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OCTUBRE 2009 ESTE PAÍS 223 15 cambio climático El cambio climático ha llegado a ser el problema ambiental principal de nuestro tiempo por una buena razón (IPCC, 2007a). El rápido aumento de la temperatura amenaza el bienestar del ser huma- no de varias maneras: la elevación de los niveles del mar traerá como resultado millones de perso- nas sin hogar, las poblaciones de mosquitos porta- dores de malaria alcanzarán a millones de africanos que viven en áreas que alguna vez fueron muy frías para estos insectos y habrá un aumento en la frecuencia de fenómenos climáticos extremos como sequías, incendios, inundaciones y huraca- nes. El agua potable se volverá escasa en algunas áreas, lo que conducirá a aumentar las tensiones y los posibles conflictos armados por el acceso a este recurso básico. Es incluso posible que pudiéramos experimentar “sorpresas climatológicas” –cambios rápidos en el sistema climático, a gran escala y difí- ciles de predecir, como los que han ocurrido en el pasado geológico. Por ejemplo, corrientes oceáni- cas como la del Golfo del Atlántico norte, podrían cambiar, volviendo más frío el clima de Europa occidental y ocasionando una menor productivi- dad agrícola. El cambio climático también amenaza otras for- mas de vida con las que compartimos la Tierra. Los arrecifes de coral se están blanqueando y con ello se destruye un hábitat fundamental para los peces; el cambio climático dará como resultado la extin- ción de muchas poblaciones de especies sensibles a la temperatura, como las picas americanas (un roedor de montaña); y los hábitat de otras especies –como el de la trucha de agua fría y los osos pola- res–, cambiarán o desaparecerán. Estos cambios ya están en camino y amenazan a muchas especies de la vida silvestre. El dióxido de carbono El problema general que ha conducido al rápido cambio climático es que los humanos estamos liberando dióxido de carbono (y otros gases de efecto invernadero) en la atmósfera a una veloci- dad mayor de la que tienen los procesos atmosféri- cos que pueden removerlo. Una cierta cantidad de calor en la atmósfera beneficia y nos proporciona un clima tolerable, pero el creciente aumento de la concentración de dióxido de carbono está causan- Ha llegado el momento de una iniciativa fundamental que reúna los esfuerzos para mitigar el cambio climático con la conservación de la biodiversidad y la protección de las tierras silvestres en beneficio del ambiente. La investigación científica reciente ha mostrado con claridad que proteger ecosistemas fundamentales como los bosques, los humedales y los pantanos (ya sean tropicales, templados o boreales) mantiene intactas las reservas de carbono, evita las emisiones a partir de la deforestación y la degradación, y es necesario para resolver el problema del cambio climático. Este nuevo entendimiento propiciará importantes avances en el cambio climático y en la crisis de la extinción de la biodiversidad. La naturaleza del cambio climático HARVEY LOCKE Se publica conjuntamente con la revista Foreign Affairs Latinoamérica. BRENDAN MACKEY

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El cambio climático ha llegado a ser el problemaambiental principal de nuestro tiempo por unabuena razón (IPCC, 2007a). El rápido aumento dela temperatura amenaza el bienestar del ser huma-no de varias maneras: la elevación de los nivelesdel mar traerá como resultado millones de perso-nas sin hogar, las poblaciones de mosquitos porta-dores de malaria alcanzarán a millones deafricanos que viven en áreas que alguna vez fueronmuy frías para estos insectos y habrá un aumentoen la frecuencia de fenómenos climáticos extremoscomo sequías, incendios, inundaciones y huraca-nes. El agua potable se volverá escasa en algunasáreas, lo que conducirá a aumentar las tensiones ylos posibles conflictos armados por el acceso a esterecurso básico. Es incluso posible que pudiéramosexperimentar “sorpresas climatológicas” –cambiosrápidos en el sistema climático, a gran escala y difí-ciles de predecir, como los que han ocurrido en elpasado geológico. Por ejemplo, corrientes oceáni-cas como la del Golfo del Atlántico norte, podríancambiar, volviendo más frío el clima de Europaoccidental y ocasionando una menor productivi-dad agrícola.

El cambio climático también amenaza otras for-mas de vida con las que compartimos la Tierra. Losarrecifes de coral se están blanqueando y con ellose destruye un hábitat fundamental para los peces;el cambio climático dará como resultado la extin-ción de muchas poblaciones de especies sensiblesa la temperatura, como las picas americanas (unroedor de montaña); y los hábitat de otras especies–como el de la trucha de agua fría y los osos pola-res–, cambiarán o desaparecerán. Estos cambios yaestán en camino y amenazan a muchas especies dela vida silvestre.

El dióxido de carbono

El problema general que ha conducido al rápidocambio climático es que los humanos estamosliberando dióxido de carbono (y otros gases deefecto invernadero) en la atmósfera a una veloci-dad mayor de la que tienen los procesos atmosféri-cos que pueden removerlo. Una cierta cantidad decalor en la atmósfera beneficia y nos proporcionaun clima tolerable, pero el creciente aumento de laconcentración de dióxido de carbono está causan-

Ha llegado el momento de una iniciativa fundamental que reúna los esfuerzos paramitigar el cambio climático con la conservación de la biodiversidad y la protección delas tierras silvestres en beneficio del ambiente. La investigación científica reciente hamostrado con claridad que proteger ecosistemas fundamentales como los bosques, loshumedales y los pantanos (ya sean tropicales, templados o boreales) mantiene intactaslas reservas de carbono, evita las emisiones a partir de la deforestación y ladegradación, y es necesario para resolver el problema del cambio climático. Este nuevoentendimiento propiciará importantes avances en el cambio climático y en la crisis dela extinción de la biodiversidad.

La naturaleza del cambio climáticoH A R V E Y L O C K E Se publica conjuntamente con la revista Foreign Affairs Latinoamérica.

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do una elevación en la temperatura global conconsecuencias desastrosas.

La causa de este rápido cambio climático es,sobre todo, resultado de dos tipos principales deacciones: la quema de combustibles fósiles y ladeforestación y degradación de los ecosistemasnaturales. Estas actividades liberan dióxido de car-bono en la atmósfera desde lugares que se encuen-tran sobre la superficie terrestre o debajo de elladonde estaba previamente almacenado sin provo-car daño o atrapado en alguna de las numerosasformas del carbón, a las que llamamos combusti-bles fósiles. La quema de aceite con elevadasconcentraciones de carbono (carbon-dense oil), decarbón y de reservas de gas es ampliamente reco-nocida como la fuente principal de dióxido decarbono.

La segunda acción humana que libera grandescantidades de dióxido de carbono en la atmósferaes la conversión y la degradación de los bosquesnaturales y otros ecosistemas con carbono concen-trado. Una cantidad sustancial de dióxido de car-bono se almacena en los ecosistemas naturales,particularmente en los bosques, humedales y pan-tanos, que actúan como barrera y regulan el nivelatmosférico del dióxido de carbono. En estos eco-sistemas terrestres hay almacenadas algo así como7 billones de toneladas de dióxido de carbono. Losseres humanos han agotado estas reservas de car-bono verde (Mackey et al., 2008a) liberando eldióxido de carbono en la atmósfera a un ritmoalarmante; cerca de la mitad de los bosques delmundo están ya deforestados y sigue aumentandola velocidad a la que el suelo se transforma y

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Coyoacán, hora cero *

Mario Guillermo Huacuja

Fragmento de un programa de radio delPrograma de las Naciones Unidas para elMedio Ambiente sobre el Cambio Climtiti-co. El radio que se escuchaba estabaencendido en un automóvil estacionadoen la calle de Francisco Ortega, a espaldasdel centro de Cayoacán. Afuera del auto-móvil, un grupo de indigentes y discapaci-tados escuchaban el radio y comían panesque habían comprado con las limosnasrecolectadas la víspera.

LOCUTOR: Bienvenidos a Radio PNUMA. Eneste programa vamos a analizar el cambioclimático, ese fenómeno que puede des-cribirse como el calentamiento de la Tierragenerado por la emisión de gases produci-dos por los hombres. Vamos a mostrardiversos ángulos del problema, y vamos aescuchar una entrevista con el doctor Fer-nando Tudela, subsecretario de la Secreta-ría de Medio Ambiente y Recursos Natura-les de México, uno de los expertos másreconocidos en el tema.

LOCUTORA: Éste es el pulso de la Tierra.

(Se escuchan latidos de corazón.)

LOCUTORA: La temperatura de la Tierra estásubiendo año con año. Las temperaturasregistradas en el 2005 indican que éstefue el segundo año más caluroso en elplaneta, según la Organización Meteoro-lógica Mundial. Los registros señalan queen dicho año la temperatura subio 0.48grados centígrados más que la media,poco menos que en 1998, el año mascaluroso de las últimas cuatro decadas.

(Se escuchan latidos.)

LOCUTOR: Aunque no hay registros exactossobre la relación del calentamiento globaly el incremento en los desastres naturales,hay indicios de que en el Caribe el calen-tamiento global está produciendo huraca-nes más frecuentes e intensos.

(Se escuchan nuevos latidos.)

LOCUTORA: En 2005, los desastres naturalesrelacionados con fenómenos meteorológi-cos causaron la muerte de 350 000 perso-nas, asi como perdidas economicas por200 mil millones de dólares.

LOCUTOR: AI regresar a Mexico de la Cumbre

sobre Cambio Climático que se realizó afinales del año pasado en Montreal, el doc-tor Fernando Tudela, subsecretario de Pla-neación de la Secretaría de Medio Ambien-te y Recursos Naturales de México, señaloque el cambio climático tuvo una influen-cia inobjetable en los desastres naturalesque azotaron al hemisferio norte de Améri-ca en la pasada temporada de huracanes.

FERNANDO TUDELA: ...lo que pudiera estarocurriendo es una modificación de la nor-malidad... en el sentido de que... el mayorcalentamiento de la superficie del mar vaa exacerbar la intensidad de los huraca-nes... ¿Hasta que punto? Bueno, no losabemos con exactitud; pero lo que ya noestá en cuestionamiento es de si el cambioclimático empezó o no, o es una hipótesisa futuro; eso no está ya discutiéndose;todo el mundo reconoce que es una reali-dad y que se está sintiendo ya.

Es una realidad que se está sintiendo ya...

(Se escuchan efectos sonoros.)

LOCUTORA: Sin embargo, los efectos delcambio climático se han dejado sentir nosólo en la mayor intensidad de los hura-canes…

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degrada (Millennium Ecosystem Assesment 2005;Shearman et al., 2009). Algo similar ha sucedidoen el último siglo con cerca de la mitad de los hu-medales del mundo (Finlayson y Davidson, 1999).

Desafortunadamente, 25% del dióxido de carbo-no liberado a partir de la quema de combustiblesfósiles o de la deforestación y degradación del eco-sistema natural, continuará interactuando con laatmósfera por muchos miles de años antes de quese incorpore a los sedimentos del fondo del océa-no mediante procesos de degradación y erosión(Archer, 2005).

Es obvio que los esfuerzos para abordar el cam-bio climático deben conducir a la identificación delas fuentes de emisiones de carbono y tomar rápi-damente medidas para prevenir o reducir estasemisiones. Necesitamos hacer dos cosas simul-

táneamente: 1) lograr grandes reducciones en lasemisiones causadas por el uso de los combustiblesfósiles como fuente principal de energía y 2) prote-ger el carbono almacenado en los bosques y otrosecosistemas dejándolo intocable. Ambas tareas sonimportantes pues casi 70% del aumento históricototal en los niveles de gases de invernadero en laatmósfera debidos a la actividad humana es resul-tado de la quema de combustibles fósiles y cercade 30% de la deforestación. Actualmente, alrede-dor de 18% de las emisiones globales anuales pro-vienen de bosques deforestados (IPCC, 2007b).

Convenios globales para una solución integral

Los marcos de los convenios sobre Cambio Climá-tico y Biodiversidad Biológica de la ONU fueron

FERNANDO TUDELA: …se está sintiendo enotros aspectos, no sólo en desastres natu-rales, se está sintiendo, por ejemplo, en elderretimiento de hielos terrestres, ahí estáel termómetro mayor... Los glaciares se hanreducido muchísimo... También se sabeque en el nivel del mar existe un ascensonotable, un ascenso que ya se puedemedir, eso no es tampoco una suposicion,y ese proceso puede llevar a la desapari-ción de regiones enteras, que pueden serdevoradas por el ascenso del nivel delmar... Además, ese dato de... poco más deseis décimas de grado de aumento a latemperatura promedio del planeta en elsiglo veinte... pues tampoco está muy con-trovertido.

( Se escuchan efectos sonoros.)

Ese proceso puede llevar a la desapariciónde regiones enteras…

LOCUTOR : Para mitigar los efectos del cam-bio climático, según el doctor Tudela, hayque tomar medidas precautorias.

FERNANDO TUDELA: Esto es como... el Titanic...Si nosotros esperamos a que el capitán delbarco vea con toda nitidez el iceberg,entonces sera demasiado tarde... chocare-

mos. En todo caso, aunque no estemosmuy seguros de qué forma puede tener eliceberg, sabemos que el iceberg está ahí, ytenemos que maniobrar a tiempo; ése esel principio precautorio.

(Se escuchan efectos sonoros.)

Será demasiado tarde... chocaremos...

Otra información, encontrada en internet,decía lo siguiente:

La cuarta profecía de los mayas dice que aconsecuencia del aumento de la tempera-tura causado por la conducta antiecológi-ca del hombre y una mayor actividad delsol, se provocara un derretimiento en lospolos (ya tuvimos noticia reciente del des-prendimiento de un bloque de hielo polardel tamaño del territorio del estado deTlaxcala ubicado en el territorio mexica-no). Si el sol aumenta sus niveles de activi-dad por encima de lo normal habrá unamayor producción de viento solar, máserupciones masivas desde la corona delsol, un aumento en la irradiación y unincremento en la temperatura del planeta.Los mayas se basaron en el giro de 584días del planeta Venus para calibrar suscáIculos solares, Venus es un planeta fácil-

mente visible en el cielo, pues su órbitaestá entre la Tierra y el sol.

Después de mucho investigar –me llevótiempo juntar información–, supe que eldoctor Fernando Tudela no guardaba nin-guna relación con los danzantes aztecas,ni con las profecías mayas, ni con la astro-logía. Era un científico de mucho renom-bre, funcionario de alto nivel, que repre-sentaba a México en los congresos sobreel cambio climático, cosas por el estilo. Loinquietante era que sus enfoques coinci-dían en ciertos puntos con las visionesapocalípticas del jefe azteca. Por ejemplo,eso de que el nivel del mar estaba subien-do incesantemente, y que algunas regio-nes iban a desaparecer de la superficiedel planeta. Un dato no menos importanteera que el doctor Tudela vivía en Coyoa-can, muy cerca del Jardín Centenario.

* Capítulo 6 de la novela de Mario GuillermoHuacuja, publicada por Ediciones Cal y Are-na en 2009.

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negociados en la Cumbre de la Tierra, en Río deJaneiro, en 1992. El Convenio Marco de las Nacio-nes Unidas sobre Cambio Climático (mejor cono-cido como UNFCC, por sus siglas en inglés) buscalimitar las emisiones de dióxido de carbono y deotros gases de invernadero que causan niveles peli-grosos de cambio de clima. El Convenio sobreDiversidad Biológica (CDB) busca detener la pérdi-da de la biodiversidad mediante la protección deáreas y otros medios. A ambos se les ha encargadodesarrollar objetivos para los países pobres. Losmecanismos respectivos para implementar los con-venios son el Protocolo de Kyoto y el Programa deTrabajo en Áreas Protegidas.

Dieciséis años después de que estos acuerdoshan funcionado como estrategias complementariaspara salvaguardar el futuro de la vida en la Tierra,ha sucedido algo extraño: se han ido separando.Los políticos, los expertos en políticas, los técnicos,los financieros, los empresarios, los científicos, lasorganizaciones no gubernamentales y, en general,el público, consideran que los dos convenios abor-dan problemas no relacionados entre sí. Pese a queen ambos tratados se reconoce la importancia delos bosques y el proceso del UNFCC ya ha aceptadola importancia del carbono almacenado en losbosques naturales, los humedales y los pantanos,hay una resistencia a reconocer la biodiversidadque proporcionan y la necesidad de contabilizar elcarbono de todos los ecosistemas. En consecuen-cia, los programas que están bajo el Protocolo deKyoto pueden realmente dañar objetivos del CDB,por ejemplo, deforestar bosques naturales para cul-tivar aceite de palma para biocombustibles. Y nohay ninguna consideración en el Protocolo de Kyo-to para proteger las áreas silvestres y las grandesreservas de biomasa de carbono que almacenan.

De la misma manera que el UNFCC y el Protocolode Kyoto, el CDB casi no pone atención en ciertostemas. Los gobiernos que han firmado ambos con-venios frecuentemente asignan las responsabilida-des de ellos a distintos departamentos que notienen suficientes recursos para los esfuerzos delCDB y los ignoran, en comparación con los progra-mas del cambio climático, mucho mejor apoyadosy que se centran en las emisiones de combustiblesfósiles. Dado que Estados Unidos ya no es firman-te del CDB, muchas de las ONG estadounidenses notienen conciencia de su existencia o bien ignoran

su potencial. Paradójicamente, las mismas ONG

cuentan mucho en el hecho de que EU no haya yaratificado el Protocolo de Kyoto. Incluso en Cana-dá, que ha suscrito ambos convenios y que es sededel secretariado del CDB, este último tiene un perfilmuy bajo. Además, muchos ambientalistas que tra-bajan sobre cambio climático temen que posibili-tar la protección de la naturaleza bajo las normasdel Protocolo de Kyoto aminore los esfuerzos dereducir las emisiones de los países ricos que que-man combustibles fósiles.

La separación del UNFCC y el CDB es negativapara los objetivos de ambos convenios, pero lasactuales estructuras y formas de pensarlos previe-nen de trabajar juntos. Tanto el cambio climáticocomo la crisis de extinciones han empeorado ylos esfuerzos hasta la fecha han fallado en alcan-zar incluso los modestos objetivos de aminorar lavelocidad del cambio y de la pérdida, dejandoque las cosas sigan como están. La ciencia nos hademostrado que la protección de los ecosistemasnaturales ayudará a lograr los objetivos para con-trolar el cambio climático. Esta separación de losconvenios debe terminar.

Protección de la Naturaleza para la Adaptación y Mitigación del Cambio Climático

Hay un acuerdo generalizado de que para afrontarla problemática del cambio climático es necesarioabordar juntas la mitigación y la adaptación. En elcontexto del cambio climático, mitigación significalos esfuerzos para prevenir o reducir la liberaciónde dióxido de carbono en la atmósfera, y adapta-ción quiere decir aceptar que el cambio climáticoestá en camino y que cierto cambio dañino en elclima es inevitable. La adaptación implica quehagamos lo que podamos para ajustarnos a loscambios, además de hacer nuestro mejor esfuerzopara predecir cómo serán las cosas en el futuro yplanificar con ello en mente.

En el ecosistema de los bosques, el carbono estáalmacenado en la biomasa viva y muerta, y en elsuelo. En los trópicos, la mayor parte del carbonoestá almacenado en los árboles vivos. En los bos-ques boreales se encuentra proporcionalmente máscarbono en el subsuelo debido a los lentos índicesde descomposición. Los bosques templados alma-cenan grandes cantidades de carbono en los árboles

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vivos, en la biomasa muerta y en el suelo. La mayorparte del carbono de la biomasa viva se encuentraen árboles grandes y viejos. Proteger la maduracióndel bosque primario en todas sus formas (tropical,templado o boreal) de las actividades humanas–que agotan las reservas de carbón eliminandosobre todo los árboles grandes y viejos y alterandola biomasa muerta y el carbono del suelo– debereconocerse como parte de la solución al cambioclimático en los países desarrollados y en desarro-llo. Igualmente, la conservación de los humedaleses importante para prevenir la liberación de losgases de efecto invernadero (CUIBA, 2008). Y se hademostrado que los enormes pantanos de los eco-sistemas boreales del norte enfrían el clima absor-biendo carbono y lo continuarán haciendo si losdejan intactos (Frolking y Roulet, 2007). Las tierrassilvestres y la conservación de otros hábitat intactoses beneficioso para el clima, la biodiversidad y losservicios asociados al ecosistema.

Además de la mitigación, los ecosistemas natu-rales intactos y las áreas silvestres son importantespara los esfuerzos de adaptación. En distintasregiones y de diferentes maneras, el cambio climá-tico estresará los ecosistemas y los serviciosambientales que proporcionan, particularmente laprovisión de comida y agua dulce. Muchas comu-nidades serán afectadas, sobre todo las de los paí-ses más pobres. Los ecosistemas naturalesintactos, con su biodiversidad funcionando total-mente, son más resistentes al estrés que las tierraserosionadas. Los ecosistemas saludables probaránser un recurso invaluable para ayudar a las comu-nidades a adaptarse al inevitable cambio climáti-co. Dejar intactas extensas áreas silvestres haráposible que se pongan en funcionamiento los pro-cesos naturales mediante los cuales las especiespueden adaptarse y sobrevivir a las condicionescambiantes (Fishlin et al., 2007; Mackey et al.,2008b). Las iniciativas de conectar la conservación–amplios sistemas de áreas protegidas conectadosmediante el manejo conservacionista en las tierrasintervenidas que abarcan elevaciones y altitudes–son la mejor estrategia para lograr que las especiesterrestres se adapten y los ecosistemas resientan elcambio climático (World Conservation Congress,2008; Heller y Zavaleta, 2009). El Programa deTrabajo sobre Áreas Protegidas del CDB reconoceestas herramientas.

Desafortunadamente, los intentos de educar a laspersonas sobre el importante papel de los ecosiste-mas naturales saludables para la mitigación yadaptación, están siendo minados por varios mitossobre el cambio climático. Un mito extendido esque los bosques viejos no son de ayuda para miti-gar el cambio climático porque son fuentes de car-bono y no sumideros de dióxido de carbono. Estavisión de los bosques primarios ha conducido aalgunos comentaristas a argumentar que deberíanser cortados y reemplazados por árboles más jóve-nes que absorben el dióxido de carbono de laatmósfera a un ritmo mayor que los árboles viejos.Este argumento está equivocado por numerosasrazones. Para empezar, ignora el hecho de que losviejos bosques poseen, por ejemplo, grandes reser-vas de carbono. Movilizar y liberar en la atmósferaeste carbono mediante la deforestación y la degra-dación, crea una escasez de carbono que tomacientos de años recuperar mediante nuevos culti-vos (Righelato y Spracklen, 2007). Además, lasuposición subyacente es simplemente equivocadaporque los bosques maduros y muy viejos handemostrado tender a ser más sumideros que fuen-tes (es decir, secuestran más dióxido de carbonoque el que emiten) (Luyssaert et al., 2008). Enotras palabras, los bosques primarios, y especial-mente los más viejos, deben mantenerse intactospor el bien del clima.

Biodiversidad y ecosistemas naturales

Los esfuerzos del convenio sobre cambio climáticopueden llegar a tener efectos perversos a menosque reconozcan la biodiversidad y los ecosistemasnaturales. En los procesos de ahora del UNFCC, nose reconoce el papel de la mitigación de los ecosis-temas naturales y tierras silvestres que incluyen losbosques primarios y los humedales. Esta visión delmundo se manifiesta en varias de las decisiones ynormas claves desarrolladas desde que este conve-nio tiene efecto. La definición de bosque del Pro-tocolo de Kyoto es ciega a la biodiversidad y nohace ninguna distinción entre un bosque naturalprimario, un bosque muy explotado por la indus-tria maderera y una plantación de monocultivo.Esto es contraproducente porque las reservas actua-les de carbono de un ecosistema forestal varíanenormemente dependiendo de su condición, que

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es resultado de la historia del uso de la tierra(Gibbs et al., 2007; Mackey et al., 2008).

Ciertos intentos de mitigación pueden conllevaralgunos resultados perversos. Las tecnologías paraproducir energías renovables podrían fragmentargrandes extensiones silvestres, conduciendo a unamayor deforestación y degradación, y a las emisio-nes asociadas con ello. La infraestructura de cami-nos diseñada para los molinos de viento o para lasnuevas reservas hidroeléctricas y todas las redesasociadas con formas de producción de energía,perturban los ecosistemas naturales al liberar en laatmósfera carbono verde, reducir la resistencia delos ecosistemas y alterar los procesos naturales quepermiten a las especies adaptarse y resistir al cam-bio climático. Estos logros serían contraproducen-tes. Los mecanismos de producción de energíasrenovables deberían colocarse en áreas ya altera-das, que no faltan en absoluto.

De la misma manera, se habla cada vez más dela “geoingeniería” para abordar el cambio climáti-co (Victor et al., 2009). En vez de basarse solamen-te en la reducción de emisiones, la geoingenieríapodría procurar enfriar el clima con la participa-ción de la humanidad a escala planetaria. Una delas ideas es intentar aumentar la absorción oceáni-

ca de dióxido de carbono de la atmósfera median-te la fertilización del océano con nutrientes queestimulen el crecimiento del plancton. Otra idea esenviar partículas a la capa más alta de la atmósferapara que “mejoren el albedo”, es decir, el reflejo delos rayos solares que regresan al espacio exterior.Este tipo de soluciones suponen que la Tierra es unsistema simple, lineal –como un reloj–, que seajusta al pensamiento ingenieril convencional.Pero la Tierra es un sistema adaptativo, complejo,regido por retroalimentaciones no lineales y llenode sorpresas climáticas. Con estas intromisiones agran escala en los sistemas naturales, es enorme elriesgo para la biodiversidad y para los objetivos delos convenios CDB y del cambio climático. Si no sepredicen los efectos de estas actividades, va a sercasi imposible revertirlos. Las soluciones reales–reducir las emisiones de la quema de combusti-bles fósiles y prevenir la deforestación y la degrada-ción de los ecosistemas naturales y de las áreassilvestres– son más prosaicas, pero tienen una altaposibilidad de éxito sin ninguna consecuencianegativa para los ecosistemas naturales de la Tierra.

Conservación de la naturaleza

Los procesos de UNFCC necesitan una reorientaciónfundamental que integre los objetivos del Conve-nio sobre Diversidad Biológica. La palabra biodiver-sidad ni siquiera aparece en el Plan de Acción deBali. Aunque la biodiversidad se menciona enalgunos de los textos de conclusiones del Protoco-lo de Kyoto, es claro que este proceso no está dise-ñado para abordar su conservación. El concepto degestión basada en el ecosistema está en la agendade adaptación. Pero cuando se analiza la naturale-za durante las sesiones de negociación sobre cam-bio climático, normalmente se hace en el contextode los impactos y no de la mitigación.

La falta de un enfoque para mitigar los impactosmediante la protección de los ecosistemas natura-les ricos en carbono se aprecia en la manera enque los países ricos manejan su tierra. Dentro delProtocolo de Kyoto, las cuestiones de administra-ción de la tierra para esos países se considerandentro del tema político de “Uso del suelo, cam-bio de uso del suelo y silvicultura” (LULUCF, porsus siglas en inglés) (Protocolo de Kyoto, artículo3.3). En este artículo se pide a los países ricos que

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reporten sus emisiones por deforestación, pero enel artículo 3.4, el reporte de emisiones por elmanejo de los bosques es opcional. La definiciónde bosque, adoptada por el Protocolo de Kyoto esmuy general y en consecuencia crea la posibilidadde permitir que un bosque natural biodiverso seconvierta en un área de monocultivo, cuando estoes en realidad deforestación y degradación (esdecir, agotamiento) de las reservas de carbono(Mackey et al., 2008).

Consistentes con el enfoque del Protocolo deKyoto sobre los informes de cambios en las emi-siones, las reglas vigentes no hacen énfasis en elvalor de mitigación de proteger las reservas de car-bono intactas presentes en los ecosistemas natura-les de los países ricos y pobres. En realidad lasnormas actuales tienden a lo contrario en los paí-ses ricos –“El solo hecho de la presencia de carbo-no [debe] ser excluido del recuento” (LULUCF

Decisión 16/CMP, 1). Sin embargo, si fuéramosserios en cuanto a disminuir las segundas grandesfuentes de emisiones, necesitaríamos encontrarmaneras de evitar estas emisiones y mantener lasreservas de carbono en todos los países. Esto puedehacerse mediante políticas públicas sin ningúnintercambio de fondos, porque está en el interés delas naciones ricas actuar para proteger sus propiosecosistemas naturales para prevenir el cambio cli-mático; pero también se puede realizar medianteincentivos financieros como “pagos por serviciosambientales” (Costa, 2009; Costa y Wilson, 2000).

REDD, un paso necesario pero insuficiente

Recientemente se ha impulsado un primer esfuer-zo que reconoce el valor de mitigación de reducirel ritmo de las emisiones a la atmósfera por ladeforestación y degradación de los bosques tropi-cales (el Programa de Colaboración de NacionesUnidas sobre Reducción de Emisiones por Defo-restación y Degradación de los Bosques en los Paí-ses Desarrollados, REDD). Éste es un pasoimportante en la dirección correcta para protegerel carbono almacenado en los ecosistemas de lospaíses más pobres. Sin embargo, las discusioneshasta la fecha se han centrado en una serie másestrecha de cuestiones como si los índices actualesde emisiones pueden reducirse, dando a entenderque debe haber una deforestación y una degrada-

ción importante antes de que puedan recibirse lasrecompensas financieras. Es obviamente impor-tante revertir esta deforestación y degradación;pero ¿dónde están las recompensas para las nacio-nes que han estado haciendo lo correcto al prote-ger sus bosques primarios? Frecuentemente éstasluchan para financiar adecuadamente la protec-ción de sus áreas protegidas, que son importantespara evitar que sus reservas de carbono sean alte-radas por actividades ilegales como la tala.

Un asunto clave son los enfoques y mecanismosque deben adoptarse para financiar las acciones deREDD. Son muy importantes las discusiones sobreel uso potencial de los esquemas de crédito de car-bono mediante los cuales los países ricos puedencompensar algunas de sus emisiones industriales através de la transferencia de fondos a los paísespobres –la propuesta es que los emisores de lospaíses ricos ‘compensen’ un porcentaje de las emi-siones de dióxido de carbono de sus fábricas yempresas, pagando a los países pobres para quemantengan en su lugar una cantidad equivalentede carbono verde reduciendo el ritmo de la defo-restación y la degradación. Aunque es esencialhallar mecanismos para financiar la protección dela naturaleza en los países en desarrollo, no es cla-ro que la adquisición de estas compensaciones sealo más eficiente, justo y ecológicamente apropia-do. Necesitamos reducir las emisiones de la que-ma de combustibles fósiles –una cosa no sustituyea la otra.

En los países en desarrollo que luchan por elimi-nar la pobreza y satisfacer las necesidades básicasde toda su población, los países ricos podrían ydeberían ayudar buscando todas las opciones,incluyendo la integración del UNFCC y del CDB

como parte de sus actividades de cooperacióninternacional. Por ejemplo, los países ricos podrí-an usar el Programa de Trabajo del CDB para trans-ferir fondos a los países más pobres paraprogramas cuyo objetivo sea proteger sus ecosiste-mas naturales. Esto se justifica dados los otrosmúltiples y fuertes beneficios para el clima, la bio-diversidad y las ganancias en vida sostenible. Los“créditos de carbono” negociables son sólo uno deentre varios enfoques que deberíamos probar sitrabajamos para encontrar soluciones sostenibles.

Una de las preocupaciones principales en las dis-cusiones actuales de REDD es la estrechez del enfo-

Page 8: La naturaleza del cambio climáticoLa naturaleza del cambio climático ... desastrosas. La causa de este rápido cambio climático es, sobre todo, resultado de dos tipos principales

que sobre los trópicos. El resultado es que las gran-des cantidades de carbono almacenado en los eco-sistemas no alterados, templados y boreales, noestán siendo consideradas en el proceso de REDD

porque la mayor parte de estos bosques estánsituados en países ricos. Necesitamos una acciónglobal inmediata para proteger estos ecosistemasricos en carbono dondequiera que estén.

El proceso del Convenio sobre Diversidad Bioló-gica (2009) ha establecido un Grupo de ExpertosTécnicos ad hoc en diversidad y cambio climáticoque está explorando la relación entre las accionesde los dos convenios. Aunque ésta es una iniciati-va importante, es un grupo técnico de trabajo quemantiene informado al CDB a través del procesodel UNFCC, pero necesita complementarse con unnuevo pensamiento en el campo de las políticaspúblicas.

Actividades como las de REDD y las del Grupo deExpertos Técnicos son necesarias pero no suficien-tes. Es necesario que los políticos y ONG de altonivel en todos los países presionen a los líderespara que reconozcan que el cambio climático, laextinción de la biodiversidad y la destrucción delas tierras silvestres tienen las mismas causas fun-damentales y que se requieren soluciones coordi-nadas y holísticas.

Un llamado a la acción

La conservación de la naturaleza a gran escala esuna estrategia de primer orden para la mitigación yla adaptación. Mantener el carbono verde almace-nado en grandes áreas naturales intactas es unaestrategia de conservación. La conservación de laconectividad de los ecosistemas es una estrategiade adaptación. Ambas hacen falta. Tales accionesson necesarias para abordar la crisis de extinciónde la biodiversidad y preservar los servicios del

ecosistema como el agua dulce de la que depende-mos todos los seres humanos. Es tiempo de teneruna visión holística de los convenios CDB y UNFCC

llevándolos a la par para asegurar las acciones enlas que uno ayudará al otro. Debemos asegurarque el carbono almacenado en bosques primarios,humedales, pantanos y otros ecosistemas intactos,permanezca en ellos. Los convenios UNFCC y CDB

podrían ser vistos como dos partes de una totali-dad inseparable.

La necesidad de una estrategia coherente paraabordar el cambio climático que a la vez mantengaen su sitio al carbono verde almacenado en losecosistemas silvestres naturales y logre los objeti-vos de reducción de las emisiones será el principalenfoque de WILD9, el Noveno Congreso Mundialde Tierras Silvestres que se celebrará en Mérida, del6 al 13 de noviembre de 2009.

No tenemos ninguna ilusión de que el solo men-saje de WILD9 será suficiente para regresar a losesfuerzos internacionales en la protección delambiente a sus orígenes en la Cumbre de la Tierrade Río. Pero podemos unir nuestras voces a la cre-ciente demanda internacional de un enfoque másintegrado. Alentamos a cualquier interesado en elfuturo de nuestro clima y en el destino de la natu-raleza silvestre a empezar a difundir y a debatirestas ideas y a unirse a nosotros en WILD9.

Con autorización de The Wild Foundation, InternationalJournal of Wilderness, vol. 15, núm. 2, agosto de 2009.www.wild.org.

Traducción: Alicia García Bergua / Este País.

L a n a t u r a l e z a d e l

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