malva e. filer city university of new york...irvine 92 cuentan uno al otro sus historias. a veces...

8
Malva E. Filer City University of New York MALUCO: RE-ESCRITURA DE LOS RELATOS DE LA EXPEDICIÓN DE MAGALLANES El proyecto de revisionismo histórico que ocupa a gran parte de los escritores hispanoamericanos de nuestra época, y en particular desde los años ochenta, ha producido una relectüra de los cronistas de Indias, y una escritura de ficción que se apropia, con imaginación y espíritu crítico, de los textos historiográficos. En la narrativa ríoplatense, este género de escritura está representado por obras como El entenado de Juan José Saer, Memorias del fuego de Eduardo Galeano y Los perros del paraíso de Abel Posse. Al mismo pertenece, también, la primera novela del uruguayo Napoleón Baccino Ponce de León, titulada Maluco: La novela de los descubridores (1990). 1 En ella se relata el viaje de Hernando de Magallanes en una narración que parodia, critica y corrige los textos que sobre dicha expedición escribieron Antonio de Pigafetta, Pedro Mártir de Anglería y Gonzalo Fernández de Oviedo. Maluco se distingue de otras re-escrituras del pasado porque no sólo incorpora información histórica y evoca el contexto social y cultural contemporáneo de los hechos narrados, sino que se apropia de las formas discursivas de la relación y de la crónica, así como de las del género picaresco, propias de la época, y las subvierte mediante la visión anacrónica de su voz narrativa. La transgresión del texto reside, no en las ocasionales exageraciones y en los detalles ficticios que realzan su calidad novelesca, sino en que su reproducción de las viejas formas discursivas explícitamente niega la visión de la vida, las jerarquías y los valores que les dieron origen. Como ya ha señalado Antonio Carreño, el relato del cronista, escrito desde la órbita del poder oficial, exalta e idealiza la figura del héroe, mientras "la crónica del pauperismo" que produce el género picaresco es una denuncia, y su héroe se convierte en un antihéroe marcado por el servilismo y la dependencia. Uno es el protagonista de los hechos, el otro quien será afectado por ellos, sin posibilidad de actuar sobre la realidad ni de controlar su propio destino. Carreño muestra, sin embargo, que la crónica y la picaresca participan de comunes estructuras formales, la fragmentación espacial y temporal del relato episódico entre ellas, y que hay contaminación de ambos

Upload: others

Post on 10-Mar-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Malva E. Filer City University of New York...IRVINE 92 cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian de las historias ajenas, incluso de aquéllas que otros

Malva E. FilerCity University of New York

MALUCO: RE-ESCRITURA DE LOS RELATOS DE LAEXPEDICIÓN DE MAGALLANES

El proyecto de revisionismo histórico que ocupa a gran parte de losescritores hispanoamericanos de nuestra época, y en particular desde losaños ochenta, ha producido una relectüra de los cronistas de Indias, yuna escritura de ficción que se apropia, con imaginación y espíritucrítico, de los textos historiográficos. En la narrativa ríoplatense, estegénero de escritura está representado por obras como El entenado de JuanJosé Saer, Memorias del fuego de Eduardo Galeano y Los perros del paraísode Abel Posse. Al mismo pertenece, también, la primera novela deluruguayo Napoleón Baccino Ponce de León, titulada Maluco: La novelade los descubridores (1990).1 En ella se relata el viaje de Hernando deMagallanes en una narración que parodia, critica y corrige los textos quesobre dicha expedición escribieron Antonio de Pigafetta, Pedro Mártir deAnglería y Gonzalo Fernández de Oviedo.

Maluco se distingue de otras re-escrituras del pasado porque no sóloincorpora información histórica y evoca el contexto social y culturalcontemporáneo de los hechos narrados, sino que se apropia de lasformas discursivas de la relación y de la crónica, así como de las delgénero picaresco, propias de la época, y las subvierte mediante la visiónanacrónica de su voz narrativa. La transgresión del texto reside, no enlas ocasionales exageraciones y en los detalles ficticios que realzan sucalidad novelesca, sino en que su reproducción de las viejas formasdiscursivas explícitamente niega la visión de la vida, las jerarquías y losvalores que les dieron origen. Como ya ha señalado Antonio Carreño, elrelato del cronista, escrito desde la órbita del poder oficial, exalta eidealiza la figura del héroe, mientras "la crónica del pauperismo" queproduce el género picaresco es una denuncia, y su héroe se convierte enun antihéroe marcado por el servilismo y la dependencia. Uno es elprotagonista de los hechos, el otro quien será afectado por ellos, sinposibilidad de actuar sobre la realidad ni de controlar su propio destino.Carreño muestra, sin embargo, que la crónica y la picaresca participande comunes estructuras formales, la fragmentación espacial y temporaldel relato episódico entre ellas, y que hay contaminación de ambos

Page 2: Malva E. Filer City University of New York...IRVINE 92 cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian de las historias ajenas, incluso de aquéllas que otros

294 AIH ACTAS. IRVINE 92

géneros desde las primeras narraciones de América, como por ejemploNaufragios, de Alvar Núñez Cabeza de Vaca.2

En Myth and archive, Roberto González Echevarría muestra que lasprácticas retóricas de la escritura legal son el transfondo común a larelación y la autobiografía picaresca. Ambos son textos de carácterdialógico dirigidos a la Corona, por el autor de la relación para reclamaro defender derechos, por el picaro para eximirse de culpas y conseguirlegitimidad. El citado crítico observa que la relación, la cual podía ser uninforme, deposición, o aun confesión en el sentido penal, es el modeloretórico legal seguido por numerosos autores de cartas relatorias ycronistas de la Colonia: Colón, Pane, Cortés, Bernal Díaz, Cabeza deVaca, y muchos narradores posteriores. El picaro imita este modelo. "Thevery act of writing is a way of coming clean, of using formulae throughwhich his actions are harnessed by society's rules of representation."3 Mepropongo mostrar que en Maluco todos estos elementos están presentes,pero ellos se encuentran inscritos en un texto que cuestiona tanto losvalores del mundo caballeresco de los cronistas como la aceptación deldeterminismo del origen y las jerarquías de la autobiografía picaresca. Elnarrador, quien se rebela contra el sometimiento de los de su clase,reclama derechos y cuestiona tanto la legitimidad del poder político yreligioso, como la autenticidad de la historiografía oficial que lo haexcluido, volviéndolo inexistente.

Emulando la tradición picaresca, el narrador se presenta al comienzodel relato dando su nombre y lugar de origen: "En el año de laEncarnación de Nuestro Señor Jesucristo de 1519, yo, Juanillo Ponce,natural de Bustillo del Páramo, en el reino de León, me vine con miseñor, el conde don Juan, a su señorío en Monturque, vecino a Córdoba,la infiel" (7). El nombre de Don Juan no está invocado en vano, ya que"aquel señor" murió "en los brazos de Eros, ... que tan esforzado era enla guerra como en el amor" (7). La biografía de Juanillo es la típica delpicaro: hijo ilegítimo de padre desconocido y madre prostituta. Es,además, judío converso, circunstancia que el texto subraya no por susignificación religiosa, sino para acentuar la inferioridad social delnarrador. Antes de alistarse en la expedición, ejerce el "oficio de truhán"en Sevilla, ciudad que era entonces la capital de los picaros y aventure-ros. Asignarle el papel de bufón de la armada es un gran acierto porparte del autor, ya que esto le permite ser un personaje tragicómico enel que se mezclan la servilidad y el desenfado, y un humor corrosivo que

Page 3: Malva E. Filer City University of New York...IRVINE 92 cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian de las historias ajenas, incluso de aquéllas que otros

295

alterna entre el autodesprecio y la crítica atrevida de importantespersonajes e instituciones.

Juanillo comunica una visión antiheroica y desmitificadora de lo queotros califican como gloriosas hazañas. Su narración, según declara, es"el relato puntual y verdadero de nuestras miserias, relato que en untodo falseó Pedro Mártyr de Anglería para mayor gloria de Su AltezaImperial, así como de las muchas cosas que aquel sagaz caballerovicentino don Antonio de Pigafetta calló y enmendó por la misma razón"(8). El texto toma la forma dialógica de una relación dirigida al reyCarlos V, retirado en San Jerónimo de Yuste. Así como los caballerosconquistadores escribían una relación para documentar sus merecimien-tos, Juanillo escribe la suya, pero con un propósito aparentemente másmodesto: "que se me restituya la pensión que, por andar por pueblos yplazas indagando nada más que la verdad, se me quitó" (8). Prontodescubrimos, sin embargo, que Juanillo reclama mucho más que supensión con esta heterodoxa relación dirigida al rey. Su versióncontradice la de Pedro Mártir en el retrato de Magallanes, a quienpresenta de modo más favorable que aquél, y juzga muy superior aSebastián Elcano, sin dejar de apuntar su carácter arrogante e incomu-nicativo. A las versiones heroicas de la expedición opone, por su parte,un cuadro de hombres que se dejan llevar, seducidos por sus sueños, auna empresa con rumbo desconocido, en la que ellos no son más quetíteres: "títeres sujetos al arbitrio de unos locos para dar contento a losricos, para que no falte en la mesa de los poderosos la pimienta con quesazonar la carne, ni el clavo y la canela para aromatizar su vino" (18).Juanillo hace repetida alusión irónica a la exaltada retórica de GonzálezFernández de Oviedo, quien dijo que Elcano y los sobrevivientes eran"de más eterna memoria dignos que aquellos argonautas que con Jasónnavegaron a la isla de Coicos en demanda del vellocino de oro."4 El poneel acento, en cambio, en el hambre y las penurias sobrellevadas. Que elrey sepa el precio en vidas y sufrimiento que tienen sus especies.

Como Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquistade la Nueva España, Juanillo escribe el relato desde el punto de vista delos hombres sin privilegios, no de los capitanes. Evoca sus ilusiones ysus temores, reconstruye sus historias personales y los redime delanonimato, de ser sólo "nombres en una lista y números en un papel"(52). Uno de los capítulos más logrados es aquél en el que los marineros,en la nave atrapada por falta de vientos, y víctimas del escorbuto, se

Page 4: Malva E. Filer City University of New York...IRVINE 92 cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian de las historias ajenas, incluso de aquéllas que otros

296 AIH ACTAS. IRVINE 92

cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian delas historias ajenas, incluso de aquéllas que otros han inventado para sí.Y cuando se agotan las historias inventan, para entretener el hambre,juegos de palabras en los que tratan de expresar sus ideas sobre la viday la muerte. Estos hombres habían sido arrancados de su lugar natural,del mismo modo que los árboles del robledal de Corpes con los que seconstruyeron las naves. La invocación al poema del Cid, con aquellostestigos de la famosa afrenta convertidos en maderos que navegan a laderiva, ofrece una imagen emblemática de la ruptura histórica y eldesarraigo que padecen los expedicionarios. Juanillo critica la crónica dePigafetta a pesar de que éste, a diferencia de Pedro Mártir, vivió en carnepropia las peripecias del viaje, y fue leal a Magallanes, aun después desu muerte y del regreso a España. Los dos pecan, en su opinión, por nodar la verdadera dimensión humana en su escueto recuento de loshechos.

El texto de Maluco incorpora fragmentos y personajes literarios, lasmás de las veces con intención paródica. La interpolación de frasestomadas de las Coplas de Manrique (78) le sirven, por ejemplo, paraburlarse de la tradicional visión religiosa de la vida, incongruente con elespíritu de los nuevos tiempos. Ilustrativo de estos nuevos tiempos es elcura Sánchez de Reina, quien había abandonado después de treinta añosde servicio su parroquia de pobres manchegos, seducido por laposibilidad de llegar a ser "obispo de Indias, o quizás primer prelado delas tierras descubiertas" (98). Amigo del barbero y el hidalgo, conquienes jugaba partidas de naipes, el cura, transformado en personajecervantino, se une a una empresa de ambiciosos y aventureros quetendrá, para él, un final funesto. El cristianismo profesado, pero nopracticado, de los navegantes en su conducta con los indígenas da lugara muchas observaciones y contrastes irónicos. Por ejemplo, el capellán nocree necesario traducir el Requerimiento, que debe leerse a los indios enpresencia de un escribano. Ensaya, con voz grave, la parte deldocumento donde amenaza que les harán guerra, los esclavizarán ydispondrán de ellos y de sus bienes, si no aceptan la fe. "Eso sí," agrega,"después habrá que darles nombres cristianos" (72). El cura y el capellándan sermones a un público invisible que, según rumores, consiste deunas mujeres indígenas, niñas apenas, que los castellanos ocultan en lanave Concepción. Juanillo comenta que "las infelices debían estar muyentusiasmadas por la forma llana y concisa con que les explicaban cosas

Page 5: Malva E. Filer City University of New York...IRVINE 92 cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian de las historias ajenas, incluso de aquéllas que otros

297

como la de la Santa Trinidad y la Reencarnación y la Ascensión y otrasasí de simples" (85-86). Pensando en ellas, decidió bautizar a sus monosy consideró si debía leerles los Requerimientos, pero al fin les pusodirectamente sus nuevos nombres. Alentado por el regocijo de susespectadores, completó la ceremonia con el bautizo de los pájaros. A unapareja de buitres los llamó Los Habsburgo, Juanita la Loca a una loraparlanchina e Isabelita a un elegante papagayo amarillo y azul. Pero nohay burla, sino un sentimiento de indignación y rebeldía, ante la noticiade que las mujeres, muchas de ellas encinta, van a ser abandonadas a susuerte en la costa, "porque la comida escasea, y el Capitán General noquiere alimentar bocas de más" (120). Irónicamente, el relato deja estepenoso asunto para informar, a continuación, que "don Hernando seempeñó en festejar el Domingo de Ramos como Dios manda, así queordenó ofrecer una misa en tierra" (120). Juanillo se niega, por su parte,a la resignación y al consuelo que ofrece la religión frente a las injusticiasde un mundo rígidamente dividido entre ricos y pobres, poderosos ysubyugados.

A pesar de frecuentes expresiones de resentimiento y rebeldía, lanovela humaniza a todos sus personajes. Aun el duro y arroganteHernando y el viejo rey Carlos V se muestran capaces de ternura, deremordimiento o de angustia. Juanillo tiene un acceso privilegiado a laintimidad del capitán. En conversaciones que se continúan a través delrelato, el bufón, convertido en confesor y adivino, calma a Hernando convisiones de su mujer, el nacimiento del bebé concebido antes de lapartida, y su hijo Rodrigo observando con el pecho henchido de orgullola entrada triunfal del padre en Sevilla. El rey, a quien el narradorincrepa duramente por no comprender el hambre y la necesidad quesufre su pueblo, emerge, al mismo tiempo, como un hombre que al finalde su vida se siente responsable por el destino trágico que tuvieron sumadre Juana y su hermana Leonor, sacrificadas ambas a las exigenciasdel poder. Esta mirada humanizadora y compasiva del narrador abarcapor igual a castellanos y portugueses, a los que fueron leales aMagallanes, como Juan Serrano y Basco Gallego, y a los que seinsubordinaron, como Gaspar de Quesada, decapitado por orden delCapitán, y Juan de Cartagena y el cura Sánchez de Reina, abandonadospara morir de hambre y de frío en la costa de la bahía de San Julián. Laambigua condición de bufón le permite estar cerca de todos, sin dejar deser un marginado. Su relato de los infortunios padecidos no excluye, por

Page 6: Malva E. Filer City University of New York...IRVINE 92 cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian de las historias ajenas, incluso de aquéllas que otros

298 AIH ACTAS. IRVINE 92

otra parte, la evocación del entusiasmo con que el navegante se hace ala mar, y el sentimiento indescriptible de estar frente a un océano "quenadie había navegado antes, que no figuraba en los mapas ni cartas demarear. Del que desconocíamos todo" (188).

Si bien la novela sigue de cerca las peripecias de la expedición, segúnlas fuentes conocidas, el autor se ha permitido algunas libertades. Ladescripción de Juan de Cartagena como un tullido que había perdido lasdos piernas en un combate, no se encuentra en los datos registrados porla crónica y es, además inverosímil, dadas las condiciones de navegaciónde aquella época. Inventada también es, con toda probabilidad, lahistoria de que Magallanes decidió pelear contra los rebeldes de Matansin llevar puesta la armadura, para mejor mostrar su valor al rey deZubu. Y su muerte no podría haber sido ocultada, como cuenta lanovela, ya que sabemos por Martín Fernández de Navarrete, entre otros,que los de Matan se negaron a devolver el cadáver. Con respecto a laesposa del Capitán, el mismo historiador afirma que hubo orden de quese le impidiera salir de Sevilla para ir a Portugal, hasta tanto seinvestigaran las acusaciones hechas contra su esposo por los castellanosde la nave desertora San Antonio.5 No consta que hayan muerto ella yel niño Rodrigo en prisión. Tampoco parece verídico, si creemos aPigafetta, que hubiera mujeres durante la travesía mientras vivióMagallanes. Después de su muerte, Juan Carvalho, piloto de la naveVictoria, se llevó de Borneo, según el cronista, "dieciseis hombres de losprincipales, para traerlos a España y tres mujeres en nombre de la reinade España también; pero Juan Carvalho las usó como suyas."6 Juanilloadmite, por cierto, haber condimentado el discurso "con algunasmentirillas que realzan su sabor" (40), y declara que ha inventado lo queno recordaba, y que lo hará "otras veces que sea menester" (105). A pesarde estas advertencias para beneficio del lector, y de los datos arribamencionados, el relato se mantiene muy cerca de las versiones históricas.En este sentido, Maluco contrasta con Los perros del paraíso, mucho máscercana al cuento fantástico que a la re-escritura de textos historiográ-ficos, aunque ambas reflejan, por otra parte, un mismo espíritucontestatario.

La novela culmina con la muerte de Magallanes y la masacre de laoficialidad en Zebú, luego de lo cual el narrador apresura el ritmo yahorra detalles en lo referente a la última parte de la expedición almando de Sebastián Elcano. Apenas se detiene para mencionar la llegada

Page 7: Malva E. Filer City University of New York...IRVINE 92 cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian de las historias ajenas, incluso de aquéllas que otros

299

a Maluco, y aun esa breve referencia se interrumpe para mostrar, conrenovada ironía, al rey que rechaza con repugnancia los platoscondimentados con las mismas especies por las que murieron tantoshombres. El arribo de los sobrevivientes está evocado con sentimientosnegativos. "La nave huele a madera podrida ... Huele también a sueñosrotos. Y a rabia, a miedo y a desesperanza" (302). Objetivamente, laexpedición había alcanzado su meta, aunque las codiciadas Molucas nofueron finalmente españolas, ya que Carlos V tuvo que empeñar laespecería al rey Juan III de Portugal por trescientos cincuenta milducados. Esto se lo recuerda Juan Ginés de Sepúlveda a Su AltezaImperial en el informe que la novela le atribuye y que está colocadocomo Apéndice de la misma. España quedaba, sin embargo, en posesiónde las Islas Filipinas, lo cual le permitiría seguir actuando en el OcéanoPacífico oriental. Pero estas consideraciones geopolíticas no puedeninteresar al narrador de Maluco, cuyo relato participa de las caracterís-ticas que definen, según Beatriz Pastor, el discurso narrativo del fracaso:un discurso que "reivindicaba el valor del infortunio y al mérito delsufrimiento,"7 y que era desmitificador y crítico.

Juanillo se dirige a su rey con una irreverencia y rebeldía que no sonde su siglo, aunque sí lo es su historia de picaro que intenta elevarse porencima de su condición participando en la gran empresa de Indias, peroregresa, finalmente, a la pobreza y el anonimato que son su destino. Aladoptar las fórmulas discursivas de la relación el picaro desafía, sinembargo, el poder de la autoridad de controlar la escritura, y hace de lamisma su vehículo de liberación. Múltiples Juanillos y Juanillas hicieron,sin duda, la historia no registrada de la conquista y la colonización deHispanoamérica. Esta es una historia que, en las postrimerías del sigloveinte, nuestros novelistas escriben en los márgenes de los viejos textosconsagrados.

Notas

Napoleón Baccino Ponce de León, Maluco: La novela de los descubridores

(Barcelona: Seix Barral, 1990). La paginación de las citas de esta novela seincluye en el texto.Antonio Carreño, "Naufragios, de Alvar Núñez Cabeza de Vaca: Una retóricade la crónica colonial," Revista Iberoamericana 53,140 (Julio-Septiembre, 1987):499-516.

Page 8: Malva E. Filer City University of New York...IRVINE 92 cuentan uno al otro sus historias. A veces las inventan, o se apropian de las historias ajenas, incluso de aquéllas que otros

300 AIH ACTAS. IRVINE 92

3 Roberto González Echevarría, Myth and archive. A theory of Latin Americannarrative (Cambridge: Cambridge University Press, 1990) 68.

4 Gonzalo Fernández de Oviedo, "Historia general y natural de las Indias,"Obras escogidas, ed. Juan Pérez de Tudela, tomo II (Madrid: Biblioteca deAutores Españoles, 1959) 228.

5 Martín Fernández de Navarrete, Colección de los viages y descubrimientos quehicieron por mar los españoles desdefines del siglo xv, tomo IV (Madrid: ImprentaNacional, 1837) LXI y LXXXIII.

6 Antonio Pigafetta, Primer viaje alrededor del mundo, ed. Leoncio CabreroFernández (Madrid: Historia 16, 1985) 122.

7 Beatriz Pastor, Discursos narrativos de la conquista: mitificarían y emergencia(Hanover, NH: Ediciones del Norte, 1988) 191.