nosotros, no podemos callar lo que hemos visto y oído

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“NOSOTROS, NO PODEMOS CALLAR LO QUE HEMOS VISTO Y OIDO” HECHOS 4, 20 JORGE LUÍS DE LA HOZ CASTRO SEMINARISTA EUDISTA II CONGRESO PARROQUIAL DE EVANGELIZACIÓN Y SANACIÓN “JESÚS ESTÁ VIVO” PARROQUIA SAN ANTONIO DE PADUA MINISTERIO DE ORACIÓN FUEGO DEL ESPÍRITU SANTO NOVIEMBRE 9 Y 10 DE 2013

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Predicación sobre el testimonio

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Page 1: Nosotros, no podemos callar lo que hemos visto y oído

“NOSOTROS, NO PODEMOS CALLAR LO QUE HEMOS VISTO Y OIDO”HECHOS 4, 20

JORGE LUÍS DE LA HOZ CASTROSEMINARISTA EUDISTA

II CONGRESO PARROQUIAL DE EVANGELIZACIÓN Y SANACIÓN“JESÚS ESTÁ VIVO”

PARROQUIA SAN ANTONIO DE PADUAMINISTERIO DE ORACIÓN FUEGO DEL ESPÍRITU SANTO

NOVIEMBRE 9 Y 10 DE 2013

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“NOSOTROS, NO PODEMOS CALLAR LO QUE HEMOS VISTO Y OIDO”HECHOS 4, 20

Este texto se ubica en el acontecimiento en donde Pedro y Juan se encuentran frente al Sanedrín, un acontecimiento novedoso que aparece en el capítulo 4 del libro de los Hechos de los Apóstoles, donde a causa de su predicación, los apóstoles comienzan a ser perseguidos. Predicación que comienzan a realizar con valentía, movidos por la acción del Espíritu Santo, que reciben el día de Pentecostés, lo que significa, que una de las acciones que el Espíritu hace en nuestras vidas es movernos a hablar de las maravillas del Señor, y la más grande de las maravillas, el gran milagro que debemos anunciar, es Jesucristo, al cual todo bautizado está llamado a anunciar con valentía y con alegría.

Los apóstoles luego de haber experimentado la resurrección del Señor, no podían seguir indiferentes como si no hubiera pasado nada, lo mismo nosotros al experimentar a Cristo Resucitado no podemos vivir como si en nuestras vidas no hubiese sucedido nada, además el mismo Espíritu de Dios siempre hará arder nuestros corazones para que no callemos las maravillas de Dios. Por eso, es necesario no dejar de implorar en nuestras vidas: Ven Espíritu Santo.

Todo aquel que se llama cristiano, tiene la misión de anunciar a Jesucristo, de extender el mensaje de salvación a todo hombre y mujer, para que la humanidad encuentre el verdadero sentido de la vida.

Mesianismo de Jesús

En el Evangelio según san Marcos (Mc. 1, 43), vemos la frecuencia con la que Jesús ordena a ciertos personajes (beneficiados por algún milagro, discípulos), que guarden silencio y no revelen a nadie su identidad. El mesianismo de Jesucristo incluye todo el misterio de su Encarnación, misterio que contiene su concepción, su infancia, su vida pública, pero sobre todo el misterio de su pasión, muerte y resurrección, es decir, el mesianismo de Jesús sólo se puede comprender correctamente, después de su pasión y resurrección.

Por eso vemos como Jesús mismo, le ha de pedir a sus discípulos después de la transfiguración, que no contaran a nadie de lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitará de entre los muertos (Marcos 9, 10) Solamente  con la muerte en la cruz se comprende realmente  la auténtica  condición mesiánica de Jesús. Por lo tanto, el sentido del secreto mesiánico es que la completa identidad de Jesús como Hijo de Dios sólo se tiene tras la muerte en la cruz y la resurrección: la revelación que se dio en Jesús es incompleta y se interpreta equivocadamente antes de la pasión y resurrección.

Solamente a la luz de la cruz adquiere verdadero sentido el carácter mesiánico de Jesús y su identidad como Hijo de Dios (Marcos 15, 39); hasta ese momento, su

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comprensión era incompleta, lo que ocasionaba malos entendidos e incomprensiones. Ya hoy día, no podemos mantener un secreto mesiánico, debido a que ya se ha completado el mesianismo de Jesucristo, pues con su muerte en la cruz y con su resurrección, se nos muestra realmente como el Mesías.

En el discurso ante el Sanedrín, Pedro no pierde la oportunidad de dar testimonio de Jesucristo, y esta vez como sus anteriores discursos, anuncia de nuevo el misterio del mesianismo de Jesús: su muerte y resurrección, pero esta vez ratificando que “no sea dado otro Nombre por el cual podamos ser salvados” (Hechos 4, 12), y es en realidad ese el significado del Nombre de Jesús, ya lo dirá el Ángel Gabriel a San José, según lo narra el Evangelista San Mateo en el capítulo 1, versículo 21; por tanto, el cristiano no debe vivir sin anunciar el Nombre de Jesús, no podemos callarnos el nombre de Jesucristo, porque sería un egoísmo nuestro, el querer guardar para nosotros mismos la riqueza que otorga Jesucristo al alma de aquellos que lo reciben, además Jesús hoy quiere seguir salvando y nosotros somos sus instrumentos.

Los cristianos de hoy en día, estamos llamados insistentemente a dar testimonio de Jesucristo, en eso consiste la evangelización, en la anunciación de la Buena nueva que es el mismo Jesucristo, y evangelizar es la tarea de la Iglesia, ya que siempre está el Espíritu Santo actuando en ella para que evangelice. Y hay varias formas de dar testimonio; primero, yo doy testimonio; de ahí vienen las distintas formas de dar testimonio: anunciar de palabra, de obra y con la entrega de la vida misma (martirio).

Importancia de la vida sacramental.

Papa Francisco: Cada encuentro con Cristo, que nos da la salvación en los Sacramentos, nos invita a "ir" y a comunicar a los otros la salvación que podemos ver, tocar, conocer, recibir, y que es creíble de verdad, ya que es amor. De esta manera, los Sacramentos nos llevan a ser misioneros. Y el compromiso apostólico de llevar el Evangelio a todas partes, incluso en las más hostiles, constituye el fruto más auténtico de una asidua vida sacramental, porque es participación a la iniciativa salvífica de Dios, que quiere dar la salvación a todos.

Pueden ir en paz…

Los cristianos debemos dar testimonio del amor de Dios, es una invitación constante que tenemos y a la que hoy más que nunca estamos recibiendo por medio de nuestro santo padre Francisco, que a decir verdad, son en realidad palabras del mismo Señor Jesús inspiradas por el Espíritu Santo; Dios nos ayude para que una vez finalizado este encuentro, salgamos a nuestras propias realidades a dar testimonio del poder de Dios, a anunciar no sólo de palabras sino de obras que Jesús está vivo, y que sea un anuncio que demos

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movidos por la acción del Espíritu, y que sea signo de esperanza para nuestros pueblos hoy en día.

No nos callemos de las maravillas de Dios, es necesario que muchas personas conozcan el mensaje de Jesucristo, salgamos de este lugar convencidos que hay alguien que está con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos (Mt. 28, 20), es Jesús, el mismo que nos está enviando a la misión, afuera hay personas que necesitan conocer de Dios, afuera nos está esperando un mundo dividido por las guerras y las discordias, un mundo que necesita de Dios, en nuestras manos ha colocado Dios la gracia de la evangelización. Los "carismas" son los regalos que nos hace el Espíritu Santo: uno tiene el regalo de ser así, o esta habilidad o esa posibilidad... son los regalos que da, pero no nos los da para que se oculten: nos da estos regalos para participarlos a los demás. No son en beneficio de los que los reciben, sino para la utilidad del pueblo de Dios, vayamos con la valentía de los hijos de Dios, a transformar nuestra sociedad, Jesús es el único que tiene poder para cambiar nuestras realidades, con la fuerza del Evangelio que es el mismo Jesús vamos a decirle al mundo que vale la pena seguir a Jesús, que vale la pena vivir el encuentro con Jesús, no nos dé miedo de anunciar a Cristo, no nos de pena decirle a las personas que nos rodean, que hay un Dios que los ama, no nos acobardemos, vamos a decirle a nuestra comunidad de Sabanalarga, que si se puede alcanzar la paz, que si podemos ser una tierra bendita, que si podemos vivir como hermanos.

Queridos hermanos, no nos callemos, anunciemos a Jesucristo, porque si no lo hacemos nosotros, lo harán las piedras (Lucas 19, 40). No podemos callar lo que hemos visto y oído (Hechos 4, 20), no podemos callarnos de que Jesús está vivo, que es poderoso, que nos sorprende con sus bondades, el hecho que los enfermos se acercaban a Jesús, implicaba que habían escuchado de él, por eso con confianza gritaban: “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi” (Marcos 10, 47).

El resto de los sabanalargueros nos esperan, esperan que los iluminemos con la luz de Cristo, seamos instrumentos de misericordia, todos los bautizados estamos llamados a ser apóstoles, comuniquemos a los otros la salvación que podemos tocar, ver, recibir y sentir, y que es creíble de verdad, ya que es amor. Ante esta realidad, no podemos quedarnos callados de lo que hemos visto y oído, no podemos callar que Jesús está vivo y lleno de poder.