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m* ROBERT FOSSIER LA SOCIEDAD MEDIEVAL Traducción castellana de JUAN VIVANCO 0,fr. A

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  • m*

    ROBERT FOSSIER

    LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    Traduccin castellana deJUAN VIVANCO

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    Quedan- rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares delcopyright, bajo las sanciones establecidas en las Ieyes, la reproduccin total o parcialde esta obra.por cualquier medio o procedimiento,

    "oo,p..ndido, tu r"prlrur?u y "ttratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella -.aiunt"'urluir, oprstamo pblicos.

    Ttulo original:LA SOCIT MDIVALERevisin de JOAN BUSQUETA

    Cubierta: Enric SatuIlustracin de la cubierta: cristoforo De predis, De sphaera, miniatura, Biblioteca

    Estense, Mdena.@ 1991, 1994: Armand Colin diteur, parfsO 1996 de la traduccin castellana para Espaa y Amrica:___qlIICA (Grijalbo Mondadori, S. e.l, r"g", :iS, OSOr: BarceronaISBN: 84-7423-700-9Depsito legal: B. 6.594-1996Impreso en Espaa1996.

    - NOVAGRAHK, S. L., puigcerd, 127, 08019 Barcetona

    INTRODUCCIN

    En el tmpano de San lzaro de Autun, en el de Bourges y en offo,los resucitado| e apresuran hacia el iuga, ad Juicio. como en lasdanzas sinfin a las que, ms turde, t", orirtro la Muerte, esiinLprr_sentados todos los

  • INTRODUCCIN8 LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    maciones, tolerar la tirana de los mdrgenes' Podrd-elevarse a estanocin de clase, no reconocida por los perusadores de la poca' quedebemos buscar leg*tm.iminte eru'medio e estos destinos mezclados?Para dibujar sus contornos todava vaSo; acaso el historiador nodeber hacer nuis n"irii ,"-lit *rntido", que en el d.e.recho, enlos estallidos de vioteni'a- que en la fluctuacin de los precios' en los'iiri-iii

    rn las leves? Es ina tarea diflcil' pero sin duda apasionante'En cuanto a los c,itirios aplicailoi' p'oio'an una dificultad aadi-

    ao,io cabe d.uda de que los himbres de esta poca, al igual que.noso-;;t,'r;;;" sensibles'a las oposiciones creadas en el cuerpo social por'iiiiurr,

    el dinero o la iepindencia econmica' Pero muchas nociones

    i*-ii*irrt servqn paii clasicar a los-individuos carecen de valoriryiinto. Todos losli'"t l-o casi todos- sentan el peso de la levdlvlna, que acompasobo ,u, vidas y rega su moral' pero en cambio

    no

    tanlan los mismos arn'nii"'iidcis' era un error no contar entre los';lr*;;;t rnotores de h sciedad el peso de los preceptos -religi.o'sos

    ilpiroriuor, o el entreclicho iurtdico' " yry sociedad poco diversifica-da an, pero muy ,"rtA'' irg'umento d'e la autoridad' la teora ocupun lugar ms dertacad'o q'e en"nuestro Yunlo materialista'

    y lo irracio-'ili"i,,

    explicar por solo unas actitudes sociales que nos parecenaberrantes,Habrqu,bu"o'lassucesivasmotivaciones>'delossiglosmedievales, d'oao q'i lo'- h'ombres' pese a las numerosas contradiccio'nes en que incurrie*i,-opi""n'on^s.u sociedad a travs de sus preiui-cios, al igual que

    "otiiittT ipinin popular decide en funcin de las

    -lis-aei pca' un hombre es lo que se considera que es'*"nr*iiirt,

    finalrnente, qnte un 'nUmo.obstdculo:

    una mscara tapa

    ta ,iibioi'*itrot,- pi"ita por los clrigos' que durante.mucho tiem'oa fueon los nicos ,poiito'iot del arte de escribir' Sin duda' a partirt;rti!';;;i; rrliiii" dudatambin, qntes de estafecha, et.his-itnnr'iulioo rUurd coteiar las p,eroratas del monie, momlizador

    y'iilieuui ion toi li"io*' qu"'t" proporcione el arquelogo o laabn dt arte, Lo cuat i-iipUe que de in *undo en el que triunfan sobretado lo oraly lo r*uoi il s"tu) el smbolo'.nos haya quedado paraiuz-';;;;'r;;i;'todo

    aquello" que'es-cribieron tos miembros de una casta

    nduclda, atentos y tal vezhonrados' pero nada competentes' Su vocabu-

    lerlo,comoverelnoscon.frecuencia,-esvagoycontradictorio,ynofaci-llta la tarea Ael n*toriaoi-i p'"*i a' q' ntn las palabras ambiguas

    _como libertadr_ liirii"'r"""r el mismo sentido entonces y ahora.Me encuentro m cmoda cuando se trata de delimitar el campo

    de

    astudio, Tambin n"l in'"*des' pero h-aba que realizar una eleccinque resultara poro'aiiitiae' igub la evilucin de una sociedad

    durantelosmilaosdesuhistoriamedieval,manteniendolasuficientealtura como para que se difuminen los matices secundarios y aparezcantill ri,tiri pi"cipiles, obliga a buscar como.terreno de observacin aque-ttas reiroies de Europa dnde un mismo ritmo de desarrollo' un mismoniveleconmicoyunmismocomportamientomentalsostenanglobal-ene et moviminto. l,o cual tmplica renunciar al estudio de los pasesiiia" U ley rnusulmana sustitu; a los principios cristianos y propiciel establecimiento de otras relaciones scialei' como la Espaa centraly *"iafonrt entre los siglos vru y xta, o \s que estuvieron mucho tiempo'ririro, con ropaies bzantnoi, como el sur de ltalia antes del siglo xt.ioiporc sera muy provechoso hacer un repaso rpido de -los pals.es,iurii, yo que hay emasiada d'iferencia en la evolucin y el contenidoeconmico intr,

    "i Este y el Oesie como para que el esrudio paral.elo no

    fir"rro muy afiificioro-'D" mod'o que oit' * p"'*anece la c-ristiandad'latina de ccidnte, concierto de'pueblos muy diversos, admitidos enella con mayor o fi7enor rapidez, *,i, o *'not aptos para iu-gar en ellau" pipa pieponderante, piro todos ellos marcados por lafe rornanayuno, Lroi irldicos en lis que se encuentran estrechamente mezcladnsio riturniio de Romay h e los germanos.' Porque afllta de otraiusti-jr:oion cronolgica, l *"no, si podrd decir que la historia social de'la Edad Media mpieza cuando a uno y otro lado del limes romqno se

    ;:rrd;r" un orrrrornirnto de los usos mentales y la1 prcticas econmi''ro, d" los dos mundos hasta entonces irreductibles' Es as como nos)iron ro*o, con la Hispania y la ltalia latinas' las islas celtas y saio-nas, Galia, Germania y las tierras escandinavas'

    Desde luego, en ,rt" *o,,o habafuertes contrastes' ya que' lo mis'mo que hoy, el tumperamento de un dans no era como el de un toscano'n r i" uiiurgrai d.e Gante idntico al de su eq.uivalente g.enovs' Perual margen de las reacciones naturales propias de cada etnia, no es diff-cil encorutrar puntos en comn, y en primer lugar la preocupacin porta salvacn, que explica el prolngao dominio de la clase clerical y la";r;;;";;;;;

    aL ut *dt humtdes nte las miserias de su tiempo; luesotrni*o, el vigor de los lazos carnales, recurso de los desheredados'pero

    tambin"principal fundamento de las.aristocracias laicas; y tam-Un ,t deseo de formir parte de un conjunto acabado' ierarquizado'estable, del que son excluidos todos aquellos que preten-den ser singula-ii o liftoi"s' Por ltimo, el miedo a lo nuo' a lo desconocido'-a loiitlslitit l" novelt es un omal uso>>, l mar un mundo temible' el'irZnrro que estd de paso, un erwiado de Dios o del Diablo? No fal'toi, rta, iuego, el *rino udaz ni el aventurero o el peregrino' peroos'd.ems vivn sumidos en la angustia generada por un mundo al que

  • ill'10 LA socrEDAD MEDTEvALno se sabe dominar No es que se trate de una sociedad inmutable, peroestos rasgos se manilenen durante mil aos, ro msma*qri""n liirono-ma ly estrecha dependencia , to roiuioizo.

    Corwiene, por otra parte, hacer la siguinte salvedad: los grupos so_ciales no viven al ma.rsen de lasuerzar"rlo naturaleza. Sin caer en und 7.e

    rmi y x.m 2 g e o g r fi c o q u ",

    u k, i, i i*pl x n, h, b, ; i";- ; r;;;r-o t "

    n _cin a la influencia der ririeve o del cEmL. En suma, nuestra repin sediv.ide en dos zonas, bien detimitao, , ii r;;;;;;;;;'ioiifo'iro, oorillas del mar latino, las lluvias, votenias tdanun,""t;;,-;;;;;;;;;;;;";;;;:,!"ri"i,,trT;i!,:?j;:#;en los montes y la sequa en el llano. E;* i;, ovos, bajo las encinas, elcultivo da una produccin escasa, prro

    "i ti*bre del campo, frugal pornecesidad, s9 aferra a su pequeo bien. En la vida ;;;;;;;;;; ,r"frecuencia el pastor trashimwe, *ro i"iudo, que como er aldeanoes poco dado al progreso.tcnico y al desairollo social, y depende poretto det habitante de tas ciudades y ta riii. mrqiiiil,i "lrZriirro_ta, no sucede lo mkmo con el ma4 tan cercano: ps de mercaii, ii"r_nos, pescadores, regiy de la.s ciudades griegai y de laJrbs, ,riii*o,naturales propicios al.espriru emprend"edoi oi o,in d; ;;;;i;;;';, ",

    c.ontacto con los pueblos visitadoi, a la sutiieza,'la gentileza, rlru",individuales que se combinan "o*o

    pu,"iri-"on los ;rr;;;;;r; ;";;*_les que forman la verdadera, Edid uini. g"ra "iir"o-lirrp:.#rapara adaptarse a las

    _contingencias irmeiaa, o ,upri,riii,explicar el retraso en el q.ue fieron qu",iinn "rtus

    regiones que habandirigido el mundo. su debildad *rl -." momento en que ra tierralo ey ndg- ras rereg a ros dmbitos d"- ia-")eocn artstica y las ope-raciones bancarias, prestigiosos p"ro ,""u*o,rios. Mucho *a ,ii;iii, ytambin ms diversos apaiec"n los pases ,ilr"r y gerrnanos, donde cre_cen los robles y las espigas en la tiirra faitii-y

    "rp"ro, y un pueblo den_so de campesinos y guerreros sieq v;rdadramente las bases de unasociedad nueva. No habr dificu*a "" "niii, tos m,atic"i ql-;;;;;"determ.inados

    .r,,s,.os geognificos "

    b; i;;;;geran las etnias: el hom_bre del boscaje bretn o rre ios montes , riizro, er pastor de saboya,diferente del labrador.suabo o picardo,et "s*li. ri;:,:;;";r;;7:r"lugar"comparable al que tienei ms al srr.' r"rdad es que un vigoro_so esuerzo de los historiadores del sol ha iabao ,on ir-iriu";;7;;;,

    nrdico, antao condescendiente con .u jiit, del sur, y i, ir'ii"mejor la originaridad y, a veces, ra precoidad de mucs ,rrrl*ir",mediterrneas. pero la'madera y el hierro, ,:llu"ro y la piel, el trigo y laleche, son tpicarnente medievaes, y irt "oi"."fors suplant a Roma, yfue por alguna razn.

    El camino a recorrer tambin es determinado por las observacio-nes anteriores. Si la Edad Media se disting-ue de la Antigedad es porel desplazamiento del *orro g"ogr,i- rn' "t

    qu" ,e *u"ri, sus.fuerzasuivas, por et progreso _qy" u arr", rZ_ r"r"o*;T t:*r*_bres hasta entonces considerados i""i"oriot que imponen los germanoso recuperan los celtas. Esta lenta smosis "*pirzo **porZl"'*o,I o s h i s t o r i a d o re s c a l ffi c an a,

    "

    * * oiii' ;, ; i " "i; r- ; "' i

    -r:

    i {t",,T *rr r, _mente en er ru. En este sentido, nuestros'cortes acadmicos conducen aengao' sobre todo si nos ceimos ar timbito de ra historia social: unavez terminada rafusin d9 ros dos mundos subsiste trn"i*"lii"" to,suieciones ! los marcos here(ad:y qg 9in-if*r. Lo nico que vuela enpedazos -y no siempre- es lafni.gil dicir;cin

    "ruoo,r-qllffrr#)un_t en su imperio. Un profund ,i"r",iounsmo caracteriza, pues, loscinco primeros sistos_yedigvale, y-1tiri"r,r" i" ,;;";r;,;;;;:; r; ,r"buscar un hito es purq teora o fastidioro iiiino.Luego, en una lenta gestaiin _unos dos siglos_ entre 900 y I0g0segn los lugares, se ua pefilando una ii"ro ,o"rad en la que lasnecesidades de la familia y ios interes^ i" ir, grupos.se equilibran, enla .oye l2econmco prlarii"11:iq* trlira"r, la retajacin sobre etmiedg' Tbdo lo que re da a ra Edad Meda- europea su rugar en ra aven-tura humana surge durante los tres o ,;;;; siglos que van de los nor-mandos al lecho de muerte de san tus: it aumento demogrdfico, laapropiacin definitiva del suelo, la red de caminos,

    "l p,ri"flln*_

    mo, y tambin la victoria de la pareja y el despegue de una Europa con_quistadora de los otros munds. i"" q;;;;';;;;;;;r;; ;;*"acerca de las premisas, pero no acerca di la lnea " t;sjr." *"""--

    una,mutacinfundamentar! eunqui-i-no r"r" de choques violen-tos, por lo dems sin graves consecuencias, aceleren su curso o acen_ten sus rasgos, por lo menos despus , ii'so, t, "irirliil fi""riLroantes del ao m, orosigue su iarcha tii

    "" verdadero cambio hastabien entrado el sigio xwil,

    -a pesar (una ve7 ms) de la vieja herencia delos cortes universitarios debuizoi. ; 17;;;r',,so M:"dil,;;;;,,tendr que fingir que creo en su existencia, pero ;; pr;;;;';;r";; *bre que conoci a Diocleciano es el ir*, r, ,t qrl ri-, ir";r;;;;rr,que su descendiente atemorizado por el li *r, se parece mucho alcampesino de Luis XV y que la articulaciin unaam"ital ,, ,rZi"""entre ambos. Desde luego, se pas a travs de *rrnii'rtopo";;;,1r,

    estados>> a los rden"ro, y , stos a las- o,clasesr; el clima mental,s 1!re. todo.e I re li gioso, s ufi alte racioiu-liro de spre ciable s ; la ao_rida d cambi de a so e cto,- y e.n la . ptoniiir,' i, fr";tr r- ;;l;iiT.ri uhay ilusin. Evidentemente, lo rcnr ,n

    "lrlio.

    wrnooucclN ll

    rii

    il

  • 13INTRODUCCIN

    LA SOCIEDAD MEDIEVALt2

    Tambin puede ser provechoso que el le-ctor tenga una idea d'el ba'

    gaie documentat de ,"T'"7'"'i-11-'111111"r Dscribir no es nada

    fcil: las estrucruras poltics' los engranaies.de la iusticia' los resortes

    'de ta econom', tt' ';;;i;;;"""t i"tiii"it'

    tos sieros titerarios v tas

    formas estticas o'n'i'\i'io 'ito'oty in" su tramd' El estudio

    delosgrupos'o'iot"i'""q"u'"'i-ouo'o'""::;:'3r;2::":;;i;.0'rrtf:,aslectos, que a menudo se considera un

    an

    ?;;;;'Tiol'o''io o7' q"""mos ceimos a este terna' rcnemos

    aue reconocer que La niu*"ito'n es muy escrrsa' El historiador del

    iensamiento o del arte slo tiene que comentar lo que han legado los

    'siglos medievales' El i-ti' "tti'iones y.el dereiho puede deshacer

    el ovillo , ,o"'*o'i v pi""t"'ii i"":":: estdn vivas' digan lo que

    dlgan los defensores-le'li' ti"*po' modernos' El economista ya no lo

    ilane tan fdcil, pero hov en da incuentra una:ompensagiA\^1!1;ca-sez de dabs escrito? t;" ; fu*rc desarrollo de las

    investigactones

    amueolgicas o de la "'oii'"oto' Pero el historiador de la sociedad

    se tiene que limitar iasii exclusivarnente a los documentos' No hay

    nada tan difcit de '"ri; ;;;;i'iind"."

    tos hornbres sobre uno de

    ellos, tan impreciso io * "'el d.e vida' tdn poco claro como una

    conciencia de clase,"r";;;;;;'i;'nL.cifras v ooiniines divergentes' Y en

    este caso no ,, pu"ii ,rpiro, niruguna ayuda seria de ras ciencias

    afrnes, en su estado"l't{i'l 'i;'1"'iis'

    que estudia el comporta-

    miento de las soced'iis primitivas.' poait a'urar mu'chas c'osas al

    medievalista, p"o tZ*in'[x'* es d"asiaito tenue; el cientfico que

    observa las manchis ,u*"i i" audn le superird al historiador unas

    eauas csmicas i lno' cambios "uyo'ifg"n trata intil'mente de

    dcscnt raarcl "sun;i't

    l'qie lo so i al. exhumar un e s que leto mero-

    vlnglo eon "an'oi'ni''il';o

    de cabaa' aportard una prue-

    ha fu la vlolencia de la poc^a o de la meaiic'ina e la artessna; el

    hlltorlodoraetarte.poaraofrecerparadistintaspocasunasrepresen-Melonc flguradas ;;;1i'io't" del mundo''Pero todos

    ellos son'';;;;;,'-^;;i",n*i"o'"'*;;;*';tlYy-r?.'rry:;;r':';':,;r:.'*"ulrt u dlstinguen mal' Hay que recurrtr'.p

    ,Qu actas? Y;'7"; h'';;;ionado la imprecisin del vocabulario

    galtdct dc la ptuna"ie- ui'no' hombr"s uncts veces enzarzados en concep-

    rcn Jurtdlcos 'oau1'"'^ ""*yod?:

    ct unas realidades mal com-

    prcndldas, po'qu''-io' tl';i";"' Tambii-ii t'o *'n'onado que el'hlstorlador 'a'

    "iio'*io'"'il'ig"- de la extrapolacin en el caso de

    los perbdos p"" ;;;;;;*'''' De lo.s 'rtoi'"t v N nos ha llegado

    una veintena a" piii"'"r" ylriot mites ie actas. .Es suficiefie para

    dar una a'o 'mo'fri"t

    "in' sobri todo en quitania' saionia'

    Eseociay Brutaa, de las que no sabemos absolutamente nada? Y todavfa

    so ffata de un perlod'o bin conocido' en con'tparacin con el siglo vn o

    e I x. E s v e rd a d qu' p o' i "' l" ;; ; ;il' "" " t to -b a g ai 1 a um e nt a'

    -p-e r o' h a.s'

    m el final tropezamos , t'"liio a' ls'fuentes v la variedadde los textos.

    En efecto, una de las principales dificultades de la investigacin es

    ra diversidad. a" u, tnie,nts que hy que aoricar aros documentos.

    IJ no s son texto s reglaiei:ntarios'^ c dnone s c onciliare s' ley e s brbaras'

    edictos, ordenanzas, 'or''uto'"''

    relaciones de derechos seoriales y

    campesinos, ,o,to' u''on";;: {;i" "*i'it* la intencin del legislador;;;;;;";;-irto'o'J'n- ie votuntd' pretenden situar a tos srupossociales en cateSorru'"u''la'i'o' ormalis' pero en realidad' qu

    eran?

    La mayora a" m, ,'iii io lo abe*ot' tot son documentos conta-bles en el sentid.o o*pr,'" bs polpticos carolingios.a los fogaies

    de

    finales de la Edad' Mea'' nnt'e ittoi t" encuentrqn los listados de cen'

    sos del siglo xu, to' oii'it-"ito'ales del si.gto nv' las listas de cuentasdet siglo xv, documen)i"il)'"t's' voluminosos' precisos y dignos decrdito, pues reflejan"

    """"t'i"'An de hecho no viciada por ninguna

    ir"tpl* , p'i"'pi"i intencin dolosa' Pero estos documentos no

    Drestan mucha atencin a los grupos sociales' slo aportan algunas

    'indicaciones cifradas' t hs otras por su yolumen:Hay una tercera categora rnuy supenor t

    los documenn, a" u pii'i'o' "itot' donaciones'

    arriendos' testamen-

    tos, reconocimientos 1ii''sot' el p-a1^nuestro del rnedievalista'Slo para Francia t';;;;;;; *t "'5'000 carrularios' eclesisticoso laicos, varios cient";;;;k;; d" ortgina_les o copias, en total cerca dedos millones de textoi,''ti'i t" h.editado *Znot det 10 por 100' ynunca se non

    "rruio"ri'irr, las los terceras partes. All se

    encuentra t, *otrriofin'p'oli'- nu"ttra investiSa'cin' porque a travsde estos textos tan ;;;;;';; perciben los mviles y las segundasintenciones, ,, *rn"lo"i'iir*"io, de la riqueza o el poder se

    perfila,

    en surna, la silueta i lrt ir,Ures, y de todos los estados' Slo conuna explotacion ,i'ti*ltii ii

    "'' *ina se podrtin dilucidar muchas

    c ue st ione s c ontrov e r tidas'por ltimo, ,"n"*oi lo, obras literarias' Su reputacin se basl sobre

    tudo en to que tienen ;"";;;;;;:;:o' a diferencia de los otros textos' I'os

    tip o s sociale s de una ii' " de ge sta' in fabliaiu o una balada de c orteprincipesca t, prrr"lill i ni*inor de

    -ta sociedad

    -por fin!- unaimagen acabada; p";;';;;'qi"

    'ou"' calibrar la sinceridad del poeta o

    el cronista, su inteti';;";a'"iii"ao a un lado la moda y los preiuicios

    sociales. Pero tambi-n en este caso' ct pes&r d'el esfuerzo realizado para

  • 14 LA socIEDAD MEDTEVALir ryds all del simple cornentario esttlco o literarto analizando laspalabras,y comparando las situaciones, con la ayuda del scilogo,estamos lejos de conseguir nuestro fin.

    En definitiva, la principal debitidad de la historia social de la EdadMedia no es la imprecisin de los trminos, el origen parcial de losdocumentos ni su desigual distribucin, sino ta grin iisuficiencia delas irestigaciones realizadas hasta ahora. Inclulo t" pu"" decir queesta-historia est en paales. Este retraso er-compaiacin con oirosperodos histricos se explica en primer lugar poique el irwestigadorpresta mds atencin a otros sectores de estudio, mi favorecidos ior tadocumentacin o de contornos ms craros. La economa, la sensibilidadrelig-iosa y la poltica parecen ruis fiiciles de abordar, y lo social slo esun decorado de fondo. Por otra parte, durante demasiado tiempo se hapresentado la sociedad a travs det prisma del derecho: cudntas ,rcon-dicin de personas>> y condicin de bienes han servido para clasificara pequeos grupos de hombres en los cajones imagiruados por los juris-tas. Pero y la distancia que hay entre el anhelo clel prniipe y l vidadiarta? Y los imperativos de ra psicologa, corectivi o no,'frinte a lasesperanzas del juez? No es que el derecho, aunque no se respete, carez_ca de inters, pero el hbito no hace al monji. Ahora biei, no fartanelementos, todava dispersos, que permitirai

    "ono"", al ohombre me-

    dieval de carne y hueso. Resulta alentado4 ya que cabe esperar quecon un empleo razonable de todas las posibilidadis que brindin las ic,nicas modernas, pronto llegan el da en que se puedan hacer estadsti-cas sistemticas de los trminos, comparndolos, aprecindolos, paraalcanzar, con todas las reservas que imponen las ineparables hunasdocumentales, el estadio de una explotacin cuantitaiva de las fienteseconmicas o sociales. Mientras la investigacin histrica no lrgu, o1, todos los intentos serdn tmidos e incompretos, al nivel de las hpte-sis de trabajo, como sucede con el que sigue.

    Il,l

    III

    Ili

    Primera parte

    LA CONTRACCTN @.320_c. eIo)

  • ,)

    fD

    Durante ms de cinco siglos en Europa occidental hubo perodosprolongados de conmociones-polticas o guerreras con pausas interme-

    dias. Cada una de estas ltimas corresponde a un esfuerzo de apacigua';;;;l; coaccin, y probablemerte implica unas- condic.ioneseconmicas halagtienas. pnlipiot del siglo w' finales del v' mediados"i-rri,-ptir"ipis aet ,i. p"ro a las generaciones que realizaron.esteesfuerzo, las de Const*tino, Teodori' Dagoberto.y Luis el Piadoso'i"r-ro."i"ron homb que hicieron frente a invasiones o revueltas yi;;;il."paces de dominarlas' Los contemporneos

    -igual que noso-tros- slo eran ,"n.it., u io inmediato' Un de los rasgJs mai 9ris.rn1; Iles de este tiempo queJ reflejado en sus relatos: la imrpcin O*{:,:l Ino"",

    "itu y "i "ri", p* mart por.tierra' a caballo o a pie' u" n'"11"":

    I

    nuevos o poco "ono"r*

    t'grandes.invasiones>>' una expresi1 gue has; I;;;ientes sirvi pa designar el comienzo del peodo, Pero-ique vale Para el conjunto.'-- P, t* cinco siglos anteriores podemos sealar tantas

    "orno lu, que se piorj"ton entonces,- y desconocemos por igual^cada

    uno de estos medios *ii"nior. pero se tr ado en situar una ruptura his-ttu

    "nttt los siglos v y vI' con el paso de-las sociedades antiguas a

    la Edad Media. unus e", se invoca el demrmbamiento de la autori-Jad ro*unu central, otras se hace hincapi en sucesos militares destaca-

    r, "orno

    la toma " n*u o la preponderancia de los caballeros' Peroninguno de estos *otiro, ,e basa en hechos sociales

    -ni tampoc" "1,?" \,ri"or-. Los historiadores del siglo xvlu, ms acertados .que sus ISucesores del XX, consideraron a Carlomagno el primer prncipe *tl; \rx"liif*":1ffi *",Ti,:*:i11"'?i#:r::i'",1;xlT$:'F5j\oue hacemos nuestra, ya qu"

    "n la historia social' cuando no en todas' no

    existe un cambio radical entre Roma y el siglo tx'T";;ry;;;" de la historia europea que marca lo suficiente los. orimeros siglos como para que ie pueda considerar el sig-\ ffi;;;-;ilui" J" color, cuando no de estrucrura: el peso cada vez ,,\;"";; rot pu"urot celtas y geffnanos en los usos' las tcnicas y el '

    l, -

    l,osslER

  • 18 LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    pensamiento. El hecho esencial del medio milenio cuyo estudio voy aabordar es uu desplazamiento geogrfico muy acusado del marco natu_ral de la historia. Poco importa si su causa fueron las , al acelerar la mudanza del Bajo Imperio romano, como ensea latradicin, o si no sucedi nada decisivo antes de que el Islam rcchazaraa-la Cristiandad lejos del mar, como afirmaba pirenne, ya que el pro-blema que tenemos que debatir aqu no es el de las causas,-sino ei delas condiciones de este desplazamiento hacia el norte y hacia la masadel continente. En trminos de historia social debo indagar ms bien enla naturaleza de los grupos sociales que se movan en la

  • LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    quienes debe alojar, pero no tanto por su nivel cultural o su arte extraflo,sino porque viven en clanes y cocinan con mantequilla. Pero la actitudde la mayora de sus contemporneos, de esta masa enofme que no tomla palabra, atestigua la inutilidad de las disputas de los historiadores: loscementerios, la vida agraia,los nombres de los hombres o de sus aldeas,su ropa, sus costumbres familiares, en vez de reflejar una lucha entre dosfuerzas rivales, una de las cuales sucumbi sin que se sepa por qu,denotan una aproximacin lenta, irresistible, en ocasiones combatida oalentadapor los hombres dedicados al oficio de pensar. Asl pues, no dis-cutamos sobre el de los godos o el valor comparadodel arte helenstico, o de las fbulas sajonas; tratemos de rehuir la ten-dencia

    -muy comn en Francia, sin que se haga nada por combatirla-

    a considerar el principio de la Edad Media como un , o la desaparicin del mundo romano como un desastre,, asve el Bajo Imperio un historiador contemporneo (Musset).

  • LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    i nivel comparado de las costumbres entre el siglo ur y el vn.

    gerada por lo antiguo, y no ha sido siempre as? Lapax rom.ana se con-i, rTpone-condemasiada ligereza a las bandas, grr.ni.us. Esto supone,r' obviar las abominables matanzas y saqueos de hroes preclaros como

    Escipin, csar o Trajano, los esclavos encadenados de sneca, ocultostras las peroratas del filsofo, los pretorianos, los gladiadores, la sangreen el circo. cicern nos esconde a Espartaco, y de pronto slo vemos aesie Itimo. Es mejor arrojar a un esclavo a las mornas y a un crisanoa los leones, o beber una copa rebosante de ra sangre freica de un caba-llo_ degollado? Los siglos brbaros no merecen el oprobio en el que han

    - cado. En ellos no hubo ms torturas, matanzas, robs y opresin que enotras pocas, lo que ocurre es que despus del siglo iv iodas nuistrasfuentes sobre la moral prblica proceden de los hmbres de la Iglesia,indignados con unos abusos que sus predecesores de la Antigeda gre-comomana describen sin emocin o resean por alusiones. Los condesmerovingios no fueron ms sanguinarios y rapaces que muchos pretoresromanos,,los prncipes o nobles no fueron ms perversos y ,orces quedurante el siglo de Augusto. slo se podr advertir un dsphzamientode las causas y efectos de la amoralidad, y sera intil discutir sobre el

    como la peste o el clera que asolaron Occidente entre 550 y 750, puesen los siglos xv y xv ras hubo peores. Es sobie todo a causa "r

    "riiri" i"1pavorosa coaccin que inmoviliza a los hombres en su condicion y enrr-lece su persona. Tampoco en este caso encontramos ninguna diferencia]entreromanidad y barbarie: ambas sociedades se basan ,", r",..r""ffiiya hablaremos de eilo-.La Iglesia protesta dbilmente, prr" .""

    ""ri-9:* gl" el trabajo es alienalrc, no ti"n" nuu ,"o qr;;rop;;;;. ;i;;._tejo del esclavismo avanza sin novedad: esiancamrento tcnico, falta deespecializacin, rendimientos bajos, riesgo de estalridos desesperados ysangrientos- Proseguir mientrai dure ra"Antigtiedad. pero los hombreslibres tambin estn sujetos a ras coaccin"r iirpu"rtus por ra fam,ia, elpoder pblico y er dueiio de ra tierra. sn il;n por retener ras piedrasque se desprenden de la bella construccin rornuni, to, ".np"ruaJrl.*J"tsiglo rv dejaron a ros hombres inmov,izaJor

    "n ,u poricin social o eco_nmica, como hacen ros jefes_brrb-or p*u qr" Ia tribu sea ms maneia-ble, y como tratarn de hcer tos caroti,ijior;;;;;;.1

    .t;i;il"^*,

    2. Una exigencia de renovacin, una movilidad constanteInsomanos y los brbaros comparten un fuerte deseo de cambio. siuno de los rasgos mentales de la Ead Media, que hoy podemos com_prender perfectamente, es la aspiracin a ofra cosa, el ms all, los nue-vos horizontes, una suerte mejor, antes ae iregada de ros germanos yase advierre con craridad. En l poca e Ausorio, or"r" pJur*los atractivos de ra vida der terraienient","il" de una sociedad cn Iaque cada-cual ocupa su puesto. pero >, se burlan los saUitrono.. iui r"rflp"-'riinterviene la Iglesia y ""rguro* r"nuor. *rii"ru, que entre los brba-ros sus intereses estn a,salvo, henos aqui sin habrlo p."ui*, * iuGalia

  • 24 LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    cuerpos mezclados de las necrpolis lo demuestran. Ya volver sobre eltema. A veces aparece algn remilgado que se queja del olor ftido o lajerga de los recin llegados, pero es la voz del pasado. Adems, slo ennuestra poca se ha dado a la palabra

  • UN MUNDO MI,JLTICULTURAL 27LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    visigodos y los vndalos debido a su arianismo. un historiador ha lle-gado a decir que el sacerdote fue el primer de la sociedad de latta ga treia. se olvida que en el corazn mismo de la pennsula ,/Ibrica, por no hablar, evidentemente, de Galia, durante el siglo u nt'haba en todo el pas ms de un 10 por 100 de cristianos. Ofuscados por

    = las historias de reyes, obispos y habitantes de las ciudades, obviamos la/ onseanza de los cementerios. En ellos, hqqtq."-Lglg lllJgrg3ot-gd=tianos pierden la b.3glla-antelas-hueltls-rte'u".- nismo-obsti{TredaspdE -ms atl, ofrendas rituales). Ms an, el resurgimientode los cultos agrarios antiguos, muy anteriores a los romanos, es patente:los ritos de devocin al agua, fuentes o lluvia, a los rboles, al tneno oa la luna llenan de indignacin a los predicadores. Su tarea es ardua, yaque sin llegar a las

  • IF0

    nr., \"(LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    ,i I este asunto. Como armas son eficaces, pero se pueden usar ya? La Igle-I sia es amenazadora, pero su hora todava no ha llegado.Ante la decadencia del poder eminente, la Iglesia era la primera

    ! autoridad moral, y su actitud en los contactos entre las comunidades- / romana y brrbara fue crucial. Su misin universal poda haber hecho

    que rechazara el conservadurismo social heredado del Bajo Imperio,desinteresndose de la res publica, de los asuntos pblicos. Por el con-trario, fue el principal elemento de estabilidad de la nueva sociedad. Almargen de los juicios morales que pueda sugerir su actitud, es justoadmitir que no era posible ninguna otra posicin, ni probablementedeseable, si se queran conservar las frgiles races de la nueva fe. Loselementos de accin que posea la Iglesia, negativa a sufragar con dinerolas necesidades de los prncipes y rmenazas de sanciones espirituales,no eran nada eficaces, y supo usados para defender tanto sus intereses

    , como los de Ios ms humildes. Por desgracia, la propia naturaleza de su

    f reclutamiento jerirquico y la amplitud de su misin secular hicieron quese solidarizara con la aristocracia.

    En efecto, hasta el siglo vu la Iglesia es sobre todo el obispo, comohe dicho antes. El obispo, adems, es casi exclusivamente el amo de lasciudades. La importancia de sus tareas

    -{ue no vamos a analizaraqu- y la enorme responsabilidad moral y material que acaffean nopueden caer sobre las espaldas de un hombre humilde. El obispo debetener clientes, apoyos, dinero, capacidad para dirigir un tribunal, encar-gar una construccin y vigilar a los esclavos. Pudo haber obispos dedudosa moralidad. Gregorio de Tours conden a varios de ellos, nodemasiados en total; pero muchos menos no fueron de origen aristocrti-co, por lo general romano. Aunque tuvieran cierta independencia de cri-terio y caridad, tanto Gregorio de Tours como Avito de Lyon y Desideriode Cahors son proceres, no encuentran ninguna contradiccin entre suformacin y su misin. Socorren a los pobres, condenan la esclavitud,reprenden a los tiranos, pagan honradamente a sus trabajadores yluchan contra la venganza privada y las malas costumbres, pero admi-nistran enorrnes patrimonios (el obispo de Roma se hace cargo del fiscode la ciudad), cobran parte de las multas y requisan la mano de obra.Como no pueden derribar el orden social, predican la resignacin alesclavo y procuran que el rico considere la riqlueza como un beneficiodivino que implica ms deberes que derechos. Por ltimo, muy pronto,ya que los primeros indicios datan del concilio de Agde de 506, justodespus del hundimiento de Roma, la Iglesia se pone a salvo. Parapoder llevar adelante su misin caritativa, solicita a los jefes brbarosquedar al margen de la justicia pblica, y lo consigue. El fuero eclesis-

    UN MI,JNDO MULTICULTURAL 2928

    tico de Galia, confirmado ms de diez veces en el siglo vt,grs-raficadopor los reyes en 614, justo cuando lo obtiene la Iglesia de Is reinos his-pnicos. Puede que sea una sabia precaucin, pero en una poca en queia Iglesia se ahorra cualquier contradiccin interna, porque no hay vitali-dad dogmtica en Occidente

    -pensemos en el fuerte impulso de la

    Iglesia oriental, o budista, en el mismo momento!-, la Iglesia latinaencarna el triunfo de una casta aristocrtica. Otra precaucin fue la pro-liferacin de inmunidades, que pusieron sus bienes materiales a salvode las expoliaciones privadas. Hacia 650 algunos laicos gozaban an deeste beneficio fiscal, que poco a poco se fue limitando a las tierras de la

    -,

    Iglesia. Para los ms humildes, ya no haY diferencr:,:Y:jl"l::li: \de la iglesia y el del palacio. No tenemos noticias de que se le reprocha-ra al primero que se comportase como el segundo' Para los crisanos, yeste deslizamiento es fundamental, la lglesia carece de rostro en la tierra.No es una proteccin inmediata, un refugio para miserables, sino unagran esperanza abstracta. Las consecuencias morales son enoffnes, y vandesde el xito muy precozdel monaquismo, retirado del mundo, haita la iprofunda espiritualidad colectiva de toda la Edad Media. J

    II. Esrao v eRAnQuA,Aunque la Edad Media es vista con inters por nuestros contem-

    porneos, no tiene buena reputacin en el mbito . Se sueleconsiderar un perodo sin orden ni autoridad. Los prncipes brbarososcilan entre lo odioso y lo grotesco, en los tiempos feudales reina la, y en general las guerras y las pestes lo oscurecen todo' Es elresultado de una reflexin

    -y una enseanza- marcada por el espritujacobino, y un poco antes por el del absolutismo. Slo se da valor a loque estr centralizado. Es sabido que en Francia esta conviccinrozalacaricatura, pero sin llegar a esos extremos nuestros vecinos tampoco selibran de esta nocin de unidad, fuente primordial de la

  • 30 LA SOCIEDAD MEDIEVALf-rN

    uur.lo MULTTcT.JLTURAL1

    3t1. El recuerdo de la res publica

    En el proceso que se hace tan a menudo a ra sociedad brbara en suscomienzos, la primera acusacin es ra debilidad del pensamiento porti-co. Esta opinin se susrenra en er increbb il;;;'d"];;;*p".merovingios, y del siglo vn lombardo. En realidad, pri-* t uJu qu"demostrar que- el.Bajo- Imerio romano, "spues " t"oo.i,:f,resentaun panorama distinto. La insubordinacin diros gobernuoi"r, i;ir"p*tencia de la fuerza pblica,Ia anarqua en er palao y ruirrn..iu. ru.leyes no son menores en 450 qu.

    ", OOO. ir.trrol, grrpriUl".germinicos se advierte una capcidad para volver u ta ,oEion "'uu,ori_dad pblica' Teodorico y varibs de sus sucesores ostrogodos en Italia,con sus hermanos visigodos e-tiempo de Leovigildo o", n"""ruinto,legislaron e inquirieron por er bien i,iuii." tanto como Mayoriano, erltimo soberano romano digno "

    ".i" nornUr".Aunque nos ciamos a Ios pueblos que han merecido un juicio mssevero, hay que reconocer que se muestran mugho ms capaces de Io quese dice de tomar er rerevo a Roma. Los nietos de crodove r" ," *t

    "-zan entre sf tienen mala reputaci.1, pero poseen tropas, un poco de di_1erg, 1en9n con regularidad su tribunal y estn ,od*;u;. J; p,luaode fieles. Dos siglos antes, Honorio, er"ndido

    "o, utguro, ;;;;;;

    "Ravena, 1o fu9 capaz de reunir ras 4.000 ribras y a ros 10.000 hombresque habran salvado a Roma de Ararico. La autoridad regia e lor-u,er-ros no es muy inferior a ro que en er Bajo Imperio queda"ba " r. pr"."-gativas pblicas. La propia nocin ae pAer, aunqo mry i*pregnaaa O"preocupaciones guerreras _pero acaso los empradors n erin elegi_dos por.ef q&cito?-,persiste aep"ues a. ru

    "ura1p"i".1.il "rp!T_o"uJ. infgena al que los franios, Ios visigodos, Ios lombardos y losDurgundros contiaron Io que quedaba de ra administracin, segur ai-

    :luL9::::lanq { creyeno en ta permanencia de un corc"pi"Brou"rooe unload rmpenal, sino que los propios jefes brbaros compartan estepunto de vista. En ninguna parte encontramos un espritu e ominaciongermnica, ninguno de estos pueblos pretendi imponerse rl, .*.r"i_dos. slo orosio despert en er visigodo Atarfo ra ambici;de;;;aruna Gothia, y puede que se trate de na invencir. r""ii, ;;;_derososcomo-el ostrogodo Teodorico, ros ms artivos."rL

    "i"-"rg"Eurico,fos ms alejados como Chilperico, nieto de Clodoveo, ," utUu_yen ttulos romanos e incruso Iregaia flamarse servidores "i"*p"i",de Oriente.

    En cuanto a los pueblos, permanecen fieles a ra nocin de autocra-

    cia' Antes era romana' ruego pas a ser bbara, un simpre desrizamien-to que no afecta para nada ala naturalera ie ti ""r"".

    gr;;;r"parte se abre camino, entre las conmociones guerreras del siglo vr, unareivindicacin de ros indgenas .ont ulu tuia germanica. Ar contrario

    -r-y es un rasgo esencial_, esta especie de liberismo a;; ;;,la sociedad un gobierno ms zuave prop"iol consoridacin de un sen-ti4ieto asombroso, una solidaridu ""t " io_anos y gernanos, casi unqacionalismo. Su aparicj1fue ms jr.ii anir"

    "ip#",iilr_mo,habfa sido importanteincluso *_tu epo.u romana, en pleno siglo u,como la Galia central.o Hispi. En este ,ittrrno pas los habitantesayudaron a expulsar a los bizntino. ", "i rigio ,rr.'E, Jil;;;;;,turonenses y auverneses se entusiasman po,

    "t'.erui.ro u u, i"v aru*o.Inclus.o en.Itaria.er puebro apoya a io rirogoaos conra el ejrcito(romano de Justiniano.?n:E1 definitiva, el mejor ejemplo de esta identidad de las reaccionesmentales ro tenemos

    "n Bretaha, onde ra expursin casi totar de los ind-gelas hace que no se pueda hablar de influencia bir;ir, ;iJ;;;;;*

    sin moral de las antiguas pobraciones romanizadas. pero n ly pi"1 rpes cuyas exigencias administrativas sean ms ngurosa, y ."gutur", ql" \los sajones, por ejemplo los del suroesre, qr" ipr*turi "i?"r""iJ" talbergue (feorm),la corveapblica y la l"ra'*ifitu.. O.."i_"g", ; ioficinas, tribunales ni legislacin, y ro ," pu"a"

    "o_p**-ui?"Vi."'" IMercia con constantino. Br predominio d;;u autoridad estrictamente Jp.ersopl sin el soporte de mecanismos administrativos, ni ,iq;i;;;;;;"_riorados,. impide cualquier comparacin

    ", ,rt" sentido. pero resuhademasiado cmodo contraponer Ll i" del emperado.-*ugirt uao, [u"ejerce el tmrerum por deregacin der pueblo Ln p.o der inters comn,con la brutal tirana de un jefegu"o- qu" consiera

    "tp;il;;;;;;,bien familiar; y condenar,lvidntement sio rp"tu.in, er

  • LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    habla de la res publica slo piensa en el emperador de Oriente, pero yahe dicho que los hombres corrientes eran ms realistas cuando recono-can en Clodoveo o Recaredo los elementos de la autoridad es divas, comoel emperador de antao, sagrado en el sentido comn del trmino, y tam-bin sagrado en el sentido religioso, bblico

    -lo cual no ocurra con losromanos-. La uncin que reciben los visigodos en 621 y regularmenteal final del siglo vn, la de los reyes sajones, la que obtiene Pipino el Bre-ve, la del propio papa en 571, convierten al rey en mensajero de Dios.Puede llevar la prpura y la diadema solar como Teodorico. Mejor an:esta legitimidad casi sobrenatural, tan codiciada por Roma, adopcin oherencia, sin obteneda de forma duradera, la tienen de nacimiento losreyes

  • ttodos los poderosos, empezando por los reyes de Francia, fue relacionar-\ se con ella. En todo caso, durante el siglo Ix, como antao, el regnum es

    '-\) algo natural, como un bien de familia, un patrimonio que se puee com-partir, en detrimento de la unidad romano). pero es un error ver unacontradiccin entre estas dos ideas: a partir de Verdn (843) y hastamucho despus, los sistemas de las , con un jefe quees el nico emperador, mantienen la nocin del imperio cristiano. ose toma en serio? Entonces, por qu se admiten las divisiones romanasque empezaron en el siglo n? Por ltimo el aspecto sagradolms ade-lante llamado

  • LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    de unimales y se deja levantar sobre un escudo cuando pasa revista. Enounto a los federados>>, a partir del primer acuerdo de 332 hasta elnvfo dc los ostrogodos a ltalia, en principio avalado por la autoridadlmporlal, al final del siglo v, su papel, su influencia, pertenecen a la his-iorl dG todo ol imperio. Estos cuerpos de ejrcito, aunque nos ciamosal oJrelto rcgular, suelen ocupar unos crmpamentos instalados a lo lar-o d loa grandes itinerarios, por grupos de varias cohofes. Sin dudadebomor atribuir al deseo de integrar a los soldados, romanos o br-bttst, en la masa de campesinos, l creacin en el siglo ru o quiz antesdr gr arociudades en pleno campo, algunas de las cuales han sidoatefvadaa on Galia y Bretaa. Constan de un campamento ligero, tem-plol, torEo y tcrmas, que son lugares de encuentro e intercambio. Si nosbUmor n ol aislamiento total de los restos, podemos pensar que sufffeln fuo un fracaso, pero el esfuerzo revela ya un inters por nomPff fl oj6rcito de la poblacin, y esa meta lejana era una etapa decpltl lmportancia.

    , Gomo todos los hombres estin sujetos hereditariamente a su condi-aln, para loe indfgenas deba tratarse de una casta como cualquier otra,ftpnto a la cual no cabfa tener una actitud de reserva. Adems, antes dequo Bo gcncralizara este tipo de defensa en profundidad, planeada en lapoea de Valentiniano, las guarniciones del limes o las de las ciudadestclbloron privilegios que, en la intencin de los emperadores, debanCtlmular cl voluntariado o retener a los desertores. En el nivel de losotlclnloe se concede un igualamiento entre ttulos civiles y militares,pf lot duqucs la dignidad de clarissimi, para la tropa la concesin detlrnar y la posibilidad de vivir en familia, y para los veteranos exonera-

    ' 6lona, Puo bion, ms tarde los brbaros reclutados convirtieron estasVant{il En un olcmento de fuerza. No las aprovecharon para desruir ellmpcrlo o Bometer a las poblaciones, y en cambio dieron muestras deUnf rA fldolidad y moderacin, como admiten sus propios detractores.hm flgnto a los campesinos galos o ilirios adquirieron un socialO leonmico que convirti al ejrcito en uno de los elementos crucialesdo la aproximacin entre ambas comunidades.

    Evldcntemente, sea necesario calcular sus efectivos, y tambin locallzarlos. Por un documento del siglo w,la Notitia dignitatum, cono-\ ecmos unos datos numricos de gran precisin: cerca de 400.000 infan-I tu* y 100.000 caballeros para todo el imperio, de los cuales la mitad porI lo menos, en esa poca, estaba acantonada en Occidente. El aspecto for-I mal de esta enumeracin ha hecho que los historiadores la consideren| rcrica. En realidad, sabemos que Honorio o Aecio fueron incapaces de' reunir a ms de 20.000 soldados, obligados a llamar en su ayuda a los

    federados, que tampoco eran muy numerosos, entre 15.000 y 20.000guerreros como mucho entre los ostrogodos en 490. No obstante, creoque las oficinas de Miln o Constantinopla donde se elaboraron esas lis-tas se basaban engaosamente en la capacidad para reunir estas cifras,ms que en las propias cifras. Es posible que todava hacia 400 o 420hubiera, incluyendo a los federados, medio milln de soldados, peroesto no significa que todos estuvieran disponibles, pues se encontrabansumergidos en pequeos grupos dentro de la masa campesina, realizan-

    , do una imprecisa labor de polica, y mezclindose cada vez ms con los

    ,/ hombres del lugar. De esta forma ayudaron al nacimiento de la sociedad' ,fur y a la vez guerrera de la alta Edad Media, cuya aparicin no se' poa explicar sin tener en cuenta esta lenta y prolongada penetracin

    del elemento militar en el nivel ms bajo de la sociedadLa eliminacin progresiva de cualquier autoridad romana>> sobre la

    res militaris provoc un cambio de peso importante. Tal como era su cos-tumbre, para los jefes getmanos cualquier hombre libre y til era un gue-rrero. Como dijo Halphen,

  • ( S"ic38 LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    {e marzo a mayo para el momento de la reunin armada (hacia775 enGalia) podra responder a la necesidad de encontrar forraje maduro en tie-rra enemiga. Al respecto se cita el ejemplo de los berebres, pero es msapropiado el de los lombardos, famosos jinetes, especialistaJen h cargapesada. Ahora bien, esta carga requiere un caballo valioso, y remonta,anas capaces de aguantar el choque frontal, coaza-llamada brogne_y casco cn nasal. Los capitulares de carlos y Luis describen el empleode todo esto, pero tambin despotrican contra quienes se escabullen b seabstienen al abrigo de estas riquezas, escasas y preciadas. Es as comovemos surgir con faerzala siguiente nocin: el verdadero soldado no sloes libre, tambin es rico, o incluso es un mandado que ha sido armado aexpensas del rico, para que luche en su lugar o a su lado. Los dems? Seles sigue convocando a la hueste, por principio, pero van a pie. Entrevarios de ellos se elige a aquel que debe combatir,iuando se encuentrancerca del escenario de la guerra. Y a los libres en general, cmo se lesobliga? Deben cumplir el iervicio, pero lo hacen loment","y

    "on menos

    gastos. El caballero, eminente y temible, el featn que tira del carodetrs de 1, con forraje y vino? Quin adivina lo que sigue?

    Heredado de tiempos antiguos y reforzado con el asentamiento delos germanos, el conservadurismo impera durante cinco siglos entre loshombres de occidente. El soberano carolingio, como antab valennia-no, est convencido de que cada cual ocupa su puesto en la armonasocial, y cualquier cambio acarrearia el desmoronamiento del Estado.Pero cuando el emperador romano relegaba a cadahombre a su oficio, asu funcin, pensaba que estaba trabajando por el bien comn, y esperabael consentimiento de los ms clarividentes. El prncipe franco est con-vencido de que la yuxtaposicin de clases sociales procede de un de-creto de la Providencia: Dios ha situado a cada individuo en un grupo(ordo),le ha dado una tarea (ministerium), y esto no se puede cambiarsin cometer sacrilegio. El propio prncipe ocupa su lugar, y Luis el pia-doso e una deduce que le corres-ponde ser el gua y consejero moral de todos sus sbditos.

    La profunda religiosidad que caracteriza a los primeros siglos me-dievales, mientras se va borrando el recuerdo dela res publica, explicaesta concepcin. Pero hay que aadir que los eclesisticos son los nicosque se dedican a pensar, y para ellos el ideal es el ordo de los monjeshacia el cual todos deben tender. Para los pensadores del siglo Ix, comoTeodulfo, obispo de Orleans, la sociedad est dividida en tres :los monjes que viven al pie del trono divino, los clrigos que preparana los fieles para la salvacin, y los laicos que

  • 42 LA SOCIEDAD MEDIEVAL APROXIMACIONES A LA VIDA COTIDIANA

    y sin duda albergar a varios cientos de hombres, como verdaderas ha-ciendas del mundo antiguo. se han hecho algunos ciilculos de la densi-dad de sus parcelas. La prospeccin sistemtica de Roger Agache en elcentro de Picardfa ha puesto al descubierto ms de 500 para un total de900 aldeas actuales, e distintos tamaos. En Warfuse posee unasdimensiones de 500 metros por 150, y en general son de i50 por 50.Naturalmente, no se puede asegurar que sean todas de los mismossiglos, pero el total es impresionante. La observacin area en el Magribo en Espaa, ms escasa y sobre un terreno ms escabroso, tambin hapuesto al descubierto un nmero importante de parcelas. se ha pensadoen un origen prerromano, basindose en los cercados de la Tne cltica,tambin reconocibles. No es ese mi parecer, pero de todos modos lasformas geomtricas estereotipadas de las villae denotan, en todo caso, elafrn de dominar una parte del suelo._

    Podemos darnos por satisfechos con esta visin de omnipotencia?_Roma no es ms que un entramado de ciudades y calzadas mpedra-das, o una parcelacin regular de grandes dominios colindantes comolas 30 villae de santa Melania de sicilia? Esta es ra visin tradicional.Una

    _vez ms la arqueologa se encarga de acabar con ella. para quservan unos vastos recintos de tierra como los que se conservaron enAuvernia hasta el siglo x (Escorailles), que a veces abarcaban decenasde hectreas (130 en Vendeuil, al sur de Amiens, 60 en Lombren, en elGard), si bastaba la villa para agrupar a los hombres? De dnde vieneny adnde van estos galos cuyos conciliabula son tan temidos por Csar?Qu papel desempean los pequeos fana aislados en medio del cam-po, en las cuencas de Londres y Pars, si no hay fieles cerca? por quconstruy Roma las agrociudades antes mencionadas, si todos vivfan enla ciudad o en las villae? La respuesta es clara: fuera de stas tambinviven los hombres. como no se les puede confundir con los de los yici,burgos de los caminos que tambin son conocidos, significa que existeotro hbitat, desperdigado, ligero, que no ha dejado cimientos n el sue_lo que puedan ser detectados desde el aire, ni mosaicos que el aradosaque a la luz. Cuando se pasa el Rin o el Danubio, se comprende que,con toda seguridad, era esta la forma comn del hbitat iampesino.Quin es esta gente, en la zona romana? Colonos libres que tiabajanen la villa ms cercana, en la que slo viven esclavos, o campesinosdueos de sus bienes? Salta a la vista la importancia de la respoeita.

    El sistema de la villa f:ue decavendo. En muchas regiones la ar-queolo@a ha descubierto hueilas devilrae aban-donadas en el centro de la cuenca de Londres y en Costwolds, BajoSena, Maine, Santerre, Lorena y Alta Borgoa: una clara solucin de

    43

    como la aprisio del Languedoc, los clculos del nmero de nios decla-rados en los polpticos, gomo los que acabo de citar, han sog"riao U i",d9_Ou9l-a f99a carolingia, el-siglo rx en conjunto, fue una fs" ";;_sinde la poblacin. personarmente creo qu slo se trat " ,*."ip"-racin parcial del terreno perdido, y que rs coeficientes poritiuo, qr..encxentran aqu y all son demasiado moderados como para justificar erfcil entusiasmo de los admiradores del gran emperadorrr, q"uien, dichosea de paso, tuvo tanta responsabilidad ensto como el desdihado Justi-niano en la pandemia pestfera.

    -

    Estas disputas eruditas carecen de inters, y no deben distraernos de;l ll cllstjon principal: !1v trocor hombres, estn muy ."p*uor, y proba_/ blemente carecen der dinamismo que caracterira a os siglos posteriores.

    Cmo viven?

    I. UN rsrrAr mcnHasta hace unos treinta aos, o menos, estaba vigente la teora de

    una continuidad, de una permanencia del hbitat rurJ desde el mundogrecorromano hasta nuestros das, y la . Por lo menos en los pases antao romanizados, porque

    "n ot oa

    l.ug^ares hubo que admitir lo conrrario. Aunque todavaAu"; uiguro,defensores de la , basrndose "n

    uro, pocs ejempis, laarqueologa ha barrido todos los dems.

    1. Elfin del reinado de la villaPocos elementos han contribuido tanto a ra buena reputacin deRoma como lavilla, sus mirmores, sus mosaicos y sus estanques, visita-

    dos sin falta por los turistas. varrn, columela, aladio, tr-iie, virgi-lio, luego Ausonio, describieron su trazado y sus encantos. orientacinideal, edifi cios , parcelas bien trdenadu., uunqr" J rnrr_cio de la llegada del senador, el administrador, alatigazoi, t"riu qr"hacer que los esclavos se metieran en sus tugurios puiu ro'or"r"ituvista del amo. I,a arqueologa que las ha estud'-iado d Bretaa u i"itiu,sobre todo la area, ha revelado sus distintos tipos que no uoy u Lru-merar aqu. Del enorme edificio nico de Toscani, loreinos hispnicosy Aquitania a las casas alineadas en dos alas hasta 300 metros de lamansin del amo, como en P_icarda o en Brgica, estos beilos conjuntosy sus dependencias, patios y huertos, podan oiupar hasta 5 u g hecirreas,

    ,p

    "!-(a/

  • 44

    continuidad, atestiguada por la cermica y las monedas' separa la pocaromana de una eventual iecuperacin tarda del yacimiento. A veces sei;; e" un abandono bruscoi45 esqueletos en las ruinas calcinadas deVtont-Saint-ean, junto a Le Mans), bfias de una decadencia progresivaiJcpsito de cenizs y desperdicios estratificados a lo largo de dos siglosin ;rgunu, villae de pi.*iu). pero la mayora de los casos se deben atratt-ot antiguos o ineluctables. En el siglo w ya estaban en decadenciairt iipf"t*i""nes de Bretaa; las incursiones del siglo ru en Galia o enftetvciia son la causa de los principales abandonos; pffiece que en otrosiuouttt el suelo perdi valor y su xplotacin decay hasta que escasei;?;;;. ;uru.b"ro" luego en el siglo v no haba desaparecido ta.villa,Doro Bu estructura yu no

    "tu-lu mismfy haba perdido su rango' La llega-

    ilil;;rr""nos y los rebrotes prelromanos debieron revalorizar losnorfos di chozas, ms acordes con las costumbres brbaras o celtas'

    \r^J-\q*_-LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    2. Aspecto disPerso del hbtqt

    contrario.

    APRoxIMAcIoNEs A LA vIDA coTIDIAN e' 45

    que en otras partes, para que se volvieran crnicos' Por ejemplo, en lailontaa, donde la tirra -tit escasea y se agota pronto, en_los pases detrashumancia, donde estos movimientos conciernen a los hombres y alganado, y en los linderos de los bosques de Germania' donde los campose cuttilo se desplazan todos los aos. A falta de un control eficaz sei,r; tu io.rtuitiad. Es ms que probable que los cal.veros culriva-;;; ; ambos lados del Rin, no ie

    "ultivT a' por completo t?do-1los

    aRos, ni siquiera alrededor de una slidavilla, y que debrdo a Ia cone-riO, . fu

    "it*ctura familiar el grupo se desplazara en bloque' Una aten-

    ;u1"; de los polpticos del igl,o x muestra evidentes discordancias"rt" t"p"mcie y proOuccin.

    Entendmonos: la parccla cultivada esti*it"u, con lindei conocidas y el suelo apropiado' Tambin "'"ll! rcaso los valiosos textos carolingios son claros' Pero por este esPacll Ilos campos

  • 46 LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    c

    la de los polpticos, deros ribri traditionum, deros Brevium exempra, q.,edesdehace tanto tiempo ha centado la atencin e los eruitos "o"ionu-dos. No me corresponde describir aqu su organizacin

    ""or*i.u, ,i "momento escrutar su organizacin sociar. El probrema es que no ,u"-o,nada de su estructura material: madera?, ii"a*t, .i',ltrrf,-,,u-o?.E]-nico ejemplo suficientemente claro]'el del fio " A"r;;*_ca.de Lille, puede sugerir una disposicin generar muy similar a i J unuvilla galonomana. Las

  • 48

    DbDD)))),t)I

    LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    t- .' ,,1C{.^4 t1 't-^A' F t rtfn f1-i' i

    bo+\t"*ApRoxrMACIoNEs A LA vrDA corrDrANA 49

    ricin de hbitats secundarios en los que se agrupaban las casas detenentes liberados o, como enlavillicatio germnica, que vivan dema-siado lejos de la villa como para seguir considerndose dependientes.Los -villare, -mansionile, -curticella y otros son sus ejemplos ms segu-ros. De las otras premisas hay algo ms que decir, aunque a pesar de lasnumerosas excavaciones todava no lo vemos muy claro.

    del sur, contraponen slidos argumentos a estas observaciones diflcilesdc rebatir. Par empezar, sostienen que la construccin rural de la riberamediterrnea suel ser de mampostera, lo que dificultara mucho eldesplazamiento. Luego, que numerosos topnimos' como en Francialos derivados de -iacum (-y, ', -ay, -ieu, -ac y algunos ms), que indis-cutiblemente estaban en uso entre el principio de la era cristiana y lossiglos vl o vu, siguen designando hoy las aldeas. Por lmo, recuerdanlfpersistencia de la centuriacin. Aunque no es cierto que se hicierauniatastro de todo el imperio, s se realiz en los alrededores de las ciu-dades, colonias, municipios y lugares de retiro de los legionar,ios. Laslnvcstigaciones que se han realizado en Emilia, Languedoc y el Levante,y gon mcnos xiio en Borgoa, Picarda, Apulia y otros luares, revelanluo la disposicin de las parcelas posteriores, incluso de las contempo-inoa, e alinea siempre a lo largo de los caminos y los lotes de 700 my pico de frente que partan de ellas.

    +D- Una vez admitida la distinta evolucin, fcil de explicar, entre el sur- iruy romanizado y el norte que no lo estuvo apenas o nada, se pueden

    CnC6ntfar algunos elementos estables. Para empezar, en lo concernientea los pnimos. Pese a una opinin my anaigada,-npgggu'L9!fug pj eolalJfl_q-s-ob,re- tqdo- cuando se fogaarorr eq.!{ &L@ * *un tromUr, un geru, un-cian-compls--,acrA rom4!9'-q&l4ry yls -ing grmnicos, que slo tienen gn- setido de*gq!99!vidad,-cqg9.-curtis y hof. Por eso ro que se desplazaron con el grupo humano que

    ,/" levani " cabaas en otro lugar. Hay abundantes ejemplos de aldeas' an -r, junto a los cuales el avin ha revelado las huellas delavilla que

    , antao tenfa ese nombre. Hay que descartar el argumento toponmicoI t como prueba de perennidad. Pero tampoco creo que se produjera una\ I ruptur completa.Me parece razonable pensar que hubo una transferenciaI I Oi hbitat. una redistribucin de los centros rurales, abandono, reagru-\ | prmlonto, divisin, cuyas probables causas ya han sido mencionadas.

    La agltacin interior

    Desde luego, no hay que perder de vista que incluso una sociedadparalizada como la que voy a describir a continuacin no pudo pennane-iCr al margen de toda evolucin durante cinco o seis siglos. Si le damosalguna importancia a la crucial inflexin de los siglos x y xI, es lgicobtisCar sui premisas, su

  • LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    escasas las menciones de ecclesia en los polpticos: esta vez se invocarla existencia de la iglesia monstica, que poda estar muy apartada. Enotros lugares ms meridionales, como en Villiers-le-Sec, el yacimientoexcavado posee una iglesia contemporinea de las casas, y muchos histo-riadores, sobre todo alemanes

    -1o que no deja de ser sorprendsnts-,afirman, basndose en las excavaciones, que hay numerosas iglesias ocapillas cuyos cimientos datan de los siglos vm o Ix. Pero sabemos concetteza que no se trata de casas apiadas alrededor de una iglesia quehaba permanecido aislada mucho tiempo? He aqu otro dato: las capi-llas visigodas todava aisladas en el norte de la pennsula Ibrica, o lasiglesias de piedra sin casas alrededor en Italia. No hay, pues, ninguna

    \ evidencia. Si soy de la opinin de que la iglesia tuvo que acudir en bus-\ ca de los fieles, y no al revs, es porque le doy ms importancia al\ esfuerzo consciente de cristianizacin de la jerarqua clerical que a la\ acumulacin de pruebas. Por lo dems, en este asunto, lo que cuenta sonIlos resultados: la iglesia ya est aqu y all, ms adelante ser uno de los'ncleos del hbitat, y volveremos a encontrarnos con ella.

    II. Pnonucn pARA suBsrsrrRNo me propongo hacer un examen minucioso de lo que se sabe acer-

    ca de las condiciones econmicas y de produccin de la poca. pero enuna sociedad en la que lo primero es la subsistencia diaria, con su corte-jo de temores, la escasez, perderlo todo, tener que huir, conviene anali-zar el sector del trabajo, y sobre todo el de la tierra.

    Se comprende, entonces, que la fusin entre las distintas comunida-des se realizara con tanta ms rapidez cuanto ms comparables eran losniveles de estas actividades. Se puede pensar, incluso, que las invasionescorresponden al momento en que el estadio de desarrollo econmico fueidntico a uno y otro lado del limes. Antes de esta fecha, como atestiguaTcito, la persistencia de usos arcaicos entre los getmanos les convertaen verdaderos brbaros, cuyo ingreso en el imperio, o ms bien su absor-cin, era inconcebible. Cuando ambas civilizaciones agrarias, como dosvasos comunicantes por sus bordes superiores, estuvieron al mismonivel, bast con que se produjera cierta agitacin en Asia, en Ucrania o aorillas del Bltico para que los germanos y los romanos se compene-traran, primero con bruscas sacudidas como en el siglo m, luego coninfiltraciones y al final con una mezcla completa. Cmo se podraexplicar, si no, la facilidad con que visigodos, francos o lombardos pu-dieron continuar la explotacin del suelo, all donde ocuparon tierras, o

    APRoxIMACIoNES A LA VIDA CoTIDIANA 51se incorporaron en el resto de los lugares? podemos compararro con laprogresiva desaparicin de ra agricuitura antigua en el nrte e r.i"uq,Tqo unas poblaciones de otro tipo econmiio suplantaron a ra autori-dad bizantina, en el siglo vul.

    1. El derrocheIdentidades

    De entrada no resulta difcil resaltar las diferencias. sin volver alas teoras ya abandonadas, pero que fueron apreciadas durante ;u"hotiempo allende el Rin, de la "mara>>, de la prtpiedad .ot."tiru,-i.t r-u.ui$ v redistribuida, hoy se piensa que los g"*uno, tenan un sistemasimilar a la vila romana,. ex,cepto quiz loi brbaros q""

    "i"l*"-a,cerca del centro del imperio, loJde Baviera y el pas O" u"n, l, purt.romanizados.

    50

    Naturaleza der suero o del relieve, cubierta vegetal lo bastante densaque an propiciaba una agricultura frecuentemente mvil, _ry O"p"n_diente de los productos dl bosque o de una ganadea de refuerzo. senuede apreciar bien gracias a.qu los sajones, una vez ms, nos ofrecenel cuadro de unos usos agrarios ,,pr.orri, rn"oo. evoluciondo, qu.io,de los otros puebros. rambin tor

    "n.ont uos en ras reyes brbaras,que prcstan mucha atencin a cuestiones de este tipo, en r, * ,.?ir-tinguen con claridad los aspectos econmicos: ra iuerte .rr,iro, .J

    fi-;l*+*"lm*r*mm'',,"l.' ldel siglo x.Pero en er mismo momento rq-gconqg.d@ffi#slt :do, sus grandes rebaos, sus grupos humanos fuertemente dominadospor el amo, como en otros.lug_es po,

    "t3"i" L la tribu " "r "l*, ,r"""los mismos efectos sociales]Hay'un f"r" *utiz qae," ;p;;;;';1,toponimia: los lugares de hbitat ir"u* "o*o

    radicar uq*r "i.o-ui" a"un hombre, y allel de una familia o un ttem, pero el aspecto colectivoes el mismo. Adems, un vivo sentido de cmunidad anima a ambosgrupos. En el derecho romano se concibe como algo _a, iririuA qu"

  • 52 LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    -r7 \1J i *'>, dice carlos el Calvo en g43 en coulai- ' l.-r'nes. como la Iglesia sostiene, evidentemente, el > es una de las ramas de la historia de laalta Edad Media ms controvertidas y oscuras. por otra parte, sobrepasalos,lmites de mi exposicin, de modo que slo la mencionar en la medi-da en que nos informa sobre las relaciones entre los hombres. No se tratade volver a la marc> germinica y los imprecisos relatos de Tcito, nitampoco a lo que revelan las inscripciones del norte de frica acerca delos dominios bipartitos del emperadr, sino sro a la naturaleza de los con-

    l

  • 54

    [..*^ntrt, d".,4\\

    ---'d LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    tactos ente amos y trabajadores. De modo que no voy a hablar de lo quese cree saber acerca del funcionamiento de un gran dominio delos siglos tr y m, con sus esclavos que vivan a los pies del amo, sus colo-nos, en principio libres pero sujetos al suelo, y un inendente que suele serel nico amo sobre el terreno. Como desconocemos todo lo que podaexistir allende el limes, hacer una comparacin para esta poca es purateora. Pero en cambio cuando empiezala fusin las cosas se ven con msclaridad, y hay que detenerse en el episodio de la hospitalidad.

    : Todava darn mucho que hablar los motivos por los que la autori-dad romana propici y sistematiz esta prctica. Se puede relacionarlegtimamente el establecimiento de germanos como en losdominios romanos con la decadencia del mundo rural antiguo a partirdel siglo m. Mientras el descenso demogrfico no es nada fcil de medir,el retroceso del esclavismo, en cambio, est fuera de toda discusin. Enla poca de Constantino, y luego en tiempo de Teodosio, quedaron sincultivar muchas zonas. En Italia fueron 130'000 hectireas, y en el nortede la Galia, el Bajo Sena y la regin de Trveris el repliegue de numerosasfamilias senatoriales hacia zonas ms seguras debido a los disturbios delsiglo w dej a muchos dominios sin brazos. Las tropas de los bagaudasse nutrieron de colonos o esclavos huidos. El establecimiento de los br-baros podra ser, en este sentido, una necesidad vital, dado que escaseabala mano de obra y en el oeste el Estado catecla de la autoridad necesariapara atribuir obligatoriamente a los vecinos las tierras vacantes.

    No parece que el mtodo adoptado, reparto de tierras y tal vez de lamano de obra disponible

    -no hay acuerdo al respecto- en proporcio-

    nes variables, entre el propietario y el grupo brbaro que le era impues-to, provocara rechazo en ninguna parte. Sidonio Apolinar se queja de lascostumbres de los godos, no de su presencia. El motivo de esta compla-cencia, o resignacin, hay que buscarlo en el antiguo sistema de aloja-miento de tropas, que se remontaba al siglo a.El hospes era el soldadoportador de un billete de alojamiento y un bono de vveres de los grane-ios pblicos. Luego, con los desrdenes del siglo tll, era portador de unaorden de requisa del tercio de los bienes del anfitrin. Este lote (sors)era inalienable, para dar una garanta de derecho eminente a los propie-tarios afectados. El principio de la tercio no cambi porque los soldadosfueran gennanos, y se sigui practicando sobre todo all donde se insta-laban los federados, y hasta la poca lombarda, en que Autario recurri al para dotar a sus guerreros (575). Pero las circunstancias locales pudie-ro propiciar unas exigencias mayores en los lugares donde la ley de laoferta y la demanda, en cuestin de mano de obra y tcnicas, favoreca alos germanos. Por ejemplo, los burgundios y los visigodos de Aquitania

    it1J

    Y/

    ApRoxrMACroNEs A LA vrDA corrDrANA 55obtuvieron dos tercios de ros bienes, no se sabe bien si muebles oinmuebles. En cambio, en.otras partes, para que los grupos birbarosminoritarios no se desperdigaran,

    ." i*prso r -oo"ri"i;, y;l;r.confisc a los grandes propielarios o en una regiOn determina;. p;;;

    ",todas partes la operacin tuvo carcter ofici,

    "or;;;;;;i*,"i,al frente. Cuando el poder de Roma se desvaneci y se 'isolvi;i;,.,foedera, su recuerdo-perdur. ya que los merovingios y los alamanes,pese a no estar vinculado Ro ninguna obligacin t-egatireuia,;;_cer se limiraron a ocupar lai tierras det fiscJo 1", d;ff;il, ;;il;#;",*11111-11"r.,Hay que admitir que desconocemos muchos problemas]mpo.rta.nt9s Jos grupos germanos slo gozaron de un rercio ;1;;;;;_tas-al vivir lejos de las tierras que Ias p-roducan? O ."

    "rtaUt;;;;;,en la propia villa? y, en gste^c-agb, expiotaron lu tiJoa "ff, *irr"r, ":,::*"lr:*j: :'"]i*.r, o bien '"aron un hbirar il;; ;;, ii"-vindose con ellos a los colnos y esclavos qr" l", ;;;.p"iiI"'r " ""-

    , -

    ^a"U*rr3*to^

    uupa arnaoa y er romano que le aloja se cre una solidaridad de intere_ vses. cuando, en Italia, Teodorico ouiigo a ros que no daban tierra a en-hegar parte de sus rentas, evit una rivaridad interna entre sus nueios:lMl:: Los dos prop_ietarios, igualmenre intiresados en el rendimientoqe sus rrefras y la obediencia de sus escravos, tendrin un trato de igual aigual, por ejemplo en la justrcia, como pr"r".ib" la ley burgundi;:D";_cendiendo en la escala social, los pequlos propietarios i;;;;;_servar cierta reserva, pero Ios colonos estaban en et mism pluro qu" alabrador germano. sabemos que en los cementerios estn

    "rit"ou, ,i,distincin, y esta prueba ltima de su vida comn anterior q;; br;;.para mostrar la eficacia de ra hospitaridad. para muchos trrsiotaaoresl Ise trata der fin der germanismo: peididos en la masa rural indgena, con- jvertidos, admitidos en er seno d una familia romana, tos uuiffii;;

    " ilos godos perdieron su originatidad.

  • APROXIMACIONES A LA VIDA COTIDIANA

    suposiciones, basndose en lo que ha perdurado en los siglos posteriores.Es el caso de la responsabilidad colectiva en los suelos abandonados.Sabemos que en el nijo Imperio, para que los efectivos del ejrcito y la ibase del impuesto se mantuvieran a un nivel aceptable, el Estado orden ique todos ls miembros de la comunidad rural se hicieran responsables

    ,

    colectivamente de las levas y los pagos. Como la tierra era la base de ,

    ambos, toda parcela que caa en desherencia o era abandonada por un Icampesino aplastado por las deudas se atribua de oficio a un vecino o a Iun pariente. La adjectio sterilium (la epibol griega) brindaba la posibili- tdad de incrementar la propiedad, pero con el riesgo de contribuir ms. Se.' 7podra pensar que, por lo menos en el oeste, el hundimiento de la fiscah-dad pblica y los nuevos usos militares acarrearan la ruina. Pero no fueas, ya que los cdigos brbaros, al igual que el de Teodosio II, en lossiglos v y vI, recogen sus principios. Carlomagno la invoca en sus capitu-lares sobre el ejrcito, y como sabemos que en el siglo xI an sobreviva, \es de suponer que antes de esta poca se mantuvo en vigor. Naturalmen- |te, desconocemos su realidad, su amplitud y sus efectos, pero deba de ser jmuy gravosa para los ms pobres y propiciar la solidaridad entre ellos.

    El uso de tierras abandonadas (el saltus opuesto al ager) o de las queestn fuera de todo derecho, la foresta (de foris, fuera de, ms que delalemn Fhre, el pino) es una necesidad imperiosa para el hombremedieval. Se vive ms de races y bayas, de pjaros y conejos, o algoparecido, que de gachas y productos lcteos. Estos lmos, por otra par-te, dependen de un ganado que pasta en el terreno inculto. Todava nomenciono la importancia de la madera en esta civilizacin, ni la de lascanteras y las minas. Antes del siglo tx no es posible tener ms ideassobre la frecuentacin de estos suelos que las que sugiere la ley, mspreocupada de castigar al infractor que de precisar los derechos de uso.No podemos medir la fuerza comunitaria de los campesinos en el accesoal terreno inculto, pero la baja produccin del campo parece indicar que

    1

    los hombres se encontraban -y tal vez se organizaban- para vigilar los 1rebaos, recolectar frutos y acIrrear madera. En cambio, los datos apor-

    i

    tados por los anlisis palinolgicos, cada vez ms frecuentes, y los ex- fmenes antracolgicos que se empiezan a hacer, revelan que el medio /vegetal que rodeaba los claros habitados era mucho ms ralo de lo que Ida1 entnder la tradicin de las horribles selvas>> galas o germnias \descritas por nuestros antecesores; pero que la contextura botnica de !esa cubierta no vari en calidad ni en cantidad entre la protohistoria y el \siglo x, lo cual significa que la utilizacin del sotobosque debi de ser \muy escasa, y la conquista de nuevos suelos en la poca carolingia no \debi de tener mucha nvergadura. \

    575(r LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    tlocumcntos, escritos quiz por orden del prncipe, ya que los Breviumt.rt'ntpla que se les parecen tienen este origen, slo conciernen

    -or:lsi- a li Iglesia y ius inmensos dominios. No se pueden subestimarlrrs rcliclas,-pero de todas formas lo que conocemos abarca el 0,5 porl({i(lul tcrritrio del imperio. Era la regla general? O eran excepcio-rres,/ ,Quin osar zanjar esta cuestin? Por otra pafte, desconociendot:rr rrr trppsito se escribieron estos textos, Son un acta de lo que es orrrrr rclrrci(i dc lo que debera ser? Quin puede responder a esto? Porriltirrro, lr tlivisi(rn bipartita en manso dominical, la reserva, corflorlit,err Irs lristoriudores, y en mansos de tenentes, es una herencia anti-glr r,r'etcin del siglo v[I en suelos vrgenes o, al menos, noi(|lrrurrirrrrkrs'l l-ln cl sur de Europa se apuesta por la herencia, y en elotle por lrt crcacin. Todas estas observaciones son importantes por Suscleulos sohtc la situacin de los hombres, como veremos-

    I'or.rillirilo, otra observacin de capital importancia. Muy pronto enIrs tftlcltcntos rnediterrneos, algo ms tarde en los del norte

    -pero,rrrl scrlt un problema de fuentes?- surge la evidencia de una pequeairrolictlud campesina en los lmites de los grandes dominios, 9n pe-iuenas ckrnaciones piadosas y tambin en microtopnimos: locum,ixtr

  • J,

    APROXIMACIONES A LA VIDA COTIDIANA 59

    58

    La unin en la muerte

    LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    para efectuar Ia c-orvea del amo, para vigilar el ganado, se puede acu_dir de distintos luqargs, se puede p.,i"r..o, u grup, aisldosleero parael ltimo sueohibr

    ey-e ae*fi, tr".o, de uno.",,"r"i"n con losde los dems' Los prur"-r ffiuao, po. tas necropotis de ra arta-__ E$d Media son de rm i*p"n"Ir"i".r.- l tou a" rull."iu, c"-i;"q*;;fi,1hff r,f.?,;?3r#ijfrHj:Ioga humana (o:-,::lt 1,.ir"Lrl, v por rtimo para ra de ras menta_Iidades (de Ia oue pro-3 o"up*Juhriu. eo.qu" nb me cabe ra menorduda de que ta neciEorir, *t!s iro"qu. rugar de curto, es el punto dereunin de ros homtres. se ;;;;"r, crmpo reservado desde hacemucho tiempo a Ia arqueologrl-P"

    "r"ro-, no hay nada ,,n ilustrativocomo un cemenrerio. Su esruio abarcala "_rgr"ri"" "tJgia y tosrituares' se han excavado cuiaaaosa.riJnte todos los Iugares de sepurturafrancos, sajones,.ur.u*ai. v;;;:. por ro m.,rJillii-r.. a".ig_na, ya que datan de ros.primeios ,igio. mea"v;il;;;;oJ!,

    "

    ,oose suprimen estos adjetivor "r rq;;'resurta imposibre conocer con

    --

    seguridad er origen "i irunto. fu irlf,i.no antes que esta fusin de losI cuerpos en er Iugar comrin e e*"ans L uno de los testimonios ms cra_I ros de la asimiracin de las "h. ;;e ocupar de Ia situacin de rat necrporis' y Ia respuesa es casi categnca: si se exceph an ros tumurii fam,iares o las tum'bas iririr"i;il'r-* de ros muerros esti aisra_- do. Esta costumbre, que ya era conocida go los antiguos, que colocabanIas tumbas a ro rargo de '''';r,'r gu,";";ffi;i;iloi"J,o

    ou": representan los muertos, almas "n

    p"* o"r ruicio. La necrporis urbanai :,'Jii[:] i:'*]::111 1' q";"i', r,,""*' ;b;;;Hl'"das rasyaveces*rili{,i:ffi ;#:;ffi ff HJ,"#,#,::,.j#"",ffiT?sus muertos' Las distancias que Ias ."* -e los vivos ,oi'gin.r,ffi ff#"fl:1,,'Jl,Y::::llr'i'r"'ir'r'o"'"'ffi;l1u....

    _-]+.'=;;;';'''""11J!",t#Hfl l:Tirm,l;rru*"""i",.;,sll:,f,:#i."J","ji,:i::?,":,i::Tf.,T,;+-.*^ ur rado de ras tumbas, se

    tambin en ros edifici os_de las villae supervivientes, ros hombres sufrenotra calamidad, que no es precisamerr".lu ,,"ror: pasan hambre. Aque_Ilos que viven junto a un gran seor y le esctltan en sus correras, y losque reciben en el convento una pitania f*g;i_y gracias!_ pero.r.gu_lar, no remen ar esoe*ro "i" J**".il;:, podramos preguntarnossi la relativa dociridad a" ror qr" "rlur'ffiro. a corvea en esta Docano se debera a que al servir.al'amo;;.1;;;-i; racin diaria, qu"

    .g,nnvarios documenros del .iglo lxl o. ;i", Saint_Denis y f.um, "ra

    correcta' pero y los demi, o too. .iiurlutu ra cosecha, si se rimitabaa los miserabres rendimien,or qu" .r'h;"r descubre con esrupor eincreduridad en ros Breuiui ,i"wr';i" # podido carcurar .urior",que llegaban a la asombrosu

    "iii'i" il 5.000 caloras, pero enotros Iugares este dato ,e tu pr"rto;" ;;., I il[r;1;;;ri?l ,,resistencia humana er et equi,u;;.;; ilrones observadas en losesqueleros de las necrpolir, lo..n"ru; ;;;,; orrcalcificacin generali_zada,las dentaduras dlsastrosas, lus t"ria,,rn curar, revelan un malestado general. Gachas, popjer t".ir", ."ri" z'a y agrazforman la dietaordinaria' y puede qr" , gi.iu. r;;. chazarra idea de que seS;t#;fii,'.:",::[l*f:tT:q;:-"r t'Lr er sigro x? Acaso nose ha habrado recieriremente der irrrti"iio ;ffirt#:; ilJXl?l;bocas de ms, porque su utitidad

    "";;;;i;;;a escasa? Se las utitizen horribles comids duranre la, tamu.".i ia sota iea pio;*; ;g_nancia y, narurarmen"..l:r_,^.llJi :;iip! l#ecto. La rg)esia, ,in ira,

    l:f}ii;J.o*ff;"'iTi"''vi-er"Ja""i"*g,*emperador>>noestDespus del sislo vrr en todas partes se ha terminado la aproxima_cin de ambas com"unidades, dr-;;;;*r" La sociedad medievall*!r: ya.puede avanzar. rtu fr.iOn

    ". resultado de un acerca_mlento previsible entre dos

    "ornrniu", _,iy prO*imas entre s. Trasvarios siglos de vecindad r" ,;;;;;;;t#t" uru victoria violenta deunos' ni de una vensanza.tenaz deros otros ista sociedad ene rasqosduros' preocupacions bajas, hori;;;.;""s. sera intil negar [ueIos germanos aportaron r ,rv", p"." f#;;rr que Ios romanos noestaban preparados nara eilo-'El'il;"r *ffi;;rio pbrico cenrrarizadoy el triunfo de ra fuza ror"rror'p;#ffi;re una sociedad conser-vadora y jerarquizada cuyos rasgos vamos a examinar.franque un umbrar

    "n lu. *nturi;;oju.;"1,,i1llu"r:t,ffilil i;familiaridad con el ms r,lr"."rn"rrl'l'rn Dios de perdn. Nadacontribuy ms a que tos ho;br;;fi_ ;;.idencia que et hecho deasentarse junto a sus antepasados. V"luUm"*"s de ello.solidarios en ros campos y bosqr"r, t;i;o. en ra derra unos juntoa otros, apiados por doenai

    ", ri,"ir*ai, mercados campesinos o

  • LA FUERZA DE LOS CONDICIONAMIENTOS INTERNOS 61

    3. LA FU ER ZA DE. LOS CONDICIONAM IENTOSINTERNOS

    lista. Poro esta simple observacin abre un debate: debera buscar unas

    aa*ut,-an buena lgica histrica, y no saltan a.la vista' Pero de momen-i" ,Of" se trata de rces profundas, las que alimentarn el rbol del fu-turo. Surge entonces un iroblema ae folfo qu lugar ocupa el mo-,.nto

    "otingio>> en es-ta futura eclosin? Ya me he referido a esas

    ;i;ir; " hitoriadores, y no pienso volver. sobre el tema' ya que lanaturat"za del libro lo excluye' ategrico en la negacin si tuviera quet uUf- de economa, y con iguat conliccin si, por el contrario' tuviera[ue naUhr de fe y espritul tengo mis reservas en lo referente a loshechos sociales. L disolucin delEstado, el estallido del marco rural, latrama de los vnculos de dependencia, el progreso " iu pareja y -"1 Py:

    \,

    ;;;;r;pit" de las ciudad". qo" despiertn se aprecian a palir.ae]f! iLas sociedades anguas gozan todava hoy de un prejuicio muy

    favorable, a causa " to"upo't"u"in al bagaje cultural de la humanidad'La postura del economitti

    "t rna' prudet' y en materia de organiza-

    ;;ii*; u ro, g.i"g; lro* t*'*os leJ debemos ms principiosirlril"r"res que j"r"'pro convincentes' La bella construccin roma-na, en realidud,

    ". orru fl.luu' Las rdenes, imperiales slo se aplican

    ;i;;;;ir- "i."J"..

    s"jo el barniz de las leyes uniformes, msall de una clase ,"f""tu, ttut

    "l-velo de los soldados y los agentes fisca-

    ;;; ;il h;y !*po. aisados unos de otros' poco v mal controlados poret Estado. Cuando

    "I J;;;;.b"r; uino uuuo *" produjo la disocia-

    cin poltica.El rasgo principal del mundo antiguo es' pues' el aislamiento de

    los

    hombres en su aldea ouuJ"""nd se afl-oaron las ataduras.qu elil;il;r,uo haba tratado de estrechar' Podemos suponer -que inclusodurante el intento o" r"J.g*ircin carolingia el poder pblico no pudohacer ms. En efecto, Ios'prncipes y sus agextes iarecan de los medios

    humanos o tcnicos qo t, habanpermitido relacionaf entre s a estosgrupos poco numerosos. Los hombres' para subsistir y salvarse' tuvieron

    que apoyarse rn tu proi""tiO" qo" les brindaba su medio ms inmediato'Se puede decir que r".

    ""titll*amientos internos limitaron sus acti-

    vidades, al tiempo qu" f"t proporcionaban una seguridad indispensa-ble. La sociedad, incapaz de elvar poco a poco su nivet 0e !a1-v1viareplegada en sf misml;i'd" ;edor dL un padre' un amo' ul jefede clan. Primero u*oa u po**ot de acuerdo sobre algunas cuestiones'nn., qr" onu ,o"i" fermaneci inmvil durante cinco siglos yi-.g, "-pionto, aio-fuso a otra,.au.nque fuera por un accidente' esabsurdo. La historiogrul tobt" todo la medieval' tiene la mana de los. Tratar " n

    "u"t en 1o mismo' aunque la antropologla'

    *ov*un.iortu a ellos, tlu "n "tt"

    caso de gran ayuda para el medieva-

    u gOO. o lo niego, e incluso eitoy diipuesto a elogiar a los prncipes y a ilos obispos. Pero, como G. Duby, slo veo en ello Y"!'!i::::"^1!.:)\?. \agitacin interior pronto reprimida. No, la continuidad no est asegurada,n ef uno mil, todava no ha llegado el momento de una que cambiar el rostro de Europa. Esta ltima no ha nacido an'

    I

    i))))))))))

    I. Fncu-Bs ceRex'resNuestra poca brinda muchos ejemplos de coacciones' opresin y

    envilecimient, de modo que podemos comprender fcilmente las estruc-toru, " dominacin y las

    -desigualdades indignantes de muchos perlodos

    medievales. Los .,pbresrr, ou palabra que ha servido para designarJ**t" mucho tiempo a los dbilis, a los desposedos, no contaban conta proteccin de un iEstado-Providencia>>, ni de contratos de trabajo, niiqrl lu posibilidad de una promocin. De vez en cuando aparecieronalgunos eiementos esperanzadores, pero muy frgiles'

    1. El Estado o las leYes?'Supe rviv encia del E stado

    Hablar de la supervivencia de la autoridad del Estado entre clodoveoy C*f"t

    "f Calvo podra parecer provocador'-Segn una slida.radicin

    iirt"u, el alba i ta "tfoa Media

    coincide con la cada del Imperioromano. Ya he tratado de explicar que esta cada empez bajo el reinadoe Constantino, a comienzoi aet sigto rv, y que adems los reyes brba-rot ,a f*t."n a los csares. Pero no se puede negar que hay una evolu-

    t,

  • nv)62

    \nnn{\n ht', rr r'G,''v \f* ^^LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    cin acererada. Empezando por una confusin creciente entre lo pbricoy lo privado. No es also-nuevo, ya que los emperadores del Bajo Imperioconfunden fcilmente"er "ir*ir*T*';iHr. consideran ra diaema

    :Ti**:lp^l*o,r1-Lycolocanurururniliu.ca.romagno;i;"-i;;r_

    invoca Cartos el Catv-o en 843. Ms r.r*,i, tii;';##;;l?persona del prncipe. y el nombre de Roma o de los;;;;;;;"r;;""en los escritos, bien es cierto qu"

    "r, lor-" ror ecresisticos. pero qupensaban los dems? qfgde:rp.ru, uig*u ayuda del jefe supremo ode sus agentes? En rearidad, el humite'o pu." esperar nada der Esta- do. Ante los excesos d.

    lo-r poa".oror, "irruo romano haba creadoi en las ciudades la fisua aa-"""ti, pirl'rl

    "ryocometido era defenderi ll":"**',f:":flr:,t:,ld'""_";i#. pero con ra excepcin delos reinos hisprnicos visigodos, ;i; ir_.td ffff?"iT"r"tiemo, esta modesta protecin purO u L-o, A" fo, oUi.rplr, ;;ffi"-ron lo que pudieron oara desemp"* lu ror"in, pero sin que er prncipeles obligara a eilo. n.r "*po . rr."jrr"oa"gaciones de ra autori_dad pblica en manos de los gr*a"r dunienis ,rpJ",r"r,

    "r-quier rastro de un contror de ls rro-u.", poi parte de Ios agentes der

    LA FUERZA DE LOS CONDICIONAMIENTOS INTERNOS 63

    i / mo. sin entrar en er examen de ros mecan,r;Jil i" .luir'#fli1,#i,v conviene recordar ra desffii, pirr"a de ros medios de accinpblica' cuando er merovingio qui.i.'iir-.e de arguien moresro, reenva a tratar de recaudar impruests e" u ana profunda. cuando renea sus guerreros, recure a ros hombres de mano prximos a 1. cuandoquiere estar seguro de su tesoro ro gu* en u, cofre, er instrumentumregni, v lo mete debajo a" ., "*.T* .}oringi* "r"irir'ae" "protagonismo a la cosa. pblica, pero ta res privata predomin pordoquier sobre la res pubiica. fo, i"r""iros y deberes de los sbditosse consideran elementos privados.-El p.opio r"y o sufamilia

  • 1v

    64 LA SOCIEDAD MEDIEVAL

    teodosiano destinados a los indgenas' Cabe sealar' adems' que los

    historiadores .uu'"' l'ian'"i"3ltt*" ms prstamot'*tt:-T!::sistemas de derecho. eor eernpfo, en.los reinos

    hispnicos haV un11ede costumbres ,o

    ","'iiu'-it'" A* la impresin de pertenecer a un fondo

    comn, tal vez p*tt""iii'J, ""i"Jt pt u*uut

    cmunidades' Tambin

    se ha podido ,uu". q'" litbig J" e*i"o' considerado visigodo' no es

    ms ue una recopila"iO' J derecho romano vulgar' y que' por el

    *#;;,;i';;",J;;1;o'i"o para los. romanos de Italia est llenode reminiscencias brblai.. iu no"io" de .segregaci jrld]c1' ^e1tremiembros de una *i'"i""ii'"iliu t "t " recibol

    Aems' el estudio y la

    clasificacin de estos .t"^'It ft* tt""" muchas controversias':1::.lot

    esoecialistas, que no p* " encontrar prstamos y contaminaclones:irt;;ffi; il;;hd. S" ha llegado a nesar la eiistencia' o por lomenos la originalidad, "

    "tt"t?r"-"stas oyes'' como la ley gombe-

    ta de los burgundios ii; riprr.T? d" algunos francos' En conlunto'parece que los

    "u'"uiiJ-topilados par uso de los romanos (los de

    Teodorico, Alarico II;;il;;"d, por emolo) son ms o menos de lamisma fecha, entre 48'0;;;;;i q" r*-r"v"'.utobti:' *:* h'reinos hispnicos al;;;;ibria' furon objeto de numerosas rnter-oolaciones hasta el tiiio u'it' por lo dems' la mavora de las

    prescnp-

    "ion", acumuladas .rt l #;i; br;igl".;" encentran en las rdenes

    de aplicacin qo" 'oolo' "pitulares

    de la poca carolingia' De esta masa

    verdaderament" "not*" -si a ella

    sumamos los edictos y las decisiones

    conciliares- ," a"'p'""na";;;;;;"t" afn de ver las cosas claras' de

    I dar garantfas frente j ; iu *uio*i"ad' En medio del galimatas

    I de tantos ,"*,o, "onti;;;"]; p"ca' el conde' el obispo' '"1

    ulT5tinI o el colono ," ni"'o'i

    'in uu **ioos en el esorden y la oscuridad'

    I oero el historiador se il;;;p*sionado con la buena voluntad y el[espfritu prctico que triunfan entonces'

    l.A FUERZA DE Los coNDICIoNAMIENTos INTERNos 65

    no podfa mantenerse' Del rey que juzgaba personalmente en su palacio.o.rgunot amigos

    "omo "ont"rs, l conde que promulgaba una se-

    tencia emitidu po, oro. notables de reconocida equidad' y en.la Italiai*U*u " reonocidos conocimientos jurdicos (scabini, rachimburgi),;ilffi; y;

    ""

    emanaba de un agente qu se.limitara a aplicar un artculo

    del cdigo.- iu esorganizacin del sistema de pruebas a medida que caa endesuso el acta escrita supona un crecieite recurso a los testimonios de

    moralidad, amigos "u*ui".,

    juramentados, clientes' tanto ms persuasi-uo".o*t ms poderoso era el ligante' Los hechos en s mismos ya no;rifi;;b"" naa, slo tenan sent'ido sobre un fondo polltico o econ-mT"o. g, estas condiciones, el arbitraje o la composicin prevalecfan,oUr" fu investigacin . El jwzindeciso slo poda recurrir a una prueba. tipo irracio como la ordala, el duelo, etc' Como el derecho ger-*,errco tenda a confundir al individuo con Ia comunidad' lleg a impo-n"iiu no"lOr, tan ajena a los conceptos romanos' del precio de unhombre en funcin el lugar que ocpaba en el grupo.o la tribu' Cual--qui"i

    auno causado u "r"

    io*Lt", del asesinato a la injuria'-se- remite auna tarifa, que es una lista, a veces pintoresca' del precio de la sangre

    l;;;;l;Lt "otpuur"

    tendr que pagar a la vctima o a su familia'ifesotiuri. piohjo y po"o til sacr aqui a colacin los precios- y las,uri*t., uLuu. dL ccidente: slo cabe destacar que la variedad reve-la un origen antiguo, sin duda anterior a la entrada de los brbaros en elimperio.

    Un segundo rasgo muy criticado del derecho germanico es conse-.u"n"iu di anterior.3i la ctmposicin pecuniaria guarda relacin con la;;;t"tdJ hombre en la tribu, un rey o un guelrero valdran ms que un;;", un hombre que una mujer, un libre que u.n manumiso' etc' Se-iu uru equivocacin que, basnonos en nuestra lgica sin matices' loviramos como un nr"^t o""ro' con respecto al procedimiento antiguo'En un mundo violento y jerarquizado no se haba podido administrarilir;;i;i", y no hay p*"Uut put"rt"t de que los tribunales favorecie-,un ul ,i"o y se ensanarlan con l pobre ms que en cualquier otro pero-do. Lo .oui no obsta para que lJdiscordancia entre el texto de la ley yf^ l".iri". ii"", dejaran al hombre aislado sin los recursos jurdi

    2. La iusticia o el jurarnento?

    Cmo se juzga?

    Uno de los preceptos fundamentales del espritu jurdico' romano

    resida en el juicio p'to'i*o por ul especialista en derecho' al margen

    0 de cualquierp,*iooto"r' ecnmica' moral'o poltica' Cuando la pro"

    / gresiva devol,ucton a1auaicf"ia.potestas.a ta tgtesia' a los seores lai-

    cos que eran los t;;d;i y a los inmunistas de cualquier procedet'lclacoloc a los tribuni"t

    "' t"n"t de los ricos y poderosos' este pnnclplo

    cos que caba esPerar.I n principio, la personalidad otorgada a las leyes de cada litigantehabra podid b.inA*t" otro tipo de garantas' Hay que reconocer-qxe-;"firt

    se dieron cuent; enseg"ida de que sus usos no podran;6trrr; fcilmente a la legislacin romana. Incluso podrlamos consi-.r*-q". la proliferacin de sleyes birbaras, aplicables slo a los ger-

  • 66 LA SOCIEDAD MIII)IIJVAL

    frffi:J::..,fi:Ii:t:"::.segregacin posiriva que ravoreca a ros con_:qlF;;e..*;fu:1T!lif i:ffi'I}# j;ifiif:it,XilAfirsr en ras tarifas de composicin;ffil"

    un ribre franco rs ms artoque eI de un roman?l no es por ,r *"rtiO, de orgullo, sino porue elpnmero deba quedarse con parre e s irurta. ;i;'rliuh,,,u,mrenrras que el segung" i" iq!*b, ,r", o*, Iamulta iba a parar nre_iffi1'i:S,Tl?'"J':1'.r'l'" q," r,e,Lru,n,rtu anre er conde, en era",".;o;;,;;,ft :T"?Jff ;lx?f :,1i:lr,#:ff :: j;nl[:i;:l"";io;J;:i[,1#:*"a".i'"' ,,"giJ u .u p,opiu r"v.en et capitula, " c;Sillnalidad de las leyes

    -atestiguada an en 843

    ;;,t*;,r,X;ti":li'-,i::','."1Ti',''ffiH:ai;i:",,'Ji'i'h:iiror lo;;;:ffi# se aferraron a elta, a veces por orgullo de casra.i',i,,u p*u ;iilliJili .ffffi.;o!*o ;i .;si;; iJ""iu,ffil,il,l*T:"'#ff"t"*iH,;i5,,:x#i"ff il,'ffi i:i3f ,",'j'##i3;,1',1111:'"';i;;""l;"#ff :t:[J:#':ff::,u,ii.,.,,,ffi;*;1:Ji::xtx,t1i3::ii::r;."ili-'ft

    "era casi imposible zaniar rodos i;;;;ffirtf"^:,rrancos. En la prcticaopuestas se remitan a os der".h^c E- ^r ^, , "':ntt!, en que Ias partes

    LA FUERZA DE LOS CONDICIONAIde obras de sntesis

    ",," ,^,r-^-

    -:""uruvAMIENToS INTERN.. 67

    ;L'igir;,T::;;11fi ::Ti".*,"tril,1i*t*lii?ffixi:.?**i.",151q1,$N*1*tt:,{-"x1j,,#

    mtl**ffiffgffffiEl recurso ar juramenfo --

    vvrur u ros casgos'

    opuestas se remitan a dos derechos. E;;