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LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO El golpe militar del 18 de julio 43 Focos de resistencia en Canarias 45 Ayuda internacional 49 Franco: el mando único 51 “Dos Españas" enfrentadas 53 La represión franquista en las Islas 59 El Gobierno de Negrín: agonía del Estado republicano 61

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Page 1: LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO - …€¦ · zando una ametralladora y demás útiles de guerra, lo siguiente: 1.º Se acuerda reiterar al Excmo. Sr. Gobernador Civil la adhesión

LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

El golpe militar del 18 de julio 43

Focos de resistencia en Canarias 45

Ayuda internacional 49

Franco: el mando único 51

“Dos Españas" enfrentadas 53

La represión franquista en las Islas 59

El Gobierno de Negrín: agonía del Estado republicano 61

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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“GENERALÍSIMO" Doc. 2

«Artículo primero.— En cumplimiento de acuerdoadoptado por la Junta de Defensa Nacional, se nombra Jefedel Gobierno del Estado Español al Excmo. Sr. General deDivisión don Francisco Franco Bahamonde, quien asumirátodos los poderes del nuevo Estado.

Artículo segundo.— Se le nombra asimismo Genera-lísimo de las fuerzas nacionales de tierra, mar y aire, y se le con-fiere el cargo de General Jefe de los Ejércitos de Operaciones».

Decreto promulgado por la Junta de Defensa Nacional el 30 deseptiembre de 1936, con el fin de «concentrar en un solo podertodos aquellos que han de conducir a la victoria final». La ambi-güedad de la fórmula «Jefe del Gobierno del Estado» permitió aldictador y a sus seguidores nombrarle, pronto y sin más, “jefe delEstado".

Retrato de Francisco Franco. Óleo sobre lienzo realizado por elpintor José Aguiar (nacido en Cuba en 1895, hijo de emigrantes

gomeros, y afincado en Madrid hasta su muerte en 1976).

Doc. 1DATOS PARA UNA BIOGRAFÍA

1892: Nace en El Ferrol (Galicia).1912: Inicia su carrera militar, que trans-curre fundamentalmente en África.1917: En Oviedo manda un batallón conmotivo de la represión de la huelga gene-ral de los mineros.1920: Se reincorpora a la Legión enÁfrica.1923: Se casa con Carmen Polo MartínezValdés.1926: Es ascendido a general de brigada.Nace su única hija.1928-1931: Dirige la Academia Militar deZaragoza.1933: Nombrado comandante militarde Baleares.1934: Asciende a general de división. Sele nombra asesor del ministro de la Gue-rra para sofocar, desde Madrid, la rebe-lión en Asturias y Cataluña.1935: Es nombrado comandante en jefede Marruecos. Desde mayo, Gil-Roblesle designa jefe del Estado Mayor Central.1936: Se le envía a Canarias como co-mandante general. Se une a la subleva-ción militar. El 1 de octubre asume lajefatura del Estado en la Capitanía Ge-neral de Burgos.1938: Forma su primer Gobierno conmilitares, falangistas, monárquicos ycarlistas.1939: El 1 de abril dicta el último par-te de la Guerra Civil, y el 8 de agostose promulga la legislación que refuerzasus poderes.1939-1975: Con el poder absoluto quele otorgó su victoria en la Guerra, Fran-co sostiene una Dictadura autocráticadurante más de treinta y seis años, gra-cias al apoyo del Ejército, la Iglesia y lasfuerzas económicas, y bajo el monopo-lio político de un solo partido (Movimien-to Nacional), del que fue siempre únicoe indiscutible “Caudillo”.1975: Muere el día 20 de noviembre, alas cuatro de la madrugada.

«Sin la ayuda de Alemaniae Italia, Franco hoy

no existiría».Hitler a Ciano (1940).

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Cartel propagandís-tico de los republi-canos (1937) en elque se representa alos sectores sociales

que apoyaban aFranco en susublevación.

LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

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LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

A VICTORIA del Frente Popular en las elecciones legislativas de 1936puso en guardia a los sectores oligárquicos, desbancados de nuevo

(como en 1931) de los centros de dominación política. Para recuperar elcontrol social, la fracción más retrógrada de la derecha española decidió—esta vez de forma manifiesta— apoyar cualquier conspiración que pro-pugnara la ruptura violenta del ordenamiento político-jurídico legalmenteestablecido. Las organizaciones patronales, la minoría terrateniente y finan-ciera, los partidos conservadores (monárquicos, cedistas, agrarios), la jerar-quía eclesiástica, destacados oficiales del Ejército, junto a falangistas y reque-tés, se presentan ahora como un auténtico contrapoder, dispuesto a acabarcon la democracia republicana porque hacía peligrar la hegemonía de lasclases dominantes.

El golpe militar del 18 de julio

En la primavera de aquel año, la izquierda en el Gobier-no tuvo que enfrentarse —quizá sin la firmeza nece-saria— a una progresiva conflictividad causada porla agudización de los antagonismos sociales. Dentro deesta atmósfera de tensión interclasista hay que situar elpistolerismo callejero (262 muertes violentas en cincomeses) que culminará en julio con el asesinato en Madriddel teniente Castillo, abatido por elementos fascistas, yel del parlamentario ultraderechista Calvo Sotelo, perpe-trado como respuesta al primero. Ante la multitud queacudió al entierro del diputado se habló de «salvar aEspaña» en venganza; una vez más, el señuelo de la sal-vación de la patria servirá para enmascarar inconfesablesintereses de clase.

Desde marzo de 1936, Francisco Franco [!Doc. 1] ocupaba en SantaCruz su nuevo puesto como comandante general de Canarias, adonde habíasido trasladado por Azaña para alejarle de los núcleos de conspiración penin-sulares. En Tenerife continúa cooperando en el golpe que se preparaba con-tra la República: despacha emisarios y envía mensajes, hace llamadas telefó-nicas, se reúne con la oficialidad de la isla en La Esperanza... y sabe que enel Marruecos español cuenta con la lealtad de las tropas. La programadasublevación, que encabezaban los generales Sanjurjo y Mola —en tanto queel comandante de Canarias se mantenía expectante—, era lo suficientemen-te conocida como para que se emprendieran acciones con que atajarla (hayconstancia testimonial —no siempre fiable— de varios intentos de atentar

actividad I

L

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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Durante su estancia en Tenerife (marzo-julio de 1936),Franco recibió clases de inglés, se aficionó al golf y par-ticipó en el Casino de la “vida social" isleña. Pero susactos como comandante militar fueron mucho menossosegados: así, el Primero de Mayo, día de manifesta-ciones obreras, colocó un retén de soldados en la Cur-va de Gracia (La Laguna) y ocupó Puerto de la Cruz confuerzas militares para intimidar a los manifestantes.

Por ello, el alcalde de Buenavista, AntonioCamejo, tomó la iniciativa de cursar a los demás ayun-tamientos este oficio que exigía el relevo de Franco ensu puesto de comandante:

«El Ayuntamiento de mi presidencia, ensesión extraordinaria del día de hoy, tomó el acuer-do siguiente: Abierta la sesión por la presidencia seacuerda, con motivo actitud adoptada por el Exc-mo. Sr. Capitán, dícese comandante militar de Cana-rias, Sr. Franco, en el día de ayer, primero de mayo,en el Puerto de la Cruz con motivo de la celebra-ción de la fiesta del trabajo, dando órdenes y empla-zando una ametralladora y demás útiles de guerra,lo siguiente: 1.º Se acuerda reiterar al Excmo. Sr.

Gobernador Civil la adhesión de la Corporación porsu actitud enérgica y resuelta en defensa del podercivil. 2.º Consignar en acta el profundo desagradocon que se ha visto esa intromisión de la autoridadmilitar en las atribuciones de la Autoridad guberna-tiva en momentos en que ésta, con toda dignidad ycon toda justicia, asumía la representación delGobierno de la República, un día que transcurría conel mayor orden. 3.º En evitación de posibles rein-cidencias en esa conducta por parte de la autoridadmilitar, interesar telegráficamente del Gobierno de laRepública y del Ministro de la Guerra la inmediatay urgente relevación del Comandante Militar Sr. Fran-co. Y 4.º Dirigirse a todos los Ayuntamientos de laisla para que adopten acuerdos en igual sentido. Loque traslado a V. para que, si la Corporación de sudigna presidencia lo tiene a bien, tome acuerdo enigual sentido. Buenavista, 2 de Mayo de 1936».

Cit. por A. Hernández Díaz en «Las largasvacaciones del 36», El Día, 26 de septiembre de 1993.

FRANCO SE SUBLEVA: HORAS DECISIVAS Doc. 4

El 17 de julio de 1936, la prensa tinerfeña informa de que el general Franco «en el vapor correointerinsular La Palma hizo anoche viaje a la vecina isla» de Gran Canaria, para representar al Minis-tro de la Guerra en el sepelio del general Balmes. Le acompañaban su mujer y su hija, porque yano tenía intención de volver a Tenerife: el golpe militar estaba en marcha. Después de asistir a lasonce de la mañana al multitudinario entierro, Franco visita por la tarde varios acuartelamientos.

A las tres de la madrugada del día 18, cuando descansa en el Hotel Madrid de Las Palmas,le comunican que en Melilla el Ejército se ha «levantado en armas contra el Gobierno». A las cin-co, las emisoras locales (Radio Las Palmas y Radio Club Tenerife) difunden un manifiesto de Fran-co que proclama el estado de guerra: «la energía en el sostenimiento del orden estará en propor-ción a la magnitud de las resistencias que se ofrezcan» [La Tarde, 18-VII-1936]. Hacía días que leesperaba, para dirigirse a África, una avioneta De Havilland Dragon Rapide —alquilada en Londres,mediante intermediarios, por el financiero Juan March—. El aparato despegó de Gando, con Fran-co en su interior, a las dos del mediodía del 18 de julio...

PRIMERO DE MAYO DEL 36 Doc. 3

Dragon Rapide.

«—Salvaré a España del mar-xismo, cueste lo que cueste.

—¿Eso significa que tendrá quematar a la mitad de España?

—Repito, cueste lo que cueste».Franco al News Chronicle

(29-VII-1936).

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contra la vida del propio Franco mientras estuvo aquí; y hubo también ayun-tamientos tinerfeños que, secundando al de Buenavista [!Doc. 3], solicitaron for-malmente su destitución).

El 16 de julio se conoció la muerte «mientras limpiaba su pistola»del general Balmes, gobernador militar de la provincia de Las Palmas. Estesuceso —fortuito o no— permitió a Franco obtener la autorización de Madridpara viajar enseguida a Gran Canaria a presidir el entierro y, de paso, coor-dinar acciones con los oficiales de la plaza. En la tarde del 18 despega deGando [!Doc. 4] en un Dragon Rapide (contratado al efecto) destino a Tetuán,donde asumirá el mando de los sublevados cuarteles africanos. Ese día y lossucesivos el Ejército golpista consiguió el control de extensas áreas de laPenínsula, a las que dieron el nombre de “zona nacional”. Allí, los princi-pales artífices del alzamiento fueron los generales Mola en Pamplona, Quei-po de Llano [Doc. 5"] en Sevilla, Cabanellas en Zaragoza y Saliquet en Valla-dolid (Sanjurjo fallece al estrellarse el avión que debía llevarle desde su exilioen Portugal a España para ponerse al frente de la rebelión). Los subleva-dos, sin embargo, fallaron en Cataluña y en Madrid, objetivos prioritariosdel pronunciamiento. El fracaso militar ante la capital española, y la incapa-cidad del Gobierno republicano para neutralizar la sublevación, convirtie-ron a ésta en una guerra civil que iba a durar casi tres años.

Focos de resistencia en CanariasAunque el Archipiélago canario quedó desde los momentos iniciales del gol-pe bajo el poder de los nacionales, no por eso dejaron de llevarse a cabo rese-ñables tentativas de hacer frente al levantamiento militar. La misma tarde del18 de julio, la plaza de la Constitución en Santa Cruz de Tenerife fue esce-nario de la «primera acción armada» de aquella larga guerra entre españoles: ungrupo de guardias, a las órdenes del teniente González Campos, salió del acuar-telamiento de las fuerzas de Asalto en dirección al Gobierno Civil —situado

actividad II

actividad III

actividad IV

El 9 de mayo de1936 fueron recibi-

dos en la Coman-dancia Militar de

Canarias los jefes yoficiales de la

escuadra españolaque visitaba el

puerto de SantaCruz. «Al finalizar

el acto habló elgeneral Franco, que

terminó su alocu-ción con un “Viva

España" y un“Arriba España”

[...] en sustitucióndel “Viva" a la

República» [TomásQuintero: La Gue-

rra fratricida...,1980, p. 32].

actividad V

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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“GUERRA PSICOLÓGICA” Doc. 5

Al estallar la Guerra, las autoridades de cada bando intervinieronlas emisoras de sus respectivas zonas y las emplearon como armade propaganda. Sin embargo, los republicanos —con su dispersiónideológica— no consiguieron neutralizar las consignas unitarias delos sublevados, mucho más eficaces a la hora de infundir moral asus tropas a través de la radio. Cada noche, durante dieciocho meses,el general Queipo de Llano [foto adjunta] pronunciaba por el micró-fono de Unión Radio Sevilla sus charlas contra los «rojos», a quie-nes achacaba todas las barbaridades imaginables de la Guerra. «Facul-to a todos los ciudadanos a que cuando tropiecen con uno de esossujetos lo callen de un tiro. O me lo traigan a mí, que yo se lo pega-ré» (24 de julio de 1936). Con bravatas así arengaba a los oyentesexaltando a los suyos y creando el pavor en el bando contrario. Noextraña que se atribuya a Queipo «el primer experimento de gue-rra psicológica que ha conocido el mundo» [Cf. Lorenzo Díaz: Laradio en España, 1923-1993, pp. 131 y ss.].

«MEDIDAS DE RIGOR» Doc. 6

«Con el fin de someter en el más breve plazo algunos pocos rebeldes exis-tentes en esta isla de Gran Canaria, y una vez localizados, saldrán fuerzasnumerosas con ametralladoras para aplastar fulminantemente, con la máxi-ma energía, todo conato de resistencia, adoptando medidas de rigor en pro-porción a los excesos que cometan. Los que depongan su actitud, y entre-guen las armas, serán respetados. Los que no se sometan en el acto o seles encuentre con las armas en la mano serán fusilados inmediatamente ynuestros barcos de guerra les cañonearán desde el mar.

A los patriotas os digo que levantéis los ánimos y confiéis en queel movimiento triunfará. A los traidores a la causa de la Patria os intimi-do a que os rindáis inmediatamente. [...] Gritemos pues “VIVA ESPAÑA”.

El General Comandante Militar de las Islas Canarias.LUIS ORGAZ».

21 de julio de 1936. Cit. por J. M. Pinto de la Rosa: El Grupo Mixto de Ingenieros nº 4..., 1944, p. 51.

«[...] Se hace público, referente a los rumores de la presencia enestas aguas de algún barco rojo, y para afirmar más la idea de que si elloocurriera [...] la prohibición de circular por las calles a todo individuo queno sea militar es tan rigurosa, que [...] será pasado por las armas todo con-traventor, caso de que por parte de la población civil se originase algúndisturbio. Serán pasados asimismo por las armas los presos y detenidosque están en las distintas prisiones en proporción de cinco por cada bajaque al reprimir el disturbio se ocasionase a las fuerzas».

La Prensa, 12 de septiembre de 1936.

«Artículo 1.º Las personas que alberguen en sus domicilios a rebel-des o sediciosos u otros delincuentes perseguidos por la jurisdicción deguerra, tengan o no conocimiento del hecho que hubieran perpetrado,serán considerados como autores de un delito de auxilio a la rebelión yjuzgados en procedimiento sumarísimo [...]».

BOP de Santa Cruz de Tenerife, 14 de septiembre de 1936.

«El alzamiento nacio-nal del mes de julio se

habría producidoaunque el asesinato de

Calvo Sotelo no sehubiera consumado.

Desde hacía meses losgenerales más ilustres

se aplicaron aorganizar el remedio».

J. Pérez Madrigal: Augurios,estallido y episodios de la Guerra

Civil, Ávila, 1936, p. 130.

Alfonso González Campos,teniente de la Guardia de Asal-to, fusilado por su lealtad a laRepública (11-VIII-36), sin quefueran oídas las peticiones declemencia de una parte de la

sociedad tinerfeña.

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en la citada plaza— para liberar al gobernador Vázquez Moro, retenido en eledificio por tropas del Ejército y milicianos falangistas leales a Franco. Duran-te el tiroteo que se produjo hubo un muerto por cada bando, pero de ellosobviamente sólo será recordado Santiago Cuadrado, voluntario de Falange, con-vertido de súbito en “protomártir” por los golpistas. El teniente, el goberna-dor y otros encausados por tales hechos serían luego pasados por las armasen la batería del Barranco del Hierro, fortín que fue escenario de los fusila-mientos por consejo de guerra en esta provincia: sesenta y dos entre 1936 y1940. Los sindicatos obreros proclaman la huelga general en varias localida-des de la isla (Santa Cruz, Puerto de la Cruz), y se organizan grupos de resis-tentes armados (Buenavista), aunque ya para comienzos de agosto las deten-ciones masivas habían conseguido paralizar cualquier conato de oposición.

A la derecha, el palacio de Carta—entonces sede del

Gobierno Civil—,en la plaza de la

Constitución deSanta Cruz, conlos cafés Cuatro

Naciones y LaPeña al fondo.

Este fue el escena-rio del tiroteo de

la tarde del 18 dejulio que se relata

en esta mismapágina. En la

fachada del viejopalacio todavía

hoy pueden apre-ciarse los impac-

tos de bala.

actividad VI

El gobernador civil de Las Palmas, el republicano Antonio Boix Roig,prefirió rendirse cuando tropas militares sitiaron las dependencias guber-nativas, donde se había encerrado junto con autoridades del Frente Popu-lar y numerosos militantes de izquierdas. Se declara la huelga general y haymanifestaciones de obreros que se enfrentan a los soldados (dos resultanmuertos) en el barrio de La Isleta. Pero controlada la capital insular por elgeneral Orgaz [!Doc. 6] —cerebro del golpe en Gran Canaria—, los prin-cipales focos de resistencia surgen en la comarca del noroeste: valerosa fuela defensa popular de Arucas frente al Ejército rebelde organizada porel diputado comunista Eduardo Suárez Morales y el delegado del Gobier-no en la zona, Fernando Egea Ramírez, quienes tras su captura inaugura-ron la lista de los sesenta fusilados por sentencia judicial que se registranen la provincia oriental en los años 1936-1939. El alcance de la represiónen esa comarca fue tal que sólo en Agaete hubo al menos ochenta y nue-ve detenidos, de los que veintiocho (jornaleros analfabetos, casi todos) figu-ran desaparecidos desde abril de 1937 [Doc. 7"].

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Fuente: R. García Luis y J. M. Torres Vera:El 18 de julio en La Gomera, 1996, p. 64.

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Por la boca de estachimenea volcánica,

en el NE de GranCanaria [A. Hansen:Los volcanes recien-tes de Gran Canaria,1987, p. 94], son al

parecer arrojadoslos “desaparecidos"de Agaete la noche

del 5 de abril de1937. Detenidos eldía anterior, tortu-

rados, enseguidatrasladados a Las

Palmas y, según tes-timonios orales, lle-

vados a la simadesde la comisaría.

No serían los únicosasí asesinados.

[Cf. A. Orihuela y otros: De la República a la Guerra Civil en LasPalmas, 1992, pp. 72-73].

Los gomeros llaman “el Fogueo" al enfrentamiento arma-do de las gentes de Vallehermoso el 24 de julio de 1936contra el Ejército golpista, que hasta dos días después nopudo entrar en el pueblo. Al lado, el cuartel de la Guar-dia Civil tal como quedó tras el tiroteo. [Fotos de ambaspáginas: Canarias, siglo XX, 1983, pp. 57 y 61].

REPRESIÓN EN LA GOMERA Doc. 8

AGAETE«Lo dice el castaño en flor,aunque silenciosamente;lo dice el agua en la fuente,aunque con nublada voz.Lo dice el día naciente,hablándole al corazóndirectamente.Lo dice la misma genteque con vida continuó.Lo dice el muro que duermecon el solar que murió.Lo dice la rama verdedel árbol que se encorvó.Lo dice un leve temblorde la corteza terrestre.Lo dice el cristal ardiente bajo los rayos del sol.Lo dice la mar que muerdeel tosco y negro balcón.Lo dice el aire de nievedel dedo que disparó:Aunque parezca que no,por aquí pasó la muerte».

Agustín Millares Sall: El paraíso de losnudos, 1979, pp. 330-331.

Desaparecidos 20Fusilados 7Muerto en Mauthausen 1Muertos en prisión 1Indultados 4Deportados a África 4Procesados 125 (conocidos)

Presos gubernativos 25 (aproximado)

Enfermos en prisión 15 (conocidos)

Mujeres peladas 15 (sólo en Vallehermoso)

Maestros depurados 10Muertos en la Guerra 52 falangistas (Hermigua)

Sima de Jinámar(76 m de profundidad)

DESAPARECIDOS EN GRAN CANARIA Doc. 7

Municipios Desaparecidos Registrados Antesde 1950

Despuésde 1980

GÁLDAR 13 4 2 2AGAETE 28 13 1 12ARUCAS 37 11 4 7TOTAL 78 28 7 21

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LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

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En el BOP de San-ta Cruz de Tenerife,

de 28 de septiem-bre de 1936, se

requiere la compa-recencia ante la

justicia militar detres guardias de

asalto peninsulares«procesados comopresuntos autores

de los delitos derebelión y deserciónal frente del enemi-go [...], vistos todosúltimamente en los

montes [...] deGarafía». Todavíael 9 de noviembre

se busca a «tresjornaleros, vecinos

de San Andrés ySauces [...], supo-niéndose fugados a

los montes de laisla de La Palma»,donde fue fotogra-fiada una partidade estos alzados.

La reacción en las islas perifé-ricas contra el golpe del 18 de julio de1936 tiene en el Fogueo de Vallehermo-so y en la Semana Roja palmera los dosejemplos más sobresalientes. En efec-to, La Palma supo mantenerse fiel ala República hasta el 25, día en que elbuque de guerra Canalejas, enviado porla autoridad militar, arribó al puertode la capital de la isla, donde —antela negativa respuesta desde tierra aaceptar la rendición incondicional—tuvo que hacer «un disparo de cañón»para facilitar el salto de las tropas almuelle. El desembarco provocó elrepliegue hacia las montañas del inte-rior de grupos de resistentes palme-ros que, por cierto tiempo, seguirían

“alzados” y en armas hasta que fueron aniquilados por sus perseguidores demanera despiadada. De hecho, el número mayor de desaparecidos en la isla locomponen —según fuentes orales— veintisiete miembros de estas partidasde luchadores antifascistas y quince de quienes les facilitaron apoyo.

En la localidad gomera de Vallehermoso, los guardias civiles del pues-to se alinearon excepcionalmente con la legalidad republicana y, en uniónde un nutrido núcleo de socialistas y comunistas armados, hicieron frenteel día 24 a las fuerzas llegadas de Tenerife para tomar el pueblo [!Doc. 8]. Laosadía les costó la condena a muerte a varios de los procesados por los hechos;entre ellos, el brigada, el presidente de la Federación Obrera y el alcalde acci-dental del municipio, fusilados en Santa Cruz al mes siguiente.

Ayuda internacional

Absolutamente decisivo para los sublevados era el paso del Ejército de Áfri-ca a la Península, al estar bloqueado el estrecho de Gibraltar por unidadesde la Marina leales a la República. El obstáculo pudo ser salvado a princi-pios de agosto mediante la ayuda que prestaron aviones cedidos por Ale-mania e Italia. Las dos potencias fascistas iniciaron, con ese puente aéreo,su intervención en la contienda española a favor de Franco, quien contaráhasta el final de la Guerra con una asistencia militar exterior (el Cuerpo expe-dicionario italiano y la Legión Cóndor alemana) que, en parte, le dio la vic-toria [Doc. 10"]. Hitler y Mussolini esperaban obtener, a cambio, ventajas terri-toriales y económicas.

actividad VIII

actividad VII

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C. Vidal Manzanares: «La victoria secreta de las Brigadas Interna-cionales», en La aventura de la Historia, nº 4, febrero 1999, p. 28.

AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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LA CNT EN ACCIÓN Doc. 9

Para pagar el armamento proporcionado porla URSS —que envió aviones (806), tanques

(362) y personal militar (2 000)— y porotros países, el Gobierno republicano utilizólas reservas de oro del Banco de España,

depositadas en Moscú y París. Arriba, cartelde Joan Miró, que pertenecía al comité deayuda a la República española en Francia.

El anarquismo fue muy activo en Tenerife antes de laGuerra, cuando algunas acciones con explosivos y tiro-teos (incluido el asesinato, en 1935, del gobernador civilinterino) llegaron a alterar la vida ciudadana. La acti-tud combativa de la CNT-FAI continuó en las primerassemanas de la sublevación militar: en la condena a muer-te del activista Serasols Treserras se recogen los planesque había preparado un grupo de anarquistas para impe-dir que la rebelión fascista prosperase:

«Se estima en dicha sentencia que Martín Serasols[anarquista de acción] celebró varias reuniones conelementos extremistas, en la carretera de Los Cam-pitos [...] propugnando lanzarse a un movimientorevolucionario, frente al nacionalista salvador de lapatria.

[...] Hizo propaganda, por medio de impre-sos, en los cuarteles, [que] él mismo redactaba, alobjeto de buscar elementos que sumar a los com-prometidos en la intentona.

Martín Serasols se dedicó asiduamente aconfeccionar por sí bombas y líquidos inflamables,utilizando toda la dinamita procedente del robo per-petrado en el depósito de la Compañía Española deExplosivos, en el valle de Tahodio, y que él dirigió.También se encontraron en su poder [...] las cincuen-ta pistolas sustraídas del Parque de Artillería, a suinstancia. Asimismo, se hallaba dicho procesado enposesión de un plano del cuartel de Artillería deAlmeida [que] confeccionó, por su insistencia, el otroindividuo, Francisco Domínguez Santos Morales, sol-dado licenciado de la referida unidad militar».

La Tarde, 31 de diciembre de 1936.

Maqueta de un avión alemán Heinkel, 1937.

AYUDA A LOS NACIONALES Doc. 10

• De la Alemania nazi:Efectivos humanos 15 000-19 000Aviones 593 ó 708Cañones 737Ametralladoras 3 026Fusiles 207 306Tanques 111Cartuchos (millones) 257Proyectiles (millares) 1,5

• De la Italia fascista:Efectivos humanos 78 474Aviones 759Cañones 1 801Ametralladoras 3 436Tanques 157Vehículos 6 791Munición armas individuales(en millones de cartuchos) 320Proyectiles de artillería(en millares) 7,7

Cf. E. Moradiellos: El reñidero de Europa, 2001, pp. 261-262.

PROCEDENCIA DE LOS BRIGADISTAS Doc. 11

Nacionalidad Máximo Mínimo MuertosFranceses 9 000 8 778 1 100Alemanes/austriacos 5 831 3 026 1 770Polacos 4 000 3 034 800Balcánicos 2 056 2 056 750Italianos 4 000 2 908 600Canadienses 847 510 100Británicos 2 000 1 806 400Belgas 3 000 1 700 490Norteamericanos 2 279 2 279 729Escandinavos 2 000 1 200 150Otros 4 482 4 482 1 650TOTAL 39 495 31 779 8 539

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LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

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En la España republicana, que incluía las grandes ciudades —Madrid,Barcelona, Valencia, Bilbao—, el Gobierno de izquierdas presidido por el socia-lista Francisco Largo Caballero consiguió al fin organizar un Ejército Popu-lar regular, con el apoyo de las milicias obreras armadas en los cuarteles des-de el momento mismo de la sublevación (a propósito: entre otras acciones,los anarcosindicalistas tinerfeños llegaron a concebir un plan, fracasado, paraasaltar varios centros militares de Santa Cruz y conseguir armas [!Doc. 9]).

La Francia frentepopulista, presionada por el gobierno conservador deGran Bretaña, propuso la “no intervención” en el conflicto español; ambosestados democráticos, que temían la agresividad de las potencias del Eje, tra-taron de no comprometerse de manera abierta con nuestra República. Sin embar-go, ésta evitó su desplome inmediato gracias a las prestaciones recibidas enmaterial y armamento de la Unión Soviética, complementadas con el apor-te humano de las Brigadas Internacionales [!Doc. 11], formadas por volun-tarios izquierdistas de Europa y América, solidarios con la causa republicana.

En pleno avance del poderío fascista italo-alemán frente a las timo-ratas democracias liberales —recelosas asimismo del influjo comunista—,España aparecía ante la opinión pública extranjera como el campo de bata-lla (casi mejor, «el reñidero») donde ya luchaban con las armas las mismasfuerzas que entonces se disputaban la hegemonía entre las potencias. Ade-más, las ayudas exteriores a uno y otro de los bandos convertirán a la tra-gedia “incivil” española (1936-1939) en laboratorio de pruebas de la SegundaGuerra Mundial (1939-1945).

Franco: el mando único

El primero de octubre de 1936 la autodenominada Junta de Defensa Nacio-nal proclamó en Burgos a Francisco Franco “generalísimo” y jefe delEstado [!Doc. 2]. Unificado el mando de la insurrección en su persona, su

Desde los momentosiniciales de la Gue-rra, Franco recibió

ayuda militar yapoyo político de la

Alemania nazi (laLegión Cóndor), de

la Italia fascista (elCuerpo expediciona-

rio CTV) y de ladictadura portugue-

sa de Salazar (losviriatos). Claro que

la España franquis-ta debió pagar tal

ayuda —suministra-da a crédito— des-pués de acabada la

contienda.

actividad X

actividad IX

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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Cuando en septiembre de 1936, el gobernador de Almería quiso tranquilizar al presiden-te Azaña indicando que los republicanos sólo habían asesinado a unas pocas decenas depersonas, éste le contestó: «¡Matar es!». En el mismo sentido suele citarse la alocución quepronunció en agosto —en plena vorágine de terror del “verano caliente" del 36— el diri-gente socialista Indalecio Prieto:

«[...] Por muy fidedignas que sean las terribles y trágicas versiones de lo que hayaocurrido y esté ocurriendo en tierras dominadas por nuestros enemigos, aunquedía a día nos lleguen agrupados, en montón, los nombres de camaradas, de ami-gos queridos, en quienes la adscripción a un ideal bastó como condena para sufriruna muerte alevosa, no imitéis esa conducta; os lo ruego, os lo suplico. Ante la cruel-dad ajena, la piedad vuestra; ante la sevicia ajena, vuestra clemencia; ante los exce-sos del enemigo, vuestra benevolencia generosa. [...] ¡No los imitéis! ¡No los imi-téis! Superadlos en vuestra conducta moral; superadlos en vuestra generosidad. Yono os pido, conste, que perdáis vigor en la lucha, ardor en la pelea. Pido pechosduros para el combate, duros de acero, como se denominan algunas de las miliciasvalientes —pechos de acero—, pero corazones sensibles, capaces de estremecerse anteel dolor humano y de ser albergue de la piedad, tierno sentimiento, sin el cual pare-ce que se pierde lo más esencial de la grandeza humana».

Discurso radiado. El Socialista, Madrid, 9 de agosto de1936.

«Se tendrá encuenta que laacción ha deser en extre-mo violenta

para reducir loantes posibleal enemigo».

Instrucción reserva-da número uno del

general Mola.Abril de 1936.

Milicianos republicanoscapturan al comandan-

te Ortiz de Zárate,sublevado en Guadala-

jara, que luego seríafusilado. Militares,

curas, terratenientes ydemás «enemigos declase» conocieron la

crueldad de grupos deextremistas que impro-visaron cárceles (o che-

cas) y patrullas paraperpetrar sus crímenes.El más renombrado deestos chequistas, Aga-

pito García Atadell,fue detenido en Cana-rias cuando hizo aquí

escala en su huidahacia América. Y aca-

bó en el garrote...

«¡NO LOS IMITÉIS!» Doc. 13

EL CONDE AGRADECIDO Doc. 12

En noviembre de 1937, José María de Palacio y Abarzu-za, conde de las Almenas [† 1940] nombró heredero de sufinca de Canto del Pico, en Torrelodones (Madrid), de unos820 000 m2, a Franco, «aunque no tengo el gusto de cono-cerle, por su grandiosa reconquista de España». En la fin-ca se hallaba un enorme palacete, la Casa del Viento, queel general usó como lugar de descanso. Allí, en sus jorna-das de cacería con otros notables del Régimen, el dictadortomará algunas de sus decisiones de gobierno.

Cf. M. Sánchez Soler: Los Franco, S.A., 2003, p. 35.

«Con la República fue el caos.Al ver que atentaron contramis intereses, digo: “No, esto

yo lo tengo que defendercueste lo que cueste", y me

fui a la Guerra».Testimonio de un cacique gomero.

Cit. por R. García Luis:Vallehermoso. “El Fogueo",

1986, p. 104.

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LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

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propósito de tomar Madrid a continuación tropezó con la firme resisten-cia de los milicianos y soldados republicanos que consiguieron repeler elasedio.

Frenado el avance sobre la capital de España («¡No pasarán!» era eleslogan de sus defensores), las ofensivas del Ejército franquista se centra-ron en los demás territorios controlados por el Frente Popular, con accio-nes que iban a prolongar la contienda mucho más de lo previsto. La ocu-pación por los fascistas de la cornisa cantábrica comienza en abril del año37, fecha de la premeditada destrucción de Guernica por la aviación deHitler al servicio de Franco. La muerte accidental de Mola, general del Ejér-cito del Norte, no alteró la marcha de la Guerra: en junio caía Vizcaya, contodo su potencial industrial. Los otros dos enclaves norteños republicanos,Santander y Asturias, tampoco pudieron resistir los ataques de la LegiónCóndor y, tras durísimos combates, pasaron finalmente a formar parte dela “zona nacional”.

El Guernica dePicasso —encarga-

do por la Repúblicapara el pabellón

español en laExposición de Parísde 1937— recuerda

el bombardeo quesufrió la capitalhistórica de los

vascos, símbolo desus fueros, el 26 de

abril de aquel año(entre 126 y 300

muertos).

“Dos Españas” enfrentadas

España, dividida en dos mitades, estaba viviendo un enfrentamiento civil quetenía mucho de guerra social [Doc. 16"]. En la zona republicana las empresasincautadas pasaban a ser administradas por comités obreros bajo direcciónsindical, mientras las expropiaciones agrarias seguían adelante: las tierras eranentregadas a los campesinos para que las cultivaran en régimen de colecti-vización (incluso el Consejo revolucionario de Aragón ensayó experienciasde comunismo libertario). Patronos y terratenientes [!Doc. 12] abandonaban suspropiedades, pasándose al bando sublevado para escapar del «terror rojo»ejercido por patrullas de “incontrolados” que solían actuar al margen de lasinstituciones republicanas [!Doc. 13]. Poco hubo de espontáneo, en cambio,en otras matanzas de detenidos por la República, como la ocurrida en noviem-bre de 1936 en Paracuellos: multitud de presos de las cárceles de Madrid fue-ron fusilados en masa y enterrados en fosas comunes. No obstante, ya para

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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«Con la Guerra Civil, los almacenistas de plátanosquedamos desvinculados de nuestros proveedores.El 25 de julio liquidaba los restos de plátanos quetenía en Madrid. Por esa fecha fueron desaparecien-do las existencias en las tiendas de comestibles demi barrio. [...] A los pocos días salta la grave noti-cia: “¡NO HAY PATATAS!” [...]. Hacía pocas sema-nas que había comprado una camioneta para el repar-to de los plátanos. Me había quedado sin fruta y habíaque seguir pagando las nóminas. [...] Al amanecersalimos en busca de las desaparecidas patatas. Enlos alrededores de Madrid, [en Arganda] nos diri-gimos a una tienda y le dije el motivo que nos lle-vaba allí, comprar un furgón de patatas. [...] Hicesonar los duros de mi bolsa [...].

—Bueno, eso es otra cosa, si las paga a 10céntimos el kilo, le puedo dar una dirección.

Allí fuimos y cargamos la camioneta. [...]Cada mañana salíamos temprano y regresábamos amedia mañana [...].

Todos estábamos satisfechos por haberresuelto un problema de abastecimiento en aque-llos difíciles días; pero hubo quien, después de com-prar los dos kilos, creyó que el precio [25 céntimos]era abusivo y presentó una denuncia [...].

Entré por un pasillo, se abrió una puerta yme encontré en un gran salón. Parecía un Juzgado.Al fondo, el Tribunal Popular. En medio varias sillaspara el público, que me hicieron pensar en un casi-no de barrio o un centro político. El Tribunal esta-ba compuesto por nueve miembros, unos con monoazul y otros de paisano. En el centro, presidiendoel Tribunal, una persona delgada, con pelo blancoy bien vestida, que fue quien me interrogó:

—Hay una denuncia muy grave contrausted. Según la denunciante está usted vendiendopatatas de estraperlo. [...] Según la denuncia está ustedcobrando un real por dos kilos de patatas, que esel precio máximo autorizado para patatas holande-sas, y las que usted le ha vendido a la denuncianteno lo son, cuya tasa es de diez céntimos el kilo [...].

Mientras yo estaba hablando [en defensapropia] entró en el Tribunal una viejecita, pasó porla sala, me miró con simpatía no exenta de preocu-pación, se acercó al presidente del Tribunal, se incli-nó sobre la mesa y estuvo hablando un rato mien-tras los más próximos pusieron una mano en la orejapara oír mejor.

La señora abandonó la sala y entonces el pre-sidente se dirigió hacia mí:

—El hecho de que haya facilitado el abas-tecimiento de algunas familias de su barrio no impi-de que haya dejado de cometer un delito grave. Demomento queda usted en libertad [...].

Dos días después salía repatriado para Ali-cante con la colonia francesa [...]. Terminada la Gue-rra Civil, a mi regreso a Madrid hice gestiones paralocalizar a la buena viejecita que seguramente mesalvó la vida en el Tribunal de Lavapiés, sin resul-tado. Con la guerra muchos vecinos murieron, sepasó hambre y frío, otros cambiaron de barrio o deciudad. ¡Gracias, mi buena mujer!».

Gregorio Hernández Gómez, platanero de Tazacorte, rela-ta así [en su libro Los plátanos, 1991, pp. 129-131] susactividades en el “mercado negro" en Madrid en los pri-meros momentos de la Guerra, y su comparecencia anteun Tribunal Popular.

UN PLATANERO EN EL MADRID DE LA GUERRA Doc. 14

BADAJOZ Doc. 15

El 14 de agosto de 1936, legionarios y tropas marroquíes al man-do del teniente coronel Juan Yagüe [foto adjunta] completaronla toma de Badajoz: cientos de detenidos fueron encerrados enla plaza de toros, donde «atraillados como perros de caza, eranempujados al ruedo para blanco de las ametralladoras que, bienemplazadas, los destruían con ráfagas implacables», según coin-ciden los testimonios que quedaron de la masacre.

Yagüe le contestó a un periodista americano que le pre-guntó por lo ocurrido: «Por supuesto que los matamos. ¿Quéesperaba usted? ¿Iba a llevar cuatro mil prisioneros rojos con-migo, teniendo mi columna que avanzar contrarreloj? ¿O iba asoltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otravez?».

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tal fecha, las “sacas” y “paseos” iban cediendo paso a las condenas con jui-cio previo, dictadas por Tribunales Populares [!Doc. 14] mediante procedi-mientos sumarísimos. Entre los canarios de mayor renombre ejecutados enla Península por su ideología derechista cabe citar al ex ministro de la monar-quía Leopoldo Matos o al periodista Manuel Delgado Barreto.

También la Iglesia, cuya jerarquía se había apresurado a legitimar ycolaborar con la rebelión militar —que calificará de “cruzada”—, será blan-co de las iras en la retaguardia: el asesinato de siete mil sacerdotes y religio-sos (con el saqueo y la quema de templos y conventos) supuso la más cruen-ta explosión de clerofobia en la historia española. En proporción, esta cifraequivale a un 12% del total de las algo más de 55 000 víctimas mortalesimputables a la represión republicana, que afectó principalmente a los sec-tores sociales acomodados.

En la otra zona, la orientación política de los protagonistas del alza-miento, como custodios de los privilegios de esas clases más ricas, quedópatente desde un principio. Con las primeras medidas adoptadas por la Jun-ta de Burgos se decretó la devolución a sus antiguos dueños de las tierrasexpropiadas por la reforma agraria del Frente Popular, así como la ilegali-zación de los partidos y sindicatos que lo integraban.

Tras la ocupación de los territorios ganados a la República se proce-día a la ejecución o al encarcelamiento de afiliados y simpatizantes de las diver-sas organizaciones de izquierda (estremece sólo recordar lo ocurrido en laplaza de toros de Badajoz [!Doc. 15]). En esta España antirrepublicana, la vio-lencia represiva era fomentada desde las propias instancias militares: las ins-trucciones del general Mola invitaban, desde un principio, a «dejar sensa-ción de dominio, eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los queno piensen como nosotros»; del mismo modo que Franco, en el bando enque proclama el estado de guerra en Marruecos, exige «que los castigos sean

El Cuartel de laMontaña, en

Madrid, donde serefugiaron monár-

quicos y falangistaspara apoyar a los

militares sublevados(con Fanjul al fren-te), fue asaltado el

20 de julio de 1936por las masas con-trarias al golpe. De

los resultados delasalto da testimoniola fotografía toma-da al mediodía en

el patio del recinto.Fanjul será juzgadoen consejo de gue-

rra y fusilado.

actividad XI

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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GUERRA CIVIL Y ENFRENTAMIENTO SOCIAL Doc. 16

En los tres textos cortos aquí seleccionados se pone de manifiesto el trasfondo de enfrentamiento social (si sequiere, de lucha de clases) que tuvo la Guerra Civil, tanto en nuestro Archipiélago como en la Península. El pri-mero forma parte del largo testimonio grabado en 1985 a un viejo libertario tinerfeño, Antoñé [abajo]; el segun-do es de un militar que se unió en Las Palmas a la sublevación de Franco y que reconoce la aportación materialde las clases dominantes insulares a la causa fascista; y el tercero pertenece a un falangista grancanario que resaltael alistamiento de jóvenes de «distinguidas familias» locales en las filas del Ejército que se alzó contra la República.

1. «A Lucas Grillo, cuando el 36, lo nombraron tenien-te-alcalde de El Tanque [con el Frente Popular]. Había un lin-dero, que era de dos marqueses, y había una fuente donde elpueblo iba a buscar agua. Esto fue en la Monarquía: se pusie-ron de punta, ¡pum!, tapiaron aquello, un muro, y tenía que darla vuelta el pueblo para ir a buscar agua, más de dos kilóme-tros a la fuente esa. Cuando lo nombraron teniente-alcalde dice:“¡Cómo! Venga pico y pala, este muro fuera, que esto es delpueblo, venga el paso libre”. Los marqueses, cuando vieron aque-llo, vienen para él: “¿Qué dicen ustedes? ¿Saben con quién estánhablando? Yo soy el teniente-alcalde de El Tanque. Venga a lacárcel...” Y metió a seis tíos en la cárcel; seis marqueses y terra-tenientes de esos. Seis días por faltarle a la máxima autoridad.[...] Se quedó el paso libre ¿no? Los echó a la calle.

Pues resulta que estando en Fyffes, [...] un día entra untío allí [...] —la cabeza aruñada, los pies y las manos sin uñas,parecía un monstruo—, y me dice: “¿Tú no me conoces?” Digo:“No, qué voy yo a conocer”. Dice: “Soy Lucas, Lucas Grillo,el teniente-alcalde de El Tanque”. “...Sí, es verdad, ¿y eso?”.“Cállate la boca, mira cómo me han dejado estos criminales”.No tenía ya ni dientes, la cara toda desfigurada. No se conocía¡qué va! Y el hombre me decía: “Mira, manito, la otra vez losmetí en la cárcel; pero, como esto cambie, los meto bajo tierray no se entera ni la madre que los parió” [...]».

Declaraciones de Antonio Tejera Afonso, Antoñé,editadas por J. L. Sosa Campos en 1987, pp. 24-27.

2. «En los días que precedieron al embarque, fuimosobsequiados por distintos elementos de la Ciudad, mereciendoespecial mención por su cuantía, los hechos por los Señores“Herederos de Duarte”, la Excma. Señora Doña Fernanda DuránVda. de Zárate y las señoritas Luisa y Elvira del Castillo y Man-rique de Lara, que nos regalaron cada uno un automóvil, cuyostres coches nos prestaron excelentes servicios en la campaña».

J. M. Pinto de la Rosa: op. cit, p. 79.

3. «Un detalle que seguramente habrá llamado la aten-ción del lector es la proliferación de apellidos como Manri-que de Lara, Castillo Olivares, Bravo de Laguna, Massieu, etcé-tera, que aparecen entre los que dieron su vida en los camposde batalla [luchando contra la República]. [...] Eran entoncesjóvenes canarios, de distinguidas familias, que nada materialiban a ganar con exponer su vida, pero que sentían la llama-da de la Patria. Allí, en los frentes, aprendieron [a] convivir,como hermanos, ante el peligro común, entre otros paisanosde todas las clases sociales [...]».

M. Jiménez Marrero: Crónica de Medio Siglo (I),Madrid, 1988, p. 233.

«Si no es el Movimiento,nosotros hubiésemos conse-guido bastante. Queríamos

derechos para todos iguales.Y bienestar para el pueblo:escuelas y trabajo. Llegó la

Guerra y nos destrozó todo».Testimonio de un obrero gomero.

Cit. por R. García Luis:Vallehermoso. “El Fogueo",

1986, p. 105.

La juventud de Antoñé (1907-1987) fueuna odisea: militante de la CNT, permane-ció dieciocho años en las cárceles franquis-tas. De Fyffes pasó al barco-prisión PortoPi. Luego estuvo en el penal de Gando, de

donde llegó a fugarse, aunque al ser captu-rado, ingresó en la Prisión Provincial de

Las Palmas, para después ser trasladado ala prisión central del Puerto de Santa

María (Cádiz). Incluso estuvo internado enYeserías por una enfermedad... Fue final-

mente liberado en 1954.

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ejemplares, por la seriedad con que se impondrán y la rapidez con que sellevarán a cabo, sin titubeos ni vacilaciones». Al amparo de semejantes con-signas emanadas del alto mando, las nuevas autoridades —con la colabora-ción de formaciones paramilitares como Falange o Acción Ciudadana—podían consumar toda clase de crímenes y tropelías: detenciones arbitrarias,consejos de guerra con juicios rápidos, fusilamientos, “paseos” al amanecer,desapariciones, malos tratos, destierros, incautación de bienes, depuración de

Fuentes: S. Juliá (coord.): Víctimas de la guerra civil, 1999, pp. 411-412; F. Moreno Gómezy otros: «Represión, la tragedia oculta», 1999, p. 23; J. Alcaraz y otros: «La Guerra Civil yla formación del Estado franquista», 1991, p. 831; y R. García Luis: La justicia de los rebel-des, 1994, p. 10. Actualización en http://www.sbhac.net/Republica/Victimas/Repre.htm

[*] Las provinciasmarcadas con unasterisco sólo se

han estudiadoparcialmente.

Por el cómputo deejecuciones que

hasta ahora regis-tra el total de pro-vincias mejor exa-

minadas, losinvestigadores con-cluyen que es posi-

ble inferir que «larepresión republi-

cana está más cer-ca de las 55 000

personas que de las60 000» (Joan

Villarroya), y que«la represión fran-quista es más del

doble que la repu-blicana: en torno alos 130 000 fusi-

lados: unos 90000 durante la

guerra y 40 000en la posguerra»

(F. Moreno Gómez)[«Represión, la tra-

gedia oculta»,1999, pp. 32 y 24,respectivamente].

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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«UN DONATIVO DELSEÑOR BELLAMY

El distinguido extranjero y con-vecino nuestro durante tantosaños, don F. S. Bellamy, siempretan amante de España, ha hechoun donativo de 23 rollos dealambre de púas para el campode concentración.

Digno de agradecimiento eseste nuevo rasgo de dicho señor,quien ejerce en esta plaza el car-go de jefe de la importante casacomercial Elder Dempster».

La Prensa de Tenerife,7 de noviembre de 1936, p. 2.

«QUE LO METO A USTED EN FYFFES» Doc. 17

«La [prisión] de “Fyffes” estaba constitui-da por los almacenes de la antigua y grancompañía inglesa que exportaba plátanosde Canarias, hasta los días de la GuerraCivil. Los inmensos hangares habían sidoacondicionados para servir de cárcel.Desde las primeras semanas del Movi-miento en Santa Cruz de Tenerife, elnombre de “Fyffes” había cobrado unaaureola trágica [...].

“Que lo meto a usted en Fyffes”,eran palabras con las que, desde el cabode la Guardia Civil hasta el último “niñofalangista”, le amenazaban a uno desde1936, en Tenerife.

“Haber estado en Fyffes” era elmarchamo de republicanismo y de hon-radez civil en las islas. [...] Concejales, diri-gentes de partidos y sindicales, gentes quepor su prestigio o su abolengo republica-no habían servido algún cargo político,representativo o no, obreros, médicos,maestros, profesores, diputados, alcaldes,cargadores del muelle, gentes sin nombreni filiación, por unas palabras mal pronun-ciadas una noche al salir del café o de unareunión, por una denuncia precisa o vaga,iban a dar allí durante todos estos años [...]en aquellos pabellones fríos en inviernoy abrasadores en verano».

C. Aznar de Acevedo: ...empieza aamanecer, 1977, pp. 143-144.

Presos políticos en Fyffes con tres oficiales [foto Benítez].

CAMPOS DE CONCENTRACIÓN EN LA ESPAÑADE FRANCO

Según el investigador Javier Rodrigo, durante la Guerra fun-cionaron en toda España unos 104 campos estables de pri-sioneros, si consideramos sólo los así reconocidos por lasautoridades militares. Aunque si añadimos los centros divi-sionarios inestables, la cifra puede oscilar entre 150 y 188.Por ellos pasaron al menos 367 000 presos. Los campossiguieron existiendo después de la Guerra: los últimos(como Tefía) cerraron ya entrados los años sesenta.

Gráfico de la evolución del número de detenidos en el campo deconcentración de La Isleta hasta febrero de 1937, en que fue

cerrado, y en el penal de Gando a partir de esa fecha [A. Orihue-la y otros, op. cit., p. 52].

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LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

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intelectuales y docentes... El poeta y dramaturgo Federico García Lorca, ase-sinado «en su Granada», quedará para siempre como víctima emblemáticade la represión fascista en España, a la que hay que atribuir unas 130 000ejecuciones (90 000 durante la contienda; todas las demás en la posguerra).

Un grupo de pri-sioneros republica-nos, capturados ymaniatados por la

Legión, son interro-gados por un ofi-cial poco antes deser fusilados. Enlas ciudades deMelilla y Ceuta,donde el 17 de

julio se inició el“alzamiento", diocomienzo también

la represión contralos defensores de laRepública. Las pri-

meras miliciascayeron fácilmente

en manos de lastropas africanas

sublevadas.

actividad XII

La represión franquista en las Islas

Cierto es que en nuestro Archipiélago la Guerra Civil no tuvo en absolutola dimensión bélica que alcanzó en tantos lugares de la Península. Y aun-que aquí se habían vivido en la etapa precedente convulsiones sociales, aveces comparables a las sucedidas en otras partes del Estado, sin embargo—salvo en el caso de Santa Cruz de Tenerife o de Hermigua—, las accio-nes de violencia extrema durante la Segunda República constituyeron la excep-ción. Por eso, todavía hoy conmueve la magnitud de la represión desatadaen estas Islas tras el levantamiento militar del 36. Trabajadores, dirigentesobreros y republicanos fueron sus víctimas.

La investigación actual admite que en la provincia de Las Palmas losasesinados «totalizan una cifra algo inferior a quinientos», y para la provin-cia occidental, «la cantidad más mencionada por los supervivientes entrevis-tados la acercan a los mil desaparecidos» (otras fuentes, menos imprecisas,elevan el cálculo a 1600 sólo en Tenerife). Pero, de ellos, ¿cuántos deteni-dos fueron lanzados al tubo volcánico de la Sima de Jinámar o arrojadosa los pozos en Gran Canaria; cuántos fueron apotalados bajo las aguas deSanta Cruz, en cuyo puerto estuvieron fondeados barcos para prisioneros;cuántos fueron sacados a “paseo” de la cárcel tinerfeña de Fyffes [!Doc. 17]

y luego asesinados...? Sépase que los salones de esta empresa, cedidos al Ejér-cito, llegaron a albergar a unos mil cuatrocientos reclusos en los primerosmeses de la Guerra, y que se calcula en más de un millar los hacinados en

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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«Finales de mil novecientos treinta y siete: viene mimovilización y marcha al frente. Todo lo dejo porla Guerra: frente de Córdoba, donde hay fuerzas deFalange, pues, voluntarios o no, tenemos que ir alos Batallones del Movimiento [...].

Al fin llega la madrugada en la que habíade marchar al frente. Mi madre se levanta antes quenadie; luego yo. Vienen los “buenos días”, palabrasque se cruzan aparentando normalidad y procuran-do, uno y otra, no tocar el tema del momento queestamos viviendo.

Un abrazo y hasta la vuelta. Antes me des-pido de mi padre, que —despierto en la cama—medita [...].

He llegado, días después, a Peñarroya (enCórdoba), lugar de mi destino en la contienda. Lle-gamos en una noche del mes de febrero y somosintroducidos en unas chabolas. Al amanecer del díasiguiente, hora del desayuno, todos los componen-tes del batallón parecían brotar del interior de la tie-rra. Salían de sus chozas a la trinchera para recibirel primer alimento del día.

A partir de aquí empieza la adaptación a untrágico vivir, donde constantemente se puede sermortalmente herido o recibir órdenes de derrotaral llamado enemigo; pero que, a la luz de la razón,es tu hermano, aunque tiene, a su vez, la misma acti-tud agresiva para contigo.

En este enfrentamiento, fruto de dos “revo-luciones” que han dividido a España, pasan las horas,vienen los días, se suceden los meses que hacen años.

Y siempre creciendo el ensañamiento que pone odiodonde debe haber comprensión, angustia desespera-da donde debe haber esperanza, y muerte donde debehaber vida.

Ya acostumbrados a este fantasma devorador,se procura normalizar la convivencia entre los que for-mamos una unidad militar. Se habla, se trabaja, se can-ta, se reza y se escribe. Se espera la hora —imprevis-ta muchas veces— de la lucha, o la explosión de unabomba, cuando no el silbido de una bala perdida.

Es el mayor aliciente recibir corresponden-cia de familia y de amigas o amigos. Hay otra cosaque rompe la monotonía: son las cartas de las madri-nas de guerra, que tanta ayuda moral están prestan-do a la juventud masculina, para los cuales pareceque todas las puertas, a tan valiosa edad, han sidocerradas [...].

Quiero pasar por alto mis últimos meses enla Guerra, que —como se sabe— terminó el 1 deabril de 1939, día en el cual mi batallón estaba enel pueblo de Belmez (Córdoba). Llegué el día ante-rior del frente de guerra, ya prácticamente derrota-do el Ejército de la República. Después Cabra delSanto Cristo, en Jaén. Por último Linares, en la mis-ma provincia.

En este lugar permanezco hasta el mes dejunio, en que fui licenciado y devuelto a casa. Ale-gría compartida con familiares y amigos, un nuevoempezar. Conozco a la que ha sido mi última madri-na. Después de algunos encuentros, va surgiendocon fuerza el amor, y pasamos a ser novios [...]».

Apenas mencionada en losmanuales sobre la Guerra Civil,la batalla de Peñarroya —cuandopocos meses faltaban para elfinal de la contienda— fue sinembargo de las más largas ymortíferas: más de 10 500 bajasfranquistas y unas 20 000republicanas. A ese frente deCórdoba marcharon tropas inte-gradas por canarios, como lotestimonia el relato biográficodel soldado Marcos (reproducidoarriba) que parte de su isla parala Guerra [M. Pérez: Apuntes deuna vida (2º ciclo: Marcosjoven), memorias mecanografia-das, La Laguna, 1986].

También la novela La mulade Juan Eslava [Editorial Plane-ta, Barcelona, 2003] cuenta lasperipecias de Castro Pérez, caboacemilero de la Segunda Bande-ra de Falange de Canarias entierras cordobesas.

EL BATALLÓN DE CANARIAS EN EL FRENTE DE PEÑARROYA Doc. 18

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LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

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el campo de concentración de La Isleta, desmantelado en 1937 para ser sus-tituido por el penal de Gando —gran centro receptor de cautivos de toda laregión—, donde el número de presos osciló, según el momento, entre 700 y1 250. La cuestión era encarcelar o aniquilar a aquellos que tuvieran un pen-samiento ajeno al Movimiento Nacional: daba igual que se fuera anarquista (comoel activista Martín Serasols el Catalán, fusilado), comunista (como el dirigenteJosé Miguel Pérez, maestro de profesión, también pasado por las armas), repu-blicano de izquierdas (como el alcalde José Carlos Schwartz, desaparecido; o comoel diputado Luis Rodríguez Figueroa, puede que echado al mar), masón (comoel político liberal Alonso Pérez Díaz, fallecido estando preso por falta de aten-ción médica), o escritor comprometido con el ideario obrero (como el poetaDomingo López Torres, sacado de Fyffes y asesinado).

Su cuñado, SerranoSuñer, recordaba

mucho despuéscómo «un funesto

militar jurídico[ver página 152]

venía al despachocon un montón de

sentencias, precedi-das por un resu-

mencito de cuatrolíneas, para que

Franco firmara elenterado, y la frial-

dad con que estehombre [Franco],

con aquellas noti-tas que me parecíantan poca cosa, lle-

gaba siempre aesta única alterna-

tiva: garrote yprensa o muerte

sin prensa» [ABC,29-X-1995]. A la

derecha, Franco ensu mesa de despa-cho presidida por

un retrato de Hitler.

actividad XIII

actividad XIV

El Gobierno de Negrín: agonía del Estado republicano

Mientras, en tierras ibéricas, la Guerra continuaba su dramático curso. Con elfin estratégico de evitar un nuevo ataque sobre Madrid, el Ejército republica-no conquistó Teruel al iniciarse el año de 1938, aunque tuvo que evacuarlo alas pocas semanas. Ese verano, la victoria de las tropas nacionales [!Doc. 18] enla encarnizada batalla del Ebro abrió a Franco el camino hacia Cataluña.

El Gobierno republicano, que desde mayo de 1937 pasó a presidir elsocialista grancanario Juan Negrín, se había trasladado de Valencia a Barce-lona. Negrín entendía —al igual que los comunistas que lo apoyaban— quecon moral y disciplina debía primero ganarse la Guerra («resistir es vencer»)antes de proceder a ninguna modificación revolucionaria, en contraposicióncon la tesis anarcosindicalista según la cual resultaba prioritario destruir porcompleto el orden burgués, suscitando la adhesión de las masas, para obtenerel triunfo contra Franco. Pero ni siquiera se iba a lograr lo que simplementedeseaban muchos demócratas republicanos: ganar la Guerra sin revolución.

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AÑOS DE GUERRA Y MISERIA (1936-1959)

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LOS “13 PUNTOS” DE NEGRÍN Doc. 19

El Gobierno de Negrín hizo público el primero de mayode 1938 este programa de actuación política: Los trecepuntos de la República española, que ponían las bases sobrelas que debía asentarse la convivencia entre los españo-les al acabar la Guerra. He aquí los epígrafes de esos “pun-tos”, que fueron rechazados por Franco.

«1. La independencia de España.2. Liberarla de militares extranjeros invasores.3. República democrática con un Gobierno de

plena autoridad.4. Plebiscito para determinar la estructuración

jurídica y social de la República española.5. Libertades regionales sin menoscabo de la uni-

dad española.6. Conciencia ciudadana garantizada por el Esta-

do.7. Garantía de la propiedad legítima y protección

al elemento productor.8. Democracia campesina y liquidación de la pro-

piedad semifeudal.9. Legislación social que garantice los derechos

del trabajador.10. Mejoramiento cultural, físico y moral de la

Raza.11. Ejército al servicio de la Nación, libre de ten-

dencias y partidos.12. Renuncia a la guerra como instrumento de polí-

tica nacional.13. Amplia amnistía para los españoles que quie-

ran reconstruir y engrandecer España».

«RESPONSABILIDAD POLÍTICA» Doc. 20

El día 9 de febrero de 1939, Franco —dos meses antesde su victoria— promulgó la Ley de Responsabilidad Polí-tica legitimadora de la acción represiva que el Régimenseguiría ejerciendo contra las personas que habían per-manecido fieles a la República.

«Artículo 1.º Se declara la responsabilidadpolítica de las personas, tanto jurídicas como físi-cas, que, desde primero de octubre de mil novecien-tos treinta y cuatro y antes de dieciocho de julio demil novecientos treinta y seis, contribuyeron a crearo a agravar la subversión de todo orden de que sehizo víctima a España, y de aquellas otras que, a par-tir de la segunda de dichas fechas, se hayan opues-to o se opongan al Movimiento Nacional con actosconcretos o con pasividad grave.

Art. 2.º Como consecuencia de la anteriordeclaración [...] quedan fuera de la Ley todos los par-tidos y agrupaciones políticas y sociales que, desdela convocatoria de las elecciones celebradas en die-ciséis de febrero de mil novecientos treinta y seis,han integrado el llamado Frente Popular [...].

Art. 3.º Los partidos, agrupaciones y orga-nizaciones declaradas fuera de la Ley, sufrirán la pér-dida absoluta de sus derechos de toda clase y la pér-dida total de sus bienes. Estos pasarán íntegramentea ser propiedad del Estado [...]».Ley de 9 de febrero de 1939 (BOE, 13 de febrero de 1939).

Tras la caída de Cataluña a finales de enero de 1939,470 000 españoles atravesaron la frontera con Fran-cia: combatientes del Ejército republicano, pero tam-bién [como se ve en esta fotografía] niños, ancianos,

enfermos... En 1945 todavía quedaban en Francia cer-ca de 150 000 exiliados; muchos de ellos habían cola-borado con la Resistencia francesa y conocido la cruel-dad de los campos de concentración nazis durante la

Segunda Guerra Mundial.

Vicente Rojo y José Miaja son los jefes militares quemás sobresalieron en la zona republicana: sobre todo,por su actuación en la defensa del Madrid sitiado porlos nacionales. En el cartel de 1937 dedicado al gene-ral Miaja, éste aparece junto a la diosa Cibeles, sím-

bolo de la capital de España. Rojo y Miaja, finalmentevencidos, debieron marchar al exilio.

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LA SUBLEVACIÓN DEL GENERAL FRANCO

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El año 39 comienza con la ocupación de Cataluña y la caída de Bar-celona a manos del Ejército franquista, de modo que el territorio de la Repú-blica quedará reducido a la zona centro-sureste peninsular. Miles de perso-nas atravesaron huyendo la frontera pirenaica y emprendieron así —comotantísimos otros compatriotas antes y después— la amarga experiencia delexilio. En la última reunión en España de las Cortes republicanas (Figueras,1 de febrero de 1939), Negrín [!Doc. 19] expuso para su aprobación las con-diciones de paz de su Gobierno; una paz en la que el pueblo decidiera «median-te plebiscito» su destino, con «exclusión de toda persecución y represalia des-pués de la Guerra». A los pocos días, Franco respondía a esta oferta con unaLey de Responsabilidades Políticas contra quienes se hubieran opuestoal Movimiento Nacional [!Doc. 20] (se ha cuantificado en 2 500 el número delos encausados por esta Ley sólo en la provincia de Las Palmas).

En marzo, el coronel republicano Segismundo Casado, enfrentadoabiertamente al Gabinete legítimo de Negrín, que se hallaba en Alicante,trató de negociar con los nacionales la rendición de la capital del Estado.Tampoco las propuestas de Casado serían tomadas en cuenta por Franco,quien, tras la ofensiva final sobre Madrid, firmaba el 1 de abril de 1939 elúltimo parte de guerra.

Para festejar (!) la victoria en aquella contienda fratricida, el Cabil-do tinerfeño organizó en mayo —con el entusiasmo del prelado de la dió-cesis Fray Albino— la traída de la imagen de la Patrona de Canarias desde susantuario hasta Santa Cruz, cuya plaza de la Constitución, o de la Repúbli-ca, pasó en adelante a llamarse oficialmente “plaza de la Candelaria”. Ser-viciales con la Dictadura y el nacional-catolicismo triunfantes, los nue-vos ayuntamientos no tardaron en tachar del callejero las referencias al pasadoconstitucional, republicano y laico.

Esta fotografíade un milicianorepublicano que

cae en tierras cor-dobesas fue tomada

en septiembre de1936 por Robert

Capa, y se convir-tió en el más famo-so documento grá-

fico de la GuerraCivil desde su

publicación en larevista norteameri-cana Life. Se supo

en 1995 que elmiliciano pudo

haber sido FedericoBorrell, muerto en

el lugar a los 24años, según atesti-guan sus familiares.

actividad XV

actividad XVI

actividad XVII