las subculturas delincuentes

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    TEORIAS SOCIOCRIMINALES Y PREVENCION DE LADELINCUENCIA

    Profesor Lic. JOSE TURIANO

    ABSTRACT

    En este trabajo, tal como su ttulo lo indica, se intenta explorar las cinco principales teorassociocriminales las ms usadas hoy da: la anomia de Emile Durkheim, la anomia de Robert K. Merton,la asociacin diferencial de Edwin H. Sutherland, las subculturas delincuentes de Albert K. Cohen yotros, y la reaccin social de Howard S. Becker y otros- a fin de extraer de ellas elementos tericosderivados del modelo de sociedad que explcita o implcitamente subyace en las mismas, los cuales

    permitan fundamentar y formular orientaciones vlidas a tener en cuenta en un plan integral deprevencin de la desviacin social y la delincuencia.

    Durkheim propone un modelo de sociedad industrial moderna y equilibrada, en quecontrariamente a la prevaleciente situacin actual del pas y del mundo- la institucin poltica, promotoray reguladora del bien comn de la sociedad, prepondera sobre las dems instituciones sociales,

    especialmente la econmica. En dicha sociedad se da una divisin del trabajo orgnica y no impuesta, lacual implica igualdad de oportunidades, desempeo de funciones sociales y laborales de acuerdo con lacapacidad personal, y correspondencia entre mrito, esfuerzo y recompensa. Tales caractersticas hacenque las tendencias hacia la desviacin social se debiliten y las tasas de la delincuencia disminuyansignificativamente.

    Merton, en cambio, -sin desmerecer su muy acertada caracterizacin de la sociedadnorteamericana y su reactualizacin de algunas dimensiones del planteo durkheimiano- busca meramentereformar y mejorar el funcionamiento de la actual sociedad industrial anmica, plagada de injusticiasocial y peligrosos desequilibrios sociales. A ese fin propone fundamentalmente tres innovaciones:incorporar metas alternativas a las vigentes del xito econmico para distintos estratos sociales; ampliar elabanico de oportunidades legtimas para alcanzar el xito, y limitar el acceso a las ilegtimas. De estamanera, confa mantener en buen funcionamiento el sistema social y econmico vigentes con unaceptable control de los problemas sociales y la conducta desviada.

    Sutherland, a su vez, considera que la ciudad industrial moderna consiste en una diversidadconflictiva de culturas y grupos sociales organizados a favor tanto del comportamiento criminal como delanticriminal. Por ende, el individuo, en dicha comunidad, se socializa internalizando valores y pautas deuna y otra ndole y, al final, segn cules de ellas predominen, desarrollar una personalidad delincuenteo no delincuente. La clave, entonces, de la prevencin de la delincuencia radica mayormente en laorganizacin solidaria y participativa de la comunidad contra el comportamiento delincuente.

    El comn denominador de las diversas posiciones de la teora de las subculturas consiste en undoble aserto: por una parte, estas ltimas, susceptibles de revestir formas variadas, son consideradas comoreacciones de distintos grupos a problemas de injusticia social sufridos colectivamente, y, por otra parte,tales injusticias se fundan en el conflicto de clases sociales. Es decir, las soluciones que la sociedadgeneral no brinda, bien o mal tratan de ser aportadas por las subculturas, que en gran medida se dibujansobre lneas de clases. Por lo tanto, para una eficaz prevencin es necesario llevar a cabo programas deintegracin, movilizacin y participacin comunitarias de todos los sectores sociales, pero especialmente

    de los ms postergados.La ltima de las teoras tratadas, la de la reaccin social o labeling en sus distintas versiones, se

    centra en el proceso de criminalizacin (hechura y aplicacin de las leyes que definen el ilcito) que tienelugar en una sociedad habitualmente discriminante segn categoras sociales de raza, etnia, sexo, clasesocial, etc. Por consiguiente, tambin esta corriente sociocriminal sienta como gran premisa de unagenuina poltica preventiva la necesidad de movilizar y organizar la comunidad, en trminos de unademocracia plenamente participativa, solidaria, laboriosa, creativa y exenta de discriminacin e injusticiasocial.

    Finalmente, el trabajo concluye destacando -en esta era de la globalizacin y ante las enormestransformaciones y desafos que importa-, la validez de las cinco teoras sociocriminales,convenientemente adaptadas a las modalidades del presente, as como la ms que nunca imperiosanecesidad de integrarlas y aplicarlas en un cabal plan de prevencin de la desviacin social y ladelincuencia. El remate lo brindan un manojo escogido de las diversas declaraciones y recomendaciones

    de la Organizacin de las Naciones Unidas acerca de las impostergables necesidades de la hora actual, las

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    cuales confirman en gran medida la lnea de conclusiones y postulados sociocriminales precedentementeexpuestos.

    TEORA DE LA ANOMIA

    Existen dos versiones de la teora de la anomia: una de EmilioDurkheim y otra de Robert

    K.Merton. Los trabajos del primero, si bien eran conocidos y nunca dejaron de consultarse, no recibieronla atencin que masivamente, en el campo sociolgico y criminolgico, se le prest al segundo de losautores citados. Su formulacin de la anomia estimul largos debates tericos y numerosasinvestigaciones empricas y tuvo su gran auge en las dcadas de 1950 y 1960. Luego de un cuarto desiglo de un parcial eclipse de la teora, coincidente con una cierta declinacin del uso del paradigmafuncionalista, la teora de la anomia ha experimentado ltimamente un fuerte impulso de renovacin.

    PLANTEO DE DURKHEIM

    La teora de la anomia fue formulada en l895 por Emilio Durkheim, en su libro El suicidio,para diagnosticar, explicar y remediar el profundo malestar social de la sociedad francesa y europea de sutiempo, causante de gravsimos desrdenes de ndole social e individual. En efecto, Durkheim, al igual

    que Saint-Simon, Comte y Marx, se dedic a analizar y procurar subsanar las graves perturbacionesacarreadas a la Europa del siglo XIX por la Revolucin industrial y la Revolucin burguesa de 1789. Esuno de los autores que mejor se anticipa a los actuales procesos de la globalizacin y del dominio de losmercados, tan mentados hoy da. En un planteo radical de la crisis sociocultural de su poca identificaclaramente y analiza en profundidad las races de dichos fenmenos y las terribles secuelas sociales quesu descontrol provoca. Su diagnstico de la situacin es lapidario: anomia endmica o crnica.

    De este modo, el autor denuncia la subversin institucional operada por las clases burguesas enla sociedad europea de fines del siglo XIX. Alude con ello a la exaltacin de la economa por encima dela poltica, encargada sta anteriormente de acotar las actividades del comercio, la industria y las finanzasy orientarlas al bienestar general. Las consecuencias de este hecho han sido el crecimiento vertiginoso yel progreso descontrolado que llevan a la continua obsolescencia del marco normativo e institucional dela sociedad anomia- sin dar tiempo a una sincrnica renovacin del mismo. Esto, a su vez, traeaparejada una retahla de calamidades, tales como: el culto del progreso indefinido; una profunda

    postracin moral, cultural y social; la desregulacin social (declinacin y confusin de valores y normas);la desintegracin y egosmo sociales; la competencia desenfrenada y la lucha entre individuos y clasessociales; el aumento de los infartos, los divorcios, la delincuencia y los suicidios; y, por fin, la infelicidadsocial e individual.

    No obstante, Durkheim no rechaza la modernizacin mediante el progreso tecnolgico eindustrial y la mundializacin de los mercados, sino nicamente su desregulacin y descontrol por partede la poltica. Aboga, en efecto, por la beneficiosa e inevitable transicin de la sociedad de solidaridadmecnica" a la sociedad de solidaridad orgnica, -conforme {el las denomina- esto es, de la sociedadtradicional y preindustrial a la sociedad moderna, industrial y mundializada. Esta ltima se distingue poruna gran diferenciacin social y divisin del trabajo, as como por una acentuada especializacin yestrecha interdependencia y complementacin de las funciones sociales. Adems de abarcar a todas lasinstituciones, estas caractersticas de modernidad se van imponiendo en niveles y marcos sociopolticoscada vez mayores, que abarcan comunidades locales, nacionales, regionales y mundiales.

    Como puede apreciarse, el cuadro de la crisis social europea pintado precedentemente tienemuchos puntos de contacto con la actual situacin del mundo y de nuestro pas, sumergidos y embarcadosen el proceso de la tan meneada globalizacin. Por lo tanto, los remedios directa o indirectamenterecomendados por Durkheim para conjurar los males que l seala, pueden servir tambin hoy como un

    paquete de propuestas a tener en cuenta en la elaboracin de un posible plan de prevencin de ladesviacin social y la delincuencia.

    La solucin de la crisis anmica estriba fundamentalmente para nuestro autor en la restauracininstitucional o restitucin del estado de nomia, esto es, la preponderancia de la poltica, orientada al biencomn, sobre la economa y dems instituciones.

    Los requisitos a tal fin son, sumariamente, los siguientes: Establecimiento de una nueva moral social permanentemente renovada (consenso relativo a

    los valores y al marco normativo) que debe modelar a todas las instituciones y surgir de laconcertacin entre los diversos grupos significativos de la comunidad bajo la direccin del

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    Estado al servicio del inters general, y con arreglo a una slida informacin cientfica de larealidad social imperante.

    La regulacin social resultante de ninguna manera debe ser impuesta coactivamente, sinoque debe merecer y recibir el acatamiento espontneo de todos los ciudadanos, en virtud delreconocimiento de la justicia y legitimidad del orden social que instituyen sus disposiciones.Pero, ese tipo de regulacin asimismo supone necesariamente una divisin del trabajo no

    forzada, o sea, no impuesta.Dicho orden social justo y equilibrado debe reunir las siguientes caractersticas:

    a) Igualdad de oportunidades para todos (educacin, trabajo, vivienda,recreacin etc.).

    b) Correspondencia entre las capacidades de los individuos y las funcionessociales que ocupan.

    c) Correlacin entre mrito, esfuerzo y recompensa. Se prev que la regulacin social en lneas generales as establecida producir los siguientes

    efectos integrativos y moralizadores: funcionamiento de los mercados de produccin,trabajo, vivienda, educacin, recreacin, etc. orientado a la satisfaccin equitativa de lasnecesidades de la poblacin; aspiraciones y necesidades de las personas razonablementeacotadas y susceptibles de ser cumplidas; grado adecuado de cohesin y solidaridad social;aumento de la productividad econmica y social; reduccin y mantenimiento a niveles

    convenientes de las tensiones y luchas entre individuos y clases sociales; incremento de lafelicidad social e individual. De resultas de todo esto, disminuirn sensiblemente, aunqueno cabe esperar extirparlas por completo, las enfermedades y las desviaciones sociales, entreellas la delincuencia.

    PLANTEO DE MERTON

    Robert K. Merton, joven profesor de la Universidad de Harvard, en octubre de 1938, publica enla American Sociological Review un artculo titulado Social Structure and Anomie, destinado aconmover y renovar profundamente el campo de la teora sociolgica y de la sociologa de la conductadesviada. Su pas, convertido desde el fin de la Primera Guerra Mundial en primera potencia y sacudido

    por un vertiginoso crecimiento, plagado de explosivas contradicciones sociales y culturales, se hallabalanzado en una serie de profundas reformas. Se trataba del New Deal del presidente Franklin DelanoRoosevelt, con el cual conjuraba los efectos devastadores del crack de 1929 y de la subsiguientedepresin de la dcada del treinta, y proyectaba el pas hacia el futuro, sentando las bases del modernocapitalismo norteamericano.

    Inspirado en la obra de Durkheim, se propone contribuir a la superacin del tradicionalpositivismo empiricista de la sociologa verncula, ofreciendo una formulacin terica y sistemtica de laanomia, que en definitiva resultara ser una clave sociolgica de relevancia para la comprensin delcarcter nacional de los estadounidenses y de muchos de los problemas que estos haban de enfrentar,especialmente el de la desviacin social.

    Segn Merton, existen tres tipos de sociedades: la equilibrada o integrada, la ritualista otradicional y la anmica. Esta divisin descansa en tres combinaciones distintas de las siguientes dosvariables capitales de la estructura sociocultural ya sealadas por Durkheim: a) las grandes metas,

    propsitos e intereses de la cultura; b) los modos socialmente consagrados de alcanzar las metas. La sociedad equilibrada

    consiste en una pareja regulacin tanto de las metas culturales como de losmodos legtimos de lograrlas. Es el ideal de integracin, estabilidad, justicia, legitimidad ydinamismo al que debe tenderse. En esta sociedad, en que los individuos y grupos tienenoportunidades para realizarse, las tensiones sociales y la desviacin social, incluida la delincuencia,se ven reducidas a su mnima expresin.La sociedad desequilibrada ritualista se caracteriza por la desregulacin de las metas se las haolvidado o simplemente se las ignora o rebaja- y una frrea regulacin de los medios y prcticassociales, que de hecho se transmutan en fines. Es una sociedad tpicamente conservadora,tradicionalista y de muy escaso dinamismo. En ella, la estabilidad y la integracin son primordiales,solo algunos grupos de personas gozan de ciertas oportunidades de realizarse, las tensiones sociales yla desviacin social se hallan en general fuertemente reprimidas tanto desde el punto de vista

    psicolgico como del social y la productividad individual y social es muy limitada.

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    La sociedad desequilibrada anmica

    presenta la peculiaridad de que, en palabras delartculo de Merton de 1938, se acenta el valor de ciertas metas especficas en forma casiexclusiva y se presta apenas un leve inters a los modos institucionalmente apropiados paraalcanzarlas. En el caso extremo se llega a la desmoralizacin o desinstitucionalizacin de losmedios, esto es, el fin justifica los medios o vale todo con tal de conseguir ciertos objetivos sinimportar si ellos estn atados a intereses particulares de las personas o grupos.

    Ahora bien, esta situacin anmica es tpica de la sociedad norteamericana y afecta a todas susinstituciones, grupos e individuos. Todos son azuzados -desde el hogar, la iglesia, la escuela, el trabajo,los medios de comunicacin, etc.- a cumplir sin claudicacin el American Dream, el Sueo

    Norteamericano, la consigna ideolgica y el mito populista de la igualdad y el xito econmico paratodos. Para alcanzar la cima (los smbolos de status) solo es cuestin de perseverar y trabajar duro; elfracaso se debe nicamente a la falta de esfuerzo o a defectos del individuo.

    Sin embargo, en la prctica social cotidiana la realidad se presenta completamente diferente. Lasoportunidades (el acceso a los medios econmicos, la educacin, la ocupacin y dems, necesarios paralograr las metas culturalmente prescriptas) no se hallan al alcance de todos, sino que se distribuyen enfuncin de la posicin de clase social. Esto significa que se est en presencia de una sociedadcontradictoria, injusta y conflictiva, pues anida en ella, una evidente disociacin o contradiccin entre lacultura (metas exigidas universalmente) y la estructura social (desigual disponibilidad social de las

    oportunidades), quedando as descartada toda correspondencia entre mrito, esfuerzo y recompensa.De este modo, la sociedad socialmente estratificada genera una tensin o presin anmicadiferencial sobre sus miembros, que los induce a cuestionar el sistema y a optar por distintos tipos dedesviacin social y delincuencia. Al respecto cabe anotar que existe una anomia de los estratos inferioreso menos favorecidos y otra de los estratos superiores o ms acomodados. La primera de ellas resulta de lafrustracin de las aspiraciones relativamente limitadas de las personas y grupos, en razn de la restriccin

    parcial que sufren en el acceso a las oportunidades. La desviacin tpica de estos estratos, msdiscriminados por los aparatos de control social oficial, es la delincuencia comn, la de los delitosdescubiertos y consignados en las estadsticas criminales oficiales. La segunda clase de anomia, la de losque gozan de recursos y poder, radica en la exacerbacin de las aspiraciones, las cuales estn en continuocrecimiento, debido a las oportunidades que se les presentan y al ambiente generador de ambicionesdesmedidas en que se desenvuelven. Es tpica de estos estratos superiores, menos vigilados ydiscriminados por el control social, la delincuencia oculta, de cuello blanco, la de los grandes burcratas,

    funcionarios, profesionales y empresarios, muy difundida y de consecuencias sociales mucho ms graves.Luego de completar la exposicin del problema macroestructural de la sociedad norteamericana,

    Merton desciende al plano microestructural : el de las conductas de rol, por las cuales los individuosreaccionan o se adaptan a la presin anmica. Hay, segn l, cinco tipos de adaptaciones, basadas en laaceptacin o rechazo que el actor social hace, en su situacin social particular, de las metas culturales yde los medios institucionalizados. Si se excepta la primera, las cuatro restantes constituyen tipos deconducta social desviada.

    La conformidad, encabeza la lista e incluye toda conducta que acepta tanto las metas culturalescomo los medios institucionalizados. En este caso, el individuo no cuestiona la justicia del sistema social,sino que lo acepta, sin que obste el hecho de que luego no disponga de medios y no pueda alcanzar lasmetas. La segunda adaptacin es la innovacin, que consiste en aceptar las metas, reteniendo la aspiracinal xito econmico, y rechazar los medios legtimos a su alcance por considerarlos insuficientes oinconducentes. En esta categora, a la cual el autor presta preferente atencin, revista la mayor parte de la

    delincuencia. La tercera adaptacin es el ritualismo, en el cual se deja de aspirar a la alta meta del xitopor estar fuera del alcance personal, pero se mantiene la adhesin a los medios disponibles en la situacindel individuo. La cuarta adaptacin, la ms asocial de las cuatro desviadas, es el retraimiento, o sea, laopcin pasiva del que abandona tanto las metas como los medios del sistema, ubicndose fuera de l. Laquinta y ltima adaptacin es la rebelin, la alternativa de quien repudia metas y medios con la intencinde instaurar un nuevo orden social.

    Se reitera que dichas adaptaciones son conductas de rol y no tipos de personalidad. De estasuerte, una misma persona puede pasar de una a otra alternativa segn se mueva entre diferentes grupos ose ocupe de diversas actividades sociales. Asimismo, cabe destacar que algunos socilogos le efectuaronal autor observaciones correctivas de la teora, que ste recogi y en ms de una ocasin acept. Clowardy Ohlin, por ejemplo, le advirtieron que no solo las oportunidades legtimas estn distribuidasdesigualmente, sino que tampoco las ilegtimas estn a la mano de cualquiera. Albert K. Cohen le hizo

    presente tres reparos: a) no siempre las adaptaciones las realiza el individuo en soledad, sino tambin

    colectivamente; b) el actor social no enfrenta nicamente las cinco alternativas de adaptacin, sino

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    tambin otras instancias como, por caso, las subculturas y la reaccin social; c) la decisin conformista odesviada no suele ocurrir de manera instantnea y brusca, sino que es un proceso que lleva su tiempo.

    Dado el predominio, ininterrumpido a travs de los aos, de la institucin econmica sobre lapoltica, no es de extraar entonces que el Sueo norteamericano y la concomitante situacin anmicadescripta en los prrafos precedentes, hayan sido funcionales a la naturaleza y desenvolvimiento delsistema capitalista norteamericano. En efecto, este ltimo hasta avanzada la dcada del 70 requera de un

    enorme ejrcito de personas ambiciosas, innovadoras, capacitadas y laboriosas, que alistara a la poblacinentera de la nacin, para alimentar su imponente aparato de produccin y servicios y su inmenso mercadode consumo. Esto no se logra si no se ejerce una constante y fortsima presin motivadora sobre las

    personas para que se enrolen en una perpetua e implacable competencia por escalar posiciones, asumirresponsabilidades, transformarse sin descanso y consumir profusamente bienes y smbolos de status. Porotra parte, la situacin anmica norteamericana ha sido exportada gradualmente a todo el mundo, graciasa la difusin universal del capitalismo y los patrones culturales de Estados Unidos, el gran difusor ydiseminador de la globalizacin. Por lo tanto, los problemas planteados tambin suelen aflorar en granmedida, aunque con modalidades diversas, fronteras afuera de ese pas. De este modo, a nadie escapa queel tema de la anomia es hoy da de inters universal, pues afecta a todos.

    Para Merton las propuestas de Durkheim para solucionar y prevenir el problema de la cronicidadde la anomia expuestas ms arriba- seran adecuadas para constituir la sociedad equilibrada, en quemetas culturales y medios institucionalizados reciben igual apreciacin y acatamiento sociales. Pero

    dicha sociedad, socializada al mximo, es una utopa. l centra su enfoque en la imperfecta sociedadanmica norteamericana, la cual para subsistir y reproducirse necesita, por la misma ndole de suestructura, conservar la desigualdad y la desviacin social, aunque disimuladas bajo el manto de unficticio consenso, impropio de una sociedad industrial. Por eso, a pesar de sus muchos aciertos y realesmritos, no hunde el bistur a fondo, como el socilogo francs, hasta tocar las races del problema, estoes, el predominio de los mercados sobre la poltica y la imposicin de sus valores, metas e interesesegostas al resto del cuerpo social. De esta pintura a medias de la sociedad anmica el autor deriva unaserie de medidas preventivas de cuo meramente reformista que se agota en el empeo de mejorar elestado vicioso del sistema de metas y de la estructura de oportunidades. Es cuestin de socializar

    parcialmente el sistema no solo para que no estalle, sino tambin para que siga funcionando lo mejorposible.

    A continuacin se consignan algunas de las principales medidas preventivas aconsejadas porMerton para el mantenimiento de la sociedad anmica:

    Incorporar metas alternativas a las vigentes del xito pecuniario para distintos sectores y estratossociales. As se obtendra una mayor correspondencia entre mrito, esfuerzo y recompensa, y seevitaran buena parte de las consabidas tensiones y frustraciones provocadas por el sistema.

    Sobre todo para los jvenes, mejorar las oportunidades para alcanzar el xito, especialmente las deeducacin y empleo. Adems, si se toma en cuenta la observacin de Cloward y Ohlin, debesimultneamente limitarse el acceso a las oportunidades ilegtimas.

    Estudio y diagnstico permanente de las necesidades supuestamente objetivas del sistema que vansurgiendo, llevados a cabo por analistas expertos especialmente socilogos-, subordinados,ciertamente, a los dirigentes econmicos y polticos, encargados de la cobertura de dichasnecesidades.

    TEORIA DE LA ASOCIACION DIFERENCIAL

    Introduccin

    El profesor Edwin H. Sutherland, socilogo y criminlogo de la Universidad de Indiana, aescasos 250 kilmetros de Chicago, Estados Unidos, tras largos aos de experiencias e investigacioneslogra superar el presupuesto ideolgico que cegaba a sus colegas de la Escuela de Chicago y arribafelizmente a la siguiente conclusin crucial: la tan pregonada comunidad simbitica urbana, con su

    presunto consenso cultural y orden social esencialmente cooperativo bajo la gida de las clases

    sociales dominantes, carece de todo sustento en la realidad viviente de la ciudad. Por el contrario, susobservaciones le muestran claramente que uno de los principales rasgos de la sociedad industrial

    contempornea es una marcada diversidad conflictiva de culturas y grupos sociales, que tienen suasiento en diferentes barrios urbanos. De este modo, se ve precisado a sustituir el clsico diagnstico de

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    desorganizacin social, entonces en vigor, por el de organizacin social diferencial, introduciendoas uncambio fundamental y positivo en el paradigma ecolgico de la escuela.

    Lamentablemente, Sutherland no ahond lo suficiente en el concepto de organizacin socialdiferencial, y, consiguientemente dej flotando algunas de las grandes limitaciones que presenta elesquema ecolgico a nivel tanto terico como prctico. Por ejemplo, no escapa del todo al vicio que

    entraa la exageracin de la analoga biolgica aplicada a las sociedades humanas. Fcil es, entonces,caer en la funesta trampa de querer atribuirles el mismo determinismo bioambiental que los territoriosecolgicos ejercen sobre la flora y la fauna.

    Las dos partes complementarias de la teora de la Asociacin Diferencial

    El autor expresa textualmente: El trmino desorganizacin social no es enteramentesatisfactorio, por lo cual sera preferible sustituirlo por el trmino organizacin social diferencial.

    El postulado en que se basa esta teora, al margen de su nombre, es que el crimen se halla enraizado

    en la organizacin social y es, por consiguiente, una expresin de esa organizacin social. Un grupo

    puede estar organizado en favor del comportamiento criminal u organizado en contra del

    comportamiento criminal. La mayor parte de las comunidades estn organizadas en favor tanto

    del comportamiento criminal como del anticriminal. De modo que la tasa del crimen es una expresinde la organizacin diferencial del grupo. La organizacin diferencial del grupo, en cuanto explicacin

    de las variaciones en las tasas criminales es correlativa de la teora de la asociacin diferencial, que

    se ocupa de los procesos por los cuales las personas se hacen criminales.En consecuencia, la teora de la asociacin diferencial consta de dos partes complementarias.

    Una gira sobre el concepto de organizacin diferencial e intenta explicar la existencia de lassubculturas delincuentes, as como la variacin y distribucin de las tasas de la delincuencia. Es elaspecto epidemiolgico. La otra parte estriba en el concepto de asociacin diferencial propiamentedicha y apunta a explicar los procesos de transmisin cultural y aprendizaje social. Dicho de otramanera, procura esclarecer por qu y cmo se difunden las pautas delincuentes y, adems, cmolos individuos las internalizan y se van gradualmente convirtiendo en delincuentes. Es el aspecto

    psicosocial o de la conducta individual en cuanto expresin y resultante del influjo sociocultural.

    La formulacin de la Asociacin Diferencial

    Sutherland, al lanzar su teora intentaba, ciertamente, llenar una sentida necesidad de toda lacomunidad criminolgica, igual que la teora de Merton un ao antes. Efecta dos redacciones, la

    primera en 1939 y la segunda, que incorpora las leyes de la teora del aprendizaje, en 1947.Esta ltima versin exhibe una notable mejora respecto a la anterior, la cual resultaba excesivamentecrptica. No obstante, sigue siendo demasiado concisa y abstracta en un tema de tan enormecomplejidad, razn por la cual puede dar pie a mltiples significados. Se tratar de remediar taldificultad, aunque solo sea en parte, echando mano a algunos elementos interpretativos de la teora dela asociacin diferencial, sugeridos por varios autores y, en especial, por Donald R. Cressey,discpulo muy allegado a Sutherland. Adems, se procurar resaltar y clarificar, en la exposicinsinttica que sigue, aquellos elementos que son importantes para una accin de prevencin de la

    desviacin social y la delincuencia.Segn Sutherland, la ciudad industrial moderna tiene una organizacin diferencial, es decir,

    se halla dividida en una serie de barrios que alojan, junto al convencional, legal y oficial, distintossistemas normativos (subculturas) en mutua competencia por imponer su propio estilo de vida a losdems. Cada sistema lucha por subsistir y reproducirse, lo cual se lleva adelante fundamentalmente porla transmisin cultural y el aprendizaje social. Este aprendizaje social tiene lugar en el seno de grupos

    personales ntimos, donde padres, hermanos, parientes, compaeros, amigos, maestros, sacerdotes,delincuentes, transgresores, etc., transmiten pautas de conducta, las cuales van siendo gradualmenteinternalizadas por el individuo. Cualquiera de dichas personas, ya sean respetuosas de la legalidad o no,

    pueden alternativamente comunicar de manera consciente o inconsciente pautas tanto conformistascomo desviadas. Estos grupos ntimos son, adems, importantsimos porque mediatizan, filtran einterpretan la mayor parte de las experiencias e informaciones cotidianas de la comunidad - incluso las

    procedentes de los medios de comunicacin-, e impulsan al compromiso con determinados valores,

    intereses y patrones de comportamiento. As, segn el volumen, la calidad y la preponderancia positiva

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    o negativa de la carga cultural y psicolgica que el individuo va recibiendo a travs del tiempo, se irpredisponiendo a obrar de modo conformista y legal o desviado y delincuente.

    Por lo tanto, la delincuencia, particularmente la sistemtica y profesional, es producto de latransmisin cultural y el aprendizaje social. No es fruto de la improvisacin o del azar, ni una conductairracional. De la misma manera que se hace un mdico se hace un delincuente: aprendiendo ycapacitndose. Si, en definitiva, durante el proceso de socializacin descripto, los contactos con

    patrones de comportamiento criminal son mucho ms frecuentes, durables, significativos e intensos,que con patrones de comportamiento convencionales, la conducta del individuo tender a ser criminal;de lo contrario, conformista.

    Sin embargo, para profesionalizarse como criminal no basta con el simple desarrollo de lapredisposicin o tendencia a serlo. Se necesita asimismo la oportunidad de integrarse, capacitarse, serpromovido y sostenido en un grupo criminal, lo mismo que el mdico en un grupo profesionaluniversitario. Deber, primero, entrar en contacto con algn grupo semejante en un barrio en que estdisponible, luego deber ser reclutado, lo cual no es automtico, y por fin entrenado y habilitado paradesempear el rol asignado.

    Por ltimo, Sutherland seala siempre en el contexto de la tradicin de la Escuela de Chicago,que, en el caso de este comportamiento criminal sistemtico y aprendido, dicho aprendizaje involucratanto las tcnicas delictivas como los motivos, impulsos, racionalizaciones y actitudes especficos parala funcin. Evidentemente, hay que desarrollar una completa personalidad delincuente, incorporando

    la jerga, el pensamiento, el sentimiento, las motivaciones y el modus operandi del oficio criminal.Seguidamente, se presentan algunas conclusiones concernientes a la prevencin de ladesviacin social y la delincuencia, derivadas de la teora de la asociacin diferencial de Sutherland,la cual en buena medida engloba la ecologa social practicada por sus antecesores en la escuela: La clave de la prevencin de la delincuencia radica mayormente en la organizacin solidaria y

    participativa de la comunidad contra el comportamiento delincuente. Cuando adultos y jvenesasumen mancomunadamente la responsabilidad del cuidado del bienestar de la comunidad y elliderazgo surge naturalmente de adentro, se corta la cadena de la transmisin cultural y elaprendizaje social de la conducta desviada. Por eso, siempre resultarn insuficientes e inefectivaslas solas acciones preventivas originadas fuera de la comunidad.

    Los grupos delincuentes deben ser transformados o disueltos. As, se evitan el reclutamiento, elentrenamiento y el desempeo sistemtico del rol criminal.

    Deben emprenderse acciones solidarias, participativas y conjuntas de la sociedad general y de lacomunidad barrial a fin de desterrar las condiciones fsico-ambientales, socioeconmicas yculturales, que fomentan el surgimiento de comunidades, como las villas miseria, en que sonendmicos el delito y la marginacin social. Todos los rincones de la comunidad barrial debenrecibir los beneficios de las instituciones democrticas de la sociedad, aportando oportunidades desustentar dignamente un hogar, de educacin, trabajo, recreacin, etc., especialmente para los

    jvenes. Estos ltimos deben, asimismo, contar con posibilidades de participar en asociacionespolticas, de derechos civiles, religiosas, artsticas, etc., donde les sea factible expresarse, canalizarsus inquietudes, desarrollar valores, sobre todo comunitarios, y disipar su alienacin.

    LA TEORIA DE LAS SUBCULTURAS CRIMINALES

    Introduccin

    El tema de las subculturas ya se hallaba implcito en los abundantes y minuciosos trabajos dela Escuela de Chicago, especialmente en las obras de C. R. Shaw y H. D. Mckay y de Edwin H.Sutherland . Pero, como problema de investigacin, pasa a ocupar el primer plano de la atencin de loscriminlogos y estudiosos de la conducta desviada, y se lo aborda en forma explcita en la dcada de1940, poca en que surgi la necesidad de esclarecer la delincuencia de los adolescentes pandilleros declase baja, que asolaban a las grandes ciudades de Estados Unidos.

    Los tericos de las subculturas aprovechan los aportes de la escuela de Chicago, en especial elriqusimo material acumulado, pero, en su mayor parte, las explican y evalan desde la ptica de laanomia, introducida por Merton en la temtica de la sociologa de la conducta desviada. De estamanera, dejan atrs por completo el frreo ambientalismo ecolgico que lastr las investigaciones de la

    escuela, y, gracias al planteo mertoniano de la estructura de clases de la sociedad total, logran auscultarla incidencia de stas en el origen, desarrollo y tipos de las subculturas delincuentes.

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    No obstante esta manifiesta vinculacin con ambas tendencias madre, no hay duda de queutilizan un enfoque novedoso. En efecto, si bien analizan el fenmeno de las bandas delincuentescomo organizacin social diferencial (lo mismo que Sutherland), a diferencia de ste fundan dichaorganizacin expresamente en el conflicto de clases sociales. Igualmente, si bien se interesan y estudiansu modo deadaptacin desviado, ste tipo de adaptacin ya no es exhibido bajo la forma de una opcinindividual -como lo hace Merton-, sino colectiva, es decir, como una reaccin del grupo subcultural a

    un problema de injusticia social que sufre el conjunto.

    Los mbitos subculturales

    Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, se comienza a utilizar el trmino subculturapara designar ciertos mbitos de vida social caractersticos y paralelos al sistema cultural de lasociedad general. Por ejemplo, Milton Gordon, en 1947, defina la subcultura como una subdivisinde la cultura nacional, que resulta de la combinacin de factores o situaciones sociales, tales como la

    clase social, la procedencia tnica, la residencia regional rural o urbana de los miembros, la afiliacin

    religiosa, y todo ello formando, gracias a su combinacin, una unidad funcional que repercute

    integralmente en el individuo. Asimismo,la subcultura puede devenir en contracultura, segn laexpresin de algunos autores, cuando los objetivos y las normas del sistema particular se oponen

    frontalmente a los de la sociedad dominante y entran en conflicto con ella.

    Cuestiones clave en torno a las subculturas

    Varios son los problemas significativos que se plantean acerca de las subculturas, entre ellos:cmo se originan; cmo se transmiten; cmo persisten; cmo se determina su contenido.

    Albert K. Cohen, en su libro Delinquent Boys, publicado en 1955, es quien realiza el trabajo msrelevante, por su alcance y sistematicidad, para explicar la subcultura delincuente. De acuerdo con esteautor, las subculturas surgen cuando: a) un conjunto de personas presentan similares problemas deadaptacin y no hallan soluciones adecuadas en su medio convencional; b) tales personas se encuentrane interactan buscando una salida a su situacin, y as generan acciones que, a medida que tienen xito,van convirtindose en patrones compartidos de conducta; c) finalmente, dicho proceso culmina en la

    articulacin de un peculiar estilo de vida colectivo. En otras palabras: muchas veces la cultura generalprovoca problemas de adaptacin en ciertos sectores sociales, cuya solucin suelen aportarla lassubculturas existentes; pero si ellas no existen, evidentemente tienden a crearlas los individuosafectados.

    En forma general, la persistencia de una subcultura cabe explicarla por las funciones que cumpleen relacin a los miembros del grupo o categora subcultural. Estas pueden sintetizarse en: a)

    proporcionarles un status; b) dotarlos de un grupo depertenencia y referencia; c) facilitarles la defensadel ego y el apoyo emocional; d) ensearles conocimientos y habilidades para desenvolverse en elmedio; e) suministrarles los recursos y la colaboracin que necesitan para llevar adelante las diversasactividades de su vida social.

    En cuanto a la transmisin y el contenido especfico de las subculturas, diversos autores, talescomo Shaw y McKay, Sutherland, Cohen, Miller, Cloward y Ohlin, para citar unos pocos, aportanvaliossimos elementos y pistas desde sus respectivos ngulos, que hacen posible intentar una respuesta

    a los interrogantes planteados. No obstante, cabe afirmar que no existe todava una teora comprensiva,sistemtica y probada sobre el tema.

    Posiciones en torno a la teora de las subculturas

    A continuacin se consignan, en breve resea, algunas de las principales y ms representativasposiciones acerca de la teora de las subculturas.

    ALBERT K. COHEN -La teora de las subculturas delincuentes de los adolescentes de clasetrabajadora

    Cohen estudi en la Universidad de Harvard, se especializ posteriormente en la ramacriminolgica bajo la gua de Edwin H. Sutherland y fue director de orientacin del Indiana State

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    Institution for Juvenile Delinquents en la dcada de 1950. En 1955 publica Delinquent Boys, obraque sienta un jaln importante en el terreno de la teorizacin sobre el tema de la delincuencia demenores, en Estados Unidos.

    Para una mejor exposicin conviene dividir la explicacin en dos fases. La primera de ellas estreferida a la aparicin del problema o conflicto, que en el epgrafe es designada como frustracin destatus, mientras la segunda alude a las distintas formas de su solucin.

    En cuanto a la primera fase, nos preguntamos: Cul es, entonces, el proceso de surgimiento dedichas subculturas, de acuerdo con las modalidades de la sociedad norteamericana, y cmo se

    concreta su peculiar contenido? Ni la transmisin cultural, que se verifica a travs de la asociacindiferencial, ni las caractersticas psicognicas, consideradas cada una de ellas por separado, puedenresolver esas cuestiones. nicamente la fusin de ambas cosas en un proceso causal unitario lograhacerlo.

    En efecto, hay un momento en que se encuentran cierto nmero de menores, aquejados porsimilares problemas de personalidad y adaptacin a su medio social habitual, sin lograr all resolverlos.En qu consisten esos problemas? Son muchachos de clase trabajadora que se ven presionados por losadultos de su entorno -padres, maestros, sacerdotes, directores de centros de recreacin, etc.- para que

    se acomoden a los patrones de conducta de clase media, tales como responsabilidad individual, hbitosy aptitudes escolares y econmicas, buenos modales, disciplina y otros. Dichos jvenes, sin embargo,han sido socializados en los valores y hbitos de la clase trabajadora que son muy diferentes, razn porla cual muestran una gran inhabilidad para desempear los roles prescriptos por sus mayores yfracasan. Tal situacin les crea una gran desventaja para competir con sus coetneos de clase media, ylos condena a perder el status social y la autoestima. Por un lado, son despreciados por el grupo dereferencia de clase media, cuyas pautas en gran medida han interiorizado, y, por otro, ellos mismos sesienten inferiores. Este conflicto comn a los muchachos de clase baja es designado por Cohen con laexpresinfrustracin de status del adolescente de clase trabajadora.

    La frustracin de status del adolescente varn de clase trabajadora

    Las tres opciones del joven de clase trabajadora

    La segunda fase alude a la solucin del problema o conflicto. Los jvenes citados encaran tres

    salidas alternativas o modos de adaptacin ante la frustracin de status: El College Boy, es decir, es el joven que se dedica a estudiar y, gracias a la estimulacin y ayuda

    recibida de los adultos y a su propio talento y esfuerzo, logra triunfar en la concrecin de losvalores de clase media, pero al costo de rechazar los de su propia clase.

    El Corner Boyo muchacho integrante de la barra de la esquina, quien renuncia a los objetivos declase media y opta por seguir adhiriendo al estilo de vida de la clase baja, y, con el tiempo, llega aocupar un status adulto en grupos de ese estrato social, con lo cual se gana la estima de suscongneres.

    El Delinquent Boy, esto es, el muchacho delincuente que se declara en abierta y total rebeldacontra la cultura de clase media, dominante en su sociedad, y de la cual se siente vctima, ya que la

    percibe como la fuente de su profunda frustracin. As, a la par que rechaza el complejo de valoresde clase media, crea y adhiere a una alternativa contracultural que se opone punto por punto a esosvalores. De ello resulta una subcultura calificada por Cohen de maliciosa, no utilitaria y negativa.

    Este es precisamente el particular mbito social y el peculiar marco perceptivo, emocional ymotivacional, que contienen, impulsan, confieren status y sostienen a esos adolescentes rebeldes declase trabajadora. Su conducta es, entonces, tpicamente agresiva y destructiva respecto a todo loque aparenta ser de clase media.

    WALTER B. MILLER - La delincuencia de pandillas como resultante de la cultura de laclase baja

    Al igual que Cohen y Shaw y McKay, el antroplogo Walter B. Miller, en su estudio de laspandillas de Boston, sostiene que los adolescentes de clase trabajadora manejan valores y actitudesopuestos a los de clase media. Segn l, sin embargo, tal oposicin de ninguna manera es intencional omaliciosa, en lo cual discrepa con la opinin de Cohen.

    La subcultura de pandillas delincuentes es ms bien un subproducto de la cultura de clase

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    baja. Esta ltima desde larga data goza de una autonoma propia, cimentada en intereses, situaciones yproblemas tpicos y comunes a los integrantes de la clase trabajadora, que los distinguen netamente delos de clase media. Por ende, muestra una serie de valores centrales que le son caractersticos, talescomo rudeza, viveza, excitacin, suerte, independencia, y, adems, la tendencia a asociarse en un grupode pares del mismo sexo. Todos estos elementos se transmiten normalmente dentro de la cultura declase baja, pero los adolescentes suelen acentuarlos de un modo particular.

    As es como la desviacin social sobreviene automticamente y sin mediar ninguna maliciapor parte de estos jvenes. Ellos obran guiados de los mentados valores y actitudes centrales de sucultura y, de esta manera, no pueden eludir entrar de hecho en colisin con las pautas oficiales de clasemedia.

    RICHARD A. CLOWARD Y LLOYD E. OHLIN - La delincuencia de pandillas comoresultante del bloqueo de las oportunidades legtimas

    Si bien estos autores tambin estn de acuerdo en que la delincuencia de pandillas es underivado de la estructura de clases sociales, niegan, no obstante, que el factor decisivo sea la polaridadexistente entre clase baja y clase media. Para ellos, lo decisivo es la estructura de oportunidadesdiferenciales existente en los diversos medios ecolgicos urbanos. Destacan asimismo que no hay una

    sola subcultura delincuente, como es el caso de Cohen, sino tres, siendo cada una de ellasindependientes entre s.

    Cmo surge la subcultura delincuente. La primera cuestin que plantean es cmo se origina lasubcultura delincuente. En este punto argumentan de manera muy similar a la de Cohen. El principio

    bsico es la frustracin de los jvenes adolescentes de clase baja al no poder conseguir el statuseconmico, anhelado segn las pautas de la cultura dominante. Semejante situacin deriva de laausencia de oportunidades legtimas de xito en las reas que habitan. En determinado momento, stosvislumbran que el fracaso de que son vctimas no se debe tanto a sus fallas personales, cuanto al modoconcreto en que est organizada la sociedad, y entonces se unen a otros adolescentes con problemassimilares y construyen la subcultura propia. En sta reciben respaldo, superan los sentimientos dedeshonra, los temores y remordimientos, a la vez que logran xito personal y aprobacin conforme a

    pautas distintas a las oficiales.

    Factores condicionantes del nacimiento de las subculturas. La segunda cuestin que abordan estosautores es qu factores subyacen al nacimiento de las subculturas. El nacimiento de las subculturasestriba en la oportunidad diferencia,l ya mencionada, de los distintos ambientes sociales o barrios enque se desenvuelve el adolescente. Al respecto hay que tener en cuenta los tipos, cantidad y calidad demedios tanto legtimos como ilegtimos a que realmente puede acceder el joven para lograr losobjetivos culturalmente inducidos. La oportunidad diferencial depende, a su vez, del grado deorganizacin y estabilidad del vecindario.

    Nmero y tipos de subculturas. La tercera cuestin se refiere a cuntas y cules son esassubculturas y cmo se configuran. Existen tres clases de subculturas y son ellas: la criminal, laconflictiva y la abstencionista o retrada. Todas ellas cuentan con un factor determinante en comn,cual es la ya mencionada brecha entre los objetivos culturalmente prescriptos por la sociedad global y

    los medios socialmente disponibles -ya sean stos legtimos o ilegtimos- en los diferentes lugares deresidencia de los adolescentes.

    El factor determinante especfico de la subcultura criminal es un vecindario que aloja en suzona un mundo criminal adulto. Este ltimo comprende dos elementos importantes. Primero, unaorganizacin piramidal por edades, donde los mayores dirigen, controlan, ensean y entrenan a losmenores. Segundo, conexin y connivencia del mundo criminal con el mundo convencional osupuestamente conformista.

    Subcultura criminal

    El tipo de desviacin social predominante tiene que ver con una motivacin de tipo utilitario,esto es, el lucro que permite alcanzar los smbolos de status socialmente prescriptos. Ejemplos deilcitos de esta ndole son el hurto, el robo, el secuestro, etc.

    El modus operandi es racional. La banda se organiza en muchos aspectos como si fuera una

    empresa. Dispone de una direccin, control y apoyo econmico, tcnico, jurdico y emocional.

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    El factor determinante especfico de la subcultura conflictiva es un barrio inestable einestructurado y, por lo tanto, incapaz de ejercer un control social efectivo sobre sus habitantes. Esto sedebe en gran parte a la elevada movilidad de los vecinos. En consecuencia, carece, por un lado, de unmundo criminal adulto, sin el cual los adolescentes no pueden acceder a los medios u oportunidades

    ilegtimas. Por otro lado, tampoco cuenta el vecindario inestable con un mundo convencional adultoorganizado, nico capaz de surtir al joven con oportunidades legtimas para su proyecto de vida.

    Subcultura conflictiva

    En sntesis, los adolescentes se hallan hurfanos de apoyo comunitario y se tienen que arreglarsolos. Por eso crean la subcultura del conflicto con el fin de que los contenga, motive, apoye ydignifique segn patrones propios y peculiares.

    El tipo de desviacin social predominante consiste en conductas de ndole rebelde, violenta yvandlica. Estas responden a una motivacin fundada en una profunda frustracin ante la desatencincomunitaria, que los lleva a protestar simblicamente mediante actos negativos y violentos.

    El factor determinante especfico de esta subcultura es un barrio de clase baja (slum), dotado,por lo menos, de algunas oportunidades para la actividad tanto criminal como conformista. En esteambiente el menor prueba ambos caminos, pero fracasa una y otra vez. y se frustra.

    Subcultura abstencionista o retrada

    El tipo de desviacin social preponderante tiene como motivacin dicho doble fracaso ante elbloqueo de la va que conduce a las actividades legtimas y tambin ilegtimas. Estos adolescentes sededican, por caso, al uso de drogas, alcohol, y otras conductas de evasin antisocial.

    El modus operandi se basa en la participacin subcultural en actividades de huida de larealidad, que sumergen al menor en el mundo fantasmagrico de la evasin antisocial.

    Observaciones.Cabe advertir que las subculturas delincuentes, tal como las perfilaron Cloward Ohlin, son

    tipos puros. En el mundo real de las ciudades, las tres clases de subculturas se mezclan y yuxtaponen endistintas formas y medidas, aunque casi siempre es posible detectar el predominio de una sobre lasotras dos.

    Es preciso, adems, considerar, en relacin a todo el tema de las subculturas delincuentes, elproceso de maduracin del adolescente, quien avanza gradualmente hacia formas de conducta adulta,

    sujeto a presiones sociales que lo impulsan hacia la conformidad. Por eso, la mayor parte de losdelincuentes juveniles suelen convertirse en adultos convencionales, transcurrido cierto tiempo. Sinembargo, una minora adopta alguna forma de delincuencia adulta. Por ejemplo, los ms identificados ycapaces de la subcultura criminal tienen una alta probabilidad de hacer carrera en el crimen adultoorganizado, mientras que el resto de los que no logran adaptarse a un rol adulto convencional, es muy

    posible que adhieran a alguna modalidad de conducta retrada.Por fin, cabe destacar que las teoras subculturales relativas a la delincuencia fueron

    elaboradas en una etapa del capitalismo, en que se necesitaba la movilizacin general de todos losindividuos en pos de los objetivos econmicos del momento. Es lgico, entonces, que los problemassubculturales fueran vistos como imperfecciones del sistema social, econmico y poltico de lascomunidades urbanas, susceptibles de ser remediadas a travs de reformas de su organizacin. Enefecto, todava no estaban en marcha los actuales procesos de automacin productiva, informatizacin,y globalizacin de los mercados y las comunicaciones, que achican considerablemente el volumen de

    mano de obra y empleos no calificados, y exigen una continua y progresiva capacitacin laboral, locual genera un acentuado proceso de exclusin en vastas capas de la poblacin.

    Por consiguiente, hoy da, para una acertada interpretacin del tema, es necesario realizar undoble esfuerzo. En primer lugar, hay que llevar a cabo una tarea de integracin terica, pues es sabidoque las diversas posiciones sobre las subculturas criminales cubren aspectos parciales del problema, loscuales estn llamados, en gran medida, a complementarse y a perfeccionarse a fin de lograr un cuadroexplicativo lo ms integral y vlido posible. En segundo lugar, es preciso adaptar todo el cuadro a lasnuevas circunstancias creadas de continuo -a nivel local, nacional, regional y mundial- por losvertiginosos procesos de cambio demogrficos, econmicos, polticos, sociales y culturales.

    Conclusiones en orden a la prevencin de la desviacin social y la delincuencia, inferidas a partirde la teora de las subculturas

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    El tema de las subculturas criminales como ya se ha sealado- se halla estrechamente vinculadocon el de la organizacin y asociacin diferenciales de Sutherland, pues ste explic el procesogeneral de la socializacin criminal en la sociedad industrial moderna, habitada por sistemasnormativos y subculturas en conflicto, mientras los tericos de las subculturas se ocuparonconcretamente de su surgimiento, tipos y funcionamiento, as como de la socializacin y controlsocial que ellas ejercen sobre sus miembros. En consecuencia, son plenamente aplicables, tambin

    aqu, las recomendaciones efectuadas con propsitos preventivos al tratarse el tema precedente dela asociacin diferencial, por lo que convendra releerlas. Ante las nuevas realidades del mundo globalizado y el actual cuadro criminal fuerte suba de la

    delincuencia de motivacin econmica, especialmente los delitos contra la propiedad que vanacompaados de creciente violencia y consumo de drogas; notable descenso de la edad de losdelincuentes, etc.- se impone la ejecucin de investigaciones para averiguar qu tipos desubculturas delincuente existen hoy, qu condiciones las hacen surgir, cmo funcionan, de qumanera pueden prevenirse y remediarse los problemas que ocasionan.

    Asimismo debe prestrsele particular atencin al tema conexo del impresionante aumento de laheterogeneidad etno-cultural, presente sobre todo en los grandes centros urbanos de la actualidad.Dicho fenmeno es consecuencia de las grandes migraciones internacionales, facilitadas por la

    progresiva permeabilizacin de las fronteras que deriva del proceso de globalizacin. Esto estcreando graves problemas de asimilacin y convivencia sociales, los cuales tienden a generar un

    amplio espectro de conductas desviadas. En general, deben realizarse estudios socio-antropolgicos al respecto y propiciarse polticas y programas de integracin, movilizacin y

    participacin comunitarias de los sectores y grupos etno-culturales, evitando as toda forma demarginacin y discriminacin social, religiosa, econmica, laboral, o poltica. En la UninEuropea, Australia y Canad se estn promoviendo planes de esta naturaleza.

    CORRIENTE DE LA REACCION SOCIAL O DEL LABELING APPROACH

    Un cambio de paradigma

    Esta corriente de la Reaccion Social o del Labeling Approach, que hace su aparicin en la

    dcada del 60,es un producto tpicamente norteamericano, pues surge de las necesidades y peculiaridadesdel sistema sociopoltico de los Estados Unidos, y, como siempre, dada su posicin de pas lder y difusorde su cultura a nivel mundial, esta perspectiva terica se propaga al exterior. En la dcada mencionada seacentuaba la sensacin de que haba concluido un ciclo histrico y que, por consiguiente, haba queconstruir el futuro de manera innovadora, y para lograrlo haca falta revisar y corregir, en sus mismasraces, las ideologas, instituciones y estructuras organizativas tradicionales de la sociedad.

    Paralelamente a esta ola de revisin profunda, comienzan a agrietarse los cimientos de loscrculos intelectuales y acadmicos, cuestionndose acerbamente las tesis, hiptesis y creenciasimperantes, hasta ese momento, en lo poltico, social, cultural, cientfico, etc. Tal cuestionamiento en elorden acadmico -y ms especficamente en el campo de la Criminologa y la Sociologa criminal- poneen tela de juicio todas las teoras y metodologas utilizadas por esas disciplinas. Irrumpen en el escenario,de esta manera, las as llamadas Nueva sociologa y Nueva criminologa, opuestas a la orientacintradicional que emplea el modelo causal-explicativo. Se produce, as, un viraje terico de suma

    importancia, ya que se abandonan las posiciones enmarcadas en el tradicional modelo etiolgico-causal,para concentrar la atencin en el proceso de criminalizacin social, para cuya explicacin se abandona elestructural-funcionalismo y se adopta el paradigma del interaccionismo simblico, que hace hincapi enla comunicacin social.

    La perspectiva de la reaccin social o labeling approach (teora del etiquetamiento orotulacin) se inscribe en esta novedosa corriente criminolgica, surgida de la nueva era y ubicada en unafase ideolgica muy distinta. En efecto, ella nace oponindose y criticando radicalmente las teoras acercade la desviacin social en uso, las ms importantes de las cuales hemos reseado ms arriba. Entre suscultores directos figuran Erving Goffman, Howard S. Becker, K. T. Erickson, A. V. Cicourel, E. M.Schur, John I. Kitsuse, T. J. Scheff.

    Las dos alas y el eje central de la corriente del labeling

    Dentro de esta corriente existen dos alas:

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    a) una extrema

    b) la otra ala es la

    , que afirma en forma absoluta que la criminalidad es provocada por el mismo sistemade control social formal (polica, fiscales, jueces, personal penitenciario) que se dice encargado decombatirla. Esas instancias estigmatizan al supuesto desviado, sin que incida mayormente, en dicho

    proceso de calificacin negativa del presunto delincuente, la calidad o naturaleza del acto que lascitadas autoridades intentan catalogar como desviado respecto a la normativa del derecho penal;

    moderada

    Ms all de estas diferencias, dicha corriente tiene un comn denominador, pues centra suatencin en el proceso mediante el cual los individuos son discriminados y definidos como delincuentes,y en factores tales como la percepcin selectiva de las personas por parte de los agentes del control socialformal (polica, jueces, fiscales, penalistas, funcionarios penitenciarios, etc.), la incidencia de laautoimagen personal del presunto desviado o delincuente en la desviacin social y el supuesto impactonocivo del sistema penal vigente. Si bien los sostenedores del labeling admiten que una serie de factores

    biolgicos, psicolgicos, sociales y culturales paradigma causal-explicativo- puedan llegar a tener unacontribucin menor en la produccin del comportamiento desviado, sin embargo, para ellos, el elementocrtico de la teora es la reaccin de la sociedad o el proceso de etiquetamiento, cuya influencia en eldesarrollo de las carreras delincuente y criminal es decisiva.

    y sostiene que el control social formal no es sino una parte del control

    social o reaccin general de la misma comunidad frente al problema de la desviacin social y ladelincuencia, y que, por lo tanto, participa simplemente del efecto estigmatizante de que ya adolece lasociedad.

    Los dos grandes ordenes de problemas

    En el seno de la corriente del labeling se debaten dos grandes rdenes de problemas, a saber:a)sociopolticos, y b) psicosociales.

    Las cuestiones sociopolticas

    Los

    inherentes al proceso de criminalizacin se cifran en preguntastales como: quines hacen las leyes? para quines las hacen? qu filosofa y qu motivaciones losmueven a legislar como lo hacen? quines interpretan y aplican las leyes y cmo lo hacen? ladelincuencia es un fenmeno que alcanza a todas las clases sociales o solo a algunas? cmo se explicanlas variaciones de las tasas oficiales de delincuencia y desviacin social? qu rol juega el Derecho penalen el sistema del control social? Como se ve, se introduce en el campo de la Criminologa el anlisis delcontrol social oficial y penal, hasta entonces una suerte de tema tab, cuestionndose abiertamente sunaturaleza, organizacin y funcionamiento.

    problemas psicosociales

    Ambas tandas de preguntas pueden ser respondidas desde dos extremos contrapuestos, como loson las perspectivas de la teora de la reaccin social y la de la filosofa jurdico-penal tradicional. Estaltima es la que generalmente sostienen los aparatos oficiales de generacin y aplicacin de la ley, y

    buena parte de la teora y praxis criminolgicas.

    implicados en el proceso de la desviacin social se formulanmediante interrogantes como: el delincuente es biolgica, psicolgica o socialmente anormal? qu

    factores y qu etapas juegan en el proceso de desarrollo de la personalidad socialmente desviada?

    Poder, legalidad y desviacin social segn el labeling approach

    Segn Howard Becker y otros expositores de la tendencia del labeling approach, el factorclave que determina el fenmeno de la desviacin social y la delincuencia es el poder que poseenalgunos individuos o grupos sociales y que les posibilita: fabricar reglas y normas para otros;interpretar esas normas y aplicarlas segn circunstancias de tiempo, lugar, status social, sexo, raza,religin, etc.; y rotular como desviados a determinadas personas o grupos, e imponerles diversassanciones. Por lo tanto, la conducta desviada no deriva de factores biolgicos, psicolgicos o socialesque caracterizan a ciertos individuos, tales como anomalas genticas, antropomtricas, fisiolgicas,

    psicopatolgicas, o anomalas respecto a sus valores, actitudes y relaciones interpersonales con lafamilia y los compaeros. Tampoco es ella atribuible a alguna caracterstica particular constitutiva delacto considerado desviado. De esta modo, nada diferencia intrnsecamente a losdelincuentes de losque no lo son.

    En consecuencia, la desviacin social no es ms que la imposicin del mote de desviado aciertos comportamientos o personas, por parte de quienes tienen el poder de efectuar tales

    definiciones. Las variaciones de las tasas oficiales de delincuencia y desviacin social se explicanprecisamente en funcin de ese mismo criterio de arbitrariedad. Ellas no son sino el mero reflejo de laactuacin cambiante de los organismos oficiales del control social, llmense ellos policas, jueces,

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    institutos correccionales y penitenciarios, etc. En realidad, tal actuacin se desenvuelve urgida por losdistintos intereses y mltiples necesidades de las dirigencias polticas, econmicas y sociales.

    A este respecto, hay que aadir otro elemento muy sensible y principal en la determinacinde la poblacin etiquetada como delincuente, esto es, lapercepcin selectiva de la gente, basada en losvalores, estereotipos y prejuicios de clase media que ostentan los funcionarios nombrados y otras

    personas. En efecto, un individuo tiene mayor probabilidad de ser etiquetado como delincuente, si

    pertenece a los estratos inferiores, vive en lugares de bajo rango, es varn, y de raza no blanca. Noobstante, esas correlaciones no emanan de anomalas patolgicas, sino de las estrechas expectativasinstitucionalizadas de clase media acerca del comportamiento correcto, las cuales no toman en cuentani respetan las diferencias culturales o subculturales.

    El problema psicosocial

    Como ya se examin precedentemente, el problema psicosocial es el mismo que plantea eintenta solucionar Sutherland con su teora de la asocicin diferencial. Por consiguiente, la preguntaclave que aqu debe responderse es: cmo un individuo logra desarrollar una personalidad delincuentey emprender una carrera criminal, en funcin del tipo de socializacin y del control social a que se vesujeto en su medio sociocultural.

    Uno de los mecanismos centrales en la socializacin delincuente es la profeca de

    autocumplimiento, la cual fue propuesta por Robert K. Merton en 1957, e incorporada luego porHoward S. Becker a la teora de la reaccin social.Los teoricos del labeling aseguran que si a alguiense le repite continuamente que l es un delincuente y se lo trata diferencialmente, en virtud dedicha etiqueta, eventualmente esa persona termina por creer que el rtulo es verdadero. En tal caso, elindividuo comienza a actuar de acuerdo con las expectativas negativas que los otros tienen acerca de l.Asimismo hacen la importante indicacin de que los organismos sociales, los funcionarios y sus

    programas destinados a ayudar a las personas desviadas pueden constituirse, aun sin proponrselo, enlas verdaderas fuentes de donde brota el concepto de delincuente que dichos desviados tienen de s.As, segn esta perspectiva, el procesamiento que lleva a cabo el tribunal de menores, segrega aladolescente de los otros adolescentes que no comparecen ante el tribunal; por eso, las formalidades deeste procesamiento legal tienen el efecto nocivo de cambiar la imagen de s del adolescente en negativa.La cuestin importante en todos estos hechos es que el etiquetamiento de una persona comodelincuente, una suerte de profeca potencialmente falsa, desencadena frecuentemente su real

    cumplimiento.Otro elemento de capital importancia y que constituye una expresin avanzada de la teoradel labeling es la distincin entre desviacin primaria y secundaria, aportada por Edwin M. Lemert.La desviacin primaria es el comportamiento causado por un complejo de factores sociales, culturales,

    psicolgicos y fisiolgicos, que se supone no producen un impacto duradero sobre la visin que el actortiene de s mismo. La desviacin secundaria se refiere, en cambio, al proceso por el cual la respuestainicial de la sociedad le produce al desviado un impacto profundo y definitivo, que lo confirma en unalnea continuada de comportamiento desviado. Por ejemplo, un delincuente puesto en libertad bajo

    palabra se halla sujeto a ciertas restricciones de su comportamiento y a una mayor vigilancia,incrementndose as la posibilidad de que dicha persona reciba nuevos impactos sociales negativos.Adems, quien est en libertad bajo palabra puede internalizar esta vigilancia especial como una pruebade su incapacidad de inspirar confianza. Por otro lado, la desviacin primaria puede cambiar o no elstatus de la persona a los ojos de los que la rodean, ya que es posible que, a pesar de que la desviacin

    se ha consumado, no se sigan una reaccin de etiquetamiento negativo y un trato especialdiscriminatorio a causa del comportamiento transgresor. La teora del labeling afirma tambin que elimpulso a cometer una accin desviada primaria est muy difundido, y no se limita solo a quienes dehecho cometen actos delincuentes. En realidad, son muchas las personas que se desvan, y, en trminosgenerales, la reaccin societaria no es lo suficientemente efectiva para hacer que el individuo se percibaa s mismo como delincuente.

    Lemert sugiere que la desviacin secundaria es diferente de la primaria en cuanto a susorgenes e impacto sobre los individuos. En la desviacin secundaria, el proceso de estigmatizacin yexclusin por parte de la sociedad cala tan hondo que el individuo accede a percibirse a s mismo comodelincuente, producindose, as, una profunda reestructuracin simblica de su personalidad y elconsiguiente surgimiento de la autoimagen negativa y la autoexclusin social. A partir de estemomento los sucesivos actos delictivos se convierten en un medio de solucionar los problemas creados

    por tal estigmatizacin. Estos actos adicionales son necesarios para que se d el progresivo

    compromiso con el comportamiento delincuente sistemtico (carrera criminal), y, en su esencia,

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    constituyen una reaccin de defensa contra la estigmatizacin y la exclusin sociales. De esta manera,el complejo de factores sociales, culturales, psicolgicos y fisiolgicos, mencionados antes -los cualesson el origen de la desviacin primaria- ya no operan ms en la desviacin secundaria. Al respecto,Lemert proporciona el ejemplo de las mujeres etiquetadas como prostitutas, quienes manejan susconflictos de rol y de identidad, estableciendo relaciones estrechas con proxenetas, o relacioneslesbianas con sus compaeras. Estas acciones sostienen la identidad desviada de la prostituta, al mismo

    tiempo que le proveen una suerte de colchn para amortiguar la reaccin societaria adversa.

    Conclusiones derivadas de la teora del labeling en orden a la prevencin de la desviacin social yla delincuencia

    Tambin la corriente de la reaccin social ensea, en general, que la efectiva prevencin dela desviacin social y la delincuencia pasa fundamentalmente por la movilizacin y organizacin de lacomunidad, en trminos de una democracia plenamente participativa, solidaria, laboriosa, creativa yexenta de discriminacin e injusticia social. En lo especfico se desprenden de la postura del labeling,entre varias otras, las siguientes observaciones: Por todos los medios debe fomentarse que la organizacin de la comunidad defina claramente sus

    normas y participe activamente en la prevencin de la desviacin social y la delincuencia. Debe

    informar a sus miembros lo que ella desaprueba y las sanciones que se aplicarn, hacindolestomar conciencia del dao que la conducta ilcita provoca a la comunidad y al mismo transgresor. Si se quiere evitar la percepcin selectiva y el trato discriminatorio por parte de los agentes de la

    justicia criminal y otros servidores oficiales, es conveniente que tales funcionarios sean msrepresentativos de las poblaciones que atienden y ms receptivos y permeables a sus problemas.

    Si se desea eliminar el nocivo efecto del etiquetamiento, debe sustraerse a la jurisdiccin de lostribunales de menores aquellas conductas que no sean propiamente criminales, las cuales deben sermanejadas mediante programas con base en la comunidad. Deben reducirse asimismo al mnimo

    posible los procesos judiciales y las internaciones de los jvenes. A fin de descartar una posible imagen de snegativa o pobre, que tan profundamente influye en el

    compromiso delincuente, debe facilitrseles a los jvenes la prctica de actividades deportivas,musicales, artsticas y artesanales, en que puedan dar muestras de sus talentos y desarrollaridentidades con la consiguiente formacin de imgenes de sms ricas y positivas.

    Sera conveniente, por un lado, propiciar la renovacin de los estilos y mtodos de enseanza,acomodndolos a las situaciones especficas de los alumnos, y, por el otro, que los maestros seesfuercen por mantener una buena relacin con el alumno y merecer su respeto, sobre todo en elcaso de aquellos nios y jvenes que ms tienden a ser etiquetados como desviados e inadaptados.Tal recomendacin parte del hecho, puesto de relieve por la teora del labeling, de que las escuelasson una de las principales instituciones que rotulan y estigmatizan a los nios y jvenes con motestales como infradotado, mal alumno o inadaptado. La profeca de autocumplimiento ha sidoconfirmada por algunas investigaciones que sugieren que los maestros alteran sus percepcionesacerca del alumno, en funcin, muchas veces, de la fama que ste arrastra en lo tocante ainteligencia, rendimiento y conducta. Sin dudas, este proceso de etiquetamiento que a veces seinicia a edad muy temprana- le cierra las puertas a ese tipo de alumnos, quitndoles la posibilidadde opciones positivas.

    GLOBALIZACION, TEORIAS SOCIOCRIMINALES Y PREVENCION DE LA DESVIACIONSOCIAL Y LA DELINCUENCIA

    La crisis planetaria actualBasta repasar los gravsimos y crecientes problemas polticos, econmicos, ecolgicos,

    sociales y culturales que afronta el mundo en la actualidad sin controlarlos adecuadamente, paracomprobar que la humanidad se halla en medio de una agudsima crisis sociocultural que se abatesobre todas las instituciones, pases y personas. Hoy da, en efecto, entre muchos otros males, se

    observan los siguientes: el deterioro ambiental; la progresiva escasez de agua potable; la deforestacin;

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    la desertizacin, el agotamiento de los recursos no renovables; la desintegracin de la familiatradicional; la desocupacin, la subocupacin, la exclusin social, la pobreza y el hambre crnicas envastas regiones del globo; los problemas sociales ; el terrorismo; el crimen organizado transnacional ymundial (las grandes mafias); la drogadiccin, el narcotrfico y el lavado de dinero; la inestabilidadeconmica a escala mundial, provocada por el endeudamiento de los pases emergentes, laespeculacin galopante de los mercados y la corrupcin sin lmites; la amenaza nuclear; la explosin

    demogrfica y las furibundas enfermedades epidmicas y endmicas.Adems, las vertiginosas transformaciones en curso, principalmente las de ndole cientfico-

    tecnolgica, comunicacional, financiera, comercial y empresarial estn afectando medularmente a lasculturas y sociedades, es decir, a la mayora de los tradicionales valores, smbolos, conocimientos,creencias, patrones de conducta y relaciones sociales, que, tras envejecer rpidamente, son muchasveces reemplazados sobre la marcha por otros nuevos. A esta situacin global de alto riesgo se aade elhecho fundamental de que las grandes ideologas, que antes permitan redefinir la sociedad y marcarrumbos, se han desmoronado y, en consecuencia, la economa se yergue como el nico proyectoorganizador bajo la gida de la nica superpotencia sobreviviente de la Guerra fraa lo que algunosse refieren como el fin de la historia-, pero con la consiguiente amenaza de que el mito del desarrollodestruya el ambiente y el sesgo neoliberal de la globalizacin econmica hunda en la ruina a una gran

    parte de la poblacin mundial.

    El amanecer de la era global y sus caractersticas

    Sin duda, esta crisis es profunda, integral y planetaria Debido a su ndole y envergadura,algunos piensan que se est ante una crucial transicin histrica, la cual preanuncia el amanecer de unaera y civilizacin nuevas. En efecto, a partir de la ltima posguerra se da una espectacularconvergencia de eras casi simultneas: era nuclear, espacial, electrnica, informtica, de laautomacin, de la comunicacin masiva, etc. En los pases desarrollados tiene lugar un colosal virajedesde lo que Alvin Toffler denomina la segunda ola (la industria de las chimeneas) a la tercera ola(la industria sin chimeneas), que luego se transmite al resto del mundo. Esta tercera ola, segn diversosautores, tambin suele ser llamada, entre otras calificaciones, sociedad posindustrial, sociedad

    posmoderna, sociedad tecnotrnica y sociedad global. De acuerdo con la interpretacin deHerbert Marshall McLuhan, en la era global la sociedad y la cultura se han transformado por completo.

    Estas, pues, han dejado atrs la era de Gutenberg, vigente hasta hace muy poco, la cual se caracterizabapor su orientacin predominantemente visual, que acentuaba el pensar mecnico y lineal y enfocabauna sola cosa por vez, en lgica y eslabonada sucesin. En cambio, la cultura y la sociedad hanadquirido, en la actualidad, una nueva orientacin bsicamente audiovisual que en forma simultneaenfoca, mezcla y maneja varias realidades. Por eso, las nuevas generaciones educadas en esta nuevaera de la globalizacin y los multimedia, constituyen un nuevo tipo de hombre que percibe, siente yacta de una manera cualitativamente distinta, esto es, desarrollan personalidades acordes con la nuevarealidad sociocultural que se est forjando.

    La era de la globalizacin, sintticamente, podra caracterizarse por las siguientes tendenciassignificativas:Difusin de la democracia liberal. Esta ha aportado, por un lado, una mayor libertad de expresin y

    participacin ciudadana para una gran parte de la poblacin; pero, por otro lado, en algunos casos, hasuscitado nuevos conflictos sociales, tnicos o territoriales, as como la relajacin de los controles

    formales e informales que antes inhiban el desarrollo de la criminalidad.Preponderancia de los mercados. Desde mediados de la dcada del 70 la ideologa neoliberal rige eldesenvolvimiento de la economa mundial. Una de cuyas consecuencias positivas es que se ha generadouna mayor eficiencia en los procesos productivos, pero, en contrapartida, se ha ampliado excesivamentela brecha entre los pases y segmentos de poblacin ms ricos y los ms pobres, sometiendo a estosltimos a los dictados y exigencias de elites e instituciones financieras internacionales que actan comoacreedoras.Globalizacin econmica. Los mercados de capital, trabajo y mercancas se integran cada vez ms porencima de las fronteras nacionales, exacerbndose as la competencia internacional.Achicamiento del rol de los estados nacionales. Tal achicamiento se observa sobre todo en lo relativo ala aplicacin de las normas de proteccin laboral, a la financiacin de los programas de bienestar social,al control financiero y a la recaudacin de impuestos.La velocidad de la innovacin tecnolgica y de su aplicacin al campo social y econmico. Los sistemas

    de produccin y de comunicaciones se han computarizado. De resultas de ello, se suprimen empleos, se

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    crean otros y se reestructuran las relaciones de trabajo y tambin las de poder tanto en el plano nacionalcomo internacional. De este modo, surge la exigencia de una educacin, capacitacin y especializacincrecientes y continuas para el desempeo de los nuevos roles laborales, con lo cual queda excluida ymarginada del sistema econmico y social una parte considerable de la poblacin, que carece deoportunidades de actualizacin, siendo as arrastrada a la indigencia y la desmoralizacin..El desarrollo y penetracin de los medios de comunicacin masiva

    . El refinamiento de las tcnicas, la

    difusin y penetracin ubicua y omnmoda de dichos medios, con su enorme poder de persuasin yseduccin, estn socavando las culturas nacionales y los valores tradicionales, y, adems, no soloinforman a travs de sus noticieros sobre los sucesos, sino que incluso inducen en buena medida su cursoy orientan la opinin pblica.

    Las teoras sociocriminales en la era de la globalizacin

    Las teoras de la anomia, de la asociacin diferencial, de las subculturas y de la reaccin social,precedentemente tratadas, siguen siendo vlidas y tiles en la era de la globalizacin? Por supuesto ques. Por ejemplo, la progresiva especializacin e interdependencia funcional de la actividad econmica, el

    predominio de los mercados y su efecto anomizante en la moderna sociedad industrial, sealados porDurkheim, parecen tener hoy ms vigencia que nunca. A su vez, la socializacin., por la cual seinternalizan los contenidos de la cultura, sigue realizndose como siempre, esto es, predominantemente atravs de los contactos personales e ntimos y en el mbito de las diversas subculturas, a los que hacereferencia Sutherland en su teora de la asociacin diferencial. Del mismo modo, se advierten en laactualidad dos tendencias contrapuestas que operan simultneamente, una de las cuales apunta a lamundializacin, mientras la otra favorece la regionalizacin y el localismo. Este ltimo fenmeno de

    particularismo social da la pauta de que el tema de la diversidad cultural y las subculturas, lejos dedesaparecer, se afirma y renueva. Asimismo la exclusin laboral y social, que en estos das traeaparejadas la globalizacin, se ven fuertemente impregnadas de etiquetamiento y estigmatizacinsociales, mecanismos mencionados al tratar la corriente del labeling. .

    No obstante la actual y plena vigencia de las citadas teoras, hay que tener el cuidado deencuadrarlas, interpretarlas y aplicarlas en funcin de los diversos contextos socioculturales quecontinuamente va transformando o generando el proceso de globalizacin, integrado por unamultiplicidad de tendencias cambiantes y a menudo contradictorias. Algunos de esos contextos hancambiado muy poco y otros son completamente novedosos. Seguramente estos ltimos son fuente denuevas formas de patrones culturales, de relaciones sociales, y de conductas. Por eso, florecen hoy ciertasmodalidades de delincuencia que son tpicas de la globalizacin, debido a que han nacido de ella, o

    porque ciertas oportunidades recientes que ella ofrece -como mayores facilidades migratorias y decomunicacin- favorecen su desarrollo. Tal es el caso del empinado auge de la delincuencia organizadatransnacional, algunas de cuyas variantes consigna el Secretariado de las Naciones Unidas: lavado dedinero; terrorismo; robo de objetos culturales y artsticos; robo de la propiedad intelectual; trfico ilcitode armas; secuestro de aeronaves; piratera martima; fraude del seguro; delito informtico; delitoecolgico; trfico de personas; comercio de rganos humanos; trfico ilcito de drogas; etc. Dada lamagnitud y la complejidad de la organizacin de estas perniciosas empresas y carteles delictivos queoperan a gran escala y en distintos pases, empleando gran cantidad de recursos humanos y de capital, yano se puede prevenir y controlar sus actividades con las solas fuerzas de los estados nacionales y de lascomunidades locales, sino que para ello hay que recurrir necesariamente a la cooperacin internacional

    tanto de carcter continental como global.

    El desafo de la hora actual

    La agudsima y apremiante crisis del momento actual que atraviesa el mundo no admite espera.Por lo tanto, no cabe ignorarla, minimizarla o diferir su abordaje para ms adelante, sino que enseguidadebe producirse una saludable reaccin colectiva por la cual se asuman los problemas pendientes en todasu realidad y se elaboren polticas en forma democrtica con la participacin de todos los estadosinteresados y de las distintas organizaciones de la sociedad civil- para empezar a solucionarlos deinmediato. Las medidas resultantes deben aplicarse a nivel local, nacional, regional y mundial, de manerade conjurar los grandes e inminentes peligros que acechan a la humanidad. Lo contrario sera como seguir

    bailando desaprensivamente en la cubierta del Titanic, mientras est a punto de embestir el banco de hielo

    que lo echar a pique.

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    Ahora bien, uno de esos problemas perentorios es, ciertamente, la prevencin y el control de ladesviacion social y la delincuencia en la era global. Anteriormente, en ocasin de la exposicin de cadauna de las cinco teoras sociocriminales, ya se hicieron las pertinentes indicaciones de naturaleza

    preventiva. Ahora, sin embargo, aun cuando dichas indicaciones siguen siendo vlidas, debecompletrselas en clave de globalizacin. La razn es que esta ltima provoca la desarticulacin de losmecanismos de regulacin e introduce nuevas y potentes tcnicas de comunicacin, diluyendo tiempos,

    distancias y fronteras, y facilitando as operaciones de todo tipo y escala, que comprometen seriamente elequilibrio econmico, la estabilidad y la paz social de las comunidades afectadas, sobre todo las menosdesarrolladas, al no disponer stas las ms de las veces de posibilidades de supervisarlasconvenientemente. De este modo, la globalizacin est ligada estrechamente a las nuevas formasmanifiestas o solapadas de la desviacin social y la delincuencia, y, por consiguiente, est cambiando losescenarios en que se mueven los transgresores sociales y delincuentes, as como su mentalidad, hbitos ymodus operandi. Un indicio palpable de ello, por ejemplo, es que se est borrando la distincin entre ladelincuencia de motivacin econmica y la delincuencia organizada. En efecto, los delincuentes demotivacin econmica, gracias a la mayor complejidad que esta adquiriendo el mercado, se ven obligadoscada vez ms a abandonar las viejas y azarosas actividades individuales y a reemplazarlas por otrasorganizadas y continuas. Asimismo, por la misma causa, la delincuencia organizada tradicional no tieneotro remedio que reestructurarse, diversificando sus actividades econmicas en el mercado legal, el cual,si bien le reporta beneficios menores, stos son seguros y estables.

    La prevencin de la desviacin social y la delincuencia en la era de la globalizacin

    De acuerdo con las opiniones coincidentes de diversos y aquilatados autores, compartidas a suvez por un gran nmero de personas, el mundo en este momento se halla, en muchos aspectos de sumaimportancia, como a la deriva y el proceso de globalizacin parece estar desbocado. Esta situacin degrave y enorme peligro hasta estara en juego la supervivencia de la especie- que se cernira sobre losindividuos, los pases y la humanidad entera, derivara de la irresolucin de los impostergables problemasque plantea la hora actual especialmente en el plano de la imprescindible cooperacin internacional. Y, enesta materia, tienen una gran cuota de responsabilidad buena parte de los gobiernos y las dirigencias

    polticas, econmicas y sociales de todos los niveles del planeta, uno de cuyos deberes primordiales escontribuir a la gobernabilidad global y preservarla.

    Uno los ingredientes esenciales de la gobernabilidad global es la prevencin de la desviacinsocial y la delincuencia. Se debe librar un combate integral y sistemtico contra todas las desviaciones ydesequilibrios que lesionan los derechos humanos y la justicia social, tales como: la corrupcin; ladelincuencia transnacional, el trfico de personas y de drogas; la exclusin, discriminacin y marginacinsociales; el sojuzgamiento y la pauperizacin de pases mediante las deudas contradas anteorganizaciones financieras internacionales; las masivas migraciones internacionales, etc. Dicho combatedebe contar con la imprescindible cooperacin y coordinacin internacional bloques de pases y

    Naciones Unidas- y privilegiar el inters general de los pueblos y el espritu democrtico a nivel global,por encima de liderazgos e intereses particulares de naciones, organizaciones o sectores.

    En esta lucha por prevenir la desviacin social y la delincuencia a nivel global, cabe recordaruna vez ms que valen las orientaciones y conclusiones que emanan de las teoras sociocriminales yaexaminadas. Solo resta, para culminar el presente trabajo, efectuar, a continuacin, un somero repaso deunos pocos prrafos seleccionados de documentos de las Naciones Unidas, que reflejan la filosofa y laslneas de las polticas de la organizacin, as como algo de lo que se debate y se ha actuado al respecto enel plano internacional y que confirman, por cierto, el tenor de las conclusiones y postuladossociocriminales relativos a la prevencin de la conducta desviada y la delincuencia que se han expuesto: El informe Nuestro Vecindario Global, emitido en 1995 por la Comisin de Gobernabilidad

    de las Naciones Unidas, expresa:El tema de la gobernabilidad se ha vuelto frecuente en el discurso internacional. Ha

    habido avances hacia un mejor orden mundial como lo prueban los acuerdos sobre

    proliferacin y pruebas nucleares, sobre minas terrestres y sobre una Corte Criminal

    Internacional. Crece la aceptacin de la nocin de que la pobreza y la indigencia constituyen

    amenazas a la seguridad humana, a la par que la guerra y la violencia. Pero ha habido poca

    disposicin al cambio entre los gobiernos miembros de las Naciones Unidas. Se lograron

    magros acuerdos en los grupos de trabajo organizados por la Asamblea General de las

    Naciones Unidas. El statu quo se mantiene imperturbable en el Consejo de Seguridad desde

    1945. No se consider la recomendacin de una supervisin democrtica de la economa

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    global. Ha habido retrocesos en los esfuerzos de control de pruebas de armas atmicas y

    misiles de largo alcance y un estancamiento del proceso de desarme de Rusia y Estados

    Unidos. Ante la ausencia de adecuadas medidas de gobierno econmico global, laglobalizacin econmica ha hecho que la economa mundial sea ms inestable, los pases se

    han vuelto ms vulnerables a las sacudidas de las crisis econmicas, muchos han sido

    marginalizados, y la brecha entre los muy ricos y los muy pobres se ha ensanchado. El

    nmero de los indigentes, los que viven con un dlar diario, sigue creciendo.Ms adelante dice: Se ha entablado un debate, en los niveles nacional, regional einternacional sobre el conjunto de medidas ms apropiadas para aliviar este creciente

    problema de la migracin y el crimen transnacional...Una de esas medidas tiene que ver

    con el desarrollo sustentable. El objetivo es estabilizar las economas de los pases de donde

    provienen los inmigrantes ilegales para que se creen en ellos mejores condiciones de vida y

    oportunidades de trabajo, proporcionando a los emigrantes potenciales un incentivo para

    permanecer en sus pases...Deben tomarse otras medidas para asegurar la integracin de

    los inmigrantes. Es importante brindar a los extranjeros legalmente establecidos en los pases

    que los hospedan una existencia digna y confortable. No deben tolerarse actos de

    discriminacin. Adems, debe concedrseles el acceso a la asistencia mdica y a la

    educacin.

    El Secretario General de las Naciones Unidas, Koffi Annan, en su discurso del 14 de julio de1997 (Reforma de las Naciones Unidas, paragr. 143), declara:

    La autoridad gubernamental y la sociedad civil estn siendo crecientemente amenazadas por

    redes transnacionales del crimen, de las drogas, del lavado de dinero y el terrorismo. El acceso

    que tienen grupos clandestinos a sofisticadas tecnologas informticas y armas, as como a los

    variados instrumentos de qu