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María de los Angeles Giralt B. Integración para la paz Rev. P"dosoffa Univ. Costa Rica. XXXII (78-79), 211-215,1994 Summary: Integration towards peace is the chal/engefaced by Ladn America in general and CentralAmerica in particular as this century co- mes to an end: How could Bolivar's dream come true in a Central America convulsed by conti- nuouscrisis? An integration project should be done with the popular sector s, taking their interests into consi- deration. Such a project should be based upon the knowledge and analysis of our historical roots. The economical, social, political and cultural integration opens new perspectives for the libera- tiono/ our peoples. Resumen: El desafio de nuestra América Lati- na y particularmente de América Central hacia el año 2000, debe ser construir el camino de una in- tegración para la paz. ¿ Cómo enfrentar el reto Bolivariano en.una Centroamérica convulsionada por la crisis? Necesariamente un proyecto de integración de- be ser construido con y desde los sectores popula- res, debe cimentarse en el conocimiento y análisis de nuestras raíces históricas. La integración económica-social, politica-cul- tural, abre una gran ventana hacia el camino de la liberación de nuestros pueblos. Yo deseo más que otro alguno verformar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria Simón Bolívar El desafío de nuestra América Latina y particu- larmente de América Central hacia el año 2000, debe ser construir el camino de una integración para la paz. La historia de Centroamérica consolidó cinco nacionalidades diferentes, después de la Indepen- denciaen 1821, ante los intereses políticos y econó- micos del imperio español que impidieron su inte- gración. Los esfuerzos posteriores por una Centroa- mérica unida, fracasaron; no obstante, Centroaméri- ca se une circunstancialmente en 1856, ante la ame- naza de los filibusteros a la soberanía nacional. Desde el siglo XIX hasta nuestros días, han si- do firmados una serie de tratados de paz y de pro- gramas de integración económica entre los países centroamericanos, alcanzándose en 1960 un mo- delo de integración económica a través del Merca- do Común Centroamericano. Sin embargo, el pro- grama comenzó a perder dinamismo muy pronto, ante la ausencia de voluntad política "para abrir y democratizar las estructuras de poder". La ausen- cia de voluntad política produjo una serie de injus- ticias que multiplicaron los problemas sociales,' los cuales conjuntamente con el incremento de la deuda externa y los conflictos armados en la re- gión, terminaron en 1979 con el proyecto econó- mico de integración regional.

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Page 1: María de los Angeles Giralt B. de Filosofía... · 2018. 12. 5. · María de los Angeles Giralt B. Integración para la paz Rev. P"dosoffa Univ. Costa Rica. XXXII (78-79), 211-215,1994

María de los Angeles Giralt B.

Integración para la paz

Rev. P"dosoffa Univ. Costa Rica. XXXII (78-79), 211-215,1994

Summary: Integration towards peace is thechal/engefaced by Ladn America in general andCentralAmerica in particular as this century co-mes to an end: How could Bolivar's dream cometrue in a Central America convulsed by conti-nuouscrisis?

An integration project should be done with thepopular sector s, taking their interests into consi-deration. Such a project should be based upon theknowledge and analysis of our historical roots.

The economical, social, political and culturalintegration opens new perspectives for the libera-tiono/ our peoples.

Resumen: El desafio de nuestra América Lati-nay particularmente de América Central hacia elaño 2000, debe ser construir el camino de una in-tegración para la paz. ¿Cómo enfrentar el retoBolivariano en.una Centroamérica convulsionadapor la crisis?

Necesariamente un proyecto de integración de-be ser construido con y desde los sectores popula-res,debe cimentarse en el conocimiento y análisisde nuestras raíces históricas.

La integración económica-social, politica-cul-tural, abre una gran ventana hacia el camino dela liberación de nuestros pueblos.

Yo deseo más que otro alguno verformaren América la más grande nación del mundo,

menos por su extensión y riquezasque por su libertad y gloria

Simón Bolívar

El desafío de nuestra América Latina y particu-larmente de América Central hacia el año 2000,debe ser construir el camino de una integraciónpara la paz.

La historia de Centroamérica consolidó cinconacionalidades diferentes, después de la Indepen-denciaen 1821, ante los intereses políticos y econó-micos del imperio español que impidieron su inte-gración. Los esfuerzos posteriores por una Centroa-mérica unida, fracasaron; no obstante, Centroaméri-ca se une circunstancialmente en 1856, ante la ame-naza de los filibusteros a la soberanía nacional.

Desde el siglo XIX hasta nuestros días, han si-do firmados una serie de tratados de paz y de pro-gramas de integración económica entre los paísescentroamericanos, alcanzándose en 1960 un mo-delo de integración económica a través del Merca-do Común Centroamericano. Sin embargo, el pro-grama comenzó a perder dinamismo muy pronto,ante la ausencia de voluntad política "para abrir ydemocratizar las estructuras de poder". La ausen-cia de voluntad política produjo una serie de injus-ticias que multiplicaron los problemas sociales,'los cuales conjuntamente con el incremento de ladeuda externa y los conflictos armados en la re-gión, terminaron en 1979 con el proyecto econó-mico de integración regional.

Page 2: María de los Angeles Giralt B. de Filosofía... · 2018. 12. 5. · María de los Angeles Giralt B. Integración para la paz Rev. P"dosoffa Univ. Costa Rica. XXXII (78-79), 211-215,1994

año 2000 se proyectaría a más de 45 millones. Sicontinúan las tendencias actuales para entonces, el60% vivirán en la pobreza y el 50% hacinados enlas zonas urbanas. (Gallardo-López, 1986).4

La creciente presión de la deuda externa en lospaíses centroamericanos, el sometimiento a losprogramas de ajuste estructural del F.M.!. y delBanco Mundial, han sido un poderoso desencade-nante de los problemas sociales. Costa Rica porejemplo, un país de tres millones de habitantes,tiene una deuda externa que supera los 5000 mi-llones de dólares. El incremento de la deuda enAmérica Latina y el Caribe de 1980 a 1989, fue deun 83%: de 230.000 millones en 1980 pasó a420.000 millones en 1989.

En una de sus investigaciones, el SELA (Siste-ma Económico Latinoamericano) señala que: "Lacrisis del endeudamiento externo ha convertido ala década de los ochenta en el decenio perdido pa-ra el desarrollo de la región. Para fines de este añoAmérica Latina y el Caribe habrán transferido200.000 millones de dólares por concepto de ser-vicio de la deuda a los países industrializados des-de que comenzó la crisis.

A pesar de este enorme drenaje de recursos ladeuda regional habrá crecido, en el mismo perío-do, en cerca de 100.000 millones de dólares"(SELA, 1989).'

El ajuste estructural exige competitividad yrentabilidad en el mercado mundial, a cambio de"sacrificar a las mayorías vía congelación de sala-rios, reducción del aparato estatal o inversión pú-blica, para privatizar y acumular capital en las re-ducidas áreas avanzadas en manos de las oligar-quías nacionales, socias de las transnacionales","

Es importante mencionar también el incremen-to de la producción agropecuaria en el área cen-troamericana (café, banano, cacao, azúcar, tabaco,algodón...), la intensificación de la producción deganado para la exportación de came, el auge de lapesca para la exportación, y el constante aumentode la extracción forestal para la exportación demadera, factores que han incidido en la pérdida deenormes recursos en la flora y fauna de nuestrospaíses, lo mismo que en la contaminación con pla-guicidas, y el aumento en la concentración de latierra, ante la llamada "expansión de la fronteraagrícola".' El costo del pago a la deuda externa esuna inmensa deuda social.

Las consecuencias de la crisis económica re-gional, han propiciado la crisis social. Los enfren-tamientos bélicos en Centroamérica produjeron

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En agosto de 1987, los Presidentes de Guate-mala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y CostaRica, inspirados en los acuerdos de Contadora delGrupo de Apoyo y en Esquipulas l. firman el másimportante "reto histórico de forjar un destino depaz para Centroamérica".

¿Es que este acuerdo de paz podría ser un pasoimportante hacia el viejo ideal Bolivariano?

El llamado de Simón Bolivar a la unidad denuestra América en su famosa Carta de Jamaicaen 1815, debe llevamos a reflexionar de cara alaño 2000, sobre el sentido de esta unidad: ¿Inte-gración para qué? ¿A quiénes beneficiaría un pro-yecto de integración? El riesgo de una integraciónque beneficie solamente a sectores privilegiadosnos llevaría al empobrecimiento y marginalidadde las grandes mayorías latinoamericanas.

Necesariamente un proyecto de integración de-be ser construido con y desde los sectores popula-res. Un proyecto de integración regional que surjaexclusivamente de los órganos de poder, quedafalseado en su mismo fundamento, de espaldas ala historia de las luchas y movimientos sociales decada uno de nuestros países.

Un proyecto de integración para la paz enAmérica Central, debe cimentarse primero en elconocimiento y análisis de sus raíces históricas.La realidad de la crisis centroamericana está sus-tentada en "la larga historia política de tiranías ycuartelazos centroamericanos" y en la injusticiasocial acumulada desde el momento de la inde-pendencia.'

Los ejércitos centroamericanos (a excepción deCosta Rica en donde se abolió el ejército en1949), apoyados por el gobierno de los EstadosUnidos, han dejado una larga estela de represión,de irrespeto a los derechos humanos, lo cual acu-muló la presión suficiente para hacer estallar gra-ves conflictos armados durante más de una década.

"La guerra ha causado cerca de 2.8 millones derefugiados y desplazados, y unos ciento sesentamil muertos en episodios de violencia civil ".1

Por otra parte, la problemática económico-so-cial en centroamérica, sustentada en el modeloneo-liberaI, ha impulsado un nuevo rol del estadoy con él el desmantelamiento de los servicios desalud, vivienda, educación y energía.

La desigualdad social se ha incrementado. Lastendencias socioeconómicas muestran la disminu-ción en la calidad de vida de la población. En1956, la población de la región era de 25 millones.Conforme a las tasas de crecimiento actual para el

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INTEGRACION PARA LA PAZ

entre1980 Y 1984, 349.900 refugiados y más de550.000desplazados, tanto dentro como fuera delaregión (Gallardo-López), 1986.'

¿Cómo enfrentar el reto Bolivariano en unaCentroamérica convulsionada por la crisis?

En Guatemala por ejemplo, la inmensa mayo-ríade la población (campesina-indígena), consti-tuyeuna mayoría silenciosa que vive en la miseriay enel analfabetismo.

La paz en El Salvador, continúa siendo objetodenegociación entre los militares, el FMLN y Es-tadosUnidos, que financió el costo de la guerra.

En Honduras las violaciones a los derechos hu-manoshan sido constantes. Entre los desapareci-dosen ese territorio está una joven pareja costarri-censeque nunca fue encontrada. En 1979 un Pro-fesorde la Universidad Nacional y una servidoradela Universidad de Costa Rica, a la sazón Secre-tariosGenerales de los sindicatos de nuestras res-pectivas universidades, fuimos encarcelados enHondurasy torturados psicológicamente, por asis-tira un congreso de organizaciones sindicales delasuniversidades de América Central.

En Nicaragua las condiciones de deterioro eco-nómico-social son alarmantes. Durante cuarentaaños,el país vivió la tragedia de la dictadura y latiranía.

La revolución sandinista abrió otras perspecti-vasa la participación popular a partir de 1979 ynuevasesperanzas a la búsqueda de la democra-cia.Sin embargo, el boicot económico y la guerraimpuestapor Estados Unidos, asestaron un durogolpeal proceso revolucionario, que en su primerperíodotuvo como metas fundamentales, la aten-ciónde necesidades básicas como la educación, lasaludy una amplia participación popular en la dis-cusiónde la constitución política.

Las elecciones de 1990 a las que fuimos invita-dosa participar como observadores algunos costa-rricenses conjuntamente con representantes deotrospaíses, dieron el triunfo a la oposición. Unadelas tesis esbozadas por trabajadoras y trabaja-doresen diferentes barrios de Managua, para justi-ficarel cambio de su opción política, era la posibi-lidadde restablecer las relaciones económicas conlosEstados Unidos. El triunfo de la oposición le-vantóel boicot económico de los Estados Unidos,perola ayuda económica no se dio de la maneraqueesperaba y necesitaba el pueblo nicaragüense.

Panamá, víctima de la intervención extranjeraha acumulado un importante movimiento de resis-tencianacional y social, fundamentalmente luego

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del golpe militar estadounidense en diciembre de1989. La máxima expresión de este movimientotuvo lugar el 11 de junio de 1992, al fracasar unacto oficial en homenaje al entonces Presidente delos Estados Unidos.

En Costa Rica, la abolición del ejército en1949, abrió un abanico de perspectivas para lapaz y la democracia del país. Buena parte de losrecursos del presupuesto nacional, fueron destina-dos en el pasado a la educación, con el logro deuno de los menores índices de analfabetismo enAmérica Latina. En cuanto al sistema electoral,en los últimos cuarenta años Costa Rica ha veni-do perfeccionando el sistema de elección de susgobernantes.'

Sin embargo, la democracia va más allá delmétodo;" ya Rousseau señalaba que la democraciase asienta en la voluntad general que radica en lapluralidad: "Cuando ésta cesa, cesa la libertadcualquiera que sea el partido que se tome". 11

En Costa Rica, en donde la mediación de laprensa financiada en gran parte por las cámarasempresariales del país, es fundamental en la crea-ción de la opinión pública, han sido consideradosantidemocráticos todos los esfuerzos de lucha delas organizaciones populares por la igualdad so-cial y por la justicia. No es de extrañar entonces,que algunos dirigentes sindicales a principios ymediados de la década de los ochentas, fuéramosencarcelados por haber propiciado movimientosde solidaridad con trabajadores de plantaciones enhuelga, por demandas de mejores condiciones devida a las transnacionales bananeras. A finales de1993 y principios del 94, incluso, el Gobierno sevio obligado a negociar aceleradamente la amplia-ción de las libertades sindicales en Costa Rica, porla presión de los sindicatos norteamericanos ante .el Gobierno de su país, para detener importantespréstamos al Gobierno de Costa Rica.

El proceso de democratización en Costa Ricaha sido producto de las luchas permanentes de lossectores populares por los derechos políticos, porlos derechos laborales, por las reformas sociales,por la búsqueda de la igualdad real de la mujer,por el desarrollo de una sociedad pluralista.

El futuro de la democracia en Costa Rica estácondicionado por el efecto del modelo neoliberal,que ha deteriorado gravemente las políticas en elcampo de la salud, de la educación, en el costo dela vida y ha agudizado los índices de pobreza.

La reflexión sobre el pasado y el presente denuestra América, debe ser el mejor acicate para

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mirar hacia adelante. ¿Se puede concebir-comodecía Bolívar-, que los pueblos americanos curenlas llagas y las heridas del despotismo y la guerra?¿Tendremos acaso la capacidad para construir lautopía en medio de la polémica: fin de siglo ¿finde la historia?

Cada uno de nuestros países debe trabajar ensus propias políticas de desarrollo, pero todos te-nemos en común un enorme desafío para fin de si-glo: la búsqueda de nuevas oportunidades para lapoblación mediante "nuevos niveles de colabora-ción regional","

Centroamérica debe buscar conjuntamente conel Caribe, posibilidades de integración en un mer-cado común que le permita insertarse en el merca-do internacional, buscando con el resto de los paí-ses latinoamericanos una salida al problema asfi-xiante de la deuda externa. Deben profundizarse ydiscutirse iniciativas corno la reducción de la deu-da para ser utilizada en la creación de programasde protección ambiental.

Sin embargo, las políticas de integración no de-ben condicionarse exclusivamente al ámbito eco-nómico. América Latina precisa en el mundo dehoy, del desarrollo integral de sus pueblos, lo cualimplica un cambio en la concepción histórica denuestras democracias y en la noción que EstadosUnidos ha utilizado sobre la democracia en la re-gión.

Una nueva política debe alimentar y hacer res-petar la soberanía de nuestros pueblos, la cual sur-ge del respeto mismo a nuestra dignidad.

América Central debe dejar de ser el patio tra-sero de los Estados Unidos, depósito "de tecnolo-gía riesgosa, de tecnología obsoleta, de plaguici-das prohibidos, un lugar privilegiado donde pue-den darse las transgresiones de las transnaciona-les. América Central es tratada como si fuera unbasurero tecnológico, aunque también llega buenacantidad de basura ideológica" 13. "El giro lingüís-tico" que dio el primer consejero de seguridad na-cional del Presidente Reagan, al considerar a lospaíses de Centro América como el "ante jardín" delos Estados Unidos, no resuelve el problema, almantener la mentalidad dominadora de posesiónsobre los países del área.

El desafío de nuestros países debe llevamos ala promoción conjunta de políticas de desarrollosostenido: recordemos que la destrucción de la na-turaleza implica el empobrecimiento de la pobla-ción. El tiempo se ha agotado para la sola denun-cia ecologista. Urge tomar medidas de recupera-

ción del bosque, políticas contra la contaminaciónante el abuso de plaguicidas.

"Además hay que recordar que la guerra ha im-preso mayor velocidad a la destrucción de los bos-ques y de las fuentes de agua, y ha contribuido aaumentar la crisis ambiental en las zonas del Pací-fico de la región" 14. No olvidemos que las zonasde bosque tropical que aún se mantienen en Amé-rica Central, son de las más ricas de la tierra enespecies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios.Costa Rica y Guatemala tienen una diversifica-ción extraordinaria en especies arbóreas y de plan-tas. El potencial hidroeléctrico en Costa Rica esenorme.

El desarrollo sostenible en nuestros países tro-picales implica generar riqueza para mejorar la ca-lidad de vida.

Una verdadera integración hacia la paz exige elpleno respeto a los derechos humanos. La paz nose resuelve en la ausencia de guerra; nuestros pue-blos deben aprender a construir la paz medianteprogramas de cooperación. En Centro América,los esfuerzos de Contadora, del Grupo de Apoyo ylos acuerdos de Esquipulas abrieron inmensas po-sibilidades para la región centroamericana al asu-mir el compromiso de luchar por la paz y hacerprevalecer el diálogo sobre la violencia.

Uno de los retos que debemos asumir respon-sablemente, debe ser el construir nuevos pilaresde paz mediante la abolición de los ejércitos. Losejércitos en América Latina han sido sinónimo deescuadrones de la muerte y violación brutal a losderechos humanos. Los ejércitos en América Lati-na han sido responsables de la violencia política,"de la pobreza, el miedo y la desesperanza". El si-glo XXI debe erradicar toda posibilidad de masa-cre a la vida.

Falta poco tiempo para terminar el siglo xx.Los intelectuales de América Latina tenemos unagigantesca responsabilidad en la colocación de laprimera piedra para la construcción del nuevo si-glo. Ahí está el desarrollo futuro de nuestros hijos,hijas, de nuestros nietos, nietas y tal vez de nues-tra vejez. La paz no se regala ni se alcanza, la pazhay que forjarla; y los intelectuales tenemos unade las herramientas más hermosas en las políticasde integración para la paz: el conocimiento. Debe-mos terminar con la dispersión de esfuerzos en es-te campo, dispersión que se extiende desde Méxi-co hasta la Patagonia

América Latina debe coordinar grandes siste-mas de cooperación en ciencia, en tecnología y en

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ética. El avance científico-tecnológico debe con-vertirse en instrumento del desarrollo al serviciode la dignidad y calidad de vida de nuestros pue-blosy en este sentido "se necesita un avance éticoyaque se ha abierto un nuevo campo a la respon-sabilidad".15

Finalmente, una verdadera integración para lapazpresupone un cambio de integración para la li-bertad. La integración económico-social, político-cultural, abre una gran ventana hacia el camino dela liberación de los pueblos latinoamericanos. Talvez uno de los horizontes mejor dibujados en ese"ethos" integrador sea la literatura latinoamerica-na, la cual recoge en la conjunción entre la razóny el mito, todas nuestras creencias, sufrimientos,alegrías, ilusiones y las luchas de nuestros pue-blos. "La actual literatura de América Latina estáseñalando el punto máximo de la parábola del en-cuentro entre el Mythos y el Logos"."

La literatura latinoamericana, al rescatar nues-tra herencia cultural, es camino hacia la herman-dadde los pueblos de América, por eso también escomunión, diálogo y ventana hacia la libertad.Quisiera concluir con las palabras de uno de losgrandes educadores costarricenses, Joaquín GarcíaMonge," a un grupo de estudiantes, ante el Monu-mento Nacional erigido a los inmortales que noconsintieron opresiones extrañas en tierras deCentroamérica.

"Loerigieron los mayores para advertimos que la liber-tadhay que conquistarla y reconquistarla continuamen-te,que sólo se pierden los pueblos que se cansan de serlibres;porque si importa saber cómo fuimos libres, im-portamás saber cómo conservamos libres, cómo mante-neren asta firme la enseña de los libertadores: el pro-blemaque ellos resolvieron en 1856, sigue siendo nues-bu problema "."

Notas

1. Ver Alfaro, José Miguel, Costa Rica y la Integra-ción centroamericana. Centro América: Condicionespara su integración. Ediciones FLACSO, San José,CostaRica, 1982.

2. Maira, Luis. La paz en América Central. Los fac-tores internacionales y sus perspectivas. América Cen-

tral hacia el 2000. Editorial Nueva Sociedad, Caracas,1989, Pago52.

3. Torres-Rivas, Edelberto y otros. América Centraly los desafios hacia el fin del milenio, IDEM, Pago 14.

4. Ver Godoy, Juan Carlos. Riqueza y pobreza ex-tremas: el ambiente natural y los recursos, IDEM, Pago104.

5. Citado por Martiner G, Gonzalo: América Cen-tral en el nuevo mapa de la economía mundial, IDEM,Pag.36.

6. Citado por Pagura, Federico (Obispo, Presidentedel CLAI): Agenda para cristianos. Tierra Nueva. Re-vista de Alfalit Latinoamericano, N·3, Alajuela, CostaRica, Junio, 1992.

7. Godoy, Juan Carlos. Riqueza y pobreza extre-mas: el ambiente natural y los recursos. América Cen-tral Hacia el 2000, Editorial Nueva Sociedad- Caracas,1989, Pag. 104.

8. Ver IDEM, Pago 106.9. Ver Rojas Bolaños, Manuel. El proceso demo-

crático en Costa Rica. Costa Rica la democracia incon-clusa. Editorial DEI, San José-Costa Rica, 1989.

10. Ver Rojas Bolaños, Manuel y otros. Costa Rica:la democracia inconclusa, IDEM.

11. Rousseau, lJ. El Contrato Social. Sexta edi-ción, EDUCA, Centro América, 1987, Pago 141.

12. Torres-Rivas, Edelberto. América Central y losdesafios hacia el fin del milenio. América Central haciael 2000. Editorial Nueva Sociedad, Caracas, 1989, Pago14.

13. Ramírez, Edgar Roy. América Central, de tras-patio a cintura del continente. Revista REFLEXIONESN"18, Enero 1994: 27-32.

14. Torres Rivas, Edelberto. IBIDEM.15. Ladriere, Jean. El impacto de la ciencia y la tec-

nología en la ética. Ramfrez y A1faro. Etica, Ciencia yTecnología, Editorial Tecnológica de Costa Rica 3eraedición, 1991, pago17.

16. Citado por Caminotti, Delia. Narrativa, puebloy cultura. Martínez Sarasola Carlos, y otros. AméricaLatina: integración por la cultura, Colección EstudiosLatinoamericanos, Buenos Aires, 1977.

17. García Monge, hizo suyo en su obra y en su tes-timonio de vida el reto Bolivariano.

18. García Monge, Joaquín. Obras escogidas, Edi-torial Universitaria Centroamericana, EDUCA, 1974,Pag.206.

María de los Angeles Giralt BennúdezInstituto de Investigaciones Filosóficas

Universidad de Costa Rica2060 Montes de Oca

Costa Rica