las virtudes fundamentales (ayllón)

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1 LAS VIRTUDES FUNDAMENTALES Muchas cosas dependen por entero de ti: la sinceridad, la dignidad, la resistencia al dolor, el rechazo de los placeres, la aceptación del destino, la posibilidad de vivir con poco, la benevolencia, la libertad, la sencillez, la seriedad, la magnanimidad. Observa cuántas cosas puedes ya conseguir sin pretexto de incapacidad natural o ineptitud, y por desgracia permaneces por debajo de tus posibilidades voluntariamente. ¿Es que te ves obligado a murmurar, a ser avaro, a adular, a culpar a tu cuerpo, a darle gusto, a ser frívolo y a someter a tu alma a tanta agitación, porque estás defectuosamente constituido? No, por los dioses. Hace tiempo que podías haberte apartado de esos defectos. Marco Aurelio. Meditaciones. Toda ÉTICA es una propuesta sobre virtudes. Y todas las virtudes se pueden reducir a cuatro, que proceden directamente de Platón y los estoicos. Ellas realizan perfectamente los cuatro modos generales del obrar humano: la determinación práctica del bien (prudencia), su realización en sociedad (justicia), la firmeza para defenderlo o conquistarlo (fortaleza) y la moderación para no confundirlo con el placer (templanza). Pero, ¿cómo sabemos que esas cuatro virtudes son las cuatro formas generales que debe adoptar toda conducta ética? Lo sabemos, entre otras razones, porque en esas cuatro líneas maestras se ha decantado el obrar humano desde hace miles de años. Al estrenar la libertad, los ciudadanos de las primeras polis necesitaban saber cómo se construye y cómo funciona una sociedad de hombres libres, cuál es la mejor de las formas posibles de gobierno. Y, en el plano personal, con diferentes formulaciones, había otra pregunta obligada: qué significa ser hombre, cómo usar la libertad, qué hacer con la propia vida, cuál es la mejor de las conductas posibles. Platón fue el primero en responder cabalmente a estas cuestiones. En uno de sus mitos más célebres, compara al hombre con un carro tirado por dos corceles que simbolizan el antagonismo entre los altos ideales y las bajas pasiones. El arte del auriga (prudencia) consiste en aprovechar la fuerza del caballo noble (fortaleza) y someter al que puede desbocarse (templanza). El filósofo propone así tres cualidades fundamentales que, cuando se logran, dan lugar a una cuarta, la justicia, por la que el ser humano logra el ajustamiento entre los diversos elementos que le configuran como tal. De la fortaleza –capacidad de sacrificio para conquistar y defender el bien–, diremos que es la virtud que más hace referencia a lo que es la virtud en sí misma, pues la palabra virtud significa eso: fuerza, fortaleza, el esfuerzo propio del vir, del varón, es decir, la virilidad. Así, los romanos llamaron virtuosa a la conducta propia del varón, que debe ser esforzada, y no perezosa ni abandonada. El emperador Marco Aurelio sentenció que el arte de vivir se parece más a la lucha que a la danza; y aunque lo escribió en campaña, ese mensaje es también necesario en tiempos de paz porque nuestro cuerpo siempre es vulnerable, porque nadie nacería sin la fortaleza de la mujer en el parto, nadie comería sin el esfuerzo del que trabaja la tierra o del que arriesga su vida en la mar. La justicia consiste en dar a cada uno lo suyo, desde un sobresaliente merecido hasta un salario. Muchas de las cosas importantes en la vida del hombre guardan estrecha relación con la justicia: los derechos humanos, las formas de gobierno, las relaciones laborales y sociales, etc. Se manifiesta en ello la variedad inmensa de un deber que ya Platón recogía como idea antigua. Reina la justicia cuando las tres obligaciones fundamentales de la vida en sociedad son cumplidas: obligaciones entre los individuos (justicia conmutativa), obligaciones de la sociedad hacia el individuo (justicia distributiva), y obligaciones del individuo con la sociedad (justicia legal).

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ETICA

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    LAS VIRTUDES FUNDAMENTALES

    Muchas cosas dependen por entero de ti: la sinceridad, la dignidad, la resistencia al dolor, el rechazo de los placeres, la aceptacin del destino, la posibilidad de vivir con poco, la benevolencia, la libertad, la sencillez, la seriedad, la magnanimidad. Observa cuntas cosas puedes ya conseguir sin pretexto de incapacidad natural o ineptitud, y por desgracia permaneces por debajo de tus posibilidades voluntariamente. Es que te ves obligado a murmurar, a ser avaro, a adular, a culpar a tu cuerpo, a darle gusto, a ser frvolo y a someter a tu alma a tanta agitacin, porque ests defectuosamente constituido? No, por los dioses. Hace tiempo que podas haberte apartado de esos defectos.

    Marco Aurelio. Meditaciones.

    Toda TICA es una propuesta sobre virtudes. Y todas las virtudes se pueden reducir a cuatro, que proceden directamente de Platn y los estoicos. Ellas realizan perfectamente los cuatro modos generales del obrar humano: la determinacin prctica del bien (prudencia), su realizacin en sociedad (justicia), la firmeza para defenderlo o conquistarlo (fortaleza) y la moderacin para no confundirlo con el placer (templanza). Pero, cmo sabemos que esas cuatro virtudes son las cuatro formas generales que debe adoptar toda conducta tica? Lo sabemos, entre otras razones, porque en esas cuatro lneas maestras se ha decantado el obrar humano desde hace miles de aos. Al estrenar la libertad, los ciudadanos de las primeras polis necesitaban saber cmo se construye y cmo funciona una sociedad de hombres libres, cul es la mejor de las formas posibles de gobierno. Y, en el plano personal, con diferentes formulaciones, haba otra pregunta obligada: qu significa ser hombre, cmo usar la libertad, qu hacer con la propia vida, cul es la mejor de las conductas posibles. Platn fue el primero en responder cabalmente a estas cuestiones. En uno de sus mitos ms clebres, compara al hombre con un carro tirado por dos corceles que simbolizan el antagonismo entre los altos ideales y las bajas pasiones. El arte del auriga (prudencia) consiste en aprovechar la fuerza del caballo noble (fortaleza) y someter al que puede desbocarse (templanza). El filsofo propone as tres cualidades fundamentales que, cuando se logran, dan lugar a una cuarta, la justicia, por la que el ser humano logra el ajustamiento entre los diversos elementos que le configuran como tal. De la fortaleza capacidad de sacrificio para conquistar y defender el bien, diremos que es la virtud que ms hace referencia a lo que es la virtud en s misma, pues la palabra virtud significa eso: fuerza, fortaleza, el esfuerzo propio del vir, del varn, es decir, la virilidad. As, los romanos llamaron virtuosa a la conducta propia del varn, que debe ser esforzada, y no perezosa ni abandonada. El emperador Marco Aurelio sentenci que el arte de vivir se parece ms a la lucha que a la danza; y aunque lo escribi en campaa, ese mensaje es tambin necesario en tiempos de paz porque nuestro cuerpo siempre es vulnerable, porque nadie nacera sin la fortaleza de la mujer en el parto, nadie comera sin el esfuerzo del que trabaja la tierra o del que arriesga su vida en la mar. La justicia consiste en dar a cada uno lo suyo, desde un sobresaliente merecido hasta un salario. Muchas de las cosas importantes en la vida del hombre guardan estrecha relacin con la justicia: los derechos humanos, las formas de gobierno, las relaciones laborales y sociales, etc. Se manifiesta en ello la variedad inmensa de un deber que ya Platn recoga como idea antigua. Reina la justicia cuando las tres obligaciones fundamentales de la vida en sociedad son cumplidas: obligaciones entre los individuos (justicia conmutativa), obligaciones de la sociedad hacia el individuo (justicia distributiva), y obligaciones del individuo con la sociedad (justicia legal).

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    Justicia es el reconocimiento de los derechos fundamentales. Y, como el dbil no tiene fuerza para hacerse respetar, la justicia es, sobre todo, la virtud de los que ejercen el poder. Al ser el gobernante el responsable ltimo de la justicia, ser difcil obligarle a ser justo. Por eso dice Platn que no existe nada ms desesperanzador que un gobierno injusto, y que si a alguien se le puede pedir que sea, adems de buen ciudadano, hombre ntegro, es al gobernante. Del prncipe, como de un inagotable manantial, viene a los pueblos la inundacin de todo lo bueno y de todo lo malo, escribi Toms Moro en su Utopa. En el citado mito del carro alado, Platn propone el control racional del placer como una de las cuatro virtudes fundamentales. Ese autocontrol, conocido desde antiguo como templanza, se justifica porque todo ser humano experimenta la inclinacin natural hacia el placer que se obtiene en la comida, en la bebida y en el deleite sexual. De hecho, as se manifiestan las fuerzas naturales ms intensas que actan en la conservacin de la vida. Puestas para asegurar la existencia del individuo y de la especie, esas energas vitales dan las tres formas originales de placer, y al mismo tiempo sobrepasan a todas las dems energas en capacidad destructora cuando se desordenan. As lo advierte Francisco de Quevedo: Dentro de tu propio cuerpo, por pequeo que te parezca, peregrinas. Y si no miras bien por dnde llevas tus deseos, te perders en tan pequeo vaso para siempre. Aristteles considera que la educacin del placer reviste particular importancia, y que el descontrol en este terreno es censurable:

    Porque se da en nosotros no por lo que tenemos de hombres, sino de animales. As pues, complacerse en estas cosas y buscarlas por encima de todo es propio de bestias. Y si alguien viviera slo para los placeres del alimento y del sexo, sera absolutamente servil, pues para l no habra ninguna diferencia entre haber nacido bestia u hombre.

    De las cuatro virtudes fundamentales, la prudencia es tal vez la ms difcil e importante. Es propio de la libertad tender puentes hacia el futuro. Puentes desde lo que soy hacia lo que quiero ser. Pero lo que quiero ser, todava no es. Cmo puedo, entonces, dirigirme hacia lo que todava no es? El verbo prever es la respuesta. Prever significa ver lejos (procul videre), anticipar el porvenir (pro videntia). De esas races latinas surge la palabra prudencia: el arte de dar los pasos oportunos para conseguir lo que todava no tengo. Un poema de Anacreonte dice que los dioses repartieron diversas cualidades entre los animales: fuerza, veneno, astucia, dientes, alas, velocidad. Al hombre le cay en suerte algo muy diferente: la prudencia. Una caprichosa evolucin del lenguaje ha hecho que la prudencia pueda ser identificada con dos de sus corrupciones: el apocamiento y la astucia ruin. Pero en su origen, prudencia designaba la cualidad mxima de la inteligencia, el arte de elegir bien en cada caso concreto, una vista excelente par ver bien en las situaciones ms diversas, una difcil puntera capaz de apuntar en movimiento y acertar sobre un blanco tambin mvil: la vida misma. Aristteles explica esa dificultad por la estrecha relacin entre prudencia y circunstancias. Pone un ejemplo nada rebuscado: lo que conviene a la boda de un siervo no es lo mismo que lo que conviene a la boda de un hijo. Luego aade que lo bueno en sentido absoluto no siempre coincide con lo bueno para una persona. As, al cuerpo sano no le conviene que le amputen una pierna; en cambio, amputar puede salvar la vida a un herido. Tambin seala, a riesgo de ser impopular, que los jvenes pueden ser muy inteligentes, pero no prudentes, porque la prudencia es el dominio de lo particular, al que slo se llega por la experiencia. Y el joven no tiene experiencia, porque sta se adquiere con la edad. Estamos ante una cualidad terica y prctica a la vez. Conocimiento directivo que requiere estudio, mucha experiencia, peticin de consejo y reflexin ponderada. Pedir

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    consejo es propio de todo el que aspira a conducirse con prudencia. Confucio lo recomienda vivamente:

    Cmo puede haber hombres que obren sin saber lo que hacen? Yo no querra comportarme de ese modo. Es preciso escuchar las opiniones de muchas personas, elegir lo que ellas tienen de bueno y seguirlas; ver mucho y reflexionar con madurez sobre lo que se ha visto.

    El hombre prudente es reflexivo, pues aunque el no y el s son breves de decir, a veces se deben pensar mucho. Ya lo haba dicho el emperador Marco Aurelio: prudencia quiere decir atencin a cada cosa y ningn tipo de descuido. Si la prudencia es necesaria para cualquier hombre, lo es especialmente en la tarea de gobierno, por ser empresa de la que dependen muchas vidas.

    (Tomado de Antropologa filosfica, de Jos Ramn AYLLN)