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Página 39 Raquel Diez Jiménez La importancia de la planificación del proceso de enseñanza -aprendizaje en la educación infantil Áreas Curriculares y su didáctica Formación Profesional Es necesario planificar todo proceso de enseñanza- aprendizaje, en cualquier nivel educativo. La actividad del profesorado no es improvisada o aislada. Nuestro apoyo y garantía profe- sional debe ser una planificación adecuada. Una planificación puesta a nuestro servicio que permita analizar la realidad ante la que nos desenvolvemos y adaptar nuestra respuesta a los cambios que se van produciendo continuamente.(Vázquez Pérez y Cabeza Valle, 2008: 13-14)

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Raquel Diez Jiménez

La importancia de la planificación del proceso de

enseñanza -aprendizaje en la educación infantil

Áreas Curriculares y su didácticaFormación Profesional

Es necesario planificar todo proceso de enseñanza-aprendizaje, en cualquier nivel educativo. La actividad del profesorado no es improvisada

o aislada. Nuestro apoyo y garantía profe-sional debe ser una planificación adecuada. Una planificación puesta a nuestro servicio

que permita analizar la realidad ante la que nos desenvolvemos y adaptar nuestra respuesta a

los cambios que se van produciendo continuamente.(Vázquez Pérez y

Cabeza Valle, 2008: 13-14)

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La planificación nos permite lle-var a cabo una metodología común di-rigida a nuestro alumnado, nos exige trabajar en equipo. Responde a la po-sibilidad de los Centros Educativos de Andalucía de disponer de autonomía pedagógica para elaborar, aprobar y ejecutar sus propios proyectos educa-tivos, según nos dice la L.O.E. en su capítulo II denominado “Autonomía de los Centros” artículo 120. Ley Orgáni-ca 2/2006 de 3 de mayo de Educación (BOE 4-5-2006)

Etimológicamente, programar se deriva del vocablo griego “prographo” que significa “yo anuncio por escrito. Programar es la acción consistente en utilizar un conjunto de procedimientos mediante los que se organizan de ma-nera racional y organizada una serie de actividades y acciones previstas de antemano, con las que se pretende alcanzar determinadas metas y objeti-vos, utilizando determinados recursos. (Ander Egg, E:1995) La programación debe ser flexi-ble permitiendo modificaciones. Es el instrumento de planificación curricular específico para cada una de las áreas, asignaturas o módulos. Se encuentra incluida en el Proyecto Curricular de Centro situándonos, en el Tercer Nivel de Concreción Curricular. Es por ello fundamental y necesario para el pro-fesorado ya que se reflejan todos los elementos del proceso de enseñanza-aprendizaje. El Proyecto Educativo de Centro (PEC) es el instrumento para la plani-ficación a medio-largo plazo que enu-mera y define las notas de identidad del centro, establece el marco de re-

ferencia global y los planteamientos educa-tivos de carácter general que lo definen y distinguen, formula las Finalidades Educa-tivas (FE) que pretende conseguir, adapta el currículo establecido en propuestas glo-bales de intervención didáctica y expresa la estructura organizativa del centro. Gracias a la autonomía pedagógica, será labor del equipo educativo derivar de los principios pedagógicos que emanan del Diseño Curricular Base (DCB) las líneas metodológicas llevadas a cabo en un cen-tro concreto y los métodos y estrategias que trasladará el profesorado a su aula. En con-secuencia, los PEC que elaboren los diver-sos equipos docentes tendrán en considera-ción los siguientes puntos: El Equipo educativo y el profesorado gracias a su autonomía pedagógica, debe-rán contextualizar sus métodos de enseñan-za/aprendizaje y dirigir su práctica educativa con el fin de llegar a su alumnado, creando conexiones entre profesorado-alumnado, alumnado-alumnado y entre el profesora-do, fomentando la motivación y creando un buen clima en el centro/aula. Sólo así podrá conseguir enfocar su propuesta metodológi-ca basada en la acción y en los principios del constructivismo.

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La planificación nos permite lle-var a cabo una metodología común di-rigida a nuestro alumnado, nos exige trabajar en equipo. Responde a la po-sibilidad de los Centros Educativos de Andalucía de disponer de autonomía pedagógica para elaborar, aprobar y ejecutar sus propios proyectos educa-tivos, según nos dice la L.O.E. en su capítulo II denominado “Autonomía de los Centros” artículo 120. Ley Orgáni-ca 2/2006 de 3 de mayo de Educación (BOE 4-5-2006)

Etimológicamente, programar se deriva del vocablo griego “prographo” que significa “yo anuncio por escrito. Programar es la acción consistente en utilizar un conjunto de procedimientos mediante los que se organizan de ma-nera racional y organizada una serie de actividades y acciones previstas de antemano, con las que se pretende alcanzar determinadas metas y objeti-vos, utilizando determinados recursos. (Ander Egg, E:1995) La programación debe ser flexi-ble permitiendo modificaciones. Es el instrumento de planificación curricular específico para cada una de las áreas, asignaturas o módulos. Se encuentra incluida en el Proyecto Curricular de Centro situándonos, en el Tercer Nivel de Concreción Curricular. Es por ello fundamental y necesario para el pro-fesorado ya que se reflejan todos los elementos del proceso de enseñanza-aprendizaje. El Proyecto Educativo de Centro (PEC) es el instrumento para la plani-ficación a medio-largo plazo que enu-mera y define las notas de identidad del centro, establece el marco de re-

ferencia global y los planteamientos educa-tivos de carácter general que lo definen y distinguen, formula las Finalidades Educa-tivas (FE) que pretende conseguir, adapta el currículo establecido en propuestas glo-bales de intervención didáctica y expresa la estructura organizativa del centro. Gracias a la autonomía pedagógica, será labor del equipo educativo derivar de los principios pedagógicos que emanan del Diseño Curricular Base (DCB) las líneas metodológicas llevadas a cabo en un cen-tro concreto y los métodos y estrategias que trasladará el profesorado a su aula. En con-secuencia, los PEC que elaboren los diver-sos equipos docentes tendrán en considera-ción los siguientes puntos: El Equipo educativo y el profesorado gracias a su autonomía pedagógica, debe-rán contextualizar sus métodos de enseñan-za/aprendizaje y dirigir su práctica educativa con el fin de llegar a su alumnado, creando conexiones entre profesorado-alumnado, alumnado-alumnado y entre el profesora-do, fomentando la motivación y creando un buen clima en el centro/aula. Sólo así podrá conseguir enfocar su propuesta metodológi-ca basada en la acción y en los principios del constructivismo.

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En Educación Infantil, el papel de las y los educa-dores debe estar enfoca-do hacia la planificación de actividades lúdicas. La ideología reflejada en los diferentes decretos consi-dera necesaria una meto-dología basada en el jue-go. Se debe procurar que el contexto educativo sea motivador para el niño/a y que el juego se convierta en un instrumento para introducir los contenidos de la etapa que se prescri-ben en el currículum. Es por ello que antes de poner en práctica en el aula, una interven-ción educativa, hace falta una adecua-da planificación de actividades lúdicas y de todos los recursos del que se va a hacer uso. Es fundamental presen-tarlos de manera atractiva para que el pequeño/a, lo viva como un juego. (Romero, V; Gómez, M 2008: “El Jue-go Infantil y su metodología”. ) Durante la actividad lúdica, el/la educador/a irá observando las conduc-tas y situaciones que los/as pequeños/

as ponen en práctica de manera na-tural y espontánea. Estas situaciones registradas, analizadas, servirán para percibir la efectividad e idoneidad de su práctica educativa, y fundamenta-rá las decisiones que se tomen al res-pecto. En este sentido Coll, C en su libro “Psicología y Currículum” marca las pautas de la evaluación, que con-sidera un componente de la práctica educativa, que cumple las funciones de ir adecuando la metodología a las características del alumnado, según sus necesidades, y a medida que va-yan avanzando en su autonomía y de-termina el grado de consecución de las intenciones educativas, es necesa-rio saber hasta dónde ha avanzado el

niño/a en sus conocimientos para po-der readaptar estas actividades a sus necesidades hasta conseguir el grado de aprendizaje pretendido. Es por tanto necesario saber qué está ocurriendo en cada momento para actuar en conocimiento. La evaluación debe ser global, continua y formativa. Global en relación al conjunto de ca-pacidades que ha de desarrollar el/la alumna; Continua, a lo largo de todo el recorrido educativo del alumnado; For-mativa, al finalizar cada tarea de apren-dizaje, con la finalidad de conocer los logros obtenidos y permite detectar si existen dificultades de aprendizaje.Dependiendo del momento será ini-cial, al comienzo de la relación edu-cativa, al comenzar cada nueva fase de aprendizaje; procesual o formativa día a día, en cada actividad lúdica, a lo largo de todos los procesos de en-señanza/aprendizaje; final o sumativa para tener conciencia de los progresos del alumnado, grado de aprendizaje o dificultades. De este modo, el profesorado de Educación Infantil evaluará su propia práctica educativa, la autorregulación

de la propia práctica docente. A tra-vés de la observación sistemática del alumnado podrá conocer lo que ha acontecido durante la intervención, le servirá para reflexionar, analizar y fa-cilitar la autoevaluación del profesional mediante la valoración, de la idonei-dad de los diferentes elementos de la intervención educativa, si los objetivos didácticos han sido cumplidos o si es necesaria una revisión o adaptación de la intervención. Concluimos que es fundamental plantearse la metodología a seguir en el proceso de enseñanza-aprendizaje diariamente, como hemos visto, adap-tándonos a las características, nece-sidades, adquisiciones y momento evolutivo de nuestro alumnado. Cons-tituye un elemento fundamental para la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

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En Educación Infantil, el papel de las y los educa-dores debe estar enfoca-do hacia la planificación de actividades lúdicas. La ideología reflejada en los diferentes decretos consi-dera necesaria una meto-dología basada en el jue-go. Se debe procurar que el contexto educativo sea motivador para el niño/a y que el juego se convierta en un instrumento para introducir los contenidos de la etapa que se prescri-ben en el currículum. Es por ello que antes de poner en práctica en el aula, una interven-ción educativa, hace falta una adecua-da planificación de actividades lúdicas y de todos los recursos del que se va a hacer uso. Es fundamental presen-tarlos de manera atractiva para que el pequeño/a, lo viva como un juego. (Romero, V; Gómez, M 2008: “El Jue-go Infantil y su metodología”. ) Durante la actividad lúdica, el/la educador/a irá observando las conduc-tas y situaciones que los/as pequeños/

as ponen en práctica de manera na-tural y espontánea. Estas situaciones registradas, analizadas, servirán para percibir la efectividad e idoneidad de su práctica educativa, y fundamenta-rá las decisiones que se tomen al res-pecto. En este sentido Coll, C en su libro “Psicología y Currículum” marca las pautas de la evaluación, que con-sidera un componente de la práctica educativa, que cumple las funciones de ir adecuando la metodología a las características del alumnado, según sus necesidades, y a medida que va-yan avanzando en su autonomía y de-termina el grado de consecución de las intenciones educativas, es necesa-rio saber hasta dónde ha avanzado el

niño/a en sus conocimientos para po-der readaptar estas actividades a sus necesidades hasta conseguir el grado de aprendizaje pretendido. Es por tanto necesario saber qué está ocurriendo en cada momento para actuar en conocimiento. La evaluación debe ser global, continua y formativa. Global en relación al conjunto de ca-pacidades que ha de desarrollar el/la alumna; Continua, a lo largo de todo el recorrido educativo del alumnado; For-mativa, al finalizar cada tarea de apren-dizaje, con la finalidad de conocer los logros obtenidos y permite detectar si existen dificultades de aprendizaje.Dependiendo del momento será ini-cial, al comienzo de la relación edu-cativa, al comenzar cada nueva fase de aprendizaje; procesual o formativa día a día, en cada actividad lúdica, a lo largo de todos los procesos de en-señanza/aprendizaje; final o sumativa para tener conciencia de los progresos del alumnado, grado de aprendizaje o dificultades. De este modo, el profesorado de Educación Infantil evaluará su propia práctica educativa, la autorregulación

de la propia práctica docente. A tra-vés de la observación sistemática del alumnado podrá conocer lo que ha acontecido durante la intervención, le servirá para reflexionar, analizar y fa-cilitar la autoevaluación del profesional mediante la valoración, de la idonei-dad de los diferentes elementos de la intervención educativa, si los objetivos didácticos han sido cumplidos o si es necesaria una revisión o adaptación de la intervención. Concluimos que es fundamental plantearse la metodología a seguir en el proceso de enseñanza-aprendizaje diariamente, como hemos visto, adap-tándonos a las características, nece-sidades, adquisiciones y momento evolutivo de nuestro alumnado. Cons-tituye un elemento fundamental para la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

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Bibliografía específica:• Ander-Egg, E.1995 Diseño y evaluación de proyectos so-

cioculturales. Buenos Aires: Lumen• Alfonso García, Josué Llull, 2009. El Juego Infantil y su

metodología Madrid: Editex.• Coll, C 1987: Psicología y currículum Barcelona: Ediciones

Paidós Ibérica. S.A.• Romero, Virginia y Gómez, Montse 2008: El Juego Infantil

y su metodología. Barcelona: AltamarNormativa:• Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación (BOE

4-5-2006)• Real Decreto 1513/2006 de 7 de diciembre por el que se

establecen las enseñanzas mínmas de la Educación Primaria.Webgrafía:• www..psicologiainfantil.com