la otra mirada del currículo: desde los procesos de

Artículo de Investigación Presentado para optar al título de Especialista en Gerencia

Educativa, Universidad de San Buenaventura Medellín, Facultad de Educación,

Especialización en Gerencia Educativa, Medellín, 2016. Asesor: Gloria Stella Pérez

Avendaño, Especialista (Esp) en Procesos Curriculares.

Cita APA: (Olarte-Alfredo, 2016)

Referencia APA:

Olarte, F. W.A. (2016). La otra mirada del currículo: desde los procesos de formación,

transformación del sujeto y de su realidad: una apuesta pedagógica de articulación

con los diferentes contextos. (Artículo como trabajo de grado). Universidad de San

Buenaventura Medellín, Facultad de Educación.

La otra mirada del currículo: desde los procesos de formación, transformación del sujeto

y de su realidad: una apuesta pedagógica de articulación con los diferentes contextos.

Walfran Alfredo Olarte Feria, [email protected]

Resumen

El presente texto busca analizar la pertinencia de un currículo crítico en el contexto de un

colegio confesional, por ello se hace un recorrido por algunos conceptos articuladores de la

pedagogía que permitirán poner en contexto dichos conceptos y soportarlos desde algunos autores

que posibilitan el dialogo con el propósito de llegar a los puntos de convergencia en este ejercicio

reflexivo, cerrando con un análisis e interpretación de las respuestas dadas por los maestros a las

entrevistas aplicadas y llegar a unas conclusiones, que no cierran la discusión, sino por el contrario,

recuerda que si se tiene un pensamiento crítico se tiene esperanza. La anterior afirmación invita a

estar abiertos al dialogo académico y propositivo para dinamizar la propuesta de formación de la

institución educativa Mano Amiga Bello, a través de un diseño curricular que posibilite la lectura

de contextos a partir de la articulación, proyección y traducción de los contenidos de la cultura con

los contenidos de las áreas del conocimiento propuestos en los lineamientos curriculares definidos

por el Ministerio de Educación, en favor de la transformación del sujeto y de su realidad.

LA OTRA MIRADA DEL CURRÍCULO: DESDE LOS PROCESOS DE FORMACIÓN, TRANSFORMACIÓN

DEL SUJETO Y DE SU REALIDAD: UNA APUESTA PEDAGÓGICA DE ARTICULACIÓN CON LOS

DIFERENTES CONTEXTOS. 2

Palabras clave: Formación, Educación, Pedagogía, Contexto, Currículo, Proyecto Educativo

Institucional, Propuesta Pedagógica.

Abstract

This paper seeks to analyze the relevance of a critical curriculum in the context of a religious

school, therefore a path is done through some pedagogical articulator concepts that will

contextualize these concepts and support them from some authors that enable dialogue with the

purpose of reaching common ground in this reflective exercise, closing with an analysis and

interpretation of the answers given by teachers to the interviews applied and reach conclusions that

do not close the discussion, but rather, remember that if there is a critical thinking, there is hope.

The above statement invites to be open to an academic and purposeful dialogue to energize the

formation approach of the school Mano Amiga Bello, through a curriculum design that enables the

reading of contexts from the articulation, projection and translation of cultural contents with the

contents of the areas of knowledge proposed in the curriculum guidelines defined by the Ministry

of Education in favor of the transformation of the subject and its reality.

Keywords: Formation, Education, Pedagogy, Context, Curriculum, Pedagogical Educational

Project, Pedagogical approach

Introducción

Al plantear una propuesta de formación en una institución educativa, es necesario,

definir el concepto de ser humano, cultura, tipo de relaciones, estrategias, construcción del

conocimiento, contextos de enseñanza y aprendizaje, que de manera articulada se ven reflejadas en

la fundamentación pedagógica que sustenta los procesos formativos y educativos.

Dicha propuesta de formación que se sustenta en un enfoque o modelo pedagógico, se

refleja e implementa en un diseño o modelo curricular que permite concretar los enfoques, modelos




y teorías pedagógicas, con el fin de implementar acciones que contribuyan a los proceso de

aprendizaje y desarrollo personal, desde el reconocimiento de los contextos, condiciones culturales

y tipos de población; el currículo entonces, como un proceso de construcción permanente se inspira

en los conceptos articuladores de la pedagogía y otras ciencias de la educación para definir los

fundamentos filosóficos, sociológicos, epistemológicos y antropológicos; así la apuesta por un

currículo crítico, exige, partir de un sustento de pedagogías críticas que privilegian la lectura e

intervención en realidades concretas para la transformación de las mismas y en ella de los sujetos

que interactúan y participan tanto de los procesos sociales como culturales.

Desde estas premisas el desarrollo temático para este marco referencial, abordará en su

orden las categorías de: formación, educación, pedagogía, contextos educativos y currículo, a fin

de indagar la pregunta planteada en este ejercicio de investigación, para luego analizar el estado de

estos en la propuesta curricular del colegio Mano Amiga Bello y contemplar la viabilidad de un

currículo crítico, en esta institución.

Una apuesta pedagógica de articulación con los diferentes contextos.

Al hablar de una propuesta de educativa, se hace necesario resignificar el concepto de

FORMACIÓN y lo que ello implica para los sujetos y las instituciones. Son varios los diálogos

que han surgido en torno al concepto de FORMACIÓN y cada uno de ellos con una intención firme

de aportar al desarrollo del hombre; la idea no es hacer un desarrollo minucioso, se pretende es

retomar la esencia misma, la que va encaminada a FORMAR al hombre para que tenga la capacidad

propia de ser consciente de su realidad, y en el momento que él quiera emprender su viaje por la

vida lo haga libre desde su querer; es decir emancipado, siendo crítico, rechazando esos limitantes

que trae consigo el consumismo y sus modas que lo determinan llevándolo a actuar y pensar de

ciertas formas, creando en él falsas expectativas. Entonces la Bildung se puede entender como el

viaje que emprende el individuo en una elección que él hace hacia su ser más profundo para

encontrarse con su máximo ideal de humanidad, para construir un pensar y actuar crítico, que

genere emancipación. Este ejercicio reflexivo debía conducir a una libertad, la cual desde su

proceder emancipador liberaria a los seres humanos de todo aquel poder que se ejerciera sobre él,

incluido el del Estado (Masschelein & Ricken, 2003).




Al leer el origen y el objetivo de la aparición del concepto Bildung se pensaría que es un

pensamiento romántico, un ideal inalcanzable, la propuesta es entenderlo como puntos de partida,

los cuales tienen una serie de etapas, por lo que invita a un caminar con prudencia y paso firme;

además con el deseo de aprender, porque el hombre debe tener una mente abierta a los virajes de

la vida, esos que ofrecen los problemas, para no verlos desde un ámbito negativo, sino por el

contrario, como oportunidad de mejora, partiendo del reconocimiento de realidades, el sujeto que

quiere construirse, entendiendo que está en constante crecimiento, sin olvidar que es un ser

histórico y que debe hacerse responsable de su tiempo. Esto va unido a la premisa de que “La

formación consiste en el deber que cada uno tiene de darse forma” (Ríos Acevedo, 1995, p.18).

No se debe olvidar también que la “Formación implica la tarea de aprender a aceptar la validez de

otras perspectivas, para por la fuerza formativa del pensar, se sea capaz de superar la propia

parcialidad” (María Sopó, 2007, p. 46).

Cada momento de la historia requiere abrirse a la reflexión en torno a la vida, al saber,

a las formas de relación, al ejercicio político de cada ciudadano; se cuenta con infinidad de medios

tecnológicos que acercan a la discusión de estos temas, a la construcción de conocimiento, porque

se está a un clic para acceder a la información, el punto es, que no se logra analizar ni

conceptualizar, por lo que es mucha, el llegar a un corte y pegue en el ejercicio académico, sin

medir el impacto que esa información puede ocasionar; sugiere propiciar espacios de discusión que

posibiliten ampliar los horizontes del conocimiento, máxime cuando no se puede dejar de estar en

estado de crisis.

Se quiere entender el concepto de crisis, como un cambio violento que genera una

modificación de un evento, una serie de sucesos que se pueden evidenciar desde lo material o lo

simbólico. Entendido de esta manera la crisis social, es aquella que trasciende a la persona, se

desarrolla por procesos de cambio que ponen en jaque a una estructura; Estos movimientos

producen desasosiego, porque estas estructuras que están acostumbradas a controlar al perder su

poder, pierden el horizonte y por ende vacilan frente a lo que les espera. Llevando todo esto a otras

esferas en muchos de los casos les llaman revolución. Es clave tener esto presente ya que “en la




formación se establece el tipo de relación que permite el aprendizaje; esto trae consigo sus propios

riesgos y supone apertura a lo inesperado” (Aguilar, 2003, p. 13).

El pensar diferente, el preguntar por qué tengo que hacer las cosas de esa manera, el

buscar romper esquemas, el solo decir: y por qué no; llevan a pensar que él hombre siempre ha

estado en crisis o mejor, siempre hay esperanza, porque existen las preguntas y estos interrogantes

llevan a decir que no todo se asume de manera acrítica, que existen sujetos anormales para el

sistema que pretende pensar, hablar, actuar y querer lo mismo; buscando impedir que el hombre se

resignifiqué constantemente.

Todo proceso educativo se debe orientar hacia el desarrollo de la autonomía, que

posibilita el pensar por sí mismo con sentido crítico, ponerse en el lugar del otro, considerando sus

puntos de vista y ser consecuente, asumiendo “la responsabilidad personal, la toma de posición

ética frente a los valores, los deberes y derechos universales, la participación democrática como

ciudadano, la formación y potenciación de capacidades, destrezas y competencias” (Quiroz &

Mesa Arango , 2011, p. 622).

La formación no es un proceso de moldeamiento a través de influencias externas, es el

proceso de humanización y autorrealización constante, como posibilidad y decisión del sujeto de

liberarse y desplegar desde el interior sus potencialidades y sensibilidades. La formación como

objeto de la pedagogía se refiere al desarrollo individual y la forma particular como cada ser

humano se apropia de los elementos de la cultura, involucra tanto el cuerpo como el espíritu del

sujeto que se está formando.

Es pertinente aclarar que no se ha perdido el hilo conductor, solo se está abriendo camino

para decir por qué es importante volver a retomar el concepto de Bildung, al querer volver a él se

pretende es tratar de entenderlo, asimilarlo y vivenciarlo, entendiendo que el contexto es muy

diferente, pero las necesidades siguen estando latentes; Además se aborda concibiendo que desde

su origen, la Bildung une dos conceptos claves la individualidad y la sociedad; para generar una

figuración social, que conduce a establecer unas pautas o pasos para la transformación social por

medio de la formación de individuos (Masschelein & Ricken, 2003). Para lograr lo anterior se




pretende hacer un “viaje o camino educativo” que nos permita entender cómo la metáfora de viaje

ayuda a acercar el concepto de Formación; además es pertinente analizar si de verdad estos

conceptos no tienen relación o son complemento uno del otro; por lo anterior se realizará un viaje

hacia este concepto.

La formación designa el modo específicamente humano, de dar forma a las disposiciones y

capacidades naturales del hombre, la autorreflexión es un ejercicio fundamental en los proceso de

formación, los procesos técnicos no inciden en el aspecto formativo, porque está estrechamente

relacionado con un deseo de cambio que viene del interior, esto conduce a una apropiación

completa de aquello en lo que se forma (Gadamer, 1975).

La formación se constituye así en un proyecto de vida que se construye a partir de la

autorreflexión; lo que implica el proceso activo y reflexivo del sujeto, diferente es al concepto de

adiestramiento o instrucción, en el que se considera al sujeto pasivo moldeado por alguien, que

trabaja sobre una supuesta materia moldeable. La formación implica un proceso de construcción

permanente del sujeto sobre sí mismo (Ferry, 1990). Para este autor, el proceso formativo no es

una acción pasiva de configuración que imprima el formador sobre el informado, es un proceso

continuo que implica la convicción en las formas de actuar y un proceso de reflexión permanente

que le permita al sujeto transformarse; darse forma en términos de Freire, para el autor la formación

no se recibe ni se transmite a otra persona, nadie puede formar a otro, pero nadie se forma sólo,

sino se forma en procesos de intercomunicación.

Desde una perspectiva Freireana se plantea que para favorecer el proceso de formación,

se requiere del encuentro dialógico, intersubjetivo, el reconocimiento de la otredad, desde el respeto

y la tolerancia por la diferencia, la socialización, desde la conciencia de ser con otros, la

participación activa de cada sujeto en el proceso de transformación y la autonomía para saber cómo

orienta su vida.

En este sentido la formación está relacionada con la creación de procesos reflexivos donde

se establezca una relación entre teoría y práctica, esto hace que se busque tener mayor coherencia

en el pensar, hablar y actuar, es decir que no basta con que algo se vea bueno, sino que realmente




se vea y sea bueno (Freire, 2004). Formarse, en fin, es entrar en el análisis de la coherencia entre

nuestro pensamiento y acción. Lo cual implica estar atentos en los procesos de formación, desde el

ámbito personal y social, en medio de las nuevas tendencias hacia la eficacia y eficiencia donde

prevalece la información sobre la indagación, la reflexión, la crítica y autocrítica, desde esta

tendencia hacia lo técnico y lo instrumental, los procesos formativos no se pueden reducir a la

implementación de ciertas herramientas conceptuales y procedimentales. Así Freire diferencia la

formación del mero entrenamiento en destrezas. Pero también dice que el decidir entrenarse

adiestra él sujeto y esto genera no hacer uso de la dimensión política creada de toda acción

formativa, lo que conlleva a una rutina que estanca por su proceso repetitivo y además satura de

información lo cual no permite el ejercicio reflexivo, generando la formación de tipo bancario

(Freire, 2004).

En coherencia con los planteamientos anteriores (Flórez, 2005) presenta sus aportes de

formación desde una línea de humanización que va marcando de manera individual y deja abierta

una puerta que se puede entender como el camino a las posibilidades de llegar a una realización

personal que además requiere del deseo de preparación para poder saber dar lo mejor de sí, ello

requiere poder tomar sus propias decisiones, sin olvidar a los otros. Este concepto reconoce que

el proceso de formación se genera desde el enriquecimiento interior, la decisión, libertad y el

compromiso; si bien es un proceso individual está determinado por la cultura.

Lo anterior conlleva a la búsqueda de un orden al interior del sujeto que dinamice su

proceso cognitivo, para llegar a armonizar el ser, es un concepto fundamental de la pedagogía que

implica el desarrollo individual y la forma como se apropia de los elementos de la cultura. Cuando

el sujeto decide dar un giro completo a su existencia sustentado en el deseo de un cambio radical,

que responda a un proceso de crecimiento en todas sus dimensiones cimentado en el conocimiento,

se habla de que la Formación hace parte de su ser (Madrid, 2000).

Para favorecer el proceso de formación, se requiere del encuentro dialógico,

intersubjetivo, el reconocimiento de la otredad, desde el respeto y la tolerancia por la diferencia, la

socialización, desde la conciencia de ser con otros, la participación activa de cada sujeto en el

proceso de transformación y la autonomía para saber cómo orienta su vida.




La formación requerir auto exigencia, por eso se debe estar siempre en permanente

construcción del ser, ese que alude a la persona (Campo, Campo, & Restrepo, 2000) este proceso

se hace efectivo en las condiciones aportadas por la cultura, la interacción con diversas situaciones,

proporciona diferentes experiencias que permiten la socialización; aquí son relevantes los aportes

de Vigotski en cuanto al reconocimiento de las relaciones intersubjetivas, al respecto platea que

los adultos son quienes tienen el conocimiento cultural y ellos son quienes ayudan a los más jóvenes

a conservar dicho saber y a enriquecerlo.

Guiar a un ser humano es complejo y nuestra responsabilidad como docentes es mostrar

el horizonte a los educandos y animarlos a caminar perseverantes, aprender a ser mejor personas,

sensibles para captar lo que sucede alrededor, no como simples espectadores, sino como

constructores comprometidos en la búsqueda del bien posible y al servicio de los otros, críticos y

reflexivos.

Si bien se ha reflexionado sobre el significado de la formación, cobra aquí sentido el

concepto de educación como práctica social que tiene la intencionalidad de contribuir a la

formación de sujetos autónomos, responsables y libres para tomar las decisiones de su proyecto de

vida influenciado por su contexto en un momento histórico determinado. La educación hoy se

asume como un proceso multidireccional de concienciación cultural y moral.

“La Educación es el proceso por medio del cual las cosas, las personas y las instituciones

afectan a un sujeto. La formación es entender ese proceso como un viaje hacia sí mismo” (Quiceno

Castrillón, 1995, p. 87) la educación posee una dualidad en su misión, porque busca develar en su

práctica la diversidad humana y contribuir para que el hombre tenga herramientas en la toma de

decisiones a conciencia y hacer cada vez más evidente la necesidad del otro. La Ley 115 de 1994.

En el artículo 1º, expresa que la educación aparece concebida como “un proceso de formación

permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona

humana, de su dignidad, de sus derechos y deberes” (Ministerio de Educación, 1994, p. 1). Deja

claro que es un proceso integral, no se logra solo y no se da al azar, es decir necesita de unas bases




que le otorga cada cultura o sociedad, dando paso al proceso histórico, ubica al hombre en un

contexto determinado con unas problemáticas que lo atraviesan y que demandan soluciones.

El proceso educativo resulta del ejercicio de concienciación de unos acuerdos colectivos,

de una comunidad, la familia, grupos sociales o quizás un oficio o profesión. Esta se convierte en

una acción provocadora de cambio y avance de la sociedad, como también en un factor

determinante en todas sus dimensiones (Mallarino Flórez, 2007). El proceso educativo debe llevar

a estructurar lo que cada comunidad entiende de sus prácticas culturales con la intención de ayudar

al hombre en su desarrollo, al hacer más asequible a una cultura ese conjunto de experiencias y

representaciones que tienen de su realidad. Para luego mover al sujeto a casos en los cuales él pueda

tomar postura, es decir sumarse o simplemente decidir no tomar partido argumentado su decisión

fundamentado en unas normas, unos valores éticos y morales.

Según (Dewey, 2004) la educación es un proceso de participación del individuo en la

construcción de conciencia social, por ello propone que la escuela sea el resultado de una sociedad

adulta dimensionada desde un enfoque democrático; donde se forme para la participación cívica y

responsable de las nuevas generaciones, esto articulado al conocimiento; prepara así para la vida;

pues la educación debe ser un proceso continuo de reconstrucción progresiva; caracterizado por el

desarrollo de una conciencia crítica que implica discernir competencias acordes con las situaciones

dadas para fortalecer la imaginación desde una valoración inteligente.

La educación no se debe entender sólo como un aspecto técnico, es decir no existen

manuales para todo y es vital que no existan, porque no se debe tener miedo a la diferencia, debido

a que en esa diferencia está la belleza de la vida; la educación es una relación humana que busca

emancipar al hombre, debido a esto no busca acomodar, es todo lo contrario, son prácticas que

generan cuestionamientos que propician el salir del estado de confort, porque para que una práctica

educativa sea significativa debe ser realmente excéntrica, es decir dejar ser al hombre KRISICO

(tomado del seminario de educación cultura y sociedad de Diego Alejandro Muñoz), la educación

debe estar centrada en la pregunta. La liberación que se debe dar inicialmente es en la mente, esa

que identifica al hombre generando identidad, para luego pasar a lo que esta fuera llegando a la

práctica, es decir ser excéntrico, unido a la ética de la memoria.




Para Freire el hombre debe ser sujeto de su propia educación. No puede ser objeto de ella.

Según esto nadie educa a nadie… es una búsqueda permanente de sí mismo… Dicha búsqueda no

ha de hacerse en solitario, sino en “comunión con otras personas”; en este sentido, la educación

juega un papel trascendental en el mejoramiento de la humanidad. Para el autor la educación es un

proceso permanente desde la praxis, reconoce a los sujetos como seres históricos. Freire sostiene

que “la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para

transformarlo” (Freire, 1978, p.7) La educación debe estar en diálogo permanente con la realidad

económica y política, lo que implica que debe tener en cuenta los problemas y vivencias en los

diferentes contextos.

El sujeto siempre debe verse como un ser en construcción permanente, un ser inacabado,

esto con el fin de salirse del molde y no permitir que la educación caiga en el juego de ser diseñada

para que el que piensa y habla pierde, debe actuar como un virus que va generando cambios lentos

pero seguros al interior del sistema, haciendo resistencia y a la vez planteando alternativas que

visualicen los procesos de formación y educación desde una perspectiva más humana, esta es la

tarea del maestro porque es él quien ayuda al cambio, al abrir los horizontes del conocimiento, ya

es decisión de cada estudiante si se suma o no, a esto se le llama contra cultura.

Teniendo en cuenta que los procesos educativos y de formación se constituyen en el

objeto de la pedagogía, es necesario hacer síntesis de su sentido y significado en los procesos de

formación de maestros como reflexión en torno a su qué hacer. Herbart, diferencia entre la ciencia

de la pedagogía y el arte de la educación, tal vez basado en esta idea kantiana de reconocer la teoría

en la pedagogía y la praxis en la educación. Él se pregunta por el contenido de una ciencia y

responde diciendo: “x|.” (Herbart citado en Luzuriaga, 1946, p. 17). Un arte, en contraposición lo

define como la suma de destrezas para conseguir un fin determinado.

Herbart es promotor de la pedagogía científica, fundada en la psicología y en la ética,

fundamentado en los conceptos de instrucción y disciplina, se orienta hacia la moralización de la

humanidad, concibe la formación desde una instrucción que no es utilitarista, la educación moral,

como fin de la instrucción es la virtud e interés por la educación. Lo anterior es un acercamiento a




como Herbart asume la pedagogía general sistemática que posibilita claridad en el objetivo de la

educación teniendo claro dos fundamentos que permitan el logro de cada individuo y de la

sociedad.

Herbart concibe la pedagogía, como la ciencia que necesita el educador para sí mismo,

pero también debe poseer la ciencia para comunicarlo (Herbart , 1946). No se puede concebir la

educación sin la instrucción, tampoco se reconoce una instrucción que no eduque, por ello al

maestro se le exige la ciencia y la reflexión; es decir, la educación moral debe estar en

correspondencia con la educación intelectual, la instrucción es el principio de la formación del

carácter, acompañada de una educación moral que se define desde la ética y determina el fin de la

educación: crear una persona virtuosa para desarrollarse en una sociedad libre, equilibrio entre

individuo y sociedad, se expresa a través de la enseñanza, así el maestro se encarga de formar al

otro desde su maleabilidad, para lograr la formación del carácter, este es un estudio y trabajo

continuo, para el cual debe ejercitar su inteligencia y su corazón por medio de la meditación, la

reflexión y la investigación, no se trata de instruir el espíritu sino de construirlo.

Todo proceso que busque enseñar, involucra a la pedagogía como saber, porque su tema

de interés es la formación y la educación. Es en este punto donde cabe resaltar que este ejercicio

citado demanda de unos educadores que ayuden a que se cumplan estos objetivos. El hombre en su

proceso formativo recibe información que luego convierte en conociendo, que le da herramientas

para enfrentar la vida. Para dotar al maestro de esta especificidad en la formación pedagógica, es

necesario que se apropie de un saber (Zuluaga, Echeverri, Martínez, Restrepo, & Quiceno, 1988)

de una práctica y de una institución; es decir, permitirle que la pedagogía, la enseñanza y la escuela,

hagan parte constitutiva de un proyecto particular de formación entre muchas opciones existentes

en el ámbito intelectual de la pedagogía, teniendo en cuenta que esa elección sea pertinente,

congruente y coherente con la propuesta de formación que se adopte en una institución educativa.

Haciendo alusión a Olga Lucia Zuluaga, quien plantea la pedagogía como la disciplina

que reflexiona sistematiza y conceptualiza las diferentes teorías y enfoques con respecto a los

procesos educativos y formativos que se han gestado a lo largo de la historia y su vigencia en

diferentes contextos para asumir los retos frente a las problemáticas sociales, políticas y educativas;




desde esta concepción se plantea una nueva manera de pensar en el sujeto que se está formando en

una cultura diversa, que asume el conocimiento desde otra mirada de mundo.

Importante aporte fue el hecho de conceptualizar la pedagogía como una disciplina

en reconstrucción que recoge el saber cómo y lo eleva al saber qué, es decir que

llena de razones la práctica. Reconocer la enseñanza como acción comunicativa

realizada por maestros competentes y abogar por competencias especializadas de

acuerdo con el dominio de los saberes y las disciplinas fue un esfuerzo significativo

por dotar al maestro de un horizonte conceptual y metodológico para comprender

su práctica (Tamayo Valencia , 2006, p. 107).

Por su parte Flórez reconoce la Pedagogía como base para el currículum de formación

docente y en términos de él esta es una disciplina que sistematiza el saber para poder llegar a un

desarrollo que aporte a la formación en un contexto determinado para responder a esas necesidades

desde la educación social (Flórez, 2005). Es la reflexión pedagógica que le permita al maestro

pensar y pensarse para hacer más consciente sus prácticas, a fin de orientar los procesos de

enseñanza, resignificando su saber específico en diálogo interdisciplinario con las ciencias de lo

educativo, a partir de los conceptos articuladores de la pedagogía: formación, educación,

aprendizaje, instrucción, evaluación relaciones pedagógicas y didácticas. Así podrá estructurar un

discurso pedagógico, que le permita darles para darle significación, coherencia y claridad a la

intencionalidad pedagógica que orienta las propuestas formativas en los diferentes contextos

educativos.

En términos de Ricardo Lucio se plantea que la pedagogía permite la reflexión sobre la

educación, lo que implica la sistematización de este saber, de sus métodos y procedimientos, lo que

implica la su configuración como disciplina teórico-práctica de la educación, definiendo la

concepción de la formación del hombre y de la sociedad (Lucio, 1989). En palabras de Freire

(1976) la formación del docente exige un vínculo con la realidad, a fin de producir teoría sobre la

práctica y desarrollar esta partiendo de la teoría, así mismo (Carr & Kemmis, 1988), plantea la

necesidad de desarrollar competencias en el docente a partir de la articulación y definición de

teorías en su práctica pedagógica investigativa, por medio de la acción y reflexión constantes.




De este modo, la pedagogía reflexiona sobre qué enseñar, como ciencia social e

histórica, se modifica y contextualiza, desde las características, necesidades y problemáticas de las

diferentes sociedad, en momentos históricos determinados. Vista así, la “la pedagogía no puede

resolverse de modo exclusivo como un saber del maestro en y sobre su práctica, y menos desde la

perspectiva de la cualificación reflexionada de un hacer” (Runge & Garcia, 2010, p. 189). Al hablar

de pedagogía, formación y educación se hace necesario plantear la incidencia que tiene el contexto

en dichos procesos. La educación no se rige sólo por normas legales y leyes científicas, sino que

es necesario considerarla como práctica social y acción intencionada, global y contextualizada, la

educación está inserta en una realidad sociocultural. Así la educación es la fuente para el análisis

de las problemáticas educativas.

Desde una concepción sociocrítica, se exige al maestro desde la investigación a reflexionar

sobre la práctica inmersa en los diferentes contextos, así su materia prima será el análisis y las

propuesta de intervención en la cultura, reconociendo el contexto como sistema abierto desde tres

niveles. En el nivel macro social, es necesario reconocer las tendencias y políticas educativas,

reconocer los aportes de la educación a la sociedad donde está inserta, la incidencia de los cambios

educativos en el proceso social. Para ello es necesario reconocer el origen en los sistemas

educativos y la relación con las estructuras de la sociedad y en este sentido los docentes deben

trabajar de manera interdisciplinaria para abordar las problemáticas sociales que inciden en los

procesos educativos y como estos aportan a la transformación social.

Desde el análisis del meso contexto, se han de reconocer la dinámicas sociales, los tipos de

población y modelo de propuestas educativas y curriculares, en este nivel intermedio desde el

contexto institucional, es necesario ubicarse en el escenario específico para poner en diálogo los

estándares, lineamientos en los diferentes ciclos de formación y con diferentes tipos de población

a fin de hacer las adaptaciones curriculares a partir del reconocimiento de necesidades,

características y problemáticas, el trabajo de los colectivos docentes es esencial en la dinámica del

análisis del meso contexto.




A nivel micro social se relaciona lo que ocurre en la institución educativa y repercute en el

aula, el interés es comprender la interacción entre los grupos educativos en situaciones específicas

: maestros, estudiantes, directivos, en este sentido la actitud investigativa aporta al fortalecimiento

de los programas de clase, proyectos de aula, planes de clase desde, aquí las mallas curriculares,

diarios pedagógicos, trabajo por niveles aportan a la construcción del saber pedagógico en diálogo

con los saberes específicos. Así la investigación educativa se convierte para el maestro en un

camino que le llevará a enriquecerse con las experiencias que se encontrará en su trasegar, en el

proceso educativo.

Así la contextualización implica desarrollo de la autonomía para la elaboración de

propuestas curriculares, para ello ha de ser sensible a las necesidades y hacer lectura permanente

de contextos y sujetos que interactúan en ellos. “La cultura de la contextualización ha de afectar a

todos los niveles de toma de decisiones educativas, desde la legislación que establece los marcos

curriculares y las instituciones que los adaptan y operativizan” (Zabalza, 2012, p. 5). Lo anterior

en última instancia llega al aula y se ve reflejado en la forma de aprender de los estudiantes.

En la actualidad hay mayor preocupación por el cumplimiento y rendimientos de acuerdo

a las políticas educativas actuales para alinearse a los planteamientos globales que por resignificar,

darle sentido a las condiciones institucionales, locales y regionales. Ello permite la

contextualización, es decir, edificar los grandes baluartes y ejercicios reflexivos del proceso

educativo para acomodarlos (alinearlos, en la actual terminología) a las exigencias del entorno

próximo (Zabalza, 2012). De esta manera la flexibilidad es la condición para la elaboración de

propuesta curricular con pertinencia social y academia, es decir contextualizada, la

contextualización significa adaptación y estas solo son posibles en estructuras flexibles; pero es

válido aclarar que dichos cambios deben responder a necesidades reales y de crecimiento y no a

modas o tendencias que son pasajeras, con el fin de que no se desvirtué el trabajo ya realizado,

porque este es el cimiento de lo que se quiere hacer mejor. Todo sistema en su momento sirvió y

dió repuesta, el problema está en que “los sistemas rígidos, estandarizados, basados en la

prescripción o excesivamente formalizados acaban constituyendo estructuras de difícil

acomodación a las condiciones cambiantes del medio” (Zabalza, 2012, p.12). La flexibilidad se




entiende como la apertura al cambio, ese que permite prepararse a los nuevos retos que traen las

diferentes problemáticas de cada contexto y tiempo, por eso es importante la discusión en el aula.

Uno de los aspectos más relevantes de la contextualización curricular es la construcción de

comunidades de aprendizajes que posibiliten el reconocimiento de lo próximo en diálogo con lo

remoto, lo local con lo internacional, para sentirse como sujetos competentes, activos, críticos,

solidarios, partiendo de sus necesidades y experiencias. Teniendo en cuenta que el componente

pedagógico en una institución educativa da cuenta de la conceptualización, estructuración y

comprensión de los procesos de formación y educación en diferentes contextos y para ello define

principios, conceptos y criterios para la orientación de dicha propuesta, es así como tiene sentido

una propuesta curricular cimentada en la fundamentación pedagógica, estos referentes se

concretizan en el currículo, asumido como el conjunto de responsabilidades de la institución para

promover una serie de experiencias y prácticas en las que se posibilita que el estudiante pueda

desarrollar su pensamiento.

Para definir el currículo se retoma el concepto de la ley general educación que dice:

El currículo es el conjunto de criterios, planes de estudio, programas, metodologías

y procesos que contribuyen a la formación integral y a la construcción de la

identidad cultural nacional, regional y local, incluyendo también los recursos

humanos, académicos y físicos para poner en práctica las políticas y llevar a cabo el

proyecto Educativo Institucional (Ministerio de Educación, 1994, p. 17).

Esta definición de currículo lleva implícitos los productos culturales de la escuela y los

externos a ella como objetos susceptibles de ser seleccionados y organizados con el fin de ser

enseñados y aprendidos. En términos de Magendzo el curriculum debe responder a un proceso de

clasificación de información y conocimiento de una cultura para lograr la transmisión de este

conocimiento con aprendizajes que permitan avanzar en el conocimiento (Magendzo, 1986). Se

hace necesario recordar la importancia de romper esquemas y llegar a las esferas societales

haciendo alusión a este término empleado por John Goodlad, sino que también en el nivel local,




institucional y en los salones de clase. Todo esto con el fin de organizar la cultura desde las políticas

educativas, definiendo los fines que persigue desde el currículo.

Aunque el mundo gire de una manera, cada contexto necesita y reclama ser leído, para

respetar su historia; además realizando una buena lectura de este no se está violentando ningún

proceso, por el contrario las adaptaciones pueden ser más asertivas, debido a que se entiende como

aprende el otro y se puede promover el valor de la conciencia histórica, esa que recuerda el origen

de cada cultura, sus costumbres, tradiciones, como sus formas de ver la vida, se complementa esta

idea con el siguiente argumento “los únicos modos de saber legítimos y validos socialmente no son

sólo los académicos”, sino que hay otros saberes populares que están fuera de la escuela, en las

comunidades y movimientos sociales y culturales que los estudiantes pueden beneficiarse (Quiroz

Posada & Mesa Arango , 2011, p. 627).

Al hablar de currículo pertinente hay que considerar que este es un medio más no un fin,

por lo tanto tiene dos procesos que se complementan como ejercicio de construcción permanente

que posibilita la orientación y materialización del ideario educativo, el primero es el plan o la

planificación de los procesos de enseñanza y aprendizaje, marcando el rumbo en la dinámica

escolar, a través de metas y propósitos; el segundo proceso está relacionado con la obligatoriedad

que debe tener el maestro al tomar nota de todas sus experiencias (Mallarino Flórez, 2007), al

entender que no todos los estudiantes aprenden igual y no llegan al conocimiento de la misma

manera. El levantar un diagnóstico de sus estudiantes y construir herramientas que posibiliten su

seguimiento, permite identificar sus mejores prácticas, reconociendo cuales estrategias son más

pertinentes para un tipo de población y cual para otra, teniendo en cuenta que esto no es un recetario

de claves mágicas, sino un proceso ya adelantado que ayude a otros a continuar y perfeccionar lo

que se inició, entendiendo que no se escribe para sí, sino para los otros, este ejercicio conlleva a un

proceso investigativo, dándole mayor rigurosidad al sentido mismo de la escuela y sus prácticas.

Todo lo anterior debe ir articulado a los diferentes contextos y realidades que van dando variables

que invitan a repensar el que hacer del maestro.

Por lo tanto el currículo ayuda a sembrar la idea que se ha construido de cultura particular,

porque selecciona características determinantes, como por ejemplo puntos de encuentro entre las




personas de un sector determinado, factores que los acercan, puntos de convergencia, todo con el

fin de entender que son más las cosas que unen que las que separan, y de esta manera aunar

esfuerzos para el acercamiento y logros hacia la misión compartida, que se ha definido la

institución, en pos de trabajar por el bien de los otros. Es hacia como la pertinencia del currículo

se evidencia desde la articulación de contenido, planificación y ejecución de los procesos

educativos (Quiroz Posada & Mesa Arango , 2011).

La concepción del currículo como construcción cultural tiene un nuevo sentido y

significado en la medida que traduce, articula y proyecta la lectura de realidades a nivel del macro,

meso y micro contexto. Materializando en la propuesta de formación de las instituciones educativas

en programas, proyectos y acciones intencionadas hacia el ideal de persona que se quiere formar,

sintetizada en la misión y visón institucional.

Stenhouse plantea el currículo desde una concepción teórico-Práctica que hacen las

instituciones educativas para lograr los propósitos educativos y sociales de una comunidad; ello

exige definir intencionalidades, hacer la selección de contenidos, estrategias, para aportar a los

procesos socioculturales. Complementando lo anterior “Se entiende por currículo el proceso de

reflexión y toma de decisiones acerca del compromiso ético y político de la educación con el futuro

del ser humano y el mundo, en cualquiera de los tipos y modalidades educativas” (Herrera, 1995,

citado por Mallarino Flórez, 2007, p. 74) siguiendo en esta misma línea el currículo tiene un

proceso continuo de estructura, ejecución y evaluación; que lleva a entender que este debe ser un

sistema complejo, abierto y vivo (Zabalza, 2012).

Para tomar decisiones se debe conocer el momento histórico que se vive, al igual que lo que

ya pasó, para tener criterios o bases sólidas que permitan identificar esos factores sociales, que

convergen en los intereses particulares, de un pluralismo teórico que estructura el conocimiento y

por inercia va propiciando el desarrollo humano, la sociedad y la cultura. Es en este punto donde

el currículo debe contener una claridad tal que se aleje de esos parámetros que encasillan al sujeto

en intereses particulares y no permiten caminar hacia la construcción de un pensamiento excéntrico

con una postura clara desde lo ético y político que le posibiliten autonomía en sus ideas, y como se

dijo anteriormente que no afecten la toma de decisiones, sino que permita tomar distancia, como




también se conviertan en variables que pueda analizar, para conducirlo a una elección más libre,

de igual manera llegue al reconocimiento del otro en un contexto determinado.

Por lo anterior el constructor de este currículo debe tener coherencia en su labor, porque se

debe cuidar de no caer en esos vicios del sistema y posturas personales que no ayudan, porque en

últimas termina haciendo el mismo daño que se está evitando hacer. Es claro que el currículo, debe

estar enriquecido contextualmente, desde el ejercicio de la cotidianidad, por una construcción de

sentidos, elementos, principios y criterios de desempeño; además debe considerar la confrontación

de imaginarios, realidades, la consolidación de conceptos y paradigmas, que orientan la labor del

maestro, quien tiene un papel protagónico en la estructuración del hecho educativo (Mallarino

Flórez, 2007).

Así los procesos educativos han de partir de la lectura y el reconocimiento de las

problemáticas actuales, las cuales demandan y reclaman de los sujetos, sensibilidad, participación

toma de decisiones y compromiso; en este sentido el maestro debe asumir su rol como líder. Ello

implica asumir desde la autonomía curricular posturas y acciones para aportar al cambio desde el

ser, hacer y saber hacer; desde la lectura que hace de su realidad y otras realidades y ver en los

problemas oportunidades para el mejoramiento continuo. En este sentido el maestro es un mediador

de la dimensión corporal que se afecta y afecta otras dimensiones corporales, es un potencializador

de las capacidades del otro, en otras palabras un modelador, desde lo educativo en pos del proceso

de formación de personas, criticas, reflexivas y proactivas, que en la medida que se transformen

aporten a la transformación del contexto o de otras realidades.

El currículo se constituye así, en la posibilidad de mediación multicultural socialmente

complejo, a partir de la articulación de la pedagogía con otras disciplinas; que pretenden puntos de

encuentro, en la identificación de lo aprendido con la realidad en una dinámica de ajuste y

transferencia de contenidos, formas de pensar, de saber, saber hacer, que se traducen en

pensamientos posibles; dados de la observación y estudio de la realidad que conducen a tomar

partido sobre su consolidación o transformación, llegando a la construcción de procesos escritos

conceptuales y contextuales convenientes, que orienten el acto educativo (Zabalza, 2012).




Las vivencias escolares hablan de un entramado, que nutre de sentido, significado,

expectativas e intereses y cruzan las experiencias del contexto, la escuela y los actores educativos;

se busca en todo este ejercicio llegar a ser respetuosos del otro y aprovechar los puntos comunes y

complementarios como el ejercicio anterior en el cual cada concepto articulador de la pedagogía le

abre la ruta de trabajo al otro y lo complementa; se pretende llegar al análisis conceptual del proceso

de la institución educativa Mano Amiga Bello en el aspecto pedagógico y metodológico, para

contemplar la posibilidad de hacer una reflexión a la otra mirada del currículo: desde los procesos

de formación, transformación del sujeto y de su realidad.

Conceptos articuladores de la pedagogía en el contexto de la institución Educativa

Mano Amiga Bello.

Con el fin de confrontar las categorías de formación, educación, pedagogía, contexto y

currículo, fundamentadas teóricamente, en este aparte se presenta una síntesis de la voz de los

docentes y directivos docentes a partir de la apropiación que han logrado del ideario de los colegios

del Regnum Christe y el proyecto educativo institucional, referenciando e interpretando dichos

fuentes documentales.

Con relación al concepto de formación definido en el Ideario y en el Proyecto Educativo

Institucional los entrevistados coinciden que el concepto de formación esta explícito en el PEI y en

el Ideario, al respecto plantean que el ideario define la formación como un proceso de caminar

hacia la construcción de apóstoles que van en búsqueda de la verdad, la madurez humana y el amor

de cristo, en una experiencia personal y con los otros. En este sentido el concepto de formación

parte del reconocimiento del ser humano

Como un ser íntegro, creativo, formado en valores, capaz de amar al prójimo como

así mismo, es considerado como un ser social que piensa, evalúa y actúa de acuerdo

a ciertos principios que promueve la institución como es el amor y el sentido de la

vida, esto implica salir de sí mismo para dar, recibir y compartir, un ser que está

siendo llamado a integrar armónicamente su inteligencia, su voluntad y el corazón,




todas las dimensiones de la persona (Ideario de los Colegios del Regnum Christi,

2015, p. 7).

Además reconocen que este proceso es una construcción personal que va más allá de lo

académico y que por medio de la interacción sociocultural y de confrontaciones que fortalecen su

ser y su proyecto de vida, desde una formación integral. Ahora bien, al hablar sobre los principios

que sustentan el concepto de formación en la institución Mano Amiga Bello, se hace necesario

describirlos para lograr una mejor comprensión entorno al enseñar, educar y formar.

Enseñar: Ofrecer contenidos culturales y científicos que contribuyan a la

capacitación personal del alumno para responder a las actuales demandas de la

sociedad. Educar: Ayudar a los alumnos para que aprendan a pensar y razonar con

rigor y a descubrir y admirar la belleza, cultivar la sensibilidad, la memoria, la

imaginación y potencien la propia capacidad expresiva y comunicativa. Formar:

Lograr que el alumno sea un hombre para los demás, con un recio sentido ético,

sensible ante las necesidades ajenas, especialmente las de los más desfavorecidos,

abierto a los valores humanos y trascendentes (International Center For Integral

Formation [ICIF], 2015, p.12).

Estos principios orientan los procesos educativos con el fin de dar a la sociedad hombres y

mujeres íntegros, partiendo del reconocimiento de Jesucristo como modelo de vida a seguir, estos

guían el quehacer cotidiano, en primer lugar desde la enseñanza de habilidades que permitan al

estudiante adquirir las competencias necesarias para enfrentarse al mundo actual. En segundo lugar,

es imprescindible que el estudiante aprenda a aprender y a pensar por sí mismo y por último, y no

menos importante la formación de las virtudes del respeto, la igualdad la nobleza, la humildad y la

justicia, todo esto con el fin de ayudar a realizar a plenitud el proyecto de vida, desarrollar sus

capacidades de una manera armoniosa, en la que la razón, la autonomía y la voluntad dirigen la

afectividad y la sensibilidad para conducirlo a la máxima realización de sus potencialidades y el

desarrollo de competencias a partir de las necesidades e intereses de la comunidad educativa y la

realidad del contexto socioeconómico y cultural de la zona de influencia de la institución educativa

Mano Amiga Bello.




A fin de dar cuenta de la forma de articulación de los valores institucionales con el concepto

que se ha venido desarrollando de formación en el contexto institucional, los docentes y directivos

docentes entrevistados reconocen que desde el quehacer cotidiano institucional se tiene el

acompañamiento del capellán como soporte espiritual, se integra la parte académica o intelectual

con los proyectos obligatorios donde se cruzan con el componente humano, llegando a lo social

que es el resultado final donde se evidencian las competencias ciudadanas y los valores cristianos,

realizando un recorrido por el sentido de trascendencia, el sentido de pertenencia, el amor a la

iglesia y al papa, la conciencia social y la benedicencia.

Cabe señalar que los aportes anteriores confirman que el núcleo central de la institución es

formar hombres y mujeres íntegros que vivencien valores y virtudes humanas, es importante

aprender a dirigir la formación fortaleciendo el espíritu, el vigor y la firmeza de voluntad para crear

un carácter propio y esto se alcanza a través de la vivencia de la formación en Cristo centrados en

la pedagogía del amor, donde el ser interactúe con los otros en diferentes contextos, transformando

su entorno e innovando en su cotidianidad, participando de la realización de los sacramentos, la

evangelización de las familias y el compromiso pastoral, que asuma sus derechos y obligaciones

en igual medida, para consolidar una sociedad más justa y equitativa. Además con la interacción

permanente entre todos los miembros de la comunidad educativa y desde la realización de

actividades pedagógicas, enfocadas al Amor de Dios, a la generación de aprendizajes significativos

y vivenciales, esto evidencia la formación integral.

Al indagar por el concepto de educación y los fines que plantea la institución se tienen como

referente el ideario de los colegios del RC. y la ley general de educación (ley 115 de 1994), para

llegar a los siguientes aportes:

La educación se define como la formación de personas integras que adquieran las

herramientas necesarias para desenvolverse en cualquier medio donde se encuentren; contempla

aspectos personales, culturales, sociales y espirituales, en el desarrollo de facultades físicas y

morales con actividades que envuelven la vida total de los individuos y los grupos humanos en los

que se promueve el desenvolvimiento de la persona humana y de su integración en la sociedad, es

considerado también un proceso de desarrollo continuo, que se da a través de un conjunto de




actividades que se desarrollan en la cotidianidad, enfocadas en un proceso de enseñanza

aprendizaje que sirve como base y orientación para una interacción social y que se fundamenta en

una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, en la vivencia de sus derechos, y

en el cumplimiento de sus deberes.

La educación se asume como el conjunto de normas y enseñanzas que se inicia en la casa y

se complementan en el colegio, para llegar a un desarrollo integral, desde la formación en valores,

el desarrollo de una personalidad, que permita la autonomía en la toma de decisiones, desde una

postura crítica.

Así mismo se retoman los fines que persigue la institución:

Formar personas comprometidos con su rol social que sean líderes católicos que

promuevan el desarrollo de la sociedad,

Buscar el pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le

ponen los derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de

formación integral, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual, social, afectiva,

ética, cívica y demás valores humanos,

La formación en el respeto a la vida y a los demás derechos humanos, a la paz, a los

principios democráticos, de convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad y

equidad., así como en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad,

Facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vida

económica, política, administrativa y cultural de la Nación,

La formación en el respeto a la autoridad legítima y a la ley, a la cultura nacional, a

la historia colombiana y a los símbolos patrios,

La adquisición y generación de los conocimientos científicos y técnicos más

avanzados, humanísticos, históricos, sociales, geográficos, y estéticos, mediante la

apropiación de hábitos intelectuales, adecuados para el desarrollo del saber,

El estudio y la comprensión crítica de la cultura nacional, y de la diversidad étnica

y cultural del país, como fundamento de la unidad nacional y de su identidad,




El acceso al conocimiento, la ciencia, la técnica y demás bienes y valores de la

cultura, el fomento de la investigación y el estímulo a la creación artística en sus

diferentes manifestaciones,

La creación y el fomento de una conciencia de la soberanía nacional y para la

práctica de la solidaridad y la integración con el mundo, en especial con

Latinoamérica y el caribe,

El desarrollo de la capacidad crítica, reflexiva y analítica que fortalezca el avance

científico, y tecnológico nacional, orientado con prioridad al mejoramiento cultural,

y de la calidad de la vida de la población, a la participación en la búsqueda de

alternativas de solución a los problemas y al progreso social y económico del país,

La adquisición de una conciencia para la conservación, protección y mejoramiento

del medio ambiente, de la calidad de la vida, del uso racional de los recursos

naturales, de la prevención de desastres, dentro de una cultura ecológica y del riesgo

y de la defensa del patrimonio cultural de la nación,

La formación de la práctica del trabajo, mediante los conocimientos técnicos y

habilidades, así como en la valoración del mismo como fundamento del desarrollo

individual y social,

La formación para la promoción y preservación de la salud y la higiene, la

prevención integral de problemas socialmente relevantes, la educación física, la

recreación el deporte y la utilización del tiempo libre, y

La promoción en la persona y en la sociedad de la capacidad para crear, investigar,

adoptar la tecnología que se requiere en los procesos de desarrollo del país y le

permita al educando ingresar al sector productivo (pp. 15-16).

Las concepciones anteriores que son retomadas desde el ideario y PEI se confrontan desde

las prácticas cotidianas. En este sentido lo asumen como un proceso permanente en el que tanto la

teoría como la práctica deben posibilitar el desarrollo integral del estudiante y en el que se

fortalecen actitudes y aptitudes, se desarrollan habilidades y destrezas, para que se vea reflejado en

su saber, su saber hacer, saber ser en comunidad.




En el proceso educativo de la institución, intervienen todas las personas que pertenecen a

la misma, tanto estudiantes, docentes, directivos, padres de familia e incluso el personal de apoyo

del plantel. Esta se convierte en un espacio democrático en la que cada sujeto participa y tiene

oportunidades para expresarse y elegir, con el fin de desarrollar una cultura crítica y contextualizar

situaciones en las que se dé respuesta a necesidades, carencias y expectativas de su entorno, además

se busca interactuar en actividades que garanticen la calidad en la educación que se brinda,

establecer y mantener comunicación efectiva con miembros de la institución, propiciar una

participación activa y reforzar valores como: tolerancia, honestidad, solidaridad y respeto.

En el rastreo hecho en la entrevista a los docentes y directivos docentes, sobre el valor que

tienen los conceptos de formación y educación en la fundamentación de la propuesta pedagógica

de una institución educativa, se concluye que ambos conceptos son fundamentales, porque

permiten la aprensión de conocimientos y la interacción entre la práctica y la teoría, a través del

desarrollo de competencias.

En general se asume el conocimiento como el conjunto de habilidades y competencias que

adquieren y desarrollan en el proceso enseñanza aprendizaje los estudiantes para ser proyectados

en situaciones de la vida cotidiana; estas competencias se definen a partir de la lectura que se hace

del contexto, identificando necesidades, características, para que el estudiante pueda desenvolverse

de manera activa, proactiva y autónoma en la resolución de problema, desde el análisis, la reflexión,

el razonamiento y la práctica, además, orientar sus vidas por nuevos caminos en los que aprender

a elegir entre las múltiples opciones que le ofrece el entorno, se evidencia en la toma de buenas

decisiones con autonomía y liderazgo.

Teniendo en cuenta que la propuesta pedagógica se materializa en la propuesta curricular,

se consideró necesario indagar por los elementos que se tuvieron en cuenta para su construcción.

Al respecto los entrevistados responden que se retomaron las prácticas pedagógicas que tienen los

docentes en la institución y a su vez la visión que tienen de educar, enseñar y formar, luego de esto

se retomó elementos conceptuales de la pedagogía. Es importante anotar que docentes y directivos

docentes consideran más pertinente hablar de propuesta que de modelo, tanto a nivel pedagógico




como curricular, porque ello da mayor apertura y flexibilidad para poner en dialogo diferentes

enfoques y teorías coherentes con la filosofía institucional.

Al indagar por las consideraciones que se hacen con relación a la pertinencia del currículo,

los entrevistados afirmar que es pertinente porque se centra en el ser, posibilitando el desarrollo de

habilidades y destrezas que le aportan al cambio de su entorno social y cultural, todo esto lleva a

potencializar las competencias ciudadanas. A pesar de que se reconoce la pertinencia se hace

evidente que contemplan que tendría mayor impacto que los docentes tuvieran claro el tipo de

currículo, a fin de que las practicas pedagógicas estén acordes con dicho enfoque.

Desde la práctica cotidiana los micro currículos se articulan en el que hacer docente del día

a día basadas en las necesidades e intereses de la comunidad educativa en general. Se parte de las

diferencias particulares de los estudiantes, del contexto socio-económico y cultural donde se

encuentra la institución y en la medida de lo posible, apuntar a la educación integral, capaz de

fortalecer las habilidades que le permitan ser mejor ser humano.

En la planeación de las clases y actividades académicas, se propone que el estudiante

desarrolle no sólo las competencias relacionadas con su formación intelectual, sino aquellas que

tienen en cuenta su historia de vida, intereses y dudas, articulando estas características con la

búsqueda permanente de la interiorización de los valores tales como la solidaridad, conciencia

social, sentido de pertenencia y respeto por la individualidad.

Es así como en la propuesta curricular se propende por evidenciar las características de

integralidad, la flexibilidad e interdisciplinaridad. Al hablar de formación integral, no se puede

separar las diferentes dimensiones del ser humano; por lo tanto, la educación debe ir encaminada

al desarrollo de los cuatro componentes de forma unida, que al momento de enseñar se evidencian

con la adquisición de conocimientos, la apropiación de valores espirituales, el desarrollo de

habilidades y fortalecimiento de destrezas que se manifiestan en lo que aprenden, en lo que piensan,

en las reflexiones que hacen y en la forma de actuar, haciendo énfasis en la vivencia de virtudes,

en la expresión de sentimientos y emociones y en el descubrir necesidades y compartir con el otro.




Así la integralidad se evidencia desde la orientación de los procesos de formación

articulando las dimensiones espiritual, intelectual, humana y social. La flexibilidad por su parte se

conoce desde la posibilidad de realizar ajustes y adaptaciones, teniendo en las necesidades que

surjan en la misma praxis; en cuanto a la interdisciplinariedad se busca el desarrollo de los

diferentes saberes y en la potencialización de competencias para la vida.

Las posturas anteriores se evidencian en las prácticas pedagógicas cuando el estudiante

refleja una construcción permanente que se desarrolla en cada una de las dimensiones, es un

proceso en el que él asimila en forma individual, reconociéndose a sí mismo y al otro, compartiendo

lo que es, lo que sabe y lo que conoce, en un proceso de humanización y autorrealización

permanente como una posibilidad para tomar decisiones, aprovechar sus potencialidades y

proyectarlas en comunidad.

Lo anterior se hace visible en las áreas fundamentales y en los proyectos transversales en la

medida que las planeaciones y demás actividades como: proyectos, actos cívicos, culturales, entre

otros, se relacionen con el contexto y logren impacto en la comunidad educativa. Para hacer

seguimiento y acompañamiento a estos procesos se realiza la evaluación institucional y los planes

de mejoramiento. En ellos participan los actores educativos teniendo siempre como norte la

filosofía institucional.

A partir de la entrevista realizada a docentes y directivos docentes cabe concluir que en la

Institución Mano Amiga Bello es posible la reconceptualización de la propuesta curricular desde

un enfoque crítico, que aporte a los procesos de formación para hacer lectura de contextos a partir

de situaciones problema, hacia la transformación del sujeto y desde él su realidad. Tanto en el

ideario como en el PEI es recurrente el deseo de búsqueda de su identidad sin desconocer, su

contexto y a esos otros que lo acompañan en su caminar hacia ese anhelo de hacer realidad el lema

“Juntos transformando Vidas”.

Para tales fines la institución abre espacios de dialogo interdisciplinario a través de las

comunidades de aprendizaje que posibilitan el compartir de saberes y experiencias y la

trasversalización de proyectos obligatorios e institucionales, con la áreas del conocimiento dando




mayor sentido y significado al análisis y reflexión en torno a las problemáticas y realidades del

contexto. Ello aporta a la reconfiguración de la propuesta curricular y a las prácticas pedagógicas

institucionales. No obstante que se hace necesario un trabajo más intensivo o de mayor rigor para

la implementación de adaptaciones curriculares, reconociendo las particularidades de los tipos de

población que confluyen en la institución.

También se anota al respecto que falta mayor compromiso e identidad con la institución de

parte de algunos docentes para lograr tales fines. En este sentido los docentes plantean algunas

sugerencias para el logro de estos objetivos.

Tener más en cuenta las necesidades de los estudiantes,

Aplicar diferentes estrategias didácticas dentro del aula,

Plantear actividades vivenciales,

Que, desde una iniciativa personal, se capaciten y actualicen de manera permanente,

Un trabajo en el que se concrete la articulación de las estrategias y prácticas docentes, es

decir, la transversalización del quehacer docente en la institución,

Evidenciar sentido de pertenencia frente a los procesos asignados, la institución y su

trabajo,

Indagar acerca de nuevas estrategias pedagógicas como las TICS para implementarlas en

el aula de clase,

Conocer a nuestros estudiantes,

Vocación,

Actualización académica,

Aplicación de estrategias pedagógicas que motiven a la comunidad estudiantil,

Retroalimentación de los procesos académicos.

Para indagar por la pertinencia de un currículo crÍtico a partir de las fuentes consultadas y

la síntesis de los aportes de los docentes dados en la entrevista, cobra aquí relevancia presentar la

interpretación de los conceptos articuladores en le PEI y en el Ideario RC, haciendo una

triangulación que dé cuenta de la pertinencia o no de un currículo crítico para la institución Mano




Amiga de Bello, a la luz de los diferentes autores que permitan darle sustento teórico y poner en

dialogo el saber de los maestros con la filosofía y principios institucionales.

Para referirse al concepto de currículo crítico se hace necesario abordarlo en diálogo con la

cultura; es decir hacer lectura de contextos, ello implica transcender los contenidos programáticos

e instruccionales que son determinados por lineamientos. Este enfoque reclama el reconocimiento

del sujeto y en él los procesos de formación, como ideales de todo proceso educativo. Es por ello

que en el ejercicio de investigación se parte de las diferentes concepciones de formación y

educación como objetos de la pedagogía. Tal como lo plantea Olga Lucia Zuluaga, quien reconoce

la pedagogía como la disciplina que reflexiona, sistematiza y conceptualiza las diferentes teorías y

enfoques con relación a los procesos educativos y formativos.

Al hacer el rastreo de estos conceptos en el ideario RC y en el PEI se constata que están

latentes y explícitos. Al referirse al concepto de formación el ideario lo asume como un “itinerario

de búsqueda y descubrimiento: formador y formando han de descifrar la ruta, escuchar al Otro y a

los otros, y arriesgarse a caminar”. Esta filosofía de vida coinciden con los planteamientos de Ferry,

para quien la formación es un proceso de construcción del sujeto sobre sí mismo, lo que implica

un proceso de reflexión que permita al sujeto transformase, darse forma en proceso continuo y

dialógico, en el que formador y formado asumen un compromiso, por lo tanto no hay una acción

pasiva de configuración que imprima el formador sobre el formado.

En este mismo orden de ideas Freire plantea que para favorecer el proceso de formación se

requiere del proceso dialógico intersubjetivo, reconocimiento la otredad desde la conciencia de ser

con otros. Las anteriores posturas de pensamiento son referentes también en el PEI, en el que se

contempla que el ideal de formación es la educación integral; es decir la realización de hombres y

mujeres íntegros que desarrollen las capacidades de una manera armoniosa, teniendo como eje la

formación espiritual y la humanización de los procesos educativos desde la asimilación crítica y

sistemática de la cultura.

Si bien se contemplan los conceptos de educación y formación se hace necesario aclarar

que el fin de todo proceso educativo es la formación y no al contrario como se plantea en el párrafo




anterior. La formación es lo que queda del proceso educativo, este proporciona medios y

posibilidades para que el sujeto incorpore valores, se apropie de las tradiciones o manifestaciones

de la cultura y en él esta dejarse afectar o no, transformase o no, y aportar a la transformación del

contexto o la realidad, por su capacidad de decisión y libertad.

Al indagar por las posturas de los maestros respecto a las percepciones sobre Educación y

Formación se presentan los siguientes hallazgos: la formación la asumen como un proceso, es una

construcción personal que va más allá de lo académico y que por medio de la interacción

sociocultural y de confrontaciones se fortalece su ser y su proyecto de vida, desde una formación

integral. De otro lado docentes y directivos docentes entrevistados conciben la educación como el

conjunto de normas y enseñanzas que inicia en casa y se complementan en el colegio, para lograr

un desarrollo integral, desde una formación sustentada en valores, que posibilite el desarrollo de la

autonomía y la toma de decisiones, desde una postura crítica.

Estas afirmaciones abren la posibilidad de plantear en la institución educativa Mano Amiga

Bello una postura crítica del currículo, que permita a los actores educativos reconocerse como

sujetos desde la singularidad y en relación con los otros, sin desconocer las realidades del contexto.

Otro aporte significativo que ofrecen los entrevistados al respecto es el hecho de considerar

que a través de la educación se adquieren herramientas necesarias para desenvolverse en cualquier

medio donde se encuentren; contempla aspectos personales, culturales, sociales y espirituales, en

el desarrollo de facultades físicas y morales; para ello, se proponen acciones que permitan el

desenvolvimiento de la persona en diferentes ámbitos que integre los procesos académicos con las

situaciones cotidianas. Así los procesos de enseñanza aprendizaje aportan a la formación y

educación desde la concepción integral de la persona humana, de su dignidad, en la vivencia de sus

derechos, y en el cumplimiento de sus deberes.

En el colegio estos principios de formación integral se fundamentan en el ideario y en el

PEI al hacerse recurrente el deseo de búsqueda de su identidad sin desconocer, su contexto y a esos

otros que lo acompañan en su caminar hacia ese anhelo de hacer realidad el lema “Juntos

transformando Vidas”.




Enseñar: Ofrecer contenidos culturales y científicos que contribuyan a la

capacitación personal del alumno para responder a las actuales demandas de la

sociedad.

Educar: Ayudar a los alumnos para que aprendan a pensar y razonar con rigor y a

descubrir y admirar la belleza, cultivar la sensibilidad, la memoria, la imaginación

y potencien la propia capacidad expresiva y comunicativa.

Formar: Lograr que el alumno sea un hombre para los demás, con un recio sentido

ético, sensible ante las necesidades ajenas, especialmente las de los más

desfavorecidos, abierto a los valores humanos y trascendentes. (International Center

For Integral Formation [ICIF], 2015, p. 12)

Al referenciar el concepto de pedagogía en el ideario y en el PEI estos se definen así: “una

pedagogía de la afectividad y de la sensibilidad que enseñe la belleza del amor” (International

Center For Integral Formation [ICIF], 2015, p. 12). Estos planteamientos obedecen a una filosofía

basada en los principios cristianos, donde se refleje el amor a Dios, en los hermanos. La anterior

concepción coincide con lo que se encuentra en le PEI, la pedagogía orienta a nuestros estudiantes

a adquirir el espíritu de sacrificio por amor, estas dos últimas expresiones “sacrificio y amor”

expresan la formación para la vida en el desarrollo de competencias, conocimientos y habilidades,

pero sobre todo el desarrollo de virtudes y actitudes; lo que implica hacer lectura de los tiempos y

lugares.

Estas concepciones invitan a fundamentar el área de gestión académica y pedagógica en el

PEI desde el campo conceptual y aplicado de la pedagogía, de tal manera que la propuesta de

formación de la institución este soportada en enfoques y teorías que sean pertinentes al contexto,

para orientar los procesos educativos a partir de la reflexión, apropiación y conceptualización

entorno a los procesos de educación, formación, enseñanza e instrucción, fruto de un trabajo

colectivo de sistematización de experiencias, que articule la teoría, la práctica y aporte así a la

reflexión permanente.




Bien, pareciera por lo anterior que en el colegio se adoleciera de estas estructuras en su

proceso, se debe aclarar que no es eso lo que se quiere decir, simplemente que se necesita hacer

mayor hincapié en sus soportes teóricos para afianzar sus prácticas pedagógicas y formativas, desde

unos sustentos ESCRITOS, donde se pueda seguir unas guías y procedimientos claros, para que

estos no queden en gran medida a consideraciones de los docentes, porque una cosa es que el

colegio indique al igual que determine sus procesos para que desde estos el maestro los enriquezca

y no al contrario, porque no se puede ignorar la trayectoria de este modelo en los diferentes

contextos en los cuales está ubicado, debido a que el ideario RC es la bitácora que cada uno de los

colegios debe seguir, ya la forma como lo contextualiza corresponde a las necesidades de cada

centro y contexto.

En el caso particular de Mano Amiga Bello, la población con la que se trabaja pertenece a

estratos 1, 2 y 3; entendiendo que la mayoría está en los niveles 1 y 2; a la llegada al sector hace

ya casi 20 años esta zona era mixta es decir rural y semiurbana, las familias en su mayoría eran

parientes, profesaban el credo católico, al igual que tenían bien arraigado estos mismo valores

cristianos, lo que permitió la aceptación de la propuesta educativa, porque complementaba lo que

la comunidad vivía. Se debe mencionar que al igual que otros lugares de Colombia, el municipio

de Bello no ha sido ajeno a las problemáticas como: el sicarito, el consumo de sustancias, el tráfico

de estas mismas, las guerras entre las bandas delincuenciales, el reclutamiento de menores, entre

otros.

Los anteriores enunciados no son ajenos al contexto del colegio, por el contrario, se

encuentra en la mitad de todos estos y con el pasar del tiempo la descripción anterior de la zona ha

cambiado en un 90%, porque lo rural es ya muy poco, debido a la aparición de edificios y casas,

reduciendo las zonas verdes, estos cambios, la llegada de nuevas familias, fue algo evidente que de

alguna manera llevo a que las disputas por estos sectores entre las bandas fuera algo que no se

hiciera esperar, porque su principal objetivo es ampliar su dominio y con ello aumentara su poder,

acrecentando más estas problemáticas en los sectores aledaños a la institución, pero es de anotar

que los temas de convivencia que se atienden son cosas del común denominador de un colegio y

donde estos no dan cuenta de lo que pasa afuera.




A lo anterior se suma que las familias ya no tienen las mismas dinámicas antes

mencionadas, porque con la llegada de otras, estas han cambiado, sumado a la separación de las

existentes, es decir se tiene un alto número de familias disfuncionales, otras donde papá y mamá

trabajan, obligados a dejar solos a los hijos para poder ofrecer otras oportunidades a estos. Son

muchas las cosas que han cambiado pero al hacer lectura de lo anterior, cabe preguntar ¿Qué pasa?

¿Por qué si todo ha cambiado alrededor del colegio en Mano Amiga las cosas no se ven reflejadas

en gran medida en su cotidianidad? Esto es algo que surgió en el proceso investigativo, sobre cuál

es ese valor agregado que da la institución y que de alguna manera hace que estos estudiantes vivan

la vida diferente.

Cuando se busca validar si dicha propuesta ha sido pertinente para el contexto, cabría decir

que de acuerdo a las respuesta de los docentes y directivos docentes, estos consideran que esta si

es pertinente porque busca centrarse en el ser, potencializando de esta manera el desarrollo de las

habilidades y destrezas que contribuye al cambio de su entorno social y cultural, logrando el

alcance de las competencias ciudadanas. Porque se siembra en ellos el amor por lo que se hace, por

lo que se es, porque el otro es el complemento para el perfeccionamiento de la persona, debido a

que de alguna manera, en las diferentes relaciones que se dan en el día a día, este está despertando

la tolerancia, el respeto, la aceptación, pero sobre todo el buscar entender que es una persona con

una historia, de la cual no tiene la culpa de haber vivido, pero sí que a partir de entender que es lo

que se quiere lograr pueda tomar decisiones libres y conscientes que le lleven a comprender que

solo no es capaz y que necesita de los otros.

Esto lo ratifica el ideario cuando habla de un itinerario de búsqueda y descubrimiento, en

un proceso permanente de resignificación personal que sobre pasa lo académico y que se

complementa en las diferentes interacciones y confrontaciones que fortalecen su ser y su proyecto

de vida, a partir de la formación integral.

En este orden de ideas al ver la posibilidad de un currículo crítico en relación con el ideario

y la filosofía institucional posibilitan el pensar que esta propuesta sea viable desde el

reconocimiento del ser humano con todas sus potencialidades y los principios que sustentan el

concepto de formación en la institución.




Ahora bien, esto indica que la educación en los valores cristianos en este contexto posibilita

la formación de buenas personas, con autonomía y deseo de superación. Sin embargo se debe

repetir que se tendría un impacto más profundo si el currículo se anclara mejor a las prácticas

pedagógicas y al enfoque.

Conclusiones

Al hacer un recorrido por la propuesta de formación del Colegio Mano Amiga Bello, se

evidencia que aunque no se cuente con unas bases de teóricos, para soportar su proyecto

pedagógico, la filosofía basada en un estilo de vida cristiana ha abonado el terreno para poder

pensar en un currículo crítico, sabiendo respetar las proporciones, porque es importante recordar

que cuando se pude hablar de pensamiento crítico se está hablando de que hay esperanza (Freire,

La educación como práctica de la libertad, 1978) y esta es una de las bases del cristianismo; además

en el campo educativo esta misma esperanza es la que soporta la labor del maestro.

El recorrido por los conceptos articuladores permitió saber qué grado de apropiación

tenían los maestros de estos y como los contextualizaban en el colegio; además posibilitó la

reflexión entre ellos sobre que tanto conocían el PEI, invitando a las directivas a generar espacios

al interior del colegio donde se pudiera trabajar a la luz de este, con estudiantes, padres de familia,

docentes y directivos docentes.

Los ejercicios de inducción de los maestros en su gran mayoría se centran en lo operativo

de este, es decir en cómo se hacen las cosas, manejo de planillas, planeación, tiempos, fechas de

entrega, entre otras, y dejan en un segundo plano lo que es el aspecto teleológico del colegio, como

sucedió en este caso, ya que en varias ocasiones los maestros desconocían aspectos importantes

desde el ser de la institución y el por qué se realizaba de esa manera.

Es importante redireccionar aspectos de manejo de conceptos y fines del proceso educativo,

como por ejemplo: el fin la formación no es la educación, sino por el contrario el fin de la educación

es la formación. Partiendo de este ejemplo se le invitó a los directivos de la institución a realizar




un proceso de resignificación de su modelo o propuesta pedagógica, lo cual ya se está llevando

acabo.

Para que una propuesta educativa genere un impacto de verdad en un contexto determinado

todos los actores deben estar en constante diálogo, para crear objetivos comunes por eso el Proyecto

Educativo Institucional debe estar constante actualización y con fichas de control de cambio, para

que sea de verdad una herramienta que aporte al proceso desde su planeación y ejecución y no un

simple formalismo.

El objetivo inicial se cumple en el presente trabajo ya que el solo hecho de lograr la revisión

de unos documentos que no era de conocimiento público, se convierte en una ganancia

significativa; además el poder pasar de no solo la revisión sino a lanzar una propuesta que es tomada

en cuenta, habla de las posibilidades de cambio que pueden venir para la comunidad educativa.

Encontrar apertura por parte de los sacerdotes dueños del colegio para la realización del

trabajo fue un elemento gratificante.




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