los problemas del salitre

Por ENRIQUE ROCUANT F.

Los Problemas del Salitre.

La opinión pública debe exigir soluciones prácticas y

rápidas.-Concentración de la producción. -Abaratamiento

del precio de costo. -Control del precio de venta. - Debe

reducirae basta donde lo imponga la competencia.-El Pool, la Asociación, alguno, productores y el Fisco. -La, propo-1icione1 de banquero, franceses.-Lucba con el Pool o armo

nía.-¿Lucba con los similares?-Precio fijo y capitales de !Jropagan~a.-E, indispensable la concordia para solucionar las dificultades del momento.

VAI.PARAISO

Soc. Imp. y Lit. Universo

1 '>21 Universidad de Tarapacá, Arica, Chile.

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Universidad de Tarapacá, Arica, Chile.

Por ENRIQUE ROCUANT F.

Los Problemas del Salitre.

La opinión pública debe exigir soluciones prácticas y

rápidas.-Concentración de la producción. --Abaratamiento del precio de costo.--Control del precio de venta.- Debe

reducirse hasta donde lo imponga la competencia.-EI Pool, la Asociación, algunos productores y el Fisco. -Las proposiciones de banqueros franceses.- -Lucha con el Pool o armo

nía.--¿Lucha con los similares?-Precio fijo y capitales de

!)ro paganda.-Es indispensable la concordia para solucionar las dificultades del momento.

VALPARAISO

Soc. Imp. y Lit. Universo

1921


Una Palabra

l.,.as lineas que encierra este folleto, son la reproducción ele artículos publicados en .. La Unión" de \Talparaíso.

Estos tu vieron por objeto a portar algún contingente al estudio de las cuestiones salitreras y esta recopilación, persigue el 111isn10 propósito, haciendo 111ás fácil el análisis de las pre111isas y conclusiones, ele los asertos y arg-11111entos que expongo y forn1ulo.

Quien cree consultar los intereses nacionales, no debe rehuir y al contrario, debe solicitar la discusión pública, así con1 o quien va tras de intereses particulares opuestos a los nacionales, ha de alegar al oído.

Valparaíso. A.gosto 20 ele 1921.

Enrique Rocuant F.


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Los l'roblemas del Salitre

La sicología nacional, ofrece como característica, la violencia de las pasiones que despiertan los asuntos de interés público y la rapidez con que esa violencia se transforma en profunda apatía.

De aquí que en el orden político y en el administrativo, se produzcan estallidos de opinión justificados o injustificados, cuerdos o insensatos, pero siempre con caracteres de arrebato y que sean deplorados sus efectos, por los propios promotores, cuando han causado daño y que no sean perseguidos o sostenidos, con perseverancia, cuando han producido o deban producir beneficios.

Y de aquí que la opinión pública se interese con viveza, temporalmente, en las cuestiones de alta significación, económica y financiera, y que las abandone en seguida, aun cuando bajo todos sus aspectos, ofrezcan el mismo o mayor interés que en los primeros momentos de entusiasmo y estallidos.

Es lo que está aconteciendo con la ardua y vital cuestión salitrera.

Cuando se apagaban los fuegos en las primeras oficinas elaboradoras; cuando empezaban a llegar, como expatriados,


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los esforzados trabajadores de las Pampas, con su miseria como único bagaje; cuando el cambio amenazaba descender bajo 10 peniques, cuando los comerciantes comenzaban a leer los diarios a las horas de trabajo, por no tener cosa más útil que hacer, la opinión pública se sintió herida y todos a una, pedíamos la inmediata solución de las cuestiones salitreras y todos buscábamos a los responsables de la situación creada, vociferando los unos contra el Pool, los otros contra el Gobierno y los de más allá contra el Destino.

Hoy y desde hace casi un mes, son contados aquellos que se han atrevido a latear en la Prensa; en el Congreso, las comisiones ad hoc, faltas de ministro de Hacienda, se han dispersado y la cuestión salitrera, ha cedido su lugar preeminente a la cuestión ferrocarril de Tarapacá y a otra de mayor interés, en estos momentos. ¿Quién se bebió los trece cajones-de vino Urmeneta que llegaron como obsequio a la prefectura de policía de Val paraíso?.

Hemos entrado de lleno en el período de la apatía; ya nos importa poco que queden sólo una que otra oficina, así como para muestra, con alguna de sus chimeneas en ebull~ción; ya, nos importa poco que millares de trabajadores, estén hacinados en míseros albergues, comiendo, con sus mujeres y sus hijos, el pan negro del mendicante; ya no nos importa,que el cambio esté próximo al cero, que ha de indicar la hora del somatén; ya no nos importa que los comerciantes dediquen los días enteros al <idolce far niente>>.

Parecemos empeñados en cerrar los ojos para no ver la ola que avanza, aun cuando estemos sintiendo el frío del agua que nos llega al cuello.

No es admisible. apenas si es verosímil, que la opinión pública se haya encerrado en la fórmula ~goista del <<laissez faire, laissez pasen>. No; el país debe ponerse de pie con ademá.n imponent~ y reposado para exigir hasta alcanzar, las medidas gubernativas y comerciales que son necesarias para salvarnos de la hecatombe que nos amenaza, y digo que nos amenaza, porque todavía no se ha producido, porque estamos solamente al borde del período verdaderamente


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crítico que se nos espera; aún no ha comenzado el ciefre. ele las fábricas que no podrán continuar en sus faenas; el derrc total o parcial de establecimientos comerciales, la reducción de sueldos a los empleados; la cesantía de muchos y la falencia fiscal real y positiva!

Todo eso tendrá que venir en breve, como consecuencia de la paralización de la producción salitrera, íntimamente vinculada con todas las acti vidacles industriales y comerciales del país.

Desde Abril último, época en que sostuve por la prensa, la conveniencia de aceptar las proposiciones de los banqueros franceses, que ofrecían capitales para contribuir a solucionar las dificultades ya pendientes con el Pool y capitales y esfuerzos, para vender parte del salí tre estagnado entonces, corno hoy, en Europa, abriendo al efecto crédito a las organizaciones agrícolas consumidoras del abono. no se ha dado un solo paso práctico hacia la solución del problema.

Están hoy como entonces, las 900,000 toneladas invendidas en el mercado europeo, en manos del Pool; no se ha vendido salitre en la costa y no hay indicios de ventas próximas, a pesar de encontrarnos ya a mediados de Agosto, época en que el mercado debiera conocer las expectativas para Septiembre, mes en que debería iniciarse la temporada activa de ventas para el consumo de la estación primaveral europea, que comienza a fines de Febrero.

Las ventas en épocas normales se producían de Septiembre a Diciembre, y el acarreo marítimo intenso, se hacía de Septiembre a Marzo.

El gobierno se ha esforzado, diré más propiamente, S. E. el Presidente de la República ha movido, con loable tenacidad, todos los resortes a su alcance, para obtener ofertas de


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compra, relativamente a cualquier precio, pero, hasta hoy, no obtienen esas gestiones mejor resultado que el ofrecido en Marzo por los banqueros franceses. No hay quien compre a precio fijo; sólo se ofrecen interesados como intermediarios o sea, como comisionistas para vender, por cuenta del Gobierno o de la Asociación.

Las dificultades entre el Pool y la Asociación, se resolvieron, reconociendo la Asociación q_ue el Pool tenía derecho a exigir, como lo hacía, c¡ue se fijara al salitre el precio de 14 chelines el quintal a bordo en la costa, hasta el r. 0 de Abril próximo.

Y no se ha avanzado o retrocedido más. Ahí estamos. En materia de proyectos se ha hecho en cambio bastante.

Para apreciarlos debidamente, es necesario establecer bien definida y a la vez bien clara y hasta valientemente, ciertos antecedentes, y antes de establecerlos, me será permitido hacer un ligero resumen de las observaciones contenidas en las publicaciones que me hizo el honor de acoger <<La Unión>> de Valparaíso en el mes de Abril último.

Los factores que intervienen en la producción del salitre, y a los cuales debe atender el industrial, son: 1. 0 Estudio y cateo del terreno calichero; z. 0 Estudio económico del costo de instalación y explotación de la oficina elaboradora; 3. 0

Preparación financiera para atender esos gastos; 4.° Contratación de empleados; 5.° Compra de provisiones para la manutención de éstos; 6.0 Compra de elementos de acarreo y compra del forraje para los animales que en este servicio se emplean; 7.° Compra de sacos, de combustibles y lubricantes; 8.º Acarreo de todos estos elementos a la oficina; 9. 0

Acarreo del salitre desde la oficina a los puertos de embarque; ro. 0 Venta del salitre elaborado.


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Hasta hoy, cada industrial afronta todos esos problemas incli vidual o aisladamente, porque la producción se desarrolla dentro del campo de la libre competencia.

Al amparo de este sistema, se han invertido enormes capi tales extranjeros y chilenos, en las pampas, y la industria prosperaba satisfactoriamente alcanzando el salitre precio remunerativo y consumo mundial creciente.

Pero, dadas las nuevas condiciones del mercado de abonos, se hace indispensable unificar los distintos elementos de producción, buscando en la cooperación común, su abaratamiento.

Es indispensable proceder así; r. 0 Porque el salitre debe sufrir ahora la competencia de abonos químicos similares, cuyo precio de costo no se conoce exactamente; pero, cuyo precio de venta en algunos países, antiguamente consumidores del salitre, hace suponer que sea, bajo; 2. 0 Porque en algun9s de esos países se han invertido y se sig·uen invirtiendo, fuertes capitales nacionales, en desarrollar la producción ele los similares del nitrato y se hace esfuerzos por reducir su costo, a la vez que por estimular su consumo; 3. 0 Porque el abaratamiento del costo de producción del salitre y la reducción de su precio de venta permitirá, no sólo competir con los similares, sino que retraerá a los capitalistas de hacer inversiones en nuevas fábricas de esos competidores del nitrato.

La libre competencia en la producción ocasiona la anarquía en los precios de venta, y, para regularizar esos precios, se instituyó la Asociación de Productores, a cuy> cargo corre también la distribución de las cuotas de producción de las distintas Oficinas, así como otros detalles relacionados con la venta y propaganda.

Su acción ha sido útil a la industria y no ha causado daños al país.

Las recriminaciones de que se le ha hecho objeto, nacen de situaciones nuevas, que si bien pudieron ser previstas, no lo fueron.


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La intensidád de la competencia de los similares, la tomó de sorpresa, y no es de extrañarse de ello, porque no era fácil averiguar, siquiera aproximadamente, durante la guerra, ni la capacidad productora, ni el precio de costo de la fabricación de abonos, datos¡que los beligerantes mantenían" en impenetrable secreto.

Nuestros productores han de convenir hoy en que no es posible fijar los precios en armonía con el costo de producción de las oficinas de elaboración dispendiosa.

Ha de abrüse paso la política de cerrar las oficinas de alto costo de producción, asociándose las de costo mínimo.

Para no herir intereses creados, y para aprovechar capitales, maquinarias, útiles y enseres, podría compensarse a las oficinas clausuradas, con nuevos terrenos calicheros, en zonas de explotación económica, o sea de alta ley.

La nueva situación exige producción barata y precio de venta bajo.

Si pudo pensarse en la chilenización de la industria, hay que abandonar ese patriótico propósito: Nos es indispensable el capital y la propaganda de los nacionales de cada país consumidor, como medio de neutralizar los esfuerzos que cada país hace para abastecerse por sí de los abonos y de los explosivos que necesita o pudiera necesitar.

La liga de los productores a bajo costo, tendría los medios de regularizar, en forma permanente, los precios de venta.

La fijación de un precio bajo inalterable, permitiría al consumidor y al comerciante o comisionistas revendedores, hacer sus cálculos con oportunidad.

Pero esta fijación de pre_cios no traería los saludables efectos propuestos, si la reventa corriera a cargo de agentes libres. Estos podrían recargar los precios y contrariar el propósito perseguido.

El intermediario oficial de vasta situación económica, sería un factor de grande entidad, tanto más cuanto que


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habría de contar con medios efectivos y conducentes a la propaganda del consumo.

Las dificultades actuales derivan, capitalmente, de la existencia en Europa de un stock de 800,000 toneladas, más o menos, adquiridas en 1920 por algunos comerciantes de salitre, con la mira de revenderlas en la tempotada primaveral última.

Las adquirieron a un precio medio de f 18. ro la tonelada a bordo en la costa y resultó en Europa a [, 26.5 la tonelada, con los recargos de: vigilancia, seis peniques; seguros marítimos, siete chelines, seis peniques; merma del peso del salitre y bodegaje en Europa, ocho chelines, dos peniques; otros pequeños detalles, un chelín, y por último, flete marítimo pagado durante el alza de 1920, cinco libras, ocho chelines.

No encontraron aquellos comerciantes precio remunerativo en el mercado europeo, y tampoco lo encontraron rebajando seis libras del costo por tonelada.

Se quedaron con la existencia, debido al precio alto que pidieron, consecuencia del precio alto que pagaron a los productores en Chile, o sea, a la Asociación.

¿Podían los revend~dores vender barato, habiendo comprado caro?

¿ Le hicieron daño al país, trayendo a sus arcas las Libras Esterlinas que pagaron?

¿Hizo mal la Asociación, tratando de obtener el mayor precio?

Estas preguntas no pueden contestarse acertadamente, sino trasladándonos al momento en que las operac10nes se realizaron.

Todos, absolutamente todos, abrigábamos, en 1920, la idea de que el salitre tendría un gran consumo, porque los países europeos necesitarían estimular activamente la producción de sus campos cultivables, .Y nadie conocía, siquiera aproximadamente, la cantidad de abonos artificiales producidos y acopiados, ni su costo de elaboración.


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Los comerciantes exportadores que compraron salitre en 1920, temían la competencia activa, más por intuición, que por datos o antecedentes conocidos.

De esta situación surgió la célebre <1fall clause>>, por la que la Asociación, o sea, los productores vendedores del salitre, se comprometieron con aquellos comerciantes exportadores, a mantener el precio de 17 chelines en la costa, durante cierto tiempo, y a no bajarlo de 14 chelines el qq. antes del r. 0 de Abril siguiente al convenio, y a concederles, en e] caso de fijar precios más reducidos, una rebaja equivalente en los precios que estipularon al comprar.

Los comerciantes exportadores, que no pudieron vender el stock adquirido, ni aun sacrificando f 6 por tonelada, se unieron entre sí y constituyeron el Pool, polla formada para obtener los capitales necesarios para el arrastre del stock hasta la temporada próxima, para evitar la competencia ruinosa entre sí, para luchar unidos contra los fertilizantes similares y para resguardar sus derechos ante la Asociación.

La presencia de ese stock en el mercado europeo, aleja a los ·compradores de las existencias en Chile, porque constituye una amenaza para los intermediarios interesados, a consecuencia de no poder conocer el precio de realización en que puedan ofrecerlo en la próxima temporada de consumo europeo.

Hay que eliminarlo. ¿Cómo? En esta situación propuso un grupo de banqueros fran

ceses, en Marzo último, facilitar al Gobierno de Chile, los fondos necesarios para comprar el stock de salitre existente en Francia y Bélgica--200 ó 300,000 toneladas-o bien avanzar a los tenedores· el precio que se conviniere, encargándose los banqueros de la venta rápida de esa cantidad de salitre, por cuenta del Gobierno o de los tenedores, y valiéndose, para estimular el consumo, de las vastísimas vinculaciones de esas instituciones bancarias, y aun, del crédito que abrirían por su cuenta y riesgo, a los consumidores.


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Referí la historia de esa negociación, que omitiré en obsequio a la brevedad, pero recordaré, porque es útil y de actualidad aún, que surgió dicha negociación, de un artículo que tuve oportunidad de leer en el diario francés <<Le Matin>>, en el que, el Presidente de los sindicatos agrarios, Monsieur Faure, aconsejaba al Gobierno de su país que invirtiera 600

millones de francos en adquirir salitre, a fin de obtener la cantidad necesaria de cereales para abastecer a Francia del alimento que consume, por medio del abono de sus campos cultiva bles.

El señor Faure terminaba su artículo así: <<¡Gobernantes! si sois prudentes, examinad este proyecto, es tiempo aún; mis datos son matemáticos y mis resultados ciertos.>>

Por mi parte, terminaba mi publicación parafraseándolo: Gobernantes e industriales! si queréis ser prudentes y velar

por el país, por su presente y su futuro, no dejéis aproximarse la nueva temporada de consumo sin estimularlo y obtenerlo!

Estamos ya sobre esa temporada, y no hemos estimulado el consumo del nitrato ni lo hemos obtenido, y mientras tanto, los banqueros franceses renovaron, en Junio, oficialmente sus proposiciones, refiriéndose a la próxima tem -porada de consumo, ya que no encontraron acogida en' su primera tentativa de Marzo último.

Relativamente al porvenir de la industria salitrera, emití los siguientes conceptos en la última de mis publicaciones de Abril:

La crisis puede ser pasajera, como puede ser definitiva. Ello depende de la actitud que adopten y de las medidas que implanten nuestro Gobierno, nuestros industriales, y los tenedores del salitre en Europa. Si se deja llegar la nueva temporada de consumo sin abatir la competencia de los abonos similares y sin conjurar el peligro de:que, en ciertos grandes países, se continúen invirtiendo ingentes sumas en establecer nuevas fábricas de fertilizantes nacionales. la crisis puede ser definitiva.


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No debemos dormirnos sobre los laureles del salitre; con.tinuará siendo el abono por excelencia; pero su comerciabilidad tendrá que luchar con los precios del ázoe contenido en los similares, con la propaganda que a éstos se les haga y con la protección patriótica que los Gobiernos y los consumidores de los países donde éstos se elaboran, puedan prestarles.

Hay un hecho que no podemos disimular. No se consumió salitre durante la temporada última; las tierras fueron fertilizadas por los abonos competidores.

Este hecho debe ahorrarnos elucubraciones relativas a la bondad comparativa de los abonos y a las cantidades que puedan producir las fábricas actuales y futuras.

Hay otro hecho que debemos tomar en seria consideración: los fletes marítimos, las mermas en el peso, la reensacadura, los seguros y los derechos de exportación, recargan al precio del salitre en un ciento por ciento, en 5 ó 6 chelines por quintal. Este recargo importa beneficio para el productor en el extranjero. ·

En presencia de estas circunstancias, no hay más solución definitiva para nuestro problema, que la de abaratar el precio de costo; bajar los precios de venta, atender a la

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:propaganda eficaz y ligar a ella como al consumo, al capital extranjero.

Seguiremos ahora analizando la situación del momento. El Pool.--Como ya lo dijimos, obtuvo que la Asociación

r~conociera oficialmente, que está obligada a mantener el precio de 14 chelines qq. en la costa, hasta el 1.0 de Abril próximo. No ha podido vender su stock en Europa, y mantiene en su poder cerca de 900,000 toneladas de salitre.

Ha ofrecido liberar a los productores de aquel acuerdo o convenio y ofrece realizar su stock a un precio no superior


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a f 1-1 .. ro la Tda. en Europa y a la vez ofrece formar una Sociedad Anónima para adquirir desde luego 500 a 600 mil toneladas, pagándolas a razón de ro chelines el qq. en la costa. Pide en compensación que el gobierno o la Asociación o ambos. le indemnicen parte de las enormes pérdidas que sufrirá al ofrecer en venta su stock al precio indicado.

La Asociación.-Espera llegar a vender a precios remunerativos: rechaza la proposición del Pool en cuanto le impongan sacrificios pecuniarios fuertes y resiste tenazmente la idea de consignar salitre a comisionistas para venderlo en Europa.

Los Productores.-Aun cuando están representados oficial y colectivamente por la Asociación, tienen puntos de mira opuestos. Los que elaboran a precios subidos, desean el mantenimiento de la institución y, los que elaboran a precios bajos, desean su liquidación, para hallarse en libertad de vender en condiciones de competir con los productores de fertilizantes artificiales y para competir desde luego con el Pool, formando un stock en Europa para ofrecerlo en venta desde el r. 0 de Abril próximo.

El Gobierno. - -Ha resistido las proposiciones del Pool; ha tratado de obtener de la Asociación que se disponga a bajar el precio de] salitre, hasta donde lo exigieren las circunstancias y ha buscado y busca aún, compradores, a precio fijo o a lo menos, precios básicos en Europa.

Lo que a] país le interesa es estudiar la actitud del gobierno; alentarlo si ha escogido la mejor vía para llegar a soluciones rápidas y convenientes o indicarle los rumbos que debe seguir para alcanzarlas.

Sin ser ni profeta ni pesimista, podemos estar ciertos que así como hasta hoy no ha encontrado compradores a precio fijo, tampoco los encontrará en un futuro próximo.


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Ese temor que abrigo, proviene de que he podido imponerme personalmente, de los esfuerzos que han hecho, durante tres meses, instituciones financieras muy vastamente vinculada<, a los negocios de abonos en Francia y Bélgica, que se han empeñado En vano por obtener precios fijos y porque a esta solución se oponen razones comerciales muy fundadas.

Consisten principalmente en la existencia del stock del Pool, en el mercado europeo.

Ese stock constituye una amenaza para los que intenten comprar fuertes cantidades, a precio fijo, porque lo natural es que el Pool, trate de realizarlo a toda costa en la próxima temporada de consumo; se esforzará por obtener los mejores precios, pero antes de quedarse de nuevo con su existencia en mano, tendrá que competir con los demás tenedores del salitre y en esta competencia podrían bajar los precios a límites ruinosos para el Pool y para el nuevo comprador.

Dentro de las reglas del comercio, ninguna persona o institución sensata se decide a arriesgar sus capitales en forma tan descabellada. Todo comprador o especulador, estudia antes de emprender alguna negociación, las probabilidades de utilidad que ofrezca el actual o futuro mercado del producto porque se interesa. Ante las expectativas fundadas de alza, procede sin vacilación y se arredra ante las expectativas de baja o compet<:ncia ruinosa.

Por otra parte el comprador, que el gobierno busca, tendría que ser alguna entidad financiera poderosa y no es fácil, más, creo imposible, que la encuentre, dada la circunstancia de que tendría que luchar y que indisponerse con las fuertes instituciones bancarias inglesa·:; que están comprometidas en la5 operaciones del Pool.

Estas operaciones representan en total, alrededor de novecientoi millones de nuestra moneda, suma equivalente a 900,000 toneladas al precio de costo en Europa, de f 26 la tonelada.

Se comprenderá ante esta cifra, que los banqueros del


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Pool, ejerciten influencias no sólo dentro de Inglaterra sino que tambié'n entre las instituciones de crédito de los países aliados ayer y buenos amigos comerciales hoy.

Y ¿alcanzará mejor resultado el gobierno en su empeño de obtener de la Asociación que rebaje desde luego sus precios hasta donde fuere necesario para competir con los abonos similares?

Respondo con profundo convencimiento que no. · ¿Y por qué? Estoy razonando en público y debo produc;r argumen

taciones que resistan todo análisis igualmente razonado. En pr:mer lugar, aunque lo deseara, estaría incapacitada

para bajar sus precios antes del 1. 0 de Abril próximo, como lo he avanzado ya, y la rebaja otorgada después del 1. 0 de Abril no produciría efectos, sino en la temporada de 1923,

puesto que la de consumo primaveral de 1922 va de Marzo a fines de Mayo, plazo dentro del cual, no alcanzaría a llegar el salitre barato a Europa.

Es del caso decir aquí dos palabras respecto del propósito de algunos productores aislados, que desearían constituir un stock en Europa para venderlo, en competencia con el Pool, desde el r. 0 de Abril próximo.

Obsta contra esa preten~ión, una razón suprema basada en la honestidad comercial.

Tal procedimiento sería un subterfu·gio destinado a burlar el conven;o ya aceptado y ratificado por la Asociación, que la obliga a no bajar el precio de· 14 chelines el qq. en la costa.

En efecto, la estipulación que reconoció la Asociación, fué pactada para producir el único efecto práctico comercial, de amparar al Pool, impidiendo la competencia en la próxi ma temporada, a precios inferiores a 14 chelines, más los costos ordinarios de flete, seguro, etc.

Suponer que el Pool hubiera perseguido el propósito de impedir las ventas de la Asociación a menos precio, durante una época en que nadie compra salitre, para autorizar esas


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ventas a menor precio, precisamente en la temporadél de consumo, sería suponer un contrasentido manifiesto.

Los contratos han de cumplirse de buena fe y no existiría buena fe en un procedimiento tendiente a burlar el único efecto práctico y comercial del conv~nio.

Sostengo esta tesis acompañado por un eminente jurisconsulto. a quien consultó el caso la propia Asociación y aun cuando llegara a estar ligada a ese procedimiento, la salvación de la industria, no podría accederse a él porque repugna a la conciencia recta con. que deben tratarse las negociaciones en general y en especial las que han de tener resonancia casi mundial, afectando el crédito de los negocios salitreros e indirectamente el del propio gobierno de Chile.

Pero, además, no se obtendría resultados provechosos de la consignación hecha en esa forma, mientras exista el stock del Pool, porque tropezaría con los mismos inconvenientes, que ya hemos apuntado, al tratar de las ventas. a precio fijo.

Desde luego, los que proponen ese procedimiento, piden que el gobierno les conceda crédito por los derechos de exportación y después vendría la solicitud de condonación de ellos, parcial o total, como medio de competir con el Pool y con los abonos similares.

En segundo lugar, la Asociación no bajará sensiblemente sus precios así no más.

Esclarezcamos este concepto que tiene también interés capital.

Los productores de salitre son comerciantes y no benefactores públicos.

Como comerciantes, se niegan a sacrificar cualquiera parte del sobreprecio que obtuvieron con sus ventas de 1920 y se niegan a bajar los precios de venta en términos que estos precios reduzcan sus utilidades en forma considerable, así como se niegan a dar facilidades para consignar salí tre en venta, a Europa, por el temor de que el precio líquido, no les resulte suficientemente remunerativo.


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Prefieren quedarse con todas las colosales utilidades, que obtuvieron en las ventas de 1920 y con el stock que tienen elaborado en la costa, en espera de mejores tíempos o de un arreglo con el gobierno sobre la base de hacer utilidades, compartiendo los derechos de exportación y aun cuando les duela presenciar la situación creada al país, no se resuelven a salvarlo sacrificando sus utilidades.

Yan algunos productores, y sea ello dicho con el valor moral del caso, tras de la reducción de l<?s derechos de exportación.

No merecen censura, no obstante, porque su actitud y sus propósitos, aun cuando no son armónicos con el interés nacional, son armónicos con el interés comercial que tienen derecho a cautelar.

Pueden volver la oración por pasiva: todo chileno debe tener interés en que se produzca bastante salitre y en que se ofrezca a precios reducidos para que se consuma en grande escala; siendo esto así, contribuya el Fisco, que representa los intereses chilenos, a llegar a esos resultados y préstenle auxilio eficaz todos los buenos patriotas si los medios del Fisco no resultaren suficientes; pero, no pretenda el Fisco ni los patriotas, que los sacrificios caigan sólo sobre los productores, que si bien es cierto que han hecho su negocio, es igualmente cierto que lo han hecho con sus capitales y esfuerzos, en favor también de su socio el Fisco y de la Nación toda.

En síntesis, el problema es complejo y los intereses creados que se hallan en juego son muy fuertes, pero, a pesar de todo, hay que llegar a alguna solución, so pena de sucumbir.

La solución inmediata, la relacionada con las ventas en la temporada próxima, como hemos visto, presenta la complicación del Pool; sin la existencia de su stock adquirido


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al precio elevadísimo que conocemos, habría sido posible la consignación en venta, con precio mínimo garantido o la venta de una cantidad fuerte y con cualquiera de estos temperamentos, saldríamos del paso, para estudiar en seguida, en vista de lac;; experiencias que nos trajera la próxima temporada, las' soluciones definitivas relacionadas con el futuro.

Yo confieso que los esfuerzos que me ha cabido hacer en estos asuntos, tendían a prescindir del Pool y me he visto obligado a confesar que los capitalistas europeos no prescinden ni de su presencia, ni de su consistencia económica y financiera.

Es imprescindible tomarlo en seria consideración, si deseamos tratar de vender salitre en la próxima temporada.

He encontrado entre los dirigentes políticos del país, algunos que opinan que no pudiendo prescindirse del Pool, vale más renunciar a las ventas próximas que hacer algún sacrificio para llegar a un acuerdo con esa entidad.

Consistiría ese· temperamento en dejar las cosas como están, hasta la temporada de ventas de 1923, época en que habría desaparecido el actual stock en Europa.

Son muy pocos los que así piensan, y, no obstante, pueden triunfar prácticamente, porque a tal statu quo nos conduce la actual apatía de la opinión pública, a que me refería al comienzo de estas líneas y la ineficacia de fas tentativas del gobierno.

Promover soluciones inconducentes o irrealizables, es lo mismo que no hacer nada. Es lo que se está haciendo, luego, avanzamos hacia la solución de dejar libre el campo de las ventas en Europa en la próxima temporada, al stock del Pool.

¿No sería este un medio efectivo de ampararlo y mucho más oneroso para el país, que el de acordarle alguna indemnización? No obstante, si existiera la certidumbre de que el consumo europeo de salitre no hubiera de superar al actual stock del Pool, aparecería aceptable ese tempera-


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mPnto y en tal emergencia, habríamos de afrontar, con musuimánica resignación, la debacle general.

Pero ¿por qué ha de restringirse a esos extremos el consumo del salitre?

¿No necesitarán abonos las tierras europeas, en la próxima cosecha agrícola?

¿Ha perdido ei salitre sus condiciones fertilizantes? ¿Debe considerarse derrotado y suplantado definitiva

mente por los similares? Nada de eso. Entonces ¿por qué desesperar, por qué sentarnos a llorar

anticipando la hora de las ruinas de Itálica? ¿ Por qué suponer que el consumo no ha de superar al

actual stock del Pool? El temperamento de dejarle el campo libre, es uno de los

que pueden ser condenados in limine y calificado hasta de anti-patriótico.

Si no hubiera, como afortunadamente las hay, razones muy poderosas para juzgar que puede haber fuerte consumo de salitre en la próxima temporada, bastaría con que hubiera probabilidades remotas de ese consumo, para colo carnos en situación de atenderlo oportunamente.

¿Qué haría el Pool si se le dejara la cancha libre? Si viere cerrado el camino de batirse aisladamente, pac

taría con los productores de abonos similares y de esta alianza resultaría provecho- para los unos y los otros y la pérdida del mercado para el salitre que tendría después que luchar mucho para recuperarlo, aun en igualdad de precios.

Y bien: ¿qué hacer? Revistemos, en cuadro completo, la situación. Hay en Europa 900,000 toneladas en manos del Pool. Serán ofrecidas en venta en la temporada próxima, al


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mayor precio que slis tenedores puedan obtener y en el caso de competencia, a menor precio que el competidor.

El precio alto limitará el consumo, facilitan do el a vanee de los similares y la amenaza del precio bajo, detendrá a los interesados en adquirir salitre.

La Asociación está incapacitada, por sus propios acuerdos, celebrados en armonía con un convenio pactado con el Pool, para bajar el precio en la costa, de L} chelines el quintal antes del r. 0 de Abril próximo.

La temporada de consumo, va de Marzo a Mayo, de modo que los precios más bajos que fijare la Asociación, después del r. 0 de Abril, no produciría sus efectos, sino en 1923.

No sería lícito que la Asociación acopiara salitre en Europa, desde luego, para ofrecerle en venta desde el r. 0 de Abril próximo.

Además ese procedimiento demanda muy fuertes capitales, que no se ve quien arriesgaría, mientras exista en Eu

. ropa el stock del Pool. La Asociación no acepta remitir salitre a Europa para

ser vendido por comisionistas, sin la base de un precio mínimo garantido.

A pesar de las activas gestiones practicadas por el gobierno, y por instituciones particulares, no se encuentran compradores o vendedores en. consignación, con precio fijo garantido, sino a condición de eliminar del mercado el stock del Pool.

Ante este· cuadro, preguntamos de nuevo: ¿Qué hacer? Difícil, me parece, que más de una sola solución acuda a

la mente de quien se posesione bien de todos los factores que encierra.

Reventar al Pool o pactar con el Pool. Sólo con la eliminación violenta o amigable del Pool, se

podrá reanudar desde luego la producción, y se podrá evitar la angustiosa situación comercial, económica y financiera

' que nos amenaza.

El Pool está fuera de nuestro alcance, está en Inglaterra,


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al amparo de las más fuertes instituciones de crédito del mundo; impide legítimamente fijar al salitre un preciu inferior a 14 chelines, el quintal en la costa; hará incierto y fluctuante el precio después ele] r.O de Abril, porque estará en libertad de bajarlo o subirlo, y siendo todo esto así, ¿cómo reventarlo?

Doctores tiene la Iglesia .......................................... . Ya yo he confesado que las instituciones a cuyo trabajo

he cooperado, no han encontrado el medio (lícito se entiende) de obtener ese resultado.

La solución amigab]e ha sido propuesta y ha sido rechazada hasta ahora.

Va llegando el momento de recapacitar acerca de si vale la pena de abrirle camino o de someterla a discusión.

Para ello se necesita hombres de Estado. No lo son los que proceden a impulsos de la populachería,

sin acentuación personal y sin valor moral. El verdadero hombre de Estado propicia las soluciones

convenientes a la Nación y triunfa o cae en la demanda; consulta la opinión pública en las materias que la opinión domina y sólo a los entend1:dos cuando se trata de los medjos de atender las aspiraciones de la opinión en forma de soluciones que requieren estudio, conocimientos o preparación especia les.

Quiero decir con estas observaciones que si es necesario o conveniente parlamentar con el Pool, no deben ser óbice las consideraciones ajenas a esa necesidad o conveniencia nacional.

Los arreglos con el Pool no podrían ce]ebrarse sino sobre la base de la compra inmediata por el mismo Pool o por algunas otras entidades, de una cantidad considerable de salitre; sobre la base de que gastara actividad por sí o por


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intermedio clr otras corporaciones, a la propaganda entre los consumidores y sobre la base de establecer un precio fijo, lo más bajo posible, tanto al salitre en actual stock como al que adquiriera por sí o por intermedio de otras instituciones.

Nada práctico representaría en la situación actual la eliminación del stock del Pool, si con ello no se obtuviera desde luego la venta de alguna cantidad considerable de la existencia en la costa, ni tampoco obtendríamos resultados inmediatos, si no se impulsare el consumo del salitre por medio de una propaganda adecuada en cada país consumidor, y si no se estableciera un precio fijo de venta en Europa.

Nótese lo que dijo el señor Milne \V'altson, delegado de la Federación Británica de Sulfato de amoníaco, en la reunión de Rotterdam. celebrada el 20 de Junio último.

<,Ellos (los productores alemanes) han vendido su ázoe mediante una gran propaganda; para consumir todo el que piensan fabricar, se verán obligados a hacer una mayor propaganda durante el próximo año y para esta propaganda piensan gastar 75.000,000 de marcos, la misma suma gastada el año pasado, f 300,000.>>

El señor Caro, dijo en la misma reunión: <<El camino para vender ázoe es una mayor propaganda y no los precios bajos. La propaganda no se debe hacer con hablar sino con demostraciones prácticas. Los compradores y los agricultores deberían ser socorridos financieramente con el establecimiento de créditos, etc.>>

El mismo señor Caro, agregó: <<Lo más importante es un precio fijo. La gente no comprará con un mercado de baja. En el año pasado, el precio por unidad de ázoe era en Alemania de seis marcos, mientras que en este año fué de 12

marcos con un consumo muy aumentado, pero el precio era

fijo.>> El señor Bueb, director del Stickstoff Syndikat y repre-

sentante de la Badische Anilin und Sodafabrik (Sulfato y


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Nitrato de soda sintéticos) sostuvo en esa reumon que: <<el precio fijm> es una necesidad. Como un ejemplo, dice que el Gobierno alemán hizo en el Reichstag la observación necia que esperaba rebajar el precio del ázoe y el resultado fué que durante tres meses no hubieron ventas.>> ~

El señor Milne Watson agregó todavía: <<La creencia que existe entre los compradores de que el Sindicato exportará más tarde sulfato a un precio bajo, impide las ventas.>>

Quedan así justificadas las exigencias que debieran formar la base de cualquier arreglo con el Pool y sirven además las observaciones transcritas, para hacer resaltar la bondad y mérito comercial de las proposiciones francesas que están fundadas en la eliminación del stock del Pool y en la propaganda activa y eficaz que ofrecen hacer, no solamente por medio de sus vinculaciones directas y estrechas con los sindicatos agrícolas, consumidores, sino que también con los créditos que han propuesto otorgarles.

Y ponen de manifiesto los motivos por los cuales, no es posible obtener precios a firme por salitre en la costa.

Y todavía más, ponen de relieve las dificultades insuperables con que tropezarían aquellos productores que desean constituir de~de luego un stock de salitre en Europa, para mantener indefinidamente incierto el precio de venta para luchar con la competencia del Pool, con la competencia de los similares y con la activa propaganda de sus productores, espaldeadas por fuertes capitales.

Utopías, utopías y utopías.

Quedaría por resolver el punto relativo a quién habría de pagar la indemnización que exigiere el Pool, a cuánto podría ascender y cómo podría cubrirse.

¿Quién?


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Los beneficiados con el precio elevadísimo que pagaron los compradores en 1920, fueron los productores o sea la Asociación y este organismo fué el que contrajo la obligación de mantener los precios altos o de otorgar una rebaja a aquellos compradores, equivalente a la reducción que hicieren.

Si para estimular las ventas, consultando sus propias conveniencias, hubiere la Asociación de bajar el precio a 10

chelines el quintal, habría de acordar al Pool una reducción de cuatro chelines por quintal y esto no por gracia, sino que en virtud de una estipulación contractual.

Pero, la Asociación parece dispuesta. como ya lo he dicho, a mantenerse a la capa, a no soltar el dinero que recibió, aun cuando arda Troya, aun cuando se prolongue el actual estado de cosas .

Si no se produce esa reducción en e] precio, le correspondería al Pool cargar con toda la pérdida en que incurriere; pero, en este caso no es probable que se produzcan nuevas ventas y quedaría el Pool dominando_ el mercado europeo en la próxima temporada, con grave detrimento de los intereses nacionales.

El Fisco no hizo más que recibir sus derechos normales de exportación y en estricto derecho, no tiene por qué contribuir.

Pero, en mis publicaciones de Abril último, sostenía que tratándose de una industria eminentemente nacional, bien podría el Fisco, en último extremo, concurrir a la solución general y sostuve entonces que acaso habría que llegar al acuerdo de contribuir en cierta proporción, el Fisco y la Asociación.

Si el arreglo facilitara la exportación inmediata o próxima de 600,000 toneladas o más de salitre, el Fisco percibiría alrededor de 60 millones de pesos por derechos de exportación, y si el precio fuere de 10 chelines el quintal entrarían al país, .l 6.600,000 o sea doscientos cincuenta millones de pesos.

La nueva venta que llevaría aparejada la futura desapa-


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nc10n del stock actualmente en Europa, traería como consecuencia el entonamiento general de la ~ituación financiera y comercial de la Nación. porque no entrarían a sus actividades comerciales, solamente esos 220.000,000 sino que también. a lo menos, 400 millones más provenientes de la venta del stock europeo y que llegarían a distintas firmas que trabajan entre nosotros y con nosotros.

Y, por otra parte, se haría posible la reanudación de la industria por lo menos en la proporción necesaria para reemplazar el r.500,000 toneladas de salitre que habría de venderse en la próxima temporada.

Y para llegar a esa nueva producción, se invertiría alrededor de quinientos millones de pesos, cuyos dos tercios quedarían en el país, y de los que cerca de trescientos millones irían al pueblo y a 'la clase media, en forma de sueldos a trabajadores y a empleados.

Compárese esa expectativa con lo que ocurre hoy. No es exagerado calcular la falta de rentas fiscales, el descenso del cambio, la baja de cierto5 productos y valores, la falta de trabajo y tantos otros factores, en roo millones de pesos mensuales.

Son éstos los gravámenes que caen sobre el país como consecuencia de la paralización de la industria salitrera.

Y siendo e~to así, ¿no le interesaría, aun cuando no esté obligado, hacer algún sacrificio pecuniario para ponerle término a esa situación?

¿A cuánto ascendería la indemnización?

Tomemos como precio de costo de las 900 mil toneladas del Pool, el de f 26 y supongamos que hubiera de venderlas a {. 14. La pérdida sería de f 10.800,000, o sea, trescientos diez millones de pesos, en números redondos.

Parece que el Pool se daría por satisfecho con una indemnización equivalente a menos de la i;nitad de esa enorme pérdida.

¿ Cómo se pagaría esa indemnización?


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Ni la Asociación ni el Fisco querrían sacar de sus arcas, cantidad alguna.

Se ha propuesto, cubrir la indemnización con una cuota determinada por quintal exportado en .el futuro, hasta enterar la suma en· que se conviniere, cuota a que concurrirían por partes iguales, el Fisco y la Asociación.

La reunión de ~otterdam puso de relieve otros dos hechos, de los que es indispensable tomar nota.

Consistieron en el acuerdo unánime de los delegados para estimar que la producción de abonos excedía a la demanda del consumo y para estimar que era necesario que los productores se unieran, a fin de evitar la baja excesiva de los prec10s.

Es incuestionable que la producción de abonos es o puede Jlegar a ser enorme y sin duda superior a las necesidades o a la actual potencia adquisitiva de los consumidores, así como es incuestionable que si se estableciere la competencia abierta entre los productores, los prec10s bajarían hasta arruinar a algunos.

¿A quiénes, -a los fabricantes de abonos artificiales o a los salí treros?

Esta es la incógnita más grave a resolver y no es posible emitir juicio certero y definitivo, sin conocer exactamente el precio de costo de los artificiales.

Cualquier otro antecedente, o las deducciones o inducciones que se hagan no bastan para despejar, positivamente, esa incógnita.

Y por esto, no es tampoco fácil resolver, desde luego, si hay conveniencia o no en pactar con los competidores de salitre, a lo menos temporalmente, mientras se pueda determinar sus precios de costo.


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En todo caso, conocemos dos factores perfectamente definidos: I. 0 La presencia en el mercado mundial de competidores amparados por fuertes capitales y elementos de propaganda, dispuestos a luchar a muerte con el salitre, y 2. 0

La presencia en el mercado europeo de un stock considerable de salitre cuyo precio de venta en la temporada próxima es y permanecerá desconocido.

Estos factores han de llevarnos, a resolver: a) si parlamentamos con los competidores o aceptamos la lucha, y b) si parlamentamos con los tenedores del stock de salitre o luchamos con ellos.

No estamos en situación de sostener esas contiendas ni lo estaremos sino cuando logremos abaratar el precio de costo del salitre, puesto en Europa y cuando contemos con capitales fuertes, dispuestos a sostener la preeminencia del salitre y a propagar su consumo.

No alcanzaremos lo primero, sino tras de algún tiempo y tras de esfuerzos, destinados a conciliar el interés de los productores con el interés nacional, y no alcanzaremos lo segundo, sino empezamos por eliminar el stock del Pool.

Debemos entonces llegar a las siguientes conclusiones:

Debe perseguirse el abaratamiento de la producción del salitre para estar en situación de afrontar cualquiera competencia, pero, como no se alcanzará rápidamente este resultado, es indispensable, adoptar algún temperamento provisorio, de efectos en la temporada próxima.

Ese temperamento no puede ser otro que el de eliminar buenamente al Pool y en armonía con sus componentes, que han sido durante muchos años los propagandistas eficaces del salitre, debería constituirse por la vía de venta o de consignación, un nuevo stock en Europa, de realización preferente o compartida con el Pool, para ser vendido según las circunstancias del mercado, siempre sobre un precio mínimo que se acordaría para satisfacer a la Asociación.

Ya se sabe que en estas condiciones se cuenta con un


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grupo de banqueros franceses, además del grupo constituído por el Pool.

l1rge remover la situación actual que va traduciéndose, poco a poco, en riña y recelos entre el Pool, la Asociación. y el Gobierno.

Necesitamos por el momento la unión estrecha de estas tres entidades y en seguida, con las experiencias que nos traiga la próxima temporada, deherá el Gobierno . asumir de lleno el rol de regulador de la producción y de las futuras ventas.

El medio práctico de obtener la armonía y de dilucidar la materia con acierto, sería el de que el Gobierno presidiera una reunión de aquellas entidades, a las que deberían concurrir los representantes dd los banqueros franceses y los de cualquier otro grupo financiero que haya ofrecido u ofrezca contingente efectivo.

Oyendo en conjunto las razones y los propósitos de los distintos interesados, podría el Gobierno formarse concepto definitivo e influir eficazmente en la conciliación de todos los intereses particulares, hasta armonizarlos con los intereses del país.


los problemas del salitre

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