la enésima reforma de nuestros montes

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LA ENÉSIMA REFORMA DE NUESTROS MONTES. Nunca he visto a ningún político o gobernante cortar una cinta en medio de un monte, en plena naturaleza. Eso sí, autovías, ferrocarriles de alta velocidad deficitarios, grandes edificios y pabellones o aeropuertos vacíos cuentan con la presencia de cuantos puedan caber en la foto. Sobre todo si la fecha se acerca a cualquier tipo de encuentro electoral. El medio ambiente no está en primera plana, de hecho nunca lo ha estado ya que va a remolque de un estado que solo invierte en medio ambiente cuando sobra algo en las arcas públicas. También son la agricultura y el medio ambiente las áreas donde primero se recorta, pese al bajo presupuesto que se le asigna en comparación con otras partidas. Por si fuera poco, la visión cortoplacista a la que nos tienen acostumbrados nuestros gobernantes y en la que vivimos inmersos no es aplicable al medio natural. Éste no entiende de legislaturas o calendarios electorales. Si para rematar añadimos que gran parte de los beneficios que nos aportan nuestros montes son de carácter intangible, obtenemos un cúmulo de circunstancias que para nada ayudan a crear un sector próspero, tan necesario en las zonas rurales. Ésta es la pescadilla que se muerde la cola, baja inversión con la consiguiente falta de estímulo, una gestión centrada en criterios económicos y una visión cortoplacista. Es cierto, la inversión en medio ambiente no provocará una bajada récord de la prima de riesgo, una mejora de la calificación de riesgo o la disminución drástica del número de parados antes de las elecciones generales. Pero debe ser un actor clave en el futuro de un país donde el 50% de su superficie se considera monte. La puesta en valor de nuestro recursos naturales desde un prisma multifuncional, sostenible y largoplacista es fundamental. No podemos olvidar que una actividad tan cotidiana y necesaria como respirar oxígeno no proviene del ladrillo ni el hormigón. Pese a la baja repercusión mediática en un país donde la economía copa el centro de atención, la interminable sucesión de reformas sobre la Ley de Montes siempre es noticia. Parece que no llegamos al consenso sobre qué es bueno para nuestros montes así que el actual gobierno también ha dispuesto su perspectiva al respecto, aprobando la enésima reforma (actualmente en fase constitutiva). La lectura de las principales modificaciones aprobadas en el proyecto de ley produce una, nada despreciable, preocupación que embarga a cualquiera que crea en un modelo de país donde el ladrillo no sea el pilar fundamental de nuestra riqueza. Quizás el titular más llamativo para la opinión pública es la posibilidad de cambio de uso en zonas forestales incendiadas, prohibido anteriormente por un periodo de 30 años. Es decir, construir donde hubo un incendio será posible. Tenemos aceptado socialmente que la construcción en zonas forestales quemadas responde a una práctica común, asociada a la especulación urbanística mientras que la realidad es bien distinta. Según las estadísticas éste es un hecho más bien anecdótico. Los cambios de uso más comunes tras un incendio suelen estar más relacionados con otras actividades como el pastoreo. Así que aunque esta medida abre la puerta hacia otros usos frente a la conservación, no es la peor. Si analizamos críticamente las reformas, existen otras de mucho más calado e importancia aunque hallan pasado desapercibidas. Son aquellas relacionadas íntimamente con una visión multifuncional y de futuro de nuestros recursos naturales. Que se dilapidan con ciertas medidas como la no obligatoriedad de la planificación y gestión de nuestros montes, el trato de favor hacia aprovechamientos forestales de crecimiento rápido y la caza o la limitación de autoridad de Agentes Forestales. El colectivo de agentes con 140 años de historia, desempeña un papel crucial en la denuncia de abusos y malas prácticas. Ahora verá recortada la posibilidad de denunciar judicialmente ya que solo podrá desempeñar su labor sobre faltas administrativas. Esto supone una pérdida de

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Artículo de opinión y actualidad sobre la última reforma de la Ley de Montes española.

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  • LA ENSIMA REFORMA DE NUESTROS MONTES.

    Nunca he visto a ningn poltico o gobernante cortar una cinta en medio de un monte, en plenanaturaleza. Eso s, autovas, ferrocarriles de alta velocidad deficitarios, grandes edificios ypabellones o aeropuertos vacos cuentan con la presencia de cuantos puedan caber en la foto.Sobre todo si la fecha se acerca a cualquier tipo de encuentro electoral.

    El medio ambiente no est en primera plana, de hecho nunca lo ha estado ya que va a remolquede un estado que solo invierte en medio ambiente cuando sobra algo en las arcas pblicas.Tambin son la agricultura y el medio ambiente las reas donde primero se recorta, pese al bajopresupuesto que se le asigna en comparacin con otras partidas. Por si fuera poco, la visincortoplacista a la que nos tienen acostumbrados nuestros gobernantes y en la que vivimosinmersos no es aplicable al medio natural. ste no entiende de legislaturas o calendarioselectorales. Si para rematar aadimos que gran parte de los beneficios que nos aportan nuestrosmontes son de carcter intangible, obtenemos un cmulo de circunstancias que para nada ayudana crear un sector prspero, tan necesario en las zonas rurales. sta es la pescadilla que se muerdela cola, baja inversin con la consiguiente falta de estmulo, una gestin centrada en criterioseconmicos y una visin cortoplacista.

    Es cierto, la inversin en medio ambiente no provocar una bajada rcord de la prima de riesgo,una mejora de la calificacin de riesgo o la disminucin drstica del nmero de parados antes delas elecciones generales. Pero debe ser un actor clave en el futuro de un pas donde el 50% de susuperficie se considera monte. La puesta en valor de nuestro recursos naturales desde un prismamultifuncional, sostenible y largoplacista es fundamental. No podemos olvidar que una actividadtan cotidiana y necesaria como respirar oxgeno no proviene del ladrillo ni el hormign.

    Pese a la baja repercusin meditica en un pas donde la economa copa el centro de atencin, lainterminable sucesin de reformas sobre la Ley de Montes siempre es noticia. Parece que nollegamos al consenso sobre qu es bueno para nuestros montes as que el actual gobierno tambinha dispuesto su perspectiva al respecto, aprobando la ensima reforma (actualmente en faseconstitutiva). La lectura de las principales modificaciones aprobadas en el proyecto de ley produceuna, nada despreciable, preocupacin que embarga a cualquiera que crea en un modelo de pasdonde el ladrillo no sea el pilar fundamental de nuestra riqueza.

    Quizs el titular ms llamativo para la opinin pblica es la posibilidad de cambio de uso en zonasforestales incendiadas, prohibido anteriormente por un periodo de 30 aos. Es decir, construirdonde hubo un incendio ser posible. Tenemos aceptado socialmente que la construccin en zonasforestales quemadas responde a una prctica comn, asociada a la especulacin urbansticamientras que la realidad es bien distinta. Segn las estadsticas ste es un hecho ms bienanecdtico. Los cambios de uso ms comunes tras un incendio suelen estar ms relacionados conotras actividades como el pastoreo. As que aunque esta medida abre la puerta hacia otros usosfrente a la conservacin, no es la peor.

    Si analizamos crticamente las reformas, existen otras de mucho ms calado e importancia aunquehallan pasado desapercibidas. Son aquellas relacionadas ntimamente con una visinmultifuncional y de futuro de nuestros recursos naturales. Que se dilapidan con ciertas medidascomo la no obligatoriedad de la planificacin y gestin de nuestros montes, el trato de favor haciaaprovechamientos forestales de crecimiento rpido y la caza o la limitacin de autoridad deAgentes Forestales.

    El colectivo de agentes con 140 aos de historia, desempea un papel crucial en la denuncia deabusos y malas prcticas. Ahora ver recortada la posibilidad de denunciar judicialmente ya quesolo podr desempear su labor sobre faltas administrativas. Esto supone una prdida de

  • efectividad en la proteccin de nuestros recursos que carece de sentido, se mire como se mire.Aunque consigue transportarme a aquellos tiempos donde el seorito campaba a sus anchashaciendo y deshaciendo a placer en su cortijo.

    Quien conoce el sector forestal sabe de la importancia de los instrumentos de gestin quepermiten una sostenibilidad de los recursos junto con una explotacin econmica que revierta enlas comunidades rurales. Estos principios bsicos son una necesidad no solo para la continuidad enel tiempo de nuestros montes sino tambin para conseguir su mejora. Con la reforma actual sebusca premiar claramente la produccin, situacin que producir una inevitable degradacin denuestros recursos y el inexorable deterioro de las comunidades rurales, ms si cabe.

    En un sistema donde crecer econmicamente se ha convertido en una necesidad, nuestros montespiden a gritos una estrategia comn a largo plazo, independiente y con una visin multifuncional.Algo nada fcil ya que requiere de polticos y ciudadanos a la altura de las circunstancias.

    Alberto Roldn.

    # StopLeyMontesPP

    https://twitter.com/hashtag/StopLeyMontesPP?src=hash