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ACTAS DE JORNADAS DE INVESTIGACIÓN

Año I, Volumen IJulio de 2012

Rosario (2000) ArgentinaPágina web: http://www.fpsico.unr.edu.ar/E-mail: [email protected]ño de tapa: Luciano FilippiniObra de Tapa: Amarillo - rojo- azul de Wassily Kandinsky (1925)Edición General y Revisión: Carina MengoISSN 2313-9536

FACULTAD DE PSICOLOGÍA 2011EQUIPO DE GOBIERNO

DECANA: Ps. Laura ManavellaVICE DECANO: Ps. Sebastián Grimblat

SECRETARÍA ACADÉMICA: Ps. Eugenia Piazza - Ps. Verónica MinnicinoSECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES: Ps. Andrés Matkovich

SECRETARÍA DE POSGRADO: Ps. Nicolás Vallejo - Lic. Ángel OlivaSECRETARÍA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA: Lic. Carina Mengo - Ps. Ana Laura

GerezSECRETARÍA DE EXTENSIÓN: Ps. Roberto Cabrera Morales - Ps. Esteban FridmanSECRETARÍA DE ASUNTOS ESTUDIANTILES: Paulo Cordisco - Emiliano Aguirre

SECRETARÍA FINANCIERA: CPN Juan ManavellaSECRETARÍA INFORMÁTICA: Ing. Guillermo Decoppet

SECRETARÍA ADMINISTRATIVA: Sr. Juan Carlos OlmosSECRETARÍA TÉCNICA: Sr. Carlos Oviedo

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ACTAS DE JORNADAS DE INVESTIGACIÓN

JORNADAS DE INVESTIGACIÓN 2011

“La reflexión colectiva y la producción de conocimientos”

10, 11 y 12 de Noviembre de 2011

Facultad de Psicología

Rosario, Argentina

COMITÉ ORGANIZADORSusana Boccolini (SCyT- Psicología)

María Fernanda Fignoni (UNR)Luciano Filippini (SCyT- Psicología)

Ariadna Mariatti (UNR)Carina Mengo (UNR)Arián Racca (UNR)

Viviana Zubkow (UNR)

COMITÉ DE REFERATO Mg. Cecilia Gorodischer (CIUNR- UNR)

Dr. Mario Kelman (CIUNR- UNR)Ps. Patricia Real (CIUNR- UNR)

Dra. Patricia Rogieri (UNR)Dra. Cecilia Satriano (CIUNR- UNR)

Dra. Laura Sotelo (UNR)

ISSN 2313-9536

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ACTAS DE

JORNADAS DE INVESTIGACIÓNFacultad de Psicología

Rosario, Argentina

ÍNDICEFundamentación de las Jornadas de Investigación 2011: “La reflexión colectiva y la producción de conocimientos”...........................................11

Mesa 1. Prácticas científicas y leyes en debateEntre el diagnóstico y la intervención (Resumen y Comunicación)Raquel Cafferatti y Betina Monteverde...............................................................................13Consentimiento informado y principios de la bioética (Resumen)Sergio Sklarevich................................................................................................................18 Paciente, sujeto, usuario: dime como nombras y te diré quién eres. La palabra de la Ley y la constitución del campo de la Salud Mental (Resumen y Comunicación)Tatiana Moreno...................................................................................................................19La mención de las condiciones sociales de existencia en la diagnosis de peligrosidad en las pericias psiquiátricas en el fuero penal: dilemas éticos (Resumen y Comunicación)Alcira Márquez....................................................................................................................24

Mesa 2. Psicoanálisis y políticaPolítica y transmisión del psicoanálisis (Resumen y Comunicación)Aldo Morello.......................................................................................................................33Discurso, psicoanálisis y política (Resumen y Comunicación)Alicia Ruth Álvarez.............................................................................................................41El psicoanálisis y la dimensión de lo político (Resumen)Mario Kelman......................................................................................................................46Testimonio y segregación (Resumen y Comunicación)Cecilia Gorodischer.............................................................................................................48

Mesa 3. Problemáticas en la subjetivación de la infancia (abordaje socio-institucional)Las relaciones entre escuelas y familias y la convivencia entre pares hoy. Programas de intervención (Resumen y Comunicación)Leticia Muné........................................................................................................................56

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El poder del diagnóstico en la producción de infancias (Resumen y Comunicación)Alicia Bertaccini..................................................................................................................62El lugar del juego en trabajo con niños de alto riesgo (Resumen y Comunicación)Andrea Santi........................................................................................................................68Infancia medicalizada: implicancia del orden médico, familiar y educativo (Resumen y Comunicación)Betina Monteverde y Fabiana Bertin...................................................................................74

Mesa 4. Ciencia, psicoanálisis y psicologíaCategorías conceptuales en tensión entre la ciencia cognitiva y el psicoanálisis (Resumen y Comunicación)Jaime López, Martina Elizalde y Nadia Peralta..................................................................79Lectura crítica e interrogantes sobre la relación entre neurobiología y psicoanálisis. Puntualizaciones sobre Eric Kandel (Resumen y Comunicación)Martina Elizalde..................................................................................................................86¿Freud cartesiano...? (Resumen y Comunicación)Judith Lefelman...................................................................................................................92El valor de la forma en la formaciones del inconsciente (Resumen y Comunicación)Diego García........................................................................................................................97

Mesa 5. Género y sociedad Pensar los géneros en la producción del conocimiento (Resumen)Ernesto Bonicatto, María Crisalle y Noelia Casati............................................................105Prevalencia de las pantallas en la constitución de los ideales de belleza y la producción de subjetividad en la mujer contemporánea: ensayando posibles respuestas (Resumen y Comunicación)Juan Pablo Jukic y María Belén Trejo...............................................................................106Los cuerpos de la época (Resumen y Comunicación)Carlos Barbato...................................................................................................................113

Mesa 6. Clínica y MetapsicologíaImágenes y palabras (Resumen y Comunicación)Analía Ortega.....................................................................................................................119Lo siniestro en la pulsión de muerte (Resumen y Comunicación)Luis Pablo Seit...................................................................................................................126Enseñanza y transmisión: recorte del campo de lo posible en una imposibilidad estructural (Resumen y Comunicación)Mirta Spedale y Viviana Valvason....................................................................................131El apremio de lo clínico en el caso de la joven homosexual de Freud

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(Resumen y Comunicación)Alex Dal Molin..................................................................................................................137

Panel Debate: “Los géneros. De amores y violencia”Las violencias de género como construcciones culturales: representaciones genéricas en mujeres y varones de diversos contextos socioeconómicos (Resumen y Comunicación)Marta Fernández Boccardo, Noelia Casati y Bettina Calvi...............................................141La diferencia sexual. Jacques Lacan y el pensamiento crítico(Resumen)Antonio Gentile…………………………………………………………………………..148

Mesa 7. Prácticas en la encrucijada I Estudiantes universitarios migrantes: itinerarios, transiciones y trayectorias en tiempos inciertos (Resumen y Comunicación)Ana Tosi, Alejandra Ballerini, Sandra Suárez y Guillermo Molina.................................150El uso del humor como estrategia de afrontamiento en trabajadores de emergencias (Resumen y Comunicación)Susana Sainz......................................................................................................................157Institucionalización de la discapacidad intelectual en la ciudad de Rosario: análisis de las políticas públicas y de los procesos de subjetivación, autonomía e integración social (Resumen)Alejandro Martín Contino.................................................................................................165Orientación vocacional. La elección académica subjetiva: una (a) puesta anticipatoria al futuro como significante vacío. La interpelación del mundo adulto en la función de transmisión intergeneracional y sus efectos en las estrategias de los adolescentes en relación a sus elecciones académicas (Resumen)Gloria Diana Rossi............................................................................................................166

Mesa 8. Las clínicasLa clínica en las instituciones hoy: entre la escisión del yo y estrategias de subjetivación (Resumen y Comunicación)Norma Cristina Romano....................................................................................................168Los márgenes de la escritura de casos (Resumen y Comunicación)Valeria Decorte..................................................................................................................175Vida y muerte en la clínica psicoanalítica con niños (Resumen)Cristina Savid....................................................................................................................181La ley de discapacidad. Impacto en la clínica. La apuesta por el sujeto (Resumen)Diana Wolkowicz..............................................................................................................183

Mesa 9. Perspectivas críticas en la formación ISobre leer en el abismo. Escritura académica en el primer ciclo universitario.

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Instrumentos de diagnóstico e intervención lingüística (Resumen y Comunicación)Patricia Rogieri, Liliana Pérez, Lorelei Cisneros,Tatiana Moreno, Carla Pérez Gianguzzo, Julieta Scenna,Diego Stechina, Aníbal Aguilar y Mariel Mastriacovo.....................................................184Estudios lingüísticos y construcción del conocimiento en el primer año de la carrera de Psicología (Resumen y Comunicación)Inés Estela Ballanti y Liliana Carolina Bolla....................................................................193De la capacidad de razonar y los modos de decir: algunas reflexiones acerca de la definición en el discurso académico (Resumen)Lorerei Cisneros................................................................................................................200Itinerarios en filosofía (Resumen)Ana María Sardisco y Guillermo Finoquetto....................................................................210

Mesa 10. Desarrollo cognitivo infantil ICognición espacial. El lenguaje parental como fuente de información sobre el espacio (Resumen)María del Rosario Maita....................................................................................................202Del garabato a la representación gráfica figurativa: efectos del nivel socioeconómico (Resumen)Analía Salsa.......................................................................................................................204El aprendizaje mediado: aprendiendo palabras a través de imágenes (Resumen)Florencia Mareovich y Olga Peralta..................................................................................205

Mesa 11. Desarrollo cognitivo infantil II Comunicación en prematuros. Orígenes y desarrollo (Resumen y Comunicación)Hilda Ogni y Raquel Fransolini.........................................................................................206El impacto de la intencionalidad del dibujante en la comprensión, la producción y el uso temprano de dibujos (Resumen)Romina Antonela Vivaldi..................................................................................................217La experiencia y los modelos culturales influyen: límites al antropocentrismo infantil desde la biología intuitiva wichí (Resumen)Andrea Taverna, Alejandra Vidal y Olga Peralta..............................................................218

Mesa 12. Perspectivas críticas en la formación IAportes teóricos e innovaciones didácticas para la enseñanza de la biología en la carrera de Psicología de la UNR (Resumen)Eduardo Audisio, Cristian Delgado, Graciela Lavinia, Romina Scaglia y Marina Terrádez.............................................................................................................220Orientación vocacional. Crisis de la función de transmisión intergeneracional y sus

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incidencia en la producción de proyectos identificatorios en los adolescentes en relación a las estrategias desarrolladas en el proceso de tramitación de la elección académica, en un contexto de incertidumbre (Resumen y Comunicación)Gloria Diana Rossi............................................................................................................222Estudio del lenguaje oral y la fluidez en estudiantes del área salud de la UNR (Resumen y Comunicación)Liliana Bardone, Lía Bloj, María del Carmen Lia, Norma Luchesi y Elena Soler............................................................................................226

Mesa 13. Prácticas en la encrucijada II El trabajo clínico en el CeCoAs y la articulación docente. Los alumnos y la experiencia en el ámbito asistencial (Resumen)Daniela Agüero, Valeria Bearzotti, Marcela Cieri, María del Carmen Gurgone.......................................................................231Microanálisis sobre el contexto problemático del usuario de servicios usuales. Evaluación ético-política y práctica de redes comunitarias (Resumen)Patricia Real, Marcela Salvai, Luis Abella, Ignacio Cárcamo, Marina Strolli, Paula Contino, Miriam Bidyeran, Liliana Ominetti, Marisa Odone, Ramona Domínguez, Paola Ukic y Débora Sales................................................................................................233Investigadores (y) encerrados: recorridos, encrucijadas y vicisitudes de un proceso de investigación en la Unidad Penitenciaria Nro 3 de la ciudad de Rosario (Resumen y Comunicación)Mauricio Carlos Manchado...............................................................................................235Configuraciones de las prácticas en la carrera de Psicología. La incidencia del psicoanálisis en las mismas (Resumen y Comunicación)Silvia Grande, Isabel Masueco, Olga Waisman, Cristina Zattara, María Laura Crespo y Lisandro Sague...................................................242

Mesa 14. Lógica del psicoanálisis Matema y nudo: El programa de Lacan (Resumen)Héctor Franch....................................................................................................................251Las referencias estoicas en la obra de Lacan (Resumen)Horacio Tartaglia...............................................................................................................252Ética: ciencia y psicoanálisis (Resumen y Comunicación)Amalia S. Cuenya..............................................................................................................253

Panel Debate: “Historia reciente. Imágenes y acontecimientos en el campo psi”Memoria visual del horror: más allá de lo irrepresentable (Resumen)Luis García........................................................................................................................257Memorias en disputa: las renuncias docentes ante la intervención militar de 1966

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(Resumen y Comunicación)Stella Maris Orzuza y Carla Valverde...............................................................................258

Mesa 15. Psicoanálisis y cultura La responsabilidad del sujeto en nuestra época a partir de la incidencia de la cultura actual (Resumen)Viviana Zubkow y Alejandro Beretta...............................................................................266Los lugares del Padre en el discurso. Vicisitudes de su significación con relación al psicoanálisis freudiano y el malestar en la cultura (Resumen)José Luis Comas................................................................................................................267De máscaras y mascaradas (Resumen y Comunicación)Dora Gómez......................................................................................................................269Psicoanálisis y el modelo estructural (Resumen y Comunicación)Viviana Zubkow................................................................................................................274

Mesa 16. Epistemología y pensamiento críticoEl pensamiento crítico como productor de subjetividad (Resumen)Laura Arocena, Ernesto Bonicatto, Natalia Quinn, Julieta Coll, Noelia Casatti, Fernando Farías y Guadalupe Aguirre.........................................................................................................284La epistemología de las ciencias sociales en el joven Horkheimer (la década del ‘30) (Resumen)Laura Sotelo, Héctor Piccoli, Carina Mengo, Luciana Mir, Verónica De Laurentis, Lucio Piccoli, Nicolás Vallejo y Gabriel Cori..........................................................................................285La pregunta por la teoría y los modelos de investigación en el joven Horkheimer (Resumen y Comunicación)Carina Mengo....................................................................................................................287La literatura en la Alemania de los años ’20 (Resumen)Héctor Piccoli....................................................................................................................297Notas críticas de la sociología cultural urbana. Para un recorrido por el Berlín weimariano (Resumen)Lucio Piccoli......................................................................................................................299

Mesa 17. Problemáticas en la subjetivación de la infancia (abordaje clínico) La frontera indómita, un espacio necesario en la clínica con niños (Resumen)Gloria Bereciartua.............................................................................................................301Discapacidad auditiva: delineando interrogantes para la investigación (Resumen y Comunicación)Marisa Paula Chamorro.....................................................................................................302Posibles relaciones entre procesos filiatorios y juego simbólico en niñ@s con diagnóstico de deficiencia cognitiva, genética u orgánica

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(Resumen y Comunicación)Valeria Bearzotti Andrés, Cristina Ronchese, María Laura Yorlano, Inés Rosbaco –directora–..............................................................308La literatura para niños como recurso subjetivante en los nuevos escenarios educativos (Resumen y Comunicación)Analía Musumano y Ana Maschio....................................................................................314Investigación clínica en niños con precarización simbólica (Resumen y Comunicación)Cecilia Satriano y Valéria Marques de Oliveira................................................................320

Mesa 18. Fundamentos de la clínicaApuntes sobre el cuerpo y lo real a partir de Lacan (Resumen)Roberto Vinciarelli............................................................................................................332Alienación y tópica (Resumen y Comunicación)Luis Pablo Seit...................................................................................................................333Letra y sexuación (Resumen)Madeleine Maida Re..........................................................................................................338Los obstáculos transferenciales en la dirección de una cura psicoanalítica. Un más allá de la puesta en acto de la realidad del inconsciente (Resumen)Héctor Hugo Melfi, Aníbal Del Río, María Alejandra Casal, Juan Carlos Coria –director–..............................................................................................339El goce y el inconsciente (Resumen y Comunicación)Roberto Bertholet...............................................................................................................340

IIIª Jornada de Formación para ayudantes-alumnos de las materias de Primer AñoTransmisión y representación (hypókrisis) retórica. Puesta en escena y reflexión sobre la puesta en escena en la práctica docente universitariaOrganización y coordinación: Dra. María Soledad Nívoli................................................344

Panel Debate: “Intervención de los discursos en el presente”Época y psicoanálisis(Resumen)Carlos Kuri........................................................................................................................346Notas para la actualización de la teoría crítica (Resumen y Comunicación)Laura Sotelo......................................................................................................................348

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JORNADAS DE INVESTIGACIÓN 2011

“La reflexión colectiva y la producción de conocimientos”

10, 11 y 12 de Noviembre de 2011

Facultad de Psicología

Rosario, Argentina

Dentro de la ciencia, el momento ideológico suele aparecer menos en la forma de juicios falsos

que en su falta de claridad, su ambigüedad, su lenguaje encubridor, su actitud ante los problemas, la dirección de sus investigaciones y, principalmente,

en todo aquello frente a lo cual cierra los ojos.Max Horkheimer

Pocas formulaciones tan clásicas acerca de la investigación científica generan este vértigo de la consciencia ante sus propias creaciones. Las preguntas relacionadas con el qué investigamos, para qué y en función de quiénes, cuáles son los criterios, valores y fines que nos guían, forman parte del trabajo de autocomprensión crítica inherente a cualquier práctica científica. Más este ejercicio de reflexión sobre la propia praxis, sólo puede plantearse de un modo colectivo que permita establecer coordenadas dentro de la universidad actual, para construir una alternativa de saber y hacer académicos.

Hemos transitado –como docentes, investigadores, graduados, estudiantes– varias décadas en las cuales las producciones científicas se han sesgado al ideal de los logros de productividad y calidad que rigen el mundo de las mercancías. Al mismo tiempo y contra esta lógica impuesta, se han esbozado propuestas no adaptativas que acentuaron criterios internalistas de valoración de las producciones científicas, en un ejercicio desinteresado respecto de las dimensiones socio políticas del conocimiento. Sin embargo, podríamos pensar que adaptarse cuantitativamente o resistir cualitativamente no conforman sino instancias funcionales dentro del modo eficientista establecido en la investigación académica de nuestros tiempos.

En este sentido, las Jornadas de Investigación 2011 se proponen abordar aquellos necesarios debates del presente en torno a qué universidad, qué conocimientos y qué horizontes de investigación queremos construir.De este modo, estas Jornadas convocan al diálogo, al intercambio, a la discusión y a la búsqueda conjunta en derredor de nuestras prácticas. El análisis de las condiciones de posibilidad de lecturas no ritualizadas, la producción de sentidos y tensiones en el abordaje del objeto y la creación de una instancia de participación compartida entre investigadores, docentes y estudiantes, manifiestan las múltiples variantes de encuentro e intercambio que sugiere la temática propuesta.

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Protagonizar conjuntamente un cambio de horizonte en las prácticas y en la imaginación de los saberes que no escinda producción y belleza, academia y crítica, teoría y sociedad, conforman el territorio desde el cual emergen los siguientes objetivos:

• Desarrollar dispositivos que garanticen la discusión entre los diferentes grupos de investigadores de nuestra Facultad de Psicología y el resto de las unidades académicas de psicología en el país. • Difundir avances y resultados en investigación realizadas por los grupos de la Facultad de Psicología. • Intercambiar con otros grupos de investigación que desarrollen temáticas vinculadas con las áreas propuestas para el presente evento.

COMITÉ ORGANIZADORSusana Boccolini (SCyT- Psicología)

María Fernanda Fignoni (UNR)Luciano Filippini (SCyT- Psicología)

Ariadna Mariatti (UNR)Carina Mengo (UNR)Arián Racca (UNR)

Viviana Zubkow (UNR)

COMITÉ CIENTÍFICOMg. Cecilia Gorodischer (CIUNR)Dr. Mario Kelman (CIUNR- UNR)Ps. Patricia Real (CIUNR- UNR)

Dra. Patricia Rogieri (UNR)Dra. Cecilia Satriano (CIUNR- UNR)

Dra. Laura Sotelo (UNR)

EQUIPO DE GOBIERNOFACULTAD DE PSICOLOGÍA 2011

DECANA: Ps. Laura ManavellaVICE DECANO: Ps. Sebastián Grimblat

SECRETARÍA ACADÉMICA: Ps. Eugenia Piazza - Ps. Verónica MinnicinoSECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES: Ps. Andrés Matkovich

SECRETARÍA DE POSGRADO: Ps. Nicolás Vallejo - Lic. Ángel OlivaDIRECCIÓN DE PROFESORADO Y ESTUDIOS DE POSTÍTULO: Ps. Sebastián

GrimblatSECRETARÍA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA: Lic. Carina Mengo

SECRETARÍA DE EXTENSIÓN: Ps. Roberto Cabrera Morales - Ps. Esteban FridmanSECRETARÍA DE ASUNTOS ESTUDIANTILES: Paulo Cordisco - Emiliano Aguirre

SECRETARÍA FINANCIERA: CPN Juan ManavellaSECRETARÍA INFORMÁTICA: Ing. Guillermo Decoppet

SECRETARÍA ADMINISTRATIVA: Sr. Juan Carlos OlmosSECRETARÍA TÉCNICA: Sr. Carlos Oviedo

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Entre el diagnóstico y la intervención

Raquel Cafferatti y Betina MonteverdeGrupo de Investigación: PSI 221

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Este trabajo forma parte del proyecto de investigación ‘Colisión de normas’: problematización de deberes profesionales de fuente deontológico y jurídica, cuyo objetivo implica el análisis de las colisiones normativas existentes entre los mandatos éticos que rigen la actividad profesional del psicólogo y el conjunto de legislaciones que se yuxtaponen en diversos ámbitos específicos de prácticas profesionales: Código Civil, Código Penal, Ley de Salud Mental, etc. En este marco particular de la investigación, y general de la jornada, nuestro interés se centrará en la reflexión e interrogación respecto a la problemática de los derechos de las personas con padecimiento mental referidas a la internación e intervención involuntaria.

La letra de la Ley de Salud Mental tiende en sus diferentes artículos a sostener la internación en salud mental como un recurso clínico, insistiendo que el mismo debe ser pensado como último recurso, es decir, cuando no sea posible la aplicación de otros abordajes menos privativos de los derechos de los pacientes. Por ende al ser la internación una cuestión estrictamente clínica referida a la salud, la misma no podría ser ligada a comisión de un ilícito. En este punto podemos ubicar un orden de colisión normativa con el artículo 34 inc. 1 del Código Penal vigente y en la efectuación de su práctica, dado que en el mencionado artículo hallamos la noción de peligrosidad vinculada a la aplicación de medidas de seguridad de aquellas personas consideradas inimputables. Desde esta colisión se abre un juego de tensiones que nos fuerzan a pensar respecto de los criterios que se enuncian cuando se habla de voluntario e involuntario, derechos de ciudadanía, diagnóstico, riesgo, peligrosidad, autonomía. Intentaremos entonces repensar dichos elementos tratando de rastrear diferentes procesos de discusión y problematización de los mismos.

Palabras clave: deontología - diagnóstico - intervención - colisión de normas

Comunicación

Abordamos este trabajo con el interés de situarnos en el tratamiento de algunos artículos de la Ley de Salud Mental N° 26657 sancionada recientemente en nuestro país, en función de señalar elementos que nos resultan alentadores de esta formulación legal, no sin ubicar otras consideraciones que merecen ser problematizadas a los fines de profundizar diversos lineamientos en los fundamentos éticos relacionados con las prácticas en torno a la tensiones entre diagnóstico e internación involuntaria.

Consideramos importante marcar que esta ley cuenta como antecedentes diversos movimientos, asambleas, encuentros (de trabajadores de salud mental, familiares y

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pacientes), donde se empiezan a generar documentos críticos respecto a la problematicas de los hospitales psiquiátricos y sobre la lógica manicomial. Además, es preciso destacar la importancia que tuvo la reforma realizada por Brasil en el sector de salud mental, que generó grandes discusiones en base a los documentos producidos por este país, así como un intercambio fluido de diferentes agentes en la lógica de formación. Sumado a esto, el informe Vidas arrasadas producido por el CELS en el 2007, señala las violaciones que sistemáticamente se realizan a la personas detenidas en asilos psiquiátricos en Argentina, a partir de lo cual se producen una serie de consideraciones y de recomendaciones en torno a la necesidad y urgencia de la implementación de un cambio cualitativo a nivel nacional y provincial respecto a la modalidad de abordaje en salud mental.

Por ende la ley es fruto de una lucha de fuerzas dentro del sector, y su sanción implica un corrimiento del modelo médico-psiquiátrico hegemónico en torno a la asistencia en salud, que subsume al sujeto en objeto de una práctica capturada en la lógica del control social, y donde la terapéutica se encuentra signada por el encierro y el fármaco. Situación por la que obviamente tanto el establishment psiquiátrico y la industria farmacológica fueron los dos grandes opositores a la sanción de esta nueva ley, en cuya formulación se devuelven derechos de ciudadanía a los sujetos con padecimientos mentales, lo cual hace que en la práctica sean implementados los derechos de los pacientes: derecho (entre otros) a recibir información sobre su situación y tratamiento, consentimiento informado (elección de tratamiento), intimidad, etc.

Con esto queremos poner el acento en la importancia de que las políticas nacionales de Salud Mental sean enmarcadas en el respeto de los derechos humanos, pues hace que la apuesta de este nuevo modelo de salud lleve en su seno un tipo de ejecución de prácticas de atención que promueve la inclusión social, habiéndose así sancionado una política de desmanicomialización (con propensión a una demanicomialización progresiva que, siguiendo los lineamientos del CELS, implicaría la creación de una red de servicios de asistencia, alojamiento, alimentación y protección social, necesarios a la hora de ubicar la modificación de una modalidad de vida –internación– a otra) y la clara prohibición de creación de nuevos hospitales monovalentes, como expresión figurativa del antiguo modelo de salud mental.

Otra de la denuncias producidas en el informe del CELS es que en nuestro país, las leyes nacionales no regulaban el derecho a una revisión independiente o imparcial de la internación psiquiátrica, ni garantizaban el derecho a recibir asistencia jurídica, situación que sumada a la amplitud del Código Civil Argentino –que permite la detención de cualquier persona que pueda llegar a afectar la tranquilidad pública– hacía que en la internación se encuentren ausentes todas las salvaguardas legales; razones que asistían a sostener que todas las personas que se encuentran internadas lo están arbitrariamente.

Notemos entonces que la nueva ley intenta subsanar dicha situación en base a determinar en varios de los artículos (referentes a la internación tanto voluntaria como involuntaria) una serie de procedimientos médicos-legales, en función de resguardar los derechos del paciente. Así mismo en el art. 14 señala que: “La internación es considerada como un recurso terapéutico de carácter restrictivo, y sólo puede llevarse a cabo cuando aporte mayores beneficios terapéuticos que el resto de las intervenciones realizables en su entorno familiar, comunitario o social.1 Debe promoverse el mantenimiento de 1 A partir de aquí, en todas las citas, las negritas son nuestras.

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vínculos, contactos y comunicación de las personas internadas con sus familiares, allegados y con el entorno laboral y social, salvo en aquellas excepciones que por razones terapéuticas debidamente fundadas establezca el equipo de salud interviniente”.Mientras que el art. 20 sostiene que: “La internación involuntaria de una persona debe concebirse como recurso terapéutico excepcional en caso de que no sean posibles los abordajes ambulatorios, sólo podrá realizarse cuando a criterio del equipo de salud mediare situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros. Para que proceda la internación involuntaria, además de los requisitos comunes a toda internación, debe hacerse constar:

a. Dictamen profesional del servicio asistencial que realice la internación. Se debe determinar la situación de riesgo cierto e inminente a que hace referencia el primer párrafo de este artículo...”.

En dichos artículos encontramos un intento de marcar que la internación sólo es posible si posee fines terapéuticos y es el último recurso en dicha función. Creemos que el acento en estos enunciados se relaciona con el fin de desvincular la internación al control social, pero es de notar que la misma se autoriza argumentando la noción de riesgo cierto e inminente para sí o para tercero, es decir, aquí nos hallamos con el mismo enunciado que en el art. 34 del Código Penal vincula la peligrosidad respecto de las medidas de seguridad.Considerando que esta particularidad, no menor, nos pone en la misma vereda que el paradigma anterior: la de anticipar sobre la posibilidad del accionar del otro; lugar que implica el criterio de tornar al otro posiblemente peligroso para sí o para terceros. Esta cualidad del tiempo que coagula al sujeto en esta categorización diagnóstica de probabilidad nos pone en tensión con la mención que esta ley propulsa.

Szasz nos trae una idea sobre el campo del decir que merece una detención:

La clasificación es un acto social que implica la participación de por lo menos tres tipos distintos de personas: a. El clasificador.b. El clasificado.c. El público que se le pide aceptar o rechazar la clasificación determinada.Para conseguir que la clasificación que uno hace de sí mismo o de los demás sea aceptada, es preciso contar con cierto tipo de poder sobre los demás, este poder puede ser intelectual (científico) o político (coactivo).Lo que caracteriza a los pacientes mentales es haber sido despojados de su derecho y capacidad para clasificarse a sí mismos o a los demás y haber sido considerados exclusivamente como objetos clasificables por la sociedad, de manera particular por los alienistas, psiquiatras y psicoanalistas (Szasz, 1969: 68).

De este modo, podemos sostenemos que las nociones de riesgo y peligrosidad implican una nebulosa conceptual que el profesional deberá recorrer a partir de su saber científico. En los borradores de la reglamentación se dice que: “Se debe entender por riesgo cierto, aquel que surge de una evaluación actual, realizado por el equipo interdisciplinario, cuyo fundamento no puede reducirse exclusivamente a un diagnóstico, y por inminente, a aquel con altas probabilidades de suceder o agravarse en un corto período de tiempo.No se incluyen los riesgos derivados de actitudes o conductas que no estén condicionadas por un padecimiento mental”.

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Tenemos entonces que la patología por sí misma no habilita el riesgo cierto, pero no dice cuál es el otro elemento a evaluar para determinar riesgo cierto: ¿se trata de actos del paciente, de dichos, de amenazas donde se ponga en juego la vida del paciente o un tercero? Nada de esto queda claro. Decíamos anteriormente que se supone que el diagnóstico no basta por sí solo pero puede ser una de sus determinaciones. En este punto la Ley de Salud Mental señala en el art. 3 que:

En ningún caso puede hacerse diagnóstico en el campo de la salud mental sobre la base exclusiva de:a) Status político, socio-económico, pertenencia a un grupo cultural, racial o religioso;b) Demandas familiares, laborales, falta de conformidad o adecuación con valores morales, sociales, culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes en la comunidad donde vive la persona;c) Elección o identidad sexual;d) La mera existencia de antecedentes de tratamiento u hospitalización.

Llama la atención que estos elementos que se dicen insuficientes no queden excluidos del diagnóstico, ya que entran en contradicción con los principios éticos de nuestra práctica profesional que se sostiene en el marco de los derechos humanos y en el principio de no discriminación2: ¿cuál sería la necesidad de mencionar en un diagnóstico la elección o identidad sexual, o su filiación política o religiosa? Cualquiera de los elementos (a, b, c, o d) no deberían estar mencionados, salvo en el caso de que el profesional, de acuerdo a lo que marca la ley, señale allí una problemática que no es de su competencia. Pensamos específicamente, por ejemplo en la problemática socio económica, dado que se marca fuertemente que debería tener un orden de intervención no médica. Sin embargo, quisiéramos recordar que son justamente estos elementos que se han detallado los que más frecuentemente han sido utilizados para la argumentación de la necesidad de encierro (en base a ser pensados encubiertamente como indicios de peligrosidad).

Podríamos suponer que la nueva ley no ha tenido la correlación de fuerzas suficientes para producir modificaciones respecto al art. 34 del Código Penal, pero llama la atención que a la hora de pensar la argumentación de una internación involuntaria (a sabiendas que en el marco de la nueva ley la intervención compulsiva es una gran infracción a los derechos humanos y a las libertades fundamentales del paciente -sujeto), no defina criterios ciertos de intervención; así como también es sorprendente que incorpore a la lógica diagnóstica,

2 En tanto profesionales psi nuestro accionar se rige por diferentes leyes y códigos deontológicos que establecen parámetros éticos y legales que guían y regulan nuestras diferentes prácticas estableciendo siempre como principio fundamental nuestro compromiso como ciudadanos y profesionales acordes con el respeto de los Derechos Humanos. De esta manera el Código de ética de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (FePRA) en 1999, establece en su Preámbulo el compromiso de los psicólogos respecto a (entre otros): entender al bienestar psíquico como uno de los Derechos Humanos fundamentales y trabajar según el ideal social de promoverlo a todos por igual, en el mayor nivel de calidad posible y con el sólo límite que la ética y la ciencia establecen y no consentir ni participar deliberadamente en prácticas discriminatorias. Por otra parte en su declaración de principios, hace suyos los Principios Generales adoptados por el Protocolo del acuerdo marco de los principios éticos para el ejercicio profesional de los psicólogos en el Mercosur y países asociados (1997), estableciendo en primera instancia el principio de: . Respeto por los derechos y la dignidad de las personas.Los Psicólogos se comprometen a hacer propios los principios establecidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Asimismo, guardarán el debido respeto a los derechos fundamentales, la dignidad y el valor de todas las personas, y no participarán en prácticas discriminatorias. Respetarán el derecho de los individuos a la privacidad, confidencialidad, autodeterminación y autonomía.

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elementos que atañen fuertemente a criterios morales que, en tanto tales, son discriminatorios.Varias asignaturas están pendientes en la agenda pública argentina. Temas que laceran la dignidad humana. En este escenario se inscribe la problemática de la internación psiquiátrica forzosa y la vulneración de los derechos humanos de los pacientes con problemas mentales, quienes, discriminados, forman parte del costado más desamparado de la sociedad.

Bibliografía

CELS y MDRI, Vidas arrasadas: La segregación de las personas en los asilos psiquiátricos argentinos, Buenos Aires: S. XXI, 2007.

SZASZ, T., Ideología y Enfermedad Mental, Buenos Aires: Amorrortu, 1969.}

Documentos utilizados

Borrador de la reglamentación de la Ley Nacional de Salud Mental, Junio 2011.Código de ética FEPRA (1999).Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657.Protocolo de Acuerdo Marco de Principios Éticos para el ejercicio Profesional del los

psicólogos en el Mercosur y países asociados. Firmado en Santiago de Chile, 7-11-97.

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Consentimiento Informado y principios de la bioética

Sergio SklarevichGrupo de Investigación: PSI 221

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

En el marco de un proceso en el que han ido apareciendo, durante no hace mucho más de una década, una serie de normativas de fuente deontológica y jurídica sumamente relevante para la práctica del psicólogo de nuestro país (como ser: el Código de Ética de la Federación de Psicólogos de la Argentina de 1999; la Ley 26529, Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud sancionada en 2009 y la Ley Nacional de Salud Mental sancionada en 2010), nos interesa problematizar acerca del Consentimiento Informado. Por una parte, trabajaremos su relación con los distintos principios de la bioética (autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia) y por otra, los distintos criterios que pueden emplearse para su aplicación.

Palabras clave: consentimiento informado - bioética - autonomía - prácticas del psicólogo

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Paciente, sujeto, usuario: dime cómo nombras y te diré quién eres. La palabra de la Ley y la constitución del campo de la Salud Mental

Tatiana MorenoGrupo de Investigación: HUM 269

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

El objeto de esta presentación es indagar los modos en que la palabra de la Ley diseña la constitución del/los campo/s de la Salud Mental, representando aquellos sujetos que intervienen en el mismo, determinando el tipo de vínculo posible entre ellos y las formas autorizadas de intervención. Entendemos que es en y por el lenguaje como nos constituimos como sujetos, estableciendo un otro como efecto de discurso y siendo definidos a su vez por este otro discursivo. El modo de acceder al mundo será sólo a través del lenguaje, por lo tanto lo real es lo nombrado/representado como tal. La palabra no puede ser pensada como nombre dócil de la cosa, ya que implica un movimiento que posiciona a aquel que habla en un determinado contexto histórico, político e ideológico.

El campo de la Salud Mental se encuentra inserto en un marco jurídico que lo regula y define. Dentro de la legislación argentina, Santa Fe es una de las provincias que ha sancionado una ley específica para dicho campo, la Ley Nº 10772/91 (1991), cuya formulación puede leerse como efecto de la Declaración de Caracas, conferencia de reestructuración de la Atención Psiquiátrica en América Latina, llevada a cabo en 1990.

Allí se pone de manifiesto la necesidad de revisar ciertas prácticas convencionales (modelo psiquiátrico clásico y el hospital psiquiátrico como figura central de este modelo). Dicho espíritu se encuentra reflejado en la ley y su reglamentación. Por otro lado, la provincia de San Juan se encuentra regulada por la Ley Nº 6976 (1999), cuya letra sugiere cierta posición más conservadora, al privilegiar el discurso psiquiátrico sobre otros. En el año 2010 se aprueba la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26657, lo cual unifica la reglamentación en Salud Mental para todo el territorio nacional. El marco de aprobación de dicha ley se encuentra determinado por una política de defensa de los derechos humanos, la igualdad y la democracia que excede al campo específico de la Salud Mental (Ley de Matrimonio Igualitario, Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26522, entre otros).

Palabras clave: ley - salud mental - sujeto - paciente - usuario - representación

Comunicación

El campo de la Salud Mental se encuentra regulado por leyes que no sólo lo organizan, sino que al mismo tiempo lo constituyen. Toda ley a través de su letra construye un modo de pensar el campo al que hace referencia, en este caso el de la Salud Mental. En este punto podemos ubicar cierto carácter performativo de la ley, en tanto crea lo real al nombrarlo, siendo de este modo acto fundador del campo que define y regula. Este

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concepto de performatividad es trabajado por Benveniste quien sostiene que un enunciado es performativo cuando en el momento del acto, se realiza la acción que expresa. Formular semejante enunciado es efectuar la acción. “Esto conduce a reconocer al performativo propiedad, la de ser sui-referencial, de referirse a una realidad que él mismo constituye…”3

La creación de lo real se produce en tanto la ley determina qué sujetos participan en dicho campo, el vínculo entre los mismos, qué estrategias de intervención son válidas, estableciendo relaciones y lugares de poder. Es decir ofrece representaciones que existen en un universo simbólico. Dichas construcciones discursivas son efecto de recursos o procedimientos, que implican, sobre todo, la elección de ciertas categorías específicas, priorizando un modo de nombrar sobre otro.

Asumimos que el lenguaje no es transparente, no refleja al mundo tal cual es, sino que se ofrece como mediador entre el sujeto que habla y el mundo al que hace referencia. El modo de aprehender lo real será sólo a través del lenguaje, ya que lo real es lo que el lenguaje nombra como tal. En este punto el concepto de verdad se pone en tensión, verdad en tanto axioma ahistórico e imperturbable. Sería conveniente pensar en términos de lo que para determinado grupo social, en cierto momento histórico, en relación a un campo de conocimiento, se considera verdadero. Es decir, no se trata de establecer la verdad, sino de aproximársele. Detrás de cada enunciado aparece un nombre propio que remite a una posición singular, que es quien lo produce, y además coinciden en él un sin fin de voces que ubican dicho enunciado en un campo espacial e ideacional particular, asumiendo, no siempre explícitamente, una posición política, ideológica, histórica y cultural.

Existen en la Argentina leyes de Salud Mental a nivel provincial, aunque no todas las provincias del territorio nacional cuentan con esta regulación específica. Dos de las provincias que efectivamente cuentan con leyes en Salud Mental son la provincia de Santa Fe, Ley Nº 10772/91, aprobada en el año 1991 y la provincia de San Juan, Ley Nº 6976 sancionada en el año 1999. En el año 2010 se aprueba la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26657. Dicha ley es de orden público, lo cual implica que debe ser cumplida en todas las jurisdicciones sin requerir adhesión específica.La Ley Nº 10772 que rige en el territorio santafesino es promulgada en el año 1991. Dicha sanción podría leerse en el marco del proceso de reforma psiquiátrica que se inicia, en América latina, con la Declaración de Caracas en 1990. La OMS/OPS impulsa/n esta reestructuración a partir de la situación en que se encontraba el campo de la Salud Mental, ubicando que la atención psiquiátrica convencional y por consiguiente, el hospital psiquiátrico, como modalidad asistencial, no permitían el logro de objetivos considerados fundamentales para la atención comunitaria, integral y preventiva. Allí aparece la Atención Primaria de la Salud como estrategia principal. Dicho proceso formaba parte del entusiasmo por la reconstrucción democrática que se atravesó a partir de los ‘80 en algunos países de América Latina, pero se refería también a la influencia del pensamiento y la práctica de Franco Basaglia, desde los últimos años de la década del ‘70 y al empeño militante de la Lucha Antimanicomial.

El artículo Nº 1 comienza estableciendo la configuración de aquel a quien están dirigidas las prácticas en Salud Mental:

Derecho al tratamiento. Condiciones.- Toda persona que padeciera sufrimiento por, o en su salud mental tiene derecho a solicitar y recibir tratamiento. El mismo deberá ser prescripto y

3 BENVENISTE, E., Problemas de lingüística general, México: Siglo Veintiuno Editores, 2004. p. 195.

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conducido por profesionales de la salud mental legalmente habilitados, y estará orientado hacia la curación, la recuperación y rehabilitación.

Esto marca una diferencia con lo que puede representar nombrar a las personas como enfermos mentales, ya que este último hace referencia sobre todo a nivel del ser, lo cual determina la existencia de alguien por lo que es y no por lo que padece. Esto conlleva efectos en la constitución subjetiva (ser esquizofrénico). En cambio, concebir a las personas con padecimiento mental, sugiere que ese puede ser un momento particular en donde alguien necesite de la atención y tratamiento, sin que eso implique una definición en la lógica del ser.Por otro lado, definir el padecimiento en relación a la salud mental, implica toda una posición ideológica en cuanto a qué se considera enfermedad y por lo tanto qué profesionales están autorizados a intervenir. La OMS destaca en la definición de salud: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Si bien es una definición controversial, en tanto deberíamos interrogar qué implica completo bienestar, me interesa remarcar sobre todo aquello que se introduce en cuanto al padecimiento, en tanto éste no se define entonces a través de una sola dimensión. La alteración en la salud mental de una persona implica complejidad y la necesidad de abordaje desde distintas disciplinas. Este punto está especialmente subrayado en la reglamentación del artículo primero de dicha ley:

En los establecimientos de salud mental, están habilitados para disponer las estrategias de intervención clínica y su direccionalidad, los equipos interdisciplinarios que se constituyan a este efecto en conformidad con este reglamento. Los mismos estarán integrados por enfermeros, psicólogos, psiquiatras, abogados, trabajadores sociales, médicos generalistas, psicopedagogos, terapistas ocupacionales, pediatras, estimuladores temprano, sin perjuicio de la participación activa de otras profesiones vinculadas a la producción de salud.

La Ley Nº 6976, sancionada en el año 1999 en la provincia de San Juan, posee una impronta más conservadora que la ley 10772. El artículo primero, en el que se expresa la finalidad de la ley, hace referencia al paciente psiquiátrico. El término paciente proviene del latín patĭens (padecer, sufrir), hace referencia a quien tiene paciencia (la capacidad de soportar o padecer algo, de hacer cosas minuciosas o de saber esperar). Entonces la categoría paciente psiquiátrico, no sólo alude a cierto estado pasivo, padecer algo, estar a la espera de algo, sino que además esa existencia es definida por un tipo de padecimiento: el psiquiátrico.El apartado Título Segundo, hace referencia a los Hospitales y Clínicas Psiquiátricas Públicas y Privadas:

Capítulo únicoArtículo 33º.- Se entiende por Hospital y/o Clínica Psiquiátrica a los establecimientos nosocomiales destinados al tratamiento de alteraciones mentales, que tienen como fin primordial la prevención, asistencia, rehabilitación y reinserción al medio con la debida observancia de los derechos individuales.

Otra vez aparece lo psiquiátrico como adjetivo único. ¿Es lo mismo un Hospital Psiquiátrico que un Centro Regional de Salud Mental? En otro de los artículos, también expresa cierto privilegio del discurso psiquiátrico sobre otros discursos:

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Artículo 40º.- El Director del Establecimiento Psiquiátrico, sea de gestión pública o privada, deberá ser médico psiquiatra especializado.

La Psiquiatría como discurso ordenador de la locura es una construcción moderna. Es a partir del siglo XIX cuando la mirada científica se dirige sobre el fenómeno de la locura, y se transforma en objeto de conocimiento como enfermedad mental. Es así que la práctica médica psiquiátrica se constituye con la medicalización y terapeutización de la locura. Si en ese momento nace la enfermedad mental, ¿antes, no existían los enfermos mentales? La locura se representaba de modo diverso. En la época clásica el loco era considerado como alguien marginal (como así también leprosos, prostitutas, ladrones) y se lo encerraba, ya que constituía una amenaza a la ley y el orden social. El encierro no poseía hasta el momento ningún objetivo terapéutico, pero el criterio que marca la exclusión es la desrazón. La psiquiatría de la segunda mitad del siglo XXI, así como otros saberes del campo social, pasa a ser un imperativo de ordenamiento de los sujetos. “Seguirá la orientación de las demás ciencias naturales… un modelo centrado en la medicina biológica, que se limita a observar y describir los disturbios nerviosos.”4 Desde aquel modelo clásico ampliamente difundido, han surgido varios modelos que revisan sus criterios, sin embargo el campo de la salud mental todavía se ve atravesado por su influencia en la actualidad.

En cuanto a lo que se refiere a la legislación nacional en Argentina, durante el año 2010, luego de varios años de discusión, fue aprobada la Ley Nacional de Salud Mental. La misma es impulsada por una oleada de cambios que llevan más de dos décadas en el campo de la Salud Mental, bajo la bandera de la Lucha Antimanicomial. Dicha ley propone un cambio de paradigma en Salud Mental, ya que cuestiona ciertos criterios y principios que vienen determinando este campo específico, como el modo de abordaje centrado en la internación, y la figura del psiquiatra como única voz autorizada. Este movimiento cobra fuerza en un campo social más extenso, el de los Derechos Humanos. Durante estos últimos años en Argentina se han producido grandes logros sociales como el Matrimonio Igualitario, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26522, el comienzo con los juicios a las juntas militares, entre otros. Este contexto contribuye en la creación de un escenario que fortalece el proceso de reforma psiquiátrica. Es en este sentido que la Ley Nacional de Salud Mental en su primer artículo plantea:

La presente ley tiene por objeto asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas, y el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental que se encuentran en el territorio nacional, reconocidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos, con jerarquía constitucional, sin perjuicio de las regulaciones más beneficiosas que para la protección de estos derechos puedan establecer las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A lo largo de la ley se encuentra una marcada defensa de los derechos humanos, se considera entonces a toda persona con padecimiento mental, no ya como objeto de tutela o asistencia, sino como sujeto de derecho. Al considerar la salud mental como proceso influenciado por múltiples y diversos factores, se desprende cierto cuestionamiento al discurso de la psiquiatría como discurso hegemónico, otorgándole también participación a otros discursos en relación a la salud. La ley insiste en la necesidad de la interdisciplina, incluyendo como disciplinas competentes no sólo la psiquiatría y la psicología (si bien las 4 AMARANTE, P., Locos por la vida. La trayectoria de la reforma psiquiátrica, Buenos Aires: Ediciones Madres de Plaza de Mayo, 2006. p. 23.

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ubica como necesarias para el diagnóstico, evaluación, etc.), sino también el trabajo social, enfermería, terapia ocupacional y otras. Dicho contenido es anunciado en el artículo Nº 3:

En el marco de la presente ley se reconoce a la salud mental como un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona. Se debe partir de la presunción de capacidad de todas las personas…

La ley supone, desde el comienzo, capacidad de estas personas, por lo tanto una participación activa del usuario de los servicios de salud mental en cuanto a su atención y tratamiento. El artículo Nº 16, punto C, expresa la necesidad de un consentimiento informado, que debe ser firmado por el usuario o su representante, en lo que respecta a internación y tratamiento. También aparece explicitado qué se entiende por salud mental y cuáles son los factores que intervienen, por lo tanto esto tendrá sus efectos en cuanto a determinar que discursos tienen algo que decir sobre este campo.

El término usuario5 proviene de un movimiento que tuvo su inicio en las décadas del ‘60 y ‘70 en varios países de Europa y América del Norte, en el auge de emergencia de varios movimientos sociales. Los usuarios se constituyen como actores sociales que intentan diferenciar su voz de la de los profesionales y familiares, marcando la importancia de hablar en nombre propio. De este modo se cuestionan las relaciones de poder instituidas y aquellos puntos de vista reconocidos como de autoridad en el campo de la salud mental que han profundizado una cultura paternalista por parte de profesionales y el Estado. En general, en los países latinoamericanos, los profesionales de salud mental tienden a sostener una cultura terapéutica muy acentuada, que enfatiza el papel del profesional en el proceso de tratamiento y cura, en detrimento de dispositivos de cuidado más horizontales, centrados en la perspectiva de empoderamiento, ciudadanía, autogestión y soporte mutuo.

Es necesario cuestionar los términos utilizados para referirse a ellos (enfermedad, paciente, etc.), porque reconocemos que el lenguaje tiene el poder de mantener o cambiar las relaciones de poder.6

Bibliografía

AA. VV., Salud Mental: Época y subjetividad, Rosario: Homo Sapiens, 2000.AMARANTE, P., Locos por la vida. La trayectoria de la reforma psiquiátrica, Buenos

Aires: Ediciones Madres de Plaza de Mayo, 2006.BENVENISTE, E., Problemas de lingüística general, México: Siglo Veintiuno Editores,

2004.FOUCAULT, M., Historia de la locura en la época clásica, Buenos Aires: Fondo de

Cultura Económica, 2006.GALENDE, E. y A. KRAUT, El sufrimiento mental. El poder, la ley y los derechos,

Buenos Aires: Lugar Editorial, 2006.VASCONCELOS, E., Saùde Mental e Serviço Social: o desafio da subjetividade e da

interdisciplinaridade, Sao Paulo: Cortez, 2000.5 Término desarrollado por Eduardo Mourao Vasconcelos, Saùde Mental e Serviço Social: o desafio da subjetividade e da interdisciplinaridade, Sao Paulo: Cortez, 2000.6 VASCONCELOS, E., op. cit. supra, nota 3, p. 73.

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VOLOSHINOV, V., Freudismo. Un bosquejo crítico, Buenos Aires: Paidós, 1999.

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La mención de las condiciones sociales de existencia en la diagnosis de peligrosidad en las pericias psiquiátricas en el fuero penal: dilemas éticos

Alcira MárquezGrupo de Investigación: PSI 221

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

El artículo 34- inciso 1ero del Código Penal de la República Argentina determina que ciertas alteraciones de la personalidad constituyen causales de inimputabilidad. Para aquella persona que sea considerada peligrosa, la consecuencia jurídica consiste en la aplicación de una medida de seguridad. El concepto de peligrosidad implica la determinación, a partir de ciertas características que porta un sujeto, de la probabilidad de cometer futuros actos dañosos a sí mismo o a terceros. Los usos de estos atributos del individuo como indicadores de peligrosidad serán problematizados a partir de la nueva Ley de Salud Mental N° 26567.

Palabras clave: peligrosidad - condiciones sociales de existencia - ley de salud mental

Comunicación

El artículo 34- inciso 1ero del Código Penal de la República Argentina determina que ciertas alteraciones de la personalidad constituyen causales de inimputabilidad. Propone entonces tres figuras que englobarían en sí mismas todas las psicopatologías. Éstas son: alteración morbosa, insuficiencia de las facultades mentales y estado de inconsciencia. Es requisito además que la portación de cierta patología le impida a la persona imputada de un delito “comprender y dirigir sus acciones”. En caso de comprobarse, se le puede asignar una medida de seguridad. Para que la misma sea aplicable, es requisito que la persona sea peligrosa. En otras palabras, el nexo enfermedad mental-peligrosidad proporciona el fundamento al encierro coactivo. El concepto de peligrosidad implica la determinación, a partir de ciertas características que porta un sujeto, de la probabilidad de cometer futuros actos dañosos a sí mismo o a terceros. De esta manera la psiquiatría, como ciencia auxiliar del derecho, le otorga al mismo la legitimación científica de alguna de las causales de exclusión de la pena.

Para determinar la existencia de peligrosidad no alcanza con la acreditación de una enfermedad mental. Se puede estar enfermo, pero no ser peligroso. La pregunta que surge es: ¿según qué criterios se asigna el atributo de peligrosidad a un sujeto? A los fines de responder a este interrogante, se ha analizado un corpus de 35 pericias psiquiátricas, correspondientes a pacientes alojados en el Hospital Abelardo Irigoyen Freyre de la localidad de Oliveros, por orden judicial con dictamen de inimputabilidad. La obtención de dicha información fue producto de un convenio celebrado con dicha institución. Dicho relevamiento se llevó a cabo durante el mes de septiembre del año 2001, en el marco de un PID, radicado en esta facultad, denominado: Algunas pericias penales como tecnologías

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normalizadoras generadoras de subjetivación, desarrollado entre los años 2000 y 2004 y dirigido por la Ps. Efimia Lagiú.

Pensamos que el psiquiatra hace referencia, en los textos analizados, a una serie de aspectos del individuo que no tienen como objetivo ilustrar la condición patológica. Refieren a las condiciones sociales de existencia: características económicas, educativas y familiares de la persona entrevistada. A estos índices los hemos denominado parapatológicos: son elementos que pueden ser presentados en los informes analizados de maneras diferentes:

• Como un factor independiente del padecimiento del sujeto, considerado como una suerte de contexto o medio donde éste se desarrolla.• Como un atributo del individuo, que informa de su status social.

Para construir esta diferenciación entre indicadores de patología y aquellos que llamaremos parapatológicos hemos considerado que refieren al primer apartado aquellos enunciados que dan cuenta de atributos tales como: atención, memoria, orientación témporo-espacial, sensopercepción, curso del pensamiento, presencia o ausencia de delirios. Tomar esta referencia no significa que acordemos con esta propuesta semiológica, se la ha utilizado porque representa el arsenal teórico de la psiquiatría clínica clásica. Cabe aclarar que la desagregación entre signos que refieren a la enfermedad mental y aquellos que no, es de nuestra producción. Los manuales y artículos de psiquiatría legal consultados, como veremos a continuación, introducen estos atributos en su propuesta semiológica, tanto para ilustrar la etiología del padecimiento, como a los fines de considerar la peligrosidad del individuo.

Así, Espinoza Espinal conceptualiza peligrosidad como: “aquel comportamiento del que, con gran probabilidad, puede derivarse un daño contra un bien jurídicamente protegido, o como aquella conducta que es reprobada socialmente”. Para determinarla debe realizarse una investigación que contemple los factores “antropológico, psiquiátrico y patológico, así como los factores familiares y sociales que lo rodean”.7

Vicente Cabello propone que el psiquiatra forense debe analizar los índices de agresividad personal, grado de excitabilidad, capacidad emotiva, amor propio y honor, es decir, la índole moral de los enfermos mentales pues “no es la enfermedad psíquica la que hace peligroso al hombre, es el hombre el que hace peligrosa a la enfermedad”.8

Dice también que se debe contemplar, tomando como referencia el criterio propuesto en el Código Civil (Art. 144, inc. 5): “el impedimento para la curación y el tratamiento del enfermo, estabilidad moral y espiritual de la familia afectada eventualmente por la conducta del usuario” cuando “el demente sea furioso o incomode a sus vecinos”; y el Código de Faltas o Contravenciones, el cual refiere a la perturbación del orden e instituciones públicas.López Latorres9 elabora una serie de indicadores de la conducta violenta: entre los personales, menciona la ira y la hostilidad ante la frustración y provocaciones recibidas, la autoestima inestable, poseer padres con nivel educativo bajo o deficiente, desorganización

7 ESPINOZA ESPINAL, B., “¿Qué papel debe desempeñar el psiquiatra en la valoración de la peligrosidad?”, en Blog de Psicología Jurídica <www.psicologiajuridica.org> [Consulta: 15 de agosto de 2011].8 CABELLO, V., Psiquiatría forense en el derecho penal Tomo I, Buenos Aires: Hammurabi, 1982,

p. 216.9 ESPINOZA ESPINAL, B., op. cit. supra, nota 1.

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familiar y conductas delictivas en familiares. Entre los escolares, el bajo nivel educativo, el ausentismo, y las “conductas desafiantes, graves y frecuentes ante figuras de autoridad”; de los laborales, son factores de peligrosidad, la inestabilidad laboral y el desempleo. Los factores ambientales que deben considerarse son: crisis económica, pertenecer a bandas o pandillas violentas y vivir en un “barrio o colonia con alta prevalencia de hechos delictivos, especialmente violentos”.

Los enunciados de los informes periciales que refieren a estas cuestiones serán interrogados a los fines de delimitar qué función cumplen en la elaboración del juicio de peligrosidad, y serán problematizados en relación a su estatuto científico.

Referencia a las condiciones económicas• “Describe a su grupo familiar de origen con características de muy bajo nivel socioeconómico.” “Haber estado siempre en la calle, dedicándose a cuidar autos.” AMENAZAS.• “Refiere... haber estado siempre en la calle, dedicándose a cuidar autos.” “No comprende la criminalidad de sus actos y no puede dirigir sus acciones estando las mismas orientadas a satisfacer necesidades básicas.” AMENAZAS.• “Índices sociales: la pobreza, la marginación, todos factores que condicionan su historia vital.” AMENAZAS.• “…su nivel socioeconómico, son índices de peligrosidad para sí y para terceros.” AMENAZAS.• “Haber comenzado a trabajar a los 14 años en una herrería y luego como changarín.” VIOLACIÓN Y HOMICIDIO.• “Respecto a su trabajo: Soy hachero y domador. Y usted sabe como hay que ser de fuerte para ser hachero y domador.” ROBO.• “Por lo que es necesario un urgente tratamiento en un Instituto Psiquiátrico adecuado que deberá ser estatal debido a ser gente de escasos recursos.” INCENDIO SEGUIDO DE MUERTE.• “No tiene ubicación domiciliara fija y descansa donde lo sorprende la noche.” LESIONES.• “Ha suspendido el tratamiento ambulatorio por problemas económicos.” LESIONES.• “Pensionado por invalidez (epilepsia).” INFRACCIÓN ART. 62 Y 84 DEL CÓDIGO DE FALTAS (MENDICIDAD Y ACTOS TURBATORIOS O MOLESTIAS).

En los informes periciales sobre los que se apoya este desarrollo, la situación económica desfavorable no es teorizada como causa del delito. El individuo, en estos casos, no transgrede la ley porque aspire a obtener por medios ilegítimos los bienes de los que fue privado por causa de su posición en la estructura social.10 De hecho, como ha quedado demostrado más arriba, la mención a la situación económica no está relacionada con la carátula del expediente.

La situación económica es considerada en relación a por lo menos tres cuestiones:1. Como factor directo que incide en la producción de individuos peligrosos. En la tradición teórica de la psiquiatría legal, el infortunio económico actúa como generador de las más erráticas y perversas conductas. Así, Jiménez de Asúa plantea que la situación económica permite que haya seres en situación de extrema miseria, lo cual genera criminalidad, porque esta condición no prepara al niño para su desempeño adulto en el

10 Sobre esta cuestión, ver MERTON, R., Teoría y estructura social, México: Fondo de Cultura Económica, 1995.

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mundo social. Este grupo desfavorecido social y económicamente produce, además de individuos con marcada actividad antisocial, “otro grupo pasivo de aparentes sociales (…) constituido por individuos desalentados, mimados, corrompidos, degenerados, con marcada aversión a ocupaciones regulares, al matrimonio y a las personas del sexo opuesto, que caen a menudo en el homosexualismo y las perversiones sexuales”.11

2. Como factor destinado a reforzar un atributo del sujeto: la condición laboral se nombra en cuatro pericias, y no a los fines de demostrar cierto grado de inclusión o la competencia para realizar algunas tareas, sino para reforzar el grado de agresividad del peritado o mostrar su deterioro.

3. En los demás informes no se hace referencia al trabajo, sino a la condición económica desfavorable. La razón que puede esgrimirse es que, naturalmente, el loco se encuentra incapacitado para ingresar al mercado laboral: sostiene trabajos precarios, no trabaja, o es beneficiario de la seguridad social. Por lo cual, podemos inferir que no es simplemente la incapacidad de trabajar lo que hace al hombre peligroso: si el trabajo no constituye un requisito de inclusión, el factor que garantiza la pertenencia al mundo social es la capacidad de consumir.

Dice Bourdieu: “El consumo, tan ninguneado por los jueces del marxismo mecanicista, es un espacio decisivo para la construcción de las clases y la organización de sus diferencias. Las prácticas de consumo, al igual que las prácticas simbólicas, son más que rasgos complementarios o consecuencias secundarias de la ubicación en el proceso de producción. Esas prácticas funcionan como principios de selección o de exclusión reales, que el sujeto contemporáneo vive, sufre, más que en ninguna otra etapa histórica. No porque la exclusión sea una particularidad de esta etapa del capitalismo, sino porque el discurso desde el poder, lo invita constantemente a ocupar los lugares que de hecho le son vedados. En el reconocimiento del carácter superior del habitus dominante que se impone a todos los participantes, a todos los agentes, se forma el resultado inmediato, a saber, que toda la estructura de dominación tienda naturalmente a la reproducción”.Ergo, no se requiere saber qué hace la persona para subsistir sino con qué recursos cuenta. La peligrosidad surge de la carencia. El loco peligroso es aquél que se encuentra fuera de la lógica del consumo.

Referencia a la condición educativa y lenguaje• “...quien refiere no saber leer ni escribir, ni mes ni año en curso.” “Al examen se constata analfabetismo”, “respondiendo en forma concreta e infantil a las preguntas.”• “Es analfabeto, no sabe año ni mes en curso.”• Refiere…“No tener la escolaridad primaria completa, habiendo abandonado en 2do. Grado, refiriendo ser analfabeto.”• “Parcialmente orientado en tiempo y espacio, debido a su nivel cultural.”• “Dice haber cursado la escolaridad primaria hasta 7mo grado, abandonando los estudios por falta de contracción y comprensión.”• “Refiere tener escolaridad primaria completa.”• “Desertó en 2º grado de la escuela primaria manifestando que abondonó la misma a causa de la epilepsia.”• “Desorientación en la comunicación verbal.”

11 JIMENEZ DE ASÚA, L., Psicoanálisis criminal, Buenos Aires: De Palma, 1982, p. 42.

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• “Con lenguaje paupérrimo.”• “Es analfabeto, no sabe año ni mes en curso, no tiene conciencia de la enfermedad, el relato es pueril y concreto.”• “Su atención es poco sostenida saltando de tema en tema sin coherencia (…) aparente desorganización conceptual.”• “Llama la atención la forma de expresión, algo declamatoria, con una estereotipia a veces innecesaria de palabras, sin que influyan para nada en el sentido de lo que quiere expresar.”

Condición educativa y lenguaje son indicadores que ameritan ser analizados de manera conjunta. La educación formal es la forma privilegiada que preveen nuestras sociedades a los fines de adquirir capital cultural es decir, una serie de recursos que condiciona la posición del agente en la estructura social y que puede movilizar en las luchas cotidianas a los fines de obtener beneficios en cualquier campo en que se desempeñe. Pero el nexo entre la posesión o no de capital cultural (o económico) y la posición en la estructura social debe comprenderse como una relación dialéctica: el acceso a las instituciones legitimadas para proveer estos bienes, depende de la posición que el individuo ocupe de antemano en dichas estructuras. La incidencia de la diferencia social en el ingreso a la educación legítima no es tenida en cuenta por el perito: supone un acceso universal a esas instancias. El esquema clasificatorio utilizado no remite a su carácter de experto sino a su habitus de clase.

La puesta en consideración de los usos o características del lenguaje de los individuos peritados complementa la situación deficitaria que se pretende mostrar. No intentamos aludir aquí a las alteraciones del lenguaje que refieren a la condición patológica de un sujeto (como por ejemplo puede ser la afasia, trastorno del lenguaje que puede indicar la presencia de una demencia; o la alusión a la tartamudez como síntoma neurótico), sino a ciertos usos del lenguaje que no se corresponden con los usos legítimos. Nos referimos precisamente a la dimensión de la competencia lingüística que depende, como las demás dimensiones del capital cultural, del nivel de instrucción estimado por los títulos sociales, y de la trayectoria social del individuo.

La evaluación de las características del lenguaje presupone, por parte del psiquiatra, un uso homogéneo del mismo. Pero la competencia lingüística (en el sentido de producir o entender oraciones de una lengua) no es sólo una capacidad técnica, es una capacidad estatutaria. Así como no hay mercado económico entre personas iguales y libres, tampoco hay mercado lingüístico entre interlocutores iguales y libres. El acceso al lenguaje legítimo (el lenguaje de la clase dominante) no es universal, es desigual: “está en realidad monopolizado por algunos”.12

Frases como: “su lenguaje es algo declamatorio” ilustran cómo el mercado lingüístico, estrictamente sometido a los veredictos de los guardianes de la cultura legítima, tiende a sancionar las diferencias de capital preexistentes condenando a las clases más desprovistas (de capital cultural) a una sanción, que en el caso de las pericias penales es fundamentalmente la puesta en ridículo.

Referencia a la situación familiar

12 BOURDIEU, P. y L. WACQUANT, Una invitación a la sociología reflexiva, México: Siglo XXI, 1992, p. 122.

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• “Describe a su grupo familiar de origen con características de muy bajo nivel socioeconómico y no continente” (…) “Su...grupo familiar no continente... son índices de peligrosidad para sí y para terceros.”• “Índices sociales: ...la ausencia de lazos familiares contenedores.”• “Ausencia de lazos familiares contenedores.”• “Deberá tenerse presente la dificultad que en el pasado ha significado la falta de control familiar –fojas l02– el que se considera indispensable atendiendo a los antecedentes de autos” (...) “Se sugiere la necesidad de adecuados controles médicos y sociales –familiar– que garanticen la continuidad del mismo y la contención del paciente a fin de evitar hechos antisociales.”• “Refiere además, tener una hermana, de 40 años de edad, quien se encuentra internada en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros.”• “Falta de adecuado control familiar.”• “Conducta de heteroagresión con sus familiares”; “conductas de agresión verbal sobre todo para con su familia.”

La situación familiar del peritado es fundamental en lo que respecta a la atribución de peligrosidad: los psiquiatras reconocen que muchas veces se debe recurrir a esta noción en casos en los que el individuo podría quedar en libertad de haber contado con “lazos familiares contenedores”. Daniel Navarro, consultor en Psiquiatría y Psicología Forense del Centro Interdisciplinario de Investigaciones Forenses (CIDIF) de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires y Perito Medico de la Justicia Nacional, dice: “Si la enfermedad mental no es causa suficiente para privar a alguien de su libertad, deben sumársele otros motivos concomitantes que conviertan su internación en un hecho imprescindible: la necesidad de su cuidado o tratamiento puede ser uno de ellos, ya sea por la discapacidad del paciente y a fin de que reciba la atención necesaria, o por atravesar una situación de crisis. Estos son los casos en que suele apelarse al juicio de peligrosidad para sí o para terceros. Según Goldstein y Katz, sólo la enfermedad mental sumada a la necesidad de tratamiento y cuidado justifica utilizar la probable peligrosidad como base para privar a alguien de la libertad”.13

El confinamiento forzoso es el dispositivo que suple la carencia de supervisión del medio social. Si ésta falta, la vigilancia debe ejercerse en condiciones artificiales. Finalmente, los enunciados relevados se refuerzan mutuamente para demostrar que los individuos peritados son pobres de toda pobreza: mal vestidos, desaseados, utilizan un lenguaje impropio o caduco, carecen de lazos familiares contenedores. Todo ello se utiliza para informar acerca de la posición del sujeto en la estructura social, consecuencia de la acumulación deficitaria de capital económico y cultural.

Estas contingencias sociales que hacen peligroso a un individuo –económicamente inactivo, analfabeto y sin domicilio fijo– son las mismas que lo han mantenido invisible para el poder. Imposibilitado de acceder a las instancias de socialización previstas para los individuos normales, el loco se encuentra con el poder al interior de un dispositivo que legisla y diagnostica sobre su condición preexistente: la de constituir un residuo humano; un individuo expulsado por las agencias encargadas de gestionar la población en función de garantizar y reproducir el orden social.

13 NAVARRO, D., “El mito de la peligrosidad”, en Blog sobre Psiquiatría Forense y Crimnología <http :// psiquiatriaforense . wordpress . com / el - mito - de - la - peligrosidad - por - dr - daniel - navarro > [Consulta: 10 de agosto de 2011].

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Por otro lado, la operación que realiza la pericia penal supone la conversión de propiedades sociales en propiedades de naturaleza: del modo de construcción de los informes periciales se infiere un modo de pensamiento sustancialista: anuda de una vez y para siempre el nexo entre el sujeto y el atributo, y entre estos y la existencia de peligrosidad.

Los valores protegidos se traducen en categorías científicas. La psiquiatría legal incorpora a su acerbo teórico conceptos que se construyen sobre un fondo normativo de corte socio- político: en esto consiste el juicio de peligrosidad. Así se expide el jurista Sebastián Soler: “El juicio formulado por un perito afirmando la peligrosidad de un sujeto peligroso es pues, un juicio impuro desde el punto de vista de la ciencia natural; juicio epiceno, mitad científico, mitad político; científico en cuanto nos afirma la propensión; político en cuanto la califica de criminal o sencillamente la llama peligrosa. Cuando el perito a esa propensión la declara peligrosidad no procede como hombre de ciencia, sino como coasociado que comparte con los demás la valoración reprobatoria del hecho temido.”14

Ahora bien, ¿por qué se torna pertinente este recorrido para el quehacer del psicólogo? La nueva Ley de Salud Mental N° 26.657, promulgada en diciembre de 2010 (aún no reglamentada), ordena que la atención en Salud Mental esté a cargo de un equipo interdisciplinario que, entre otros profesionales, será integrado por psicólogos (art. 8). Estos equipos tendrán a su cargo, en los casos de internación involuntaria, la elaboración de dictámenes, los cuales contendrán un diagnóstico acerca de la “situación de riesgo cierto e inminente para sí y para terceros” (art.20). Sus funciones incluyen, asimismo, determinar el alta, la externación y los permisos de salida, ni bien cese dicha situación (art. 23).

En este sentido, a continuación se establecerán una serie de consideraciones:1. Si el psicólogo deberá participar en la diagnosis que corresponde a la figura legal de “situación de riesgo cierto e inminente”, nuestro desarrollo tiene como objetivo advertir acerca de los límites científicos que conlleva dicha práctica, e interrogar al profesional respecto a la legitimidad de dicha intervención.La noción de “riesgo cierto e inminente” pretende acotar la profusa indeterminación de la prognosis tradicional de peligro, pero nos sume en la misma nebulosa: ¿Según qué criterios se determina dicho riesgo? ¿Es posible una elaboración científica de los mismos?La ley estipula que no puede hacerse “diagnóstico en salud mental” sobre la base exclusiva de, entre otros criterios: el status político y/o socio-económico; la pertenencia a grupos culturales, raciales o religiosos; la falta de conformidad o adecuación con valores morales, sociales, culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes en la comunidad donde vive la persona; elecciones o identidad sexual; y/o antecedentes de tratamiento u hospitalización.Si bien la ley intenta limitar el uso de estos criterios como principios diagnósticos en el campo de la psiquiatría, no prohíbe su utilización. El término exclusivo solicita que haya algo más que referencias a “condiciones sociales de existencia” del enfermo mental, pero el profesional se encuentra habilitado para hacer constar en sus informes tales cuestiones. Esta cuestión introduce un problema ético: ¿en qué sentido y con qué propósitos se utilizará la mención a estos atributos de la persona?De acuerdo a nuestro recorrido y al espíritu de esta normativa, que pretende adecuar las prácticas en salud mental a la perspectiva de los derechos humanos, reconociéndole

14 SOLER, S., “El elemento político de la fórmula del estado peligroso”, en Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal, XXI, Nº 121, Enero-febrero 1934. Citado por: Domenech, E., “La peligrosidad: enigma o acertijo”, en Anales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, UNLP, 1996.

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ciudadanía plena a la persona afectada por padecimientos mentales, estos atributos, que en nuestro trabajo hemos denominado índices parapatológicos, deben ser relevados sí y sólo sí, a los fines de indicar la situación de marginación social a la que ha sido sometida la persona durante su trayectoria social, y teniendo como objetivo exclusivo, la generación de las acciones necesarias tendientes a modificarlas. En este sentido, el art. 11 indica que la Autoridad de Aplicación debe promover el desarrollo de dispositivos tales como servicios de inclusión social y laboral, cooperativas de trabajo, centros de capacitación socio- laboral, emprendimientos sociales, hogares y familias sustitutas.

2. Pero sin duda, debe no sólo redefinirse, sino también limitarse el uso de estos criterios. La ley de reforma penal italiana (Ley 180, de 1978), que en términos generales presenta un espíritu similar a la nuestra, ha producido el efecto de que la diagnosis atraviese territorios sociales más que médicos, en su esfuerzo por evitar la prognosis de peligrosidad y el envío al hospital psiquiátrico-judicial –exigencia garantista– y por satisfacer, a su vez, la demanda de no dejar en libertad ha quien ha cometido un delito –exigencia de defensa social.15

3. Por otro lado, si no es posible construir criterios del campo psi que den cuenta de la existencia de peligro, como hemos afirmado en nuestra producción –toda intervención en este ámbito es inconducente. En primer lugar, entra en contradicción con otro principio de la misma ley, la cual establece, como derecho del asistido, “recibir una atención basada en fundamentos científicos ajustados a principios éticos”. Además, aunque no se intervenga desde la psiquiatría o la psicología, al ser el diagnóstico producto de un trabajo interdisciplinario, las cuestiones relativas a la relación entre el autor y el contexto pueden ser delegadas a otras ciencias sociales, tales como el trabajo social, lo cual constituiría otra vía de entrada para posibilitar la gestión de este tipo de población.

4. Otra cuestión a tener en cuenta es que el artículo 34- inc. 1° no se ha modificado. En esta legislación, el individuo es o no peligroso, o se lo interna o se lo deja en libertad. La Ley de Salud Mental, por su parte, sugiere en varias partes de su articulado que debe optarse, a la hora de definir el tratamiento, por la alternativa que menos restrinja los derechos y libertades del enfermo mental. El art. 34 no prevee alternativas a la internación manicomial. Esta cuestión es reclamada por la psiquiatría forense desde hace años. Los peritos psiquiatras admiten que muchas veces supeditan la externación a la vigilancia familiar o a “las visitas esporádicas a un centro asistencial”, pero que la justicia los obliga a ser “categóricos en uno u otro sentido”. Para superar el problema, Cabello propone la creación de un Patronato de Alienados, que funcione como un régimen intermedio entre la “internación absoluta y el alta definitiva” a los fines de cubrir las necesidades de una “progresiva readaptación social”.16 La ley mencionada, por su parte, establece toda una serie de alternativas al encierro que podrían aplicarse en estos casos, pero se encontrará con los límites previstos en el Código Penal.

5. Finalmente, debemos preguntarnos: ¿qué pasa si el enfermo no presta su consentimiento para el tratamiento o para las estrategias de inclusión previstas en la ley? ¿Qué opciones se presentan? El abandono, cuando se convierte en un problema ingestionable, se convierte en

15 Ver PITCH, T., Responsabilidades limitadas, Buenos Aires: UBA/ Eudeba, 2003, pp. 65-73.16 CABELLO, V., op. cit. supra, nota 2, p. 220.

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peligro. La opción custodial podría reaparecer, una vez más, para el “núcleo duro” de lo irrehabilitable.17

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PITCH, T., Responsabilidades limitadas, Buenos Aires: UBA/ Eudeba, 2003.

Documentos utilizados

Código Penal de la Nación Argentina.

17 El Estado de Bienestar produce otro concepto de peligrosidad, que no sustituye al anterior sino que se le adiciona. Para la ideología del welfare, en principio, todo es tratable. Así, todo aquello que es expulsado por las agencias no puede ser considerado naturalmente refractario al tratamiento (como hacía la psiquiatría clásica con el degenerado) y. Entonces se teoriza como resistencia voluntaria al tratamiento (sino deberían alegar la ineficiencia de la institución) Este argumento es el arma con la cual las agencias se defienden y legitiman los confines de su propia competencia. La indisponibilidad al tratamiento será conceptualizada como peligrosidad en tanto el individuo está conciente y voluntariamente en contra del pacto social. PITCH, T., “¿Qué es el control social?”, en Delito y Sociedad. Revista de Ciencias Sociales, Año 5, Nº 8, 1996.

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Política y transmisión del psicoanálisis

Aldo MorelloGrupo de Investigación: PSI 135

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

El problema de la transmisión del psicoanálisis implica una política de discurso que respete el particular modo que tiene de configurarse el saber analítico y para ello es necesario pensar en qué estado de lengua se encuentra.Con estado de lengua se hace referencia a que en el lenguaje que se utiliza, se pueda constatar cuál es la potencia del discurso analítico, y cuál la preservación de su decir en relación a los efectos de verdad que produce. Cabe recordar que el lenguaje es condición del inconsciente, tal como afirma Lacan. La permanencia de los significantes freudianos hace al campo del lenguaje propio del psicoanálisis. Lo que ocurre con el lenguaje de los psicoanalistas, con la función de su palabra, es indispensable como modo de orientarse en este campo.

Los posfreudianos establecieron códigos psicoanalíticos que tenían una coherencia forzada, que velaban y censuraban la verdad freudiana. Posteriormente Lacan, con su “retorno a Freud”, como estrategia clave que implica no desconocer las condiciones de enunciación del psicoanálisis, tomaba distancia crítica de dichos códigos, los hacía estallar y gracias a ello el psicoanálisis cobró nueva vida. Tal vez hoy, con diferentes matices, se repite ese movimiento de búsqueda forzosa de coherencia que censura a la verdad y que conduce a un psicoanálisis estándar.

Lo que Masotta afirmaba, marca una política a tener en cuenta: “el lugar del analista (imposible, como el del político y el educador) no debe cesar de ser cuestionado”.Por lo tanto, ¿qué escritura conviene al psicoanálisis, que sea capaz de producir una interpretación de los síntomas que padecemos? La función de esta escritura implica, entre otras cosas, la producción de diferencias, a partir del sostenimiento y el relanzamiento del deseo del analista. Da lugar además, a un estilo de escritura que busca transmitir algún efecto de formación, esto es, la posibilidad de un acto de lectura. Pero cuando la escritura apunta a la consagración de un sentido, entonces el estilo se pierde en una lectura institucionalizada, juiciosa y profesional.

El psicoanálisis debería apostar a un estado de lengua que promueva estilos donde se respeten las fisuras, las grietas, los agujeros del propio discurso analítico, para interrogar justamente allí, por la vía de la repetición, lo no dicho, en última instancia inescindible de la represión primordial. Lo contrario es la mera reproducción de fórmulas cristalizadas, transportables a cualquier lugar, un lenguaje lacaniano que, en definitiva, hace obstáculo a un decir psicoanalítico.

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Inventar los medios retóricos, para extraer las alteridades de lo ya dicho o escrito, es una cuestión ética que apremia. No se puede desvincular la ética de una política del discurso que implique la invención de un estilo psicoanalítico.Se trata de pensar una política de discurso que opere por la interpretación de las resistencias renovadas que se levantan, como producto del propio descubrimiento del inconsciente.

Palabras clave: escritura - transmisión - discurso - política

Comunicación

La transmisión de la clínica psicoanalítica no obedece a leyes de un modelo genealógico jerarquizado. Se desliza en los intersticios de una pluralidad de lugares enunciativos, siempre de manera parcial. Es en el discurso universitario, donde se apunta a la sistematización y a la coherencia, por lo que todo se reduce a un punto de partida único tomado como postulado, y de allí se sacan las consecuencias ordenadamente. Pero en psicoanálisis no se trata de sistematizar, sino de hacer valer afirmaciones que indican una naturaleza diferente en la relación entre lengua y saber.El saber en psicoanálisis, al constituirse en función de la práctica clínica sufre el apremio de las dificultades que se presentan; de allí el carácter provisional o de prórroga que siempre llevan las consideraciones metapsicológicas. Éstas no dejan de tener un valor de afirmación conceptual, pero no dan lugar a una sistematización cerrada. No se trata de una episteme, de un saber apodíctico, sino que el centro de nuestra práctica es la ortodoxa, la opinión que conlleva una verdad que no puede agotar las razones que la sustentan, la que tiene relevancia, porque no es un metalenguaje.

Lacan dice que nuestra empresa es la de las luces y esto implica llevar el esfuerzo racional al máximo rigor posible, pero cabe señalar que hay un punto donde ese rigor encuentra un límite, donde la coherencia es puesta en cuestión por el atravesamiento de lo real. A medida que se tensa la cuerda de la racionalidad, de las distinciones teóricas, se encuentra un límite, un impasse y algo allí adviene necesariamente equívoco. Esta especie de resistencia, no es simplemente de hecho, sino de derecho. Dicho impasse proviene de la diacronía del trabajo simbólico, que halla un límite y esto obliga a relanzar el trabajo de elaboración, a partir de lo equívoco. Lo contrario sería plegarse a una mera confusión y desconocer que dicha equivocidad tiene una potencia significante.18 Este particular proceder (puede ser llamado práctica de la dificultad) que tiene consecuencias decisivas en el modo de teorizar y de conceptualizar implica la puesta en juego de una eficacia del saber que entra en fricción con la razón como orden. El orden de las razones podrá ser situado a partir del esfuerzo de argumentación y del salto conceptual, tal vez logrado, respecto de los límites tocados.

18 Al respecto, Juan Ritvo señala lo siguiente: “Si nos atenemos al diccionario, que define al equívoco como una expresión que puede entenderse en varios sentidos, entonces todo es equívoco: basta que introduzcamos los distintos contextos de una palabra. Pero si podemos separar puntualmente esos diversos sentidos, entonces nada es equívoco. No quiero equivocarme demorándome en fáciles paradojas; lo que quiero decir, es que la variedad de sentidos no es lo que distingue el equívoco del que hablamos en psicoanálisis –algo muy diverso a la simple confusión, claro está–, sino su extrema condensación en un punto donde ya no es posible enumerar la pérdida de sentido que nos lleva de aquí para allá, sin que podamos nunca terminar de cernirla. La interpretación analítica y la escritura que merezca el nombre de tal, son ejemplos de equívoco en este sentido riguroso”. RITVO, J. B., “La sección del equívoco”, en Revista Imago, Nº 136, Dic 2009.

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El trabajo conceptual encuentra en el lugar del referente, un real que se define precisamente por la imposibilidad de ser colocado bajo el régimen del Uno. No hay unidad del concepto en psicoanálisis, de ser así cabría la posibilidad de asir el referente en el campo del conocimiento. La teoría vive en un estado disperso, con contradicciones y lagunas, que impide obtener un sistema único. Esto no quiere decir que, provisionalmente, no se pueda sistematizar. Pero dichas contradicciones y lagunas teóricas son obstáculos que, paradójicamente, muestran lo más vivo de la teoría en cierto nivel; en otro, pueden ser sólo regresiones teóricas. Es en función de estos obstáculos –si toman valor de síntoma con los cuales trabajar– que puede avanzar el discurso analítico. De lo contrario, la teoría comienza a reiterarse a sí misma y a funcionar como una especie de hermenéutica.El problema de la transmisión del psicoanálisis, implica entonces, una política de discurso que respete el particular modo que tiene de configurarse el saber analítico y para ello es necesario pensar en qué estado de lengua se encuentra.Con estado de lengua se hace referencia a que en el lenguaje que se utiliza, se pueda constatar cuál es la potencia del discurso analítico, y cuál la preservación de su decir en relación a los efectos de verdad que produce. Cabe recordar que el lenguaje es condición del inconsciente, tal como afirma Lacan. La permanencia de los significantes freudianos hace al campo del lenguaje propio del psicoanálisis. Lo que ocurre con el lenguaje de los psicoanalistas, con la función de su palabra, es indispensable como modo de orientarse en este campo.Por ejemplo, los posfreudianos establecieron códigos psicoanalíticos que tenían una coherencia forzada, que velaban y censuraban la verdad freudiana. Posteriormente Lacan, con su “retorno a Freud”, como estrategia clave que implica no desconocer las condiciones de enunciación del psicoanálisis, tomaba distancia crítica de dichos códigos, los hacía estallar y gracias a ello el psicoanálisis cobró nueva vida. Tal vez hoy, con diferentes matices, se repite ese movimiento de búsqueda forzosa de coherencia que censura a la verdad y que conduce a un psicoanálisis estándar.

Lo que Masotta afirmaba, marca una política a tener en cuenta: “el lugar del analista (imposible, como el del político y el educador) no debe cesar de ser cuestionado”.19

El problema radica en cómo se lee a Freud. Dice Lacan en De un designio, casi al modo de denuncia: “Se lee a Freud como se escribe en psicoanálisis”.20 Por lo tanto, ¿qué escritura conviene al psicoanálisis, que sea capaz de producir una interpretación de los síntomas que padecemos? La función de esta escritura implica, entre otras cosas, la producción de diferencias, a partir del sostenimiento y el relanzamiento del deseo del analista. Da lugar además, a un estilo de escritura que busca transmitir algún efecto de formación, esto es, la posibilidad de un acto de lectura. Pero cuando la escritura apunta a la consagración de un sentido, entonces el estilo se pierde en una lectura institucionalizada, juiciosa y profesional. Por el contrario, como señala Daniel Rubinsztejn: “Si la lectura de un texto psicoanalítico golpea al lector, este golpe revela que el texto, como el síntoma, tiene una potencia actual. El texto palpita en cada lectura, obligando a nuevos ensayos de lectura y de escritura”.21

El psicoanálisis debería apostar a un estado de lengua que promueva estilos donde se respeten las fisuras, las grietas, los agujeros del propio discurso analítico, para interrogar 19 MASOTTA, O., “Prólogo al Seminario XI”, en Revista Conjetural Nº 40, Buenos Aires: Ediciones Sitio, 2003, p. 120.20 LACAN, J., “De un designio”, en LACAN, J., Escritos 1, Buenos Aires: Siglo XXI, 1985, p. 352.21 RUBINSZTEJN, D., El ensayo como clínica de la subjetividad, Buenos Aires: Lugar Editorial, 2001, p. 136.

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justamente allí, por la vía de la repetición, lo no dicho, en última instancia inescindible de la represión primordial. Lo contrario es la mera reproducción de fórmulas cristalizadas, transportables a cualquier lugar, un lenguaje lacaniano que, en definitiva, hace obstáculo a un decir psicoanalítico. El estilo da lugar a la acción de un nombre propio, en el sentido de un rasgo que se distribuye y afecta irregularmente un texto o una obra. Las marcas que esos textos dejan, la eficacia de su enunciación, implican a su vez la construcción de un lector inédito y conllevan la posibilidad de relanzar el discurso. Lacan en El psicoanálisis y su enseñanza –Comunicación presentada a la Sociedad Francesa de Filosofía en 1957–, dice: “Todo retorno a Freud que dé materia a una enseñanza digna de ese nombre se producirá únicamente por la vía por la que la verdad más escondida se manifiesta en las revoluciones de la cultura. Esta vía es la única formación que podemos pretender transmitir a aquellos que nos siguen. Se llama: un estilo”.22

Inventar los medios retóricos, para extraer las alteridades de lo ya dicho o escrito, es una cuestión ética que apremia. No se puede desvincular la ética de una política del discurso que implique la invención de un estilo psicoanalítico23.

Se trata de vehiculizar una política de discurso que opere por la interpretación de las resistencias renovadas que se levantan, como producto del propio descubrimiento del inconsciente. A esto apunta Jorge Jinkis en un artículo llamado Lo que el psicoanálisis nos enseña: “Hay un hecho de estructura que explica el aspecto polémico de gran parte de la literatura psicoanalítica, y que a su vez explica mi insistencia. Un hecho de estructura: que el inconsciente se abre por el mismo movimiento que lo cierra. Para decirlo de un modo breve y exagerado: es mi convicción que hay, en el límite, un descubrimiento del psicoanálisis, el inconsciente. Están luego las consecuencias que de ello derivan. En la deducción de esas consecuencias, los psicoanalistas se agotan, a veces hasta con ingenio, en el esfuerzo de tranquilizarse sobre el descubrimiento del inconsciente. Así pues, el discurso del psicoanálisis no avanza de modo pacífico sobre las serenas avenidas que lo conducen a la progresiva conquista de lo real, tampoco se adelanta impulsado por el ansia sana de conocer. El despliegue de su discurso se opera por la interpretación de las resistencias renovadas que se levantan a su descubrimiento”.24 El discurso analítico vive, en algún sentido, de estas resistencias a su descubrimiento, por ello la función de apertura y cierre del inconsciente le es inherente. El psicoanálisis al poner en juego un lenguaje que sufre la incidencia de la sexualidad y de la muerte, conmueve los diversos discursos de la cultura, cuya trama habitual desconoce estos aspectos traumáticos. Generalmente, dichas tramas teóricas están tejidas de manera tal, que conducen a la pura abstracción, donde todo es asimilado sin resto, esto particularmente en el discurso académico. La ventaja esencial del discurso analítico es que está indisolublemente ligado a su práctica, lo atraviesa la dimensión de lo real en un punto inasimilable, que obliga –de allí su ética y su política– a renovar las referencias, las metáforas, con las que seguir pensando, construyendo y transformando sus problemas. Esto además es así porque el psicoanálisis está afectado por una impropiedad fundamental: su lenguaje no es un lenguaje en un sentido fuerte, que permitiría pensar la posibilidad de moverse en su interior con autonomía o con ciertas garantías, sino que siempre se hace imprescindible organizar una estrategia retórica, con referencias que operen con términos extraños, con los que siempre se debe discutir su sentido canónico o de origen.22 LACAN, J., “El psicoanálisis y su enseñanza”, en LACAN, J., Escritos1, Buenos Aires: Siglo XXI, 1985, p. 440.23 Véase en el libro de Juan Ritvo, Figuras de la feminidad, el capítulo “Los editoriales de Conjetural o la invención de un estilo psicoanalítico”.24 JINKINS, J., Lo que el psicoanálisis nos enseña, Buenos Aires: Lugar Editorial, 1983, p. 105.

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Entonces, es necesario volver a repensar el estado de lengua en el que se encuentra el psicoanálisis, teniendo en cuenta que la teoría tiene un carácter eminentemente retórico. No se alude a la retórica del argumento como sofística del convencimiento, sino lo que es para Lacan la nueva retórica: la retórica del inconsciente, como máquina de enunciación del sujeto, vinculada a la introducción de la metáfora y la metonimia. “El movimiento continuo del discurso toma en Lacan estado de teoría”25, señala Carlos Kuri en La argumentación incesante. Dicho movimiento del discurso analítico comporta una retórica que no es banal, sino que es un ejercicio simbólico que concibe a la teoría como una obra en marcha, donde los debates, la argumentación, los estilos, la polémica, generan en el mejor de los casos, un trabajo entre textos que provocan otro texto. En otro libro Ensayo de las razones el mismo autor, se pregunta por el orden de las razones del discurso analítico y afirma, a modo de conclusión, que no se puede dar un orden pedagógicamente establecido. Ese orden de razones “sufre una dependencia muy fuerte, muy rotunda, de las condiciones de enunciación; es decir, que de acuerdo a cómo se estructura la enunciación en el campo argumental, es allí donde se establece un orden, que en ese caso sería fuertemente coyuntural”.26 Kuri propone la práctica del ensayo –que tendría aspectos en común con el ensayo filosófico o el crítico literario– como la que posibilitaría el ejercicio de un discurso, apremiado por dar cuenta del acto psicoanalítico. En este sentido indica que sería más ajustado hablar de ensayo de las razones, que de un orden de las razones en psicoanálisis. Es en el modo de argumentar que se constituye un orden como necesidad. Hace referencia a Oscar Masotta, señalando pertinentemente, la naturaleza ensayística de su obra, como un indicio cierto de lo que parece haber hecho posible la entrada de Lacan en la lengua argentina. Con Masotta aparece un discurso lacaniano, inédito en Argentina, cuya enseñanza no fue ajena a la formación de analistas y a la transmisión del psicoanálisis. Se inmiscuye en un medio fundamentalmente kleiniano y les propone a los psicoanalistas leer a Freud, a la luz de los comentarios lacanianos, para captar la significación de su proyecto teórico y la dirección de su política. Dice Kuri que se trataba “de un discurso que fue lacaniano no por mímesis sino por la coalescencia con el carácter heteróclito que involucraba el discurso de Lacan, pero sobre todo porque no condescendía a la simulación de argumentos bajo un pastiche de citas, se trataba de un esfuerzo argumental, de encadenamiento, de volver incansablemente sobre lo que se había dicho”.27

Su enseñanza fue, sin duda, un acto de apertura en el estado de lengua en el que se encontraba el psicoanálisis en ese momento.

Hay una serie de puntos, a tener en cuenta como síntomas de la transmisión y de la práctica, en relación a lo que podríamos llamar el estado de lengua del lacanismo. Interesa situarlos como obstáculos que requieren de una lectura:

▪ No se puede hablar de “el” psicoanálisis. En realidad, hay diversas prácticas, algunas casi antagónicas que coexisten en su campo. Se pueden comprobar las fracturas teóricas y clínicas. Por ejemplo Jean Allouch encarna una línea de trabajo, Jacques- Alain Miller claramente otra, la clínica del acto, etc. Existen profundas diferencias más allá de la opinión de cuál sea la línea más ajustada a la práctica y no se expliciten los distintos enfoques, por ausencia de debate sobre las diferencias. Una especie de liberalismo indiferente es lo que predomina como política.

25 KURI, C., La argumentación incesante, Rosario: Homo Sapiens, 1995, p. 136.26 RITVO, J. B. y C. KURI, Ensayo de las razones, Buenos Aires: Letra Viva, 1997, p. 373.27 Ibid., p. 361.

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Esta dispersión que históricamente ha existido, acaso inevitable, además parece ser desconocida. También hubo freudismos, expresados en la figura de Ana Freud y Melanie Klein. Pero tanto Freud como Lacan han mantenido una actitud polémica. Establecieron discusiones con los saberes establecidos: Freud con Jung, con los posfreudianos; Lacan en polémica con la escuela inglesa, con la escuela norteamericana, con sus pares Derrida, Deleuze. Si el psicoanálisis actual no interroga a nadie, ni presenta enigmas, va camino a una estandarización del saber, correlativa a un ideal de transmisión integral. No se debe desconocer que los analistas suelen estar sometidos a las lecturas canónicas de lo que se debe leer, de lo que se debe decir, de lo que es políticamente correcto hacer, que es efecto de las ataduras que mantienen con los grupos a los que pertenecen. Por lo tanto es pertinente ahondar los debates, dar lugar a las polémicas, como forma de resistir al discurso universitario y a un estilo institucional.

▪ Existe la utilización de una terminología que al fin se convierte en jerga, en la promoción de consignas, o en términos fetiches de una supuesta cientificidad: lógica, formalización, axiomas de estructura, etc., creyendo que así se está ubicado en una etapa superior de rigor teórico.

▪ En cuanto al tema de la formalización, hay puntos de convergencia y de divergencia con la argumentación. El riesgo de la formalización es que opere como detención de este trabajo retórico, para instalarse como teoría consolidada con un valor dogmático y en el límite aspirando a convertir la doctrina en sistema. Pero, también es cierto que esta problemática en torno a la insistencia, presente en Lacan, de una escritura matemática o del empleo de diagramas o de nudos, obedece tal vez a la necesidad de acotar, de fijar algo, que inevitablemente se pierde al nivel del discurso hablado, si no pasa a lo escrito. En función del carácter esencialmente digresivo de los seminarios, Lacan se ha visto en la necesidad de cierto empleo de la formalización, pero que tal vez debamos entender como apoyo o bien como remate o punto de conclusión de la argumentación.Pero ejemplo, los mathemas de la sexuación tienen razón de ser en función de la argumentación que los acompaña, y no por sí mismos. Se puede situar en el Seminario XX Aun, el avance de Lacan en el tema de la feminidad –la articulación de ésta con la falta de significante en el Otro, por ejemplo– pero también es necesario señalar que clausura lo que venía trabajando, cuando se apresura a formalizar. Entonces, particularmente allí, la formalización ha funcionado como obstáculo, que no ha tenido pocas consecuencias en el modo de pensar la feminidad. Y ésta es, inclusive, una lectura que puede hacerse desde Lacan mismo, no por fuera de él.28

Señala Ritvo, que Lacan ha promovido en los últimos años de su enseñanza, la función lógica del falo que es muy diferente de las funciones retóricas desplegadas en los seminarios anteriores, correspondientes a los períodos primeros y medios. Hay un paso de la retórica a la lógica. Las referencias lógicas o pseudo-lógicas han logrado distraer lo que verdaderamente importa, que es el sentido de las argumentaciones. Respecto de la escritura de las fórmulas de la sexuación, muchos analistas que han tomado partido por una formalización matematizada como vía fundamental de tramitación epistémica del saber en psicoanálisis, ven en las mismas, una resolución, una escritura adecuada, una condensación lograda. Incluso se puede constatar cierta pretensión de Lacan, de crear una especie de sintaxis que generase su propia semántica. La idea fundamental está en el Seminario XX Aun, donde él dice que todo se transmite con resto, salvo el mathema. Pero entonces, ¿habría una suerte de metalenguaje cientificista con

28 Véase en el libro de Juan Ritvo: Figuras de la feminidad, el capítulo “Las fórmulas de la sexuación o el atascamiento de Lacan: la Feminidad como límite”, Buenos Aires: Letra Viva, 2009.

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respecto al discurso inconciente? Se invoca una escritura más allá del decir, como si la lógica fuera la vía que hace avanzar al discurso. El psicoanálisis se mueve en un terreno homogéneo al síntoma, y la lógica es ajena al síntoma. Hay en juego una especie de teoricismo psicoanalítico y se descuidan otras vías.Esta insistencia de una escritura formalizada, matemática, es un aspecto pensado por Lacan como un nivel en el que se podría avanzar más allá del discurso y de sus problemas, del equívoco y del sinsentido.Pero esto, ¿no contradice los fundamentos mismos del psicoanálisis? ¿no es esa la pretensión de la razón moderna, de una formalización sin resto?Entonces, se aspira a reducir el psicoanálisis a lo que ni siquiera llega a ser una formalización, ya que ésta supone el cálculo y la utilización de constantes y variables y no solamente el empleo de letras.

El proceso analítico es un proceso de vaciamiento de sentido. El vaciamiento es una tarea, un trabajo que no se puede fijar de antemano. No se puede partir de una formalización que vacía los términos de sentido, para luego avanzar en el proceso de construcción analítica. Se suelen leer las fórmulas de la sexuación, desde un punto de partida que complica todo: se despoja inicialmente de sentido a las denominaciones hombre y mujer. Pero no se pueden vaciar de sentido, es una pretensión inútil. Sin embargo, se proclama el vaciamiento en el comienzo, como un postulado por mediación de letras tomadas en préstamo a las disciplinas formales, se olvida que ellas carecen de sentido en las matemáticas porque se trata de una lengua que nadie habla. Cuando se pretende partir del vaciamiento, en realidad, lo que sucede es que se está lleno de los sentidos más tradicionales. No hay que confundir el sinsentido del inconsciente con el sinsentido de la física. Una fórmula matemática está fuera del juego del habla. La matemática parte del vacío de contenido, prescinde de él. Por ello es susceptible de tratamiento formal, se calcula pero no se piensa. En psicoanálisis, no se puede partir de nociones vacías, en todo caso hay un trabajo de vaciamiento y allí encuentro al significante.

Gran parte de los problemas del psicoanálisis reside en no reconocer que la clínica, como praxis, desborda en un punto a la teoría. Si no fuera así no habría clínica, ésta sería una aplicación práctica de la teoría. Eso que desborda la teoría no es teorizado, porque muchas veces la misma teoría cumple la función de reprimir la originalidad de la praxis. En lugar de hacer un trabajo de interpretación a partir de otras vías, diferentes de la escritura matemática, se pone énfasis en la formalización que clausura la invención de un saber, de un saber que se articula. Esas otras vías, aludidas anteriormente son las de la experiencia clínica y el análisis de material de cuño freudiano que avanza por la interpretación de lo particular, sin renunciar a las diversas formas que puede adoptar la racionalidad. Algo de esto sucede con la formalización que aparece en el lugar de la interpretación y esto tiene sus riesgos. Sólo se resalta, la sencillez de las fórmulas lacanianas como una forma apropiada para la transmisión y se desconoce el tiempo de la argumentación. Este supuesto beneficio ha hecho escuela y producido una complicada sugestión institucional, algo que es muy distinto a la transferencia, que implica, si ésta es efectiva, la producción de lecturas nuevas. Este tema no sólo es necesario situarlo a nivel epistemológico, sino que se trata, también, de una cuestión clínico-política, ya que no es sin consecuencias ese procedimiento que tiende a la formalización.

Bibliografía

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AA.VV., El ensayo como clínica de la subjetividad, Buenos Aires: Lugar Editorial, 2001.AA.VV., La verdad. Entre psicoanálisis y filosofía, Buenos Aires: Nueva Visión, 2008.GRÜNER, E., El ensayo. Un género culpable, Rosario: Homo Sapiens, 1995.JINKIS, J., Lo que el psicoanálisis nos enseña, Buenos Aires: Lugar Editorial, 1983.KURI, C., La argumentación incesante, Rosario: Homo Sapiens, 1995.LACAN, J. (1959-1960), Seminario VII. La ética del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós,

1988.— (1969-1970), Seminario XVII. El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1992.— (1971-1972), Seminario XX. Aun, Buenos Aires: Paidós, 1991.— Mi enseñanza, Buenos Aires: Paidós, 2007.RITVO, J. B. y C. KURI, Ensayo de las razones, Buenos Aires: Letra Viva, 1997.RITVO, J. B., Figuras de la feminidad, Buenos Aires: Editorial Letra Viva, 2009.

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Discurso, Psicoanálisis y Política

Alicia Ruth ÁlvarezGrupo de Investigación: PSI 229

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Partiré de la pregunta formulada por Jean Claude Milner en su texto La política de las cosas: “¿Se puede gobernar?”. Esta cuestión entra en resonancia con los imposibles freudianos y el retrabajo de los mismos efectuado por Lacan fundamentalmente en El Reverso del Psicoanálisis y en la conferencia de prensa El triunfo de la religión.

Intentaré transmitir la idea de que cada discurso conlleva una política y pondré en relación aquella política que es la del gobierno de las cosas en contrapunto con la de los seres hablantes. En términos de discurso, se trataría de distintas modalidades: Amo Antiguo, discurso asimismo de la estructura y Amo Moderno, el de la burocracia. Política actual en la que predomina el control.

“¿Dónde están los amos del control? El carácter mayor de la sociedad moderna es que no hay amos, en la exacta medida en que hay una infinidad de ellos. En nombre del control, cada uno deviene sirviente del otro.”

Palabras clave: discurso - política - gobierno - psicoanálisis

Comunicación

El trabajo que vengo desarrollando en las investigaciones de los últimos años concierne a la relación del psicoanálisis con otros discursos. En esta oportunidad me interesa partir de una pregunta que formula Jean- Claude Milner en su libro La política de las cosas29: “¿Se puede gobernar?”. Desde luego esta pregunta entra en resonancia directa con la formulación freudiana de los tres imposibles.

Cuando Freud retoma de los clásicos los tres imposibles: gobernar, educar, analizar, es bastante enigmático en principio ya que se sabe que estas profesiones –si las podemos llamar profesiones–, se ejercen continuamente y tienen su eficacia.¿Entonces a qué se está refiriendo Freud cuando dice que son profesiones imposibles? Porque hay quienes gobiernan, quienes educan, quienes curan. Freud se detiene en el quehacer del analista, y –dando vueltas a fin de rescatar lo que podría entenderse como intento que hace el analista– habla de resultados insatisfactorios. Dice que nunca se obtienen los resultados deseados o deseables, sino que siempre hay algo que falla o resulta insuficiente o insatisfactorio. La conclusión que saca Freud allí es que un analista también es un ser imperfecto y por lo tanto no se puede esperar que haga las cosas de manera perfecta. O sea que esta imposibilidad, en algún momento él la pone a cuenta de los límites de la persona del analista. En mi opinión, aquí, como en muchas partes de la obra 29 MILNER, J. C., La política de las cosas, Málaga: Miguel Gómez ediciones, 2007.

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freudiana, Freud dice algo interesante, verdadero, pero cuando lo empieza a argumentar nos deja a todos pensando... ¿esto torna a una profesión imposible? ¿de qué estructura estamos hablando? ¿dónde está el imposible de esta estructura? ¿o es que algunos analistas son más o menos limitados y entonces no logran los resultados satisfactorios? En ese sentido lo que dice Freud tiene los rasgos de un síntoma porque marca el lugar de una verdad sin poder en todo caso dar cuenta de la estructura que sostiene esta verdad.

En un primer nivel, desde un punto de vista descriptivo, podríamos decir que es cierto, que toda práctica tiene sus límites. Pero por otra parte, eliminar el resultado insatisfactorio ¿en qué consistiría? Pareciera que lo que está planteando Freud es una falacia, porque eliminar el resultado insatisfactorio sería pensar que en esa relación del uno al otro se podría hacer un todo, se podría hacer un uno, sin ningún resto. Entonces podríamos decir que Freud está anticipando algo pero en su explicación no llega al fondo de la cuestión.

En el texto Sobre una degradación general de la vida erótica (1912) Freud plantea un imposible, porque cuando generaliza la degradación de la vida erótica y habla de las dificultades que hacen a la relación entre los sexos, indica que hay algo que no se completa de la relación, que hay algo que excede la posibilidad de la juntura, algo de la no relación. Esto muestra asimismo la necesariedad de la aparición de un tercer término como requisito de la alteridad. Pero podríamos decir que Freud es vacilante respecto de este tema porque, tengo la impresión de que constantemente reaparece en él la atadura a cierto ideal que toma lugar en el terreno de la ciencia, o en el terreno de la cura. Aparece este ideal que por otro lado toda su obra desmiente. Sin embargo plantea un límite de estructura cuando se refiere a la roca viva de la castración y su correlato clínico: la envidia del pene y el rechazo de lo femenino.

En el Seminario XVII El Reverso del Psicoanálisis (1970), Lacan retoma la cuestión de los imposibles freudianos y los pone en relación con la estructura de los cuatro discursos.Es posible ubicarlo rápidamente en el sentido de que plantea gobernar en relación al discurso del amo, educar referido al discurso universitario, analizar en relación al discurso del analista y con respecto al discurso de la histérica, hacer desear que podríamos referirlo al imposible de la relación entre los sexos que he situado antes en la obra freudiana. Respecto a cómo funciona este imposible, partimos de la idea de que toda la estructura de los discursos se basa en una prohibición del goce, en el sentido que tiene que estar en juego una falta de goce para que el discurso se produzca. Esto es lo que hace que el imposible se sitúe entre el agente y el otro. Lo que nos dice Lacan es que la imposibilidad que se da en la relación entre el agente y el otro, en el piso superior, queda opacada por lo que pasa en el piso inferior. Porque esto que obtura la relación entre el producto y la verdad –ya que nunca el producto tiene relación con la verdad– nos deja en la impotencia, esto es la impotencia. Impotencia ¿respecto de qué? impotencia respecto de alcanzar la verdad.

En el discurso del amo es imposible que haya un amo que haga trabajar al otro. El amo hace un signo, el signo es el significante amo para que las cosas funcionen, y lo que aparece como una dificultad en relación a la verdad, como una impotencia en relación a la verdad, es lo que estaría velando el plano de la imposibilidad. Siempre la impotencia sería aquello que vela el imposible. Esto se puede pensar en muchas situaciones discursivas, tanto en la clínica como en las instituciones donde por ejemplo el discurso enteramente montado en la queja se pone a cuenta de cierta impotencia para operar, para alcanzar

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determinados fines, y esto no permite situar cuál es el campo de lo posible y cuáles son los límites de ese campo. Ya que siempre hay algún imposible en juego.

En el discurso universitario lo que queda desconectado del lugar de la verdad es el sujeto ($), y ésta es la impotencia del discurso universitario. Podríamos decir en términos generales que la imposibilidad del discurso universitario o del educar como lo plantea Freud, es que es imposible rellenar de saber todas las fallas. Al respecto Lacan dice: “Un sujeto, en su producción ni hablar de que pueda percibirse en algún momento como amo del saber”. Podríamos decir en términos generales de toda estructura y de todos los discursos que siempre hay un resto o hay un exceso que no puede ser absolutamente cernido en esta relación entre el agente y el otro. En este caso, el dominio del saber del discurso universitario no alcanza, pero no en el sentido de la impotencia, sino que siempre va a estar en insuficiencia con respecto a llenar las fallas del Otro. No es con saber que se van a llenar las fallas del Otro, no es con nada que se van a llenar las fallas del Otro. Pero la pretensión del discurso educativo es esa, por lo menos en términos clásicos. Esto habría que pensarlo porque hoy la pedagogía reconoce estas dificultades, las tiene en consideración. Estas son cuestiones interesantes de cómo se puede hacer incidencia en ciertos discursos oficiales, porque estamos diciendo que éstos son discursos oficiales. La misión que tendría este discurso, expuesta en el piso superior, estaría de algún modo velada, esto es lo que plantea Lacan, situando cierta impotencia del sujeto para alcanzar la verdad; cuando en realidad no se trata de una impotencia del sujeto para alcanzar la verdad, de lo que se trata es de que es imposible que alcance la verdad en el sentido del completamiento. En el discurso universitario la posición del profesor, en el lugar del agente, dice Lacan, es de todo saber. En ese sentido es un discurso de una cierta impostura; la impostura de todo saber estaría más del lado de no revelar la imposibilidad y esto también es lo que pasa en la histérica. En cuanto a la histérica lo que plantea Lacan es que ella necesita situarse como objeto para ser deseada y que esta verdad que ella pregona de situarse para desear y para ser deseada, enmascararía el imposible de hacer desear.

Respecto del discurso del analista, y aquí estaría la particularidad de este discurso, es que Lacan lo sitúa como no homólogo. Se trata de hacer de la imposibilidad el agente, no se trata de elidir la imposibilidad sino de hacerse agente de la imposibilidad a partir de situar en el lugar del agente, el objeto a. Es importante recalcar la particularidad de hacer del imposible el agente de este discurso y que es el reverso del discurso del amo. Lacan dice así: “...llegamos finalmente al discurso del analista, naturalmente nadie ha hecho esta observación que es bastante curioso, que lo que produce no sea sino el discurso del amo. No está bien dicho, no es el discurso del amo sino que lo que produce es el significante amo, produce S1, lo que está en el lugar de la producción. Y como decía la última vez cuando salí de Vincennes, tal vez sea del discurso del analista, si se dan estos tres cuartos de vuelta, de donde pueda surgir otro estilo de significante amo”. Hacer un trabajo de reverso tiende a producir un nuevo significante amo que sea menos potente y que sea menos estúpido, dice Lacan en algunos momentos; que lo que puede surgir del discurso del analista es quizás otro estilo de significante amo. Y se pregunta: “... ¿doy el suficiente relieve a la imposibilidad de su posición?”. En tanto el analista se coloca en posición de hacer de lo imposible el agente del discurso, la causa del deseo.

Encuentro entonces otra dimensión para pensar los tres imposibles planteados por Freud. Lacan pone en cuestión un supuesto de Freud que aparece en determinados momentos de su obra, que tiene que ver justamente con el poder alcanzar la verdad, en el sentido de una

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verdad toda. Entonces no es un problema de la limitación de quién está en este discurso, sino que es una condición de la estructura del discurso que hace que haya un imposible en juego, esto es lo que plantea Lacan. Y que haya un imposible en juego, implica la necesidad de poder cernirlo porque si no se cierne el imposible, todo queda a cuenta de la impotencia.

Retomando la cuestión planteada por Milner entonces, volvemos a preguntar: “¿Se puede gobernar?”. Milner parte en este texto de una medida legislativa llamada la enmienda Accoyer que regula las prácticas en Salud Mental en Francia y que fue cuestionada por la comunidad psi por considerarla una medida de control en beneficio de las clínicas privadas, y que sometería al psicoanálisis y las psicoterapias en beneficio de los laboratorios farmacéuticos. A partir de eso, Milner analizará un fenómeno muy actual en nuestra cultura institucional que es el de la evaluación y el control. La evaluación lleva a la política de las cosas. Todos somos mensurables: cada individuo cuenta, pero sólo en la estadística. Esto es importante en el terreno del saber, ya que de esto se hace mercado, los hombres somos mercancías como todas las demás. Dice Milner: “Se trata de evaluar a cada cual. Evaluar a los seres hablantes, en masa y con detalle, evaluarlos en cuerpo y alma. A eso se llama un control”. A partir de esto nada es secreto, hay una invasión en lo privado bajo los mandatos de prevención de la salud, del delito, etc. Se pierde lo singular. Sabemos justamente que lo más público, cosa pública, es el loco. No se le permite ninguna reserva y únicamente el derecho al secreto asegura la desconexión entre lo singular y lo colectivo; sólo esa desconexión asegura la resistencia frente a la fuerza del control. Al constatar el carácter formal y vacío de contenido de la evaluación recordamos a Kant y por qué no a Sade, o al nazismo. Son procedimientos, metodologías, no importa lo conceptual. Como dice Ana, voz protagónica del libro El lector de Bernhard Schlink, respecto de la administración de los cuerpos que oficia cierto discurso:

Las otras acusadas negaban haber participado en ellas en ningún momento. En cambio, Hanna sí admitió haberlo hecho, no ella sola, pero sí en el mismo grado que todas las demás, y lo admitió tan de buen grado que el juez creyó oportuno entrar en detalle en el asunto.—¿Cómo se efectuaban las selecciones?Hanna explicó que las guardianas tenían a su cargo seis grupos del mismo número de prisioneras y habían acordado seleccionar cada una la misma cantidad de prisioneras, diez por grupo, en total sesenta; pero cuando en un grupo había pocas enfermas y en otros muchas, podía ser que las cifras divergieran, por lo que en último término toadas las guardianas de turno decidían conjuntamente quién había que enviar de regreso a Auschwitz.—¿Ninguna de ustedes se negó a participar? ¿Actuaron todas de común acuerdo?—Sí.—¿No sabían que enviaban a las prisioneras a la muerte?—Sí lo sabíamos, pero cada mes nos mandaban prisioneras nuevas y había que hacer sitio.

También es el caso de la Medicina basada en la evidencia, su acto supremo no es la curación, sino la autopsia. Es lo único cierto: la muerte. Y esto ha producido una extensión a la psicología, ya que se aplica un procedimiento similar en casos de suicidas. Discurso que hace semblante de ser médico para ser admitido como experto (por ejemplo: Criminal minds). “Marca el momento mítico en que las cosas hablan solas.” Puede verse en televisión en algunas series y realities, donde frente a los cadáveres el patólogo dice que ese cuerpo contará la historia de lo que ha sucedido. En esos campos, especialmente en el de la salud mental, hay una tensión entonces o una oposición: controlar o curar. Es

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evidente la conexión de este discurso con la burocracia. Son las cosas las que gobiernan. Las cosas deciden en lugar de los hombres. Y eso “dispensa de toda política”.Se impone el silencio. Pero, ¿no es ésta una forma de la política que toma su impulso de una pedagogía? Política del discurso universitario.“Los gobernantes se reconocen un deber: explicar bien; a los gobernados se les ruega imponerse el deber simétrico: aplicar bien.”“¿Dónde están los amos del control? El carácter mayor de la sociedad moderna es que no hay amos, en la exacta medida en que hay una infinidad de ellos. En nombre del control, cada uno deviene sirviente del otro.”

Lacan dice, que antes al amo se lo podía situar y que ahora está por todas partes, es anónimo, es la maquinaria, son las razones de Estado, son las necesidades de la economía, son las operaciones de la bolsa... y entonces esto hace mucho más difícil algo que pueda producir algún acotamiento al amo porque está por todos lados, no se lo puede identificar. Y también se refiere a Dioses oscuros que ordenan el goce. ¿Existe la posibilidad que este régimen de domesticación generalizada pueda ser puesto en suspenso?Dice Milner: políticos, un esfuerzo más. Y a los psicoanalistas, ¿también les podemos proponer un esfuerzo más?Por otra parte, en otro texto de Milner La política de los seres hablantes (2011) leemos: la política es asunto de los seres hablantes. Ese es su punto de partida y de llegada. Es el arte de hablar y discutir política. En ese sentido siempre está referido a la pluralidad. No es cosa de uno, no es autista, es decir concierne al lazo social.Como un ensayo de formalización y retomando un trabajo anterior, ubicaría a la política de los seres hablantes del lado de lo que Lacan formaliza como el Discurso del Amo Antiguo y a la política de las cosas como el Discurso del Amo Moderno.

Podríamos decir en principio que si el Discurso del Amo es el del inconsciente, ese será el discurso de la política de los seres hablantes Es el discurso cuya sustancia dominante es la ley.Un saber que trabaja pero que no se sabe a sí mismo. Un saber hacer dirá Lacan de la función del esclavo. El saber hacer no es lo mismo que un saber que se sabe. Hay un saber que no se sabe. Por otro lado, el yo es un pequeño amo que cree que sabe. Pero justamente, más cree que sabe en la medida en que no sabe. De vez en cuando hay algo que irrumpe, es lo que permite que un análisis se pueda sostener. Irrumpe un lapsus, irrumpe un fallido y se revela que hay algo que no sabe. Lacan compara esto con el saber del esclavo, como un inconsciente no revelado.En cuanto al Discurso del Amo Moderno, la burocracia, el Discurso Universitario en su formulación de todo-saber. Y en su versión actualizada del Discurso Capitalista, como circuito cerrado de goce. En ese sentido, lo contrario a lo que muestra el inconsciente, ya que se sostienen en la función de la pérdida que desencadena la repetición. El gobierno de las cosas.

Bibliografía

FREUD, S., “Análisis terminable e interminable”, en FREUD, S., Obras Completas, Madrid: Biblioteca Nueva, 1973.

LACAN, J., El triunfo de la religión, Buenos Aires: Paidós, 2007.— El Seminario. Libro 17. El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1992.MILNER, J. C., La política de las cosas, Málaga: Miguel Gómez ediciones, 2007.

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— Pour une politique des êtres parlants, París: Editions Verdier, 2011.

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El psicoanálisis y la dimensión de lo político

Mario KelmanGrupo de Investigación: CIUNR

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Desde los principios de la historia del psicoanálisis en nuestro país, en diversos contextos y circunstancias se produjo el debate sobre el modo de intersección y de articulación del discurso analítico y el discurso político. El modo de articulación del discurso analítico y lo político, a lo que agregamos la pregunta por el estatuto del lazo social, ceñido en el interrogante –¿qué es lo que hace lazo?– ¿qué es lo que hace comunidad?

En principio, la articulación referida presenta una complejidad importante abordable a partir de establecer la diversidad de lineamientos que aloja el espacio discursivo de intersección.

1- Por una parte se trata de la interrogación de lo político y de la política que posibilitan las elaboraciones del psicoanálisis.2- Lacan conceptualiza el campo lacaniano como el campo de goce. A lo largo de su enseñanza es posible circunscribir indicaciones precisas que traducen las formulaciones de la economía política en términos de economía de goce. En tal sentido, es posible plantear la cuestión política a través de los modos que se da una sociedad determinada respecto de la distribución y circulación de goce. Este fundamento da lugar a una nueva perspectiva de lo político y de la política a partir del discurso del psicoanálisis.3- Por otra parte, se trata de los efectos políticos que promueve el discurso analítico. En otros términos, cabe la pregunta sobre si el discurso analítico y su modo de incidencia en la subjetividad, producen consecuencias con un alcance político.Asimismo, se trata de establecer si los efectos terapéuticos y éticos de la experiencia analítica cobran también un alcance político en el campo social e institucional y en la subjetividad de la época, en tanto aporta una definida dirección de la cura.En esta perspectiva, Lacan llega a afirmar que la experiencia analítica posibilita una salida del discurso del capitalismo; una salida no segregativa en tanto es para cualquiera; pero es una salida singular, uno por uno.4- Lacan afirma que Freud no sólo inventa el psicoanálisis y su conceptualización teórica, sino que inventa un nuevo discurso, el discurso analítico; que constituye un nuevo e inédito modo de lazo social.

¿Qué funda lo comunitario? ¿Es posible una comunidad de analizantes del discurso analítico que soporte la transmisión del psicoanálisis? Esta pregunta circunscribe una cuestión inherente al campo del psicoanálisis.¿Está justificada la formalización de una clínica del lazo social? Este interrogante, extiende las consideraciones del psicoanálisis al campo ampliado de lo social.

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Como se advierte, cada pregunta presenta un anverso y un reverso discursivo que implica el campo del psicoanálisis y el campo de lo social. En consecuencia, es posible distinguir en cada interrogante un desarrollo que concierne al psicoanálisis en intensión y otro que concierne al psicoanálisis en extensión.

Palabras clave: psicoanálisis - dimensión - político - social

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Testimonio y segregación

Cecilia GorodischerGrupo de Investigación: PSI 149 / CIUNR

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La presente ponencia constituye un capítulo de mi Tesis Doctoral, y se ocupa específicamente de la problemática que supone la categoría del testimonio en relación con el efecto segregativo. Dada la convocatoria de las Jornadas de Investigación La reflexión colectiva y la producción de conocimientos, cabe incluir la cuestión planteada en la relación testimonio-segregación, con lo que constituye el tema general de la tesis en la que se encuentra incluida, que es la transmisión del psicoanálisis y la formación de los analistas. ¿Cómo aporta –si es el caso– el testimonio clínico, en cualquiera de sus posibles formas, a la transmisión del psicoanálisis? ¿Transmite el testimonio algo, o transmite un vacío que posibilita la producción de otros saberes? ¿Cómo se engarza el testimonio con el fenómeno segregativo?

Palabras clave: testimonio - segregación - transmisión - formación - psicoanálisis

Comunicación

La segregación no es un problema puramente administrativo. La segregación se encuentra en el corazón mismo del hombre. Cuando el adolescente o el adulto joven se encuentra en un circuito llamado normal, hace jugar, frente a la menor dificultad relacional, las señales de su

enfermedad, buscando provocar en el otro el paso al acto de exclusión.Maud Mannoni, El síntoma y el saber, Madrid, Gedisa, 198130

En la defensa de su tesis doctoral en la Universidad de París VII, Maud Mannoni dice, sobre el final, las palabras que abren este artículo. Sencillas, dicen mucho más de lo que aparentan. O, mejor dicho, no aparentan decir tanto como las consecuencias implacables de lo que dice. Porque si la segregación está en el corazón de lo humano, si puede dársele un carácter tan universal como a la castración o a la represión, la categoría del testimonio, tal como nos interesa abordarla aquí, también puede tomar un carácter universal. La conclusión de Agamben de que el testimonio es el sujeto, adquiere para nosotros valor de principio.

¿Con qué fin es que pretendemos ampliar los márgenes de lo que denominamos testimonio hasta hacerlo coincidir con el que lo enuncia? ¿A qué interés responde esta equiparación?Sabemos que en la Proposición del 9 de octubre de 1967 Lacan le dio un lugar preponderante a lo que llamó el Testimonio. ¿De qué se trataba allí? De la versión que dos pasantes, sujetos que se encontraban cerca de la finalización de sus propios análisis (esto es, ni analistas encumbrados, ni doctos en la cuestión del fin de análisis) recogieran la versión que escucharan de otro sujeto, interesado en pasar el pase. Los pasadores, esto es,

30 Subrayado nuestro.

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los encargados de recoger el testimonio oral del candidato a Analista de la Escuela, presentaban ante el Jurado de Pase la versión escuchada del testimonio oral del pasante. El Jurado de Pase decidía si el pase se otorgaba o no.

El hecho de que los pasadores, engranaje fundamental del dispositivo del pase, estuvieran a un paso de terminar sus propios análisis, nos recuerda la admonición freudiana de los escritos técnicos, en donde Freud señala que la interpretación debe darse cuando el paciente está a un paso de llegar a ese saber que se le comunica. De otra manera, la interpretación no resultará efectiva (Freud, 1913: 141)31.Este paso que trae la marca de cierto futuro anterior (advenir siendo sido) y nos muestra de esta manera la forma lógica del tiempo analítico, deja entonces siempre una diferencia entre lo concluido y lo que está por concluirse, sin cerrar esa hendidura, pero tampoco ocultándola. Uno de los posibles fracasos del dispositivo del pase haya sido quizás la poca tolerancia humana a esa hendidura, que hizo que muchos pasadores llegaran a considerarse expertos analistas en fin de análisis, olvidando esa diferencia 32 necesaria entre estar a un paso de, o haber dado el paso.

Otra dificultad intrínseca al dispositivo del pase pudo haber sido la posición de los miembros de Jurado de Pase, que se hicieron tan celosos cuidadores de la evaluación del fin de análisis, que no otorgaron pases más que muy rara vez. Todo esto en vida de Lacan, y según el relato, por ejemplo, de Elizabeth Roudinesco, o la crítica que podemos encontrar, en el texto de Piera Aulagnier Sociedades de psicoanálisis y psicoanalista de sociedad. (Aulagnier, 1980: 7)En contraposición con estas versiones, en donde prima la presunción de ya haber dado el paso, esto es, un cierto estar del otro lado, encontramos las palabras de Lacan cuando decía que él pasaba el pase constantemente, en su seminario, hablándole a las paredes, es decir, escuchando el retorno que sus propias palabras le traían como eco. Lo decía así, por ejemplo, en las charlas en el Hospital Saint Anne, en la capilla del mismo, sorprendido por su propio hallazgo: “¿Escucharon? ¡Hablo en la capilla! Es la respuesta. Hablo en la capilla, es decir, a las paredes! (...) Acá siempre hablé a las paredes (…) Es ahora cuando voy a poder hacer el comentario de esto, de que hablando a las paredes, se interesan algunas personas. Por eso pregunté recién quién hablaba. Es seguro que las paredes en lo que se llama el asilo (…) no son poca cosa (…) Las paredes están hechas para rodear un vacío” (Lacan, 1971: 56).

Allí el pase se muestra como un movimiento continuo, nunca acabado, una puesta a prueba más allá de cualquier tribunal, una posición de analizante que marca la ubicación del hablante, como el que no sabe y se dirige a otro, pero sin esperar garantías, sino sólo para que pueda abrirse el circuito de la palabra, que nunca es sin otro, semejante en su diferencia.

31 FREUD, S. (1913) “Sobre la iniciación del tratamiento (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis I)”, en FREUD, S., Obras Completas, Vol. XII, Buenos Aires: Amorrortu, 1993, p. 141. “Aun en períodos posteriores del tratamiento habrá que proceder con cautela para no comunicar una solución de síntoma y traducción de un deseo antes que el paciente esté próximo a ello, de suerte que sólo tenga que dar un corto paso para apoderarse él mismo de esa solución” (subrayado mío). A continuación Freud abre un excurso sobre el significado del saber y el mecanismo e la curación en el psicoanálisis. ¡No será casualidad! A los fines de la tesis también cumple su función, que es que la función del paso/pase está encadenada con el saber, con la curación y con la transmisión.32 En el doble sentido que le aporta Derrida, cuando dice diferencia, incluyendo entonces el sentido de diferir.

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Volviendo al testimonio, es sabido que es obligatorio, en el contexto de la asociaciones psicoanalíticas millerianas, dar testimonio de ese pase durante dos años, en los congresos o encuentros que se realicen, y construyendo una nueva versión según la temática que se solicite en cada uno de estos encuentros. Esto permite a los Analistas de la Escuela de la Orientación Lacaniana aportar su particular saber al saber de todos, de manera de cumplir con su función como Analistas de la Escuela.

Ahora bien, queremos interrogar esa función del testimonio en su raíz, en aquello que tiene de más singular y propio, que sería aportar un saber. ¿Necesariamente se trata de esto en un testimonio? ¿Se trata de relatar algo que pueda producir en quien lo escucha un mayor conocimiento sobre el asunto del que se trata, en este caso, el campo analítico, el trayecto analítico? Sin pretender descartar dicho aporte, el del saber producido al atravesar un análisis, nos interesa interrogar cierto límite que podemos suponer en esa deseada y pretendida comunicación, límite que lejos de desmerecer lo que se produce, le da su marca, lo ubica como basculando entre lo posible y lo imposible, ligando la práctica analítica, aún en lo que podría ser su comunicación final, a lo más propio: un vacío.Un modo de investigar la función del testimonio, por fuera del dispositivo del pase, el testimonio en cuanto tal, es tomar las especulaciones teóricas que se realizaron a partir de los testimonios de sobrevivientes de crímenes de lesa humanidad. Por ejemplo, los testimonios de los sobrevivientes de campos de exterminio del Holocausto, o las experiencias de los sobrevivientes de los campos de concentración durante la dictadura militar argentina de los años 1976-1983.

El salto es vertiginoso y arriesgado. ¿Cómo trasladar una experiencia devastadora y aún incomprendida como son las experiencias de exterminio masivo propias del siglo XX, a un campo tan restringido y acotado como es el de un dispositivo de formación de analistas? Entre la herejía y la desubicación, ahí nos encontramos en el intento. Sin embargo, la categoría del testimonio nos abre una hendidura por donde intentar hacer el salto, porque la pregunta sobre qué es testimoniar, nos puede permitir un acercamiento a la cuestión de qué es lo que se puede intentar transmitir cuando se quiere dar el paso de analizante a analista. Y que es lo que no puede transmitirse, y que ese no, que funciona como límite, indica también la tela de la que se trata en lo humano: una tela entramada a partir de una ausencia y de una imposibilidad.

Las razones de semejante riesgo están también en motivos que se ubican entre lo personal y lo histórico. Nos encontramos en dos contextos, entre el francés y el argentino, marcados ambos por genocidios impensables antes de que ocurrieran, en su organización y planificación. El año de la Proposición, 1967, indica una distancia de 22 años respecto de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, escenario de los campos de exterminio nazis. La cercanía histórico-vivencial de la tragedia de los campos se refleja en un párrafo de la Proposición que conviene recordar:

La marginación de la dialéctica edípica (…) se acentúa cada vez más en la teoría y en la práctica. Sin embargo, esta exclusión posee una coordenada en lo real, a la que se dejó en una profunda sombra. Se trata del advenimiento, correlativo a la universalización proveniente del sujeto de la ciencia, del fenómeno fundamental cuya erupción puso en evidencia el campo de concentración. Quién no ve que el nazismo sólo tuvo aquí el valor de un reactivo precursor.

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El ascenso de un mundo organizado sobre todas las formas de segregación, a esto se mostró aún más sensible el psicoanálisis, no dejando a ninguno de sus miembros reconocidos en los campos de exterminio. Pues bien: tal es el resorte de la segregación particular en que él mismo se sostiene, en tanto que la IPA se presenta en esa extraterritorialidad científica que hemos acentuado, y que hace de ella algo muy diferente de las asociaciones análogas en título de otras profesiones.Hablando con propiedad, la seguridad obtenida de hallar un recibimiento, una solidaridad, contra la amenaza de los campos que se extiende a uno de sus sectores.El análisis aparece así protegiendo a sus partidarios, por una reducción de los deberes implicados en el deseo del analista.Aquí queremos marcar el horizonte complejo, en el sentido propio del término, sin el cual no se podría configurar la situación del psicoanálisis.La solidaridad de las tres funciones capitales que acabamos de trazar33 halla su punto de reunión en la existencia de los judíos. Lo cual no ha de asombrar cuando se conoce la importancia de su presencia en todo su movimiento.Es imposible liberarse de la segregación constitutiva en esta etnia34 con las consideraciones de Marx, y mucho menos con las de Sartre. Por este motivo especialmente la religión de los judíos debe ser cuestionada en nuestro seno.35

Voy a intentar hacer una lectura detallada de este párrafo de la Proposición que puede autorizar una trasposición del análisis del carácter del testimonio de pase con el carácter de los testimonios de los sobrevivientes de campos de concentración y exterminio, trasposición que de otro modo puede resultar lacerante, desconsiderada e irrelevante.Dos líneas de análisis diferentes se abren de la lectura de este párrafo. Por un lado, la línea que abre a una especie de análisis institucional de las asociaciones psicoanalíticas, especialmente, en este caso, de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Por otro lado, la línea que abre al análisis de la cuestión judía, en este caso particular, en su inserción en el movimiento psicoanalítico. Ambas refieren a la misma experiencia histórica, la del Holocausto, y puede ser transcripta, con sus diferencias contextuales, a la experiencia argentina de los campos de concentración y exterminio de la dictadura militar de los años 1976-1983.

Lacan entiende el Holocausto como un producto de la universalización del sujeto de la ciencia, tesis que toma de la Escuela de Frankfurt. En Dialéctica del Iluminismo, Adorno y Horkheimer, exponen la tesis de que el campo de exterminio, lejos de ser un accidente indeseado del desarrollo del capitalismo moderno, es su expresión descarnada. Y que el sujeto de la ciencia, pretendidamente universalizado, trae como consecuencia la segregación y la búsqueda de la unificación por medio de la eliminación de toda diferencia.El judío se convierte, entonces, en la figura que concentra los rasgos necesarios para ser objeto de la segregación, por su carácter externo/interno en la sociedad en la que se inserta. La topología puede, también en este caso, esclarecer dicha posición, sea en la figura de la banda de Moebius, como en la forma más desarrollada del toro o de la botella de Klein. 36

En todo caso, en la forma del ocho interior.33 Se trata de las funciones de lo simbólico, lo imaginario y lo real. La primera articulada al Complejo de Edipo; la segunda en relación con la función de la identificación; y la tercera, articulada con el fenómeno de la segregación. Cfr. LACAN, J., “Proposición del 9 de octubre de 1967”, en Revista Ornicar?, N° 1, “El saber del Psicoanálisis”, Barcelona: Ediciones Petrel, 1981.34 Sólo un no judío como Lacan puede encontrar la expresión “etnia” para referirse al judaísmo. Quizás sea esa extraterritorialidad del campo de lo judío lo que le permite esta lectura del lugar capital que los judíos ocuparon en el campo del psicoanálisis.35 LACAN, J., op. cit. supra, nota 4, pp. 26-27.36 LACAN, J., Seminario XII. Problemas cruciales para el psicoanálisis, inédito.

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Es desde ese punto de vista, inaugurado por la Teoría Crítica, que Lacan entiende el campo de concentración como reactivo precursor. No hay, entonces, ni para él ni para la Escuela de Frankurt, efecto indeseado o inesperado de la democracia moderna en el fenómeno concentracionario nazi fascista, sino la mezcla justa que provoca lo esperado, dadas cierta estructura que permanece velada, hasta tanto un reactivo la pone en acto. Ahora bien, ¿qué ocurre en particular con la micro sociedad psicoanalítica, hija de la sociedad burguesa moderna, cuando se pone en acto el “reactivo precursor” del exterminio masivo del judío? Protege a sus miembros, segregándolos de la segregación. Hay aquí un reconocimiento a la función que la IPA cumplió en defensa de los psicoanalistas judíos que cobijaba. No todas las asociaciones profesionales tuvieron ese logro, ni siquiera sabemos si lo desearon. Eso deja dicho Lacan, en una clara defensa de la organización psicoanalítica creada por Freud, ¡de la que él mismo fue objeto de segregación!37

“No dejó a ninguno de sus miembros reconocidos en los campos de exterminios”, dice explícitamente Lacan, aludiendo a la IPA como una “forma de organización superior” a aquella que gestó el campo de concentración.Esa “extraterritorialidad científica” hace de la organización psicoanalítica otra forma de organización, que excede el marco de las asociaciones profesionales comunes. Entiendo aquí una defensa de la IPA más allá de lo esperable por el mismo hombre que escribió la “Excomunión”, entre otras cosas, denunciando una política de exclusión y discriminación activa.

Pero a continuación, Lacan parece abandonar la bonanza de la consideración de la organización analítica, cuando dice crípticamente, que “el análisis aparece así protegiendo a sus partidarios, por una reducción de los deberes implicados en el deseo del analista” (subrayado nuestro). ¿Qué significa esa reducción de los deberes implicados en el deseo del analista? ¿Se refiere Lacan a la necesaria abstinencia, como un deber de la función del analista? ¿O el término “reducción” tiene allí el sentido preciso que tiene la palabra en el arte culinario, en donde la reducción supone una puesta a punto concentrada, que permite degustar mejor el sabor que se intenta lograr? De lo que se desprendería el significado contrario, esto es, que el deber implicado en el deseo del analista está siempre del lado de la pulsión de vida, de la protección de sus miembros en la adversidad, en este caso en particular; en hacer prevalecer la vida por sobre la tendencia a la destrucción tan propia del sujeto humano?

De cualquier modo, es seguro que se trata para Lacan de complejizar la lectura de la cuestión. El sesgo de los tres registros, simbólico, imaginario y real, para abordar su propuesta de formación de los analistas, atraviesa toda la Proposición, y, particularmente, la consideración del campo de concentración como representación real del complejo edípico. La propuesta lacaniana, en este punto, es considerar al análisis como sociedad de analistas, esto es, como una estructura que se rige con los mismos parámetros que la sociedad burguesa moderna, sociedad que ni Marx ni Sartre han conseguido esclarecer. ¿Acaso Lacan lo logra? Por lo menos lo intenta, en lo que atañe a la religión judía, inmersa en el campo de lo social como diferencia, como exterioridad íntima, como deseo de pertenencia sin pérdida de su singularidad, lo cual la distingue y la marca como ajena.

37 Queda por discutir si Lacan fue segregado sin más de la IPA o se buscó francamente esa segregación, rompiendo constantemente sus principios cohesivos, sea con la sesión de duración variable o con la inclusión de pacientes como discípulos. Y queda también la cuestión, que analizaremos luego, de si esa expulsión fue, para el propio Lacan, y consecuentemente para el laconismo, el mejor desenlace.

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Que “la religión de los judíos deba ser elaborada en su seno”, se desprende de la idea de que, al ser parte fundante y siempre presente en el movimiento analítico, revela lo constitutivo de lo segregativo en el psicoanálisis mismo. Lo revela, pero eso todavía no está suficientemente esclarecido para Lacan. Quizás fue otro de los mojones que quiso establecer en el seminario de los nombres del padre, truncado y nunca retomado, del que sólo nos queda el testimonio de una clase, testimonio de una ausencia, de un vacío.

Este introito a la consideración del testimonio del sobreviviente del Holocausto posiblemente no alcance a justificar el recorrido que deseamos hacer. Investigar cómo puede entenderse hoy la función del testimonio del sobreviviente, para entender mejor el alcance, tanto en su logro como en su fracaso, del testimonio del pase. ¡Qué irreverencia!Leemos en Giorgio Agamben, que en todo conocimiento histórico (¿no lo es acaso el relato de un análisis?) hay una no coincidencia entre los hechos y la verdad, entre comprobación y comprensión: “Entre el querer comprender demasiado, y demasiado deprisa, de los que tienen explicaciones para todo y la negativa a comprender de los sacralizadores a cualquier precio, nos ha parecido que el único camino practicable es el de detenerse sobre esa divergencia”.38

Para Agamben “el sujeto del testimonio es un resto” y “ser sujeto y testimoniar son lo mismo”. Veamos cómo lo expone:

Precisamente es este aislamiento de la supervivencia con respecto a la vida lo que el testimonio refuta con cada una de sus palabras. Lo que su palabra nos dice es que por el hecho mismo de que el no-humano y el humano, el viviente y el hablante, el musulmán 39 y el superviviente no coinciden; precisamente porque hay entre ellos una división insuperable, puede haber testimonio. Es justamente el hecho de que éste sea inherente a la lengua como tal, porque atestigua el manifestarse de una potencia de decir solamente por medio de una impotencia, lo que hace que su autoridad no dependa de una verdad factual, de la conformidad entre lo dicho y los hechos, entre la memoria y lo acaecido, sino de la relación inmemorial entre lo indecible y lo decible, entre el dentro y el fuera de la lengua. La autoridad del testigo consiste en que puede hablar únicamente en nombre de un no poder decir, o sea, en su ser sujeto. El testimonio no garantiza la verdad factual del enunciado custodiado en el archivo, sino la imposibilidad misma de que aquél sea archivado, su exterioridad, pues, con respecto al archivo; es decir, su necesario sustracción –en cuanto existencia de una lengua– tanto a la memoria como al olvido. Por esto mismo –porque se testimonia sólo allí donde se da una imposibilidad de decir y porque hay un testigo sólo donde hay una desobjetivación– el musulmán es verdaderamente el testigo integral, y por eso no es posible separar al testigo del superviviente.Es oportuno reflexionar sobre la condición particular que, en esta perspectiva, le corresponde al sujeto. Que el sujeto del testimonio –que incluso cualquier subjetividad, si ser sujeto y testimoniar son, en última instancia, lo mismo– sea un resto, no debe entenderse en el sentido de que sea –según uno de los significados del término griego hypóstasis– algo similar a un sustrato, un depósito o un sedimento que los procesos históricos de subjetivación y desubjetivación, de humanización y de deshumanización, dejan tras ellos

38 AGAMBEN, G., Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo. Homo Sacer III, Valencia: Pre-textos, 2009.39 AGAMBEN, G., op. cit. supra, nota 9, p. 41. Para entender qué quiere decir musulmán conviene esta cita: “Lo intestimoniable tiene un nombre. Se llama en la jerga del campo, der Muselmann, el musulmán. “El denominado Muselmann, como se llamaba en el lenguaje del Lager al prisionero que había abandonado cualquier esperanza y que había sido abandonado por sus compañeros, no poseía ya un estado de conocimiento que le permitiera compara entre bien y mal, nobleza y bajeza, espiritualidad y no espiritualidad. Era un cadáver ambulante, un haz de funciones físicas ya en agonía. Debemos, pues, por dolorosa que nos parezca la elección, excluirle de nuestra consideración” (AMÉRY, p. 39).”.

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como una especie de fondo, o de fundamento, de su devenir. Una concepción similar repetiría, una vez más, la dialéctica del fundamento, en virtud de la cual algo –en nuestro caso, la nuda vida– debe ser separado y tocar fondo, para que una vida humana pueda ser asignada propiamente a unos sujetos (en este sentido, el musulmán es el modo en que la vida judía toca fondo para que pueda producirse algo como una vida aria). El fundamento es en este caso función de un télos, que consiste en alcanzar o fundar lo humano, en el devenir humano de lo inhumano. Es esta perspectiva la que debe ser puesta en tela de juicio sin ninguna clase de reservas. Debemos dejar de considerar los procesos de subjetivación y desubjetivación, el hacerse hablante del viviente y el devenir viviente del hablante –y, más en general, los procesos históricos– como si estos tuvieran un télos apocalíptico o profano, en que viviente y hablante, no-hombre y hombre –o los términos de un proceso histórico, cualquiera que sean– como si su desenlace fuera a ser una humanidad cumplida y consumada, conciliada en una identidad realizada. Esto no significa, en modo alguno, que, en cuanto privados de un fin, estén condenados a la insensatez o a la vanidad de un desencanto o de un andar a la deriva infinito. Si no tienen un fin, tienen un resto; no hay en ellos, o subyacente a ellos, fundamento alguno, sino, entre ellos, en su centro mismo, una separación irreductible, en que cada uno de los términos puede situarse en posición de resto, puede testimoniar. Verdaderamente histórico es lo que cumple el tiempo no en la dirección del futuro ni simplemente hacia el pasado, sino en el exceder un medio. El Reino mesiánico no es ni futuro (el milenio) ni pasado (la edad de oro): es un tiempo como resto.40

De a poco. Primero: el testimonio es posible porque es una manera de equiparar, de poner en un mismo plano el sobreviviente de respecto de aquel que, aún vivo, ya ha perdido su condición humana (el musulmán, en la lengua del Lager). En esa distancia que logra remediarse, distancia que se abre porque existe el lenguaje que discrimina lo humano de lo no-humano, allí mismo es donde se sitúa el testimonio.

Segundo: el testimonio tiene valor como tal, no por lo que transmite de verdad sobre lo acontecido, lo ocurrido factualmente, sino porque da cuenta de lo que no puede decirse, lo que queda como horizonte inalcanzable de lo que ocurrió. El testimonio encuentra su valor en la representación que logra de lo indecible como lo que está en el corazón de lo dicho, ese ombligo del sueño freudiano, ese Real de Lacan.

Tercero: se testimonia donde hay imposibilidad de decir, donde no se trata de relatar lo ocurrido, sino lo que queda fuera de lo que puede decirse, olvidarse o recordarse, esto es, registrarse. Y, por otra parte, el que testimonia queda fuera de lo subjetivo mismo, porque si el testimonio es el sujeto, y el testimonio es lo que queda fuera del lenguaje, el sujeto queda así desubjetivado.

Cuarto: entender la categoría de resto, no como lo que queda como fundamento del devenir de lo humano, el fundamento de un télos. La función del resto permite pensar el devenir histórico humano como producto de una operación que sólo puede comprenderse en cada acontecimiento, y, como acontecimiento, testimoniarse.¿Podremos tomar de estas reflexiones de Agamben un núcleo que nos permita leer los testimonios de pase en una clave distinta de la de buscar la verdad de los acontecimientos relatados; o el mayor o menor logro de los postulados analíticos esperables al final de un análisis? ¿Nos permitirá la idea de que el testimonio es testimonio de un indecible renunciar a la búsqueda de un patrón de decir que demuestre la conclusión deseada, por el cumplimiento de los pasos necesarios, a modo del experimento de laboratorio? ¿Lograremos, entonces, aceptar el testimonio como un acontecimiento único de un sujeto 40 Ibíd., subrayado nuestro, pp. 165-166.

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que se borra en cuanto habla, y deja así de ser el fundamento encarnado de una Verdad ya sabida y que sólo se busca atrapar para merecer el reconocimiento esperado?Esa es nuestra apuesta.

Bibliografía

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AULAGNIER, P., “Sociedades de psicoanálisis y psicoanalista de sociedad”, en AULAGNIER, P., El sentido perdido, Buenos Aires: Editorial Trieb, 1980.

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LACAN, J., “Proposición del 9 de octubre de 1967”, en Revista Ornicar?, N° 1, El saber del Psicoanálisis, Barcelona: Ediciones Petrel, 1981.

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(1925-1985), Madrid: Fundamentos, 1993.

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Las relaciones entre escuelas y familias y la convivencia entre pares hoy. Programas de intervención

Leticia MunéGrupo de Investigación: CIUNR

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Este escrito corresponde a la etapa de revisión bibliográfica del proyecto de investigación becado por el CIUNR La violencia entre pares: influencia de las relaciones entre docentes y familias de alumnos de escuelas de educación media. El objetivo general del mismo es describir e interpretar la influencia de las relaciones docentes-familias de alumnos de escuelas medias sobre la violencia entre pares de los estudiantes. El objetivo específico de este trabajo es analizar las relaciones interinstitucionales mencionadas en el ámbito social y escolar actual. El enfoque de la investigación es cualitativo y su población, alumnos, docentes y familias de los primeros y segundos años de escuelas medias, públicas de ciudades aledañas a Rosario. Para la recolección de fuentes primarias se están realizando observaciones participantes y se prevé llevar a cabo entrevistas semiestructuradas y grupos focales. La revisión bibliográfica se basó en la lectura, análisis e interpretación de fuentes secundarias correspondientes a obras de autores de diversas disciplinas sociales con un enfoque institucional y a proyectos de investigación y de intervención del Ministerio de Educación de la Nación y de la Universidad de San Martín y ONGs y asociaciones civiles de Argentina y países vecinos. El presente escrito se circunscribe a la revisión de programas de acción destinados al abordaje de las relaciones interinstitucionales familias-escuelas y a la reflexión teórica acerca de su influencia sobre la convivencia entre pares en el contexto escolar actual.

Palabras clave: violencia - familias - escuelas - convivencia

Comunicación

El objetivo general del proyecto es describir e interpretar la influencia de las relaciones docentes-familias de alumnos de escuelas medias en la violencia entre estos últimos. El objetivo específico de este trabajo es analizar las relaciones interinstitucionales mencionadas en el ámbito escolar actual.

Metodología

El enfoque de la investigación es cualitativo y su población, alumnos, docentes y familias de los primeros y segundos años de escuelas medias públicas del gran Rosario. Se trabaja con fuentes primarias y secundarias. Para las primarias, se utilizan observaciones participantes, entrevistas semiestructuradas y grupos focales. Primeramente se hizo una lectura crítica y analítica de las fuentes secundarias disponibles en la Facultad de Psicología de la UNR. y en páginas web. Éstas pertenecen a obras de autores de diversas disciplinas sociales con un enfoque institucional y a proyectos de investigación y de

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intervención del país y Latinoamérica. Para una exhaustiva revisión se confeccionaron fichas bibliográficas con algunos elementos fundamentales: especialización del autor, año de publicación, marco teórico y metodología, categorías analíticas, población y ámbito de trabajo, principales resultados, objetivos y efectos. Focalizando en estos aspectos, se compararon los diversos artículos.

Avances preliminares

En la primera etapa del proyecto de investigación se han encontrado diversos escritos pertenecientes a programas de intervención estatales y no estatales que abordan de un modo directo o indirecto las relaciones interinstitucionales escuelas-familias en su influencia sobre los modos de socialización de los jóvenes. Los primeros fueron extraídos de la página web del Programa Nacional de Convivencia Escolar (2004) y del Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas del Ministerio de Educación de la Nación y los segundos, de algunos tomos de la revista Ensayos y Experiencias de la Colección Psicología y Educación. Algunos de los escritos pertenecientes a programas estatales tratan de acciones ya realizadas y la mayoría contienen propuestas de acción a futuro. Dentro de estos últimos, hay tres cuadernillos, Familias con la escuela. Renovación del pacto educativo entre la familia y la escuela, con bibliografía pertinente y actividades sugeridas destinadas a fomentar el trabajo conjunto entre escuelas y familias. Además el OAVE contiene una publicación de Hollmann, García Costoya y Lerner: El lugar de los adultos frente a los niños y jóvenes. Aportes para la construcción de una comunidad educativa. Respecto de intervenciones ya realizadas, hay también dentro del OAVE una antología de relatos denominada Educar para la convivencia: experiencias en la escuela.

Los escritos que pertenecen al Ministerio tienen como destinatarios a los docentes, haciendo hincapié en la función de los adultos en la educación de los jóvenes, y comparten ciertos ejes que desarrollan cada cual a su manera: la ruptura del acuerdo tácito entre familias y escuelas sobre la educación de los niños y jóvenes, la convocatoria al trabajo participativo y conjunto de docentes y familias.

Los cuadernillos hacen importantes aportes desde el punto de vista de las ciencias de la educación con una aproximación descriptiva al interior de la relación escuela-familia. En este libro se afirma que hasta hace unas décadas padres y maestros, en un acuerdo tácito, compartían en gran medida cierto catálogo de pautas heredadas acerca de lo bueno y lo malo, lo conveniente y lo inconveniente, lo prudente y lo riesgoso, de normas que debían establecer y hacer cumplir. La crisis del principio de autoridad no sólo se refiere a la relación adulto-niño, sino que también afecta las relaciones adulto-adulto e institución-institución. Muchos padres no atribuyen a los maestros la suficiente autoridad para evaluar la conducta intelectual o social de sus hijos y a menudo reaccionan aliándose con sus hijos. Muchos docentes acusan a los padres de los problemas escolares de sus alumnos, desresponsabilizando a la escuela al respecto. Muchas familias esperan que la escuela los reemplace consolidando en sus hijos actitudes y comportamientos socialmente adecuados, a la vez que los contenga en sus problemas y los prepare para la vida. La escuela reclama a los padres que les envíen chicos suficientemente socializados, con normas básicas de convivencia.

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Hollmann, García Costoya y Lerner (2007) agregan a este quiebre del acuerdo tácito que existía entre estos referentes de los niños y jóvenes la especial relevancia que toman los mensajes de los medios de comunicación.En cuanto a la explicación de este cambio estas autoras acuden a los conceptos de socialización primaria (en el seno familiar, en los primeros años de vida) y secundaria (cuando el niño participa de experiencias formativas como la educación escolar) de Durkheim, según los cuales la escuela tiene la importante función de transmitir habilidades para la vida social de una generación a la otra y al de sujeto preformado de Tedesco sobre el que actúa la escuela, exigiendo todo nuevo aprendizaje cierta coherencia con la estructura básica anterior. Acá incluyen también aquellos conceptos psicoanalíticos de Freud referentes al acatamiento de normas sociales que tienen como condición la renuncia a un deseo individual y cuyo requisito para que se cumpla es la justicia, el hecho de que las normas funcionen para toda la comunidad, y de Winnicott respecto de la indispensable existencia de los adultos para que los adolescentes tengan vida y vivacidad. Para ello, dicen los autores, no se debe perder la asimetría que implica la relación adultos-niños/jóvenes, ya que no hay transmisión posible si ambos no ocupan lugares diferentes. Es pues el adulto quien debe transmitir y hacer cumplir las normas a los niños y jóvenes.

Por su parte, los cuadernillos hacen un análisis, a modo de explicación de esta ruptura del acuerdo tácito entre familias y escuelas, de los fenómenos novedosos de la época actual a nivel social, los cambios a nivel de relaciones intergeneracionales y toman conceptos del campo psi. Respecto del primer aspecto, se menciona tres grandes fenómenos ocurridos a partir de la segunda posguerra como directamente relacionados con la educación de los niños por parte de las instituciones adultas: el fenómeno tecnológico, el fenómeno femenino y el fenómeno juvenil. Estos cambios si bien producen una mayor autonomía de los sujetos también producen incertidumbre y desconcierto. Se da así una crisis importante en las relaciones intergeneracionales ya que los adultos no saben cómo responder a los por qué de los chicos y mucho menos a los por qué no. Esta crisis modifica además la alianza entre maestros y familias que ya no comparten un catálogo de pautas heredadas acerca de lo que se debe y lo que no se debe hacer. En cuanto al tercer factor, se toman los momentos de identificación y desidentificación, el primero tiene que ver con tomar a otro como ideal que posibilita la conformación de una identidad y el segundo es un momento de separación y de diferenciación de los adultos. Desde estos procesos, concluyen que la posición de un adulto que ayude pero que no reemplace al niño en sus posibilidades de acción ayuda a consolidar su subjetividad.

Los cuadernillos mencionados tratan la participación que se les da a las familias en las escuelas, si bien sugieren que dicha participación se produzca por vía de los docentes de diversos modos: a) Son informadas y se consulta su parecer sobre los temas y propuestas en discusión, a través de un soporte escrito de consulta (muestra, encuesta, etc.); b) Participan desde sus propios hogares enviando sus aportes a la escuela; c) Son invitadas a uno de los encuentros institucionales con suspensión de actividades, en el que participarán junto al cuerpo docente; d) Son invitadas a participar del comité organizador del Programa con los directivos y docentes de la escuela; e) Son convocadas a jornadas de trabajo; f) Se prevé la realización de una asamblea entre familias, docentes y directivos de la escuela.

Hollman, García Costoya y Lerner (2007) dan un salto cualitativo en relación a esta participación de las familias al usar el término comunidad que incluye a todos los adultos que estén involucrados con la tarea de la escuela. Comunidad abarca además de los adultos

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ya nombrados, a representantes del medio en que está inserta la escuela, o sea, abren las puertas de la escuela al barrio, al pueblo, a la ciudad, al afuera. Este mayor protagonismo brindado a las familias se trasluce en el tipo de propuestas de trabajo que proponen. Este documento incluye un primer trabajo conjunto entre familias, docentes y representantes del barrio y un segundo trabajo exclusivo de docentes mientras que los otros tres lo dejan a elección de cada escuela. Además proponen dos etapas de trabajo: una en pequeños grupos y la otra, una puesta en común. Sugieren también que el coordinador sea alguien externo a la institución.

Las propuestas de acción de Familias con escuela son actividades concretas, con metodologías simples, divididas en dos momentos: la elección de un recorte de práctica profesional con las familias que manifieste la necesidad de revisión y de mejoramiento y el diseño de una experiencia de mejoramiento o innovación sobre ese recorte. Revisan tres prácticas: recepción, entrevista, celebración.Es interesante indagar si alguna de estas propuestas de intervención han sido o están siendo realizadas en las escuelas, ya que se escuchan muchas quejas de los docentes hacia las familias y de éstas a los primeros, pero casi no se realizan encuentros colectivos entre ambas partes, no hay diálogo y tampoco se evidencia lectura de este material en las escuelas.

En relación a experiencias ya llevadas a cabo, Brawer y Moragues (2007) recopilan y presentan algunas en Educar para la convivencia: experiencias en la escuela. Las intervenciones aquí publicadas muestran diferentes modos de abordar la problemática de la violencia; pero más allá de las diversas propuestas, hay un eje común a todas ellas que es la importancia que le otorgan al rol adulto en la relación con sus alumnos/as. Según estas autoras, generalmente los niños y los jóvenes suelen pedir de mala manera, y sin saber que lo están haciendo, que sus padres y docentes se restituyan como adultos, que sean diferentes a ellos; porque la única oportunidad que tienen de ser un niño o un joven es que haya un adulto que les ceda ese lugar. El ser adulto, agregan, es un acto de generosidad hacia las nuevas generaciones. Mientras que el autoritarismo es el capricho de quien lo ejerce, la autoridad es una asimetría sin desigualdad regulada por la ley para todos y no sólo para los débiles. Así definidos, ambos conceptos se excluyen. Sin embargo, muchas personas suelen asociarlos todavía. Aún persiste en el imaginario colectivo cierto convencimiento de que con una modalidad democrática se pierde autoridad.

Se han encontrado muchos escritos referidos a experiencias realizadas en ONGs, asociaciones civiles, etc., con la finalidad de construir nuevos modos de socialización entre niños y jóvenes y de prevenir la violencia. Sin embargo, sólo dos de ellos hacen hincapié en el rol de los adultos, en la función de las escuelas y de las familias y su posible relación en la actualidad. La mayoría tienen como destinatarios a los niños y jóvenes a quienes tratan como sujetos de derecho aparentemente sin mayor dificultad, lo cual contrasta con la aclaración de Brawer y Moragues respecto de la confusión entre autoridad y autoritarismo lo cual dificulta el propio posicionamiento adulto respecto del tratamiento de los niños y jóvenes como sujetos de derecho. Esta dificultad es en general mencionada en los escritos de instituciones estatales, pero no en las particulares. La lectura de los relatos de experiencia pareciera indicar que en la educación no formal resulta más fácil el tratamiento de los niños y adolescentes como sujetos de derechos, mientras que en los documentos pertenecientes al Ministerio regulador de la educación formal se explicitan dificultades en las relaciones intergeneracionales porque los adultos no saben cómo responder a las

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preguntas de los chicos o temen el ejercicio de la autoridad por no caer en viejos autoritarismos o no les queda otra que ejercer la coacción en tiempos de decadencia de la autoridad.

Rosario Ortega (2000) parte de una teoría sistémica según la cual existen grupos heterogéneos en su interior, que se diferencian claramente. Esta teoría es aplicada al contexto escolar: grupos de alumnos, de profesores. Da mayor importancia a las relaciones entre compañeros como influyentes sobre el proceso de transmisión de información y cultura. Sostiene que para que sea posible la asunción de las normas escolares por parte de los estudiantes, debe haber un buen entendimiento entre los valores educativos que propone el centro, los que desarrolla la familia y los de la opinión pública.Ianni (2000), definiendo la convivencia desde la teoría psicoanalítica freudiana como un intento de equilibrio entre el deseo individual y la ley colectiva, tiene una postura opuesta, en tanto considera que convivencia y conflicto son indisolubles. De acuerdo a este supuesto, hace algunas sugerencias a la hora de reformular las propuestas pedagógicas y construir sistemas de convivencia como lo están haciendo en muchas escuelas debido al cuestionamiento en los últimos años de los regímenes disciplinarios escolares por no reconocer a los alumnos como sujetos de derecho y responsabilidad. Estas sugerencias incluyen la participación de los diversos actores institucionales, pero también la continua construcción cotidiana: generar distintos momentos de encuentro y participación que permitan el diálogo, la reflexión, el debate, responder a necesidades institucionales, proponer actividades factibles de realización según las condiciones de cada escuela, organizar en detalle las distintas actividades, elaborar normas de procedimiento.Todos estos programas, cada uno desde su teoría, se basan en usos de lenguaje que exceden a la palabra, que tienen que ver con el arte, el juego, la creatividad y sus intervenciones tienen que ver con prácticas preventivas ya que parten del diagnóstico de una problemática para analizar y abordar las condiciones que la provocan sin hacer el tratamiento de un caso específico intentando reparar aquello que no anda.

A modo de conclusión, se puede afirmar que la convivencia y la violencia en las escuelas son temas que preocupan en la actualidad a las instituciones tanto estatales como no estatales. El Ministerio de Educación de la Nación ha llevado adelante producciones escritas entre las instituciones estatales. Estas producciones contienen en general propuestas de acción que intentan facilitar el trabajo del docente como autoridad mediadora de los conflictos de los jóvenes, haciendo hincapié –algunos– en su relación con las familias. Sin embargo, se observa en la cotidianeidad de las escuelas una mayor representatividad en los docentes del Ministerio Provincial, de acuerdo a la gestión correspondiente. En concordancia con ello, hay desconocimiento de estas producciones. Además los escritos no aclaran presupuesto ni obligatoriedad de las actividades, dejándolo librado a la decisión de cada institución. Las instituciones no estatales presentan en general producciones que relatan experiencias ya realizadas abocadas mayormente al trabajo con los niños y adolescentes y si bien mencionan los lazos con los distintos actores de la comunidad –entre ellos la familia– no detallan las características que toman los mismos ni el modo en que trabajan o consideran oportuno hacerlo.

Bibliografía

HOLLMANN, J., GARCÍA COSTOYA, M. y M. LERNER, “El lugar de los adultos frente a los niños y jóvenes. Aportes para la construcción de una comunidad educativa”,

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Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas, Ministerio de Educación de la Nación. Universidad de San Martín, 2007.

IANNI, N. D., “La compleja tarea de construir un sistema de convivencia en la escuela”, en Colección Ensayos y experiencias, Nº 35, Buenos Aires: Ediciones Novedades Educativas, 2000.

ORTEGA, R., “Más allá de la instrucción: la educación para la convivencia. El Modelo Sevilla Anti-Violencia Escolar (S.A.V.E.)”, en Colección Ensayos y experiencias, Nº 35, Buenos Aires: Ediciones Novedades Educativas, 2000.

Fuentes ministeriales

MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE LA NACIÓN, Educar para la convivencia: experiencias en la escuela, Buenos Aires: 2007.

PROGRAMA NACIONAL DE CONVIVENCIA ESCOLAR, Familias con la escuela. Renovación del pacto educativo entre la familia y la escuela, Ministerio de Educación de la Nación, Cuadernillos 1, 2 y 3.

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El poder del diagnóstico en la producción de infancias

Alicia Beatriz BertacciniGrupo de Investigación: PSI 183

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Entre la multiplicidad de prácticas y discursos referidos a la infancia, la categoría diagnóstica Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, establecida por el DSM IV, demuestra una gran capacidad de imponerse como un modo de mirar, ver y actuar sobre la infancia, constituyéndose en un modo de subjetivación de los niños.El denominado trastorno refiere a una serie de manifestaciones conductuales de diversa índole y significación a las que el DSM IV adjudica una interpretación codificada, basada en una concepción del psiquismo que supone una explicación neurofisiológica donde lo social es un mero estímulo positivo o negativo arrasando con lo esencial de la subjetividad humana. Esta categoría diagnóstica con una amplia maquinaria de detección, asistencia y prevención que se despliega en torno a ella, se constituye en una tecnología de disciplinamiento y control, que se muestra sumamente eficaz para la producción de niños y niñas, en la era de las neurociencias, la biotecnología y la farmacología asociadas.

La institución de tal categoría diagnóstica determina una compleja trama en la que se conjugan diversos dispositivos médicos, psicológicos, pedagógicos y jurídicos que amerita profundizar en el análisis de las condiciones de su implantación, los efectos de sentido que producen y su capacidad de producir subjetividades, buscando al mismo tiempo, develar la racionalidad que los sostiene.

Palabras clave: prácticas sociales - infancia - subjetividad - salud - educación

Comunicación

Mantener abierta la reflexión en torno a los modos en que las prácticas de salud y de educación producen infancia, constituye sin dudas una urgencia epistemológica y un imperativo ético. Numerosas prácticas sociales referidas a la infancia declaran velar por ella, pero los dispositivos a los que apelan tienen efectos que más bien ponen en riesgo su existencia y bienestar. La infancia en estos casos se ve violentada por prácticas que niegan sus derechos. Tal es el caso de ciertos diagnósticos, como el trastorno por déficit de la atención con o sin hiperactividad. El complejo dispositivo que tiene como foco este diagnóstico establecido por el DSM IV, constituye una forma singular de violencia a la que se somete a la infancia de nuestra época, por lo que es una tarea ineludible tratar de develar su finalidad táctica (Foucault, 2008). ¿Qué fin cumple? ¿Para qué sirve?

La transformación del mundo desde la modernidad, se ha dado al pulso de la medicalización y pedagogización, amalgamados en la consecución del ideal social de

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defender la sociedad planteado desde el doble polo del individuo y de la población, dando lugar a lo que Foucault denomina biopoder (Foucault, 2006).Tanto el saber médico y psicológico como el pedagógico, han constituido una trama compleja conformando el gran dispositivo de normalización y las biopolíticas de regulación de las poblaciones de la sociedad moderna. La normalización al instituir la norma en principio de calificación y de corrección, es el elemento que funda y legitima un saber y un poder sobre los sujetos y las sociedades.En la actualidad, la institución de este diagnóstico tiene eficacia simbólica en tanto define al mismo tiempo lo normal y lo anormal, mostrándose como un dispositivo formidable de disciplinamiento y control de la infancia.

La cartografía de organizaciones y prácticas que se avocan al ADD/ADHD revela una maquinaria de detección, prevención y asistencia que opera mediante el despliegue de instrumentos educativos y terapéuticos con un enorme poder para producir sujetos infantiles. Tal aparatología, pretende verlos como son pero no hacen sino determinar una mirada que asigna un valor conformador de sentido del comportamiento infantil. La difusión y la capacidad de codificación de los padecimientos infantiles que tiene el trastorno por déficit atencional con o sin hiperactividad, se consolida en la red que conforman las neurociencias con la farmacología y las biotecnologías asentadas en una multiplicidad de instituciones, sin las cuales no tendría eficacia.A las diversas formas fallidas de los procesos de constitución psíquica que determinan formas singulares y complejas de padecimientos psíquicos, el DSM IV pretende subsumirlas bajo formas descriptas en diversos síndromes, incluidos el síndrome de Trastorno por déficit de la atención con o sin hiperactividad.

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Disease Statistical Manual-DSM IV) (1995) elaborado por la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos (American Psychiatric Association) ha conquistado un lugar hegemónico dentro de las comunidades científicas, rigiendo sobre los criterios diagnósticos. Define el diagnóstico como la observación objetiva, lograda a través del relevamiento de ítems prefijados e incluye el plan terapéutico basado en la combinación de prescripción de drogas y terapias comportamentales. Este procedimiento, de hecho cuestionado y resistido por muchos, amenaza imponerse como una nueva clínica en salud mental. Invoca en sus fundamentos, un a-teoricismo en pos del consenso necesario para la investigación y las planificaciones sanitarias, justificando de esta manera una estandarización de síntomas o de síndromes por un lado y la medicación adecuada por otro, donde el clínico, se reduce a un experto cuya función sería aplicar la descripción codificada del comportamiento y la elección del tipo de medicación. El logro o no de esos dos pasos pretenden ser la medida del éxito o fracaso terapéutico.

El carácter cosificante y enajenante de los diagnósticos codificados en el nomenclador, se imponen de esta manera, como el nombre que portan los sujetos cuyos padeceres se muestran según una lista de comportamientos. No es el interés o beneficio del sujeto lo que está en juego. El diagnóstico reemplaza al nombre propio respondiendo a lo que la sociedad actual requiere para cartografiar a la población en nichos de mercado para organizar el consumo: las marcas / productos y sus usuarios / clientes. Desde medicamentos, hasta grupos y libros de autoayuda, pasando por múltiples dispositivos de proclamados cuidados, asistencia, prevención, incluyendo el espacio abierto de la internet,

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que se constituye en el gigante e invisible panóptico que induce a aprender los signos y reaccionar rápido frente diversas plagas que se propagan silenciosamente.

Este discurso da lugar a una psicología biologicista descriptiva que basa sus explicaciones en argumentos circulares en las que las categorías definidas se refieren unas a otras para sostener la supuesta objetividad de sus afirmaciones. La falta de atención sería la causa de las conductas no adquiridas y a su vez las conductas que faltan adquirir no posibilitan desarrollar la atención. El aprendizaje sería el instrumento que habilita a los sujetos a desarrollar las conductas; aprendizaje que sin embargo, no puede realizarse sin esas conductas. Se apela al concepto de trastorno de aprendizaje para dar cuenta de los déficits, o sea que a nivel de las causas lo que se definen son efectos. La problemáticas emocionales serían las causas y los efectos de los trastornos de aprendizaje.La concepción de sujeto que sostiene este discurso es el de un sujeto de la conducta, reactivo y producto de una evolución que prefija las conductas que aparecerían por efecto de una evolución psíquica prevista genéticamente. Es entendido básicamente en sentido biológico, por acción de los estímulos positivos y / o negativos que el aparato neurológico recibe del medio, de los cuales dependería el desarrollo de las potencialidades innatas que devendrían capacidades efectivas.De esta manera, la complejidad de la conducta humana es pensada a nivel fenoménico con argumentos difíciles de sostener. Por ejemplo, según los parámetros que postula: ¿qué sería baja autoestima? ¿qué significa ser socialmente inmaduro? ¿qué se considera un estallido verbal inadecuado? ¿se desconecta con respecto a qué o a quien? ¿qué serían estímulos reducidos, los internos, los externos, los que no deben ser objeto de atención...? Los fenómenos que ve el observador y los juicios morales se sostienen desde una supuesta obviedad o naturalidad de las buenas conductas.

No es un hecho menor que los enunciados referidos a conductas que se pretenden fenómenos observables sostengan un tinte valorativo y prejuicioso en el que no es difícil descubrir un poder francamente estigmatizante, en tanto se adjudica un significado desde la interpretación del observador, que en el caso de un niño observado, es siempre un referente de autoridad, cuando no identificatorio, como es el caso de padres y maestros.Los fenómenos manifestados se sostienen unos a otros y se los supone definidos de hecho, con un significado que les es inherente. La pretendida exhaustividad de la lista de conductas a tener en cuenta para la detección del déficit, aspira quizá saldar la dificultad de precisión objetiva.A pesar de su tan discutida validez, gracias al predominio de las corrientes teóricas biologicistas de base positivista, hegemónicas en salud, los comportamientos humanos raros, en la segunda mitad del siglo XX han podido agruparse en esta clasificación bajo el nombre de trastornos mentales, imponiéndose con vigor en el siglo XXI.La clasificación del DSM IV se sostiene como verosímil a pesar de su inconsistencia epistemológica. No parece ser la mayor o menor precisión del saber sobre el objeto lo que se impone, sino el peso de criterios anudados a demandas biopolíticas que hacen que ciertos conocimientos resulten tácticamente eficaces para una singular conformación estratégica del poder. Por ello, la legitimidad de la clasificación se anuda a esta especial configuración que le otorga estatuto científico a un saber más allá de los fundamentos que pueda demostrar. Estos fundamentos son producidos en un círculo tautológico pero eficaz, dentro de una lógica en la que se sostienen mutuamente.

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En la actualidad, el DSM IV es la referencia obligada para regular las políticas, las prestaciones y las asistencias de salud mental. La legitimidad adquirida por tal artefacto científico, tiene un enorme poder productor de enfermedades, y está muy lejos de cumplir una función neutral de observador y detector del infortunio mental, misión imposible si las hay. Y la agenda de preparación del próximo Manual (DSM V) circula desde 2006 con un anuncio de publicación para el 2012, dando lugar a renovadas pujas por incluir entidades diagnósticas. Resulta interesante señalar, que el mismo Manual afirma que las conductas que se agrupan en síndromes, se refieren a múltiples causas por lo cual para realizar diagnósticos –se especifica– las diferentes configuraciones deben ser evaluadas. Tal evaluación, da por supuesto un estándar de comportamientos aceptables y una objetividad del evaluador. Desde esa posición pretendidamente neutral, nomina a un malestar que padece un niño, transformando en verosímil un discurso que se asimila porque produce tranquilidad o alivio, aunque aparente y momentáneo, ya que dura tanto como la ilusión de dominar aquello que fue diagnosticado como un desequilibrio químico del cuerpo infantil. Claro que los efectos se podrán apreciar a largo plazo y en todo caso, cuando sobrevienen los fracasos o los efectos indeseables, se podrán referir a otros motivos. La verosimilitud de este discurso se sostiene en la hegemonía biologicista y neurocognitiva, que encuentra sus instrumentos en los psicofármacos y en la reprogramación conductual.

Una profusa aparatología viene a contribuir para instalar esta manera de ver los comportamientos basada en un afán clasificatorio que opera con ensamblajes puramente descriptivos y un nivel de certeza rayana con lo absurdo, pero que tienen enorme poder de infiltración significante. El DSM IV constituye el manual de diagnóstico autorizado como la máxima autoridad en materia de salud mental. Se impone en la sociedad médica y las instituciones que la sostienen, instalándose como el lenguaje con el que se entienden los que hablan del asunto, eliminando toda pretensión de búsqueda de sentido o de significación de las conductas, reducidas a puro acto de respuesta a estímulos, que se incorporarían como aprendizajes. Y los profesionales que intervienen, los especialistas, devienen aplicadores del manual sin preocupaciones hermenéuticas.

El ADHD es un síndrome muy eficaz para operar sobre el cuerpo de la infancia, así como otros diversos síndromes que propone el manual para encuadrar a los otros cuerpos. Desde el panic attac y la depresión, hasta las minuciosas descripciones de las más insospechadas adicciones, así como una variedad infinita de modelaciones impulsivas sexuales y agresivas, tienen su mención. La interminable lista de conductas desviadas encuentra su remedio en una cantidad limitada de drogas, estableciendo una relación directa entre enfermedades y remedios; los propios sujetos exigen el nombre de una enfermedad para sus padecimientos y el de una droga que los elimine. Los pacientes mismos, reclaman que sus síntomas psíquicos tengan una causalidad orgánica.La industria de los medicamentos y la de la salud se desarrolla ocupando los primeros lugares en el mercado, pero no es un índice de bienestar poblacional, sino simplemente de consumo de drogas diversas y servicios médicos varios.El DSM IV es un instrumento óptimo para producir ganancias al menor costo a las diversas piezas de una red medicalizada, que desecha del acto médico todo lo que pueda tener de humanizante.

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Los trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad, como otros síndromes descriptos por el DSM IV, son la manifestación de padecimientos psíquicos diversos que no pueden ser agrupados por una asociación superficial y circunstancial de fenómenos de conducta. A nivel fenoménico, por ejemplo, trastornos narcisistas de la constitución subjetiva se pueden confundir con síntomas neuróticos, o procesos de duelo o simples impasses existenciales que reclaman ser escuchados para tramitarse. Para poder distinguir el significado de los signos o síntomas es necesaria una clínica en la que la escucha pueda abrir sentidos posibles a los mismos, integrados a una historia significante. Las estrategias clínicas necesitan una adecuada interpretación diagnóstica ya que no es lo mismo plantearse ayudar a un niño a tramitar sus deseos edípicos, o elaborar un duelo por la pérdida de un ser significativo, o encarar un trabajo de habilitación de procesos narcisizantes, por citar posibles problemáticas. En éstas y otras conformaciones subjetivas, se encuentra comprometida la atención, en todas pueden aparecer desorganizaciones témporo-espaciales, en todas puede aparecer una dificultad para controlar la impulsividad, o manejar el cuerpo.

No podemos olvidar que se trata del sujeto y no simplemente de sus conductas. Tratar estas manifestaciones despojadas del sentido que les da su inclusión en una historia simbolizante y significante, tiene como consecuencia una captura enajenante, que impide la habilitación de los procesos constitutivos del psiquismo y priva al niño de su condición de humano. Cuando el niño es tratado como un ser meramente biológico, falta la proyección no sólo sobre su potencialidad, de lo puede llegar a ser, sino de lo que es en el presente, como semejante. Este modo de vínculo afecta a la constitución del sujeto, ya que esa mirada narcisizante del otro, que ve totalidades, es lo que precipita ontológicamente al sujeto. Se trata de una proyección que es constitutiva, que justamente tiene la capacidad para producir un sujeto en el lugar donde no está.

Si el cuerpo del niño es percibido desubjetivadamente se lo despoja de sus rasgos de ser humano. Son modos desubjetivantes ya que ponen en riesgo la subjetivación que en tanto humanos siempre se juega desde el otro, siendo fundamental en los comienzos de la vida ya que es la fuente de toda constitución posible del sujeto ético y sigue siendo fundamental en todo el desarrollo psíquico (Bleichmar, 2007).La infancia no es eterna, los modos en que transcurre definen un destino, una historia personal. En algunos casos –los mejores– serán las improntas de una época que inevitablemente imprimen su sello en los sujetos y les dan su cualidad para bien y para mal. En los peores, serán los descartes de una sociedad que no puede hacer lugar para todos en su interior. Resulta muy significativo que el desarrollo de técnicas ultramodernas de imágenes como la resonancia magnética nuclear, la tomografía axial computarizada, la tomografía por emisión de positrones, no haya podido aportar sustento significativo al origen orgánico de los denominados trastornos de distinto tipo. Sin embargo hay teorías que sostienen que el comportamiento se explica en virtud del equilibro adecuado de sustancias neuroquímicas, de lo que se deriva que la solución estaría dada por la provisión de dicha sustancia producida químicamente.La recurrencia a lo orgánico o lo neurofisiológico asegura sostener la fabulosa industria de los laboratorios.Cuando lo que define una práctica de salud es el beneficio de un negocio que encuentra en la ciencia y la tecnología una herramienta a la altura de los tiempos que corren, lo que peligra es el bienestar de los niños.

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La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y de la Niña (1989) significó un importante paso político, en el sentido de reconocer los derechos sociales de los mismos. Pero la garantía de este tratado internacional, ratificado por la gran mayoría de la naciones, exige políticas que el conjunto de la sociedad debe implementar y garantizar.La infancia constituye un campo de lucha central en donde el biopoder aparece de manera paroxística definiendo el acceso a la vida, las estrategias para asegurarla y las formas de permanencia. Cuando la política arrasa con el bios dejándolo zoé41 –según la reflexión de Agamben– despoja a la infancia de aquello que la hace humana. Ese es el destino al que se arroja a los niños y a las niñas del mundo, que sobreviven careciendo de los bienes materiales y simbólicos, imprescindibles a la condición humana.

Tenemos por un lado la legitimación de derechos, necesidades especiales de filiación, educación, protección, amparo, etc. Por otro, la terrible imposibilidad de su realización con las premisas del mundo capitalista global. Guerras, miseria, sida, drogas, trabajo y prostitución infantiles, abusos y malos tratos sexuales, físicos y psíquicos, son los nombres del horror que recae en la infancia. Pero también hay otros espantos que no se visualizan tan francamente. Se trata de violencias naturalizadas porque se mimetizan con el discurso social hegemónico (Barman, 2007).Los imperativos de adaptación son cada vez más exigentes, imperativos que desdicen las teorías psicológicas y pedagógicas que recomiendan tiempos de desarrollo imposibles de ajustar a los apremios económicos de los tiempos regidos por el mercado. La contracara de la hiperadaptación es el destino de los niños cuyos padres ya han sido condenados por la miseria a la inexistencia simbólica. Unos y otros ven peligrar los soportes subjetivos disponibles y carecen de tiempos desregulados necesarios a los procesos de constitución psíquica.

Vivimos en el crepúsculo del siglo del niño, un siglo en el que el desarrollo más increíble de la ciencia y de la técnica, el dominio de la naturaleza basado en la informática, la telemática y la genética, coinciden con la falta de seguridad, la ausencia de justicia e igualdad y la desesperanza, que se adueña de la infancia, y que bien podría resumir sus condiciones de vida o, más bien, sus condiciones de muerte (Volnovich, 1999: 37).

En nombre de la felicidad y del bienestar de los niños, se realizan grandes negocios, los niños venden muy bien: medicamentos, juguetes, servicios de salud y educación, vacaciones felices, espectáculos y todo tipo de objetos publicitarios... Devenidos el máximo objeto de amor y cuidado, la humanidad no parece reservarles el mejor de los mundos posibles. En el supuesto reinado de su máxima libertad, padecen el mayor desamparo.

Bibliografía

BAUMAN, Z., La globalización. Consecuencias humanas, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2007.

BLEICHMAR, S., La subjetividad en riesgo, Buenos Aires: Topía, 2007.

41 Entiéndase por bios el mundo de lo propiamente humano (lenguaje, polis, cultura), en contraposición a zoé cuya conceptualización remite a la naturaleza cuando se presenta desprovista de rasgos específicamente humanos.

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DSM IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, Barcelona: Masson, 1995.

FOUCAULT, M., Defender la sociedad, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2006.

— Los anormales, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2008.VOLNOVICH, J. C., El niño del siglo del niño, Buenos Aires: Lumen, 1999.

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El lugar del juego en el trabajo con niños de alto riesgo

Andrea SantiGrupo de Investigación: PSI 183

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Reflexiones a partir de la práctica en espacios de juego donde participaban niños y familias inscriptos en el programa de Seguimiento Adecuado del Niño de Alto Riesgo (SANAR) en el hospital Roque Saenz Peña de la ciudad de Rosario.Este trabajo intenta rescatar el lugar del juego como una herramienta de intervención clínica, diagnóstica y preventiva, considerándolo como operatoria constitutiva de la subjetividad y valorando su lugar específico en el trabajo con la población del programa de Seguimiento Adecuado del Niño de Alto Riesgo (SANAR).

A partir de crear situaciones que posibilitaran el despliegue de la espontaneidad en el vínculo madre-hijo a través del juego, comprendimos mejor las dificultades que en el establecimiento de dicho vínculo se generaban, pudiendo intervenir, diagnosticar y actuar preventivamente para generar condiciones que permitieran el despliegue de la subjetividad del niño, operación que muchas veces encontrábamos afectada.

Observamos que muchos niños presentaban un importante déficit en el juego y en el despliegue del espacio transicional. En esta población, las posibilidades de aparición de estas dificultades están potenciadas por las condiciones de nacimiento, el diagnóstico de discapacidad, y los efectos del mismo programa que a veces obstaculizan este despliegue. Al conocer el estado de las posibilidades en cuanto al jugar de un niño y el juego que logra desplegar, pudimos conocer mejor el estado de desarrollo simbólico que ha adquirido y pensar la práctica clínica a partir de ello.

Palabras clave: prácticas sociales - infancia - subjetividad - salud - educación

Comunicación

El acto de parir y de nacer, es una de las experiencias humanas donde se nos recuerda que no podemos abstraernos de la naturaleza. Dicho proceso es rápidamente suplantado por lo que podríamos definir como acto filiatorio, proceso cultural que consiste en que el nuevo humano es introducido en la dinámica de las identificaciones del conjunto que le dan sentido a su existencia. Piera Aulagnier denomina a dicho proceso contrato narcisista, el mismo consiste en el baño discursivo por el cual el nuevo humano pasa a ser parte de la serie o cadena de transmisión de un linaje filiatorio, siendo el niño introducido en un discurso que será fuente de las identificaciones posteriores.

Los primeros contactos entre el niño y quién se encargue de sus cuidados (por lo general la madre), serán implantados desde dos lugares, el contrato narcisista del cual la madre y el padre son portadores y el deseo del adulto sobre el niño, ingresando este último, desde la

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perspectiva de Lacan, en el cuadrángulo edípico como sustituto del deseo de pene en la mujer como salida del Edipo femenino. El niño ingresa así en un circuito deseante preexistente, deseo al cual deberá identificarse. El niño se identifica con el deseo materno, se aliena al deseo de Otro en un primer tiempo articulado con el segundo que es de separación. Es coherente desde la perspectiva del autor que la madre, desde su fantasmática despliegue un proceso similar, donde el reconocimiento de ese niño como sustituto de su deseo inconsciente produce las bases que dan origen a la filiación.

La pregunta es qué sucede si dicho proceso se ve interferido por ejemplo por una afección del nacimiento que se interpone entre el acto natural biológico y la acción psíquica de filiar. Dicha interferencia podemos ubicarla en las prácticas hospitalarias que se interponen desde una perspectiva diagnóstica de la cual el discurso médico hace uso, o las indicaciones que desde el mismo discurso se brindan, haciendo ruido entre la madre en tanto portadora del contrato narcisizante y su producto, el niño. Aquí el circuito se ve interferido, aquello que debería desplegarse espontáneamente, desde la perspectiva winnicottiana, como base del ambiente facilitador, es interferida, y posteriormente liderada por el discurso y el procedimiento médico que despliegan una pauta paralela que puede culminar imponiéndose como la nueva voz cantante que suplanta al contrato narcisista.

Podemos pensar que dicha operatoria se despliega en dos tiempos, el primero enajenación, en tanto hay una apropiación del producto de la madre por parte de la institución médica (apropiación necesaria para salvarle la vida) y el segundo, normativización, donde el discurso médico, desde su perspectiva diagnóstica educa a la madre para ubicarla como “la enfermera perfecta”, y recién allí, mediante los controles médicos, la madre establece nuevamente la “aparente soberanía sobre el niño y sobre su propia maternidad”, vínculo que ya no se corresponde con la espontaneidad sino con la interdicción disciplinar.La enajenación puede ser percibida como un espacio traumático donde los padres son violentamente separados, no sólo del niño, sino por añadidura de todas las vivencias simbolizantes por la cual ese niño fue investido antes de nacer. La normativización, puede ser doblemente aceptada desde esta perspectiva, ya que surge como una restitución, re-negativa de la violencia de la enajenación, bajo términos de un contrato exigente y atemorizante, aceptación que lleva en la superficie los rasgos de la obediencia hacia el médico y en el fondo el terror traumático de la pérdida y de ser los artífices de un daño al niño. En casos tanto de patologías graves como de pobreza subjetiva, la normativización puede ser el único discurso articulado por el cual una madre puede realizar los cuidados necesarios hacia su hijo.

El par enajenación-normativización se interpone entre el de alienación-separación propuesto por Lacan, produciendo una situación siempre prematura tanto para una como para la otra. La alienación no se produce plenamente porque no hay reconocimiento pleno del niño como objeto del deseo. La separación no se produce plenamente ya que el niño ha sido ubicado dentro de una fragilidad biológica que dificulta que se pueda desplegar. Este entrampamiento subjetivo, impide el despliegue lógico de la ambivalencia que la pareja parental experimentaría sobre el nuevo miembro del circuito deseante.

A partir de crear situaciones que posibilitaran el despliegue de la espontaneidad en el vínculo madre-hijo a través del juego, pudimos ver cómo dificultades de este tipo se

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evidenciaban claramente cuando se “diluía el reinado del discurso médico”. Aparecían desenmascaradas las dificultades en el establecimiento del vínculo madre-hijo ayudándonos a comprender mejor lo que allí pasaba y a poder intervenir para que algo de lo que se vio obturado o impedido se pueda empezar a desplegar. Ya no se trataba de ver si un niño había adquirido o no determinado logro del desarrollo y si en su defecto la madre aplicaba bien o no las técnicas de rehabilitación y estimulación o si cumplía con los controles pautados. La propuesta de juego espontáneo permitía acercarnos a la comprensión de lo que estaba pasando entre esta mamá y su hijo, qué cosas habían quedado obturadas, sacar al paciente del lugar de enfermo y ayudar a que la madre lo pueda ver como un niño, que pueda pensar qué necesita como niño y poder verse ella misma como madre. Intentábamos sacar a estas madres del dilema de obedecer o no obedecer los mandatos médicos para que puedan sentir que tenían protagonismo y que su lugar como madres tenía valor más allá de las indicaciones médicas.

Desde la posición de Rodulfo hemos visto que si no hay un buen amalgamiento en el vínculo que se genera entre el niño y quien realice la función de sostén, quedará averiada la posibilidad de la construcción de una superficie continua para ese niño, y cualquier indicio de separación que se produzca generará una vivencia atemorizante de agujereamiento que dañará subjetivamente a ese niño con el saldo de la constitución de patologías que se expresarán a partir del cuerpo y de su psiquismo.A los efectos obtaculizadores que el acto médico puede tener en la constitución de este vínculo, se le suman los efectos patológicos que las condiciones psíquicas de los padres acarrean. Como pudimos ver, en general cuando hay pobreza subjetiva en los padres, los efectos iatrogénicos de la intervención médica en el niño de riesgo, se potencian, ya que los padres tienen menos recursos subjetivos para poder asimilar el trauma que genera el nacimiento de un niño en estas condiciones. Como consecuencia de esto, se identifican en el discurso médico o desertan del programa

Podemos pensar los efectos de la intervención del discurso médico en estas instancias utilizando el concepto de violencia primaria y secundaria de Piera Aulagnier.La violencia primaria “designa lo que en el campo psíquico se impone desde el exterior a expensas de una primera violación de un espacio y de una actividad que obedece a leyes heterogéneas al yo” (…) “Es una acción necesaria de la que el yo es agente, tributo que la actividad psíquica paga para preparar el acceso a un modo de organización que se realizará a expensas del placer y en beneficio de la constitución futura de la instancia llamada Yo”(Aulagnier, 1975: 32 y 39).Si bien aquí la autora está trabajando lo que ocurre entre lo que realiza un Otro sobre un yo incipiente, homologando este planteo con lo que ocurre desde el acto médico, podemos pensar que hay una acción necesaria que tiene que venir del campo médico para salvar la vida del pequeño y que inevitablemente irrumpe en el espacio en el que se daría en otras condiciones el comienzo del encuentro entre una madre y su hijo.La violencia secundaria es definida por la autora como aquella “que se abre camino apoyándose en su predecesora de la que representa un exceso por lo general perjudicial y nunca necesario para el funcionamiento del Yo, pese a la proliferación y a la difusión que demuestra” (…) “En este segundo caso la violencia se ejerce contra el Yo” (Aulagnier, 1975: 38). Aquí el exceso de poder puede estar justificado por el saber. Es una violencia amplia y persuasiva, desconocida por sus propias víctimas, considerada necesaria y naturalizada.

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Pensando las intervenciones que el programa SANAR realiza sobre estos niños, podemos ver que muchas veces, una vez que ha pasado la urgencia vital que hace que se intervenga para salvar la vida, las intervenciones siguientes no apuntan a propiciar el establecimiento de aquellas condiciones para que se dé un encuentro sostenido en la espontaneidad entre una madre y su hijo, e insisten en poner el acento en la asistencia de ésta hacia su cría a partir de las indicaciones adecuadas que se le imparte. Si la madre queda identificada totalmente a este lugar, los mandatos pueden sepultar la posibilidad de que el propio proyecto maternizante se pueda desplegar a partir de la singularidad del encuentro con la espontaneidad de su bebé y de su espontaneidad como madre.Por lo tanto es imprescindible crear en estos casos condiciones para que esto se pueda desplegar a partir de la desnaturalización de la violencia que muchas veces las condiciones médicas y/o institucionales generan.

Poder observar tanto a la madre como al niño en situación espontánea nos permitió encontrarnos con otro niño-paciente con el cual intervenir a fin de operar en forma preventiva, diagnosticar a partir de un conocimiento más acabado del vínculo entre ambos y comprender en qué momento del desarrollo psíquico se encuentra el niño. El marco que se generaba nos permitía actuar incluso a partir de las mismas situaciones lúdicas y planificar estrategias de abordaje más abarcadoras.A partir de esto pudimos entender que las condiciones de nacimiento, el diagnóstico de discapacidad o la potencial posibilidad del establecimiento de la misma en estos niños, son factores que pueden contribuir a obturar el despliegue del espacio transicional, y que los efectos de la inserción en el mismo Programa pueden actuar como facilitador o como intromisorios en este despliegue.

Muchas veces las pautas de estimulación y las indicaciones médicas sobre el cuidado del niño, mecanizaban y conducían el tipo de relación que se armaba entre la madre y su bebé. Algunas madres no se imaginaban que podían jugar con sus niños, o no sabían cómo hacerlo; madres que consideraban que su niño juega al aplicar las técnicas de estimulación correctamente. Los vínculos estaban atravesados por la rigidez de consignas profesionales que indicaban cómo se “debe comer, moverse, dormir”, etc. Descubrimos que había madres que no podían jugar porque ellas mismas no han jugado con sus madres, y madres traumatizadas por las situaciones que rodean el nacimiento de sus hijos.Un niño que no puede jugar también es un niño en riesgo. Está sacrificando su infancia al quedar atrapado en el lugar de paciente-enfermo. No sólo las condiciones del nacimiento pueden determinar que estos niños sean de riesgo. El no verlos como niños y que no puedan acceder al espacio y tiempo para ser tales, también los pone en riesgo.

El establecimiento de un dispositivo lúdico puso en un lugar privilegiado al juego, actividad inherente de la niñez y terapéutica de por sí, además de permitir el diagnóstico y el operar clínico en el mismo.Al poder jugar y compartir el espacio con otros niños, los padres podían redescubrir a su hijo, verlo como niño y vincularse con él como tal. Además era un espacio donde los padres podían desplegar las fantasías que tenían en torno a su hijo y a su lugar de padres.Darle lugar a la palabra de los mismos y a su sufrimiento subjetivo, permitió establecer lazos desde los cuales operar, dándoles un rol protagónico, tanto sea como padres o como niños, y posibilitando la construcción de pautas preventivas y el fortalecimiento de los mecanismos protectores de salud.

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Como hemos visto el juego permite recorrer el camino que va de la ilusión omnipotente del niño que cree crear la realidad a partir del vínculo que se crea entre él y una madre suficientemente buena, a hacer frente al objeto como objeto exterior. Si el juego no se despliega, o se ve obstaculizado, este pasaje se verá afectado. Winnicott coloca al juego como espacio transicional entre la vida interior y el exterior. Mediante el juego se crean objetos, se fabrica la realidad. El jugar es el trabajo psíquico que realiza el niño y que se va vinculando con las escenas constitutivas del psiquismo, posibilitando la constitución de la subjetividad, del pensamiento, la sensación de habitar el propio cuerpo, el espacio y el tiempo. Se inicia con los primeros intercambios del niño con el entorno, con los cuidados primarios, sostenidos en El contacto corporal, la mirada, la voz y la ternura. La madre suficientemente buena le va proveyendo al niño de los mecanismos necesarios para poder tolerar la falla de la misma permitiendo la aparición del espacio transicional entre ambos. Si la excitación aumenta más de lo tolerable, la madre no le puede garantizar la continuidad de la existencia al niño y el yo puede verse dañado.

La preocupación maternal primaria es un estado subjetivo que se desarrolla en la madre y que permite captar las potencialidades del bebé, posibilitando que el niño experimente la experiencia de ilusión, de creación del objeto mediante el control omnipotente. Pero para esto el objeto debe ser aportado por la madre en el momento justo. Para que este estado subjetivo en la madre se dé, necesita que el bebé dependa absolutamente de ella, desarrollando así su sentimiento de maternidad en un encuentro mutuo. El nacimiento prematuro, la separación abrupta por la internación neonatológica del niño sumado a un diagnóstico y pronóstico incierto, son factores que dificultan que este estado psicológico se vaya creando.

Para cualquier madre es importante que el entorno le haga de sostén para poder ella misma ser un sostén para su hijo. En las condiciones en que la mayoría de los niños del programa nacen, la urgencia por salvar la vida del niño, la incertidumbre y la fragilidad en la que se ve envuelta la familia del mismo, la angustia que la situación genera, no son el mejor marco para esto. Las prácticas médicas que apunten a prevenir y disminuir secuelas en niños de alto riesgo, deberán contemplar esta dificultad y apuntar a posibilitar que se pueda ir generando en el espacio vincular entre la madre y su bebé las mejores condiciones posibles para que el encuentro entre ambos se genere.

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Infancia medicalizada: implicancia del orden médico, familiar y educativo

Betina Monteverde y Fabiana BertinGrupo de Investigación: PSI 151

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Siguiendo los planteos de Pierre Bourdieu consideramos que existen en el espacio social luchas respecto a las formas de nominación legítima, dado que la forma de nominar es una de las maneras de crear una realidad que sea posible de ser percibida como tal. El ámbito de la salud no es ajeno a tal violencia simbólica, siendo el diagnóstico una de la modalidades que hace a la forma de nominar y construir patología.

En el ámbito de la Salud Mental, el Manual Diagnóstico y Estadístico IV (DSM IV) es utilizado como referencia diagnóstica tanto en el ámbito de los efectores públicos como en el sector de obras sociales. Dentro de este Manual encontramos una innumerable clasificación de trastornos mentales, entre ellos: el trastorno psiquiátrico denominado ADHD, del inglés Attention Deficit Disorder–Attention Deficit Hyperactivity Disorder, en castellano Trastorno por Déficit Atencional con o sin Hiperactividad. La mayoría de los niños que en Argentina son objeto de este diagnóstico, son niños en edad escolar que por lo general llegan a una consulta médica por sugerencia de las maestras o por propia iniciativa de los padres, dado que dicha patología cuenta con una enorme difusión en los diferentes medios de comunicación.

La información que llega a las escuelas sobre el ADHD advierte que cuando los niños se desarrollan normalmente, van expandiendo su capacidad de atención mientras interactúan con el ambiente. También agrega, que la habilidad para demostrar la persistencia en la atención a lo largo de un período de tiempo, depende de poseer intactas las funciones corticales y subcorticales del cerebro. Por lo cual, lo que dificultaría la atención prolongada es una falla a nivel de un desorden neurofisiológico de carácter hereditario.Este tipo de información dispone tanto a educadores como a padres, a intentar dar solución al problema de desatención por medio de fármacos, sin que ninguna pregunta se instale acerca del quehacer de los padres como factor principal en la constitución del niño y su posibilidad de relacionarse con los aprendizajes. Ni que se cuestionen los desfasajes de las concepciones del aprendizaje y las modalidades de enseñanza de la institución educativa respecto de las formas que adopta la niñez hoy en día.Frente a tal situación, cabe interrogarse si sólo resta aguardar a que la medicina neurobiológica produzca los resultados esperados o son necesarias otras formas de reflexión respecto a la paternidad y a la educación en la actualidad.

Palabras clave: medicalización - espacio social - nominación legítima - ADHD

Comunicación

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Este trabajo forma parte del proyecto de investigación Efectos sociales de la globalización del DSM IV, en el cual apuntamos a problematizar la concepción y lógica diagnóstica que es utilizada en el ámbito de la Salud Mental bajo la incorporación del Manual Diagnóstico y Estadístico IV (DSM IV). Este manual propone innumerables clasificaciones de trastornos mentales construidas a partir de una episteme esencialista del síntoma, dejando de lado la pregunta por la formación del mismo. Al mismo tiempo insistimos en que esta formación discursiva no sólo busca legitimarse dentro de las relaciones de fuerza del campo psi, sino que estas modalidades diagnósticas se van extendiendo a nivel social y cultural, construyendo una tipo de mirada de la subjetividad marcada por una esencia genética, sin problematizar los diferentes contextos históricos, institucionales y sociales que hacen a su modalidad de construcción.

Si dicho manual se sostiene como la referencia científica aceptada para el diagnóstico en Salud Mental, y al mismo tiempo su referencia es tan discutida en este ámbito, es porque partir de allí se legitiman nominaciones, las cuales son constructoras de una realidad (de la enfermedad) e inciden en las formas en que las mismas son abordadas. Por ende, la lógica de la neurociencia lleva inexorablemente a un tratamiento conductual y medicamentoso de la enfermedad. Asistimos en este sentido a un tiempo de medicalización de la sociedad donde no sólo se multiplican los diagnósticos psicopatológicos, sino que se multiplica el mercado dispuesto a suprimir la patología a partir del fármaco. La niñez lejos de estar exenta de este juego se ha convertido en uno de sus blancos fundamentales.

Tal situación lleva a que en la actualidad una amplia mayoría de los niños en edad escolar de nuestro país sean sospechosos de ser ADHD (en inglés: Attention Deficit Disorder - Attention Deficit Hyperactivity Disorder; en castellano: Trastorno por Déficit Atencional con o sin Hiperactividad) clasificación introducida por el DSM IV, y que tiene amplia difusión entre padres y docentes, haciendo que el ámbito familiar y educativo sean los mayores derivadores a consulta médica para la confirmación patológica. El DSM IV caracteriza este trastorno por un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad e impulsividad. Es decir, aquellos niños desatentos, faltos de concentración, que no siguen las instrucciones del docente, que tienen dificultades para adquirir responsabilidades, que son movedizos, inquietos, inoportunos, que no pueden esperar su turno, que interrumpen, que son descuidados, caen bajo la sospecha de poseer un síndrome de etiología genético-familiar, que hace a un desequilibrio en los neurotransmisores excitatorios e inhibitorios de algunos sectores del área cerebral. De manera tal, que todas las dificultades de la infancia que marcan problemas en los hogares o las aulas, no son interrogadas respecto a qué puede estar pasando en la vida de relaciones de este niño; sino que son pensadas bajo la lógica individualizante y objetivizante de que el niño puede tener algo.Si la niñez de hoy es nombrada como marcadamente patológica, ¿no tendremos que revisar las formar a partir de las cuales se construye patología y el contexto histórico social en las cuales se edifica y constituye la infancia?

En las últimas décadas, los adultos de mediana edad podemos registrar, apelando sólo a nuestra memoria, cambios vertiginosos en la modalidad tecnológica: el tipo de trabajos, los tiempos, los juegos, etc. Nuestra niñez transitaba por una TV Blanco y negro, con determinados programas y horarios dedicados a los niños, la hora de la siesta en que nuestros padres volvían a comer, el club, la escuela, los juegos en las veredas con los amigos del barrio, las plazas, las canchas del futbol, las bicicletas, etc.

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A los juegos había que inventarlos, armarlos, desarmarlos, los cumpleaños se festejaban en casas, había un horario para levantarse y otro para ir a dormir. Hoy la lógica del mercado hace que todo y todos estemos disponibles las 24 horas para la televisión, sus canales de información y de diversión; sumemos las computadoras con Internet. Apareció la Play 1, la Play 2, la Wii; los jardines maternales funcionan desde la mañana temprano hasta las 20 0 21hs, contemplando los cambios en los horarios de trabajo de los padres, la mayoría de la escuelas incorporaron la doble escolaridad por el mismo motivo. El espacio público, veredas, plazas, canchas han dejado de ser lugares seguros para los niños, por lo tanto, el niño sufre cada vez más el encierro y la vigilancia adulta. Les decimos que se cuiden, que no hablen con extraños, que se queden mirando tele, porque no podemos quedarnos con ellos afuera, etc, etc.Es decir, que el tiempo del adulto se ha transformado en un tiempo vertiginoso, rápido, acelerado, sin pausas, tiempo que también queda marcado por el gran consumo y la paranoia de la inseguridad. A este tiempo no es ajena la niñez: esta es la trama que la atraviesa y la constituye.

¿Qué demandan los padres a este niño?

El consumo produce un niño capturado en la imagen y un tiempo interactivo de satisfacción inmediata, el llame ya también se ha instaurado en la infancia, a diferencia de cultura que nos envuelve y formatea constantemente. El tiempo del aprendizaje implica un tiempo de experiencia, de no inmediatez, un tiempo para pensar, para equivocarse, un tiempo para construir, un tiempo de significación.Esta experiencia necesita de la atención del niño, pero al mismo tiempo también de su actividad. No obstante, llamativamente, la actividad del niño en estas épocas, tiene mala prensa, se la mira con desconfianza, preocupa. Si la actividad del niño aparece desordenada e impulsiva, rápidamente se trata de reprimir o medicar, en vez de que un adulto se ocupe de hacer soporte acompañando el proceso de canalizar y transformar dicha activad. Todo esto con el objetivo de recobrar lo lúdico de la situación, del movimiento, lo lúdico del objeto, para que el niño pueda apropiarse de esa experiencia y del objeto implicado, e investirlos.

Hablar de otro que pueda hacer soporte, es remontarnos al eje que nos recuerda que el sujeto se estructura en el campo del Otro y desde allí es demandado a aprender, sin esta demanda difícilmente los aprendizajes se consoliden. Clemencia Baraldi (1993) plantea: “Así este gran Otro, representado por las estructuras del lenguaje del mundo de la cultura organizada en torno a él, puede presentarse en lugares y tiempos distintos, como la figura de la madre, las instituciones, las escuelas, etc…” Es decir, que la posibilidad de aprender, de que lo lúdico vehiculice el aprendizaje, y de que la actividad que genera esta búsqueda sea significada como valiosa, son factores que dependen de que este Otro se presentifique y demande adecuadamente, en algún lugar.

¿Cuáles son las consecuencias de que se ceda este lugar de demanda a los medios de comunicación? ¿Qué sucede cuando ya no hay otro que desee oficiar este arduo trabajo de motorizar el ansia de saber, y con ella la espera de los tiempos que conlleva? Estos tiempos a los que hacemos referencia no son los del mercado, no son los de los medios de comunicación, no son los del llame ya. Son tiempos lógicos que remiten a un deseo, a su resignificación y apropiación por parte del niño.

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Anteriormente mencionamos el modo en que la lógica del mercado aleja cada vez más a los padres de sus hijos. No sólo los aleja entre ellos, sino que además anula la diferencia generacional y etaria. La diferencia entre infante- adulto, cuestiona al mismo tiempo la concepción de la infancia como etapa de impasse, de latencia, de espera. La lógica del marketing instala al niño como consumidor y barre todas las sujeciones que obligaban al niño a someterse a la ley de los adultos. La imagen del niño protegido por un ámbito de espera que lo prepararía para un futuro ha sido reemplazada por la de un chico que puede y sabe solo, que decide y reclama, y que en la automatización de una sucesión infinita de tutores electrónicos deja de ser asistido y demandado por sus padres. Los niños actuales, manejan sus propios horarios (deciden en qué momento se acuestan y esto no incomoda, porque sus padres cansados se quedan tranquilos de que la tele, la compu o la Wii, los cuida), gracias a esto permanecen mucho tiempo solos, no necesitan hablar o intercambiar con otro para procurarse un momento grato. Pero lo más llamativo de esto, es que los adultos se quedan tranquilos porque creen que sus hijos están jugando.

No todo juguete habilita un espacio lúdico. Jugar es el trabajo que produce un niño cuando en su decir, construye una historia y da vida a un objeto. Condicionar a nuestros niños a una respuesta rápida ante un estímulo, no es jugar.Podríamos concluir de que a la pregunta acerca de qué demandan los padres a los niños hoy, nos encontramos con que muchas veces lo único que se les pide es que se arreglen solos y en lo posible no molesten.

¿Qué demandan los maestros?

Pareciera que en las escuelas hoy como antaño se hace el mismo hincapié en que los niños estén quietos. Sin embargo esos cuerpos dóciles parecen no querer serlo y se reclama que a consecuencia de esto los niños no consiguen prestar atención.Respecto al proceso de atención, Vasen nos recuerda que: “Freud se opone claramente a un pensamiento cuantitativo con relación a la atención…, consideraba que si la atención no estaba disponible para el sujeto, no era debido a un aminoramiento cuantitativo, a un ‘déficit’ de cualquier índole que fuera, sino a la perturbación por demandas que alteraban su distribución, en los lugares donde la atención se ponía” (Vasen, 2011: 61). Por esta vía se considera que la atención se despierta ante algo que se plantea como interesante. Ahora bien, si en los hogares la metodología anula al adulto y prioriza un enlace audio-visual de estímulo-respuesta: ¿qué tipo de objeto y qué metodología pedagógica es la que propone el sistema educativo al niño? Y en esta clara diferencia de propuestas, ¿es factible que el niño pueda investir la propuesta escolar?¿Qué tipo de saber se intenta transmitir y qué lugar tienen maestros y alumnos en este saber?

No debemos olvidar que el sistema educativo también ha sido devaluado en los últimos años, la poca inversión que hasta hace corto tiempo ha efectuado el Estado en este sector, ha llevado a una realidad marcada por numerosos alumnos por aula, docentes mal pagos, y por ende escasez de tiempo y de recursos para dar lugar a las problematización de los diferentes intereses que presenta cada grupo de alumnos en el aula. Situación que complejiza aún más el momento de enfrentar las desventajas que la institución escolar posee ante otras formas de conocimiento o medios tecnológicos que son parte de la cotidianeidad del niño.

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Pero esto nos obliga discernir la diferencia entre suponer que los factores que interfieren en el aprendizaje son de orden tecnológico, de orden orgánico o fisiológico, o que están relacionados con las formas de la transmisión generacional de padres a hijos. Creemos que los factores que obstruyen con mayor asiduidad los aprendizajes son de este último orden: no producto de lo que el niño es, sino producto del encuentro educando-educador-saber. Un encuentro que reedita en la trayectoria del niño en la escuela, su pasaje por la estructuración edípica; permitiéndole ahora (si otro ha oficiado como cuidador), reconocer un otro, un tiempo, un espacio, un anhelo, identificaciones y fantasías que hagan posible soportar este nuevo contexto.

Bibliografía

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2005.VASEN, J., Una nueva epidemia de nombres impropios. El DSM-V invade la infancia, en

la clínica y las aulas, Buenos Aires: Ed. Noveduc, 2011.

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Categorías conceptuales en tensión entre la ciencia cognitiva y el psicoanálisis

Jaime López, Martina Elizalde y Nadia PeraltaGrupo de Investigación: PSI 188

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La presente ponencia forma parte de una investigación más amplia denominada El estatuto del cuerpo en Ciencia Cognitiva y Psicoanálisis. Interrogantes, tensiones y divergencias de la cátedra Desarrollos Psicológicos Contemporáneos. La investigación tiene por objetivo interrogarse sobre el estatuto del cuerpo a partir de dos marcos teóricos, la Ciencia Cognitiva y el Psicoanálisis, con la finalidad de establecer relaciones, puntos de encuentros y divergencias. Este cruce surge fundamentalmente porque los investigadores de la Ciencia Cognitiva al interrogarse por el funcionamiento de la mente, y al intentar reconstruirla lógicamente, se ven enfrentados a cuestiones e interrogantes que el mismo Psicoanálisis realizó muchos antes. Específicamente en esta investigación se intenta realizar un estudio comparativo de las conceptualizaciones de estos dos campos de la Psicología. Con este fin, basados en una metodología exploratoria, se utilizaron técnicas de rastreo bibliográfico y se realizaron tareas de resumen, fichaje, análisis y sistematización de la información. A partir de este análisis se construyeron las siguientes categorías o ejes analíticos a saber: cultura-naturaleza, mente-cuerpo y cuerpo-organismo. Estas construcciones fueron producto de la discusión metodológica que implicó interrogarse por la noción de cuerpo desde dos perspectivas teóricas diferentes. En esta presentación se mostrará parte de dicha discusión basada en la construcción de las categorías o ejes antes mencionados. Esto supuso comprender que a distintos niveles de análisis le corresponden diferentes conceptos; cada nivel implica conceptos propios que solamente emergen cuando se accede a dicho nivel. Finalmente se considera que la discusión planteada en esta ponencia permitirá pensar algunos aportes al debate de la Psicología contemporánea y posibilitará establecer diferentes criterios con relación a las categorías de análisis construidas como producto del análisis bibliográfico realizado.

Palabras clave: cuerpo - ciencia cognitiva - psicoanálisis - tensiones conceptuales

Comunicación

Este trabajo pretende describir cierto recorrido que la Ciencia Cognitiva viene realizando desde sus orígenes hasta la actualidad. La hipótesis es que en ese esfuerzo realizado, la misma ha construido puentes conceptuales y convergencias de enfoques con los planteos que la teoría de Sigmund Freud realizó hace tiempo. Si bien la Ciencia Cognitiva se ubica en niveles bajos de análisis y el Psicoanálisis en niveles más altos, en la medida en que aquella asciende en la complejidad debe comenzar a tener en cuenta factores que en un comienzo no eran necesarios. Entre estos se encuentra el considerar el ser como corpóreo.

La mente en la ciencia

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El campo de las Ciencias Cognitivas, que recuperan y trabajan con el concepto de mente en el ámbito académico, está sustentado en sus orígenes sobre la tesis de que la esencia de la vida mental es un conjunto de principios que comparten tanto la gente como las máquinas. Su núcleo duro, la Inteligencia Artificial (IA), en el intento de reproducir la mente humana, produjo un efecto que fue más allá del mero aspecto técnico y teórico: proporcionó a las Ciencias de la Mente una legitimación teórica y empírica que no tenían.42 Gracias a este nuevo enfoque, los llamados estados internos pudieron ser estudiados sin apartarse de la exigencia de la ciencia, manteniéndose dentro de las perspectivas de un materialismo global.

La premisa de este punto de vista es que si se construye una máquina que puede realizar tareas que si las hiciera un humano serían denominadas inteligentes, la forma en que las haga será relevante para poder entender cómo funciona la mente humana. La fase moderna de estas disciplinas representa un cambio notable en el pensamiento sobre la naturaleza de la mente, ya que por primera vez el conjunto de científicos que definen lo que debe ser la ciencia, reconoce la legitimidad de las investigaciones sobre el conocimiento mismo más allá de los límites tradicionalmente impuestos por la psicología o la epistemología.

Esta idea de la IA de crear mentes en las máquinas, subvierte la noción tradicional de sujeto autónomo de una manera que se asemeja al planteo tradicional de pensamiento psicoanalítico. Si la mente es un programa (posición del funcionalismo) ¿dónde está el sujeto? Cuestiona no sólo el sujeto libre, sino, si hay un sujeto. El sujeto del humanismo está disuelto en la idea de programa en las ciencias cognitivas tradicionales. Así como la máquina al ser programada puede dar una ilusión de autonomía, ésta facilita la interrogación de hasta dónde la misma naturaleza humana no está determinada desde fuera creando esa misma ilusión de autonomía.

Naturaleza/Cultura

En la región francesa de Lacaune, en el año 1799, en los bosques de Aveyron fue hallado un niño en estado salvaje (Carretero, 2001). Aparentemente tenía unos 10 u 11 años, estaba desnudo, caminaba en cuatro patas y era evidente que había permanecido al margen de la sociedad humana por mucho tiempo. Este caso motivó una controversia entre dos destacados pensadores de la época. Uno de ellos, el alienista Phillipe Pinel (1745-1826), dictaminó que el joven padecía un claro retraso mental por factores congénitos. Su opinión conducía a que todo intento de reeducarlo sería infructuoso. El otro, el doctor Jean Marc Gaspard Itard (1774-1838) proponía que los retrasos que el niño padecía, se debían a la falta de relación con sus semejantes, apostando claramente a las posibilidades de una educación. Este joven era un fascinante caso fronterizo entre la naturaleza humana y la animal, y era además una magnífica oportunidad para realizar un experimento sobre un interrogante central: ¿qué se trae al nacer y qué es lo que se adquiere? El debate entre el innatismo de Pinel y el ambientalismo de Itard se mantiene hoy en día respecto de los métodos de la ciencia en el ámbito de las llamadas Ciencias Cognitivas. En términos generales, el resultado de este experimento produjo en el joven en cuestión, amplios progresos en su comportamiento y en su capacidad social, pero no realizó avances en el lenguaje, sólo logró utilizar algunos signos elementales sin poder llegar a hablar. La

42 Esta legitimación debe entenderse sobre el trasfondo del conductismo.

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conclusión fue que el problema era más complejo de lo que se suponía y el joven de Aveyron terminó internado en una institución para alumnos con deficiencias.

El caso mencionado versa sobre uno de los principales temas que hoy en día interesa a la Ciencias Cognitivas: qué es del orden de la naturaleza y qué de la cultura y, además, con qué sistema, o en base a qué elementos, el ambiente modifica lo moldeable de la naturaleza humana. Estas disciplinas pretenden avanzar en el tema con los fundamentos de la ciencia moderna. En relación a esto han propuesto la existencia de las llamadas ventanas, las que expresan cierta facilitación para el aprendizaje en un momento del desarrollo y no en otro. Lo mismo en la llamada plasticidad neuronal, con la posibilidad de realizar nuevas conexiones a partir de las influencias externas, así como los genes activados por el intercambio con el ambiente. Es posible ver que la relación del organismo con el ambiente es más compleja de lo que se creía. Más rígida en algunos puntos y más flexible en otros.

La mente y el cuerpo

En general en la Ciencia Cognitiva se parte de una concepción materialista de la mente. Según Searle (2006), la mente es una materia que se analiza a sí misma. Este autor no adhiere a una posición dualista ni a una posición espiritualista.En el universo cognitivo, plantean a la mente como una experiencia subjetiva creada por el cerebro para producir un punto de referencia para el movimiento (Sánchez, 2003). Es una función encargada de organizar la acción hacia objetivos determinados, y produce una experiencia denominada Yo alrededor de la que se organiza la acción. Sus funciones serían una propiedad emergente del cerebro. Esta posición supone que las funciones superiores representan un salto cualitativo con respecto a las biofísicas o bioquímicas. Lo que es incapaz de hacer una neurona, es factible para una red neuronal. El circuito neuronal presenta propiedades que no son atribuibles a los elementos que la constituyen. Lo interesante de este nivel es que tiene propiedades causales. Permite diferenciar entre el más bajo nivel neuronal o el más alto de lo social. Cada uno de estos niveles de análisis debe contar con conceptos apropiados.

En los comienzos del desarrollo cognitivo, el cuerpo fue simplemente considerado como el cerebro. La masa húmeda es el soporte (hardware) de las funciones lógicas (que los funcionalistas equiparan al software). Tanto para los planteos simbólicos (Newell y Simon, 1981) como para los conexionistas o subsimbólicos (Rummelhart y McClelland, 1986), el cerebro es el soporte. La diferencia es que los primeros afirman que las funciones mentales son independientes de su soporte. Los segundos proponen una metáfora del cerebro y jerarquizan el entrenamiento o el aprendizaje. La importancia del vínculo con el otro es destacada en la propuesta subsimbólica. Ambos modelos parten de considerar un organismo (un cerebro) desarrollado y adulto. Un tercer planteo a destacar es el denominado Teoría de la Mente Extendida (TME), en el que el cuerpo es considerado como un organismo sometido a evolución. En este planteo importan los dispositivos biológicos adquiridos a través de la historia y las características del entorno son aprovechadas por el cuerpo (Clark, 1999). La cognición es corporizada y por lo tanto los dispositivos neuronales no son los únicos necesarios para la acción inteligente, ya que también está determinada por los dispositivos sensoriales y motores. Las características ambientales son significativas ya que el organismo es parte de un nicho ecológico. Para Clark (1999), la TME sostiene que ciertos procesos cognitivos deben entenderse como situados, corporizados y orientados hacia el logro de objetivos concretos.

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Estos procesos se suelen desarrollar en situaciones de la vida real en interacción con el ambiente material y social; por lo tanto, el cuerpo, el cerebro y el mundo se llegan a coordinar de manera tal que la mente literalmente se extiende hacia el mundo exterior. Estos elementos externos que forman parte del ambiente material y social son parte de los sistemas cognitivos responsables de tales procesos. Por lo tanto, el entorno no es un ámbito de problemas a superar, sino un recurso que hay que tener en cuenta para la solución de un problema. Los instrumentos y la tecnología extienden las capacidades cognitivas puramente biológicas de los agentes y el lenguaje es el instrumento por excelencia que extiende esas capacidades. Clark no está en contra del concepto de representaciones como los autores que pertenecen al enfoque constructivista radical (Varela, Thomsom y Rosca, 1992) o al enfoque cibernético (Brooks, 1991); tampoco comparte la posición radical de Varela en relación al manejo y captación de la realidad, posición que Varela denomina enactiva.

Las tres posiciones señaladas (simbólicos, subsimbólicos y TME) representan sólo un recorte de las numerosas líneas de pensamiento existente en el campo de las Ciencias Cognitivas, elegidas por ser las más representativas y con mayor peso en dicho campo.Es posible visualizar en el recorrido realizado el intento por comprender el funcionamiento de los procesos mentales, desde lo que está dentro de la cabeza hasta la propuesta de una mente extendida, pasando por el modelo conexionista, que, aunque no funciona como el cerebro verdadero, pretende incluir el vínculo con el otro, como fundante del denominado entrenamiento para el aprendizaje. Los simbólicos proponen un código interno ya definido, algo del orden de la naturaleza del sistema, una especie de innatismo que obliga a buscar y conocer ese código para entender la mente. Los conexionistas proponen que el código se determina a posteriori y que surge de las regularidades del entorno. Se vislumbra en estas divergencias la antigua disputa entre lo dado y lo adquirido, entre lo que se trae al nacer y lo que se adquiere del entorno. Andy Clark en la propuesta TME afirma que las dos posiciones no son exclusivas ni excluyentes y que se proponen explicar niveles distintos del funcionamiento mental en las que seguramente hay elementos dados –código de base– que permiten incorporar lo que provee el entorno a través de sus constantes (otro nivel de código). Lo significativo de esta posición es que el lenguaje es definido como instrumento central y fundamental para extender las capacidades. Lo llama lenguaje público, lo que lleva a pensar en una importancia especial al nivel de la semántica; es decir, al nivel del significado en donde algo representa algo para alguien. Esto se contrapone con el funcionamiento puramente sintáctico que caracteriza a la inteligencia artificial fuerte en su equiparación del software con los procesos mentales.43

Lo que el Psicoanálisis puede aportar

Esta teoría parte de una interrogación sobre el sufrimiento humano y el nivel en que se despliega esa pregunta es el del encuentro humano. Sigmund Freud partió de realizar un análisis del funcionamiento mental humano para poder generar un modo de intervención eficaz en su práctica. Osciló entre el análisis y la síntesis. El paroxismo del nivel de análisis fue su intento de encontrar una explicación basada en el funcionamiento neuronal (Freud, 1895). No funcionó. La estructura neuronal es un nivel muy bajo para poder dar cuenta del mundo simbólico humano. Lo reemplazó por el nivel de la representación. No importa cómo se genera una representación en la masa húmeda. El nivel de la práctica

43 Para mayor ampliación del tema, ver SEARLE, J., “Experimento de la Habitación China”, en SEARLE, J., La Mente. Una breve introducción, Bogotá: Editorial Norma, 2006.

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psicoanalítica no lo necesita. Pero las Ciencias Cognitivas sí. Es legítimo que estas disciplinas se ocupen de ese nivel más bajo que debe explicar cómo se sostiene, y sobre qué, la función representacional.

Durante mucho tiempo el Psicoanálisis propuso un diseño de la mente conformado por sistemas y estructuras con diferentes principios de funcionamiento. Es evidente que las actuales propuestas de las teorías cognitivas van en esa dirección. Una de las diferencias más importantes es que las Ciencias Cognitivas al diseñar una mente desde cero, deben comenzar desde un nivel muy bajo. Esto se puede ver en la descripción realizada más arriba, donde se pasa de lo que sucede en la cabeza a lo que sucede en el vínculo y en el desarrollo. Un enfoque sincrónico da paso a uno diacrónico. Algo similar se presenta en relación al cuerpo. Primero es reducido al cerebro y a su equivalencia con el hardware, siendo los procesos mentales el software de una máquina. Esta posición da paso a la inclusión del cuerpo y su desarrollo tanto en la TME como en el planteo enactivo de Francisco Varela.

En relación al cuerpo, el Psicoanálisis ha tenido desde el vamos una propuesta más compleja. El cuerpo se construye. El cuerpo del que se ocupa esta teoría puede tener dos vertientes. La primera, a diferencia del universo cognitivo, es que el hardware interviene y afecta al software, siendo el concepto de pulsión el que se utiliza para describir este punto. La segunda, es que el cuerpo que interesa no es el cuerpo como organismo, sino el representacional44. Este último es un cuerpo que se adquiere, no se nace con él. En el proceso de adquisición es moldeado por el encuentro con el otro. Otro como semejante y otro como universo simbólico.

Es evidente que la Ciencia Cognitiva va recorriendo diferentes niveles de complejidad. Su intento de recrear una mente, exige una adecuada comprensión de las características de la misma y conduce a niveles que son más próximos a los de la síntesis que tuvo que realizar Freud, tratando de entender lo que posibilita que un humano sufra desde un nivel representacional y no desde uno neuronal. Un ser humano con un cuerpo erógeno, como referente de su encuentro con el mundo y con el otro, es cada vez más necesario de ser considerado en ese nivel para cualquier construcción teórica que se realice, y poder, de esa manera, entender su funcionamiento en la vida real.

Conclusión

Si se enfoca el tema de la Ciencia Cognitiva y el Psicoanálisis desde la óptica de los diferentes niveles y desde el legítimo interés de avanzar en el conocimiento de los procesos mentales, se pueden encontrar convergencias, así como anticipaciones. Muchas de estas últimas son propuestas que el Psicoanálisis formula y marcan un camino que debe ser considerado.

Las Ciencias Cognitivas se despliegan fundamentalmente en la visión empírica y experimental del laboratorio. El Psicoanálisis lo hace desde la clínica que define un encuentro vital propio de la naturaleza humana: alguien hablando a otro de su sufrir. Este encuentro resalta la importancia que, en este pensamiento, tiene la condición de hablante

44 Los diversos planteos de Freud con respecto al término representación exceden los límites del presente trabajo. Sólo se señalan aquí la complejidad de su tratamiento y su articulación a la pulsión.

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del hombre. El lenguaje es fundamental para entenderlo. Se vio más arriba como la TME también le daba al lenguaje público la mayor de las importancias. Las Ciencias Cognitivas diluyen la noción de sujeto tradicional. El Psicoanálisis también. Pero, complejiza este aspecto proponiendo un sujeto efecto de una estructura inconsciente. El que habla no es el sujeto. Éste debe ser reconstruido a partir de la asociación libre.

Una de las afirmaciones cognitivas es que un sistema no puede comprenderse a sí mismo. También extienden esta afirmación a la mente humana. Es claro que el Psicoanálisis con su noción de inconsciente acuerda con esta afirmación.Existe en las Ciencias Cognitivas una tendencia a correr el centro del enfoque de “lo que sucede dentro de la cabeza” (el individuo) a lo que sucede en el vínculo con el entorno y con el otro. Este fenómeno es muy similar a lo sucedido en el campo psicoanalítico, donde el adentro y el afuera corresponden a una especie de línea continua que enfatiza el lazo con el otro.Las estructuras y procesos por fuera de la consciencia que proponen los cognitivos tienen ciertas similitudes con las propuestas psicoanalíticas. Pero hay diferencias. Lo inconsciente cognitivo es del orden del ser, son procesos por fuera de la conciencia. En el psicoanálisis es ético, surge de una prohibición. Por lo tanto, si bien en esta propuesta existe “un pensamiento sin alguien que lo piense”, o “una memoria sin alguien que la recuerde”. El sin no sólo implica fuera de la consciencia (hasta ahí parecido a lo cognitivo), sino una estructura denominada inconsciente deseante que se produce por el cruce, en la condición humana, entre un cuerpo erógeno de un ser sexuado y el ser hablante, es decir vivir en un universo simbólico.

En síntesis, creemos que el Psicoanálisis va más allá de las propuestas cognitivas. Si bien Freud incluye este nivel (ya que modifica creencias e ideas), no se detiene en él, va más allá. El inconsciente freudiano no es sólo desconocimiento, sino algo que goza de tal manera que sobre eso nada se quiere saber. De saberlo provoca displacer.Para lo cognitivo podría decirse que la forma de organizar la información, lo que podría llamarse pensamiento, determina los afectos: “De acuerdo a como se piensa se siente”. Para la propuesta freudiana podría proponerse algo más complejo: “De acuerdo a como se piensa se siente, y también, de acuerdo a como se siente se piensa”, aunque no se sepa el porqué de lo uno o de lo otro.

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Lectura crítica e interrogantes sobre la relación entre neurobiología y psicoanálisis. Puntualizaciones sobre Erik Kandel

Martina ElizaldeGrupo de Investigación: PSI 188

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La presente ponencia forma parte de una investigación más amplia denominada El estatuto del cuerpo en Ciencia cognitiva y Psicoanálisis. Interrogantes, tensiones y divergencias, realizada con otros docentes de la cátedra Desarrollos Psicológicos Contemporáneos, de la Facultad de Psicología, UNR. Como dicha investigación, entre sus objetivos, pretende abordar los cruces existentes entre ambos campos disciplinarios, en este ponencia se busca formular algunas puntualizaciones sobre el planteo de Eric Kandel, en tanto autor representativo y propulsor de la llamada biología de la mente desde el campo de la neurobiología, y su anhelo por corroborar desde las ciencias empíricas los descubrimientos del psicoanálisis. En este sentido, se tratará de interrogar ciertos supuestos básicos que se desprenden de sus textos, tomando como uno de los ejes centrales los criterios formulados sobre la relación entre lo psíquico y el cuerpo, los argumentos que construye este autor para intentar resolver el dualismo cartesiano mente/cuerpo. Otro eje fundamental, propio de la investigación en curso, buscará despejar la postura de este autor con respecto al psicoanálisis y sus críticas al mismo, formuladas desde criterios epistemológicos de tinte positivista que sitúan a la biología como disciplina garante de los demás discursos. Un tercer eje, vinculado a los anteriores, indagará los argumentos desde los que se validan las llamadas terapias cognitivas comportamentales en desmedro del planteo y de las prácticas psicoanalíticas.Esta puntualización de los planteos de Kandel, permitirá contribuir a la discusión teórica en la que se sustenta la investigación y posibilitará reflexionar sobre estos aportes al debate de la Psicología contemporánea.

Palabras clave: biología de la mente - psicoanálisis - supuestos básicos - interrogantes

Comunicación

El planteo de Eric Kandel

Ya en el prefacio de su libro En busca de la memoria. El nacimiento de una nueva ciencia de la mente45, Kandel indica que la Ciencia de la Mente se basa en la biología molecular, siendo sus principios:1- Unidad mente-cuerpo, entendiendo a la mente como un conjunto de operaciones que lleva a cabo el cerebro.

45 KANDEL, E., En busca de la memoria. El nacimiento de una nueva Ciencia de la mente , Madrid: Katz, 2008. Por los descubrimientos expuestos en este libro, que entrelaza temas de la más estricta biología con sucesos sociales y motivaciones personales, Kandel ha recibido el Premio Nobel en Medicina y Fisiología en el año 2000.

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2- Cada función mental pone en juego circuitos neurales especializados.3- Todo circuito está compuesto por células nerviosas (unidades elementales de señalización).4- Los circuitos neurales usan moléculas específicas para transmitir señales (inter e intra celular).5- Esas moléculas específicas se conservan en todos los seres vivos.

En capítulos siguientes detalla el contexto y principales avances de la Ciencia Cognitiva desde los años ‘50 hasta la actualidad46, realizando una detallada historia de las ciencias biológicas, investigadores centrales, debates y descubrimientos sucesivos.Especifica asimismo los diferentes modos de aprendizaje (habituación, sensibilización y condicionamiento clásico), describiendo dichos modos de aprendizaje a nivel celular, a partir de sus experimentos con moluscos (Aplysia). Se detiene en el almacenamiento de recuerdos (por condicionamiento clásico) en circuitos neurales, señalando los cambios sinápticos a largo plazo. Formula una crítica a Lashley y a la Gestalt por realizar estudios sobre el aprendizaje independientemente de los circuitos neurales. Señala que la experiencia y por ende el aprendizaje, implica cambios en las sinapsis, alterándose la eficacia de las vías preexistentes. Así, los cambios del comportamiento van acompañados por cambios en la tenacidad sináptica, tal que los cambios en la fuerza sináptica sustentan el aprendizaje y la memoria a corto plazo.

Plantea pues que el aprendizaje implica cambios del mapa cortical, demostrándose la plasticidad del sistema nervioso, al ponerse de manifiesto su capacidad de modificar la intensidad y el número de sinapsis:

El aprendizaje depende de la experiencia y el ambiente que modulan la arquitectura del cerebro; la memoria a corto plazo conlleva cambios funcionales y la memoria a largo plazo conlleva cambios anatómicos.

En aquellos capítulos en los que trabaja sobre el nivel genético, propone reunir la biología molecular, la biología del cerebro y la psicología para concretar una ciencia molecular del aprendizaje o biología molecular del aprendizaje. Plantea aquí que los genes son servidores del medio ambiente, tal que la estimulación reiterada activa y desactiva genes, e indica tres principios al respecto:

- En la memoria a largo plazo (MLP) se activan ciertos genes.- Existen límites biológicos sobre la memoria: “el hecho de que el gen deba activarse

demuestra que no determinan el comportamiento en forma exclusiva, pues responden al aprendizaje”.

- La memoria implica nuevas terminales sinápticas.

En capítulos posteriores47 se aboca al estudio de la memoria explícita o conciente y de la memoria implícita o inconciente, equiparando el término inconciente con lo no conciente,

46 Años ‘50: James Watson y Francis Crick descubren la estructura del ADN, lo que implicó una revolución de la biología: unión entre la teoría de la evolución, la genética y la biología celular. Años ‘60: Psicología cognitiva moderna: unión entre filosofía, conductismo y psicología cognitiva. Años ‘70: fusión entre psicología cognitiva y neurociencia. Años ‘80: unión de las neurociencias con avances en imágenes cerebrales.47 KANDEL, op. cit. supra, nota 1, Cap. 20.

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es decir, con aquellas actividades del sistema nervioso que no requieren una decisión conciente, y no en el sentido freudiano del término.Realiza una historia de los estudios psicológicos48, y señala que para la Psiquiatría actual “todos los procesos mentales son biológicos”; así, las enfermedades mentales dependen de la interacción de los genes con el ambiente, no siendo exclusivamente genéticas. Detalla investigaciones con animales sobre ansiedad y sobre las emociones, describe síntomas de la esquizofrenia y la relación entre el déficit de los niveles de ciertos neurotransmisores en el Mal de Parkinson, la esquizofrenia y la depresión.

En los capítulos finales Kandel se detiene en la relación entre Biología y psicoanálisis. En este punto de su desarrollo, luego de haber relatado su interés de juventud por el psicoanálisis, realiza fuertes críticas al mismo por no ser empírico, por desvincularse de la biología, criticándole además, el haber operado como un obstáculo que demoró la unión entre psiquiatría y biología. En este sentido, señala que la biología misma puede esbozar los fundamentos físicos de los procesos mentales inconcientes para evaluar las modificaciones estructurales en el cerebro a partir de una terapia. Y es en esta dirección que pondera las terapias con base empírica (por ejemplo, la de Aaron Beck y las terapias breves) a las que denomina “terapias conductista cognitivas”, afirmando que “necesitamos un enfoque biológico de las terapias”.49

Kandel propone finalmente una futura biología de la mente; explaya sus críticas al psicoanálisis de los años ‘60, por rechazar lo biológico, por mantener el dualismo mente-cuerpo y por no buscar conexiones causales entre ambos niveles. Propone, en última instancia, entender como tratamiento psicológico válido a aquel verificable en forma empírica y en el que se puedan registrar las modificaciones en la estructura cerebral.

Puntualizaciones e interrogantes

La lectura del texto de Kandel nos conduce a formular algunas consideraciones que situaremos en torno a diferentes ejes:

1) El papel de la biología y por ende de lo biológico. Son muchos los párrafos en los que Kandel manifiesta el lugar central de la biología en la ciencia actual, situando asimismo a los procesos biológicos como fundamento de los procesos psíquicos. Por ejemplo: en el Prefacio afirma que “la mente es un conjunto de operaciones que lleva a cabo el cerebro”. Esta afirmación lo conduce, tal como se manifiesta hasta en los capítulos finales, a reducir los procesos psíquicos a una explicación biológica de los mismos: “Necesitamos un enfoque biológico de las terapias”.50

En el capítulo 17, el autor plantea que la detención científica del psicoanálisis se debe a su desvinculación de la biología; más adelante51 critica a los psicoanalistas por no buscar las conexiones causales entre mente y cuerpo (y aquí podemos agregar nosotros “desde el enfoque biológico”, pues Kandel parece desconocer los estudios freudianos y post-freudianos sobre dichas “conexiones”: estudios sobre la histeria y sobre fenómenos

48 Conductismo (principio siglo XX), Psicología cognitiva (‘60), unión entre psicología cognitiva y neurociencias (‘60), unión entre Ciencia cognitiva e industria farmacológica (‘80).49 Como veremos más adelante, parece indicar aquí que si una afirmación clínica no se corrobora biológicamente, no es válida. Como ejemplo cabe citar que, en las páginas 428 y 429, propone un enfoque reduccionista del psicoanálisis, que conduce a deshacer el psicoanálisis en su modo clínico específico.50 KANDEL, op. cit. supra, nota 1, p. 427.51 Ibíd., Capítulo 30.

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psicosomáticos, la noción del cuerpo entendido como cuerpo erógeno, las nociones de libido y de pulsión; la articulación entre inconsciente y sexualidad, etc.). En otro apartado52

afirma que todo tratamiento equivale en última instancia a modificar la estructura del cerebro y en ello reside su eficacia. Estos ejemplos nos permiten poner de manifiesto una perspectiva fundada en un reduccionismo biologicista, pues en última instancia lo humano parece ser reducido para su comprensión al nivel biológico tomado como fundamento de los otros niveles.

2) La perspectiva de Kandel aborda de modo crítico el dualismo mente-cuerpo formulado por Descartes en el siglo XVII y mantenido como tal por diversos investigadores contemporáneos. Frente a dicho dualismo, Kandel recurre a una solución volcando o acoplando ambos términos sobre el segundo de los mismos; es decir, reduciendo la dicotomía, sus dificultades, tensiones conceptuales y epistemológicas, a uno de sus términos, el cuerpo entendido como organismo. Esta reducción que realiza el autor, soslaya la especificidad de lo psíquico, suprimiendo las características propias de dicho nivel que por estar vinculado a procesos biológicos resulta ser explicado en última instancia desde la biología. Lo biológico, y por ende la biología como campo del conocimiento, se ubican así en una suerte de nivel teleológico53 o de justificación final del campo de conocimiento de lo humano. El psiquismo, la conciencia, lo inconciente, las emociones, el libre albedrío y hasta el carácter social del hombre, temas que aborda Kandel, resultan así apilados o disueltos en el nivel de lo biológico. Esto nos lleva a considerar que en el planteo de Kandel retornan ciertos supuestos subyacentes propios de teorías previas. Uno de dichos supuestos subyacentes es la equiparación entre el hombre y el animal en cualquiera de los niveles de investigación54. Kandel afirma que desde la perspectiva biológica los descubrimientos en animales (moluscos, por ejemplo) son aplicables a los seres humanos (experiencias sobre aprendizaje y modificaciones sinápticas). Las conclusiones propias de los descubrimientos biológicos en cuanto a la similitud orgánica en los diferentes niveles evolutivos: ¿pueden por sí mismos justificar la explicación biológica de los procesos mentales o sociales? Tal como venimos exponiendo, consideramos que esta perspectiva no resuelve el dualismo cartesiano, en la medida en que anula uno de sus términos, elude su especificidad y complejidad, reduciendo lo humano a lo biológico.

3) El reduccionismo biologicista planteado tiene a su vez un correlato epistemológico. Para Kandel sólo las investigaciones biológicas, y por ende empíricas, pueden validar un conocimiento. Esta idea se expone en numerosos párrafos: en el capítulo 28 del libro mencionado55, afirma la importancia de los descubrimientos biológicos que confirman los planteos de Freud; en otros capítulos56 formula críticas al psicoanálisis por no buscar conexiones causales entre mente y cuerpo, cuando –como hemos señalado anteriormente– desde sus orígenes el psicoanálisis ha interrogado dichas conexiones aunque no desde la perspectiva de la biología.

52 Ibíd., p. 481.53 Entendida como una doctrina de las causas finales.54 Sabemos que el Conductismo (Watson, 1910) y el Neoconductismo o Comportamentalismo (Skinner, 1930) basaron sus desarrollos sobre la supuesta analogía entre el hombre y el animal, no sólo como arrastre del evolucionismo darwiniano, sino y muy fundamentalmente, como justificación de la exclusión de las variables psicológicas, históricas, culturales, políticas y económicas de la vida del hombre.55 KANDEL, op. cit. supra, nota 1, Capítulo 28.56 Ibíd., Capítulo 30.

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Este correlato epistemológico parece vincularse a los planteos positivistas y a sus requerimientos metodológicos (el uso del método experimental como único garante de la validez del conocimiento científico, con la consecuente invalidación del método clínico y del método psicoanalítico), en la organización jerárquica de las ciencias (instalando a la biología como explicación última de las ciencias sociales) y en la naturalización de lo psíquico y lo social (en la medida en que anula su especificidad y la validez de los conocimientos propios de las ciencias sociales). Por estos mismos supuestos Kandel sólo acepta como válidas aquellas terapias que recurren a una base empírica (entendiendo por empírico aquello que se asemeje al propio modelo de investigación o a la propia disciplina); y por estos mismos argumentos rescata brevemente la eficacia de la terapia propuesta por Aaron Beck y de las terapias breves57, confirmando su validez en el hecho de producir efectos similares a los medicamentos. Pareciera así, que en este punto, el autor se sostiene en una versión industrializada y comercializada de la eficacia del conocimiento científico.

La consecuencia clínica de la noción neurocientífica de ‘inconsciente’ es enorme, puesto que implica, (…) el entronizamiento, en el lugar del psicoanálisis, de las terapias cognitivo conductuales o cognitivo comportamentales (las así llamadas, por su sigla, TOC). Éstas devienen servidoras de primera línea de la ilusión totalizante del discurso de la ciencia y pretenden abolir el psicoanálisis como instrumento perimido en la batalla terapéutica.58

Esta cita de un artículo de la psicoanalista Silvia Amigo, nos permite situar que el modo en que Kandel aborda la noción de inconciente no es sin consecuencias para la práctica del psicoanálisis, en la medida en que anula la especificidad de la noción misma de inconciente y sus implicancias clínicas.

4) Sus estudios sobre el aprendizaje y la memoria muestran que la experiencia y el aprendizaje producen cambios en las vías sinápticas, alterando la eficacia de vías preexistentes59. Esto pondría en evidencia la plasticidad del sistema nervioso y su capacidad de modificar la intensidad y el número de las sinapsis con relación a la experiencia; el aprendizaje se encuentra ligado a la experiencia y al ambiente, que inciden en forma directa en la arquitectura del cerebro. Así, la memoria a corto plazo implicará cambios funcionales y la memoria a largo plazo implicará cambios anatómicos. En otros apartados60, Kandel expone la cuestión genética, afirmando que puede regularse la función de los genes según el medio (entendido como señales externas e internas). Así, los genes son servidores del medio ambiente, tal que la estimulación reiterada activa y/o desactiva ciertos genes.

El hecho de que el gen deba activarse demuestra que no determina el comportamiento en forma exclusiva, pues responde al aprendizaje.61

Resulta interesante señalar aquí que, para Kandel, no todo se explica por el nivel genético y su predeterminación biológica, pues el aprendizaje y la experiencia, así como el ambiente, determinan al cerebro mismo. Podemos entonces indicar que en este punto

57 Ibíd., pp. 424- 426.58 AMIGO, S., El inconsciente en Freud y Lacan, y los impasses del “inconciente” en las neurociencias , mimeo.59 KANDEL, op. cit. supra, nota 1, Capítulos 14 y 15, entre otros.60 Ibíd., Capítulos 28 y 29.61 Ibíd., p. 321.

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Kandel reconoce la incidencia de la experiencia sobre lo biológico; en los organismos no todo está precodificado genéticamente, pero ¿debe reducirse la experiencia, el aprendizaje y el medio ambiente al nivel de los animales? ¿Es fructífero reducir el aprendizaje a las experiencias de condicionamiento con animales simples, tal como Kandel argumenta?62

¿No es acaso un nuevo reduccionismo equiparar la complejidad vincular y social constituyente de la vida humana, con el “medio ambiente natural que presenta estimulaciones reiteradas”?

5) En cuanto a la concepción sobre el psiquismo que se desprende de sus argumentaciones, el trabajo de Kandel se sostiene en una concepción biológica del aparato psíquico. Inicia sus argumentaciones definiendo a la mente como “un conjunto de operaciones que lleva a cabo el cerebro”. En capítulos posteriores63 se detiene en el tema de la conciencia a la que entiende desde una definición operativa como “un estado de discernimiento perceptual o de atención selectiva que permite percatarse del yo”. Realiza un recorrido por autores interesados en el tema64 pero formula críticas a los que se abocan desde una perspectiva cognitiva a un nivel específico de análisis (por ejemplo: Daniel Denett). Tal como hemos señalado, si bien el autor hace reiteradas referencias al psicoanálisis, lo hace a partir de negar la especificidad de lo inconciente como instancia psíquica, su propia legalidad y principios, equiparando en última instancia lo inconciente a lo no conciente en el sentido de los procesos atencionales65.

Creemos que estos lineamientos señalados pueden aportar a la posibilidad de poner en relación diferentes perspectivas que atraviesan los temas centrales de la psicología, así como esclarecer diferencias conceptuales que repercuten en las diversas prácticas psicológicas.

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Paidós, 1989.KANDEL, E., En busca de la memoria. El nacimiento de una nueva Ciencia de la mente,

Madrid: Katz, 2008.

62 Ibíd., Capítulos 10, 11 y 12, por ejemplo.63 Ibíd., Capítulo 28.64 Hipócrates, Platón, Santo Tomás, Descartes, Popper, John Eccles, McGinn y Denett de la Filosofía de la mente (que se opone a sus estudios), Searle y Nagel, Edelman, Crick y Koch.65 KANDEL, op. cit. supra, nota 1, p. 354.

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¿Freud cartesiano...?

Judith LefelmanGrupo de Investigación: PSI 229

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

En el marco de la temática que compete a la investigación, voy a desarrollar algunos aspectos de la noción cartesiana de sujeto.Partiendo de una poesía de Goethe que Freud retoma en El malestar en la cultura, aparecen homologables ciencia, arte y religión, a pesar de que él consideraba que su praxis se sostenía en un quehacer científico y leía a la religión como el sentido que apacigua y resguarda del desamparo infantil teñido de la “nostalgia del padre”. Esta idea nos permite pensar no sólo las diferencias y articulaciones posibles entre estos ámbitos de saber, sino también el lugar en el que se ubica el Psicoanálisis respecto de estos espacios epistémicos.

Lacan ubica a Renato Descartes como correlato filosófico del nacimiento de la Ciencia Moderna e inaugurando un Sujeto que le es necesario a la misma y al Psicoanálisis, y señala aspectos de convergencia y disimetría entre Freud y Descartes, ahora bien: ¿hasta dónde la andadura de Freud es cartesiana?Por otro lado, siguiendo el recorrido de Descartes en sus Meditaciones y en el Discurso del Método, he encontrado objeciones en su contemporáneo Frans Burman, que complejizan las nociones cartesianas e introducen articulaciones en el marco de las analogías estructurales, del mismo modo que las complejizan lecturas psicoanalíticas acerca de la necesariedad de un Otro en Descartes. Con lo cual se interroga de qué Otro hablamos en ese discurso en el que se ubica el psicoanálisis a partir de Lacan.

Palabras clave: Freud - Descartes - psicoanálisis - ciencias

Comunicación

Frans Burman objeta a Descartes que, dado que Dios es el sumo y puro ente, no puede tender hacia la nada, y que no es engañador: “puedo afirmar que no me engaña la inteligencia, porque la he recibido correctamente de Dios; pero me engaña la memoria, porque creo recordar cosas que en realidad no recuerdo, pues la memoria es débil”. A lo cual Descartes tiene que reconocer: “de la memoria no puedo decir nada, pues cada cual debe saber, por su propia experiencia, si recuerda bien; y si duda de ello, es conveniente que recurra a la ayuda de la escritura o algo similar”. Justamente lo que atañe a la memoria es lo que a Freud lo lleva a pensar en la memoria como tópica del inconsciente, que incluso, para dar cuenta de ella se apoya en el block maravilloso para homologar su funcionamiento. Dice que los aparatos que se han inventado para ampliar las funciones sensoriales, en relación a los dispositivos que auxilian la memoria son defectuosos, ya que el aparato psíquico realiza lo que a aquéllos no les es posible: mantener la capacidad de recibir percepciones y crear y mantener huellas duraderas de las mismas. Esto que hace límite a la inteligibilidad cartesiana es lo que permite a Freud pensar en el mecanismo del

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olvido y del recuerdo. Asimismo, aparece la objeción de parte de Burman, de que, si como sostiene Descartes la mente puede concebir más de una cosa a la vez, nuestro “pensamiento sería extenso y divisible”; a lo cual éste responde que de ninguna manera, que lo sería en relación a la duración, pero no “en cuanto a su naturaleza, que permanece inextensa”. ¿Por qué no le es posible admitir esa división? Si lo hiciera entraría en la posibilidad de dos órdenes de pensamiento, con lo cual se vería en dificultades ya que tendría que sostener la legitimidad de uno u otro de estos pensamientos (¿de los dos?); porque otra afirmación que se le objeta es que “no puede haber nada en la mente, en cuanto cosa pensante, de lo que no sea consciente”, ya que Burman manifiesta: “¿Cómo puedes ser consciente si ser consciente es pensar? para pensar que eres consciente, pasas a otro pensamiento, y de este modo no piensas ya en la cosa que pensabas antes, y entonces no eres consciente de que piensas sino de haber pensado”. A esto Descartes replica que el alma puede pensar varias cosas a la vez y perseverar en su pensamiento, y reflexionar sobre sus pensamientos siempre que le plazca, y ser consciente así de su pensamiento”. Si Descartes sostuviera la objeción de Burman, se vería otra vez, con una suerte de Spaltung; por una parte la mente piensa y por otra es consciente de ese pensar, con lo cual cabría la pregunta de qué orden de pensar se trataría cuando no hay consciencia66. Lo que por otro lado lo retrotraería al momento de lo que Lacan ubica como emergencia del Sujeto, pensamiento sin pensador, o puro acto de pensar; porque sabemos que en el momento de la duda llevada a su extremo, a la hipérbole, ya se ha venido abajo todo el edificio del conocimiento; no es posible continuar con el método de la duda y así lograr separar lo verdadero de lo falso, ya que no hay ninguna representación –incluso las más valiosas, las matemáticas, dios, que en estos momentos es engañador y no garante, incluso la idea de sí mismo se halla enrarecida– fueron descartadas.

Momento de la hipérbole de la duda, momento cuasi angustioso; necesario para el saber científico porque lo separa de la episteme antigua, y para lo que del sujeto se sostiene en psicoanálisis, ya que presenta el mismo estatuto: fragilidad óntica y temporal, homologable al inconsciente freudiano; y que Lacan en Los cuatro conceptos… aborda claramente; seminario donde el orden de lo real comienza a tener su lugar. Recordemos: el inconsciente no es ser ni no ser, sino lo no realizado, lo no-nato, más que de orden óntico es ético, etc. Asimismo dispone convergencias y disimetrías entre Freud y Descartes; a lo cual se podría sumar la posición convergente en relación a poner en cuestión, interrogar los saberes anteriores, saberes de la filosofía, de las ciencias, que no proponen nada al desasosiego e incertidumbre de la época, para el siglo XVII, y que no hallan sentido a sueños, actos fallidos, síntomas, etc., para el XIX.

Descartes se encuentra con no ser más que pensar que es, sin saber qué es, dubito cercano al desvanecimiento, certeza oscura, en contrapunto a lo claro y distinto, si bien algunos autores la leen como ficcional: ¿ sería por eso inauténtica? ¿Acaso la ficción no sería lo que del orden de una verdad se reconoce en ella? Encuentro tuíquico, duda que apunta a un real dispuesto a escabullirse en cualquier momento. Dice Descartes: “Yo soy yo existo, es cierto, pero ¿durante cuánto tiempo? Ciertamente, mientras pienso; pues tal vez podría suceder que si dejara de pensar completamente, al punto dejaría de ser”. Concluye que es 66 En La ciencia y la verdad Lacan hablando de la Ichspaltung “a saber el sujeto, y el sujeto tomado en su división constituyente”, trae que el principio de realidad debería entonces dividirse entre una noción de realidad que de cuenta de la realidad psíquica y otra que haría de ella el correlato del sistema percepción-consciencia. También Arnauld le objeta a Descartes esto, ya que dice: “Puesto que la naturaleza del pensamiento es tal que siempre somos conscientes del mismo, si siempre pensamos en acto, deberíamos ser siempre conscientes de que pensamos; pero la experiencia parece contradecir esto, sobre todo en los sueños”.

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una cosa pensante: res cogitans, pero como dice Lacan en La instancia…: “la cosa, reduciéndose muy evidentemente al nombre, se quiebra en el doble radio divergente de la causa en la que se ha refugiado en nuestra lengua y de la nada (rien) a la que abandonó en francés su ropaje latino (rem, cosa)”. Esto puede llevarnos a la interrogación: ¿pienso, soy?, lo cual Pommier lee como una “hesitación entre los dos términos de una contradicción”, ya que lo real centra la experiencia, pero conlleva angustia. No puede ser simbolizado, aunque no podemos dejar de tratar de hacerlo, ya que convoca lo imposible y, no cesa de no escribirse, e insiste para hacerse representar.

Volviendo a Frans Burman, también se percató de ese círculo vicioso en la argumentación cartesiana en relación a Dios; dice que prueba la existencia de Dios por medio de axiomas que todavía no sabe que son verdaderos, a lo cual Descartes contesta que sí sabe que son verdaderos porque “les presta atención, y cuando hace esto está seguro de no equivocarse, y tiene que asentir a ellos”; se sostiene en la introspección, en la intuición. Como algunos autores ya notaron, Descartes hace del sujeto pensante la condición de la existencia de Dios, y de la existencia de Dios la condición del sujeto pensante. O sea, que la demostración lógica de la existencia de Dios supone la seguridad de la lógica que se espera que la existencia de Dios garantice: “es una demostración que supone verdadero aquello cuya verdad pretende establecer”. De todos modos, en el discurso cartesiano aparece claramente que el Sujeto no es sin el Otro, que en este caso lleva el nombre de Dios.Ahora bien, ¿de qué Otro se trata?

Cuando Descartes requiere probar la existencia de Dios, ya ha comenzado a hacer consistir su pensamiento, lo cual lo aparta del primer tiempo del cogito y su convergencia con el Sujeto del inconsciente; vuelve a llenar de funciones la esfera (buena figura para este momento) psíquica, y a partir de demostrar la existencia de Dios, comienza a rearmar todo el edificio del conocimiento; construye la posibilidad de un saber que se sostiene en la Razón, la consciencia, y en un yo que recentra el mundo incierto y de desasosiego de su época. Encuentra el punto de Arquímedes que buscaba y con garantía de verdad, si no desvía los ojos de la mente, la razón del camino correcto.De todos modos, vemos que el ser pensante no es por sí, es por otro, requiere de otro que le otorgue existencia como tal y, no sólo ello, sino que también lo conserve en lo que es: cosa pensante. “Pero si yo fuera por mí, no dudaría, ni desearía, ni me faltaría nada; pues me habría dado todas las perfecciones de que tengo idea, y yo mismo sería Dios.”Para Lacan, el Sujeto también requiere del Otro, se funda en éste, aunque luego de cierto movimiento lógico se desentienda de él se se-pare. Y no encuentra identidad; la identidad imposible del Sujeto se relaciona con que en el Otro falta el significante capaz de identificar al Sujeto, aunque el Otro sólo sea pensable como tesoro de significantes, le falta al menos uno; no está completo, y es esto lo que le permite comenzar a esbozar un deseo singular.

En Descartes no ocurre lo mismo, Dios Perfecto, cualidad en la que se resumen todos sus atributos, y por lo cual prueba su existencia, le otorga al Sujeto el rasgo de perfección, el signo que lo constituye al sujeto como consistente y anónimo. Su voluntad lo abarca todo al punto que, en una de las contestaciones a Burman, dice que no solamente es causa de las “cosas actuales y futuras, sino también de las posibles y de las naturalezas simples, y no podemos ni debemos imaginar nada que no dependa de Dios”. Y es lo que le permite construir la cadena diacrónica de los conocimientos, modo conveniente para la construcción del saber en la ciencia. Dios garante de verdad de todo saber, saber

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matemático, el único conveniente para la ciencia, y que al extremarse lo lleva al matematicismo que comenta Gilson, es así como fundamenta su certeza, no la verdad, se desentiende de ésta, queda en manos de Dios al cual se ubica como causa, y sólo se dedica a la distinción de lo verdadero y lo falso, siendo así un hecho de significante, y principio de la búsqueda de la mathesis universalis. Al mismo tiempo se da así el rechazo de ese Sujeto surgido en el primer tiempo del cogito, el dubito, Sujeto de la enunciación vacío de enunciado, y se afirma un Yo sostenido en su saber garantizado por un Otro no engañoso, mudo, arbitrario e indiferente al mundo por él creado y conservado. Haciendo del ergo, ego, y disponiéndose por ello solidario a ese Dios de la religión.

Ahora bien, y tal como Lacan pudo percatarse, Freud y Descartes, por este primer tiempo de su pensar, convergen en la duda, su certeza se da en la duda; por dudar estoy seguro de pensar, de ser, aunque se trate en ese momento de un ser vacío, éxtimo de la cadena diacrónica del conocimiento; y también Freud está seguro que si algo de duda tiñe el relato del sueño, da un traspié al discurso, eso que aparece como resistente, sorpresivo, dudoso, él está seguro entonces que está determinado por el inconsciente.De la divergencia ya sabemos, Descartes con su “avanzada en el cogito”, el yo pienso, que incluso se podría formular como pienso –donde no se predica nada de ése o eso que piensa– se vuelca al yo soy, o pienso , luego existo67, y allí ya se trata de otro orden de pensar, se resignifica el pienso y se ubica al yo, a la consciencia; se apropia de lo que es imposible de apropiarse; se sutura el Sujeto y se desentiende de la verdad. Esto lleva a Lacan a escribir: pienso: luego soy; o a afirmar: pienso donde no soy o soy donde no pienso; en otros seminarios pone a jugar la expresión de otra manera: no pienso-no soy o no pienso conectado al Ello, y no soy al Inconsciente, (lo cual no se va a desplegar en este trabajo).

Por otro lado, reconocemos que el proceder de Freud en sus investigaciones es profundamente cartesiano, su pensar se orienta al modo en que Descartes recomienda, realizando largas cadenas de razones, como quien despeja una X: del contenido manifiesto del sueño a las ideas latentes, de éstas al deseo inconsciente; y por ello, se podría pensar en su reversibilidad –tal como opera en la ciencia clásica–: del deseo a las ideas latentes y de éstas al contenido manifiesto. Freud plantea: “Debo afirmar que el sueño tienen realmente una significación y que es posible un método científico de interpretación del sueño”. Como dice Claude Rabant: “…la interpretación es cabalmente el develamiento de un sentido oculto (como sostiene la opinión común), pero conforme un principio de desandadura sistemática y ordenada de los procesos de formación del sueño. En el curso de estos procesos, un discurso incomprensible sustituyó a X (el sentido oculto a descubrir). Este discurso absurdo cesa de ser absurdo si se admite que es el resultado de procesos perfectamente racionales y comprensibles de deformación sistemática de un pensamiento en sí inteligible, cuyo sentido corresponde, pues, en cuanto tal a un enunciado claro y distinto”. Comparto esta lectura, pero creo que además Freud no queda sólo en esta racionalidad científica clásica, ya que reconoce que en el sueño juega también el ombligo del sueño, ese agujero en lo simbólico que apunta a un real imposible de habitar por la palabra. “En los sueños mejor interpretados solemos vernos obligados a dejar en tinieblas determinado punto, pues advertimos que constituye un foco de convergencia de las ideas latentes, un nudo imposible de desatar, porque por lo demás no ha aportado otros elementos al contenido manifiesto. Esto es entonces lo que podemos considerar como el 67 En el Discurso del Método aparece la fórmula en estos términos: cogito ergo sum.

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ombligo del sueño, o sea, el punto por el que se halla ligado a lo desconocido. Las ideas latentes descubiertas en el análisis no llegan nunca a un límite y tenemos que dejarlas perderse por todos lados en el tejido reticular de nuestro mundo intelectual. De una parte más densa de este tejido se eleva el deseo del sueño.” Este aspecto de lo real fue considerado siempre por Freud, y en muchos otros lugares, por ejemplo, en el límite de la rememoración, y en tantos otros conceptos formulados por él y que habría que rastrear.

De todos modos, los efectos del discurso cartesiano fueron y son aún inmensos, la Razón rige, y la búsqueda de leyes generales, necesarias e inmutables, se mantiene en gran parte de la ciencia. Cuestiones que llevan a Koyré a afirmar: “el Universo infinito de la nueva Cosmología (de la modernidad), heredó todos los atributos de la divinidad”. En estos últimos años, la razón científica ha perdido homogeneidad, y ya no se trata del mismo orden de razón, se ha complejizado, y no se sostiene en la misma lógica, dando lugar a las llamadas Ciencias Complejas, y ya no prevalece el mundo mecánico de cuerpos desencarnados.

Bibliografía

DESCARTES, R., Meditaciones metafísicas y otros textos, Madrid: Gredos, 1987.FREUD, S., “La interpretación de los sueños”, en FREUD, S., Obras Completas II,

Madrid: Biblioteca Nueva, 1972.KOYRÉ, A., Del mundo cerrado al universo infinito, México: S. XXI, 1986.— Estudios de historia del pensamiento científico, Buenos Aires: Siglo XXI, 1997.LACAN, J., “La ciencia y la verdad”, en LACAN, J., Escritos 1, México: Siglo XXI, 1995.— El Seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos

Aires: Paidós, 1987RABANT, C., Inventar lo real, Buenos Aires: Nueva Visión, 1993.

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El valor de la forma en las formaciones del inconsciente

Diego GarcíaGrupo de Investigación: PSI 161

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

El ensayo articula la noción de formaciones del inconsciente desde su valor formal con la apuesta hecha por Lacan de formalizar su enseñanza. Este nudo (forma, formalización, formación) constituye un punto de interrogación en toda enseñanza del psicoanálisis que aspire a ser otra cosa que una charlatanería. En tal sentido, la formación del psicólogo en el ámbito de la Universidad desde una orientación psicoanalítica, debe dar su justo valor a la formalización sin olvidar que toda formación posible es del/ y desde el/ inconsciente.

Palabras clave: formaciones del inconsciente - formalización - psicoanálisis - enseñanza

Comunicación

Bajo el título Las formaciones del Inconsciente Jacques Lacan inauguró el 6 de noviembre de 1957, las sesiones del que sería su quinto Seminario público68; pero al hacerlo inauguraba también un nuevo modo de pensar los fenómenos a través de los cuales el inconsciente se manifiesta (en un gesto que es co-extensivo del paradigma fundando en 1953 con la conferencia “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”69): se trata de abordar las formaciones del inconsciente de un modo estructural. De allí la insistencia del propio Lacan por preceder la exposición de esas sesiones de seminario con la lectura de La instancia de la letra en el inconsciente o la razón después de Freud70, texto capital para entender la influencia que el movimiento estructuralista tuvo en el retorno a Freud realizado por Lacan. Es siguiendo esa orientación que trataremos de articular la noción de letra (y lo que ella implica) con el fenómeno de las formaciones del inconsciente.

68 Dicho Seminario se ubica en una serie de seminarios iniciados en el ‘53 que se conocen bajo la rúbrica editorial pomposa de “Lacan. El Seminario”; denominación que intenta trasmitir la idea de que habría un seminario de Lacan y que éste se extendería por más veinte años como una unidad (El Seminario) del cual los distintos seminarios (1,2, 3,….n) serían sus partes. Sin embargo, Lacan no constituye “un sistema de pensamiento” (según la expresión poco feliz de Elisabeth Roudinesco), y su enseñanza oral no es ajena a las leyes significantes que la constituyen. Si se percibe una lógica (puesto que hay una) en el dictado de sus Seminarios (en plural) esta lógica se revela après-coup. Así el llamado Seminario 1 recibe su significación “uno” con la llegada del siguiente y está determinado, a su vez, por aquellos seminarios internos (no publicados) que Lacan dedicó a los historiales freudianos del Hombre de los lobos y del Hombre de las ratas cuya numeración equívoca resulta Seminario -1 y Seminario 0. 69 LACAN, J., “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, en LACAN, J., De los nombres del Padre, Buenos Aires: Paidós, 2005. 70 LACAN, J., “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón después de Freud”, en LACAN, J., Escritos 1, México: Siglo Veintiuno Editores, 1995, pp. 473-509.

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El título mismo de aquel artículo histórico merece ya una primera reflexión (reflexión que, por otra parte, no somos los primeros en hacer71). El término instancia designa allí, entre los sentidos posibles que el término introduce, la autoridad de la letra en el inconsciente (en el sentido judicial que se dice: “se apeló en primera instancia a….”, o “un tribunal de instancia decidió…”); ella rige y legisla en el inconsciente a través de leyes (metáfora y metonimia) que lo estructuran. Se trata también (jugando con las letras) de la instancia como insistencia de la letra en el inconsciente (la letra insiste, en el inconsciente, por ser leída).

Ahora bien, esta primera parte del enunciado (la instancia de la letra en el inconsciente) se encuentra unida a una segunda parte del título (la razón después de Freud) por el conector “o”; si decimos “unida” es porque el indicador “o” no funciona aquí como en la lógica de las exclusiones (“tú o yo”, “la bolsa o la vida”, etc.), sino como un operador lógico que señala igualdad entre la primera y la segunda parte del título72. Decir, para Lacan, la “instancia de la letra en el inconsciente” es decir la razón después de Freud. Dicho de otro modo (puesto que el enunciado es reversible): la razón después de Freud es que hay (instancia de la) letra en el inconsciente (en la medida en que Freud –en un mismo movimiento– inaugura una racionalidad, cuya ratio concierne al funcionamiento de la letra, y rechaza toda idea del inconsciente como lo irracional, lo oscuro, lo instintual).

Del algoritmo saussureano al significante Lacaniano

Según lo señala Jean- Claude Milner, la lingüística interesó a Lacan “en tanto que ciencia”73, y su referencia a ella es inmediata. Cuando Lacan toma lo que él mismo nombra como el algoritmo saussureano lo hace declarando expresamente que la lingüística se funda –como toda ciencia– en un algoritmo que le es constituyente. La lingüística es la ciencia piloto del estructuralismo (como dirá en otro lugar74), y lo es por el algoritmo. Ahora bien: ¿el algoritmo es el signo saussureano? Esto no es seguro. Sabemos que Saussure propone un abordaje del signo que difiere de otras reflexiones que le precedieron, al utilizar una escritura formal para dar cuenta de él. Más aún, el recurso a una presentación formal del signo (sostenida sólo por algunas letras y una barra que –en Saussure– pone en relación el

71 Consúltese al respecto el excelente trabajo de NANCY, J. L. y P. LACOUE-LABARTE, El título de la letra, Rosario: Biblioteca Freudiana de Rosario, 1979, publicación de uso interno. 72 Así ocurre también, por ejemplo, en muchos de los títulos de los Diálogos de Platón (que Lacan conocía muy bien): El Menón o de la virtud, El Banquete o del amor, etc.; más aún el escrito de Lacan en cuestión puede ser entendido, al modo del diálogo platónico (en el que Platón se servía de Sócrates para esbozar sus propios argumentos), como una puesta en diálogo de Freud con el estructuralismo vía Lacan. 73 MILNER, J. C., “De la lingüística a la linguistería”, en AA.VV., Lacan, el escrito, la imagen, Buenos Aires: Ediciones del Cifrado, 2003, p. 19. Cabe aclarar que la traducción castellana del término francés linguistérie utilizado por Lacan en la segunda sesión de su seminario Encore (LACAN, J., “Clase II: A Jakobson”, en LACAN, J., El Seminario. Libro 20. Aún, Buenos Aires: Paidós, 2001, p. 24) para señalar su distanciamiento de la lingüística estructural, no recoge cabalmente la significación que éste pone en juego en el original; acentuada como aparece en nuestra edición linguistería remite –como Milner también señala– a una serie de palabras (galantería, pedantería, piratería) con un sufijo común (“ía”). No obstante, una traducción más próxima a la enunciación que Lacan parece poner en juego, permite escuchar en linguistérie una referencia a hystérie; es decir, la linguisteria (sin acento) con la que trabaja el psicoanálisis es –propiamente– la lengua de la histeria. 74 “Todo esto se enuncia en una serie científica a partir del momento en que hay una ciencia del lenguaje tan fundamentada y segura como la física. La lingüística –así se llama esta ciencia– ha alcanzado ese punto, y se la considera en todas partes en el campo humano como una ciencia piloto” (LACAN, J., “Breve discurso en la O.R.T.F.”, en LACAN, J., Intervenciones y Textos 2, Buenos Aires: Manantial, 2001, p. 39).

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significado y el significante) es solidaria de lo que él recorta como objeto de estudio para la lingüística (a saber: la lengua), y el modo en que lo define (un sistema de signos). Que el signo pase a formar parte de un sistema, que su valor sobrevenga por el lugar que ocupa en ese sistema y por las relaciones que mantenga con los otros signos de la lengua, he ahí la novedad que introduce el pensamiento saussureano y que sentará las bases de toda la lingüística estructural. El título del presente trabajo (“El valor de la forma en las formaciones del inconsciente”) es, también, entonces, un homenaje a estos aportes realizados por Saussure: su teoría del valor (un signo es lo que los otros no son) y su concepción de la lengua como forma y no como sustancia75.

Entendemos que los fenómenos inconscientes, tal como Freud los aisló y estudió, merecen ser puestos en relación con la idea saussureana de valor (que con Lacan recibirá el nombre específico de significación) y con un abordaje formal (como Freud mismo señaló respecto del chiste76). No obstante, si la asimilación entre Freud y Saussure fuera plena, el padre de la lingüística estructural sería también el padre del psicoanálisis, o dicho de otro modo: el psicoanálisis sería una lingüística. Si esto no ocurre es porque entre el signo saussureano y el algoritmo que Lacan atribuye a Saussure, existen no pocas diferencias. Sin hacerlo explícito (como ocurre a veces con Lacan), al reproducir la escritura del signo, lo modifica e incluso lo destruye como signo.

SignificadoSignificante

Ss

El signo según LACANEl signo según SAUSSURE

Resumimos aquí el análisis de las diferencias entre los dos esquemas:77 - Lacan hace desaparecer la elipse que indica en Saussure la “unidad del signo

lingüístico”, es decir el lazo (arbitrario, pero indisoluble) entre un significado y un significante (desaparecen, por tanto, los vectores que señalaban esta reciprocidad).

75 Se recordará, en este punto, que la desustancialización constituye el rasgo fundamental de la ciencia moderna, la cual a través de la matematización vacía de cualidades sus objetos. El planteo saussureano se muestra así, a la vez, científico y moderno, en la medida en que desustancializa a la lengua y vacía de cualidades al signo (al definirlo por oposición y diferencia con otros), en lo que se ha llamado un “galileanismo extendido” (Véase MILNER, J. C., El periplo estructural, Buenos Aires: Amorrortu, 2003). 76 “[…] el carácter de chiste […] se lo ha de buscar en la forma, en el texto de su expresión. No nos hace falta más que estudiar la particularidad de ese modo de expresión para asir lo que puede designarse como la técnica en las palabras, o expresiva, de este chiste, y que por fuerza ha de vincularse íntimamente a la esencia del chiste, pues tanto su carácter como su efecto de tal desaparecen si sustituimos aquel modo por otro. Nos encontramos, por lo demás, en pleno acuerdo con los autores al atribuir tanto valor a la forma lingüística del chiste” (FREUD, S. (1905) “El chiste y su relación con el inconsciente” en FREUD, S., Obras Completas, Vol. VIII, Buenos Aires: Amorrortu, 1996). 77 Veáse un análisis más detallado de estas operaciones en NANCY, J. L. y P. LACOUE-LABARTE, op. cit. supra, nota 4.

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- En el esquema lacaniano, significado y significante son reducidos a dos letras (S, s) que son, a la vez, la misma y distintas, dada la diferencia de escritura entre mayúscula (Significante) y minúscula (significado). Se acentúa así el carácter formal de la escritura, y el hecho particular de que el significado pasa a ser una forma más del significante, un efecto del mismo.

- Lacan va a reforzar la barra en el sentido de indicar que ella no señala la relación significado / significante, sino que entre el significante y el significado lo que hay es una relación de resistencia. Lacan la llamará barra resistente a la significación78.

A fin de cuentas, ¿por qué Lacan se toma el trabajo de producir todas estas modificaciones al signo saussureano?, ¿por qué no haber adoptado simplemente el signo tal como lo proponía la lingüística de su época como elemento rector de su interpretación del inconsciente? La respuesta es tan compleja como fundamental: lo que se haya implicado en toda la operación lacaniana respecto del signo es el sujeto. Tratemos de explicarlo de un modo simple: en el signo a cada significante le corresponde un significado (y viceversa) por lo tanto la significación se encuentra allí (como en toda ciencia) fijada, detenida en el abanico de significaciones posibles, no hay posibilidad de significación nueva porque el signo es una unidad. Destruida esa unidad, con Lacan, el significante pasa a estar en relación con otro significante (como intenta mostrar el esquema de caballeros y damas), y es de esa relación que surgirá la significación; pero como el nexo entre los significantes no es bi-unívoco (como en el signo) sino metonímico y metafórico, la significación no se encuentra fijada (no pertenece a ningún significante, pues cada “significante, en cuanto tal, no significa nada”79), sino que ella se desplaza en la cadena significante (metonimia) y, eventualmente, es creada (metáfora). La metonimia, entonces, da cuenta de la movilidad de la significación (en la medida en que esta se deplaza de un significante a otro), así como la metáfora introduce vía la sustitución entre significantes, un efecto creador (de “chispa creadora” según Lacan) que produce un plus de significación en la cadena (a ese plus, y no a otra cosa, Lacan llamará sujeto80). Ambas operaciones (metáfora y metonimia) son posibles gracias a aquello que es rechazado en el lenguaje de la ciencia, a saber, la palabra. Hay desplazamiento y creación de significación por la economía –siempre equívoca– de la palabra; economía que constituye para el psicoanálisis todo su capital. La lingüística estructural (de la que Saussure sienta las bases) en la medida en que se configura como ciencia deja de lado la palabra para recurrir a un lenguaje formal (el signo en Saussure, el esquema de las relaciones de parentesco en Lévi-Strauss, etc.) para el cuál no importa quién habla, es decir un lenguaje sin enunciador posible81.

78 Ahora bien: ¿por qué la significación sería algo de lo cual el ser hablante se resiste? No podemos menos que responder apelando a la metapsicología freudiana, en la medida en que, si algunas significaciones no atraviesan esa barra, es porque ella resultan intolerables; es decir, caen bajo el efecto de la represión. La barra es, entonces, la marca escritural de lo que llamamos represión.79 LACAN, J., “Clase 14: El significante, en cuanto tal, no significa nada”, en LACAN, J., El Seminario. Libro 3. Las psicosis, Buenos Aires: Paidós, 2004. 80 E incluso efecto sujeto para mostrar hasta qué punto el sujeto del inconsciente no se corresponde con ninguna individualidad empírica (MILNER, J. C., La obra clara, Buenos Aires: Manantial, 1996, p. 35), ni con ninguna entidad ontológica, “no es ser ni no ser, es no realizado” (LACAN, J., “Clase 3: Del sujeto de la certeza”, en LACAN, J., El Seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1997, p. 38); el sujeto del inconsciente es sujeto del significante, entendiendo que el del no indica propiedad (el sujeto no pertenece a ningún significante), sino procedencia (es un efecto del significante). Por ello, se concluye, que la definición del sujeto (un sujeto es lo que un significante representa para otro) sea la misma que la del significante (un significante es lo que representa a un sujeto para otro significante).

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Intentaremos mostrar más en profundidad estos diferentes modos del uso de la letra (en la ciencia y en el psicoanálisis) en el siguiente apartado.

La forma, lo formal, la formalización

Habitualmente se descuida el hecho de que la expresión “formaciones del inconsciente” pertenece a una serie de palabras con las que, antes del retorno a Freud de Lacan, no mantenía relación. Si hablamos de “formaciones del inconsciente” es porque Lacan supo leer en el inconsciente freudiano una primacía de la forma (por sobre el contenido), y quiso dar a esa primacía un abordaje formal (de allí el Grafo82). Señalamos aquí, entonces, y sirviéndonos del esquema elemental que Freud construyera para explicar el chiste del famillonario, cuatro términos que pondremos en relación: forma, formal, formalización, formaciones.

FORMA

FORMA L

FORMA L IZACIÓN

FORMA CIONES

FORMALIZACIONESDEL INCONSCIENTE

El esquema anticipa hacia donde nos dirigimos (las formalizaciones del inconsciente) pero debemos hacer el recorrido que la imagen abrevia para entender qué queremos designar con ese nombre. Para ello es preciso volver sobre las relaciones entre el psicoanálisis y la ciencia.Tanto para el discurso del psicoanálisis como para el de la ciencia, la escritura constituye tanto un recurso como un factor constitutivo de su praxis. Ahora bien, estas praxis devienen distintas a pesar de tener el mismo sujeto83. La praxis científica (que podemos definir de un modo rápido como escritura de lo real sin resto) se apoya en un funcionamiento del significante en el cual la significación –como ya dijimos– se fija a la letra y no deviene nunca otra cosa que ella misma (necesidad). Lacan ha llamado significantes puros a estos significantes de la ciencia que están vacíos de significación en

81 Prueba de ello constituye, además, el gesto saussureano al momento de fundar el objeto de estudio de la lingüística; recordemos: Saussure para quedarse con la lengua como objeto, deja de lado el lenguaje (por ser demasiado heteróclito, “cabalgar sobre diferentes dominios”) y nada menos que… ¡el habla! 82 Nos referimos, claro está, al Grafo que Lacan comienza a construir a principio de su Seminario sobre las formaciones… y que elabora hasta su forma última durante 1957-1958, para ser retomado luego en 1960 en la comunicación hecha en el Congreso en Royaumont bajo el título “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano” (LACAN, J., Escritos 1, México: Siglo XXI, 1971, pp. 305-339). 83 La afirmación lacaniana “el sujeto sobre el que operamos en psicoanálisis no puede ser sino el sujeto de la ciencia” (LACAN, J., Escritos 1, México: Siglo XXI, 1971, p. 343), muestra claramente que ciencia y psicoanálisis comparten el mismo sujeto, pero no su operación respecto de ese sujeto. Lacan no afirma que la ciencia opere con el sujeto, afirma sí –en cambio– que tiene un sujeto (que es el del psicoanálisis), pero su praxis se define por no operar con él; incluso: la ciencia opera, literalmente, porque lo hace sin el sujeto (se llamará a esto forclusión).

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cuanto tales, pero que son portadores de una significación única a partir de su relación formal84. Dicho de otro modo: en las fórmulas (matemáticas) cada significante deviene una letra que no significa nada (a, b, f, v,…n), pero que en relación con las otras letras de la fórmula (c, d, g, w,….n) fijan una significación a ese juego de letras y esa significación ya no puede ser otra (puesto que es una escritura que prescinde del enunciador, es decir, de aquel que habla). Esto es complejo, porque en general se entiende rápidamente que las formulas no significan nada, lo cual no es exacto; las fórmulas tienen una significación (la ley de inercia, la ley de gravedad, etc.) sólo que esta significación es fijada a ese conjunto de letras y una vez que se produce esa fijación ya no pueden significar otra cosa85. La forma, entonces, es decir el dejar de lado las cualidades (sustancia), deviene, en la ciencia, formal gracias al uso ciego de las letras, a una pura sintaxis86 (formalización). La formalización en la ciencia es el estatuto formal que asume la forma cuando se inscribe en letras y se intenta, con ella, escribir lo real sin resto (sin agujero por el cual un plus de significación sea posible). Se sabe, no hay metáfora en las fórmulas matemáticas.

¿Qué ocurre, en cambio, con la letra en psicoanálisis? También se trata de un asunto de escritura en la medida en que la letra da soporte material al significante tal como lo muestra el sueño. El sueño, Lacan viene a señalar y en un sentido a rectificar a Freud, no es tanto un jeroglífico como un rebus; la diferencia es fundamental. El jeroglífico es, sin duda, un tipo particular de escritura y es lícito que Freud se sirviera de él para metaforizar el modo en que debía tratarse a los sueños (como textos sagrados); sin embargo, en el jeroglífico la significación ya está dada mediante un código que nos indica qué significa cada símbolo o letra, de forma tal que basta con conocer el código para descifrar el jeroglífico. En el rebus, en cambio, que es un juego de ingenio basado en la escritura (e incluso con imágenes que funcionan como letras al igual que en el sueño), la significación es siempre distinta, puesto que una letra o símbolo o imagen en un rebus puede significar otra cosa totalmente distinta en otro. Entonces, si bien en ambos modelos se trata de la escritura y del valor relacional de los elementos, la diferencia concierne a la significación y a la falta de código que caracteriza al rebus.

¿Sería lícito decir que el inconsciente formaliza? ¿Que sus formaciones son formalizaciones? Creemos que no. El inconsciente se sirve de la letra para producir 84 Lacan mismo vacila sobre este punto dado que primeramente da a entender que las fórmulas matemáticas no tienen ninguna significación, para luego señalar que tiene una pero que no hay quien signifique esa significación: “Se equivocan si creen que las formulitas de Einstein que relacional la masa de inercia con una constante y algunos exponente, tienen la menor significación. Son un puro significante […] No por ello debemos pensar que nuestra física implica la reducción de toda significación. En el límite hay una, pero sin que nadie la signifique” (LACAN, J., “Clase 14: El significante en cuanto tal no significa nada”, en LACAN, J., El Seminario. Libro 3. Las psicosis, Buenos Aires: Paidós, 2004, p. 263). Ese “sin que nadie la signifique” es otro modo de plantear el rechazo del sujeto que opera en la ciencia. 85 Jean- Claude Milner plantea este doble movimiento de apertura y cierre de la significación en la ciencia con la metáfora de la tirada de dados (MILNER, J. C., La obra clara, Buenos Aires: Manantial, 1996): en un primer momento en el que los dados son arrojados al aire cualquier significación es posible (momento de pura contingencia), pero en el instante ulterior en el que los dados caen la significación se fija y sólo puede ser esa (momento de necesidad). El psicoanálisis, se sabe, trabaja con lo necesario (lo que no cesa de escribirse… necesariamente), pero para situar en él el real contingente sobre el que se funda el síntoma. 86 “La teoría del campo unificado está resumida en la ley de gravitación, que consiste esencialmente en que hay una fórmula que mantiene todo esto unido, en un lenguaje ultrasimple constituido por tres letras […] todo lo que entra en el campo unificado no hablará nunca más, porque se trata de realidades completamente reducidas al lenguaje. Creo que perciben aquí la oposición existente entre palabra y lenguaje” (LACAN, J., “Clase 19: Introducción del gran Otro”, en LACAN, J., El Seminario. Libro 2. El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, Buenos Aires: Paidós, 1997, pp. 359-360).

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significación, pero esa significación no radica en el juego ciego de las letras (como en la ciencia) sino en el hecho de que haya alguien dispuesto a enunciar esa articulación simbólica. El sueño –decía Freud– no es nada sin el relato del sueño; la letra queda vacía (imposible de interpretar) sin la dimensión de la palabra del analizante que (en un acto de enunciación) dice más de lo que quiere decir (efecto sujeto). No obstante, si cabe algún uso del término formalizaciones del inconsciente que construimos al principio de este apartado, quizá sea el de designar el tratamiento estructural que Lacan intentó darle al inconsciente freudiano para sacarlo del lugar banal al que había sido conducido por ciertas lecturas. ¿Qué son sus esquemas, sus grafos, sus superficies y sus nudos, sino el intento de mostrar formalizaciones posibles para entender el descubrimiento freudiano? ¿Son las formalizaciones del inconsciente, hechas por Lacan, idénticas a la formalización matemática? Sí y no; y debemos sostener esta paradoja. Lo son en cuanto el planteo lacaniano apela a la letra y a la posibilidad de formalizar (con matemas) el discurso del psicoanálisis87, a fin de garantizar su transmisión. Sin embargo, esta formalización –a diferencia de lo que ocurre en la ciencia– no puede prescindir nunca por completo de la dimensión de la palabra; por eso, tal vez, Lacan escribía y hablaba, hablaba y escribía, mostrando en esa alternancia la difícil tarea del analista de escuchar la letra y escribir con la palabra.

Bibliografía

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87 Un esquema (y esto vale también para los otros recursos topológicos de los que Lacan se sirvió) “es sólo una manera de fijar las ideas, que una imperfección de nuestro espíritu discursivo reclama” (LACAN, J., “Clase 19: Introducción del gran Otro”, en LACAN, J., El Seminario. Libro 2. El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, Buenos Aires: Paidós, 1997, p. 365).

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Pensar los géneros en la producción del conocimiento

Ernesto Bonicatto, María Crisalle y Noelia CasatiGrupo de investigación: Departamento Psicología Educativa

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Esta propuesta intenta incluir y teorizar sobre las nuevas referencialidades que permitan a los sujetos sociales posicionarse crítica y reflexivamente. En estas Jornadas de Investigación 2011: “La reflexión colectiva y la producción de conocimiento” que nos convoca a plantear aportes referidos a la perspectiva de géneros en la producción del conocimiento, entendemos imprescindible preguntarnos por las condiciones de inclusión de la temática en el Plan de Estudios de la Carrera de Psicología.

Objetivo

Discutir y problematizar la perspectiva de géneros en la producción del conocimiento y explorar en forma colectiva y participativa las estrategias posibles para la instalación de interrogantes sobre la temática y progresiva inserción en los espacios de investigación.

Procesos y Resultados

Es clave destacar que la perspectiva de géneros incluye una dimensión histórica, política social y cultural para pensar el sistema de exclusiones reiteradas que ubica en condiciones de vulnerabilidad a sujetos poblacionales específicos como las mujeres, bisexuales, lesbianas, travestis, transexuales y transgéneros.Las mismas poblaciones fueron excluidas del sistema educativo (en general por la persistencia de discriminaciones), su acceso y permanencia en el mercado laboral y en los ámbitos de participación pública. De allí la importancia de interrogarnos sobre los procesos de producción de subjetividad en el contexto actual incluyendo las herramientas provenientes de este campo de abordaje a los fines de poder incluir la complejidad que la habita.Este es el desafío que nos interesa compartir.

Palabras clave: perspectiva de géneros - producción de conocimiento - investigación - producción de subjetividad

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Prevalencia de las pantallas en la constitución de los ideales de belleza y la producción de subjetividad en la mujer contemporánea: ensayando

posibles respuestas

Juan Pablo Jukic y María Belén TrejoGrupo de Investigación: Trabajo de grado

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Este escrito consiste en una reflexión teórica sobre un cortometraje de una investigación que se realizó en Italia titulada Il corpo delle done. El mismo, hace referencia a cierto ideal de belleza corporal de la mujer en la televisión de ese país en la actualidad, y cómo se muestra la misma a través de este fenómeno. En este trabajo articulamos conceptos teóricos psicoanalíticos y de autores como Freire, Sibilia y Bauman para poder pensar tal problemática en nuestra actualidad. La imagen y la estética: ¿producen efectos en la subjetividad de las mujeres de 18 a 35 años? Para ello seleccionamos programas de alto rating como Showmatch, La noche del domingo e Intrusos poniéndolos en relación con aquel primer disparador.

A la luz de las características de la posmodernidad, la ciencia da posibilidades de que se corten, fragmenten, intercambien y agreguen partes al cuerpo, entrando éste en la lógica del mercado. En este marco, las cirugías estéticas y servicios adquieren un rol preponderante para alcanzar cierto ideal de belleza femenino, vulgarizando, estandarizando el cuerpo de la mujer a cualquier precio.En la mujer, como resultado de los avatares de la constitución subjetiva y de la salida del Edipo, repercute con más vehemencia este fenómeno. Apuntada como blanco por parte del mercado, consume objetos y servicios para alcanzar un ideal de belleza inalcanzable, tanto por motivos económicos como por el límite de un cuerpo que ya no resiste.Del mismo modo, nos parece importante el papel que juega en este hecho la invasión televisiva a la que estamos expuestos continuamente y las imágenes gráficas y publicitarias que refuerzan tal fenómeno.

Palabras clave: televisión - mujer - estética - subjetividad

Comunicación

En la vida de los seres humanos acontecen diversos hechos y se dan diferentes procesos de carácter social que se relacionan con la cultura de cada época. El hecho de que algo ocurra en determinado momento y en determinado lugar no es casual, sino que se apoya en diferentes condiciones que hicieron posible su surgimiento, es decir, es producto de una historia y de una cultura.Podemos denominar el período histórico social actual –siguiendo a diversos autores– como posmodernidad (Lyotard, 1979), modernidad líquida (Bauman, 2000), etc. Nuclear distintas denominaciones, hará referencia a un profundo y turbulento cambio socio político: luego de la caída del Muro de Berlín, comienzan a manifestarse una serie de

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cambios en los procesos productivos y económicos a nivel global, nuevas formas del ejercicio político, incipiente e insospechado crecimiento de la ciencia, la tecnología y los fenómenos mediáticos y modificaciones profundas en la constitución del lazo social. Estas nuevas formas, marcadas por cambios rápidos y constantes, producen ciertas técnicas de poder cada vez menos evidentes, pero más sutiles y eficaces, pues permiten ejercer control total en todos los espacios, operando con velocidad y a corto plazo.

En este marco, buscan producirse modelos subjetivos efímeros y descartables, vinculados a antojadizas propuestas y a intereses económicos del mercado, y una cuestión importante que se nos plantea para analizar es el cambio de cierta figura: la del ciudadano por la del consumidor. Paula Sibilia, nos señala que mediante formularios y encuestas, puede obtenerse información sobre el perfil del consumidor y conformarse una lista de datos sobre su condición socioeconómica, sus hábitos y preferencias de consumo. En su libro El hombre posorgánico señala a esta época histórica como inmersa en días de tecnociencia, neo-capitalismo salvaje y gusto vertiginoso por la novedad, y que ante la caída de ideales sociales comunes, los intereses de la publicidad ganan de mano, creando nuevas y nuevas necesidades que sólo pueden ser saciadas bajo algún objeto que se pueda conseguir en el escenario propuesto. En lo que concierne a la temporalidad, sólo se orienta en el presente como actual, olvidando la lógica simbólica del tiempo inscripta en sus tres dimensiones: presente, pasado que ha dejado huellas y un futuro como porvenir para que podamos seguir contando nuestra historia como proyecto común con los otros semejantes. El imperio del marketing y la publicidad terminan construyendo diferentes perfiles de consumidores con el fin de crear pertenencia a una determinada clase o grupo social, los cuales no dejan de ser efímeros, quedando de lado la idea de una identidad fija y estable, tan relevante en la sociedad moderna. De esta manera, “el usuario-consumidor pasa a formar parte de diversas muestras, segmentos de público, targets y bancos de datos, convirtiéndose este en un producto de venta mismo” (Sibilia, 2005).

Entre sus características, a “la hora de caracterizar a la postmodernidad, podemos señalar la creciente complejización de la mediatización”:88 el perfeccionamiento técnico y el boom de la informática, con sus características masivas, derivan en la desaparición de los límites entre los medios de comunicación y su presencia en la mayoría de los espacios que ocupamos y en los lazos sociales que nos atraviesan. Este hecho da como resultado una omnipresencia tecnológica en la vida de los hombres en la actualidad y creemos que un particular lugar ocupan en esto las diversas pantallas que proliferan en forma exponencial en los tiempos que corren: de televisión, de celular, de tabletas, de computadoras, etc.

Podemos encontrar en el término pantalla un carácter ambiguo, en tanto según la Real Academia Española, una de sus acepciones hace referencia a un “telón sobre el que se proyectan las imágenes del cinematógrafo u otro aparato de proyecciones”, mientras que otra de sus acepciones es: “Persona o cosa que, puesta delante de otra, la oculta o le hace sombra”. Esta ambigüedad podemos leerla en tanto por un lado refiere a algo que muestra, y por otro a algo que oculta, cuestión a la que nos referiremos de manera explícita o implícita a lo largo del presente ensayo.Es congruente con esta nueva prevalencia de las pantallas en la cotidianeidad, que se desprendan las imágenes como forma primordial de generación y transmisión de

88 Véase: <http://www.newsmatic.epol.com.ar/index.php?pub_id=549&sid=5640&aid=53509&eid=3&NombreSeccion=Portada&Accion=VerArticulo> [Consulta: 17 de octubre de 2011].

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representaciones sociales. La captura a la que estamos expuestos por ellas atraviesa nuestra subjetividad, y al operar este cambio, en los escenarios familiares y educativos contemporáneos, vemos cómo se modifican y se producen nuevas formas de apropiación del conocimiento.

La pantalla promueve nuevas formas de apropiación de sentido y de aprendizaje, en correlación directa con la producción de subjetividad actual. Dicha articulación, nos permite ubicar entonces, a las pantallas y a las imágenes como objetos que se nos presentan de manera intermediaria en la constitución del lazo social. Las gráficas publicitarias en la vía pública y las revistas de venta masiva generan así mismo un alto impacto, facilitando un mayor crecimiento de dicho fenómeno.89 Pudiendo considerar el análisis general de la dimensión estética y seductora de las pantallas y las imágenes, junto a sus efectos en nuestra cotidianeidad, se hace posible vislumbrar una articulación en la construcción de imaginarios, representaciones y lazos sociales en referencia a la figura de la mujer y la prevalencia de la imagen estética.Lograr constar dicha articulación, nos remite a contemplar las pantallas, que nos fundan y nos constituyen como sujetos sociales.

Nos vimos interpelados por esta realidad al ver una investigación realizada en Italia titulada Il corpo delle donne (El cuerpo de las mujeres), que bien podría trasladarse a los escenarios de la TV Argentina, donde se pretende someter a ideales de belleza extremos a las mujeres actuales.90 Podemos distinguir, por ejemplo, que los programas televisivos de mayor audiencia en nuestra sociedad son aquellos en los que se hace presente un particular modelo de belleza de mujer: aquella que sitúa como práctica regular asistir al quirófano y a gabinetes estéticos para lograr determinada figura en su imagen, a partir de un cierto ideal de belleza femenina que las pantallas no dejan de mostrarnos (¿sólo mostrarnos?). El mismo fenómeno puede vislumbrarse en las gráficas de todo otro tipo, donde prevalecen, en la mayoría de los casos, publicidades de un sinnúmero de cremas, geles, lociones, etc. que llevan la gran promesa de devolver la tersura y la transparencia de la piel, a partir del detenimiento y la captura de una imagen de mujer que se encuentra inmovilizada en un momento, sin un antes y un después.Como guía para pensar más concretamente lo que en este momento estamos reflexionando, podemos mencionar algunos programas televisivos de nuestro país como Showmatch, La noche del domingo o Intrusos, pero no debemos perder de vista que estamos hablando de algo que trasciende los límites de la televisión y alcanza todos los dominios de las imágenes que nos muestran las pantallas. En los programas televisivos que mencionamos, la mujer aparece encasillada como siendo sólo cuerpo, un objeto predominante sobre la palabra.

Los medios proyectan un cuerpo femenino bordeado por lo excéntrico, vulgarizado, fragmentado y estereotipado, ocultando su singularidad y el paso del tiempo como un mal que debe ser expulsado. Este fenómeno comprende, según Paula Sibilia, a “un cuerpo humano como una configuración orgánica condenada a la obsolescencia; su meta es superar la condición humana: rechazan el carácter orgánico y material del cuerpo humano

89Véase: <http://www.newsmatic.epol.com.ar/index.php?pub_id=549&sid=5640&aid=53509&eid=3&NombreSeccion=Portada&Accion=VerArticulo> [Consulta: 17 de octubre de 2011].90 El video se halla disponible en la siguiente página web: <http://www.ilcorpodelledonne.net/?page_id=259> [Consulta: 20 de octubre de 2010].

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y pretenden superarlo, buscando un ideal aséptico, artificial, virtual e inmortal” (Sibilia, 2005).Las pantallas promueven un ideal de belleza femenina que es presentado como ícono de la feminidad, por lo menos para aquellas mujeres que pertenecen a un rango de edad igual o similar al de aquellas que aparecen en estos programas como modelos. Sin embargo, lo que parece estar oculto, debido a la sutileza con la que se muestra es que ese ideal responde a determinados intereses; intentar ir un poco más allá del fenómeno en sí nos permite no hacer una lectura ingenua de las cosas y ver que un ideal de mujer bella como el impuesto hoy en día termina constituyendo un importante negocio, en base al cual proliferan en el mercado productos y servicios de carácter estético como medios para alcanzar el modelo de belleza de mujer en cuestión. Fue Freud quien nos habló en La transitoriedad del carácter cautivante que posee la belleza por su carácter de “efímera e instantánea” (Freud, 1916), que termina por producir encandilamiento y captura. El mercado parece haber interpretado correctamente esta característica que posee la belleza para generar dinero. Capturar su esencia se ha vuelto una carrera contra reloj, fundamentalmente en lo que se refiere a la juventud de los cuerpos. El mercado toma la posta, y vuelve a la moda efímera y descartable para poder vender, sin que haya un tiempo lógico entre cambio y cambio.

Está claro que esta ideología no es la única, pero sí la dominante, la que tiene mayor presencia en nuestra sociedad actual, y el hecho de que los programas televisivos citados tengan un alto nivel de teleaudiencia, medido por el rating, no es un dato menor.Son varios los caminos por los que podemos seguir indagando y reflexionando cuando tenemos las cosas planteadas de este modo. Sin embargo, a los fines de este escrito, nos proponemos pensar este fenómeno desde un concepto que nos puede facilitar algunas respuestas a preguntas que nos pueden ir surgiendo. Nos referimos al de contrato narcisista propuesto por Piera Aulagnier.El contrato narcisista es una suerte de pacto de intercambio entre el sujeto y el grupo familiar que también puede plantearse en relación con el grupo social. Tomando las conceptualizaciones de Cornelius Castoriadis, que nos habla del rol del grupo social en el que el sujeto se desarrolla en cuanto le ofrece a éste objetos significados socialmente en el proceso de su socialización,En su texto La violencia de la interpretación (Aulagnier, 1975), la autora nos habla de una suerte de pacto de intercambio entre el sujeto y el grupo familiar, que también puede plantearse en relación con el grupo social. Tomando las conceptualizaciones de Cornelius Castoriadis, que nos habla del rol del grupo social en el que el sujeto se desarrolla en cuanto le ofrece a éste objetos significados socialmente en el proceso de su socialización, Piera nos habla de una reciprocidad: el sujeto ve en el grupo el soporte que se le ofrece (constituido por las representaciones imaginarias sociales, diríamos) y por eso acepta el discurso del conjunto, a cambio de lo cual el grupo reconoce que el sujeto pueda existir sólo gracias a la repetición de los enunciados del conjunto.

¿Es posible hablar de la existencia de un contrato narcisista al pensar en un modelo de mujer propuesto, o mejor dicho, impuesto hoy a las mujeres, que muestra un ideal de belleza a imitar un tanto singular? Por supuesto que si hablamos de un ideal, por lo menos quienes nos posicionamos desde el psicoanálisis, lo inalcanzable es una de las principales características que lo definen. Sin embargo, también debemos tener en cuenta las características del planteamiento de este ideal por parte del mercado que se empeña en señalarlo como algo posible a partir de un discurso bastante particular que Lacan consideró

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“perversión del discurso del amo”, y en este punto, las pantallas a las que nos referíamos toman la posta.No podríamos plantear las cosas en estos términos si no pudiéramos ser espectadores, y en algunos casos de lujo, de los efectos que puede tener eso sobre la subjetividad de las mujeres, lo cual nos inclina hacia la idea de que no es meramente sugerido, sino que cobra el carácter de un mandato, que como tal, se impone a condición de hacer notar claramente su incumplimiento.

Pensamos el contrato narcisista como conjunto de condiciones definidas por un grupo social acerca de la existencia de un sujeto a los fines de acogerlo en su seno. Por esta línea, quien no cumple con dichas condiciones queda por fuera, excluido. Y es Piera Aulagnier la que nos señala que en ocasiones el contrato narcisista puede ser imposible de cumplir. Lo que subyace es la sensación de que el ideal de belleza extremo impuesto por el conjunto social hoy a las mujeres es al mismo tiempo un ideal de pertenencia, con todo lo que ello implica.

Desde otro ámbito, nuestra reflexión sobre esta cuestión nos invita a dar un paso más adelante en la indagación de este fenómeno y pensar nuevas propuestas que nos permitan entender un poco más aquello por lo que nos preguntamos, incluyendo en este análisis nuevos conceptos. Ocurre que por el camino que avanzamos, arribamos a una pregunta ineludible que arriesga con poner en jaque todo lo anterior: ¿por qué este fenómeno se da con mayor frecuencia y magnitud en las mujeres que en los varones? Después de todo, las personas de ambos sexos comparten este mismo momento histórico social vertiginoso regido por el imperio de las pantallas y bañado por el neoliberalismo, y también el varón se encuentra atravesado por un contrato narcisista. Es verdad que en los términos en los cuales planteamos las cosas en relación al concepto de Piera Aulagnier, un ideal de belleza impuesto para el varón no ha sido históricamente algo que se presente con la misma fuerza que se presenta para las mujeres, pero eso tampoco es un dato menor. Más bien es algo que debería hacernos preguntar por qué no ha sido así. Por otro lado, en los últimos años estamos siendo testigos de la proliferación de productos y servicios de belleza para varones a través de las mismas pantallas que citábamos más arriba para el caso de las mujeres. Ellas también nos informan de un número importante de varones que advienen a esta nueva moda. Sin embargo, es evidente que no se da en la misma intensidad y frecuencia que en el caso de las mujeres. Una posible explicación puede consistir en apelar a una cuestión cultural y argumentar que en la actualidad y desde hace algunas décadas, la belleza de la que siempre se habló en los términos que planteamos aquí, fue de la belleza femenina. Ocurrió de este modo en nuestra cultura y en este momento socio histórico sin repetirse en otros lugares y momentos del mismo modo.

Creemos que ese es un interesante camino para reflexionar y extraer importantes respuestas que nos ayuden a seguir pensando estas cuestiones. Sin embargo, aquí proponemos tomar otro camino, alternativo, para contribuir en la misma dirección, sin pretender encontrar las respuestas que nos lleven a un puerto luego de agotar el recorrido de las reflexiones. Es así que desde el psicoanálisis nos proponemos tomar algunas teorizaciones de Freud y Lacan.Si pensamos en la constitución del yo, ya sea del varón o de la mujer, debemos tener en cuenta que no hay en el aparato psíquico una inscripción que dé cuenta quiénes somos, no hay significante que nos represente como una totalidad. La constitución misma del yo, a partir de la experiencia que Lacan llamó el estadio del espejo, deja de lado algo del sujeto,

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algo no pasa por el espejo, el ojo que mira la imagen no está incluido en la imagen. Por ello, todo sujeto está atravesado por una falta que a su vez lo constituye como tal. Por lo tanto, podríamos decir que en este punto no hay diferencia entre varones y mujeres; sin embargo, la diferencia surge en otro plano.

Algo de lo que podemos partir para explorar esta diferencia es el hecho de que no hay en el aparato psíquico una inscripción que dé cuenta del sexo de la mujer, lo que lleva a Lacan a afirmar: “la mujer no existe”, frase que causó algo de escozor y cosechó algunos rencores por parte de quienes se apresuraban a interpretarlo antes de leerlo. Tempranamente en su enseñanza, en su seminario Las psicosis de los años 1955/1956, Lacan comentaba que el sexo femenino tiene un carácter de ausencia, y que la problemática de su complejo de Edipo “se resuelve a través del padre, al igual que el varón, dado la prevalencia de la forma imaginaria del falo” (Lacan, 1956).Esta cuestión ya había sido enunciada en alguna medida por Freud desde sus primeros escritos psicoanalíticos. En Tres ensayos de teoría sexual (Freud, 1905) Freud explica que “la sexualidad de la niña tiene un carácter enteramente masculino”, y hacia 1933 en sus Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (Freud, 1933) comparó el acto onanista del varoncito con su pene, con el de la niña con su clítoris y dijo que la vagina, genuinamente femenina, era algo desconocido para ambos, por lo que la niña actuaba como el niño.

Esto –nos explica Lacan– hace que para la niña identificarse a la madre no resuelva su pregunta por la mujer, a diferencia del varón que, identificándose al padre, sale del complejo de Edipo. Esto nos lleva a pensar en un avatar importante en la constitución psíquica de las mujeres en cuanto a su sexo, dado que, por los elementos recién analizados, sus identificaciones serían más lábiles e inestables. Y es aquí donde podemos encontrar un elemento interesante para nuestra pregunta, ya que en alguna medida contribuye a una posible respuesta respecto al por qué todo el mercado de la belleza en la mujer logra un efecto tan mayúsculo y marcado en ellas; porque no debemos olvidar que todo un arsenal de productos y servicios están directamente articulados al sexo de la mujer. Así, lo que generalmente se piensa desde un punto de vista social, apelando a las representaciones sociales de una época, también puede pensarse desde otro punto de vista que da cuenta de algo estructural.

Llegados a este punto del análisis, podemos conjeturar que tal exhibición de los cuerpos y la apelación excesiva a la imagen de la mujer en cuanto a sus caracteres sexuales en la pantalla, oculta una ausencia simbólica estructural. Y aquí volvemos a situar este carácter ambiguo del término pantalla.Y aún queda otra arista para pensar y a la cual el psicoanálisis contribuye. En la caracterización que hacemos de aquel ideal de belleza femenina que pulula en las pantallas de nuestros tiempos, la mujer aparece reducida al carácter de un objeto: su cuerpo, sobre el cual actúan cremas, aparatos, cirugías y fotoshops para transformarlo en algo ilusorio. Quizás esto pruebe de alguna manera lo que Lacan transmitía cuando decía en el año 1958, en su seminario Las formaciones del inconciente (Lacan, 1958), que la mujer se halla en la necesidad de ser el falo en tanto es el signo de lo que es deseado, por lo que toda su exhibición se debe a que se propone como el objeto del deseo, situándose como falo deseado.

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Ahora bien, sabemos que alguien que se identifica al falo se identifica a un objeto y puede quedar reducido a eso, y además debemos tener en cuenta que el objeto en cuestión es uno que no existe, por lo que puede terminarse en la anulación del sujeto como tal.Si sumamos esta pequeña referencia a la anterior podemos también lograr una contribución para pensar por qué tantas mujeres se someten voluntariamente a este lugar y por qué otras degradan con fuertes críticas a quienes lo hacen.

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Los cuerpos de la época

Carlos E. BarbatoGrupo de investigación: PSI 140

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Sostenemos en el presente ensayo que el sujeto sufre por su apetencia incolmable de sentido. Y que esa misma apetencia es utilizada por el mercado en su propio beneficio, produciendo grandes cambios sociales y ambientales que afectan la subjetividad. Lo cual nos conmina a involucrarnos en el tema con el fin de realizar un examen de la lógica que rige nuestra cultura. Apelaremos a lo que ha sido denominado Hábeas corpus, ese instrumento que preserva al sujeto del uso no consentido de su cuerpo por parte del otro.

Pero nos preguntamos: ¿qué preserva al sujeto de sí mismo, el cual padece del no-ser original y no puede identificarse a su cuerpo sino en forma mediata, si al mismo tiempo es empujado por el mercado al consumo desenfrenado ofreciéndole nominaciones estandarizadas? Junto a lo anterior, mencionamos lo que Lacan nombró como “la pérdida de lo que se soportaría en la dimensión del amor”. En este contexto: ¿cuál es nuestra tarea como practicantes del psicoanálisis? Respondemos que ofrecemos una experiencia en la que la transferencia permite operar al amor como medio para que el sujeto pueda tomar en consideración sus condiciones de goce; y que éste, el goce, condescienda al deseo.

Palabras clave: Cuerpo - goce - época - psicoanálisis

Comunicación

“Tu tienes tu cuerpo”

La frase del subtítulo hace referencia a la forma en que Jacques Lacan alude a una de las intervenciones de la ley en nuestra cultura llamada Hábeas corpus que puede traducirse como “que tengas el cuerpo”, también “tienes tu cuerpo” o “tendrás tu cuerpo”.Es en el año 1969, en su seminario De un otro al Otro, que Lacan afirma: “He allí las cuestiones que, seguramente, permitirán dar –en lo que hace un momento yo llamaba nuestra civilización general– el valor de una palabra de orden como aquella llamada del hábeas corpus. Tu tienes tu cuerpo, él te pertenece, nadie más que tú puede disponer de él para hacerlo freír”91.

Se trata de un recurso legal que tiene una larga historia en el derecho: comenzó a usarse en Inglaterra en el año 1628 y desde ese momento fue tenido en cuenta en las constituciones de todo país que se precie de democrático. Establece el derecho que tiene todo ciudadano detenido o preso, de comparecer inmediata y públicamente ante un juez o un tribunal, para

91 LACAN, J. (1969), De un Otro al Otro, <http://es.scribd.com/doc/6999769/LACAN-Seminario-2-Clase19-Introduccion-Del-Gran-OtroPDF> [Consulta: 1de octubre de 2011].

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que, oyéndole, resuelva si su arresto es o no legal, y si, por ello debe mantenerse o no el mismo. Lo cual constituye una garantía de que la detención de un ciudadano no está realizándose arbitrariamente, sino conforme a derecho. Y se trata asimismo de una acción posesoria que se ejerce sobre una cosa o bien, en virtud del dominiun que el hombre considerado libre tiene sobre su cuerpo, el cual es equiparado a una cosa. Es el instrumento que no estaba disponible durante la dictadura militar al estar conculcados todos los derechos; esto mismo como consecuencia de que cada ciudadano no perteneciente a la elite dictatorial, había perdido derecho pleno sobre su cuerpo. Pero: ¿no está claro por naturaleza para cada ser humano que su cuerpo es suyo, de su propiedad, y que de la misma manera que le pertenece y puede hacer con él lo que le plazca, por lógica consecuencia no tiene en principio el mismo derecho sobre el cuerpo del prójimo, salvo que éste se preste y se disponga ad hoc? ¿Es necesario este tipo de ley?

El acuerdo ético que establece el Hábeas Corpus es necesario –y debe ser cuidado en toda circunstancia– porque se preserva al sujeto del uso no consentido de su cuerpo por parte del otro. Parece entonces emanado, derivado o procedente de la ley de prohibición del incesto. Es decir, que separa cuerpos. Siendo un claro ejemplo de cómo la ley resulta ser un reparto de goce entre sujetos. Se puede entonces, en acuerdo a la ley, preservar al sujeto de su prójimo.Pero, ¿quién preserva al sujeto de sí mismo? Porque se da la circunstancia sorprendente de que el sujeto suele gozar de la pulsión con irresponsabilidad, como si no reparara en que ese cuerpo que se malogra en el exceso es de su propiedad.

El no-ser del sujeto y el mercado

Sostenemos desde nuestro campo, el Psicoanálisis, que el sujeto es producto del funcionamiento reglado del significante y que sufre por su apetencia incolmable de sentido, por significar de alguna manera su no-ser original. Afirmamos entonces que esa misma apetencia es utilizada por el mercado en su propio beneficio, produciendo grandes cambios sociales y ambientales que afectan la subjetividad y que ello nos conmina a nosotros, los psicoanalistas, a involucrarnos en el tema con el fin de realizar un examen de la lógica que rige nuestra cultura.

Esto que le ocurre al sujeto se produce porque el significante es como el genio maligno de Descartes: insiste en confundirnos con los malentendidos que provoca, en sorprendernos, en anonadarnos. El sujeto deseante resulta ser entonces el resto de un malentendido. Un cuerpo pulsional consecuencia de un discurso que implica al Amo y la ley.Es claro que esta filosofía cartesiana no hubiera podido construirse sin el discurso, sin palabras. Parafraseando a este autor, el sujeto dice: soy una cosa que piensa y en tanto pienso, soy. Es decir, que el ser me es dado por el saber, por la res cogitans y no por el cuerpo. Por consiguiente, no puedo identificarme a él o desde él, sino en forma mediata.

El mercado responde a este estado de cosas produciendo objetos listos para consumir. Es así que en nuestra época hay quienes se presentan como fumadores, obesos, anoréxicos, bulímicos, ortoréxicos, vigoréxicos, toxicómanos u otras nominaciones provenientes del mercado científico, que frecuentemente integran instituciones, comunidades virtuales u otra clase de agrupamientos que brindan un sentido generalizado para sus integrantes. Pero es nuestra tarea específica como psicoanalistas no olvidar que se trata de cada uno con su subjetividad, entre el cuerpo pulsional y el Otro, en esta época que le toca vivir. Que

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nuestro axioma es que el sujeto es responsable de su goce, propietario absoluto de su cuerpo.

Los cuerpos de la época

La cultura que nos toca vivir, no es la misma que en la época de Sigmund Freud. En ella el Nombre del Padre aunque maltrecho, aún se enseñoreaba. En nuestra cultura actual éste ha estallado y se ha pluralizado, es les noms du père..., los nombres del Padre, homofónicamente idéntico a: les non- dupes errent, es decir, los no incautos yerran, nombre del Seminario 21, del año 1973, de Jacques Lacan.Se ha producido hoy una pluralización de los nombres del Padre, una inconsistencia e inexistencia del Otro y es época de no incautos y desengañados.

En la época en que Freud elaboró su teoría, se trataba de levantar la represión, porque se encontraba con un sujeto restringido en el consumo de los objetos de goce. En cambio en la época actual, tenemos un sujeto acoplado al objeto a, cuerpos atiborrados de satisfacción directa e instantánea de la pulsión. La ciencia, esclava del mercado más que del saber, sin ética y sin límites, vuelve al mismo ávido de más satisfacción porque el secreto radica en que dicha satisfacción sea de corto alcance, debe concluir enseguida. La apuesta y la respuesta del mercado a ese circuito es la oferta incesante de gadgets –del inglés: lo que se consigue u obtiene en la calle– objetos a disposición, listos para uso y consumo. Se establece así un régimen que empuja al puro goce, sin amor. Como bien lo muestran las abundantes ofertas que favorecen las toxicomanías. Un ejemplo claro de esto es la sustancia denominada paco: satisfacción y fin de la misma en forma inmediata. Cuerpos sometidos a lo inmediato de una satisfacción que se evapora mientras se produce. Consumo paradigmático de nuestra época.

Si por otra parte tomamos en consideración las redes sociales, notamos que en ellas pueden asumirse distintas personalidades o personajes con nombres o sobrenombres ad hoc; o se puede asimismo cambiar el género. También pueden incluirse a los fines de ilustrar el personaje, imágenes sustraídas de foros u otros archivos de la web. Todo lo cual es posibilitado por el anonimato que el medio permite. Y como además, la conexión puede concretarse con usuarios de diferentes partes del globo, es factible pensar en una supresión del espacio tangible, un fenómeno atópico. Y en este mismo sentido, una asegurada intangibilidad del cuerpo del otro, de su olor, de sus tonos coloquiales, de la textura de su piel, de la intención de la mirada supuesta, que suelen transformar cualquier encuentro posible de los cuerpos en celibato. Es un tipo de goce sin lazo, que originándose muchas veces en el fenómeno de la soledad, suele al mismo tiempo acentuarla.

Más que del cuerpo que se encuentra o desencuentra con otro, parece que se produjera una erotización de la pantalla o un empuje al autoerotismo, en sintonía con el individualismo moderno. Parece favorecerse un amor interruptus, un propósito activo de no satisfacción carnal con un partenaire in corpore, compareciente al cual se lo permuta por los signos de su presencia.

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Es instructiva la posición de la iglesia mexicana que ve con buenos ojos el sexo virtual, como una forma de resolver en parte el conflicto que le crea el uso del preservativo el cual fomentaría el pecado de fornicación.

La circulación por lo que Lacan denominó el falso Discurso Capitalista, suele ser entonces, libre y continua, sin límites o barras. La decrepitud de los significantes amo, y el ascenso del sujeto a lugares de los que disponía hasta hace poco sólo en su fantasma, taponan su deseo.Se impone el consumir como un imperativo categórico: la exigencia es: ¡todos a consumir!, aún lo innecesario y su lema: ¡luchemos contra el no! Pero esto concluye en un estrago universal, un conjunto donde cada uno de los sujetos es a su vez objeto de consumo. Es decir: cuerpos para el consumo, cuerpos desechados.Como decía Caetano Veloso: “visto de cerca, nadie es normal” y en este punto recordamos que la dificultad del neurótico es antes que nada, propioceptiva, es decir, cómo se percibe. Se trata de una necesaria insatisfacción sobre un objeto siempre imperfecto que flaquea aún más en la excesiva imaginarización o la recurrencia a la imagen. Lo cual, como hemos ya afirmado, ha sido utilizado por el mercado que ha convertido al cuerpo como algo para mostrar, sólo presencia. Entonces, se torna obsceno e intolerable un exceso de las medidas standard establecidas para el mismo.

Si tomamos por caso a los obesos de Estados Unidos, se afirma que unos 40 millones padecen esta enfermedad del consumo desenfrenado, pero, luego pasan a ser consumidos, hecho resto y segregados. Y la anorexia, mal de nuestra época, sería en este sentido, casi una resistencia solitaria al consumo de más, un hambre de nada, pero, de la mano de un ideal mortífero de figura hiper delgada que la lleva al borde de la muerte.Además, es notorio en los sectores más empobrecidos y marginados de nuestras ciudades la convivencia de la desnutrición con la obesidad en altos porcentajes. Cuerpos consumidos, aún los cuerpos obesos.

Entonces, es necesario enfrentar el para todos que ofrecen el mercado y su proveedora de saber, la ciencia a su servicio. Porque el amo moderno, hace derivar esto mismo hacia un para algunos, que segrega a grandes franjas de la población. Ciudadanos, debajo de la línea de pobreza, de marginados del sistema, es decir, cuerpos desechados del sistema, aunque necesarios para su sobrevivencia. Cuerpos sin un no al consumo al que empuja la pulsión, goce solitario que la torna entonces, omnipresente pulsión de muerte.

“La pérdida de lo que se soportaría en la dimensión del amor”

Jacques Lacan afirma en su alocución de cierre de las Jornadas de estudios sobre las psicosis en el niño92 en el año 1967 –retomando las Antimemorias de André Malraux–: “La cuestión está en saber si, por el hecho de la ignorancia en la cual es mantenido ese cuerpo por el sujeto de la ciencia, habrá derecho luego a, ese cuerpo, hacerlo pedazos para el intercambio. ¿No se discierne, en lo que he dicho hoy, adónde converge? ¿Vamos a atrapar la consecuencia de esto con el término de: el niño generalizado?” (...) Y refiriéndose a las palabras del religioso: “Lo que he llegado a creer, fíjese, en este ocaso de mi vida, le dijo,

92 Las Jornadas de estudios sobre las psicosis en el niño de las que aquí se trata, se realizaron en París, los días 21 y 22 de octubre de 1967. Fueron publicadas por primera vez en Recherches en 1968.

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es que no hay personas mayores”. “Esto es algo que rubrica la entrada de un inmenso gentío en el camino de la segregación (...)” (Lacan, 1967).

La expresión niño generalizado alude al hecho de que el falso Discurso del Capitalismo y la ciencia que le es sierva, tal como lo afirmamos párrafos más arriba, cuestionan la autoridad del padre en la cultura y el lugar de la palabra, ofreciendo al sujeto un estatus de objeto de mercado, un gadget igual a otros, sin diferencias, como un producto más ofrecido para el consumo. Es decir, un rechazo de la particularidad. De esta manera se incentiva a responder en forma generalizada con el cuerpo al a y se contraindica la responsabilidad subjetiva de cada uno por su devenir en el mundo, por su estilo de goce. La segregación entonces, es la consecuencia, ya que el goce que se promociona se torna encerrado en sí mismo, autoerótico y sin lazo. Una exigencia de que no haya ya personas responsables.

Como consecuencia de lo anterior, en nuestra época se produce una infantilización del adulto y el ingreso temprano de los niños en circuitos reservados desde siempre para aquél, quien distraído, permanece en una dilatada infancia o adolescencia. Se trata de una época de aquello que Lacan ha detectado ya en 1974: “Hay una historia, aunque no sea forzosamente la que se cree, lo que vivimos es muy precisamente esto: que curiosamente la pérdida, la pérdida de lo que se soportaría en la dimensión del amor, si es efectivamente no la que yo digo –yo no puedo decirla–, a ese Nombre del Padre se sustituye una función que no es otra cosa que la del “nombrar para” [nommer á]. Ser nombrado para algo, he aquí lo que despunta en un orden que se ve efectivamente sustituir al Nombre del Padre” (Lacan, 1974).

“Ser nombrado para” algo, pragmáticamente –como bulímico, vigoréxico, toxicómano etc.– sustituyen al Nombre del Padre y permiten morigerar el desanudamiento. La pérdida de la dimensión del amor que es su consecuencia, afecta al dispositivo analítico, en tanto éste se halla sustentado en la transferencia. Este sujeto consumidor-consumido, parece ser alguien sin los enigmas que el amor convoca.

El posicionamiento del sujeto en el punto en que es tomado como objeto en la estructura, no permite un cambio de posición, una elección responsable de su deseo y de su goce, aún siendo dificultosa la tarea del analista. Un análisis debe entonces contribuir o tributar en este sentido, permitirle tomar una decisión al respecto aunque nos encontremos en la época del desamor de transferencia. Esto puede lograrlo –de acuerdo al Discurso del Analista– colocándose el analista mismo como objeto a, no ya como el que sabe, al servicio del Discurso del Amo, sino como semblante agalmático de la causa del deseo. Que pueda revelarse en la experiencia analítica como un objeto versátil, útil y a disposición. Desechando la impostura y al servicio de a. Ya que si ocupa en el acto analítico el lugar del que sabe, su saber será uno más del mercado.Que sea un incauto, alguien no prevenido, que se deje sorprender por el discurso y el deseo del analizando. Recordemos en este punto una de las posibles traducciones del Seminario 21: “Los no incautos yerran”.El analista ofrece entonces una experiencia en la que la transferencia permite operar al amor como medio para que el sujeto pueda tomar en consideración sus condiciones de goce; y que éste, el goce, condescienda al deseo.

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Imágenes y palabras

Analía B. OrtegaGrupo de Investigación: PSI 150

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Se han realizado investigaciones que dan cuenta de que adolescentes y jóvenes disponen de menos palabras en su vocabulario respecto a diez años atrás. Esto es posible notarlo también en la clínica, respecto a algunos analizantes adolescentes. En el campo del sujeto, las palabras operan como donadoras de un lugar, ya que él es su producto y quien se vale de ellas.Respecto al tema de la imagen en la constitución del sujeto, podemos situar su función formadora, imprescindible, pero si se la entroniza en un lugar de totalidad y verdad única que porta un sentido concluso, es posible que se produzca un ensombrecimiento del sujeto, ya que éste se pone en acto en el sinsentido, en los baches del discurso, en los traspiés de las palabras. La imagen no es por fuera de la palabra, pero muchas veces la eclipsa desactivando buena parte de su alcance y su poder. Otras versiones de la imagen dan cuenta de que puede estar al servicio del afianzamiento del sujeto y también al servicio de la construcción de verdades históricas y de profundización de la memoria, a través de su ligadura al relato.

En la cultura actual, centrada en lo audiovisual ¿podríamos decir que hay hegemonía de la versión de la imagen como única y todo? ¿Ello podría operar en detrimento de la palabra? En Vivencia de satisfacción, Freud plantea que el infante intentará por vía de la imagen volver a reconstituir esa primera satisfacción (proceso primario). Pero el estado de urgencia de la vida, al no producirse por esa vía la cancelación de la necesidad, pone en marcha otro proceso psíquico (secundario) que a través de un rodeo puede conducir a modificar la realidad para acceder a algo de satisfacción.¿Qué pasa si el sujeto queda ligado fuertemente a la suposición de satisfacción total por la vía de la imagen? ¿No nos encontraríamos con el predominio de un modo primitivo de funcionamiento de lo psíquico, sostenido en la ilusión de satisfacciones mágicas que no requieren de acciones para modificar la realidad?Si la fuerza cautivante de la imagen es utilizada cada vez más como elemento de manipulación por parte de espacios de poder del campo social, esto ¿podría causar la devaluación del proceso de simbolización ligado a las palabras?

Lo anteriormente planteado tiene una complejidad mayúscula ya que refiere al cruce entre lo histórico-social y la constitución del sujeto en términos estructurales. Es necesario seguir trabajando conceptos como lo individual y lo colectivo, las diferentes concepciones respecto a la masa y su relación al sujeto, etc.¿Cuáles podrían ser los efectos en jóvenes y adolescentes? Si no es posible tomar la vía del rodeo, el sujeto puede quedar atrapado en el como si, tomándolo como una realidad de hecho, lo que interferiría en los posicionamientos no adaptativos, creativos y críticos.

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Algunas reflexiones acerca de lo histórico-social y sus efectos en el campo de las palabras.

Palabras clave: adolescencia - imágenes - palabras - vivencia de satisfacción - realidad - lo histórico-social

Comunicación

Hace un tiempo, desde la Academia Argentina de Letras se señaló que actualmente los adolescentes y jóvenes disponen de menos palabras que hace diez años: antes dominaban un vocabulario de 1.200 palabras y ahora sólo de 600. También hay indicadores de que poseen dificultades para comprender textos.Más allá de estos datos numéricos, la generalización y la seriedad o no de las investigaciones que arriban a ese resultado, quienes estamos por distintas razones en contacto con adolescentes y jóvenes somos testigos de este fenómeno extraño, doloroso, que da cuenta de cierto empobrecimiento al que hoy me quiero referir. En la clínica lo he ido notando a través de los años, en algunos de los analizantes adolescentes.

En el campo del sujeto, las palabras operan como donadoras de un lugar, ya que el sujeto es su producto y quien se vale de ellas. Ser depositario de ese legado fundamental es un derecho y todo aquello que atente contra él no será sin consecuencias, ya que lo que ha aportado a cada quien el ir ingresando al ámbito de lo humano y el ir encontrando un lugar en este mundo se desdibuja y pierde su condición de sostén, poniendo en peligro el espacio subjetivo que se va ganando con gran esfuerzo.

Desde hace un par de décadas nos encontramos con la hegemonía de una cultura audiovisual, en la que han ocupado un gran espacio máquinas receptivas de imágenes y sonido que ya tienen un lugar muy ganado entre nosotros, y con mérito propio. Son muchos los fenómenos sociales que a partir de la tecnología informática se han generado, y que tocan el ámbito del sujeto. Es necesario interrogarnos acerca de ella, las competencias y desafíos de su utilización en las distintas versiones –juegos, videos, redes sociales, etc.–. No se trata de tomar posiciones absolutas, sino de preguntarnos qué son, que efectos tienen y cuál es su alcance en el trabajo de constitución del sujeto, en este caso adolescente, si es que podemos sostener que efectivamente inciden de alguna manera. Estos efectos se deplegarán en cada sujeto, ya sea constituyendo un obstáculo o favoreciendo la afirmación subjetiva.

Estamos en presencia de un cambio fuertísimo respecto al modo de establecer lazos, en términos de lo social, respecto al saber, y por qué no a la verdad. Melman dice que la nueva economía psíquica en estos tiempos trata de sustituir con la imagen a la palabra, pasando a un mundo icónico y numérico. Respecto al tema de la imagen en la constitución del sujeto, podemos situar su función formadora, imprescindible. En principio el sujeto se fija en la imagen de un otro que lo enajena; tal es la energía y tal es la forma que opera en el origen y de la que deberá ir diferenciándose.

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En la cotidianeidad actual nos encontramos con fenómenos ligados a ciertos excesos, a un no poder parar, que pone en riesgo de anclar en la fuerza de ortopedia que la imagen conlleva si se constituye en fin en sí misma, lo que referiría a un cierre del lado de la ilusión yoica de unidad, solidaria con la suposición de existencia de un objeto adecuado en el campo pulsional. Un paciente adolescente me decía que no podía salir de un juego virtual con el que estuvo por horas durante varias días, hasta que empezó a angustiarse muchísimo y tener diversas sensaciones corporales de dolor. Pudo pedir ayuda para poner tope a lo que estaba padeciendo, ya que se le complicaba hacer un recorte respecto a lo que adquiría fuerza de objeto completante que lo apresaba, en un momento de fuerte empuje pulsional. Si desde esta perspectiva a la imagen se la entroniza en un lugar de totalidad y verdad única que porta un sentido concluso, es posible que se produzca un ensombrecimiento del sujeto, ya que éste se pone en acto en el sinsentido, en los baches del discurso, en los traspiés de las palabras.

Otras versiones de la imagen dan cuenta de que puede estar al servicio del afianzamiento del sujeto y de la construcción de verdades históricas, a través de su ligadura al relato. Un ejemplo en el ámbito social son los desarrollos de creadores en distintas técnicas audiovisuales que a través de largometrajes, cortometrajes y otras modalidades han puesto y ponen en escena imágenes con valor significante. Podemos abrir la siguiente pregunta: la hegemonía de la imagen como única y como todo, ¿podría operar en detrimento de la palabra?La imagen está mediada por la palabra y es indisociable de ésta. Freud lo plantea claramente cuando refiere a los sueños, esa formación del inconsciente caracterizada por ser representada en imágenes. Pero el contenido figurado constituye una escritura, una cadena significante que toma forma escénica, poniendo en imágenes lo que tiene su raíz en un texto. Éstas deben abrir a la escucha de la trama inconsciente puesta en juego, más allá de la fascinación que puedan generar.

Tomemos uno de los desarrollos iniciales en el que Freud introduce el tema de la imagen y el campo de la escritura. Escritura que podemos situar como la intermediación, el rodeo que el lenguaje constituye respecto a la experiencia. En la primera vivencia de satisfacción93, a través de otro que lleva a cabo la acción específica, el infante arriba al cese del estímulo interior. A partir de ella quedará asociada la huella mnémica de la necesidad y la huella mnémica emanada de la percepción del objeto de satisfacción. En cuanto la necesidad resurja se cargará nuevamente la imagen mnémica de dicha percepción y a través de la alucinación (proceso primario) el infante intentará por vía de la imagen, volver a reconstituir esa primera satisfacción, momento que se ha perdido para siempre. Luego, Freud llama deseo a la fuerza impulsora que intenta recuperarla. Pero el estado de urgencia de la vida y sus ineludibles condiciones, al no producirse por vía de la imagen la cancelación de la necesidad, pone en marcha otro proceso psíquico, secundario, más adecuado a tal fin. Se trata de un trabajo psíquico de rodeo, a través del cual pueda modificarse la realidad, para acceder a algo de satisfacción. El acto de pensar constituye la sustitución del infructuoso camino más corto, encarnado por el alucinar.

93 FREUD, S., “Punto 11 del Proyecto de Psicología”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen 1, Buenos Aires: Amorrortu, 1998.

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¿Por qué llama infructuoso al camino más corto? Para ser más clara: una cosa es que alguien quiera alimentarse con la foto de un pollo asado, y otra que se disponga a hacer el movimiento necesario para procurarse un pollo asado concreto, y que sea lo más rico posible.Entonces, la primitiva descarga motriz del infante deberá suspenderse mudándose en acción sostenida por el pensar, constituido desde el representar, para intervenir en la realidad. Freud habla de la atracción que las percepciones ejercen sobre la distribución de nuestra energía psíquica al estar al servicio del principio del placer, pero el vacío creado por la pérdida del primitivo objeto de satisfacción regula la hegemonía de ese principio, poniéndose en marcha el principio de realidad en el intento de reencontrar algo de placer, no todo.

¿Qué pasa entonces si el sujeto queda ligado con fuerza a la suposición de satisfacción total por la vía de la imagen –es decir, si quiere contentarse con la foto del pollo asado–? ¿No nos encontraríamos con la hegemonía de un modo primitivo de funcionamiento de lo psíquico, sostenido en la ilusión de satisfacciones mágicas que no requieren de acciones para modificar la realidad? Si la fuerza cautivante de la imagen es utilizada cada vez más como elemento de manipulación por parte de espacios de poder del campo social, ello podría producir como efecto la devaluación y la obstaculización del proceso de simbolización ligado a las palabras, lo que atentaría contra aquello que posee, como ya dijimos, valor humanizante. La imagen no es por fuera de la palabra, pero muchas veces la eclipsa desactivando buena parte de su alcance y su poder. Esto es sólo un recorte que requiere seguir siendo investigado y fundamentado, ya que aquí aparece un tema que tiene una complejidad mayúscula: el cruce entre lo histórico-social y la constitución del sujeto en términos estructurales. Es necesario seguir trabajando conceptos como lo individual y lo colectivo, las diferentes concepciones respecto a la masa y su relación al sujeto, etc.

En tiempos de la adolescencia, cuando el sujeto busca el afuera familiar como apoyo y sostén, esta manipulación puede llegar lejos, interfiriendo en los posicionamientos no adaptativos, creativos y críticos. Si se le complica acceder a la vía del rodeo, el sujeto puede quedar atrapado en el como si, tomándolo como una realidad de hecho.Ahora bien, para Freud el término realidad tiene un carácter problemático. Es introducido históricamente en la tradición filosófica abriendo la pregunta respecto a la coincidencia entre la percepción y la verdad. Freud propone una génesis de la representación distinta de la clásica, de la pura impresión proveniente del exterior –representación reflejo–, que nos confronta con el carácter no automático de las representaciones que aparecen de modo singular en el campo del sujeto. Si nombra lo representado es porque también algo quedará por fuera de esa posibilidad. La verdad será no toda. Las verdades absolutas y conclusas son producto de forzamientos que, en el caso del ámbito social, funcionan a contrapelo de la condición humana.

Freud sitúa tres significaciones del concepto de realidad: realidad psíquica, objetiva (en contraposición a subjetiva), y para referirse al mundo exterior. Lo que llama realidad psíquica –entre otros desarrollos– es la oposición del pensamiento con la percepción, ligada a la actividad alucinatoria. Según plantea Lacan94, Freud parte de la experiencia de las cantidades indomables con las que se encuentra en su experiencia de las neurosis, 94 LACAN, J., El Seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 2003, p. 41.

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y desde allí trata de explicarnos cómo opera la actividad de contención, es decir, cómo el aparato que sostiene el proceso secundario (principio de realidad) contornea los desencadenamientos de catástrofes que acarrea el dejar librado a sí mismo al aparato del placer (proceso primario). El principio de realidad tiene que guiar al sujeto para que culmine en una acción posible. El pensar fue dotado de propiedades que posibilitaron al aparato anímico soportar el aplazamiento de la descarga. Es importante aclarar que al hablar de constitución del aparato psíquico, al pensar hay que tomarlo en este sentido, y no como el razonar o la actividad consciente a la que nos referimos en la vida cotidiana. Una tendencia general de lo psíquico parece aferrarse a las fuentes de placer (principio del placer) de que dispone y hay dificultad para renunciar a ellas. Luego hablará de un más allá del principio del placer, ligado a su enunciación de pulsión de muerte.La hegemonía de la imagen que hace signo suele generar en los sujetos una ganancia de placer por el camino más corto, pero también de corto alcance en cuanto a la conquista de un lugar subjetivo a través de actos que aporten a ello.

Un adolescente me decía: “Me aburre leer un libro, lo único que hay son letras”. Le aburre el carácter monótono de letra tras letra, siendo determinante allí la imagen y no las significaciones que pueda encontrar en el texto. Apropiarse de las palabras implica también poder soportar la hendidura de sinsentido al que ellas enfrentan. En el transcurso de un análisis, si prospera, el sujeto adolescente va estableciendo una relación estrecha con la palabra, redimensionando su alcance y eficacia. En estos tiempos en que la vertiginosidad ocupa lo cotidiano, los jóvenes siguen solicitando análisis, aunque la oferta en el campo psi sea muy amplia, incluso en dirección a resoluciones inmediatas.Escuché en estos días que en youtube están haciendo avances de libros que se han editado últimamente a través de videos. Es interesante, ya que puede ser un modo nuevo de estimular la lectura. Quizá con el tiempo vaya quedando atrás la cultura del papel y la tinta, –aunque me resulta bastante difícil de imaginar–. Lo importante es que se encuentren sustitutos que cumplan esa función.

Los logros en la vida no son posibles haciendo un click, lamentablemente. Los adultos ya tenemos experiencia al respecto –aunque esto no implica ninguna garantía–. Pero muchos adolescentes y jóvenes aún no han atravesado la caída del pensamiento mágico y la cultura de la inmediatez no ayuda a dejarlo atrás, todo lo contrario. En muchos adolescentes –desde luego no en todos–, la urgencia por el hacer se acopla con la vertiginosidad informática. Hay mayor empuje a actuar, cuando faltan las palabras. Nos encontramos con actos muchas veces marcados por la impulsión –por ejemplo lo que comentaba del chico adherido al juego del que no lograba desprenderse–, en los que no hay lugar para medir las consecuencias. Esto significa la presencia de riesgos, a veces fatales, en los que interviene el divorcio de las acciones respecto a la palabra y es necesario volver a articularlas. El significante apacigua a la pulsión.

En algunas escuelas secundarias se está implementando la narración de lo leído, como se hace en los jardines, para ayudar a la apropiación del lenguaje.Vamos a ver qué pasa con la entrega de las netbooks. Si se usan adecuadamente, planificadamente, acompañadas por capacitación para docentes y alumnos, pueden ser un recurso muy interesante. Los chicos están entusiasmados, algo allí parece que mueve al deseo. Esperemos pueda capitalizarse favorablemente ya que en el campo de la educación, el atropello ha sido brutal, y en muchos adolescentes ha aparecido y

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aparece la caída del deseo de saber, incluso desprecio por el saber. Es necesario que estemos atentos a los cambios que se están produciendo justamente respecto al acceso al saber (en el sentido de conocimiento) o al modo de concebirlo, por ejemplo en relación a la horizontalidad que implica internet, a diferencia de la verticalidad operante desde siempre en los ámbitos educativos. La búsqueda en internet muestra el gran cúmulo de información que existe y poder seleccionar y recortar es fundamental para no perder el rumbo.

Estudiar también requiere soportar ese tiempo de rodeo, de contacto con la palabra a procesar, a incorporar. A muchos les suele costar bastante transitar el camino para acceder a un conocimiento que es siempre parcial.El sujeto no desaparece en la virtualidad, sí podríamos pensar en momentos de alienación de los que, si las cosas van bien, le es posible salir. Por otro lado hay espacios de lo virtual en los que aparecen más las palabras y que pueden afirmar al adolescente en su lazo a otro, creo que de un modo distinto –por ejemplo a través del chat y su resignificación de los términos escribir y hablar–.

Haciendo algunas reflexiones respecto a lo histórico-social, entre las acciones del terrorismo de estado y las políticas neoliberales que afectaron a todo el grupo social argentino, está también la violencia inusitada dirigida a nuestra lengua.Luego de marzo de 1976 un cartel mecanizado colocado en el Obelisco y que giraba permanentemente sobre ese eje decía: “El silencio es salud”, refiriéndose supuestamente al ruido urbano de la ciudad de Buenos Aires. “Los argentinos somos derechos y humanos”, difundían los medios durante la mundial estafa del ‘78.

En la época en que los niños que nacieron durante la dictadura llegaron a la adolescencia, se empezó a usar una expresión que ahora es muy común, “no tener historia”, que quiere decir “no hay problema”. Justamente las palabras son sitios de la memoria en la lengua. No se puede depurar la lengua a través de decretos, tiene su propia eficacia, su propio momento de fuerza, no son sólo enunciados, sino posiciones enunciativas. Perla Sneh plantea que durante el exterminio nazi al pueblo judío, se produjo un lengüicidio con el idish, pero que fue justamente esa lengua la que más se usó para la resistencia en los guetos y campos de exterminio. Al sujeto no se lo puede privar del lenguaje. Lo antecede, es estructura que va más allá de las palabras. Pero considero que sí es posible atentar contra éstas, interceptándolas. Lo que constituye un elemento más que puede aportar a sumir al sujeto a la condición de objeto manipulable. Por esta vía va a continuar mi trabajo de investigación.

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Lo siniestro en la pulsión de muerte

Luis Pablo SeitGrupo de Investigación: PSI 150

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

En el hacer psicoanalítico hallamos paradojas. Este trabajo muestra una de ellas: lo ominoso y la pulsión de muerte tienen una estructura semejante, algo está donde no debería estar. Algo semejante sucede con la transmisión del psicoanálisis, ya que tanto uno como otro ejemplo llevan a un rechazo, produciendo así un giro en la teoría freudiana, en relación a qué es lo que se rechaza y qué sucede con la repetición. Cuestión que lleva a Freud a plantear nuevas instancias y replantear el principio de placer-displacer.

Palabras clave: pulsión de muerte - ominoso - siniestro - transmisión - psicoanálisis

Comunicación

Freud, de cierta manera, nos muestra lo que encuentra en la clínica, con la compulsión a la repetición y la llama pulsión de muerte, y dice que donde tiene que haber placer encuentra displacer, y donde tiene que haber displacer encuentra placer. Hay aquí una inversión. Esto se le presenta como una paradoja de lo que venía trabajando en su teoría. Encontramos aquí la misma estructura que posee das Unheimliche (lo ominoso), donde hallamos algo que no debía estar ahí: algo no esperado.

La pulsión de muerte

Freud descubre que el trauma (que, por ejemplo, se presenta en sueños traumáticos), se presenta en el aparato psíquico como altamente displacentero, y se repite de alguna manera (sintomática). Así este elemento que viene desde el exterior (donde percepción-conciencia dividiría el interior del exterior), irrumpe como un plus de energía en el aparato, afectando así a esta pantalla que divide exterior de interior.Freud, desarrolla el tema de una manera evolucionista, al decir que la libido (Eros o pulsión de vida) se nos presenta como principio de placer, y modifica o irrumpe en el principio de nirvana (principio que busca tener la menor energía), relacionado con la pulsión de muerte (que es la compulsión de la repetición, en esta búsqueda de tener una menor energía en el interior del aparato).

La pulsión de vida va a presentarse como aquel elemento que da una percepción endopsíquica (es decir, la energía necesaria para exteriorizar algo del aparato), o en el interior del aparato, siendo así lo que da investidura, presentado el placer o el displacer (como descenso o aumento de energía). De esta manera, parece que la pulsión de vida es lo que está más cerca de lo que se llamaría en la teoría freudiana, representación; y la pulsión de muerte de lo que no se puede representar (ligar con energía), pero tiene efectos sobre el sujeto desde el superyó; y sobre lo que no se representa hay un acotar con la libido; pero a

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su vez se pueden apoyar estas dos pulsiones e insistir, por el conflicto que estas dos presentan.

Freud ya había adelantado algo de esto al introducir el narcisismo en su teoría, ya que al encontrarse con las exigencias del sustituto de algo perdido (el cual es ese narcisismo primario, con todas la perfecciones que una vez tuvo o le fueron atribuidas), el sujeto se dirige a lo que, de una u otra manera, le cause placer, con tal de cumplir con su elección de acuerdo a un ideal (de perfección) y su elección objetal. Así, entre lo objetal y lo narcisista podría aparecer un sustituto, que podría repetir aún cuando esto sea patológico (con la diferencia que para esa época no había teorizado sobre la pulsión de muerte).

Entonces, se repite lo displacentero, que por otro lado, causa placer; esto lleva a Freud a teorizar sobre la escisión del yo (segunda tópica), con un nuevo modo de entender los síntomas e incluso el tratamiento, ya que cuando el paciente empieza a avanzar en el tratamiento, debería sentirse más aliviado, pero a veces retrocede, ya que no podría estar mejor. Su destino es estar peor (presentándose esto como un mandato del superyó).Este infortunio que se manifiesta al sujeto como un accidente (o suceso) del destino –esto que es el trauma– se presenta como una herida en el yo (el cual la libido erogeneiza). Freud descubre que un evento como éste puede llegar a ser olvidado, reprimido, pero retorna. Retorna repetidamente eso que le sucedió al sujeto de manera sintomática, y como un sustituto de algo histórico que ha sido elaborado por ciertos mecanismos, como los del inconciente. Donde se presenta una ganancia de placer –en tanto reprimida por parte del yo– el sujeto vivencia una pérdida. Es decir, que la compulsión de la repetición –de un sustituto– se le aparece al sujeto como angustiante.

Lo ominoso como el retorno de lo igual

Freud nos ha presentado esta compulsión a la repetición en los artículos Recordar, repetir y reelaborar (1912) y Lo ominoso (1919). En este último artículo se trabaja la idea de un retorno de lo igual.Retornaría algo igual, ¿a qué? al yo. Lo que sucede para el sujeto en el aparato psíquico es que a partir de la percepción de algo externo al sujeto, que sería igual a ese yo, a una representación que, valga la redundancia, represente al sujeto como una representación de la falta (como sucede en el niño en el Edipo).En uno de los ejemplos que da Freud y que causa horror al sujeto podríamos colocar al doble, doble horroroso, en tanto se muestra igual y no. Esto el lo que descubre Lacan con la diferencia significante: en eso que él llama automatismo significante (en una repetición) aparece un elemento de diferencia.

Tal vez aquí podríamos encontrar un punto de contacto entre das Unheimliche y pulsión de muerte, ya que si al primer término lo traducimos del francés podemos interpretarlo como extranjera familiaridad; mientras que si tomamos un ejemplo que Freud da en Más allá del principio del placer (en el juego de su nietito), se puede interpretar como presencia-ausencia, marcando así una repetición de significantes opuestos, como respuesta al trauma.Encontramos algo similar cuando Lacan trabaja el cuento de Edgar Allan Poe La carta robada. En esta obra, una tropa de policías busca una carta donde debería estar escondida, pero la carta yacía donde no se esperaba que esté. En este sentido, el trabajo de investigación sigue una lógica distinta a la lógica policíaca, a la lógica del control. Ante

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una búsqueda, ante una pérdida, aparecen dos modos opuestos de responder a la falta. Y esto es producido por una legalidad inconciente que se relaciona con aquello que el sujeto no puede ubicar: eso que es objeto de su deseo, aquello que no es de él, pero que busca desesperadamente.

Freud nos dice que este conocer es un re-conocer que se da partir de una percepción exterior aunque partiendo de una moción interna de la libido (Tres ensayos para una teoría sexual), es decir, de esa energía sexual que tiene relación con los sentimientos amor y odio. De esta manera Freud retoma la teoría de Empédocles en la cual la unión se produce por amor, aunque sabemos por experiencia que el odio también constituye una manera de unir. Al catetizar un objeto, el yo retoma un rasgo de ese objeto, siendo del Ello de donde parte esa libido, y éste va a amar al yo que tiene algo del objeto (pero presentándosenos el problema de cuál es el sujeto y cual es el objeto, ya que el yo sería como el objeto, el sirviente para las otras instancias), desexualizando la libido, o mejor dicho la sublima, ya que no puede llegar a su fin. Teniendo así un fin Ético. De esta manera, Freud nos dice que es un narcisismo secundario, en un movimiento libidinal, tal como lo describimos, del objeto al sujeto. Dejando así un rasgo sobre el sujeto.

Este narcisismo secundario es una identificación, y se repite el movimiento entre identificación y elección de objeto, en la repetición de lo mismo.Pero, al enfrentarse con otro escenario igual, va a repetir esto para eliminar el conflicto. Por ejemplo aquello que sucede con el duelo: cuando el objeto no está, el sujeto se identifica con éste. De esta manera, al identificarse al objeto elimina el conflicto entre lo que le presenta una realidad, mientras en su interior trata de elaborar lo traumático. En la fobia se produce una proyección del conflicto de lo interior a lo exterior (sufriendo tanto una inversión, como un desconocimiento de este proceso), siendo otro intento de solución del conflicto.Esto, a lo que le tengo miedo, y que me angustia, y que ha sufrido una deformación a través de los mecanismos del inconciente, es un retorno de lo reprimido, de lo inconciente.Pero lo interesante es que Freud nos presenta a las pesadillas, o los sueños de angustia, como eso que no fue muy deformado (lo mismo pasaría con el chiste, pero con un resultado diferente). Así como elementos que cruzan un umbral, interdicto. Cuestión que nos lleva a preguntarnos: ¿qué tan deformados son los productos psíquicos tal como das Unheimliche?

Rechazo y narcisismo

En el amor (en transferencia) más la identificación, uno trata al otro como si fuera yo, y esta forma de igualdad (de yo=yo, o tal vez entre percepción=realidad) se nos presenta por la idealización o por el ideal, marcando así la formación de la masa (y del sujeto).Se nos presenta algo que se expulsa, se rechaza, ese objeto que tiene que ver con mi deseo, deseo inconciente, en eso que fue traumático para mí, tal como lo representa das Unheimliche o la vivencia de dolor de la que habla Freud. Y esto que reprimo me dejaría dos opciones que estarían muy emparentadas: o lo odio, o lo ignoro; y en parte están relacionadas ya que son dos pasiones que separan, odio al otro porque X tuvo la culpa; ignoro en una no existencia, presentada como el desconocimiento de algo.

Es lo que pasa con el inconciente y el sujeto. Si estamos seguros de que se rechaza algo, en el yo se presenta como un desconocimiento, y Freud lo relaciona con la percepción de la

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Realidad, en la cual se nos presenta una imposibilidad de conocerla toda, y esto lo hacemos a partir de una identificación (entonces hay algo todo y algo no-todo, en el juicio que se hace sobre la realidad, la Verdad de esta), y es principalmente yo imaginario, como llama Lacan, pero es el trauma el que marca eso en el yo, como una falta.

Es así que, el sujeto no puede conocer todo. Pero esto dejaría una marca de la libido, marcando la necesidad de cambiar la teoría pulsional, porque lo que ese yo libidinizado nos presenta es un agujero, cuestión que tiene consecuencias en los movimientos de deseo.Freud nos aclara que esto se da por catextización de la percepción. Y al inconciente Freud nos lo presenta como un saber no sabido, marcando que la percepción y la memoria se excluyen, es la exclusión del saber de algo. Y lo que es percibido como exterior, pero que viene del interior (por el rechazo o exclusión de lo inconciente), al percibir algo (algún representante) que tenga que ver con lo rechazado (no siendo acorde al ideal, y con el principio de placer), causa angustia.

Angustia y superyó

Causa angustia lo que tiene que ver con lo traumático y la castración. En algunos casos se nos puede presentar como angustia, y en otros como culpa. Entonces, el yo realizaría este movimiento, donde el yo=percepción=realidad, la libido, masculina (una laminilla que nos habla Lacan, y la superficie de que nos habla Freud), rechazaría lo femenino. Hay un rechazo a los seres castrados que han sufrido un daño, una herida narcisista; eso que puede presentar una diferencia con el otro y que causa angustia al sujeto (otra vez nos encontramos ante pares opuestos como masculino-femenino).¿Qué es lo puede producir diferencia o una herida narcisista? La ciencia, un real, la castración, la mujer y el psicoanálisis. En tanto que hay uno que es no todo.

El superyó que es un representante del padre, que viene del ello y del Edipo, es una instancia que para Freud puede devenir angustia; no es el padre en sí, sino una disociación del yo. Y es lo que permite aparecer placer donde no debería, y viceversa.El Ello, del cual Freud nos dice que es lo antítetico al yo, se nos presenta como un no-yo, como un espacio donde están reprimidos los traumas. Puede retornar y proyectarse, que es lo que nos muestra Freud cada vez más claro a partir del trabajo con sus pacientes, en la importancia de lo que se presenta en ese no. Ya que Freud nos dice que la negación es marca de lo inconciente y de la pulsión de muerte (más de lo que Freud llama pulsión de destrucción). Y es lo que permite marcar un exterior y un interior. Pero, das Unheimliche se nos presenta como algo externo que tiene algo interno (una exterioridad interna), que se manifiesta en el funcionamiento del aparato psíquico.Este juicio sobre lo interno y lo externo se presenta desde el superyó (esto que es mudo) y está en una instancia formada por representaciones-palabras, marcando otra vez un par opuesto: palabra-silencio.

Cabe destacar que la representación-palabra como conformador del superyó, tiene que ver con los padres, con lo que representan las prohibiciones culturales. Con aquello que parte del Padre totémico, del que descenderíamos (el mito que inventa Freud), y del que descenderían otros mitos. Para Freud, la misma teoría pulsional es una mitología.Hans Blumenberg dice que ante lo ominoso, ante el terror, ante lo indeterminado, el mito pone un nombre, algo más accesible y familiar, que puede tener inconsistencias lógicas y presentarse de una manera local y temporal, en un credo quia absurdum. Es decir, una

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manera de explicar un real, tal como hace Freud con su teoría pulsional, a la cual ve como su mitología, como un supuesto que dice una verdad de la clínica.

Se une estructura de parentesco y de descendencia (de la que veníamos hablando); es decir, tanto del yo (que viene de un padre, un abuelo, etc.) como del síntoma que aparece desde una historia, desde una descendencia (una serie), que presenta una estructura del lenguaje y de la letra.Esto se devela en la instancia moral, es decir, en la instancia del bien y del mal, presentándose a manera de voz paterna (RP), constituyendo una instancia que mortifica silenciosamente (atormentando, observando), en tanto que el sujeto queda en la espera de este amo perverso, que es el superyó.Esa espera es el fantasma, es una estructura que deja un espacio. Blanchot nos habla de un espacio literario, es la literaterra de Lacan que da lugar a una escritura (escritura sobre un cuerpo) y que da lugar a una lectura (a un comentario).Pensemos en la mortificación de la cual hablábamos antes, aquella que crece con la identificación por la acción que tiene la pulsión de muerte al abandonar la elección de objeto: ¿qué pasa con la pulsión entonces? Freud nos dice que termina respondiendo a la demanda (haciendo marca) de este amo perverso que instaura un no y una ley de prohibición.

Transmisión

Aparece un problema el psicoanálisis que es el problema de la transmisión, y que en la clínica se da también en esta estructura que Freud y Lacan logran escribir. A mi entender, Lacan logra asir otros elementos con los que Freud no contaba, pero tanto uno como otro encuentran horror y rechazo.Entonces, ¿dónde se nos presenta el problema para leer? Es lo que descubre Lacan: se mastica lo que se lee, si se oye lo que se ve. Así se presenta el inconsciente y el problema en la lectura se exhibe como un rechazo del psicoanálisis que se exhibe como otro tipo de lectura y por consiguiente de escritura, siendo la letra el inconsciente.Sería interesante ver cómo se despliega el método de lectura o investigación que nos han planteado tanto Freud como Lacan, la lectura sobre la estructura, porque cuando nos encontramos con nuestro propio inconsciente, no podemos reconocerlo como propio. Y es ya en esta lectura como se nos presenta este rechazo, que puede causar horror, angustia o tal vez deseo.

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Enseñanza y transmisión: recorte del campo de lo posible en una imposibilidad estructural

Mirta Spedale y Viviana ValvasonGrupo de Investigación: PSI 150

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Adherimos al interrogante planteado por Lacan en El Psicoanálisis y su Enseñanza: “…Lo que el Psicoanálisis nos enseña, ¿Cómo enseñarlo?”. Freud postula que lo dictado en la Universidad es enseñanza. Cuando en 1919 escribe ¿Debe enseñarse el psicoanálisis en la Universidad?, responde que es imposible y que la transmisión se efectiviza en el análisis de cada uno. Y además, que ella no se adquiere en la Universidad, por la sencilla razón de que el acto no se enseña: es el resultado de una determinada posición ética. Pero también la enseñanza es, además de su análisis, indispensable a un analista. Entonces: ¿cómo dar cuenta del entrecruzamiento entre enseñanza y transmisión?

Partimos de considerar que la lectura es un recorrido inevitable. Lacan plantea que el acento no debería pasar por el qué leer o cómo leer, sino que leer es algo que se hace imprescindible, ya que esta lectura insiste, aunque haya algo de la práctica que resista, que se escape, y no haya forma de transmitirlo.Los paradigmas científicos postulan que los conocimientos se construyen desde otros previos. El obstáculo podría ser el mismo psicoanalista y la ceguera producida por su propio saber, ya que los fenómenos no se repiten de la misma manera dos veces en la clínica.El peligro que acecha la lectura que sustenta la transmisión es que obture la producción de sentido. Lacan advierte sobre la ceguera del analista: se hace necesario poder leer, sin que el acto de mirar ciegue. Porque el mirar apresa en el terreno imaginario y el ver habilita en el terreno de lo simbólico.

Podría afirmarse entonces que un analista no surge siguiendo y aprobando sus cursos en la Universidad, sino acostado en el diván de su analista. Esto hace del psicoanálisis un productor tanto de sentido (dogmas) como de sin-sentido (discurso del inconciente). Lo paradójico es que no se puede hablar de enseñanza del psicoanálisis en la Universidad sin dejar de plantear sus dificultades, intrínsecas a un saber no completo ni concluyente. Un auxilio excepcional para poder despejar estas problemáticas es el concepto de Sujeto. Estatuido como tal a partir de Lacan, es decisivo en el momento de recortar el campo particular de la teoría psicoanalítica.

Y para intentar despejar el terreno teórico acerca del sujeto, es que apelamos a la Metapsicología. La metapsicología es la herramienta freudiana. Es su esfuerzo lógico por transmitir aquello que le deja como enseñanza la experiencia clínica, testimonio princeps del entrecruzamiento y la tensión entre la intención de una formalización a la luz de la ciencia y su práctica. La lectura de lo no representable para el sujeto a través de la

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metapsicología es un intento de formalizar una falta constitutiva, un real perdido, origen de la invención del psicoanálisis. La resignificación de estos textos a la luz de los conceptos de Lacan, no hacen más que iluminar y confirmar que el conflicto acerca de la enseñanza y transmisión del psicoanálisis no sólo sigue vigente, sino que es irreductible. O imposible, que es lo mismo.

Palabras clave: enseñanza - transmisión - sujeto - metapsicología

Comunicación

Todo retorno a Freud que de materia a una enseñanza digna de ese nombre, se producirá únicamente por la vía por la que la verdad más escondida se manifiesta en las revoluciones de la

Cultura. Esta vía es la única formación que podemos pretender transmitir a aquellos que nos siguen. Se llama: un estilo.

Jacques Lacan. El psicoanálisis y su enseñanza

Este trabajo adhiere al interrogante planteado por Lacan en El psicoanálisis y su enseñanza, de 1957, digno de su autor en la formulación: “Lo que el Psicoanálisis nos enseña, ¿Cómo enseñarlo?”. Como si esta pregunta no bastara, más adelante aparece una nueva: “¿Qué es ese algo que el análisis nos enseña que le es propio, o lo más propio, propio verdaderamente, verdaderamente lo más, lo más verdaderamente?”.Frente a tan contundente interrogante, la respuesta no pude ser otra cosa que nuevas preguntas: ¿Cuál es el fundamento que sostiene que un analista decida enseñar psicoanálisis en la Universidad, aunque no sea una extensión natural de su práctica? ¿Por qué entonces –extrañamente– se transforma en una decisión bastante frecuente? Parecería ser que en esta ida y vuelta oscilante entre la práctica clínica y el discurso académico, la influencia mutua no sólo se produce, sino que muchas veces hasta deriva en conflicto. Aun así, podemos empezar postulando inequívocamente que la formación que carga el docente de una materia de psicoanálisis en la transmisión conceptual no solamente incide, sino que atraviesa aquello que se transmite como teoría.

La cuestión puede ser planteada, en principio, desde dos ejes fundamentales: el tema de la lectura y el tema del estilo.El estilo encierra un problema, que es tal vez el mismo problema con el que se encontró Freud con respecto a la transmisión del Psicoanálisis: hay algo de la práctica que resiste, que se escapa, y no hay forma de transmitir. Freud tomó el camino de la explicación clara, detallada. Por su parte, Lacan desde sus Escritos eligió el camino de lo enmarañado, quizás para que el lector trabaje y descubra el sentido de lo que se dice en forma particular (o que descubra –acaso– que no hay sentido común). El peligro que acecha (cualquiera sea el estilo) la lectura que va a sustentar la transmisión es que la misma sea encarada de manera hermenéutica, que suponga que lo escrito sea divino, y como tal, perfecto. La lectura hermenéutica puede dar lugar a la repetición vacía de frases, sin indagar su sentido (y la repetición de lo mismo implica la ilusión de que hay un sentido común); o puede dar lugar a la ausencia de crítica. La otra consecuencia es el abuso de la interpretación, y la inferencia de que encierra infinitas posibilidades de sentido. La causa de estos equívocos extremos es originada siempre por el mismo motivo: cada letra fue escrita por Dios. Claramente se vislumbra la existencia de un doble problema: no sólo la preocupación acerca de cómo transmitir, sino aquella que suscita la duda de a quiénes dirigir el mensaje.

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En El psicoanálisis y su enseñanza –Escritos I–, Lacan dice: “El cuadro de su práctica no es tan sombrío felizmente. Alguien ante quien se repite siempre en el momento fijado sobre la muralla el fenómeno de la inscripción de las palabras Mane, Thecel, Phares, aunque estuviesen trazados en caracteres cuneiformes, no puede ver indefinidamente en ellos solamente festones y astrágalos. Incluso si lo dice como se lee en el pozo del café, lo que leerá no será nunca tan estúpido, con tal de que lea, aunque fuese como Monsieur Jourdain, sin saber lo que es leer”.Podría discutirse el modo de abordaje respecto de los textos, pero lo que es irrebatible es el hecho de que la lectura es un recorrido inevitable. Si se lee deteniéndose en los arabescos que se dan a ver en los escritos, si se hace de este acto un ceremonial de rigurosidad que no permita la movilidad del sentido, o si se entrecruza la propuesta y se agrega esto de tener en cuenta el contexto en donde se escribe lo que se escribe, casi es una cuestión singular que en primera instancia pareciera que podría no importar demasiado.

Lacan elige esta cita para transmitir que el acento no debería pasar por el qué leer o cómo leer, sino que leer es algo que se hace imprescindible, ya que esta lectura insiste. Este problema atraviesa no sólo la transmisión del psicoanálisis, sino la formación del analista. Aquí deberían rescatarse algunos ejes a tener en cuenta: una posición epistemológica, una clínica y el estilo.Respecto de la cuestión epistemológica el obstáculo aquí es el propio psicoanalista y la ceguera producida por su propio saber. Los paradigmas científicos postulan que los conocimientos se construyen desde otros previos. El primer obstáculo que debió sortear el psicoanálisis es que no hay experiencia previa, y requiere del analista una atención permanente, parejamente flotante como lo indica Freud, ya que lo que se muestra nunca es igual. Los fenómenos no se repiten de igual forma dos veces en la clínica. Bachelard propone apelar a la ruptura epistemológica. A partir de allí, puede fundamentarse que en todo caso, lo que insiste, es el empuje de lo inconsciente.

Por ello Lacan utiliza el párrafo anteriormente citado de la Biblia (tomado del libro de Daniel) y reproduce la inscripción de las palabras Mane, Thecel, Phares. Advierte que, frente a los hechos, uno puede leerlos o no leerlos, pero al leerlos, hacerlos hechos. Dicho de otra forma, no se pueden confundir palabras con adornos arquitectónicos o arabescos. Esto otorga un posicionamiento singular en la clínica, ya que la lectura depende de los conocimientos, de la formación, de la práctica y de la ética, esta última como punto de tensión y entrecruzamiento de las anteriores.Instala el tema de la ceguera del analista, punto que es de vital importancia ya que la visión de la clínica determina la práctica. En lo que al psicoanálisis respecta, se hace necesario poder leer, sin que el acto de mirar ciegue. Porque el mirar apresa en el terreno imaginario y el ver habilita en el terreno de lo simbólico.El personaje de Molière (que cita Lacan) es el paradigma del aparentar. Monsieur Jourdain pretende aparentar quien no es. Siendo un burgués de una cierta posición económica frecuenta la nobleza, pretendiendo ser parte de ella. El personaje muestra la ignorancia en su naturaleza e inevitablemente hace pensar en la imagen y en la postura. Con él, intenta transmitir la diferencia entre la psicología del yo y el psicoanálisis, entendiendo al yo como la sede de las apariencias y el desconocimiento, y el saber que se puede leer en el discurso del inconsciente.

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¿Pero cómo enseñar lo que el psicoanálisis nos enseña? Si la Universidad es el lugar elegido para la transmisión de la experiencia de los analistas: ¿cómo dar cuenta del entrecruzamiento entre enseñanza y transmisión? En 1919 Freud escribe ¿Debe enseñarse el psicoanálisis en la Universidad? El interrogante aún no está resuelto. ¿La Universidad produce psicoanalistas? Freud mismo responde que la enseñanza del psicoanálisis en la Universidad es imposible. Pero también es cierto que aunque la enseñanza del psicoanálisis ofrezca ribetes de imposible, es lo que caracteriza su esencia.Es necesario agregar algo más a esta afirmación, que en sí misma es una falacia. No hay duda alguna con respecto a que el psicoanalista no es un producto de la Universidad, sino de un análisis. Y ello por la sencilla razón de que el acto no se enseña, dado que es el resultado de una determinada posición ética. Pero también la enseñanza es, más allá de su análisis, indispensable a un analista. Sigamos a Freud: “por su estructura, la universidad tan sólo permite, respecto de nuestra disciplina, la instrumentación del método “dogmático-crítico”.Paradojal, la denominación del método es en sí misma una contradicción: si es dogmático, no acepta la crítica; si es crítico, no acepta el dogmatismo.Pero más paradojal todavía es que para enseñar en la Universidad, apelamos a un conjunto de “dogmas”, que se erigen como indiscutibles axiomas psicoanalíticos: la existencia del inconciente, para empezar. Es cierto que esas verdades son sometidas a la crítica. Sin embargo, algunas han de sostenerse. Y entonces, a pesar de la crítica, no salimos del terreno del dogma. Roberto Harari dice que: “… dogma es un término que suena mal para nosotros, psicoanalistas: suena a religión, parecería no ser conducente a la andadura del psicoanálisis”. Pero teniendo en cuenta que el mismísimo Freud no cambió esa idea, sitúa esta diferencia postulando que lo desarrollado en la Universidad es enseñanza.

¿Qué decir entonces respecto de la transmisión del psicoanálisis, distinta de la enseñanza? Freud da a entender, en ese aspecto, que la transmisión del psicoanálisis se efectiviza en el análisis de cada uno. Y además, que ella no se adquiere en la Universidad.Podría afirmarse entonces que en realidad, un analista no surge siguiendo y aprobando sus cursos en la Universidad, sino acostado en el diván de su analista. Esto hace del psicoanálisis un productor tanto de sentido (dogmas) como de sin-sentido (discurso del inconciente). Es lo que hace la diferencia irreconciliable con la psicología, apoyada y sostenida en un discurso muy semejante al de la medicina. Al colocar como objeto de su estudio y producción teórica al yo, otorgándole el carácter de núcleo central de la persona, coinciden y confluyen en erigirse como saberes completos, sin fisuras, sin contradicciones y sin críticas. El psicoanálisis es opuesto a esa objetividad de lo manifiesto, de lo consciente, de lo voluntario y de pleno sentido que sostienen tanto la psicología como la medicina. El saber psicoanalítico es lagunoso, con grietas, irrespetuoso de la cronología y de lo evolutivo.

Tanto en el texto de 1926 ¿Pueden los legos ejercer el análisis?, como en El porvenir de una ilusión, de 1927, Freud establece diferencias concretas entre el psicoanálisis y la medicina, y en el último, sale al cruce de la posición subjetiva encarnada por el religioso: el psicoanalista no es -ni debe ser- médico; ni tampoco es –ni debe ser– un religioso. Contrariamente, debe situarse en un tercer lugar, que es el propio.

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Este lugar es el lugar opuesto: mientras que el médico y el sacerdote curan con fórmulas que a priori están dotadas de sentido, el psicoanalista se ocupa de las lagunas, de las grietas, de la atemporalidad y del sin sentido. Y si bien el médico y el sacerdote son sostenidos porque la sociedad instituye, genera y privilegia estos lugares, Lacan aporta la explicación de no se trata de otra cosa que de colocar en un lugar jerarquizado e indiscutible, lo que en el Seminario de la Angustia llama el fantasma de omnipotencia. Dicho en otros términos, no es más que un efecto narcisista que instala la ficción del saber completo. El psicoanálisis, contrariamente, ofrece lo que Lacan enseña: un sujeto advertido. ¿Advertido de qué? De los efectos del lenguaje en el sujeto, de los efectos que el lenguaje provoca en cada uno, que no es otra cosa que lo que Freud llama inconsciente.

En el año 1937, en Análisis terminable e interminable, Freud redobla la apuesta: coloca el psicoanalizar en línea con el gobernar y con el educar. A las tres: gobernar, educar, psicoanalizar, las califica como profesiones u oficios imposibles. Imposibles de poder concluir, de adquirir sentido pleno, de erigirse como saberes completos. En ese sentido es que son interminables. Freud encuentra en las tres un rasgo común. A partir de la lectura de Lacan, es un Real, por eso es imposible. Imposible de alcanzar una culminación, o sea una tendencia no concluíble.Esto implica entonces que el saber del psicoanálisis no es completo ni concluyente, y que su diferencia radica en que lo que de él cura, es un saber a construir en el acto analítico; pero podemos estudiar sus leyes, su funcionamiento en cada caso particular.Todas las cuestiones planteadas con anterioridad, tienen un eje común. No se puede hablar de enseñanza del psicoanálisis en la Universidad sin dejar de plantear sus dificultades, ya establecidas como intrínsecas e inherentes a su condición.

Un auxilio excepcional para poder despejar estas problemáticas es el concepto de Sujeto. Si bien Freud no le dio al término sujeto el estatuto de concepto, y sólo podemos asirlo como tal a partir de Lacan, es decisivo en el momento de recortar el campo particular de la teoría psicoanalítica.Basta establecer las diferencias con el sujeto de la Psiquiatría, tal como Freud lo plantea en la Conferencia XVI de las Conferencias de introducción al psicoanálisis, en la que parece intuir que justamente el sujeto aparece ahí donde no es. Cuando Lacan afirma que “el yo no es el sujeto”, que éste no se confunde con el individuo (Seminario 2. El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica), está afirmando el descentramiento del Yo producido por Freud cuando plantea que “El Yo no es dueño y señor de su propia casa”. Es muy probable que esta herida narcisista producida por Freud a la ciencia de su época haya sido realmente lo que no le perdonaron, más aún que sus proposiciones acerca de la sexualidad infantil.

Para intentar despejar el terreno teórico acerca del sujeto, es que apelamos a la Metapsicología.La metapsicología es la herramienta freudiana, sin ella ninguna técnica es posible. Es un esfuerzo lógico por transmitir aquello que le deja como enseñanza la experiencia clínica. Y es una constante en la obra de Freud: había usado esa designación por primera vez en las cartas a Fliess. En las Cartas 41 y 84, utiliza el término para plantear “una psicología que toma en cuenta lo inconsciente”.

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Luego aparece en Psicopatología de la vida cotidiana, cuando referencia… “la participación de lo inconsciente en la raíz de las causalidades psíquicas”. Alcanza su esplendor teórico alrededor de 1915 (Los escritos metapsicológicos) y en 1920 (Más allá del principio del placer). En 1937, en Análisis terminable e interminable, es convocada como aquella que puede venir en auxilio para… “encontrar alguna respuesta respecto a la posibilidad de domeñamiento de la pulsión al fin del análisis y modificar su teoría respecto de lo constitucional por intensidad pulsional”. Apoyándose en el Fausto de Goethe, escribe: “…hay que decirse: es preciso que intervenga la bruja, entiéndase: la bruja metapsicología (...) Sin un especular y un teorizar metapsicológicos, no se da aquí un solo paso adelante. Tenemos sólo un punto de apoyo: la oposición entre proceso primario y secundario y a éste he de remitir aquí”.

La lectura de lo no representable para el sujeto a través de la metapsicología es un intento de formalizar una falta constitutiva, un real perdido, origen de la invención del psicoanálisis.Y la metapsicología freudiana es el testimonio prínceps del entrecruzamiento y la tensión presente en la obra de Freud entre la intención de una formalización a la luz de la ciencia y su experiencia clínica.La lectura y resignificación a posteriori de estos textos a la luz de los conceptos de Lacan, no hacen más que iluminar y confirmar que el conflicto acerca de la enseñanza y transmisión del psicoanálisis no sólo sigue vigente, sino que es irreductible. O imposible, que es lo mismo.

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— (1962-63), El Seminario. Libro 10. La angustia, Buenos Aires: Paidós, 1987.

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El apremio de lo clínico en el caso de la joven homosexual de Freud

Alex Dal MolinGrupo de Investigación: PSI 150

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Un apremio clínico en el que nos hemos detenido en el curso de esta investigación es la observación de Freud llevada a cabo en su artículo Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina. Las consideraciones metapsicológicas de Freud y los sueños hipócritas de la paciente que lo llevan a dejar el caso, así como distintas cuestiones que Lacan retoma en sus seminarios y el contraste con datos de la biografía de la paciente y un estudio de Allouch sobre el caso, nos permiten aprender y reconsiderar asuntos importantes para la clínica psicoanalítica en sus coincidencias y desencuentros con los conceptos metapsicológicos.

a.- Si bien Freud ubica la corriente homosexual con la dama como preconciente y sustituto del deseo inconciente dirigido al padre, como deseo de agradarle, no está claro cómo estaría jugado ese deseo dirigido al padre. Esto es, si por la vía edípica pasiva respecto del padre o si en una dirección de identificación.

b.- Los sueños hipócritas de matrimonio funcionan como un biombo que la muchacha coloca ante Freud para mantener a resguardo el asunto con la dama. Esto es, si bien la corriente homosexual con la dama es el sustituto preconciente no es algo que está en el registro de la palabra sino en el de la acción. Es un acting out y la joven no presenta síntomas de una neurosis.

c.- Dichos sueños hipócritas jaquean al inconciente como sede de la verdad, ¿miente el inconciente? Freud lo salva considerando que lo que miente es el sueño como formación mixta. Hay que remitirse a la Traumdeutung para ver lo que Freud había considerado allí como sueños hipócritas y la compleja trama de los afectos en el sueño. Pero en el caso estos sueños sólo parecen una pieza distractiva que confirma que el verdadero sustituto preconciente es el asunto con la dama, pero al ser esto del orden del acting no es analizable.

d.- A partir de un comentario de Lacan sobre los sueños hipócritas en su quinto seminario y el deseo de engañar al Otro, o al analista, se plantea que más allá de toda satisfacción articulable por el significante en el análisis de un sueño hay algo que es medular respecto de lo inconciente, esto es, el deseo de reconocimiento por el Otro. Cuestión que remite más al ‘ser deseado’ que a la satisfacción.

e.- Encontramos en el caso una solidaridad entre el acting out (diferente aquí al acting que se produce en un análisis por defecto de interpretación) y la ausencia de síntomas; esto en relación al acting como mostración al Otro y el síntoma como

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‘bastándose a sí mismo’ en el sentido del reconocimiento y de lo que Lacan llama en el ya citado seminario ‘la necesidad de que se constituya un otro real’.

f.- Finalmente, preguntamos si la interpretación del pasaje al acto del caso, el niederkommen que Freud interpreta como parir remite al deseo dirigido al padre o se trata más bien, releyendo el caso, de un parir que evoca más lo que Lacan plantea de la operación de separación del sujeto respecto del Otro.

Palabras clave: sueños hipócritas - acting out - reconocimiento (deseo de) - niederkommen

Comunicación

Un apremio clínico en el que nos hemos detenido en el curso de esta investigación es la observación de Freud llevada a cabo en su artículo Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina. Las consideraciones metapsicológicas de Freud y los sueños hipócritas de la paciente que lo llevan a dejar el caso, así como distintas cuestiones que Lacan retoma en sus seminarios y el contraste con datos de la biografía de la paciente y un estudio de Allouch sobre el caso, nos permiten aprender y reconsiderar asuntos importantes para la clínica psicoanalítica en sus coincidencias y desencuentros con los conceptos metapsicológicos. En función de esta publicación, y teniendo en cuenta que el artículo final producto de la investigación ronda las veinte páginas, medida que escapa a los requisitos de edición de estas actas de jornadas, he optado por ampliar un poco lo que presenté en el resumen, considerando que el lector que se interese por otros detalles del trabajo dispone de los medios para contactarse con quien escribe estas líneas.

a.- Si bien Freud ubica la corriente homosexual con la dama como preconciente y sustituto del deseo inconciente dirigido al padre, como deseo de agradarle, no está claro cómo estaría jugado ese deseo dirigido al padre. Esto es, si por la vía edípica pasiva respecto del padre o si en una dirección de identificación.

b.- Los sueños hipócritas de matrimonio funcionan como un biombo que la muchacha coloca ante Freud para mantener a resguardo el asunto con la dama. Esto es, si bien la corriente homosexual con la dama es el sustituto preconciente no es algo que está en el registro de la palabra, sino en el de la acción. Es un acting out y la joven no presenta síntomas de una neurosis.

c.- Dichos sueños hipócritas jaquean al inconciente como sede de la verdad, ¿miente el inconciente? Freud lo salva considerando que lo que miente es el sueño como formación mixta. Hay que remitirse a la Traumdeutung para ver lo que Freud había considerado allí como sueños hipócritas y la compleja trama de los afectos en el sueño. Sin embargo, en el caso del que se trata, estos sueños sólo parecen una pieza distractiva que confirma que el verdadero sustituto preconciente es el asunto con la dama pero al ser esto del orden del acting, no es analizable. Aunque también hay que destacar lo que Lacan objeta a Freud en este punto, esto es, que no pudo tomar el material de los sueños al pie de la letra, cuestión que sería tomar el discurso como siendo de un semblante.De haber sido esto posible seguramente se reconocería cierta continuidad entre los sueños de matrimonio, hipócritas, y la cuestión de Sidonie (la joven homosexual) con la dama. Es

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más, hay en la biografía de Sidonie versiones de algunos hechos que no coinciden en absoluto con algunas cosas que dice Freud. Sidonie dice no haberle contado sueños de matrimonio y sí, en cambio, haberle contado sueños con la dama. De todos modos la cuestión del matrimonio está presente para ella aún como coartada para dedicarse a las mujeres, de hecho leemos en su biografía que contrajo matrimonio aunque éste fue de corta duración y le sirvió para confirmar su rechazo de la sexualidad. Más allá de las versiones, hay articulaciones discursivas entre su homosexualidad y la hipocresía referida al matrimonio.

d.- A partir de un comentario de Lacan sobre los sueños hipócritas en su quinto seminario y el deseo de engañar al Otro, o al analista, se plantea que más allá de toda satisfacción articulable por el significante, en el análisis de un sueño hay algo que es medular respecto de lo inconciente, esto es, el deseo de reconocimiento por el Otro. Cuestión que remite más al ser deseado que a la satisfacción. También en el citado seminario se trabaja respecto de lo que Lacan denomina ‘el elemento de máscara del síntoma’ y su relación con el hecho de que el síntoma se dirige a ‘ninguna persona’. Es decir que prescinde del Otro.Hay también máscara en el acting out, pero en este caso no parece tener la misma función que en el síntoma porque en el acting no se prescinde del Otro. El acting muestra algo al Otro, el deseo allí está en vías de ser reconocido y sancionado como tal por el Otro. En cambio, el síntoma prescinde del Otro en tanto es cifrado proveniente de un deseo ya constituido y es goce revestido que está más allá de la barrera del Bien y en relación al displacer. Esto implica que es ya retorno de la separación del sujeto respecto del Otro.

e.- Encontramos en el caso una solidaridad entre el acting out (diferente aquí al acting que se produce en un análisis por defecto de interpretación) y la ausencia de síntomas; esto en relación al acting como mostración al Otro y el síntoma como bastándose a sí mismo en el sentido del reconocimiento y de lo que Lacan llama en el ya citado seminario ‘la necesidad de que se constituya un otro real’. Lo que llamamos el acting out por defecto de interpretación remite al clásico ejemplo que da Lacan del conocido paciente de los sesos frescos, el caso de Kris en el que el acting se motiva en un no reconocimiento del psicoanalista de algo del material del analizante.Lo que parece más importante clínicamente de diferenciar es el acting out como única presentación del sujeto del acting que convive o coexiste con los síntomas, como otro modo de presentación clínica.El caso de Sidonie parece paradigmático de un ‘estar todo en el acting’, en tanto que el caso de Dora, comparación recurrente en Lacan, nos parece más bien la presentación en la que el acting convive con el síntoma. En relación al pasaje al acto como momento en el que la máscara del sujeto o la escena se deshacen, entendemos que ese momento de lo que podría considerarse un desanudamiento revela retroactivamente el modo en que se anudaba.La gran diferencia cualitativa entre el pasaje al acto de Dora (la bofetada a K) y el de Sidonie (arrojarse a las vías del ferrocarril urbano) nos introduce en la pregunta acerca de qué relación tiene esto con las condiciones preexistentes de existencia del sujeto y del deseo.Efectivamente, encontramos que en Dora hay coexistencia síntomas-acting y que se plantea en relación a cierto funcionamiento de la metáfora. En cambio, la joven

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homosexual sólo presenta la mostración de su acting out que remite metonímicamente al padre y no hay en ella síntomas que indiquen una neurosis ya constituida.

f.- Finalmente, preguntamos si la interpretación del pasaje al acto del caso, el niederkommen que Freud interpreta como parir remite al deseo dirigido al padre o se trata más bien, releyendo el caso, de un parir que evoca más lo que Lacan plantea de la operación de separación del sujeto respecto del Otro.Ubicamos en la biografía de Sidonie, en el verano anterior a la consulta a Freud, un hecho en relación a su madre que nos parece significativo y muy coherente con la observación que Freud había hecho de esa madre.Además, es muy importante clínicamente la consideración que el caso de Sidonie le permite hacer a Lacan acerca de la madre fálica –esto en la clase 9 del Seminario La Angustia– porque articula el deseo inconsciente y la cuestión del narcisismo y el corte entre la imagen y el objeto ‘a’ en la madre como incidiendo directamente en la subjetividad del niño. Cuestión que nos parece, profundiza aquello de ‘la constitución del otro real’ del quinto seminario a la vez que introduce el objeto ‘a’ en relación a la madre, el niño y el falo. El niño que cae como objeto ‘a’ así como el sujeto que cae de la escena en el pasaje al acto no podría haber sido planteado con tanta claridad sin contar con el caso de Sidonie.

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El Cuenco de Plata, 2004.

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Las violencias de género como construcciones culturales: representaciones genéricas en mujeres y varones de diversos contextos

socioeconómicos

Marta Fernández Boccardo, Noelia Casati y Bettina CalviGrupo de Investigación: PSI 184

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La investigación Las violencias de género como construcciones culturales: representaciones genéricas en mujeres y varones de diversos contextos socioeconómicos (2009 - 2012) tiene en cuenta los resultados de la investigación realizada durante el período 2005 - 2008: Cultura y violencia de género. Su impacto en la subjetividad femenina, en la que se analizó el material discursivo recogido en dispositivos grupales donde participaban mujeres víctimas de violencia de género residentes de un albergue de la ciudad de Rosario. Relevamos los aspectos de la cultura actual que produce y reproduce la violencia de género y debido a la naturalización que se le otorga a la violencia de género desde el imaginario social, podemos decir que estamos ante un proceso de banalización que lleva siglos y que se asienta en mecanismos discriminatorios sustentados en la objetalización de las mujeres. Por ello consideramos que el tema de la violencia de género es un analizador de nuestra cultura que pone de relieve algunos componentes de la misma: la violencia como modo de vinculación, la política de los géneros, la destitución del semejante y la cosificación de la mujer.

En la actualidad hay un incremento importante de modos violentos de relación entre los géneros que podemos pensar como patologías de pérdida de enlace al otro y esto incrementa todas las formas de crueldad, ya que la sociedad actual carece de una ética basada en el imperativo categórico como universal. Muchos de los padecimientos subjetivos exigen ser pensados en relación a la devastación subjetiva que la inmediatez de la supervivencia les provoca a amplios sectores de la población. Esta situación reafirma que no existen posibilidades de pensar los padecimientos subjetivos fuera del contexto, del imaginario social de la época y de la historia en la que los mismos se producen. Indudablemente las transformaciones sociales, políticas y económicas de nuestros tiempos han provocado cambios tanto en la subjetividad femenina como en la subjetividad masculina, afectando los lazos que entre ellos se establecen. Las relaciones de pareja no podían estar ajenas a la lógica del mercado, lógica de compra-venta, de la cultura light, que da lugar a la falta de encuentro, a las relaciones efímeras, y en la cual la lógica del enemigo no está ausente. De este modo, la categoría de la relación con el semejante se encuentra culturalmente afectada cobrando particularidades en relación a los vínculos entre los géneros.Por ello, consideramos importante incluir esta problemática dentro de los análisis de las violencias de género, ya que son esas representaciones las que operan tanto en las modalidades vinculares como en los modos violentos de relacionarse entre los géneros. Consecuentemente con esta perspectiva planteada nos proponemos captar, a partir de

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diferentes dispositivos, las representaciones construidas desde la diversidad de géneros y sus modos de vinculación en diversos contextos socioeconómicos.

Palabras clave: violencia de género - cultura - contexto socioeconómico - política de géneros

Comunicación

Un aporte que consideramos de suma importancia es el del enfoque psicoanalítico de género, que es una corriente teórica heterogénea, que se ha desarrollado en la Argentina, desde hace algo más de dos décadas (Meler, 2001). Dentro de esta perspectiva teórica los aportes de Emilce Dio Bleichmar, Eva Giberti, Irene Meler y Juan Carlos Volnovich, entre otros, establece un diálogo entre los discursos psicoanalíticos y los estudios interdisciplinarios de género. Una preocupación compartida con estos autores, es la que remite a las articulaciones que se pueden establecer entre el contexto macrosocial y la construcción de la subjetividad, así como a la necesidad de actualizar los discursos psicoanalíticos, superando aquellos aspectos donde se evidencia la impronta de las relaciones de poder de las cuales emergen y que en ocasiones, perpetúan de forma inadvertida. En el caso de autores extranjeros, diversas autoras como Simone de Beauvoir, Celia Amorós, Judith Butler, Jessica Benjamin, Julia Kristeva y Luce Irigaray entre otras, trabajan en sus textos, las relaciones entre los géneros, acentuando el modelo de agresividad instalado por el patriarcado y reforzado por este capitalismo salvaje que han instalado el ideal de individuo autosuficiente, que tiene al padre como modelo de poder, encarnación de la ley social y de normativización del sujeto, desvalorizando valores como la ternura y el cuidado del otro, por ser calificados como femeninos (Benjamin, 1996).Un aporte fundante sobre la problemática de la situación de la mujer en la modernidad son los escritos de Marie Langer sobre el rol cultural y político de la mujer en el capitalismo, acentuando el concepto de trabajo invisible y la relación de la mujer con la maternidad y sus conflictos.

Pensar la problemática de la violencia de género, vuelve imprescindible incorporar desarrollos teóricos provenientes de otras disciplinas, ya que implica interrogar la construcción de las subjetividades en nuestra sociedad, es decir la relación entre lo subjetivo y lo social, tema controvertido para las ciencias psi y que ha dado lugar a polémicas, a desconocimientos y a la exclusión de la dimensión sociopolítica a la hora de pensar la constitución subjetiva. Freud en su texto Psicología de las masas y análisis del yo de 1921, ha dejado abierto el camino al afirmar que: “En la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, ‘el otro’, como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología individual es al mismo tiempo y desde un principio psicología social, en un sentido amplio, pero plenamente justificado” (Freud, 1921: III- 2563).

Esta relación con el otro o la otra, ha sido pensada por autores que desde la Filosofía, la Sociología, la Antropología y el Psicoanálisis han interrogado la interrelación entre lo social y lo singular, entre ellos Cornelius Castoriadis, Michael Foucault, Pierre Bourdieu, Zygmunt Bauman y otros que suministran importantes herramientas teóricas para abordar el tema de la subjetividad en el contexto de la era global.

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Bourdieu aporta para nuestro análisis el concepto de violencia simbólica, a la que define como una violencia socialmente aceptable, que descansa sobre una teoría de la producción de creencias y que requiere de un trabajo de socialización. Para el autor, la violencia simbólica es el poder de imponer la visión legítima del mundo social y de sus divisiones, lo que supone la capacidad de imponer los medios para comprender y adaptarse al mundo social mediante un sentido común que representa de modo disfrazado el poder económico y político, contribuyendo así a la reproducción intergeneracional de acuerdos sociales desiguales. Se trata de un orden naturalizado del mundo al que las mujeres han sido sometidas a través de diversos mecanismos de dominación que van desde las estrategias cotidianas de una microfísica del poder hasta las políticas de género. Esta es una violencia invisible para sus propias víctimas y que se ejerce esencialmente a través de los caminos puramente simbólicos de la comunicación, del conocimiento y del sentimiento. Desde la Antropología, números autores contemporáneos también intentan pensar las nuevas formas que toma la violencia de género, realizando comparaciones con diversas culturas y diferentes momentos históricos. Entre ellos: Nicole Loraux, Marcela Lagarde y Rita Segato, estas dos últimas específicamente abocadas al tema del feminicidio de tanta vigencia en el mundo actual.

En cuanto a las relaciones entre los géneros, nuevos teóricos de la posmodernidad, como el sociólogo alemán Zygmunt Bauman en su obra Amor líquido, parte de la noción de amor líquido para caracterizar los vínculos amorosos de esta época donde lo sólido resulta insoportable y las leyes de la economía de mercado exigen liquidez, velocidad y no estar atados a demasiados compromisos. Para el autor, la subjetividad actual resulta moldeada por las leyes de la economía de mercado que resulta acorde con la liquidez, estado que grafica la velocidad para aparecer y desaparecer, para conectarse sin compromiso, sin ir más allá del aquí y ahora, de la circunstancia y la coyuntura. Incrustadas estas leyes en la subjetividad también amores y objetos de consumo quedan homologados. Hasta aquí hemos desarrollado una breve reseña del marco teórico de esta investigación que se sustenta por lo tanto en un enfoque interdisciplinario que intenta articular aportes teóricos del Psicoanálisis, Estudios de Género, Sociología, Antropología y todos aquellos estudios culturales que contribuyan a la visibilización, comprensión, prevención de los modos de vinculación violentos entre hombres y mujeres en los tiempos que transitamos.

Objetivos

• Instalar dispositivos que permitan el despliegue de la discursividad de mujeres y varones de diferentes contextos socioeconómicos. • Indagar las representaciones de mujeres y varones en torno a los géneros y a los modos de vinculación actuales.• Reflexionar sobre los modos de relación y las violencias que implican. • Contribuir con estos resultados al tratamiento y prevención de las violencias de género.

Metodología

La metodología de la investigación es cualitativa, participativa, basada en la construcción de diferentes dispositivos individuales y grupales, desde donde se producirá el material que permitirá el análisis del discurso para volcarlo como insumo en el mismo proceso de la

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investigación con los actores participantes, a fin de que se produzca el debate y la reflexión sobre dicha producción discursiva (Investigación - Acción).La población incluye a mujeres y varones en edades desde 17 a 60 años provenientes de distintas zonas de las ciudades de Rosario.

El material discursivo proviene de: • Entrevistas individuales realizadas en distintas instituciones de la ciudad de Rosario.• Grupos de reflexión que se realizan en distintos contextos de la ciudad de Rosario: centros culturales, dispensarios, vecinales, centros de alfabetización del CAEBA (Centro de Alfabetización y Educación Básica para Adultos).• Otros dispositivos grupales naturales o artificiales que se instalen o se aprovechen en su construcción espontánea como reuniones sociales, sitios de internet, grupos autoconvocados o programados con el objetivo previo de recaudar la información.

Este material será analizado y categorizado a fin de integrarlo para su conocimiento y reflexión.

Algunos resultados

Hasta el momento, ya se han realizado y se están realizando algunos dispositivos y estamos en permanente proceso de análisis y categorización del material obtenido. También hemos producido diversos trabajos que publicamos y exponemos en congresos y jornadas.Realizamos grupos de reflexión en barrios de la ciudad de Rosario, en los CAEBA con la participación de residentes de la Residencia Educativa Pregrado de la Facultad de Psicología, así como entrevistas individuales y hemos tomado un cuestionario a población de diferentes edades y contextos socioeconómicos, cuyos resultados estamos analizando.

En los grupos de reflexión de mujeres, hemos escuchado reiteradamente cómo las mujeres soportan el maltrato, por su situación de vulnerabilidad construida en función de diferentes mandatos, sobre todo el de madre-esposa, por la culpa incorporada a través de las instituciones sobre todo como la familia y la religión y la ideología del amor romántico que lleva a la sentimentalización de la violencia.Además, en contextos de pobreza, a esta vulnerabilidad, se le suma la falta de trabajo, de posibilidades de formación e instrucción y la marginalidad, y muchas de las mujeres han padecido durante su vida numerosos episodios de violencia tanto en sus familias originarias como en su vida de pareja.

Pensamos que estos mandatos y modelos de comportamiento para mujeres y varones operan desde que nacemos –o aún con anterioridad– y garantizan la identidad, la pertenencia a un género y el reconocimiento social. En función de ello es importante pensar la producción del desamparo y de la fragilización, a fin de trabajar las cicatrices de la subordinación femenina y la correlativa impunidad de los varones. Fragilidad femenina que se construye así como se naturaliza la violencia masculina y de esta forma no se significan como violentos a muchos actos a los que las mujeres son sometidas. Algunos enunciados en los grupos expresan que hay mujeres que se merecen el castigo, infantilizando e inferiorizando al propio género, ubicando la corrección en el partenaire varón. Es que la manifestación de la violencia en el varón, es un atributo visto como valioso, sobre todo entre sus pares, como código para resolver los conflictos entre ellos,

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debido a que en la socialización de los varones se identifica lo masculino con la fuerza y la violencia.

Otra significación que opera en el discurso grupal es el modelo de conyugalidad y el de familia tipo. Muchas mujeres sostienen el vínculo de pareja en función de no destruir a la familia, a pesar del sufrimiento que le ocasionan las relaciones violentas en las que están inmersas. A veces, el silenciamiento de la violencia preserva imaginariamente la unidad y la continuidad de la configuración familiar; madres y abusadores familiares mantienen un pacto de silencio al que se le suman instituciones y otros actores. Frecuentemente, en las madres, estos pactos no están sustentados en una elección voluntaria y no siempre consciente, sino en el terror psíquico al estallido familiar y al consecuente alejamiento del hombre, casi siempre representado como jefe de familia.

Es que todavía el modelo de pareja y de familia nuclear propio de la modernidad que asigna a la mujer como responsable de mantener la armonía del hogar, permite tolerar, silenciar, hacer el aguante a violencias y abusos. Este ideal de familia está en íntima relación con la figura de la mujer como madre, estereotipo de género que ubica a las mujeres como reproductoras biológicas y de la fuerza de trabajo necesaria para que el sistema capitalista cierre. También el mandato de que la mujer no debe estar sola, funciona coartando los deseos de autonomía, limitando la denuncia o el pedido de ayuda.En este momento también están apareciendo nuevas formas de vinculación entre los géneros, pero muchas de ellas no carecen de violencia.Además, estamos proponiendo el abordaje de violencias de género, como la laboral y la de los medios de comunicación.

Durante el mes de setiembre organizamos un Ciclo de Video Taller denominado: Las violencias de género en las prácticas cotidianas en el Centro Cultural La Toma de la ciudad de Rosario en forma conjunta con el colectivo El Puente (psicólogas en la Toma). La Toma es un establecimiento que fue tomado por los trabajadores y trabajadoras en el contexto de la gran crisis económico-social del 2001 y transformado en Centro Cultural en un proceso de autogestión y donde conviven múltiples agrupaciones, ONG, microemprendedores/as, trabajadores y trabajadoras desocupados/as que encontraron en ese espacio un lugar de pertenencia y de socialización, además de integrarse muchos/as de ellos y ellas a dichos proyectos.Por ello nos pareció importante realizar un dispositivo que posibilite tratar el tema de la violencia de género en dicho contexto y dirigido a toda la comunidad. En esta experiencia también participan los residentes de la Facultad de Psicología.

La primera temática propuesta para el primer encuentro fue Las Violencias de Género en el Trabajo continuando con Las Violencias de Género en la Publicidad y otras propuestas como la violencia de género en el sistema de salud, en las parejas y otras.El objetivo del dispositivo presentado fue reflexionar colectivamente sobre la problemática de la violencia tanto explícita como implícita que se ejerce sobre las mujeres en el trabajo, con el fin de evitar su producción y reproducción social. El recurso al que acudimos fue a partir de un disparador producido por la presentación de dos ponentes que enmarcaran la temática y la puesta de material audiovisual confeccionado por todas las participantes. Posteriormente se trabajó en grupos para luego disponer lo trabajado colectivamente hacia las demás integrantes. Mediante una puesta en común las participantes expresaron por

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diferentes recursos materiales, las conclusiones a las que habían arribado (afiches, relatos, dibujos). Se hizo especial referencia al trabajo doméstico, a la desigualdad de tareas entre los géneros, a los modelos de belleza instalados que se exigen para acceder a un trabajo, a la discriminación y acoso en los diferentes ámbitos laborales.Entendemos que reconocer estas violencias en los ámbitos laborales donde desarrollan cotidianamente su trabajo las mujeres, es un primer paso para desnaturalizarlas y transformarlas.

El segundo dispositivo se realizará durante el desarrollo del mes de octubre y los próximos en el año 2012, donde continuamos procesando el material recopilado y generando nuevos dispositivos y devoluciones en diferentes ámbitos tanto académicos como sociales.Entendemos que en este proceso de investigación, tanto docentes, estudiantes, colegas, trabajadores y trabajadoras y demás actores participantes estamos construyendo juntos nuevos conocimientos y hacemos efectiva la relación universidad-sociedad que tan desarticulada ha estado en los últimos tiempos.

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La diferencia sexual. Jacques Lacan y el pensamiento crítico

Antonio GentileGrupo de Investigación: PSI 182/CIUNR

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

El tema que presentamos forma parte de los trabajos en el marco del Programa de Investigaciones Psicoanalíticas, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Rosario. Se propone intervenir en un debate de actualidad en el ámbito de la Facultad, recordando que el psicoanálisis al tiempo que afirma la diferencia sexual humana aporta argumentos teóricos y comprobaciones científicas a quienes postulan la identidad de género y luchan por el reconocimiento de nuevos derechos.

Si bien incluimos en el psicoanálisis a los autores que como Erich Fromm, Karen Horney y, entre nosotros, Marie Langer, adoptaron el análisis sociológico a partir de serias críticas a postulaciones freudianas consideradas “patriarcales” y “reaccionarias”; en cambio, postulamos que las ideas de Sigmund Freud y los trabajos de Jacques Lacan mantienen un núcleo teórico psicoanalítico que resiste a las apropiaciones de todo sistema con pretensión hegemónica y, en tal sentido, cual verdadero pensamiento crítico, sostiene la indagación en los límites y tensiones de la paradoja diferencia – semejanza.

Freud insiste en la no correspondencia entre la diferencia (sexual) y sus consecuencias (significación). Los términos freudianos de la paradoja consisten en reafirmar la diferencia sexual y la imposibilidad de ligar a ella un significado estable. En La organización genital infantil (1923) afirma que no existe una ligazón unívoca entre pulsión y representación; la pulsión sexual, por su polaridad, se representa o inscribe en pares opositivos que no se corresponden sino relativamente: pasivo – activo, castrado – no castrado y femenino – masculino. Dos años después, en Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos, dice que la bisexualidad constitucional de los seres humanos determina la no existencia de “la masculinidad y la feminidad puras” salvo como construcciones teóricas (convencionales, culturales) de “contenido incierto”. Así como una de las consecuencias es la inestabilidad de esas construcciones, otra es la imposible igualación total de ambos sexos. En La feminidad (1932/3) Freud admite que el psicoanálisis no puede definir qué es la mujer pero si, en cambio, describir cómo se desarrolla la mujer a partir del niño / niña bisexualmente constituido. En el párrafo final, Freud puntualiza que esa descripción del ser sexual, pulsional, de la mujer no recubre totalmente el “ser mujer”.

El pensamiento freudiano lejos de ser contradictorio es eminentemente crítico en el sentido de un pensamiento que construye y recorre los límites tanto de la conciencia ideal como de la pretensión hegemónica de atrapar la sexualidad humana en algún sistema de validez universal.

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Esta potencia de la indagación freudiana sobre la sexualidad se reactualiza en el nuevo psicoanálisis construido por Jacques Lacan. Recórrase el lustro 1968 – 1973, los seminarios que concluyen con el Aun, para encontrar una nueva formalización del psicoanálisis como discurso en el que la sexualidad femenina cumplirá la función de ser un camino en la elaboración del no –todo. La mujer no-toda es (ser sexual y ser mujer no se recubren, algo se sustrae) indica la no-relación que deviene de una diferencia –la sexual- imposible de ser representada por cualquier sistema simbólico que incluya al sujeto.

Palabras clave: diferencia sexual - identidad de género - psicoanálisis

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Estudiantes universitarios migrantes: itinerarios, transiciones y trayectorias en tiempos inciertos

Ana Tosi, Alejandra Ballerini, Sandra Suárez y Guillermo MolinaGrupo de Investigación: PSI 212

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Se trata de un estudio descriptivo-exploratorio, iniciado en el año 2004 desde una estrategia metodológica cuali-cuantitativa en torno a la problemática que atraviesan los estudiantes migrantes de la Carrera de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario. Nos interesó profundizar en dos situaciones vitales que conllevan a un planteamiento y reestructuración subjetiva:a- decidir migrar tras un proyecto educativo universitario.b- En el último tramo universitario tener que definir próximo lugar de residencia en consonancia con perspectivas profesionales/laborales entrecruzadas con deseos, aspiraciones y oportunidades: si habrá retorno al lugar de procedencia, si se aspira a permanecer en esta ciudad o se buscarán nuevos rumbos (migrar a otras ciudades o emigrar al exterior).

En ambas situaciones, lo que está en juego es la construcción de un proyecto vital, de un proyecto identificatorio que implica atravesar cambios subjetivos e intersubjetivos significativos, que darán sentido a su devenir como sujeto, tener que tramitar pérdidas, desarraigos y nostalgias y simultáneamente abrirse a nuevas alternativas. Dependerá de la historia singular y de la trama vincular, de las redes de sostén que familiares, pares, comunidad universitaria y sociedad constituyan, para que ese pasaje, esa transición se geste desde condiciones de posibilidad o de vulnerabilidad.En los sucesivos proyectos95 se abordó esta problemática desde una metodología cuanti-cualitativa, a través de cuestionarios, entrevistas individuales y grupos focales. En este trabajo se expone un análisis de los registros obtenidos en un grupo focal con alumnos próximos a graduarse.

Palabras clave: transición - proyecto - jóvenes - migración – incertidumbre

Comunicación

La decisión de migrar tras un proyecto educativo universitario se genera en un momento vital de transición como es el pasaje de la adolescencia a la juventud, también considerada como post adolescencia (Dolto, 1980) o adolescencia tardía (Fernández Mouján, 2001; Quiroga, 1998) y que, a su vez, implica atravesar otras dos transiciones: de la escuela media a la universidad y de la ciudad/localidad de procedencia a un nuevo contexto urbano

95 Procesos migratorios en estudiantes universitarios y sus efectos en la subjetividad (2004-2007) y Transiciones vitales: del proyecto educativo al proyecto profesional en los estudiantes migrantes de la Universidad Nacional de Rosario (2008-2009).

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(en este caso Rosario, al elegir el cursado en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario). A su vez, la proximidad de graduarse, representa otra situación vital de transición: desde la condición de estudiante a profesional: Como profesional tendrá que definir un lugar de residencia: el retorno al lugar del cual se provino, permanecer en esta ciudad, migrar hacia otras ciudades o emigrar hacia algún país del exterior y el qué hacer y dónde con su proyecto laboral/profesional. Ambas situaciones conllevan a la construcción de proyectos de futuro en los que subyace un proyecto identificatorio, una reestructuración subjetiva. Se entrecruzan deseos, fantasías, expectativas acompañados de cambios subjetivos e intersubjetivos trascendentes y que darán sentido a su devenir en tanto sujeto, tramitando desarraigos, nostalgias, desafíos y la constitución de nuevos lazos sociales, nuevos sentidos a su existir.

Suponemos que dichos tránsitos son afrontados de diversos modos dependiendo de la historia singular y familiar, de los ideales y valores transmitidos generacionalmente entre los pares; intergeneracionalmente por familiares y adultos significativos y transgeneracionalmente desde el orden cultural y simbólico del contexto. Importante resulta también considerar el papel que desempeña la institución universitaria receptora, en tanto red de apoyo y las oportunidades que el contexto histórico, económico, social y cultural ofrecen, pues de todo este entramado, dependerá que cada sujeto lo transite en tanto condición de posibilidad, fortaleciendo sus potencialidades o de vulnerabilidad, llevándolo a situaciones de desorientación, inhibición, fracaso, etc.

En estos jóvenes aún subyacen valores e ideales, mandatos culturales transmitidos por la generación de sus progenitores. El escenario social actual, lejos de la predictibilidad de años atrás, se ha tornado cambiante e incierto y las transiciones de los jóvenes a la vida adulta tienden a prolongarse, complejizarse –particularmente en lo que remite al pasaje entre la educación y el trabajo– y a transformarse en trayectorias biografiadas, individualizadas.¿Qué registros tienen de este presente y sus posibles consecuencias en sus proyectos en un futuro inmediato y mediato?

Metodología

Desde el año 2004 se viene llevando a cabo este estudio descriptivo exploratorio en tanto investigación aplicada y desde una estrategia metodológica cuanti-cuantitativa utilizando como técnicas grupos focales, entrevistas individuales semi-estructuradas y cuestionarios pautados.En este trabajo se presentan resultados del grupo focal realizado con alumnos y alumnas próximos a graduarse de psicólogos, de edades comprendidas entre 24 y 27 años, provenientes de localidades de la provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Uno de los integrantes se había recibido en ese mismo año.

A partir de los relatos se desglosaron los siguientes ejes de análisis: a- Vivencias de la experiencia migratoria. Por qué migrar. Los primeros tiempos.b- Apoyo familiar.c- Inclusión/Apropiación de las propuestas culturales y recreativas urbanas.d- Cambios subjetivos e intersubjetivos en la relación parentofilial, fraternal, etc.e- Nuevos vínculos de amistad en la ciudad.

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f- Participación ciudadana universitaria.g- Inserción profesional y residencial. Proyecto de futuro inmediato.

Migrar tras un proyecto educativo universitario

Proyectar representa un desafío, el tener que anticipar una situación en relación a un futuro, a una meta que se desea alcanzar desde el propio horizonte significativo en el cruce entre representaciones del pasado y del presente. El proyecto de vida en un adolescente promueve una reestructuración subjetiva, un trabajo de reconstrucción de su propia historia libidinal e identificatoria, de resignificación, religazón y retranscripción de acontecimientos vitales de un sujeto (Aulagnier, 1989; Hornstein, 1992).De ahí la importancia del conocimiento sobre sí mismo, de sus intereses, aptitudes, potencialidades y recursos y simultáneamente sobre las posibilidades y expectativas del grupo familiar de pertenencia y las oportunidades que el contexto económico, cultural y político ofrece en ese momento (Casullo, 1994).

A su vez, el migrar requiere de un proceso previo (la exitosa culminación del complejo de Edipo) y un proceso de cambio psíquico que se realiza en dos etapas superpuestas o sucesivas: emigrar –irse e inmigrar– llegar para quedarse (Vispo y Podruzny, 2002). Un proceso en el cual se irán transformando los vínculos con las figuras edípicas y consustanciando un proyecto identificatorio propio en un desprenderse del sostén infantil ligado a la familia, a partir de otros mediadores simbólicos que la cultura ofrece, junto a la posibilidad de inserción en el mundo adulto.Tendrá que afrontar la pérdida del contexto de origen y del lugar que ocupaba dentro de su comunidad, de los vínculos y códigos con los cuales se sostenía y partir hacia un lugar ajeno, con sus nostalgias y desarraigos, sus conflictos y sus potencialidades para resolverlos o no.

“La nueva situación provoca angustia por la pérdida de lo conocido y el temor al fracaso en los objetivos fijados…” (Grinberg y Grinberg, 1996). En esta etapa vital, el migrar voluntariamente con un proyecto educativo puede significar una aventura, avanzar hacia lo desconocido sabiendo que el retorno no sólo es posible, sino seguro. Posibilita descubrir/se en sus deseos y temores, ampliar las fronteras de su mundo vivencial, realizar sus ideales. Experiencia que suele compartirse con otros, con pares, con grupos de pertenencia de la misma localidad, sosteniéndose en la estadía en el nuevo contexto.

En el itinerario universitario de cualquier estudiante se atraviesan tres transiciones claves (Rodríguez Moreno y Rodríguez Diéguez, 1995):1º transición: la entrada en la Universidad. Afrontar el inicio de sus estudios carente de información sobre sí mismo y sobre el contexto institucional donde se desenvolverá, la metodología de estudio y las exigencias de la carrera a cursar.2º transición: la estadía, el pasar de un ciclo a otro que implica tomar decisiones relacionadas con expectativas y objetivos profesionales, generalmente subyacentes.3º transición: al finalizar los estudios, la salida al mundo profesional, un reto a sus potencialidades, a sus recursos, habilidades y conocimientos. Analizar, reflexionar y elaborar su proyecto profesional, en tanto proceso dinámico, continuo. Reinterpretando, resignificando qué hacer y quién ser. Desde un espacio de experiencias pasado-presente consciente e inconsciente, articulado al registro de experiencias ajenas transmitidas generacionalmente o por sus pares hacia un horizonte de expectativas, futuro-presente en el

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cual descubrirse en sus esperanzas, deseos y temores. Proceso en el cual se abre en el futuro un nuevo espacio de experiencia:

Del proyecto educativo – universitario y experiencia migratoria↓

Al todavía no proyecto profesional y residencial

a- ¿Qué huellas, qué marcas se pueden reconocer de la experiencia migratoria? En los discursos aparece la experiencia como un proceso aún inconcluso, de balances ambivalentes, contradictorios:Algunos, tantos varones como mujeres, lo significan como una huida, un deseo de irse de padres y del pueblo ubicando al estudio como un pretexto para su libertad. Un decidir una elección de no elección, pues “daba lo mismo cualquier carrera, cualquier ciudad”. En el proceso no lograron asumir creativa y enriquecedoramente la estadía en lo que la ciudad cultural y recreativamente ofrecía. En los hechos, la tendencia fue aislarse, encerrarse en el estudio y atravesar con soledad y tristeza el desarraigo.La inserción en el primer año se reconoció como conflictiva, tanto en la vida urbana como en la universitaria. Convivir con otros, ya sea familiares, amigos, ex compañeros del secundario o desconocidos fue difícil y generó cambios a posteriori (residenciales o de convivientes) Hubo quien atravesó en su crisis la posibilidad de interrumpir y retornar al hogar. El aislamiento, el refugio en el estudio primó en unos y en otros (sobre todo en las mujeres) apoyarse, sostenerse fraternalmente o con su pareja. Algunos manifestaron su ambivalencia en la experiencia migratoria: “De horrible (…) a hoy me encanta”.

Primó el posicionarse desde el inicio a los fines del proceso migratorio como extranjeros, “amuchados con otros extranjeros”, con los semejantes, en espejo, sin vincularse con alumnos rosarinos. Sólo uno de los integrantes dijo no haber percibido el desarraigo (se trasladó de una ciudad cercana, con conocimiento previo de ésta), posibilitando su autonomía. El retorno al hogar parental todos los fines de semana (“siempre”) en aquellas alumnas que provienen de localidades relativamente cercanas fue un constante ritual a través de los años. Manifestaron sentir que tenían dos casas, una pertenencia a dos ciudades, en una oscilante ambivalencia: “Estoy acá… soy de allá”. “Me muero por llegar a mi casa, todo muy tranquilo, nada que ver con todo este lío y… me muero por venir.”Para la mayoría, la experiencia migratoria significó crecimiento, aprendizaje, desafío. Una búsqueda de “qué y quiero ser”, resignificando lugares, afrontando pérdidas e ingresando al mundo adulto. Momentos en los que se necesita un lugar de anclaje identificatorio, de apoyo, sostenido desde ideales culturales a partir de los cuales apropiarse de emblemas, adscribir una identidad y encontrarse en un proyecto identificatorio para el despliegue de potenciales. Situaciones que transcurren desde la ambigüedad, en las cuales emergen contradicciones, en tensión en un contexto social desprotectivo. Reina la incertidumbre, el temor al no lugar, al fracaso, a las no habilitaciones en el mundo laboral. Proyecto migratorio que deriva de mandatos culturales y parentales, no siempre explícitos.Primeras vivencias sobre la facultad: “horrible”, “todo se caía”… “querer irme a la privada”… y se volvió a su casa, pero en un segundo impulso retornó: “ahora encantada”.

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b- Se identificaron como “privilegiados” dado el apoyo económico y afectivo familiar que posibilitó hacer esta experiencia sin tener que trabajar, aunque hubo momentos en los que algunos tuvieron que hacerlo para compensar sus gastos. Según sus propias palabras, las alumnas se sintieron sostenidas “incondicionalmente” pero se visibilizó también la conflictividad que la dependencia generaba… tal “inversión” económica parental se registraba como deuda, como exigencia externa y/o autoexigencia promoviendo en algunos sentimientos de culpa al atravesar algunos fracasos en los exámenes o no cubrir los deseos y expectativas familiares. ¿Qué hacer, cómo pagar esa deuda? En ese tránsito tuvieron que tramitar su ser adolescente y su pasaje hacia ciertas cuestiones del mundo adulto, convocados a ser responsables y resolverlas autónomamente. Algunas alumnas reconocieron su tendencia a prolongar la condición estudiantil (cursar posgrados, profesorado) prorrogando de ese modo su dependencia postadolescente.

c- Más allá de sus deseos de libertad, de poder decidir y elegir, ante las ofertas culturales y recreativas de esta ciudad, las mujeres estudiantes convergieron en reconocer que en los primeros tiempos de su residencia, les resultó difícil circular y conocer Rosario. Sólo permanecían los fines de semana cuando tenían que estudiar para exámenes. Y luego se fue dando, paulatinamente, una apertura y poder aprovechar las propuestas urbanas. Algunos varones coincidieron en que también, lejos de las fantasías iniciales, les costó apropiarse del lugar. Sólo uno de ellos valorizó la experiencia desde un principio como positiva.

d- Los varones fueron los que menos percepción de cambios registraron en relación a los vínculos familiares. “Tal vez…nostalgia”, admitió uno. Mientras otro afirmó no haber extrañado pues recibía frecuentes visitas maternas y una buena comunicación con ella a lo que sumaba las posibilidades que ofrecía Internet. Algunas mujeres identificaron cambios positivos en las relaciones familiares. “Antes rutina, ahora disfrutar el encuentro.” En tanto otra alumna consideró que la familia estaba muy pendiente de los retornos, configurándose como un “ceremonial” y que sentía nostalgia por “cosas que me pierdo” por no estar con ellos.

e- Tanto varones como mujeres configuraron lazos de amistad y compañerismo con otros estudiantes migrantes, de su propia localidad o de otras. Se sintieron discriminados, descalificados por los jóvenes rosarinos. Sorprendió una de las respuestas: “sólo tuve novias rosarinas”.

f- En cuanto a participación política en la universidad, no se incluyeron o muy poco. Al principio, una de las alumnas, en el ingreso. Un estudiante se integró en un trabajo barrial pero no partidario.

g- En la transición hacia el proyecto futuro de inserción profesional y residencial, primó la incertidumbre. Algunos plantearon el malestar en retornar al lugar de procedencia. Postergaban la decisión y entre tanto fantaseaban con “tirar currículum”… “una mezcla de emociones, copado” y en la indefinición de qué hacer, qué elegir: “cualquier cosa con tal de no volver” y poder permanecer en Rosario. Fueron las expresiones de un joven con conflictos familiares. Otro apuntó como proyecto el viajar, “me gusta”…, residir en un lugar contingente (Pergamino, Rosario...), sintiendo que aún no tenía un lugar en el mundo. Pero no descartó regresar a la ciudad de origen. Expresó que los trabajos profesionales que le agradan (por ejemplo: los trabajos comunitarios) no son rentables para asegurar su subsistencia. “Yo no tengo miedo, tener el título creo que significa algo. Hay un poco de

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coraje.” Investigó en Ciencia y Tecnología un posible ingreso a la carrera de investigador. No le gustaría criar a sus hijos en una ciudad como Buenos Aires, sino en un lugar más tranquilo, donde haya seguridad. “Pero falta para los hijos… Mendoza, el norte, el sur, Pergamino… pero tampoco lo cierro”, “todo o nada excepto una gran ciudad”.

Las jóvenes se presentaron indefinidas en relación a qué área elegir. Manifestaron sus miedos. Una de ellas se percibía sin herramientas para comenzar en la profesión. Pensaba buscar trabajo pero al final se puso a cursar el profesorado para “justificar mi presencia” ante la familia. “Me voy a quedar acá” pero “no sé dónde quiero estar, no lo quiero ni pensar porque me falta todavía hasta diciembre…” Otra pensaba en trabajar en instituciones educativas, psiquiátricas o geriátricos… No se sentía preparada para trabajar en un consultorio. “Empezar de a poco…”, también sugirió otra alternativa, el iniciarse en un proyecto de trabajo comunitario o bien con la hermana, vinculada al arte. No se imaginaba trabajando en Santa Fe. “Lo que tenga a mano, de a poco”… “asusta ser psicóloga… sé que puedo serlo (por un psicodiagnóstico)… me muero… pero sé que puede ser”.La proximidad del egreso renueva evidentemente ansiedades, confusiones, miedos, inseguridades… Desestabiliza… Una nueva crisis que los sumerge en deseos aún indefinidos, inconsistentes. El decidir qué hacer y dónde, queda en suspenso, proyectos “nebulosos”, “sin brújulas” que orienten… A sus indefiniciones se suman los “tironeos familiares” para que retornen y las resistencias de ellos a regresar: “Mi pueblo es un desierto lleno de nada, un cementerio”. Un pasado que “aún es todavía”… sin llegar a ser un futuro presente. Desasosiego ante eventuales nuevas pérdidas, nuevos senderos que recorrer.

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El uso del humor como estrategia de afrontamiento en trabajadores de emergencias

Susana M. SainzGrupo de Investigación: PSI 154

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Como continuación de la línea de investigación de las estrategias de afrontamiento del impacto emocional y sus efectos en trabajadores de emergencias, en este proyecto focalizamos el objeto de estudio en una de ellas: el humor. El uso del mismo lo hemos encontrado en todas las muestras de trabajadores de emergencias investigados. Esta focalización se debe, además, a que el humor es probablemente la estrategia de afrontamiento de carácter más global y completa (ya que integra aspectos intelectuales, emocionales, físicos e interaccionales de la persona) para prevenir y promover la salud mental de los mismos, al potenciar un recurso ya existente en ellos y en consecuencia, mejorar el desempeño y disminuir los efectos indeseables agudos y acumulativos, tanto en frecuencia como en intensidad.

Nos propusimos explorar y profundizar desde una lógica cualitativa los siguientes interrogantes:1. ¿Qué características tiene el uso del humor, como estrategia de afrontamiento, en trabajadores de emergencias?Una vez profundizadas las características del uso del humor:2. ¿Cuáles de los usos del humor son saludables y cuáles perjudiciales?

El universo a estudiar estuvo constituido por el personal de Bomberos Voluntarios y de un sistema de emergencias pre-hospitalarias privado de la ciudad de Rosario.Día a día se multiplica la cantidad y diversidad de situaciones de emergencias y catástrofes, así como las prácticas correspondientes a las mismas. También avanzan los desarrollos y capacitación técnica del personal y la eficiencia del servicio.El contacto permanente con situaciones criticas, expone al trabajador de emergencias a impactos emocionales, agudos y acumulativos para los cuales, generalmente no está instrumentado psicológicamente (salvo su habitual disociación instrumental) para procesarlos.En contadas ocasiones, los equipos de emergencias reciben los aportes específicos de capacitación para afrontar ese impacto y sus consecuencias.De acuerdo a los resultados de la información analizada de las entrevistas, presentamos las estrategias de afrontamiento en tres clasificaciones: perjudiciales (iatrogénicas); operativas (saludables) y otras que no son propiamente de afrontamiento, sino defensivas.

Convergente con estos resultados, tomamos el concepto de vulnerabilidad universal (Mitchell) que legitima la ocurrencia del I.Emocional, desnaturalizando fuertes valoraciones (representación social) del trabajador de emergencias, que equiparan impacto emocional con debilidad y cobardía.

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Una vez profundizadas las características del uso del humor, pudimos identificar cuáles de los usos del humor son saludables (modos constructivos) y cuáles perjudiciales (destructivos).

La comprensión de las respectivas consecuencias permite potenciar aquellos usos del humor que promuevan el sostenimiento y desarrollo de procesos saludables. Esta investigación contribuirá a la formación de recursos humanos en tres aspectos:- Académicos: hacia el interior de la Universidad, incorporando los conocimientos obtenidos en la formación de grado y postgrado, incorporando auxiliares de docencia y/o graduados al proyecto.- Extensión: capacitación de trabajadores en unidades de trabajo para producir un mayor conocimiento de las características y efectos del trabajo en emergencias, como la implementación de estrategias de afrontamiento operativas con dichos trabajadores.- Investigación: detectar nuevas posibilidades técnicas para el abordaje de las estrategias de afrontamiento.

Palabras clave: uso del humor - estrategias de afrontamiento - trabajadores de emergencias

Comunicación

Como continuación de la línea de investigación de las estrategias de afrontamiento del impacto emocional y sus efectos en trabajadores de emergencias, en este proyecto focalizamos el objeto de estudio en una de ellas: el uso del humor. La estrategia metodológica respondió a un abordaje desde la lógica cualitativa. Se trató de comprender a los trabajadores de emergencias dentro del marco de referencia propuesto por ellos mismos y partiendo de sus datos, para desarrollar conceptos, intelecciones y comprensiones aplicables a situaciones similares. En este proyecto tomamos bomberos de la ciudad de Rosario y personal de emergencias sanitarias prehospitalarias. Se intentó dar énfasis a la validez en la investigación asegurando un estrecho ajuste entre la información (dado que el dato es una construcción) y lo que los trabajadores de emergencias dicen y hacen, aprehender el modo en que definen su mundo y los significados que las cosas tienen para ellos, específicamente qué uso del humor hacen para enfrentar su tarea cotidiana.

Esta elección puede considerarse una muestra intencional, cuyo criterio de selección es el de características específicas (Dra. María Teresa Sirvent). Son trabajadores de emergencias, operan en el lugar donde ocurre la emergencia con formación técnica especializada. Se realizó un relevamiento exhaustivo, es decir, todos los casos sin pretender establecer generalizaciones. Se utilizaron como técnicas de recolección de información, entrevistas individuales, grupales y observaciones en las bases de cada ambulancia o cuartel y en la sede central. Las técnicas de análisis de la información son las propias del método comparativo constante. Se trabajó con registro de campo a tres columnas: registro textual, comentarios (en el momento) y análisis posterior.El universo estudiado estuvo constituido por el personal de Bomberos Voluntarios y de un sistema de emergencias prehospitalarias privado de la ciudad de Rosario.

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Nos propusimos explorar y profundizar desde una lógica cualitativa los siguientes interrogantes: 1. ¿Qué características tiene el uso del humor, como estrategia de afrontamiento, en trabajadores de emergencias? Una vez profundizadas las características del uso del humor: 2. ¿Cuáles de los usos del humor son saludables y cuáles perjudiciales?

Perfil del rol del trabajador de emergencias

Una de las características de esta actividad laboral es que el compromiso de tarea es a corto plazo y técnico, con funciones, tareas y límites definidos; una estructura organizacional clara; personal entrenado, con diferencias en la antigüedad en el oficio y en el nivel de capacitación alcanzado y en entrenamiento permanente, y con algún sistema de estrategias para manejar la situación y los riesgos.Es posible identificar problemáticas emergentes en la tarea del trabajador de emergencias, y las estrategias defensivas individuales y colectivas que se construyen para sostener este espacio laboral, donde el riesgo y la muerte son parte del objeto de trabajo cotidiano.La clasificación de víctimas en las catástrofes, incluye como víctimas de tercer nivel a los trabajadores, en el lugar, de servicios de rescate y cuidados físicos.

Estos trabajadores, desarrollan sus actividades, en situaciones de emergencia social, por lo tanto, están altamente implicados en los estados emocionales generales del grupo actuante, y también en el estado emocional de las personas afectadas, en el campo al que se enfrentan.El desastre produce impacto:

- En los individuos.- En la organización.

En el momento de la emergencia hay tres factores presentes, que producen impacto:- Pérdida de personal.- Estímulos traumáticos.- Fracaso de la misión.

La mayor parte de las reacciones durante el desempeño en la tarea del trabajador de emergencias, son físicas y no psicológicas –porque en ese momento el rescatador está amenazado físicamente– y la respuesta de supervivencia lo primero que hace es reaccionar físicamente. Lo psicológico aparece afectado más adelante.Si es muy terrible el impacto se genera un síndrome fisiológico de pérdida de control de reacciones autónomas del cuerpo.La fenomenología del emergencista (sintomatología) es diferente a la del damnificado, por la función desde la que se sitúa ante la catástrofe y la capacitación previa. Aunque que, sin embargo, el impacto emocional suele ser similar al de la víctima.Un fenómeno habitual es la hiperactividad: el rescatista puede no dormir, no comer, no dejar de trabajar hasta el agotamiento total (en grandes catástrofes), creándose una desorganización mental en muchos de ellos.Excepcionalmente, se puede quedar paralizado totalmente, particularmente en casos de impacto emocional sorpresivo, por proximidad psicológica.

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El concepto de impacto emocional es tan abarcativo que, en el proceso salud-enfermedad, incluye tanto manifestaciones ligadas al polo de la salud, como los cambios cualitativos, efectos, en diversos grados de aproximación al polo de la enfermedad.Podemos diferenciar el impacto emocional que se produce inmerso o presenciando a distancia la situación, de los efectos posteriores y ya fuera de la situación impactante. Lo que de allí en más ocurra en la persona, los consideramos efectos del impacto emocional, agudos y acumulativos, los que dependerán en gran medida del interjuego dialéctico entre:

- monto y cualidad del impacto emocional y duración o permanencia en la situación generadora del mismo (incluye la variación en los resultados de la tarea en la situación de emergencia); - qué papel jueguen las estrategias de afrontamiento, tanto individuales como grupales; - historia y características personales, así como condiciones de subjetividad previas al impacto.

Entendemos, que la experiencia es una síntesis entre la situación (realidad objetiva, mundo externo) y la vivencia (registro subjetivo de esa realidad objetiva en el mundo interno).Llamaremos impacto emocional distorsionante a aquel que no permite ese despliegue. Por ello, el impacto emocional es un factor en el proceso del vivenciar, que puede provocar una vivencia (articulación afecto-representación) en el caso que el impacto no sea distorsionante o una vivencia patógena cuando el impacto tenga características distorsionantes.

Sería también distorsionante, en esta exposición, no referirnos a los aspectos positivos del impacto emocional que se presentan en esas mismas circunstancias:

- el efecto reforzador o potenciador de la pertenencia e identificación con el grupo de trabajo, cuando el equipo tiene buena formación previa como grupo, refuerza la cohesión, el compartir una experiencia fuertemente impactante en el grupo, el que funciona como instancia de sostén, contención y elaboración durante el viaje de vuelta, siempre.

Otros efectos, con consecuencias positivas:- al compartir el enfrentamiento de una situación difícil y movilizante emocionalmente, impactante, cuando en el grupo ya había cohesión previa, produce un refuerzo de la pertenencia.- el reconocimiento y valorización, de parte de los destinatarios de su tarea, que también refuerza la pertenencia a la organización, al grupo y la propia autoestima.

Las estrategias de afrontamiento, son las que catalizan a favor o en contra, tanto el impacto emocional como los efectos que se producen a partir de él. Son modos de procesar la experiencia.Ante la situación de emergencia, se producen distintos tipos de respuestas entre los trabajadores de emergencia, que expresan diferentes formas de adaptación a la realidad, entre las cuales se encuentran:

- estrategias defensivas (conscientes o inconscientes, estas últimas son mecanismos de defensa psicológicos);- estrategias nocivas (iatrogénicas);- estrategias saludables (elaborativas).

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Podemos expresar en un gráfico la interacción de los tres aspectos, que, tomando la expresión ecuación de trabajo, de Ana Pampliega de Quiroga96, están interrelacionados y mutuamente determinados:

Situación de emergenciaCampo de Trabajo

Persona RolImpacto Emocional + ambiente laboral

+ aspectos psicosociales+ personalidad

Resultó de interés, encontrar en los propios dichos de los trabajadores de emergencias, la presencia de ciertas expresiones/definiciones de las estrategias de afrontamiento espontáneas (por contraposición a las que podrían tener por instrumentación-capacitación) grupales e individuales, utilizadas por ellos, para llevar adelante su tarea, sosteniendo y conteniendo en su propia dinámica interna, sus vivencias respecto del trabajo que deben realizar, tanto facilitando como dificultando la elaboración de los efectos del impacto emocional: “son un poco... mecanismos de defensa o anticuerpos que uno va creando, para tratar de que si bien uno siga manteniendo el ingreso laboral, no lo perjudique tanto”.

Cabe recordar aquí la definición de estrategias de afrontamiento del impacto emocional: “Los modos en que los individuos y los grupos movilizan, organizan y desarrollan sus recursos (procesos cognitivos, emocionales, conductuales e interaccionales), espontáneamente o con instrumentación previa, para resolver las consecuencias impactantes de las demandas específicas externas, vividas como desbordantes de los propios recursos”. Como se puede apreciar, entendemos que, en los trabajadores de emergencias, la respuesta a las demandas específicas externas constituye precisamente la tarea del emergencista en el escenario de la emergencia. En la definición que hemos elaborado, focalizamos en las características generadoras de impacto emocional de la situación, que son las vividas como desbordantes de los propios recursos, intra e inetrsubjetivos, de la persona del emergencista. No está centrado, entonces, en los recursos operacionales técnicos del rol dentro de la ecuación: Persona – Rol- Campo de trabajo.

Algunas de las estrategias de afrontamiento comunes a ambos tipos de trabajadores de emergencias:

96 PAMPLIEGA DE QUIROGA, A., Enfoques y perspectivas en psicología social, Buenos Aires: Ediciones Cinco, 1992.

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Entre las estrategias de afrontamiento perjudiciales (iatrogénicas): - distanciamiento creciente, por efecto acumulativo de la vida del trabajador de

emergencias y la vida cotidiana de los demás, ya que:- Lo importante es lo urgente, la acción que no admite demoras y está en juego la

vida de otros;- adictos a la adrenalina;- los acontecimientos del funcionamiento cotidiano familiar, de amistades, etc., son

insignificantes en comparación con...

Entre las estrategias de afrontamiento operativas (saludables):- la pertenencia al equipo de trabajo, saber quiénes son, la confianza, la posibilidad

anticipatoria de las actitudes de los compañeros, etc., constituye la estrategia por excelencia (no siempre respetada en las condiciones de trabajo) de contención expresión y elaboración del impacto emocional (en ambos grupos es restringida, en general, se da por breves momentos);

- la cooperación, que permite en la interacción, contrarrestar dificultades, errores, limitaciones y recursos;

- el viaje de regreso: hablar desde la escena de la emergencia, en la cual se expresan (verbal, gestual y corporalmente) las vivencias impactantes experimentadas en la situación.

Otras estrategias halladas, no son propiamente de afrontamiento, sino defensivas:- acovacharse (utilizar pretextos operativos supuestos, o reales demorados, para

evitar otra salida y recomponerse, por no sentirse en condiciones de hacerlo);- ocultar el estado emocional por temor a desvalorizaciones y/o sanciones que

afecten a la continuidad en la actividad emergencista;- adicciones (ocultas);- promiscuidad.

Entre las estrategias de afrontamiento espontáneas encontradas, comunes a ambos tipos de trabajadores de emergencias, y de acuerdo a la saturación de la información empírica, se encuentra siempre presente el uso del humor, en todas las muestras de trabajadores de emergencias investigados, no sólo en sus verbalizaciones, sino también en el clima humorístico, durante la realización de las entrevistas de relevamiento de información empírica.

En esta investigación focalizamos en él debido a que, además, el humor es probablemente la estrategia de afrontamiento de carácter más global y completa (ya que integra aspectos intelectuales, emocionales, físicos e interaccionales de la persona) para prevenir y promover la salud mental de los mismos, al potenciar un recurso ya existente en ellos.Identificamos en los diversos modos de utilización del humor, sus consecuencias saludables o perjudiciales, tanto a nivel individual como en el equipo de trabajo.También pudimos identificar coincidencias entre el tipo de humor utilizado predominantemente por los emergencistas y sus actitudes de aceptación de la necesidad de expresión y elaboración del impacto emocional, o, por el contrario, rechazo o censura al respecto, debido al predominio de valoraciones que equiparan cualquier forma de expresión del impacto emocional, con debilidad y/o cobardía.

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Mediante el humor, situaciones angustiosas se transforman en cómicas, intentando metabolizarlas, llegando este humor a recorrer todo el espectro de ansiedades reconociéndose hasta un humor negro, adecuado para la lucha contra lo siniestro.Hemos agrupado los diferentes usos del humor, como estrategia de afrontamiento, de acuerdo a las consecuencias que genera, en humor constructivo y humor destructivo.Encontramos que uno de esos usos del humor, el humor negro, se encuentra ubicado entre ambas tipologías, ya que algunas de sus formas de utilización se acercan más a características constructivas, puesto que colabora en metabolizar el dolor vivenciado, y en cambio, otras formas de humor negro, son francamente destructivas, ya que hieren y rompen los vínculos necesarios en el equipo de trabajadores de emergencias.

Sintetizamos los aspectos principales de cada tipología en el siguiente gráfico:

CONSTRUCTIVO DESTRUCTIVO

Promueve: Promueve:

. Conservar la confianza en el sentido de la vida.

. Destruir la confianza.

. A pesar de las tensiones creadas por la adversidad y lo incongruente: ideal / real.

. Exacerbar lo incongruente. Se burla del ideal.

. Transformar el dolor oculto en digerido, integrado en el tejido de la vida.

. Despreciar la realidad vivida.

. Aceptar cualidades y flaquezas.

. Restablecer y reforzar vínculos. . Romper los vínculos: hiere, divide.. Es incluyente.

- Juegos de palabras, doble sentido.- Disparates descargadores de

tensiones.- Risa.- Humor negro.

- Sarcasmo, burla.- Ironía.- Cinismo.

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Institucionalización de la discapacidad intelectual en la ciudad de Rosario. Análisis de las políticas públicas y de los procesos de

subjetivación, autonomía e integración social

Alejandro Martín ContinoGrupo de Investigación: CONICET

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Proponemos analizar los efectos subjetivos, las posibilidades de autonomía y las condiciones de integración social en personas concurrentes a establecimientos dedicados al abordaje de la discapacidad intelectual en la ciudad de Rosario. Se analizará para ello tanto la legislación como las políticas públicas vigentes y su contexto de elaboración. Se trabajará la categoría de subjetivación, entendida como un proceso que podría producirse en cualquier momento de la vida de un individuo o colectivo social. Se describe la situación actual del abordaje de la discapacidad intelectual, a través de observaciones y entrevistas en los espacios terapéuticos que actualmente priman, priorizando el análisis de los efectos de la institucionalización del Modelo Médico-Individual, hegemónico en nuestra sociedad. A su vez se contraponen dichos efectos con los que podría posibilitar el Modelo Social, el cual se distancia de la concepción de la discapacidad como insuficiencia y enfermedad individual, concibiéndola por el contrario como una producción socio-cultural, determinada por las demarcaciones que la normalidad estable en la actualidad. El objetivo principal de la investigación se orienta a analizar mediante una genealogía, las condiciones de posibilidad que pueden llegar a rastrearse para que este modelo de abordaje sea el prioritario en la actualidad, a pesar de los efectos paradójicos que produce, al reproducir puntos discapacitantes de la sociedad que no terminan de resolverse.

Palabras clave: discapacidad - modelo médico-individual - modelo social - institucionalización - subjetivación

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Orientación vocacional. La elección académica subjetiva. Una (a)puesta anticipatoria al futuro como significante vacío. La interpelación del

mundo adulto en la función de transmisión y sus efectos en las estrategias de los adolescentes en relación a sus elecciones académicas

Gloria Diana RossiGrupo de Investigación: CIUNR

Departamento de PedagogíaInstituto Politécnico Superior “Gral. San Martín”

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Nos interesa problematizar la articulación, en el orden de determinación histórico-singular e histórico-social de la elección académica, el modo a través del cual se tramitan en el plano de la producción subjetiva en los adolescentes, las percepciones, las proyecciones y anticipaciones subjetivas en la construcción de un proyecto identificatorio, con respecto a una elección académica, respecto de los horizontes de futuro, en los nuevos escenarios políticos y sociales de la Argentina.

Objetivos Generales y Específicos

. Abordar en el orden de determinación directa e indirecta de la elección académica, la incidencia en los adolescentes, en su percepción de horizontes de futuro, de estos nuevos escenarios sociales que en el campo de lo político.. Abordar en el orden de determinación histórico - singular de la elección académica, el modo en que se tramitan en el plano de la producción de subjetividad en los adolescentes, las proyecciones y anticipaciones subjetivas en la construcción de un proyecto identificatorio, en los nuevos escenarios políticos y sociales de la Argentina. . Analizar los puntos de tensión generados en la producción de subjetividad, por las demandas de satisfacción inmediata que la sociedad de consumo impone y el trabajo que la sublimación implica en la subjetividad, en la apropiación après-coup de la satisfacción diferida en la apuesta anticipatoria de las elecciones académicas. . Analizar, la incidencia en el lazo social, de la interpelación fallida, desde los adultos a los adolescentes, en relación a la producción de proyectos identificatorios en los adolescentes de las distintas clases sociales.. Analizar en el orden de determinación socioeconómica directa e indirecta de la elección académica, la inscripción del futuro como significante vacío y su incidencia en la producción de estrategias para afrontar la generación de proyectos académicos y/o laborales en los adolescentes de las clases media - alta; media - media y media - baja.

Metodología

La metodología es cuali-cuantitativa, centrándose el análisis en los discursos como unidad de análisis de los jóvenes de tres centros escolares de gestión pública, que cursan el último

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año de la escuela media, en la ciudad de Rosario. La unidad de información es el discurso textual de cada adolescente, registrado en las entrevistas, en los talleres y en la encuesta, centrando la profundización del análisis del material discursivo en las representaciones, significados y sentidos de futuro, que orientan las estrategias en la búsqueda de un proyecto identificatorio académico-laboral, en los jóvenes de tres sectores sociales diferenciados.

Palabras clave: orientación vocacional - elección académica - proyecto identificatorio - lazo social

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La clínica en las instituciones hoy: Entre la escisión del yo y estrategias de subjetivación

Norma Cristina RomanoGrupo de Investigación: PSI 140

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

¿Es posible delimitar, en alguna medida, una clínica que sostenga la práctica del inconciente en las Instituciones de Salud Mental, de modo que oriente al practicante en el inicio de su recorrido?Abriremos algunas preguntas y reflexiones desde una experiencia recortada en el marco del trabajo con residentes de pre-grado, y la casuística institucional en la que, a partir de allí, se abreva.

Las Instituciones, es decir, los trabajadores que gestionan allí, en las distintas incumbencias de la salud, se encuentran sin velos con una de las partes más álgidas del malestar en la cultura. Ese que Freud presentaba en sus diversas vertientes como: el malestar proveniente de las fuerzas de la naturaleza, el que proviene de nuestro cuerpo o el generado en los lazos con los otros. Tres formas situables de la inadecuación estructural del sujeto y sus pulsiones.Sabemos que muchos de los pedidos de consulta en el ámbito público bordean problemáticas sociales difíciles que incluyen maltratos diversos, abusos, delitos, situaciones de desestructuración fantasmática, conflictos variados de identidad, etc. Así, las instituciones son receptoras de problemáticas que desbordan muchas veces los dispositivos existentes en ellas. Y las políticas de salud, por inclusivas que sean, no resuelven suficientemente la problemática de salud incrustada y, pareciera que, en crecimiento en la sociedad.

Pero no todos parecen ser inconvenientes en las instituciones. Hay aconteceres e iniciativas y aún políticas implementadas auspiciosas, pero suelen ser más vale perlas encontradas, que el modo de funcionamiento cotidiano general de aquéllas. También se percibe a veces, un trabajo silencioso y cotidiano que apuntala un sentir de existencia en alguna parte de la población que acude a ellas.No obstante, la institución, frecuentemente, en su funcionamiento, tiende a desconocer la causa misma por la que dice ser fundada. Y se deja tomar por discursos –con consecuencias en la práctica– que no toman en cuenta los efectos que, por ejemplo, determinadas intervenciones de un agente de salud, tienen en la constitución subjetiva de una persona (también esto puede ocurrir en la institución de la práctica privada).

La dificultad de tramitar el malestar, de incluirlo y trabajar con la inevitable inadecuación que lo funda –ese desencuentro estructural entre el sujeto y las pulsiones–, se traduce en muchas situaciones clínicas en un empuje a efectos disociativos, más que a una puesta en juego de una división subjetiva que le permita al sujeto, una vez encontradas sus preguntas,

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hacerse cargo de su propia división. O bien, cuando esto no es posible, encontrar caminos subjetivantes que no lo instalen en una posición de objeto. Trataremos de dar cuenta de este problema a través de situaciones clínicas concretas.

Palabras clave: clínica - inconciente - institución - residencias

Comunicación

Lo individual es una función de la sociedad y ésta a su vez, viene determinada por los individuos.

Nuestra sociedad es la estructura de nuestra existencia.Ramón Rey Ardid. Prólogo de El malestar en la cultura de Sigmund Freud.

¿Cómo delimitar, en alguna medida, una clínica que sostenga la práctica del inconciente en las instituciones de Salud Mental, de modo que no funcione como una simple ortopedia? Expondré algunas dudas y mi manera de pensar estas cuestiones. Creo que poder intercambiar pareceres, preguntas y experiencias con colegas interesados en la misma problemática, permite enriquecernos y acotar las distancias imaginarias que las diferencias no habladas tienden a crear.

Esta es una búsqueda de circunscribir y transmitir una experiencia que pivotea entre lo académico y lo clínico, en un espacio privilegiado para pensar la intrínseca relación entre lo singular y lo colectivo. Por el momento sólo abriremos algunas preguntas y reflexiones desde una práctica recortada en el marco del trabajo con residentes de pre-grado, y desde la casuística institucional, por así decir, en la que a partir de allí se abreva. Casuística que abarca distintas instituciones del territorio santafesino y, en ocasiones, también de otras provincias lo que le da una connotación de amplia heterogeneidad.

En el espacio de las Residencias se trata de posibilitar la construcción de lo que es el primer dispositivo clínico de los alumnos en institución. Es una posibilidad interesante que ellos tienen, aunque implique límites legales y prácticos en su capacidad operativa, dada su condición de alumnos. También es una posibilidad interesante para los docentes, fundamentalmente a la hora de conmover sedimentos dogmáticos. Ese armado de dispositivo, en mi modo de abordarlo significa no ofertar saber teórico en tanto saber constituido, sino, orientar las cosas de modo tal que, desde las situaciones que se van presentando se pueda construir un hecho clínico, y como tal, incluido en una formalización teórica. Se propone dar una localización conceptual a una experiencia cotidiana referida por alguien. Ahora bien, las cosas se hacen más complejas si queremos precisar más el dispositivo que debe alojar ese referir de alguien, que en muchos casos no es una sola persona. Alguien habla, ¿a quién? ¿para qué? Alojar el sufrimiento humano se puede hacer de varias maneras, apaciguarlo, también. Pero los condicionamientos se ajustan, seguramente, a la hora de proponer un dispositivo asistencial que tramite lo que no anda sin desconocer la discordancia constitutiva del ser hablante. Discordancia por la cual el ser existe paradójicamente por su falta en ser. Y es desde esta base que construiremos estrategias de subjetivación, es decir, de existencia en tanto social y sexuada (aclaro este doble aspecto porque es frecuente que detrás de un aparente pedido de necesidad sólo social con que alguien presenta su orfandad a una institución buscando la provisión que en algún caso ésta oferta –alimentos u otro tipo de ayuda–, puede haber una demanda a constituir que saque al sujeto de la sola necesidad, siempre que haya alguien dispuesto a escucharlo). En el hecho clínico, entiendo, debemos articular lo singular de un

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padecimiento con lo universal del para todos supuesto, para lograr desde una lógica de Banda de Moebius una puesta en juego de lo propio subjetivo con lo cual poder orientarse hacia lo colectivo.

Las instituciones, o mejor dicho, los trabajadores que gestionan en ellas, en las distintas incumbencias de la salud, se encuentran sin velos con una de las partes más álgidas del malestar en la cultura. Ese que Freud presentaba en sus diversas vertientes como malestar proveniente de las fuerzas de la naturaleza, el que proviene de nuestro cuerpo o el generado en los lazos con los otros. Tres formas situables de la inadecuación estructural del sujeto y sus pulsiones, que anima la índole más profunda de las acciones humanas.

En el tratamiento de ese malestar, entiendo, encontramos la utilidad de las instituciones tanto como la validez de una clínica psicoanalítica que se involucre en una consideración de lo público. A veces parece difícil encontrar puntos fuertes en la coordinación de prácticas que potencien la utilidad clínica, pública y social de cada una. ¿Cómo producir dispositivos que articulen lo singular y las políticas públicas sosteniendo un diálogo y una transversalidad que priorice una tramitación efectiva del sufrimiento humano? Es ésta una pregunta que dejo abierta.

Sabemos que muchos de los pedidos de consulta del ámbito comunitario bordean casos sociales difíciles que incluyen maltratos diversos, abusos, delitos, situaciones de desestructuración fantasmática, conflictos variados de identidad, etc. Así, las instituciones son receptoras de formaciones psicológicas complejas que desbordan muchas veces los dispositivos existentes en ellas. Y las políticas de salud, por inclusivas que sean, no resuelven suficientemente la problemática psi incrustada y, pareciera que en crecimiento en la sociedad. Sumado al hecho de que en esas políticas suele predominar una ideología restauratoria de la autonomía de la conciencia y de valores morales universalizantes. Las instituciones son con frecuencia el emergente de discursos hegemónicos –como veremos en el caso clínico– y el escenario de luchas corporativas ajenas a las disquisiciones clínicas.

Aunque no todos parecen ser inconvenientes. Hay aconteceres e iniciativas y aún políticas implementadas auspiciosas, pero suelen ser más vale perlas halladas que el modo de funcionamiento cotidiano. Se percibe a veces, un trabajo silencioso y cotidiano que apuntala un sentir de existencia en alguna parte de la población que acude a ellas.

También encontramos claroscuros en la experiencia de las Residencias. Algunas veces me he preguntado si no se estaban forzando situaciones para justificar el cursado de una Residencia, teniendo que acotar esa presión de lo burocrático para que no actúe en detrimento de lo clínico. Pero en otros casos, he atestiguado con beneplácito la creación de un dispositivo allí donde no parecía posible.

A propósito de lo dicho, encuentro dos paradojas al menos, en lo que hace al trabajo de los residentes en estos espacios para la salud:

1 – El encuentro de los alumnos de esta asignatura –a la cual considero muy importante para la formación y disposición de ellos en la salida laboral– con esas distintas formas antes referidas de lo que podemos llamar una clínica fuerte, de casos graves, muchas veces difíciles de pensar en las categorías tradicionales –desbordadas éstas por el caudal de nuevas configuraciones psi que produce en gran medida la conjunción, expulsiva

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para el sujeto, de capitalismo y ciencia–. Estos alumnos imbuidos de formación universitaria y sin un criterio clínico aún formado, y frecuentemente sin análisis personal son confrontados, a veces brutalmente, con casos que requerirían de alguien experimentado, y no sólo experimentado de modo general, sino fogueado en problemáticas más específicas. En este terreno psi, considero que la experiencia –cuando se sostiene en los distintos pilares de la formación– es muy importante. Obviamente, esta paradoja no es un problema que atañe sólo a la Universidad, sino que involucra a toda la sociedad. En este caso, la Facultad lo atenúa sosteniendo supervisiones constantes y solicitándolas a las instituciones.

2 – La segunda paradoja referida atañe a lo siguiente: en la puesta en juego de sus funciones y de su accionar, la institución tiende a desconocer la causa por la que dice ser fundada. Así, un emprendimiento propuesto para tramitar el malestar emocional humano termina a veces desoyéndolo y poniéndolo a cuenta, por ejemplo, exclusivamente de carencias sociales, o de otra determinada situación biográfica dramática, o de una dureza caracterológica, es decir de absolutos de sentido que tienden a silenciar al sujeto y su implicación en la peripecia que sea. Abrochamiento entre saber y verdad, entre novela familiar y realidad hostil a todo trabajo analítico de una problemática subjetiva. También en la institución del psicoanálisis particular estos reduccionismos pueden ocurrir. El consultorio tampoco preserva de la sordera. Sea en consultorio particular o en institución, la condición para que se produzca un sujeto no sólo es que haya seres hablantes, sino que el analista se disponga a formar parte del síntoma de que se trate, advertido del poder complejo de la transferencia.

Al respecto, tomaré prestadas de mí misma algunas palabras que corresponden a un trabajo anterior inédito: “Hay condiciones de la clínica que trascienden el hecho de que ella se sitúe en el consultorio particular o en la institución... Donde hay un ser humanizado, junto a las condiciones que lo atraviesen como ser social, presuponemos también un sujeto sexuado. Y es en esta compleja vertiente donde debe fundarse la dimensión insoslayable de la clínica que nos concierne”.97

Ahora bien, en cuanto a lo que puedo inferir desde esta recortada experiencia que intento enmarcar, la confrontación con las realidades institucionales hace sentir con más fuerza y evidencia en el trabajo de consultorio, la necesidad de considerar un orden ético que tenga en cuenta particularidades del campo socio-histórico presente tanto en la estructuración institucional como subjetiva.

Llega a ser muchas veces impactante la naturalización, y en última instancia, la irresponsabilidad con que se desconoce la dignidad de las personas solicitantes de ayuda institucional, desconocimiento tanto más grave cuando corre por cuenta, no sólo de quien oferta la ayuda, sino del propio solicitante de la misma (sabemos del alcance que puede tener la adherencia a una realidad que bordea el desamparo pero que también construye identidad). Es como si el anonimato que supone la institución, así como su asiento en carencias sociales fuertes de una parte de la población, fomentara cierta cristalización degradada de algunas representaciones de lo público que empujara a una lógica deshumanizante que atraviesa a todos los estamentos de aquélla en tanto síntoma social. “¡Vení, que no vas a ver muchos como éste!” es el modo en que convoca la gestión psi de

97 ROMANO, N., “El sujeto del inconsciente en la Clínica”, Jornadas del Hospital Provincial de Rosario, Rosario: 1998.

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una institución a una residente que duda de estar presente o no en la entrevista a realizar a un paciente diagnosticado como psicótico grave.

Ahora bien, volviendo a la cuestión del dispositivo, desde la clínica psicoanalítica podríamos aproximar una noción general del mismo, entre otras posibles, en los términos de la puesta en juego de una presencia tal –en tanto Otro de la dificultad– que pueda funcionar, o bien como caja de resonancia de la palabra de quién padece98 que abra el circuito de la demanda y con ello el trabajo con el síntoma. O bien como acompañantes de una situación de crisis, o destituyendo el juego desafiante del secreto poseído acerca del goce, en la perversión, etc., pero en todos los casos, y aunque se tratara de un dispositivo asistencial que requiriera también de otros participantes, creo que la apuesta es sostener, en lo relativo a cada situación, una presencia que no pretenda dar tratamiento al síntoma –dicho en términos generales– sin pasar por el sujeto.

Por ejemplo, es frecuente en el campo de la Salud Mental la propensión a la psiquiatrización, esto es, al empuje directo a un auxilio psiquiátrico, que más que estimular el decir, generalmente lo obtura. Sin duda hoy en día hay consenso en torno a que la medicación es muchas veces imprescindible y posibilitadora de que alguien hable o de que alguien no desborde hacia un pasaje al acto, por ejemplo. Pero si no se propone un dispositivo que de lugar a la palabra y a la escucha, la situación puede derivar en la psiquiatrización. Esto es: fijar a una persona en un tratamiento sólo medicamentoso de su problema, bloqueando la fuente de enunciación y la implicación del sujeto en su sistema de lenguaje, borrando con ello las coordenadas témporo-espaciales fundantes. Y de allí se pasa muchas veces a la institucionalización, que puede significar un encierro en la intemperie, si podemos expresarnos así para transmitir lo que puede ser la experiencia extrema de estar fuera de discurso.

Acerquémonos ahora a la casuística referida al comienzo. Nos basamos en el relato hecho por una alumna residente:

Un adolescente de 16 años refiere a un profesional psi de una institución (con quien está la alumna residente en calidad de observadora) lo que le pasa cuando “siente bronca” por alguna agresión de sus pares. Manifiesta que se concentra tanto para controlar la bronca y sus impulsos violentos, que empieza a sentir que algo se le mete por la espalda.Él se había enterado (según él, a los 12 años; según su madre, recientemente), de que su tío era también su padre. Es decir que sus progenitores son hermanos entre sí.Pero al respecto toma una posición: para él ese hombre es el tío, no el padre.En una ocasión tiene el impulso (estando él en una terraza) de tirarle a este tío un balde con cemento para matarlo, pero se preserva porque piensa que “si lo mato, me mato a mí mismo” (Como si tomara en cuenta lo dicho por Pierre Leggendre cuando afirma que “todo asesinato es un parricidio”, y que comporta la tendencia al suicidio).Además, este adolescente, en lúcida confirmación de esa narrativa donde resuena con claridad un deseo de vivir, o al menos de preservarse, manifiesta a aquel equipo psi que lo atiende, que lo que él quiere es irse de la casa.No obstante, como simultáneamente mantiene una situación de ciertos desbordes violentos básicamente en su trato con sus pares (lazo violento, frecuente en los adolescentes como búsqueda fallida de inclusión), más un diagnóstico de esquizofrenia con el que venía, es derivado sin más a psiquiatría, quedando su problemática exclusivamente bajo el comando

98 Tomo esta metáfora de LACAN, J. (1964-65) Problemas cruciales para el psicoanálisis, inédito.

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psicotrópico. Quedan engullidos por el medicamento y por la decisión del Otro institucional, tanto sus dichos como las preguntas que de ellos podrían advenir. Se refuerza así un mecanismo disociativo. Despojado de palabra propia, el sujeto queda escindido entre lo que quiere ser y hacer y lo que la institución decide.El tratamiento lo acalla en las diversas funciones subjetivas a punto tal que es la madre quien decide interrumpir dicho tratamiento al ver al hijo demasiado dopado, pero lo hace, movida por su desconocimiento, de manera abrupta; lo cual no es lo indicado en esas situaciones.

Ahora bien, con todos esos decires del joven, que denotan, según mi modo de considerar, un querer estar presente subjetivamente en la vida: ¿es pertinente derivarlo a un tratamiento psiquiátrico que prescinda de un dispositivo de escucha? Para tramitar su problemática: ¿no es importante dilucidar si esa sensación tiene soporte fantasmático, lo cual posibilitaría hacer el pasaje desde ese desgarrón en el yo a división subjetiva y su consiguiente análisis; o si hay allí un estatuto alucinatorio y un intento de asir con una certeza un sentido que se desvanece o que no está?

Este joven que sofoca a su modo la violencia que siente: ¿no pone en realidad en juego una defensa, seguramente desesperada, para no quedar tomado como objeto, y ser arrastrado, tal vez, por ese cimbronazo genealógico que le ha tocado en suerte?¿Cómo arreglárselas con el extrañamiento que habita su cuerpo sino a través de un dispositivo donde esto pudiera ser escuchado, de modo que la palabra amordazada en la impulsión violenta pudiera desplegarse, y así hablar de sus vacilaciones y de su propia singularidad, sea del tono psicopatológico que fuere?Este recorte clínico da cuenta de que la institución no es ajena a las operaciones que se producen en un sujeto que recurre a ella. En este caso la decisión institucional parece ser un obstáculo para la construcción de una singularidad que le permita a este adolescente socializarse dignamente.Tal vez en la otra punta de este acallamiento que sostiene al medicamento como ideal normativo, esté su contrapartida tácita: devolver a un individuo al circuito productivo, masificante. Así se da tratamiento al síntoma sin pasar por el sujeto.

Para cerrar, abriré dos ejes como propuesta para continuar trabajando a partir de aquí:1 – Seguir interrogando la cuestión de la clínica psicoanalítica: cómo ceñirla hoy en relación a las nuevas problemáticas y también, cómo pensarla en relación a su encuentro con la institución, de modo que no se constituya en una simple aplicación de saberes externos a la misma.Freud advierte en varios lugares la pronunciada pendiente cultural hacia la psicoterapización del psicoanálisis. Esto es, una tendencia a obturar la fuerza subversiva y la apertura hacia la civilización que el planteo del inconciente y de las pulsiones conlleva. Denuncia un empuje de la psicoterapia a asentar sus bastiones en el yo. Se confunde así muchas veces eficacia analítica –en tanto ubicar preguntas que generen acto, o simplemente abrir estrategias subjetivantes–; con eficiencia, –entendida como la búsqueda de resultados, cuyas preguntas las ordena el Otro.2 - Precisar planteos respecto a la cuestión de la institución y las políticas que la atraviesan. Poder interrogar más acerca de la formación que debe tener un analista que trabaje en instituciones de Salud Mental.

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Todo ello sin olvidar aquel planteo fuerte en la apertura de Psicología de las masas que afirma: “…desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente psicología social…”.99

Bibliografía

DELEUZE, G., Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia, Buenos Aires: Cactus, 2006.

FREUD, S. (1923) “El yo y el ello”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XIX, Buenos Aires: Amorrortu, 1976.

— (1940) “La escisión del yo en el proceso defensivo”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XXIII, Buenos Aires: Amorrortu, 1976.

— (1921) “Psicología de las masas y análisis del yo”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XVIII, Buenos Aires: Amorrortu, 1986.

— (1926) “¿Pueden los legos ejercer el análisis?”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XX, Buenos Aires: Amorrortu, 1976.

LACAN, J. (1963- 64) El Seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1987.

— (1959-60) El Seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1988.

— 1969-70) El Seminario. Libro 17. El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1992.

— (1964-65) Problemas cruciales para el psicoanálisis, inédito.LAURENT, E., Psicoanálisis y salud mental, Buenos Aires: Tres Haches, 2000.SAIDÓN, O., Clínica y Sociedad. Esquizoanálisis, Buenos Aires: Lumen, 2002.

99 FREUD, S. (1921) “Psicología de las masas y análisis del yo”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XVIII, Buenos Aires: Amorrortu, 1986.

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Los márgenes de la escritura de casos

Valeria DecorteGrupo de Investigación: PSI 167

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La idea de este trabajo es interrogar la cuestión de la escritura en Psicoanálisis. No cabe duda que hay distintos estilos, distintas maneras, que producen diversos efectos, tanto en la formación de los analistas, en la transmisión del Psicoanálisis y por ende, en la clínica misma. A partir de una experiencia de lectura y de una experiencia clínica que supone a su vez tomas de posiciones y la delimitación de distintos tipos de dificultades, se intentará ordenar y articular el tema elegido.

Primero me gustaría indicar la hermandad que Freud estableció entre la literatura y el Psicoanálisis. Podríamos preguntamos, también, sobre la contribución que el Psicoanálisis (sobre todo los ensayos freudianos sobre literatura, historia, etc.) puede aportar a la crítica literaria. También invirtiendo la pregunta, preguntarnos qué elementos el Psicoanálisis mismo en el curso de su elaboración, ha podido tomar prestados de la literatura para asimilarlos a su propia estructura doctrinal. Como plantea Michel de Certeau: “El discurso freudiano, en efecto, es la ficción que retorna en la seriedad científica, no solamente como el objeto del análisis, sino como su forma. El ‘estilo’ de la novela se convierte en el de la escritura teórica”.100 También los modelos de la tragedia y de la retórica son extraídos del campo literario e introducidos en otros campos para poder de esa manera abordar y forjar distintos tipos de objetos. El lenguaje utilizado por el Psicoanálisis pareciera quedar inevitablemente contaminado por su objeto, desembocando en una connivencia entre la retórica psicoanalítica y los objetos de su investigación y de sus interpretaciones. Lo que investiga el Psicoanálisis está construido de la misma manera con la que elabora su propio discurso dejando además, marcas del lugar de su producción.

Mi intención en este trabajo es indagar e investigar nuevamente la escritura de casos en psicoanálisis. Dando cuenta de la manera en que el psicoanalista se encuentra inevitablemente enlazado con lo que investiga. La urdimbre de la escritura de casos deja inevitablemente tras de sí zonas opacas y silenciadas como en todo texto. Me interesa rastrear esos indicios: las huellas que dan cuenta específicamente de lo que todo analista deberá dejar silenciado ya que deberá subordinarse a la regla de abstinencia.

Palabras clave: psicoanálisis - escritura de casos - abstinencia - silencio

Comunicación

Vía di porre, via di levare: el trazo y la capa

100 DE CERTEAU, M., Historia y Psicoanálisis, México: Universidad Iberoamericana, 2009, p. 44.

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Partiré de una observación que hace Roland Barthes en alguno de los ensayos de su libro Lo obvio y lo obtuso, para ordenar el recorrido. El autor retoma la oposición existente que Freud señala entre la escultura (via di levare) y la pintura (via di porre), ya esbozada en la misma pintura: entre la incisión (el trazo) y la unción (la capa). Gestos de la mano que rasca como alisa, ahueca o desarruga, talla y rellena. Barthes entrevé así dos fuentes de la pintura: la escritura y la cocina. La primera se relaciona con el trazado de los futuros signos, el ejercicio de la punta: el pincel, la mina, el punzón, cualquier cosa que socave o estríe. La segunda, con toda práctica que tienda “a transformar la materia de acuerdo con la escala completa de sus consistencias”101, se cuentan entre ellas operaciones como el ablandamiento, el espesamiento, la fluidificación, la granulación, la lubricación, para producir un estado distinto que tomará distintos nombres, formas, consistencias y texturas; por ejemplo: lo untado, lo ligado, lo espesado, lo cremoso, lo crocante, etc. Mantengo en suspenso estas ideas para retomarlas más adelante a propósito de la escritura de casos.

Me detendré en el historial del hombre de las ratas. Historial que siempre me atrajo por la siguiente razón: Freud tenía la costumbre, después de haber aparecido uno de sus libros, de destruir todo el material sobre el que se basaba la publicación. Son muy pocos los manuscritos y las notas que conservó. Las notas originales sobre el caso del hombre de las ratas fueron una excepción. Fueron encontradas entre sus papeles en Londres, después de su muerte. Me interesa cotejar esas notas con el caso ya escrito y publicado: Análisis de un caso de neurosis obsesiva (caso “El hombre de las ratas”), para analizar el entrecruzamiento que se produce entre lo que delimitaré como una triple estratificación y pesquisar también momentos del análisis en los que el analista (Freud en este caso) decide callarse, dando consistencia a lo que conocemos por regla de abstinencia.

En primera instancia está el relato del paciente (lo que queda realmente perdido), instancia primera con la que se confronta el analista102. Una segunda instancia está constituida por las notas del relato del paciente, bosquejo de la escritura del caso, materia prima que tendrá en el momento oportuno que ser seleccionada, retrabajada en función de la teoría, disfrazada y disimulada, releída y reescrita. Tal cual un borrador del historial, las notas se toman con vistas para la transmisión al lector (incluyendo en su universo al propio analista) y sin perseguir ningún fin de identidad y totalidad con respecto a lo dicho. Momento en el cual –y para retomar la oposición del inicio–el gesto es la incisión, el trazo, el recorte que produce la escucha y el recuerdo del analista. Vemos que Freud en Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico rechazaba todo método auxiliar, incluso las anotaciones en sesión ya que esto obstaculizaría la atención flotante del analista, haciendo la siguiente salvedad: “La anotación de datos durante las sesiones del tratamiento podría justificarse con el propósito de utilizar el caso para una publicación científica. En principio no es posible negar al médico tal derecho. Pero tampoco debe olvidarse que en cuanto se refiere a los historiales clínicos psicoanalíticos, los protocolos detallados presentan una utilidad mucho menor de lo que pudiera esperarse. Pertenece, en último término, a aquella exactitud aparente de la cual nos ofrece ejemplos singulares la Psiquiatría moderna. Por lo general resultan fatigosos para el lector, sin que siquiera puedan darle en cambio la impresión de asistir al análisis. Hemos comprobado ya repetidamente que el lector, cuando 101 BARTHES, R., “Réquichot y su cuerpo”, en BARTHES, R., Lo obvio y lo obtuso, Barcelona: Paidós, 1986, p. 218.102 Es interesante señalar el esfuerzo que hacen los psicólogos que adhieren a distintos tipos de teorías psicológicas y psicoterapias para conservar lo más fielmente posible el relato del paciente, sobre todo piénsese en las grabaciones de la sesión (método tendiente a preservar objetivo el discurso del paciente y por ende la escucha del terapeuta).

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quiere creer en el analista, le concede también su crédito en cuanto a la elaboración a la cual ha tenido que someter su material, y si no quiere tomar en serio ni el análisis ni el analista, ningún protocolo, por exacto que sea, le hará la menor impresión”.103 Por último, una tercera estratificación: la escritura del caso, en la que el gesto es equivalente a la unción. Se opera con el material para lograr su transformación. Gesto que debería ir de la mano de lo novedoso, lo diferente. Gesto que no debería seguir ni perseguir un modelo, una receta (o por lo menos no al pie de la letra). Que jugando con la textura de la historia de la enfermedad (die Krankengeschichte), convoca una escritura. Escritura que tomando forma y consistencia adoptará distintos estilos. En este nivel es el relato mismo del paciente, confrontado a la lectura del analista, que imprime, que añade lo literario.

Si recorremos el itinerario antes propuesto, esta vez a la inversa, nos topamos primero con la lectura del relato del caso, y luego con las notas que servirán para su escritura (en el caso de que ellas hayan sido conservadas). Podemos sostener entonces que es en la lectura de las notas en donde uno se encuentra con momentos que luego aparecen eclipsados en la escritura definitiva del caso y que en los ejemplos que comentaré a continuación indican los momentos en los que Freud deja marcas escritas de su implicación, pero que se instalan con relación a la clínica como aquello que se debe callar.

La abstinencia del analista: ¿cuándo y qué callar?

Recordemos el precepto freudiano: “La cura analítica ha de desarrollarse, dentro de lo posible, en la abstinencia”.104 Abstinencia que apunta al rehusamiento de cualquier tipo de gratificación a la demanda del paciente. Por eso callarse equivale, a veces, a abstenerse. En los ejemplos que seleccioné quedan marcas escritas de aquello que Freud silenció.105 El primero es el siguiente: en las Notas originales del “Hombre de las ratas” hay una equivocación escrita. Freud anota Wahrheit und Dichtung106. Mi pregunta es la siguiente: ¿habrá sido un lapsus de Freud o una anotación de un lapsus del paciente? De todas maneras conociendo la importancia de Goethe en la vida de Freud107, indico esta falla como una encrucijada (ya sea que consideremos a la equivocación o bien como un lapsus linguae del paciente o bien como un lapsus calami de Freud). Señalemos la relación que existe en la lengua alemana entre la palabra poesía (Dichtung) y ficción (Erdichtung). Si seguimos esta pista podríamos trazar un puente entre poesía y verdad por un lado, y entre poesía y ficción por otro. La serie sería la siguiente: poesía, verdad, ficción. Tríptico problemático con el cual nos topamos en el análisis y en la escritura, que se irá ordenando o tensionando de acuerdo al momento y los modos de escritura.

Otra encrucijada se presenta cuando Freud anota tres signos de exclamación: (!!!) al lado y entre paréntesis del nombre pronunciado por el paciente: Gisela Fluss. De esta manera suponemos que Freud indica su sorpresa ejerciendo cierta selección del relato del paciente.

103 FREUD, S. (1912) “Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico”, en FREUD, S., Obras Completas, Tomo II, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981, pp. 1655- 1656.104 FREUD, S. (1918- 1919) “Los caminos de la terapia psicoanalítica”, en FREUD, S., Obras Completas, Tomo III, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981, p. 2459. 105 Habría que abrir un paréntesis aquí y postular que no es lo mismo la localización de un silencio articulable en el enunciado, de lo que permanece por siempre inarticulable, produciendo efectos huidizos, inasimilables.106 El editor señala en una nota a pie de página: “Sic. en el manuscrito”. 107 Freud ha reconocido la influencia del pensamiento de Goethe, la lectura de sus poemas lo decidió a estudiar Medicina, por dar un ejemplo.

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Sabemos que la primera mujer de la cual se enamoró Freud portaba este nombre. Ahora bien, la pregunta es la siguiente: ¿qué marcas (ya sean la equivocación o los signos auxiliares) se imprimen sobre el tercer momento de escritura del caso indicando un lugar diferente del analista? ¿Cuál es el motivo por el cual Freud decidió conservar estas notas originales cuando su costumbre era destruirlas? ¿Qué podemos conjeturar a propósito de la comparación entre el original y el texto ya establecido? ¿Cuál es el efecto de la censura del analista? ¿Qué se decide silenciar, dejar al margen? Es difícil dar respuestas a estas preguntas, pero intentaré una aproximación. Se podría conjeturar que lejos de funcionar como dificultad o como puntos ciegos108, funcionan conectando estas notas con otro momento de la teorización freudiana: las dos se refieren a los recuerdos encubridores (Sobre los recuerdos encubridores de 1889 y Un recuerdo infantil de Goethe en “Poesía y verdad” de 1917).

Tanto Gisela Fluss como Goethe ocupaban lugares importantes en la vida de Freud. Uno de los ejemplos de recuerdo encubridor que nos brinda Freud en Sobre los recuerdos encubridores es precisamente el que se relaciona con su primer enamoramiento. Fragmento autobiográfico camuflado con otros nombres y lugares. Recuerdo fragmentario de los primeros años de la infancia que se conserva en la memoria. Recuerdo que desoculta ocultando, destinado a conservar el detalle de ciertas impresiones cotidianas indiferentes y sin importancia. En una carta enviada por Freud a su amigo de la adolescencia Eduard Silberstein, le confiesa que el objeto de su amor en realidad no había sido Gisela sino Eleonora, su madre: “Me parece que transferí a la hija, en forma de amistad, el respeto que me inspira la madre. Soy un observador perspicaz, o me tengo por tal: mi vida en el seno de una familia numerosa, donde se desarrollan tantos caracteres, ha aguzado mi mirada, y estoy lleno de admiración a esa mujer, que ninguno de sus hijos iguala totalmente”.109 Para Elisabeth Roudinesco y Michel Plon, el amor que Freud sintió por Gisela Fluss parece haber estado acompañado por la construcción de una novela familiar: tener un padre idéntico a Ignaz (padre de Gisela, que contrariamente a Jacob Freud, fue capaz de superar la crisis en que cayó el comercio textil, motivo por el cual los Freud tuvieron que mudarse a Viena) y una madre semejante a Eleonora (moderna, liberal, cultivada y liberada del espíritu de gueto).

Por otra parte, Freud en su ensayo de 1917, hace consideraciones con respecto a lo que es la biografía de Goethe, resaltando que ciertos pasajes, especialmente los que se refieren a recuerdos infantiles, podrían haber sido leídos en tiempos preanalíticos, sin reflexionar sobre ellos. La reflexión se centra fundamentalmente en lo establecido por la teoría analítica con respecto a los recuerdos encubridores. En el mismo texto leemos que: “En toda elaboración psicoanalítica de una biografía se consigue aclarar de este modo la significación de los primeros recuerdos infantiles. E incluso resulta, por lo regular, que precisamente aquel recuerdo que el analizado sitúa en primer término, el que primero relata demuestra luego ser el más importante, aquel que encierra en sí la llave de los comportamientos secretos de su vida anímica”.110 Luego de este fragmento Freud se muestra desesperanzado en la interpretación de lo relatado por Goethe, pero sin embargo 108 Por cada represión no vencida en el analista, un punto ciego en su percepción analítica –plantea Freud en “Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico”, en FREUD, S., Obras Completas, Tomo II, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981, p. 1657.109 Extraído de ROUDINESCO, E. y M. PLON, Diccionario de Psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1998, pp. 332- 333.

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unas líneas más adelante vemos desplegar viñetas clínicas que coinciden con ese relato. En un trabajo de reconstrucción y comparación vemos lo que bien podría ser sancionado como psicoanálisis aplicado. Pero el texto de Freud supone según creo otra dirección: la comparación de toda elaboración psicoanalítica de una biografía con la biografía como género literario. También la pregunta por la reserva poética de todo recuerdo y por el grano de verdad que comportan.

Así como lo expuesto por Freud en el texto antes citado, es decir cómo a partir de un primer relato insignificante se podría abrir una red de otros recuerdos de contenido diferente o la relación con determinados sucesos de una vida; de la misma manera pueden ser despejados estos índices de las notas originales, ordenándolos, desplegándolos, comparándolos, recreándolos dentro de una red teórica. Pero también y a partir de la escritura del caso, se impone nuevamente la pregunta por el lugar de la abstinencia, que en esta perspectiva se delimita a partir de la escritura. Incluso se podría decir que la escritura, está en consonancia con la recuperación de la abstinencia en relación al paciente. La escritura del caso delimita el hacer silencio sobre algo, pero en definitiva saber sobre qué se hace silencio. Entra en juego en este momento otra instancia que podemos determinar como el público. Así lo que fue en un primer momento abstinencia con respecto al paciente, tiene su lugar nuevamente, esta vez conducente a poder comunicar un recorte al lector.

En El mito individual del neurótico Lacan se pregunta en qué radica el interés de Freud por este caso del hombre de las ratas. Su respuesta es que surge de la extrema particularidad del caso, de su carácter manifiesto, visible, de las relaciones en juego, que hacen que tome valor ejemplar. Es en ese mismo texto en donde Lacan recurre para ejemplificar la tesis expuesta111, a un episodio de la juventud de Goethe narrado en Poesía y verdad, planteando que permanece cercano a la observación del caso del hombre de las ratas, pero –explicita– perteneciente al orden de la poesía o de la ficción.

El eco retorna desde lejos, e insiste…. El hombre de las ratas masturbándose por el efecto producido al leer el pasaje de Poesía y verdad, en el que Goethe cuenta que se había liberado de la maldición que una de sus amantes había echado sobre quien volviera a besar sus labios. Freud tratando de interpretar un recuerdo en Poesía y verdad. Lacan retomando nuevamente el episodio tan valorizado en las confidencias del hombre de las ratas. Conformándose así, relatos de relatos, lecturas de lecturas, silencios de silencios, que producen distintos juegos interdiscusivos. Es interesante ver aparecer cierta relación que podemos formalizar de la siguiente manera: hay un entretejido que se produce entre el silencio del origen y lo que se silencia del origen, del mismo modo que en la novela familiar freudiana aparece el momento inicial no verificable como tal en la experiencia histórica. Punto mítico, que indica y permite el anclaje de una historia que hunde sus raíces en ese punto silencioso que se sustrae.

Bibliografía

BARTHES, R., Lo obvio y lo obtuso, Barcelona: Paidós, 1986.

110 FREUD, S. (1917) “Un recuerdo infantil de Goethe en “Poesía y verdad”, en FREUD, S., Obras Completas, Tomo III, Biblioteca Nueva, Madrid: 1981, p. 2438.111 Analizando la relación existente entre el mito y lo fantasmático.

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FREUD, S. (1909) “Análisis de un caso de neurosis obsesiva (Caso “El hombre de las ratas”)”, en FREUD, S., Obras Completas, Tomo II, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981.

— (1912) “Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico”, en FREUD, S., Obras Completas, Tomo II, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981.

— “Notas originales sobre el caso del hombre de las ratas”, en MASSOTA, O. y J. JINKIS, Los casos de Sigmund Freud. El hombre de las ratas, Buenos Aires: Nueva Visión, 2005.

— (1899) “Sobre los recuerdos encubridores” en FREUD, S., Obras Completas, Tomo I, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981.

— (1917) “Un recuerdo infantil de Goethe en “Poesía y verdad”, en FREUD, S., Obras Completas, Tomo III, Biblioteca Nueva: Madrid, 1981.

LACAN, J., Intervenciones y textos 1, Buenos Aires: Manantial, 1985.ROUDINESCO, E. y M. PLON, Diccionario de Psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós,

1998.

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Vida y muerte en la Clínica Psicoanalítica con niños

Cristina SavidGrupo de Investigación: PSI 150

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La clínica nos muestra que existen niños a los que no se los prepara para la muerte. No se los introduce en el apremio de la vida. Paradójicamente se los exime del dolor de vivir, de ser uno. No puedo decir que están muertos sino que el tiempo entre nacer y morir coincide. Tanto en la mujer como en el varón, la paternidad o la procreación, promueve un retorno a la ilusión de encontrar una completud, una plenitud, ya que este empuje es constante en todos los seres humanos. Es el empuje a recuperar lo que nunca existió, la unidad platónica, como paraíso perdido. Esta ilusión está en el horizonte de la pulsión de vida. Lacan lo llama deseo de falo, irreprimible por ser constante, imposible de satisfacer.

Esta unidad edénica –lograr una unión incondicional con el otro– es imposible por lógica estructural. Si se realizara, sería la muerte del deseo, cesaría la convocatoria a ingresar en el apremio de la vida. Se trata de un triunfo de thánatos, ya que es un permanente hacia delante, hacia la muerte, hacia un antes; ese antes es la vida inanimada. De aquí que podemos plantear que el vivir es el deseo de un eterno retorno a lo inanimado –planteo freudiano en Más allá del principio del placer– y el deseo incesante de retornar al seno materno –planteo efectuado en Inhibición, Síntoma y Angustia–. Este deseo de falo es un deseo que trasciende a la persona de los padres, es un empuje constante, una pulsión vital por satisfacer o encontrar una completud, completamiento, plenitud. En la mujer toma el nombre de envidia del pene, envidia por lo que representa aquello que se supone que provee totalidad.Lacan retoma esta preocupación freudiana que recoge en la clínica y va a hablar en distintos seminarios del falo y su relación con lo Real, Simbólico e Imaginario.

Si bien los objetos que ilusionan de completud pueden ser indistintos. Freud los coloca en pene-hijo-dinero-regalo, Lacan es el que refuerza esta idea y plantea que es condición indispensable que un hijo ocupe este lugar de ilusión, es decir, estar en el lugar del deseo de falo para sus progenitores. Que un hijo sea transitoriamente ese señuelo, que sea el blanco, hacia donde apunte la pulsión vital de sus progenitores aún antes de nacer.Los progenitores inventan un hijo por nacer, crean un objeto alucinado, el deseo de falo o Deseo del Otro es Deseo de una Imagen, es un determinismo. Un niño existe en la ilusión parental desde un tiempo anterior al nacimiento biológico; en un lugar de fantaseo.Lacan llama a esta construcción objeto a. Existe como cosa ideal, como un objeto “a” a advenir real y verdadero.

Este objeto a es dicho en el nombre que se elige, en el ajuar que se prepara, pero es un objeto indecible, complejo. Este indecible va a elaborarse a posteriori y va a estructurar, a modelar la relación con la madre. Estos dichos no están dirigidos como mensajes al niño, son decires que anticipan un discurso.

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Retomando lo de cosa ideal, es algo contemplado, ad-mirado, sin con-tacto, sin ser tocado; es una representación eficaz; tiempo de existir gracias a un deseo que es de otro. Como objeto a, es una efigie, una cosa inanimada, muerta. El hijo nace a la existencia enclaustrado en un deseo que es de otro, encerrado en una Unión mortífera: uniano. Podemos decir que en el origen lo mortífero, lo inanimado es el punto de partida de la futura construcción de la subjetividad de un niño. En el inicio: la muerte; clausurada en el fantasma materno, paraíso que habrá de perder y paradójicamente paraíso al que deseará retornar constantemente.

La clínica nos apremia en algunos casos en que un niño llega al encuentro con un analista excluido de la ilusión anticipatoria al nacimiento, sin el atributo de existir como falo imaginario en el discurso parental, llega como hijo parásito. El abordaje psicoanalítico escucha este malestar con cautela, no anticipa operaciones correctivas, pedagógicas, medicamentosas, sin haber construido un saber acerca de lo que ciertos fenómenos denuncian; será necesario tener en cuenta más allá del lugar que ocupen los padres en la infancia del niño, aquello que los ha marcado a ellos en su infancia.

Palabras clave: discurso parental - apremio de la vida - dolor de vivir - ilusión anticipatoria

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La Ley de Discapacidad. Impacto en la clínica. La apuesta por el sujeto

Diana WolkowiczGrupo de Investigación: PSI 149

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Se relatará la experiencia de trabajo de un equipo interdisciplinario que se ocupa de los problemas del desarrollo en la infancia. Se explicitará qué se entiende por interdisciplina y cómo se responde a los imperativos de la época (eficiencia y rapidez en las respuestas) que tienden a lo multidisciplinar, más que a un trabajo con otros.El relato intenta situar las problemáticas actuales del trabajo con niños diagnosticados, apresuradamente, como autistas o TGD; por el discurso médico y por las psicologías cognitivistas comportamentales y por la necesidad de financiamiento que propicia la Ley de Discapacidad y que muchas veces, prematuramente, desresponsabiliza a los sujetos.

Se presentará una viñeta clínica de un niño de 4 años que llega a la consulta con apenas algunas palabras y sin poder organizar una escena lúdica, para poder pensar la clínica con niños en relación a los tiempos lógicos de la constitución subjetiva, ycómo en algunos caso el trabajo analítico posibilita relanzar la estructuración subjetiva detenida, sin apelar a diagnósticos terminales que rotulen el futuro de un sujeto.

Palabras clave: interdisciplina - época - niño - estructuración subjetiva

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Sobre leer en el abismo. Escritura académica en el primer ciclo universitario. Instrumentos de diagnóstico e intervención lingüística.

SECyT/UNR (2009-2012)

Patricia Rogieri y Liliana Pérez (Directoras)Lorelei Cisneros, Tatiana Moreno,

Carla Pérez Gianguzzo, Julieta ScennaDiego Stechina, Aníbal Aguilar y

Mariel MastriacovoGrupo de Investigación: HUM 269

Escuela de Letras (FHyA-UNR)Centro de Estudios de Retórica (FHyA-UNR)

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Nadie es el primer hablante que rompe el silencio del universoMijail Bajtin

Se miente más de la cuenta/por falta de fantasía./También la verdad se inventaAntonio Machado

Cínico es el que conoce el precio de todo y el valor de nadaOscar Wilde

El término alfabetización académica reúne un conjunto de nociones y estrategias que es imprescindible desarrollar para formar parte de las prácticas discursivas disciplinarias, por un lado, y para desarrollar las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender en la Universidad, por otro. El supuesto es que hay prácticas lingüísticas y de pensamiento propias del ámbito universitario y que el proceso por el que se llega a participar de esta esfera de la actividad humana exige la apropiación de sus formas de razonamiento y sus convenciones discursivas. Asimismo, los modos de leer y los modos de escribir difieren de acuerdo con la disciplina y no implican la existencia de una habilidad adquirida en un momento de modo absoluto y homogéneo. Si esto es válido, producir e interpretar textos académicos no es una competencia cerrada con la que se debe llegar al nivel superior. Y tampoco se produce sin intervención específica del docente.

En el campo de los Estudios del Lenguaje, un concepto clave que puede producir un quiasmo en la mirada del alumno sobre el saber es el de punto de vista, pues conduce a cuestionar aquello delimitado como objeto de estudio, en cada caso, desde una perspectiva epistemológica; cuál es la relación que guarda con quien lo investiga –los supuestos ontológicos que guían la relación entre sujeto y objeto de conocimiento– y de qué modo se produce un conocimiento considerado válido para ese abordaje –cuál es la metodología apropiada para un tratamiento conforme a la delimitación del objeto realizada. Sólo a partir de un posicionamiento epistemológico, ontológico y metodológico tal resulta posible plantear las instancias de producción y validación conceptual de los discursos del saber propios de la Universidad y la particular forma retórica que su comunicación requiere.

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Bajo este marco, tampoco es posible tratar la comprensión y producción de textos académicos pasando por alto los paradigmas de investigación en que se inscriben, pues cada uno condensa la memoria cultural del género que los expresa y les asigna interpretación. Asumir que lo que una teoría es depende del paradigma de investigación adoptado implica considerar que las culturas particulares que ellos subsumen determinan formas de pensar y escribir, diversas instancias de validación retórica de los saberes. En definitiva, modelos de pensar y escribir para los acólitos. Ello conduce a asumir que no hay contenidos independientes de las formas. Por tanto, no basta con educar en formatos textuales, sino que es relevante coordinar conocimiento del tema con exigencias retóricas disciplinarias y de paradigmas de investigación –con coordenadas situacionales que impliquen al destinatario y a los propósitos de la escritura. Esta omisión evidenciada en los escritos de los estudiantes no libera de responsabilidades a los docentes universitarios.

Esta presentación explicita los supuestos constitutivos del marco conceptual formulado con que se diseñan los instrumentos de intervención lingüística como respuesta a una de las variables de desgranamiento en las carreras de Psicología y Letras (1º año/UNR) que presentan una desventajosa relación docente/alumno y el carácter masivo de su composición estudiantil como particularidad.

Palabras clave: estudios del lenguaje - políticas lingüísticas - memoria cultural genérica - escritura académica

Comunicación

Se miente más de la cuenta/por falta de fantasía. /También la verdad se inventa

Antonio Machado

En el tránsito de la Escuela Media a la Universidad es frecuente la evaluación de los déficits en el desarrollo de las competencias de lectura y escritura de textos académicos de los estudiantes del primer ciclo universitario. Es decir, en las instancias de producción y evaluación, escritas y orales (tales como parciales, monografías, resoluciones de consignas, entre otras), los estudiantes del Primer Ciclo pondrían en evidencia que las decisiones teórico-metodológicas asumidas en su educación media interfieren con las expectativas de comprensión y producción exigidas en el campo específico de la actividad académica universitaria. Tal asimetría manifiesta el hiato entre el desarrollo curricular y las competencias alcanzadas.

Si bien partimos del supuesto de que en la formación retórico-discursiva de los egresados del nivel medio es posible evaluar la separación producida entre los objetivos de formación expuestos por la currícula del área lengua y las competencias efectivas que esos estudiantes manifiestan en su rendimiento académico, sobre todo en el primer ciclo universitario, cabría preguntarse, además, cuáles han sido las acciones promovidas por los espacios institucionales universitarios para disolver la distancia entre expectativas y logros. Son escasos y aislados los instrumentos diseñados por las unidades académicas para instituir un espacio curricular para el aprendizaje de las prácticas discursivas con las que en cada caso disciplinar se elabora el conocimiento.

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El diagnóstico que presentamos nos ha llevado a considerar que el esfuerzo pedagógico de la escuela media por desarrollar competencias imprescindibles para la comprensión y producción de textos académicos se ha visto a menudo obstaculizado por la escasa comunicación existente entre los dos niveles, lo que no ha favorecido una orientación adecuada a los docentes de nivel medio respecto de las peculiares necesidades de las diversas áreas del conocimiento, probablemente porque las mismas instituciones universitarias no han llegado a un diagnóstico lingüístico adecuado. La intervención docente de la escuela media, si consideramos los manuales de enseñanza, por ejemplo, no ha superado la descripción y análisis de matrices textuales de empleo frecuente en el nivel superior, sin dudas necesaria, pero organizada en torno de las siguientes instancias metodológicas: la presentación del conjunto de propiedades retóricas que se identifican en tipos textuales prefijados, seguida de un relevamiento de tales propiedades en un corpus que opera como ejemplo y la selección de un conjunto de textos en los que se evidencian las propiedades establecidas para que el estudiante las reconozca. Finalmente, se proporcionan modelos de reproducción de las propiedades relevadas a fin de que los estudiantes las implementen en su producción escrita, a modo de ejercitación. Este círculo no hace sino insistir en duplicar las operaciones de enseñanza de la lectura y la escritura transmitidas por el canon retórico antiguo para la escritura alfabética. Esto es, reconocimiento de propiedades textuales, ejemplificación, reproducción del modelo.

En esta dirección, entonces, lo que pocas veces se diagnostica es que esos déficits relativos a la comprensión y producción de textos académicos suponen una formación previa del estudiante sustentada en las siguientes asunciones relativas al lenguaje, que buscaremos explicitar: distinción fondo-forma, concepción instrumental de la palabra, homologación género-tipo textual, sinonimia de las opciones paradigmáticas sostenida en la distinción connotación-denotación. Son, por tanto, resultado de un tratamiento de la palabra que excluye la dimensión retórica del lenguaje que este Programa se propone elucidar.

Sabemos que bajo el término alfabetización académica se ha buscado reunir un conjunto de nociones y estrategias que es imprescindible desarrollar para formar parte de las prácticas discursivas disciplinarias, por un lado, y para desarrollar las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender en la Universidad, por el otro. El supuesto es, entonces, que hay prácticas lingüísticas y de pensamiento propias del ámbito universitario y que el proceso por el que se llega a participar de esta esfera de la actividad humana exige la apropiación de sus formas de razonamiento y sus convenciones discursivas. Al mismo tiempo, los modos de leer y los modos de escribir difieren de acuerdo con la disciplina y no implican la existencia de una habilidad adquirida en un momento de modo absoluto y homogéneo, sino que se desarrolla durante toda la vida profesional de un sujeto. Si este supuesto es válido, producir e interpretar textos académicos no es una competencia cerrada con la que se debe llegar al nivel superior. Y tampoco se produce sin intervención específica del docente.

El problema, en un contexto tal, es indagar acerca de por qué no se interviene en el momento adecuado del proceso y por qué el estudiante, a pesar de saber que debe producir un determinado tipo de lectura y escritura, se pregunta cómo llegar a ellas.

En el campo de los Estudios del Lenguaje, un concepto clave que puede producir un quiasmo en la mirada del alumno sobre el saber es el concepto de punto de vista. Centrar los distintos abordajes del lenguaje en el concepto de punto de vista conduce a cuestionar

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qué es aquello que ha sido delimitado como objeto de estudio, en cada caso, desde una perspectiva epistemológica; cuál es la relación que ese objeto guarda con el que lo investiga, es decir, los supuestos ontológicos que guían la relación entre sujeto y objeto de conocimiento y, por último, de qué modo se produce un conocimiento que pueda considerarse científico para ese abordaje, es decir, cuál es la metodología apropiada para un tratamiento conforme a la delimitación del objeto realizada. Sólo a partir de un posicionamiento epistemológico, ontológico y metodológico tal resulta posible plantear las instancias de producción y validación conceptual de los discursos del saber propios de la Universidad y la particular forma retórica que su comunicación requiere.

Bajo este marco, tampoco es posible tratar la comprensión y producción de textos académicos pasando por alto los paradigmas de investigación en los que ellos se inscriben, pues cada uno condensa la memoria cultural del género que los expresa y les asigna interpretación. Asumir que lo que una teoría es depende del paradigma de investigación adoptado implica considerar que las culturas particulares que ellos subsumen determinan formas de pensar y escribir, diversas instancias de validación retórica de los saberes. Es decir, y en definitiva, modelos de pensar y escribir para los acólitos. Ello nos lleva a considerar, además, que no hay contenidos independientes de las formas. Por lo tanto, para generar una escritura académica no basta con educar exclusivamente en tipos o formatos textuales, sino que es relevante coordinar conocimiento del tema con exigencias retóricas disciplinarias y de paradigmas científicos, es decir, con coordenadas situacionales que impliquen al destinatario y a los propósitos de la escritura, algo que se evidencia en los escritos de los estudiantes, quienes los omiten en función del privilegio excluyente del contenido. Esta omisión no libera de responsabilidades a los docentes universitarios.

Asimismo, la alfabetización académica no es un proceso homogéneo, cada campo disciplinar es diferente de los demás dominios de las ciencias, y las teorías, como se ha planteado más arriba, generan sus modos de leer y sus modos de escribir, conforme con los paradigmas de los que resultan representativas. No leemos en el abismo sino en el ámbito de problemas que son disciplinares y cada disciplina implica tres espacios: un espacio conceptual, uno discursivo y uno retórico.

Si bien es cierto que para ser perito en el discurso de las ciencias es importante lo que cada nivel de enseñanza ha hecho con nuestra competencia lingüística, no lo es menos que hay parte de ese desarrollo que le corresponde a la Universidad y que ella insistentemente, como alguien que no sabe bien de qué se trata, le confiere con el estatuto de déficit a la escuela secundaria. Si nos hallamos ante un proceso, es evidente que tiene etapas y responsables de cada una.

Lenguaje y producción de conocimiento

Este proyecto de investigación asume que el lenguaje es socialmente constituyente y socialmente constituido: constituye sujetos, situaciones espacio-temporales, objetos de conocimiento, verdades en tanto versiones, identidades sociales y relaciones intersubjetivas. El lenguaje es constituyente en dos sentidos complementarios en tanto ayuda a mantener y reproducir las instituciones (organiza lo pensable, lo decible, lo argumentable) y, además, a transformarlas. Es, ante todo, una práctica social, una acción que se articula a partir del uso lingüístico y se orienta a fines interdependientes del contexto.

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Asumida esta concepción de lenguaje, la mediación lingüística queda constituida por la relación entre el sujeto que habla y el mundo al que referencia. Ese mundo se vuelve a presentar, atravesando dos órdenes de mediación: en el primero, los términos utilizados tienen un significado fijado por la lengua de la comunidad, en una identidad independiente del contexto. Y en el segundo, otra mediación, por la que los términos significan en su diferencia, la que los torna puntuales, históricos. Lo que se interpreta entonces es, por una parte, el habla de un sujeto individual, y a la vez las significaciones de esa palabra en una red cultural de significaciones instituidas que circula en el lenguaje en el momento en que ese sujeto produce su palabra. En tanto instituida, la palabra siempre implica una selección y una puesta en escena performativa de aquello seleccionado y representado parcialmente, en la medida en que ningún lenguaje puede representar la totalidad sino a través del fragmento que instituye como su mundo.

En tanto que la lengua ofrece a sus usuarios una serie de opciones (fónicas, gráficas, morfosintácticas, léxicas) entre las que el sujeto debe elegir al interactuar discursivamente, debemos considerar también que cada elección se realiza de acuerdo, por un lado, con pautas y convenciones de las prácticas discursivas orales y escritas y, por otro, con pautas contextuales, que incluyen la situación espacial y temporal, los propósitos de quien realiza la elección, el tono evaluativo, la orientación a los destinatarios, y una particular modalidad de inscripción del sujeto en sus enunciados.

En resumen, en la tríada sujeto-lenguaje-mundo se imbrica la tríada performatividad-sinécdoque-efecto de verosimilitud genérica, sobre la doble mediación en la palabra: la del significado sistemático (basada en la lógica de la identidad) y la del sentido (único y dependiente) en el sistema de creencias que la propone.

Por su parte, la enseñanza media ha optado por el abordaje instrumental de la argumentación, aquel que menos garantiza el desarrollo de competencias de comprensión y producción lingüísticas. Se proporciona una sumatoria de moldes, esquemas, tópicos, formatos de textos que sirvan para constreñir lo comunicable y garantizar la transmisión del contenido. Ello conduce a una clasificación de los textos según tipologías, sin transitar hacia dimensiones genéricas, lo cual supone:1. que la palabra producida es entendida como constituida por oraciones,2. que las oraciones están, como corresponde, formuladas sin atribución de propiedad,3. que las oraciones tendrán un formato sintáctico, entonces, independiente del género,4. que las oraciones, por tanto, no están orientadas socialmente,5. que el lenguaje es transparente en el horizonte de un reflejo de la realidad, esto es, una mediación referencial imposible, 6. supone, además, una lógica del reconocimiento que garantiza “el hallazgo previo a la búsqueda”, es decir, la seguridad de encontrar en lo dado lo conocido. Y, por último, 7. una concepción de auditorio universal.

Resulta evidente entonces que optar por clasificar los textos según tipologías funcionales como meta concluyente del proceso de alfabetización académica del estudiante ayuda a desalojar la matriz perceptiva del género y a concebir, en consecuencia, la palabra producida como una palabra estable, despojada de su dimensión dialógica y fijada en una positividad de sentido sin conflicto.

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Sostenida así la distinción tipo/ejemplar, en el dominio de la comprensión, las operaciones retóricas son consideradas estrategias, una técnica para el reconocimiento de mecanismos lingüísticos recurrentes; en tanto que, en el dominio de la producción, cada escrito del alumno resulta un ejemplar que repite el tipo propuesto.

¿Cómo entonces disolver el salto producido entre la alfabetización académica y la formación media? Como respuesta, este proyecto reingresa la dimensión retórica como base de la alfabetización y el desarrollo de las competencias requeridas para la escritura académica.

Si el diagnóstico proporcionado por nuestra investigación es el adecuado, es decir, si los factores analizados inciden en los déficits evidenciados en la alfabetización y la escritura académicas, la Universidad deberá intervenir en la disolución del hiato. La distancia que media entre los fines de la educación universitaria y los medios para abordar las exigencias académicas con los que cuentan los estudiantes sólo puede ser disuelta por un programa universitario de formación para la comprensión y producción de textos académicos articulado sobre la dimensión retórica del lenguaje y anclado en las particularidades disciplinarias en general y teóricas en particular. El Programa que hemos diseñado a partir del proyecto de investigación que dirigimos Escritura académica en el primer ciclo universitario. Instrumentos de diagnóstico e intervención lingüística –SECyT/UNR (2009-2012)– es el que la Facultad de Humanidades y Artes (UNR) ha asumido para su implementación a partir del año académico 2012.

Lenguaje, producción de conocimiento e intervención lingüística

El primer ciclo de este Programa está destinado a estudiantes de 1° y 2° año de las carreras de Antropología, Bellas Artes, Ciencias de la Educación, Filosofía, Historia, Letras, Música y Portugués de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.

En las cátedras correspondientes a los primeros años de las carreras universitarias se hace evidente que la escritura emerge como un obstáculo en el recorrido de aprendizaje. El alumno ingresante se enfrenta a un trabajo intelectual al que, por lo general, no está habituado, tal como la lectura de textos completos sobre los que realizar operaciones de selección, el encuentro con unidades de publicación que suponen tanto un conocimiento de la terminología y de la retórica genérica específicas al discurso del saber implicado como de la correspondiente presentación escrita de trabajos. En esta dirección, en la iniciación al trabajo académico, se evidencia en un grupo representativo de alumnos un conocimiento restringido de las convenciones en el dominio escrito como dificultades en la organización de la estructura de frase y, en particular, en la comprensión de consignas de trabajo. En este marco es en el que se propone el Primer Ciclo, articulado sobre las dificultades recurrentes detectadas, con el objeto de que cada participante objetive sus dificultades y opere con el conocimiento de herramientas para resolverlas, a partir de una intervención lingüística específica. Esto es, régimen verbal, morfología derivacional nominal, régimen de los deverbales, régimen de complementos, información gramatical saturada en los morfemas flexivos, saturación sintáctica y léxica de argumentos, estructuras argumentales y saturación sintáctica, concordancia sintáctica y semántica, entre otros.

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En la organización del trabajo se parte de la distinción, en el ámbito de la escritura, de tres órdenes: oración, enunciado y género discursivo. En el primero, el interés se centra sobre la estructura sintáctica a partir de la conceptualización de los principios reguladores de la relación lógico/semántica predicado-argumento, para establecer, a partir de ésta, las estructuras determinadas por las clases de palabras en nuestra lengua. Es en esta relación en la que es habitual encontrar uno de los mayores obstáculos para la comprensión de consignas y redacción de escritos de trabajo y evaluación (tanto en la resolución de consignas, explicitación de un tema, como en la presentación de argumentos a favor o en contra de ciertos enunciados en la escritura propia o ajena).

En el orden del enunciado –como palabra situada en la contextura espacio-temporal con atribución de propiedad y socialmente orientada– los déficits recurrentes se agrupan en torno de las relaciones temporales, las relaciones lógicas, las presuposiciones, sobreentendidos y evaluaciones que la selección de términos, conectores y modalidades evidencian. Así, el trabajo se organiza sobre cómo se manifiestan en selección léxica, orden de palabras y estructuras dichas tópicas.

En el orden genérico, como primer curso, se propone la iniciación en la significación, la organización retórica y la operatoria intelectual requeridas por la terminología del discurso académico. Así, explicitación y objetivación del dominio genérico (y no la distinción fondo-forma) es el horizonte último y primero sobre el que se diseñan los órdenes de oración y enunciado, en tanto organización sintáctica y organización del enunciado estarían doblemente determinadas por la opción genérica y la dimensión argumentativa del lenguaje.

El segundo ciclo, destinado a los estudiantes de 3°, 4° y 5° año de las carreras de la FHyA-UNR supone una organización del marco conceptual sobre la base de:

1. el análisis crítico de las implicancias en la comprensión y producción de textos académicos de la formación de base de los estudiantes en torno de la distinción fondo-forma, concepción instrumental de la palabra, homologación género-tipo textual, sinonimia de las opciones paradigmáticas sostenidas en la distinción denotación-connotación, y

2. la construcción de los conceptos organizadores del diseño de los materiales de intervención lingüística a partir de:a. la distinción significado/sentido, b. oración/enunciado,c. reconocimiento/comprensión, d. sujeto lingüístico/sujeto cultural, e. la performatividad, como efecto inherente y constitutivo de la enunciación, f. la verosimilitud genérica, como el efecto de la circulación social de la palabra, g. la sinécdoque, como la única operación posible que el sujeto hablante puede realizar con el lenguaje para re-presentar verbalmente el mundo, h. la distinción entre la argumentación como formato textual y la dimensión argumentativa del lenguaje, i. dos acepciones para el término problema: 1. como campo de aplicación de formas de resolución ya trabajadas en el nivel conceptual; 2. como campo de situación que provoca interrogantes cuya formulación y resolución no están dados de antemano.

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En una orientación tal, los tópicos que siguen se constituyen en marco de referencia:- la pregunta por el lenguaje, su naturaleza y su modo de existencia; - la tríada hombre-lenguaje-mundo, con sus diferentes instanciaciones y relaciones;- la distinción fenómeno-objeto de estudio, que correlaciona “lo dado” con “lo construido” teóricamente y sus modos de inscripción ontológica y epistemológica;- el concepto de punto de vista, como conjunto de supuestos que crea el objeto de estudio;- los criterios, las conceptualizaciones, las categorías, como constructos no universales, no sinónimos entre puntos de vista diferentes.

En este marco, se parte del supuesto de que la delimitación de los ámbitos de problemas que atañen a la investigación y producción académica se encuentra en relación directa con las respuestas posibles a los problemas vinculados con la naturaleza y el modo de trabajar inherentes a la posición asumida frente al conocimiento. Deriva de estas consideraciones la pluralización de términos tales como ‘metodología de investigación’ y ‘escritura académica’.

Como hemos señalado, el eje articulador del Programa se constituye en torno de la lógica epistemología/metodología/teoría en el orden (natural/social) en el que el objeto de estudio se inscriba y de los modos de planteo de estrategias para la creación de conocimiento nuevo como producto de escritura. Es decir, el objeto último de este Programa consiste en la explicitación de estrategias de decisión adscriptas a distintas instancias de diseño y de escritura en la indagación sobre los campos de conocimiento implicados en las Carreras y los Centros de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR.

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Estudios lingüísticos y construcción del conocimiento en el primer año de la carrera de Psicología

Inés Estela Ballanti y Liliana Carolina BollaGrupo de Investigación: HUM 269

Facultad de HumanidadesFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

Como docentes del nivel universitario e integrantes de la Cátedra de Lingüística, en este trabajo nos proponemos reflexionar acerca de la producción de conocimientos y de cómo opera el lenguaje en la construcción y legitimación de los mismos.

En tal sentido plantearemos ciertos presupuestos que fundamentan nuestro abordaje, a saber: que el lenguaje es un aparato simbólico que presenta variaciones vinculadas con diferencias sociales y culturales; que tiene carácter performativo en tanto genera, sugiere e instaura una modificación en los parámetros del mundo, sumado al hecho de que constituye, desde cierto punto de vista, una práctica social integrada con las actividades del hombre. Este último aspecto nos sitúa en los géneros discursivos, en las distintas esferas de la praxis humana y en relación con el conocimiento, específicamente, con la posibilidad de que los sujetos no sólo puedan construir y decir el conocimiento, sino que además puedan transformarlo y aplicarlo en situaciones cotidianas concretas, lo cual es fundamental para que el conocimiento sea legitimado. La dimensión performativa del lenguaje antes mencionada asegura la potencia legitimadora del discurso ya que construye y valida el mundo en el mismo acto, en tanto constituye una actividad social que es también un mecanismo de interacción y un instrumento de poder.

Nuestro aporte, entonces, se vincula con la posibilidad de plantear aspectos que nos permitan reflexionar acerca de estas dos cuestiones (léase, la dimensión del lenguaje y la construcción del conocimiento), asumiendo que nuestra relación con el mundo está necesariamente mediada por el lenguaje.

Palabras clave: lenguaje - conocimiento - legitimación - performatividad - género discursivo

Comunicación

Introducción

Desde nuestro trabajo como docentes de primer año de la Carrera de Psicología y en virtud de nuestra formación académica específica en Letras, día a día escuchamos expresiones lingüísticas que nos hacen reflexionar acerca de la construcción del conocimiento que realiza el estudiante.

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Por esta razón decidimos escribir la ponencia que presentaremos a continuación, partiendo de algunos presupuestos teóricos que nos guiaron en nuestro trabajo de análisis y reflexión.

En primer lugar, nos referiremos entonces a dichos presupuestos y al marco teórico desde el cual partimos: La performatividad: entendemos por ello la propiedad inherente del lenguaje (convertido en discurso) para instaurar realidades en el mundo, es decir, crear o sugerir modificaciones en los parámetros de dicho mundo. Sostener este punto de vista implica asumir que el lenguaje es constituyente y a la vez constituido: nombra al mundo y al mismo tiempo establece realidades en ese mundo que nombra; instaura un sentido y simultáneamente legitima las condiciones objetivas del mundo. Dicha manera de nombrarlo funda la aparición del sentido constituyéndose así el discurso en una manera posible de configurar la realidad empírica que nos rodea, teniendo en cuenta que no accedemos a ella en forma directa a través de los sentidos, sino que nuestra experiencia de la realidad siempre está mediatizada por el lenguaje, es decir, siempre es lingüística.

El lenguaje como aparato simbólico: si nos situamos en el punto de vista de Benveniste, planteamos el concepto de simbolización como la capacidad de representar lo real a través de un signo y de entender que ese signo es diferente de lo real, que tiene su propia lógica y sus propias leyes. Así, para nosotros el lenguaje es el aparato simbólico por excelencia en tanto nos permite re-presentarnos y re-presentar a los otros y al mundo en el cual estamos insertos. De esta manera el lenguaje instaura una forma de relacionarnos y de efectuar acciones a través de la palabra. En síntesis, desde lo planteado, existe sólo lo que podemos nombrar a partir de las redes simbólicas que nos constituyen y por las cuales estamos atravesados.

Por último, planteamos el lenguaje como práctica social: desde cierto punto de vista (Bajtin, 1982) se sostiene la existencia de múltiples prácticas sociales vinculadas con las actividades del hombre; entre dichas prácticas se incluye el lenguaje, que tiene naturaleza social, histórica e ideológica, situación que para nosotros se presenta como “lo dado”. Al respecto, citamos a Bajtin quien plantea lo siguiente:

(…) el uso de la lengua se lleva a cabo en forma de enunciados (orales y escritos) concretos y singulares que pertenecen a los participantes de una u otra esfera de la praxis humana. Estos enunciados reflejan las condiciones específicas y el objeto de cada una de las esferas no sólo por su contenido (temático) y por su estilo verbal, o sea por la selección de los recursos léxicos, fraseológicos y gramaticales de la lengua, sino, ante todo, por su composición y estructuración. Los tres momentos mencionados -el contenido temático, el estilo y la composición- están vinculados indisolublemente en la totalidad del enunciado y se determinan, de un modo semejante, por la especificidad de una esfera dada de comunicación. Cada enunciado separado es, por supuesto, individual, pero cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados, a los que denominamos géneros discursivos (Bajtin, 1982: 248).

Esta cita nos ubica en el terreno de los géneros discursivos y puntualmente en la concepción de lenguaje como práctica social ya mencionada. Así, cuando un hablante se expresa, se inscribe en un género determinado; a la vez, el que escucha, focaliza su atención en las evaluaciones que las palabras portan, es decir, comprende los enunciados en las situaciones concretas en las cuales son producidos, con todo lo que ello implica: pensar en lo agradable y lo desagradable, lo justo y lo injusto, lo bueno, lo malo, etcétera.

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Consecuentemente, las palabras y las oraciones no son su foco de atención; son sólo unidades del sistema lingüístico desprovistas de todo tipo de evaluación en tanto no tienen autor ni están orientadas a alguien en particular.

Desarrollo

Ahora bien, planteado nuestro punto de partida teórico iniciamos el análisis de una expresión verbal emitida por un estudiante de primer año, de acuerdo con su construcción del conocimiento (uno de nuestros ejes temáticos); construcción que está elaborada, atravesada y legitimada por el lenguaje. La expresión citada es la siguiente:

“Ahora entiendo lo que el profesor de otra cátedra nos decía: que lo importante no era lo que ocurría en la vida del paciente… que lo importante era lo que él decía sobre eso.”

En el modo de decir del estudiante lo que observamos entonces, es un conjunto de presupuestos relativos al mundo, al conocimiento y al rol del lenguaje en su relación con los anteriores. Está claro que su modo de pensar y expresar el conocimiento proveniente de otra cátedra se ve modificado (en tanto mejor comprendido) al acceder a un punto de vista distinto (diríamos lingüístico) que le posibilita la interacción entre lo conocido / incorporado y la nueva visión a la que accede. Así, surge un modo de decir de parte del estudiante que es fruto de su comprensión de los aspectos vinculados, en otras palabras, ingresa a una concepción según la cual el lenguaje actúa como mediador entre el hombre y el mundo, por la que los hechos pierden su importancia en favor del relato efectuado acerca de ellos, o sea, en favor de la re-presentación realizada lingüísticamente. La mediación a la que nos referimos es necesaria para obtener ese decir, en términos de Eliseo Verón (1996).

En forma específica, se trata de una doble mediación: por un lado, las palabras expresan un significado único, literal, el que tienen en el sistema lingüístico al que pertenecen y dentro del cual son reconocidas (esta primera mediación remite a la lógica de la identidad); por otro lado, las palabras expresan además, sentidos que surgen de su inserción en contextos históricos particulares y en el uso ideológico que efectúa de ellas el sujeto en tanto ser social. Esta segunda mediación implica comprender las palabras en su novedad (Voloshinov, 1996) y por lo tanto se sostiene desde la lógica de la no identidad. Así, cuando se interpreta, se produce un cruce entre el habla de un sujeto individual y las significaciones de la palabra en una red cultural simbólica instituida y que circula en el lenguaje en el momento en que el sujeto expresa su palabra. Asumimos aquí, siguiendo a Todorov (1982) que el lenguaje no puede representar la totalidad de lo real sino a través del fragmento, es decir, sinecdóquicamente, efectuando entonces una selección y una puesta en escena performativa de lo seleccionado. En dicha selección influyen no sólo las pautas gramaticales y/o discursivas sino también los aspectos contextuales referidos a lugar y tiempo, propósito del hablante, orientación de lo dicho a los otros y la modalidad específica que el hablante le imprima a sus enunciados. Cuando planteamos la noción de modalidad nos referimos a cómo es evaluado lo construido por un sujeto; desde este lugar, todo lo enunciado va a estar siempre inevitablemente modalizado y dicha modalización será genérica e histórica.

Los conceptos construidos de esta manera son en consecuencia históricos y puntuales, dependen de lo que es decible y pensable en un momento determinado, desde un género discursivo específico (en nuestro caso, el académico) y desde un verosímil cultural

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construido discursivamente, aceptado y legitimado por las instituciones (en nuestro análisis, por la Universidad). Sostenemos lo dicho y pensamos que, cuando al estudiante le ofrecemos (como docentes) las herramientas necesarias para que construya el conocimiento y le planteamos otros puntos de vista posibles, logra por sí mismo acceder a conclusiones que son fruto de su red simbólica, de su forma de pensar y de la interacción que realiza con ellas, en forma individual pero sostenido por la comunidad de la que forma parte, de la cual no puede sustraerse (y agregamos, tampoco lo desea seguramente, en tanto considera que ella legitima desde la palabra, lo que él produce). Como resultado de esta conclusión a la que llega el estudiante (que no es otra cosa que conocimiento realmente construido), deja de lado una concepción ingenua según la cual el lenguaje refleja el mundo tal cual es y el conocimiento sólo puede ser transmitido una vez legitimado; lo interesante es que comienza a problematizar aspectos de los cuales no tenía conciencia antes o nunca se había planteado. En esta instancia, postulamos que el estudiante construye desde otro verosímil el conocimiento de su disciplina; no hablamos de conocimiento verdadero porque entendemos que verdad / lenguaje y verosimilitud están en conflicto permanente y son irreconciliables. Creemos entonces, que al llegar a esta instancia, el estudiante advierte que lo ofrecido académicamente por los docentes no es la verdad sino una versión posible de ella, legitimada institucionalmente, es cierto, pero nunca absoluta. Toma conciencia, además, de que puede construir él mismo “otra verdad” que también será legitimada a través del lenguaje (ya que modifica los parámetros del mundo; crea otros nuevos); en el mejor de los casos, también esa otra verdad deberá ser legitimada por la institución.

Para finalizar este análisis, queremos retomar dos aspectos que hemos mencionado en este trabajo: la legitimación y la performatividad del lenguaje. En relación con este último aspecto, podemos decir lo siguiente: cuando el estudiante maneja determinado conocimiento (previo a la expresión que trabajamos) entiende que el científico accede a la realidad sin mediación alguna, de manera directa; esto es así por el efecto producido desde el verosímil del discurso científico que se presenta de esa manera (debe cumplir determinadas condiciones específicas para ser aceptado como tal). Una vez que el estudiante se enfrenta con el punto de vista lingüístico comprende cabalmente la performatividad de la enunciación (de la lengua en circulación social) ya que advierte que los hechos de la vida del paciente tienen existencia en tanto son nombrados e instituidos a través del lenguaje, generando una re-presentación que es otra realidad distinta de la empírica. Descubre así la propiedad performativa del lenguaje para establecer, impulsar o plantear cambios en los parámetros del mundo. En este sentido, el estudiante (en su expresión) efectivamente modifica su concepto de lo importante: antes entendía que estaba constituido por “lo que ocurría en la vida del paciente”, ahora considera que es “lo que el paciente dice sobre eso” o en otras palabras, lo dicho, que no es más que el producto de la mediación del lenguaje. Éste ha operado como elemento fundamental en la producción del nuevo conocimiento. A partir del mismo, los hablantes constituimos lo real, inclusive la realidad de la ciencia. El relato del paciente, entonces, es fundamental en el nuevo conocimiento que construye, en tanto el lenguaje emerge como el mediador necesario entre el hombre y el mundo; y finalmente descubre, además, el verosímil genérico del discurso académico que es diferente a otros verosímiles. Por último, en lo expresado por el estudiante, podemos advertir también la presencia del estilo siempre presente del que habla Bajtin en la siguiente cita:

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(…) El estilo está indisolublemente vinculado a determinadas unidades temáticas y, lo que es más importante, a determinadas unidades composicionales; el estilo tiene que ver con determinados tipos de estructuración de una totalidad, con los tipos de su conclusión, con los tipos de la relación que se establece entre el hablante y otros participantes de la situación discursiva (Bajtin, 1982: 252).

Instaurada así la performatividad lingüística, el discurso producido debe ser legitimado.

Incorporamos así el otro aspecto que queríamos esclarecer y que ya mencionamos: la legitimación. Para ello retomamos algo dicho con anterioridad en relación con las palabras en tanto origen y certificación de las condiciones del mundo, puesto que son el único contacto que tenemos con él. En el ámbito académico esto se traduce en la habilitación de quien legisla sobre el conocimiento científico (el docente), el cual lo introduce, habitualmente, mediante aserciones que puedan problematizarse con los estudiantes para construir nuevos conocimientos. En términos de Lyotard (1987) “hay cosas que se pueden decir y maneras de decirlas” (Lyotard, 1987: 17); obviamente nos estamos refiriendo a la influencia de la cultura y de la sociedad en la asignación de roles, en particular, la práctica docente. En el enunciado que trabajamos, la legitimación es de índole institucional: hay un discurso académico, una serie de tópicos que deben tratarse y una voz autorizada que re-produce el conocimiento. Atravesado por este presupuesto, el estudiante estima, en una primera instancia, la validez del conocimiento al que accede, aún sin comprender con certeza la profundidad de aquello que escucha. A partir de allí, es necesario que se sumerja en los mecanismos de legitimación para que, a través de ellos, pueda generar un conocimiento autónomo construido y sustentado en la interacción de la performatividad y la pertinencia al género especialmente destinado para construir las propias aseveraciones científicas.

Conclusiones

Para concluir este trabajo vamos a sintetizar los aspectos teóricos que nos permitieron efectuar el análisis expuesto. Algunas cuestiones han sido explicitadas y otras sólo aparecieron en el orden de los presupuestos. ¿Qué queremos decir con esto?A lo largo de nuestra exposición hemos hecho referencia a conceptos como los de performatividad, práctica social, géneros discursivos, conocimiento, legitimación, por citar sólo algunos. Ahora bien, nos interesa mencionar los presupuestos que subyacen (y que asumimos) a estos conceptos. Estamos pensando en lo siguiente:

La distinción entre significado y sentido como modos de significar;la distinción oración / enunciado como dominios de análisis;la distinción reconocimiento / comprensión en tanto operaciones de análisis;la verosimilitud genérica como resultado de la circulación de la palabra;y la sinécdoque como única operación que el sujeto hablante puede realizar para representar lingüísticamente el mundo.

Este marco planteado nos permite arribar a las siguientes conclusiones:Instaurados los modos de significar (significado / sentido) y establecidos los dominios (oración / enunciado) sostenemos que las operaciones de análisis de los mismos son el reconocimiento de “lo idéntico” en el ámbito de la oración; y la comprensión de los múltiples sentidos en el ámbito del enunciado. Este planteo nos sitúa y nos remite a una concepción de lenguaje como práctica social en interacción con otras prácticas sociales y convoca el concepto de género discursivo.

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La referencia es un aspecto inherente al uso de la lengua como sistema y constituye una esfera diferente del fenómeno lingüístico: la capacidad enunciativa del lenguaje. Sólo desde esta dimensión trascendente, como lo afirma Aguilar en El discurso académico o el vacío de una interacción lingüística sin pretensiones de sentido, “el lenguaje será capaz de ejecutar sobre el mundo su capacidad performativa. Es decir que no hay performatividad sin referencia.” Dicha performatividad se entiende como la propiedad del lenguaje en circulación para fundar realidades en el mundo. Por esta razón sostenemos que el aspecto performativo instaura una dimensión constitutiva y permanente del fenómeno lingüístico y no, como podría pensarse, un rasgo aleatorio del funcionamiento de la lengua (concretamente una particularidad de cierto tipo de enunciados).La interacción lingüística es una de las formas de interacción social y muestra los mecanismos sociales que articulan representaciones del mundo e identidades construidas. Así, la lengua se constituye en el artífice de la construcción de esas representaciones e identidades a través de su función referencial, de sus mecanismos de conceptualización y de su capacidad de abstracción.

El conocimiento se construye permanente e inevitablemente a partir del lenguaje por medio de la conceptualización del mundo que éste nos posibilita. En consecuencia, lo que advertimos como conocimiento legitimado apto para ser transmitido no es más que una versión autorizada culturalmente entre muchas otras versiones. Esta concepción nos lleva, entonces, a cuestionar el concepto de verdad en favor del concepto de verosimilitud entendido como lo creíble, lo que más se parece a la verdad, en síntesis, un efecto del discurso. Lo verosímil se plantea así, siguiendo a Todorov (1982) “como ley discursiva, absoluta e inevitable”.

Por último, el discurso académico (el que circula en el ámbito universitario) no puede sustraerse a lo dicho anteriormente y por lo tanto, en el juego de interacciones se autolegitima como una palabra referencialmente acertada y habilitada, en tanto autorizada.Para terminar esta ponencia queremos dejar una reflexión acerca del doble juego que instaura la palabra: nos permite vivir y expresar nuestra experiencia en términos lingüísticos (creamos y conceptualizamos el mundo) pero a la vez nos limita a su propia lógica y nos somete a sus leyes.

Bibliografía

AGUILAR, H., “El discurso académico o el vacío de una interacción lingüística sin pretensiones de sentido”, <http://www.unrc.edu.ar/publicar/borradores/Vol7/pdf/El%20discurso%20academico%20o%20el%20vacio%20de%20una%20%20interaccion%20linguistica%20sin%20pretensiones%20de%20sentido.pdf> [Consulta: 10 de octubre de 2011].

— “La performatividad o la técnica de la construcción de la subjetividad” <http://www.unrc.edu.ar/publicar/borradores/Vol7/pdf/La%20performatividad%20o%20la%20tecnica%20de%20la%20construccion%20de%20la%subjetividad.pdf> [Consulta: 10 de octubre de 2011].

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BAJTIN, M., “El problema de los géneros discursivos”, en BAJTIN, M., Estética de la creación verbal, Buenos Aires: Siglo XXI, 2003.

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sujeto cultural. Sociocrítica y Psicoanálisis, Buenos Aires: Corregidor, 1997.LYOTARD, J. F., La Condición Postmoderna. Traducción de Mariano Antolín Rato,

Buenos Aires: Ediciones Cátedra, 1987.TODOROV, T., “Sinécdoques”, en AA.VV., Investigaciones Retóricas II, Barcelona:

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VOLOSHINOV, V., Freudismo. Un bosquejo crítico, Buenos Aires: Nueva Visión, 1996.

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De la capacidad de razonar y los modos de decir: algunas reflexiones acerca de la definición en el discurso académico

Lorelei CisnerosGrupo de Investigación: HUM 269

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Esta presentación expone las primeras reflexiones de nuestro trabajo en el marco del proyecto de investigación Escritura académica en el primer ciclo universitario. Instrumentos de diagnóstico e intervención lingüística, dirigido por las Dras. Liliana Pérez y Patricia Rogieri. Nuestro objetivo es examinar el lugar de la definición y sus posibilidades argumentativo-explicativas en las prácticas de escritura académica.

Con implicaciones lógicas, didácticas y retóricas, la definición como operación lógico-discursiva constituye sin dudas un interesante punto en la reflexión sobre el discurso académico porque, pese a que se invista con los ropajes de la objetividad, la claridad, la exactitud y la precisión, la definición es también un instrumento retórico, una pieza discursiva destinada a convencernos de que habla en nombre de lo real. Si bien cada definición utilizada se muestra como la expresión única y satisfactoria de una identidad y se tienen por lógicamente sustituibles los términos de la equivalencia, no puede desconocerse que la definición, toda definición, tiene valor argumentativo y conceptualizador, pretende influir en el uso de una noción y sobre todo en las relaciones de esa noción con el conjunto del sistema de pensamiento.

Como toda palabra instituida, la definición implica una selección, un recorte, una reducción de ciertos elementos a lo que parece haber en ellos de equivalente o intercambiable. La definición inevitablemente excluye algo, es, por fuerza, incompleta y afecta tanto a lo que define como a lo que deja afuera. Por eso concebimos aquí a la definición como una operación sinecdóquica de conceptualización que establece una identificación puntual e histórica, que pone en cuestión el concepto mismo de proposición y, en términos más amplios, entra en tensión con la concepción de lenguaje considerado en su estabilidad referencial.

En este trabajo, examinamos la definición como un instrumento de la racionalización e intentamos desmontar el recorrido que la llevó desde el orden de lo conceptual –una zona de cruce entre lógica y retórica– a un terreno puramente formal e instrumental. Más precisamente, revisamos aquí diferentes concepciones acerca de la definición desde los aportes de la lógica clásica y otras reflexiones legadas por la tradición grecolatina (como ciertas observaciones de la doctrina aristotélica sobre la definición y algunas consideraciones ciceronianas –retomadas a su vez por Quintiliano– relativas a la retórica persuasiva de la definición) hasta ciertos enfoques actuales sobre el discurso académico que ven en ella un mero recurso funcional, una estrategia, una técnica.

Palabras clave: definición - discurso académico - lógica - retórica

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Itinerarios en Filosofía

Ana María Sardisco y Guillermo FinoquettoGrupo de Investigación: PSI 209

Facultad de HumanidadesFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

El interés por la investigación acerca de la enseñanza de la filosofía se hizo cada vez más presente en la medida en que el desempeño en la cátedra de Filosofía en la carrera de Psicología de la UNR exige no sólo renovar y poner al día la vitalidad de sus preguntas y por ende sus contenidos, sino que también implica volver a pensar los criterios que fundan y sostienen la inclusión de materias introductorias a la Filosofía en carreras universitarias no específicas, lo cual invitó e impulsó a un equipo a laborar e investigar en este sentido. El crecimiento de la matrícula, el alto número de alumnos, la articulación con el resto de los contenidos presentados en materias del mismo año y próximos a cursar, entre otras cuestiones, aportaron elementos para que la problemática no fuera sólo por qué enseñar filosofía sino que se fueran sumando y vinculando otros problemas afines y pertinentes. Así fueron tomando cuerpo interrogantes acerca de cómo enseñar filosofía, desde qué concepción filosófica, con qué estrategias y con qué criterios seleccionar contenidos, autores y problemáticas.

En definitiva aquello que estábamos problematizando en el equipo era no sólo qué autores enseñar a los alumnos de primer año sino especialmente a partir de dicha problematización por qué, cómo y para qué enseñar Filosofía a quienes ingresan a la carrera de Psicología de la UNR.Nos planteamos, al inicio del recorrido, varios objetivos, uno de ellos era vincular estrechamente docencia e investigación, y otro más amplio, realizar aportes a nuestra práctica docente a partir de la reflexión acerca de la enseñanza de la filosofía en carreras universitarias no específicas y en nuestro caso en la Facultad de Psicología de la UNR. También nos propusimos comunicar nuestros avances de investigación a alumnos y a docentes y producir materiales para la cátedra.

En el devenir del trabajo de cátedra y en las actividades investigativas tales como reuniones, intercambio de ideas, elaboración de ponencias, presencia en congresos, etc., fuimos integrando a docentes recién recibidos, adscriptos, ayudantes alumnos que por diversos intereses y con distintas expectativas se acercaron a la cátedra. Esta tarea ya lleva más de ocho años y evaluando hoy ese recorrido podríamos decir que el investigar filosofía nos ha hecho vivenciar y experimentar en cada uno de nosotros el acto indelegable de pensar por sí mismo que es al mismo tiempo pensar con otro, co-filosofar.

Palabras clave: Investigación filosófica - itinerarios - trabajo áulico

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Cognición Espacial. El lenguaje parental como fuente de información sobre el espacio

María del Rosario MaitaGrupo de Investigación: IRICE - CONICET

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

El presente trabajo forma parte de una investigación en curso que indaga el tipo de lenguaje que emplean los padres como fuente de información espacial, y su relación con el desempeño espacial del niño, el nivel socio-económico, y el sexo. Se presentan resultados parciales en cuanto al tipo de lenguaje parental y su relación con el sexo del padre/madre.

El conocimiento espacial no sólo es posible a través de la experiencia directa con el mundo, existen diferentes sistemas de representación que contienen y transmiten información espacial, como los mapas, los gestos y el lenguaje. Si bien hay evidencia de que el empleo de lenguaje espacial afecta la forma en que los niños se representan el espacio y razonan sobre el mismo (Hemer-Vasquez, et al., 2001; Gentner y Loewestein, 2002; Loewestein y Gentner, 2005), es escasa la investigación sobre el rol del lenguaje parental en el razonamiento espacial infantil (por ejemplo: Cartmill, et al. 2010). Considerando las diferencias por sexo en habilidades espaciales (Voyer, Voyer y Bryden, 1995; Halpern, 2000; Kaufman, 2007), en este trabajo se explora si existen diferencias por sexo en el tipo de lenguaje que emplean los padres/madres al guiar a sus niños en una tarea de búsqueda.

El padre/madre esconde un juguete en una de 5 cajas idénticas en una habitación pequeña (120 cm de ancho x 80 cm de profundidad x 80 cm de alto). Luego el niño/a debe buscar el juguete basándose en la información lingüística que le proporciona el padre/madre. Participaron hasta el momento 12 parejas de padres/madres y sus hijos/as (36-54 meses, M= 45.46 meses, SD= 6.45), de nivel socioeconómico medio. El sexo parental fue contrabalanceado. Los padres/madres emplean distintos marcos de referencia al brindar descripciones espaciales: 1.basado en los límites del espacio de búsqueda (35%), 2. basado en su propio cuerpo como punto de referencia (32%), 3. basado en objetos del espacio de búsqueda (23%), 2. basado en el niño (10%). Las descripciones espaciales abarcan tanto el uso de categorías lingüísticas espaciales (85% de total de las categorías) como no-espaciales (15%). Las categorías lingüísticas espaciales comprenden: medio (20%), cerca (16%), lejos; adelante (10% cada una), atrás; del otro lado (6% cada una); derecho (7%); izquierda; derecha y arriba (5% cada una), al lado (4%); contra y abajo (3%). Las categorías lingüísticas no-espaciales son números empleados para asignar una posición relativa a los objetos del espacio: “está en la caja número 2”.

Resultados preliminares indican que las categorías lingüísticas espaciales son empleadas en similar proporción en ambos sexos. Sin embargo, las categorías lingüísticas no-espaciales (números) varían significativamente en función del sexo (X2 =6.89, p 0.01), siendo los varones quienes las emplean en mayor proporción.Los resultados aportan conocimiento acerca del tipo de lenguaje que emplean naturalmente

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los padres cuando proporcionan descripciones espaciales sobre un espacio pequeño. El objetivo siguiente es indagar qué categorías lingüísticas, y/o conjunto de ellas, serían más eficaces como fuentes de información espacial.

Palabras clave: cognición espacial - lenguaje - sexo

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Del garabato a la representación gráfica figurativa: efectos del nivel socioeconómico

Analía M. SalsaGrupo de Investigación: IRICE-CONICET

Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la EducaciónFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

Antes de los 36 meses aproximadamente, los niños buscan más el placer del movimiento y de dejar trazos sobre el papel que el hecho de intentar que sus producciones se refieran o denoten objetos y situaciones. El estudio del dibujo infantil ha sido una constante en psicología evolutiva, centrándose principalmente en la identificación de las etapas del simbolismo gráfico y en la influencia de distintas capacidades cognitivas en este desarrollo (por ejemplo: Cox, 1992; Golomb, 1992; Luquet, 1927; Piaget & Inhelder, 1956; Vygotsky, 1962).

El objetivo esta investigación fue examinar los efectos del nivel socioeconómico (NSE medio y bajo) en la emergencia de la producción de dibujos figurativos. Se ha demostrado el papel que desempeñan factores relacionados con la experiencia en las diferentes etapas del desarrollo del dibujo, como la escolarización (Cox, 1993), la exposición repetida a un adulto que dibuja frente a los niños (Callaghan & Rankin, 2002) y la disponibilidad de representaciones gráficas en diversos grupos culturales (Callaghan et al., 2011; Martlew & Connolly, 1996). Si bien no hay estudios que aborden si el NSE canaliza el curso temprano del simbolismo gráfico, sí se documentaron diferencias asociadas a este factor en la producción de lenguaje (Hoff, 2003; Morriset et al., 1990) y de juego simbólico (Fein & Fryer, 1995).

Participaron del estudio 112 niños, 56 de NSE medio y 56 de NSE bajo, divididos en cuatro grupos de edad (30, 36, 42 y 48 meses) y un grupo de 18 niños de 57 meses de NSE bajo. Se utilizó una tarea de producción gráfica con dos fases, Dibujo Libre y Dibujo con Modelo. En la fase Dibujo con Modelo los niños debían dibujar cinco objetos construidos con pelotas y palillos; estos objetos podían ser representados con formas cerradas redondeadas y líneas. Los dibujos fueron clasificados en pre-figurativos y figurativos; en el Dibujo con Modelo, los dibujos figurativos debían reflejar las características distintivas de los objetos (forma, tamaño, número).

Los resultados obtenidos muestran una marcada asincronía en la edad de aparición de la representación gráfica figurativa en función del NSE. En el NSE medio, se observó producción gráfica figurativa a los 42 meses en el Dibujo con Modelo y a los 48 meses en el Dibujo Libre. En el NSE bajo, los dibujos figurativos predominaron en ambas fases de la tarea recién a los 57 meses. Estos resultados se discuten principalmente analizando las posibles relaciones entre experiencia simbólica y NSE en los inicios del simbolismo gráfico.

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Palabras clave: dibujo - producción - nivel socioeconómico

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El aprendizaje mediado: aprendiendo palabras a través de imágenes

Florencia Mareovich y Olga PeraltaGrupo de Investigación: CONICET

Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la educaciónUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

El proyecto que aquí presentamos profundiza el estudio del desarrollo temprano de la comprensión y el uso de imágenes en el aprendizaje de palabras que refieren a entidades (sustantivos) y a propiedades (adjetivos).Nuestro principal objetivo es conocer si los niños pequeños establecen relaciones simbólicas entre palabras e imágenes y sus referentes. Además buscamos evaluar la posible transferencia del aprendizaje de una palabra por medio de imágenes a nuevos ejemplares.

En el primer estudio enseñamos a 19 niños de 30 meses de edad y 19 de 36 meses una palabra nueva para nombrar a un objeto no familiar, a través de la fotografía de dicho objeto en un libro de fotografías. Dicho libro contenía imágenes de seis objetos familiares y dos no familiares. A uno de estos objetos nuevos le atribuimos el nombre nuevo pompe, el otro fue usado como distractor y no lo relacionamos con ningún nombre. Luego de la interacción con el libro, los pequeños debían realizar dos elecciones respondiendo a la pregunta: ¿Dónde hay un pompe?:1- extensión, los participantes debían optar entre el objeto-meta real y el objeto distractor; 2- generalización: los niños debía escoger entre un nuevo ejemplar del objeto-meta, con la misma forma pero de otro color, y el objeto distractor. Encontramos que tanto a los 30 como a los 36 meses los niños pequeños son capaces de extender el nombre aprendido a su referente y de atribuirlo a otro ejemplar. En el estudio 2 enseñamos a 14 niños de 30 meses y 16 de 36 meses de edad una palabra nueva (pompeado), para nombrar una propiedad visual a través de una imagen contenida en un libro. Utilizamos un libro con imágenes de seis objetos que presentan propiedades visuales conocidas y dos imágenes de objetos con propiedades visuales no familiares. Relacionamos una de las propiedades nuevas con la palabra aprendida, la otra funcionó como distractor. Luego de la interacción con el libro de imágenes los niños debían realizar dos elecciones respondiendo a la pregunta: ¿Cuál de los dos es pompeado? En la primera tarea los participantes debían elegir entre el objeto pompeado real y el objeto distractor. En la generalización los niños debían optar entre un nuevo objeto pompeado (no incluido en el libro) y el objeto distractor.

Encontramos diferencias evolutivas. A los 36 meses, no así a los 30, los niños fueron capaces de extender esa palabra nueva (pompeado) al objeto real representado en la imagen y generalizar esa palabra a otro ejemplar.

Palabras clave: comprensión simbólica - aprendizaje - palabras - imágenes

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Comunicación en prematuros. Orígenes y desarrollo

Hilda Ogni y Raquel FransoliniLínea de Investigación: Comunicación en Prematuros

Escuela de FonoaudiologíaFacultad de Ciencias Médicas

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

La Línea de Investigación Comunicación en Prematuros primera línea creada y radicada en la Escuela de Fonoaudiología por la cátedra de Parálisis Cerebral en el año 1996, centra su interés en indagar núcleos de comprensión referidos al objeto de conocimiento y praxis disciplinar, la comunicación, en una población particularmente considerada de riesgo como es el bebé prematuro.

Su propósito primordial es contribuir a la promoción-prevención de la salud y bienestar comunicativo de la díada.¿Por qué? Porque...“En el ámbito de la Unidad Neonatal la Práctica Clínica Fonoaudiológica marca su diferencia desde el lenguaje mismo. La Prematurez –como etiología– es para nosotros una cruda vivencia en la historia del bebé y su entorno” (Ogni, Fransolini, 1996).La línea desarrolla proyectos principales, acreditados por los organismos de Ciencia y Técnica, que buscan una aproximación al conocimiento de los ejes problemáticos abordados ejecutándose, simultáneamente, proyectos subsidiarios con temas, objetivos y resultados que guardan relación con aquéllos. Los mismos son realizados por alumnos de la carrera, que se registran dentro del principal en el rubro Formación de Recursos Humanos, constituyendo sus Tesinas para optar al Título de Grado ofreciéndoseles también la posibilidad de su presentación, durante el proceso de ejecución, al Programa de Becas de Iniciación o de Perfeccionamiento en Investigación de la UNR.

Se concretó, en las Unidades Neonatales una primera investigación Comunicación en Prematuros alimentados con Técnicas Sustitutivas de la Lactancia Materna –PID 202 19M/075 (1998- 2002)– en la cual se analizaron los comportamientos comunicacionales expresivo-motores del bebé prematuro para indagar a continuación sobre las Protoformas Comunicativas Maternas (PCM) desplegadas con su bebé prematuro –PID 202 19M/145 (2003-2005)– considerándose que ellas favorecen la inicial comunicación afectiva y significativa del infante la cual, en un proceso complejo de transformaciones, se va entramando en el lenguaje verbal. La temática de este último estudio se define como trascendente por entender que la función maternante aporta envolturas continentes posibilitadoras de la génesis dialógica afectiva-cognitiva, relacional y vincular madre-hijo. En consecuencia, se abocó a describir los comportamientos comunicacionales maternos en los momentos de cuidados corporales circunscribiéndose a los de amamantamiento, por concebir como fundantes los primeros encuentros vivenciados por la díada, especialmente, sensibilizada por un contexto no

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esperado ni habitual que profundiza y marca aún más y de manera diferente, la separación biológica propia del momento del nacimiento, al ser este prematuro. Un tercer proyecto, como continuidad del anterior, se abocó a investigar las Protoformas Comunicativas Maternas desplegadas con su bebé prematuro considerado de riesgo neurológico –PID 202 19M/214 (2006-2008)–.Finalmente, se desarrolló en el transcurso de los años 2010-2011 la segunda etapa del estudio de los Comportamientos Prealimentarios del Prematuro y su Competencia Alimentaria al inicio del Amamantamiento –PID 202 19M/289 (2009-2012)– con un diseño descriptivo-clínico y grupo control orientándose a indagar dichos comportamientos en recién nacidos sanos a término y posteriormente, corroborarlos en pretérminos sanos de 34 a 37 semanas postconcepcional con bajo peso para su edad gestacional (BPTBPEG).

Esta comunicación pretende difundir los resultados y conclusiones obtenidos en las sucesivas etapas de los diferentes proyectos principales y de esta forma, sociabilizarlos en los ámbitos de Educación Formal y de Investigación inter y multidisciplinar.

Palabras clave: prematuro- técnicas sustitutivas de la lactancia materna - alimentación-nutrición - comportamientos alimentarios

Comunicación

La Línea de Investigación Comunicación en Prematuros primera línea creada y radicada en la Escuela de Fonoaudiología por la cátedra de Parálisis Cerebral en el año 1996, centra su interés en indagar núcleos relevantes y concernientes al objeto de estudio y praxis disciplinar, la comunicación, en una población particularmente considerada de riesgo como es el bebé prematuro.

Su propósito primordial es contribuir a la promoción-prevención de la salud y bienestar comunicativo de la díada.¿Por qué? Porque...“En el ámbito de la Unidad Neonatal, la Práctica Clínica Fonoaudiológica marca su diferencia desde el lenguaje mismo. La Prematurez –como etiología– es para nosotros una cruda vivencia en la historia del bebé y su entorno” (Ogni, Fransolini, 1996).

En ese sentido, uno de los objetivos de la línea busca acrecentar el perfil profesional orientado hacia la investigación del bebé prematuro y, en forma específica, a través de una práctica sustentada, llevar a cabo acciones de promoción-prevención en el ámbito de la unidad neonatal. Asimismo, propiciar la conformación de una masa crítica disciplinar habilitada para la labor fonoaudiológica preventiva, que elabore y fundamente estrategias de cuidado, asistencia e intervención con el infante prematuro, favoreciendo la comunicación en la díada desde una perspectiva comunicativa, afectiva-emocional, cognitiva y vincular. También promover la conformación de equipos operativos, competentes para la cogestión y cohesión en el campo del saber y el hacer que, desde su pertinencia, favorezca el desarrollo científico de la práctica fonoaudiológica neonatal, práctica a la que no se pudo acceder, durante muchos años, por falta de una apropiada formación en esta temática.

Cabe señalar, que la línea desarrolla proyectos principales, acreditados por los organismos de Ciencia y Técnica, que buscan una aproximación al conocimiento de los ejes

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problemáticos abordados ejecutándose, simultáneamente, proyectos subsidiarios con temas, objetivos y resultados que guardan relación con aquéllos. Los mismos son realizados por alumnos de la carrera, que se registran dentro del principal en el rubro Formación de Recursos Humanos –Alumnos de Apoyo–, constituyendo sus Tesinas para optar al Título de Grado ofreciéndoseles también la posibilidad de su presentación, durante el proceso de ejecución, al Programa de Becas de Iniciación o de Perfeccionamiento en Investigación de la UNR.

Los orígenes datan –como se señala anteriormente– de 1996 concretándose en las unidades neonatales una primera investigación Comunicación en prematuros alimentados con técnicas sustitutivas de la lactancia materna –PID 202 19M/075 (1998-2002)– explorando el despliegue de los comportamientos comunicacionales expresivo-motores del bebé pretérmino, sin patologías asociadas, de 34-37 semanas de edad gestacional, con nutrición asistida por medio de diferentes técnicas alimentarias sustitutivas de la lactancia materna –sonda orogástrica (SOG) / sonda nasogástrica (SNG)–, verificando además las interacciones recíprocas de la díada y su relación con la técnica de alimentación asistida.

A continuación, se procedió con el estudio denominado Protoformas Comunicativas Maternas (PCM) desplegadas con bebé prematuro –PID 202 19M/145 (2003-2005)–, indagando los comportamientos comunicativos maternos, los cuales favorecen la inicial comunicación afectiva y significativa del infante la cual, en un proceso complejo de transformaciones, se va entramando en el lenguaje verbal.El proyecto tuvo como objetivo identificar y caracterizar las protoformas comunicativas maternas (PCM) verbales y no verbales desplegadas, aplicándose el instrumento elaborado Guía de Observación de las Protoformas Maternas (PCM) desplegadas con su bebé prematuro, a madres (n = 57) de pretérminos de 34-47 semanas de de vida extrauterina, describiendo las más frecuentes y predominantes según EG. Para este trabajo, las Protoformas Comunicativas Maternas (PCM) fueron definidas “como modos primarios de comportamiento comunicativo, de innegable y profunda significación, que surgen, regulan y organizan las primeras interacciones madre-hijo”. Configuran la génesis de las matrices comunicacionales en la díada, instituyéndose como bisagra que favorece u obtura el desarrollo comunicativo, cognitivo, afectivo-relacional y vincular del niño (Ogni, Fransolini, 1998).Por los fundamentos expuestos, se analizaron los comportamientos comunicacionales maternos en los momentos de cuidados corporales, circunscribiéndose a los de amamantamiento, por concebir como fundantes los primeros encuentros vivenciados por la díada especialmente sensibilizada por un contexto no esperado ni habitual que profundiza y marca aún más y de manera diferente, la separación biológica propia del momento del nacimiento, al ser este prematuro.La temática de este último estudio se considera trascendente por entender que la función maternante aporta envolturas continentes posibilitadoras de la génesis dialógica afectivo-cognitiva, relacional y vincular madre-hijo.

El tercer proyecto titulado Protoformas Comunicativas Maternas (PCM) desplegadas con su bebé prematuro considerado de riesgo neurológico –PID 202 19M/214 (2006-2008)–, continuidad del anterior, estuvo dirigido a una población de Madres (n= 24) de bebés pretérminos de 34-37 semanas EG que presentaban índices neurológicos, describiendo cuáles protoformas maternas (PCM) verbales y no verbales fueron las más frecuentes y predominantes según EG y condición clínica del pretérmino.

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Siguiendo estos lineamientos inclusivos de aproximación a diferentes problemáticas que conciernen al infante prematuro, en el transcurso de los años 2010-2011 se realizó la 2a Etapa del estudio denominado Comportamientos prealimentarios y la competencia alimentaria al inicio del amamantamiento –PID 202 19M/289 (2009-2012)– orientándose en primer término, a indagar dichos comportamientos en el grupo control conformado por recién nacidos sanos a término (n=10) y posteriormente, corroborarlos en los pretérminos sanos de 34 a 37 semanas postconcepcional con bajo peso para se edad gestacional (BPTBPEG).

Esta comunicación pretende, pues, difundir los proyectos principales de la línea, con los resultados y conclusiones obtenidos en sucesivas etapas hasta el presente año 2011 y de esta forma, sociabilizarlos en los ámbitos de educación formal y de investigación inter y multidisciplinar.

De acuerdo a la cronología de desarrollo de los proyectos mencionados se ha elaborado una tabla, para cada uno de ellos, expuesta a continuación:

PREMATUROS ALIMENTADOS CON TÉCNICAS SUSTITUTIVASDE LA LACTANCIA MATERNA

PID 202 19M/075 (1998-2002)

Equipo de Investigación: Zaniboni, M.; Ogni, H.; Fransolini, R.; Frankel, L.; Chiariotti, A.; Franchelli, E.; Sensevy, M.G.; Menéndez, S.

Alumnos de Apoyo: Morange, C.; Di Paolo,E.; Migliónico, A.M.; Coronel, S.

Objetivos

. Indagar el despliegue de los comportamientos comunicacionales expresivo-motrices del prematuro de 28-37 semanas de edad gestacional (EG) cuya nutrición es realizada en forma asistida por medio de diferentes técnicas alimentarias sustitutivas de la lactancia materna –sonda orogástrica (SOG) / sonda nasogástrica (SNG)–.

. Verificar las interacciones recíprocas de la díada y su relación con la técnica de alimentación asistida.

Diseño metodológico

Estudio analítico-clínico de cohortes con grupo control a través de observación con técnica de video-filmaciones y registro escrito simultáneo.

Población

Pretérminos sin patologías asociadas de 34-37 semanas de EG con alimentación por pecho (n= 22) y riesgo neurológico de 28-37 semanas de EG alimentados con técnicas sustitutivas de la lactancia materna (SOG, SNG) (n= 54).

Resultados

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. Presencia de comportamientos expresivo-motores según estados, con mayor diferenciación a partir de las 32-33 semanas de EG y predominio de modificaciones tónico-posturales generales; significativos cambios en la coloración de la piel y en el ritmo respiratorio en los bebés considerados de riesgo.

. Mímica facial poco diferenciada por debajo de las 30 semanas, haciéndose más evidente en las 32-33 semanas de EG los diferentes comportamientos comunicacionales de hambre, de satisfacción, displacer y asco. En bebés de riesgo se registra una disminución de mímica en el tercio inferior del rostro.

. El comportamiento de interacción con un Otro varía en relación con la EG del pretérmino, haciéndose más visible por encima de las 32 semanas de EG. En el grupo control, los bebés de 37 semanas interactúan como los de término.

. El empleo de la sonda no sería causa de la ausencia o disminución en la calidad de los comportamientos expresivos-motores del prematuro.

. Prevalencia del uso de SOG en neonatos de menor EG gestacional y en otras franjas etáreas por compromiso en los reflejos orales, existiendo más de un criterio médico tanto para su prescripción como de modificación de la asistencia nutricional a la alimentación oral.

Conclusiones

Un mayor número de díadas presentaron comportamientos de apego propicios en acompañamiento a la internación conjunta que regulada y al recibir alimentación en forma mixta –pecho materno más técnica sustitutiva de la lactancia materna– haciéndose más evidente en el rango de bebés de 36/37 semanas de EG.

PROTOFORMAS COMUNICATIVAS MATERNAS (PCM) DESPLEGADAS CON SU BEBÉ PREMATURO

PID 202 19M/145 (2003-2005)

Equipo de Investigación: Ogni, H.; Fransolini, R.; Frankel, L.; Chiariotti, A.; Franchelli, E.; Drogo, G.

Alumnos de Apoyo: Losasso, N.; Zarzuelo, B.; Lavayen, M.V.

Objetivos

. Identificar y caracterizar las protoformas comunicativas –verbales y no verbales– desplegadas por la mamá en los momentos de amamantamiento con su hijo prematuro, describiendo las más frecuentes y predominantes según EG.

. Fundamentar, a partir de los resultados, estrategias de intervención fonoaudiológica dentro y fuera de la unidad neonatal.

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Diseño metodológico

Estudio descriptivo transversal de observación a través de video-filmaciones y registro escrito simultáneo.

Población

57 madres –seleccionadas por “muestreo accidental no probabilístico– de entre 15-42 años, [x = 26,12 años con una desviación estándar de 8,2 años] de bebés prematuros de 34-37 semanas de EG [ x = 35,8 semanas, con una desviación estándar de 1,2 semanas] sin patologías asociadas, hemodinámicamente estables y en alerta-vigil de no más de 7 días de nacidos.

Resultados

. Se verificaron iguales modalidades de PCM Verbales y No Verbales que las que despliegan las mamás de bebés a término, las mismas se amplían, en el abanico de sus variedades tanto verbales como no verbales, como vía cardinal de comunicación con él dentro de un contexto de interacción, como lo es el amamantamiento.

. Se reconoció un ligero predomino de las No Verbales en sus modalidades Sensorial y Corporal al hacer más uso de mirada, sonrisa así como caricias, masajes, respectivamente. Se comprobó el valor de la mirada constante como protoforma esencial en la comunicación materna que ha estado presente en todos los rangos de madres. Canturreo y Balanceo refirieron ser los modos menos observados, en especial en las madres de menor edad y su uso estaría restringido por ser protoformas que brindan características de apaciguamiento. En referencia al Sostén Materno Seguro –perteneciente a la modalidad corporal– fue más frecuente a mayor Edad de la Madre siendo estadísticamente significativo (p=0,016) observándose un índice menor en las Madres Adolescentes. Asimismo, el Sostén Inseguro figuró en menor proporción en todos los rangos de edad de la madre.

. Con respecto a las PCM Verbales las madres de todos los bebés de diferentes rangos de EG desplegaron expresiones verbales refereridas a sonidos onomatopéyicos, palabra-frase o frase simple, con variaciones melódicas y/o prosódicas, para dirigirse a su hijo. Por el contrario, el diálogo imaginario en esta población de madres se observó una mayor correspondencia en la franja de EG de 36-37 semanas; mientras que el Eco y Canturreo no se registraron en madres adolescentes de bebés pretérminos.

Conclusiones

La madre del prematuro despliega modos comunicativos iguales a las de término, constátandose presencia de PCM Verbales y No Verbales con variaciones en su frecuencia según Edad de la madre y EG del pretérmino.

PROTOFORMAS COMUNICATIVAS MATERNAS (PCM) DESPLEGADAS CON SU BEBÉ PREMATURO CONSIDERADO DE RIESGO NEUROLÓGICO

PID 202 19M/214 (2006-2008)

Equipo de Investigación: Ogni, H.; Fransolini, R.; Frankel, L.; Chiariotti, A.; Franchelli,

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E.; Drogo, G.Profesionales de Apoyo: Losasso, N.; Steduto, M.

Alumno de Apoyo: Lavayen, M.V.; Gómez, V.; Abálos, L.

Objetivos

. Identificar y caracterizar las protoformas comunicativas –verbales y no verbales– desplegadas por la mamá en los momentos de amamantamiento con su hijo prematuro, describiendo las más frecuentes y predominantes según EG y condición clínica del pretérmino.

. Fundamentar, a partir de los resultados, estrategias de intervención fonoaudiológica dentro y fuera de la unidad neonatal.

Diseño metodológico

Estudio descriptivo transversal de observación a través de video-filmaciones y registro escrito simultáneo.

Población

Madres (n= 24) de bebés pretérminos considerados de riesgo neurológico de 34 a 37 semanas de gestación de no más de 7 días de nacido, seleccionadas por “muestreo accidental no probabilístico”. Se aplicó el instrumento elaborado Guía de Observación de las Protoformas Comunicativas Maternas (PCM) Verbales y No Verbales desplegadas con su Bebé Prematuro (PID 19M/145).

Resultados

. Las madres de bebés de riesgo neurológico de cualquier EG presentaron una disminución cuali-cuantitativa de PCM Verbales respecto a las No Verbales. Esta disminución y la continuidad de interacción no sostenida sería consecuente con la restricción de acceder la madre a un contacto íntimo con su bebé que demoraría el despertar de las actitudes maternas, pudiendo considerarse un factor de impacto en el despliegue y mantenimiento de las PCM Verbales y No Verbales.

. Sostén: el sostén inseguro estuvo presente en la mayoría de las madres (n=20), observando sostén seguro en las 4 madres restantes. Balanceo: predominó su ausencia (n=15), estando presente en 9 de las madres.

. Respecto a la variable que se conformó dada las condiciones clínicas del pretérmino –Contexto de Interacción con el Bebé– se registró un predominio marcado en la modalidad “en incubadora”, siendo “durante la alimentación” la de menor frecuencia.

. En relación con la Continuidad de la Interacción, otro índice que se debió considerar, se observó que en las madres cuyo contexto de interacción fue “en incubadora” sólo fue sostenida en un menor porcentaje mientras que se constató sostenida en la mayoría que interaccionó con su bebé durante la alimentación.

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Conclusiones

Las madres de bebés pretérminos de riesgo neurológico de cualquier EG presentaron una disminución cuali-cuantitativa de PCM Verbales respecto a las No Verbales.La disminución cuali-cuantitativa de las PCM y una continuidad de interacción no sostenida sería consecuente con la restricción de acceder la madre a un contacto íntimo con su bebé , pues sólo puede realizarlo a través de la incubadora interfiriéndose seriamente la interacción de la díada.

COMPORTAMIENTOS PREALIMENTARIOS DEL BEBÉ PREMATURO Y SU COMPETENCIA ALIMENTARIA AL INICIO DEL AMAMANTAMIENTO

PID 202 19M/289 (2009-2012)AVANCES PRELIMINARES

Equipo de Investigación: Ogni, H.; Fransolini, R.; Frankel, L.; Chiariotti, A.; Franchelli, E.; Marcozzi, N.; Losasso, N.; Steduto, M.; Lavayen, M.V.

Objetivos

. Constatar y describir los comportamientos prealimentarios en el bebé pretérmino de bajo peso para su edad gestacional (BPTBPEG) asistido en su nutrición (SOG/SNG), según EG y peso.

. Verificar si el BPTBPEG con asistencia nutricional accede a un contacto vincular maternante. Diseño metodológico

Estudio descriptivo longitudinal, con grupo control.

Material y método

Bebés pretérminos sanos, sin patologías asociadas, de 34-37 semanas de EG, de bajo peso para la misma, de no más de 7 días de nacido, hemodinámicamente estable y en alerta-vigil, asistidos en su nutrición y que no hayan tenido la posibilidad de acceder a un primer encuentro alimentario con el pecho materno.

Avance 2009

Se profundizó la búsqueda bibliográfica relacionada con la problemática de alimentación en prematuros de bajo peso.Se definieron las variables de estudio: 1) Peso del prematuro al nacimiento; 2) Comportamientos prealimentarios espontáneos del prematuro de bajo peso asistido en su nutrición por sonda; 3) Competencia alimentaria del prematuro al inicio del amamantamiento por pecho materno; 4) Contacto materno según modalidad de acompañamiento a la internación de su hijo prematuro.

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Avance 2010-2011

Material y método

RN a término sanos (n=10) entre 1 a 6 días de vida extrauterina, en alerta-vigil. Método de observación con Técnica de Video-filmación y registro escrito simultáneo con aplicación de “Guía de Observación de los Comportamientos Prealimentarios y Competencia Alimentaria en Amamantamiento”.

Resultados

. Comportamientos prealimentarios antes del amamantamiento: buena respuesta en los reflejos orales: hociqueo, extrusión lingual, búsqueda o rooting, succión lingual y mordedura edéntula en el 100% (n=10); el bostezo se presentó en el 80% (n=7) y estornudo sólo en el 30% (n=3); hipo ausente en el 100% (n=10).

. Comportamientos alimentarios en amamantamiento: presencia adecuada de hociqueo, búsqueda o rooting, extrusión lingual, mordedura edéntula en el 100 % (n= 10); succión-deglución en el 100% (n=10); bostezo y estornudo ausentes en el 100% (n=10); el hipo se constató posterior al amamantamiento en el 40% (n=4).

. Competencia alimentaria en amamantamiento: A.- Efectividad a la demanda: apropiadas habilidades orales para amamantarse en el 100% de los RN (n=10); B- Funcionalidad Alimentaria: óptima nutrición e hidratación oral con buena ganancia de peso (20 gr o más) en el 100% de RN (n=10).

Conclusiones

Los RN a término sanos exhibieron comportamientos prealimentarios y competencia alimentaria apropiados que aseguran el crecimiento y desarrollo del niño, a la vez que favorecen el bienestar comunicativo y afectivo-relacional madre-hijo.

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222

El impacto de la intencionalidad del dibujante en la comprensión, la producción y el uso temprano de dibujos

Romina Antonela VivaldiGrupo de Investigación: IRICE - CONICET

Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la EducaciónFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

Los dibujos figurativos son representaciones gráficas reconocibles a las que es posible ponerles un nombre y son altamente similares a sus referentes. Su comprensión, su producción y su uso son actividades inherentemente sociales. Estas actividades sociales implican que un productor tenga la intención de comunicar información a través de un dibujo de manera tal que un receptor pueda decodificarla adecuadamente. Desde el inicio de su desarrollo, los niños pequeños necesitan aprender con qué intención específica comprender, producir y usar los dibujos, en tanto sus funciones están social y culturalmente determinadas. La intencionalidad puesta en juego a la hora de utilizar un dibujo como vehículo de significado se denomina intencionalidad representativa o referencial.

El objetivo general de este trabajo es presentar el diseño de tres estudios que abordan la influencia de la intencionalidad referencial del dibujante en los primeros pasos de la comprensión, la producción y el uso de dibujos figurativos. El Estudio 1 es un estudio de comprensión de dibujos en el que se utiliza una tarea de correspondencias dibujo-referente con niños de 24 meses (Estudio 1); los Estudios 2 y 3 son estudios de producción y uso de dibujos, en uno se explicitará a niños de 36 meses que sus dibujos deberán ser usados por un adulto (receptor) para resolver una tarea (Estudio 2) y en el otro, con niños de 36 y 42 meses, productor y el receptor de los dibujos confluirán en el mismo niño, quien utilizará sus dibujos con la intención de resolver un problema –llenar cajas gemelas– (Estudio 3).

Palabras clave: dibujos figurativos - intencionalidad del dibujante - comprensión simbólica - producción gráfica

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La experiencia y los modelos culturales influyen: límites al antropocentrismo infantil desde la biología intuitiva wichí

Andrea Taverna, Alejandra Vidal y Olga PeraltaGrupo de Investigación: IRICE - CONICET

Desarrollo cognitivo infantilUniversidad Nacional de Formosa (UNAF)

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Numerosas investigaciones se han interesado en el desarrollo de la biología intuitiva o el conocimiento común de las personas sobre el mundo de los seres vivientes. El trabajo más influyente fue iniciado por Carey (1985) quien sostuvo que este desarrollo conlleva un cambio conceptual desde una teoría psicológica que ve a los humanos como prototipo de ser viviente (antropocentrismo) hacia una teoría que ve a los humanos como un ser viviente más. Investigaciones transculturales subsiguientes desafiaron estos postulados mostrando que aunque aspectos tempranos del razonamiento biológico parecen ser universales, el razonamiento de los niños porta las huellas del lenguaje, modelos culturales, y es también canalizado por la experiencia directa con el mundo natural (Ross, Medin, Coley, Atran, 2003). Dada la importancia de estos hallazgos para la teoría del desarrollo cognitivo, resulta importante profundizarlos con el estudio de nuevas culturas y es este precisamente el propósito central del presente estudio.

Objetivo

Investigar el razonamiento biológico en niños wichí-hablantes.

Metodología

Participantes: 69 niños wichí-hablantes (5-11 años) que asisten a la Escuela 421 Wichí Lako, Laguna Yema, Formosa. Materiales: Fotos de 4 entidades biológicas-base (humano, jaguar, perro y algarrobo) y 14 entidades-meta (humano, oso hormiguero, carancho, loro, yacaré, tortuga, piraña, gusano, mosca, quebracho, garabato, agua, silla y bicicleta). Procedimiento: Tarea de proyección de propiedades (Carey, 1985). Se solicita al niño que realice proyecciones de propiedades biológicas desconocidas desde cada una de las 4 entidades-base (ej. humano) hacia las 14 entidades-meta. Las propiedades son nombres inventados de sustancias (ej. sacra) las que se dice que pueden encontrarse dentro de cada uno de las entidades base (“la sacra es una sustancia que se encuentra dentro de los humanos”).Se trabajó en lengua wichí y con una pareja experimentadora-entrevistador/a hablante-nativo/a. Las palabras que funcionan como nombre de sustancias fueron palabras wichí inventadas por los maestros.

Análisis

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Las respuestas de los niños (SI/NO) fueron codificadas con un 1 (realización de la proyección desde la base a la entidad-meta), o con un 0 (no realización de la proyección). Como Carey, se consideró la proyección de propiedades como una medida de percepción de afinidad biológica; se compararon las proyecciones promedio desde cada base a las entidades-meta por edad.

Resultados

En todas las edades los niños wichí mostraron una clara concepción de afinidad biológica (menores proyecciones a mayor distancia filogenética entre bases y entidades-meta). No se encontró evidencia de antropocentrismo (mayores proyecciones desde y hacia el humano).Se encontraron relaciones asimétricas dentro de los animales no-humanos y las plantas no observadas en otras poblaciones y que significarían evidencia de razonamiento en términos de relaciones ecológicas específicas de esta comunidad.

Discusión

Este estudio provee evidencia de que la cultura y la experiencia pueden afectar el antropocentrismo infantil y la proclividad al razonamiento ecológico. Cabe discutir si el patrón de generalización antropocéntrica observado por Carey en niños de poblaciones urbanas más que un patrón universal del desarrollo es un modelo cultural adquirido y reforzado por la limitada experiencia íntima con el mundo de plantas y animales propia de estas poblaciones.

Palabras clave: experiencia - cultura - biología intuitiva.

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Aportes teóricos e innovaciones didácticas para la enseñanza de la Biología en la carrera de Psicología de la UNR

Eduardo Audisio, Cristián Delgado,Graciela Lavinia, Romina Scaglia,

Marina TerrádezGrupo de Investigación: Cátedra de Estructura

Biológica del Sujeto IFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

Este trabajo da cuenta de un proyecto en curso que, dando continuidad a uno anterior, se propone el desarrollo de estrategias innovadoras para la enseñanza y el aprendizaje de contenidos biológicos en la carrera de Psicología de la UNR. En un marco teórico constructivista y en el contexto de la primera asignatura biológica de la Carrera, se trabaja en procura de innovaciones que aporten a superar algunos problemas observados, según el modelo de resolución de problemas, que requiere el compromiso de los actores implicados.

La búsqueda se orienta a lograr innovaciones didácticas emergentes que puedan generar rupturas con algunas prácticas consolidadas, con énfasis en las perspectivas política y cultural, teniendo en cuenta que cualquier innovación está fuertemente influenciada por los intereses propios de los participantes y por los significados y valores puestos en juego.En etapas anteriores se comprobó que numerosos alumnos objetan la inclusión de asignaturas biológicas en la Carrera basándose en una supuesta falta de relación de las mismas con la práctica profesional del psicólogo. De hecho, existen dificultades para integrar conceptos provenientes de las ciencias biológicas y de la psicología (particularmente del psicoanálisis), en parte por escasez de desarrollos teóricos sobre divergencias y convergencias entre estas áreas. Es así que el proyecto contempla la realización de indagaciones bibliográficas acerca de ejes temáticos que pueden constituir un terreno propicio para establecer interrelaciones entre estas disciplinas. Los resultados de estas búsquedas se ven enriquecidos por datos sobre la elección, por parte de alumnos en condiciones de promover la asignatura, de temas integradores a desarrollar en sus trabajos para cumplir con esta instancia, resultando ésta una valiosa fuente proveniente de la propia motivación de los estudiantes. Este material aporta insumos para el diseño de situaciones problemáticas, para ser trabajadas en las clases, que planteen relaciones con el ejercicio profesional del psicólogo y así den mayor sentido al aprendizaje.

Nuestra búsqueda de interrelaciones entre aspectos biológicos y psicológicos se fundamenta análogamente a la argumentación de Ansermet y Magistretti (A cada cual su cerebro) cuando plantean la relación entre neurociencias y psicoanálisis. Se trata de reconocer las diferencias esenciales entre campos de conocimiento básicamente inconmensurables, y no proponer simplemente la superposición o la reunión de dos órdenes tan diversos. Más bien, la idea es encontrar zonas de intersección (problemáticas cruciales) entre esos cuerpos teóricos, que permitan ponerlos en relación respetando las diferencias.

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Los ejes temáticos seleccionados para la búsqueda de interrelaciones son los siguientes:Aplicaciones del evolucionismo a la psicología. Los órdenes biológico y cultural se constituyen en dos fuerzas que interactuaron en la historia evolutiva de la especie humana, y esto ha conducido a la incorporación del paradigma evolutivo, central en las ciencias biológicas, a las teorías sobre la psiquis humana.

Importancia de los conceptos biológicos en la obra de Sigmund Freud. A lo largo de su producción, Freud hizo uso de términos biológicos para dar cuenta de mecanismos o procesos psíquicos, a veces haciendo analogías, o tomando los primeros para ejemplificar los segundos, o también como recurso lingüístico. Al respecto, se procura determinar si existen relaciones entre las formaciones del inconsciente y la constitución de determinados circuitos sinápticos. Para ello es necesario tener en cuenta las condiciones en que ciertos circuitos neuronales se establecen y si esto tiene nexos con la modalidad en que se constituyen las formaciones del inconsciente.

Relaciones de la información genética y de las endocrinopatías con la psicopatología. Este eje pasa por aspectos biológicos de ciertas afecciones mentales como el trastorno depresivo mayor (TDM), el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) o la esquizofrenia. Un costado de interés pasa por el rol de la información genética en algunas afecciones de este tipo, y otro por la posible incidencia de endocrinopatías, entre ellas las tiroideas.

Manifestaciones psíquicas y orgánicas de los trastornos psicosomáticos y de diversas adicciones a drogas. Partiendo de un enfoque bio-psico-social del hecho de enfermar, pueden caracterizarse las afecciones psicosomáticas por manifestaciones clínicas que no pueden ser explicados simplemente sobre una base orgánica, con gran influencia de factores psicológicos en el desarrollo de la dolencia. En tal contexto, los tratamientos médicos encuentran apoyo en los psicológicos, en un esfuerzo por reconstruir la unidad del ser humano.En cuanto al tema de las drogas adictivas, todas tienen en común que ciertas personas les encuentran algún efecto agradable y desean repetirlo. Aunque al parecer el factor principal que conduce a la recidiva entre los adictos tratados es la dependencia psicológica, muchas drogas que causan dependencia producen una acción reforzadora positiva o de recompensa asociada a la activación de la vía dopaminérgica mesolímbica.

El trabajo a través de los ejes mencionados, que posibilitan el contacto entre las conceptualizaciones construidas por los alumnos en otras materias y formulaciones teóricas propias de las ciencias biológicas, se percibe como un conjunto de instancias altamente motivante para los alumnos, así como enriquecedora para los docentes.No puede obviarse la subsistencia de obstáculos que radican en la inconmensurabilidad absoluta entre los órdenes de conocimientos encarnados por la biología y por el psicoanálisis concebida por muchos estudiantes. Con todo, los resultados ya obtenidos muestran que, más allá de significativas diferencias, existen diversos puntos de cruce que se muestran provechosos para el trabajo en el aula.

Palabras clave: evolucionismo - neurociencias - psicoanálisis - biología

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Orientación Vocacional. Crisis de la función de transmisión intergeneracional y su incidencia en la producción de proyectos identificatorios en los adolescentes en relación a las estrategias

desarrolladas en el proceso de tramitación de la elección académica, en un contexto de incertidumbre

Gloria Diana RossiGrupo de Investigación: CIUNR

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

En la presente ponencia abordamos la problemática de la crisis de la función de transmisión intergeneracional y su incidencia en la producción de proyectos identificatorios en los adolescentes en relación a las estrategias desarrolladas en el proceso de tramitación de la elección académica, en un contexto de incertidumbre.

La misma la realizamos desde una elección teórica que articula un orden de determinación socioeconómica directa de la elección académica, que alude a los nuevos modos de organización del proceso de trabajo toyotista en el contexto del capitalismo Intensivo e indirecta que alude a la compleja trama de representaciones y significaciones socioculturales hegemonizadas por la emergencia de riesgos sociales inéditos en un contexto de incertidumbre creciente.

Por otro lado, y en la misma posición teórica, abordamos un orden de determinación histórico-singular de la elección académica, centrado en el movimiento desiderativo y pulsional de los sujetos adolescentes en cada clase social, vinculado con el lazo social con adultos.112

Palabras clave: elección académica - futuro - función de transmisión

Comunicación

En la presente ponencia abordamos la problemática de la crisis de la función de transmisión intergeneracional y su incidencia en la producción de proyectos identificatorios en los adolescentes en relación a las estrategias desarrolladas en el proceso de tramitación de la elección académica, en un contexto de incertidumbre y son sus objetivos generales:

. Profundizar, en esta línea de investigación, el análisis del orden de determinación socioeconómica directa e indirecta de la elección académica, caracterizado por el capitalismo intensivo, la sociedad mercantil y la incertidumbre y su incidencia en la

112 El proyecto está radicado en la Facultad de Psicología y en el Consejo de Investigaciones de la UNR. La ponencia forma parte del Informe Inédito 2010. El proyecto fue dirigido por la Licenciada Graciela Canessa (UBA) y codirigido por la Licenciada Cristina Wheller (UNR).

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producción de estrategias para afrontar la generación de proyectos académicos y/o laborales en los adolescentes de las clase media-alta, media-media y media-baja.

. Profundizar en esta línea de investigación, el análisis del orden de determinación histórico-singular de la elección académica, en lo referido a la crisis de la función de transmisión intergeneracional y la destitución de la función paterna en la cultura y su incidencia en la generación de proyectos académicos y/o laborales en los adolescentes.

. Analizar el impacto en el universo representacional de los adolescentes en las tres clases sociales, en la construcción de la identidad vocacional, de los procesos de identificación desarrollados durante la socialización secundaria, que navegan entre el desajuste entre viejas representaciones subjetivas, acuñadas en el Estado Benefactor de la modernidad y las tensiones inherentes a las nuevas lógicas societales de la dinámica capitalista y de incertidumbre social.

Objetivos específicos

. Analizar la incidencia de la crisis de referencias identitarias y la crisis de la función de transmisión intergeneracional entre adultos y adolescentes, generada por el desajuste e insuficiencia de las representaciones generadas por la sociedad industrial, ante los nuevos desafíos sociales a que nos confronta el capitalismo intensivo, y su impacto en la generación de proyectos a futuro en los adolescentes de las distintas clases sociales.

. Analizar las implicancias culturales y simbólicas del pasaje del modelo de transmisión intergeneracional prefigurativo característico de la modernidad, al modelo de transmisión intergeneracional postfigurativo propio de la sociedad mercantil, en el lazo social entre adultos y adolescentes en relación a la producción de proyectos identificatorios en los adolescentes de las distintas clases sociales.

. Profundizar en el análisis de las representaciones sobre las ofertas académicas construidas por los habitus de clase, en los adolescentes, en base al corpus de documentos relevados a partir de la estrategia metodológica cuali-cuantitativa, del proyecto finalizado.

. Aportar a la construcción del corpus de saberes que conforme la fundamentación epistemológica y teórica de un paradigma crítico que enriquezca las intervenciones desde las prácticas profesionales del psicólogo de Orientación Vocacional.

. Transferir la producción teórica de la investigación a la docencia de grado y posgrado universitaria que contribuya a la formación profesional de los futuros graduados, en el área de Orientación Vocacional.

Dimensiones teóricas

Explicitamos a continuación, los ejes teóricos fundamentales del proyecto que son extraídos de las conclusiones de la investigación113 ya finalizada, a saber:

- Los ideales que comandan las elecciones académicas en cada sujeto, tienen un anclaje histórico generacional inscripto en el proceso identificatorio, haciéndose necesario que

113 ROSSI, D., Informe Final CIUNR, Rosario: inédito, 2006.

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cada sujeto adolescente realice una construcción creativa e inédita sobre ellos. Es condición necesaria que el sujeto, para poder imaginarizar su propio proyecto identificatorio, pueda hacer valer frente a los otros, sus propias necesidades, exigencias y deseos, en relación al lugar que le ha sido precatectizado desde el proyecto anticipatorio familiar, el cual está marcado por los deseos parentales tanto en las preferencias valorativas como en los ideales laborales y/o profesionales.

- La elección de una futura identidad profesional/laboral queda sobredeterminada por las resonancias, marcas y ecos familiares, inscriptos en la novela familiar, siendo necesario que el adolescente lleve a cabo una operación inherente al trabajo de tramitación de una decisión, de manera que pueda realizar una torsión subjetiva desde la cual pueda analizar y resignificar esas voces que le posibiliten (re)posicionarse de una manera inédita, singular, propia en relación a los ideales intergeneracionales y parentales, de manera tal que la inscripción de ese trabajo de transmisión filiatoria, no lo deje en una posición de absoluta dependencia al Otro.

- La posibilidad del yo de investir enunciados, emblemas y objetos identificatorios, en la búsqueda de una identidad profesional, dependerá primariamente del lugar que ha sido precatectizado para cada sujeto por su grupo familiar y secundariamente del modo en como pueda tramitar durante su adolescencia estas herencias inherentes a la función de transmisión intergeneracional, las cuales entran en tensión con las nuevas representaciones sociales tomadas desde el campo social.

- El proceso de tramitación de una decisión acerca del proyecto identificatorio en los adolescentes pone en juego el atravesamiento del proceso de transmisión filiatoria intergeneracional, el cual es habilitante de la producción subjetiva.

- Las posiciones subjetivas frente a la tramitación de la herencia cultural respecto de la producción de un proyecto académico pueden ser de tres tipos: a) la posición negadora caracterizada por el no reconocimiento de toda herencia y filiación posible, b) la posición repetitiva caracterizada por la reproducción minuciosa, en la cual el adolescente no se permitirá explorar otras opciones que aquella que le marca el proyecto familiar y c) la posición productiva (transmisión lograda) de aquel adolescente que posibilita que el trabajo de la tramitación de la herencia sea llevado a cabo, lo cual implica la producción de un proyecto singular que posea rasgos familiares pero que implica una construcción inédita propia.

- El tejido de representaciones que sostienen ideales, sueños y proyectos, en cada adolescente, es la resultante de las representaciones sociales imaginarias construidas en la socialización primaria y secundaria, propias de cada cultura epocal, acuñada histórica y socialmente y ejercida e inculcada a través de la función de transmisión intergeneracional. La tensión suscitada entre las generaciones, entre padres e hijos respecto de las elecciones académicas, laborales y profesionales, son la resultante de las diferencias representacionales, valorativas, ideológicas y experienciales, productos de de haber sido socializados en épocas diferentes.

- Las elecciones académicas y/o laborales se encuentran atravesadas por el doble modelo de transmisión cofigurativo, que se corresponde con sociedades que pasan por una etapa revolucionaria o en procesos masivos de migración e incorporación a nuevas culturas, que

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es aquel en el cual adultos y jóvenes aprenden al mismo tiempo porque todo es nuevo para ambos y el modelo de transmisión postfigurativo que es aquel en el cual los jóvenes son quienes saben y quienes enseñan.

- La crisis sociopolítica sumada a la profunda transmutación cultural de las últimas décadas, transformaron en inadecuados e insuficientes, los referentes y las representaciones sociales producidos en la lógica societal de las décadas anteriores. Ello implica que también entran en estado crítico los universos de representaciones de los que disponen los sujetos adultos y adolescentes, para poder simbolizar las demandas que las nuevas condiciones sociales imponen.

- La sociedad salarial a la vez que arraigaba y fijaba a los individuos a un entramado institucional, los comprometía con una ética y un conjunto de normas que regulaba sus conductas y los incorporaba funcionalmente al orden social. En ese marco, el trabajo se constituyó en un referente obligado para la construcción de las identidades y el tipo de inserción laboral que se lograba en el parámetro que definía la posición social y marcaba el estilo de vida que se correspondía con esta inserción.

- Los discursos neoliberales de la década del noventa, pretendían legitimar y naturalizar la libertad e igualdad de los actores sociales ante el libre mercado, dejando invisibilizadas las diferencias sociales y los efectos diferenciales del modelo económico, en los distintos sectores productivos y sociales, para los actores sociales, en general y para los jóvenes, de las distintas clases sociales, en particular.

- La vivencia subjetiva de inseguridad que está presente en individuos y colectivos sociales, sería la resultante de una inadecuación entre las representaciones construidas en los sujetos socializados en el capitalismo industrial y la modernidad, acerca de las protecciones sociales y las reales posibilidades de la sociedad actual postmoderna y toyotista, de poder garantizarles su inclusión social.

- Si es la incertidumbre y no el progreso social, el principio que comanda el provenir en las sociedades actuales, podemos afirmar que la desorientacion en las elecciones en los adolescentes de las distintas clases sociales es un síntoma social, de carácter estructural de este proceso, y son las condiciones devengadas de su situación de clase las que determinarán sus oportunidades.

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231

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COREA, C. e I. LEWCOWICZ, Grupo Doce. Del fragmento a la situación. Notas sobre la subjetividad contemporánea, Buenos Aires: Editorial Altamira, 2003.

232

Estudio del lenguaje oral y la fluidez en estudiantes del Área Salud de la UNR

Liliana Bardone, Lía Bloj, María del Carmen Lia,Norma Luchesi y Elena Soler

Grupo de Investigación: MED 242Facultad de Ciencias Médicas

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

Toda comunicación oral debe cumplir con ciertas reglas que permiten su organización y fluidez. Velocidad, prosodia, gestualidad, articulación, junto con sintaxis y léxico, entre otros, son componentes del discurso que en tanto sean adecuados, permitirán una efectiva transmisión y comunicación. Los jóvenes en general y en particular los universitarios, futuros profesionales, deberán ir reconociendo y poniendo en juego recursos verbales y no verbales y desarrollando habilidades discursivas que les permitan poder escuchar, interpretar y argumentar para ser eficientes en sus prácticas interpersonales. El objetivo de la investigación fue conocer las características de la oralidad y la fluidez, a partir del reconocimiento de los estudiantes acerca de su desempeño verbal y no verbal en la comunicación.

Material y método: del total de alumnos cursantes del primer año, se evaluaron 327 distribuidos: 160 Medicina, 110 en Licenciatura en Enfermería y 57 en Licenciatura en Fonoaudiología de la UNR. Se evaluó durante el período Junio-Octubre de 2009, se seleccionó la muestra poblacional asistiendo a las distintas comisiones y en distintos horarios tomados al azar. El relevamiento de datos se realizó a través de una encuesta elaborada para la investigación, respondiendo los alumnos en forma voluntaria, individual y escrita.

Resultados y conclusiones: en relación a la pronunciación, el 48% en Medicina, el 44% en Enfermería y el 8% en Fonoaudiología manifestaron alguna dificultad al hablar .En Fluidez y velocidad inadecuada, sobre 171 estudiantes prevaleció la velocidad de Habla rápida, al 24% no se le entiende y el 15% se traba. Fluidez y continuidad: al 64% le cuesta encontrar las palabras adecuadas y el 59% evita o sustituye palabras, el 57% interrumpe y el 32% logra organizar frases adecuadas a su intención. En las estrategias dialógicas, el 51% utiliza palabras auxiliares y/o muletillas, el 48,60% repite sílabas o palabras y alarga sonidos, el 52% maneja pausas o silencios. Sobre el uso de gestos, un 60% los maneja acompañando el discurso verbal y un 13% los usa sustituyendo palabras .En las respuestas de opinión sobre la relación entre la forma de expresarse y el desempeño profesional, la mayoría refirió a la relación entre comunicación-expresión y la relación con el paciente, observándose en general falta de justificación y pobre argumentación para las respuestas. Esto podría asociarse a la falta de conocimiento de los estudiantes acerca de los fenómenos de la oralidad y cómo pueden incidir positiva o negativamente en la calidad del discurso según el contexto y la intencionalidad.

Palabras Clave: lenguaje oral - fluidez - estudiantes universitarios

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Comunicación

En esta investigación sobre Lenguaje Oral y Fluidez realizada con alumnos del primer año de las tres carreras de la Facultad de Ciencias Médicas, se aborda la temática relacionada a la calidad del discurso en la comunicación.En cada jornada recibimos y producimos una gran cantidad de enunciados orales y escritos, concretos y singulares –como dice Batjin– expresados en una lengua formal y en un acto individual.

Velocidad, pausas, repeticiones, vacilaciones, entonación, gestos, entre otros, son fenómenos normales que se reconocen dentro de la comunicación oral y constituyen recursos que utiliza el hablante para diferentes objetivos, como ser: precisar el significado de una expresión, cargar de emotividad el enunciado, generar espacios de participación con el interlocutor, etc. Ahora bien, nos preguntamos si la presencia reiterada y excesiva, pueden interferir con la comunicación y desmejorar la calidad del discurso.A manera de ejemplo: una repetición silábica o de palabra, una prolongación, pueden servir para llenar un espacio y evitar el silencio, disimular un olvido léxico o bien ser manifestación de una disfluencia en los casos que muestran falta de fluidez.Así también las repeticiones y las revisiones léxicas o de expresiones pueden ser funcionales al interior del discurso, pero también estar manifestando imprecisión, inseguridad o desorganización conceptual del sujeto.

Las pausas son clave desde lo lingüístico y lo fisiológico en tanto se vinculan con la respiración. Desde lo semántico, delimitan sentido y significado, y desde el punto de vista pragmático, tienen una función interactiva. En muchos discursos pierden su valor natural o funcional, y si son excesivas y extendidas, llevan a enunciados lentos y monótonos con pérdida de la entonación, o por el contrario, al no estar presentes, llevan a un discurso acelerado, difícil de seguir y/o comprender.En relación a los gestos, todo acto de comunicación verbal es reforzado en cualquier lengua con elementos del lenguaje no verbal. Siempre cumplen un rol importante en la forma de relacionarnos con otros. Flora Davis y otros investigadores tales como Paul Ekman y Wallace Friesen han dedicado investigaciones al lenguaje gestual en los distintos contextos. Según José María Rodríguez Saráchaga, el 65% de lo que se dice en una comunicación es no verbal y el resto corresponde al lenguaje verbal, tono y entonación o matices.Los actos no verbales están clasificados y podemos destacar los reguladores y adaptadores porque permiten mantener y regular la relación interpersonal. La acción comunicante del cuerpo debería ir en armonía, reforzando, ampliando o confirmando lo dicho en palabras.La fluidez, en tanto capacidad que se desarrolla junto con el lenguaje y en la interacción, puede reconocerse a través de cuatro dimensiones: velocidad, ritmo, continuidad y facilidad en los enunciados. Starkweather (1992) definió el modelo de “Demandas y Capacidades”, refiriéndose a las habilidades o capacidades del sujeto de orden motor, cognitivo, linguistico y de madurez socio-emocional y a las demandas de orden interno y del medio familiar y social.Nuestra adecuada fluidez es resultado de un equilibrio y nos da la posibilidad de expresarnos con comodidad y continuidad, con coordinaciones ágiles de las estructuras fonoarticulatorias, evocando y adecuando contenidos y formas linguisticas con inmediatez.

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En ocasiones, ansiedad, excitación, enojo son emociones que llevan a potenciar la tensión y pueden comprometer en algunos sujetos la habilidad para sostener la fluidez del discurso, generando distinto grado de disfluencias transitorias o persistentes en el tiempo.

La presente investigación se enfoca sobre el joven estudiante, en un trabajo de identificación y reconocimiento de los distintos aspectos implicados en la comunicación oral, llevándolos a través de la encuesta presentada a una reflexión metadiscursiva, en tanto puedan reflexionar sobre su lenguaje y evaluar sus producciones. El objetivo de la investigación fue conocer las características de la oralidad y la fluidez, a partir del reconocimiento de los estudiantes acerca de su desempeño verbal y no verbal en la comunicación.

Material y método

Del total de alumnos cursantes del primer año, se evaluaron 327 distribuidos: 160 en Medicina, 110 en Licenciatura en Enfermería y 57 en Licenciatura en Fonoaudiología de la UNR. Se evaluó durante el período Junio-Octubre de 2009, se seleccionó la muestra poblacional asistiendo a las distintas comisiones y en distintos horarios tomados al azar. El relevamiento de datos se realizó a través de una encuesta elaborada para la investigación, respondiendo los alumnos en forma voluntaria, individual y escrita.

Variables Dimensiones Modalidades

Lenguaje Oral

Estrategias dialógicas . Con dificultad. Sin dificultad

Utilización de gestos . Complementarios. Suplementarios

Pronunciación . Con dificultad. Sin Dificultad

FluidezEntonación . Sí

. No. A veces

Velocidad

Continuidad . Presencia. Ausencia

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Resultados y conclusiones

En relación a la pronunciación: el 48% en Medicina, el 44% en Enfermería y el 8% en Fonoaudiología manifestaron alguna dificultad al hablar. En Fluidez y velocidad inadecuada, sobre 171 estudiantes prevaleció la velocidad de Habla rápida, al 24% no se le entiende y el 15% se traba. Fluidez y continuidad: al 64% le cuesta encontrar las palabras adecuadas y el 59% evita o sustituye palabras, el 57% interrumpe y el 32% logra organizar frases adecuadas a su intención. En las estrategias dialógicas, el 51% utiliza palabras auxiliares y/o muletillas, el 48,60% repite sílabas o palabras y alarga sonidos y el 52% maneja pausas o silencios.Sobre el uso de gestos, un 60% los maneja acompañando el discurso verbal y un 13% los usa sustituyendo palabras.En las respuestas de opinión sobre la relación entre la forma de expresarse y el desempeño profesional, la mayoría refirió a la relación entre comunicación-expresión y la relación con el paciente, observándose en general falta de justificación y pobre argumentación para sus respuestas. Esto podría estar evidenciando la falta de reflexión metadiscursiva de los jóvenes y la falta de conocimiento acerca del modo en que los fenómenos de la oralidad pueden incidir positiva o negativamente en la calidad de sus discursos, según el contexto y la intencionalidad u objetivo, así como el efecto que producen en el interlocutor.

Los jóvenes en general y en particular los universitarios en tanto futuros profesionales, deberían reconocer y poner en juego sus recursos verbales y no verbales, potenciando así sus habilidades comunicativo-discursivas.Saber escuchar, explicar y argumentar toma relevancia en el contexto de la práctica profesional, para poder establecer un vínculo fluido con el paciente y con otros profesionales.

Velocidad del habla en estudiantes de las carreras de Licenciatura en Fonoaudiología, Enfermería y Medicina

VelocidadCarreras

Adecuada Inadecuada No contesta Total

Muy rápida Muy lentaFonoaudiología

42 14 1 0 57

Enfermería 67 26 14 3 110Medicina 97 55 7 1 160Total 206 95 22 4 327

Pronunciación en estudiantes de las carreras de Licenciatura en Fonoaudiología, Enfermería y Medicina

Carrera Pronunciación Con dificultad Sin dificultad

No contesta Total

Fonoaudiología 5 52 0 57Enfermería 29 78 3 110Medicina 32 127 1 160

236

Total 66 257 4 327

Comunicación y desempeño profesional

Justifica Medicina Enfermería FonoaudiologíaComunicación 25 31 26Expresión 36 18 1Relación con el paciente

12 14 3

Otras 65 11 5No Justifica 22 49 21

Bibliografía

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NEIRA, L., Teoría y técnica de la voz, Buenos Aires: Akadia, 2009.

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El trabajo clínico en el CeCoAs y la articulación docente. Los alumnos y la experiencia en al ámbito asistencial

Daniela Agüero, Valeria Bearzotti, Marcela Cieri, María del Carmen GurgoneGrupo de Investigación: PSI 138

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La Cátedra Psicología y Psicopatología del Lenguaje de la Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Rosario cuenta con el Centro Comunitario Asistencial (CeCoAs) que trabaja desde un enfoque interdisciplinario (Psicología y Fonoaudiología) con niños y adolescentes que presentan dificultades en el lenguaje, el aprendizaje y la subjetividad funcionando como extensión docente de la misma.Las funciones referidas a extensión son las de promover el desarrollo cultural, la transferencia científica y consolidar la relación entre la Universidad y la comunidad en general, asumiendo de este modo, un compromiso social.

Los destinatarios son todos los integrantes de la comunidad universitaria y de la sociedad en su conjunto. Por ello, entre los objetivos del CeCoAs está contemplado brindar un servicio a la comunidad a través de la prevención y asistencia jugando el rol de efectores de salud y también, promover la articulación de la práctica y la teoría a partir de la transmisión de experiencias clínicas a los alumnos, quienes tienen la posibilidad de tomar contacto con aquellas tareas que desarrollarán en su futura práctica profesional.

En función de este encuadre, se proponen cada año distintas actividades tendientes a que los alumnos cursantes de PPL, tengan la posibilidad de construir la relación dialéctica entre teoría y praxis para relacionarlos, a través de un recorte del trabajo del CA, con los contenidos programáticos de la asignatura.Este año la actividad consistió en la observación por parte de algunos alumnos cursantes (se explicitará el cómo en el desarrollo de la ponencia), de los diversos dispositivos de atención del CA:. Entrevista de admisión (E.A.). Entrevista inicial o de devolución a padres (E. P.). Entrevista clínica fonoaudiológica (E.C.). Entrevista clínica psicológica (E.C.). Taller terapéutico Ronda Redonda (T.T.R.R.)

En la presente exposición abordaremos la experiencia y el trabajo conjunto de los profesionales del CeCoAs, el equipo docente de la cátedra y la participación de los alumnos.Desarrollaremos los distintos momentos de dicha experiencia, a saber:presentación por parte de los docentes de la modalidad de la actividad; trabajo de los profesionales del CeCoAs con los alumnos antes, durante y después de la observación de los casos clínicos y el consecutivo retrabajo en los talleres. Presentaremos relatos de la experiencia compartida entre los alumnos y el equipo docente-asistencial.

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Palabras clave: docencia - articulación - asistencia - transferencia

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Microanálisis sobre el contexto problemático del usuario de servicios usuales. Evaluación ético - política y práctica de redes comunitarias

Patricia Real, Marcela Salvai,Luis Abella, Ignacio Cárcamo, Marina Strolli,

Paula Contino, Miriam Bidyeran, Liliana Ominetti,Marisa Odone, Ramona Domínguez,

Paola Ukic, Débora SalesGrupo de Investigación: PSI 200/RRII-POL129

Seminario electivo Práctica de redes comunitariasFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

En la vida del usuario nos encontramos con preocupaciones concernientes a los modos de vida humanos, individuales y colectivos, debido al progresivo deterioro que experimentamos en la cotidianeidad. La vida doméstica se encuentra sometida por el consumo a través del sistema de comunicación de masas. Las relaciones de vecindad se reducen a una pobre expresión. Los trabajadores activos y desempleados se concentran en sobrevivir y escapar a la precariedad de su situación. La subjetividad y lo social ven comprometidas sus relaciones, a través de un “movimiento general de implosión y de infantilización regresiva” (Guattari, 1990). Éstas y tantas otras evoluciones negativas, se aceptan como son, primando un fatalismo que ahoga las posibilidades de transformación. Todo esto, con la pasividad desesperante de los poderes constituidos.

El usuario de servicios sociales e institucionales queda sometido, en los hechos y habitualmente. Paralelamente a la situación de deterioro descripta, se ven también, expresiones que pujan por salirse de esto, aunque pocas veces logren el cometido. Así nos encontramos con grupos que consiguen sus reclamos por mejoras sanitarias o sociales, o educativas, o de salud, o propietarios de vivienda única que detienen remates, y otros. También en este mapa se ven hendijas, quizás breves, incipientes, menores, pero que son frecuentes y su proliferación cuestiona los enfoques negativistas sobre lo social en el campo del usuario de servicios sociales.

El presente estudio cualitativo sobre las relaciones entre los usuarios y los servicios sociales, nos orienta a recurrir a la Psicosociología, particularmente al enfoque del Análisis de dispositivos (Guattari y Deleuze, 1998). El objetivo es problematizar la práctica del usuario en el contexto de transición a la sociedad de control, mecanismos que ya no son exactamente disciplinarios (Deleuze, 1995). Para este cometido se recurre a diversos estudios de casos, para la aplicación de un análisis institucional según el modelo procesual constructivo al contexto problemático del usuario de Servicios Sociales. Uno de los campos de intervención es el del entretenimiento y tiempo libre, especialmente el juego de apuestas electrónico. En esta figura institucional se tiene en cuenta la actividad de los ciudadanos-trabajadores en situación de usuario e implica que nos adentremos en los dominios de la justicia, del gobierno y de la producción de servicios. Otro de los campos

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problemáticos en los que se aplica esta modalidad es la de adolescentes y jóvenes residentes de barrios periféricos y asentamientos.

El análisis de problemáticas como la inclusión, el acceso a servicios sociales y a la efectivización de derechos en el plano de individuos y grupos y la articulación con las mayores escalas institucionales es la mirada que se construye. Los casos que nos ocuparán aquí, nos permitirán comprender mejor lo que hay que entender por crisis de las instituciones (Foucault), es decir, la instalación progresiva y dispersa de un nuevo régimen de dominación, donde las tecnologías de la información, de la comunicación de masas y de la gestión social pasan a ser insumos esenciales.

Palabras clave: evaluación - ética - micropolíticas - redes comunitarias

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Investigadores (y) encerrados: recorridos, encrucijadas y vicisitudes de un proceso de investigación en la Unidad Penitenciaria Nº 3 de la ciudad

de Rosario

Mauricio Carlos ManchadoGrupo de Investigación: Becario CONICET

Área Antropología JurídicaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Este trabajo apunta a describir el proceso de investigación que desde Abril de 2008 venimos desarrollando en el marco de la beca otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina (CONICET), en torno a los procesos comunicacionales y subjetivos que se construyen al interior de la prisión, particularmente, de la Unidad Penitenciaria Nº 3 de la ciudad de Rosario.Un proceso de investigación marcado no sólo por las etapas estipuladas en el proyecto científico, sino también por los diversos caminos que el propio investigador comienza a construir tanto en términos individuales como colectivos. Caminos que, al recorrerlos, denotaron una vacancia en lo que respecta a investigaciones científicas en contextos de encierro en la ciudad de Rosario y, particularmente, desde el campo de la Comunicación.

En ese sentido, intentaremos reflexionar sobre el papel del investigador en una institución de encierro; sobre las encrucijadas que la propia cárcel propone y dispone para aquellos sujetos que pretenden intervenir en ella y, finalmente, sobre las vicisitudes de un proceso de investigación tensionado permanentemente entre lo individual y lo colectivo. Respecto de esta última dimensión, relataremos la experiencia de un proyecto colectivo elaborado en el Área de Antropología Jurídica de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR (plasmado en la elaboración de un Proyecto de Investigación y Desarrollo aprobado en el año 2011) emergente éste de la gran encrucijada en la que se inserta aquel que investiga en torno de las dinámicas institucionales de las agencias penales en la ciudad de Rosario (en nuestro caso particular, carcelarias): la desolación del investigador y la continua búsqueda de construir conocimiento en forma colectiva.

Allí, entre el vacío institucional y la necesidad de reflexionar y discutir nuestras producciones científicas, se constituyó un espacio que nos posibilitó pensar y re-pensar no sólo las problemáticas de investigación que cada uno abordamos individualmente, sino también la importancia de producir conocimiento científico de forma colectiva a partir del debate, la reflexión y el trabajo en conjunto.

Palabras clave: investigación - cárceles - vacío institucional - conocimiento colectivo

Comunicación

Alexandr Soljenitsin es el autor de una de las obras documentales más importantes de la literatura rusa. Luego de su detención y encarcelamiento en las prisiones de la, por entonces,

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Unión Soviética, escribió la experiencia de su paso por el campo de concentración Archipiélago Gulag. Ese fue el nombre de su libro y allí detalla las vicisitudes de vivir en el encierro; no sólo las derruidas condiciones materiales de la cárcel, sino también sus sensaciones. Al comienzo del relato, explica cómo eran los procesos de detención en la antigua URSS y sus primeros pasos en el encierro. Allí, deja una sentencia que entre palabras y denuncias parece perderse o pasar desapercibida: “El que interiormente no está preparado para la violencia, siempre es más débil que el que violenta” (Soljenitsin, 1974: 22).

El devenir de esta frase en el transcurso de relato de Soljenitsin no será de nuestra incumbencia, pero sí lo será como disparador para pensar los vaivenes de un proceso de investigación en contextos de encierro y, particularmente, en una Unidad Penitenciaria de la Provincia de Santa Fe. Retomamos la frase con una pequeña modificación. Nos gustaría hablar de la violencia no en singular sino en plural. Porque aquel que se inserta, como investigador, en instituciones donde la violencia física es una práctica cotidiana y hasta, diríamos, rutinizada, no sólo es observador de ella sino también de una serie de violencias muchas veces subrepticias e imperceptibles.

Ahora bien, en dicho proceso de observación, registro, análisis y reflexión (acciones de nuestra práctica científica en el campo de las Ciencias Sociales), ¿nos situamos en condición de exterioridad respecto de lo que sucede en las instituciones que investigamos? Sin intención alguna de retomar viejas discusiones epistemológicas y metodológicas, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Es posible pensar nuestra práctica enmarcada en la falsa escisión entre sujeto y objeto de investigación? Por tanto: ¿cuáles son los efectos que produce nuestra propia práctica sobre los otros y cuáles son los efectos que la institución ejerce sobre nosotros?

En este trabajo intentaremos reflexionar brevemente sobre los efectos institucionales en tanto violencias en su sentido más amplio. Violencias que se ejercen no sólo contra los sujetos sobre los que escribimos, sino también violencias de las que somos objeto quienes nos insertarnos en instituciones cuyo objetivo es controlar, conducir y corregir la vida de los otros. Vale aclarar que todo investigador se inserta en dicha lógica, sea cual sea la institución que decida abordar y, por cierto, la emergencia de las violencias institucionales no son exclusividad de las agencias del sistema penal. Sin embargo, aquí nos centraremos en ellas y reflexionaremos sobre el papel del investigador en una institución de encierro; sobre las encrucijadas que la propia cárcel propone y dispone para aquellos que pretenden intervenir allí y, finalmente, sobre las vicisitudes de un proceso de investigación tensionado, permanentemente, entre lo individual y lo colectivo.

Excluidos y encerrados. El papel de la investigación en una institución carcelaria

La primera palabra –también la segunda– de este subtítulo no está referida a quienes llevamos a cabo una tarea de investigación en una institución carcelaria, sino a aquellos sujetos (sus prácticas, discursos, interacciones, imaginarios, significaciones) que intentamos conocer y comprender. Estos sujetos pueden ser considerados, a partir de una gran y arbitraria escisión, como desviados o anormales (sociología y criminología positivista) de un orden social que, por propia voluntad –y en muchos casos por determinaciones genéticas– han decidido romper o subvertir; o, desde una mirada más complejizante del fenómeno del delito y la delincuencia (sociología jurídica, criminología crítica, cultural, entre otras), como emergentes y efectos de una serie de procesos de exclusión (políticos, económicos, sociales y culturales) ejercidos sobre determinados sectores de la población:

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Así, la exclusión en el mercado origina exclusiones y divisiones en la sociedad civil que, a su vez, dan nacimiento a cambios cuantitativos y cualitativos en la exclusión impuesta por el Estado. Y, finalmente, las respuestas del Estado tienen repercusiones reforzando y exacerbando la exclusión de la sociedad civil y del mercado. La extraña máquina antropoémica de la modernidad tardía genera una resonancia de exclusión en toda su estructura, siendo su principal motor el rápido desarrollo en el campo de las relaciones de mercado (Young, 2001: 26).

La reflexión de Jock Young, exponente de la criminología cultural, nos permite comprender el fenómeno de la delincuencia más allá de sus condicionamientos físicos, biológicos, psicológicos y sociales como ha pretendido hacerlo la criminología positivista desde finales del siglo XIX, e introduce una mirada sobre la estrecha relación que existe entre los procesos de inclusión-exclusión de las relaciones de mercado y los mecanismos de control social ejercidos por el Estado. Uno de ellos es, precisamente, el que aquí nos atañe, la cárcel.

En consonancia con estos planteos aunque desde una perspectiva –no sólo disciplinar, sino también político filosófica– diferente, los trabajos elaborados por Michel Foucault en torno a las prisiones son referencia ineludible al momento de abordar la problemática. Pero también lo son para reflexionar sobre los sujetos-objeto de dichas prácticas de exclusión. Porque si bien Foucault encontró en la prisión moderna un dispositivo a través del cual explicar y caracterizar el poder disciplinario en nuestra instituciones sociales (y por tanto, en la sociedad moderna), sus trabajos fueron también una reflexión en torno a la construcción subjetiva del sujeto castigado -y encerrado– por las instituciones penales. La publicación de Vigilar y Castigar (1975) no fue sólo el resultado de una serie de interrogantes de investigación que Foucault venía discutiendo desde su tesis doctoral (Historia de la locura en la época clásica, 1961), sino también de una militancia política, a partir de 1971, en el Grupo de Información de Prisiones (GIP). Respecto del papel del GIP, Foucault reflexionaba que, tras su fundación, “los detenidos fueron conscientes de que existía en el exterior un movimiento que se interesaba por su situación, un movimiento que no era simplemente de filantropía cristiana o laica, sino un movimiento de cuestionamiento político de la cárcel” (Foucault, 1999: 160).

Es así como Foucault propuso, al abordar la problemática carcelaria, no sólo construir su reflexión socio-filosófica en torno al poder disciplinar sino también cuestionar políticamente a la cárcel como elemento de un sistema punitivo “mucho más vasto y complejo” (Foucault, 1999: 164), y pretendiendo que los mismos prisioneros tomasen la palabra y relatasen los hechos que allí sucedían: “Para nosotros, lo esencial era que esas informaciones fuesen comunicadas a la opinión pública por los propios presos” (Foucault, 1999: 162).

Por tanto, en ese cruce de militante político e investigador-científico, de aquella “partición de la personalidad” que Paul Veyne endilgaba a Foucault (Eribon, 2004), era posible ver reflejado el continuo vaivén de dos posiciones bien claras. Por una parte, otorgar voz a aquellos sujetos que históricamente no la han tenido y por otra, colocar a la problemática carcelaria en una grilla de inteligibilidad mucho más grande que la de la propia cárcel. Abordar ese doble procedimiento implicaba pensar la cárcel más allá de la cárcel, pero también pensar al sujeto encerrado como parte de un proceso de exclusión mucho mayor. En dicho proceso jugaba un papel fundamental el sistema penal, penetrando “profundamente en la vida de los individuos” y dirigiendo “su relación con el aparato de producción” (Foucault, 1999: 164).

A raíz de esto, intentamos dar cuenta de nuestros propios posicionamientos como investigadores en una institución de encierro y hasta, tal vez, justificar nuestras elecciones.

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Partimos de concebir a las personas privadas de su libertad como sujetos excluidos y, al mismo tiempo, abordamos un contexto de encierro para retomar y hacer resonar (tal como lo pretendía Foucault) una serie de voces que, históricamente, han sido silenciadas. Introducirnos en una agencia penal que prefiere callar y hacer callar a los que la habitan nos interpela, como investigadores, en dos sentidos a la vez: 1) como actores externos en una nueva cotidianeidad atravesada por violencias propias de una institución de encierro y respecto de las cuáles –al menos por algunas de ellas– no estaremos exentos en nuestra propia práctica y 2) situarnos no como meros reproductores de los discursos del sujeto encerrado sino como analista crítico de sus regímenes del hacer y del decir (como también de los del resto de los actores que componen la realidad carcelaria). Una cárcel y su población que, a pesar de compartir algunas características –como las que hemos mencionado más arriba–, no es aquella de mediados del siglo XIX (tal como la describió Foucault), ni tampoco en la que intervendrá el filósofo francés en los años setenta.

Por tanto, el papel del investigador en una institución de encierro debe contemplar ambas dimensiones. Saber que su práctica implica no sólo un compromiso con la producción de conocimiento, sino también la posibilidad de volver a incluir en la agenda de las Ciencias Sociales problemáticas que suelen ser excluidas de las mismas (como los sujetos implicados en ellas). Asimismo, se torna fundamental una continua vigilancia sobre nuestras propias prácticas en pos de comprender y no juzgar (aunque indefectiblemente tomemos un posicionamiento al respecto) las prácticas institucionales, como tampoco enaltecer e irresponsabilizar (Segato, 2003) al sujeto que habita y transita las cárceles santafesinas.

Breve itinerario de un proceso de investigación. Marcas institucionales y subjetivas

Sin procurar ser una bitácora o diario de investigación nos interesa señalar una serie de vicisitudes de un proceso de investigación que desde el mes de Abril del 2008 (a partir del otorgamiento de una beca del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina –CONICET–) es realizado en la Unidad Penitenciaria Nº 3 de la ciudad de Rosario (U3) pero cuyos comienzos datan del año 2006 a raíz del primer ingreso en la U3 –caso en el que se centra nuestro trabajo– para realizar el trabajo de campo de nuestra tesina de grado: “La discursividad en torno a la pena y su incidencia en la conformación subjetiva de la población carcelaria” (2006).

Insertos en el marco de un Proyecto de Investigación y Desarrollo titulado Norma y transgresión: El imperativo de la ley y las prácticas sociales, radicado en el Centro de Investigaciones en Derecho y Lingüística de la Facultad de Derecho de la UNR, presentamos una nota en la U3 a fin de lograr la correspondiente autorización para realizar el trabajo de campo de nuestra tesina de grado (observación participante y entrevistas en profundidad). Presentada a finales del año 2005 (y luego de reiteradas consultas a las autoridades de la U3), debimos renovar la nota de autorización a raíz de un supuesto extravío. Ante la segunda presentación y tras, nuevamente, consultar su destino, nos remitieron a la Dirección General del Servicio Penitenciario. Hechas las preguntas a dicho organismo, las respuestas seguían siendo negativas. Nos informaron que nunca había sido transmitida la correspondiente nota y los plazos, por tanto, seguían prolongándose.

Finalmente, y luego de insistir, obtuvimos, en Abril del 2006, la correspondiente autorización. Pasaron más de seis meses desde la primera presentación ante el Director de la U3 manifestando nuestra intención de realizar una investigación al interior de la cárcel hasta la

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correspondiente autorización. ¿Qué significaba esto, sólo inoperancias o entramados burocráticos de una institución estatal? ¿O podríamos hacer una lectura diferente de aquel acontecimiento?Sin descartar la primera de las opciones decidimos realizar una lectura institucional de aquellos rodeos burocráticos y pensarlos en su contexto histórico. La cárcel, sus muros, las prácticas ejercidas en su interior, el carácter autónomo que siempre pretendió alcanzar114, su organización militarista, verticalista y disciplinaria se cristalizaba en esta simple acción.115 Pero dicha lectura pudimos realizarla y confirmarla –en términos retrospectivos– más de dos años después. En nuestro regreso al campo para emprender el proyecto de investigación presentado al CONICET, nos encontramos no sólo con un fácil acceso a la U3 sino también con la inmediata autorización para realizar las tareas de investigación. Una nota sin membretes y firmada por dos becarios de CONICET con sus correspondientes datos personales era autorizada por el Director de la U3 sin ningún inconveniente. Lo mismo sucedió cuando solicitamos el permiso para acceder al Archivo General del Servicio Penitenciario en la Provincia de Santa Fe. Es aquí donde queremos destacar los cambios de la institución carcelaria a los que hicimos mención en el transcurso del trabajo.

Si bien a finales del año 2005 –y principios del 2006– ya habían comenzado a aplicarse, en materia penitenciaria, las denominadas políticas dialoguistas (a partir de la gestión en la Dirección Provincial del SP del Dr. Fernando Rossua y, posteriormente, del Dr. Jorge Bortolozzi), también es cierta la cercanía de un acontecimiento que marcará la historia del SP santafesino: la Masacre de Coronda116. Ocurrida en el mes de Abril del 2005 sus resonancias se extenderían más allá de la Unidad Penitenciaria nº 1 y todas las cárceles provinciales serían objeto de reacomodamientos y reestructuraciones. Dicho período de reacomodamientos estaría signado, principalmente, por la lógica de la seguridad. Fue precisamente en ese contexto donde intentamos tramitar la primera autorización para ingresar a la U3.

Años más tarde, asumirá la nueva gestión 2007-2011117, y expondrá sus lineamientos políticos y de acción en un Documento Básico denominado Hacia una política penitenciaria progresista en la Provincia de Santa Fe. Una de las acciones apunta, justamente, al “fomento de la investigación social al interior de las prisiones santafesinas”, por lo que “se receptarán y facilitarán indagaciones sociales que sean promovidas desde organizaciones no gubernamentales, universidades privadas, etc.” (Documento Básico: 80).

114 En la provincia de Santa Fe esto puede verse reflejado, particularmente, a partir de la última dictadura militar argentina (1976-1983) cuando, desde la Dirección General del Servicio Penitenciario, se promulgó y puso en funcionamiento, en el año 1978, la Ley Orgánica del Servicio Penitenciario. Allí se determina la creación del denominado Estado Penitenciario, situación jurídica donde se establecen obligaciones, derechos, prohibiciones y beneficios a los integrantes del SP, diferentes a los del resto de la sociedad civil.115 Luego, adentrándonos ya en el campo propiamente dicho, observaríamos que esas características institucionales tendrían efectos muchos mayores que los que recaían sobre nosotros en aquel momento (y, en cierto punto, los minimizan).116 Se denomina así al enfrentamiento entre presos de dos pabellones de la Unidad Penitenciaria Nº 1 de la ciudad de Coronda, donde murieron 14 personas privadas de su libertad y por el que fueron imputados quince detenidos. Seis fueron absueltos de culpa y cargo mientras que los nueve restantes resultaron condenados. Para más información ver: Masacre en cárcel de Coronda: condenaron a nueve detenidos (11/12/08), disponible en el blog <http://prisionesypenas.blogspot.com/2008/12/masacre-en-crcel-de-coronda-condenaron.html> [Consulta: 2 de octubre de 2011].117 Gestión que, vale aclarar, se inicia luego de la victoria del Frente Progresista Cívico y Social en las elecciones a gobernador de la Provincia de Santa Fe. Durante ese período (que finalizará el próximo 10 de Diciembre del 2011), la Dirección General del Servicio Penitenciario estará a cargo el Dr. Mariano Buffarini.

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Esta apertura no es un dato menor si, tal como venimos sosteniendo, históricamente la prisión ha sido una institución cerrada sobre sí misma y cuyo carácter verticalista y militar es poco adepto a las observaciones externas. Ahora bien, sería iluso de nuestra parte concluir que, debido a que el Documento indica la apertura de la cárcel a la investigación social, las tareas se realizarían sin ningún inconveniente. Mencionaremos los principales problemas con los que nos encontramos: a) la escasa información referida a los acontecimientos violentos sucedidos al interior de la prisión118 –tanto entre la población carcelaria como por parte del cuerpo general hacia los presos; b) la reiterada falta de predisposición de ciertos sectores de los guardias para llamar a los detenidos a los que pretendemos entrevistar; y c) la existencia de un circuito informal de comunicación sobre la realización de, por ejemplo, mesas de diálogo o eventos sociales al interior de la cárcel. Estas son sólo algunas condiciones que la cárcel actual propone y dispone para aquellos actores que pretenden intervenir en ella con el objetivo de, en nuestro caso, realizar una investigación científica.

Entre lo individual y lo colectivo: La experiencia del Área de Antropología Jurídica de la Universidad Nacional de Rosario

A raíz del trabajo emprendido en la U3 a partir de Abril del 2008 y ante la necesidad de compartir una serie de producciones individuales realizadas en el marco de dicho proyecto, es que establecemos contacto con la antropóloga Lorena Narciso quien, en el año 2009, también comenzaba a realizar su trabajo de campo en la U3 en el marco de la beca otorgada por CONICET. Con recorridos académicos y de investigación similares, iniciamos un intercambio de producciones y opiniones respecto del sistema carcelario santafesino. Fue así que, meses más tarde, pasaríamos a formar parte del Área de Antropología Jurídica que funciona en la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR junto con el Licenciado Nicolás Barrera y las Licenciadas Laura Bianciotto y Daniela Polola (todos ellos antropólogos). Cada uno se encontraba (y actualmente se encuentran) trabajando sobre las dinámicas institucionales de dos agencias del sistema penal: la policía y la Dirección Penal Juvenil. Por tanto, iniciamos una serie de encuentros donde nos propusimos discutir y compartir bibliografía afines a la temática pero también poner en común nuestras producciones académicas.

El paso era enorme porque implicaba no sólo seguir profundizando una problemática poco abordada –en términos de investigación científica– en la ciudad de Rosario, sino también –y fundamentalmente– realizar el pasaje de una tarea y producción individual a la construcción de conocimiento de forma colectiva. Producto de ello fue la elaboración y acreditación, en el año 2011, del Proyecto de Investigación y Desarrollo Prácticas punitivas y derechos: procesos y dinámicas de las agencias del sistema penal en Rosario en relación a las construcciones de ciudadanía dirigido por la Dra. Cristina Bloj. Si bien su objetivo general de investigación es analizar los procesos y dinámicas que configuran el entramado institucional del Sistema Penal santafesino en la ciudad de Rosario y su relación con las prácticas de construcción de ciudadanía, posee bajo el texto manifiesto un segundo objetivo tan o más importante que el mencionado: poner en común problemáticas y reflexiones que nos atraviesan no sólo como cientistas (todos en condiciones de becarios de CONICET), sino también como investigadores de un campo de estudio poco abordado en la ciudad de Rosario.

118 Información que, inclusive, es difícil de sistematizar para el propio gobierno provincial porque la principal fuente es el propio Servicio Penitenciario.

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Actualmente, estamos desarrollando dicho proyecto a partir de la elaboración conjunta de trabajos académicos con el objetivo de seguir discutiendo, intercambiando, reflexionando y produciendo conocimiento en términos colectivos.

A modo de conclusiones: Sobre violencias y encrucijadas

Al comienzo de este trabajo hablamos de las violencias que la institución carcelaria ejerce no sólo sobre los sujetos que encierra, sino también sobre aquellos que deciden intervenir en su cotidianeidad, así más no sea realizando tareas de investigación. Pero también citamos a Soljenitsin y casi que no volvimos a retomar aquellas palabras: “El que interiormente no está preparado para la violencia, siempre es más débil que el que violenta” (Soljenitsin, 1974: 22). La importancia de esa frase resuena cada vez que repasamos lo acontecido en este proceso de investigación.

Estar preparado para la violencia que puede ejercer la cárcel sobre nosotros implica no sólo no dejarnos avasallar por la fuerza de las prácticas y discursos que sus actores despliegan en términos de obstáculos y resistencias, sino también por los de aquellos sujetos encerrados cuyos decires y haceres deben ser analizados. Asimismo, estar preparado para la violencia de la cárcel implica un último aspecto que no hemos abordado pero que es importante mencionar: aquellos decires y haceres de quien está privado de su libertad estarán marcados por prácticas violentas –ejercidas tanto en el interior como en el exterior de la cárcel– que deben ser comprendidas en una compleja red de relaciones de fuerza donde, de lo que se trata, es de sobrevivir. En esa lucha por la supervivencia, la vida humana se resignifica de múltiples maneras.En fin, estar preparado para la violencia que puede ejercer la cárcel es repensar nuestro papel como investigadores pero también estar atentos a los cambios que la propia institución introduce en su devenir cotidiano. En esa encrucijada –o en ese entramado institucional– la palabra y mirada del investigador-colega es siempre una práctica de resistencia –y entrenamiento– frente a esas violencias ante las que, permanente e indefectiblemente, nos debemos preparar.

Bibliografía

ERIBON, D. (comp.) El infrecuentable Michel Foucault: renovación del pensamiento crítico, Buenos Aires: Letra Viva, 2004.

FOUCAULT, M., Estrategias de poder. Volumen II, Buenos Aires: Paidós, 1999.SEGATO, R., El sistema penal como pedagogía de la irresponsabilidad y el proyecto “Habla

Preso: El derecho humano a la palabra en la cárcel”, Brasilia: Cuadernos Serie Antropológica, 2003.

SOLJENITSIN, A., Archipiélago Gulag, Barcelona: Plaza y Janes, 1974.YOUNG, J., “Canibalismo y bulimia: patrones de control social en la modernidad tardía”, en

Delito y Sociedad. Revista de Ciencias Sociales, Año 10, Número 15-16, 2001.

Documentos utilizados

Documento Básico. Hacia una política penitenciaria progresista en la provincia de Santa Fe, Secretaría de Asuntos Penitenciarios, Ministerio de Seguridad, Gobierno de la Provincia de Santa Fe, Abril de 2008, disponible en

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<http://www.santafe.gov.ar/index.php/web/content/download/56511/274496/file/Descargar.pdf> [Consulta: 10 de octubre de 2011].

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Configuraciones de las prácticas en la carrera de Psicología. La incidencia del Psicoanálisis en las mismas

Silvia Grande, María Isabel Masueco,Olga Waisman, Cristina Zattara,

María Laura Crespo y Lisandro SagueGrupo de Investigación: Configuraciones de las

prácticas en la carrera de PsicologíaFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

Esta investigación pretende explorar la configuración de las prácticas y la incidencia del Psicoanálisis en las mismas, en la carrera de Psicología. La escisión entre teoría y práctica, se visualiza, por un lado, en las dificultades de inserción de los alumnos en el campo laboral a partir de los requerimientos sociales, y por otro, en las dificultades de argumentación de dicha práctica. La predominancia del Psicoanálisis no ha logrado hacer de esa tensión teoría-práctica un campo productivo, de problematización, produciendo en los hechos una política contraria a su posición respecto del método.

La formación del Psicólogo está en el centro de un debate público a partir de la Resolución 136/2004.Consideramos que la formación del Psicólogo es puesta en discusión a partir de distintas variables a tener en cuenta en estos momentos. Señalamos algunas de ellas, que consideramos centrales para poder tomarlas como condiciones en las cuales la praxis del profesional se lleva a cabo, en lo que nos proponemos investigar. En primer lugar: la sanción de las Leyes: Provincial, y desde Diciembre, Nacional de Salud Mental (26657), incluyendo ejes en torno al derecho de las personas, a la interdisciplinariedad de los abordajes y de la habilitación de intervenciones antes delegadas en el médico, al profesional Psicólogo. En segundo lugar, los requerimientos desde las Instituciones públicas de Salud y de Políticas Sociales, junto a la definición de problemáticas ligadas al modo en que en este momento histórico se inscribe el malestar.

La escisión entre teoría y práctica que aparece como dificultad en los alumnos, junto a la insuficiencia de herramientas para su desempeño en las prácticas nos muestra una problemática en relación a la formación y transmisión. Si la enseñanza necesariamente supone la producción de conocimiento y pensamiento y de la experiencia, quizás sea la esta última la que nos posibilite articular los términos escindidos.El enfoque metodológico es cualitativo, delimitado como categorías analíticas: experiencia, método y producción de obstáculos. Implementamos entrevistas y foros con alumnos, egresados recientes y docentes.

Se realiza un recorrido teórico indagando la formación del Psicólogo en Argentina y se revisan investigaciones realizadas en la UBA respecto a las representaciones de los estudiantes en torno de la práctica de los psicólogos.En nuestra investigación para los alumnos de grado la experiencia no aparece ligada a la formación, mientras que en los practicantes de posgrado, la experiencia se recupera como

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un valor en a formación de grado. La falta de herramientas para pensar la práctica, muestra que la tensión entre teoría y práctica no se problematiza, en desmedro de la profundización del método. De la misma manera no se logran ubicar preguntas respecto de lo social, homologándose la clínica a lo que ocurre entre los muros protegidos del transcurso de una cura, sustraída de los marcos en los cuales se lleva a cabo. Se identifican dificultades en sostener la interrogación respecto de las condiciones de posibilidad de la práctica clínica.

Palabras clave: prácticas - formación del psicólogo - experiencia - psicoanálisis

Comunicación

En el marco de las necesidades y demandas de servicios que la población efectúa a los servicios, se define un campo que está conformado por las relaciones siempre conflictivas

entre los requerimientos o demanda de personal –en tipo, cantidad y calidad– que necesita el trabajo en los servicios de salud; y la oferta de educación de las Universidades y Escuelas

que definen, por lo general en forma autónoma, las características de sus egresados.119

La formación del psicólogo está en el centro de un debate público a partir de la Resolución 136/2004, está incluida en la nómina de títulos correspondientes a profesiones reguladas por

el Estado. Que en tal sentido, resulta claro que una formación deficiente en lo referido a conocimientos teóricos específicos, o la falta de un entrenamiento práctico que asegure idoneidad a las acciones a realizar en la práctica profesional, atentan contra la salud, el

bienestar y la calidad de vida de la población.120

La formación del Psicólogo y su relación con los futuros campos de su quehacer profesional, son puestos en discusión, a partir de distintas variables a tener en cuenta en estos momentos. En primer lugar: la sanción de las Leyes Provincial –y desde Diciembre– Nacional de Salud Mental (26657), incluyendo ejes en torno al derecho de las personas, a la interdisciplinariedad de los abordajes y de la habilitación de intervenciones –antes delegadas en el médico– al profesional Psicólogo. En segundo lugar, los requerimientos desde las instituciones públicas de salud y de políticas sociales, junto a la definición de problemáticas ligadas a lo que podríamos llamar la actualidad de nuestra civilización, produciendo una inscripción particular del malestar y del sufrimiento de los sujetos.

En distintos espacios –publicaciones, jornadas, artículos periodísticos– se hace referencia a las transformaciones en el tejido social que impactan en la subjetividad y que requerirían de nuevas formas de abordaje. Se señala que la formación sería el obstáculo para producir esos cambios necesarios en las prácticas, haciéndose hincapié en que el carácter asistencial individual de la formación sería el mayor de los obstáculos a la hora de pensar otros modos de prácticas, supuestamente más adecuadas a las nuevas demandas y a la posibilidad de producir cambios en las respuestas a las mismas. Es más, en diversas investigaciones se ubica como obstáculo a la clínica para pensar estas nuevas formas de abordaje. El carácter asistencial homologado a la clínica agregando en general psicoanalítica como adjetivación, aparecen como las explicaciones más frecuentes en torno a las resistencias a pensar las transformaciones posibles de las prácticas de los psicólogos en salud pública. 119 DUSSAULT, G., “Atención primaria de salud y desarrollo de recursos humanos”, Madrid: 2003 <http://www.human-resources-health.com/content> [Consulta: 2 de octubre de 2011].Unidad de Desarrollo de Recursos Humanos (HR) Área de Desarrollo Estratégico de la Salud (SHD)Oficina de Gestión de Programas (DPM) Organización Panamericana de la Salud (OPS) Organización Mundial de la Salud (OMS)120 Resolución 136/ 2004, Ministerio de Educación de la Nación, 2004.

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Hugo Cohen, asesor de OPS121 ubica la contradicción entre lo clínico y la Salud Pública en la formación del Psicólogo.122 Así Ernestina Rosendo123 plantea la resistencia de los psicólogos a modificar la práctica predominantemente asistencial, individual y privada. Oller y Altman 124 refieren la hegemonía de la mirada clínica en la formación de psicólogos en la UBA con una práctica individual y descontextualizada.

En la investigación que llevamos a cabo125, relevamos en los estudiantes de la Facultad de Psicología de la UNR la dificultad para pensar en las prácticas clínicas más allá de las fronteras del tratamiento de un síntoma que trae a un sujeto a consulta en demanda de asistencia. Además constatamos la percepción dominante de que fuera de la dirección de una cura, se trataría de otro quehacer que no se problematiza ni se argumenta desde la clínica. Dicha idea (¿Ideal?) de la clínica aparece aislada de los contextos y condiciones de su práctica. Esta idea pareciera confirmarse cuando en la formación no se hace lugar a la historización de los procesos por los cuales tanto la disciplina como los profesionales lograron la legitimidad de sus prácticas en ámbitos públicos. Los alumnos plantean escasa y hasta ausencia de transmisión acerca de la historia de las prácticas. Esto pareciera tener consecuencias que van más allá de la contextualización necesaria a toda práctica. Nos referimos a que más bien reduce la posibilidad de pensar en las prácticas y de discutir las heterogeneidades de las mismas. La ausencia de una lectura genealógica no permite leer los momentos en que se construyen distintas prácticas y cómo esto incide en la reconfiguración de los campos. Retomaremos este punto en las consideraciones finales.

121 COHEN, H. “Hace falta tiempo y cambio cultural”, Página/ 12, Buenos Aires, 4 de septiembre de 2007. Ante la pregunta acerca de la resistencia a la reforma psiquiátrica, responde que los “intereses perversos de los laboratorios medicinales no facilitan estos cambios. Por otra parte, los profesionales reciben una formación limitada a lo clínico, que no incorpora la dimensión de la salud pública. “Hace poco, al dialogar con alumnos de una facultad de psicología argentina muy importante, ninguno conocía la Declaración de Caracas”.122

123 ROSENDO, E., Motivos de consulta y prácticas en salud mental en centros de atención primaria de la ciudad de Rosario: Descripción y análisis cualitativo de la perspectiva de los consultantes y de los profesionales psicólogos, “Tesis de Maestría en Salud Pública”, Instituto de la Salud Juan Lazarte, Universidad Nacional de Rosario, Rosario, 2002. “Los organismos internacionales señalan que los profesionales (psicólogos) que se desempeñan en el primer nivel de atención carecen de formación y estrategias en lo referente a trabajo comunitario y a trabajo en equipo; con resistencia, además, a modificar su modelo interno de práctica asistencial individual y privada”. En este sentido plantea respecto del perfil profesional: “una dificultad común: la inadecuación del perfil profesional en relación con las necesidades del sistema y su reforma”, el modo en que piensan los psicólogos las prácticas, al que califica de conservador en lo teórico. Subraya la tensión entre un discurso que por un lado, promueve la interdisciplinariedad y por otro propone sostener “la especificidad profesional, sustentar su marco teórico psicoanalítico y resguardar las fronteras disciplinarias”.124 ANTMAN, J. y G. OLLER, “Sociedad, Clínica y Formación, una articulación posible”, Buenos Aires: 1999, <http://www.estacioncultural.org.ar> [Consulta: 11 de octubre de 2011].Los autores reflexionan acerca de las nuevas configuraciones en Salud Mental especialmente las vinculadas con políticas de desinstitucionalización y su problemática y compleja articulación con la clínica. Señalan las características que se destacan en la Carrera de Psicología de la UBA, lo que va en detrimento de una formación abierta, pluralista y con apertura a lo social en tanto se prioriza la “mirada clínica” condicionando así la orientación profesional futura entendida como una práctica individual y descontexualizada.125 GRANDE, S., MASUECO, M. I. y O. WAISMAN, Configuraciones de las Prácticas en la Carrera de Psicología. La incidencia del Psicoanálisis en las mismas, “Proyecto de Investigación 2007- 2010”, SCyT, Facultad de Psicología, UNR, Rosario.

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Asimismo identificamos como problemas centrales: la ausencia de interrogación acerca de las implicancias sociales de la práctica y de la responsabilidad de la Universidad respecto de las problemáticas de la sociedad. Las dificultades para conceptualizar y transmitir la propia experiencia, la dicotomía entre individual y colectivo y entre lo público y lo privado. La teoría aparece disociada de la práctica y ésta identificada con el tratamiento dentro de un encuadre que se supone garantizaría su condición ética. El encuadre funcionaría como reaseguro ético, en términos de lo que se debería o no hacer. En este sentido, marcábamos en un trabajo anterior, esto conduce a la moralización de las prácticas. Una cuestión que nos sorprendió es que en los alumnos al momento de dar razones respecto de la tarea del psicólogo había una ausencia de referencias al sufrimiento, al padecer subjetivo como nuestro material de trabajo y razón ligada al quehacer. ¿De qué exceso de la clínica estaríamos entonces hablando?¿Seguiremos sosteniendo estas dicotomías/contradicciones entre lo clínico divorciado de lo público, como sinónimo de lo individual y de lo privado? Descontextualizadas, ¿no resultan empobrecedoras? Implica la visión de una clínica Ideal que se degradaría al aplicarse en otros contextos. Denunciar a la clínica por las limitaciones de la respuesta de los psicólogos ante las problemáticas sociales ¿no la pone en riesgo de eximirla de dar cuenta de las condiciones de posibilidad de la misma desde sus fundamentos teóricos, epistemológicos y éticos?

Para poder avanzar en despejar algunos deslizamientos que aparecen en las investigaciones a las que hacíamos referencia y que pudimos constatar en el discurso de los alumnos, deberíamos despejar una confusión entre campo de las prácticas y clínica. La clínica, a la que se ubica en el lugar de obstáculo en las transformaciones de las prácticas, aparece referida como un campo de práctica, casi al modo de una aplicación en condiciones encuadradas. Proponemos detenernos a pensar esto como un deslizamiento que no interroga el lugar de la clínica en los campos de práctica. Creemos que este deslizamiento no es sin consecuencias. ¿Consideraremos a la clínica como un campo de práctica?

Clínica

Pensar la clínica desde sus fundamentos, es pensar en la concepción de inconsciente, inconsciente singular, pero constituido en una trama intersubjetiva donde la dimensión transindividual es decisiva en la constitución subjetiva, así como lo es la pulsión de muerte, en tanto núcleo de lo simbólico constituyente.126 La relación con el Otro, su dimensión conflictiva, nos permite pensar en la posibilidad de una intervención clínica que se sostiene en un método, que consiste en interrogar e interpretar la particular materia con la cual trabajamos: el sujeto, en su dimensión psíquica, colectiva, histórica y ética. No se trata de fundamentalismos que reducen la clínica a algunos resguardos técnicos para garantizar una supuesta pureza, ni nos ubica en la posición de tener que fundamentar todo lo que hacemos desde algunos enunciados que al adquirir un carácter de dogma nos eximen de problematizar nuestras propias experiencias como psicólogos en el ámbito de lo público.Si la clínica es planteada como campo de práctica propicia una reducción, degradando el método en técnica.

En la práctica, la reflexión sobre el método muchas veces no precede, sino que viene en el lugar en el que interrogamos los obstáculos con los que nos encontramos. Es en esa

126 GARCÍA REINOSO, G., “Relaciones del Psicoanálisis con lo social y lo político”, <http://www.psiconet.com> [Consulta: 5 de octubre de 2011].

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reflexión donde se ponen en juego las concepciones, no sólo los conceptos sobre los que se apoya y construye una problemática a abordar. “En contra de lo que suele creerse, el método, de hecho, comparte con la lógica la imposibilidad de estar del todo separado del contexto en el que opera. Toda obra, sea ésta de arte, de ciencia o de pensamiento, es su capacidad de ser desarrollada”.127 Es el método, lo que permite ese desarrollo, en contra de la formación del conocimiento bajo las formas del dogma.

Sin esta direccionalidad que proporciona el método, permitiendo trabajar la tensión entre teoría y práctica, se nos dificulta pensar la subjetividad (desde nuestra conceptualización) en la construcción de los problemas a los que nuestra inserción en los campos de prácticas, nos confronta. El método implica una construcción de los problemas en su particularidad y de nuestros obstáculos y de las posibilidades de intervención que dichos obstáculos nos señalan. Retomaremos esto al hablar de campos de práctica. Cuando el método, posibilitador del tratamiento de la experiencia, se propone como modelo de tratamiento, como modelo clínico, favorece la impostura y la obediencia a reglas que no permiten una producción crítica.El método, que atraviesa la obra freudiana, es lo que permite tanto el tratamiento del síntoma, de la organización libidinal, del olvido, así como la reflexión sobre la Iglesia, el Estado, la historia.

Allouch128 dice sobre la práctica analítica: “El método no es la técnica. Diferentes técnicas de descubrimiento de fenómenos lesivos dependen del método anátomo-clínico, pero no se confunden con él. Supongamos que la resonancia magnética o cualquier otra nueva técnica exploratoria del interior de los cuerpos tornara caduca la radiografía de rayos, la sustitución de esta técnica no implicará de ninguna manera atentar contra el método anátomo-clínico”. “¿Por qué, a pesar de Freud para quien este no era el caso, se privilegian en el análisis los problemas llamados técnicos, a expensas de los problemas metodológicos?... Cubrir las cuestiones metodológicas con consideraciones técnicas tiene por efecto volver insolubles ciertos problemas planteados, mientras que recíprocamente, distinguir método y técnica ofrece la ventaja bastante apreciable de hacer factible la innovación técnica con sólo mantener la práctica anclada en el mismo método”.129

La hegemonía del psicoanálisis en la formación de grado, su modo de transmisión produjo resistencias propias a sus efectos de verdad, perdiendo la esencia de su método.Así Jorge Jinkis plantea que el campo creado por el descubrimiento freudiano, excede al dispositivo analítico mismo, produce sus límites en las condiciones del método y de la ética. No se podría plantear determinadas conjeturas en el orden de la teoría, sin que ellas den cuenta de sus consecuencias la práctica y en los modos de intervención sobre el objeto130.

El cierre sobre modelos, más allá de los determinantes históricos, impide ver de qué manera, desde la experiencia misma los conceptos que fundan la práctica clínica, requieren ser interrogados. Esta interrogación toca al lugar del practicante como sujeto de la cultura y al lugar de la Universidad en su doble responsabilidad: como espacio de saber para la formación de recursos y como interlocutora privilegiada en la recuperación social del

127 AGAMBEN, G., Signatura rerum, Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2011, p. 8.128 ALLOUCH, J., Freud, y después Lacan, Buenos Aires: Ed. Edelp, 1994. Citado en: INSÚA, G., Volver al Método, Buenos Aires: Letra Viva, 2010, p. 15.129 INSÚA, G., op. cit. supra, nota 10, p. 16.130 JINKIS, J., Lo que el Psicoanalisis nos enseña, Buenos Aires: Lugar Editorial, 1983.

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saber. La pregunta a sostener es cómo la universidad en tanto institución que provee al primer requerimiento (al que hacíamos mención en la cita del comienzo) puede hacerlo sin aplanar la tensión que genera con el segundo. Sostener esta tensión implica trabajar la opacidad de la relación saber-poder.Sabemos de la dificultad de sostener esta tensión, de la necesidad de trabajarla como dificultad y no ignorarla. Las modalidades de transmisión harán de esta dificultad un campo de trabajo, un campo de práctica que no será reductible a la clínica.

Suponemos que la dificultad/reducción de la concepción de clínica, está en relación al modo de su transmisión. Una de ellas es la confusión de categorías entre campo de prácticas y especialidad. El campo de práctica supone las tensiones inherentes a un campo, que interroga sobre la especificidad de la clínica en él, supone un método que le es propio y las condiciones sociopolíticas donde una práctica se realiza. La especialidad, toma como objetivo un síntoma, un tema, produciendo una fragmentación del problema, sin interrogarse las condiciones y los marcos teóricos de producción del mismo.El acento puesto en el objeto, como definido con anterioridad a la intervención y no como producto de un proceso de construcción en la experiencia, corre el riesgo de moralizar la práctica. Por lo tanto la experiencia supone una intervención, un proceso en el cual, los supuestos de sujeto y cultura –como estructuras divididas de conflicto en las cuales el descentramiento de la conciencia, las formas veladas del poder y la dominación, los ideales que funda la cultura y las formas hegemónicas de las ideologías– son los obstáculos inherentes a su estructura y a la intervención sobre los mismos.

Pareciera, entonces que el predominio de una concepción de clínica como campo de aplicación, que se desliza a un funcionamiento de especialidad con consecuencias reduccionistas, se funda en una cierta ilusión (que resguarda un confort) de la existencia de un objeto ya listo sobre el cual intervenir. Esta especie de ontologización del sujeto –riesgo del que no deberíamos renegar como tal, pero del cual al menos deberíamos estar advertidos– nos exime de colocar en primer plano el análisis de nuestros procesos de construcción de experiencia. Sólo podemos pensar la experiencia en relación al obstáculo. Se trata de una práctica que al producir un practicante marca al mismo como agente, transformándolo. Pensamos el obstáculo como aquello que interroga al practicante en su práctica, como construcción de la misma.

Campos de prácticas

Pensamos el ámbito de lo público, como un campo de prácticas en el que se insertan los practicantes. Allí, “la institucionalización de los saberes y su organización en prácticas se dará mediante la conformación de núcleos y de campos. Núcleo, como una aglutinación de conocimientos en un saber y como la conformación de un determinado patrón concreto de compromiso con la producción de valores de uso. El núcleo demarcará la identidad de un área de saber y de práctica profesional; el campo, un espacio de límites imprecisos donde cada disciplina o profesión buscará en las otras el apoyo para cumplir sus tareas teóricas y prácticas”.131 Esto supone al campo y al núcleo de saber en relación, y no como concentración de saberes disciplinares, formados en cuerpos, monopolizando el saber y la gestión de las prácticas por el agrupamiento de especialidades.132

131 DE SOUSA CAMPOS, G., Gestión en salud. En defensa de la vida, Buenos Aires: Lugar Editorial, 2006, pp. 164- 165.132 Ibid.

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Los ámbitos de intervención del psicólogo los precisaremos como campos de prácticas. La legislación de incumbencias profesionales es mucho más vasta que las representaciones de prácticas de los alumnos. ¿Cómo pensar los campos de prácticas? ¿Cómo se produjeron esos campos? Este es precisamente un punto interesante para revisar estos deslizamientos a los que hacemos referencia más arriba. El modo en que se conformaron estos campos de prácticas y su relación con la disciplina psicología y con el lugar de la clínica (predominantemente psicoanalítica) en la lucha por la identidad del psicólogo hacen que estos tres universos adopten una particular configuración, una particular tensión que los hace redefinirse mutuamente. Esta pregunta es crucial ya que la conformación de esos campos mismos produjo casi retroactivamente la disciplina.Las prácticas de los mismos psicólogos fueron quienes permitieron fundar y constituir campos de prácticas. Ciertamente como plantea Vezzetti133 la Psicología constituiría un campo disciplinar caracterizado por la dispersión de sus objetos, problemas y prácticas. El tema de las prácticas no será, como veremos, accesorio al momento de pensar la particular implantación del psicoanálisis en la carrera de psicología de Rosario. La llegada del psicoanálisis a la Carrera de Psicología, plantea Hugo Vezzetti, es un movimiento que no nace en la Universidad sino que se trata de una expansión que tiene diversos focos: a) un movimiento de renovación del campo psiquiátrico (discursos y prácticas de Salud Mental); b) surgimiento de una psicología social y movimiento grupalista (Pichón Rivière), no sólo se relacionan con el punto anterior sino que interviene sobre otros espacios sociales; c) proyecto de una nueva psicología (Bleger) un profesional psicólogo formado desde el psicoanálisis y el materialismo dialéctico con un rol para actuar en el espacio público; d) lugar de los estudiantes como actores que presionan, en ausencia de un grupo académico o profesional preexistente, identificado con el interés de fundar una perfil formativo y profesional nuevo.

Todos estos focos “se caracterizaban por una notoria vocación pública en la definición de problemas y estrategias de intervención”.134 Es bastante más que la extensión universitaria. Se trata de la confluencia del psicoanálisis (como corpus teórico y modelo de práctica/ética) con los problemas que la nueva Salud Mental plantea y con experiencias grupales, institucionales, que ponen en tensión los conceptos del psicoanálisis con las formaciones institucionales y sociales. Lo público parece habilitar esta confluencia.Esta particular coyuntura produce efectivamente un campo y un proceso de profesionalización. Campo de la Psicología: profesional Psicólogo. Pero la particularidad reside en que el proceso de profesionalización funda el campo mismo, funda la disciplina Psicología. 135 La Psicología como campo de saber aparece fundada por una profesión. 133 VEZZETTI, H., “Los estudios históricos de la psicología en la Argentina”, <http://usuarios.multimania.es/tesispsico/mat_catedra/Vezzetti_estudios_historicos.pdf> [Consulta: 5 de octubre de 2011]. En este texto, Vezzetti concluye que tanto en su configuración académica como en su organización profesional, el campo de la Psicología aparece caracterizado por su heterogeneidad en los objetos y problemas, las teorías y métodos en los usos y ámbitos de aplicación. 134 Ibid.135 En el año 1962, un grupo de graduados formó la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, junto a los movimientos políticos de ese momento, surgió como cuerpo en defensa de los intereses gremiales, avasallados por la hegemonía médica y en una posición crítica respecto de la formación en las instituciones psicoanalíticas. Cuestionó el modelo de ejercicio liberal de la profesión, ligándose a trabajos con la CGT, en barrios y hospitales. Por un lado se abría un campo de ejercicio más ligado a las transformaciones sociales, y por otro, no podía dejar de lado el carácter de profesión liberal, de la cual se sostenían económicamente la mayoría de los asociados. Una perspectiva crítica, no obstante, que permitió interpelar tanto la formación

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Esto marca que dicho campo se producirá con sus particularidades según los procesos de profesionalización de cada universidad/país. Entonces, no se trata sólo de un corpus de enseñanza universitaria sino de un tipo de práctica. La supuesta distinción epistemológica que permitiría delimitar la disciplina Psicología como tal, queda arrastrada por la construcción de la psicología como dispositivo profesional. Esto es: por la construcción de modalidades de prácticas.

A modo de conclusión

La constitución de campos de prácticas implica la complejidad en la lectura de las demandas sociales y la recuperación en prácticas que pondrán en juego luchas entre distintos actores sociales que disputan cuotas de poder. Para trabajar esa complejidad que los campos de prácticas nos plantean se requiere de la posibilidad de problematizar las demandas sociales y las respuestas institucionales (corporativas). La problematización que posibilita interrogar diversas dimensiones de una demanda, de un tema planteado nos incluye en la apuesta de interrogar nuestras propias certezas, de radicalizar nuestro pensamiento y de confrontarnos con otros, ya que los problemas no vienen clasificados disciplinariamente y diversos discursos producirán sus propias enunciaciones definiendo el problema en una lucha por la enunciación, al decir de Grüner.

La idea de una identidad profesional que estuvo desde siempre opera como modelo de un perfil profesional que intenta sostenerse más allá de los cambios que los distintos momentos históricos exigieron para su revisión. Las dificultades en la transmisión operan limitando, por un lado, la posibilidad de desarrollar desde los conceptos fundantes de nuestra práctica las estrategias posibles de construcción de la problemática a trabajar en un campo, y por otro, identificando dicho campo de práctica con un objeto que le sería pertinente, bajo las formas de la especialidad. La tarea genealógica en la búsqueda de esa identidad, nos permite pensar y trabajar en el suceder de acontecimientos y experiencias que requirieron de reformulaciones tanto en la formación como en la inserción laboral. Decimos entonces: fueron las prácticas de los mismos psicólogos las que permitieron fundar y constituir campos de prácticas.

En la transmisión de la historia de la experiencia, la operación que hacemos sobre esa historia es la operación misma que hacemos sobre la práctica, a partir de un método. La transmisión teórica a lo largo de la carrera da consistencia a un perfil claro de Psicólogo que la práctica hace vacilar, de ahí consideramos importante que la experiencia permita articular lo que hacemos con la argumentación que sostiene ese hacer. El trabajo en torno a las prácticas en la formación, es un trabajo sobre los ideales, los acontecimientos y las respuestas que forman ejes de tensión de un campo de prácticas que se construye a partir de pensar el objeto y la problemática contenidas en la demanda misma de una intervención posible.

Bibliografía

como el ejercicio de la profesión ligados a los requerimientos políticos y sociales de la época. Una publicación del año 1973, de estudiantes y profesionales reconocía la contradicción que existía entre “la identificación profesional con la práctica profesional de nuestros maestros (psicoanalistas) que ofrece un lugar confortable dentro del sistema (práctica liberal en consultorio privado)y, por otro lado, la necesidad de adquirir una identidad profesional que incluya la dimensión social… (el rol de) agentes de cambio social”. PLOTKIN, M., Freud en las pampas, Buenos Aires: Sudamericana, 2003, p. 244.

257

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258

Matema y nudo: El programa de Lacan

Héctor FranchGrupo de Investigación: PSI 161

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La enseñanza de Lacan comienza con una lectura minuciosa de los textos freudianos con el fin de volver al eje de trabajo que Freud diseñó para el psicoanálisis. Lacan denominó este momento como un retorno a Freud. Para la continuación del psicoanálisis ya no fue suficiente el aporte de la lingüística estructural que tuvo como fin aislar el significante y situar al sujeto como su efecto. Para seguir el paso de la estructura Lacan vio que era inevitable referirse a la matemática y en especial, por la posición del psicoanálisis con respecto a la ciencia moderna, a la lógica matemática. Este camino condujo a Lacan al matema y más tarde a los nudos. El presente trabajo releva los puntos de inflexión que dieron lugar al matema y al nudo así como las consecuencias en la transmisión de haber montado al psicoanálisis sobre esos rieles.

Palabras clave: matema - nudo - transmisión - psicoanálisis

259

Las referencias estoicas en la obra de Lacan

Horacio TartagliaGrupo de Investigación: PSI 161

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

En el marco del proyecto cuyo título antecede, el presente trabajo se inscribe en la posibilidad de profundizar algunas referencias brindadas por Lacan de manera bastante enigmática y también numerosa a lo largo de su enseñanza correspondiente a la lógica estoica.Es necesario destacar que los estoicos entendían por lógica algo mucho más amplio que lo que nosotros designamos bajo ese concepto. Los estoicos, y en particular Crisipo, están entre los más grandes lógicos, en el sentido moderno del término, de toda la historia de esta disciplina, aunque esto haya sido advertido no hace mucho tiempo, sino hasta mediados del Siglo XX, advertencia que no escapa a la lectura de Lacan contribuyendo a la utilización y difusión de la misma.

Palabras clave: psicoanálisis - lógica estoica - Crisipo - Lacan

260

Ética: ciencia y psicoanálisis

Amalia S. CuenyaGrupo de Investigación: PSI 229

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Lacan analiza la relación entre ciencia y ética, en particular, entre la física moderna y la ética kantiana.La relación entre ciencia y pensamiento filosófico también es tomada en cuenta por otros autores: Alexandre Koyré, Etienne Gilson, Wittgenstein.Freud produce una revolución en el campo ético: considera que nada está preparado en la naturaleza para el bienestar y la felicidad humana, que no se rige por el principio del placer. La existencia de la pulsión de muerte, un más allá radical del principio del placer, explican la destrucción y crueldad humanas, lo que Lacan llama “el proyecto del mal” en su seminario La ética del psicoanálisis.

Palabras clave: ciencia - ética - psicoanálisis - deseo - mal - felicidad

Comunicación

Aquí como allá se prepara la ciencia rectificando la posición de la éticaJacques Lacan, Kant con Sade.

Lacan siempre puso de relieve la relación entre la emergencia de la ciencia moderna y la aparición del psicoanálisis como una de sus consecuencias. Según la afirmación de la cita inicial: ¿podría pensarse de esa manera la relación entre ciencia y ética?, ¿de qué modo la ciencia rectificaría a la ética?Es muy antigua la relación entre pensamiento científico y pensamiento filosófico, y también la pregunta por la relación entre ciencia y ética.Por un lado, Lacan toma a Koyré como referente en estos temas, pero en este caso, parece tomar una posición inversa, ya que para Koyré, las grandes revoluciones científicas siempre han estado determinadas por cambios en las concepciones filosóficas.¿Pueden equipararse la relación entre la episteme antigua y la ética aristotélica, con la relación que se establece entre la ciencia moderna y la ética kantiana? Por otro lado, esa ciencia moderna hoy llamada “clásica”, no es la física contemporánea que incluye a la irreversibilidad en la estructura fundamental de la ciencia y al tiempo como objeto de la ciencia. Además es necesario tener en cuenta la subversión del campo ético que produce Freud.

Algunas notas sobre ética y ciencia

Aristóteles constituye a la ética en disciplina independiente: como parte de la filosofía que mira el valor de la conducta humana, el bien y el mal, sin posterior calificación. En la

261

Ética Nicomaquea136 pone en relación los actos humanos con algún bien, diferenciando bienes que son medios para algo, y otros que son fines.

Todos los actos deben tender a un fin último o bien supremo. Ese bien supremo es la felicidad (“excelencia o perfección de la función propia del hombre”) y sólo puede encontrarse felicidad en la virtud (areté- αρετή) como actividad del alma racional: “perfección en el uso de la razón”. Las virtudes éticas o del carácter suponen el ejercicio de la razón sobre la facultad de desear. Hay un rechazo del hedonismo, ya que los placeres sensibles, la sexualidad, forman parte del alma sensitiva, se acercan a lo animal y por tanto, quedan por fuera de la ética.Articulando ética y lengua, Aristóteles señala la “ligera inflexión del vocablo” entre éthos (costumbre) y êthos (carácter) que luego Lacan desarrollará en su Seminario137. En Aristóteles, la ética es una “ciencia del carácter” y tiene que ver con los hábitos y la educación. La ética aristotélica tiende a un orden que toma la forma de una ciencia (episteme), “ciencia de lo que debe hacerse”, ciencia que define las normas del carácter (éthos). La virtud moral es hija de los buenos hábitos (êthos). Ese orden se reúne en un Soberano Bien.

En su Conferencia sobre ética138, Wittgenstein hace una diferencia respecto de la lógica como “materia científica” que requeriría un “tratado”, en cambio le parece posible caracterizar a la ética en los términos de una conferencia. Anuncia que utilizará el método de Galton en fotografía, para conseguir los rasgos típicos del objeto de la ética. También Freud había recurrido a ese método para ilustrar uno de los modos posibles de condensación en el sueño. Entonces, la ética es la investigación sobre lo bueno (...), lo valioso (…), el significado de la vida.

Como resultado de ese procedimiento, encuentra que la expresión se usa en dos sentidos muy diferentes: uno, trivial o relativo, y otro más acotado: el sentido ético o absoluto. La diferencia consiste en que “cada juicio de valor relativo es un mero enunciado de hechos”, así por ejemplo, caracterizar a un hecho como bueno o correcto, predica sobre ese hecho particular, queda ubicado dentro del campo del lenguaje. Por el contrario, “ningún enunciado de hecho puede nunca ser ni implicar un juicio de valor absoluto”. Los juicios de valor absoluto no pueden reducirse a un enunciado de hecho, ya que trascienden los límites del lenguaje.Subraya entonces la diferencia entre ciencia y ética afirmando que: “la ética… surge del deseo de decir algo sobre el sentido último de la vida, sobre lo absolutamente bueno, sobre lo absolutamente valioso, no puede ser una ciencia”. La ética escapa a los enunciados, pertenece al terreno de lo inexpresable en lenguaje significativo, y no puede ser ciencia porque no agrega nada al campo del saber.

Kant y Newton

La ciencia moderna, galileana y cartesiana, se caracteriza por la matematización, tratamiento de lo real por lo simbólico. Culmina con Newton y la teoría del campo unificado, que finalmente logra “cerrar el pico” a los planetas mediante la fórmula de la gravedad.

136 ARISTÓTELES, Ética Nicomaquea, México: Porrúa, 1979.137 LACAN, J., El Seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1988.138 WITTGENSTEIN, L., Conferencia sobre ética, Barcelona: Paidós, 1989.

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En las conferencias dictadas en la Universidad de Harvard durante 1936/1937, Etienne Gilson139 compara los procesos de crisis que atraviesan Descartes y Newton, conmovidos por el previo escepticismo de Montaigne y Hume. Afirma que tanto Descartes como Kant encuentran la esperanza y la salida al encierro del escepticismo, por el camino de la ciencia, matemática y física.

Lacan140 resalta ese momento de la historia de la ciencia. Durante siglos, pastores y marinos orientaron su hacer por los astros, lo real, que aparece siempre en el mismo lugar. A partir de la “estructuración de la realidad por la física”, los astros podrán no estar en el mismo lugar, y tampoco son incorruptibles. La búsqueda de lo que vuelve al mismo lugar, lo que se repite, quedará ligada a la interrogación ética. Afirma que la ley moral positiva surge del mundo de la física moderna. En este aspecto, Freud producirá una importante torsión.La ética kantiana surge en el momento en que se produce el “efecto desorientador de la física” con la física newtoniana; momento que lleva a Kant a revisar la función de la razón. Gilson destaca que Kant pasa un período de varios años de “absoluto silencio”, de “atolladeros del conocimiento racional”, y finalmente, la Crítica de la razón práctica no logrará justificar racionalmente a la moral. En consecuencia, propone un orden moral independiente y cerrado en sí mismo.

Kant plantea la acción moral como un puro acto sin tendencia a un fin. Por esto, diferencia das Wohl (bienestar, confort) respecto de das Gute, el bien propio de la ley moral141, señalando que “la lengua alemana tiene la suerte de poseer términos que no dejan pasar inadvertida esta diferencia”. Lo agradable no se confunde con lo bueno, ni lo desagradable con lo malo. Lo agradable o placentero, y lo desagradable, displacentero o doloroso, son sensaciones. Pero el bien y el mal se refieren a acciones, nunca a sensaciones, y esas acciones están determinadas por la voluntad que se rige por la ley de la razón. No se puede fundar la moral sobre una base empírica. La ley moral es ley universal, forma pura de la ley, sin referencia a ningún objeto ni sentimiento: trama significante pura. Esa ley se impone como un deber, como una exigencia absoluta, por puro respeto a la ley. Pocos años después de la Crítica de la razón práctica aparece La filosofía en el tocador; obra en la cual el marqués de Sade propone una especie de antimoral –el exacto revés de los criterios kantianos– que culmina en la máxima sadiana del derecho al goce perfilando la cuestión de la maldad.

Freud: la ética del psicoanálisis

Freud, movido por un fuerte ideal de ciencia, se ocupó de inscribir al psicoanálisis en el campo científico de su época, hasta en sus últimos escritos sostiene que debe incluirse dentro de las ciencias naturales. En su Proyecto de psicología (1895) analiza la oposición entre proceso primario y proceso secundario, la relación entre principio de placer, principio de inercia y displacer, y éstas no sólo son nociones metapsicológicas, sino también de orden ético, ya que se está preguntando por la relación entre placer y bien.En este punto, Lacan afirma que la posición de Freud no es la de un sucesor respecto de los tratados éticos, sino que Freud aporta algo que cambia radicalmente el problema de la

139 GILSON, E., La unidad de la experiencia filosófica, Madrid: Rialp, 1960.140 LACAN, J., El Seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1988.141 KANT, I., Crítica de la razón práctica, Buenos Aires: Losada, 1961.

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ética, y que “nos permite llegar más lejos de lo que nunca se llegó en lo esencial del problema moral”.142

Si antes afirmó que la ley moral positiva surge del mundo de la física moderna, ahora se preguntará por el “fundamento invertido de la ley moral”.Por un lado, debe tenerse en cuenta el das Ding, lo fuera de significado, esa realidad muda que regula el principio del placer. Pero ese das Ding incestuoso, en tanto “Otro prehistórico imposible de olvidar”, es un bien interdicto, y no existe otro bien en psicoanálisis, mucho menos un Soberano Bien.La felicidad es una aspiración humana, sea tanto para evitar el dolor como para desear experimentar intensas sensaciones placenteras, pero Freud nos advierte que el programa del principio del placer “ni siquiera es realizable”, “todo el orden del Universo se le opone”.143 Y hace una interesante aclaración: “la felicidad es un problema de la economía libidinal de cada individuo. Ninguna regla vale para todos”. No hay universal para la felicidad.Por otra parte, en relación al mandamiento cristiano del amor al prójimo, destaca que el odio, la hostilidad y agresividad son rasgos constitutivos de las relaciones humanas, la inclinación a lo malo, la destrucción. Citando a Fausto: “...el Mal, es mi propio elemento”. Entonces, la ley moral se afirma contra el placer. Pero la moral no es lo mismo que la ética.Dando otro paso, Lacan pone en relación a la ética con el deseo y ya no se tratará de bienes, sino del bien-decir. Retomando el imperativo freudiano: “donde ello era, el sujeto debe advenir”, el campo de la ética, definido por el deseo, remitirá al corte que reintroduce al sujeto.

Bibliografía

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142 LACAN, J., El Seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1988.143 FREUD, S., “El malestar en la cultura”, en FREUD, S., Obras Completas, Tomo III, Madrid: Biblioteca Nueva, 1973.

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Memoria visual del horror: más allá de lo irrepresentable

Luis GarcíaGrupo de Investigación: CONICET

Escuela de FilosofíaFacultad de Humanidades y ArtesUniversidad Nacional de Córdoba

Resumen

El presente trabajo ensaya una aproximación a la pregunta por las condiciones estéticas y las implicancias éticas de la representación en el ambiguo espacio del después de Auschwitz. A partir del caso argentino, aunque avanzando hacia una perspectiva comparada, presentamos dos alternativas contrapuestas que responden, respectivamente, a los dos aspectos inseparables del asunto: la crisis radical de la representación es enfatizada por los propugnadores de una estética de lo sublime; la exigencia de representar, aún en condiciones de disolución representativa, es subrayada por los teóricos del montaje. El despliegue de la argumentación nos llevará a sugerir la necesaria complementariedad de ambas alternativas en el reconocimiento del doble registro de lo imaginario como la inscripción de indecidibilidad en la que habría de abismarse el sustrato ético y estético de una memoria visual del horror.

Palabras clave: implicancias éticas - representación - después de Auschwitz - indecidibilidad

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Memorias en disputa: las renuncias docentes ante la intervención militar de 1966

Stella Maris Orzuza y Carla ValverdeGrupo de Investigación: PSI 233

Colegio de Psicólogos de la Pcia. de Santa Fe 2º CircFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

Se presentan las primeras aproximaciones de una investigación interdisciplinaria que estamos realizando en Rosario (Santa Fe, Argentina) sobre la construcción del campo de la Psicología en los años ‘60 y primeros años de los ‘70. Entendemos que, en este periodo, en las universidades se fueron configurando campos disciplinares en los cuales se entretejían vínculos complejos y diversos entre las militancias políticas, la vida estudiantil y la praxis profesional. Integran nuestros objetivos de conocimiento comprender estos complejos y diversos vínculos, así como rastrear los imaginarios construidos sobre las y los estudiantes de psicología y la profesión del psicólogo y cartografiar instituciones del campo psi que agruparon o permitieron desplegar acciones gremiales o formativas a psicólogos y estudiantes de psicología. La vía de acceso privilegiada para adentrarnos en este campo son las entrevistas a quienes iniciaron su formación o estaban desplegándola en los años ‘60 y ‘70.

Para comenzar a adentrarnos en este campo, tomaremos un capítulo particular de esta historia, que ha sido frecuentemente referido por sus protagonistas: la intervención militar de la universidad en el año 1966. Uno de los nudos álgidos fueron las renuncias masivas de docentes universitarios ocurridas a posteriori y a consecuencia del golpe de Estado, que llevaron a diversos análisis sobre las decisiones tomadas por este claustro. Diversas posiciones se asumieron en la comunidad universitaria de la Universidad Nacional del Litoral sede Rosario y estas definiciones todavía siguen siendo centro de discusiones. Recuperamos opiniones actuales sobre las renuncias en un intento interpretativo de comprender la diversidad de sentidos que le atribuyeron sus actores.

Palabras clave: campo de la Psicología - décadas del ‘60 y ‘70 - Rosario

Comunicación

La siguiente comunicación tiene por objetivo presentar las primeras aproximaciones a una investigación interdisciplinaria que estamos realizando en Rosario (Santa Fe, Argentina) sobre la construcción del campo de la Psicología en los años ‘60 y primeros años de los ‘70; un periodo signado por la modernización de las costumbres y la vida cotidiana y en el que se crean las primeras carreras de Psicología del país. Entendemos que, en este periodo, en las universidades se fueron configurando campos disciplinares en los cuales se entretejían vínculos complejos y diversos entre las militancias políticas, la vida estudiantil y la praxis profesional. Integran nuestros objetivos de conocimiento comprender estos complejos y diversos vínculos, así como rastrear los imaginarios construidos sobre las y los

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estudiantes de psicología y la profesión del psicólogo y cartografiar las instituciones dedicadas a la formación del psicólogo y a aquellas que agruparon o permitieron desplegar acciones gremiales a psicólogos y estudiantes de psicología.

La vía de acceso privilegiada para adentrarnos en este campo son las entrevistas personales a quienes iniciaron su formación o estaban desplegándola en los años ‘60 y ‘70. Hemos elegido la utilización de fuentes orales considerando lo poco explorado del periodo en estudio en la historia de la psicología en Argentina y particularmente en Rosario. Se han hecho profundizaciones en relación a la introducción del psicoanálisis en la sociedad argentina (Vezzetti, 1996; Dafgal, 2009; Plotnik, 2003; Gentile, 2003), así como sobre la construcción del campo de la salud mental (Carpintero y Vainer, 2004) pero son pocos los antecedentes locales sobre la historia de la psicología en Rosario y en particular en relación al periodo histórico que abordamos (las décadas del ‘60 y el ’70). Por otro lado, son muchas las voces que quieren nutrir este estudio con sus relatos. Nuestros entrevistados encuentran un grato placer en relatarnos sus primeros años de formación profesional y la apasionante vorágine en que vivieron esos años. También recurrimos a fuentes documentales como resoluciones de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias del Hombre (hoy Facultad de Humanidades y Artes) del periodo en estudio.

El carácter sociohistórico de nuestra indagación nos lleva a nutrirnos de los aportes de la Historia Oral. La Historia Oral ha tenido importantes desarrollos en Latinoamérica centrados en los procesos traumáticos vividos por las sociedades producto de dictaduras militares. Es nuestra intención no crear una visión cristalizada y única de la historia, sino recuperar los múltiples sentidos que se han otorgado a los acontecimientos, cuestión central para la historia oral144.

Para situar nuestro problema de investigación, haremos unas breves referencias a los comienzos de la carrera de psicología. Es necesario señalar que la carrera de psicología de Rosario fue la primera creada en el país, en el año 1955. Para los años sesenta llevaba cinco años de existencia145 y su escuela se encontraba en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias del Hombre de la Universidad del Litoral, sede Rosario. Los primeros psicólogos se recibieron en el año ‘61 por lo cual nuestros entrevistados tenían de docentes a psiquiatras, médicos, filósofos, contadores públicos, pedagogos –entre otras profesiones– que eran los formadores de los futuros psicólogos. Hugo Vezzetti (1988) ha llamado al periodo previo a la creación de las carreras universitarias de psicología, el periodo de ‘una psicología sin psicólogos’, marcando un quiebre con la otra historia que se construye a partir de la creación de las carreras universitarias y su consiguiente organización profesional, que dan comienzo a la historia de los psicólogos.

Una característica distintiva de este momento lo constituía el hecho de que parte significativa de la planta docente estaba constituida por un heterogéneo grupo proveniente de Buenos Aires (algo similar ocurría en otras carreras de psicología nacionales creadas entre los años 1956 a 1960); para mediados de la década del ‘60 varios jóvenes graduados comienzan a ejercer la docencia. Para comenzar a adentrarnos en este campo, tomamos un capítulo en particular de esta historia, que ha sido frecuentemente referido por sus

144 Tomamos principalmente los desarrollos teóricos de William Moss y Alessandro Portelli.145 La profesionalización de la psicología en Argentina se inicia en el año 1955 con la creación de la carrera de Psicología en la Universidad del Litoral (en su sede de la ciudad de Rosario), en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias del Hombre (hoy Facultad de Humanidades y Artes).

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protagonistas indicando la fuerte marca que ha dejado en su memoria: el golpe de Estado de 1966 y sus consecuencias en la vida académica. Particularmente llamó nuestra atención que todavía se escuchan rencores y enojos en los relatos de docentes y estudiantes de ese periodo sobre ese acontecimiento. Esta es una primera aproximación a la multiplicidad de relatos construidos sobre este suceso.

El golpe de Estado del ‘66: las renuncias

El 28 de junio de 1966 los comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas dieron un nuevo golpe de Estado derrocando al presidente constitucional Arturo Illía.

La intervención del Estado militar en las Universidades Nacionales, consideradas reductos comunistas, no se hizo esperar, apenas un mes después del golpe de Estado aquella se produjo. La intervención cerró traumáticamente un período de modernización científica, inscripto en uno de los procesos de mayor florecimiento de la vida intelectual y cultural en el presente siglo que se había iniciado hacia 1957 (Viano, 2000: 25).

Una de las derivas inmediatas de la intervención a las universidades fue el proceso de renuncias masivas de profesores en varias facultades de la UNL, principalmente en Filosofía y Letras. Estas renuncias no acontecieron solamente en la Universidad Nacional del Litoral sino que respondieron a una posición compartida por algunos sectores del claustro docente universitario de Buenos Aires. En una entrevista al Dr. Rafael Paz, docente en aquel momento de la Universidad de Buenos Aires realizada en marzo de 1988, decía: “la renuncia se veía en primer lugar como un acto ético insoslayable. Esa ética de la renuncia se enhebra con una tradición universitaria muy importante en nuestro país. La experiencia anterior había sido la del ‘46, exactamente veinte años antes, las de 45/46, época que precede al primer gobierno de Perón, donde sectores no peronistas renuncian o son echados, pero si renuncian hay una confirmación de naturaleza ética. Por otra parte, se seguía pensando en la gran trascendencia del acto de renunciar: algo importantísimo iba a acaecer en virtud de nuestra renuncia”.146

Sin embargo, lo que enunciara Rafael Paz como una posición ética insoslayable no fue compartido por algunos grupos de docentes. Según Caldelari y Funes (1997), otra de las posiciones asumidas fue exactamente la contraria, no renunciar para enfrentar al onganiato desde el interior de la institución. Además, la renuncia implicaba abandonar a los estudiantes y los espacios universitarios. Según los autores, una tercera posición la constituyeron quienes no renunciaron convencidos de la independencia de la universidad con respecto a la política nacional.

Esta diversidad de posiciones se presentó también en la comunidad universitaria de la Universidad Nacional del Litoral sede Rosario y todavía sigue siendo un motivo de controversia. Recuperamos opiniones sobre las renuncias volcadas en textos sobre la historia de la Psicología en Argentina y de fragmentos de entrevistas de esta investigación para interpretar la diversidad de sentidos que le atribuyeron algunos de sus actores.

Los múltiples relatos tejidos sobre las renuncias 146 Fragmento de entrevista tomado del artículo de CALDELARI, M. y P. FUNES, “La Universidad de Buenos Aires, 1955-1966: lecturas de un recuerdo”, en OTEIZA, E. (coord.), Cultura y Política en los años ‘60, Buenos Aires: Oficina de Publicación del CBC-UBA, 1997.

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Las universidades, en la voz de sus máximas autoridades, se expiden inmediatamente después del golpe de Estado sobre el atropello que implican las intervenciones. Apenas dos días después del golpe militar, el Rector de la Universidad Nacional de Litoral, Dr. Cortés Pla, reunía en su casa al Consejo Superior de la Universidad. Un periodista del principal diario de la ciudad fue invitado y su crónica señala que allí estaban los decanos de las Facultades de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación, Derecho, Ciencias Económicas, Ciencias Matemáticas, Odontología, el interventor en la Facultad de Ingeniería Química Eduardo Gaspar y los consejeros superiores José Brailosky, Agustín Previgliano, Carlos Jaskeloif, Hugo Strata y Luis Besedosky quienes acordaron que: “...ante la ocupación por tropas del ejército de los locales universitarios impidiendo el normal funcionamiento el Rector de la Universidad Nacional del Litoral expresa su más formal protesta a la violación de la autonomía Universitaria”, además de emprender el infructuoso camino de reclamar ante las autoridades militares la inmediata normalización (Viano, 2000).

Sin hacer caso de la resistencia de la comunidad universitaria, fue nombrado un nuevo rector y también un interventor de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias del Hombre donde funcionaba la carrera de Psicología. Entre los docentes se desató un duro debate sobre los pasos a seguir: quedarse o irse fue uno de los ejes. Mientras estas discusiones se desatan, el 30 de julio de 1966 el Consejo Directivo de esta Facultad expide la Resolución Nº 1357 en la cual se solidariza con la decisión del decano y vicedecano de no permanecer bajo las condiciones impuestas denunciando que: “la reducción de sus funciones a las meramente administrativas, sujetas a ordenanzas ministeriales, significa anular el gobierno de la Universidad, todo lo cual implica el avasallamiento absoluto de la autonomía universitaria, condición indispensable para la existencia de una auténtica universidad y que quebrantar esa autonomía es una forma decisiva de coartar la libertad y, por lo tanto, destruir la cultura y la vida nacional, pues lesiona los fundamentos en los que históricamente se ha consolidado…”. También, en la misma resolución, se repudia la violencia ejercida y detención de estudiantes y profesores de la Universidad de Buenos Aires.147

Esta resolución parece sostener la posición éticamente insoslayable a la cual refería el Dr. Rafael Paz, donde la renuncia es leída en este marco de discusiones como la resistencia a una práctica autoritaria imposibilitadora del normal desenvolvimiento de la universidad, cuya autonomía se ve negada por el proceso dictatorial. Según el Decano Interventor Brie, las renuncias alcanzaron el 47.8% del cuerpo de profesores, aunque docentes y estudiantes estimaron que fueron más altas (Viano, 2000). En agosto y septiembre de ese año se encuentran un número importante de resoluciones, firmadas por el decano interventor Brie, aceptando las renuncias presentadas aunque aclarando que se ‘rechazan los términos de la renuncia’.148 Entre ellas se encuentran las Resoluciones Nº 1408 y 1409 referidas a las renuncias de los Prof. Enrique Butelman y Jaime Bernstein respectivamente, este último fue uno de los docentes fundadores de la carrera de Psicología en Rosario y ambos fueron importantes figuras de la vida política universitaria desde 1956/58 a 1966, así como los creadores de la editorial Paidós.

147 Se refiere a la brutal represión ocurrida en la Universidad de Buenos Aires conocida como La noche de los bastones largos el 29/07/1966.148 Al respecto cabe mencionar que no hemos encontrado los textos de las renuncias en los archivos de la Facultad de Humanidades.

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Pero otras interpretaciones se han hecho de las renuncias docentes en el contexto local. Una de las opiniones controversiales versadas sobre este hecho la brinda el Dr. Ascolani149

quien, en su libro Psicología en Rosario, una crónica de recuerdos y olvidos publicado en el año 1988, entiende que las renuncias docentes no solamente respondieron a la intervención militar. El autor plantea que las luchas internas en la Facultad y el desgaste personal de los docentes que viajaban desde Buenos Aires favorecieron que muchos de esos profesores que habían asumido la dirección de la carrera, renunciaran. El autor comenta que, algunos profesores como Jaime Bernstein y Enrique Butelman eran cuestionados por los estudiantes, no tanto por su trabajo académico, sino por sus decisiones políticas en el gobierno de la carrera y de la Facultad. Según entiende el autor, esta situación dio lugar a que la mayoría de esos profesores anunciaran su disposición a renunciar.

Pero confrontemos esta perspectiva con la de algunos de los protagonistas. Enrique Butelman, uno de los docentes fundadores de la carrera de psicología, cuenta la decisión de su renuncia150 en una entrevista realizada en el año 1986, en Buenos Aires, refiriéndose al año 1965:

EB: Acá en Buenos Aires la situación era casi incontrolable, ese año renunció Gino Germani y yo renuncié con él pero seguí viajando a Rosario porque mantenía todas mis actividades en la Facultad. Allí estuve hasta que se produjo el golpe en el ‘66 y cuando los militares decretaron la intervención renuncié respetando lo que habíamos acordado entre los profesores. Pero hubo varios que se quedaron en la Facultad intervenida por Onganía y muchos estudiantes recién recibidos también colaboraron como docentes y era toda gente que se decía de izquierda y cosas así. Se echaron grandes discursos y después se quedaron. Fue todo muy triste. (…) antes de la intervención los docentes habíamos decidido que íbamos a renunciar todos si había intervención de los militares. Los que estábamos identificados con el decano, era Guillermo Macci, éramos considerados como enemigos por el Centro de estudiantes y no se daban cuenta que el enemigo estaba por entrar a los bastonazos en las facultades.

Los conflictos interclaustros

En las palabras del Dr. Butelman se expresa la conflictividad política social y universitaria en que las renuncias fueron decididas. Claramente se refiere al menos a dos grupos dentro de la Facultad. Uno de ellos, al cual el profesor pertenecía, era cuestionado por el estudiantado, gobernaba la Facultad y decide renunciar en 1966. Butelman continúa considerando un acierto la renuncia y cuestionando a quienes decidieron no renunciar. El Dr. Butelman, en la misma entrevista, relata dos acontecimientos cercanos a la dictadura de Onganía, que refleja la conflictividad entre el centro de estudiantes y la conducción de la carrera:

EB: El asunto era que por esos días teníamos muchos problemas con los estudiantes; ¡bah! con los políticos que trabajaban de estudiantes, movidos por esa gente una asamblea de alumnos planteó que debía haber en la facultad un cuarto estamento, no sólo profesores, alumnos y graduados, sino que también el personal no docente debía tener su representación en el consejo. Nosotros con nuestros argumentos nos opusimos porque los no-docentes no tienen nada que hacer en el gobierno de las universidades.

149 ASCOLANI, A., Psicología en Rosario, una crónica de recuerdos y olvidos, Rosario: Ed. Fundación Ross, 1988.150 Fragmento de entrevista realizada por Antonio Gentile a Enrique Butelman en su libro Ensayos históricos sobre psicoanálisis y psicología, Rosario: Ed. Fundación Ross, 2003.

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Más adelante en la misma entrevista:

(…) El centro de estudiantes quería manejar todo; una vez tomaron la Facultad con todos los consejeros adentro porque yo me había opuesto a un nombramiento. Cuando nos dejaron salir nos obligaron a pasar entre dos filas y nos silbaron e insultaron, sobre todo a mí, hasta nos tiraron monedas.

En este relato se observa la imagen (negativa) que Butelman tenía sobre el estudiantado politizado de ese periodo. Por un lado, refleja una fractura institucional entre el centro de estudiantes y la conducción de la facultad, claramente en oposición. En este antagonismo que establece entre ambos grupos, coloca al estudiante miembro del centro de estudiantes como político antes que estudiante, sosteniendo las representaciones que desvinculan y oponen ambas cualidades. Asimismo atribuye intenciones de dominio y poder a los estudiantes organizados que querían manejar todo.

Estos mismos antagonismos son expresados por parte de los estudiantes en los insultos y silbidos hacia los docentes. Sin embargo, pese a que esta situación puede ser un buen ejemplo de la convulsión política del periodo y de los hasta hoy tradicionales conflictos entre estudiantes de agrupaciones estudiantiles y docentes funcionarios de las unidades académicas, no quisiéramos dejar de resaltar que se han trasmitido imágenes anestesiadas del Dr. Butelman que oscurecen el clima político y conflictivo del momento histórico. Recuperamos de las mismas palabras del Dr. Butelman los conflictos entre el gobierno de la Facultad y el estudiantado para responder a las imágenes que se han cristalizado brindando una única visión, edulcorada, de las primeras décadas posteriores a la creación de la carrera de Psicología.

La disidencia a las renuncias

Recuperemos argumentos de quienes asumieron una posición diferente. Por un lado, tomamos el relato de una psicóloga quien fuera en ese momento estudiante militante de la Agrupación Avanzada, de orientación trotskista.151 A. relata la posición de su agrupación sobre la intervención militar y la posibilidad de la renuncia masiva de los docentes:

A: (…) empezamos a militar en la Agrupación Avanzada y a planificar las acciones… las acciones porque, bueno, el primer objetivo era tratar de convencer a los profesores, sobre todo la carrera de psicología que tenía muchos profesores que venían de afuera, de Buenos Aires, y que habían decidido que, como la postura de la dictadura fue la represión de las universidades, muchos docentes decidieron renunciar. Todos los docentes de Psicología y sobre todo los que venían de Buenos Aires hicieron esto y nosotros, la posición que teníamos los estudiantes era de, precisamente, pedirle a los docentes que no renunciaran porque lo que iba a venir sabíamos que iba a hacer un desastre.

La resistencia estudiantil se levantó frente a la intervención de Onganía y la renuncia de los docentes. La entrevistada, en sus palabras, sostiene la interpretación de las renuncias volcada por el Dr. Butelman y el Dr. Paz, entendiendo las renuncias como respuesta al atropellamiento de la intervención militar. A. continúa su relato:

151 Entrevistada por Mariana Bortolotti en el año 2008 en Rosario, Santa Fe, Argentina. En: BORTOLOTTI, M., “Fragmentos de una historia de vida. Género, clase y política en los relatos de una mujer del PRT”, Trabajo presentado para aprobación del Seminario El género y sus intersecciones: clase y edad, mimeo.

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A: Bueno, no, no fue posible, renunciaron todos los que venían de Buenos Aires. Y nosotros, el estudiantado decretó en todo el país huelga por tiempo indeterminado y durante los primeros meses se cumplió. Eso significa que perdimos todo el año ‘66, no pudimos regularizar materias, en todas las carreras y como las asambleas estudiantiles no se podían hacer dentro de las facultades, la gente de humanidades nos juntábamos en la parroquia que estaba detrás del cementerio La Piedad (…) la discusión era continuar el paro por tiempo indeterminado o levantarlo.

Por otro lado, el por entonces joven docente universitario rosarino relata un suceso acontecido bajo la intervención militar que da cuenta de los bruscos cambios ocurridos en la dinámica universitaria. Él es uno de los docentes que decidió no renunciar:

JB: Bueno intervienen la facultad, renuncian los profesores si intervienen la facultad y propusieron un tipo que se llamaba Brie, bastante desagradable y en ese año me expulsaron… bueno por una cuestión bastante entendible para ellos porque yo entonces estaba, estaba presidiendo una mesa, una asamblea y Brie que trataba de que no hubiera demasiado lío, mandó una nota a la presidencia sugiriéndole, sugiriéndole no, diciéndole, pidiéndole a la gente que no era de la facultad que se retirara; se refería a otros estudiantes, no? Pero jugando con ese… yo lo leí e invito a la policía de civil que se retire; estaba lleno de policía de civil y también estaba lleno de estudiantes… entonces al día siguiente zuc zuc zuc (onomatopeya de quedar marcado)… expulsado, prohibida la entrada y todas esas (inaudible). Yo entonces me pasé hasta el ‘71 leyendo, estudiando cualquier cosa.152

JB es uno de los docentes que decide quedarse. Si bien no nos brinda mayores razones para su posición, es ejemplo de uno de los destinos más frecuentes para los docentes que decidieron permanecer frente a las aulas: fueron expulsados. Como señala Ferrer (2008) la dictadura militar de Onganía fue el comienzo del exilio de científicos, el despido de otros que habían decidido permanecer en las aulas y el desmantelamiento de laboratorios. Por otro lado, el testimonio de JB nos introduce a otro universo, en parte abierto a partir de las renuncias. Una de las consecuencias que tuvieron esas renuncias en la institucionalización de la psicología en la Argentina fue la creación y la participación de docentes universitarios en distintos centros de formación o dictado de cursos, generando espacios alternativos de enseñanza. Como señala Viano (2000), la creación de centros de estudio o la organización de cursos paralelos fueron algunas de las estrategias de los renunciantes.

Otra consecuencia de las renuncias masivas del claustro docente fue la necesidad de contratar nuevos profesores. Reproducimos la lectura realizada por Antonio Gentile en su libro Ensayos históricos sobre Psicoanálisis y Psicología:153

Con el tiempo, las dificultades para hacer un trabajo afuera entre quienes tenían como objetivo importante la tarea docente, y la conciencia de que las renuncias habían constituido un error político, hizo que algunos docentes retornaran y que otros lo hicieran por primera vez. Precisamente, la presencia de algunos de esos docentes a partir de los años 69-70, significó un factor importante para el proceso de renovación académica y la introducción de enfoques críticos que culminarían su trayectoria por los 73-74 y se interrumpirían por los acontecimientos que devendrían luego.

152 JB. Varón, psicólogo. Entrevista realizada en diciembre de 2010.153 El Dr. Antonio Gentile era estudiante de psicología en ese momento histórico. Este fragmento es tomado de su libro Ensayos históricos sobre psicoanálisis y psicología, Rosario: Ed. Fundación Ross, 2003.

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El Dr. Gentile brinda una posible evaluación hecha a posteriori sobre las masivas renuncias docentes. El autor lo sitúa como un error político, sin embargo no aclara los motivos para tal afirmación. ¿Fue un error político? Efectivamente no tuvo el efecto esperado por los docentes, una estrategia que había sido válida para otra configuración política no lo fue para ese momento histórico. Por otro lado, quienes decidieron quedarse y acompañar a los estudiantes fueron rápidamente expulsados. Sin embargo, la posición de los renunciantes, definida autónomamente por el claustro docente sin consultar al estudiantado, señala una brecha entre los claustros, una fractura en la comunidad académica. Por otro lado, se era testigo del atropello ocurrido en Buenos Aires, hoy conocido como La noche de los bastones largos donde la resistencia docente-estudiantil y graduados había sido duramente reprimida, obligándolos a abandonar la academia a bastonazos y con gases lacrimógenos.

Reflexiones finales

Los múltiples relatos tejidos sobre las renuncias, sus consecuencias, los diagnósticos hechos a posteriori que critican la decisión tomada por el cuerpo docente muestran una heterogénea construcción del acontecimiento por parte de sus protagonistas. El carácter controversial de las renuncias se vuelve presente en cada entrevista donde se refiere a este hecho, volviendo los entrevistados a opinar sobre el acontecimiento no necesariamente compartiendo la posición que, en su momento, habían adoptado. Se entrelazan en los relatos, lo que hicieron, lo que desearon hacer, lo que podrían haber hecho. Una situación es clara, la necesidad de cada claustro (estudiantil y docente) de tomar posición en relación al golpe de Estado. Acertadas o no, son ejemplos de un convulsionado momento histórico de nuestro país que marcó, de diversas formas, la institucionalización de la psicología en Argentina.

Bibliografía

CALDELARI, M. y P. FUNES, “La Universidad de Buenos Aires, 1955-1966: lecturas de un recuerdo”, en OTEIZA, E. (coord.), Cultura y Política en los años ‘60, Buenos Aires: Oficina de Publicación del CBC-UBA, 1997.

CARPINTERO, E. y A. VAINER, Las huellas de la memoria. Psicoanálisis y salud mental en la Argentina de los ‘60 y ‘70, Buenos Aires: Topía Editorial, 2004.

DAFGAL, A., Entre París y Buenos Aires, Buenos Aires: Paidós, 2009. FERRER, A., Gestión del conocimiento y desarrollo: la experiencia Argentina,

<http://www.econ.uba.ar/planfenix/aportes/8/> [Consulta: 10 de agosto de 2011]. VEZZETTI, H., “Estudio preliminar y selección de textos”, en BUNGE, C., et al., El

nacimiento de la psicología en Argentina: pensamiento psicológico y positivismo, Buenos Aires: Puntosur, 1988.

— Aventuras de Freud en el país de los argentinos, Buenos Aires: Imprenta de los Buenos Aires, 1996.

VIANO, C. “Una ciudad movilizada 1966/1976”, en PLÁ, A. (coord.), Rosario en la historia. De 1930 a nuestros días. Tomo 2, Rosario: UNR Editora, 2000.

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La responsabilidad del sujeto en nuestra época a partir de la incidencia de la cultura actual

Viviana Zubkow y Alejandro BerettaGrupo de Investigación: PSI 243

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

En el presente proyecto nos proponemos investigar si se ha visto afectada la responsabilidad del sujeto en nuestra época a partir de la incidencia de la cultura actual.Partiremos por indagar qué quiere argumentar Jacques Lacan cuando en La Ciencia y la verdad afirma que: “De nuestra posición de sujeto somos siempre responsables”. Investigar desde esta afirmación nos obliga, en principio, a despejar qué concepción de sujeto y de responsabilidad referimos en el campo conceptual del psicoanálisis. Es de suma importancia despejar estas concepciones siendo que desde el campo del psicoanálisis el sujeto no es entendido como individualidad empírica, sino como aquel que inaugura Descartes en tanto correlato de la ciencia moderna.

Simultáneamente identificar qué concepción de responsabilidad subjetiva puede aislarse y precisarse en la obra de Sigmund Freud siendo que presenta parte de la cuestión que nos interroga, haciendo referencia, por ejemplo, a “la responsabilidad moral por el contenido de los sueños” en el Capítulo I de La interpretación de los sueños. En este texto, Freud afirma: “… es preciso asumir la responsabilidad de sus impulsos oníricos malvados… no puede ser sino una parte de mi propio ser… La experiencia me demuestra que, asumo esa responsabilidad, que de una u otra manera me veo compelido a asumirla”.Ahora bien, partir de dicha afirmación e identificar qué concepción de responsabilidad subjetiva puede precisarse desde el psicoanálisis, nos permitirá referirnos a la “insondable decisión del ser” que Jacques Lacan mencionó en Acerca de la causalidad psíquica.

El tema que nos ocupa nos permitirá abordar su contenido desde diversas vertientes y desde sus vínculos con diferentes discursos (filosofía, arte, medicina, derecho, etc.) en función a la cultura actual desde los síntomas singulares y sociales, la construcción de los ideales y la segregación del sujeto en sus diferentes manifestaciones.

Palabras clave: responsabilidad - sujeto - acto

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Los lugares del padre en el discurso. Vicisitudes de su significación con relación al psicoanálisis freudiano y el malestar en la cultura

José Luis ComasGrupo de Investigación: Cátedra DPC “B”

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Nos abocamos a investigar la cuestión de la paternidad, frente a las distintas respuestas que nos demanda el Otro social. Desde esta perspectiva, el qué hacer se transforma en quehacer ante la sociedad de la furia. El tema a trabajar será analizado desde la confluencia del discurso entre los aportes del psicoanálisis y sus antecedentes y derivaciones propias del pensamiento religioso, antropológico, jurídico y filosófico, literario y mediático. El conflicto que de ello deviene, irresuelto, es lo más evidente del malestar en la cultura y se inmiscuye en los lazos relacionales humanos.

Afirmar que el devenir de la subjetividad humana remite a oscuros entrecruzamientos de discursos sociales en el suelo político de una época dada, exige recorrer los posibles encuentros y desencuentros, posiciones y oposiciones que conforman la función paterna.Autores relevantes y concepciones distintivas de la historia de la humanidad han puesto en diálogo y confrontación el lugar que va a ir ocupando la paternidad de occidente, pero a partir del psicoanálisis de Sigmund Freud se han establecido articuladores decisivos que lejos de agotar la indagación, abren nuevos interrogantes polémicos. La confrontación de constructos teóricos y filiaciones epistémicas conlleva un recorrido por caminos sinuosos que remiten a los efectos, alcances, y límites en la subjetividad humana, en la cultura y en las diversificaciones geopolíticas que enmarcan los distintos caminos que se proponen hacer del hombre un animal feliz y satisfecho.El padre será en sí la dificultad, que en tanto la sentencia de Quevedo en relación a la utopía, podemos adelantar... no hay tal lugar.

La investigación apuesta a una producción teórico-práctica como aporte novedoso al campo de los saberes en general y ante el malestar en la cultura. Se trata de analizar en función de algunas claves preestablecidas los lugares del padre en el discurso del siglo XX, admitiendo la singular y decisiva injerencia del Psicoanálisis freudiano y su relación al malestar en la cultura. Encuentros y desencuentros en relación a nociones diversas cuyos efectos, alcances y límites son hoy –transitando el tercer milenio– altamente relevantes para dilucidar la complejidad de las formas y enigmas epocales de la subjetividad humana y el lazo social en relación a una noción tan sensible como la cuestión del padre en el siglo XX.La arqueología del saber y la genealogía del poder –en tanto metodologías de investigación y análisis– exigen la potenciación de un pensamiento dialéctico a ultranza: diferencia y repetición, singularidad y mismidad, repetición de lo mismo bajo los signos de múltiples diferencias, continuidades y discontinuidades que anidan en esa racionalidad subjetiva enlazada a dominios de saber y redes de poder (Foucault).

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Palabras clave: lazo social - discursos - Otro social - paternidad

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De máscaras y mascaradas

Dora GómezGrupo de Investigación: PSI 170

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La ponencia trata de la función de la máscara a partir de la doble relación que mantenemos con la muerte propia, tanto en la tópica freudiana como en la lógica lacaniana. Doble relación de increencia y de incertidumbre. Y de cómo esta doble relación coloca a la muerte propia en lugar privilegiado en la medida en que la emparenta estructuralmente con la castración, la diferencia de los sexos y la huella enigmática del Padre Muerto.El trabajo despliega la función de la máscara en cada uno de los términos de este enunciado y se detendrá especialmente en la mascarada femenina. Para ello analizará un material clínico.

Palabras clave: función de la máscara - increencia - incertidumbre - mascarada femenina

Comunicación

A punto de subir al escenario del mundo,avanzo enmascarado…

René Descartes. Notas a Isaac Beeckman154

Asaz llamativa es la índole del enlace quese estableció entre el nombre buscado y

el nombre reprimido (el tema de “muertey sexualidad”)

Sigmund Freud155

Con motivo de una exposición de máscaras venecianas en el Museo de Arte Decorativo Estévez de Rosario, la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNR invitó al artista plástico rosarino y profesor de la Facultad de Bellas Artes Julio Rayón y a mí, a dar una conferencia156.La belleza de esas máscaras saltaba a la vista. No es de extrañar entonces que este artista plástico haya resaltado el hecho de que en la historia de la humanidad los estudios antropológicos determinen que el disfraz más antiguo que se conoce, sea el del muerto. No es de extrañar, porque sabemos desde Freud que la muerte… es un concepto abstracto, de contenido negativo, para lo cual no se sabría hallar una correspondencia inconsciente157.Suele representarse a la muerte como una bella mujer.

154 Citado por LACAN, J., Psicoanálisis. Radiofonía & Televisión, Barcelona: Anagrama, 1977, p. 62. 155 FREUD, S. (1901) “Psicopatología de la vida cotidiana (Sobre el olvido, los deslices en el habla, el trastrocar las cosas confundido, la superstición y el error)”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen VI, Buenos Aires: Amorrortu, 1989, p. 12.156 GÓMEZ, D., “La máscara desde el psicoanálisis y el arte”, Museo Estévez, Rosario: Mayo 2009.157 FREUD, S. (1923) “El yo y el ello”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XIX, Buenos Aires: Amorrortu, 1979.

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La imagen de una bella mujer y de la muerte se entrecruzan, se superponen… es decir, se condensan... en tanto… el efecto de condensación parte de la represión y regresa de lo imposible a concebir como el límite desde el cual se instaura con lo simbólico la categoría de lo real…158

En las pinturas de Leonardo, la muerte se pasea por todas partes, dice Lacan en el seminario Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Muerta su sexualidad, la belleza se pasea por todas partes, decimos nosotros. Se cumple así la función de velo de lo Bello, la de indicar en un resplandor ese lugar imposible de acceder.

Tanto en la tópica freudiana como en la lógica de Lacan la doble relación que tenemos con nuestra propia muerte ubica a la muerte en un lugar privilegiado, dice Héctor Yankelevich en Lógicas del goce159.Doble relación: de increencia y de incertidumbre. Increencia sobre lo que sabemos (sabemos que nos vamos a morir… pero…) e incertidumbre sobre lo que creemos (creemos que nos vamos a morir, pero… no estamos seguros… nadie en el fondo cree en su propia muerte –son las palabras de Freud).Sabemos pero no creemos. Creemos pero no estamos seguros, ergo… incertidumbre.

¿Cuál es ese lugar privilegiado en el que la muerte queda ubicada, tanto en Freud como en Lacan, por la doble relación que con ella sostenemos?Ese lugar es el parentesco estructural que le otorga el reconocimiento renegado de la propia muerte con: la diferencia de los sexos, la castración y la huella enigmática del padre muerto; según leemos un poco más adelante en el texto mencionado.¡Démosle entrada a las máscaras!

En cuanto a la huella imposible de encontrar del Padre Muerto, Freud da preeminencia en el mito que dona a la cultura a los rituales de la comida totémica por la función que le otorga al tótem en nuestra “vida anímica”. Ritual en el que los participantes llevaban las máscaras del animal totémico. Nos sumerge de esta forma en la importancia y la complejidad de la identificación y de la alienación (que no desarrollaré en esta ocasión).En cuanto al parentesco de estructura con la castración, encuentro que cuando Lacan nos sumerge en el fenómeno del mimetismo, del camuflaje, del hacerse mancha abigarrada en el cuadro que observamos en el mundo animal, se vale de ello para ubicar la cercanía y la diferencia con lo que ocurre en el hombre.Pone de relieve que tanto en lo relativo a la vida como a la muerte, es decir tanto en la unión sexual como en la lucha a muerte, se producen todo tipo de efectos, esencialmente de disfraz, de mascarada. Función de señuelo que aquí es esencial.El ser –dice– ahí se descompone entre su ser y la apariencia. Entre él mismo y ese tigre de papel que da a ver.Esa ostentación, ese hinchamiento, da y recibe algo que es máscara, doble, envoltorio.

158 LACAN, J., op. cit. supra, nota 1 “…Aquí el efecto de no-sentido no es retroactivo en el tiempo, como es el orden de lo simbólico, sino bien actual, el hecho de lo real” (Ibid., p. 31). Para decir más adelante: “…no metaforizo la metáfora ni metonimizo la metonimia para decir que ellas equivalen a la condensación y al giro (…) en el inconsciente. Sino que me desplazo con el desplazamiento de lo real en lo simbólico, y me condenso para hacer peso de mis símbolos en lo real, como conviene para seguir al inconsciente en la huella” (Ibid., pp. 35- 36).159 YANKELEVICH, H., Lógicas del goce, Rosario: Homo Sapiens, 2000, pp. 90- 91.

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En el hombre, esta mediación de la máscara –pantalla– le permite no quedar totalmente preso de la captura imaginaria porque con ella se orienta, en la medida en que aísla la función de la máscara y la usa.¿Cuál es esa función de la máscara a aislar y a usar para orientarnos y no quedar totalmente presos de la captura imaginaria? Situar la dimensión de un más allá de…Leemos… “el hombre sabe usar la máscara en tanto que es eso, más allá de lo cual, hay mirada. De allí que en su relación con el deseo, la realidad aparece como algo marginal”.160

Aislar la función de la máscara y saber usarla entonces, permite un triunfo de la mirada en una doble vertiente. Por un lado como domeña mirada, en la medida en que se produce una deposición de la mirada y por otro como trampa para el ojo, en tanto alimento al deseo del Otro, para el Lust de los dioses.

Es muy interesante cómo a partir de la esquizia del ojo y la mirada, Lacan hace equivaler la separación ojo/mirada a la de pene/falo. Falo en tanto símbolo de la carencia, en tanto que falta, en fin… en tanto significante; y valiéndose de la anamorfosis, en una perspectiva invertida, el sujeto no ocupa el lugar del punto geometral sino que –como sabemos– lo ubica como cuadro en la lógica falo-castración, campo del deseo del sujeto, en el marco de la pulsión respecto a un objeto “a” más allá de la pantalla-máscara.En cuanto a la diferencia sexuada, el parentesco de estructura se expresa por lo que no hay.

No hay significante de la muerte en lo inconsciente, no hay en lo inconsciente significante de la mujer. La mascarada femenina hace allí suplencia fálica.Desbordada de angustia y desdibujadas las formas del cuerpo por el exceso de peso, llega S, una joven mujer a la consulta aceptando luego de mucho tiempo una propuesta del ginecólogo.Las palabras y las lágrimas se deslizaban en veloz y monótona continuidad. Le cuesta conciliar el sueño, razón por la cual se acuesta muy tarde tratando infructuosamente de estudiar y comiendo sin darse cuenta hasta que el paquete de galletitas o lo que sea se terminó.Le gusta y está comprometida con la carrera universitaria elegida, pero de pronto se encontró sola, sus compañeros avanzaron y ella se quedó.Fue en ese tiempo, en el que también se encontró sola en el colectivo lleno de gente que la llevaba a la facultad y la emergencia de la angustia comenzó a hacerla desistir cada vez, necesitando la compañía de alguien conocido para sortear el impedimento.Se dio cuenta del exceso de peso (más de 30 kilos) al verse en una fotografía de una reunión familiar.Decide entonces consultar.

“Con mi familia todo bien, re bien…” (padre, madre, hermanos). La acompañan en el tratamiento para adelgazar que ha comenzado, la acompañan a la facultad si es necesario, pero aún así es una familia en la que parece que cada cual hace “lo que tiene que hacer” y es como si ella viviera sola.“Yo me guardaba todo, no hablaba con nadie, recién ahora (a partir del tratamiento) comencé a hacerlo…” y esto ocurría desde hacía muchos años.El problema es el todo bien, no hay signos que le indiquen algo, ni madre que le transmita algún saber no sabido acerca de la femineidad que toque al cuerpo. Que lo toque en lo que compete al mismo y también literalmente.

160 LACAN, J., “Cap VI: La esquizia entre el ojo y la mirada”, en LACAN, J., Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis: seminario 11, Barcelona: Barral Editores, 1977.

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A los 13 años empezó a engordar. Sola, sin madre de la pubertad, falla el acceso al Otro de ella misma. Fracaso de la mascarada en tanto suplencia fálica: la madre no pudo guiarla, pero el padre tampoco.

Ella no es una princesa como Porcia161 quien puede hacer uso de la mascarada e incluso donarla como potlacht162 haciéndose pasar por varón porque cuenta con la mirada del padre. En el juego de espejos de la comedia entre cuyos enredos el falo está reprimido, Porcia decía, puede hacerse pasar por varón y en referencia a la ley (puesto que juega el papel de un juez) marcar como imposible el reintegro de la libra de carne.No está escrito en ningún expediente lo que hay que hacer como hombre o como mujer, por ende tampoco se enseña. La mascarada es una invención, algo que se le ocurre al sujeto, que se le impone de lo inconsciente como simulacro fálico.S, sabe cuantos kilos quiere bajar pero no sabía ni podía imaginarse cómo le gustaría que fuera o cómo sería la forma de su cuerpo si lo lograra, hasta que tuvo un sueño en el que le gustó cómo se veía. “Así me gustaría”, dijo.

Cuando falta la mascarada, falta la transmisión del deseo y algo del amor de los padres más allá del amor que el niño pueda sentir. No puedo (al menos por el momento) ir más allá en la singularidad de este caso.La pregunta formulada por Freud “¿qué quiere una mujer?”, sigue siendo válida para el hombre: ¿por qué le atrae la mascarada? Porque sabe que hay “otra cosa”. ¿Qué es esa “otra cosa”? la mujer tampoco lo sabe.

Retomo las palabras de Lacan en Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis que antes mencionara: “…aislar la función de la máscara y saber usarla”. Hay mujeres que saben usarla (tal el caso de Porcia, usarla y donarla), hay quienes no se la pueden sacar nunca de encima y hay quienes carecen de ella.S, comenzó a ir con amigas a boliches bailables. No lo hizo cuando era adolescente, como tantas otras cosas equivalentes, por temor a las burlas. En una ocasión bailó con un joven y el contacto corporal fue “dedo a dedo”. Lo interesante fue que el relato de este “pequeño suceso” tuvo brillo.El análisis cuenta con esas chispitas. En el inconsciente esas chispitas cuentan.

Máscaras rituales, máscaras de la identificación, máscaras del cortejo y de la seducción, máscaras de la comedia y de la tragedia, máscaras siniestras como La máscara de la muerte roja de Edgar Allan Poe en la que el príncipe Próspero queriendo dejar afuera la peste (muerte roja) que hacía terribles estragos en la población se retiró al seguro encierro de una de sus abadías fortificadas, llevando consigo a mil caballeros y damas de la corte. Habiendo reunido todo lo necesario para los placeres, luego de unos meses decide ofrecer una fiesta de disfraz de insólita magnificencia. En medio de la voluptuosidad de la reunión hace su aparición una figura enmascarada que provoca un recorrido que va del susurro al rumor que desaprueba, de la sorpresa al espanto, al horror y a la repugnancia. El enmascarado se había atrevido a asumir las apariencias de la Muerte Roja. El primero en morir es el príncipe, quien enloquecido de ira intentó darle muerte con un puñal. Con el coraje de la desesperación numerosas máscaras se abalanzaron sobre el desconocido pero

161 SHAKESPEARE, W., “El Mercader de Venecia”, en SHAKESPEARE, W., Obras Completas, Madrid: Aguilar Ediciones, 1951.162 MAUSS, M., Ensayo sobre el don, Buenos Aires: Katz, 2009. N del a: en el sentido de donar un bien preciado.

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retrocedieron con inexpresable horror al descubrir que el sudario y la máscara que con tanta rudeza habían aferrado no contenía ninguna figura tangible… Y entonces reconocieron la presencia de la Muerta Roja.La pluma de un gran escritor transmite con economía de versos más que mil palabras.

Bibliografía

FREUD, S. (1901) “Psicopatología de la vida cotidiana (Sobre el olvido, los deslices en el habla, el trastrocar las cosas confundido, la superstición y el error)”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen VI, Buenos Aires: Amorrortu, 1989.

— (1923) “El yo y el ello”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XIX, Buenos Aires: Amorrortu, 1979.

GÓMEZ, D., “La máscara desde el psicoanálisis y el arte”, Museo Estévez, Rosario: Mayo 2009.

LACAN, J., Cap VI: “La esquizia entre el ojo y la mirada”, en LACAN, J., Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis: seminarios 11, Barcelona: Barral Editores, 1977.

— Psicoanálisis. Radiofonía & Televisión, Barcelona: Anagrama, 1977. MAUS, M., Ensayo sobre el don, Buenos Aires: Katz, 2009.SHAKESPEARE, W., “El Mercader de Venecia”, en SHAKESPEARE, W., Obras

Completas, Madrid: Aguilar Ediciones, 1951.YANKELEVICH, H., Lógicas del goce, Rosario: Homo Sapiens, 2000.

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Psicoanálisis y el modelo estructural

Viviana ZubkowGrupo de Investigación: PSI 243

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Lacan, se inscribe en el paradigma del pensamiento de su época, que es el pensamiento estructuralista, presente como telón de fondo, desde el dictado de su primer seminario en 1953 y por más de diez años; lo cual no implica que haga una lectura estructuralista del psicoanálisis, sino en todo caso, una lectura psicoanalítica del estructuralismo. Ahora bien, inscribiéndose en el paradigma de su época, logra que los referentes de la comunidad científica del momento hablen, retomen la discusión respecto del psicoanálisis, bastante relegado hasta ese entonces, es decir, coloca nuevamente, al estilo de Freud, al psicoanálisis en el tapete.Se trabajarán algunas referencias centrales respecto del modelo estructuralista y las relaciones que se desprenden de las lecturas de Lacan respecto de este modelo.

Palabras clave: sujeto - lenguaje /estructura - inconsciente

Comunicación

Entre 1900 y 1950 con los llamados maestros de la sospecha163, cuyos representantes son Marx, Freud y Nietzsche, se van a ir produciendo cambios en el horizonte del pensar que jugarán un papel decisivo en el pensamiento científico. Cambios que servirán luego para otorgar el estatuto de científicas a aquellas disciplinas que hasta la llegada del estructuralismo no eran consideradas como tales. Con el estructuralismo se elevarán al rango de ciencia las llamadas ciencias humanas, tomando como modelo a las ciencias naturales; aplicando el mismo método (formal) a otro objeto, que ya no será de la naturaleza, sino de la cultura.

Hay dos ejes en la historia del pensamiento moderno que fundamentan al estructuralismo. Un eje vertical, en el cual el estructuralismo se apoya en los maestros de la sospecha, quienes se concentran en el hiato entre lo que los hombres hacen y lo que creen que hacen, donde ninguna operación teórica puede dar cuenta de esa diferencia porque exige un trabajo de transformación, es decir, un trabajo de interpretación del sentido (hermenéutica); y el otro eje, horizontal, que se mueve desde la lingüística hasta la antropología: de Saussure a Jakobson, y de éste a Lévi-Strauss.

163 Los maestros de la sospecha, según Paul Ricoeur, filósofo cristiano quien creó el término, son tres: Marx, Nietzsche y Freud. Aunque hay quienes reinterpretan la lista y consideran que en lugar de Nietzsche hay que poner a Darwin. Para Ricoeur, estos autores introducen la duda en el pensamiento como mecanismo de conocimiento. Frente a las certezas del pensamiento cartesiano (“pienso luego existo”), para Marx, Freud y Nietzsche, la sospecha se vuelve una condición de la consciencia crítica.

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El estructuralismo entonces, despliega su abanico desde la hermenéutica de la sospecha y lo juega sobre el suelo de la lingüística (que eleva al rango de modelo) por lo cual tanto en Marx, como en Freud, lo que es leído desde el estructuralismo, tomado y relevado, se relaciona con los procesos de intercambio y, el elemento tercero. Intercambio de mercancía en Marx y de representantes pulsionales en Freud, y ese tercero ausente que da valor y ordena a todos los demás funcionando como equivalente general, el Oro y el Falo, respectivamente. A estas características podríamos sumarle una dimensión o factor (económico) de fuerza que gobierna el movimiento en Marx y en Freud. En ambos esta dimensión es de naturaleza erótica y agresiva, ya que es claro que hay un elemento pasional en lo pulsional, y una pasión devoradora del capital en Marx, en cuanto a lo que él llama la acumulación originaria y en la plusvalía (que Lacan retomará luego desde otra perspectiva como plus de goce).

Ahora bien, con el estructuralismo se afirma una nueva concepción sobre las ciencias humanas, tanto en lo que concierne al sujeto como a la cultura; para decirlo de otro modo, es un nuevo ámbito de encuentro entre las ciencias naturales y las ciencias humanas. Es a partir de la Revolución Científica del SXVII que se abre una nueva perspectiva en el horizonte de la historia de la ciencia. El estructuralismo como nuevo modelo de las ciencias humanas, va a ser discursivamente sincrónico a las características de la ciencia galileana, a partir de aplicar el mismo método que el de las ciencias naturales. Jean-Claude Milner en La obra clara, lo designa como galileanismo extendido, éste está “fundado en una matemática extendida, y extendido a objetos inéditos (…) ese objeto era el lenguaje”.164 “La ciencia galileana al matematizar su objeto lo despoja de sus cualidades sensibles”. El galileanismo –sincrónico al corte entre episteme y ciencia moderna– “anunciaba el nacimiento de un galileanismo de tipo nuevo, más extensivo que el antiguo, pues incluye a la cultura, fundado al igual que él en los caracteres matemáticos (…) la matemática extendió su imperio sin ceder nada de su esencia. Se trata, claramente, de un galileanismo extendido: más extensivo que el primero, pero también más riguroso, porque se autoriza en una matemática llevada a su literalismo absoluto”.

“La fonología estructural es presentada públicamente en el Primer Congreso Internacional de Lingüistas de la Haya, en 1928. Esta circunstancia marca la aparición del programa científico para la lingüística”, afirma Milner165. Ahora bien, “la lingüística cuya reputación es la de una ciencia consumada, sólo cuenta en la medida que propone una matemática. El Lacan lingüista es, de hecho, un Lacan matemático”.166 El fundamento del estructuralismo procede del hecho de la asimilación de un fenómeno social cualquiera por parte del lenguaje; así pues es Marcel Mauss167 quien plantea, a partir del intercambio de los dones, que todos los fenómenos sociales pueden asimilarse al lenguaje; y Lévi-Strauss168 da el paso siguiente en el campo de la antropología, asimilando los fenómenos sociales y culturales al lenguaje. La cultura se corresponde con el lenguaje 164 MILNER, J. C., La obra clara, Buenos Aires: Manantiales, 1996, p. 99.165 MILNER, J. C., El periplo estructural . Figuras y paradigmas, Buenos Aires: Amorrortu, 2003, p. 183.166 MILNER, op. cit. supra, nota 2, pp. 100-101.167 Marcel Mauss (1872-1950). Sociólogo y etnólogo francés, discípulo de Émile Durkheim. Entre sus obras más importantes podemos destacar: Essai sur la nature et la fonction du sacrifice (1898), Esquisse d'une théorie générale de la magie (1902), Ensayos sobre el don, la forma y la razón del intercambio en las sociedades arcaicas (1924).168 Claude Lévi-Strauss (1908). Antropólogo francés. Una de las grandes figuras de su disciplina e introductor del enfoque estructuralista basado en la obra de Saussure. Su relación con Roman Jakobson ayudó a configurar su perspectiva teórica, ambos son considerados figuras centrales del estructuralismo.

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en tanto es un fenómeno fundamentalmente centrado en un sistema simbólico de diferencias e intercambios.

La constitución de la lingüística como ciencia es fundamental no sólo porque va a ser esencial para el estructuralismo, sino que partir de Saussure169 adquiere el valor de modelo y de ciencia piloto para el campo de las ciencias humanas. La primera notación formal en el campo de las ciencias humanas, es el algoritmo saussuriano (algoritmo es un método y notación de las distintas formas del cálculo, escritura formal y matematizada). No podemos dejar de mencionar a Roman Jakobson170 ya que es un autor clave dentro del estructuralismo debido a que fue quien conectó el campo de la lingüística con el campo de la literatura y más aún, con la crítica literaria (pintura, novelas). “Para que se inicie un programa de investigaciones sistemáticamente extendido a objetos no lingüísticos es preciso esperar, el encuentro entre Jakobson y Lévi-Strauss en Nueva York en 1941”.171

El estructuralismo marcó fuertemente una época comprometiendo a la lingüística, la antropología, la economía política, la sociología, el psicoanálisis, la crítica literaria, etc. y con nombres muy diversos como Jakobson, Lévi-Strauss, Lacan, Althusser, Marx, Foucault, etc., luego cada uno evolucionó a su modo. Así, por ejemplo, Lévi-,Strauss y Lacan abandonan el modelo lingüístico y optan por modelos que son el límite del lenguaje, como la música y las matemáticas, respectivamente.

Lacan y el paradigma estructuralista

El estructuralismo asimila entonces, lenguaje como equivalente a estructura. Lacan toma la apuesta y lee esta equivalencia conjuntamente a lo inconsciente freudiano y, mediante el logión “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”172, se inscribe en el paradigma del pensamiento de su época. Al respecto de dicha equivalencia, Deleuze 173 señala: “no hay estructura más que de lo que es lenguaje, aunque sea un lenguaje esotérico o no verbal. No hay estructura del inconsciente más que en la medida en que el inconsciente habla y es lenguaje. No hay estructura de los cuerpos sino en la medida en que están autorizados a hablar con un lenguaje que es el de los síntomas. Las cosas no tienen estructura sino por cuanto tienen un discurso silencioso que es el lenguaje de los signos”.174 Lo que el autor está diciendo es que no hay estructura más que la del lenguaje, es decir, estructura hay sólo una; es más, es a partir del lenguaje que podemos habitar el mundo.Siguiendo a Deleuze en el texto En qué se reconoce el estructuralismo, podemos afirmar: “Lo simbólico como elemento de la estructura está en el principio de una génesis, la estructura se encarna en las realidades y las imágenes según series determinadas, más aún, ellas las constituye encarnándose…”.175

169 Ferdinand de Saussure (1857-1913). Lingüista. En 1917, basado en notas de su Cátedra, se publica el Curso de lingüística general.170 Roman Jakobson (1896-1982). Estudió lingüística comparada y filología.171 MILNER, op. cit. supra, nota 3.172 LACAN, J., “Clase 2: El inconsciente freudiano y el nuestro”, en LACAN, J., Seminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1986, p. 28.173 Gilles Deleuze (1925-1995). Filósofo. 174 DELEUZE, G., “En qué se reconoce el estructuralismo”, en CHATELET, F., Historia de la filosofía, ideas y doctrinas, Volumen IV, Madrid: Espasa Calpe, 1976.175 Ibíd.

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Cabe señalar que Deleuze está trabajando el estructuralismo ya desarrollado (1967), lo que implica una lectura retroactiva considerando no sólo a Lévi-Strauss, sino también la tópica lacaniana. Por tanto dicho autor, está pensando a la estructura desde el punto de su génesis en tanto no simétrica, pues es lo simbólico lo que está en el principio de la génesis; es decir considerada en su sincronía, teniendo en cuenta que el lenguaje no podría haber aparecido sino sincrónicamente, y es desde lo simbólico como nos representamos y organizamos el mundo según series determinables. Más aún ellas las constituye encarnándose, en este acto de encarnarlas las constituyen, esto es, hacen que sean. Si bien la estructura implica los tres registros (R.S.I), es tríada, lo que Deleuze afirma aquí es el primado de lo simbólico, respecto de lo real y lo imaginario. De este modo lo simbólico va adquirir primacía indiscutible, está en el principio y en la base, y el conjunto deriva de él. A propósito de la primacía simbólica, Lévi-Strauss acuña la siguiente formula: los símbolos son más reales que lo real que simbolizan.

Decir que la estructura es tríada implica a lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico. En rasgos generales, Lo Real (visto desde la producción psicoanalítica) pertenece, por un lado, al horror de la carne desnuda, a lo corporal privado de todo registro sensible (cuerpo real); y por otro, corresponde a la perfección del espíritu liberado de sus estructuras carnales, lo matemático. Lo real como eso, donde todo es, nada falta, que se ubica más allá de lo simbólico y que tiene que ver con: el goce, la carne y la muerte, topes de lo real. Se articula con lo simbólico vía lo imaginario como aquello que no cesa de no inscribirse.Lo imaginario, proceso de desdoblamiento en el cual cada elemento en lugar de definirse en su mismidad se va a captar como totalidad en la imagen del semejante (Estadio del espejo), yo (a)- otro (a´); lo cual hace que la relación dual sea una relación reversible y de tensión: entre yo, o el otro. “Lo imaginario se define mediante juegos de espejo, de desdoblamiento, de identificación y de proyección invertida, siempre sobre el molde del doble”.176

Lo simbólico, como tercero, va a resolver esa tensión, estará en la base de toda la estructura en su génesis, introduciendo una idea central en todo el estructuralismo que es: para que dos funcionen, tiene que haber tres. Tercer término que opera por ausencia en todo vínculo. Es decir, término que retirado opera por ausencia, es el equivalente general que retirado de la circulación hace que todos los demás elementos del conjunto funcionen, a un costo que implica la aceptación de la incompletad. Idea que está tanto en Marx (con el Oro), Freud (el Falo), Jakobson (fonema cero) Lévi-Strauss (Maná: significante flotante) y Lacan {(S(A)} el Significante de la falta en el Otro.177 Así pues todos remiten a un valor simbólico cero circulando en la estructura, Deleuze lo denomina como “un cuadro vacío”. Un vacío de sentido, el sin-sentido. Este sin-sentido recorre la serie del significante y al mismo tiempo el objeto (Objeto “a” para Lacan; -z según Deleuze) no cesa de recorrer la serie del significado; bien podríamos decir, no cesa de desplazar el sentido. “En la cadena del significante el sentido insiste, pero ninguno de los elementos de la cadena consiste en la significación, la noción de un desplazamiento incesante del significado bajo el significante se impone”.178

176. Ibíd.177 Un juego que sirve como ejemplo para pensar ese elemento ausente, es el del Sencu, éste funciona porque hay un casillero vacío, si se llena, el aparato se bloquea.178 LACAN, J., “La instancia de la letra en el inconsciente y la razón después de Freud”, en LACAN, J., Escritos 1, Buenos Aires: S. XXI., 1966, p. 482.

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En relación con la legalidad de la estructura, se desprende otra idea dominante que es: en la estructura los elementos están ligados por ciertas leyes que provocan en ellos transformaciones regladas por sincronía y diacronía; y esto implica fundamentalmente al registro simbólico. Por lo tanto, cuando se habla de estructuralismo, se habla fundamentalmente de leyes de transformación de los elementos y del modo de relacionarse entre ellos.Los elementos son principalmente anti-sustanciales, vacíos en sí mismos de toda propiedad sensible; “las magnitudes de los mismos se definen por sus relaciones”, expresa Lacan, por sus combinaciones y no a la inversa. Es decir, que no se definen a nivel fonético, ni a nivel semántico, estos elementos se definen por relación y oposición. Como señala Jean-Claude Milner: “la reducción de las propiedades sensibles las devuelve a las propiedades relacionales (…) la lingüística estructural consiste en reducir toda propiedad a una relación: la oposición distintiva”,179 o que podríamos llamar la diferencia pura. Es decir, los elementos se definen por las propiedades que adquieren según ciertas leyes, las que aparecen exactamente en el lenguaje determinando los límites de acción y las reglas del juego. Decíamos que, lo simbólico fundamentalmente implica leyes de transformaciones regladas, leyes que aparecen exactamente en el lenguaje. “Se trata de una combinatoria que incide sobre elementos formales que no tienen por si mismos ni forma, ni significación, ni representación, ni contenido, ni realidad empírica dada…”180 Las leyes imponen las posibilidades combinatorias, aquello que se refiere por ejemplo a la analítica del lenguaje dejando afuera lo relativo a la poética; no pueden dar cuenta de la efectiva combinación –esto se retomará más adelante–.

Pensar la relación del significante con el objeto (a) es lo que hace la diferencia respecto del significante psicoanalítico con el lingüístico (y toda la ciencia en general). El objeto a, objeto perdido estructuralmente, entendido como aquello que “debe insertarse en la división del sujeto”; que está en exclusión interna con su sujeto,181 definido entonces como causa al deseo, es decir que implica al sujeto, hace clara diferencia con aquello que el estructuralismo incorpora como vacío. Pensarlo como ese cuadro vacío sólo nos indica el juego combinatorio, de las probabilidades entre 0 y 1, por ejemplo al estilo de una computadora.182 El significante en la ciencia funciona como significante puro. Este significante puro como tal es inarticulable y por definición estaría fuera del lenguaje, inubicable en la experiencia, en tanto expresión despojada de todo sentido; de ahí puro, puro sin-sentido. Este puro significante sin sentido y sin posibilidades de adquirir uno, sería más un objeto (empírico) que un significante.

Ahora bien, para Lacan el sin-sentido no es ausencia de significación, sino su exceso (plus de goce), el sentido aparece pues como efecto de significación del funcionamiento de la estructura, animada por sus dos series, sincrónica y diacrónica; o más precisamente sus leyes, desplazamiento y condensación. Lo que se desplaza incesantemente es el sentido, pero animado por el objeto (a); éste en tanto perdido, hace al desplazamiento; y en esos momentos de plus, hace lugar el sujeto. Es importante destacar que no se trata de la

179 MILNER, op. cit. supra, nota 2, p. 105.180 DELEUZE, op. cit. supra, nota 12, p. 571.181 LACAN, J., “La ciencia y la verdad”, en LACAN, J., Escritos 2, Buenos Aires: Siglo XXI, 1975, pp. 840-842.182 Cfr. LACAN, J., “Psicoanálisis y cibernética”, en LACAN, J., Seminario II. El yo en la técnica de Freud y en la técnica psicoanalítica, Buenos Aires: Paidós, 1988.

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discusión: sentido/no sentido, porque de ese modo quedaría un juego binario, o planteo de pura oposición –a la manera estructural– y no es el plateo lacaniano. Lo que se pone en juego en psicoanálisis, es un poco de sentido que proviene del sin-sentido.

Del sujeto en tanto emergente

Decíamos que Lacan toma la ecuación estructura equivalente a lenguaje y lo inconsciente freudiano y formula “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”, pero también define al inconsciente como el discurso del Otro (del = “de él” que implica determinación objetiva, “determinación.. a saber, que es en cuanto Otro como desea. Por eso del Otro que regresa al sujeto desde el lugar de donde espera un oráculo... es el camino que mejor conduce al propio deseo”183). Define al Otro “como sede previa del puro sujeto del significante… Otro distinguido como lugar de la Palabra184 el Otro como Tesoro del significante”.185 Si conjugamos estas definiciones, nos queda entonces que es allí, en el Otro que está “el inconsciente estructurado como un lenguaje”.

Lo dominante en el estructuralismo es la idea de un lenguaje como una sintaxis pura, como un álgebra. Es hacer de la matemática el alfabeto del universo en tanto infinito, pues no hay nada que exista fuera de él. El límite al lenguaje es justamente la matemática. En 1953 Lacan afirma: “El tiempo de la física no inquieta a nadie (…) Se trata del justo lenguaje y no es posible considerar el campo unificado (Universo infinito, paradigma de la Ciencia Moderna) de otro modo que como un lenguaje bien hecho”.186 Si tomamos la primera parte de la frase con la última: un lenguaje bien hecho y un tiempo que no inquieta a nadie, obtenemos un sistema de relaciones formales que no se modifican con el paso del tiempo, es sin tiempo, sincrónico; implica una sintaxis estrictamente formal/formalizable. Pero a esta estructura puramente formal Lacan le opone el lugar de la palabra, la palabra, en cambio, implica al tiempo, lo soporta. La palabra involucra la dimensión del tiempo y de quien la enuncie; supone lo contingente y lo indeterminado. “La palabra no comienza sino con el paso de la ficción al orden del significante y que el significante exige otro lugar –el lugar del Otro, el Otro testigo, el testigo Otro...– para que la Palabra que soporta pueda mentir, es decir plantearse como Verdad”.187 En La ciencia y la verdad (Escritos 2, Texto de 1965) Lacan afirma:”la ciencia no tiene memoria olvida las peripecias de las que ha nacido, excluye una dimensión de la verdad que el psicoanálisis pone altamente en ejercicio”. La dimensión de la Verdad que la ciencia olvida es la Verdad como causa, excluye, forcluye al sujeto que surge del cogito cartesiano.

El sujeto sobre el que opera el psicoanálisis, es correlato del sujeto de la ciencia moderna –emergente del cogito cartesiano– por lo tanto es correlato de lo contingente siendo que la estructura de la ciencia moderna se apoya sobre la contingencia, ya que lo propio de la letra moderna es absorber lo contingente, justamente para fijar la letra. Como dice Jean-

183 LACAN, J., “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo”, en LACAN, J., Escritos 2, Buenos Aires: Siglo XXI, 1975, p. 794.184 Ibíd., p. 786.185 “Tesoro, tomado de lo que los ingleses llaman Thesaurus, que es una manera de ordenar, organizar para poder encontrar los elementos propios de una lengua”. Apuntes de Clase de BELINSKY, J., Seminario de Posgrado “Lo imaginario en el pensamiento contemporáneo”, Rosario: Facultad de Psicología, UNR, 2003.186 LACAN, J., Seminario II. El yo en la técnica de Freud y en la técnica psicoanalítica, Buenos Aires: Paidós, 1988, p. 360.187 LACAN, op. cit. supra, nota 21.

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Claude Milner: “la letra es como es, sin razón alguna que la haga ser como es, al mismo tiempo no hay razón para que sea diferente de lo que es. Si fuese diferente de lo que es, sería solamente otra letra… del instante en que es, permanece y no cambia (“único Número que no puede ser otro”)… Manifestar que un punto del universo es como es, requiere que se tiren los dados… en el tiempo en que los datos giran antes de volver a caer, la doctrina le dio un nombre: emergencia del sujeto”188, una vez vueltos a caer queda fijado un número visible, se fija la letra, permanece lo necesario. Continúa Milner: “e impone el olvido de la contingencia que la autorizó. La radicalidad del olvido es lo que Lacan llama forclusión.189

“El sujeto es lo que emerge en el paso del instante anterior al instante ulterior”. Por lo tanto sólo hay emergencia del sujeto en tanto contingente.

Justamente lo que diferencia a Lacan de los otros referentes del estructuralismo es que se hace cargo de la subjetividad, es decir vincula al sujeto con la estructura; el sujeto será pues su efecto. Para ello debe subordinarlo al significante, y parte de la sigla S ( ) tachada, que se leerá significante de una falta en el Otro, inherente a su función misma de ser el tesoro del significante. “Partiremos de lo que articula S ( ): ser en primer lugar un significante. Nuestra definición del significante (no hay otra) es: un significante es lo que representa al sujeto para otro significante”.190 Lo que está diciendo es que el significante de la falta en el campo del Otro, es una falta asignada al conjunto de los significantes y de ahí la subordinación del sujeto al significante, es decir, el sujeto es sujeto del significante; y continúa: “Este significante (de la falta en el Otro) será pues el significante por el cual todos los otros significantes, representan al sujeto: es decir que a la falta de este significante, todos los otros no representarán nada. Puesto que nada es representado sino para”. Así pues, cualesquiera de los niveles del significante que abordemos siempre el sujeto estará presente, por lo menos, bajo la forma de una representación. En el párrafo siguiente agrega: “este significante no puede ser sino un trazo que se traza de su círculo sin poder contarse en él. Simbolizable por la inherencia de un (-1) al conjunto de los significantes”.

Lacan afirma: “lo que descubre esta estructura de la cadena significante es la posibilidad de utilizarla para significar muy otra cosa que lo que ella dice”.191 Si vinculamos esta afirmación con la otra referida más arriba –lo que las leyes imponen son las posibilidades combinatorias, pero no pueden dar cuenta de la efectiva combinación– podríamos señalar que es en la efectiva combinación donde entra la marca del sujeto, en tanto sujeto creador. Lo que Lacan plantea respecto del sujeto como emergente, como contingente, o como creación no implica tanto o sólo las posibilidades combinatorias, sino la efectiva combinación. En el acto efectivo de la combinación, en el riesgo de la elección, en el acto de decisión singular de la jugada es donde surgirá el jugador: esto es, el sujeto.

Sobre los registros, algunas referencias

Como hemos visto la ciencia se despoja de lo imaginario en función de la primacía simbólica. Cabe preguntarse: ¿qué pasa con Lo Imaginario en Lacan cuando se inscribe en el pensamiento estructuralista? Lacan, para que su concepción quede firmemente anclada

188. MILNER, J. C., “El primer clasicismo lacaniano”, en MILNER, J. C., La obra clara, Buenos Aires: Manantiales, 1996, p. 65.189 Aquí Milner cita La ciencia y la verdad de Lacan.190 LACAN, J., Escritos 2, Buenos Aires: Siglo XXI, 1975, p. 799.191 LACAN, J., Escritos 1, Buenos Aires: S. XXI., 1966, p. 485.

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en el pensamiento estructuralista, el potencial que le da a Lo Imaginario en los primeros tiempos de su desarrollo, tiene que subordinarlo a la estructura. Si bien, como vimos, la estructura es tríada en el pensamiento estructuralista hay primacía de Lo Simbólico, en tanto “está al principio de una génesis” y los otros dos derivan de él.

Podríamos ubicar tres etapas192 de Lo Imaginario en Lacan en tanto tiene una historia pre, durante y post, estructuralista.En el período que abarca de 1932 a 1953, que corresponde a los antecedentes de la enseñanza formal del dictado de los seminarios, y anterior a la entrada en el pensamiento estructuralista, lo Imaginario en Lacan es una síntesis de los impulsos libidinales y la mirada como imagen del cuerpo (antecedentes del Estadio del Espejo).Con el estructuralismo lo imaginario se va a cargar de un sentido eminentemente negativo (por ser aquello que provenía de los sentidos y estos son engañosos), a favor de la determinación simbólica. A partir de 1953 hasta alrededor de 1963, período que coincide con el auge del pensamiento estructuralista, Lacan se inscribe en el paradigma de su época y especialmente con el escrito Función y campo de la palabra y del lenguaje en el Psicoanálisis (1953), aquella síntesis, de las pulsiones y la mirada, pasará a ser leída como una construcción imaginaria. Lo Imaginario, en esta segunda etapa, toma un sentido más negativo en tanto se convierte en el ámbito del engaño, sede del desconocimiento y del desdoblamiento. Aparece como segundo o derivado entre Lo Real (la carne) y Lo Simbólico (con las características anteriormente mencionadas). Así mismo, en El Seminario II, fundamentalmente en Introducción del gran Otro, con el esquema “L” introduce el entrecruzamiento de los registros imaginario y simbólico, haciendo referencia a la importancia de no barrer absolutamente lo imaginario, para no hacer de los hombres lunas; y agrega: “Nada le quita al pobre yo el hecho de que sea imaginario: diría inclusive que esto es lo que tienen de bueno. Si no fuera imaginario no seríamos hombres, seríamos lunas”. Así introduce una diferencia fundamental respecto del orden de la ciencia. La tercera etapa, aparece cuando Lacan reordena los fundamentos de su teoría dándole una nueva dimensión brindada por la consistencia y la existencia de los nudos afirmando que, su anudamiento es tal que, si no hay tres no hay ninguno: “los tres están ahí, funcionan como pura consistencia, a saber que no es sino por sostenerse entre ellos que consisten”.193

Son tres letras: R.S.I. y por lo tanto suponen una equivalencia, son topos, lugares cuya valencia se equipara.

Ahora bien, aquella primer etapa está caracterizada con el “Estadio del Espejo194 como fundador del yo (je) en tanto identificación especular asumida con júbilo (aquí se juega lo pasional) por el niño, en una etapa todavía de impotencia motriz, capturando en el espejo una totalización del cuerpo, a la manera de una Gestalt. El Estadio del Espejo “manifiesta en una situación ejemplar, la matriz simbólica en la que el yo (je) se precipita (…) antes de objetivarse en la dialéctica de la identificación con el otro y antes de que el lenguaje le restituya en lo universal su función de sujeto”.195 El espejo posibilita y precipita, la

192 Esta tres etapas además de establecerse en relación al Estructuralismo, están reordenas en correspondencia con los tiempos de la obra de Lacan, según la lectura e interpretación que realiza Jean-Claude Milner.193 LACAN, J., “Clase del 05/11/75”, en LACAN, J., Seminario XXV. “R.S.I.”, inédito, CD Room, traducción: Ricardo E. Rodríguez Ponte para circulación interna de la EFBA.194 Este escrito aparece por primera vez en el texto La familia, que fue publicado en 1938 en el Volumen VII de la Encyclopédie Francaise (Ed. A. de Monzie).195 LACAN, J., “El estadio del espejo como formador del yo (je) tal como se nos presenta en la experiencia psicoanalítica”, en LACAN, J., Escritos 1, Buenos Aires: S. XXI., 1966, pp. 87-88.

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adquisición del cuerpo como forma, como totalidad; el yo mediante identificación al otro como semejante captura su imagen como totalidad en el espejo, produciéndose así, una síntesis de la fragmentación corporal vía la mirada del “Otro” (Otro, como función materna) y con el soporte material de las pulsiones autoeróticas. En el mismo texto Lacan agrega: “una exterioridad donde esa forma es más constituyente que constituida”. Desde esta perspectiva, la imagen tiene fuerza constituyente del yo, como dice Freud, del yo como superficie corporal pero inseparable de las pulsiones; “la imagen y las pulsiones preceden al yo como alteridades fundantes de un espacio nuevo, el de lo imaginario y el yo. Lo imaginario menos representa un interior o un exterior que el lugar de paso, de cruce y de tránsito entre la potencia de las pulsiones y el poder de las imágenes”.196 De esta forma el cuerpo propio es el que el yo (moi) siente y vive como tal, es cuerpo virtual captado como propio; para Lacan no hay otro cuerpo, es decir no hay cuerpo real (biológico) sino cuerpo erótico, pulsional y entre el cuerpo real y la constitución del cuerpo propio hay un salto, una hiancia. El Estadio del Espejo representa una síntesis entre la visión del ojo, mirada que me atrapa y la fuerza (pulsional) que me impulsa, peregrinación del deseo; cuya construcción fantasmática son inseparables de su potencial creador. Lo imaginario representa así una totalidad en la cual se precipita el infante en un tiempo anterior a la palabra, definiendo dos espacios: el cuerpo pulsional y la imagen del semejante en cuya intersección constituye ese imaginario pasional que es el yo.

Hasta aquí Lo Imaginario queda definido por una doble alteridad fundante: lo pulsional y la imagen del otro. Pero a partir de la influencia de Lévi-Strauss (pensamiento estructuralista) y sin dejar de lado los aportes freudianos, Lacan le imprime a la relación imaginaria una nueva alteridad radical: la del lenguaje como pura sintaxis cuya legalidad rige el funcionamiento formal de aquella imagen y fuerza pulsional. Así por ejemplo en Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis (1953) dice: “Nadie puede alegar ignorar la Ley (…) la Ley del hombre es la ley del lenguaje (…) Pues no es decir bastante todavía decir que el concepto es la cosa misma (...) Es el mundo de las palabras el que crea el mundo de las cosas. El hombre habla pues, pero es porque el símbolo lo ha hecho hombre…197

Todo el texto gira alrededor de la primacía y determinación del lenguaje formal, como álgebra y la ley del significante en el inconsciente, por lo que Lo Imaginario va perdiendo esa fuerza constituyente y en su lugar va a advenir Lo Simbólico como “en el principio de una génesis”.198 En el Seminario II199 Lo Imaginario aparece claramente como lugar del desconocimiento, del engaño, como falsa realidad; realidad verificada por el orden definido por el muro del lenguaje; y lo que está más allá de este muro es el Otro, el verdadero, donde se funda la palabra. En este seminario Lacan dibuja el esquema Lambda200, el cual como esquema espacial, en el sentido topológico del término, es decir de espacios, delimita lugares, establece funciones y relaciones entre los términos que son cuatro letras: a – a`- A – S- : el yo (a) en tanto resultado de una identificación al otro (a´), se pone en juego un objeto, el yo como objeto, como función de desconocimiento de la alineación que supone su constitución; el Otro (A) como sede de la palabra, como lugar de

196 BELINSKY, J., Seminario de Posgrado “Lo imaginario en el pensamiento contemporáneo”, Rosario: Facultad de Psicología, UNR, 2003.197 LACAN, J., Escritos 1, Buenos Aires: S. XXI., 1966, pp. 261-265.198 Cómodamente se podrían intercalar las citas de Deleuze mencionadas más arriba. 199 Corresponde a los años 1954/55.200 Jacques Lacan (1955). Cfr. LACAN, op. cit. supra, nota 20.

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verificación de verdad y el sujeto (S) como efecto del significante.

Volvamos entonces a esa doble tesis: “el inconsciente estructurado como un lenguaje” y “lo inconsciente es el discurso del Otro”, en tanto el Otro, como sede de la palabra, como tesoro del significante. Pero el Otro, como marcábamos más arriba, está barrado, es decir hay una falta en el conjunto de los significantes, esto es: el significante de la falta en el Otro; simbolizable por (- 1) al conjunto de la batería significante. Ese significante, con mayúscula, que forma y no forma parte del sistema simbólico, de la batería, es llamado por Lacan “i” (en relación a los números imaginarios). Al respecto Belinsky afirma: “El intento de Lacan es dotar a lo simbólico de una soberanía total (…) en el sentido de algo que forma parte del sistema de significantes, para reemplazarlo por una suerte de simulacro de significante que está y no está a la vez en el sistema o, si se prefiere que es y no es al mismo tiempo (…) Todo lo cual muestra que cuanto más se esfuerza el pensamiento estructuralista en subordinar a lo simbólico lo imaginario, más reaparece éste en las imaginarizaciones que acarrea. No en vano Lacan mismo identificó en ocasiones su propio discurso a un bavardage”.201 En este sentido lo imaginario queda reducido a un puro parloteo.

Para cerrar podríamos agregar que el estructuralismo deja de ser el modelo de la nueva ciencia, aunque sigue siendo un referente ya que da paso al postestructuralismo. Una de las razones por las cuales cae como modelo y todos aquellos que fueron referentes se corren, podríamos decir que concierne justamente a que este modelo no deja lugar a la creación, a lo constituyente. No hay lugar para la creación poética, por ejemplo, puesto que sólo hay analítica del lenguaje; se trata únicamente de las posibilidades combinatorias de los elementos en cuestión, facilitadas por ese espacio vacío, es decir, no da lugar a la singularidad, a lo contingente, al sujeto.

Bibliografía

BELINSKY, J., “Fronteras”, en Revista Intercambios, N° 7, Barcelona: 2001.— Bombones envenenados y otros ensayos sobre imaginario, cultura y psicoanálisis,

Barcelona: Ediciones del Serbal, 2000.—Seminario de Posgrado “Lo imaginario en el pensamiento contemporáneo”, Rosario:

Facultad de Psicología, UNR, 2003.DELEUZE, G., “En qué se reconoce el estructuralismo”, en CHATELET, F., Historia de

la filosofía, ideas y doctrinas, Volumen IV, Madrid: Espasa Calpe, 1976.LACAN, J., Escritos 1, Buenos Aires: S. XXI., 1966.— Escritos 2, Buenos Aires: Siglo XXI, 1975.— Seminario II. El yo en la técnica de Freud y en la técnica psicoanalítica, Buenos Aires:

Paidós, 1988.— Seminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires:

Paidós, 1986.— Seminario XVI. El reverso del psicoanálisis, inédito, C.D. Room, Versión del Simposio

del Campo Freudiano, no consigna traductor.— Seminario XXV. “R.S.I.”, inédito, C.D. Room, traducción: Ricardo E. Rodríguez Ponte

para circulación interna de la EFBA.

201 Referencias tomadas de BELINSKY, J., Seminario de Posgrado “Lo imaginario en el pensamiento contemporáneo”, Rosario: Facultad de Psicología, UNR, 2003.

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MILNER, J. C., El periplo estructural. Figuras y paradigmas, Buenos Aires: Amorrortu, 2003.

— La obra clara, Buenos Aires: Manantiales, 1996.TURNER, V., “Entre lo Uno y lo Otro: el periodo liminar en los “rites de pasaje”, en

TURNER, V., La selva de los símbolos, Madrid: Siglo XXI, 1990.

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El pensamiento crítico como productor de subjetividad

Laura Arocena, Ernesto Bonicatto, Natalia Quinn, Julieta Coll, Noelia Casatti,

Fernando Farías y Guadalupe AguirreGrupo de Investigación: PSI 237

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Esta investigación intenta sistematizar y teorizar sobre las nuevas referencialidades témporo-espaciales que permitan a los sujetos sociales posicionarse crítica y reflexivamente. Se trata de cartografiar espacios de pensamiento crítico y producción social haciendo hincapié en la dimensión ética, para dar respuesta a los siguientes interrogantes:

1- ¿Cuáles son las formas que adquiere el pensamiento crítico dentro de los discursos epocales?

2- ¿Cómo problematizar los dilemas éticos?3- ¿Cuáles son las problemáticas éticas que producen acontecimiento subjetivo?4- ¿Cuáles serían las líneas de fuga posibles para producir pensamiento crítico que

genere nuevos instituyentes?Consideramos que es necesario sistematizar las formas de apropiación ética de aquellos aprendizajes que generan nuevas dimensiones de cultura y construcción de subjetividad.

Palabras clave: pensamiento crítico - subjetividad - ética - cultura

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La epistemología de las ciencias sociales en el joven Horkheimer (La década del ‘30)

Laura Sotelo, Héctor Piccoli,Carina Mengo, Luciana Mir,

Lucio Piccoli, Nicolás Vallejo yGabriel Cori

Grupo de Investigación: PSI 219Facultad de Humanidades y Artes

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Según Fritz Ringer1, el surgimiento de la sociología en Alemania a comienzos del siglo XX estuvo signado por dos actitudes básicas que polarizaron la mentalidad de los intelectuales de las ciencias sociales frente a la acelerada modernización capitalista: la actitud de los ortodoxos, reacios a adaptación de la tradicional Wissenschaft, de raíz filosófica, a las nuevas normas naturalistas de cientificidad –la matematización, la abstracción, la objetividad– y la actitud de los acomodacionistas o modernistas que intentaron establecer una ciencia sociológica que respondiera a las exigencias del conocimiento de una Alemania irreversiblemente industrializada y moderna. Estas actitudes epistemológicas diferenciadas se correspondían, según el autor, con opciones relativas a la valoración histórica del conjunto de transformaciones que implicaron la definitiva decadencia de los resabios feudales y aristocráticos hacia fines del S. XIX, y conllevaron enfrentamientos políticos en el seno de la comunidad académica que determinaron un clima cultural polémico respecto de los métodos y los conceptos de las ciencias sociales.

En este panorama intelectual cuyos extremos esquemáticos podríamos mencionar bajo la tradicional nomenclatura de Geiteswissenchaften y Naturawissenschaften, se conformó el proyecto de investigación social que presidió, en los comienzos de la dirección de Horkheimer, al Instituto de Investigación Social de Frankfurt. Los antecedentes de este tipo de investigación, que combinaba la sociología, el psicoanálisis y la filosofía, deben buscarse en el seno de la producción teórica alemana precedente, cotejando críticamente las alternativas que Horkheimer incorporó a partir de las ciencias sociales de la época y de aquellas frente a las cuales tomó explícitamente distancia. En este sentido, resulta preciso rastrear los antecedentes de la investigación social empírica que el Instituto emprendió a partir de 1931 acerca de la conciencia de los empleados de cuello blanco de Alemania, de las cuales podemos mencionar aquí la entrevista pionera de Adolf Levinstein –Die Arbeitfrage– realizada en 1912, acerca la mentalidad de la clase obrera, la incursión en la sociología empírica llevada a cabo por Max Weber para la Asociación de Política Social - –Verein für Socialpolitik– en sectores de trabajadores industriales, y las investigaciones de campo acerca de los empleados o la nueva clase media emprendidas por Emil Lederer y posteriormente por Sigfrid Krakauer.

1 RINGER, F., El ocaso de los mandarines alemanes. La comunidad académica alemana 1890-1933, Barcelona: Ediciones Pomares-Corredor, 1995.

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La investigación social empírica fue llevada a cabo por aquellos intelectuales que concibieron que era imposible una vuelta atrás, precapitalista, contra el desarrollo modernizador, y en todo caso, al lado de otros métodos, la comprensión (Verstehen) en el caso de Weber, la “explicación” (Verstand), en el caso del propio Horkheimer, adoptaron formas de investigación empírica cuantitativa. La anexión de la lectura psicoanalítica de los resultados de las investigaciones y la interpretación filosófica del sentido de las mismas, confieren al enfoque de Horkheimer el aspecto diferenciador frente a esta amplia tradición de las ciencias sociales de la época, que siguiendo a Ringer, puede ubicarse como contraria a la ortodoxia de los defensores del Geist precapitalista, es decir, como modernista en un sentido amplio.

Palabras clave: debates epistemológicos - investigación social empírica - Instituto de Investigación Social de Frankfurt - proyecto de Max Horkheimer

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La pregunta por la teoría y los modelos de investigación en el joven Horkheimer

Carina MengoGrupo de Investigación: PSI 210

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La obra Teoría tradicional y teoría crítica (1937) de Max Horheimer constituye un documento clave a la hora de presentar alternativas ante la tradicional polémica respecto de los métodos y los conceptos propios de las ciencias sociales. En este texto, la oposición entre Vertehen y Verstand –característica de los comienzos de la sociología alemana a comienzos del S.XX– es trascendida en una propuesta epistemológica atenta a los desarrollos de la sociología, la investigación histórica y los planteos del marxismo y del psicoanálisis. Desde este punto de vista, Horkheimer representa un giro innovador tanto en la orientación del Instituto de Investigación Social de Frankfurt como en la teoría marxista misma.

Nuestro trabajo se encuadra en los años ‘30 como contexto en el cual Max Horheimer asume la dirección del Instituto de Investigación Social de Frankfurt, presentando un modelo de investigación social que compone creativamente aspectos cuantitativos y cualitativos. Las posiciones teóricas que se despliegan en este texto símbolo del freudomarxismo, no sólo pueden pensarse como fundamentación de la dialéctica entre sujeto y sociedad, cuestionamiento del significado de las teorías vigentes y examen de la totalidad social, sino también como núcleos de discusión que insisten en nuestra actualidad, en tanto horizonte posible para cuestionar el curso ordinario de prácticas y saberes.

Palabras clave: epistemología - debates metodológicos - teoría crítica - modelo de investigación social

Comunicación

También los filósofos de nuestros díasperciben las brisas del alba,

pero no las favorables a la humanidad,sino en favor del repugnante reinode los fantasmas de su metafísica.

Max Horkheimer, Ocaso

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El Instituto de Investigación Social de Frankfurt202 tal como es mayoritariamente conocido en la actualidad, surge con la dirección de Max Horkheimer en 1931, como sucesor de Carl Grünberg. A partir de 1932, con la publicación de la Revista de Investigación Social (Zeitschrift für Sozialforschung), ya podemos visualizar al grupo de intelectuales que conformaron el núcleo central de la llamada Teoría Crítica: Max Horkheimer, Erich Fromm, Theodor Adorno, Walter Benjamin, Leo Lowenthal y Herbert Marcuse. La aparición del Instituto, allá por 1924, se inserta en el contexto particular de la Europa de los años ‘20: la creciente industrialización del período de entreguerras, la ruptura de los cánones tradicionales en el arte y en la cultura por parte de las primeras vanguardias del S. XX, la Revolución de Octubre y los extensos debates dentro del movimiento obrero alemán, constituyeron el clima sociocultural originario, de esta ambiciosa empresa intelectual que dará origen a lo que luego se caracterizará como marxismo occidental203. Durante la dirección de Grünberg, el Instituto adopta el marxismo como variante histórico dialéctica, a los fines de comprender los fenómenos estructurales y superestructurales de la sociedad alemana del momento. En esta opción, se delinean los caracteres centrales de la cultura marxista contemporánea, delimitable como territorio crítico del determinismo economicista triunfante en la III Internacional. De alguna manera, esta cultura que surge en los años ‘20, representa modos no homogéneos de entender el marxismo, pero coincidentes en la crítica a las formas de intelección automáticas de la realidad social (Materialismo Histórico- Filosofía- Partido), que se impusieron definitivamente en el stalinismo de los años ‘30, incidiendo en los Partidos Comunistas de todo el mundo.

Con la asunción de Horkheimer a la dirección del Instituto de Investigación Social, esta oposición al pragmatismo partidario, adquiere una fisonomía particular que puede entenderse como reflexión complementaria del marxismo clásico, cuyo tema principal fue la base estructural de la sociedad. Los frankfurtianos efectúan un desplazamiento conceptual hacia los problemas superestructurales, necesidad que se ve plenamente justificada por el ascenso del nazismo, los avatares del movimiento obrero internacional, la derrota del movimiento obrero alemán en los años ‘20, la masificación de los primeros medios de comunicación y el triunfo del pensamiento fetichizado que se expresa en aquellas filosofías que proclaman la búsqueda desinteresada de la verdad.

Así, el marxismo occidental en su conjunto, paradójicamente, invirtió la trayectoria del desarrollo del propio Marx. Mientras que el fundador del materialismo histórico se desplazó progresivamente de la filosofía a la política y luego a la economía, como terreno central de su pensamiento, los sucesores de la tradición que surgieron después de 1920 volvieron la espalda cada vez más a la economía y la política para pasar a la filosofía, abandonando el compromiso directo con lo que había sido la gran preocupación del Marx maduro, casi tan completamente como éste había abandonado el examen directo de los temas de su juventud.204

202 Optamos por esta denominación, en detrimento de la más taquillera Escuela de Frankfurt, teniendo en cuenta que la idea de escuela remite a un grupo de intelectuales reunidos en torno a un programa de trabajo uniforme. El Instituto de Investigación Social de Frankfurt –cuyas actividades comenzaron en 1923– constituye una empresa político cultural que originariamente apuntó a transformarse en una sede de investigación marxista, documentando y teorizando el bagaje teórico práctico del movimiento obrero alemán. Esta fundación privada se vinculó tangencialmente con la enseñanza oficial y con las organizaciones políticas del momento, cuestión que posibilitó una amplia libertad en las temáticas y objetivos de investigación en cada uno de sus integrantes.203 Para más detalles de este proceso, véase ANDERSON, P., Consideraciones sobre el marxismo occidental, México: S. XXI, 1987.204 ANDERSON, P., op. cit. supra, nota 2, p. 67.

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El progresivo abandono temático de las estructuras económicas, se orientó por un lado, hacia el emplazamiento académico institucional del marxismo –espacio impensable para dirigentes como Lenin, Trotsky o Luxemburgo–, cuyo eje reflexivo, desvinculándose del movimiento obrero, se dirigió a la cultura burguesa contemporánea, en clave de crítica cultural. Y por otro, hacia un examen filosófico de la obra de Marx, considerada como texto fundante del cual es posible extraer reglas concretas para la investigación social. De allí la importancia epistemológica de este marxismo que focalizará su atención tanto en el espacio metodológico como en la relación sujeto-objeto.

En este contexto, la obra de Max Horkheimer (creador del programa de la llamada Teoría Crítica y director del Instituto de Investigación Social a lo largo de varias décadas), se presenta como texto ineludible a la hora de rastrear la configuración contemporánea de los paradigmas alternativos a la epistemología positivista. Desde sus aspiraciones de fusión entre marxismo, psicoanálisis y las diversas metodologías de investigación empírica ligadas a la sociología, hasta su cuestionamiento del marxismo mecanicista y el pormenorizado examen de todas las estructuras (psíquicas y sociales) que tienden al reforzamiento de la opresión material, Horkheimer delinea una epistemología que excede sus propios marcos. La distinción entre crítica e instrumentalidad, que afecta a los núcleos de investigación y método tradicionales a partir de la revalorización de lo cualitativo frente a lo cuantitativo, representa un enfrentamiento con el positivismo como resultado (o consecuencia sociopolítica) de un proceso que excede la lógica y la metodología, involucrándolas en un diagnóstico que denuncia la responsabilidad de la teoría en la dominación colectiva.

¿Qué significa entonces la crítica?

La figura epistemológica de la crítica domina fundamentalmente en las primeras obras de Horkheimer. En los inicios de su dirección del Instituto elabora los trazos más importantes del proyecto de investigación de la realidad social vinculado a esta figura de la crítica. Obras como Estudios sobre Autoridad y Familia (1936), el famoso artículo titulado Teoría tradicional y teoría crítica (1937) y las producciones juveniles recopiladas en Ocaso (1925-1930), ponen de relieve diferentes aspectos constituyentes de este concepto.

Es muy arduo desentrañar con precisión la noción de crítica en la obra de Horkheimer, y esto por dos razones: ni el concepto es unívoco en el desarrollo de la denominada teoría crítica, ni la advertencia metodológica y epistemológica del mismo Horkheimer, es coherente con el uso que el autor hace de la noción –ignorando más de una vez lo que ha definido por crítica previamente. La célebre intervención de 1937 (Teoría tradicional y teoría crítica) contiene una nota en la que el autor define a la crítica como una “característica esencial de la teoría dialéctica de la sociedad” y cuyo contenido no se relaciona con el sentido de la “crítica idealista de la razón pura sino con el de la crítica dialéctica de la economía política”. Es bien sabido, sin embargo, que el desarrollo final de la teoría horkheimeriana se emparenta mucho más con las filosofías que adquieren un rol autosuficiente. Es decir, se emparenta con el sentido que explícitamente rechaza más que con el que teóricamente pretende asumir. Esta crítica entonces, puede concebirse como análisis crítico-dialéctico, histórico y negativo de lo existente en cuanto es y frente a lo que debería ser, y desde el punto de vista de la razón histórico-universal. El concepto de razón puede relacionarse con la liberación, en tanto políticamente, hay una apuesta a una sociedad sin clases, situada y comprometida con la praxis del proletariado. Razón que

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hunde sus raíces en la continuidad discontinua de los planteos de Kant y Hegel, en tanto la superación de las aporías kantianas implica una adhesión a los procesos de análisis, pero desde la comprensión de las contradicciones en una dialéctica histórica que busca preferentemente las causas de la dominación.

Es necesario remarcar también, que en esta elaboración del concepto, Horkheimer representa un giro innovador en la orientación del Instituto y en la teoría marxista debido a la ligazón profunda que propone entre crítica, historia, clases e ideología. Hasta 1930, la psicología no había estado unida a la investigación histórica, y es en aquellas épocas donde Horkheimer produce una particular fusión entre Marx y Freud que profundizará en textos posteriores. Esta conjunción teórica se aplica a la sociedad emergente después de la Primera Guerra Mundial, definida como sociedad de masas. El surgimiento de esta novedosa estructura sociopolítica ponía en cuestión numerosos análisis realizados por el marxismo clásico. Por primera vez se proponía una utilización política de la psicología colectiva, y esta situación justificaba la introducción del psicoanálisis como herramienta teórica. La crítica apuntará a la burguesía, cuya afirmación de sí se construye en base a la represión interna. Habría una fuerte conexión entre la productividad del capitalismo y las tendencias placenteras reprimidas. La crítica mostrará que tanto la naturaleza externa como nuestro interior están regidos por la cosificación –desplegada en la totalidad social– en tanto cultura, instituciones, vida económica de la sociedad y desarrollo psíquico de los individuos.

A diferencia de la llamada teoría tradicional, esa teoría que se cree independiente de la historia y de la división del trabajo en la sociedad capitalista, esa teoría que cree actuar en base a decisiones individuales, cuya forma de conocimiento deriva de las ciencias naturales y no hace más que ayudar al proceso de reproducción social, la teoría crítica es subversiva ya que su objetivo es sacar a la luz las contradicciones básicas de la sociedad capitalista. Tanto el Positivismo, el Empirismo, el Racionalismo, como en general las llamadas Ciencias del Espíritu entrarían en esta perspectiva metodológica que parte de una realidad plana y estática. Las consecuencias pueden leerse en los enunciados lógico formales que configuran un texto acrítico, utilizando el modelo matemático como modelo del conocimiento científico.

Epistemológicamente, el término teoría engloba a las ciencias sociales y a las ciencias naturales en su conjunto. Cuestión que muestra una actitud de confluencia en un mismo aparato conceptual que envuelve naturaleza inerte y naturaleza viva. El intento epistemológico de Horkheimer es devolver a la Filosofia e inaugurar en las Ciencias Sociales un abordaje teórico práctico que partiendo del sufrimiento del mundo y no del espectáculo del mundo, rompa con las visiones que se identifican con un orden universal, inmodificable e injusto. Así, la figura epistemológica de la crítica se despliega en una metodología novedosa, que apunta a transformar el núcleo teórico de las ciencias sociales y de la totalidad social.

El debate metodológico

Debemos luchar para que la humanidad no quede desmoralizada para siempre por los terribles

acontecimientos del presente, para que la fe en un futuro feliz de la sociedad, en un futuro de paz y digno del hombre,

no desaparezca de la tierra.

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Max Horkheimer, La función social de la filosofía

Es harto conocido que la concepción metodológica de Horkheimer –así como también las teorizaciones sobre este tema por parte de Adorno y Benjamin–, está mediatizada por un influencia decisiva: el Lukács de Historia y consciencia de clase205. En este apartado, intentaremos mostrar rupturas y vinculaciones con las ideas metodológicas lukacsianas, apuntando a delinear el núcleo conceptual propio de Horkheimer.

Como bien señala Susan Buck- Moors206, la deuda de los frankfurtianos hacia Lukács se centra en la visión del marxismo como método dialéctico (Ideologiekritik). Pensamiento que posibilita analizar las formas sociales de objetividad y subjetividad, en función de un concepto mediador: la mercancía.

La Ideologiekritik de Lukács operaba analizando la relación dialéctica entre la parte y el todo: Por eso... los problemas ‘ideológicos’ y económicos pierden su recíproca extrañeza y fluyen los unos en los otros”... En realidad cada único aspecto de la sociedad contenía ‘la posibilidad de desarrollar a partir de él la plenitud de contenido de la totalidad’. Pero esta posibilidad podía ser realizada sólo cuando la estructura de la totalidad social era identificada. Lukács sostenía que la estructura de la mercancía, cuyos misterios Marx había disipado en el primer capítulo de El Capital, permeaba todos los aspectos de la sociedad burguesa, incluyendo los propios esquemas del pensamiento burgués. El problema de la mercancía, afirmaba, era el ‘problema estructural central de la sociedad capitalista en todas sus manifestaciones vitales’, era el prototipo de todas las formas de objetividad y de todas las correspondientes formas de subjetividad”.207

De este modo, para Lukács, la ciencia homogeneiza lo que es realizado en la producción social. La opacidad de las relaciones sociales y de la estructura mercancía, son funcionales a la clase dominante que perpetúa su dominio naturalizándolo. A esta naturalización, Lukács opone una metodología que batallando contra los hechos en su aislamiento, inmediatez y ahistoricidad, abre las puertas al acto indiviso de conocimiento propio del proletariado. La dialéctica materialista es el método acorde a una perspectiva de transformación de la sociedad porque plantea la unión de teoría y práctica. La teoría será entonces, expresión intelectual del proceso revolucionario. El método inaugurado por Lukács postula como centro de consideración primordial la relación dialéctica entre sujeto y objeto en el proceso histórico. Es justamente en la sociedad capitalista, donde se produce esta ambigüedad del hombre entendido como sujeto, y simultáneamente objeto, del acaecer histórico. Y es esta misma condición, la que posibilita pensar que el objetivo final del método dialéctico es el punto de vista de la totalidad, o bien, la relación con el todo (todo de la sociedad considerada como proceso) de los sujetos objetos del capital. Sólo en este momento, en el cual la totalidad es entendida como acaecer social, las formas fetichistas de objetividad que produce el modo de producción capitalista, se disuelven en una apariencia de reconocida necesidad. Sólo este desgarramiento, manifiesta la importancia del método dialéctico, que abre el camino hacia el conocimiento del carácter histórico, mediado y relacional de los hechos. En este movimiento teórico Lukács define el acto indiviso de conocimiento que será consumado por el proletariado.

205 LUKÁCS, G., Historia y consciencia de clase, México: Grijalbo, 1969.206 BUCK- MORSS, S., Origen de la Dialéctica Negativa. Theodor W. Adorno, Walter Benjamin y el Instituto de Frankfurt, México: S.XXI, 1981, p. 72.207 Ibid., p. 73.

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Precisamente porque para el proletariado es una necesidad vital, una cuestión de vida o muerte, conseguir completa claridad acerca de su situación de clase; precisamente porque sus acciones tienen como presupuesto inevitable ese conocimiento; sólo con la aparición del proletariado se consuma el conocimiento de la realidad social.208

Innegablemente, en los años ‘30, los frankfurtianos aceptan y reelaboran la idea de una relación entre los problemas de la filosofía y la estructura de la mercancía, en una propuesta metodológica que parte de la interrelación entre teoría y práctica, aunque rechazan la perspectiva lukacsiana del proletariado como garante de conocimiento verdadero. Recordemos que Horkheimer en su Conferencia Inaugural como director del Instituto, se refirió a la interacción dialéctica entre teoría e investigación empírica, cuestión que remite a la ligazón ineludible entre ciencia y sociedad cosificada. Recordemos también el comienzo de Teoría Crítica en el cual se afirma que: “así como la influencia del material sobre la teoría, tampoco la aplicación de la teoría al material es sólo un proceso intracientífico; es, al mismo tiempo, social. La relación entre las hipótesis y los hechos, finalmente, no se cumple en la cabeza del científico, sino en la industria”.209

En todas las especialidades que se ocupan de la vida social, la prolija tarea de recolección, la reunión de enormes cantidades de detalles sobre determinados problemas, las investigaciones empíricas realizadas mediante cuidadosas encuestas u otros medios auxiliares, como las que, desde Spencer, llenan gran parte de las actividades universitarias, en especial en los países anglosajones, ofrecen, por cierto, una imagen que exteriormente parece más próxima a los otros aspectos de la vida, propios del modo de producción industrial, que la formulación de principios abstractos o que el examen de conceptos básicos en la mesa de trabajo, como fueron característicos de una parte de la sociología alemana. Pero esto no significa una diferencia estructural en cuanto al pensamiento. En los últimos períodos de la sociedad actual, las denominadas ciencias del espíritu tienen, por lo demás, un fluctuante valor de mercado; deben limitarse a competir modestamente con las ciencias naturales, más afortunadas, cuya posibilidad de aplicación está fuera de duda.210

Ahora bien, en Teoría tradicional y teoría crítica, Horkheimer muestra una analogía en el tratamiento metodológico de la naturaleza física y los mecanismos sociales, proceso que supone una escisión constitutiva entre sujeto y objeto, y que al mismo tiempo, desemboca en la independización de la teoría (teoría tradicional) respecto de la historia. Al igual que en Lukács, hallamos las huellas de una feroz batalla contra los hechos aislados, las deducciones, los juicios categóricos y los conceptos universales. Fragmentos de un saber reproductor de la sociedad actual que corresponden al proceso de producción según la división del trabajo en el capitalismo. La diferencia entre ambos autores consiste en que Lukács mantiene cierto orden de confianza en las ciencias sociales, ya que si bien éstas son ideológicas esto se debe a que han tomado el método ahistórico, inmediato y no relacional de las Ciencias Naturales. En este sentido, la perspectiva abstracta que aplicada a la naturaleza se limita a servir al progreso de la ciencia, aplicada al desarrollo social es un arma ideológica de la burguesía. En cambio, para Horkheimer, lo que unifica ciencias naturales y ciencias sociales es el concepto de teoría. La Teoría tradicional (ciencias naturales y sociales) es aquella que se ha dedicado a registrar hechos sin preocuparse por consideraciones extracientíficas; que se ha caracterizado por la verificación de regularidades, y que se ha aplicado con eficacia en la industria. Pero esta teoría, cuyo 208 LUKÁCS, G., “Qué es marxismo ortodoxo”, en LUKÁCS, G., Historia y consciencia de clase, México: Grijalbo, 1969, p. 66.209 HORKHEIMER, M., Teoría Crítica, Buenos Aires: Amorrortu, 1998, p. 230.210 Ibid., p. 226.

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método orientado al ser y no hacia el devenir, opera sobre la sociedad como si tratara con un mecanismo y se agota en la reproducción de la sociedad actual, respondiendo al proceso de producción según la división del trabajo que solidifica las relaciones sociales existentes.

En la medida en que la lucha por una sociedad mejor, dominante aún en la Ilustración, fue reemplazada por el intento de justificar el carácter eterno de la situación presente, sobrevino en la ciencia un momento de inhibición y desorganización.211

Al igual que la Teoría tradicional, la metodología de la Teoría crítica recurre al aparato conceptual de deducciones y determinaciones abstractas, pero no se agota en el esfuerzo de relacionar estas proposiciones hipotéticas con la realidad existente. La metodología no afirma, ni justifica lo que es, ya que a partir del costado negativo de la dialéctica imprime una conciencia crítica sobre la ciencia y la sociedad. El sujeto de este pensamiento crítico no es el proletariado, sino el individuo determinado en su relación con otros individuos, en su relación crítica con una clase y en su trabazón con la totalidad social y la naturaleza. El pensamiento crítico se conecta con la experiencia individual en una unidad dinámica con la clase dominada. Proceso que acentúa a la sociedad entendida como totalidad, aunque no puede ser conocida como un todo. No existen criterios generales, y para Horkheimer, tampoco existe una clase social a cuyo consenso nos podamos atener.

La consciencia de cualquier clase social puede volverse ideológicamente limitada y corrupta, aún cuando por su situación ella esté orientada a la verdad.212

Concluyendo entonces, la concepción metodológica del Horkheimer de los años ‘20/ ‘30, se basa en una reelaboración del pensamiento lukacsiano que pone en el centro de la escena, las estructuras cosificadas de la sociedad en correspondencia con las teorías estáticas de las ciencias naturales y sociales. A lo largo de sus escritos del período, se marca constantemente la brecha abismal que separa el pensamiento respecto de la realidad. Y el sendero elegido para superar esta antinomia, es la conjugación permanente de teoría y práctica. Sólo la investigación empírica, acompañada por una teorización que desarrolle aspectos de la totalidad social dominante, garantiza una respuesta diferencial a los problemas tradicionales de la epistemología. Finalmente, podemos afirmar que este programa metodológico no estaría completo, si obviamos remarcar el carácter transformador del mismo, en el terreno del pensar y en el barro y la sangre del acontecer histórico.

La Teoría crítica afirma: los hombres pueden cambiar el ser, las circunstancias, para ello están ahora presentes. 213

211 HORKHEIMER, M., “Observación sobre ciencia y crisis”, en HORKHEIMER, M., op. cit. supra, nota 8, p. 17.212 Ibid., p. 270. En textos anteriores (“A propósito de las máximas y reflexiones de Goethe”, en HORKHEIMER, M., Ocaso, Barcelona: Anthropos, 1986), hallamos esta idea de la corrección del conocimiento del proletariado, que se relaciona con el sufrimiento constitutivo de esta clase, aunque ni siquiera esta perspectiva puede garantizar un acceso a la verdad del todo. En la p. 140, podemos leer: “¡Sólo se conoce a aquellos que nos hacen sufrir!” Goethe habría rechazado con seguridad la aplicación de su reflexión a las clases sociales, y, sin embargo, se adecua a la relación del capital. en la medida en que los proletarios sufren bajo la clase de los capitalistas, también el ser humano de estos señores es conocido mucho mejor por los proletarios que por el círculo de amigos personales. Los proletarios conocen a los empresarios de un modo grosero y unilateral; pero este aspecto es el más importante, el más absolutamente grave. Por tanto ocurre que la psicología primitiva que el trabajador se forma de su empresario, el punto de vista de la nave de la fábrica suele ser más correcto que el conocimiento de la antropología filosófica.213 HORKHEIMER, M., op. cit. supra, nota 8, p. 257.

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Cuando Horkheimer considera el concepto de totalidad está pensando en la significación marxista de la estructura socioeconómica de relaciones que caracteriza al orden burgués, no en el sistema metafísico de Hegel. Los distintos dominios de análisis apuntan a la totalidad social estructurada a través de las clases y la producción de mercancías. Es esta totalidad social, aquello que será considerado como mediación de todos los fenómenos culturales, y que al mismo tiempo, se identificará con la mercancía.El resultado de esta elaboración conceptual, cuya base es la mercancía, es la detección de las modalidades que adquiere el afianzamiento de la sojuzgación en cada individuo214. Afianzar en el interior de los oprimidos, la idea de la necesaria dominación de los hombres sobre los hombres, así como la homologación entre el valor de mercado de las mercancías y de los sujetos, ha sido la función de la totalidad social de todas las épocas, mediante la cultura. Aunque este aparato anónimo que produce y reproduce sumisión individual puede quebrarse en otra sociedad, en la cual, las mercancías resulten de un esfuerzo planificado, transformándose la libertad abstracta de los sujetos, en trabajo solidario entre los hombres, que potencie y afirme la individualidad personal de cada hombre y mujer concretos.

En este juego de expresiones simultáneas, Horkheimer hace gala de un marxismo novedoso, ya que la no identidad de sujeto y objeto es permanente.215 Enunciar una convivencia armónica entre sujeto y objeto, pertenece al modus operandi de la metafísica moderna, correspondiente a un período específico: “la economía social determinada por una pluralidad de empresarios individuales”.

Si la filosofía característica del siglo (XVIII) concibe al hombre como una mónada encerrada en sí misma en un aislamiento trascendental, y que sólo se relaciona con cada una de las otras mónadas por medio de complicados mecanismos, que se sustraen de su voluntad, ello no es sino la expresión, dentro de los conceptos de la metafísica, de la forma de existencia del hombre burgués. Cada uno constituye, él solo, el centro del mundo, y cualquier otro está “afuera”. Toda comunicación es un comercio, una transacción entre dominios construidos solipsísticamente. El ser consciente de estos hombres admite ser reducido a un pequeño número de relaciones entre magnitudes fijas. El lenguaje de la logística es su expresión adecuada.216

El colapso de esta visión estática de la totalidad se produce con la recuperación de los saberes contemporáneos derivados de las ciencias sociales, que denuncian el carácter no histórico de la oposición entre sujeto y objeto, reconociendo cómo estos dos polos del conocimiento están insertos en el proceso histórico del desarrollo de las relaciones sociales globales. Y precisamente este devenir perpetuo en el cual las categorías pierden su solidez y estancamiento constituye el proceso motriz de la totalidad social. Razón por la cual, los

214 En “Autoridad y familia” (en HORKHEIMER, M., op. cit. supra, nota 8, p. 134), Horkheimer reproduce las palabras del fundador de la sociología moderna, para remarcar los orígenes históricos del sojuzgamiento personal. Comte, es uno de los primeros intelectuales que desaprueba la autoafirmación positiva, en función de la dulzura de la obediencia: “Por inmoderada que hoy pueda ser la universal sed de dominio provocada por nuestra anarquía intelectual, indiscutiblemente no hay individuo alguno que, en su examen personal secreto y concienzudo, no haya sentido con frecuencia más o menos profundamente cuán dulce es obedecer, cuando podemos realizar la felicidad, casi imposible, en nuestros días, de ser liberados convenientemente, por obra de sabios y dignos conductores, de la opresiva responsabilidad de una conducción general de nuestro actuar; un sentimiento así quizá lo hayan experimentado en especial aquellos que podrían mandar mejor”.215 Recordemos que para Lukács, la práctica política del proletariado, posibilitaría la reunificación de sujeto y objeto, separados por los efectos de la reificación.216 HORKHEIMER, M., op. cit. supra, nota 8, p. 206.

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planteos que anuncian la posibilidad de conocimiento sobre el todo, caen en las redes petrificadas de la metafísica. Las ciencias sociales pueden, a lo sumo, aspirar (así como también los sujetos individuales), a experimentar el sufrimiento de lo vivo, pero nada legitima la elevación de este saber fragmentario a conocimiento de la totalidad217.

Según lo que en el mundo nos duele y queremos cambiar, se forma la imagen que nos hacemos de él. Ya en la percepción, en la pura contemplación, las imágenes son inconscientemente determinadas por los factores subjetivos; incluso en la concepción científica, que siempre está en conexión con una determinada praxis social e individual, la orientación de los intereses es determinante en gran medida para la estructuración de su objeto.218

La idea de saber fragmentario de la totalidad nos permite arriesgar que en Horkheimer (al igual que en Adorno) opera un contraconcepto de la reificación del todo definible como experiencia cognitiva.219 El sujeto de esta experiencia no es el científico individual, ni una clase social determinada, sino el individuo cognoscente en general, que es concebido como resultado de la historia al igual que los objetos del mundo que percibe220.

El intelectual que se limita a proclamar en actitud de extasiada veneración la fuerza creadora del proletariado, contentándose con adaptarse a él y glorificarlo, pasa por alto el hecho de que la renuncia al esfuerzo teórico –esfuerzo que él elude con la pasividad de su pensamiento– o la negativa a un eventual enfrentamiento con las masas –a la que podría llevarlo su propio pensamiento– vuelven a esas más ciegas y más débiles de lo que deberían ser. El propio pensamiento del intelectual, en tanto elemento crítico y propulsor, forma parte del desarrollo de las masas.221

Como podemos observar, en esta visión de la totalidad está ausente la consciencia de clase como experiencia política. Lo que aparece es un consciencia individual, o bien, el sujeto de la experiencia cognitiva. Esta experiencia tiene carácter particular e individual y se revela mediante la configuración específica de lo empírico. El sujeto de la experiencia es el ser humano, empíricamente existente, material y transitorio, que debe reconocer la realidad del sufrimiento para poder abordar el acto cognitivo. En este punto, se vislumbra tanto el hecho de una vuelta a la preocupación por el yo, como el abandono definitivo de aquel

217 En HORHEIMER, M., “El país desconocido”, en HORKHEIMER, M., op. cit. supra, nota 11, p. 44, podemos leer: Toda elevación es vacía, aún cuando predique la cruzada contra la metafísica. La prueba de que no hay que descubrir aquellos ámbitos de los cuales no tenemos experiencia alguna y que tampoco tenemos que sacar consecuencia alguna de las habituales narraciones sobre el más allá, sustituye a la negación optimista de que nos rodea la oscuridad”.218 HORKHEIMER, M., “Relatividad de la teoría de las clases”, en HORKHEIMER, M., Ibid., p. 44.219 Esta hipótesis se basa en las teorizaciones de Susan Buck- Moors en el “Capítulo 5. Una lógica de la desintegración: el papel del sujeto”, en BUCK- MOORS, S., op. cit. supra, nota 5, pp. 177- 202.220 “¡Sólo se conoce a aquellos que nos hacen sufrir!” Goethe habría rechazado con seguridad la aplicación de su reflexión a las clases sociales, y, sin embargo, se adecua a la relación del capital. En la medida en que los proletarios sufren bajo la clase de los capitalistas, también el ser humano de estos señores es conocido mucho mejor por los proletarios que por el círculo de amigos personales. Los proletarios conocen a los empresarios de un modo grosero y unilateral; pero este aspecto es el más importante, el más absolutamente grave. Por tanto ocurre que la psicología primitiva que el trabajador se forma de su empresario, el punto de vista de la nave de la fábrica, suele ser más correcto que el conocimiento de la antropología filosófica. En este párrafo extraído de “A propósito de las máximas y reflexiones de Goethe”. En HORKHEIMER, M., op. cit. supra, nota 11, p. 140, podemos notar que el acceso al conocimiento se liga al dolor de la explotación, y no a la praxis política, como pregonaba el marxismo clásico.221 HORKHEIMER, M., op. cit. supra, nota 8, p. 246.

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horizonte transformador que había orientado las producciones teóricas del Instituto durante la década del ‘20.

Bibliografía

ANDERSON, P., Consideraciones sobre el marxismo occidental, México: S. XXI, 1979.BUCK- MORSS, S., Origen de la Dialéctica Negativa. Theodor W. Adorno, Walter

Benjamin y el Instituto de Frankfurt, México: S.XXI, 1981.HORKEIMER, M. y T. ADORNO, Dialéctica del Iluminismo, Buenos Aires:

Sudamericana, 1987.— Crítica de la razón instrumental, Buenos Aires: Sur, 1969.— Ocaso, Barcelona: Anthropos, 1986.— Teoría Crítica, Buenos Aires: Amorrortu, 1998.KORSCH, K., Marxismo y Filosofía, Barcelona: Ariel, 1978.LUKÁCS, G., Historia y consciencia de clase, México: Grijalbo, 1969.THERBORN, G., La Escuela de Frankfurt, Barcelona: Anagrama, 1973.

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La literatura en la Alemania de los años ‘20

Héctor A. PiccoliGrupo de Investigación: PSI 210

Escuela de LetrasFacultad de Humanidades y ArtesUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La denominación literatura de los años veinte en Alemania, cuya coincidencia casi plena con la llamada República de Weimar (1918-1933) resulta obvia, agrupa un amplio y significativo espectro de autores y corrientes. Lo ocurrido en este lapso es decisivo, tanto de un punto de vista histórico general (época de entreguerras, gestación del fascismo y del nazismo) cuanto específicamente artístico y literario (lo ocurrido aquí da la impronta a extensas parcelas del arte que vendrá).

Inexcusable, en particular, para la comprensión de la atmósfera intelectual en la que surge la Escuela de Frankfurt, el período reclama un abordaje pertinente, el cual supone a su vez una mirada retrospectiva a partir de las figuras dominantes en el horizonte poético del fin de siglo (Literatur der Jahrhundertwende, decadentismo, época guillermina –1890-1918–, etc.), considerando al menos una tríada emblemática: Rainer Maria Rilke, Stefan George y Hugo von Hofmannsthal. El primero, aquí en su fase temprana: hasta los Nuevos Poemas (Neue Gedichte) con su desarrollo del Dinggedicht –1907-1908–) y los Cuadernos de Malte (Die Aufzeichnungen des Malte Laurids Brigge); el segundo, por su aporte del simbolismo francés al ámbito de la poesía alemana, conjuntamente con la configuración del ideario estético en torno al cual se extenderá el llamado Círculo de George (George-Kreis), sintomático indicador de la atmósfera intelectual de la época; el tercero, en tanto típico representante de la producción cultural vienesa de 1900. La génesis y el desarrollo del expresionismo –concepto procedente de las artes plásticas, de lo que dan testimonio grupos como El jinete azul (Der blaue Reiter) y El puente (Die Brücke)–, a partir de la primera década del siglo XX, acompaña la transformación de Berlín en una gran urbe, al par que preludia la catastrófica desembocadura del período de la llamada paz armada –1870 (guerra francoprusiana) - 1914– en el estallido de la primera guerra mundial. Poemas de Georg Trakl, Paul Zech, Georg Heym, Ernst Stadler, Alfred Lichtenstein, inscriben el peculiar estro del movimiento, que se cristalizará en la canónica antología Crepúsculo de la humanidad (Menschheitsdämmerung), publicada por Kurt Pinthus a fines de 1919.

El polifacetismo literario de los ‘20 puede ponerse de relieve considerando los siguientes lugares clave (de los cuales, naturalmente, tan sólo algunos podrán ser ejemplificados aquí con muestras textuales concretas):* Thomas Mann: su posición política a partir del discurso Sobre la República Alemana (Von deutscher Republik) –1922–; su novela La montaña mágica (Der Zauberberg) –1924–, magistral Zeitroman en múltiples sentidos, y verdadero epítome de los últimos siglos de la historia cultural de occidente;

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* Franz Kafka: los mecanismos escriturarios que posibilitan la derivación de un adjetivo translingüístico, característico de la contemporaneidad: lo kafkiano –El proceso (Der Prozeß), 1914/15-1925, El castillo (Das Schloß), 1922-1926, etc.;* el Hermann Hesse neorromántico y la representación de la crisis de los valores burgueses en parte de su novelística;* la obra madura de Rainer M. Rilke: Elegías de Duino (Duineser Elegien), 1912-1922, 23 y Sonetos a Orfeo (Sonette an Orpheus), 1923;* Alfred Döblin: la técnica del montaje y la representación simultánea en la figuración de las fuerzas amenazadoras de la gran ciudad: Berlin Alexanderplatz. La historia de Franz Biberkopf (Berlin Alexanderplatz. Die Geschichte vom Franz Biberkopf), 1929.* El teatro en Berlín: del teatro proletario de Erwin Piscator a la dramaturgia brechtiana. El concepto de extrañamiento (Verfremdung). La radiofonía como nuevo medio tecnológico. Radio-teatro y experimentalismo;* Kurt Tucholsky y la Nueva objetividad (Neue Sachlichkeit) como contraposición a la efusión verbal expresionista;* Oskar Loerke y Wilhelm Lehmann: una nueva inflexión del (sub)género lírica, operada por los magos de la naturaleza (Naturmagier).

Palabras clave: literatura - República de Weimar - expresionismo - neue Sachlichkeit - dramaturgia brechtiana

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Notas críticas de la sociología cultural urbana. Para un recorrido por el Berlín weimariano

Lucio PiccoliGrupo de Investigación: PSI 210

Escuela de HistoriaFacultad de Humanidades y ArtesUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Una tradición de análisis claramente identificable, que a esta altura ya puede considerarse como clásica, ha logrado instaurar casi en términos hegemónicos dentro del campo de estudios urbanos de la sociología de la cultura, la noción baudelaireana que entiende la modernidad como le transitoire, le fugitif, le contingent. En primer lugar, esta definición de la experiencia moderna ha posibilitado, como se sabe, no sólo un análisis riguroso que ha legitimado a autores que habían pasado desapercibidos durante la mayor parte del siglo XX –Walter Benjamin, Georg Simmel, Siegfried Kracauer, entre muchos otros– sino que habilitó además toda una perspectiva de reinterpretación de los pensadores clásicos de la sociología occidental –Karl Marx, Émile Durkheim y Max Weber–.

En segundo lugar, hay que destacar que esta tradición de análisis, de la cual Marshall Berman, David Frisby, Carl Schorske podrían considerarse como los más ilustres representantes aunque no los únicos, ha concebido casi siempre, de alguna u otra manera, la metrópolis como uno de los escenarios privilegiados donde se desarrollan los dramas de la experiencia moderna. En este sentido, el Berlín de las primeras décadas del siglo XX constituye, sin lugar a dudas, un caso cuya especificidad histórica permite complejizar los procesos de modernización occidental paradigmáticos que representaron las ciudades de Londres y París. Las ambigüedades y contradicciones, tensiones y paradojas que ha suscitado la mentada experiencia se ha plasmado en una pluralidad de discursos –estéticos, políticos, científicos y técnicos–, a los que puede denominarse vagamente como modernismos y que han celebrado pero también criticado severamente la modernidad. Los peligros que entonces suscita una miríada de representaciones ambiguas y contradictorias para la coherencia de un análisis que se quiere crítico, perfila una serie de desafíos metodológicos. Por un lado, el problema de las representaciones de la experiencia moderna implica no sólo una reflexión precisa sobre aquello que se representa, sobre el objeto directo e inmediato al que se refiere el discurso modernista en cuestión, sino además un especial énfasis en el modo mismo de la representación –sobre todo a causa de las posibilidades que habilita el surgimiento de nuevas tecnologías como puede constatarse, por ejemplo, en los debates que surgieron en el interior de los modernismos estéticos acerca de qué era lo que había que representar y cómo se debía hacerlo–. Por otro lado, la diversidad de lenguajes en que se ha plasmado esta amplia gama de discursos modernistas demandará una metodología que sepa alternar entre la perspectiva de análisis histórico, sociológico, estético, crítico literario, arquitectónico, según la obra o autor de que se trate.

Por la densidad de las prácticas y discursos y los alcances reales y efectivos de las empresas históricas llevadas a cabo –obras, manifiestos, exposiciones, movimientos

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artísticos de vanguardia, cenáculos literarios, grupos estéticos y arquitectónicos–, el caso del Berlín weimariano se vislumbra como una arena cultural extraordinaria para ensayar análisis que ambicionen desentrañar claves explicativas sobre el problema de la teoría social de la modernidad en íntima relación con la experiencia de la metrópolis y su propia construcción.

Palabras clave: modernidad - modernismo - metrópolis - cultura de Weimar – Berlín

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La frontera indómita, un espacio necesario en la clínica con niños

Gloria BereciartuaGrupo de Investigación: PSI 138

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

El propósito de este trabajo es reflexionar acerca del hacer en la intervención clínica con niños que presentan trastornos del lenguaje. Tomo la expresión frontera indómita de la escritora Graciela Montes como el territorio necesario desde donde pensar posibles estrategias de intervención. En este caso particular, considero que la lectura literaria abre a otras maneras del conocimiento del mundo, a interpretaciones libres, a sensaciones que al ponerse en palabras dan cuenta de una experiencia enriquecedora de la cual un niño puede apropiarse de manera significativa y personal, más allá de su diagnóstico presuntivo/específico. Presento, a través de dos viñetas clínicas, un posible dispositivo de intervención que, en esta experiencia, ha promovido la construcción de esta frontera en el espacio terapéutico en el que participo.

Palabras clave: Clínica - niños - interdisciplina - frontera indómita

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Discapacidad auditiva: Delineando interrogantes para la investigación

Marisa Paula ChamorroGrupo de Investigación: Seminario de pregrado

“Discapacidad auditiva”Facultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

La temática que se aborda en este trabajo es la de la sordera, hipoacusia, o discapacidad auditiva. La elección de uno u otro de estos términos da cuenta de un posicionamiento epistemológico y, lógicamente, de un modo distinto de pensar la problemática subjetiva de aquellos que portan este déficit sensorial. Así los sordos se refieren a sí mismos como aquellos que forman parte de una cultura y de una comunidad lingüística propia. Hipoacusia y sordera aluden al discurso (médico, fonoaudiológica, psicológico) que da cuenta de una serie de características que presentan las personas que tienen esta discapacidad. La noción de discapacidad hace referencia a las limitaciones que impone lo social. Al referirnos a los discapacitados se produce una identificación entre el sujeto y su discapacidad. Al hacer referencia al sujeto, rompemos con esa identificación.

Se proponen dos hipótesis, surgidas del trabajo clínico con pacientes sordos, el contacto personal con sujetos con este déficit y la lectura sistemática sobre este tema en diferentes disciplinas que fundamentan esta investigación.Las dos hipótesis son:. Las lenguas de señas son un soporte simbólico importante en la estructuración subjetiva del niño sordo de nacimiento. Más allá del resto auditivo con el que cuenta el bebé, en hipoacusias bilaterales severas a profundas. . Las dificultades de los padres en la aceptación del diagnóstico y en la inscripción de ese niño en una trama filiatoria se basan fundamentalmente en una falta de representaciones acerca de qué es ser padres de un niño sordo y no únicamente en la cuestión de la herida narcisista y en las consecuencias melancolizantes que semejante daño provoca.

Ejes orientadores:. Partiendo de los mitos colectivos en torno a la sordera, se propone deconstruir concepciones que anulan a los sujetos bajo el rótulo de la discapacidad, produciendo una identificación del sujeto con el diagnóstico de sordera.. Partiendo de la premisa de que las discapacidades no determinan la producción de una u otra estructura subjetiva, se propone indagar en la subjetivación de los niños sordos, sus particularidades y las dificultades que pueda presentar.. Desde el intercambio con los saberes fonoaudiológicos, médicos, pedagógicos y filosóficos en torno a la sordera; se busca indagar qué discursos tematizan al sujeto sordo y que posibilidades subjetivas le brinda cada uno.

Palabras clave: hipoacusia - sordera - psicoanálisis - discapacidad - lengua de señas - sujeto

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Comunicación

La temática que se aborda en este trabajo es la de la sordera, hipoacusia o discapacidad auditiva. La elección de uno u otro de estos términos da cuenta de un posicionamiento epistemológico y, lógicamente, de un modo distinto de pensar la problemática subjetiva de aquellos que portan este déficit sensorial.

Así los sordos se refieren a sí mismos como aquellos que forman parte de una cultura y de una comunidad lingüística propia. Si partimos de esta concepción, estamos situados en lo que se llama el modelo socio-antropológico de la sordera. Desde la mirada socio-lingüística de la sordera, se deriva una concepción filosófica que implica pensar que el niño sordo pertenece de un modo real (esto es si es hijo de padres sordos) o potencial (cuando se trata de hijos de padres oyentes) a una comunidad lingüística diferente. Podríamos resumir en algunas puntualizaciones el pensamiento que sostiene el mencionado modelo:. No hay asociación entre la deficiencia auditiva y las competencias comunicativas, lingüísticas y cognitivas en los niños sordos.. La educación bilingüe garantiza el acceso a los conocimientos curriculares y el aprendizaje de una segunda lengua: la oral.. La lengua de señas es considerada la primera lengua del niño sordo y cumple un rol determinante en el desarrollo cognitivo y comunicativo de estos niños.. Los adultos sordos cumplen un rol fundamental dentro del ambiente escolar, en lo que respecta al uso de la lengua de señas y también como modelo afectivo y cultural.

Por otro lado, y prácticamente en las antípodas del modelo anterior, existe el modelo clínico de la sordera. Desde esta visión que se sustenta esencialmente en el discurso médico (pero también hay que situar allí la visión fonoaudiológica y en muchos casos psicológica), hipoacusia y sordera aluden al déficit, la noxa orgánica, la falla en la función auditiva. Se delimitan una serie de gradaciones en estas fallas en la audición y una serie de características que presentan las personas que tienen esta discapacidad. Conjuntamente con el diagnóstico y pronóstico de la patología, se inicia un tratamiento rehabilitatorio intenso tomando como punto de partida los restos auditivos y la utilización de prótesis e implantes que amplíen lo más posible los mencionados restos.

La noción de discapacidad hace referencia a las limitaciones que impone lo social. Al decir de Carlos Skliar: “…la discapacidad no es una resultante directa de la deficiencia, sino una restricción en el acceso a lugares y roles sociales, que depende de las medidas que cada sociedad implementa respecto de las personas que poseen la deficiencia” (Skliar, 1997: 81). Otra autora, Alicia Fainblum, trabaja este concepto y plantea que “con la discapacidad irrumpe la “diferencia” desde la marca real en el cuerpo, diferencia y dimensión de la “falta” que ponen en jaque los ideales sociales –basamentos de la pretendida completud ilusoria–, y hacen surgir mecanismos defensivos a los fines de su sostenimiento”. Y en otro párrafo agrega: “aquellos que desde la marca en su cuerpo atentarían la imaginaria perfección son objeto, entonces, de marginación e invalidación…” (Fainblum, 2004: 13). Esta autora plantea mecanismos defensivos de restitución narcisista como basamento en las actitudes individuales y sociales de segregación de los diferentes, de los discapacitados, y entonces corremos el riesgo de identificar a los discapacitados con los déficit orgánicos que portan. Entonces aquel que presenta un déficit auditivo pasará a ser el sordo. Al hacer

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referencia al sujeto, en sus particularísimas determinaciones, rompemos con esa identificación.La noción de discapacidad es polémica, es difícil determinar si es o no un término correcto, aceptable para referirse a un grupo de sujetos. Comúnmente está asociada a la discriminación y a la segregación social tantas veces confundidas. Considero sumamente interesante pensar este concepto en tanto habilitador de un duelo, una discriminación que siempre es necesaria hacer entre lo que cada sujeto puede o no hacer.

En adelante se utilizarán algunos de los términos establecidos para nombrar a aquellos sujetos que nacen o adquieren una falla en su audición. Si he desarrollado cada uno de ellos, es porque considero que cada uno toma un aspecto y que no se contradicen irremediablemente. Este trabajo se propone una introducción a la temática de la sordera desde una mirada psicoanalítica. Es indispensable un diálogo con los saberes ya constituidos y una actitud deconstructiva al decir de Derrida. La deconstrucción supone deshacer la metafísica dualista, propone subvertir las jerarquías, y propone “homenajear aquello con lo que se las agarra”, para llevar el concepto a su límite.En estas líneas de Derrida se manifiesta la ideología del presente escrito:

…La experiencia de una deconstrucción nunca ocurre, eso sí, sin amor […] Comienza por homenajear aquello, aquellos con los que se “las agarra” […]. Entonces, intenta pensar el límite del concepto, hasta padece la experiencia de ese exceso, amorosamente se deja exceder […] Siempre hay un momento en que declaro, con la mayor sinceridad, la admiración, la deuda, el reconocimiento y la necesidad de ser fiel a la herencia para reinterpretarla y reafirmarla interminablemente…” (Derrida, J. y E. Roudinesco, 2009: 13).

Es así como propongo dos hipótesis, surgidas del trabajo clínico con pacientes sordos, el contacto personal con sujetos con este déficit y la lectura sistemática sobre este tema en diferentes disciplinas que fundamentan esta tarea de investigación.Las dos hipótesis son:• Las lenguas de señas son un soporte simbólico importante en la estructuración subjetiva del niño sordo de nacimiento, más allá del resto auditivo con el que cuenta el bebé en hipoacusias bilaterales severas a profundas. • Las dificultades de los padres en la aceptación del diagnóstico y en la inscripción de ese niño en una trama filiatoria se basan fundamentalmente en una falta de representaciones acerca de qué es ser padres de un niño sordo y no únicamente en la cuestión de la herida narcisista y en las consecuencias melancolizantes que semejante daño provoca.

Un poco de historia

La historia de los sordos y de las lenguas de señas es larga, penosa, es una historia de ocultamientos y prohibiciones, pero también de búsquedas y logros. Es la historia de la influencia y del control educativo, legislativo, lingüístico y social de los oyentes sobre los sordos. Y por otro lado, es la historia construida por los propios sordos, al margen de los oyentes como respuesta creativa e independiente. El registro de datos en relación a la sordera se sitúa alrededor del S. I d. C. Los sordos corrían la misma suerte que otros niños que nacían con algún tipo de imperfección: eran sacrificados. “En el medioevo se verifica, en general, un periodo de notable involución y degradación. Si bien los derechos de los sordos habían estado comprometidos desde los tiempos del Justinisno, en el medioevo se añadieron férreas restricciones civiles y religiosas” (Skliar, 1997: 21), fueron privados del

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derecho de heredar y de celebrar misa, así como de contraer matrimonio. Comienza la educación de algunos sordos pertenecientes a la nobleza. El método predominante era el gestual, de origen francés. Con la difusión masiva de los estudios alemanes de lingüística comparada, el nacimiento de la fonética y la foniatría, adquiere relevancia el modelo oralista. Recién en 1880 en el célebre Congreso de Milán se decreta la superioridad del método oralista y la prohibición de los métodos gestuales en las escuelas para sordos.

En Argentina la historia de la educación de los sordos comienza impregnada de la ideología oralista. Es así como en los primeros internados existía la prohibición de comunicarse por medio de lengua de señas. Prohibición que las personas sordas evadían en los horarios extraescolares. Esa es la razón por la cual, la Lengua de Señas Argentina pudo crearse y sostenerse en el tiempo en nuestro país. De un tiempo a esta parte, la situación ha cambiado rotundamente en las instituciones de enseñanza para sordos. La lengua de señas ha vuelto a ser central para todos aquellos que no puedan comunicarse oralmente.Al rastrear la historia de los códigos visogestuales de las lenguas de señas en nuestro país y en el mundo, advertimos el peso y las controversias que ha generado a lo largo de los años. Se trata de enfrentamientos y segregaciones provocados desde las instituciones, pero también desde los propios sordos con la conformación de guetos sin intercambio con el resto de la sociedad.

¿En qué sentido es importante tener toda esta historia presente al pensar en una clínica posible –en una intervención psicoanalítica– en el campo de la sordera?Al nacer un niño sordo, hipoacúsico, comienzan a jugarse una serie de cuestiones que afectan tanto a los padres como a sus hijos:Los diagnósticos generalmente llegan tarde en nuestro país, aunque actualmente existe una reglamentación que implica la realización obligatoria de las otoemisiones acústicas, dentro de los tres primeros meses de vida, a todo niño que haya nacido vivo, y aún cuando el diagnóstico se produzca tempranamente, éste generalmente viene acompañado de un pronóstico tan incierto como determinante. Desde el discurso médico y fonoaudiológico se sostiene un saber contundente acerca de ese niño: se trata de un niño que no aprenderá la lengua de sus padres en los contextos familiares, debe utilizar prótesis auditivas o implantarse y de ahí en más le espera un largo (generalmente toda la niñez y adolescencia) tratamiento de rehabilitación oral. Por otro lado y acompañando estas certezas que recaen sobre el niño, surgen otras dudas que les son trasmitidas a los padres: ¿la sordera estará asociada a alguna otra patología?, ¿habrá problemas en la producción del lenguaje, en la memoria? Las respuestas para estos interrogantes deben esperar el desarrollo de sujeto, ya que no es posible encontrarlas en el momento del diagnóstico.

Cabe preguntarse, en este contexto, cómo sostener las funciones parentales frente a tanta información, frente a tanto saber sobre su hijo, pero también frente a tanta incertidumbre. Mucho se ha escrito acerca de las dificultades de los padres de niños sordos para la filiación de ese hijo, para comunicarse con ese hijo tan diferente, para sentirlo dentro del mito familiar. Quizás, más correcto sería pensar que los padres quedan arrasados por el diagnóstico y por la versión que de sus hijos plantea el discurso médico. En este punto es interesante recurrir a la explicación que brinda Marcelo Silberkasten en su libro La construcción imaginaria de la discapacidad, donde plantea un modo de pensar las fallas en las funciones maternas y paternas en la discapacidad. Dice: “No nos confundamos, la clínica con padres de niños que nacen con problemáticas físicas que implican algún tipo de discapacidad, no alude tanto a aspectos depresivos, y en consecuencia, con implicancias en

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cuanto a la economía narcisista, sino más bien a cuestiones de índole traumática por la imposibilidad misma de poder pensar una situación que no se sabe desde donde asirla, que en general está desgajada de toda historia y acontece en forma intempestiva e inesperada” (Silberkasten, 2006: 18), y continúa diciendo más adelante: “El yo de la madre carece de anclajes identificatorios desde los cuales libidinizarlo […] Se produce la caída de la función maternizante por falta de sostén en el discurso cultural” (Silberkasten, 2006: 20).

Una lectura posible desde el psicoanálisis (que tan poco ha dicho hasta ahora en relación a la discapacidad), es que habría que corregir el curso que podríamos llamar desfiliatorio que provoca este diagnóstico en las familias. Volver al primer encuentro de esos padres con ese hijo y situar allí una premisa diferente, aún más potente y necesaria que el aprendizaje de la oralidad pero también que el aprendizaje de la lengua de señas y la inmersión en la cultura sorda. Winnicott plantea que la adaptación es siempre de los padres hacia el bebé, nunca debe ser del bebé a los padres en los comienzos. Es sumamente importante adentrarse en el recorrido que nos muestra este autor en su artículo de 1963 De la dependencia a la independencia en el desarrollo del individuo para situar algunas ideas básicas de su extensa obra. Dice Winnicott: “… está todo lo heredado, incluso los procesos de maduración y quizás algunas tendencias patológicas, el infante tiene una realidad propia, que nadie puede alterar. Y al mismo tiempo, el despliegue de los procesos de maduración depende de la provisión ambiental. Podemos decir que el ambiente facilitador hace posible el progreso constante de los procesos de maduración, pero el ambiente no hace al niño. En el mejor de los casos permite que el niño advierta su potencial” (Winnicott, 1996: 110). Y luego continúa: “Esta adaptación a los procesos de maduración del infante es sumamente compleja y les plantea a los padres exigencias enormes al principio” (Winnicott, 1996: 111). Winnicott nombra a este estado primero en la madre preocupación maternal primaria. Dice: “…un alto grado de adaptación incluye tanto las tendencias instintivas como las necesidades propias del Yo del infante” (Winnicott, 1996: 112). Entre ellas, entre las necesidades propias del yo, el sostén no remite solamente a la actitud física, sino que, además, implica que no hay una exigencia de la madre hacia el hijo de que la colme, de que complete su narcisismo. A esta aptitud de la madre de no hacer del hijo su sostén privilegiando la significación fálica del bebé, Winnicott la llama holding o sostén.

Los padres deben conocer junto al diagnóstico de sordera, las capacidades que ese niño seguramente tendrá en tanto sujeto con posibilidades de comprensión visogestual y corporal. Estas capacidades no están dañadas, al contrario, están exacerbadas. La incorporación de la lengua de señas en estas familias –como mediador para el acceso al campo simbólico privilegiado y primario– es una posibilidad de filiación que deja a los padres en un lugar central en la subjetivación de ese niño, más allá de los discursos de los equipos educativos o de rehabilitación. La decisión del modo de comunicación se dará luego y es importante que el sujeto elija a partir de una serie de cuestiones, tanto subjetivas como relativas a la posibilidad auditiva y no, que sea determinada por los discursos que del niño con hipoacusia hablan.Seguramente se pueden pensar, a partir de estas líneas, nuevos interrogantes y formulaciones.

El campo de la discapacidad no ha sido suficientemente abordado y merece nuestra atención. Por esto quiero dejar esbozadas algunas puntualizaciones que pueden guiar la tarea de una posible investigación:

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. Partiendo de la premisa de que las discapacidades no determinan la producción de una u otra estructura subjetiva, se propone indagar las particularidades y dificultades que pueda presentar la subjetivación de los niños sordos.. Investigar las causas de la resistencia de los padres frente a la lengua de señas y la escasa utilización de este lenguaje en las familias de niños sordos, aún en aquellos que concurren a las escuelas para sordos en cuales se utiliza mayoritariamente este lenguaje.. Indagar acerca de los efectos en la simbolización de la utilización familiar temprana de la lengua de señas conjuntamente con la utilización de lengua oral. . Indagar, desde el intercambio con los saberes fonoaudiológicos, médicos, pedagógicos y filosóficos en torno a la sordera, qué discursos tematizan al sujeto sordo y qué posibilidades subjetivas le brinda cada uno.

Bibliografía

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psicoanálisis, Buenos Aires: Lugar editorial, 2008.SILBERKASTEN, M., La construcción imaginaria de la discapacidad, Buenos Aires:

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Posibles relaciones entre procesos filiatorios y juego simbólico en niñ@s con diagnóstico de deficiencia cognitiva, genética u orgánica

Valeria Bearzotti Andrés,Cristina Ronchese,

María Laura YorlanoGrupo de Investigación: PSI 215

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Abordaremos el recorrido realizado en la primera etapa (rastreo conceptual bibliográfico) de nuestra investigación, que se propone indagar y analizar las articulaciones posibles entre procesos filiatorios y juego simbólico en niñ@s con diagnóstico de deficiencia cognitiva, de causa genética u orgánica. Como marco teórico referencial situamos el psicoanálisis. La metodología es de corte cualitativo en base a una mirada centrada en la comprensión e interpretación del tema. En la segunda etapa, se está diagramando un dispositivo lúdico grupal pensado como instrumento de investigación- acción. El mismo se implementará con niñ@s, con diagnóstico de deficiencia cognitiva de causa genética u orgánica, que están cursando el primer ciclo en la Escuela Especial Nº 2049; y se resignificará con los aportes de entrevistas realizadas a informantes claves.

Consideramos la niñez como un tiempo de escritura, cuyas letras edifican en una arquitectura borronea –RSI– el andamiaje en el que advendrá el sujeto (Donzis, 1998). El juego y el jugar ocupan un papel central e imprescindible en relación con los mecanismos fundantes de la subjetividad. Para que un niño pueda jugar es necesaria la presencia de un marco brindado por Otro, que contenga y sostenga la escena lúdica. Es en ese Otro donde se encarnan las figuras parentales, los significantes que marcarán una historia, la significación y el lugar simbólico otorgado a un hijo, los diferentes modos en como fue mirado, tocado, alimentado, etc. Estas marcas significantes, filiatorias, se inscriben en el cuerpo del bebé para que, en otro tiempo, éste pueda jugar y jugarse en la acción lúdica.

Pensamos el juego como escenario en el cual el niño se apropia de los significantes que lo marcaron (Coriat, 2006). En la deficiencia, observamos que ocurre una conmoción en el narcisismo de los padres que pone en cuestión el lazo filiatorio (Coriat, 2006). En estos casos, nos encontramos con etiquetas, diagnósticos médicos, mediciones de C.I. que catapultan la posibilidad de que un niño realice un despliegue lúdico, ya que, se lo ubica en un lugar del que no puede escabullirse, una realidad inamovible, y precisamente, aparece en menos su posibilidad de simbolizar, de metaforizar; notándose un predominio de la literalidad y la estereotipia. Poder jugar implica que el sujeto pueda amarrarse a una creencia, a una ficción. La posibilidad o imposibilidad de jugar no está condicionada por la herencia y la condición biológica. Podría pensarse entonces, que la imposibilidad de jugar, tan común en niños con deficiencias, es más bien consecuencia de los efectos que la patología tiene sobre ese Otro con el que el niño se encuentra apenas nace (Levin, 2006).

Los interrogantes que abordaremos son:

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Los niños que presentan alguna deficiencia cognitiva (genética u orgánica): ¿atraviesan las operatorias de constitución psíquica planteadas desde el psicoanálisis para el sujeto neurótico?El diagnóstico de deficiencia cognitiva: ¿compromete de algún modo los procesos filiatorios inherentes y necesarios a la constitución psíquica?¿Qué relaciones pueden establecerse entre los procesos filiatorios y el juego simbólico?En estos casos: ¿el juego simbólico presenta dificultades en su surgimiento u organización?

Palabras clave: deficiencia cognitiva - juego simbólico - procesos filiatorios

Comunicación

Con nuestra investigación nos proponemos indagar y analizar las articulaciones posibles entre procesos filiatorios y juego simbólico en niñ@s con diagnóstico de deficiencia cognitiva, de causa genética u orgánica. Como marco teórico referencial optamos por el psicoanálisis. La metodología elegida es de corte cualitativo en base a una mirada centrada en la comprensión e interpretación del tema. Consideramos a la niñez como un tiempo de escritura cuyas letras edifican en una arquitectura borromea –RSI– el andamiaje en el que advendrá el sujeto (Donzis, 1998). Pensamos que el juego y el jugar ocupan un papel central e imprescindible en relación con los mecanismos fundantes de la subjetividad. Norma Bruner (2009) plantea que el “juego encarna la estructura, la anuda y articula (encadena) con el desarrollo y lo Real orgánico en la infancia” (Bruner, 2009: 42). Para que un niño pueda jugar es necesaria la presencia de un marco brindado por Otro, que contenga y sostenga la escena lúdica. Es en ese Otro donde se encarnan las figuras parentales, los significantes que marcarán una historia, la significación y el lugar simbólico otorgado a un hijo, los diferentes modos en que fue mirado, tocado, alimentado, etc. Estas marcas significantes, filiatorias, se inscriben en el cuerpo del bebé para que, en otro tiempo, éste pueda jugar y jugarse en la acción lúdica. Siguiendo a Elsa Coriat (1996) situamos al juego como escenario en el que el niño se apropia de los significantes que lo marcaron. Poder jugar implica que el sujeto pueda amarrarse a una creencia, a una ficción.

Entendemos que la posibilidad o imposibilidad de jugar no está condicionada por la herencia y la condición biológica. Nos preguntamos entonces: ¿qué ocurre en la deficiencia? ¿Necesariamente el juego debe verse afectado? El diagnóstico de deficiencia cognitiva: ¿compromete de algún modo los procesos filiatorios inherentes y necesarios a la constitución psíquica? ¿Qué relaciones pueden establecerse entre los procesos filiatorios y el juego simbólico? En estos casos: ¿el juego simbólico presenta dificultades en su surgimiento u organización?

A partir de la lectura propuesta en la bibliografía, situamos la hipótesis de que el nacimiento de un hijo con discapacidad, puede generar obstáculos a la hora de establecer un lazo filiatorio y que el juego simbólico no puede no quedar en esa misma línea. En virtud de lo cual, es preciso suponer consecuencias en la constitución psíquica del niño. En este sentido, Elsa Coriat (1996) conceptualiza acerca de la mano que produce las inscripciones y también se pregunta sobre qué papel se sitúan esas marcaciones. El cuerpo, la superficie corporal serían el papel. Hay papeles donde se puede escribir y la tinta se desliza fácilmente, es decir, que lo que queda escrito permanece nítido y claro. Pero a veces, nos encontramos con papeles donde la tinta no puede fijarse, donde la escritura se

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obtura, donde hay que marcar y remarcar la escritura. Hay otras circunstancias en donde por más que se intente, no hay forma de escribir una letra para que pueda ser leída por otro.

Generalmente, dice Coriat, en el campo de la discapacidad trabajamos con un cuerpo que requiere de múltiples intentos para que algo pueda ser inscripto.Podría pensarse entonces, que la imposibilidad de jugar, tan común en niños con deficiencias es, más bien, consecuencia de los efectos que la patología tiene sobre ese Otro con el cual el niño se encuentra apenas nace (Levin, 2003). Observamos que ocurre una conmoción en el narcisismo de los padres que pone en cuestión el lazo filiatorio (Coriat, 1996). Con frecuencia, el Otro no puede suponer allí un sujeto, no propicia su emergencia.

El síndrome, la discapacidad, cobra allí toda su relevancia. Allí, entonces, se ubica un deseo inconsciente de muerte respecto de ese hijo. Si se le da lugar al deseo de muerte, se abre una perspectiva sombría que puede expulsar el Nombre-del-hijo, o sea, el hijo como nombre. Si se forcluye el Nombre-del-hijo, el niño pasa a ser nombrado por la deficiencia. En ese caso, es el niño el representante de su dificultad, encarnando lo mortal en su propio cuerpo. Hay una ruptura en el encadenamiento filiatorio, queda así desinvestido, desvestido de un deseo que lo ancle a la vida. Hay quiebre filiatorio.

En estos casos de deficiencias, nos encontramos con etiquetas, diagnósticos médicos, mediciones de C.I. que catapultan la posibilidad de que un niño realice un despliegue lúdico, ya que, se lo ubica en un lugar del que no puede escabullirse, en una realidad inamovible, y precisamente, aparece en menos su posibilidad de simbolizar, de metaforizar, notándose un predominio de la literalidad y la estereotipia. Oponemos juego simbólico a estereotipia. En la estereotipia no hay historicidad, es una producción en lo real con duración indefinida. La estereotipia es la realización de la imposibilidad del jugar. Aquello que marca la experiencia del estereotipar es la ausencia del tiempo de la significación. La estereotipia es una duración desierta y uniforme, sin articulación ni diferencia. Según Levin (2003) es inmediata e inmanente, designa lo real y marca la ausencia del sujeto. El niño, al estereotipar, crea un sistema lineal, unidireccional de equivalencias y conexiones pero sin reversibilidad, ni intercambio simbólico. Ricardo Rodulfo (1993), quien aborda el jugar desde la perspectiva del significante del sujeto, sostiene que la estereotipia muestra una perturbación en la operación de construcción de superficies (primera función del jugar). Son esbozos amputados, restos de superficies mal formadas.

Con estas cuestiones nos encontramos en el espacio de juego que hemos generado como dispositivo de la investigación que nos ocupa. Semanalmente, concurrimos a la Escuela Especial N° 2050 y trabajamos con niños, de entre 7 y 9 años222, que se encuentran transitando el Primer Ciclo de escolarización primaria. Algunos, de ellos, portan un diagnóstico de organicidad (Síndrome de Down, Síndrome de X Frágil, entre otros), otros no, aunque sí evidencian serias dificultades en la estructuración del lenguaje (la mayoría hablan con palabras frase, palabra yuxtapuesta, parafasias y algunos neologismos), en el

222 Dada la dificultad en encontrar grupos de niños de entre 4 y 6 años con diagnóstico de discapacidad genética u orgánica, ya sea en escuelas normales como en escuelas de educación especial, optamos por modificar el grupo etáreo con el que realizamos la investigación. Ocurre que los niños menores de 6/7 años, en general, se encuentran en integración en escuelas comunes y sólo a partir de la escolarización primaria van ingresando a las escuelas especiales.

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desarrollo cognitivo y en la posibilidad de iniciar y/o desplegar juego simbólico, encontrándose aún en operatorias previas.

• Nos encontramos con niños con movimientos estereotipados (Ana gira sin parar emitiendo un ruidoso sonido), con repeticiones de impulsos y conductas que no acatan una intervención/ interdicción: Ana toca partes íntimas del cuerpo del otro, y por más que se insista en decirle que eso no se hace, vuelve a realizarlo en varias oportunidades, como si no registrara lo que se le manifiesta. Por momentos, se abalanza sobre alguna de nosotras, se pegotea, adhiere su cara a la de alguna de nosotras, y sus abrazos en ocasiones nos hacen caer; no permite movimiento alguno de nuestra parte. También toma nuestras carteras o las mochilas de sus compañeros para abrirlas y sacar lo que encuentre… Abre y saca, abre y saca, etc. ¿Qué busca? ¿Se trata de un vaciar y vaciar sin cesar? ¿De un agujerear al Otro?

• Sofía se expresa en una adhesión literal al cuerpo del otro, sobre la que se requiere intervenir para poder generar un espacio en el que algún juego pueda desplegarse: surge así cierta imitación diferida, primer esbozo de representación que da cuenta de un comienzo de inscripción de dicha separación (una de nosotras, se pone una nariz de payaso y más tarde, la niña se arma su propia nariz de payaso con la plastimasa).

• Cecilia juega con una billetera que tiene en su mochila, abre, cierra, pone y saca papeles. La lleva debajo del brazo, como algún adulto que seguramente ha visto alguna vez. Se sienta en el escritorio, acomoda su silla, toma el lugar de la maestra. Ordena los papeles que encuentra, abre y cierra cajones. Le muestra su cuaderno a una de las coordinadoras del taller.

• Dos de los niños pelean, se toman de los pelos, se tironean, no se sueltan. El lenguaje no media, el cuerpo se expresa sin encontrar límite ni regulación. Debemos intervenir para separarlos pero la escena se reanuda una y otra vez.

En el taller inicial de presentación, propusimos el juego de la caja: romper y abrir el envoltorio, de la misma. Esto se mostró como un desafío de diversa connotación para cada uno de l@s niñ@s. Desafío que aceptaron con entusiasmo; algunos, un poco desmedido… El encuentro con la plastimasa no generó una construcción espontánea de parte de l@s niñ@s, sino que la posibilidad de fabricar algo fue el resultado de diversas intervenciones y propuestas de nuestra parte. En algunos casos, lo único posible fue copiar al otro, en otros, algo de lo propio se pudo desplegar en tal fabricación.

• Manuel nos sugiere construir un muñeco parecido al que tiene, para luego armar una lucha entre ambos, construyendo allí cierta ficción.• Tobías continúa la incipiente silueta que modela una de las coordinadoras del taller, atendiendo a su pedido. Hace tiras siguiéndola y le agrega brazos y piernas. Continúa haciendo tiras y comienza a ubicarlas en forma horizontal sobre el muñeco, sin poder detenerse, hasta tapar la figura casi por completo.• Mario le pide a una de las coordinadoras que haga una patineta, observa atentamente lo que ella hace con sus manos. Luego le pide hacer juntos un nene, única construcción que le permite crear y agregar algo propio. Modela ojos y boca y los pega en la cara.• Manuel juega con un avión de plastilina. Mario y Tobías intentan hacer uno igual y comienzan a volar por el salón. Hacen el ruido de un motor.

El juego simbólico tiene que ver con una apropiación, con la creación de una historia singular, única, subjetiva. Para que esto suceda debe existir allí un deseo que circule, sin detenerse. Esteban Levin (2003) afirma que desear implica apropiarse y aprehender en ese acto de saber subjetivo. En el jugar no hay caminos prefijados, l@s niñ@s juegan a ser lo

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que no son, representan, ficcionan, escenifican. El juego simbólico implica movimiento, corte, salto, sorpresa. Se hace posible porque hay espacio disponible. Espacio que permite al niño crear y representarse diferente. Ese vacío, dice Levin (2003), le permite arrojarse a jugar, aunque desconozca el deseo que lo impulsa. El arrojarse es aventurarse. La experiencia del jugar implica estructuralmente su propio fracaso. Esteban Levin (Levin, 2003: 117) afirma, en relación a esto, que: “si en algún momento se unificara el “como si” con el “sí” del sujeto, el personaje con el niño o el niño con el personaje, en ese instante, no estaría jugando, sino actuando en ficción, sin mascarada, sin marco simbólico. El niño no podría jugar a ser, pues sería, rompiendo así el fundamento mismo de la experiencia significante del juego escénico”.

En el juego de imitar animales (hacer como si), Lucio, quien, hasta el momento en que se lo convoca personalmente a jugar, se encontraba parado junto a la ventana, escondiéndose detrás de la cortina, y apareciendo al ratito con una sonrisa y diciendo: “acá etá!”, en un despliegue de fort-da insistente, cuando se le acerca una de nosotras y le pregunta si quiere hacer la mímica del animal junto con ella, le dice: ¡Miauuuu!, en alusión al gato que observa en la tarjeta. Encontramos allí expresiones primarias de las operatorias precursoras del juego simbólico.Por otro lado, Mario, Ana, Cecilia y Manuel imitan diferentes animales. La iniciativa parte de Manuel y los demás lo toman como modelo. Manuel suele arrebatar las tarjetas (que tienen los dibujos de animales) de nuestras manos y de las manos de sus compañeros. Un mismo juego que supone un despliegue escénico para uno y un punto de partida de estereotipias para otros.

No podemos dejar de mencionar que la población que asiste a tal escuela (en cuyo comedor desayunan, almuerzan y meriendan) evidencia escasos recursos económicos y pareciera que también, simbólicos. Inclusive sus historias de origen y sus experiencias cotidianas están colmadas de situaciones traumáticas desubjetivantes. Por otra parte, observamos que algunos niños se presentan no higienizados. Nos preguntamos: ¿a qué lugar, a qué mundo, han advenido? ¿Qué se les puede ofrecer desde allí? ¿Cuán dispuestos están ellos a tomar algo nuevo que aparezca?

Un niño deberá tratar de encontrar significantes que lo representen ante y dentro del discurso familiar, es su única posibilidad de ser. Ricardo Rodulfo (1993) señala la importancia de inmiscuirse en el mito familiar en el que vive el niño, representado en cada una de las simples prácticas cotidianas que lo componen. Jacques Lacan toma de Sigmund Freud el concepto de huella mnémica como inscripción. El cuerpo del bebé es marcado por el Otro, es significado de un modo particular y ello va más allá de la organicidad. Lacan nos habla de marcas.El niño que presenta organicidad, para poder advenir como sujeto del deseo, debe cumplir las mismas premisas que en el caso de un niño orgánicamente normal. Depediendo de cómo sean las marcas fundantes, se posibilitará u obturará la emergencia de un sujeto.

Dice la mamá de Ana, refiriéndose a lo que sintió cuando la doctora le comunicó que su hija tenía Síndrome de Down: “El dolor mío era que ella no iba a ser una mujer como todas las mujeres y que no iba a tener las mismas posibilidades de tener novio, marido, hijos, como todas las mujeres”. Una mamá que no encuentra, en sí misma, ningún parecido con su hija, a la que la ubica, en los parecidos, del lado de la familia del ex marido (padre de la niña)Lucio le dice mamá, a su madre biológica y a su abuela quien se encarga de todo. Su madre, quien tiene el mismo diagnóstico genético que él, dice que cuando nació “era gordito y con

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ojos chiquitos, era igual a mi” pero “tiene el carácter del padre”. Además, afirma que cuando juegan a las cartas Lucio hace trampas como su abuelo materno, “se esconde la carta que necesita como hace mi papá”.

Norma Bruner (2009) manifiesta que hay sujetos para quienes la encrucijada que representa el diagnóstico orgánico hace destino, y hay sujetos para quienes no. Tras lo cual se pregunta: “¿Porqué algunos llegan a holofrasear el diagnóstico orgánico al destino del sujeto y otros no, sosteniendo una relación de negación tal que permita afirmar su existencia y al mismo tiempo poder afirmar otro lugar al sujeto y al deseo? Vemos que hay elección/es en juego” (Bruner, 2009: 56). Siguiendo a Bruner abrimos la pregunta: “¿Puede un niño equivocar la voz profética del Otro? ¿Cómo se defiende un niño del mandato encarnado por los adultos de los que depende, en tanto dependencia real de su amor y de su deseo?

Bibliografía

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constitución temprana, Buenos Aires: Paidós, 1993.

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La literatura para niños como recurso subjetivante en los nuevos escenarios educativos

Analía Musumano y Ana MaschioGrupo de Investigación: PSI 217

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Esta investigación surge como continuidad de una primera que se desarrolló a partir del año 2007, en la que nos propusimos indagar por qué y cómo la literatura para niños se constituye en elemento crucial que favorece el proceso de subjetivación.

En la actualidad nos proponemos analizar lo que acontece en relación al tema, en el ámbito escolar, específicamente, en los niveles: Inicial y Primario. Para ello decidimos organizar un Seminario-Taller de Formación Docente que nos permitiera generar nuevos conocimientos a partir de reflexionar sobre las prácticas que tienen lugar en el campo de la educación y que intentan dar respuesta a las demandas actuales. Convocamos particularmente a docentes y directivos de instituciones escolares, haciendo extensiva la invitación a todos aquellos que se encuentren atravesados, de algún modo, por la temática. Pensamos este espacio como una instancia en la que se favorezca la interacción de docentes e investigadores propiciando la construcción colectiva de conocimientos y la creación interactiva de estrategias aplicables a la labor educativa, en un movimiento dialéctico de enriquecimiento mutuo.

Dados los antecedentes investigativos y los avances logrados, afirmamos que la literatura para niños es un recurso esencial para abordar problemáticas vigentes tales como: la precariedad de los procesos de constitución subjetiva y la fragilización simbólica de la niñez, condiciones que determinan un estado de vulnerabilidad psicosocial.

Las líneas teóricas que funcionan como fundamento teórico-referencial son: el psicoanálisis, la psicología genética y la psicología sociocultural. El enfoque se centra en una perspectiva preventiva, entendida como práctica social. En consecuencia se han seleccionado recursos metodológicos: participativos, abiertos y flexibles, que se corresponden con la propuesta de la investigación-acción.

Tradicionalmente la escuela ha funcionado como el espacio privilegiado para la transmisión de los bienes culturales, siendo al mismo tiempo una de las instituciones productoras de subjetividad. Nos interpela la pregunta por la vigencia de ciertos mandatos sociales, nos interrogamos acerca de los nuevos modos de producción de subjetividad en la actualidad y el papel que le cabe a la escuela. Constituye un desafío indagar cómo se posibilita la puesta en juego de la literatura para niños en estos nuevos escenarios educativos y su incidencia en la subjetividad de intemperie. Pensamos a este recurso como una herramienta simbólica e imaginaria plausible de ser utilizada por los docentes en su tarea cotidiana.

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Palabras clave: literatura para niños - subjetivación - vulnerabilidad psicosocial - escenarios educativos

Comunicación

Esta investigación surge como continuidad de una primera que se desarrolló a partir del año 2007, denominada: Posibilidades preventivas de la literatura infantil como recurso subjetivante en niños y niñas en situación de vulnerabilidad psicosocial. En ella nos propusimos indagar por qué y cómo la literatura para niños deviene un elemento crucial que favorece el proceso de subjetivación. Dicha investigación se desarrolló en espacios educativos no formales (ludotecas, parroquias, organizaciones no gubernamentales) y constituyó un enfoque que puede considerarse complementario de la actual propuesta de trabajo dirigida a la educación formal. Entre los antecedentes de investigaciones realizadas por el equipo de cátedra ubicamos también, aquella en la que abordamos el tema de la prevención en Psicología Educacional (Menin, 1997), donde se propusieron diversas modalidades de abordaje del oficio del psicólogo en el campo de la educación desde una perspectiva preventiva.

En la actualidad nos proponemos analizar lo que acontece en el ámbito escolar, específicamente, en los niveles: Inicial y Primario. Para ello, decidimos organizar un Seminario-Taller de Formación Docente. El objetivo es generar nuevos conocimientos a partir de las reflexiones sobre las prácticas que tienen lugar en el campo de la educación y que intentan dar respuesta a las demandas actuales.

La indagación se realiza desde el modelo metodológico de la investigación-acción, dado que este enfoque rescata el valor intrínseco que posee el conocimiento de la propia práctica y de los modos de interpretar la realidad. Nuestro propósito es analizar los sentidos y significaciones de los docentes con quienes estamos trabajando en forma conjunta. Pensamos este espacio como una instancia que favorece la interacción de docentes e investigadores, propicia la construcción colectiva de conocimientos y la creación de estrategias aplicables a la labor educativa, en un movimiento dialéctico de enriquecimiento mutuo. Trabajar desde ese posicionamiento permite incluir lo singular de cada grupo o institución como elementos esenciales de análisis, como materia prima de cualquier cambio posible. Por eso apelamos a una participación que vaya más allá de lo nominal, que se traduzca en implicación. Esto exige horizontalizar las prácticas para que exista un intercambio que habilite un abordaje compartido.

Vulnerabilidad psicosocial y prevención

Dados los antecedentes investigativos y los avances logrados, afirmamos que la literatura para niños es un recurso esencial para abordar problemáticas vigentes tales como: la precariedad de los procesos de constitución subjetiva y la fragilización simbólica de la niñez, condiciones que determinan un estado de vulnerabilidad psicosocial.El enfoque se centra en una perspectiva preventiva, entendida como práctica social. En consecuencia se han seleccionado recursos metodológicos: participativos, abiertos y flexibles, que se corresponden con la propuesta de la investigación-acción.

La prevención, generalmente entendida como anticipación o evitación, presenta ciertos límites cuando se trabaja en el campo de la educación. Problemáticas como la violencia, los

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problemas de aprendizaje, el fracaso escolar, entre otras, muestran con su insistencia que un abordaje preventivo no puede estar basado en la identificación y el aislamiento de factores de riesgo. Por el contrario, debe apelar a la potenciación de los recursos con los que cuenta cada sujeto o grupo humano. Por tal motivo no es posible una transpolación directa del concepto de prevención desde el campo de la salud. En todo caso, lo que se intenta evitar es que el malestar alcance niveles tales que impidan al sujeto producir y amar.Entendemos a la prevención como la posibilidad de rescatar los vínculos, de activar el dinamismo propio de los procesos sociales cuando éstos han quedado inmovilizados o giran repetitivamente en torno a un punto, evitando la aparición de cambios instituyentes, y de ejercitar una mirada y una escucha, atentas a las manifestaciones de la subjetividad.

Tradicionalmente la escuela ha funcionado como el espacio privilegiado para la transmisión de los bienes culturales, siendo al mismo tiempo una de las instituciones productoras de subjetividad. Nos interpela la pregunta por la vigencia de ciertos mandatos sociales, los nuevos modos de producción de subjetividad en la actualidad y el papel que le cabe a la escuela. Constituye un desafío indagar cómo se posibilita la puesta en juego de la literatura para niños en estos nuevos escenarios educativos y su incidencia en la subjetividad de intemperie, que emergen en el estallido de la maquinaria disciplinaria. “Ya no se trata de subjetividades de encierro sino de existencias a cielo abierto que en plena contingencia navegan sin distinción de fronteras por diversos territorios despojados de una simbolización instituida” (Duschatzky, 2010:25). Pensamos a la literatura como una herramienta simbólica e imaginaria plausible de ser utilizada por los docentes en su tarea cotidiana.

La complejidad de la realidad actual marcada fuertemente por la ruptura de los lazos sociales, el individualismo extremo, el predominio de la imagen y la fragilización de la subjetividad, instala ciertos interrogantes: ¿Cómo volver a tejer lentamente los hilos invisibles de las redes que nos unen? ¿Cómo recuperar la identidad? ¿Cómo transmitir a niños y niñas el legado de múltiples historias?

El suelo epistémico

Las líneas teóricas que funcionan como fundamento teórico-referencial son: el psicoanálisis, la psicología genética y la psicología sociocultural.Bruno Bettelheim se ha dedicado a indagar este tema desde la perspectiva psicoanalítica. En una de sus investigaciones, se aboca particularmente a explorar por qué los cuentos populares resultan tan valiosos en la educación de los niños (Bettelheim, 1975). Sostiene que estos cuentos brindan contribuciones psicológicas positivas al crecimiento interno del niño en tanto: restablecen el sentido de la vida; nutren la fantasía; estimulan la imaginación y la capacidad de observación; ayudan a desarrollar el intelecto; ayudan a clarificar emociones; permiten reconocer las dificultades y sugieren soluciones para afrontarlas. Los relatos de cuentos, por tanto, pueden ser considerados terapéuticos en sí mismos. En ellos, niños y niñas encuentran soluciones a las conflictivas actuales mediante la contemplación activa de aquello que de la historia parece aludir a sí mismo y a sus conflictos internos. Al decir de Bettelheim, los cuentos de hadas brindan elementos para ayudar a niños y niñas en el proceso de crecimiento que puede resultarles doloroso. Encontramos también una serie de temores universales abordados por los cuentos de hadas en todas las fases del desarrollo del hombre. Nos referimos a la angustia frente a la muerte, vinculada con la angustia de separación o abandono del otro. Los padres, cuidadores y educadores de los niños tienen en este aspecto una misión referida no sólo al alivio de tensiones o angustias a partir de los

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conflictos infantiles, sino también en lo que hace a la transmisión de la herencia cultural. Es muchas veces, a través de la literatura que se inaugura una genealogía en términos culturales para el niño. En los relatos el adulto –lector o relator– cobra un lugar especialmente relevante.

El cuento de hadas permite la transmisión de un orden moral, no a través de conceptos éticos abstractos, sino por medio de lo que se presenta tangible y concreto. Habla de los fuertes impulsos internos del niño de un modo que él mismo puede comprender inconscientemente, sin quitar importancia a las graves luchas internas que comporta el crecimiento.A través de los cuentos, el niño transita la experiencia de la diferencia y la igualdad, en un espacio y tiempo compartidos con otros, mediante historias que se hacen vida por efecto de las palabras. La comprensión del mundo simbólico e imaginario que se despliega en ese encuentro con la narrativa, posibilita nuevos modos de subjetivación al permitir ligar en algún punto lo pulsional con lo cultural.

Emilia Ferreiro (2001), desde la psicología genética, plantea que la lectura no debería acotarse a la mera traducción de unidades gráficas a unidades sonoras, sino que se trata del ingreso a un universo mágico y cultural. La fascinación que produce en los niños la lectura de un cuento tiene que ver con un descubrimiento fundamental relacionado con que la escritura produce un efecto de fijación sobre la lengua, impide que las palabras se dispersen, se desvanezcan o se sustituyan. La reiteración, hace posible un mundo nuevo, el de la representación, y por lo tanto el acceso al mundo simbólico.

Considerando los aportes de Lev Vygotsky (1979) resulta pertinente recurrir a las categorías de signos y herramientas. Se plantea como relevante la utilización de la literatura infantil, como herramienta/signo simbólica e imaginaria. Al mismo tiempo que posibilita la potenciación de lazos sociales y subjetivos, permite la interacción con pares y adultos, quienes potenciarán los aprendizajes, permitiendo el desarrollo de las funciones cerebrales superiores, al operar en lo que Vygotsky denomina zona de desarrollo próximo. Al establecer relaciones entre los procesos de socialización y adquisición del lenguaje, éste se convierte en un instrumento que contribuye a que los niños se integren en su grupo social, transformándose a través del proceso. Por lo tanto, el relato de cuentos resulta óptimo para ofrecer nuevas herramientas y signos a aquellos que no tienen facilitado el acceso a este capital cultural.

Pierre Bourdieu (1967) define capital simbólico como la capacidad para anular el carácter arbitrario de la distribución del capital haciéndolo pasar como natural. Quienes posean el capital simbólico tienen el poder de hacer cosas con palabras: construir una verdad e imponer una determinada visión del mundo, establecer los criterios de diferenciación social, clasificar y construir los grupos. La realidad no sólo es un conjunto de relaciones de fuerza entre agentes sociales, es también un conjunto de relaciones de sentido. Éstas constituyen la dimensión simbólica del orden social. La cultura selecciona significaciones no universales y arbitrarias y las presenta como universales y objetivas.

Silvia Schlemenson (1999) subraya la importancia de pensar, leer y escribir en tiempos actuales, en tanto implican construcciones psíquicas imprescindibles para permanecer como miembros de la sociedad y el sistema. Agregamos, la relevancia de la construcción de sujetos capaces de producir transformaciones sociales.

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De acuerdo a lo estudiado por Silvia Duschatzky y Cristina Corea (2002); y al recorrido efectuado en la investigación previa, es probable que nos encontremos con lo que dichos autores denominan subjetividad de intemperie: un modo de habitar sin garante ni referente, sin consistencia sólida que oriente nuestra forma de entender, comprender y vincularnos con el mundo.

Tradicionalmente, los textos infantiles han estado ligados a la educación. Los primeros libros infantiles no fueron literarios, sino que iban dirigidos a los niños de la elite aristocrática. Según Rosell (2001), los mismos incluían los principios morales, sociales, religiosos de lo que hoy denominaríamos el programa. A veces, se agregaba algún recurso narrativo o imaginativo cuya única función era promover la asimilación de conocimientos por parte de los niños. Los primeros libros que pueden ser denominados de literatura infantil fueron compilaciones de fábulas o vidas ejemplares. Esta impronta de domesticación a través de la literatura, ha permanecido a través del tiempo. La escuela tradicional ha utilizado lo literario como elemento moralizante, o como recurso pedagógico.En el libro El revés del reino, donde consignamos los resultados de la investigación acerca de la literatura infantil como recurso subjetivante, mencionamos: “La escuela está focalizada en enseñar los contenidos considerados básicos, en depositarlos en un sujeto pasivo, y en transferir sus discursos específicos mediante rituales estereotipados, sin dar lugar al deseo del niño” (Bloj et al., 2009: 26).

Para Jean Hebrard (2000) la escuela no puede enseñar “el placer de la lectura”, pero sí puede compartir significados y sensaciones. Según Christine Nöstlinger (1993) la literatura infantil no es una pastilla pedagógica envuelta en papel de letras sino literatura, es decir, mundo transformado en lenguaje.Rescatamos aportes de la investigación realizada por la Cátedra de Psicopedagogía Clínica de la Facultad de Psicología de la UBA, en el marco de un convenio con UNICEF-Argentina y la UBA: Programa de intervención para el desarrollo del lenguaje en la infancia. En él, los autores destacan el valor de escuchar las narraciones de los niños, incentivar la argumentación y la comunicación de sus propias experiencias y pareceres.

La formación docente

El discurso del mercado imperante en nuestros días impacta directamente en la conformación de las subjetividades actuales, la escuela puede proponer otros modelos como soportes identificatorios. El docente con su práctica puede contribuir a la constitución del sujeto como representante de la cultura.

La actividad central que estamos realizando actualmente como equipo es el dictado del Seminario de Formación Docente. La organización y difusión estuvo a cargo de la Secretaría de Extensión Universitaria y la Cátedra de Psicología Educativa II de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario. Cuenta con el auspicio del IRICE (Instituto Rosarino de Investigación en Ciencias de la Educación) y del Departamento de Psicología Educativa de esta Facultad; así como la adhesión de la Sociedad de Pediatría de Rosario. De esta manera el proyecto enlaza los tres ejes fundamentales de la actividad académica universitaria: investigación, docencia y extensión.El seminario está organizado en cuatro momentos:

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1) Abordaje y desarrollo de concepciones teóricas que permitan comprender la literatura para niños como recurso subjetivante.

2) Propiciar la construcción de dispositivos y recursos para trabajar en el aula. 3) Puesta en práctica de los dispositivos. 4) Momento de análisis y evaluación colectiva de la puesta en práctica de los

dispositivos creados y del proceso recorrido en el seminario.

Por otra parte, hemos diseñado un blog de la investigación a partir del aporte de todos los integrantes de la misma. Diversos materiales abonan esta producción (videos, cuentos, bibliografía, desarrollos teóricos, etc.). Además se encuentra en elaboración un dossier con producciones de cada uno de los docentes a cargo de la coordinación del seminario.Junto con los integrantes de la comunidad escolar nos interrogamos acerca de los nuevos modos de producción de subjetividad en la actualidad. La escuela constituye un universo reglado que habilita zonas permitidas y zonas prohibidas, que instalan reglamentos, ritos y costumbres. Nos proponemos acompañar a los docentes en una práctica capaz de producir subjetividad vinculada a modos de existencia particulares.

Estamos aportando a los participantes los conocimientos obtenidos en la investigación anterior, produciendo una revisión y enriquecimiento de los mismos en el debate y puesta en práctica de sus experiencias. El cursado del seminario otorga al docente herramientas transformadoras, con materiales específicos, ayudando a desnaturalizar aquellas miradas coaguladas, que parecieran dejarlos sin alternativas de intervenciones posibles, en soledad y en un lugar de queja.

Bibliografía

BAUMAN, Z., Modernidad líquida, México: Fondo de Cultura Económica, 2003.BETTELHEIM, B., Psicoanálisis de los cuentos de hadas, Barcelona: Crítica, 2003.BLOJ, A; MASCHIO, A. y A. MUSUMANO (comps.), El revés del reino: Experiencia de

investigación. La literatura infantil como recurso subjetivante, Rosario: Laborde Editor, 2009.

BOURDIEU, P., Les Heritiers. Los estudiantes y la cultura, Barcelona: Labor, 1967.DUSCHATZKY, S., Maestros errantes. Experimentaciones sociales en la intemperie,

Buenos Aires: Paidós, 2010.DUSCHATZKY, S. y C. COREA, Chicos en banda. Los caminos de la subjetividad en el

declive de las instituciones, Buenos Aires: Paidós, 2002.FERREIRO, E., Pasado y presente de los verbos leer y escribir, Buenos Aires: Fondo de

Cultura Económica, 2001.HËBRARD, J., Conferencia El aprendizaje de la lectura en la escuela: discusiones y

nuevas perspectivas, Biblioteca Nacional, Buenos Aires: 2000.MENIN, O. (comp.), Problemas de Aprendizaje ¿Qué prevención es posible?, Rosario:

Homo Sapiens Ediciones, 1997.MORA, L., “Entrevista con Christine Nöstlinger”, en El Urogallo, sept.-oct.1993, pp. 10-

15.OSELL, J., Un oficio de centauros y sirenas, Buenos Aires: Lugar Editorial, 2001.SCHLEMENSON, S., Leer y escribir en contextos sociales complejos, Buenos Aires:

Paidós, 1999.VYGOTSKY, L., El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, Barcelona:

Editorial Crítica, 1979.

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Investigación clínica en niños con precarización simbólica

Cecilia Satriano y Valéria Marques De OliveiraGrupo de Investigación: PSI 193/CIUNR

Departamento de Psicología (URFRJ) BrasilFacultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

La investigación clínica psicoanalítica es un tema poco abordado y su mayor dificultad está centrada en el tratamiento metodológico. En este sentido, implica un compromiso entre los procedimientos clínicos, la instrumentación operativa y los resultados.El trabajo que se presenta en estas jornadas son algunos de los resultados obtenidos en una experiencia de investigación, llevada a cabo durante el período 2006-2009. Participaron un grupo de los graduados psicólogos, concurrentes a una pasantía de postgrado e integrada por docentes de ambas universidades: UNR y UFRRJ-Brasil.El compromiso estuvo centrado en la niñez, porque aparece como un grupo instalado en la fragilidad social, siendo vulnerable por diversas circunstancias; y en el camino hacia la exclusión.

Concretamente, el propósito fue el abordaje con niños que presentan condiciones de riesgo y/o precariedad simbólica, con el objetivo de conocer los efectos que generan las condiciones de carencia en la constitución subjetiva. Por esa razón, la unidad de análisis fueron tanto el niño como su familia.Las investigaciones clínicas de este tipo requieren una reflexión metodológica que pueda adecuarse a la lógica empleada en el diseño del objeto de la investigación. En este sentido, el estudio de casos individuales es uno de los recursos metodológicos más utilizados en el ámbito de la psicología, especialmente del psicoanálisis. Son instrumentos válidos para emprender un seguimiento sistemático de casos. Además, estos estudios permiten una mirada longitudinal; y la captura y el análisis de los procesos que facilitan el descubrimiento de hechos, procesos y fuentes de datos. En esta investigación significó un material utilizado con fines exploratorios, que incluyó relatos o fragmentos de diversos momentos del seguimiento realizado. Además, fue el instrumento mediante el cual se abordó la problemática de la indagación, con el propósito que algunos de sus resultados sirviesen para la conceptualización acerca de los modos de intervención.

En este sentido, el seguimiento de casos permitió establecer una aproximación diagnóstica, implicando un trabajo exhaustivo con el material de las sesiones, destacando los enunciados relacionados con las hipótesis clínicas. Las hipótesis son consideradas respuestas provisionales de las relaciones conceptuales entre categorías y sus propiedades. Y son importantes porque el análisis de los datos está ligado a las hipótesis iniciales o generales, que han dado lugar a la indagación de un problema. Se realizó un enfoque articulado entre la perspectiva conceptual como soporte referencial y la intervención a través de entrevistas, con la finalidad de conocer las condiciones subjetivas y la evaluación de la precarización simbólica de los niños. En el desarrollo de la

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investigación se evaluaron las diversas intervenciones, para determinar los cambios en los modos de subjetivación.

Los datos obtenidos tuvieron un tratamiento complementario en distintos momentos, posibilitando su análisis desde ambas perspectivas metodológicas. Se establecieron correlaciones significativas por medio del estudio sistemático de cada caso, ubicando las dificultades que presentan los niños en su producción simbólica. En función del objetivo planteado, los datos se organizaron según categorías consideradas como estructuras provisorias que permitieron ser ordenadores en el conocimiento clínico.

Palabras clave: niños - subjetividad - precarización simbólica

Comunicación

Consideraciones sobre la investigación clínica psicoanalítica

Teniendo en cuenta la realidad que plantea el psicoanálisis respecto de investigación, la discusión debe ser tratada sobre las estrategias, la instrumentación metodológica y sus resultados. En este sentido, Freud refería a la imposibilidad de elaborar reglas fijas en esta metodología clínica, como así también la dificultad de mecanizar el abordaje psicoanalítico (1912).223

El psicoanálisis como ciencia y abordaje clínico ha alcanzado un alto nivel de desarrollo y por su esquema referencial, ha permitido la elaboración de modelos específicos para la comprensión del funcionamiento psíquico. Los procedimientos que desarrolla el psicoanálisis se basan en la búsqueda de una metodología acorde a la intervención clínica, esto es, el estudio minucioso de los casos singulares. La singularidad es considerada un nivel legítimo de producción de conocimiento y se constituye como realidad diferenciada en la constitución subjetiva.Entonces, investigar se convierte en una nueva articulación significante, que no invalida operar con categorías conceptuales que permitan iniciar el camino hacia la transferencia de trabajo. En este aspecto la validez científica remite a un principio ético porque debe generar algún tipo de conocimiento.

El valor clínico que deben tener estas investigaciones consiste en plantear una intervención que conduzca a mejoras en las condiciones iniciales. Es decir, encontrar modos y métodos de investigación acordes con el problema. Entonces su validez científica responderá a un propósito de generar conocimientos, que aporten al campo clínico desde la perspectiva psicoanalítica. Al respecto, Adela de Duarte plantea que en el transcurso de una sesión el psicoanalista escucha y observa, decodifica, selecciona, jerarquiza, ordena, compara, relaciona, y retiene mensajes lingüísticos y paralingüísticos; asocia, busca recurrencias y discrepancias, integra anticipa y, atenta a la posible polisemia del texto del paciente, se interna, más de una vez, en diversas cadenas asociativas (1995).224

223 FREUD, S. (1912) “Sobre la iniciación al tratamiento”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XII, Buenos Aires: Amorrortu, 1978. 224 LEIBOVICH DE DUARTE, A., “La dimensión ética en la investigación”, Ponencia presentada en las I Jornadas de Investigación en Psicología, Secretaría de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, 1995.

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Si bien el objeto de estudio de la investigación es el tratamiento analítico, la principal fuente de conocimiento es la misma situación analítica, que a la vez es tanto fuente de conocimiento como campo de aplicación225. Esto implica trabajar con el material de las sesiones y establecer los enunciados relacionales con las hipótesis clínicas, sin perder de vista que el propósito es conocer lo que le ocurre al paciente, determinando su origen a partir del abordaje clínico. Entonces, la modalidad de investigación psicoanalítica implica diferentes niveles de conocimiento que comprenden a la vez, distintos grados de dificultades abarcando tanto las teorías como las hipótesis. Destacando que son las hipótesis las que guían la observación, selección, la lectura e interpretación de los datos. En tanto que el proceso inferencial clínico permite la lectura de datos y la elaboración de hipótesis clínicas. Ambos están relacionados y se complementan.

Es de subrayar la importancia del proceso inferencial en la actividad clínica porque interviene en la selección, registro y transformación de datos, a partir de los cuales se produce la elaboración de hipótesis clínicas y sus consecuentes intervenciones. Los enunciados teóricos requieren confrontarse con los hechos clínicos, aunque sin dejar de lado que es la clínica la fuente de toda investigación. Los datos que provienen de ésta, son el conocimiento de los casos y los devenires de la relación transferencial. Es decir, toda investigación en este aspecto debe hacerse de casos, los cuales brindan elementos, rasgos y detalles que permiten elaborar analogías y diferencias.

Diferentes perspectivas conceptuales de la investigación

Es necesario diferenciar algunas categorías referentes a la investigación y sus propósitos. 1-La investigación conceptual es el estudio sistemático que se da al comienzo de toda investigación porque permite profundizar el tema, establecer un abordaje y dilucidar la línea teórica. Se posesiona como un momento necesario porque establece un marco normativo que muchas veces puede servir de guía auxiliar para los procesos empíricos. Es decir, la investigación conceptual actúa de basamento descriptivo y epistemológico, derivando éstos en ser el sostén metodológico en el caso de ser parte de un estudio empírico. Este tipo de indagación puede conllevar un propósito en sí mismo o ser un momento inicial dentro de una investigación con metas diferentes. Permite dilucidar el sentido de los conceptos o las categorías sustanciosas. Además, resguarda el significado de los conceptos tanto para la tendencia elegida como para otras líneas teóricas. También, posibilita establecer un vínculo entre las categorías conceptuales y la intervención práctica. Lo propio de la investigación conceptual en el campo psicoanalítico gira en torno al objeto de investigación, objeto de estudio u objeto modelo.

2-La investigación empírica mantiene el contacto directo con la práctica y posibilita la articulación con los elementos conceptuales que sirven como tópicos orientativos. Es el mismo término empírico que hace referencia a la experiencia.Para ser validada, toda investigación necesita pasar por procedimientos empíricos. Esto se traduce en: la elección de la unidad de análisis, el recorte del objeto o delimitación del

225 LANCELLE, G., “El Psicoanálisis y la investigación en escorzo desde una perspectiva clínica. Investigación en Psicoanálisis”, en Revista de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, Vol. XIX, Nro 1 y 2, Buenos Aires: APdeBA, 1997, pp. 119-156.

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problema a investigar, las categorías de análisis, la decisión por las fuentes a utilizar en el estudio, los instrumentos para la producción de la información, las técnicas para el tratamiento y análisis de los datos, etc.

3-La investigación clínica integra una de las maneras de la investigación empírica, porque intenta guiarse por los hechos de la observación y no por la sola reflexión. Esta investigación sigue el modelo tradicional del estudio de casos en medicina utilizado por Freud, quien afirmaba que la observación clínica por sí sola, permite la confiabilidad y la validez para sustentar el marco teórico y técnico del psicoanálisis226. Este tipo de investigación juega un importante papel, porque la clínica interroga la teoría y la teoría problematiza la clínica. El abordaje se focaliza en el caso individual y tiene como propósito conocer el funcionamiento de las estructuras psíquicas. Se caracteriza por el tipo de abordaje que la particulariza y una sistematización de los procesos, a través de la instrumentación adecuada; aunque este tipo de investigación no implica un consenso unánime, ni significa que todo vale. La experiencia personal de clínico es un factor determinante, sobre todo cuando mantiene una continuidad. El juicio clínico es el mejor instrumento para tomar decisiones.Los datos tienen un peso por sí mismo. Los aspectos observables permiten captar datos nuevos y diferentes. La tendencia en investigación clínica no se focaliza en las diversas técnicas e instrumentos metodológicos. Existen diferentes objetivos en este tipo de investigación, según se trate de: a)- enfoques psicopatológicos, b)- formulaciones teóricas; y c) fundamentos para el abordaje o la intervención.

Condiciones de la investigación clínica

Fonagy227 y Target228 señalan diversas condiciones que deben cumplir las intervenciones clínicas (2003):1- Vinculación lógica entre la teoría y la técnica. 2- Razonamiento deductivo del material clínico.3- Uso no ambiguo de los conceptos.

a)-Debe existir una conexión lógica entre la teoría y la práctica. La formulación de conceptos es necesaria porque estos actúan como ordenadores y tienen como función la búsqueda de relaciones posibles que permitan una primera aproximación al universo empírico del problema que se investiga. Se los sitúa en el marco teórico y están formados por los elementos que explican la teoría a la que adhiere el investigador y los conceptos centrados en el problema. Por lo tanto, es inseparable la relación entre objetos, teoría y método. La teoría está presente y está al servicio del investigador como un instrumento que lo guía en el proceso interpretativo. Es la que provee los conceptos, desde los cuales se organiza la producción de conocimientos. Las ideas o sistema de ideas que tenga el investigador se 226 FREUD, S. (1916/17) “Conferencias de introducción al psicoanálisis”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XV, Buenos Aires: Amorrortu, 1983.227 FONAGY, P., “Reflexiones sobre los problemas inherentes a la investigación en psicoanálisis. La perspectiva de los países anglosajones”, en Asociación Psicoanalítica Internacional. Una revisión a puertas abiertas de los estudios de resultados en psicoanálisis, segunda parte, sección B, 1999. <http://www.spdecaracas.com.ve/download/cdt_262.doc> [Consulta: 11 de octubre de 2011]228 FONAGY, P. y M. TARGET, Psychoanalytic Theories, London: Whurr Publishers, 2003.

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plantean en el diseño de la investigación, que permite definir los objetos y los instrumentales requeridos para abordar el problema. Estas ideas son construcciones que se ligan a la teoría, y dan continuidad al propio pensamiento del investigador.

b)-Un razonamiento deductivo-inductivo apropiado en relación al material clínico. Uno de los métodos científicos utiliza el razonamiento deductivo, es decir, la inferencia desde lo general a lo particular. El razonamiento inductivo por su parte, va de lo particular a lo general. La perspectiva científica implica procedimientos específicos de inferencia para comprender los acontecimientos, las regularidades, las observaciones y los hallazgos; y la utilización de ambos según los procedimientos. Sin embargo, existen algunas perspectivas en este aspecto que consideran que la metodología psicoanalítica es abductiva, combinando conjeturas, intervenciones clínicas y evaluación de la eficacia. La abducción es una modalidad que introduce una regla que opera en forma de hipótesis. Son las conjeturas espontáneas de la razón, de comprensión, un saltar por encima de lo sabido.

c)- El uso no ambiguo de términos que se producen, con categorizaciones confiables con la práctica. La definición conceptual es necesaria para unir la teoría y las definiciones operacionales, y la construcción de los datos es realizada en base a los procedimientos prácticos.

Dificultades y obstáculos

Algunos de los obstáculos encontrados en la investigación psicoanalítica remiten a consideraciones epistemológicas subyacentes, a las que se le añaden el surgimiento de nuevos problemas sociales que se incorporan a la demanda clínica. El interés por este tipo de investigación no se enfoca en los resultados, sino en los cambios producidos por las intervenciones229. En otro momento, la investigación priorizaba cuestiones de validación respecto de otras psicoterapias y su relación con el campo científico. Esto no respondía a las cuantiosas investigaciones que se originaron en el ámbito académico, sobre todo en los últimos años y a partir de la instalación de la carrera docente y los programas de incentivos. Por eso se destaca la contrastación230 como uno de los principales requisitos para que las formulaciones que se desprenden del campo clínico no sean meras conjeturas y puedan añadirse al cuerpo teórico.

Otro inconveniente es la definición del objeto de investigación y la racionalidad utilizada para la formulación de las teorías. El mismo, está relacionado con la modalidad de intervención. Tanto la intervención como la misma investigación van juntas y se alimentan mutuamente. Es más, la intervención es condición de la investigación. El objeto de investigación se constituye como la condición de un punto de vista o perspectiva teórico conceptual y la posición ético política que tenga el investigador. Cualquier formulación que se recorte como objeto de estudio debe formularse mediante un planteo hipotético, que será ampliado en el campo empírico como primera medida.

229 En referencia al trabajo de RODRÍGUEZ, D., “El Psicoanálisis y la investigación”, en Revista de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, Vol. XIX, Nro 1 y 2, Buenos Aires: APdeBA, 1997. 230 Se llama contrastación o verificación a los distintos procesos y actividades que el científico realiza para la justificación de la verdad de sus hipótesis ante la comunidad científica. La verificación sirve para garantizar la verdad de una teoría.

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Existen al respecto varias posibilidades: una racionalidad positivista o determinista, una racionalidad relativista y la hermenéutica (dialógica, interpretación e integración) aunque no existe la posibilidad de contrastación. Se planteó anteriormente que uno de los problemas epistemológicos que plantea el psicoanálisis, es el entrecruzamiento entre la teoría y la práctica. La primera postura es proponer enunciados que se confrontan con acontecimientos clínicos, y que sirven de apoyo para establecer una articulación entre el marco teórico y la práctica. Por una parte, el estudio de la teoría permite un funcionamiento como organizador o sostén referencial, dentro del marco de una investigación. La práctica clínica actúa como requisito permanente porque es el análisis del material obtenido en las sesiones, lo que permite la comparación con las diversas hipótesis que se presentan. La experiencia sistemática es la que posibilita poner a prueba las hipótesis.

El problema que se advierte es la validez del método. En este caso el inconveniente no termina en que una proposición sea aceptada como verdadera o no. Se considera validación al proceso que permite legitimar una proposición en investigación. En este aspecto existe una ligazón entre la investigación y la intervención clínica. Desde la particularización de quien conduce el tratamiento, el psicoanalista es tributario del modelo teórico que subscribe, incidiendo en su escucha e imponiendo una selectividad del material del analizante, a la vez que posibilita un sostén en las intervenciones.En apariencia, el método psicoanalítico se muestra como un camino posible para alcanzar un fin propuesto. Aclarando que todo método es un orden que permite usar ciertas reglas. Pero también, mantiene un carácter doble en cuanto a su significación. En el caso del psicoanálisis, se lo considera tanto un método en el sentido hermenéutico como terapéutico.

Construcción del problema en investigación clínica

Este trabajo de investigación se focaliza en la constitución subjetiva en el niño, a través del seguimiento y análisis de casos, los cuales fueron atendidos en diferentes instituciones públicas de Rosario.El objetivo principal fue establecer distintos modos de abordajes en niños que presenten precarización simbólica, teniendo en cuenta una serie de consideraciones al respecto, como ser: . Conocer el lugar que ocupa el niño en la dinámica familiar analizando la modalidad de apropiación de la transmisión parental. . Determinar los efectos que generan las condiciones de carencia en la contención subjetiva y que conllevan las fallas en el psiquismo infantil, restringiendo su capacidad simbólica. . Establecer un diagnóstico aproximado a partir de los contextos familiares e institucionales que rodean al niño

Este abordaje fue realizado por psicólogos formados en el postgrado de la Facultad de Psicología, y que pertenecían a la pasantía dependiente de la Secretaría de Extensión denominada: “Intervenciones con Niños en contextos de precarización simbólica, lo mismo que una investigación que pertenece al Proyecto de Investigación y Desarrollo (PID 2006-2009)231.

231 Los mismos fueron publicados en las II Jornadas de Ciencia y Tecnología: Divulgación de la producción científica y tecnológica de la UNR, Secretaría de Ciencia y Tecnología, Rosario: UNR Editora, 2009.

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Definición de las categorías conceptuales

Los conceptos están formados por todos los atributos; y designan la idea global y central del tema de la investigación. Se incluyen en la interpretación, pero son menos abstractos que las categorías. Forman las unidades básicas del análisis que surgen después de haber realizado la conceptualización del dato desarrollada por la teoría.En este caso el modelo clínico es el que sustenta la práctica como marco organizador y como sostén referencial. En función del objetivo planteado, los datos se organizaron según conceptos considerados como estructuras provisorias. Pero, a la vez, permitieron ser ordenadores en el conocimiento clínico estableciendo los referentes evaluativos en los casos.

1)-Actividad representativa: Las relaciones con los primeros objetos producen las improntas que conformarán las matrices de los modos de relacionarse con estos objetos. Están conformadas por:a)-Condicionantes subjetivosLa constitución subjetiva es la consecuencia del entramado representacional e identificatorio que conforman la subjetividad del niño y que le sirve para constituir sus referencias sociales. Los grupos de referencia y pertinencia de un niño son los que brindan las condiciones de constitución de la subjetividad, permitiendo establecer la inscripción y la transmisión de los dispositivos de intermediación. El desarrollo psíquico va a depender con su propia necesidad de enfrentar coerciones internas que lo conducen a la búsqueda de la satisfacción que le está faltando y no a la relación con la realidad.Todos estos intercambios están mediatizados por el lenguaje, aspecto fundante para el sujeto puesto que es lo que le permite la articulación tanto semántica conceptual como pragmática. Aquí se evalúan los condicionantes psíquicos comprometidos en la formación de síntomas232. Al tratarse del síntoma, éste vale en tanto se pueda ubicar su materialidad significante, establecida como una envoltura formal. Pudiéndose considerar para una aproximación diagnóstica su clasificación como taxonomía provisoria.

b)-Producción simbólicaUna evidencia clara es la formulación oral de la expresividad en la cual se nota una restricción en los tiempos historizantes, los cuales permiten al sujeto proyectarse en forma autónoma. En la producción simbólica lo que hay que tener en cuenta es lo metaforizable porque lo que no es metaforizable deja de lado la procedencia (representación-palabra) para destacar la representación-cosa. Es el trabajo psíquico que caracteriza al proceso primario, o a las representaciones que cumplen con las circunstancias de transmisibilidad y coherencia compatibles entre semejantes.También, esta falta de elaboración y reinscripción de la propia historia denuncia una carencia de proyecto identificatorio que nos relanza a analizar la construcción de la subjetividad. La producción simbólica es una actividad psíquica propia del proceso secundario (representaciones de palabras) y se lo aborda a través de la actividad representativa. A través del simbolismo se accede a la palabra, a la capacidad nominativa que permite nombrar lo ausente y a la creatividad, sin necesitar de la cosa. Un acto deviene simbólico en la medida en que entra en concordancia con otro y puede producirse una

232 Técnicamente se necesitaba determinar los múltiples observables que son perceptibles a través de los síntomas.

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significación. Esta función permite la evolución representativa de objetos y de sucesos hacia el pensamiento formal, centrándose en el sujeto y los procesos intelectuales, considerando que los conocimientos resultan de las acciones que el sujeto ejerce sobre los objetos. En los niños, esta actividad se estimula a partir de las referencias con los adultos. Representan los conflictos no resueltos en la historia clínica libidinal (fijaciones, lazos parentales, traumatismos). La determinación de los recursos simbólicos abordados a través de la actividad representativa que se expresa en el abordaje. Modos de organización que predomina en las representaciones (dibujos, narrativa, escritura, lectura).

c) Déficit y/o precarización simbólicaLa tensión producida entre la constitución psíquica y la construcción subjetiva genera distintos efectos. Su detección estaría implicando un empobrecimiento del pasaje al proceso secundario y a diferentes procesos de investimentos a objetos sustitutos. Las condiciones precarias de viabilidad biológica producen en el nivel psíquico una indeterminación como si el proceso no se hubiera cerrado. Es ahí cuando podemos hablar de fracturas de la simbolización o déficit en la producción simbólica. Esto abarca a niños con problemas de inteligencia y patologías graves. Cuando faltan los referentes identificatorios que viabilizan el sufrimiento psíquico que actúan contra los procesos de simbolización, se imposibilitan los modos relacionales y la imbricación libidinal con lo social pero también se afecta la capacidad sustitutiva y aparecen trastornos de simbolización. Estas faltas devienen en fallas en la elaboración psíquica que se tramita en expresiones diversas como pueden ser síntomas somáticos, angustia difusa, depresión, aislamiento, adicciones, inestabilidad, inhibición de las posibilidades creativas, resignación y manifestaciones de violencia. Este déficit se caracteriza por el empobrecimiento de la actividad representativa produciendo fracturas a nivel de la simbolización. Al no existir juegos de simbolización aparecen estados de tensión y propensión a la descarga, actuaciones en el cuerpo y en los ámbitos que rodean al niño. El déficit y/o precarización que se expresa a través de las dificultades en la producción simbólica lleva al diagnóstico: modos de circulación libidinal (descargas y calidad de la ligazón con los objetos).

2) Intervenciones: Implican una serie de acciones, la instrumentación de mecanismos y procesos que construyen representaciones; y una construcción de ese otro sobre el que se interviene. Cuando se hace referencia a la intervención de la infancia, se requiere de una definición teórica y de un método de abordaje porque es la sustentación teórica la que representa el punto de vista que enlaza los conceptos con la práctica. Éstas propendieron a desarrollar estrategias orientadas al abordaje clínico: entrevistas con los padres, estimulación de las actividades representativas en los niños: gráficas y discursivas.Desde el punto de vista social, la intervención debe permitir la inscripción o reinscripción. En tanto dispositivo es una trama de relaciones que se pueden establecer entre componentes diversos. El valor de la palabra está situada como una táctica dentro del campo transferencial por lo tanto, la intervención analítica es considerada la posición que ocupa el analista en la transferencia, y los efectos que la misma produzca. Los efectos terapéuticos afectan a los movimientos subjetivos y constatan la posición subjetiva inicial con la demanda, respecto de la respuesta que produce el sujeto en las intervenciones.En sentido clínico, apuntan a abordar la problemática por la que se consultaba mediante la construcción de la historia de vida. La intención fue elaborar dimensiones de análisis de los aspectos psíquicos que condicionan los problemas de precarización simbólica y las manifestaciones sintomáticas con la finalidad de correlacionarlos con las intervenciones.

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Estas intervenciones caracterizadas como dispositivos analíticos apuntaron tanto al niño como a los padres o familiares. Las intervenciones son estrategias que apuntan a la complejización de la producción simbólica, de manera de mejorar el rendimiento escolar mediante la actividad psicopedagógica, o los padecimientos psicológicos. En estos los modos de intervención estuvieron caracterizados por la perspectiva clínica mediante la cual se adecuaron la elaboración de una configuración vincular, teniendo en cuenta la versión de los padres de la historia familiar, los vínculos con sus hijos, la crisis desatada por el conflicto, etc.

Aspectos metodológicos

En la búsqueda de resultados en la investigación clínica, tanto Freud como Lacan recurrieron a la casuística basada en los principios que rigen la práctica. Por eso se consideró las metodologías recomendadas en investigación clínica, las cuales suelen ser observaciones estructurales y sistemáticas, acompañadas de un estudio ordenado de los conceptos elegidos en el marco teórico. Las investigaciones clínicas de este tipo requieren una reflexión metodológica que pueda adecuarse a la lógica empleada en el diseño del objeto de la investigación.En este sentido, el estudio de casos individuales es uno de los recursos metodológicos más utilizados en el ámbito de la psicología, especialmente en el psicoanálisis. Son instrumentos válidos para emprender un seguimiento sistemático del caso, y además son la expresión fáctica de la clínica. Los estudios de casos permiten una mirada longitudinal y la captura y análisis de los procesos que facilitan el descubrimiento de hechos, procesos y fuentes de datos (Cervone et al., 2004)233. Esta instrumentación se caracteriza por ser una perspectiva cualitativa, que se basa en el estudio de las manifestaciones del cambio psíquico y se fundamenta en los principales rasgos característicos234. Aquí no interesa la cantidad de sujetos estudiados, sino la cualidad de sus historias y los determinantes de la indagación.El estudio de casos significó un material utilizado con fines exploratorios, que incluyó relatos o fragmentos de diversos momentos del seguimiento realizado235. Además, fue el instrumento mediante el cual se abordó la problemática de la indagación, con el propósito de que algunos de sus resultados sirviesen para la conceptualización acerca de las modalidades de intervención.

Recursos y procedimientos empleados

La fuente del material investigado son datos provenientes de la misma práctica clínica. En este sentido es que se afirma que el abordaje teórico clínico actúa como un modelo que permite organizar la práctica. Es un sostén referencial que posibilita la elaboración de hipótesis diversas que guían la observación, selección e interpretación de los datos.Las técnicas utilizadas fueron el juego, el dibujo y la palabra. El dibujo por ejemplo, actúa como una escritura de la imagen del niño y su contexto. La representación del objeto dibujado es un pasaje desde lo real a lo simbólico. Por esta razón se considera al dibujo

233 CERVONE, N., LUZZI, A. M., SLAPAK, S., FRYLINSZTEIN, C., GRIGORAVICIUS, M. y M. PADAWER, “Memoria de trabajo: una investigación en proceso”, en Revista del Instituto de Investigaciones, Año 10, N° 3, Buenos Aires: Facultad de Psicología, UBA, 2005. pp. 7-24.234 TOMÄ, H. y H. KÄCHELE, Teoría y práctica del psicoanálisis. Estudios clínicos, Barcelona: Herder, 1990.235 Los estudios exploratorios permiten construir dimensiones o sistemas de categorización.

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como una producción importante a tener en cuenta en las intervenciones al ser el fruto del trabajo del psiquismo. Lo mismo sucede con el juego.La forma de construcción de la información fue mediante la textualización de las entrevistas y los datos extraídos a partir de la observación. El material clínico se transforma en un texto en el cual es posible decodificar, percibir las coherencias y atender recurrencias y repeticiones.

El recorte de datos relevantes provistos por quienes acompañaban al niño, permitió ubicar los aspectos relacionados con el pasado y el presente. El propósito fue conocer la historia significante que da razón al ensamble que particulariza el traumatismo y el síntoma. Los determinantes del síntoma permiten la indagación sobre las mediaciones históricas y las singularidades, y los encadenamientos traumáticos que producen la emergencia sintomal. Estos encadenamientos son agrupamientos de una serie de acontecimientos.Los indicadores clínicos utilizados en el abordaje metodológico fueron los que posibilitaron que la intervención produjera ciertos cambios. En algunos casos, estos indicadores no permitieron determinar si los cambios terapéuticos logrados correspondían a modificaciones estructurales. Para esto se construyó una matriz, recurso utilizado frecuentemente en los estudios cualitativos, en la que se incluyeron los casos ordenados de acuerdo a las categorías mencionadas, con un total registrado de 25.En este sentido, el tratamiento cualitativo para el estudio de la subjetividad, permite investigar los procesos que la constituyen.

Abordaje clínico según las categorías conceptuales

El material clínico en bruto y la construcción del caso se diferenciaron de acuerdo al recorte del material. El modo de decodificar el material clínico se realizó por medio de las categorías iniciales:

Caso Axel (5)a)- Condicionantes psíquicosEl niño se presenta derivado por la maestra del preescolar por sus descontroles emocionales, estados de tristeza, llantos y episodios de agresividad. No sabe quién es su verdadero padre porque su madre huyó con él siendo bebé, cuando el padre intentó pegarle. Su madre nunca le aclaró esta situación y llama papá a su pareja actual. El niño pregunta por qué tiene otro apellido que el de este padre. La madre pregunta si es conveniente decirle quién es el padre. El síntoma es ese agujero sobre su padre original. La falta de límites que presenta es la demanda silenciosa ante su pregunta por el padre.

b)- Dificultades en la producción simbólicaTrae un diagnóstico de psicosis elaborado en una sola sesión desde un Centro de Salud y fundamentado en el hecho de que el niño desconoce quién es su padre biológico. En las entrevistas surgió que existían acontecimientos contra sí mismo, en los que el niño se agredió en dos ocasiones. La primera fue un día que le hizo un dibujo a su abuela y le dijo que la amaba, ella le respondió “yo también te amo”. Luego, Axel fue a la cocina, tomó un cuchillo (que la hermana de Débora estaba usando para cortar plastilina) y se cortó en la muñeca un poco.

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El otro episodio se dio cuando el niño ató el extremo de una soga a su bicicleta y el otro extremo a una puerta. Se subió y comenzó a andar hasta que la soga no dio más y se cayó golpeándose el manubrio en el pecho. En esta línea de acontecimientos contra sí mismo podría ubicar también el hecho de que Axel tuvo una desnutrición de primer grado al año de edad; el no comer ponía en peligro su vida misma. En la escuela se manifiesta agresivamente; de modo intempestivo arrasa con lo construido por sus compañeros y quita sin pedir prestado. Es rechazado abiertamente por el que llama padre, quien hace elocuentes diferencias con sus hermanos. No puede ponerle límites y cuando lo hace, es en el registro equivocado: separa a Axel de sus hermanos, duerme solo mientras los otros niños duermen juntos. El diagnóstico se presenta en una falla en el tercer tiempo de la constitución subjetiva, precisamente en el de un padre simbólico que no es ley ni transmite sus emblemas para que Axel pueda identificarse con él. Este padre no lo cuida, no le enseña; sólo lo reta y excluye. Es un padre prohibidor. Falla en su función en la medida en que no lo recibe como hijo sino que lo deja del lado de la madre.

c)- Producción simbólicaEl niño logró involucrarse inmediatamente en el trabajo y en las tareas propuestas, esto posibilitó la construcción de la transferencia, en tanto hubo una cierta implicación con lo que le pasaba. A través de los dibujos y los juegos se visualiza la inclusión de la psicóloga en la relación transferencial, junto a elementos de su familia. Este dibujo mostró la posibilidad de construcción de un espacio en el cual tramitar la historia. Específicamente en el dibujo de la familia, el niño muestra confusión. Su madre y su marido aparecen mostrando el mismo apellido, hermanados.La llegada de sus hermanos marcó para Axel la pérdida del lugar que tenía frente a este padre, quien luego lo traiciona y lo aparta permanentemente del circuito de los niños. También manifiesta mediante el dibujo que la familia le esconde una verdad. Dice: “La familia está jugando a las escondidas. Yo sólo cuento y los demás se esconden”.

2)- La intervención apuntó a trabajar con la madre para que le dijera la verdad. Reubicarle respecto de la función paterna porque este hombre hace muchas diferencias entre sus hijos y Axel. Si bien podría ocupar el lugar de un padre, éste rivaliza con el niño. Se requiere un trabajo previo con el contexto familiar antes de decir al niño la verdad sobre su padre biológico. Por esta condición no lo trajeron más y se interrumpió el trabajo terapéutico.

Bibliografía

CERVONE, N., LUZZI, A. M., SLAPAK, S., FRYLINSZTEIN, C., GRIGORAVICIUS, M. y M. PADAWER, “Memoria de trabajo: una investigación en proceso”, en Revista del Instituto de Investigaciones, Año 10, N° 3, Buenos Aires: Facultad de Psicología, UBA, 2005. pp. 7-24.

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FREUD, S. (1912) “Sobre la iniciación al tratamiento”, en FREUD, S., Obras Completas. Volumen XII, Buenos Aires: Amorrortu, 1978.

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TOMÄ, H. y H. KÄCHELE, Teoría y práctica del psicoanálisis. Estudios clínicos, Barcelona: Herder, 1990.

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Apuntes sobre el cuerpo y lo real a partir de Lacan

Roberto VinciarelliGrupo de Investigación: PSI 170

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Los conceptos del Psicoanálisis, como los de otras disciplinas científicas, son expresados en palabras. Esas palabras o ya existen en otros campos del saber o pueden ser neologismos (como en el caso del psicoanálisis). El aporte de Lacan, con su noción de estructura, ubica a los conceptos obteniendo sentido solamente en función de su relación con otros conceptos. El sentido será entonces fuertemente contextual. Esta operación implica la pérdida de la significación que se traía de otros campos del saber o de la lengua. Pero esto no siempre se mantiene y las nociones vuelven a ser pensadas desde el sentido común o con sus sentidos más arraigados.

Esto es lo que ocurre con la categoría de real, que Lacan introdujo en relación con las de imaginario y simbólico. Sin embargo, muchas veces es usada sin tener en cuenta su relación respecto de las otras dos. Esto, sumado a una tradición propia de Occidente, ha llevado a concebir en psicoanálisis al cuerpo como real, produciendo un rebajamiento en cadena de otros conceptos tales como los de goce o pulsión.

La apuesta del presente trabajo es mostrar que existe la posibilidad de mantener esas articulaciones, resaltando los lugares de la teoría donde Lacan las expresa de manera más contundente y sin desconocer que existen otros lugares de la obra lacaniana misma donde son pensados dejando de lado su valor relacional.Desentrañar este rebajamiento conceptual vinculado al cuerpo, lleva a plantear su estatuto no sólo dentro del psicoanálisis sino también en la tradición occidental, productora en todo caso del famoso malestar, para plantear la función del psicoanalista como aquél que debe oponerse a dichos efectos, desde una posición ética. Esto tiene consecuencias muy fuertes en la práctica y atañe a la ética del análisis.

El cuerpo va cobrando un estatuto central y determinante en la cultura y en la sociedad actual. Existe una tendencia a la biologización y al individualismo que abonan al desvío conceptual del cuerpo como real.Será tarea de los psicoanalistas rescatar lo subversivo de los aportes freudianos y lacanianos para impedir, o al menos hacer notar, el peligro que tales tendencias implican en la vida de los seres hablantes.

En este caso, a partir de Lacan, se destacará cómo a la biologización puede oponerse el concepto de sujeto lacaniano, o frente al individualismo el concepto de inmixión de otredad, y al de la falta de valores el objeto a como valor particular.Todo ello lleva a la puesta en acto de la noción de cuerpo ligada al anudamiento de registros, sin ninguna prevalencia entre ellos y a mostrar la posibilidad de aplicación de ese anudamiento fundamentalmente, al hecho discursivo.

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Palabras clave: cuerpo - real - goce - pulsión

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Alienación y tópica

Luis Pablo SeitGrupo de Investigación: PSI 161

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Partiendo del desarrollo del concepto alienación vemos cómo a través de ejemplos de la clínica freudiana emerge una lógica que sustenta al síntoma. Y a su vez a este síntoma, Freud lo presenta en relación con una especialidad llamada tópica. Tópica que encontramos como un antecedente de lo que va a ser la topología en la obra del psicoanalista francés Jacques Lacan.

Palabras clave: alienación - síntoma – tópica

Comunicación

Freud ha descubierto que ante un síntoma puede haber múltiples significaciones. Y en cierta parte de su obra explica que éste se forma como resultado de una defensa o represión. Esto lo presenta como una formación de compromiso entre dos deseos opuestos, dos elementos opuestos (siendo uno de ellos inconciente).Y Freud agrega que esto se expresa en lo que él llama Vorstellungrepräsentanz, o como Lacan y Ballesteros han traducido representante de la representación. Y Lacan relaciona esto con la oposición significante y con la alienación, en esta elección forzada, que se presenta como una implicación. Lo mostraremos sucintamente.

Alienación o enajenación, significa desprenderse de algo, o sacar algo fuera de sí, incluso una propiedad. Es la extrañeza que se le presenta al sujeto.Lacan, a partir de una lectura minuciosa que hace de los elementos que Freud nos da para analizar, dice que es necesario tomar a la alienación en relación a lo que él llama un vel que traducido al castellano del latín sería “o”, donde: “El vel de la alienación por una elección [forzada] cuyas propiedades depende de que en la reunión… [si se elije] uno de los elementos entrañe una elección, [y] su consecuencia sea ni lo uno ni lo otro. La elección sólo consiste en saber si uno [se] propone [a] conservar una de las partes, ya que la otra desaparece de todas formas”.236 Es como pueden ver un vel u “o” que no está muy presente en la lógica clásica. No de la manera que uno pensaría una cosa “o” la otra, excepto por esa parte que se pierde siempre.

Mostremos un ejemplo que Lacan da en relación a la libertad y a la vida. Donde la alienación y su vel nos llevan a esta forma de elección forzada, como una forma de solución.

236 LACAN, J. (1964) El seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos, Buenos Aires: Paidós, 1995, p. 219.

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Donde tengo que elegir entre la libertad o la vida, entonces, si elijo la libertad puedo perder ambas, si elijo la vida, se tiene la vida amputada de libertad.En esta elección que es forzada, es “que no hay libertad sin vida”. Y en esta solución, que tiene que ver con una implicación (una condicionalidad), tal como nos la han enseñado los estoicos, que se presenta con un antecedente y un consecuente. Nos vemos compelidos a que una cosa conlleve a otra (es decir, implique otra).

Lacan toma estos elementos de otros ámbitos, fundamentalmente de la lectura de las masas que realiza Freud diferenciando el objeto, el yo-ideal y el Ideal del yo. Lacan lee presentando meta-psico-lógicamente el tema, ya que rompe con la lógica clásica (quebrando ciertos nexos lógicos de lo que sería la lógica del idioma). Lo mismo hace con la causalidad, ya que la vida es causa y condición necesaria de libertad. Esto: ¿quién lo dice, por qué, qué sería esta libertad o esta vida?237

Este es el trabajo del psicoanálisis: poner en duda al Otro, a lo dicho por los padres, los maestros, etc., lo que se nos muestra como una puesta en igualdad en estas conexiones (o a los elementos reunidos), o lo que Lacan llama identificación.Ahora bien, lo que fracturaría esta lógica, es la repetición y la verdad que se expresa en la relación de oposición significante. Lo que aparecería es el resultado que se obtiene en la lúnula, en la unión de los dos círculos presentándose el inconsciente, la estructura de la represión, que puede permitir una ruptura del semblant, de un deber-ser; y reúne las condiciones: o él no es, o él no piensa. O dicho de otra manera: ni tal cosa ni la otra.

Hemos encontrado en algunos casos clínicos de Freud la siguiente estructura, que une a estos opuestos: SI… ENTONCES…Vamos a presentar algunas viñetas de Freud para mostrar esta estructura y la lectura que nos permite hacer el psicoanálisis.Empecemos por Dora, donde Freud dice que: “la interpretación del síntoma faríngeo… [donde] puede preguntársenos cómo esta situación sexual fantaseada resulta compatible con la otra explicación de que la aparición y la desaparición del síntoma de los fenómenos patológicos [se] limita [a] la presencia y la ausencia del hombre amado; esto es, expresa, integrando la conducta de la mujer K, [en] la… [representación] siguiente: ‘Si yo fuera su mujer, le querría… de muy distinto modo y enfermaría (de pena)cuando estuviera ausente, curándome (de gozo) en cuanto volviera a casa’… [Esta es] la solución del síntoma histérico… No es necesario que las distintas significaciones de un síntoma sean compatibles entre sí, esto es,… conformando un todo unitario”,238 esto acontece por simultaneidad y condensación de las significaciones.Así entre los pares enfermedad-ausencia y salud-presencia, se nos presenta la dialéctica de la cual nos habla Lacan (en esta estructura de pares opuestos) pero que el sujeto relaciona 237 Donde Freud dice: “Siempre que un elemento psíquico se halla unido a otro por una asociación absurda superficial, existe… entre ambos un conexión correcta y más profunda [inconsciente], que ha sucumbido a la censura de la resistencia”, ya que estas asociaciones sustituirían a otras.238 FREUD, S. (1905) “Análisis fragmentario de una histeria”, en FREUD, S., Obras Completas. Tomo I, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981, p. 961.

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en el todo del que habla Freud; en lo que es ese yo-cuerpo, que se presenta en la fresa presentada por Dora.

En el caso del Hombre de las Ratas Freud dice: “El temor obsesivo, …reconstituido [era]… el siguiente: Si tengo el deseo de ver desnuda a una mujer [entonces], mi padre morirá”.239 Aquí se une el deseo sexual (de ver) ante una mujer versus la agresión al padre, o lo que se transforma en amor y odio, presentando la ambivalencia sobre la que se basa la neurosis obsesiva, y la prohibición del deseo o el deseo de prohibición.Otro ejemplo del mismo caso es: “Si me caso con la mujer a la que amo, le sucederá a mi padre una desgracia (en el más allá). Si interpolamos ahora los elementos intermedios omitidos descubiertos en el análisis, obtendremos… Si mi padre viviera, mi propósito de casarme con esa mujer le haría colerizarse…, de manera que también yo me enfurecería de nuevo contra él y le desearía terribles males”.240

Lo que Freud toma en este ejemplo mujer-amada y padre-desgraciado (y en la lectura que logra completar a partir de las omisiones que ha hecho la represión) genera estas conexiones: yo contra él, y que a él le vaya mal. Es decir, que el sujeto no puede leer estos deseos contra el padre (este odio y agresión) y que retornan de manera sintomática en las prohibiciones y rituales que realiza el sujeto de una manera compulsiva, haciéndolo sufrir.

Pero mucho más interesante es lo que sucede con el llamado caso Juanito, ese caso de fobia, donde Freud nos introduce en una tópica, que Lacan va a intentar escribir tanto en su topología, como en la lógica que conlleva.Allí Freud dice: “Como base de la perturbación nerviosa, sospecho una sobreexcitación sexual debido a los mimos de la madre…241 [y provoca] el miedo a que un caballo le muerda en la calle”, o lo que podemos traducir: “Si salgo a la calle, un caballo, me podría morder causándome angustia. No salgo, se me presenta como prohibido”.242

También Juanito dice que: “le… da miedo, porque si yo quiero llegar a la rampa pasando por encima del carro y el carro echa a andar de pronto cuando estoy encima, se me llevará… [y] podría volver junto a mamá…”.243 De esta manera aparece la prohibición del incesto a un espacio, a la calle; la angustia que provoca, por la castración que se presenta al caer o al separarse el caballo del carro; análogamente a como él tiene pegado su genital, que va a crecer con él (esto es a partir del complejo de castración, que se va a significar de esta manera, a partir del nacimiento de su hermanita), pero se le presenta la posibilidad de que se podría separar como un carro del caballo.Esta diferencia entre la calle (pasiva) y el caballo (activo), le podría causar algún daño. O, desde su punto de vista, al revés.Pero, su acción y su inhibición, peor aún para él, es que sale y se aleja de su madre para volver. Es decir, ir y volver, que se oponen, y se tocan o cierran en algún punto. Ya que aquello que le produce angustia es la posibilidad de ir a lo prohibido y recibir un castigo (que tiene que ver con el complejo de castración, con la falta de pene; y que muy extrañamente Freud relaciona con el rechazo de las mujeres así como de los judíos, en tanto ambos estarían en relación al complejo de castración).

239 FREUD, S. (1909) “Análisis de un caso de neurosis obsesiva”, en FREUD, S., Obras Completas. Tomo II, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981, p. 1445.240 FREUD, op. cit. supra, nota 4, p. 1475. 241 Podríamos entender que Freud podría hacer referencia a la fase fálica.242 FREUD, S. (1909) “Análisis de la fobia de un niño de cinco años”, en FREUD, S., Obras Completas. Tomo II, Madrid: Biblioteca Nueva, 1981, p. 1374.243 FREUD, op. cit. supra, nota 7, p. 1387.

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Así, es la diferencia sexual, o podemos decir significante, lo que provoca la neurosis en Juanito que, como podemos ver, comienza en un miedo que se va extendiendo a lo largo del historial (y parece que Freud nos muestra esta neurosis como constitucional).

La tópica

Es interesante señalar el hecho de que Freud en dos de los casos, el de neurosis obsesiva y el de la fobia, coloca mapas. Y Lacan lo retoma para dar cuenta de lo que va a ser su topología, ya que podríamos pensar que estos mapas marcan una tópica, una espacialidad en relación a la neurosis.En el ejemplo de Juanito, se presenta la prohibición de llegar a la rampa. Lacan, siguiendo a Freud, cierra el circuito, marcando el lugar de prohibición o lo que Freud llama representación del espacio que encierra al niño.

Esto acontece casi de una manera bíblica. Por un lado, están los santos, los superiores, los salvados; y por otro, los pecadores o los castigados (siendo éstos inferiores). Dicho de otra manera: se presenta un rechazo ante aquello que pudiese tener una marca de la falta.

En el caso de la neurosis obsesiva vemos cómo el sujeto debía dirigirse a una dirección, y sin embargo, toma otra.

De este modo se muestran las representaciones en el sujeto, sus elecciones (opuestas al igual que las direcciones), la ambivalencia de su deseo. Es decir, lo que sucede en su elección entre la mujer rica y la pobre (como disociación de una representación), y que sostiene al padre de una manera sintomática, religiosa y hasta mística. Aquí se está compelido, impulsado a seguir su mandato, ya que alguien podría sufrir un castigo, es decir, podría aparecer el odio; y que para que éste desaparezca es necesario tomar el camino opuesto. O dicho de otra manera: debe dejarse algo (que es imposible) para quedarse con lo que es posible pensar en conseguir.

Como planteamos en la introducción del trabajo: con la alienación se nos presenta una cosa o la otra, tanto en la neurosis obsesiva como en la fobia. El psicoanálisis descubre que algo

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queda por fuera de esta lógica. Es el síntoma aquello que muestra a Juanito intentando huir del deseo de la madre y del miedo al padre, sin embargo, los va encontrando a cada paso. El Hombre de las Ratas oscila desde la moción de odio a la de amor, y lo encuentra, retornando al sujeto, sin que éste lo pueda leer.De este modo Lacan nos muestra lo que es una estructura de lectura, fundamentalmente, en Juanito y en el Hombre de las Ratas.En cada caso se presenta un mito que se puede leer con un método. Al mismo tiempo, la lógica y la topología llevan a la posibilidad de la escritura del deseo del sujeto, o dicho de otra manera: ambas llevan a que haya una inscripción inconsciente en el sujeto y a la posibilidad de realizar un cambio de posición subjetiva.

Bibliografía

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— (1909) “Análisis de un caso de neurosis obsesiva”, en FREUD, S., Obras Completas. Tomo II. Madrid: Biblioteca Nueva, 1981.

LACAN, J. (1954) El seminario. Libro 4. Las relaciones de objeto, Buenos Aires: Paidós, 1994.

— (1964) El seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos, Buenos Aires: Paidós, 1995.

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Letra y sexuación

Madeleine Maida ReGrupo de Investigación: PSI 161

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Jacques Lacan a partir del matema intenta una transmisión del modo lógico en que el hablante se sexúa. Encontramos la necesidad de plantear un modo de escritura en el psicoanálisis que permita dicha transmisión. El matema introduce una lectura de lo literal a partir de la función de la letra. La letra es diferente del significante, ya que este último es relación de diferencia y no es idéntico a sí mismo. No podemos hablar de literalización del significante, sí de la letra. Lacan da cuenta de un modo lógico de escribir la sexuación que sea transmisible, y para ello utiliza la letra. El significante no alcanza para dar cuenta de la sexuación ya que no puede responder cabalmente por esta cuestión. Aquello que puede decirse sobre el hombre o la mujer depende del significante, pero no da cuenta de la lógica en que el hablante se sexúa como hombre o mujer. Al ser el significante pura diferencia cualquier generalidad o esencia que se quisiera formalizar quedaría negada. La sexuación no tiene que ver con identificarse como hombre o como mujer, sino que remite a las posiciones sexuadas en relación a la función fálica. Para dar cuenta de la sexuación se requiere una escritura que soporte dicha lógica a partir de la letra.

Palabras clave: sexuación - matema - letra - psicoanálisis

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Los obstáculos transferenciales en la dirección de una cura psicoanalítica. Un más allá de la puesta en acto de la realidad del

inconciente

Héctor Hugo Melfi, Aníbal Del Río yMaría Alejandra Casale

Grupo de Investigación: PSI 226Facultad de Psicología

Universidad Nacional de Rosario

Resumen

Como resultado de nuestra investigación anterior nos encontramos con dos variantes de la emergencia del Superyó como imperativo de goce, que hacen obstáculo al manejo de la transferencia, ellas son: la Reacción Terapéutica Negativa y la transferencia negativa. Dos formas de lo negativo inherentes a la estructura que, en el sujeto, nos remiten a la pulsión de muerte. Dicha pulsión, aunque silenciosa por su carencia significante, se manifiesta, al igual que lo inconciente.

Concebimos a la transferencia como un hecho de estructura, constitutiva de la subjetividad, el psicoanálisis no la crea sino que revela sus fundamentos estructurales y estructurables, y nos brinda la posibilidad de situar al sujeto en su estructuración e intervenir a través de este artificio acotando el goce –en tanto sufrimiento– como efecto de la emergencia y deslizamiento del deseo. Nos preguntamos qué sucede cuando la desuposición de saber al analista no es el producto de la liquidación de la transferencia, sino que irrumpe durante el proceso de la cura, cuando de lo que se trata es de la emergencia del odio, en tanto desmezcla pulsional de la ambivalencia, ya que como afirma Lacan en el Seminario 20: Aun, “no hay amor sin odio”.

Concebimos a la Reacción Terapéutica Negativa como un empeoramiento que sobreviene en respuesta a la cura o levantamiento de un síntoma, como manifestación de la pulsión de muerte ligada al Superyó. Y la transferencia negativa como la introducción del odio en la relación transferencial. En ambos casos se trataría de una situación límite del análisis, puesto que el fundamento de la eficacia de nuestras intervenciones es el amor de transferencia.

¿De dónde proviene esta resistencia? ¿Se trata de un límite en la estructura del sujeto o un límite que concierne al deseo del analista? En ambos casos ¿se tratará del mismo origen? En consecuencia ¿cómo proseguir con la dirección de la cura? Preguntas que orientan nuestra investigación.

Palabras clave: obstáculos transferenciales - dirección de la cura - inconciente - psicoanálisis

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El goce y el inconsciente

Roberto BertholetGrupo de Investigación: PSI 170

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

En 1905 Freud publicó Tres ensayos de una teoría sexual, a partir de lo cual la sexualidad y lo infantil ya no se articularán sólo con el inconsciente y con el Edipo, sino también con la pulsión, el cuerpo y sus satisfacciones.Desde el autoerotismo a las satisfacciones del superyó; desde las pulsiones siempre parciales hasta las satisfacciones pulsionales en la prehistoria del Edipo de las niñas; desde las fijaciones pulsionales a la repetición del más allá del principio del placer, todo ello en función de la satisfacción pulsional en juego.

Que el analista de orientación lacaniana considere la vida pulsional como factor relevante, significa que la cura no desconocerá la repetición en su sentido de satisfacción, no sólo como retorno de lo reprimido. Esto implica la necesidad de revisar el concepto de interpretación, entre otros.

Palabras clave: goce - inconsciente - pulsión - real

Comunicación

Desde los inicios de su trabajo clínico, a Freud se le hizo evidente el sentido sexual de los síntomas, tanto en la histeria como en la obsesión. Un sentido sexual que anclaba en intensas fuentes infantiles, no admitidas en el campo de la conciencia.Esto lo condujo a relacionar el síntoma, la sexualidad, lo infantil y el sentido, dando lugar a la invención del concepto de inconsciente, un inconsciente activo permanentemente, de tal modo que sigue trabajando en la formación de sueños, aún cuando el yo está dormido.Freud no sólo inventó el concepto de inconsciente, sino también el de complejo de Edipo, articulados uno y otro, para captar –desde este ángulo– el entramado, en cada sujeto, de síntoma, sexualidad, infantil y sentido no sabido.

Pero esta sólida construcción epistémica –que seguramente hubiera sido suficiente por sí sola para ubicar a la obra de Freud como una de las más relevantes de la historia– no le conformó para dar cuenta de la vida sexual, según le enseñaba su práctica clínica, en especial los obstáculos que encontraba en la misma.Habiendo publicado durante más de diez años –desde 1895 a 1905– textos como Psicoterapia de la histeria, La etiología de la histeria, Sobre los recuerdos encubridores, La interpretación de los sueños, Psicopatología de la vida cotidiana, El chiste y su relación con el inconsciente y muchos otros, en los que fue transmitiendo con claridad su teorización respecto del inconsciente y el Edipo, en 1905 publicó un texto que provocó en su tiempo muchos más cuestionamientos y críticas. El nuevo texto: Tres ensayos de una teoría sexual agregó a la ya existente una nueva perspectiva: la sexualidad y lo infantil ya

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no se articularán sólo con el inconsciente y con el Edipo –imprescindibles, por supuesto–, sino también con la pulsión, el cuerpo y sus satisfacciones.

De allí en más, el concepto de pulsión va a ir tomando mayor relevancia y, a medida que no le iban siendo suficientes sus teorizaciones, Freud fue transformándolo hasta llegar al concepto de pulsión de muerte, absolutamente inédito y muchas veces rechazado por el mismo movimiento psicoanalítico. Inédito porque toda la herencia filosófica occidental estuvo siempre referida al principio del placer y Freud hace nacer el nuevo concepto de pulsión de muerte en un texto que justamente titula Más allá del principio del placer.Y es tal la importancia que adquiere el concepto de pulsión que en uno de sus últimos escritos, Análisis terminable e interminable –que se destaca por la honestidad intelectual y la fuerza argumental que sigue demostrando Freud–, ubica a la pulsión como uno de los factores más importantes en los avatares y en el destino de una cura psicoanalítica.

Es la pulsión, entonces, la que le permite captar una dimensión de la sexualidad y del síntoma neurótico, que no se iluminaba sólo con el concepto de inconsciente: desde el autoerotismo a las satisfacciones del superyó; desde las pulsiones siempre parciales hasta las satisfacciones pulsionales en la prehistoria del Edipo de las niñas; desde las fijaciones pulsionales a la repetición del más allá del principio del placer.La introducción del concepto de pulsión en la teoría psicoanalítica tiene no sólo consecuencias epistémicas, sino también clínicas. Que el analista de orientación lacaniana considere la vida pulsional como factor relevante, significa que la cura no desconocerá a la repetición en su sentido de satisfacción, no sólo como retorno de lo reprimido. Esto implica la necesidad de revisar el concepto de interpretación, entre otros.

Por su parte, la enseñanza de Jacques Lacan comenzó con el retorno al concepto de inconsciente, ubicado en el registro de lo simbólico. Y en ese tiempo la pulsión de muerte era la expresión misma de la acción de lo simbólico. A partir del Seminario 3 Lacan fue incluyendo progresivamente aquellos conceptos que en un primer momento había dejado a cuenta de lo imaginario: la sexualidad, la libido, el falo, la castración. Pero Lacan también necesita volver al concepto de pulsión, en especial desde el Seminario 7, y desde un ángulo distinto al que lo había hecho antes. En el Seminario 11 ubica a la pulsión como uno de los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, junto al inconsciente, a la repetición y la transferencia.

En el Seminario 7 es donde aparece un nuevo concepto: el goce, que Lacan define en ese momento como satisfacción pulsional. Y de ahí en más, irá tomando un importante lugar en el edificio teórico y se irá articulando con el falo, la castración, lo femenino, el sentido, el significante del Otro tachado y otros, de tal manera que el acento irá pasando de una clínica del deseo a una clínica del goce, que implica la puerta de entrada a lo que se llamará la orientación por lo real.Hay una articulación entre la letra –mixto de S1 y a– y el sinthome –en tanto nombre de goce, al que se llega al final del análisis–. Tal articulación entre lo ya escrito y lo que se escribe como nuevo en el final es posible gracias a la orientación dada por el deseo del analista desde la primera entrevista, en un trabajo permanente con el sin-sentido, a través de operaciones como el corte, la interpretación, el silencio, el semblante, el acto; es decir, el más allá de la neutralidad analítica. Es con la ética del forzamiento que se logra orientar la cura hacia lo real. Y, orientada hacia el final, es allí –en el final– donde se siguen haciendo valer las mismas herramientas que durante todo el trabajo de transferencia. No se

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reniega del método psicoanalítico cuando se quiere encontrar la buena manera de dar por finalizada la experiencia.

Si un análisis empieza con la subjetivación necesaria para que quien sufre consienta ser tomado por su decir, cancelando decisiones y juicios, para que el yo no entorpezca el trabajo por hacer; si el analista permanentemente debe orientar al analizante por el buen camino que se llama asociación libre, pérdida del referente y pérdida de la intención de decir todo; si en el análisis se trata de construir un texto a partir de los dichos del analizante, de la selección del analista y la intervención que haga de tal manera que sea el sin-sentido lo que re lance el movimiento; si la lógica de la cura implica ir pasando del determinismo del inconsciente a la determinación de la pulsión; si se trata, siempre, de ir mucho más allá de la voluntad de decir, propia de la palabra narcisista, para ir hacia un texto que sea otro a lo que el yo pensaba y quería decir; si todo esto caracteriza el trabajo de un psicoanalista de orientación lacaniana, no podemos esperar que al final de un análisis se restablezca el autoconocimiento como método, cuando se lo vino combatiendo sistemáticamente desde un principio, no podemos, de pronto, esperar que el fin de análisis de sus señales a través de la ampliación de conciencia. Y entonces ¿qué señales tenemos para verificar el final del análisis si no podemos apelar al darse cuenta, ni siquiera aplicable ese darse cuenta al saber hacer con el síntoma? Tendrá que aparecer la dimensión del acontecimiento imprevisto, de la contingencia que se ajusta a la lógica de la cura, más allá de la elaboración de saber y del sentido.

Si la orientación hacia lo real implica por un lado el sometimiento a la asociación libre y por otro, la ética del acto y del forzamiento sujetado a la lógica de la cura, es hacia el final de la experiencia analítica que esto se debe mantener con tanta o mayor fuerza aún, debiendo desconfiar de cualquier propósito de autoevaluación. Considero que sólo de tal modo el deseo del analista será la herramienta eficaz en la perspectiva de que el final de cada análisis sea, cada vez, una experiencia que por definición siempre resulta contingente y, al mismo tiempo, tenga alguna chance de ser vivida.

En conclusión, tanto el concepto de pulsión –en Freud– como el de goce –en Lacan– son la consecuencia necesaria de no identificar al psicoanálisis con el inconsciente, la verdad y el saber, sino que tanto en la clínica, en la episteme, como en la política es indispensable tomar en cuenta la energética freudiana, las satisfacciones de la pulsión y los modos de goce que se presentan a la experiencia del psicoanálisis en el siglo XXI.

Bibliografía

CHAMORRO, J., ¡Interpretar!, Buenos Aires: Grama, 2011.FREUD, S. (1905) “Tres ensayos de teoría sexual”, en FREUD, S., Obras Completas, Vol.

VII, Buenos Aires: Amorrortu, 1978.— (1923) “El yo y el ello”, en FREUD, S., Obras Completas, Vol. XIX, Buenos Aires:

Amorrortu, 1979.— (1937) “Análisis terminable e interminable”, en FREUD, S., Obras Completas, Vol.

XXIII, Buenos Aires: Amorrortu, 1996.LACAN, J. (1957-58) El Seminario. Libro 5. Las formaciones del inconsciente, Buenos

Aires: Paidós, 1995.— (1959-60) El Seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós,

1992.

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— (1963- 64) El Seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós, 1987.

— (1972-73) El Seminario. Libro 20. Aun, Buenos Aires: Paidós, 1995.— (1976-77) Seminario 24. L’insu que sait de l’une-bevue s’aile à mourre, inédito.MILLER, J. A., Los signos del goce, Buenos Aires: Paidós, 1998.— El partenaire-síntoma Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, Buenos

Aires: Paidós, 1997- 98.— Sutilezas analíticas. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, Buenos Aires:

Paidós, 2009.

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IIIª Jornada de Formación para ayudantes-alumnos de las materias de Primer AñoFacultad de Psicología-UNR

Organización y coordinación: Dra. María Soledad NívoliColaboración: Aux. Diego Basualdo

Transmisión y representación (hypókrisis) retórica. Puesta en escena y reflexión sobre la puesta en escena en la práctica docente universitaria

Fundamentación

Esta jornada está destinada a los ayudantes-alumnos de las materias de Primer Año de la carrera de Psicología y se propone –siguiendo la línea iniciada en las Jornadas del año 2009 y 2010– la tarea específica de analizar, reflexionar y plantear distintas modalidades de transmisión, que aporten a la formación docente en la escena universitaria.

En esta oportunidad nos proponemos trabajar algunas nociones clásicas de la retórica (Aristóteles, 2007; Cicerón, 1991; Quintiliano, 1887) y su reapropiación moderna por parte de la sociología (Goffman, 2009) para explicitar los elementos que intervienen en la dimensión representacional del trabajo docente.

La idea básica de la que partimos es que las situaciones en las que fracasa la representación retórico-pedagógica permiten poner en evidencia el artificio representacional completo del que las mismas participan, al mismo tiempo que posibilitan la reflexión acerca del trabajo de transmisión de conceptos. En la medida en que las inadecuaciones, desarticulaciones, olvidos, etc. se hacen evidentes tanto al docente como al estudiante –y esta evidencia resulta tal especialmente al ayudante-alumno, que goza de una perspectiva a medio camino entre la función del estudiante y la del docente– resulta posible reconstruir el trayecto que va desde el plan de trabajo con un concepto hasta su efectiva realización, permitiendo a su vez reconocer las diferentes y complejas dimensiones que se comprometen en la situación pedagógica.

Objetivos

- Analizar los elementos que componen la representación (hypókrisis) retórica según la tradición clásica y la reelaboración de los mismos por parte de la reflexión sociológica moderna.

- Establecer nexos y relaciones entre los elementos de la hypókrisis y los de la situación de transmisión en la escena universitaria. Reconocer las diferentes dimensiones que se ponen en juego a la hora de transmitir conceptos.

- Reflexionar acerca de las situaciones específicas de fracaso de la representación (inadecuaciones, desarticulaciones, olvidos, etc.) en las que el artificio representacional se pone en evidencia junto a sus elementos constitutivos.

Bibliografía

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ARISTÓTELES, Retórica, Barcelona: Gredos, 2007.CICERÓN, El orador, Introducción y notas E. Sánchez Salor, Madrid: Alianza, 1991.GOFFMAN, E., La presentación de la persona en la vida cotidiana, Buenos Aires:

Amorrortu, 2009.QUINTILIANO, M. F., Instituciones Oratorias, Trad. Ignacio Rodríguez y Pedro Sandier,

Tomo I y II, Madrid: Librería de la Viuda de Hernando y cía, 1887.

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Época y psicoanálisis

Carlos KuriGrupo de Investigación: PSI 150

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

Época supone unicidad, pero las múltiples obras y acontecimientos que intervienen en una época, desgajan la época, cada uno con sus propias reglas. Si tomamos la época en su unicidad toda obra o acontecimiento debiera entenderse como documento. Lo epocal por el contrario debiera servir de medida de desajuste en lugar de una exigencia de armonía o nostalgia (esto puede interpretarse a partir de la noción de aura benjaminiana cuando señalaba que del aura no hay copia).

Resulta insoslayable por otra parte que el psicoanálisis mantiene, aún con sus vicisitudes históricas, un hilo vigente de atemporalidad. La afinidad, más allá de las discordias ideológicas con cierto psicoanálisis, que posee con los estudios foucaultianos, es una buena comprobación; estudios que consideran la temporalidad de lo atemporal: Las palabras y las cosas; Historia de la locura en la época clásica; Historia de la sexualidad, todos programas de cruce entre lo que estuvo ‘siempre’ (locura, sexualidad, lenguaje) y los acontecimientos que lo constituyen como estructura.

Por esto conviene revisar la infaltable cita de Lacan sobre ‘la subjetividad de la época’, que ha sido utilizada abundantemente a modo de sintagma en nombre de las actualizaciones ortopédicas de la clínica: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de la época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espira a lo que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes”244. De aquí se acostumbra a detener la cita en la primera mitad para colocar el énfasis en la sintonía que debiera tener el analista con los cambios impuestos por la época; pobre manera de entender época y subjetividad en lo que hace a la práctica psicoanalítica. Más bien de lo que se trata es de la advertencia que lanza Lacan en cuanto a quedar ‘arrastrado en el torbellino espiralado de la época’ declinando su lugar de intérprete, sin poder discernir la discordia, el conflicto, de los lenguajes. Un psicoanálisis arrastrado a socorrer el ataque de pánico o atender la anorexia olvidando el denso trabajo freudiano sobre la angustia o la histeria.

Entiendo que parte de la instrumentación psicológica de la cita pasa por no discernir sujeto y subjetividad. El sujeto es la repetición que hace oír lo que la subjetividad arrastra al aturdimiento de lo actual como medida de sanción psicopatológica. Paulatinamente Lacan, a partir de renunciar explícitamente a la noción de intersubjetividad, va dejando en primer

244 LACAN, J., “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, en LACAN, J., Escritos. Volumen 1, Buenos Aires: S.XXI, 1988.

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plano el nexo dominante entre sujeto y significante por sobre la subjetividad, desalojando toda carga introspectiva e imaginaria. El sujeto inscribe con Lacan la huella de resistencia a lo epocal, escuchar al sujeto es escuchar cierto margen de la época que nos recuerda el conflicto que late detrás de la actualización. Lo que, por ejemplo, el sujeto de lo homosexual nos permite escuchar y tensar y que no tiene el mismo ritmo (–lo excede en las preguntas repetidas en la ley de la castración–), que la aprobación de la ley de matrimonio igualitario.Se trata de detectar el carácter no complementario entre época y sujeto (psicoanálisis), como modo de no suprimir el conflicto, único modo de oír el rasgo de variación en la repetición que involucra una época.

Palabras clave: época - sujeto - subjetividad - psicoanálisis

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Notas para la actualización de la teoría crítica

Laura SoteloGrupo de Investigación: PSI 210

Facultad de PsicologíaUniversidad Nacional de Rosario

Resumen

La Escuela de Frankfurt, que, como dice Honneth, se diferencia de las restantes corrientes del pensamiento social por la constitutiva necesidad de calibrar sus conceptos en vistas de un ámbito de trascendencia intramundana, sea ésta la revolución social, como en los primeros frankfurtianos, la comunicación sin coerciones, como en Habermas, o las luchas sociales por el reconocimiento, como en el propio Honneth, ha cumplido con tales desplazamientos una dialéctica de sentido histórico.En la ilación de sus preguntas y respuestas sobre las perspectivas o falta de perspectivas de la praxis, y en la lucidez de sus especulaciones filosófico-sociales, se conservan frescas las huellas de un pasado de tormentos siempre perfectibles. Hemos sido puestos sobre aviso por la propia teoría crítica acerca de los muchos modos en que se gesta la violencia fascista, cuando arrasan derrumbes y conmociones capitalistas. Apenas salimos del siglo XX y parece que estuviéramos atrapados aún en el umbral de sus primeros veinte o treinta años. Es la marcha de la propia teoría crítica, puesta a rodar sobre carriles históricos, la que apunta hoy con fuerza hacia su raíz, como si en la dialéctica cumplida de Horkheimer a Adorno y a Habermas, de Habermas a Honneth, pudieran encontrarse el señalamiento de un origen que insiste con que se le de acogida.

Palabras clave: perspectivas de la praxis - actualidad - teoría crítica

Comunicación

Quisiera con esta comunicación, incentivar el debate sobre el valor actual de la teoría crítica frankfurtiana, introduciendo algunas incertidumbres y tesis controversiales, y proponiendo ciertas torsiones rectificadoras. El objetivo de este texto es alertar sobre la brusca aparición de un límite imprevisto en algunos de sus conceptos principales, e indicar la relevancia de una crisis que, hace ya varios años, aqueja a la teoría crítica. Ésta se encuentra hoy amenazada con una liquidación débil de su legado, por la fuerza inerte de una tradición que, remotamente vinculada con su origen, apenas puede recuperar el antiguo brío y la fuerza intelectual de los primeros años del Instituto de Frankfurt. Esta situación debería presentársele a quien desee algún porvenir para la teoría crítica con la presión de un ultimátum. La teoría crítica se encuentra hoy en trance de transformarse en ideología, sin que pueda aventurarse si, después de las revisiones de Habermas y Honneth, le cabe algún porvenir fiable en el despojado arsenal de la armas de la crítica. Tal como se ha planteado a partir del giro habermasiano, desde la filosofía de la conciencia a la comunicación libre de coerciones, ha predominado en la teoría crítica un concepto de intersubjetividad idealista, sustraído a la centralidad de las determinaciones económico-objetivas. La acción comunicativa habermasiana, como las

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luchas por el reconocimiento moral de Honneth, han partido de la existencia, al menos virtual, de una esfera de intersubjetividad autónoma respecto de la estructura material esencialmente no subjetiva de la sociedad. Esto ha conducido a una inflación del sujeto en la figura de una intersubjetividad que, en Habermas y Honneth, ha operado evasivamente frente a las espinosas consecuencias que surgen de asumir la centralidad de la estructura económica.

El giro hacia una intersubjetividad sin objetividad, tanto en Habermas como en Honneth, ha desvinculado el interés de la teoría crítica respecto de toda cuestión de la organización económico-objetiva de la sociedad, dando curso a una orientación lingüística y moral que ya no puede dar cuenta de la actual conflictividad social. El peligro que se cierne sobre la teoría crítica frankfurtiana, en especial, sobre sus últimos planteamientos por parte de Honneth, consiste en una falta de adecuación entre sus conceptos subjetivistas y la inteligencia crítica que demanda la actual configuración del mundo. Yo llamaría a este peligro venganza de la estructura. Venganza de la estructura que es a su vez el retorno de lo reprimido de la teoría crítica, me refiero al momento por ella olvidado, de la determinación económica.

La lucidez actual del pensamiento social crítico, y más específicamente, la pretensión de seguir construyendo teoría anticapitalista, dependen tanto de reensayos de síntesis entre los conceptos y las formas históricas, como del vigor de las luchas anticapitalistas en el mundo extrateórico. El curso de la teoría crítica ha seguido como una sombra la crisis del marxismo, tratando de encontrar, tras la indigencia revolucionaria de la Europa de la segunda posguerra, fugas definitivas del proyecto de la emancipación marxista hacia el terreno del inconsciente, el orden lingüístico o la esfera moral. Hoy debería volver sobre sus pasos para recoger, de los primeros años del Instituto de Frankfurt, el punto de partida intelectual abandonado. Creo que existe un núcleo de validez compartida, entre los problemas históricos y filosóficos de los años ‘20 y ‘30, y los problemas de nuestro presente, que plantea la necesidad de una vuelta a la vida de los conceptos y discusiones originarias de la teoría crítica.

Me refiero a la centralidad actual de la crisis del capital, al rebrote de nacionalismos y racismos en Europa, a la disposición de enfrentamiento anticapitalista que han evidenciado asalariados y desocupados de los países centrales, del Mundo Árabe y América Latina, y que trae a la agobiada memoria, como presagios de una monstruosidad indecible, la escena de la crisis del ‘30 y de las luchas que precedieron el triunfo del fascismo. Pero la historia del presente no ha dispuesto las circunstancias como si nuestra partida, la que hoy nos toca jugar, hubiera sido ya decidida de antemano por poderes inexpugnables, ni tampoco como si la determinación en última instancia económica que hoy aprisiona más que nunca al mundo, pudiera resolver por sí misma ningún desenlace fatídico. La diferencia más extraordinaria entre nuestros años y aquellos del ‘20 y ‘30, es la insignificancia empírica de la amenaza comunista, cuyos problemas de interpretación y praxis, en principio, podrían ser formulados en términos de la temprana Escuela de Frankfurt. El olvidado núcleo teórico de sus años fundacionales, concretamente, los que van de 1923 a 1933, provee hoy un impulso más fiable para entender nuestra época que toda la deriva posterior de Adorno a Habermas y a Honneth.

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No fueron, como se sabe, las propuestas de Habermas o de Honneth las que mejor prolongaron la dialéctica adorniana sino el posmodernismo, como lo ha mostrado Wellmer245, cuyo movimiento deconstructivo de la herencia moderna culminó en el anatema de la idea de historia universal, las leyes globales y los conceptos holísticos. Sin embargo Adorno, aunque abominó de la totalidad como lo falso y lo malo del dominio, no negó realidad sustancial a esa categoría, sino que la identificó con lo histórico negativo. El posmodernismo pudo aprender de Adorno el apego al fragmento y a lo abierto de las diferencias irreductibles, pero perdió, a diferencia de él, toda referencia a la totalidad material de la vida colectiva. En más de un sentido Adorno adelantó a Lévi-Strauss en la crítica de la historia occidental como mito. Pero la tragicidad de la visión adorniana, de la que careció el estructuralismo y el posestructuralismo, reside en que Adorno se negó a pensar el presente como si el pasado no pudiera, de improviso, presentarse como un acreedor de feroz apetito. El posmodernismo marchó más bien con la cabeza desafiante frente a la tradición, derrotando nominalísticamente la totalidad, el sentido de la historia y el determinismo económico, y afirmó su propia potencia teórica en la diseminación de múltiples diferencias, sin vinculación necesaria con un centro real y objetivo.

Dialéctica del Iluminismo constituye la fuente nutricia donde pudo abrevar el abusivo cliché del fin del sujeto y la razón, y donde la equivalencia posmoderna entre razón, mito, y grandes relatos encuentra un fundamento de época legítimo. Como lo ha señalado Dubiel246, ese texto representa el fin de la teoría crítica, pero, también podría agregarse, el nacimiento de dos caminos opuestos por los que se ha buscado salir de la dialéctica de la ilustración: la senda de la indiferencia posmoderna entre razón y mito por un lado; por el otro, la vía de una separación virtual entre racionalidad y dominio, tal como se produce en las esferas intersubjetivas en las que se atarearon discursivamente Habermas y sus continuadores. En ambos casos, la relación entre subjetividad (o intersubjetividad) y dominio económico ha sido sistemáticamente soslayada, como si éste se tratara de un principio subordinable a la mayor efectividad del orden simbólico.

Tanto Habermas como Honneth se concentraron en una incisiva labor crítica contra la idea de prioridad del dominio económico, y en todo caso la determinación materialista del todo social fue arduamente elidida en sendas reconstrucciones del proyecto de emancipación humana, basadas respectivamente en condiciones lingüísticas o morales, esencialmente intersubjetivas. Este movimiento de depuración de los conceptos de los restos de la escoria económica, ha dejado inerme a la teoría crítica en el momento actual, justamente cuando emerge con total crudeza el despreciado momento determinista.

Contra estas inocultables consecuencias, habría que recuperar el temprano origen del Instituto de Frankfurt en los años ‘20. La idea de historia natural adorniana, la idea de mesianismo benjaminiano, o la idea ontológica de la razón como dominio, han llegado al límite de su sentido, y no pueden arrojar nada vivificador al pensamiento social actual. Hoy resultan más los signos petrificados de la derrota de la revolución alemana y del subsiguiente triunfo del fascismo, que una diáfana nomenclatura con que escribir teoría

245 WELLMER, A., Sobre la dialéctica de modernidad y postmodernidad. La crítica de la razón después de Adorno, Madrid: Visor, 1993.246 Cfr. SÁNCHEZ, J. J., “Sentido y Alcance de Dialéctica de la Ilustración”, en ADORNO, T. y M. HORKHEIMER, Dialéctica de la Ilustración, Valladolid: Trotta, 2006, pp. 17-18.

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social. La lícita celebración de las virtudes emancipatorias de la mera razón comunicativa, o de las exclusivas luchas por el reconocimiento, acreditada filosóficamente en Habermas o en Honneth, merece ya también un ajuste de cuentas. El claro vector de la emancipación humana, constitutivo de la Escuela de Frankfurt, se ha tornado en dilema histórico acuciante, al tiempo que sus horizontes conceptuales se proyectan nebulosamente sobre un presente lleno de peligros.

La Escuela de Frankfurt, que, como dice Honneth, se diferencia de las restantes corrientes del pensamiento social por la constitutiva necesidad de calibrar sus conceptos en vistas de un ámbito de trascendencia intramundana, sea éste la revolución social, como en los primeros frankfurtianos, la comunicación sin coerciones, como en Habermas, o las luchas sociales por el reconocimiento, como en el propio Honneth, ha cumplido con tales desplazamientos una dialéctica de sentido histórico. En la ilación de sus preguntas y respuestas sobre las perspectivas o falta de perspectivas de la praxis, y en la lucidez de sus especulaciones filosófico-sociales, se conservan las huellas aún frescas de un pasado de tormentos siempre perfectibles. Hemos sido puestos sobre aviso por la propia teoría crítica acerca de los muchos modos en que se gesta la violencia fascista, cuando se producen derrumbes y conmociones capitalistas. Apenas salimos del siglo XX y parece que estuviéramos atrapados aún en el umbral de sus primeros veinte o treinta años. Mientras se retuercen los intestinos bursátiles de los grandes estados capitalistas, y se recetan ajustes económicos, neo nacionalismos y pogromos antimusulmanes, el centro lanza la crisis sobre el mundo entero, en escalas globales, agonísticas y envolventes. Todo parece indicar que la actual crisis que recorre globalmente el capitalismo, representa también la piedra de toque de algunas viejas formas de la teoría crítica. Y si ésta quisiera ser, por fin, más que la quimérica referencia a una praxis imposible y derrotada de antemano, como en Adorno, debería abandonar toda la dialéctica negativa, todo ese fragoso esfuerzo con los puros conceptos filosóficos, que, según el propio Adorno prescribe, devuelven una luz desfalleciente sobre el mundo real.

La teoría crítica, en su autodesarrollo, ha provisto a la comprensión histórica con ciertos criterios de evaluación, que permiten no sólo el juicio de si, y hasta que punto, las metas críticas originales fueron plausiblemente conseguidas, sino también, que dotan a su actual recomposición de una lucidez escarmentada y dura. Es la marcha de la propia teoría crítica, puesta a rodar sobre carriles históricos, la que apunta con fuerza un giro hacia sus años formativos, como si tras la dialéctica cumplida de Horkheimer a Adorno, a Habermas y a Honneth, se presentara nuevamente la cuestión del origen y del sentido. Pero, podría preguntarse, ¿cuál es el sentido original de la teoría crítica? ¿Existió algo así como un sentido único, indiferenciado y definible del Instituto de Frankfurt, de modo que podríamos decir que tales o cuales de sus obras se distancian o aproximan a su sentido original? Mucho de este asunto ha sido objeto de debates reconstructivos y sabemos que, aunque el joven Horkheimer tuvo el tino de explicitar, en una serie de escritos programáticos, aquello que podía ser entendido como teoría crítica, los textos de los frankfurtianos se bifurcan en varias direcciones disímiles y contradictorias. Sin pretender remontar una frondosa genealogía del sentido original, podemos aquí indicar ciertos componentes histórico filosóficos de los primeros esfuerzos conceptuales de la teoría crítica.

El doble origen de la teoría crítica.

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La fundación del Instituto de Frankfurt en 1923 representa bastante más que la previsible ocasión de conmemoraciones centenarias. Su creación en 1923 ha sido tanto el canto de cisne de la revolución alemana, como el intento de salvar la teoría de la sociedad de Marx del retroceso de sus presupuestos prácticos.La prosapia militante de los asistentes al primer seminario teórico del Instituto de Frankfurt, se acredita rápidamente con los nombres de George Lukács, Karl Korsch, Richard Sorge, Gertrud y Eduard Alexander y por supuesto, el joven activista y mecenas de izquierdas, Felix Weil, expulsado de la universidad por conspiración247. Karl Korsch, por su parte, era por ese entonces ministro de Justicia comunista de Turingia en la coalición de gobierno SPD/KPD248, y diputado del Reichstag; Lukács venía de una breve experiencia como comisario del pueblo en la República de los Consejos Húngara y fue editor, hasta 1921, en la clandestinidad vienesa, de la revista Kommunismus, expresión de las tendencias izquierdistas de la Komintern.

El primer seminario teórico del Instituto de Frankfurt, denominado Primera semana de trabajo marxista discutió Marxismo y Filosofía de Korsch e Historia y conciencia de clase de Lukács, entre otros núcleos de un temario de teoría militante.249 Aunque no se trató de una reunión orgánica del partido comunista sino de un encuentro concertado en sus márgenes, varios (entre la decena de asistentes) ocupaban cargos en el KPD, la mayoría eran redactores o colaboradores de Die Rote Fahne250, y algunos serían, posteriormente, funcionarios de la Komintern y espías de la KGB. En el punto del temario “la cuestión del método” presentado por Lukács y Korsch, figuraban los más arduos problemas filosóficos de la intelectualidad revolucionaria alemana de los años ‘20. Los textos de ambos autores se ocupaban de demarcar el revisionismo de la II Internacional respecto de la verdadera autocomprensión marxista revolucionaria, entendida en oposición al marxismo vulgar, economicista y reformista. No se trataba de un debate de consecuencias ociosas entre eruditos de la izquierda hegeliana, aunque en parte podría ser descrito de esa manera. La lucha teórica contra el economicismo abierta por Korsch y Lukács, constituyó el correlato filosófico de la lucha política entre revolucionarios y reformistas, que polarizó al movimiento obrero alemán tras la caída del Káiser. Marxismo y filosofía constituye una de las primeras historizaciones críticas de la teoría marxista, muy lejos del dogmatismo asegurado en el canon de las frases célebres.

Korsch identificaba dos etapas diferentes de la obra de Marx. La primera, aquella que, a partir de 1843 y hasta la derrota del proletariado de París en 1848, el marxismo se constituye como una totalidad viva de filosofía, economía, praxis e historia, fundidas en esa singularidad de origen con que nació a la faz histórica. La audacia del lenguaje, la plenitud de pensamiento filosófico y la penetración histórico materialista se hallaban 247 VAN REIJEN, W. & G. SCHMID NOERR, Grand Hotel Abgrund. Eine Photobiographie der Frankfurter Schule, Hamburg: Junius-Verlag, 1988.248 SPD: Sozialdemokratische Partei Deutschlands (Partido Socialdemócrata Alemán). KPD: Kommunistische Partei Deutschlands (Partido Comunista Alemán).249 Los puntos de discusión de la jornada fueron:1. Sobre las formas de tratamiento del actual problema de la crisis (introducido por Ludwig –esto es, E. Alexander–).2. Sobre la cuestión del método (introducido por Lukács y Korsch).3. Cuestiones organizativas de la investigación marxista (introducida por Fogarasi).Cfr. VAN REIJEN, & SCHMID NOERR, op. cit. supra, nota 3, p. 154. Traducción de Héctor Piccoli y Laura Sotelo.250 Die Rothe Fahne era el nombre del periódico creado por la Liga Espartaco, luego periódico del KPD.

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reunidas sin contradicción en la obra de Marx: “no tiene caso aquí –decía Korsch– dividir entre diversas ciencias los elementos económicos, políticos y espirituales de esta totalidad viva, por muy fielmente que se analicen y critiquen las peculiaridades concretas de cada elemento en especial”.251

La segunda etapa abarca desde la derrota de 1848 hasta la Comuna. Aquí, inmerso en el estudio del capital, en un contexto de regresión de la lucha de clases, no podía Marx, por sí solo, encender el viejo fuego vital de la dialéctica entre teoría y praxis, pero –sostiene Korsch– en vida de Marx la teoría tampoco se descompuso en disjecta membra, pues el método dialéctico penetraba cada aspecto de la consideración económica, restituyendo multiplicidad a esa unidad. Fueron los epígonos de la II Internacional los que disecaron la fuente de la dialéctica al separar marxismo y filosofía, en la adaptación al reformismo socialdemócrata. Superar tal trance exigía una contribución de la filosofía que rehabilitara el problema de la revolución, del estado y de la ideología, es decir, la superestructura olvidada por la tradición economicista.

En un sentido similar se orientaba Lukács. Historia y conciencia de clase también promovía la vuelta a Hegel del marxismo. Para Lukács la clave del método dialéctico residía en la categoría de totalidad, cuyo principio de articulación real, efectivamente existente, es la estructura de la mercancía. La objetividad del valor, según Lukács, constituye la fuerza motriz que empuja desde la inmediatez económica, hasta el mundo más remoto de las formas subjetivas, en una totalidad que se despliega unitariamente, por detrás de la serie de apariencias inconexas y disímiles.Para Lukács, dos perturbaciones señalan virtualmente los límites a la totalidad social cosificada. En primer lugar, las crisis que surgen de las leyes inmanentes del sistema; por otra parte, el límite externo del partido proletario. En el punto de intersección de ambas líneas de fuga, Lukács dibujaba una imagen hegeliana, que remedaba definitivamente el antiguo oficio sintético del Espíritu: el devenir sujeto-objeto del proletariado, cuya reconciliación no estaba ya en el altar de la Idea, sino en el factum de la revolución socialista.Aunque la relación de Lukács con el Instituto de Frankfurt fue episódica y posteriormente –como se sabe– supo ensayar una distancia irónica252, Historia y conciencia de clases ejerció una larga influencia sobre los frankfurtianos, que resistió la tardía abjuración de Lukács253.

La potencia del planteamiento de Lukács no se situó tanto en el desarrollo, como en el mismísimo planteamiento del problema, es decir, no tanto en responder qué pasa con la conciencia cosificada durante las crisis, sino más bien en abrir la discusión sobre las formas subjetivas que se desprenden del funcionamiento estable de la estructura económica. Así, Lukács afirma que es la estructura de la mercancía –en su doble aspecto de valor de uso y valor– la que, detrás de la escisión kantiana entre cosa en sí y fenómeno,

251 KORSCH, K., Marxismo y filosofía, México: ERA S.A., 1971, p. 29.252 “Gran parte de la intelectualidad alemana más influyente, incluyendo a Adorno, se ha instalado en el Gran Hotel Abismo, al que describo, en conexión con mi crítica a Schopenhauer, como un espléndido hotel, equipado con todas las comodidades, situado al borde de un abismo hacia la nada, hacia el absurdo; la diaria contemplación del abismo, entre excelentes platos y entretenimientos artísticos, sólo puede exaltar el disfrute de las comodidades ofrecidas”. LUKÁCS, G., “Prólogo de 1962”, en LUKÁCS, G., Teoría de la novela, Buenos Aires: Ediciones Godoy, 2010, p.18.253 Cfr. LUKÁCS, G., “Prólogo a la edición de 1967”, en LUKÁCS, G., Historia y conciencia de clases, Madrid: Sarpe, 1985.

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mueve los hilos de filosofía burguesa. Lukács advierte que la economía burguesa procede con el valor de uso como la filosofía kantiana con la cosa en sí: al relegar a ésta fuera del la arquitectura racional del entendimiento, Kant hace como las leyes de la economía política, que descartan el valor uso hasta que lo irracional de la crisis lo pone en evidencia como la cosa en sí negada por el sistema. “El ser cualitativo de las cosas, la cosa en sí, no concebida, sino eliminada, que en esa contradicción vive como valor de uso su existencia extraeconómica, y que se cree posible descuidar e ignorar tranquilamente mientras las leyes económicas funcionan de un modo normal, se convierten repentinamente en las crisis en el factor decisivo de la situación (repentinamente, se entiende, para el pensamiento cosificado, racional)”.254

Es en las crisis económicas cuando, según Lukács, las “leyes naturales y aparentemente conclusas del todo” manifiestan contradicciones y desequilibrios constitutivos que se mantienen ocultos en los períodos de acumulación sin disturbios.

Horkheimer completó la teoría de la cosificación lukacsiana, con la adición de las repercusiones psicoanalíticas que surgían, no sólo de la aceptación de un inconsciente freudiamente reprimido, sino especialmente, de la afirmación de la determinación esencial de la estructura cósica sobre la subjetividad social. En efecto, Horkheimer supuso que la conciencia cosificada, al adherirse acríticamente al orden de las cosas, desplaza inmediatamente la irracionalidad social a las tendencias del inconciente. A mayor cosificación de la conciencia, mayor peso deben tener los motivos inconscientes en la explicación histórica: tal era la convicción de Horkheimer en los años ‘30. El peso del inconsciente en la historia, era asumido en ensayos como El dogma de Cristo de Fromm, o Egoísmo y movimiento emancipador de Horkheimer, resguardando, sin embargo, la concreción y ubicuidad social de la mirada psicoanalítica.Otra cosa ocurre con la eclipsante influencia del psicoanálisis sobre los motivos materialistas, que se proyecta palmariamente en Dialéctica del Iluminismo. Contra lo que sostiene Habermas255, Dialéctica del Iluminismo significa menos la extensión de la teoría de la cosificación hacia el pasado arcaico de la especie, que su restricción como momento de la filogénesis psicoanalítica. En efecto, en Dialéctica del Iluminismo, el cáncer de la dominación se encuentra en el mismísimo trabajo útil de la especie, en la cultura que exige el sacrificio libidinal del sí mismo. Si existe una diferencia insalvable entre antropología optimista del joven Marx, que vio la esencia del hombre en el trabajo genérico, y la maldición que Freud cifra en el trabajo productivo de la especie, Adorno y Horkheimer, concientes de que no se podía transitar a la vez por ambos caminos, optaron por Freud.

En Dialéctica de la Iluminismo la imbatible realidad suprahistórica del dominio es inherente al trabajo útil productor de valores de uso y termina, por lo tanto, anulando la crítica marxista-lukacsiana de la producción de valores de uso por mor del trabajo abstracto. La intensa psicologización de la tesis de Dialéctica del Iluminismo, reduce el fetichismo a mero capítulo de un dominio ontológico anclado en el ser genérico de la especie. Habermas y otros autores han señalado aquí, correctamente, el fin del primer proyecto de Horkheimer. Como dice Honneth: “la relación específica en que Horkheimer puso la teoría y la práctica, continuando el izquierdismo hegeliano, presupone una definición de las

254 LUKÁCS, G., “La cosificación y la conciencia del proletariado”, en LUKÁCS, op. cit. supra, nota 9, p. 34.255 Véase HABERMAS, J., Teoría de la acción comunicativa. Tomo I, Madrid: Taurus, 1999, p. 466.

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fuerzas motrices sociales que en el proceso histórico pujan por sí mismas hacia la crítica y superación de las formas establecidas de dominación”.256 En Dialéctica del Iluminismo tales fuerzas motrices se hallan ausentes.La teoría crítica recayó, desde entonces, en una renovación negativista de la filosofía contemplativa, como en Dialéctica Negativa, o en la sociología vulgar de los desafortunados textos de Horkheimer de los años ‘60.

Pero Dialéctica del Iluminismo representa además del fin de la temprana teoría crítica, una fehaciente muestra de las tensiones irresueltas entre marxismo y psicoanálisis. No podemos aquí explayarnos en este punto, pero sí recordar algunos riesgos que alertaba Wilhelm Reich respecto de sus uniones espurias. En efecto: ¿es posible una utilización social del psicoanálisis sin pretender extraer de él una Weltanschauung para la intelección histórica? ¿Es posible limitar el papel del psicoanálisis a mera ciencia auxiliar de la historia, como pretendía el joven Horkheimer, aferrando la raíz materialista de la comprensión del mundo? Si ésta era la perspectiva declarada en los años ‘30, no coincide, sin embargo, con el curso definitivo que siguió la teoría crítica en las siguientes décadas. La antropologización psicoanalítica de la comprensión histórica culminará con el abandono del problema de la estructura económica, en un camino que, en sucesivos desplazamientos ideológicos, de Habermas hasta Honneth, ha terminado por conformar un nuevo idealismo basado en la idea de reciprocidad intersubjetiva comunicativa o moral.

El giro intersubjetivo o el idealismo de a dos

En las reconfiguraciones de la teoría crítica de Habermas y de Honneth, tuvo un lugar neurálgico la crítica a la teoría marxista del fetichismo. La crítica habermasiana de Lukács comienza con la supresión del concepto de trabajo abstracto, para dar paso a una consideración unilateral del interés por el trabajo útil de la especie, concebido meramente como trabajo racional, sin núcleo fantasmagórico. Habermas procede, en la justificación del interés técnico257, como si la organización capitalista se orientara a la producción de bienes de uso finalísticamente, y no como medios de valor y plusvalor. La separación habermasiana de las esferas productiva y comunicativa, que dota a ambas de intereses racionales diferenciados, demandaba el olvido del concepto de trabajo abstracto, a fin de pergeñar un interés empírico intachable para las ciencias naturales y el marxismo. La meta histórica de liberar el trabajo concreto de la tiranía del trabajo abstracto, es consumada nominalísticamente en el planteamiento habermasiano, por la virtual separación de las esferas del trabajo y la comunicación.

La naturaleza bifacética del trabajo debía ser eliminada del núcleo racional del interés técnico, a fin de que Habermas pudiera desvincular la forma del valor de los nexos objetivos del mundo de la vida. La lectura habermasiana de Marx consiste más bien en una extremaunción naturalista de la teoría marxista, que recae por detrás del marxismo naturalista de la II Internacional: para el Habermas de Conocimiento e interés, el marxismo comparte con las ciencias naturales el interés en la reproducción técnica de la especie, allí se reduce toda su validez.

256 HONNETH, A., “La dinámica social del desprecio. Para determinar la posición de una teoría crítica de la sociedad”, en HONNETH, A., Crítica del agravio moral. Patologías de la sociedad contemporánea, Buenos Aires: Fondo de cultura económica, 2009, p. 251.257 Véase HABERMAS, J., Conocimiento e interés, Buenos Aires: Taurus, 1989, pp. 14-32.

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Evidentemente, la propuesta habermasiana de los años ‘60 tributaba al no tematizado interés por sostener la experiencia democrática de la Alemania Federal, que parecía no necesitar ya una teoría de las crisis económicas, ni de un planteamiento de la emancipación que debiera equiparse, colectivamente, con más disposiciones que las lingüísticas258. En cambio, el desafío de Honneth, ha consistido en buscar en las luchas por el reconocimiento moral, el punto de apoyo de una actualización de la teoría crítica que supere los marcos lingüísticos, y en este sentido, su propuesta puede ser tomada como un intento de salida del plano ficcional de los antagonismos verbales explícitos.

En el planteamiento de Honneth puede calarse una inclinación asintótica de la teoría crítica hacia sus propios orígenes; pero Honneth reniega de algunos conceptos que ayudarían a comprender la crisis capitalista actual y las transformaciones de la vida social. Coincidimos con Honneth en que, si hay algo que hoy puede llamarse teoría crítica es “aquella clase de reflexión teórica sobre la sociedad que, con el programa original de la Escuela de Frankfurt, y tal vez con la tradición de la izquierda hegeliana en su conjunto, comparte una determinada forma de crítica normativa: a saber, una crítica normativa tal que al mismo tiempo es capaz de informar sobre una instancia pre-científica en que se encuentra arraigado su propio punto de vista crítico en cuanto interés empírico o experiencia moral”.259

Honneth establece una diferencia cualitativa entre el interés empírico y la experiencia moral. El primero, figurado en las obras Hobbes, Maquiavelo y Marx, representa la lucha por la autoconservación económica, tanto del individuo burgués de Hobbes, como del proletariado de Marx. El error de Horkheimer y de Marcuse consiste, según Honneth, en haber radicado el interés de la teoría crítica en una esfera colectiva cuyos miembros comparten entre sí la mera identidad económica de su forma de existencia. Esto le parece a Honneth demasiado estrecho y demasiado abstracto, a la vista de ciertos conflictos que reivindican otros tipos de identidades que exceden o no se corresponden directamente con las clases sociales. En este sentido, Honneth retoma los pasos de la Nueva Izquierda de los años ‘70, al impugnar la centralidad del conflicto entre capital y trabajo, y toca, con su teoría del agravio moral, puntos de conexión con problemas planteados por Frantz Fanon y Sartre.

Sin embargo, la posición de Honneth, al desvincular las luchas por el reconocimiento de la estructura económica, y al sustentar su propuesta exclusivamente en el terreno de la exigencia moral de reconocimiento, pierde la certidumbre respecto de cómo determinar, desde la mera identidad moral despreciada, la mismísima legitimidad de su pretensión de reconocimiento, y deja encubierto el problema de quién y qué se reconoce, como él mismo lo advierte. En efecto, Honneth cita casos como el de la búsqueda de reconocimiento por parte de un grupo de adolescentes neonazis de Berlín Oriental, cuyo sentimiento de desprecio social busca ser vindicado; pero podrían agregarse otros casos de perniciosa deriva, como el reconocimiento de la dignidad de las prostitutas –sin el reconocimiento de la indignidad que debería ir de suyo– o el reconocimiento de una identidad propia de los mendigos, que no cuestione su derecho a la no identidad; o simplemente dar por bueno los reconocimientos empresariales del trabajo asalariado.

258 En Conocimiento e Interés, si bien el psicoanálisis juega un papel importante en la fundamentación del interés emancipador, éste no excede el terreno de la emancipación individual y del psicoanálisis del individuo. 259 HONNETH, op. cit. supra, nota 12, p. 250.

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Quisiéramos sembrar algunas dudas: ¿Es el que reconoce, por el mero hecho de reconocer a los excluidos, el punto de vista adecuado para un libre reconocimiento? O por el contrario ¿es el planteo de restitución de una identidad vulnerada el punto de vista seguro de la teoría crítica? O mejor: ¿precisarían los esclavos, cuando pelean por dejar de serlo, el reconocimiento de su humanidad por parte los amos, o justamente, al hacerse libres, dejan de precisarlo?

Frente a estas pantanosas connotaciones de la teoría del reconocimiento, Honneth cree conveniente especificar la constitución normativa de una idea de cultura democrática, que permita establecer el ámbito de las vindicaciones de reconocimiento, pero deja en la mayor incertidumbre la legitimidad del juicio que así pretende hacerse cargo de esa definición normativa. Refiriéndose a las características de la teoría en la que labora, dice: “…esta teoría tendrá que centrar sus esfuerzos en la solución de un problema que Horkheimer, totalmente fascinado por una gran ilusión, aún no pudo ver como tal: el problema de cómo debería ser una cultura moral que provee a los interesados –los despreciados y los excluidos– la fuerza individual de articular sus experiencias en el ámbito público democrático, en lugar de vivirlas en las contraculturas de la violencia”.260

En esta versión honnethiana, la teoría crítica se ve en el espinoso trance de tener que sacar de sí la definición formal de aquello que sería una convivencia de reconocimientos mutuos democráticos, para calibrar desde allí la congruencia moral que portarían las distintas luchas sociales. Podríamos preguntar entonces: ¿de dónde consigue este derecho la teoría crítica honnethiana, si ha socavado tanto la base racional del interés de las luchas estructurales, como la confiabilidad inmanente al contenido de las luchas por el reconocimiento?

Adorno identificaba la ratio idealista en la pretensión teórica de sacar de sí el contenido del mundo, y algo de este gesto se repite en Honneth. Ese idealismo es hoy la teoría crítica, desencantada de la lucha revolucionaria, de la comunicación sin coerciones y de la racionalidad inmanente a luchas por el reconocimiento. Como estas luchas no portan en su frente su propio sentido moral –pues para determinar este sentido sería preciso remitir, lukacsianamente, ese momento conflictivo a una totalidad de relaciones sociales contradictorias– Honneth debe acudir a la interioridad de su formación académica para poder pensar allí, en la seguridad de las ideas filosóficas, la calidad moral de los diversos enfrentamientos. Pero continuar hoy con ese desmadejamiento de ideas tradicionales, como si los núcleos morales de una nueva cultura se incubaran en pura la cabeza filosófica, sólo aporta en el sentido de la trayectoria idealista en la que, desde hace mucho tiempo (con la excepción del viejo Marcuse) se halla extraviada la teoría crítica.¿Por qué, entonces, no optar por abandonarla, por fin? ¿Por qué no dejar a los textos e ideas de los autores frankfurtianos en los estantes niquelados de las librerías, en las bibliotecas hogareñas, o en los invisibles archivos virtuales, vivir una vida de sueños incumplidos, imposibles, irrealizables? ¿Por qué empeñarse aún en revisarlos, interpelarlos, sacarlos del sopor de la consagrada hermenéutica y porfiar en que pueden decir hoy algo sobre lo real?En primer lugar, porque la filosofía de nuestra época, en la medida en que siga siendo el posmodernismo, se sitúa muy por debajo de la inteligencia frankfurtiana sobre el mundo social. El posmodernismo es la modernidad sin tristeza, ha dicho Jameson. Se ha despedido de los grandes relatos con el alivio de haber sido eximido, por la propia historia, de la

260 Ibíd., p. 272.

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penosa tarea de tener que hacerla colectivamente. Ya no puede ser la filosofía de una época que dispersa conflictos y crisis por todas partes del planeta. Los intelectuales críticos deberían prestar hoy una aguda atención al toque de hora de un retorno del sentido global de la historia, que ha mostrado con rudeza la vigencia brutal de la última instancia.

Quisiera mencionar cómo entiendo el movimiento reconstructivo de una teoría crítica de raigambre marxista: pienso, en primer lugar, en la vigencia de la afirmación lukacsiana de una unidad real entre la estructura económica y las formas de objetividad y subjetividad de la sociedad capitalista. Lukács ha mostrado la brecha abierta entre la conciencia cosificada y la crisis capitalista, aventando cualquier tipo de ilusión en que las apariencias cósicas se superen en la experiencia subjetiva, como si pudiera tratarse de un mágico despertar de la conciencia de clase. Pero Lukács, seguro de la eficacia del Partido Revolucionario, no construyó una teoría que permitiese pensar las formas de transición subjetiva, desde la conciencia reificada a la conciencia que sacude, en experiencia de luchas colectivas, el sopor naturalista del sentido común burgués. Hoy, siguiendo el hilo de algunos de aquellos problemas irresueltos, podríamos indagar: ¿qué transformaciones económico-sociales acarrea regional y globalmente la crisis actual del capital? ¿De qué modo alteran los actuales conflictos las formas objetivas de vida, y la conciencia cotidiana de los grupos afectados por la crisis? ¿Qué papel representarán las luchas económicas anticapitalistas en la transformación de la conciencia? ¿Qué ritmos desacompasados y qué sentidos políticos desiguales se instalarán entre los grupos sociales afectados, sus alianzas y sus estratégicas alineaciones?

Se produce ahora, con la actual venganza de la estructura, la oportunidad de realizar un reacomodamiento de las piezas de la teoría crítica. Si en momentos de acumulación económica sostenida es posible creer que la historia se desenvuelve según juegos recíprocos de efectos superestructurales, y afirmar al modo de Althusser, “la independencia relativa de la superestructura”, en momentos de crack todas las diversas gradaciones de la realidad se ven compelidas a un ajuste transformador hacia el centro voraz de la crisis. Diferentes procesos históricos, de procedencias y tradiciones disímiles, entran en concatenación general como expresiones refractadas de ese rayo divino que parece haber caído sobre la economía. Los fragmentos y fenómenos excéntricos o independientes, al hacerse la realidad cada vez más puramente capitalista, muestran su dependencia de esa esencia universal y pagan el tributo de la partes frente al todo. Las sobredeterminaciones psicoanalíticas y las tradiciones políticas regionales, los fragmentos de experiencias y prácticas, el lugar de las contingencias e imponderables históricos, lejos de ser insignificantes y derivados, entran en una relación fundamental con la estructura, no como meros efectos, sino más bien como medios de ajuste o de resistencia a su desarrollo totalizador.

En este punto propongo la recomposición de la teoría crítica. Pienso en la posibilidad de tomar fragmentos de experiencias de resistencia social, política y cultural, tal cual se desarrollan y configuran ante nuestra vista; un instructivo ejemplo es el movimiento internacional de los indignados. Éste ha puesto el eje de su vindicación en luchas orientadas por móviles aparentemente morales, al censurar la rapacidad, el egoísmo y falta de límites del capital financiero y de este modo, ha conseguido avanzar mas allá del planteamiento de Honneth, mostrando las fuertes ligazones que existen entre la vulneración de los valores morales socialmente compartidos y la crisis de la estructura capitalista. Lo

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que muestra el actual movimiento de los indignados es que la diferencia cualitativa, que kantianamente Honneth establece entre el ámbito empírico y otro incondicionado, es decir, entre las luchas por intereses empírico-económicos y aquellas de carácter moral, tiende a estrecharse notoriamente en la experiencia de los damnificados por la crisis. Su actual desarrollo exhibe una correspondencia cada vez mayor entre los sentimientos morales de indignación y la inmoral responsabilidad de la estructura capitalista. La aporía presente en las luchas enderezadas tras contenidos exclusivamente morales consistiría hoy en suponer que las leyes del capital pueden, en momentos de crisis agudas, ser moralmente reconducidas sin más al respeto de los viejos derechos sociales y de la ciudadanía. El desencantamiento con estos ideales político morales parece ser una precondición de un avance histórico sustantivo en las luchas anticapitalistas del presente. El estudio y la transición práctica, desde la conciencia moral subjetivista a la recomposición histórica de una lectura objetiva de las tendencias profundas de la sociedad capitalista, constituyen las grandes metas, no sólo cognitivas, sino también prácticas de la actual teoría critica, y a ella se debe encaminar el avezado horizonte de nuestras expectativas.

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