las parábolas de jesús: su sentido adecuada interpretación (*)

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Teología y Vida, Vol. XXXIII (1992), pp. 165-178 ESTUDIOS Eduardo Pérez-Cotapos L. ss.cc. Profesor de la Facultad de Teología U.C. Las parábolas de Jesús: su sentido y adecuada interpretación (*) 1. IN1RODUCCION En el conjunto del NT las parábolas gozan de una situación privilegiada. Este es un hecho que desde hace algo así como un siglo se reconoce de modo casi unánime. Esta situación privilegiada se funda en una doble afIrmación sólidamente sustentada por los análisis exegéticas. En primer lugar, que las parábolas son un cuerpo de textos que, como conjunto, prácticamente no presenta problemas de autenticidad. Es decir, que en líneas generales su forma actual se puede hacer remontar a Jesús. Se trata de palabras que Jesús pronunció de modo substancialmente semejante a los textos que hoy día nos entregan los Sinópticos. Es el único grupo de textos del NT respecto del cual se puede sustentar responsablemente esta posición. En segundo lugar, se afirma con fuerza que dada esta excepcional condición del conjunto de las parábolas, ellas nos ponen frente a Jesús de Nazaret de un modo único. Las parábolas son una privilegiada puerta de acceso a lo más original de Jesús. Es decir, nos permiten un acceso a Jesús de Nazaret casi sin pasar por la mediación de las grandes síntesis teológicas aportadas por la Iglesia del siglo I. La percepción de esta especialísima situación que acabamos de describir ha llevado a prestar una atención privilegiada a los textos. Las parábolas han sido objeto de una preocupación muy particular en el último siglo, que se ha traducido en estudios abundan- tes y de mucha calidad. En estos estudios habitualmente están involucradas dos dimensio- nes. De modo más evidente, siempre aparece la preocupación por el sentido de los textos en cuanto tales. Sea la pregunta por el sentido de una o algunas parábolas determinadas, sea la preocupación por el sentido de las parábolas como género literario: ¿Son o no son alegorías? ¿Cómo se las debe interpretar? ¿Qué sentido tienen?, etc. Pero más de fondo, y de modo mucho más determinante, aunque en ocasiones no se encuentre explícitamente planteada, casi siempre está presente una pregunta global por el sentido del ministerio de Jesús, pregunta que plantea un interrogante por lo que podemos llamar el misterio de su persona. El entrecruzarse de estas dos dimensiones explica que el estudio de las parábolas no haya sido, de hecho, un campo reservado a los exégetas de oficio, sino que en él se hayan aventurado muchos autores movidos por preocupaciones específIcamente teológicas o pastorales. Estos teólogos han actuado impulsados por la convicción de que un discurso (*) Qase inaugural del año académico 1992, leída el día jueves 9 de abril.

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Page 1: Las parábolas de Jesús: su sentido adecuada interpretación (*)

Teología y Vida, Vol. XXXIII (1992), pp. 165-178

ESTUDIOS

Eduardo Pérez-Cotapos L. ss.cc.Profesor de la Facultad de Teología U.C.

Las parábolas de Jesús:su sentido y adecuada interpretación (*)

1. IN1RODUCCION

En el conjunto del NT las parábolas gozan de una situación privilegiada. Este es unhecho que desde hace algo así como un siglo se reconoce de modo casi unánime. Estasituación privilegiada se funda en una doble afIrmación sólidamente sustentada por losanálisis exegéticas. En primer lugar, que las parábolas son un cuerpo de textos que, comoconjunto, prácticamente no presenta problemas de autenticidad. Es decir, que en líneasgenerales su forma actual se puede hacer remontar a Jesús. Se trata de palabras que Jesúspronunció de modo substancialmente semejante a los textos que hoy día nos entregan losSinópticos. Es el único grupo de textos del NT respecto del cual se puede sustentarresponsablemente esta posición. En segundo lugar, se afirma con fuerza que dada estaexcepcional condición del conjunto de las parábolas, ellas nos ponen frente a Jesús deNazaret de un modo único. Las parábolas son una privilegiada puerta de acceso a lo másoriginal de Jesús. Es decir, nos permiten un acceso a Jesús de Nazaret casi sin pasar porla mediación de las grandes síntesis teológicas aportadas por la Iglesia del siglo I.

La percepción de esta especialísima situación que acabamos de describir ha llevadoa prestar una atención privilegiada a los textos. Las parábolas han sido objeto de unapreocupación muy particular en el último siglo, que se ha traducido en estudios abundan-tes y de mucha calidad. En estos estudios habitualmente están involucradas dos dimensio-nes. De modo más evidente, siempre aparece la preocupación por el sentido de los textosen cuanto tales. Sea la pregunta por el sentido de una o algunas parábolas determinadas,sea la preocupación por el sentido de las parábolas como género literario: ¿Son o no sonalegorías? ¿Cómo se las debe interpretar? ¿Qué sentido tienen?, etc. Pero más de fondo, yde modo mucho más determinante, aunque en ocasiones no se encuentre explícitamenteplanteada, casi siempre está presente una pregunta global por el sentido del ministerio deJesús, pregunta que plantea un interrogante por lo que podemos llamar el misterio de supersona. El entrecruzarse de estas dos dimensiones explica que el estudio de las parábolasno haya sido, de hecho, un campo reservado a los exégetas de oficio, sino que en él sehayan aventurado muchos autores movidos por preocupaciones específIcamente teológicaso pastorales. Estos teólogos han actuado impulsados por la convicción de que un discurso

(*) Qase inaugural del año académico 1992, leída el día jueves 9 de abril.

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serio sobre Jesús debe validarse, entre otras cosas, mediante un adecuado planteamientodel sentido de las parábolas. Debe responder a la pregunta crucial de ¿por qué Jesús hablóen parábolas y qué importancia tiene este hecho para nosotros?

Al tomar en serio las problemáticas que acabamos de insinuar, queda en evidenciaque llegar a una adecuada exégesis de las parábolas de Jesús es un desafío extremada-mente complejo. En esta ocasión quiero poner de relieve las grandes etapas que haseguido la investigación sobre el sentido de las parábolas de Jesús, para luego entrar aproponer una cierta síntesis sobre un posible modo de abordarlas significativamente hoydía, síntesis que constituye una propuesta más personal (1).

2. GRANDES ETAPAS DE LA INVESTIGACION

2.1. Adolf Jülicher

La investigación contemporánea sobre las parábolas (2) tiene su punto de partida enla voluminosa obra de Adolf Jülicher publicada en el último decenio del siglo pasado.Ella constituyó una suerte de revolución copérnica, que sacudió hasta los cimientos laexégesis tradicional de las parábolas de Jesús. La obra de Jülicher está plagada de rigideces,simplificaciones y apriorismos, pero en ella hay intuiciones que han llegado a ser laspiedras fundamentales sobre las cuales se apoya toda la exégesis posterior de las parábolas.Son estas intuiciones las que deben ocupamos, y no la crítica de sus, hoy día, evidentesdefectos.

La primera y fundamental afirmación de Jülicher es que las parábolas no sonalegorías, sino que pertenecen al género de las comparaciones. Por lo mismo, entenderlascomo alegorías es un error, supone una radical incomprensión de los textos. Esta afirma-ción está planteada en abierta polémica con prácticamente toda la exégesis tradicional delas parábolas, que al menos ya desde tiempos del evangelista Marcos venía interpretandolas parábolas como si fuesen alegorías. Jülicher maneja un concepto muy negativo de laalegoría, lo que confiere mayor pasión a su argumentación, que se transforma en una

(1) Esta presentación constituye una síntesis de mi trabajo de Tesis doctoral en Teología, presentada en laPontificia Universidad Gregoriana en junio de 1990: Eduardo Pérez-Cotapos Larrain Parábolas: diálogoy experiencia. El mitodo parabólico de Jesús según Dom Jacques DuponJ. Santiago: Pontificia Univer-sidad Católica 1991 (Anales de la Facultad de Teología Vol 42) 272 pp. Allí se puede encontrar un de-sarrollo más amplio de estas temáticas y abundante bibliografía.

(2) Un amplio panorama de la exégesis del último siglo en E. Pérez-Cotapos op. cit. pp. 19-82. A la biblio-grafía allí anotada y usada se puede agregar la interesante y bien documentada panorámica de Craig L.Blomberg "Interpreting the Parables oí Jesus: Where Are We and Where Do We Go from Here? enCatholic Biblical QUilrterly 53(1991) 50-78. Blomgerg. revisa la historia más reciente desde una pers-pectiva muy personal, con frecuencia discutible, que lo lleva a concluir: "At the very least, the wayforward in the current minefield of interpretative altematives seems to depend on finding an intermediateroute between the extremes of the more restrictive Jülicher-Jeremias tradition and the more uncontrolledallegorizing-christologizing oí pre- and post-critical exegesis" (Ibid. p. 78). Aunque de menor amplitud,también debe considerarse Vinorio Fusco "Parabole e resurrezione. L'intervento di H. Weder nellediscussione sulle parabole" en H. Weder Metafore del Regno. Le parabole di Gesu: ricostruzione einterpretazione. Brescia: Paideia 1991 pp. 373-389. En este trabajo Fusco continúa sus valiosas publica-ciones previas, que he usado ampliamente, modificando algunos de sus juicios. Me referiré de modoespecial a estos dos trabajos, no elaborados en la obra señalada en la nota anterior.

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LAS PARABOLAS DE JESUS

suerte de abierta guerra contra la alegoría. Como suele suceder en las polémicas, muchosde los planteos de Jülicher son extremadamente rígidos y simplificadores. Pero su afirma-ción básica de que las parábolas no son alegorías ha pasado a ser parte del patrimoniocomún de la exégesis actual (3).

En correlación con la afirmación de carácter literario ya señalada, en Jülicher hayuna segunda gran afirmación de carácter propiamente hermenéutico. Esta consiste en elrechazo de la alegoresis (4) como método interpretativo de las parábolas. Esto significaque se rechaza como inadecuada a la condición parabólica de los textos una exégesis queintente buscar en las palabras de Jesús enseñanzas doctrinales, éticas o espirituales más omenos ocultas bajo el velo de las imágenes. La alegoresis entiende las parábolas comotextos destinados a transmitir altas verdades espirituales, entregadas en un lenguaje cifrado,a fin de que sólo puedan ser comprendidas por aquellos que poseen las claves de interpre-tación del mismo. Es decir, como textos destinados a un selecto grupo de iniciados en losmisterios del Reino (5).

Junto con rechazar la alegoresis, Jülicher propone positivamente una nuevahermenéutica de los textos. Para Jülicher los textos sólo pueden ser correctamente enten-didos si son enraizados en su contexto original o primero, es decir, en el ministerio deJesús. Y el ministerio de Jesús, Jülicher lo ve determinado por la proclamación delreinado de Dios (6). Desde las categorías de la teología liberal decimonónica Jülicherimagina el ministerio de Jesús como una actividad de predicación a las multitudes de laGalilea. Multitudes sencillas, bien dispuestas a escucharlo, pero de poca capacidad espe-culativa. Para dirigirse a ellas Jesús usa ejemplos sencillos tomados de la vida cotidiana,que le sirven como comparaciones para explicar los valores del Reino de Dios (7). ParaJülicher las parábolas son instrumentos pedagógicos usados por Jesús, maestro de laverdad y predicador del Reino, para enseñar a los sencillos. Es fácil percibir la importan-cia de este principio hermenéutico consistente en vincular los textos con el ministerioconcreto de Jesús. Es un principio que impide acercarse a ellos para buscar verdadesuniversales y atemporales. Todo lo que nos digan las parábolas tiene que ver, en primer

(3) Aunque actuahnente, contra la afinnación inicial de Jülicher, se acepte que puede haber rasgos alegóricosen los textos. Pero ellos no privan a las parábolas de su funcionamiento fundamentahnente comparativo.Un reciente tratamiento global de la exégesis de las parábolas, desde una óptica muy favorable a laalegoría en el artículo citado de Blomberg. Como señala, la primera tesis que polémicamente quieresustentar es que "the canonical parables are both more allegorical and more authentic than is usuallyadmitted" (C. L. Blomberg op. cit. p.51).

(4) Se entiende por tal la interpretación alegórica de un texto no alegórico. El término no pertenece aJülicher, sino a una elaboración posterior, que intenta clarificar algunos aspectos algo confusos delpensamiento de Jülicher sobre este punto. Para una distinción de tenninología cf. Hans-Josef KIauckAllegorie und Allegorese in synoptischen Gleichnistexten. Münster: Aschendorff 1986'. VID + 410 pp.

(5) En este sentido fue entendida la llamada Teoría fk las parábolas planteada por Mc en su "Discurso delas Parábolas" (cf. Mc 4, 10-12). Sobre este texto ver Mary Ann Beavis Mark.'s Audience: The Literaryand Social Setting 01 Mark. 4.11-12. Sheffteld: JSOT 1989 (JSNT Supo 33) y Vittorio Fusco Parola eRegno. La sezione fklle parabole (Mc 4,1-34) nella prospettilla marciana. Brescia: Morcelliana 1980.

(6) Esta insistencia en la centralidad del Reino de Dios en el ministerio de Jesús es uno de los grandesaportes de Jülicher a la exégesis. Desligado del problema de las parábolas, es un elemento que le haconferido un color nuevo a la exégesis de los sinópticos.

(7) Jülicher, sin embargo, entiende el Reino de Dios como la propuesta de una serie de valores moralesuniversales. Son fundamentahnente nonnas éticas respecto del tipo de relación que se establece conDios, a quien se debe reconocer como Padre bueno y misericordioso, y con el prójimo, a quien se debereconocer como hennano.

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lugar, con el concreto ministerio de Jesús (8). Sólo en un segundo momento es lícitoplantearse la pregunta por un sentido más amplio.

2.2. Charles Harold Dodd

Partiendo de estos principios exegéticas básicos planteados por Jülicher se inició unamplio y muy fructífero trabajo sobre las parábolas. Este trabajo consistió, en un primermomento, en matizar las unilateralidades y pulir las rigideces de Jülicher. Pero la exégesisposterior debió enfrentar un problema más de fondo, que dice relación con la imagenliberal de Jesús subyacente a la hermenéutica de JÜlicher.

En el primer decenio de este siglo, especialmente por obra de Johannes Weiss yAlbert Schweitzer, se produce una profunda recuperación de la dimensión escatológicadel ministerio de Jesús. Sus estudios ponen de manifiesto que Jesús no es el amablepredicador que se dirige pedagógicamente a las multitudes de la Galilea, que lo siguenembelesadas por su mensaje de fraternidad universal y de invitación a la confianza enDios. Muy por el contrario, Jesús aparece como un ardiente profeta que proclama lainminente irrupción del Reinado de Dios y llama a la conversión para poder entrar en él.El mensaje escatológico de Jesús encontró fuerte resistencia de parte de las autoridadesde Israel, particularmente de los fariseos. Su ministerio se desenvolvió en medio de uncreciente conflicto que culminó con su muerte. Desde esta nueva perspectiva, las parábolasde Jesús son comprendidas de modo enteramente diverso al de Jülicher.

El primero en asumir plenamente el desafío planteado a la exégesis de las parábolaspor la renovación escatológica es Charles Harold Dodd, en su conocida obra sobre lasparábolas del Reino, publicada en 1935. Para Dodd el ministerio de Jesús constituye elinicio del tiempo escatológico, tiempo en el cual el poder de Dios ha comenzado a operarefectivamente. Por lo mismo, tiempo de crisis, en cuanto en él se está llevando a cabo undiscernimiento entre quienes reconocen el actuar de Dios y quienes se cierran a él. Es eltiempo de la decisión. De acuerdo a esta perspectiva, para Dodd "la enseñanza de Jesúsno es la lenta y paciente exposición de un sistema hecha por el fundador de una escuela.Se refiere, por el contrario, a una breve y tremenda crisis que tiene a Jesús por protagonistay es producida de hecho por su aparición" (9). Desde esta percepción del ministerio deJesús se impone como una evidencia la necesidad de situar las parábolas en su contextooriginal. Dodd plantea un clarísimo principio interpretativo de las mismas: "Es de esperarque las parábolas aludan a la situación concreta y crítica en que se hallaban Jesús y susoyentes; y cuando nos preguntamos por su aplicación debemos centrarnos no en el terre-

(8) Como autorizadamente señala Fusco: para Jülicher "le parabole hanno un'applicazione estremamenteconcreta, legata alle situazioni del ministero di Gesu; fu poi purtroppo la prospettiva generale ispirataal1a teologia liberale a vanificare la scoperta linguistica: le parabole rinviano al rninistero di Gesu,questo pero a sua volta, tutto intero, viene ricondotto al1a situazione generica e puramente didattica di unqualsiasi maestro religioso. Ed in effetti fu proprio questa, fra le tesi di Jülicher, non solo a non esserecoinvolta nella crisi della teologia liberale ma ad essere valorízzata, contro tutte le intenzioni di Jülicher,per riscoprire nel1e parabole la dimensione escatologica e, almeno implicitamente, anche cristologica.Dodd e Jeremías non ebbero bisogno di modificare questa tesi linguistica sul meccanismo parabolico: fusufficiente loro recuperare la prospettiva piu generale che Jülicher aveva rnisconosciuto, il carattereescatologico e implicitamente cristologico del ministero di Gesu, al quale rinviano le parabole» (VittorioFusco Parabole e resUTrezione p. 375).

(9) C. H. Dodd lAs Parábolas del Reino. Madrid: Cristiandad 1974, pp. 33-34.

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LAS PARABOLAS DE IESUS

no de los principios generales, sino en la situación particular en que fueron pronunciadaslas parábolas" (10).

2.3. Joachim Jeremías

La perspectiva de trabajo iniciada por Dodd es continuada por Joachim Jeremias ensu obra Las parábolas de Jesús, publicada en 1947. El trabajo de Jeremias es un modelode laboriosidad y de consecuente aplicación de una metodología. Este es un méritoinnegable que le ha sido ampliamente reconocido. Jeremias entiende las parábolas comoeficaces armas de combate usadas por Jesús contra los fariseos. Para Jeremias el objetivoprimario de las parábolas no es la proclamación de una verdad, la simple pedagogía, sinoque ellas son instrumentos de lucha, de prueba, de argumentación. En ellas siempre seestá transparentando un conflicto, en relación al cual deben ser interpretadas. Estaconflictividad tiene que ver con el anuncio de la inminente irrupción del reinado de Diosy la crisis escatológica a ella conexa. En este contexto las parábolas son entendidas comocomparaciones destinadas a transmitir una única idea o verdad (11) que sirven a Jesúscomo contundentes argumentos contra sus adversarios, los fariseos.

El trabajo propiamente teológico de Jeremias, sin embargo, está orientado por unainquietud mucho más estrecha que la de Dodd. Como señala el mismo Jeremías "Mipropósito es intentar penetrar en la forma más antigua que se pueda alcanzar de lapredicación parabólica de Jesús" (12). Su intento es el de situar las parábolas de Jesús ensu lugar histórico original, pero desde una perspectiva que podríamos catalogar dearqueologizante. Esta atención tan fuertemente centrada en la reconstrucción de laipsissima vox Jesu deja en evidencia la gran debilidad de este tipo de metodología. Nobasta con poder acceder, mediante una reconstrucción histórica, a la forma original de lasparábolas para que ellas automáticamente tengan sentido para el hombre de hoy. Se laspuede tratar como hermosos objetos de museo, deslumbrantes por su perfección, pero endefinitiva irrelevantes para el hombre de hoy. Es decir, el tipo de metodología usado porJeremias al amarrar tan íntimamente las parábolas a un determinado momento histórico ya la crisis escatológica vinculada al ministerio de Jesús parece dejarlas irremisiblementeancladas en un lejano pasado y, en el sentido más radical, hacerlas "insignificantes" parael hombre actual. Queda en evidencia un profundo vacío hermenéutico. En términos muyconcretos este vacío podemos graficarlo como una capacidad de decir muchas cosassobre las parábolas y su época, unida a una incapacidad profunda de hacerlas iluminadorasde la vida del hombre actual. Sabemos muchas cosas sobre los textos bíblicos y sobre los

(10) lbid. p. 34.(11) Este aspecto es uno de los elementos centrales del planteamiento de Jeremias. pero a la vez uno de los

más criticados. Un severo crítico es J. Sider: "The one-point theory is the most influential and the mostpemicious pan of Jülicher' s legacy to a century of interpretation. What every seminary graduate remembersabout the parables is that allegorizing is wrong and that every parable makes one main point. But anyinformed student of literature knows that these options are ill-framed - that an extended analogy ofSpenser. Shakespeare. or Milton. or a metaphysical conceit of Donne' s, is neither an allegory to beinterpreted down to the last minute detail nor a comparison limited to a single point of resemblance"(John Sider "Nunuring Our Nurse: literary Scholars and Biblical Exegesis" en Chrislianily and Lileralure32(1982) 17-18; citado de acuerdo a C. L. Blomberg lnlerpreling lhe Parables 01Jesus p. 78 nota 126).

(12) J. Jeremias Las Parábolas de Jesús. Estella: Ed. Verbo Divino 1984 p. 12. Se trata del prologo a lasexta edición alemana.

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procesos evolutivos por ellos sufridos, pero no sabemos para qué puedan servir esosmismos textos hoy día (13). Para muchos, las parábolas llegaron a aparecer comoDelikatessen para historiadores y especialistas en estudios literarios, pero inadecuadaspara la predicación y la orientación de la vida de los hombres concretos, con sus problemasconcretos.

Sintetizando, la obra de Jeremias es la culminación de un largo trabajo de 60 añossobre las parábolas. El cauce abierto por Jülicher se mostró extremadamente fructuoso, alpunto que, sin exageraciones, se puede decir que es justamente en el campo de lasparábolas donde la exégesis crítica de los sinópticos ha alcanzado uno de sus mejoreslogros. Pero, paradójicamente, la misma obra de Jeremias, más allá de su brillo exterior,pone de manifiesto los síntomas de una grave crisis. De modo difuso, pero cada vez másnítidamente, comienza a expresarse un profundo malestar contra un tipo de exégesis queno logra decir una palabra realmente interpeladora al hombre actual. El problema decómo interpretar adecuadamente las parábolas de Jesús se abre así nuevamente.

3. LAS INVESTIGACIONES MAS RECIENTES

El itinerario de los estudios posteriores a Jeremias es complejo y difícil de trazarcon nitidt:¡z. Hay muchas búsquedas diversas, a veces con escaso diálogo entre las distin-tas escuelas exegéticas. Hay un malestar frente a la obra de Jeremias ampliamente com-partido, pero no se da la misma coincidencia respecto de los nuevos caminos a seguir.Intentemos trazar algunas grandes líneas del proceso seguido por la exégesis de lasparábolas en los últimos 25-30 afios (14).

3.1. Continuadores de Jeremias

En primer lugar debemos sefialar un grupo amplio de exégetas y de pastores que nohan llegado a percibir con claridad el problema planteado por una exégesis como la deJeremias. Se sienten tranquilos con poder repetir los datos históricos y literarios acumula-dos sobre las parábolas sin mayor inquietud por su relevancia para el hombre actual.Normalmente no se trata de propuestas falsas, de errores, sino de una no percepción de loque hemos llamado el vacío hermenéutico de la propuesta de Jeremias. En el ámbitohispanoparlante, especialmente en ambientes católicos, esta actitud parece ser la predomi-nante (15).

(13) Estos aspectos de la obra de Jeremías han sido ampliamente criticados. Fusco resume así los principalesreparos: "Critiche non mancarono, soprattutto all'unilaterale concentrazione di Jeremias sugli ipsissimaverba lesu e alla sua svalutazione di tutte le inte'Pretazioni postpasquali ridotte a null'altro che velo dalacerare per far riemergere il volto del Figlio dell 'uorno; al suo disinteresse per la problematica ermeneuticadel significato delle parabole per no!" ('l. Fusco Parabole e resurrezione pp. 375-376).

(14) En E. Pérez-Cotapos Parábolas: diálogo y experiencia pp. 46-82 se puede encontrar un análisis detalla-do de estas diversas búsquedas, con abundantes indicaciones bibliográficas. Suponiendo como base esosanálisis, en este momento me interesa poner de relieve algunas grandes líneas de fuerza de este proceso,lo que supone una actitud menos analítica y más inte'Pretativa del mismo.

(15) Una positiva excepci6n es José Luis Espinel La poesía de Jesús. Salamanca: Libros San Esteban 1986.295 pp. En un nivel de buena difusi6n cabe señalar corno obras interesantes: José R. Carballo Las pará-bolas. Madrid. Ed. Biblia y Fe 1991 (JVuevos Horizontes NI' 22) 128 pp. Y Daniel Marguerat Parábolas.Estella: Ed. Verbo Divino 1992 (Cuadernos Bíblicos NI' 75).

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LAS PARABOLAS DE JESUS 171

3.2. Intentos retrógrados

Luego podemos señalar una serie de intentos algo diversos, pero que a mi entenderse caracterizan por una postura fundamentalmente retrógrada. Al percibir la dificultadque plantea el vincular los textos a la concreta situación histórica del ministerio de Jesúsestos exégetas tienden a desvincularlos de ella. Es decir, a hacer de las parábolas merosvehículos de valores o verdades universales y atemporales. Se trata de un retomo a unaactitud de fondo semejante a la que subyacía a la interpretación alegórica. Pero como elhombre de hoy ya no es tan sensible a los valores específicamente religiosos, se tiende ainterpretar las parábolas en la línea de una propuesta de valores humanos básicos. Elamplio espectro de las interpretaciones seculares, estéticas o existenciales, de las parábo-las de Jesús, a pesar de su aparente novedad, se inscriben en esta actitud que me atrevo acalificar de retrógrada. No es raro que los mismos predicadores, buscando actualizar suinterpretación de los textos, lleguen a este tipo de exégesis (16).

3.3. Hacia una nueva sensibilidad

Junto a las dos posturas que acabamos de señalar, se ha ido abriendo camino unanueva exégesis de las parábolas. O quizá más propiamente una nueva sensibilidad frentea la interpretación de las mismas, ya que no se trata de una única línea de trabajo, sino deuna serie de aportes que parecen ir apuntando en una misma dirección. Es decir, no se hatratado de propuestas caóticas, sino de tanteos que van insinuando la posibilidad de llegara una nueva síntesis, aunque ella aún no esté lograda (17). Como este trabajo se hadesarrollado en contraposición a la exégesis de Jeremias, también quiero presentarlo acáen contraposición a la misma.

3.3.1. Síntesis doctrinal vs. interpelación personal

En la segunda parte de su libro Jeremias intenta una ordenada síntesis del Mensaje delas parábolas de Jesús. Le permite hacerlo su opinión de que si se busca el sentidooriginal de las parábolas de Jesús "resulta que la imagen de conjunto queda simplificadade modo sorprendente. Se ve que muchas parábolas expresan la misma única idea, sóloque con imágenes diferentes .... Unas pocas ideas capitales, sencillas, aparecen con todasu fuerza. Jesús no se cansa nunca de inculcar, en imágenes siempre nuevas, las ideascentrales de su mensaje" (18). Contra este intento de ordenar el mensaje de las parábolasen síntesis doctrinales bien estructuradas, se comienza a insistir en su dinámicainterpeladora. Ellas no están dirigidas al intelecto, sino a la voluntad, para mover a laconversión. No son logradas secciones de una síntesis doctrinal, sino interpelaciones enorden a una conversión.

(16) Por ejemplo, la frecuente interpretación de la parábola de "El sembrador" como un mero llamado a laperseverancia en las adversidades. Cf. Dan Otto Via The Para bIes. Their Literary and ExistenJiJ:llDimension. Philadelphia: Fortress 1967.

(17) Las propuestas que vienen a continuación representan un intento reinterpretativo del momento actual,que es de mi responsabilidad, aunque dependa muy directamente de los planteamientos de JacquesDupont. Cf. E Pérez-Cotapos Parábolas: diJílogo y experienciJ:l p. 83-214, donde se puede encontrar unaexposición del pensamiento de Dorn Dupont sobre las parábolas de Jesús.

(18) J. Jeremias Las parábolas de Jesús p. 143.

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TEOLOGIA y VIDAVol. XXXIII - 1992

3-4

LAS PARABOLAS DE JESUS

ALGUNAS CUESTIONES DE ESCATOLOGIA

INQUIETUD RELIGIOSA DE POETAS CHILENOS

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ESTUDIOSPág.

TEOLOGIA y VIDAFACULTAD DE TEOLOGIA

UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE

PUBLICACION TRIMESTRAL

AÑo XXXIII Nº 3-4 1992 III -IV TRIMES TRES

SUMARIO

Beltrán Villegas M.

Pedro Ossandóny Pedro Rodríguez

Comisión TeológicaInternacional

Juan Noemi C.

Las parábolas de Jesús: su sentido y adecuadainterpretación ,.......... 165

Redacción y tradición en Ef 2, 11-22 179

Eduardo Pérez-Cotapos L.

El método de Orígenes 185

Ernesto Livacié G.

Algunas cuestiones actuales de escatología ..... 193

Interrogantes sobre "Algunas cuestiones ac-tuales de escatología" 225

La literatura mesopolámica antigua 237

Racionalidad científica y teología 255

La significación teológica de los aconteci-mientos. El estatuto histórico de la teologíasegún Marie-Dominique Chenu 269

La inquietud religiosa en cuatro poetas chile-nos contemporáneos (Miguel Arteche, CarlosBolton, Fidel Sepúlveda y Raúl Zurita) 299

Jaime Moreno G.

Antonio Bentué B.

Eduardo Silva A.

CRONICA

Miguel Angel Ferrando Actividades de la Facultad de Teología. AñoAcadémico 1991................................................ 315

NOTICIAS DE LIBROS 319

LIBROS RECIBIDOS 331

INDICE DEL VOLUMEN XXXIII - 1992 333

Código internacional de la revista

Marciano Barrios V.Miguel Angel Ferrando P., Anneliese Meis W.,Waldo Romo P., Sergio Silva G.Cecilia Coz CañasJaime Guzmán E. 3300 - Casilla 114-DSANTIAGO DE CHILECL ISSN 0049-3449

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Page 10: Las parábolas de Jesús: su sentido adecuada interpretación (*)

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Page 11: Las parábolas de Jesús: su sentido adecuada interpretación (*)

Teología y Vida, Vol. XXXIII (1992), pp. 165-178

ESTUDIOS

Eduardo Pérez-Cotapos L. ss.cc.Profesor de la Facultad de Teología U.C.

Las parábolas de Jesús:su sentido y adecuada interpretación (>lo)

1. IN1RODUCCION

En el conjunto del NT las parábolas gozan de una situación privilegiada. Este es unhecho que desde hace algo así como un siglo se reconoce de modo casi unánime. Estasituación privilegiada se funda en una doble afrrmación sólidamente sustentada por losanálisis exegéticas. En primer lugar, que las parábolas son un cuerpo de textos que, comoconjunto, prácticamente no presenta problemas de autenticidad. Es decir, que en líneasgenerales su forma actual se puede hacer remontar a Jesús. Se trata de palabras que Jesúspronunció de modo substancialmente semejante a los textos que hoy día nos entregan losSinópticos. Es el único grupo de textos del NT respecto del cual se puede sustentarresponsablemente esta posición. En segundo lugar, se afirma con fuerza que dada estaexcepcional condición del conjunto de las parábolas, ellas nos ponen frente a Jesús deNazaret de un modo único. Las parábolas son una privilegiada puerta de acceso a lo másoriginal de Jesús. Es decir, nos permiten un acceso a Jesús de Nazaret casi sin pasar porla mediación de las grandes síntesis teológicas aportadas por la Iglesia del siglo 1.

La percepción de esta especialísima situación que acabamos de describir ha llevadoa prestar una atención privilegiada a los textos. Las parábolas han sido objeto de unapreocupación muy particular en el último siglo, que se ha traducido en estudios abundan-tes y de mucha calidad. En estos estudios habitualmente están involucradas dos dimensio-nes. De modo más evidente, siempre aparece la preocupación por el sentido de los textosen cuanto tales. Sea la pregunta por el sentido de una o algunas parábolas determinadas,sea la preocupación por el sentido de las parábolas como género literario: ¿Son o no sonalegorías? ¿Cómo se las debe interpretar? ¿Qué sentido tienen?, etc. Pero más de fondo, yde modo mucho más determinante, aunque en ocasiones no se encuentre explícitamenteplanteada, casi siempre está presente una pregunta global por el sentido del ministerio deJesús, pregunta que plantea un interrogante por lo que podemos llamar el misterio de supersona. El entrecruzarse de estas dos dimensiones explica que el estudio de las parábolasno haya sido, de hecho, un campo reservado a los exégetas de oficio, sino que en él sehayan aventurado muchos autores movidos por preocupaciones específicamente teológicaso pastorales. Estos teólogos han actuado impulsados por la convicción de que un discurso

(>lo) Oase inaugural del año académico 1992, leída el día jueves 9 de abril.

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serio sobre Jesús debe validarse, entre otras cosas, mediante un adecuado planteamientodel sentido de las parábolas. Debe responder a la pregunta crucial de ¿por qué Jesús hablóen parábolas y qué importancia tiene este hecho para nosotros?

Al tomar en serio las problemáticas que acabamos de insinuar, queda en evidenciaque llegar a una adecuada exégesis de las parábolas de Jesús es un desafío extremada-mente complejo. En esta ocasión quiero poner de relieve las grandes etapas que haseguido la investigación sobre el sentido de las parábolas de Jesús, para luego entrar aproponer una cierta síntesis sobre un posible modo de abordarlas significativamente hoydía, síntesis que constituye una propuesta más personal (1).

2. GRANDES ETAPAS DE LA INVESTIGACION

2.1. Adolf Jülicher

La investigación contemporánea sobre las parábolas (2) tiene su punto de partida enla voluminosa obra de Adolf Jülicher publicada en el último decenio del siglo pasado.Ella constituyó una suerte de revolución copérnica, que sacudió hasta los cimientos laexégesis tradicional de las parábolas de Jesús. La obra de Jillicher está plagada de rigideces,simplificaciones y apriorismos, pero en ella hay intuiciones que han llegado a ser laspiedras fundamentales sobre las cuales se apoya toda la exégesis posterior de las parábolas.Son estas intuiciones las que deben ocupamos, y no la crítica de sus, hoy día, evidentesdefectos.

La primera y fundamental afirmación de Jülicher es que las parábolas no sonalegorías, sino que pertenecen al género de las comparaciones. Por lo mismo, entenderlascomo alegorías es un error, supone una radical incomprensión de los textos. Esta afirma-ción está planteada en abierta polémica con prácticamente toda la exégesis tradicional delas parábolas, que al menos ya desde tiempos del evangelista Marcos venía interpretandolas parábolas como si fuesen alegorías. Jülicher maneja un concepto muy negativo de laalegoría, lo que confiere mayor pasión a su argumentación, que se transforma en una

(1) Esta presentación constituye una síntesis de mi trabajo de Tesis doctoral en Teología, presentada en laPontificia Universidad Gregoriana en junio de 1990: Eduardo Pérez-Cotapos Larrain Parábolas: diálogoy experiencia. El método parabólico de Jesús según Dom Jacques Dupont. Santiago: Pontificia Univer-sidad Católica 1991 (Anales de la Facultad de Teología Vol 42) 272 pp. Allí se puede encontrar un de-sarrollo más amplio de estas temáticas y abundante bibliografía.

(2) Un amplio panorama de la exégesis del último siglo en E. Pérez-Cotapos op. cit. pp. 19-82. A la biblio-grafía allí anotada y usada se puede agregar la interesante y bien documentada panorámica de Craig L.Blomberg "Interpreting the Parables of Jesus: Where Are We and Where Do We Go from Here? enCatholic Biblical Quarterly 53(1991) 50-78. Blomgerg. revisa la historia más reciente desde una pers-pectiva muy personal, con frecuencia discutible, que lo lleva a concluir: ••At the very least, the wayforward in the current minefield of interpretative altematives seems to depend on finding an intermediateroute between the extremes of the more restrictive Jülicher-Jerernias tradition and the more uncontrolledallegorizing-ehristologizing of pre- and post-critical exegesis" (!bid. p. 78). Aunque de menor amplitud,también debe considerarse Villorio Fusco "Parabole e resurrezione. L'intervento di H. Weder nellediscussione sulle parabole" en H. Weder Metafore del Regno. Le parabole di Gesu: ricostruzione einterpretazione. Brescia: Paideia 1991 pp. 373-389. En este trabajo Fusco continúa sus valiosas publica-ciones previas, que he usado ampliamente, modificando algunos de sus juicios. Me referiré de modoespecial a estos dos trabajos, no elaborados en la obra señalada en la nota anterior.

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suerte de abierta guerra contra la alegoría. Como suele suceder en las polémicas, muchosde los planteos de Jülicher son extremadamente rígidos y simplificadores. Pero su afirma-ción básica de que las parábolas no son alegorías ha pasado a ser parte del patrimoniocomún de la exégesis actual (3).

En correlación con la afirmación de carácter literario ya señalada, en Jülicher hayuna segunda gran afirmación de carácter propiamente hermenéutico. Esta consiste en elrechazo de la alegoresis (4) como método interpretativo de las parábolas. Esto significaque se rechaza como inadecuada a la condición parabólica de los textos una exégesis queintente buscar en las palabras de Jesús enseñanzas doctrinales, éticas o espirituales más O

menos ocultas bajo el velo de las imágenes. La alegoresis entiende las parábolas comotextos destinados a transmitir altas verdades espirituales, entregadas en un lenguaje cifrado,a fin de que sólo puedan ser comprendidas por aquellos que poseen las claves de interpre-tación del mismo. Es decir, como textos destinados a un selecto grupo de iniciados en losmisterios del Reino (5).

Junto con rechazar la alegoresis, Jülicher propone positivamente una nuevahermenéutica de los textos. Para Jülicher los textos sólo pueden ser correctamente enten-didos si son enraizados en su contexto original O primero, es decir, en el ministerio deJesús. Y el ministerio de Jesús, Jü1icher lo ve determinado por la proclamación delreinado de Dios (6). Desde las categorías de la teología liberal decimonónica Jü1icherimagina el ministerio de Jesús como una actividad de predicación a las multitudes de laGalilea. Multitudes sencillas, bien dispuestas a escucharlo, pero de poca capacidad espe-culativa. Para dirigirse a ellas Jesús usa ejemplos sencillos tomados de la vida cotidiana,que le sirven como comparaciones para explicar los valores del Reino de Dios (7). ParaJü1icher las parábolas son instrumentos pedagógicos usados por Jesús, maestro de laverdad y predicador del Reino, para enseñar a los sencillos. Es fácil percibir la importan-cia de este principio hermenéutico consistente en vincular los textos con el ministerioconcreto de Jesús. Es un principio que impide acercarse a ellos para buscar verdadesuniversales y atemporales. Todo lo que nos digan las parábolas tiene que ver, en primer

(3) Aunque actualmente, contra la afinnación inicial de Jülicher, se acepte que puede haber rasgos alegóricosen los textos. Pero ellos no privan a las parábolas de su funcionamiento fundamentalmente comparativo.Un reciente tratamiento global de la exégesis de las parábolas, desde una óptica muy favorable a laalegoría en el artículo citado de Blomberg. Como señala, la primera tesis que polémicamente quieresustentar es que "the canonical parables are bolh more allegorical and more authentic than is usuallyadmitted" (c. L. Blomberg op. cit. p.51).

(4) Se entiende por tal la interpretación alegórica de un texto no alegórico. El ténnino no pertenece aJülicher, sino a una elaboración posterior, que intenta clarificar algunos aspectos algo confusos delpensamiento de Jülicher sobre este punto. Para una distinción de tenninología cf. Hans-Josef KlauckAl/egorie und Al/egorese in synoptischen Gleichnistexten. Münster: Aschendorff 19861. vm + 410 pp.

(5) En este sentido fue entendida la llamada Teoría de las parábolas planteada por Mc en su "Discurso delas Parábolas" (cf. Mc 4, 10-12). Sobre este texto ver Mary Ann Beavis Mark's Audience: The Literaryand Social Selling of Mark 4.11-12. Sheffteld: JSOT 1989 (JSNT Supo 33) y Vittorio Fusca Parola eRegno. La sezione del/e parabole (Mc 4,1-34) nella prospellilla marciana. Brescia: Morcelliana 1980.

(6) Esta insistencia en la centralidad del Reino de Dios en el ministerio de Jesús es uno de los grandesaportes de Jülicher a la exégesis. Desligado del problema de las parábolas, es un elemento que le haconferido un color nuevo a la exégesis de los sinópticos.

(7) Jülicher, sin embargo, entiende el Reino de Dios como la propuesta de una serie de valores moralesuniversales. Son fundamentalmente nonnas éticas respecto del tipo de relación que se establece conDios, a quien se debe reconocer como Padre bueno y misericordioso, y con el prójimo, a quien se debereconocer como hennano.

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lugar, con el concreto ministerio de Jesús (8). Sólo en un segundo momento es lícitoplantearse la pregunta por un sentido más amplio.

2.2. Charles Harold Dodd

Partiendo de estos principios exegéticos básicos planteados por Jülicher se inició unamplio y muy fructífero trabajo sobre las parábolas. Este trabajo consistió, en un primermomento, en matizar las unilateralidades y pulir las rigideces de JÜlicher. Pero la exégesisposterior debió enfrentar un problema más de fondo, que dice relación con la imagenliberal de Jesús subyacente a la hermenéutica de JÜlicher.

En el primer decenio de este siglo, especialmente por obra de Johannes Weiss yAlbert Schweitzer, se produce una profunda recuperación de la dimensión escatológicadel ministerio de Jesús. Sus estudios ponen de manifiesto que Jesús no es el amablepredicador que se dirige pedagógicamente a las multitudes de la Galilea, que lo siguenembelesadas por su mensaje de fraternidad universal y de invitación a la confianza enDios. Muy por el contrario, Jesús aparece como un ardiente profeta que proclama lainminente irrupción del Reinado de Dios y llama a la conversión para poder entrar en él.El mensaje escatológico de Jesús encontró fuerte resistencia de parte de las autoridadesde Israel, particularmente de los fariseos. Su ministerio se desenvolvió en medio de uncreciente conflicto que culminó con su muerte. Desde esta nueva perspectiva, las parábolasde Jesús son comprendidas de modo enteramente diverso al de JÜlicher.

El primero en asumir plenamente el desafío planteado a la exégesis de las parábolaspor la renovación escatológica es Charles Harold Dodd, en su conocida obra sobre lasparábolas del Reino, publicada en 1935. Para Dodd el ministerio de Jesús constituye elinicio del tiempo escatológico, tiempo en el cual el poder de Dios ha comenzado a operarefectivamente. Por lo mismo, tiempo de crisis, en cuanto en él se está llevando a cabo undiscernimiento entre quienes reconocen el actuar de Dios y quienes se cierran a él. Es eltiempo de la decisión. De acuerdo a esta perspectiva, para Dodd "la enseñanza de Jesúsno es la lenta y paciente exposición de un sistema hecha por el fundador de una escuela.Se refiere, por el contrario, a una breve y tremenda crisis que tiene a Jesús por protagonistay es producida de hecho por su aparición" (9). Desde esta percepción del ministerio deJesús se impone como una evidencia la necesidad de situar las parábolas en su contextooriginal. Dodd plantea un clarísimo principio interpretativo de las mismas: "Es de esperarque las parábolas aludan a la situación concreta y crítica en que se hallaban Jesús y susoyentes; y cuando nos preguntamos por su aplicación debemos centramos no en el terre-

(8) Como autorizadamente señala Fusco: para Jülicher "le parabole hanno un'applicazione estremamenteconcreta, legata aHe situazioni del ministero di Gesu; fu poi purtroppo la prospettiva generale ispirataalla teologia liberale a vanificare la scoperta linguistica: le parabole rinviano al ministero di Gesu,questo pero a sua volta, tutto intero, viene ricondotto aHa situazione generica e puramente didattica di unqualsiasi maestro religioso. Ed in effetti fu proprio questa, fra le tesi di Jülicher, non solo a non esserecoinvolta neHa crisi della teologia liberale ma ad essere valorizzata, contro tutte le intenzioni di Jülicher,per riscoprire neHe parabole la dimensione escatologica e, almeno implicitamente, anche cristologica.Dodd e Jeremías non ebbero bisogno di modificare questa tesi linguistica sul meccanismo parabolico: fusufficiente loro recuperare la prospettiva piu generale che Jülicher aveva misconosciuto, il carattereescatologico e implicitarnente cristologico del ministero di Gesu, al quale rinviano le parabole» (VittorioFusco Parabole e resurrezione p. 375).

(9) C. H. Dodd Las Parábolas del Reino. Madrid: Cristiandad 1974, pp. 33-34.

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no de los principios generales, sino en la situación particular en que fueron pronunciadaslas parábolas" (10).

2.3. Joachim Jeremías

La perspectiva de trabajo iniciada por Dodd es continuada por Joachirn Jeremias ensu obra Las parábolas de Jesús, publicada en 1947. El trabajo de Jeremias es un modelode laboriosidad y de consecuente aplicación de una metodología. Este es un méritoinnegable que le ha sido ampliamente reconocido. Jeremias entiende las parábolas comoeficaces armas de combate usadas por Jesús contra los fariseos. Para Jeremias el objetivoprimario de las parábolas no es la proclamación de una verdad, la simple pedagogía, sinoque ellas son instrumentos de lucha, de prueba, de argumentación. En ellas siempre seestá transparentando un conflicto, en relación al cual deben ser interpretadas. Estaconflictividad tiene que ver con el anuncio de la inminente irrupción del reinado de Diosy la crisis escatológica a ella conexa. En este contexto las parábolas son entendidas comocomparaciones destinadas a transmitir una única idea o verdad (11) que sirven a Jesúscomo contundentes argumentos contra sus adversarios, los fariseos.

El trabajo propiamente teológico de Jeremias, sin embargo, está orientado por unainquietud mucho más estrecha que la de Dodd. Como señala el mismo Jeremías "Mipropósito es intentar penetrar en la forma más antigua que se pueda alcanzar de lapredicación parabólica de Jesús" (12). Su intento es el de situar las parábolas de Jesús ensu lugar histórico original, pero desde una perspectiva que podríamos catalogar dearqueologizante. Esta atención tan fuertemente centrada en la reconstrucción de laipsissima vox Jesu deja en evidencia la gran debilidad de este tipo de metodología. Nobasta con poder acceder, mediante una reconstrucción histórica, a la forma original de lasparábolas para que ellas automáticamente tengan sentido para el hombre de hoy. Se laspuede tratar como hermosos objetos de museo, deslumbrantes por su perfección, pero endefinitiva irrelevantes para el hombre de hoy. Es decir, el tipo de metodología usado porJeremias al amarrar tan íntimamente las parábolas a un determinado momento histórico ya la crisis escatológica vinculada al ministerio de Jesús parece dejarlas irremisiblementeancladas en un lejano pasado y, en el sentido más radical, hacerlas "insignificantes" parael hombre actual. Queda en evidencia un profundo vacío hermenéutico. En términos muyconcretos este vacío podemos graficarlo como una capacidad de decir muchas cosassobre las parábolas y su época, unida a una incapacidad profunda de hacerlas iluminadorasde la vida del hombre actual. Sabemos muchas cosas sobre los textos bíblicos y sobre los

(10) [bid. p. 34.(11) Este aspecto es uno de los elementos centrales del planteamiento de Jeremias, pero a la vez uno de los

más criticados. Un severo crítico es J. Sider: "TIte one-point theory is the most influential and the mostpemicious part of Jü1icher' s legacy to a century of interpretatioo. What every seminary graduate remembersabout the parables is that allegorizing is wrong and that every parable makes one main poinL But anyinformed student of literature knows that these options are ill-framed - that an extended analogy ofSpenser, Shakespeare, or Miltoo, or a metaphysical conceit of Donne's, is neither an allegory to beinterpreted down to the last minute detail nor a comparison limited to a single point of resemblance"(JoOOSider "Nurturing Our Nurse: Literary Scholars and Biblical Exegesis" en Christianity and Literature32(1982) 17-18; citado de acuerdo a C. L. Blomberg [nterpreting the Parables of Jesus p. 78 nota 126).

(12) J. Jeremias Las Parábolas de Jesús. Estella: Ed. Verbo Divino 1984 p. 12. Se trata del prólogo a lasexta edición alemana.

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procesos evolutivos por ellos sufridos, pero no sabemos para qué puedan servir esosmismos textos hoy día (13). Para muchos, las parábolas llegaron a aparecer comoDelikatessen para historiadores y especialistas en estudios literarios, pero inadecuadaspara la predicación y la orientación de la vida de los hombres concretos, con sus problemasconcretos.

Sintetizando, la obra de Jeremias es la culminación de un largo trabajo de 60 añossobre las parábolas. El cauce abierto por Jülicher se mostró extremadamente fructuoso, alpunto que, sin exageraciones, se puede decir que es justamente en el campo de lasparábolas donde la exégesis crítica de los sinópticos ha alcanzado uno de sus mejoreslogros. Pero, paradójicamente, la misma obra de Jeremias, más allá de su brillo exterior,pone de manifiesto los síntomas de una grave crisis. De modo difuso, pero cada vez másnítidamente, comienza a eXpresarse un profundo malestar contra un tipo de exégesis queno logra decir una palabra realmente interpeladora al hombre actual. El problema decómo interpretar adecuadamente las parábolas de Jesús se abre así nuevamente.

3. LAS INVESTIGACIONES MAS RECIENTES

El itinerario de los estudios posteriores a Jeremias es complejo y difícil de trazarcon nitid~z. Hay muchas búsquedas diversas, a veces con escaso diálogo entre las distin-tas escuelas exegéticas. Hay un malestar frente a la obra de Jeremias ampliamente com-partido, pero no se da la misma coincidencia respecto de los nuevos caminos a seguir.Intentemos trazar algunas grandes líneas del proceso seguido por la exégesis de lasparábolas en los últimos 25-30 años (14).

3.1. Continuadores de Jeremias

En primer lugar debemos señalar un grupo amplio de exégetas y de pastores que nohan llegado a percibir con claridad el problema planteado por una exégesis como la deJeremias. Se sienten tranquilos con poder repetir los datos históricos y literarios acumula-dos sobre las parábolas sin mayor inquietud por su relevancia para el hombre actual.Normalmente no se trata de propuestas falsas, de errores, sino de una no percepción de loque hemos llamado el vacío hermenéutico de la propuesta de Jeremias. En el ámbitohispanoparlante, especialmente en ambientes católicos, esta actitud parece ser la predomi-nante (15).

(13) Estos aspectos de la obra de Jeremías han sido ampliamente criticados. Fusca resume así los principalesreparos: "Critiche non mancarono, soprattutto all'unilaterale concentrazione di Jeremias sugli ipsissimaverbo lesu e alla sua svalutazione di tutte le interpretazioni postpasquali ridotte a null'altro che velo dalacerare per far riemergere il volto del Figlio dell'uorno; al suo disinteresse per la problematica ermeneuticadel significato delle parabole per nol" 01. Fusca Parabole e resurrezione pp. 375-376).

(14) En E. Pérez-Cotapos Parábolas: diálogo y experiencia pp. 46-82 se puede encontrar un análisis detalla-do de estas diversas búsquedas, con abundantes indicaciones bibliográficas. Suponiendo como base esosanálisis, en este momento me interesa poner de relieve algunas grandes líneas de fuerza de este proceso,10 que supone una actitud menos analítica y más interpretativa del mismo.

(15) Una positiva excepci6n es José Luis Espinel La poesía de Jesús. Salamanca: Libros San Esteban 1986.295 pp. En un nivel de buena difusi6n cabe señalar corno obras interesantes: José R. Carballo Las pará-bolas. Madrid. Ed. Biblia y Fe 1991 (J'VuevosHorizontes N" 22) 128 pp. Y Daniel Marguerat Parábolas.Estella: Ed. Verbo Divino 1992 (Cuadernos Bfblicos N" 75).

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3.2. Intentos retrógrados

Luego podemos señalar una serie de intentos algo diversos, pero que a mi entenderse caracterizan por una postura fundamentalmente retrógrada. Al percibir la dificultadque plantea el vincular los textos a la concreta situación histórica del ministerio de Jesúsestos exégetas tienden a desvincularlos de ella. Es decir, a hacer de las parábolas merosvehículos de valores o verdades universales y atemporales. Se trata de un retomo a unaactitud de fondo semejante a la que subyacía a la interpretación alegórica. Pero como elhombre de hoy ya no es tan sensible a los valores específicamente religiosos, se tiende ainterpretar las parábolas en la línea de una propuesta de valores humanos básicos. Elamplio espectro de las interpretaciones seculares, estéticas o existenciales, de las parábo-las de Jesús, a pesar de su aparente novedad, se inscriben en esta actitud que me atrevo acalificar de retrógrada. No es raro que los mismos predicadores, buscando actualizar suinterpretación de los textos, lleguen a este tipo de exégesis (16).

3.3. Hacia una nueva sensibilidad

Junto a las dos posturas que acabamos de señalar, se ha ido abriendo camino unanueva exégesis de las parábolas. O quizá más propiamente una nueva sensibilidad frentea la interpretación de las mismas, ya que no se trata de una única línea de trabajo, sino deuna serie de aportes que parecen ir apuntando en una misma dirección. Es decir, no se hatratado de propuestas caóticas, sino de tanteos que van insinuando la posibilidad de llegara una nueva síntesis, aunque ella aún no esté lograda (17). Como este trabajo se hadesarrollado en contraposición a la exégesis de Jeremias, también quiero presentarlo acáen contraposición a la misma.

3.3.1. Síntesis doctrinal vs. interpelación personal

En la segunda parte de su libro Jeremias intenta una ordenada síntesis del Mensaje delas parábolas de Jesús. Le permite hacerlo su opinión de que si se busca el sentidooriginal de las parábolas de Jesús "resulta que la imagen de conjunto queda simplificadade modo sorprendente. Se ve que muchas parábolas expresan la misma única idea, sóloque con imágenes diferentes .... Unas pocas ideas capitales, sencillas, aparecen con todasu fuerza. Jesús no se cansa nunca de inculcar, eQ imágenes siempre nuevas, las ideascentrales de su mensaje" (18). Contra este intento de ordenar el mensaje de las parábolasen síntesis doctrinales bien estructuradas, se comienza a insistir en su dinámicainterpeladora. Ellas no están dirigidas al intelecto, sino a la voluntad, para mover a laconversión. No son logradas secciones de una síntesis doctrinal, sino interpelaciones enorden a una conversión.

(16) Por ejemplo, la frecuente interpretaci6n de la parábola de "El sembrador" como un mero llamado a laperseverancia en las adversidades. Cf. Dan Otto Via The Parables. Their Lilerary and ExislenlialDimension. Philade1phia: Fortress 1967.

(17) Las propuestas que vienen a continuaci6n representan un intento reinterpretativo del momento actual,que es de mi responsabilidad, aunque dependa muy directamente de los planteamientos de JacquesDupont. Cf. E Pérez-Cotapos Parábolas: diálogo y experiencia p. 83-214, donde se puede encontrar unaexposici6n del pensamiento de Dom Dupont sobre las parábolas de Jesús.

(18) J. Jeremias Las parábolas de Jesús p. 143.

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Este es el gran aporte del movimiento teológico conocido habitualmente comoNueva Hermenéutica (Emest Fuchs y Eberhard Jüngel, fundamentalmente). Su punto departida es de tipo teológico, pero llegan a buenos análisis en el nivel propiamente literario.Centrándose, en primer lugar, en el análisis del lenguaje insisten en que éste no es unmero sistema de expresión del pensamiento, un vehículo para la comunicación de ideas.El lenguaje no se limita a informar, sino que solicita una respuesta personal; pone a sudestinatario en una situación nueva que exige de él una actitud nueva. Las parábolas deJesús, por lo mismo, no son meros ejemplos informativos de las características del reinadode Dios. Una parábola bien lograda modifica sustancialmente la vida de sus destinatariosal entreabrirles nuevos horizontes y al constreñirlos al mismo tiempo a tomar una decisión.Las parábolas de Jesús no son en primer lugar una simple exhortación a un cambio moral,sino una expresión de la conciencia que Jesús tiene de su propia situación, del sentidoúltimo del momento presente. Son una posibilidad ofrecida a sus destinatarios para entraren dicho sentido, son un apoyo destinado a abrir los ojos y permitir el reconocimiento dela acción llevada a cabo por Dios en el ministerio de Jesús. Exigen una decisión personal,pero también son expresión de la gracia de Dios que viene en ayuda del hombre.

Frente a la rigidez y racionalismo de los planteamientos de Jeremias, la NuevaHermenéutica insiste en que las parábolas de Jesús son relatos que buscan conducir auna decisión existencial y no simples medios de información (19). La parábola que alcan-za su meta es aquella que logra involucrar a su destinatario en el relato hasta el punto dehacerlo emitir un juicio personal sobre el mismo. Tal como hizo el profeta Natán con elrey David (20). Desde esta perspectiva se valora mucho elfinal abierto característico deuna apreciable cantidad de parábolas evangélicas (21).

3.3.2. Lenguaje argumentativo vs. lenguaje poético

En directa relación con esta problemática que acabamos de señalar se ha llevado acabo una profunda valoración de las dimensiones poéticas del lenguaje parabólico. ParaJeremias, en continuidad con Jülicher, por su dimensión comparativa, las parábolas deJesús tienen una función fundamentalmente argumentativa. Ya la Nueva Hermenéuticareconoce que esta es una perspectiva muy estrecha. Las parábolas de Jesús poseen uncarácter en alguna medida revelador, creador de nuevas posibilidades, develador de hori-zontes nuevos, manifestador del sentido último de las cosas. En esto consiste la dimensiónpoética del lenguaje. No en la mera expresión de sentimientos con delicadas palabras,sino fundamentalmente en la capacidad de redescribir la realidad, de crearla de nuevo

(19) Para ser justos se debe señalar expresamente que este aspecto de llamado a una decisión existencial nose encuentra enteramente ausente en el trabajo de Jeremias. Está presente, y dicho con claridad, pero noes un elemento determinante en la forma básica de conducir su exégesis. Creo que esta sensibilidad estábien reflejada en la frase inicial de la Conclusión de su obra: "Si intentamos recuperar el sonido primiti-vo de las parábolas, hay una cosa que ante todo se nos presenta clara: todas las parábolas de Jesúsobligan a los oyentes a tomar posición sobre su persona y sobre su misión" (J. Jeremias lAs parábolas deJesús p. 277. En nota remite a los trabajos de E. Fuchs sobre el punto).

(20) Cf. 2 Samuel12, 1-7.(21) Se entiende por esto el hecho de que en muchas parábolas no se presenta la respuesta del personaje al

cual se dirige la interpelación del personaje central del relato. No sabemos qué hizo ftnalmente el hijomayor de la parábola del hijo pródigo, ni tampoco si el obrero de la primera hora aceptó las razones quele daba el patrón de la viña. Es el destinatario de la parábola el que está invitado a involucrarse en elrelato y dar su propia respuesta.

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al mirarla con mayor calidad y hondura hasta el punto de descubrir en ella dimensionesnuevas. El poeta es el que ve la realidad con ojos nuevos y que, al hacerlo, nos ayuda atener nuevos ojos, a tener una mirada libre de lugares comunes y de simplificaciones (22).

Cuando Jesús quiere ayudar a entender el sentido profundo de su ministerio, ladimensión mesiánica de su actuar no se contenta con usar bien elaboradas e irrebatiblesargumentaciones lógicas (23). Ellas serían, en definitiva, completamente inadecuadas parael fin que quieren lograr. Lo que impide entrar en el sentido profundo de la misión deJesús no es la dificultad para seguir un raciocinio lógico, sino la imposibilidad de ver lascosas como Ellas ve. Lo que debe ser cambiado son los parámetros globales desde loscuales se está mirando la realidad. Es necesario abrirse a una novedad que viene acuestionar nuestros esquemas habituales de comprensión del mundo. Las parábolas estáninvitando a una conversión. Pero esta conversión no consiste simplemente en la modifica-ción de determinadas conductas, sino en imprimirle un sentido nuevo, una orientaciónglobalmente distinta a la propia vida. El lenguaje adecuado para invitar a este tipo deconversión no es el de la argumentación lógica, sino el de la propuesta poética quedespliega ante los ojos horizontes nuevos (24). Y cuando se ha llegado a tener ojosnuevos, se hace posible entender las exigencias éticas que implica el seguimiento deJesús. El lenguaje poético es un lenguaje adecuado para proponer la trastornadora novedaddel mensaje de Jesús: que Dios ha iniciado la instauración de su reinado. Al usar Jesúseste tipo de lenguaje poético no solamente nos está comunicando un mensaje o exhortandoa la conversión, sino que nos está ayudando y acompañando en el proceso de descubri-miento del misterio de su persona y de aceptación de su mensaje (25). Las parábolaspueden ser entendidas así como un don de la gracia de Dios.

(22) Es precisamente en relación a este tipo de búsquedas que se ha comenzado a sugerir la posibilidad deligar literariamente la parábola a la metáfora y no a la comparación, como lo hacía Jülicher. Estaprometedora línea de trabajo ha propuesto también una cierta redefinición de lo que es la metáfora. Hoydía se la considera "un fenomeno di tensione, provocata dall' accostamento di due termini appartenenti acampi semantici diversi e normalmente separati, tale da sprigionare una nuova carica di significati, tantopiu forte e creativa quanto piu sorprendente e l' accostamento, ...E appunto questo sovraccarico semanticoinsito nellinguaggio metaforico, che lo rende intraducibili in termini puramente concettuali, polivalentee in qualche modo inesauribile, ad aver richiamato su di esso l'attenzione per la problematica dellinguaggio del regno e in particolare per le parabole" (Y. Fusco Parabole e resurrezione pp. 376-377).

(23) Vittorio Fusco es uno de los que actualmente insiste con mayor fuerza y lucidez en la presencia de almenos una dimensión argumentativa en las parábolas. Da un paso nuevo en su planteamiento cuandoseñala: "E un funzionamento che possiamo defmire dialogico-argomentativo; a patto di non legare altermine argomentativo reminiscenze di una certa apologetica a oltranza rnirante a schiacciare l' avversario;es so pero ci aiuta, in mancanza di meglio, a impedire che dialogico faccia pensare a una specie di tavalarotonda in cui viene data la parola alle varie posizioni mettendole tutte sullo stesso piano: la parabolavuole aiutare l'interlocutore a liberarsi di un suo vecchio punto di vista per aderire a quello di Gesu"(Y. FuscoParabolole e resurrezione p.374).

(24) Este proceso ha sido comparado por algunos exégetas con el vuelco que implican las grandes revolucio-nes científicas, que no consisten primariamente en el descubrimiento de nuevos datos, sino en unamanera nueva de ordenar los datos que ya de antemano se tenían. Un análisis clásico en esta línea es elde T. S. Kuhn La estructura de las revoluciones científicas.

(25) Cf. Jean-Pierre Mantigne Le Martre tks signes. Paris: Cerf 1987. Particularmente el interesantísimo ca-pítulo 4°: "La parabole ou la stratégie du salut" (pp. 141-174). Tiene razón Fusco en señalar que estaperspectiva no es radicalmente opuesta a una cierta dimensión argumentativa de los textos: "Anche J. P.Manigne ...accetta un' argomentativitil intesa non in senso intellettualistico o pedagogico, ma comestrategia. mascheramento, gioco di astuzia e di sorpresa, dettato dall'amore e vollo al superamento diuna resistenza: intesa in tal senso non e affatto in contrasto con la poetica dellinguaggio parabolico"(Y. Fusco Parabole e resurrezione p. 374, nota 7).

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3.3.3. El nexo que une a las parábolas con su autor

Una nueva comprensión de las parábolas a partir de estos dos grandes principiosmetodológicos que acabamos de sei'ialar exige un replanteamiento del asunto del nexoexistente entre Jesús y las parábolas evangélicas. Jeremias insiste con fuerza, y tienerazón en hacerlo, que las parábolas necesitan ser situadas en el contexto histórico delministerio de Jesús para poder ser bien interpretadas. Pero este trabajo de enraizamientohistórico Jeremias lo lleva a cabo desde una perspectiva algo estrecha, que podríamoscalificar como de tendencia historicista. Con frecuencia se queda en los elementos exte-riores, incluso de mera ubicación en el ambiente natural o cultural. Estos son elementosinteresantes, pero no son todo. Especialmente cuando se está atento a la problemáticahermenéutica en tomo a la actualidad de los textos.

En un texto poético el autor no sólo dice algo, sino que de algún modo se dice a símismo. Todo texto poético es una puerta de acceso a lo más íntimo de su creador. Lasparábolas son textos poéticos de una calidad altamente personal, en los cuales Jesús estáentreabriéndonos un acceso a lo más profundo y personal de su experiencia interior. Estasdimensiones podemos situarlas en lo que dice relación a su conciencia mesiánica y a suintimidad con el Padre. Las parábolas están en íntima relación con el concreto ministeriomesiánico de Jesús, pero en cuanto en él están en juego estas dos dimensiones fundamen-tales.

En las parábolas de Jesús está subyacente un presupuesto fundamental: que en esteconcreto momento histórico su actuar y el de Dios coinciden. Aquí y ahora, en el actuarde Jesús, Dios está estableciendo su Reino. A pesar de lo desconcertante que esto puedasignificar para los judíos. Dios establece su reinado acercándose misericordiosamente alos pecadores y actuando en esa debilidad y ocultamiento que caracterizan el ministeriode Jesús. Este es precisamente el gran secreto que subyace a las parábolas, es lo máshondo que ellas quieren comunicar. Son una suerte de clamor de Jesús a sus contemporá-neos: ¡Abran lo ojos, dejen de lado sus ilusorias imágenes sobre lo que debiera ser laacción de Dios y dense cuenta que aquí, ahora, en medio de ustedes, está el Mesías deDios! Son textos en los cuales se nos devela la certeza de Jesús sobre la calidad mesiánicade su actuar y a la vez su pasión porque su pueblo se abra a la acción de Dios.

Las parábolas de Jesús nos permiten entrever también el misterio de la intimidadexistente entre El y su Padre. Esta intimidad se expresa en forma de una incondicionadacerteza de que el Padre está junto a El, y que por lo mismo su ministerio sólo puede tenerun final exitoso. Aun cuando su actuar concreto se desenvuelva en el ocultamiento, elrechazo, el aparente fracaso. La certeza profunda en una abundantísima cosecha quemanifiesta la parábola del Sembrador no es el resultado de una mera observación de loshechos, sino expresión de una certeza que se fundamenta en la experiencia filial de Jesús.El Padre jamás permitirá que su obra termine en un fracaso definitivo. Después de la cruzestá siempre la resurrección, que constituye la palabra definitiva y final.

Las parábolas de Jesús en cuanto expresiones de su conciencia mesiánica y delvínculo filial que lo une al Padre poseen una profunda carga cristológica, no siempresuficientemente destacada. Ellas no sólo nos transmiten un mensaje, sino que nos entreabrenel misterio profundo de la persona del mensajero. Nos dan acceso a la intimidad de suautor. Entendidas desde este ángulo, las parábolas de Jesús adquieren una carga teológicanueva, que se entronca con la calidad literaria de los textos mismos. Es decir, una carga

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teológica respetuosa de la condición encamada de la Palabra de Dios y de los génerosliterarios en que ella se expresa (26).

3.3.4. Las parábolas: reveladoras del estilo de actuar de Jesús

En directa correlación con este aspecto que acabamos de señalar surge una últimalínea de desarrollo de la nueva sensibilidad sobre las parábolas que hoy quisiera destacar.En un lenguaje poético, como el que hemos señalado para las parábolas, resulta absoluta-mente imposible separar forma de contenido. Para el artista la forma del texto es parteintegral del contenido del mismo. Su mensaje no puede ser entregado, al menos del modocomo él lo hace, en otra forma, o en un discurso argumentativo. Si nos acercamos desdeesta perspectiva a las parábolas de Jesús se nos hace indispensable preguntarnos quésentido propiamente teológico tiene el que Jesús haya usado esta forma de lenguaje. Nobasta con preguntarse por el contenido de los textos, sino que resulta indispensableabordar con seriedad el asunto del valor teológico de la forma. Este asunto se ha planteadocomo la clásica pregunta del por qué Jesús habló en parábolas.

Dejando de lado el recuento de las diversas respuestas dadas a esta cuestión a lolargo del tiempo, desde esta nueva metodología que he tratado de describir se puedenrecoger algunas sugerencias interesantes (27).

El lenguaje parabólico de Jesús deja entrever claramente que El no entiende suactividad de proclamación del reinado de Dios como el anuncio de una serie de verdadesintelectuales o morales que deban ser aceptadas racionalmente por sus oyentes. Ser men-sajero del Reino consiste en ayudar a descubrir el sentido último de lo que está sucedien-do en este momento, ante los propios ojos. Es decir, aprender a descubrir la novedadinaudita que representa el ministerio mesiánico de Jesús, el que cualifica de otro modo eltiempo presente. Al hablar en parábolas Jesús está intentando abrir los ojos de sus oyen-tes, para que, saliendo de imágenes preconcebidas de lo que debe ser el quehacer de Dios,aprendan a reconocer su actuar concreto en Jesús. Las parábolas no están ocupadas enargumentos doctrinales o disquisiciones abstractas. Su preocupación primera es muyconcreta: se refieren al actuar de Jesús y al actuar de los hombres. Les interesa poner demanifiesto por qué Jesús actúa de este modo que a muchos puede desconcertar. Pero porsobre todo les interesa decir claramente que este actuar de Jesús es la acción de Dios hoydía. No se puede pretender ser fiel a Dios desentendiéndose de lo que concretamenteJesús está haciendo. Y si se llega a descubrir este sentido del actuar escatológico de Diosen Cristo, la vida del hombre adquiere connotaciones muy nuevas. No es posible mante-ner los antiguos comportamientos, se impone un cambio radical, es indispensable respon-der a la acción de Dios mediante un actuar enteramente renovado. Es decir, a las parábolasde Jesús les interesa el comportamiento de sus oyentes, pero no de modo moralista, sinodesde una perspectiva teocéntrica. Si Dios está actuando de este modo, lno se imponeacaso un cambio radical de conducta? Es lo que con nitidez percibe el administradorinjusto de la parábola (Lc 16, 1-8): ante una situación absolutamente nueva e inesperada(le quitan la administración de los bienes de su señor), se impone con urgencia uncomportamiento nuevo. A las parábolas les interesa producir una modificación de conductas

(26) Cf. Dei Verbum N" 12.(27) En esto sigo bastante de cerca las propuestas de Jacques Dupont sobre La mélhode paraboliqUi! de Jésus.

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en sus oyentes, pero a partir de una nueva comprensión del actuar de Dios. A partir deuna nueva comprensión del valor teológico del presente. No como resultado de la meraimposición de normas éticas.

La actitud de Jesús frente a los destinatarios de sus parábolas es muy delicada.Ellos no son ni discípulos a los cuales haya que adoctrinar en las más sutiles verdades dela fe, ni tampoco enemigos que han asumido lúcidamente una actitud combativa contraJesús. Se trata de personas que no logran entrar en la óptica de Jesús, no logran ver lascosas como Ellas ve. No es que estén mal dispuestos frente a Jesús, que sean agresivamentecontrarios. Pero no pueden aceptar su mensaje porque aún no han llegado a ver las cosascomo El las ve. Lo que necesitan no son argumentos destinados a su razón, ni tampocoimperativos éticos planteados a su corazón. No está allí la dificultad mayor que lesimpide seguir a Jesús (28). Lo que necesitan son ojos nuevos que les permiten ver toda larealidad desde otro punto de vista: el de Jesús.

Por lo mismo el parabolista entra en una suerte de diálogo con sus interlocutores.Un diálogo que se desarrolla mediante un relato parabólico que tiene algo de esfuerzo deimaginación o, incluso, de juego. Jesús comienza el relato poniéndose en el lugar de susoyentes, asumiendo sus desafíos, reconociendo que desde su punto de vista actual tienenrazón en juzgar de este modo la situación. Luego viene el desarrollo de los acontecimientos,y en algún momento del relato sucede algo inesperado que transforma las cosas, y queexige replantearse de punta a cabo todos los criterios en juego. Particularmente el concep-to de Justicia que se está manejando. Cuando tenemos que ver con un patrón dispuesto apagarle a todos los obreros el mismo salario, cualquiera sea el tiempo que hayan trabajadoen su viña (Mt 20, 1-15), o con un padre que quiere con ilimitado amor a sus dos hijos,tanto al malo, que abandonando el hogar ha llevado una vida disoluta, como al bueno,que siempre ha permanecido fiel llevando la pesada carga de los trabajos del campofamiliar (Lc 15, 11-32), nuestros habituales criterios de justicia caen por tierra. Es preci-samente aquí cuando el parabolista nos dice: renueva tus ojos para ver la realidad yalégrate por lo que está sucediendo, en vez de protestar con molestia (cf. Mt 20, 15b; Lc15,32). Y nos lo dice en forma de pregunta: ¿No crees que mirando las cosas desde esteotro ángulo todo adquiere mayor sentido? ¿Acaso te da envidia porque soy generoso?¿No crees que corresponde hacer fiesta cuando vuelve tu hermano que estaba perdido?

Como en todo auténtico diálogo, lo fundamental es el recurso a la experiencia delos que intervienen en el diálogo. Tanto la experiencia compartida como la experienciapropia, única de cada uno de los participantes. En el auténtico diálogo queda excluido elfácil recurso a los argumentos de autoridad o a la descalificación para doblegar lasdificultades del otro.

Las parábolas de Jesús nos lo muestran como un hombre que sabe observar surealidad. Un hombre atento a las realidades cotidianas, con mirada cariñosa frente a laspersonas que lo rodean, incluso cuando pueda tratarse de actitudes poco edificantes.Sabe valorar la habilidad del administrador deshonesto para salir del paso en un momentodifícil (Lc 16, 1-8), la insistencia de la viuda que va diariamente donde el juez inicuo a

(28) Apunta a algo muy exacto Manigne cuando señala: "A l'hornme simple il faudrait un Dieu simple. Maisl'homme n'est pas simple. L'homme des paraboles est au contraire eelui-qui-ne-sait-pas-ee-qu'il-veul.Un homme a la volonté blessée, un etre dont la liberté est liée et qui revendique justment ce qui va ledétruire" (J. P. Manigne Le Maltre des signes p. 161).

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pedirle que le haga justicia (Lc 18, 2-5), el cariño de un padre por sus hijos que le lleva adarles lo que le piden (Mt 7, 9-10), la disponibilidad de un hombre ante los requerimien-tos de su amigo incluso si son inoportunos (Le 11,5-7), la tradicional desconfianza de loscampesinos frente al aparato judicial (Lc 12, 57-59), etc. Jesús puede dialogar con hondu-ra porque primero ha aprendido a conocer, valorar y querer a su pueblo. Puede ayudar atener ojos nuevos porque primero ha sabido mirar con profundidad y cariño a quienes lorodean. Este rasgo es el que le confiere su hermosura humana a las parábolas de Jesús.

Pero en sus parábolas Jesús también nos comunica su experiencia personal. Esta esla de una intimidad con el Padre, que arranca de su corazón todo temor al fracaso defi-nitivo de aquella tarea que el Padre le ha confiado. Los inicios pueden ser muy pequeños,los primeros pasos del proceso pueden parecer decepcionantes. Todo eso puede ser cierto,pero a Jesús no le cabe la menor duda de que al final la pequeña semilla dará un granárbol, que el poquito de levadura fermentará toda la masa (Mc 4, 30-32; Mt 13, 31-33; Lc13, 18-21), que la siembra aparentemente perdida dará cosecha abundante (Mc 4, 3-8 Yparalelos). Esta certeza brota de su experiencia de intimidad con el Padre. Ella, sinembargo, no le priva de una cierta oscuridad propia de su condición encamada (29).

En definitiva, las parábolas se nos presentan como un instrumento de diálogo usadopor Jesús para anunciar el Evangelio del Reino a aquellos que tienen resistencias paraaceptarlo. En el modo de conducir este proceso de diálogo, Jesús manifiesta tanto susdisposiciones personales como el sentido que El da al mensaje que proclama. Jesús usa elmétodo parabólico de un modo muy personal y característico, que constituye un aspectoque también merece se le preste la debida atención. El forma parte del mensaje que Jesúsnos dejó.

4, CONCLUSION

En la serie de aspectos que acabamos de señalar se va delineando una propuesta decomprensión de las parábolas, propuesta que a mi entender va recogiendo lo mejor de lasmás recientes búsquedas en torno a las parábolas de Jesús. No se trata de una propuestaacabada y redondeada, pero sí de una profunda corrección de la óptica propuesta porJeremias (30).

En esta propuesta está implícita una mirada sobre Jesús y el sentido global de suministerio. Cuando se destaca el carácter dialogante, poético, interpelador, no impositivo,autorrevelador que caracteriza el lenguaje parabólico de Jesús, también se está diciendoalgo sobre la totalidad del ministerio de Jesús. Jeremias afirmó que las parábolas constitu-yen la roca fundamental de la tradición evangélica. Y tiene razón, aunque él entendía estaconstatación de modo muy historicista. Esta afirmación de Jeremias tiene un valor mucho

(29) En el Huerto de los Olivos no le priva de la oscuridad y temor frente a la pasión que se avecina. En lacruz no le evita la oscuridad del trance doloroso.

(30) Se trata de una propuesta exegética que no reniega de los grandes aportes del método histórico crítico,que en la actualidad son ineludibles para un estudio serio del NT, pero que busca ir más allá. Buscasuperar sus rigideces y llegar a una interpretación más amplia, dúctil y vital. Un ejemplo reciente yvalioso de este tipo de camino, en el campo de las parábolas, es el amplio comentario de BemardBrandon Scott Hear Then Ihe Parable. A Commenlary on Ihe Parables of Jesus. Minneapolis: Fortress1989, 465 pp.

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más fuerte, que los estudios recientes han puesto de relieve. En las parábolas tenemos unaroca firme que nos muestra los rasgos más auténticos de Jesús, su inalienable especificidad.Son textos que nos sitúan frente al estilo único y original de Jesús como ningún otrogrupo de textos del NT. Son textos que nos dejan entrever a la vez su interioridadpersonal y su profundo enraizamiento humano en el mundo en el cual vive.

Estudiar e interpretar las parábolas, por tanto, no es tan sólo atender a su contenido,sino también, y de modo indispensable, a la forma como Jesús usó este lenguaje. El usode las parábolas por parte de Jesús nos pone ante su estilo evangelizador: ante su actitudprofunda para enfrentar la tarea del anuncio del Evangelio, ante la comprensión que Jesústiene del sentido de este Evangelio y ante su actitud frente a las personas concretas. Enestos tiempos en que la Iglesia pone de relieve la necesidad de una Nueva Evangelizaciónpodemos ir a las parábolas para aprender de ellas a ser evangelizadores como Jesús.

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