la industria alimentaria que españa necesita
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La industria alimentaria que España necesita
2011
Resumen Ejecutivo
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RESUMEN EJECUTIVO
España se encuentra en una profunda encrucijada, atenazada por la crisis internacional, una
economía nacional que debe afrontar importantes reformas y una compleja situación política.
Nuestro país se juega mucho en estos momentos, y la industria española de alimentación y
bebidas está determinada a jugar su papel dentro de la sociedad civil para contribuir a la salida
de la actual situación.
La primera industria nacional no solo quiere contribuir con sus propuestas sino que entiende
que todas ellas nos deben llevar a posicionarla en los términos económicos, políticos y sociales
que le corresponden, como corresponde al primer sector industrial español.
Las propuestas que se detallan en el documento
responden a una doble lógica: las medidas de entorno macroeconómico que son condición
necesaria para la reactivación, y las específicas del sector que van a impulsar nuestro
crecimiento.
1. MEDIDAS ECONÓMICAS DE CARÁCTER GENERAL
En primer lugar, se entiende que hay una serie de necesidades de reforma en el ámbito
económico que trascienden al sector alimentario pero que, por el contrario, son requisitos
previos para su impulso: sin cambios en la política macroeconómica del país no hay desarrollo
de la industria.
Entre estos requisitos previos se incluyen:
Reforma del mercado laboral para salir de la actual dualidad, simplificar el modelo,
adaptar las condiciones laborales a la situación económica y reducir el absentismo;
La reactivación de la demanda interna y en especial del consumo privado, evitando en
todo caso el incremento impositivo, la limitación de la comunicación comercial y la
restricción de ventas.
Reforma del sistema educativo en sus distintos niveles; la educación, la investigación y
la tecnología debe ser la palanca para que España se convierta en una economía
avanzada en la que las ideas se conviertan en empresas, y los inventos en productos;
hay que primar junto a la igualdad de oportunidades la búsqueda de la excelencia, así
como un acceso más eficiente y selectivo a los estudios universitarios, y la potenciación
de la formación profesional.
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Sistema energético: el actual sistema energético ha apostado por un modelo de
energías limpias apoyado fuertemente en subvenciones, a la vez que ha descartado la
opción nuclear. Nuestra industria paga la energía a precios muchos más altos que sus
competidores, restándonos competitividad en Europa, por lo que se hace necesario un
nuevo mix que invierta en investigación de nuevas energías (sin enfrentar calorías para
el consumo alimentario con calorías que producir energía), y que produzca con
seguridad pero a la precios razonables, a la vez que incide en el uso racional tanto
desde los inversores como en el cambio de pautas del comportamiento social.
La circulación del crédito y la recomposición del sistema financiero nacional. La crisis
financiera sigue afectando a nuestro sistema financiero que no acaba de sanearse,
limitando fuertemente el acceso de empresas sanas y de familias al crédito. En España
y especialmente en las pymes, el crédito es esencial para la financiación de las
empresas, y sin inversión no hay futuro. Por su lado, difícilmente puede animarse al
consumo si las familias no tienen crédito. España necesita recomponer su sistema
financiero para reactivar el económico.
Racionalización del gasto público y de las Administraciones. El modelo autonómico
ha conllevado la proximidad de la Administración al ciudadano, pero su deriva en los
últimos años ha desembocado en un gasto público de difícil reconducción, la
proliferación de instituciones a nivel autonómico duplicando los servicios prestados
desde la Administración central, y sobre todo, una fuente de ineficacia en la gestión
que merma la unidad de mercado y crea barreras para el desarrollo y competitividad de
la actividad de las empresas. Todos estos defectos deben corregirse para hacer más
efectiva la prestación de servicios al ciudadano, reconducir el gasto público y abrir
nuevas posibilidades a nuestra economía.
Pero si bien es verdad que sin estas medidas de carácter macroeconómico no es posible que la
industria alimentaria dé de sí todo su potencial, otras medidas deben completarse con una
serie de cambios que afecten a nuestro modelo agroalimentario y que deben acompañar y
completar a las anteriores.
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2. POR UN MODELO AGROALIMENTARIO COMPETITIVO
2.1 UNA EFECTIVA ADMINISTRACIÓN TUTELANTE
La primera industria nacional necesita una Administración propia de tutela efectiva y
eficiente, que abarque todas sus necesidades. Independientemente de donde se adscriba, la
industria alimentaria necesita una Secretaría de Estado que ordene bajo su estructura:
el aprovisionamiento de materias primas
las normas técnicas y política alimentaria (nutrición y estilos de vida saludables)
política industrial alimentaria (fomento de la competitividad y la innovación)
relaciones de la cadena agroalimentaria.
promoción internacional y cultura alimentaria.
Pero, igualmente importante es velar por los intereses de la industria alimentaria en otros
ámbitos de las políticas activas, de manera que nuestros intereses se incardinen correctamente
en las políticas horizontales, tanto a nivel comunitario como especialmente nacional.
Proponemos en consecuencia crear una figura específica en la estructura ministerial o incluso
en Presidencia del Gobierno, que gestione una Comisión Interministerial permanente de
Política Agroalimentaria; de estructura mínima pero de alto rango que tiene como objetivo
armonizar, coordinar, trabar consensos con todos los Departamentos ministeriales que inciden
en nuestro sectores y apoya la política dictada desde el Ministerio del ramo.
2.2 UNAS RELACIONES EQUILIBRADAS EN LA CADENA AGROALIMENTARIA
La falta de vertebración y equilibrio en la cadena lastran nuestro modelo agroalimentario y, en
especial, la financiación del suministrador, la seguridad jurídica del tráfico mercantil, la
innovación, la competencia y el propio bienestar del consumidor.
Las actuales iniciativas en marcha a nivel comunitario deben desembocar en un marco
regulatorio que:
regule las prácticas abusivas y desleales,
establezca medios de control y aplicación a nivel nacional, a través de una autoridad
reguladora,
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legitime definitivamente a las Asociaciones para la defensa de los intereses de las
empresas y establezca un procedimiento confidencial de denuncias que active la
actuación de oficio de la Administración,
revise la aplicación de las normas de competencia en el sector agroalimentario.
España debe liderar este cambio empezando desde nuestro marco normativo, que requerirá
una profunda revisión, en especial con ocasión de la trasposición de la nueva Directiva de
lucha contra la morosidad, que deberá hacerse efectiva a principio de 2013.
2.3 INTERNACIONALIZACIÓN
Los espectaculares datos de nuestra exportación alimentaria confirman nuestra vocación y
competitividad exterior. El crecimiento de las necesidades de alimentación en el mundo, y en
especial del potencial de consumo en los países en desarrollo, nos llevan a plantear la
necesidad de reforzar nuestra inversión en internacionalización y en especial, la adopción de
un Plan Director a medio plazo que conjugue bajo una estrategia común los esfuerzos
públicos nacional y autonómico- y privados- asociaciones y empresas en todas la áreas de
acción:
Promoción comercial
Inversiones
Imagen
Cooperación empresarial
Formación
Servicios
Innovación
Este Plan Director debe establecer objetivos concretos a corto y medio plazo, aunar
esfuerzos y recursos, y repartir las actividades entre los diferentes agentes de la manera
más racional y efectiva posible.
Su aplicación práctica debe tener un objetivo tangible que evaluamos en
sobrepasar con nuestras exportaciones un tercio de la producción total nacional.
Junto al Plan Director, nuestro sector necesita:
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ordenar y potenciar la trilogía alimentación-gastronomía-turismo.
liderar la reforma comunitaria de los Reglamentos de promoción
agroalimentaria prevista para fin de 2012.
Ordenar la promoción agroalimentaria interior y reconducirla a objetivos de
promoción de estilos de vida saludable, información al consumidor y relación
con el turismo.
2.4 SOSTENIBILIDAD
Nos encontramos en una fase de transición: de un enfoque parcial de la protección
medioambiental a un nuevo modelo de política industrial sostenible orientado desde
Bruselas, que se basa en el análisis del ciclo de vida y en la próxima adopción de estándares
reconocidos y aplicados uniformemente a nivel comunitario.
En este tránsito, el principal objetivo debe ser:
Configurar una posición propia española para influir en Bruselas.
Evitar la proliferación de iniciativas particulares (en especial CO2) a nivel autonómico,
sin base técnica ni científica que compartimentan los mercados.
Clarificar la información al consumidor evitando confusiones para que contribuya a la
mejora ambiental.
En cuanto a la problemática específica de los residuos, es imprescindible que los actuales
Sistemas de Gestión (SIG) Ecoembes y Ecovidrio puedan seguir funcionando a pleno
rendimiento, sin interferencias de posibles SDDR que sólo crearían molestias y costes
innecesarios para el consumidor, graves daños a los sectores alimentarios y de bebidas, y
ninguna mejora medioambiental. Al mismo tiempo, deben revisarse las disposiciones sobre los
SIG de forma que se cumpla la legislación horizontal en materia de sociedades y no se
apliquen interferencias administrativas en la composición y funcionamiento de estas
sociedades anónimas.
Por último, y en el apartado de políticas de fomento, los Planes regionales de Desarrollo Rural
deben potenciar sus medidas de apoyo a la adaptación medioambiental de las empresas, en
especial acciones colectivas que unan a varias empresas en un objetivo de mejora común.
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2.5 SEGURIDAD ALIMENTARIA
La reciente crisis de E. Colli en Alemania ha puesto de manifiesto los graves daños que puede
infligir a la economía una decisión inopinada de los responsables políticos de la salud pública.
Tampoco la recientemente aprobada Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición cubre estas
deficiencias, a pesar de haber sido una petición de la industria, y por ello se hace necesaria la
revisión del Reglamento UE 16/2011 de medidas de desarrollo de gestión de redes de alerta
en alimentos y piensos a través de la RASFF que gestiona la DG SANCO de la Comisión
Europea.
Esta revisión ineludible y en la que España debe jugar un papel esencial tiene que implicar:
mayor responsabilidad y poderes de gestión por parte de la Comisión, para evitar
errores y precipitaciones de las autoridades nacionales;
detallar un procedimiento común para la gestión de las redes de alerta por parte de las
autoridades nacionales, que asegure al máximo nivel de seguridad y protección del
consumidor, pero también los derechos de los operadores de manera efectiva;
acotar debidamente la aplicación del principio de precaución;
asegurar que la trazabilidad es un instrumento de identificación y gestión de las alertas
alimentarias, pero también de asignación de responsabilidades de autoridades y
operadores, que debe permitir la acción legal para el resarcimiento de daños por mala o
indebida gestión.
2.6 ALIMENTACIÓN Y SALUD
Una relación clave para nuestra industria, lo primero que debe revertirse es esa banalización,
demonización y cortoplacismo que suelen rodearle, tanto desde el ámbito administrativo como
en la opinión pública. La alimentación influye sobre la salud, pero no sólo negativamente, y es
justo y necesario que los poderes públicos resalten también los valores positivos de una
correcta alimentación, nuestra estrecha relación con la cultura, la sociedad, y en suma del
desarrollo socioeconómico de nuestro país.
Hay pues que renovar el compromiso público-privado que en su día articulamos con la
Estrategia NAOS sobre la base de acciones multisectoriales y multidisciplinarias, descartando
medidas prohibicionistas o restrictivas basadas en el concepto de alimentos buenos y malos,
que incluyan:
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el análisis científico de la realidad de la obesidad y el sobrepeso en España, como
primer paso para abordar los problemas;
políticas activas de formación e información al consumidor;
esfuerzos tangibles y medibles de todos los actores implicados, públicos y privados;
posicionamientos claros a nivel comunitario e internacional en contra de impuestos y
gravámenes a determinados grupos de alimentos, restricciones innecesarias a la
comunicación y alteraciones a la libre circulación de mercancías.
2.7 POLÍTICA AGRARIA COMÚN
Bruselas decidirá en 2013 el nuevo marco legislativo de la Política Agraria Común. Los
debates entran en fase de presentación de propuestas legislativas, y todo apunta a una
estrategia más continuista que de auténtica reforma, con nuevos límites financieros.
La industria es el primer cliente de agricultura, y sin agricultura fuerte no hay industria
competitiva.
España y la Unión necesitan una PAC que siga apoyando a los agricultores pero centrando las
reformas en un esfuerzo por impulsar la competitividad del modelo agroalimentario
comunitario, no sólo en beneficio propio, sino para poder beneficiarnos del incremento de la
demanda mundial de alimentos que la FAO pronostica.
Una Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición fuerte e independiente con recursos
propios originados en tasas por servicios y capaz de coordinar eficazmente a las CC.AA. es
otra pieza esencial en esta política.
De la misma forma es esencial que esta nueva política se haga desde una estrategia global y
coherente con otras políticas que puedan actuar tanto de freno como impulso salud pública y
consumidores, competencia, comercio internacional, ciencia e innovación y desde una visión
de cadena agroalimentaria, no sólo para el primer eslabón de la misma.
En esta política que afecta plenamente y también regula al sector transformador, deben
incluirse:
una revisión de nuestra política comercial y de normas técnicas que nos permita
superar la actual pérdida de competitividad de los operadores comunitarios frente a los
productos importados, que no deben cumplir con disposiciones en materia
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medioambiental, de bienestar animal, trazabilidad y otras en el mercado interior
comunitario ni tampoco asumir sus costes -;
disposiciones para relanzar la investigación y la mejora agronómica, durante tanto
tiempo ausente, como elemento clave para mejorar e incrementar nuestra producción
agraria;
disposiciones en el segundo pilar (Desarrollo Rural) que superen el marco actual y, en
plena coherencia con la Estrategia UE 2020, articulen un programa agroindustrial de
apoyo a la innovación, la comercialización, la formación y el fortalecimiento de la
estructura empresarial del sector.
2.8 LA POLÍTICA DE APOYO A LA INDUSTRIA
Relacionado con el apartado anterior, el actual sistema de apoyo y fomento a la agroindustria
se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo Rural y los 17 Programas regionales, uno por
Comunidad Autónoma.
A pesar de haber supuesto un importante acicate para la mejora tecnológica y de
equipamientos para nuestra industria en los últimos años, el modelo se agota y debemos
reconsiderar sus ejes de actuación hacia:
la formación, y la incorporación de titulados universitarios en consonancia con las
necesidades del sector;
el área comercial, tanto nacional como internacional;
la mejora medioambiental continua.
2.9 LA INVESTIGACIÓN Y LA INNOVACIÓN
La industria española ya no puede competir sólo por precio y calidad, debemos asegurar
nuestro futuro con la innovación. La plena incorporación de España en la economía del
conocimiento pasa por superar la actual situación que define de manera preclara el informe
En el sector alimentario nuestra propuesta pasa por dos fases:
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Primero, propiciar una profunda reflexión con todos los agentes implicados
Administración central, autonómica, centros tecnológicos, empresas, asociaciones y
universidades para diseñar un Plan Estratégico a medio plazo de apoyo al I+D+i
agroalimentario nacional.
Segundo, la creación de un fondo específico de apoyo al I+D+i que implique, bajo una
misma estrategia:
o Fondos comunitarios (PAC y Estrategia UE 2020),
o Fondos nacionales, y
o Fondos autonómicos,
completados con la inversión privada de Centros Tecnológicos, la Plataforma Food for
Life España, empresas y Asociaciones.
Anexos
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ANEXO I: RADIOGRAFÍA DEL SECTOR DE ALIMENTACIÓN Y BEBIDAS
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28001 Madrid
T 91 411 7211 F 91 411 7344
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