monografia de esqueleto humano
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DEDICATORIA
Este trabajo va dedicado, primero a Dios por brindarme salud y conocimiento, luego a mis padres por brindarme lo necesario para educarme.
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INTROCUCCIÓN
El esqueleto humano: En el hombre, el esqueleto está formado por cartílago, tejido
esponjoso, médula, tejido compacto y perióstico. Las articulaciones se dividen en
móviles (permiten amplios movimientos), semimóviles (de movimientos poco
extensos) o inmóviles. Los huesos pueden ser largos, planos y cortos. El tejido
celular que ocupa su cavidad interna se denomina médula ósea. La médula roja es
la que presenta el hueso crecimiento; la amarilla, el tipo normal, está compuesta
fundamentalmente por células grasas. El endostio es el tejido que recubre la
cavidad medular de un hueso. El periostio es el tejido conjuntivo que rodea todos
los huesos.
El esqueleto no es un tejido muerto; por el contrario, vive y se renueva a una
velocidad considerable, aunque imperceptible. Constituye una estructura duradera,
que permanece después de la muerte, debido a que los compuestos de calcio y
fósforo son difíciles de degradar. Como el resto de los tejidos, contiene nervios y
vasos sanguíneos.
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EL ESQUELETO HUMANO
El esqueleto humano es el conjunto total y organizado de piezas óseas que
proporciona al cuerpo humano una firme estructura multifuncional (locomoción,
protección, contención, sustento, etc.). A excepción del hueso hioides —que se
halla separado del esqueleto—, todos los huesos están articulados entre sí
formando un continuum, soportados por estructuras conectivas complementarias
como ligamentos, tendones, músculos y cartílagos.
El esqueleto de un ser humano adulto tiene, aproximadamente, 206 huesos, sin
contar las piezas dentarias, los huesos suturales o wormianos (supernumerarios
del cráneo) y los huesos sesamoideos. El esqueleto humano participa con el 12
por ciento del peso total del cuerpo, así una persona que pesa 75 kilogramos, 9
kilogramos de ellos son por su esqueleto.
El conjunto organizado de huesos —u órganos esqueléticos— conforma el
sistema esquelético, el cual concurre con otros sistemas orgánicos (sistema
nervioso, sistema articular y sistema muscular) para formar el aparato locomotor.
El esqueleto óseo es una estructura propia de los vertebrados. En Biología, un
esqueleto es toda estructura rígida o semirrígida que da sostén y proporciona la
morfología básica del cuerpo, así, algunos cartílagos faciales (nasal, auricular,
etc.) debieran ser considerados también formando parte del esqueleto.
La gran mayoría de los animales posee un armazón sólido que les dá sostén y a la
vez de protección de partes delicadas; esta estructura, generalmente dura y
mineralizada, recibe el nombre de esqueleto.La función más importante del
esqueleto es sostener la totalidad del cuerpo y darle forma. Hace posible la
locomoción al brindar al organismo material duro y consistente que sostiene los
tejidos blandos contra la fuerza de gravedad y donde se insertan los músculos que
le permiten erguirse del suelo y moverse sobre su superficie. El sistema óseo
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también protege los órganos internos (cerebro, pulmones, corazón) de los
traumatismos del exterior.
El esqueleto de las aves es muy ligero y de gran resistencia, debido so todo, a que
los huesos son huecos y porosos, características que facilita tarea de volar; como
contrapartida, esta ligera estructura está expuesto a frecuentes fracturas. Por este
motivo, en el interior de algunos huesos, sobre todo en los más largos, existen una
serie de trabéculas o proyecciones del tejido que aumentan la resistencia. En el
esqueleto de las aves se pueden observar una de cambios evolutivos respecto a
otros vertebrados.
De esta manera los huesos que forman la mano de un mamífero o un reptil se han
fusionado, formando una estructura llamada carpo-metacarpo, en la cual se
insertan las plumas del y Los huesos de la cola se han reducido a una pequeña
formación llamada pitillo. La cola vertebral, que en los anfibios, los reptiles y los
mamíferos cumple la función de equilibrio, en las aves está representada por una
serie de plumas que actúan a modo de timón, tanto en el vuelo como en los
desplazamientos terretres. Otra peculiaridad en las aves es la llamada quilla, una
especie de cresta que sobresale del esternón y que sirve de punto de anclaje de
los músculos torales, parte fundamental para el desarrollo del vuelo.
En los peces, el esqueleto puede estar formado por huesos —así suceda los
casos de la merluza y el pejerrey, denominados peces óseos— o por cartilagos —
el tiburón y la raya son peces cartilaginosos.
El esqueleto humano: En el hombre, el esqueleto está formado por cartílago,
tejido esponjoso, médula, tejido compacto y perióstico. Las articulaciones se
dividen en móviles (permiten amplios movimientos), semimóviles (de movimientos
poco extensos) o inmóviles. Los huesos pueden ser largos, planos y cortos. El
tejido celular que ocupa su cavidad interna se denomina médula ósea. La médula
roja es la que presenta el hueso crecimiento; la amarilla, el tipo normal, está
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compuesta fundamentalmente por células grasas. El endostio es el tejido que
recubre la cavidad medular de un hueso. El periostio es el tejido conjuntivo que
rodea todos los huesos.
El esqueleto no es un tejido muerto; por el contrario, vive y se renueva a una
velocidad considerable, aunque imperceptible. Constituye una estructura duradera,
que permanece después de la muerte, debido a que los compuestos de calcio y
fósforo son difíciles de degradar. Como el resto de los tejidos, contiene nervios y
vasos sanguíneos.
Hueso: En todo hueso largo, el cuerpo, generalmente cilíndrico, recibe el nombre
de diáfisis, y los extremos, el de epífisis. La diáfisis está hueca, y su interior es
ocupado por el tuétano o médula amarilla. También en la epífisis hay gran número
de cavidades formadas por el entrecruzamiento de los delgados tabiques óseos,
los cuales contienen la médula roja, formadora de glóbulos sanguíneos. El
periostio, que es una membrana muy tenaz y sumamente vascularizada, envuelve
los huesos y permite que éstos crezcan en espesor; esta membrana es de gran
importancia, pues por medio de sus vasos sanguíneos llegan a las células óseas
la sustancias nutritivas.
A las dos semanas de gestación el esbozo de la columna vertebral aparece en el
embrión del ser humano, que posee ya pequeñas vértebras cartilaginosas cuya
osificación se inicia dos semanas más tarde. En el momento del nacimiento, el
esqueleto, aún blando y flexible —de hecho, los huesos del cráneo y de la pelvis
no se han soldado—, está constituido por 350 huesos, número que en el adulto se
reduce a 206, ya que muchos huesos se fusionan.
El cráneo está formado por 29 huesos: ocho craneales y catorce faciales. El oído
medio contiene tres pequeños huesos (martillo, yunque y estribo), encargados de
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la transmisión del sonido hasta el oído interno. En la base de la lengua se
encuentra el hueso hioides, que no se articula con ningún otro del esqueleto. Los
ojos están protegidos por las cavidades óseas del cráneo. Cuando masticamos
movemos el único hueso móvil de la cabeza: el maxilar inferior o mandíbula.
El tronco está constituido por 51 huesos, la mitad de los cuales forman parte de la
columna vertebral, así como de la pelvis, mientras que los restantes integran el
tórax. Los huesos de la columna vertebral y de la pelvis son fuertes y rígidos;
soportan la mayor parte del peso del cuerpo. Son los responsables de que
podamos caminar y permanecer de pie. Además tienen una función de protección:
los del tórax protegen los órganos y vísceras, mientras que las vértebras protegen
los nervios y vasos que forman parte de la columna vertebral.
Las extremidades superiores e inferiores del hombre están unidas al tronco por las
cinturas. La cintura escapular para los miembros superiores y la llamada cintura
pélvica para las extremidades inferiores. La primera está formada por el omóplato
y la clavícula; la segunda, por un solo hueso, el iliaco, resultado de la fusión de
otros tres más pequeños. Los brazos están compuestos por húmero, cubito y
radio; las piernas se componen de fémur, tibia y peroné.
En cuanto a las articulaciones, las móviles presentan los siguientes elementos:
una superficie articular, lisa, generalmente entre dos epífisis de huesos largos; un
cartílago articular—que ocupa el espacio entre un hueso y otro— blanco, liso y
brillante, que facilita el deslizamiento de una superficie sobre otra; un cápsula
fibrosa, que se inserta en los extremos de cada uno de los huesos que forman la
articulación y es semejante a un cilindro hueco; la membrana sinovial, una capa
delgada que segrega el líquido que lubrica todas las articulaciones, y los
ligamentos articulares, sólidos cordones de tejido conjuntivo que impiden la
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separación de los huesos que integran la articulación. Las articulaciones
determinan la dirección y grado de movilidad de los huesos del organismo.
En las rodillas, codos y dedos son de encaje recíproco. En la rodilla, la de mayor
tamaño, el fémur —el hueso más largo del esqueleto— y la tibia forman una
articulación de encaje recíproco, reforzada por ligamentos que conectan en forma
cruzada ambos huesos y una fuerte cápsula articular. Los extremos femorales,
redondeados, se hallan situados por detrás de la rótula. La articulación del hombro
está compuesta por una esfera y una cavidad, lo que permite una mayor variedad
de movimientos. La de la cadera, sobre la que descansa el peso del cuerpo, está
formada por la cavidad coxal, en la que se inserta la cabeza del fémur. Por otro
lado, un tendón que cruza desde el fémur hasta el coxal mantiene la articulación
en la posición adecuada.
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Las articulaciones semimóviles son las que aparecen entre dos vértebras; las dos
caras que se unen son ligeramente cóncavas y están revestidas por una fina
membrana de tejido cartilaginoso.. Los ligamentos interóseos permiten la flexión y
expansión de la columna vertebral.
Las articulaciones inmóviles se encuentran en la cabeza; como ejemplo puede
citarse la que existe entre los huesos parietal y frontal del cráneo, unidos mediante
una serie de salientes, a modo de dientes, que coinciden a la perfección.
Estructura del tejido óseo: El tejido óseo, es decir los huesos que forman parte
del esqueleto, se compone de células y de una matriz orgánica calcificada -
constituida por fibras y por, sustancia fundamental impregnada por sales de
calcio-. Los huesos están dados por una densa capa de tejido conectivo muy
vascularizada, llamada periostio. Las células que constituyen los huesos son de
tres tipos: los osteoblastos responsables de la formación del tejido óseo, son de
forma cúbica o prismática de núcleo redondeado, su citoplasma es rico en
orgánulos responsables de la síntesis de proteínas (ribosomas, mitocondrias,
aparato de Golgi y retículo endoplasmático) los osteocitos son las células que
forman principalmente el tejido óseo adulto, con forma de huso, núcleo ovalado y,
al igual que los osteoblastos aunque en menor cantidad, con orgánulos
responsables de la síntesis de proteínas; los osteoclastos, responsables de la
resorción de tejido óseo, presentan forma redondeada y varios núcleos.
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Funciones
El sistema esquelético tiene varias funciones, entre ellas las más destacadas son:
1. Sostén mecánico del cuerpo y de sus partes blandas: funcionando como
armazón que mantiene la morfología corporal;
2. Mantenimiento postural: permite posturas como la bipedestación;
3. Soporte dinámico: colabora para la marcha, locomoción y movimientos
corporales: funcionando como palancas y puntos de anclaje para los
músculos;
4. Contención y protección de las vísceras, ante cualquier presión o golpe
del exterior, como, por ejemplo, las costillas al albergar los pulmones,
órganos delicados que precisan de un espacio para ensancharse,
5. Almacén metabólico: funcionando como moderador (tampón o
amortiguador) de la concentración e intercambio de sales de calcio y
fosfatos.
6. Transmisión de vibraciones.
Además, en la corteza esponjosa de algunos huesos, se localiza la médula ósea,
la cual lleva a cabo la hematopoyesis o formación y diferenciación de las células
sanguíneas.
Número de huesos
El número de huesos en personas adultas va desde los 206 hasta los 208
aproximadamente, pero debemos recordar que esta cifra no se cumple en los
niños pequeños y menos aún en los recién nacidos. Esto se debe a que los recién
nacidos nacen con algunos huesos separados para facilitar su salida desde el
canal de parto, por ejemplo tenemos los huesos del cráneo, si palpamos la cabeza
de un recién nacido encontramos partes blandas llamadas fontanelas: en ellas los
huesos están unidos por tejido cartilaginoso que luego se osificará para formar el
cráneo de un adulto.
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También el maxilar se encuentra dividido en dos, el maxilar superior y el inferior,
cuando se suture el maxilar inferior dará lugar a un tipo de sutura llamada sínfisis.
Así que el número de huesos depende de la edad de la persona a la cual se
refiera, pero como promedio para un adulto es alrededor de 206 huesos.
División del esqueleto
Uno de los esquemas para el estudio del esqueleto humano, lo divide en dos
partes:
1. El esqueleto axial, que son los huesos situados a la línea media o eje, y
ellos soportan el peso del cuerpo como la columna vertebral. Se encargan
principalmente de proteger los órganos internos.
2. El esqueleto apendicular, que son el resto de los huesos pertenecientes a
las partes anexas a la línea media (apéndices); concretamente, los pares
de extremidades y sus respectivas cinturas, y ellos son los que realizan
mayores movimientos como la muñeca.
Esqueleto axial: 80 huesos aproximadamente
Huesos de la columna vertebral (raquis): 26 huesos aproximadamente
o Cervicales (cuello): 7
o Torácicos: 12
o Lumbares: 5
o Sacro: 1 (formado por la fusión de 5 vértebras)
o Cóccix: 1 (formado por la fusión de 4 vértebras)
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Huesos de la cabeza: 29 huesos
o Cráneo: 8
o Cara: 14
o Oído: 8
o Hioides: 1 (hueso no articulado con el esqueleto)
Huesos del Tórax (25)
o Costillas: 24 (12 pares)
o Esternón: 1
Esqueleto apendicular: 126 huesos
Huesos de la cintura escapular: 4 huesos
Huesos de las extremidades superiores: 30 x 2
o Brazo: 1 x 2
o Antebrazo: 2 x 2
o Mano:
Carpo (muñeca): 8 x 2
Metacarpo (mano): 5 x 2
Falanges (dedos): 14 x 2
En los miembros superiores y pectorales: 64
o Brazos y manos: 60
o Hombros: 2 clavículas y dos escápulas.
En los miembros inferiores y pélvicos: 62
o Piernas y pies: 60
o Pelvis: 2 huesos pélvicos (formados por la fusión del ilion, isquion y
pubis)
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Enfermedades del sistema esquelético
Aquí se listan algunas enfermedades que afectan el sistema esquelético:
Fractura (medicina)
Osteomielitis y Osteonecrosis
Cáncer óseo primario y Osteosarcoma
Osteomalacia y Raquitismo
Osteoporosis y Osteopetrosis
Osteogénesis imperfecta
Acromegalia
Acondroplasia y enanismo
Saturnismo y toxicidad de metales pesados
Siringomielia
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BIBLIOGRAFIA
ENCARTA 2010
www.enciclopedialibre.com
http://es.wikipedia.org/wiki/Aparato_excretor
enciclopedia “mi primaria”
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ANEXOS
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INDICE
Dedicatoria ………………………………………………… pag 1
Introducción ………………………………………………… pag 2
Concepto …………………………………………………… pag 3-8
Funciones ………………………………………………….. pag 9
Número de huesos ………………………………………. Pag 9-10
División del esqueleto …………………………………… pag 10-11
Enfermedades del sistema esquelético ………………. Pag 12
Bibliografía ………………………………………………… pag 13
Anexos……………………………………………………… pag14