¡méxico, méxico!
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Disucurso de la Gastronomía MexicanaTRANSCRIPT
¡México!¡México!¡México! ¡México!
ME GUSTARÍA COMPARTIR con ustedes unas palabras que escuché hace unos días en una conferencia sobre el informe de labores de la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México en el presente año. Presidentes y re-presentantes de las diversas cámaras y asocia-ciones de la industria turística se dieron cita.
ANTES DE ESCUCHAR EL DISCURSO FINAL del Secretario de Turismo, se acercó una señora de avanzada edad que portaba un pequeño sombrero y caminaba con un bastón. Le solicitó el uso del micrófono al secretario y subió al pódium, fue presentada como Ali-cia Gironella quien, entre su vasto curriculum, es fundadora y miembro de la Dirección del Conservatorio de la Cultura Gastronómica de México, entidad que presentó el documento ante UNESCO, con el objeto de que nuestra cocina sea reconocida como Patrimonio In-tangible de la Humanidad.
BUENOS DÍAS A TODOS muchas gra-
cias, me siento como en la plaza de toros cuan-
do a nadie están esperando, una espontánea.
Pero tengo el honor de decirles que yo estuve
presente el mes pasado en Nairobi, Kenia, en
el momento en que se denominó a la Cocina
Mexicana como Patrimonio Cultural Inmate-
rial de la Humanidad (al mencionar estas
palabras, le brotaron lágrimas y se escu-
charon muchos aplausos).
Me encontraba con un grupo de cocineros que
íbamos a hacer la muestra para todos los de-
legados del congreso que es muy difícil, y muy
cerrado el congreso en sí. Desde luego, como us-
tedes saben, no se podía cocinar hasta que se
declarara el nombramiento oficialmente. En-
tonces organizamos una muestra que coincidía
con el Día de la Revolución, qué es tan im-
portante como su nombramiento. Iba a ser el
día 17, pero se suscitaron algunos problemas
con algunos pacifistas que estaban en contra de
la comida mediterránea y algunos expedientes,
entonces las autoridades de la UNESCO co-
mentaron que lo que estaba decidido ya estaba
decidido y adelantaron un día el nombramiento
de los reconocimientos a los Patrimonios. Es-
tábamos comiendo cuando nos avisaron que ya
habían empezado, corrimos por nuestros atuen-
dos mexicanos, rompimos los protocolos porque
no estábamos invitados, pero nos dieron unos
gafetes que decían “observadores”. Se van nom-
brando a los acreedores a este reconocimiento
por orden alfabético y al llegar a México todos
los delegados del mundo aplaudieron. Los pri-
meros que se nombraron fueron los “Parachi-
cos” de Chiapas, después los “Pirekuas” canto
tradicional de los Purépechas. También iban
dos cocineras michoacanas con sus atuendos
e íbamos un grupo de cocineros con atuendos
mexicanos.
La Ceremonia consiste en que se van nombran-
do a los diferentes ganadores del reconocimiento
y el por qué de su nombramiento entre las dife-
rentes herencias inmateriales que la UNESCO
considera que no se deben perder, como danzas,
ritos, ceremonias, etcétera pero era la primera
vez que se metían las cocinas. En años anterio-
res no lo logramos porque no había un regla-
mento específico que pudiera calificar y ahora sí
que nos lanzamos como “el borras” abrupta-
mente y perdimos. Pero ahora ya hay muchas
cocinas que quieren este reconocimiento, creo
que es un problema juntar todos los requisitos
y sólo nuestras gentes mexicanas lo pudieron
hacer. Los requisitos eran muchos y casi todos
los rechazaban, pero llegado el momento des-
pués de que leen el por qué del nombramiento,
México debe responder y aceptar. En éste caso
la autoridad que estaba para recibirlo era el
señor embajador de Nairobi que le cedió el uso
de la palabra a Francisco López Morales que
es el representante y Director de Patrimonio del
INAH. En ese momento los aplausos fueron
como si estuviéramos, no sé, en la ópera o en un
partido de futbol, empezaron a gritar: ¡México,
México, México, México! y se pararon todos
los delegados y contra todo protocolo fueron a fe-
licitarnos. La cena era para 150 personas y ya
habíamos corrido las invitaciones, pero cuando
se supo pues llegó más gente.
Nuestros cocineros llevaban ingredientes para 3
o 4 días para nuestras muestras y se acabó todo
en una noche pues llegaron 600 comensales. El
espectáculo era impresionante, porque los dele-
gados llevaban sus atuendos: hindús, pakista-
níes, entre otros. No saben, fue una de las emo-
ciones más grandes de mi vida. Había música,
marimba que mandó Relaciones Exteriores,
fueron músicos de Michoacán, arreglamos todo
con papel picado, rebozos, ollas, etcétera.
El día de hoy, me tomé la libertad de solici-
tar el uso de la palabra para compartirles esa
emoción que nos hizo llorar a todos. Ahora
tenemos que conservarla, ponernos a trabajar
unidos y lograr que la Gastronomía sea consi-
derada como uno de los aspectos más importan-
tes del turismo nacional, porque hasta ahora
está hecha a un lado, es el Distrito Federal el
que le está dando más importancia, pero no es
suficiente. En otros lugares prefieren promover
las playas y monumentos, que me parece muy
bien, pero después de ver playas, monumentos y
catedrales, la gente tiene que comer y que mejor
que hacerlo cuidando ese gran legado que nos
han reconocido como patrimonio.
Gracias