murray bookchin: comunalismo, naturaleza y libertad

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  • 8/9/2019 Murray Bookchin: comunalismo, naturaleza y libertad

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    Murray Bookchin:Comunalismo, Naturaleza y Libertad

    A L F O N S O L P E Z R O J O

    La libertad no es hija del orden, es la madre del orden

    P-J Proudhon, Solucin al problema social, 184

    64LP

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    Tratar de ofrecer una visin de conjunto del pensa-miento de Murray Bookchin no es tarea fcil dada la am-plitud de miras que el activista e investigador norteame-ricano demostr tener en su intensa vida. Sin embargo,se hace necesario comenzar a acometer esta tarea dadoque -salvo en aspectos parciales apenas se encuentranestudios dedicados a analizar su trabajo y a valorarlocomo un todo.

    En este sentido, una de las cuestiones principales quese ha de tener en cuenta a la hora de hilar el pensamientode Bookchin es que su trayectoria vital discurri en unmarco temporal que cubre buena parte de los aconteci-mientos sociales y culturales del siglo XX: La Gran Depre-sin en la dcada de 1930, la Segunda Guerra Mundial, losaos de postguerra, la dcada de 1950, las dcadas tan

    especcas de 1960-70 y la entrada y el despliegue de lapostmodernidad en los aos 1980 y 90.

    Bookchin, que falleci el 30 de julio de 2006, tratde responder a cada uno de estos momentos histricosaportando sus teoras y puntos de vista; y entrando lasms de las veces en confrontacin directa con el pensa-

    miento de sus coetneos. Todo ello hace que su obra pue-da percibirse como un legado rico y complejo y, a la vez,polmico o contradictorio.

    De formacin autodidacta, su trabajo se constitu- y como un dilogo intenso y sostenido con los ms

    variados autores: Marx, Hegel y Engels fueron junto aProudhon, Bakunin y Kropotkin los ms frecuentados.Pero tambin fue importante su dilogo con represen-tantes de la Teora Crtica de la Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno y Marcuse) as como con la culturaclsica, con la tradicin utopista, con la sociologa deMax Weber; con la biologa y las teoras antropolgicasde su tiempo, con su admiracin por Josef Weber o consu estudio de las obras de Lewis Murdoch, Karl Polanyi,Hans Jonas y otros muchos.

    El reto holstico e interdisciplinar que se desprende

    de la obra de Murray Bookchin va unido a su estilo pene-trante y desenfadado. Un estilo que puede deslumbrar yconducir a la fascinacin acrtica; del mismo que puedeproducir rechazo. Pero, en cualquier caso, lo ingrato se-ra no reconocer desde un punto de vista libertario elesfuerzo intelectual con el que Boookchin intent tras-cender la autorreferencialidad histrica y terica a laque el anarquismo se vio abocado desde la dcada de1940 y que an no ha superado. Y es que, en el fondo,su intencin fue tratar de abrir ventanas mientras po-na a prueba la validez de los principios libertar ios paraofrecer alternativas a las complejas transformacionesde nuestro tiempo.

    De la fbrica a la comunidad

    Murray Bookchin naci el 14 de enero de 1921 en elbarrio del Bronx, en Nueva York, en el seno de una fa-milia de inmigrantes judos rusos que haba participadoen el movimiento revolucionario de su pas. Con nueveaos entr a formar parte del movimiento juvenil co-munista educndose en el marxismo-leninismo y, ya enla adolescencia, actu como formador en una seccin dela Liga de Jvenes Comunistas; organizacin de la queacabara siendo expulsado por desviacionismo. En 1936se involucr enSupport Spain , el movimiento neoyorkinode apoyo a la repblica espaola y, en 1939 -tras el pac-to Hitler-Stalin-, se aline con el trotskismo militandohasta 1946 en el Partido Socialista de los Trabajadores

    LA HUELGA,QUE SE RADICALIZ Y PROLONG CASI CUATRO MESES,TERMIN SIN EMBARGO CON LA ACEPTACIN POR PARTE

    DEL SINDICATO..., PARA L,REVELABA LA CONNIVENCIA QUE SE EMPEZABA A PRODUCIR ENTRE TRABAJO Y CAPITAL

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    (SWP). Tena entonces 18 aos. Despus de graduarse enla enseanza secundaria, su familia no pudo costearleestudios superiores (su vocacin era la biologa) y sefue a trabajar a una fundicin de Nueva Jersey dondeiniciara su actividad como sindicalista en el Comit deOrganizacin Industrial (COI).

    Tras el servicio militar comenz a trabajar en elsector de la automocin implicndose activamente enla United Auto Workers (UAW): sindicato de predominiocomunista y libertario hasta que, en 1946, fue elegidopresidente el demcrata Walter Reuther. La UAW prota-goniz la huelga de trabajadores de la General Motorsiniciada en noviembre de 1945. La huelga, que se radica-liz y prolong casi cuatro meses, termin sin embargocon la aceptacin por parte del sindicato de un incre-mento salarial muy inferior al que aspiraban y algunas

    mejoras laborales como planes de pensiones o la amplia-cin de vacaciones pagadas.

    Bookchin, que sera delegado sindical en 1948, sereferir a menudo a este hecho decepcionante comoun punto de inexin en la orientacin de su pensa-miento ya que, para l, revelaba la connivencia que seempezaba a producir entre trabajo y capital. De estemodo pudo intuir que las expectativas puestas en elproletariado industrial como sujeto hegemnico delcambio social en el capitalismo avanzado no iban por buen puerto. Desde entonces, la fbrica y el sindicato

    ya no sern para Bookchin el nico lugar que posibilita-ra la transformacin y sus intereses se ampliarn haciala comunidad en su conjunto.

    No deja de ser significativo que este punto de vistaque Bookchin y otros compaeros de viaje adoptaron ya en la dcada de 1940 desde su propia experienciadirecta como trabajadores, en 1964 sera formulado en

    buena parte por autores como Herbert Marcuse en Elhombre unidimensional, ensayo sobre la ideologa en lasociedad industrial avanzada y Andr Gorz en Estra-tegia obrera y neocapitalismo.

    Del marxismo a la contracultura

    El primer texto publicado por Bookchin registradoen su bibliografa data de 1950 y es un artculo tituladoCapitalismo de Estado en Rusia, publicado en la revistaContemporary Issues (cuestiones contemporneas, o deactualidad: Dinge der Zeit en su edicin alemana). En estamisma revista ser donde publicar la mayora de sustextos durante la dcada de 1950, utilizando hasta cua-tro seudnimos para su rma. Y es que, el uso de seudni-mos, era una suerte de norma tcita y, en cierto modo, unprincipio de autora colectiva o anonimato seguido por

    SUS CRTICAS A LO QUE CONSIDERABA EL

    ANQUILOSAMIENTO DEL MARXISMO EN UNAS ESTRUCTURAS

    RGIDAS DE PARTIDO Y EN UN DOGMATISMO ECONOMICISTA

    Y DOCTRINARIO QUE SE VOLVA INTIL PARA

    CONTEMPORANEIZAR CON LA SOCIEDAD Y RESPONDER A

    LAS TRANSFORMACIONES DEL CAPITALISMO

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    la mayora de colaboradores de esta publicacin que ejer-ca de portavoz del Movement for a Democracy of Content (Movimiento por una Democracia de Contenido). Un movi-miento que an est prcticamente por estudiar y que seform en 1947 en torno a Josef Weber, msico y notable extrotskista alemn (particip en 1938 en la creacin de la IVInternacional en Pars), autor de textos como Socialismoo Barbarie capitalista (1944) y La Gran Utopa (1950).

    Josef Weber se exili primero en Pars y despus enNueva York, ciudad en la que Murray Bookchin le cono-cera en 1944 a raz de la publicacin de Socialismo oBarbar ie capitalista, convirtindose pronto en un ad-mirador e involucrndose en el movimiento con la apor-tacin de textos tan signicativos como Armas paraHungra (en apoyo a la revolucin antiestalinista de1956) o El problema de los productos qumicos en losalimentos, publicado en 1952 con el seudnimo de LewisHerber. Este ser uno de los primeros textos relevantes

    de Murray Bookchin; no slo por la temtica, impactante y novedosa en aquellos aos (Josef Weber la haba per-lado brevemente en La Gran Utopa), sino porque atravs de esta investigacin se despertara su concien-cia ecolgica a la que tanto esfuerzo llegar a dedicar.Al ao siguiente el texto fue traducido al alemn y logrcausar debate en este pas.

    Tambin es interesante sealar que el Movimiento por una Democracia de Contenido no tuvo demasiada reso-nancia, pero s tuvo una vida dilatada: dur desde 1947a 1964 y tuvo representantes y colaboradores en ReinoUnido, Alemania, Estados Unidos y Sudfrica. Por otraparte, su particularidad guarda aspectos relacionadoscon grupos como Socialismo y Barbarie (1948-1967) y laInternacional Situacionista (1957-1972), aunque en princi-pio no tuviera conexiones con ellos.

    Aunque Murray Bookchin siempre mantuvo a lo largo desu trayectoria un dilogo con la obra de Marx, a nales dela dcada de 1950 su pensamiento experiment una tran-sicin del marxismo al anarquismo a partir de conectar con la Libertarian League (Liga Libertaria), que se habacreado en Nueva York en 1954, as como con textos comoLa losofa del anarquismo (1940) del terico de arteHerbert Read que sera su primera lectura sobre el tema.Sin embargo, como seala Janet Biehl compaera de Bo-okchin desde 1987 e investigadora de su trabajo-, no fuela lectura directa de los grandes pensadores anarquistassino que fuero, en primer lugar, las crticas hacia ellos deMarx y Engels las que despertaron en Bookchin el interspor profundizar en el anarquismo. A ello se unira tambinsu estudio de la polis griega y el conocimiento de las ob-servaciones de Engels sobre la naturaleza y la necesidadde conciliar ciudad y campo. Idea sta que conducira aBookchin a considerar las posibilidades transformadorasde la descentralizacin urbana. Fruto de ese primer em-

    EL CONCEPTO DE ECOLOGA SOCIAL SE BASA

    EN LA CONVICCIN DE QUE LOS PROBLEMAS

    ECOLGICOS ACTUALES TIENEN SU ORIGEN EN

    PROFUNDOS PROBLEMA SOCIALES Y QUE, POR LO

    TANTO, LA CRISIS ECOLGICA ES INSEPARABLE

    DE LA CRISIS SOCIAL

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    puje seran sus trabajos sobre el desarrollo de la ciudadburguesa, publicados en 1958 y reunidos en forma de libroen 1974 con el ttulo Los lmites de la ciudad. Estos prime-ros estudios sobre urbanismo junto a su obra Crisis ennuestras ciudades (1965) sern la base del inters con elque en aos posteriores tratara de contribuir al desarro-llo de las formas de organizacin social libertarias.

    En la dcada de 1960 Murray Bookchin se convirti enuna de las voces de la contracultura y la llamada NuevaIzquierda en los Estados Unidos. Movimientos ambos que,aunque obviamente se prestan a establecer paralelismoscon los movimientos surgidos en Europa en torno a Mayodel 68, en Norteamrica tuvieron unas caractersticaspropias que muy pronto arraigaron popularmente en loque se vendran a llamar los nuevos movimientos socia-les: minoras tnicas, feminismo y liberacin sexual, pa-cismo, ecologa, etc. Ellos crearan el ambiente cargadode energa que se respirara en la Universidad Alternativade Nueva York en la que Murray Bookchin dio clases en losltimos aos de la dcada.

    En este clima de cuestionamiento permanente, uno delos textos de Bookchin que ms difusin tuvo a partir de1969 fue Escucha marxista!. En l enfatizaba sus crticasa lo que consideraba el anquilosamiento del marxismo enunas estructuras rgidas de partido y en un dogmatismoeconomicista y doctrinario que se volva intil para con-temporaneizar con la sociedad y responder a las trans-formaciones del capitalismo. Sin embargo, a diferencia deese debate, que en realidad fue muy comn en la poca yque an est vivo, donde ms se sita el inters del tra-bajo de Bookchin es en los textos que desde comienzos de

    1960 y hasta el nal de su vida dedic a la elaboracinterica de la que llamara ecologa social.

    La ecologa social como superacin de las jerarquas

    Para Murray Bookchin el concepto de ecologa socialse basa en la conviccin de que los problemas ecolgicosactuales tienen su origen en profundos problema sociales y que, por lo tanto, la crisis ecolgica es inseparable de lacrisis social. Este enfoque de la ecologa, que seguramen-te a cualquier persona con talante de izquierdas le pue-

    de parecer obvio, no lo es tanto si tenemos en cuenta elmodo como las cuestiones sociales acostumbran a brillar por su ausencia en la mayora de los estndares ecolo-gistas: empezando por el medioambientalismo que nutrea las polticas liberales, y siguiendo por el biocentrismoque caracteriza a la Ecologa Profunda o la mstica quesustenta a las ms variadas formulaciones en torno a unaetrea bsqueda de armona con la naturaleza. Con todasestas tendencias, a las que se aadira el primitivismo,Bookchin mantuvo un debate permanente.

    Otra conviccin que est siempre latente en su teoraecolgica, y que le gustar repetir a menudo como re-cordatorio de sus principios, es la idea de que la propianocin de dominacin de la naturaleza proviene direc-tamente de la dominacin del hombre por el hombre. Sibien la crtica a la idea negativamente civilizatoria dedominio de la naturaleza ya haba sido expresada por Horkheimer y Adorno (Dialctica del Iluminismo, 1944)en el sentido de que en el dominio de la naturaleza estincluido el dominio del hombre; Bookchin altera los con-ceptos reforzando en su formulacin la idea de que sonlas relaciones sociales de dominacin las que conducenal dominio de la naturaleza en todas sus formas. De he-cho, el estudio minucioso de la jerarqua (en tanto queprincipio de dominacin) ser el eje sobre el que girar laque se considera su obra ms relevante: La ecologa dela libertad, el surgimiento y la disolucin de la jerarqua,libro escrito a lo largo de los aos 70, terminado en 1980 y publicado en 1982.

    Para Bookchin, la nocin de jerarqua incluye tanto alas clases sociales econmicas, como a todas las formasexistentes de dominacin y, especialmente, aquellas que-como el patriarcado son anteriores a la formacin de lasclases y del Estado. De este modo, la jerarqua no slo reco-rre transversalmente la historia sino que se instala comodominacin en cada lugar y a cada instante de nuestras vi-das. En este sentido, la percepcin humana de la naturalezacomo objeto de dominacin proviene del arraigo panjerr-quico de nuestro entendimiento. Reconocer a la naturalezacomo sujeto y no como objeto, as como hallar las formasde conciliacin entre humanidad y naturaleza, es el retoprincipal que nuestra civilizacin tiene en juego.

    LA JERARQUA NO SLO RECORRE TRANSVERSALMENTE LA HISTORIA SINO QUE SE INSTALA COMO DOMINACIN

    EN CADA LUGAR Y A CADA INSTANTE DE NUESTRAS VIDAS. EN ESTE SENTIDO, LA PERCEPCIN HUMANA DE LA

    NATURALEZA COMO

    OBJETO

    DE

    DOMINACIN

    PROVIENE

    DEL

    ARRAIGO

    PANJERRQUICO

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    Haciendo una rpida comparacin, bien se puede de-cir que al igual que para el racionalismo expresado por Descartes el dominio de la naturaleza por el hombre con-ducira a la libertad, para la ecologa social es justo todolo contrario: ser la relacin simbitica con la naturaleza-fundamentada en una tica de la complementariedadla que nos puede hacer libres. Ello supondra, pues, lahumanizacin de la naturaleza y la naturalizacin de lahumanidad formulada por Marx en el tercero de sus ma-nuscritos de economa y losofa (1844). Bookchin se apo- yar en la cita del joven Marx como elemento concluyente

    de uno de sus escritos ms conocidos: Por una sociedadecolgica (1974).

    El lugar en el que Bookchin trat los aspectos ms te-ricos de su pensamiento es en La losofa de la EcologaSocial (1990); obra que supone una tentativa de creacinde un naturalismo dialctico que, trascendiendo el espi-ritualismo de Hegel y el cienticismo de Engels, renuevela tradicin dialctica y pueda servir de herramienta con-ceptual en el anlisis de las relaciones entre sociedadeshumanas y naturaleza.

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    Sin embargo, la Ecologa Social no persigue constituirsenicamente como una opcin terica -con la que correrael peligro de convertirse en mera retrica-, sino que ha deentenderse como una bsqueda constante de alternativasque puedan sustituir a la sociedad jerrquica por la que Bo-okchin llamar la sociedad orgnica. Es decir, una sociedadarmnica consigo misma y con los ecosistemas naturales.

    Es en este punto donde Murray Bookchin encontrar en

    la idea de mutualismo simbitico, basada en el apoyo mu-tuo de Kropotkin, y en los principios bsicos del anarquismocomo la descentralizacin, la autogestin o la cooperacin,la apertura de todo un inmenso campo para la creacinde una sociedad ecolgica. De hecho, lo que se produciren Bookchin ser tambin una suerte desimbiosis o fusinentre ecologa y anarquismo hasta el punto de que ambasresultan a menudo indistinguibles. Por eso, no le disgusta-

    ba que se hablara de ecoanarquismo para referirse a sutrabajo; del mismo modo que tampoco se le escapaba elcomponente utpico de su propuesta a la que, de tanto entanto, se refera felizmente como una ecotopa.

    En 1974 Murray Bookchin fund junto a Daniel Chodor-koff el Instituto para la Ecologa Social ubicado en Plain-eld (Vermont). Y, entre 1974 y 1983, fue profesor de TeoraSocial en el Ramapo College de New Jersey, institucindocente que supo convalidar su falta de titulacin aca-dmica a cambio del valor de sus conocimientos.

    Nuestro medio ambiente sinttico

    Interesante es tambin trazar una gnesis somera delas aportaciones de Bookchin a la ecologa y a la propia

    PARA LA ECOLOGA SOCIAL SER LA RELACIN SIMBITICA CON LA NATURALEZAFUNDAMENTADA EN UNA TICA DE

    LA COMPLEMENTARIEDAD LA QUE NOS PUEDE HACER LIBRES

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    formacin del movimiento ecologista contemporneo. Laprimera tentativa ya mencionada fue la investigacinen torno a la utilizacin de productos qumicos en los ali-mentos que realiz en 1952. Diez aos despus, ampliara lacuestin adoptando un enfoque ecolgico completamenteactual en Nuestro medio ambiente sinttico, libro publi-cado en abril de 1962 con el seudnimo de Lewis Herber.

    Como suele ser costumbre remarcar entre los segui-dores y conocedores del trabajo de Bookchin, la publica-cin de este libro precedi en unos meses a Primaverasilenciosa: la famosa obra que la biloga norteamericanaRachel Carson dedic a la advertencia del peligro del usode DDT y otros pesticidas. La gran divulgacin que tuvo ellibro contribuy a que se convirtiera en un lugar comn ala hora de ser sealado como el iniciador de la concienciamedioambiental que unos aos despus dara paso al mo-vimiento ecologista.

    Por otra parte, Ecologa y pensamiento revoluciona-rio (1964) ser otro de los textos relevantes de Book-chin en el que, por ejemplo, ya se habla de la cuestin delcalentamiento del planeta y de la fundicin de los cas-quetes polares, no como una informacin o curiosidadcientca, sino como un problema acuciante que procededel alcance destructivo del hombre sobre la naturaleza.Tambin en este texto Bookchin deja ya establecidas lasrelaciones entre anarquismo y ecologa que, tras su de-sarrollo, le conducirn a la fusin mencionada de ambasconcepciones.

    Hacia una tecnologa liberadora es un texto de 1965en el que Murray Bookchin muestra su conanza en el usode la tecnologa a partir de la creacin de una tecnologaa escala humana y al servicio de la vida. Algo que bien nospuede recordar a la herramienta convivencial de la queen 1973 nos hablaba Ivan Illich. En el mbito de la ener-ga, Bookchin propondr el uso de tecnologas renovablescomo la solar y la elica. Esta propuesta ya la haba hechoen el texto de 1962 mencionado y, en lo sucesivo, se refe-rir a estas tecnologas como tecnologas adecuadas o,de manera ms signicativa, como ecotecnologas. Todoun campo, pues, que -ironas de la historia el capitalis-

    mo verde acaba de descubrir como un nuevo y oportunonicho de negocio.

    Sin embargo, en el mbito de la energa, hay una grandiferencia entre la concepcin de Bookchin y el discursomercantilista. Y es que, mientras que el capitalismoverdehace trampa y plantea contradictoriamente que la im-

    plantacin a gran escala de tecnologas alternativas su-pone un chorro de energa fresca, y unnew deal industrialque va a permitir salir de la crisis sistmica renovando laeconoma y elevando las cotas de crecimiento Para Bo-okchin, sencillamente, el uso de tecnologas y fuentes deenerga alternativas no debe concebirse como el sustitu-to de ninguna energa del pasado, sino como el principiode algo nuevo: una nueva sociedad basada en una nuevarelacin con la naturaleza.

    Los dos textos de Murray Bookchin que acabamos deresear formaran par te de un libro recopilatorio que, en

    1971, se public con el ttulo Anarquismo post-escasez y que Espaa se editara en 1974 con un ttulo comer-cial y engaoso como es El anarquismo en la sociedadde consumo. Y es que, desafortunadamente, Bookchinintrodujo la idea de post-escasez en su pensamiento,pero, apenas la desarroll. Cabe pensar, pues, que tal vezsea este el motivo por el que esta idea acostumbra ainterpretarse errneamente.

    Dicho en breve: cuando Bookchin habla en sus textosde post-escasez no se est reriendo al fenmeno delconsumismo, ni tampoco est diciendo que la humanidad

    haya entrado en una era de abundancia material de alcan-ce planetario y socialmente equitativo, ya que es obvioque tal cosa no existe. Tampoco se est reriendo a quelos recursos naturales sean innitos, porque tambin esobvio que son nitos. Cuando Bookchin utiliza el trminoescasez lo hace tanto en el sentido material como en elsentido humano de lucha por los medios de existencia.Asimismo, se centra en la consideracin de que la escasezmaterial ha brindado y sigue brindando la justicacinhistrica para la constitucin de la sociedad jerarquiza-da, el desarrollo de la propiedad privada y la dominacinde clases. No en vano la concepcin de la economa ms

    BOOKCHIN ENCONTRAR EN LA IDEA DE MUTUALISMO SIMBITICO, BASADA EN ELAPOYO MUTUO DE KROPOTKIN, Y

    EN LOS PRINCIPIOS BSICOS DEL ANARQUISMO COMO LA DESCENTRALIZACIN, LA AUTOGESTIN O LA COOPERACIN,

    LA APERTURA DE TODO UN INMENSO CAMPO PARA LA CREACIN DE UNA SOCIEDAD ECOLGICA

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    hegemnica insiste endenirse como ciencia dela gestin de la escasez,aunque en realidad actecomo motor de la des-igualdad.

    Para Bookchin, se hade aspirar a rebasar laescasez ajustando y re-situando a la vez nuestrapercepcin de las necesi-dades; por lo que quedaclaro que la sociedadpost-escasez no es algoque ya exista, sino que esuna utopa o ecotopa

    hacia la cual caminar. Aqu intervendr de nuevo suconanza en la potenciali-dad liberadora de las eco-tecnologas, basadas en lapropia abundancia ener-gtica que la naturalezanos ofrece a travs, por ejemplo, del sol y el aire.

    Bueno es tener encuenta que la conanza

    casi ingenua en la tecno-loga como portadora deun mundo mejor, y comopotencialmente liberado-ra de esclavitudes como eltrabajo, era una creenciamuy compartida por au-tores progresistas en lasdcadas de 1960 y 1970 yan lo sigue siendo en mu-chos aspectos; sobre todocuando se sigue hablandoen trminos como el ndel trabajo o la socie-dad del ocio. Sin embargo,bien sabemos que la cosano termina de llegar y que,ms bien, a lo que tiendeel desarrollo tecnolgicoes a crear nuevos proble-mas y a reforzarse a s mismo como instrumentode dominacin.

    La muerte de un pequeo planeta

    Por lo dems, la conciencia de la nitud de los recursos y de la depredacin del planeta a partir del imperativodel crecimiento econmico como nico principio civiliza-torio del capitalismo, no slo es muy clara en el traba- jo de Bookchin sino que, en un tiempo como el nuestroen el que -al igual que en la dcada de 1970 la cuestinde los lmites del crecimiento vuelve a ocupar el cen-tro de debate, su punto de vista merece ser tenido encuenta. Bookchin situar la cuestin del crecimiento en ladisyuntiva de crecimiento o muerte que en la economacapitalista acta como espada de Damocles y que Marxevidenciara en El capital. Esta percepcin del problemaser uno de los ejes sobre los que se articular la EcologaSocial en su propsito de poner de maniesto las racessociales de los conictos ecolgicos y medioambientales.Signicativo ser por ello el texto que, en 1989, MurrayBookchin titular La muerte de un pequeo planeta, uncrecimiento que nos mata.

    Ante la ambigedad de posturas similares a las queen la actualidad plantean la necesidad de un decre-cimiento centrndose solo en cuestiones como lacrtica al consumo o aconsejando una simplicidadvoluntar ia, Bookchin dej claro en textos como el queacabamos de mencionar que la demanda de controlar el crecimiento no tiene sentido si al mismo tiempo sequiere dejar intacta la economa de mercado, que es laque genera la carrera del crecimiento ilimitado a costade la depredacin de la naturaleza y la explotacin hu-mana. Sin esa carrera el sistema capitalista no puedefuncionar, por lo que la solucin est en su desman-telamiento como sistema. Cabe pensar, pues, que esaes la primera premisa coherente que debe asumir unmovimiento por el decrecimiento que aspire a conver-tirse en un referente transformador.

    Por otra parte, resulta oportuno sealar que, preci-samente, la ausencia de un cuestionamiento explcitode los fundamentos de la economa capitalista es unacaracterstica comn del informe Los lmites del creci-miento y del Maniesto para la supervivencia: las dosiniciativas que fueron auspiciadas en 1972 por el crcu-lo de cientcos y empresarios conocido como Club deRoma. Ambos textos tuvieron mucha difusin y se con-sideran el inicio y los pilares del movimiento ecologista junto a la primera Cumbre de la Tierra organizada por laONU en Estocolmo (1972), y la formulacin en 1973 de laEcologa Profunda por parte de Arne Naess.

    Pues bien, en contraste con estas aportaciones con-sideradas pioneras, se debe mencionar por ltimo en

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    este pequeo recorrido sobre la relacin de MurrayBookchin con la formacin del movimiento ecologistacontemporneo, su texto Poder de destruir, poder decrear escrito en 1969 como maniesto para el gruponorteamericano Ecology Action East.

    En este texto destaca entre otras cuestiones la pro-

    puesta de Bookchin de descentralizar las ciudades ycrear ecocomunidades. Una alternativa que, tres aosms tarde, ser planteada por los 40 cientcos y acad-micos que -encabezados por Edward Goldsmith rma-ron el Maniesto para la supervivencia (por lo dems,la propuesta se convertir en uno de los puntos mscitados y celebrados de este maniesto).

    Ciertamente, es obvio que la historia y el conoci-miento son siempre una accin compartida; por lo queno tiene sentido enfatizar constantemente quien fue elprimero que hizo o dijo algo que fuera til a los dems.Sin embargo, en el caso de Murray Bookchin respecto ala ecologa, y al propio movimiento ecologista, s resultapertinente poner se nfasis dado que no resulta di-fcil darse cuenta de que su marginacin en el mbitoacadmico -y en los medios en general proviene de suexplcita liacin libertaria y de su inequvoca posicinanticapitalista. Lamentablemente, resulta frecuentetoparse con licenciados en biologa o en ciencias am-bientales que desconocen su trabajo.

    La apuesta comunalista

    La dimensin poltica y esencialmente prctica quela Ecologa Social necesit aba para trascender su propiadimensin terica, Bookchin la encontrar en la tenden-cia comunalista del anarquismo recogida sobre todo enlos escritos de Bakunin y Kropotkin. A ellas se aadirantambin cuestiones clave como el principio federativoexpresado por Proudhon, o la atencin a sus utopistasfavoritos: Fourier y William Morris. Pero donde ms serefuerza la apuesta comunalista de Bookchin es en losestudios histricos que llev a cabo sobre las formas deorganizacin social en las que intua que podan encon-

    trarse formas de liber tad que fueran tiles para nutrir nuevas alternativas. Es interesante observar al respectoque, en la lnea del viejo Bakunin, Murray Bookchin nopercibe la libertad como un proceso de conquistas indi-viduales sino, literalmente, como un proceso de comu-nalizacin. Un proceso que se expresa en la capacidadde autoorganizacin colectiva que emana directamentede la propia libertad de los individuos. Algo que prontonos trae a la mente la clebre mxima de Proudhon en laque apuntaba que la libertad no es hija del orden sinoque es la madre del orden.

    Los estudios de Bookchin en esta direccin abarca-rn desde tentativas como, por ejemplo, la revuelta delos Comuneros de Castilla en el siglo XVI, la Comuna dePars de 1871, el proceso revolucionario de la Francia delXVIII o la experiencia de las colectivizaciones libertariasdurante la Guerra Civil espaola de 1936-39. De hecho,Bookchin hizo varias incursiones en el estudio del anar-quismo en Espaa. La ltima de ellas fue publicada en elcuarto volumen de La Tercera Revolucin (1996-2003),su obra magna dedicada al anlisis histrico de los mo-vimientos revolucionarios.

    Por otra parte, su estudio sobre la polis griega y lademocracia ateniense le conducir a reforzar la nocinde democracia directa propia de la tradicin libertaria, y a recobrar el sentido genuino que para la ciudadanagriega tena el concepto de poltica en tanto que pre-ocupacin por los asuntos de la polis.

    A travs de todo este bagaje, al que se aadir susestudios de urbanismo mencionados en apartados an-teriores, la propuesta comunalista y poltica (en el sen-tido griego) que Bookchin propondr como expresinde la Ecologa Social se dirigir al mbito municipal. Enconsonancia con la tradicin libertaria, el municipioser percibido como la unidad de convivencia bsicaque puede facilitar que el logos comn uya y adoptela forma de democracia directa: el cara-a-cara que serepite a menudo en sus escritos. Llamar a la propuestaMunicipalismo Libertario.

    Por otra parte, el sentido prctico y comunal del mu-nicipio radicar para Bookchin en lo que acertadamen-te llamar la municipalizacin de la economa. Es de-cir, en la propiedad comunal y en la direccin colectivade la economa local (que incluye por igual las tierras y las fbricas). As, pues, los municipios nuevos o vie- jos constituidos como ecocomunidades posibilitaranla creacin de una sociedad orgnica y descentralizadaregida por el intercambio y el apoyo mutuo a travs dela confederacin de los municipios formando una Co-muna de comunas: el viejo sueo revolucionario que la

    NO CONCIBE EL USO DE ENERGA ALTERNATIVA COMO

    ELSUSTITUTO DE NINGUNA ENERGA DEL PASADO

    SINO COMO EL PRINCIPIO DE UNA SOCIEDAD NUEVA BASADA EN UNA NUEVA RELACIN CON LA NATURALEZA

  • 8/9/2019 Murray Bookchin: comunalismo, naturaleza y libertad

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    historia nos ha mostrado solo a travs de experienciasfugaces y cruentas, y a pesar de las bellas y sensatasplasmaciones escritas como la que Kropotkin nos legen su obra Campos, fbricas y talleres (1898).

    La propuesta municipalista de Bookchin se en-

    cuentra diseminada desde 1972 en distintos textos.Uno de los ms conocidos es Seis tesis sobre Muni-cipalismo Libertario (1984). Aunque, donde ms ela-borada puede encontrarse, es en una publicacin querealiz Janet Biehl titulada Las polticas de la Ecolo-ga Social, municipalismo libertario (1998). Y en Laurbanizacin de las ciudades. Hacia una nueva polti-ca de ciudadana (1992-1995): obra que se considerala ms import ante de Boockchin tras La ecologa dela libertad pero que, a diferencia de sta, no ha sidotraducida al castellano.

    Murray Bookchin consideraba que para poder alcan-zar el ideal comunalista se deba de poner en marcha unmovimiento municipalista amplio formado por personasdecididas a trabajar en su mbito ms prximo. Animabapor ello a que los colectivos libertarios participaran enlos comicios locales con programas inequvocos a travsde los cuales se pudiera comenzar a recorrer el caminopara que los municipios llegaran a ser gobernados por las asambleas populares y la democracia directa. A faltade esa posibilidad, animaba a crear asambleas extrale-gales ejerciendo como contrapoder.

    Ni qu decir tiene que la opcin electoral se conver-tira en el aspecto ms polmico del pensamiento de Bo-okchin. El ejemplo ms sonado fueron las jornadas inter-nacionales sobre Municipalismo Libertar io que, entre el26 y 28 de agosto de 1998, se celebraron en Lisboa en unambiente de encendida polmica que an est muy pre-sente en el imaginario crata. Sin embargo, las acusa-ciones de contradiccin agrante, de mero posibilismoo de parlamentarismo municipal que se lanzan a menu-do a la apuesta comunalista de Bookchin, difcilmentepueden invalidar el conjunto de su pensamiento y de sutrabajo. Un trabajo que, por otra parte, no fue concebidocomo una ideologa que debiera ser tomada al pie de laletra, sino como un producto inspirador.

    En cualquier caso, Murray Bookchin preri desmarcar-se del anarquismo en los ltimos aos de su vida y auto-denirse simplemente como comunalista. Al n y al cabo,sa era la tradicin histrica a la haba dedicado todo suesfuerzo intelectual. Para entonces, ya se haba cansadode defender a capa y espada el anarquismo social frenteal anarquismo individualista convertido en una moda. Y senegaba a escuchar la meloda del n de la historia silba-da por el relativismo y la diseminacin posmoderna. Razo-

    nes no le faltaban: Bookchin tena mucha historia detrs, y haca mucho tiempo que saba que el capitalismo noproduce individuos, sino tomos egostas.

    Bibliografa

    Obras de Murray Bookchin en castellano: La Ecologa de la Libertad . Nossa y Jara Editores/Colectivo

    Los Arenalejos, Madrid, 1999 Ecologa Libertaria, Madre Tierra, Madrid 1991 Historia, Civilizacin y Progreso . Nossa y Jara Editores,

    Madrid, 1997Los anarquistas espaoles: los aos heroicos, 1868-1936.

    Grijalbo, Barcelona ,1980 y Ed. Numa, Valencia, 2001Por una sociedad ecolgica. Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1978

    El anarquismo en la sociedad de consumo. Ed. Kairs, Bar-celona, 1974

    Los lmites de la ciudad . Ed. Hermann Blume, Madrid 1974Seis tesis sobre municipalismo libertario en La utopa esposible. Experiencias posibles, pgs. 81-99. Tupac Edi-ciones, Buenos Aires, 2004

    Sociedad, poltica y Estado en La sociedad contra la polti-ca, pgs. 53-70, Ed. Nordan, Montevideo, 1993

    El anarquismo ante los nuevos tiempos en El anarquismo ylos problemas contemporneos, Ediciones Madre Tie-rra, Mstoles, 1992

    Janet Biehl con la colaboracin de Murray Bookchin. Las polticas de la ecologa social, municipalismo libertario .Ed. Virus, Colectividad Los Arenalejos, Fundacin Salva-dor Segu. Barcelona, 2009 (1 ed.1998).

    Pginas en Internet en las que se pueden consultar textosde Murray Bookchin , Janet Biehl y otros investigadores:

    Institute for Social Ecology:http://www.social-ecology.org/

    Journal Communalism:http://www.communalism.org/

    Anarchy Archives:http://dwardmac.pitzer.edu/anarchist_archives/

    LA CONCEPCIN DE LA ECONOMA MS HEGEMNICA

    INSISTE EN DEFINIRSE COMOCIENCIA DE LA

    GESTIN DE LA ESCASEZ, AUNQUE EN REALIDAD ACTE COMO MOTOR DE LA DESIGUALDAD