materialismo filosófico como objetivismo estético

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Materialismo filosófico como objetivismo estético El materialismo filosófico ofrece una cuarta versión del objetivismo alejada del naturalismo y del culturalismo, sin recaer en el eclecticismo. Si esto es posible es porque el materialismo filosófico comprende una «demolición» de las Idea de Naturaleza y de Cultura considerándolas como Ideas míticas, por su intención «globalizante» [69 -71, 401 -435] . Y esto, a su vez, es posible si las morfologías de arte sustantivo, una sonata de Mozart, pueden inscribirse en el Mundo sin perder sus diferencias al lado de las morfología naturales, dotadas de valores estéticos, una tela de araña o un caracola. Sin dejar de lado la circunstancia de que las morfologías naturales de valor estético se reproducen «mecánicamente» de acuerdo con las leyes de la herencia genética, y que las morfologías artísticas se reproducen tecnológicamente. El 90 % de las obras de arte de nuestro presente son efecto de las técnicas y tecnologías reproductoras con variaciones, a partir de obras sustantivas tomadas como modelos. No existe una entidad global susceptible de ser tratada como un sujeto capaz de recibir predicados tales como «la Naturaleza» –sino quarks, moléculas, rocas metamórficas, mamíferos, planetas...– ni existe tampoco una entidad global susceptible de ser tratada como un sujeto tal como «Cultura» capaz de recibir predicados –sino rituales, ceremonias, batallas, transacciones económicas, capiteles...–. Además, hay una continuidad (no lineal- evolutiva, menos aún lineal-progresiva) entre las morfologías naturales y las morfologías culturales (entre los panales de las abejas y los edificios de apartamentos, entre la estructura arquitectónica de un roble y la estructura arquitectónica de la torre Eiffel). Sin duda, las obras culturales y, en particular, las obras sustantivas, la Sonata número 14 para piano de Mozart, «abren nuevos espacios sonoros» respecto de las morfología precedentes, pero también las obras naturales, por ejemplo

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definicion de estetica materialista

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Materialismo filosfico como objetivismo esttico

El materialismo filosfico ofrece una cuarta versin del objetivismo alejada del naturalismo y del culturalismo, sin recaer en el eclecticismo. Si esto es posible es porque el materialismo filosfico comprende una demolicin de las Idea de Naturaleza y de Cultura considerndolas como Ideas mticas, por su intencin globalizante [69-71, 401-435]. Y esto, a su vez, es posible si las morfologas de arte sustantivo, una sonata de Mozart, pueden inscribirse en el Mundo sin perder sus diferencias al lado de las morfologa naturales, dotadas de valores estticos, una tela de araa o un caracola. Sin dejar de lado la circunstancia de que las morfologas naturales de valor esttico se reproducen mecnicamente de acuerdo con las leyes de la herencia gentica, y que las morfologas artsticas se reproducen tecnolgicamente. El 90 % de las obras de arte de nuestro presente son efecto de las tcnicas y tecnologas reproductoras con variaciones, a partir de obras sustantivas tomadas como modelos.

No existe una entidad global susceptible de ser tratada como un sujeto capaz de recibir predicados tales como la Naturaleza sino quarks, molculas, rocas metamrficas, mamferos, planetas... ni existe tampoco una entidad global susceptible de ser tratada como un sujeto tal como Cultura capaz de recibir predicados sino rituales, ceremonias, batallas, transacciones econmicas, capiteles.... Adems, hay una continuidad (no lineal-evolutiva, menos an lineal-progresiva) entre las morfologas naturales y las morfologas culturales (entre los panales de las abejas y los edificios de apartamentos, entre la estructura arquitectnica de un roble y la estructura arquitectnica de la torre Eiffel). Sin duda, las obras culturales y, en particular, las obras sustantivas, la Sonata nmero 14 para piano de Mozart, abren nuevos espacios sonoros respecto de las morfologa precedentes, pero tambin las obras naturales, por ejemplo la morfologa de un vertebrado, abren espacios nuevos respecto de morfologas precedentes. Y todas estas morfologas pueden quedar afectadas por valores estticos positivos o negativos, aun cuando su razn de ser no tenga que ver necesariamente con tal afectacin. Todas estas morfologas nos son dadas en el plano del mundo de los fenmenos; de este modo, la trituracin de la Naturaleza y de la Cultura en el mbito de la materia ontolgico-general [82] se produce de algn modo. De otra manera por oposicin a las teoras de la imitacin desde la perspectiva de la Materia ontolgico-general, tan primaria, inmediata u original es la morfologa sea de un Estegosaurio como pueda serlo la morfologa sonora de una sonata de Mozart. Mozart queda tan el fondo de la morfologa de su Sonata 14 como puedan quedar los rayos csmicos que determinaron la mutacin de los antepasados del Estegosaurio. El materialismo filosfico, segn esto, propicia la consideracin de las obras de arte sustantivo, no ya tanto como obras del hombre (expresivas de su esencia), sino como obras que constituidas, sin duda, a travs del hombre, pueden contemplarse como dadas en el mbito de la Materia ontolgico-general, puesto que ni siquiera pueden entenderse en el mbito de la Naturaleza. La clebre apreciacin de Marx en los Grundrisse sobre el arte griego (que tan difcilmente puede conciliarse con la concepcin del arte como superestructura: el arte griego transciende el modo de produccin esclavista y su vigor llega hasta nosotros), podra interpretarse a la luz del materialismo filosfico: si el arte griego la arquitectura y escultura clsicas se toma, desde luego, como modelo del arte sustantivo habr que situarlo ms all del orden de las superestructuras reflejo de la base del modo de produccin antiguo, porque, en rigor, el lugar que le corresponde est incluso ms all de la cultura griega en el sentido antropolgico del trmino.

La divisoria entre obras de la Naturaleza y obras de la Cultura humana no puede establecerse, en todo caso, poniendo entre parntesis las obras de la cultura animal. La divisoria de las obras de la cultura humana la situamos en los procesos de normalizacin (prolptica) [233-235] de las construcciones con trminos y relaciones apotticas que constituyen la trama del mundo fenomnico. Y entre los incontables cursos deterministas del desarrollo histrico de las morfologas culturales, sometidas a las leyes causales del determinismo histrico, tenemos que contar precisamente a los cursos de construccin de las obras de arte sustantivo, producidas por los hombres, sin duda, pero ante las cuales los propios hombres slo pueden representrselas. Quin soy yo para corregir esta obra maestra?, dice Oscar Wilde al director de escena de una obra suya. Slo las obras que no son obras de arte pueden ser rectificadas por cualquiera; una obra maestra slo puede ser rectificada por otra obra maestra.

La sustantivacin o hipstasis de la obra de arte tiene lugar mediante la construccin o representacin que comporta segn su terminus a quo la segregacin de la obra respecto del artista, pero segn su terminus ad quem la constitucin de un encadenamiento circular y consistente de fenmenos. Esto es tanto como una recusacin de las teoras del arte como lenguajes, teoras fundadas en la aplicacin metafrica de la relacin emisor/receptor a la relacin artista/pblico. Pero la obra de arte sustantiva no es un mensaje que el autor enviase para comunicarse con el pblico; podr ser este su finis operantis pero no es el finis operis. Incluso en los casos en los cuales la obra de arte es literaria, es decir, consiste en palabras lricas o dramticas, la obra sustantiva no es un mensaje, ni una comunicacin, ni un dilogo que el autor establece con el pblico: toda la comunicacin o dilogo que de hecho se establezca se mueve en un terreno distinto al terreno del arte. Lo que el pblico de la obra sustantiva escucha o ve no es al autor, sino a los personajes que hablan entre s; incluso ante un poema lrico, un lector, salvo que quiera convertirse en psiclogo, slo ver en el autor a alguien, perteneciente desde luego a una poca determinada, que escribi lo que escribi y que est ah para ser ledo.

No basta la libertad-de del artista para lanzar o segregar las partes de su obra ms all del horizonte de sus operaciones subjetivas; es necesaria una libertad-para, un poder capaz de componer esas partes en crculos caracterstico de concatenaciones [314-316]. Advertiremos que del hecho de que la identidad sinttica sistemtica propia de las ciencias implique la segregacin del sujeto operatorio, no se sigue la recproca, a saber, que la segregacin o neutralizacin del sujeto operatorio implique la constitucin de una identidad sinttica [217]. En esta segregacin o neutralizacin del sujeto se asemejan, sin embargo, las obras de arte sustantivo a las ciencias categoriales; pero slo se asemejan, porque los cierres fenomnicos de las obras de arte sustantivo no implican identidades sintticas. La obra de arte no est destinada a ofrecer verdades, aunque tampoco meras apariencias. Una obra dramtica, una novela, una pelcula, que gira en torno a mitos o creencias (v. gr. posesiones diablicas y exorcistas), no puede considerarse como una obra de arte sustantivo, si es que la valoracin positiva de esa obra implica la participacin del pblico en los mitos o creencias motivos del drama. Las conexiones entre sus partes se establecen a travs de autologismos presentes en todas ellas (como pueda serlo la identificacin autolgica [218] del tema de una fuga a cinco voces, al margen de la cual identificacin la fuga no ser entendida y quedar en mera algaraba).

El materialismo filosfico ofrece con esto un criterio frtil para entender por dnde se abren la vas de disociacin esencial (que no implica la separacin existencial) [63] de la obra de arte sustantiva respecto de otras instituciones o procesos culturales o naturales con los que est entretejida, as como para analizar los principios de una ordenacin crtica (o clasificacin jerrquica) de las diversas obras de arte sustantivadas. No hablamos solamente de obras valiosas y de obras no valiosas. La crtica de la obra de arte, como la crtica de las ciencias positivas, ha de ser muy rigurosa; no se puede poner todo en un mismo plano siguiendo el principio todo vale o todo es vlido. En el arte no caben principios llamados democrticos, ni siquiera los principios de la justicia laboral. Podr un msico genial haber tardado tres horas en escribir un andante, y otro, gran trabajador, pero sin genio, trescientas en escribir una sinfona: pero el andante valdr mucho, casi infinito, y la sinfona valdr poco, o casi nada. Nadie pregunta, sino en una nota al margen, cuntas horas de trabajo invirti Miguel Angel en su David?, y poco importa la gran ilusin que impuls a un escultor vulgar al tallar su adefesio. En el arte, valdr todo, porque no slo suena un rgano de tres teclados, sino tambin una armnica; pero en la escala de los valores musicales el rgano puede ocupar los primeros lugares y la armnica slo los ltimos.

Los hombres, como sujetos operatorios [68], actan con fuego real en sus actos y en sus obras; y no slo en la batalla campal, sino en la batalla ldica. Fuego real porque en sus operaciones y en sus obras est comprometida su propia vida o su puesto jerrquico en la vida social. Pero la obra de arte sustantiva, aunque haya sido creada con el fuego real en el que el artista est comprometido, se mantiene fuera del radio de accin de esos fuegos reales, porque ella consiste en ser ofrecida a la representacin, ante un pblico diverso que tiene encomendada la misin de interpretar la obra sustantiva a su manera. Sin las interpretaciones diversas y enfrentadas entre s del pblico, la obra de arte no existe como tal, porque son esas diversas interpretaciones las que reanudan a la obra sustantiva con los campos que ella haba logrado poner entre parntesis. En particular, la obra musical sustantiva teje un mbito de temporalidad caracterstico que slo se abre en el cerebro auditivo de quien la escucha, muchas veces en concierto de oyentes al que no todos pueden querer pertenecer. Por ello, cuando los actores o los artistas realizan obras o acciones que no son disociables de su vida social, poltica, religiosa, &c., entonces su obra no ser obra de arte sustantivo, y no porque siga aprisionada en el campo de la prosa de la vida: tampoco las acciones ldicas son, por considerarse fuera de la prosa de la vida (contenidos del sbado o del domingo, destinados a llenar el vaco del ocio laboral), obras de arte sustantivo. Los artistas o los actores (los jugadores del partido de ftbol y quienes lo presencian, los jugadores de ajedrez, los boxeadores, los atletas que corren en el estadio olmpico) que estn implicados en su obra, cuando sta es indisociable de sus cuerpos, incluidos los espectadores, no son artistas o actores en el sentido del arte sustantivo. En cambio, en el concierto de piano puedo disociar al pianista de la obra cerrando los ojos o desvindolos; de este modo, escuchando, podr entender sin distracciones ms a fondo el tejido objetivo del concierto, si es que lo tiene: el ejecutante, presente en la gnesis de la obra, ha de ser segregado de su estructura (tras la segregacin desaparecer, por ejemplo, no slo el sudor de la frente, o el juego de la melena del pianista, sino tambin la distincin entre la mano derecha y la mano izquierda). Si concentrase, en cambio, mi atencin en el movimiento de sus manos (tapndome los odos) la obra musical desaparecera, aunque podra seguir apreciando los mritos del pianista ahora como atleta quirrgico. Si situamos al concierto de rock participativo (en el cual el pblico interviene activamente con sus movimientos y sus gestos) en escalones mucho ms bajos que el concierto sinfnico tradicional (en el que al pblico slo le es dado intervenir, con aplausos, al final de cada obra, y ello no tanto para premiar a la orquesta, cuanto para liberar la tensin producida por el esfuerzo que comport abstraerse de su subjetividad durante un prologado silencio) es precisamente porque la sustantivacin representativa de la msica es nfima en el primer caso y mxima en el segundo. El concierto participativo de rock no es sencillamente msica, sino dinmica de grupos, terapia conductista, masaje; en general esto hay que decirlo de toda msica bailada, no representada. Platn advirti cmo la msica en cuanto tal degeneraba al convertirse en instrumento de las acciones corporales de los sujetos y relacionaba esta degeneracin con la propia decadencia de la ciudad (De ello se deriv el que los pblicos de los teatros, antes silenciosos, se hicieron vocingleros, como si entendiesen lo que est bien o mal en msica..., Las Leyes, Libro iv, 701a). Tampoco la corrida de toros es arte sustantivo: es ceremonia cuasi religiosa, arte si se quiere, pero no sustantivo, porque en la corrida est comprometida la vida del torero y la del toro. En el teatro hay actores de carne y hueso; pero en el escenario no se nos ofrecen sus personas, sino los personajes que encarnan. Lo decisivo del teatro sustantivo es la representacin mediante la cual el actor real debe desaparecer en la obra, ya exista libreto previo ya se haya improvisado. En el momento en el cual el actor real se identifica con su personaje el teatro desaparece: el actor se convierte en criminal o en mrtir, como le pas a Gins representando a Cristo ante el Csar Galerio.

La sustantivacin de la obra de arte no significa su desconexin definitiva de la vida real ni de la prosa de la vida: el arte no es evasin. Pero precisamente las funciones que la obra de arte puede alcanzar en la propia prosa de la vida, las funciones catrticas que seal Aristteles, se derivan de esa sustantivacin previa, que ha permitido su alejamiento y su distanciacin (mayor que la de un mero sombreado) incluso de los trozos de la realidad representados en ella. Y todo esto sin necesidad de que la obra de arte represente ideas arquetpicas, porque una cosa es la estilizacin y otra cosa es la idealizacin. La obra de arte no es sustantiva por ofrecernos, frente a la prosa de la vida, modelos ideales de belleza, de claridad, de perfeccin, sino por ponernos delante de conjuntos estilizados de fenmenos, incluso horrendos, que se concatenan circularmente y que constituyen puntos de referencia que permitirn mirar a su travs no slo la prosa de la vida, sino tambin a las formas naturales o las esencias establecidas por las ciencias positivas.

Por ltimo, materiales artsticos efectivos tales como los clasificados bajo los rtulos de cubismo o surrealismo (y que resultan difcilmente analizables desde la perspectiva del naturalismo o del espiritualismo, perspectivas que de un modo u otro tendern a descalificar a esas obras sacndolas fuera del arte autntico) pueden ser analizadas con absoluta libertad desde las coordenadas del materialismo filosfico. {E}