la valla de melilla

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columnas de opinión

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  • [LA VALLA DE MELILLA] Columna de opinin

    El infierno est lleno de

    buenas intenciones...

    Segn los parmetros establecidos por nuestra cnica sociedad, existen individuos que pertenecen a diferentes clases sociales segn su nivel econmico y adquisitivo. La Humanidad acepta las etiquetas que se nos otorgan sistemticamente para evitar, en la mayora de los casos, una efervescencia social que empeore la situacin. A da de hoy, seguimos enseando en las escuelas las diferencias entre ricos y pobres sin pudor alguno.

    En este pas hay cada da ms hogares con nios que sufren la pobreza y seguimos sin dejar que un inmigrante cruce la frontera. Hace unos das se public una fotografa de un campo de golf junto a la valla de Melilla. Una desgarradora imagen que contrasta el Primer y Tercer Mundo y que, no obstante, no es nada que no hayamos visto antes.

    Desde que llegamos a este leonino orbe se nos adoctrina bajo la leccin que separa al indigente del hombre burgus. Deberamos indignarnos ante una escena en la que un ser humano lucha hasta derramar su ltima gota de sangre por entrar a un pas en el que va ser considerado como el ltimo escaln mientras unos cuantos acaudalados disfrutan del golf sin remordimiento alguno. Sin embargo, lo ms alarmante es que la injusticia efmera del hombre no la acabamos de descubrir con esta fotografa. Que una imagen de tal calibre nos resulte habitual hace que una servidora se cuestione por la deontologa y los valores morales del hombre. Qu puedo hacer yo desde el silln de mi casa?

    Cmo acto mientras me lamento por esos inmigrantes que aventuran su existencia y estoy yo sentado ante una pantalla de televisin que podra dar de comer a medio pueblo nigeriano? Tan solo apenarnos no va a transformar las circunstancias de esta guerra de todo hombre contra hombre. Una valla cruzada por hombres y mujeres que luchan por escapar de la miseria junto a un campo de golf costeado por fondos europeos del desarrollo? Vaya! Qu pena! Vamos a quejarnos desde nuestro sof con la calefaccin puesta y seguro que el mundo cambia.

    Esto, queridos lectores, no es ms que otra victoria de esta ilcita y ambiciosa sociedad en medio del infierno. Nuestras buenas intenciones no van a hacer al pobre tener una vida digna y lamentar sus desdichas no nos har honrados. La valla de Melilla? Me indigna y me arden las entraas cada vez que veo esa imagen. Sin embargo, muy a nuestro pesar, eso tan solo una milsima parte de lo que ocurre en realidad. Cambiad. Necesitamos un cambio. Un nuevo mundo que albergue la mera posibilidad de la existencia de la honestidad. El hombre ha perdido la esencia de ser hombre, la honra de ser respetado, el amor hacia su propia especie. La sociedad nos ha inculcado valores errneos que se basan en nuestra poltica como seres somticos con la capacidad de sentir tanto lo fsico como lo incognoscible. Deja el mando de tu televisor y acta de verdad. Salgamos ah fuera a derogar la pobreza. Todo ser humano es acreedor del derecho de ser considerado como tal.

    Nawel Benkhelifa (2B Bachillerato)

  • [LA VALLA DE MELILLA] Columna de opinin

    LA CEGUERA DEL S.XXI

    Es evidente, como demuestra esta imagen, que las desigualdades entre pobres y ricos han crecido en las ltimas dcadas.

    Los ricos son cada da ms ricos y los pobres son cada da ms pobres.

    Espaa es un pas que aparte de sufrir esta desigualdad en todo su territorio, tiene un serio problema con la entrada masiva a diario de inmigrantes indocumentados.

    Esta avalancha de gente es latente; unos lo hacen en pateras cruzando el estrecho de Gibraltar y otros lo hacen intentando saltar la valla metlica fronteriza en Melilla.

    Como se puede observar en esta imagen, un grupo de inmigrantes intentan saltar dicha valla bajo la indiferencia de unos ricos golfistas.

    Con la reforma sobre la ley de Extranjera lo que se quiere intentar es impulsar un protocolo de activacin y alerta para detectar con antelacin el asalto a la valla, con el fin de evitar las cadas de los inmigrantes. Este protocolo no ha sido consultado ni con los sindicatos policiales, ni con las asociaciones de la Guardia Civil. Y de momento sigue sin esclarecerse qu tipo de material anti disturbio se va a utilizar en caso de actitudes violentas de los asaltantes.

    Mi opinin sobre este tema es muy clara y rotunda. Medio mundo est en fuga: algunos huyen de la guerra, otros de la pobreza y de las enfermedades y otros de las dictaduras. Siento impotencia y miedo a que imgenes como sta lleguen a ser tan habituales que ya no slo no conmuevan a los ricos y a los polticos, sino tambin al resto de la humanidad.

    Es hora de que hagamos un parn y empecemos a solucionar este tipo de conflictos. La solucin no es reformar una ley, sino tratar el problema desde sus races, ayudando a estos pases pobres para que estos ciudadanos no se vean obligados a salir de su pas de origen arriesgando su vida y la de sus familias en busca de una vida mejor.

    Laura Serrano (2B Bachillerato)

  • [LA VALLA DE MELILLA] Columna de opinin

    La valla y los golfistas.

    El campo de golf de la fotografa, el

    situado justo al lado de la valla de

    Melilla, cost 2 millones de euros, de los

    cuales un 80% vinieron de parte de los

    fondos europeos de desarrollo regional,

    cuyo objetivo es reducir las diferencias existentes entre los niveles de desarrollo

    de las regiones europeas, algo paradjico teniendo en cuenta la

    situacin: varios inmigrantes se juegan

    la vida mientras otros varios juegan,

    tambin juegan, pero al golf.

    La incertidumbre, al ver la imagen, es

    causada en parte por no saber hacia

    dnde dirigir la vista, si pensar en lo

    vergonzoso de la existencia de la valla,

    en la valenta de los inmigrantes, en lo

    ridculo de la existencia de un campo de

    golf en ese punto, o en las personas

    que estaban jugando y ni se giraron

    para siquiera contemplar la escena, y

    no critico a los golfistas, pero no puedo

    evitar ponerme en su lugar y no logro

    entender cmo ni siquiera pararon su

    juego y echaron un vistazo a la valla.

    El problema es que todos somos

    conscientes de las desigualdades

    sociales, y la gran mayora tenemos una

    opinin crtica hacia ellas, pero solo la

    dejamos ver cuando aparecen

    fotografas as de impactantes, despus

    parece que se nos olvida.

    Amaia Andrs (2B Bachillerato)