murray bookchin la utopia es posible

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  • 7/29/2019 Murray Bookchin La Utopia Es Posible

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    BOOKCHIN / LIGURI

    STOWASSER

    LA UTOPAES POSIBLE

    Experiencias posibles

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    PRLOGO

    Lo que publicamos como Proyecto A no es sino la presenta-cin del mismo que hiciera su autor en una conferencia de mayode 1986 con motivo de la celebracin del centenario del movi-miento anarquista en Australia. En esta ponencia, Horst Stowas-ser delinea las bases, fundamentos y objetivos de lo que define

    como un proyecto anarquista para una ciudad media alema-na, hoy, al tiempo que se aventura en la especulacin acercade los futuros primeros pasos y de las implicancias posibles delproyecto a mediano y largo plazo.

    En su fase inicial, el Proyecto A es un plan de conquista deuna ciudad por parte de un movimiento poltico, econmico y,sobre todo, cultural de carcter libertario. Evitando delibera-

    damente todo pronunciamiento acerca de la Revolucin, Stowas-ser apunta a la creacin de una cultura libertaria en la que estarevolucin cualquiera sea la forma en que se la conciba seaposible.

    Segn los ltimos datos de los que disponemos (de 1991, cin-co aos despus de la ponencia que presentamos), el Proyecto Ase estaba desarrollando de manera satisfactoria en Neustadt,ciudad del sudoeste alemn, cercana a la frontera con Francia,una de las tres ciudades que resultaron elegidas despus de unarigurosa seleccin. All se haban federado trece empresas eco-nmicas, una docena de iniciativas poltico-culturales y unas ochocomunidades de convivencia que involucraban directamente aunos ochenta adultos (y sus respectivos nios) ms un nmerodifcil de determinar de simpatizantes.

    En el reportaje que Wolfgang Haug le hiciera a MurrayBookchin, ste lamenta que, en muchos mbitos, el anarquis-mo haya devenido en mera negacin (del Estado, del capitalis-mo, de la jerarqua), olvidndose de los postulados positivosque sostiene. Reconoce que esto tiene sus orgenes en una cier-ta tradicin liberal del anarquismo que concibe a la sociedad

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    como una mera acumulacin de individuos reglamentados poruna suerte de pacto social y por contratos directos especficos.Esta tradicin liberal es segn Bookchin la base del moderno

    pensamiento autonomista que termina negando la necesidadde un espacio pblico (el mbito de lo poltico) en el que seconfrontan intereses y se resuelve democrticamente. A estatradicin liberal, Bookchin opone la tradicin socialista delanarquismo y al concepto de autonoma opone el de libertad,mucho ms vinculado con la intervencin dentro del movimientosocial y sujeto a las vicisitudes del desarrollo histrico. En estesentido, Bookchin revindica el concepto de comunismo liberta-

    rio de los anarquistas espaoles de 1936 y propone, para estostiempos, la idea de comunalismo, en la que la abolicin delEstado, del capitalismo y de las jerarquas no es ya un punto departida sino la consecuencia de la nueva organizacin social.Esta nueva organizacin social, cuya construccin no deja deser un proceso, deber, en principio, coexistir con el poder delEstado para, finalmente, reemplazarlo cuando la evolucin de

    dicha organizacin y las condiciones histricas lo permitan.Bookchin, para quien la poltica verdadera es la gestin de lacomunidad por la gente de la misma comunidad a travs deasambleas y delegados estrechamente controlados por stas apun-ta a la creacin de esta esfera poltica a nivel barrial (en la gran-des ciudades) o municipal (en las ciudades chicas). Se tratara deque la gente trabaje para lograr el control sobre su ciudad, suconsejo municipal, etc. Luego vendran las federaciones y confe-deraciones regionales, el complejo tramado que le disputar alEstado las atribuciones de las que ste se adue.

    En Seis tesis sobre el municipalismo libertario, un ya cl-sico de Bookchin de 1984, ste profundiza algunas ideas esbo-zadas en el reportaje precedente e insiste en la necesidad de unapoltica orgnica que emerja de las bases y que se exprese en la

    creacin de un cuerpo poltico opuesto al Estado. En esta l-nea, el municipalismo libertario, un modelo de comunidadesdescentralizadas colectivamente gestionadas (democracia direc-ta), se nos presenta como la columna vertebral de una sociedadliberadora basada en el principio tico antijerrquico de uni-dad en la diversidad, autogestin y apoyo mutuo.

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    Por medio de dos entrevistas, Domenico Liguri nos relatauna experiencia prctica de comunalismo: la que se est llevan-do a cabo en Spezzano Albanese, un pueblo calabrs de etnia

    predominantemente albanesa y economa basada en el trabajoagrcola en negro. Liguri, participante activo de esta experien-cia y autor de varios trabajos relacionados con el tema, da cuentade un camino posible a travs del cual materializar el ideal anar-quista. As, hace un recorrido desde la creacin de los primerosncleos cratas locales contemporneos, en los primeros 70,hasta la formacin, en 1992, de la Federacin Municipal deBase (FMB), una estructura autogestiva de contrapoder que,

    con metodologa libertaria, fiscaliza el accionar del poder pol-tico institucional al tiempo que discute y propone soluciones alos problemas de la comunidad. Alejndose de la visin deBookchin, la FMB se nos presenta como una alternativa auto-gestiva, una semilla de autogobierno contra la gestin institu-cional y verticalista del territorio y de lo social.

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    EL PROYECTO A*

    por Horst Stowasser

    A m me gusta mucho cocinar. Tambin me gusta jugar conmi pequeo hijo y escribir artculos polticos. Me gustan lospaseos en barco velero, nadar, hablar con amigos y compae-ros, discutir con la gente; el trabajo con madera, viajar por elmundo, dar charlas pblicas, participar en conferencias, pintar,

    dibujar, participar en actividades polticas y proyectos anarquis-tas, preferentemente con muchas personas y sin violencia; tam-bin me gusta mi trabajo (actualmente me dedico a la fotocom-posicin). Me gusta tocar la guitarra al igual que leer, me gustaeditar revistas y escribir libros, mantener la biblioteca que hecreado, y, finalmente, me gusta dedicarme, ocasionalmente, alavance de la revolucin mundial: la anarquista, por supuesto.

    Posiblemente os preguntis: qu demonios tiene esto quever con el tema? Bueno, me parece, que ya estamos entrando enlo que el Proyecto A significa y quiere.

    UNPROYECTOMULTIDIMENSIONAL

    Estoy casi seguro de que la mayora de vosotros y, en reali-dad, todos aquellos que son personalidades multidimensiona-les tenis los ms diversos intereses, deseos, sueos, preferen-cias, hobbies, esperanzas y planes. No es una sola cosa laque nos hace mover y que nos ha reunido en este lugar. Y aligual que la Anarqua no consiste en una sola cosa como porejemplo la abolicin del Estado o del dinero, la prctica delamor libre o dar de comer a todos, tambin nuestras vidas ynuestras realidades son combinaciones bien sofisticadas de

    mltiples factores.

    * Conferencia pronunciada el 4 de mayo de 1986 en la Sala 218 delMelbourne College for Advanced Education con motivo de las celebracio-nes del Centenario del Movimiento Anarquista en Australia ligeramentemodificada.

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    En este hecho casi banal reside una fuerza, un empuje din-mico, capaz de cambiar nuestras vidas al igual que la sociedad.

    TRESACERCAMIENTOSDIFERENTES

    Por lo tanto, existen diversos acercamientos hacia lo que lla-mo El Proyecto A. Uno podra ser meramente poltico. Otro,podra ser un acercamiento econmico. Una tercera forma po-dra ser la vida privada. Veamos un sencillo ejemplo: unapersona puede estar interesada en participar en este proyecto,porque est buscando nuevas formas de accin, estrategia y

    perspectiva anarquista con el fin de superar el callejn sin sa-lida en el que el movimiento libertario mundial se encuentra,actualmente, con muy escasas alternativas. ste podra ser unposible acercamiento poltico. Otro camino posible hacia elproyecto sera el de alguien que est buscando una forma mejorde trabajar y de ganarse la vida. Mejor, en el sentido de mssatisfactorio, ms creativo, ms ecolgico, trabajando en co-

    lectividad, con un mnimo de autoridades y de alienacin, ase-gurando un ingreso econmico decente, capaz de ganarse suvida y la de su familia. ste sera un posible acercamiento eco-nmico. Finalmente, alguien puede estar interesado en cambiarlas bases de su vida, deseando realizar una existencia ms satis-factoria en cuanto a la felicidad personal, convivencia en gru-pos colectivos, crear mejores condiciones en las cuales crezcanadultos y nios, realizarse como persona en la sociedad, etc.Este anhelo de mejores condiciones en la vida privada podraser una tercera forma de acercamiento, una forma privada.

    BALANCEENTRELOECONMICO, LOPOLTICOYLOPRIVADO

    Para daros una primera idea filosfica sobre el fondo delProyecto A, quiero destacar que este proyecto tiende a unificar

    esos tres puntos de partida, proponindose superar sus contra-dicciones, rompiendo con los lmites artificiales que existen en-tre lo poltico, lo econmico y lo privado. La meta serallegar a un punto en el que fuera imposible calificar cualquieractividad que una persona est realizando como una activi-dad poltica, ganar dinero o simplemente estar feliz go-

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    zando la vida. La vida no debera seguir dividida en reas espe-cficas, bien delimitadas; la vida debe ser trabajo que d gustohacerlo y capaz de ganar el pan cotidiano, debe ser una forma

    de cambiar la sociedad instalando as formas anrquicas y a lavez debe ser fuente de felicidad y satisfaccin. El Proyecto Aintenta dar la misma importancia a todos estos sectores, inte-grando sus elementos en todas sus estructuras.

    ELVIEJOSUEOANARQUISTA

    Sabis, naturalmente, que esta idea no es nada nueva. En

    realidad es la sntesis del anarquismo de todos los tiempos. Elsueo anarquista siempre intent convertir el trabajo en un juegocreativo, convertir la vida en felicidad, ganarse la vida divir-tindose y hacer poltica, dando ejemplos y creando expe-riencias vividas. El Proyecto A, por lo tanto, no es otra cosaque un manual para realizar los primeros pasos de este sueoen las realidades concretas de la Repblica Federal Alemana de

    hoy da y en las circunstancias del sistema capitalista contem-porneo. El Proyecto A intenta dar ideas, sugerencias y res-puestas incluso en los detalles ms aburridos, en problemascotidianos y en la realidad asquerosa y nada revolucionaria deun Estado capitalista llamado democracia social. Al mismotiempo, este proyecto intenta dar una respuesta a la preguntavigente: cmo podemos, al crear tales ejemplos de Anarquavivida, hacer el anarquismo atractivo y accesible a miles, a mi-llones de individuos de la as llamada gente normal y evitaral mismo tiempo los errores y las desviaciones ms frecuentescomo el reformismo, el aislamiento, la quiebra econmica ytantas otras enfermedades comunes a tantos proyectos liber-tarios?

    LASEPARACINFATALENLOSGRUPOSPOLTICOSEn realidad, el deseo de armonizar estos tres sectores polti-

    ca, economa y vida privada es casi general entre anarquistas.Pero, en la realidad, encontramos por doquier esta separacinfatal. En el caso general, el (o la) anarquista medio de hoy enda va a su trabajo o estudio unas ocho horas diarias en un

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    lugar determinado. sta es una parte de su vida, una realidadseparada de todo lo dems. Al volver a casa, vive su vida pri-vada, solo, con su familia o con el grupo de comunidad con el

    que convive. Otra realidad, otro lugar. Finalmente, este indivi-duo se convierte en una persona poltica, en un(a) anarquis-ta, frecuentemente una vez por semana, cuando su grupo, sin-dicato o crculo tiene su reunin peridica. Puede ser un viernespor la tarde, entre las ocho y las diez de la noche. Es sa latercera realidad en un tercer lugar. As, en el caso general, eltrabajo, la vida personal y la actividad poltica estn limpia-mente separados y los lmites entre estos sectores saltan a la

    vista. Lo mismo se da si se trata de un obrero activo en tareasanarcosindicalistas, ya que muchas veces los sindicatos son d-biles, los activistas se encuentran aislados en la fbrica y lasactividades del sindicato se realizan fuera del horario y del lu-gar de trabajo, frecuentemente con temas y metas ajenos a larealidad cotidiana del individuo.

    AISLAMIENTOYESTERILIDAD

    Nosotros pensamos que, en esta nefasta separacin, puedenubicarse muchas de las causas por las que tantos proyectos einiciativas no solamente de ndole libertaria son tan dbiles,fallan, llegan rpidamente a una situacin estril, crean sus pro-pios ghetos de aislamiento o simplemente no funcionan. Por-que la situacin que acabo de describir no refleja otra cosa quela ausencia casi total depopularidaddelanarquismo, la faltade races y aceptacin de los anarquistas en las sociedades con-temporneas en lo que se refiere a la vida cotidiana con susaspectos banales, al contexto social, a la vecindad, a la vidalaboral, etc. Este dficit es casi general en todos los pases yexisten muy pocas excepciones como tal vez en algunas re-giones de Espaa y EE.UU. Normalmente, el movimiento anar-

    quista tiende a cubrir este defecto bajo un triunfalismo superfi-cial o sirvindose de ejemplos histricos.

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    ELANARQUISMOHOY...

    Los anarquistas, por regla general, estn organizados si loestn... en pequeos grupos ideolgicamente definidos, logran-

    do asegurar as la supervivencia de la cultura y la tradicinlibertaria, participando ocasionalmente en luchas o movimien-tos sociales y siendo generalmente excelentes crticos de la so-ciedad y profetas de estos desastres que se avecinan. Pero, paraqu sirve todo esto? Qu vale un profeta incapaz de indicar dequ manera pueden evitarse o superarse los desastres y todoslos terribles caminos que la sociedad est tomando ahora de

    cara al futuro? Los anarquistas hoy en da, y desde hace ms de50 aos, no son capaces de dar esta respuesta general. No estnen condiciones de sealar una salida accesible y atractiva a lacondicin actual. No saben cmo cambiar la sociedad a granescala ni tampoco cmo crear nuevas formas sociales liberta-rias para y con la gran mayora de la gente, tal como fueroncapaces, en algunos lugares del mundo, antes de la SegundaGuerra Mundial con las ideas y la prctica del anarcosindica-lismo.

    ...SUCRISISYSUFALTADEPOPULARIDAD

    Pero esos das gloriosos estn lejos y no se pueden repetiras como as ni de la misma forma. El anarquismo actual noest al da ni es popular. Aquellas pocas excepciones de proyec-

    tos anarquistas que, actualmente, intentan romper con este ghetose encuentran, generalmente, aislados o econmicamente muydbiles o terriblemente pequeos; o, en caso contrario, prospe-ran econmicamente de tal manera que fcilmente se vuelvenreformistas. Sobre todo son sumamente escasos.

    UNACOMBINACINSOFISTICADACONTRAEL ANARQUISMOPURISTA

    Por lo tanto, el Proyecto A es una combinacin de ideas, queintenta superar aquel anarquismo purista y aislado. No nosconsideramos como misioneros ni como jesuitas del anarquis-mo. Tratamos de movilizar puntos de vista pragmticos, profe-sionales y realistas, unindolos para crear una base estable de

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    las actividades poltico-sociales y a la vez como puntos de de-fensa contra el sistema que nos rodea. Al mismo tiempo, estabase viene a ser combinada con todo el empuje que nos dan

    nuestros sueos, nuestras utopas, nuestro cario y nuestrosideales anarquistas, tanto en nuestras relaciones internas comoen las estructuras sociales que deseamos crear. Estos ideales se-guirn siendo los ideales anarquistas de siempre.

    LOSTRESACERCAMIENTOSSONIGUALMENTELEGTIMOS

    En consecuencia, los tres tipos de acercamiento menciona-

    dos son para nosotros igualmente legtimos y equivalentes.Consideramos la felicidad personal tan importante como el xitopoltico o como ganarnos la vida de una forma decente. Porqu seramos anarquistas, sino por un sano egosmo, en el sen-tido positivo de la palabra? Si soy anarquista no es principal-mente porque quiera que mis nietos vivan mejor. En primerlugar quiero poder gozar la Anarqua durante mi propia vida,

    al menos un anarquismo inicial, en sus primeros pasos y en susprimeras conquistas. Y si al hacerlo, al vivir, actuar y trabajarde esta manera, puedo iniciar una nueva estrategia para vivir elanarquismo, que se expanda y difunda de manera virulenta,dndole una nueva vitalidad, un nuevo dinamismo revolucio-nario, qu ms puedo esperar?

    EGOSMOPOSITIVO

    Un egosmo positivo, que define mi propia felicidad, nica-mente posible si las dems personas que me rodean son igual-mente felices, libres y autnomas, es a mi entender la formams sana para justificar cualquier trabajo poltico y parapromover cualquier actividad social. Yo, personalmente, des-confo profundamente de todos aquellos revolucionarios pro-

    fesionales tambin si se llaman anarquistas que luchan porlos principios, por las ideas, por la bella bandera negra uotros conceptos sublimes, sin incluirse a s mismos, sin cambiarsus propias vidas, sin entenderse ellos mismos como parte deeste cambio y de esta lucha. Si queremos comenzar hoy mismoa practicar el anarquismo en sus formas rudimentarias, esto

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    debe tambin significar que nosotros podamos empezar a vivirde una forma mejor, ms libre y ms feliz. Si no podemos cum-plir con esta meta, el anarquismo jams ser una forma de vida

    y de organizacin social atractiva, accesible y simptica paranadie, excepto para masoquistas polticos y meros pensadorestericos de ndole purista.

    SLOUNAPOSIBLEALTERNATIVAENTREMUCHASOTRAS

    El Proyecto A, sin embargo, quiere ser solamente una entretantas respuestas posibles a ese dilema general. Una respuesta,

    que ha crecido y madurado durante ms de nueve aos y que sebasa en unos quince aos de experiencias en luchas anarquistaslocales, nacionales e internacionales del viejo estilo que he-mos vivido.

    Despus de tantas consideraciones generales, temo que anno tengis la ms mnima idea de qu es, concretamente, elProyecto A. Pero antes de explicaros los detalles ms bsicos de

    su estructura y dinmica, tengo que insistir en algunos detallesy conceptos que debo explicar previamente. Sin ellos, la filo-sofa en que se basa nuestro proyecto apenas puede ser enten-dida.

    ELANARQUISMO PANFLETARIO

    Uno de esos conceptos es lo que llamamos anarquismo pan-fletario. Quiere decir que las ideas anarquistas estn difundi-das y transferidas por manifestaciones ms o menos abstractas;mediante papeles escritos, folletos, libros, discursos, manifesta-ciones, literatura, pegatinas, posters, graffiti; tambin por vi-deo, msica y teatro en escala menor. En muchos pases, sobretodo en Alemania Federal, los anarquistas suelen ser enloqueci-dos productores de papel. A veces, al mirar la prensa anarquis-

    ta de determinados pases, uno fcilmente puede tener la im-presin de que estamos en la vspera de la revolucin social ynos movemos en medio de fuertes agitaciones y luchas socialescon los anarquistas bien implantados. Sin embargo, todos sa-bemos que no es as. La difusin de las ideas anarquistas pormedios de impresin y similares, sin duda es necesaria, pero no

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    es suficiente para lograr nuestros fines. Muy poca gente sehace anarquista simplemente leyendo palabras, e incluso siestas personas llegaran a llamarse anarquistas, esto no sig-

    nifica que realmente haya cambiado algo, ni en sus vidas parti-culares ni en la sociedad que los rodea. Mediante el anarquis-mo panfletario, por muy preparado que est, nunca podremosllegar a ms del 3-6% de la poblacin, por la simple razn deque muy poca gente est acostumbrada a leer. E incluso si lle-gsemos a este 3-6%, haramos probablemente una seleccinfatal, porque haramos el anarquismo accesible slo a aquellaspersonas que les gusta la lectura, el estudio, los debates teri-

    cos y la literatura, en otras palabras: a los intelectuales.

    ELGHETOANARQUISTA

    A este sector se adhieren solamente en escala menor y portemporadas de luchas sociales algunos grupos marginados deoprimidos, desprivilegiados y perseguidos. Estos grupos aban-

    donan frecuentemente los medios anarquistas, una vez desapa-recida la dinmica de la lucha y la razn concreta de la rebe-lin, porque aparte del motivo concreto el movimiento liber-tario no ha sido capaz de crear un ambiente, una base slida yuna cultura libertaria, en la que estas personas puedan encon-trar una nueva forma de vida cotidiana y satisfactoria. As, exac-tamente, se presenta la situacin actual de la mayora de losgrupos libertarios en casi todos los pases. As se presenta laestructura y el dilema del anarquismo contemporneo.

    EXCLUSINDELA GENTENORMAL

    Como consecuencia, un nmero inmensamente grande de laas llamada gente normal queda automticamente excluida.En las experiencias libertarias del pasado, esta gente tan slo se

    interes y se comprometi por el anarquismo u otras ideas re-volucionarias si estos movimientos eran capaces de proponervas de solucin concretas, comprensibles y no exticas a pro-blemas concretos que existan en la vida real y cotidiana. Eneste marco de valores es importante introducir otro concepto:el anarquismo vivido, que nos gustara oponer al anarquis-

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    mo panfletario. Si los anarquistas del pasado, en varias oca-siones, eran capaces de proponer soluciones revolucionarias aproblemas existentes seguidos por vastos sectores de la pobla-

    cin- era, sobre todo, porque estos anarquistas de antao erancapaces de hacer entender a sus vecinos, compaeros de traba-jo y amigos lo que era y significaba el anarquismo, ya que ellosintentaban vivirlo.

    EL ANARQUISMOVIVIDO

    En varias situaciones histricas, los anarquistas ya no eran

    aquellos animales exticos que, a veces, incluso adoptaron ac-titudes arrogantes hacia la gente normal, sino que eran acep-tados como amigos, buenos vecinos y compaeros de trabajoen su ambiente social cotidiano. An pueden encontrarse hue-llas de esta antigua cultura libertaria en algunos lugares de Ita-lia, Espaa, Francia, Amrica Latina... Para estos viejos movi-mientos, una cosa era obvia: el mejor predicador es aquel que

    predica con el ejemplo. En esos movimientos la propaganda,los libros, las revistas, tambin eran muy importantes, pero noeran otra cosa que herramientas necesarias para el cambio so-cial en la vida real, y no, como muchas veces hoy da, empresasautosuficientes, absorbiendo las pocas energas disponibles parasu propia existencia. Y esos viejos compaeros no se considera-ban demasiado finos, demasiado nobles o demasiado in-telectuales como para entrar en contacto con esta gente est-pida, inculta, normal, pequeo-burguesa y mediana de la vidacotidiana. Ellos realizaban una labor de presencia libertaria alargo plazo, incluyendo la cultura, la lucha social, el sindicalis-mo y la accin. Esta labor lo abarcaba todo: desde problemasbanales en la vecindad, pasando por huelgas generales hastallegar a motines revolucionarios y la realizacin de la revolu-cin social generalizada.

    Pensamos pues, en nuestro anlisis poltico, que el anar-quismo panfletario es necesario, pero debiera existir en unaproporcin sana en relacin con la cultura, vida y lucha anar-quista real. Actualmente, la relacin de panfletario a vivi-do podra estimarse en un 70% y en un 30%, respectivamen-te. A nuestro entender, debiera de ser exactamente a la inversa.

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    QUESSERREVOLUCIONARIO?

    Pensamos, adems, que no todo aquello relacionado con lopanfletario o con gestos de violencia no es automticamente

    poltico o revolucionario, y que todo aquello que no llevala etiqueta anarquista o accin directa es automticamen-te apoltico y reformista. En otras palabras: vender pan pue-de ser tan poltico como vender un peridico anarquista. De-pende solamente de su contexto poltico, su estrategia y de latctica ms amplia, en la que est envuelto.

    ELPOPULISMODEAYERYHOY

    Finalmente, estamos en desacuerdo con aquellos que piensanque-el populismo del anarquismo o es un bello asunto del pa-sado que ya no podemos volver a lograr o bien un bello asuntode pases lejanos donde la gente tenga otra mentalidad. En cam-bio, afirmamos basndonos en nuestras experiencias en peque-as y medianas ciudades alemanas que la gente normal no laforman los estpidos, aburridos y reaccionarios idiotas, a condi-cin de que los anarquistas no permanezcamos como arrogan-tes, aislados y sectarios provocadores que hemos sido durantetantos aos en nuestro comportamiento poltico, nuestra laborsocial, nuestra estrategia y nuestra vida, y como muchos lo si-guen haciendo pensando que el buen anarquista es aquel quele escupe su desprecio a la cara a todos los que no son como l.

    Sostenemos incluso que hoy en da, un camino popular, basa-do sobre el anarquismo vivido es posible y, por supuesto, ne-cesario. En ese camino, los contactos sociales son extremada-mente importantes al igual que, de hecho, es mucho ms eficazdarle a la gente ejemplos en lugar de palabras impresas. Esto nodebe significar, desde luego, que queremos crear una especie dejardn zoolgico, donde los no-anarquistas acudan a contemplar

    a los anarquistas bien educados, peinaditos, encorbatados y bienaplicados que hacen el payaso para ganar las simpatas del pe-queo-burgus. No queremos disfrazarnos ni ocultar nada. Tanslo queremos vivir lo que sentimos y anhelamos hacer esta for-ma de vida accesible con ejemplos y posibles soluciones a losproblemas que ellos tienen en sus propias vidas.

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    ELANARQUISMOCONSTRUCTIVO

    Para m, el anarquismo siempre ha sido una forma de vidacreativa y constructiva. Si eso es verdad y, si logramos hacer de

    esa filosofa una lnea general en nuestras vidas y nuestras activi-dades, no tengo duda que estos ejemplos sern vistos, observa-dos y seguidos atentamente por mucha gente y no rechazadoscomo algo aventurero, extico o escandaloso que se deba temer.

    Todo eso, ciertamente, an suena muy abstracto y me pare-ce que es tiempo de entrar en los detalles concretos de lo que elProyecto A quiere desarrollar y ser. Debo hacerlo de una forma

    muy general, debido a la escasez de tiempo. El libro bsico so-bre el Proyecto A tiene 100 pginas de gran tamao y la discu-sin apenas ha comenzado. Mientras tanto, esa discusin cu-bre ms de 800 pginas con propuestas, crticas y cambios y elProyecto est en plena marcha de preparacin (nota del autor,invierno de 1988). Por lo tanto, lo nico que puedo hacer aques daros un esquema general del proyecto sin entrar en muchosdetalles e intentar evitar los malentendidos y prejuicios ms fre-cuentes. Es muy fcil interpretar mal este proyecto.

    LOSPOSIBLESMALENTENDIDOS

    Frecuentemente, algunos oyen del Proyecto A algunos deta-lles, rasgos o rumores y contestan en el acto: Bueno, esto ya loconocemos, es tal y cual cosa.... Sin embargo, puedo asegura-

    ros lo siguiente: este proyecto es un plan netamente nuevo, conciertas ideas viejas, algunas nuevas y otras muy originales, com-binadas y relacionadas, planeadas con profesionalismo y pro-yectadas con un mximo de fantasa, impulso revolucionario yvisin utpica. Basta de propaganda, vayamos al grano:

    DOSASPECTOSBSICOS

    Hay que ver el Proyecto A bajo dos aspectos diferentes: Poruna parte, la microestructura de organizacin y economa queconstituye la base slida de ese proyecto y, por otra parte, ladinmica poltica, el desarrollo y la perspectiva que ha de emer-ger de esta base.

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    LAMICROESTRUCTURAECONMICA

    Hablemos pues, primeramente, de la microestructura eco-nmica sin olvidarnos que ella no es el Proyecto A, sino slo la

    base slida sobre la cual queremos construir todo aquello queva ms lejos.

    PROYECTOPARAUNACIUDADDETIPOMEDIO

    El Proyecto A es en su fase inicial un plano de conquistade una ciudad alemana de tipo medio (alrededor de 50.000

    habitantes) por un movimiento libertario de tipo poltico-eco-nmico-cultural con el fin de hacer del anarquismo una fuerzapopular, accesible e importante en la vida social de dicha ciu-dad y sus alrededores. Ese intento debe, por un lado, posibilitara sus participantes una vida mejor, tal como lo he descrito ante-riormente y por otro lado, debe constituir una perspectiva li-bertaria poltica. Este proyecto especfico, Projekt A, fue ela-borado para una ciudad alemana de tipo medio y para las nece-sidades especficas de la Repblica Federal Alemana, pero laidea general que hay detrs de este proyecto, as como algunosdetalles, pueden ser adaptados fcilmente a cualquier otra rea-lidad tal como ciudades grandes, el campo u otros pases.

    EL DOBLE-PROYECTO

    La unidad ms pequea, por la cual est compuesta toda esabase del Proyecto A, es el as llamado doble-proyecto. Losimbolizamos con dos cuadrados:

    El doble proyecto

    Ganancia Dficit

    Sistema en balance= Base econmica

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    La idea existente detrs del doble-proyecto es muy sim-ple. Intentamos siempre combinar un proyecto que aporta di-nero con otro que necesita dinero, es decir, un proyecto prspe-

    ro con otro deficitario. En otros trminos se podra decir: lacombinacin de un proyecto comercial con otro poltico. Noobstante, no sostenemos esta separacin porque justamente,debido a las relaciones mutuas de todos los proyectos dentro deuna estrategia general, queremos que todos los proyectos ten-gan una cierta importancia poltica. Para dar un ejemplo: enuna ciudad media, una librera poltica apenas puede dar bene-ficios y, mucho menos, servir para que se ganen la vida los com-

    paeros que la mantienen. Por lo tanto, combinaramos estalibrera con un caf, un bar o una especie de club. Debido a estacombinacin, este doble-proyecto, instalado en un mismoedificio y organizado por un mismo colectivo de compaeros,logra su balance econmico y puede, si est regido responsa-blemente, incluso elaborar una ganancia modesta despus dehaber pagado los sueldos y gastos generales.

    ELBALANCEECONMICO

    De esta manera, despus de cubrir el dficit de la librera porel beneficio del caf, an quedar un margen de ganancia adisposicin que puede ser empleado para otros fines, de lo cualhablaremos ms adelante.

    POSIBLESCOMBINACIONES

    Existen cientos de combinaciones tiles e inteligentes de do-ble, triple y cudruples proyectos. Se puede combinar una dis-coteca con un centro cultural o ateneo, un cine con una coope-rativa de pelculas, una finca con una cooperativa de alimen-tos, una granja macrobitica con un centro de informacin so-

    bre alimentacin sana, una peluquera con un club poltico, unauniversidad popular con un centro de asistencia de emigrantes,una imprenta con una revista libertaria, una oficina de publici-dad con una editorial, un colectivo de abogados con un proyec-to de asistencia jurdica, una carpintera con un centro de for-macin profesional, un taller mecnico con un centro de desa-

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    rrollo tecnolgico alternativo, una tienda de ultramarinos conun centro de apoyo al tercer mundo, etc. O, para daros un ejem-plo concreto: el Centro de Documentacin Anarquista (Das

    Anarchiv) que mantenemos desde hace ms de 15 aos, po-dra combinarse con un servicio de fotocopias y una papelera,situada cerca de un colegio. U otro ejemplo: la firma de foto-composicin en la que trabajo ser combinada con un estudiode publicidad (comercial) y una revista-editorial anarquista (po-ltico) que estamos planeando.

    PRODUCTOSYSERVICIOSDIFERENTESMediante esta combinacin de dobles y triples proyectos tam-

    bin queremos disminuir esa dichosa produccin de artculostipo izquierdista, hippie o ghetto, es decir, la produc-cin de artculos que no son de primera necesidad sino msbienfolclricos, como hacen muchas comunidades en Europa yAmrica. En cambio, nosotros queremos cubrir en produccin

    y servicio todos esos sectores que nosotros mismos, e igualmen-te la gente normal, necesita en su vida cotidiana. Hasta elmomento no hemos encontrado ninguna profesin que no pu-diera combinarse inteligentemente con otros proyectos, salvolabores como policas, jueces, latifundistas, generales, prostitu-tas, guardianes de crcel, etc., muy raros de encontrar en elambiente anarquista...

    LACOMUNIDADDECONVIVENCIA

    Naturalmente, nuestro fin no se limita a la creacin de unaserie de empresas prsperas de tipo doble-proyecto con el ob-jeto de asegurarle la vida a un puado de anarquistas. Es ms:cada doble-proyecto a su vez, est vinculado con una comuni-dad de convivencia. En sta, aquellos que trabajan en los doble-

    proyectos y los organizan, comparten viviendas, estilo de vida,la vida privada, educacin de los nios, actividad poltica, re-creo, etc. Por lo tanto, en el caso normal, el colectivo de trabajoy la comunidad de convivencia de un doble-proyecto es idntico,trabajando y viviendo en un mismo lugar. Este principio viene aser simbolizado por un tringulo encima de los dos cuadrados:

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    Comunidad de convivencia

    Trabajo Trabajo

    Una unidad combinada

    Casa

    As creamos unidades, constituidas por el doble-proyec-to (sector poltico/econmico) y la convivencia (sectorprivado). Cada unidad de ese tipo es autnoma en lo quese refiere a asuntos del trabajo, estilo de vida, forma de produ-cir, productos y su comercializacin, nivel de consumo, forma

    de pago, manera de educar a los nios, hasta llegar a cuestionesde diferentes conviccionescomo ser vegetarianos o no, consu-mo de alcohol, tabaco y otras drogas, la abolicin del dinero,propiedad privada y muchas otras cosas. De esta manera que-remos lograr la creacin de un vasto campo de experimenta-cin de modos y estilos diferentes de vida, trabajo y actuacin,que son a la vez colectivos sin oprimir la individualidad.

    EXPERIMENTANDOLADIVERSIDAD

    As evitamos el uniformismo, la coaccin impuesta y el te-rror de un falso colectivismo tipo autoritario, sin caer en el otroextremo de una dispersin individualista. Este modelo nos dala oportunidad de compartir las ms diversas experiencias inte-resantes sin necesidad de escisin. Podemos poner en evidencia

    la diversidad de una sociedad libertaria, la multiformidad den-tro de la unidad, es decir: anarquismo vivido. Diversidadesentre diferentes caracteres que no podran colaborar en un mis-mo colectivo, en nuestro modelo pueden perfectamente coope-rar en diferentes unidades o cambiar de lugar sin que estasdiferencias lleguen al desmantelamiento de todo el proyecto,

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    como es frecuente en tantas experiencias colectivas de los lti-mos aos. Lo que es igualmente importante es la posibilidad,para nosotros mismos, de aprender as una virtud indispensa-

    ble para la Anarqua: la tolerancia libertaria. Podemos com-batir nuestros propios prejuicios hacia convicciones y estilos devida de otros libertarios. En vez de polemizar contra compae-ros con otras convicciones, podemos cooperar con ellos sin ne-cesidad de obligarnos mutuamente a cambiar nuestras vidas.Podemos observarlos, conocerlos y tal vez entendernos mutua-mente mucho mejor que hoy en da. Pacifistas y militantes, ve-getarianos y consumidores de carne, aquellos que mantienen y

    aquellos que superan la propiedad privada, compaeros de ten-dencia obrera, punk o alternativa, aquellos que viven en rela-ciones de pareja y los que practican el amor libre, los que edu-can a sus nios colectiva o individualmente, aquellos que culti-van un estilo de vida frugal y aquellos otros que lo prefierenexuberante, todos ellos pueden pese a sus diferencias coope-rar, aprender mutuamente y mantener cientos de relaciones ti-

    les en lugar de polemizar entre ellos y pelearse con espritu demisionero. Todava ms: pueden superar sus prejuicios mutuoso cambiar sus puntos de vista por observaciones y experienciapropia. Nadie est obligado a vivir cierta moral o determinadoestilo; nadie es coaccionado a un nivel de vida y consumo siem-pre que las diversas formas practicadas no sean directamenteantianarquistas u opuestas a un consenso mnimo de lo quepodemos llamar una tica libertaria general.

    Todos estamos en condiciones de ver de qu manera funcio-nan las cosas en la comunidad vecina y cmo los compaerostrabajan y viven en la cooperativa o en la casa del otro barrio.Pueden incluso ensayar aquella otra forma de vida que tal vezles interesa, sin contraer compromisos al instalarse en otra co-munidad a modo de prueba, por un perodo determinado. Si lesgusta, pueden quedarse o introducir esta forma de vida en su

    comunidad y, si no le gusta, pueden volver tranquilamente y sinperder nada.

    Todo esto es, por un lado, un rico campo de experienciaspara nosotros, para aprender la diversidad y la tolerancia liber-taria, condicin indispensable si realmente queremos realizaruna sociedad libertaria sin violencia ni opresin. Por otro lado,

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    podemos demostrar a todos los dems, con ejemplos evidentes,que nuestra microsociedad es capaz de vivir las formas msdiversas sin necesidad de una uniformidad impuesta por el co-

    lectivo entero, lo que puede hacer comprensible la visin anar-quista de la abolicin del Estado como nivelador artificial; en-tonces sera una experiencia accesible y comprensible para cual-quier persona normal.

    SINDOGMAS

    Desde luego, esto significa que la idea de que los que traba-

    jan en un colectivo deberan vivir en comunidad slo es unaidea-modelo y no un dogma. Naturalmente, habr personas quevivan solas y trabajen en un colectivo, as como otras vivirnen una comunidad y trabajarn fuera de ella. Suponemos quela realidad de un proyecto tal no seguir estrictamente las for-mas del doble-proyecto, sino ser una mezcla ms bien ca-tica. Solamente damos esquemas generales y no formamos

    nuevas leyes ni reglas estrictas del correcto comportamientoanarquista. Pensamos que la intencin de un proyecto de esteestilo no puede ser vivir en un uniformismo, sino demostrar laevidencia y las ventajas de la colectividad y de la diversidadlibertaria. El precio de esta libertad es la posibilidad de desvia-ciones, de abuso y de decadencia. Un poco ms tarde volver aeste peligro e intentar explicar cmo queremos evitarlo o re-ducirlo.

    LAESTERILIDADDEMUCHOSPROYECTOSALTERNATIVOS

    De todas formas, todo esto no sera an nada extraordina-rio. Actualmente, en muchas ciudades alemanas, encontramosun red ms o menos densa de pequeos proyectos y comunida-des alternativos, parcialmente de inspiracin libertaria. El

    nmero de puestos de trabajo creados en esta red alternativaasciende a los 30.000, pero apenas existen relaciones entre ellos(excepto redes de tipo meramente econmico) y de esta mane-ra, todos estos colectivos permanecen en su mayora- estri-les, inertes y contribuyendo muy poco a un cambio de socie-dad. La mayora de ellos apenas logran organizar su propia

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    supervivencia, lo que absorbe todas sus energas. Como conse-cuencia, con los aos, se convierten en empresas puramentecomerciales que se diferencian del resto del mercado capitalista

    tan slo por su historia ideolgica, su forma ecolgica de pro-ducir y la ausencia de jefes y jerarquas, pero ya no participanactivamente en otras luchas sociales o actividades polticas msall de su empresa. Por lo tanto, en el Proyecto A intentamos irmucho ms lejos de lo que hasta ahora he descrito con las uni-dades de los doble-proyectos.

    ENLACESCOMUNESEl primer paso para superar el aislamiento de las unida-

    des en direccin a esta perspectiva ms amplia es, simple-mente, el uso de las ganancias que los doble-proyectos gene-ran despus de haber cubierto sus necesidades y su dficit inter-no. Con este dinero, naturalmente, ofrecemos una ayuda a aque-llos doble-proyectos que no estn en balance, es decir, que

    generan un dficit entre los proyectos que lo constituyen. Conel resto de la caja colectiva podemos crear nuevos doble-pro-yectos o aadir un tercer sector a un doble-proyecto que nofunciona bien.

    PROYECTOSPOLTICOS

    Tambin existe la posibilidad de invertir este dinero en cosasque no caben en el marco de los doble-proyectos: podra-mos, por ejemplo, financiar una campaa reivindicativa, apo-yar una huelga, crear ncleos locales de resistencia o accinsocial, actividades culturales, comprar equipos de uso colectivo(megfonos, equipos de vdeo, multicopistas, pagar octavillas,pegatinas, posters...) y de esta forma intervenir directamente ycon considerable infraestructura y potencia financiera en las

    luchas sociales de dicha ciudad. En resumen: mediante la cajacomn y nuestra dedicacin, podramos intervenir en todasaquellas actividades poltico-sociales en las que tambin parti-cipamos activamente hoy, pero con la diferencia de que actual-mente carecemos de una base slida, de una infraestructura depersonas, equipos y dinero y tambin de un trasfondo psicol-

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    gico de colectivo fuerte, capaz de superar frustraciones. Repito:en el Proyecto A no terminamos ni con el anarquismo panfle-tario ni tampoco con las actividades poltico-sociales que hoy

    en da desarrollamos, sino al contrario, los elevamos a una baseslida, potente y gil, que nos permita intervenir de forma mu-cho ms coherente y satisfactoria. En estos campos de activida-des poltico-sociales puede participar todo el mundo: gente delas diferentes colectividades y comunas as como fulano y men-gano, ciudadanos de dicha localidad que no estn envueltos ennuestras estructuras especficas. La ventaja que esto tiene res-pecto de la situacin actual es, entre otras, que nuestras inter-

    venciones en aquellas luchas las haramos con los cientos decontactos que tenemos a travs de nuestros doble-proyectos,empresas y servicios con la poblacin de esta ciudad, es decir,contando con el respeto que nuestro proyecto haya adquiridoentre la gente, la vecindad, los obreros, la juventud, las muje-res... Esto nos da la posibilidad de que cualquier actividad po-ltico-social pueda ser desarrollada con mucha ms probabili-

    dad de xito que cualquiera de las actuales.

    EL CONSEJO

    El campo poltico-social-cultural, entonces, es la perspectivams amplia que ha de unificar los diferentes doble-proyectosy que tiende a evitar que stos caigan en decadencia y en unespritu apoltico de autosuficiencia. Para estructurar y coordi-nar este efecto, creamos el as llamado Consejo cuyas fun-ciones son mucho ms amplias que simplemente administrar lacaja comn y repartir ese dinero. Es una especie de fuero oparlamento del Proyecto A entero. En su fase inicial podaser fcilmente una reunin plenaria de todos los participantes,de forma estructurada y peridica. Ms tarde, al crecer el pro-yecto y adquirir estructuras ms complejas, este Consejo

    podra adoptar formas de reunin de delegados, todos bajo unmandato imperativo, con la rotacin de funciones, condiferentes comits responsables de temas y problemas especfi-cos..., es decir, un modelo de democracia directa parecido alsistema practicado en la revolucin espaola o a los primeros yautnticos consejos (soviet) de la revolucin rusa. Este Consejo

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    ha de ser estructurado siempre de una manera tal que impidade antemano la burocratizacin y cualquier estructura autori-taria y dictatorial. El Consejo no tiene poderes ejecutivos.

    No puede decidir, sino realizar decisiones colectivas. No puedeordenar a ningn doble-proyecto lo que tiene que hacer odejar de hacer ya que stos, en sus asuntos internos, son aut-nomos. Tan slo puede dar consejos, estructurar los debates yla crtica, llegar a acuerdos cuyo cumplimiento siempre est acargo de los diferentes colectivos y, a fin de cuentas, de los indi-viduos que los componen. En ltima instancia, el Consejo nopuede imponer multas ni penas ni sentencias, sino slo llegar a

    excluir a individuos o doble-proyecto, en caso de que todoslos intentos de llegar a un consenso, un acuerdo o un compro-miso hayan fallado.

    APRENDIENDOELAPOYOMUTUOYLADISCUSIN

    Por lo tanto, el carcter del Consejo no es realmente el de

    un rgano ejecutivo sino ms bien un lugar donde se rene,se habla, se discuten los problemas, donde se buscan las solu-ciones adecuadas y donde se intercambian informaciones y pro-puestas y donde tenemos que aprender los difciles artes de ha-blar, escuchar, pensar y razonar, el apoyo mutuo y el entendi-miento recproco. En realidad, su buen funcionamiento es paratodos nosotros una prueba dura y difcil pero, a la vez, un desa-fo. Es un esfuerzopracticar aquella democracia anarquista,intentando llegar a un consenso en las cuestiones ms impor-tantes y vivir con nuestras diversidades sin romper las relacio-nes y sin poner en peligro el proyecto entero, olvidndonos denuestros fines comunes. El Consejo es, por lo tanto, uno de lospuntos ms delicados de todo el proyecto, donde ponemos aprueba nuestra madurez y nuestra seriedad.

    ELPOSIBLEIMPACTO

    En nuestro croquis, el Consejo es simbolizado por unanueva figura:

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    El consejo (miembros de los doble-proyectos)

    Los doble-proyectos

    Poblacin activa

    Iniciativaspolticas

    Si ahora intentisimaginar que todo este escenario va a serinstalado en una de estas ciudades de tipo provincial y mediocon estructuras polticas, culturales y econmicas dbiles, talvez podis comprender que en este modelo reside una dinmica

    subversiva considerable. Esta estructura puede difundirse comoun cncer (un cncer benigno por supuesto-) o instalarse comouna mafia, dirn probablemente nuestros enemigos, con el finde conquistar estructuras, poderes e influencias en esta ciudad:poco a poco, antes de que las autoridades locales y provincialescomprendan realmente lo que est pasando, nuestras estructu-ras se difunden, se instalan y toman determinadas posiciones

    conquistndolas, si existan previamente o bien crendolos, sian no existan.

    LAJUVENTUDCOMO SEGUNDAGENERACIN

    Ahora intentad imaginaros lo que pasara, si adicionalmentesecuestrsemos a la juventud de esta ciudad... Esto lo inten-tamos, creando numerosas de puestos de aprendizaje... y esto

    en un momento en que el paro es uno de los azotes ms gravesde la gente y especialmente de la juventud! Los padres de aque-llos jvenes apenas podran polemizar contra estos anarquis-tas malos y seguir con sus prejuicios si precisamente estos anar-quistas le dieron trabajo a su hijo o hija. Y para aquellos jve-nes que despus de haber crecido durante dos, tres aos rodea-

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    dos por y enrollados con nuestros proyectos, empiezan un apren-dizaje en una de nuestras empresas, gesta forma de anarquis-mo ya no tiene nada de extico ni de extrao, sino que es una

    alternativa totalmente normal, comn y corriente. Con estaforma de vida alternativa ya han estado en contacto mltiplesveces, sea en nuestro centro juvenil, en nuestra discoteca, ennuestro club cultural, en nuestra banda de rock o en nuestrocaf. Y ellos podran ver perfectamente que el trabajar en uncolectivo anarquista significa vivir y trabajar en condicionesms libres, agradables, satisfactorias, sin jefes y sin ser una per-sona explotada, participando ellos mismos en las decisiones.

    Ellos constituirn la segunda generacin de nuestro pro-yecto. Ellos provienen directamente de la ciudad escogida y cre-cen directamente en la Anarqua vivida.

    LAPOBLACINNOPUEDEESCAPARDENUESTRAREALIDAD

    Si dejis penetrar estas y muchas otras perspectivas en vues-

    tra imaginacin y si arriesgis una mirada hacia el futuro, en-tonces al cabo de unos diez aos, una familia media en estaciudad de tipo medio, apenas puede escaparse de nuestra pre-sencia y de esta nueva realidad. Una familia cualquiera tendr,da tras da, los ms diversos contactos con nuestros diferentesproyectos, iniciativas y actividades. Ms tarde o ms tempra-no, estarn obligados a tomar posicin hacia nosotros. Y laposibilidad de que esta toma de postura vaya a ser ms bienpositiva que negativa es incomparablemente ms grande queen cualquier circunstancia de actividades anarquistas actuales.Entonces, por primera vez desde hace muchas dcadas, tendra-mos la posibilidad de que grandes partes de la poblacin sim-paticen abiertamente con la vida, el trabajo, la actividad y laspropuestas anarquistas. Esto podra convertirse en una posibi-lidad realista en los primeros cinco a diez aos despus del ini-

    cio del proyecto.

    LAPOSIBILIDADDEUNAVASTASIMPATA

    No pensamos, sin embargo, que esta posibilidad sea nuestrameta final. Obviamente, slo es el comienzo. nicamente sig-

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    nifica eso: preparar el campo, crear bases slidas, sobre las cualesluchas ofensivas y defensivas pueden ser organizadas y desa-rrolladas, al menos con la esperanza realista de un soporte por

    parte de la poblacin local.Esto es lo que queremos decir cuando hablamos de salir delgheto o de volver a hacer anarquismo popular.

    LASPERSPECTIVASINDIVIDUALES. CAMBIARLASPROFESIONES. VIAJAR

    Con todas estas consideraciones polticas no deberamos ol-vidar las perspectivas individuales. Naturalmente, en la fase

    inicial de los primeros aos, habr poco descanso y mucho tra-bajo duro. No tenemos las ms mnimas ilusiones al respecto.Pero en aos posteriores, dentro de las estructuras previstas,cada uno tendr posibilidades ms excitantes y satisfactoriaspara sus planes y perspectivas individuales, como por ejemplo:cambiar de oficio cada par de aos y trabajar en los ms diver-sos campos; participar en las ms diversas actividades polti-

    cas, culturales y recreativas; poder combinar los tres puntosbsicos trabajo, felicidad personal y actividad poltica sin tenerque hacer mayores distinciones y separaciones entre ellos; ha-cer extensos viajes sin temor a perder el puesto de trabajo y loscontactos sociales; desarrollar relaciones personales de cario,amor y solidaridad dentro de un vasto crculo de amigos y com-paeros; crecer junto a sus nios en un ambiente mejor; com-partir toda una serie de establecimientos, equipos e instalacio-nes colectivas, que un individuo solo jams podra disponer,excepto siendo millonario y, finalmente, desarrollar y realizarlos sueos personales ms exticos y utpicos.

    EJEMPLODEUNPROYECTO EXTICO

    Quisiera daros tan slo un ejemplo muy personal de un sue-

    o parecido: siempre so con hacer un viaje a travs de todo elmundo en un gran barco velero. Como un individuo, tal vez, lopodra lograr trabajando duramente y dedicando todo mi dine-ro y energa a este nico sueo. Pero esto significara, autom-ticamente, que no podra estar al mismo tiempo activo en elmovimiento anarquista ni tampoco realizar media docena de

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    otros sueos y proyectos que me parecen importantes. En elProyecto A, en cambio, una vez que haya alcanzado cierta esta-bilidad, este sueo podra perfectamente realizarse, convirtin-

    dose en un doble-proyecto: podramos comprar, acondicio-nar y equipar un barco, haciendo uso de la caja comn einvirtiendo nuestra mano de obra, utilizando nuestros propiosmedios de produccin como talleres, herramientas... Acto se-guido este barco se utilizara durante perodo de dos a tres aospara ganar dinero, por ejemplo, llevando turistas por el Medi-terrneo. As, mientras el dinero invertido se amortiza; de paso,este barco ya da de comer a dos o tres compaeros que, a la

    vez, se perfeccionan en la navegacin.

    VIAJEMUNDIALPROPAGANDSTICO

    Luego, este barco sera equipado con una librera interna-cional con las obras ms interesantes, exposiciones, una peque-a impresora offset, equipos de filmacin, diapositivas y video,

    una estacin de radio y otros medios de propaganda tiles, conel fin de emprender un viaje mundial de propaganda y fraterni-dad anarquista, pasando por todos los puertos del mundo don-de haya grupos libertarios, comunidades, iniciativas ecolgi-cas, antimilitaristas y afines. Todo esto se hara con una grancampaa publicitaria que podra realizarse bajo un lema actuale internacional como por ejemplo desarme, internacionalismo,antinuclear... De esta forma, fcilmente podramos lograr unaatencin pblica mundial, comparable con las campaas deGreenpeace o Amnesty International (posiblemente colaboran-do con ellos), especialmente si combinamos nuestro viaje conespectaculares acciones directas relacionadas con el lema du-rante nuestro itinerario. Durante el viaje podramos organizaren coordinacin con los compaeros de los puertos a visitaractividades tales como semanas culturales, festivales de cine,

    conciertos de rock y folclore, manifestaciones, fiestas, teatro,rodaje de pelculas, edicin de folletos, publicacin de peridi-cos y octavillas... De esta manera, haramos una esplndida la-bor de difusin de las ideas libertarias en muchos pases, rela-cionando grupos y compaeros de diferentes lugares, demos-trando que el anarquismo es un movimiento internacional ca-

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    paz de organizar campaas internacionales. Podramos animare invitar a compaeros de los diferentes lugares a unirse a latripulacin por una temporada, creando as un colectivo inter-

    nacional. En los puertos invitaramos a la poblacin a subir abordo, participar en fiestas, conferencias, charlas, actos, pro-yeccin de pelculas, etc. La tripulacin podra renovarse poravin, por ejemplo llegados al mar Caribe efectuando un cam-bio, realizar otro ao de turismo para ganar dinero, continuarel viaje, etctera.

    ELFINDELASSEPARACIONESARTIFICIALESSi ahora imaginis un slo instante de este viaje en barco,

    podis definirlo como ganar dinero, gozar la vida o realizaruna misin poltica? Es todo a la vez y sera imposible diferen-ciar entre los tres sectores. Es eso lo que quera decir al comien-zo cuando hablaba de superar los lmites artificiales entre loeconmico, lo privado y lo poltico, y ste slo es un ejemplo

    entre todos los que estamos planeando en nuestro proyecto.

    PRAGMTICOYPROFESIONAL... SOADORYCARIOSO

    As, la filosofa general existente detrs del Proyecto A es,simplemente, lograr una estabilidad poltica, moral y econmi-ca, combinando estos tres elementos de una manera inteligentey sofisticada. Al hacerlo, logramos una fuerza interna y externaque har muy difcil que puedan desprestigiarnos, criminalizar-nos o ridiculizarnos, ni siquiera ignorarnos. Esta fuerza nos dar,por otra parte, la posibilidad de ganar las simpatas de la gente,simplemente viviendo la Anarqua. En este marco de valores yestrategias, no vacilamos en admitir que seremos pragmticosy profesionalistas en la medida necesaria, como tampoco nosavergonzamos en admitir que seremos sensibles, soadores, tier-

    nos y cariosos en nuestras relaciones internas. El Proyecto Aes una utopa para realistas, una visin para pragmticos.

    Al contar con esta fuerza, al combinar esos tres aspectosbsicos en todos los detalles de nuestra labor, pensamos reali-zar esta base fuerte y ese trasfondo estable.

    Dnde existe esto, hoy en da, en el movimiento anarquista?

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    CRTICAS

    Bueno, para qu sirve todo esto? No es acaso un pretextode algunos anarquistas exuberantes para prestarse el lujo de

    una buena vida con justificacin poltica? Pensamos que no.Si alguien ha entendido el Proyecto A de esta manera, no haentendido nada de nuestras ideas y probablemente muy pocode la Anarqua. Naturalmente no slo es legtimo sino necesa-rio realizar una vida mejor, y si lo puedes hacer viviendo ydifundiendo la Anarqua vivida, tanto mejor! Toda estacrtica que nos dice que no se puede lograr nada dentro de

    este sistema, que es imposible instalarse y corromper el capi-talismo desde dentro, que en tiempos no-revolucionarios pocoy nada se puede hacer..., toda esta crtica al fin y al cabo sereduce a una sola cuestin: existe una vida antes de la revo-lucin? Esta pregunta la contestamos decididamente de ma-nera afirmativa.

    REFORMISTAOREVOLUCIONARIO?Al contrario, no ser que el lamento eterno de los malos

    tiempos, del desinters de la gente en conceptos revoluciona-rios, de la imposibilidad del cambio bajo estas circunstancias,etc. no es otra cosa que una excusa de la propia inactividad,falta de ideas y fatalismo? Vale pensarlo...

    AFIRMACINREVOLUCIONARIA

    Pero, no podra, al contrario, ser que el Proyecto A no cum-pliera otro efecto que un remedio para las enfermedades de lasociedad capitalista? Acaso no ser otra cosa que una inmensaempresa cooperativista, tolerada mientras funciona en rinco-nes neutrales de la sociedad, donde no pueda causar dao? No

    es muy grande el peligro de que toda esta estructura sera per-fectamente integrada y digerida por este sistema? No llegar,finalmente, a ser una columna sostenedora de un sistema po-drido, que le permite sobrevivir ya que realiza tareas socialesen rincones escondidos de la sociedad, donde las estructurasdel Estado no llegan y no funcionan, haciendo las contradiccio-

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    nes del sistema ms soportables para la gente? En una palabra:es el Proyecto A reformista o revolucionario?

    Damos dos respuestas:

    1 El peligro de integracin, sin duda, existe, pero pensamospoder contrarrestarlo.2 El Proyecto A es plenamente revolucionario.

    CONFUSIONESSOBRELAREVOLUCIN

    Quiero aclarar esta postura:La cuestin es, naturalmente, lo que entendemos por revo-

    lucin. Existe mucha confusin al respecto y proliferan mu-chos conceptos extraos. Nosotros entendemos el trmino re-volucin sobre todo en el sentido original, etimolgico de lapalabra: re-volver una sociedad, generar un cambio profundo yno superficial, derrocar un sistema y reemplazarlo por otromejor. Este concepto no dice nada sobre la forma de la revolu-cin: si ha de lograrse con barricadas u octavillas, violenta o

    pacficamente, por la clase obrera o los intelectuales o por unfulano cualquiera, por oposicin frontal y directa al sistema ocreando otro nuevo que venza al viejo, por sindicatos, gruposde afinidad o colectivos, etc. En realidad, el Proyecto A adoptauna postura de neutralidad hacia los diferentes conceptos ac-tuales e histricos de la revolucin. No tiene preferencias espe-cficas y no reclama conocer el camino correcto hacia la revo-lucin. No somos profetas y tememos predicar si la revolu-cin debe realizarse de esta u otra manera.

    ELPROYECTONOES LAREVOLUCINSINOSUCONDICINPRELIMINAR

    El Proyecto A no es la revolucin, sino una serie de pasospreliminares y necesarios hacia ella. El Proyecto A slo intenta

    en la medida que lo estamos planeando, preparando y previen-do preparar el fundamento slido sobre el cual la revolucinllegue a ser una posibilidad concreta. Quiere construir el marcoen el cual exista una cierta garanta de que, despus de una posi-ble superacin del viejo sistema, habr formas embrionales, fun-cionales y virulentas de otro sistema mejor, listo a reemplazarlo.

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    PACIFISTA, NO; PACFICO, S

    En el Proyecto A, actualmente, tenemos anarquistas de todotipo: pacifistas y militantes, sindicalistas y filsofos, currantes

    y tericos, ecologistas y pragmticos y la gran mayora no per-tenece a ninguna tendencia definida. Igualmente diversos sonnuestros conceptos de cmo ha de suceder y realizarse una re-volucin. Pero nos une un consenso fuerte, de manera que cual-quier revolucin deseable tendra que realizarse con el mnimode violencia posible.

    REVOLUCINEINSURRECCIN

    Frecuentemente, se mezclan dos conceptos que no deberanser confundidos: la revolucin y la insurreccin. Una insurrec-cin es una revuelta, un motn, una contestacin espontneaque, quiz, pueda derrocar a un sistema. Esto no quiere decirque una insurreccin se transforme automticamente en unarevolucin. La historia nos ofrece experiencias de todo tipo:hubo insurrecciones que slo llegaron a instalar nuevas dicta-duras, hubo revoluciones que triunfaron sin insurreccin y huboinsurrecciones que llegaron a generar una revolucin triunfan-te. Todo, pues, es posible. Sin embargo, en la imaginacin de lagente y de los anarquistas el concepto de revolucin est es-trechamente ligado con el de insurreccin. Frecuentemente esun simple sinnimo.

    FENOTIPOYGENOTIPO

    Este punto de vista no slo es incorrecto, sino daino, por-que conduce a resultados equvocos. En realidad, aquellos quepiensan que todo lo violento es automticamente revoluciona-rio y todo lo pacfico automticamente reformista, tan slo tie-

    nen en cuenta los fenmenos de las cosas. Intentan calificar elcarcter de un acontecimiento atendiendo slo a sus formas.No podis juzgar el contenido de una lata sin mirar en su inte-rior. En el Proyecto A solemos hablar de fenotipo y genoti-

    po, dos trminos tomados de la biologa. El fenotipo vienea ser el aspecto exterior, la presentacin superficial, la forma de

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    un acontecimiento. El genotipo es el desarrollo interior quelleva este mismo acontecimiento, la direccin que va a tomar,su calidad. En consecuencia, nos manejamos con muchsimo

    cuidado juzgando si los movimientos sociales son revoluciona-rios o reformistas, mirando slo sus formas superficiales de ac-tuacin.

    CHICAGO, 1886

    Por ejemplo, los trabajadores anarquistas del Chicago de1886, eran revolucionarios o reformistas? Bueno, bajo el jui-

    cio de algunos jvenes anarco-puristas alemanes actuales, tie-nen que haber sido llanamente reformistas. Para qu han lu-chado? Para la jornada de ocho horas! Tenan, pues, el mismofin que la sindical reformista alemana DGB. Tal punto de vistaslo tiene en cuenta el fenotipo del movimiento y olvidaque aquellos obreros formaron parte de una estrategia con fi-nes revolucionarios y lucharon por la mejora de sus condicio-

    nes de vida, mejores salarios y reduccin de la jornada laboralno como parte integral del sistema, sino como primer paso paravencer ese sistema. La reivindicacin como fenmeno puedeser reformista o revolucionaria, depende del contexto de luchay perspectiva en la cual est envuelta, es decir, del genotipo.Los trabajadores de Chicago desarrollaron sus luchas dentrode un movimiento popular, contando con una base slida y so-lidaria y una buena estructura organizativa, al igual que noso-tros intentamos crearla (de una forma adecuada a nuestra so-ciedad de hoy da) en nuestro proyecto. En sntesis: el genoti-po de las luchas de Chicago era revolucionario, si bien el fe-notipo de algunas de sus acciones, vistas separadamente, pue-de parecer reformista.

    ESPAA, 1936O tomamos el famoso ejemplo espaol. Es realmente asom-

    broso que tan pocos anarquistas comprendan que la revolucinespaola no comenz en 1936, sino unos cuarenta aos antes.Qu haca la CNT durante todos estos aos? Qu haca laInternacional en Espaa antes de crearse la CNT? No solamen-

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    te aquellos intentos heroicos y bien conocidos de huelgas gene-rales, revueltas, insurrecciones y expropiaciones, sino tambiny al mismo tiempo, toda una serie de cosas reformistas: crea-

    ron e instalaron sus sindicatos, crearon escuelas y economatos,cooperativas obreras y agrarias, talleres, ateneos, editaron li-bros, revistas culturales y filosficas, formaron estructuras enbarrios y entre el vecindario, lucharon por pan, trabajo, mejo-res sueldos, reduccin del horario, condiciones dignas de traba-jo y muchas cosas ms.

    LALABORCOTIDIANAEn otras palabras, tambin realizaron todo ese paquete de

    trabajo silencioso de base, esa labor continua, cotidiana, abu-rrida, sucia, frustrante y difcil de pasos pequeos, clsicamen-te reformista y bajo un punto de vista fenotpico, idnticaa la labor que realiza cualquier partido socialdemocrtico, libe-ral o democristiano de hoy en da o, incluso, como lo hace la

    iglesia catlica en sus tareas sociales. Pero slo en la superficie.Porque, precisamente, la CNT se prepar al mismo tiempo paratomar las fbricas en sus manos, revolucionar el campo, orga-nizar la distribucin, implantar el comunismo libertario. Se armpara el caso de derrocar a la reaccin y finalmente triunf, aun-que slo por pocos aos. Pero sin esta base de fenotipo refor-mista, nunca hubiera existido un pueblo en armas y aque-llos que hubieran tomado el fusil hubieran sido unos pocos lo-cos, totalmente aislados y sin la ms mnima posibilidad de ven-cer. Si miris la actividad media de cualquier ncleo cenetistahabitual en cualquier ao entre 1906 y 1936, encontraris pre-cisamente un fenotipo reformista. Sin embargo, todos sabe-mos que la CNT era extremadamente revolucionaria. Una con-tradiccin? De ninguna manera! Justamente cuando tenis encuenta el genotipo, la esencia, del anarcosindicalismo espa-

    ol, podemos comprender que en su conjunto todo cambiabade valores: entonces incluso aquellos actos de fenotipo refor-mista formaban parte de un proceso de genotipo revolucio-nario. Ambos conceptos se condicionaron mutuamente. La CNTlogr varias mejoras, pequeas reformas, antes del 36. Peroninguna de ellas jams hubiera cambiado la sociedad de una

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    forma radical. Por otra parte, el puro gesto heroico e insurrec-cional no hubiera triunfado como lo hizo en el 36, si la CNT nohubiera creado esta base estable con su labor continua, de pe-

    queos pasos reformistas durante todos aquellos anteriores.

    LA RECETASECRETA DELAREVOLUCINESPAOLA

    sa es la receta secreta de la revolucin espaola y de lasotras pocas revoluciones anarquistas que por corto tiempo lo-graron triunfar: que los anarquistas de antao no se considera-ron demasiado finos como para ocuparse tambin de los pe-

    queos problemas cotidianos de sus contemporneos y de ellosmismos, con el fin de proponer una solucin radical en el mo-mento propicio, que poda ser seguida por las as llamadasmasas.

    HAYQUEPREPARARSEPARALACRISISDELCAPITALISMO

    La estrategia del Proyecto A sigue la misma filosofa: Nosabemos cmo y cundo llegar aquel momento propicio.Un sistema estatal puede caer en crisis muy rpidamente y deforma imprevista, casi siempre debido a factores ajenos y no acausa de nuestra agitacin social. Nadie puede predecir, hoy enda, si una situacin revolucionaria en Alemania puede darsemaana o dentro de veinte aos. Pero tendramos que estarpreparados, bien preparados, para responder a una situacintal de forma adecuada. Un vaco de poder, como se efectu enEspaa en julio de 1936, no debe necesariamente conducir auna revolucin libertaria. Puede fcilmente caer en el otro ex-tremo: una dictadura fascista u otra asquerosidad similar.

    DERROCARLACONFIANZAENLASINSTITUCIONES

    Por eso, la mejor forma .de prepararnos es la de crear estruc-turas slidas, hacer vivir a mucha, mucha gente las ms diver-sas experiencias de Anarqua vivida, hacerles ver que la auto-gestin es posible, hacerles perder todo miedo, respeto y con-fianza en las instituciones estatales, hacerles capaces de tomarsu propio destino en sus propias manos en la ocasin dada y

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    darles el coraje necesario. Y ese autocoraje se adquiere median-te muchas experiencias pequeas y cada vez ms grandes, ex-periencias que podemos empezar hoy mismo. Desde luego, la

    revolucin espaola no hubiera triunfado slo con esos peque-os pasos y sin que los obreros tomaran los fusiles de los cuar-teles y quebraran la resistencia de los generales facciosos. seno era un paso pequeo, sino grande. Pero es que los obrerostambin se haban preparado para esto, lo haban aprendido deantemano! Sin embargo, ellos no eran revolucionarios milita-ristas-profesionales, sino simplemente trabajadores en lucha. Ydespus de dos, tres das de lucha abierta en las calles de Barce-

    lona, estos mismos obreros saban perfectamente cmo organi-zan sus fbricas sin jefes y cmo organizar la vida social detodo un pas. Porque se haban preparado tambin para esto!Y tenan la base, la simpata, la solidaridad y la confianza comopara vencer y realizar esta profunda revolucin. Ellos no tenanproblemas en combinar inteligentemente elementos de fenoti-po reformista y otros de tipo revolucionario.

    ELMITODELALUCHAVIOLENTA

    Es ste el camino correcto para lograr la revolucin y, pien-so, que sta es la razn por la cual muchos de los compaeros ycompaeras del Proyecto A no son ciento por ciento pacifistas.Lo que pasa es que no glorificamos la violencia ni la vemoscomo un valor por s mismo. El problema es, lamentablemente,que en los mitos histricos de las revoluciones viene a ser glori-ficada siempre la lucha y la insurreccin, olvidndose del resto.

    LAANALOGACONELANARCOSINDICALISMO

    En el Proyecto A no queremos olvidarnos de este resto.Comenzamos a dar un primer paso y pensamos que, incluso

    pareciendo reformista a algunos, es genuinamente revolu-cionario. Cualquiera que relea las discusiones histricas quetuvieron lugar cuando, a principio de siglo, la nueva idea delanarcosindicalismo penetr en el movimiento anarquista porejemplo, el famoso Congreso de Amsterdam de 1908 ver tam-bin que, en aquel entonces, muchos anarquistas puristas soste-

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    nan que cualquier tipo de sindicalismo debera ser necesaria-mente reformista. Tambin ellos slo tenan en cuenta el feno-tipo del anarcosindicalismo y se olvidaron de su genotipo.

    En la realidad, el anarcosindicalismo fue hasta nuestros das lacorriente libertaria con ms xito. Pero ya no vivimos en losaos treinta y lo nico que intentamos nosotros es dar una res-puesta actual a nuestra realidad actual.

    Este concepto nuestro de revolucin es capaz de resolver laaparente contradiccin de que en la historia de las revolucio-nes, esfuerzos idnticos llevaron a resultados diferentes. Porqu un levantamiento heroico, por ejemplo en Alemania, Italia

    o EE.UU. fall, mientras que otro levantamiento igualmenteheroico triunf en otras partes, por ejemplo en Espaa, Ucra-nia y la Argentina? La razn ms importante es el hecho de quepara el triunfo de una revolucin no es suficiente tanto el gradode herosmo y dedicacin sino su contorno: la estabilidad y elnivel de la base de la cual la revuelta emerge.

    Base 1

    Base 2

    Proyecto A

    Lugar / tiempo

    Lnea de resistencia

    Base 1

    Base 2

    Proyecto A

    Lugar / tiempo

    Lnea de resistencia

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    LA LNEAIMAGINARIADERESISTENCIA

    Cada revolucin tiene que tratar con lo que llamamos la l-nea imaginaria de resistencia. Esta lnea est compuesta por

    dos factores: la resistencia en las mentes de la gente que msbien temen a una revolucin en vez de desearla. El fin tctico decada revolucin debe ser debilitar esta lnea de resistencia, per-forarla y hacer que desaparezca.

    PINCHAZOSYLABORCONSTANTE

    Eso puede hacerse de dos maneras: perforarla y destruirlacon continuos pinchazos o bien debilitarla y vencer as la resis-tencia en la mente de la poblacin. Es obvio que no podremosjams vencer esta lnea en la mente de dictadores y capitalistassimplemente con buenos argumentos. Por eso, levantamientos,rebeliones, huelgas generales, etc., es decir, los pinchazos se-rn, con toda probabilidad, necesarios en momentos determi-nados. Esto significa perforar la lnea mediante la lucha di-recta. Por otra parte, jams podremos vencer la lnea de resis-tencia en las cabezas de esta gente que queremos liberar,empleando la fuerza y la insurreccin contra ellos. Por eso, latarea de debilitar esta resistencia en las mentes ha de efec-tuarse con modelos de Anarqua vivida, mediante ejemplos,creando contraestructuras virulentas, haciendo as de la revo-lucin algo que, cada vez ms gente, en lugar de temer, desee,

    contando con mltiples pequeas experiencias, que les darn elcoraje y los conocimientos para realizarla. Esto quiere decir, enconsecuencia, que ambas formas son necesarias y que la tareade los anarquistas debe ser la de mantener la forma violenta lomnimo posible.

    ELEVARELNIVELDELABASE

    Esto puede lograrse estando activo en dos campos: primerotenemos que levantar el nivel de la base, desde la cual una re-vuelta puede levantarse. Es sta la base slida, de la cualhabl tantas veces en el principio. En segundo lugar tenemosque debilitar la resistencia en las mentes de la gente. Es en estos

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    dos campos donde el Proyecto A quiere empezar a trabajar ahoramismo. Nosotros enseamos tan slo un camino posible y cual-quiera puede realizar cosas similares y anlogas.

    Es ste el lugar del Proyecto A en el esquema de la revolu-cin. El Proyecto A no es, ni lo pretende, la revolucin, sinoun paso preliminar necesario.

    CREARUNAVASTACULTURALIBERTARIAENLAVIDACOTIDIANA

    Lo que queremos lograr dentro de los prximos diez, veinte,treinta aos es precisamente crear una vasta cultura libertaria

    en la vida cotidiana. En el croquis anterior, esto sera la capagris, el nivel del caso 2, la base para la revolucin, que a su vezpuede alimentarse de esta misma base. En este dibujo podisver fcilmente que un esfuerzo idntico de revuelta, que partede una base dbil e inferior no toca siquiera la lnea de resis-tencia o apenas la perfora durante escaso tiempo. Conocemostodos sobre todo en Alemania esta dinmica de las pequeas

    luchas militantes locales de los ltimos veinte aos que precisa-mente fallaron por falta de una base adecuada y cada vez, denuevo, cayeron a cero. Partan de un nivel muy bajo. Por otraparte, la lnea de resistencia que tenan que perforar an eramuy espesa y fuerte. Un idntico esfuerzo sin embargo puedeperfectamente perforar la lnea de resistencia actuando de for-ma repetida y constante, si parte de un nivel ms alto y estable,que a su vez ya haya debilitado esta lnea de resistencia. Y siestas perforaciones se repiten y se hacen frecuentes, tenemos loque llamamos por definicin una situacin revolucionaria y, sila perforacin es permanente, tenemos la revolucin misma. Larevolucin espaola, en realidad, parti de un nivel muy alto ytena que perforar una lnea de resistencia muy dbil, por partedel sistema y muy pequea en las mentes de mucha gente. Yesta situacin era precisamente el fruto de cuarenta aos de

    labor continuada, de dedicacin y de una cultura libertaria vas-tamente difundida. Es precisamente esto lo que queremos crearcon nuestro Proyecto A.

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    LA IDENTIFICACINNEGATIVA CONEL ESTADO

    Quisiera ilustrar esta teora con una simple experiencia, queprobablemente podis compartir en muchsimas ocasiones:

    hoy da, la mayora de la gente no es entusiasta del Estado o delgobierno ni mucho menos. Tiene lo que llamamos una identi-ficacin negativa con el Estado. Es muy fcil hacer a una per-sona cualquiera coincidir con vosotros en los siguientes juicios:que el gobierno es una mafia, que el Estado es criminal, que losimpuestos son un robo, que los funcionarios son corruptos, quelas autoridades son una banda de arrogantes, que los precios

    son un chantaje, etc.; muchos anarquistas entonces creen queaquellas personas tambin son anarquistas en el fondo de suscorazones y que quisieran igualmente abolir el Estado. Estosanarquistas simplemente se olvidan de la otra cara de la mone-da: esta misma gente teme cualquier revolucin y se acuerdarpidamente de que el Estado, pese a todo, tambin es una es-pecie de compaa de seguros, que paga la renta y el subsidiode paro, construye escuelas, carreteras y hospitales, mantienecierto orden e impide en principio que seas asaltado y roba-do a golpes de navaja... Pese a todo, suele decir la gente, lascosas no estn tan mal y si el Estado desaparece, podra sermucho peor.

    ELTEMORALAREVOLUCIN

    Por eso no desean ninguna revolucin. Tienen algo que per-der y lo que nosotros queremos ofrecer es muy nebuloso: no hasido jams una experiencia vivida, al alcance, accesible. Dednde ha de venir la confianza de esta gente, de que ellos mis-mos podran construir un futuro mucho mejor? Esta identifi-cacin negativa con el Estado de hoy da es probablementemucho ms difcil de superar que el nacionalismo ciego y el

    chauvinismo irracional de tiempos pasados. Por eso ya no po-dis convencer a la gente simplemente con algunos argumentosbien estructurados que les hagan comprender su malestar nitampoco con alguna que otra accin ejemplar, sino ms quenada con ejemplos concretos, que los convenza de que las cosasirn mejor si las tomamos en nuestras propias manos.

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    NUESTROSPRIMEROSPASOSCONCRETOS

    Bueno, me parece que ya he hablado suficiente de sueos yteora. Al hacerlo, me he alejado bastante de aquella ciudad

    alemana y la gris realidad que estamos viviendo ahora mismo.La cuestin importante que se impone ahora es cmo vamos apasar del ahora al maana que acabo de describir y plan-tear? Cules sern nuestros pasos concretos? Cul ser elhorario que queremos seguir?

    CRONOLOGA

    La cronologa que trato de daros ahora tiene que ser muycorta y abreviada. Tiene muchos detalles tcnico-administrati-vos particulares de la Repblica Federal Alemana y tratar deno perderme en ellos, ya que la realidad en cada pas es diferen-te. Por lo tanto, poco se podr concluir de ello dadas las dife-rentes realidades nacionales.

    LA FASEPREPARATORIA

    Para nosotros, una muy buena preparacin del proyecto esde singular importancia. La mayora de nosotros proviene, ypermanece activo, en el movimiento libertario alemn desdehace muchos aos. As, todos sabemos lo rpido que pasa eltiempo y la facilidad con la que se escapan los aos. No quere-

    mos gastar tiempo debido a una mala o precipitada prepara-cin, ni con tonteras prematuras. Nuestro lema al respecto esmuy sencillo: tenemos mucha prisa, por eso lo preparamosmuy lentamente.

    HACERNOSGRUPO

    Despus de haber publicado el libro se defini la fase pre-paratoria. En ella nos encontramos ahora mismo (nota delautor: sobre la respectiva situacin actual, ver la hoja de intro-duccin). Durante esta fase ciertas cosas tienen que lograrse:tenemos que conocernos mutuamente, no slo escribindonoscartas o intercambiando ideas polticas y opiniones, sino tam-

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    bin como personas en nuestras vidas y nuestros caracteres.Tenemos que hacernos grupo en el sentido amplio de la pala-bra: poltica, econmica, individual y psicolgicamente. Son

    procesos variados que necesitan tiempo.

    PROFESIONES

    Tenemos que encontrar personas con las profesiones ade-cuadas: ya sea con ttulo o conocimientos autodidactas o bienconcluyendo las formaciones profesionales en curso y los ofi-cios que los compaeros desean realizar en el futuro proyecto.

    DISCUTIRELCONCEPTO

    Tenemos que formar los pequeos grupos que constituirnlos futuros doble-proyectos. Tenemos que juntar el dineronecesario para la compra de equipos, inmuebles y terrenos, unavez elegida la ciudad. Tenemos que volver a discutir crtica-

    mente todo el contenido del libro Das Projekt A, que no esotra cosa que una propuesta general, a fin de cambiarlo, com-pletarlo y as elaborar un nuevo concepto con el cual nos iden-tifiquemos todos.

    Tenemos que conocernos en situaciones normales y extraor-dinarias. Para ello nos visitamos mutuamente, organizamosencuentros y mitines, campamentos y viajes, planeamos peque-os proyectos temporalmente limitados para trabajar juntos,etctera.

    ESTRUCTURAORGNICA

    Tenemos que organizar toda una estructura de encuentros aescala nacional, regional o profesional, donde desarrollemos ladiscusin, adoptemos decisiones, elaboremos los detalles y pla-

    neemos los prximos pasos. Hemos de crear un boletn de de-bate interno, de crtica e informacin, donde cada uno puedaexpresarse sin censura. Tenemos que hacer sesiones y juegos detipo psicodinmico e intentar abrirnos mutuamente, entrenarnuestra sensitividad y nuestra comprensin entre todos. Tene-mos que analizar los puntos dbiles y los posibles peligros de

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    nuestro proyecto e intentar elaborar contraestrategias. Tene-mos que prever y calcular el posible rechazo y represin. Todoeso y mucho ms ha de realizarse en dicha fase preparatoria.

    FINALDELAPREPARACIN

    Esta fase no se define por tiempo, sino por calidad. Es decir,que esta fase no termina despus de determinado tiempo, sinoen el momento en que estemos convencidos de haber cumplidocon todas esas necesidades y de que ya no hay nada de quehablar sino que el asunto est maduro para empezar. Una vez

    que tengamos las personas precisas en el lugar correcto, el di-nero y las profesiones unidas, encontrada la ciudad adecuada yelaborado el proyecto justo, sintindonos grupo, empezaremos.

    ENCONTRARELLUGARADECUADO

    La ciudad adecuada debe encontrarse durante la fase prepa-

    ratoria. Para ello elaboramos una especie de lista de criterioscon un sistema valorativo. Estos criterios abarcan aspectos comopor ejemplo el ambiente ecolgico, la calidad urbanstica, losprecios de casas, terrenos y locales, actividades polticas y cul-turales, presencia de otros movimientos sociales, estructurapoltico-administrativa, fuerza econmica, estructura coexisten-te con industrias, servicios pblicos y comercio, distancia a otroscentros urbanos mayores, agricultura y artesana, posibilidadde colaboracin con otros proyectos alternativos locales y mu-cho ms. En una segunda fase, creamos patronazgos para lasciudades preferidas y propuestas por diferentes compaeros,reduciendo as las candidaturas a un nmero menor. En unatercera fase, tras haber reducido nuevamente el nmero de ciu-dades, enviaremos espas a los lugares restantes, con el fin devivir all una temporada y obtener el mximo de informaciones

    e impresiones. Al mismo tiempo, cada integrante del grupo tie-ne la ocasin de visitar estas ciudades personalmente. Final-mente tomaremos una decisin comn de acuerdo con los re-sultados obtenidos, esperando encontrar as para nuestro pro-yecto especfico una ciudad ms o menos ptima.

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    ARCHIGRUPOYGRUPOSPIONEROS

    Mientras tanto, los procesos de clarificacin en los ms di-versos grupos habrn progresado, de manera que ya podemos

    crear lo que llamamos el archigrupo, es decir, gente, que yaest del todo convencida y dispuesta a contraer compromisos yobligaciones. Hasta este momento, la presencia en el grupo eratotalmente libre y no obligaba a nada. Ahora, sin embargo,habr compromisos de toda clase, libremente contrados, detipo moral, legal y econmico. Cada grupo puede unir a suscomponentes segn su parecer y pensamos que, en los casos en

    que existan grandes inversiones de dinero, conviene incluso fir-mar contratos legales que eviten una pelea eterna en el caso deque el compromiso poltico-moral fallase.

    CONTRAERCOMPROMISOS

    Quisiera recordar, sin embargo, que cada doble-proyectoes autnomo al fijar sus estructuras y que, hacia el proyectoentero, solamente existen obligaciones de tipo moral. Sin em-bargo, segn la experiencia de muchos proyectos alternativosde los ltimos veinte aos, parece ser conveniente que se fije deantemano la manera en que un grupo se disuelve en caso depelea, convencin que debera establecerse cuando el grupo esten plena armona.

    JUNTARFONDOSECONMICOS

    Otro proceso que hay que realizar durante la fase preparato-ria es el de reunir las sumas de dinero necesarias que deben serinvertidas. En principio, cada colectivo (doble-proyecto) tieneque arreglarse por s solo. Eso se har probablemente de mane-ra muy convencional y clsica: trabajar y ahorrar dinero, con-

    seguir un crdito, contribuyendo con capitales ya existentes (li-bretas de ahorro, venta de inmuebles, etc.), obtener prstamosde familiares y amigos, organizar campaas de solidaridad,cobrar herencias futuras o actuales. Otros pueden contribuirinicialmente con bienes materiales como equipos, vehculos,maquinaria, terrenos, casas, experiencias, etc. Adicionalmente

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    podemos vender bonos de solidaridad, organizar conciertos enbeneficio del proyecto y crear una especie de grupo de soporteentre simpatizantes, amigos y compaeros fuera del proyecto,

    que pueden efectuar donaciones. Por otra parte, desde el co-mienzo, abriremos una cuente corriente comn, en la que cadainteresado y futuro participante contribuir con una mensuali-dad determinada por l mismo, en funcin de su situacin eco-nmica.

    Este dinero, no demasiado al principio pero que ir acumu-lndose como un ahorro nutrido por muchas pequeas dona-ciones mes por mes, no ha de utilizarse para ni por ningn do-

    ble-proyecto especfico, sino que ser fondo comn.

    NUESTRACAJACOMN

    Es una primera suma simblica de nuestra unidad colecti-va, y debe emplearse justo despus del comienzo para benefi-cios de todos, sea como caja de emergencia o para comprar

    equipo general que todos necesitamos. Esta caja comn y suadministracin es el comienzo, la forma embrional, del Con-sejo anteriormente descrito y de esta forma este Consejo yapuede empezar a funcionar antes del comienzo real. Como yadije, posteriormente este fondo ser nutrido por las gananciasque cada doble-proyecto genere. Ser, pues, una de las medi-das preventivas con las cuales pensamos superar las ms diver-sas crisis que, seguramente, sufriremos en la etapa de los prime-ros meses y aos.

    INDEPENDENCIAFINANCIERADEL ESTADO

    Estamos todos de acuerdo que queremos mantener el volu-men de crditos y prstamos lo ms reducido posible y que nin-gn proyecto dependa de ayudas y subsidios estatales o semi--

    estatales, muy frecuentes en Alemania, Escandinavia, Austra-lia, etc. Esta decisin no es tanto una decisin moral como prag-mtica. No tenemos inconvenientes en aceptar dinero del Esta-do (porque al fin y al cabo es dinero que viene del pueblo ynosotros lo emplearemos mejor que, por ejemplo, el ejrcito),sino que queremos evitar que nuestro proyecto dependa del

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    Estado y se vuelva objeto de toda clase de presiones y chanta-jes, como ha sucedido con muchos proyectos en Alemania. Cual-quier subsidio ser pues, para nosotros, una suma extraordina-

    ria, pero cada proyecto debe ser concept