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1 Macizo Colombiano LRS Nº8 Publicación de bajo costo, laboratorio DobleYo 2014

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publicaciòn de bajo costo del Laboratorio DobleYo, nùmero 8: viaje al Macizo Colombiano, julio del 2014

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Portada y contra-portada dibujo de Salamandra Jebús (Jesús D

avid Motta)

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Ministerio de CulturaRepública de Colombia

Dirección de Artes

Programa Nacional de Estímulos

Coordinación Lab DobleYoLaura Wiesner

Ingrid TorresVioleta Ospina

Frey EspañolKarina Perdomo (local: Pitalito)

Leonardo “lobo” Munar (local: Neiva)

Publicado en Bogotá, julio del 2014

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Contenido

*Editorial: informe de viaje (p.6)Texto y fotografías

Frey Alejandro Español

*Espíritu juglar (p.22)Texto y dibujos

Jesús David Motta Bautista (Salamandra Jebús)

* Intervenciones en fotográfias de William Tejada (p.26)

Karina Perdomo

*Diario macizo (p.28)Dibujos y textos Violeta Ospina

* Manual para una boda en el Macizo Colombiano (p.38)

Texto de Leonardo OrtizDibujos Leonardo “Lobo” Munar

Jesús David Motta (Salamandra Jebús) y Violeta Ospina

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* Conocer el agua (p.42) Texto y fotografías Camilo Giraldo

*Noticias sobre hidroeléctrica (p.44)Texto y fotografías de William Tejada

* Flor campana rosa (p.46)texto de Jessica Reyes RojasDibujo Leonardo “Lobo” Munar

*Segundo llamado: Intervenir a propósito de las hidro-eléctricas en el Magdalena (p.50)Violeta Ospina

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*Editorial: informe de viajeTexto y fotografías

Frey Alejandro Español

En esta publicación se encuentran algunas de las reflexiones y del proceso de creación de los y las artistas que participaron del segundo módulo del Laboratorio de investigación y creación del Departamento del Huila, que itineró por el municipio de San Agustín hacia el sur del Departamento a las veredas Puerto Quinchan y de allí hacia El Parque Nacional Natural Puracé por el camino hacia la Laguna de La Magdalena ya en el departa-mento del Cauca. Este itinerario se llevó a cabo entre el viernes 4 y el lunes 7 de julio del 2014 con el objetivo de reflexionar so-bre la relaciòn crítica entre los artistas y el escenario geográfico desde dónde se ubican y desarrollan sus pràcticas cotidianas. Esta reflexión partió de la premisa de que no existe un “arte hui-lense” o un “arte del huila”, sino que más bien existen paisajes y territorios que marcan de forma contundente, perdurable y inevitable a todos aquellos artistas o creadores del Huila. Bajo esta premisa la existencia de un determinado arte huilense es baladí, en el contexto del territorio que es el mayor abastecedor de agua del país y de las disputas sobre el uso y propiedad de dicho territorio.

Violeta Ospina y Frey Español llegamos al municipio San Agustín desde el jueves 3 de julio; municipio definido como punto de encuentro con los coordinadores locales Leonardo Munar y Karina Perdomo y con el resto del grupo de artistas del departamento integrado por Jessica Rey, Leonardo Ortiz, Jesús Motta y William Tejada. En el presente informe de lo acontecido describiré las acciones de experiementación, gestión, registro y creación desarrolladas por las diferntes personas implicadas en dicho proceso, en cada una de las jornadas del itinerario recorrido, así:

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Jornada de pre-producción del recorrido 3 y 4 de julio:

Después de instalarnos y preparar el hospedaje para el grupo en el lugar llamado Cabañas Gamcelat a 500mts saliendo del casco urbano por la vía que conduce hacia el Parque Arque-ológico, fuímos a confirmar el acompañamiento de un guía experto para el ascenso a la Laguna del La Magdalena. Allí conocimos a Jesús Alban, nuestro guía, quien fue recomen-dado por otros caminantes. Jesús Alban es un hombre lleno de historias que entre otras cosas adora y reconoce los lugares que visitaríamos como espacios sagrados y por tanto celosos.

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En esa misma jornada reconocimos el casco urbano del mu-nicipio, y desandando el camino que el Laboratorio DobleYo había recorrido con la coyuntura de salida de las esculturas, en-contramos varias señales de la resistencia ejercida por los habi-tantes del municipio. En simpatía con este proceso realizamos algunas capturas fotográficas de grafitis encontrados, entre los cuales se enuncia una propuesta cultural importante. “Agrode-scendencia”, y se solicita: “no se quede como estatua, defienda las estatuas” y “que regresen las de Berlín y no salgan las de San Agustín”.

Realizamos entonces una plantilla de estencil con la imagen identitaria del Museo Portátil del Huila y comenzamos a ap-ropiar las calles y algunos de las huellas de dicha resistencia y además marcando nuestra presencia como actores culturales en dicho contexto.

Tambien reconocimos algunos viejos colaboradores de nuestro laboratorio, como fue el caso del señor Alfredo Cevallos, Bib-liotecario Encargado de las colecciones de la Biblioteca Mu-nicipal quien nos compartió su experiencia de ascenso hacia el municipio de Valencia en el departamento del Cauca, ruta por la cul nosotros tambien caminaríamos para reconocer la Lagu-na del Magdalena. El señor Cevallos se complació por nuestra donación de varios ejemplares de publicaciones impresas y en CD de los laboratorios del 2012 y del 2013, además de incluir esta donación en la colección de la Biblioteca Municipal para su consulta.

En ese proceso de preparación de las actividades del Laborato-rio visitamos el Centro Cultural “El Faro”, espacio independi-ente desde donde se produce el Festival Internacional de Cine de San Agustín. Allí el director de esta iniciativa, Ricardo Báez, nos presentó el proyecto cultural en el cual trabaja y nos abrió las puertas de su espacio para el aprovechamiento de éste en beneficio los habitantes del municipio. Tambien nos relató su experiencia de ascenso hacia el Macizo y nos advirtio sobre la dificultad de nuestro propósito.

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14 Museo portátil del H

uila - San Agustìn

Mireya N

arváez - dulce de pata

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16Como resultado de estas visitas se coordinó que las actividades de socialización del Laboratorio de este año 2014, tendrán como escenario, entre otros, estos dos espacios culturales: la Biblioteca Municipal y el Centro Cultural “El Faro”, programando dichos espacios para agosto de este año.

En el transcurso del viernes los artistas de Huila y Bogotá invi-tados a esta jornada fueron llegando. Ese día era una jornada particular ya que el municipio estaba paralizado por el fútbol, porque que entre las 3 y las 5 de la tarde se transmitiría el partido de fútbol de la Selección Colombia. El grupo se conformó, los artistas a medida que iban llegando se instalaban en las caba-ñas destinadas para el alojamiento de esa noche. Además pre-paramos una bandera que nos permitiera identificar nuestro proyecto Museo Portátil del Huila y así, en medio del alboroto por el partido de fútbol y la falta de atenciòn de los habitantes del municipio, apropiar gestos, imágenes e historias y por qué no, llamar la atenciòn sobre nuestro proyecto.

Fue así que recopilamos varias historias, algunas de éstas regis-tradas en video, otras simplemente recordadas como una memo-ria viva. El caso de Mireya Narváez es particular, ella nos contó su famosa receta del dulce de pata. Una vez terminado el partido de fútbol fuímos testigos de un desfile espontáneo llevado a cabo por habitantes del municipio, quienes en diferentes medios de transporte, caballos, motocicletas, automóviles particulares y de carga e incluso, a pie, salieron a celebrar la participación de la Selección Colombia en el Mundial de fútbol. Parte de esta cara-vana o desfile espontáneo reconocimos una caballo y una mujer, quien nos contó que su trabajo era “entregar premios”, ambos vestidos con la bandera Colombia, se complacieron de partici-par de nuestra iniciativa de Museo Portátil. Al cabo de un par de horas de desfile comenzó a llover y nuestro grupo de artistas, cuyo trabajo era prepararse para la jornada de dura caminata, confeccionaron una capa impermeable que además resultó en un ejercicio de recursibidad importante.

Una vez de regreso al campamento, ya en un lugar más adec-uado para la reflexión, el grupo de artistas se reunió al calor de una fogata a compartir experiencias, expectativas y apuestas in-dividuales para el viaje que inciaría al día siguiente, además se compartió un canelazo y se estrecharon lazos de amistad entre quienes todavía no se conocían.

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Museo portátil del Huila - San Agustín Partido de Colombia vs Brazil, 4 de julio 2014

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Entre algunos de los proyectos que se compartieron cabe men-cionar la idea de desarrollar trabajos a modo de obras de arte, cuyo creador sea un colectivo. Es el caso de Leonardo “Lobo” Munar y su compañera Jessica Rey, quienes se propusieron de-sarrollar un inventario de plantas encontradas y reflexionar so-bre la clasificación como una forma de apropiar el paisaje. Por otro lado se compartió la intención de desarrollar propuestas individuales, como es el caso de Karina Perdomo quien buscó registrar sonido y de esta manera conformar un paisaje sonoro del recorrido. El fotográfo William Tejada buscó reflexionar sobre el proceso de instalación de proyectos de hidroeléctri-cas en la zona, mientras artistas como Leonardo Ortiz y Jesús Motta optaron por acercamientos más personales y subjetivos al paisaje.

Jornada de recorrido caminando hacia la Laguna de La Mag-dalena 5, 6 y 7 de julio:

Una vez allí en Puerto Quinchán desayunamos en una casa campesina, donde además rentamos tres caballos que nos ayudarían con la carga de maletas y nos dejarían libres para caminar solo con lo necesario y lo mínimo.

En primer día de camino recorrimos una distancia aproximada de 18 kms lineales, entre lugares de vegetaciòn tupida y algunos paisajes con despeñaderos, pasando de una vegetación de clima templado cálido a una vegetación más próxima al bosque alto andino. Esa primera jornada caminamos durante aproximada-mente 8 horas. A las 6 de la tarde llegamos a un refugio, donde campesinos nos acogieron, nos brindaron comida y pequeñas camas donde descansamos, con el conocimiento de que aún no habíamos pasado por la parte más dificil del recorrido.

Al día siguiente, caminamos 7 horas en ascenso desde los 2800 mts sobre el nivel del mar, hasta aproximadamente los 3900 mts sobre el nivel del mar. Esa jornada fue pasada por agua, en todo el día no paro de caer una fuerte lluvia que sumado a una veg-etación cada vez más densa nos dificultó el ascenso. Algunos de nuestros integrantes desistieron al comenzar el camino y re-gresaron al refugio.

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Museo portátil del Huila - Entrada PNN Puracé - 5 de julio 2014

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Caminamos por un camino real que ahora parecía más un pequeño corredor de agua, una vez arriba el clima inclemente nos corrió invitándonos a descender inmediatamente para luchar contra el frío y la densa niebla que no permitió avistar las lagunas. De regreso fueron 6 horas más, para así completar 13 horas de extenuente camino en nuestra segunda jornada.

Para el tercer día, la mayoría del grupo estaba muy bien de áni-mo, felices de estar en un paisaje que algunos entendían como sagrado o encantado. No obstante las fuerzas físicas mermaron en algunos integrantes y algunas lesiones por golpes durante el ascenso, obligaron a salir muy temprano (6:00 am) y a contratar el alquiler de dos caballos más con los campesinos del refugio para apoyar el descenso, que tardó 8 horas más.

Museo portátil del Huila - Laguna de La Magdalena - 6 de julio 2014

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Finalmente regresamos a la verdeda Puerto Quinchàn o Qin-chana a las 6:00pm, allí nos esperaba una camioneta que nos condujo durante dos horas más a nuestro hospedaje en el mu-nicipio de San Agustín, donde la mayorìa de los integrantes del Laboratorio se repuso durante algunas horas, tomando baños de agua caliente y alimentos calientes para ese mismo día re-gresar a los diferentes lugares de procedencia de cada uno.

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*Espíritu juglar Texto y dibujos

Jesús David Motta Buatista (Salamandra Jebús)

Palabras preliminares:

Soy Espíritu de hondos ojos y tengo mi hermosa y prolongada espalda sin depilar. Espíritu soy. Sin importar de qué lo sea, lo soy dos veces y cuantas más quiera en el mismo momento y lugar que no lo sería alguno más. Y sin reparar en necedades y/o titubeos, más importancia viene a tener para mí y para aquel de quien Espíritu soy, lo etéreo, que es constituyente de la dimen-sión de cosas en que me muevo yo, que lo formal-empírico en la dimensión de cosas en que se mueva quien quiera saber cómo es que dos veces y hasta más ese prepotente espíritu que soy las veces que quiera indistinta y etéreamente, así, sin más. Una y dos. Tres o cuatro. Igual que con Espíritu pasa, con ideas o sen-tires también, así, en la prepotencia narcisista de quien piensa y siente, más importancia tiene lo etéreo, siendo su Espíritu yo, que aquello que se diga material. Personas o ideas son más im-portantes, según la lógica que sigue mi mandato, en su sentido etéreo en tanto etéreo es el sentir y pensar de la materia senti-pensante de la que Espíritu soy.

Intermedio:

Y ahora que con dificultad y vaguedad me conocen sin lograr por esto encontrarme, les haré un chistecito Espiritual -que más entenderán como aburrida y atrevida mofa- del cual sé que no reirán, siendo bípedos, humanos –damiselas tal vez- y la razón misma de la gracia que encuentro en lo que voy a contar.

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Laguna de la Magdalena: retrato hablado. Dibujo de ¼ de pliego elaborado con grafito 4B. Jesús David Motta

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Palabras seculares I:

Como conozco un poco de las mañas que hay en cada cual, gusto decir cuando se trata de gustos que lo menos gustoso vengo a ser, buscando así en mi rareza etérea -y sin embargo terrenal- que me intenten rechazar, en un vago esfuerzo por demostrar la dificultad que encuentran las bípedas criaturas en lo que hace a la materia de “aceptar”. Es por esto que tanto disfruto diciendo, cuando con humanos trato, que soy el Es-píritu de una mosca colorada u otra celeste, si ento-rarezas y colores que en lo inhóspito se encuentren sé que van a recha-zar. Así, a cualquiera de las dos, de vellosidad abundante y de-venir flotante, cuantas veces quiera, al derecho o al revés, me atrevo por vehículo tomar. Me poso entonces, siendo cual sea de mi preferencia instantánea, en el dorso de una hoja –roja esta vez- y en los pechos de damiselas caminantes –celeste en esta otra- en lo recóndito del sur huilense o en el norte mismo de quien tenga el macizo colombiano como norte predilecto, al ser fluvial estrella y digna fuente de mamar.

Arrogante aclaración (innecesaria):

Es aquí donde viene la gracia que encuentro al comparar y que sé, sea por la naturaleza de mi hablar o por lo hablado tal vez, ustedes no encontrarán.

Palabras seculares II:

De mis víctimas –sujetos experimentales mejor-, unas no se inmutan en la reverdescencia de su superficie, pues tampoco han depilado sus espaldas desde el principio mismo de las co-sas y las casas y las espaldas de quienes en casa se encuentren, además de ser nativas y conocer más que mi espalda, mi vien-tre y mis entrañas, coloradas también; y otras en cambio, rosá-ceas más que verdes y bípedas más que flotantes, se espantan con ligera delicadeza y disimulo, como no lo harían si aquella tarde hubiese decidido designarme espíritu emplumado de cálida avezuela –que también soy- menos temible o propenso al desdén.

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Explicación (igualmente arrogante e innecesaria):

Y la risa está en que temen porque no crece mayor vellosidad en sus espaldas, e irónicamente, sus piernas, en donde si hay –o habría- buena cantidad de ésta, están depiladas de manera temeraria. Diría yo: antinatural. Mi espalda no. Naturaleza y es-píritu soy. Y la gracia me la causa el temor que nace de su propia invención. Depilación. Por lo que más que miedo. Asco soy.

Capricho (epílogo I):

No aclararé a que me refiero cuando hablo de yo Espíritu porque decididamente el lenguaje está pobremente armado en el ter-reno de estas definiciones y, en caso de considerarle al menos ligeramente armado en dicha área, mantengo la negativa por capricho etéreo y sobre todo burlón. Podrán sentirlo (lo que sea que Espíritu venga a ser) si logran llegar a un punto de concen-tración etéreo (o burlón). Caprichoso tal vez.

Burla (epílogo II):

Y el disfrute del que hablo al momento de lo que me he dado por llamar “ahumanizaje” y su consabida y consecuente at-emorización –que resulta en reiterado esfuerzo por el logro del ahuyentamiento de la figura alada que soy-, quedará ahora consignado como sentir próspero en la memoria Espiritual que conservamos las cosas sin aparente existencia, y sólo será, valga la aclaración, con el fin de erigirlo como burla unánime a aquel citadino “caminante con camino” que camina –y no vuela- para andar. Del cual, el fin mayor no es el viaje, sino la certeza que deja anclada, cuando parte, de verse regresar.

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* Intervenciones en fotográfias de William TejadaKarina Perdomo

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*Diario macizo Dibujos y textos Violeta Ospina

Camino real

El viaje a la Laguna del Magdalena tuvo dos retos: el camino y lo real. La caminada como propuesta de “obra” del laboratorio, ex-periencia de la palabra hablada, capaz de continuar resonando en nuestros procesos, trabajos y acontecimientos como artistas y pedagogos. Lo real del paisaje: las personas que habitan el Ma-cizo y que enfrentarán un plan territorial de construcción de represas en el Huila y el desplazamiento que esto conlleva. Y ellas, con su entereza, nos enfrentan a nuestras propias debili-dades, a nuestra realidad de urbanitas, rodeados de agua que no deja de fluir, que quiebra la mirada y la lanza al suelo, a los pies de los nativos, al coraje de nuestros guías y a su locura, locura de invierno en la montaña.

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Hacia una pedagogía de lo “aurático”

*Lo aurático se refiere a lo escucha, una apuesta por la escucha de los cuerpos en sus diferencias.

El cuerpo en la escuela de artes es un cuerpo paciente, que si-ente y disiente de los modelos educativos, busca la respuesta a algo que parece no estar fuera de la academia. Es el cuerpo del estudiante, que asume algunos retos, de vez en cuando, para pararse fuera de la escuela y experimentar en la vida algo de eso que puede ser arte y que parece solo pertenecer a un circuito privilegiado. La diferencia entre arte y vida se parece a la diferencia entre arte y academia. Este cuerpo de estudiante es un retrato que puedo ver en nuestro semillero de investigación y creación en el Huila, en los estudiantes de Licenciatura en Artes, pero también, con la distancia que me da trabajar con comunidades, un reflejo de mi propia expe-riencia como estudiante – casi permanente- de artes. Doble Yo me propone un espacio para poner esos cuerpos en resis-tencia.

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Relatos de Don Alban, San Agustín

El grito del chileno: Don Alban dice que en el Macizo colombiano, cuando gritas, llueve. Si hablas llegando a la laguna de La Magdalena, ésta no se deja ver, sea invierno o verano, una bruma la envuelve. Subió un día con un chileno y llegando a la laguna el hombre comenzó a gritar de felicidad. Don Alban le dijo: “cuidado amigo, aquí no es bueno gritar”. Pero el chileno siguió gritando a la montaña y entonces Don Alban le dijo: “amigo, tenemos diez minutos para desparecer o el agua nos va llevar”. Y dicho y hecho cayó una tormenta, el camino se convirtió en un río y tuvieron que regresar corriendo sin llegar al páramo.

El anillo:Don Alban llevó un día a dos gringos de dos metros cada uno hasta Valencia, Cauca. Cuando estaban subiendo el Macizo, se comenzaron a amar. Cuando llegaron a Valencia lo invitaron a quedarse y le pagaron una cama. En ese tiempo Alban era muy joven y apuesto y apenas recibió su pago se devolvió caminando toda la noche como alma que lleva el diablo. Su anillito, dice, es lo más preciado.

La duenda:Cuando Don Alban sube todos los días a su casa en El Tablón, pasa con cuidado por un punto de la carretera, donde una du-enda se esconde para confundir a los borrachos y a los niños, que son los únicos que la pueden ver. Dicen que es como un “avechucho” o un ave negra de patas largas que se hace entre los matorrales. La duenda también se transforma en una mujer hermosa y se lleva a los borrachos que la quieren besar. Si van muchos hombres en grupo y uno es atrapado por la duenda, el hombre tiene que lidiar una batalla a puño y patada para con-tinuar caminando, sus amigos en cambio, lo ven con una mueca, parado como una estatua, sin respirar, y si la batalla acaba bien

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37el hombre se sorprende porque no se ha movido un centímetro del mismo lugar.

Un día Alban iba regresando a su casa, a eso de las ocho de la noche, cuando sintió como su cabeza se empezaba a hinchar como un globo, y pensó que era ella, pero sabía que si mira-ba hacia atrás terminaría en sus garras, y si paraba su cabeza podía explotar, así que siguió sin detenerse mirando siempre al frente y a unos pasos del lugar, ya su cabeza se comenzó a deshinchar.

Capas de guaca:Don Alban dice que no puede regresar a los Tres Chorros porque se pierde de vuelta. Cuando regrese, irá con larga vara de hierro, delgada y doblada en la punta, para sacar tunjos y para pincharle el culo a un espíritu que quedó atrapado en una cueva debajo de las cascadas. Ese muerto no es un ancestro (in-dígena), sino un guaquero o un gringo que intentó llegar a la guaca sin permiso del muerto y quedó resentido para siempre. Si un muerto queda atrapado en un guaca hay que hacerle un entierro o un rezo para que pueda regresar de la guaca y tomar su camino, el problema es cuantos muertos de mal genio puede haber uno tras otro.

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* Manual para una boda en el Macizo ColombianoTexto de Leonardo OrtizDibujos Leonardo “Lobo” Munar, Jesús David Motta (Salamandra Jebús) y Violeta Ospina

Si en verdad creéis que estáis hechos el uno para el otro y que sois capaces de compar-tir el resto de vuestras vidas; vuestra boda, entonces, ha de ser el reto más significativo que habréis de superar. Preparativos: 1. Escoged un día de invierno en el sur del Huila (junio o julio)2. Invitad personalmente a vuestros seres queridos.3. Hacedles saber que NO queréis regalos ni dinero; que son realmente invitados, no patrocinadores.4. Vestid vuestras mejores ropas, bien sea un atuendo clásico de boda, o uno casual. No obstante, debéis usar tenis o botas.5. Llevad a vuestros invitados al caserío Quinchana, a una hora del municipio de San Agustín. Situadlos frente al puente del río.6. Si profesáis alguna religión, el sacerdote o el líder que realizará el casamiento, tendrá dispuestos sus elementos en un altar frente a los invitados. Si no profesáis religión al-guna, en el altar habrá un objeto que sim-bolice vuestra unión.

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Qué debéis llevar: • Chaqueta• Capucha impermeable• Guantes • Dos latas de atún• Ocho panes • Dos paquetes personales de maní • Dos dulces de alfandoque • Termo para el agua• Carpa y sleeping bag para acampar • 20.000 pesos para alimentación en una casa de paso. • Linterna

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• Cámara fotográfica • Ropa seca para dormir • Morral impermeable • Mapa del recorrido desde Quinchana hasta la Laguna del Magdalena • Botiquín de primeros auxilios Procedimiento:Tres días antes de la ceremonia, partiréis desde el puente de Quinchana con vuestro atuendo de bodas y el equipaje. Caminareis durante ocho horas aproximadamente hasta la vereda Las Juntas. Dormiréis cerca de una casa que encontraréis en el camino. A la mañana siguiente, caminareis por un terreno pantanoso y selváti-co, luego subiréis la montaña hasta llegar al páramo de las Papas. Alcanzareis el mirador y os tomareis una fotografía frente a La La-guna del Magdalena. Bajareis la montaña el mismo día y llegareis a la zona de camping luego de 13 horas de caminata aproxima-damente. Al iniciar el tercer día, partiréis de vuelta a Quinchana donde estarán esperando vuestros invitados. Llegareis a la cere-monia en horas de la tarde, y con las mismas ropas con que habíais partido; os situareis en el altar, mostrareis la fotografía a los testi-gos, tomareis el objeto que simboliza vuestra unión y prometeréis respeto y amor mutuo por el resto de vuestras vidas. Culminareis bebiendo agua de panela con queso, luego la compartiréis con los invitados.

Requisitos.1. Sólo podréis tomar agua de Páramo que encontrareis en ar-royuelos por el camino.2. Sólo podréis realizar el ritual del casamiento si habéis cump-lido con el recorrido completo. Podéis rendirte y devolverte, y por ende, cancelar la boda. Sin embargo, podéis intentarlo de nuevo cuantas veces quieras. 3. Sólo podéis asumir el reto si estáis realmente convencidos. La travesía es difícil, el clima es hostil y las condiciones del camino son adversas.

Superar juntos el reto significa que seréis capaces de asumir cual-quier dificultad que se os presente en la vida de pareja. ¡Podéis besaros¡

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El puente: Enlace, Jesús David Motta

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* Conocer el agua Texto y fotografías Camilo Giraldo

Resulta vago el registro de quien haya pretendido conocer el agua, el agua común y corriente, la de la corriente de los ríos… pero también la que sale del grifo y la que, ya estando embotel-lada, no se queda nunca quieta; que es la misma que cae gran-ulada del cielo al suelo y se suma al caudal, y hasta la misma que se nos va en vapor a cada aliento. El agua que todo permea. Además de vago, el resultado puede ser ridículo por lo estático y fragmentario de la imagen que quiera registrar el flujo entero, o porque la mejor tinta, antes de encontrar el papel, no deja de ser pólvora mojada, y porque ese papel, en contacto con la hume-dad, es frágil e insuficiente transparencia. Pero antes que vago y ridículo, el registro es pretensioso; cualquier intento de conocer el agua se inunda, y termina por ahogarse a pesar de las muchas ansias de impermeabilidad que el anegado haya tenido. Más que de afanes sedientos e infructuosos, esa imposibilidad (de con-ocerla y de lograr su registro) debería llenarnos del sosiego de aquel que ve llover, o mucho mejor, del goce del que sabe zam-bullirse.

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*Noticias sobre hidroeléctricaTexto y fotografías de William Tejada

... Y en otras noticias: se confirma la construcción de cinco nuevas hidroeléctricas en el caudal del río Magdalena, estas se sumarán a las dos ya existentes y convertirán al departamento del Huila en un gran productor de energía eléctrica del país, pues esperan tener una potencia de 1.424 megavatios con el único objetivo de exportar electricidad. El presidente Santos ha anunciado que el río Magdalena será concesionado de por vida a las multinacionales, aunque esperan que su vida útil sea de 50 años. Se trata del ya firmado en el 2011 convenio de cooper-ación entre Cormagdalena e Hydrochina, impulsado por el Go-bierno Nacional para la formulación del Plan maestro de apr-ovechamiento del río Magdalena. Es así como se da continuidad al plan de confianza inversionista y la seguridad democrática instaurada por el ex-presidente Alvaro Uribe Vélez, avalada por todos los congresistas y representantes huilenses.

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* Flor campana rosa (p.46)texto de Jessica Reyes RojasDibujo Leonardo “Lobo” Munar

De repente estaba descalza sobre un camino pantanoso. Tenía mi mejor vestido, uno que decía lápiz en la etiqueta, e cual lle-gaba hasta los tobillos. En este sitio en el cual me encontraba solo podía divisar una vegetación muy alta y tupida.

Camine confiada, intentando escuchar el sonido del agua de algún afluente pues estaba demasiado nublado como para sa-ber por dónde salía el sol y necesitaba ubicarme.

Sin posibilidad alguna de saber en qué dirección ir, empecé a caminar enterrándome en el fango. Después de un largo tramo tuve la suerte de encontrar una zona más firme para recorrer pues estaba muy embarrada y el frio era insoportable.

Nunca pensé en el objetivo de mí caminar, solo sabía que me estaba moviendo y que parar no dependía de mí hasta el mo-mento. Me di cuenta de que había iniciado una parte diferente del trayecto y observé como se despejaba poco a poco el cielo, como mi recorrido se hacía más soportable, pues la inclinación disminuía y podía caminar un poco más rápido porque la zona estaba cubierta por pastos que no le hacían tanto daño a mis pies descalzos, a comparación de las rocas puntiagudas y veg-etación espinosa que había dejado atrás.

Pensando en cómo podría obtener más calor para mi cuerpo, ya que la espalda estaba muy fría y las manos y los pies habían perdido la habilidad para moverse por que estaban entumeci-dos, observé colores preciosos en un conjunto que era ar-mónico, brillante y muy agradable. Este conjunto se presen-taba como un ramillete de flores en forma de campana de color fucsia con unas arandelas verdes en su parte final que simulaba el encaje de una falda.

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La fascinación que me produjo esta planta tan hermosa y única en ese lugar permitió que pudiera recobrar el mando sobre mi cuerpo, o posiblemente en ese sitio debía recuper-arlo para prepárame y ser yo quien tomara la decisión de guiarse a partir de allí por instinto.

Observé como los insectos hambrientos de néctar se acerca-ban rápidamente y tomaban lo que necesitaban acariciando la planta como en un acto de amor y en lo que sería para mí, una hermosa danza patrocinada por el viento el cual hacia mover a estos dos seres vivos.

No pude contener las ganas saber cómo era su textura y mucho menos de aproximar mi nariz sedienta por descu-brir nuevos aromas. Al acercarme, esta planta alertada y mo-lesta de la presencia del intruso, despidió un olor dulce que con los segundos se fue intensificando para convertirse en un aroma parecido al de un animal en descomposición. Cerré los ojos en un intento por protegerlos, acto seguido aleje rá-pidamente el rostro y sentí un gran ardor en la frente y en el pecho. Al tocar percibí la presencia de unos pequeños gusanos que se introducían debajo de la piel y se quedaban como pequeños montículos muy juntos que perforaban el tejido. Más que eso, sentí muy en lo profundo del pecho un dolor que inicio como un pequeño toque.

La angustia se presentó dentro de mí y su eco desactivo un golpe de dolor tan profundo que realizo una pequeña fisura que poco a poco se fue haciendo más grande. Ya no sopor-taba de pie y tuve que arrodíllame para dejar escapar de mi boca ese eco de dolor que generó la angustia. El llanto de de-sesperación no se hiso esperar. Esta planta me rompió como a una rama seca.

Abrí los ojos y no podía mirar con claridad, solo aparecían ante mi sombras. Pensar en la posible ceguera causó la rabia que se apoyaba en el ardor procedente de mi frente. Así que lleve mi mano a la cara y con las uñas arranque en un solo in-tento algunos de estos gusanos que formaban los montículos

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49en la piel. La sangre que broto terminó de enceguecerme, pero al cabo de unos minutos y después de haberla limpiado un poco con el vestido pude ver nuevamente.

Sin esperar más, me levanté con la poca energía que me había quedado después de que esta planta me arrebatara en ese ataque parte de la vitalidad que tenía y di algunos pasos. De repente escuche un estruendo a lo lejos, era como si la tierra se estuvi-ese abriendo. Apareció un animal que me triplicaba en altura. Era como un gran cerdo que tenía un hocico con el que pudo tragarme en un solo intento. Su pelaje estaba lleno de algo que parecía baba negra y viscosa que caía e incineraba por completo cualquier tipo de vegetación a su paso. El olor que despedía era igual al de la flor. Este animal se acercó a mí a gran velocidad, en pocos parpadeos. Para defenderme, teniendo en cuenta que estaba débil, me lancé por un barranco y esa sensación de caída me despertó. Ya sobre la cama, sentí una sensación de alivio que se confundió en medio de las lágrimas con la inex-plicable angustia generada por esta planta. Me toqué el cuerpo para revisar que estuviese completa por que la experiencia del sueño fue muy fuerte y note que había mojado la cama. Aquella planta que había visto en mi sueño, se encontraba en la prensa de ejemplares de plantas recolectadas fuera de mi hab-itación. Esa flor tan hermosa que corte y que había sido tan hermosa para mí, ahora se convertía en una de las pesadillas más fuertes. Verla me causaba una intranquilidad y horror tan grandes que bloqueaban mi mente. Nunca pensé en la posibi-lidad de que algo tan hermoso como una flor con esos colores, que para muchos simboliza los sentimientos más preciosos, para mí se presentara como una punta que pulla y exprime los recuerdos de dolor más profundos.

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*Segundo llamadodibuje aqui sus ideas para repensar el proyecto

Hidrochina en Alto y medio Magdalena

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