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La historiografía de Monte Albán bajo el punto de vista lakatosiano. Desde una ciudad-fortaleza al de gussíyúu. Un análisis estatal y urbano REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES En este artículo haré un estudio de las investigaciones de los valles centrales de Oaxaca desde el siglo XVI, para seguir con las intervenciones arqueológicas de Monte Albán desde el siglo XIX hasta nuestros días. Para este análisis, aplicaré el modelo historiográfico de la ciencia de Imre Lakatos para exponer la formación de un programa de investigación científica a partir de los estudios particularistas de Alfonso Caso desde 1940 hasta los análisis contextuóles de Javier Ureíd en la actualidad. Finalmente, cuestionaré si se rompe el programa de investiga- ción científica, en donde se plantea al fenómeno urbano como el núcleo del problema explicativo desde un punto de vista occidental; para dar paso a la visión autóctona oaxaqueña; con la formación del gussí yúu o templo del tiempo en la superficie de la tierra, desde la visión de los buin záa o gente de la nube, mediante su lengua di'záado o palabra tranquila de la nube, como una manera distinta de la formación de un asentamiento complejo. Introducción JTjLaré un análisis de las investigaciones en Mon- te Albán desde el punto de vista de las corrientes teóricas de la arqueología, definida como ciencia social.1 Comenzaré con los estudios del siglo XVI de sitios aledaños a Monte Albán, en donde se forman algunas corrientes teóricas para abordar al sitio a partir del siglo XIX. Hasta el siglo XX se reconocen tres escuelas principales y otras corrien- tes teóricas. En 1940 Alfonso Caso formó una es- cuela no tan tradicional de larga trayectoria que cambió los cánones de investigación en la arqueo- logía mesoamericana. Fue base de investigaciones posteriores como el análisis del patrón de asenta- mientos regional de Ignacio Bernal a Richard Blanton desde 1960. También se formó la Escuela de los Sistemas Culturales con Kent Flannery, que culminó en 1980 con la Escuela de la Acción Social establecida por Marcus Winter. Con la escuela mexicana se establece un enfoque ecléctico, que parte del marxismo para regresar a los estudios de A. Caso. Ahora se hace análisis contextúa! con Javier Urcid y un desconstructivismo con Román Nolasco. Esto refleja el proceso de desarrollo del conocimiento de tipo lakatosiano sobre el surgi- miento del urbanismo, que finaliza con la con- cepción del gussí yúu o del templo en el tiempo en la superficie de la tierra, según la lengua dt'^áado. Esta investigación parte del modelo de Imre Lakatos que trata al conocimiento dentro de un pro- ceso historiográfico? para construir Programas de Investigación Científica (Pie) constituidos por los niveles de la teoría explicativa, de la teoría inter- pretativa y de los hechos con un desarrollado pa- ralelo. Los PIC tienen un núcleo duro —esencia explicativa—; una heurística negativa en donde está el núcleo del problema que sirve para refor- zarlo y una heurística positiva, en la que se forma un cinturón protector al núcleo. Con los ataques de otros PIC se forman programas de nivel me- nor, para proteger al nivel mayor e impulsar un progreso en el conocimiento. Al desarrollarse las Estudios Mesoamericanos Núm. 3-4, enero 2001-diciembre 2002

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La historiografía de Monte Albán bajo el punto de vistalakatosiano. Desde una ciudad-fortaleza al de gussíyúu.Un análisis estatal y urbano

REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES

En este artículo haré un estudio de las investigaciones de los valles centrales de Oaxaca desde el siglo XVI, para seguir

con las intervenciones arqueológicas de Monte Albán desde el siglo XIX hasta nuestros días.

Para este análisis, aplicaré el modelo historiográfico de la ciencia de Imre Lakatos para exponer la formación de

un programa de investigación científica a partir de los estudios particularistas de Alfonso Caso desde 1940 hasta los

análisis contextuóles de Javier U reíd en la actualidad. Finalmente, cuestionaré si se rompe el programa de investiga-

ción científica, en donde se plantea al fenómeno urbano como el núcleo del problema explicativo desde un punto de

vista occidental; para dar paso a la visión autóctona oaxaqueña; con la formación del gussí yúu o templo del tiempo

en la superficie de la tierra, desde la visión de los buin záa o gente de la nube, mediante su lengua di'záado o palabra

tranquila de la nube, como una manera distinta de la formación de un asentamiento complejo.

Introducción

JTjLaré un análisis de las investigaciones en Mon-

te Albán desde el punto de vista de las corrientes

teóricas de la arqueología, definida como ciencia

social.1 Comenzaré con los estudios del siglo XVI

de sitios aledaños a Monte Albán, en donde se

forman algunas corrientes teóricas para abordar

al sitio a partir del siglo XIX. Hasta el siglo XX se

reconocen tres escuelas principales y otras corrien-

tes teóricas. En 1940 Alfonso Caso formó una es-

cuela no tan tradicional de larga trayectoria que

cambió los cánones de investigación en la arqueo-

logía mesoamericana. Fue base de investigaciones

posteriores como el análisis del patrón de asenta-mientos regional de Ignacio Bernal a Richard

Blanton desde 1960. También se formó la Escuela

de los Sistemas Culturales con Kent Flannery, que

culminó en 1980 con la Escuela de la Acción Social

establecida por Marcus Winter. Con la escuela

mexicana se establece un enfoque ecléctico, que

parte del marxismo para regresar a los estudios de

A. Caso. Ahora se hace análisis contextúa! con

Javier Urcid y un desconstructivismo con Román

Nolasco. Esto refleja el proceso de desarrollo del

conocimiento de tipo lakatosiano sobre el surgi-

miento del urbanismo, que finaliza con la con-

cepción del gussí yúu o del templo en el tiempo

en la superficie de la tierra, según la lengua

dt'^áado.

Esta investigación parte del modelo de Imre

Lakatos que trata al conocimiento dentro de un pro-

ceso historiográfico? para construir Programas de

Investigación Científica (Pie) constituidos por los

niveles de la teoría explicativa, de la teoría inter-

pretativa y de los hechos con un desarrollado pa-

ralelo. Los PIC tienen un núcleo duro —esenciaexplicativa—; una heurística negativa en donde

está el núcleo del problema que sirve para refor-

zarlo y una heurística positiva, en la que se forma

un cinturón protector al núcleo. Con los ataques

de otros PIC se forman programas de nivel me-

nor, para proteger al nivel mayor e impulsar un

progreso en el conocimiento. Al desarrollarse las

Estudios Mesoamericanos Núm. 3-4, enero 2001-diciembre 2002

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 47

teorías establecen corrientes de mayor nivel y pro-

fundidad. Su permanencia y duración se debe a

la resistencia a los contraataques alternativos.

Lakatos explica la metodología de los PIC, la re-

construcción racional y la ley general de la racio-

nalidad, donde se da importancia a los aspectos

científicos internos y a los aspectos sociopolíticosy económicos externos para comprender el surgi-

miento y desarrollo de los PIC.3

Investigaciones en Monte Albán

El valle de Oaxaca se estudia desde el siglo XVI,

pero Monte Albán se interviene arqueológica-mente desde el siglo XIX. Partiré desde el siglo

XVI para comprender el desarrollo de las investi-

gaciones en el sitio.4

El siglo XVI. El deterninismo cultural europeo. Los

españoles j la orden dominica frente a otra cultura

En el siglo XVI hubo cambios sociales con el des-

cubrimiento del Nuevo Mundo y otras culturas,

además de las asiáticas conocidas por el mundo

europeo. Esto marcó los inicios de la época

renacentista con un resurgimiento cultural acen-

tuado por la conquista de las tierras que forma-

ron la Nueva España. Pero estas culturas fueron

descritas con una visión determinista eurocéntrica:

militarista, religiosa y monárquica.5

En 1519 a Hernán Cortés se le obsequian ri-

cos objetos de tierras del sur. Debido a ello, man-

da al capitán Francisco de Orozco a Huaxayácac

para obtener información de la región y ocuparla

a finales de 1521. Por su riqueza, Cortés gestionael título de marqués del valle de Oaxaca ante la

Corona española, obtenido hacia 1529.6Antes de la fundación de la Nueva España, los

mexicas denominan con su propia lengua los si-

tios conquistados y su arquitectura. Esto se acen-túa con la visión eurocentrista de un enfoque par-ticular de la arquitectura prehispánica en donde

los misioneros católicos —como los dominicosen Oaxaca— aplican conceptos con funciones oc-

cidentales sobre las pirámides halladas. Así, se

mezclan conceptos náhuatl con los traídos por

los españoles7 que no siempre eran manejados en

otras regiones mesoamericanas y que se aplicaban

en pequeños lugares, zonas rurales y urbanas.

Dominicos y franciscanos como Motolinía8 y

Martín de Valencia estudian los valles centrales,Mitla específicamente.9 Con Herrera y otros se

adquiere información de los pueblos principalesformándose las Relaciones geográficas. En las Rela-

ciones de Antequera, Alfonso de Canseco10 trata a

Mitla separando la función del templo de la del

palacio —el espacio religioso vinculado con la pi-

rámide.11 Torquemada,12 con base en Motolinía,

también la describe.13

El siglo XVII. Eos dominicos j el valor de las cultu-

ras prehispánicas en Oaxaca. E/ punto de vista

posibi lisia

Los dominicos se interesaron en el conocimiento

de las culturas prehispánicas en la región. Pero

gran parte de éstas había desaparecido y sólo se

tenían mitos y leyendas que los historiadores re-

copilaron como historias verídicas.14 Para el siglo

XVII el dominico oaxaqueño Francisco de Burgoa15

hace un estudio etnográfico, arqueológico e his-

tórico en la región y en Mitla maneja conceptos

arquitectónicos occidentales. Se basa en Motolinía,

Torquemada y Canseco, principalmente en el se-

gundo.16 Como Motolinía y Canseco va más allá

de las funciones religiosas en un espacio dado y

da paso a la separación del templo y del palacio.

Con estos estudiosos se ve a Mitla como lugar

sacerdotal y Burgoa a Monte Albán como resi-dencia real.17

El siglo XVIII. El determinismo etnocentrísta

español

Para el siglo XVIII otros extranjeros investigaronlas culturas mesoamericanas, pero por el etnocen-trismo colonial español se restringió el acceso asus investigaciones al transmitir una realidad in-dígena diferente a la habida. Se remarca la poca

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48 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALEAN

confkbilidad y sus secuelas se confirman hasta laépoca independentista. Tales son los casos deThomas Gage o de Thierry de Menonville,18 quien

provocó la ira de los españoles.19 Debido a ello,los trabajos de los mexicanos en Mida son super-visados y publicados por los extranjeros bajo laCorona española.20

El siglo XIX j la revaloración de las culturasprehispánicas en Oaxaca. La visión nacionalista ydifusionista

En el México del siglo XIX surgen cambios socia-les como la Guerra de independencia en 1810, laIntervención norteamericana en 1847, la Refor-ma de Juárez en 1858, la Intervención francesa en1862-1864 y a finales del siglo, el afrancesamientomexicano promovido por Porfirio Díaz durantetreinta años de gobierno. Se desarrollan investiga-ciones con una pluralidad de ideas de origen filo-sófico —europeo, norteamericano y mexicano—,remarcándose las corrientes francesas con un ma-tiz nacionalista y difusionista al tener interés porel origen de las cultura. Pero hubo pérdidas deinformación por los movimientos sociales habi-dos. Su poca accesibilidad se debía a la visión li-beral y al interés de descubrir y valorar las cultu-

ras prehispánicas.Desde principios del siglo se comienzan a ha-

cer estudios detallados y particulares con el inte-rés de saber quiénes produjeron los objetosprehispánicos. En los valles centrales de Oaxacaflorecen las investigaciones y se inician los estu-dios en Monte Albán. El escaso interés en el sitiose debió al estado en el que se hallaba.21

El rey Carlos IV de España, comisiona al capi-tán belga22 Guillermo Dupaix23 para realizar tresexpediciones (1805-1807) y formar un inventariode los sitios y objetos arqueológicos de la NuevaEspaña. Por primera vez se describe y se ubicaMonte Albán al oeste de Antequera. En las cum-bres hay cerritos artificiales —templos, palacios ytumbas— que los mapotecas erigieron para sus dio-ses, reyes y difuntos, además de fortificacionesdefensivas. Con ellos, halló piedras con grabados

humanos, jeroglifos y objetos cerca de ellos. Des-cribe la arquitectura, medidas, decoración en re-lieves y materiales de construcción. Por sus ras-gos funerarios y jeroglíficos les da un origenegipcio y a su escultura, un origen griego y roma-no pero con una copia de la naturaleza y una len-gua auténtica. Por los restos, no fueron bárbaros.Basándose en la Biblia, de la Torre de Babel par-tieron a Egipto y Asia, pero no se sabe si antes odespués de la separación de los grupos y con ellossus lenguas y costumbres. Y por fenómenos na-turales como el gran Diluvio o por las erupcio-nes volcánicas atravesaron el océano. Esto se co-rrobora asentándose encima de los cerros. Antesde la llegada de los mexicanos, los primeros gru-pos realizaron su obra, pero fueron sepultados porlos fenómenos naturales. Dupaix hace excava-ciones por túneles y José Luciano Castañeda di-buja algunos edificios, bajorrelieves y traza el pri-mer bosquejo del sitio. Con sus estudios, Dupaixse convierte en el primer viajero extranjero en in-tervenir en la región.24

Bosquejo y planta desde el oeste(Dupaix, 1806 [1820]).26

Bosquejo de Luciano, de la edición francesa (Murguíay Garaldi, en Bustamante, 1821 [1963], p. 37).

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 49

En 1835 José Murguía y Garaldi (1859) dipu-tado de Oaxaca en 1820,26 describe y levanta unplano de la Plaza considerando al sitio como una"guarnición militar".

El alemán Edward Mühlenpfordt27 es el pri-mer extranjero residente en Oaxaca (1828-1834).Su sólida formación como arquitecto en la Uni-versidad de Góttingen, Alemania,28 hace de susestudios los cimientos etnográficos dando el mis-mo valor étnico al indígena que al español. Sustrazos arquitectónicos son los primeros científi-camente desarrollados en el continente america-no. Trata diversos temas como la arqueología y sedocumenta profundamente.29 En 1830 publica unplano y una breve descripción de Monte Albán,3"constituido de tumbas, pirámides de sacrificios yrestos de edificios.31

Los estudios del mixteco Juan Bautista Ca-rriedo fueron impresos por él mismo. Debido aello, su obra es de difícil acceso y conocimiento,pero también colabora en otras publicaciones.Posiblemente nació en el valle del Etla a finalesdel siglo XVIII o principios del XIX y fue asesina-do por tropas independentistas en 1865, cuandotenía el puesto de subprefecto del Imperio deMaximiliano.32 Para él, la historia debía conocer-se hasta por la clase más pobre.33 Fue discípulo deMühlenpfordt y en 1843 desarrolla un estudioetnohistórico de Oaxaca, basado en Burgoa, dedifícil acceso para su tiempo. Parte del génesis—según la Biblia— hasta la época independen-tista.34 Con un matiz determinista, sostiene quela defensa humana nace por el poder del más fuertesobre el débil y la guerra se da desde la época delbarbarismo. Los ataques provocan las defensas,como la ambición el bien público. Un ejemplo esMonte Albán con una organización militar den-tro de una fortaleza amurallada. La regiónoaxaqueña se constituye de las naciones serrana,mije, zapoteca y mixteca. Las dos últimas —sobretodo la zapoteca— tuvieron grandes ejércitos mi-litares para dominar a las demás. Los zapotecastuvieron una jerarquía política, organización mi-litar y recogían tributo en especie; formaban alian-zas y tenían una ética de comportamiento. Su

poder se remarcó con el levantamiento de fortale-zas en puntos estratégicos sobre cerros y su alian-za con los mixtéeos provocó la caída del monarcamexicano.35 Carriedo traza un plano, identifican-do los edificios principales con su distribución.36

El alemán Johann von Müller (1857-1859) haceuna descripción y un plano de Monte Albán pararemarcar los límites de la plaza por los edificios.Fue el primero en tratar al sitio como una ciu-dad, con funciones militares y defensivas.

El francés Désiré Charnay (1864)37 con unavisión difusionista, concibe el origen de las cultu-ras americanas a partir de Camboya y la regiónmexicana, de origen tolteca. Al viajar a Mitla,38

menciona la presencia de fortificaciones de mu-ros de adobe con viejos templos o túmulos de ciu-dades de una civilización india que dominan elvalle. Ubica a Monte Albán al oeste de Oaxacasobre una meseta de un cerro pronunciado. Aun-que subraya el estado de conservación y describela parte sur, destaca la presencia de palacios, tem-plos o fortalezas de naturaleza diferente y los ob-jetos de piedra son bellamente trabajados. Por elloMonte Albán es la más vieja de las civilizacionesamericanas con clara originalidad comparada conlas de Viejo Mundo.39

En Estados Unidos bajo los cánones evolucio-nistas de Morgan, se consideraban otras tierrasfuera de Europa como poco desarrolladas. A susculturas se les trataba como estáticas y a las co-munidades, piezas de museo como los objetos quefabricaban y dejaban. Pero con el francés AdolphFrancois Bandelier (1881),40 discípulo de Morgan,resurge una revaloración por dichas culturas. Lle-ga a Mitla y pasa por Monte Albán. Lo describecomo un pueblo fortificado con posición mili-tar. Asimismo, informa sobre su acceso, la distri-bución de los edificios, su grado de conservación,sus dimensiones y los describe según orientacióncardinal.41

Hubert Howes Bancroft,42 por segundas fuen-tes, realiza descripciones sobre Monte Albán, ne-gando su condición como fortaleza.43 Despuésmenciona la riqueza de la investigación anticuaríacon los vestigios dejados por los zapotecas y mix-

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50 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

tecos. Ubica a Monte Albán en una planicie, dasus medidas de extensión con una ocupación enel precipicio del cerro. Se constituye de patios es-paciosos, montículos con galerías, templos, pa-lacios y fuertes. Después acepta su construccióncomo fortaleza, la cual presenta los primeros tra-zos de una civilización nativa.44 Realiza un mapa,acentuando los relieves del cerro y un asentamien-to secundario al sur del sitio.

Bosquejo desde el oeste(Bancroft, 1883 [1914], p. 114).

Seler (1888) también hace un croquis de las es-tructuras principales, considerando al sitio comouna fortaleza.43

El curador estadounidense del Field Colum-bian Museum, William H. Holmes,46 es el prime-ro en hacer un recorrido al nivel regional. Para él,Monte Albán se delimita por un muro al oeste ypor montículos sobre un enorme patio, con gru-pos de montículos superpuestos en su interiorsumando 40 o 50 montículos. Recorre el noreste,los grupos norte, central y sur, donde mencionasu sistema constructivo, distribución, medidas yfunciones. De los grupos norte y sur señala lasintervenciones de Dupaix, la presencia de piedrasgrabadas con una serpiente diferente a la del esti-lo maya del grupo sur y una tumba del grupocentral. El cerro está construido por terrazas arti-ficiales con restos arquitectónicos como BajoAlbán,47 posible suburbio del que da detalles. Deéste, reproduce un plano con perfil y con relievecomo el de Bancroft para Monte Albán.

En dos cimas independientes localiza gruposde montículos de diversos tamaños, pero los de

Bajo Albán, suburbio de Monte Albán(Holmes, 1895, p. 215).

Monte Albán son uniformes y con una clara tra-za. No sólo fue una fortaleza, ni un lugar de en-tierro, sino una verdadera ciudad ocupada por unpueblo agrícola. Su trazo es universal con una claraorientación y una arquitectura compleja.48 Reali-za levantamientos topográficos y una panorámi-ca con volumetría y punto de fuga de la PlazaPrincipal del sitio y de sitios en los cerros aleda-ños como Atzompa y El Gallo.

Plano en perspectiva desde el sur(Holmes, 1897; en Rivero, 1997, fig. 8).

Posteriormente Marshal H. Saville49 excavatumbas de Xoxocotlán, Monte Albán y Mitla.

En términos generales, no obstante a las ob-servaciones particulares se considera a MonteAlbán como una fortaleza, producto de la naciónzapoteca. Pero los estudiosos difieren en las fun-

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 51

clones de las estructuras definidas como religio-

sas, reales o edificios residencial-comunitario-fu-

nerario. Dupaix y Fossey,50 como Burgoa, yuxta-

ponen ambas funciones. Pero por el hallazgo de

tumbas y entierros y nombres como Mictlán o

Lyobaá, se concibe a la nación zapoteca como

necrófila. Asimismo, si en el siglo XVI se conside-

ra al templo como quien sostiene al altar o la ca-

pilla, ahora corona a la pirámide.51

Principios del siglo XX. El particularismo histórico

La corriente particularista histórica surge a princi-

pios del siglo XX en Estados Unidos. Con la fun-

dación de la Escuela Internacional de Etnografía

y Arqueología por Boas, Seler y otros, en Méxi-

co, se tiene interés por estudiar otras culturas inves-

tigando detalladamente los restos en sus propios

términos.Leopoldo Batres,32 de formación militar, estu-

dia antropología y arqueología en Francia. En

México es nombrado inspector general y conser-

vador de los monumentos arqueológicos, el pues-

to más importante en el porfiriato. De 1885 a 1902

realiza excavaciones y reconstrucciones en Monte

Albán. Con él se comienzan a realizar estudios se-

rios dentro de la disciplina y se adoptan los con-

ceptos de sitio, ataque, contraataque, avanzada, re-

tirada, trinchera, cala, nivel, etcétera, para los

estudios arqueológicos.53 Hace excavaciones en las

Plataformas Norte y Sur y en el Edificio L, hallan-

do más petrograbados de individuos referidos por

Sologuren y Belmar como Los Danzantes. No obs-

tante su formación militar, Batres le da importan-

cia al carácter religioso, aunque destaca el aspecto

funerario de las construcciones sobre los basamen-tos piramidales. Asimismo, observa a Monte Albán

como una ciudad de origen zapoteca.54

Traza un plano reconstructivo de las estructu-

ras en volumen de parte de la Plaza Principal y el

Sistema Siete Venado. Les da una forma rectangu-

lar y cuadrangular acentuando estructuras al su-

reste y fuera del sitio que en ningún otro plano se

han mostrado y expone un complejo de tres es-

tructuras rodeando un patio al este del sitio.

PLANOD£ tA CIUDAD MÍSTICA DE MONTE

Plano en planta de la mitad sur orientado desde eleste (Batres, 1902, en Rivera, 1997, fig. 9).

Los programas de Batres y Manuel Gamio para

ubicar a los sitios dentro de la República Mexica-

na, remarcan el nacionalismo. Con ellos, se pre-

tendía unificar a las diversas culturas étnicas den-

tro del territorio nacional y dar su visión hacia

los tiempos prehispánicos.

Desde 1910 a 1940 se observan cambios socia-

les radicales dentro de la política mexicana. Para

1910 estalla la Revolución mexicana. Sin embar-

go, Los movimientos revolucionarios en el país

no impiden la realización de estudios en sitios

como Oaxaca, quizá por la lejanía a los lugares

afectados. Para esos momentos, C. G. Rickards55

ubica a Monte Albán, midiendo la altura del ce-

rro y sus límites. La considera como una enorme

ciudad fortificada, carente de agua, constituida por

edificios, cuartos cuadrangulares, patios, muros y

toda clase de terrazas. Menciona los grupos este,

norte y central. Mientras otros propusieron el

origen zapoteca, maya y egipcio, para Rickards es

azteca, por el hallazgo de 28 enormes esculturas

Fotografía desde el sur del centro de laGran Plaza (Rickards 1910, 108b).

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52 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

de piedra, algunas aztecas, de un rey y un tigre.

Habla del pasaje de los guerreros aztecas y de pie-

dras con jeroglíficos de los que refiere medidas.

Toma una fotografía desde el sur de la PlazaPrincipal, en donde se observa una notable afec-

tación en el sitio por las actividades agrícolas ha-

bidas.

Desde 1880 a 1930 hay un proceso de seculari-zación en los estudios de Oaxaca por el mismo

valor dado a las fortificaciones —plaza militar, pue-

blo o ciudad fortificada, referidos por Gay, Seler,56

Holmes, Saville, Bandelier y Rickards— que a los

templos o recintos sagrados, mencionados por

Bancroft, Batres y Galindo y Villa.57 El sentido

teocrático será centro de las nuevas interpretacio-

nes veinticinco años después. Asimismo se da in-

terés por las herramientas y por el desarrollo tec-nológico. También se sigue con la concepción de

necrofilia zapoteca atribuida a Bancroft, Peñafíel58

y Rickards. Pero hay un mayor énfasis en la ar-

quitectura monumental, adoptando las tipologías

previas desde el siglo XIV. Sin embargo, cambian

los conceptos en sitios marcadamente destruidos

donde Seler y Rickards, desvinculándose de los

conceptos de pirámide-templo, sostienen que so-

bre los montículos se levantan templos o pala-

cios. No obstante de especificar las funciones de

las edificaciones, los estudiosos prosiguen con unmarco conceptual occidental.39

1930-1940. Alfonso Caso y la primera Escuela de

Arqueología en Oaxaca. ¿Una arqueología tradi-

cional o un enfoque inductivo completamente dife-

rente?

Para la década de los treintas, se desarrollan pro-

gramas sociales bajo el cardenismo. No obstante

la visión socialista del fortalecimiento social ini-cial dentro del panorama mexicano, se da mayorimpulso a las investigaciones arqueológicas de ín-dole monumental, y a la reconstrucción de los

enormes sitios arqueológicos. Posteriormente seacentúa con fines turísticos fomentados por elalemanismo y la apertura económica interna-cional.

Para 1926, se presenta el primer programa

de trabajos en Monte Albán con la formación de

la primera Escuela de Arqueología Oaxaqueñafundada por Alfonso Caso. Abogado en primeraformación y antropólogo en segunda, marca

una nueva visión dentro de los estudios arqueo-

lógicos.

Plano topográfico posiblemente de 1928, desde eleste (Marquina, 1951, p. 313).

Planos topográficos de 1 932 desde el este y el oeste(Fahmel,60 1991, p. 17 y Caso, 1964, pp. 16-17).

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 53

En 1928 publica un plano topográfico de laPlaza Principal, donde destaca la rara forma delEdificio J. Define los montículos por letras enorden alfabético a partir de la Plataforma Norte,las estructuras al centro de la Plaza, las del es-te, las del oeste y la Plataforma Sur. Ubica el Vér-tice Geodésico en la Plataforma Norte y al Juegode Pelota al noreste.

En 1932, H. Herrera levanta otro plano a esca-la 1:200, ubicando a Monte Albán a 1 540 msnm.Ahí destaca el declive de las estructuras oeste ha-cia el sur, y el acceso de todas. Los puntos en nú-meros romanos en sentido del reloj —norte, este,sur y oeste—, son bancos de nivel para realizar ellevantamiento del sitio y para hacer cálculostrigonométricos. Prolonga el plano hacia el no-reste, dando referencia a los caminos de acceso alsitio y demostrando con mayor claridad las cotasde nivel. Con el manejo de las coordenadas geo-gráficas, se ubica al sitio en el territorio nacional.

Desde 1930 a 1949 y 1958 —sin contar 1933—Caso realiza dieciocho temporadas de excavacióny consolidación de gran parte de los edificios dela Plaza Principal. Con él y colaboradores se rea-lizan excavaciones intensivas —por pozos de son-deo, túneles, etcétera. Toca diversos temas comoel análisis del calendario, petrograbados, jeroglífi-cos, escritura, escultura y de murales. Con un en-foque religioso realiza un estudio etnohistórico,lingüístico y arqueológico para confirmar la di-versidad cultural en Monte Albán y los valles cen-trales a través del tiempo. Por ende, aunque deorigen zapoteca, también habitaron los mixtéeos.Respecto a las costumbres funerarias —por el ha-llazgo de 209 entierros y 172 tumbas—, se da unpatión relacionado con las áreas residenciales delas laderas norte, sur, este y quizá al oeste. Perodescribe poco su arquitectura. Establece una cro-nología por pozos estratigráficos, con base en losrestos hallados sobre los pisos de ocupación dederrumbes de edificios, como formas de ocupa-ción cultural, bajo las siguientes épocas:

I. Con una cerámica de cultura compleja yavanzada de la que se cuestiona su origen dentrode los valles centrales.

I-II. Con innovaciones por la llegada de gru-pos externos, más que una evolución del grupoexistente.

II-IIIA. Como un periodo de cambios entreocupantes mayas de Chiapas y grupos teotihua-canos.

IIIA-IIIB, Época de transición.IIIB-IV. Época de transición o de abandono de

la ciudad.V. De la mixteca, aunque esta cultura ya co-

existía con la zapoteca desde la época anterior.Asimismo, Caso hace reconstrucciones arqui-

tectónicas, aplica análisis osteológicos, químicos,metalúrgicos y biológicos. No obstante a lo reali-zado, Acosta —uno sus colaboradores— no con-cluye el volumen sobre la arquitectura, sólo hayinformes de campo y trabajos dispersos.

Caso sostuvo que la cultura de los valles centra-les de Oaxaca era zapoteca y no mixteca, maya omexica; la cual alcanzó un complejo desarrollo.61

Sin embargo, reconoció cambios ocupacionalesproducidos por otras culturas, como cambioscronológicos reflejados en la arquitectura, el usodel espacio, de la cerámica, así como en las modifi-caciones de las costumbres funerarias.

Con relación al análisis del espacio, Caso y co-laboradores sostienen que Monte Albán no se cons-tituye de montículos aislados, debido al hallazgode estructuras en las laderas. Conforme realizan susinvestigaciones, la definen como una ciudad sagra-da habitada por reyes y sacerdotes; establecida des-de la base hasta la cima del cerro, reconstruida va-rias veces y sostenida por una enorme población opor una serie de ocupaciones culturales a través deltiempo.62 El carácter religioso se debe al tratar sólola Plaza Principal y la monumentalidad. Y al nohallar implementos bélicos, Caso (1933) rechaza elcarácter militar y de defensa en Monte Albán.Bernal (1956), sostiene que aunque se ubica enci-ma de una montaña no es una ciudad fortificadasino abierta, ubicada estratégicamente. Era un cen-tro ceremonial que por sus dimensiones se adecuóal culto religioso.63

Los colaboradores de Caso realizan excava-ciones en sitios de los valles centrales, la Mixteca

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54 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

Alta, la costa y otras partes. Estas investigaciones

se diversifican64 al sustituirse el enfoque monu-

mental por el estudio de sitios menores, pero no

se terminan los estudios arquitectónicos. Por ende,

intervienen arquitectos y urbanistas quienes de-

jan a un lado el aspecto antropológico para estu-

diar el desarrollo arquitectónico de las ciudades

prehispánicas. Se da importancia al espacio, a los

conceptos y estilos arquitectónicos y a la geome-

tría urbana.65 Un ejemplo es Marquina, quien al

hacer un estudio de la arquitectura de los sitiosmás importantes y conocidos hasta el momento

en México, de Monte Albán trata la ubicación y

describe la ciudad. Hace un análisis arquitectóni-

co de cada una de las estructuras principales: los

sistemas constructivos, los rasgos decorativos me-

diante períodos de desarrollo como los objetos

de piedra, las urnas y la cerámica.

Perspectiva reconstructiva desde el sur(Marquina, 1951, p. 315).

La perspectiva que realiza, parecería apoyarse

en la de Holmes, cincuenta y cuatro años ante-rior. La diferencia entre ambas es que Marquina

presenta mayor detalle de los rasgos arquitectóni-

cos, resultado de las excavaciones y de las recons-

trucciones realizadas hasta el momento. Despuéshubo posteriores estudios de análisis sincrónicos.

1960. Los estudios regionales: Berna!y la visión de

evolución unilineal. Paddock j la visión psicologista

Los estudios regionales mundiales se desarrollan apartir del análisis del patrón de asentamientos

hacia 1953 y tienen mayor impacto a finales de

1960. Pero los estudios en los valles de Oaxaca

tienen sus antecedentes en Holmes a finales delsiglo XIX, se inician con Caso y se formalizan con

Bernal (1965) y Paddock (1966). En ellos, los au-

tores van más allá del estudio de Monte Albán

para comprender su desarrollo.

Bernal66 publica sus estudios como un libro

posteriormente revisado por Paddock y actuali-

zado por sus alumnos. Como Paddock, se refiere

al sitio superficialmente debido a que las investi-

gaciones fueron publicadas después por Caso yotros. Lo importante en Bernal es el analizar no

sólo el surgimiento del sitio, sino el remontarse a

las primeras ocupaciones paleolíticas en el lugar

(2100 a. C.). Con una visión evolucionista, reafir-

ma sus estudios arqueológicos con los de índole

lingüística y etnohistórica. Considera que aunque

la región oaxaqueña es diversa geográfica y

lingüísticamente, presenta una unidad cultural,

por las características comunes en el patrón de

asentamientos. Asimismo, trata a los grupos

étnicos e históricos como arqueológicos. Consi-

dera imposible analizar a Monte Albán aislada-

mente, sino en relación con el Valle de Oaxaca y

la región mixteca como un conjunto. Con Bernal,

se realizan los estudios de patrón de asentamientosdonde toma en cuenta restos cerámicos, tumbas

y sitios completos.67 Como seguidor de Caso, se

basa en su cronología y señala que en la etapa

MAIIIA (200-600 d. C.) en Monte Albán se remarca

la actividad constructiva, conformándose como

una ciudad.68

A mediados de 1960, por Bernal se establecen

nexos con investigadores como J. Paddock y Ch.

Wicke del México City College, con quienes se

reanudan estudios en los alrededores de MonteAlbán, la Mixteca Costera (1956-1960) y la MixtecaAlta (1961).69 Paddock presenta una cronologíadiferente basada en Caso y Childe con una visiónregional del fenómeno urbano desarrollado en

Monte Albán. También abarca desde el Paleolíti-co (12000 a. C.) en la región hasta las etapas fina-les. Con una visión psicologista, analiza las inter-

pretaciones anteriores, como las de Bernal.70

Sostiene que la variabilidad psicológica y de tem-

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 55

peramentos y no la variabilidad ambiental causa

la variabilidad cultural. Asimismo, considera que

a mayor escala espacial, mayor uniformidad cul-

tural y a menor escala espacial, mayor diversidad

cultural. Con este planteamiento, convergería con

Bernal, aunque trata hasta el valle de Tehuacán y

la Mixteca en Puebla. Según Paddock, para la eta-

pa MAII (300-100 a. C.), las primeras ciudades de-

rivan de formas simples y en Monte Albán ya se

habla de una capital urbana y civilizada, ya que

ahí se establece una cultura con una mentalidad

urbana y la ciudad ya se presenta como la dimen-

sión más dinámica en términos de conducta hu-

mana y de expresión personal. A partir de la eta-

pa MAIIIA (100 a. C.-300 d. C.) se presenta desde

una libertad citadina hasta una formalidad urba-

na, en donde se pasa de una individualidad artís-

tica a una formalidad apersonal.

Plano orientado desde el este(Paddock, 1966, p. 162, fig. 166).

Hace un plano de la Plaza Principal donde ex-

pone las partes fundamentales excavadas y restau-

radas dentro de una visión reconstruida y detalla-da de cada estructura. De la Plataforma Norte,define el Patio Hundido, una estructura al este y

las escaleras de acceso de los demás conjuntos ar-

quitectónicos que rodean la Plaza, según el acce-

so desde ella, la rara forma del Edificio J y el con-

junto central. Cuestiono si fue su forma original

o si fue producto del proceso reconstructivo en el

sitio. Se definen claramente cuatro estructurasrodeando un patio y una estructura al noroeste,

en la Plataforma Norte, otra más al noroeste, al

norte y al este, fuera de la Plaza Principal. De las

últimas, se ubica un conjunto de tres estructuras

rodeando un patio al noreste y sudeste. Asimis-

mo, ubica estelas y tumbas dentro de cada con-

junto arquitectónico. Menciona la presencia de El

Palacio al sudeste, limitando la Plaza con una

mayor definición en la parte superior. Para el au-

tor,71 es importante analizar lo que se percibe de

los estudios y la manera como se refleja esa per-

cepción en la cartografía.

1970, Plantón y el análisis del patrón de asentamientos

El análisis del patrón de asentamientos tiene im-

pacto en 1970. Inicia con la ecología cultural des-

de Steward y Selther (1952), para continuar con

los estudios globales de Taylor (1948) desde el en-

foque funcionalista. Estos estudios definen el pla-

no espacial desde la región al sitio vinculados con

el plano temporal. Tienen fines ecológicos y eco-

nómicos, pero se analiza el origen del Estado en

los casos definidos como primarios. Así se esta-

blecen dos corrientes: la nueva arqueología y laarqueología de sistemas.

Dentro de los valles centrales, R. Blanton (1978)

—seguidor de Sanders—, es representativo. Parte

del estudio regional, del área de captación de re-

cursos y del tipo de organización social dentro de

los asentamientos. Realiza recorridos de superfi-

cie en lugares aledaños como en los cerros El Ga-

llo y Atzompa, para ubicar sitios vinculados con

Monte Albán. Su visión es demográfica, de admi-

nistración regional, económica y política. Trata

el desarrollo regional de la sociedad para anali-

zar el cambio de patrones de control político através del tiempo y el papel regional de la ciudad,como capital administrativa con un sistema regio-

nal centralizado, que controla a asentamientos de

niveles inferiores. Analiza el patrón de distribu-

ción espacial y plantea las categorías de construc-

ciones cívicas y residenciales. Sostiene que la ciu-

dad crece con el crecimiento de las instituciones

sociales, capaz de organizar la región con un sis-

tema integrador como el Estado del que se acen-túa la diferenciación comunal local.

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56 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

Sus estudios se basan en varios modelos de laecología cultural aplicados en el Altiplano Cen-tral mexicano para tratar el origen de MonteAlbán, su papel en el sistema regional y la diná-mica entre las civilizaciones de la cuenca de Méxi-co y los valles de Oaxaca. Blanton aplica los mo-delos geográficos de Lugar Central, para analizarla jerarquía de patrón de asentamientos y tomalos estudios sistémicos de Flannery et al. (1967)quienes sostienen que muchas características am-bientales de la cuenca de México se presentan enlos valles centrales de Oaxaca. Y consideran quelas primeras ocupaciones se dan a partir del 1500a. C. con una continuidad. Sus colaboradores es-tudian las comunidades actuales y la geomorfo-logía regional, donde se aplican las técnicas agrí-colas, potenciales de manutención poblacional, dela formación de la ciudad de Monte Albán y losdemás asentamientos en la región. Por consiguien-te, también se estudia el valle del Etla con un áreade 200 m2 y el valle central de 260 km2.

Sus objetivos son: a) aclarar la naturaleza deMonte Albán como centro elitista, cívico-religio-so, necrópolis o ciudad; ¿>) estudiar los patronesdemográficos a través del tiempo en el sitio y laregión; ¿} tratar cambios internos políticos y so-ciales de la ciudad y de la región a través del tiem-po, y d) tratar la producción agrícola artesanal yel intercambio del sitio y la región.

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Da una extensión a Monte Albán de 6.5 Ion2 y

realiza un mapa a escala 1:250-1:500 con base enlos de Caso (1928) y Herrera (1932). Define lasmedidas de la Plaza Principal de 750 m norte-sur,por 300 m este-oeste. Halla 14 barrios de especia-lización artesanal fuera de ella. En el cerro, iden-tifica 2 073 terrazas con fines cívicos —37 con pla-taformas y montículos de estructuras rodeandoun patio— en un área de 902 947 m2, terrazashabitacionales en la ladera norte y demás partes—1 969 con restos de muros para formar casas—en un área de 311.9 m2 y hay 67 terrazas agrícolasen el piedemonte, para el mantenimientopoblacional en un área de 2 895 m2. Varían de 5 x10 m a 100 x 300 m, respectivamente.

Mapa topográfico de Monte Albán desde el suren los periodos MAIIIA-MAIIIB (Blanton, 1978, p. 4).

Mapa topográfico de las elevaciones representativasde los valles centrales (Blanton, 1978, p. 61).

También traza un plano a escala 1:10 000, endonde abarca desde Monte Albán hasta partesprincipales de los valles centrales como MonteAlbán Chico al oeste, Mogollito al noreste, ElGallo un poco más al norte y más lejos Atzompa.72

Para ello utiliza serie de fotos aéreas de diferenteresolución, fotogrametría, cámara lúcida a escalade 1:25 000 y forma un mosaico en los valles cen-trales de Oaxaca.

Sobre las funciones de las estructuras cívicas,ceremoniales, económicas, habitacionales, etcéte-

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 57

ra, toma su ubicación, tamaño, organización y

relación entre ellas con los artefactos hallados.

Hace un muestreo exhaustivo con base en

modelos matemáticos como el paquete SPSS ver-

sión 6, el coeficiente G y la c2, para la presencia-

ausencia de restos materiales en superficie; el mo-

delo de vecino más cercano, para la relación y

cercanía de las estructuras formando grupos con

relación a la Plaza Principal y el Polígono Von

Thiessen para el análisis del patrón jerárquico en

los grupos aledaños a Monte Albán.73 Se basa en

Caso et al. (1967) para la estima poblacional cal-

culada con un mínimo de 5-10 personas por casa

sencilla y con muestras de material cerámico su-

perficial por terrazas habitacionales, con una ocu-

pación espacial y temporal continua, según una

muestra representativa en MAIIIB-IV.74

Abarca desde el Paleolítico hasta las fases de

ocupación final. Desde la etapa MAI se presenta

una construcción arquitectónica masiva en don-

de se erigen 300 estructuras en la Plaza Principal

para conformar la ciudad. Blanton75 concluye que

hay un desarrollo diferencial entre Teotihuacan y

los sitios posteriores del Altiplano Central mexi-

cano y Monte Albán. En Monte Albán se esta-

blece una comunidad especializada con una polí-

tica autónoma, en asentamientos continuos en el

valle. Después se establecen nuevos centros con

políticas locales que al abandonarse se colapsan y

se establecen otros nuevos. No obstante a la auto-

nomía, los centros controlan áreas rurales. Ésta

se acentúa en la secuencia cerámica que no es de

producción centralizada. Al colapsarse Monte

Albán, no hay cambios drásticos pero tiene una

política militarista y expansiva indicada por suubicación en la cima de la meseta.

El análisis del patrón de asentamientos ha te-

nido muchas críticas. Para Winter,76 es un estu-

dio superficial y el comportamiento deposicional

del material es diferente para cada época. Además,

Blanton saca una muestra reducida para la estima

poblacional. No obstante a lo anterior, su estu-

dio es importante en el avance de las investigacio-

nes de Monte Albán.

1970-80. Flannety y la arqueología sistémica. 'La se-

gunda Escuela de Arqueología Oaxaqueña

Con el análisis de la arqueología sistémica, K. V.

Flannery (1967)77 su fundador, realiza estudios

novedosos en los valles de Oaxaca. Y con él, se

desarrolla una segunda escuela de arqueología

oaxaqueña, al conformar un grupo constituido

por Blanton, Marcus, Kowalewski y Spencer, en-

tre otros. Se basa en la teoría general de sistemas,

corriente que analiza los cambios energéticos y

en cadena progresiva de todo ser vivo. Así, se es-

tudian células, tejidos, órganos, individuos, comu-

nidades, poblaciones, etcétera, y culturalmente,

seres humanos, bandas, tribus, cacicazgos, Esta-

dos e imperios.

Flannery (1975) analiza las formas de organi-

zación administrativa en términos de compleji-

dad y de envío de información. Sostiene que el

Estado surge y se desarrolla por el control y la

canalización de la información ejercida por un

grupo de personas que serán quienes controlen el

poder estatal. Estudia Mesopotamia, caso de Es-

tado primario temprano en el Medio Oriente. Y

establece una escuela con Johnson y Wright. El

primero lleva los planteamientos sistémicos al ex-

tremo de la cibernética: al estudio de la informa-

ción mediante gastos de energía. El segundo, pro-

sigue moderadamente.

Flannery se dirige a Monte Albán para confir-

mar sus hipótesis en otro caso de desarrollo esta-

tal diferente. El autor (1967) plantea el proyecto

Prehistory Human Ecology of the Valley of

Oaxaca para tratar los aspectos que ayudan a que

el valle de Oaxaca tenga un papel fundamental enel desarrollo de Mesoamérica desde tiempos muytempranos.78 Analiza el desarrollo de Monte

Albán y la evolución de sistemas socioculturalesen los valles de Oaxaca.

Flannery se basa en Bernal. En un estudio es-

pecializado se aplica el análisis de superficie79 y

de excavación80 para estudiar la integración regio-

nal del valle. También se usa el dato etnohistó-

rico, para refinar los conceptos de templo y pala-

cio de uso occidental; como lugar de residencia

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58 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

de los sacerdotes y como lugar de reunión de los

señores para conducir los asuntos del Estado, res-pectivamente. Asimismo se hace un estudio delaspecto político del desarrollo de la jerarquía ad-ministrativa desde el patrón de asentamiento encada sitio de los valles centrales de Oaxaca, su for-mación institucional interna; el crecimiento pobla-cional y el uso del potencial agrícola.81

Según Flannery, la presencia humana se da des-de el 8000 a. C. y continúa en secuencia hasta losperiodos anteriores al surgimiento de la ciudaden Monte Albán hacia MAI. Entonces, ya no secuestiona quiénes lo fundaron ni de dónde vinie-ron, sino qué factores provocaron su fundacióndesde tiempos tempranos, pasando de la sociedadaldeana a la sociedad urbana.82

Flannery et al. (1981) analiza la centralizaciónmás que la automatización, como la postulaBlanton (1978). Y se interesa por el desarrollocultural desde sus primeros pobladores en la re-gión. A diferencia de Caso-Paddock y los marxis-tas, rechaza el salto del establecimiento de aldeasal surgimiento urbano: considera que la sociedadse desarrolla pasando de cazadores-recolectores atribus, cacicazgos, Estados e imperios, de formaunilineal.

Después Flannery y Marcus83 plantean la evo-lución diferencial. Sostienen que en medios dife-rentes se producen culturas diversas y las organi-zaciones sociales se forman y expresan endiferentes tiempos y espacios. Grupos de San JoséMogote, por conflictos ínter, intra y extrasitios,se confederan con gente del valle del Etla yZaachila. Así, hacia MAi-n (700 a. C.-500 d. C.)84

Monte Albán surge como un Estado zapotecacomo primer centro administrativo, con la for-mación de un grupo gobernante de claseendógama profesional y después se establece laciudad. Esto lo indica la representación de cauti-vos de guerra grabados en enormes bloques depiedra, conocidos como Los Danzantes y las Lá-pidas de la Conquista hallados en el Edificio J yen otras estructuras en Monte Albán.85

Flannery y Marcus (1983) presentan un cro-quis de la Plaza Principal en el periodo MAI seña-

Croquis desde el sur, periodos MAI y MAM (Flannery yMarcus, 1983, p. 88 y Flannery, 1983, p. 103).

lando las estructuras del noreste, oeste y suroestedonde están las estelas. Flannery (1983) exponeotro croquis con una mayor actividad constructi-va. Los autores dan una menor estilizaciónplanimétrica a las estructuras y sólo se refieren ala Plaza Principal, pero no a la periferia. Sin em-bargo, por primera vez se presentan croquis conuna visión diacrónica del cambio de una etapa aotra.

Blanton y Kowalewski (1981)86 prosiguen conlos estudios sistémicos y también sostienen queen MAI se forma la ciudad. Abarca 20 km2, con5 000 habitantes y llega a densificarse a 30 km2.Para ellos, el Estado se forma por el aumento delcontrol y regulación de la interacción regional,estableciéndose una institución central que cana-liza la jerarquía administrativa, aumentando la po-blación y con ésta, los asentamientos; lo que per-mite el ascenso del nivel administrativo. Con elaumento poblacional, aumentan las demandasproductivas y el establecimiento de áreas agríco-las dispersas en los piedemontes. Para minimizarel riesgo, Monte Albán se convierte en un lugarcentral, con un control integrado! en los valles.87

Las concepciones de estos autores son de enormeimportancia. Sin embargo, no aclaran si el Esta-do surge antes o después de la ciudad.

Después Ch. Spencer (1982), estudia la Caña-da de Cuicatlan, Mixteca Alta, 100 km al noroes-te de Monte Albán. Aunque seguidor de Flannery,

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 59

su visión es diferente. Analiza la formación dife-

rencial de los cacicazgos y de los Estados. Según

él, la toma de decisiones y la descentralización

generan el Estado, como la mayor forma de inte-

gración social y no por la centralización de la in-

formación.88

El autor se ubica como parteaguas entre lo

sistémico y lo procesual, como se perfila entre

Blanton y Kowalewski (1981), al nivel interre-

gional.Con la arqueología sistémica se establecen dos

enfoques. Se estudia el desarrollo sociocultural en

el Medio Oriente con una visión universal y de

equilibrio. Pero al analizar Monte Albán se cues-

tiona si una sociedad está en equilibrio, cómo y

por qué pasa de un nivel de integración sociocul-

tural a otro. Con Blanton y Kowalewski (1981) se

estudia el proceso y la interacción remarcados en

Spencer (1982), al tratar el análisis sistémico en

términos de procesos, de integración, interacción

y con relación a la toma de decisiones políticas

que institucionalizadas, junto con otros procesos

sociales, se pasa del cacicazgo al Estado. Después

se da interés por la variabilidad del desarrollo

sociocultural. Flannery y Marcus (1983) aplican

los modelos glotocronológico y genético, donde

las sociedades se desarrollan de diferente manera

en diversos cursos; las similaridades y diferencias

culturales se manifiestan como producto de la di-

versidad radial y divergente. Los estudios sobre el

Estado y el urbanismo también se refinan. Se ana-

lizan desde el desarrollo unilineal para llegar al

desarrollo divergente. Asimismo, se separa el aná-

lisis de ambos fenómenos y su surgimiento en mo-

mentos diferentes.

1990. -La arqueología procesual

En el procesualismo se estudian los fenómenos so-

ciales como procesos desde sus diferentes dimen-

siones, escalas temporales y espaciales. El concepto

de acción es importante, puesto que el hombre es

el único ser vivo que dirige y controla sus actosconsciente y no racionalmente. Así, lo social se trata

como se expresa, sin una direccionalidad en pro-

greso: por evolución, involución o retroevolución,

en término de procesos progresivos, regresivos y

retrogresivos. El estudio procesual se da individual

—psicológicamente— y general —socialmente—, en

procesos continuos —evolutivamente— hasta dar-

se cambios radicales —revolutivos.

Wínter y la arqueología de la interacción social. La

tercera Escuela de Arqueología Oaxaqueña

Todo ser humano tiene actos dirigidos. Pero sólo

unos cuantos tienen la capacidad de potenciarlos

para convertirse en líderes de un grupo, que cons-

tituye una sociedad líder, la cual forma al Estado.

Con Blanton, Kowalewski y Spencer se dan los

antecedentes del análisis de interacción social, es-

tudios que se formalizan después. B. Fahmel (1990)

realiza una tesis de doctorado en arquitectura para

plantear que Monte Albán es producto de la

interacción social de todas las comunidades de los

valles centrales. Trata el aspecto sociopolítico y

los procesos de transformación en el sitio a través

del tiempo, según la dinámica indicada en la cons-

trucción de los edificios.

Para 1992-1994, el presidente Salinas de Gor-

tari, establece los Proyectos Especiales entre los

que está el de Monte Albán. Se realizan estudios

de grupos minoritarios de interés antropo-

lógico y análisis de unidades habitacionales con

interés arqueológico para analizar al común

poblacional, quien mantiene a la sociedad y al

grupo gobernante, quien la dirige. Con estos es-

tudios Marcus Winter, seguidor de Flannery, fun-

da la tercera escuela de arqueología oaxaqueña.

Winter (1974) plantea estudios de unidadeshabitacionales con interés en la vida comunita-

ria, más que en la vida palaciega, pues es impor-

tante entender a la población y después a los go-

bernantes. Ubica patrones residenciales dentro y

fuera del sitio a través del tiempo, para determi-

nar las actividades asociadas a éstos y trata su va-

riabilidad social. Excava en la parte noroeste, a 1

km de la Plaza Principal para cubrir 1 500 km2,con una secuencia desde MAI hasta MAIIIB-MAIV.

Detectan restos de casas, entierros, pozos, basure-

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60 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALEAN

ros, hornos y otros elementos. Después plantea

categorías de unidades habitacionales por tama-ño, sistemas constructivos y por variación de ente-

rramientos.89

Las unidades habitacionales de MAI-II son del

tipo de familias nucleares con actividades aldea-

nas pre-Monte Albán y los grupos que fundan el

sitio son de la región. Son agrícolas a juzgar por

el sistema constructivo, costumbres funerarias y

economía. El patrón se prolonga para MAII con

ciertas variantes. Para MAIII, las unidades habita-

cionales se diferencian en tres categorías definidas

por tamaño, sistemas constructivos de simples a

complejos, por costumbres de enterramiento di-

recto o dentro de tumbas, que reflejan diferencias

sociales de casas aledañas a la Plaza Principal para

grupos comunes a magníficos palacios donde ha-

bitan los gobernantes. El mayor número de uni-

dades habitacionales son del tipo 1, descienden

en el tipo 2 y sólo existen 6 palacios o del tipo 3.

Todas tienen un patrón de patio cuadrado deli-

mitado por cuatro estructuras.90

Plano topográfico y volumétrico desde el este;mostrando más allá del norte y nordeste

(Winter, 1994, pp. 50-51).

Winter realiza, un plano detallando las cotas

de nivel y la volumetría de los edificios. Asimis-mo, se prolonga al norte y nordeste

Plano topográfico desde el este, que cubremás allá del norte y noreste (Peeler, 1994, en

Zanabria, 1997, plano 3).

También D. Peeler (1994) traza un plano a es-

cala 1:100 refinando la topografía de la Plaza Prin-

cipal y de las áreas aledañas, sobre todo las del

norte y nordeste, en donde indica las áreas habi-

tacionales y los complejos arquitectónicos.

E¿ eclecticismo. De Caso al marxismo

Fahmel ha dirigido tesis de la Escuela Nacionalde Antropología e Historia, algunas provenientes

del Proyecto Especial. Estas presentan estudios

apoyados en una variedad de enfoques teóricos,

donde predomina el marxismo sobre la cuestión

urbana pero con base en los estudios de Caso, por

ser de las investigaciones más exactas en el sitio.

El marxismo

Actualmente una serie de corrientes se replantean

en términos de la problemática más reciente. Tra-

tan nuevos aspectos en su interior que de origen,

de otro tipo y completamente opuesto al del inte-

rés medular. Los estudios arqueológicos son a

menor escala; para analizar los marcos de desa-

rrollo si son efectivos en términos de los casosactuales y su desarrollo hacia atrás.

Corrientes como la marxista, desarrolladas des-

de el siglo XIX, tienen fuerte aceptación en la an-tropología desde 1960 y en la arqueología, desde1970. Actualmente se revisan planteamientos mar-

xistas con estudios tanto anteriores como poste-riores a la Época industrial, sobre todo casos no

europeos. Se toma en cuenta el nivel ideológico

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 61

como simbólico, además del materialista. Y seaplica en otras disciplinas, en donde se analizancambios radicales, punto fundamental del marxis-mo, como los expresados en el espacio geográfi-co, ambiental ecológico, social de índole antropo-lógica en donde se expresan los cambios revolu-cionarios. En la arqueología, los cambios bruscossocioculturales se reflejan en el material produ-cido por las sociedades pasadas. De ahí los temasde revolución agrícola y urbana, como épocas decambios sociales radicales.

En cuanto a estudios marxistas en la culturaoaxaqueña Morales (1992) expone una serie deconceptos sociológicos, urbanistas, antropológicosy arqueológicos del urbanismo, la ciudad, elcacicazgo y el Estado. Y su esquema de desarrolloes el del paso de las aldeas al surgimiento de lasciudades. Para ella, poco se ha hecho con relaciónal cambio de las ciudades. Las sociedades se ex-panden y se contraen, dando paso a la nucleaciónpoblacional. Un indicador importante de la apa-rición de sociedades complejas es el uso y selec-ción del material constructivo. Esto es, a mayorvariedad de material utilizado, mayor compleji-dad social, dando paso al establecimiento de lasciudades. En las primeras etapas sociales, se usanciertos materiales y en el momento de expansiónse maneja una notable variedad, incluso a nivelregional. El cambio de forma de vida aldeana a laurbana se da cuando la complejidad social se esta-blece en San José Mogote, en el valle del Etla ha-cia 1500 a. C. y en sus etapas finales surge el urba-nismo.91 Para MA1, con este sitio y otros de losValles Centrales se funda Monte Albán, con ras-gos todavía cacicales pero con cierta madurez ur-bana. Se logra una identidad propia que se refuerzaen MAII dentro de los sistemas constructivos en laPlaza Principal y con el uso de materiales cons-tructivos locales. A principios de MAIIIB-VI hayinnovaciones tecnológicas y el uso de una varie-dad de materiales constructivos foráneos. Poste-riormente con la adopción de rasgos culturales deotras regiones mesoamericanas se pierde esa iden-tidad propia y se abandona el lugar. El Estado notiene que ver con el surgimiento de la ciudad, ya

que ésta se establece en etapas anteriores con pre-sencia de cacicazgos92 desde San José Mogote has-ta la fundación de Monte Albán en MAL

Del Proyecto Especial Monte Albán, se desa-rrollan varias tesis de licenciatura en arqueologíacomo las de Rivero (1997) que desarrolla un estu-dio de la ciudad de Monte Albán y Zanabria(1997) que hace un estudio exhaustivo sobre uni-dades habitacionales. Plantean conceptos marxis-tas con base en el esquema de desarrollo socio-cultural de Caso.

Rivero93 hace un estudio local en espacios ar-quitectónicos de unidades residenciales, plazas ypatios en un análisis marxista urbano. Para ella,la fundación de la ciudad se da en MAI, donde to-davía existe una complejidad social cacical, peropara MAII, se desarrolla una sociedad estatal, porla existencia de un entramado de institucionesexpresadas arquitectónicamente y el excedenteproductivo habido para el mantenimiento de lasociedad y de la ciudad. Esto se confirma por eltipo de espacios usados dentro del sitio mismo.Las estructuras construidas son de acceso restrin-gido para cierto sector social y son de carácterhabitacional y no habitacional. Entre las segun-das está el Conjunto Poniente 1, similar a estruc-turas mayas tempranas. Se organiza como uncalpulli o unidad social mínima, con actividadesceremoniales privadas o restringidas al grupo quela habita. Aunque establecido el Estado, sólo has-ta MAIII se construyen algunos palacios, dispersosen el sitio y en su exterior.94

Idealización de las unidades habitacionales desde eleste (Proyecto especial, 1992-1994, en Rivero,

1997, fig. 119).

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62 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

Zanabria95 hace un estudio específico de lasunidades habitacionales y también excava al po-niente de la Plataforma Sur. Como Rivero, se cen-tra en el estudio de la vida de un grupo socialdentro de una unidad mínima: la unidadhabitacional, definida por las estructuras arqui-tectónicas que la constituyen y por la presencia ydistribución del material cultural dentro de esosespacios. Para ella, se define el uso específico decada una según el tipo de construcción. Y varíansegún estatus social, tipo cultural de la poblaciónque las habita con relación al tiempo de ocupa-ción. De la variedad establecida, hay tres tipos:las casas comunes, las residencias y los palacios.Las diferencia según tamaño, material de construc-ción, número de cuartos, complejidad del sistemaconstructivo, grado de elaboración, ubicación conrelación a la Plaza Principal, costumbres funera-rias —de la sencillez a la complejidad de entie-rros, con tumbas, según su uso— doméstico, do-méstico-no doméstico, no doméstico. Tambiéntrata los alrededores del cerro y cerros aledaños.Su investigación es la primera que reúne un com-pendio de información sobre unidades habitacio-nales relacionadas con el sitio.

Es importante analizar cada etapa constructi-va de las unidades habitacionales, como lo realizaFahmel (1991) dentro de las estructuras ubicadasen la Plaza Principal. Es un trabajo complejo porla información parcial rescatada e interpretada ydebido a la superposición de etapas constructivasanalizadas.

Para Zanabria,96 como Blanton (1978), Flan-nery y Marcus (1983), Monte Albán se funda paraMAI, como resultado de la formación de una con-federación por la fusión de grupos autóctonos enuna capital, centro del poder administrativo. Tam-bién se debe a condiciones altamente agrícolas,por el crecimiento poblacional y por la compe-tencia intravalles. Para MAII, Monte Albán se con-solida como una sociedad estatal, por la apariciónde niveles jerárquicos administrativos internos yexternos en el ámbito regional de cuatro nivelesdonde se ubica como el centro principal. Con laintensa actividad constructiva en la Plaza Princi-

pal, se da un carácter urbano en el sitio, reflejo deuna autoridad central que planifica, modifica ycoordina trabajos a gran escala, mediante un de-sarrollo tecnológico y de fuerza de trabajo.

De estos trabajos, Morales (1992), tiene unavisión diferente de la formación de Monte Albán.Considera que hay una serie de agrupaciones quedan como resultado la nucleación y por la varie-dad del material constructivo manejado, se forta-lece la complejidad a nivel estatal. El urbanismono se vincula necesariamente con la organizaciónestatal, aparece desde una etapa de cacicazgo avan-zado. Rivero (1997) acentúa esta afirmación, con-siderando que para el establecimiento de MonteAlbán los grupos fundadores todavía se hallan enun nivel de cacicazgo. Pero para MAII, con la fun-dación de la ciudad se desarrolla una sociedad es-tatal. Por otra parte, para Zanabria (1997) con unasociedad estatal se construye la ciudad en MonteAlbán, debido a que se necesita de una autoridadcentral, altamente organizada. En MAI el sitio des-taca como capital y en MAII como un Estado, sedesarrolla la ciudad.

Con Winter, Ernesto González Licón realizauna serie de intervenciones que culminan con losrescates arqueológicos en 1987-1989 en la carrete-ra rumbo a Monte Albán. Ahí descubre unidadeshabitacionales y otros restos materiales como losentierros. Bajo estos estudios, González se con-vierte en el especialista de costumbres funerariasdel sitio.

Perspectiva desde el este (González Licón,1990, pp. 86-87, fig.32).

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 63

La arqueología contextúa!-

En la arqueología contextúa!, se vincula lo arqui-

tectónico con la escritura, la iconografía, la pin-

tura, la cerámica y otras manifestaciones cultura-

les como parte de la formación sociopolítica,

religiosa, calendárica y astronómica para tratar lo

cultural dentro de sus propio contexto. Investiga-

dores como J. Urcid97 establecen un giro en las

interpretaciones, dando hincapié a la importan-

cia de la construcción, uso, violación, saqueo,

reocupación, reuso y modificaciones en las mani-

festaciones culturales, como parte del enriqueci-

miento dentro del desarrollo social visto desde sus

propios contextos.

L,íZ concepción de la cultura desde sus propios térmi-

nos. Una visión desconstructivista

En la actualidad, se da importancia por compren-

der a la cultura bajo sus propios términos, desde

el punto de vista de su propio pueblo. Asimismo,

los estudios sobre el Estado y el urbanismo han

dado pie para tratar otros fenómenos parecidos a

ellos, pero con una visión prehispánica. De esta

forma, en el Altiplano Central mexicano, se tra-

tan conceptos prehispánicos como el Altepetl y se

ha dado importancia al fenómeno mítico del

quincunce, ambos términos desde un enfoque

occidental. En los valles centrales de Oaxaca, tam-

bién se ha tratado el origen del asentamiento, que

desconstruido se conoce como gussíyúu?*

Román Nolasco, oaxaqueño de Zaachila, men-

ciona que la cultura sólo se comprende desde su

lengua materna. En los valles centrales se habla

ítí'^áado}9 por los buin %áalm y en el istmo di^aápor los binni %áa. Estudia su cultura desde los 14

años pero formalmente desde 1971 hasta la actua-

lidad. Respecto al quincunce, para él debe darse

un giro en la interpretación de la lectura. Y como

la cultura, se debe tratar en su totalidad.101

Habla de la filosofía, puesto que cada glifo tie-

ne su significado filosófico. Son veinte los signos

calendáricos y cada uno tiene su lugar (lagarto,

relámpago, etcétera). Tienen un orden diferente

al de los mexicas, pero el contenido es semejante,

puesto que se vinculan con la ubicación (tiempo)

y con la orientación (astronomía) y la filosofía se

vincula con la biología y las matemáticas.

Desde la arquitectura se representa una greca

con la unión de varias líneas y tres símbolos: un

cuadrado o superficie de la tierra; una cruz den-

tro de éste o templo (j»«);102 y una saliente o tiem-

po (¿nsst).m Estos trazos dan origen a la pirámi-

de. No se habla de quincunce sino de templo y

cada una de sus partes tiene un nombre con su

correspondiente significado. El templo como una

pirámide se forma cuando se traza la saliente.

Cuando es cuadrada, se simboliza la tierra: el uni-

verso. Así se conforma y se traza el asentamiento

del pueblo geométricamente en relación con el

templo del tiempo. La construcción de los asen-

tamientos dan un orden, una armonía matemáti-

ca mediante las formas geométricas. La expansión

del espacio abre un eje proporcional que provoca

la expansión del asentamiento. Todo esto se vin-

cula al espacio y al tiempo.

En términos matemáticos y geométricos, cuan-

do se unen varias líneas se forma el símbolo a ma-

nera de greca escalonada con una saliente. Y cua-

tro símbolos forman un cuadrado. Los puntos de

cada greca escalonada suman trece. La trecena es

el símbolo de la contabilidad de todos los pue-

blos prehispánicos.

Astronómicamente, cuando se forma la trecena,

queda inmerso el sistema calendárico del periodo

de 52 años (una greca escalonada vale una trecena

y cuatro, 52). Así se determina el sistema del tiem-

po (las matemáticas vinculadas con la astronomía).

Al representarse un cuadrado invertido, se repre-

senta una cruz, al trazarse varias capas fuera deella, se representan los calendarios de 364 y 260

días. Al calendario de 364 días se le agrega uno:

en el que se vive, trazado en el centro de la cruz.

La pirámide se orienta por un astro (el Sol, Ve-

nus u otra estrella). Son templos del tiempo y se

representa en la pirámide. Lo que se mide es la

energía en la superficie de la tierra y se representa

en los glifos mediante fenómenos o seres vivos

(generalmente zoomorfos). Por ello, lo que gobier-

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64 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALBÁN

na es la energía y el que se dedica a ella es el go-

bernante o principal dáaxoo104 —quien gobierna

el tiempo y lo relega a otros, para expandir el

asentamiento—, no el sacerdote y menos el dios.

Existe una armonía en el tiempo, vinculada con

la energía.En la lengua el símbolo del "quincunce" no se

concibe como lo tratan los autores. El origen del

sistema de la escritura es mediante símbolos y cadauno tiene un referente que se vincula entre los

demás símbolos. El quincunce es cuando se inte-

gra o se da origen por asociación. Es un símbolo

en forma de greca. Metafóricamente se refiere al

símbolo en forma de cruz encerrado en un cua-

dro. Pero el cuadrado del templo da una percep-

ción de la unión de cinco puntos (quincunce) perono es así. Se debe ir al símbolo representado en

un dibujo original, que se asocia con la lengua

materna. No en relación al símbolo del mito del

Quinto Sol.

Los orientadores —no portadores— norte, sur,este y oeste tienen una representación apegada a

la naturaleza biológicamente hablando. Así tene-

mos que:

náhuatl di'záado

Este caña, cañuela = ácatl movimiento = xoo

Norte pedernal = tecpatl relámpago = gussí

Oeste casa = cal/i venado = fe'///»

Sur conejo = iocbtli rata voladora,

murciélago = bissié

Y la orientación es diferente a la occidental.

Por ende, el Sol no se pone al oeste, más bien la

tierra rota. Aquí el tiempo se contabiliza desde el

oriente.

Para Nolasco, Monte Albán es un asentamien-

to originado por el concepto templo del tiemposobre la superficie de la tierra, se proyecta y seexpande mediante el asentamiento propio. Lo que

se gobierna es el tiempo, el cual se expande y pro-lifera. Y el tiempo es la cuarta dimensión regida

por los gobernantes y principales que a su vez

están inmersos en el tiempo. Los gobernantes re-legan el gobierno del tiempo a otros, se prolifera

y se expande, expandiendo el asentamiento mis-

mo. Es el tiempo de gobernar y la geometría tra-

za concretamente el tiempo. Se da cabida al tiem-

po y se plasma. El tiempo es abstracto y seconcreta en el trazo. Vivo, el gobernante rige en

el templo del tiempo y muerto, su cuerpo está

inmerso en un tiempo de reposo eterno. Enton-ces es difunto en la superficie de la tierra y muer-

to, ya descarnado en el interior de la tierra. De

ahí la diferencia del tempo del templo y del se-

pulcro como templo del tiempo en reposo. Por

ello, la proliferación de estas construcciones en el

sitio y el sepulcro está dentro de un templo. Se

vive en la superficie de la tierra, pero se descansa

en el sepulcro. De ahí el número de sepulcrosmayor que de templos, puesto que sólo se sepulta

a los gobernantes o principales al interior de los

templos.

Consideraciones finales

Desde el siglo XVI se establecen estudios en los

valles centrales de Oaxaca aplicándose conceptos

mexicas y occidentales. Para el siglo XIX con con-

ceptos occidentales se prosigue el estudio de Monte

Albán como una ciudad fortificada, especifican-

do sus funciones. A principios del siglo XX y ha-

cia 1940 se trata como una ciudad sagrada. En el

periodo de 1960-1970 se hacen estudios regiona-

les más refinados, estableciendo el vínculo de laformación estatal y urbana con un matiz fuerte-

mente occidental, para terminar en el periodo

1980-1990 con estudios de escala menor, como el

de las unidades habitacionales. Con Alfonso Caso

se establece un amplio programa de investigación

científica, tomando como núcleo del problema al

estudio del fenómeno urbano y su relación con elEstado. El desarrollo del PIC queda inmerso en la

formación de diferentes teorías desde la particu-larista, la regional, la sistémica, la de interacciónsocial y la contextual, con la aplicación de diver-

sos modelos de bajo nivel y con el refinamiento

de las interpretaciones. Sin embargo, ¿qué pasacuando se prosigue con el problema de la visión y

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 65

con ésta, de la aplicación de conceptos occidenta-les? ¿Con el desconttuctivismo de Nolasco se abri-ría paso a otro PIC?, ¿se rompería el anterior? Conestas cuestiones se abre una polémica para tratar aprofundidad los conceptos y en sí el estudio de laformación de las sociedades complejas prehispá-nicas en sus propios términos.

Agradecimientos

Esta investigación es producto de los cursos de"Oaxaca", impartido por el doctor Fahmel en elPosgrado de Antropología y "Los valles centra-les", impartido por la doctora L. Sotelo en elPosgrado de Estudios Mesoamericanos. Agradez-co al doctor Gerardo Bustos por sus asertos, comoa las doctoras W. Wiesheu y A. Dancéis, mis ase-soras, así como a la doctora A. L. Izquierdo delcurso de Formación Sociopolítica de Mesoaméricadel Programa de Posgrado en Estudios Mesoame-ricanos por las correcciones. El acceso al materialbibliográfico se debe a G. Díaz de la BibliotecaNacional de Antropología y a D. García de la Bi-blioteca del Instituto de InvestigacionesAntropológicas. Ésta, como otras investigacioneshan sido apoyadas con fondos del Conacyt.

Notas1 Cf, Regina Montano: El origen de la ciudad en el Alti-

plano central mexicano. El caso de Teotihtiacan. Una re-

construcción racional procesual; El origen del núcleo ur-

bano. Su relación con sociedades sedentarias, semisedenta-

rias y móviles. El caso de la cultura o/meca, y El origen

del núcleo urbano y otros indicadores arqueológicos de la

presencia del estado en La Venta, Tabasco.2 Cf. ]. Echevarría, "Los programas de investigación

científica", en Introducción a la metodología de la ciencia.3 R. Montano, El origen del núcleo urbano y otros

indicadores arqueológicos de la presencia, del Astado en

La Venta, Tabasco, p. 4.4 R. Montano, Monte Albán. Una reconstrucción so-

cio-cultural.5 B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación

de la arquitectura monumental prehispánica del vallede Oaxaca: 1580-1984", en Cuadernos de Arquitectura

Mesoamericana, núm. 7, p. 9.

6 E. González Licón, Los ^apotecas y los mixtéeos.

Tres mil años de civilización precolombina, p. 17.7 W. B. Taylor, Landlords And Peasant In Colonial

Oaxaca, pp. 2-8, y B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos deinterpretación de la arquitectura monumental prehis-pánica del valle de Oaxaca: 1580-1984", en of>. cit., p. 9.

8 Historia de los indios de la Nueva España (1533).9 E. González Licón, op. cit., p. 17.10 Relación de T¡acólalay Mitla (1580).11 B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación

de la arquitectura monumental prehispánica del va-lle de Oaxaca: 1580-1984", en op. cit., p. 10.

12 delaciones geográficas (1577 y 1584).13 E. González Licón, op. cit., p. 18.

14 I. Bernal, Arqueología oaxaqueña, p. 14.13 Geográfica descripción (1670) y Palestra histórica!

(1674).

16 B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretaciónde la arquitectura monumental prehispánica del va-lle de Oaxaca: 1580-1984", en op. cit., pp. 9-10.

17 I. Bernal, op. cit., pp. 12-13 y B. W. F. Fahmel,"Cuatro siglos de interpretación de la arquitectura mo-numental prehispánica del valle de Oaxaca: 1580-1984",en op. cit., p. 10.

18 Voy age a Guajaca (1783).19 Jiménez, "Presentación", en E. Mühlenpfordt,

Ensayo de una descripción fiel de la República..., pp. I-II.

20 E. González Licón, op. cit., p. 18. Cf. B. W. F.Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación de la arqui-tectura monumental prehispánica del valle de Oaxaca:1580-1984", en op. cit., p. 10.

21 E. González Licón, op. cit., p. 18; A. Rivero, Con-

junto poniente 1: situación en el espacio urbano de MonteAlbán, p. 26.

22 Cf. S. Purin, "L'Americanisme belge et son impactmuséologique", en XIII International Congress OfPrebistoric And Protohistoric Sciences, p. 98. Luxembur-

gués específicamente (Dancéis, comunicación personal,31 de octubre de 2001).

23 W. Dupaix, Antiqítities Mexicaines. Burean des

Antiquiiés Mexicaines, pp. 106-119.24 E. Lemoine, "Introducción", en C. Ma. Busta-

mante, Memoria estadística de Oaxaca j descripción deivalle del mismo nombre extractada de la que en gran tra-bajó el señor don José Murguía y Garaldi diputado enCortes por aquella provincia, p. XI; E. González Licón,op.'cit., p. 18; M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 21-22; V. Zanabria, Un conjunto residencial en el lado po-niente de la plataforma, sur en Monte Albán, Oaxaca, p.23; A. Rivero, op. cit., pp. 6 y 26.

25 Cf. W Dupaix, op. cit., lám. 39, fig. 102 y lám. 40,fig. 103. En los croquis presentados se toma la basecomo punto de orientación.

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66 LA HISTORIOGRAFÍA DE MONTE ALEAN

26 E. Lemoine, "Introducción", en op. cit., p. IX.27 Versiich einer getrenen Schilterung der Repiiblik

Mexiko besonders in Be^/ebí/ng atif Geographie,Ethnographie und Statistik (1844, ensayo de una Des-cripción fiel de la República de México, con especialreferencia a su geografía, etnografía y estadística).

28 Altamente cosmopolita, crítica y abierta a diver-sas ideas, con un marcado nacionalismo y universalis-mo, de la que proviene Von Humboldt.

29 Jiménez, "Presentación", en op. cit., pp. n-xil.30 V. Zanabria, op. cit., p. 23 y A. Rivero, op. cit., p.

26.•'' E. Mühlenpfordt, Ensayo de una descripción fiel de

la República de México..., p. 94.32 J. F. Iturribarría, "Prólogo a la segunda edición",

en Estudios históricos y estadísticos del estado libre deOaxaca, pp. 11-19.

33 J. B. Carriedo, Estudios históricos y estadísticos delestado libre de Oaxaca, t. 1, pp. 23-24.

34 Parece una imitación fiel de Mühlenpfordt. Cf.Jiménez, "Presentación", en op. cit., p. v.

35 Ibid., pp. 65-68.36 V. Zanabria, op. cit., p. 23 y A. Rivero, op. cit., p.

26.37 D. Charnay, "Préface", en Les Anciennes Villes dn

Nonveau Monde. Voy ages D'Explorations ait Mexique etdans E'Ameriqíte Céntrale, pp. VII-XII.

38 D. Charnay, Cites et mines américaines: Mif/a, Pa-

lenque, I^fíial, Chichén It^á, Uxmal. Gide, pp. 247-253.39 El austríaco Teobert Maler (1880) Ees Palais sacer-

dotanx de Mitla compara Mida con palacios de la anti-güedad clásica europea.

411 Reporf of an Archaeological Tonr in México (1884),Boston.

41 V. Zanabria, op. cit., p. 23 y A. Rivero, op. cit., p.26.

42 The Works of Hubert Howe Banckroft. TheNative Races (1883), vol. IV.

43 A. Rivero, op. cit., p. 27.44 H. H. Bancroft, "Chapter XII. Antiquities", en

History of México. A Popular History of Mexican Peoplefrom the Earliest Primitive Civili^ation to the Present,pp. 114-116.

45 A. Rivero, op. cit., p. 27 y V. Zanabria, op. cit., p.23.

46 W. H. Holmes, Archaeological Síudies Among theAncient Cities of México. II. Momimets of Chiapas, Oaxa-ca and Valley of México, vol. 1, núm. 1, pp. 212-226.

47 Ibid., pp. 210-216.48 Ibid., pp. 216-226.49 "Explorations of Zapotecan Tombs in southern

México", en American Anthropologist. Cf. E. GonzálezLicón, op. cit., p. 19.

511 Ij; Mexique (1857).51 B. W. F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación

de la arquitectura monumental prehispánica del va-lle de Oaxaca: 1580-1984", en op. cit., pp. 10-11.

52 Exploraciones de Monte Albán (1902).33 Tal es el caso de su estudio detallado de capas en

la calle de las Escalerillas en el centro de la ciudad deMéxico. Cf. I. Bernal, op. cit., p. 13.

54 V. Zanabria, op. cit., p. 23 y A. Rivero, op. cit., p.23.

M C. V. Rickards, "State of Oaxaca", en The RiiinsOf México, vol. i, pp. 105-106.

* "Resultáis archéologiques de son dernier voyageau Mexique", en Compte Rendu del Congreso Inter-nacional de Americanistas (1888).

" "Algo sobre los zapotecas y los edificios de Mitla",en Anales del Museo Nacional de México (1905).

58 Monumentos del arte mexicano antiguo (1890).59 B. W F. Fahmel, "Cuatro siglos de interpretación

de la arquitectura monumental prehispánica del va-lle de Oaxaca: 1580-1984", en op. cit., p. 11 y M. Winter,Monte Albán. Guía, p. 22.

611 Según Fahmel de 1928.61 M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 23-33.62 A. Caso, Eas exploraciones de Monte Albán. Tem-

porada de 1934-1935.63 Véase de A. Caso: "Conclusiones", en Eas estelas

zapotecas pp. 75-76; "Las tumbas de Monte Albán", enAnales del Museo Nacional de Arqueología, Historia yEtnología, época IV, vol. 8; Calendario y escritura de las

antiguas culturas de Monte Albán; "Sculpture and Mu-ral Painting of Oaxaca", en R. Wauchope, ed., Hand-book of Middle American Indians, vol. 3, y El tesoro deMonte Albán. Memorias del Instituto Nacional de An-tropología e Historia. A. Caso e I. Bernal, "Prólogo" y"Conclusiones", en Urnas de Oaxaca. Memorias del Ins-tituto Nacional de Antropología e Historia, pp. 9-13 y359-374; A. Caso, I. Bernal y J. Acosta, I^a cerámica deMonte Albán. Cf. A. Caso, Reyes y reinos de la Mixteca;

E. González Licón, op. cit., pp. 19-20; A. Rivero, op.cit., pp. 6-10 y 27-28 y V. Zanabria, op. cit., pp. 23-26.

64 I. Bernal, op. cit., pp. 16-18 y E. González Licón,op. cit., pp. 20-22.

65 A. Rivero, op. cit., pp. 28-29."' I. Bernal, op. di.('7 Cabe señalar que estos estudios son realizados por

Willey (1953) en el valle del Virú, Perú; y es quien fun-da la escuela del patrón de asentamientos a nivel mun-dial.

63 I. Bernal, op. cit., pp. 3-5, 41-49, 83-88.c'9 Ibid., p. 16.70 J. Paddock, Ancient Oaxaca. Discoveries in Mexican

Archaeology and History, p. 84.

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REGINA DE LOS ÁNGELES MONTANO PERCHES 67

71 Ibid., pp. 3-5.72 Realizado por Blanton, Cari Kuttuff, Charles

Spencer y Kowalewski, respectivamente, sin tratar pro-piamente la parte de Mogollito. Este mapa lo presentoaquí.

73 R. Blanton, Monte Albán. Settlement Patterns attbe Ancient Zapotee Capital, pp. 1-31. Cf. A. Rivero, op.cit., pp. 31-32 y V. Zanabria, op. cit., p. 26.

74 Cf. M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 36 y 98.75 R. Blanton, Monte Albán. Settlement Patterns at

tbe Ancient Zapotee Capital, pp. 105-109.16 M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 37 y 33-37.77 K. V. Flannery et al, "Farming Systems and

Political Growth in Ancient Oaxaca", en Science, vol.158; K. V. Flannery, La evolución cultural de las civili-^aciones; K. V. Flannery y J. Marcus, The Cloud People.Divergen! Evolution of The Zapotee and Mixtee

Civili^ation.78 A. Rivero, op. cit., p. 10.79 F. E. Blanton y S. A. Kowalewski, "4. Monte Albán

and after in the Valley of Oaxaca", en supl. de Handbook

Of Middle American Indians, vol. 1, pp. 94-116.80 K. V. Flannery, La evolución cultural de las civili-

^aciones.81 K. V. Flannery, J. Marcus y S. A. Kowalewski, "3.

The Preceramic and Formative of the Valley of Oaxa-ca", en op. cit., pp. 48-52.

82 M. Winter, Monte Albán. Guía, p. 34.83 K. V. Flannery y J. Marcus, The Cloud People.

Divergent Evolution of The Zapotee and Mixtee

Civili^ation, pp. 1-10.84 Ibid., pp. 128-131.85 K. V. Flannery et al., "Farming Systems and

Political Growth in Ancient Oaxaca", en op. cit., pp.52-93.

86 Cf. F. E. Blanton, y S. A. Kowalewski, "4. MonteAlbán and after in the Valley of Oaxaca", en op. cit.; yK. V. Flannery, J. Marcus y S. A. Kowalewski, "3. ThePreceramic and Formative of the Valley of Oaxaca",en op. cit.

87 F. E. Blanton y S. A. Kowalewski, "4. Monte Albánand after in the Valley of Oaxaca", en op. cit., pp. 94-116.

88 Ibid., p. 31.89 A. Rivero, op. cit., pp. 11 y 13.90 M. Winter, Monte Albán. Guía, pp. 38-41.91 A. Morales, "Estado, estructura urbana y materiales

de construcción en los valles centrales de Oaxaca, pp. 121-138.

92 Ibid., pp. 138-145.93 A. Rivero, op. cit., pp. 15, 32-38 y 146-151.94 Comunicación personal, junio de 1999.95 V. Zanabria, op. cit., pp. 2-3 y 9.

96 Ibid., p. 40.97 J. Urcid, "Monte Albán y la escritura zapoteca",

en M. Winter, coord., Monte Albán. Estudios recientes,pp. 77-97 y J. Urcid, "La escritura zapoteca prehispánica",en Arqueología Mexicana, vol. V, núm. 26, pp. 42-53.

98 Del gussí, tiempo y yítu, tierra, templo = El tem-plo del tiempo en la superficie de la tierra. Occiden-talizado se conoce mal como Cocijo, el dios de la llu-via, que no existe entre los buin-záa.

99 Del did, palabra; %áa, nube y do, tranquilidad —La palabra tranquila de la nube.

100 del buin, gente y %áa, nube = gente de nube.101 Trabajo Templo del tiempo en la superficie de la

tierra. Conferencias efectuadas el 11 de octubre del 2001en el Seminario de Cultura Náhuatl impartido por eldoctor León-Portilla y el 31 en el Seminario de Funda-mentos del Arte Prehispánico impartido por la candi-data a doctora Diana Magaloni. Comunicación perso-nal. 31 de octubre y 6 de noviembre del 2001.

102 Yúu = templo j yuu = casa.103 Abreviado es tétete - tiempo, superficie terres-

tre y templo.104 Del dáa — señor, dáaxoo — señor en movimiento.

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