mi vida, otra historia que tampoco valió la pena

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MI VIDA: OTRA HISTORIA QUE TAMPOCO VALIÓ LA PENA (Serie completa) No_valio_la_pena, 15 de junio de 2011 En formato PDF ¡Hola a todos! Por fin me decido a escribir mi historia. Es reciente y si no lo he hecho antes ha sido por miedo. Sin embargo, ya me siento fuerte y creo que ha llegado el momento de contarlo. Es justo que se sepa. Sólo espero que sirva de ayuda. He decidido omitir nombres y datos porque sólo quiero ayudar. Yo no soy quién para juzgar a las personas que me han hecho daño. Les perdono y les deseo lo mejor, pero como no quiero que otros pasen por lo mismo que yo, he decidido escribirlo. Si viera que, a raíz de lo que aquí escribo, hay algún tipo de "ataque" o "presión" hacia mí o algo relacionado conmigo, no tendré ningún inconveniente en defenderme añadiendo los nombres y detalles que considere oportunos (en realidad ésta es "la versión para niños"). Pero esperemos que no haya que hacer nada más, que este sea el verdadero final de mi caso, que como el de muchos otros, fue el de una historia que no valió la pena. Soy de España. Estudié en un colegio de la obra y desde pequeñito ya iba por un club. Algunos miembros de mi familia son o han sido de la obra. Siempre fui el típico niño de club, majo, encajado, en buen plan, etc. Antes de los 14 años mi preceptor del club (numerario) ya me planteó la vocación como numerario. Y digo yo: ¿se pueden tomar decisiones de por vida a esa edad? Lo dejo a vuestro juicio. Después de dos conversaciones con ese numerario (¡de más de una hora!) sobre por qué él estaba convencido de que yo tenía vocación de numerario, me fui a rezar y dije: sí, tengo vocación. Entrego mi vida a Dios de ahora en adelante. Y ese mismo día le dije: ¡decidido! Voy a ser numerario. Recuerdo

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Situaciones y conflictos al interior de la Iglesia

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MI VIDA: OTRA HISTORIA QUE TAMPOCO VALI LA PENA(Serie completa)No_valio_la_pena, 15 de junio de 2011En formato PDF Hola a todos! Por fin me decido a escribir mi historia. Es reciente y si no lo he hecho antes ha sido por miedo. Sin embargo, ya me siento fuerte y creo que ha llegado el momento de contarlo. Es justo que se sepa. Slo espero que sirva de ayuda. He decidido omitir nombres y datos porque slo quiero ayudar. Yo no soy quin para juzgar a las personas que me han hecho dao. Les perdono y les deseo lo mejor, pero como no quiero que otros pasen por lo mismo que yo, he decidido escribirlo. Si viera que, a raz de lo que aqu escribo, hay algn tipo de "ataque" o "presin" hacia m o algo relacionado conmigo, no tendr ningn inconveniente en defenderme aadiendo los nombres y detalles que considere oportunos (en realidad sta es "la versin para nios"). Pero esperemos que no haya que hacer nada ms, que este sea el verdadero final de mi caso, que como el de muchos otros, fue el de una historia que no vali la pena. Soy de Espaa. Estudi en un colegio de la obra y desde pequeito ya iba por un club. Algunos miembros de mi familia son o han sido de la obra. Siempre fui el tpico nio de club, majo, encajado, en buen plan, etc. Antes de los 14 aos mi preceptor del club (numerario) ya me plante la vocacin como numerario. Y digo yo: se pueden tomar decisiones de por vida a esa edad? Lo dejo a vuestro juicio. Despus de dos conversaciones con ese numerario (de ms de una hora!) sobre por qu l estaba convencido de que yo tena vocacin de numerario, me fui a rezar y dije: s, tengo vocacin. Entrego mi vida a Dios de ahora en adelante. Y ese mismo da le dije: decidido! Voy a ser numerario. Recuerdo que no tena ni 14 aos, as que tuve que esperar ms de 7 meses antes de poder escribir la carta pidiendo ser aspirante a numerario.Fui adscrito durante 4 aos siguiendo el plan de formacin normal. Termin el bachillerato y me fui a vivir al centro de estudios. Termin el centro de estudios (dos aos) y me nombraron para un cargo del centro de estudios, as que estuve all dos aos ms. A la vez me nombraron director de un apeadero: tena slo 19 aos, pero era una persona 100% opus, 100% fiel a lo que la obra necesitara. La carrera, sinceramente, no me importaba demasiado, slo en la medida en que sirviera para la obra, as que mis notas eran correctas pero poco ms. De hecho, en mi segundo ao de universidad empec a estudiar dos carreras a la vez, pero como en el tercer ao me dieron esos cargos, dej una de las dos carreras. No haba tiempo para MIS cosas, haba que entregarlo todo y pasar el da con la gente de la obra y los posibles futuros fieles de la obra de ese apeadero al que iba todas las tardes y los fines de semana. Y lo haca encantado, que conste, haba sido formado para eso y eso es lo que haca. Pensaba que se era el plan de Dios para m y que mi felicidad dependa slo de su cumplimiento. Termin mi carrera sin retrasos. Estudi una carrera relacionada con la educacin, en parte porque siempre haba deseado ser profesor en uno de los colegios de la obra de la delegacin donde viva. Pero al terminar la carrera me preguntaron si me importara trabajar en la delegacin y ayudar al director encargado de los numerarios. Dije que adelante. (Por cierto, me pareca curioso que muchos que daban clases en esos colegios no tuvieran una carrera relacionada con la educacin, porque de hecho no les interesaba la educacin: en realidad muchos de ellos trabajaban all para ayudar a la labor, para buscar vocaciones de numerarios- y yo, que s estaba interesado en la educacin, no poda hacerlo). Pero en fin, no puse ninguna pega, me adapto a todo, as que dije que s. Y dije "s", porque en la obra siempre dije "s" a todo lo que me haban pedido. Es ms, me ofreca para otras cosas que seguramente deberan hacer los dems.En este sentido, recuerdo que el vicario regional asisti a una tertulia en mi curso anual (yo justo haba terminado mi carrera ese verano) y dijo delante de todos que en la regin necesitaban numerarios todoterreno, dispuestos a todo... como yo, dijo (me puse como un tomate). Luego entend eso de dispuestos a todo porque ese verano me dijeron:- En junio: vas a trabajar en la delegacin y vas a vivir en tal ciudad y vas a ser el director de un centro de agregados de otra ciudad (tena 21 aos por cierto);- En julio: vas a vivir en otra ciudad, pero seguirs con las otras cosas que te dijimos en junio;- En octubre: ya no eres director de ese centro de agregados; eres el director de ese otro centro de numerarios y seguirs trabajando en la delegacin.Y no me quej. Por qu? Porque vea en todo lo que vena de los directores la voluntad de Dios.Pues bien, fui director 3 aos, como est previsto (los nombramientos de consejos locales son por un trienio) y a la vez trabaj esos tres aos en esa delegacin. Pero unos pocos meses antes de cumplir mi trienio me preguntaron (porque yo mismo me ofrec unos meses antes, en ese deseo de ayudar a la obra en lo que convenga) si me importara ir al colegio romano. Dije que no, que no haba problema. Para los que no lo sepan, en cuanto dices que ests dispuesto a ir a Cavabianca/Aralar, te dicen que ir al colegio romano no quiere decir que te ordenes pero que es bueno que mantengas tu disponibilidad para ordenarte (sic!). Es decir, para los que no sepan cmo funciona lo de las ordenaciones: la obra se cura en salud. Te piden que ests preparado para decir "s" cuando te necesiten como sacerdote, pero a la vez tienes que estar preparado para que nunca te llamen porque no te necesitan como sacerdote o simplemente porque piensan que no sirves... aunque t lo desees y hayas pasado varios aos en Roma formndote. Te dirn que no pasa nada, porque la vocacin es la misma y tal y cual. Pero en realidad lo que hacen es simplemente lo que ms les conviene. Aunque digan que para que uno se ordene hace falta que las tres voluntades (Dios, el Padre y el interesado) quieran, tu opinin contar slo cuando ellos ya hayan decidido si t puedes ordenarte o no. Y lo que piensen ellos ser la voluntad de Dios para ti. Increble, pero cierto! Por qu lo hacen? Porque son ellos quienes van a decidir si t tienes o no vocacin para ser sacerdote en la obra, porque son ellos quienes saben lo que Dios pide a cada uno. Luego explicar un poco mi caso y tal vez me entenderis mejor. Llegu a Cavabianca, al colegio romano.CAPTULO 2Llegu al colegio romano. Estuve dos aos en Cavabianca. Antes de terminar los dos aos, ped que no me trasladaran a villa Tevere. Lo dije explcitamente porque lo vea venir, tena el perfil tpico de numerario de villa Tevere: joven (27 aos, es decir, todava poda trabajar unos aos antes de ordenarme), espaol (la mayora de los oficiales -numerarios que ayudan a los directores en su trabajo- de villa Tevere son de Espaa porque es la regin que puede aportar ms gente, supongo), con experiencia de trabajo en una delegacin, con experiencia como director y, lo ms importante... DISPUESTO A TODO. As que como ya me vea en la lista de candidatos para villa Tevere, y pensando en lo mucho que me haba costado adaptarme a la vida y a las peculiaridades de Cavabianca (puedo contaros otro da por qu digo esto, pero si tuviera que resumirlo en una frase, dira que eso se parece a todo menos a una familia :-( ), ped explcitamente no ir a vivir a la sede central.Voy al grano: al mes de pedir que no me trasladaran a Villa Tevere, me dijeron que el padre me haba nombrado oficial del consejo general para trabajar en el departamento que se encarga de los numerarios (San Miguel) y que vivira en villa tevere. As, sin ms. Sin un: Qu te parecera si...? Te importara...? Tendras algn inconveniente...?... Y digo yo: Es as como se toman decisiones en una familia normal? Ya no me meto en lo de "desvivirse los unos por los otros", "el mandato ms fuerte es un por favor", "ser alfombra para que los dems pisen blando", "el mejor sitio para vivir y para morir"... Creo que aunque slo sea por respeto (ya no digo caridad), las cosas podran hacerse de otro modo. Y all me fui, con la mejor de mis sonrisas, convencido de que se era el mejor sitio para m, porque Dios as se lo habra hecho ver al padre y a los directores. Lo increble de verdad es que me fui contento, lo digo en serio: imaginaos hasta que punto me haba ido preparando durante aos para acoger lo que llegara de los directores como el mejor de los planes para m.Estuve viviendo y trabajando en ese departamento de villa Tevere durante cuatro aos, as que entre los tres aos de la delegacin y los cuatro de villa Tevere me atrevo a decir que s bastante de cmo se atiende a los numerarios, porque siempre trabaj en ese departamento. Pero no os preocupis "amigos directores", que s cmo vivir el silencio de oficio. Con razn os preocupis vosotros de que todos los que asuman un cargo se comprometan a vivir el silencio de oficio de por vida y a no poder hablar de lo que leen, ven u oyen... por la cuenta que os trae...Por cierto, para quien piense que mi caso no es reciente, aprovecho para decir que mi estancia en villa Tevere fue del verano de 2003 al verano de 2007. Y dej la obra el ao pasado, en 2010. No hace mucho, la verdad...En fin, como deca, en villa Tevere fui teniendo cada vez ms encargos, as que adems de mi trabajo en el departamento que atiende a los numerarios y mis clases de la Licenciatura en Teologa Moral (con vistas a la tesis y futura ordenacin), fui nombrado subdirector de uno de los grupos de villa Tevere (hay 4 grupos en la casa del Vicolo, que es el nombre del centro para los numerarios que son oficiales del consejo general, al menos en su mayora), cargo que equivaldra al de director de un centro, porque en realidad cada grupo es independiente y funciona como cualquier otro centro. Adems, como me gustan las actividades de educacin con gente joven, me nombraron director de un club con actividades para nios.En esas estaba cuando en verano de 2006 fui a India tres semanas, para un curso anual (convivencia para numerarios). Me haca ilusin salir de Roma, ver otras cosas. Y me lo pas muy bien. As que a la vuelta me ofrec para irme a donde hiciera falta, India incluida, aunque tampoco India me pareca mi destino favorito.Unos meses ms tarde me preguntaron si quera trasladarme a un lugar muy lejano. Dije que s, que no saba exactamente dnde estaba (de verdad lo digo) pero que ira encantado. No tena mucha idea de qu iba a hacer all, pero en mi cabeza, eso no importaba, porque Dios saba ms y los directores me transmitiran lo que Dios quera para m en cada momento. En mi mente slo estaba la idea de servir a la obra del mejor modo posible.Me dijeron: "tendrs que dedicar muchsimo tiempo a aprender el idioma" (al principio, prcticamente todo el da). Y dije: "bueno, pues lo har, aprender." Me dijeron que lo pensara bien y que escribiera al padre si quera trasladarme all. Escrib esa misma noche y entregu la carta a la maana siguiente. Pocas horas ms tarde, el padre llam por telfono a mi habitacin para decirme que haba ledo la carta y que lo agradeca y me encomendaba. Empec a estudiar el idioma y a organizar todo lo relativo a mi traslado. Y cuando obtuve el visado, me fui. CAPTULO 3Llegu a mi nuevo pas en verano de 2007. Iba ah con muchsimas ganas, con deseos de aprender, de ser uno ms, de hacerme a una nueva cultura, de querer a la gente de ah como si hubiera nacido y vivido siempre en esa tierra. De ser un ciudadano ms.Los primeros meses me "encerr" para estudiar el idioma lo mejor y ms rpido posible. Fue duro, pero mis ganas de aprender podan con todo. Tena tres horas de clase por la maana y pasaba otras tres estudiando por la tarde. Trabajaba adems como oficial en la comisin regional y viva en ese centro. A los pocos meses de llegar, me nombraron director de un centro de numerarios, as que me traslad a otra casa y dej de trabajar como oficial, porque como segua metido de lleno en el aprendizaje del idioma, ya no me quedaba tiempo. Un tiempo ms tarde, un amigo me ofreci empezar a dar clases de espaol en una universidad, a tiempo parcial (3-6 horas a la semana), y despus de consultarlo, dije que s. Por fin, me deca a mi mismo, diez aos despus de terminar tu carrera, empiezas a ensear (aunque fueran slo unas pocas horas a la semana). Yo que me haba entregado para trabajar en medio del mundo, santificndome ah, como los dems, tard diez aos en empezar a trabajar "un poquito" en medio del mundo.El tiempo pas y termin mi curso intensivo para aprender el idioma. Fueron ms de dos aos de clases, de exmenes, de luchas. Fue un curso muy duro. Pero aprend bastante porque quera integrarme al 100% y ser as mejor opus dei. En mi curso, para que os hagis una idea de lo duro que era, empezamos 20 y terminamos slo 3.En cuanto acab mi horario intensivo de dedicacin al idioma, me comunicaron que haba sido nombrado defensor de la comisin regional (el defensor de la comisin regional, para los que no lo sepan, es como el subdirector de una delegacin; en pocas palabras, el miembro laico -no es sacerdote- que ocupa el puesto ms alto en el gobierno de los hombres de esa regin). Por otro lado, adems de ese cargo, segua siendo director de un centro de numerarios y tena que dar algunas clases en la universidad. Mi centro estaba a ms de 30 minutos en coche de la comisin, pero all iba todos los das, pues est previsto que el defensor, para los que no lo sepan, lea con el vicario regional todos los escritos (informes, avisos, consultas, etc.) que llegan y salen de la comisin.CAPTULO 4Con ese cargo en la comisin regional, empec a entender mejor cmo funcionaban realmente las cosas en la obra, ya que hasta entonces haba trabajado slo como oficial (ayudante de un director) y para un nico departamento (el de los numerarios). Hasta aquel momento solamente vea lo que queran que viera, lo que me pasaban. Pero ahora lo lea todo, tena que firmar papeles de todos los departamentos. Estaba o debera estar al da de todo lo que pasaba en la regin. Y ah empez la crisis.Es difcil resumir en pocas palabras cmo y por qu puede llegar una crisis y cmo lleg la ma. Tengo que decir, antes que nada, que en los casi veinte aos que llevaba en la obra, nunca haba tenido ni la ms mnima duda de vocacin (tal vez por eso y por mis creo que buenas disposiciones, siempre me dieron cargos de gobierno). Y eso que tuve momentos difciles, como todos. Pero la vocacin era algo fundamental e intocable en mi vida. De hecho, como intentar explicar ms adelante, yo no me fui porque tuviera una duda de vocacin o una crisis, en el sentido de no tener claro si se era el camino que Dios quera para m. Mi crisis no fue personal, no fue propia, fue institucional: yo estaba dispuesto a dar mi vida a Dios... pero de verdad poda seguir pensando que Dios estaba all?A medida que pasaba el tiempo, las cosas que no me gustaban y que mi conciencia (en principio, bien formada: casi 20 aos en la obra, ms de 10 aos con cargos, bienio en filosofa, cuadrienio en teologa, licenciatura casi terminada en teologa moral, 2 aos en el colegio romano, 4 aos en villa Tevere) deca que estaban mal, eran ms y ms. Las vea en mi casa y tambin en los otros centros, las oa cuando la gente me hablaba o consultaba. Pero yo las negaba, estaba convencido de que la obra era perfecta y por eso me repeta: eres joven, no tienes experiencia, ests en otra regin. Espera. Escucha. Aprende. El problema es tuyo, debes estar equivocado porque la obra es de Dios y por tanto perfecta y tus hermanos directores son ms santos que t y saben ms que t. El padre y los directores de Roma conocen bien todas las regiones. Escucha. Aprende. S HUMILDE!!As estuve durante varios meses. Pero las cosas fueron yendo a ms y despus de un periodo de "humildad", de seguir acallando a mi conciencia y de, en el fondo, engaarme, decid que no poda seguir negando lo evidente. Y me dije: has esperado ya seis meses, un tiempo ms que suficiente para valorar los hechos con objetividad.Y como soy una persona sincera, o al menos lo intento, me dije: tienes que soltarlo, tienes que decirlo, cuenta lo que ves, di lo que pasa. Di lo que piensas: di que a veces dudas de que lo que decimos que la obra es y lo que ves sea lo mismo. Di que no parece que este sitio sea, ni de lejos, el mejor sitio para vivir y para morir. Di que cuando ves a los chicos de San Rafael, te gustara decirles: iros, no os hagis de la obra, aqu os sonremos siempre pero en realidad en muchos casos ni nos queremos de verdad ni somos tan felices como parece. Di que ya te da vergenza seguir diciendo que somos la mejor familia del mundo o los que ms nos queremos (con lazos ms fuertes que la sangre, aaden). Di que aqu muchas veces no encuentras caridad o no como t la entiendes, o que al menos t no la ves y que, por tanto, para ti, es muy difcil pensar que Dios est aqu.Y nada, escrib una carta para el padre diciendo lo que vea y lo que pensaba, con la idea de que alguien me ayudara, que alguien me explicara lo que yo no entenda, que alguien me dijera esto o aquello. Yo deca todo muy clarito pero en buen plan, con rectitud de intencin (creo). Yo quera ser slo opus dei, ser mejor opus dei. Nunca pens que eso desembocara en una crisis personal, porque como deca, nunca haba pasado por mi mente la posibilidad de dejar la obra.La escrib y antes de enviarla a Roma se la di al vicario regional. No quera puentearlo. No quera ir por libre, quera estar unido a l, quera que l supiera que yo estaba sufriendo, que necesitaba contarlo y que necesitaba que alguien me dijera qu estaba pasando. Mi conciencia se rebelaba y peda una explicacin.Le di la carta, le dije que me gustara que la leyera y hablamos un rato, aunque no mucho. La carta se envi por fax ese mismo da.De Roma no llegaban noticias. CAPTULO 5Antes de continuar mi relato, me gustara aclarar un par de cosas.La primera: yo he cometido y cometo errores, muchos, como todos. Lejos de m cualquier afn de intentar mostrar que yo acto bien y los dems (en este caso los directores de la obra o algunos de sus miembros) actan mal. En la obra hay mucha, repito, mucha gente santa. Gente buensima a la que admiro y admirar siempre. Y precisamente eso es lo que ms confunde. Darse cuenta de que en una misma realidad pueden convivir gente muy muy buena con otras personas que tambin lo son o al menos luchan por serlo, pero que en su afn por defender a toda costa la obra o lo que su fundador dijo, son capaces de cometer cualquier tipo de atropello, pensando que estn haciendo lo que Dios les pide. Han sido formados para defender eso a cualquier precio y, por desgracia, lo hacen; y yo fui uno de los muchos que sufrieron sus consecuencias. S que no soy la primera vctima, pero ojal que fuera la ltima. Lo segundo: precisamente porque yo me equivoco, es posible que cometa algunos errores a la hora de describir los hechos que narro. La verdad, siempre me han dicho que tengo muy buena memoria. Y hay cosas que se quedan grabadas en la memoria de por vida. Es normal, las cosas que ms nos afectan son ms difciles de olvidar. De todos modos, si en algn momento confundo algn dato o fecha, estar encantado de rectificar. Ahora bien, que quede claro que la esencia de los hechos y la mayora de los detalles que recojo (me atrevo a decir que al menos el 90%) fueron como yo los cuento. As que aprovecho para pedir perdn por adelantado si alguna fecha o dato no es exacto.Dicho esto, sigo con mi historia.La carta se envi y la respuesta se demoraba. A m me sorprenda que no contestaran pronto porque mi carta era una carta dura (aunque escrita con buenas maneras, eso s) por los temas que trataba y que viniendo de alguien que conocan bien en Roma, que nunca en su vida haba alzado la voz, que ocupaba el cargo de defensor de la comisin regional, etc. sinceramente esperaba que dijeran algo en poco tiempo (yo s que cuando quieren darse prisa para responder algo, se la dan... la de papeles en los que trabaj yo los fines de semana en villa Tevere ;-).Pero no fue as. Pasaron entre diez das y dos semanas (podra mirar las fechas exactas porque conservo esas cartas, pero no importa para nuestra historia) y como no llegaban noticias, pens que tal vez no haba sido suficientemente claro. As que escrib de nuevo, porque yo necesitaba una respuesta. Mi vida dependa de esto!En esta segunda carta habl muy muy clarito, detalladamente, con muchos ms ejemplos. Dije, entre otras cosas, que mi conciencia no poda seguir cargando con el peso de firmar algunos papeles. En mi interior, yo vea que cualquier da Dios me podra pedir cuenta de lo que con mi firma yo estaba aprobando. Y pens que lo mejor era, hasta que me aclarara, no ocupar ningn cargo de gobierno. As que adems de lo que deca, peda explcitamente que me quitaran todos los cargos que tena entonces. Me declar formalmente en crisis, pero dispuesto a luchar para ver dnde estaba la voluntad de Dios para m. A su vez, rezaba y rezaba para poder ver lo que Dios me estaba pidiendo. Le volv a dar la carta al vicario regional y hablamos un buen rato. No me dijo gran cosa. Slo coment algo del tipo: "lo que no puedes decir es que no nos empeamos por hacer las cosas lo mejor posible". Y seguramente tena razn, pero no me pareca suficiente. Esperaba un: "tenemos que ser mejores". O un: "perdona si estamos haciendo algunas cosas mal". O un: "tal vez tienes razn en algunos puntos, vamos a hablar ms a fondo de estos temas" (aqu no entro a comentar las cuestiones y ejemplos que yo puse cuando charl con l, por respeto al silencio de oficio). En fin, que yo esperaba una respuesta o al menos inters por dialogar. Yo actuaba con rectitud de intencin, queriendo ayudar y quizs ingenuamente pens que podramos hablar de cmo afrontar esas cuestiones, que para m, eran muy muy importantes. Pero no, esos temas de fondo no se tocan.Ese mismo da contestaron por fax desde Roma, diciendo que fuera a Roma en el primer vuelo que encontrara, "hoy o maana". Me fui al da siguiente.En realidad, ms tarde me enter (me lo dijo alguien por error -prefiero omitir su nombre/cargo-) de que de Roma haban dicho: "que venga y ya veremos si vuelve". S, como lo os. "Ya veremos si vuelve". Es ste el modo de proceder de una familia? Es esto caridad? Confianza en la gente? Amor a la libertad? Aunque ya adivinaba eso desde haca mucho tiempo, este tipo de actuaciones slo confirmaban lo que ya estaba intuyendo: ah, las decisiones importantes sobre tu vida en muchas ocasiones se tomarn sin ti. No te preguntarn, te informarn. Y posiblemente, lo que sabrs, lo que conocers, de lo que te informarn, ser siempre una parte muy reducida de lo que hay. En fin, me callo, prefiero no seguir por aqu.Al da siguiente hice mi maleta y me fui al aeropuerto. CAPTULO 6Prepar mi maleta y me fui al aeropuerto al da siguiente.Antes de seguir, me gustara aclarar algo importante. Todos los que hemos pasado por crisis, sabemos que hay momentos de luz y de oscuridad. Y yo tambin los tuve. Por ejemplo, despus de mi segunda carta, en la que me declaraba en crisis, tuve un perodo en el que pens que no debera haber dicho lo que estaba diciendo. Que debera haber rechazado eso como una tentacin. Que no debera plantearme ningn tema de fondo relacionado con la obra. Y de algn modo lo dije, dije que me senta mejor, que la crisis pas (aunque de alguna manera segua dentro de m), que estaba luchando por rechazar esa tentacin. As que cuando llegu a Roma, ya saban que, aunque haba escrito lo que haba escrito, vena con ganas de perseverar pasara lo que pasara. Mi vocacin segua ah, intocable, como siempre. Creo que es interesante aclarar esto porque cuando uno est en crisis, hay momentos de todo: en ocasiones uno piensa que avanza pero no, o viceversa. La crisis suele ser un proceso no lineal. Y eso desconcierta todava ms al interesado. En fin, me sub al avin. Y algo cambi en ese vuelo. Yo iba a Roma con muchas ganas. En parte, cmo no, para aclarar todo lo que estaba pasando con mi vida. Necesitaba una explicacin. Necesitaba saber si el problema, por decirlo en pocas palabras, era de mi regin o de la obra (no creo que fuera mo, personal, como ya dije anteriormente). Para eso iba all, para hablar y ver cmo encajar ese rompecabezas. Por otro lado, iba con mucha ilusin, pues iba a ver al padre y a tantas personas queridas de villa Tevere y de Roma. Iban a ser, tenan que ser, unos das estupendos. Adems, como mis ltimas semanas no haban sido fciles, tambin estaba un poco cansado. Normal. En fin, yo rezaba y rezaba pero... haba tantas cosas que no entenda! En esas estaba, cruzando medio mundo, cuando escuchando no s qu cancin, empec a llorar (por suerte llevaba uno de esos antifaces para dormir y nadie se dio cuenta :-). Y os preguntaris: y qu tiene eso de importante? Es normal. Pues no. Eso fue muy importante para m. De verdad lo digo, fue un antes y un despus.Los que conocen bien la formacin de la obra y especialmente la seccin de varones, sabrn que lo que uno sienta no es importante. Lo ms importante es hacer lo que hay que hacer. El pequeo deber de cada momento. Lo que Dios espera que cada uno haga: ahora la lectura, despus ponerse el cilicio, hacer una correccin fraterna, etc. Y yo, que (como todos supongo) siempre haba intentado hacer en todo la voluntad de Dios, cumplir siempre lo previsto (por amor, pero cumplirlo al fin y al cabo) haba cambiado mi corazn por el perfecto cumplimiento de lo establecido. Y eso que llevaba aos y aos luchando por no ser voluntarista, por amar con el corazn entero, por ser alfombra para que los dems pisaran blando, por querer a Dios con toda mi alma. Quera yo a la gente? S, claro que s (precisamente por eso sufra cuando vea faltas de caridad y por eso mismo lleg mi crisis). Pero mi corazn se haba oxidado muchsimo, se haba acostumbrado a aguantar lo que fuera necesario porque en eso estaba la voluntad de Dios para m en ese momento. As, ojo al dato, ese da fue la primera vez que llor en unos 20 aos (al menos desde que era de la obra). En esos aos yo haba sufrido dos operaciones, haban fallecido amigos mos y familiares muy cercanos, se haban ordenado amigos mos, mis hermanos se haban casado, haba tenido problemas y momentos muy muy duros... pero nunca llor. Por qu? Porque algo en mi interior me deca que una persona con visin sobrenatural sabra ver todo con los ojos de Dios y tendra la fuerza necesaria para aguantar lo que Dios le mandara. Sin embargo, inesperadamente, en ese vuelo llor. Lloraba porque le deca a Dios en mi interior: Qu me ha pasado? En qu te he fallado? En qu? He hecho siempre lo que me has pedido en la oracin o lo que has indicado a travs de los directores. Me he alejado siempre de cualquier cosa o persona que pudiera afectar lo ms mnimo a mi total entrega a Ti. Por qu estoy yendo a Roma a hablar de estos temas? Por qu? Esas lgrimas, de alguna manera, rompieron una coraza que haba en mi interior. Mi corazn volva a estar suelto, como seguramente lo estaba antes de meterse de lleno en el espritu de la obra. Y hago un salto en el tiempo para que entendis lo que digo. Unos das despus de ese vuelo (lo contar ms adelante), fui a ver a mis padres. En un momento dado, mi madre y yo entramos en una cafetera para merendar algo y ella me coment algo que le preocupaba. Recuerdo que le pas el brazo por encima del hombro, la estrech y le dije: no te preocupes, que todo saldr bien. Sabis qu me dijo? Me has dejado helada. No me has dado un abrazo as en tu vida. S, le dije, estoy cambiando supongo. Mi corazn volva a despertar. Todas las personas de la obra se comportan as con sus padres? No, evidentemente no. Yo simplemente explico lo que me pas, porque fue un momento muy significativo de mi vida.Bien, finalmente, mi vuelo lleg a Roma. Ya cont mi llegada en otro escrito del 30 de marzo. CAPTULO 7Llegu a Roma. Mi plan era vivir en villa Tevere durante unos diez das y a continuacin pasar un fin de semana en Espaa para visitar a mis padres, antes de volver a mi regin. Si todo iba bien..., claro, pues ya dije que ellos contestaron a mi carta con un: "que venga lo antes posible y ya veremos si vuelve" (pero eso ltimo no me lo dijeron, me enter por error :-).Mi primer da en Roma ya lo conocis: correr para ir a Misa al Vaticano por la maana y ordenaciones por la tarde. Me trataban de maravilla: sintate en el primer banco, vente en este coche, abrazos, nimos, grandes recuerdos, etc. Lo externo, como siempre, perfecto. Lo interno.El segundo da me preguntaron (cuando digo me preguntaron, sugirieron, dijeron, etc. me refiero normalmente a la misma persona: un director del consejo general con aos de experiencia que estaba al corriente de lo que escrib y me conoca bien desde haca muchos aos; durante esos das habl casi a diario con l y en ocasiones por ms de una hora): "Has trado las botas de ftbol?" "S, claro." Contest. Y me dijo: "Qu bien! Por qu no vas a jugar a ftbol a Cavabianca? Te gustara? Tienen un campo de hierba artificial nuevo." "Claro que me gustara", respond. Y all me fui.Por la tarde, (l) me anim a dar un paseo por Roma: Has visto qu "tramonto" (atardecer) ms bonito tenemos ahora? Esto no lo tienes en tu pas! Por qu no te vas a dar una vuelta por la ciudad con alguien de villa Tevere (para los que no lo sepan, ese tipo de paseos siempre son con alguien del centro, por aquello de "amarrar" que el sujeto en cuestin "respire" opus dei 24 horas al da y as se "rehaga"; y de paso, se evita el riesgo de que uno, estando solo, "se ponga a pensar ms de la cuenta"); y aadi: "As paseas un rato, que te d el aire, que el jet lag, ya sabes...". "S, claro", respond, "encantado".El tercer da, empec a darme cuenta de que no haba mucho inters en hablar. Todo estaba relacionado con el ftbol, pasear, salir, descansar, que te d el aire... Y hombre, dejar todo lo que tienes en la otra punta del mundo para venir inmediatamente a Roma y que te digan que te vayas a pasear porque el atardecer romano estos das es precioso, me parece muy romntico, pero tambin una tomadura de pelo. As que despus de lanzar varias indirectas para ver cundo tendramos un ratito para hablar, y no mucho inters en contestarme, le pregunt directamente: "Vamos a hablar de los temas que yo escrib en mis cartas?" Y me dijo: "no; de lo que has escrito en esas cartas no vamos a hablar."Hombre, mi primera reaccin fue de sorpresa. Primero, porque pensaba que si me haban llamado, sera para hablar. Desde mi punto de vista, yo no estaba en mal plan, mi actitud no era de ataque. Era ms bien de dilogo, de querer aprender y, en el fondo, de saber. Algo totalmente normal. Me haban nombrado defensor de la comisin sin consultarme y entenda que si haba algo que no me pareca bien o no lograba comprender, tena que decirlo o preguntarlo: con discrecin y a las personas que estaban directamente por encima de m (el vicario regional y los directores del consejo con el padre), pero decirlo al fin y al cabo. Lo contrario sera suponer que me haban nombrado para que firmara (aprobara) todo lo que me pasaran, estuviera de acuerdo o no. Por otro lado -me deca a m mismo-, en la obra, como en cualquier familia normal (en aquel entonces pensaba que la obra era una verdadera familia), cuando hay problemas, deberan poderse hablar para intentar resolverlos. Decir que hay temas de los que no se puede hablar, me parece muuuy muuuy extrao. Por qu no se puede hablar? Hablar de esos temas... significara reconocer que en algunos puntos tengo razn? Significara reconocer que la obra hace cosas mal? Significara reconocer que la obra no es lo que dice que es? No lo s. Lo que s, es que yo me sent delante de ese director y esperaba algo del tipo: "Cmo ests? Lo ests pasando mal? Estamos aqu para ayudarte. Qu podemos hacer por ti? Dinos, cuntanos, estamos para lo que convenga..." Pero no, fue justo lo contrario: "De estos temas no vamos a hablar". Insisto en que yo estaba en buen plan: haca todas las normas, viva la unidad, me pona el cilicio, haca apostolado, rezaba por el Padre, viva la charla y la confesin con sinceridad y puntualidad, haca correccin fraterna, quera perseverar hasta el da de mi muerte, etc. Y tal vez porque estaba en buen plan, a pesar de que me sorprenda que no quisieran hablar conmigo de esas cuestiones importantes, yo les escuchaba, y les crea. Segua pensando que la voluntad de Dios me llegara a travs de los directores y por eso continu haciendo lo que me pedan que hiciera. Qu me pidieron que hiciera? Lo primero, como ya he dicho, no hablar de esos temas. As que cuando ms adelante hice ademn de volver a la carga, de sacar alguna de esas cuestiones, sabis qu fue lo que TEXTUALMENTE me dijo ese director? TEXTUALMENTE me dijo: "ests obsesionado". Y aadi que le daba muchas vueltas a las cosas, que era tozudo, que estaba cansado y que aprovechara esos das para hacerme la revisin mdica en villa Tevere. Le dije que muy bien, que la hara. Me dijo que hablara con fulanito, sacerdote de Cavabianca, oficial del consejo y mdico del colegio romano que -aado yo- posiblemente se encarga de "este tipo de revisiones mdicas" (ya que las revisiones mdicas "normales, para los de villa tevere" las hace otro mdico, que es un laico con trabajo externo de mdico y que no es oficial del consejo, pero vive en villa Tevere, precisamente para ejercer de mdico en caso de que el padre o alguien le necesite).Quedamos en que llamara a ese sacerdote para tener la revisin mdica al da siguiente. Y antes de que terminara nuestra primera larga conversacin, me dijo: "bueno, lo ms importante de esta conversacin de hoy es: el tema de la vocacin no se toca. Esto tiene que quedar claro. La vocacin es algo que no se toca. Est claro?" "S", contest; y nos fuimos a cenar. Al da siguiente tena la revisin mdica. CAPTULO 8Antes de contar mi revisin mdica en villa Tevere me gustara narrar algo que me pareci muy importante. Unas horas antes de dejar mi pas para volar a Roma, alguien me comunic (seguramente no debera habrmelo dicho, pero... no se puede controlar todo :-) que un sacerdote de Roma iba a visitar nuestra regin en los prximos das. Me dijo el nombre -porque yo le conoca muy bien: vivimos cuatro aos juntos en villa Tevere, en la misma planta- y tambin que no coincidira con l all, porque l llegara cuando yo ya estara en Roma y regresara a Roma antes de que yo volviera. Qu casualidad! Verdad?En realidad, desde mi ingenuidad, me alegr de que visitara nuestra regin. Pens: qu bien! Es lgico. Quieren escuchar las dos versiones, las dos campanas: la ma y la del resto (especialmente la del vicario regional, supongo). Me pareci un planteamiento muy justo. Tambin, porque ya dije que yo estaba abierto para hablar y rectificar en lo que hiciera falta, as que cuanto ms objetivo fuera el estudio, mejor. Sin embargo, hubo algo que me llam la atencin. Cuando llegu a Villa Tevere, me cruc un par de veces con ese sacerdote y no me dijo nada de que al da siguiente se estaba yendo a visitar mi regin. Me pareci extrao. Nos conocamos muy bien y lo lgico hubiera sido decirme: bueno, maana voy para all, necesitas alguna cosa? algn consejo sobre cmo llegar a la sede de la comisin? No s, algo. Aunque fuera slo un comentario.As que, ni corto ni perezoso, decid ir a preguntarle. Me fui a su habitacin y le dije directamente: bueno, me he enterado de que maana vas a mi regin. Se qued un poco sorprendido y me contest: bueno, la verdad es que no te dije nada porque no saba si lo sabas; no saba si ese director (el que hablaba conmigo) te lo haba dicho. Le dije: no, ese director no me lo ha dicho, pero ya lo saba ;-) (en ocasiones el manejo de informacin en esa pea se queda a aos luz de las pelculas de la KGB... sencillos como palomas vamos...). As que, ya que no pareca muy dispuesto a soltar prenda, le volv a preguntar: entonces, qu vas a hacer all? Me contest: "voy a animar un poco el ambiente." Esa respuesta me mat. Yo pensaba que l iba all para hablar de los temas que yo escrib, para escuchar la otra versin de los hechos y sin embargo iba simplemente "a animar". All entend mejor qu era lo que estaba pasando. Le dije: no creo que sea tan sencillo como "ir a animar". Has ledo mis cartas? Me contest: he ledo una carta. Evidentemente ley slo la primera (luego aadir otro dato que confirma esto), que era la ms "light". S que a algunos de vosotros, amigos lectores, os parecer mal que haya ledo mi carta (si sta iba dirigida al padre), pero a m sinceramente me daba igual. Primero, porque s cmo funcionan las cosas ah dentro, as que es mejor entregarla abierta y drsela al vicario regional para que la lea directamente (como hice yo) y segundo, porque no me arrepiento de nada de lo que escrib, por eso vea con buenos ojos que la leyeran quienes tuvieran que hacerlo. Sin embargo, tengo que decir que me parece muy mal que le den slo la mitad de la informacin, porque eso es injusto: si lo lees, lo lees todo. Si no, no lo leas. En fin, yo le coment que no era tan sencillo como un "ir a animar". Y me contest sealando las nubes que se divisaban desde su ventana "e pure l dietro c'' il sole" (e incluso ah detrs -de esas nubes grises- tambin est el sol). Me estaba diciendo, lgicamente, que era demasiado pesimista y que no vea las cosas desde su justa perspectiva. Total, le anim a que leyera mi segunda carta, cosa que doy por seguro que no hizo, le dese un muy buen viaj y volv a mi habitacin.En ese momento, me di cuenta de que su misin era simplemente animar, calmar al vicario regional y al resto de directores. Ir all para decirles a todos que las cosas se estaban haciendo bien, que las vocaciones llegaran, que el padre se apoyaba mucho en ellos y que yo estaba un poco cansado, que dejara los cargos que tena, que estara mejor, que no se preocuparan, que olvidaran lo que hubiera dicho... En fin, asegurarse de que ni el vicario regional ni los dems se vieran afectados (tal vez empezaran a pensar ms de la cuenta) por lo que yo haba escrito.Dicho esto, sigo con la revisin mdica. El mdico, como ya dije, es un sacerdote. Es el mdico del colegio romano y tambin oficial del consejo general. Antes de ordenarse trabaj como mdico. Le conozco muy muy bien y le considero una buena persona. Llegu all y antes de empezar con la exploracin habitual, me hizo bastantes preguntas. Curiosamente, del tipo: ests cansado? Duermes bien? Das muchas vueltas a las cosas? Claro, hay que ser muy muy ingenuo, todava ms ingenuo que yo (que ya es mucho) para no darse cuenta de que QUIZS el director que me dijo que fuera a verle le transmiti un POSIBLE diagnstico (da la casualidad de que el jefe directo de ese sacerdote-mdico es el director que me pidi que fuera a verle ;-). As que despus de varias preguntas en la misma lnea, le dije directamente: fulanito (para quien t trabajas) dice que estoy obsesionado. Me contest: bueno, entonces, esto tenemos que tratarlo. Y empez un discursillo muy bonito sobre que "hay que aprender a distanciarse de los problemas", "hay que saber descansar", "dar a las cosas una importancia relativa". Me dijo: es normal que las cosas nos afecten, especialmente las de la obra y de nuestros hermanos porque son nuestra vida, pero hay que saber distanciarse tambin. Le dije que s, que no se preocupara que ya dije que no quera ningn cargo y que habamos quedado en que me los quitaran. As que, despus de su discursillo, me dijo que me ira bien tomar algo que me ayudara. "Tmate estas pastillas, una por la maana y otra por la noche". "Empieza a tomrtelas hoy mismo y as vamos viendo qu tal, de modo que cuando vuelvas a tu regin nos aseguramos de que van bien". "No hagas mucho caso de lo que pone en el prospecto, simplemente tmate una por la maana y otra por la noche, y ya est". Me hizo varios exmenes ms y me fui a mi habitacin. Dej las pastillas en la mesa y antes de irme al comedor, abr la primera caja y engull la primera pastilla sin leer el prospecto ("el que obedece nunca se equivoca", me dije, repitiendo algo que haba odo cientos de veces). CAPTULO 9A los dos das de empezar a tomarme las pastillas, le dije al mdico que por las maanas estaba teniendo nuseas. Me contest: no hay problema, te dar otras. Y me cambi las de la maana.En esos das tuve muchas conversaciones con el director que ya coment. Hablamos de muchos temas, pero en el 90% de las conversaciones el tema era yo, no mi regin ni mucho menos la obra. De los temas de mi carta hablamos muy por encima y slo una vez, se notaba que quera cumplir con el hemos hablado de este asunto y ya est. No haba alternativa. Pas del tenemos un problema (yo y la obra, identificados como una misma cosa) a un tengo un problema (estoy obsesionado, enfermo).Sin embargo, a medida que pasaban los das, tampoco me importaba tanto hablar de esas cuestiones de fondo. Por qu? Porque yo tambin estaba cambiando: las pastillas lgicamente iban haciendo su efecto (con razn el mdico y ese director me iban preguntando si las estaba tomando, para asegurarse de que iban haciendo su trabajo) y adems, tantas conversaciones en la lnea de no ser tozudo, escuchar, distanciarse de los problemas, hacer planes de descanso, iban convencindome de que el problema era yo, no la obra o algunas personas de la obra.Por otro lado, los detalles de cario que tenan conmigo seran slo comparables a los que se tienen con un tipo buensimo que est a punto de pedir la admisin en un pas muy difcil: sonrisas, gestos amables, los mejores sitios, comer con los directores del consejo, estar en la tertulia con el padre, ir al oratorio del centro del consejo, irse de excursin, pasear, tomarse un helado, etc. Los directores del consejo, que saben latn y griego, estaban enterados de que haba ido unos das a Roma para descansar y eso en su lenguaje significaba volcarse en mil detalles de cario. Y eso es lo que hacan.As que en esos diez das el plan estaba muy claro: 1. No hablar de nada relacionado con la obra (o lo mnimo posible si no hay alternativa).2. Transmitir a los de su regin que el problema es suyo, nada que ver con la regin o la obra.3. Convencerle de que es l quien tiene que cambiar. Como parece que lucha y cumple todo lo previsto y es fiel, entonces ser que tiene que descansar, tomar distancia de los asuntos de gobierno, PENSAR MENOS. Para ayudarle necesitar medicacin, as nos aseguraremos de que de verdad descansa y piensa menos.4. Hay que darle cario: que sienta que la obra es de verdad su familia, de modo que nunca ms se plantee la posibilidad de marcharse si las cosas no son como deberan ser. Hay que volcarse con l estos das. Para m, este planteamiento que ahora me parece muy evidente, entonces no poda verlo. Tena demasiados sentimientos contradictorios. Con lo bien que me cuidan... cmo voy a pensar que de verdad no nos queremos unos a otros? Con tanta gente que conozco que ha cado enferma, por qu tengo que pensar que yo estoy bien? Me lo dicen un mdico y un director del consejo con muchos aos de experiencia!En fin, esto no es todo. Una parte importante del plan eran las conversaciones que ese director iba a tener conmigo. l tena mucha experiencia sobre cmo afrontar ese tipo de conversaciones; yo no. Pero tampoco la necesitaba. Mi conciencia era mi mejor arma :-) . Si mi conciencia estaba bien formada (o al menos eso pareca) y yo quera hacer la voluntad de Dios, no tena nada que temer. Sin miedo a la vida y sin miedo a la muerte, verdad? ;-)Voy a poner algunos ejemplos de cosas que se me dijeron en esas conversaciones. Evidentemente, el que hablaba dej pasar unos das, esperando que las pastillas y el cario externo fueron haciendo efecto, antes de entrar con toda la artillera pesada. Me iba llevando como por un plano inclinado. Y en ocasiones, desde mi punto de vista, se pas. Creo que, dispuesto a hacer lo que fuera por no perderme, a veces jug sucio.Bueno, aqu van algunos ejemplos de lo que me dijo, para que os hagis una idea. A los pocos das de llegar, a mitad de una conversacin, me suelta: T te has acusado en la confesin de estas cosas? Puse cara de pker total. De estas cosas??? (decan mis ojos abiertos como platos). S, sigui: de haber manoseado la vocacin (recordad que el primer da acabamos con su frase lapidaria: lo ms importante de esta conversacin es que el tema de la vocacin no se toca). Yo segua callado. Segua callado porque mi conciencia en ningn momento me dijo que estuviera haciendo algo mal. Yo quera hacer la voluntad de Dios y pensaba que Dios me peda decir que haba cosas que estaban mal y si no haba inters en cambiarlas, por ser suficientemente importantes, tena que plantearme si poda seguir encontrando a Dios ah, si poda seguir pensando que Dios estaba ah. Al no haber ninguna respuesta por mi parte (yo segua desconcertado), concluy que sera bueno que me confesara de eso. Lgicamente, confesarme de eso, significara, en el futuro, asociar cualquier duda -por lgica que fuera- sobre la obra con un pecado. Y se asegurara de que no volvera a hacerlo. Yo le cre, una vez ms (qu ingenuidad la ma, por Dios) y fui a confesarme. Busqu a un sacerdote que pudiera comprenderme. Era de mi tierra, lo cual facilitara las cosas. Llevaba aos trabajando en direccin espiritual (se habra ledo cientos de casos de conciencia, digo yo) y me conoca muy bien por haberme confesado con l muchsimas veces. Fui a su habitacin, le pregunt si podra confesarme y le dije: bueno, hablando con fulanito, me ha dicho que debera confesarme de haber manoseado la vocacin, pero la verdad, no creo que haya hecho nada malo. No s qu decir. Pregunta lo que quieras. Te puedo contar un poco por qu estoy en Roma. Sabis qu me pregunt el sacerdote? Ja, ja, ja... Cuando lo pienso me da risa y lstima a la vez, pero s que lo haca con toda la buena intencin del mundo, as que prefiero rerme. Me dijo: Hay alguna chica? Estuve a punto de decir: (con perdn) joder, lo que faltaba! (tengo que decir que el director que hablaba conmigo nunca me pregunt sobre ninguna chica, porque me conoca bien: saba que si un da empezaba a enamorarme de alguien, pedira inmediatamente que me trasladaran a otro pas). Total, le contest al sacerdote: no, no hay ninguna chica. Y aad: creo que no hay ninguna. Por qu dije creo que cundo saba que no haba ninguna? Porque en ese momento, ya no saba si de verdad las cosas eran como yo las vea o como las vean los dems. O tantas veces lo de escuchar y no ser tozudo, etc. que ya hasta pona en duda lo ms evidente. En fin, me confes, hablamos un rato y poco ms. Otro ejemplo: de repente, charlando sobre cosas diversas relacionadas con fidelidad a la vocacin, con un tonillo entre humillante y despectivo, me solt un: qu vas a hacer por ah? Me estaba diciendo que sin ellos no era nadie. Con ellos, era alguien importante. Y l se aprovechaba de eso. Saba que slo haba trabajado en tareas internas, que mi formacin haba sido toda en la obra y para la obra, que ya no tena veinte aos (aunque soy joven ;-), que estaba en otro pas, que mi familia y casi todas mis amistades tenan conexiones con la obra y que marcharme significara irme como un traidor, empezar de cero y, seguramente, pasarlo muy muy mal. As que jug con eso y a m, me pareci muy sucio. Si estaba en la obra no era por lo que la obra pudiera proporcionarme (imagen, poder, prestigio, amigos, posicin, etc.). Eso, gracias a Dios, lo tena muy claro. Lo externo me importaba muy poco. Y por otro lado: realmente ese director confiaba en m? En mis capacidades, en mi talento? Cmo poda confiar en m si en el fondo pensaba que qu podra hacer por ah si no estaba en la obra?Otra: uno de los primeros, no recuerdo a cuento de qu, dije algo que no le gust y me solt un: bueno, si ests as, mejor que no vuelvas a tu regin. El mensaje estaba muy claro: si quieres volver, haz lo que te decimos. Si no, te quedars en Roma o te mandaremos de vuelta a Espaa. Siempre en la lnea de la libertad y la confianza en la gente, claro. Yo me call. Y segua sin entender qu tena que ver mi crisis con estar en Roma o en otro sitio. Supongo que en su mente, estar en Roma significara tenerme mucho ms controlado, sabran cmo manejarme. La ltima. En otro momento me dijo: tu segunda carta slo la hemos ledo el Padre y yo. Y aadi un gesto como de te has pasado mucho con lo que dices. Pero lo ms importante es el contexto en el que lo dijo. El contexto era el de dejarme ayudar, de ir a ver al director de mi tesis (era un guio hacia mi posible futura ordenacin, porque para ordenarme tena que avanzar en mis estudios y esos das quiso que fuera a verle y dedicara ms tiempo a la tesis cuando volviera a mi pas). El mensaje, de nuevo, era muy claro para m (tal vez algunos de vosotros no lo adivinis porque he omitido algunas cosas): t te olvidas de lo que has dicho, tomas las pastillas, haces lo que te decimos y nosotros nos olvidamos de tu carta. Tu expediente no se ver manchado por este episodio. Slo el Padre y yo lo sabemos. T confas en m y yo confiar en ti. T vuelves a ser el nio obediente que no pregunta, estudias en la tesina y luego te ordenas y seguramente, ms adelante, vuelves a estar en la comisin. S, eso es lo que entend y a m, sinceramente, los cargos me importaban muy poco. Nunca los ped y de hecho fui yo quien insisti en que me los quitaran. No haba llegado a la obra para que me pusieran medallas, as que por m, la carta poda mostrrsela o drsela a quien le diera la gana. Y las medallas y los premios tambin. Yo entr all por motivos sobrenaturales y si me iba, me ira por los mismos motivos. Pero en fin, seamos positivos, haba algo en lo que s estbamos de acuerdo los dos: nos hemos equivocado (dijo una vez, refirindose al haberme nombrado para ese cargo en la comisin). S, pens yo, si creais que cerrara los ojos ante cosas que estn mal, os habis equivocado de persona. Esos das tambin pude hablar un poco con el padre. CAPTULO 10Esos das habl tres veces a solas con el Padre. La primera, ya la cont: fue breve, justo al poco de llegar, en la sala que est al lado del cuarto donde trabaja normalmente. La segunda, fue en ese mismo lugar, al cabo de unos das. Hablamos poco. Me dijo, entre otras cosas, que no haba inconveniente en que fuera a visitar a mis padres a Espaa antes de regresar a mi pas. No mencion mis cartas, los temas eran ascticos... rezar, en el fondo. La tercera fue especial. Era al final de mi viaje. Creo que fue la tarde antes de regresar a mi pas. Ya haba estado en Espaa y volva con renovadas energas. Con ganas de aprender, de escuchar, de recomenzar. De tomar las pastillas, de descansar, de hacer lo que me dijeran. De servir a la obra como quiera ser servida, ahora ms en la sombra seguramente, pero igual o ms eficaz que antes. Y eso es lo que le transmit. Esa conversacin fue especial porque el padre estaba en una habitacin "suya". Los que conocen villa Tevere saben que hay distintas habitaciones: unas para todos, otras para los que viven ah, otras para los directores, otras para el padre, etc. Y sa era una de esas habitaciones "top secret", a las que no accede uno normalmente. Creo que en los 4 aos que pas en esa casa, entr una sola vez y por 60 segundos. Y me atrevo a decir que al menos el 70% de los que viven ah no han entrado nunca. En fin, cuento esto slo para mostrar que ellos y yo sabamos que se era un detalle ms de confianza conmigo, un modo ms de "ganarme".El padre estuvo muy amable y carioso, como siempre. Le dije lo que acabo de escribir y sorprendentemente l me habl bsicamente de dos temas: el primero, paciencia. Iba en la lnea de lo mismo que me haban dicho esos das, pero desde otro punto de vista: la idea era que a veces hay que dejar pasar algunas cosas, no pretender resolverlas o cambiarlas en poco tiempo, todo tiene su sentido, etc. Vamos, lo mismo, pero con otras palabras: no entrar a los problemas. Y lo segundo que me dijo todava me choc ms, porque me pareci que no tena mucho que ver conmigo: me dijo que yo estaba viviendo en una cultura muy distinta, que ni siquiera era cristiana y que eso seguramente significaba comprender que las coordenadas histrico-culturales eran muy diferentes y los planteamientos deberan ser tambin distintos, acordes a esa nueva cultura... y que tal y que cual. Total, que eso, sinceramente, me sonaba ms a algo para alguien que estaba a punto de irse a ese pas y que tena que tener una mentalidad abierta, flexible. Pero se no era mi caso: yo amaba esa tierra, la mayora de mis amigos eran de ah, haba aprendido su lengua, ya era uno ms! De hecho, con todo el respeto por sus palabras (y consejos) y su persona, despus de dos aos estudiando el idioma, comiendo su comida, haciendo amigos de ah y metindome de lleno en su mentalidad, y amando a esa gente (no quera regresar a Roma ni a Espaa) creo que podra decir que les conoca un poquito mejor que l, que nunca haba pasado ms de un par de semanas ah. Y repito, lo digo con todo el respeto. Total, que le agradec mucho sus palabras, las anot en mi agenda y volv a mi cuarto. Unos das antes de esa conversacin, como ya dije, pas un fin de semana con mis padres en Espaa. Todos mis hermanos, como siempre, vinieron para estar conmigo. Algunos tuvieron que hacer varios cientos de kilmetros, pero estaban encantados. Sin embargo, el primer da se sorprendieron mucho porque justo antes de empezar nuestra primera comida todos juntos (bamos a tener slo dos), les dije que estaba muy cansado y que quera dormir. Ahora?! Me dijeron. Si son las dos. Qu te pasa? Ests bien? S, les dije, simplemente me siento muy cansado y necesito dormir. Y all me qued, frito, durmiendo en la cama casi hasta las 6 de la tarde. Ms tarde entend qu me haba pasado: las "queridas" pastillas me haban dejado totalmente planchado.Me preguntaron por mi repentino viaje a Roma y, sin entrar en detalles, les dije: pues mira, hay cosas que creo que estn mal y que habra que hacerlas de otro modo. As que escrib lo que pensaba y me dijeron que fuera a hablar con ellos. No dije mucho ms, slo dije que la obra tena que cambiar en algunas cosas. Y ah algunos dijeron que s, que tena que cambiar en esto o en eso. No habl ni de mis cargos ni de mis pastillas ni nada. Uno de mis hermanos, que conoce bien la obra, simplemente me dijo: realmente, para ir a Roma a decirles ese tipo de cosas hay que tener h..... A lo que le contest: simplemente hago lo que en conciencia creo que tengo que hacer. El fin de semana pas, volv a Roma y habl con el padre, como ya dije, y ese ltimo da me llamaron para que fuera a la tertulia de la noche con el padre y los directores del consejo. Era la guinda. Un detallazo. La contratuerca. Ellos y yo sabamos que slo los que viven en el centro del consejo asisten a la tertulia de la noche con el padre (a la del medioda normalmente invitan a algunas personas, yo mismo fui dos o tres veces en esos das; pero a la de la noche, no). Hubo bromas, algunos comentarios y al acabar me invitaron a hacer el examen con el padre y con los directores del consejo en el oratorio de Pentecosts, el del centro del consejo. Siempre en la misma lnea de mucho cario. Lo agradec y me desped, pues era tarde y al da siguiente tena que marcharme pronto. Grandes abrazos. Volv a mi habitacin, tom mi pastilla de la noche y me acost. A la maana siguiente me fui al aeropuerto rumbo a casa. CAPTULO 11Me sub al avin. Muchas veces he dado gracias a Dios por vivir en un pas tan lejano. Porque muchas horas de vuelo, casi un da entero en total, dan para mucho. Y si el vuelo de ida fue importante, el de vuelta todava ms. No s exactamente cmo fue ni cundo, pero en un momento dado, mi conciencia despert y se hizo un rayo de luz en mi mente. Una bombillita se encendi. Algo ah, en mi interior, me deca: te han engaado. En el avin, lejos del acoso de detalles y cario de villa tevere, de nuevo a solas con Dios, no poda negar algo que sera evidente a los ojos de cualquiera: no te han dejado hablar, no habis hablado de los temas que te preocupaban y adems te han dicho que ests obsesionado y te han incluso medicado para eso. Por qu no se puede hablar de esos temas? Por qu? Por qu? (como dira un conocido entrenador de ftbol). Acaso no te nombraron ellos? Entonces, si te dieron ese cargo, por qu ni si quiera escuchan a lo que preguntas? Acaso no es tu familia? Acaso la obediencia ah no es inteligente? T no te ests negando a obedecer a lo que te respondan. El problema es que ellos, ni siquiera te contestan.Por otro lado... de verdad ests enfermo? De verdad necesitas medicacin? Vale, muy bien, ests cansado y a veces no has dormido bien, pero es normal: quin podra irse a dormir como si nada sabiendo que est dando su vida por algo que no es? Perder el sueo por cosas importantes no slo es normal, sino que demuestra que amas de verdad. Pero, significa eso que ests enfermo? Claro que no. Tienes una vida normalsima. Tienes muchsimos amigos, haces deporte dos das a la semana, sales, quedas con gente, estudias, trabajas, cumples el plan de vida sin ningn problema... ests bien!En ese momento tom mi decisin: me voy. No s cundo, ni cmo, ni a dnde... pero tengo un por qu, y eso me basta. Irme iba a ser muy complicado, eso lo saba. Primero porque irme significaba empezar una vida de cero y yo le deca a Dios: por qu me haces esto? Por qu me pides ahora que me vaya? Me pediste que te entregara todo por la obra y ahora que lo he cumplido, me quitas eso, mi fidelidad, lo nico que tena. En fin, T sabrs, supongo que tus planes son los mejores. Al menos, chame una mano para que todo vaya bien. Y todo fue bien, aunque no fue fcil. Tena que ser rpido y pillo. Y tena que estar preparado para lo peor. En la obra dicen que las puertas siempre estn abiertas para irse pero... suficientes motivos tena yo para pensar que de abiertas nada. As que estaba preparado para empujar, porque ahora s, vea ms claro que nunca, que tena que marcharme, pasara lo que pasara.No me gusta ni s mentir. Saba que como muy tarde, una semana despus, tendra que hacer la charla con el vicario regional, como todas las semanas. Y no estaba dispuesto a contarle cara a cara por qu me iba. Saba que sera hablar con una pared: dijera lo que dijera, no me entendera. Y adems yo ya no tena nada que hablar: habl con l varias veces antes de ir a Roma y habl muchas veces en Roma, tambin con el Padre. Con quin ms tena que hablar? No tena nada ms que decir ni escuchar. As que me di una semana de tiempo para escribir la carta al padre pidiendo la dispensa de los compromisos que adquir con la fidelidad. Lo que voy a decir ahora os sorprender, pero puede servir a los que estn en crisis. Las crisis, ya lo dije, son procesos no lineales. Y yo, por ejemplo, a pesar de que haba tomado mi decisin de marcharme, segua cumpliendo todo el plan de vida y lo que es ms increble: segua tomndome las pastillas! Por qu? Porque todava no estaba totalmente liberado... una parte de m, una parte pequea, segua pensando que tal vez ellos tenan razn. As que, me dije, a pesar de que has tomado tu decisin, tienes que hablarlo con alguien que sea imparcial y que pueda aconsejarte bien. Eso te ayudar a ver las cosas desde un punto de vista ms objetivo. Tena slo siete das. As que empec a hablar. Habl con mis hermanos y con mis padres, pidindoles que no lo comentaran. Les cont lo que haba pasado en Roma y... claro, con lo de las pastillas se quedaron de piedra, no era para menos. Les dije que en conciencia pensaba que tena que irme y lo entendieron muy bien. Fueron de gran ayuda porque me apoyaron desde el primer momento. Les dije la verdad: que no saba qu hara, dnde vivira ni nada, pero que estaba bien y que me ira a los pocos das. Habl con un muy muy buen amigo. Le debo muchsimo, se lo he dicho muchas veces. l me escuchaba lo que contaba y si le preguntaba su parecer, me contestaba: yo creo que t sabes. Tmate tu tiempo, pinsalo bien, pero yo creo que t sabes lo que tienes que hacer. Y as, escuchando y apoyando, me ayud muchsimo. Una vez ms: gracias. Mis padres y hermanos fueron fundamentales, pero estaban a miles de kilmetros. Necesitaba alguien cercano y l para m fue un hermano ms. Adems de hablar con todo ellos, decid que tena que hablar con un sacerdote. Pens que me ayudara. l tendra ms experiencia y sabra decirme si estaba haciendo las cosas que Dios me peda o no. Fui a verle. Evidentemente no era un sacerdote de la obra, porque un sacerdote de la obra nunca hubiera sido imparcial. Era un buen amigo mo y, adems, conoca un poco la obra. Le cont un poco lo que haba pasado y mi viaje a Roma y le pregunt qu pensaba. Me dijo que en todas las instituciones de la Iglesia hay problemas, que es normal que haya malentendidos, que a veces se hacen cosas mal pero no con mala intencin, que siempre hay que perdonar. Le dije: s, eso lo s y yo habra dicho lo mismo que t, pero el problema es que no me he explicado muy bien, deja que te cuente mejor a qu me refiero. Y despus de hablar un buen rato, le dije: por eso he venido a hablar contigo, porque a pesar de que en la obra es de mal espritu dirigirse a un sacerdote que no es de la obra (sus ojos abiertos como platos... es de mal espritu? por qu no se puede hablar de vida interior con un sacerdote catlico que no sea de la obra? yo tambin soy un sacerdote catlico... me dijo) necesito tu consejo. Qu piensas? Yo esperaba un: pinsalo bien, son muchos aos, no hay ninguna prisa, podemos hablar ms veces... Sin embargo, me dijo tres cosas y las tres, creo, muy acertadas:1. No tomes nunca ms esas pastillas. Esas pastillas, para qu son? No lo s -respond- me dijeron que no hiciera mucho caso del prospecto. Me contest: lelo, pero no las tomes ms. Las has tomado hoy? S, dije. Con razn te notaba extrao, me contest. No las tomes nunca ms. T ests sano. 2. Vete. 3. No pierdas la fe. S, le dije, si me voy, es precisamente porque si sigo all o me vuelvo loco de verdad (me paso la vida negando lo que es evidente y tengo que medicarme en serio para poder soportar una mentira as) o pierdo la fe (despus de lo que me ha pasado... voy a poder seguir pensando que Dios est en la Iglesia o en cualquier institucin humana?). Le di las gracias por su consejo y le ped que rezara por m. Me dijo que Dios me ayudara. Le dije, s, lo s, pero tengo que empezar una vida totalmente de cero. No tengo visado para estar en este pas (mi visado dependa de ellos), no tengo trabajo, no tengo casi experiencia profesional (profesor part-time de espaol por poco ms de un ao), no tengo una casa ni un sitio donde estar, no tengo dinero, casi todos mis amigos estn relacionados con la obra...Por qu dices que no tienes dinero? Despus de todos esos aos all, te van a ayudar no? No, le dije, cuando uno se va, se va sin nada. Todo lo que gan ya no es suyo y si trabaj para ellos, no importa por cuntos aos, tampoco recibe nada. Y me dijo: cmo es posible? En mi congregacin, si un sacerdote por cualquier motivo se va, se le asigna un sueldo, se le da una cantidad cada mes. Es normal, es un modo de agradecer su trabajo de tantos aos. Olvdalo, le dije, ah las cosas no son as. Nos despedimos con un carioso abrazo y me fui con mucha paz. CAPTULO 12Volv al centro y despus de saludar me fui directamente a mi habitacin, para leer lo que pona en el prospecto de esas pastillas, que es lo siguiente (las conservo, por cierto, por si algn da a alguien se le ocurre decir que me lo he inventado ;-) Pastillas de la maana (traduzco del italiano): indicaciones teraputicas: tratamiento de la depresin, del trastorno obsesivo compulsivo y de la bulimia nerviosa. Pastillas de la noche: indicaciones: la mayor parte de las formas clnicas epilpticas en el beb o en el nio. Tambin est indicado para la epilepsia en el adulto... Dios mo, lo que me estaba tomando! Depresin? Nunca he tenido -a Dios gracias- ningn tipo de depresin. Trastorno obsesivo compulsivo? Bulimia nerviosa? Ataques de epilepsia? No he tenido nada de esto en mi vida. A qu estamos jugando? Esto es algo muy muy serio seores. Estas pastillas no son caramelos. Cmo se puede llegar a estos extremos?Recuerdo que unos das ms tarde, ya fuera, habl con una buena amiga monja y se qued escandalizada dicindome: cmo pudieron darte esas pastillas? Y por qu te las tomaste? Le dije: yo les crea. Durante cunto tiempo las tomaste? No s, un par de semanas. Dios mo, me dijo, sabes el dao que hace esto? Sabes los efectos que puede y podra haber tenido? S, le dije, ah siempre recuerdan que el que obedece nunca se equivoca...Y viene aqu una cuestin lgica: no sera todo ms fcil si uno fuera a un mdico cualquiera de la calle? Por qu los miembros de la obra tienen que ir a ver a mdicos de la obra para pasar revisiones mdicas? Por qu tienen que ir a ver a psiquiatras de la Obra? Ser que hay miedo de que los mdicos normales, los de la calle, digan algo que no interesa? Lo dejo a vuestra opinin... y sigo con mi historia. Empec a buscar un trabajo. Tena que ser a tiempo completo, para que me permitiera conseguir un visado. Y necesitaba un sitio donde vivir, algo nada fcil, porque no tena dinero. Mis hermanos ya se haban ofrecido para poner un poco de dinero entre todos para ayudarme. Pero antes que eso, tena que escribir mi carta de dimisin.Yo saba cmo funcionaba lo de las cartas, as que jugaba con cierta ventaja. Saba qu tena que decir y qu no tena que decir si quera que todo terminara lo ms rpido posible. Y por supuesto, saba que tena que empujar, fuerte adems, si quera que me dejaran en paz. Y lo hice. Lo primero que tena que hacer era escribir dos cartas distintas. Si pona todo lo que pensaba en la misma carta de dimisin, saba que varias semanas ms tarde me pediran que la rehiciera de nuevo. Y eso significara volver a hablar con ellos, ms presin, ms intentos de reconsiderar las cosas y ms dar la paliza otra vez. Y yo, despus de todo lo que haba pasado, ya tena suficiente. As que decid ser prctico. No me importaba escribir dos cartas por separado, quera irme porque no lo soportaba ms y quera acabar en el menos malo de los modos posibles. Por qu no poda escribir todo en una carta? Porque ellos no lo aceptaran. Ellos se cuidan muy mucho de que las cartas de los que se van estn "limpias" (hay numerosos ejemplos en esta web). Por qu? No lo s. Tal vez porque si un da les preguntan por los que se van, puedan decir que la gente se va sin ms, libremente y algunos de ellos (que los hay) incluso agradecidos. Una vez ms, se trata de maquillar o incluso cambiar la historia para que en el futuro se conozca otra versin de los hechos. En fin, yo estoy a favor de que todos escriban en una sola carta lo que piensan, pero sinceramente, ya no poda ms y solamente quera irme. Empezar una nueva vida y superar ese trauma lo ms pronto posible. As que me puse a escribir mis dos cartas. Una super formal, del tipo: yo, fulanito de tal, en pleno uso de mi libertad, solicito la dispensa de tal y cual. Fecha, lugar y firma. La segunda, me sirvi para decir todo lo que quera decir. S que esa carta la leera el director que habl conmigo y el Padre (con don Fernando, claro). (Por cierto: todava hay gente que piensa que el Padre no est informado? Recordis lo que me dijo ese director? Me dijo: tu segunda carta slo la hemos ledo el Padre y yo ;-). Seguramente, esta tercera carta no se la mostraran a nadie ms, pero no me importaba. Con que la leyeran ellos dos/tres, era suficiente. As que entr a saco. Dije que el modo en que me haban tratado "no poder hablar, las pastillas, ests obsesionado, etc." era de juzgado de guardia. Y dije que mis quejas anteriores sobre lo mal que se trataba a la gente y cmo se viva la caridad, se confirmaron durante mi viaje a Roma. Puse ejemplos de cosas que en mi opinin mostraban lo mal que se trataba a la gente y habl tambin de m mismo (aqu me siento ms cmodo para contaros lo que quiera, ya que no tengo que guardar ningn silencio sobre m mismo, as que all voy): les dije que se aprovechaban de las buenas disposiciones de la gente como yo. Y dije: una cosa es que uno est dispuesto a lo que sea por servir a la obra, y otra, muy distinta, es aprovecharse de eso -de esas buenas disposiciones- para hacer siempre y slo lo que os interesa. Habis jugado conmigo como con una ficha de ajedrez, sin importaros nunca mi vida. Ejemplos? Ah van:1. Pido explcitamente no ir a vivir a Villa Tevere y... me mandis a Villa Tevere sin ni siquiera un: te importara? O un... sabemos que no te apetece, pero...2. Me dijisteis antes de irme a mi nueva regin, que mi plan era ir all a aprender el idioma con la idea de hacerme al lugar y, 3 4 aos ms tarde, volver a Roma para ordenarme. Y me repetisteis (el director que me dijo esto es curiosamente el mismo que dijo que estaba obsesionado) que el plan era que me ordenara; que luego no pasara que unos aos ms tarde yo cambiara de opinin. Incluso me dijisteis que habais pensado que me ordenara ese mismo ao, pero que (a Dios gracias) os pareca mejor que fuera ah a aprender el idioma antes de ordenarme. Y qu pas? Pues que dos aos despus, decids cambiar ese plan y me nombris defensor de la comisin, un cargo que es para un laico y que no es nada fcil, ni tampoco obviamente para corto plazo. Y pregunto: de verdad os importa mi vida? Porque creo que si os importara solamente un poquito, antes de colocarme ese cargo, me dirais: te parece bien? te ves con fuerzas? Hemos pensado retrasar tu ordenacin. O... tal vez te ordenes ms adelante. O... tal vez nunca te ordenes. Pero al menos decir... ALGO! Es esto una familia? Es ste el modo de tratar a quienes se dejan la piel por la obra? Es esto opus dei?Abro un parntesis: yo nunca dej la obra por no haberme ordenado, quiero que esto quede claro y no haya malentendidos. Nunca tom una decisin final sobre mi posible ordenacin, que slo fue eso, una posibilidad. De lo que me quejo es de que a ellos no les importe si una persona se ordene o no. De hecho, si hubiera querido ordenarme podra haber esperado unos aos ms y me habra acabado ordenando e incluso podra haberme ordenado despus, ya fuera de la obra, y sin embargo no lo he hecho ni lo har. Como ancdota dir que, ya fuera de la obra, las dos primeras veces que me confes con sacerdotes de la dicesis a los que no conoca de nada, los dos concluyeron la confesin con la misma pregunta: Has pensado en hacerte sacerdote? Necesitamos sacerdotes. Les dije, no, lo siento, me gustara formar una familia (cmo iba a tener fuerzas para confiar en un director de nuevo?). 3. Ms ejemplos. Me peds que aprenda el idioma y que lo aprenda bien (en realidad eran dos idiomas, pero eso ya no importa). Me mato estudiando seis horas al da para que, despus de casi tres aos intentando hacerme al pas y a la gente, cuando digo que hay cosas que estn mal, me diga el vicario regional: como lo ms importante es la vocacin, por qu no te vas a Roma hasta que te arregles? A lo que le contest: mi problema va conmigo, si me marcho a otro pas, soy la misma persona, no te das cuenta? Y aad: lo ves, en el fondo, mi esfuerzo de estos tres aos no te importa nada, porque si te importara nunca habras dicho algo de este tipo. No te importan mis problemas ni mi felicidad. Lo nico que te importa es que no me vaya. Y lo mismo me dijisteis en Roma: si ests as, mejor que no te vuelvas a tu regin. Os dais cuenta de que mi vida -como seguramente la de muchos otros- no os importa? Slo os importa que estemos en la obra. En fin, concluyo. Dije tambin que peda la dispensa de vida en familia porque quera dejar de vivir en el centro lo antes posible. Les dije que no saba a qu me dedicara, dnde vivira ni nada, pero que no me importaba, que tena a Dios y eso me bastaba. La vocacin era lo ms importante, pero despus de la fe, as que me iba porque si segua ah perdera la fe o acabara mal de la cabeza. Querra Dios que acabara mal de la cabeza por seguir en la obra? Evidentemente no. La obra era o tena que ser un camino para llegar a Dios y yo tena muy claro que, en el momento en que ese camino en lugar de acercarme a l, me apartara, tena que abandonarlo. Y que la obra tena que cambiar en muchas cosas, pero que eso ya no me importaba, lo dejaba para ellos. Y les dije (porque para irse hay que empujar): si retrasis mi dispensa de vida en familia y me decs que siga viviendo en un centro, obedecer, hasta el ltimo da. Ahora, eso s, cuando la gente de la obra o de San Rafael me pregunte por qu estoy triste, dir: fui a Roma porque me llamaron para hablar de cosas que en conciencia creo que se hacen mal y all no me dejaron hablar, me dijeron que estaba obsesionado y me dieron pastillas para obsesin compulsiva y ataques de epilepsia. Firm las cartas y a la maana siguiente, fui a la sede de la comisin y las dej en un mueble con el resto del correo, para que le llegara al vicario regional. Y volv a mi centro.Al da siguiente tena la dispensa para no vivir en un centro. CAPTULO 13Dej, como dije, las dos cartas en la sede de la comisin y volv al centro. Por la tarde, el nuevo director de mi centro (hasta haca unos das era yo) vino a verme. Estaba tenso, como yo. Me dijo: podemos hablar? S, claro. Es para hablar de la carta que has dejado en la comisin, me dijo. Estaba tenso y creo que enfadado, pero bamos a entendernos bien porque l vena de mi misma tierra, era joven como yo y un hombre prctico. Adems, trabaj muchos aos en el Aop, as que saba cmo afrontar ese tipo de casos. Yo estaba todava ms tenso y enfadado que l, estaba quemado, as que l se dio cuenta de que lo mejor era hablar claro y poco. Le record que me iba porque si segua all me volvera loco o perdera la fe. Me dijo que al final lo ms importante era que me fuera al cielo (que no perdiera la fe). Y tambin que las personas, todas, tambin en Roma, se podan equivocar, pero no la obra, que era de Dios. Le dije que yo ya haba visto suficiente para pensar que Dios no estaba ah y que lo que me hicieron en Roma era el mejor ejemplo. Me pregunt por mis cartas y por si me importaba que las leyera. No, claro que no, le dije, lelas, seguramente me comprenders. Despus de eso, se port muy bien conmigo. Quiso ayudar. Me dijo: har lo que pueda para que te den la dispensa de vida en familia lo ms pronto posible (de hecho me la dieron al da siguiente, como ya dije) y te llamar en cuanto sepa algo. Sabes qu vas a hacer? No, contest, slo s que quiero irme. Entonces me dijo: qu necesitas? dinero? un visado? Nada, dije, me las arreglar solo. l insisti en que me ayudara en todo lo que pudiera, incluso, aadi: aunque me digan los directores que no lo haga, que sepas que te ayudar en todo lo que pueda. Lo agradec. No contento con eso volvi a insistir: cunto dinero necesitas? Pdeme lo que quieras. No quiero dinero, gracias, le contest. Necesitars alquilar un piso, te vendr bien contar con dinero. No, gracias, pero no. De verdad agradec lo que estaba haciendo conmigo porque por fin vea que alguien quera ayudar desinteresadamente. Y el dinero por supuesto que lo necesitaba, l tambin lo saba. Sin embargo, no me pareca bien tomarlo. Primero, porque el dinero se lo dan a todos los que se van o no se lo dan a nadie. Drmelo a m porque tuve ste o ese cargo no me parece justo, aunque puedo entenderlo. Segundo, porque tomar ese dinero podra significar que en el futuro yo estuviera de algn modo en deuda con ellos y no quera estarlo. Quera estar libre para decir lo que quisiera, en ese momento y ms adelante: siempre.Tengo que decir que ms de un amigo me anim a que pidiera algo de dinero, pero en ningn momento, como digo, me lo plante. Todo iba muy bien en la conversacin y s que no lo dijo malintencionadamente, pero hubo un comentario que me decepcion profundamente. l estaba insistiendo en que pidiera dinero o cualquier cosa que necesitara y me dijo: "que luego no se diga que no te hemos ayudado." Dios mo, pens, espero que no hayas estado ofrecindome cosas slo para que despus no pueda decir eso. Pero no, s que no lo dijo con mala intencin, fue slo un comentario desacertado. Terminamos de hablar y empec a hacer mis maletas. Segua sin saber dnde vivira. Slo saba que quera irme al da siguiente. Y me fui. Gracias a Dios, un amigo que tena dos apartamentos, uno de ellos no en muy buen estado, me ofreci trasladarme ah hasta que encontrara algo. Para unos das, no estaba mal. Y se lo agradec profundamente. Mientras tanto, segua hablando con mis padres y hermanos que me apoyaban y animaban desde la distancia. Uno de mis hermanos me sorprendi con lo que me dijo cuando le comuniqu que me estaba yendo: es la mejor noticia que podras haberme dado en tu vida. Mi gran amigo tambin se volc en mil detalles. Hablbamos y hablbamos y siempre me deca: todo ir bien, no te preocupes. Finalmente lleg el da de mi marcha. El director se ofreci para llevarme en coche, pero dije que no (slo faltaba que supieran dnde viva!). Tambin me dijo que poda tomar un coche y usarlo hasta que hiciera falta, pero le dije que no lo necesitaba. Quieres ayuda para las maletas o algo? No, gracias, pero no. Y es que, en ese momento, ya no confiaba en ellos para nada. Le dije que me ira por la noche. No quera dar explicaciones a los otros del centro. S que no haca nada malo, pero ellos tampoco saban nada de lo que haba pasado y yo no estaba para nuevos frentes. Suficientes problemas tena ya. As que, alrededor de la medianoche, en la oscuridad, procurando no hacer ruido para que nadie saliera a ver qu pasaba, como un ladrn en la noche, me fui a escondidas, como muchos de los que aqu han escrito. Qu final ms pattico verdad? Bueno, es lo que hay. Que muchos tengamos que irnos solos y de noche te muestra un poco cmo son las cosas ah dentro. Finalmente consegu cargar todas mis bolsas en el taxi que me estaba esperando y me fui. Recuerdo la emocin de cerrar la puerta del centro despus de dejar las llaves en la mesa de direccin y dar un suspiro diciendo: por fin, se acab. A pesar de que pasaba la medianoche, mi amigo me esperaba en la calle. Qu tipo ms grande. Me costaba bastante comunicarme con l, porque los idiomas que dominbamos no eran los mismos, pero l es tan buena persona que no hubo ningn problema. Me ayud con todas las cajas y como ya era casi la una, se qued durmiendo en ese mismo apartamento. A la maana siguiente se fue, con un: llmame para cualquier cosa que necesites y qudate hasta que te convenga, no hay ninguna prisa. Hay gente buena en el mundo!El vicario regional me escribi un e-mail en la lnea de lo previsto. A m me bastaba con que dijera algo del tipo: "perdona". O, "perdona si hemos hecho algo mal". O, "rezo por ti". O, "si puedo hacer algo por ti, dmelo". Lgicamente algo del tipo, "s que lo ests pasando mal, nimo", sera todava mejor, pero eso era pedir demasiado. Lo que me dijo, una vez ms, fue que no cerrara totalmente la puerta al tema de la vocacin. Ves, le contest al director del centro, slo interesa la vocacin, la vocacin y la vocacin. Dnde voy a dormir maana, qu voy a comer y por qu despus de veinte aos me tengo que ir as, eso no importa nada.Jurdicamente segua siendo de la obra, hasta que de Roma aprobaran mi peticin de dispensa de los compromisos de la fidelidad. CAPTULO 14 y ltimoMis primeros das en ese pequeo apartamento los pas durmiendo y descansando. Haban sido varias semanas de mucha tensin y de dormir no muy bien y comer mal. Pero ahora, dorma como nunca. Me senta finalmente descargado, liberado. Mi pesadilla haba terminado. Por otra parte, empec a moverme y poco a poco consegu un trabajo, un visado, un poco de dinero de mis hermanos, etc. Unos das ms tarde recib una llamada a mi mvil: era el delegado regional. No contest. No tena nada que hablar. Si queran decirme algo, podan escribirme un sms o un e-mail. El delegado me dej un mensaje de voz: le gustara quedar conmigo para ir a tomar una cerveza y charlar un rato y pedirme perdn por lo que haba pasado. Lo agradec. Contest al director del centro, que es con quien mantena contacto, que gracias, pero que no tena nada que hablar. Siempre me pareci un gesto bonito, pero por qu envan al delegado, un hombre de 70 aos, que no ha hecho nada malo y que en esta historia -con todo el respeto- no pinta nada? Si alguien tiene que pedir perdn, seran los de Roma o el vicario, pero... el delegado? Pero claro, no seamos ingenuos por favor, cmo van a pedir perdn los de Roma?Yo segua esperando noticias de Roma: jurdicamente todava era numerario. Jugaba con un poco de ventaja: saba cmo funcionaban los trmites y tambin que no tenan ms alternativa que concederme la dispensa de los compromisos de la fidelidad. Tambin saba que ellos haran todo lo posible para que cambiara de opinin. Por lo pronto, me haran esperar. Estaba seguro de que el mismo da que escrib pidiendo la dispensa, se habra enviado un fax a Roma y ellos estaran perfectamente informados. Poda incluso imaginar la respuesta de Roma: desagraviar, etc. La premisa es siempre la misma: la obra nunca se equivoca. Y saba que lo de enviarme al delegado era una excusa ms para intentar reconectarme (aunque agradezco que me pidiera perdn, ya lo he dicho). Yo tena muy claro que el mejor y ms rpido modo de irme era, precisamente, "no dialogar". Y eso es lo que hice. Durante esas semanas de espera, alguno de los amigos que iba por el centro me dijo que le comentaron que ya no viva ah, que necesitaba descansar y no s qu ms. Que estaba descansando en alguna parte. Necesitaba descansar? Yo no me fui por ese motivo. Yo estoy muy bien, le dije. Me fui porque me dio la gana y lo hice en perfecto estado de salud. Y escrib al director de ese centro pidiendo explicaciones de por qu daban esa versin de los hechos. Me dijo que en ningn caso pretendan decir que yo estuviera mal de salud, enfermo o nada parecido y que peda perdn si hubo algn malentendido con alguien. En esas semanas, escrib tambin a un buen amigo. Le cont lo que haba pasado y me dijo: mira, se lo coment a mi abuelo (supernumerario) que te conoce bien y l me pidi que te transmitiera slo una palabra: fidelidad. Gracias, le dije, por eso mismo me voy: por fidelidad a Dios. Si no, todava seguira ah. Pero las semanas pasaban y no llegaba la respuesta. Me puse una fecha lmite. Saba muy bien que siempre se dan prisa para lo que les interesa. As que me dije: les doy dos meses, que es muchsimo tiempo, para que me contesten. Si en dos meses no contestan, empujar de nuevo (porque no hay otro modo de salir de ah).A los dos meses, nada. As que escrib un e-mail al director de ese centro y le dije ms o menos: bueno, han pasado dos meses y no hay noticias. Yo s cunto se tarda en responder y tambin s que hay papeles que urge contestar y otros que urge parar. Me parece vergonzoso que despus de todo lo que he tenido que pasar, ahora no os dignis a contestarme. As que no voy a dejar que juguis conmigo de nuevo. A partir de ahora voy a estar muy ocupado: no hace falta que me busquis porque no tendr tiempo para vosotros. Os deseo lo mejor, adis. S, es triste, pero saba que se era el nico modo de hacerles reaccionar. Ellos estaban obligados a responderme y si no lo hacan se metan en un problema serio. Por ejemplo, yo podra ir diciendo o haciendo barbaridades siendo de la obra. O, podra escribir contando lo que me haban hecho y que no se dignaban a concederme una salida a la que tena derecho. En fin, saba cmo defenderme.Curiosamente a las pocas horas de escribir ese e-mail, ese mismo da, me lleg la respuesta: me decan que justo acababan de recibir la contestacin de Roma y que al lunes siguiente iban a escribirme para transmitrmelo. Qu curioso, verdad? Pura casualidad ;-)Me dijo que no vala la pena terminar mal y que era mejor acabar como buenos amigos, que podamos vernos ese mismo da si tena tiempo. O al da siguiente. A esas alturas del partido me daban ya tanta pena que le dije: s hombre s, quedemos hoy y cerremos esto de una vez. Para los que no lo sepan, ese tipo de dispensas se transmiten de palabra. Supongo que por miedo a que despus la gente pueda reclamar o demostrar con un papel que fueron de la obra. La cita era en un Mcdonald''s. En cuanto nos vimos, l hizo gesto de... dnde quieres que hablemos? Podemos cenar, si quieres, le dije (aqu tengo que decir que le romp la cintura, porque l esperaba encontrarse con alguien muy enfadado con ganas de cerrar el asunto rpido y largarse; y sin embargo, le invit a cenar ;-). S, s, claro, me contest. Y nada, cenamos, me comunic que ya no era de la obra y me pregunt si pensaba quedarme o volver a Espaa, etc. Le dije que no lo saba, pero que intentara quedarme. Sorprendentemente no me pregunt si quera ser cooperador -est dicho que hay que preguntarlo- as que deduje que por fin haban entendido que estaba ya un peln quemado ;-) Nos despedimos, me pregunt si podra escribirme de vez en cuando, le dije que s y empec por fin mi nueva vida. Cuando uno se va, cuando uno est fuera, se da cuenta de que comienza a estar realmente en medio del mundo. Y va entendiendo, poco a poco, que viva en otro planeta. Desde entonces llevo una vida normalsima, con mucho trabajo, con muchos amigos y muchos motivos para ser feliz y dar gracias a Dios. Por suerte, he tenido mucha gente -especialmente mi familia, claro- que me ha apoyado siempre. y tambin he tenido la fortuna de marcharme siendo joven y con fuerzas para superarlo sin demasiados problemas. Todos, y yo el primero, dicen que se me nota que soy mucho ms feliz. A Dios gracias. Y acabo con un par de cosas. La primera, un e-mail que recib las pasadas navidades. Era del "famoso" director de Roma. Era un e-mail largo donde me hablaba del cario que me tena -aadiendo que lo que deca no eran slo unas bellas palabras- si no la verdad (sic!). Que me encomendaba para que tuviera un ao lleno de alegras. Mencionaba a mis padres, mi tierra, mi equipo de ftbol... Dios mo, me deca yo. Despus de todo el dao que me ha hecho... cmo puede escribirme un e-mail pretendiendo que no ha pasado nada? Cmo es posible? Tan ciegos son? Era yo as antes??!! Me daban ganas de decirle que me pareca pattico pretender ignorar lo que haba pasado, pero pens que no vala la pena. Le contest con un sencillo: gracias, feliz Navidad y 2011. Y es que al final... dan lstima. La segunda, una breve reflexin en voz alta para todos los que habis estado leyendo mi historia. Hay que llegar a esos extremos -atropellar la vida de tantas personas- para defender tus propias ideas? Hasta qu punto hay que seguir negando lo que est mal y es obvio a los ojos de todos? Despus de conocer un poquito cmo se hacen las cosas ah dentro... pensis que Dios est ah? Un Dios que es realmente Padre, que quiere lo mejor para sus hijos y sobretodo LES QUIERE FELICES?Lo dejo a vuestro juicio. Yo slo s que a pesar de que seguramente hice muchas cosas buenas estando all, al final, fue una vida, que, como la de muchos otros, no vali pena. Pero no os preocupis, porque ahora empieza lo mejor ;-)