lenin - obras escogidas 04-12

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  • 8/12/2019 Lenin - Obras Escogidas 04-12

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    OOBBRRAASS,,TTOOMMOOIIVV((11991144--11991155))

    VV..II..LLeenniinn

    Edicin: Progreso, Mosc 1973.Lengua:Castellano.Digitalizacin:Koba.Distribucin: http://bolchetvo.blogspot.com/

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    ndice

    PREFACIO. ...............................................................1MATERIALISMO Y EMPIROCRITICISMO. .........5

    Prologo a la primera edicin. .................................5Prologo a la segunda edicin. ................................5A manera de introduccin. .....................................6Captulo I. La teora del conocimiento del

    empiriocriticismo y la del materialismo dialectico.I. ...........................................................................13Captulo II. La teora del conocimiento delempiriocriticismo y la del materialismo dialectico.II. ..........................................................................37Captulo III. La teora del conocimiento delmaterialismo dialectico y la del empiriocriticismo.III. ........................................................................56Captulo IV. Los filsofos idealistas comocompaeros de armas y sucesores delempiriocriticismo. ................................................78Captulo V. La revolucin contempornea operada

    en las ciencias naturales y el idealismo filosfico............................................................................101Captulo VI. El empiriocriticismo y elmaterialismo histrico. .......................................128Complemento al 1 del captulo IV. Desde quelado abordo N.G. Chernyshevski la critica delkantismo?101.......................................................147

    EN TORNO A LA DIALCTICA. .......................149NOTAS ..................................................................151

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    PREFACIO.

    El cuarto tomo de las Obras Escogidas de Lenin

    en 12 tomos contiene Materialismo yempiriocriticismo, escrito entre febrero y octubre de1908, y un fragmento de los Cuadernos filosficos deLenin, que lleva el ttulo deEn torno a la dialctica yfue escrito en 1915.

    Lenin escribi el libro Materialismo yempiriocriticismo en el perodo de la historia deRusia en que la autocracia zarista, luego de aplastarla revolucin de los aos 1905-1907, implant en el

    pas un atroz terrorismo policaco y en que lareaccin se ensa en todas las esferas de la vida dela sociedad. Abatimiento, desmoralizacin,

    escisiones, dispersin, apostasas, pornografa en vezde poltica. Reforzamiento de la tendencia alidealismo filosfico, misticismo como disfraz de unestado de espritu contrarrevolucionario. Ascaracteriz Lenin la situacin en el pas despus de laderrota de la primera revolucin rusa (V. I. Lenin. Laenfermedad infantil del izquierdismo en elcomunismo. Obras, 4 ed. en ruso, t. 31, pg. 11). La

    justificacin ideolgica de la contrarrevolucin y elresurgimiento del misticismo religioso imprimieronsu huella en la ciencia, en la literatura y en el arte. Enla filosofa predominaban las formas de idealismoms reaccionarias, que negaban las leyes objetivasque regulan el desarrollo de la naturaleza y lasociedad y la posibilidad de conocerlas. Las fuerzascontrarrevolucionarias hacan cuanto podan paracalumniar a la clase obrera y a su partido y socavarlas bases tericas del marxismo. En esascircunstancias, la defensa de la filosofa marxista se

    plante como la tarea ms importante eimpostergable.

    La reaccin desbocada en Rusia no era unfenmeno puramente ruso. En la poca del

    imperialismo, la burguesa daba un brusco viraje entodos los pases, como escribiera Lenin, de lademocracia a la reaccin en toda la lnea: en laeconoma, en la poltica y en la filosofa. A fines delsiglo XIX y comienzos del XX extendise porEuropa la denominada filosofa de la experienciacrtica, el empiriocriticismo o machismo. Estafilosofa, aparecida corno variedad del positivismo,

    pretenda al papel de nica filosofa cientfica quehaba superado presuntamente la unilateralidad tantodel materialismo como del idealismo, si bien con eseatuendo se disfrazaba en realidad una esencia

    idealista subjetiva, una esencia reaccionaria. Algunossocialdemcratas, que se las daban de discpulos deMarx, vieron en el machismo la ltima palabra dela ciencia llamada a sustituir la filosofamaterialista dialctica del marxismo.

    En Rusia, adems de los enemigos declarados del

    proletariado y de su partido (V. V. Lesvich, V. M.Chernov y otros), predic el machismo un grupo deintelectuales socialdemcratas integrado por N.Valentnov, P. Yushkvich, A. Bogdnov, V.Bazrov, A. Lunacharski y otros. Ante los marxistasconsecuentes plantese la importantsima misin demostrar la esencia reaccionaria del machismo, de-fender el marxismo, esclarecer las cuestionesfundamentales del materialismo dialctico y dar unaexplicacin materialista dialctica de los nuevosdescubrimientos de las Ciencias Naturales. Estamisin la cumpli Lenin en su libro Materialismo y

    empiriocriticismo.A diferencia de la poca de Marx y Engels,

    cuando estaba planteada en primer plano la tarea dedesarrollar y defender la interpretacin materialistade la historia y de la dialctica materialista, en el

    perodo de fines del siglo pasado y comienzos delpresente cobraron una importancia decisiva en lalucha contra el idealismo filosfico la defensa y eldesarrollo del materialismo filosfico marxista y dela teora materialista dialctica del conocimiento. Losfilsofos reaccionarios se afanaban por demostrartericamente que era imposible conocer la realidadobjetiva y afirmaban que el concepto de materiahaba quedado anticuado, reduciendo la misin dela ciencia a analizar las sensaciones, etc. Losmachistas intentaron respaldar esta filosofa idealista,enemiga de la ciencia, con los novsimosdescubrimientos de las Ciencias Naturales y hacerla

    pasar por la ltima palabra de la ciencia. Lenindemostr la inconsistencia de esas tentativas que, enel fondo, eran un resurgimiento de las opinionesidealistas subjetivas de Berkeley y Hume.

    Lenin supo defender el materialismo filosfico

    marxista en la pugna contra la filosofa reaccionaria.Al desarrollar las tesis fundamentales de dichomaterialismo, dio una definicin de la materia queera una sntesis de toda la historia de la lucha delmaterialismo contra el idealismo y la metafsica, unasntesis de los nuevos descubrimientos de lasCiencias Naturales. La materia -escribi- es unacategora filosfica para designar la realidad objetiva,dada al hombre en sus sensaciones, calcada,fotografiada y reflejada por nuestras sensaciones yexistente independientemente de ellas (vase el

    presente volumen). Lenin examina la materia

    vinculada indisolublemente en el movimiento ysubraya que la realidad objetiva es precisamente lamateria en movimiento.

    El gran mrito de Lenin estriba en que, en la luchacontra el idealismo subjetivo y el agnosticismo,

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    desarroll en todos los aspectos la doctrina marxistade la cognoscibilidad del mundo, la teora del reflejo.Lenin propugn la interpretacin materialista de lasiquis, de la conciencia, como producto supremo dela materia, como funcin del cerebro humano, yrecalc que el pensamiento, la conciencia, es elreflejo del mundo exterior. Defini esplndidamente

    la sensacin como imagen subjetiva del mundo ob-jetivo y someti a crtica la teora agnstica de lossmbolos o jeroglficos, segn la cual las sensacionesno son sino signos convencionales y no imgenes delos objetos reales. Esta teora es propalada tambinen nuestros das por representantes de diversastendencias de la filosofa burguesa, y la crtica a queLenin la someti no ha perdido actualidad.

    Lenin dio a conocer el complejo procesodialctico del conocimiento y mostr que ladialctica es precisamente la teora marxista delconocimiento. A esta importantsima tesis, formulada

    por l posteriormente, en los aos 1914-1915, en eltrabajo Carlos Marx y en los Cuadernos filosficos,lleva todo el curso de los razonamientos de Leninsobre el fondo de la teora marxista del conocimientoexpuestos en el libro Materialismo yempiriocriticismo, En la teora del conocimiento,como en todos los otros dominios de la ciencia -escribi-, hay que razonar con dialctica, o sea, nosuponer jams que nuestro conocimiento es acabadoo inmutable, sino indagar de qu manera elconocimiento nace de la ignorancia, de qu manerael conocimiento incompleto e inexacto llega a serms completo y ms exacto. Un ejemplo magnficode aplicacin de la dialctica a la investigacin del

    proceso del conocimiento humano es el anlisis de ladoctrina de la verdad ofrecido en Materialismo yempiriocriticismo. Lenin defino la verdad como

    proceso complejo y contradictorio del desarrollo delconocimiento y examina esto proceso bajo dosaspectos: en oposicin a las diversas formas deidealismo subjetivo y agnosticismo, recalcando laobjetividad de nuestros conocimientos y laindependencia de su contenido respecto del sujeto; a

    la vez seala que el conocimiento es un proceso dedesarrollo de la verdad relativa hacia la verdadabsoluta, oponiendo con ello la doctrina materialistadialctica de la verdad tanto al relativismo como a lametafsica. ... El pensamiento humano, por sunaturaleza -escribi Lenin-, es capaz de

    proporcionarnos, y proporciona en realidad, la verdadabsoluta, que resulta de la suma de verdadesrelativas. Cada fase del desarrollo de la ciencia aadenuevos granos a esta suma de verdad absoluta; perolos lmites de la verdad de cada tesis cientfica sonrelativos, tan pronto ampliados como restringidos por

    el progreso consecutivo de los conocimientos.Lenin puso de manifiesto la importancia de laprctica en el proceso del conocimiento como criteriode la verdad y mostr que el punto de vista de lavida, de la prctica, debe ser lo primero y

    fundamental en la teora del conocimiento y llevaineludiblemente al materialismo. Todo el contenidodel libro Materialismo y empiriocriticismo es una

    profunda argumentacin de la posibilidad de conocerlas leyes de la naturaleza y la sociedad,argumentacin presidida por un convencimiento

    profundo del poder y el vigor de la razn humana.

    En las postrimeras del siglo XIX y en los alboresdel XX comenz una verdadera revolucin en lasCiencias Naturales: se descubrieron los rayos X(1895), el fenmeno de la radioactividad (1896), elelectrn (1897) y, al estudiar sus propiedades, lamutabilidad de su masa en dependencia de suvelocidad, el radio (1898), etctera. El desarrollo dela ciencia mostr el carcter limitado del cuadrofsico, existente hasta entonces, del mundo.Comenzse a revisar toda una serie de conceptoselaborados por la Fsica clsica anterior cuyosrepresentantes adoptaban, por regla general, las

    posturas del materialismo espontneo, inconsciente, amenudo metafsico, desde el punto de vista del cuallos nuevos descubrimientos de la Fsica parecaninexplicables. La Fsica clsica arrancaba de laidentificacin metafsica de la materia, comocategora filosfica, con determinadas nociones de suestructura. Pero cuando estas nociones cambiaron deraz, los filsofos idealistas y algunos fsicosempezaron a hablar de la desaparicin de lamateria, queran demostrar la inconsistencia delmaterialismo, negaban el significado objetivo de lasteoras cientficas, vean el objeto de la ciencia sloen la descripcin de los fenmenos, etctera.

    Lenin sealaba que la posibilidad de lainterpretacin idealista de los descubrimientoscientficos iba implcita ya en el propio proceso delconocimiento de la realidad objetiva y naca delmismo progreso de la ciencia. As, la ley de laconservacin y transformacin de la energa fueutilizada por Guillermo Ostwald para argumentar lateora del energetismo e intentar demostrar ladesaparicin de la materia y su transformacin enenerga. La penetracin en lo intrnseco del tomo y

    las tentativas de separar sus partculas elementalesdieron lugar al acrecentamiento del papel de lasmatemticas en el desarrollo de los conocimientos dela Fsica, lo que era, en s, un fenmeno positivo.Ahora bien, el matematismo en la Fsica, as corno el

    principio del relativismo de nuestros conocimientosen el perodo del cambio radical del cuadro fsico delmundo contribuyeron a que se declarase la crisis deesta ciencia y fueron las fuentes gnoseolgicas delidealismo fsico. En realidad, los nuevosdescubrimientos de la Fsica, como enseara Lenin,lejos de refutar el materialismo dialctico, al que

    llevaba todo el desarrollo de las Ciencias Naturales,antes bien lo confirmaban. Caracterizando elcomplejo curso del desarrollo de la Fsica y sus

    bsquedas espontneas de una teora filosficacertera, Lenin escribi: La Fsica contempornea...

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    Prefacio 3

    se encamina hacia el nico mtodo atinado, hacia lanica filosofa certera de las Ciencias Naturales, noen lnea recta, sino en zigzag, no sabiendo adonde va,sino por impulso natural, no viendo con claridad suobjetivo final, sino acercndose a l a tientas,titubeando y, a veces, hasta reculando.

    La honda revolucin operada en las concepciones

    sobre la naturaleza, que comenz entre ltimos delsiglo pasado y comienzos del presente, coincidi conun recrudecimiento de la reaccin poltico-socialmotivada por el trnsito del capitalismo a la nuevafase de su desarrollo, al imperialismo. En esascircunstancias, la filosofa idealista, aprovechndosede la revolucin sobrevenida en la Fsica, hizo unatentativa de desplazar de las Ciencias Naturales elmaterialismo e imponer a la Fsica su explicacin delos nuevos descubrimientos, de conciliar la cienciacon la religin. La esencia de la crisis de la Fsicacontempornea -escribi Lenin- consiste en que se

    han desquiciado las viejas leyes y los principiosfundamentales, en que se repudia la realidad objetivaexistente fuera de la conciencia, es decir, en que sesustituye el materialismo por el idealismo y elagnosticismos.

    No contento con slo analizar el fondo de la crisisde la Fsica, Lenin seal que la salida de esta crisisestaba en que los fsicos llegasen a dominar elmaterialismo dialctico.

    En el libro Materialismo y empiriocriticismo seofrece una sntesis filosfica de los nuevosdescubrimientos de las Ciencias Naturales, que Leninabord como filsofo pertrechado con el mtodo de

    pensamiento ms progresista, el preciso mtodo queno posean los especialistas en Fsica. Este mtodo esla dialctica materialista, en cuyas categoras, y sloen ellas, puede reflejarse adecuadamente la dialcticaobjetiva de la naturaleza. Segn palabras de Lenin,este mtodo, a diferencia de la metafsica y elrelativismo, hace hincapi en el carcter aproximadoy relativo de nuestros conocimientos sobre laestructura y las propiedades de la materia, en laausencia de fronteras absolutas en la naturaleza, en la

    transformacin de la materia en movimiento de unestado en otro, etc.Partiendo de la dialctica materialista, Lenin

    dedujo la tesis de que la materia es inagotable. Elelectrn es tan inagotable como el tomo -escribi-,la naturaleza es infinita, pero existe infinitamente, yeste reconocimiento, que es el nico categrico, elnico incondicional, de su existencia fuera de laconciencia y de las sensaciones del hombre es

    precisamente lo que distingue al materialismodialctico del agnosticismo relativista y delidealismo. Este magnfico y profundo pensamiento

    de Lenin ha sido confirmado por todo el desarrolloposterior de la ciencia (el descubrimiento de laradiactividad artificial y de la compleja estructura delncleo atmico, la moderna teora de las partculaselementales, etc.).

    En el libro Materialismo y empiriocriticismoLenin mostr la unidad indisoluble del materialismodialctico y el materialismo histrico y desarroll lastesis fundamentales de este segundo, ante todo latesis de la funcin determinante de la existenciasocial con respecto a la conciencia social. Leninopuso el materialismo histrico a la teora idealista

    de Bogdnov sobre la identidad del ser y laconciencia y a las tentativas anticientificas de losmachistas de sustituir las leyes especificas deldesarrollo de la sociedad por la energtica social,las leyes biolgicas, etctera.

    Lenin puso de manifiesto los ntimos nexosexistentes entre el machismo y la religin y mostrque el idealismo como tendencia filosfica es unmedio importante de conservacin y sostenimientode la religin. Debido al estudio multilateral delempiriocriticismo y a su comparacin con otrasvariedades de idealismo, Lenin lleg a la conclusin

    de que el idealismo ...no es ms que una formaacendrada, refinada, del fidesmo, que apresta todassus armas, dispone de muy vastas organizaciones ysigue influyendo sin cesar en las masas, haciendo queredunde en su provecho la menor vacilacin del

    pensamiento filosfico.Lenin denunci en su libro la ficticia

    imparcialidad de la filosofa burguesa, imparcialidaddisimulada con tretas terminolgicas yescolasticismo erudito. Mostr que el desarrollo dela filosofa en la sociedad dividida en clasesantagnicas se manifiesta ineludiblemente en la luchade las dos direcciones filosficas fundamentales: delmaterialismo y el idealismo que, por regla general,expresan respectivamente los intereses de las clases

    progresistas y de las clases reaccionarias. Al dar aconocer el carcter anticientfico del idealismo,Lenin le opone la tradicin filosfica materialista(desde Demcrito hasta Feuerbach y Chernyshevski),que alcanz el mximo desarrollo en la filosofamarxista. Lenin concepta la historia de la filosofade lucha entre las tendencias o las trayectorias dePlatn y Demcrito y recalca que la filosofa

    contempornea es tan partidista como hace dos milaos.Ellibro de Lenin es un manual imprescindible en

    la pugna contra la filosofa y la sociologa burguesascontemporneas. En l se desenmascaran losmtodos y procedimientos fundamentales de criticadel marxismo por los idelogos de la burguesareaccionaria: la sustitucin de las leyes que rigen eldesarrollo social por factores biolgicos,sicolgicos y de otro tipo, la propensin a falsear elmarxismo, fingiendo desarrollarlo, etctera.

    Lenin mostr, y el desarrollo posterior de las

    Ciencias Naturales lo confirm, que el materialismodialctico es la nica filosofa acertada de lasCiencias Naturales y el mtodo de pensamiento msconsecuente y cientfico. Esta obra suya ha ayudadoa muchos cientficos progresistas a encontrar el

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    camino certero en sus dominios del saber, a rompercon la filosofa idealista y a pasar a las posiciones dela visin cientfica, materialista y dialctica, delmundo. La profunda sntesis filosfica de losadelantos de las Ciencias Naturales, lacaracterizacin de la crisis de la Fsica y la salida deesta crisis que dio Lenin revisten inmensa

    importancia para combatir la moderna falsificacinidealista de los descubrimientos cientficos en aras dela victoria del materialismo dialctico en las Ciencias

    Naturales.El fragmentoEn torno a la dialctica da fin a los

    trabajos filosficos de Lenin en 1914-1915. Breve devolumen, es una sntesis de todo lo de importancia yenjundia que constituye el fondo de la dialcticamaterialista.

    LA EDITORIAL.

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    MATERIALISMO Y EMPIROCRITICISMO.

    otas crticas sobre una filosofa reaccionaria.

    Prologo a la primera edicin.Toda una serie de autores que pretenden sermarxistas han emprendido este ao en nuestro pasuna verdadera campaa contra la filosofa delmarxismo. En menos de medio ao han visto la luzcuatro libros, consagrados fundamental y casiexclusivamente a atacar el materialismo dialctico.Entre ellos, y en primer lugar, figura el titulado

    Ensayos sobre[?] (contra, es lo que debera decir) lafilosofa del marxismo, San Petersburgo, 1908, unacoleccin de artculos de Bazrov, Bogdnov,Lunacharski, Berman, Gulfond, Yushkvich y

    Suvrov; luego vienen los libros: de Yushkvich, Elmaterialismo y el realismo crtico; de Berman, Ladialctica a la luz de la moderna teora delconocimiento, y de Valentnov, Las construcciones

    filosficas del marxismo.Toda esa gente no puede ignorar que Marx y

    Engels dieron decenas de veces a sus concepcionesfilosficas el nombre de materialismo dialctico. Ytoda esa gente, unida -a pesar de las profundasdiferencias que presentan sus ideas polticas- por suhostilidad al materialismo dialctico, pretende, almismo tiempo, hacerse pasar en filosofa pormarxista! La dialctica de Engels es un misticismo,dice Berman. Las ideas de Engels se han quedadoanticuadas, exclama Bazrov de pasada, como algoque no necesita demostracin; nuestros valientes

    paladines, quienes se remiten orgullosamente a lateora contempornea del conocimiento, a lafilosofa contempornea (o al positivismocontemporneo), a la filosofa de las Ciencias

    Naturales contemporneas e incluso a la filosofade las Ciencias Naturales del siglo XX, dan porrefutado el materialismo. Apoyndose en todas estas

    supuestamente novsimas doctrinas, nuestrosdestructores del materialismo dialctico llegan condenuedo hasta el fidesmo expreso*(en Lunacharskise ve esto con mayor claridad, mas no es l solo, nimucho menos!)1, pero pierden de pronto toda laaudacia y todo el respeto a sus propias conviccionescuando tienen que precisar explcitamente su actitudante Marx y Engels. De hecho, abjuracin completadel materialismo dialctico, es decir, del marxismo.De palabra, subterfugios sin fin, intentos de eludir elfondo de la cuestin, de encubrir su apostasa ycolocar en el lugar del materialismo en general a uno

    cualquiera de los materialistas, negativa rotunda a

    * Fidesmo: doctrina que pone la fe en lugar delconocimiento, o, por extensin, que le atribuye ciertaimportancia.

    hacer un anlisis directo de las innumerables

    declaraciones materialistas de Marx y Engels. Es unaverdadera rebelin de rodillas, segn la justaexpresin de un marxista. Es el revisionismofilosfico tpico, pues los revisionistas son los nicosque han adquirido triste fama por haber abandonadolas concepciones fundamentales del marxismo ymostrar timidez o incapacidad para liquidarcuentas en forma franca, directa, decidida y claracon los puntos de vista abandonados. Cuando losortodoxos han tenido que manifestarse contra ciertasconcepciones anticuadas de Marx (como, porejemplo, Mehring respecto a ciertas tesis histricas),

    lo han hecho siempre con tanta precisin y de formatan detallada que nadie ha encontrado jams en sustrabajos la menor ambigedad.

    Por cierto, en losEnsayos sobre la filosofa delmarxismo hay una frase que se parece a la verdad.Esta frase, de Lunacharski, dice: Nosotros (es decir,evidentemente, todos los autores de los Ensayos) talvez no atinemos, pero buscamos (pg. 161). En ellibro que ofrezco a la atencin del lector intentardemostrar con toda amplitud que la primera parte deesta frase contiene una verdad absoluta; y la segunda,una verdad relativa. Por el momento me limitar ahacer notar que si nuestros filsofos no hablaran ennombre del marxismo, sino en el de algunosmarxistas que buscan, testimoniaran un mayorrespeto a s mismos y al marxismo.

    Por lo que s refiere a m, tambin soy, enfilosofa, uno que busca. En estos apuntes me he

    propuesto dar con la causa que ha hecho desbarrar aesas gentes que ofrecen, bajo el nombre demarxismo, algo increblemente catico, con fuso yreaccionario.

    El Autor

    Septiembre, 1908.

    Prologo a la segunda edicin.La presente edicin, si se exceptan algunas

    correcciones del texto, no se diferencia de la anterior.Confo en que no carecer de utilidad,independientemente de la polmica con losmachistas rusos, en calidad de manual que ayude aconocer la filosofa del marxismo, el materialismodialctico, as como las conclusiones filosficas quese deducen de los recientes descubrimientos de lasCiencias Naturales. Por lo que se refiere a las ltimas

    obras de A. A. Bogdnov, que no he tenido laposibilidad de conocer, el artculo del camarada V. I.Nievski, que se inserta a continuacin, aporta lasindicaciones necesarias2. El camarada V. I. Nievski,en su labor, no slo como propagandista en general,

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    sino como colaborador activo de la Escuela delPartido en particular, ha tenido plena posibilidad de

    persuadirse de que, bajo la capa de la culturaproletaria3, A. A. Bogdnov sustenta concepcionesburguesas y reaccionarias.

    . Lenin2 de septiembre de 1920.

    A manera de introduccin.Como refutaban el materialismo ciertos

    marxistas en 1908 y como lo refutaban ciertosidealistas en 1710.

    Todo el que est algo familiarizado con losescritos filosficos debe saber que difcilmente seencontrar en nuestros das a un solo catedrtico defilosofa (y teologa) que no se dedique, de maneradirecta o indirecta, a refutar el materialismo. Se haanunciado centenares y miles de veces que elmaterialismo ha sido refutado, y sigue sindolo hasta

    hoy por centsima y una y por milsima y una vez.Todos nuestros revisionistas se dedican a rebatir elmaterialismo, aun cuando aparentan rebatir

    propiamente slo al materialista Plejnov y no almaterialista Engels, ni al materialista Feuerbach, nilas concepciones materialistas de J. Dietzgen, y,adems, aparentan refutar el materialismo desde el

    punto de vista del novsimo y contemporneopositivismo, de las Ciencias Naturales, etc. Sin aducircitas que, quien lo desee, encontrar a centenares enlas obras antes mencionadas, recordar losargumentos con los que rebaten el materialismoBazrov, Bogdnov, Yushkvich, Valentnov,Chernov* y otros machistas. Usar en el texto eltrmino de machistas, en razn a su sencillez y

    brevedad y por haber adquirido ya carta de naturalezaen la literatura rusa, en idntico sentido que el deempirocriticistas. Que Ernesto Mach es en laactualidad el representante ms popular delempiriocriticismo lo reconocen todos en los escritosde filosofa**, y las desviaciones del machismopuro en que incurren Bogdnov y Yushkvich sonde una trascendencia muy secundaria, como se

    mostrar ms adelante.Los materialistas, se nos dice, aceptan algo que esinconcebible e incognoscible: las cosas en s, lamateria fuera de la experiencia, fuera de nuestroconocimiento. Caen en un verdadero misticismo, aladmitir que hay algo del ms all, algo que se sale delos lmites de la experiencia y del conocimiento.Cuando dicen que la materia, al obrar sobre losrganos de nuestros sentidos, suscita las sensaciones,

    *V. Chernov. Estudios filosficos y sociolgicos, Mosc,1907. El autor es un partidario de Avenarius y un enemigodel materialismo dialctico tan fogoso como Bazrov yCa.** Vase, por ejemplo, Dr. Richard Hnigswald: Ladoctrina de Hume sobre la realidad del mundo exterior,Berln, 1904, pg. 26.

    los materialistas toman como base lo desconocido,la nada, pues ellos mismos declaran que nuestrossentidos son la nica fuente del conocimiento. Losmaterialistas caen en el kantismo (Plejnov, aladmitir la existencia de las cosas en s, es decir, decosas existentes fuera de nuestra conciencia),duplican el mundo, predican el dualismo, puesto

    que, adems de los fenmenos, admiten la cosa en s;y adems de los datos directos de los sentidos, algodistinto, un fetiche, un dolo, algo absoluto, unafuente de metafsica, un doble de la religin lasagrada materia, como dice Bazrov).

    Tales son los argumentos de los machistas contrael materialismo, argumentos que repiten y vuelven arepetir, cada cual a su manera, los precitados autores.

    A fin de comprobar si estos argumentos sonnuevos y si verdaderamente van dirigidos slo contraun materialista ruso que ha cado en el kantismo,aportaremos unas citas detalladas de la obra de un

    antiguo idealista, Jorge Berkeley. Esta apelacinhistrica es tanto ms necesaria en la introduccin anuestros apuntes cuanto que habremos de referirnosen adelante ms de una vez a Berkeley y a sudireccin filosfica, pues los machistas dan una falsaidea tanto de la actitud de Mach con Berkeley comode la esencia de la pauta filosfica de Berkeley.

    La obra del obispo Jorge Berkeley, editada en1710 con el ttulo de Tratado de los principios delconocimiento humano***, empieza con el siguienterazonamiento: Para todo el que examine los objetosdel conocimiento humano es evidente querepresentan, bien ideas realmente impresas en lossentidos, bien ideas percibidas al atender a lasemociones y el ejercicio de la mente, o bien, porltimo, ideas formadas con ayuda de la memoria y laimaginacin... Por medio de la vista me formo lasideas de la luz y los colores, de sus diferentes gradosy matices. Por medio del tacto percibo lo duro y lo

    blando, lo caliente y lo fro, el movimiento y laresistencia... El olfato me permite sentir los olores; elgusto, los sabores; el odo, los sonidos... Puesto quevarias de estas ideas se observan unidas unas a otras,

    se les da un nombre comn y se las tiene por una solacosa. As, por ejemplo, un determinado color, sabor,olor, forma y consistencia observados en conjunto (to

    go together), son tenidos por una cosa distinta, que esdesignada con el nombre de manzana; otrosconjuntos (collections) de ideas constituyen una

    piedra, un rbol, un libro y dems cosas sensibles...( 1).

    Tal es el contenido del primer apartado de la obrade Berkeley. Necesitamos retener en la memoria queel autor toma como base de su filosofa lo duro, lo

    blando, lo caliente, lo fro, los colores, los sabores,

    los olores, etc. Para Berkeley las cosas son

    *** George Berkeley. Tratado de los principios delconocimiento humano, vol. I de sus Obras, ed. por A.Fraser, Oxford, 1871.

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    pensamiento filosfico, han profundizado el anlisisy han eliminado estos entes absolutos,inmutables, etc. Tomen a Berkeley para comprobaren la primera fuente semejantes asertos y vern quese reducen a presuntuosas invenciones. Berkeleyafirma de manera bien terminante que la materia esnonentity (entidad inexistente, 68), que la materia

    no es nada ( 80). Podrn -ironiza Berkeley a costade los materialistas-, si les place, emplear la palabramateria en el mismo sentido en que otros empleanla palabra nada (pgs. 196-197, ed. cit.). Al

    principio -dice Berkeley- se crey que los colores,los olores, etc., existen realmente; ms tarderenuncise a tal concepcin y se admiti que existenslo en dependencia de nuestras sensaciones. Peroesta eliminacin de los viejos conceptos errneos nose ha llevado hasta su fin: queda la nocin desustancia ( 73): el mismo prejuicio (pg. 195)definitivamente desenmascarado por el obispo

    Berkeley en 1710! Y en 1908 aparecen entrenosotros guasones que creen seriamente en losasertos de Avenarius, Petzoldt, Mach y Ca. de queslo el positivismo contemporneo y las Ciencias

    Naturales contemporneas han logrado eliminarestos conceptos metafsicos.

    Estos mismos guasones (Bogdnov entre ellos)aseguran a los lectores que ha sido precisamente lafilosofa contempornea la que ha demostrado elerror de la duplicacin del mundo en la doctrina delos materialistas, perpetuamente rebatidos, quehablan de no sabemos qu reflejo en la concienciahumana de las cosas existentes fuera de ella. Losautores precitados han escrito un sinfn de sentidasfrases sobre esta duplicacin. Por olvido oignorancia han dejado de aadir que estos nuevosdescubrimientos ya haban sido hechos en 1710.

    El supuesto de la doble (twofold) existencia delos objetos sensibles, a saber: una existenciainteligible, o en la mente, y otra existencia real, ofuera de la mente (es decir, fuera de la conciencia) -escribe Berkeley- ha enturbiado y embrolladoextraordinariamente nuestro conocimiento de ellas (o

    sea, de las ideas o las cosas), inducindonos a erroresmuy peligrosos. Berkeley se re de esta opininabsurda, que admite la posibilidad de pensar loimpensable! El origen de tal absurdo est,naturalmente, en suponer que hay alguna diferenciaentre cosas e ideas ( 87), en admitir laexistencia de objetos exteriores. Esta misma fuenteorigina, como lo descubri Berkeley en 1710 y comolo ha vuelto a descubrir Bogdnov en 1908, la fe enlos fetiches e dolos. La existencia de la materia -dice Berkeley- o de cuerpos no percibidos ha sido el

    principal punto de apoyo no slo de los atestas y

    fatalistas, ya que en este mismo principio se respaldatambin la idolatra en todas sus diversas formas (94).

    Aqu entramos ya en las funestas conclusionesderivadas de la absurda doctrina de la existencia

    del mundo exterior que obligaron al obispo Berkeleyno slo a refutar tericamente esta doctrina, sino a

    perseguir con ardor a sus adeptos como a enemigos.Todos los impos esquemas del atesmo y de lairreligin han sido erigidos -dice- sobre la doctrina dela materia o de la sustancia corprea... No esnecesario decir qu gran amiga han encontrado los

    atestas de todos los tiempos en la sustancia material.Todos sus sistemas monstruosos dependen de ella demanera tan evidente y necesaria que, tan prontocomo se quite esta piedra angular, todo el edificio sevendr abajo sin remedio. No vale la pena, por tanto,conceder singular atencin a las doctrinas absurdasde cada msera secta de atestas ( 92, pgs. 203-204, ed. cit.).

    La materia, una vez desterrada de la naturaleza,se lleva consigo tantos juicios escpticos e imposcomo innumerables discusiones y cuestionesembrolladas el principio de la economa del

    pensamiento, descubierto por Mach en los aos1870!; la filosofa como concepcin del mundo

    basada en el principio del mnimo esfuerzo,expuesta por Avenarius en 1876!), que han sido

    para los telogos y filsofos espinas en los dedos; lamateria ha ocasionado tanto trabajo estril al gnerohumano que, aun cuando los argumentos que hemosaducido contra ella no lo demostrasen por igual paratodos (en cuanto a m se refiere, lo demuestran porcompleto), no por eso estara yo menos seguro de quetodos los amigos de la verdad, la paz y la religintienen fundamento para desear que lo demuestren (96).

    El obispo Berkeley razonaba de una manerafranca, de una manera candorosa! En nuestro tiempo,esas mismas ideas sobre lo econmico que seraeliminar la materia de la filosofa se disimulan deforma mucho ms artificiosa y embrollada con unaterminologa nueva para que las gentes ingenuaslas tomen por una filosofa contempornea!

    Pero Berkeley no slo hablaba con franqueza delas tendencias de su filosofa, sino que se esforzabatambin en cubrir su desnudez idealista, en

    presentada exenta de absurdos y aceptable para elsentido comn). Defendindose por instinto de laacusacin de lo que hoy llamaramos idealismosubjetivo y solipsismo, deca que con su filosofa nonos privamos de cosa alguna de la naturaleza ( 34).La naturaleza subsiste, subsiste tambin la diferenciaentre las cosas reales y las quimeras, pero unas yotras existen por igual en la mente. Yono impugnola existencia de cualquier cosa que podamos conocer

    por medio de los sentidos o de la reflexin. De quelas cosas que veo con mis ojos y toco con mis manosexisten, y existen realmente, no tengo la menor duda.

    La nica cosa cuya existencia negamos es eso que losfilsofos(la cursiva es de Berkeley) llaman materia osustancia corprea. Y el negarla no ocasiona ningn

    perjuicio al resto del gnero humano, que, me atrevoa decirlo, jams notar su falta... Al atesta le es

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    realmente necesario este fantasma de nombre vacopara sustentar su impiedad...

    Este pensamiento se halla expresado con mayorclaridad an en el 37, donde Berkeley contesta a laacusacin de que su filosofa destruye las sustanciascorpreas: Si la palabra sustancia se toma en elsentido vulgar por una combinacin de cualidades

    sensibles, como extensin, solidez, peso, etc., no seme puede acusar de destruida. Pero si se toma en elsentido filosfico, como base de los accidentes o delas cualidades (existentes) fuera de la mente,entonces reconozco, en efecto, que la destruyo, si se

    puede hablar de destruir lo que nunca ha existido, loque no ha existido ni siquiera en la imaginacin).

    Por algo llama realismo natural a la doctrina deBerkeley el filsofo ingls Fraser, idealista y

    partidario del berkelismo, que ha editado,glosndolas, las obras de su maestro (pg. X de la ob.cit.). Esta divertida terminologa debe ser sealada

    sin falta, porque expresa verdaderamente la intencinde Berkeley de fingirse adscrito al realismo. Enadelante nos encontraremos muchas veces con lospositivistas contemporneos, que repiten de otraforma, con otro artificio retrico, la misma treta o lamisma falsificacin. Berkeley no niega la existenciade las cosas reales! Berkeley no rompe con laopinin de la humanidad entera! Berkeley niegaslo la doctrina de los filsofos, es decir, la teoradel conocimiento que afinca seria y resueltamentetodos sus razonamientos en el reconocimiento delmundo exterior y de su reflejo en la conciencia de loshombres. Berkeley no niega las Ciencias Naturales,que se basaron siempre y siguen basndose (la mayor

    parte de las veces inconscientemente) en esta teora,es decir, en la teora materialista del conocimiento.Basndonos en nuestra experiencia (Berkeley:filosofa de la experiencia pura)* sobre laformacin y sucesin de las ideas en nuestra mente...-leemos en el 59-, podemos sacar deduccionesacertadas de lo que nos habra parecido sihubisemos estado colocados en circunstancias muydiferentes de las que estamos en el presente. En esto

    consiste el conocimiento de la naturaleza que(iganlo bien!) puede conservar, muy de acuerdocon lo que anteriormente se dijo, su valor y sucertidumbre.

    Veamos el mundo exterior, la naturaleza, comouna combinacin de sensaciones suscitadas ennuestra mente por la divinidad. Admitan esto,renuncien a buscar fuera de la conciencia, fuera delhombre los fundamentos de estas sensaciones y yoreconocer, en el marco de mi teora idealista delconocimiento, todas las Ciencias Naturales, todo elvalor y la certidumbre de sus conclusiones. Necesito

    precisamente ese marco y slo ese marco para mis

    *Fraser insiste en su prefacio en que Berkeley, lo mismoque Locke, apela exclusivamente a la experiencia (pg.117).

    conclusiones a favor de la paz y la religin. Tal esel pensamiento de Berkeley. Con este pensamiento,que expresa con acierto la esencia de la filosofaidealista y su valor social, volveremos a encontrarnosms adelante, cuando hablemos de la actitud delmachismo ante las Ciencias Naturales.

    Y ahora fijmonos en otro descubrimiento

    novsimo, tomado del obispo Berkeley, en el sigloXX, por el positivista contemporneo y realistacrtico P. Yushkvich. Este descubrimiento es elempiriosimbolismo. La teora favorita deBerkeley -dice Fraser- es la teora del simbolismonatural universal (pg. 190 de la ob. cit.) o delsimbolismo de la naturaleza (atural Symbolism).Si estas palabras no se encontrasen en la edicin

    publicada en 1871, se podra sospechar que elfilsofo fidesta ingls Fraser haba plagiado almatemtico y fsico Poincar, contemporneonuestro, y al marxista ruso Yushkvich!

    La teora misma de Berkeley, que despert laadmiracin de Fraser, est expuesta por el obispo enlos siguientes trminos:

    La conexin de las ideas (no se olvide que paraBerkeley las ideas y las cosas son lo mismo) noimplica la relacin de causa y efecto, sino solamentela relacin de la marca osignocon la cosa designadade uno u otro modo ( 65). De aqu resultaevidente que las cosas totalmente inexplicables yconducentes a grandes absurdos, si se miran bajo elaspecto de causa (under the notion of a cause) quecontribuye o concurre a producir efectos, pueden serexplicadas de un modo muy natural... si se las tienenicamente por marcas o signos que sirven paranuestra informacin ( 66). Se comprende, segn laopinin de Berkeley y Fraser, que quien nos informa

    por medio de estos empiriosimbolos no es nadiems que la divinidad. En cuanto a la significacingnoseolgica del simbolismo en la teora deBerkeley, consiste en que el simbolismo deberemplazar la doctrina que pretende explicar lascosas por causas corpreas ( 66).

    Tenemos delante dos direcciones filosficas en la

    cuestin de la causalidad. Una pretende explicar lascosas por causas corpreas: es evidente que estligada con la absurda doctrina de la materia querefut el obispo Berkeley. La otra reduce elconcepto de causa al de marca o signo que sirvepara nuestra informacin (proporcionada porDios). Volveremos a encontrar estas dos direcciones,vestidas a la usanza del siglo XX, al analizar laactitud del machismo y del materialismo dialcticoante esta cuestin.

    Siguiendo, en cuanto a la cuestin de la realidaddebe hacerse notar, adems, que Berkeley, al negarse

    a reconocer la existencia de las cosas fuera de laconciencia, procura encontrar un criterio paradistinguir lo real y lo ficticio. En el 36 dice que lasideas que la mente humana induce a su antojo son

    plidas, dbiles e inestables en comparacin con las

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    que percibimos por los sentidos. Estas ltimas ideas,que concebimos segn ciertas reglas o leyes de lanaturaleza, hablan por s mismas de una mente ms

    poderosa y sabia que la humana. De estas ideas sedice que tienen una realidadmayor que las primeras;esto significa que son ms claras, ms ordenadas yms precisas y que no son ficciones de la mente que

    las percibe... En otro lugar ( 84) Berkeley trata deligar la nocin de lo real con la percepcin desensaciones idnticas por numerosas personas a lavez. Por ejemplo, cmo decidir esta cuestin: puedehaber sido real una transformacin de agua en vinoque, pongamos por caso, nos relatan? Si todos losque estuvieron sentados a la mesa hubiesen visto elvino y percibido su olor, si lo hubiesen bebido ysaboreado y si hubiesen experimentado sus efectos,la realidad de ese vino estara para m fuera de todaduda. Y Fraser explica: La percepcin simultneade las mismas... ideas sensibles por distintas

    personas, a diferencia de la puramente individual opersonal de las sensaciones e imaginaciones, estenida aqu por prueba de la realidadde las primerasideas.

    De aqu se infiere que el idealismo subjetivo deBerkeley no debe comprenderse como si eludiera ladiferencia existente entre la percepcin individual yla colectiva. Por el contrario, sobre esta diferenciaintenta levantar el criterio de la realidad. Derivandolas ideas de la accin de la divinidad sobre lamente humana, Berkeley llega as al idealismoobjetivo: el mundo no es lo que yo me imagino, sinoel resultado de una causa espiritual suprema que creatanto las leyes de la naturaleza como las leyes quediferencian las ideas ms reales de las menosreales, etc.

    En otra obra titulada Tres dilogos entre Hilas yFiln(1713), en la que Berkeley procura exponer suspuntos de vista en forma muy popular, formula laoposicin entre la doctrina suya y la materialista dela siguiente manera:

    Afirmo como ustedes (los materialistas) que,puesto que algo acta sobre nosotros desde el

    exterior, debemos admitir la existencia de fuerzasfuera (de nosotros), fuerzas de un Ser diferente denosotros... Pero lo que nos separa es la explicacin deese ser poderoso. Yo afirmo que es el espritu,ustedes que es la materia o no s qu (y puedo aadirque ustedes tampoco lo saben) tercera naturaleza...(pg. 335 de la ob. cit.).

    Fraser comenta: Ese es el quid de toda lacuestin. Segn los materialistas, los fenmenossensibles son debidos a una sustancia material o auna tercera naturaleza desconocida; segnBerkeley, a la Voluntad Racional; segn la opinin

    de Hume y los positivistas, su origen es desconocidoen absoluto y no podemos ms que generalizarloscomo hechos, por va inductiva, siguiendo lacostumbre.

    El berkeliano ingls Fraser aborda aqu, desde su

    punto de vista consecuentemente idealista, lasmismas lneas fundamentales de la filosofa quecon tanta claridad han sido caracterizadas por elmaterialista Engels. En su obra Ludwig Feuerbach,Engels divide a los filsofos en dos grandescampos: el de los materialistas y el de los idealistas.Engels -que toma en consideracin teoras de ambas

    direcciones mucho ms desarrolladas, variadas yricas de contenido que las que toma Fraser- ve ladiferencia fundamental entre ellos en que, para losmaterialistas, la naturaleza es lo primario, y elespritu lo secundario, mientras que para losidealistas es todo lo contrario. Engels sita entre unosy otros a los adeptos de Hume y Kant, por negar la

    posibilidad de conocer el mundo o, cuando menos, deconocerlo por completo, llamndolos agnsticos4. Ensu Ludwig Feuerbach no aplica Engels este ltimotrmino ms que a los partidarios de Hume (llamados

    por Fraser positivistas, como a ellos mismos les

    gusta titularse); pero en el artculo Sobre elmaterialismo histricoEngels habla directamente del

    punto de vista del agnstico neokantiano6,conceptuando el neokantismo6 de variedad delagnosticismo*.

    No podemos detenernos aqu en esta reflexinadmirablemente justa y profunda de Engels(reflexin de la que los machistas hacen caso omisosin pudor). Sobre esto se tratar ms adelante condetalle. Limitmonos por ahora a sealar estaterminologa marxista y esta coincidencia de losextremos: del punto de vista del materialistaconsecuente y del punto de vista del idealistaconsecuente en cuanto a las direcciones filosficasfundamentales. Para ilustrar estas direcciones (a lascuales habremos de referirnos sin cesar en losucesivo), expondremos brevemente los puntos devista de los filsofos ms destacados del siglo XVIIIque siguieron un camino diferente del de Berkeley.

    He aqu los razonamientos de Hume en susInvestigaciones sobre el entendimiento humanoen elcaptulo (XII), dedicado a la filosofa escptica:Parece evidente que los hombres son propensos, por

    instinto o predisposicin natural, a fiarse de sussentidos y que, sin el menor razonamiento, o inclusoantes de recurrir al razonamiento, siempresuponemos la existencia de un mundo exterior(external universe) que no depende de nuestra

    percepcin y que existira aun cuandodesaparecisemos o fusemos destruidos nosotros ytodos los otros seres capaces de sentir. Incluso losanimales estn guiados por una opinin de estegnero y conservan esta fe en los objetos exteriores

    * F. Engels. Sobre el materialismo histrico, Tiemposuevos7, ao XI, tomo 1 (1892--1893), nm. 1, pg. 18.La traduccin del ingls es de Engels mismo. Latraduccin rusa que figura en la recopilacin El

    Materialismo Histrico(San Petersburgo, 1908, pg. 167)no es exacta.

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    en todos sus propsitos, designios y acciones... Peroesta opinin universal y primaria de todos loshombres es prontamente rebatida por la mssuperficial (slightest) filosofa, que nos ensea que anuestra mente no puede ser nunca accesible nada msque la imagen o la percepcin y que los sentidos sontan slo canales (inlets) por los que estas imgenes

    son transportadas, no siendo capaces de establecerninguna relacin (intercourse) directa entre la mentey el objeto. La mesa que vemos parece ms pequeosi nos alejamos de ella, pero la mesa real, que existeindependientemente de nosotros, no cambia; porconsiguiente, nuestra mente no ha percibido otra cosaque la imagen de la mesa. Tales son los dictadosevidentes de la razn; y ningn hombre quereflexione ha dudado nunca que los objetos(existences) a que nos referimos al decir: esta casa,este rbol, sean otra cosa que percepciones denuestra mente... Con qu argumento puede probarse

    que las percepciones deben ser suscitadas en nuestramente por objetos exteriores completamente distintosde estas percepciones, aunque semejantes a ellas (siesto es posible), y que no pueden ser debidos ni a laenerga de nuestra propia mente, ni a la sugestin dealgn espritu invisible y desconocido, ni a cualquierotra causa an ms desconocida?... Cmo puederesolverse esta cuestin? Evidentemente, por mediode la experiencia, como todas las dems cuestionesde este gnero. Pero la experiencia calla sobre este

    punto y no puede menos de callar. La mente jamstiene delante nada que no sean las percepciones y enmodo alguno est en condiciones de realizarexperiencias, cualesquiera que sean, referentes a lacorrelacin entre las percepciones y los objetos. Porlo tanto, la hiptesis de la existencia de semejantecorrelacin est privada de todo fundamento lgico.Recurrir a la veracidad del Ser Supremo parademostrar la veracidad de nuestros sentidos es eludirla cuestin de un modo completamente imprevisto...Si ponemos en duda la existencia del mundo exterior,difcilmente podremos encontrar argumentos para

    probar la existencia de tal Ser*.

    Y lo mismo dice Hume en el Tratado de lanaturaleza humana, parte IV, seccin II: Sobre elescepticismo con respecto a los sentidos. Nuestras

    percepciones son nuestros nicos objetos (pg. 281de la traduccin francesa de Renouvier y Pillon.1878). Hume llama escepticismo a la negativa deexplicar las sensaciones por efecto de las cosas, delespritu, etc., a la negativa de reducir las

    percepciones al mundo exterior, por una parte, y a ladivinidad o espritu desconocido, por otra. Y el autordel prefacio a la traduccin francesa de Hume, F.Pillon, filsofo que pertenece a una tendencia

    emparentada con la de Mach (como veremos ms

    * Davd Hume. Investigaciones sobre el EntendimientoHumano. Ensayos y estudios, t. II, pgs. 150-153, Londres,1822.

    adelante), dice justamente que para Hume el sujeto yel objeto se reducen a grupos de percepcionesdiferentes, a elementos de la conciencia, aimpresiones, ideas, etc... y que no debe tratarse msque de agrupamientos y combinaciones de estoselementos**. De la misma manera, el ingls Huxley,adepto de Hume y autor de la expresin exacta y

    justa de agnosticismo, subraya en su libro sobreHume que este ltimo, al conceptuar lassensaciones de estados primarios e irreductiblesde la conciencia, no es del todo consecuente en lacuestin de si hay que explicar el origen de lassensaciones por el efecto que los objetos producen enel hombre o por la fuerza creadora de la mente. El(Hume) admite el realismo y el idealismo como doshiptesis igualmente probables***. Hume no va msall de las sensaciones. Los colores rojo y azul, elolor de la rosa, son percepciones simples... La rosaroja nos da una percepcin compleja (complex

    impression), que puede descomponerse enpercepciones simples de color rojo, de olor a rosa,etc. (op. cit. pgs. 64-65). Hume admite la posicinmaterialista y la idealista (pg. 82): la coleccinde percepciones puede ser engendrada por el Yo,de Fichte, puede ser la imagen o a lo menos elsmbolo de algo real (real something). As interpretaHuxley a Hume.

    En cuanto a los materialistas, el jefe de losenciclopedistas8, Diderot, dice de Berkeley: Sellama idealistas a los filsofos que, no teniendoconciencia ms que de su existencia y de laexistencia de las sensaciones que se suceden dentrode ellos mismos, no admiten otra cosa. Sistemaextravagante que, me parece, no podra deber suorigen ms que a unos ciegos! Y este sistema, paravergenza del espritu humano, para vergenza de lafilosofa, es el ms difcil de combatir, aunque es elms absurdo de todos ****. Y Diderot, llegando casial punto de vista del materialismo contemporneo (deque no bastan slo argumentos y silogismos pararefutar el idealismo y de que no se trata aqu deargumentos tericos), destaca la semejanza entre las

    premisas del idealista Berkeley y las del sensualistaCondillac. Este ltimo deba, en opinin de Diderot,haberse impuesto la tarea de refutar a Berkeley a finde precaver semejantes conclusiones absurdassacadas de la doctrina que ve en las sensaciones elnico origen de nuestros conocimientos.

    En la Conversacin entre d'Alembert y Diderot,este ltimo expone sus puntos de vista filosficos dela siguiente manera: ...Suponga que un clavicordio

    posee sensibilidad y memoria y dgame si no podr

    **Psicologa de Hume. Tratado de la naturaleza humana,etc. Trad. par Ch. Renouver et F. Pillon. Pars, 1878.Introducin, p. X***Th. Huxley.Hume, Londres, 1879, pg. 74.****Obras completas de Diderot, d. par J. Asszat, Pars,1875, vol. I, p. 304.

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    repetir por s solo las melodas que usted ejecutesobre sus teclas. Nosotros somos instrumentosdotados de sensibilidad y memoria. Nuestros sentidosson otras tantas teclas golpeadas por la naturalezaque nos rodea y que a menudo suenan por s mismas;y he aqu, a mi juicio, lo que ocurre con unclavicordio organizado como usted y como yo.

    D'Alembert responde que un clavicordio as deberatener la facultad de procurarse el sustento y procrearpequeos clavicordios. Sin duda, replica Diderot.Pero veamos un huevo. Esto es lo que derriba todaslas doctrinas de la teologa y todos los templos de latierra. Qu es este huevo? Una masa insensibleantes de que el germen se haya introducido en l; ydespus de que se ha introducido el germen qu es,entonces? Una masa insensible, ya que ese germenno es en s ms que un fluido inerte y burdo. Cmo

    pasar esta masa a otra organizacin, a lasensibilidad, a la vida? Por medio del calor. Qu

    producir el calor? El movimiento. El animal quesale del huevo posee todas las emociones de usted yrealiza todas las acciones que puede hacer usted:Sostendr usted, con Descartes, que es una puramaquina imitativa? Entonces se burlarn de ustedhasta los nios, y los filsofos le replicarn que siesto es una mquina, usted ser otra. Si reconoce queentre el animal y usted no hay diferencias ms que enla organizacin, demostrar sentido comn y buen

    juicio y tendr razn; pero entonces se argir contrausted que con una materia inerte, dispuesta de ciertamanera, impregnada de otra materia inerte, de calor ymovimiento, se obtiene sensibilidad, vida, memoria,conciencia, pasiones, pensamientos. Una de dos -contina Diderot-: o admitimos que en el huevoexiste algn elemento oculto que de formadesconocida ha penetrado en l, en una determinadafase de su desarrollo; pero se ignora si el elementoocupa espacio, si es material o ha sido creadoexpresamente, lo que va contra el sentido comn ynos lleva a contradicciones y al absurdo. O bien nosqueda por hacer un sencillo supuesto que todo loexplica, a saber, que la sensibilidad es una propiedad

    general de la materia o un producto de suorganizacin. Y Diderot responde a la objecin ded'Alembert de que ese supuesto admite una

    propiedad que, en el fondo, no es compatible con lamateria:

    Y de dnde saca usted que la sensibilidad esesencialmente incompatible con la materia si noconoce la esencia de las cosas en general, ni laesencia de la materia, ni la esencia de la sensibilidad?Acaso entiende mejor la naturaleza del movimiento,la existencia de movimiento en un cuerpo y sucomunicacin de un cuerpo a otro? D'Alembert:

    Sin conocer la naturaleza de la sensibilidad, ni la dela materia, veo que la sensibilidad es una cualidadsimple, nica, indivisible e incompatible con unsujeto o agente (suppt) divisible. Diderot:Galimatas metafsico-teolgico! Cmo? Es que

    no ve que todas las cualidades, todas las formassensibles de que est revestida la materia sonesencialmente indivisibles? No puede haber ms nimenos impenetrabilidad. Hay la mitad de un cuerporedondo, pero no hay una mitad de la redondez...Sea fsico y admita la produccin de un efectocuando lo vea producido, aunque no pueda explicar

    la concatenacin entre la causa y el efecto. Sea lgicoy no sustituya una causa que es y lo explica todo conotra causa que no se concibe, cuya ligazn con elefecto se concibe menos an, que origina unainfinitud de dificultades y que no resuelve ninguna.D'Alembert: Pero y si yo prescindo de esta causa?Diderot: No hay ms que una sustancia en eluniverso, en el hombre, en el animal. El organillo esde madera, el hombre es de carne. El canario es decarne, el msico es de carne organizada de maneradiferente; pero uno y otro son de la misma

    procedencia, de la misma formacin, tienen las

    mismas funciones y el mismo fin. D'Alembert: Ycmo conciertan los sonidos entre sus dosclavicordios? Diderot: ...El instrumento sensible oanimal ha comprobado en la prctica que, al emitirtal sonido, se produce determinado efecto fuera de l,que otros instrumentos sensibles parecidos a l uotros animales semejantes se acercan, se alejan,

    piden, ofrecen, lesionan, acarician, y estos efectos sehan asociado en su memoria y en la de los otros conla formacin de dichos sonidos; y note que no hay enlas relaciones entre los hombres ms que sonidos yacciones. Y para dar a mi sistema toda su fuerza,fjese adems en que est sujeto a la misma dificultadinsuperable que propuso Berkeley contra laexistencia de los cuerpos. Ha habido un momento dedelirio, en que el clavicordio sensible ha llegado a

    pensar que era el nico clavicordio que haba en elmundo y que toda la armona del universo se

    produca en l*.Esto fue escrito en 1769. Nuestra corta referencia

    histrica termina aqu. Volveremos a encontrar msde una vez en el anlisis del positivismocontemporneo ese loco clavicordio y la armona

    del universo que se produce en el interior delhombre.Limitmonos de momento a esta sola conclusin:

    los machistas contemporneos no han aducidocontra los materialistas ni un solo argumento,literalmente ni uno solo, que no se pueda encontraren el obispo Berkeley.

    Aadiremos, a ttulo de curiosidad, que uno deestos machistas, Valentnov, sintiendo vagamente lofalso de su posicin, ha procurado borrar lashuellas de su afinidad con Berkeley y lo ha hecho deuna manera bastante divertida. En la pgina 150 de

    su libro leemos: ...Cuando, al hablar de Mach, seevoca a Berkeley, preguntamos: de qu Berkeley setrata? Del Berkeley que se considera

    *Obra citada, t. II, pgs. 114-118.

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    tradicionalmente (Valentnov quiere decir: que esconsiderado) solipsista, o del Berkeley que defiendela presencia directa y la providencia de la divinidad?En general (?), se habla de Berkeley como delobispo filosofante, destructor del atesmo, o deBerkeley como analtico profundo? Con Berkeleycomo solipsista y propagador de la metafsica

    religiosa, Mach, realmente, no tiene nada de comn.Valentnov embrolla la cuestin y no sabe darse claracuenta de por qu se ha visto obligado a defender alidealista Berkeley, a este analtico profundo, contrael materialista Diderot. Diderot puso con todadiafanidad frente a frente las direcciones filosficasfundamentales. Valentnov las confunde y nosconsuela de este divertido modo: ...No tenemos -escribe- por un crimen filosfico la afinidad deMach con las concepciones idealistas de Berkeley,aun cuando en realidad existiese (149). Confundirlas dos direcciones fundamentales, inconciliables, de

    la filosofa: qu hay de criminal en ello?Justamente a esto se reduce toda la profundasabidura de Mach y Avenarius. Pasamos acontinuacin a examinar esta omnisapiencia.

    Captulo I. La teora del conocimiento delempiriocriticismo y la del materialismo dialectico.I.

    1. Las sensaciones y los complejos desensaciones.

    Las premisas fundamentales de la teora delconocimiento de Mach y Avenarius estn expuestascon franqueza, sencillez y claridad en sus primerasobras filosficas. Es a estas obras a las que vamos areferirnos, dejando para ms adelante el examen delas enmiendas y retoques a que procedieron mstarde estos escritores.

    El cometido de la ciencia -escriba Mach en 1872puede consistir slo en lo siguiente: - 1. Investigar lasleyes de la conexin entre las representaciones(Psicologa). - 2. Descubrir las leyes de la conexinentre las sensaciones (Fsica). - 3. Explicar las leyesde la conexin entre las sensaciones y las

    representaciones (Psicofsica)

    *

    . Esto estcompletamente claro.El objeto de la Fsica es la conexin entre

    sensaciones, y no entre cosas o cuerpos, de las cualesson imagen nuestras sensaciones. Mach repite estemismo pensamiento, en 1883, en suMecnica: Lassensaciones no son smbolos de las cosas; ms bienla cosa es un smbolo mental para un complejo desensaciones relativamente estable. Los verdaderoselementosdel mundo no son las cosas (los cuerpos),sino los colores, los sonidos, las presiones, losespacios, los tiempos (lo que ordinariamente

    *E. Mach.Historia y raz de la ley de la conservacin deltrabajo. Conferencia dada en la Asociacin Real deCiencias de Bohemia el 15 de noviembre de 1871, Praga,1872, pgs. 57-58.

    llamamos sensaciones)**.De esta palabreja elementos, fruto de doce aos

    de meditacin, hablaremos ms adelante. Lo queahora tenemos que sealar es que Mach reconoceaqu explcitamente que las cosas o cuerpos soncomplejos de sensaciones, y que opone con enteraclaridad su punto de vista filosfico a la teora

    contraria, segn la cual las sensaciones sonsmbolos de las cosas (sera ms exacto decir:imgenes o reflejos de las cosas). Esta ltima teoraes el materialismo filosfico. Por ejemplo, elmaterialista Federico Engels -colaborador conocidode Marx y fundador del marxismo- hablainvariablemente y sin excepcin en sus obras de lascosas y de sus imgenes o reflejos mentales(Gedanken-Abbilder), y es de por s claro que estasimgenes mentales no surgen de otra manera ms quede las sensaciones. Podra parecer que estaconcepcin fundamental de la filosofa del

    marxismo deben conocerla todos los que hablan deella, y sobre todo los que escriben en la prensa ennombrede esta filosofa. Pero en vista de la extremaconfusin creada por nuestros machistas, habr querepetir cosas archisabidas. Tomemos el primerapartado delAnti-Dhringy leamos: ...los objetos ysus imgenes mentales...***O el primer apartado dela seccin filosfica: De dnde saca el pensamientoesos principios? (se refiere a los principiosfundamentales de todo conocimiento). Los saca des mismo? No... Las formas del ser jams puedeextraerlas y deducirlas el pensamiento de s mismo,sino nicamente del mundo exterior... Los principiosno son el punto de partida de la investigacin (comoresulta segn Dhring, que pretende ser unmaterialista, pero que no sabe aplicarconsecuentemente el materialismo), sino susresultados finales; estos principios no se adaptan a lanaturaleza y a la historia humana, sino que sonabstrados de ellas; no son la naturaleza y lahumanidad las que se conciertan con los principios,sino los principios los que son verdaderos

    precisamente en tanto concuerdan con la naturaleza y

    la historia. En esto consiste la nica concepcinmaterialista del asunto, y la opuesta, la de Dhring,es la idealista, que invierte por completo las cosas,

    ponindolas cabeza abajo, y construye el mundo real,arrancando de las ideas... (op. cit., pg. 21). Y estanica concepcin materialista, Engels la aplica,repitmoslo, en todas partes y sin excepcin,acosando sin piedad a Dhring por la menordesviacin del materialismo al idealismo. Todo elque lea con un poco de atencin el Anti-Dhring y

    Ludwig Feuerbachencontrar a docenas los ejemplosen los que Engels habla de las cosas y de sus

    ** E. Mach. Mecnica. Ensayo histrico-crtico de sudesarrollo, 3a edicin, Leipzig; 1897, pg. 473.***F. Engels.La subversin de la ciencia por don Eugenio

    Dhring, 5a ed., Stuttgart, 1904, pg. 6.

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    imgenes en el cerebro del hombre, en nuestraconciencia, en el pensamiento, etc. Engels no diceque las sensaciones o las representaciones sonsmbolos de las cosas, pues el materialismoconsecuente debe poner imgenes, reproduccioneso reflejos en lugar de smbolos, como lodemostraremos detalladamente en el lugar debido.

    Pero ahora no se trata en absoluto, de tal o cualfrmula del materialismo, sino de la oposicin delmaterialismo al idealismo, de la diferencia existenteentre las dos pautas fundamentales en la filosofa.Partir de las cosas para ir a la sensacin y al

    pensamiento? O bien del pensamiento y de lasensacin para llegar a las cosas? Engels se mantieneen la primera pauta, es decir, en la materialista. Lasegunda, es decir, la idealista, es la que sigue Mach.

    Ningn subterfugio, ningn sofisma (y tropezaremosan con muchsimos) podr ocultar el hecho claro eindiscutible de que la doctrina de E. Mach sobre las

    cosas como complejos de sensaciones es idealismosubjetivo, es simplemente rumiar el berkelismo. Silos cuerpos son complejos de sensaciones, comodice Mach, o combinaciones de sensaciones, comoafirmaba Berkeley, de esto se deduce necesariamenteque todo el mundo no es sino mi representacin.Partiendo de tal premisa, no se puede deducir laexistencia de ms hombres que uno mismo: esto essolipsismo puro. Por mucho que Mach, Avenarius,Petzoldt y Ca. renieguen del solipsismo, en realidadno pueden librarse de l sin incurrir en flagrantesabsurdos lgicos. Para explicar con mayor claridadan este elemento fundamental de la filosofa delmachismo, transcribiremos, a ttulo complementario,algunas citas de las obras de Mach. He aqu unfragmento del Anlisis de las sensaciones (cito latraduccin al ruso de Kotliar, editada por Skirmunt,Mosc, 1907):

    Tenemos delante un cuerpo S terminado enpunta. Si ponemos esta punta en contacto con nuestrocuerpo, sentimos un pinchazo. Podemos ver la puntasin experimentar ningn pinchazo, pero cuandonotamos el pinchazo, veremos la punta. As que la

    punta visible es el meollo constante, y el pinchazo esalgo accidental que puede, segn los casos,acompaar o no al meollo. La repeticin frecuente deanlogos fenmenos acaba por acostumbrarnos a

    juzgar todas las propiedades de los cuerpos comoacciones procedentes de esos meollos constantesque llegan a nuestro Yo por mediacin de nuestrocuerpo, acciones que llamamos sensaciones...(pg. 20).

    Dicho de otro modo: los hombres seacostumbran a adoptar el punto de vista delmaterialismo, a tener las sensaciones por resultado de

    la accin de los cuerpos, de las cosas, de lanaturaleza sobre los rganos de nuestros sentidos.Esta costumbre, nociva para los filsofos idealistas(adquirida por toda la humanidad y por todas lasCiencias Naturales!), desagrada extraordinariamente

    a Mach, y l pasa a destruirla:...Pero, por eso mismo, estos meollos pierden

    todo su contenido sensible, convirtindose ensmbolos abstractos y desnudos....

    Vieja cantilena, honorabilsimo seorcatedrtico! Esto es repetir literalmente a Berkeley,quien dijo que la materia es un smbolo abstracto y

    desnudo. Pero, en realidad, quien anda desnudito esErnesto Mach, porque si no reconoce que elcontenido sensible es una realidad objetivaexistente sin depender de nosotros, no le queda msque el Yo abstracto y desnudo, el Yo escritoindefectiblemente con mayscula y en cursiva, elloco clavicordio que lleg a pensar que era el nicoclavicordio que haba en el mundo. Si el contenidosensible de nuestras sensaciones no es el mundoexterior, eso significa que nada existe fuera del Yodesnudito y entregado a vanas sutilezas filosficas.Tonta y estril labor!

    ...Entonces es verdad que el mundo consta tanslo de nuestras sensaciones. Pero en este casoconocemos nicamente nuestras sensaciones, y lahiptesis de la existencia de aquellos meollos, comola de sus interacciones, fruto de las cuales sonnuestras sensaciones, huelga por completo.Semejante punto de vista no puede convenir ms quea un realismo de medias tintaso a un criticismo demedias tintas.

    Hemos copiado todo el apartado 6 de lasobservaciones antimetafsicas de Mach. Es, del

    principio al fin, un plagio de Berkeley. Ni unareflexin, ni un atisbo de pensamiento, a excepcinde que no sentimos ms que nuestras sensaciones.De aqu se deduce una sola conclusin, a saber: queel mundo consta tan slo de missensaciones. Machha escrito ilcitamente la palabra muestras en lugarde mis. Con esta sola palabra muestra las mismasmedias tintas que imputa a los dems. Porque sihuelga la hiptesis de la existencia del mundoexterior, la hiptesis de que la aguja existeindependientemente de m y de que entre mi cuerpo yla punta de la aguja se opere una interaccin, si toda

    esta hiptesis huelga realmente, tambin huelga,ante todo, la hiptesis de la existencia de otroshombres. Existo slo Yo, y todos los dems hombres,as como todo el mundo exterior, se incluyen en elrango de meollos sobrantes. No se puede hablar demuestras sensaciones desde este punto de vista, ysi Mach habla de ellas, esto significa nicamente queha incurrido en unas medias tintas escandalosas. Ello

    prueba solamente que su filosofa se reduce apalabras superfluas y vacas, en las que ni el mismoautor cree.

    He aqu un ejemplo elocuentsimo de las medias

    tintas y de la confusin de Mach. En el apartado 6 delcaptulo XI del ya citado libro Anlisis de lassensaciones leemos: Si en el momento en queexperimento una sensacin, yo u otro cualquiera

    pudiese observar mi cerebro mediante

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    procedimientos fsicos y qumicos de toda ndole,sera posible determinar con qu procesos operadosen el organismo estn relacionadas tales o cualessensaciones... (197)

    Muy bien! De manera que nuestras sensacionesestn relacionadas con procesos determinados que seoperan en el organismo en general y en nuestro

    cerebro en particular? S, Mach lo admite sintitubear, y sera difcil no hacerlo desde el punto devista de las Ciencias Naturales. Pero alto ah! i Siesta hiptesis es la misma de los meollos y de lasinteracciones entre ellos que nuestro filsofo hadeclarado superflua y vaca! Los cuerpos, se nosdice, son complejos de sensaciones; ir ms all -nosasegura Mach-, juzgar que las sensaciones sonresultado de la accin de los cuerpos sobre nuestrosrganos de los sentidos es metafsica, hiptesis quehuelga, etc., lo mismo que deca Berkeley. Pero elcerebro es un cuerpo. Es decir, nada ms que tan

    complejo de sensaciones tambin. Resulta que, pormedio de un complejo de sensaciones, yo (y el yotampoco es otra casa que un complejo desensaciones) percibo otros complejos de sensaciones.Un encanto de filosofa! Proclamar primero que lassensaciones son los verdaderos elementos delmundo, construir sobre esta base un berkelismooriginal y despus introducir subrepticiamente

    puntos de vista opuestos, segn los cuales lassensaciones estn relacionadas con determinados

    procesos que se operan en el organismo. No estnligados estos procesos con el metabolismo entre elorganismo y el mundo exterior? Podra producirseeste metabolismo si las sensaciones de un organismodado no le diesen una idea objetivamente verdaderade este mundo exterior?

    Mach no se plantea cuestiones tan embarazosas,confrontando mecnicamente fragmentos de

    berkelismo con ideas sacadas de las CienciasNaturales, que se sitan de modo espontneo en elpunto de vista de la teora materialista delconocimiento... A veces -escribe Mach en estemismo apartado- se pregunta asimismo si la

    materia (inorgnica) tambin tiene sensibilidad...De modo que la sensibilidad de la materia orgnicaest fuera de duda? De modo que las sensaciones nosan algo primario, sino una de las propiedades de lamateria? Mach deja chicos todos los absurdos del

    berkelismo!... Esta pregunta -dice l- es muy naturalsi partimos de las nociones fsicas comunes,ampliamente difundidas, segn las cuales la materiaes lo real, dado inmediata e indudablemente, de locual se constituye todo lo orgnico y lo inorgnico...Retengamos bien esta confesin verdaderamente

    preciosa de Mach, segn la cual las corrientes

    nociones fsicas, ampliamente difundidas,conceptan la materia de realidad inmediata, en lacual tan slo una variedad (la materia orgnica) estdotada de la propiedad claramente manifiesta, desentir... Pero en tal caso -contina Mach-, la

    sensacin debe surgir de repente en alguna parte deledificio de la materia o existir de antemano en loscimientos mismos de este edificio. Desde nuestro

    punto de vista, la cuestin es falsa de raz. Paranosotros la materia no es lo primeramente dado. Lo

    primeramente dado son ms bien los elementos(queen cierto sentido estricto se denominan

    sensaciones)...As que las sensaciones son lo primeramentedado, aun que estn relacionadas nicamente condeterminados procesos que se operan en la materiaorgnica! Y al enunciar tal absurdo, Mach parecereprochar al materialismo (a las nociones fsicascomunes y muy difundidas) que no puede despejarla incgnita del origen de la sensacin. He ah unejemplo de las refutaciones del materialismo porlos fidestas y sus secuaces. Acaso cualquier otro

    punto de vista filosfico despeja una incgnita sinhaberse reunido an suficientes datos? No dice el

    propio Mach en este mismo apartado que por cuantoeste problema (averiguar hasta qu punto estnextendidas las sensaciones en el mundo orgnico)no ha sido resuelto ni en un solo caso especial, esimposible resolverlo?

    La diferencia entre el materialismo y elmachismo se reduce, pues, por lo que concierne aesta cuestin, a lo siguiente: el materialismo, decompleto acuerdo con las Ciencias Naturales, toma lamateria por lo primeramente dado, y la conciencia, el

    pensamiento, la sensacin por lo secundario, ya queen forma claramente manifiesta, la sensacin estrelacionada tan slo con las formas superiores de lamateria (materia orgnica), y en los cimientos deledificio mismo de la materia slo puede suponersela existencia de una facultad parecida a la sensacin.Tal es la hiptesis, por ejemplo, del clebrenaturalista alemn Ernesto Haeckel, del bilogoingls Lloyd Morgan y de otros, sin hablar de laconjetura de Diderot que hemos citado antes. Elmachismo se sita en un punto de vista opuesto,idealista, y lleva de golpe al absurdo, porque,

    primero, la sensacin es tenida por lo primario, a

    pesar de que est relacionada tan slo condeterminados procesos que se operan en una materiaorganizada de cierta manera; y, en segundo lugar,

    porque su premisa fundamental, a saber: que loscuerpos son complejos de sensaciones, quedamaltrecha frente al supuesto de que existen otrosseres vivos y, en general, otros complejos, ademsdel gran Yodado.

    La palabreja elemento, que muchos ingenuostoman (como veremos) por algo nuevo, por algndescubrimiento, no hace, en realidad, ms queembrollar la cuestin con un trmino que nada quiere

    decir y dar la apariencia de cierta solucin o pasoadelante. Es una apariencia engaosa, porque, enrealidad, falta investigar una y otra vez de qu formase relaciona la materia que supuestamente no estdotada de ninguna sensibilidad con la materia

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    compuesta de los mismos tomos (o electrones) yque, al propio tiempo, est dotada de la capacidadclaramente manifiesta de sentir. El materialismo

    plantea con nitidez esta cuestin, an no resuelta,incitando as a su solucin, incitando a nuevasinvestigaciones experimentales. El machismo, esdecir, esta variedad del idealismo confuso enturbia la

    cuestin y desva su estudio del buen caminomediante un vaco subterfugio verbal: el trminoelemento.

    He aqu un pasaje de la ltima obra filosfica deMach, su obra de resumen, su obra culminante,

    pasaje que demuestra toda la falsedad de estesubterfugio idealista. En Conocimiento y Errorleemos: Cuando no hay la menor dificultad paraconstruir (aufzubauen) todo elemento fsico con lassensaciones, es decir, con los elementos squicos, nocabe imaginar (ist keine mglichkeit abzusehen) la

    posibilidad de representarse (darstellen) un estado

    psquico cualquiera con los elementos que se utilizanen la Fsica moderna: es decir, con la masa y elmovimiento (tomando dichos elementos en la rigidez(Starrheit) que slo sirve para esta cienciaespecial)*.

    De la rigidez de los conceptos sustentados pormuchos naturalistas modernos y de sus ideasmetafsicas (en el sentido marxista del vocablo, esdecir, de sus ideas antidialcticas), Engels habla amenudo con claridad meridiana. Ms adelanteveremos que Mach se ha descarriado precisamente eneste punto, al no comprender o al ignorar lacorrelacin existente entre el relativismo y ladialctica. Pero no se trata de esto por ahora. Nosinteresa anotar aqu la diafanidad con que aparece elidealismo de Mach, a despecho de su terminologaconfusa, pretendidamente nueva. No hay, fjense, lamenor dificultad para construir con sensaciones, osea, con elementos squicos, cualquier elementofsico! Cmo no!, tales construcciones no son,naturalmente, difciles, puesto que sonconstrucciones puramente verbales, una escolsticavaca que sirve para introducir de manera subrepticia

    el fidesmo. No extrae, despus de esto, que Machdedique sus obras a los inmanentistas y que ellos, esdecir, los partidarios del idealismo filosfico msreaccionario, abracen a Mach llenos de entusiasmo.Pero lo malo es que el positivismo contemporneode Ernesto Mach ha llegado con unos dos siglos deretraso: Berkeley dej ya bien demostrado que consensaciones, o sea, con elementos squicos, no se

    puede construir ms quesolipsismo. Por lo que serefiere al materialismo, al cual Mach opone tambinaqu sus puntos de vista, sin nombrar directa yclaramente al enemigo, hemos visto ya, en el

    ejemplo de Diderot, cules son las verdaderasopiniones de los materialistas. Estriban en tener la

    * E. Mach. Conocimiento y Error, 2 edicin, 1906, pg.12, nota.

    sensacin por una de las propiedades de la materia enmovimiento, y no en deducirla del movimiento de lamateria o reducirla al movimiento de la misma. Enesta cuestin, Engels mantena el punto de vista deDiderot y se apartaba de los materialistas vulgaresVogt, Bchner y Moleschott, entre otras cosas,

    precisamente porque ellos se equivocaban al opinar

    que el cerebro segrega el pensamiento igual que elhgado segrega la bilis. Pero Mach, que opone sincesar sus pareceres al materialismo, hace caso omiso,claro est, de todos los grandes materialistas, deDiderot, de Feuerbach, de Marx y Engels,exactamente lo mismo que todos los demscatedrticos oficiales de la filosofa oficial.

    Para caracterizar la concepcin inicial y bsica deAvenarius, abramos su primer trabajo filosficooriginal, publicado en 1876: La filosofa comomeditacin en el mundo segn el principio delmnimo esfuerzo (Prolegmenos a la Crtica de la

    experiencia pura). Bogdnov dice en suEmpiriomonismo (libro 1, 2a edicin, 1905, pg. 9,nota) que el idealismo filosfico ha servido de puntode partida al desarrollo de las ideas de Mach,mientras que Avenarius se caracteriza desde elmismo comienzo por un tinte realista. Bogdnovdijo esto porque crey a Mach de palabra: vase

    Anlisis de las sensaciones, trad. rusa, pg. 288. Perohizo mal en creerlo, y su aserto es diametralmenteopuesto a la verdad. El idealismo de Avenariusresalta, por el contrario, con tanta claridad en elcitado trabajo, publicado en 1876, que el propioAvenarius hubo de reconocerlo en 1891. En su

    prlogo a la Concepcin humana del mundoAvenarius escribe: Quien haya ledo mi primertrabajo sistemtico:La filosofa, etc., supondr desdeel primer instante que debo intentar tratar los

    problemas de la Crtica de la experiencia purapartiendo, ante todo, del punto de vista idealista(Concepcin humana del mundo, 1891, prlogo, pg.IX), pero la esterilidad del idealismo filosfico meha obligado a dudar de que mi primer camino fuesecertero (pg. X). Este punto de partida idealista de

    Avenarius lo reconocen todos los que escriben defilosofa; me remito, entre los escritores franceses, aCauwelaert, quien dice que el punto de vistafilosfico de Avenarius en los Prolegmenos es elidealismo monista**; de los autores alemanesmencionar al discpulo de Avenarius, RodolfoWilly, quien dice que Avenarius se sinti totalmentefascinado (ganz im Banne) en su juventud, y, sobretodo, en su trabajo de 1876, por el llamado idealismoterico gnoseolgico***.

    Sera incluso ridculo negar el idealismo de losProlegmenos de Avenarius cuando l mismo dice

    **F. Van Cauwelaert. L'empiriocriticisme en Revue o-Scolastique9, 1907, febrero, pg. 51.***Rudolf Willy. Contra la sabidura escolar. Una crticade la filosofa, Munich, 1905, pg. 170.

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    sin rodeos en esta obra que solamente la sensacinpuede concebirse como existente (pgs. 10 y 65 dela segunda edicin alemana; la cursiva de las citas essiempre nuestra). As expone el mismo Avenarius elcontenido del 116 de su trabajo. Vanlo aquentero: Hemos reconocido que lo existente (o el ser,das Seiende) es una sustancia dotada de sensibilidad;

    eliminada la sustancia... (pensar que no haysustancia y que no existe ningn mundo exteriores, fjense bien, ms econmico, requiere menosesfuerzo!), ...queda la sensacin: por eso el ser hayque entenderlo como una sensacin depurada de todoagente insensible (nichts Empfindungs loses).

    De manera, que la sensacin existe sinsustancia, es decir, el pensamiento existe sincerebro! Ser posible que haya en realidad filsofoscapaces de defender esta filosofa sin seso? S, loshay. El catedrtico Ricardo Avenarius es uno deellos. Y por difcil que le sea a un hombre que est en

    sus cabales tomar en serio esta defensa, habremos dehacer un alto. He aqu el razonamiento de Avenariusen los apartados 89-90 de esta misma obra:

    ...La tesis de que el movimiento produce lasensacin tambin se basa en una experienciaaparente. Esa experiencia, acto de la cual es la

    percepcin, consiste, al parecer, en que la sensacines suscitada en una sustancia determinada (cerebro)mediante un movimiento (excitacin) transmitido asta y con el concurso de otras condicionesmateriales (de la sangre, por ejemplo). Pero, apartede que la suscitacin no se ha observado nunca por ssola (selbst), para hacer de esa experiencia hipotticauna experiencia real en todos sus detalles sera

    preciso, por lo menos, tener la prueba emprica deque la sensacin, presuntamente suscitada en el senode una determinada sustancia por el movimientotransmitido, no exista ya antes en una u otra formaen dicha sustancia; de suerte que la aparicin de .lasensacin no puede ser concebida ms que como unacto creador del movimiento transmitido. Pues slola prueba de que antes no haba ninguna sensacin,

    por mnima que fuese, all donde sta aparece ahora,

    slo tal prueba podra dejar sentado un hecho que,significando cierto acto creador, estara encontradiccin con todas las dems experiencias ycambiara de arriba abajo el resto de nuestrasnociones de la naturaleza (aturanschauung). Peroninguna experiencia proporciona ni puede

    proporcionar esa prueba; al contrario, la existencia deuna sustancia desprovista en absoluto de sensibilidad,que luego adquiere la capacidad de sentir, no es msque una hiptesis. Y dicha hiptesis complica yenturbia nuestro conocimiento en lugar desimplificarlo y aclararlo.

    Si al examinar de cerca esa experiencia,llammosla as, segn la cual la sensacin surgemediante el movimiento transmitido en el seno deuna sustancia que, desde este momento, empieza asentir, resulta que es una experiencia tan slo

    aparente, an queda suficiente material en el restantecontenido de la experiencia para comprobar al menosel origen relativo de la sensacin en las condicionesdel movimiento, a saber: comprobar que la sensacinexistente, pero latente, nfima o inaccesible por otrasrazones a nuestra conciencia, se manifiesta, aumentao llega a la conciencia en virtud del movimiento

    transmitido. Pero tambin este fragmento delcontenido restante de la experiencia es tan sloaparente. Si, mediante una observacin ideal,analizamos el movimiento que parte de la sustanciaen movimiento A, es transmitido por diversos centrosintermedios y llega a la sustancia B, dotada desensibilidad, veremos, en el mejor de los casos, quela sensibilidad de la sustancia B se desarrolla oaumenta, al mismo tiempo que recibe el movimientoque le ha sido comunicado; pero no podremoscomprobar que haya ocurrido as como consecuenciadel movimiento...

    Hemos citado adrede ntegra esta refutacin queAvenarius hace del materialismo para que el lector

    pueda ver a qu sofismas verdaderamente mezquinosrecurre la novsima filosofa empiriocriticista.Confrontemos los razonamientos materialistas... deBogdnov, aunque slo sea para castigarlo por habertraicionado al materialismo!, con los del idealistaAvenarius.

    En tiempos muy remotos, hace nada menos quenueve aos, cuando Bogdnov era a mediasmaterialista naturalista (es decir, partidario de lateora materialista del conocimiento adaptadaintuitivamente por la inmensa mayora de losnaturalistas contemporneas), cuando a Bogdnov lohaba descarriado slo a medias el embrolladorOstwald, escriba: Desde la antigedad hastanuestros das, en psicologa descriptiva se tiene lacostumbre de dividir las hechos psquicos en tresgrupos: esfera de las sensaciones y lasrepresentaciones, esfera de las sentimientos, esfera delas impulsos... En el primer grupo se incluyen lasimgenesde los fenmenos del mundo exterior o delmundo interior, tomadas por s solas en la

    conciencia... Tal imagen es llamada sensacin si laha suscitado directamente por conducto de losrganos de los sentidos exteriores un fenmenoexterior correspondiente a aqulla*. Un poco msadelante leemos: La sensacin... surge en laconciencia como resultado de un impulso procedentedel medio exterior, transmitido a travs de losrganos de los sentidas exteriores (pg. 222). Otambin: Las sensaciones forman la base de la vidade la conciencia, la conexin directa de esta ltimacon el mundo exterior (pg. 240). En el proceso delsentir se opera a cada paso la transformacin de la

    energa de la excitacin exterior en hecho psquico

    * A. Bogdnov. Elementos fundamentales de laconcepcin histrica de la naturaleza, San Petersburgo,1899, pg. 216.

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    (pg. 133). E incluso en el ao 1905, cuandoBogdnov, con el concurso benvolo de Ostwald yMach, hubo pasado ya del punto de vista materialistaen filosofa al punto de vista idealista, escribi (pordescuido!) en Empiriomonismo: Como se sabe, laenerga de la excitacin exterior, transformada en elaparato terminal del nervio en una forma

    telegrfica de corriente nerviosa, todavainsuficientemente estudiada, pero ajena a todomisticismo, llega primero a las neuronas, situadas enlos llamados centros inferiores: ganglionares,cerebroespinales y subcorticales (libro I, 2a edicin,1905, pg. 118).

    Para todo naturalista no desorientado por lafilosofa de ctedra, as como para todo materialista,la sensacin es el verdadero vnculo directo de laconciencia con el mundo exterior, es latransformacin de la energa de la excitacin exterioren un hecho psquico. Esta transformacin la ha

    observado cada cual millones de veces y la observaen realidad a cada paso. El sofisma de la filosofaidealista consiste en tomar la sensacin por tabique omuro que separa la conciencia del mundo exterior yno por vnculo de la conciencia con el mundoexterior; consiste en tomarlo por lo nico existentey no por la imagen de un fenmeno exteriorcorrespondiente a la sensacin. Lo nico que hahecho Avenarius ha sido dar una forma ligeramentemodificada a este viejo sofisma, ajado ya par elobispo Berkeley. Como no conocemos an todas lascondiciones de la relacin que observamos a cadamomento entre la sensacin y la materia organizadade cierta manera, no admitiremos, por tanto, comoexistente ms que la sensacin; a eso se reduce elsofisma de Avenarius.

    Para acabar de caracterizar las premisas idealistasfundamentales del empiriocriticismo, mencionaremos

    brevemente a los representantes ingleses y francesesde esta corriente filosfica. Refirindose al inglsCarlos Pearson, Mach declara sin rodeos que est deacuerdo con sus criterios gnoseolgicos(erkenntniskritischen) en todos los puntos esenciales

    (Mecnica, ed. cit., pg. IX). C. Pearson dice, por suparte, que est de acuerdo con Mach**. Para Pearsonlas cosas reales son percepciones sensoriales(sense impressions). Pearson declara metafsica todoreconocimiento de la existencia de las cosas almargen de la percepcin de los sentidos y combatede la manera, ms resuelta el materialismo (sinconocer ni a Feuerbach ni a Marx y Engels): susargumentos no difieren en nada de los que hemosanalizado antes. Pero est tan lejos de querersedisfrazar de materialista (especialidad de losmachistas rusos) y es hasta tal punto... imprudente

    que, desdeando inventar nuevos calificativos parasu filosofa, da sencillamente a sus propias

    * Karl Pearson. Gramtica de la Ciencia, 2a edicin,Londres, 1900, pg. 326.

    concepciones, as como a las de Mach, el nombre deidealistas! (pg. 326, ed. cit.) Pearson deriva sugenealoga en lnea recta de Berkeley y Hume. Lafilosofa de Pearson, como veremos ms de una vez acontinuacin, se distingue de la filosofa de Mach poruna integridad y una profundidad mucho mayores.

    Mach expresa de manera especial su solidaridad

    con los fsicos franceses P. Duhem y EnriquePoincar