la organización mundial de la salud: hora de re-constitución · burocracias representan en parte...

21
La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución Richard E. Wagner

Upload: others

Post on 26-Sep-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de laSalud: Hora de Re-constitución

Richard E. Wagner

Page 2: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud:Hora de Re-constitución

International Policy Network

Third Floor, Bedford Chambers

The Piazza

London WC2E 8HA UK

Reino Unido

t: +4420 7836 0750

f: +4420 7836 0756

[email protected]

www.policynetwork.net

Diseñado y diagramado en Latin 725 por MacGuru Ltd

[email protected]

Diseño de tapa por Sarah Hyndman

Foto por Stephanie Drnasin

Impreso en Gran Bretaña por Hanway Print Centre

102–106 Essex Road

Islington N1 8LU

Publicado por International Policy Press, una division de

International Policy Network

© International Policy Network 2005

Todos los derechos reservados. Sin limitar los derechos

de propiedad mencionados, prohibida su reproducción

total o parcial, o su archivo o ingreso en un sistema de

búsqueda, o su transmisión, de cualquier forma o por

cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopias,

grabación y demás) sin previa autorización escrita del

dueño de los derechos y de la editorial.

Fundación Atlas 1863, Argentina: www.atlas.org.ar

Instituto Libre Empresa, Peru: www.ileperu.org

CEDICE, Venezuela: www.cedice.org.ve

Círculo Liberal, Uruguay: www.circuloliberal.org

IEEP, Ecuador: www.ieep.org.ec

Fundación Libertad, Panama:

www.fundacionlibertad.org.pa

INLAP: Costa Rica, www.inlap.org

Instituto Libertad y Progreso, Colombia: www.ilyp..net

CEPPRO, Paraguay: www.ceppro.org.py

International Policy Network

International Policy Network (IPN) es una organización

caritativa en el Reino Unido, y una organización sin

fines de lucro (501 c3) en Estados Unidos. Es una

organización no gubernamental, educativa y no

partidaria que depende de donaciones de individuos,

fundaciones y empresas para llevar adelante su trabajo.

No acepta dinero de gobiernos.

IPN busca fortalecer a los individuos y promover el

respeto por la gente y la propiedad para eliminar la

pobreza, mejorar la salud humana y proteger el medio

ambiente. IPN promueve el entendimiento público

acerca de la importancia de esta visión para todos.

IPN pretende lograr su visión promoviendo el rol de las

instituciones de mercado en algunos debates clave de

políticas internacionales: desarrollo sustentable, salud, y

globalización y comercio. IPN trabaja con académicos,

centros de estudio, periodistas y responsables de

políticas en todos los continentes.

El autor

Richard E. Wagner es Profesor Hobart R. Harris de

Economía y Director de Graduados del Departamento de

Economía de George Mason University. Obtuvo su Ph.D.

en economía en University of Virginia en 1966. Se unió

al cuerpo docente de George Mason University en 1988,

luego de ocupar puestos en University of California,

Irving, Tulane University, Virginia Polytechnic Institute

and State University, Auburn University y Florida State

University.

Page 3: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

3

Prefacio

El Consejo Directivo de la Organización Panamericana

de la Salud (OPS) se reunirá en Washington del 26 al 30

de septiembre de 2005 con un muy largo orden del día.

Sin embargo, esta institución continúa demostrando una

notable ineficiencia para contribuir a paliar la crisis de

los sistemas de salud.

Dado que la salud es junto a la educación el área mas

sensible de las políticas públicas, promover nuevos

cambios deviene crecientemente complicado y complejo,

y la OPS parece no estar en condiciones para enfrentar

estos obstáculos. Por un lado, no puede ser eficaz ya que

no responde a demandas del mercado sino a las

exigencias de las burocracias; por otro lado, esas

burocracias representan en parte la endémica debilidad

del Estado de Derecho en América Latina.

En la actualidad, las 27 oficinas locales de la OPS tienen

una relación de asesoría directa con los distintos

ministros del área. Semejante trato oficial limita la

capacidad de sus funcionarios para realizar libre y

objetivamente el imprescindible ejercicio de la crítica.

Un ejemplo del resultado de estos obstáculos es el

fracaso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y

la OPS frente a la amenaza creciente del dengue, con

una campaña de publicidad y de educación. Pese a las

pruebas de la ineficacidád de tales medidas, la solución

que proponen es invertir aún mas dinero en una nueva

campaña de publicidad y de educación, ahora llamada

COMBI (Comunicación para el Impacto Conductual),

representando un despliegue inmenso de esfuerzos que

llama a “la participación comunitaria, la comunicación

para el cambio de conducta y la movilización social para

la prevención y el control del dengue.”

La complejidad de la crisis de los sistemas de salud en

América Latina presenta de por sí profundas dificultades

para los informados y mas eficientes actores locales. Mas

aún, presenta insuperables desafíos para los ineficientes

actores supranacionales como la OPS y la OMS: en el

presente trabajo se analiza la magnitud de esa

ineficiencia a nivel mundial.

Pedro Isern Munné

Director, Economy and Rule of Law

Centro para la Apertura y el Desarrollo

De América Latina (CADAL)

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

Page 4: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

4

Introduccion

Más Organización Que SaludMartín Krause

El Dr. Martín Krause es Rector de la Escuela Superior de

Economía y Administración de Empresas (ESEADE) y Profesor

Titular de Economía en la Facultad de Derecho de la

Universidad de Buenos Aires.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) es el

organismo internacional que, seguramente, tiene

mayores argumentos a su disposición para justificar sus

actividades y su existencia. Sólo algunos comprenderán

las funciones del FMI o de la Organización de Aviación

Civil Internacional o la Unión Internacional de

Telecomunicaciones, pero las fotos de niños desnutridos

sujetos al hambre y numerosas enfermedades llegarán

directamente al corazón de todos.

Si preguntáramos a cada habitante de este planeta si es

necesario hacer algo por ellos, una abrumadora mayoría

diría que sí: es que existen nobles sentimientos en casi

todas las personas respecto a quienes están en las peores

condiciones.

Por lo que, asumiendo que todos compartimos dicha

preocupación, la siguiente pregunta es cómo hacer algo

al respecto.

El trabajo de Richard Wagner que aquí se presenta es

muy ilustrativo ya que señala la existencia de distintas

alternativas a nuestra disposición, entre las cuales, la

OMS puede no ser la mejor de todas.

Son dos las preguntas fundamentales a plantear para

analizar una organización de este tipo: ¿qué debería

hacer?, y luego, ¿cómo lo hace? Es decir, en primer lugar

es necesario definir los objetivos, la “misión” de la

organización, las necesidades que atenderá. Luego, si es

eso lo que efectivamente está haciendo y si lo hace en

forma eficiente.

Según Wagner, la respuesta a la primera pregunta

plantea dos ámbitos de acción diferentes: el de las

enfermedades infecto-contagiosas y el de las actividades

caritativas, las que oportunamente presenta como

“viruela” y “Madre Teresa”. Las dos están relacionadas.

La lucha contra las enfermedades infecto-contagiosas

tendría la característica que en políticas públicas suele

denominarse “bien público”, un servicio que el mercado

no llegaría a ofrecer dada la existencia de free riders que

serían usuarios gratuitos del servicio sin contribuir a su

financiamiento. Como el mercado “fracasaría” en

proveerlo en forma voluntaria, es necesario que sea

provisto a través del Estado o, como en este caso, un

organismo internacional formado por éstos.

Tomemos el caso de la vacunación necesaria para

combatir una enfermedad de este tipo. Es interés de

todos que cada uno de nosotros se vacune, pero una

persona en particular vería que lo más conveniente sería

que “todos los demás” se vacunaran para que la

enfermedad desaparezca, pero no ella, así no tiene que

hacerse cargo de ese costo. Como muchos actuarían de

esa forma, no se llegaría a combatir la enfermedad. Por

esa razón, en muchos países los gobiernos imponen la

vacunación obligatoria a sus ciudadanos, acompañada

generalmente de la provisión gratuita de la vacuna.

No obstante, es éste un argumento extraño, ya que la

persona que deja de vacunarse por ahorrar ese costo

acarrea todo el riesgo de contagiarse, por lo que tiene un

claro incentivo para hacerlo. Podría ser que para

combatir la enfermedad no existieran vacunas pero que

fueran necesarias ciertas acciones o conductas que

reduzcan su impacto.

Lo que nos lleva al segundo ámbito de acción, ya que

puede ser que algunos no las sigan por falta de recursos

o de la educación necesaria para comprender el

problema y su amenaza. Aquí es donde se justificaría

una acción benéfica dirigida a proteger la vida y la salud

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

Page 5: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

5

de estos individuos, la que redundaría también en

beneficio del propio donante al eliminar un peligro

potencial. ¿Pero, acaso este tipo de acciones no serían

también un “bien público” del cual todos buscaríamos

ser free riders y, como tal, debería ser provisto

compulsivamente? El argumento, como lo planteara

originalmente Paul Samuelson, dice que sí, ya que como

no se puede excluir a quienes no pagan, o no aportan

para la beneficencia, no habría contribuciones

voluntarias que permitan la provisión de este tipo de

bienes.

Este reconocido economista puso como ejemplo de este

tipo de bienes a un faro, cuya provisión no puede ser

provista por el mercado por las mismas razones, ya que

no puede excluirse de recibir su luz a quienes no paguen

por él y por ello nadie estaría dispuesto a pagarlo. Pero

Ronald Coase demostró cómo existieron durante siglos

mecanismos que permitieron la provisión “privada” de

tales servicios, abriendo con ello un amplio campo de

análisis de las soluciones institucionales a estos

problemas*. Un ejemplo similar es el que nos presenta

Wagner con el excelente ejemplo del papel de Rotary

International en la eliminación de la polio. ¿No deberían

haber sido todos sus miembros free riders? Pero no lo

fueron. Lo que demuestra la necesidad de estudiar mejor

los complejos “órdenes espontáneos” por medio de los

cuales la acción individual termina resolviendo

problemas como éstos, para los cuales se asume la

necesidad de la OMS.

La historia de Argentina puede sumar otro ejemplo, el de

la lucha contra la fiebre amarilla que azotó la ciudad de

Buenos Aires en 1871. En ese entonces no se conocía el

origen de la enfermedad, ni existía una estructura

gubernamental de “política sanitaria”; es más, el propio

gobierno nacional abandonó la ciudad. Comenta Miguel

A. Scenna:

“En el tres de abril era tan formidable el descalabro, que

la capital argentina presentaba el aspecto de una ciudad

semi-abandonada en la que sólo quedaban 60.000

personas, es decir menos del tercio de la población

normal, cifra que algunos rebajan aun más, a 45.000.

Para terminar, aquélla fue la única ocasión en que las

autoridades aconsejaron oficialmente el éxodo: pasajes

gratis, casillas de emergencia y vagones de ferrocarril

como viviendas provisorias en San Martín, Merlo,

Moreno. Nunca, ni antes ni después en los cuatro siglos

de historia porteña, se recurrió a este extremo heroico:

abandonar Buenos Aires, convertida en un escenario de

terror sólo habitado por enfermos, imposibilitados y unos

pocos valientes que se quedaron para ayudar a sus

semejantes.Ӡ

Algunos ciudadanos, efectivamente, se organizaron en la

llamada “Comisión Popular”, la que recogió fondos por

medio de donaciones y rifas, contrató médicos e hizo

todo lo posible para asistir a los enfermos. Muchos

héroes dejaron allí su vida desafiando la imagen del

individuo calculador racionalista que evalúa conveniente

ser un usuario gratuito del esfuerzo de otros.

En este sentido, las acciones públicas, ya sean realizadas

por los estados “benefactores” nacionales o

internacionales como la OMS, terminan socavando y

debilitando los valores de los individuos, quienes

terminan creyendo estar relevados de la necesidad de

prestar atención al prójimo.

Estas acciones “benéficas” de la OMS no pueden

sumarse al “activo ético” de ninguno de nosotros. No

podemos contarlas entre ellas, aún cuando se hagan con

nuestro dinero, porque el mismo no fue aportado

voluntariamente. Y una acción puede tener un

reconocimiento ético solamente si tuvimos la opción de

realizarla o no, y decidimos hacerla.

Por otro lado, no solamente no podemos adjudicarnos

sus contribuciones sino que para muchos esas políticas

generan un alto perjuicio moral. Podremos estar de

acuerdo o no con sus valores, pero lo cierto es que

cuando la OMS se involucra en campañas como la

promoción del uso de preservativos para combatir el

HIV-SIDA, está utilizando fondos obtenidos

forzosamente de muchos que se oponen al uso de los

mismos por cuestiones relacionadas con su moral o

religión. Esto no sucedería con campañas financiadas

voluntariamente por quienes favorecen su uso.

* Ronald H. Coase, “The lighthouse in Economics”, Journal of Law andEconomics 17 (October 1974): 357–76.

† Scenna, Miguel Ángel, “Diario de la Gran Epidemia: fiebre amarilla

en Buenos Aires”, Todo es Historia N° 8, Buenos Aires (diciembre de

1967): 10.

Page 6: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

6

Seguramente que no nos sentiremos aliviados el día de

mañana ante la pregunta de un nieto respecto a qué

hemos hecho para aliviar la miseria de otros, si le

contestamos que pagamos nuestros impuestos y que

éstos llegaron a la OMS.

Entre otras cosas porque el camino que tiene que

recorrer es tan largo y complicado que nadie puede

determinar qué aporte ha realizado a la institución en

definitiva. Esto hace que la organización no tenga

“propietarios” ante los cuales rendir cuentas que no sean

los funcionarios de los gobiernos respectivos, los que, a

su vez, rinden poca cuenta a sus contribuyentes sobre las

acciones de los organismos internacionales.

Por último, Wagner plantea si la OMS persigue y alcanza

estos dos objetivos presentados como “viruela” y “madre

Teresa”. La respuesta es negativa por dos razones:

porque se ha impuesto un número de objetivos

adicionales y porque ha incluido entre ellos el de

promocionarse a sí misma. Por supuesto que esto no

aparece como parte de la “misión” de la organización, a

la que se le atribuye siempre la búsqueda del “bien

general”, pero sus funcionarios no son distintos que

cualquier otra persona y la búsqueda del interés personal

forma parte de ellos como en cualquier otro caso.

Y ese interés personal significa perpetuar y agrandar la

organización, extender sus atribuciones y, por último,

promover las políticas y la ideología que lo justifiquen.

Por eso, estas organizaciones se convierten en las

principales usinas de ideas que promueven su existencia.

En definitiva, si bien la Organización Mundial de la

Salud realiza algunas actividades valiosas e importantes,

no es la única forma en la que estas tareas podrían

realizarse; podría evitarse el desvío hacia otros objetivos

que logran promover más la “organización” que la

“salud”.

Page 7: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

7

La Organización Mundial de la Salud:Hora de Re-constitución

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se fundó en

1948 como una de las organizaciones globales creadas

luego de la Segunda Guerra Mundial. Entre esas otras

organizaciones figuraban el Fondo Monetario

Internacional, el Banco Internacional de Reconstrucción

y Desarrollo (que se transformó en el Banco Mundial), y

el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y

Comercio (que se convirtió en la Organización Mundial

del Comercio). Si bien este trabajo se ocupa de la OMS y

de sus actividades tal como surgen de un examen de su

presupuesto de 2006–07, buena parte del argumento de

fondo que nutre a este estudio, sirve indudablemente

para las organizaciones internacionales en general.

Este ensayo se desarrolla en cinco etapas. La primera se

pregunta cuál sería un desempeño razonable para la

OMS, y lo hace postulando dos conceptos de desempeño

que seguramente cuentan con amplio consentimiento: la

viruela y la Madre Teresa.

La segunda parte examina el presupuesto de la OMS

para 2006–07, rastreando en qué medida se pueden

identificar esos conceptos dentro de las partidas de la

entidad. Si bien este trabajo no demuestra que la OMS

haya sido un absoluto fracaso, de todas formas le da a la

agencia una baja calificación. Para algunos, esto puede

constituir una aprobación con lo justo mientras que para

otros significaría que la agencia ha fracasado.

La tercera etapa examina los supuestos colectivistas sobre

los cuales se fundó la OMS, y que hasta la fecha moldean

su desempeño. Según esos supuestos, el libre mercado es

un arreglo de organización social débil, y requiere de una

injerencia /intervención gubernamental mandona

/intervencionista para asegurar un funcionamiento

tolerable. Estos supuestos colectivistas ahora son

reconocidos generalmente como falsos, sin embargo, aún

fundamentan el funcionamiento de la OMS.

La cuarta parte analiza los incentivos políticos y

burocráticos que guían a la OMS, que la llevan a

sostener la agencia intervencionista que prevalece en las

burocracias ambientales y de salud pública de las

sociedades democráticas occidentales.

La quinta etapa explica que como la OMS se constituyó

inicialmente sobre supuestos falsos, para asegurar un

mejorado desempeño se necesita una re-constitución de

la agencia. Fundamentalmente, esto significa que el

gobierno debería llevar a cabo un rol de apoyo, y no de

liderazgo, en las actividades sociales y económicas que

dan salud a la población entre muchos de sus resultados.

Imágenes de la OMS: La Viruela y laMadre Teresa

¿Cómo deberíamos evaluar las actividades de la OMS?

La OMS es una gran organización con presencia en todo

el mundo. Sus oficinas centrales se encuentran en

Ginebra y además cuenta con seis oficinas regionales:

Brazzaville para África, Nueva Delhi para Asia

Sudoriental, Manila para el Pacífico Occidental, El Cairo

para el Mediterráneo Oriental, Washington para las

Américas, y Copenhague para Europa.

Su presupuesto para 2006–07 implica un gasto de

US$3.185 millones, distribuidos en 37 partidas de

actividades, como lo muestra la Tabla 1. A juzgar por su

presupuesto, alrededor de 31 por ciento de las

actividades de la OMS se realiza en sus oficinas en

Ginebra, otro 28 por ciento está distribuido entre sus seis

oficinas regionales, y el restante 41 por ciento tiene lugar

dentro los países en todo el mundo.

Más adelante se ofrecerán observaciones específicas

sobre algunas de estas líneas presupuestarias, pero

cualquier esfuerzo por examinar esas partidas en gran

Page 8: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

8

detalle se verá atrapado en numerosas cuestiones

complejas que podrían oscurecer una mirada general de

la organización.

Una evaluación coherente de las actividades de la OMS

debe empezar con una visión global de la organización.

Esta mirada puede realizarse razonablemente bien con

dos conceptos simples: la viruela y la Madre Teresa.1 La

viruela, una enfermedad que fue erradicada con la

participación de la OMS, representa a las enfermedades

transmisibles que no respetan las fronteras nacionales y

por ende presentan potenciales asuntos de preocupación

global. La Madre Teresa representa a la caridad hacia los

pobres por parte de quienes están relativamente bien.

Estos dos conceptos significan valiosos puntos de

referencia contra los cuales se pueden apreciar las

actividades de la OMS.

Sin embargo, antes de evaluar las actividades de la OMS,

vale la pena poner en perspectiva más general el rol del

sector privado, el gobierno y los cuerpos

intergubernamentales para tratar cuestiones de salud.

Lo primero que hay que decir acerca de la economía de

mercado es que generará una amplia variedad de

productos y servicios vinculados a la salud. La situación

en este aspecto no es diferente para la salud que para la

comida, la vivienda, el entretenimiento, o cualquier otra

cosa. Existe una lógica subyacente de relaciones

económicas que gobierna cosas como las cantidades

relativas de actividad humana dirigidas para cada

servicio. Esa lógica también informa a los énfasis

relativos que la gente le da a inventar y desarrollar

nuevas tecnologías en esas variadas áreas de actividad

de mercado. Los emprendedores buscan desarrollar

servicios, eficientes en términos de costos, que los

consumidores querrán comprar. Algunos emprendedores

desarrollarán equipamiento de ejercicios; otros

desarrollarán remedios para combatir enfermedades; y

aún otros publicarán libros acerca de dietas, ejercicios y

otras cuestiones relacionadas a la salud.

Sin lugar a dudas, detrás de toda actividad generada por

el mercado opera la presencia del gobierno. Una de las

principales responsabilidades del gobierno es mantener

el marco de derechos de propiedad y contratos que es

esencial para el buen funcionamiento de la economía de

mercado. Por ejemplo, como cuestión de principio

formal, las personas invertirán en investigación médica

siempre y cuando crean que el ingreso que anticipan

recibir hará que la inversión valga la pena. La medida de

este ingreso anticipado, sin embargo, dependerá de

factores como los términos sobre los cuales se pueden

asegurar las patentes y la medida en que pueden hacerse

valer en adelante. Así es que, el ritmo de la investigación

vinculada a la salud dentro de una economía de mercado

depende de cuán exitosamente el gobierno lleve a cabo

su presencia en segundo plano.

La diferencia entre un gobierno en segundo plano y uno

en primer plano es extremadamente importante. El

mundo puede ser un escenario, como afirma Jacques en

Como gustéis, de Shakespeare, pero los participantes del

mercado ocupan el primer plano mientras que los

funcionarios públicos se mantienen en el segundo plano.

Ese segundo plano implica un trabajo esencial, ya que la

obra no puede seguir adelante sin el trabajo de los

tramoyistas. Pero de todas formas es un trabajo en

segundo plano, fuera de la vista del público.

El primer plano queda ocupado por los participantes del

mercado (empresas, emprendedores, clientes,

consumidores) quienes establecen hospitales y empresas

farmacéuticas, como así también la miríada de otras

empresas y transacciones que contribuyen a la

generación de firmas y productos vinculados a la salud

dentro de una economía de mercado. En el fondo, el

gobierno facilita el comercio entre estos participantes

protegiendo las relaciones establecidas a través de los

principios de propiedad y de contratación.

Dos categorías de actividades, representadas por la

viruela (como ejemplo de enfermedades contagiosas) y

la Madre Teresa (como imagen de la caridad hacia los

pobres), pueden proveer una justificación para que las

agencias gubernamentales salten del segundo al primer

plano.

Al tratar enfermedades transmisibles, se cuestiona el

supuesto de la eficiencia de mercado que generalmente

se obtiene para enfermedades no contagiosas. Es una

perogrullada afirmar que la gente adquirirá protección

contra enfermedades en la medida en que perciban que

esa protección vale la pena. Para enfermedades no

transmisibles, esto genera una situación donde la gente

confiará en las opciones generadas por el mercado para

Page 9: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

9

asegurarse protección, en tanto y en cuanto el costo de

obtener esa protección adicional sea menor que el

beneficio que consideran que les proveerá esa protección

adicional. En este análisis de costo-beneficio, los

resultados basados en el mercado con respecto a la salud

alcanzan niveles eficientes de protección contra

enfermedades no contagiosas.

Sin embargo, la situación no se aplica necesariamente a

las enfermedades transmisibles. Alguien que se contagia

una enfermedad impone un costo prospectivo sobre

aquellos con quienes toma contacto. En forma similar,

alguien que reduce su probabilidad de contagiarse una

enfermedad le confiere beneficios a otras personas. Los

economistas describen este fenómeno como

“externalidad”, que brinda un argumento aceptable

(aunque no concluyente) en defensa de algo de

participación del gobierno en el primer plano de la

actividad vinculada a la salud. Si bien los individuos

adquirirán protección en la medida en que juzguen que

dicha protección valdrá la pena, sus cálculos de

beneficios no toman en cuenta los beneficios o costos

que imponen sus propias decisiones sobre otras

personas.

La gripe es una buena ilustración de este punto. Hay

varias cosas que la gente puede hacer para protegerse

contra la influenza, ninguna de las cuales es

perfectamente efectiva pero cada una ofrece cierto grado

de protección. La gente puede incrementar la frecuencia

con la que se lava las manos. Puede reducir el tiempo

que pasa en lugares con mucha gente. Pueden utilizar

barbijos en público. La más clara de estas medidas de

protección es la inoculación. Si bien la inoculación existe

para la gripe, puede funcionar bien contra algunas cepas

pero no contra otras.

Cada una de estas medidas implica costos y algún tipo

de percepción acerca del grado de protección que brinda.

En una economía de mercado, hay que pagar por la

inoculación, y por lo tanto tiene un precio. En algunas

instancias, la inoculación también involucrará efectos

secundarios negativos, y puede no proveer una

inmunidad total. Cuando la gente toma en cuenta todas

estas consideraciones y percepciones, adquiere cierto

grado de inoculación, que a su vez genera algún nivel de

protección contra la gripe dentro de la sociedad.

Este cálculo de elección individual y resultados de

mercado no toma en cuenta el efecto que la decisión de

una persona tiene sobre otra. Una persona que aumenta

su nivel de protección, ya sea mediante la inoculación o

por cambios de conducta, reduce las posibilidades de

contraer la enfermedades y por ende de transmitírsela a

otros. Hablando en términos formales, esa persona

buscaría la protección contra enfermedades contagiosas

hasta el punto en que el costo de la protección adicional

sea igual al beneficio percibido de esa protección. Sin

embargo, idealmente, esa protección debería extenderse

hasta el punto en que el costo sea igual al beneficio

combinado de la persona que tomó la decisión y la de

todos los demás que reciben un aumento de protección.

Si bien existe mucha controversia acerca del grado en

que el gobierno debiera involucrarse en la provisión de

servicios sanitarios, existe un acuerdo generalizado de

que las enfermedades transmisibles brindan un

justificativo para alguna forma de participación

gubernamental en las medidas preventivas.

Las enfermedades contagiosas que se originan en las

regiones más pobres del mundo presentan problemas

más severos de coordinación que aquellas que pueden

tener su origen en regiones más ricas. En una sociedad

más rica, es más probable que la gente adquiera un nivel

de cuidado contra las enfermedades transmisibles que

supere el que podrían lograr las personas que viven en

sociedades más pobres.

En un entorno de movilidad global, esto significa que

existe una externalidad. La gente en las sociedades más

pobres tenderá a tomar menores precauciones contra las

enfermedades contagiosas, que las medidas que las

personas en regiones más ricas desearían que éstos

tomasen. Si los residentes de sociedades más ricas se

sienten amenazados por enfermedades transmisibles

cuando no se toman las precauciones suficientes en las

sociedades más pobres, podría postularse un argumento

a favor de que las sociedades ricas controlen las

enfermedades contagiosas en los lugares más pobres.2

Esta justificación basada en el contagio a través de las

fronteras nacionales es independiente de, y distinta a,

cualquier justificación que pueda surgir de la pobreza.

Queda claro que los problemas de salud más severos de

cualquier sociedad se encuentran entre los miembros

Page 10: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

10

más carentes de recursos. Esta relación negativa entre

salud y pobreza se sostiene en todo el mundo como así

también al interior de cada nación.

Los miembros más adinerados de una sociedad

generalmente poseen y llevan adelante algún tipo de

actitud caritativa hacia sus compatriotas que

experimentan privaciones significativas. La caridad es

un sentimiento humano natural, y es plausible que esos

sentimientos de caridad encuentren algún tipo de

expresión a nivel global.

Sin embargo, se puede estar seguro de que no significa

que los sentimientos de caridad debieran

necesariamente implicar la participación gubernamental.

Existe mucha actividad de caridad organizada a través

de acuerdos voluntarios de toda clase. Además, resulta

dudoso hasta qué punto verdaderamente se expresan los

sentimientos caritativos cuando las contribuciones son

extraídas de los contribuyentes por la fuerza, en lugar de

mediante la donación voluntaria.

En general, el espíritu colectivista que dominó gran

parte del siglo XX fue reemplazado por el

reconocimiento de que los acuerdos y las instituciones

libres y liberales son la mejor manera de permitir el

florecimiento humano. De todas formas, una

organización como la OMS puede aún representar un

papel en el primer plano de la actividad vinculada a la

salud, debido a la existencia de enfermedades

transmisibles que ignoran las fronteras nacionales, y

posiblemente llevar adelante sentimientos de caridad

dirigidos hacia los pobres.

Las enfermedades contagiosas y la caridad, la viruela y la

Madre Teresa, más aún, no son independientes una de la

otra con respecto a la salud. Los lugares donde más

prevalecen las enfermedades transmisibles son también

los lugares más pobres del mundo. En cualquier caso, la

viruela y la Madre Teresa brindan imágenes

conceptuales claras para examinar las actividades

presupuestarias de la OMS.

El Presupuesto 2006–07 de la OMS

La Tabla 1 muestra el presupuesto 2006–07 de la OMS

divido en 37 partidas, junto con el lugar de gasto como

Ginebra, una de las seis oficinas regionales, o entre los

países individuales. Sería un experimento interesante

darle el presupuesto de la OMS, junto con el detalle

explicativo que lo acompaña, a un observador

desinteresado. Se le pediría al observador que juzgue la

medida en la cual se reflejan en el presupuesto de la

agencia, los conceptos representados por la viruela y la

Madre Teresa.

Seguramente de dicho examen surgirían dos

conclusiones. Una es que el presupuesto de la OMS

contiene algunas actividades que reflejan esos conceptos

de combatir las enfermedades contagiosas y ofrecer

asistencia sanitaria a los pueblos pobres. La segunda

conclusión contrapuesta es que muchas de las

actividades de la OMS no tienen nada que ver con las

mencionadas, y en su lugar reflejan la imagen de una

burocracia obstaculizadora y ensimismada, involucrada

en la promoción de ideologías y actividades anti-

mercado.

Un análisis inicial de los 37 puntos del presupuesto de la

OMS podría conducir a un observador imparcial a

distinguir las siete primeras partidas, y las 30 restantes.

A juzgar por sus títulos, los primeros siete puntos dan

una imagen clara de los conceptos de la viruela y la

Madre Teresa. Pero de seguro esos no son los únicos

conceptos representados; en esos siete puntos también

está presente una imagen burocrática. Claramente, en

Ginebra hay muy poco que hacer que refleje las

imágenes de la viruela o de la Madre Teresa.

Sin embargo, en términos comparativos, el peso de la

burocracia es menor en esos primeros siete ítems

respecto de los restantes 30. Por ejemplo, 25 por ciento

de los gastos de la OMS en esas siete partidas está

determinado por las oficinas de la OMS en Ginebra. Por

contraste, de los otros 30 puntos, 35 por ciento del gasto

se realiza en Ginebra. En comparación, los primeros siete

ítems reflejan una orientación más fuerte hacia el

control de las enfermedades transmisibles y hacia la

provisión de asistencia para los más pobres. Al mismo

tiempo, esas primeras siete actividades constituyen sólo

41 por ciento del presupuesto de la OMS. El resto de las

partidas ocupan 59 por ciento del presupuesto de la

entidad, y éstas reflejan directamente el funcionamiento

de una burocracia sanitaria anti-mercado. Esto es

analizado más adelante.

Page 11: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

11

Tabla 1 Presupuesto de la OMS por partida 2006-2007 en miles de dólares

Área de Trabajo Total País Regional Oficinas

Prevención y control de enfermedades transmisibles 152.983 63.481 50.976 38.526

Investigaciones sobre enfermedades transmisibles 108.457 3.275 6.397 98.785

Alerta y respuesta ante epidemias 131.119 52.121 44.423 34.575

Paludismo 137.509 55.767 47.167 34.575

Tuberculosis 134.526 68.147 38.719 27.660

VIH/SIDA 260.650 163.010 68.004 29.636

Inmunización y desarrollo de vacunas 381.211 193.318 123.682 64.211

Vigilancia de las enfermedades no transmisibles 56.103 25.019 14.982 16.102

Promoción de la salud 48.146 17.731 9.670 20.745

Salud mental y abuso de sustancias 29.764 13.696 8.659 7.409

Tabaco 29.193 12.778 9.204 7.211

Nutrición 24.098 8.990 8.193 6.915

Salud y medio ambiente 90.412 38.287 25.947 26.178

Inocuidad de los alimentos 23.717 8.652 8.348 6.717

Violencia, traumatismos y discapacidades 17.505 6.672 4.610 6.223

Salud reproductiva 65.867 12.599 7.036 46.232

Reducción de los riesgos del embarazo 64.017 33.982 19.169 10.866

Género, mujer y salud 17.703 5.656 4.144 7.903

Salud del niño y del adolescente 100.500 42.769 34.022 23.709

Medicamentos esenciales 61.968 25.236 11.048 25.684

Tecnologías sanitarias esenciales 31.182 11.312 8.016 11.854

Formulación de políticas para la salud en el desarrollo 39.533 19.300 10.552 9.681

Políticas relacionadas con los sistemas de salud y

prestación de servicios sanitarios 116.349 58.813 33.432 24.104

Recursos humanos para la salud 77.631 42.701 22.384 12.546

Financiación de la salud y protección social 42.975 19.864 12.245 10.866

Información sanitaria y política de investigación 57.586 27.021 17.723 12.842

Preparación y respuesta frente emergencias 105.400 77.634 19.863 7.903

Presencia básica de la OMS en los países 197.776 176.145 16.692 4.939

Gestión del conocimiento y tecnologías

de la información 138.180 21.140 47.890 69.150

Planificación, coordinación de recursos y supervisión 27.590 4.961 9.787 12.842

Gestión de recursos humanos en la OMS 51.873 479 16.819 34.575

Gestión presupuestaria y financiera 46.155 330 23.598 22.227

Infraestructura y logística 133.682 2.193 55.424 76.065

Órganos deliberantes 37.388 58 11.646 25.684

Relaciones externas 35.126 2.183 13.383 19.560

Dirección 39.433 488 11.945 27.000

Misceláneos 71.797 1.178 12.119 58.500

Total 3,185,104 1,316,986 887,918 980,200

Page 12: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

12

La transferencia de gastos desde Ginebra hacia los países

no necesariamente implica que las actividades de la

OMS reflejen más los conceptos representados por la

viruela y la Madre Teresa. Para el caso, la tercer partida

más grande en el presupuesto de la OMS es “Presencia

básica de la OMS en los países”. Por encima de esta

actividad sólo se encuentran las partidas de “VIH/SIDA”

y “inmunización y desarrollo de vacunas”. Además, tal

como lo señala su nombre, 89 por ciento del gasto de la

OMS para su “presencia básica en los países” sucede a

nivel país.

En un primer vistazo, puede parecer que no se hace

evidente mucha burocracia. Sin embargo, la justificación

de la OMS respecto de lo que verdaderamente implica

esta actividad, sugiere la imagen de un grupo de presión.

Su propósito es fomentar el apoyo para la OMS y su

comprensiva agenda de planificación sanitaria. Por

ejemplo, uno de los objetivos enumerados para esta línea

es triplicar el número de países “que tienen una

Estrategia de Cooperación actualizada con la OMS”. Los

otros objetivos enunciados dentro de esta partida son

similares intentos de pulir la imagen de la OMS en los

diferentes países. La imagen que surge de esta actividad

es la de auto-difusión burocrática.

Se pueden hacer algunas críticas acerca de la partida

presupuestaria para “formulación de políticas para la

salud en el desarrollo” en la que tres cuartos del gasto se

realiza fuera de Ginebra. Para este punto, la OMS

sostiene que “busca influir a un amplio rango de

políticas, leyes, acuerdos y prácticas nacionales e

internacionales.” En su intento por lograrlo, la OMS

agrega que no sólo promueve los Objetivos de Desarrollo

del Milenio (un emprendimiento de planificación del

desarrollo patrocinado por la ONU), sino que también se

pone al frente de las políticas acerca de “cuestiones tales

como la relación entre salud y derechos humanos,

pobreza, instrumentos de ayuda, macroeconomía,

equidad, ética, globalización, comercio y derecho.”

Si esto no es un testimonio suficiente de auto-

promoción, la OMS revela objetivos tales como alcanzar

multiplicar por cinco la “proporción de países de bajos

ingresos en los cuales la OMS ha jugado un rol

reconocido en lograr que las autoridades nacionales

desarrollen Trabajos de Estrategia de Reducción de la

Pobreza [y] planes nacionales de reducción de la

pobreza.” Incluso su partida para “medicinas esenciales”

busca promover la nacionalización sanitaria, y adopta

como uno de sus objetivos, un aumento en el “número

de países con distribución pública basada en una lista

nacional de medicinas esenciales.”

El mismo imperativo burocrático está presente en el

punto titulado “promoción de la salud”. Esta partida

está centrada en la afirmación de la OMS de que “los

gobiernos deben tener un rol más fuerte en el desarrollo

de políticas públicas sanitarias; los ministerios de salud

necesitan tomar el liderazgo en la defensa del desarrollo

y la adopción de estas políticas [promovidas por la

OMS].” Esas políticas tienen numerosos objetivos. En

varias partes del presupuesto de la OMS, se puede ver

que ésta se preocupa por la alta presión sanguínea, el

colesterol, el sobrepeso, la diabetes, las enfermedades

cardíacas, el cáncer, y el cigarrillo. Si bien esto puede

parecer extensivo, no es el límite de las actividades de la

OMS: también se ocupa de la depresión, la drogadicción,

las enfermedades neurológicas, la violencia, la seguridad

vial y otras varias cuestiones.

Otra línea de investigación sería probar la efectividad de

las actividades de la OMS analizando la estructura total

o modelo de sus actividades presupuestarias para

examinar los detalles de su funcionamiento. A nivel

estructural, se puede concluir que alrededor de 40 por

ciento de las actividades de la OMS se pueden describir

bien con los conceptos de viruela y Madre Teresa. Los

detalles de cómo se asigna y se gasta ese 40 por ciento,

sin embargo, bien podrían revelar que dichos fondos son

utilizados ineficientemente. De ser así, resultaría mejor

realizar una transferencia de esos fondos a

organizaciones que realicen un control más comprensivo

de las enfermedades transmisibles y que provean

asistencia sanitaria a los pueblos pobres.

Tomemos la partida para “investigaciones sobre

enfermedades transmisibles”. Por definición, este gasto

encaja en el concepto de la viruela y, en cierta medida, a

la imagen de la Madre Teresa, ya que los problemas de

las enfermedades contagiosas son más severos en las

partes más pobres del mundo. De todas formas, un

examen detallado podría concluir que los US$108,5

millones que se gastan en esta categoría – 90 por ciento

de los cuales se desembolsan en Ginebra – podrían

rendir más si se redirigiesen a otras actividades.

Page 13: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

13

El gasto de la OMS en investigación de enfermedades

transmisibles es una pequeña porción del gasto a nivel

mundial. La cuestión aquí es la contribución marginal

del esfuerzo de la OMS, especialmente cuando se lo

compara con otros esfuerzos que esta organización

podría haber llevado adelante con los mismos recursos.

Es probable que se hubiese logrado más si la OMS

hubiese reducido su énfasis en investigación y

reasignado esos fondos para ocuparse del paludismo, la

tuberculosis o el VIH/SIDA.

Incluso podría decirse que la contribución marginal de la

OMS en la promoción de conocimiento acerca de las

enfermedades contagiosas es negativa. La misma

descripción que el organismo hace sobre este punto

sugiere su preferencia por una aproximación jerárquica

en lugar de la investigación científica. Su visión de la

investigación sobre enfermedades transmisibles es que

la agencia encabeza el camino en la articulación de lo

que se debería investigar, y los investigadores

individuales deberían entonces seguir las indicaciones de

la OMS.

Sin embargo, la investigación científica sigue los mismos

principios organizacionales que cualquier actividad

económica, lo cual significa que el progreso ocurre con

más velocidad a través de la competencia abierta que

mediante la dirección o regulación centralizada. Al

intentar dirigir en forma centralizada a la investigación,

la OMS estrecha las líneas de investigación a desarrollar.

En la mayoría de los casos, esto retraza el progreso.3

Supongamos que la OMS fuera a girar recursos de la

investigación sobre enfermedades transmisibles, hacia

actividades representadas por sus partidas para

paludismo, tuberculosis o VIH/SIDA. No hay ninguna

garantía de que dedicar más dinero a esas actividades

específicas vaya a lograr mucho más. Las actividades de

la OMS relativas al paludismo, por ejemplo, tienen

dudoso valor. Desde que la OMS inició su programa

llamada ‘Hacer Retroceder el Paludismo’ en 1998, la tasa

global de malaria ha aumentado. Está claro que esta

afirmación post-hoc no constituye una prueba de la

ineficiencia de la OMS – pero la agencia ha sido

renuente en apoyar claramente el uso de DDT como

forma de control del vector, a pesar de su evidente éxito

para controlar el paludismo en India, Sudáfrica y

muchos otros países.4 En su lugar, ha promovido casi

exclusivamente las medidas alternativas como

mosquiteros tratados con insecticidas. Éstos son varias

veces más costosos, como así también en general menos

efectivos que el DDT. Con semejante rechazo implícito de

otros métodos para prevenir el paludismo, la OMS ha

seguido los deseos expresos de los activistas del medio

ambiente y la salud del primer mundo. Las muertes por

paludismo actualmente superan el millón anual, y

algunas estimaciones son mucho mayores.5

En forma similar, los intentos de la OMS por aumentar

el tratamiento antiretroviral para los pacientes de

VIH/SIDA han distado mucho de ser exitosos. Su

iniciativa ‘3 para el 5’ – el plan de poner a tres millones

de personas bajo tratamiento de extensión de la vida

antiretroviral (ARV) hacia fines de 2005 – es

posiblemente el mayor esfuerzo individual que haya

realizado cualquier organismo multilateral para combatir

la enfermedad.

Sin embargo, hacia febrero de 2005 sólo 700.000 personas

recibían el tratamiento ARV, muy por debajo de las 3

millones propuestas cuando se comenzó con la iniciativa

en 2003, y una gota en el océano en comparación con el

mínimo de seis millones de personas en África, Asia y

América Latina que necesitan el tratamiento.6 Cediendo a

la presión de los activistas sanitarios occidentales, la OMS

confió fuertemente en la combinación no probada de

dosis de tres drogas para alcanzar sus objetivos auto-

impuestos. Hacia fines de 2004, se vio forzada a sacar

estas drogas de la lista, producidas por compañías

farmacéuticas indias, que de no ser por esto serían

honorables, debido a cuestiones de seguridad.

No cabe duda que los conceptos de viruela y Madre

Teresa se pueden observar en parte del trabajo de la

OMS – pero esas imágenes constituyen una minoría en

todo el rango de sus actividades. A juzgar por su

presupuesto, el control de las enfermedades

transmisibles y la provisión de asistencia sanitaria a los

pobres son actividades secundarias de este organismo.

Las principales actividades de la OMS parecerían ser de

dos clases interdependientes. Una es sencillamente la

auto-promoción burocrática. Claro que esto requiere de

aliados dentro de las burocracias ambientales y de salud

pública de las naciones del primer mundo, que son la

mayor fuente de apoyo presupuestario de la OMS.

Page 14: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

14

La mayoría de las actividades de la entidad parecería

estar centrada en la auto-promoción burocrática. Esto

atrae a las burocracias ambientales y sanitarias que

garantizan gran parte del financiamiento de la agencia, y

explica por qué algunas de las principales actividades de

la OMS incluyen la promoción y el apoyo de las agendas

de esas burocracias intervencionistas.

La herencia de un medio siglocolectivista

Con el colapso del comunismo que ahora rápidamente

pasa al fondo de nuestros recuerdos, se hace cada vez

más difícil evocar el carácter colectivista del clima de

opinión que reinó en todo Occidente durante gran parte

del siglo XX. Si bien las sociedades occidentales se

fundaban en la libertad individual, con la propiedad

privada y el gobierno limitado como marco para una

economía de mercado, muchos intelectuales, incluso

economistas, fueron socialistas incluso ya en el siglo

XIX.

La Revolución Rusa y la formación del régimen soviético

en el siglo XX dio un gran impulso a esas simpatías

socialistas. Mientras algunos economistas renegados

como Ludwig von Mises y Friedrich Hayek sostenían que

los sistemas de planificación comunista y colectivista

nunca podrían generar el florecimiento que había

logrado el capitalismo liberal de libre mercado, la mayor

parte del clima de opinión se inclinó hacia los

socialistas.7

Claro está que la psique occidental se distanció de

algunas de las reglamentaciones que caracterizaron al

socialismo soviético, y en su lugar buscaron establecer

una forma de socialismo más amigable al mercado. En

esta búsqueda se pensaba que había un gran acuerdo: la

planificación socialista podría promover un crecimiento

económico más veloz pero restringiría la libertad más

allá de lo que podían soportar las tradiciones

occidentales. Si bien las tradiciones siempre pueden

cambiar, la preocupación de Occidente se centraba en la

expansión de la participación y el control del gobierno

sobre la vida económica y social para impulsar el

progreso económico, pero se detenía ante el socialismo

soviético.

Incluso hacia 1989 en la 13 edición de su reconocido

libro de texto Economía, Paul Samuelson describió las

espléndidas propiedades de un sistema económico

colectivista que le permitía a la Unión Soviética crecer a

una tasa significativamente mayor que las democracias

occidentales, en los siguientes términos: “la economía

soviética prueba que… una economía socialista dirigida

puede funcionar e incluso crecer.”8 El desafío para

quienes en Occidente rechazaban el colectivismo

soviético, era encontrar un camino intermedio que

sostendría niveles modestos de libertad junto con una

buena cantidad de participación del gobierno en los

asuntos económicos.

Gran parte de la preocupación occidental acerca de

cuánto colectivismo abrazar, se basaba en las

predicciones acerca de la velocidad con la cual la

economía de la Unión Soviética podría sobrepasar la de

los países occidentales. La mayor parte de los

intelectuales y los economistas estaba convencida de que

esto sucedería a menos que se tomaran medidas

colectivistas efectivas (pero graduales). El economista

Warren Nutter era una rareza: estudió cuidadosamente a

la Unión Soviética y concluyó que la mayoría de los

economistas occidentales estaba equivocada:9 la

economía soviética no era una potencia incipiente sino

que era una economía endeble (aunque peligrosa

militarmente). Aunque Nutter fue reprobado en su

momento por gran parte de los otros ‘expertos’ (que

seguían la idea de Paul Samuelson), la evidencia que se

conoció desde la desintegración del comunismo,

demuestra que incluso Nutter sobreestimó el desempeño

económico de la Unión Soviética: era aún más débil de lo

que este economista había sostenido.

La OMS y otras organizaciones internacionales se

fundaron en un momento en la historia en que la fe en

el colectivismo y la desconfianza hacia el libre mercado

estaban en su mayor pico en Occidente. Al demolerse la

Cortina de Hierro, se reconoció que había que oponerse

al colectivismo soviético.

De todas formas, el supuesto éxito de su economía fue

utilizado como justificación para una versión

occidentalizada de colectivismo; ostensiblemente, el

liberalismo occidental del antiguo orden estaba

desactualizado en nuestra era moderna. Se creía

Page 15: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

15

ampliamente que la tradición occidental de propiedad

privada y libertad individual que apuntalaba al libre

mercado era un marco institucional débil y frágil. A

menos que aceptaran algunas de las particularidades del

control colectivista que caracterizaban al imperio

comunista, las sociedades occidentales serían

continuamente asediadas por desequilibrios, monopolios

y externalidades.

La OMS y sus parientes fueron creados en este

prevaleciente clima de opinión: se los promovió como

instrumentos globales de intervención colectivista que,

al ser combinados con intervenciones similares en las

economías nacionales particulares, crearían una

alternativa más amable y mansa al colectivismo

soviético. A esto generalmente se lo considera como una

economía mixta, para indicar una mezcla de liberalismo

y colectivismo como equivalentes sociales del agua y el

aceite.10

Generalmente se reconoce que las ideas que gobernaron

a las sociedades occidentales en el período de post-

guerra, eran falsas. El libre mercado no es un marco

institucional frágil e inestable: es un marco robusto que

promueve la creatividad y el progreso. La fragilidad y la

inestabilidad aparecen en las sociedades humanas, pero

cuando esto sucede también está a mano la pesada

mano del gobierno.

Esto es cierto a nivel macro y micro. A gran escala, la

Gran Depresión quizás sea la primera instancia de

desequilibrio económico del siglo XX. Durante mucho

tiempo se pensó que esta catástrofe era el arquetipo de

una falla sistemática de mercado. Ahora se considera

que fue un extraordinario y prolongado ejemplo de falla

sistemática de gobierno; las únicas cuestiones

remanentes se refieren a las contribuciones relativas de

los varios caminos que tomó el gobierno para promover

la depresión.11 Cualquiera sea el camino, sin embargo, el

origen de la depresión descansa en los gobiernos y no en

los mercados libres.

A menor escala, son voluminosas las acusaciones de

fallas de mercado. El argumento es que las

externalidades crean fallas de mercado que sólo pueden

corregirse con alguna forma de regulación

gubernamental. Dichas acusaciones generalmente

parecen sensatas a primera vista, y generalmente

también se las prueba incorrectas luego de un examen

cuidadoso.

En un sentido similar, por milenios pareció razonable

concluir que el sol sale por el Oeste y se pone por el Este.

Recién cuando Copérnico examinó el asunto con cuidado

la gente se dio cuenta de que el supuesto aparente inicial

era equivocado. El Premio Nobel James Meade adelantó

una de las acusaciones arquetípicas de falla de mercado

– referente a las abejas y la polinización (una situación

que tiene cierto parecido a las enfermedades

contagiosas).12 Meade ilustró su argumento con los

apicultores y los cultivadores de manzanas, y sostuvo

que los mercados fracasarían en asegurar una

producción eficiente. Por un lado, los cultivadores de

manzanas plantarían muy pocos árboles porque no

toman en cuenta el valor que significan sus árboles para

los apicultores. Por otro lado, los apicultores brindarán

una cantidad insuficiente de colmenas ya que no

consideran el aumento en la producción de manzanas

que resulta de los servicios de polinización que proveen

las abejas.

A simple vista esto parece razonable. Pero un examen

más cauteloso de las relaciones de mercado en la

producción de miel y manzanas muestra que esta

conclusión es absolutamente equivocada: existe una

gran variedad de acuerdos contractuales entre los

apicultores y los cultivadores de manzanas.13

Por ejemplo, las flores del manzano proveen poca miel

pero las abejas realizan servicios de polinización valiosos,

entonces los cultivadores de manzanas les pagan a los

apicultores para que provean a sus abejas para esos

servicios. Por otro lado, el trébol no requiere polinización

pero brinda mucha miel, entonces los apicultores pagan

para llevar sus abejas a campos de tréboles. En cualquier

caso, no hay ninguna falla de mercado que nos deje con

muy pocas manzanas o poca miel. Esta ilustración,

repetida numerosas veces en diferentes escenarios, es el

testimonio del carácter económicamente robusto de los

acuerdos comerciales de mercado.

En referencia al tema de este trabajo, generalmente se

sostiene que la dispersa provisión de nuevas drogas para

tratar enfermedades comunes en las partes más pobres

del mundo es una muestra de falla de mercado. Así, se

propone a la intervención gubernamental, incluyendo la

Page 16: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

16

intervención a nivel internacional, como remedio para

solucionar la cuestión.

Sin embargo, un análisis más detenido revela varias

formas en las cuales la falla de gobierno ha debilitado la

viabilidad comercial de los esfuerzos por desarrollar

dichas drogas, a través de regulación e impuestos.14

Como ejemplo, los gobiernos del Tercer Mundo

generalmente ponen impuestos y aranceles que pueden

incrementar el precio hasta un 50 por ciento de las

drogas importadas. Cuando a esto se lo combina con

controles de precios, el incentivo de mercado para la

provisión de drogas puede variar entre débil y nulo. Más

aún, esos países por lo general tienen marcos

institucionales mal desarrollados en lo que respecta a la

protección de los derechos de propiedad y cumplimiento

de las obligaciones contractuales.

La OMS, junto con otras organizaciones internacionales,

se creó en una época en la cual el supuesto analítico

central era que la falla de mercado era inevitable y que

los gobiernos eran guardianes contra dichas fallas. A lo

largo de los últimos 40 años, se revirtió este supuesto

común desde dos direcciones. Una fue la creciente

consideración de los marcos institucionales basados en

el mercado. La otra dirección implica el reconocimiento

de que las agencias y burocracias gubernamentales

suelen carecer del conocimiento o el incentivo para

promover mercados que funcionen bien, y en su lugar,

tienden a promover fallas de mercado. Esto sugiere que

la fuente de los problemas y las dificultades sociales

observados son fallas de gobierno, y no de mercado.

Estas consideraciones son importantes al analizar a la

OMS. La OMS se construyó en base a un fundamento

colectivista que aún guía el trabajo del organismo y sus

actividades. No necesita de una renovación de su

estructura colectivista, sino una nueva fundación que

refleje la supremacía de la libertad y del rol de apoyo (y

no principal) del gobierno en la organización de las

cuestiones económicas y sociales.

Una comparación de las experiencias de Corea del Sur y

de Filipinas durante los últimos 50 años es una

extraordinaria ilustración de este asunto. Hace 50 años,

ambos países tenían niveles similares de ingreso per

capita, y para la mayoría de los analistas, ambos

parecían enfrentar perspectivas futuras similares de

crecimiento económico y desarrollo. Hoy, el ingreso per

capita en Corea del Sur es alrededor de cuatro veces

superior al de Filipinas, debido a una tasa de crecimiento

considerablemente más rápida del primer país. La

economía de Filipinas ha estado mucho más plagada de

políticas intervensionistas que Corea del Sur.

Adam Smith sostenía en el siglo XVIII que “para llevar a

un estado al mayor grado de opulencia desde el

barbarismo más bajo, se necesita poco más que paz,

pocos impuestos, y una administración de justicia

tolerable; siendo que el resto surge del curso natural de

las cosas.”15 La afirmación de Smith choca de frente con

la orientación colectivista que dominó gran parte del

siglo XX, pero en la era post-socialista, su sabiduría ha

sido reafirmada ya que las economías más prósperas y

robustas son aquellas en las cuales la gente tiene un

mayor grado de libertad.16

La economía de mercado basada en la propiedad privada

y la libertad de contratación tiene dos ventajas

abrumadoras que van desapareciendo a medida que las

nubes del colectivismo se esparcen sobre una

economía.17 Una ventaja reside en la división y el uso del

conocimiento que caracteriza a una economía de

mercado. En un famoso ensayo titulado Yo, el lápiz, el

economista Leonard Read advirtió que ni una persona

podía describir cómo hacer un lápiz, mucho menos

fabricarlo. La tarea supera nuestras capacidades

mentales, dado que la posibilidad de comprar un lápiz es

el resultado de lograr una coordinación entre las

acciones de millones de personas alrededor del mundo, y

se extiende a lo largo de un período de varios años.

Damos por sentada la posibilidad que tenemos para

comprar lápices porque nadie dicta la posibilidad para

comprar lápices.

No es paradójico que cuando no podemos comprar un

producto, veamos también que alguien o alguna oficina

está utilizando el poder del gobierno, supuestamente

para asegurar una oferta constante del producto en

cuestión. Por ejemplo, hacia mediados de la década de

1970 en Estados Unidos, el gobierno federal se hizo

cargo de asegurar que los estadounidenses pudieran

obtener combustible para sus automóviles. Claro, se hizo

difícil (y hasta imposible) comprar combustible.

Durante el mismo período, hubo una reducción

Page 17: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

17

proporcional aún mayor en la producción de café que en

la de petróleo – sin embargo todos podían comprar café.

La única diferencia era que no había nada ni nadie a

cargo de asegurarles a los estadounidenses que pudieran

comprar café. La cantidad de conocimiento que es

necesario contemplar para organizar la oferta de

combustible, café, o lápices es demasiado compleja para

que la pueda dominar cualquier persona u oficina. El

esfuerzo en dicha tarea supera la capacidad mental y la

estructura organizacional, creando cuellos de botella que

resultan en fallas de mercado generadas por el gobierno.

Esto nos lleva a la segunda ventaja de los mercados: el

hecho de que ofrecen mejores incentivos a productores y

consumidores. En una economía de mercado, un

productor podría inicialmente asignar demasiado

combustible a una región en lugar de a otra, o podría

producir muy poco querosén en relación al petróleo. El

productor tiene un fuerte incentivo para revisar su

decisión, ya que de otra forma perdería ventas y

ganancias. Sin embargo, un funcionario público no tiene

ese incentivo ya que no sufrirá ninguna pérdida de

ganancias al no reconsiderar o rever una decisión inicial.

Ese funcionario, además, bien puede estar aislado del

problema ya que es típico de los gobiernos en ser los

primeros en tener combustible para sus vehículos.

Adam Smith tenía razón: no hay nada de misterioso en la

relación positiva entre libertad y prosperidad. El lugar del

gobierno en una sociedad pujante es principalmente

ocupar un segundo plano. Sin embargo, es de naturaleza

humana buscar el reflector del primer plano, y con esto

surge el antiguo problema de la relación entre la gente y

los gobiernos. Es más probable que las sociedades

florezcan cuando los gobiernos y sus funcionarios ocupan

el segundo plano, pero las oficinas de gobierno están

compuestas por personas que buscan tener un primer

plano. En términos ideales, esas oficinas

gubernamentales y sus funcionarios trabajan para

mantener el marco de la propiedad y los contratos en el

cual interactúan los participantes del mercado para

generar cómodos estándares de vida en sociedades libres.

No es su responsabilidad asegurar estilos de vida

confortables a las personas en los países desarrollados,

ya que las vidas placenteras se logran a través de los

esfuerzos creativos, emprendedores de todos los que se

involucran en la actividad comercial. La contribución del

gobierno es importante pero modesta, y claramente tiene

un rol de apoyo y no principal en dicho proceso. Pero los

funcionarios de gobierno están continuamente tentados

de forzar su camino hacia la primera plana de la

actividad económica y social. Si son demasiado exitosos,

surgen los impuestos y las regulaciones, y la prosperidad

queda minada.

Aquello que es cierto para la riqueza, también lo es para

la salud: ambas son generadas más eficientemente a

través de mercados libres y abiertos, con gobiernos que

provean importantes servicios contextuales. Pero la OMS

busca ocupar la primera línea del escenario de la

actividad vinculada a la salud humana. Si bien la OMS

enumera 22 funciones específicas, la razón de ser de la

agencia aparece en su Preámbulo.

El Preámbulo sostiene que “la salud es un estado de

completo bienestar físico, mental y social, y no

solamente la ausencia de enfermedad o afecciones.”

Parecería que nada queda fuera de la órbita de la OMS. A

esta afirmación de omnipresencia la sigue la declaración

de que “el goce del grado máximo de salud que se pueda

lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser

humano…” Luego de varias afirmaciones similares, la

lista finaliza manteniendo que “los gobiernos tienen

responsabilidad en la salud de sus pueblos, la cual sólo

puede ser cumplida mediante la adopción de medidas

sanitarias y sociales adecuadas.”

Podría verse a estas afirmaciones sencillamente como

deseos, como desear un reino pacífico donde los leones

se acuesten mansamente con los corderos. Nunca podría

confundirse semejante expresión de deseos con la

realidad, y mucho menos podría ser apropiado para el

Preámbulo de una constitución.

Sin embargo, estas aseveraciones deben ser tomadas

como objetivos serios y no simplemente como deseos

acerca de algún “fin de la historia”. El Preámbulo revela

que la noción de sí de la OMS es la de una entidad que

posee la responsabilidad primaria por las condiciones de

salud en el mundo entero. Dentro de semejante

orientación, la OMS tiene la responsabilidad primordial

en la salud, si bien en el primer punto de su Preámbulo

declara que la salud no es sólo la ausencia de

enfermedad, sino todo aquello que se pueda pensar que

coarta la felicidad humana.

Page 18: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

18

Tomemos la declaración final de la OMS que sostiene

que “los gobiernos tienen responsabilidad en la salud de

sus pueblos.” Si generalizamos esta declaración acerca

de la salud a una declaración sobre la riqueza, se leería

que los gobiernos tienen responsabilidad en la riqueza

de sus habitantes. Estas formulaciones sugieren que las

personas no pueden asegurarse riqueza y salud sin un

gobierno, ya que esas cosas están fuera del alcance

personal. Lamentablemente, la OMS está inmersa en las

mismas ideas que dominaron a Occidente al fin de la

Segunda Guerra Mundial, que (si bien están

desapareciendo) aún representan una amenaza a la

libertad y la prosperidad.

La distancia burocrática entre visión yrealidad

La OMS, al igual que otras organizaciones

internacionales que se establecieron luego de la Segunda

Guerra Mundial, es una burocracia global. La distancia

entre la visión caracterizada por los conceptos de viruela

y Madre Teresa, y la realidad de la actual conducta de la

OMS es un resultado comprensible de los arreglos

institucionales en las cuales se constituyó. Ahora se ha

desarrollado una considerable literatura para explicar el

desempeño propio de las burocracias públicas a nivel

nacional. Una rápida mirada a los temas centrales de esa

literatura puede brindar un punto de comienzo para

considerar a la OMS y a otros organismos

internacionales.18

Las organizaciones del sector público no tienen los

mismos incentivos que las empresas comerciales para

una provisión eficiente de bienes y servicios. Este

incentivo más débil se hace presente de diferentes

formas. Generalmente resulta en un servicio más costoso

porque no hay ningún dueño que pueda apropiarse de

los beneficios que brindarían una mayor eficiencia. Si

una empresa privada se hace más eficiente, sus dueños

ganan, pero pierden si la empresa pierde eficiencia. Si

una organización del sector público se hace más

eficiente, el beneficio se dirige hacia los contribuyentes

como clase, pero también cargan las pérdidas como clase

si se hace menos eficiente. Numerosos estudios

demuestran que los servicios provistos por las oficinas

gubernamentales son más costosos que servicios

similares provistos por empresas comerciales.

También existen diferencias sustanciales en las

características cualitativas de los servicios ofrecidos por

los gobiernos y las empresas comerciales. Las firmas son

muy sensibles a los deseos de sus clientes, ya que es el

cliente quien le da ganancias a las empresas. En una

oficina de gobierno, la gente que recibe sus servicios no

le dan ninguna ganancia a la oficina, excepto en los

casos generalmente pequeños en los que el usuario paga

a las arcas de la oficina (y aún en este caso el pago del

usuario nunca funciona tan efectivamente como los

precios de mercado).19 Las organizaciones

gubernamentales no responden a los individuos que

reciben los servicios que ofrece el gobierno, sino a los

legisladores que brindan el apoyo presupuestario a la

entidad. Efectivamente estos legisladores son los

“clientes” a quienes debe complacer la organización.

Esto significa que una oficina de gobierno se centrará en

las actividades que los legisladores patrocinadores mas

importantes y los inspectores consideran importantes.

En algunos casos esas actividades pueden coincidir con

los deseos de los clientes, pero de ninguna manera éste

es siempre el caso. Una oficina nacional de salud, por

ejemplo, será especialmente sensible a los deseos

expresados por los legisladores que pueden influir en su

fortuna más directamente.

En otras cuestiones, las oficinas tendrán una amplia

discreción para hacer lo que deseen. Para el caso,

algunos legisladores preocupados por el gasto pueden

pensar que un hospital financiado en forma pública no

debería exceder a los hospitales privados en la duración

de las internaciones de pacientes. Para seguir esta idea,

esos legisladores pueden examinar las internaciones

promedio de varios diagnósticos. Si este es el caso,

podemos estar bastante seguros de que el hospital

público generará el modelo deseado de resultados, o

tendrá una buena explicación para cualquier

discrepancia.

Un examen más cuidadoso podría demostrar que el

hospital público logró ese objetivo seleccionando a los

pacientes que admite, o quizás ejercitando una

discreción en el uso de códigos de diagnóstico, o tal vez

cambiando sus estándares de altas médicas. Sin

embargo, estas cuestiones están fuera del alcance del

control; lo que realmente influye en el comportamiento

Page 19: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

19

de una organización del sector público son los intereses

de sus promotores políticos.

Una oficina internacional está aún menos sujeta al

control porque recibe fondos de un gran número de

naciones donantes. La OMS, por ejemplo, recibe

financiamiento de las naciones más grandes y ricas del

primer mundo. Dado que el presupuesto de la agencia

surge de muchos gobiernos nacionales (no sólo de uno),

la OMS es menos susceptible al control político que sus

contrapartes nacionales. De todas formas, la agencia

debe atraer la participación y las contribuciones, y por

ende será sensible a los deseos más fuertes de sus

principales donantes y defensores. Si esos donantes

tuvieran un firme deseo de que la OMS actúe según los

conceptos de viruela y Madre Teresa, su presupuesto se

vería muy diferente.

El presupuesto actual refleja la variedad de

preocupaciones e intereses que conforman a las

crecientes agendas sanitarias de las social-democracias

contemporáneas de Occidente. Parte de esa agenda

incluye la expansión del sentido de “salud pública”, más

allá de las enfermedades transmisibles hasta

prácticamente cualquier cosa que queda dentro de la

rúbrica moderna de la sociedad terapéutica. Así, al

tiempo que las enfermedades contagiosas han perdido

importancia, la OMS se concentra en actividades

referidas a la obesidad, el cigarrillo, la depresión, y un

sinnúmero de otras cuestiones en las que ahora se

interesan las burocracias públicas sanitarias del mundo

rico.

La OMS transformada para un ordenmundial liberal

Nuestro mundo se ha encogido considerablemente

durante el último medio siglo y continuará haciéndolo

mediante la innovación tecnológica. La comunicación

electrónica es instantánea, y los aviones ahora pueden

transportar a 800 personas por medio mundo a varios

cientos de kilómetros por hora. Este encogimiento

presenta oportunidades y amenazas.

La oportunidad ante nosotros es la de ser testigos del

florecimiento humano a una escala sin precedentes. Para

lograrlo, la oportunidad requiere un orden social en

funcionamiento a nivel global. Ese orden debe estar

generado desde abajo hacia arriba, mediante la

promoción del florecimiento humano a través de

relaciones económicas de mercado.

Como señaló Smith en el siglo XVIII, la prosperidad

humana es en gran medida el producto de actividades de

orden espontáneo de la gente libre. Necesita que los

gobiernos funcionen principalmente en un segundo

plano, facilitando la capacidad de la gente de generar

empresas comerciales y asociaciones civiles.

La principal amenaza al florecimiento humano es la

arrogancia del control colectivista, que sucede cuando la

política escapa a su lugar correspondiente en el segundo

plano y fuerza su camino al centro de la escena.

La OMS se fundó en el apogeo del colectivismo en

Occidente, pero la fuerza de esa creencia ha venido

debilitándose por una generación. En tanto, el comercio

se expande en forma constante y las fronteras se achican

continuamente, y al mismo tiempo el orden mundial

está girando a una dirección liberal (aunque sea de

forma irregular). De todas maneras, el colectivismo aún

nutre a las actividades de muchas agencias

gubernamentales nacionales e internacionales. El

proyecto Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU

es un agonizante esfuerzo por salvar al orden colectivista

con el gobierno ocupando el primer plano.

Habrá un rol para las organizaciones como la OMS

dentro de un orden mundial liberal, de la misma forma

en que las enfermedades transmisibles probablemente

estarán siempre presentes aún si la intensa presencia

geográfica de la pobreza llegara a desaparecer algún día.

Entre tanto, la OMS tal como está constituida presenta

un peligro para el orden liberal en la medida en que

retarda el ritmo del desarrollo con esfuerzos ideológicos

de promover la planificación del desarrollo a expensas

del libre mercado y la capacidad emprendedora.

Una opción para el futuro es la abolición total de la

OMS. La abolición no eliminaría los esfuerzos por

controlar las enfermedades contagiosas o por proveer

asistencia sanitaria a los más pobres. Las naciones ricas

tienen los medios para tratar las enfermedades

transmisibles, y no necesitan canalizar dichos esfuerzos

a través de la OMS. Existen muchos cuerpos que podrían

coordinar acciones a nivel supranacional, probablemente

con más eficacia y de forma menos costosa. Un buen

Page 20: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

20

número de las organizaciones privadas de caridad ya

brindan esos servicios, y seguramente crecerían si la

OMS se achicara o muriese.

Un ejemplo de cómo pueden las organizaciones privadas

solucionar la crisis sanitaria pública global, surge de

Rotary Internacional. La derrota de la polio en el siglo

XX fue en gran medida resultado de su financiamiento y

sus programas de vacunación masiva. Hace veinte años,

había mil nuevos casos de polio por día. Ahora la polio

ataca sólo alrededor de mil niños al año, y es inminente

su erradicación total. Para cuando la polio haya quedado

erradicada, los rotarios habrán contribuido directamente

con al menos US$600 millones – más que cualquier otra

organización exceptuando al gobierno de EE.UU.

Resulta difícil ver cómo se podría reformar a la OMS

desde adentro conservando el mismo carácter, al menos

en tanto la agencia esté influida por políticas

intervencionistas promovidas por las principales

burocracias ambientales y sanitarias del mundo

Occidental. Una posibilidad en este sentido sería

desterrar a la OMS del mundo desarrollado. Si la

organización perdiese contacto con esas burocracias

ambientalistas y sanitarias, su atención quedaría casi

con seguridad dedicada a cuestiones de interés más

inmediato para quienes habitan las naciones más

pobres. Este destierro no provocaría ningún daño,

aunque no podemos estar muy seguro de cuánto bien

haría.

Ya sea que la OMS sea abolida o transformada, su interés

debería centrarse en el control de la transmisión global

de enfermedades contagiosas y no en la promoción de

agendas expansivas e intervensionistas de las

burocracias de la salud pública occidentales. En cuanto a

cualquier actividad caritativa que pueda realizar la OMS,

que no sea lo que podría surgir como sub-producto de su

trabajo con las enfermedades transmisibles, esa caridad

es mucho mejor para sus beneficiarios cuando la realizan

organizaciones privadas. Al fín y al cabo, la Madre Teresa

no era una burócrata internacional.

Notas

1 Ver, por ejemplo, Richard E. Wagner, “Does the World

Health Organisation Return Good Value to American

Taxpayers?” in Delusions of Grandeur: The United Nations

and Global Intervention, ed. by Ted Galen Carpenter

(Washington: Cato Institute, 1997), pp. 191–99.

2 Esta afirmación refleja las viabilidades de la situación.

Como cuestión absolutamente conceptual, la contraparte

por esa protección extra podría quedar en los residentes

de las tierras más pobres o en los residentes de las tierras

más ricas. La naturaleza recíproca de las relaciones de

externalidad es desarrollada en Ronald H. Coase, “The

Problem of Social Cost,” Journal of Law and Economics 3

(October 1960), 1–44.

3 Este punto es explicado en forma brillante por Terence

Kealey, The Economic Laws of Scientific Research (London:

Palgrave Macmillan, 1997). Para un texto igualmente

brillante de una generación anterior, ver Gordon Tullock,

The Organisation of Inquiry (Durham, NC: Duke University

Press, 1967).

4 Roberts, D et al, “A probability model of vector

behaviour: effects of DDT repellency, irritancy and

toxicity in malaria control.” Journal of Vector Ecology,

25(1): 48–61

5 Snow, B et al, “The global distribution of clinical

episodes of Plasmodium falciparum malaria”, Nature

434, 214–217 (10 March 2005)

6 http://www.who.int/3by5/about/initiative/en/index.

html, accedido el 10 de mayo de 2005.

7 Ver los ensayos compilados en F. A. Hayek, ed.,

Collectivist Economic Planning (London: Routledge, 1935).

Por una elaboración posterior, ver Paul Craig Roberts,

Alienation and the Soviet Economy (Albuquerque:

University of New Mexico Press, 1971); y Peter J.

Boettke, Why Perestroika Failed: The Politics and Economics of

Socialist Transformation (London: Routledge, 1993).

8 Paul A. Samuelson y William D. Nordhaus, Economics,

13th ed. (New York: McGraw-Hill, 1989).

9 G. Warren Nutter, The Growth of Industrial Production in

the Soviet Union (Princeton: Princeton University Press,

1961).

Page 21: La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución · burocracias representan en parte la endémica debilidad del Estado de Derecho en América Latina. En la actualidad,

La Organización Mundial de la Salud: Hora de Re-constitución

21

10 Acerca de la incoherencia de las nociones de

economía mixta, ver Steven C. Littlechild, The Fallacy of

the Mixed Economy (London: Institute of Economic

Affairs, 1978); y Sanford Ikeda, Dynamics of the Mixed

Economy (London: Routledge, 1997).

11 Para un énfasis sobre la contracción monetaria, ver

Milton Friedman y Anna J. Schwartz, A Monetary History

of the United States (Princeton: Princeton University Press,

1963), esp. pp. 299–419. Para un énfasis sobre expansión

del crédito, ver Murray Rothbard, America’s Great

Depression (Kansas City: Sheed Andrews, 1963). Para un

énfasis en las regulaciones, ver Robert J. Barro, “Second

Thoughts on Keynesian Economics, “ American Economic

Review, Proceedings, 69 (May 1979): 54–59.

12 James E. Meade, “External Economies and

Diseconomies in a Competitive Situation,” Economic

Journal 62 (March 1952): 54–67.

13 Steven N. S. Cheung, “The Fable of the Bees: An

Economic Investigation,”, Journal of Law and Economics

16 (April 1973): 11–33; y David B. Johnson, “Meade,

Bees, and Externalities,”, Journal of Law and Economics 16

(April 1973): 35–66.

14 Ver, por ejemplo, Julian Morris, Philip Stevens y Alec

van Gelder, Incentivising Research and Development for the

Diseases of Poverty (London: International Policy Press,

2005).

15 Conferencia en 1755, citada en Dugald Stewart.

16 Acerca de la relación positiva entre libertad y

prosperidad mundial, ver James Gwartney and Robert

Lawson, Economic Freedom of the World (Vancouver: Fraser

Institute, 2004).

17 Para una muestra del valioso trabajo en esta material,

ver William Easterly, The Elusive Quest for Growth (New

York: St. Martin’s Press, 2001); Peter Bauer, From

Subsistence to Exchange (Princeton: Princeton University

Press, 2000); Peter J. Boettke, ed., The Collapse of

Development Planning (New York: New York University

Press, 1994); Deepak Lal, The Poverty of Development

Economics (Cambridge: Harvard University Press, 1983);

y Peter T. Bauer y Basil S. Yamey, The Economics of

Underdeveloped Countries (Cambridge: Cambridge

University Press, 1957).

18 Sobre tratados ejemplares respecto de la burocracia,

ver Gordon Tullock, The Politics of Bureaucracy

(Washington: Public Affairs Press, 1965); William A.

Niskanen, Bureaucracy and Representative Government

(Chicago: Aldine, 1971); Anthony Downs, Inside

Bureaucracy (Boston: Little, Brown, 1967); y Thomas E.

Borcherding, ed. Budgets and Bureaucrats (Durham,

NC: Duke University Press, 1977).

19 Richard E. Wagner, ed. Charging for Government

(London: Routledge, 1991).