me todo narrativo e identidad en mc 6,30 -44
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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVARFACULTAD DE TEOLOGI
METODO NARRATIVO E
IDENTIDAD EN Mc 6,30
Nelson Alejandro García
Guatemala,
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR FACULTAD DE TEOLOGI A
TODO NARRATIVO E
IDENTIDAD EN Mc 6,30-44
Nelson Alejandro García
20779-01
Guatemala, Noviembre 2011
Campus Central
Tesis
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVARFACULTAD DE TEOLOGI
METODO NARRATIVO E
IDENTIDAD EN Mc 6,30
Nelson Alejandro García
Guatemala, Noviembre 2011
PRESENTADA AL CONSEJO DE LA FACUTLAD DE TEOLOGIA
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVAR FACULTAD DE TEOLOGI A
TODO NARRATIVO E
IDENTIDAD EN Mc 6,30-44
Nelson Alejandro García
Carné 20779-01
Guatemala, Noviembre 2011
Campus Central
Tesis PRESENTADA AL CONSEJO DE LA FACUTLAD DE TEOLOGIA
POR:
Previo a optar al título de CIENCIAS RELIGIOSAS
En el grado académico de: LICENCIADO
PRESENTADA AL CONSEJO DE LA FACUTLAD DE TEOLOGIA
AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
P. Rolando Enrique Alvarado López; S.J. Rector Dra. Lucrecia Méndez de Penedo Vicerrector Académico P. Eduardo Valdés Barría; S.J. Vicerrector de Integración
Universitaria P. Carlos Rafael Cabarrús Pellecer; S.J. Vicerrector de Investigación
proyección Lic. Ariel Rivera Irías Vicerrector Administrativo Licda. Fabiola de la Luz Padilla Beltranena Secretario General:
AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE TEOLOGÍA
Lic. Rodolfo Marín Decano Lic. Guillermo Enrique Téllez Ibarra Secretario Lic. Francisco Romero González Director del Diplomado en Teología Lic. Agustín Maté Mancilla Director del Profesorado en Enseñanza Media en Filosofía Licda. María de la Luz Ortiz Martínez Director de la Licenciatura en Teología Lic. Leonardo Chaverri Fernández Coordinador Académico del área de Ética José Antonio Revuelta Celestino, fsc Director del Instituto Centroamericano en Ciencias Religiosas
Lic. Francisco Romero González Asesor de Tesis
AGRADECIMIENTOS
Agradezco en primer lugar a Dios Padre, por haberme permitido llegar a este momento
fundamental para mi vida, por el conocimiento profundo del misterio de su Hijo Jesucristo y, el
don del Espíritu Santo que me ha concedido la gracia de comprender, y profundizar, su Palabra
testimoniada en las Sagradas Escrituras. A mis padres y hermanos, por su apoyo, cariño, y
acompañamiento en todas las etapas de mi proceso de crecimiento humano e intelectual.
No puedo dejar de agradecer la preciosa gracia de ser padre de ese maravilloso niño, Felipe de
Jesús García, que ocupa un lugar primordial en mi vida. Él ha sido el motivo de inspiración en mi
carrera, la razón que me ha llenado de energía para saber avanzar, en medio de tanta
contrariedad. Agradezco de manera especial a la persona que supo alentarme en los momentos
de desánimo, que me ha amado incondicionalmente y aceptado con mis cualidades, defectos, y
que es hoy y seguirá siendo mi amiga, compañera, consejera y esposa. A ella dedico este triunfo
profesional.
Al Centro De Formación Cristiana “El Sagrario”, a todos los maestros, maestras y personal
administrativo. De manera particular agradezco al Licenciado Mario Guadrón por haberme
animado a inscribirme en esta carrera. Al Licenciado (en ética ambiental y ahora en teología) y
amigo Julio Alejandro Orellana, por haberme dado la oportunidad de dar clases en dicho centro y
ser el compañero de reflexión e investigación teológica en estos últimos trece años.
Con profunda gratitud valoro y reconozco la excelente labor docente de todos mis catedráticos.
Destaco especialmente la del Licenciado Francisco Romero, que con sus sabias enseñanzas
bíblicas despertó en mí, el interés de profundizar las diferentes metodologías exegéticas de
interpretación bíblica. Su agudeza intelectual, experiencia y espíritu crítico, fueron un desafío que
me llevó a realizar esta tesis de manera seria y profesional. De igual manera quiero agradecer al
Licenciado Rodolfo Marín, por su apoyo e interés como revisor y examinador.
Por último, pero con igual cariño, agradezco a las personas que apadrinaron este proyecto investigativo con sus recursos, y que por modestia y humildad no han querido que sus nombres aparezcan, mil gracias.
INDICE
RESUMEN
I. INTRODUCCION
CAPITULO I: EL METODO NARRATIVO Y SU APLICACION EN EL ESTUDIO D E 1 LOS EVANGELIOS
1. Los métodos exegéticos y su desarrollo: del método histórico -crítico al análisis narrativo
2
1.1. Período moderno: hacia una lectura histórico -crítica de la Biblia 2 1.2. Métodos diacrónicos 6 1.3. Período posmoderno 8 1.4. Nuevos métodos de análisis literario 9 1.5. Definición de método sincrónico 10 1.6. Análisis r etórico 11 1.7. Análisis semiótico
14
CAPITULO II: ANALISIS NARRATIVO Y SU A PLICACION AL EVANGELIO DE MARCOS
16
2. Presupuestos teórico -literarios del análisis narrativo 18 2.1. El análisis narrativo y su especificidad 22 2.2. Relación con el método histórico -crítico 22 2.3. Relación con el análisis retórico y semiótico
24
CAPITULO III: ELEMENTOS FUNDAMENTALES DEL ME TODO NARRATIVO
28
3. El mundo del relato en Marcos 28 3.1. Narrador 31 3.2. El punto de vista del narrador en Marcos 38 3.2.1. Un punto de vista privilegiado y pos -pascual 40 3.2.2. Punto de vista y focalización 43 3.3. Los personajes en Marcos 47 3.3.1. Caracterización de los personajes en el mundo narra tivo de Marcos 49 3.4. La Trama narrativa en Marcos 54 3.4.1. El autor implícito guía al lector por medio del nar rador en la trama de
Marcos 61
3.5. Escenarios 63 3.6. Tiempo narrativo 67 3.7. Papel del lector en el Evangelio de Marcos 73 3.8. Evangelio de Marcos e identidad cristiana 73 3.9. Marcos como obra literaria 74 3.10. Distinción y relación entre lector real e implícito 76
CAPITULO IV: PROPUESTA METODOLOGICA
80
4. Propuesta metodológica para aplicar algunos elementos del análisis narrativo a Marcos 6,30-44
80
4.1. Opción por una hermenéutica del texto 80 4.2. La necesidad de una hermenéutica de la fe 81 4.3. Opción por un comentario pastoral, al servicio de l a identidad cristiana 82 4.4. Opción de traducci ón 82 4.5. Pasos metodológicos a seguir 82 4.5.1. Momento hermenéutico 1: ¿Cómo entrar en el t exto? 83 4.5.2. Momento exegético -hermenéutico 2: ¿Cómo permanecer en diálogo
profundo con el texto? 83
4.5.3. Moment o hermenéutico 3: ¿Cómo continuar dialogando con el texto? 85
CAPITULO V: MODELO PARA APLICAR LA PROPUESTA METODOLO GICA
86
5.1. Momento hermenéutico 1: ¿Cómo entrar en el texto? 86 5.2. Momento exegético -hermenéutico 2: ¿Cómo permanecer en diálogo
profundo con el texto? 87
5.3. Momento hermenéutico 3: ¿Cómo continuar dialogando con el texto?
103
II. CONCLUSIONES
104
III. RECOMENDACIONES
107
IV. BIBLIOGRAFÍA ANEXOS
A. CUADRO: Cronograma de actividades
B. ESQUEMA: Proceso del análisis narrativo
RESUMEN
El estudio sobre el método narrativo se ubica en el contexto evolutivo de las diversas
metodologías exegéticas de interpretación bíblica, que surgieron en los períodos, moderno y
posmoderno. Define los conceptos fundamentales de los diferentes métodos, tanto diacrónicos
como sincrónicos, y describe sus principales pasos operativos, teniendo como base el Documento
“La Interpretación de la Biblia en la Iglesia”, promulgado por la Pontificia Comisión Bíblica en
1993. Observa asimismo, como las circunstancias históricas marcan la labor exegética en capa
época, imprimiéndole un sentido dialogal, y reorientándola a las necesidades e interrogantes más
apremiantes de los seres humanos.
Esta investigación compara, las similitudes y diferencias existentes entre tres métodos sincrónicos: retórico, semiótico y narrativo, para determinar de modo crítico, la especificidad de éste último; tanto los principios teórico-literarios en los que se fundamenta, como los elementos que intervienen en el proceso de aplicación del mismo a la los Evangelios, específicamente al de Marcos. Analiza también el presupuesto hermenéutico que sustenta los procedimientos exegéticos de los métodos, en la ardua tarea de la búsqueda del sentido, que contienen para el lector actual; unas veces para cerrarlo, y otras para señalar su insondable riqueza. La opción hermenéutica que recorre como hilo rojo, toda la investigación sobre el método narrativo es la “del texto”, ya que permite al lector acercarse al Evangelio de Marcos como obra autónoma, y captar la riqueza de sentido que contiene, el cual, dista mucho de la intención del autor, o los autores originarios. Los métodos exegéticos modernos, han olvidado frecuentemente al lector como sujeto hermeneuta, cuya sed de sentido e identidad busca ser saciada en la fuente límpida y abundante de la Palabra de Dios, testimoniada y contenida en los textos bíblicos. El estudio constituye un novedoso enfoque sobre los Evangelios, los cuales son vistos como obras que caracterizan de manera narrativa a Jesús y a los diferentes personajes; escritos creados, para fortalecer la identidad discipular de las comunidades en las que se fraguaron, y de toda comunidad lectora actual. La propuesta del estudio, se orienta a facilitar al lector, la aplicación de los diferentes elementos del método narrativo a Mc 6,30-44, de manera pastoral, creativa y dialogal. Pretende de este modo, unir exégesis y reflexión teológica, fortalecer la identidad del lector dialogando con Dios en el proceso de lectura, mediante tres interrogantes íntimamente ligados entre sí: ¿Cómo entrar en el texto? ¿Cómo permanecer en diálogo profundo con el texto? Y ¿Cómo continuar dialogando con el texto?
X
I. INTRODUCCIÓN
San Efrén1 en su comentario al Evangelio concordante o Diatéssaron decía: “¿Quién hay capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la Palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su Palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le guste. Escondió en su Palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrara su reflexión. La Palabra de Dios es el árbol de vida que te ofrece el fruto bendito desde cualquiera de sus lados,
como aquella roca que se abrió en el desierto y manó de todos sus lados una bebida espiritual.
Comieron – dice el Apóstol – el mismo manjar espiritual y bebieron la misma bebida espiritual.
Aquel, pues, que llegue a alcanzar alguna parte del tesoro de esta Palabra no crea que en ella se
halla solamente lo que él ha hallado, sino que ha de pensar que, de las muchas cosas que hay en
ella, esto es lo único que ha podido alcanzar. Ni por el hecho de que esta sola parte ha podido
llegar a ser entendida por él, tenga esta Palabra por pobre y estéril y la desprecie, sino que,
considerando que no puede abarcarla toda, dé gracias por la riqueza que encierra. Alégrate por lo
que has alcanzado, sin entristecerte por lo que te queda por alcanzar. El sediento se alegra
cuando bebe y no se entristece porque no puede agotar la fuente. La fuente ha de vencer tu sed,
pero tu sed no ha de vencer la fuente, porque, si tu sed queda saciada sin que se agote la fuente,
cuando vuelvas a tener sed podrás de nuevo beber de ella; en cambio, si al saciarse tu sed se
secara también la fuente, tu victoria sería en perjuicio tuyo.
Da gracias por lo que has recibido y no te entristezcas por la abundancia sobrante. Lo que has
recibido y conseguido es tu parte, lo que ha quedado es tu herencia. Lo que, por tu debilidad, no
puedes recibir en un determinado momento lo podrás recibir en otra ocasión, si perseveras. Ni te
esfuerces avaramente por tomar de un solo sorbo lo que no puede ser sorbido de una vez, ni te
desmotives por pereza de lo que puedes ir tomando poco a poco.”
Estas palabras de San Efrén tan llenas de imágenes y metáforas muestran claramente lo que hoy
en algunos ámbitos exegéticos y teológicos se denomina “Teología narrativa.” Efrén es el ejemplo
más elocuente de una manera no helenizada de reflexión teológica que gustaba usar de lo
poético, lo narrativo como vehículo fundamental para comunicar las experiencias y los principios
1Guillermo Pons. 1994. Textos marianos de los primeros siglos. Madrid, España. Ed. Ciudad Nueva. p. 53: “La voz de Efrén es la más
representativa y autorizada de la Iglesia siríaca antigua, en la que se conserva muy viva la tradición judeocristiana, que había arraigado en los territorios de la cultura aramea que quedaron al margen del Imperio bizantino. San Efrén, cuyo nombre equivale a Efraín, nació hacia el 306 de familia cristiana en la ciudad de Nísibe que confinaba con el Imperio persa.”
La Escritura fuente inagotable de vida
XI
vitales de la fe cristiana, en clara continuidad con las teologías neotestamentarias2. Los diferentes
métodos de interpretación bíblica que se han desarrollado desde la época moderna, no siempre
han tenido en cuenta la fuente inagotable de sentido expresado en formas poéticas, narrativas,
apocalípticas, hímnicas que posee la Sagrada Escritura, en orden a formar de manera permanente
y eficaz la identidad cristiana. El estudio sistemático sobre el método narrativo aplicado a los
Evangelios, que emplea hoy la exégesis bíblica tiene la enorme ventaja de involucrar a todo lector
en la tarea de actualizar esta inagotable riqueza de sentido e identidad religiosa, que poseen los
textos bíblicos para cada momento de la historia. La nueva crítica literaria, en clara oposición a la
metodología histórico-crítica, que ha dominado el quehacer exegético en los últimos siglos, ha
puesto en evidencia los límites de centrar la atención en la búsqueda del sentido de los textos
relacionado únicamente, con la intención del autor. Los nuevos enfoques teórico-literarios
apoyados a su vez en principios hermenéuticos centrados en el texto, proponen nuevos métodos
que evidencien la polisemia y reserva de sentido que poseen los textos, en cuanto testimonio
escrito, de la Revelación de Dios en Cristo.
Estas y otras razones justifican el presente proyecto investigativo en torno al análisis crítico-
narrativo. La investigación reciente sobre el carácter oral de las primitivas tradiciones pre-
evangélicas de los cristianismos originarios, revela la existencia de narradores especializados cuyo
papel fundamental consistía en guardar la memoria de Jesús y actualizarla, según las necesidades
vitales de las distintas comunidades cristianas, que en medio de serios conflictos buscaban crear y
fortalecer su identidad como discípulos de Jesús. Dichos resultados justifican el enorme interés de
los especialistas por el método narrativo, porque consideran que es uno de los análisis que mejor
responde y respeta la naturaleza literaria y teológica de los escritos evangélicos; ya que se
considera fundamental para profundizar en aspectos de los textos, que por lo general han sido
descuidados por la exégesis tradicional histórico-crítica, tales como el narrador y la manera de
contar la historia de Jesús, su punto de vista privilegiado, la intriga, escenarios – tiempos –
lugares, personajes, las estrategias focalizadoras así como los efectos que provoca en el lector3.
Puede contribuir a facilitar el paso muchas veces difícil de hacer actual la Palabra de Dios
contenida en la Escritura para el lector de hoy.
Siendo la historia el lugar privilegiado para el acontecer revelador de Dios en Cristo, es fácil
comprender que haya sido la narración una de las principales formas que encontraron las
primeras comunidades cristianas para testimoniarla y actualizarla. No es casual pues, que los
evangelistas en clara continuidad con el estilo oral de sus respectivos grupos, hayan escogido la
narración para tejer la identidad de Jesús y la de los discípulos. Dicho interés por mostrar de
2Quizá por esto los escritos catequéticos, homiléticos y teológicos de la patrística sigan teniendo un enorme impacto en la
conciencia cristiana de ayer y hoy. 3Existen muchos otros elementos del análisis narrativo que no se han mencionado, y que son fundamentales para la tarea
exegética. Estos serán expuestos y profundizados en el capítulo III.
XII
manera narrativa quién es Jesús y qué significa ser discípulo era netamente pastoral. Las
diferentes comunidades cristianas no recordaron lo mismo y no narraron sus recuerdos del
mismo modo, ya que lo que estuvo presente en todo el proceso de formación de las diferentes
tradiciones evangélicas siempre fue que los miembros de las comunidades se vieran reflejados en
aquello que se narraba y en la forma que se narraba. Todo esto plantea serios retos para el
quehacer del discurso cristológico, acostumbrado más a la argumentación conceptual que a
narrar los aspectos fundamentales que caracterizan la fe en Cristo, como vía legítima de reflexión
teológica. La preocupación la mayoría de las veces, consiste en ofrecer a los creyentes una
identidad de tipo doctrinal (asentir intelectualmente a doctrinas y dogmas), dejando de lado la
experiencia vital que llevó a formular dicha doctrina. Es decir, y hablando en términos
existenciales, la experiencia se narra siempre primero, y luego, se conceptualiza. La narración
kerigmática antecede siempre a la formulación dogmática.
Se vive hoy día en una sociedad, en una Iglesia que ha perdido el arte de narrar y el gusto por leer
relatos. Quizá en el fondo late una pérdida de confianza en la capacidad que tiene la narración en
orden a generar identidad cristiana. Mercedes Navarro ha señalado al respecto un déficit
profundo al decir que:
“En la actualidad, los narradores oficiales de la biblia no son tenidos por buenos narradores, que es como decir
que no saben narrar sin crear ideología ni confían en el poder real de los relatos… En el fondo se desprecian
los relatos en su condición narrativa por lo mucho que se les teme, porque nunca se pueden manipular del
todo, porque conservan su autonomía y su fuerza interna, porque se pueden recrear y se pueden reproducir
con variaciones, porque son muchos y plurales, diversos y a veces contradictorios unos con otros4.”
Los Evangelios pues, más que descripciones exactas y pormenorizadas de lo que Jesús hizo y dijo,
son escritos orientados a la creación y fortalecimiento de la identidad comunitaria de los
diferentes grupos cristianos. Así lo reconocen hoy en día algunos especialistas que han
aprovechado todo el bagaje teórico que ofrece la psicología social, para el estudio de las
tradiciones neotestamentarias. Esther Miquel comenta al respecto:
“Las investigaciones sociológicas sobre la memoria colectiva están brindando a los exégetas la oportunidad de
estudiar los escritos del Nuevo Testamento desde una perspectiva interesante y novedosa; una perspectiva
que no pregunta tanto por la verdad o la autenticidad de sus contenidos, cuanto por su contribución al
surgimiento del cristianismo. La relación de la memoria colectiva con la identidad social y la autoafirmación de
los grupos permite considerar los escritos neotestamentarios como testimonios de la memoria colectiva del
cristianismo en formación: Son los recuerdos seleccionados de los acontecimientos, personajes y acciones con
los que se identificaban los diferentes grupos o comunidades de seguidores pospascuales de Jesús. Vistos de
esta manera, incluso las modificaciones, elaboraciones, omisiones y embellecimientos que podamos detectar
en su transmisión adquieren un significado histórico relevante, pues indican las direcciones en las que iban
4Mercedes Navarro P. 2003. Cuando la Biblia cuenta. Cruce 13. Madrid, España. p. 10
XIII
encaminados los esfuerzos conscientes del cristianismo en formación por constituirse como grupo valioso y
afirmarse ante el mundo5.”
Las palabras de E. Miquel son elocuentes al respecto y constituyen un auténtico reto para la
manera tradicional (eclesial) y moderna (académica) de leer y estudiar exegéticamente los
Evangelios en los últimos siglos. Si la teología apologética desde el siglo XVI, los utilizó como
arsenal, para sacar pruebas que confirmaran tesis dogmáticas negadas o puestas en duda por el
protestantismo, cayendo en el dogmatismo; la exegesis histórico-crítica se sirvió de los mismos
como ventanas que le permitirían asomarse a las épocas históricas testimoniadas en ellos para
verificar su grado de historicidad, dando lugar al historicismo bíblico. A nivel pastoral las
consecuencias de estos excesos han sido lamentables ya que generan en la mayoría de los casos
lecturas a-históricas, ideológicas por un lado e historicistas por el otro, dejando prácticamente
marginado al lector común de los Evangelios que constituye la gran mayoría; los cuales entre
otros numerosos vacíos siguen practicando a nivel intra-eclesial una lectura individual,
apologética, fragmentaria (uso abundante de citas bíblicas descontextualizadas), de corte
intimista y sin métodos apropiados. El divorcio entre exégesis y pastoral es evidente. Si los
Evangelios fueron redactados como sostiene E. Miquel, en orden a configurar y fortalecer la
identidad cristiana, hay que facilitar una manera de leerlos que ayude a crear dicha identidad, que
no vea los textos como ventanas sino más bien como espejos en los cuales se vea reflejado el
lector en todo momento; una lectura, que no reduzca toda la interpretación a la búsqueda del
sentido, sino que ayude a percibir la riqueza simbólica y reserva de sentido que poseen los textos
inspirados, en su dimensión cualitativa como Palabra de Dios encarnada en lenguaje humano.
Lo anterior pone en evidencia una grave problemática, y máxime de cara a la propuesta pastoral
expresada recientemente por el Episcopado Latinoamericano en el Documento de Aparecida que
versa sobre la animación bíblica de toda la pastoral:
“Se hace, pues, necesario proponer a los fieles la Palabra de Dios como don del Padre para el encuentro con
Jesucristo vivo… Esta propuesta será mediación de encuentro con el Señor si se presenta la Palabra revelada,
contenida en la Escritura, como fuente de evangelización. Los discípulos de Jesús anhelan nutrirse con el Pan
de la Palabra: quieren acceder a la interpretación adecuada de los textos bíblicos, a emplearlos como
mediación de diálogo con Jesucristo, y a que sean alma de la propia evangelización y del anuncio de Jesús a
todos. Por esto, la importancia de una “pastoral bíblica”, entendida como animación bíblica de la pastoral, que
sea escuela de interpretación o conocimiento de la Palabra…” (D.A n. 248)6.
El contexto en el que se encuentran las palabras citadas, corresponde al itinerario formativo de
los discípulos misioneros (n. 240-346) y tiene como finalidad primordial dar a conocer los lugares
de encuentro con Jesucristo y las dimensiones formativas que configuran la identidad del
5Esther Miquel Pericás. 2011. El Nuevo Testamento desde las ciencias sociales. Verbo Divino. Navarra, España. pp. 261-262.
6Las palabras que considero fundamentales las he puesto en negrillas y cursiva.
XIV
cristiano en cuanto discípulo y misionero. Uno de esos lugares privilegiados, configurador
inagotable de identidad discipular, son los textos bíblicos, en general y en particular los
Evangelios. Es aquí precisamente en donde cobran sentido las palabras de Esther Miquel que se
han citado anteriormente. Si los Evangelios fueron escritos que jugaron un papel decisivo en la
configuración de la identidad comunitaria de los discípulos de Jesús, deben leerse con los
métodos más adecuados que ayuden a conseguir dicho fin.
Esto no afecta solo al lector común miembro de la Iglesia, sino también involucra a la misma tarea
exegética. Todo método exegético (sea histórico-crítico, narrativo, semiótico o retórico) debe
estar orientado pastoralmente, a facilitar una lectura razonable y creyente de la Escritura que
fortalezca la identidad cristiana del lector. Urge por lo tanto la utilización de métodos exegéticos,
que mediante teorías hermenéuticas apropiadas, favorezca el encuentro, y el diálogo con Jesús,
en el acto interpretativo de lectura. Teniendo en cuenta esta problemática exegética,
hermenéutica y pastoral, el presente proyecto de investigación pretende responder a una doble
interrogante; de orden metodológico-exegético por un lado y hermenéutico por otro:
La finalidad del estudio analítico consiste en dar respuesta a estas interrogantes, que se articula
en torno a los siguientes objetivos:
Objetivo General: Promover la aplicación del análisis narrativo al Evangelio de Marcos, mediante
la elaboración de técnicas que faciliten el diálogo de narrador y lector en la producción del
sentido.
Objetivos Específicos
1. Determinar la importancia del proceso histórico evolutivo del surgimiento de los diferentes
métodos exegéticos, tanto en la época moderna y posmoderna, para ubicar el método
narrativo.
2. Destacar la importancia que los métodos exegéticos tienen en algunos documentos oficiales
del Magisterio de la Iglesia, entre ellos la Constitución Dogmática “Dei Verbum” del Concilio
Vaticano II (1965), el Documento sobre la “Interpretación de la Biblia en la Iglesia” de la
¿Cuál es el método exegético que contribuye más eficazmente a
fortalecer la identidad cristiana del lector? ¿Cómo lograr a nivel
hermenéutico que el lector contribuya activamente en el proceso
interpretativo de un Evangelio dialogando con el mismo?
XV
Pontificia Comisión Bíblica (1993) y la Exhortación Apostólica Post-sinodal “Verbum Domini”
de Benedicto XVI (2010).
3. Definir la especificidad del método narrativo, en relación con el método histórico-crítico,
semiótico y retórico, para apreciar sus enormes aportes y percibir sus límites.
4. Diseñar pasos metodológicos, guía de análisis y técnicas específicas para aplicar el método
narrativo al Evangelio de Marcos 6,30-44.
XVI
1
CAPITULO I: EL METODO NARRATIVO Y SU APLICACION EN EL
ESTUDIO DE LOS EVANGELIOS
La interpretación de la Sagrada Escritura, es una tarea apasionante que tiene como
finalidad principal discernir la Revelación de Dios contenida en ella. Sin embargo, dicha
tarea exegética es una labor nunca concluida del todo. Así lo declara el documento de
la Pontificia Comisión Bíblica en su prefacio:
“El estudio de la Biblia es, de algún modo, el alma de la teología, dice el Concilio Vaticano
II (Dei Verbum, 24), en conexión con una frase de León XIII. Tal estudio no está nunca
completamente concluido: cada época tendrá que buscar nuevamente, a su modo, la
comprensión de los libros sagrados7.”
Desde la promulgación de la Constitución Dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano
II, la Iglesia Católica se ha comprometido de una manera oficial a utilizar los
instrumentos metodológicos proporcionados por la exégesis científica (Cfr. Dei
Verbum n. 12)8, con la finalidad de actualizar la “Verdad que por nuestra salud, quiso
Dios que quedara consignada en las letras sagradas” (DV n. 11).
Interpretar correctamente la Palabra de Dios contenida en la Biblia, ha sido una misión
evangelizadora continua en la Iglesia a lo largo de los siglos. Y en cada época han
destacado exegetas de notable calidad, que con los recursos exegéticos a su alcance,
han prestado un servicio encomiable a la comprensión y transmisión de la Palabra de
Dios contenida en los textos bíblicos.
La conciencia eclesial de que los libros sagrados, son una fuente inagotable de vida, le
ha llevado a la convicción que ningún método en sí mismo, puede dar cuenta de toda
la riqueza contenida en ellos (Cfr. PCB I, Ba). El método histórico-crítico que ha
predominado prácticamente en la exégesis bíblica, desde sus inicios (siglo XVII) hasta el
presente siglo, se ve hoy en día seriamente cuestionado. Así lo reconoce el documento
de la Pontificia Comisión Bíblica al afirmar que dicho método deja en la penumbra
muchos aspectos de los textos bíblicos que estudia (PCB I, Ba), y por ello justifica la
necesidad de ampliar la perspectiva integrando los nuevos métodos de análisis
literario, como el retórico, semiótico y narrativo; así como, otros acercamientos.
Para dar cuenta de la evolución de las diferentes metodologías que la ciencia exegética
propone hoy en día, entre ellas el uso de la narratología aplicada a los textos bíblicos,
se necesita un enfoque histórico. Eso es lo que se desarrolla a continuación centrando
7Pontificia Comisión Bíblica. 1993. La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Guatemala, Ediciones San Pablo. En
adelante cada vez que se cite se utilizarán las siglas PCB. 8En adelante se utilizarán las siglas DV y su respectivo numeral.
2
el interés en el tema principal de esta investigación: método narrativo e identidad en
Marcos 6,30-44.
1. Los métodos exegéticos y su desarrollo: del método histórico
crítico, al análisis narrativo
La variedad de metodologías y acercamientos exegéticos, que enriquecen la
investigación bíblica actual, responde a un proceso evolutivo. Hans De Wit9realiza un
interesante recorrido histórico que abarca desde la exégesis bíblica en el Antiguo
Testamento hasta la postmodernidad. Aunque éste no será el único autor al cual se
hará referencia, de todo el análisis que realiza De Wit, interesa sobre todo para ésta
investigación dos periodos, que serán descritos brevemente: moderno y
postmoderno10.Es en este último periodo, donde se ubica el método narrativo, objeto
principal del presente estudio. Al delimitar de esta manera el interés de la
investigación, comprenderá el lector, la razón por la que, temas tan interesantes e
importantes como: la exégesis judía del Antiguo Testamento y la del Nuevo, queden
prácticamente al margen.
1.1. Período moderno: hacia una lectura histórico-crítica de la Biblia
El redescubrimiento del sentido literal de los textos bíblicos hecho por la exégesis
escolástica, y su enriquecimiento realizado por el Renacimiento, el Humanismo y la
Reforma protestante, establecen según De Wit, los cimientos de una nueva
interpretación de la Biblia11 que se dará a conocer como exégesis histórico-crítica. Ha
empezado, la época moderna. Aunque para muchos estudiosos, es difícil dar una
definición simple de modernidad, ésta, se puede definir como:
“proceso de cambio social por el cual las llamadas sociedades tradicionales pasan a ser sociedades
modernas. Estas se caracterizan por una determinada estructura social, política y económica… pero
también por una cultura propia, que suele llamarse modernidad, cuyos rasgos principales son:
secularización, mentalidad científico-técnica, fe en el progreso, conciencia igualitaria, tolerancia y
mentalidad capitalista-burguesa12.”
9 Hans De Wit. En la dispersión el texto es patria. Universidad Bíblica Latinoamericana. San José Costa Rica. 2002. En
esta obra el autor presenta detalladamente la evolución que ha tenido la exégesis desde los tiempos bíblicos hasta la posmodernidad. 10
Lo más interesante del análisis de éste autor, consiste en que cada etapa o periodo de evolución exegética que presenta, lo enfoca como una respuesta a las demandas, interrogantes y anhelos de cada momento histórico. En otras palabras, la exégesis no se ha elaborado como un fin en sí misma, sino que se ha encarnado en cada periodo histórico, para actualizar la Palabra de Dios contenida en las Escrituras. 11 Hans De Wit. 2002. En la dispersión el texto… pp. 91 12
Casiano Floristán/Juan José Tamayo. 1999. Diccionario abreviado de pastoral. Verbo Divino. Navarra. pp. 299-300
3
Como muy bien ha señalado Joao Batista Libanio, moderno no se opone tanto a
antiguo, sino a tradicional13. El mismo autor señala algunas causas que hicieron posible
el nacimiento de la modernidad:
a) Surge como consecuencia del impacto que afectó la organización económico-
social de finales de la Edad Media.
b) El descubrimiento de América
c) La invención de la imprenta
d) Los descubrimientos de Galileo Galilei
e) La Reforma luterana, el Concilio de Trento14.
Estos y otros acontecimientos tuvieron, lógicamente, consecuencias para la
interpretación de la Biblia. Surge un serio conflicto entre la cosmovisión bíblica y la
moderna, entre fe y las ciencias que se irán diversificando y especializando cada vez
más. La Biblia será sometida a la crítica de la razón científica.
En esta nueva etapa de interpretación bíblica, un nombre sobresale para De Wit: Baruj
de Espinoza (1632-1677), y su “Tratado Teológico-Político (1670).”Varias son las
innovaciones que en materia de exégesis sobresalen en la parte teológica de su
tratado. Afirma De Wit que para Espinoza, la Biblia debe ser interpretada como obra
literaria, y que ha pasado seguramente por un proceso de crecimiento cuyo contexto
es la historia. Preguntas como: ¿quién fue el autor del texto?, ¿por qué ocurrió?, ¿en
qué tiempo ocurrió? y ¿en qué idioma fue escrito? Son las que en adelante guiarán el
análisis exegético de la Biblia15.
El estudio de la Sagrada Escritura deja de ser propiedad únicamente de la Iglesia, y
pasa de este modo a los grandes intelectuales de la época. Surge un nuevo ámbito de
lectura: además de la lectura de la Biblia de carácter popular, acrítica, realizada tanto
por católicos y protestantes, hay otra más racional, intelectual y crítica practicada en
ambientes especializados y académicos16. Todo esto trajo como consecuencia, la
separación, entre exégesis científica y predicación. Mientras que en el ámbito eclesial-
litúrgico, los sermones son: moralizantes, apologéticos y dogmáticos; en los círculos
académicos se va fraguando lentamente, a lo largo de los siglos XVII-XX una
metodología histórico-crítica para acercarse a la Escritura, que se va perfeccionando
cada vez más17, y por supuesto, desligada de toda labor pastoral.
13
Joao Batista Libanio. 2002. Teología de la revelación a partir de la modernidad. Ed. Dabar. México, D.F. pp. 121-149 14
Ibíd. 15 Hans De Wit. En la dispersión… pp. 93 16
Luis Mosconi. 1995. Hacia una lectura fiel de la Biblia. Dabar. México D.F. pp. 64-74 17 De la crítica literaria entendida como crítica de las fuentes, el método evolucionará, con la aparición de la crítica histórica, de las tradiciones, de las formas, de la redacción y la crítica textual.
4
Personajes clave como: Richard Simon (1638-1712), y su obra, “Historia crítica del
Antiguo Testamento”; Jean Astruc y sus “Conjeturas sobre el Génesis”18; Martin
Dibelius (1833-1947) y Rudolf Bultmann (1884-1976), entre otros, serán figuras
destacadas de este tiempo.
Es interesante la descripción que realiza Mosconi, de los principios tomados del
racionalismo y el positivismo que guiaron la interpretación de la Biblia en estos siglos:
a) “Sólo puede aceptarse de la Biblia lo que es racional, lo que puede ser demostrado por la razón.
Lo que va en contra de la razón es mito, invención.
b) Solamente pudo acontecer en la vida de Jesús lo que también hoy puede acontecer; no puede
haber diferencias. Así pues, si hoy la gente no puede caminar sobre las aguas, tampoco Jesús lo
hizo; esta fue una invención mentirosa de los primeros cristianos.
c) Nada sucede por casualidad. Todo tiene causa y efecto. Por ejemplo, ¿por qué fue proclamada
la resurrección de Jesús? ¿Cuáles fueron las causas? ¿Cuáles las intenciones?19”
Luego de haber realizado la descripción anterior (que no pretende en absoluto, ser
exhaustiva), sobre el contexto histórico del surgimiento de los métodos histórico-
críticos, así como, de algunos principios ideológicos que acompañaron su estadio
inicial, es conveniente analizar brevemente, algunas consecuencias positivas, que la
aplicación de dicha metodología, ha tenido para la comprensión de la Sagrada
Escritura; y la valoración que la Iglesia católica ha tenido, y tiene hoy, de los métodos
histórico-críticos. Las principales consecuencias para la interpretación bíblica, son las
siguientes:
a) Todo texto, incluso el bíblico, tiene historia. No ha caído del cielo ni ha surgido
de la nada. Es necesario analizar los textos bíblicos, dentro del amplio contexto
de la Economía de la Revelación salvífica de Dios.
b) Las tradiciones orales de los acontecimientos, son anteriores a su codificación
escrita. Esto permite, distinguir, el contexto de los acontecimientos y el de la
transmisión oral, del contexto de redacción.
c) La crítica literaria en el análisis de los Evangelios por ejemplo, ha revelado que
existió un proceso de tradición viva, manifestado en una serie de relecturas,
que desembocaron en los diferentes testimonios evangélicos.
d) Es necesario superar la visión a-crítica sobre temas como, la inspiración
considerada como dictado divino, revelación e inerrancia, manifestadas en una
lectura ingenua, literalista de la Biblia, aceptando la interdisciplinariedad como
principio hermenéutico, para dar cuenta de la múltiple riqueza de sentido
contenido en los textos bíblicos.
18
De las intuiciones de Astruc, nacerá en el ámbito académico, la hipótesis de las cuatro fuentes literarias del Pentateuco: Yavista, Elohísta, Deuteronomista y Sacerdotal. 19
Ibíd.
5
Ahora bien, en cuanto a la valoración que la Iglesia Católica ha tenido y tiene
actualmente de este método, se puede constatar lo siguiente:
a) Que, desde la Providentissimus Deus de León XIII; a la Constitución Dogmática
Dei Verbum, se ha valorizado cada vez más (aún a pesar de las serias reservas),
la importancia del método histórico-crítico para la interpretación de los textos
sagrados.
b) Se ha superado la lectura ingenua de los Evangelios comprendidos como
biografías modernas, al aceptar por primera vez a nivel del Magisterio Oficial de
la Iglesia Católica20, las tres etapas de formación de los Evangelios.
c) La Iglesia actualmente, en el Documento de la Pontificia Comisión Bíblica “La
Interpretación de la Biblia en la Iglesia”, ha puesto de relieve lo positivo y los
límites del método histórico-crítico, desde una perspectiva madura y
equilibrada, que muestra, sobre todo su validez (PCB I, A, 1-4)21.
d) Recientemente, el Papa Benedicto XVI en la Verbum Domini, ha vuelto a
confirmar la validez, del método histórico-crítico, siempre y cuando no esté
separado de los principios hermenéuticos de la Iglesia Católica (Cfr.
Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini n. 32-36)22.
Se puede concluir esta sección, afirmando con De Wit que:
“… el desarrollo de los métodos históricos ha significado una enorme riqueza. Pero también ha
habido pérdida. Como parte de esa pérdida consideramos el hecho de que, a causa de la
predominancia de los métodos históricos, se llegó a considerar la manera histórica de leer textos
como la única. En general no se le enseña a la o el estudiante de métodos de exégesis que el
método histórico es solo una manera de percibir y leer textos. Fácilmente se olvida que antes de
los métodos históricos y modernos, existían otros métodos de dialogar con los textos bíblicos. En
el judaísmo, en la Iglesia cristiana y sus bases, en el pueblo, se ha estado practicando durante
siglos otras maneras de conversar pre-modernas, pero no por eso menos creativas, ricas,
legítimas23
.”
La modernidad, como periodo histórico, ha aportado lo suyo, dando lugar frente a la
síntesis medieval de los cuatro sentidos de la Escritura, al surgimiento del enfoque
diacrónico de análisis bíblico, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo.
20
El documento al que hacemos referencia, es la Instrucción “Santa Madre Iglesia” que la Pontificia Comisión Bíblica promulgó el 21 de abril de 1964 (Cfr. n. 6-9); y que sirvió de fuente, para la redacción de la Dei Verbum n. 19. 21En este capítulo del documento, que recomiendo leer, se habla de la historia del método, sus principios, se describe su proceso operativo y al final se evalúa críticamente. 22 Para citar en adelante esta exhortación, se utilizará las siglas VD y su respectivo numeral. 23
Hans De Wit. 2002. En la dispersión… pp. 150
6
1.2. Métodos diacrónicos
En el análisis de un texto, existen dos alternativas para el intérprete. Puede analizar el
texto en su estadio final, o bien preguntarse: desde que aconteció lo descrito en el
Evangelio Marcos, por ejemplo, el llamado de los primeros discípulos (Mc 1,16-20),
hasta su inclusión en el mismo, ¿cuál ha sido el proceso histórico? ¿Hubo tradición
oral? ¿Correcciones de otros escritores? ¿Habría añadidos, reformas etc.? Plantearse
estas preguntas es moverse en el análisis diacrónico de los textos bíblicos. Es entrar en
su prehistoria24.
Según lo anterior, puede describirse el análisis diacrónico de la siguiente manera:
“La aproximación o el estudio diacrónico de los textos consiste en ver si remiten a tradiciones
orales, si son el resultado de varias redacciones sucesivas en el tiempo, si algunos pasajes son
anteriores y otros posteriores (lo que puede ir desde varios decenios, para el Nuevo Testamento,
a varios siglos, para el Antiguo Testamento)25.”
El método histórico-crítico, está compuesto en su procedimiento de los siguientes
métodos diacrónicos:26
a) Crítica textual: La crítica textual apunta a establecer un texto tal como salió de
la pluma de su autor. Para hacer esto hay que reunir varios manuscritos de un
mismo texto, cotejando las variantes, determinando el grado de parentesco
entre algunos manuscritos, intentar reconstruir sus familias y establecer, si es
posible, el árbol genealógico de los manuscritos y sus familias.
b) Crítica histórica: Un gran número de libros bíblicos narran historia. La crítica
histórica trata de encontrar la verdad histórica de estos relatos. Tan excesivo es
negar a todos estos textos bíblicos cualquier valor histórico como afirmarlo a
cualquier precio.
c) Crítica literaria: es aquella que trata el texto bíblico como obra literaria. Exige
investigación seria, científica y bien articulada, con normas precisas27. La crítica
literaria discierne el comienzo y el final de cada unidad textual; verificando su
coherencia interna (PCB I, A, 3b).
d) Crítica de la redacción: Llamada también historia de la redacción de un libro, da
cuenta de su unidad interna y de su coherencia, mostrando cuál era la finalidad
del autor, sus tesis principales y a quién se dirigía28.
24
Antonio M. Artola/José Manuel Sánchez Caro. 1995. Biblia y Palabra de Dios. Introducción al estudio de la biblia 2. Verbo Divino. España. pp. 383 25
Jean-Noël Aletti, Maurice Gilbert, Jean-Louis Ska, Silvie de Vulpillieres. 2007. Vocabulario razonado de la exégesis bíblica. Instrumentos para el estudio de la biblia XV. Verbo Divino. España. pp. 45 26
Ibídem. pp. 33-37. De este vocabulario extraeremos algunas de las definiciones. 27 Luis Mosconi. Hacia una lectura fiel… pp. 124-134 28
Vocabulario razonado… p. 37
7
e) Crítica de las formas: llamada también crítica de los géneros literarios, es la que
procura determinar las diferentes formas literarias, así como su ambiente de
origen o contexto vital, rasgos y evolución (PCB I, A, 3b).
Esta manera diacrónica de analizar los textos sagrados, ha significado un gran avance.
La predicación y la catequesis, se han visto enormemente beneficiadas. Pero no por
eso está exento de una mirada crítica. Varios son los límites que se pueden resaltar:
a) En la práctica exegética, el método, se ha orientado a buscar la intención del
autor, como su objeto principal. Tal pretensión desemboca en la oposición
entre objetividad y subjetividad29. Al absolutizar la intención del autor como
único principio hermenéutico (hermenéutica del autor), se limita el carácter
polisémico de los textos inspirados buscando un solo sentido.
b) El texto es tratado como un objeto, del cual hay que distanciarse, cerrando
toda posibilidad de diálogo30. De esta manera se crea una brecha entre
exégesis científica y vida pastoral. El ejercicio exegético se convierte, según
Schökel, en una actividad aséptica, clínica, que interesa pero no importa nada
para la vida31.
c) La objetivación del sentido en el texto lo vuelve un objeto del pasado
inalcanzable para el cristiano común, al que sólo puede acceder el especialista,
el exegeta de profesión. La puerta de acceso a la intención del autor se cierra.
Ésta quizá, es la crítica que como justa protesta, se ha escuchado en ámbitos
exegéticos latinoamericanos.
d) Toda la praxis exegética histórico-crítica se ha venido desarrollando dentro de
un paradigma literario; el cual hoy día es seriamente cuestionado, por el
surgimiento del paradigma oral, que invita a replantearse nuevamente una
serie de hipótesis, que subyacen como ejes teóricos en el estudio crítico, tanto
del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Todas las limitantes, señaladas anteriormente, ponen en guardia ante la pretensión de
absolutizar los métodos diacrónicos de interpretación bíblica. Si bien es cierto que el
método histórico-crítico seguirá siendo la base científica, indispensable y sólida, sobre
la cual se deberá apoyar necesariamente cualquier otro método exegético. También es
cierto que descuida, no concluye la tarea que constituye su fin primordial: hacer
relevante, para la comunidad creyente de hoy, la Palabra de Dios contenida en los
textos, la cual sea dicho de paso, nunca será plenamente objetivable ni codificable, y
29
Luis Alonso Schökel, J. M. Bravo. 1997. Apuntes de Hermenéutica. Trotta. Madrid. pp. 30-31. El autor muestra de manera convincente, que la pretensión de objetividad, crea una distancia entre el lector y el texto que analiza, dejándolo fuera prácticamente en cuanto sujeto. 30 La Dei Verbum, subraya el carácter dialogal de la Revelación de Dios, al decir que, en los textos sagrados el Padre movido por su gran amor, sale al encuentro de sus hijos, para dialogar con ellos. La Escritura no es un objeto arqueológico, no es un monumento del pasado, sino Palabra Viva y actual. 31
Ibíd. Apuntes de Hermenéutica… pp. 31
8
siempre trascenderá los textos escritos, porque esa Palabra, la única que recorre toda
la Escritura es: Jesucristo (Jn. 1,1.14). En conclusión, se puede decir, que, dado, el
carácter polisémico de los textos bíblicos, se exigen hoy en día nuevos métodos y
acercamientos exegéticos que sean capaces de complementar la tarea que los
métodos diacrónicos dejan inconclusa. De eso se hablará en los apartados siguientes.
1.3. Período posmoderno
Es necesario reconocer con De Wit que el “fenómeno de la posmodernidad no es fácil
de comprender32.” En efecto, reconoce el autor que algunas veces el término ha
tomado un tinte negativo calificándolo como libertinaje33. Sin embargo, a pesar del uso
negativo del término, De Wit, afirma que “el concepto posmodernidad tiene sentido y
representa todo un movimiento que tiene sus ramas y representantes en la
arquitectura, el arte, la filosofía y también la hermenéutica34.”
Ahora bien, dado que la hermenéutica y los métodos exegéticos aplicados a la Sagrada
Escritura no se realizan al margen de la historia, sino al interior de la misma, es lógico
pensar que si el modernismo dejó huella profunda en la lectura y comprensión de la
Biblia, la posmodernidad también. Es lícito por lo tanto, hablar de: métodos de
exégesis posmodernos. Es interesante la definición que propone el autor al que se ha
hecho referencia líneas arriba:
“Por métodos de exégesis posmodernos queremos entender aquellos métodos cuyo primer
interés no se dirige a la exploración de la referencia histórica o la génesis del texto, sino a otros
aspectos del texto: el texto como obra literaria; el texto como relato; el texto literario como obra
de arte; el papel del lector o la lectora en el proceso de comprensión; el proceso de lectura; el
peso del contexto actual, etc35
.”
En resumen, se puede decir que, si la hermenéutica y exégesis modernas, se
caracterizaron por buscar la objetivación del sentido pretendido por el autor en el
texto, la hermenéutica y exégesis posmodernas defienden a su modo que en los textos
bíblicos siempre hay una reserva de sentido, que no se podrá objetivar del todo, ya
que dichos textos son fundamentalmente polisémicos. Se ha pasado, usando las
palabras de Alonso Schökel, de una hermenéutica de autor, a una hermenéutica del
texto36.
Mientras que el modernismo realizaba preguntas al texto bíblico, tales como: ¿Quién
es el autor?, ¿en qué época se escribió?, entre otras muchas, pero todas ellas de
carácter histórico. Las preguntas al texto que surgen de la exégesis posmoderna toman
32
Hans De Wit. En la dispersión el texto… pp. 311 33 Ibídem. 34
Ibídem. 35 Ibídem. p. 313 36
Luis Alonso Schökel, José María Bravo. Apuntes de Hermenéutica. pp. 27-36.
9
en cuenta aspectos descuidados por los métodos histórico-críticos: “¿Cuáles son los
efectos que ejercen los textos en su auditorio? ¿Cuáles son las políticas y estrategias
de lectura adecuadas? ¿Cuál es realmente el potencial transformador de un texto?37”
En otras palabras, si en la modernidad los textos bíblicos son tratados como objetos de
estudio, en la posmodernidad, serán tratados como sujetos con los cuales se puede
dialogar e interactuar38. El método histórico-crítico, será completado en su proceso
metodológico (esencialmente diacrónico) denominado: crítica literaria; por el
surgimiento de los llamados “nuevos métodos de análisis literario” (PCB I, B), todos
ellos, sincrónicos.
1.4. Nuevos métodos de análisis literario
Para comprender adecuadamente el aporte de los nuevos métodos de análisis
literario, es necesario distinguirlos de la crítica literaria. De Wit reconoce que existe
cierta confusión entre ambos términos y que es preciso no confundirlos:
“Es importante señalar que el término literario, tal y como se usa dentro de la ciencia de
literatura, se opone al método de la crítica histórica. Las y los críticos literarios consideran que la
crítica histórica es demasiado atomizante e historicista. La crítica histórica, por más que se llame
crítica histórico-literaria, no hace justicia al texto literario, así opina la ciencia de la literatura. Un
texto literario – entre ellos los textos bíblicos – debe considerarse en primer lugar como una obra
de arte única e integral; una obra de arte única y holística (entera, comprehensiva)39
.”
De acuerdo con la distinción que hace De Wit, se puede matizar aún más la diferencia
entre crítica literaria y análisis literario:
a) La crítica literaria es un método diacrónico que se preocupa más de las etapas
de formación de los textos que de su estadio final. Estudia la coherencia e
incoherencias de los textos para determinar cuáles fueron las fuentes que el
autor utilizó, trata de definir también las diferentes formas literarias así como
su contexto vital, para luego concluir con la crítica de la redacción. Sin
embargo, en ésta última fase, la crítica histórico-literaria solamente parece
precisar, de manera detallista, lo que se puede considerar tradicional y lo que
es redaccional. Es decir, aún en esta sección, que es sincrónica, no le presta
atención al texto como tal, sino solamente a su prehistoria. La teoría
hermenéutica que subyace en el fondo de todo el trabajo exegético es la del
autor (se considera que para interpretar adecuadamente los textos, hay que
buscar cuál fue la intención del autor).
37
En la dispersión el texto…. p. 316 38 El Concilio Vaticano II en la Constitución Dogmática Dei Verbum, ha subrayado que en la lectura de los textos bíblicos, sucede un diálogo salvador entre Dios y el ser humano. “En los Libros sagrados, el Padre, que está en el
cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos.” (DV 21). 39
De Wit. En la dispersión el texto… pp. 319-320
10
b) Los métodos de análisis literario, son fundamentalmente sincrónicos, no se
preocupan de etapas anteriores orales, ni de redacciones parciales, sino de los
textos tal y como quedaron en su estadio final. Esto con la finalidad de analizar
aspectos de los textos que la crítica histórico-literaria descuida, tales como: su
estructura, la trama, intriga, narrador, escenarios, tiempo, entramados
verbales, personajes, el efecto retórico sobre el lector, entre otros. La teoría
hermenéutica que subyace en el trabajo exegético, es la del texto (la cual
afirma que los textos una vez que son escritos, adquieren independencia y
autonomía respecto de su autor histórico).
Estos métodos sincrónicos, surgidos en la posmodernidad, son el resultado de la
llamada “Nueva crítica”, que desde los años 1930 a 1960, fue la corriente
norteamericana de mayor relieve, en la ciencia literaria40.
1.5. Definición de método sincrónico
Una vez, señalada la diferencia entre crítica literaria y análisis literario; es necesario
definir lo que se entiende por método sincrónico. Para autores como Wim Weren,
hablar de sincronía es hablar de contemporaneidad, de algo que coincide con el
tiempo41. El término sincronía fue introducido por F. de Saussure (1857-1913), como
término técnico en lingüística42.
Es interesante la manera en que concibe Weren la tarea del análisis sincrónico en la
teoría literaria, y por eso se reproduce a continuación a la letra:
“En este campo literario, el término (investigación “sincrónica”) se utiliza cuando se esclarecen
las relaciones entre los elementos constitutivos de un texto. Para ello, tenemos que
concentrarnos en un libro o pasaje particular, tal como lo tenemos ante nosotros, sin
preocuparnos por la cuestión de su historia, dejando de lado la posible existencia de estratos
anteriores o posteriores. En los que de algún modo aparecen sus temas. A través de una lectura
sincrónica intentamos desvelar los modelos de organización de un texto, haciendo visibles sus
líneas de significado. En ese fondo, resulta iluminador el hecho de que el término latino textus
(texto) está vinculado con “tejido” o tela (como muestran otros términos emparentados como
“textil” o “textura”). En una aproximación sincrónica, un texto aparece como un todo coloreado
en el que se van entretejiendo en forma unitaria diversos hilos. Por eso es importante la función
activa de los lectores, una de cuyas tareas fundamentales es la de relacionar entre sí los diversos
componentes de un texto. A partir de esos componentes obtenemos una visión de conjunto del
tipo de texto que estudiamos, entendido como un todo; por su parte, el todo del texto arroja su
luz sobre los diversos componentes43
.”
40
De Wit… pp. 324-325 41Wim Weren. 2003. Métodos de exégesis de los Evangelios. Instrumentos para el estudio de la Biblia. Verbo Divino. Navarra, España. pp. 15-17 42 Ibídem. 43
Ibídem.
11
De toda la tarea exegético-literaria que describe el autor, la más interesante es la que
trata sobre el papel activo de los lectores en la búsqueda del sentido de los textos.
Mientras que en el análisis diacrónico se le pide al lector, al exégeta, que se distancie
de los textos para tratarlos científicamente, con precisión y objetividad. En el análisis
sincrónico se le pide al exégeta lector, como requisito fundamental, que se relacione e
interactúe con los textos. En el análisis sincrónico, el lector, el intérprete, no queda al
margen, ni en la imposible y pretendida neutralidad, sino que se relaciona con los
textos bíblicos desde la subjetividad que marca su humanidad y con todo lo que ello
implica44.
Aunque los métodos de análisis diacrónico precedieron en el tiempo a los sincrónicos,
sin embargo, en la práctica exegética, se recomienda empezar con el análisis
sincrónico. Es necesario partir del texto, para luego investigar cuál fue la historia del
mismo. A nivel pastoral, la sincronía tiene la ventaja de poner al creyente en contacto
directo con los textos bíblicos, y solamente después con las informaciones
extrabíblicas proporcionadas por los análisis diacrónicos. El gusto, el amor, por la
lectura atenta de los textos, será seguramente el resultado en las comunidades
cristianas. No se trata de poner al creyente a optar, sino en la tarea de complementar
ambas formas de análisis bíblico.
Una vez, distinguido, definido, descrito y valorado, el proceso exegético de lectura
sincrónica de los textos bíblicos, propio de los nuevos métodos de análisis literario; se
puede pasar ahora, al estudio concreto de tres métodos sincrónicos: el retórico, el
semiótico y narrativo (tema central de ésta investigación)45.
1.6. Análisis Retórico
El documento de la Pontificia Comisión Bíblica, sobre la Interpretación de la Biblia en la
Iglesia, define y describe el análisis retórico, en el marco del inciso dedicado a la
presentación de los nuevos métodos de análisis literario (PCB I, B, 1). Empieza el
documento, definiendo lo que se entiende por retórica, así como la justificación de su
uso, en la exégesis bíblica:
“La retórica es el arte de componer un discurso persuasivo. Puesto que todos los textos bíblicos
son en algún grado textos persuasivos, un cierto conocimiento de la retórica forma parte del
instrumentario normal del exegeta.” (PCB I. B. 1b).
44
Al orientarse por una hermenéutica del texto (según se ha definido en esta investigación), el exegeta, y cualquier lector (predicador, catequista), que se acerque sincrónicamente a los textos bíblicos, descubrirá sentidos que van más allá de los pretendidos por el autor humano. 45 Para lo que sigue tomaré entre otros, los conceptos fundamentales, que sobre estos métodos proporciona el Documento de la Pontificia Comisión Bíblica “La Interpretación en la Iglesia.” I, B, 1-3.
12
La retórica no es algo nuevo en sí, porque como afirma De Wit, era, una práctica
común en la antigüedad, ya que desde el año 400 a.C. era algo conocido en Atenas46. A
esto se refiere seguramente la Comisión Bíblica, cuando dice que el análisis retórico no
es algo nuevo en sí mismo, aunque sí, su uso sistemático para la interpretación de los
textos bíblicos (PCB I, B, 1a). Se pueden distinguir tres formas de acercamiento a los
textos desde el punto de vista retórico:
a) El primero se fundamenta en la retórica clásica greco-latina. El exegeta que la
utiliza, está convencido de la enorme influencia que la retórica helenística
tenía, en el tiempo en que se redactaba el Nuevo Testamento; y por ello cree
que puede ser un instrumento útil, para analizar mejor ciertos aspectos de
estos escritos.
b) La segunda manera de acercarse a los textos bíblicos, desde una perspectiva
retórica, hace énfasis en los procedimientos semíticos de composición. En
efecto, tales procedimientos como: la composición simétrica, los paralelismos,
permiten captar en profundidad la estructura de los textos bíblicos
permitiendo, una mejor comprensión de los mismos.
c) Si el primer acercamiento se basa en la retórica clásica, y el segundo en la
semítica; el tercero se fundamenta en la llamada nueva retórica; la cual más
que detenerse y reducir su estudio a los aspectos estilísticos del texto, quiere
sobre todo discernir el porqué de la eficacia del lenguaje bíblico, para
comunicar ciertas convicciones de fe. Para llevar a cabo este objetivo, se sirve
de varias disciplinas como: la lingüística, la semiótica, la antropología y la
sociología, las cuales le proporcionan un marcado talante dialogal, e
interdisciplinar (PCB I, B, 1e-g).
El aporte sobre todo del tercer acercamiento, es enorme. La Comisión Bíblica
refiriéndose a esto concluye que:
“La “nueva retórica” tiene razón de llamar la atención sobre la capacidad persuasiva y
convincente del lenguaje. La Biblia no es simplemente un enunciado de verdades. Es un mensaje
dotado de una función de comunicación en un cierto contexto, un mensaje que comporta un
dinamismo de argumentación y una estrategia retórica.” (PCB I, B, 1j).
Dada la tendencia de la Comisión a no absolutizar ningún método de exégesis bíblica,
era de esperar que junto a los aportes del análisis retórico, se pusieran en evidencia
sus límites. De los cuatro interrogantes que plantea (PCB I, B, 1k), llama la atención
sobre todo el cuarto, que previene sobre el peligro de atribuir a los textos bíblicos una
estructura retórica demasiado elaborada. Como una posible respuesta a tal
planteamiento, se podría decir que, según la teoría hermenéutica de la autonomía del
texto, no debe extrañar si el exegeta percibe en los textos relaciones de sentido que
46
En la dispersión el texto es patria… pp. 363
13
posiblemente van más allá de los pretendidos por el autor. Tales interrogantes,
concluye el documento, no deben de llevar a la no utilización del método, sino a
utilizarlo con discernimiento.
El análisis retórico está aún aplicándose a los Evangelios, mientras que en otros
escritos neotestamentarios, como las cartas de Pablo, existen buenos ensayos. En lo
que respecta a los Evangelios, merece la pena mencionar un estudio de Gerd
Theissen47, en el que, desde una perspectiva socio-retórica, sostiene que los Evangelios
son el resultado de la interacción entre los evangelistas y las comunidades en las
cuales estaban inmersos como dirigentes48.Es interesante el lugar que concede
Theissen al análisis socio-retórico de los Evangelios. Para él constituye “una síntesis de
la crítica de las formas y la historia de la tradición, por un lado, y de la crítica de la
redacción y literaria, por otro49.” En otras palabras, los evangelios, no son escritos
neutrales, aislados y sin capacidad persuasiva; son por el contrario, escritos
persuasivos, que quieren provocar determinados efectos en las comunidades de
origen, y en todo lector, que esté dispuesto a dejarse interpelar existencialmente por
su mensaje.
Dos cosas están en discusión actualmente sobre el análisis retórico: por un lado si se le
puede dar el estatus de método exegético, y por otro, cuáles son, sus tareas
específicas, que marquen su diferencia y especificidad, respecto de otros análisis
literarios. El análisis retórico, en efecto, comparte con los métodos histórico-críticos, el
principio hermenéutico de que la intención del autor es fundamental para la
determinación del sentido de los textos bíblicos; es decir, se trata de señalar cuál era la
intención retórica del autor. Pero se distancia a la vez de dichos métodos porque
involucra aspectos como: la intuición, el sentimiento y la imaginación, considerados
por los histórico-críticos como marginales. Comparte así mismo con la crítica de las
formas la búsqueda del contexto vital (Sitz im Leben) de los textos, pero a la vez se
distancia de ella, porque no busca dicho contexto solamente como información
histórica, sino como contexto retórico, para imaginar el efecto y la manera como sería
oído dicho texto.
Intención retórica, la disposición de los elementos del texto y el contexto retórico son
fundamentales en el análisis retórico, pero no existe un consenso en los pasos del
procedimiento.
47 G. Theissen. 2002. La redacción de los evangelios y la política eclesial. Un enfoque socio-retórico. Verbo Divino. Estella (navarra). 48 Ibíd., p. 11 49
Ibíd.
14
1.7. Análisis Semiótico
Fue el lingüista suizo, Ferdinand de Saussure, como señala el Documento de la
Pontificia Comisión Bíblica quien, a inicios del siglo XX, diseñó la teoría de que toda
lengua es un sistema de relaciones que está sujeto a determinadas reglas (PCB I, B, 3a).
A partir de los estudios de Saussure, y los de muchos otros lingüistas y literatos, entre
ellos J. Greimas (y la escuela de París de la cual es fundador), ha ido desarrollándose y
perfilándose lo que se llama actualmente análisis semiótico o estructuralista.
¿Qué se entiende por análisis semiótico o estructuralismo? Se puede proponer para
iniciar la definición recogida por De Wit:
“Por estructuralismo entendemos una aproximación al texto literario que se interesa en primer
lugar en la configuración interna de los elementos del texto50.”
La definición anterior habla sobre el interés del análisis estructural: la configuración
interna de los elementos del texto, es decir, su estructura. El término “estructura”,
(explica más adelante el autor), procede del mundo de la construcción y de la
arquitectura51. Esto es importante y, aplicado a los textos, sugiere que hay en ellos un
sistema de relaciones controlable y fijo52. Esta definición de De Wit orienta sobre el
objetivo fundamental del método, así como también el procedimiento que sigue, al
estudiar los textos bíblicos.
Para lograr dicho objetivo (analizar detalladamente la estructura interna de los textos),
el Documento de la Pontificia Comisión Bíblica (que en lo que sigue utiliza el método
propuesto por J. Greimas), habla de tres principios o presupuestos fundamentales: 1)
Principio de inmanencia 2) Principio de estructura de sentido y 3) Principio de la
gramática del texto. También habla el Documento de tres niveles para acceder al
contenido global de un texto: El nivel narrativo, discursivo y lógico semántico (PCB I, B,
3b-g).
Como se podrá dar cuenta el lector, el análisis semiótico no se interesa en la
prehistoria del texto, no pregunta por las fuentes ni por el proceso de evolución de sus
perícopas, ni por lo que en la redacción se puede considerar tradicional y propio del
autor (todo esto es lo que analiza el método histórico-crítico); tampoco, profundiza en
la intención retórica del autor, ni inquiere en los posibles efectos que pudo provocar
en el auditorio original (todo ello competencia del análisis retórico) y actual.
Solamente le interesa el texto y nada más que el texto en su estadio final.
Una de las ventajas que conlleva la aplicación del método semiótico a la Biblia, es que,
se puede aplicar a la mayor parte de textos, sean éstos narrativos o pertenezcan a
50
Hans De Wit. En la dispersión el texto… p. 335 51 Ibíd., p.333 52
Ibíd., p.334
15
otros géneros literarios. Quizá por esta razón, entre otras por supuesto, el Documento
de la Comisión Bíblica diga que:
“Si el análisis semiótico no se pierde en los arcanos de un lenguaje complicado, sino que es
enseñado en términos simples y en sus elementos principales, puede dar a los cristianos el gusto
de estudiar el texto bíblico y de descubrir algunas de sus dimensiones de sentido, sin poseer
todos los conocimientos históricos que se refieren a la producción del texto y a su mundo socio-
cultural. Puede también demostrarse útil en la pastoral misma, por medio de una cierta
apropiación de la escritura en medios no especializados.” (PCB I, B, 3k).
Ahora bien, lo que se considera ventaja en ámbitos pastorales, puede traer consigo la
tentación (dada la filosofía estructuralista, en la cual se inspira el método), de negar
toda referencia extratextual, lo que llevaría a hablar no tanto de autonomía del texto,
sino de la absolutización del mismo. Pero lo más grave aún no se ha dicho, ya que
según la Comisión Bíblica: “Existe el grave riesgo, entre quienes utilizan el análisis
semiótico, de quedarse en un estudio formal del contenido, y no de explicitar el
mensaje de los textos.” (PCB I, B, 3j). La finalidad teológica, eclesiológica de todo el
ejercicio exegético, quedaría de este modo gravemente mutilada.
Por lo tanto, conseguir el justo equilibrio en la interpretación de la Biblia, mediante
una metodología exegética inspirada en principios hermenéuticos correctos, que no
olvide los textos por interesarse demasiado en su prehistoria (diacronía); ni tampoco
olvide la historia, por centrarse en los textos (sincronía), y que además, no margine al
lector actual, sino que lo tome en cuenta como coproductor de sentido, en fin, que no
separe trabajo exegético y reflexión teológica, constituye uno de los mayores desafíos
para la exégesis actual. ¿Será el análisis narrativo, la opción metodológico-exegética,
que logre dicho equilibrio? Responder esta pregunta es el propósito del siguiente
capítulo.
16
CAPITULO II: ANALISIS NARRATIVO Y SU APLICACION AL EVANGELIO DE
MARCOS
¿Qué se entiende por análisis narrativo? En líneas generales, se puede definir, el
análisis narrativo, no en sí mismo, sino aplicado a los textos bíblicos, como: el análisis
exegético que utiliza los principios de la teoría narrativa, para interpretar la Sagrada
Escritura en cuanto testimonio de Salvación en forma de relato. Aunque ciertamente,
no toda la escritura es narrativa, ya que coexisten en su interior una diversidad de
formas literarias; es necesario reconocer como lo hace Gloria Heras Oliver, que:
“la estructura final de la Biblia sí es narrativa, y su forma final es la de una historia narrada con un
comienzo – el Génesis – y un final – el Apocalipsis53
.”
La Pontificia Comisión Bíblica reconoce el gran beneficio que presenta la utilización del
análisis narrativo para la exégesis bíblica, dada la naturaleza narrativa de un gran
número de textos que la componen (PCB I, B, 2h). Ahora, en el caso concreto de los
Evangelios que bien pueden definirse como confesiones de fe sobre Jesús en forma de
relato54, la aplicación de la ciencia narratológica ha constituido una nueva manera de
profundizarlos e interpretarlos en los últimos treinta años. Es una nueva forma de
acercarse a los Evangelios, porque, efectivamente, como reconoce Marguerat, el
estudio científico de la narratividad es algo reciente. Si los narratólogos, tanto
europeos como americanos, hicieron sus publicaciones alrededor de los años sesenta y
setenta del siglo pasado, su aplicación a las narraciones bíblicas no se produjo, sino
diez años más tarde55.
En el campo bíblico, la aplicación de la narratología, tiene para Marguerat un nombre:
Robert Alter56, quien en 1981 publicaba su libro (El arte de la narrativa bíblica). El
impacto de la obra de Alter fue notorio, ya que las preguntas planteadas a los textos
de la Biblia Hebrea, que es en donde aplica sus estudios, no eran habituales en la
exégesis bíblica57. Otros autores como Shimon Bar-Efrat, que también analiza el arte
narrativo bíblico, afirman que las primeras percepciones del arte narrativo de la Biblia
se remontan hasta el mismo Hermann Gunkel (1832-1932):
53
Gloria Heras Oliver. 2001. Jesús Según San Mateo. Análisis Narrativo del primer Evangelio. Eunsa. Pamplona. España. p. 40 54
Digo esto, porque estamos acostumbrados a leer, en diversas obras exegéticas y comentarios sobre los evangelios, que pertenecen éstos al género “biografía antigua”, sin embargo para otros autores como tendremos ocasión de ver más adelante, los evangelios deben ser considerados como verdaderas confesiones de fe, en forma narrativa. 55
Daniel Marguerat, Yvan Bourquin.2000. Cómo leer los Relatos bíblicos. Presencia Teológica 106. Sal Terrae. Santander. p. 12 56
Ibíd., p. 19 57Ibíd. Los interrogantes aplicados a los textos bíblicos del Antiguo Testamento, son según estos autores las siguientes: ¿Cómo compone el narrador las escenas? ¿Cuál es la función del diálogo en el relato? ¿Para qué sirven las repeticiones en una historia? ¿Qué saber se comunica al lector y qué se le oculta? ¿Cómo hace intervenir el narrador a los personajes y cómo los hace evolucionar?
17
“Al examinar los relatos del Génesis, Gunkel aseguraba que quien no prestara atención a su
forma artística, no sólo se privaría de un considerable placer estético, sino que además no podría
penetrar en su significado… En la tercera parte de su introducción al Génesis, Gunkel trató
aspectos tales como la simplicidad de estilo, estructura interna, número de personajes y su
caracterización, relación entre trama, diálogo y descripción, aspectos de la trama y ausencia de
evaluación explícita58
.”
Efrat reconoce que a Gunkel se le conoció, más por el aporte de la crítica de las formas
literarias, que por su apreciación personal, de la belleza narrativa del Génesis, aspecto
éste, que prácticamente quedó al margen, pasando desapercibido por los estudiosos.
Si bien es cierto que hay que reconocer las intuiciones de Gunkel, también lo es, que
él, por mucho que se hubiera fijado en los detalles narrativos de la Biblia, no poseía las
herramientas metodológicas que le permitieran sistematizar sus intuiciones.
Los estudiosos, a los cuales se ha hecho referencia anteriormente, centraron el
resultado de sus intuiciones e investigaciones narratológicas en los escritos
veterotestamentarios. Pero ¿cuándo empezó a ser aplicado el análisis narratológico al
Nuevo Testamento y, más concretamente, al Evangelio de Marcos? Para Daniel
Marguerat los pioneros en aplicar el análisis narrativo al Evangelio de Marcos, fueron:
David Rhoads y Donald Michie, en su libro: “Marcos, una historia”, que tenía como
principal característica, entre otras, ser el primer estudio que explicaba narrativamente
un libro bíblico en su conjunto59. Es decir, ya no se trataba solamente de seleccionar
algunos textos y aplicarles este análisis, sino que ahora se aplicaba por primera vez a
una obra bíblica en su totalidad.
Es significativo a su vez que haya sido Marcos el Evangelio elegido para la aplicación de
lo que definió Rhoads como: análisis narrativo60; esto no hacía más que coronar el
proceso de recuperación de este Evangelio, que había iniciado la exégesis histórico-
crítica en el modernismo61.Desde esta época, la exégesis tradicional histórico-crítica ha
venido aplicando al Evangelio de Marcos, de manera diacrónica, las conclusiones de la
investigación crítico-textual, de la crítica literaria (búsqueda de fuentes, géneros
literarios, contexto vital de las tradiciones), crítica redaccional e histórica; por otra
parte, expertos como Juan Mateos en colaboración con Fernando Camacho, han
realizado a finales del siglo pasado, grandes y originales comentarios sincrónicos,
mediante análisis lingüísticos al Evangelio de Marcos, que han puesto de manifiesto
sus grandes riquezas de sentido; sin embargo, aspectos de este Evangelio, tales como:
58
Shimon Bar-Efrat. 2003. El arte de la narrativa en la Biblia. Ed. Cristiandad. Madrid. p. 11 59Marguerat…, p. 19-20. Es sumamente interesante, la historia que se cuenta aquí, ya que todo surge de la invitación que Rhoads, hace al profesor de literatura inglesa y colega D. Michie, a su curso bíblico, para que enseñe a los estudiantes a leer el Evangelio de Marcos como se leería una novela. Es precisamente, de este encuentro interdisciplinario, entre exégesis y literatura, que nace el proyecto de escribir dicho libro. 60
Rhoads, fue el primero en hablar de “análisis narrativo”. Cfr. Marguerat. o. c., p. 20 61 En efecto, es de sobra conocido, que desde la época patrística, hasta la escolástica, el Evangelio de Marcos fue el menos comentado, ya que se tendía a considerarlo, desde Agustín, como un resumen de Mateo.
18
la voz narrativa que conduce al lector, la intriga, la caracterización de los personajes, el
mundo del relato, los escenarios, la focalización, la trama narrativa, entre otros, que ya
se han aplicado en los últimos treinta años, y se siguen profundizando, revelan un
detalle que no puede pasarse por alto en el análisis literario crítico formal (diacrónico),
y teológico redaccional (sincrónico): la calidad de los narradores que transmitieron los
recuerdos sobre Jesús, en la comunidad de Marcos, y su capacidad de involucrar no
solamente al auditorio original, sino a todo posible lector, en el mundo del relato,
mediante estrategias de alto nivel, que se perciben en la composición narrativa, del
Evangelio en su versión escrita y canónica62.
Por último, y pese a todos los frutos fecundos que ha dado el análisis narrativo, es
necesario decir que la investigación sobre la narratividad de los Evangelios no es
creación de los biblistas, sino que parte de presupuestos teórico-literarios que se
fueron elaborando por especialistas franceses, alemanes y estadounidenses, y que
luego fueron aplicados a la investigación exegética63. Algunos de estos presupuestos
teóricos, serán expuestos a continuación.
2. Presupuestos teórico-literarios del análisis narrativo
El primer presupuesto teórico que hay que aclarar es el concepto literario narración, y
sus elementos constitutivos. Desde una perspectiva antropológica, es fácil comprender
el papel que juega la narración en la vida. En efecto como afirma G. Oliver: “toda
persona relata infinidad de narraciones a lo largo de su vida para comunicarse con los
demás64.” Sin embargo, cuando dicha experiencia se trata de conceptualizar desde una
perspectiva científica mediante la pregunta ¿qué es la narración?, surgen dificultades,
ya que son conceptos lingüísticos, que difícilmente se pueden encerrar en un
enunciado preciso y conciso65. Esta dificultad, no obstante, ha llevado a elaborar
estudios teórico-literarios profundos, que han ido gestando una verdadera ciencia
narratológica.
Las raíces históricas de la actual narratología66 se hunden en la poética de Aristóteles;
obra ésta, que ha sido siempre el punto obligado de referencia para las diversas
62
Esta conclusión es fruto de mi lectura crítica de diferentes obras (cuyos autores nombraré en su momento), que versan sobre la cultura oral de los primeros cristianos desde la perspectiva de la psicología social, y que tendré ocasión de explicar más detalladamente cuando compare la diferencia y relación entre la crítica literaria y el análisis narrativo, así como cuando profundice el tema de la oralidad en el cristianismo de los orígenes. 63
Marguerat. o. c., p. 20 64Gloria H. Oliver o. c., p. 17 65
Ibíd. 66Ibíd., p.18. el autor dice, en la primer nota de pie de página, que éste término, fue empleado en ámbitos franceses para referirse al estudio de la estructura narrativa.
19
corrientes teórico-narrativas de la actualidad cuando tratan de dar un concepto
científico de narración67.
G. Oliver ofrece un concepto de narración interesante para el propósito de esta
investigación, porque constituye una valiosa síntesis que recoge el pensamiento no
sólo de Aristóteles, sino de tres representantes de la moderna teoría literaria: Scholes
y Kellog, Aguiar e Silva y G. Genette68.
Una primera aproximación provisional al concepto narración la da el autor, tras haber
revisado los rasgos distintivos y los elementos constitutivos de la misma, tal y como se
desprenden de la poética de Aristóteles:
“Después de esta somera descripción de la Poética aristotélica…, a modo de síntesis, podemos
esbozar el resultado de nuestra primera aproximación al concepto de narración como sigue: “el
relato constituye la imitación de una acción, organizada o estructurada en una trama, que le
confiere su unidad de significado69
.”
En esta primera aproximación crítica, se pueden apreciar los elementos fundamentales
que constituyen e identifican toda narración: una acción, un referente histórico, que
luego es imitado, representado, pero no de cualquier manera, sino tejiendo una trama
narrativa que le da coherencia, unidad y sentido. Como se tendrá ocasión de analizar
más adelante, dichos elementos, están presentes en el Evangelio de Marcos: hay una
acción (= La vida de Jesús); una imitación: es decir, una representación oral y luego
escrita (= el Evangelio), organizada en una trama que le confiere sentido.
Esta definición provisional (pero no por eso menos fundamental), es a continuación
ampliada por el autor, al acercarse a tres grandes teóricos literarios, y presentar su
concepto de narración.
1) R. SCHOLES-R. KELLOG (The Nature of Narrative, 1963)
Para G. H. Oliver, lo más interesante del concepto narrativo de estos autores es el
papel principal que para ellos juega la tradición en el relato. De hecho, todo pueblo, en
la configuración de su identidad, cuenta y vuelve a contar las historias tal y como han
quedado en su memoria colectiva y no como mera información fáctica70.Este dato es
importante, porque, como se tendrá ocasión de ver, la narrativa evangélica se interesa
por el pasado, sí, pero no en sí mismo, sino en cuanto que tiene relevancia para el
presente comunitario en la búsqueda de definir su identidad como grupo. Tener en
67
Ibíd. pp. 18-22. El autor ofrece una breve descripción de lo que Aristóteles entiende por narración. A ella remito al lector interesado ya que mi propósito no es profundizarla, dado el espacio reducido de esta tesina, solo ofrezco la síntesis hecha por Oliver. 68
Procedo de esta manera, porque no he podido acceder directamente a las obras de estos autores, y por lo tanto los analizaré desde la perspectiva del autor al que he hecho referencia, añadiendo comentarios personales claro está. 69 Ibíd. p. 22 70
Ibíd. pp. 22-23
20
cuenta este dato es fundamental para viejo debate sobre la verdad histórica de los
Evangelios.
La perspectiva desde la cual dichos autores presentan su concepto de narración es el
de la Historia de la Literatura y, según G. H. Oliver, “ponen de manifiesto que desde sus
orígenes la narración está vinculada a un objeto (la historia) y a un sujeto que la
transmite (el narrador) desde el interior de un marco de transmisión (la tradición)71.”Es
decir, el lugar propio de la narración es la tradición, y su finalidad, la configuración de
la propia identidad del pueblo que cuenta sus historias.
2) V.M. AGUIAR E SILVA (Teoria da Literatura, 1992)
La fuente principal de la que bebe Aguiar e Silva, según G. Oliver, es la idea de
narración que desarrolla P. Ricoeur, en su obra Tiempo y Narración 198672. Esto
marcará el concepto de narración que Aguiar e Silva irá elaborando en su obra, la cual
se concibe en estrecha relación de interdependencia con la temporalidad.
Por temporalidad hay que entender el tiempo desde el que se cuenta. Esto le confiere
al lenguaje inmerso en el tiempo su carácter narrativo. Pero no es solamente eso lo
que hay que comprender por temporalidad, ya que “no es posible desarrollar un relato
sin que transcurra el tiempo73.” En otras palabras, existe no solamente un tiempo
desde el que se cuenta, sino también un tiempo para contar. El ser humano narra
inserto en el tiempo, pero al narrar también transcurre el tiempo. Aplicándolo a las
narraciones evangélicas, se podría decir que los narradores de las comunidades
cristianas narran insertos en el tiempo y el espacio, pero en el momento en que narran
el tiempo se puede medir, y de hecho hay estudios que lo han medido. Todo esto se
expondrá en su lugar.
¿Cuál es la novedad, el aporte de Aguiar e Silva, para el concepto de narración? En
palabras de G.H. Oliver: “…, la presentación de Aguiar e Silva aporta un nuevo dato a
nuestra descripción de la realidad narrativa, de modo que a los dos conceptos de
historia y narrador, se añade ahora el de temporalidad representada, como un tercer
rasgo esencial de la narración74.”
3) GERARD GENETTE (Figuras III, 1972)
En su análisis sobre el concepto de narración de Genette, G. Oliver, descubre, un triple
sentido: 71
Ibíd. p. 23. Para mí, la síntesis que realiza Oliver de estos autores es importante, ya que ubica al narrador en la gran corriente de la tradición, de la cual él es el representante, como portador de la memoria colectiva de su comunidad. 72Ibíd. pp. 23-25 73
Ibíd. 74
Ibíd.
21
a) Narración: “es el relato, la historia transformada en expresión lingüística75.”
Este puede ser oral o escrito.
b) Por narración debe entenderse también la historia, es decir: “el conjunto de
acciones y situaciones que se suceden en el relato, consideradas en sí mismas,
haciendo abstracción del medio por el cual están vehiculadas…, se trata en
definitiva del uso corriente de la noción de historia, como sucesión de
acontecimientos que pueden resumirse en un argumento76.
c) Narración por último también es: “la acción de narrar sin la cual no existe el
enunciado narrativo o relato77.”
Según G. Oliver para Genette (que es heredero del estructuralismo), estos serían los
tres elementos que caracterizan los textos narrativos. Destaca de ellos el relato, ya que
es el que da a conocer tanto la historia contada, como la instancia narrativa que lo
transmite. En efecto, cuando un narratólogo se acerca a un relato escrito, es éste el
único medio que le proporciona el acceso a la historia, y a la instancia narrativa, a esa
voz que cuenta, es decir al narrador. En el caso de los Evangelios, es cada relato el que
abre la puerta al lector para entrar en la historia contada, y relacionarse con la
instancia narrativa, con la voz que le conduce en la trama.
Sin embargo, hay que decir, como reflexión crítica, que el papel del relato no es
absoluto, como pretende la filosofía estructuralista, ya que desde la perspectiva
cristiana, es la vida histórica de Jesús y el acontecimiento pascual, lo que genera la
narración oral y escrita, o sea, el relato. Desde la lógica del acontecer histórico, es la
historia la que tiene la primacía, desde la perspectiva del lector es lógicamente el
relato lo primero, sí, pero inserto, encarnado, en la historia. Mantener el justo
equilibrio entre historia y relato se hace de este modo algo imprescindible e
irrenunciable.
El análisis narrativo, tal y como lo entiende Genette, tiene por objetivo:
75Ibíd. pp. 26-28 76
Ibíd. 77
Ibíd.
Analizar las relaciones
que se dan entre:
Relato historia
Relato narración
Historia narración
22
Este breve recorrido de la evolución teórica, del concepto literario lingüístico narración
(que se ha realizado de la mano de G. H. Oliver), en sus principales exponentes, ha
mostrado la complejidad del término, pero a la vez la importancia, ya que proporciona
al análisis narrativo aplicado a la Biblia los presupuestos teóricos principales. En lo que
sigue, serán el punto de referencia obligado, y a la vez, se tendrá la ocasión de
profundizarlos con detalle78.
2.1. El análisis narrativo y su especificidad
Luego de haber establecido el significado teórico-literario del concepto “narración”, es
necesario resaltar lo específico del análisis narrativo, dentro del conjunto de los
nuevos métodos de análisis literario que se aplican al estudio exegético de la Biblia
actualmente; con la finalidad de valorar sus aportes y límites, en la tarea pastoral de
profundizar la riqueza de sentido contenida en el texto sagrado, y actualizarlo para el
hombre y la mujer de hoy. Para destacar lo propio del análisis narrativo, se procederá a
compararlo con tres métodos: El histórico-crítico, retórico y semiótico, señalando
tanto sus puntos de relación, así, como su diferencia metodológica y de enfoque79.
2.2. Relación con el método histórico-crítico
No es el propósito de este apartado volver a describir los componentes y
procedimientos de dicho método80, sino solamente establecer relaciones y diferencias
respecto del análisis narrativo. El documento de la Pontificia Comisión Bíblica,
refiriéndose a este punto dice:
“Mientras el método histórico-crítico considera más bien el texto como una “ventana”, que
permite entregarse a observaciones sobre tal o cual época (no solamente sobre los hechos
narrados, sino también sobre la situación de la comunidad para la cual han sido narrados), el
análisis narrativo subraya que el texto funciona igualmente como un “espejo”, en el sentido de
presentar una cierta imagen de mundo (el mundo del relato), que ejerce su influjo sobre los
modos de ver del lector y lo lleva a adoptar ciertos valores más bien que otros.” (PCB I, B, 2f).
Subraya el documento que la manera de ver, de acercarse al texto, que tienen ambos
métodos es diferente. No es lo mismo considerar los textos bíblicos como “ventanas”
que permiten observar a través de ellas; que considerarlos más bien “espejos”, en los
que se ve reflejado el lector. El siguiente ejemplo, puede ilustrar mejor lo dicho.
78
Por lo pronto me doy por satisfecho, si he logrado mostrar al lector de esta tesina, que los diferentes elementos constitutivos del concepto narración, se pueden aplicar a las narraciones evangélicas, sin dificultad. 79
Los ejemplos que pondré para comparar dichos métodos, serán tomados del Evangelio de San Marcos solamente, ya que es el objetivo, que me he propuesto en este trabajo de investigación. 80
Cosa, que ya hemos realizado anteriormente, en el apartado (2.1.2 – 2.1.3), al cual remito.
23
En el que caso de que el texto de estudio sea Mc 2,13-17 ¿Qué es lo que interesa al
lector instruido, que emplea el método histórico-crítico? Lo primero será delimitarlo,
de lo anterior y posterior al texto, luego analizar detalladamente tanto las
congruencias como las incongruencias. Es acá, precisamente, que comienza a tratar el
texto como una ventana, porque si descubre el lector incongruencias, hará uso de la
crítica de las tradiciones y la redacción a su vez, para explicarlas de manera diacrónica.
Su interés por lo tanto es la búsqueda de fuentes, que le permita determinar el
proceso evolutivo de formación del texto que estudia, para determinar el sentido
original o literal81.
Si por otro lado, se acerca a éste mismo texto un lector instruido en el análisis
narrativo, al contrario de lo que ha hecho el lector anterior, no lo delimitará, sino más
bien utilizará ciertas estrategias, que le permitan realizar una lectura completa de todo
el Evangelio de Marcos82. Para explicar las incongruencias presentes en el texto, no
buscará fuentes, sino que las verá como una posible estrategia narrativa del autor
implícito83 que reclamará su participación activa, para buscar en el proceso de lectura
total del Evangelio de Marcos su posible significado. Su interés principal consistirá en
determinar lo más exactamente posible las estrategias que ha utilizado el narrador
para involucrarlo a él, como lector, en el mundo del relato y hacerle comulgar con su
punto de vista, con la finalidad de que se vea reflejado en el texto (el lector y su propio
mundo), al interactuar con los diferentes personajes, asumiendo sus valores. Con
palabras de Marguerat, se ha pasado del qué al cómo:
“El texto no se lee como un documento que remita a un mundo histórico fuera de él mismo; no
es recibido como un documento, sino como un monumento que tiene valor en sí, como una
obra autónoma, que despliega un mundo narrativo cuya coherencia se trata de descubrir. El
texto se lee en su forma acabada, y la comprensión de su funcionamiento no se deja guiar por su
genealogía. La pregunta pasa del por qué al cómo: ¿cómo tiene sentido la narración?, ¿cómo y
mediante qué etapas se construye?84
”
Como se logró comprobar, los enfoques, los intereses, los procedimientos de uno y
otro método son distintos. Pero dicha distinción no debe llevar a excluirse el uno al
otro, sino, por el contrario, a considerarse complementarios. El método histórico-
crítico contribuye a considerar la Palabra de Dios testimoniada en los textos bíblicos
como acontecimiento histórico, e indaga por el sentido que dicha Palabra tuvo para
sus destinatarios originales; el narrativo no se desentiende de esto, pero favorece el
81
El procedimiento lógicamente no acaba aquí, y es mucho más complejo, pero lo que me interesa, es aclarar, por qué dice la Comisión Bíblica que el método histórico-crítico se acerca al texto bíblico, como ventana. 82
Me refiero a estrategias, como: quitar títulos y subtítulos, e incluso versículos, con la finalidad de leer el texto íntegramente. De esto hablaremos más tarde, cuando apliquemos el análisis narrativo, a algunas secciones escogidas del Evangelio de Marcos. 83El término es complejo, por lo que remito al lector, al apartado que trata de ello. 84
Marguerat. o. c., p.21
24
paso del sentido de los textos en sus propios contextos, al sentido de los textos para el
lector de hoy, es decir, actualiza esa Palabra de Dios presente en los textos de forma
narrativa.
En conclusión. Todo lo analizado anteriormente deja entrever que, en el núcleo de las
diferencias de ambos métodos, está la manera de concebir el sentido de la Escritura.
Para el lector, que emplea el método histórico-crítico, el sentido es algo que se
encuentra de algún modo objetivado en el texto y ligado a la intención del autor85.
Mientras que para el lector que utiliza las herramientas del análisis narrativo, el
sentido no lo considera como algo ya dado anteriormente, sino más bien, como algo
que se va construyendo en la relación interactiva de narrador y lector. Mientras que el
método histórico crítico deja fuera prácticamente el horizonte del lector y su
identidad, el narrativo facilita la fusión de horizontes (mundo narrado y el mundo del
lector), ya que lo que se le propone es un estilo de vida narrado, un ideal de mundo e
identidad discipular, que puede ser asumido por el lector en su dialogo con el texto.
2.3. Relación con el análisis retórico y semiótico
Mientras que la diferencia entre el método histórico-crítico y el análisis narrativo se ha
percibido con mayor facilidad, no sucede lo mismo cuando se le compara con otros
métodos de análisis sincrónico-literarios, como el retórico y semiótico. En efecto, estos
tres métodos de análisis literario tienen en común el hecho de que se interesan por el
texto en su estadio final. Sin embargo, a pesar de dicho interés, se podría decir que
cada uno de ellos se acerca al texto en su forma final buscando y haciendo énfasis en
diferentes aspectos. La breve comparación, que se presenta a continuación, no
pretenden ser exhaustiva, sino concreta.
a) Relación y diferencia entre el análisis retórico y narrativo
Relación. Tanto el análisis retórico como el narrativo consideran los textos
bíblicos como persuasivos, capaces de provocar determinados efectos en las
personas que los oyen o leen.
85
Ralf Huning. 2007. Aprendiendo de Carlos Mesters: Hacia una teoría de lectura bíblica. Navarra, España. Verbo Divino. p. 100. El autor presenta un interesante análisis sobre el sentido del autor y del texto en la Pontificia Comisión Bíblica: “Es importante advertir que en el IBI, en este contexto, siempre se habla sólo del sentido del texto que fue expresado por los autores humanos y no se menciona todavía explícitamente el tema de la intención del autor; el concepto de intención del autor se emplea sólo en vistas a Dios, el “autor principal”. Pero en las explicaciones sobre el sentido del texto se advierte la lecha dentro de la Comisión por el significado de la noción de intención del autor: Por un lado tiene que mantener el método histórico-crítico y las declaraciones previas del Magisterio sobre la normatividad del sensus auctoris; por otro lado, se esfuerza por acoger los conocimientos de la discusión hermenéutica y metodológica más reciente. Pero la integración no ha resultado completa, tal como se advierte con claridad en la interpretación de este apartado hecha por los mismos miembros de la Comisión. Mientras J. Fitzmyer opina que en el IBI no se identifica el sentido literal del texto con el sentido procurado por el autor, L. Ruppert juzga exactamente todo lo contrario.”
25
Diferencia. Pero la diferencia queda resaltada en la búsqueda de los
destinatarios de tales efectos de persuasión. Mientras que el primero se
preocupa por el contexto retórico, es decir, por la situación de comunicación
entre autor y oyentes originales, el narrativo, por el contrario, se pregunta por
medio de qué estrategia el narrador influye sobre el lector actual provocando
determinados efectos para que comparta su punto de vista. Otra diferencia es
que el análisis retórico se puede aplicar a cualquier otro texto que no sea
narrativo, el segundo solamente se circunscribe a narraciones.
b) Relación y diferencia entre el análisis semiótico y narrativo
Relación. Ambos métodos están diseñados para analizar material narrativo en
la Sagrada Escritura. De hecho, analizan personajes, transformaciones de los
mismos, etc. Los une asimismo el trabajar con el texto en su estadio final.
Diferencia. El análisis semiótico, por estar inspirado en filosofías
estructuralistas, parte del principio de inmanencia, al cual se adhiere
radicalmente, no buscando ningún tipo de referencia extratextual para captar
el sentido de los textos. Su pregunta fundamental es: ¿Cómo hace el texto para
producir sentido por sí mismo? Por el contrario, el narrativo considera que hay
un referente extratextual indispensable para el proceso de captación del
sentido de los textos: el lector actual. Frente a la pregunta del análisis
semiótico; la que se plantea el narrativo es: ¿Cómo comunica el autor
(implícito), su mensaje al lector? Otra diferencia es que, en el análisis de las
oposiciones y transformaciones narrativas, el semiótico deja fuera al narrador,
mientras que el narrativo lo incluye como algo fundamental. El análisis
semiótico, al igual que el retórico, puede aplicarse a cualquier texto bíblico, no
necesariamente sólo a narraciones.
Hasta este momento, se ha hablado sobre algunos de los presupuestos teórico-
literarios, en los cuales se inspira el análisis narrativo, su especificidad respecto a otros
métodos sincrónicos, pero aún falta mencionar algo, sobre su aporte en el campo
exegético-teológico.
En cuanto al aporte fundamental del análisis narrativo, es de suma importancia
destacar los que menciona el documento de la Pontificia Comisión Bíblica:
Aporte en el ámbito exegético-teológico: Es significativo, que para referirse al método
narrativo como propuesta exegética, el documento (PCB I, B, 2a) haga referencia a la
Historia de Salvación consignada tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento.
Dicho marco, estrictamente teológico, le confiere a la narración que testimonia, esta
Historia salvífica, la cualidad de: “relato eficaz”. Éste relato eficaz, afirma el
26
documento, es la base que se encuentra tanto en, la profesión de fe, la liturgia y la
catequesis judía; así como también en, el kerigma cristiano, cuyo desarrollo paulatino,
ha desembocado en los cuatro Evangelios.
La toma de conciencia por parte de algunos biblistas y teólogos, de que la narración es
en la Sagrada Escritura, la principal mediación, para testimoniar la acción reveladora
de Dios en la historia, ha llevado a que se hable recientemente, en ámbitos
académicos de “Teología narrativa86.” Este dato es importante tenerlo en cuenta, ya
que antes, de que las teorías narrativas, ejercieran su impacto en el ámbito exegético,
ya habían repercutido en el ámbito teológico. La Comisión Bíblica, hablando de estos
ámbitos, señala que es preciso distinguirlos:
“A propósito del acercamiento narrativo, conviene distinguir método de análisis y reflexión
teológica.” (PCB I, B, 2b).
Ahora bien, el que se pueda distinguir la Teología narrativa, de la exégesis narrativa, no
debe llevar a separarlos indebidamente. Los teólogos que han encontrado en la
narrativa, una forma nueva de argumentar, en los diferentes tratados, ya sea
cristológicos, eclesiológicos etc., han criticado (y con razón), el hecho de que en la
teología tradicional y conservadora, se han utilizado mal los textos, reduciéndolos a
una serie de tesis, de pruebas para apoyar afirmaciones teológicas ajenas al lenguaje
teológico-bíblico. Piden por eso mismo, a los exégetas, afirma la Comisión Bíblica, que
mediante el análisis narrativo se rehabilite, los modos de comunicación y significación
propios del relato bíblico (PCB I, B, 2g). En estas últimas líneas, está condensado, el
aporte fundamental del análisis exegético-narrativo, en materia teológica ¿por qué?
Pues simple y sencillamente porque, como dice G. H. Oliver:
“conviene hacer notar que la teología de un relato bíblico es indisociable de la manera como está
formulada… Por tanto, el análisis narrativo, al tener como una de sus principales funciones el
examen de la configuración del relato, aportará datos para la comprensión de la originalidad
teológica de cada libro… constituye un modo privilegiado de manifestar cuál es la intencionalidad
teológica del autor87
.”
En otras palabras, desde una perspectiva exegético-narrativa, no se debería separar,
como ha hecho, la exégesis tradicional histórico-crítica, forma literaria y fondo o,
trabajo exegético y contenido teológico, relegando éste último ya sea a las
conclusiones o introducciones de los grandes comentarios exegéticos88; porque los
86
Según G. H. Oliver, la teología narrativa aparece por primera vez en 1973, fecha en la que publica la revista Concilium un artículo de Weinrich. Éste artículo se ha visto como el que propició el surgimiento de este nuevo modelo de especulación teológica. Cfr. o. c., pp. 42-45 87Jesús según San Mateo… o. c., pp. 41-42 88
Cuando uno lee algunos comentarios al Evangelio de Marcos, se encuentra ya sea en la introducción o conclusión de los estudios, la teología del evangelista. Esto trae como consecuencia, para uno como lector, que se acerque a la lectura, ya condicionado y de allí que sea muy difícil, que el relato impacte o intrigue al lector. Ahora bien, si la
27
aspectos teológicos, como por ejemplo: la cristología de un Evangelio como el de
Marcos, su teología discipular89
se va construyendo en el transcurso de la trama
narrativa, con todo el análisis que ello implica. Cuando se quiere captar a fondo la
identidad de Jesús, hay que analizar la manera en que lo va caracterizando el narrador,
por medio de estrategias estrictamente narrativas como: la focalización, el punto de
vista del narrador, lo que Jesús en cuanto personaje literario hace, dice, siente y piensa;
así como lo que los demás personajes del mundo del relato, piensan y dicen sobre él. En
conclusión se puede decir que, la identidad mesiánico-filial de Jesús, es en los
Evangelios, una identidad fundamentalmente narrativa. El aporte, que la exégesis
narrativa aplicada a los Evangelios, proporciona a la Cristología es en verdad
incalculable. La Cristología de un Evangelio, es en más en definitiva un proceso, que se
va deduciendo en el proceso de lectura, que algo que se puede apartar del ejercicio
exegético. Teología y narración están de este modo, íntimamente unidas. Así lo
reconoce Mercedes Navarro en su introducción al comentario narrativo del Evangelio
de Marcos:
“Del mismo modo que no nos ha sido posible separar el estilo narrativo del estudio del narrador y
su lector, tampoco podemos separar de todo ello su teología. No es ésta un momento posterior,
añadido o distinto, al análisis sino que se encuentra ya en ese mismo análisis. Forma y fondo,
organización y mensaje, escenarios y significados forman parte de un todo con sentido que si
precisa de distinciones en ciertos momentos, no son separables… En esta guía de lectura la
teología se encuentra en el mismo análisis narrativo, de forma que quienes pretendan utilizarla
han de aceptar esta premisa so pena de no entender el proceso y las experiencias mismas de
lectura90.”
Estas palabras no necesitan comentario, hablan por sí mismas y sintetizan cuanto se ha
venido afirmando arriba. En el punto 2.1.8 se había planteado la necesidad de una
metodología exegética, que mantuviera entre otras cosas, el justo equilibrio, entre
exégesis y teología, y se había abierto un interrogante sobre si sería, el análisis
narrativo la alternativa; el lector, comprobará con lo que ya se ha dicho anteriormente,
y lo que sigue, si se puede dar una respuesta afirmativa o negativa.
Una vez que dentro del proceso del surgimiento y diversificación metodológico-
exegética, se ha ubicado el análisis narrativo (como método posmoderno),
reconociendo sus aportes junto a otros métodos, así como sus límites; se le presenta, a
continuación al lector, en el siguiente capítulo con mayor profundidad y detalle, los
componentes fundamentales del método, que lo caracterizan como tal.
teología del evangelista, se encuentra al final, el riesgo consiste en que uno se pierda en los pormenores y detalles del análisis exegético del autor, sin encontrar en dónde está el mensaje de Salvación. 89
La Teología discipular es decir, la esencia de la identidad del discípulo en relación al proyecto de Dios realizado en Jesús se va construyendo en la caracterización de los personajes como se tendrá ocasión de ver en su momento. A la pregunta ¿Qué es ser discípulo? No ofrecen los evangelistas respuestas puntuales, sino por el contrario, tejen una trama y los caracterizan poco a poco mediante estrategias determinadas. 90
Mercedes Navarro puerto. 2006. Guías de lectura del Nuevo Testamento 1. Verbo Divino. Estella. pp. 36-37
28
CAPITULO III. ELEMENTOS FUNDAMENTALES DEL METODO
NARRATIVO
La exégesis narrativa como método, tomando como base los presupuestos de las
diferentes corrientes teórico-literarias, de la narratología actual, ha sistematizado los
elementos fundamentales que se requieren para realizar un análisis narrativo bíblico.
Algunos autores como G. H. Oliver91, han seguido la propuesta de G. Genette, y en
base a las categorías: Tiempo, Modo y Voz, han realizado estudios narrativos
interesantes aplicados a algún Evangelio, como el de Mateo y Lucas. En lo que respecta
al Evangelio de Marcos, autores como David Rhoads, Joanna Dewey y Donald Michie,
se han acercado narrativamente, a éste Evangelio, destacando cinco aspectos clave
como: narrador, escenario, trama, personaje y retórica92.
No se pretende en lo que sigue presentar ordenadamente los elementos del método93,
sino solamente definirlos, describirlos y mostrar su importancia en el análisis narrativo
del Evangelio de Marcos.
3. El mundo del relato en Marcos
El documento de la Pontificia Comisión Bíblica refiriéndose al objetivo general del
análisis narrativo afirma que: “… el análisis narrativo estudia el modo cómo se cuenta
una historia para implicar al lector en el “mundo del relato” y en su sistema de
valores.” (PCB I, B, 2c). O sea, lo que precisa conocer dicho análisis es el cómo se
cuenta la historia, qué estrategias narrativas ha utilizado cada autor inspirado para
lograr que todo posible oyente o lector se vea involucrado en aquello, que la ciencia
narratológica ha denominado: “mundo narrado” o “mundo del relato.”
En el proceso científico de elaborar una teoría literaria que explique lo más
satisfactoriamente posible el poder transformador que contiene toda narración, la
narratología ha solido recurrir a una metáfora prestada del mundo estético: el texto
narrativo funciona como un “espejo94.” Un espejo opaco quizá al principio, pero que se
irá limpiando en el proceso de lectura, a medida que el lector (conducido de la mano
del narrador), vaya compartiendo (a veces sin darse cuenta de ello), el punto de vista
91
Gloria Heras Oliver, o. c., p. 51 92
David Rhoads, y otros. 2002. Marcos como Relato. BEB 104. Salamanca, España. Ed. Sígueme. p. 21 93
En la parte dedicada a la aplicación del análisis narrativo, a una sección escogida de Marcos, realizaré un intento de ordenar metódicamente estos elementos. 94
La metáfora del espejo aplicada a un texto, no significa que el lector y su mundo se vea inmediatamente reflejado en él, sino más bien (y sin negar lo que se acaba de decir), en primer lugar, lo que se trata de afirmar es que el texto en cuanto espejo reflejará en un primer momento, el mundo creado por el narrador (el cual a su vez es un reflejo de su propio mundo), con sus personajes, escenarios etc., y sólo en un segundo momento, reflejará al lector y su propio mundo mediante un proceso de apropiación.
29
del narrador, su visión del mundo proyectada en el mundo que construye al narrar y su
sistema de valores. La Comisión Bíblica refiriéndose a esto dice:
“… el análisis narrativo subraya que el texto funciona igualmente como un “espejo”, en el sentido
de presentar una cierta imagen de mundo (el “mundo del relato”), que ejerce su influjo sobre los
modos de ver del lector y lo lleva a adoptar ciertos valores más bien que otros.” (PCB I, B, 2f).
Según Marguerat el autor que mejor profundiza todo este proceso de lectura
transformadora es P. Ricoeur. El cual, para explicar la relación entre lo que cuenta el
relato y la experiencia de vida del lector, recurre de una manera creativa a un
concepto tomado de la poética aristotélica: la “mímesis”, que esquematiza a su vez
en tres etapas: Mímesis I (antes del relato), mímesis II (relato), mímesis III (después
del relato)95. La primera etapa corresponde a la prefiguración, es decir a la
experiencia de mundo que posee tanto el autor como todo posible lector, y que
será el presupuesto básico para la apropiación o recontextualización. En la segunda
se configura en forma de relato escrito la visión de mundo que posee el autor, es el
“mundo del relato.” La tercera epata es el momento en el que el lector aplica o se
apropia el mundo prefigurado y configurado en el relato, para incorporarlo a su
propio mundo96.
Todo lo que se ha dicho sirve para introducir el tema que aquí interesa: el mundo del
relato que se refleja en el Evangelio de Marcos.
Cuando un lector se acerca a una obra narrativa como el Evangelio de Marcos y la lee,
es transportado inmediatamente y de manera inconsciente a otro mundo. En palabras
de Kingsbury: “… uno abandona temporalmente el entorno del siglo XX, entra con la
imaginación en el mundo del siglo I y permanece por un tiempo en él97.” Sucede como
en las películas. Alguien entra en una sala de cine y se sumerge en un tiempo y lugar
diferentes, y sin preguntar por la fiabilidad histórica de lo que ve u oye, a pesar de que
lo siente extraño va compartiendo sin embargo, la manera de pensar y sentir de los
personajes se involucra en el mundo representado. Sale cambiado98. En cuanto a la
afirmación de Kingsbury es preciso hacer una breve aclaración. Si bien es cierto que
mediante la lectura del Evangelio de Marcos el lector se transporta al mundo del siglo
I, hay que subrayar de manera enfática, que ese mundo del siglo I no es directamente
el del Jesús histórico (años 30-33), sino más bien, la experiencia que de dicho mundo
tiene el evangelista en su propio mundo histórico-comunitario (años 60-65), y que
configura en el relato escrito99. Este es el mundo al que tendrá acceso todo lector del
95
Cómo leer los Relatos Bíblicos, o. c., p.230 96
Ibíd, pp. 231-233 97 Jack Dean Kingsbury. 1991. Conflicto en Marcos. Jesús, autoridades, discípulos. Ed. El Almendro. Córdoba. p. 15 98
Marcos como relato… o. c., p. 18 99Considero que esta aclaración permite a nivel pastoral salir de la lectura fundamentalista de los evangelios, que considera lo narrado por los evangelistas un reportaje fiel de lo sucedido en tiempos de Jesús.
30
Evangelio de Marcos, y que se podrá apropiar en el proceso de lectura, para
recontextualizarlo en su propio mundo.
Ahora bien ¿Qué característica posee el mundo narrativo reflejado en el Evangelio de
Marcos que ha posibilitado tantas apropiaciones a lo largo de la historia? La posible
respuesta es que en el mundo narrado del Evangelio de Marcos pareciera no existir
barreras entre el ámbito sobrenatural y el ordinario100. El lector penetra en un mundo
donde el ámbito divino irrumpe en el humano. Se rasga el cielo, oye la voz de Dios, es
testigo de la asechanza de Satanás y contempla a los ángeles sirviendo a Jesús101. Es un
mundo abierto al Reinado de Dios y a su presencia transformadora que se evidencia en
los signos que realiza Jesús. Esto definitivamente impacta a todo aquél que oye o lee
por primera vez este Evangelio102 sacudiendo las fibras más íntimas de su ser. Pero
también es un mundo conflictivo, en el que Satanás se manifiesta en todos aquellos,
que no tienen los pensamientos de Dios, sino los de los hombres103, y que serán los
responsables de la crucifixión de Jesús. Sin embargo y a pesar de todo lo afirmado
sobre la ruptura de barreras entre el ámbito humano y divino, llama fuertemente la
atención que este último no se describa nunca con detalle, permaneciendo de esta
manera la posibilidad de diferenciarlos. Tan es así, que el mismo lector que oye con
asombro, la voz divina que resuena desde el cielo, y quisiera volverla a oír en la escena
de la crucifixión, siente la angustia ante el silencio de Dios, que pareciera no
pronunciarse ante la interrogante de su Hijo clavado en la cruz. Es en definitiva, un
mundo abierto a la trascendencia divina pero conflictivo y real a la vez, en el que todo
lector puede ver reflejada su propia realidad de esperanza y fracaso. Un mundo que se
puede apropiar y recontextualizar en la propia vida. Un mundo que según Kingsbury se
distancia del mundo reflejado en los escritos apocalípticos de la época:
“El mundo del relato de Marcos es muy distinto del que aparece en la mayor parte de la
literatura apocalíptica de la época. En ella, lo que ocupa con frecuencia el centro de interés son
viajes extramundanos al cielo, al sheol, o a los confines de la tierra, o visiones celestes en las que
se repasa y se revela el curso de la historia. En cambio, los límites que circunscriben el mundo de
Marcos son más estrechos y están espacial y temporalmente en la naturaleza104
.”
Ahora, si bien es cierto que el mundo del relato marquiano difiere del apocalíptico,
también lo es, que sea diferente al mundo del lector. En efecto, al leer el Evangelio el
lector se siente impactado, pero tal impacto también conlleva una cierta dosis de
extrañeza ya que entra a habitar en el acto de lectura en un mundo extraño al suyo
tanto a nivel político, como económico, cultural, religioso y social. Sin embargo aunque
100
Conflicto en Marcos… Ibíd. 101
Ibíd. p. 16 102
Esto lo afirmo debido a mi propia experiencia como oyente y predicador. Vivimos inmersos en sociedades violentas pesimistas que generan crisis existenciales a todo nivel. Escuchar que Dios ha intervenido en la historia que hay posibilidad de reorientarla, es algo definitivamente consolador y que suscita definitivamente esperanza. 103Marcos como Relato, Ibíd. 104
Conflicto en Marcos. Ibíd.
31
tal extrañeza y distancia sea al principio una notable desventaja, es en realidad la
condición necesaria para realizar una auténtica búsqueda de significación105.
Este mundo narrado refleja pues, una visión del mundo (el mundo en el que vive el
autor), una manera de ver impregnada por la fe que experimenta la comunidad en
Jesús Hijo de Dios que se proyecta en la manera de contar su historia, por la manera en
que va caracterizándolo a lo largo del relato. Refleja en definitiva un sistema de
valores. Todo esto trae consecuencias definitivamente para la interpretación bíblica.
Interpretar el Evangelio de Marcos consistirá en discernir la propuesta de mundo que
contiene, al habitarlo en la lectura para hacerlo luego propio en la vida.
La somera descripción que se acaba de realizar (dada la estrechez de espacio
disponible en la presente investigación), de lo que caracteriza el mundo narrado del
Evangelio de Marcos y la manera en que el lector interactúa con él, solamente ha
tenido la finalidad de introducir al análisis de aquella instancia que con su manera de
relatar, cual si fuere un hábil tejedor va dándole forma a todos aquellos hilos que
conforman dicho mundo: el narrador.
3.1. Narrador
Hablar del narrador es preguntarse por aquella instancia que cuenta la historia (¿Quién
cuenta la historia?). Pero antes de entrar de lleno en el tema, se requiere para evitar
posibles equívocos, aclarar el término que se acaba de utilizar: “historia.”Para
Marguerat el uso literario de este término, no debe confundirse con el uso que del
mismo, hace la ciencia histórica:
“… la noción de historia contada se sitúa en el plano literario, y no en el plano histórico. La lengua
inglesa lo expresa de manera concisa: la story no tiene nada que ver con la history. Dicho de otro
modo, la historia contada, tal como se puede reconstruir a partir del producto terminado (el
relato), no se debe confundir con los “hechos brutos”, es decir, los acontecimientos tal como
sucedieron realmente. El concepto literario de historia contada permanece en el mundo
narrativo… sin juzgar de antemano su confrontación con una reconstrucción de tipo histórico106.”
Una vez hecha la aclaración terminológica que se utilizará de aquí en adelante, cada
vez que se hable de historia, se puede empezar el tema definiendo lo que se entiende
por narrador.
En la ciencia literaria se suele designar a éste, como aquél que cuenta la historia. Pero
esta breve definición como podrá comprobar el lector es limitada, ya que es incapaz de
abarcar la complejidad de matices que caracteriza a dicha instancia narrativa. En
efecto toda persona sabe por experiencia que una misma historia, puede contarse de
diferentes modos, desde puntos de vista no solo diversos sino incluso opuestos y con
105Cómo leer los Relatos Bíblicos, o. c., pp. 233-234 106
Ibíd, p. 37
32
estilos y objetivos plurales107. Conocer esto, es de vital importancia si se quiere
comprender adecuadamente las particularidades de cualquier relato108. En el caso que
nos ocupa aquí: el relato de Marcos.
No basta definir al narrador sino también delinear su peculiar identidad dentro de una
composición narrativa. ¿Quién es el narrador, cuál es su identidad? En primer lugar y
para sorpresa del lector, el narrador no se debe confundir con el autor de carne y
hueso. Los narratólogos ven en el primero más una función que un personaje, un
recurso retórico más que una realidad autónoma, que el autor utiliza para contar la
historia de tal manera que tenga determinados efectos en el lector109.En otras
palabras, el narrador es una creación literaria del autor (entiéndase autor implícito),
una estrategia para la enunciación(contar de una determinada manera, más bien que
de otra), de la historia, de manera que ésta responda a los objetivos que se ha
planteado el autor de antemano.
Los relatos tienen narradores distintos, ya que es distinto su papel y la manera de
relacionarse con la historia contada110. Shimon Bar-Efrat111 realiza una interesante
descripción de los diferentes tipos de narradores que aparecen en el Antiguo
Testamento clasificándolos en cinco categorías. En lo que respecta al Nuevo
Testamento específicamente al Evangelio de Mateo, G. H. Oliver analiza a profundidad
las características de su narrador utilizando categorías genettianas112. Por otra parte
autores como David Rhoads, Joanna Dewey y Donald Michie, han realizado un estudio
importantísimo, sencillo y de notable calidad a la vez, acerca del papel que juega el
narrador dentro del Evangelio de Marcos. A estos últimos autores (a pesar que no
serán los únicos), se remite al lector en los ejemplos que siguen113.
a) El narrador de Marcos guía al lector desde fuera de la historia contada
Cualquier lector que se acerque al Evangelio de Marcos descubrirá una instancia que le
va dando cuenta de lo que ocurre en el relato. Por ejemplo, en la escena del Bautismo
de Jesús Mc 1,9-11:
107
Marcos como Relato, o. c., p. 59 108
Ibíd. 109
Ibíd. 110
En narratología se utilizan términos teóricos complejos, tales como: narrador extradiegético, intradiegético, heterodiegético y homodiegético. Para el lector interesado en obtener una mayor información y profundización respecto de éstos: cfr. Cómo leer los relatos bíblicos, o. c., pp. 46-49. En nuestra investigación se hablará de las diferentes formas de contar que adopta el narrador de Marcos, utilizando categorías más asequibles al lector no iniciado. 111
Cfr. o, c., pp. 16-57. En estas páginas el autor realiza una minuciosa descripción de cada tipo de narrador, con interesantes ejemplos tomados del Antiguo Testamento. 112Jesús según San Mateo, o. c., pp. 93-240. Aquí se encuentran desarrollados en dos extensos capítulos los presupuestos teórico-literarios de G. Genette (Modo y Voz), aplicados al estudio del narrador en el Evangelio mateano. 113
Marcos como Relato, o. c., pp. 59-68
33
Un lector atento percibirá inmediatamente, una voz que le presenta los diferentes
acontecimientos que suceden dentro del mundo narrado y que se ha puesto en cursiva
y subrayado. Esto es evidente y cualquiera puede ser en su lectura consciente de ello
sin ningún problema. Ahora bien, lo evidente se vuelve problemático especialmente
cuando el lector se hace la siguiente pregunta: ¿Cómo puede el evangelista decir que
Jesús vio rasgarse el cielo? ¿Cómo puede contar algo de lo que solamente Jesús fue
testigo? La posible respuesta subraya J. L. Ska es afirmar que Jesús lo contó a sus
discípulos114. Sin la pretensión de entrar en discusiones de crítica histórica, lo que se
pretende resaltar con las interrogantes arriba expresadas, es una cuestión de estilo: el
que cuenta la escena del bautismo de Jesús es un narrador en tercera persona115, por
eso puede referir al lector muchas cosas que no podría decir si la narración estuviera
contada en primera persona116.Esta es una estrategia fundamental del autor ya que
ubica al narrador en una posición externa a los hechos, y por eso puede referir al
lector, lo que los personajes hacen, piensan o sienten, manifestando de esta manera
una tremenda autoridad, en relación con el relato que está contando. Además de
hacer posible que el lector se sienta inmerso en el relato, cuando en realidad está
fuera de él117. Es decir, le hace testigo. Los cuatro Evangelios tienen como estrategia
narrativo-hermenéutica, narradores en tercera persona, que no se implican en la
historia contada.
Que los Evangelios tengan narradores en tercera persona, más que una innovación
literaria es una expresión de comunión y continuidad con la tradición oral que les
antecede. En efecto, los recientes estudios realizados sobre la cultura oral como matriz
en donde se gestaron las diversas tradiciones evangélicas, han revelado la existencia
de narradores especializados en el seno de las diferentes comunidades cristianas que
tenían la función de guardar y transmitir representando oralmente los recuerdos sobre
114
Jean-Louis Ska. 2003. Los enigmas del pasado. Historia de Israel y relato bíblico. Verbo Divino. Navarra. España. pp. 16-17 115
Ibíd. En efecto como argumenta Ska la escena no está narrada en primera persona ya que no dice: “yo vi que el cielo se rasgó y que el Espíritu vino sobre Jesús”, tampoco es Jesús el que cuenta a sus discípulos: “yo vi que el Espíritu venía sobre mí.” 116Si por ejemplo contaran la escena del bautismo de Jesús utilizando un narrador en primera persona, podría éste decir solamente lo que ve u oye externamente, pero jamás lo que pasa en el interior de ninguno de los personajes que habitan el mundo narrativo de Marcos. 117
Marcos como Relato, o. c., p. 61
“9Y sucedió que en aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea y
fue bautizado por Juan en el Jordán 10
y en seguida cuando subía del
agua, vio rasgados los cielos y el Espíritu como paloma que descendía
a él. 11
Y surgió una voz del cielo: Tú eres mi hijo, el amado, en ti me
complazco.”
34
lo que Jesús hizo y dijo. Estos recuerdos como bien observa Santiago Guijarro Oporto
se transmitieron compaginando fidelidad y flexibilidad:
“…, la comunicación oral se caracteriza por compaginar fidelidad y flexibilidad. La fidelidad afecta,
sobre todo, a los elementos básicos sin los cuales una tradición concreta dejaría de ser tal,
mientras que la flexibilidad se da en los elementos secundarios que adornan un episodio o un
dicho. La tradición oral es más flexible que la tradición escrita ya desde sus mismos comienzos,
pues es de suponer que si Jesús pronunció algunas de sus parábolas y enseñanzas en diversos
momentos y en diversas circunstancias, no siempre lo haría utilizando exactamente las mismas
palabras. Sin embargo, quienes lo escuchaban tenían la certeza de que se trataba de la misma
parábola o del mismo dicho. Más tarde, cuando los que le habían escuchado y habían visto sus
signos comenzaron a transmitir sus palabras y acciones, tampoco lo hicieron exactamente con las
mismas palabras118.”
La fidelidad a la tradición en contra de lo que piensan muchos, no consistía en una
repetición mecánica de tipo informativo, sino en la actualización de las palabras y
hechos de Jesús realizada de modo creativo119. Según James D.G. Dunn120 esta
combinación de fidelidad y creatividad en la continuidad actualizante de la tradición
sobre Jesús, no debe verse como arbitrariedad, ya que como subraya éste autor, en las
culturas orales suele conservarse con gran cuidado el núcleo de lo que se narra a pesar
de que los detalles tanto del inicio como del final, puedan variar por la atención que
tenían los narradores a la situación vital de las comunidades en las que estaban
insertos.
Es momento de regresar nuevamente al tema. Todo lo anterior ha servido para
explicar que la posibilidad de que existiese una costumbre de transmitir los recuerdos
sobre Jesús de manera oral narrando en tercera persona, no es algo sin fundamento
sino viable. La posibilidad más aún la necesidad de actualizar constantemente las
tradiciones sobre Jesús en función de las necesidades comunitarias, exigían este tipo
de narradores, los cuales con su manera de contar introducían a los oyentes en el
mundo narrativo. La necesidad primera o fundamental dado el contexto polémico con
el sistema religioso judío por un lado, y con las autoridades civiles locales por el otro,
era la creación y fortalecimiento de su identidad en cuanto seguidor de Jesús.
118
Santiago Guijarro Oporto. 2010. Los cuatro Evangelios. Ed. Sígueme. BEB 124. Salamanca. p. 109 119
Gloria H. Oliver citando las palabras de autores como J.M Casciaro y J.M. Monforte, dice respecto de la fidelidad en un discurso narrativo lo siguiente: “los distintos procedimientos discursivos de transmisión de una historia y su carácter más o menos mimético no implican, de suyo, una mayor o menor fidelidad al original sino que constituyen, simplemente, diversos modos de representación. En este sentido, Casciaro y Monforte afirman que “un narrador puede “contar” con palabras propias lo que otro ha dicho, manteniendo una gran fidelidad al contenido, incluso presentando ese discurso original con ciertos “retoques”, que lo hacen más inteligible al lector u oyente, que si accediera a una reproducción absolutamente material. Por lo mismo, un relato que reprodujera de modo absolutamente literal el discurso original, podría ser menos fiel, porque el escrito, al menos los escritos antiguos, no tenían medios para expresar todas las modalidades de la voz, de los gestos del parlante, etc., circunstancias que pueden modificar el sentido y alcance de un texto.” En definitiva, la fidelidad en la transmisión de palabras no se reduce simplemente a la literalidad de las mismas.” Cfr. Jesús según San Matero, o. c., p. 100 120
James D. G. Dunn. 2006. Redescubrir a Jesús de Nazaret. Ed. Sígueme. BEB minor 10. Salamanca. pp. 70-72
35
Desde una perspectiva pastoral el hecho de que el Evangelio de Marcos tenga como
estrategia fundamental (en conexión con la tradición oral anterior como se ha
subrayado arriba) un narrador en tercera persona o externo a la historia que cuenta, es
algo que deberá tener en cuenta el lector actual del Evangelio de Marcos (tanto
cuando lee para sí, como para otros, máxime si es: predicador, catequista o lector en la
liturgia), ya que da lugar a que éste, en el acto de leer le preste su voz al narrador,
convirtiéndose, él mismo en narrador también en la liturgia ante la comunidad,
creando de este modo una interesante comunión entre narrador y lector. Prestarle la
voz al narrador conlleva no obstante, una tremenda responsabilidad ya que lo recrea, y
necesita por lo tanto conocer bien su punto de vista, su manera de narrar, caracterizar
a los personajes, describir escenarios, su ritmo y estilo. El único medio para que la
comunidad cristiana perciba la voz del narrador es la voz del lector, el cual no debería
leer de cualquier manera, ya que desde el inicio nunca se narró de cualquier manera.
Todo esto como se tendrá ocasión de analizar más adelante, tiene consecuencias
hermenéuticas interesantes121.
b) El narrador en Marcos se mueve con libertad temporal y espacial
Los narradores en tercera persona por ser precisamente externos a los hechos que
cuentan, poseen no solo autoridad sino también una tremenda libertad temporal y
espacial. En otras palabras, estos narradores suelen ser omnipresentes ya que pueden
estar en un solo lugar y tiempo, o dar la impresión de estar en muchos a la vez, no
solo dentro del relato sino fuera del mismo.
Por ejemplo: alguien lee Mc 6,45-50:
El lector si es atento se percatará de que en los versículos 46-48 el narrador esta con
Jesús. Sin embargo en el v, 49-50a éste se encuentra en la barca con los discípulos, y
luego inmediatamente en el v, 50b otra vez se encuentra al lado de Jesús. El efecto es
121
Hablo de consecuencias hermenéuticas por el aporte que pretendo exponer más adelante. Este aporte consiste en denominar al narrador: “estrategia hermenéutica del autor implícito que le permite comunicar al lector su punto de vista sobre Jesús, punto de vista netamente pos-pascual”.
“45Y en seguida mandó a sus discípulos subir a la barca y que se le adelantaran
a la otra orilla, hacia Betsaida, mientras él despedía a la multitud. 46Y después
de despedirlos se fue al monte a orar. 47Ya anochecía, la barca estaba en
medio del mar y él solo en tierra. 48Viéndolos esforzándose en remar, pues el
viento les era contrario, hacia la cuarta vigilia de la noche fue a ellos andando
sobre el mar, hizo ademán de pasar de largo de ellos, 49pero ellos al verlo
andando sobre el mar le tomaron por un fantasma y se pusieron a gritar. 50Efectivamente todos le vieron y estaban transtornados, pero él, en seguida,
les dirigió la palabra y les decía: ¡Animaos!, soy yo, no temáis.”
36
sorprendente, ya que sin darse cuenta el lector es llevado por el narrador a tomar
distancia de los discípulos, quedándose con Jesús en el monte. La mayoría de las veces
pasan desapercibidos estos detalles, que no son solamente cuestiones de estilo sino de
contenido teológico profundo.
En cuanto al tiempo tampoco existen limitaciones para el narrador de Marcos. En
efecto “puede en cualquier momento relatar algo que ha ocurrido antes en la historia
(como la muerte de Juan) o contar lo que ocurrirá después (como la entrega de Jesús
por parte de Judas)122.” El narrador se mueve con libertad no solamente dentro del
tiempo de la historia que cuenta, sino también fuera de la misma123, ya que puede
trasladarse al pasado profético Mc 1,2-3 como al futuro misionero Mc 14,9. Todo esto
produce efectos en el lector ya que:
“El narrador cuenta la historia con una inmediatez temporal y espacial propia del que está
presente sin ser visto, para contar lo que está ocurriendo en cada episodio consecutivo del relato
con una sensación de “aquí y ahora.” Puesto que el lector conoce la historia cuando el narrador
se la cuenta, tiene también la sensación de estar presente sin ser visto para ser testigo de estos
acontecimientos del mundo narrativo124.”
Gracias a la libertad temporal y espacial del narrador marcano, el lector obtiene una
vista panorámica de las diferentes escenas, lo cual le permite evaluar de una mejor
manera los acontecimientos que suceden dentro del mundo narrado relacionándolos y
elaborando sus propias conclusiones125. En cuanto a los saltos que se dan al tiempo
exterior al relato son importantes, ya que permiten ver a Jesús desde la luz que
proyectan sobre él, los Escritos veterotestamentarios. Todo esto hace crecer y
madurar al lector del Evangelio ya que percibirá la intima relación entre el Antiguo
Testamento y el Nuevo, dentro del marco del único plan de salvación.
c) El narrador de Marcos es omnisciente
La omnipresencia del narrador de Marcos es consecuencia de algo que le antecede: su
omnisciencia. Efectivamente, éste conoce no solamente lo que hacen y dicen los
personajes a nivel externo, sino también lo que piensan, desean y sienten a nivel
interno. Su conocimiento es tan ilimitado hasta el punto de que llega a penetrar en lo
íntimo de Dios y de Jesús, en sus entrañas. Estos datos proporcionados por el narrador
122
Ibíd., p. 61 123
En narratología a estos saltos temporales hacia adelante y atrás de la historia contada, tanto internos como externos se les denomina “anacronías” o analepsis y prolepsis. En el tema dedicado al tiempo narrativo se profundizaran estos términos. 124
Ibíd., p. 62 125
En muchos casos sucede en las narraciones escritas, lo que ocurre en una producción cinematográfica, ya que hay momentos en los que los personajes tienen recuerdos sobre cosas que han ocurrido al inicio de la película, que obligan al espectador a recordarlas también y a relacionarlas. En el Evangelio de Marcos se sugieren algunas veces estas miradas retrospectivas. En el tema que estudia el tiempo narrativo, se pondrán algunos ejemplos de analepsis en Marcos.
37
marcano son importantes para el lector ya que le proporcionan un conocimiento
privilegiado del que carecen incluso los personajes del mundo narrativo del Evangelio.
Todo esto tiene como propósito crear suspense en el lector que al saber desde el inicio
quién en Jesús, por la información que el narrador le ha proporcionado en el prólogo
(Mc 1,1-13) y luego al darse cuenta de la incomprensión de los discípulos, se hará
inevitablemente la siguiente pregunta: ¿Entenderán los discípulos alguna vez quién es
Jesús?126.
El siguiente ejemplo es interesante ya que evidencia la total omnisciencia del narrador:
Refiriéndose a la mujer que padecía flujo de sangre dice el narrador en Mc 5,27-30:
El ejemplo anterior ilustra perfectamente en qué consiste la omnisciencia del narrador
en Marcos. De hecho, da cuenta de todo a su lector ya que: sabe lo que dice la mujer a
pesar del alboroto y el murmullo de la gente, se mete en el cuerpo de la misma para
decir cómo se siente curada y por si fuera poco sabe lo que pasa en el interior de Jesús
antes de que éste, diga palabra alguna127. Este último dato es de vital importancia,
porque como subraya Bar-Efrat:
“El narrador no suele darnos información sobre los sentimientos internos de Dios. En
consecuencia, podemos asumir que cuando nos da dicha información, el asunto es de capital
importancia128.”
Este autor se refiere a escenas del Antiguo Testamento, pero estas palabras no son por
ello carentes de sentido para el tema que nos ocupa, ya que el narrador cuenta la
historia de Jesús desde una perspectiva pos-pascual, es decir desde la fe en él, que en
cuanto Mesías e Hijo de Dios, de alguna manera está relacionado con el ámbito divino.
Al ser capaz de penetrar en su interior, afirma de manera implícita que posee la
autoridad requerida para contar su historia. Este ilimitado conocimiento del narrador
126
Marcos como Relato., o. c., p. 64 127El efecto narrativo es impresionante, ya que en éste caso concreto el narrador le proporciona a su lector un saber que supera al del mismo Jesús que aunque sabe que de él ha salido una fuerza, ignora algo que el lector ya sabe: que fue la mujer con flujo de sangre la que le ha tocado el manto. 128
El arte de la narrativa.., o. c., p. 23
“27escuchando sobre Jesús, acercándose por detrás de entre la gente tocó su
manto 28porque decía: si tocara tan sólo su manto quedaré salvada. 29En seguida
se le secó la fuente de su sangre y conoció en su cuerpo que estaba curada de su
tormento. 30Y en seguida Jesús al conocer en sí mismo que había salido una fuerza
de él, volviéndose entre la gente decía: ¿Quién me ha tocado el manto?”
38
omnisciente lleva al lector a tener confianza en él como un guía fiable en el mundo del
relato129.
3.2. El punto de vista del narrador en Marcos
Que el narrador de Marcos sea externo al relato, omnipresente y omnisciente no lo
convierte en alguien neutral ante lo que cuenta. Antes de entrar de lleno en este punto
de capital importancia, hay que dejar clara la distinción que existe entre autor real y
autor implícito y la que existe entre este último respecto del narrador.
a) Autor real: hablar de autor real es hablar de la persona de carne y hueso a
quien se le atribuye la paternidad de una determinada obra literaria. A la hora
de identificar al autor real de Marcos, se ha pensado en aquel personaje que la
tradición ha identificado con Juan Marcos, que en los Hechos de los Apóstoles
aparece como hijo de María (Hch 12,12) discípulo de Pablo y Bernabé (Hch
12,25) y en la primera de Pedro como compañero e intérprete de éste, en
Roma (1 Pe 5,13)130. El análisis narrativo no se interesa por buscar al lector real
de un Evangelio, dejando al análisis histórico-crítico la tarea bastante incierta
de reconstruir el perfil histórico de los evangelistas131.
b) Autor implícito: mientras que el autor real es el personaje de carne y hueso
responsable de escribir determinado Evangelio, el autor implícito es la imagen
que de sí mismo ha dejado en el texto el autor real, y que además puede
reconstruirse en el proceso de lectura global de su obra. Según los narratólogos
un autor real puede dejar al escribir veinte obras, una imagen distinta de sí en
cada una de ellas. De acuerdo a lo que se acaba de decir, se comprenderá con
facilidad, que el autor implícito no sea una copia del autor de carne y hueso,
sino solamente su reflejo. ¿Qué es buscar al autor implícito en una obra
literaria? Para Marguerat “ponerse a buscar al autor implícito es determinar
qué estrategia narrativa pone en práctica, qué opción de estilo toma, cómo
hace intervenir a sus personajes, qué sistema de valores inculca en el relato. La
imagen del autor implícito resulta de la suma de las opciones de escritura
identificadas en el texto132.” Desde esta perspectiva, cuanto se ha dicho sobre
el perfil del narrador de Marcos (omnisciente, omnipresente etc.), además de
lo que aquí se dirá, recae en definitiva, sobre el autor implícito que le ha
creado.
129
Marcos como Relato., o. c., p. 63 130
Massimo Grilli- Detlev Dormeyer. 2004. Palabra de Dios en lenguaje humano. Verbo Divino. Evangelio y Cultura 2. Navarra, España. p. 30. Evidentemente lo afirmado sobre el autor real de Marcos no tiene como finalidad dirimir las discusiones sobre el tema, simplemente se ha puesto un ejemplo. 131Cómo leer los relatos bíblicos., o. c., p. 27 132
Ibíd.
39
c) Distinción entre autor implícito y narrador: Es necesario tener siempre en
mente, que cuando en narratología se dice “autor”, hace referencia al autor
implícito. Si se ha comprendido bien la relación y distinción entre autor real e
implícito, no se necesitará muchas explicaciones para distinguir a éste último
del narrador. No se pretende exhaustividad al abordar el tema, solamente se
pretende aclarar que el narrador no es una realidad autónoma, es decir no
tiene existencia propia, sino sólo es, una estrategia literaria de la que se ha
servido el autor implícito para guiar y contar la historia. Por ejemplo: volviendo
a la escena del bautismo de Jesús, el lector atento se da cuenta de que se le
permite acceder a los cielos rasgados y al descenso del Espíritu no de una
forma exterior, sino desde el interior de Jesús, a través de sus ojos. Si dicho
lector a continuación observara: “se nota de que el autor de esta escena, ha
preferido mostrar la manifestación de Dios en el bautismo de Jesús, no de
cualquier manera sino desde el interior de Jesús, desde su perspectiva”, esta
observación recaería no en el autor de carne y hueso sino en el autor implícito.
Y si a continuación se planteara el mismo lector la interrogante “¿Qué
estrategia ha utilizado este autor para meternos en el interior de Jesús?” Y se
respondiera: “¡ah ya! ¡ha utilizado un narrador en tercera persona!”, estaría
distinguiendo a la perfección entre “autor implícito” y la estrategia narrativa
que éste ha utilizado: “un narrador en tercera persona.”
Una vez hechas las aclaraciones terminológicas anteriores se puede ahora volver al
tema. Cuanto se analice a continuación sobre el punto de vista del narrador en el
Evangelio de Marcos, recaerá en última instancia sobre el autor implícito. Sin
embargo, para evitar demasiadas complicaciones terminológicas se seguirá hablando
del narrador y autor implícito de manera indistinta.
El tema del punto de vista del narrador en Marcos es fundamental e imprescindible
para una correcta comprensión del alcance teológico del Evangelio, como meta
irrenunciable de la exégesis narrativa. Para hablar con precisión científica y
metodológica sobre el punto de vista del narrador, conviene distinguirlo de la
focalización narrativa. Las preguntas que pertenecen al punto de vista y las que
pertenecen al campo de la focalización son distintas. Cuando se quiere analizar el
punto de vista en un relato se deben plantear las siguientes preguntas: ¿En función de
qué valores despliega el narrador sus estrategias narrativas? ¿Cuál es la visión de Dios,
del Reino, de Jesús que refleja su manera de contar? ¿Qué personajes del mundo
narrativo reflejan los valores del narrador y quiénes encarnan los valores opuestos?
Por otro lado, cuando se quiere acceder a la focalización en un relato deben plantearse
las siguientes interrogantes: ¿Qué personaje ha elegido el narrador para que el lector
vea la escena a través de sus ojos? ¿Qué es lo que ve el personaje? ¿Cómo lo ve? ¿Para
qué lo ve?
40
Como podrá darse cuenta el lector, el punto de vista del narrador de Marcos es
importante, ya que es el único medio para acceder al sistema de valores que el autor
implícito quiere transmitir en su manera de contar la historia de Jesús. Varias cosas se
pueden decir como resultado o conclusión del análisis de éste, en Marcos:
3.2.1. Un punto de vista privilegiado pos-pascual
El autor implícito deja ver en su manera de narrar la historia de Jesús, un conocimiento
privilegiado de la identidad profunda y última de éste (Mc 1,1-15), que comparte con
cualquier lector desde el inicio de su obra133. Le revela su calidad mesiánica y filiación
con el objetivo de que el lector juzgue desde este conocimiento privilegiado, cuanto
los personajes dicen sobre Jesús, y para evaluar críticamente si tales afirmaciones se
ajustan o no al misterio de su identidad. Es decir, le prepara para entrar la trama.
Además, de este conocimiento del que goza el lector, posee al mismo tiempo una
estrategia de discernimiento: las órdenes que da Jesús en repetidas ocasiones y a
distintos personajes de callar sobre la revelación de su mesianidad y filiación, es decir
el secreto mesiánico. El lector posee las herramientas necesarias para comprender
bien, quién en Jesús. Sin embargo se da aquí una paradoja, ya que por un lado se le
revela la identidad de Jesús mientras que por otro lado observa que Jesús manda callar
a distintos personajes, entre los cuales para su sorpresa están los discípulos con los
que seguramente se habrá identificado. Se le revela una identidad que por
contrapartida no debe anunciar, sino callar ¿Qué hay en el fondo de esta paradoja?
Lógicamente y como era de esperar la estrategia de revelarle desde al inicio al lector
de Marcos la identidad profunda de Jesús y la orden de callarla a la vez, provoca
determinados efectos en el que lee. Éste debe tomar en serio la orden de callar, no
debe sentirse superior a los discípulos por el conocimiento del que goza y debe hacer
una pausa en su confesión de fe, durante la primera lectura del Evangelio, hasta que
no haya tenido experiencia de la muerte de Jesús y de su Resurrección134. Se necesitan
por lo tanto lecturas sucesivas para que el lector comparta el punto de vista post-
pascual, del autor implícito expresado por medio del narrador de Marcos. Josep Oriol
Tuñí lo dice claramente: “Por otra parte también es verdad que, para captar el mensaje
133
En narratología, el prólogo es fundamental, ya que todo lo que allí se dice acerca de la identidad del personaje principal no afecta al mundo de la historia, es decir, los personajes que interactúan con el protagonista a lo largo de la trama narrativa desconocen cuanto en el prólogo se ha dicho. El autor implícito suele compartir en el inicio de su obra narrativa, el punto de vista privilegiado que posee a todo lector que tome la decisión de leerla. 134
Digo que la orden de callar tiene sentido para el lector, porque en las distintas experiencias que he tenido al enseñar este Evangelio, he podido comprobar cómo la gente suele ver a los discípulos como figuras positivas y creen que ellos saben quién es Jesús. Pero para sorpresa de muchos, solo cuando han leído pacientemente y le han seguido la pista a los discípulos, se sorprenden de que su endurecimiento dura hasta el final del Evangelio. No cabe duda de que la comprensión privilegiada de la que goza el lector en complicidad con el narrador, no significa de que todo el enigma está resuelto desde el principio. El lector debe crecer también en la escuela de los discípulos, no es alguien superior ni aparte. Por todo esto digo que la orden de callar que da Jesús, se dirige también al lector y debe mantenerla en toda su primera lectura. En la sección dedicada a la aplicación del análisis narrativo a una parte del Evangelio de Marcos profundizaremos más sobre este punto tan interesante.
41
de Mc en toda su plenitud, es necesario tomar en serio la orden del joven vestido de
blanco y volver a Galilea (16,8). Hay que volver al comienzo del evangelio (1,1), para
poder captar en una segunda lectura lo que en una primera lectura no acaba de dejar
en claro. El final de Mc remite al comienzo: es necesario volver a comenzar el
seguimiento con el empuje que da el anuncio de la resurrección… para una correcta
comprensión del mensaje evangélico es necesario leer la obra dos veces135.”
La lectura inicial de Marcos, acompañada de sucesivas relecturas parece ser una
estrategia conscientemente utilizada por el autor implícito marcano, todo un programa
de lectura insertado en él y creado para que el lector por medio del mandato del joven
vuelva una y otra vez a Galilea, y con una mayor comprensión cada vez. Dichas
relecturas, lejos de ser del todo circulares, son por el contrario, como muy bien ha
observado Mercedes Navarro espirales136, o sea abiertas a posibilidades ilimitadas de
sentido cada vez mayor.
a) Un punto de vista que refleja determinados valores
Toda narración carece de neutralidad y siempre hay un sistema de creencias implícito,
que todo buen lector sabrá descubrir. Existen claves para acceder a estas creencias y
valores presentes en el relato: “apartes, forma de describir personajes y sucesos,
elección de palabras, orden de los episodios, técnicas literarias, citas de las escrituras,
así como a partir de las palabras y acciones de aquellos personajes que el narrador ha
definido como fidedignos o de poco fiar137.” En el caso concreto de Marcos algunos
autores han descubierto el sistema de valores que atraviesa todo el Evangelio y que se
encuentra en Mc 8,31-33:
En base a este texto se ha elaborado la escala de valores transversales del Evangelio de
la siguiente manera:138
135Josep Oriol Tuñí. 2010. El Evangelio es Jesús. Verbo Divino. EB 39. Navarra, España. p. 126-127 136
Mercedes Navarro. 2011. Morir de Vida. Verbo Divino, EB 41. Navarra, España. p. 180 137Marcos como Relato, o. c., p. 67 138
Ibíd. pp. 67-68
31Y comenzó a enseñarles que era preciso que el Hijo del Humano
sufriera mucho y fuera repudiado por los ancianos, los sumos sacerdotes
y los escribas, y entregado a la muerte y después de tres días fuera
resucitado. 32Y hablaba de esto con franqueza. Entonces Pedro
tomándolo consigo comenzó a regañarle, 33pero él, volviendo la cabeza
y a la vista de sus discípulos, regaño a Pedro y le dice: ¡Vete de ir detrás
de mí, Satanás! Porque no piensas como Dios sino como los humanos.”
42
Términos de Dios Términos humanos
a) Fe b) Valor c) Perder la propia vida por la buena
noticia d) Ser el más pequeño entre los
hombres. e) Servir a la gente f) Salvar (restablecer) a los demás g) Lealtad a Dios para el mundo h) Amar al prójimo i) Renunciar a las posesiones j) Vida de renuncia por los demás.
a) Falta de fe b) Miedo c) Salvar la propia vida d) Ser grande para los hombres e) Tratar a los demás con
superioridad f) Hacer daño al prójimo g) Lealtad a sí mismo o al grupo h) Protegerse a sí mismo o al
grupo i) Apoderarse del mundo j) Vida de ganancias para sí
mismo o el grupo.
Este sistema de valores atraviesa todo el Evangelio y son una clara expresión de
actitudes ante el Reinado de Dios. “El narrador adopta el punto de vista de Dios y
cuenta una historia en la que el protagonista Jesús y la mayor parte de los personajes
secundarios también representan los “principios de Dios”, los adversarios de Jesús
ilustran los “principios humanos” y los discípulos vacilan entre los dos puntos de vista.
El narrador guía al lector para que acepte los principios de Dios y rechace los humanos.
Si el relato tiene éxito, el lector adoptará el punto de vista del narrador y juzgará a los
personajes como lo hace el narrador139.” Sin embargo, para lograr la comunión entre el
punto de vista ético del narrador y lector, se necesita reiteradas lecturas globales de
Marcos.
Para concluir, es necesario decir que el tema del punto de vista del narrador y el
sistema de valores que refleja, es fundamental, ya que constituye según la Pontificia
Comisión Bíblica el objetivo que busca el análisis narrativo: “Particularmente atento a
los elementos del texto que conciernen a la intriga, a los personajes y al punto de vista
tomado por el narrador, el análisis narrativo estudia el modo cómo se cuenta una
historia, para implicar al lector en el “mundo del relato” y en su sistema de valores… el
análisis narrativo subraya que el texto funciona igualmente como un “espejo”, en el
sentido de presentar una cierta imagen de mundo (el mundo del relato), que ejerce su
influjo sobre los modos de ver del lector y lo lleva a adoptar ciertos valores más bien
que otros.”(PCB I, B, 2f).
139
Ibíd.
43
3.2.2. Punto de vista y focalización
Los teóricos de la ciencia narratológica distinguen el punto de vista de la focalización.
El primero según Marguerat “… corresponde a la concepción del mundo del autor
implícito, en virtud del cual éste da forma a su relato. La focalización designa la
elección de una perspectiva desde la cual se percibe la acción; es de algún modo el
canal escogido por el narrador para transmitir la información140.”
Si el punto de vista del autor implícito que se manifiesta en la voz narrativa, permite
discernir el sistema de valores que implícita o explícitamente recorre el Evangelio de
Marcos (que se ha tenido ocasión de presentar en el cuadro anteriormente expuesto),
la focalización le permite al lector tener una puerta de acceso a lo que los personajes
dentro del mundo de la historia sienten piensan y desean, es decir permite conocer sus
diferentes puntos de vista141. La pregunta que se formula a continuación permitirá
discernir la cuestión fundamental en el tema de la focalización: “¿a través de la mirada
de quién ha decidido el narrador hacernos ver el acontecimiento?142” Para Marguerat
existen tres clases de focalización:
“El narrador puede adoptar tres tipos de focalizaciones, cada una de ellas correspondiente a una
selección de la información narrativa: la focalización interna corresponde al plano próximo (da
acceso a la interioridad de un personaje); la focalización externa corresponde al plano fijo
(coincidente con lo que vería un observador); la focalización cero corresponde al plano amplio
(supera el marco temporal y espacial de la escena)143
.
Algunos ejemplos pueden ayudar al lector a distinguir los tres tipos de focalización.
1. Mc 1,39: “Y marchó predicando en las sinagogas por toda Galilea y
expulsando demonios.”La focalización en este caso es “cero”, ya que el
narrador ofrece una información sobre una actividad (la de Jesús), que supera
el marco temporal de la escena.
140
Cómo leer los Relatos Bíblicos, o. c., p. 112 141
Dentro de un relato existe en primer lugar el punto de vista del autor implícito que como hemos venido repitiendo se expresa por medio del narrador, pero no es el único, ya que existen las maneras de ver, es decir los puntos de vista de los diferentes personajes, que pueden coincidir o no con el punto de vista del autor implícito. Estos puntos de vista de los distintos personajes que pueblan el mundo del relato, no funcionan autónomamente, ya que son dirigidos y controlados por el narrador en todo momento. Si en algún momento nos parece que los personajes tienen su propio punto de vista y actúan de manera independiente, más que una realidad esto se debe a la calidad narrativa del autor implícito. 142
Ibíd. p. 119 143Ibíd. p. 120. Además de los tres tipos de focalización expone el autor la diferencia entre un relato monofocalizado y otro plurifocalizado. El primero corresponde al relato en el que predomina una focalización que se limita a un solo personaje, y el segundo corresponde a un relato en el que son varios los personajes que perciben lo que ocurre en la escena.
44
2. Mc 3,5: “Y echándoles una mirada de ira y entristecido por la dureza de sus
corazones…”En este caso la focalización como podrá darse cuenta el lector es
interna, ya que se informa acerca de lo que Jesús internamente siente y la
manera como ve.
3. Mc 3,1: “Y entró de nuevo en la sinagoga. Y había allí un hombre que tenía
una mano seca.”La focalización aquí es “externa”, ya que el narrador
contempla algo que toda persona dentro del mundo narrativo podría observar.
Los juegos de la focalización son interesantes y fundamentales a la vez, ya que permite
sobre todo si es interna, acceder al punto de vista de los diferentes personajes. En el
segundo ejemplo arriba expuesto, se puede conocer el punto de vista de Jesús, ya que
el lector puede conocer la pasión que lleva dentro y que luego queda confirmada en su
Palabra. Pero también en esta misma escena (Mc 3, 2) se puede conocer el punto de
vista de los fariseos que espían con la intención de tener alguna prueba para acusar a
Jesús. El relato por lo tanto es plurifocalizado, porque hay dos puntos de vista
contrarios. Se le presentan al lector por lo tanto dos maneras de ver la curación del
hombre de la mano seca, para que en base a lo ya leído anteriormente en el Evangelio
pueda optar de manera libre y crítica sobre cuál será es el punto de vista que adoptará
en su mundo real.
Pero lo más importante y decisivo del tema, aún no se ha dicho. La estrategia narrativa
de la focalización sobre todo la interna (¿a través de los ojos de quién se nos presenta
la escena?), permite ver las diferentes escenas, no desde cualquier perspectiva elegida
arbitrariamente por el lector, sino sólo desde el ángulo elegido de antemano por el
narrador. Todo esto es fundamental ya que “un mismo acontecimiento, referido a
través de dos focalizadores distintos, puede variar sustancialmente144.” Una técnica
sencilla pero no por eso menos profunda, que puede realizar todo lector, consiste en
reescribir nuevamente la escena escogida de Marcos, cambiando deliberadamente la
focalización interna de los personajes para percibir luego más claramente la propuesta
por el Evangelio.
El siguiente ejemplo muestra la importancia de utilizar esta técnica:
144
Jesús según San Mateo, o, c., p. 96-97
45
¿Ha cambiado algo en el relato anterior? Aparentemente no, pero si se profundiza un
poco más, en realidad ha cambiado algo esencial: la iniciativa divina. En la escena de
Marcos existe coherencia narrativa, ya que es Jesús el que ve primero, y él, que vio
rasgarse los cielos y el descenso del Espíritu, ahora ve a aquellos pescadores y los
llama. Todo parte de la iniciativa gratuita de Dios manifestada en Jesús su Hijo. Por el
contrario en la escena cambiada, Jesús pasa y son ellos los que le ven primero. En la
lógica narrativa, no se puede decir del todo que haya sido Jesús el que toma la
iniciativa, ya que lo que sigue en la escena, parece más una reacción de Jesús a la
mirada de Simón y Andrés que una decisión que éste tomara de antemano. Si se
conoce bien la teología de la elección gratuita que como savia recorre las venas del
Antiguo Testamento, se percibirá con mayor profundidad la diferencia. Por lo tanto, las
consecuencias teológicas que conlleva la estrategia focalizadora utilizada en Marcos,
son evidentes145.
La focalización de Jesús, su punto de vista, es de capital importancia para valorar
adecuadamente los rasgos de su autoconciencia, que tantos debates y tinta ha hecho
correr en los últimos tres siglos. Desde hace tiempo la crítica histórica se ha fijado
tantas veces en las palabras auténticas de Jesús, los hechos que se pueden considerar
históricos y últimamente se ha tenido en cuenta sus intenciones. Todo esto es valioso y
válido, pero suele descuidar un elemento fundamental: la forma de caracterizar
145
Por si lo que he dicho pudiera parecerle al lector una exageración, le propongo otro ejemplo. En el caso de la historia de Zaqueo referida por Lucas, se dice algo interesante para el tema de la focalización. El narrador informa al lector de que es Zaqueo quien quiere ver a Jesús, y en efecto se sube al sicomoro. Pero en ningún momento se dice que Zaqueo lo viera, sino al contrario, es Jesús quien alza la vista y le habla. Alguien podría decir que desde el momento en que Zaqueo se subió al sicomoro ya lo había visto. Pero el narrador no lo registra, y es a la luz de estos detalles y estrategias de focalización en donde deducimos que lo que está en juego es la Teología de la Elección gratuita de Dios manifestada en Jesús. Considero personalmente pero no sin fundamento, que los narradores ya desde la etapa oral, cuidaban con toda probabilidad estos detalles, ya que lo que estaba en juego, no era una cuestión de estilo simplemente, sino el tema de la iniciativa de Dios en la Salvación del ser humano. Se ha dicho tantas veces a nivel exegético que la teología de Lucas es similar (a pesar de las diferencias), a la de Pablo, y es, precisamente este último quien más defendió la cuestión de que es la fe y no las obras de la ley las que justifican al cristiano. Afirmar esto, es decir de otra manera que el que toma la iniciativa no es el hombre sino Dios. En este punto la teología de Pablo y la de Lucas coinciden perfectamente.
16Y pasando junto al mar de Galilea
vio a Simón y Andrés, el hermano de
Simón que estaban echando la red
en el mar, porque eran pescadores. 17Y les dice Jesús: Venid detrás de mí
y haré de vosotros pescadores de
hombres. 18Y en seguida dejando las
redes le siguieron. (Mc 1,16-18).
16Y pasaba junto al mar de Galilea.
Simón y Andrés, el hermano de
Simón que estaban echando la red
en el mar (porque eran pescadores),
lo vieron. 17Y les dice Jesús: Venid
detrás de mí y haré de vosotros
pescadores de hombres. 18Y en
seguida dejando las redes le
siguieron.
46
narrativamente a Jesús y las estrategias que el autor implícito ha utilizado para mostrar
al lector por medio de la focalización, rasgos de su punto de vista interno. Mercedes
Navarro, tras un largo análisis narrativo aplicado a Mc 14,3-9 en el que entre otras
cosas trata de comprender si el derramamiento de nardo sobre la cabeza de Jesús,
puede interpretarse como real (unción real o regia) y en consecuencia, como una
confirmación del título Cristo aplicado a su persona concluye:
“En contra de la argumentación sobre la posibilidad de que la unción de la mujer en la cabeza de
Jesús tuviera carácter real indicamos lo siguiente. 1) No encontramos ningún indicio que permita
al lector interpretar la unción como unción real. 2) En el nivel de la historia, hechos e
interpretación, es preciso seguir la focalización de Jesús, único y autorizado intérprete. Él no se
hace eco de la unción como mesiánica o real… En esta misma línea puede aducirse que la única
unción (si la podemos llamar así) que Jesús recibe como identidad es la del bautismo, y es Dios el
que la lleva a cabo con su palabra y la reitera en la escena de la transfiguración (9,2-13),
justamente después de que Pedro, equívocamente, lo proclame Mesías. De nuevo es preciso
seguir al focalización de Dios: Jesús es el Hijo amado, y añade, escuchadle146.”
El discurso cristológico posee en el análisis narrativo un instrumento válido y valioso
para una mejor comprensión de la identidad narrada de Jesús. Como se puede
observar en las conclusiones de Navarro, el análisis de los títulos cristológicos en los
Evangelios (por ejemplo el de Cristo), cuando se estudian desde una perspectiva
narrativa, resulta enormemente beneficiado, ya que no se conforma sólo con decir por
ejemplo, que para Marcos Jesús es Mesías = Cristo, porque lo dice el prólogo u
obertura de este Evangelio, sino que lo va construyendo y redefiniendo a medida que
éste evoluciona a lo largo de la trama narrativa y de los nuevos contextos en que
aparece. La cristología tradicional se ha contentado con el qué, es decir con el tema,
pero ha descuidado el cómo en el desarrollo de la trama narrativa147.
La focalización por lo tanto, como estrategia narrativa del autor implícito, es el único
camino de acceso para comprender el punto de vista de los diferentes personajes que
habitan el mundo narrativo de Marcos, pero especialmente y sobre todo para
comprender los puntos de vista más importantes: el de Dios y Jesús. El lector al
terminar su lectura, e interactuar con este Evangelio deberá convertirse y asumir tales
puntos de vista (como de hecho lo hace el mismo narrador), y hacerlos Vida en su
146
Mercedes Navarro Puerto. 1999. Ungido para la Vida. Verbo Divino. Institución San Jerónimo. ABE 36. España. p. 155. La autora en la página 156 y nota 301 afirma algo muy importante: “Toda Cristología del Nuevo Testamento basada en los Evangelios deberá tener en cuenta la focalización de Jesús para decidir los rasgos de su autoconciencia, según cada evangelista lo muestra en su narración… Así, el análisis narrativo es, ciertamente, un verdadero e interesante reto para la Cristología.” 147
Lo que quiero afirmar con esto, es que más que hacer un recuento del título que más se aplica a Jesús en un Evangelio, para luego deducir la importancia que tiene para un evangelista determinado, hay que darse cuenta, si a lo largo de la trama narrativa dicho título es confirmado, rechazado o en última instancia neutralizado o dejado en la ambigüedad. No basta por lo tanto que en el evangelio de Marcos se diga que Jesús es Cristo al inicio, hay que ver todos los matices y reconfiguraciones que va adquiriendo a medida que evolucionan los hechos del mundo de la historia.
47
propia vida148. Es decir, debe permitir que su identidad cristiana sea redefinida al
asumir el sistema de valores que le propone el narrador mediante estrategias
focalizadoras.
3.3. Los personajes en Marcos
Un medio privilegiado que usa el narrador para transmitir su punto de vista al lector y
redefinir su identidad en cuanto discípulo, son los personajes que pueblan el mundo
del relato. Los personajes son los que animan la historia y le imprimen a la vez, una
dosis enorme de realismo y verosimilitud. Ellos son los que encarnan y representan
valores y anti valores presentes en el relato, constituyendo de esta manera modelos
para el lector de acción, identificación o distanciamiento ya que:
“Generalmente provocan una empatía emocional en el lector: sentimos lo que sienten, nos
alegramos de su alegría, lamentamos su pena y participamos de su destino y experiencias. En
ocasiones un personaje nos resulta simpático; otras, antipático, pero nunca nos dejan
indiferentes. Queremos conocerlos, ver cómo actúan dentro de su ambiente y entender sus
motivos y aspiraciones. Seguirnos su lucha por conseguir sus deseos y nos fijamos especialmente
en lo que dicen, pues cuando hablan con otro personaje se están dirigiendo también a
nosotros149
.”
Sin embargo, el hecho de que los personajes constituyan modelos de identificación o
distanciamiento para el lector, es algo que no se da en régimen de total libertad, ya
que como subraya Marguerat, todos los personajes están conducidos bajo la mano del
narrador150, es él quien los crea y los lectores sólo tienen acceso a ellos a través del
narrador quien les da existencia literaria.
Ahora bien, lo dicho necesita ser aclarado convenientemente ya que puede llevar al
lector a conclusiones erróneas. El narrador en una representación ya sea oral o escrita
siempre crea literariamente a los personajes, es decir, les da vida al narrarlos ¿Quiere
decir eso que los personajes bíblicos son inventados? ¡No! Porque la creación de la que
aquí se habla es literaria, no histórica. Desde una perspectiva narrativa, interesan los
personajes, pero solamente tal y como están representados por el narrador, sin ningún
interés histórico propiamente. Esto obviamente no quiere decir, que los personajes
bíblicos no hayan existido (de su existencia histórica se ocupa el método histórico-
crítico), sino solo se quiere expresar, que el interés de la narratología es de carácter
estrictamente literario. Las palabras de Shimon Bar-Éfrat son clarificadoras al respecto:
“Cuando se trata de individuos que se piensa que han existido en el pasado, como los de la
narrativa bíblica, se debe recalcar que sólo los conocemos tal y como nos son presentados en la
148
Si el narrador nos hace partícipes de algún sentimiento interno de Jesús es, para que podamos meternos en su piel y ver a Dios al mundo y a los demás como él los ve y valorarlos desde una perspectiva nueva, desde la perspectiva del Reinado de Dios, y la revolución de valores que trae éste. 149El arte de la narrativa en la… o, c., p. 59 150
Cómo leer los relatos… o, c., p. 111
48
narración. No tenemos más puntos de referencia. No sabemos absolutamente nada de la
verdadera naturaleza de los personajes bíblicos, por lo que carecemos de medios para juzgar con
cuánta exactitud se nos han representado en la narrativa bíblica151
.”
Quiere decir entonces, que dentro del análisis narrativo, la pregunta sobre la exactitud
entre representación literaria y el personaje histórico no tiene sentido, lo que no
significa que sea irrelevante dadas las condiciones culturales y sus exigencias de
historicidad. Cuando un lector se encuentra con la pluralidad de personajes que
habitan el mundo narrado de un Evangelio, se enfrenta con personajes que son
verdaderos, sin embargo esta verdad no es la del reportaje televisivo, sino la que se
fundamenta en el principio narrativo del realismo y verosimilitud. La relación entre
acontecimiento histórico y relato siempre creara cierta tensión, sino se la entiende
adecuadamente. Sobre este punto subraya acertadamente Mercedes Navarro:
“Los evangelios son históricos en sentido empírico, porque se refieren a algunos personajes que
han existido históricamente y a unos acontecimientos nucleares de los que hay constancia
histórica. Pero los evangelios son también ficción, no solo por sus diferencias, las diferencias en el
mismo material, sus diferentes perspectivas y organización narrativa del material común. Son
ficción en un sentido de verdad más honda, pues pretenden formar, y no solo informar.
Pretenden suscitar discípulos y discípulas, crear actitudes de fe en sus lectoras y lectores, igual
que el libro del Éxodo pretende crear y recrear la identidad judía en aquellas personas que lo leen
o lo escuchan152
.”
Lo que se acaba de tratar acá con cierto detalle, es definitivamente algo necesario y
puede ayudar en lo que sigue, a prevenir al lector creyente de los Evangelios del riesgo
de una lectura fundamentalista de los mismos. La Pontificia Comisión Bíblica se refiere
al tema con claridad:
“En lo que concierne a los evangelios, el fundamentalismo no tiene en cuenta el crecimiento de la
tradición evangélica, sino que confunde ingenuamente el estadio final de esta tradición (lo que
los evangelistas han escrito) con el estadio inicial (las acciones y las palabras de Jesús en la
historia). Descuida por eso mismo un dato importante: el modo como las primeras comunidades
cristianas han comprendido el impacto producido por Jesús de Nazaret y su mensaje. Ahora bien,
éste es un testimonio de origen apostólico de la fe cristiana y su expresión directa. El
fundamentalismo desnaturaliza así la llamada lanzada por el evangelio mismo.” (PCB I, F)153.
Esperando haber despejado ciertas dudas en el lector y dejando para otro tema la
cuestión de la historicidad de los personajes bíblicos, lo que se trata de afirmar en este
trabajo investigativo es que la posibilidad de identificación o rechazo que el lector
experimenta en el transcurso de su lectura, por ciertos personajes que actúan dentro
del mundo narrativo, se debe a estrategias que de antemano se ha propuesto realizar
151
El arte de la narrativa… o, c., p. 59-60 152Mercedes Navarro Puerto. 2003. Cuando la Biblia cuenta. PPC. CRUCE 13. Madrid. España. p. 116 153
Sorprende y es del todo novedoso el término fundamentalismo referido a los evangelios, y constituye un gran paso de cara al reto de una lectura creyente de los mismos. Considero personalmente que el análisis narrativo ayuda en demasía a liberarnos de una lectura ingenua y literalista de los mismos.
49
el narrador. Todo lo que dicen o no dicen, hacen o dejan de hacer, piensan y sienten,
en una palabra, todo lo que se denomina caracterización de los personajes, es
controlado por la voz que cuenta la historia para lograr determinados efectos retóricos
en el lector. Una vez hecha esta introducción con sus respectivas aclaraciones, a
continuación se tratará de analizar narratológicamente los diferentes personajes que
pueblan la historia contada de Marcos y su caracterización literaria154.
3.3.1. Caracterización de los personajes en el mundo narrativo de
Marcos
Para David Rhoads “la caracterización se refiere a la manera en que un narrador da
vida a los personajes en el relato155.” Cuando un narrador caracteriza a los diferentes
personajes suele servirse de ciertas estrategias narrativas, que todo lector debe
conocer si quiere interactuar con ellos e involucrarse en la trama del Evangelio de
Marcos.
a) La estrategia del “decir” y “mostrar” en la caracterización de los personajes
en Marcos.
En la caracterización de los personajes un narrador puede describirlos
directamente, es decir puede contar aspectos físicos, modos de ser, la forma en
que van vestidos, sus sentimientos y emociones, entre otras cosas. O puede,
por el contrario mostrarlos al lector interactuando con otros personajes de la
historia contada, por medio del diálogo y la acción156. En el primer caso, el
narrador deja poco espacio para el juicio crítico del lector, mientras que en el
segundo, éste es invitado a sacar sus propias conclusiones. Usando las palabras
de Marguerat: “El narrador puede presentar un personaje diciendo lo que es
(telling) o mostrando lo que hace (showing)157.”
Esta estrategia es perceptible en Marcos. En el caso ya citado, de la escena del
llamado de los primeros discípulos Mc 1,16-18 el narrador “dice” lo que son:
pescadores. Mientras que después de escuchar el llamado de Jesús “muestra”
lo que hacen: dejan todo y le siguen. El lector no necesita mayor esfuerzo al
inicio, para darse cuenta de que son pescadores, pero en el final de la escena se
le muestran las acciones de Simón y Andrés sin ninguna información que
154
No se hará una presentación exhaustiva de cada uno de los personajes de Marcos, solamente se ofrecerán algunos elementos críticos que permitan, analizar la forma en que han sido caracterizados y las estrategias que ha utilizado el autor implícito para facilitarle al lector su identificación o distanciamiento respecto de ellos. Para una mayor amplitud en el tema de la caracterización de los distintos personajes del mundo narrativo de Marcos, Cfr. Marcos como Relato, o. c., pp. 137-187 155
Marcos como Relato, o. c., p. 138 156Ibíd. 157
Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 113
50
justifique las mismas. La capacidad de discernimiento y desciframiento del por
qué de tan inmediata respuesta, es algo que incumbe al lector, obligándole a
rastrear la evolución de estos personajes a lo largo de la trama. Otro caso
interesante es el que se encuentra en Mc 1,35-37: “35Y muy de mañana, muy
oscuro todavía, levantándose salió y marchó a un lugar desértico y allí oraba; 36
fue en su busca Simón y los que estaban con él; 37
y lo encontraron y le dicen:
Todos te buscan. 38
Les dice: Vamos a otra parte, a las aldeas vecinas para que
predique también allí, pues para eso salí.” Nuevamente el narrador muestra al
lector acciones y palabras de Simón. Éste busca a Jesús y luego habla con él.
Nada se dice sobre sus intenciones y por lo tanto al igual que en el caso
anteriormente citado, el lector deberá recurrir a lo que antecede así como a lo
que sigue, para encontrar respuestas coherentes sobre las intenciones de
Simón.
Desde una perspectiva pastoral, lo que se ha analizado debe llevar a sacar la
siguiente conclusión. La identificación del lector con los personajes de Marcos,
no debe hacerse a la ligera sin indagar primero detenidamente sobre aquello,
que mediante la estrategia del “mostrar” lo que hacen los personajes, no
aparece explicitado claramente por el narrador158. Puesto que Marcos suele
mostrar a los personajes mediante el diálogo y la acción, requiere por esto
mismo de lectores que sepan interactuar con ellos y rellenar el vacío de
información acerca de sus sentimientos, intenciones y pensamientos, dentro
del mundo narrativo del Evangelio, no de cualquier manera sino de forma
crítica y creativa a la vez.
b) Marcos caracteriza personajes libres, capaces de cambiar o no cambiar.
Los personajes tal y como eran caracterizados en la antigua literatura
grecorromana, no solían cambiar siendo de este modo previsibles159. En el caso
concreto del autor implícito de Marcos, parece distanciarse de ésta manera de
caracterización estática de los diferentes personajes, influenciado quizá por la
narrativa hebrea, en donde los personajes se encuentran por lo general más
abiertos al cambio160. En narratología los personajes suelen dividirse en
redondos o planos. Son planos los que presentan pocos rasgos a lo largo del
relato, mientras que a los que presentan varios rasgos se les denomina
personajes redondos161.
158
Cuantas veces he escuchado decir que lo que hicieron los primeros discípulos es, un ejemplo de auténtico discipulado, de disponibilidad para el Reino. Me pregunto si tales predicadores o catequistas han tenido la paciencia para seguir la pista de estos personajes a lo largo del Evangelio de Marcos. Es evidente la necesidad pastoral, de realizar lecturas reiteradas del Evangelio, para poder sacar conclusiones un poco más acertadas sobre las motivaciones de estos discípulos. 159
Marcos como Relato, o. c., p. 140 160Ibíd, p. 141 161
Ibíd, p. 143
51
En Marcos los personajes son la mayoría de las veces redondos, es decir no se
les puede estereotipar fácilmente. Este modo que tiene Marcos de caracterizar
a los distintos personajes de su mundo narrativo, es del todo coherente con su
visión de la llegada del Reinado de Dios proclamado por Jesús como algo
inminente, que con su oferta de conversión y fe, es capaz de hacer reaccionar
para bien o para mal a los seres humanos. Tanto Jesús, los discípulos, las
autoridades religiosas, la multitud así como los personajes secundarios son
redondos162, Quizá sea por todo esto, que los Evangelios continúen
constituyendo un atractivo para la vida de los cristianos de ayer y de hoy, por la
capacidad transformadora y el estimulo de cambio que genera su lectura. Sin
embargo es necesario subrayar que si bien es cierto, los personajes son
redondos en la trama de Marcos, no por ello dejan de ser consistentes a lo
largo del relato163, manifestando rasgos que los identificaran de una
determinada manera. Se puede por lo tanto establecer un perfil de los
personajes que aparecen a lo largo de toda la narración (por ejemplo de los
discípulos).
c) En marcos aparece una clasificación de los personajes poco clara y
desconcertante a la vez.
Según Marguerat164, existen tres tipos de clasificación en lo que respecta a los
personajes dentro de un relato. Están en primer lugar los protagonistas, que
tienen un papel activo en la trama situándose por ello en el primer plano. Por
otro lado se encuentran los figurantes, que se limitan a servir de telón de
fondo. Y por último están los personajes secundarios, a los que en narratología
suele denominárseles cordel. Aunque la función de estos últimos puede ser
muy limitada, pueden sin embargo estar caracterizados de una manera
simbólica, difícil de discernir en la mayoría de los casos165, debido entre otras
cosas a la falta de nombre propio166. Esta clasificación no es con todo, plena, ya
que dentro de una trama narrativa no pueden faltar los antagonistas, máxime
si es una trama marcada por el conflicto como la de Marcos.
162
Jack Dean Kingsbury. 1991. Conflicto en Marcos. Jesús, autoridades, discípulos. Ed. El Almendro. Córdoba, España. pp. 19-48. En estas páginas puede encontrar el lector una buena introducción a los distintos personajes del Evangelio de Marcos. Una buena técnica para percibir cuánto cambian los personajes, es hacer una ficha de los mismos para evaluar su progreso al final de la lectura. 163
Marcos como…, o. c., p. 139 164
Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 98-99 165
Existe un excelente estudio de Juan Mateos acerca de personajes que aparecen en los evangelios, que tiene un significado simbólico profundo. Cfr. Juan Mateos – Fernando Camacho. 1999. Evangelio, Figuras y Símbolos. Ed. El Almendro. Córdoba, España. pp. 93-127 166
El hecho de no tener nombre puede explicarse por la cultura colectivista en la que fueron escritos. El individuo no interesa como tal, sino solamente como representante de un bloque. Sobre este punto, Cfr. Marcos como…, o. c., p. 140.
52
Otros autores dividen a los personajes de Marcos en cuatro grupos: en primer
lugar Jesús como gran protagonista. En segundo lugar están los antagonistas,
representados por las autoridades. En tercer lugar los discípulos. Y en cuarto
lugar aparecen los personajes secundarios167
. Llama la atención el hecho de que
en esta clasificación, no se les dé un nombre a los discípulos que clarifique y
oriente al lector, sobre el papel que desempeñan a lo largo de la trama. Los
discípulos: ¿Son protagonistas? ¿Secundarios o antagonistas? ¿Cómo
clasificarlos?
De lo dicho anteriormente se desprende una primera conclusión. Establecer una
jerarquía fija de personajes en la historia contada de Marcos, no es difícil si se toma en
primer lugar a Jesús, el cual a todas luces es el único y gran protagonista del relato.
Tampoco es complicado discernir a los antagonistas, que están representados
principalmente por los fariseos, herodianos, escribas, las autoridades y por supuesto
Satanás que se encarna en estos grupos. Pero la clasificación de los demás personajes
se vuelve problemática, ya que puede variar su papel de un relato a otro, como Pedro
por ejemplo, cuando es llamado aparece con un papel protagónico, cuya misión es,
llegar a ser pescador de hombres; mientras que en el camino de Jesús a Jerusalén, en
un instante se vuelve antagonista e instrumento de Satanás. Sumado a esto, y para
complicar un poco más, hay personajes que solamente aparecen una vez y sin
embargo ocupan con toda propiedad un papel protagónico en determinadas escenas.
Mercedes Navarro ha realizado una excelente observación al respecto:
“Los personajes menores, tomados como paradigma, tienen la función de cumplir en el nivel de
la historia lo que se esperaba que realizaran los discípulos en ese mismo nivel: la fe, los actos de
servicio, la entrega de la vida, la cercanía en su pasión y muerte, el anuncio y la curación. No se
olvide que la fe aparece en todo el evangelio como conducta observable, de forma que se
advierte en el mismo decurso de la historia narrada. En particular, en los episodios finales: le
unge una mujer, Simón de Cirene le ayuda con la cruz, el centurión confiesa se fe, José de
Arimatea le pide el cuerpo a Pilatos y las mujeres están presentes en su muerte y van luego al
sepulcro con la intención de ungir su cuerpo. En la primera parte del evangelio se enfatiza la fe;
en los capítulos en que tiene lugar el viaje a Jerusalén los personajes menores subrayan
narrativamente los rasgos de la pérdida de la vida, el último puesto y el servir168
.”
Esta autora se ha referido a personajes menores que aparecen en la segunda parte de
Marcos, pero ¿Aparecen también en la primera parte? Hay un excelente estudio de
Elisa Estevéz López, en el que analiza detenidamente el verbo “pregonar”, que aparece
en la escena de la curación del leproso Mc 1,40-45, llegando a la conclusión de que
este verbo dice relación a la misión de proclamar la llegada del Reino en clara
167Ibíd., pp. 137-138 168
Morir de vida, o. c., p. 87, nota 75
53
continuidad con la misión de Jesús169. Este dato es fundamental, ya que se puede decir
con propiedad, que el primer predicador del Reino y sus signos (claro después de
Jesús), es este leproso. Los ejemplos se podrían multiplicar, pero lo único que se
pretende al citarlos es, llamar la atención del lector sobre la dificultad de clasificar
rígidamente a los personajes de Marcos y también la problemática de saber cuáles son
los criterios para hacer dicha clasificación. La interrogante que late en todo esto es
¿Cuáles son los modelos de discipulado, con los que se identifica el lector? Parece ser
que el único criterio que debería tomarse para establecer una jerarquía de personajes,
es el de su mayor o menor presencia en cada escena. Pero aún este principio no deja
de ser problemático. Marguerat refiriéndose a esta dificultad concluye: “El anterior
tipo de clasificación, vinculado al grado de presencia de un personaje, sigue siendo
difícil de manejar (la intensidad de la presencia, ¿es un criterio cuantitativo o
cualitativo?)170.”
Pretender clasificar siempre y de manera rígida a los personajes que se encuentran
entre los protagonistas (Dios, Jesús) y los antagonistas del mundo narrativo de Marcos
es algo inviable, y solamente la experiencia de lectura paciente, atenta, reflexiva y
reiterada, puede dar criterios más certeros para distinguirlos, en orden a saber con
cuáles hay que identificarse por su condición de auténticos discípulos171. Conocer esto,
es determinante para la identidad discipular del cristiano. La cuestión sigue abierta y
constituye un permanente desafío para todo lector de Marcos, máxime en estos
tiempos, en los que la crítica literaria ha valorado el uso de la ironía (ya sea verbal o
169
Carmen Bernabé y Carlos Gil (eds.). 2008. Reimaginando los orígenes del cristianismo. Verbo Divino. Estella, España. p. 229-231 170
Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 99. Para este autor la manera más adecuada de clasificar a los personajes, es distinguir los planos de los redondos. 171
Tal vez hay alguien que insista en decir de manera simplista que los discípulos, es decir los doce son los modelos de identificación para el lector creyente del Evangelio. La siguiente observación que realiza Mercedes Navarro en este punto es importantísima, y debe ser tenida en cuenta: “En la primera parte del evangelio el lector es invitado a identificarse con el grupo de los primeros llamados. Entra en su punto de vista y ve con ellos lo que dice y lo que hace Jesús. La distancia entre ellos y el lector es muy pequeña. En los primeros capítulos se advierte una identificación entre los discípulos y los doce. Estos adquieren una gran importancia. No conocen a Jesús, le han seguido por el magnetismo de su llamada y la autoridad de su personalidad, y el lector simpatiza con ellos. A partir del cap. 6, sin embargo, esta posición del lector respecto a los discípulos va a cambiar paulatinamente. Su posición respecto al conocimiento de Jesús será superior porque va teniendo mayor información y, por otro lado, advierte que, a medida que los mismos discípulos tienen mayor información, se acrecienta la separación entre la mentalidad de Jesús y la de ellos. No le entienden. A partir de la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo, el lector se aleja de su punto de vista y se acerca más a Jesús sin necesidad de pasar por (el punto de vista de) ellos. Al final, en el umbral de la pasión y en la misma pasión, la distancia es máxima, de forma que se produce un paralelismo entre la distancia que se crea en el nivel de la historia y la del nivel del discurso: a medida que crece la distancia entre Jesús y sus discípulos (nivel de la historia), crece la distancia entre el lector y los discípulos (nivel del discurso). El fracaso de los discípulos en el camino hacia la Pascua supone que le venden en Judas (14,10-11), le niegan en Pedro (14,66-72) y le abandonan y huyen en grupo (14,50).” Cfr. Morir de vida, o. c., p. 87-88, nota 76. Después de leer esto da la impresión de que los discípulos son más bien, modelos de lo que no es un discípulo, que de lo que en realidad es, o tendría que ser.
54
dramática), en los Evangelios como algo que debe ser tomado en cuenta por la
exégesis tradicional, como criterio serio de interpretación172.
Por último, es necesario tener en cuenta que entre las estrategias utilizadas por el
autor implícito de Marcos, para caracterizar a los personajes se encuentra lo ya
analizado anteriormente acerca del punto de vista del narrador, el sistema de valores
en el que éste se fundamenta así como también el juego de las focalizaciones. El lector
debe ser consciente, de que la posibilidad de rechazar o identificarse con los diferentes
personajes que pueblan el mundo de la historia marcana, es algo controlado
totalmente por el autor implícito. A continuación se analiza un elemento fundamental
para la crítica narratológica aplicada a Marcos, la trama narrativa.
3.4. La Trama narrativa en Marcos
Si los personajes son el alma de un relato, la trama narrativa es el cuerpo173. Estudiar la
trama de Marcos es indispensable, si se quiere superar la lectura fragmentada a la que
se está acostumbrado y tener una visión de la totalidad de este Evangelio. Lo
específico de un relato, y que lo diferencia como tales la relación causa-efecto que se
construye mediante el discurso174.
Generalmente se puede definir la trama como “esa estructura unificadora que enlaza
las diversas peripecias del relato y las organiza en una historia continua175.” Como se
puede observar, en la definición propuesta prevalece la lógica causal que encadena y
le da sentido de continuidad a los diferentes acontecimientos que se van sucediendo,
uno a uno en el marco de la historia contada. La trama narrativa le confiere orden a las
múltiples escenas, permite visualizar al lector el desarrollo de los personajes, sentir
cómo el tiempo transcurre e inmiscuirse en la intriga del relato mediante la
identificación de los hilos narrativos que le permiten mantenerse a la expectativa de lo
que puede suceder.
En el contexto metodológico exegético de estudio del Evangelio de Marcos, el
reconocimiento de la existencia de una trama narrativa ha significado un notable
avance a nivel sincrónico, que completa lo intuido por el método histórico-crítico en la
crítica redaccional. Efectivamente, la escuela de la crítica redaccional hizo justicia a la
172
Sobre el uso de la ironía en Marcos apunta Marguerat: “El evangelista Marcos es igualmente un orfebre de la ironía de situación. Entre las innumerables posibilidades que ofrece, vamos a limitarnos a observar una escena de la Pasión: la negación de Pedro (Mc 14,66-72). El efecto de ironía deja su huella en varios planos. En el momento en que Jesús comparece ante la más alta instancia religiosa del país. Pedro está metido también en un proceso… ante una sirvienta y los que la rodean. Luego llega a negar a Jesús, porque no tomó en serio la advertencia de 14,27, ni el consejo del Maestro, dirigido a cada discípulo, de negarse a sí mismo (8,34). La ironía alcanza su punto culminante en el versículo 71: “Pero él se puso a echar imprecaciones y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis! La mentira proferida bajo juramento por el discípulo esconde una profunda verdad: de hecho, Pedro no conoce verdaderamente a Jesús.” 173
El arte de la narrativa…, o. c., p. 117 174Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 67 175
Ibíd., p. 68
55
contribución hecha por cada evangelista en la composición última del material
heredado de la Tradición de su comunidad, dándoles el calificativo de verdaderos
autores. De esta manera quedaba superada la visión reduccionista que introdujo la
escuela de la historia de las formas, que los había considerado hasta mediados del
siglo XX, como meros compiladores de tradiciones orales176. Sin embargo, no bastaba
con reconocer la huella redaccional que cada evangelista, en la composición de su obra
había dejado, permitiendo de este modo reconocer a nivel crítico lo que se
consideraba tradicional y redaccional. Se necesitaba profundizar muchos elementos
que la crítica redaccional pasaba desapercibidos, y que la crítica narratológica ha
puesto de relieve en las tres últimas décadas177.
Para un correcto análisis de la trama de Marcos se necesita tener en cuenta algunas
nociones fundamentales, acuñadas por la ciencia narratológica.
1. Trama unificadora y trama episódica
Los narratólogos distinguen dos tipos de trama, unificada y episódica. La primera
puede definirse como “aquella en la que todo tiene que ver con todo, de forma que si
un lector o lectora se saltara algo, se encontraría perdido en la lectura178.” La trama
episódica es aquella en la “que cada episodio tiene una buena dosis de independencia,
de manera que si alguien se saltara alguno de los episodios, no se encontraría
necesariamente perdido en la lectura179.”
En el caso concreto del Evangelio de Marcos, aunque se puede reconocer una trama
unificada que le confiere sentido a cada episodio, sin embargo, cada uno de estos
últimos, puede leerse por separado ya que contienen sentido en sí mismos
independientemente de lo que le antecede y sucede. La mejor prueba de lo que se
acaba de afirmar, es la praxis litúrgica en la que a cada episodio puede ser comentado
a nivel homilético con toda libertad sin recurrir la mayoría de las veces al contexto
literario del que ha sido tomado. Ahora bien, lo que ha sido una práctica aceptada
pastoralmente en numerosas ocasiones, se ha visto seriamente cuestionado por la
ciencia narratológica aplicada a los evangelios. Así lo reconocen por ejemplo, exegetas
de la talla de Josep Oriol Tuñí: “Sólo la totalidad puede dar la dimensión de cada
aspecto o escena particular180.” Hoy más que en otros tiempos, se necesita tomar en
176
Santiago Guijarro Oporto. 2010. Los cuatro Evangelios. BEB 124. Sígueme. Salamanca, España. pp. 145-146 177
Es decir, que el lector acostumbrado a la crítica de la redacción sabía reconocer el objetivo, que dadas las circunstancias vitales de cada comunidad, se había propuesto de antemano cada evangelista. Pero curiosamente, en su detallado análisis, este mismo lector no se involucraba en el mundo narrativo, ni se dejaba intrigar por lo relatado. Buscaba el mensaje del texto para los lectores originales, olvidando al lector actual. 178
Cuando la Biblia cuenta, o. c., p. 63 179Ibíd. p. 63-64 180
El Evangelio es Jesús, o. c., p. 124
56
serio éste principio de cara a las interpretaciones reduccionistas e ideológicas que
descontextualizan los diferentes episodios evangélicos181.
Una manera sencilla pero no por eso superficial, de apreciar la totalidad del Evangelio
de Marcos, y su trama, es el sistema quinario182. Incluye los siguientes elementos:
1. Situación inicial: corresponde al inicio del relato, en donde se introducen las
circunstancias de la acción. Generalmente existe equilibrio y termina cuando
empieza la primera dificultad o complicación.
2. Nudo: es un elemento que rompe el equilibrio del inicio e introduce conflictos,
que generan intriga en el lector, que desea saber cómo se resolverán.
3. Acción transformadora: por lo general, es el momento en el que tiene lugar la
acción que busca la solución al conflicto, y que tiene como punto culminante el
clímax.
4. Desenlace: corresponde al momento posterior al clímax narrativo. Los conflictos
se resuelven mientras que la intriga baja en el lector.
5. Situación final: presenta el nuevo punto de equilibrio al cual se ha llegado tras la
resolución del conflicto.
La siguiente ejemplificación ilustra gráficamente cómo se utiliza dicho sistema, en una
escena de Marcos (4,35-41).
Situación inicial
35Y les dice al llegar aquella tarde: Vamos a cruzar a la otra orilla 36y después de dejar a la gente se lo llevaron tal como estaba en la barca; y había con él otras barcas.
Nudo
37Y sobrevino una fuerte tempestad de viento y las olas se echaban sobre la barca de modo que ya inundaban la barca. 38Y él estaba en la popa durmiendo sobre el cabezal, y lo despiertan y le dicen: Maestro ¿no te importa que muramos?
Acción transformadora
Clímax
39Y levantándose increpó al viento y dijo al mar: ¡Calla! ¡Enmudece! Y cesó el viento y sobrevino una gran calma.
Desenlace 40Y les dice: ¿Por qué sois cobardes? ¿Todavía no tenéis fe?
Situación final
41Y se asustaron con un susto enorme y se decían unos a otros ¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?
181
Muchos predicadores de movimientos laicos, apoyándose en los Evangelios hablan hoy en día de prosperidad económica, y han confundido la predicación con un mensaje de tipo motivacional. 182
Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 72.
57
El sistema quinario puede aplicarse tanto a la trama unificada de Marcos, como a cada
episodio, contribuyendo de este modo a la lectura total de este Evangelio. Pero, como
se tendrá ocasión de ver en el próximo subtema, el sistema quinario si bien es cierto,
se puede aplicar a las tramas episódicas del Evangelio, no sucede lo mismo, cuando se
trata de aplicar con precisión a la trama de Marcos considerada en su totalidad.
La investigación exegética reciente ha puesto de relieve cada vez con mayor convicción
la naturaleza biográfica que caracteriza a los Evangelios y la conveniencia de leerlos de
principio a fin, con la finalidad de valorar interpretar cada palabra y hecho de Jesús
dentro del marco total de la trama su vida. Santiago Guijarro subraya que:
“La elección del modelo biográfico no fue sólo una opción literaria, sino una decisión de carácter
hermenéutico, que tiene importantes repercusiones teológicas. La primera de ellas, como ya he
dicho, consistió en dar primacía a la persona de Jesús sobre sus acciones o enseñanzas; lo más
importante no era lo que había dicho o había hecho, sino él mismo; ésta era la clave para
comprender sus palabras y acciones. Para sus discípulos, Jesús no fue sólo un maestro, al estilo
de los maestros rabínicos, sino el Mesías, el Hijo de Dios. Si hubiera sido sólo un maestro o un
taumaturgo, se habrían recordado sus enseñanzas o acciones, como ocurrió con los maestros y
hombres santos de su entorno, pero no se habría compuesto una biografía sobre él, como
tampoco se compusieron sobre ellos. Por otro lado, a situar los recuerdos sobre Jesús en el
marco de su biografía, los autores de los cuatro evangelios consideraron que su vida era el marco
en el que debían recordarse sus enseñanzas y acciones. De hecho, la transmisión de los dichos de
Jesús fuera de este contexto dio lugar a interpretaciones cada vez más marginales y
desconectadas de su vida183.”
Lo que Guijarro dice utilizando términos tomados de la crítica de los géneros literarios,
y de la psicología social, es lo mismo que afirma la narratología. Sólo dentro de la gran
trama unificada de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús, tienen sentido los
diferentes episodios (o tramas episódicas) que nos hablan de lo que dijo e hizo. Marcos
entendido como autor implícito del Evangelio, es el que mejor ha subrayado esto, ya
que mediante la estrategia del llamado “secreto mesiánico”, no permite que el
misterio de su identidad se agote en ningún episodio aislado de la gran trama unificada
que desemboca en la cruz, como lugar de la confesión auténtica de su mesianismo y
filiación divina, la cual, queda confirmada a su vez en la resurrección. Frente a la
lectura fragmentada y descontextualizada de Marcos urge, pues, una lectura total de
este Evangelio, ya que el sentido de cada episodio se va produciendo solamente
dentro de la totalidad de la trama narrativa marcana, de tal manera que a medida que
el lector avanza en su lectura, se ve obligado a volver a la escena que trata de
comprender una y otra vez, en un proceso de constante relectura.
183
Los Cuatro Evangelios, o. c., p. 536
58
2. Trama de resolución y trama de revelación
Otra distinción fundamental, introducida por los narratólogos para discernir de una
mejor manera lo que un relato puede ofrecer al lector, es la que se establece entre
trama de resolución y revelación. La primera pertenece al orden del hacer, y presenta
al lector la manera en que, tras la o las transformaciones narrativas que se operan en
el relato, terminan los hechos. Mientras que la primera se circunscribe al orden del
hacer, la segunda al del saber, de manera que el lector en la medida que se introduce
en cada episodio de la trama unificada, va adquiriendo un mayor conocimiento acerca
de la identidad narrativa de los personajes, de sus deseos e intenciones más
profundas. En otras palabras, mientras que la trama de resolución informa cosas al
lector, la trama de revelación forma a éste184.
En Marcos aparecen por lo general estos dos tipos de tramas, prevaleciendo sin
embargo(a nivel de macro-relato), mediante estrategias narrativas propias185 del
evangelista, la trama de revelación. Esto es así, porque los Evangelios son en su
naturaleza más profunda, narraciones al servicio de la identidad de Jesús, en donde lo
que dice y hace se encuentra totalmente subordinado a lo que él es, en cuanto Mesías
e Hijo de Dios. Ahora bien el hecho de que la trama de revelación prevalezca en el
Evangelio de Marcos, no significa que la trama de resolución carezca de sentido. Esto
se percibe mejor desde el análisis del final abierto del mismo. Así lo subraya Mercedes
Navarro:
“En Marcos, tomando la trama como argumento de personaje, el final de su historia termina con
la muerte del protagonista. Jesús, y su sepultura. Si el argumento de personaje lo entendemos,
en el nivel del discurso, desde la estricta perspectiva de la revelación (quién es) de su
protagonista, que conecta principio y fin (Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios), la
trama termina con la frase del centurión: en verdad este era un hijo de Dios, y ata un cabo suelto
relativo no solo a la identidad del personaje, sino al reconocimiento de la misma… Si, en cambio,
tomamos la trama de acción, es decir, el conflicto ente Jesús con su grupo y sus contendientes, el
argumento se resuelve negativamente para el protagonista, su grupo y su proyecto, al terminar
con la muerte y la sepultura de Jesús. Sin embargo, el relato, más allá de la resolución o
desenlace de su trama, finaliza de otra manera. El argumento es cerrado, pero el relato es
abierto. ¿Qué significa esto?186”
Existe por lo tanto una tensión entre ambas tramas. La de revelación parece terminar
con la confesión del centurión, pero en la escena de la Resurrección, para sorpresa del
lector, las mujeres no anuncian la identidad última de Jesús sino que guardan silencio. 184
Para ejemplos más concretos Cfr. Cómo leer los Relatos…, o. c., pp. 91-92 185
Una de estas estrategias es la del segundo final. Por ejemplo, en el caso de la curación del leproso Mc 1, 40-45 la escena bien podría haber terminado en el v, 42. Sin embargo para sorpresa del lector aparece un segundo final que comprende los v, 43-45 en donde se muestra al curado como predicador que difunde ampliamente la identidad de Jesús. En este episodio se aprecia con claridad, cómo la trama de resolución (curación), se subordina a la de revelación, mediante la proclamación de la identidad de Jesús por parte del curado. Para más detalles Cfr. Mercedes Navarro. Cuando la Biblia cuenta, o. c., p. 62-63 186
Morir de Vida., o. c., pp. 105-106
59
Todo esto abre nuevamente la tensión narrativa generando intriga en el lector, el cual
ha esperado tanto que la identidad última de Jesús se dé a conocer, y de pronto se
encuentra con el silencio del cierre (Mc 16,1-8). El final brusco de Marcos deja abierta
la trama de revelación (la cual depende de que el silencio de las mujeres se entienda
como definitivo o momentáneo), e inconclusa la de resolución. Parece como si todo
estuviera planificado, de manera que los únicos testigos de anunciar la Resurrección
sean tanto el narrador como su cómplice: “el lector.”
3. Hilos narrativos y su importancia en la trama de Marcos
Una vez que se ha diferenciado la trama de resolución (o acción) de la trama de
revelación (o personaje), y se ha subrayado la tensión que existe entre ambas, se hace
necesario un breve análisis acerca del papel que desempeñan los hilos narrativos
dentro de la trama de Marcos.
Un buen narrador como es el caso de Marcos, sabe tejer hábilmente la trama
mediante diversos hilos, que atraviesan el relato de principio a fin. Si una narración ha
generado intriga en el lector, éste necesitará tener claros cuáles son los hilos
conductores que unen los diferentes episodios en el marco de la trama unificada. Estos
hilos se pueden, una vez identificados, hacer explícitos convirtiéndolos en preguntas
que el lector deberá tener siempre en mente, para orientar su acto de lectura.
Según Mercedes Navarro existen dos grandes hilos conductores que orientan al lector
en la trama de Marcos. 1) El hilo del conflicto y 2) El hilo de la revelación de la
identidad de Jesús187. Si se lee el relato de Marcos como trama de acción el hilo
narrativo es el del conflicto. Ahora, si se lee este Evangelio como trama de revelación,
su hilo conductor, es el de la manifestación de su identidad, a los diferentes personajes
que pueblan su mundo narrativo. Estos hilos deberán necesariamente convertirse en
interrogantes que mantendrán expectante al lector y profundamente intrigado. Tales
preguntas, pueden formularse del siguiente modo: 1. ¿Cómo acabará el conflicto que
ha generado Jesús? 2. ¿Habrá alguien que llegue a conocer la profunda identidad de
Jesús?.
Como puede darse cuenta el lector, estas interrogantes son semejantes a un timón
que impide al barco (el lector), naufragar en las inmensas aguas de la historia contada
(Evangelio de Marcos). Desde una perspectiva pastoral, la utilidad de tener claros los
hilos narrativos en el momento de la preparación de la homilía o predicación y
catequesis, es evidente y máxime si se hacen explícitos en el momento del discurso, ya
que provocarán con toda seguridad, efectos positivos en la comunidad de oyentes de
la Palabra Evangélica.
187
Ungido para la Vida., o. c., p. 17
60
4. El narrador una instancia hermenéutica para la comprensión de la trama en
Marcos
En este momento se trata un aspecto fundamental para el lector de Marcos, que
completa cuanto se ha dicho acerca del narrador y su punto de vista. ¿Por qué se habla
del narrador como instancia hermenéutica? Cada Evangelio en su naturaleza profunda
puede considerarse como un proceso de relectura hecha por diversas comunidades
cristianas, que desde una perspectiva pos-pascual, han interpretado el sentido de la
vida, dichos, hechos, pasión, muerte y resurrección de Jesús. Dicho proceso de
relectura es del todo coherente por la cultura oral en la cual se fraguaron las diversas
tradiciones sobre Jesús que fueron quedando unificadas en una trama de tipo
biográfico, contada a su vez, por la estrategia literaria de un narrador en tercera
persona. Todo esto ha sido puesto en evidencia por la investigación exegética reciente,
que ha tomado elementos metodológicos prestados de la psicología social.
“Aquí nos interesa el tema de la memoria colectiva en cuanto puede iluminar el proceso de las
sucesivas relecturas de una misma tradición. Un grupo hace memoria de su pasado en
determinadas circunstancias que, normalmente, tienen que ver con momentos de seria dificultad
en su presente, bien porque su identidad está en juego y su continuidad como tal grupo peligra, o
bien porque el grupo está en un momento de encrucijada donde el camino que hay que seguir no
está claro… Memoria y relectura están estrechamente relacionadas. La relectura implica el hacer
memoria, es decir, rememorar el pasado, hacerlo un todo coherente en el presente. Desde la
urgencia existencial el grupo mira al pasado reflejado en las tradiciones escritas y se fija en
significados no vistos, en alcances no intuidos y desarrollos no realizados en los acontecimientos
recordados, o bien rectifica desarrollos hechos en lecturas anteriores. Estas relecturas pueden
dar lugar a simples interpretaciones orales, que aplican la tradición recodada a la nueva
situación, a inserciones en el mismo texto, o incluso a textos nuevos. “La práctica de la relectura
señala a la vez la necesidad de la memoria y su perpetua renovación188
.”
Todo lo que ha señalado Carmen Bernabé Ubieta puede explicar perfectamente lo que
en este apartado se quiere analizar, acerca de la función hermenéutica del narrador en
el Evangelio de Marcos. El autor implícito, en cuanto representante de la memoria
comunitaria acuñada en el proceso de relecturas de las tradiciones hechas en el seno
de la misma, ha utilizado (como ya se ha dicho tantas veces en este trabajo
investigativo), como instancia hermenéutica extradiegética189 un narrador en tercera
persona, con la finalidad de que pueda guiar al lector del Evangelio en una
determinada dirección190, mediante estrategias que a continuación se presentan de
forma breve.
188
Rafael Aguirre (ed.). 2010. Así empezó el cristianismo. Verbo Divino. Navarra. España, p. 297 189
Es decir, que el narrador se encuentra fuera de la historia contada de Marcos, pero nunca desligada de ella. 190
Todo esto, con la única finalidad a mi parecer, de que los lectores históricos del Evangelio así como todo posible lector, no se desvíen de toda está corriente viva expresada en las distintas tradiciones presentes en Marcos, sino que por el contrario comulguen con ella. En el tema dedicado al lector implícito, profundizaremos la manera en que éste, funciona en el Evangelio como un elemento de control, para evitar posibles lecturas distorsionadas, que se alejen de la corriente de las tradiciones sobre Jesús conservadas por la comunidad de Marcos.
61
3.4.1. El autor implícito guía al lector por medio del narrador en la
trama de Marcos
Algunos exegetas suelen distinguir en el análisis narrativo, entre el nivel del discurso y
el nivel de la historia191. Para saber diferenciarlos el lector debe hacerse la siguiente
pregunta: Lo que el narrador está diciendo ¿Afecta a los personajes, al
desenvolvimiento de la trama? O ¿Es una información que se le proporciona al lector?
Por ejemplo, cuando alguien lee las escenas Mc 1,1-14 se da cuenta de que la mayor
parte de la información que aquí ofrece el narrador, va dirigida al lector. En realidad
toda la trama narrativa de Marcos puede leerse en estos dos niveles, sin embargo hay
momentos en los que el narrador guía directamente al lector mediante:
1. Apartes192
Mc 3,21; 5,8; 7,3-4.19; 9,6; 13,14. En estas escenas se percibe nítidamente la
intervención del narrador, que interrumpe el flujo de los hechos y se dirige al lector
para que tome en cuenta sus palabras, a la hora de interpretar los hechos. Para
apreciar en su justa medida estos apartes narrativos, el lector puede reescribir la
escena omitiendo el comentario del narrador y evaluar los efectos al leer nuevamente
la escena que incluye el comentario. Durante mucho tiempo se ha considerado a nivel
del método histórico-crítico, que estos apartes tenían la función de proporcionar datos
sobre la época y destinatarios originales del Evangelio. Pero los nuevos métodos de
análisis literario, han puesto en evidencia la importancia hermenéutica de los mismos,
ya que a través de dichos apartes el autor implícito hace transparente al lector su
punto de vista privilegiado (pos-pascual), controlando de este modo su juicio sobre lo
que lee. Pareciera que al obrar así el narrador no deja libertad al lector para
interpretar los hechos de otra manera, que no sea la propuesta de antemano por el
autor implícito.
2. Escenas engastadas, progresiones en dos etapas.
Para Marguerat las escenas engastadas que también se les denomina “sándwich” es
“el instrumento de una estrategia narrativa cuyo blanco es el lector; la integración de
un episodio en el interior de una historia más vasta pretende permitir el paso de
información de la historia englobada a la historia englobante. En este caso, es la
historia que recibe el engaste la que requiere, para ser comprendida, la implantación
de este injerto narrativo193.” Ejemplos de sándwich son la reanimación de la hija de
191
Mercedes Navarro. Cuando la Biblia…, o. c., p. 13. “El mundo de la historia es el escenario en el que se desarrolla el argumento, que se nos relata, allí donde aparecen y desaparecen los personajes, donde actúan, se relacionan y llevan a cabo sus objetivos. El mundo o nivel del discurso, en cambio, es aquel en donde el narrador que conduce la historia se comunica con la lectora o el lector que la recibe.” 192Marcos como Relato, o. c., p. 63 193
Cómo leer los Relatos… o, c., p. 88
62
Jairo (5,21-24.35-43), que tiene como engaste la curación de la mujer con flujo de
sangre (5,25-34); las escenas de la maldición de la higuera (11,12-14.20-26), que tienen
como engaste la escena de la expulsión de los mercaderes del templo (11,15-19) y las
escenas que narran la intención de matar a Jesús por parte de los escribas y sumos
sacerdotes y la traición de Judas (14,1-2.10-11), que tienen como engaste la escena de
la mujer que unge a Jesús con nardo en casa de Simón (14,3-9). El autor implícito le
pide al lector que relacione las escenas y saque conclusiones acerca del sentido
teológico de las mismas194.
La progresión en dos etapas, es una de las estrategias que desde una perspectiva
hermenéutica, puede considerarse de las más importantes. Algunos autores han
descubierto que éste procedimiento es uno de los modelos de repetición que
predomina en el evangelio de Marcos195. Desde el inicio del Evangelio 1,1 se puede
observar dos títulos que corresponden a dos etapas dentro de la trama narrativa. En
efecto a la mitad precisamente del Evangelio se encuentra la confesión de Pedro (8,29)
sobre la mesianidad de Jesús que confirma el primero, mientras que al final se
encuentra la profesión de fe del centurión (15,39) que corresponde al título de filiación
divina. El mismo final del Evangelio (16,8), se puede considerar como el final de la
primera etapa de lectura y el encargo dado a las mujeres de ir a Galilea, el cual sea
dicho de paso no lo cumplen, bien puede considerarse como la apertura para una
segunda etapa de relectura del Evangelio. El punto de vista privilegiado del autor
implícito una vez más sale a relucir en esta estrategia. Existe en el Evangelio una
lectura superficial del mismo que se manifiesta en la incomprensión acerca de la
identidad auténtica y profunda de Jesús, y una invitación a ir avanzando mediante
sucesivas relecturas, en la comprensión cada vez más profunda de esa desconcertante
y sorprendente identidad mesiánico-filial. “Las numerosas progresiones de dos pasos
mencionadas antes preparan a los lectores para sentirse atraídos más fácilmente a
captar este segundo amplio paso que estructura el conjunto de la narración y a aceptar
esta visión más clara y más comprensiva de Jesús196.” A igual conclusión llega
Mercedes Navarro acerca de esta estrategia:
“Desde la perspectiva narrativa, en el nivel del discurso, el silencio de las mujeres como final de
una historia que no se explica sin la ruptura del mismo es una estrategia propia del narrador, que,
supuestamente, el lector ya debe de haber aprendido. Es la estrategia del avance en dos etapas,
de las cuales la segunda es la clave para entender la primera. El narrador propone el silencio de
las mujeres como el primer momento y la entera narración del evangelio como el segundo. El
efecto narrativo es impresionante: el relato evangélico interpreta el silencio de las mujeres. Por
194
Desde una perspectiva metodológica histórico-crítica, escenas engastadas como la narración de la reanimación de la hija de Jairo y la curación de la hemorroisa, se han interpretado como tradiciones independientes que en el momento de la redacción se han unido. Esta apreciación ha descuidado la intención literaria y teológica de dicho procedimiento. 195Ibíd., pp. 73-75 196
Marcos como… o. c., p.75
63
tanto, a la pregunta ¿Por qué ellas no dijeron nada (en un primer momento)? da respuesta el
evangelio entero… El silencio de las mujeres es el primer paso del avance en dos etapas. Su
apertura invita al lector a inferir el segundo paso, esto es, dónde, cuándo y cómo narran lo que
les ha sucedido y dónde, cómo y cuándo cumplen la misión encomendada por el mensajero
divino197
.
El relato de Marcos es de esta manera un enigma que pide ser descifrado por lectores
competentes, que fusionen su horizonte pos-pascual con el del autor implícito.
Si el narrador puede realizar todas estas estrategias narrativas, no es por sí mismo ya
que carece de autonomía, de manera que todo el peso de la autoría recae sobre el
autor implícito. Es evidente que éste se ubica hermenéuticamente, en un plano
superior y posee una pre-comprensión profunda de Jesús, que es fruto de la
experiencia de fe compartida en su comunidad. Dicha pre-comprensión que se
despliega en el modo de contar la historia de Jesús, busca ser compartida por lectores
que desde su experiencia de fe se identifiquen con los modelos de discipulado que se
les propone y los recreen en su propia realidad eclesial y social.
El análisis acerca de la función hermenéutica del narrador, como guía autorizado para
conducir al lector en la trama en Marcos, realizado por la exégesis narrativa, señala, el
reduccionismo dualista de una lectura del Evangelio que busque separar historia e
interpretación teológica. La crítica narratológica se muestra a todas luces como un
método sincrónico, que impide tales reduccionismos y favorece la tan anhelada unión
exegético-hermenéutica entre: fe y exégesis, entre una hermenéutica de fe y una
hermenéutica racional. Este punto ha sido puesto de relieve por el Magisterio reciente
(VD, n.35d).
3.5. Escenarios
Los escenarios son fundamentales en el mundo del relato, puesto que es en ellos en
donde se desarrollan los diferentes acontecimientos de la trama narrativa. En el
análisis narrativo los escenarios juegan un papel importantísimo ya que:
“… sirven para muchas funciones: generan el ambiente, proporcionan la ocasión para un
conflicto, revelan rasgos de los personajes cuando interactúan con ellos y evocan asociaciones
presentes en la cultura de la audiencia. Los escenarios pueden transmitir importantes temas e
incluso proporcionar la estructura global de un relato. Juntos, los escenarios otorgan las
condiciones –las posibilidades y las limitaciones- en que los personajes tranzan sus destinos.198”
En el Evangelio de Marcos los escenarios son variados y proporcionan al lector claves
para la comprensión de la trama. Algunos autores como David Rhoads, Joanna Dewey
197Morir de Vida, o. c., p. 116 198
Marcos como Relato, o. c., p. 91
64
y Donald Michie199 proponen una interesante división de los escenarios en Marcos, de
los cuales se escogen algunos.
a. Escenarios cósmicos
Este es el escenario más amplio en el que se desenvuelve la trama narrativa de
Marcos. La creación de Dios en el Evangelio, es el lugar en el cual conviven los
diferentes personajes que pueblan el mundo del relato: Dios, Jesús, Satanás, los
ángeles, las fieras, los discípulos, las autoridades religioso- políticas y los demás
personajes menores. El gran escenario de la creación de Dios, se encuentra sin
embargo amenazado. En efecto, muchos están poseídos por demonios, son presas de
diferentes enfermedades, la mayoría se encuentra oprimida por los ejércitos romanos.
El mundo pareciera ser en Marcos el antagonista de Dios y su reinado. No obstante es
en este enorme escenario, en donde Jesús proclama la llegada del Reinado de Dios,
que puede transformarlo según sus propósitos. Los enfermos pueden ser curados, los
hambrientos saciados y los endemoniados liberados. En este espacio Jesús actuará
movido por la fuerza del Espíritu que ha descendido a él desde los cielos rasgados e
inaugurará el tiempo oportuno de la salvación. Es por último, en este escenario
cósmico, en donde Jesús muere pero es resucitado por Dios su Padre.
b. Escenarios político-culturales
El orden político-social que se dibuja en el mundo narrado de Marcos es el de las
sociedades rurales antiguas. Los grupos político-religiosos de control y poder
constituyen una pequeña elite, mientras que el resto de la población está conformada
por gente muy sencilla, que subsiste diariamente de lo que producen. Entre estos
últimos se encuentran los desposeídos, que viven mendigando para sobrevivir. Es
altamente significativo, el hecho de que el Jesús narrado de Marcos nunca tenga como
escenarios de su actividad las ciudades famosas del imperio. Mientras que son
numerosos aquéllos que dicen relación a los márgenes y lugares paganos.
Desde una perspectiva estrictamente cultural, es interesante el hecho de que en
Marcos abunden sobre todo en la primera parte (1,1-8,30) escenarios que tienen que
ver con el tema del mar y sus orillas200. Estos escenarios fronterizos quedan
caracterizados narrativamente como lugares de vocación al seguimiento de Jesús, de
su enseñanza y curación201. Sus acciones en dichos escenarios son provocadoras, ya
que como muy bien señala Carmen Bernabé Ubieta:
“La frontera es donde aparecen claramente los criterios de pertenencia que incluyen o excluyen
de un colectivo y ordenan la vida de los “propios” frente a los “extraños”. Por todo ello, parece
evidente que la orilla del mar como “frontera” entre lo extranjero y lo propio, entre lo impuro y
199
Ibíd, pp. 92-102 200Rafael Aguirre (ed.), 2002. Los milagros de Jesús. ABE 39. Verbo Divino. Navarra. España. p. 94. 201
Mc 1,16-20; 2,13; 3,7-12; 4,1-41; 5,21; 6,32.45.
65
lo puro –según el sistema de pureza oficial-, adquiere un significado muy profundo y corrobora la
intuición primera acerca de que las curaciones, exorcismos y enseñanzas que Jesús realiza en su
entorno están en relación con su crítica al sistema de pureza oficial que establece un orden socio-
religioso que, entre otras cosas, determina los grados de proximidad a Dios… La actuación y la
enseñanza de Jesús en la orilla, o en una u otra de ellas, están relacionadas con ese orden que él
critica y con el nuevo que proclama como el propio del reino de Dios. La orilla, la frontera, se
convierte así en lugar de la posibilidad más que de peligro202
.”
Lo que se acaba de decir sobre estos últimos escenarios, hace percibir entre otras
cosas los límites del análisis narrativo, el cual no se puede cerrar a otros métodos y
acercamientos que complementen su análisis de los escenarios y la capacidad
evocadora y provocadora de los mismos. Es muy difícil que sin las informaciones
sociales, políticas y culturales de la época de Jesús y de la redacción de los relatos, el
lector pueda comprender a profundidad lo que el autor implícito le quiere transmitir al
presentarle los diversos escenarios del mundo narrativo.
La manera en que el método histórico y el narrativo analizan los escenarios políticos y
socio-culturales es diferente. El primero debido a su enfoque estrictamente histórico,
considera que dichos escenarios tienen vistos de historicidad, y pueden proporcionar
importantes informaciones coyunturales sobre la época del Jesús histórico. Por su
parte el análisis narrativo, que carece de interés por la historia que subyace detrás de
los textos evangélicos, los ve como elementos cargados de simbolismo y fuerza
evocadora, que exigen ser descifrados desde una perspectiva intertextual y macro-
textual.
c. Escenarios que tienen que ver con el pasado de Israel
Hay en la trama de Marcos cierto tipo de escenarios, que recuerdan acontecimientos
liberadores del pasado de Israel en cuanto pueblo de Dios. Entre ellos destacan:
d. El desierto y río Jordán
Dentro de la trama narrativa de Marcos el hecho de que el Bautista aparezca
predicando en el desierto y bautizando el Jordán, tuvo una repercusión enorme y un
impacto profundo que afectó a la gente como personaje colectivo Mc 1,4-5. La
respuesta masiva se explica solamente en el contexto de la memoria colectiva,
respecto a la Historia Salvífica de liberación y prueba que aparece condensada en tan
simbólicos escenarios. La fuerza evocadora de estos escenarios la resume muy bien
Mercedes Navarro:
“Desierto y río, desierto y agua, son elementos aparentemente irreconciliables, aunque
presentes en las tradiciones del Éxodo y en el libro de Josué. Juan vive en el desierto y bautiza
en el río Jordán. El lector que conoce los libros sagrados al escuchar desierto y río Jordán en
seguida evoca historias, personajes, acontecimientos de comienzos, novedad y cambio del
202
Ibíd., p. 95
66
propio pueblo. Pero también evoca los poemas y sueños proféticos en donde se habla de las
aguas y los caminos que surgirán en el desierto con motivo de la presencia de Dios en el pueblo,
como signo de la llegada del Mesías…203
”
Como se puede observar, el método narrativo interpreta los escenarios desde una
perspectiva intertextual. Dicha perspectiva es la que permite discernir la manera en
que los escenarios caracterizan a los personajes y éstos últimos a los escenarios. Es
decir que tanto escenarios como personajes se afectan mutuamente. Tomar en cuenta
esto, es importante para saber interpretarlos adecuadamente a lo largo de la trama.
e. El mar
Es muy significativo, que Marcos le otorgue el calificativo de “mar”, al lago de Galilea.
Mientras que el historiador puede percibir una contradicción a nivel histórico, el
narratólogo descubre una intención profunda, simbólica. El autor implícito mediante el
narrador, al usar el término “mar” proporciona al lector una clave de tipo
hermenéutico para evaluar las escenas que allí suceden. La observación que realiza J.
Mateos al respecto es sumamente rica y profunda.
“Es curioso que tres evangelistas, Mateo, Marcos y Juan se refieran constantemente al lago de
Galilea con el término “mar”… Este modo de hablar de los tres evangelistas no es un descuido;
tiene una razón teológica. Efectivamente, la denominación “el mar”, hace alusión al primer
éxodo, caracterizado por el cruce del Mar Rojo; sirve, por tanto, para presentar la labor de
Jesús como un éxodo, es decir, como la salida de una tierra de esclavitud o de opresión… Este
empleo del término “mar”, propio de Marcos, Mateo y Juan, muestra la importancia que tiene
conocer los usos figurados que utilizan los evangelistas para penetrar el mensaje que quieren
transmitir204
.”
Si el lector desconoce la caracterización teológica de un determinado escenario,
interpretará literalmente las escenas (por ejemplo, el paso de una orilla a la otra del
mar como un simple viaje misionero), y no captará el punto de vista pos-pascual e
intertextual que se le propone. Es decir no captará la verdad salvífica que de manera
narrativa, se le ofrece.
f. Monte
Otro escenario que tiene que ver a nivel intertextual con la Historia salvífica de Israel,
es el monte. En efecto éstos aparecen en momentos decisivos de la constitución del
pueblo liberado como Pueblo de Dios205. En el mundo narrado de Marcos aparecen
referencias al monte en varias ocasiones (3,13-19; 6,45-52; 9,2-13). Desde el punto de
203
Marcos, o. c., pp. 47-48 204Evangelio, Figuras…, o. c., pp. 45.47 205
Desde una perspectiva cultural, tanto los judíos como los demás pueblos consideraban ciertos montes como lugares en donde habitaba o se comunicaba la divinidad. Son lugares sagrados en donde ocurren las teofanías o manifestaciones de Dios. Cfr. Evangelio, Figuras.., p.60
67
vista privilegiado post-pascual en el que se ubica el autor implícito (el cual a su vez, lo
comunica al lector mediante el narrador), el monte al igual que el mar y el desierto
son, más que lugares geográficos, lugares simbólicos con un gran contenido teológico
que es necesario precisar en cada contexto específico de la trama de Marcos en que
aparece. El hecho de que el monte aparezca siempre vinculado a Jesús, presupone
desde el punto de vista hermenéutico del autor implícito, una gran riqueza cristológica,
que el lector debe aprender a descifrar.
Al terminar el breve análisis de algunos de los escenarios marcanos206, se ha podido
concluir que éstos, no son simplemente rellenos de tipo estético en el mundo narrativo
de Marcos, sino más bien símbolos que debido a la intertextualidad los conecta de
manera implícita, con la Historia de Salvación. Los escenarios en relación con los
personajes, tienen la función de revelar aspectos de su manera de ser. Del mismo
modo lo que hacen los personajes en un determinado escenario lo caracteriza de
manera coherente a lo largo de la historia contada207. Todo esto requiere ser valorado
y explicitado por parte del lector en un proceso de lectura atenta e interactiva.
3.6. Tiempo narrativo
La Teoría Narrativa ha elaborado diversos modelos de análisis del tiempo en un
relato208. Dentro de toda la gama de análisis del tiempo narrativo, la propuesta
genettiana se considera la más completa209.
Una distinción importante en la Teoría de Genette es la que establece entre el tiempo
que abarca la historia y el tiempo que se emplea en el discurso210. El primero es el que
se mide en años, meses, días y horas. El segundo se mide en capítulos, párrafos y
versículos211. De acuerdo a lo que se ha dicho anteriormente se puede establecer cuál
es el objeto del análisis del tiempo en una obra narrativa como la de Marcos. Dicho
objeto lo plantea G. H. Oliver de la siguiente manera:
206
Como podrá advertir el lector el análisis que aquí se ha realizado no tiene una pretensión de exhaustividad, ya que han quedado muchos escenarios fuera. Entre ellos, la sinagoga, la aldea, la casa, el templo etc. 207
Esto se puede ver con claridad en la escena de Mc 1,35-39. Cuando el lector se entera de que Jesús se retira a un lugar solitario, inmediatamente (al relacionarlo con la escena de la estancia de Jesús en el desierto durante cuarenta días), espera que suceda una tentación. ¿Por qué sucede esto en el lector? Por la razón de que lo primero que sucedió allí fue una tentación y cada vez que el lector se encuentre con dicho escenario, sabrá de manera analéptica que sucederá algo semejante. Si lo primero que ha pasado en el desierto lo caracteriza, éste a su vez, revela aspectos del modo de ser de Simón que lo caracterizan también de una manera determinada. La coherencia en este punto es sorprendente a lo largo de toda la trama. Lo primero que sucede en un determinado escenario, es importante y muestra la unión existente entre éstos y los personajes. 208
Jesús según San Mateo, o. c., p. 51 209
Ibíd. 210Ibíd. 211
Armando Noguez. 2007. Manual para leer el Evangelio de Mateo. Ed. Dabar. México, D.F. p. 19
68
“En este sentido, el objeto del análisis del Tiempo consiste en el examen de la disposición del
material en la historia –dominada por el ajuste con la vida real-, y en el discurso que –por
diferentes razones que habrá que determinar- tiende a ser manipulado. Este estudio puede
apoyarse en tres determinaciones esenciales: las relaciones entre el “orden” temporal en el que
se desarrollan los acontecimientos de la historia y su disposición en el relato; las relaciones entre
la “duración” de los acontecimientos y su longitud en el texto; y, por último, las relaciones de
“frecuencia” o de repetición de los eventos de la historia en el relato. En síntesis, el análisis del
Tiempo incluye el estudio de las relaciones de orden, duración y frecuencia entre la historia y el
discurso212
.”
A continuación se definirán estas determinaciones y su relación con el Evangelio de
Marcos.
1. El orden de los acontecimientos en Marcos
Estudiar el orden en un relato como Marcos tiene que ver no tanto con la enunciación
(la manera de contar), sino con la historia contada213. Las notas temporales son
indispensables para un primer acercamiento al orden temporal que refleja Marcos. El
resumen realizado por Marguerat sobre un aspecto del orden temporal de Marcos es
interesante.
“El narrador muestra predilección por los “días”; enuncia los datos cronológicos en días, más que
en semanas, meses o años. Mc 1,13: “permaneció en el desierto cuarenta días”; 2,1: “algunos
días después, entró de nuevo en Cafarnaún”; véanse 8,2.31; 9,2; 14,1.58; 15,29… Estas
indicaciones cronológicas expresadas en días acentúan la sensación de inminencia que hizo nacer
la declaración inicial: “El tiempo se ha cumplido” (1,15)214
.”
Pero no es ésta, la única manera de percibir el orden temporal en que se van
sucediendo los acontecimientos en el Evangelio (que además es muy escasa). Existen
también otras indicaciones a lo largo de la primera parte del Evangelio (Mc 1-8,30),
como por ejemplo: 1,32: “al atardecer, a la puesta del sol”; 1,35: “De madrugada,
cuando todavía estaba muy oscuro”; 4,35: “Este día al atardecer”; 6,35: “Era ya una
hora muy avanzada”; 6,47: “Al atardecer, estaba la barca en medio del mar.”Estas
breves y dispersas indicaciones temporales, si bien es cierto, por un lado, crean la
sensación en el lector de que está transcurriendo el tiempo (lógicamente después del
atardecer se indica que otro día estaba por comenzar), por otro lado habría que
preguntarse si tal indicación temporal contiene más bien un sentido simbólico que es
preciso descubrir a lo largo de la trama. Juan Mateos comentando Mc 1,32a confirma
el sentido simbólico de esta indicación temporal:
“Con una doble precisión se indica el momento en que acude gente a Jesús llevándole
enfermos y endemoniados. En Mc, la expresión “caída la tarde”, que marca la escasez o falta de
212
Jesús según San…, o. c., p. 52 213Cómo leer los Relatos…, o. c., p. 130 214
Ibíd., pp. 130-131
69
luz, tiene siempre un matiz desfavorable: indica figuradamente que en la escena así encabezada
va a reflejarse una incomprensión de la persona y misión de Jesús215
.”
Lo afirmado por Mateos es fundamental, y confirma cuanto en este estudio se ha
dicho acerca de los escenarios en Marcos y su Íntima relación con los personajes que
interactúan en ellos y con ellos216. Si lo primero que sucede al “atardecer” es una
incomprensión de la persona de Jesús y su mensaje, cada vez que el lector se
encuentra con dicha indicación a lo largo de la trama, esperará de manera analéptica
que suceda otra incomprensión. Como se ha indicado arriba, las marcas temporales en
este Evangelio son muy escasas y desde el punto de vista del análisis del orden de los
acontecimientos en Marcos, parece que no son relevantes del todo “En estos casos se
trata de referencias temporales totalmente indeterminadas, que no aportan un dato
cronológico concreto acerca del evento narrado. Sin duda, pueden equipararse a giros
compositivos cuya única función consiste en enlazar diversos pasajes del relato o
introducir una fase nueva de la narración217.”
a) Rupturas del orden
En el Evangelio de Marcos se encuentran fundamentalmente dos tipos de rupturas del
orden de los eventos: las analepsis (mirada retrospectiva) y las prolepsis (mirada
prospectiva)218. Tanto las primeras como las segundas pueden subdividirse a la vez en
externas e internas. Dichas rupturas (anacronías) del orden temporal tienen la función
narrativa de resaltar la importancia que dichos eventos (retrospectivos o prospectivos)
tienen para el autor implícito.
Las analepsis externas son aquellas en las que se hace referencia a eventos que
sucedieron antes de lo acontecido en la historia contada. Como ejemplos de este tipo
de anacronía se puede citar: 1,2; 4,12. Existen también en el interior del Evangelio
analepsis internas, es decir aquellas que hacen referencia a eventos que han ocurrido
antes, pero siempre dentro del contexto del mundo narrado de Marcos. Como
muestra se puede citar: 6,17-29; 8,14-21.
Si las analepsis hacen referencia a eventos que han sucedido antes, ya sea fuera o
dentro del mundo narrado de Marcos, las prolepsis por el contrario, se refieren a
eventos que sucederán. Al igual que las analepsis, las prolepsis pueden ser también
externas, si hacen referencia a eventos que tendrán lugar fuera del mundo narrativo, o
internas si anticipan algo que sucederá al interior de la trama. Prolepsis externas
215
J. Mateos – F. Camacho. 1993. El Evangelio de Marcos. Análisis lingüístico y comentario exegético (Vol. I). Ed. El Almendro. Córdoba. España, p. 163 216
Es decir en el análisis de la indicación temporal “el atardecer” desde una perspectiva narrativa, hay que estar atentos como lectores a lo que sucede la primera vez que aparece en la historia contada, ya que permite prever lo que sucederá cada vez que vuelva a aparecer. Como lo he dicho en el análisis de los escenarios, la coherencia en este punto a lo largo de la trama del Evangelio es sorprendente. 217
Jesús según San Mateo, o. c., p. 54 218 Para un estudio más exhaustivo de estas anacronías temporales Cfr. Ibíd., pp. 60-74. Aunque este autor analiza el Evangelio de Mateo, puede servir para aplicarlo a Marcos.
70
pueden encontrarse en: 13,5-27; 14,9. Ejemplos de prolepsis internas son: 1,7-8; 3,19;
8,31; 9,30-32.
Las analepsis y prolepsis son fundamentales en el análisis narrativo, ya que sugieren al
lector conectar episodios de la vida de Jesús con las tradiciones israelitas
veterotestamentarias; sentirse implicado en lo que se anuncia para el futuro
extratextual (que puede ser muy bien el del lector), enlazar dos episodios que tienen
lugar dentro de la trama. Todo esto genera intriga en el lector y le proporciona
criterios de interpretación que deben ser ejercitados en su proceso de lectura.
2. La duración y velocidad del relato
Otra manera de analizar el tiempo en un relato es plantearse la siguiente pregunta: el
narrador, ¿Cuenta poco acerca de un largo período histórico o se detiene sobre un
instante?219 Las respuestas que se obtengan introducen al lector de Marcos en el tema
de la duración y velocidad del relato. G. H. Oliver define la duración en relación a un
relato de la siguiente manera:
“Este término hace referencia a la relación que existe entre la extensión temporal de los
acontecimientos de la historia, es decir, su duración real, y el tiempo que lleva la lectura de su
narración. De este modo, el análisis de esta categoría comprende la observación de los
procedimientos que el autor emplea para acelerar o ralentizar la velocidad del relato… En
nuestro caso, se tratará de observar la relación existente entre la duración de la historia – medida
en minutos, horas, días, años – y la longitud del texto… - medida en líneas y paginas –, con el
objeto de determinar cuál es la velocidad del relato, es decir, su tiempo, e interpretar los cambios
de ritmo que presente220.”
No se pretende exhaustividad en lo que sigue, solamente se pretende llamar la
atención del lector, en un aspecto tantas veces descuidado en los estudios críticos del
Evangelio. El estudio de la duración y velocidad en Marcos puede mostrar aspectos
interesantes en el plano teológico. La razón es que en el análisis se puede medir y
determinar, si existe equivalencia, entre el tiempo incluido en lo que se cuenta (por
ejemplo, cuánto tiempo ha pasado dentro de la historia contada en la primera parte
del Evangelio o en una secuencia narrativa), la cantidad de versículos que se ha
empleado para narrarlo, así como el tiempo que se puede llevar el lector en su acto de
lectura (media hora, una hora etc.), si bien esto último puede ser demasiado subjetivo,
ya que el ritmo de lectura personal puede variar entre un lector y otro.
Un ejemplo de lo que puede realizar el lector en el campo de la duración, lo tenemos
en el llamado “relato del Bautismo de Jesús.” (Mc 1,9-11) Si se plantea las preguntas:
¿Cuánto tiempo pasa en el bautismo de Jesús dentro de la historia contada? ¿Cuánto
219Cómo leer los Relatos.., o. c., p. 143 220
Jesús según San Mateo, o. c., p.74
71
tiempo medido en versículos, emplea el narrador en contar el Bautismo y lo que
sucede después del mismo? Se dará cuenta de que el interés del narrador, no reside en
el Bautismo que casi ni se narra; sino en la teofanía e investidura mesiánica de Jesús, la
cual describe detalladamente. El tema cristológico de la identidad de Jesús
manifestada por la voz proveniente de los cielos rasgados domina la escena y centra la
atención del lector en lo que se muestra y dice acerca del protagonista.
Mercedes Navarro221 ha realizado un interesante resumen sobre el ritmo y la velocidad
que se percibe en el relato de Marcos tanto en la primera como en la segunda parte.
Para esta autora existen tres diferentes ritmos:
Como podrá darse cuenta el lector, en toda la primera parte del Evangelio predomina
un ritmo urgente y el lector ve cómo los sucesos avanzan uno tras otro casi sin
parar222. Este efecto de urgencia es el resultado del predominio del adverbio temporal
“Inmediatamente” y la recurrencia de “y223.” Juan Mateos constata que este adverbio
aparece en unas 39 ó 42 ocasiones224, y la mayoría de las veces denota una inmediatez
de tipo cronológico225. Todo esto tiene una clara intención teológica y no sólo
cronológica ni estilística. El Reinado de Dios proclamado por Jesús como algo cercano,
empapa todo el tiempo de la historia marcana, caracterizándolo como un tiempo
oportuno y salvífico. En cuanto al ritmo y velocidad en el relato de la pasión, crucifixión
y muerte de Jesús, confirma de modo narrativo lo que muchos expertos han sostenido
y concluido usando otras metodologías: que los Evangelios son relatos de la pasión con
una larga introducción. El efecto de ralentización llama la atención del lector acerca de
la importancia teológica de los últimos acontecimientos en la vida de Jesús. No es
casual, sino algo muy premeditado, el hecho de que sea precisamente el momento de
221
Marcos, o. c., p. 15 222
En efecto, los sumarios las pausas descriptivas y las elipsis son muy escasos. Para una mayor información acerca de estos términos y su influencia en acelerar o ralentizar el ritmo de la narración ver: Marguerat, Cómo leer los…, o. c., pp. 144-148 223Marcos como Relato, o. c., p. 69 224
A. Urban – J. Mateos – M. Alepuz. 1977. Estudios del Nuevo Testamento II. Cuestiones de Gramática y Léxico. Cristiandad. Madrid, España p. 110 225
Ibíd, p. 127
- Ritmo rápido y urgente… (de 1,1 al cap.
13)
- Ritmo más lento (relato de la pasión,
marcando día a día, 14,1.12
- Ritmo muy lento (crucifixión y muerte,
cronología por horas, 15,1.25.33.34.42)
El ritmo en
Marcos
72
la crucifixión y muerte de Jesús, el momento también de la ruptura del silencio y la
confesión de la auténtica identidad mesiánica de éste. Cuanto se ha dicho acerca del
ritmo y velocidad en Marcos, es necesario analizarlo en términos de duración226 para
luego extraer las conclusiones teológicas pertinentes.
3. La frecuencia
Por último y desde la perspectiva de lo que Genette ha denominado “anacronías” se
encuentra el tema de la frecuencia. Este análisis permite conocer otra manera que
emplea el narrador para jugar por así decirlo con el tiempo, manipulándolo al interior
de la historia contada. Las posibilidades del narrador en este campo son las siguientes:
a) El relato singulativo
Es aquel en el que un narrador cuenta una vez lo que sucedió una sola vez. Un ejemplo
de este tipo de relato se encuentra para Marguerat en el triple anuncio de la pasión227.
En una primera lectura pareciera que debe clasificarse como repetitivo, pero a medida
que se lee atentamente, se descubre que es singulativo, ya que cada anuncio (Mc 8,31;
9,31 y 10,33-34) posee matices diversos debido al diferente contexto en el que se
encuentran ubicados literariamente.
b) El relato repetitivo
Se denomina así, al que cuenta varias veces lo que sucedió una sola vez en el interior
de la historia contada. Este modo de contar se encuentra poco en el Evangelio de
Marcos.
c) El relato iterativo
Se considera relato iterativo, aquel en el que se narra una vez lo que ocurrió varias
veces. Un buen ejemplo de esta modalidad de relato se encuentra en los sumarios
narrativos. Por ejemplo Mc 1,39 y 4,33-34 entre otros.
El análisis del Tiempo en el Evangelio de Marcos pese a la brevedad con que se ha
abordado aquí, permite comprender y vislumbrar aspectos importantes de la historia
contada como: el orden la duración – velocidad y la frecuencia. Esto contribuye a
comprender de una manera lógica la disposición interna de los acontecimientos en el
relato. Las referencias temporales a pesar de ser escazas, contienen una intención de
carácter más teológico que cronológico. La temporalidad en Marcos no es un fin en sí
misma, por el contrario se encuentra determinada y caracterizada por la venida
inminente del Reinado de Dios que le da una clara connotación soteriológica. Permite
226Se recomienda que el lector determine cuántos días transcurren en el relato de la pasión por ejemplo, y luego cuente cuántos versículos se emplean para narrarlo. Luego puede sacar sus propias conclusiones teológicas, acerca de lo que se relata y su importancia. 227
Cómo leer los relatos…, o. c., p. 160
73
por último contemplar toda la vida de Jesús desde la única historia de salvación,
mediante estrategias analépticas y prolépticas respectivamente.
Dentro de los elementos fundamentales que configuran la especificidad del método
narrativo se ubica el tema del lector. El tema tiene su importancia dada la orientación
hermenéutica que se ha elegido para el presente trabajo investigativo. Dos aspectos se
imponen necesariamente para la comprensión adecuada del tema que se desarrollará
a continuación. En primer lugar, la necesidad de visualizar el Evangelio de Marcos
como obra literaria y en segundo lugar, aclarar la relación que existe entre el lector
real e implícito así como su diferencia.
3.7. Papel del lector en el Evangelio de Marcos
Uno de los aspectos más relevantes de este trabajo investigativo, y que como eje
transversal ha estado presente a lo largo de él, es la relación que debe existir entre la
identidad cristiana del lector y la identidad narrativa que se le propone en un relato. La
convicción fundamental que subyace en el fondo de cada elemento del método
narrativo que se ha analizado anteriormente, es que los relatos poseen una fuerza
generadora y renovadora de vida cristiana. Esta convicción introduce con claridad lo
que analiza a continuación.
3.8. Evangelio de Marcos e identidad cristiana
Ha llegado el momento de aclarar un término esencial de esta investigación ¿Cómo
definir la identidad cristiana? La identidad cristiana se puede definir esencialmente
como un ser en Cristo. Así lo comprenden algunos autores como Saturnino Gamarra
Mayor en el tema Identidad cristiana al afirmar que:
“Estamos ante el punto radical de la identidad cristiana, desde donde se explica el gran cambio
de la condición humana… La misma vida en Cristo, que es característica de la identidad cristiana,
parte de su ser en Cristo… En este contexto se enmarca lo que es seguir a Cristo, tema que resulta
fundamental en la vida cristiana. Apuntamos solamente esta nota: ha sido frecuente identificar el
seguimiento con el proyecto personal de compartir la vida con Cristo, de imitarle, de seguir sus
huellas para hacerse como él, dependiendo todo de uno mismo. Y la realidad es muy distinta:
Cristo comparte su vida con nosotros y de su participación somos en Cristo. Y el seguimiento, que
debe vivirse, es consecuencia del ser en Cristo. Quien es en Cristo, le sigue. Nuestro seguimiento
es de hijos y de hermanos en él.228”
La anterior definición afecta a los diferentes narradores que cuentan la historia de
Jesús en los Evangelios. De hecho, si la experiencia pascual y la fe que de allí mana son
228
Pedrosa, Vicente Ma y otros. 1999. Diccionario de Catequética. San Pablo. Madrid. pp. 1169-1170
74
parte constitutiva de dicha identidad, esto quiere decir que el narrador de Marcos
relata desde una experiencia profunda discipular. Es desde la realidad y experiencia de
seguimiento de Jesús, que se narra, se construye un mundo, se teje una trama, se
describen escenarios, se delimitan los tiempos y se caracterizan personajes. Lo que se
narra no es un hecho desnudo y bruto, sino la experiencia de su ser en Cristo que viven
las comunidades y narradores. Por lo tanto, lo que se narra es la experiencia de una
identidad compartida a nivel comunitario.
En definitiva, esto compromete al lector de Marcos y le marca un camino en su lectura.
No debe acercarse solamente como estudioso, sino también como discípulo, como
alguien que vive en afinidad y sintonía con lo narrado. Tanto narrador como lector
comparten fundamentalmente la misma experiencia de ser en Cristo. La interpretación
exegética desde esta perspectiva es enriquecida enormemente a nivel hermenéutico.
3.9. Marcos como obra literaria
Antes de analizar el tema conviene tener en cuenta que el Evangelio de Marcos, desde
la perspectiva de los nuevos métodos de análisis literario, es fundamentalmente una
obra literaria. Esto tiene definitivamente consecuencias a la hora de considerar todo lo
que implica el ejercicio de lectura.
Para tener clara la perspectiva desde la que se analizará el papel del lector del
Evangelio de Marcos, es preciso definir lo que se entiende por obra literaria. Ésta,
puede entenderse como: “un acto peculiar de comunicación lingüística, con una serie
de rasgos característicos… Es el resultado de un acto creador de su autor, que
intencionalmente, la ha destinado a perdurar229.”
La definición anterior muestra dos rasgos que caracterizan la obra literaria como tal.
En primer lugar es un acto creacional y creativo de su autor. Y en segundo lugar, es
algo que al concretarse lingüísticamente puede perdurar. La unión de estos rasgos da
como resultado lo que ha solido llamarse en ámbitos crítico – literarios, “autonomía de
la obra literaria230.” En efecto, la obra literaria una vez que se escribe adquiere vida
propia y tiene en sí misma, un sentido que va más allá del pretendido por su autor
histórico. L. Alonso Schökel haciendo alusión al tema de la autonomía de la obra
literaria, comenta al respecto de manera magistral:
“En el acto de escribir o desarrollar una obra van naciendo relaciones que no estaban pensadas
por el autor. Una situación, un personaje, van sacando a la luz nuevas relaciones. Mucho más si
pensamos en aquello que en la obra es simbólico o puede serlo; símbolo que el autor puede no
229
José Pedro Tosaus Abadía. 1996. La Biblia como Literatura. Col. El mundo de la Biblia 12. Verbo Divino. Navarra, España, p. 132 230
L. Alonso Schökel. Apuntes de Hermenéutica, o. c., p. 53
75
haber comprendido en toda su potencialidad. La obra va más allá del autor. Desde la óptica de la
obra una hermenéutica de autor no basta. La obra no puede quedar encerrada en un momento
histórico, la obra camina más lejos que el autor231
.”
La autonomía de la obra literaria es posible percibirla solamente si el lector logra
comprender que la misma, no se identifica con el texto escrito en cuanto tal, pues
cuando alguien escribe una obra literaria no la encierra en el acto de escribir, ya que
ésta, puede subsistir perfectamente en la memoria colectiva de un pueblo (como el
pueblo de Israel por ejemplo), y nunca del mismo modo pues la narración oral es
múltiple232, y nunca del todo repetitiva.
El análisis narrativo como método exegético destaca a su modo, de manera especial la
autonomía del texto, al utilizar la categoría de “autor implícito.” Tal y como ya se ha
explicado en su momento, dicha categoría no hace referencia al autor histórico, sino a
la imagen de autor que ha quedado impresa en su obra, y que puede reconstruirse
dentro del proceso de lectura de la obra literaria en su totalidad e integralidad. Con
este presupuesto teórico, la narratología logra hablar de la obra como objeto
autónomo sin renunciar a hablar por ello de su autor, solamente que desde otro nivel
(claro está). La ventaja que conlleva esta manera de considerar la autonomía de la
obra, es enorme, ya que previene de la absolutización ideológica del texto,
permitiendo de este modo subrayar su carácter dialogal. Por lo tanto, dialogar con el
texto es algo siempre posible, ya que cuando un lector se acerca a la obra literaria así
considerada, no se acerca a un objeto muerto e inerte, sino por el contrario, se acerca
a una obra que tiene vida, y en cuyo interior reside de manera permanente un autor
implícito que por medio de la estrategia de un narrador en tercera persona, desea
ardientemente comunicarle algo, contarle una historia, involucrarle en una trama en
un tejido de sentido, proponerle personajes con los que se puede identificar, con la
finalidad de transformarle mediante ese maravilloso encuentro dialogante que se
denomina lectura. La comprensión por lo tanto de una obra literaria, en su dimensión
autónoma (en este caso el Evangelio de Marcos), no se ubica desde este punto de
vista, en lo que está detrás de la obra, llámese contexto histórico, autor real, lectores
originarios o históricos233; ni sólo en el texto y sus códigos estructurales de sentido234,
sino que se ubica, en lo que está delante del texto, es decir en el polo del lector actual.
Esta manera de considerar la lectura de una obra literaria es definitivamente
importante y cautivadora a la vez. Pero no se crea que todo está dicho, ya que los
narratólogos al analizar los componentes de la obra literaria narrativa, no solamente
231
Apuntes de Hermenéutica, o. c., p. 34 232
Ibíd, p. 114 233Los exegetas, que utilizan el método histórico-crítico, se interesan sobre todo por lo que se ubica detrás del texto, su historia redaccional, sus fuentes, los acontecimientos históricos testimoniados en el texto así como su grado de historicidad etc. 234
Esto es lo que afirman los exegetas que aplican el análisis semiótico o estructural a los textos bíblicos.
76
hablan de autor implícito y narrador como instancias extradiegéticas (es decir fuera de
la historia contada), imprescindibles para la comprensión del texto en cuanto obra
autónoma, sino que introducen una tercera categoría novedosa: “el lector implícito.”
De él se habla a continuación.
3.10. Distinción y relación entre lector real e implícito
El texto bíblico es ciertamente una obra autónoma, en cuanto que por su misma
naturaleza trascendental no puede ser objetivada literariamente del todo. Esto es
cierto, pero siempre y cuando dicha autonomía (tal y como se ha dicho en el tema
anterior) no se confunda con la absolutización ideológica del texto escrito. Dicha
absolutización queda superada desde la concepción de autonomía del texto, tal y
como la profesa la teoría narratológica actual, al introducir los conceptos de autor
implícito y lector implícito. Un texto escrito puede quedar libre e independiente de sus
autores y lectores originales, pero nunca del autor y lector implícitos.
Según Hans De Wit el término lector implícito o implicado fue acuñado por W. Iser235, y
puede definirse de la siguiente manera:
“El lector implicado es la expectativa de actualización que el autor tiene cuando escribe su texto…
El autor espera que su texto se convierta en obra. La instancia que podría ejecutar este cambio
de texto en la obra lo llamamos lector implicado. El lector implicado es, entonces, el conjunto de
estrategias o propuestas de lectura presentes en el texto236.”
De las definiciones anteriores la última es la más interesante para el lector, ya que
debe tener en cuenta que al acercarse a un texto, éste contiene en su interior, una
estrategia de lectura, presupone un lector modelo, un lector ideado competente y
capaz de comprender plenamente la obra escrita. Lo anterior lleva a establecer y
realizar una distinción fundamental, entre lector real y lector implícito237. Cuando una
235
En la dispersión el texto es..., o. c., p. 390 236
Ibíd. 237
El lector real es todo lector de carne y hueso, incluyendo también a los lectores u oyentes originales del Evangelio. Mientras que el lector implícito es ese sujeto virtual y capaz de comprender la obra escrita que de manera inconsciente proyecta el lector en su acto de escribir. Un ejemplo quizá pueda aclarar. Cuando un sastre elabora un traje lógicamente piensa en un sujeto que le talle, que llene los requisitos de altura y complexión física que requiere ese diseño de traje. El carpintero cuando elabora un ambón o atril para un orador conlleva de manera implícita e indirecta a una persona que lea desde el mismo. Si el atril mide 1, 50 mts, eso quiere decir que alguien que mida exactamente lo que mide el atril, no es apto para usarlo; esta hecho, ideado para personas que llenen los requisitos implícitos de altura apropiada. Lo que pasa en el ámbito de la moda y la carpintería sucede también en la literatura. Todo poeta quiere que su obra sea plenamente comprendida, por un lector competente que llene los requisitos de conocimiento literario para gustar las imágenes y demás géneros literarios utilizados. Aunque parezca discriminación, hay que decirlo con fuerza: los textos no pueden ser comprendidos por cualquier persona así nada mas, necesitan lectores competentes. Esa imagen inconsciente de lector que proyecta cada autor literario, es lo que denominamos autor implícito. El lector debe dar la talla al leer, debe estar a la altura del lector que tenía en mente un autor a la hora de registrar por escrito su obra, si lo quiere comprender e interactuar adecuadamente con él. Espero haberlo explicado bien querido lector.
77
persona lee una obra literaria como el Evangelio de Marcos, debe saber que necesita
llenar ciertos requisitos, si quiere comprender adecuadamente su riqueza singular e
inagotable de sentido. Esto es así, ya que hablando en términos de sana lógica, cuando
la comunidad de Marcos fue elaborando literariamente cada parte del Evangelio en
ese proceso hermenéutico – pneumático de relectura constante y actualizante, en
realidad el autor implícito y lectores reales (los miembros de la comunidad marcana),
coincidían en lo elemental238. Pero una vez que los lectores u oyentes originales del
Evangelio desaparecen, la obra se independiza ciertamente de los mismos, pero el
lector original queda plasmado, asumido de manera virtual y definitiva en los textos
convirtiéndose de esa manera en algo implícito e implicado en ellos. El lector original
desaparece mientras que el implícito permanece vinculado al texto. Dicho en palabras
más técnicas, si, los lectores reales (ya sean los originales o los actuales) son realidades
extradiegéticas (fuera del texto); el lector implícito es una realidad intradiegética
(dentro del texto).
Si por razones pedagógicas y conceptuales se ha distinguido entre lector real e
implícito, a nivel metodológico-exegético deben aspirar los lectores reales del
Evangelio de Marcos, a identificarse en el proceso de lectura con éste. Hablar por lo
tanto de lector implícito es hacer referencia a una de las muchas estrategias de lectura
inherentes al relato. Si existen estrategias de lectura en cada relato evangélico, se
comprenderá que éstos, no pueden leerse de cualquier manera.
Más de algún lector que ha leído seguramente las líneas anteriores se preguntará
¿Cómo identificar al lector implícito en el Evangelio de Marcos? ¿Qué tipo de lector
ideal presupone el relato? Si bien pueden existir diferentes respuestas a estas
interrogantes, la que se presenta a continuación puede orientar al respecto:
“Podríamos hacer un detallado análisis de un lector ideal deduciendo de cada línea de la
narración cómo se espera que reaccione un lector. En todas las líneas se le sugieren
determinadas reacciones a los lectores: llenar huecos, identificarse con los personajes,
238
En Marcos como Relato, p. 198 los autores dicen al respecto: “Por supuesto, cuando el autor de Marcos escribió, tenía en mente como su audiencia a la gente real del siglo I. Pero no sabemos por el relato en sí quién podría ser esa gente. Podemos quizás deducir que eran judíos que seguían a Jesús, que eran campesinos en zonas predominantemente rurales y que se enfrentaban a la persecución. Esta gente habría tenido un previo conocimiento de Jesús, del destino de los doce discípulos y del comienzo del movimiento de Jesús. Pertenecían a una determinada posición social. Y vendrían con una perspectiva particular y probablemente con una disposición de deleitarse con el relato y responder positivamente a él… Marcos puede haber tenido múltiples audiencias en mente, particularmente si esperaba que el relato fuese contado de sitio en sitio en reuniones en las sinagogas y en los mercados. Podemos imaginar cómo podrían haber respondido al relato los diferentes grupos – gente con enfermedades, viudas, mujeres en general, la clase alta judía, los fariseos o los soldados romanos –. Cada uno probablemente habría reaccionado de forma muy diferente. Seguramente el relato fue contado a lagunas personas que ya eran seguidores de Jesús y ya conocían a Jesús y a sus discípulos. Otros oyentes puede que nunca hubiesen oído nada sobre Jesús. Puede que algunos rechazaran el relato rotundamente. Otros puede que estuvieran de acuerdo con algunas partes pero se resistieran a otras. Un oyente receptivo, sin embargo, respondería al relato de forma muy parecida a la del lector ideal y tendría respuestas adicionales a la luz de la situación histórica de la época. La retórica de Marcos busca hacer posible que los lectores reales se conviertan en lectores y seguidores ideales.”
78
mantenerse en suspense, anticipar partes posteriores del relato, recordar partes anteriores,
involucrarse en los apartes y en la ironía del narrador, sentir emociones, alentar y revisar
expectativas, experimentar determinación…239
”
Es decir, que si se quiere descubrir al lector implícito basta con preguntarse
constantemente cómo reaccionaría dicho lector ante las diferentes escenas del
Evangelio. De manera general se podría decir que “El evangelio de Marcos hay que
leerlo despacio y muchas veces…, requiere una lectura ordenada y secuencial, y pide
un lector o lectora de mente ágil y de implicación afectiva en la historia narrada240.” En
la parte dedicada a la aplicación del método narrativo a una escena escogida de
Marcos, se tendrá oportunidad de mostrar con cierto detalle la manera de proceder en
este punto. Basta por ahora con tener conciencia de la existencia y presencia de este
lector virtual y potencial en el Evangelio, y saber diferenciarlo del lector real, ya que
cuando se leen ciertos comentarios narrativos, se encuentran expresiones como estas:
“el lector tendrá que…, el lector ya posee en esta escena los conocimientos respecto
de…, etc.” Todas estas expresiones se refieren no tanto al lector real sino al ideal o
implícito. El exegeta en su comentario narrativo trata de mostrarle al lector real, lo que
el narrador en un determinado relato le pide al lector ideal241.
No existe consenso entre los narratólogos sobre la situación de hecho del lector
implícito. Tres planteamientos se han propuesto: el reconstructivo, pragmático e
interactivo242. En el primero, como su nombre lo indica se trata de leer la obra
tratando de reconstruir el perfil del autor implícito sin plantearse la verosimilitud o no,
en relación con los lectores reales del siglo I. El segundo planteamiento sostiene que
en el conjunto del texto hay una cantidad de instrucciones colocadas en la superficie
del texto, las cuales funcionan como una especie de programación de lectura. De su
identificación y realización se va aclarando que tipo de lector espera el texto. Por
último el interactivo afirma que no existe un autor implícito fuera o al margen del acto
de lectura. Todo lector al abrir y disponerse a leer el texto, asume el rol de lector
modelo capaz de descifrar el sentido de lo leído. Los tres planteamientos son
interesantes, y en el ejercicio propuesto en la segunda parte se privilegiará los dos
primeros planteamientos.
Naturalmente al abordar el tema del lector implícito, su definición, así como la manera
de discernir su presencia en el Evangelio de Marcos, y su relación y diferencia del
239
Ibíd, pp. 190-191 240
Mercedes Navarro, Marcos, o. c., p. 29 241
Jean Louis Ska subraya: “Es importante distinguir bien entre “lector implícito” y “lector real.” Es raro que un relato se dirija expresamente al lector real; por eso, cuando el análisis habla de “lector”, tiene de ordinario en la mente al auditorio de los relatos y no directamente al lector de hoy.” Cfr. Jean Louis Ska. Sincronía. El análisis narrativo. En: Horacio Simian-Yofre. Metodología del Antiguo Testamento. 2001. Salamanca, España. BEB 106. Ed. Sígueme. p. 170. 242
Como leer los Relatos…, o. c., p. 203-204
79
lector real, no se deben olvidar los límites de esta teoría. Algunos autores señalan
ciertos límites, sobre todo en el campo hermenéutico:
“El análisis narrativo pone mucho énfasis en el lector implícito, que va siendo guiado, de una
forma modélica, por las perspectivas del narrador o del autor implícito. Yo quisiera destacar que
el lector implícito es una construcción hermenéutica. Los exegetas deben ser cuidadosos y no
emplear ese término como si fuera simplemente un sustitutivo para ellos mismos; de esa
manera, apelando al lector implícito, algunos investigadores se refugian detrás de la valla del
texto, sin prestar atención a los lectores que realmente existen (en su entorno social), con sus
propias preguntas y sus perspectivas.243
”
La advertencia anterior dirigida a los exegetas sobre el riesgo de proyectarse así
mismos detrás del autor implícito, es algo que definitivamente se debe tener en
cuenta, pero no por eso se puede desechar injustificadamente, ya que constituye una
valiosa herramienta para lograr una interacción profunda entre el lector real y
narrador no sólo a nivel exegético, sino también y sobre todo hermenéutico. Se
presenta en definitiva, como una posibilidad de que el lector real pase, de ser un lector
estudioso frente a un objeto (el texto bíblico) de estudio, a sujeto hermeneuta capaz
de dialogar con el texto (considerándolo como sujeto), y construir de la mano del
narrador el sentido del texto al apropiárselo y recontextualizarlo en su propia realidad.
243
Win Weren. 2003. Métodos de exégesis de los Evangelios. Verbo Divino. Navarra. España. p. 106
80
CAPITULO IV: PROPUESTA METODOLOGICA
4. Propuesta metodológica para aplicar algunos elementos del
análisis narrativo a Marcos 6,30-44
Una vez que se ha realizado el análisis de los elementos fundamentales que delinean la
especificidad del método narrativo, en cuanto acercamiento sincrónico a los textos
bíblicos, se pretende ahora desarrollar de manera metódica, la propuesta de algunas
técnicas que permitan la aplicación del mismo a Mc 6,30-44. Esta escena que
comúnmente se suele llamar “Primera multiplicación de los panes”, se encuentra
ubicada en el contexto de una secuencia narrativa que inicia en 6,30 y se extiende
hasta 8,26. A continuación se presentan algunas opciones que guiarán la aplicación del
análisis narrativo a esta escena escogida de Marcos.
4.1. Opción por una hermenéutica del texto
El Concilio Vaticano II en la Constitución Dogmática Dei Verbum (Cfr. DV n. 12a),
presenta dos perspectivas hermenéuticas: la del autor y la del texto. Luis Alonso
Schökel al comentar acerca de los principios hermenéuticos propuestos por la
Constitución, sostiene que el Concilio por un lado confirma la opción hermenéutica (es
decir la hermenéutica de autor,) que ha venido rigiendo la interpretación bíblica
moderna hasta hoy. Pero a la vez argumenta, que el Vaticano II abre otra puerta de
interpretación. Schökel la descubre en estas palabras “… el intérprete de la Escritura,
para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que los
autores querían decir y Dios quería dar a conocer con dichas palabras.” Dios no
solamente se comunica mediante la intención del autor sagrado, sino también se
revela, se da a conocer en “las palabras del autor”, es decir en el texto244. Optar por
una hermenéutica del texto, es reconocer el Evangelio de Marcos como una obra
literaria autónoma245. Esto permite al lector mediante la aplicación del método
narrativo, apropiarse la obra al entrar en el mundo de la historia contada, captando su
riqueza de sentido y luego recontextualizarla actualizándola en su propio mundo.
244
Apuntes de Hermenéutica, o. c., p. 35 245Esto quiere decir que dejaremos a un lado preguntas que tengan que ver con el método histórico-crítico tales como: ¿En qué época se escribió? ¿Para quién? ¿Cuál era la situación vital de las comunidades? Etc.
81
4.2. La necesidad de una Hermenéutica de la fe
El Papa Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini (VD n.
34-35) insiste, en la necesidad de seguir las indicaciones hermenéuticas dadas en la Dei
Verbum, si se quiere evitar el dualismo interpretativo que tendría como consecuencia
lamentable, la separación entre exégesis y teología. Los principios hermenéuticos
integrales recogidos por la Constitución conciliar (La unidad de toda la Escritura, la
Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe), constituyen el fundamento de
una interpretación de la Escritura llevada a cabo, con el mismo Espíritu con que fue
escrita (DV n.12c). Ahora bien, estos principios hermenéuticos aunque algunos autores
los han considerado independientes unos de los otros, son en realidad uno solo. Es
decir que, cuando la Dei Verbum habla de la interpretación bíblica hecha con el mismo
Espíritu con que fue escrita, no se refiere a otros principios que hay que tomar en
cuenta además de los criterios exegéticos racionales; sino mas bien indica el horizonte,
el lugar desde donde todo hermeneuta debe realizar la interpretación, es decir en la
Iglesia246.Por lo tanto “Toda interpretación supone un intérprete. No cualquier hombre
es capaz de captar en la Escritura el sentido del Espíritu, sino aquél en quien vive el
Espíritu. Hermenéuticamente esta exigencia de una vida espiritual y eclesial resulta
ahora obvia247
.”Si el Evangelio de Marcos se escribió en el ámbito privilegiado de la
vida en el Espíritu, es decir en medio de una comunidad de fe; solamente captará su
riqueza de sentido, aquél que viva esa misma experiencia espiritual, ya que “Ciertos
presupuestos particulares, como la fe vivida en la comunidad eclesial y la luz del
Espíritu dirigen su interpretación. Con el crecimiento de la vida en el Espíritu, aumenta
en el lector la comprensión de las realidades de las cuales habla el texto bíblico.” (PCB
II, A, 2f). Por lo tanto el lector mediante el análisis narrativo, se acerca a los textos no
desde cualquier lugar, sino como miembro de la Iglesia, con una identidad conferida
en los Sacramentos, que busca crecer y perfeccionarse mediante la vida narrada de
Jesús contenida en los Evangelios.
246
Mario A. Molina Palma, O.A.R. 1987. La Interpretación de la Escritura en el Espíritu. Ed. Aldecoa, Burgos. p. 215-218. Es importante lo que aquí se explica y clarifica sobre la interpretación adecuada del término, ya que muchas veces se cree que cuando un exégeta o lector profundo de la Escritura (en nuestro caso del Evangelio de Marcos), aplica un método exegético a su estudio del texto, está procediendo de manera racional solamente y no se encuentra guiado por criterios de fe, los cuales entre otras cosas ha abandonado para no contaminar la interpretación a causa de sus condicionamientos en cuanto creyente y miembro de la Iglesia Católica. En verdad sucede todo lo contrario. Ya que aún y cuando el lector profundo y metódico de la Escritura se encuentre en plena labor exegética, siempre, por su condición de creyente en el seno de la Iglesia y en cuanto que posee la experiencia sacramental de vida en el Espíritu, estará interpretando la Escritura “con el mismo Espíritu con que fue escrita.” 247
Ibíd, p. 106
82
4.3. Opción por un comentario pastoral, al servicio de la identidad
cristiana
Esta perspectiva pastoral se mantendrá en todo momento, de manera que serán pocas
las referencias a comentarios de otros autores. La guía que se propone en los pasos
metodológicos permitirá al lector realizar el análisis por sí mismo, recurriendo
únicamente al marco teórico de éste proyecto investigativo, para resolver sus dudas.
Por eso el comentario a Mc 6,30-44 se ha realizado solamente con estos recursos
teóricos.
El objetivo que se ha tenido en mente durante el comentario, es que el lector se vea
constantemente reflejado en la escena, mediante una labor hermenéutica de diálogo
profundo con el texto. Y así al identificarse con los modelos propuestos se fortalezca su
identidad como creyente y discípulo de Jesucristo.
4.4. Opción de traducción
En cuanto a la selección del texto a comentar en el presente trabajo investigativo, se
ha optado por la traducción que ofrece la exegeta Mercedes Navarro Puerto en su
comentario a Marcos248. La opción está motivada por dos razones principales: 1) La
primera razón, consiste en la imposibilidad de realizar una traducción propia y directa
del griego que emplea Marcos. 2) La segunda razón se funda en un rasgo que tiene que
ver con el análisis estilístico de este Evangelio. Es decir el uso de la “parataxis249.”
Mercedes Navarro ha respetado en su traducción esta característica marcana, la cual
se considera fundamental, para el análisis narrativo de la escena elegida.
4.5. Pasos metodológicos a seguir
Para realizar el comentario narrativo aplicado a Mc 6,30-44de manera ordenada, se
tomarán en cuenta pasos metodológicos precisos. Cada uno de ellos responde a tres
momentos fundamentales:
248 Marcos, o. c., p. 241 249
Vicent Taylor. 1980. Evangelio Según San Marcos. Ed. Cristiandad. Madrid. España. p. 71. “La parataxis, o simple
coordinación de las oraciones con και, en vez de emplear participios u oraciones subordinadas, es una de las características más notables del estilo de Marcos.”
83
4.5.1. Momento hermenéutico 1: ¿Cómo entrar en el texto?
1. Disposición para el diálogo
Es necesario que el lector que va a tener contacto con un Evangelio tan rico en sentido
como el de Marcos, sepa que no se acerca a un objeto que puede ser estudiado
detalladamente, sino que se aproxima a un sujeto, a una historia en la que hay alguien
dispuesto a contársela (el narrador); alguien que quiere dialogar y compartirle su
manera de ver a Jesús, a los discípulos, las autoridades etc. Se recomienda no tener
prisa para poder tener un dialogo reposado, tranquilo, rodeado de confianza y respeto.
2. Selección de la versión y del texto
El paso tiene como objetivo la selección crítica de la versión a utilizar para ejercer
luego el análisis narrativo. Esto quiere decir que por lo menos se tendrán tres
versiones distintas para compararlas y escoger una. Si se realiza en grupo es
recomendable que todos los participantes tengan una misma versión. La versión que
aquí se utiliza es la de Mercedes Navarro en su comentario narrativo a Marcos.
Una vez que se ha elegido la versión a utilizar se elige una escena. Se recomienda que
la misma, sea adecuada al método, sobre todo cuando se empieza a practicar el
análisis narrativo. Puede ser una parábola, un relato de curación, de exorcismo, o
cualquier otra en donde los personajes actúen, se relacionen y queden transformados.
Esto quiere decir que, no deberían seleccionarse discursos (por ejemplo: los grandes
discursos de Jesús en San Juan). No se trata de poner límites al método narrativo, sino
sencillamente de saber escoger la escena a comentar. La mayoría de las veces los
subtítulos que poseen los Evangelios, son indicadores que favorecen la delimitación de
los diferentes episodios. Pero si en un determinado momento no satisfacen, es
recomendable realizar un ejercicio mínimo de “Delimitación.250”
4.5.2. Momento exegético-hermenéutico 2: ¿Cómo permanecer en
diálogo profundo con el texto?
Luego de haber seleccionado la versión a utilizar, se debe tener una pregunta
orientadora que guíe todo el proceso exegético. La que aquí se propone es la
siguiente: ¿Qué estrategias narrativas usa el autor, para hacer que el lector se
involucre en el mundo del relato y adopte su punto de vista? Se trata en este
momento de analizar el texto de manera dialogal. La pregunta es fundamental y hay
que tenerla en mente durante todo el proceso. El inciso a y b constituyen aún
250
Delimitar significa saber dónde empieza el texto y dónde termina. Algunos criterios que se pueden seguir son: Entrada y salida de personajes, cambio de escenario o tema. Los episodios que aparecen en el Evangelio de Marcos no son en la mayoría de los casos difíciles de poderlos delimitar, tanto su inicio como su final.
84
elementos previos al análisis, pero no por eso menos importantes. El primero es de
corte contextual y el otro estructurante.
a. Contexto narrativo
Puesto que el método narrativo es por naturaleza sincrónico, aún y cuando se haya
seleccionado un texto, no significa que éste se encuentre desligado de todo lo que
antecede. Se le llama contexto narrativo, porque se pregunta por el lugar que ocupa la
escena elegida en la trama general o macro-relato.
b. Composición narrativa
Se trata de conocer el desarrollo de la trama episódica elegida. El sistema quinario es
fundamental, aunque no el único modo de analizar la composición narrativa. Al
aplicarlo se debe siempre acomodar al texto, no acomodar el texto al sistema. Es
necesario respetar en todo momento la singularidad y originalidad de las narraciones
bíblicas. No importa que sólo tenga el texto, por ejemplo, la situación inicial, el nudo, y
carezca de acción transformadora, clímax y situación final. Si así fuere el caso, quiere
decir que hay que continuar leyendo hacia adelante para encontrar los otros
elementos. Y si en un dado caso definitivamente no hay, entonces esto significa que la
escena posee un final abierto e intrigante. Sobra decir, que este sistema, no se puede
aplicar a material discursivo, en donde no aparezcan personajes puestos en escena, o
movimiento.
c. Análisis narrativo
Para aplicar el método narrativo se precisa de unos interrogantes que orienten todo el
proceso. El subtítulo de esta sección no indica que hasta aquí empieza el análisis, ya
que el contexto narrativo y la composición de la trama constituyen una parte
fundamental y condición necesaria sin la cual, no se tendrían las disposiciones
necesarias para éste momento. Siete elementos se proponen para el análisis, cada uno
de ellos tiene sus propias interrogantes.
Guía de preguntas para el análisis narrativo de la escena desde una perspectiva
pastoral
1. Tener en mente la pregunta general orientadora: ¿Qué estrategias narrativas usa
el autor, para hacer que el lector se involucre en el mundo del relato y adopte su
punto de vista?
2. Leer el texto detenidamente: ¿Qué dice el narrador? ¿Qué dice Jesús? ¿Qué dicen
los otros personajes? Se trata solamente de precisar cuántas veces intervienen los
personajes por medio de su palabra. Las acciones no se toman en cuenta.
85
3. Análisis de la estrategia focalizadora del narrador: ¿Desde dónde nos ofrece su
descripción?, ¿Qué percibe?, ¿Dónde se sitúa el centro de percepción?
4. Análisis de los personajes y su papel en la trama episódica: ¿Por medio de qué
estrategias narrativas construye el autor a los personajes? ¿Qué dice de ellos?,
¿Qué muestra?, ¿Cuál es el orden y la relación que existe entre ellos?, ¿Qué
criterios se ha utilizado para ordenarlos? ¿Se les puede considerar redondos o
planos?
5. Análisis narrativo del tiempo y los escenarios: ¿Qué indicadores da el narrador
para saber de qué manera transcurre el tiempo? ¿Existen indicaciones
temporales? ¿Es la primera vez que aparece esta indicación temporal? ¿Cuánto
tiempo medido en versículos ha utilizado para contar algo importante en esta
escena?¿Cuántos escenarios aparecen?¿Es la primera vez que se mencionan?
¿Qué es lo primero que ha sucedido en ellos?
6. Ecos analépticos en el lector implícito: ¿Qué palabras, escenarios, personajes,
tiempos, objetos hacen recordar escenas anteriores dentro y fuera del relato?
¿Cuáles y por qué?
7. Blancos del texto e ironía del narrador: ¿Qué constituye lo no dicho en la escena?
¿Existe algún efecto de ironía por parte del narrador?
d. Comentario general
En esta parte se procederá a la recopilación de todo el análisis, tomando en cuenta
lógicamente tanto el inciso a como el b. Se retoma de nuevo la pregunta orientadora
general, para responderla mediante el comentario.
4.5.3. Momento hermenéutico 3: ¿Cómo continuar dialogando con el
texto?
Por último y en base a los resultados obtenidos en el comentario narrativo general
anterior, se trata ahora de plantearse retos o desafíos para futuras lecturas o
profundizaciones. Se debe tener conciencia de que por la riqueza de sentido que
poseen los textos bíblicos, nuevas dimensiones quedan aún por explorar. Este puede
ser el momento para actualizar también el mensaje teológico del texto a la vida
personal o comunitaria. Esto por ser algo del todo personal y subjetivo no necesita
ejemplos de cómo hacerlo.
86
CAPITULO V: MODELO PARA APLICAR LA PROPUETA METODOLOGICA
5.1. Momento hermenéutico 1: ¿Cómo entrar en el texto?
1. Disposición para el diálogo
ANÁLISIS NARRATIVO APLICADO A Mc 6,30-44
2. Selección de la versión y del texto
TEXTO
30 Y volvieron los apóstoles a reunirse con Jesús y le contaron todo
cuanto hicieron y enseñaron. 31 Y les dijo: Venid vosotros solos a un
lugar solitario a descansar un poco. Porque eran muchos los que
venían e iban y no había tiempo oportuno ni para comer. 32 Y
partieron en una barca a un lugar desierto ellos solos, 33 pero los
vieron irse y muchos lo supieron y a pie desde todas las ciudades
corrieron allí y llegaron antes que ellos. 34 Y al salir vio una gran
multitud y se le removieron las entrañas, pues estaban como ovejas
que no tienen pastor y comenzó a enseñarles muchas cosas.
35 Y como estuviera la hora muy avanzada se acercaron sus
discípulos a él y le dijeron: El lugar es desierto y la hora es
avanzada. 36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas del
entorno y se compren algo para comer. 37 Pero él respondiendo les
dijo: Dadles vosotros de comer. Y le dijeron: ¿Iremos a comprar
panes por doscientos denarios y darles de comer? 38 Pero él les dijo:
¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Y cuando lo supieron dijeron:
Cinco, y dos peces. 39 Y les ordenó que se reclinaran todos por
grupos de comensales sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por
grupos de cien y de cincuenta 41 y tomando los cinco panes y los dos
peces, levantando los ojos al cielo pronunció la bendición, partió los
panes y los dio a sus discípulos para que los distribuyeran, y los dos
peces los repartió para todos. 42 Y comieron todos y se saciaron 43 y
recogieron los pedazos y lo sobrante de los peces, doce canastas
llenas. 44 Y los que comieron los panes eran cinco mil hombres.
87
5.2. Momento exegético-hermenéutico 2: ¿Cómo permanecer en
diálogo profundo con el texto?
Pregunta orientadora fundamental: ¿Qué estrategias narrativas usa el
autor, para hacer que el lector se involucre en el mundo del relato y
adopte su punto de vista?
Al empezar el análisis narrativo del micro-relato seleccionado, el lector (real) necesita
saber dos cosas: 1) ¿En qué parte de la trama a nivel del (macro-relato) se encuentra
situado? 2) ¿Qué información privilegiada le ha transmitido el narrador251 a su
lector252, para que éste pueda interpretar adecuadamente la escena? Estas preguntas
se encuentran relacionadas con el contexto narrativo253.
a)
¿Cuál es la situación del lector que oye o lee la sección de los panes? ¿Qué
conocimiento tiene?
El narrador omnisciente desde el inicio Mc 1,1 hasta 6,29 le ha ido proporcionando al
lector a nivel del discurso, una serie de datos que contribuyen a que éste, no vea de
manera superficial ni arbitraria la escena de los panes, sino desde el punto de vista
privilegiado y pos-pascual del narrador. En efecto, desde el comienzo 1,1 le ha
proporcionado el conocimiento del contenido de la historia, es decir de qué va a tratar.
De este modo el lector ya sabe el nombre del protagonista y los títulos que definen su
identidad: Es Cristo, Hijo de Dios254. Sin embargo aun y cuando ya conozca el lector el
qué de la historia, desconoce el cómo, es decir la manera en que el protagonista por
medio de sus palabras y hechos mostrará dicha mesianidad y filiación. El qué debe
llevar al cómo y en el cómo se encuentra el sentido del qué255. La intriga nace en el
lector y le prepara para confiar en el narrador y abrirse a la posibilidad de dejarse guiar
por él en lo que sigue.
251
Los términos autor implícito y narrador son intercambiables en este comentario narrativo. 252
Aquí nos referiremos siempre al lector implícito, y cuando hablemos del lector real se harán las aclaraciones necesarias. Este dato es importante, para no confundir el nivel de interpretación en el que nos encontramos. 253
Mientras que el método histórico-crítico recurre al contexto literario para comprender el texto, resulta insuficiente a la larga, ya que no toma en cuenta el contexto amplio que prácticamente abarca desde el inicio hasta el texto que se analiza. El análisis narrativo al considerar que cada parte está relacionada con el todo que le antecede, posee de este modo una mira mucho más amplia y enriquecedora para comprender el sentido que se ha venido acumulando y que de alguna manera afecta el texto seleccionado. 254De igual manera el sustantivo “Evangelio” obliga a pasar al lector del qué al cómo. Genera en él intriga. 255
Marcos, o. c., p. 41
Contexto narrativo
88
La trama aún no empieza, de manera que todo lo que presentará el narrador en 1,2-14
está dirigido exclusivamente a su lector256. Y tiene la función narrativa de ofrecerle
información privilegiada y prepararlo para que coopere activamente al momento de
involucrarse en la trama e interactuar con los personajes del mundo narrativo que se
desplegará ante sus ojos. Esta información de primera mano, convierte al lector en
testigo de lo que ninguno de los personajes ha presenciado y que por eso mismo
desconocen: sabe que en los orígenes del protagonista hay una palabra profética 1,2-3,
lo cual presupone que está familiarizado con las tradiciones y escritos israelitas. A
dicha familiaridad tendrá que recurrir constantemente ya que el narrador parece
exigírselo desde el prólogo. La analepsis externa es una de las estrategias narrativas,
que usa el narrador para hacer que el lector vaya compartiendo a profundidad su
punto de vista acerca del protagonista Jesús; ya que no solamente la cita profética,
sino también el río Jordán, la vestidura del Bautista, la correa de las sandalias, el
Espíritu en forma de paloma, los cielos rasgados, el desierto, Satanás y los ángeles
remiten a las Escrituras Judías. La identidad narrada de Jesús sólo se comprende desde
el trasfondo analéptico veterotestamentario. Lo que se acaba de afirmar, se ve
confirmado a lo largo de los primeros 5 capítulos del Evangelio en donde el trasfondo
escriturístico es frecuente257. Cuando el lector llegue al episodio de los panes, se le
pedirá una vez más el ejercicio analéptico. La escena narrativa de los panes supone por
lo tanto un lector competente y capaz de descifrar su sentido profundo a la luz de las
Escrituras. A este nivel de competencia debe llegar el lector real que quiera
comprender la escena de los panes.
Al empezar la trama 1,16-45 varias escenas son puestas ante los ojos del lector. El
conflicto no ha empezado todavía. Mediante las estrategias del “decir” y “mostrar” va
entretejiendo el narrador la identidad de Jesús, así como la de los diferentes
personajes que van interviniendo. El lector se va familiarizando con ellos y trata de
discernir la jerarquía de los mismos. Cuando el narrador dice algo sobre uno de los
personajes le pide al lector estar atento a su juicio evaluativo deduciendo si este es
negativo o positivo. Y cuando muestra al lector las acciones y palabras directas de los
personajes, le sugiere con sutileza un discernimiento más profundo, ya que puede con
facilidad caer en el engaño mediante conclusiones equivocadas o apresuradas. Se
requiere en este punto un lector crítico. Los escenarios así como las indicaciones
temporales son importantes, y el narrador debe recordar muy bien (ejercicio
analéptico interno) lo primero que sucede en ellos, ya que lo que dicen y hacen los
256
Cuando lo que el narrador dice no afecta directamente a los personajes del mundo de la historia contada, entonces va dirigido al lector. A esto se le llama nivel del discurso. 257
Por ejemplo: la orilla del mar tiene como trasfondo analéptico externo el tema del éxodo (Ex 14), la escena del llamado de Jesús hecho a dos parejas de hermanos, hace alusión al llamado que hace el profeta Elías a Eliseo (1 de Reyes 19,19-21). La escena que habla del novio Mc 2,18-20, remite a las profecías veterotestamentarias isaianas de los días de la boda de Dios con su pueblo. Del mismo modo, la escena cuyo tema es la creación de los doce en el monte remite a temas teológicos relacionados con la Alianza de YHWH con su Pueblo, y las doce tribus de Israel.
89
personajes caracterizan dichos espacios y tiempos; y estos a su vez caracterizan a los
que en ellos actúan.
Los hilos narrativos han aparecido también en el relato. El hilo que corresponde a la
identidad de Jesús (trama de revelación), ha iniciado en 1,24-25 con los gritos y el
conocimiento de Jesús que dice poseer el hombre con espíritu impuro, y la orden de
callar dada por Jesús hace que el lector se pregunte sobre la verdad de dicho
conocimiento y el por qué se prohíbe su difusión. Al llegar a la sección de los panes
llevará esta interrogante ¿Quién es en realidad Jesús? Esto requiere y exige un lector
que revise constantemente lo que pretende saber del protagonista mediante las claves
que le ha ido proporcionando el narrador. La situación inicial termina a nivel del
macro-relato, y empieza la complicación o nudo a partir de 2,6. El narrador va
introduciendo a diferentes personajes que tienen la función narrativa de intensificar el
conflicto. Los fariseos y escribas 2,23-24; 3,22 los discípulos (mediante su
incomprensión), la familia 3,20-21.31-35 e incluso las fuerzas de la naturaleza 4,35-37.
Los temas conflictivos son diversos: el perdón de los pecados, la comida con pecadores
e impuros, hacer el bien aunque sea sábado, la no comprensión de sus parábolas, el
abandono de su familia y la creación del grupo de los doce, entre otros. Cuando el
lector asiste a todos los conflictos se da cuenta de que en la raíz de los mismos se
encuentra el desconocimiento de su identidad profunda. Todo esto hace surgir otras
interrogantes que tiene que ver con el hilo narrativo correspondiente a la trama de
acción ¿Cómo acabará el conflicto? ¿Habrá alguien que llegue a conocer su identidad
auténtica en cuanto Cristo e Hijo de Dios? El lector está intrigado y con esta sensación
llegará al episodio de los panes.
Otra estrategia que ha ido utilizando el narrador para transmitir su punto de vista
privilegiado es la focalización. El lector no ha sido solamente testigo de las palabras y
acciones del protagonista, sino también de lo que ha sucedido su interior. Ha ido
teniendo acceso a la manera de ver que tiene Jesús y a sus sentimientos. Pero sabe
asimismo del modo de ver y sentir de los demás personajes. En la escena de los panes
no se sorprenderá demasiado del modo de ver y sentir que tienen los personajes, ya
que de alguna manera se encuentra familiarizado. La situación por lo tanto del lector
que llega a la escena de los panes, no es la de alguien incapaz de comprender, ya que
el narrador le ha brindado las claves suficientes para que logre captar su punto de vista
privilegiado acerca de la identidad de Jesús y el sentido profundo de lo que ha venido
sucediendo y sucederá, relacionándolo con todo lo anterior. Como se puede constatar,
el narrador ha ido utilizando diferentes estrategias orientadas a crear un lector crítico
y perspicaz, que sepa con qué personajes se ha de identificar y con quienes debe
guardar distancia. Una vez que se ha definido la situación del lector en el contexto
90
narrativo, el siguiente paso metodológico será analizar la composición narrativa del
episodio de los panes.
b)
Utilizando el sistema quinario se puede determinar cuál es la composición narrativa de
la escena. Determinar esto, es fundamental para realizar el análisis narrativo del
episodio de los panes.
Sistema quinario
Texto bíblico
Situación inicial
(v, 30-33)
Nudo (34-36)
Acción transforma-
dora (37-40)
Y
Clímax (41)
Desenlace
(42)
S. final (43-44)
Mc 6,30-44
30 Y volvieron los apóstoles a reunirse con Jesús y le contaron todo cuanto hicieron y enseñaron. 31 Y les dijo: Venid vosotros solos a un lugar solitario a descansar un poco. Porque eran muchos los que venían e iban y no había tiempo oportuno ni para comer. 32 Y partieron en una barca a un lugar desierto ellos solos, 33 pero los vieron irse y muchos lo supieron y a pie desde todas las ciudades corrieron allí y llegaron antes que ellos. 34 Y al salir vio una gran multitud y se le removieron las entrañas, pues estaban como ovejas que no tienen pastor y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35 Y como estuviera la hora muy avanzada se acercaron sus discípulos a él y le dijeron: El lugar es desierto y la hora es avanzada. 36 Despídelos para que vayan a los campos y aldeas del entorno y se compren algo para comer. 37 Pero él respondiendo les dijo: Dadles vosotros de comer. Y le dijeron: ¿Iremos a comprar panes por doscientos denarios y darles de comer? 38 Pero él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Y cuando lo supieron dijeron: Cinco, y dos peces. 39 Y les ordenó que se reclinaran todos por grupos de comensales sobre la hierba verde. 40 Y se recostaron por grupos de cien y de cincuenta 41 y tomando los cinco panes y los dos peces, levantando los ojos al cielo pronunció la bendición, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los distribuyeran, y los dos peces los repartió para todos. 42
Y comieron todos y se saciaron 43 y recogieron los pedazos y lo sobrante de los peces, doce canastas llenas. 44 Y los que comieron los panes eran cinco mil hombres.
Composición narrativa
91
c)
El análisis narrativo aplicado al Evangelio de Marcos, necesita una serie de preguntas
básicas (además de la gran pregunta general orientadora), que sirvan de guía al lector
que desea iniciarse en este novedoso método exegético. Dichas preguntas son
importantes, pero no constituyen un molde frío e inmutable que no pueda variar258.
No siempre entrarán en el análisis las mismas preguntas e incluso el lector
experimentado podrá formular preguntas propias, siempre y cuando se ubiquen en
alguno de los elementos del análisis expuesto en la primera parte. Se requiere a su vez
de técnicas que le faciliten la tarea interpretativa. Esto es lo que se expone a
continuación.
Guía de preguntas para el análisis narrativo de la escena desde una
perspectiva pastoral
1. El lector debe tener siempre en cuenta la pregunta general orientadora: ¿Qué
estrategias narrativas usa el autor, para hacer que el lector se involucre en el
mundo del relato y adopte su punto de vista?
Los datos que se han obtenido del contexto narrativo de la escena son importantes ya
que le permitirán al lector entrar al texto, no desde cero, sino como alguien situado,
competente y con una disposición emocional adecuada259 (por ejemplo: intrigado y no
indiferente) al momento del desarrollo de la trama en que se ubica el relato. Debe
adquirir el rol de lector implícito.
2. Leer el texto detenidamente
Se trata de leer y releer el texto de estudio. Una vez que se ha leído lo suficiente se
aplica la técnica del subrayado en colores distintos260 para determinar lo que dice el
narrador, Jesús o algún otro personaje (discípulos, personajes menores etc.). Una vez
que se ha realizado, se elabora un breve comentario sobre los resultados adquiridos.
258
Es necesario recordar, que siempre debe ser el método quien se acomode al texto analizado y no el texto al método. Los textos bíblicos por su misma naturaleza literaria, nunca serán aprisionados por ningún método exegético. 259
La disposición emocional debe estar acorde a lo leído y al momento de la trama en que me sitúo como lector. Por ejemplo, cuando alguien entra a la mitad de una producción cinematográfica, no estará emocionalmente a la altura que la película requiere, no provocará en él los efectos retóricos ideados por el cineasta. No es que la película falle, sino que el espectador no está en sintonía con lo que ve y oye. Lo mismo sucede con el que lee de golpe sin ninguna preparación contextual una escena cualquiera de Marcos. Esto definitivamente constituye un reto a nivel pastoral, tanto en ámbitos litúrgicos o catequéticos 260En este caso concreto, se ha utilizado el rojo para el narrador, el azul para Jesús y el morado para las veces que hablen los discípulos.
Análisis narrativo
92
30Y volvieron los apóstoles a reunirse con Jesús y le contaron todo cuanto hicieron y
enseñaron. 31Y les dijo: Venid vosotros solos a un lugar solitario a descansar un poco.
Porque eran muchos los que venían e iban y no había tiempo oportuno ni para
comer. 32Y partieron en una barca a un lugar desierto ellos solos, 33pero los vieron
irse y muchos lo supieron y a pie desde todas las ciudades corrieron allí y llegaron
antes que ellos. 34Y al salir vio una gran multitud y se le removieron las entrañas,
pues estaban como ovejas que no tienen pastor y comenzó a enseñarles muchas
cosas.
35Y como estuviera la hora muy avanzada se acercaron sus discípulos a él y le dijeron:
El lugar es desierto y la hora es avanzada.36Despídelos para que vayan a los campos y
aldeas del entorno y se compren algo para comer.37Pero él respondiendo les dijo:
Dadles vosotros de comer. Y le dijeron: ¿Iremos a comprar panes por doscientos
denarios y darles de comer? 38Pero él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Y
cuando lo supieron dijeron: Cinco, y dos peces. 39Y les ordenó que se reclinaran todos
por grupos de comensales sobre la hierba verde. 40Y se recostaron por grupos de cien
y de cincuenta 41y tomando los cinco panes y los dos peces, levantando los ojos al
cielo pronunció la bendición, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los
distribuyeran, y los dos peces los repartió para todos. 42Y comieron todos y se
saciaron 43y recogieron los pedazos y lo sobrante de los peces, doce canastas llenas. 44Y los que comieron los panes eran cinco mil hombres.
Comentario: Al aplicar dicha técnica, a la escena de los panes se ha logrado determinar
lo siguiente:
La presencia más significativa a lo largo de toda la escena corresponde al narrador. En
efecto, es él quien domina todo, describe las circunstancias, hace intervenir a los
personajes, da cuenta de sus palabras, actitudes, acciones y evalúa los resultados. En
esta escena el narrador ha cedido la palabra a Jesús en dos oportunidades, del mismo
modo los discípulos intervienen solamente en tres ocasiones. Por lo tanto, se puede
afirmar de manera preliminar que, el lector accede a un episodio, en el que el narrador
posee el control de lo narrado, a un texto relatado no desde cualquier punto de vista,
sino desde el suyo.
3. Análisis de la estrategia focalizadora del narrador
Para analizar adecuadamente el punto de vista del narrador, es necesario en primer
lugar dar cuenta de la estrategia de focalización que utiliza. Las preguntas son: ¿Desde
dónde nos ofrece su descripción?, ¿Qué percibe?, ¿Dónde se sitúa el centro de
percepción?261
261
Mercedes Navarro. Barro y aliento. 1993. Biblioteca de Teología 32. Ed. Paulinas. Madrid. p. 50
93
En los versículos 30-32 se puede constatar que la focalización es externa. El lector es
testigo de la vuelta de los apóstoles, su reunión con Jesús para dar cuenta de la misión,
así como la intención de Jesús de retirarse con ellos para descansar en un lugar
desierto; y conoce gracias a la interpretación que ofrece el narrador sobre el por qué
él, quiere retirarse a solas con los apóstoles. Se trata según el narrador, de un retirarse
de la multitud para comer juntos. La sugerencia de Jesús se cumple y el lector ve desde
un punto de vista externo, como se marchan en la barca.
Hay un cambio interesante en los versículos 33-34 ya que, de una focalización externa
pasa el narrador a la interna. El autor que ha dado su propia interpretación al lector de
la retirada de Jesús con sus apóstoles, le ofrece ahora la interpretación de la partida de
los mismos desde los ojos de la multitud. Para ellos la partida de éstos es vista no de
forma positiva, y por eso les buscan apresuradamente, se les adelantan. Pero eso no es
todo, ya que enseguida le muestra al lector desde los ojos de Jesús a la misma
multitud, le comparte su conmoción interna al verla, así como su interpretación y
acción respecto de ella. Se trata de una multitud necesitada, semejantes a ovejas que
no tienen pastor, a las cuales hay que enseñarles muchas cosas.
De esta manera, el autor ha preparado a su lector mediante la estrategia de la
focalización externa, pero sobre todo mediante la interna, para evaluar
adecuadamente y con conocimiento, los puntos de vista contrarios que aparecen en
los versículos 35-38. Es interesante notar que, el narrador muestra el punto de vista
que tienen los discípulos no mediante la focalización interna, sino solamente desde la
externa. Su manera de ver se manifiesta sólo de manera fraseológica (es decir por sus
propias palabras), han interpretado la necesidad de la multitud probablemente desde
la suya (la multitud ¿ha pedido de comer?). Finalmente en los v, 39-44 el narrador lo
domina todo, ya no hace intervenir directamente a los personajes y le hace ver al
lector como el punto de vista de la multitud y el de Jesús coinciden; mientras que el de
los discípulos no es tomado en cuenta.
Por lo tanto, la escena muestra cómo el narrador mediante la estrategia de la
focalización interna ha hecho coincidir el punto de vista de Jesús y el de la multitud con
el suyo. El lector es invitado a conformar su punto de vista con el de éstos, para
interpretar adecuadamente.
4. Análisis de los personajes y su papel en la trama episódica
Las interrogantes que pueden guiar en este punto son: ¿Por medio de qué estrategias
narrativas construye el autor a los personajes? ¿Qué dice de ellos?, ¿Qué muestra?
¿Cuál es el orden y la relación que existe entre ellos?, ¿Qué criterio se ha utilizado para
ordenarlos? ¿Se les puede considerar redondos o planos?
94
El narrador ha utilizado más la estrategia del mostrar que del decir, para caracterizar a
los personajes. En efecto, muestra constantemente lo que los diferentes personajes
hacen y solamente en una oportunidad dice de la multitud que estaban “como ovejas
que no tienen pastor.” Los personajes son definitivamente redondos, ya que tienen
varios rasgos que los van caracterizando. Son personajes que evolucionan a lo largo de
la escena, empiezan de una manera y terminan de otra.
Jesús: es un personaje rico redondo que posee muchos rasgos y evoluciona a lo largo
de esta trama episódica. Su decisión inicial de retirarse con los apóstoles a un lugar
solitario, de pronto cambia al ver a la multitud, se le mueven las entrañas, y su actuar
da un giro sorpresivo al ponerse a enseñarles muchas cosas. Se muestra firme con los
discípulos, les manda dar de comer a la multitud. No se rinde ante las dificultades y
obstáculos que le ponen, y al final termina ordenando a la multitud en grupos,
bendiciendo la comida como anfitrión y sirviendo para que la multitud quede saciada.
Los apóstoles-discípulos: son personajes que muestran varios rasgos. Inician dando
cuenta a Jesús de cuanto han hecho y enseñado, luego interrumpen a Jesús y le dan
órdenes para que despida a la multitud. Ante la orden de Jesús para que den de comer
a la multitud se muestran negativos, pero a pesar de todo obedecen averiguan la
cantidad de alimento disponible y terminan repartiéndolo entre la multitud. No se dice
explícitamente que hayan comido y tampoco se registran reacciones al final. Al inicio el
narrador los llama apóstoles, y luego en todo lo que sigue, les da el calificativo de
discípulos.
La multitud: es un personaje colectivo, queda caracterizada mediante lo que el
narrador muestra al lector. Al principio aparece atenta al desplazamiento de Jesús con
sus discípulos, para correr, adelantarse y llegar antes que ellos. No tienen palabra y
son descritos como ovejas que carecen de pastor. Son los destinatarios de la
enseñanza prolongada de Jesús, así como del alimento que ha bendecido para su
saciedad. Al final terminan ordenados por grupos, recostados en la hierba verde,
saciados, pero no se registra reacción alguna de su parte.
En cuanto al papel que desempeñan se puede afirmar como resultado de una primera
lectura lo siguiente: los protagonistas serían Jesús y sus discípulos, mientras que la
multitud juega un papel secundario. Esta manera de clasificar a los personajes no
significa que el lector deba proceder a identificarse con ellos según su jerarquía, ya que
no siempre son los protagonistas (en este caso los discípulos) los modelos de
identificación que propone el narrador a su lector. La importancia que tiene para el
autor la multitud es evidente ya que tanto Jesús y los discípulos aparecen como
personajes orientados totalmente a su servicio.
95
El análisis de los personajes ha permitido concluir que, si la estrategia que más utiliza
el narrador para caracterizar a los personajes es la del mostrar, significa que requiere
de un lector crítico, capaz de hacer explícito lo que se encuentra implícito en su
manera de hablar y actuar. Un lector que sea capaz de sacar conclusiones acerca de los
modelos que se le proponen para identificarse con ellos. Sin embargo no sucede lo
mismo con el personaje colectivo “multitud”, ya que sobre ella ha realizado un juicio
evaluativo de su situación mediante la focalización interna de Jesús; la ha
caracterizado como “ovejas que no tienen pastor.” De este modo, ha controlado
cualquier juicio negativo que pudiera hacer su lector, respecto de ella. Este dato es
fundamental para la interpretación.
5. Análisis narrativo del tiempo y los escenarios
En el análisis del tiempo hay que hacer una distinción entre el tiempo contado y el
tiempo de contar tal y como aparecen en la parte teórica dedicada a este tema. Las
preguntas son: ¿Qué indicaciones da el narrador para saber de qué manera transcurre
el tiempo? ¿Existen indicaciones temporales? ¿Es la primera vez que aparece esta
indicación temporal? ¿Cuánto tiempo medido en versículos ha utilizado para contar
algo importante en esta escena? Para el análisis de los escenarios es necesario tener
en cuenta quién describe los escenarios así como los personajes que en ellos actúan o
han actuado antes. Las preguntas son: ¿Cuántos escenarios aparecen? ¿Es la primera
vez que se mencionan? ¿Qué es lo primero que ha sucedido en ellos?
Las indicaciones temporales explícitas del relato se reducen a una, y es la mención del
atardecer u hora muy avanzada del v, 35. En cuanto al paso del tiempo, la única
indicación que permite saber que el tiempo ha transcurrido es la que ofrece el
narrador en el v, 34 al decir: “y comenzó a enseñarles muchas cosas.” No es la primera
vez que aparece la indicación temporal del atardecer. Es la tercera ocasión que se
menciona (1,32; 4,35). La primera vez que se menciona, aparece vinculada con el tema
de la opresión, curación e incomprensión. En la segunda se encuentra relacionada con
el tema de la incomprensión de sus discípulos respecto a la identidad de Jesús.
El único escenario mencionado de forma explícita es el desierto o lugar solitario. Es la
cuarta ocasión que aparece teniendo en cuenta el contexto narrativo (1,12-13.35.45).
Por lo que ha sucedido antes en él, se puede caracterizar como lugar de asechanza, de
tentación pero también de servicio. Es de destacar que siempre ha sido el narrador el
que describe dicho escenario, exceptuando la única vez que lo hacen los discípulos.
Desde el punto de vista del narrador es un lugar desierto; desde la manera de ver de
los discípulos es el lugar que se encuentra desierto. Las percepciones son diferentes, ya
que la primera deja posibilidad de encontrar hierba verde, como de hecho ocurre
después, mientras que la segunda deja cerrada toda posibilidad de encontrarla.
96
Cuando el narrador presenta los escenarios, las indicaciones temporales y las acciones
de los personajes que en ellos han actuado, los caracteriza de tal manera que los
tiempos y escenarios reflejan rasgos de los personajes (ya sea positivos o negativos), y
estos últimos definen (ya sea negativa o positivamente) características de dichos
tiempos y escenarios. Por medio de esta interrelación el autor desde su punto de vista
privilegiado, les confiere una carga simbólica de sentido que es preciso descifrar en
cada caso.
6. Ecos analépticos en el lector implícito
Uno de los elementos fundamentales para comprender la manera en que el narrador
involucra a su lector en el mundo del relato, es el efecto analéptico de lo escuchado o
leído y el eco que provoca en él, de escenas anteriores internas (analepsis interna) e
incluso externas al relato (analepsis externa). Las preguntas fundamentales para este
nivel de análisis pueden ser: ¿Qué palabras, escenarios, personajes, tiempos, objetos
hacen recordar escenas anteriores dentro y fuera del relato? ¿Cuáles y por qué?
El lector ha llegado a la escena de los panes con la memoria entrenada para percibir
ecos de escenas anteriores tanto internas como externas al relato, gracias al narrador
que le ha ido llevando de la mano a lo largo de la trama. Muchos son los ecos que
resuenan en el interior del lector desde el inicio hasta el final de la escena. El
calificativo Apóstoles dado por el narrador (v, 30), le hace recordar el episodio del
envío de dos en dos, la autoridad que les había conferido 6,7-13 y su llamado en el
monte 3,13-19. La mención del descanso (v, 31) es sorpresiva y novedosa ya que no se
ha hablado de esto con anterioridad. No sucede lo mismo con el escenario, ya que
evoca inmediatamente lo ocurrido en este lugar dentro del relato. Pero la evocación es
también externa al relato ya que conecta dicho escenario con las tradiciones del
desierto Ex 16.
Cuando el narrador a nivel del discurso le explica la razón del retiro “no había tiempo
oportuno ni para comer”, se siente invitado a relacionar esta explicación con lo
ocurrido en 3,20. Se da cuenta también el lector de que no es la primera vez que
aparece la barca en la trama (v, 32), y sabe que lo ocurrido anteriormente en ella
siempre ha estado relacionado con la misión y la enseñanza, nunca con el descanso. De
este modo se siente invitado a contrastar relacionando dichas escenas. En los
versículos 33-36 se encuentran muchos elementos que siguen provocando efectos
analépticos en el lector. La multitud aparece una vez más ante sus ojos, la mirada de
Jesús evoca externamente tradiciones relacionadas con el tema del pastor Salmo 23 y
provoca expectativas en él, ya que sabe lo que ha ocurrido antes cada vez que se ha
mencionado dicha mirada en la trama. Por último los discípulos. El narrador le muestra
lo que hacen y dicen. Todo esto le lleva a recordar nuevamente lo que ya había pasado
97
en 1,35-39 y al relacionarlo descubre el sentido de lo que sucede, no le sorprende del
todo la actitud de los discípulos, ni el hecho de que Jesús no responda una vez más a
su intención.
Los versículos 37-40 introducen un elemento clave para el lector que le obliga
nuevamente a ejercitar la analepsis. Se trata del pan. La orden que Jesús les da “dadles
vosotros de comer” es incomprensible para el lector atento ya que al retroceder en su
lectura a 6,8 se da cuenta de que él, les había prohibido llevar pan. Las interrogantes
surgen en su interior acerca de la identidad de este pan ¿De qué pan se trata? Por otro
lado y siempre en relación con la identidad del pan, el lector se da cuenta que ¡Tienen
pan! Ya que ante el requerimiento de Jesús de que vayan a ver cuántos panes tienen,
regresan diciendo “Cinco, y dos peces.” El lector se cuestiona de nuevo ¿será que los
discípulos desobedecieron la orden de no llevar pan? O ¿Será que se trata de otro tipo
de pan? ¿Qué hay que hacer con la cantidad de comida? ¿Habrá que sumarla? Un
último elemento aparece, con ricas resonancias analépticas externas. Al recostarse la
multitud, nuevamente se presenta a la memoria del lector el tema del pastor, esta vez
con mayor fuerza (Salmo 23), y los episodios anteriores relacionados con el comer
reclinados a la mesa con Jesús 2,15. Solamente que en este caso la cantidad de los
reclinados es grande, en comparación con los comensales de la comida que ofrece Leví
a Jesús en casa. Los gestos de levantar sus ojos al cielo bendecir, partir el pan y
repartirlo junto con los dos pescados, son novedosos y sin antecedentes para el lector
(en las escenas anteriores al relato de los panes).Esto le dispone para avanzar en la
trama y buscar respuestas, esta vez a nivel proléptico262. Por último, al comprobar
cómo esos muchos que corren al inicio y se les han adelantado, pasan ahora a ser
comensales ordenados en grupos de cien y cincuenta, piensa el lector con toda
probabilidad en tradiciones proféticas relacionadas con Elías 1 Reyes 18,13-13; 2
Reyes 2,3-7 en donde los números cien y cincuenta son recurrentes, así como a otras
tradiciones veterotestamentarias.
En conclusión se puede comprobar que la escena está cargada de contenido analéptico
tanto externo como interno263. Las posibilidades hermenéuticas para el lector real que
interpreta son enormes y desvelan la riqueza de sentido de los textos al relacionarlos
con episodios anteriores.
262
He preferido no analizar los ecos prolépticos de esta escena, ya que rebasan en mucho los objetivos y el espacio limitado disponible para realizar tal extensión. Solamente se ofrecerán en el comentario general alunas pautas orientadoras. 263
Las analepsis internas son más fáciles de discernir, mientras que las externas son problemáticas, ya que sólo se puede proceder por medio de probabilidades y nunca con certeza total; ya que se corre el riesgo de limitar la intertextualidad que propone el narrador a su lector, a la percepción del lector real. Dicha problemática, no debe considerarse un obstáculo, sino más bien un reto hermenéutico para el lector actual del Evangelio de Marcos a este nivel de análisis.
98
7. Blancos en el texto e ironía del narrador: ¿Qué constituye lo no dicho en el texto?
¿Existe algún efecto de ironía por parte del narrador?
En el texto se encuentran algunos blancos o cosas no dichas. En primer lugar, no se
dice nada acerca del contenido de la enseñanza de los apóstoles. La enseñanza de
Jesús tampoco la muestra el narrador y obliga a buscar en el contexto narrativo
anterior algún contenido que se pueda relacionar. Por otro lado, parece que Jesús ha
estado solo todo el tiempo que duró su enseñanza ¿Dónde estaban los discípulos? El
versículo 41 dice explícitamente que Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, pero
no consta que al averiguar los discípulos sobre la cantidad de alimento disponible (v,
38) lo hayan puesto en las manos de Jesús ¿En qué momento lo obtuvo? ¿De qué
manera?
Es significativo que la explicación que ofrece el narrador en el v, 31 no la hayan dicho
ninguno de los personajes, ni Jesús ni los apóstoles. Además, el lector ya sabe que
siempre que Jesús se ha retirado a lugares desiertos y siempre que ha subido a una
barca con sus discípulos, no es precisamente para tomar descanso. Parece que hay
ironía en la explicación que da el narrador a su lector. ¿A qué comida se refiere? ¿Al
alimento físico? Parece que ese pan tiene un significado más profundo que el
ordinario.
d)
Una vez realizado el análisis de los diferentes elementos exegético-narrativos que se
han podido aplicar a esta escena particular, se procederá a recopilar los resultados en
un comentario general, que muestre la riqueza de sentido de la trama episódica de los
panes en el contexto de la trama general o macro-relato, en la cual se encuentra
insertada.
¿Qué estrategias narrativas usa el autor, para hacer que el lector se involucre en el
mundo del relato y adopte su punto de vista?
El episodio de los panes Mc 6,30-44 se encuentra en un momento avanzado de la
trama general, concretamente en el nudo o complicación que pertenece a un
momento fuerte de la intriga del Evangelio. El narrador omnisciente, le ha ido
proporcionando una serie de conocimientos a su lector ideal en las escenas anteriores
que le permiten captar su punto de vista y aceptar la interpretación propuesta de los
episodios que se van desarrollando de manera ordenada y coherente. Cuando el lector
lee la escena de los panes llega en una situación de competencia y como alguien apto
Comentario general
99
para descifrar la riqueza de sentido acumulado que posee el texto. Es en definitiva un
sujeto avisado sobre la polisemia de lo que lee, y atento a los malos entendidos en que
le puede hacer caer el narrador, mediante estrategias desestabilizadoras y efectos de
ironía.
La presencia del narrador abarca todo desde el inicio al final. Desde una posición
privilegiada y un ángulo post-pascual, quiere mediante diferentes estrategias que el
lector perciba desde su mirada profunda los hechos. El primer comentario que realiza
el narrador (v, 31a) sobre la razón de retirarse Jesús y sus apóstoles a un lugar solitario
está cargado de ironía para el lector, el cual sabe por el contexto narrativo que
siempre que Jesús se ha retirado a lugares solitarios es por razones de conflicto y no
precisamente de comida. La razón de retirarse para comer no es la de Jesús, y el lector
se pregunta si ese comer puede tener otro sentido más profundo. A continuación el
narrador le hace cómplice de la búsqueda desesperada de la multitud, algo que no
conocen los personajes dentro de la historia contada. Esto aumenta el dramatismo de
la escena generando intriga. Desea que el lector mediante la focalización interna,
perciba lo que siente la multitud ante la ausencia de Jesús y sus apóstoles y corra junto
con ellos. El lector por su parte siente empatía con la multitud y está preparado de
este modo para lo que sigue, preguntándose acerca de cuál será la reacción de Jesús y
los que están con él.
Salen todos de la barca, pero el narrador mediante la focalización interna involucra
nuevamente a su lector. Esta vez le mete en la piel de Jesús, percibe el temblor de sus
entrañas en las cuales ya sabe que anida el Espíritu (1, 9-11), y familiarizado ya el que
lee, con la mirada de Jesús, espera que algo bueno suceda. Los ecos analépticos
(externos) del pastoreo de Yahvé en las Escrituras resuenan en la memoria del lector.
La enseñanza prolongada de Jesús no se la muestra el narrador, apelando de esta
manera a la capacidad del que lee para relacionarla, con las anteriores. Al relacionarla
va descubriendo el lector una riqueza de sentido que puede aprovechar y sacar
conclusiones.
Una vez que el narrador ha preparado a su lector para que vea las cosas desde el foco
adecuado, ahora le muestra la reacción de los discípulos, los cuales parecen haber
estado todo ese tiempo ausentes, a distancia. El orden narrativo es importante, ya que
de primero se menciona la indicación temporal y luego las acciones y palabras de los
discípulos. La temporalidad le es familiar al lector, sabe que está relacionada con la
incomprensión de los discípulos y no se sorprende ante la actitud negativa de estos. La
expresión que pone el narrador en boca de los discípulos es fuerte “despídelos” y hace
recordar lo ocurrido en 2,18-22 ya que es un término relacionado con el repudio de la
100
esposa264. Al relacionar ambas escenas el lector descubre algo sorprendente: los que
habían sido llamados por Jesús (el novio) “amigos del novio” ahora quieren separar al
novio de la multitud. Todo esto provoca una nueva manera de ver y comprender la
identidad narrada del protagonista. No es solamente Mesías – Pastor, sino también
Mesías – Novio265.
En los versículos 35-37 aparece tres veces el verbo “comer” y la atención del lector
vuelve a centrarse sobre el tema de la comida provocando una regresión en su lectura
(al v, 31 e incluso a 6,8). La tensión narrativa es fuerte, y el que lee participa de ella
preguntándose ¿De qué manera los discípulos se han enterado que la multitud tiene
hambre? ¿Cómo es posible que Jesús les diga que den de comer a la multitud, cuando
antes les había prohibido llevar pan? El lector competente con el que dialoga el
narrador, sabe a nivel de analepsis externa que la comida puede tener un doble
sentido (Ex 16; Dt 8,2-3). Ya se le ha informado (v, 34) de que Jesús tras la conmoción
que experimentó en sus entrañas le había dado de comer a la multitud mediante el
pan de su enseñanza, ahora comprende el lector el sentido del comer, ya que una de
las principales tareas del pastor es apacentar a las ovejas. El imperativo de Jesús en el
v, 37 se encuentra en otro nivel que rebasa en mucho pero sin excluir el sentido básico
del comer. Parece que el narrador juega de manera polisémica con el comer y el lector
apto capta el sentido que le propone.
Si el pan es la enseñanza, la pregunta que el narrador pone en boca de Jesús (v, 38) no
es ilógica, ya que se está refiriendo al pan que les había dado en 3,13-14 y que ya
habían repartido en 6,12. La forma imperativa “id a ver” implica percepción, abrir los
ojos y darse cuenta que tienen un pan que ofrecer. La visión de Jesús (que comparte el
narrador) y la de los discípulos acerca del pan son opuestas y se encuentran en niveles
distintos. Cuando el lector se entera de la respuesta “cinco y dos peces” sabe, gracias
al narrador que le ha guiado y comunicado su punto de vista (sobre el pan) que la
suma de cinco más dos implica plenitud y totalidad. Posee una información acerca del
pan de la cual carecen los discípulos y es fácil darse cuenta que ese alimento muy bien
puede ser una figura, un símbolo velado del Reinado de Dios que ha venido
proclamando Jesús266. Esto solamente se puede discernir si se ha logrado comprender
el efecto del mal entendido y la carga de ironía que poseen los relatos bíblicos.
Lo anterior parece confirmarse esta vez a nivel proléptico, gracias a la escena en la que
una mujer sirofenicia pide que Jesús expulse el demonio de su hija 7,24-30. Es
264
Vicent Taylor, o.c., p. 377. “El verbo απολυω significa aquí “despedir”… como en 6,45; 8,3.9. En 10,2.4.11s significa separarse o divorciarse de la mujer.” 265
La cristología del Evangelio es rica en matices, y permite hablar de una cristología nupcial. 266Esto es lo más importante que he descubierto en el análisis narrativo que estoy aplicando. La razón que me ha llevado a relacionar el Pan con el Reinado de Dios, es que este último se menciona siete veces en todo el Evangelio 1, 1.14.15; 8,35; 10,29; 13,10; 14,9. Por lo tanto no es descabellado concluir que el Reinado de Dios se pueda comparar con el pan.
101
significativo que Jesús según el narrador interprete dicha súplica como una petición de
Pan (7, 27), lo cual da paso a concluir que todos los beneficios del Reinado de Dios
(curación, exorcismos, predicación etc.), se encuentran condensados en el término
Pan.
Este Pan como figura del Reino es lo que ofrecerá Jesús a continuación para seguir
saciando el hambre de la multitud (v, 39-42). Según el narrador dicho Pan produce
reposo, hombres libres y esto lo muestra en el reclinarse de la multitud sobre la hierba
verde. Las ovejas tienen pastor, el cual los ha conducido a verdes pastos (Sal 23). Esa
multitud del inicio ahora se encuentra ordenada, gracias al Pan. Ecos de las
comunidades proféticas veterotestamentarias de tiempos de Elías y Eliseo surgen en el
lector que es invitado a relacionarlas 1 Reyes 18,13-13; 2 Reyes 2,3-7. Jesús toma el
Pan levanta sus ojos al cielo, un cielo que en el bautismo se había rasgado, y lo parte
dándoselo a los discípulos para que estos lo distribuyan entre la multitud. Con estos
gestos que pertenecen al clímax de la escena, el narrador hace comprender a su lector
que el Pan, el Reinado de Dios, es un don que por su plenitud (representada en los
cinco panes y dos peces = 7) debe alcanzar para todos, debe saciar el hambre de todos
y no debe por el contrario guardarse egoístamente para sí. Al contemplar la multitud
saciada, la tensión narrativa del lector decrece, y asiste a un desenlace feliz, por el
momento.
El lector es testigo cualificado de la escena, y ha asistido al momento culmen, al clímax,
al centro del relato, se identifica sin dificultad con Jesús, se ha distanciado un tanto de
los discípulos y se siente involucrado en el servicio a la multitud y reparte los panes
junto con los peces también. Tiene claro el modelo de identificación que le ha
propuesto el narrador, y conoce ahora la razón por la que, los que al inicio fueron
llamados apóstoles luego son llamados discípulos. La identidad narrada de éstos posee
muchos rasgos y los títulos que se les da pueden variar según la actitud positiva o
negativa que muestran. Cuando han repartido el pan del Reino se les llama apóstoles,
pero cuando se niegan a darlo, se les priva del título.
Por último en los v, 43-44 que pertenecen a la situación final le permiten evaluar las
proporciones de la abundancia del Pan. Es un Pan que por más que se consuma no se
agota y está disponible para cualquiera que se acerque, incluso para el lector actual del
Evangelio de Marcos. La abundancia no sorprende al lector del todo, que ya ha
escuchado la parábola del sembrador 4, 3-9 y sabe que la Palabra del Reino es una
semilla tan buena que puede romper, al encontrar tierra apta, todos los cálculos de la
lógica humana y producir fruto abundante267. El número de los saciados es enorme y
exagerado, cinco mil hombres y sin embargo doce son las canastas llenas de lo
267Aunque la parábola no lo dice explícitamente, pero si cabe suponer que la abundancia del fruto se refiere al trigo, entonces de nuevo aparecería vinculado al tema del Reinado de Dios la abundancia del alimento.
102
sobrante. No es difícil para el que lee relacionar de modo analéptico este número con
el pueblo de Dios, con las tribus de Israel de la Antigua Alianza cuyo pan era el maná.
Este Pan si bien se ubica en continuidad con aquél es cualitativamente superior. Es un
Pan que poseen ya no solamente los doce, sino también toda la multitud saciada, es la
expresión de una Alianza Nueva que ha empezado con la cercanía del Reinado de Dios
predicado por Jesús.
El Pan está disponible en canastas, y de alguna manera deja inconcluso un relato que
parecía estarlo. De nuevo la intriga aparece en el lector que se plantea una vez más
interrogantes: ¿Qué harán con la abundancia sobrante? ¿Este alimento es sólo para los
saciados o también para alguien más? La intriga que le acompaño al entrar en esta
escena del mundo narrado de Marcos, la mantiene al salir de la misma para continuar
su lectura.
La trama que en una primera lectura parecía estar orientada a la acción (trama de
acción), ha resultado ser de Revelación. Los discípulos que pensaban no tener pan, que
desconocían la plenitud que les había sido dada (cinco y dos peces = 7) al llamarlos
Jesús en el monte y encargarles la misión de predicar el Reino, descubren que lo que
tienen es algo capaz de saciar a la multitud, sin agotarse del todo. Pero no solamente
ellos también el lector, ha conseguido saber el sentido profundo de ese Pan. Ese
conocimiento privilegiado orientará su lectura y le da criterio para evaluar críticamente
los episodios que siguen.
¿Ha logrado el narrador llevar al lector virtual de esta escena a compartir su punto de
vista? Sí, ya que mediante las estrategias que ha utilizado, logra transmitir su manera
de ver el Pan, permitiendo que su lector vea y evalúe las cosas a través de los ojos de
Jesús solamente. Al compartir el punto de vista de Jesús, se distancia el lector de los
discípulos, su sistema de valores es cuestionado y permite asumir otros, que son los
del Reinado de Dios. Si el Reino es Pan que se comparte, que alimenta, que genera
libertad y sacia la sed, debe posibilitar una sociedad nueva y recrearla. La mirada del
lector queda transformada y accede al sentido profundo del Pan. Por último cuando el
lector real y actual del Evangelio entra por su lectura en este relato, debe aspirar a
adquirir el rol del lector implícito y transformarse en lector competente, en sujeto
hermenéutico capaz de descifrar la profundidad y riqueza de sentido que se le ofrece
en este episodio, para traducirlo luego mediante una praxis nueva sustentada por un
sistema de valores que cuestiona los del entorno dejando al desnudo su falsedad.
103
5.3. Momento hermenéutico 3: ¿Cómo continuar dialogando con el
texto?
Desafío hermenéutico para el lector actual
No crea el lector de este trabajo investigativo que la riqueza de sentido que posee la
escena de los panes ha quedado clausurada. La opción exegética de emplear algunos
elementos del análisis narrativo, así como la hermenéutica del texto que ha guiado en
todo momento dicho análisis, no lo permiten. Si la analepsis tanto interna como
externa se ha mostrado útil para profundizar y dialogar con el texto, queda pendiente
para posteriores estudios toda la gama de relaciones prolépticas (por ejemplo: ¿Qué
relación tiene este Pan con la cena Eucarística de Mc 14,22-25?) que existen entre el
texto comentado con escenas posteriores a nivel del macro-relato.
Por otro lado es necesario volver a leer una y otra vez el texto bíblico, no sólo de
manera circular, sino sobre todo espiral. A veces da la impresión que el comentarista
una vez ha comentado un versículo ya no vuelve a él en su análisis, como si el proceso
de lectura no le pidiera profundizar más lo que en su momento escribió. Se necesita
una forma de proceder, que permita la relectura en el mismo trabajo exegético, y dejar
constancia de los resultados obtenidos en la misma. El sentido del texto analizado
narrativamente permanece como un manantial abierto, ¿Será el lector del presente
trabajo investigativo capaz de continuar bebiendo de él? Y más aún ¿Será capaz de
vivirlo mediante una praxis renovada en su propio mundo?
104
II. CONCLUSIONES
Al finalizar el análisis y estudio sistemático del método narrativo e identidad cristiana
se logró llegar a las conclusiones siguientes:
1. El análisis narrativo es fundamental porque constituye un valioso instrumento
metodológico para la interpretación de la Sagrada Escritura, al profundizar
aspectos descuidados por los métodos tradicionales histórico-críticos. La
posmodernidad constituyó un giro hermenéutico-exegético, al plantear
preguntas a los textos que no eran usuales en la investigación exegética. Las
nuevas teorías crítico-literarias provocaron un paso del qué al cómo
favoreciendo de este modo un cambio profundo en los estudios bíblicos. Los
textos sagrados que durante toda la modernidad habían sido considerados
como ventanas que permitían entregarse a observaciones históricas del
pasado, se consideraron más bien como espejos, porque reflejan una visión de
mundo, un mundo posible que reclama ser actualizado mediante procesos de
identificación, apropiación y actualización por parte de un lector competente.
Para la tarea exegética practicada desde los años 70 en América Latina, el
análisis narrativo constituye una renovación a nivel metodológico268, ya que es
un recurso pastoral de valor inestimable para los sectores marginados, que
tratan de recrear en su propio mundo el mundo narrado de los Evangelios
como escenario privilegiado de la acción profético-escatológica de Jesús al
servicio del Reinado de Dios269.
2. La exégesis narrativa es trascendental para configurar la identidad cristiana del
lector del Evangelio de Marcos, porque al determinar la manera en que el
narrador ha caracterizado a sus personajes posibilita, tanto la identificación con
unos, así como el distanciamiento de otros. Jesús constituye el modelo
fundamental de identidad para el lector, al igual que los personajes menores
que pueblan el mundo narrativo. Los doce son personajes que muestran más el
lado negativo del discipulado que el positivo, no logran comprender a Jesús ni
su proyecto.
268
Así lo afirmaba el gran biblista chileno Pablo Richard en un dialogo que sostuve con él, en el cual le di a conocer mi intención de hacer una tesis sobre el método narrativo aplicado al Evangelio de Marcos. Sus palabras fueron muy alentadoras para mí y constituyeron un reto no solo para hacer mi trabajo investigativo, sino también para seguir enseñando a personas de todo nivel (tanto empresarios como gente de asentamientos y aldeas) el arte narrativo que contienen los Evangelios y los pasos metodológicos para interpretarlos de manera creativa. 269Hay algunos exegetas como Armando Noguez que ven en el método narrativo un instrumento pastoral que puede ser aprendido por comunidades cristianas de todo nivel, ya que es un método en el que se combina sencillez y cientificidad. Según este autor, es un procedimiento exegético que goza de amplia aceptación entre los agentes de pastoral en México y otros lugares de América Latina.
105
3. Existe continuidad entre la narración oral de la historia de Jesús realizada en el
seno de las comunidades marcanas y el Evangelio escrito. La cuidada
composición narrativa que posee el Evangelio de Marcos, no es fruto
solamente de los redactores últimos, sino también de todos los narradores
intermedios, porque con su manera de contar y actualizar la memoria de Jesús,
contribuyeron a que la obra final tenga una trama organizada minuciosamente
y con hilos conductores claros y precisos. Dentro de todo este proceso de
tradición narrativa, el factor hermenéutico nunca estuvo ausente. Puesto que
cada representación oral llevada a cabo por los narradores de las comunidades
marcanas, ya sea de una parábola o de un signo realizado por Jesús, desde el
momento en que tomaba en cuenta la situación de los destinatarios en la
manera de contar, era fundamentalmente una labor hermenéutica que
implicaba necesariamente la subjetividad de estos (narradores y oyentes) y de
todos aquellos, que contribuyeron a la redacción final del Evangelio de Marcos
tal y como lo tenemos hoy. Se puede por tanto decir con toda seguridad que el
proceso de tradición y redacción de un escrito hecho en el seno de las
comunidades, es un proceso hermenéutico.
4. El narrador como instancia hermenéutica extradiegética, es primordial para la
comprensión total de la trama narrativa de Marcos por parte del lector. Goza
de omnisciencia, es portavoz del punto de vista cristológico de la comunidad,
creyente profundo, conocedor de la memoria cultural de Israel codificada en
los escritos veterotestamentarios. Su función es de carácter mistagógico puesto
que introduce al lector en el insondable misterio de la identidad filial y
mesiánica de Jesús.
5. Desde una perspectiva estrictamente pastoral, la aplicación del método
narrativo concede al ejercicio exegético un carácter dialogal profundo,
respondiendo de esta manera al requerimiento de no separación entre
exégesis y teología propuesta por el Papa Benedicto XVI en la Verbum Domini.
No separa por lo tanto exégesis científica y hermenéutica de la fe, en la
interpretación del Evangelio de Marcos. El lector más que un estudioso es un
hermeneuta con identidad sacramental y eclesial, que contribuye en
cooperación con el narrador a construir el sentido teológico de los textos en su
proceso de lectura.
6. El sentido de los textos no es algo obvio y fácil de percibir en una primera
lectura. Se encuentra solamente dentro del contexto total del Evangelio de
Marcos, ya que el Evangelio es fruto de un proceso constante de relectura. Una
estrategia determinante que ha utilizado Marcos es la del final abierto. Esto
106
obliga al lector a no realizar una lectura lineal sino espiral. El comienzo remite
de este modo al final y el final remite al comienzo, en una implicación
permanente y nunca agotada de sentido.
7. La aplicación de la propuesta metodológica a Mc 6,30-44 ha permitido
determinar que existe un lector competente, ideado por el narrador, capaz de
comprender en su integralidad el Evangelio de Marcos, esto constituye un reto
permanente para el lector actual del mismo. Se logró constatar también que el
Pan en Mc 6,30-44 posee una dimensión simbólica relacionada con el tema
del Reinado de Dios. Esta es la perspectiva desde la que el narrador lo ve. Las
estrategias analépticas y de focalización interna han posibilitado tal relación.
8. El contexto narrativo difiere sustancialmente del contexto literario utilizado por
la exégesis histórico-crítica, puesto que mientras este último recopila datos,
dejando intacto al lector en sus emociones, el narrativo tiene la finalidad de
situar al lector, de predisponerlo para responder afectivamente involucrándolo
en la trama.
9. Para la Cristología el método narrativo es fundamental, porque ayuda a
discernir cuestiones relacionadas con la conciencia filial de Jesús. La estrategia
de focalización interna que usa el narrador de Marcos, permite acceder de
manera válida a su punto (el de Jesús) de vista, logrando determinar de este
modo rasgos de su autoconciencia y misión.
10. El método narrativo no es un fin en sí mismo, sino un medio para acceder a la
verdad cristológica narrada en los Evangelios. Posee por lo tanto límites y
necesita de otros métodos como el histórico-crítico y el semiótico para ampliar
sus miras y contribuir al dialogo permanente entre Dios y su Pueblo. La
complementariedad metodológica propuesta por la Pontificia Comisión Bíblica
en el Documento sobre la Interpretación de la Biblia en la Iglesia, constituye
una empresa irrenunciable, donde la descalificación de un método y la
absolutización de otro no son posibles.
107
III. RECOMENDACIONES
De acuerdo a lo concluido anteriormente, se proponen las recomendaciones
siguientes:
1. Promover el análisis narrativo dentro del conjunto de metodologías básicas a
nivel exegético-hermenéutico, para el estudio profundo de los Evangelios por
parte de maestros dedicados a la enseñanza de algunas áreas teológicas como
la Cristología, Mariología, Antropología teológica, ética cristiana, catequética,
Evangelios sinópticos y Juan. Con el propósito de fundamentar adecuadamente
el discurso teológico bíblico que se encuentra en la base de estos tratados,
evitando acercamientos a los Evangelios marcados por el utilitarismo, el
fundamentalismo, puntualismo, moralismo y actualismo bíblicos.
2. Integrar algunos elementos del método narrativo como la focalización,
contexto narrativo, caracterización de los personajes, efectos irónicos y
retóricos (crítica de la respuesta del lector), en el ejercicio de lectura orante,
dialogal (Lectio Divina) de los Evangelios, para fortalecer la preparación de
guiones destinados a la predicación, por parte de homiletas, predicadores,
celebradores de la Palabra y catequistas.
3. Impulsar la visión Católica de la Biblia tal y como lo exige la Verbum Domini del
Papa Benedicto XVI (VD n. 32), mediante la creación de manuales exegético-
pastorales, que inicien al análisis narrativo, destinado a grupos, apostolados,
ministerios, agentes de las diferentes pastorales que se encuentren dentro del
ámbito Arquidiocesano de la ciudad de Guatemala. Con la finalidad de
sensibilizarlos sobre la necesidad de superar la lectura ingenua de los
Evangelios y la conveniencia de leerlos de manera metódica, de acuerdo a los
requerimientos del Documento “La interpretación de la Biblia en la Iglesia” de
la Pontificia Comisión Bíblica (PCB I, A-B).
4. Que la Universidad Rafael Landívar, o empresarios cristianos, propicien la
creación de un Instituto bíblico que promueva carreras académicas (diplomado,
técnico y licenciatura) que partiendo del método semiótico y narrativo como
ejes fundamentales, articulen e integren en una visión global y coherente las
diferentes metodologías exegéticas y ramas teológicas, orientándolas a generar
especialistas en enseñanza bíblico-teológica, predicación, catequética,
animación de círculos de reflexión y actualización de la Sagrada Escritura, a
nivel pastoral y social, teniendo en cuenta el reto pastoral expresado en el
Documento de Aparecida, sobre la animación bíblica de toda la pastoral,
entendida como escuela de interpretación y conocimiento de la Palabra Divina.
108
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Verbo Divino.
110
111
A. CUADRO: CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
Año 2011
1ºBimestre 2ºBimestre 3ºBimestre 4ºBimestre
Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre
1 Proyecto de protocolo de tesis
Revisión de tesis de la Facultad de Teología
Fuente secundaria: Revisión y Selección de
información bibliográfica actualizada
Marco Contextual o General
1. Planteamiento del problema 2. Objetivos 3. Alcances y limites 4. Aportes
Metodología
1. Sujetos 2. Instrumentos de observación 3. Procedimientos
Fuente Primaria: Aplicación del método inductivo,
Técnica de Observación directa en los diversos
movimientos parroquial y ministerios laicales.
Redacción del Marco Teórico
Propuesta metodológica para aplicar algunos
elementos del análisis narrativo a Marcos 6,30-44
mediante técnicas específicas.
Redacción de conclusiones y recomendaciones.
Revisión preliminar
Asesoría especifica: Asesor de tesis
Revisión de redacción y estilo
Revisión de tesis por parte de la terna
examinadora propuesta
Defensa de Tesis.
Redacción final
ACTIVIDAD
DES
FECHA
Diseñado por: Nelson García 2011,
112
B. ESQUEMA: Proceso del análisis narrativo
Autor Real
Lector Real
Lector Implícito
Autor Implícito Narratario Narrador
Focaliza
ción
Historia contada
Trama
Voz
Narrativa
Tiempos
Narrativos
Escenarios
Personajes
Hilos
Narrativos
Relato
Comentarios implícitos
Comentarios explícitos
Diseñado por: Nelson García 2011, Elaborado por Juan Alberto Casas Ramírez 2010