la presencia ausente. negro y esclavitud, imágenes en los textos

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Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales Universidad de los Andes [email protected] ISSN (Versión impresa): 1316-9505 VENEZUELA 2000 Pedro Calzadilla / Zalena Salazar EL NEGRO: LA PRESENCIA AUSENTE. NEGRO Y ESCLAVITUD, IMÁGENES EN LOS TEXTOS ESCOLARES Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales, enero-diciembre, número 005 Universidad de los Andes Mérida, Venezuela pp. 99- 125 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México http://redalyc.uaemex.mx

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Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias SocialesUniversidad de los [email protected] ISSN (Versión impresa): 1316-9505VENEZUELA

2000 Pedro Calzadilla / Zalena Salazar

EL NEGRO: LA PRESENCIA AUSENTE. NEGRO Y ESCLAVITUD, IMÁGENES EN LOS TEXTOS ESCOLARES

Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales, enero-diciembre, número 005 Universidad de los Andes

Mérida, Venezuela pp. 99- 125

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

http://redalyc.uaemex.mx

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EL NEGRO: LA PRESENCIA AUSENTE. NEGRO YESCLAVITUD, IMÁGENES EN LOS TEXTOS

ESCOLARES.

Pedro Calzadilla y Zalena Salazar

RESUMENEn este trabajo se hace un análisis de los libros de textos escolares

de la Tercera Etapa de Educación Básica, sobre la presencia del negroafricano en el proceso histórico venezolano, tomando como puntos dereferencia la igualdad y la desigualdad social; la esclavitud: imagen dual;los negros, la guerra de independencia y Bolívar; el negro: la presenciaausente.Palabras Clave: Negro, Esclavitud, Desigualdad, Proceso Histórico.

ABSTRACTIn this paper, the process of black Africans in Venezuelan history,

in school texts for the third stage of Basic Education is analyzed. Takingas points of references social harmony and inequality; slavery: the dualimage; blacks, the War of Independence and Bolívar; the black as an absentpresence.Keywords: Black, Slavery, Inequality, Historical Process.

RÉSUMÉDans cet essai on analyse la presence du noir africain dans le

processus historique du Venezuela, dans des texts scolaires pour laTroisieme Étape de I´Education Primaire. On prend comme points deréférence l´ harmonie et l’inégalité sociale, l’esclavage : les noirs, la guerrede l’ Indépendance et Bolívar; le noir en tant que presence absente.Mots Clés: Noir, Esclavage, Inégalité, Processus Historique.

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En esta indagación intentamos captar las imágenesfundamentales presentes en los textos escolares a partir delas cuales se enseña el rol, significación y dimensión históricadel negro africano y las implicaciones de su incorporaciónen el proceso histórico venezolano. Trabajaremos,fundamentalmente, con una selección de los textos usadoscomo apoyo para la enseñanza de la Historia de Venezuelaen el tercer ciclo de la Escuela Básica.

El tema del negro y la esclavitud, es determinantepara la comprensión histórica del pasado venezolano. En unasociedad nacida de la síntesis particularmente intensa decomponentes étnicos diversos, es de decisiva importancia laevaluación y ponderación de los términos de la incorporaciónde cada uno de sus componentes. Por ello, el balance de lasimágenes a partir de las cuales los niños y jóvenes comienzana conocer y aproximarse al pasado venezolano, y en particulara aquel aspecto que comprende la presencia del negro, resultade sumo interés para una sociedad que alcanza casi los dossiglos de vida independiente.

La escogencia del problema a trabajar, partiendo delanálisis de las “imágenes”, se fundamenta en la constataciónde la utilidad de este recurso para la interpelación delos textos, especialmente los escolares. Su pertinenciaderiva de las posibilidades múltiples de indagación ysignificado que a través de las imágenes puedenobtenerse.

En los textos revisados es posible apreciar elsaldo resultante de una sociedad que, plural desde elpunto de vista étnico, intenta reajustar cuentas con elcomponente social que permaneció (¿permanece?), porrazones raciales y económicas, en el último escalón de

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la pirámide social. Preocupación decisiva si aceptamosque la sociedad venezolana se autopercibe y desea seruna sociedad esencialmente igualitaria.

Cuatro unidades temáticas, consideradasfundamentales, han sido identificadas entre muchas otras.Las cuatro registran la imagen presente en estos textos ycondensan a nuestro juicio lo esencial de estas percepciones.Son las siguientes:1- La imagen que refuerza la noción de una sociedadintegrada plenamente desde el punto de vista étnico, carentede conflictos y prejuicios raciales y con una clara tendenciahacia el igualitarismo. En esta percepción genérica, el negroaparece, no como un elemento discordante, sino más biencomo uno “ funcional ” en el decurso histórico que conducea la nación a construir una fachada de igualdad social.2- La esclavitud constituye un segundo cuerpo o camino deanálisis. Por lo sensible del tema, la esclavitud presente enla historia del país desde 1548 y hasta 1858, fecha en que esabolida por lo menos legalmente, se presta a recibirtratamientos diversos y valoraciones también plurales, porlo que las imágenes surgidas a partir de esta experienciahistórica permiten reflexiones interesantes.3- En esta parte agrupamos lo que hemos denominado “lapresencia ausente”, que denota la configuración de unaimaginería que apunta hacia la construcción de una suertede presencia incorpórea, inasible, del negro. El componenteafricano ingresa a la historia venezolana pero no seproporcionan los elementos que permitan la identificaciónsocio – cultural de éste y su contribución a la configuraciónde la sociedad venezolana. Su presencia, evidenciada duranteel tiempo colonial, se desvanece progresivamente, resultando,

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especialmente después de la independencia en 1810, unaespecie de disolución en la totalidad social de esa sociedadmestiza.4- Una última agrupación de imágenes es la que se reúnealrededor de la figura de Simón Bolívar, matriz de laconciencia histórica de los venezolanos. Todos los aspectosdel pasado venezolano tienen o deben tener, relación conesa figura omnipresente y abarcante, casi todopoderosa; deesta manera, buena parte del estudio y comprensión delpasado venezolano, se conoce a través de los vínculos yrelaciones que determinado suceso de la historia tiene conSimón Bolívar. Por eso nos ha resultado de interés destacarlas relaciones que se establecen entre los negros y Bolívar ylas determinantes que de ellas se derivan

De allí han surgido imágenes que apuntan hacia unarelación difícil entre estos componentes y en el cual,evidentemente, Bolívar aparece como figura dominante.

Conviene decir que a nuestro juicio, las múltiplesvaloraciones y los juegos interpretativos que expresan losdistintos textos escolares tienen una asociación directa conlo que ha sido una de las fuentes de discrepancia en lahistoriografía venezolana desde el siglo pasado, presente enlas llamadas “Leyenda Negra y Leyenda Dorada”. Ambascon fuertes resonancias en el análisis histórico actual, tienencomo centro la ponderación diversa de la significación deEspaña en el proceso histórico venezolano, la evaluación desu cultura y su religión y la manera como ese legado históricose proyecta en el presente. La primera de ellas, viva hasta laactualidad y en sintonía clara con las posturas decimonónicas,no ha dejado de pasarle factura a la madre patria y de emitirlamentaciones de lo funesto de la llegada ibérica a un

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continente que yacía en una especie de estado supremo,idílico. La Dorada, también vigente, destaca la laborpositivamente civilizadora de la presencia de España, de sucultura e idioma en la formación de la sociedad venezolanay no deja de eximirla de responsabilidades de los actos delproceso de conquista y colonización que eventualmenteresultaran reprochables. En esta ponencia haremos énfasisen aquellas informaciones referidas a la etapa colonial (1492– 1810) y a las guerras de independencia (1810 – 1830) porconsiderar que allí se encuentra la fundamentación de todala relación de la sociedad con el negro; sin embargo haremosmención al período posterior en aquellas situaciones que asílo ameritan, especialmente al proceso abolicionista ocurridohacia 1858.

I. Armonía y desigualdad social

Una noción aceptada entre la generalidad de losespecialistas y analistas de la sociedad venezolana es la quecaracteriza a dicha sociedad como esencialmente igualitariadesde el punto de vista socioétnico, con un bajo nivel deconflictividad social derivado de diferencias raciales. Estehecho, que puede constatarse en la actualidad, tiene susexpresiones y resonancias en la interpretación histórica. Seaprecia una fuerte tendencia a destacar los puntos de acuerdoy coincidencia social a lo largo de la historia de Venezuela,en menoscabo de aquellos donde la conflictividad es el rasgodominante. Orientados por estas nociones, el proceso deintegración de los distintos grupos étnicos que concurren alllamado “mestizaje”, es visualizado sin tropiezos, a plenitud.

El resultado es una sociedad que se percibe como

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esencialmente igualitaria, donde las diferencias y losconflictos, a pesar de su existencia, no constituyen el rasgodominante. Durante el siglo XIX los historiógrafosvenezolanos despreciaron el aporte hispánico en laconformación socio–cultural de los venezolanos,construyendo una historiografía esencialmente “criollizada”que además relegaba el aporte africano y consideraba sólotangencialmente la cuota de responsabilidad del indígena 1.En esta visión, en la que prácticamente actuaba unprotagonista, el “criollo”, era imposible la existencia deconflictos étnicos. Los conflictos se restringían al períodocolonial en el cual el criollo se enfrentó a la dominaciónpeninsular. La historiografía posterior modificó estasconcepciones ponderando de manera distinta el aporte decada uno de estos grupos étnicos. Así las corrientes llamadas“positivistas” le otorgaron licencia al componente hispánicopara ingresar al elenco de pueblos que contribuyeronpositivamente con su esfuerzo y cultura a la formación delser venezolano.

Fieles a su visión “eurocéntrica” de la historia yconsecuentes con la idea de la superioridad, o la minusvalíade las razas, continuaron relegando a los negros e indígenasde la historia nacional (Giménez, 1991:27).

Estas percepciones de sociedad igualitaria y sinabismos raciales la han presentado algunos textos deenseñanza de la Historia de Venezuela utilizados enEducación Básica. No queremos decir con ello que en estosmateriales no se mencionen los aspectos problemáticos dela historia de Venezuela, pero pareciera que la beligeranciaadquirida en algunos capítulos de la historia, especialmentecuando se fundan en diferencias raciales, son disminuidos

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alterando su exacta proporción.Aún en los textos donde la perspectiva del

materialismo histórico es predominante, y donde enconsecuencia se pone el énfasis en la división y en losconflictos sociales, puede apreciarse esta operación de“embellecimiento”.

En la totalidad de los textos estudiados los autoresparten del carácter mestizo de la sociedad venezolana.Destacan la participación de los tres componentes étnicosfundamentales que concurren a la formación socioculturaldel venezolano: europeo, indígena americano y africano. Elmestizaje aparece como un proceso si se quiere “natural”:no hay violencia, ni injusticia, no hay uso de la fuerza. Elmestizaje se enseña a través de imágenes benevolentes.

N. de Fernández reconoce que la sociedad venezolanano tiene un origen único, sino que es el resultado de la mezcladel indígena, el blanco español y el negro africano. Cuandoexplica la unión de razas en el territorio venezolano lo hacemediante una mera descripción del hecho (Fernández, s/f:89).La violencia que implicó el proceso de colonización yconquista del territorio venezolano, no está evidenciada enlos textos de esta autora. Por el contrario, apela a recursospositivos.

Los españoles “se casaron” con las indias; de ellos“nacieron hijos” transmitiendo un clima de amor entre laspartes. El componente europeo es quien propicia el mestizajeal no oponer prejuicios raciales a la hora de decidir lasuniones afectivas y sexuales. Son ellos quienes “ no tuvierona menos el mezclarse”. La escritora reconoce la existenciade clases diferentes, pero éstas no están fundadas en lasdiferencias raciales sino en razones de índole económica

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exclusivamente:pero aun cuando no hubo distinciones racialespropiamente dichas y afortunadamente en esteaspecto todos eran iguales ante la ley y la sociedad,sin embargo la sociedad colonial, por otras razones,se agrupó en clases diferentes (Fernández. S/f : 90).

Las diferencias de interpretación en el fragmentoanterior se convierten en deformaciones de la realidadhistórica. La normativa de la sociedad colonial colocaba elcolor de la piel en el centro de las distinciones sociales, sinembargo, la autora lo interpreta erróneamente, quizásocultándose en la frase “propiamente dichas”. Otra alteraciónen el mismo párrafo abisma al lector especializado: “todoseran iguales ante la ley”. Es precisamente en la letra de laley donde las diferencias en todos las órdenes de la vidacolonial estaban rígida y detalladamente estipuladas.

El mestizaje no es fruto de circunstanciashistóricas determinadas, es la ausencia de prejuicios racialesde los “bondadosos” españoles lo que impulsa el proceso:

dado que los españoles no tenían prejuicios racialesdieron en mezclarse con los indígenas e inclusoestimularon a unos y otros para que también lohicieran entre sí. De esta mezcla, cada vez máscomplicada al mezclarse también los hijos de unosy de otros, resultó la población venezolana(Fernández, s/f : 90).

Efectivamente, el colonizador español se cruzasexualmente con los otros grupos, éste es un datoincuestionable. El error está en la interpretación de lasrazones que conducen a ese cruce; los prejuicios racialesexisten pero sus consecuencias son distintas en términossociales, si las comparamos con los prejuicios raciales delos colonos ingleses en el norte de América. Como hemos

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acotado, los conflictos y problemas surgidos entre losdistintos componentes de la sociedad colonial.. “no eran decarácter racial” (Fernández, s/f:91) sino que tenían su origenen diferencias económicas y políticas entre los criollosblancos peninsulares y los pardos. De esta manera se ignorala existencia de tensiones con otros sectores o grupos socialesy se despoja a los conflictos sociales de su carácter racial enuna sociedad donde el color de la piel determinaba laubicación de un hombre en la escala social.

Por su parte, F. Domínguez y N. Franceschi exponenun enfoque sustantivamente distinto al aportado porFernández. Al describir la organización de la sociedadcolonial, dan cuenta de un conjunto de elementos quecondicionaron o determinaron los niveles de estratificaciónde aquella sociedad, retratando a nuestro juicio una visiónmás próxima a la verdad histórica:

A lo largo del período colonial, que duró desde lallegada de Colón hasta 1810, se fue formando unaorganización social con estas tres bases:a. El origen étnico, indígena, blanco europeo, negroafricano.b. El poder económico o riqueza.c. Las disposiciones o normas legales.De allí que la sociedad colonial tuviera ciertoselementos de castas o estamentos, pues ningún indio,negro a pardo podía ocupar el lugar y los cargos delos blancos criollos o de los blancos peninsulares.El indio fue tratado como “siervo” y el negromantenía esa condición hasta su muerte. Eso le dabaa la sociedad una estructura casi inmóvil, por ellose decía que era estamental o de castas. (Domínguezy Franceschi, 1994:107).

Los autores amplían los caminos explicativosenriqueciendo el análisis. Las diferencias se fundamentan en

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múltiples condicionantes en las que intervienen los factoresde índole racial. Se crea así una sociedad profundamenteestratificada, con los elementos de una sociedad de “castas oestamentos“ con una “estructura casi inmóvil “.

Contrariados por lo propuesto por N. de Fernández,Domínguez y Franceschi subrayan el peso étnico comodeterminante de las diferencias sociales:

... por estar la sociedad integrada por etnias biendiferenciadas: aborigen, blanco y negro, las clasesestuvieron conformadas con fuerte peso étnico, enlas cuales cada grupo étnico tenía cuerpo jurídico ylegislativo que lo gobernaba, por supuesto que laetnia dominante fue la blanca y ésta hizo sus normasy la de los indios y negros a quienes sometieron...Los elementos de diferenciación social eran públicosy notorios: el color de la piel, el vestido, las armas yotros accesorios personales, expresaban unamarcada diferencia entre las clases (Domínguez yFranceschi, 1994:111).

En el caso de estos autores, aunque no se enfatiza elcarácter del mestizaje y los elementos de dominación quecomprometieron esa experiencia, si dejan claro el alto gradode estratificación de la sociedad y lo determinante delprejuicio racial en el desenvolvimiento de la misma.

Las imágenes que nutrirán el imaginario histórico deniños y jóvenes venezolanos serán verdaderamente diversas,dependiendo de cual de estos enfoques predomine en lostextos elegidos para su educación.

Una sociedad compuesta por poblaciones cultural ysocialmente tan diversas, debía haber tenido experienciasconflictivas de integración y con más razón si aceptamosque la sociedad colonial se funda sobre esquemas deestratificación social importantes. Sin embargo, en los textos

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son pocos los indicios que apuntan a reflejar esta realidad.Domínguez y Franceschi describen cada uno de loscomponentes sociales pero no contemplan las relacionesproblemáticas que entre éstos pudieron presentarse. N deFernández, por su parte, incluye un aparte titulado “problemassociales” donde afirma que en el período colonial “...loscriollos establecieron frecuentes luchas o antagonismospolíticos y sociales...” y destaca los conflictos existentesentre éstos y los blancos peninsulares por ampliar loscontroles sobre los cargos públicos; pero también lascontradicciones con los pardos, que tenían sus raíces enasuntos sociales y económicos más que endiscriminaciones raciales.

En los años próximos a la independencia, a finesdel siglo XVII, comienzan a aparecer otras diferencias,pero referidas a los blancos criollos y a la corona española.El resto de los conflictos existentes en las distintas esferasde la sociedad colonial no son contemplados,especialmente donde los negros son protagonistas.Unicamente se reseña el caso de José Leonardo Chirinoen 1795, conocido como El Levantamiento de los Negrosde Coro, ocurrido en los preludios de la independencia;de hecho, como lo trataremos con más detalle al final dela ponencia, los negros no aparecen como entidades aparteen el proceso de independencia ni en los añosinmediatamente posteriores.

Afortunadamente en la Venezuela colonial todasestas desavenencias de grupos fueron superadas.La gesta emancipadora terminó por borrarcualesquiera diferencias que pudieran quedar.Actualmente en Venezuela no existe el problemaracial. Antes, al contrario, el sentido igualitario

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está fuertemente arraigado en nuestro pueblo. Yesto no sólo por la ley sino principalmente por elsentido de convivencia y fraternidad que reinaentre todos los ciudadanos cualquiera que sea suorigen. (Fernández, s/f:92).

II. La esclavitud: la imagen dual

De estas imágenes, en relación a las diferenciassociales, se deriva otra que atañe directamente al tema quenos ocupa. La esclavitud como dato histórico fundamentalde la historia venezolana, especialmente la del períodocolonial, tiene como realidad histórica la fuerza suficientepara no ser ignorada. Los esfuerzos por presentar al país comouna sociedad si no igualitaria, por lo menos con una vocaciónde igualdad social, no pueden ocultar la esclavitud y losproblemas raciales que de ella se han originado y se perpetúanhoy en día.

La esclavitud, por el drama humano y la injusticiaque significó en la historia de la humanidad, es un tema quese presta a padecer las más diversas adjetivaciones negativaspor la historiografía venezolana reciente. Sin embargo, enlos textos que nos ocupan, donde se muestra a la sociedadvenezolana como libre de prejuicios y discriminacionesraciales, la esclavitud se nos plantea de manera benévola.Así, encontramos la convivencia de dos imágenescontrapuestas: imágenes atenuadoras de los rigores de laesclavitud coexisten con imágenes que fustigan esaexperiencia histórica. Se aborda la esclavitud como unproblema con vinculaciones mundiales, contextualizándolacomo una empresa capitalista, concebida con criteriomercantil propio de la época moderna. Se hace un recuento

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de quiénes se encargaron y disfrutaron de los asientos denegros en Venezuela, de cómo desde el mismo inicio de laconquista los colonizadores efectuaron múltiples peticionespara traer esclavos, y de cómo el contrabando se hizo presenteen este tipo de tráfico. Afirman que durante los siglos XVIIy XVIII continuaron entrando esclavos negros para lasplantaciones de cacao y caña de azúcar, que para esos tiemposse acrecentó el número de esclavos y que éstos a su vezincrementaron e intensificaron el proceso de mestizaje.

Domínguez y Franceschi, en el aparte titulado“Rasgos generales de la sociedad colonial”, definen a losdistintos sectores y grupos sociales y específicamente a los“esclavos negros” como los llaman, de la siguiente manera:

Los esclavos negros eran la categoría social másbaja, porque además de estar sometidos a la mayorexplotación eran considerados como mercancía dela cual los dueños podían disponer a su antojo. Noposeían ningún tipo de libertad ni de protección. Enellos descansaba la mayor parte del trabajoproductivo en las haciendas de cacao, caña, tabacoy hatos de ganado. Vivían en los barracones de lashaciendas en forma inhumana, eran sometidos afuertes castigos corporales e incluso a la muertecuando transgredían ciertas normas estatuidas(Domínguez y Franceschi, 1994:113).

La semblanza en nada intenta ocultar las condicionesen que se desarrolla la esclavitud. El balance sin duda deberser negativo hacia aquella forma histórica, al constatar quelos esclavos sufrían la “mayor explotación”, no poseían“ningún tipo de libertad ni de protección” por lo que vivían“en forma inhumana” y recibían “fuertes castigoscorporales e incluso la muerte” cuando no cumplían susobligaciones.

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Al finalizar el párrafo citado anteriormente serecomienda a los estudiantes que, para ilustrar las condicionesen que vivían los esclavos, vean el “código de negros”. Losautores enfatizan las perversiones de la esclavitud, alincorporar una ilustración en la cual se puede apreciar a unhombre azotando a un negro y que tiene como leyenda losiguiente: “grabado que muestra el maltrato de losnegros”(Domínguez y Franceschi, 1994:113).

Por su parte N. de Fernández afirma que la esclavitudtiene su origen en el mundo antiguo y que aquella, con sentidoracial, comienza en los siglos XV y XVI. Define a los esclavosde la siguiente manera:

eran esclavos y carecían de derechos políticos.Trabajaban en las haciendas de los blancos o de loscriollos. Algunos llegaron a tener tierras enarrendamiento. A los que se escapaban de sus amosse los llamaba cimarrones y andaban huidos pordiferentes sitios del país” (Fernández, s/f : 90).

Es esta definición, un tanto caótica, pues se mezclancaracterísticas muy diversas de la vida de los esclavos, seignora la carencia de un conjunto de derechos sociales yeconómicos y evidentemente transmite imágenes mucho másbenevolentes hacia la esclavitud. Algunos desatinos deinterpretación se continúan repitiendo en los textos deFernández, por ejemplo cuando afirma que la esclavitud fueuna institución... “capitalista y una especie de renacimientodel sistema feudal” (Fernández, s/f : 62).

Luego, en un aparte titulado “Trato a los esclavos”,acota N. de Fernández que los dueños de esclavos secomprometían a darles un trato digno, a enseñarles yconvertirlos al cristianismo, eso si, haciendo la salvedad deque en muchos casos estos compromisos no se cumplían.

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Menciona la Real Cédula de 1789 que ordenaba a los dueñosde los esclavos proporcionarle buenos alimentos y vestidosy reglamentaba el trabajo para evitar abusos. Señala asímismo que la Real Cédula manda que los esclavos vivan encasas espaciosas y que tengan la posibilidad de adquirir lalibertad previo pago de 300 pesos, pero indica que estasnormas no eran siempre cumplidas. Al emitir un juicio devalor acerca de la esclavitud de la América hispana, la autoraintenta salvar la responsabilidad de España en laimplantación y el sostenimiento de la misma, al señalar que...“en ninguna parte del mundo los esclavos fueron tratadosde manera humanitaria. Pero quizá sean las regionesespañolas donde menos vejaciones sufrieron...” (Fernández,s/f : 64). Evidentemente, la esclavitud en tierras españolasse diferenció a la adelantada por los ingleses, pero como ellamisma afirma, no estuvo exenta de injusticias.

Volviendo a referirse a las posibles bondades delsistema esclavista, N. de Fernández señala:

La esclavitud permitió la prosperidad en lashaciendas y reanimó la agricultura. El esclavo eramuy trabajador y esto hizo que la explotación delas haciendas se realizara en una forma extensiva.Surgieron ricas haciendas de cacao, de caña deazúcar, de café, de añil, etc. Los esclavos van acontribuir indirectamente a la creación de laaristocracia agrícola, originando los grandes ricosy terratenientes cuya influencia en la vida colonialva a ser decisiva (...) Por lo que respecta al campoeconómico la esclavitud facilitó el incremento denuestra economía nacional (Fernández, s/f : 64).

Además de recibir el menos malo de los tratos, laesclavitud trajo como consecuencia el incremento de“nuestra economía colonial”, es decir, la acción fecunda de

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los negros, su condición de “muy trabajador” trajo profundosbeneficios a “nuestra” economía. Aquí surge una imagen dela economía colonial como perteneciente a todos losvenezolanos, los de aquella época y los de hoy en día. Sentidode pertenencia que involucra al lector y usuario del texto yque permite atenuar el impacto negativo de la introducciónde esclavos al mostrarla como provechosa para todos.

A diferencia de la referencia anterior, F Domínguezy N Franceschi especifican quienes se beneficiaban de laactividad desempeñada por los esclavos insistiendo en lasfunciones especialmente agrícolas:

Sobre el negro esclavo recayó la producción delcacao, la caña de azúcar y otros productos agrícolasde exportación, ellos fueron un factor esencial en elenriquecimiento de los ‘blancos criollos’ y en elproceso de valoración de la tierra (Domínguez yFranceschi, 1994 : 91).

No se trata, en este caso, de una actividad provechosapara la totalidad de la sociedad venezolana, sino delenriquecimiento de las arcas individuales de una élite, losblancos criollos.

Como hemos acotado en los fragmentos de N deFernández, se percibe un intento de atenuar laresponsabilidad de España en el proceso esclavista. Dichointento se realiza a través de dos vías. Por una parte seplantea la esclavitud casi como una opción que España tuvoque adoptar, muy a su pesar, dada la mengua de la poblaciónindígena y la necesidad de aumentar la riqueza y laprosperidad de las colonias. Es decir, España se veprácticamente obligada por los hechos a traer a los negrosy esclavizarlos:

América, inmensa en territorios y riquísima enmaterias primas, necesitaba una mano de obra

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abundante que la explotara. Los indígenas no eransuficientes y los colonizadores no podían hacerlodirectamente. Entonces surgió la idea de importarmano de obra gratuita y barata (Fernández, s/f :62).

La otra imagen de salvación o limpieza de laactuación histórica de España tiene que ver con el énfasispuesto en separarla del tráfico y comercio directo de losesclavos. La corona española no comerció directamente sinoa través de los asientos que de aquel jugoso negocio le fueronconcedidos a portugueses, franceses e ingleses. (Fernández,s/f:63).

III. Los Negros, la Guerra de Independencia y Bolívar

En los textos escolares de Historia de Venezuelaencontramos dos imágenes acerca de la participación de losnegros en la gesta emancipadora. Por un lado están los negrosconsiderados “precursores de la independencia” y por otro,los afectos a la corona española. Los negros “precursoresde la independencia” presentan características muyespecíficas: eran instruidos e inteligentes, mientras los“realistas” eran analfabetas o poco instruidos y con escasainteligencia. Es decir, el negro “bueno” patriota y el negro“malo” realista; incluso, algunos autores le restan cualquierimportancia a la participación del negro, aunque reconocenque la presencia de este grupo fue factor determinante en eltriunfo de Boves. Hay un equiparamiento de la contribuciónen el ejército realista a ninguna importancia. Observamostambién que el negro instruido puede dirigir algunosmovimientos tales como el de José Leonardo Chirino, peroel negro “ inculto ” sólo puede ser parte de la tropa. De allí

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que no hay una sola actuación relevante de éste en la gesta;en primer lugar, debido a que efectivamente los negros noalcanzaron rangos elevados en el ejército patriota; en segundolugar, a que la figura del negro se diluye en lo que se denomina“sectores populares”, y por último, a que se realza laparticipación en las filas realistas.

En cuanto a la vinculación Bolívar y los esclavos, sepercibe una imagen generalizada de la liberación de estosúltimos como parte de la concepción igualitaria bolivarianay en ningún momento se explica claramente que correspondaa una estrategia de tipo militar, ante la presencia significativade los negros en el - para ese momento - triunfante ejércitorealista.

Al exponer la insurrección de José Leonardo Chirino,tanto García, P.E., como Franceschi, la categorizan como unmovimiento preindependentista, con un claro trasfondoideológico producto de haber recibido influencias tanto dela Revolución Francesa como de la Revolución Negra deHaití. Chirino es descrito como:

un negro libre, pero estaba casado con una esclavaque, por supuesto le daría hijos esclavos... viajabamucho a Curazao y Haití, lugares en donde comenzóa tener noticias de los derechos consagrados porlos franceses” (García, P.E., 1993:19). Franceschipor su parte acota que... “los viajes, lasconversaciones y la inteligencia de este zambo lepermitieron cultivarse y adquirir cierto prestigioentre los trabajadores de la Sierra Coriana(Franceschi 1993:19).

José Caridad Martínez, el otro cabecilla delmovimiento, era “un negro loango nativo de Africa y fugadode Curazao, conocedor también de los principiosrevolucionarios franceses” (García, P.E.,1993:19) que se

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convirtió en líder de su grupo “ gracias a su inteligencia yhabilidad intelectual” (Franceschi, 1993:42) . Comohemos visto, los cabecillas de este movimiento sondescritos como instruidos e inteligentes, lo que lespermitió no sólo liderizar la insurrección, sino inclusoelaborar un programa político.

Por su parte, N. de Fernández, al hacer el análisis delos grupos étnicos en el proceso independentista, caracterizaal negro como mano de obra sin posición política, económicay social por lo que no tuvo “ninguna importancia” en dichoproceso (Fernández. s/f: 124-125). Sin embargo, resalta elmovimiento de Chirino como precursor de la independenciay señala como causa “todas las injusticias que cometencontra los negros”. Aún así, presenta a los negrosinsurreccionados como asesinos y abusadores disminuyendoel significado del levantamiento al describirlo como un hechopequeño en si mismo, pero con importantes repercusionespolíticas, económicas y sociales al servir como llamado dealerta. (N. de Fernández, s/f: 126).

Pablo García es más explícito en su apreciación de laparticipación del negro en la causa independentista. En elaparte titulado “Incorporación de los grupos populares a lacausa de la independencia” hay un subtítulo que dice: “Unarealidad frustrante: pardos, mulatos, mestizos y negrosabrazan inicialmente la causa realista”(García, 1993:47).Argumenta que los intereses opuestos de las clases socialesgestadas durante la colonia, obstaculizaban el triunfo de lospatriotas en la guerra. Entre estos grupos, con interesesopuestos, estaban por supuesto los negros a quienes presentacomo en procura de una mejor posición social y dispuestos aobtener de quien se las ofrezca. Es esta búsqueda deprivilegios sociales la que captan las autoridades españolas

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y por ello “valiéndose de diversas tácticas, fueronincorporando a un grupo cada vez más numeroso de pardos,mulatos, negros y también criollos llanos e indios, a susejércitos de reconquista” (García.1993:47). Ofrecieron lalibertad de los esclavos e incitaron al ajustamiento de losblancos, hechos que significarían la “emancipación social yeconómica que ahnelaban los negros ” (García.1993:47). Lospatriotas sólo ofrecían la emancipación política. Al igual queFernández, reconoce que el éxito de las acciones militaresde Monteverde y de Boves se fundamentó en el aporte dadopor los grupos populares.

Podría deducirse de estas interpretaciones unaincapacidad del negro de entender el significado que laobtención de derechos políticos tendría para él y en generalsu importancia en el marco de la Revolución Francesa; deallí que se remarque el hecho de que los precursores de laindependencia eran negros instruidos e inteligentes. El negro“bruto” no está en capacidad de entender la ideología de laindependencia, sólo entiende los ofrecimientos de una mejorposición social y económica y por ello es realista. Suignorancia y ambición hace que sea “engañado” por la coronaespañola. No puede ver quién es realmente su enemigo.

Aquí se erige la figura de Bolívar como la únicacapaz de comprender la necesidad de lograr la adhesión delos negros a la causa patriota y para ello toma las medidasde liberar a sus esclavos en primer lugar y proponer lalibertad del resto. Bolívar aparece como el salvador de losnegros en 1816 al brindarles la oportunidad de expiar susculpas (la participación en el ejército realista) si ingresan alas filas patriotas; lo que además los liberaría de laesclavitud. En los textos analizados hay una imagen

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generalizada de la liberación de los esclavos como unanecesidad perentoria de ganar la guerra ante la evidentevictoria de los realistas, cuyo ejército integraban muchosnegros.

Franceschi, tanto en el texto de la Cátedra Bolivarianacomo en el que comparte la autoría con Domínguez, parte de lapremisa de un Bolívar igualitario, abolicionista y reformador.Pero Bolívar también aparece, aunque muy someramente, comoun estratega militar; de allí que se contraponen las motivacionesde Bolívar para decretar la abolición de la esclavitud. ¿Realmentecorrespondían a unos ideales de igualdad y confraternidad?.¿Simples sugerencias de Petión para auxiliar la compañía?.¿Bolívar ejemplo para el resto de los propietarios y esclavos?.Pareciera que ambas posiciones, reformador social y estratega,no son conciliables, sobre todo el considerar a Bolívar más queun reformador social, un militar.

Pablo García comparte la imagen de Bolívar como elúnico capaz de comprender la necesidad de lograr la adhesiónde los negros, entre otros grupos étnicos, de acuerdo a su ópticade “volcarlos hacia la causa patriótica”, pues de lo contrario“jamás se podrá estructurar un movimiento revolucionariocapaz de alcanzar la libertad”. Esta idea ocupará suspensamientos y reflexiones, y servirá de base a sus proyectospolíticos (García, 1993:48). García, igualmente afirma eligualitarismo de Bolívar apoyándose en el hecho de que siendoheredero de grandes bienes de riqueza renunció a buena partede ellos: sus esclavos.

Bolívar arranca las cadenas a todos sus esclavos ylos arma soldados de la independencia nacional, yde grandioso desprendimiento “sic” pues era a costade su fortuna hereditaria, con que Bolívar afirmabasu posición de Libertador (García, 1993:88).

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En este mismo acontecimiento basa Franceschi eligualitarismo, añadiendo que dicho igualitarismo partía delreconocimiento de las desigualdades humanas naturales enlas sociedades, de allí la importancia en el establecimientode la igualdad legal y política (Franceschi, 1993:85) . Bolívarmantuvo siempre una “línea crítica” hacia el problema dela escavitud demostrada en sus proclamas de 1816, 1819 y1821 (Franceschi.1993:161).

Domínguez y Franceschi nos dan una idea diluidade Bolívar como estratega militar al acotar que laincorporación de los sectores populares al ejército patriotafue un proceso gradual. Producto del convencimiento demuchos jefes y soldados hostiles al gobierno y al ejércitopatriota, que finalmente entendieron la necesidad de apoyara la república. Para ello, los patriotas con Bolívar a la cabeza,les ofrecieron “un ingreso digno al ejército y todas lasventajas de una república de ciudadanos libres” ( Domínguezy Franceschi, 1994:166).

IV. El negro: la presencia ausente

El mismo hecho igualador que hemos anotado en elprincipio de esta ponencia contribuye a producir unaoperación intelectual en la que el negro se diluye comoentidad propia. La existencia del negro como un elemento“ajeno” a la historia de Venezuela se resuelve rápidamente através de la mirilla del mestizaje. El mestizaje, que enVenezuela fue muy intenso, disuelve al negro y su cargacultural en la sociedad mestiza. Esta acción disolvente desus valores y referentes se realiza si se quierevoluntariamente:

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En el campo social, los negros olvidan su vidaafricana y prácticamente se incorporan a la vidavenezolana. Como los españoles no tenían prejuiciosraciales, negros, indios y españoles se mezclan yforman en ocasiones nuevas familias, dando orígenasí al mestizaje (Fernández, N. de, s/f : 71).

A pesar de que un grupo importante permanecióaparte del conjunto de la sociedad, el negro es incorporadoal venezolano desde la propia época colonial y desaparecesu entidad en la etapa repúblicana, especialmente despuésde la abolición de la esclavitud. Es pues, parte de esevenezolano que nace la mezcla racial. Hace referencia laautora a la incorporación del negro a la “vida venezolana”cuando conocemos que la nacionalidad madurará comoexperiencia histórica hacia finales del siglo XVIII y a plenitudsólo a partir de la independencia. De esta forma el negro esun componente “ajeno” a la sociedad hasta que el barconegrero toca puertos venezolanos, de allí en adelantepareciera incorporarse a una sociedad que luce comodispuesta a su ingreso. Su diferenciación del conjunto sociales realizada únicamente en la época colonial y mientraspermanece en condición de esclavo. Es decir, sólo apareceen los libros que estudian la etapa colonial y los primerosaños de la República; y a diferencia de los españoles y losindígenas a los que se dedican capítulos enteros, el negro seasoma en secciones secundarias.

Luego, una vez libre, su cultura, religión,cosmovisión e intereses deja de ser tema de atenciónseparada. El negro encarna socialmente en una de lasvariaciones nacidas de la mezcla étnica: el pardo. Así se hacepresente a través del pardo, mediante el cual mantienefiguración en la historia de Venezuela. Por ello la lectura de

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los textos escolares, apunta a la construcción de una“presencia ausente”, es decir, sabemos y reconocemos queel negro llega a Venezuela en condición de esclavo, peropoco sabemos en relación a su carga cultural y social. Porejemplo, en la enumeración de los aportes culturales, lasrazones de su llegada, su origen, o sea los detalles que podríandotarlos de una entidad propia y diferenciada del conjunto.Los negros lucen más superficiales y muchísimo menosimportantes que el resto de los componentes étnicos queconcurren al mestizaje. Veamos, N. de Fernández refiriéndoseal origen de los esclavos afirma que éstos provenían de lacosta occidental del golfo de Guinea y pertenecían a la culturaBantú “bastante adelantada” (Fernández, N. de, s/f : 62-63).Estos escasos datos bastan a la autora para saciar el interésde los niños por saber quienes fueron esos hombres quevinieron en contingentes numerosos a cohabitar el territoriohoy venezolano. Por su parte, Domínguez y Franceschi, noestiman necesario abundar estas informaciones ysencillamente las ignoran.

En relación al aporte del negro a la formación culturalde lo que somos en el presente los venezolanos, el problemaadquiere proporciones mayores. En los apartes dedicados ala cultura colonial no son tomados en cuenta los aspectosvinculados con el negro. Solamente los rasgos de la “cultura”hispana institucional tradicional son objeto de estudio. Esen la sección que estudia el “folklore” donde el negro captala atención de los autores. N. de Fernández al comentar losaportes del negro a la formación de nuestras costumbres ytradiciones afirma que:

al igual que los grupos anteriores trajo consigo suscostumbres, música, danzas, ritos (...) Comoejemplo tenemos: el baile de los diablos danzantes

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de Yare que se organiza coincidiendo con la fiestareligiosa de Corpus Christi a pesar de que su origenes español (Fernández, N. de, s/f : 119).

Aquí no se menciona el llamado sincretismo culturalque permitió a los negros practicar sus propias costumbresamparados tras las festividades católicas. Más adelante, seenumera una serie de manifestaciones folklóricas que tienenuna clara sintonía con los valores y la cultura africana, másno son identificadas como tales. En Domínguez y Franceschiel asunto es tratado con mucha menor profundidad ysencillamente se afirma que en la conformación de nuestrofolklore participan los componentes culturales de loseuropeos, aborígenes americanos y africanos. (Domínguezy Franceschi, 1994:128).

En el lapso comprendido entre 1830 y 1854 los negrosingresan a las páginas de los libros de Historia de la mano delas disputas políticas y los debates legislativos en torno a laabolición de la esclavitud. A pesar de que este hecho esconsiderado uno de los problemas más importantes que tuvoque enfrentar la joven república, su solución es calificadade “sencilla”, dada su condición de empresa antieconómicaadquirida después de 1830. (Yépez y Troconis de V.1993:28). Estos autores enfocan la abolición de la esclavitudcomo consecuencia de las pugnas entre los derechos de lospropietarios y los de libertad e igualdad proclamados por laconstitución de 1830. Los propietarios desisten al evidenciarsela poca rentabilidad de aquella institución. (Yépez y Troconisde V. 1993:28).

Amén de las causas económicas, otras de índolepolítica influyeron en la abolición: la necesidad que teníaJosé Gregorio Monagas de captar la simpatía popular paraderrotar al Partido Conservador. Pareciera entonces, que el

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decreto de abolición de la esclavitud se limita alcumplimiento de una promesa electoral, posiblementereclamada por el partido opositor, y no por las masasoprimidas. Vale destacar que tampoco se hace mención arevueltas y movimientos protagonizados por los negros.(Idem).

Las dificultades de la incorporación del antiguoesclavo a la nueva condición de libre son abordadasinsuficientemente. Yépez y Troconis de V., argumentan quelejos de favorecer a los esclavos, la abolición de algunamanera perjudicó, ya que pasaron a ser mano de obra“endeudada” al tener que acudir a sus antiguos amos enbusca de trabajo, quienes les pagaban salarios muy bajos(Yépez y Troconis de V, 1993:29). Por su parte, Arias Amaroexpone argumentos similares (Arias A., 1990: 38).

De aquí en adelante la mención de los descendientesde africanos se produce exclusivamente en el contexto de laGuerra Federal, donde se recuerda que entre los postuladosde la Federación estaban las penurias económicas de 40.000libertos ( Yépez y Troconis de V, 1993:54). Con este suceso,desaparece el último hecho que dotaba a los negros deidentidad propia: la esclavitud. Una vez abolida legalmentese hace dificultoso hacer un seguimiento del tratamientorecibido por este grupo etnico. Pareciera que el hechoabolicionista resolvió el asunto de raíz y la libertad deshilvanael último escollo. De los textos es posible derivar la idea deque la abolición de la esclavitud convirtió automáticamente alos negros en ciudadanos, con capacidad de ejercer plenamentelos derechos recién adquiridos. Efectivamente, después de1854, el negro desaparece como sujeto “independiente” y sediluye en la categoría “sectores populares”.

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NOTA 1 En los manuales de enseñanza de la historia de Venezuela en el sigloXIX puede constatarse esta afirmación. Véanse los trabajos de NikitaHarwich Vallenilla “Lagénesis de un imaginario colectivo: la enseñanzade Historia de Venezuela en el siglo XIX en : Boletín de la AcademiaNacional de la Historia. Caracas, abril – junio, 1988, pp. 349 – 387.

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