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Bienvenido a LA FUENTE

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La Biblia es, sin lugar a dudas, el libro más importante de todos los tiempos. No tan sólo habla de asuntos con los que batallamos hoy día, como el dinero, las riquezas, la pobreza, el trabajo, los conflictos, el amor, el sexo, el perdón, la culpa, el pecado, la juventud, y la muerte, sino además nos brinda un panorama de un Dios que creó el universo, y de un Dios que ha estado orquestando una increíble trama a través de la historia. Pero a pesar de que reconocemos su importancia, a menudo nos alejamos de la Biblia debido a que muchas veces nos parece que es difícil de abordar.

Por tal motivo queremos presentarte una serie de estudios llamados LA FUENTE, para ayudarte a engancharte con la Biblia de una forma práctica y significativa. Esta serie contiene, en primer lugar, una Introducción para cada libro, para que desde el comienzo tengas una idea clara de hacia dónde se dirige el autor. También encontrarás una sección de Notas que te permitirá ver con un enfoque claro los escenarios antiguos de los que trata el texto. Por último, y más importante, encontrarás Guías de discusión para cada sección de la escritura que te permitirán explorar y aplicar los pasajes en un contexto grupal. Estos elementos juntos estructuran el formato sencillo para cada reunión.

1. Antes de cada sesión, lee los pasajes seleccionados en tu Biblia, también lee las notas, y contesta las preguntas de discusión.

2. Ven a tu grupo bien preparado para compartir y discutir tus respuestas de la sesión de esa semana.

Santiago

Algunas veces, tratar de aplicar la Biblia a tu vida cotidiana puede ser algo así como un ejercicio. Santiago, por su parte, pone esto muy en claro a sus lectores al hablar de manera directa de las aplicaciones de la fe cristiana en la vida real. En este estudio descubrirás la sabiduría que encierra el vivir tu fe de manera práctica.

Sesión 1 – Santiago 1 Sesión 4 – Santiago 4 Sesión 2 – Santiago 2 Sesión 5 – Santiago 5 Sesión 3 – Santiago 3

Esperamos que este estudio permita que tu vida se enganche con la Biblia, de manera que la naturaleza transformadora de la Palabra de Dios se desenvuelva a través de la dinámica de tu Grupo de Vida.

LA FUENTE

Santiago - Introducción

Jesús tenía varios hermanos; uno de ellos se llamaba Santiago (sin que se confunda con dos de los discípulos de Jesús, que también se llamaban Santiago). Aunque escéptico al principio con respecto a su hermano, después de la muerte y resurrección de Jesús, Santiago se volvió un creyente y un líder importante de la comunidad eclesiástica en Jerusalén. Era respetado por el consejo que daba, y por las sabias decisiones que ayudó a tomar a la comunidad cristiana. Tal parece que en cierto momento, decidió escribir algunas palabras de instrucción y enviarlas a otros creyentes judíos que estaban dispersos a lo largo del Imperio Romano. Y aunque no podemos estar seguros de la fecha exacta, Santiago el hermano de Jesús, pudo haber escrito su obra alrededor del año 45 D.C. Conocemos a este práctico tratado de la vida cristiana como el libro de Santiago.

Este libro comienza a manera de carta, pero de hecho, es distinta a otras cartas de la época. Es una colección de dichos breves, que quizá Santiago repetía con frecuencia al aconsejar a las personas. También incluye discusiones más largas sobre problemas cotidianos que los creyentes judíos enfrentaban. Santiago trata estos temas con las mismas técnicas empleadas por los oradores de aquellos días. Por ejemplo, algunas veces se anticipa y responde la pregunta que alguien pudiera hacer. Asimismo, a diferencia de la mayoría de las cartas, este libro no trata sus temas en orden lógico o secuencial, sino que entreteje varios temas de modo que el autor toca un determinado asunto, lo deja, y después regresa a abordarlo de nuevo. El estilo controversial, los dichos breves, sustanciosos, y la entremezcla de los temas, hacen de este libro un reflejo vivo de la sabiduría encontrada tanto en Proverbios como en Eclesiastés.

Así como esos otros libros de sabiduría, el libro de Santiago se enfoca primordialmente en las preguntas de la vida cotidiana. Cuando Santiago argumenta acerca de lo que significa ser sabio, explica que la sabiduría se demuestra con una conducta práctica: ‹‹la sabiduría que viene del cielo es primeramente pura, después pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera». Dentro de los asuntos prácticos que él considera, se encuentran: ver por los pobres desfavorecidos; el uso responsable de las riquezas; el control al hablar; una vida pura; la unidad entre la comunidad cristiana; la naturaleza de la oración eficaz; y sobre todo, la paciencia y perseverancia durante los tiempos de prueba.

LA FUENTE

En la esencia del mensaje de Santiago se encuentra una discusión respecto a la fe: creer en quién es Dios y en que lo que Él ha hecho, debe traducirse en actos de servicio y amor. Fue así con grandes hombres y mujeres en el Antiguo Testamento y no es distinto para aquellos que siguen a Cristo hoy en día. Después de todo, Santiago afirma: ‹‹La fe por sí sola, si no se acompaña de acciones obedientes, está muerta». El apóstol Pablo enseñó claramente que las buenas obras no hacen que uno se gane la gracia de Dios. Pero en esta carta, Santiago se está refiriendo a aquellos que ya han experimentado esta gracia inmerecida y por tanto, debieran reflejar esa realidad en sus acciones hacia otros como resultado de su obediencia a la Palabra. Las personas a quienes Santiago exhortaba, enfrentaban muchos retos al mismo tiempo que buscaban cómo practicar su fe en las circunstancias que les presentaba la vida. Al enfrentar nosotros retos similares en la actualidad, su sabiduría divina sigue siendo tan valiosa hoy en día, como lo fue cuando Santiago la compartió siglos atrás.

La introducción a Santiago fue tomada de Starting Point Bible Copyright 2007, por la Sociedad Bíblica Internacional y por North Point Ministries, Inc. Todos los derechos reservados a nivel mundial.

Este manual está basado en el currículo para grupos pequeños que North Point Church tiene disponible.

Sesión 1 - Notas sobre Santiago 1

1:1

Santiago fue uno de los varios hermanos de Jesús y posiblemente el mayor de ellos, ya que su nombre encabeza la lista en Mateo 13:55. Así como sus demás hermanos, fue muy escéptico sobre las afirmaciones que Jesús hizo (Juan 7:2-5). Pero en determinado momento llegó a creer que el muchacho con el que había crecido había venido a salvar al mundo. Él fue uno de los que vieron a Jesús después de la resurrección (1 Corintios 15:1-7), algo que seguramente lo marcó de por vida. Después de eso se volvió muy influyente en el movimiento cristiano primitivo, dirigiendo la iglesia de Jerusalén con sabiduría (Hechos 12:17; 15:13-21; 21:17-18; Gálatas 1:19; 2:9). Santiago murió como mártir, siendo apedreado por orden expresa del Sumo Sacerdote Ananías, durante el periodo ocurrido después de la muerte del gobernador romano, Festo, en el año 62 D.C. (Josefo; Antigüedades 20.9).

Esta carta está dirigida a ‹‹las doce tribus esparcidas entre las naciones», una probable referencia a los cristianos judíos que tuvieron que dejar Jerusalén debido a la persecución contra los cristianos, después de la lapidación de Esteban (Hechos 8:1; 11:19).

1:2

Después de una breve introducción, Santiago comienza animando a sus lectores a perseverar en las pruebas, algo que sabía estaban enfrentando. Es interesante que se utilice aquí la misma raíz griega para la palabra ‹‹pruebas», que para la palabra ‹‹tentado» en el 1:13. Aquí se enfatizan las pruebas que provienen del exterior, tales como la persecución, la escasez, la enfermedad, y otras (‹‹de muchos tipos»). Mientras que en el verso 13 el énfasis es en las pruebas internas, tales como la tentación del pecado, Santiago sabe que la perseverancia ante ambas circunstancias conduce a la edificación de la fe de uno.

1:5-8

Un tema común dentro de los textos de sabiduría judíos (Proverbios, Eclesiastés) era que toda la sabiduría provenía de Dios (Proverbios 2:6; 9:10), y que esta sabiduría estaba disponible para todo el que la buscara (Proverbios 1). Santiago agrega que esta no se trata de una mera búsqueda de conocimiento para un beneficio personal, sino de un compromiso de obedecer algo que Dios revela. La imagen del mar aquí representado no se refiere a olas gigantes golpeando sobre las rocas. Más bien habla de un horizonte ondulante que cambia la forma y textura momento a momento alterando su curso según como lo lleva el viento. No podías pedir la sabiduría de Dios un día, y buscar la sabiduría del mundo al día siguiente.

1:9-11

Colectando algo de sus pensamientos sobre las pruebas y la sabiduría, Santiago continúa con un punto de vista bíblico sobre la riqueza como un medio para confortar a aquellos que menos recursos tienen. Sin importar cuál sea la posición económica de uno, Santiago señala que las riquezas se desvanecerán, y que lo más importante es ver dichas riquezas, o la ausencia de ellas, desde la misma perspectiva de Dios.

1:12

Como una recompensa de perseverar en las pruebas, Santiago escribe de una ‹‹corona», descrita normalmente como una guirnalda de olivos puesta sobre la cabeza de un atleta victorioso. En este caso, representa la recompensa de la vida eterna.

1:13-15

Santiago se enfoca ahora en la perseverancia durante las pruebas internas y en las tentaciones del pecado. Aunque existen diversos ejemplos en el Antiguo Testamento cuando Dios probó la fidelidad de sus siervos (Génesis 22:1; Deuteronomio 8:2; 13:3: Jueces 2:22), Santiago aclara que Dios no tienta a su gente para pecar. Más bien cuando nosotros pecamos es debido a nuestra incapacidad de permanecer alejados de la seducción del pecado. Desafortunadamente el resultado de que nosotros cedamos a la tentación, es el tan repetido ciclo de deseo-pecado-muerte, ilustrado por Adán y Eva en el huerto del Edén (Génesis 3:6-22), y por el Rey David y Betsabé (2 Samuel 11:2-17); asimismo, por la imagen de la mujer adúltera de Proverbios 7.

1:16-18

Para aclarar, Santiago insiste en que Dios no es el autor de los malos deseos ni del pecado, sino de las cosas buenas, incluyendo la creación (‹‹las luces celestes», refiriéndose al sol, la luna, y las estrellas) y el renacer (la vida eterna que recibimos por creer ‹‹la palabra de verdad», o el evangelio). Verdaderamente, todo lo que es bueno proviene de Dios.

1:19-21

Santiago regresa ahora su atención a las palabras que utilizamos y las actitudes detrás de ellas. Después de exhortarnos a ser prontos para escuchar, tardos para hablar, y tardos para enojarnos, nos ordena ‹deshacernos de toda suciedad moral». La traducción del verbo ‹‹deshacerse» es utilizada a menudo en referencia al acto de quitarse la ropa. El término ‹‹suciedad moral», tal como la raíz que se usa en el 2:2, es una imagen que alude a la vestimenta de una persona pobre; ‹‹viejos trapos de inmundicia». Esta imagen es la de quitarse unos trapos sucios, llenos de mugre, que representaban los caminos de este mundo, y después aceptar la palabra de Dios, dadora de vida, la cual tiene el

poder de salvarnos de una vida que no vale la pena vivir. Una transformación total que cambie la vida entera; eso es lo que Santiago tiene en la mente.

1:22-25

No sólo deberíamos ser prontos para escuchar (v. 19), sino además prontos para aplicar la verdad de Dios a nuestras vidas. Este mismo punto fue enfatizado por Jesús en su parábola del constructor sabio (Mateo 7:24-27). La ‹‹ley perfecta» se refiere a la ley de Moisés del Antiguo Testamento, la cual se había cumplido y perfeccionado por (en) la persona de Jesucristo (Mateo 5:17).

1:26-27

Santiago anticipa tres caminos en los que sus lectores pueden ‹‹hacer o practicar la palabra»: el control de la lengua, ver por los indefensos de la sociedad, y evitar las distracciones terrenales. Y mientras que en la Biblia existen otros aspectos de la religión, una experiencia genuina siempre incorpora este tipo de actos. Tal como lo escribe Juan Calvino: ‹‹En general, Santiago no define lo que es la religión, pero nos recuerda que la religión sin las cosas que él menciona no es nada». (Comentarios de las Epístolas Católicas).

Sesión 1 - Discusión

Introducción

La vida no es fácil. Todos hemos enfrentado pruebas y tentaciones que han venido a nuestras vidas y hemos luchado con la manera de lidiar con ellas. Asimismo, todos hemos batallado tratando de aplicar las enseñanzas del cristianismo de manera que vivamos vidas congruentes. En esta primera sección, echaremos una mirada a estos dos temas: enfrentando las pruebas y practicando la obediencia.

Preguntas para discusión

1. Lee Santiago 1:1-2. La vida está llena de pruebas, tentaciones, y sufrimiento. ¿De qué forma te han acercado (o alejado) de Dios las pruebas que has experimentado?

2. ¿Cuáles son las pruebas externas y presiones que estás enfrentando actualmente? ¿De qué manera están afectando tu fe?

3. Lee Santiago 1:13-15. ¿Cuáles son las tentaciones internas que te llevan a la deriva? ¿Cómo podemos evitar el camino de autodestrucción al que nos conducen dichas tentaciones?

4. Lee Santiago 1:22. ¿Cómo se engañan a sí mismos los cristianos cuando tan sólo escuchan la verdad y no la ponen en práctica?

5. ¿Cómo podemos mejorar la aplicación de las verdades que estamos descubriendo?

6. ¿Cuál sería una verdad que necesitas aplicar a tu vida, pero no lo has hecho todavía?

Piensa en esto

¿Cómo describirías tu relación con Dios? ¿Es meramente una práctica religiosa que llevas a cabo de manera automatizada sin experimentar un cambio de vida significativo; el tipo de relación que se marchita bajo las pruebas y las tentaciones? ¿O tienes una fe activa y creciente que te permite hacer frente a las pruebas y tentaciones con una obediencia continua?

¿Qué harás?

Santiago menciona tres maneras en las que podemos ser mejores hacedores de la palabra: controlando la lengua, viendo por los más indefensos y necesitados, y evitando los caminos del mundo. ¿Cómo puedes poner en práctica uno de estos esta semana?

Cambiando tu mente

Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.

Santiago 1:2-4

Sesión 2 – Notas de Santiago 2

2:1-4

Dada la mucha atención que Santiago otorga a la discriminación, debió haber sido un problema que enfrentaban sus lectores. Tal como era el caso por toda Palestina; los ricos oprimían a los pobres y además recibían un trato preferencial.

2:1

La traducción del término griego ‹‹favoritismo», literalmente significaba ‹‹recibiendo el rostro». Esto significa hacer juicios acerca de las personas basados en su apariencia externa.

2:2

Santiago ofrece ahora a sus lectores judíos un ejemplo hipotético de favoritismo: Dos tipos de personas acuden a la reunión, una vistiendo finas vestimentas y un anillo de oro, y la otra usando ropa raída. En esos días, los anillos de oro distinguían a las clases altas senatoriales y eran símbolo de riqueza y estatus. Por otro lado, el uso que daba Santiago a ‹‹viejos trapos de inmundicia», evocaba la imagen de una persona vagabunda de nuestros días, alguien vistiendo ropa sucia, sin buena combinación y con mal olor.

2:3-4

La situación parece clara: los cristianos están siendo parciales mostrando preferencia por los ricos y desdén hacia los pobres. Más aún, la expresión ‹‹entre ustedes» conlleva cierto matiz de ‹‹dentro de ustedes». Santiago pone en claro que la división externa que se hace entre los ricos y los pobres, refleja una división interna del corazón, titubeando entre Dios y el mundo. Tal como lo escribe un estudioso: ‹‹la conducta cristiana congruente proviene solamente de un corazón y una mente cristiana congruente».

2:5-7

Habiendo advertido contra el favoritismo, Santiago explica ahora porqué está mal. Dado que Dios no juzga a una persona basándose en su riqueza material, tampoco lo deben hacer sus seguidores. De hecho, Dios enfatiza que mostremos compasión con los oprimidos por la sociedad (Levítico 23:22; 25:35-38; Deuteronomio 15:11; Gálatas 2:10) y se deleita en derramar su gracia sobre aquellos a los que el mundo ha desechado, y aquellos que de manera aguda, están conscientes de todo lo que carecen. Y como si esto no fuera suficiente,

Santiago señala en los versos 6b-7 que el favoritismo no tiene sentido alguno. ¿Por qué, entonces, mostrarse parciales con los que los oprimen?

2:8-11

Santiago ofrece ahora una razón más para prohibir el favoritismo. Rechazar cualquier parte de la ley, cuya esencia es ‹‹amar a tu prójimo como a ti mismo», significaba que rechazabas toda la ley, y por tanto, la autoridad de Dios. El argumento de Santiago está basado en Levítico 19:15-18, donde Dios habla sobre la parcialidad y la ley del amor. Después él utiliza dos de los diez mandamientos (Éxodo 20:13-14) que tratan sobre amar al prójimo, para ilustrar su punto.

2:12-13

Santiago exhorta ahora a sus oyentes a poner en práctica el punto que ha estado tratando (no mostrar favoritismo), recordándoles que serán juzgados. Como creyentes han sido perdonados de todos sus pecados por medio de su fe en Cristo, pero aún así, vendrá el tiempo en el que darán cuentas de sus acciones (2 Corintios 5:10).

2:14-26

Como creyentes han sido perdonados de todos sus pecados por medio de su fe en Cristo. Esta sección de la carta es la más densa teológicamente, así como la más refutada. La mayoría de los desacuerdos han resultado de intentar poner el énfasis de Santiago sobre las obras en contraposición del énfasis de Pablo sobre la fe en el proceso de la salvación. Sin embargo, un enfoque seguro de este pasaje, (y más tarde de los pasajes de Pablo en sus epístolas) es ver esto a través de la continua advertencia que Santiago hace respecto a ‹‹no ser hacedor de lo que la palabra dice», en lugar de tratar de corregir la teología de Pablo. Usando las palabras de Martin Lutero; las personas son justificadas sólo por la fe, pero no por una fe que se encuentra sola (sin acciones obedientes).

2:14

Santiago comienza con esta pregunta: ‹‹ ¿Puede salvarlos una fe así?». La respuesta implícita es ‹‹no». Santiago no está cuestionando si la fe es la base de la salvación, más bien está hablando de que la fe que no tiene una expresión externa, no es una fe bíblica en lo absoluto.

2:17

Al continuar Santiago con el asunto, anuncia el punto principal que intenta señalar: La fe por sí sola… está muerta (v.17). La fe sin obras (acciones obedientes) es inútil (v. 20). La fe sin obras está muerta (v.26)

2:18-19

Santiago presenta después un compañero imaginario con quien puede dialogar para poder establecer su punto. Este recurso literario de la antigüedad se conoce como diatriba. En respuesta al énfasis del compañero al hacer distinción entre la fe y las obras, Santiago sugiere que ni la fe ni las obras solas son una opción en la vida de un cristiano, sino que las dos siempre van juntas.

2:21-24

Santiago insiste en que las obras son una expresión de la fe genuina, no un requisito para la salvación. Él cita Génesis 15:6: ‹‹Abram le creyó a Dios, y se le contó (fe, no obras) como justicia». Después, en Génesis 22, su disposición para sacrificar a su hijo Isaac sirve como una prueba de su fe. Más adelante señala las obras de Rahab (Josué 2) como un ejemplo más de fe acompañada de acción.

2:24

Un análisis cercano entre este verso y Romanos 3:28 ayuda a clarificar la aparente tensión entre los argumentos de Santiago y Pablo acerca de la justificación:

Santiago 2:24: La gente es justificada por lo que hace y no tan sólo por la fe. Romanos 3:28: Una persona es justificada por la fe sin que tenga que cumplir la ley.

Santiago trata contra la idea de ‹‹solamente por la fe». Aquí, él se refiere a la fe que ha estado abordando a lo largo de su carta: la fe que es inútil o muerta. De manera enfática, Pablo estaba de acuerdo con la sugerencia que hacía Santiago de que la fe real es fe que se expresa en obediencia (Romanos 1:5). Sin embargo, la tensión principal viene del uso que se da al término ‹‹justificado»: ¿existe lugar alguno para las obras, en el proceso de la justificación? La resolución para esta tensión viene cuando reconocemos que Santiago y Pablo usan el término ‹‹justificar» de manera distinta. Mientras que Pablo se refiere a la justificación como la declaración inicial de inocencia de un pecador delante de Dios, Santiago se refiere al veredicto final de justificación en el día del juicio. El teólogo Juan Calvino declara: ‹‹… Pablo argumenta que somos justificados sin la ayuda de las obras, Santiago, por su parte, establece que no serán reconocidos como justos aquellos que carecen de acciones obedientes».

Sesión 2 – Discusión

Introducción

Ya sea porque fracasemos al mostrar compasión, o porque nos olvidemos de los que no son ricos ni influyentes, somos una pobre representación de Dios cuando

nuestra fe no es acompañada de acciones obedientes. En el núcleo de la carta de Santiago se encuentra este llamado a vivir la fe, una fe que se expresa por medio de una vida activa de amor y acciones.

Preguntas para discusión

1. Lee Santiago 2:1. ¿En dónde ves ejemplos de favoritismo? ¿Cuándo has sido tú el que ha recibido trato preferencial basado en tu apariencia o estatus social? (Puedes dar un ejemplo de alguna vez en la que fuiste tratado bien o mal).

2. ¿Por qué se les da un trato preferencial a los ricos y poderosos? ¿Por qué debemos evitar mostrar favoritismo basado en el estatus o la riqueza?

3. Al examinar tu vida, ¿en qué áreas estás mostrando favoritismo hacia algunos, mientras te olvidas de aquellos que pueden necesitar también tu atención?

4. Las palabras de Santiago acerca del favoritismo conducen a una problemática más grande cuando se trata de poner la fe de uno en práctica. Lee Santiago 2:14. ¿Cómo reaccionas ante las personas que se hacen llamar cristianas, pero carecen de acciones que dan evidencia de su fe? ¿Cómo reaccionas ante aquellos que aparentemente hacen muchas obras buenas pero no tienen nada de fe?

5. Los eruditos de la Biblia han debatido desde hace mucho el aparente énfasis de Santiago sobre las obras (Santiago 2:20), con el énfasis de Pablo sobre la fe (Romanos 3:28). ¿Qué correlación hay entre fe y obras?

6. ¿De qué forma se expresa tu fe por medio de las obras? ¿Cómo afecta tu fe en las decisiones que tomas y en las cosas que haces?

Piensa en esto

Piensa en alguien que Dios haya puesto en tu vida con quien no sientas empatía, o aparentemente tiene muy poco que ofrecerte. ¿Has rechazado a esa

persona? ¿Qué diferencia habría si vieras a esta persona a través de los ojos de Dios?

¿Qué harás?

¿Qué puedes hacer esta semana para expresar tu fe con acciones? Específicamente, ¿qué es lo que puedes hacer por alguien a quien normalmente ignoras o no le das la debida atención?

Cambiando tu mente

Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta.

Santiago 2:17

Sesión 3 – Notas de Santiago 3

3:1

Santiago voltea su atención a un ejemplo específico de la fe verdadera: el uso de la lengua. Aunque este pasaje comienza dirigiéndose a los que tienen una posición de enseñanza (a quienes se les pedirá cuentas de manera más fuerte dado que tienen mayor influencia), los versos 1 y 2 sirven como un punto de lanzamiento para una advertencia general dirigida a todos sus lectores acerca de la lengua.

3:2

Las palabras que hablamos son un reflejo de lo que está en nuestros corazones (Mateo 12:34-37; 15:18-19). Los escritores de la sabiduría reconocieron la conexión que hay entre lo que hablamos y nuestro carácter (Proverbios 10:11, 11:9; 12:18; 18:6-7), y Santiago comienza enfatizando esta correlación.

3:3-6

Después de presentar esta advertencia a los maestros, Santiago ofrece varias metáforas para ilustrar el poder de la lengua. La imagen de los caballos y los barcos debió haber sido una ilustración con la que estaban familiarizados los lectores de Santiago. De hecho, estas imágenes eran utilizadas comúnmente por los filósofos griegos, incluyendo Aristóteles, Filo, y Plutarco. Como era una advertencia común en esa época, Santiago expresa que las cosas pequeñas pueden influenciar las grandes.

3:5

Otro método tradicional para ilustrar el poder de la lengua era comparándola con el fuego. Aunque los bosques no eran comunes en Israel, la hierba cubría muchas de las colinas, y con ese clima seco, podría ser consumida en llamas con resultados desastrosos. Interesantemente Santiago usa el término griego helikos, que se traduce en ambos sentidos; tanto ‹‹grande», como ‹‹pequeño». Es utilizado para denotar magnitud en cualquier dirección. De nuevo, Santiago atrae la atención de forma creativa a la idea de que las cosas pequeñas, pueden afectar tremendamente las cosas grandes.

3:6

Santiago identifica la fuente del potencial destructivo de la lengua como ‹‹el infierno». En el idioma original se hacía referencia a un valle ubicado a las afueras de Jerusalén, el Valle de Ben Hinón. Tenía una reputación maléfica pues se trataba de un lugar pagano en el que se sacrificaban niños (Jeremías 32:35),

y era utilizado a menudo para quemar basura. Jesús usó este valle para referirse al lugar de condenación eterna. Aquí Santiago relaciona el infierno, y quien lo gobierna, Satanás, como el poder que prende fuego a las palabras destructivas.

3:9

Dado que los humanos fueron hechos a la imagen de Dios (Génesis 1:26-27), maldecir a un ser humano es mostrar desprecio a Dios.

3:10-12

Así como las higueras no pueden producir olivos, y las parras no pueden producir higos, un lenguaje destructivo no puede provenir de un corazón totalmente entregado a Dios. Nuestras palabras destructivas no son solamente una equivocación de la lengua, más bien son una señal de que nuestros corazones se encuentran divididos.

3:13-18

Santiago dirige ahora su atención al tema de la sabiduría, exponiendo una explicación de lo que es la verdadera sabiduría. Mientras es tentador pensar de la sabiduría como una mera habilidad intelectual o un conocimiento superior (como lo hacían muchos griegos, ver 1 Corintios 1:18-2:6), para Santiago y los escritores de los libros de sabiduría del Antiguo Testamento, la verdadera sabiduría era mucho más completa. La verdadera sabiduría comenzaba con un respeto por Dios (Proverbios 1:7), guiado a un discernimiento de lo ‹‹recto y justo» (Proverbios 2:9), capacitando a sus poseedores para ‹‹andar en los caminos del justo y guardar las sendas del recto» (Proverbios 2:20). Involucraba reverencia a Dios, una idea clara y una acción firme. Por lo tanto Santiago reta a la comunidad a mostrar sabiduría verdadera a través de sus acciones.

3:14-16

Más adelante expone un contraste entre dos tipos de sabiduría: sabiduría ‹‹terrenal, no espiritual, demoníaca» y ‹‹sabiduría que proviene del cielo». El uso del término ‹‹terrenal» enfatiza que esta falsa sabiduría es limitada y corta de alcance. Es la sabiduría tal como el hombre comprende las cosas desde su perspectiva finita, enfocada siempre en la tierra. No es sabiduría que cuente con una perspectiva celestial de parte de Dios. El término griego usado para ‹‹no espiritual» está relacionado a la palabra que se utiliza para ‹‹alma». Se refiere a la sabiduría que está atada a nuestras emociones y nuestro razonamiento. De nuevo, resalta lo limitada que está esta falsa sabiduría, lo atada que está al razonamiento humano en contraste con el razonamiento divino. Entonces, Santiago utiliza una degeneración gradual concluyendo con el enfático ‹‹demoníaco» para describir la sabiduría que tiene su origen en el engaño de los demonios.

3:17

En contraste con la ‹‹sabiduría» que Santiago ha estado describiendo en los versos anteriores, aquí esboza las características de la sabiduría verdadera que proviene del cielo. Continuando con el amplio tema de la fe expresada con hechos, la sabiduría verdadera se identifica por la calidad de vida que produce. Esto se diferencia del fruto de la falsa sabiduría, la cual produce ambición personal, envidia, y desorden.

3:18

Dotado con la verdadera sabiduría que viene de lo alto, la cual produce paz, este verso provee una relación clara con lo que se menciona en el capítulo cuatro.

Sesión 3 – Discusión

Introducción

¿Cuántas veces has deseado poder borrar algo que has dicho? No es muy difícil hacer comentarios inapropiados, arrogantes y sin tacto de los que nos lamentamos después. Si bien puede ser tentador pensar que sólo son pequeños ‹‹deslices de la lengua», en realidad denotan un problema más grande. En esta sesión discutiremos el poder de nuestra lengua (3:1-12) y las características de la sabiduría (3:13-18) cuando buscamos alinear nuestras acciones con nuestros compromisos de fe.

Preguntas para discusión

1. ¿Qué es lo más alentador que alguien te ha dicho últimamente? ¿Qué efecto tuvieron estas palabras en ti?

2. ¿Cuándo has sido testigo del poder destructivo de las palabras? ¿Qué efecto tuvieron estas palabras?

3. Lee Santiago 3:9-12. ¿Por qué es tan importante cuidar lo que decimos? ¿Qué es lo que nuestras palabras dicen sobre nosotros?

4. Lee Santiago 3:13. ¿Quién es la persona más sabia que conoces? ¿De

qué forma muestra su sabiduría?

5. Lee Santiago 3:14-18. ¿Cuándo has seguido la sabiduría terrenal? ¿Por cuál senda te llevó esa acción? ¿Cuándo has seguido la sabiduría de Dios? ¿Por cuál senda te llevó esta otra acción?

6. ¿En qué área de tu vida necesitas demostrar más la sabiduría de Dios?

Piensa en esto

¿Cuáles frutos de la sabiduría verdadera ves en tu vida? (v.17). ¿Cuáles frutos de la verdadera sabiduría no son evidentes?

¿Qué harás?

Esta semana, ¿cómo puedes ser intencional en las palabras que salen de tu boca?

Cambiando tu mente

En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.

Santiago 3:17

Sesión 4 – Notas sobre Santiago 4

4:1

Este verso retoma la discusión de la sabiduría del capítulo anterior continuando con una interrogante similar a la del capítulo 3, verso13. En esta cuestión, los términos griegos traducidos como ‹‹peleas» (polemos) y ‹‹disputas» (machai), se podrían referir tanto a actos de violencia física como a conflictos verbales. Es muy probable que Santiago se refiriera a las palabras ásperas, la crítica, y la calumnia que a menudo acompañan a las disputas.

4:2

Probablemente no se trataba de que las personas de la comunidad estuvieran matándose unas a otras para obtener lo que querían. Pero es posible que Santiago, con su lenguaje fuerte, estuviera sugiriendo que si no se trataba con la envidia, esta podría guiar paulatinamente al homicidio. El Antiguo Testamento contiene distintos ejemplos de ello; desde el asesinato que cometió Acab contra Nabot (1 Reyes 21:1-16) hasta el homicidio de David contra Urías (2 Samuel 11).

4:3

El origen de los pleitos y las peleas es un deseo frustrado. Existen miembros en la comunidad que no tienen las cosas que anhelan y ahora Santiago llega al punto de porqué no las han recibido. Dios nos concederá los deseos de nuestros corazones que verdaderamente él haya depositado dentro de nosotros, y esos son los que nos traerán mayor gozo. Después de todo, él es el que nos ha dado todas las cosas buenas (1:17) y nos dará sabiduría en abundancia si se la pedimos (1:5). Jesús promete de manera similar que recibiremos lo que pidamos (Mateo 7:7). Pero, ¿por qué razón nos bendeciría abundantemente Dios para que lo gastáramos todo en nuestros deseos personales?

4:4

Santiago comienza una nueva secuencia de pensamientos haciendo un llamado a los de la comunidad a arrepentirse. Al hacerlo, saca a la luz conceptos celestiales basados en escrituras proféticas del Antiguo Testamento que frecuentemente abordaban este tema. Por ejemplo, en el AT (Antiguo Testamento), con frecuencia se le llamaba adúltera a Israel porque afirmaba que servía a Dios mientras seguía dioses extranjeros (Jeremías 3:20). Santiago hace ahora este cargo de adulterio espiritual contra aquellos en la iglesia que se habían alejado de Dios para ir tras sus deseos egoístas.

4:5

Este es uno de los versos más difíciles de traducir en el Nuevo Testamento. Debido a la estructura de la oración y la gramática, los intérpretes se encuentran divididos respecto a, si bien Santiago se refiere (1) al celo de Dios por su gente, o (2) a la tendencia humana de tener envidia:

(1) “… él anhela celosamente el espíritu que ha hecho morar en nosotros.” (TNVI)

(2) “… que el espíritu que ha hecho morar en nosotros envidia intensamente.” (NVI)

4:6

A la luz del contexto, debido a que proviene directamente de las advertencias de Santiago sobre coquetear con las actitudes y valores del mundo, parece mejor interpretar este verso como si se refiriera al celo de Dios. Como tal, cuando Santiago se refiere a la Escritura, probablemente tiene en mente el tema del celo de Dios por su pueblo del que se habla a lo largo del Antiguo Testamento (Éxodo 20:5; 34:14; Zacarías 8:2).

4:7-10

Santiago da diez mandamientos expresados en griego de tal forma que llama a la acción inmediata para desenraizar la actitud pecaminosa del orgullo.

4:8

La tradición del templo del Antiguo Testamento llamaba a los sacerdotes a observar los rituales de ‹‹el lavado» y ‹‹la purificación» antes de pararse ante el Señor (Éxodo 30:17-21). El Salmo 24:4 menciona ‹‹manos limpias y corazón puro», indicando ambos; las acciones y la disposición.

4:9

Si bien no hay nada malo en la risa y el gozo, Santiago habla de la caricatura de la risa que tan a menudo se asocia en el AT con una forma de vivir necia (Proverbios 10:23; Eclesiastés 7:6), y se refiere también al gozo que hay en la satisfacción del pecado en contraste con la gracia dadora de vida de Dios. Una actitud arrogante y de ‹‹me vale» ante el pecado, ignora la seriedad de la ruptura de nuestra relación con nuestro Padre celestial. Santiago llama a la comunidad a considerar sobriamente las consecuencias de sus decisiones.

4:10

Dios nos levanta cuando reconocemos nuestra desesperada necesidad de Él y nos sometemos a su voluntad, (Mateo 23:12; Lucas 14:11; 1 Pedro 5:6).

4:11-12

Santiago aborda el tema de cómo nos juzgamos los unos a los otros cada vez que hablamos criticando. Establece que aquellos que estaban usando la ley para

juzgar a otros, estaban de hecho, juzgándose a sí mismos. Por lo tanto, calumniarse el uno al otro los hacía culpables de quebrantar la ley. La ley declaraba específicamente: ‹‹No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios» (Levítico 19:16). Por otra parte, cuando se trata del juzgar y de la ley, existe alguien que es el Juez final, quien es Dios mismo. No tenemos derecho a calumniar o hablar contra nuestro prójimo. Nuestra responsabilidad es guardar la ley real del amor (Santiago 2:8).

4:13-17

Santiago enfoca su atención ahora a los mercaderes que estaban buscando de forma arrogante la riqueza dejando a Dios fuera de sus planes. Comienza recordándoles lo impredecibles y efímeras que son nuestras vidas (Proverbios 27:1), y después los exhorta a reconocer que sus vidas están, al fin de cuentas, bajo la dirección de Dios. El decir: ‹‹…si es la voluntad del Señor» tiene su origen en la oración del Padre Nuestro (Mateo 6:10) y era un sentir común entre los cristianos (Hechos 18:21; 21:14). Santiago concluye después con una amonestación a los ricos para que hagan el bien mientras puedan. Dado que sus vidas y capitales de riqueza son tan efímeros, nunca sabrán si tendrán la misma oportunidad de nuevo (Proverbios 3:28).

Sesión 4 - Discusión

Introducción

Todos nosotros hemos tenido tiempos en nuestra vida en los que hemos estado tan enfocados en algo que hemos descuidado lo demás. Teníamos que entrar a esa universidad, tener esa casa, tomar ese trabajo, o comenzar esa relación. Y el resultado de esta búsqueda trajo un conflicto con otras personas y un distanciamiento de Dios. Todos nos salimos del camino, y la audiencia de Santiago no era la excepción. Pero Dios siempre está ahí esperándonos para volvernos a recibir si solamente nos humillamos ante él.

Preguntas para discusión

1. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste un pleito o disputa seria con otra persona? ¿Qué causó el conflicto? ¿Hubo algo que pudiste haber hecho para prevenirlo?

2. Lee Santiago 4:1-3. ¿Cuáles son los deseos egoístas que atrapan tu atención? ¿de qué manera se ven afectadas tus relaciones cuando vas tras esos deseos egoístas?

3. Lee Santiago 4:4-5. ¿Qué cosas compiten con tu lealtad a Dios? ¿Cómo te hace sentir el saber que Dios tiene un celo por ti? ¿De qué forma puedes poner primero a Dios?

4. Lee Santiago 4:6-10. La humildad es crucial en nuestra relación con Dios, especialmente cuando estamos regresando a él después de haber andado en nuestros propios caminos. ¿Cuándo te has humillado ante Dios? ¿Cómo levanta él a los que se humillan ante su presencia?

5. Lee Santiago 4:11-12. ¿En qué situaciones te ves tentado a criticar a otros? ¿Por qué debemos esforzarnos en no juzgar a otros?

6. Lee Santiago 4:13-17. ¿Cómo puedes recordarte a ti mismo lo temporal y efímero de la naturaleza de la vida? ¿En qué área de tu vida necesitas decir ‹‹hágase tu voluntad»?

Piensa en esto

‹‹No tienen porque no piden a Dios». Dios nos invita a pedirle las cosas que nuestros corazones anhelan. ¿Por cuál deseo de tu corazón orarías? ¿De qué manera has estado buscando este deseo sin tomar en cuenta a Dios? ¿Cómo sería si confiaras en Dios para recibir eso?

¿Qué harás?

‹‹Así que, si saben hacer lo bueno y no lo hacen, están cometiendo pecado». ¿En qué área tienes la oportunidad de hacer lo bueno (correcto) esta semana?

Cambiando tu mente

Humíllense ante el Señor y él los levantará

Santiago 4:10

Sesión 5 – Notas de Santiago 5

5:1-6

Continuando con su advertencia a aquellos que usaban su riqueza para satisfacer sus propios propósitos, Santiago enfoca ahora su atención a los terratenientes ricos, no cristianos. Al hacerlo, Santiago sigue un patrón familiar del Antiguo Testamento en el que los autores declaraban juicio contra las naciones que no seguían a Dios, junto con exhortaciones para el pueblo de Dios (Isaías 13-23; Jeremías 46-51; Ezequiel 32).

5:2-3

Santiago comienza pronunciando este juicio condenando el amontonamiento de riqueza. Le informa a los ricos que ciertamente su tesoro se desvanecerá (Mateo 6:19; Lucas 12:33), y que en realidad ya empezaba a pudrirse ante sus mismos ojos. Esta corrosión testifica contra ellos; ya que el hecho de tener tanto hasta desperdiciarse por la falta de uso, era una señal de que poseían un tesoro acumulado (y escondido), y un preludio del juicio en su contra. Y a la luz del hecho de que nos encontramos en la última etapa de la historia, esperando ardientemente el regreso de Cristo y el inicio de una era nueva (5:8), el acumular tesoros se vuelve aún más vano y sin sentido.

5:4-6

Ya que el retener el dinero significaba que los obreros probablemente no podrían comprar alimento para comer ellos, o sus familias, la ley de Antiguo Testamento prohibía a los patrones retener el pago (Deuteronomio 24:14-15). Aunque los terratenientes se estaban saliendo con la suya con tal explotación, Santiago les dice que no se engañaran pues Dios oiría el clamor de los oprimidos. El juicio de Dios sobre ellos se acercaba. Santiago subraya esto con la imagen que se representa en el verso 5; de los ricos siendo engordados como ganado para el día del matadero, totalmente inadvertidos de su inminente destrucción.

5:7-12

Después de dar una advertencia severa a los ricos opresores (posiblemente en beneficio de los cristianos que serían consolados con la certeza de la reivindicación de Dios), Santiago gira su enfoque para dirigirse a aquellos que estaban siendo oprimidos, para animarlos a resistir el resentimiento y la venganza mientras esperaban ‹‹la venida del Señor». La traducción del término griego ‹‹venida» es parousia y básicamente significa ‹‹presencia». En otros escritos de la literatura griega, se aplicaba a menudo a la llegada de un rey o dignatario. Los autores del Nuevo Testamento adoptaron la palabra para referirse a la segunda venida de Cristo. La primer venida fue la encarnación, cuando Jesús vino como bebé para crecer y convertirse en un hombre, sacrificándose a sí mismo en la cruz para pagar por nuestros pecados. La

segunda venida de Jesús será al final de esta era para juzgar a aquellos que no se han arrepentido de sus pecados y para reunir a los que han depositado en él su confianza (Mateo 23:27-51; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 2 Tesalonicenses 2:1-12). No sabemos cuándo sucederá esto (Marcos 13:32-35), pero debemos vivir de tal manera como si esperáramos que ‹‹la venida del Señor está cerca» (v.8). Debemos ser pacientes como los agricultores que esperan todo el otoño, el invierno, y las lluvias de la primavera, antes de poder cosechar sus cultivos a finales de la primavera y principios del verano (v.5).

5:10-11

Santiago anima a su audiencia a seguir el ejemplo de paciencia que pusieron los profetas del Antiguo Testamento, los cuales enfrentaron una gran oposición al dar sus mensajes. De igual modo, Job es una referencia sobre un ejemplo de perseverancia. Aún cuando se quejó amargamente de su suerte, nunca abandonó su fe y continuó poniendo su esperanza en Dios (Job 1:20-22; 2:9-10; 19:25-27).

5:12-20

Santiago comienza de forma abrupta la conclusión de su carta, tocando con la comunidad tres asuntos finales.

5:12

Santiago no prohíbe el hacer juramentos como el que hizo Abraham delante de Dios (Hebreos 6:13), o el de Jesús ante Caifás (Mateo 26:63-64), o el de Pablo (Romanos 1:9; 9:1). Más bien prohíbe el uso del nombre de Dios a la ligera como una forma de garantizar la veracidad de las palabras que se han dicho. A la luz del enfoque de Santiago sobre vivir conforme a la fe, los cristianos deben reflejar la integridad al hablar a tal punto de no requerir hacer ningún juramento (Mateo 5:33-37).

5:14

Después de mencionar los problemas y la felicidad como motivos por los cuales orar o dar gracias, Santiago también menciona la enfermedad como otra circunstancia por la que debemos orar. Específicamente menciona que los ancianos; aquellos en liderazgo sobre la iglesia, deben orar y ungir con aceite la cabeza de la persona enferma. El aceite era una de las medicinas antiguas más conocidas (Lucas 10:34), y era utilizado a menudo en el Antiguo Testamento para apartar algo o alguien para Dios (Éxodo 29:1-7; 40:9). Santiago de una forma anima su uso aquí como un acto simbólico en el que el enfermo es apartado para una atención especial del cuidado de Dios. En el contexto de los versos que siguen, sirve como una ayuda a la fe, una señal externa de la sanidad que Dios trae en respuesta a la oración que se hace en fe.

5:15

Santiago afirma que ‹‹la oración que se hace en fe los aliviará». Esto no quiere decir que por el hecho de que alguien no se sane, exista una falta de fe. Cuando nos acercamos a Dios con nuestras peticiones, debemos hacerlo con plena fe de que él puede contestarlas.

5:16

Si bien Santiago no sugiere que todas las enfermedades sean un resultado del pecado, sí indica que nuestras decisiones tienen repercusiones tanto espirituales como físicas. Debido a que nuestras decisiones son tan importantes, la comunidad debe adoptar la confesión y la oración mutua. Juntos podemos ayudarnos unos a otros a guardar nuestra vida de experimentar la mancha del pecado.

5:17-18

La oración es un don espiritual tremendo en las manos de cada creyente, como se evidencia en la vida de Elías (1 Reyes 17-18).

5:19-20

La carta de Santiago está llena de instrucciones específicas que animan a los creyentes a vivir vidas congruentes con su fe. Así que no es ninguna sorpresa que termine su carta con un llamado final a ayudar a otros a vivir vidas congruentes y una promesa de restauración para aquellos que regresan después de haberse alejado.

Sesión 5 – Discusión

Introducción

Probablemente la audiencia de Santiago sentía que Dios no estaba al pendiente de ellos, puesto que estaban bajo la opresión de los ricos y poderosos. Es tentador para nosotros preguntarnos, algunas veces, si Dios realmente nos ve. Así que Santiago señala, para ellos y para nosotros, un tiempo en el que Dios acomodará todas las cosas de la forma correcta; un tiempo en el que nuestro Salvador regresará para reunir a los fieles y juzgar a aquellos que no lo reconocieron. Y hasta que llegue este tiempo, tenemos un llamado a perseverar en nuestra fe y en nuestras obras.

Preguntas para discusión

1. ¿Alguna vez has sentido como que tu fidelidad pasó desapercibida? ¿Alguna vez te has sentido frustrado al ver que los que no tienen convicciones éticas, se salen con la suya? ¿Cómo afecta el juicio venidero (vv.8-9) tu punto de vista respecto a la injusticia actual?

2. Lee Santiago 5:1-6. Santiago condena a los terratenientes acaudalados de su época por la manera en la que hacían uso de su dinero. ¿Cómo usas tu dinero? ¿Ves alguna evidencia de acumulación egoísta o de autocomplacencia en tu vida? ¿De qué forma crees que pudieras estar contribuyendo a la injusticia actual?

3. ¿Cuál debe ser nuestra respuesta a la injusticia? Lee Santiago 5:10-11. ¿Cómo podemos aprender de los profetas que eran pacientes al hablar de parte de Dios?

4. Lee Santiago 5:13. ¿Por qué es importante que oremos?

5. ¿Cuándo has visto a Dios contestar una oración?

6. Lee Santiago 5:16. ¿Cómo podemos animarnos y orar unos por otros, para perseverar en nuestra fe?

Piensa en esto

Durante el curso de su carta, Santiago mencionó varias áreas de la vida que requieren acción y no tan sólo discusión o teoría. Si existe un tema central dentro de toda la sabiduría de Santiago contenida en esta carta, es que una fe genuina se refleja en una vida de acciones obedientes. En otras palabras, si vas a hablar como cristiano, tienes que caminar como cristiano. ¿En qué área de tu vida hay una discrepancia entre lo que crees y la manera como vives?

¿Qué harás?

Considera las palabras de Santiago 5:16 acerca de orar unos por otros. Reflexiona en lo que te haya resonado más profundamente de todo este estudio de Santiago. ¿Cómo puedes pedir a tu grupo que ore por ti para que experimentes un cambio en tu vida en esa área en particular?

Cambiando tu mente

Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.

Santiago 5:16