manual mision 2015

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1 ¿QUE LLEVAREMOS? EL AÑO PASÓ, NOS REUNIMOS O NO; CON CONFLICTOS, DIFICULTADES Y PARTIMOS…; Aquí es bueno detenernos y mirar más allá del material, programa de tareas y preguntarnos: ¿qué llevamos?¿desde dónde comprendimos esta tarea misionera?¿nos reconocemos llamados personalmente con nuestras cualidades y defectos? Es justamente la respuesta a estos y muchos otros interrogantes lo que se transforma en el contenido, en la riqueza a compartir en la Buena Nueva para nuestros hermanos. Nuestra respuesta es entonces lo que llevamos: “Responsabilidad, un sí a Jesús y la amistad con María para compartirla”. Llevamos nuestra respuesta clara y simple, aunque a veces con tensiones, al pedido de Dios Padre. Dando nuestra vida por la unidad, expresada en hechos concretos que aumenten la fe y que sean signos de la simpleza del encuentro, la esperanza de ser verdaderos constructores del Reino y el AMOR expresado como testimonio del Evangelio. Revisemos las mochilas, saquemos el peso inútil de lo externo, miremos en el interior de cada uno…, de nuestro grupo y allí en el

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Manual para Misión de Verano 2015

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¿QUE LLEVAREMOS?

EL AÑO PASÓ, NOS REUNIMOS O

NO; CON CONFLICTOS,

DIFICULTADES Y PARTIMOS…; Aquí

es bueno detenernos y mirar más allá

del material, programa de tareas y

preguntarnos: ¿qué llevamos?¿desde

dónde comprendimos esta tarea misionera?¿nos reconocemos llamados

personalmente con nuestras cualidades y defectos?

Es justamente la respuesta a estos y muchos otros interrogantes lo que se

transforma en el contenido, en la riqueza a compartir en la Buena Nueva para

nuestros hermanos.

Nuestra respuesta es entonces lo que llevamos: “Responsabilidad, un sí a Jesús y

la amistad con María para compartirla”.

Llevamos nuestra respuesta clara y simple, aunque a veces con tensiones, al

pedido de Dios Padre. Dando nuestra vida por la unidad, expresada en hechos

concretos que aumenten la fe y que sean signos de la simpleza del encuentro, la

esperanza de ser verdaderos constructores del Reino y el AMOR expresado como

testimonio del Evangelio.

Revisemos las mochilas, saquemos el peso inútil de lo externo, miremos en el

interior de cada uno…, de nuestro grupo y allí en el centro, está la respuesta:

llevamos a Cristo Jesús verdadera luz del amanecer, del mañana. (¿Qué

Llevaremos? Autor. Gustavo Escobar, IGLESIA MISIONERA HOY Nº 424, Dic.

1995, pag. 20)

GUÍA PARA LAS VISITAS A LAS FAMILIAS

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Brindamos algunas ideas para las visitas en la Misión. Es solo un modelo que debe

completarse y adaptarse a las circunstancias del lugar. “NO” es una receta, sino un

aporte y sugerencia para poder iniciar el diálogo con las familias que visitamos.

Además en cada visita irán incorporando otras cosas, que en el momento, les

inspire el Señor. Es importante confiarse al Espíritu y saber que el actúa a

través de nosotros.

a) PRESENTACIÓN Y DIÁLOGO INICIAL

Los misioneros de presentan y explican con sencillez el motivo de la visita.

Indicando de dónde venimos. Comparten con la familia los datos personales

que promueven el conocimiento y la confianza.

¿Cómo está compuesta la familia?

¿Trabajan? ¿En qué?

Si hay chicos ¿Van a la escuela? ¿A cuál? ¿Van a catequesis?

b) MOMENTO DE REFLEXIÓN Y ORACIÓN

Invitar a la Familia a rezar un momento con la Biblia. Preguntar si hay una

Biblia o Nuevo Testamento en la casa. Si hay, pedir que la traigan. Si no se

invita a compartir el texto con la Biblia que lleva el misionero. Generalmente la

gente tiene su propio altar, es un buen lugar para compartir.

ALGUNAS ACTITUDES A TENER EN CUENTA A LA HORA DE VISITAR LAS FAMILIAS

Las visitas las realizamos como Cristo envió a sus discípulos: de dos en dos, así aseguramos su presencia con nosotros (Mateo 18, 20). Buscar que las parejas misioneras estén formadas por personas que se complementen. Es fundamental la ‘primera impresión’ que nosotros brindemos a quienes vamos a visitar, ya que muchas veces nosotros mismos nos guiamos por estas primeras impresiones. La cruz en el pecho como distintivo misionero nos identificará rápidamente como cristianos. Para dar esta buena impresión es importante ir adecuadamente vestidos. Ello implica prolijidad en la ropa por más modesta que sea, la camisa abrochada, no ir

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con pantalones cortos, shorts, polleras cortas, etc. Debemos ser auténticos apóstoles del Señor y a la vez que nos vean como tales. Presentarse como misioneros católicos e informar cuál es el motivo de la visita. Eso disipará las sospechas ante la gente que no confía en extraños. Vamos a cada casa no como “fulano de tal” sino como miembros de la Iglesia. Por eso cada una de nuestras palabras y gestos debe transparentar ese misterio del cual somos parte. Cada palabra nuestra, aunque seamos jóvenes o quizás inexpertos, debe ser reflejo del amor con que el Padre nos ama. Vamos entonces con estas disposiciones: La amabilidad: nuestro trato debe ser el de hijos de Dios, que aman a cada prójimo como Cristo los amó. Es mucho más que un ejercicio de marketing: es ser coherentes con nuestra identidad más profunda. La alegría: la alegría profunda que se trasluce en la mirada del que vive de la fe y la esperanza es mucho más eficaz que muchas palabras dichas sin convicción. El respeto: quienes se saben instrumentos saben que en cada casa se encuentran con el misterio de una persona. Por eso son muy prudentes, evitando siempre que nuestra visita parezca un censo, una investigación, o un juicio oral y público. Buscamos siempre decir la verdad con la caridad infinita del mismo Dios. La reserva: La visita casa por casa requiere que la familia perciba de nosotros la seguridad que lo que allí se habla, quedará dentro de los límites de esa visita y no será divulgado hacia el exterior. Por lo tanto, evitar todo comentario de lo que escuchamos en otro lugar o de las impresiones que nos causó alguna visita. Esto dará confianza para poder hablar francamente. En todo momento debemos dar a entender con nuestros gestos y con nuestras palabras la reserva que tenemos de cada lugar.

Golpear en todas las casas, aunque nos parezca o nos digan que en tal o en cual no nos van a recibir. Si nos da miedo o vergüenza, rezar un Ave María y adelante! Coraje! La vida eterna es de los que se juegan por el Reino. Si pasamos por la casa de un evangelista, testigos de Jehová o mormones, etc, explicarles el motivo de la visita y cuidarse de no entrar en discusión con ellos. Vamos en misión de amor y no de pelea. Si no podemos llegar a visitar todas las casas, comenzar a visitar las más pobres como opción de la Iglesia. Tratar de felicitar a la gente que visitamos. Animarla, ya sea por lo lindo de su jardín, por los chicos, por el trabajo... el sentirse valorado rompe los miedos e invita al diálogo. En las casas, sean de la condición que sean, comportarse con naturalidad. Un misionero debe saber estar cómodo tanto en un lujoso chalet como en el rancho más pobre. Si la familia invita a tomar mate, acoger esta invitación. Nuestro pueblo expresa la hospitalidad ofreciendo comida o bebida. Tener ante todo presente a qué hemos venido: las visitas a las casas son una acción religiosa, antes que social.

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Algunas familias suelen aprovechar la visita para pedir ayuda por diversas necesidades. No prometer si no estamos seguros de llegar a cumplir. En todo caso, antes de dar una palabra expresar que vamos a consultar este pedido con quien corresponda (con el párroco, con Caritas, etc.).

PLAN PASTORAL ARQUIDIOCESIS DE CÓRDOBA

Situándonos en el camino

Estamos transitando el “Momento Comunitario” (2014-2019) en el itinerario pastoral de la Arquidiócesis. En este Momento Comunitario nos proponemos:

Que todos los hombres y mujeres que conformamos el Pueblo de Dios aquí en Córdoba, en familias y comunidades hagamos la experiencia comunitaria de encontrarnos con Jesús que nos ama, nos convoca e interpela con su Palabra, nos congrega y nos invita a continuar saliendo hacia las periferias.

y reconozcamos el Reino de Dios que se abre camino en nuestras tierras y nos anima a afianzar espacios para el encuentro y la colaboración con la sociedad y la cultura.

Recordemos que hablamos de un único itinerario pastoral, con tres momentos (Kerigmático – Comunitario – Misional) y cuatro procesos fundamentales que se relacionan, articulan y enriquecen mutuamente. Decimos “procesos” porque vemos con claridad que la nueva evangelización requiere, no sólo actividades e iniciativas bien pensadas, sino principalmente desarrollo continuo de la vida y de la gracia en itinerarios coherentes.

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Los procesos miran siempre simultáneamente al interior de la comunidad cristiana (sus agentes y miembros activos, celebraciones y diversas iniciativas) y a la sociedad y la cultura (sus responsables, estructuras, ámbitos, etc.) El Momento Comunitario está articulado con dos planes cortos, que nos invitan a renovar la experiencia de fraternidad-comunión como Iglesia y en la sociedad. En el 3º Plan Corto la acentuación será más antropológica y en el 4º Plan Corto una acentuación más teologal.

NOS PROPONEMOS (OBJETIVO del 3º Plan Corto)

“Que como Pueblo de Dios que peregrina en Córdoba, junto a los hombres y mujeres de buena voluntad,

hagamos con Jesús la experiencia de mirarnos, cuidarnos y caminar como hermanos,

colaborando desde comunidades fraternas en la construcción de una sociedad más justa y solidaria”

En este tercer plan corto deberemos sostener y acrecentar esta experiencia de Jesús, que es fundamento de toda fraternidad, para que en y con él, podamos renovar las relaciones y los vínculos en nuestras familias, comunidades y sociedad. Una relación personal y comprometida con Dios, al mismo tiempo nos compromete con los otros. Nos recuerda el Papa Francisco: “Hace falta ayudar a reconocer que el único camino consiste en aprender a encontrarse con los demás con la actitud adecuada, que es valorarlos y aceptarlos como compañeros de camino, sin resistencias internas. Mejor todavía, se trata de aprender a descubrir a Jesús en el rostro de los demás, en su voz, en sus reclamos. También es aprender a sufrir en un abrazo con Jesús crucificado cuando recibimos agresiones injustas o ingratitudes, sin cansarnos jamás de optar por la fraternidad.” (EG 91) Implicará adentrarnos en un camino de conversión misionera, personal y pastoral, ya que atañe principalmente a las actitudes y a una reforma de vida. Este proceso sólo es posible en la medida que salimos de nosotros mismos para encontrarnos con los demás. Con Dios, el gran “otro”, y con los otros en Dios. Este proceso “Implica creer en la Buena Nueva; creer en Jesucristo portador del Reino de Dios y su irrupción en el mundo, en su presencia victoriosa sobre el mal; creer en la asistencia y conducción del Espíritu Santo; creer en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y prolongadora del dinamismo de la Encarnación.” (Cfr. Mensaje de Papa Francisco a Obispos del Celam – 28.VII.2013)

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Renovar la experiencia de fraternidad, lejos de encerrarnos en nuestras comunidades eclesiales o grupos, deberá animarnos a estrechar lazos de colaboración con personas y organizaciones que trabajan en la construcción de la sociedad, en la defensa de la vida y construcción del bien común.

TEMAS – VALORESQue estamos invitados a profundizar este año

2015: QUERERNOS Y CUIDARNOS COMO HERMANOSVincularnos – fraternidad afectiva- compadecernos – buscar una espiritualidad de la sanación y no de la condena

En una realidad que nos interpela

Al presentar las grandes líneas del Momento Comunitario, teniendo en cuenta los documentos de Diagnóstico Pastoral y Rostro Ideal de la Iglesia en Córdoba, hemos identificado algunas “gracias y desafíos”2 de la realidad que nos interpelan y animan a vivir este tiempo. Realidad que en el seno de nuestras comunidades cobran rostro propio y contextos particulares. Sin perder de vista ese horizonte, es oportuno tener en cuenta algunas características propias del año 2015 y de la situación social que vivimos: Los acontecimientos de violencia vividos por los cordobeses en diciembre del 2013, nos mostraron que estamos ante una sociedad enferma. En este caso, se trata de una enfermedad moral que ha penetrado en lo más hondo del corazón de nuestros hogares, dificulta nuestra vida cotidiana y nos impide construir lazos de fraternidad entre nosotros3.

Junto a ello constatamos muchos signos de fragmentación social, de exclusión y de nuevas periferias. “Esto debería interpelarnos a todos e invitarnos a discernir y promover nuevos vínculos de pertenencia y convivencia y nuevos estilos de vida más fraternos y solidarios.”El 2015 será un año marcadamente electoral en nuestro país. Una oportunidad para asumir compromisos ciudadanos, brindar espacios de formación y animar actitudes responsables en las comunidades y sociedad toda.

La celebración del bicentenario de la Patria y del Congreso Eucarístico Nacional (2016) contará con propuestas de preparación y formación para la Iglesia en Argentina. Durante este año, integrando los materiales que se nos ofrezcan,

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profundizaremos en el icono de la “mesa” como espacio de fraternidad, dónde la vida se comparte y se entrega. Mesa de la familia, mesa de la Patria, mesa de la Palabra y mesa de la eucaristía.

La realización de la segunda fase del Sínodo de la Familia nos anima a profundizar en la reflexión y una mirada más pastoral de ella, reconocerla como ámbito adecuado y especial donde aprendemos a querernos y cuidarnos como hermanos.

Animaremos a fortalecer los vínculos proponiendo espacios de encuentro y oración en torno a la Palabra de Dios en cada hogar. Nos recuerda el Papa Francisco: "El individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas, y que desnaturaliza los vínculos familiares. La acción pastoral debe mostrar mejor todavía que la relación con nuestro Padre exige y alienta una comunión que sane, promueva y afiance los vínculos interpersonales.”

EL PAPA FRANCISCO NOS ANIMA A CUIDARNOS

Desde el inicio su pontificado el Papa Francisco nos anima a profundizar en esta actitud humana y creyente de cuidar – custodiar al otro, al más frágil, a la creación. “José es «custodio» porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han confiado, sabe cómo leer con realismo los acontecimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas. En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, para salvaguardar la creación. Pero la vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres. Es vivir con sinceridad las amistades, que son un recíproco protegerse en la confianza, en el

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respeto y en el bien. En el fondo, todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios. Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos «custodios» de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro. Pero, para «custodiar», también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura.” “Pero, «¿cuál es la señal de que estamos en el buen camino? Lo dice la

Escritura: socorrer al oprimido, cuidar al prójimo, al enfermo, al pobre, a quien tiene necesidad, al ignorante. Esta es la piedra de toque». Y aún más: «Los hipócritas no pueden hacer esto, porque están tan llenos de sí mismos que son ciegos para mirar a los demás». Pero «cuando uno camina un poco y se acerca al Señor, la luz del Padre hace ver estas cosas y va a ayudar a los hermanos. Este es el signo de la conversión». Cierto, añadió, esta «no es toda la conversión; porque la conversión —explicó— es el encuentro con Jesucristo. Pero la señal de que estamos con Jesús es precisamente esta: atender a los hermanos, a los pobres, a los enfermos como el Señor nos enseña en el Evangelio».”“Dios hace la segunda pregunta: “Caín, ¿dónde está tu hermano?”. El sueño de ser poderoso, de ser grande como Dios, en definitiva de ser Dios, lleva a una cadena de errores que es cadena de muerte, ¡lleva a derramar la sangre del hermano! Estas dos preguntas de Dios resuenan también hoy, con toda su fuerza. Tantos de nosotros, me incluyo también yo, estamos desorientados, no estamos ya atentos al mundo en que vivimos, no nos preocupamos, no protegemos lo que Dios ha creado para todos y no somos capaces siquiera de cuidarnos los unos a los otros. Y

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cuando esta desorientación alcanza dimensiones mundiales, se llega a tragedias como ésta a la que hemos asistido.”8 “Jesús es «el evangelizador por excelencia y el Evangelio en persona» (EG. 209). Su solicitud especial por los más vulnerables y excluidos nos invita a todos a cuidar a las personas más frágiles y a reconocer su rostro sufriente, sobre todo en las víctimas de las nuevas formas de pobreza y esclavitud. El Señor dice: «Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt 25,35-36). Misión de la Iglesia, peregrina en la tierra y madre de todos, es por tanto amar a Jesucristo, adorarlo y amarlo, especialmente en los más pobres y desamparados; entre éstos, están ciertamente los emigrantes y los refugiados, que intentan dejar atrás difíciles condiciones de vida y todo tipo de peligros.”

LA VOCACIÓN MISIONERA

Objetivo:

Presentar la vocación misionera y sus elementos esenciales 

Marco Teórico:

La vocación misionera es un "santo desespero" porque Jesucristo sea conocido y amado. Es un llamado especial de Dios a aquellos a quienes ha elegido para anunciar la Buena Noticia de la Salvación, a todos aquellos que aún no lo conocen. La vocación misionera se manifiesta como una pasión por Jesucristo y por hacerlo conocer a los demás, suscitando en el misionero aquellas palabras de Pedro y Juan: "No podemos callar lo que hemos visto y oído" (He 4,20) Un Misionero es aquel que conoce y ama a Jesucristo y hace que otros también lo conozcan y lo amen. (Lecturas complementarias para el animador: AG 23-27)

Motivación

Para comenzar, separar a los participantes en grupos de tres o cuatro, y entregarles las siguientes consignas de trabajo: 

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Situación 1: Después de la Misa del domingo se realiza el sorteo de la bicicleta que tanto han estado esperando. Sacan el numero ganador y ¡es el de tu mejor amigo, Juancito! Pero Juancito no ha ido a Misa hoy. De todos modos, informan que el que tenga el número ganador tiene tiempo hasta el día siguiente para ir a reclamar la bici, de lo contrario volverán a hacer el sorteo en la misa del domingo que viene. ¿Qué harías? ¿Por qué?

Situación 2: Es el cumpleaños de tu buena amiga Carolina. De todos sus amigos, vos, que sos el más cercano, sos el único que sabe de su cumpleaños. Sabés también que Carolina está muy triste porque parece que nadie se ha acordado de su cumpleaños este año. ¿Qué harías? ¿Por qué?

Situación 3: Te enteras que falleció la abuelita de tu querido amigo Marcelo, y que él está solo con sus papás y sus tíos en su casa, donde la están velando. Además sabes que sos el único de los amigos que te has enterado. ¿Qué harías? ¿Por qué?

  Enumera por lo menos cuatro cosas que tengan en común los relatos anteriores. Encuentra las razones por la cual harían lo que respondieron que harían en los relatos

anteriores. Al buscar los puntos en común entre los relatos, la intención es que se llegue a descubrir que en los tres casos:

Hay una noticia acerca de algo que ha ocurrido La noticia involucra a alguien a quien conozco (si la noticia es acerca de un

desconocido, tal vez ni me importe contarla) y a quien quiero (si yo no quiero a la persona involucrada en la noticia, tampoco me va a interesar transmitirla).

Yo me he enterado de la noticia Hay otras personas que no se han enterado de la noticia

Bueno… la vocación misionera tiene mucha semejanza con lo ocurrido en estos relatos. 

Misioneros

Para descubrir en qué consiste la vocación misionera, vamos a ir a las fuentes. Vamos a conocer a los que fueron los primeros misioneros. Para ello, nuevamente divididos en grupos se entregan las siguientes consignas: 

Lee el texto de: Lc 23-55 — 24,10 ¿Qué ocurre en el relato? ¿Qué sensaciones crees que experimentaron las mujeres en el sepulcro? ¿Por qué? ¿Qué hacen las mujeres al enterarse de lo ocurrido? ¿Por qué?

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Identifica en este relato los elementos descubiertos en las situaciones analizadas al inicio del encuentro: Cuál es la noticia, acerca de quién es la noticia, quiénes se han enterado de la noticia y quiénes no.

Estas mujeres fueron las primeras "misioneras" de Jesús. De lo conversado anteriormente, y de lo reflexionado aquí, elabora una definición de "misionero".

La intención es que se llegue a descubrir los siguientes elementos: La noticia es que Jesús ha resucitado La noticia es acerca de su amigo y Maestro, Jesús Las que se han enterado son las mujeres Los que no se han enterado son los apóstoles

A partir de estos elementos, puede esbozarse una primera definición de misionero como la que sigue: "Misionero es todo aquel que anuncia a Jesucristo a los demás". 

La Vocación Misionera

Para introducir el concepto de Vocación Misionera puede utilizarse el siguiente cuento:

"Cuatro amigas se encuentran conversando en un café, y comienzan a contarse sus cosas íntimas, y sus debilidades. La primera de ellas comenta : ‘Miren chicas, yo soy alcohólica. A veces cuando me quedo sola en casa agarro una botella y no queda ni una gota’. La segunda: ‘Yo tengo que confesarles que soy jugadora. Me despilfarro el sueldo de mi marido en el Casino’. La tercera cuenta: ‘Yo, chicas, le soy infiel a mi marido. Lo engaño con un muchacho que trabaja en la oficina’. Y por último la cuarta comenta ansiosa: ‘Y yo tengo que confesarles que soy chismosa, y no veo las horas de salir de aquí para contarle esto a todas mis amigas’".

La vocación misionera es como esa ansiedad de la cuarta amiga que tiene algo adentro y se desespera por salir a gritarlo a los cuatro vientos. Decía el Padre Betancourt : "La vocación misionera es un santo desespero porque Jesús sea conocido y amado".

"Santo desespero", significa que la Vocación Misionera no es un simple "llamadito interior", sino una voz que llama a gritos y que mueve a quien la siente a apasionarse por la misión de que Jesús sea conocido y amado.

Pedro dice: "Nosotros no podemos dejar de hablar lo que hemos visto y oído". (He 4,20) Pablo dice: "¡Ay de mí si no evangelizara!". (1Cor 9,16) "Que Jesucristo sea conocido y amado". Este es el objetivo de la vocación misionera.

No basta solo con transmitir información. Esta información, esta noticia, es acerca de alguien a quien yo conozco y amo profundamente, y por eso me interesa que los demás también lo conozcan y lo amen.

 

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A partir de lo compartido podemos armar la siguiente definición: "Un misionero es aquel que conoce y ama a Jesucristo y hace que otros también lo conozcan y lo amen" 

Dios me llama a mí a la Vocación Misionera

Hoy Dios nos llama a cada uno de nosotros a ser misioneros: Cada uno de nosotros hemos conocido o estamos conociendo a Dios Estamos aprendiendo a amarlo Hay mucha gente en el mundo que no conoce a Dios

 Y tal vez más de uno esté pensando "¿Y qué puedo ir a hablarle a otros yo de Dios, si conozco muy poco, si soy muy joven, y si ni siquiera se hablar?". Lo mismo le pasó a Jeremías. Pedir que busquen la cita de la Vocación de Jeremías (Jer 1,4-9). Dios nunca nos pide algo para lo cual no nos capacite antes. El tiene confianza en nosotros, y sabe que somos capaces de ser sus misioneros, por eso nos lo pide. Solo es preciso que nosotros también tengamos confianza en El, y que nos dediquemos con esmero a conocerlo cada vez más para poder ser buenos misioneros. A modo de interiorización se propone trabajar individualmente para luego compartir en plenario, con la letra de la canción "Alma Misionera". Se pedirá que elijan una o dos frases de la canción que más les llamen la atención, y que cuenten por qué.

 Alma MisioneraSeñor, toma mi vida nueva, antes de que la espera desgaste años en míEstoy dispuesto a lo que quieras. No importa lo que sea: Tú llámame a servir. Llévame donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir,Donde falte la esperanza, donde todo sea triste simplemente por no saber de Ti. Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo lo hermoso que es tu amor.Señor, tengo alma misionera, condúceme a a la tierra que tenga sed de vos. Y así, en marcha iré cantando por pueblos predicando tu grandeza Señor.Tendré mis manos sin cansancio, tu historia entre mis labios, la fuerza en la oración  

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Oración Final

A modo de oración final invitar a los participantes a que se pongan en las manos de Dios y le ofrezcan sus vidas para ser misioneros. Luego de que todos hayan expresado en voz alta su oración, concluir cantando "Alma Misionera"

EL “CICLO DE VIDA” DEL MISIONERO.

Objetivos:

Presentar el camino recorrido por los apóstoles hasta recibir el envío misionero, para descubrir el propio camino como misionero.

Conocer el ciclo de vida de los Grupos Misioneros

Marco Teórico:

Jesucristo, ya desde el principio, llamó "a los que él quiso y designó a doce para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar" (ver referencias bíblicas en el desarrollo del encuentro). Podemos distinguir claramente tres momentos:

Llamado: En primer lugar llama a los discípulos (vocación) para que vivan con El, compartan su vida y aprendan sus enseñanzas.

Envío: Luego, de entre los discípulos elige a algunos para ser apóstoles. A estos les da una misión: predicar. El envío misionero propiamente dicho se da el día de la Ascensión.

Misión: A pesar de haber recibido el envío, los apóstoles aún no salen a predicar. Recién en Pentecostés, animados por la fuerza del Espíritu Santo, se lanzan al mundo a cumplir su misión.

Motivación Dinámica "La historia de mi vida".

Se propone a los participantes que sinteticen en no más de diez momentos la historia de su vida, indicando los eventos más importantes en su vida. Debe elaborarse un cuadro sencillo en el que se indique el año y la descripción del evento. Para esto se les da un tiempo de 5 minutos, luego de los cuales comparten en plenario las "historias de sus vidas".

Actualización

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Al igual que en la propia vida uno puede indicar varias etapas, en la vida misionera ocurre lo mismo. Para conocer las etapas de la vida del misionero, vamos a ver qué eventos importantes marcaron la vida de los primeros misioneros: los apóstoles de Jesús.

Los primeros misioneros

Para ello se entrega a los participantes los siguientes tres grupos de citas bíblicas desordenadas, y se les solicita que las ordenen secuencialmente (Nota: no se les da las citas sueltas, sino ya separadas en los tres grupos para que sea más sencillo el trabajo).

Mt 4,18-22; Mt 9,9-10

Mientras caminaba (…) Jesús vio a dos hermanos, Simón y a su hermano Andrés (…). Entonces les dijo "Síganme(…)". Inmediatamente ellos dejaron las redes y lo siguieron. Continuando su camino vio a otros dos hermanos: Santiabo y Juan (…) y Jesús los llamó. Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Al irse, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió.

Lc 6,12-16;Jn 20,21;Mc 16,14-15

En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón……

Jesús les dijo: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes".

En seguida, se apareció a los Once (apóstoles) mientras estaban comiendo (…) y les dijo: "Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Noticia a toda la creación"

He 2,1-11 Al llegar Pentecostés, estaban todos (los apóstoles) reunidos en un mismo lugar, (…) y quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas (…). Todos se preguntaban: ¿Cómo es que cada uno de nosotros (…) los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios?

Una vez que han sido ordenadas, podemos construir los pasos que siguió Jesús a lo largo de su vida:

1.- Llama a los discípulos (Mt 4,18-22; Mt 9,9-10) Al comienzo de su vida pública, Jesús llama a varios a ser discípulos. Estos discípulos van a vivir con El, a compartir su vida y su enseñanza.

2.- Elige algunos para ser apóstoles: (Lc 6,12-13) En un segundo momento, elige, de entre los que ya son discípulos, a algunos para ser apóstoles. A ellos los preparará de manera especial porque van a ser los encargados de transmitir la Buena Nueva a todo el

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mundo. Luego de su muerte y resurrección, los envía como misioneros (Jn 20,21), dándoles el mandato de ir por todo el mundo a anunciar la Buena Noticia (Mc 6,14-15). Después de esto, Jesús asciende al Cielo.

Sin embargo, aún cuando Jesús los había enviado a anunciar la Buena Nueva, no lo hicieron inmediatamente. Vemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles (He 1,12-14) que luego del envío, volvieron a Jerusalén y permanecieron varios días orando junto a la virgen María. Todavía faltaba llegar a la tercera etapa…

3.- Comienza la misión (Pentecostés): (He 2,1-11): Por fin llegan al final del camino. En Pentecostés, reciben la fuerza del Espíritu Santo y comienzan a proclamar las maravillas de Dios. Recién entonces empiezan a cumplir el mandato misionero que Jesús les había encomendado. Salen por todo el mundo y anuncian la Buena Noticia a toda la creación.

Para comprender la diferencia entre el Discípulo y el Apóstol, se pide a los participantes que identifiquen qué verbos utiliza Jesús cuando se dirige a los que va a hacer discípulos o apóstoles.

En el primer caso, dice "Síganme" (= vengan). Los llama a ser sus discípulos (vocación)

En el segundo, les dice "Vayan". Los envía para que sean apóstoles (misión).

El evangelista Marcos nos aclarará un poco más la diferencia. Pedir a los participantes que busquen Mc 13,13-15: "Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia El, y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con El y para enviarlos a predicar". Si identificamos los dos verbos que utiliza al explicar para qué los instituyó apóstoles, comprenderemos la diferencia entre discípulo y apóstol:

para que estuvieran con él. Cuando Jesús los llama uno por uno, ellos dejan su casa y su trabajo para ir a vivir con el Maestro y comienzan a ser discípulos.

para enviarlos a predicar. Cuando Jesús los envía, ellos dejan su tierra para ir a predicar a tierras lejanas. Sin embargo, nunca dejan de ser discípulos, sino que además de discípulos, ahora son apóstoles.

Entonces es muy clara la diferencia entre la vocación y la misión de los apóstoles:

Significa a ser consiste en

Vocación Llamado Discípulos Estar con Jesús

Misión Envío Apóstoles Predicar

Hoy también, todo aquel que Dios elija para ser misionero, debe pasar por estas etapas. Entonces un cristiano puede encontrarse en cualquiera de estos momentos:

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1.-Cristiano no comprometido: Se llama a sí mismo cristiano, pero en realidad no vive como tal. Lleva tan solo el "traje" de cristiano.

2.- Llamado: Siente que Dios lo está llamando, aunque no sabe todavía para qué…

3.- Discípulo: Se acerca a Jesús y acepta "estar con El" para aprender a conocerlo y amarlo.

4.- Envío Misionero: Ha descu-bierto que Dios lo está llamando a ser misionero . Se prepara. Apren-de cómo ayudar a otros para que conozcan y amen a Jesús.

5.-¡¡Pentecostés!!: El Es- píritu Santo le da la oportunidad y fuerzas para lanzarse por el mundo a ser misionero.

6.- Misionero: Va por el mundo haciendo que otros tambíen conozcan y amen a Jesucristo

Mostrar el cuadro precedente o entregar una copia a cada uno con las siguientes consignas para trabajo individual, para luego ser compartidas en plenario:

¿En cuál de los momentos del gráfico me encuentro?

Relatar la "historia de mi vida" siguiendo este esquema, hasta el punto donde me encuentre hoy. (no todas las preguntas siguientes tienen que ser contestadas, sino hasta el momento de mi vida en que he llegado):

Cuadrito 1: ¿Cómo era mi vida antes del "llamado"?

Cuadrito 2: ¿Cómo fue mi llamado?

Cuadrito 3: ¿Cómo vivo mi discipulado? ¿Qué hago por conocer y amar cada vez más a Jesús?

Cuadrito 4: ¿Cuándo y cómo descubrí mi llamado a ser misionero?

Cuadrito 5: ¿Cuál fue mi Pentecostés?

Cuadrito 6: ¿Cómo vivo mi vida como misionero?

¿Me gustaría pasar a la etapa siguiente? ¿Qué me hace falta para poder hacerlo? Realizar una oración para poner en común (que incluya: agradecimiento, pedido de perdón

y una intención por el futuro de nuestras vidas) Oración Final

EVENTO IMPORTANTE

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Invitar a los participantes a que agradezcan a Dios por haber sido llamados a ser discípulos, y que le pidan fuerzas para crecer en su compromiso de conocer y amar cada vez más a Jesucristo. También pueden pedir por todos aquellos hombres y mujeres que están recorriendo este camino en sus diferentes etapas, para que Dios los ayude a seguir adelante.

“LA MISIÓN”

Objetivo :

Mostrar en qué consiste el Mandato Misionero

Marco Teórico :

Antes de su ascensión al Cielo, Jesucristo da a los Once el Mandato Misionero, que puede resumirse en cinco elementos: Ir "más allá de sus fronteras", Anunciar la Buena Noticia, hacer discípulos, bautizar y enseñar a cumplir todo lo que Jesús les había enseñado. Más adelante, en el desarrollo del encuentro se profundiza sobre el significado de cada uno de ellos. Es importante tener presentes estos cinco elementos puesto que sólo desarrollándolos en nuestra actividad misionera, podremos cumplir integralmente el mandato de Jesucristo.

(Lecturas complementarias para el animador: RM 22-23; CIC 2-3)

Motivación: Juego "El Cacique"

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Se pide a un voluntario (que será el brujo de la tribu) que se retire de la habitación donde están reunidos. Luego se explica al resto, que está ubicado en ronda, que serán los indios de la tribu. Uno de ellos, que será el Cacique, iniciará algún movimiento repetitivo (un gesto cualquiera con las manos, los pies, la cabeza, lo que sea) y todos los indios deberán seguirlo y haciendo el mismo movimiento. Cada vez que el Cacique cambie de movimiento, todos deberán seguirlo, intentando que el brujo no descubra quién es el Cacique. Si lo descubre, entonces el Cacique pasa a ser brujo y se elige un nuevo cacique. Si pasado un tiempo, el brujo no descubre quién es el Cacique, entonces debe pagar una prenda.Luego de concluir el juego, y para introducir el tema, puede conversarse a partir de las siguientes consignas:

¿Cuál era el objetivo del juego? ¿Cuáles eran los distintos roles de los participantes en el juego? ¿Qué tenían que hacer cada uno de los distintos roles?

La intención es llevar la conversación a concluir que había un Cacique al cual los indios tenían que seguir. Los indios tenían una misión que cumplir, que era imitar todo lo que hacía el Cacique. Para que el juego resultase bien, los indios tenían que estar atentos para cumplir bien con su misión, cambiando el movimiento sin que el brujo se diera cuenta quién lo iniciaba.

Actualización

Al igual que en el juego, Jesucristo es el gran Cacique, y los misioneros somos su tribu que debemos seguirlo y cumplir la misión que nos encomendó. Hoy vamos a ver en qué consiste la Misión que Jesucristo encomienda a los misioneros.Para ello vamos a ver dos de las narraciones del Envío Misionero, que cada evangelista narra a su manera. Entregar a los participantes, divididos en pequeños grupos de tres o cuatro, las citas de los textos del Envío Misionero, con la siguiente consigna:

Lee las palabras con las que Jesús envía a los primeros misioneros, en Mc 16,15 y Mt 28,19-20a.

Identifica cuáles son las instrucciones que Jesús les da a los apóstoles. ¿Qué significa cada una de ellas? Marcos, también dice el "para qué" de este envío. ¿Cuál es?

Los textos son los siguientes:

Mc 16,15 "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará"

Mt 28,19-20a "Vayan y hagan que todos lo pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les

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he mandado."

Al poner en común el trabajo de los grupos, debe llegarse a que las instrucciones que Jesús les da a los primeros misioneros son:

Ir Anunciar Hacer discípulos Bautizar Enseñar a cumplir lo que Jesús mandó

Para comprender un poco más en profundidad qué significan cada una de estas instrucciones de Jesús, puede dividirse a los participantes en cinco grupos, y entregarle a cada grupo las citas correspondientes a una de las instrucciones para que las busquen en la Biblia, y compartan su significado. Luego de trabajarlas por separado, poner en común las conclusiones de cada grupo, para llegar entre todos a tener una idea más acabada del significado de la Misión que Cristo nos encomienda a nosotros.

Ir

"Jesús les dijo: También a otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios porque para eso he sido enviado" (Lc 4,43)

"Porque la promesa ha sido hecha a ustedes, y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos, a cuantos el Señor, nuestro Dios quiera llamar" (Hch 2,39)

"Yo soy el Buen Pastor: conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Tengo además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir. Ellas oirán mi voz así habrá un solo rebaño y un solo Pastor." (Jn 10,14a.15)

An

un

cia

r

"Y todos los días, tanto en el templo como en las casas, no cesaban de enseñar y de anunciar la Buena Noticia de Cristo Jesús" (Hch 5,42)

"Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Palabra. Felipe descendió a la ciudad de Samaría y allí predicaba a Cristo. Al oírlo y ver los milagros que hacía, todos recibían unánimemente las palabras de Felipe" (Hch 8,4-6)

"De la misma manera, Dios ordenó a los que anuncian el Evangelio, que vivan el Evangelio" (1Cor 9,14)

Ha

cer

dis

cíp

ulo

s

"…y cada día el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse" (Hch 2,47b)

"Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres" (Hch 5,14)

"Así, la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe" (Hch 6,7)

"(Saulo) se levantó y fue bautizado. (…) Saulo permaneció algunos días con los discípulos que vivían en Damasco y luego comenzó a predicar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios" (Hch 9,18b.19b-20)

20

Ba

uti

zar

"Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar, y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil"(Hch 2,41)

"Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo –judíos y griegos, esclavos y hombres libres-" (1Cor 12,13a)

"Porque todos ustedes, por la fe, son hijos de Dios en Cristo Jesús ya que todos ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo. Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús" (Gal 3,26-28)

En

señ

ar

"Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles" (Hch 2,42a)

"Proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar" (2Tim 4,2)

"Toda la escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien" (2Tim 3,16-17)

De lo trabajado por los grupos, compartido en plenario, puede llegarse a conclusiones semejantes a las siguientes:

Ir: La misión del misionero implica ponerse en movimiento. No basta únicamente con hacer conocer y amar a Jesús a los que están a su alrededor, sino que es preciso que vaya a los que están más lejos, a los que nadie llega.

Anunciar: Anunciar implica comunicar algo. Y este anuncio se hace con hechos y palabras, viviendo como Jesús vivió y predicando su vida y su enseñanza.

Hacer discípulos: Uno de los objetivos del misionero es lograr que otras personas descubran en su vida el llamado de Jesús a seguirlo, a "vivir con El" y vivir como El. Los niños de la Infancia Misionera, definen la misión como "hacer amigos para Jesús", que es una adaptación para ellos del "hacer discípulos".

Bautizar: El bautismo es el signo de que los evangelizados se incorporan al único Pueblo de Dios, que es la Iglesia, el cuerpo de Cristo, y los hace a todos iguales, superando toda diferencia de nacionalidad, raza, condición social, etc.

Enseñar a cumplir lo que Jesús mandó: El misionero tiene que mostrar a Jesús y su estilo de vida. Jesús dijo que serían sus amigos los que "hicieran lo que El nos dijo". No basta con predicar a un "Jesús histórico", como un simple personaje. Es preciso que los que reciben el anuncio, cambien sus vidas y empiecen a vivir como Jesús nos enseñó, y es el misionero quien tiene que motivar a este cambio.

Interiorización

A modo de interiorización se proponen las siguientes consignas para ser trabajadas en pequeños grupos y, si alcanza el tiempo, en plenario:

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¿Alguna vez he "ido" a los más alejados para ayudar, o hablar de Cristo? En mi vida ¿quiénes me han anunciado o enseñado acerca de Jesucristo? ¿Anuncio a Jesucristo con mi vida o enseño acerca de Él? ¿Cómo? Menciona a alguien que conozcas que anuncie a Jesucristo con su vida. ¿Cuál de los aspectos del mandato misionero (ir, anunciar, enseñar, hacer discípulos para

Cristo) te resulta más fácil? ¿Cuáles te cuestan más? ¿Qué te falta para poder cumplir con ellos?

Oración

Invitar a los participantes para que oren al Espíritu Santo, pidiendo que los ayude a crecer en los distintos aspectos del mandato misionero, para poder ser verdaderos testigos de Cristo..