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¡Celebramos el Día del Médico! El docente en la clínica 10 de octubre de 2015 Año III No.48 http://www.facmed.unam.mx/marco/ index.php?dir_ver=40 Publicación quincenal ISSN en trámite

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¡Celebramos el Día del Médico!

El docente en la clínica

10 de octubre de 2015 Año III No. 48

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Publicación quincenalISSN en trámite

Editorial

En esta ocasión, para celebrar el Día del Médico, la Gaceta Facultad de Medicina homenajea a los especialistas que realizan su diaria labor en los centros de salud, en los hospitales, en las unida-

des de Medicina familiar, en los institutos de salud y en todos aque-llos sitios dedicados a devolver la alegría que proporciona la salud y la vida, y que permite mejorar la calidad en la existencia de las personas que confían en sus conocimientos, habilidades y destrezas.

Todos nuestros entrevistados son, también, profesores de tercer, cuarto y quinto años; su labor médica no se limita a la cama del pa-ciente, sino que se extiende a la enseñanza y a la formación de los futuros galenos, quienes enfrentan muchas dificultades en to-dos los sentidos y quienes también deberán contender con una am-plia gama de enfermedades crónicas no transmisibles, encabezadas por los trastornos cardio y cerebro vasculares, el cáncer, la diabetes mellitus y, sobre todo, la obesidad, el gran enemigo a vencer.

Sirvan estas páginas para reconocer su responsabilidad, paciencia, hu-manismo y vocación por impulsar la educación médica, la salud y el bienestar social. Por hacer del dolor ajeno su preocupación, por gene-rar confianza, por cuidar de los enfermos, por su dedicación, por la fe que ofrecen a los demás, al prolongar la vida y desaparecer el dolor.

Agradecemos el apoyo de los doctores Grisel Uribe Martínez, jefa del departamento de quinto, sexto y séptimo semestres, y Alberto Lifshitz Guinzberg, secretario de Enseñanza Clínica e Internado Mé-dico de la Facultad de Medicina, para elaborar este número, y al Insti-tuto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Ismael Cosío Villegas”, al Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” y al Hospital General “Doctor Manuel Gea González” por las facilidades otorgadas para tomar las fotografías publicadas en esta edición.

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DirectorDoctor Enrique Graue Wiechers

Secretaria generalDoctora Rosalinda Guevara Guzmán

Jefe de la División de Estudios de PosgradoDoctor Pelayo Vilar Puig

Jefe de la División de InvestigaciónDoctor Samuel Ponce de León Rosales

Secretaria administrativaLicenciada Graciela Zúñiga González

Gaceta Facultad de Medicina

Gaceta Facultad de Medicina, año III, número 48, 10 de octubre 2015, es el órgano informativo oficial de publicación quincenal editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria, delegación Coyoacán, CP 04510, México, DF, a través del Departamento de Información y Prensa de la Facultad de Medicina, séptimo piso de la Torre de Investigación, Circuito Interior sin número, Ciudad Universitaria, de-legación Coyoacán, CP 04510, México, DF. Teléfono: 5623-2432, correo electrónico: <[email protected]>. Editora responsable: Martha Marín y Zapata.

Número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo del título: 04-2013-052311041600-203. ISSN digital en trámite. Responsable de la última actualización de este número: maestra Blanca Ro-cío Muciño Ramírez, séptimo piso de la Torre de Investigación, Circuito Interior sin número, Ciudad Universitaria, delegación Coyoacán, México, DF, CP 04510. Fecha de última modificación: 8 de octubre de 2015, <http://www.facmed.unam.mx/marco/index.php?dir_ver=40>. Los artículos contenidos en esta pu-blicación pueden reproducirse citando la fuente. Los textos son producto del trabajo periodístico, repro-ducen las opiniones expresadas por los entrevistados, ponentes, académicos, investigadores, alumnos y funcionarios.

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Contenido

El docente clínico es fundamental para la enseñanza y para la formación: doctor Alberto Lifshitz

Los médicos tenemos la misión de heredar actitudes y estilos de trabajo clínico: doctor Guillermo Estrada

Doctor José Ángel Toledo: “Los logros y el alcance de la vida profesional no tienen límites, salvo los que uno mismo se ponga”

Los pacientes, un libro abierto de enseñanza: doctora Patricia Ruiz

La relación médico-paciente es la base para ejercer de manera adecuada la Medicina: doctora Mayra Castañeda

Doctor Medardo Alejandro González: la clínica es la vía de expresión máxima y esencial a la que todo médico aspira

Doctor Carlos D’Hyver de las Deses: “Ayudar a los desvalidos y enfermos se ha convertido en mi meta”

Para la doctora Edith Alejandra Huerta la atención al paciente debe ser holística

Despertar en los estudiantes un sentimiento de pasión hacia la Medicina: doctor Rogelio Sandoval Vega Gil

Enseñar clínica a los futuros médicos, un gran compromiso y satisfacción: doctora Araceli Rosas

El docente clínico es fundamental para la enseñanza y para la formación: doctor Alberto Lifshitz

Rocío Muciño

La enseñanza en el campus universitario es sólo una parte de la formación médica de los alumnos de la Facultad de Medicina, quienes pasan más de

la mitad de la carrera en las sedes clínicas.

En esas instituciones de salud, el docente clínico desem-peña un papel fundamental en la enseñanza médica, señaló el doctor Alberto Lifshitz Guinzberg, secretario de Enseñanza Clínica e Internado Médico, porque es quien forma a los estudiantes durante el pregrado en las sedes clínicas, y en posgrado cuando se especia-lizan en alguna disciplina: “Su labor es fundamental ya que implica el contacto directo con los pacientes”.

Explicó que aunque en la actualidad hay recursos como los simuladores, tarde o temprano el alumno debe aten-der a un enfermo, situación que lo confronta porque el trabajo en el laboratorio o en el aula no se compara con el dolor, el sufrimiento, la muerte, la impotencia o con la incapacidad que se siente al estar frente al paciente.

Esta práctica, añadió, también les permite aprender a respetar, a querer, a convivir y a lograr empatía con

los enfermos, “todas estas habilidades que no se aprenden en los salones, durante la primera

fase de la formación médica”.

De igual manera, señaló que las sedes son fundamentales en el adiestramiento médi-co, porque la UNAM no tiene un hospital universitario. Por ello, se han establecido convenios con el sector salud y se han acre-ditado como hospital-escuela aquellas instituciones que, además de tener pacien-tes, cuentan con la infraestructura necesaria

y con un ambiente académico apropiado.

También, aseguró que los docentes clínicos, conjuntamente con la impartición de cono-

cimientos teóricos, realizan acción tutorial: “Es la parte más importante porque acompañan a

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los alumnos cuando están aprendiendo a acercarse a un paciente, cuando adquieren las habilidades para entre-vistarlo o explorarlo, cuando hacen su razonamiento clínico para ver el diagnóstico y cuando toman la deci-sión de cómo abordar el padecimiento. Esa es la parte tutorial y su fundamento es la retroalimentación con el estudiante”, y transmiten currículum oculto al ser mode-lo y ejemplo para los futuros galenos.

Finalmente, el doctor Lifshitz Guinzberg aseveró que el trabajo y la entrega de estos profesores es digna de aplaudirse, ya que en muchas ocasiones no cuentan con un verdadero reconocimiento salarial o académico, y destinan muchas horas de su actividad laboral a la for-mación de médicos: “Ellos se deben a su hospital, es ahí donde les pagan y de lo que viven, porque la Universi-dad les remunera muy poco y, además, deben cumplir al 100 por ciento con su práctica clínica y con la aten-ción a sus pacientes, ya que no pueden desatender al enfermo para impartir una clase”.

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Urgencias Con más de 25 años dedicados a la clínica, el doc-tor Guillermo Estrada Salas tiene la convicción de que esta actividad no puede estar separada

del quehacer de todo médico. “El estar en contacto con un paciente -tratando de entender sus malestares e in-terpretar las manifestaciones objetivas de su enferme-dad- siempre representa un reto”, aseguró.

Desde 1991 es médico adscrito al servicio de Urgencias de adultos en el Hospital Juárez de México (HJM) de la Secretaría de Salud, turno matutino, y siempre se ha sen-tido orgulloso de pertenecer al grupo de médicos que participa en la formación de nuevas generaciones.

Por ello, al impartir la asignatura de “Urgencias” al grupo 1912 del Internado Médico de la Facultad de Medicina en el HJM, reitera a sus alumnos la importancia de tratar al pa-ciente con respeto, “pero, además, como si fuera el ser más querido, comprendiendo sus preocupaciones y dolores”.

Asimismo, resaltó, es primordial que no pierdan de vista que las destrezas se adquieren a través de practicar el mayor número de veces posible: “Ellos deben llevar a cabo el método clínico en forma sistematizada, rea-lizando interrogatorio y exploración física en repetidas ocasiones, hasta alcanzar la habilidad de hacer pregun-tas fluidas y desarrollar de manera adecuada técnicas de auscultación.

Los médicos tenemos la misión de heredar actitudes y estilos de trabajo clínico: doctor Guillermo Estrada

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“También deben adquirir la capacidad de analizar cada caso, relacionando los datos epidemiológicos, los fac-tores de riesgo, las enfermedades y sus tratamientos con la naturaleza del padecimiento, y hacer la de-bida interpretación de los signos clínicos, para establecer un diagnóstico y tratamiento cer-teros”, afirmó. En entrevista para la Gaceta Facultad de Medicina, expresó que la misión de los mé-dicos con los pacientes es brindarles un trato digno, honesto y sin discrimina-ción: “Tenemos el compromiso de reco-nocer nuestras limitaciones y fortalezas y, de esta forma, establecer la mejor aten-ción para el enfermo. El clínico en muchas ocasiones puede tratar, pero en otras se convierte en un orientador acerca de la espe-cialidad o rama de la Medicina que el pacien-te requiere”.

Ventajas, desventajas y retos de las nuevas generaciones

Para el doctor Estrada Salas, los futuros galenos tienen la facilidad de contar con una variedad importante de dis-positivos electrónicos que les permiten acceder, prácti-camente en tiempo real, a información médica de todo tipo, sin embargo, esto también es una desventaja, ya que su uso excesivo ha tratado de sustituir el ejercicio clínico, perdiendo de vista la importancia del contacto con el paciente. Por ello, consideró que los médicos tienen la misión de heredar actitudes y estilos de trabajo clínico: “Ser guías mediante nuestra actuación y, si es posible, un modelo a seguir; pero también convencer al estudiante que los análisis de laboratorio o radiológicos por sí solos no pueden establecer un diagnóstico si no van acompaña-dos de un método clínico adecuado”, advirtió.

En el cumplimiento de ese objetivo, el también espe-cialista en Medicina Interna detalló que a las siete horas realiza visitas a los pacientes hospitalizados, durante las cuales desarrolla actividades de retroalimentación con médicos residentes e internos, y a estos últimos les imparte clase de ocho a nueve horas, donde revisa y analiza casos clínicos, y, de nueve a 13 horas, valora a los pacientes que ingresan al servicio y asesora a los alum-nos sobre los tratamientos que los enfermos requieren.

Esta actividad, manifestó, le da gran orgullo, pues “me ha permitido observar el desarrollo profesional de muchos médicos, ya que a varios de ellos los conocí siendo estudiantes, posteriormente internos y residentes, hasta llegar a ser especialistas, e incluso muchos de ellos se han convertido en mis compañeros de trabajo”.

El entrevistado destacó la necesidad de reforzar las acti-vidades de la práctica clínica durante toda la carrera de Medicina, “acercando al alumno al escenario real, creando conciencia de su importancia y de lo difícil que es el desa-rrollo de la misma. En el Internado Médico falta impulsar el análisis de casos clínicos de manera constante, estable-ciendo diagnósticos diferenciales y tratamientos”, opinó.

El doctor Estrada Salas es médico cirujano y partero por el Instituto Politécnico Nacional. Realizó la especialidad en Medicina Interna en el HJM, de la cual ha sido profesor invitado. Tomó los diplomados en Medicina de Aviación y en Epidemiología Clínica e Investigación, así como dife-rentes cursos de actualización como el Advanced Cardio-vascular Life Support y el Advanced Trauma Life Support.

Actualmente, también es médico adscrito del servicio de Medicina Interna en el Hospital General de Zona número 53 del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Rocío Muciño

Medicina Interna

El doctor José Ángel Toledo Rojas, médico especialis-ta en Medicina Interna del Hospital General de Zona y Unidad de Medicina Familiar número 8 “Doctor

Gilberto Flores Izquierdo” -del Instituto Mexicano del Se-guro Social-, recuerda que el concepto que se tenía del médico hace cuatro décadas fue un gran incentivo para elegir esa profesión, tanto por su reconocimiento como por el gran espíritu que la guía para ayudar al prójimo. “Siempre quise ser médico, desde la infancia, y nunca pensé en algo diferente; conforme avanzaron mis estudios, simplemente lo confirmé […]. Y ahora de la Medicina me gusta todo, no sólo se trata de ver pacientes, hacer diagnósticos o dar tratamientos, es necesario involucrarse con el enfermo y con su familia (o con las personas cercanas a él), y lograr empatía. Se deben desarrollar habilidades que nos permitan transmitir confianza a quien pone en nuestras manos lo más valioso de la vida: su salud”. En entrevista para la Gaceta Facultad de Medicina de-talló que ejercer la Medicina con esta convicción le ha

valido múltiples muestras de cariño y agradecimiento, así como cinco reconocimientos “a la actuación médica” por parte de su institución, en la cual está por cumplir 25 años de ejercicio profesional. “Todos los días son una oportunidad de ayudar a varias personas y ese solo hecho es un regalo de la vida”. De igual forma, su compromiso con los demás tam-bién lo ha llevado a capacitarse mediante el Diplomado en Docencia y a ejercerla, ya que tiene 17 años como pro-fesor activo de la Facultad de Medicina (FM), donde ha participado en la formación de más de 20 generaciones de pregrado. Los primeros 10 años impartió “Internado Médico” en el área de Medicina Interna y posteriormente fue coordinador de tercer año de la Licenciatura de Médico Cirujano y dictó la materia de “Gastroenterología”. Asi-mismo, es Consejero Técnico de la FM para el área Clínica. Explicó que ser profesor “[…] es ser cómplice de los alum-nos en el desarrollo de sus habilidades y sus capacidades. Todos son diferentes y con necesidades propias y en todos ellos he intentado inculcar más que conocimientos, para que forjen su propio carácter y personalidad. He tratado de ser un ejemplo para todos ellos”.

Doctor José Ángel Toledo: “Los logros y el alcance de la vida profesional no tienen límites, salvo los que uno mismo se ponga”

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Añadió que cada día, frente a los estudiantes, vive la mejor experiencia docente al ser parte del desarrollo de quienes aspiran a ser médicos. “Al paso de algunas generaciones, muchos de ellos me recuerdan. Los veo realizados y aunque tenemos una relación de colegas, sigo sintiendo su agradecimiento”.

Así, dada su amplia trayectoria, recomien-da a los futuros médicos entender que la profesión no sólo implica un gran sacrifi-cio físico y mental, sino, también, dejar a un lado muchas cosas de su vida per-sonal, del ámbito familiar y de sus rela-ciones interpersonales, fechas y eventos que pasarán a segundo término, y modi-ficar, de forma drástica, su estilo de vida.

“Por eso llegan a esta FM los mejores, porque el camino es largo y con grandes dificultades, pero todo vale la pena porque las muestras de agradecimiento siempre estarán presentes, y los logros y el alcance de la vida profesional no tienen límites, salvo los que uno mismo se ponga”, aseveró. Finalmente, se mostró agradecido con la UNAM y con la Facultad por “todos y cada uno de mis logros pro-fesionales y porque me permite formar a las nuevas generaciones. Además, no puedo omitir a todos los

alumnos que han sido parte de mi vida, ya que sin ellos, la razón de ser del profesor no existe. Cada uno de ellos ha enriquecido mi vida”, concluyó.

Los pacientes, un libro abierto de enseñanza: doctora Patricia Ruiz

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“La parte más importante y apasionante de la Medicina es el ejercicio de la clínica, porque se tiene la oportunidad de poner en práctica to-

das las habilidades y destrezas adquiridas, además es necesario actualizarse continuamente acer-

ca de los avances científicos que todos los días se dan”, afirmó la doctora Patricia Ruiz

Razo, médica adscrita, desde 1995, al ser-vicio de Urgencias del Hospital General “La Villa” de la Secretaría de Salud del Distrito Federal.

En entrevista, aseguró que su mayor mo-tivación son los pacientes, pues son “un libro abierto de enseñanza, que se ponen

en nuestras manos sin conocernos y nos confían su vida, y toda esta experiencia se

la podemos transmitir a los estudiantes me-diante la practica clínica diaria”.

Además de los conocimientos médicos, la también coordinadora del Internado Médico del grupo 1929 de

la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM resaltó que

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11enseña a sus alumnos a ser disciplinados, a actuar con ética profesional y compromiso, a ser competitivos y a que se superen de manera constante, pero, sobre todo, a que respeten y brinden un trato humano y empático a los enfermos.

Por otro lado, consideró que el entrenamiento de los fu-turos galenos en las sedes clínicas les permite conocer y atender una cantidad importante de casos, lo que con-tribuye a su preparación; no obstante, advirtió que cada vez la matrícula va en aumento y los campos clínicos no son suficientes.

La especialista en Urgencias Médico Quirúrgicas opinó que sería conveniente que se incremente la duración de los ciclos clínicos para que los estudiantes tengan ma-yor contacto con los pacientes, sean más competitivos y practiquen una atención de calidad, con ética, profesio-nalismo y humanismo.

Aunque el área donde se desarrolla es una de las más “caóticas”, expresó que su mayor satisfacción es hacer diagnósticos y tratamientos certeros, pero, “en especial, que los enfermos me digan ‘gracias’, ‘que Dios la bendiga’, o simplemente me regalen una sonrisa”.

La clínica diaria

La doctora Ruiz Razo inicia su actividad a las ocho ho-ras, cuando el personal de guardia le entrega el parte médico de los pacientes; revisa y analiza cada caso y hace las consideraciones necesarias para el tratamiento y, si se requiere, solicita estudios clínicos complementarios.

Posteriormente, hace la exploración académica de los enfermos con los estudiantes de ciclos clínicos, de acuerdo con su nivel de conocimientos, “y si no saben las respuestas se les solicita una revisión; después, se hace lo mismo con los médicos internos y los residen-tes, cama por cama, poniendo énfasis en los casos gra-ves o en situaciones poco comunes.

“Enseguida se elaboran las notas e indicaciones corres-pondientes para la integración del expediente clínico, con la toma de muestras por parte de los médicos internos y la atención de los pacientes que ingresen a observación, ya sea por sus propios medios o por am-bulancia, así hasta las 14:30 horas”, describió, con entu-siasmo, la médica cirujana egresada de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM y profesora de la asignatura de “Urgencias” de la FM.

Rocío Muciño

Propedéutica Médica y Fisiopatología

La relación médico-paciente es la base para ejercer de manera adecuada la Medicina: doctora Mayra Castañeda

“Estoy muy orgullosa de pertenecer a la Facultad de Medicina y participar en ella como docente, ya que a través de los años he recibido muchas satisfaccio-

nes y obtenido logros”, afirmó la doctora Mayra Elena Castañeda Jiménez, Profesora Titular del grupo 3127 de “Propedéutica Médica y Fisiopatología”. En la Unidad de Medicina Familiar número 7 del Institu-to Mexicano del Seguro Social imparte la materia desde 2004, primero como profesora invitada y posteriormen-te como titular. En entrevista para la Gaceta Facultad de Medicina señaló que formar médicos es una actividad muy gratificante, ya que le permite compartir las bases esenciales del conocimiento para su crecimiento como profesionales y para el inicio de la práctica clínica ante los pacientes. “Encontrar a mis ex alumnos ejerciendo como médicos especialistas o como residentes en formación, que me saluden con el mismo gusto con el que yo los veo y me comenten la influencia que tuve en ellos como profesor es de los momentos más satisfactorios que me ofrece la docencia”, aseveró.

Además, dijo que participar en la formación de nuevos médicos a través del proceso de enseñanza-aprendizaje y “ser un granito de arena en su desarrollo profesional le da sentido a la práctica docente”. Su camino en la Medicina se motivó porque siempre le atrajo lo relacionado con las ciencias de la salud y con el conocimiento del cuerpo humano, y ejercerla ha sido uno de sus principales logros y satisfacciones. “Ayudar a los enfermos con un diagnóstico oportuno y un trata-miento eficaz para lograr un estado de salud adecuado y controlar los padecimientos crónico degenerativos de

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mis pacientes en la consulta diaria, es uno de mis mayores impulsos”, señaló. Por lo anterior, añadió que “la mejor ex-periencia como médico es la satisfacción y el reconocimiento que me han ofrecido mis pacientes”; por ello, recomendó a los futuros médicos capacitarse y actualizarse siempre, ya que la adquisición de conoci-mientos y la formación nunca terminan.

Además, dijo que “jamás deben olvidar man-tener una adecuada relación médico-paciente”, a la cual calificó como “la base para ejercer correc-tamente la Medicina”.

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Neurología

Doctor Medardo Alejandro González: la clínica es la vía de expresión máxima y esencial a la que todo médico aspira

“En la clínica, lo primero que se debe enseñar -con el ejemplo- son las actitudes personales, como el trato digno, las muestras de respeto, el humanismo

y todos aquellos detalles que exalten la relación médico-paciente, los cuales deben puntualizarse en el haber cotidiano de manera natural y enfatizarse cada vez que sea necesario”, afirmó el doctor Medardo Alejandro González Muñoz, encargado del servicio de Neurología del Hospital Juárez de México (HJM).

Al definir a la clínica como el método por el cual se estu-dia al paciente y se aprenden a desarrollar habilidades y capacidades que permiten al galeno identificar sín-tomas y signos, señaló que ésta también “proporciona los puntos específicos para hacer un análisis semiológi-co con base en los procesos mórbidos y enfermedades que condicionan una problemática y que, de acuerdo con el concepto fisiopatológico, dan una explicación clara y concisa de cada uno de los aspectos que están re-lacionados con el desarrollo de un padecimiento, a fin de definir las necesidades terapéuticas. Por lo tanto, la clínica es la vía de expresión máxima y esencial a la que todo médico aspira”.

Por otra parte, expresó su orgullo por formar parte del personal docente de la Facultad de Medicina (FM)

de la UNAM, pues es un gran aliciente colaborar en la formación de nuevas generaciones al compartir su ex-periencia para que los estudiantes cuenten con una apropiada argumentación clínica. “También representa el mantener contacto con la gente joven, ya que la en-señanza debe ser una condición simbiótica, donde uno como maestro orienta sobre cada aspecto que debe ser aprendido en forma cabal y, por otro lado, uno recibe de los alumnos parte del acervo bibliográfico e incluso de las destrezas técnicas que provienen del medio en el que se desenvuelven”.

Así, durante su práctica docente, revisa el método clíni-co, el cual incluye la obtención de datos mediante el in-terrogatorio y la exploración, y, posteriormente, inculca el desarrollo de habilidades que fomenten el aprendizaje autodirigido, con el fin de que los estudiantes desplieguen sus capacidades individuales para que obtengan la infor-mación por ellos mismos, fundamenten los diagnósticos y organicen el protocolo de estudio ideal para establecer las medidas terapéuticas y pronósticas del caso.

Del mismo modo, les enseña que los médicos también tienen el compromiso de garantizar las medidas de seguridad del paciente, así como resaltar sus valores, para crear un lazo de honestidad, confianza y cordialidad con él, independientemente de sus creencias y estatus social o cultural.

El reto de la clínica es que no se pierda

Aunque hoy en día los alumnos de la FM cuentan con el Centro de Enseñanza y Certificación de Aptitudes Médi-cas, así como con recursos tecnológicos que les permiten consultar información de manera inmediata, advirtió que en ocasiones no saben utilizar los simuladores u obtienen datos erróneos e imprecisos.

Por ello, reiteró la importancia de fomentar la clínica para que sea la piedra angular del análisis médico y no se olvide, porque muchas veces se depende más de un examen de laboratorio que de interrogar o explorar al enfermo. “Habrá que recordar uno de los viejos axio-mas referidos en Medicina: la clínica debe adelantarse al estudio. Así que uno de los retos más significativos es resaltar el orden clínico para que nunca pierda su

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valor específico, del cual, afortunadamente, todavía dependemos”.

De siete a 15 horas, el doctor González Muñoz distri-buye sus actividades de consulta externa, asisten-ciales y de docencia, y asegura que su mayor satisfacción en el ejercicio clínico ha sido sentir “el gozo” de ver que sus acciones han servido para salvar vidas, pues forma parte de “una generación en la que prácticamente todos soñábamos con ser médicos, cuya imagen era imponente, humanista y de mucho res-peto, y sus actos ayudaban a proteger la vida y la salud de toda una colonia o de una familia completa”.

Asimismo, recordó que se especializó en Neurología en el Hospital General de México “Doctor Eduardo Liceaga”, por la admiración y la fascinación que le provocaba observar a sus maestros, los doctores José Nava Segura y Manuel Irigoyen Arroyo, hacer la rutina exploratoria y el análisis clínico de los casos.

“La Medicina es una profesión llena de muchas satis-facciones que requiere de un compromiso singular. Es nuestra máxima obligación saber cómo abordar a un paciente y conocer los recursos convenientes para diagnosticarlo. Por ello, nuestra labor nos comprome-te a estudiar arduamente, a veces al extremo del sacri-ficio de situaciones personales, y a que tengamos ese sentido de responsabilidad y de humanidad que esta-rá siempre a favor de nuestros enfermos”, concluyó.

El doctor González Muñoz es egresado de la Licenciatu-ra de Médico Cirujano de la FM, donde imparte, como Profesor Titular, las asignaturas de “Propedéutica”, “Fi-siopatología” y “Neurología” en el pregrado, y es Profe-sor Asociado en las especialidades de Medicina Interna, Neurocirugía y Neurología del posgrado, con sede en el HJM. Está certificado y recertificado por el Consejo Mexicano de Neurología, AC.

Rocío Muciño

Geriatría

Doctor Carlos D’Hyver de las Deses: “Ayudar a los desvalidos y enfermos se ha convertido en mi meta”

Desde los tres años, el doctor Carlos D’Hyver de las Deses jugó a ser médico. Tiempo después, sintió que podía ayudar a los demás y, con visible ac-

titud de servicio, al salir de la secundaria, se integró a la Cruz Roja Mexicana, donde apoyó como socorrista. “Du-rante tres años, cada fin de semana, me desempeñé en las ambulancias de la institución. Las experiencias vivi-das me ayudaron a convertirme en instructor de prime-ros auxilios y en experto en el transporte de lesionados. Estas acciones me convencieron de estudiar Medicina. Ayudar a los desvalidos y a los enfermos se ha converti-do en mi meta”, declaró.

En entrevista para la Gaceta Facultad de Medicina, el es-pecialista en Geriatría deja ver que su actuar, andar y pen-sar lo han convertido en un gran médico que disfruta “disminuir la angustia y la ansiedad de vivir con alguna enfermedad, ver a la gente recuperar sus vidas en ple-nitud y ayudar a quienes, inexorablemente, envejecen con enfermedades que los hacen dependientes.”

También es una gran satisfacción observar la forma en que “me vuelvo cómplice de la familia en el

cuidado de la persona para lograr una mejor ca-lidad de vida”.

Recordó que su mejor experiencia como médico fue cuando atendía a un paciente en etapa terminal que presentaba falta de apetito, inmovilidad y sufrimiento a conse-cuencia de diferentes patologías presentes: “La familia me llamó para verlo y, a pesar de que son pocas las visitas a domicilio, me presenté en su casa, llevé una bote-

lla de vino, queso y pan, y en lugar de ba-jar con un maletín para auscultarlo para

decidir el manejo médico, bajé y lo invité a compartir lo que había llevado. El paciente,

que tenía cuatro días sin comer y una semana sin levantarse, aceptó, pasamos a una terraza y degus-

tamos. Esa noche murió con una sonrisa… La familia se mostró agradecida y alegre porque su abuelo tuvo un mo-mento de verdadera compañía”.

“La Medicina es mi vida, y me ha permitido tener una familia que comprende, se enorgullece y comparte”

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Satisfecho como médico, también ha dedicado 19 años a la docencia, labor que inició durante la Licenciatura de Médico Cirujano como ayudante de “Introducción a la Clínica”. Posteriormente, al término de la especialidad en Geriatría, lo invitaron a dar una plática semestral, que más tarde se convirtió en un curso de “Salud en el ancia-no” del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina.

“Formalmente empecé a dar clases como Profesor de Asig-natura en el curso de especialidad en Geriatría; me hice car-go de un grupo en el Hospital Español y, desde el 2000, en el Hospital ABC”.

La docencia le ha permitido “observar, con el paso del tiempo, cómo los alumnos superan al maestro. Me satisface ver cómo se desarrollan y logran no sólo emular lo que uno ha decidido hacer en la vida, sino ver cómo crecen, no nada más como médicos, sino como maestros, y verlos llegar a puestos de dirección, como encargados de servicios y como profesores frente a sus grupos”.

Añadió que dejar huella en sus vidas y convertirse en ami-go, en lugar de maestro, es una de las grandes recompen-sas. Incluso, recordó que, alguna vez le he dado clases a los hijos de sus otrora estudiantes, y se ha convertido también en su amigo, pero, sin duda alguna, una acción que reco-noce su gran labor es que el Curso de Geriatría anual cele-

brado en el estado de Morelos lleve su nombre, “debido a la huella que dejé en un alumno, quien actualmente es un gran médico, profesor y dirigente de varias asociacio-nes médicas en su lugar de origen”.

Por ello, afirmó que la Medicina no sólo es un medio para adquirir los bienes que se requieren para vivir, lo es también para desarrollarse como ser humano, y brin-da la oportunidad de pertenecer al mundo y de ejercer como un profesional que tendrá en sus manos la posi-bilidad de ofrecer calidad de vida de manera integral. “El desarrollarse en un medio de ayuda, siempre dando, permite recibir satisfacción, alegría y paz por hacer lo que a uno le gusta”.

Aseveró que, dentro de todas las áreas del saber, la Medicina permite estar en contacto con otros seres hu-manos y destaca por su increíble diversidad de posibi-lidades. “Desde aportar el conocimiento para entender una enfermedad, para definirla y tratarla, hasta lograr la reintegración de la persona para incrementar su ale-gría, felicidad y calidad de vida”.

Por ello, recomendó a los futuros galenos “estudiar siempre, crecer como médicos, enseñar lo que saben y compartir sus conocimientos, tanto con colegas como con alumnos, y sobre todo con los pacientes y sus fami-lias; eso es muy satisfactorio”.

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Medicina Interna

Para la doctora Edith Alejandra Huerta la atención al paciente debe ser holística

A lo largo de su experiencia clínica, la doctora Edith Alejandra Huerta Romero, profesora del grupo 1901 de Internado Médico de la Facultad

de Medicina, ha comprobado que los enfermos deben tratarse no sólo en el aspecto físico, sino considerando igualmente las situaciones emocional, psicológica, fa-miliar y social, pues éstas repercuten en su salud.

“He tenido muchas anécdotas muy satisfactorias y otras tristes, pero me han enseñado que los médicos tene-mos que ayudar al paciente a resolver su problema de salud también desde el punto de vista emocional, por-que es un factor desencadenante de enfermedades y puede incidir en la evolución de las mismas si no se trata de manera oportuna”, afirmó en entrevista para la Gaceta Facultad de Medicina.

Asimismo, manifestó, “algunas de las vivencias me han mostrado que los clínicos no somos ni héroes ni dioses”,

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ya que ha tenido casos en los cuales el pronóstico de vida es negativo y los pacientes se recuperan, a pesar de no contar, en ocasiones, con el tratamiento idóneo.

La también médica adscrita al servicio de Me-dicina Interna del Hospital General Regional número 1 “Doctor Carlos MacGregor Sánchez Navarro” -del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)- consideró un privilegio trans-mitir a los estudiantes los conocimientos y las experiencias que ha tenido con los enfer-mos, quienes “son personas vulnerables que depositan su confianza y el cuidado de su salud en el médico, por lo que una de mis mayores satisfacciones ha sido ofrecer diagnósticos y tratamientos oportunos, in-cluso con los recursos limitados con los que a veces contamos”.

De igual modo, hizo patente la necesidad de que los alumnos tengan contacto con pacientes desde que ingresan a la carrera y “que haya una comunicación más estrecha entre los profesores de ciclos básicos y clínicos, para hacer trabajo conjunto y que realmente los estudian-tes aprendan clínica, porque en ocasiones están en quinto año y no saben explorar ni interrogar al enfermo”.

Aunque hoy en día los futuros galenos tienen la “grandísima ventaja” del uso de Internet, opinó que también es una

desventaja si no se les enseña a utilizarla de manera adecuada, porque “no deben olvidarse de la parte humana y no pueden atender al paciente como si aplicaran una receta de cocina, sino tratarlo como una entidad única y con base en ello darle un tratamiento”.

Por ello, “siempre reitero a mis alumnos que lo observen, no sólo en su aspecto físico, sino en sus actitudes, su vestimenta y sus expresiones; y lo escuchen, intentando encontrar qué hay más allá de la afección orgánica y de los signos y síntomas. Que aprendan a verlo como ser humano, que sepan más de él como persona, porque mu-chas veces sólo lo queremos ver como una enfermedad; también, que se valgan de las herramientas que tenemos para integrar diagnósticos, dar tratamientos oportunos y ofrecer una atención holística”, resaltó.

En su propósito por actualizarse y mejorar su enseñanza, la especialista en Medicina Interna por el Centro Médico Nacional “La Raza” del IMSS ha cursado diplomados rela-cionados con la profesionalización docente; la adminis-tración, planeación y gestión de la actividad académica, y tutorías a distancia. Además, ha tomado cursos sobre evaluación por competencias, programas de capacita-ción docente, didáctica, micro enseñanza y evaluación por competencias clínicas, entre otros.

Rocío Muciño

Rehabilitación “Ser parte del proceso formativo de los estudiantes de Medicina produce importantes satisfacciones, una de las cuales es despertar en ellos la pasión que les

permitirá enfrentar y superar los retos actuales y futuros de su carrera y de su vida profesional”, señaló el doctor Rogelio Sandoval Vega Gil, especialista del Instituto Na-cional de Rehabilitación “Luis Guillermo Ibarra Ibarra”.

En entrevista para la Gaceta Facultad de Medicina, el docen-te aseguró que la transmisión de valores es otra dicha que se vive frente a los alumnos: “[…] la honestidad, la lealtad, la entrega, la responsabilidad, el compromiso, el respeto y el amor son valores que les permiten sortear, de mejor manera, los momentos más difíciles que enfrentan en esta profesión. También es importante darles a conocer y des-pertar en ellos el interés por la Rehabilitación, y transmitir la importancia que tendrá, en su formación profesional y personal, el trabajo en equipo, el sacrificio, la responsabili-dad, el cumplimiento y  la puntualidad”.

Despertar en los estudiantes un sentimiento de pasión hacia la Medicina: doctor Rogelio Sandoval Vega Gil

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Luego de señalar las satisfacciones que im-plica la formación de los futuros médicos, recordó que inició su labor como profesor de “Rehabilitación” en octubre de 2014, “tuve el gran honor de ser aceptado y desde entonces imparto la materia en el octavo semestre del Plan de Estudios 2010 de la Facultad de Medicina (FM)”, y reconoció que su mejor experiencia “ha sido ver y constatar la entrega, el com-promiso y el gran sacrificio que hacen la mayoría de mis alumnos durante su forma-ción médica”.

La Medicina, un arte

Afirmó que tomar la decisión de estudiar Medicina no fue una tarea fácil porque “es una etapa de la vida en la cual hay muchos intereses e inquietudes y poco conocimiento y experiencia, lo que puede confundir fácilmente al aspirante y provocar que la decisión se base en argumentos que, en realidad, no se conocen”.

Pero luego de reflexionar y recordar, aseveró que lo que más lo impulsó a elegir esta disciplina fue su curiosidad por el conocimiento científico, su gusto por el estudio, su atracción por los temas médicos y biológicos, y su interés por conocer y ayudar al ser humano.

Esta motivación le permite, al paso de los años, enten-der que el ejercicio de la Medicina es un arte: “un arte que requiere del conocimiento de distintas ciencias y del uso de varias tecnologías para tratar de ayudar al ser humano en su totalidad. Además, ofrece un amplio campo de acción donde se pueden realizar actividades de promoción, de prevención, de detección temprana, de atención y de rehabilitación”.

Respecto a su labor en la clínica, el doctor Sandoval Vega Gil indicó que la mejor experiencia que ha vivido como médico es recibir el sincero agradecimiento de

los pacientes a quienes ayudó a estar bien, a disminuir su dolor, a salvar su vida o a aminorar su angustia.

A los futuros médicos

Con su amplia experiencia como docente, funcionario y médico, aseguró que la FM de la UNAM es una gran op-ción para quienes quieren ser médicos, “debido a la forta-leza teórica que ofrece, a la gran variedad y calidad de los campos clínicos que tiene, a la visión multidisciplinaria de la Medicina que fomenta y practica, y por el gran po-tencial humano que posee”.

Antes de concluir, recomendó a los futuros médicos “confirmar su vocación de servicio; entregarse en cada pensamiento y en cada acción, con toda su pasión y su amor al ser humano; demostrar, día a día, sus aptitudes a través del trabajo obstinado y de un alto rendimien-to académico; estar dispuestos a realizar grandes sacri-ficios personales; mantener el estudio continuo, durante toda su vida; ejercer su profesión honestamente, y nun-ca dejar de ser observadores, curiosos, constantes, per-severantes y respetuosos”.

La doctora Araceli Rosas Álvarez es médico adscri-to del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de México “Doctor Eduardo Li-

ceaga” (HGMDEL), y su mayor pasión y satisfacción es atender con calidad humana y clínica a las pacien-tes, así como transmitir sus conocimientos y expe-riencia a los estudiantes. En entrevista para la Gaceta Facultad de Medicina, recor-dó que su motivación para estudiar Medicina se dio por el gusto que tuvo desde joven por las áreas biológicas, pero primordialmente para contribuir a solucionar los problemas de salud de la población mexicana.

Docente de la asignatura de “Ginecología y Obstetricia” en el octavo semestre de la Licenciatura de Médico Ci-rujano de la Facultad de Medicina (FM), la doctora Rosas Álvarez se ha dedicado a la clínica desde hace 21 años, y su principal estímulo en la docencia ha sido tener la oportunidad de enseñar a los futuros médicos un tra-to digno a las enfermas y las competencias necesarias

para realizar diagnósticos adecuados y oportunos.

“Cuando doy clases, normalmente los chicos acuden conmigo a control prenatal, enton-

ces ven a las pacientes, hacen las manio-bras requeridas, y con el tiempo veo que aprenden cómo hacerlo correctamente, tanto en lo médico como en lo humano, y eso es un logro para ellos, pero obvia-mente también para mí”, destacó.

No obstante, reconoció que, en oca-siones, los alumnos tienen apatía,

poca motivación e incluso se depri-men, por lo que resaltó la importancia

de incentivarlos para que muestren inte-rés por la clínica y las habilidades que se les

inculcan todos los días.

“En la actualidad, nuestros estudiantes tienen una gran ventaja, pues las pacientes se abren más al diálogo y a la comunicación, lo que les da la posibilidad de ejer-cer una mejor clínica, y más en este nosocomio-escuela,

Lili Wences

Ginecología y Obstetricia

Enseñar clínica a los futuros médicos, un gran compromiso y satisfacción: doctora Araceli Rosas10

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pues les permite atender a un número muy amplio de personas y conocer patologías poco frecuentes”, afirmó.

Aunque los alumnos tienen horas planeadas para su ejercicio clínico, la entrevistada consideró que sería im-portante ampliar el tiempo de contacto con las pacien-tes, ya que contribuiría a su formación y a fomentar el ejercicio de la clínica.

Respecto al papel del profesor, consideró que éste debe ser un guía y despertar en los futuros galenos el gusto por contar con nuevas experiencias en la atención a los enfermos y la curiosidad para indagar y obtener nue-vos conocimientos. “Tenemos un compromiso per-manente con nuestros médicos en formación para transmitirles y fomentarles el interés por la clínica misma”.

Sin embargo, apuntó, también es muy importante que los estudiantes participen de manera activa y estén conscientes y convencidos de que realmente les gusta hacer lo que tienen planeado para el futuro, pues así decidirán de manera oportuna y se comprometerán con lo que hagan desde un principio.

La doctora Rosas Álvarez estudió Ginecología y Obstetricia en el HGMDEL. Está certificada por el Consejo Mexicano de dicha especialidad, y participa de manera continua en congresos y actividades relacionados con la misma, así como en cursos, tanto presenciales como en línea, de-dicados a la enseñanza y a la evaluación de competen-cias. Además, interviene en la elaboración de contenidos del Examen Clínico Objetivo Estructurado y en el programa académico de la materia que imparte en la FM.

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