las indias no eran colonias

5
5/17/2018 LasIndiasNoEranColonias-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/las-indias-no-eran-colonias 1/5 El sol del veinticinco Por Horacio Vázquez-Rial. 19 de Mayo de 2010. Libertad Digital. Suplementos Historia. El título de este artículo es el de una canción patriótica argentina que cantaba Carlos Gardel  y que alude al amanecer del 25 de mayo de 1810, día de la discreta revolución que llevó a la independencia del país "en nombre de Fernando VII", de la que se cumplen ahora 200 años. Como la celebración del bicentenario de las independencias iberoamericanas está resultando una payasada burocrática, parece útil contar cómo fue aquello, al menos en los estrechos márgenes de un artículo. Empecemos por decir que lo de conmemorar ahora el bicentenario del nacimiento de veinte naciones es producto de un acuerdo. Ciertamente, Argentina o México toman como referencia 1810, aunque la independencia efectiva de esos países no se haya concretado hasta 1816, en el primer caso, y hasta 1821, en el segundo. Haití ya era independiente en 1808 (a Bonaparte le traía sin cuidado América, por eso vendió la Luisiana a Jefferson sin vacilar, y para lo que les sirvió a los haitianos ese adelanto en el calendario...); Venezuela no fue reconocida hasta 1845, y Colombia hasta 1819, pese a que ambas fijan la fecha en 1810, cuando no eran sino las Provincias Unidas de Nueva Granada. Las cosas se pueden contar de muchas maneras, y los Estados (no necesariamente naciones) se han dotado de una mitología propia desde el principio. Una de las primeras medidas de la Junta Revolucionaria de Mayo en el Río de la Plata fue encargar al dominico Julián Perdriel –hasta hacía poco hombre próximo al virrey Liniers– la redacción de una historia de esas provincias. Perdriel no hizo sus deberes y la tarea fue encomendada entonces a uno de sus promotores más activos del movimiento, el deán Gregorio Funes, rector de la Universidad de Córdoba por designación de Liniers, virrey que fue asesinado al estilo que después sería sello de las desgracias de la república: fusilamiento en un lugar remoto y entierro en una tumba anónima. El primer desaparecido de la historia argentina. Funes completó su tarea en 1817, un año después de la declaración formal de la independencia: tres volúmenes con el título de Ensayo de la Historia civil del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán. La obra se conservó de una manera extraña: César Rodney, encargado de negocios de los Estados Unidos en el Río de la Plata, la tradujo al inglés. En 1869 Antonio Zinny, historiador, descendiente de húngaro y árabe, nacido en Gibraltar en 1821 y emigrado a Buenos Aires en 1842, tras comprobar que no existía copia de la versión castellana original, la retradujo y la amplió hasta 1828, añadiendo de su propia cosecha una década más. Dice Miguel Ángel Scenna que con Funes comenzó la "leyenda negra de los tres siglos de dominación hispana, en forma de rebelión intelectual contra la tradición peninsular", y a su vez "esa literatura de guerra justificaba y daba brillo a lo acontecido el 25 de mayo. Y de eso se trataba". Al decir más arriba que la de Mayo fue una revolución discreta me refería al hecho innegable de que no fue lo que se entiende por un movimiento popular. Por el contrario, fue una acción de las élites. Liniers fue el único virrey elegido popularmente y ratificado a posteriori por Carlos IV, al ponerse en cabeza de la resistencia contra dos intentos de invasión británicos, las llamadas Invasiones Inglesas. Como toda la clase dirigente de la ciudad de Buenos Aires recibió encantada a los ingleses y el virrey Sobremonte (bisabuelo de don Miguel Primo de Rivera) prefirió ponerse a salvo con los caudales del cabildo, Liniers, que se encontraba en Montevideo, organizó la reconquista de la ciudad con éxito en 1806 y preparó su defensa en 1807, también con excelentes resultados, reclutando a la tropa entre los civiles de la zona, de todas las clases y condiciones, incluidos negros esclavos (que así accedían a la libertad) y gauchos trashumantes. Constituyó así un ejército de corte democrático y se hizo enormemente popular. No lo sabía Liniers, hombre leal a España hasta la muerte –y no es metafórico–, pero aquellas acciones enseñaron a la clase dirigente que poseía el poder de defenderse por sus propios medios, en un ejercicio de soberanía.

Upload: alberto-rodriguez

Post on 20-Jul-2015

156 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Las Indias No Eran Colonias

5/17/2018 Las Indias No Eran Colonias - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/las-indias-no-eran-colonias 1/5

El sol del veinticinco

Por Horacio Vázquez-Rial. 19 de Mayo de 2010. Libertad Digital. Suplementos

Historia.

El título de este artículo es el de una canción patriótica argentina que cantaba Carlos Gardel

 y que alude al amanecer del 25 de mayo de 1810, día de la discreta revolución que llevó a laindependencia del país "en nombre de Fernando VII", de la que se cumplen ahora 200 años.

Como la celebración del bicentenario de las independencias iberoamericanas estáresultando una payasada burocrática, parece útil contar cómo fue aquello, al menosen los estrechos márgenes de un artículo. Empecemos por decir que lo deconmemorar ahora el bicentenario del nacimiento de veinte naciones es producto deun acuerdo. Ciertamente, Argentina o México toman como referencia 1810, aunque laindependencia efectiva de esos países no se haya concretado hasta 1816, en elprimer caso, y hasta 1821, en el segundo. Haití ya era independiente en 1808 (aBonaparte le traía sin cuidado América, por eso vendió la Luisiana a Jefferson sinvacilar, y para lo que les sirvió a los haitianos ese adelanto en el calendario...);Venezuela no fue reconocida hasta 1845, y Colombia hasta 1819, pese a que ambasfijan la fecha en 1810, cuando no eran sino las Provincias Unidas de Nueva Granada.

Las cosas se pueden contar de muchas maneras, y los Estados (no necesariamentenaciones) se han dotado de una mitología propia desde el principio. Una de lasprimeras medidas de la Junta Revolucionaria de Mayo en el Río de la Plata fueencargar al dominico Julián Perdriel –hasta hacía poco hombre próximo al virreyLiniers– la redacción de una historia de esas provincias. Perdriel no hizo sus deberes yla tarea fue encomendada entonces a uno de sus promotores más activos delmovimiento, el deán Gregorio Funes, rector de la Universidad de Córdoba pordesignación de Liniers, virrey que fue asesinado al estilo que después sería sello delas desgracias de la república: fusilamiento en un lugar remoto y entierro en unatumba anónima. El primer desaparecido de la historia argentina.

Funes completó su tarea en 1817, un año después de la declaración formal de la

independencia: tres volúmenes con el título de Ensayo de la Historia civil delParaguay, Buenos Aires y Tucumán. La obra se conservó de una manera extraña:César Rodney, encargado de negocios de los Estados Unidos en el Río de la Plata, latradujo al inglés. En 1869 Antonio Zinny, historiador, descendiente de húngaro yárabe, nacido en Gibraltar en 1821 y emigrado a Buenos Aires en 1842, trascomprobar que no existía copia de la versión castellana original, la retradujo y laamplió hasta 1828, añadiendo de su propia cosecha una década más. Dice MiguelÁngel Scenna que con Funes comenzó la "leyenda negra de los tres siglos dedominación hispana, en forma de rebelión intelectual contra la tradición peninsular",y a su vez "esa literatura de guerra justificaba y daba brillo a lo acontecido el 25 demayo. Y de eso se trataba".

Al decir más arriba que la de Mayo fue una revolución discreta me refería al hecho

innegable de que no fue lo que se entiende por un movimiento popular. Por elcontrario, fue una acción de las élites. Liniers fue el único virrey elegidopopularmente y ratificado a posteriori por Carlos IV, al ponerse en cabeza de laresistencia contra dos intentos de invasión británicos, las llamadas InvasionesInglesas. Como toda la clase dirigente de la ciudad de Buenos Aires recibió encantadaa los ingleses y el virrey Sobremonte (bisabuelo de don Miguel Primo de Rivera)prefirió ponerse a salvo con los caudales del cabildo, Liniers, que se encontraba enMontevideo, organizó la reconquista de la ciudad con éxito en 1806 y preparó sudefensa en 1807, también con excelentes resultados, reclutando a la tropa entre losciviles de la zona, de todas las clases y condiciones, incluidos negros esclavos (queasí accedían a la libertad) y gauchos trashumantes. Constituyó así un ejército decorte democrático y se hizo enormemente popular. No lo sabía Liniers, hombre leal aEspaña hasta la muerte –y no es metafórico–, pero aquellas acciones enseñaron a laclase dirigente que poseía el poder de defenderse por sus propios medios, en unejercicio de soberanía.

Page 2: Las Indias No Eran Colonias

5/17/2018 Las Indias No Eran Colonias - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/las-indias-no-eran-colonias 2/5

El problema es que esa clase dirigente, la de los criollos y los peninsularesemigrados, no estaba nada contenta con el triunfo de Liniers, porque lo quedeseaban era libertad de comercio, lo que en la época se traducía en derecho acomerciar con Gran Bretaña. En Londres, la cuestión se venía debatiendo en formaexplícita desde al menos la década de 1770, como revela el Plan Maitland, publicadopor Rodolfo Terragno –disponible fragmentariamente en internet–, y que San Martín

materializó puntillosamente. Había dos teorías: la de la conquista lisa y llana de losterritorios españoles, que fracasó precisamente con las invasiones de 1806 y 1807, yla de la promoción de la independencia para abrir aquellos "reinos y provincias" allibre tráfico. Señalo lo de "reinos y provincias" porque la Indias jamás fueron coloniasen el sentido actual de término: ni una sola vez en el inmenso corpus de las Leyes deIndias se emplean los términos colonia y factoría. Y fue el ser reinos y provincias loque permitió la formación de élites locales, germen de las clases dirigentes de lasnuevas naciones, los revolucionarios.

El pueblo llano estaba con Liniers y con el Rey. Mariano Moreno, impulsor principaldel movimiento de Mayo de 1810, era perfectamente consciente de ello. Dice en suPlan de Operaciones que hay que actuar siempre en nombre de Fernando VII:

Últimamente, el misterio de Fernando es una circunstancia de las más importantes

 para llevarla siempre por delante, tanto en la boca como en los papeles públicos y decretos, pues es un ayudante a nuestra causa el más soberbio; porque aun cuandonuestras obras y conducta desmientan esta apariencia en muchas provincias, nos esmuy del caso para con las extranjeras, así para contenerlas ayudados de muchasrelaciones y exposiciones políticas, como igualmente para con la misma España, por algún tiempo, proporcionándonos, con la demora de los auxilios que debe prestar, siresistiese, el que vamos consolidando nuestro sistema, y consiguientemente nos daun margen absoluto para fundar ciertas gestiones y argumentos, así con las cortesextranjeras, como con la España, que podremos hacerles dudar cuál de ambos partidos sea el verdadero realista; estas circunstancias no admiten aquí otraexplicación.

Es decir, que las Provincias del Río de la Plata se independizaban de España en

nombre del Rey, porque era la única manera de hacer tragar a la plebe el proyecto. Eldocumento de Moreno es estremecedor, propio de un jacobino completamenteidentificado con lo peor, lo más sanguinario y perverso del Terror revolucionariofrancés. No en vano había ido preparando el ambiente: llegó incluso a tomarse eltrabajo de traducir El contrato social de Rousseau. Felizmente, había elementos decontención a su alrededor. Quien se tome el trabajo de leer el texto completo, verácon qué notable desparpajo confiesa las relaciones del movimiento con Gran Bretaña,cuya ayuda elogia y para la cual propone como primera compensación la entrega dela isla de Martín García, situada en medio del Río de la Plata y de una importanciaestratégica clarísima.

De modo que lo que ahora se conmemora no es exactamente la independencia de losreinos y provincias de ultramar respecto de la metrópoli, España, sino el paso de esos

territorios del control formal español al control informal, pero mucho más efectivo ybarato, de los británicos. Lo que no significa que España no haya sido a lo largo deestos dos siglos una potencia influyente: aún en 1912, la electricidad en la Argentinaestaba en manos de un tal Francesc Cambó...

El resultado de todo aquel movimiento fue el surgimiento de Estados no siempreviables, una serie interminable de luchas intestinas y la multiplicación de dictadoresde todo pelaje, lo que hizo escribir a Bolívar, en fecha tan temprana como 1830, encarta a Juan José Flores:

Ud. sabe que he mandado veinte años y de ellos no he sacado más que pocosresultados ciertos: 1. La América es ingobernable para nosotros. 2. El que sirve unarevolución ara en el mar. 3. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar.4. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada para después

 pasar a tiranuelos casi imperceptibles de todos los colores y razas. 5. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán

Page 3: Las Indias No Eran Colonias

5/17/2018 Las Indias No Eran Colonias - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/las-indias-no-eran-colonias 3/5

conquistarnos. 6. Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo,éste sería el último período de la América.

 

Page 4: Las Indias No Eran Colonias

5/17/2018 Las Indias No Eran Colonias - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/las-indias-no-eran-colonias 4/5

Las Indias no eran colonias

Publicado por Horacio Vázquez Rial el 1 de Junio de 2010 en Cultura y Libros.

El título de este artículo es el de un libro del ilustre Ricardo Levene, que fuepresidente de la Academia Argentina de la Historia y que publicó Espasa en su clásica

colección Austral en 1951. Obra que me sirvió generosamente a la hora de elaborarmi tesis y que me acompaña silenciosamente desde hace muchos años.

Fue José Javier Esparza quien, en el curso de una conferencia suya sobre el virreySantiago de Liniers, me recordó su existencia hace poco. Volví a mi casa y lodesempolvé -literalmente- para volver a leerlo. Y ahora escribo estas líneas pararecordar a mis lectores, sobre todo a los que se enfadaron mucho con mi anteriorartículo sobre el bicentenario de las independencias hispanoamericanas y lareescritura de la historia. La cuestión es que aún hay mucho que trabajar para saberqué pasaba por entonces y quitarse de encima la leyenda negra de la feroz opresiónespañola sobre sus colonias americanas, genocidio indígena incluido. La obra de Joseph Perez al respecto es débil en ese terreno, como lo era la precedente de Julián Juderías (1913).

Lo primero que hay que aclarar para empezar a dilucidar es que hay dos fasesperfectamente distinguibles en un proceso que se ha dado en llamar en su conjuntocolonización -pobre Colón, de esta barrabasada etimológica se ha valido el ignoranteChávez para empezar a derribar sus estatuas-. Una primera corresponde aldescubrimiento y población de América, realizada sin mayor desmedro demográficode sus habitantes originales, que sumaban, según estimaciones de Rosenblat (1945)y Céspedes (1972), alrededor de once millones y medio. La ocupación política deaquellas tierras no costó a Castilla, en todo el curso del siglo XVI, más que el 2,5% desu población: unos 150.000 habitantes. Aproximadamente el mismo número depersonas que pasaron del campo a las ciudades de la Península entre 1530 y 1594,según un estudio de Juan Reglá incluido en la Historia de España y América de VicensVives. La relación demográfica era de aproximadamente 1,3 a 100. Si huboexterminio de poblaciones indígenas fue responsabilidad de los gobiernosindependientes, en especial en zonas tan poco pobladas como el Río de la Plata, queno llega a ser virreinato hasta finales del siglo XVIII.

Esta colonización poco tiene que ver con la posterior de África. Ni con la simultáneade regiones de Asia por parte de portugueses, ingleses y franceses, aun cuandotambién en este proceso haya mucho que escarbar: las naciones modernas africanasy asiáticas no preexisten a la llegada de los europeos, sino que surgen de ella,empezando por la India, que no era antes de la creación de la Compañía de las IndiasOrientales por Gran Bretaña más que una serie de pequeños reinos no sólodesunidos, sino enfrentados. La colonización estructuró el territorio por los dosmedios tradicionales: un ejército único y la construcción del ferrocarril. Así se hizo la Joya de la Corona.

La posición de la Corona de Castilla respecto de América es muy clara desde elprincipio, como se ve en la Instrucción Real para el segundo viaje del Almirante, que,de paso sea dicho, aclara el destino de parte de los indígenas traídos por Colón en elprimero:

Que procure la conversión de los indios a la fe: para ayuda de lo cual va Frai Buil conotros religiosos, quienes podrán ayudarse de los indios que vinieron para lenguas.

Para que los indios amen nuestra religión, se les trate muy bien y amorosamente, seles darán graciosamente algunas cosas de mercaderías de rescate nuestras: i el Almirante castigue mucho a quien les trate mal.

 Y, por si acaso quedaran dudas sobre la visión de la reina Isabel del destino deaquellos hombres, está la Real Cédula de 20 de junio de 1500:

Ya sabéis cómo por Nuestro mandado tenedes en vuestro poder en secuestración odepósito algunos Indios de los que fueron traídos de las Indias e vemdidos en esta

Page 5: Las Indias No Eran Colonias

5/17/2018 Las Indias No Eran Colonias - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/las-indias-no-eran-colonias 5/5

cibdad [Sevilla] a su Arzobispado y en otras partes de esta Andalucía por mandadode Nuestro Almirante de las Indias, los cuales agora Nos, Mandamos poner enlibertad, e habemos mandado al Comendador Frey Francisco de Bobadilla que losllevase en su poder a las dichas Indias.

Había una difundida conciencia de descubrimiento, de la que participaba la soberana,y que López de Gomara, en pleno siglo XVI, expresó así:

La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muertedel que lo creó, es el descubrimiento de las Indias.

Se cuidaba a los indígenas tanto y tan poco como a los españoles que no emigraron,como demuestra la situación de la minería en el Almadén de los Fúcares,documentada por Mateo Alemán, a pedido de Carlos V, antes de su definitivo “paso aIndias”. Y es cierto que los obreros del mercurio almadenenses morían como moscas,y que el mercurio tenía por destino la apertura de vetas en las minas de plata del AltoPerú, donde también los trabajadores morían como moscas. Era el destino de losespañoles pobres, peninsulares y de ultramar, que aún no se llamaban criollos. Con lasalvedad de que los que viajaban a América no eran ricos y tenían allí la ocasión deconstituirse en élite.

Por todo eso, en lo textual y en lo real, la Corona de Castilla no tenía colonias. Ni entodo el extenso corpus de las Leyes de Indias ni en el no menos extenso trabajo delos juristas de los siglos XVI y XVII, inmersos en un debate que hasta hoy nos afecta,se mencionan una sola vez las palabras colonia o factoría, como recuerda Levene. Sehabla siempre de Reinos, Provincias, Territorios, y, posteriormente, de Virreinatos,incorporados de pleno derecho a España, y cuyos súbditos poseían un estatutoidéntico al de los peninsulares, con la excepción expresa del monopolio comercial deCastilla, que empezará a hacer agua en el XVIII. Los comerciantes peninsulares nonecesitaban órdenes: no comerciaban con países con los que España estuviese enguerra. Pero los comerciantes americanos, alejados de esas contiendas, pretendíanhacerlo, en especial con la decisiva Inglaterra, finalmente promotora de lasindependencias. Antes de eso hubo un siglo entero, el XVIII, en el que la norma delcomercio criollo era el contrabando, perseguido pero jamás contenido. Contrabandode mercancías británicas, pero también de propaganda británica y jacobina queacabaría por calar en las élites americanas.

Iberoamérica, no obstante, se independizó con atraso y todo. Aceptando la herenciaespañola de producción de materias primas para la industria europea, como explicaextensamente Carande en su clásica obra Carlos V y sus banqueros, donde apunta:

Desde el XIII los monarcas de Castilla ya se desvelan por fomentar la ganadería pensando, casi exclusivamente, en la exportación de lana merina (…) a partir delsiglo XV culmina la fase de su apogeo (…) ya Alfonso X, al extender su carta denaturaleza a la Mesta, tiene presente el peso decisivo de la lana en las exportacionesde Castilla.

La importación de metales preciosos no sirvió para la creación de una poderosaburguesía castellana, sino que se fue en guerras europeas, como explica Hamilton enEl tesoro americano. Tampoco al otro lado del océano había una burguesía digna detal nombre, sino comerciantes urbanos y pastores enriquecidos que, en lugar de crearuna industria, prefirieron seguir vendiendo, en adelante a Londres, los frutos del país,expresión que lo abarcaba todo, desde los cueros y la lana hasta los minerales.