántas naranjas nos quedarán si te-

nemos diez y nos comemos cuatro?

— Lo siento “profe” pero yo sólo sé operar

con manzanas.

— Pepito, conjuga el presente del indicati-

vo del verbo caminar.

Pepito empieza a conjugar titubeando.

— Yo camino..., tú caminas..., él camina...

La profesora le dice:

— Por favor, Pepito, ¡más deprisa!

— Nosotros corremos, vosotros corréis,

ellos corren.

Pepito entrega un trabajo que tenía de ta-

rea y la profesora le dice:

— Pepito, no te la puedo aceptar ¡Le falta

la presentación!

— Ah, bueno ¡ahí le va!…

— Damas y Caballeros, con ustedes LA

TAREAAAAAAAAA

— ¿Pepito sabes nadar?

— Sí, señorita

Page 56: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

13

— ¿Dónde aprendiste?

— En el agua.

— Pepito: “llovía” ¿qué tiempo es?

— Es un tiempo muy malo profesora.

— Pepito, ¿cuál es el tiempo futuro del

verbo bostezar?

— Dormiré.

— Pepito, ¿qué es la A?

— Una vocal señorita.

— ¿Y la K?

— Una consonante que no se puede repe-

tir.

Le dice la mamá a Pepito:

— Pepito, ¿por qué le pegaste a tu herma-

na con la silla?

— ¡Porque el sofá estaba muy pesado!

— Pepito, ¿no te da vergüenza ser el últi-

mo de la clase?

— No maestra. Alguien debe sacrificarse.

Le dice Pepito a su padre:

— ¡Papá! ¡Quiero que me compres una

Barbie!

— Pero hijo, tú eres un hombre, ¡pide algo

de acero!

Page 57: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

14

— Ay, pues ¡entonces una planchita!

Pepito entra en el autobús y pregunta:

— ¿Cuánto cuesta el bus?

— Pues 1 peso.

Pepito se pone en el medio del pasillo y

grita:

— ¡Bájense todos que me lo quedo!

Pepito le pregunta a la maestra:

— Maestra, ¿usted me castigaría por algo

que yo no hice?

— Claro que no, Pepito.

— Ahh, pues qué bueno, porque no hice mi

tarea.

Llega Pepito gritando:

— Mamá la cagué, la cagué

Y la mamá le dice

— No seas vulgar hijo. Además todo tiene

solución en la vida

Pepito le responde:

— No es eso mamá; lo que pasa es que

quería sorprender a mi hermana desper-

tándola con un pedo en el oído y la cagué.

— A ver Pepito, dime una palabra que ten-

ga 5 íes.

Y Pepito le responde:

— Pero profesora, eso es dificilísimo.

Page 58: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

15

— Muy bien Pepito, muy bien.

Pepito ve a su tía y le pregunta:

— ¿De dónde vienes?

— Del salón de belleza.

— ¡Ah! ¿Estaba cerrado?

Después del primer día de clase de Pepito,

su mamá le pregunta:

— ¿Qué has aprendido hoy, Pepito?

— Pues por lo visto no lo suficiente mamá,

porque tengo que volver mañana.

Page 59: On' ta el chiste?
Page 60: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

17

Telonazos

os clásicos chistes del telón donde el inesperado final en el que el jue-go de palabras no deja de sorpren-dernos la mayor parte del tiempo.

Ingeniosos y siempre de actualidad a usar en toda ocasión sin moderación:

1er acto: Se abre el telón y aparecen dos

monjas entre rejas.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.aserpros ‘aserproS

1er acto: Se abre el telón y aparece un gi-

tano.

2do acto: Desaparece el telón.

1er acto: Se abre el telón y aparece una

monja en llamas.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.adidnerproS

1er acto: Se abre el telón y aparece un cu-

lo muy grande con un pelo.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

L

Page 61: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

18

.nólucilep lE

1er acto: Sale un tomate.

2do acto: Sale una cámara fotográfica.

3er acto: El tomate posa para la cámara.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.otof anu etamoT

1er acto: Hay un cadáver y a su alrededor

excremento.

2do acto: Hay dos cadáveres y a su alre-

dedor excremento.

3er acto: Hay tres cadáveres y a su alre-

dedor excremento.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.otleus adna onisesa lE

1er acto: Se levanta el telón y sale una

mona comiendo un plátano en medio de la

carretera, pasa un camión y la atropella.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.asil anom aL

1er acto: Se ve a una mujer llevando una

caja de vinos tintos a un sótano.

2do acto: Sale otra mujer llevando otra ca-

ja de vinos tintos al mismo sótano.

3er acto: Pasa otra mujer llevando una ca-

ja vacía al mismo sótano.

Page 62: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

19

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.sotnitsnI sojaB

1er acto: Juan Díaz cae del 5to piso.

2do acto: Pedro Díaz se cae del 7tmo piso.

3er acto: Rodrigo Díaz se cae del 1er piso.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.odnalov nasap saíd soL

Se abre el telón y se ve un pelo encima de

una cama.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.etneimrud ollev lE

1er acto: un Rey en una biblioteca se lee

todo lo que encuentra.

2do acto: el mismo Rey pide que le traigan

todos los libros del palacio.

3er acto: el Rey lee todos los libros del

reino.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.nóel yeR lE

1er acto: 100 astronautas estadounidenses

llegan a la luna.

2do acto: 200 astronautas holandeses lle-

gan a la luna.

3er acto: 300 astronautas alemanes llegan

a la luna.

Page 63: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

20

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.anell anuL

1er acto: Sale un montón de pelo.

2do acto: Sale otro montón de pelo.

3er acto: Sale más pelo todavía.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.nótoleP

1er acto: Sale un ciego mirando el sol.

2do acto: El ciego continúa mirando el sol.

3er acto: El mismo ciego mirando el sol.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

elbisopmi nóisiV

1er acto: Hay un pelo en un vaso de agua.

2do acto: Sale en el mismo pelo en un va-

so de agua.

3er acto: Sigue el mismo pelo en el mismo

vaso de agua.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.olep le nemot em oN

1er acto: Lito estudia Matemáticas y se sa-

ca un 4.

2do acto: Lito estudia Literatura y se saca

un 3.

3er acto: Lito estudia Geografía y se saca

un 2.

Page 64: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

21

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.otilarojeM

1er acto: Sale una gorda con una pistola.

2do acto: Sale la misma gorda con un cu-

chillo.

3er acto: Sale la misma gorda con un rifle.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.adrog al ómra eS

1er acto: Un avión bombardea el Vaticano.

2do acto: 10 aviones bombardean el Vati-

cano.

3er acto: 100 aviones bombardean el Vati-

cano.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.apap ed éruP

1er acto: Vemos 2 carros anaranjados es-

trellándose.

2do acto: Vemos 20 carros anaranjados

estrellándose.

3er acto: Vemos 200 carros anaranjados

estrellándose.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

hsurC egnarO

1er acto: Un francés tira una bolsa de yeso

al mar.

Page 65: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

22

2do acto: Otro francés tira dos bolsas de

yeso al mar.

3er acto: Otro francés más tira tres bolsas

de yeso al mar.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.asellesraM aL

1er acto: Sale una negra embarazada.

2do acto: Pasa una negra embarazada.

3er acto: Aparece una negra embarazada.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.rinevrop orgen nU

1er acto: Pasa un chicle en una moto.

2do acto: Pasa el mismo chicle en otra mo-

to.

3er acto: Pasa el mismísimo chicle en otra

moto.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.atelcihcotoM

1er acto: Sale Popeye con un bate de béis-

bol en la mano.

2do acto: Sale Popeye con el mismo bate

en la mano.

3er acto: Aparece Popeye con las manos

vacías.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

oniram le dabmiS

Page 66: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

23

1er acto: Sale una mosca con bata.

2do acto: Llega otra mosca con bata.

3er acto: Aparece otra mosca más con ba-

ta.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.sacsom sal atab noC

1er acto: Aparece un enanito diciendo gro-

serías.

2do acto: Sale el mismo enanito diciendo

más groserías.

3er acto: Pasa el enanito haciendo gestos

con su dedo.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.oticragluV

1er acto: Aparece un perro mordiendo a un

hombre.

2do acto: Sale el mismo perro mordiendo

al mismo hombre.

No hay tercer acto.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

otneimidromer lE

1er acto: Sale un señor vendiendo tortas.

2do acto: Sale el mismo señor vendiendo

tortas.

3er acto: Sale el mismo señor vendiendo

corbatas.

Page 67: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

24

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.atsitrot xe lE

1er acto: Aparece una piña entrando en el

autobús sin pagar.

2do acto: Una piña entra en el cine sin pa-

gar.

3er acto: Una piña entra sin pagar a una

discoteca.

Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra?

.adaloc añip aL

Page 68: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

25

Casados

os chistes de casados forman, junto con los de Pepito y de borrachos, unos de los clásicos del repertorio. Nótese que algunos deberían estar

en el capítulo de adivinanzas pero no se nos ocurrió otro lugar.

Un tipo llega a su casa repentinamente y

encuentra a su mujer en la cama con su

amigo. Saca la escopeta, le dispara al ami-

go y lo mata.

La mujer lo mira muy enojada y le dice:

— ¡Sigue comportándote así y te vas a

quedar sin amigos!

A mi mujer le gusta hablar conmigo des-

pués del sexo. El otro día me llamó al celu-

lar desde un hotel.

En plena boda, un colado le hace un co-

mentario a un invitado:

— Oiga, ¿ya se fijó que la novia es bastan-

te fea? De hecho, ¡es horrible!

L

Page 69: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

26

— Pero, ¿qué le pasa? ¡No se exprese así

de mi hija!

— ¡Ay, perdone! No pensé que usted fuera

su papá.

— ¡No soy su papá, soy su mamá!

Está una niña haciendo su tarea y le pre-

gunta a su padre:

— Papá, ¿cómo se escribe campana?

— Como suena.

— ¿"talán talán"?

Un niño va en el tren con su madre. Du-

rante 400 Km., el niño se hurga la nariz,

sin mucho éxito.

Otro pasajero, cansado de ver al niño dale

que dale, le dice a la madre:

— Es listo ¿Eh?

— No señor. Es normal.

— No, hablo del moco.

Un famoso rico, pasea con su hijo por su

hacienda ganadera. El hijo le pregunta al

padre:

— Papá, papá ¿todo lo que veo a mi alre-

dedor es ganado?

— ¡No hijo, la mayoría es robado!

La mujer a su marido:

— Amor mío, te propongo una cosa.

Page 70: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

27

— Tú dirás

— ¿Por qué no salimos esta noche y nos

divertimos un poco?

— ¡Me parece estupendo!!

— Pues si tú llegas primero, no olvides de-

jar la luz de la entrada encendida.

¿Qué tienen las mujeres una vez al mes y

les dura 3 o cuatro días?

.odiram led odleus lE

Querida Suegra:

Por favor no trates de decirme cómo edu-

car a mis hijos.

Yo estoy casada con uno de los tuyos y

créeme, ¡hay mucho que reclamar tam-

bién!

Sinceramente,

Tu Nuera

— Mi hijo en su nuevo trabajo se siente

como pez en el agua.

— ¿Qué hace?

— Nada...

— Papá, papá ¿Tú te casaste por la iglesia

o por lo civil?

— ¡Por estúpido!

Page 71: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

28

— Papá, ¿qué se siente tener un hijo tan

guapo?

— No sé hijo, pregúntale a tu abuelo...

Una pareja llega a un restaurante de lujo:

— ¿Qué tomarán los señores?

— A mí me pone una langosta y un buen

cava reserva familiar.

— ¡Excelente elección! y ¿a su señora?

— Pues a ella,…sí, ya se, póngale un fax y

dígale que me lo estoy pasando de lujo...

Un matrimonio visita al médico. Tras exa-

minar a la mujer, el médico le dice al ma-

rido:

— La verdad es que no me gusta el aspec-

to de su esposa.

— Ni a mí, pero es que su padre es muy ri-

co…

Deme una pluma que quiero darle una sor-

presa a mi hijo.

— ¿Qué edad tiene?

— Veinte años.

— ¿Y usted cree que con esa edad se va a

sorprender?

— Estoy completamente seguro, cree que

voy a regalarle un coche.

Page 72: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

29

— Mi amor, estoy embarazada. ¿Qué te

gustaría que fuera?

— Una broma.

Un hombre afecto al alcohol le pregunta al

doctor:

— ¿Y qué es lo que tengo, doctor?

— El médico analiza los resultados de labo-

ratorio y le dice:

— Amigo: usted tiene una magnífica cirro-

sis.

— ¡Seguro que mi mujer le encuentra al-

gún defecto!

Dos amigas:

— Tengo que tener mucho cuidado con

quedar embarazada.

— ¡Pero si tu marido se ha hecho la vasec-

tomía!

—Por eso mismo...

Una mujer llega a casa y se encuentra al

marido con un matamoscas en la mano.

— ¿Qué haces?— Le pregunta ella.

Él contesta:

— Matando moscas.

— ¿Y has matado alguna? — prosigue la

mujer.

— Sí, he matado 5 moscas ¡3 machos y 2

hembras!

Page 73: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

30

Intrigada por la respuesta, la mujer insis-

te:

— ¿Cómo sabes si son machos o hembras?

Y él le contesta:

— ¡3 estaban en el vaso de cerveza y 2 en

el teléfono!

Una anciana de 80 años tuvo una cita con

un anciano de 85. Al regresar a casa su

nieta le preguntó que cómo le había ido, a

lo que la anciana le contestó:

— ¡Tuve que darle una bofetada!

La nieta pregunta enojada:

— ¿Por qué, se quiso propasar contigo?

— No, al contrario; pensé que ya se había

muerto.

Se encuentran dos amigos y le dice uno al

otro:

— No sabes lo que me pasó ayer. Llego a

casa y me encuentro a mi mujer en la ca-

ma con un físico-culturista. El caso es que

para mi sorpresa el fortachón va y me aga-

rra del cuello, me empuja a un rincón, pin-

ta una raya en el suelo y me dice:

— Como pises esta raya, te mato.

Y acto seguido se vuelve a la cama con mi

mujer a continuar la faena.

— ¡Vaya situación! y tú, ¿qué hiciste?

Page 74: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

31

— ¿Yo?... ¡Qué se creería ese tipo! ¡Cuan-

do no miraba, pisaba la raya!

Una chica de 14 años se quiere comprar un

bikini diminuto. Lo elije y se lo prueba. Le

pregunta a su madre:

— ¿Qué te parece?

— Me parece que si yo lo hubiera usado

cuando tenía tu edad, ahora tendrías ocho

años más.

Una pareja se va a casar, él tiene 90 años

y ella 85, entran en una farmacia y el no-

vio le pregunta al farmacéutico:

— ¿Tiene remedios para el corazón?

— Sí, contesta el farmacéutico.

— ¿Y remedios para la presión?

— Sí.

— ¿Y remedios para la artritis?

— Sí.

— ¿Y Viagra?

— Sí, también.

Entonces el novio mira a la novia y le dice:

— Querida, ¿qué te parece si ponemos la

lista de bodas aquí?

Un anciano de 90 años llega al médico pa-

ra su chequeo de rutina. El doctor le pre-

gunta:

— ¿Cómo se siente?

Page 75: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

32

— ¡Nunca estuve mejor!, mi novia tiene 18

años, ahora está embarazada y vamos a

tener un hijo.

El doctor piensa por un momento y dice:

— Permítame contarle una historia:

Un cazador que nunca se perdía la tempo-

rada de caza, salió un día tan apurado de

su hogar, que se confundió tomando el pa-

raguas en vez del rifle. Cuando llegó al

bosque, se le apareció un gran oso, el ca-

zador levantó el paraguas, le apuntó al oso

y disparó. ¿A que no sabe qué pasó?

— No sé — responde el anciano.

— Pues el oso cayó muerto frente a él.

— ¡Imposible! — exclama el anciano, al-

guien más debe haber disparado.

— ¡Pues claro hombre, a ese punto quería

llegar!

Se encuentran dos amigos, uno va con la

cara destrozada, llena de arañazos.

— ¿Qué te ha pasado?

— Mira qué cara me ha puesto mi mujer,

por cogerle un pecho.

— ¡Caray! qué carácter. Yo cuando le cojo

un pecho a mi mujer, normalmente le gus-

ta, me lo agradece, nos ponemos cariño-

sos...

Page 76: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

33

— ¿Sí? Y si se lo coges con la puerta del

coche ¿también?

Un vecino al otro:

— ¡Oye! y tú, ¿Por qué abres las cortinas

cada vez que tu mujer se pone a practicar

sus lecciones de canto?

— Para que los vecinos no crean que le es-

toy pegando.

Un niño fue golpeado por la vecina y la

madre furiosa fue a pedirle explicaciones:

— ¿Por qué le pegó a mi hijo?

— Por maleducado, me llamó gorda.

— ¿Y cree que pegándole va a adelgazar?

— Doctor, no puedo dormir. Si me recues-

to del lado izquierdo se me sube el hígado,

y si lo hago del derecho se me sube el ri-

ñón.

— Pues, acuéstese boca arriba.

— Entonces se me sube mi marido.

¿Cuál es la diferencia entre un hada y una

bruja?

.oinomirtam ed soña 02

Dos amigas hablando:

— María, ¿qué me das por mi marido?

— Nada.

Page 77: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

34

— ¡Trato hecho!

Dos amigas:

— ¿Y quién tuvo la culpa de tu separación?

— Evidentemente mi marido, que volvió

dos días antes del viaje de negocios.

Dos amigos:

— Me encontré a mi mujer embarazada

con otro en la cama.

— ¿Y qué te dijo?

— Que no me preocupara, que sólo era un

antojo...

Dos oficiales de policía conversando por te-

léfono.

— Sánchez, de homicidios

— Agente Aguirre al habla.

— ¿Qué ha pasado?

— Asesinato de un varón de 58 años. Su

esposa le ha dado 6 puñaladas por pisar el

piso mojado que estaba recién trapeado.

— ¿Han detenido a la mujer?

— Negativo, todavía está mojado el piso...

Está un hombre con la mejor amiga de su

mujer en un motel, cuando recibe un men-

saje de texto en su celular.

Ella le pregunta:

— ¿Amor, quién es?

Page 78: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

35

— Es mi esposa que dice que llegará tarde

porque está contigo en el cine…

Un niño le pregunta a su madre:

— Mami, ¿Por qué mi papá tiene tan poco

cabello?

— Es que tu padre es muy inteligente.

— Y entonces, ¿Por qué tú tienes tanto ca-

bello?

— ¡Ya cállate y come tu sopa!

— Policía, policía, allá hay una pelea desde

hace media hora.

— ¿Por qué no me avisaste antes?

— Porque mi papá estaba ganando.

— ¿Ensayamos una posición diferente esta

noche?

— Buena idea; tú te paras al lado de la

mesa de planchar y yo me siento en el so-

fá a ver tele.

El niño a su papá:

— ¡Papá, papá, vinieron a preguntar si

aquí vendían un burro!

— ¿Y qué les dijiste, hijo?

— Que no estabas.

Page 79: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

36

Una mujer de 25 años le cuenta a una

amiga sobre su matrimonio con un señor

de 75 años.

Es tan caballero... me trae flores todos los

días, me regala chocolates, me lleva de

paseo; fuimos de vacaciones a Hawái, me

compra ropa todas las semanas, me lleva

al cine, al teatro, a los mejores restauran-

tes…

— ¿Y en la cama? — pregunta la amiga.

— En la cama hacemos el tratamiento.

— ¿Qué tratamiento?

— Él trata y yo miento.

Page 80: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

37

Colmos

o inmensurable, insuperable o des-mesurado. ¿Quién no conoce un chiste de estos?

¿Cuál es el colmo de un astronauta?

.acitánul anu aes asopse us euQ

¿Cuál es el colmo de un tuerto?

.orimisaC esramalL

¿Cuál es el colmo de alguien que no ve?

.serolfariM orimisaC esramalL

¿Cuál es el colmo más pequeño?

.ollimloc lE

¿Cuál es el colmo de un bombero?

.etneidra asopse anu reneT

¿Cuál es el colmo de ser vago?

.adan recah nis opmeit sám ratse arap ‘setna

saroh sod esratnaveL

¿Cuál es el colmo de un constructor?

L

Page 81: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

38

.azacI sederaP odnamrA ‘emall es euQ

¿Cuál es el colmo de un jardinero?

.odatnalp ejed ol y asoR emall es aivon us euQ

¿Cuál es el colmo de un policía?

.sasopse sod reneT

¿Cuál es el colmo de una escoba?

.ovlop la acigréla reS

Cuál es el colmo de un Robot?

.oreca ed soivren reneT

¿Cuál es el colmo de un fotógrafo?

.nelever el es sojih sus euQ

¿Cuál es el colmo de un piloto aviador?

.ralov a ednam ol aivon us euQ

¿Cuál es el colmo de un plomero?

.obut nu rop ednam ol aivon us euQ

¿Cuál es el colmo de una botella?

.adapatsed rimrod rop eírfser es euQ

— Pues mi novia me dejó, y para colmo, se

fue con mi mejor amigo.

— Pues te entiendo perfectamente.

Page 82: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

39

— ¿Sí? ¿Te pasó a ti lo mismo?

— No, que va, pero hablo español.

¿Cuál es el colmo de un panadero?

.sonreuc sol agnop el euq asopse anu y ahc-

noC adamall ajih anu reneT

Page 83: On' ta el chiste?
Page 84: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

41

Doctores

adie los quiere ni le gusta visitar-los (algo así como el dentista) pero todos los necesitamos. “Ma-tasanos”, “Si te mato no pagas” y

otras bromas pesadas circulan a su costa. Como decía un amigo mío ya muerto “Yo no me fío de los cirujanos: son expertos en manejar cuchillos, se ponen máscaras para que no los reconozcas y usan guantes para no dejar huellas”.

— Hay que hacerle un análisis de orina,

heces y semen.

—Pues tome usted mis calzoncillos, que

tengo mucha prisa.

— Doctor, doctor, me he roto el brazo en

varios sitios.

— Pues yo que usted no volvería a esos si-

tios.

— Doctor, doctor, veo elefantes azules por

todas partes.

N

Page 85: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

42

— ¿Ha visto ya a un psicólogo?

— No, sólo elefantes azules.

En clase de medicina pregunta el profesor:

— ¿Quién puede decirme cuál es el órgano

del cuerpo que puede agrandar 9 veces su

propio tamaño?

Toda la clase se queda en silencio y una

chica tímidamente levanta la mano y dice:

— El pene profesor.

Y el profesor responde:

— No hijita....es la pupila, pero felicite a su

novio de mi parte.

Un señor va a que le revisen la próstata.

Durante el examen el hombre comienza a

gritar:

— ¡Ya me desgració para toda la vida!

El doctor le dice:

— ¿Acaso lo lastimé?

— No, no me lastimó, es que me gustó.

Un señor va a su análisis anual de prósta-

ta. Durante el examen el doctor le dice to-

do alarmado:

— ¡Esto está muy grave, hay que operar

de inmediato!

A lo que el hombre responde con calma:

— ¿Podría meterme otro dedo?

Page 86: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

43

— ¿Para qué?

— Es que me gustaría una segunda opi-

nión.

— Doctor, ¡tiene que ayudarme! — le su-

plica el paciente a su médico.

— ¡Padezco de amnesia! ¿Qué debo hacer?

A lo que el doctor le contesta:

— Regrese a su casa y olvídelo.

Con el cardiólogo:

— Doctor, estoy muy preocupado. Cuando

tengo sexo, escucho silbidos...

— ¿Y qué quiere escuchar a su edad ?...

¿Aplausos?

Después de examinar al paciente, el médi-

co le da una receta y le dice:

— Tómese tres cucharadas de esto todos

los días.

Titubeante, aquél le pregunta:

— ¿Puede recetarme otra cosa?

— ¿Por qué?

— Porque sólo tengo dos cucharas en casa.

El doctor le pregunta al paciente:

— ¿Cómo se encuentra?

— Pues mal doctor, ¡me sigue doliendo!

Page 87: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

44

Y el doctor ni tardo ni perezoso, le respon-

de:

— ¡Doliendo, no lo siga más!

— Doctor, a mi amigo lo atropelló un tren

y vengo a verlo.

— Lo encontrará en los cuartos 20, 21 y

22.

— Doctor, tengo un problema con mis se-

nos.

— ¿Con sus senos, señora?

— Si, tóquemelos un poco, ¿Ve usted como

se ponen duros?

— Ya veo, ya.

— ¿Cree usted que es grave?

— Grave no sé, pero sí que es muy conta-

gioso.

— Doctor, me caí y me duelen mucho las

piernas.

— No se preocupe, no es nada; dentro de

unos días estará trabajando.

— Doctor, qué maravilla, ¿además de cu-

rarme me va a dar trabajo?

Un viejito va al oculista y le dan unos an-

teojos. El viejito dice:

Page 88: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

45

— ¿Está seguro que con estos anteojos voy

a poder leer bien?

El oculista indica:

— ¡Sí!

A lo que el viejito responde:

— ¡Qué bueno, porque no sé leer!

Un doctor que había estado viendo a una

viejecita de 75 años durante muchos años,

se retira.

Cuando la viejita vuelve a su control men-

sual, el nuevo doctor le pide que traiga una

lista de todas sus medicinas. Cuando el jo-

ven doctor revisa la lista, sus ojos casi se

desorbitan al ver que había píldoras anti-

conceptivas.

— Doña Carlota, ¿usted sabe que estas son

píldoras anticonceptivas?

— Sí Doctor, me ayudan a dormir por la

noche.

— Doña Carlota, le aseguro que no hay ab-

solutamente nada en estas píldoras que le

ayuden a dormir.

Entonces la viejita se acerca al joven doc-

tor, le da una palmadita en su brazo y le

dice:

— Sí, mi querido doctor, eso ya lo sé; pero

todas las mañanas disuelvo una en el jugo

de naranja de mi nieta de 17 años y ¡ni se

Page 89: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

46

imagina lo bien que duermo todas las no-

ches!

— Dígame la verdad, doctor. ¿Después de

la operación podré tocar el violín?

— Si hombre, perfectamente.

— ¡Qué bien! Porque antes no sabía.

La enfermera atiende una llamada telefóni-

ca y dice:

— ¡Consultorioooo!

— Buenos días, ¿Está el doctor Mata?

— Sí, señor. ¿Qué desea?

— Anular la consulta.

¿Qué diferencia existe entre un cirujano y

un carnicero?

ratroc euq eneit ednód rop ebas orecinrac lE

Entra el enfermero enamorado de la hija

del doctor al consultorio y le dice al médi-

co:

— Doctor: Mi nombre es Anastasio, soy pa-

raguayo y vengo a pedir la mano de su hi-

ja.

— ¿Para qué?

— Paraguayo.

Page 90: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

47

— De acuerdo a los estudios realizados, le

quedan 7 días de vida.

— Doctor, ¿qué puedo hacer?

— Vaya a vivir a lado de su suegra y le re-

sultarán una eternidad.

En la farmacia.

— ¿Me da 100 preservativos, por favor?

— Oiga: ¿no sería mejor que se la enmicá-

ramos?

— Doctor, Doctor, ¡tengo un hueso afuera!

— Pues hágalo pasar.

— Doctor, tengo un problema de doble

personalidad.

— OK ¿Por qué no se sienta y platicamos

los tres?

— Doctor, últimamente me encuentro más

gordo y feo ¿qué tengo?

— Mucha razón.

Dos amigos:

— Este doctor es un genio; me prometió

que en una semana estaría caminando

después de la operación.

— ¿Y lo logró?

Page 91: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

48

— ¡Ya lo creo…! ¡Fíjate que tuve que ven-

der el coche para pagarle!

— Doctor, mi hijo se tragó una moneda.

— ¿Y cómo sigue?

— Sin cambio.

Llega un hombre muy asustado con el doc-

tor un día antes de que lo operaran y le

pregunta:

— Doctor, ¿voy a perder la pierna?

— Yo se la voy a dar en una bolsa, si la

pierde es su problema.

— Doctor, no me decido a operarme.

— ¿Por qué?

— Es una operación carísima.

— Y a usted que más le da si la van a pa-

gar sus herederos.

— Veo que hoy tose usted mejor.

— Desde luego, doctor, me he entrenado

toda la noche.

— Doctor, tengo una pierna más larga que

la otra, ¿qué debo hacer?

— Cojear.

— Doctor, doctor, ¡tengo paperas!

Page 92: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

49

— Pues tome cuarenta pesos más y ya tie-

ne pa' plátanos

Page 93: On' ta el chiste?
Page 94: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

51

Meseros

os enfrentamos a ellos cada vez que nos aparecemos por un res-taurante, nos indigna su indife-rencia o su sarcasmo. Son una

raza aparte.

— Hombre Juan ¡Cuánto tiempo sin verte!

¿Cómo te ha ido?

— Pues me casé y tengo tres hijos. La me-

nor quizá sea bailarina pues se pasa todo

el día bailoteando; el de en medio, pintor

pues le gusta mucho las pinturas, pero se-

guro que el mayor será mesero.

— ¿A sí? ¿Y cómo lo sabes?

— Cada vez que le hablo me ignora.

El mesero al cliente:

— ¿Cómo ha encontrado el señor el bistec?

— De milagro.

— Mesero ¡hay un pelo en mi flan!

— Es de huevo.

— Da igual, ¡hay un pelo!

— Ya se lo he dicho... es de huevo.

N

Page 95: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

52

Un cliente paga lo que acaba de consumir

con un billete de 5 pesos.

— Perdone, señor, pero son veinte pesos.

— ¡Oh, no, son cinco pesos! ¡Mírelos bien!

— Mesero, mesero, ¿cuánto tiempo lleva

trabajando aquí?

— Seis meses, señor.

— Ah, perdone, entonces usted no puede

ser el que me atendió.

— Mesero, mesero, ¿es esto todo lo que

tiene para comer?

— No, señor. En cuanto llegue a casa me

comeré una pierna de cordero.

— Mesero, mesero, está usted metiendo su

corbata en mi sopa.

— No se preocupe, señor, no encoge.

— Mesero, mesero, este plato del día está

literalmente podrido.

— Usted no dijo de que día lo quería, se-

ñor.

— Mesero, mesero, ¿esto es cordero o po-

llo?

— ¿No lo puede distinguir por el sabor?

— No.

— Entonces ¿por qué se queja?

Page 96: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

53

— Mesero, mesero, hay un gusano en mi

plato.

—No, señor, eso es su salchicha.

— Mesero, mesero, hay una cucaracha

muerta en mi ensalada. Quiero que venga

el encargado.

— Eso no servirá de nada, señor, el encar-

gado también le tiene asco a las cucara-

chas.

— Mesero, mesero, hay una mosca en mi

sopa.

— No se preocupe, señor, no beberá mu-

cho.

— Mesero, mesero, hay una mosca muerta

en mi sopa.

— ¡Chsss...! Cállese, o todos los clientes

nos la pedirán.

— Mesero, mesero, hay una mosca muerta

en mi sopa.

— Si señor, la verdad es que nadan bas-

tante mal.

— Mesero, mesero, hay una mosca muerta

en mi sopa.

— Y ¿que esperaba por este precio? ¿Una

viva?

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Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

54

— Mesero, mesero, ¡hay una mosca na-

dando en mi sopa!

— Y ¿que quiere que haga? ¿Que llame a

un salvavidas?

— Mesero, mesero, la carne sírvamela cru-

da.

— ¿Qué tan cruda, señor?

— Que la pique y le duela.

— Mesero, mesero, mi plato está mojado.

— No señor, no es que está mojado, eso

es la sopa.

— Mesero, mesero, pruebe esta sopa.

— Sí, señor. ¿Dónde está la cuchara?

— A ja já...

— Mesero, mesero, ¿qué es esto que hay

en el menú?

— Eso es comida, señor.

— Pero ¡qué asco! Y ¿cada cuánto limpian

ustedes las cartas?

— Mesero, mesero, ¿qué hace esta mosca

en mi sopa?

— Yo diría que está de incógnita, nada de

mariposa, señor.

— Mesero, mesero, ¿qué significa esta

mosca en mi sopa?

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¿On’tá el Chiste?

55

— No lo sé, señor, yo no leo el futuro.

— Mesero, mesero, quisiera encargar una

ración de cubertería.

— Mesero, mesero, quisiera tomar un hue-

vo frito grasiento y un filete de cerdo que-

mado, con una ensalada podrida.

— Lo siento, señor, aquí no servimos así.

— ¿Cómo qué no? Ayer mismo eso comí.

— Mesero, mesero, ¿se ha dado cuenta de

que lleva metido el pulgar en mi sopa?

— No se preocupe, señor, no está caliente,

no me quemaré.

— Mesero, mesero, ¿tiene usted ancas de

rana?

— Sí, señor.

— Bueno, pues brinque hasta la cocina y

tráigame mi filete, por favor.

— Mesero, mesero, tráigame un té sin le-

che.

— Lo siento, señor, no tenemos leche,

¿qué le parece un té sin crema?

— Mesero, mesero, ¡un vino!

— ¿Blanco o tinto?

— Da igual, es para un ciego.

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Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

56

— Mesero, hay una mosca en la sopa.

— No se preocupe. ¿Ve la araña en el pan?

Pues ahora se la come.

— Mesero, ¡una tortilla!

— ¿Francesa, española o mexicana?

— ¡Y qué más da! ¿Usted cree que voy a

hablar con ella?

Mesero:

— ¿Que le pongo?

Cliente:

— De mal humor.

Page 100: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

57

Locos

os locos crean castillos en el aire, los esquizofrénicos los habitan y los psicólogos cobran la renta. En la

boca de los locos y tontos podemos poner toda sarta de sandeces sin preocuparnos por sus sentimientos. De hecho muchos personajes de la historia ya han supuesto que no tienen sentimientos. Sin compro-meternos en retórica filosófica entramos en materia de inmediato:

Iba un señor manejando su coche por la

carretera en la noche, cuando de repente

se le poncha una llanta. Se detiene justo

fuera de un manicomio.

Se baja del coche, saca la refacción y co-

mienza a cambiarla.

Una vez terminada la maniobra, al mover

las herramientas ya no encuentra los bir-

los.

Un loco, que había visto toda la escena

desde las rejas de su celda, le grita:

— Hey, ¿Por qué no le quita un birlo a cada

una de las otras 3 llantas?

L

Page 101: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

58

— Gracias hombre - contesta el señor - es

una excelente idea, pero dígame, ¿Por qué

está usted ahí dentro?

— Por loco no por estúpido....

¿Por qué los locos ponen una jarra vacía

en la nevera?

.adan ramot nareiuq on euq sol araP

Va un loco por la calle caminando muy de-

prisa y se encuentra con otro loco que le

pregunta:

— ¿A dónde vas?

— No lo sé, le contesta, pero apúrate por-

que vamos a llegar tarde.

Dos locos deciden escaparse del manico-

mio en el carro que trae las provisiones

diarias según ellos disfrazados de paletas.

En la siguiente parada el chofer abre las

puertas del camión, ve a uno de ellos y

grita:

— ¡Un demente!

El loco se para indignado y dice:

— Un momento yo soy de chocolete y éste

es de fresete.

Un loco estaba en una alberca y se co-

mienza a ahogar...otro loco lo rescata...al

día siguiente el guardia lo felicita.

Page 102: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

59

— Gracias por salvar a su compañero, nos

hemos dado cuenta de que su rescate fue

heroico y hemos decidido darlo de alta;

lamentablemente el interno que salvó se

ahorcó anoche.

El loco responde riendo:

— No, si fui yo el que lo colgué para que se

secara.

Un loco entra a una panadería y le pregun-

ta al panadero:

— Señor, ¿ya salió el pan?

Y el panadero le dice:

— Sí, ya salió.

El loco le pregunta:

— ¿Y a qué hora regresará?

Dos locos van en tren observando atenta-

mente por la ventanilla. Uno le comenta al

otro:

— ¡Mira qué rápido van los árboles!

Y el otro le contesta:

— ¡De regreso volvemos en árbol!

Un Doctor llega a visitar un manicomio y

en su recorrido ve que uno de los reclusos

está cantando en una plaza y los demás

locos están enfrente de él. Al cabo de una

hora el doctor vuelve a pasar y ve al loco

cantando de nuevo, pero ahora de espal-

Page 103: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

60

das al público. El doctor le pregunta a uno

de los reclusos por qué el cantante lo hace

de esta forma, a lo que éste le contesta:

— Es que ya terminó el lado "A" del casete

ahora estamos escuchando el lado "B".

Iba entrando un doctor a un manicomio y

en el patio ve una fila de locos cerca de un

poste.

El doctor observa al que iba subiendo

quien, una vez arriba del poste dice:

— Muy cierto. Y se baja.

Luego sube otro que dice:

— Así es — y se baja.

Al salir, el doctor vuelve a ver una larga fi-

la cerca del poste y se pregunta qué habrá

al final del poste.

A la medianoche cuando los locos duer-

men, sube al poste para ver por qué todos

los locos subían una y otra vez.

Al llegar arriba ve una nota que dice:

"Aquí se termina el poste".

Un tonto llama a la puerta de otro tonto:

— Toc, toc, toc.

A lo que el tonto contesta:

— No estoy.

Y responde el otro tonto:

— ¡Pues menos mal que no he venido!

Page 104: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

61

Dos locos planean la fuga del manicomio,

uno le dice al otro:

— Si la pared es baja la saltamos, si es al-

ta cavamos un hoyo, ¿Entendido?

— Sí, puedes ir primero.

Pasadas tres horas regresa el loco y dice:

— No podemos escaparnos.

— ¿Por qué?

— ¡Porque no hay pared!

En el patio de un manicomio se encontraba

un grupo de internos que se reían a inter-

valos.

El director que hacía sus rondas se acerca

curioso para ver qué era lo que sucedía. Al

acercarse, oye que un loco decía un núme-

ro:

— ¡Doce! e inmediatamente el resto del

grupo comienza a reír.

Al acabar las carcajadas, otro loco dice:

— ¡Treinta y dos! obteniendo, nuevamente

las carcajadas del grupo.

El director les pregunta:

— ¿Qué es lo que está sucediendo?

A lo que uno de sus pacientes contesta:

— Estamos contando chistes.

Aún más curioso, el director objeta:

— ¡Pero si sólo están diciendo números!

A lo que el mismo paciente argumenta:

Page 105: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

62

— Lo que pasa es que nos sabemos tantos

chistes, que los hemos enumerado para

ahorrarnos el tiempo de contarlos.

Ponderando esta explicación, el director

decidió probar suerte y dice:

— A ver, dieciocho.

A lo que no recibe respuesta alguna, sino

un silencio absoluto.

Anonadado vuelve a intentarlo:

— Veintidós.

Obteniendo la misma silenciosa reacción.

Desesperado comienza a decir números

uno tras otro sin lograr sacarle a ninguno

de sus internos la menor sonrisa, hasta

que por fin les pregunta:

— ¿Pero qué pasa? ¡Les he contado varios

chistes y nadie se ríe!

A lo que uno de los locos le contesta:

— ¡Lo que pasa es que usted no tiene gra-

cia para contarlos!

Un loco en su celda va dando gritos y a la

vez va dejando una marca con su barrita

de Pritt por todos los sitios por dónde ca-

mina. ¡AHHHH! — exclama y pone pega-

mento. ¡AHHHH! — grita y vuelve a dejar

una marquita y así.

Al verlo el guardia le pregunta:

— Pero, ¿qué haces?

A lo que el loco responde:

Page 106: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

63

— Sólo estoy pegando gritos.

En un manicomio, una de las enfermeras

ve a un paciente escribiendo.

— Hola Pepe, ¿qué haces?

— Estoy escribiendo una carta.

— Y a ¿quién se la vas a mandar?

— A mí mismo.

— Ajá, ya veo… y dime, ¿qué te cuentas?

— No lo sé, todavía no la he recibido.

En el manicomio:

— ¿Y tú por qué no trabajas?

— Porque estoy loco.

— Sí, pero otros locos trabajan…

— Ya, pero yo no lo estoy tanto.

Un hombre pasa por un manicomio y oye

voces que corean:

— ¡Ocho, ocho, ocho…! — desde detrás de

una puerta

Le da curiosidad y se asoma por el judas

de la puerta. Siente que le pican el ojo y al

alejarse oye a los locos que corean:

— ¡Nueve, nueve, nueve…!

Pepito se levanta a las 3 de la mañana con

sed y regresando a su cuarto oye bulla en

el cuarto de sus padres. Va a ver qué su-

cede y comienza a gritar:

Page 107: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

64

— ¡LOCA! ¡LOCA! ¡MAMÁ, ESTÁS LOCA!

La mamá preocupada sale corriendo a ver

qué le pasa a Pepito y le dice:

— ¿Qué te pasa Pepito?

Y él responde:

— Que querías mandarme a un psicólogo

por chuparme el dedo...

Dos locos están preparando el árbol de na-

vidad y uno le dice al otro:

— Avísame si se encienden las luces.

Y el otro le contesta:

— Sí...no...sí...no…

Iban unos locos en el avión, pero estaban

haciendo muchísimo relajo gritando y gol-

peando las ventanas.

El capitán le dice al copiloto:

— Ya estoy cansado de escucharlos gritar,

vaya y calle a esos locos.

Un momento después entra el copiloto a la

cabina y reina un silencio total.

El capitán le pregunta al copiloto cómo hi-

zo para que se callaran. El copiloto le res-

ponde:

— Les dije que el avión se había atorado,

que había que bajar a empujarlo.

Page 108: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

65

El director de un manicomio tiene la bri-

llante idea de llevar a los internos a una

alberca municipal.

Ya en ella los locos se divierten tanto que

rehúsan salir.

El vigilante lo intenta por todos los medios

pero fracasa.

Un loco que está afuera le dice al vigilante:

— Yo puedo sacarlos de inmediato.

Puesto que no le quedaba más remedio el

vigilante accede.

El loco coge una manguera y les dice a to-

dos los que están en la piscina:

— ¡Si no salen los mojo!

Escuchado en un manicomio:

— María, ¿te quieres casar conmigo?

— Pero ¿estás loco?

— Y tú ¿estás aquí de vacaciones?

Está un joven en un bar y le pregunta al

cantinero:

— Disculpe, ¿no ha llegado el señor que ve

elefantes rosas?

— No, todavía no llega, ¿por qué pregun-

ta?

— Lo que pasa es que los pobres ya llevan

más de una hora esperándolo.

Dos locos jugando a las adivinanzas:

Page 109: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

66

— ¿Adivina que tengo en la mano?

— Un elefante.

— No vale, ¡Lo viste!

— Mamá, mamá, en la escuela me dicen

que estoy loco.

— ¿Quién hijo, quién?

— Las ardillas mamá, las malditas ardillas.

El loco del pueblo está en la banca del par-

que riendo. Un señor pasa y le pregunta:

— Oiga muchacho, ¿De qué se ríe?

Y el loco responde:

— Es que le hice una broma al chofer del

autobús, le pagué el pasaje y no me subí.

Se encuentran dos locos por la calle y le

dice uno al otro:

— Qué suerte Pepe, ahora mismo te iba a

buscar.

Y le responde el otro:

— Pues ve, que yo te espero aquí.

En el patio del manicomio, uno de los vigi-

lantes observa que un interno está empu-

jando una carretilla vuelta hacia abajo.

— Pero oye, ¿por qué llevas la carretilla

así?

— ¿Usted cree que soy tonto? Ayer me la

llenaron de arena.

Page 110: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

67

Adivinanzas

e salen del lote y nos sorprenden cada vez con su ingenio y agudeza de uso del lenguaje. En la respuesta está el

chiste pero hay que reflexionar antes de dar la vuelta al libro.

¿Por qué los elefantes no tienen compu-

tadora?

.nótar le odeim ad sel euqroP

¿En que se parece el actual presidente a

Pelé?

.otneimicaN ed etnarongI e osneM se etnedierP

le y otnemicsaN od setnarA nosdE se éleP euq

nE

¿Qué hace un loco golpeando un reloj?

.opmeit le odnataM

¿Por qué los golfistas usan dos pantalones?

.onu ne oyoh nu necah is roP

¿Por qué Tarzán no usa cuchillo?

.atihca eneit euqroP

S

Page 111: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

68

¿Cuál es el santo de:

los zapatos?

.ailadnaS

el que más pica?

.oducnaS

el de los enfermos?

.oirotanaS o oiratinaS

el más pequeño?

.otiTnaS

el de los que tiene hambre?

.hciwdnáS

el de los viajeros?

.etinosnaS

de los amantes?

.ohcnaS

el de los que viajan en camión?

.oetolognaS

el de los golosos?

.nórrutnaS

el de los locos?

ozneroL naS

el de los pesados?

.nórgnaS

¿Por qué Kung Fu medita?

.odidnufgnuk átse euqroP

Page 112: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

69

¿Sabes cómo dejar a un tonto intrigado?

.otneuc ol et anañaM

¿Que se pone Superman después de du-

charse?

.emufrep uS

¿Cuál es el lago más dulce del mundo?

.anisolog aL

¿Cuál es el helado más duro

..níuqoda lE

¿Y cuál es el animal al que hay que divertir

para que no cambie de sexo?

.arrub-a-es on euq arap...orrub lE

¿Cuál es el pez que usa corbata?

.ozeucsep lE

¿Cuál es el pez más seguro?

.ollitsep lE

¿Cuál es el pez que liega último?

.nífled lE

¿Cuál es el mar más duro?

.lomrám lE

¿Cuál es el mar que golpea más fuerte?

Page 113: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

70

.ollitram lE

¿Cuál es la mejor manera de llamar a un

león furioso y hambriento?

.sojel yum edseD

¿Cuál es más grande: la luna o el sol?

.ehcon ed rilas najed al euqrop...anul aL

¿Qué tienen los hipopótamos que no tienen

los otros animales?

.sotimatopopiH

¿Qué es lo mejor que tienen los números?

.solle noc ratnoc edeup es erpmeis euQ

¿Qué hace un sapo cuando sale del jardín?

.oremirp a asaP

¿Qué pasa si un elefante se para en una

pata?

.oduiv otap le adeuq eS

¿Por qué los pájaros vuelan hacia el sur?

ohcum naíradrat odnanimac euqroP

¿Por qué ponen rejas alrededor de los ce-

menterios?

.rartne rop ereum es etneg al euqroP

Page 114: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

71

¿Cómo se visten los esquimales?

.odipár yuM

¿Cómo se abrazan los puercoespines?

.odadiuc ohcum noC

¿Cómo se llama al boomerang que no

vuelve?

.olaP

¿Qué hay peor que encontrarse un gusano

en una manzana?

.onasug oidem esrartnocnE

¿Qué hace el chavo del 8 en el baño?

.sipoP al aglas euq a odnarepse átsE

¿Por qué el pato le tiene envidia a la silla?

.satap ortauc eneit euqroP

¿Por qué está de luto Kellogs?

.sipsirK ocohC euqroP

¿Por qué se suicidó el libro de matemáti-

cas?

.samelborp sohcum aínet euqroP

¿En qué tiempo está “No tendría que ha-

berse roto”?

.otcefrepmi ovitavreserP

Page 115: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

72

¿Qué le dice un cuadro a la pared?

.adlapse al etrad rop anodreP

¿Cuál es el mar que hace más daño?

.ollitram lE

¿Cómo se dice espejo en chino?

.yot-yaH

¿En qué se parece un boxeador a un teles-

copio?

.sallertse zev sod sol noc euq nE

¿Por qué el mar no se seca?

.allaot eneit on euqroP

¿Qué es una losa?

.asomleh yum lolf anU

¿Qué se pone Superman después de du-

charse?

.emufrep uS

¿Porque la esposa del hombre Hulk lo

abandonó?

.orudam sám erbmoh nu aíreuq éuq roP

¿Cómo se dice en Zulú…?

abuela:

Page 116: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

73

.atat

cementerio:

.abmut- abmut

marisco:

.abmag

pan:

.obmiB

oferta:

.agnag

¿Por qué los ángeles se ríen tanto?

.soiD ed aicarg al roP

¿Por qué los locos cuando comen un yogur

sólo llegan a la mitad y lo tiran?

.esavne led odnof rev :ed setna etnemet-

nereferp rimusnoC :enop apat al ne euqroP

¿Por qué los hijos de Superman no se pe-

lean entre ellos?

.sotisnamrepus nos euqroP

¿Qué es una bodega?

.sotiugedob sol ed ámam aL

¿Por qué las focas del circo miran siempre

hacia arriba?

.socof sol nátse ednod se euqroP

Page 117: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

74

¿Qué hacen dos pollitos cerca de un res-

taurante de pollo asado?

.rorret ed alucílep anu odneiv nátsE

¿Qué hace una persona con un sobre de

kétchup en la oreja?

aslas odnahcucse átsE

¿De dónde viene la lana virgen?

.saef sajevo sal eD

¿Qué se pone Flash cuando llega a su ca-

sa?

.hsalfutnap saL

¿En qué se parecen una gata y una esco-

peta?

.sollitag eneit sod sal euq nE

¿Qué diferencia hay entre una persona

malvada y un perverso?

.atlusnoc ed saroh serT

¿Cuál es la definición de autodestrucción?

.ocitpélipe osorpel nU

¿Qué le dijo un techo a otro techo?

.sonem ed ohceT

¿Quién invento las fracciones?

Page 118: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

75

.ovatcO euqirnE

¿Cuál es la diferencia entre un coche viejo

y un testigo de Jehová?

.atreup al rarrec sedeup el ávoheJ ed ogitset lA

¿Cómo puedes saber si un avión es ita-

liano?

.sala sal ed ojabed solep sol roP

¿Cómo puedes saber si una carta ha sido

enviada por un leproso?

.erbos led osrever le ne adagep augnel anu yaH

¿Cómo metes a 300 catalanes9 en un Fiat?

.ortned orue nu sariT

¿Cómo se limpian el trasero los catalanes?

.aíd orto arap nadraug ol oidem orto le ;itefnoc

oidem noC

¿Cuál es el hombre más sucio del mundo?

.ovaleM inoY

¿En que se parece una tortilla a un poste

de luz?

9 En España son los catalanes los que tiene fama de

tacaños. En México son los regiomontanos.

Page 119: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

76

.erbmah le eneitsos allitrot al y serbmala eneit-

sos zul al ed etsop lE

Page 120: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

77

De Chile, Dulce y Manteca

o que no cupo en otras clasificacio-nes lo pusimos aquí. Dichos, dicha-rachos, frases célebres, bromas, etc.

Sobre la obsolescencia programada:

Fui a una tienda Apple a comprar un iPho-

ne en rebaja que me costó $10,000. Lle-

gué a mi casa y no funcionaba así que

compré el Kit reparador de iPhone™ y lo

dejó peor. Llevé mi iPhone a un Centro Au-

torizado Apple™ y me cobraron $12,000

por reparar el iPhone nuevo y otros $500

por reparar mi kit. Después de eso descu-

brí el interruptor de encendido y funcionó

perfectamente.

Mmmmm... Nuevos botones. Voy a com-

prar una nueva computadora, la mía ya es-

tá vieja, no me sirve.

12 horas después de comprar una laptop

¡Ya está a la venta el nuevo Windows!

¿Qué esperas para actualizarlo?

¿Por qué todo junto se escribe separado y

separado se escribe todo junto?

L

Page 121: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

78

Fila de banco:

— ¿Ésta es la cola?

— No, ese es el hombro.

Arnold Schwarzenegger quiere ser tobillo

porque Silvester es “talón”.

La diferencia entre duro y oscuro es que

oscuro está toda la noche.

La diferencia entre lástima y lastima es el

tamaño.

Un niño en el asiento delantero puede pro-

ducir un accidente y un accidente en el

asiento trasero puede producir un niño.

Un peluquero le pregunta al rey:

— ¿Cómo quiere que le corte su cabello?

Y éste le contesta:

— Callado.

Dos chicas en la calle:

— ¡Que linda te ves hoy!

— Muchas gracias— responde la otra —

ojalá pudiera decir lo mismo de ti.

— Claro que puedes, si supieras mentir

como yo.

Page 122: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

79

En un entierro un amigo le da el pésame a

la esposa:

— Señora, lo siento.

— No, déjelo acostado, tal como está.

Un caracol se encuentra con otro y éste le

dice:

— ¿Qué te pasa?

— Que me he cruzado con una tortuga y

casi me atropella.

— ¿Y cómo pasó?

— Pues no sé, todo pasó tan rápido.

Se acerca Navidad y el pavo corre a adver-

tirle al puerco:

— Tienes que huir pues el granjero te quie-

re matar.

— ¿Por qué dices que me va a matar?

— Es que en la mañana oí que el granjero

le decía a su esposa: "Mañana le doy chi-

charrón al pavo".

— Mamá, mamá, ya no quiero conocer a

mi abuelito.

— Calla y sigue escarbando.

— Mamá, mamá, ya no quiero ir a Europa.

— Calla y sigue nadando.

— Mamá, mamá, ya no quiero piscina.

— Calla y sigue escupiendo.

Page 123: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

80

— Mamá, mamá, ¿me llevas al circo?

— No mi hijo, si te quieren ver que vengan

aquí.

Una señora de la tercera edad en un viaje

organizado se le acerca al chofer del auto-

bús y le ofrece cacahuates que acepta gus-

toso. Veinte minutos después se los ofrece

de nuevo. Pasan otros veinte minutos y

vuelve a ofrecerle cacahuates. El chofer la

interpela:

— Gracias, pero ¿y ustedes no comen?

— No. No podemos, son muy duros, sólo

chupamos el chocolatito.

— Papi, ¡feliz día del abuelo!

— Ay hijita pero si no tengo ningún nieto.

— ¡SORPRESAAA!

Una viejita va a la cárcel y le dice al vigi-

lante de la puerta:

— Vengo a hacer una visita conyugal.

El guardia le dice:

— ¿Usted, abuela? ¿Una visita de esa cla-

se?, ¿Pero con quién?

— Ah, pues con el que sea, con el que sea.

— Mamá, mamá, ¿por qué papá corre tan-

to?

— Calla y recarga la ametralladora.

Page 124: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

81

Un viejo va por la calle y se mete las ma-

nos en los bolsillos:

— ¿Pasitas? ¿Cuándo compré pasitas?

— Mamá, mamá ¿Cuál es el animal más

viejo del mundo?

— ¡El pingüino!

— ¿Por qué?

— ¡Porque está en blanco y negro!

— Mamá, mamá, en el colegio me llaman

maricón

— ¿Y tú que haces...?

— Pues les pego con mi bolsita rosa.

— Cariño, deberías usar más jabón en mis

calzones.

— No, tú deberías usar más papel higiénico

en el baño.

Un clip sale de su casa y a media cuadra

se pregunta:

— ¿Dónde están mis papeles?

Un hombre se presenta a una entrevista de

trabajo:

— ¿Sabe hablar inglés?

— No.

— Bueno, ¿pero tiene experiencia en in-

formática?

Page 125: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

82

— No, ninguna.

— Traerá referencias, ¿no?

— No, no traigo.

— Bueno, pues ¿a qué viene?

— Pues en su anuncio lo indicaba clara-

mente: “Inútil presentarse sin referencias”.

Llega un señor al cine y pregunta a la pri-

mera persona que ve sentada:

— Disculpe, ¿está ocupado?

— No — responde el sujeto.

— Bueno, entonces tráigame unas palomi-

tas...

— ¿Ya sabes que al presidente le van a dar

el Premio Nobel de Literatura?

— No puede ser... ¿Por qué?

— Porque ya ha hecho más “Miserables”

que Víctor Hugo y ya superó a “El Idiota”

de Dostoievski

Una chica que se sube al metro le dice al

señor del primer asiento:

— ¿Me deja su sitio?, es que estoy emba-

razada.

— Sí, sí, por supuesto, siéntese — dice el

hombre mientras se levanta.

— Así que está embarazada, ¿de cuánto

tiempo?

— De hace media hora.

Page 126: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

83

— ¿De hace media hora?

— Si, pero es que aún me tiemblan las

piernas.

— Qué delgada te pusiste. Dame el nom-

bre de tu gimnasio.

— ¡Crisis!

Le dice el jefe a su empleado:

— ¡Manuel! ¿Qué hace usted bebiendo en

el trabajo?

— No se preocupe jefe, ¡ahora no estoy

trabajando!

Entra un borracho en un bar:

— ¡Camarero! Póngame una cerveza!

— Son 30 pesos.

— Muy bien, apúntelo en mi cuenta.

— ¡Aquí no se apunta nada!

— Qué envidia, ¡yo tengo que apuntarlo

todo!

Si un abogado enloquece...

¿Pierde el juicio?

En un restaurante chino:

— ¡Camarero! ¿Qué clase de carne es es-

ta?

— Es calne de lata.

— ¿Cómo va a ser carne enlatada? ¡Si está

riquísima!

Page 127: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

84

— No señol, no me ha entendido bien.

— ¿Qué sacaste en el examen final?

— Lágrimas.

— ¡Pepe, cuánto tiempo! ¿Qué es de tu vi-

da?

— Bien, bien,...acá ando, tengo 10 hijos.

— ¿Diez hijos?

— Sí.

— ¿Con la misma?

— Sí, con la misma... pero con tres muje-

res distintas...

Dos amigas platican mientras toman el sol

en la alberca:

— ¿Es cierto que has dejado a tu novio?

— No he tenido elección. Yo creía que me

era fiel, pero desde que se fue a Estados

Unidos me ha escrito que le encantó una

tal Carolina, que de ahí se pasó a una tal

Georgia y que ahora va a conocer a Virgi-

nia...

— Almirante, quince carabelas aproximán-

dose.

— ¿Una flota?

— No, flotan todas.

Page 128: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

85

Un bilbaíno10 entra en una tienda con una

motosierra eléctrica:

— Oiga me dijo que esta motosierra que

he comprado cortaba cien árboles a la ho-

ra, la he probado y como mucho corta cin-

cuenta.

— Pues no se preocupe que ahora la pro-

bamos...

El dependiente arranca la motosierra e

Iñaqui, al oírla, exclama sorprendido:

— Aibalaoistia tú, ¿y ese ruido?

En una oficina:

— Dígame su nombre.

— Pepepedro Pepeperez.

— ¿Es usted tartamudo?

— No, tartamudo era mi padre y el del re-

gistro, un hijo de p…

La profesora le dice a un alumno:

— Tendrías que haber estado aquí a las

nueve de la mañana...

— ¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

10 Los bilbaínos tiene fama, en España, de brutos e

ignorantes. En México se reserva ese derecho a los

indígenas o a los gallegos.

Page 129: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

86

— Maríaaaa, ¡lava a los niños!

— ¿Para qué?, si los reconozco por la voz.

— Papá, papá, ¿dónde está Rusia?

— Pregúntaselo a mamá, es la que ordena

todo en casa.

Una niñita de seis años vuelve de la escue-

la diciendo:

— Ir a la escuela es una pérdida de tiem-

po... ¡No sé leer, no sé escribir y no me

dejan hablar!

Un borracho ve que a una persona se le

cae algo y va a recogerlo. Es un espejo; se

mira en él y dice:

— ¡Ay! ¡Con razón te tiraron, estás bien

feo!

El citadino le pregunta al granjero:

— ¿Y qué hace esta vaca con los ojos ce-

rrados?

— Leche condensada.

— Hola, ¿está Agustín?

— No estoy incomodín.

Una ratoncita estaba con su novio que era

un murciélago; pasó su mejor amiga y los

vio.

Page 130: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

87

Más tarde conversaron y la amiga le co-

mentó:

— Querida, realmente tu novio es muy feo.

La ratoncita le contesta:

— Pues será muy feo, pero es piloto.

Había una vez unas hormiguitas que esta-

ban cansadas de que un elefante les piso-

teara el hormiguero, cuando éste se acer-

caba a una planta para comer. Entonces,

las hormigas se pusieron de acuerdo: “la

próxima vez que venga el elefante, nos

subimos a la planta y nos tiramos encima

de él y lo picamos todo”. Así sucedió, vino

el elefante; las hormiguitas se treparon a

la planta, se echaron sobre él y lo empeza-

ron a picar. El elefante comenzó a sacudir-

se y se cayeron todas las hormigas, salvo

una que quedó enganchada del cuello. En-

tonces, las otras hormiguitas le gritaron

desde abajo:

— ¡Ahórcalo! ¡Ahórcalo!

El alumno le dice a la directora:

— Señora directora, cierre los ojos, por fa-

vor.

— Pero, niño ¿Por qué me pides esto?

— Porque mi maestra dice que cuando us-

ted cierre los ojos, todos vamos a ser feli-

ces...

Page 131: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

88

A un Argentino hay que comprarlo en lo

que vale y venderlo en lo que cree que va-

le.

— Su avión viene demorado— le dice el

empleado de una compañía aérea a una

rubia.

— ¡Hay que lindo! Mi color preferido – res-

ponde ella.

Estaba un tipo con un perro a su lado,

cuando pasa alguien y le pregunta:

— Oiga, ¿su perro muerde?

— No señor.

Entonces se anima a pasar, pero el perro

lo muerde.

— ¡Mire cómo me dejó! ¿No me dijo que

no mordía?

— Es que este no es mi perro.

— ¿Qué piso? Le dice un elefante elevado-

rista a un ratoncito que entra al ascensor.

— Mi colita – responde éste.

— ¿Sabes cuál es la diferencia entre una

silla y un pene?

— No.

— Entonces ten cuidado donde te sientas.

Page 132: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

89

Un ingeniero agrónomo recién licenciado

vuelve a la granja de su padre y se da una

vuelta con él.

— Mira, papá, estás trabajando con unos

métodos demasiado anticuados que hacen

que tu producción sea demasiado baja. Por

ejemplo, ¡a que no puedes conseguir si-

quiera diez kilos de manzanas de cada uno

de estos árboles!

— Claro que no, hijo. Esto son naranjos.

Un físico, un químico y un programador

van en un coche por la carretera. De re-

pente, el coche comienza a hacer un ruido

extraño. Paran el coche y dejando el motor

en marcha, elucubran sobre lo que sucede

mirando el motor.

El físico dice:

— Evidentemente, hay un problema de ro-

zamiento entre los pistones, de ahí el rui-

do.

El químico replica:

— De eso nada, el ruido es debido a que la

gasolina está mal mezclada.

El programador va y dice:

— Porque no lo apagamos, lo encendemos,

lo apagamos, lo encendemos…

Page 133: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

90

Un hombre consulta un abogado.

— ¿Y usted cuánto cobra por una consulta

rápida?

— 10.000 pesos por tres preguntas.

— Vaya, es un poco caro, ¿no?

— Sí... y dígame, ¿cuál es su tercera pre-

gunta?

El presidente, cuando se enteró de que es-

tadísticamente, en los accidentes ferrovia-

rios el mayor número de víctimas suele es-

tar en el último vagón, decretó retirar el

último vagón de cada tren.

— Azafata, ¿me pone un whisky?

— Lo siento, señor, vamos a tomar tierra.

— El resto del pasaje que tome lo que

quiera. Yo prefiero un whisky.

La profe le dice al alumno:

Te dije que borraras el pizarrón ¿Por qué

te quedas mirando el borrador?

Es que no encuentro el botón Supr.

Un hombre calvo está conversando con un

amigo:

— Sabes, me he comprado un champú an-

ticaída.

— ¿Y te funciona?

— No, me sigo resbalando en la ducha.

Page 134: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

91

Dos amigos, que se encuentran:

— Tu papá ¿de qué murió?

— De cataratas.

— ¿Lo operaron?

— No, lo empujaron.

Dos amigos en un entierro comentan:

— Oye Pepe y ¿sabes de qué murió Juan?

— No sé pero a la entrada dice que sepe-

lio.

Un tipo manda un fax desde Buenos Aires

a Madrid para advertir a su amigo:

— Perdí el tren, salgo mañana a la misma

hora.

El amigo le contesta:

— Macho, no salgas a la misma hora que lo

vas a volver a perder.

Un español en un bar mexicano

— Mozo... ¿qué flota en el vaso?

— ¿Acaso usted no me pidió una gaseosa

con una pajita?

Un usuario llama al soporte técnico para

resolver un problema:

— Hola tengo un problema en el correo y

eso que soy casi un experto en compu-

tación.

Page 135: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

92

— Bien, voy a conectarme a su equipo y

controlarlo a distancia; deje abierto el co-

rreo y cierre todas las ventanas

— Tengo todas las de mi oficina cerradas,

¿cierro las del pasillo también?

— No se moleste, le envío mejor a un téc-

nico a su oficina.

— No, no es necesario, yo puedo cerrar to-

das las ventanas si desea…

— No, insisto, es mejor que le envié a al-

guien a su oficina.

Una anciana en la mitad de un servicio re-

ligioso se inclina y le dice al oído al esposo:

— Me acabo de tirar un pedito silencioso,

¿qué hago?

Y el marido responde:

— Ahora nada, después cámbiale las pilas

al audífono...

Un hombre aparca frente al Congreso de

los Diputados. Sale el portero corriendo y

le dice:

— Oiga, señor, quite inmediatamente el

coche de aquí.

— ¿Por qué? ¿Qué pasa?

— Es que están a punto de salir los dipu-

tados.

— Ah, bueno. No se preocupe, tengo pues-

to el antirrobo.

Page 136: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

93

Pasa un entierro con un cortejo de miles

de personas y un señor pregunta:

— Oiga, ¿sabe usted quién es el muerto?

Y el otro le contesta:

— No estoy seguro, pero me parece que es

el que va dentro de la caja.

Había un muchacho tan menso, pero tan

menso, que cuando lo invitaron a una fies-

ta de 15 años no fue porque tenía 16.

— A ver Pepito: ¿quién fue Juana de Arco?

— Fácil, una drogadicta.

— ¿De dónde sacas eso?

— En el libro, dice que murió por heroína.

Dos monjas en el Amazonas son captura-

das y violadas por los nativos:

— Perdónales Señor, porque no saben lo

que hacen — dice una.

— Será el tuyo, porque el mío es un exper-

to— dice la otra.

— ¡Mamá, mamá! En el colegio me llaman

mentiroso.

— ¡Pero hijo! ¡Si tú no vas al colegio!

Una señora entra en la tienda y le dice el

tendero:

— ¡Pero qué gorda está usted, señora!

Page 137: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

94

— ¡Como una tapia, hijo mío, como una

tapia!

Un empresario tiene que escribir una carta

de recomendación para un empleado más

bien perezoso.

No quiere mentir acerca de su empleado,

pero tampoco quiere decir la verdad... tras

cuidadosa reflexión, escribe en la carta de

recomendación:

"Usted será afortunado si consigue que es-

ta persona trabaje para usted."

Estaba un borracho en una esquina. Cuan-

do una mujer pasa, el borracho la observa

y le dice:

— ¡Adiós fea!

La mujer indignada se da media vuelta y le

dice:

— ¡Borracho!

El borracho con una sonrisa le dice:

— Sí, pero a mí, mañana se me quita.

Dos conocidos están hablando:

— ¿A que no sabes cuál es el animal que lo

es por partida doble?

— Puesss, no.

— El gato, porque es GATO y ARAÑA.

— ¡Andaaaaa! ¡Como tu hermana!

— ¿Mi hermana?

Page 138: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

95

— Sí, porque es ZORRA y COBRA.

Un alemán se muere y va al infierno. Allá

ve que cada país tiene su infierno.

Va al infierno alemán y pregunta:

— ¿Qué te hacen aquí?

A lo que le contestan:

— Aquí primero te sientan en una silla

eléctrica por una hora, después te acues-

tan en una cama de clavos durante otra

hora y el resto del día viene el diablo y te

da de latigazos.

Entonces, va a los demás infiernos y pre-

gunta lo mismo y le responden lo mismo

que en el alemán.

Con sorpresa ve que en el infierno mexi-

cano está lleno de gente queriendo entrar

entonces va y pregunta lo mismo:

— ¿Qué te hacen aquí? y el comentario es

el mismo; entonces les dice:

— Pero ¿por qué aquí hay tanta gente que-

riendo entrar?

Y un mexicano le contesta:

— Es que aquí nunca hay luz, los clavos se

los robaron y el diablo solo viene, firma y

se va.

Aquella vez que te dije que siempre estaría

presente para ti, es que no sabía que eras

una persona tan dependiente y necesitada.

Page 139: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

96

Desactivaré mi cuenta de Facebook porque

quiero tener más tiempo para juzgar a mis

amigos en persona.

Me disculpo por haberte hecho llorar si tú

te disculpas porque me hiciste sentir incó-

modo con tus lágrimas.

— Hola, quería alquilar Batman Forever.

— No es posible, ¡tiene que devolverla to-

morrow!

Si me sigues diciendo inmaduro no te invi-

to a mi piñata.

— Salgo ahora con una sevillana y me ha

llevado a uno de esos sitios de bailar zapa-

teaos.

— ¿Tablao flamenco?

— No, no. Habla español. Raro, pero habla

español.

— ¡Oye!, ¿Cuánto cuesta una prostituta?

— Depende del tiempo.

— Bueno... supongamos que llueve...

Están dos pollos metidos en el asador y le

dice uno al otro:

— ¡Oye, vaya calor que hace aquí!

Y le contesta el otro:

Page 140: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

97

— ¡El calor es lo de menos, yo lo que no

aguanto es el palo metido por el trasero!

Un hombre va conduciendo por la carretera

cuando de pronto ve que en el sentido

contrario viene una mujer conduciendo su

coche como loca y que al acercarse, baja la

ventanilla y le grita:

— ¡CEEEEERRRRRDDOOOOOO!

El hombre que obviamente no se puede

quedar callado, baja el cristal y le grita:

— ¡VAAAAAACCCCAAAAAAAA!

En eso, al doblar la curva, ¡PUM! el hombre

se estrella con un gran cerdo que estaba

en medio de la carretera.

Llega un hombre a la puerta del Ayunta-

miento y le pregunta al de seguridad:

— Perdone..... ¿Por la tarde no trabajan?

y el de seguridad le responde:

— No… por la tarde no vienen; cuando no

trabajan es por la mañana.

Un gitano con el ordenador....

— ¿Ays qué pasa con el "feisbu"? Me dise

"su clave es incorresta", entonces pongo

"incorresta" pero ¡no abre!!!

Page 141: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

98

Una gallina pone un huevo de medio kilo.

Periódicos, emisoras de radio, televiso-

ras... todos detrás de la gallina...

— Sra. Gallina.... ¿cómo ha logrado esa

hazaña?

— Secreto de familia.

— ¿Qué planes tiene para el futuro?

— Poner un huevo de un kilo.

Los flashes de las cámaras también acosan

al gallo...

— Sr. Gallo... ¿cómo han logrado semejan-

te proeza?

— Secreto de familia.

— ¿Qué planes tiene para el futuro?

— Romperle el pescuezo al fregado aves-

truz.

Un hombre ligando con una mujer:

— ¿Sabes? Yo puedo hacerte el amor 20

veces seguidas.

— No me lo creo.

— Pues vamos a mi casa y te lo demues-

tro.

Se van a casa del tipo y empiezan a hacer-

lo una, dos, tres, cuatro, cinco veces. La

mujer sorprendida enciende la luz y ve a

un tipo diferente en la cama.

— ¡Oye! ¡Tú no eres con el que vine!

— No, él está en la puerta cobrando la en-

trada.

Page 142: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

99

Tres viejos están sentados en un banco

tomando el sol.

— Jo, hay que ver lo que es la edad... ten-

go 70 años, y todos los días a las 7 en

punto me levanto con unas ganas horribles

de orinar.

Pero no hay forma, tú, me paso el día en-

tero queriendo hacerlo pero no puedo.

— Pues eso no es nada. A mis ochenta

años, me levanto a las 8 y lo primero que

hago es irme a obrar, pero nada, que no

hay manera, oye, y así me paso el día en-

tero.

— Lo mío es peor. Con mis noventa años,

yo orino todos los días a las 7 y obro a las

ocho; luego, a las nueve, me despierto.

Dos amigos van de caza al bosque. De ca-

mino uno de ellos cae al suelo y queda in-

móvil, con los ojos abiertos como si estu-

viera muerto y no da ninguna señal de vi-

da.

Entonces el otro (que no era muy espabi-

lado) llama al servicio de urgencias desde

su móvil y dice:

— ¡Socorro! ¡Mi amigo parece estar muer-

to!, ¡no se mueve!

Page 143: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

100

— Tranquilícese señor, lo primero que de-

be hacer es asegurarse de que realmente

esté muerto.

Entonces el hombre, deja el móvil en el

suelo, coge su escopeta, le apunta y dispa-

ra.

— ¿Hola? Sí. Ahora sí estoy seguro de que

está muerto. ¿Y ahora qué hago?

Un tonto estaba muy contento de haber

terminado un rompecabezas en 6 meses

porque en la caja ponía: de 2 a 3 años.

— Manuel ¿cómo ha ido el juicio?

— El juez ha dicho que 5 años de cárcel o

95 mil pesos.

—No seas tonto, ¡coge el dinero!

Psicólogo: Bien, en esta primera sesión me

gustaría que me explicara su problema

desde el principio.

Paciente: Pues mire, al principio yo creé el

cielo y la Tierra…

— ¡Hombre Manolo, cuanto tiempo sin ver-

te! ¿Cómo llevas lo de tu problema?

— Perfecto, lo tengo superado desde que

voy al psicólogo

— ¿A sí?, ¿ya no te orinas en la cama?

— Sí, pero ya no me importa

Page 144: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

101

— ¿Sabes cuántos psicólogos clínicos ha-

cen falta para cambiar una bombilla?

— Solo uno, pero la bombilla tiene que

querer cambiar.

Va una rubia a una entrevista de trabajo y

le preguntan:

— ¿Y de inglés que tal?

Y contesta avergonzada:

— Pues hoy no me he depilado…

Dos rubias se van al bosque en busca de

un pino para Navidad.

Después de dos horas de búsqueda, una le

dice a la otra:

— Bueno, ¡ya es suficiente! El próximo

pino que veamos lo cogemos, ¡tenga o no

tenga bolas de Navidad!

Un funcionario interroga a una señorita ru-

bia:

— ¿Me podría decir su número de DNI11 sin

la última letra, por favor?

— Claro — responde la rubia — anote:

Siet...cinc...nuev...och...

11 Identificación española que cuenta con 8 núme-

ros y una letra de verificación al final

Page 145: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

102

Un sargento muy severo hablando a uno

de sus soldados el día que acaba la mili:

— Bueno, y ahora que ya eres por fin un

civil, me imagino que lo único que deseas

es que me muera para poder mear en mi

tumba, ¿no?

— No, sargento. Ahora que he acabado la

mili no quiero volver a hacer más colas en

mi vida.

Un Texano (orgulloso como todos) aborda

un taxi en Sidney Australia para salir a ver

la ciudad y al cruzar el puente Sidney Har-

bour dice inmutable:

—En Texas yo tengo un lago en mi rancho

con un puente ornamental que hace a este

verse como un juguete.

Luego al ir por la carretera de Sidney a

Newcastle dice con desdén:

— ¿Qué es esto? ¿Una carretera o una

senda?

En eso salta un canguro a la carretera y el

taxi lo apachurra. El chofer grita a todo

pulmón:

— ¡Maldito saltamontes!

Dos enfermeras se cruzan por un pasillo en

un hospital:

—Susi, ¿qué haces con ese termómetro en

la oreja?

Page 146: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

103

—Mierda, ¡ya sé quién tiene mi lápiz!

Un hijo de militar hizo la mili con los para-

caidistas.

Ya en casa, su padre le dice:

— Cuéntame, hijo, ¿Qué tal tu primer sal-

to?

— Bueno, pues estábamos a 4000 m de al-

tura y no me atrevía... pero allí estaba mi

sargento, para ayudarme a superarlo

— Vaya... ¿qué te dijo?

— Que si no saltaba me daría por el culo.

— Así es, como tiene que ser un sargento,

duro pero amistoso, estando donde hace

falta cuando hace falta... y saltaste, ¿no?

— Bueno, al principio un poco.

Aterrizan dos marcianos en la tierra y van

a parar a la casa de un gangoso.

Bajan los marcianos de la nave, se acercan

a una casa y llaman a la puerta:

— ¿Quién es?

— Venimos de Marte.

— ¿De marte de quién?

¿Cómo te sacarías un moco con cinco de-

dos?

Poniendo los dedos alrededor de la nariz y

diciendo: ¡Sal! ¡Estás rodeado!

Page 147: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

104

— ¿Dónde te has ido de vacaciones?

— A Andorra.

— ¿Y qué tal las andorranas?

— Me molestaban un poco, pero con una

pomada se me pasó.

— ¿Me da un desodorante?

— ¿De bolita?

— No, de axila.

— ¿Me das tu teléfono?

— Sí como no, ¿y con qué llamo a mis

amigas?

— Oye, y tu ¿desde cuando llevas gafas?

— Desde que maté una mosca de un ma-

notazo.

— Pues no te entiendo

— Es que no era una mosca sino un clavo.

Un señor está triste y le dice un amigo:

— Oye, ¿Qué te pasa?

Y le contesta:

— Es que casi atropello a mi suegra.

Y el amigo le dice:

— ¿Qué pasó? ¿Te falló el freno?

— No, ¡El acelerador!

— Mamá, ¿qué haces enfrente de la

computadora con los ojos cerrados?

Page 148: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

105

— Nada, hijo, es que Windows me dijo que

cerrara las pestañas...

Dos viejitas arrugaditas le preguntan a un

borracho:

— ¿Dónde queda el Museo de las Momias

de Guanajuato?

— ¡Caramba! Si no saben regresar ¿para

qué salen?

Dos amigos:

— Ayer vino a cenar Josefa a mi casa...

— ¿Y pasó algo con ella?

— ¡Qué va! ¡Nada de nada!

— Bueno, míralo por el lado positivo, lim-

piaste la casa y te bañaste.

Un mesero se acerca a la mesa y dice:

— ¿Desea algo de comer?

— ¿Cuáles son las opciones?

— Sí o no.

— Papá, papá, ¿verdad que David mató a

Goliat con una onda?

— Así fue, es que esas motos son peligro-

sísimas.

Al ver que su hijo preparaba varias ollas de

bolsitas de té, su papá le pregunta:

— Hijo, ¿por qué preparas tanto té?

Y el hijo le responde:

Page 149: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

106

— Es que papi, yo leí, "Jesús viene; prepa-

ra..té

Dos viejecitos conversando:

— ¿Prefieres el sexo o la Navidad?

— ¡Navidad, claro! La hay todos los años.

En un baile un chico dice:

— ¿Bailas?

La chica contesta:

— ¡¡Sí!!

— Bueno, entonces no te importa si me

llevo tu silla.

— Te vendo un caballo.

— Y, ¿para qué quiero un caballo vendado?

Dos campesinos compran 30 cerdos y uno

le dice al otro:

— ¿Dónde los metemos?

— En la casa.

— ¿Y el olor?

— Bueno, ya se acostumbrarán.

Un hombre está haciendo un agujero en su

jardín para plantar un árbol cuando desen-

tierra una lámpara mágica.

La frota y le aparece un genio que le dice:

— Te voy a conceder tres deseos, pero a tu

vecino le voy a dar el doble de lo que tú

me pidas.

Page 150: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

107

— Hum... mira, quiero una rubia que esté

buenísima y que pese 65 kilos, que le des

a mi vecino cien millones de dólares y que

me pegues un susto que me deje medio

muerto.

Dos señoras hablando:

— A mi hijo le han puesto lentes.

— ¡Uy, qué nombre más feo!

Le dice un vago a otro:

— ¿Qué estás haciendo?

— Nada.

— ¿Te ayudo?

— Oye hijo, ¿no te cansas de dormir?

— No mamá, ¡ni que durmiera corriendo!

— ¡A mí nadie me da órdenes!

En eso está cuando su móvil suena y apa-

rece un mensaje: "2% de batería. Conecte

el cargador"

— ¡Ya voy, ya voy!

— ¡Eh, joven, aquí no se puede pescar!

— Si ya veo. ¡Llevo ya 5 horas aquí y no

ha picado ni un pez!

— ¿Tú qué querías ser de pequeña?

— Yo quería ser NADIE porque siempre me

decían que “nadie es perfecto”.

Page 151: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

108

— ¿Hola?

— ¿Es el 942 867 914?

— Sí, no, sí, no, sí, no, no, sí, no.

— ¿Me da una habitación con baño?

— Le damos la habitación pero el baño se

lo tiene que dar usted.

Los matemáticos no orinan,

Hacen Pi Pi.

— ¿Habla usted inglés?

— No, pero lo escucho perfectamente.

— ¿Tú estudias Derecho?

— No, sentado

Frases y Dichos Célebres

Agua que no has de beber… jala la cadena.

Dos más dos igual a cuatro. (Schumann)

El sordo no oye, pero compone. (Beetho-

ven)

El que madruga… Todo el día tiene sueño.

La última y nos vamos. (Empédocles)

Me molesta la gente que no da la cara.

(Anónimo)

Vayamos al grano. (Un dermatólogo).

¡Abajo las drogas! (Los del sótano).

Vayamos por partes. (Jack el Destripador).

Page 152: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

109

No a la donación de órganos. (Yamaha Ins-

truments).

Mi esposa tiene un buen físico. (Albert

Einstein)

Yo empecé comiéndome las uñas. (La Ve-

nus de Milo)

Nunca pude estudiar derecho. (El Jorobado

de Notre-Dame)

Estoy rodeado de animales. (Noé)

La vida está en constante movimiento.

(Parkinson)

No hay nada tan importante que no poda-

mos olvidar. (Alzheimer)

Mi vida está llena de aspiraciones. (Un as-

mático)

Creo en la reencarnación. (La uña)

Me gusta la humanidad. (Un caníbal)

Eres la única mujer en mi vida. (Adán)

Estoy en cinta. (Diurex)

Mi novia es una perra. (Pluto)

Nosotras apoyamos la liberación femenina.

(Cárcel de mujeres)

Es mejor dar que recibir. (Mohamed Ali)

A mí lo que me revientan son los camio-

nes. (Un sapo)

La pereza es la madre de todos los vicios,

y como a la madre hay que respetarla...

El que ríe al último… es que no entendió el

chiste.

Page 153: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

110

Carteles vistos en México

Se alquilan borrachos para sus fiestas. Más

información al 551573 23.

Vestidos para XV años, 1era comunión

bautizos y beibi chauguer.

Esta semana no cerramos (disculpen las

molestias. Gracias).

No se permite fumar mariguana dentro de

este local. Afuera sí. Gracias.

Peligro. No orinarse frente a esta puerta

aviento agua hirviendo o un disparo de re-

volver c/l 38.

Dios mío, Dios mío ¿Por qué meas abando-

nado?

Se vende hielo frio.

Se necesita empleada 1/2 tiempo que no

sepa hacer nada pero que obedezca.

Por favor no le grite a los cocodrilos.

Aviso: Se solicita trabajador(a) para traba-

jar.

Si su mujer cocina mal no se divorcie; co-

ma aquí.

Garaje parroquial pecado parquear.

Si no tiene puntería orine sentado.

Rezpeto ala educasion.

Librería de libros.

Se abla es panol. We speak Spanish here.

¿Adelgazar? ¿Pa'que? Si uno flaco se ve

como todo pobre...

Fonda “El Eructo Feliz”.

Page 154: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

111

No eres lo que estaba buscando, pero

cuando te conocí me di cuenta de que no

estaba buscando bien.

Conduzca con precaución, en este pueblo

no sobran los niños.

Bidrios. ¡Lo escribimos mal pero los colo-

camos bien!

Por favor lavarse bien las manos después

de ir al baño, no me vaya a ensuciar mi

puerta.

Perro: dile a tu amo que no ensucie aquí.

Peluquería Tuneame la Greña

Se fía solamente a personas mayores de

90 años acompañados de su abuelito.

Servisio Eiletrico Automotris en el local 20

(alternadores)

Comida casera para comer.

Taquería el Tac-Mahal.

Prohibido hacer fuego y acampar en el

fondo del lago.

Psiquiatría Infantil. Donde los amigos ima-

ginarios vienen a morir.

Acérquese al mingitorio. No la tiene tan

grande como cree.

Solicitamos urgentemente clientes con o

sin experiencia.

Aviso: A los niños que anden solos en este

lugar serán vendidos como esclavos.

Mofles El Pedorrero.

Page 155: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

112

Se perfora el ovulo de la oreja. Inf: Sra.

Domitila.

Aviso del bar: Si llama su novia o esposa y

pregunta por usted las tarifas son las si-

guientes:

Se acaba de ir 5.00

Está camino a casa 7.00

No, aquí no está 9.00

No lo conocemos 15.00

Ya fuimos robados. No quedó nada.

Si Cleopatra hubiese estudiado en la Uni-

versidad Insurgentes, habría conquistado

Roma y después cursado una Maestría.

Divorcios $100 Incluye una chela.

Tenemos hielo hasta que se acabe.

Por favor no pasar. Si no sabe leer pregun-

te en boletería.

Pintamos casas a domicilio.

Aquí reparamos, no hacemos milagros.

Favor de ducharse antes de entrar a las

duchas.

En caso de incendio romper el candado.

Cuando maneje no tome: se le puede de-

rramar el trago.

Hombre de buenas costumbres busca mu-

jer que se las quite.

Page 156: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

113

Cuentos Largos

ara los de buena memoria.

Me sucedió en un Restaurante

Estaba comiendo en mi restaurante de cos-

tumbre cuando sentí el imperioso llamado

de la naturaleza.

Llegando al baño me di cuenta de que otra

persona acababa de ocupar uno de los dos

únicos casilleros disponibles en el local, de

esos que no llegan hasta el techo.

Entre en el otro. Nada más sentarme escu-

ché que el individuo me llamaba desde el

otro cubículo:

— ¡Hola!

No sabía qué decir, ni siquiera lo conocía y

me saludo en una posición por no decir un

tanto inconfortable. El tipo no se amilanó y

volvió a repetir:

— ¡Hola! ¿Me escuchas?

Por no parecer mal educado, conteste un

poco mosqueado:

— ¡Hola!

Entonces el tío se soltó hablando:

P

Page 157: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

114

— ¿Cómo estás?

A lo que le conteste ya más relajado:

— Bien, gracias, pero un poco cansado.

Y el vecino de retrete continuó:

— ¿Qué haces?

— ¿Y qué voy a estar haciendo? – Le con-

teste ya molesto — Lo mismo que tu idio-

ta, ¡Cag…!

Aquí el tipo, sin siquiera inmutarse, me in-

terrumpió y continúo su conversación:

— ¡Mi vida, te llamo después porque tengo

a un imbécil aquí a lado, contestando a to-

das mis preguntas!

Cosas que sólo pasan en las películas

americanas o series de Hollywood

En toda serie policiaca, hay que visitar al

menos un club de striptease.

Si alguien te persigue por el centro de la

ciudad, siempre puedes ocultarte entre los

participantes del desfile del Día de San Pa-

tricio, no importando la época del año.

Todas las bolsas de la compra del super-

mercado tienen al menos un pan Bimbo

que sobresale un poco.

Es fácil pilotear un avión y aterrizar con él

si hay alguien en la torre de control que te

dirija por radio.

Los sistemas de ventilación de los edificios

son el escondite ideal: a nadie se le ocurre

Page 158: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

115

mirar en ellos y además sirven para llegar

a cualquier parte del edificio sin dificultad.

Si tienes que usar una pistola, siempre

dispondrás de suficientes cartuchos aun-

que vayas desnudo.

Si tienes que hacerte pasar por un militar

alemán, no es necesario hablar alemán

La torre Eiffel se puede ver desde cualquier

ventana de París.

Un hombre no se inmuta mientras recibe

un palizón, pero se queja cuando una mu-

jer intenta limpiarle las heridas.

El comisario de policía casi siempre es ne-

gro.

Si tienes que pagar un taxi saca lo que

tengas en el bolsillo al azar.

El cruce de razas es genéticamente posible

con cualquier bicho proveniente de cual-

quier parte del universo.

Las cocinas no tienen interruptores de luz.

Si entras en una cocina de noche, deberás

abrir el refri e iluminarte con la luz interior.

En el caso de las casas encantadas o con

fantasmas, las mujeres deben investigar

cualquier ruido raro vestidas únicamente

con algo de lencería semi— transparente o

ropa interior

Page 159: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

116

El alumno

1. Siempre tiene la razón, pero nunca se la

dan.

2. No copia, contrasta resultados.

3. No duerme en clase, reflexiona.

4. No habla en clase, intercambia impre-

siones.

5. No mastica chicle, fortalece sus encías.

6. No lee revistas en clase, se informa.

7. No insulta al profesor, le saca defectos.

8. No pinta en las mesas, practica expre-

sión artística.

9. No llega nunca tarde a clase, los demás

se adelantan.

10. No se cansa en gimnasia, guarda fuer-

zas.

11. No se retrasa, lo retienen.

La Historia de un Feo

Voy a contarles mi historia, no es una his-

toria de amor ni tiene un final feliz, pero es

la única que tengo por haber nacido así,

feo, muy feo.

Cuando nací, el doctor fue a la sala de es-

pera y le dijo a mi padre, "hicimos lo que

pudimos, pero salió".

Mi mamá no sabía si quedarse conmigo o

con la placenta.

Page 160: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

117

Como era prematuro me metieron en una

incubadora, con vidrios polarizados.

Mi madre nunca me dio el pecho porque

decía que sólo me quería como amigo. Así

que en vez de darme el pecho, me daba la

espalda.

Es por eso que debo haber quedado bajito,

tan bajito que en lugar de ser enano, soy

profundo. De chico pasaba por los cuarte-

les para que me gritaran:

¡Alto! ¡Alto!

Yo siempre fui muy peludo. A mi madre

siempre le preguntaban:

Señora, a su hijo, ¿Lo parió o lo tejió?

Mi padre llevaba en su cartera la foto del

niño que ya venía en ella cuando la com-

pró.

Una vez que me perdí, le pregunté al poli-

cía si creía que íbamos a encontrar a mis

padres y me contesto:

“No lo sé, hay un montón de lugares donde

se pudieron haber escondido”.

Y para colmo era muy flaco, tan flaco que

un día metí los dedos en el enchufe y la

electricidad erró el camino.

Era realmente flaco, para hacer sombra

tenía que pasar dos veces por el mismo lu-

gar.

Pero mi problema no era ser tan flaco sino

ser tan FEO.

Page 161: On' ta el chiste?

Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

118

Mis padres tenían que atarme un trozo de

carne al cuello para que el perro jugara

conmigo.

Sí amigos, yo soy FEO, tan FEO que una

vez me atropelló un auto y quedé mejor.

Cuando me secuestraron, los secuestrado-

res mandaron uno de mis dedos a mis pa-

dres para pedir recompensa. Mi padre les

contestó que quería más pruebas.

Yo creo que no pagaron el rescate porque

en casa éramos muy pobres, pero eso sí, a

pesar de nuestra situación económica, so-

mos muy honrados. Mi padre era tan hon-

rado que un día encontró trabajo y lo de-

volvió.

Por eso tuve que trabajar desde chico.

Trabajé en una tienda de animales y la

gente no paraba de preguntarme cuánto

costaba yo.

Un día llamó una chica a mi casa dicién-

dome, "Ven a mi casa que no hay nadie",

cuando llegué, efectivamente, no había

nadie.

El psiquiatra me dijo un día que yo estaba

loco. Yo le dije que quería escuchar una

segunda opinión. De acuerdo, dijo, además

de loco es usted muy feo.

Una vez cuando me iba a suicidar tirándo-

me desde la azotea de un edificio de 50 pi-

Page 162: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

119

sos, mandaron a un cura a darme unas pa-

labras de aliento. Sus palabras fueron:

“¡En sus marcas, listos…!”

El último deseo de mi padre antes de morir

fue que me sentara en sus piernas. Lo ha-

bían condenado a la silla eléctrica.

Algunos apodos

La pizza a domicilio: Se entrega en 20 mi-

nutos.

La papa frita o la Sabritas: Está siempre en

todas las fiestas.

El lunes: Nadie quiere que llegue.

La sábana de abajo: Se agarra todos los

pedos.

La monja: Es una madrecita de hombre.

El palomo: A cada paso la caga.

El vaso de agua: No se le niega a nadie.

El escombro: Donde está, molesta.

El estribo: Sirve solo pa’ meter la pata.

El gato de iglesia: Lo mantiene el padre.

La gripe: Todos la han tenido.

El jarabe: nadie lo traga.

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Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

120

Nuevo Diccionario Larousse

(Sin ilustraciones)

Alabanza.- Lugar al que se va la comida

árabe al ingerirse.

Alfalfa.- Primera letra del alfabeto griego

de los tartamudos.

Anómalo.- Hemorroides.

Asfaltado.- Expresión que dicen las maes-

tras al niño que no va diario a la escuela.

Atiborrarte.- Desaparecerte.

Becerro.- Observa una loma o colina.

Bermudas.- Observar a las que no ha-

blan.

Berro.- Can de origen árabe.

Cachivache.- Pequeño hoyo en el pavi-

mento que está a punto de convertirse en

bache.

Camarón.- Aparato enorme que saca fo-

tos.

Chinchilla.- Auchenchia de un lugar para

chentarche.

Depara.- Lo que dicen las tarjetitas que

les ponen a los regalos.

Dilemas.- Háblale más.

Decimal.- Pronunciar equivocadamente.

Diógenes.- La embarazó.

Emana.- La ota ija de mi amá y mi apá.

Esmalte. No es lune ni miélcole.

Page 164: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

121

Embarnecer.- Ponerse como Barney.

Endoscopio.- Prepararse para todos los

exámenes, excepto para dos.

Enloquecedora.- Mientras se cocina en el

sartén con aceite.

Envergadura.- Lugar de la anatomía hu-

mana donde se colocan los preservativos.

Esquince.- Gatorce mas uno.

Iraquí.- Expresión de los nacos para que

voltees a ver.

Manifiesta.- Fiesta de cacahuates.

Matutino.- Hijo del oficial Matute.

Ménsula.- Tóntula, babósula.

Meollo.- Me escucho.

Ministerio.- Pequeño aparato estereofóni-

co.

Nitrato.- Apatía por hacer algo. Frustra-

ción superada. Ni lo intento.

Nogales.- Que descobijas, Ciudad antagó-

nica de Gales.

Nuevamente.- Cerebro sin usar.

Ondeando.- ¿Ontoy?

Polinesia.- Mujer policía que no entiende

razones.

Remates.- Lo que hicites ora que fuites a

Chapultepec.

Sorprendida.- Monja en llamas.

Talento.- No ta rápido.

Totopo.- Mamamífero ciciego de pepelo

nenegro que cocome frijoles.

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Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

122

Telepatía.- Aparato de TV para la hemana

de mi amá.

Telón.- Tela de 50 metros cuadrados o

más.

Túnica.- Bacinica de tu propiedad.

Clases de náhuatl moderno

¿Quieres postre? ¿Hui-chilo-postli?

Esta precaria casa Izta-palapa

No has cambiado nada Iz-ta-ccihuatl

Seno de gran tamaño Chicho-tla

Cincuenta por ciento Mi-tla

De observancia obliga-

toria

A-huehue-te

¡Que enfermo esta! ¡Chi-mal-istac!

Enemigo de Batman El Huazontle

¡Está a todo dar! Tezca-tli-pocatl

Los patos de mi propie-

dad

Mix-coac

Yo robo con frecuencia Atlaco-mulco

WC en el maizal Caca-huamilpa

¿Inteligente yo? ¿Coco-yoc?

De mal gusto Toto-naca

Valet parking Cuitla-coche

Muchacha, no vengas Chaba-ca-no

Noche de amor placen-

tera

Pa-palote

Está mal de la cabeza Tla-te-lolco

Page 166: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

123

Mi Barriga y Yo

Tenía fe en bajar mi barriguita... Por pri-

mavera, mi mujer me regaló un cupón vá-

lido por una semana de entrenamiento

personal en un buen gimnasio local. Inde-

pendientemente de que yo esté en exce-

lente forma, pensé que era una buena idea

para intentar detener ese proceso de "ba-

rriguita" que a todos nos ataca.

Llame al gimnasio (gym pa’ que se entien-

da) e hice mi reserva con una entrenadora

personal o como dicen ahora mi trainner

llamada Nadia, quien se auto- describió

como una Instructora de Aeróbic de 26

años, modelo de trajes de baño y ropa de-

portiva. Y el encargado del gym me reco-

mendó que llevara un diario para ir docu-

mentando mi progreso y aquí se los envío:

Lunes:

Empecé mi día a las 6:00 A.M. Bastante di-

fícil levantarse de la cama a esa hora pero

todo cambió cuando llegué al gimnasio y vi

que Nadia estaba esperándome. Parecía

una diosa griega: rubia, ojos celestes y

una gran sonrisa, con unos labios carnosos

y espectaculares. Nadia me hizo un tour y

me mostró los aparatos y me tomó el pul-

so después de 5 minutos en la bicicleta fi-

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Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

124

ja. Se alarmó de que mi pulso estuviera

tan acelerado pero yo lo atribuí a ella, ves-

tida con su malla de lycra metida en su

trasero, que estaba muy cerca de mí...

Disfruté bastante viéndola dar su clase de

Aeróbic, después de terminar mi inspirador

día de ejercicio. Nadia me estaba motivan-

do cuando hacía yo mis abdominales, a pe-

sar de que ya me dolía la barriga de tanto

meterla, cada vez que Nadia pasaba junto

a mi...

Martes:

Me tomé dos jarras de café, pero finalmen-

te logré salir de la puerta de mi casa. Na-

dia hizo que me recostara boca arriba, me

puso a levantar una pesada barra de metal

y después se atrevió a ponerle ¡¡¡pesas!!!

Mis piernas estaban un poco debilitadas

por la cinta pero logré completar ¡UN KI-

LÓMETRO COMPLETOOO! La aprobadora

sonrisa de Nadia y el guiño cómplice que

me realizó hizo que todo valiera la pena...

¡me sentía fantástico!... era una nueva vi-

da para mí.

Miércoles:

La única forma como conseguí lavarme los

dientes, fue poniendo el cepillo sobre el la-

bavo y moviendo la cabeza a ambos lados

Page 168: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

125

encima de él. Creo que tengo una hernia

en los pectorales. Manejar no fue tan fácil:

sólo al frenar y dar vueltas al volante me

dolía hasta el pelo, me tuve que estacionar

encima de una mini— moto... Nadia se es-

taba impacientando conmigo por conside-

rar que mis gritos molestaban a los demás

socios del club. Su voz resulta un poco

aguda a esas horas de la mañana y cuando

grita se vuelve nasal y es muy molesta. Me

duelen las pelotas cuando me subo a la

cinta, así que Nadia me subió a la escala-

dora. ¿Para qué fregados alguien inventó

una máquina así para hacer algo que se ha

vuelto obsoleto con los ascensores? Nadia

me dijo que me ayudaría a ponerme en

forma y a disfrutar de la vida...; otra de

sus tantas idioteces… y promesas.

Jueves:

Nadia me estaba esperando con sus jodi-

dos dientes de vampiro y con su sonrisita

estilo Jack Nicholson en “Batman y el Gua-

són”. No pude evitar llegar media hora tar-

de: fue el tiempo que me llevó ponerme

los tenis. La reventada de Nadia me puso a

trabajar con las argollas pero, cuando se

distrajo, salí corriendo a llorar y a escon-

derme en el baño. Mandó a otro entrena-

dor a buscarme y como castigo, me puso a

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Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

126

trabajar en la máquina de remar y....me

hundí.

Viernes:

Odio a la fregada de Nadia más que a

cualquier otro ser humano que haya odia-

do en la historia del mundo. Estúpida, fa-

mélica, anémica, idiota y fascista sin cere-

bro. Si hubiese una parte de mi cuerpo que

pudiese mover sin un dolor desesperante,

la rompería toda, la madre que la parió.

Nadia quiso que trabajara mis tríceps...

¡YO NO TENGO TRICEPS!!!...y si no quiere

que estropee el piso o lo rompa, que no

me pase las jodidas barras o cualquier otra

cosa que pese más que un sándwich... La

bicicleta fija me hizo desmayar y me des-

perté en la cama de una nutricionista, una

flaca idiota que me dio una cátedra de ali-

mentación sana, ¡claro! la muy cretina no

tiene la más remota idea de lo que es mo-

rirse realmente de hambre. ¿Por qué no

me pudo tocar alguien más tranquilo, co-

mo un maestro de costura o un estilista?

Sábado:

La estúpida de Nadia me dejó un mensaje

en mi contestador con su vocecita chillona

preguntándome por qué no fui hoy. Sólo

con escucharla me dieron ganas de car-

Page 170: On' ta el chiste?

¿On’tá el Chiste?

127

garme a patadas el contestador, pero no

tenía la fuerza suficiente ni para levantarlo,

incluso ni para levantar el control remoto

de la tele, así que me zampé 11hs. segui-

das viendo el maldito National Geographic.

Puro pajarito reproduciéndose y brincando

de rama en rama.

Domingo:

Le pedí al chofer de la camioneta de la

Iglesia que me viniera a recoger para ir a

misa y agradecerle a Dios que esta sema-

na haya terminado. También recé mucho

porque el año que viene, la reventada de

mi mujer, me regale algo un poco más di-

vertido, como una endodoncia, un catete-

rismo o un análisis de próstata.

Tres hermanas, de 96, 94 y 92 años de

edad vivían en su casa juntas.

Una noche la de 96 empieza a llenar la tina

para darse un baño, pone un pie dentro de

la tina, hace una pausa y grita:

— ¿Alguien sabe si me estaba metiendo a

la tina o saliendo de ella?

La hermana de 94 le responde:

— No sé, deja subo a ver......

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Emiliano Llano Díaz y Arturo Renero Montemayor

128

Empieza a subir las escaleras, hace una

pausa y grita:

— ¿Estaba yo subiendo las escaleras o ba-

jando?

La hermana menor de 92 estaba sentada

en la cocina tomándose una taza de té y

escuchando a sus hermanas.

Mueve la cabeza y piensa:

— ¡Espero nunca ser así de olvidadiza!

¡Toco madera!!

Y toca tres veces sobre la mesa y luego les

grita:

— ¡Ahora voy ayudarlas! ¡Un momento que

voy a ver quién está tocando la puerta!

Un campesino iba por primera vez a la ciu-

dad en su carreta tirada por un caballo. En

la carreta iba un perro y un gato. Cuando

ya estaban llegando a la ciudad, un hom-

bre aparece por sorpresa en el cruce a to-

da velocidad en su 4x4 y los atropella. La

carreta sale volando.

El conductor del 4x4 se baja del coche con

una escopeta y encuentra al gato mori-

bundo. Se compadece del pobre animal y

dice:

— ¡No puedo ver a este animal sufrir así!

Así que le tira 2 balazos. Más adelante en-

cuentra al perro, que casi no respira y

también le da dos balazos lo mismo sucede

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¿On’tá el Chiste?

129

con el caballo. El campesino no pierde de-

talle de lo que sucede. El conductor del

4x4 sigue buscando y encuentra al campe-

sino con un ojo morado, una mano medio

destrozada, todas las costillas rotas y una

pierna descuartizada. El campesino se

apresura a decirle al hombre:

— ¡Caramba! Parece mentira pero a mí no

me ha pasado nada.

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¿On’ta el Chiste?

Casi todos tenemos a flor de labio el chiste favorito o el que nos hace son-reír internamente. Quizá se acuerde de uno en especial, si no, poco importa, este libro será para usted un florilegio interminable de ellos con los que segu-ramente se tronchará de risa.