la judería de la ciudad de oviedo

7
LA JUDERÍA DE LA CIUDAD DE OVIEDO 1 Introducción Los hebreos habían arribado a las costas de la Península Ibérica como pronto en tiempos del nacimiento del Imperio Romano, entorno al siglo I de nuestra era. Dedicados principalmente a la artesanía y al comercio, sin dejar de ejercer otras profesiones y oficios, vieron con sus propios ojos florecer y marchitarse a la sociedad hispanorromana a la que teóricamente pertenecían pero debido a su intrínseca convicción de pueblo elegido por Dios no influyó en sus características internas, preservándolas de influencias externas, y por tanto conservó la originalidad de su cultura, costumbres y religión a lo largo del tiempo. Lo que sería una constante a lo largo de la historia del pueblo hebreo. Como es bien sabido el final del Impero Romano vino dado por el agotamiento de su propio sistema productivo y económico, y por la incidencia de los distintos pueblos godos. La crisis del imperio agudizaba los efectos de las razzias de los godos y por lo tanto se entraba en un círculo vicioso que terminó por disolver el poder imperial en el año 476 d. C. Un año antes una gran masa de súbditos visigodos y en menor medida de suevos irrumpieron e invadieron los territorios de las provincias hispanas rompiendo la armonía alcanzada en la administración estatal lo que provocó el declive político de la administración hispana. Una peculiaridad de estos invasores era su credo religioso, en este caso el arriano, que negaba la posibilidad de que Jesucristo fuese una divinidad al mismo nivel que Dios. Era más bien una criatura de este. Mientras que la población hispanorromana era católica sin entrar en detalles sobre el impacto teológico entre las autoridades y la población, podemos afirmar que este conflicto favoreció a los hebreos residentes en la Península. Este fenómeno se debe a que los nuevos conquistadores eran pocos numéricamente y el conflicto teológico entre estos y el resto de la población no propiciaba las condiciones adecuadas para imponer su criterio. Pero esta situación cambió en el año 589 d. C con la conversión del monarca Recaredo al catolicismo con lo que el poder y el pueblo se unieron bajo el mismo credo. A partir de ahora si se dieron las condiciones para proscribir a una minoría que representaba un supuesto peligro al no profesar el mismo credo que el estado y sus súbditos. Las razones de esta persecución no están nada claras para los investigadores, en mi modesta opinión creo que utilizaban a los judíos como cabeza de turco para los problemas de la sociedad visigoda que derivaban de la incapacidad de los nobles y el monarca para establecer unas condiciones estables de gobierno lo que propiciaba inestabilidad, crisis económica y desasosiego en el pueblo. Este veía al hebreo artesano, y sobretodo al comerciante, con envidia por los bienes que poseía y por el nivel económico que alcanzó en algunos casos. Unida a la idea de que los judíos habían colaborado en la condena a muerte de Jesucristo, así nació la persecución a la minoría hebrea.

Upload: daniel-solares-acebal

Post on 19-Dec-2015

9 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Pequeña sintésis sobre la evolución de la comunidad judía de Oviedo durante la Edad Media.

TRANSCRIPT

LA JUDERÍA DE LA CIUDAD DE OVIEDO 1

Introducción

Los hebreos habían arribado a las costas de

la Península Ibérica como pronto en tiempos del

nacimiento del Imperio Romano, entorno al

siglo I de nuestra era. Dedicados principalmente

a la artesanía y al comercio, sin dejar de ejercer

otras profesiones y oficios, vieron con sus

propios ojos florecer y marchitarse a la sociedad

hispanorromana a la que teóricamente

pertenecían pero debido a su intrínseca

convicción de pueblo elegido por Dios no

influyó en sus características internas,

preservándolas de influencias externas, y por

tanto conservó la originalidad de su cultura,

costumbres y religión a lo largo del tiempo. Lo

que sería una constante a lo largo de la historia

del pueblo hebreo.

Como es bien sabido el final del Impero

Romano vino dado por el agotamiento de su

propio sistema productivo y económico, y por la

incidencia de los distintos pueblos godos. La

crisis del imperio agudizaba los efectos de las

razzias de los godos y por lo tanto se entraba en

un círculo vicioso que terminó por disolver el

poder imperial en el año 476 d. C. Un año antes

una gran masa de súbditos visigodos y en menor

medida de suevos irrumpieron e invadieron los

territorios de las provincias hispanas rompiendo

la armonía alcanzada en la administración

estatal lo que provocó el declive político de la

administración hispana.

Una peculiaridad de estos invasores era su

credo religioso, en este caso el arriano, que

negaba la posibilidad de que Jesucristo fuese

una divinidad al mismo nivel que Dios. Era más

bien una criatura de este. Mientras que la

población hispanorromana era católica sin entrar

en detalles sobre el impacto teológico entre las

autoridades y la población, podemos afirmar

que este conflicto favoreció a los hebreos

residentes en la Península. Este fenómeno se

debe a que los nuevos conquistadores eran

pocos numéricamente y el conflicto teológico

entre estos y el resto de la población no

propiciaba las condiciones adecuadas para

imponer su criterio. Pero esta situación cambió

en el año 589 d. C con la conversión del

monarca Recaredo al catolicismo con lo que el

poder y el pueblo se unieron bajo el mismo

credo. A partir de ahora si se dieron las

condiciones para proscribir a una minoría que

representaba un supuesto peligro al no profesar

el mismo credo que el estado y sus súbditos. Las

razones de esta persecución no están nada claras

para los investigadores, en mi modesta opinión

creo que utilizaban a los judíos como cabeza de

turco para los problemas de la sociedad visigoda

que derivaban de la incapacidad de los nobles y

el monarca para establecer unas condiciones

estables de gobierno lo que propiciaba

inestabilidad, crisis económica y desasosiego en

el pueblo. Este veía al hebreo artesano, y

sobretodo al comerciante, con envidia por los

bienes que poseía y por el nivel económico que

alcanzó en algunos casos. Unida a la idea de que

los judíos habían colaborado en la condena a

muerte de Jesucristo, así nació la persecución a

la minoría hebrea.

DANIEL SOLARES ACEBAL 2

La persecución estuvo auspiciada desde las

más altas esferas de poder tanto políticas como

eclesiásticas, los diversos concilios de Toledo

del siglo VII sirvieron de plataforma para las

reivindicaciones antisemitas. No fue lineal en el

tiempo sino que tuvo altibajos en el nivel de

represión, su punto álgido llegó en tiempos del

monarca Chindasvinto (642–653) donde se

obliga a los hijos de los judíos a ser educados

bajo los valores y tradiciones cristianas, es decir,

se obliga a la descendencia de los hebreos a

convertirse de manera forzosa al cristianismo.

La inestabilidad política y la acción de la

invasión musulmana del Norte de África

terminó por liquidar el reino visigodo (711)

dando comienzo una nueva fase en la historia de

la península, y en especial para las comunidades

judías que reciben un balón de oxigeno con los

nuevos conquistadores debido a la

consideración jurídica que estos tenían de

aquellos en calidad de protegidos (dimmies).

Tras la conquista se configuraron dos polos

opuestos con la cuenca del río Duero como

frontera entre ambos; de ella hacía el Sur el

universo de Al-Andalus integrado en la Dar al-

Islam — todo un espacio dominado por los

musulmanes que abarcaba gran parte de la

cuenca meridional del Mediterráneo, y en la

que se producían una cantidad ingente de

intercambios de productos e ideas, constituía un

semillero cultural de primera clase — , al

Norte del Duero se estableció un pequeño grupo

de exiliados de la élite de la sociedad visigoda

que pronto aunó a las distintas tribus del norte

peninsular bajo el mandato de Pelayo.

Los primeros testimonios sobre los hebreos enel norte peninsular

Este era el espatario de la guardia de

palacio, es decir, era el encargado y responsable

de la guardia personal del monarca. Puede

pensarse que tenía la misma ideología e incluso

las mismas improntas antisemitas pero todos los

indicios apuntan a que no era sí. En el reino que

fundó no se observan tendencias antisemitas,

también es cierto que no hay noticias sobre los

hebreos hasta el siglo X. Pero es muy curioso

que en los fueros — legislación local — que

han llegado hasta nuestros días no existan

medidas antisemitas sino al contrario. Existe

testimonio temprano (900) de la ciudad de

Coimbra sobre la existencia de alquerías con

casa y viña en los arrabales de la ciudad

propiedad de hebreos. El fuero de Castrojeriz

(974) tiene un carácter igualitario, impone la

misma pena por causa de un asesinato tanto si la

víctima del mismo es cristiana como judía. En el

concilio de León (1020) se dispone que un

vecino de la localidad que deseé poner en venta

su vivienda, esta a de ser tasada por dos

tasadores un cristiano y otro judío. Según mi

criterio esto son muestras de que no se

exportaron las medidas antisemitas al nuevo

reino Astur y posteriormente al Leonés más bien

se trató de poner en marcha una sociedad

tolerante de hegemonía cristiana en la que se

procuró y se consiguió integrar al elemento

hebreo a pesar de las reticencias de cristianos

hacia ellos. No obstante hay que tener en cuenta

la baja densidad de pobladores judíos en estos

primeros siglos de la Edad Media en el norte de

LA JUDERÍA DE LA CIUDAD DE OVIEDO 3

la península debido en gran parte a que las

condiciones para su asentamiento siempre

fueron mas favorables en Al-Andalus a causa de

la condición de protegidos que las autoridades

musulmanas les otorgaban a cambio del pago de

un tributo especial.

La desintegración del poder político de Al-

Andalus y su posterior atomización en toda una

constelación de pequeños reinos, denominados

taifas, unido al avance cristiano hacia el sur.

Que causaba una presión cada vez mayor sobre

estos pequeños reinos en los que se materializó

su peor pesadilla con la conquista de la ciudad

de Toledo en el año 1085, hizo que aquellos

reaccionaran solicitando ayuda a los poderes del

norte de África, primero los almorávides (1086-

1145) y después los almohades (1145-1232).

Estos a su llegada observaron la relajación en la

interpretación del Corán en estos reinos, y

decidieron tomar cartas en el asunto imponiendo

una férrea observancia del Islam lo que derivó

en una crisis de intolerancia hacia las minorías

residentes en estos territorios, judíos y

cristianos. Los primeros deciden exiliarse en los

oscuros, aculturales e inhóspitos territorios de

los reinos cristianos.

De esta forma los reinos hispano-cristianos

acogieron a un buen número de hebreos en sus

dominios pero este recibimiento no fue por

mero altruismo sino por oportunismo. Los

judíos en calidad de comerciantes, artesanos, y

banqueros reactivaban las mermadas economías

del norte peninsular y los territorios recién

adquiridos. Además por su alto nivel cultural

entraban a formar parte, en algunos casos, del

corpus de funcionarios de la hacienda real. Lo

que favorecía la puesta en marcha de la

maquinaria estatal en los territorios recién

adquiridos. En estos territorios quedaban bolsas

de población musulmana de la que los hebreos

como conocedores de su lengua, el árabe,

ejercieron de nexo de unión entre las oligarquías

cristianas y la población musulmana.

La iconoclastia judía y el culto a las reliquias

Aunque parezca paradigmático durante la

Edad Media existió una profunda conexión

entre el culto a las reliquias de santos y mártires

cristianos y los hebreos. Desde las esferas de

poder eclesiásticas a partir de la plena Edad

Media, siglo X se propició la idea del inventio,

descubrimiento, de reliquias de santos y

mártires como medio de financiación de las

iglesias, monasterios y catedrales. Teniendo en

cuenta que estamos en una sociedad inmersa en

la religión y por tanto esta forma parte de la

vida cotidiana del hombre medieval. En la

ciudad de Oviedo se propicia también este

fenómeno a causa del traslado de la capital del

reino a la ciudad de León (910), y se establece

el culto de las reliquias de la Cámara Santa en el

templo de San Salvador de Oviedo.

La ideología del inventio fue promovida en

la antigüedad por Santa Elena, madre del

Emperador Constantino, a comienzos del siglo

IV de nuestra era, y rescatada en el alto medievo

con la inventio del sepulcro del apóstol Santiago

DANIEL SOLARES ACEBAL 4

en Compostela. Pronto las masas de creyentes

enfervorizadas afluyen en masa tomando las

antiguas vías romanas como medio de espiar sus

pecados, ha nacido la peregrinación. Estos

peregrinos visitan los principales centros de la

cristiandad, y de paso otros menores. Roma,

Jerusalén y Santiago de Compostela son los

principales y alrededor de ellas se instituyeron

otros centros de peregrinación de menor entidad

que favorecieron no solo en el aspecto teológico

a las ciudades que los comprendían sino

también económicamente. La basta afluencia de

peregrinos a venerar las reliquias de mártires y

santos locales influía drásticamente en la

economía local; necesitaban alojamiento,

alimentos y podían permitirse algún que otro

capricho.

Esta demanda caprichosa y emergente era

cubierta por los hebreos que instalaban sus

tiendas en las proximidades de las vías de

afluencia de los peregrinos a la ciudad ovetense.

Estos entraban por la puerta de Cimadevilla, la

cuál daba a su vez a la calle homónima y salían

por la calle de San Juan. A partir de las

ordenanzas del concejo de 1274 se obliga a los

judíos a residir en el barrio de Socastiello por lo

que es lógico pensar que antes residían junto al

resto de la población cristiana. El citado barrio

estaba muy próximo a la vía de afluencia de los

peregrinos por lo que es plausible que residiesen

con anterioridad en los alrededores de la misma.

Como vemos no dejan de salir a la luz pruebas

de la integración de los judíos en la sociedad de

los reinos hispano-cristianos.

La articulación de los hebreos en la sociedad

ovetense de la Edad Media

¿Parece curioso no? los hebreos que tan

férrea y taxativamente tienen prohibido producir

y venerar imágenes de Dios, producían amuletos

e imaginería varia para los peregrinos cristianos.

Contribuyendo de esta manera al auge de la

economía de la ciudad de Oviedo.

Evidentemente no todos los judíos de la urbe se

dedicaban a la artesanía demandada por el

peregrinaje había médicos, también conocidos

como físicos, cambiadores, texedores, pelliteros,

mercaderes, etc.

Siguiendo esta línea nos encontramos a

comienzos del siglo XIII a un judío en el cargo

de Merino Mayor de la ciudad. Mari Xabe

(1216-1225) sabemos poco más que su nombre

y el tiempo que ocupó el cargo. Lo curioso es

que accediese al mismo en esta época, un año

antes se había concluido en el IV Concilio de

Letrán (1215) una serie de medidas antisemitas

que establecían el apartamiento espacial tanto de

judíos como de moros del resto de la población

cristiana en las ciudades, así mismo también se

establecía la prohibición de que los judíos

ocupasen cargos públicos. A primera vista el

acceso de Mari Xabe al cargo puede parecer una

excepcionalidad, y lo es, pero no debemos

empezar a mitificar sobre su figura, de la cuál

nada se sabe. Es preciso tener en cuenta que el

reino Astur-leonés estaba en plena ejecución de

la empresa de la Reconquista y no podía

permitirse prescindir del valioso papel que

LA JUDERÍA DE LA CIUDAD DE OVIEDO 5

ejercían los judíos dentro de la sociedad

hispano-cristiana a pesar de contravenir las

medidas estipuladas en el concilio que en teoría

eran de obligada aplicación para toda la

cristiandad europea. Este factor explica el

retraso en la aplicación de estas medidas y la

concesión de la moratoria de las mismas por

parte del pontífice en el año 1219.

Por otro lado y viniendo a confirmar que el

elemento hebreo propiciaba un auge en la

economía local de la ciudad, el monarca

Fernando IV en el año 1302 concede el

privilegio de feria franca anual a Oviedo. Dentro

de sus directrices se expone clara y

concisamente la declaración de libre circulación

de mercancías y personas sin distinción por su

raza o credo religioso. Los monarcas castellanos

y aragoneses en calidad de buenos estadistas

supieron ver el favorable impacto de la

actividad mercantil y artesanal hebrea en la

economía de sus reinos.

Como he mencionado anteriormente los

hebreos tendían a formar parte del corpus de la

Hacienda Real, el mecanismo era el siguiente, el

estado designaba de manera voluntaria a un

individuo, en algunos casos judío, para que

ejerciera las funciones de recaudador de

impuestos en una zona determinada. Este

recorría el territorio asignado recaudando los

impuestos establecidos por el estado más un

pequeño plus que consistía en el beneficio que

obtenía el recaudador por la tarea realizada. Esta

última aclaración cuando era conocida por los

cristianos era fruto de controversias con los

judíos. Así dentro de la basta documentación del

concejo ovetense encontramos una carta de pago

de impuestos datada de 1356 por valor de 7180

maravedís a favor del concejo, y en la que figura

Don Ça en calidad de almuxariffe, es decir,

recaudador de impuestos.

Unas décadas después encontramos otra

serie de cartas del año 1372, ubicadas

actualmente en el archivo de la casa de

Valdecarzana (Avilés), en las que interviene

Abraham de Dios Ayuda recaudador mayor de

Asturias designado por el tesorero del monarca.

A parte de la temática económica y el papel de

los hebreos en la hacienda pública, en las cartas

puede observarse los nombres de los ilustres

hebreos de la época; Don Abraham de Palencia,

Don Yacob, Don Yuçaf (fesico morador de

Oviedo) y Alvar García.

Coincidiendo con el final de la centuria y la

llegada de un nuevo prelado a la sede ovetense

se abre una nueva vía de información sobre la

articulación de los judíos en su sociedad. El

obispo D. Gutierre de Toledo (1379-1389) a su

llegada a Oviedo observó la relajación cristiana,

sobretodo en relación con los judíos, y decide

redactar una carta con una serie de

constituciones donde sancionaba la moral de la

sociedad ovetense. Al parecer los hebreos

asistían a las eucaristías, bodas y entierros de los

cristianos pero también estos asistían a las de

los judíos, y a veces ejercían el concubinato con

mujeres judías.

DANIEL SOLARES ACEBAL 6

El fin de la presencia hebrea en Oviedo

No debemos de caer en la tentación de tomar

posturas extremas en relación con el fin de la

presencia judía en los reinos hispanos. A finales

del siglo XIV se desataron el odio y la

persecución auspiciados por los efectos de la

peste negra en el archiconocido Progrom del

año 1391 que rompió la tradicional armonía

entre judíos y cristianos de la España Medieval.

Esto no quiere decir que hasta la fecha se

vivieran unas relaciones idílicas entre los fieles

de ambos credos, el odio hacía el hebreo

siempre estuvo presente y siempre hubo

algaradas contra las juderías pero nunca a una

escala como esta, y ni con la misma saña.

Tras apagar el incendio causado por el

Progrom (1391) que se saldó con no pocos

conversos y un número aún mayor de exiliados

a la cuenca mediterránea. En la centuria

siguiente en el combate contra el judaísmo se

dejan las armas en el armero y se envaina la

palabra como arma principal, utilizando las

cortes , como en el siglo anterior, como

plataforma para la reivindicación antisemita. Así

nacieron el Ordenamiento de Valladolid (1405)

y las Leyes de Ayllón (1412) que basadas en los

principios antisemitas de la iglesia católica

pretendían poner en marcha las medidas que

esta venía reivindicando desde hacía dos siglos,

menos mal que el sentido común se impuso y

nunca se pusieron en práctica terminando por

ser derogadas en la pragmática de Arévalo

(1443). El siglo XV la última centuria de la

presencia de los judíos, como tal, en la

península transcurrió de manera pacifica e

incluso se produjo una observancia del judaísmo

hacia la austeridad como medio protector ante

los posibles ataques externos por parte de las

autoridades cristianas.

Las escasas noticias que poseemos de esta

centuria sobre los hebreos ovetenses no

permiten visualizar el impacto de los anteriores

factores en comunidad judía de la ciudad. Si

parece haber cierta continuidad con el siglo

anterior por lo que observamos en la carta de

compra-venta de un terreno a extramuros de la

urbe propiedad de un matrimonio de la ciudad,

en el que el marido cristiano está casado con la

hija de Don Yuçaf, el médico de la ciudad. Lo

que no deja de suscitar preguntas. ¿Por qué se

había casado con un cristiano?, ¿El terror

causado por el Progrom había producido

conversiones tan al norte de la península?,

¿Era la hija de Don Yuçaf conversa?, ¿O

simplemente era la práctica habitual en el

Oviedo medieval?. Cuestiones a parte el terreno

al que se refiere la carta formaba parte del

cementerio tradicional hebreo ovetense. Por el

número máximo de habitantes que calculó el

profesor Uría Ríu, 50 como máximo, es lógico

pensar que la propiedad del cementerio fuese

publica y como era natural ubicado a

extramuros de la ciudad. Cuando fallecía un

convecino hebreo sus restos eran trasladados

hasta el cementerio ubicado a unos 200 metros

por el Arco de Santiago o bien por la puerta de

la muralla que daba a la calle de San Francisco.

LA JUDERÍA DE LA CIUDAD DE OVIEDO 7

Cementerio hebreo de Oviedo

Judería de Oviedo