microfinanzas y desarrollo: situación actual, debates y perspectivas

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LAN-KOADERNOAK CUADERNOS DE TRABAJO WORKING PAPERS 49 Microfinanzas y desarrollo: situación actual, debates y perspectivas. Jorge Gutiérrez Goiria INSTITUTO DE ESTUDIOS SOBRE DESARROLLO Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL NAZIOARTEKO LANKIDETZA ETA GARAPENARI BURUZKO IKASKETA INSTITUTUA UNIVERSIDAD DEL PAIS VASCO - EUSKAL HERRIKO UNIBERTSITATEA Microfinanzas y desarrollo: situación actual, debates y perspectivas.

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LAN-KOADERNOAKCUADERNOS DE TRABAJOWORKING PAPERS

49Microfinanzas y desarrollo:

situación actual, debates y perspectivas.Jorge Gutiérrez Goiria

INSTITUTO DE ESTUDIOS SOBRE DESARROLLO Y COOPERACIÓN INTERNACIONALNAZIOARTEKO LANKIDETZA ETA GARAPENARI BURUZKO IKASKETA INSTITUTUAUNIVERSIDAD DEL PAIS VASCO - EUSKAL HERRIKO UNIBERTSITATEA

HEGOAk –Nazioarteko Ekonomia eta Garapenari buruzko Ikasketa Institutua–herrien giza garapen jasangarria bultzatzea du helburu. Bere xedea garapenarazo eta nazioarteko elkarkidetzan ezagutza eta ikerketa bultzatzea da, egi-ten dituen lan eta ikerketen bidez, eta gizartearen sentsibilizazioan eragiteaberdintasun eta elkartasunaren ikuspegitik. Lana atal hauetan egituratzen du:dokumentazioa, formakuntza, garapenerako sentsibilizazioa eta heziketa,aholkularitza eta ikerkuntza. Garapen gaietan Dokumentazio Zentro espeziali-zatu bat du Bilbon, eta garapen heziketarako Baliabide DidaktikoetarakoZentro bat Vitoria-Gasteizen.

CUADERNOS DE TRABAJO/LAN-KOADERNOAK bere kolaboratzaileek egin-dako lanak zabaltzeko bilduma da, baita garapena hobeto ulertzeko lagunga-rri diren testuak hedatzeko ere.

HEGOA –Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional–tiene como objetivo la promoción del desarrollo humano sostenible de los pue-blos. Su misión es fomentar el conocimiento y la investigación de los problemasdel desarrollo y la cooperación internacional, a través de los trabajos e investiga-ciones que realiza, así como contribuir a la sensibilización de la sociedad desdela perspectiva de la equidad y la solidaridad. Las áreas en que estructura su tra-bajo son: documentación, formación, sensibilización y educación para el desarro-llo, asesoría e investigación. Cuenta con un Centro de Documentación especiali-zado en temas de desarrollo y cooperación en su sede de Bilbao, y un Centro deRecursos Didácticos de educación para el desarrollo en Vitoria-Gasteiz.

CUADERNOS DE TRABAJO/LAN-KOADERNOAK es una colección destinada adifundir los trabajos realizados por sus colaboradores y colaboradoras, así comoaquellos textos que por su interés ayuden a la mejor comprensión del desarrollo.

Microfinanzas y desarrollo:situación actual, debates y perspectivas.

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49Microfinanzas y desarrollo:

situación actual, debates y perspectivasJorge Gutiérrez Goiria

Jorge Gutiérrez Goiria es profesor de la UPV-EHU e investigador de Hegoa. Con experiencia de trabajo enONGD, desarrolla actualmente una tesis doctoral sobre el sector microfinanciero.

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HEGOAwww.hegoa.ehu.es

(UPV/EHU) Edificio Zubiria EtxeaAvenida Lehendakari Aguirre, 8348015 BILBAOTel.: 94 601 70 91 • Fax: 94 601 70 [email protected]

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Microfinanzas y desarrollo:situación actual, debates y perspectivasJorge Gutiérrez Goiria

Cuadernos de Trabajo de HegoaNúmero 49Abril 2009

D. L.: Bi-1473-91 • ISSN: 1130-9962Impresión: Lankopi, S.A.Diseño y Maquetación: Marra, S.L.

Esta publicación forma parte del Convenio de Colaboración entre elMinisterio de Asuntos Exteriores y de Cooperación MAEC-SECI y laUniversidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea, UPV-EHU,para el desarrollo de líneas de trabajo tendentes a la mejora de la posicióndoctrinal de la cooperación española, 2007/2008, y es parte de los resul-tados de los Seminarios de Investigación llevados a cabo por el InstitutoHEGOA.

Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.5 EspañaEste documento está bajo una licencia de Creative Commons. Se permitelibremente copiar, distribuir y comunicar públicamente esta obra siemprey cuando se reconozca la autoría y no se use para fines comerciales. No sepuede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra.

Licencia completa:http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/

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MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 3

Índice

Microfinanzas y desarrollo: situación actual, debates y perspectivas

1. Introducción 5

2. ¿Por qué surgen y crecen los programas de microcrédito y microfinanzas? 7

2.1. Barreras, accesibilidad y uso del sistema financiero 7

2.2. La financiación informal como alternativa 10

2.3. Crecimiento y relevancia del sector de las microfinanzas 11

3. ¿A qué nos referimos al hablar de microfinanzas? 15

3.1. Características de los diferentes tipos de instituciones de microfinanzas 15

3.2. Diferencias en función del tipo de insititución microfinanciera 17

Diferencias de tamaño entre las instituciones microfinancieras 17

Diferencias en cuanto a los indicadores financieros 17

Diferencias en los indicadores de alcance a personas más pobres 18

3.3. Diferencias en función de la zona geográfica 20

3.4. Diferencias en función de la metodología utilizada 21

4. ¿Cuáles son los debates y enfoques actuales en relación a las microfinanzas? 23

4.1. Del microcrédito a las microfinanzas: la inserción de las microfinanzas 23en el sistema financiero

4.2. Los diferentes enfoques en la práctica de las microfinanzas 26

Enfoque de lucha contra la pobreza 27

Enfoque de sistema financiero (y sistemas financieros incluyentes) 27

4.3. La sostenibilidad de las instituciones de microfinanzas y su relación 30con el logro de objetivos de desarrollo y/o disminución de la pobreza

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5. ¿Qué sabemos de su impacto, y qué nuevas perspectivas tienen 35los programas de microfinanzas?

5.1. El problema de las expectativas 35

5.2. La evaluación desde una perspectiva de lucha contra la pobreza 36

5.3. La evaluación desde una perspectiva de sistema financiero 37

6. Conclusiones 41

Bibliografía 43

Tablas

Tabla 1: Barreras al acceso por niveles de ingreso 8

Tabla 2: Accesibilidad geográfica y demográfica por niveles de ingreso 8

Tabla 3: Uso efectivo y cuentas per cápita según niveles de ingreso 9

Tabla 4: Ventajas que pueden aprovechar las instituciones microfinancieras 11

Tabla 5: Instituciones microfinancieras y clientes 13

Tabla 6: Activos totales según el tipo de institución 17

Tabla 7: Indicadores de desempeño financiero según el tipo de institución 18

Tabla 8: Préstamos y depósitos por persona en US $ 2007 según tipo de entidades 19

Tabla 9: Porcentaje de mujeres entre las personas prestatarias de la entidad 19

Tabla 10: Diferencias regionales 20

Tabla 11: Indicadores según la metodología 22

Tabla 12: Préstamos y depósitos por tipos de institución 25

ÍNDICE

4 MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS

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MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 5

Los programas de microfinanzas han tenido desdelos años 90 una importancia y presencia creciente enlos esfuerzos para lograr objetivos de desarrollo y enla lucha contra la pobreza. Actualmente se trata deun fenómeno consolidado, que ha probado su viabi-lidad, pero que sigue planteando dudas respecto alimpacto finalmente logrado y sobre la forma en quelos objetivos sociales y económicos se armonizan eninstituciones con ambos tipos de inquietudes.

La actividad más conocida y extendida en el marcode las microfinanzas sigue siendo la provisión de cré-dito a pequeñas iniciativas autogestionadas. El acce-so al crédito se ha probado como un importante fac-tor que, combinado con otras condiciones, puedecontribuir a que millones de personas salgan de unasituación de pobreza. Sin embargo, y aún siendo esteaspecto muy importante, hay otra preocupación quedesde hace tiempo va tomando peso en el sectormicrofinanciero, y se refiere al impacto que estosprogramas pueden tener sobre los objetivos de desarro-llo por lo que suponen de cambio en el propio sectorfinanciero. Frente a los graves problemas de accesibi-lidad a los servicios financieros de todo tipo (crédito,ahorro, medios de pago...) las microfinanzas aportanaccesibilidad y cercanía que podrían contribuir a laconstrucción de sistemas financieros incluyentes yalternativos, con importantes efectos para el desarro-llo. Teniendo en cuenta el alcance de las microfinan-

zas en todo el mundo, es razonable pensar que esténinduciendo importantes cambios en los sistemasfinancieros, y es necesario estudiar qué efectos pue-den esperarse de ello, y que políticas podrían propo-nerse, para que estos cambios afecten de forma posi-tiva a objetivos de desarrollo, equidad y lucha contrala pobreza.

Este trabajo hace una revisión resumida de la situa-ción del sector microfinanciero, recogiendo su diver-sidad y los debates actuales, con una perspectiva dedivulgación y de propuestas para la reflexión. En elsegundo apartado se explica la situación de accesoproblemático a los servicios financieros en países derenta media y baja, y la respuesta que las microfinan-zas suponen a esta carencia superando la informali-dad. Posteriormente, se ofrece una visión esquemáti-ca de la diversidad de actividades que se engloban enel sector microfinanciero, reflejando sus diferenciasen función de las instituciones, zona geográfica ometodología utilizada. El cuarto apartado recoge bre-vemente los distintos puntos de vista en relación a lasmicrofinanzas, y sus implicaciones en la orientaciónde los programas. En el quinto se hacen algunasreflexiones sobre la evaluación de estos programas,partiendo de la falta de evidencias concluyentes. Enun último bloque se resumen algunas conclusionespreliminares para un tema que sigue en constanteevolución.

1. Introducción

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MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 7

En este apartado se explican brevemente las dificul-tades que muchas personas encuentran para accederal sistema financiero, las alternativas de financiacióninformal existentes y el crecimiento del sector micro-financiero.

Para entender el papel de las microfinanzas en el sec-tor financiero es preciso partir del estudio del sectorfinanciero informal. Al igual que en otros ámbitos delo económico y social, la realidad formal habitual-mente reconocida en el sector financiero viene acom-pañada de otro ámbito paralelo, que más que ilegalpodemos calificar como “fuera de regulación”. El sec-tor financiero informal supone un antecedente de losservicios microfinancieros tal como los entendemosactualmente, y convive con otros programas másestructurados en muchos países.

2.1. Barreras, accesibilidady uso del sistema financiero

En todas las sociedades hay personas que no puedenacceder a los servicios financieros formales. En lospaíses de renta alta se trata de un grupo minoritarioy frecuentemente en situación de exclusión social,pero en los países de renta media y baja es una situa-ción habitual para grandes capas de población.

Las barreras que se encuentran para acceder a serviciosfinancieros como un préstamo, una tarjeta de crédito,

o una cuenta corriente son muy diversas según loscasos. Entre las más habituales podemos citar:

• Barreras económicas: la pequeña escala de lasoperaciones que esta población podría desarrollarno las hace interesantes para las institucionesfinancieras. A su vez, los precios o comisionesmínimas pueden hacer poco atractivos los pro-ductos financieros para estas personas. La falta degarantías y avales es un factor que hace imposibleel crédito en muchos casos.

• Barreras culturales y sociales: para gran parte dela población de países empobrecidos, no es senci-llo ni habitual relacionarse con las entidadesfinancieras formales. La dificultad es aún mayorsi se dan problemas de alfabetización o la necesi-dad de utilizar lenguas diferentes a la materna.Desde una perspectiva de género, las dificultadesson mayores para las mujeres, con menor accesoa las relaciones extra-domésticas y de negocios.

• Barreras prácticas: la población rural, aúnmayoritaria en muchos casos, puede tener a variashoras de distancia la oficina bancaria más cerca-na. Cuestiones tan triviales como disponer de unacédula o carnet de identidad, tener títulos de laspropiedades inmobiliarias o contratos de trabajopueden ser una barrera insalvable para muchaspersonas.

2. ¿Por qué surgen y crecen los programas de microcrédito y microfinanzas?

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¿POR QUÉ SURGEN Y CRECEN LOS PROGRAMAS DE MICROCRÉDITO Y MICROFINANZAS?

8 MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS

La Tabla 1 nos muestra algunas de estas barreras eco-nómicas y prácticas para el acceso en diferentes países:

• Mínimo de apertura de un depósito como por-centaje del PIB per cápita.

• Número de documentos necesarios para la aper-tura de un depósito.

• Mínimo préstamo de consumo como porcentajedel PIB per cápita.

La información se presenta segregada por grupos depaíses en función de sus niveles de ingreso, siguien-do la clasificación del Banco Mundial.

Tabla 1: Barreras al acceso por niveles de ingreso (valores medios)

Tabla 2: Accesibilidad geográfica y demográfica por niveles de ingreso (medianas)

Ingreso alto 0,13 1,71 5,15

Ingreso medio-alto 6,46 2,05 10,01

Ingreso medio-bajo 7,51 1,86 66,94

Ingreso bajo 21,54 3,06 108,46

Mínimo préstamo consumo (%PIB pc)

Mínimo apertura depósito (%PIB pc)

Nº documentos para apertura depósito

Fuente: elaboración propia con datos de Banco Mundial (2008), a partir de Beck, Demirguç-Kunt y Martínez Peria, M.S. (2007b).

Como puede observarse, las barreras son crecientes amedida que el ingreso per cápita disminuye.Especialmente en los países de renta más baja losobstáculos se convierten en insalvables, con mínimosde apertura de depósitos equivalentes al 21% del PIBper cápita, y mínimos a los préstamos de consumoque como media superan al PIB per cápita anual.

El número de documentos necesario para abrir undepósito es también claramente mayor en los paísesde menor renta, donde más difícil es conseguirlos.

A estos problemas de elevados mínimos para el acce-so y de exigencias de documentación, deben añadir-se las dificultades de accesibilidad derivadas de unadeficiente red de sucursales financieras.

En la Tabla 2 se recogen dos indicadores de accesibi-lidad por grupos de países:

• Penetración geográfica: medida como el númerode sucursales por cada 1.000 km2.

• Penetración demográfica: medida como el núme-ro de sucursales por cada 100.000 habitantes.

Ingreso alto 46,94 29,86

Ingreso medio-alto 6,27 9,69

Ingreso medio-bajo 3,27 4,70

Ingreso bajo 0,96 1,63

Pen. Geográfica Pen. Demográfica

Fuente: elaboración propia con datos de Banco Mundial (2008), a partir de Beck, Demirguç-Kunt y Martínez Peria, M.S. (2007a).

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¿POR QUÉ SURGEN Y CRECEN LOS PROGRAMAS DE MICROCRÉDITO Y MICROFINANZAS?

MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 9

La Tabla 2 muestra cómo las posibilidades de accesodisminuyen radicalmente en los países de menoringreso1. El contraste entre menos de una sucursalpor cada 1.000 km2 en los países de menor renta,frente a las más de 46 en los de ingreso alto, da ideade las diferencias de accesibilidad. En el caso de lapenetración demográfica, que puede ser un in-dicador más apropiado al eliminar las peculiaridadesgeográficas, el salto es también muy importante (de1,63 sucursales por 100.000 habitantes a más de 29dependiendo del grupo de renta).

Como consecuencia de estos obstáculos, el acceso delos hogares al sistema financiero se ve seriamentelimitado en muchas partes del mundo. Banerjee yDufflo (2006) incluyen este aspecto en su estudiodirigido a analizar cómo se vive realmente con menosde 1 ó 2 US$ al día, recogiendo encuestas en 13 paí-ses. En relación a los servicios financieros, muestranque el uso efectivo del sistema formal por parte deestas personas es muy reducido. La financiacióninformal es habitual, pero los costes son elevados (enel caso de Udaipur, India, donde se dispone de datosde los prestamistas, los intereses superan el 3% men-sual). El uso de una cuenta de ahorro es aún menor,

siendo inferior al 14% en los países de la muestra,con la única excepción de Costa de Marfil.

Como muestra de esta realidad, y tratando de estu-diar qué uso efectivo del sistema financiero se da endiferentes lugares, se han recogido en la Tabla 3 datosde estudios del Banco Mundial. Las variables estu-diadas son:

• Uso efectivo: mide el porcentaje de poblaciónadulta que tiene acceso a una cuenta en una insti-tución financiera, calculándolo a partir de encues-tas directas y también mediante inferencia a partirde datos de intermediarios financieros. Los datosson tanto de entidades financieras y reguladorascomo de Instituciones Microfinancieras (IMF)cuando han podido recogerse datos. Se dispone deinformación de 148 países.

• Nº de préstamos por cada mil habitantes: se tratade un promedio pero resulta indicativo. Se refie-re a entidades reguladas de 44 países.

• Nº de depósitos por cada mil habitantes: al igualque en el caso anterior, debe tenerse en cuentaque es un promedio. Se refiere a entidades regu-ladas de 54 países.

1 Dada la variabilidad de los datos, se ha tomado el valor de la mediana (frente a la media aritmética) como indicador del valor central decada grupo.

Tal como podía esperarse, los datos reflejan una uti-lización muy desigual del sistema financiero. El usoefectivo se incrementa al elevarse la renta, con dife-rencias muy elevadas que pasan de menos del 20%

en los países de menor renta al 87% en el grupo demayor renta. Las cuentas de depósito y préstamo porcada mil personas nos ofrecen una imagen similar,con importantes diferencias entre grupos de países.

Tabla 3: Uso efectivo y cuentas per cápita según niveles de ingreso (medias)

Ingreso alto 87,15 449,70 2.012,82

Ingreso medio-alto 49,52 249,43 1.061,97

Ingreso medio-bajo 30,28 74,10 553,10

Ingreso bajo 19,65 21,71 120,71

Nº depósitos ‰ habitantes

Usoefectivo (%)

Nº préstamos‰ habitantes

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Banco Mundial (2008), con base en Honohan (2006) y Beck, Demirguç-Kunt y Martínez Peria, M.S. (2007a).

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¿POR QUÉ SURGEN Y CRECEN LOS PROGRAMAS DE MICROCRÉDITO Y MICROFINANZAS?

10 MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS

Los préstamos por cada mil habitantes pasan de prác-ticamente 450 a 22, en función del grupo de ingre-so, y los depósitos de más de 2.000 a 120.

2.2. La financiación informal como alternativaLa financiación informal que, de mejor o peor mane-ra, trata de suplir las carencias o ineficiencias del sec-tor financiero formal, es especialmente importanteen zonas rurales de Asia o África, y su importanciadisminuye a medida que en cada zona se dan proce-sos de desarrollo y formalización de la economía.

Estas necesidades no son nuevas y se han cubiertotradicionalmente por medios diversos. El estudioeconómico y social de la ONU (1999) distingue deforma general cinco tipos de instituciones financierasinformales, que con algunas variaciones se mantie-nen de forma genérica:

1. Familiares y amistades: normalmente parapréstamos de pequeño monto, sin garantía ycon condiciones muy flexibles. Hay pocosestudios al respecto y reflejan que existen entodas las economías, teniendo mayor impor-tancia en los hogares pobres. Un caso macroe-conómicamente muy relevante es el de lasremesas de emigrantes, que en ocasiones sondonaciones y en otras devolución de ayudasprestadas para preparar el viaje.

2. Asociaciones de ahorro y crédito rotatorio(ROSCA): se dan en todo tipo de países, aun-que son más frecuentes en los países en des-arrollo. Un grupo de personas con intereses ysituación similar aporta periódicamente unacantidad a un fondo que es recibido alternativa-mente por cada uno de los miembros (por azar,necesidad o negociación). La recepción delfondo supone una oportunidad para el benefi-ciario, que de esta manera puede afrontar algúndesembolso importante. Un caso típico es el delos conductores de ricksaws en Bangladesh, ysupone la manera de adquirir el vehículo de tra-bajo (un triciclo). De esta manera, evitan elalquiler y mejoran de forma significativa susituación e ingresos. El proceso termina cuandotodos los miembros del grupo han adquirido elsuyo. Debe resaltarse en este caso la unión de

conceptos de ahorro y crédito que supone estafórmula, ya que esta es una de las claves para lasostenibilidad de estas y otras instituciones. ParaRutherford (2000) el ROSCA es el instrumentofinanciero intermediario más eficiente y baratopara los pobres. Permite emparejar a ahorrado-res perfectamente con prestatarios, y recompen-sa a ambos en función de sus necesidades.

3. Prestamistas: es una de las formas de financia-ción informal más extendida en países de rentamedia y baja. Sus tasas de interés son elevadas ytradicionalmente se han considerado un reflejode su situación de monopolio. Recientes estudiosreflejan, no obstante, que pueden responder enparte a sus elevados costes y riesgos. No suelenaceptar depósitos y sus plazos son cortos. En oca-siones suponen un vínculo con el sistema finan-ciero formal, del que obtienen fondos.

4. Prestamistas contra garantía mueble: en estecaso existe una garantía (joyas o bienes de cier-to valor) que disminuye la incertidumbre sobreel cobro y los costes de transacción, por lo queel tipo de interés suele ser menor que el de losprestamistas tradicionales.

5. Otras instituciones: pequeños bancos autóc-tonos de carácter informal, cuya función essimilar a la de los prestamistas pero ofrecenmás servicios (depósito, seguro, etc.). Otrocaso es el de los préstamos vinculados a unresultado, es el caso de quien adelanta fondos oun servicio esperando que, en época de cose-cha, se le entregue parte de la misma en pago.

Actualmente, y conviviendo con los tipos de financia-ción ya considerados en este estudio, se han desarrolla-do nuevas formas de intermediación financiera accesi-bles a amplios segmentos de la población que no acu-den al mercado financiero formal. Las microfinanzas,tal como veremos, suponen una posibilidad de propor-cionar este servicio de forma más eficiente, superandolas limitaciones de la financiación informal y avanzan-do paulatinamente hacia una regulación apropiadapara estos casos. Dentro de este sector pueden incluir-se iniciativas muy diversas que, desde un origen infor-mal, superan este marco y avanzan hacia la profesiona-lización, También encontramos casos de bancos tradi-cionales que descienden en su escala de trabajo para

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¿POR QUÉ SURGEN Y CRECEN LOS PROGRAMAS DE MICROCRÉDITO Y MICROFINANZAS?

MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 11

captar nuevos clientes entre la población de menosrecursos. En el marco de este trabajo consideramos quelas iniciativas de microfinanzas se sitúan por tanto unpaso por delante de la informalidad, cubriendo necesi-dades a las que el mercado no había dado respuesta.

En la Tabla 4 se resumen las ventajas que lasInstituciones Microfinancieras pueden aunar apro-vechando las características de los sectores formal einformal, y que les dan una razón de ser en térmi-nos prácticos.

Tabla 4: Ventajas que pueden aprovechar las instituciones microfinancieras

Del sector informal Del sector formal

Préstamos sin necesidad de garantías inmuebles.

Cercanía y conocimiento del cliente física y culturalmente.

Procedimientos sencillos y rápidos.

Adaptación de montos y plazos a clientes de escasosrecursos.

Confianza y estabilidad institucional.

Tendencia a la eficiencia y profesionalidad en lasoperaciones.

Disponibilidad de fondos.

Tipos de interés en general más bajos que el sector informal (muy variable según la instituciónmicrofinanciera de que se trate).

Fuente: elaboración propia.

Con respecto al sector informal, los serviciosmicrofinancieros pueden lograr tipos de interéssignificativamente mejores que los de los presta-mistas, dar mayor confianza, y aportar serviciosadicionales como por ejemplo la capacitación yasistencia técnica.

Con respecto al sector formal, las ventajas de los ser-vicios microfinancieros se encuentran genéricamen-te en la eliminación de barreras mejorando la accesi-bilidad, la menor exigencia de garantías, la flexibi-lidad en las condiciones y los menores costos detransacción (con relación a los equivalentes paraestos casos de las instituciones formales). Tambiénpueden suponer un puente hacia instituciones for-males para quienes no podrían acceder a ellas. Losinconvenientes se refieren a la no aceptación dedepósitos en muchos casos, la limitación de recursosy alcance geográfico y las relativamente altas tasas deinterés.

Para muchos clientes, una ventaja adicional propiade las microfinanzas, tal como han ido desarrollán-dose, viene motivada por la clara orientación social yde desarrollo que desde un inicio han tenido muchosde estos programas. Aunque este punto debe mati-

zarse, y existan ejemplos contradictorios, este ha sidoun factor positivo frente a la orientación estrictamen-te económica de muchos financiadores formales einformales.

2.3. Crecimiento y relevancia del sector de las microfinanzas

El esfuerzo de las microfinanzas por hacer accesi-bles los servicios financieros superando los méto-dos informales más tradicionales (familia, presta-mistas...) no es el primero históricamente, pero esde hecho es el que ha resultado más exitoso en tér-minos de alcance y número de clientes, desplazan-do otras posibles vías de mayor implicación públi-ca en este problema al menos a finales del siglo XXy en este inicio del XXI.

Entre los antecedentes a los actuales programas demicrofinanzas encontramos bancos de desarrollo yotras entidades con presencia rural impulsadas porlos gobiernos, cooperativas y asociaciones de aho-rro y crédito que funcionan desde mediados delsiglo XIX, entidades con finalidad solidaria enEuropa en los siglos XVIII y XIX como los estudia-

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¿POR QUÉ SURGEN Y CRECEN LOS PROGRAMAS DE MICROCRÉDITO Y MICROFINANZAS?

12 MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS

dos por Hollis y Sweetman (1998), o los serviciosde ahorro postal y las Cajas de Ahorro2.

Para entender el desarrollo moderno de las microfi-nanzas, su impulso y evolución, debemos remontar-nos a dos iniciativas pioneras a principios de los 70que siguen funcionando en la actualidad: GrameenBank y ACCION.

El caso de Mohamed Yunus y el Grameen es el másconocido, y refleja bien la evolución del sector. M.Yunus era profesor en la universidad en Bangladesh.A partir de su observación e iniciativa, llegó a la con-clusión de que muchas personas pobres podríanmejorar su situación tan solo con un pequeño aporteen forma de financiación para capital productivo, quepodía ser devuelto dejando un excedente. Un ejemplorecogido por Yunus (1998) es el de una mujer quetrabaja fabricando taburetes de bambú artesanalmen-te. Inicialmente debería comprar el bambú, pero nodispone de fondos. Para desarrollar su actividad, unintermediario le entrega la materia prima a cambio decomprarle a bajo precio el taburete terminado. Alfinal del día, la mujer tan solo saca un pequeño exce-dente. Si esta mujer dispusiera de fondos para com-prar el bambú y llevar su propio negocio, vendiendoa mejor precio el producto final, podría devolver losfondos con intereses, obtener un excedente mayor, ymejorar su situación. El problema es que esa financia-ción puede costar con prestamistas hasta un 10%semanal. Después de buscar apoyos en bancos, con-vencido de la viabilidad de su idea, y de recibir nega-tivas, Yunus decidió comenzar estas iniciativas apequeña escala con sus propios fondos. El sistemaimplantado por Yunus incluye, además de aspectosfinancieros, toda una serie de elementos que estánpresentes en muchas iniciativas de microfinanzas:

• La proximidad a los clientes: la cercanía física y laempatía son parte importante de esta iniciativa.Las oficinas se desplazan literalmente a las aldeas,y se atiende a personas analfabetas o no habitua-das al trato comercial. Esta necesaria cercanía hahecho que muchas ONGD, que habitualmente

trabajan con esta población, hayan incorporadolas microfinanzas a sus proyectos y programas.

• La eliminación de las garantías habituales: en estecaso ello iba unido a la constitución de grupossolidarios (con responsabilidad grupal) y a todoun sistema de incentivos (por ejemplo, la posibi-lidad de accesos a mayores montos a medida quese van dando devoluciones correctas).

• La introducción de elementos orientados alrefuerzo de la formación, la autoestima y la moti-vación: la participación en un grupo supone todoun ritual y hay unas normas y procedimientos.

• La preferencia por las mujeres como clientes: laidea de que los reembolsos se harán de forma másresponsable, y de que los beneficios repercutiránde forma más directa a toda la familia están detrásde esta preferencia en muchos casos. Es necesarioprofundizar en el estudio de si esto ha podidosuponer un mayor empoderamiento.

Las mínimas tasas de morosidad, y la buena acogidade estos micropréstamos hicieron crecer la iniciativahasta convertirla en un banco y una referencia a nivelmundial.

El caso de Acción Internacional comienza enRecife (Brasil). Es significativo que estas activida-des se inicien de forma casi simultánea (1973-74)en dos lugares tan diferentes como Bangladesh yBrasil. Esta coincidencia parece indicar la con-fluencia de problemáticas de desarrollo, y la opor-tunidad del microcrédito como novedad tecnológi-ca para afrontar la financiación del desarrollo aescala microeconómica.

A partir del éxito de estas iniciativas, fueron aumen-tando las instituciones interesadas en dar pequeñospréstamos en forma de microcréditos. Los apoyospor parte de la cooperación internacional a partir demediados de los 90 (Banco Mundial, BancosRegionales, NNUU, GTZ, AECI...) han hecho queestos programas hayan acelerado su crecimientohasta llegar a la situación actual.

2 En general, en el caso de las Cajas, la finalidad social ha ido limitándose a la obra social, más que al conjunto de su actividad, peroen muchos casos estas instituciones han visto en los microcréditos la posibilidad de volver a sus raíces impulsando estos programas,aunque sea de forma muy residual respecto a su volumen de negocio (es el caso de La Caixa, Caixa Catalunya, BBK, Caixa Galicia,Caja Granada y otras).

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¿POR QUÉ SURGEN Y CRECEN LOS PROGRAMAS DE MICROCRÉDITO Y MICROFINANZAS?

MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 13

Nº de Instituciones microfinancieras que informaron en 2008 861

Nº total de clientes (a 31/12/07) 154.825.825

Nº total de clientes más pobres (a 31/12/07) 106.584.679

Nº total de clientes mujeres más pobres (a 31/12/07) 88.726.893

Nº total de miembros de familia más pobres beneficiados (a 31/12/07) 533.000.000

Fuente: Campaña Mundial de la Cumbre del Microcrédito (2009).

3 Datos de su último informe, Daley-Harris (2009). Esta campaña surgió en el año 1997, con el objetivo de promover las mejoresprácticas, y llegar a 100 millones de las familias más pobres en el mundo. Reúne a agentes de microcrédito, partidarios, institucio-nes, donantes, ONG, etc.

Tabla 5: Instituciones microfinancieras y clientes

Los datos más recientes de la Campaña de la Cumbrede Microcrédito nos hablan ya de 155 millones declientes de Instituciones Microfinancieras en todo elmundo3, lo que da idea de la importancia de este ins-trumento, su espectacular crecimiento, y los cambiosque puede producir (ver Tabla 5). De estos clientes,casi 107 millones se incluyen dentro del grupo declientes más pobres, que para la Cumbre de micro-crédito son los que se encuentran en la mitad másbaja de la línea de pobreza de su país, o quienes per-ciben menos de 1 US$ (PPA) al iniciar un programa.

Si consideramos que estos clientes se enmarcan enunidades familiares más amplias, concluiremos queel efecto de estos programas debe sentirse ya para

cientos de millones de personas en el mundo, repre-sentando unos de los instrumentos más importantesque los programas de desarrollo tienen en la actuali-dad. Aunque no todas las instituciones microfinan-cieras se encuentran aquí representadas, sí lo están lasmás relevantes, y representan la mayor parte de losclientes más pobres atendidos en total. Desde 1997,son 3.552 instituciones las que han aportado susdatos.

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Dentro de lo que actualmente se entiende como sec-tor microfinanciero se enmarcan realidades muydiferentes, que van desde la concesión de un créditopor parte de una ONG no especializada, en el marcode un proyecto de desarrollo más amplio, hasta elcrédito a una microempresa con varias personasempleadas, concedido por una entidad bancariaregulada. Las diferencias en cuanto a montos, objeti-vos, funcionamiento, público destinatario, etc. hacendifícil estudiar el impacto de estos programas sinhacer una clasificación previa, que cada vez es másreclamada por el propio sector.

En este apartado se recoge la variedad de programasde microfinanzas desde diferentes puntos de vista: losdiferentes tipos de instituciones microfinancieras, lasdiferencias geográficas, y las distintas metodologíasde trabajo en relación al crédito.

3.1. Características de los diferentes tipos de instituciones de microfinanzas

M. Yunus propone una clasificación por categoríasdel microcrédito, pidiendo a la Campaña de la Cum-bre del Microcrédito y a otros organismos que em-piecen a clasificar las actividades de microfinanzas,para poder medir así su alcance e impacto. Su tipolo-gía incluye:

a. Microcrédito tradicional informal: prestamis-tas, casas de empeño, préstamos de amigos yparientes, crédito al consumo en el mercadoinformal, etc.

b. Microcrédito basado en los grupos informalestradicionales: ROSCA, tontine, etc.

c. Microcrédito con base en actividades a través debancos convencionales o especializados: créditoagrícola, ganadero, pesquero, para artesanías...

d. Crédito rural concedido por bancos especiali-zados.

e. Microcrédito cooperativo: cooperativas de cré-dito, asociaciones de ahorro y crédito, cajas deahorro...

f. Microcrédito de consumo.

g. Microcrédito basado en colaboraciones entrebancos y ONG.

h. Grameen-credit: microcrédito tipo Grameen.

i. Otros tipos de microcrédito de otras ONG.

j. Otros tipos de microcrédito sin garantía deorganizaciones diferentes a ONG.

Fuente: Grameen Bank (2008).

Esta clasificación es útil para visualizar las variedadesde créditos ofrecidos, y resultaría muy interesantedisponer de esta información segregada. Sin embar-go, en la práctica es más habitual una clasificación detipo institucional, que también incluirá referencias aotros servicios financieros además del crédito.

En esta línea de clasificación se encuentra la propues-ta por Ledgerwood (1999), que separara las institu-

3. ¿A qué nos referimos al hablarde microfinanzas?

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¿A QUÉ NOS REFERIMOS AL HABLAR DE MICROFINANZAS?

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ciones microfinancieras en función de su grado deformalización:

• Instituciones formales: bancos de desarrollopúblicos, bancos de desarrollo privados, cajas deahorro y cajas postales, bancos comerciales, inter-mediarios financieros no bancarios.

• Instituciones semiformales: cooperativas de cré-dito, cooperativas de propósito múltiple, ONG,ciertos grupos de autoayuda.

• Instituciones informales: Prestamistas indivi-duales, comerciantes, la mayoría de grupos deautoayuda, asociaciones de ahorro y crédito rota-torio (ROSCA, etc.), familiares y amigos.

Esta clasificación nos hace ver la amplia gama de ins-tituciones que prestan servicios microfinancieros, ypuede servir de guía para clasificarlas en tres grupos.

De forma más específica para América Latina y elCaribe, y con una visión de microempresa, Taborgay Lucano (1998) distinguen 4 tipos de instituciones:

• Instituciones financieras convencionales: esta-blecimientos financieros que entran en el merca-do de la microempresa sin abandonar otras acti-vidades que suponen su actividad principal enotros segmentos de mercado.

• Instituciones financieras especializadas: insti-tuciones reguladas que se crean para atender a lasPYME, donde concentran su actividad.

• ONG crediticias: instituciones que, mantenien-do su base jurídica de asociación sin fines de lucroo de fundación se dedican, única o principalmen-te, al financiamiento de la microempresa.Eventualmente realizan actividades de capacita-ción y asesoría técnica.

• ONG generalistas: además de préstamos, proveenuna amplia gama de servicios de desarrolloempresarial y de apoyo social.

Esta clasificación, más enfocada al contexto de lamicroempresa, nos aporta la diferenciación entre ins-

tituciones especializadas y generalistas, aspecto rele-vante en el sector. En su trabajo las estudian en fun-ción de varios criterios (estrategia institucional,forma jurídica, tipo de cliente, instrumentos crediti-cios y de captación de recursos) y detallan las fortale-zas y debilidades en cada caso.

Más recientemente, el Microfinance InformationExchange (Mix)4, establece 5 categorías para clasifi-car las instituciones que analiza:

• Bancos: Intermediario financiero regulado porun supervisor bancario estatal. Puede dar uno ovarios servicios financieros entre los que se inclu-yen depósitos, préstamos, servicios de pago ytransferencias.

• Bancos rurales: instituciones bancarias orienta-das a clientes que viven y trabajan en áreas nourbanas, y que en general desarrollan actividadesrelacionadas con la agricultura.

• Cooperativas de crédito: intermediario sin ánimode lucro con base en sus miembros. Puede ofreceruna amplia gama de servicios financieros incluyen-do depósito y préstamo para sus participantes.Aunque no esté regulado por una agencia supervi-sora estatal, puede estar bajo la supervisión de unconsejo regional o nacional de cooperativas.

• Institución financiera no bancaria (IFNB): ins-tituciones que ofrecen servicios similares a los delos bancos, pero están clasificadas en otra catego-ría. La diferencia en la licencia puede deberse amenores requerimientos de capital, limitaciones ala oferta de servicios financieros, o a la supervi-sión por parte de una agencia estatal diferente. Enalgunos países corresponde a una categoría espe-cial creada para las instituciones microfinancieras.Suele tratarse de instituciones que proceden deuna ONGD y se han sometido a regulación alcrecer de escala y profesionalizarse.

• ONG: organización registrada como no lucrativaa efectos fiscales. Sus servicios financieros sonnormalmente más limitados, sin incluir habitual-

4 Mix, creado en 2002 como entidad no lucrativa, trata de mejorar y recopilar la información referente a las instituciones de microfinan-zas especialmente en aspectos cuantitativos y financieros, poniendo la información a disposición de donantes, inversores e interesados através de su portal (www.mixmarket.org).

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¿A QUÉ NOS REFERIMOS AL HABLAR DE MICROFINANZAS?

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mente los depósitos. Estas instituciones no estánpor lo general reguladas por una agencia supervi-sora bancaria.

Fuente: glosario de Microfinance Information Exchange (2008).

Esta última clasificación nos permite recoger infor-mación desglosada a partir del portal de Mix-market,por lo que la seguiremos para observar algunas dife-rencias que ilustran la variedad de situaciones entrelas diferentes iniciativas de microfinanzas.

3.2. Diferencias en función del tipo de institución microfinanciera

Diferencias de tamaño entre las institucionesmicrofinancieras

En lo que se refiere a los activos totales, se apreciaespecialmente un gran salto entre los bancos y elresto de entidades. Entre las demás, las InstitucionesFinancieras No Bancarias (IFNB) son las de mayortamaño (ver Tabla 6).

Las grandes variaciones entre valores máximos míni-mos, y especialmente algunos valores extremos, hanhecho que tomemos como referencia la mediana. Eneste caso, por ejemplo, el valor de 10.398.254 US$de mediana de las IFNB las divide en dos grupos,indicando que la mitad de estas entidades tiene unvalor menor de activos totales, y el resto un valormayor.

Diferencias en cuanto a los indicadores financieros

En primer lugar hay que destacar la gran dispersiónde los valores estudiados. Incluso para un mismo

tipo de instituciones, los valores de las variables sonmuy diferentes, dificultando llegar a conclusionesglobales, y resaltando la importancia del contexto, lagestión y la diversidad del propio sector, que hacenecesario ser preciso en las definiciones para poderobtener resultados. Para acercarnos al desempeñofinanciero, hemos seleccionado variables relativas a larentabilidad sobre activos totales (ROA), el margende beneficio (en porcentaje), y los valores de autosu-ficiencia operativa y financiera5.

5 Aunque hay diferentes matices según los casos, la autosuficiencia operativa se refiere al porcentaje de gastos operativos cubiertos, y lafinanciera al porcentaje de gastos cubierto si incluimos también todos los costes financieros del capital.

Tabla 6: Activos totales según el tipo de institución

Bancos 65 156.868.709

Bancos rurales 71 5.293.614

Cooperativas 123 4.602.738

IFNB 284 10.398.254

ONG 346 4.124.059

Nº elementos muestra Activos totales (mediana)US$ 2007

Fuente: Mix, Benchmarks (2007).

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En primer lugar se observa que todos los valores sonpositivos y, en el caso de la autosuficiencia, mayoresde 100. Tal como los profesionales del sector defien-den hace tiempo, los datos refuerzan que es perfecta-mente viable desarrollar esta actividad de forma ren-table, y los datos de la mayoría de entidades de lamuestra refuerzan esta idea. Debe señalarse que lamuestra tiene un sesgo, en el sentido de recoger tansólo las instituciones que envían información al por-tal. Esto supone un cierto grado de madurez de la ins-titución, que además tiene interés en publicitar susituación ante posibles inversores. Aunque hay insti-tuciones de todo tipo, muchas pequeñas iniciativasquedarán fuera de la muestra por desconocer inclusola existencia de esta herramienta. De cualquier modo,la amplitud de la muestra, y sus resultados, dejanpoco margen para la duda al menos en lo referido a laposibilidad de hacer viables estas iniciativas.

En cuanto a los valores, las diferencias no son extre-mas pero, aparentemente, las ONG y cooperativasobtienen remdimientos algo menores.

Diferencias en los indicadores de alcance a personas más pobres

Una vez reconocida la capacidad de cientos de insti-tuciones de forma jurídica, objetivos y tamaños muyvariados para ser sostenibles y rentables, la cuestiónes ver qué ocurre con la finalidad social de estas enti-dades. Para ello, y aunque el MIX recoge un aparta-do con variables de alcance, la información disponi-

ble es mucho menor que en el caso de las variablesfinancieras.

Un primer indicador podría ser el número de clien-tes (prestatarios y depositantes). Aunque esto nos dauna idea de la dimensión de la iniciativa, resulta pocorelevante en los términos de utilidad social añadidaque se quieren estudiar. Es evidente que institucionescomo los bancos llegan a un número mucho mayorde personas, pero en este punto estamos tratando dever a qué tipo de población y en qué condiciones lle-gan estos programas, y si hay diferencias entre ellos.

El dato de proporción de clientes en situación depobreza podría ser un buen indicador para comenzar,pero apenas una de cada 20 entidades lo aporta en elMix. Otro indicador interesante y más fácilmentemedible es el de la proporción de préstamos menoresa 300 US$, pero tampoco es disponible para lamayoría de las instituciones.

El tamaño de los préstamos y depósitos (en prome-dio) se ha utilizado en ocasiones como una aproxima-ción al compromiso con las personas de menoresingresos, entendiendo que montos menores facilitanel acceso a estos productos a personas en situación depobreza. Los datos por tipo de entidad (Tabla 8) refle-jan tres niveles: bancos y cooperativas con los montosmás altos, bancos rurales e IFNB con montos signifi-cativamente menores, y por último ONG, con mon-tos notablemente inferiores. Una vez más, y a pesar dela gran variabilidad también dentro de cada grupo, el

Tabla 7: Indicadores de desempeño financiero según el tipo de institución (mediana)

Bancos 65 0,8% 12,10 115 108

Bancos rurales 71 0,5% 18,80 122 108

Cooperativas 123 0,4% 7,46 109 102

IFNB 284 0,8% 15,25 116 107

ONG 346 0,7% 11,08 112 104

Autosuficiencia financiera (%)

Autosuficiencia operativa (%)

Margen de beneficio (%)

ROANúmero de

elementos muestra

Fuente: Mix, Benchmarks (2007).

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¿A QUÉ NOS REFERIMOS AL HABLAR DE MICROFINANZAS?

MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 19

análisis nos muestra la necesidad de profundizar paraentender los efectos de las microfinanzas, que eviden-temente se dirigen a diferentes públicos según loscasos. La mitad superior de las cooperativas y bancosde la muestra tienen unos préstamos por persona que

claramente superan los 1.400 US$, lo que nos alejabastante de la imagen todavía muy general del micro-crédito a personas pobres y en montos muy reduci-dos. Tal como vemos, este tipo de microcréditos con-vive con realidades muy diferentes.

La proporción de mujeres prestatarias es otra variableque en muchas ocasiones se utiliza para tratar demedir el grado de compromiso social de un progra-ma de microfinanzas. El esfuerzo por llegar a pobla-ción en situación de desigualdad y con mayores nece-

sidades llevaría así a dirigirse de forma preferente alas mujeres como parte de la misión de estas entida-des. Los resultados obtenidos al desagregar por tiposde entidades se muestran en la siguiente tabla.

Tabla 8: Préstamos y depósitos por persona en US $ 2007 según tipo de entidades (mediana)

Bancos 1.699 819

Bancos rurales 574 212

Cooperativas 1.441 472

IFNB 580 213

ONG 242 26

Préstamo promedio por persona Depósito promedio por persona

Fuente: Mix, Benchmarks (2007).

Tabla 9: Porcentaje de mujeres entre las personas prestatarias de la entidad

Bancos 65 50,6%

Bancos rurales 71 60,1%

Cooperativas 123 51,4%

IFNB 284 57,8%

ONG 346 82,5%

TOTALES 889 65,3%

Número de elementos muestra Porcentaje de mujeres (mediana)

Fuente: Mix, Benchmarks (2007).

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¿A QUÉ NOS REFERIMOS AL HABLAR DE MICROFINANZAS?

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Con las limitaciones que tiene esta variable, los datosnos aportan al menos algo de información sobre elperfil de las y los clientes de estas instituciones. En elcaso de los bancos y cooperativas, el porcentaje subemuy ligeramente por encima de la mitad, en lasIFNB y bancos rurales la proporción es algo mayor,y en el caso de las ONG las mujeres representan másdel 80% de las prestatarias. Estos datos indican quehay claramente diferentes orientaciones entre lo quegenéricamente entendemos como microfinanzas.Por otro lado queda claro que, a diferencia de lo queen muchas ocasiones se piensa, estas actividades nose dirigen de forma tan clara a las mujeres en todoslos casos.

Para concluir, tal como se ha indicado anteriormen-te, hay que recordar que los datos son muy variables,y en la muestra es posible encontrar entre los bancosal Grameen, por ejemplo, con buenos indicadores dealcance, y entre las ONG entidades con préstamosmedios de monto inusualmente elevado. Un estudiomás detallado en función de aspectos como las meto-dologías utilizadas, mayor información sobre las va-

riables de alcance, o una distinción del tipo de la pro-puesta por Yunus podrían ayudar en este sentido.

3.3. Diferencias en funciónde la zona geográfica

Otra variable clave para entender las diferencias nosla da la gran variedad en cuanto al trabajo realizadoen diferentes lugares. Aunque las microfinanzas sehan desarrollado en todo tipo de países, los modelosson muy diferentes. En los países de renta alta bási-camente se trata de solucionar problemas de exclusióny los montos son más elevados (superan los 2.000 US$en promedio en más de la mitad de los casos recogi-dos en el Mix). En el resto de países, y aunque las ini-ciativas tengan unos puntos en común, el problemade base es diferente, ya que se trata de resolver pro-blemas de acceso al sistema financiero que afectan auna mayoría de la población.

La Tabla 10 nos muestra las importantes diferenciasentre algunas variables clave de instituciones micro-financieras africanas, asiáticas y latinoamericanas.

RegiónNúmero deelementosmuestra

Préstamo promediopor persona(US$ 2007)

Margen de beneficio

(%)2007

Número deprestatarios/as por institución

Porcentaje de mujeresprestatarias

Este y Sur de Asia 244 165 2,6 18,117 97,7

América Latina y Caribe 283 743 8,1 11.682 63,1

África Subsahariana 159 317 -5,0 9.800 60,0

Fuente: Mix, Benchmarks (2007).

Tabla 10: Diferencias regionales (mediana)

En primer lugar es destacable la gran diferencia enlos montos prestados por persona, que pasan de 165US$ en Asia a 743 en América Latina.

Los márgenes de beneficio son también muy diferen-tes, siendo mayores en América Latina, algo menorespero positivos en Asia (en ambos casos se logra laautosuficiencia financiera) y negativos en África.

Llama la atención el mayor número en términos denúmero de prestatarios de las instituciones del Sur de

Asia frente al resto. El porcentaje de mujeres presta-tarias es claramente mayor en Asia, donde los mon-tos prestados y depositados son menores. Aunquehay pocos datos en relación a la proporción de prés-tamos menores de 300 US$, también es el Sur deAsia la región que destaca por este aspecto.

Las significativas diferencias en función de la zona nospermiten distinguir al menos dos modelos muy dife-rentes de microfinanzas: el latinoamericano y el del Surde Asia (especialmente India, Pakistan y Bangladesh).

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¿A QUÉ NOS REFERIMOS AL HABLAR DE MICROFINANZAS?

MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 21

En primer lugar, las instituciones asiáticas se caracte-rizan por tener un número de clientes mucho mayor.Aunque hay algunas grandes instituciones enLatinoamérica (Compartamos o Financiera indepen-dencia en México, o BCSC en Colombia, que supe-ran los 700.000 prestamistas), el número de clienteses claramente mayor en Asia, con instituciones comoel Grameen, BRAC o ASA en Bangladesh (más de 5millones en cada caso), o SKS y Spandana en India(ambas por encima del millón de prestatarios/as).Además, en el caso asiático se trabaja mayoritaria-mente con mujeres, y con unos montos que son, enel caso de los préstamos, 4,5 veces menores que elimporte latinoamericano (el salto es aún mayor en elcaso de los depósitos).

Mientras en el caso asiático los préstamos parecenseguir el patrón inicialmente supuesto de pequeñospréstamos para personas en situación de pobrezaextrema, en Latinoamérica las prácticas dominan-tes responden a un apoyo a la micro, pequeña ymediana empresa. En cuanto a los objetivos, apa-rentemente en Asia del Sur se persigue la luchacontra la pobreza trabajando desde la misma base,mientras la sostenibilidad financiera prima enLatinoamérica, donde se trabaja con personasexcluidas del sistema financiero, pero situadas algomás arriba de la pobreza extrema en la pirámide deingreso. Dados los montos medios con los que setrabaja en cada caso, los públicos serán muy dife-rentes, y previsiblemente los impactos también.Sin embargo, está pendiente desarrollar mejor losestudios de impacto para comprobar los efectos deuno y otro modelo.

Las diferencias de ingreso per cápita, de población ensituación de pobreza, de distribución rural y urbana,así como de tipos de actividad y estructura económi-ca, están detrás de la diferente forma de trabajo encada zona.

3.4. Diferencias en funciónde la metodología utilizada

Cuando los microcréditos comenzaron a hacerse másconocidos, la metodología grupal para corresponsa-bilizar a varias personas de la devolución de los prés-tamos se presentó como una de las bases de su éxito.

Con el paso del tiempo, los clientes han ido recla-mando otras fórmulas, y las instituciones microfi-nancieras se han ido adaptando a las nuevas deman-das. La mayor garantía que ofrece la responsabilidadgrupal se ha ido transformando en otro tipo de medi-das como los créditos escalonados, que incentivan ladevolución, la obligación de mantener depósitos uotras medidas de seguimiento y estudio que resultanmás apropiadas.

Lacalle (2007) explica el funcionamiento y caracte-rísticas de las principales metodologías existentes enla actualidad. Los modelos principales son:

• Préstamos individuales: se incluyen tambiénlos concedidos por las cooperativas de ahorro ycrédito, que en ocasiones requieren depósitosprevios.

• Grupos solidarios: creados según el modelo origi-nal de Grameen Bank, agrupan a entre 5 y 8 per-sonas, que reciben capacitación y asistencia. Trasuna revisión de las solicitudes, se conceden canti-dades a cada persona en función de sus necesida-des, pero la responsabilidad es mutua y la coordi-nadora del grupo se encarga de recaudar los pagosperiódicamente. En algunos casos se ha comenza-do a recoger también depósitos de forma análoga.

• Bancos comunales (Village banking): basados enla metodología de John Hatch, fundador deFINCA internacional. Agrupan a entre 30 y 50personas. Tras una capacitación inicial se trans-fiere un capital que comienza a prestarse paraactividades generadoras de ingreso. La garantíaes mutua porque los propios miembros presio-nan para que las devoluciones se realicen y elbanco funcione. Los primeros préstamos sonreducidos, y las devoluciones y los ahorros de-positados permiten acceder progresivamente amayores montos.

La metodología utilizada en cada caso, marca tam-bién diferencias en cuanto al tipo de actividad micro-financiera desarrollada, y sus previsibles impactos.En la Tabla 11 se recogen algunos datos globales deinstituciones que aplican metodologías individuales,grupales, mixtas, o de bancos comunales.

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¿A QUÉ NOS REFERIMOS AL HABLAR DE MICROFINANZAS?

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En primer lugar se observa el predominio de las ins-tituciones con metodología individual, o mixtaindividual/grupal. Dentro de la muestra, tan solo

79 trabajan exclusivamente los grupos solidarios y94 los bancos comunales.

Individual 277 1.444 7,2 5.848 49,5

Individual/Grupo solidario 440 423 3,8 11.111 67,4

Grupo solidario 79 132 -2,3 15.524 99

Banco comunal 94 186 4,6 17.694 93,9

Porcentaje de mujeresprestatarias

Número deprestatarios/aspor institución

Margen de beneficio (%)

2007

Préstamo promedio por persona(US$ 2007)

NºMetodología

Fuente: Mix, Benchmarks (2007).

Tabla 11: Indicadores según la metodología (mediana)

Las instituciones con metodología individual son lasque tienen préstamos promedio mayores. En lamitad de los casos superan los 1.444 US$, aunquedebe tenerse en cuenta que aquí están incluidas todaslas zonas geográficas, y que los préstamos en países derenta alta son mayores. Los bancos comunales, yespecialmente las instituciones que trabajan con gru-pos solidarios, tienen préstamos promedio menoresde 200US$, que nos aproximan a la idea habitual deltrabajo con microcréditos.

Los márgenes de beneficio muestran también valoresmayores en el caso de los individuales, aunque losbancos comunales muestran la posibilidad de ser ren-table con esta metodología. Los grupos solidariosdan en la mayoría de los casos entidades deficitarias.

En cuanto al número de prestatarios, las metodologí-as de grupo solidario y banco comunal cuentan conmás personas en promedio. La proporción de muje-res es cercana al 100% con estas metodologías, mien-tras no llega al 50% en los individuales.

En definitiva, la metodología individual parece cen-trarse en general en menos personas y montos máselevados, logrando mejores márgenes de beneficio.Las metodologías de grupos solidarios y bancoscomunales trabajan con un mayor número de perso-nas, principalmente mujeres, pero con montos clara-mente menores por persona, y márgenes más reduci-dos. En el caso de instituciones que trabajan conmetodologías grupales e individuales, los resultadosson intermedios.

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MICROFINANZAS Y DESARROLLO: SITUACIÓN ACTUAL, DEBATES Y PERSPECTIVAS 23

Tal como se ha visto, las microfinanzas tienen ya unatrayectoria y un cierto grado de madurez, y por otrolado recogen realidades y actuaciones muy diferentes,que requieren un estudio detallado para profundizaren sus efectos e impacto. Desde hace algunos años, sediscuten algunos temas que están entre las claves deestos programas, y que se resumen en este apartado.

4.1. Del microcrédito a las microfinanzas:la inserción de las microfinanzas en el sistema financiero

A pesar de la popularización del término “microcré-dito”, y de su masiva utilización todavía hoy en díapara englobar a este sector, resulta más exacto y pro-cedente referirnos a las “microfinanzas” al estudiarlo.

Técnicamente, los microcréditos son en su versiónmás habitual micropréstamos (el préstamo, a diferen-cia del crédito, se concede por un monto del que sedispone en la totalidad desde un inicio, con unascuotas de devolución prefijadas). Los microcréditosson la cara más visible de este trabajo, pero este tér-

mino representa tan solo como prestatario al cliente,e invisibiliza las posibilidades de ahorro, medios depago, seguros y otros servicios que las microfinanzasofrecen.

La definición más utilizada es la de la Campaña de laCumbre del Microcrédito: “Programas que propor-cionan crédito para auto-empleo y otros serviciosfinancieros y empresariales (incluyendo ahorro y asis-tencia técnica) a personas muy pobres” (Daley-Harris, 2007). La propia definición plantea la supe-ración del concepto de préstamo o crédito para auto-empleo, para considerar también otros servicios,entre los que se citan expresamente el ahorro y laasistencia técnica6.

Rutherford (2000) plantea la necesidad de una com-prensión más profunda de los servicios financierosque precisan las personas más pobres, como paso pre-vio para mejorar los servicios ofrecidos. El problemafundamental que observa es que estas personas nece-sitan con cierta frecuencia sumas relativamente eleva-das, por tres tipos de motivos:

4. ¿Cuáles son los debates y enfoques actuales en relación a las microfinanzas?

6 Lacalle (2008) recoge la definición surgida de la primera Cumbre en 1997: “Programas de concesión de pequeños créditos a los másnecesitados de entre los pobres para que éstos puedan poner en marcha pequeños negocios que generen ingresos con los que mejorar sunivel de vida y el de sus familias”. La diferencia entre ambas definiciones muestra la adecuación de la perspectiva en el sector.

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¿CUÁLES SON LOS DEBATES Y ENFOQUES ACTUALES EN RELACIÓN A LAS MICROFINANZAS?

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• Los relacionados con el propio ciclo vital (naci-mientos, educación, cambios de domicilio...).

• Emergencias: pueden darse por motivos persona-les o externos (guerra, catástrofes...).

• Oportunidades: inversión en un nuevo negocio oactivo, compra de bienes costosos...

Siguiendo su argumentación, está fuera de duda quelas personas pobres ahorran, con mínimas excepcio-nes en casos extremos. Esto se observa por la respues-ta que efectivamente dan a las necesidades citadas,por los pequeños préstamos en dinero o especie quese intercambian en cualquier lugar, o por la demandade servicios de depósito informales. La cuestión espor tanto ofrecer un servicio que permita compensaren el tiempo los pequeños ahorros que se van logran-do con las sumas elevadas que periódicamente senecesitan. Desde esta perspectiva, no se trata tanto decentrarse en ahorros o préstamos, sino de dar un ser-vicio que según los casos se adapte a esta necesidad.Ello requiere productos que permitan ahorrar en can-tidades muy pequeñas, y disponer de cantidades másgrandes cuando sea necesario (a través de préstamo, sila necesidad se da antes, o de la recuperación de losdepósitos, si es después, o de servicios de seguro...).Los servicios deben ser sencillos, rápidos y cercanos,con instituciones efectivas y orientadas a servir a estapoblación, y en un marco adecuado para promotoresy proveedores de este tipo de servicios.

La cuestión del ahorro ha sido especialmente des-arrollada en los últimos años en la literatura sobremicrofinanzas. Después del crédito, los microde-pósitos son el segundo instrumento financiero másdesarrollado, y tienen aún un importante potencialde crecimiento.

Gulli (1999) recoge las opiniones y estudios sobre laimportancia de servicios como el ahorro o el seguro.Por un lado observa que hay una demanda real deservicios de depósitos, incluso entre los más pobres,siempre que la disponibilidad y condiciones (míni-mo de apertura por ejemplo) sean adecuadas.

Destaca que una oferta de servicios diversos y apro-piados es lo más oportuno, aunque se den proble-mas, por ejemplo para la captación de fondos encasos como el de las ONGD.

Por su parte Lacalle (2008) considera imprescindi-bles los servicios de ahorro. Frente a algunos esque-mas de ahorro forzoso para acceder a otros servicios,la autora considera que estos servicios deben cumplirlas condiciones de ser voluntarios, ofrecer seguridady ser inmediatamente disponibles para poder atenderlas emergencias u oportunidades.

Wisniwski (1999) nos acerca, desde la perspectivadel trabajo de GTZ y el CGAP, las ventajas e incon-venientes comparativas de los diferentes tipos definanciación de que disponen las institucionesmicrofinancieras. Los microdepósitos son una fuentecon costes financieros relativamente bajos, que pue-den generar sinergias con las cuentas de crédito,impulsar mejoras en la gestión y gobernanza, y pro-porcionar estabilidad cubriendo una demanda senti-da por la clientela. Entre los inconvenientes estaríanlos costes administrativos relativamente elevadosfrente a otras alternativas y los costes que puedanderivarse de la regulación necesaria o de los mayorescontroles internos.

Según algunas opiniones, es necesario ir más allá, ycolocar al ahorro en el centro del debate de las micro-finanzas, por delante del crédito. En esta línea pare-ce apuntar el informe de Banco Mundial (2008)cuando desde su introducción plantea la necesidadde ser realistas en las políticas, lo que implica quepromover la universalidad del acceso a ahorro omedios de pago sea correcto, pero no que cualquieradeba recibir un crédito7.

Resumiendo las principales aportaciones a este deba-te, podemos concluir que la importancia del ahorroes clave por varios motivos:

• La propia sostenibilidad de las instituciones: lacaptación de ahorro es una manera natural ynormalmente barata de captar fondos para

7 “Access to formal payment and savings services can approach universality as economies develop. However, not everyone will -or should-qualify for credit” (BM, 2008:14).

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intermediar. Las subvenciones o fondos presta-dos externamente pueden ser útiles para facili-tar el acceso en un inicio, pero la generalidaddel sector va dando pasos desde hace tiempopara captar fondos localmente y evitar depen-dencias crónicas.

• La demanda de este servicio: aunque pueda pare-cer paradójico, incluso las poblaciones más pobrestienen la posibilidad y el deseo de hacer pequeñosahorros. Estos ahorros se han materializado deforma tradicional en activos más o menos líquidos(por ejemplo animales) que eran utilizados en casode necesidad por imprevistos, eventos familiares,etc. Es evidente que en muchas ocasiones un depó-sito resultaría más oportuno para esos fines, dada laposibilidad de fraccionarlo y su mayor disponibili-dad. El éxito de fórmulas como las asociacionesrotatorias de ahorro y crédito en lugares muy dife-rentes y en situación de pobreza también indicanque esta demanda existe. En ocasiones se llega a

pagar comisiones elevadas para poder tener cuen-tas de depósitos.

• La disminución de vulnerabilidad: en términosde lucha contra la pobreza, la disposición demecanismos de ahorro puede ser un elementofundamental, tan importante como el créditopara mejorar la situación de las personas y sucapacidad de respuesta.

• El impulso endógeno a los sistemas financieroslocales: si creemos que el desarrollo de sistemaslocales apropiados contribuye al desarrollo eco-nómico y social, o que al menos puede hacerlocon determinadas condiciones, es necesario queel sistema financiero recoja el ahorro internamen-te para ser efectivo.

En la Tabla 12 se ha recogido información sobre elnúmero de personas que reciben crédito o deposi-tan ahorro, segregándolo en función del tipo deinstitución.

Como observación de partida, es necesario hacer refe-rencia de nuevo a las grandes diferencias entre entida-des dentro de cada grupo. En todo caso, y con esaslimitaciones, los datos nos dan una primera aproxi-mación a la realidad de los servicios de microahorro.

En primer lugar vemos que el número de personasque ahorran es mayor que el de las que reciben cré-dito en tres tipos de entidades (Bancos, Bancos rura-

les y cooperativas de ahorro y crédito). En los restan-tes tipos (IFNB y ONG) la situación es justamentela contraria, y el servicio de crédito predomina. Enestos dos últimos casos, además, la mediana tiene unvalor nulo, indicando que la mitad de las entidadesno tiene ahorradores/as8.

En segundo lugar, es importante comparar la pro-visión de este tipo de servicios con la realidad del

8 Esto no impide que haya algunas ONG con gran número de ahorradores. Es el caso de ASA, con más de 6.600.000.

Tabla 12: Préstamos y depósitos por tipos de institución

Bancos 65 49.864 56.810

Bancos rurales 71 2.111 11.294

Cooperativas 123 4.289 5.856

IFNB 284 13.286 0

ONG 346 11.790 0

Número despositantes voluntarios/as (mediana)

Número de elementos muestra

Número prestatarios/as (mediana)

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Banco Mundial (2008), con base en Honohan (2006) y Beck, Demirguç-Kunt y Martínez Peria, M.S. (2007a).

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sistema financiero formal (ver Tabla 3). Salvandolos problemas de comparabilidad de los datos(unos se refieren a número de cuentas, y otros anúmero de personas) se aprecia que, incluso en eltipo de entidades microfinancieras con mayor dedi-cación al ahorro, la proporción de ahorradores sobreprestatarios no llega a ser comparable a la del sistemaformal, donde las cuentas de ahorro suponen entre 4y 8 veces la cantidad de cuentas de crédito.

En resumen, la captación de ahorro va tomandoimportancia en el sector microfinanciero, y así loreflejan las cifras. Sin embargo, vemos que existenaún importantes limitaciones, especialmente entrelas organizaciones que por definición están dandoprioridad a los objetivos de lucha contra la pobreza.

Dada la demanda de servicios de ahorro, y las venta-jas que puede suponer para las entidades microfinan-cieras disponer de esta financiación, es necesarioexplicar por qué estos servicios no se han desarrolla-do más. Armendariz y Morduch (2005) sitúan losmontos mínimos exigidos para abrir los depósitos, yla lejanía física de las sucursales, como obstáculosprincipales para los depositantes.

Entre los motivos de este insuficiente desarrollo delahorro como instrumento microfinanciero seencuentran:

• La regulación: es el principal problema paramuchas instituciones. La propia forma jurídica demuchas instituciones microfinancieras, y el marcoregulador en cada caso, hacen que sea legalmentemuy difícil captar fondos para muchas entidadesque no se han regulado. Esta es una queja reitera-da en el sector por parte de pequeñas organizacio-nes que se ven obligadas a complicados procesos oa cambios de forma jurídica (por ejemplo a coo-perativas, que suelen tener regulaciones que facili-tan el ahorro a sus miembros). En este aspecto esnecesario encontrar un equilibrio ya que, al recibirdepósitos, la entidad tiene una responsabilidadante el público, y es razonable que para dar segu-ridad a los ahorradores la entidad deba ser contro-lada. La cuestión actualmente es ver cuál es elpunto de equilibrio adecuado y la regulación quepermita desarrollar el sector y el micro-ahorro sindescuidar la seguridad de los depositantes ni obli-

gar a trámites inviables a las InstitucionesMicrofinancieras.

• El desconocimiento de esta demanda: aunquecada vez sea menos habitual, para muchas ONGel crédito sigue siendo el único instrumento quese contempla, especialmente entre las que no sehan especializado en finanzas y trabajan en dife-rentes sectores. Todavía hay opiniones escépticassobre la posibilidad de ahorrar en situación depobreza.

• La dificultad de obtener rendimientos con cuen-tas muy pequeñas. A pesar de ello, ejemploscomo el de Bank Rakyat Indonesia nos muestranque con una metodología apropiada es posibletrabajar este tipo de cuentas.

• Los aportes de fondos externos: en algunos casos,la disponibilidad de estos fondos en buenas con-diciones ha hecho que para algunas institucionesresulte más sencillo trabajar esta vía de financia-ción. Esta situación está cambiando, y se observael paso paulatino de fondos no reembolsables afondos en condiciones preferentes pero reembol-sables, por lo que las entidades microfinancierasvan tomando conciencia de la importancia decaptar ahorro localmente.

Además del ahorro, se están desarrollando enmuchos casos otros servicios que facilitan el trata-miento a pequeña escala de seguros, remesas, mediosde pago, banca a distancia, etc. Superando el enfoquedel crédito, se asume paulatinamente la necesidad deestudiar el sector en términos de provisión de servi-cios financieros diversos y adaptados.

4.2. Los diferentes enfoques en la práctica de las microfinanzas

Dado que las entidades microfinancieras tienen undoble objetivo social y financiero, hay diferentes for-mas de acercarse a estos programas, en función de lapreferencia por uno u otro aspecto.

Se pueden distinguir en la teoría y la práctica dosposicionamientos principales que, desde diferentesaproximaciones, contraponen la fortaleza institucio-nal y la sostenibilidad de la iniciativa frente a la prio-rización de la lucha contra la pobreza.

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En el caso de Van Maanen (Oikocredit, 2004) estasdos visiones se citan como “sound business” y “deve-lopment instrument”. Rhyne (ACCION, 1998) hablade “sustainability camp” y “poverty camp”. GutiérrezNieto (2006), siguiendo la clasificación de MargueriteRobinson, los nombra como enfoque de sistemafinanciero y enfoque de lucha contra la pobreza(poverty lending approach). Siguiendo esta última ter-minología, podemos resumir así estos dos enfoques:

Enfoque de lucha contra la pobreza

Es el más conocido, y se deriva del modelo delGrameen Bank. Actualmente, la Campaña de laCumbre Mundial del Microcrédito es el principalrepresentante de esta visión de las microfinanzas.

Según esta tendencia las microfinanzas (que en estecaso tienen como protagonista al microcrédito) sonbásicamente un medio de lucha contra la pobreza. Aligual que ocurre con otras actividades de este tipo,los microcréditos pueden resultar sostenibles, perono necesariamente desde un inicio, dadas las especia-les circunstancias de las personas destinatarias. Desdeeste enfoque, y aunque se valore y promueva la sos-tenibilidad, se pone en primer plano la necesidad dellegar a las personas más pobres (y frecuentementeentre ellas a las mujeres como prioridad). El enfoqueconfía en la capacidad de las personas más pobrespara mejorar su situación a partir del crédito y la asis-tencia técnica, y resalta las mejoras no únicamenteeconómicas sino también de autoestima o situaciónsocial de las personas destinatarias. Aunque se estu-dien con mayor o menor intensidad los factores desostenibilidad, costes, etc. la tendencia es guiarse porcriterios no estrictamente económicos.

Dentro de este enfoque, Hulme y Mosley (1996), ensu pionero estudio, definen otra variable clave, quedepende de la propia concepción de la pobreza desdela que se trabaje. Entre las medidas de lucha contrala pobreza distinguen así entre las promocionales ylas proteccionales, aunque no las consideren necesa-riamente excluyentes.

Las medidas promocionales, concentrándose en la“pobreza de ingreso”, tratan de elevar las rentas pordebajo de la línea de pobreza, de forma que tras la

intervención los ingresos se mantengan de forma sos-tenida por encima de los niveles mínimos. Este tipode intervención reclamaría, desde el punto de vistade los servicios financieros, una provisión de créditopara autoempleo en la línea de los microcréditos talcomo se han entendido tradicionalmente.

Las medidas proteccionales, por otro lado, conside-ran que los ingresos fluctúan en el tiempo en torno ala línea de pobreza, y se centrarían en reducir y amor-tiguar estas variaciones, con un enfoque tendente a lareducción de la vulnerabilidad. Los servicios finan-cieros necesarios en este caso serán del tipo de meca-nismos de ahorro voluntarios, préstamos de emer-gencia para el consumo, y créditos para actividadesrelativamente poco arriesgadas que no generen nor-malmente endeudamiento.

En realidad, ambos tipos de medidas pueden comple-mentarse. Las medidas proteccionales adecuadas, porejemplo, harán posible una mejora de condiciones yuna mejor situación para acceder posteriormente amedidas promocionales. La evidencia que recogenHulme y Mosley es que los impactos de créditos sonmás positivos en los grupos de personas pobres que nose encuentran entre las más pobres. Entre sus recomen-daciones se encuentran la necesidad de distinguir entrelas personas pobres por segmentos, y combinar medi-das promocionales (del tipo de crédito productivo) conlas proteccionales, que requieren unos servicios másdiversos de crédito y ahorro.

Entre las ONG de desarrollo no especializadas, seplantean dudas frecuentemente sobre si los peque-ños montos recibidos servirán realmente para uncambio “promocional” en la situación de las perso-nas destinatarias.

Enfoque de sistema financiero(y sistemas financieros incluyentes)Desde este punto de vista el objetivo principal esofrecer servicios financieros sostenibles a sectores delmercado desatendidos. Se establece prioritariamentela necesidad de sostenibilidad financiera de la inicia-tiva, tratando de evitar los subsidios de cualquiertipo, y se espera que esta mejor intermediación seapositiva para los clientes y también para la genera-ción de renta de esa economía. Aunque las personas

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de bajos ingresos sean el grupo objetivo principal enmuchos casos, no se trata según este enfoque de aten-der necesariamente a los más pobres. La atención secentrará en aspectos económicos, tecnológicos y deviabilidad financiera, que aseguren un buen estudiode proyectos, costes controlados, tipos de interésapropiados para cubrir todos los costes, etc.

Entre los diversos argumentos de quienes defiendeneste enfoque podemos encontrar:

• Permite una mejor selección de alternativas deinversión: la exigencia de sostenibilidad hace quetiendan a aprobarse los proyectos realmente via-bles, evitando el endeudamiento de personas cuyosproyectos no resultarían rentables y que tan solosupondrían una carga o bien una pérdida para lainstitución. Se trata de priorizar aquellas iniciativasen las que se dé una mínima capacidad emprende-dora y una viabilidad altamente probable.

• Incentiva la mejora de funcionamiento y la cap-tación de fondos locales, por el empeño en elimi-nar la dependencia de subsidios.

• Llegar a grupos de menores necesidades (comopequeños microempresarios/as, que no son losmás pobres) no implica tener menor impacto. Elempleo generado por el apoyo a estas iniciativaspuede favorecer a hogares más pobres, que quizátampoco estén preparados para asumir un papelde microempresa.

En resumen, según este enfoque, la prioridad eslograr un sistema fiable y sostenible de financiaciónque dé servicio a sectores desatendidos.

Desde principios de la década de 2000, y superandola visión más cercana a la institución microfinancie-ra, se desarrolla la importancia de una visión conjun-ta del sistema financiero y las actuaciones que se pue-den realizar sobre el mismo. En esta línea encontra-mos trabajos como los de Naciones Unidas (2006) yBanco Mundial (2008), aunque la institución dereferencia para este enfoque es el CGAP (Consul-tative Group to Assist the Poor) que difunde la deno-minación de sistemas financieros incluyentes. Estaorganización, aunque formalmente independiente,tiene su sede en el Banco Mundial. Está compuesta

actualmente por entidades públicas y privadas, entrelas que se incluyen las principales agencias de desarro-llo, donantes multilaterales que incluyen al BancoMundial, PNUD, Bancos Regionales y la ComisiónEuropea, y fundaciones privadas como Ford o la deBill y Melinda Gates. Desde 1995 trabaja para lograrel desarrollo del sector de microfinanzas, y es unareferencia fundamental, no exenta de críticas. Se rela-ciona tanto con Instituciones Microfinancieras,como con los donantes, fijando políticas, elaborandodocumentación e investigando. Entre sus iniciativasse encuentra un portal sobre microfinanzas(Microfinance Gateway) con una biblioteca de másde 7.000 documentos, y el Microfinance Manage-ment website, página dedicada a formar y dar apoyotécnico a quienes en la práctica llevan a cabo estosprogramas.

La visión de las microfinanzas del CGAP ha idocambiando desde 1995 hasta la actualidad. En uninicio, y tal como el propio Yunus detalla (1998), setrataba de un intento del Banco Mundial de ampliarsus acciones de microfinanzas, creando una “ventani-lla para donaciones” que hasta entonces no era viableen un marco únicamente de préstamos, y que pare-cía necesaria para subsidiar estas iniciativas en unprincipio. El propio nombre del organismo en uninicio hacia referencia a las personas “más pobres”(the poorest) aunque posteriormente ha sido susti-tuido por “los pobres” (the poor). Detrás de todoello, y junto a la referencia de Yunus, parece reflejar-se un cambio desde el enfoque inicial de lucha con-tra la pobreza, que quizá era más voluntarista queestudiado.

En la actualidad, y desde el mismo inicio de su pre-sentación en su página web, el enfoque del CGAPsupera claramente el ámbito de los microcréditos yde “los más pobres” para referirse a la falta de accesoa servicios financieros (crédito, pero también ahorroy otros) como el principal problema que afrontar.

Este enfoque parte de que acceder a servicios finan-cieros supondría para casi 3.000 millones de perso-nas una oportunidad para reducir su vulnerabilidad,mejorar su nivel de vida y acceder a nuevas oportu-nidades. En realidad, se recoge el planteamiento queiba desarrollando la agencia alemana GTZ (miembrodel CGAP) como agencia pionera en el apoyo a las

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microfinanzas desde diferentes aproximaciones, quea partir de los 90 iban desembocando en la necesidadde actuar sobre el sistema financiero, con el objetivode dar servicios financieros eficientes (GTZ, 2005).

Desde este punto de vista, las acciones se realizan entres niveles:

• Micro: promover instituciones de primer pisosólidas (las que prestan directamente al público).

• Meso: apoyar la infraestructura de la industria:desarrollar redes, apoyar investigación y tecnolo-gía para centrales de riesgo, sistemas de pago...,difundir información, fomentar normas financie-ras de auditoría e informes, etc.

• Macro: no se recomienda al gobierno intervenirdirectamente como agente microfinanciero en elmercado, pero sí establecer un marco y supervi-sión adecuado. Las recetas del CGAP son varia-das e incluyen desde la liberalización de tipos deinterés y reducción de obstáculos para la entra-da en el mercado a recomendaciones sobre elmarco regulador. Este aspecto es muy importan-te y puede explicar el mayor o menor crecimien-to del sector. Las posibilidades de captar ahorro,por ejemplo, dependen en gran medida de lalegislación, que es muy variable en función delos países.

También el Banco Mundial (2008) aborda el tema dela ampliación de los servicios financieros. Aunque ensu amplio informe se citan temas muy diversos, seinsiste en la importancia de la provisión de servicios apequeñas empresas y también a personas excluidas del

sistema financiero, aunque no sean los más pobres.Dice que los grupos en situación de extrema pobrezapueden verse beneficiados de forma indirecta porejemplo por ser contratados por pequeñas y medianasempresas que acceden al crédito. Este planteamientochoca con el de la Cumbre del Microcrédito o el demuchas ONGD que hacen del trabajo directo con losgrupos más empobrecidos una prioridad.

Un aspecto diferencial desde este enfoque es laimportancia concedida a todos los servicios financie-ros. Mientras en un enfoque de lucha contra lapobreza lo fundamental es el crédito para impulsaractividades generadoras de ingreso, desde esta pers-pectiva el crédito es importante, pero como un servi-cio más que debe ir acompañado de posibilidades deahorro y de otros servicios como medios de pago,microseguros, etc. Desde esta óptica se salvaría, almenos en parte, una de las habituales críticas almicrocrédito, al referirse a otros servicios financierosy su accesibilidad, y no centrarse tanto en el crédito.Frente a quienes cuestionan estos programas porconsiderarlos básicamente de “microdeudas” quepueden empeorar la situación de los destinatarios, noparece que hacer los servicios de ahorro accesibles,por ejemplo, suponga un problema similar, y por elcontrario puede mejorar la situación de vulnerabili-dad de familias que, de todos modos, guardaban susahorros de formas más rudimentarias (en forma depequeño ganado u otros bienes que puedan conver-tirse en líquidos ante una eventualidad).

Desde una óptica de procesos de desarrollo, esteenfoque de sistemas financieros incluyentes se pre-sentaría de esta forma:

Microfinanzas mejora del sistema financiero objetivos de desarrollo

Este esquema nos ofrece un posible vínculo entre elnivel micro y el macro, que nos lleve a planteamien-tos de desarrollo globales. Sin embargo, el análisis delas microfinanzas desde esta perspectiva deberíacomenzar por estudiar los efectos del sistema finan-ciero sobre los objetivos de desarrollo (sin dar porsupuesta su relación positiva) y por estudiar ensegundo lugar el efecto de los programas de microfi-

nanzas en el desarrollo del propio sistema financiero.Especialmente en momentos como los actuales,donde los sistemas financieros más desarrolladosestán revelándose como un problema de primerorden (más que una ayuda para el desarrollo) convie-ne ser cuidadosos con planteamientos de este tipo.

Por otro lado, puede que estemos de nuevo ante unenfoque de crecimiento macro que no elimine los

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problemas de pobreza y desigualdad. En este sentido,debería estudiarse si cualquier desarrollo del siste-ma financiero es positivo, o si podemos promoverdesarrollos más equitativos.

Un último aspecto discutible en el planteamiento delBanco Mundial (2008) es el papel secundario y demero regulador reservado para el sector público. Sibien es cierto que las iniciativas públicas (como losantiguos bancos rurales) no han tenido el éxito de losprogramas de microcrédito, no es descartable queotro tipo de apoyos o programas de este tipo seanuna buena vía a explorar, especialmente si considera-mos que la implicación del sector público debe serrelevante en el proceso de desarrollo. Las experienciasde Bank Rakyat (Indonesia), o la cooperación entregrupos locales y financiación estatal a través deNABARD (India) pueden ser interesantes para estu-diar las posibilidades de esta línea de trabajo.

En realidad, los dos enfoques estudiados defienden laposibilidad de cubrir apropiadamente las dos áreas:social y financiera, pero la preferencia por uno u otrotendrá consecuencias prácticas para el programa, queentre otras se referirán a la fijación de los tipos deinterés, y a las políticas de crecimiento y alcance ins-titucionales (Van Maanen, 2004).

4.3. La sostenibilidad de las instituciones de microfinanzas y su relacióncon el logro de objetivos de desarrollo y/o disminución de la pobreza

Continuando con el debate sobre los dos enfoques,se plantea desde hace unos años la cuestión del posi-ble conflicto entre objetivos, y la necesidad de posi-cionarse de las entidades microfinancieras.

Partiendo del doble objetivo de las microfinanzas(financiero y social), empieza a aplicarse en parte dela literatura sobre microfinanzas el término de “dou-ble bottom line”, que recoge la idea de entidades quemiran a su lado financiero a la vez que a su responsa-bilidad social, tratando de cubrir ambos al menoscon unos mínimos. En realidad, no es este un deba-te exclusivo de las entidades microfinancieras, y tam-bién en el ámbito empresarial hace tiempo que seaproximan a estos conceptos a través de laResponsabilidad Social Corporativa, o de enfoques

más integrales que estudian las actividades de lasempresas y sus efectos sobre los diferentes grupos deinterés con los que interacciona. En el sector micro-financiero, debido a su origen y escala, la finalidadsocial se considera fundamental, pero paradójica-mente se da muchas veces por supuesta, cuando loimportante sería poner de manifiesto ese valor añadi-do social y cuantificarlo.

En los primeros años de expansión de las microfinan-zas, la dependencia de los subsidios por parte de lasentidades hacía dudoso que la sostenibilidad fueraposible en ningún caso. Actualmente, sin embargo, laposibilidad de que los programas de microfinanzassean sostenibles está fuera de toda duda, como lo refle-ja la práctica y trayectoria de organizaciones no subsi-diadas. La coexistencia de entidades sostenibles y ren-tables junto a otras claramente insostenibles o depen-dientes traslada la cuestión a los motivos que hacen aalgunas entidades rentables mientras otras son sistemá-ticamente deficitarias. Entre estos motivos se ha pensa-do que el público objetivo, que como hemos vistopuede ser desde una persona encargada de una micro-empresa a población campesina de escasos recursos,podría ser una clave para explicar las diferencias.

De este modo, uno de los principales debates en losúltimos años se refiere al posible conflicto entre lasostenibilidad de las instituciones microfinancieras ysu alcance, entendido éste por lo general como laposibilidad de trabajar con las personas más pobres.

El motivo principal que explicaría una merma en larentabilidad por el hecho de atender a poblacionesmás pobres es la necesidad de atender a un mayornúmero de cuentas y clientes para lograr un mismomonto intermediado, perdiendo así economías deescala. Todo el seguimiento de cada préstamo, porejemplo, conllevará pagos en cantidades muy peque-ñas y plazos más cortos, con un mayor coste admi-nistrativo relativo. A esto podrían sumarse dificulta-des añadidas en la propia gestión por tratarse depoblación con carencias de alfabetización, menoracceso a documentación y, en general, menos habi-tuada a trámites de este tipo y más necesitada deacompañamiento. Aunque sea discutible, también seha pensado que la morosidad podía ser mayor encasos de extrema necesidad.

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Para estudiar si hay conflicto entre los objetivos socialy de desempeño financiero hay que distinguir en pri-mer lugar entre dos líneas de discusión diferentes:

• La que opone la sostenibilidad de la entidad micro-financiera a la posibilidad de llegar a las capas máspobres, entendiendo la sostenibilidad como autosu-ficiencia operativa (cubrir los gastos de funciona-miento) o financiera (cubrir todos los costes, inclu-yendo los costes financieros del capital).

• La que presenta el conflicto entre la rentabilidadde la institución y la posibilidad de llegar a lascapas más pobres. Según esta línea, el trabajo concapas más pobres supone renunciar a rentabilida-des mayores, pero no necesariamente hace peli-grar la sostenibilidad de la institución.

Daley-Harris (2007) en el Informe de estado de laCampaña de la Cumbre de microcrédito, defiende laposibilidad de ser sostenible llegando a los máspobres si se trabaja de la manera adecuada. Estaimportante iniciativa se posiciona claramente a favordel trabajo con los más pobres, y solicita al BancoMundial que reconsidere su actual línea de apoyo aprogramas de microfinanzas. En concreto se pide alBanco Mundial que destine al menos el 50% de losfondos de estos programas a personas con ingresosinferiores a 1 dólar diario.

Schliwa (2004), recogiendo la experiencia de GTZ,cita el posible conflicto entre enfocarse en la pobrezay la sostenibilidad, pero dice que hay InstitucionesMicrofinancieras que lo superan gracias al desarrollode estrategias a largo plazo, nuevos productos y laorientación al cliente.

Para autores como Font (2006) conseguir la sosteni-bilidad económica y mantener la vocación social es elgran reto de las instituciones microfinancieras.

Cortés Garcia (2007) recoge en términos de plante-amiento dualista y difícilmente reconciliable el deba-te entre sostenibilidad y alcance. En todo caso, afir-ma que el consenso es amplio entre los profesionalesacerca de la necesidad de autosuficiencia de la insti-tución, entendiendo que esto conllevará la ausenciade subsidios, la profesionalización, el desarrollo deuna metodología específica, el logro de una dimen-

sión adecuada, la gestión activa del riesgo, la existen-cia de un marco jurídico mínimo, el equilibrio entreahorro e inversión en el ámbito local y la ofertaamplia de servicios financieros.

Armendariz y Morduch (2005) afirman que haybuenos ejemplos de rentabilidad con alcance a losmás pobres, pero que no es lo habitual. Inciden enla necesidad de profundizar el análisis de rentabili-dad incluyendo correctamente los subsidios que sehan dado en muchos casos. Estos autores constatantambién las grandes diferencias en rentabilidad entregrandes instituciones sudamericanas y la mayoría delas del Sudeste asiático, menos rentables, lo querefleja enfoques y objetivos diferentes.

García Cabello (2006) señala la regulación como otraposible causa de conflicto entre alcance y sostenibili-dad. El incremento de costes que supone la regulación(o al menos una regulación inapropiada) podría llevara una pérdida de alcance, por necesitar la institucióndirigirse hacia clientes menos pobres para ser sosteni-ble. Cita el caso de Bancosol (Bolivia) para ilustrar elpeligro del crecimiento de estas instituciones, y cómopueden pasar a tener impactos sociales negativos, aun-que su sostenibilidad se vea reforzada.

Cull, Demirgüç-Kunt y Morduch (2007) realizan unestudio en profundidad con datos de 124 institucio-nes de diferentes tipos en 49 países. Entre sus conclu-siones destaca la posibilidad de ser rentable trabajan-do con clientes pobres, aunque observan un posibleconflicto entre la rentabilidad y trabajar con las per-sonas más pobres. Esto podría llevar a las institucio-nes a centrarse, a medida que crecen y maduran, enclientes que puedan recibir créditos mayores. Segúnsu análisis, es importante distinguir la metodologíade crédito, con los tres tipos ya explicados anterior-mente: individual, grupos solidarios y bancos comu-nales. Las diferentes metodologías parecen implicardiferentes modelos en cuanto a objetivos sociales,tipo de clientes a los que se dirigen y también mode-los de gestión, costes, etc. por lo que ésta podría seruna clave importante para estudiar el conflicto entresostenibilidad y alcance. Los mayores costes relativosde las entidades con grupos solidarios y bancoscomunales podrían deberse así al menor monto delos créditos y a atender a población más pobre. Los

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basados en préstamos individuales obtienen losmejores resultados en términos financieros, pero lospeores en cuanto a alcance.

Para muchos esta discusión, al igual que ocurría conlos enfoques de sistema financiero y de lucha contrala pobreza, no tiene tanta trascendencia. Puedendarse por ejemplo casos de grandes entidades (conmillones de cuentas), que acceden en parte a clientesno tan pobres, y gracias a ello mantienen un equili-brio financiero que les permite tener un número declientes impensable de otro modo entre las capas másdesfavorecidas.

Por otro lado, y en función del enfoque que se dé alas microfinanzas, hay algunos matices importantesen toda esta polémica:

• Desde un enfoque de lucha contra la pobreza sepone el énfasis en llegar a los más pobres. Si estoimplica costes, lo que procedería es estudiar suimporte y su impacto en relación a otras posibleslíneas de acción alternativas. En definitiva, lalucha contra la pobreza y el resto de objetivos dedesarrollo se asumen generalmente como deficita-rias, y la falta de sostenibilidad económica noparece ser tan cuestionada en el caso de otros ins-trumentos como por ejemplo los proyectos decooperación al uso. En este sentido Armendariz yMorduch (2005) afirman que, dado que los sub-sidios son una realidad, es necesario estudiar suimpacto. Aunque reconocen que no se ha investi-gado lo suficiente, recogen algunos estudios posi-tivos en términos de coste-beneficio y concluyenque en general se reconoce que los subsidios pue-den ser positivos al inicio, pero no indefinidamen-te. Recomiendan subvencionar a las institucionesy sus estructuras, y no directamente a los clientes,o a través de ayudas como asistencia técnica. Aveces se han dado subsidios a personas muypobres de forma previa a la entrada en programas,con buenos resultados. Algo que podría conside-rarse un subsidio “encubierto” consiste en aplicarlos mismos tipos a préstamos más pequeños,cuando en esos casos no se cubren costes. Estapráctica no es exclusiva del sector microfinanciero,y puede responder a un enfoque estratégico y alfin social, permitiendo así aumentar el alcance.

• Desde un enfoque de sistema financiero y de sis-temas financieros incluyentes (al menos tal comolo desarrollan Banco Mundial y CGAP) el acentose pone en llegar de forma autosuficiente a lossectores que el mercado no cubre. Esto permitiráel desarrollo de pequeñas actividades y la pobla-ción más pobre se verá beneficiada de forma indi-recta a través principalmente del empleo. Conesta perspectiva, no es tan importante a quién sedirija el servicio financiero, y sí en cambio que seacompetitivo y sostenible para que prospere.

Armendáriz y Morduch (2005) hacen en su estudiouna aportación práctica importante a este debate, alintroducir los incentivos como clave para lograr unfuncionamiento que cubra los objetivos sociales yfinancieros. A menudo los incentivos clasificadoscomo “duros” (por ejemplo bonus económicos) sehan asociado a niveles de actividad, captación declientes, rentabilidad, monto gestionado, etc. lo queen algunos casos ha llevado a situaciones de mayorrentabilidad pero con pérdida de alcance, o incluso ala práctica ruina de la institución por la asunciónexcesiva de riesgos para conseguir los pluses. Frente aestos incentivos se encuentran otros, que llamaría-mos “blandos” como la seguridad en el trabajo, elsalario razonable, el compromiso con la institución...La clave es buscar una matriz de incentivos apropia-da en función de los fines de la organización. BankRakyat Indonesia (BRI) es un ejemplo de combina-ción de incentivos individuales, a nivel de sucursal einstitucionales. Empezó como banco estatal dedesarrollo rural, se implantaron las unidades loca-les, y los incentivos dependen en gran medida delresultado de cada unidad y de sus tasas de impago,poniendo objetivos medibles y alcanzables.

En línea con la preocupación por los incentivos, y elmodo en que estos pueden influir en el enfoque delas actividades microfinancieras, Gutiérrez Nieto ySerrano (2007) estudian la posible influencia de lasincipientes calificaciones de rating sobre las entida-des de microfinanzas.

Centrándose en 70 calificaciones globales de PlanetRating a Instituciones Microfinancieras, que evalúancada institución en su conjunto, obtienen lossiguientes resultados:

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• Tal como cabía esperar, se encuentran correlacio-nes positivas y significativas entre el rating recibi-do y los indicadores de rentabilidad (ROA, ROE,margen de beneficio).

• Igualmente hay correlaciones positivas y signifi-cativas entre el rating y variables como el tamañode la institución (activos totales y cartera bruta depréstamos), su eficiencia (gastos de explotaciónsobre cartera bruta de préstamos) y la sostenibili-dad operacional.

• La relación entre el rating y el riesgo (cartera enriesgo, ratio de impagados), es negativa y signifi-cativa.

• No se encuentra relación significativa con ningúnindicador relacionado con la finalidad social(préstamo medio por prestatario, préstamos pro-medio en relación al PIBpc, porcentaje de muje-res prestatarias, porcentaje de préstamos menoresde 300 US$).

En definitiva, y con las limitaciones de la muestradisponible, el estudio refleja lo que muchas IMFenfrentan desde hace tiempo: las posibilidades delograr financiación externa pasan principalmente porun buen desempeño financiero, mientras los objeti-vos sociales quedan en un segundo plano. Esto con-trasta con la lectura que las instituciones que propor-cionan los fondos (sean bancos, cajas o agencias decooperación) hacen en sus memorias y declaraciones,en las que el apoyo a estos programas parece hacerseen base a los objetivos sociales de las institucionesprestatarias. A medio plazo, y en la medida en que lasnecesidades de fondos aumenten, estas calificacionespodrían seguir empujando al sector hacia una pro-gresiva desvinculación de los objetivos sociales afavor de los financieros.

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El análisis de los efectos de los programas de micro-finanzas depende en gran medida del enfoque que sehaya dado a los mismos y de las propias expectativasiniciales. En este apartado se aportan algunas ideassobre lo que las microfinanzas pueden lograr desdediferentes puntos de vista, partiendo de la insuficien-te evidencia recogida al respecto y de la dificultad deobtener conclusiones muy generales.

5.1. El problema de las expectativas

En los comienzos de la década de los 2000, lasmicrofinanzas se presentaban como una novedad queiba a revolucionar las ideas y prácticas del desarrollo.Uniendo aspectos clave como llegar a los más pobrese impulsar actividades generadoras de renta de formasostenible, estos programas se presentaban como lasolución a los problemas de desarrollo y de financia-ción. Con esta idea generalizada, los programas fue-ron recabando apoyos de organismos multilaterales(Banco Mundial, CGAP, BID...), de agencias de coo-peración y de organismos descentralizados, institu-ciones privadas, fundaciones, etc. Fruto de estas

expectativas, y frente a algunas voces que pedían unavisión más matizada en el sector, se dieron apoyosque en ocasiones superaban a la demanda (caso deAECI, por ejemplo) y se empezó a trabajar sin teneruna idea muy clara de cómo gestionar esta herra-mienta, ni de la forma en que todo esto iba a impac-tar en el desarrollo.

Junto a las impresiones optimistas, surgen desde uninicio voces de alarma que, justificadamente, expli-can que endeudarse ha dejado en peor posición de laque ya tenían a muchas familias, que no es viablepretender que la población se convierta en empresa-ria de forma masiva, y que este instrumento delegaen los más pobres la responsabilidad de salida de susituación, evitando entrar en necesarios replantea-mientos del propio sistema o de justicia social.

Unos años después, instituciones tan representativaspara el sector como la Campaña de la CumbreMundial del Microcrédito y diversos autores de refe-rencia comienzan sus análisis sobre las microfinanzasexplicando que no se trata de una panacea9, y que la

5 ¿Qué sabemos de su impacto,y qué nuevas perspectivas tienen los programas de microfinanzas?

9 La coincidencia en referirse a este término (panacea) por parte de tantos autores da idea de las expectativas que se habían generado. VanMaanen, exdirector de Oikocredit (2004) dedica un capítulo a explicarlo (“Microcredit is not a panacea for poverty”), Daley-Harris(2007) comienza en la primera página de su informe recalcando que no se trata de una panacea, aunque sí una de las herramientas máspoderosas de lucha contra la pobreza. Cortés (2007) en el marco de la posible contribución a los ODM se refiere a los microcréditos enesos mismos términos.

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posibilidad de acceder a crédito o el acompañamien-to a actividades generadoras de renta es solo unacomponente en un proceso de desarrollo. En algunoscasos se trata del factor clave que permite a una fami-lia salir de la pobreza, pero esto no es una receta uni-versal por varios motivos:

• No todas las personas están preparadas ni deseanser empresarias.

• No todos los negocios triunfan, y en situacionesde extrema vulnerabilidad un préstamo puede seruna carga demasiado pesada.

• Una excesiva implantación de una misma solu-ción puede saturar el mercado de un producto oservicio en una zona.

• La situación de las personas más desfavorecidaspuede requerir acciones de formación o de otrotipo diferentes al crédito.

Parece más razonable considerar a las microfinanzascomo un instrumento más en los programas dedesarrollo. Es evidente que la financiación por sisola no soluciona todos los problemas, pero que enmuchos casos es necesaria en el marco de dificultadessistemáticas de acceso al crédito. Del mismo modo,el acceso a otros servicios financieros, como el ahorroo los seguros, pueden ser un importante apoyo parareducir la vulnerabilidad.

5.2. La evaluación desde una perspectiva de lucha contra la pobreza

Además de este problema de expectativas, que hagenerado opiniones muy enfrentadas, hay otra difi-cultad de base para evaluar los programas, y es ladiferencia de enfoque desde el que se trabaja en lavariedad de instituciones y programas que hemosvisto. Los objetivos pueden ser bastante diferentes, ytambién lo será en consecuencia la valoración de lologrado por los programas.

Desde un enfoque de lucha contra la pobreza, debe-ríamos estudiar el impacto que han tenido los pro-gramas implantados sobre los destinatarios/as. Estees un aspecto complejo y difícil de evaluar, querequiere de un cuidadoso diseño desde el inicio delproyecto, para eliminar el efecto de otras variables y

demostrar realmente los resultados logrados por lainiciativa. La propia concepción de la pobreza en tér-minos de ingreso, capacidades u otras perspectivas,nos dará también valoraciones diferentes.

En la práctica, para salvar estos problemas, se hanutilizado en muchos casos indicadores como elnúmero de clientes o las bajas tasas de morosidad,para indicar que los programas funcionan, suponien-do que si los créditos se devuelven y su númeroaumenta, las actividades financiadas estarán resultan-do exitosas y sus clientes estarán mejorando su posi-ción. Aunque es posible que la realidad sea esa, noparece que estos indicadores sean suficientes ni ade-cuados para probar los impactos positivos. Por ejem-plo, tal como muchos programas han demostrado, esposible conseguir altas tasas de repago mientras losprestatarios empeoran su situación relativa (el casode la crisis de las microfinanzas en Bolivia es uno delos más conocidos).

Algunos estudios van un paso más allá y, como en elcaso del Grameen Bank, hacen un seguimiento de losclientes, comprobando que una gran proporciónsupera la línea de pobreza después de trabajar con elbanco. Esta iniciativa supone un avance, pero no essin embargo suficiente, porque no prueba que sea elhecho de ser cliente de Grameen la causa de su mejorsituación, que puede deberse a mejoras macroeconó-micas, a cambios más generales o a otros factores queno hemos controlado. También la Campaña de laCumbre de Microcrédito promueve instrumentospara medir el número de clientes que supera elumbral de 1 US$ al día.

De un modo similar, y para ver los impactos en tér-minos de género, se utiliza frecuentemente el por-centaje de mujeres sobre el total de clientes paraseñalar efectos positivos en este campo, que se daríantanto en términos de independencia económicacomo por la participación en actividades extra-domésticas, la mejora de la autoestima y en definiti-va las capacidades desarrolladas. Aunque en muchoscasos la situación de estas mujeres mejore gracias alos programas, no parece que la simple participaciónen el programa sea suficiente como indicador,pudiendo esconder una participación puramentenominal sin control real de los préstamos (por prefe-rir la institución a las mujeres como clientes) o inclu-

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so efectos negativos derivados de la participación(aumento de la responsabilidad, carga extra de traba-jo o problemas domésticos).

Lacalle y Rico (2007) hacen un análisis de la metodo-logía necesaria para un verdadero análisis de impacto,explicando la complejidad y el coste de esta evalua-ción aplicada a un programa de microfinanzas. Unbuen análisis de impacto debería contar con un dise-ño apropiado desde el inicio, y utilizará posiblemen-te un grupo de control, de forma que puedan compa-rarse los cambios en la situación del grupo afectadopor el programa y el que no lo ha sido. La prueba decausalidad requiere un trabajo cuidadoso, y un buenmanejo de la aleatoriedad, evitando sesgos. Es com-plicado evitar el sesgo en la propia selección, dadoque los participantes en los programas provienenmuchas veces del trabajo previo de las InstitucionesMicrofinancieras con ellos.

También Armendáriz y Morduch (2005) recogen lanecesidad de pasar de las anécdotas al estudio deimpacto, reconociendo las dificultades de medirtodos los efectos del programa (por ejemplo, la capa-citación) o las derivadas de la comparación entrediferentes grupos en los que los elementos vanentrando y saliendo. Citan un estudio con grupo decontrol en 2002 y mejoras de ingreso en 2 de 3 casos.En un estudio que separa los efectos de préstamos ahombres y mujeres se observa que se da un mayoraumento del consumo familiar al prestar a mujeres,también mayor aumento de activos y un aumento deescolarización de niñas que solo se da al prestar amujeres, aunque los propios autores admiten la limi-tada validez de estas observaciones.

En definitiva, y aunque la mayoría de estudios y profe-sionales del sector coincidan en la potencialidad y losefectos positivos de estos programas, es necesario serestricto para ofrecer evidencias contrastables e inequí-vocas, que aporten luz al debate. Los ejemplos de expe-riencias exitosas y de historias personales no son sufi-cientes para dar la credibilidad que esta herramientanecesita. Al igual que los ejemplos negativos que desdeotros ámbitos se resaltan, los casos particulares no prue-ban la validez de estos programas y es necesario yurgente superar este marco. A pesar de su elevado coste,ya hay iniciativas en marcha para estudiar el impacto yse prevé tener evidencias en los próximos años.

Desde otra óptica, y sin abandonar el enfoque delucha contra la pobreza, las entidades microfinancie-ras deben incidir en el necesario replanteamiento delmodelo económico y social para poder superar losproblemas de pobreza, y avanzar hacia la equidad y ellogro de otros objetivos de desarrollo humano. Suelealegarse como crítica de fondo que estos programaseximen en la práctica a los gobiernos de parte de susatribuciones, trasladando a los más pobres la respon-sabilidad para salir de su situación. Es evidente quela posición crítica y la exigencia a los gobiernos noestán reñidas con las actuaciones microfinancieras,pero deberían explicitarse mejor las demandas parabuscar fórmulas apropiadas de apoyo, regulación eimplicación pública si se confía en la utilidad de estaherramienta para las agendas de desarrollo, en las quelos gobiernos tienen un peso importante.

5.3. La evaluación desde una perspectiva de sistema financiero

Desde un enfoque de sistema financiero, y centrán-donos primero en las Instituciones Microfinancieras,lo más importante sería estudiar su funcionamientoy rentabilidad para ver si son rentables y sostenibles.Para ello se definen variables clave para medir eldesempeño y sostenibilidad de las instituciones:tasas de morosidad, rentabilidad, autosuficiencia,cartera en riesgo, etc. Aunque en un principio seplanteaban dudas sobre la viabilidad de las institu-ciones microfinancieras, que en muchos casos hanrecibido amplios subsidios, la práctica ha demostra-do que es posible desarrollar actividades microfinan-cieras de forma rentable, con muy diversas formas yen prácticamente cualquier lugar del mundo.

Con la óptica más amplia de sistemas financierosincluyentes, la cuestión es ver cómo se están hacien-do accesibles los productos financieros y qué efectosestá teniendo esa accesibilidad. Ante una realidadque incluye ya a cientos de millones de personascomo clientes, es necesario -en términos de desarro-llo- estudiar los efectos de estos programas a otrosniveles, además de los referidos al impacto directosobre los destinatarios. En esta línea, es imprescindi-ble estudiar cómo las microfinanzas pueden contri-buir al desarrollo del sistema financiero, y cómo éstecontribuye o no a otros objetivos de desarrollo en

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términos de ingreso, equidad o lucha contra lapobreza.

Históricamente se ha pensado en una relación posi-tiva entre la expansión del sector financiero y el cre-cimiento económico10. Según este razonamiento, unsistema financiero más desarrollado facilitaría la acti-vidad económica y permitiría aumentar las tasas decrecimiento. Para otros autores, manteniendo la ideade la relación positiva, la dirección de esta causalidadno está tan clara, y ambos conceptos podrían relacio-narse circularmente, impulsando recíprocamente sudesarrollo. Recientemente, estudios como los deJallilian y Kirkpatrick (2002) tratan de avanzar unpaso más, considerando la existencia de una relacióndirecta entre desarrollo del sistema financiero, creci-miento económico y la reducción de la pobreza y delas desigualdades de ingreso. Según su estudio, el cre-cimiento que se logra gracias al desarrollo financierocontribuye a disminuir la pobreza de ingreso y afec-ta al quintil inferior de renta tanto o más que al resto.Siguiendo esta línea, Beck, Demirgüç-Kunt y Levine(2007) defienden que el desarrollo financiero esfavorable a los quintiles más pobres. En su estudioanalizan la relación entre el ratio CréditoPrivado/PIB (variable de profundidad que puederepresentar el peso del sector financiero en la econo-mía) y los cambios en el índice de Gini en el período1960-2005 en 72 países con diferentes niveles deingreso. Sus conclusiones reflejan que, al aumentarese ratio, se da un doble efecto positivo sobre elingreso del quintil más pobre, que aumentaría comoconsecuencia del crecimiento de PIB per cápita indu-cido, y también por el efecto de la mejor distribuciónlograda (cuantifican relativamente el efecto en un 60y 40% respectivamente). También el Banco Mundial(2008) considera que el desarrollo del sistema finan-ciero favorece a los más pobres mediante su inclusiónen la economía formal y el aumento de sus ingresos.

Sin embargo, al tratar de estudiar las relaciones ycanales de causalidad, los propios estudios citadosreconocen que no está clara la forma en que estosconceptos están relacionados, y menos aún la formade promover un desarrollo del sistema financiero que

logre resultados positivos en términos de equidad olucha contra la pobreza.

Por otro lado, frente al pensamiento mayoritaria-mente favorable a la relación positiva entre el des-arrollo del sector financiero y variables como el cre-cimiento económico, la realidad es que esta relaciónse encuentra cada vez más cuestionada y matizada11.

En primer lugar observamos que la relación es com-pleja y no lineal, y así encontramos países con rentasmuy similares y diferencias muy importantes encuanto al desarrollo de sus sistemas financieros, queparecen no ser tan determinantes para el crecimien-to. En esta línea Jallilian y Kirkpatrick (2002) expli-can que el efecto positivo del desarrollo del sistemafinanciero no se notará tanto en economías con sis-temas financieros ya muy desarrollados, indicando lanecesidad de estudios diferenciados en función delestado de desarrollo del sistema financiero en cadacaso. También FitzGerald (2007) afirma que elimpacto del desarrollo financiero será diferente enfunción de la fase de desarrollo económico en que seencuentre cada país.

En términos de políticas públicas, la insistencia en larelación positiva entre desarrollo del sistema finan-ciero y crecimiento económico ha servido para justi-ficar medidas de liberalización del sector en países endesarrollo, especialmente en los 70 y 80, con resulta-dos decepcionantes en muchos casos. Stiglitz (2002)explica las consecuencias que determinadas medidasde liberalización y apertura han tenido en paísesemergentes y cómo han contribuido a las crisis glo-bales en los 90.

Más recientemente, y a raíz de la crisis iniciada porlas hipotecas sub-prime y la complejidad y falta detransparencia de los productos financieros, nosencontramos a finales de 2008 con una crisis globalque, partiendo del sector financiero, afecta al real entodo el mundo, y hace que hasta los gobiernos máscontrarios a la intervención requieran urgentementeuna reforma del sistema financiero. La experiencia delas crisis por el sobre-dimensionamiento y la liberali-

10 Levine (2005) hace un interesante repaso de las contribuciones más relevantes a este debate. De la Cuesta (2006) por su parte, elaborauna buena clasificación por temas de las principales aportaciones a las relaciones entre sistema financiero y desarrollo.

11 FitzGerald (2007) hace un análisis crítico sobre las relaciones entre desarrollo del sistema financiero y el crecimiento económico.

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zación del sector financiero, que terminan afectandoal sector real y a la población más vulnerable deforma catastrófica y endémica, confirman la necesi-dad de hacer un análisis más profundo para obtenerconclusiones sobre la importancia del desarrollo delsistema financiero, su orientación, y su relacióncon objetivos de crecimiento económico, pobreza odesigualdad.

Un problema de base, en este sentido, es la propiadificultad existente para definir y dimensionar lanoción de desarrollo del sistema financiero, aspectosobre el que no hay consenso. Sin embargo, parecelógico que cualquier aproximación a este punto con-temple y analice la capacidad de este sistema paracumplir sus funciones y dar servicio a toda la pobla-ción. Estas funciones se pueden resumir en:

• Movilizar ahorros.

• Facilitar medios de pago.

• Proporcionar información para la mejor asigna-ción de inversiones y para darles seguimiento.

• Ayudar a controlar y diversificar el riesgo.

En realidad, los indicadores que habitualmente seutilizan para estudiar el desarrollo del sector financie-ro (Crédito respecto al PIB, Masa Monetaria respec-to al PIB, indicadores de facturación del mercadobursátil y otros) no miden adecuadamente el cumpli-miento de esas funciones. Por otro lado, y desde unaperspectiva de desarrollo, se trata de medidas agrega-das y poco oportunas para estudiar asimetrías ydesigualdades. Desde esta perspectiva, el trata-miento del sistema financiero no debería centrarsetanto en los fondos canalizados o intermediados entérminos absolutos, sino más bien en dar prioridad alestudio de su capacidad para realizar sus funciones yatender tanto a las necesidades derivadas del procesoeconómico nacional, como a las de los distintosagentes y población a nivel micro. Desde la preocu-pación por los derechos sociales o la equidad, seríamás oportuno medir aspectos como la utilización delsistema financiero (porcentaje de personas que pue-den acceder a estos servicios), y dar seguimiento a lasvariables de accesibilidad y de barreras en relación alsistema financiero. Aunque se ha comenzado a traba-jar en este sentido, donde los programas de microfi-

nanzas tienen una importancia clave, la falta de datoshace difícil todavía saber qué efectos están teniendoestos programas a nivel del sistema financiero y susfunciones, y menos aún el impacto que a través deeste cambio en el sistema financiero se logra en obje-tivos más amplios de desarrollo.

En definitiva, es necesario desarrollar indicadoresque midan el desarrollo del sistema financiero desdeuna perspectiva incluyente, partiendo de los diferen-tes contextos, y estudiar los efectos que los progra-mas microfinancieros, que tienen ya una dimensiónimportante, pueden inducir también en términosmacroeconómicos, a través de los cambios que estánproduciendo en los sistemas financieros locales.Puede que, tal como defienden el Banco Mundial oCGAP, el desarrollo del sistema financiero y la aten-ción a capas desatendidas que no se encuentran entrelas más pobres beneficie también a los más pobres deforma indirecta, pero no hay evidencia concluyenteque lo demuestre. Partiendo de la necesidad de unsistema financiero estable y accesible para mejorar lasposibilidades de ingreso de las personas excluidas, elreto es definir los sistemas financieros apropiadosque contribuyan de forma positiva a los objetivos dedesarrollo.

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Tras este repaso breve a la situación, debate y diversi-dad de las actividades microfinancieras, se recogen eneste apartado algunos temas relevantes tanto para eldebate actual como de cara a los próximos pasos yperspectivas del sector.

• Las dificultades de acceso a los sistemas financie-ros locales y diversos tipos de barreras siguenhaciendo que grandes capas de población no pue-dan utilizar estos servicios en muchos países talcomo indican los datos recogidos. Las microfi-nanzas pueden facilitar ese acceso ofreciendo losservicios en montos adecuados y de forma másadaptada, mejorando las opciones de la financia-ción informal.

• Tal como se ha explicado a lo largo de este traba-jo, hay diferencias muy significativas en el traba-jo en microfinanzas en función de los diferentestipos de instituciones, las metodologías utilizadas,los enfoques, o el área geográfica. Por este moti-vo, es necesario contextualizar y profundizar pararealizar cualquier análisis. También las institucio-nes donantes deberán tener en cuenta el perfil delas entidades para saber qué objetivos y líneasestán apoyando.

• Hay cierto consenso en el sector sobre la necesi-dad de la captación de ahorro si se quiere avanzarhacia la generalización de los programas microfi-

nancieros. Aunque se han dado avances en estesentido, todavía se está lejos de lograr buenosresultados. Las condiciones de regulación, quesuponen un obstáculo para instituciones como lasONGD a la hora de captar recursos, serán unpunto clave para poder progresar.

• La evidencia muestra que es posible ser sostenibleinstitucionalmente atendiendo a finalidadessociales. Sin embargo, se observan tensiones eincentivos que pueden llevar a las institucionesmicrofinancieras a trabajar con montos promediomás elevados, excluyentes para muchas personas.Superando la presunción de que, solo por tratar-se de microfinanzas, los programas tienen unvalor añadido social, es necesario definir objetivose indicadores de desempeño social, estableciendolas prioridades y fijando criterios para medirlos.Tal como ocurre con otras iniciativas que trabajancon una finalidad social, es importante reflejaresta orientación y dar información transparente yclara sobre los destinatarios, las líneas de actua-ción, la propia forma de gestión de las entidades,etc. No se trata solo de trabajar con las personasmás pobres, sino también de hacerlo con criterioséticos y coherentes con la finalidad social.

• En términos de impacto en la lucha contra lapobreza, se están desarrollando estudios que

6. Conclusiones

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CONCLUSIONES

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deben dar evidencias más claras de los efectos deestos programas. Dentro del sector se observanefectos positivos, pero es necesario superar laspruebas particulares o anecdóticas y pasar a losestudios de impacto con metodología científicaconcluyente.

• Desde la perspectiva de sistema financiero, ydesde instancias como el CGAP y el BancoMundial, se insiste en la importancia del desarro-llo de los sistemas financieros locales. Sin embar-go, el propio Banco Mundial (2008) y otros auto-res, reconocen que no está clara la forma en quelos sistemas financieros contribuyen a los objeti-vos de desarrollo. Especialmente en estosmomentos, en plena crisis financiera global, esnecesario profundizar en el estudio de la relaciónentre el sistema financiero, sus funciones y losobjetivos de desarrollo. El reto es definir nuevosmodelos de sistemas financieros que permitanavanzar hacia objetivos de reducción de la pobre-za y equidad.

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LAN-KOADERNOAKCUADERNOS DE TRABAJOWORKING PAPERS

0. Otra configuración de las relaciones Oeste-Este-Sur.Samir Amin

1. Movimiento de Mujeres. Nuevo sujeto social emergen-te en América Latina y El Caribe. Clara Murguialday

2. El patrimonio internacional y los retos del Sandinismo1979-89. Xabier Gorostiaga

3. Desarrollo, Subdesarrollo y Medio Ambiente.Bob Sutcliffe

4. La Deuda Externa y los trabajadores. Central Única deTrabajadores de Brasil

5. La estructura familiar afrocolombiana. Berta Inés Perea

6. América Latina y la CEE: ¿De la separación al divorcio?Joaquín Arriola y Koldo Unceta

7. Los nuevos internacionalismos. Peter Waterman

8. Las transformaciones del sistema transnacional en elperiodo de crisis. Xoaquin Fernández

9. La carga de la Deuda Externa. Bob Sutcliffe

10. Los EE.UU. en Centroamérica, 1980-1990. ¿Ayuda eco-nómica o seguridad nacional? José Antonio Sanahuja

11. Desarrollo Humano: una valoración crítica del concep-to y del índice. Bob Sutcliffe

12. El imposible pasado y posible futuro del internaciona-lismo. Peter Waterman

13. 50 años de Bretton Woods: problemas e interrogantesde la economía mundial.Koldo Unceta y Francisco Zabalo

14. El empleo femenino en las manufacturas para exporta-ción de los países de reciente industrialización. IdoyeZabala

15. Guerra y hambruna en África. Consideraciones sobrela Ayuda Humanitaria. Karlos Pérez de Armiño

16. Cultura, Comunicación y Desarrollo.Algunos elemen-tos para su análisis. Juan Carlos Miguel de Bustos

17. Igualdad, Desarrollo y Paz. Luces y sombras de laacción internacional por los derechos de las mujeres.Itziar Hernández y Arantxa Rodríguez

18. Crisis económica y droga en la región andina. LuisGuridi

19. Educación para el Desarrollo. El Espacio olvidado de laCooperación. Miguel Argibay, Gema Celorio y JuanjoCelorio

20. Un análisis de la desigualdad entre los hombres y lasmujeres en Salud, Educación, Renta y Desarrollo.Maria Casilda Laso de la Vega y Ana Marta Urrutia

21. Liberalización, Globalización y Sostenibilidad. RobertoBermejo Gómez de SeguraBibliografía Especializada en Medio Ambiente y Desarro-llo. Centro de documentación Hegoa

22. El futuro del hambre. Población, alimentación y pobre-za en las primeras décadas del siglo XXI. Karlos Pérezde Armiño

23. Integración económica regional en África Subsahariana.Eduardo Bidaurrazaga Aurre

24. Vulnerabilidad y Desastres. Causas estructurales y pro-cesos de la crisis de África. Karlos Pérez de Armiño

25. Políticas sociales aplicadas en América Latina Análisis dela evolución de los paradigmas en las políticas sociales deAmérica Latina en la década de los 90. Iñaki Valencia

26. Equidad, bienestar y participación: bases para construirun desarrollo alternativo. El debate sobre la coopera-ción al desarrollo del futuro. Alfonso Dubois

27. Justicia y reconciliación. El papel de la verdad y la justi-cia en la reconstrucción de sociedades fracturadas porla violencia. Carlos Martín Beristain

28. La Organización Mundial de Comercio, paradigma dela globalización neoliberal. Patxi Zabalo

29. La evaluación ex-post o de impacto. Un reto para lagestión de proyectos de cooperación internacional aldesarrollo. Lara González

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30. Desarrollo y promoción de capacidades: luces y som-bras de la cooperación técnica. José Antonio Alonso

31. A more or less unequal world? World income distribu-tion in the 20th century.¿Un mundo más o menos desigual? Distribución de larenta mundial en el siglo XX. Bob Sutcliffe

32. ¿Un mundo más o menos desigual? Distribución de larenta mundial en el siglo XX.Munduko desbertasunak, gora ala behera? Mundukoerrentaren banaketa XX mendean. Bob Sutcliffe

33. La vinculación ayuda humanitaria - cooperación aldesarrollo. Objetivos, puesta en práctica y críticas.Karlos Pérez de Armiño

34. Cooperación internacional, construcción de la paz ydemocratización en el Africa Austral. Eduardo Bidaurra-zaga y Jokin Alberdi

35. Nuevas tecnologías y participación política en tiemposde globalización. Sara López, Gustavo Roig e Igor Sábada

36. Nuevas tecnologías, educación y sociedad. Perspec-tivas críticas. Ángeles Díez Rodríguez, Roberto Aparici y Al-fonso Gutiérrez Martín

37. Nuevas tecnologías de la comunicación para elDesarrollo Humano. Alfonso Dubois y Juan José Cortés

38. Apropiarse de Internet para el cambio social. Haciaun uso estratégico de las nuevas tecnologías por lasorganizaciones transnacionales de la sociedad civil.Social Science Research Council

39. La participación: estado de la cuestión. Asier Blas,Pedro Ibarra

40. Crisis y gestión del sistema glogal. Paradojas y alter-vativas en la glogalización. Mariano Aguirre¿Hacia una política post-representativa? La partici-pación en el siglo XXI. Jenny Pearce

41. El Banco Mundial y su influencia en las mujeres y enlas relaciones de género. Idoye Zabala

42. ¿Ser como Dinamarca? Una revisión de los debatessobre gobernanza y ayuda al desarrollo. Miguel Gon-zález Martín

43. Los presupuestos con enfoque de género: unaapuesta feminista a favor de la equidad en laspolíticas públicas. Yolanda JubetoLos retos de la globalización y los intentos localesde crear presupuestos gubernamentales equitativos.Diane Elson

44. Políticas Económicas y Sociales y Desarrollo Huma-no Local en América Latina. El caso de Venezuela.Mikel de la Fuente Lavín, Roberto Viciano Pastor,Rubén Martínez Dalmau, Alberto Montero Soler,Josep Manel Busqueta Franco, Roberto Magallanes

45. La salud como derecho y el rol social de los estadosy de la comunidad donante ante el VIH/ SIDA: Unanálisis crítico de la respuesta global a la pandemia.Juan GarayEl virus de la Inmunodeficiencia Humana y sus Cola-boradores. Bob Sutcliffe

46. Capital social: ¿despolitización del desarrollo o posi-bilidad de una política más inclusiva desde lo local?Javier Arellano Yanguas

47. Temas sobre Gobernanza y Cooperación al DesarrolloMiguel González Martín, Alina Rocha Menocal y Verena Fritz, MikelBarreda. Jokin Alberdi Bidaguren, Ana R. Alcalde, José María Larrú,Javier Arellano Yanguas

48. Aportes sobre el activismo de las mujeres por la pazEmakumeek bakearen alde egiten duten aktibismo-ari buruzko oharrak Irantzu Mendia Azkue

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