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A B C Cultural LA UTOPÍA DESARMADA Jorge G. Castañeda Ariel. Barcelona, 1995. 583 páginas, 2.900 pesetas M "ÉTER un subcontinente tan extenso y variado como el latino en el con- tenido de un libro parece em- presa arriesgada respecto de la eual siempre cabe la posibilidad de echar en falta tales o cuales aspectos, así como disentir en uno o muchos puntos, cosas to- das ellas que también ocurren con este libro. Sin embargo, re- sulta asimismo gozoso encontrar en las presentes páginas una perspectiva intensamente coti- diana y a la par lúcidamente crí- tica de quien, como Castañeda, sabe tomar la necesaria distancia que hace posible la lucidez in- cluso cuando se habla de uno mismo. «La utopía desarmada. Intrigas, dilemas y promesa de la iz- quierda en América Latina)» no es un estudio de los conflictos béli- cos o de las gigantescas e inmo- rales dimensiones del armamen- tismo, a pesar de cuanto el título equívocamente podría sugerir, sino una ágil y a la par serena re- flexión sobre eso que se llama iz- quierda (en Europa tan superfi- cialmente estudiada por autores como Bobbio) en América Latina, pues serlo allí es serlo doble- mente en defectos y en virtudes. dada la enorme versatilidad de lo que se cuece en la olla a presión de nuestros países hermanos. «La utopía desarmada», así las cosas, medita tanto sobre aquello que hace y/o no hace la iz- quierda, como sobre la identidad espiritual de la izquierda en sí misma, y esa doble reflexión se mezcla y permea constantemente en cada página. La tesis central respecto a lo primero -las posibili- dades de la izquierda en la lucha social- se resume así: «Si hace algunos años candidatos de iz- quierda triunfaban en las eleccio- nes a lo largo y ancho del conti- nente para luego poner en prác- tica los programas conservadores de sus adversarios, ahora sucede en alguna medida lo contrario. Mejor dicho, los temas centrales de la izquierda -la lucha contra la desigualdad, el combate contra la pobreza, las críticas al modelo ne- oliberal, la sensación de que se llegó demasiado lejos en las priva- tizaciones, la lit)eralización comer- cial y la atracción a toda costa de la inversión extranjera- comienzan a ser objeto de un consenso cre- ciente. No se trata de un idilio. El neo-liberalismo sigue vivo y cole- ando, y sus tesis esenciales toda- vía rigen el acontecer económico y social del continente. Pero su reinado ya no es el de antes». Y en ese ámbito se juega aún la partida. Respecto a lo segundo, la identidad espiritual de la propia izquierda, también las cosas han cambiado. Hace veinte años re- sultaba virtualmente imposible encontrar en América Latina a un intelectual de izquierdas dis- puesto a aceptar ser financiado por fundaciones con fondos del exterior. Ahora se pasa del «Yan- qui go home» al «Yanqui go home, pero llévame contigo». Y si ayer todo intelectual latinoa- mericano digno de su pluma, su lienzo o su cancionero hizo su peregrinaje a La Habana en un momento u otro, hoy las cosas han mutado. Además, la iz- quierda intelectual que aduló a las víctimas ha comenzado a darse cuenta de que si bien la miseria que describía era y es verídica, el abismo que separa a los intelectuales de la experien- cia real de pobreza es mayor que nunca: los intelectuales america- nos comienzan a situar en la mira de sus análisis el fenómeno de que, si bien subsisten y empeo- ran las diferencias, los avances absolutos devienen importantes para millones de pobres que hasta entonces jamás tuvie- ron nada; las mejoras son demasiado pequeñas y len- tas y cuando llegan es a costa de que los ricos se enriquezcan más, de acuerdo, pero la revolución UN DICCIONARIO PARA LEER Richard L Gregory (ed). Diccionario Oxford detamente. Alianza. Madrid, 1995. l .234 páginas, 10.000 pesetas E STE libro es la traducción de «The Oxford Compa- nion to the Mind», publi- cado en 1987. Se trata, más que de un diccionario, de una enciclo- pedia. En estricto sentido, un dic- cionario habla del significado de las palabras, mientras que una enciclopedia habla de las cosas designadas por las palabras. El director, Richard L. Gregory, es un psicólogo de prestigio, cuyos trabajos sobre la percepción vi- dual son ya clásicos. La relación de colaboradores es brillantísima. Es casi increíble que tantas primeras figuras juntas ha- yan logrado una obra armoniosa y coherente. Mencionaré algunos nombres famosos: Arbib, Argyle, Amheim, Ayer, Baddeley, Boden, Chomsky, Dennet, Éysenck, Laing, Luria, Mandier, Ortony, Quine, Sacks, Skinner, Sperry, 58 «¿ Stenberg, Strawson, Weiskrantz, etcétera. En fin, lo más granado de la psicología actual, y de la fi- losofía cercana a ella. Los artícutos tienen la extensión ¡suficiente para que resulten com- prensibles. El dedicado al «sis- tema nervioso» es notablemente más largo, y constituye una buena introducción al tema. Se han cui- dado las biografías de los psicólo- gos importantes, y menos las de los filósofos, algunas de las cua- les son superfluas. Se trata, sin duda, de una obra de consulta, pero quiero reco- mendarla como obra de lectura. Leer cualquiera de sus artículos es abrir una puerta a un mundo emocionante, misterioso y pró- xinrK). Son resúmer^s fiables, que ofrecen una clara visión de lo que la psicología nos dice acerca de nosotros. Todos tenerrras curiosi- dad sobre este asunto, y con frecuencia la saciamos en publicaciones simplificadoras y torpes. No hace mucho. Rom Marré, un serio psicó- logo, llamaba la atención so- bre ello: «Algunos estudios recientes de autobiografías -dice- han demostrado que las personas utilizan los conocimien- tos superficiales de psicología ad- quiridos a través de los medios de comunicación de masas para dis- tanciarse y negarse a asumir la responsabilidad moral de sus ac- ciones», También podríamos de- cir: y para comprenderse a sí mis- rrros, y para calcular sus expecta- tivas, y para educar a sus niños, y para decidir sobre su futuro, etcé- tera, etcétera, etcétera, , Algunos de los artículos de la obra que comento llaman la aten- ción por su novedad. Por ejemplo. que muchos intelectuales espe- raban jamás llegó. Y tampoco faltaron intelectuales prestigiosos que fueron festeíados por políti- cos y funcionarios del Estado, hasta el punto de comenzar a sentir en sus carnes la fascina- ción que ellos mismos criticaron tan duramente. A pesar de todo, algo no ha cambiado: en un lugar como América Latina, con países que se caracterizan por una sociedad débil, al intelectual se le imputan responsabilidades exageradas que lo transforman en un tribuno, en un pariamentario, en un líder sindical, en un periodista, en un redentor social ante la ausencia de las funciones que debería asumir la sociedad civil. A me- dida que esta última se forta- lezca, el papel del intelectual ha- brá de disminuir, pero entretanto representa a la otra élite: Latinoa- mérica sigue siendo un espacio gobernado por élites, por una élite del poder y por una élite crí- tica, ambas dialogando más o menos por encima de la mSée. Carlos DÍAZ isabelUceda ios titulados «Arte como experien- cia perceptiva», «Arte y la abstrac- ción visual», «Psicología de la mú- sica» y «Música: su percepción en la historia del pensamiento». Hay varios sobre temas parapsicológi- cos, y también sobre filosofía de la psicología. Hay otros curiosos, como los que versan sobre «Pen- sadores independientes» y «Mo- dales». En resumen, es un libro para te- nerlo a mano. Un verdadero «companion». José Antonio MARINA Cultural (Madrid) - 12/05/1995, Página 58 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.

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LA UTOPÍA DESARMADA Jorge G. Castañeda

Ariel. Barcelona, 1995. 583 páginas, 2.900 pesetas

M "ÉTER un subcontinente tan extenso y variado como el latino en el con­

tenido de un libro parece em­presa arriesgada respecto de la eual siempre cabe la posibilidad de echar en falta tales o cuales aspectos, así como disentir en uno o muchos puntos, cosas to­das ellas que también ocurren con este libro. Sin embargo, re­sulta asimismo gozoso encontrar en las presentes páginas una perspectiva intensamente coti­diana y a la par lúcidamente crí­tica de quien, como Castañeda, sabe tomar la necesaria distancia que hace posible la lucidez in­cluso cuando se habla de uno mismo.

«La utopía desarmada. Intrigas, dilemas y promesa de la iz­quierda en América Latina)» no es un estudio de los conflictos béli­cos o de las gigantescas e inmo­rales dimensiones del armamen­tismo, a pesar de cuanto el título equívocamente podría sugerir, sino una ágil y a la par serena re­flexión sobre eso que se llama iz­quierda (en Europa tan superfi­cialmente estudiada por autores como Bobbio) en América Latina, pues serlo allí es serlo doble­mente en defectos y en virtudes.

dada la enorme versatilidad de lo que se cuece en la olla a presión de nuestros países hermanos.

«La utopía desarmada», así las cosas, medita tanto sobre aquello que hace y/o no hace la iz­quierda, como sobre la identidad espiritual de la izquierda en sí misma, y esa doble reflexión se mezcla y permea constantemente en cada página. La tesis central respecto a lo primero -las posibili­dades de la izquierda en la lucha social- se resume así: «Si hace algunos años candidatos de iz­quierda triunfaban en las eleccio­nes a lo largo y ancho del conti­nente para luego poner en prác­tica los programas conservadores de sus adversarios, ahora sucede en alguna medida lo contrario. Mejor dicho, los temas centrales de la izquierda -la lucha contra la desigualdad, el combate contra la pobreza, las críticas al modelo ne­oliberal, la sensación de que se llegó demasiado lejos en las priva­tizaciones, la lit)eralización comer­cial y la atracción a toda costa de la inversión extranjera- comienzan a ser objeto de un consenso cre­ciente. No se trata de un idilio. El neo-liberalismo sigue vivo y cole­ando, y sus tesis esenciales toda­vía rigen el acontecer económico y social del continente. Pero su reinado ya no es el de antes». Y en ese ámbito se juega aún la partida.

Respecto a lo segundo, la identidad espiritual de la propia izquierda, también las cosas han cambiado. Hace veinte años re­sultaba virtualmente imposible encontrar en América Latina a un intelectual de izquierdas dis­puesto a aceptar ser financiado por fundaciones con fondos del exterior. Ahora se pasa del «Yan­qui go home» al «Yanqui go home, pero llévame contigo». Y si ayer todo intelectual latinoa­mericano digno de su pluma, su lienzo o su cancionero hizo su peregrinaje a La Habana en un momento u otro, hoy las cosas han mutado. Además, la iz­quierda intelectual que aduló a las víctimas ha comenzado a darse cuenta de que si bien la miseria que describía era y es verídica, el abismo que separa a los intelectuales de la experien­cia real de pobreza es mayor que nunca: los intelectuales america­nos comienzan a situar en la mira de sus análisis el fenómeno de que, si bien subsisten y empeo­ran las diferencias, los avances absolutos devienen importantes para millones de pobres que hasta entonces jamás tuvie­ron nada; las mejoras son demasiado pequeñas y len­tas y cuando llegan es a costa de que los ricos se enriquezcan más, de acuerdo, pero la revolución

UN DICCIONARIO PARA LEER Richard L Gregory (ed). Diccionario Oxford de ta mente. Alianza. Madrid, 1995. l .234 páginas, 10.000 pesetas

ESTE libro es la traducción de «The Oxford Compa-nion to the Mind», publi­

cado en 1987. Se trata, más que de un diccionario, de una enciclo­pedia. En estricto sentido, un dic­cionario habla del significado de las palabras, mientras que una enciclopedia habla de las cosas designadas por las palabras. El director, Richard L. Gregory, es un psicólogo de prestigio, cuyos trabajos sobre la percepción vi­dual son ya clásicos.

La relación de colaboradores es brillantísima. Es casi increíble que tantas primeras figuras juntas ha­yan logrado una obra armoniosa y coherente. Mencionaré algunos nombres famosos: Arbib, Argyle, Amheim, Ayer, Baddeley, Boden, Chomsky, Dennet, Éysenck, Laing, Luria, Mandier, Ortony, Quine, Sacks, Skinner, Sperry,

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Stenberg, Strawson, Weiskrantz, etcétera. En fin, lo más granado de la psicología actual, y de la fi­losofía cercana a ella.

Los artícutos tienen la extensión ¡suficiente para que resulten com­prensibles. El dedicado al «sis­tema nervioso» es notablemente más largo, y constituye una buena introducción al tema. Se han cui­dado las biografías de los psicólo­gos importantes, y menos las de los filósofos, algunas de las cua­les son superfluas.

Se trata, sin duda, de una obra de consulta, pero quiero reco­mendarla como obra de lectura. Leer cualquiera de sus artículos es abrir una puerta a un mundo emocionante, misterioso y pró-xinrK). Son resúmer^s fiables, que ofrecen una clara visión de lo que la psicología nos dice acerca de nosotros. Todos tenerrras curiosi­

dad sobre este asunto, y con frecuencia la saciamos en publicaciones simplificadoras y torpes. No hace mucho. Rom Marré, un serio psicó­logo, llamaba la atención so­bre ello: «Algunos estudios recientes de autobiografías -d ice- han demostrado que las personas utilizan los conocimien­tos superficiales de psicología ad­quiridos a través de los medios de comunicación de masas para dis­tanciarse y negarse a asumir la responsabilidad moral de sus ac­ciones», También podríamos de­cir: y para comprenderse a sí mis-rrros, y para calcular sus expecta­tivas, y para educar a sus niños, y para decidir sobre su futuro, etcé­tera, etcétera, etcétera, , Algunos de los artículos de la obra que comento llaman la aten­ción por su novedad. Por ejemplo.

que muchos intelectuales espe­raban jamás llegó. Y tampoco faltaron intelectuales prestigiosos que fueron festeíados por políti­cos y funcionarios del Estado, hasta el punto de comenzar a sentir en sus carnes la fascina­ción que ellos mismos criticaron tan duramente.

A pesar de todo, algo no ha cambiado: en un lugar como América Latina, con países que se caracterizan por una sociedad débil, al intelectual se le imputan responsabilidades exageradas que lo transforman en un tribuno, en un pariamentario, en un líder sindical, en un periodista, en un redentor social ante la ausencia de las funciones que debería asumir la sociedad civil. A me­dida que esta última se forta­lezca, el papel del intelectual ha­brá de disminuir, pero entretanto representa a la otra élite: Latinoa­mérica sigue siendo un espacio gobernado por élites, por una élite del poder y por una élite crí­tica, ambas dialogando más o menos por encima de la mSée.

Carlos DÍAZ

isabelUceda

ios titulados «Arte como experien­cia perceptiva», «Arte y la abstrac­ción visual», «Psicología de la mú­sica» y «Música: su percepción en la historia del pensamiento». Hay varios sobre temas parapsicológi-cos, y también sobre filosofía de la psicología. Hay otros curiosos, como los que versan sobre «Pen­sadores independientes» y «Mo­dales».

En resumen, es un libro para te­nerlo a mano. Un verdadero «companion».

José Antonio MARINA Cultural (Madrid) - 12/05/1995, Página 58Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de loscontenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposicióncomo resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de losproductos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.