lectio divina del salmo dominical domingo v de cuaresma año a ez 37,12-14: os infundiré mi...

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Lectio divina del Salmo dominical Domingo V de Cuaresma Año A Ez 37,12-14: Os infundiré mi espíritu y viviréis. Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8: Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Rm 8,8-11: El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros. Jn 11,1-45: Yo soy la resurrección y la vida.

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Page 1: Lectio divina del Salmo dominical Domingo V de Cuaresma Año A Ez 37,12-14: Os infundiré mi espíritu y viviréis. Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8: Del Señor viene

Lectio divina del Salmo dominical

Domingo V de Cuaresma

Año AEz 37,12-14: Os infundiré mi espíritu y viviréis. Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8: Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Rm 8,8-11: El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros. Jn 11,1-45: Yo soy la resurrección y la vida.

Page 2: Lectio divina del Salmo dominical Domingo V de Cuaresma Año A Ez 37,12-14: Os infundiré mi espíritu y viviréis. Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8: Del Señor viene

Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa.

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Desde lo hondo a ti grito, Señor;

Señor, escucha mi voz;

estén tus oídos atentos

a la voz de mi súplica.

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Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa.

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Si llevas cuentas de los delitos, Señor,¿quién podrá resistir?

Pero de ti procede el perdón,y así infundes respeto.

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Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa.

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Mi alma espera en el Señor,espera en su palabra;

mi alma aguarda al Señor,más que el centinela la aurora.

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Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa.

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Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora.

Porque del Señor viene la misericordia,la redención copiosa;y él redimirá a Israelde todos sus delitos.

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Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa.

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LectioAhora leemos el

salmo entero, despacio…

SALMO 129 (130)

1Desde lo hondo a ti grito, Señor;2Señor, escucha mi voz;estén tus oídos atentosa la voz de mi súplica.

3Si llevas cuenta de los delitos, Señor,¿quién podrá resistir?4Pero de ti procede el perdón,y así infundes respeto.

5Mi alma espera en el Señor,espera en su palabra;

6mi alma aguarda al Señor,más que el centinela la aurora.

7Aguarde Israel al Señor,como el centinela la aurora;porque del Señor viene la misericordia,la redención copiosa;8y él redimirá a Israelde todos sus delitos.

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Este es uno de los Salmos llamados “penitenciales” (Salmos 5; 31; 37; 50; 101; 142). El famoso De profundis, tantas veces orado a lo largo de los siglos sobre todo en la liturgia de difuntos por su marcado tono de esperanza.

Quizá en su origen fuera este salmo una súplica individual para pedir perdón a Dios, privadamente o en el culto. El salmista, a partir de una situación de angustia total, de profunda desesperación, cuyo motivo desconocemos, se dirige a un “Tú” al que considera capaz de escuchar. Esta es la grandeza del orante: no hay ninguna situación de desconcierto en la que no pueda invocar al Señor.

Posteriormente, y de una manera definitiva, al ser incluido en la colección de “las subidas”, es decir, en un ambiente de peregrinación a Jerusalén y para uso en esa liturgia, adquirió un matiz colectivo y más de confesión de fe que de pedir perdón por los pecados, ya que celebrar al Dios que perdona al Pueblo es una manera explícita de confesar la fe.

La estructura del salmo gira en torno a dos movimientos:a) VV. 1-4: se confiesa al Dios rico en perdón tras la propia experiencia de pecado. La

hondura radical es el pecado que aleja al hombre de Dios y lo envuelve en la oscuridad.b) VV: 5-8: se confiesa a Dios en la certeza de una espera creyente: amanecerá la

misericordia, Dios redimirá del pecado.

Lectio¿Qué dice el texto?

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Todos los textos de este domingo están profundamente cohesionados y entrelazados en torno a Jesucristo: Resurrección y Vida, ya sea en sentido literal: resurrección de entre los muertos, sacar al Pueblo de sus sepulcros, resucitación de Lázaro; ya sea en su sentido más figurado pero plenamente real como el anterior: librar de la vida de pecado, “desatando” mediante el perdón y la misericordia al hombre esclavo de sus pasiones y vicios para hacer de él una criatura nueva.

Dios siempre nos espera, siempre está dispuesto a sacarnos de todas las “honduras” de nuestra existencia. Como dice el salmo: el perdón es cosa suya, es propio del Señor la misericordia.

¿De veras nosotros le aguardamos a Él como el centinela la aurora?

MeditatioLo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el

texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las

lecturas del domingo.

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¡Gracias, Señor, por tu misericordia y tu perdón. Con el salmista quiero confesar, proclamar tu grandeza.

Mi alma desea anhelarte como el centinela la aurora. La noche es larga pero la espera cierta. Entonces, mientras espero en la noche quiero hacerlo como el ruiseñor que canta en la tiniebla tal como dice el bello poema del místico inglés del siglo XIV, Richard Rolle:

“El ruiseñor cantará toda la noche para complacer a su amada, cuánto más te debo cantar a Ti, Cristo Jesús, esposo de mi alma, en la vida presente, la cual es noche para mi comparado con la claridad que despuntará en la mañana.” (Fire, 42)

Oratio¿Qué me hace decirle a Dios este

salmo?

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“Oíd cómo clamó de lo profundo la voz del pecador: Desde lo profundo clamé a Ti, ¡oh, Señor!; Señor, oye mi voz. Atiendan tus oídos a la voz de mi plegaria. ¿Desde dónde clama? De lo profundo. ¿Quién clama? El pecador, ¿con qué esperanza clama? Con esperanza firme, porque el que vino a perdonar los pecados, dio esperanza al pecador colocado en el abismo. (…) ¿Por qué hay esperanza? Porque en Ti hay propiciación. (…) Porque en el Señor hay misericordia y en Él abundante redención. ¡Magnífico! No podría decirse cosa mejor en su lugar atendiendo a lo que dijo: Desde la vigilia matutina espere Israel en el Señor. ¿Por qué? Porque a partir de la vigilia matutina resucitó el Señor y el cuerpo debe esperar lo que aconteció en la Cabeza.”

(SAN AGUSTÍN, Enarraciones a los Salmos 129, BAC 264, Madrid, 1967)

ContemplatioMiro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son

maestros…

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Esta semana quiero preparar bien mi confesión pascual. Deseo ser desatada de mis pecados y vivir una vida nueva.

Actio¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el

momento de la “obediencia de la Fe”…