informe nacional de desarrollo humano 2000

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Informe Nacional de Desarrollo Humano 2000

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IR A ÍNDICE
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iiiPRÓLOGO

La publicación del tercer informe dedesarrollo humano, “Guatemala: la fuer-za incluyente del desarrollo humano”reviste particular relevancia en el medioguatemalteco actual. Es muy importan-te para el ámbito de las políticas de de-sarrollo que desde distintas instancias sevienen aplicando. Resulta de utilidadpara sectores gubernamentales, para or-ganismos de la esfera privada, para or-ganizaciones no gubernamentales, parala cooperación externa y en general paralas organizaciones sociales que trabajanen los distintos niveles en que se proyectala reconstrucción de Guatemala.

La importancia del Informe se apoya,por lo menos, en tres aspectos que le con-fieren una novedad en el ámbito del tra-bajo técnico o del ejercicio intelectual, yque pueden ser por ello objeto de unainteresante polémica.• Sin duda, el primer aspecto que que-

remos señalar corresponde a la felizdecisión de que su contenido estuvie-se dedicado a los múltiples aspectosde las inclusiones/exclusiones que pa-dece nuestro país. Las exclusioneshacen referencia directa a la manerahistórica como se constituye y cómofunciona esta sociedad: limitaciones ydeficiencias en el acceso a ingresos yrecursos, en el disfrute de derechosbásicos, y en restricciones a las opcio-

nes personales o grupales para pros-perar.

• En segundo lugar, el Informe utilizapor vez primera información estadís-tica reciente e inédita. Una de las ca-racterísticas de los Informes anterio-res fue precisamente la utilización ydivulgación de datos censales, de en-cuestas y de otras fuentes primarias,que se pusieron al servicio del granpúblico. En esta oportunidad se utili-zan los datos de la Encuesta de Ingre-sos y Gastos Familiares, realizada porel Instituto Nacional de Estadísticaentre 1998 y 1999.

• En tercer lugar, aunque la estructuradel Informe mantiene su pretensión deser una fotografía objetiva y realistade cómo es esta sociedad en el año2000, el hecho de publicarse en estefinal de siglo dio oportunidad para quevaya precedido de un capítulo históri-co, que nos recuerda las herencias conlas cuales los guatemaltecos entramosal siglo XX. También contiene un ca-pítulo final, en donde se presenta unaGuatemala más inclusiva, un breveejercicio imaginativo y optimista decómo estaría funcionando esta socie-dad cuando los que ahora están nacien-do tengan ya la mayoría de edad. Sepiensa en un país distinto, hacia el2020.

PRÓLOGO

iv GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Se tiene la pretensión de que este In-forme pueda ser utilizado de manera aúnmás extensa y directa que los otros In-formes de Desarrollo Humano, divulga-dos en 1998 y 1999. Se ha hecho unesfuerzo por utilizar un lenguaje com-prensible a pesar de su carácter técnico.Los propósitos pedagógicos ydivulgativos que animaron los dos In-formes anteriores se mantienen en este.Pero la difusión de este trabajo debería

ser más amplia, comprensiva y ambicio-sa. Su utilidad para la cultura cívica de-penderá que pueda llegar a las manos dequienes, talvez excluidos de cierta ma-nera en alguno de los muchos sitios don-de esto se produce, pueden empezar aparticipar a través del conocimiento y dela comprensión de la realidadguatemalteca. Ese es el propósito de“Guatemala: la fuerza incluyente deldesarrollo humano”.

Lars FranklinCoordinador Residente del

Sistema de las Naciones Unidas

Efraín MedinaRector, Universidad de

San Carlos de Guatemala

Félix Serrano Rector, Universidad

Mesoamericana

Mario Rolando Torres Ministro de Educación

Gonzalo de VillaRector, Universidad

Rafael Landívar

Guatemala de la Asunción, 30 de septiembre de 2000

vPRÓLOGO

EQUIPO RESPONSABLE DE LA PREPARACIÓNGUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

La orientación del Informe ha estado, de nuevo, en manos de un Consejo Directivo, que es el res-ponsable de la marcha general del proyecto. En la atención de sus múltiples aspectos han participadoKarla Villagrán, Decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar;Aníbal Martínez, Director General de la Coordinadora General de Planificación de la Universidad de SanCarlos de Guatemala; Jacqueline de De León, Decana de la Facultad de Educación de la Universidad delValle de Guatemala; Olmedo España, Director de Modernización y Descentralización Educativa delMINEDUC; Jorge Escoto, Consultor, Edelberto Torres-Rivas, Consultor y Juan Alberto Fuentes, Coordi-nador del Informe. Con dolor dejamos constancia que dejó de contribuir con su talento y entusiasmoMario Solórzano Martínez, muerto el 23 de septiembre de 1999 y miembro del Consejo desde su funda-ción. Los miembros del Consejo Directivo participan con base en sus méritos académicos, sin necesaria-mente reflejar las posiciones de las instituciones en las que trabajan.

En la preparación del Informe se contó con la invalorable colaboración de consultores especialistas enlos temas que se les asignaron. Ellos son: Richard Adams, Sergio Aguilar, Gabriel Aguilera, Clara Arenas,Linda Asturias, María Baquero, Eduardo Baumeister, Alvaro Caballeros, Pilar del Barrio, SandraDrummond, Marco Tulio Escobar, Gustavo Estrada, Víctor Fernández, Víctor Gálvez, José García Noval,Gisela Gellert, Carlos González, Rodolfo Kepfer, Rubén Mayorga, Luisa María Mazariegos, Idalma Mejía,Ada Melgar, Ana Silvia Monzón, Víctor Moscoso, Rubén Nájera, César Nuñez, Edgar Pape, César Parodi,Juan Pablo Pérez Sáinz, Juan Pablo Pira, Amanda Pop, Antonieta Rodríguez, Guillermo Rojas, EdgarRuano, Pablo Schneider y Arturo Taracena, éste último con el apoyo del Centro de Investigaciones Regio-nales de Mesoamérica (CIRMA). Contribuyeron con responsabilidades especiales de asesoría MarioAlfredo Salguero y Karin Slowing Umaña y el equipo de expertos del Instituto de Pesquisa EconómicaAplicada (IPEA), de Río de Janeiro. Brindaron ayuda técnica Iliana Peña de Barrientos, Marily Osoy,Gustavo Arriola y Tobias Thelen. Editó el Informe Luis Orlando Corrales. En la preparación del docu-mento final participaron Karin Slowing Umaña, Edelberto Torres-Rivas y Juan Alberto Fuentes.

viiPRESENTACIÓN

El Consejo Directivo, instituido des-de el momento inicial de la puesta enmarcha del proyecto del Informe deDesarrollo Humano en Guatemala, es elresponsable de la dirección general desu preparación. Sus responsabilidadesincluyeron la selección temática del In-forme 2000 y el trazo de la perspectivaacadémica. El Consejo preparó, discu-tió y aprobó los términos de referenciapara la contratación de consultores, or-ganizó y participó en los talleres de tra-bajo donde se discutieron los documen-tos de consultoría y los aprobó en suversión final. De igual manera, el Con-sejo conoció, discutió, modificó y diosu aprobación a las versiones finales delos capítulos que constituyen el informeGuatemala: la fuerza incluyente deldesarrollo humano.

La preparación de los dos informesanteriores, Guatemala: los contrastesdel desarrollo humano y Guatemala:el rostro rural del desarrollo huma-no, publicados en 1998 y 1999 respecti-vamente, han dejado una saludable ex-periencia, tanto en la preparación de losmismos como en las tareas de difusión.La preparación del documento que aho-ra se entrega a la sociedad guatemaltecaha dado la oportunidad para que partici-

PRESENTACIÓN

pen en el debate de los documentos deconsultoría mas de trescientos ochentaespecialistas en veintitrés talleres de tra-bajo. Se trata de un esfuerzo de partici-pación académica sin precedentes en lahistoria intelectual de Guatemala. Se hanutilizado de manera múltiple y por vezprimera, la información de la EncuestaNacional de Ingresos y Gastos Familia-res (ENIGFAM), realizada a finales de1998 y comienzos de 1999. Se trata, enconsecuencia, de la fuente de datos másreciente y confiable con que cuenta enel país.

El Consejo Directivo se siente satis-fecho por la labor realizada en la prepa-ración de este Informe, que ahora se en-trega a la opinión pública nacional e in-ternacional. Guatemala: la fuerza in-cluyente del desarrollo humano con-tiene un capítulo de introducción histó-rica y uno final, prospectivo. Ambosconstituyen una innovación en el forma-to que se venía utilizando. Este Informeilustra de manera directa y objetiva acer-ca de la realidad de una sociedad funda-da en graves exclusiones. El ConsejoDirectivo espera que, de nuevo, produz-ca un debate nacional sobre estos temas.La reflexión podrá hacerse no sólo enel terreno académico sino en todos los

viii GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

sitios donde se trabaja, se experimenta yse combaten las exclusiones. Si el Infor-me contribuye a generalizar el conoci-miento de los problemas de Guatemala

Guatemala de la Asunción, septiembre de 2000

`

Jacqueline de De León Jorge Escoto

Olmedo España Juan Alberto Fuentes

Aníbal Martínez Edelberto Torres-Rivas

Karla Villagrán

y a estimular su análisis, se habrá cum-plido con el primer objetivo de este es-fuerzo.

ixRECONOCIMIENTOS

El método de trabajo aplicado en lapreparación de este Informe requiere deun largo espacio de tiempo y del esfuer-zo sostenido de un apreciable número depersonas e instituciones. Por convoca-toria del Comité Directivo, un grupo deexpertos ayudó a preparar los términosde referencia que luego sirvieron para lacontratación de dieciocho expertos. Lue-go, un número mayor aceptó nuestra con-vocatoria para los veintitrés talleres detrabajo donde se discutieron los informesde consultoría. En estos talleres se in-virtió tiempo y energías. Solamente elsentido de responsabilidad y la vocaciónde servicio explican el entusiasmo, lapuntualidad y la calidad de la participa-ción de los Doscientos noventa y cua-tro personas que nos acompañaron enestos talleres. Debe recordarse que setrata de una colaboración sin honorarios.La inmensa mayoría de hombres y mu-jeres que se mencionan a continuaciónparticiparon a título individual, invitadospor ser expertos en los temas correspon-dientes. Por este medio queremos ex-presar nuestro profundo agradecimien-to, a quienes con su presencia ayudarona la preparación del Informe Guatema-la: la fuerza incluyente del desarrollohumano: Ana Aguilar, Mario Aguilar,Yolanda Aguilar, Miguel Angel

Albizures, Sandra Aldana, Lucrecia Ale-gría, Luis Alonso, Miriam Alvarado,Virgilio Alvarado, Hugo Alvarez, VíctorAlvarez, Carlos Amezquita, ManuelAmezquita, Fernando Arango, LucreciaArango, Max Araujo, Roberto Ardón,Lucía Armas, Malvina Armas, SergioArocha, Janz Auer, Daniel Avilés, BertaBarca, Walda Barrios-Klée, PatriciaBezares, Gladis Bezi, Tania Bollath,Francisco Bonifaz, María Isabel Bonilla,Patricia Borrayo, Ana Grace Cabrera,Guillermo Cac, Janeth Cáceres de Sosa,Ramón Cadena, Christina Calderón,Francisco Calí, Vivian Callejas, FelipeCamargo, Licerio Camey, RicardoCamposeco, Edilfidio Cano, Ana SofíaCardenal, Maritza Carrek, Ana CristinaCastañeda, Mercedes de Castañeda, Gus-tavo Castellanos, Delia Castillo, LucreciaCastillo, Thelma Castillo, Hugo Cayzac,Malvina Celada, Ana Cofiño, CésarConde, Olivier Consolo, Ana Cofiño,Miriam de Contenti, Regina deContreras, Josefina Coutiño, Gloria Cor-dón, Benjamin Coyoy, VictoriaCremeniuc, David Christiani, Inés Cu,Pablo Cuch, Carlos Cumez, EdmundoChang, Arturo Cheverría, EricksonChiclayo, Claudia Dary, César Dávila,Silvia De León, Hugo de León, JulioCelso de León, Lucía de Paz, Dora del

RECONOCIMIENTOS

x GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Valle, Alma Deleón, Ofelia Deleón,Thierry Delrue, Claudia Díaz, ElenaDiez, Merardo Diez, Julio Donis, JuliaDuarte, Leonel Dubón, Esteban Duden,Isabel Enríquez, Ana Ericastilla, Caroli-na Escobar, Marco Tulio Escobar, RenéEscobar, Edgar Estrada, Roberto Estrada,Víctor Fernández, Miguel Figueroa, An-gel Figueroa, Alvaro Fortín, AngelGaitán, Gustavo Gaitán, Boris Galván,Lesbia Gálvez, Luis Gamarratong, Ro-berto Ganddini, Carlos García, GustavoGarcía, Ivan García, Carlos Gehlert,Mario Geremia, Celma Girón, FelipeGirón, Silvia Girón, Lester Godínez,Delia Godoy, Byron González, CarlosGonzález, Edith González, FernandoGonzález, Gloria González, MiguelGordillo, Miguel Guinac, EstelaGuzmán, Rafael Haeusslern, Rossana deHegel, Magdalena de Hernández, Nictéde Hernández, Iduvina Hernández, AnaHerrera, Sandra Herrera, Norman Hicks,Jorge Hil, Carlos Hoffman, MargaritaHurtado, Jorge Ibarra, Hans Jackson,Lissett Jiménez, Aletta Koster, TaleKvalaag, Jorge Lavarreda, SabineLemens, Miguel Lemus, Beatriz Levin,Claudia López, Julio López, MirnaLorenzana, Max Lucas, Carlos Luna,Karin de Maldonado, Carlos Maldonado,Guillermo Maldonado, MarioMarroquín, Mario Martínez, CarlosMayorga, Arturo Matute, Sigrid Maurer,Douglas Mazariegos, Diana Mejía, RosaMejía, Víctor Mejía, Erick Mejicanos,Ileana Melendreras, Mario Melgar,Byron Méndez, María Méndez, BeatrizMendizabal, Manuel Mendoza, JoséMérida, Eugenia Mijangos, Hugo Milián,Byron Morales, Ingrid Morales,Mauricio Morales, Sonia de Moreno,Elizabeth Moreno, Arnoldo Moscoso,Jorge Murga, Rubén Murga, Georgina

Navarro, Michael Nebelung, LuisaNicolau, Elmer Nuñez, Pat O´Connor,Luis Orellana, Alfonso Ortíz, LesbiaOrtíz, Ronald Osorio, Guillermo Padilla,Mainor Palencia, Gustavo Palma, IrenePalma, Beatriz Palomo, GuillermoPantoja, Abner Paredes, María BelénPascual, Oscar Peláez, Carmen Pellecer,José Luis Perdomo, Abram Pérez,Brenda Pérez, Carlos Pérez, FloridalmaPiche, Roeland Pieper, Antonio Pineda,María Silvia Pineda, Eliza Pizón, Arman-do Pirir, Juan Polo, Alvaro Pop, DoraPosada, Gloria Quan, María Quezada,Erick Quiñonez, Elizabeth Quiroa, Emi-lio Rabasco, Claudia Ramírez, JorgeRamírez, Juan Ramírez, José Ramón,Vanessa Ramos, Sandra Recinos,Linzandro Reyes, Francisco Reyna,Guido Ricci, María José Risco, LigiaRivera, Aníbal Robles, Guido Rodas,Antonieta Rodríguez, Edna Rodríguez,Elder Rodríguez, Jorge Rodríguez, Ma-ría Teresa Rodríguez, Gloria Rodríguez,Flavio Rojas, Guillermo Rojas, Lily Ro-jas, Aura Roldán, Alma Sacaport, ErickSalazar, Erwin Salazar, Julio Salvatierra,Eduardo Samayoa, Patricia Samayoa,Alejandro Sánchez, Blanca de Sánchez,Francisco Sánchez, Victoria de Sandoval,Heidy Sandoval, Jorge Luis Sandoval,Edgar Santa Cruz, Miguel Santa Cruz,Ricardo Santa Cruz, Maribel deSantamaría, Jorge Alberto Santos,Patricia Secaida, Cecilia Skiner-Klee,Guillermo Solano, Jessica Solares, ElsaSon, Wellington Tello, Stanley S. Terrell,Ana de Tobar, Brian Treacy, LineTurcotte, Mara Valdez, Olaf Valverde ,Hugo Valladares, Patricia Vargas, RaquelVázquez, Sofía Vázquez, Carlos Vega,Sofía Velázquez, Olga Villalta, MiguelVon Hoegen, Regina Wagner, OlgaXicara, Leandro Yax, Enrique Zelaya,Raquel Zelaya.

xiRECONOCIMIENTOS

Agradecemos también las observacio-nes, comentarios y aporte documentalque hicieron los representantes de lasinstituciones que forman el sistema deNaciones Unidas. Se agradece en espe-cial a ACNUR, Banco Mundial, CEPAL,FAO, FNUAP, HABITAT, INCAP,MINUGUA, OACDH, OIM, OIT, OPS/OMS, PMA, PNUD, PNUFID,UNCTAD/OMC, UNESCO, UNICEF,UNIFEM, UNOPS y a VNU. Tambiénse agradece el aporte financiero de laFundación SOROS y del Gobierno de

SUECIA, contribuciones sin las cualesno hubiera podido elaborase este infor-me. Fue importante la asistencia técnicade diversas instituciones gubernamenta-les, que compartieron informaciones yexperiencias en largas jornadas de tra-bajo, en especial al Instituto Nacional deEstadística. Debe destacarse en estosagradecimientos la cooperación de nu-merosas organizaciones y representantesde la sociedad civil, que no es posiblecitar con el detalle que ellas se merecen.

viiPRESENTACIÓN

El Consejo Directivo, instituido des-de el momento inicial de la puesta enmarcha del proyecto del Informe deDesarrollo Humano en Guatemala, es elresponsable de la dirección general desu preparación. Sus responsabilidadesincluyeron la selección temática del In-forme 2000 y el trazo de la perspectivaacadémica. El Consejo preparó, discu-tió y aprobó los términos de referenciapara la contratación de consultores, or-ganizó y participó en los talleres de tra-bajo donde se discutieron los documen-tos de consultoría y los aprobó en suversión final. De igual manera, el Con-sejo conoció, discutió, modificó y diosu aprobación a las versiones finales delos capítulos que constituyen el informeGuatemala: la fuerza incluyente deldesarrollo humano.

La preparación de los dos informesanteriores, Guatemala: los contrastesdel desarrollo humano y Guatemala:el rostro rural del desarrollo huma-no, publicados en 1998 y 1999 respecti-vamente, han dejado una saludable ex-periencia, tanto en la preparación de losmismos como en las tareas de difusión.La preparación del documento que aho-ra se entrega a la sociedad guatemaltecaha dado la oportunidad para que partici-

PRESENTACIÓN

pen en el debate de los documentos deconsultoría mas de trescientos ochentaespecialistas en veintitrés talleres de tra-bajo. Se trata de un esfuerzo de partici-pación académica sin precedentes en lahistoria intelectual de Guatemala. Se hanutilizado de manera múltiple y por vezprimera, la información de la EncuestaNacional de Ingresos y Gastos Familia-res (ENIGFAM), realizada a finales de1998 y comienzos de 1999. Se trata, enconsecuencia, de la fuente de datos másreciente y confiable con que cuenta enel país.

El Consejo Directivo se siente satis-fecho por la labor realizada en la prepa-ración de este Informe, que ahora se en-trega a la opinión pública nacional e in-ternacional. Guatemala: la fuerza in-cluyente del desarrollo humano con-tiene un capítulo de introducción histó-rica y uno final, prospectivo. Ambosconstituyen una innovación en el forma-to que se venía utilizando. Este Informeilustra de manera directa y objetiva acer-ca de la realidad de una sociedad funda-da en graves exclusiones. El ConsejoDirectivo espera que, de nuevo, produz-ca un debate nacional sobre estos temas.La reflexión podrá hacerse no sólo enel terreno académico sino en todos los

viii GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

sitios donde se trabaja, se experimenta yse combaten las exclusiones. Si el Infor-me contribuye a generalizar el conoci-miento de los problemas de Guatemala

Guatemala de la Asunción, septiembre de 2000

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Jacqueline de De León Jorge Escoto

Olmedo España Juan Alberto Fuentes

Aníbal Martínez Edelberto Torres-Rivas

Karla Villagrán

y a estimular su análisis, se habrá cum-plido con el primer objetivo de este es-fuerzo.

ixRECONOCIMIENTOS

El método de trabajo aplicado en lapreparación de este Informe requiere deun largo espacio de tiempo y del esfuer-zo sostenido de un apreciable número depersonas e instituciones. Por convoca-toria del Comité Directivo, un grupo deexpertos ayudó a preparar los términosde referencia que luego sirvieron para lacontratación de dieciocho expertos. Lue-go, un número mayor aceptó nuestra con-vocatoria para los veintitrés talleres detrabajo donde se discutieron los informesde consultoría. En estos talleres se in-virtió tiempo y energías. Solamente elsentido de responsabilidad y la vocaciónde servicio explican el entusiasmo, lapuntualidad y la calidad de la participa-ción de los Doscientos noventa y cua-tro personas que nos acompañaron enestos talleres. Debe recordarse que setrata de una colaboración sin honorarios.La inmensa mayoría de hombres y mu-jeres que se mencionan a continuaciónparticiparon a título individual, invitadospor ser expertos en los temas correspon-dientes. Por este medio queremos ex-presar nuestro profundo agradecimien-to, a quienes con su presencia ayudarona la preparación del Informe Guatema-la: la fuerza incluyente del desarrollohumano: Ana Aguilar, Mario Aguilar,Yolanda Aguilar, Miguel Angel

Albizures, Sandra Aldana, Lucrecia Ale-gría, Luis Alonso, Miriam Alvarado,Virgilio Alvarado, Hugo Alvarez, VíctorAlvarez, Carlos Amezquita, ManuelAmezquita, Fernando Arango, LucreciaArango, Max Araujo, Roberto Ardón,Lucía Armas, Malvina Armas, SergioArocha, Janz Auer, Daniel Avilés, BertaBarca, Walda Barrios-Klée, PatriciaBezares, Gladis Bezi, Tania Bollath,Francisco Bonifaz, María Isabel Bonilla,Patricia Borrayo, Ana Grace Cabrera,Guillermo Cac, Janeth Cáceres de Sosa,Ramón Cadena, Christina Calderón,Francisco Calí, Vivian Callejas, FelipeCamargo, Licerio Camey, RicardoCamposeco, Edilfidio Cano, Ana SofíaCardenal, Maritza Carrek, Ana CristinaCastañeda, Mercedes de Castañeda, Gus-tavo Castellanos, Delia Castillo, LucreciaCastillo, Thelma Castillo, Hugo Cayzac,Malvina Celada, Ana Cofiño, CésarConde, Olivier Consolo, Ana Cofiño,Miriam de Contenti, Regina deContreras, Josefina Coutiño, Gloria Cor-dón, Benjamin Coyoy, VictoriaCremeniuc, David Christiani, Inés Cu,Pablo Cuch, Carlos Cumez, EdmundoChang, Arturo Cheverría, EricksonChiclayo, Claudia Dary, César Dávila,Silvia De León, Hugo de León, JulioCelso de León, Lucía de Paz, Dora del

RECONOCIMIENTOS

x GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Valle, Alma Deleón, Ofelia Deleón,Thierry Delrue, Claudia Díaz, ElenaDiez, Merardo Diez, Julio Donis, JuliaDuarte, Leonel Dubón, Esteban Duden,Isabel Enríquez, Ana Ericastilla, Caroli-na Escobar, Marco Tulio Escobar, RenéEscobar, Edgar Estrada, Roberto Estrada,Víctor Fernández, Miguel Figueroa, An-gel Figueroa, Alvaro Fortín, AngelGaitán, Gustavo Gaitán, Boris Galván,Lesbia Gálvez, Luis Gamarratong, Ro-berto Ganddini, Carlos García, GustavoGarcía, Ivan García, Carlos Gehlert,Mario Geremia, Celma Girón, FelipeGirón, Silvia Girón, Lester Godínez,Delia Godoy, Byron González, CarlosGonzález, Edith González, FernandoGonzález, Gloria González, MiguelGordillo, Miguel Guinac, EstelaGuzmán, Rafael Haeusslern, Rossana deHegel, Magdalena de Hernández, Nictéde Hernández, Iduvina Hernández, AnaHerrera, Sandra Herrera, Norman Hicks,Jorge Hil, Carlos Hoffman, MargaritaHurtado, Jorge Ibarra, Hans Jackson,Lissett Jiménez, Aletta Koster, TaleKvalaag, Jorge Lavarreda, SabineLemens, Miguel Lemus, Beatriz Levin,Claudia López, Julio López, MirnaLorenzana, Max Lucas, Carlos Luna,Karin de Maldonado, Carlos Maldonado,Guillermo Maldonado, MarioMarroquín, Mario Martínez, CarlosMayorga, Arturo Matute, Sigrid Maurer,Douglas Mazariegos, Diana Mejía, RosaMejía, Víctor Mejía, Erick Mejicanos,Ileana Melendreras, Mario Melgar,Byron Méndez, María Méndez, BeatrizMendizabal, Manuel Mendoza, JoséMérida, Eugenia Mijangos, Hugo Milián,Byron Morales, Ingrid Morales,Mauricio Morales, Sonia de Moreno,Elizabeth Moreno, Arnoldo Moscoso,Jorge Murga, Rubén Murga, Georgina

Navarro, Michael Nebelung, LuisaNicolau, Elmer Nuñez, Pat O´Connor,Luis Orellana, Alfonso Ortíz, LesbiaOrtíz, Ronald Osorio, Guillermo Padilla,Mainor Palencia, Gustavo Palma, IrenePalma, Beatriz Palomo, GuillermoPantoja, Abner Paredes, María BelénPascual, Oscar Peláez, Carmen Pellecer,José Luis Perdomo, Abram Pérez,Brenda Pérez, Carlos Pérez, FloridalmaPiche, Roeland Pieper, Antonio Pineda,María Silvia Pineda, Eliza Pizón, Arman-do Pirir, Juan Polo, Alvaro Pop, DoraPosada, Gloria Quan, María Quezada,Erick Quiñonez, Elizabeth Quiroa, Emi-lio Rabasco, Claudia Ramírez, JorgeRamírez, Juan Ramírez, José Ramón,Vanessa Ramos, Sandra Recinos,Linzandro Reyes, Francisco Reyna,Guido Ricci, María José Risco, LigiaRivera, Aníbal Robles, Guido Rodas,Antonieta Rodríguez, Edna Rodríguez,Elder Rodríguez, Jorge Rodríguez, Ma-ría Teresa Rodríguez, Gloria Rodríguez,Flavio Rojas, Guillermo Rojas, Lily Ro-jas, Aura Roldán, Alma Sacaport, ErickSalazar, Erwin Salazar, Julio Salvatierra,Eduardo Samayoa, Patricia Samayoa,Alejandro Sánchez, Blanca de Sánchez,Francisco Sánchez, Victoria de Sandoval,Heidy Sandoval, Jorge Luis Sandoval,Edgar Santa Cruz, Miguel Santa Cruz,Ricardo Santa Cruz, Maribel deSantamaría, Jorge Alberto Santos,Patricia Secaida, Cecilia Skiner-Klee,Guillermo Solano, Jessica Solares, ElsaSon, Wellington Tello, Stanley S. Terrell,Ana de Tobar, Brian Treacy, LineTurcotte, Mara Valdez, Olaf Valverde ,Hugo Valladares, Patricia Vargas, RaquelVázquez, Sofía Vázquez, Carlos Vega,Sofía Velázquez, Olga Villalta, MiguelVon Hoegen, Regina Wagner, OlgaXicara, Leandro Yax, Enrique Zelaya,Raquel Zelaya.

xiRECONOCIMIENTOS

Agradecemos también las observacio-nes, comentarios y aporte documentalque hicieron los representantes de lasinstituciones que forman el sistema deNaciones Unidas. Se agradece en espe-cial a ACNUR, Banco Mundial, CEPAL,FAO, FNUAP, HABITAT, INCAP,MINUGUA, OACDH, OIM, OIT, OPS/OMS, PMA, PNUD, PNUFID,UNCTAD/OMC, UNESCO, UNICEF,UNIFEM, UNOPS y a VNU. Tambiénse agradece el aporte financiero de laFundación SOROS y del Gobierno de

SUECIA, contribuciones sin las cualesno hubiera podido elaborase este infor-me. Fue importante la asistencia técnicade diversas instituciones gubernamenta-les, que compartieron informaciones yexperiencias en largas jornadas de tra-bajo, en especial al Instituto Nacional deEstadística. Debe destacarse en estosagradecimientos la cooperación de nu-merosas organizaciones y representantesde la sociedad civil, que no es posiblecitar con el detalle que ellas se merecen.

xiiiÍNDICE

ÍNDICE

PrólogoPresentaciónReconocimientosÍndice

RESUMEN EJECUTIVO

CAPÍTULO I

INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN: CONCEPTOS, RELACIONES E INDICADORES

A. IntroducciónB. El concepto de exclusiónC. Factores de exclusión e inclusión: los ingresos, el área, la etnia, el género y la

edadD. Exclusión e inclusión: el desarrollo humano en Guatemala a finales del siglo

XX1. El índice de exclusión social o de pobreza humana2. El índice de potenciación de género

CAPÍTULO II

LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

A. Estratificación étnica y mestizajeB. Las exclusiones heredadas del siglo XIXC. Las exclusiones en el siglo XX

1. El eje de la exclusión laboral2. El eje de las exclusiones en el acceso a la tierra3. El eje de la exclusión educativa4. El eje de las exclusiones políticas

CAPÍTULO III

DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XXA. La evolución de la pobreza en Guatemala durante la última década

1. Evolución del grado de pobreza2. La evolución del grado de desigualdad3. Pobreza, ingreso per cápita y desigualdad de ingresos

a. Pobreza y escasez de recursosb. Pobreza y desigualdad

iiiviixi

xiii

1

91112

13

141516

1921212727303234

39414145474748

xiv GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

B. Empleo y Exclusión1. Características generales del empleo en Guatemala2. Rasgos generales de la exclusión en el mercado laboral

a. La preponderancia del subempleob. Las condiciones precarias de trabajoc. Un extenso autoempleo de subsistencia

3. Los rasgos de los sectores con mayores grados de exclusióna. Los jóvenes: Mayor desempleo o más trabajo no remuneradob. La mayor informalidad del empleo de las mujeresc. La baja productividad del empleo de los indígenas

C. El acceso a la tierra y el agua1. El aumento de familias rurales sin acceso a la tierra2. La concentración inalterada de la tenencia de la tierra3. Variaciones de las formas de tenencia de la tierra4. El menor acceso de las mujeres a la tierra agropecuaria5. La erosión de las tierras comunales indígenas6. El registro inadecuado de la propiedad de la tierra7. Acceso limitado al agua

a. La abundante oferta de aguab. El acceso limitado al agua por parte de los hogaresc. El acceso limitado al agua de riego

D. La vivienda y la exclusión1. Condicionantes del tipo de vivienda al cual se tiene acceso2. La calidad de la vivienda

a. Mayor hacinamiento en viviendas rurales, de indígenas y con jefaturamasculina

b. Mayores inversiones de las mujeres en la vivienda3. Los servicios básicos para la vivienda

a. Saneamiento inadecuadob. La continua falta de acceso al aguac. Facilidades sanitarias endeblesd. Mejoras en el acceso a la electricidad

CAPÍTULO IV

LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LA EXCLUSIÓN EN GUATEMALA

A. Ciudadanía y participaciónB. El sistema político y la participación electoral

1. Dificultades en el derecho a elegir y a ser electo2. Se excluye a las mujeres de la política3. Las dificultades para votar entre la población indígena4. Los jóvenes participan poco5. También existen otras formas de participación y exclusión

C. Inclusión y marginalidad jurídica: la protección legal del ciudadano.1. Inclusión en el papel, exclusión en la vida diaria.2. Sin instituciones no hay protección jurídica

525256576061636363646565666863707171717274757578

78798181838486

919394959698

101102106106107

xvÍNDICE

3. ¿Para quiénes es mayor la desprotección legal?4. El tratamiento discriminatorio de las mujeres y los niños5. Las amenazas a la paz familiar constituyen un delito6. La desprotección legal de los indígenas

CAPÍTULO V

LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XXA. Diferencias en la estructura demográficaB. Diferencias en la composición familiarC. Diferencias en los ingresos

1. Algunas brechas se abren y otras se cierran a lo largo de la década2. Hay más hogares rurales pobres que hogares urbanos pobres3. Hay más hogares pobres entre los indígenas que entre los no indígenas4. Hay más hogares pobres con jefatura femenina que con jefatura masculina5. Los hogares con jefatura femenina son más vulnerables a la pobreza6. Las mujeres participan menos de la vida económica que los hombres

D. Diferencias en el acceso a las herramientas de información1. Alto analfabetismo en las áreas rurales a pesar de aumentos del alfabetismo

entre los indígenas2. Cambios en el nivel de escolaridad entre 1989 y 1998

a. La situación en 1989b. La situación educativa en 1998

3. Acceso a otros medios de informacióna. Más teléfonos en hogares urbanos y en hogares con jefatura femeninab. Más radios y menos televisores

E. El acceso a la culturaF. Otras poblaciones especialmente excluidas

1. Algunos rasgos de inclusión/exclusión en la niñez:a. Exclusión del acceso a la educaciónb. El trabajo infantil

2. Algunos rasgos de inclusión/exclusión en la juventuda. Las diferencias estructurales en las oportunidades de educaciónb. Diferencias en el acceso al empleoc. Exclusiones de las oportunidades de desarrollo personal: jóvenes

embarazadas a temprana edad3. La sociedad castiga a los viejos: la exclusión de los adultos mayores

a. Caracterización de las personas adultas mayoresb. Algunos rasgos de exclusión que experimentan las personas adultas

mayores4. Las personas con discapacidades

a. Caracterización de la población con discapacidadb. Algunos rasgos de exclusión relacionadas con la discapacidad

5. Personas con orientación sexual no heterosexuala. Estratificación socioeconómica de la población homosexual

109109111112

115117119120120122122123123124124

124125125128129130130131135136136138139140141142

143144

146149149150151152

xvi GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

b. Algunas manifestaciones de exclusión en personas con orientaciónsexual homosexual

6. Las Personas con SIDAa. El VIH/SIDA en Guatemalab. Manifestaciones de Exclusión en la Población VIH-positiva o con

SIDA

CAPÍTULO VI

RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

A. Estrategias de subsistencia de la población excluida1. Estrategias para obtener ingresos en el área rural

a. La migración de “temporeros” o “jornaleros”b. Diversificación de la producción agrícola y no agrícola

2. Estrategias de acceso a ingresos en el área urbanaa. El trabajo agrícolab. El servicio domésticoc. El comercio al menudeo y la venta callejera

3. Migración internacional4. Formas disfuncionales de subsistencia

a. El contrabando de “hormiga”b. Prostituciónc. Las marasd. Alcohol y drogas

5. La transformación del ingreso en bienes básicos para la vidaa. El papel de las mujeres en la subsistenciab. Estrategias para optimizar la disponibilidad y consumo de bienes

necesarios para la subsistenciaB. Las respuestas comunitarias y desde la sociedad

1. La respuesta comunal y/o municipal2. Las respuestas desde la sociedad3. Otras respuestas incluyentes

C. La respuesta del sector privadoD. La respuesta desde el estado: La política fiscal frente a la exclusión

1. La debilidad de los ingresos fiscales2. El menor crecimiento de los ingresos totales3. Fortalezas y debilidades de la Administración Tributaria4. El aumento del gasto público5. El aumento del endeudamiento público

a. Deuda internab. Deuda externa

6. La modernización de la administración pública7. La corrupción8. La descentralización fiscal

153155156

159

161163164164166166168168168170173173173175177178178

179183184185187188191191193193194200200201201202202

xviiÍNDICE

CAPÍTULO VII

UNA VISIÓN DE FURURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020A. El derecho a soñar... con los pies en la tierraB. Los puntos de partidaC. Las exclusiones que duelenD. Hacia una sociedad incluyente

1. La revolución de la educación y la culturaa. Las inclusiones a través de la educaciónb. En el 2020 Guatemala no tendrá ciudadanos analfabetosc. Educación primaria para todosd. El acceso a los medios de comunicación

2. Hacia un nuevo desarrollo rurala. El impulso del desarrollo ruralb. La creciente importancia de la urbanización

3. Reducción de la brecha de ingresos y de la pobrezaa. Las inclusiones por medio del empleo o mayores ingresosb. Una sociedad con movilidad ascendentec. Guatemala: una sociedad de clases medias

4. Una nueva concepción de las relaciones entre hombres y mujeres5. Nuevos ciudadanos y más participación

Anexo Metodológico1. Calculo del Índice de Desarrollo Humano (IDH)2. Cálculo del Índice de Exclusión del Desarrollo Social o Indice de Pobreza

Humana (IEDS)3. Cálculo del Índice de Potenciación de Género (IPG)

Anexo EstadísticoGlosarioSiglas y abreviaturasBibliografía

205207209209211211211211212213213213215216216217217218219

223223

225226

229295299303

xixLISTADO DE CUADROS

LISTADO DE CUADROS

3.1 Indicadores de la pobreza3.2 Indicadores de la pobreza extrema3.3 Grado de la desigualdad en la distribución de los ingresos3.4 Proporción del ingreso per cápita captado por quintil3.5 Población económicamente activa por segmentos laborales y según catego-

rías sociodemográficas3.6 Salarios y número de trabajadores del estado3.7 Perfiles de fuerza laboral por condiciones de exclusión laboral3.8 Indicadores de exclusión laboral por grupos sociodemográficos3.9 Indicadores de exclusión laboral y de etnicidad por región3.10 Acceso a la tierra y formas de tenencia de la tierra3.11 Estructura de la tenencia de la tierra por tipo de fincas y regiones 19793.12 Acceso y tenencia de la tierra agropecuaria3.13 Disponibilidad potencial y usos principales del agua, según vertientes3.14 Acceso al agua domiciliar: agua potable y desagüe por área3.15 Formas de acceso al agua para consumo doméstico según tipos de hogares3.16 Ingresos de jefes de hogar por tipo de vivienda3.17 Sexo de los jefes de hogar por tipo de vivienda3.18 Miembros por dormitorio por área, grupo étnico, jefatura y composición

familiar3.19 Hacinamiento por jefatura de hogares por quintil de ingreso, etnia, área y

sexo3.20 Materiales de construcción para el techo, por etnia, área y sexo del jefe de

hogar3.21 Material del piso del hogar por área3.22 Materiales de construcción para el piso en el hogar, por etnia, área y sexo

del jefe de hogar3.23 Uso de materiales en paredes por etnia, área y sexo3.24 Hogares con red de agua de cañería por región y área3.25 Hogares conectados a la red de agua de cañería según jefes de hogar por

etnia, área y sexo3.26 Hogares con conexión a sistemas de alcantarillado según jefe de hogar por

etnia, área y sexo

43444747

55575862646567687373747678

79

80

8182

82

838485

86

xx GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

3.27 Uso de inodoros y letrinas según jefes de hogar por etnia, área y sexo3.28 Hogares con energía eléctrica por etnia, área y sexo

4.1 Voto total y voto femenino por departamentos4.2 Voto, inscripción y opinión sobre las elecciones (casos extremos)4.3 Empadronamiento según educación e ingreso4.4 Centroamérica: Defensores públicos

5.1 Porcentajes de hogares según quintiles de ingresos por área, grupo étnico ysexo del jefe del hogar

5.2 Aporte promedio de jefes de hogar al ingreso total, según área, grupo étnico,sexo y tipo de hogar

5.3 Participación en la PEA de jefes de hogar y cónyuges, según sexo y quintilesde ingresos del hogar

5.4 Población alfabetizada por área, etnia y sexo5.5 Porcentajes de nivel educacional de jefes de hogares, según área, por

quintiles de ingresos mensuales del hogar5.6 Porcentajes de nivel educacional de jefes de hogares, según grupo étnico,

por quintiles de ingresos mensuales del hogar5.7 Porcentajes de nivel educacional de jefes de hogares, según sexo, por

quintiles de ingresos mensuales del hogar5.8 Teléfonos, radios y televisores del jefe de hogar según sexo, etnia y área5.9 Mujeres de 15 a 49 años con acceso a los medios de comunicación masiva5.10 Indicadores de información y comunicación5.11 Dominios de Internet en Guatemala a Octubre 19995.12 Gasto del gobierno central en educación, cultura y deportes5.13 Gastos familiares en educación, ocio y entrenamiento5.14 Balanza comercial de bienes culturales5.15 Tasa de retención y deserción urbana y rural por grado de escolaridad

primaria5.16 Porcentaje de niños que trabajan con relación al total de la población de

dicha edad5.17 Población según grupos de edad respecto a la población total5.18 Población de 60 años y más según grupos de edad y sexo respecto al total5.19 Personas mayores según grupos de edad y lugar de residencia5.20 Adultos mayores según lugar de residencia y género5.21 Personas mayores según grupo étnico y grupos de edad5.22 Personas mayores según grupos de edad y categoría de perceptor de ingresos5.23 Personas mayores según condición de actividad5.24 Personas que participaron en el diagnóstico de discapacitados5.25 Ingresos económicos de la población participante en talleres holísticos

(OASIS)5.26 Nivel de escolaridad de la población participante en talleres holísticos

(OASIS)

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97100101109

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137

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152

153

xxiLISTADO DE CUADROS

5.27 Listado de ocupaciones y profesiones de asociados y asociadas homosexua-les

5.28 Entorno familiar de hombres homosexuales6.1 Distribución de los trabajadores migrantes temporales según departamento

de origen6.2 Mujeres con licencias para ejercer la prostitución en el departamento de

Guatemala6.3 Muertes por cirrosis hepática en Guatemala6.4 Comités cívicos y alcaldías6.5 Presencia estimada de mujeres, indígenas y jóvenes en organizaciones

campesinas y de desarrollo integral6.6 Principales fundaciones privadas en Guatemala6.7 Proyectos que impulsaban las fundaciones que integran el Consejo de

Fundaciones a finales del 19996.8 Estructura de ingresos del gobierno central6.9 Ingresos tributarios como proporción del PIB6.10 Gasto ejecutado del gobierno central6.11 Cumplimiento de metas fiscales de los acuerdos de paz6.12 Evolución del gasto social6.13 Inversión ejecutada por los fondos sociales y transferencias municipales6.14 Distribución geográfica del gasto social ejecutado6.15 Gasto social ejecutado y desarrollo humano – Participación por bloque de

regiones

154154

164

174177184

186189

190192193196197197198199

199

xxiiiLISTADO DE RECUADROS

2.1 Rasgos históricos de las exclusiones en salud3.1 Metodología de la medición de la pobreza3.2 Creación de empleo a través de trabajo a tiempo parcial3.3 Proyectos piloto para establecer el catastro3.4 Composición familiar y hacinamiento

4.1 El fantasma de la abstención4.2 Para compartir el poder4.3 Grupos con tendencias a la exclusión electoral4.4 Poca confianza en el sistema judicial4.5 Juzgados de paz comunitarios4.6 ¿Hay que reconocer a las autoridades comunitarias?4.7 El pluralismo jurídico tiene fuerza incluyente

5.1 La diversidad cultural5.2 La niñez desaparecida durante el conflicto5.3 Algunos de los principales trabajos de naturaleza peligrosa y explotadora

realizados por la niñez en Guatemala5.4 La calidad de educación que reciben los jóvenes5.5 Exclusiones del derecho a la vida: La violencia diezma a los jóvenes5.6 Caso de acoso sexual en el trabajo5.7 La exclusión como imposibilidades de ascenso en el trabajo5.8 Orgullo y emancipación de las minorías sexuales5.9 ¿Qué es el SIDA?

6.1 La subsistencia en el área rural: un estudio de caso6.2 Mujeres y empleo doméstico en la Ciudad de Guatemala6.3 La venta callejera de artículos no comestibles. Los buhoneros de la zona

central6.4 El caso de San Vicente Buenabaj6.5 Demanda y gasto en salud en el altiplano guatemalteco6.6 Solución habitacional de las viudas de la región Ixil6.7 Acciones encaminadas hacia el fortalecimiento y modernización de la

administración tributaria

LISTADO DE RECUADROS

2742567278

9699

103107108133114

135136

139141143155156157158

167169

170172181183

195

xxiv GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

7.1 El vuelo de la luciérnaga7.2 Una visión para el siglo XXI7.3 El aislamiento rural termina con la educación7.4 Las fuerzas motrices del escenario

208209212221

xxvLISTADO DE GRÁFICAS

1.1 Indice de exclusión del desarrollo social1.2 Diferencias entre puestos y salarios mensuales medios percibidos por muje-

res y hombres según tipos de ocupación

2.1 Población dedicada al cultivo del café

3.1 Porcentaje de la población en condición de pobreza, por área, grupo étnico yregión

3.2 Grado de desigualdad del ingreso (Coeficiente de Gini) en distintos países3.3 PIB real per capita de los países de América Central3.4 Grado de pobreza en Guatemala si su nivel de ingreso fuese igual al de los

países de América Central3.5 Impacto de aumentos en el ingreso per cápita sobre la pobreza y la pobreza

extrema3.6 Relación entre el grado de pobreza (medido por el porcentaje de pobres) y el

ingreso per cápita3.7 Grado de pobreza en Guatemala si la distribución de recursos fuera igual a

cada uno de los países seleccionados3.8 Impacto de reducciones en la brecha de desigualdad del ingreso en Guate-

mala sobre la pobreza3.9 PEA por segmentos laborales3.10 Indicadores del mercado laboral en Guatemala3.11 Indicadores de exclusión laboral3.12 Formas de acceso a la tierra agropecuaria por sexo3.13 Área estimada de cultivos bajo riego3.14 Alfabetismo de los jefes de hogar por tipo de vivienda3.15 Jefes de hogar indígenas por tipo de vivienda3.16 Hogares con energía eléctrica por región

4.1 Votación femenina según porcentaje de población indígena4.2 Abstención por edad4.3 Asistencia a las reuniones municipales4.4 Peticiones al gobierno local

LISTADO DE GRÁFICAS

15

17

24

454648

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xxvi GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

4.5 Asistencia y satisfacción4.6 Apoyo al sistema4.7 Percepción del grado de violencia contra la mujer, por sexo4.8 Delitos reportados

5.1 Distribución de población por edad, y en la población indígena5.2 Distribución por edad en poblaciones del primer y último quintil de ingresos

del hogar, según sexo5.3 SIDA en Guatemala

6.1 Guatemaltecos en los Estados Unidos, por estado6.2 Evolución de la asignación a los fondos sociales6.3 Comportamiento de la deuda interna mensual (1996-99)6.4 Evolución de la deuda externa del sector público (1990-99)

7.1 Ingreso promedio total según jefatura de hogar por área y etnia

105105110112

118

118158

171198200201

214

1RESUMEN EJECUTIVO

RESUMEN EJECUTIVO

1. LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESA-RROLLO HUMANO

El desarrollo humano constituye unproceso de ampliación de las opcionesque les permiten a las personas alcanzaruna vida prolongada y saludable, adqui-rir conocimientos, aprender destrezas ycontar con los recursos necesarios paradisfrutar una alta calidad de vida. La ex-clusión reduce ostensiblemente estasopciones, en especial en tres ámbitos: a)el económico, al limitar los recursos ylos ingresos; b) el político-jurídico, alconstreñir la participación y el ejerciciode los derechos ciudadanos; c) el social,al desconocer las identidades y particu-laridades de etnia, género o de cualquierotra naturaleza e impedirles a diversosgrupos disponer de redes de apoyo queles faciliten enfrentar la exclusión.

Una forma de medir la exclusión laproporciona el índice de exclusión socialo pobreza humana. Este toma en cuentaindicadores de analfabetismo, consumode agua, desnutrición y probabilidadesde sobrevivencia. La aplicación de esteíndice confirma los contrastes observa-dos en informes anteriores: la exclusiónsocial es más alta en el noroccidente yen el norte de Guatemala, y luego en elsuroccidente y el nororiente, mientras

que en la región metropolitana es la másbaja. Siendo el género una de las princi-pales causas de exclusión, también se haestablecido un índice que mide el avan-ce de la posición de las mujeres en lasociedad. En el caso de Guatemala, estaposición, en contraste con la de otros 70países, la colocan en el puesto 49, lo cualsignifica que la brecha existente entre laposición de los hombres y la de las mu-jeres es muy amplia.

2. LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS

EXCLUSIONES

En Guatemala la estratificación étnicahunde sus raíces en el carácter de la con-quista y la colonia. La Independencia nosignificó el abandono los rasgos represi-vos y discriminatorios heredados del pa-sado, puesto que la nación imaginada porlos republicanos guatemaltecos se apo-yó en la exclusión de los indígenas. Convariaciones pero sin perder su carácterfundamental, el régimen de trabajo pordeudas fue el instrumento que aseguróun tipo de empleo casi forzoso y de bajocosto, desde la colonia hasta bien entra-do el siglo XX, en particular a la hacien-da cafetalera necesitada de fuerza de tra-bajo. A este hay que agregar el trabajo

2 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

gratuito para hacer y reparar caminos.Ambos fueron suprimidos solamentedespués de la revolución de 1944. Sinembargo, resabios como el de la posibi-lidad de que los finqueros cubrieran has-ta un 35% del salario con alimentos que-daron consagrados incluso en la Consti-tución de 1985.

Estrechamente vinculada a la anterioraparece la exclusión ligada a la tierra. Eldespojo de los indígenas empezó desdeel momento mismo de la conquista y nocesó nunca. No obstante, el que estosmantuvieran en sus manos una porciónde esas tierras obedecía al interés direc-to de la clase dirigente por cuanto elloseran los únicos que pagaban tributos. Laintroducción del café en la segunda mi-tad del siglo XIX despertó una crecientenecesidad de tierras. Esta se tradujo enexpropiaciones de muchas de propiedadcomunal, práctica que se mantuvo inclu-so hasta las primeras décadas del sigloXX. Más de un siglo de expropiacionesculminaron en una elevada concentraciónde la propiedad agraria, lo cual fue unade las justificaciones de la fallida refor-ma agraria impulsada en 1952.

Posteriormente cobró fuerza la moder-nización de la agricultura de exportación,con base en el algodón, el azúcar y laganadería, especialmente en la costa delPacífico. Este proceso modernizadortuvo efectos contradictorios, pues au-mentó el empleo en las épocas de cose-cha, disminuyó el número de colonos,incrementó el número de asalariados,favoreció la subdivisión de la parcelacampesina, empujó la frontera agrícolahacia las zonas boscosas del noroccidentedel país y estimuló las migraciones cam-pesinas hacia esa región y el Petén.

Aunque a partir de 1871 hubo una re-forma que le quitó el control a la Iglesiaen materia de educación y convirtió esta

en una función estatal, laica, gratuita yobligatoria, los resultados beneficiaronsolamente a una minoría de clase alta.Los pobres y la casi totalidad de la po-blación indígena siguieron siendo anal-fabetos. En la práctica hubo una segre-gación educativa con base étnica: por unlado se impulsaba una políticapaternalista basada en la idea de “civili-zar” a los indígenas y asimilarlos comoproductores agrícolas, y, por otro, en larealidad se favorecía una educación pú-blica generalmente restringida a los noindígenas. Esta herencia es parte de laexplicación de que uno de cada tresguatemaltecos adultos haya entrado alsiglo XXI como analfabeto.

La salud también ha sido campo deexclusiones, como en el caso del“protomedicato” institución que respon-día a los intereses de los criollos y pre-tendía fomentar la salubridad pública yla docencia, pero con exclusión de indí-genas y ladinos. También tuvo un efectoexcluyente la separación entre la medi-cina occidental y la indígena, a la cual seha tildado de superstición. Un ejemploconcreto y expresivo de las secuelas dela exclusión se dio a principios del sigloXX, cuando una epidemia de influenza,entre 1918 y 1919, se ensañó principal-mente en la población indígena ocupadaen el cultivo del café.

Las exclusiones políticas también hanformado parte de la historiaguatemalteca, como sucedió con los de-rechos de ciudadanía (entre 1879 y 1945)reservados únicamente a varones que noeran analfabetos, a analfabetos que eranpropietarios de bienes raíces valoradosen más de 1000 pesos, a artesanos contalleres en cabeceras municipales y a fun-cionarios municipales. La lucha contrael comunismo también justificó múltiplesformas de exclusión política.

3RESUMEN EJECUTIVO

La discriminación por razones ideo-lógicas y políticas es una herencia delsiglo XIX, de las enconadas luchas entreliberales y conservadores. Las exclusio-nes violentas de la época de Carrera fue-ron más agudas en el largo período libe-ral. Estas se manifestaron siempre en larestricción de partidos políticos de opo-sición y la persecución de quienes soste-nían ideas y conductas disidentes. Elanticomunismo de la época de Ubico cre-ció en los sectores opuestos a las medi-das tomadas por la revolución del 44 yluego a la política agraria de Arbenz. Losregímenes posteriores a 1954 mantuvie-ron, utilizando la represión y la violen-cia, la persecución y marginación políti-ca, como ha sido documentado por laComisión de Esclarecimiento Histórico.

3. LA DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS

EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO

XX

A pesar de algunas mejoras durantela última década del siglo XX, la pobre-za continúa siendo elevada en Guatema-la. Más de la mitad de la poblaciónguatemalteca (57%) es pobre y más deun cuarto (27%) extremadamente pobres.Aunque disminuyó en términos propor-cionales (de 63% en 1989 a 57% en1998), el número absoluto de pobres seelevó en 500 mil. Por otra parte, el com-parar a Guatemala con otros países poneen evidencia que la extrema desigualdaddel ingreso incide claramente en el altogrado de pobreza. Las personas afecta-das por el desempleo, por precarias con-diciones de trabajo o por un empleo desubsistencia suman más de dos terceraspartes de la fuerza de trabajo. Las muje-res, los indígenas y los trabajadores ru-

rales son los que padecen el mayor gra-do de esta exclusión.

Con relación a cada tipo de exclusiónlaboral, el impacto del subempleo visi-ble es mucho más significativo que el deldesempleo abierto, especialmente en elsector informal y en el de subsistenciaagrícola. Un porcentaje importante demenores trabajan en la agricultura. Lojóvenes (52%) conforman la mayor par-te de desempleados, la baja escolaridadde los trabajadores tiene lugar en casitodos los sectores, y las mujeres predo-minan en el sector informal y en el em-pleo doméstico. A lo anterior, se suma labaja productividad de los indígenas y ladisminución, en los últimos años, de laproporción del total de trabajadores quese encuentran en el sector formal debi-do, fundamentalmente, a la reducción deplazas de trabajo en el sector público.

Las exclusiones también se eviden-cian en la posibilidad de no contar contierra y agua. En lo que se refiere a laprimera, la parte de las familias ruralescon un acceso directo a la tierra dismi-nuyó del 61% al 49% en los últimos vein-te años. Como contraparte, debido a lamayor presión demográfica y el debili-tamiento del régimen de colonato, au-mentó la de los asalariados (de 22% al33%) y la de los trabajadores con tierrasarrendadas (del 8% al 17%).

Por otra parte, aunque no existe in-formación completa para documentarlocon seguridad, pareciera que la concen-tración de la tierra no se alteró profun-damente durante las últimas dos décadas.Si bien se amplió la frontera agrícola enPetén y en la región Norte, a costa delárea boscosa, las grandes explotacionesen los cultivos permanentes se expandie-ron en las zonas de la costa y labocacosta. A su vez, las mujeres han te-

4 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

nido menos oportunidades que los hom-bres de disponer de tierra, ya sea propiao arrendada, debido a razones estructu-rales de vieja data y políticas públicasdiscriminatorias.

Uno de los factores que limitan el ac-ceso al agua es que las principales fuen-tes de agua están ubicadas en las vertien-tes atlánticas, mientras que en la del pa-cífico, que comprende la costa, labocacosta y el altiplano, se concentra elmayor consumo. Sólo el 67% de los ho-gares dispone de agua de tubería. En elárea urbana este porcentaje se eleva al91% y en la rural al 49%. Esta diferen-cia se acrecienta con respecto a los ser-vicios de drenaje: el 64% de los hogaresurbanos lo tienen, en contraste con el 1%en el campo. Finalmente, únicamente el9% de la superficie agrícola cuenta conriego, y alrededor de dos terceras partesse utiliza como riego para la caña de azú-car y el banano.

La vivienda constituye una de las másclaras expresiones de exclusión social.El promedio de personas por habitación(3.6) indica que la mayoría de los hoga-res sufren de hacinamiento. Este es ma-yor en el campo y entre los indígenas.Es menor en hogares con jefatura feme-nina. En estos también hay una más ele-vada inversión en el mejoramiento de lavivienda (materiales, techos, pisos, pa-redes) que en el de los de jefatura mas-culina.

Los de jefatura femenina tambiéncuentan con más agua y servicios de al-cantarillado. A diferencia de cierto estan-camiento en cuanto a los servicios deagua y de drenaje, ha habido un aumen-to significativo en el de electricidad, enlos últimos diez años. Ese aumento se hadado sobre todo en familias rurales e in-dígenas.

4. DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTI-CAS DE LA EXCLUSIÓN

La ciudadanía se encuentra estableci-da en la Constitución de 1985, comoprácticamente en todas las otras consti-tuciones que la antecedieron. Sin embar-go, en la realidad, a lo largo de la histo-ria, ha habido fuertes exclusiones políti-cas y legales. Después de la firma de losAcuerdos de Paz se dan condiciones máspropicias para el despliegue de la vidademocrática y una mayor participaciónde la gente en los asuntos públicos. Sinembargo, ni siquiera la forma más cons-picua y tradicional de participación, elderecho al voto, se lleva a cabo en el gra-do que debiera.

En efecto, la abstención alcanza muyaltos porcentajes. Según la llamada abs-tención primaria (número de personasque acudieron a votar en relación con elnúmero total de ciudadanos en edad dehacerlo) en las elecciones de 1999 sóloparticipó un 44%. Esa votación fue del54% si la comparación se hace (absten-ción secundaria) en relación con el nú-mero de ciudadanos inscritos, lo cual ele-va parcialmente la participación con res-pecto a las anteriores elecciones. Las ra-zones que explican estos resultados in-cluyen el analfabetismo, la pobreza, laruralidad, el género, la etnia, y la edad.

En particular, tres grupos revelan unamenor participación política: las muje-res, los jóvenes y los emigrantes. Si seanalizan estos grupos de acuerdo convariables como educación, lugar dondese vive e ingreso, las diferencias másnotorias se dan entre los hombres coneducación y más ingreso y mujeres anal-fabetas que viven en zonas rurales.

Otra forma de exclusión la constituyela desprotección legal, pues en tanto elsistema judicial no funcione bien, el de-

5RESUMEN EJECUTIVO

recho a una justicia pronta, gratuita y efi-caz se ve vulnerado. Hay exclusión le-gal cuando, por ejemplo, se juzga a unindígena que no habla bien el español.El reconocimiento de la diversidad étnicadebe entenderse en este caso en dos sen-tidos: los indígenas deben ser juzgadosen su propio idioma y su derecho con-suetudinario debe ser reconocido comosupletorio.

Otra forma de desprotección es la au-sencia de castigo para quienes han lleva-do a cabo actos de violencia intrafamiliar.El mal trato a las mujeres, a los niños y alos ancianos no se halla debidamente san-cionado. El clima patriarcal y machistaque todavía se vive en la sociedadguatemalteca se manifiesta en formas deminusvalía para la mujer.

5. LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA

EXCLUSIÓN

La exclusión se expresa también comola restricción de las oportunidades de quelas personas obtengan los beneficios deldesarrollo y hagan uso de las redes deapoyo social para enfrentar situacionesde desventaja social. En este sentido, lasdiferencias más marcadas se encuentran,ante todo, entre quienes habitan en laszonas rurales y quienes lo hacen en lasáreas urbanas y luego, entre indígenas yno indígenas. También son importanteslas de género. Una disparidad que debeser destacada es la referente a los ingre-sos. Si bien hubo una tendencia generalal mejoramiento de éstos durante la dé-cada recién pasada, en el área rural, lapoblación indígena y las familias con je-fatura masculina se produjo, en compa-ración con el resto de los hogares, undeterioro relativo.

Por otra parte, a pesar de que duranteesa misma década se ampliaron las opor-tunidades de educación y se redujo elanalfabetismo entre los indígenas, per-sisten bajos índices en la mayoría de lapoblación; en promedio, no se alcanzani siquiera los nueve años de escolari-dad establecidos como mínimo en laConstitución Política. Las posibilidadesde educarse siguen siendo menores parala población rural, para los indígenas ypara las mujeres.

La exclusión en el acceso a los recur-sos que permiten la expresión cultural esotro fenómeno generalizado en Guatema-la. Incluye la limitada disponibilidad deacceso a los medios de información ycomunicación (radios, televisores, telé-fonos) en la población, particularmenteentre la población rural e indígena. Otramanifestación de limitaciones en estecampo lo constituye el hecho que la pro-porción del gasto que se asigna a activi-dades culturales y al uso del tiempo li-bre apenas supera el 2% del ProductoInterno Bruto. A título ilustrativo, el gua-temalteco promedio hoy día cuenta conmenos de 2 probabilidades entre más de10,000 de tener educación en el arte; sólo2 de cada 1,000 tendrán la posibilidadde leer un artículo con cierto contenidocultural en los diarios; 3 de cada 50,000tendrán la oportunidad de asistir a unconcierto a lo largo del año; la mitad dela población no podrá leer un libro en supropio idioma. Puede afirmarse que lasociedad guatemalteca, en general, estáexcluida del acceso a los recursos cultu-rales.

Además de los indígenas, las mujeresy los que habitan en el área rural, existenen la sociedad otros grupos que enfren-tan situaciones particulares de exclusión.Algunos las sufren por razones de edad(niñez, juventud, adultos mayores), otros,

6 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

por alguna discapacidad física, mental osensorial, por una enfermedad estigma-tizada como el SIDA o por tener unaorientación sexual distinta a la hetero-sexual.

6. RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA

EXCLUSIÓN

La población excluida elabora sus pro-pias estrategias para asegurar su subsis-tencia. Por ejemplo, en el área rural mu-chos miembros de familias minifundistaso sin tierra emigran en algunas épocasdel año hacia las fincas de la Costa Sur ohacia el sur de México. Se estima que en1999 había 250 mil trabajadores de estaclase en siete departamentos. Otra estra-tegia consiste en diversificar la produc-ción agrícola o incursionar en el comer-cio y la producción artesanal. Hacia fi-nes de la década de 1990 aproximada-mente 30 mil pequeños productores sededicaban de manera intensiva y perma-nente al cultivo de frutas y hortalizas.

Hacia fines de esa misma década másdel 40% de la población económicamenteactiva en el área urbana que estaba ensituación de pobreza extrema, se dedica-ba a la actividad agrícola. Ello pone enevidencia que, aparte de los problemasde definición acerca de lo que es urbanoy rural, persisten áreas urbanas donde lospatrones de uso del suelo no se distin-guen tan claramente de los existentes enel campo, con la excepción de la ciudadde Guatemala.

El servicio doméstico constituye lasegunda fuente de empleo para las per-sonas en situación de pobreza extrema.De estas más de un 55% son mujeres in-dígenas. Asimismo, más del 26 % de lasmujeres indígenas y 30% de las no indí-genas se dedican a alguna forma de co-

mercio al menudeo, mientras que para loshombres la ocupación principal, despuésde la agricultura, es la construcción y laventa callejera.

La emigración internacional, princi-palmente a los Estados Unidos, consti-tuye otra estrategia de subsistencia. Seestima que entre 1980 y 1990 el númerode guatemaltecos en esa nación sequintuplicó. Hoy, con más de un millónde personas, constituye la segunda co-munidad centroamericana, solo supera-da por la salvadoreña. La mujer desem-peña un papel muy especial dentro de lasestrategias de subsistencia, pues le tocamuy a menudo distribuir los pocos re-cursos con que el hogar cuenta, velarporque no falten los alimentos o el agua,ser la principal responsable de la crianzay educación de los niños, cuidar enfer-mos, ancianos y discapacitados, todo estoa expensas de su salud y de la renuncia alas posibilidades de su desarrollo perso-nal.

La exclusión en salud se expresa enel desigual acceso a los servicios y en elinadecuado estado de salud propiamen-te dicho, particularmente cuando las prin-cipales causas de enfermedad y muertecontinúan siendo enfermedadesprevenibles. Las exclusiones en saludafectan principalmente a la poblaciónindígena y rural. Aún cuando aquellosque están en condiciones de extrema po-breza tienen dificultades en considerar lasalud como una prioridad, la necesidadde continuar luchando por la subsisten-cia y la limitada capacidad de respuestade los servicios públicos los obliga a rea-lizar algunos gastos en salud. Así, cercadel 8% del ingreso total de estos hogaresse dedica a acciones de recuperación dela salud. Además, en comunidades rura-les indígenas donde predomina la pobre-za, la automedicación constituye la pri-

7RESUMEN EJECUTIVO

mera estrategia empleada para resolverlos problemas de salud.

Las estrategias de subsistencia puedenir hasta la transgresión de lo social, mo-ral y legalmente permitido. Surgen así lasformas disfuncionales de subsistencia.Entre estas se hallan el contrabando, laprostitución, la formación de pandillas(“maras”), el alcoholismo y la drogadic-ción. El contrabando, sobre todo el lla-mado «de hormiga», es el realizado, fun-damentalmente, por pequeños comer-ciantes del sector informal de la econo-mía. Este contrabando se ha estimado queasciende a cerca de Q1300 millonesanuales. La prostitución constituye unaopción para muchas mujeres que han es-tado expuestas a lo largo de su vida alabuso sexual, los tratos inhumanos y ladesintegración familiar y han contadocon pocas oportunidades de educarse ycapacitarse para desempeñar otros ofi-cios. Las maras muestran que tambiénse dan expresiones disfuncionales colec-tivas que ocurren principalmente en con-textos urbanos marginales donde predo-mina la pobreza, la desintegración fami-liar y la falta de atención a los hijos.

Aparte de los propios excluidos, elresto de la sociedad también ha respon-dido, con diversos grados de intensidad,a la exclusión. Así, en el nivel comunalo municipal han prevalecido las accio-nes de comités cívicos (electorales) y decomités de vecinos. Los primeros, conalgunas excepciones, han tenido una in-cidencia limitada debido a su escaso éxitoelectoral, mientras que los segundos hancrecido recientemente, en parte estimu-lados por los proyectos financiados porlos fondos sociales y por las actividadesde los consejos de desarrollo urbano yrural. En una muestra de 30 municipali-dades se encontró que había 1743 comi-tés de este tipo.

También existen organizaciones demicroempresarios, de campesinos y detrabajadores, aunque su grado de desa-rrollo es aún escaso, en buena parte de-bido a las secuelas de la represión ejer-cida durante la época del conflicto arma-do. Resulta de particular interés el creci-miento de organizaciones no guberna-mentales que financian y promueven ac-ciones directamente vinculadas a la acti-vidad productiva, que combinan con edu-cación, investigación y el fomento de lainterculturalidad, o el de las organizacio-nes mayas y las de mujeres, que tienenuna creciente importancia política y cul-tural.

A fines de 1998 existían más de dosmil organizaciones no gubernamentales,de las cuales alrededor de 700 eran dedesarrollo, dedicadas sobre todo a laszonas rurales y las comunidades indíge-nas. Estas organizaciones complementanla acción del Estado, contribuyen a esti-mular y encauzar las iniciativas de lascomunidades y canalizan la cooperacióninternacional.

A partir de la segunda mitad de la dé-cada de 1980 algunas empresas privadascomenzaron, por medio de fundaciones,a impulsar proyectos dirigidos a resol-ver problemas de educación, salud, cul-tura y deportes y desarrollo municipal enlas comunidades más pobres. Elfinanciamiento de estos proyectos ha pro-venido tanto directamente de esas em-presas como de contratos firmados porellas con el Estado.

Las acciones del Estado para enfren-tar las diferentes formas de exclusión hansido múltiples. Sin embargo, el proble-ma de la escasez de ingresos tributariosprevalece como la limitación más impor-tante de estas acciones. Guatemala semantiene entre los países de AméricaLatina con un menor gasto social, aun-

8 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

que ha habido, congruente con lo esta-blecido en los Acuerdos de Paz, un au-mento de este gasto, en especial en lasregiones de menor desarrollo humano.Ahora bien, la creciente brecha entre in-gresos estables y gastos crecientes haconducido a aumentar el déficit fiscal.Ello ha resultado en altas tasas de inte-rés y en presiones sobre el tipo de cam-bio y ha elevado en los últimos años ladeuda interna y externa.

7. UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIO-NES EN EL 2020

Existen cinco áreas en que las exclu-siones en Guatemala son múltiples y evi-dentes: la división entre lo rural y lo ur-bano, la diferencia en los ingresos, labrecha entre indígenas y no indígenas,las distinciones de género, y distintosgrados de participación política. A loanterior se agregan otras exclusiones degrupos minoritarios. Frente a ello cabeconcebir un escenario futuro como una

hipótesis de trabajo para definir orienta-ciones estratégicas que contribuyan aconformar una sociedad incluyente. Enparticular, para alcanzar esta sociedadincluyente se requiere de estrategias parareducir la pobreza, impulsar el desarro-llo rural y reformar y fortalecer la edu-cación y la cultura. Ello debe comple-mentarse con nuevas concepciones de lasrelaciones entre los hombres y las muje-res, así como de los ciudadanos y de suparticipación. En esta visión de futuroexistirá una sociedad en que todos esténalfabetizados, con educación primaria ycon acceso a servicios de salud. Reque-rirá que la brecha entre las áreas ruralesy urbanas, así como entre ricos y pobreshaya disminuido. Incluirá el fin de la dis-criminación en contra de las mujeres yde los indígenas, y garantizará posibili-dades plenas de participación, reforzadopor un ambiente seguro y de confianza,un sistema de justicia pronta y eficaz, yla consolidación de las instituciones de-mocráticas.

INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN:

CONCEPTOS, RELACIONES E INDICADORES

11INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN: CONCEPTOS, RELACIONES E INDICADORES

INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN:

CONCEPTOS, RELACIONES E INDICADORES

CAPÍTULO I

A. INTRODUCCIÓN

El desarrollo humano constituye unproceso de ampliación de las opcionesque tienen las personas de vivir una vidaprolongada y saludable, adquirir valoresy conocimientos, desarrollar destrezas ytener acceso a los recursos necesariospara lograr una alta calidad de vida.1 En1998, el Informe Nacional de DesarrolloHumano examinó los contrastes existen-tes en el nivel de desarrollo humano en-tre las distintas etnias y departamentosdel país; en 1999, el Informe profundizóademás en el análisis de la dinámica ru-ral del desarrollo nacional. Para la edi-ción del año 2000, el Sistema de las Na-ciones Unidas, con el apoyo de miem-bros de la comunidad académica nacio-nal, definió la conveniencia de que la ter-cera edición del Informe se dedicara aanalizar la dinámica de exclusión presen-te en la sociedad guatemalteca.

El resultado de este esfuerzo se ha de-nominado “La Fuerza Incluyente delDesarrollo Humano”, pues, además deanalizar las situaciones de exclusión (eco-nómica, político-jurídica y social) segúnlas diferencias étnicas, de género y deárea que presenta, el Informe explora lavariedad de acciones que están realizan-do en la actualidad los diversos actoressociales para construir una sociedad más

incluyente. Además, el Informe incorpo-ra un capítulo dedicado a contribuir a laconstrucción de una visión común depaís, mostrando que es factible pensarque Guatemala puede, en el lapso de unageneración, comenzar a constituirse enuna sociedad más incluyente, con mayordesarrollo humano.

Para el efecto, el Informe se ha estruc-turado en 7 capítulos: En este primero,se explora la noción de exclusión y seplantea cómo los diversos factores, so-ciales, económicos y culturales vigentesen la sociedad guatemalteca dan comoresultado, al interactuar, que ciertos gru-pos de población estén más proclives queotros a experimentar diversas formas deexclusión. Puesto que muchas de lasexclusiones que se viven hoy en día tie-nen sus orígenes en los procesos socia-les y políticos acontecidos a lo largo dela historia de la conformación de la so-ciedad guatemalteca, el capítulo II haceun breve recorrido por la historia, desta-cando los principales hechos que, a lolargo del siglo XIX y principios del XX,perfilaron la sociedad excluyente en quese vive hoy día.

Los capítulos III, IV y V profundizanen el análisis de los diversos rasgos de laexclusión, tal como éstos se presentandurante la última década del siglo queacaba. El capítulo III se refiere a las ex-

1 ONU (1998) y ONU (1999).

12 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

clusiones económicas, abordando temasclave para su comprensión (pobreza,empleo, tierra, agua y vivienda); el ca-pítulo IV señala las dimensiones políti-cas y jurídicas de la exclusión, haciendoreferencia al ejercicio de la ciudadanía,la participación política y las formas deinclusión y marginalidad jurídica quevive la población guatemalteca. El capí-tulo V explora la dimensión social de laexclusión a partir de las diferencias so-ciales y de ingresos existentes entre dis-tintos grupos de población (urbano/ru-ral, etnias, género). Asimismo, presentasomeramente algunas de las situacionesde exclusión vividas por la niñez, la ju-ventud y grupos minoritarios de pobla-ción.

El capítulo VI hace referencia a losesfuerzos actuales que hace la poblaciónguatemalteca por construir una sociedadmás incluyente. Partiendo de las estra-tegias empleadas por la población exclui-da para subsistir, el capítulo ilustra tam-bién las acciones que las comunidades,la sociedad civil organizada, el sectorprivado y el Estado están realizando coneste propósito. El Informe cierra, en sucapítulo VII, con una visión esperanza-dora del futuro: la de una Guatemala in-cluyente, factible de alcanzar si se ini-cia desde ya el esfuerzo de toda la po-blación para su construcción. Para elefecto, se perfilan algunos de los rasgosque, como mínimo, caracterizarían esasociedad incluyente en que habría deconvertirse hacia el año 2020. Se esbo-zan también algunos ejes estratégicos deintervención que, de implementarse lasacciones correspondientes, podrían con-tribuir a alcanzar tan ansiado objetivo.

Finalmente, como en ediciones ante-riores, el Informe Nacional de Desarro-llo Humano 2000 “La Fuerza Incluyen-

te del Desarrollo Humano”, presenta unanexo estadístico con los indicadoreseconómicos y sociales más actualizadosdisponibles en el país, con el cual espe-ra contribuir para que los lectores pro-fundicen por cuenta propia en el cono-cimiento de la realidad nacional.

B. EL CONCEPTO DE EXCLUSIÓN

La exclusión significa que hay gru-pos que ven limitado el disfrute de lasoportunidades económicas, sociales, cul-turales y políticas existentes en la socie-dad. Es un concepto interdisciplinariopues viene a complementar el estudio dela pobreza con aspectos tan importan-tes como los derechos políticos y la ciu-dadanía. Pueden reconocerse tres dimen-siones clave en las que se expresa la ex-clusión: a) la económica, que incluye laslimitaciones estructurales al acceso yparticipación en los mercados, lo cual, ala vez, frena el acceso a los recursos yal ingreso; b) la político-jurídica, la cualimplica que los mecanismos tradiciona-les de participación social son inadecua-dos para expresar los intereses de losgrupos más vulnerables y más bien im-ponen barreras al ejercicio de los dere-chos ciudadanos; c) la exclusión social,que se refiere al desconocimiento deidentidades y particularidades de etnia,género, religión, o a preferencias de cier-tos individuos y grupos sociales. Impli-ca también la existencia de barreras paraformar y hacer uso de la gama de rela-ciones familiares, comunitarias y otrasredes de apoyo más amplias, que sirvenal individuo y a grupos como mecanis-mo para enfrentar la exclusión.2 Asímis-mo, también hace referencia al hechoque la institucionalidad social no funcio-

2 Gacitúa, Sojo y Davis (2000).

13INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN: CONCEPTOS, RELACIONES E INDICADORES

na adecuadamente para prevenir o trans-formar las situaciones existentes.

Las tres dimensiones descritas se ha-llan estrechamente vinculadas entre sí.Además, las personas pueden encontrar-se –y usualmente ese es el caso- exclui-das en alguna o algunas de las áreas peroincluidas en otras, pues las exclusionesse generan por medio de una diversidadde mecanismos que, en la práctica, pue-den traslaparse: 1) Falta de posibilida-des o mecanismos adecuados para la par-ticipación en la toma de decisiones queafectan al conjunto social. 2) Vedado olimitado acceso a los servicios que me-joran las condiciones de vida de las per-sonas. 3) Limitaciones en el acceso a in-formación que podría aumentar las po-sibilidades de elección personal o 4)Existencia de mecanismos de segrega-ción basados en normas, prohibicionesy controles legales y/o tolerados.3 Ade-más, existe una serie de factores que in-tervienen en la génesis de la exclusiónque, al combinarse producen situacionesmás severas para determinados grupos.

C. FACTORES DE EXCLUSIÓN E INCLU-SIÓN: LOS INGRESOS, EL ÁREA, LA

ETNIA, EL GÉNERO Y LA EDAD

Las diferencias en el acceso a los re-cursos, en el ejercicio de los derechos yen las relaciones sociales, están influi-dos por una serie de factores. Por ejem-plo, la exclusión se vive de manera dis-tinta en las localidades rurales que en lasurbanas y depende del nivel de ingresoseconómicos que se perciban, del géneroal que se pertenezca, y de la edad. Aligual que el concepto de desarrollo hu-mano, el de exclusión es multidimen-sional, lo cual permite entender las rela-

ciones e interacciones entre los diversosfactores que en él intervienen y permitecomprender el papel que juegan los dis-tintos actores sociales.

Un factor de exclusión es el ingreso,pues actúa como mediador entre la eco-nomía y la satisfacción de las necesida-des materiales y espirituales de las per-sonas. En Guatemala, la concentraciónde los ingresos es muy alta. También seencuentra concentrado el acceso al em-pleo formal y bien remunerado. Elloimplica que el segmento de poblaciónincluida, es decir, que goza de los bene-ficios que los ingresos pueden propor-cionar, es sumamente reducido. El resul-tado es la pobreza para una gran propor-ción de la población. Los efectos de esaconcentración inciden en todas las de-más variables: etnia, género, edad y áreay, al combinarse con éstas, genera unadinámica excluyente muy marcada, es-pecialmente para ciertos grupos de po-blación: las mujeres, los niños, los adul-tos mayores, los indígenas y quienes vi-ven en el área rural.

Además, la manera en que el procesode desarrollo económico y social guate-malteco ha configurado la territorialidady distribución espacial de la población(en términos de su diferenciación urba-na o rural), parece tener un papel deter-minante en las oportunidades de inclu-sión. El empleo precario, la falta de ser-vicios básicos y la vivienda de baja cali-dad se acentúan en las áreas rurales, don-de vive la mayoría de los guatemaltecos.Dado que allí vive también la mayorparte de población indígena, la dimen-sión rural se conjuga con la étnica paraproducir cuadros particularmente seve-ros de exclusión. El análisis de las des-ventajas que puedan existir entre indí-genas y no indígenas, en cuanto al acce-

3 Grant, Blue y Harpham (2000).

14 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

so a los recursos, los derechos y las rela-ciones sociales, adquiere particular im-portancia en una sociedad multiétnicacomo la guatemalteca. Esto es así por-que permite mostrar tanto la existenciade diferencias en la condición y posiciónde los distintos grupos, como establecersi estas diferencias obedecen a mecanis-mos de segregación y discriminación, vi-gentes explícita o implícitamente, que de-ben ser corregidos. De la misma mane-ra, las relaciones de género, es decir, lamanera en que se pautan la conducta yposiciones de hombres y mujeres, asícomo los nexos de poder subyacentes enellas, contribuyen a profundizar la exclu-sión social que sufren mayormente lasmujeres.

La incorporación del enfoque degénero ha permitido recabar mejor laheterogeneidad. Al desagregar, con baseen el género, categorías como comuni-dad, hogar o pobreza, se ha puesto másde manifiesto que el hombre y la mujertienen atributos, responsabilidades, ex-periencias, intereses y necesidades dife-rentes. El examen de las relaciones entremujeres y hombres ha conducido a ir másallá del enfoque aislado de los procesosde desventaja social al tomar en cuentala posición de la pareja y su entorno so-cial. Ha permitido comprender que lasinteracciones en el interior de los hoga-res no son necesariamente armónicas. Elenfoque de género ha mostrado la nece-sidad de considerar diferentes y múlti-ples roles de mujeres y hombres en eltrabajo, el hogar y la sociedad, así comola interrelación del género con otras va-riables como clase, etnia y edad.4

También la edad contribuye a perfilarlos rasgos de la exclusión. Si bien perso-nas de todas las edades están sujetas a la

misma, la niñez, los adultos mayores yla juventud constituyen grupos particu-larmente vulnerables pues frecuentemen-te se encuentran en una relación de de-pendencia económica con respecto a losadultos. La dependencia económica lle-va adscrita, especialmente en el caso dela niñez y la juventud, la falta de recono-cimiento de que también en estas etapasde la vida las personas poseen derechospropios, distintos de los de las personasadultas; en el caso de los adultos mayo-res, a la dependencia económica se sumael debilitamiento de sus capacidades fí-sicas y con ello, la posibilidad de auto-nomía. En ambos casos, los adultos asu-men un papel tutelar para con estos gru-pos, por lo cual no siempre actúan en subeneficio, agravando con ello la situaciónde vulnerabilidad que experimenta.

La gama de variantes que emergen dela combinación de los distintos factoresmuestra la existencia de una gran canti-dad de personas que son víctimas de laexclusión en Guatemala. Sin embargo,no solo la exclusión como tal requiereser estudiada, sino también las accionesdestinadas a favorecer la inclusión, puessi estas no consideran debidamente lasdiferencias étnicas, de género, edad y deárea (urbana/rural), pueden convertirseen una forma adicional de exclusión.5

D. EXCLUSIÓN E INCLUSIÓN: EL

DESARROLLO HUMANO EN GUATE-MALA A FINALES DEL SIGLO XX

La comprensión de la dinámica deexclusión-inclusión conlleva importan-tes implicaciones para orientar los esfuer-zos que hace la sociedad en procura deldesarrollo humano. Para apoyar el

4 Clert (2000).5 Grant, Blue y Harpham (2000).

15INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN: CONCEPTOS, RELACIONES E INDICADORES

monitoreo de los procesos que se hacenen esta materia, se emplean en este in-forme un conjunto de índices eindicadores que pretenden contribuir aalcanzar este objetivo. Puesto que la basede la información más reciente con quese ha contado para este Informe es laEncuesta Nacional de Ingresos y GastosFamiliares (ENIGFAM), realizada entre1998 y 1999 por el Instituto Nacional deEstadística6 , la cifra correspondiente alíndice de desarrollo humano (IDH =0.59) no sufre ninguna variante con res-pecto a la que aparece en el Informe de1999. Igual cosa ocurre con los índicesde desarrollo humano de las áreas urba-nas y rurales y de la mujer (ver anexoestadístico, sección A). Sin embargo, aligual que en años anteriores, para obte-ner una panorámica más integral de lasituación, se han calculado dos índicesadicionales: el de exclusión social y elde potenciación de género,7 que se pre-sentan a continuación.

1. El índice de exclusión social ode pobreza humana

Este índice constituye una primeraaproximación a la medición de la exclu-sión prevaleciente en el país. Para cal-cularlo se utiliza una serie de variables eindicadores de los aspectos más dramá-ticos de la exclusión: la probabilidad deno sobrevivir más allá de los 40 años deedad, la proporción de adultos analfabe-tos, el número de personas que vivensin agua potable y servicios de salud yde niños menores de cinco años que su-fren desnutrición crónica, sea moderadao severa. Si bien es un índice que reco-

ge en forma parcial las distintas dimen-siones que conforman la exclusión, lascifras obtenidas son sugestivas: si el ín-dice fuera 0, la sociedad guatemaltecahabría alcanzado el nivel máximo de in-clusión que puede medir este indicador.En 1998 el índice de exclusión social enGuatemala era de 25.9, lo que implicaque como sociedad, se está aún bastantelejos de lograr un alto grado de inclu-

Gráfica 1.1Indice de exclusión del desarrollo social

1998

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

6 ENIGFAM (1999).7 Para procedimiento de cálculo de estos índices se sugiere

revisar el anexo metodológico del Informe. El índice deexclusión social corresponde a lo que en algunos informes dela ONU se conoce como el índice de pobreza humana, ONU(1999).

16 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

sión. En cuanto a las regiones geográfi-co-administrativas, se observa que el ni-vel más alto de exclusión social se hallaen las del noroccidente y del norte (38.5y 34.7), seguidas de las suroccidentales(30.4) y nororientales (30.0), mientrasque la metropolitana muestra el índicemás bajo (11.4).

2. El índice de potenciación degénero

Siendo el género una de las principa-les condicionantes de exclusión, se hacalculado un índice que establezca el gra-do en que esta forma de desigualdad sehalla presente. Pero, a diferencia del ín-dice de desarrollo de la mujer, que midelas condiciones de su desarrollo huma-no, el de potenciación de género (IPG)establece el nivel de avance de la posi-ción de las mujeres en la sociedad, encomparación con la de los hombres, conrespecto a la forma en que ellas partici-pan en la vida económica, política y pro-fesional. De acuerdo con ese índice, sien la sociedad guatemalteca mujeres yhombres tuvieran las mismas oportuni-dades de participar, el IPG sería 1.

El país con el IPG más elevado esNoruega (0.83). En contraste, en Guate-mala el IPG calculado en el año 98, apartir de datos de la ENIGFAM, era de0.46, con lo cual se ubica en el puesto 49de un total de 70 países. Con relación ala región centroamericana, Costa Ricapresenta el IPG8 más alto (0.55), segui-do de El Salvador (0.527) y Panamá(0.47). Guatemala se ubica en cuarto lu-gar, muy cerca de Honduras (0.46).9 Ellosignifica que la brecha existente entre laposición de los hombres y la de las mu-jeres es todavía muy amplia. En la grá-fica 1.2 se observa que, a pesar de quemás mujeres ocupan puestos administra-tivos, ejecutivos, profesionales o de ni-vel técnico-universitario,10 en promediosus ingresos, en relación con los de loshombres, son ostensiblemente menores.Este es un buen ejemplo de que no obs-tante que las mujeres se incorporan cadavez más a la actividad económica, la for-ma en que lo hacen lleva a un tipo deinclusión que prolonga su desventajosasituación.

8 No registra IPG calculado para Nicaragua.9 PNUD (2000).10 Casi dos tercios (63%) de los puestos administrativos, ejecutivos, profesionales y de nivel técnico-universitario, corresponden a la

categoría de “Gerentes de empresas” reportada por la ENIGFAM 1998. De éstos, el 60% son ocupados por mujeres, equivalente acerca de 252,000. Dentro de esta categoría, más del 81% de estas mujeres son gerentes de comercios mayoristas y minoristas.Existe dentro de la ENIGFAM otra categoría llamada “Gerentes generales de empresas” donde el predominio es de hombres (62%).Sin embargo, no es posible desagregar esta categoría para establecer el tipo de empresa a que se hace referencia.

17INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN: CONCEPTOS, RELACIONES E INDICADORES

Gráfica 1.2Número de puestos ocupados y salarios mensuales medios percibidos por mujeres y

hombres según tipos de ocupación1998

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

LA HERENCIA HISTÓRICA

DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

21LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

LA HERENCIA HISTÓRICA

DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

CAPÍTULO II

A. ESTRATIFICACIÓN ÉTNICA YMESTIZAJE

A lo largo de la historia de la sociedadguatemalteca surgieron y se afianzarondiversas formas violentas de exclusión,algunas de las cuales se mantienen hastanuestros días. La más importante es laétnica. Esta se origina en la conquista ydespliega sus múltiples rostros en la lar-ga etapa de la colonia, a través de la en-comienda y los repartimientos. Ha esta-do siempre acompañada de otras, comola de género. Al tratar de las exclusionesexistentes en Guatemala a lo largo delsiglo XX, es necesario identificar las he-rencias que vienen del pasado y cómose expresan ellas en el presente.

El punto de partida es el examen delproyecto nacional, pues este ha consti-tuido el marco histórico, jurídico e ideo-lógico en el que han aparecido las diver-sas formas de exclusión. La nación ima-ginada por los republicanos guatemal-tecos, conservadores y liberales, se apo-yó en la exclusión de los indígenas pormedio de una práctica segregadora denaturaleza étnica. La estructura social,después de la Independencia y durantela primera mitad del siglo XIX, se defi-nió con características étnicas: indios,ladinos y criollos.1 A raíz de la revolu-ción liberal de 1871, el discurso oficial

ya sólo hablaba de indios y ladinos. Esel momento en que el proceso de mesti-zaje había avanzado suficientementecomo para definir la naturaleza del pro-yecto nacional, pues mestizo es el resul-tado de la fusión de lo español con loindígena.

En la generación del mestizaje hubodistintas expresiones de violencia, resul-tado de una conquista realizada por hom-bres solos. La más significativa fue laque debió enfrentar la mujer indígena,pues la sufrió en su propio cuerpo, porparte del hombre blanco y dominador.Fue esa la experiencia de un cuerposexuado, que está en el centro de la con-dición femenina, y que fue convertido enbotín de guerra durante largo tiempo. Delviolento encuentro se origina el procesode mestizaje y surge la figura del mesti-zo. El proceso de mestizaje tuvo y tieneuna enorme significación política, social,económica, cultural y simbólica, que sefue consolidando hacia las últimas déca-das del siglo XIX.

B. LAS EXCLUSIONES HEREDADAS DEL

SIGLO XIX

Son varias las exclusiones que veníandel pasado, operaron en el siglo XIX yse prolongan, con variadas modificacio-

1 Posteriormente se agregó a los negros, para referirse a los garífunas de la región atlántica, y a los blancos, para identificar a lasprimeras emigraciones europeas.

22 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

nes, en el siglo XX. Se manifiestan encuatro ejes básicos: la política, el traba-jo, la tierra y la educación.

En relación con la primera, convienerecordar que hubo tres modelos de ciu-dadanía en ese siglo XIX. La censataria(1821-1839) buscó la igualdad entre crio-llos, ladinos, indios y negros, declaró laciudadanía de todos los varones mayo-res de l8 años que ejerciesen una profe-sión útil o tuvieran medios conocidos desubsistencia. Estableció algunas restric-ciones por razones de tributación y ser-vicios. Las mujeres fueron expresamen-te excluidas y muy pocos indígenas re-unían los requisitos exigidos para ser re-conocidos.2 El modelo de ciudadaníaétnica (1839-1871), decretado por el ré-gimen conservador al restablecer lasLeyes de Indias, legitimó el discurso dela “minoridad” del indígena al estable-cer un régimen de protección a la repú-blica de indios, al lado de la repúblicade ladinos. Con el triunfo de los libera-les se volvió a la ciudadanía censataria,de la cual quedaron excluidos los anal-fabetos y las mujeres, excepto los anal-fabetos propietarios de algún bien valo-rado en más de 1000 pesos o los artesa-nos con taller abierto en una cabeceramunicipal.

Las mujeres carecían de autonomía ydebían ser representadas por un hombre,quien ostentaba toda la autoridad yprotagonismo en la vida pública. A esterespecto no había mayor diferencia en-tre conservadores y liberales. Aunque enla segunda mitad del siglo XIX se co-menzó a opinar públicamente acerca delderecho femenino a expresarse, la opi-nión prevaleciente era que esto no era“propio” de una mujer, pues su destinode madre no le permitía ocuparse de losasuntos públicos.

El control político sobre los indíge-nas aparece más preciso en la Ley paralas Municipalidades de los Pueblos dela República3 , al definir tres tipos de mu-nicipalidades: con un sólo cuerpo deautoridad; con dos cuerpos, uno ladinoy otro indígena; con una autoridad mix-ta, el alcalde primero ladino, y el segun-do indígena. Se crearon los alcaldesauxiliares cuya función era la de cuidarque todos los mozos o colonos trabaja-ran en las tareas asignadas, que no hu-biese vagos y, posteriormente, ayudar aconseguir mano de obra para la hacien-da cafetalera.

El trabajo indígena fue consideradouna de las riquezas de la sociedad colo-nial. Como una prolongación de ese pe-ríodo, el sostenimiento financiero delEstado hasta 1865 se hizo con el pago,por parte de los indígenas, de tributos.Estos debían ser entregados al Estado ya la Iglesia en especie, es decir, en partecon la producción agrícola y en la con-fección de artesanías. El pago de tribu-tos constituyó una de las formas mas vio-lentas de discriminación étnica y de con-trol sobre la población indígena. Tam-bién lo fue el sistema de habilitaciones,que es una modalidad casi esclavista paracomprometer al indígena y lograr el tra-bajo obligatorio. Las habilitaciones con-sistían en anticipar al trabajador una can-tidad de dinero, que posteriormente de-bería pagar con productos de su cosechao en dinero. Se dice que es una forma deexclusión porque el trabajo es forzoso ycasi gratuito, salvo ciertas formalidadesen que el pago aparece solamente comoun adelanto, para crear una deudavinculante.

Cuando se produjo la revolución li-beral (1871) el sistema de habilitacio-nes estaba consolidado entre los pueblos

2 De Pineda Mont(1869).3 Ley para las Municipalidades de los Pueblos de la República, Decreto No. 242, del 30 de Septiembre de 1879.

LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

del altiplano. Fue por ello que el Regla-mento de Jornaleros (1877) y la utiliza-ción del libreto pudieron desenterrar lainstitución del mandamiento colonial,que era el envío de un grupo de indíge-nas a trabajar por un pago simbólico. Sedefinió así la naturaleza del mercado detrabajo en un período de modernizaciónde la economía guatemalteca. Esta mo-dalidad de trabajo semiservil continuóen todo el siglo XIX y, como sistemade deudas que el trabajador obligada-mente contrae con el patrono, se practi-có con todo vigor por lo menos hasta laprimera mitad del siglo XX. Es proba-blemente la institución colonial más vi-gorosa, cuya permanencia en la socie-dad guatemalteca definió el eje básicode las relaciones ladino-indígenas y, enconsecuencia, la política y la vida so-cial y cultural de la nación. El régimende trabajo por deudas fue el instrumentomás excluyente por su arbitrariedad yviolencia.

Las mujeres indígenas y ladinas po-bres estaban relegadas a la realizaciónde duros trabajos para sobrevivir. Laprincipal era las labores de servidumbreen las casas de la elite pero además, elCenso de 1824 registra mujeres mayo-res de 14 años practicando oficios dehilanderas, bordadoras, vendedoras,mesoneras y costureras. En el campo,participaban en la molienda de caña, elcultivo del algodón, la cosecha de la gra-na y más tarde, en la recolección de café,aunque esto no lo registró el censo, don-de únicamente aparecen 15 mujerescomo trabajadoras del campo.4 Otros dosoficios femeninos característicos de laépoca eran el de cigarrera, reglamenta-do desde finales del siglo XVIII y pos-teriormente, la elaboración de licor clan-

destino. Datos disponibles para la épocarevelan que, de 646 casos de personasprocesadas por esa actividad, conside-rada un delito, el 74% eran mujeres, in-cluidas algunas indígenas.5 En cuanto alas mujeres de la elite, se daba por sen-tada su exclusión de la vida pública, puesni siquiera se cuestionaba que su lugarera en la casa. No obstante, por lo me-nos para la primera mitad del siglo XIX,las mujeres participaban activamente –siempre con el consentimiento masculi-no- en transacciones comerciales, inmo-biliarias y crediticias, al punto que paraese período, en la ciudad de Guatemalade la Asunción, el 44% de los propieta-rios de casas eran mujeres.6

Otra institución heredada de ese pa-sado de varios siglos es el trabajo gra-tuito en los caminos. Se pueden men-cionar numerosos decretos, como el del17 de abril de 1830, por el que el Estadoobliga a los habitantes a trabajar en ca-minos públicos durante tres días al año,“medida especialmente aplicable a lasclases menesterosas”. El 26 de octubrede 1874, el gobierno de Barrios ratificóque todos los vecinos estaban obligadosa trabajar personalmente en los caminospúblicos tres días al año o pagar el jor-nal correspondiente. El resultado fue quesólo los vecinos indígenas se vieron obli-gados a cumplir esa tarea. Jorge Ubico,en 1933, heredero legítimo de la inspi-ración liberal, reprodujo este decreto detrabajo gratuito que también terminósiendo cumplido sólo por los indígenas.

Vinculado a los aspectos del trabajoindígena aparece la naturaleza excluyen-te del régimen de tierras, estrechamenteasociado con los cambios en la estructu-ra de la propiedad de la tierra queinstrumentó la revolución liberal. El ré-

4 Lewin (1999).5 Ericastilla y Jiménez (2000).6 Langenberg (1980).

24 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

gimen de tierras instituido por el régi-men colonial y respetado por el gobier-no conservador fue la dotación de tierrapara los pueblos indígenas. Esta llama-da tierra comunal o de ejidos estaba des-tinada al libre uso de los miembros de lacomunidad. Aún antes de 1871, perosobre todo a partir del triunfo liberal, seinició lo que se ha llamado un “ masivoasalto a la tierra comunal”.7 Hubo des-pojo desde el momento mismo de laconquista, pero también el mantener al-guna porción de tierra en producción enmanos de los indígenas correspondía alinterés directo de la clase dirigente porcuanto sólo estos pagaban tributos.

La implantación del café en la segun-da mitad del siglo XIX despertó una cre-ciente necesidad de tierras, por lo que fuenecesario convertir en propiedad priva-da todas aquellas que tuvieran vocacióncafetalera. El régimen liberal promovióel registro de la propiedad para asegurarla libre compra-venta, agilizó el trámitede denuncia de terrenos baldíos, expro-

pió el latifundio religioso e inició la dealgunas tierras de propiedad comunal,todas las cuales fueron vendidas a parti-culares, a precios muy bajos, simbóli-cos.

La tierra comunal de los indígenaspodía arrendarse cuando se le dio a esatierra la condición jurídica del censoenfitéutico, modalidad legal que se prac-ticó durante muchos años. Pero en 1877,en virtud del Decreto l70, se declaró abo-lido el censo y todas las tierras en estacondición fueron declaradas nacionales.Los tenedores de tierra bajo censoenfitéutico podían comprarla pagando uncanon y recibiendo a cambio un título depropiedad. De hecho y legalmente, estefue un procedimiento por el cual loscampesinos podían vender su tierra, perocon las desigualdades culturales y eco-nómicas ello derivó a formas forzadas yengañosas que perjudicaron a aquellospropietarios indígenas cuya tierra estu-viera próxima a los primeros grandes nú-cleos de producción cafetalera.

Gráfica 2.1Población dedicada al cultivo del café

1942En Miles de Personas

Fuente: Oficina Central del Café, Tipografía Nacional, 1943

7 McCreery (1976).

LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

En esos años la exportación del cafése había convertido en un verdadero éxi-to económico. Se calcula que hacia 1895Guatemala tenía la mayor producción decafé de Centroamérica, con 39.3 millo-nes de libras, seguido por Costa Rica con24.5 millones.8 Se creó el Registro deMatrícula Fiscal (1877), en el que debíaninscribirse todos los poseedores de tie-rra, cualquiera que fuese la modalidad,para determinar el impuesto a pagar. Lapropiedad comunal fue exonerada de lainscripción, lo que tuvo efectos adver-sos pues, al no estar inscrita, se facilitóel despojo de las tierras de los indios.Diez años después se autorizó el registrode tales tierras y, al mismo tiempo, seestableció su privatización a través delmecanismo de la titulación supletoria.

Hasta la segunda mitad del siglo XIX,las mujeres de la elite tuvieron relativoacceso a la propiedad de la tierra, casisiempre como herederas de sus padres ymadres o de sus esposos. La mayoría delas mujeres indígenas, al igual que suspares masculinos, usufructuaban tierrascomunales. Las mujeres ladinas pobresestaban excluidas del acceso a la tierra.Después de la revolución de 1871 se en-cuentran menos referencias de mujerescon calidad de propietarias de tierras. Po-siblemente, las nuevas condiciones detenencia que creó la expansión de la agri-cultura cafetalera implicaron un cambioen la titularidad sobre el patrimonio, re-frendado por el hecho que, en ese perío-do se asigna también la representaciónlegal conyugal a los hombres.

Finalmente, otra herencia de violen-cias sin límite se encuentra en las ex-clusiones del reclutamiento forzoso parael ejército. Durante el régimen conser-

vador, las milicias eran ladinas, debido ala desconfianza de entregar armas a losindígenas. Con el triunfo liberal de 1871el llamado al reclutamiento militar fuede carácter universal. Este se podía evi-tar con el pago de una multa cada vezmás elevada. A partir de ahí los mandosfueron ladinos y la tropa empezó a serindígena. Desde 1894 jóvenes indíge-nas empezaron a ser incorporados al Ba-tallón de Zapadores, para trabajar en laconstrucción de infraestructura y el le-vantamiento de cosechas del Estado.9

Hacia 1889 aparecieron las primerasmilicias indígenas. La leva forzosa parael ejército constituyó durante todo el si-glo XX una amenaza y, eventualmente,un castigo para la familia campesina y eljoven reclutado. Las prácticas del reclu-tamiento constituyeron verdaderas cace-rías humanas. A comienzos de la décadade 1980, es significativo el caso de lasPatrullas de Autodefensa Civil (PAC). En1982, las PAC contaban con cerca de unmillón de miembros, y aunque más tar-de disminuyó el número de integrantes(600 mil en 1986 y 270 mil en 1996),tuvieron un impacto importante en la eco-nomía nacional, al retirar un gran con-tingente de hombres de la Población Eco-nómicamente Activa. Se estima que eltrabajo obligatorio –equivalente a unaquinta parte del tiempo potencialmenteproductivo de los miembros de las PAC-representó una ausencia aproximada de97 mil personas de la PEA anualmente,durante los años ochenta.

En términos monetarios, se ha estima-do que las pérdidas en la producción aconsecuencia del reclutamiento de lasPAC, asciende a tres mil millones dedólares de 1990 (US$3,000 millones),

8 Brockett (1988).9 Decreto Gubernativo No. 471, 23 de Octubre de 1893. Quedaban exentos los que pagasen 15 pesos al año o demostrasen bienes

afectos a la contribución de inmuebles.

26 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

equivalente al 39% del PIB total para eseaño.10 El reclutamiento forzoso terminó,finalmente, con la firma de los Acuerdosde Paz.

En cuanto a la educación, el régimenrepublicano se preocupó por lo que sellamaba la instrucción pública, destina-da a ‘educar ciudadanos’, es decir, alfa-betizar y castellanizar. El gobierno con-servador, con la distinción que hizo en-tre república de indios y república de la-dinos llevó a cabo políticas educativasmuy bien diferenciadas para unos y otros.Las disparidades en cuanto a género tam-bién eran muy grandes. En 1866 habíaun total de 45 escuelas para niñas, lascuales sumaban 1944 estudiantes. En1874 ya funcionaban 183 escuelas con6312 alumnas, todas ladinas.11 Bajo elgobierno de Rafael Carrera se decidióque “en las escuelas de niñas, que siem-pre estarán a cargo de señoras de respe-to, además de enseñarse y practicarse[moral y urbanidad, doctrina cristiana,escritura y las cuatro reglas de la aritmé-tica] se les instruirá en coser, bordar, eco-nomía doméstica y otras materias pro-pias de su sexo”.12

A partir de l871 hubo una reformaeducativa que le quitó el control a la Igle-sia y convirtió la educación estatal enlaica, gratuita y obligatoria. El nuevorégimen trazó esta política con finalida-des incluyentes, pero no tuvo capacidadpara cumplirla por falta de maestros yrecursos económicos, la necesidad quehabía de mano de obra para la agricultu-ra y la resistencia de los indígenas a serasimilados. Sin embargo, se fundaronvarios centros como el Colegio para la

Civilización de los Indígenas y variosinstitutos para indígenas.13

En estos años se crearon las primerassecundarias femeninas, como el Institu-to de Señoritas Belén y las Escuelas Nor-males de Señoritas en Guatemala,Quezaltenango y Chiquimula. En 1891se fundó una escuela de artes y oficiosfemeniles. Sin embargo, a diferencia dela escuela de varones, que los preparabapara participar en la vida económica delpaís, la escuela femenil ayudaba a per-feccionar conocimientos domésticos ta-les como economía doméstica, arreglo ylimpieza del hogar, higiene personal, la-vado, planchado y cocina. Pese al clarosesgo doméstico que tenía la educaciónde las mujeres, algunas comenzaron aplantear públicamente sus ideas.14 Asíaparece el 10 de diciembre de 1887 elprimer periódico redactado totalmentepor mujeres, “El Ideal”, cuyo lema era“por los intereses de las mujeres”. Lodirigieron destacadas figuras de esa épo-ca: Adelaida Cheves, Vicenta Laparra dela Cerda, Isabel M. De Castellanos, Car-men de Silva, Celinda D. Darmes,Rafaela Del Aguila y Sara María deMore. “La publicación se sostuvo por 5meses y desapareció con la queja de lafalta de estímulo, la envidia, la burla y lacrítica...”15

Pese al ideario liberal de la educaciónpara todos, los resultados beneficiaron auna minoría de clase alta ladina. Lospobres y la casi totalidad de la poblaciónindígena siguieron siendo analfabetos.Las exclusiones en salud también estu-vieron presente a lo largo de la historia,como lo ilustra el recuadro 2.1

10 CEH (1999).11 González (1980).12 González (1980).13 Skinner-Kleé (1954).14 Dary (1991).15 Gordillo (1997).

LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

C. LAS EXCLUSIONES EN EL SIGLO XX

1. El eje de la exclusión laboral

El mercado de trabajo para sostenerla economía agrícola de exportación semantuvo con algunos cambios destina-dos a reforzar la permanente demanda demano de obra campesina. La haciendacafetalera resolvió su demanda con elreforzamiento de la modalidad del mozocolono, es decir, del trabajador campesi-no adscrito permanentemente a la hacien-da. El colono estaba atado de maneravitalicia en virtud del endeudamientopermanente. En muchos casos se crea-ron ‘fincas de mozos colonos’, que noeran plantaciones cafetaleras sino gran-des propiedades en el altiplano en dondese permitía a los campesinos cultivar par-celas, con el compromiso de bajarestacionalmente a la cosecha del café16 .Este tipo de fincas fue muy común enQuiché y Chimaltenango y existieron

hasta hace poco tiempo. Un observadorde esa época comenta que “fue una ope-ración frecuente en los períodos de esca-sez de mano de obra, meter en la cárcelun buen número de indígenas por peque-ñas ofensas, tales como emborracharsey hacer escándalos. Se les imponían fuer-tes multas que no podían pagar. Enton-ces aparecía un Enganchador que se ofre-cía para cubrir la multa... y los indioseran llevados a la hacienda para trabajary pagar la deuda así contraída”.17

Con la caída de la dictadura de EstradaCabrera, en 1920 se luchó por la supre-sión de los mandamientos y por hacerefectiva la libertad de trabajo. En ese ylos años siguientes hubo protestas indí-genas por los malos tratos en las fincas ydenuncias contra el trabajo forzado quesignificó siempre el peonaje por deudas.La obligación de pagar salario y la liber-tad de contratación quedaron estableci-das en el Artículo 20 de la Constituciónde 1921, derogada con el golpe de Esta-

Recuadro 2.1

Rasgos históricos de las exclusiones en salud

Existen antecedentes importantes de las exclusiones en salud heredadas desde la época de la conquista y lacolonia que se reflejan en la actualidad. En la primera década del siglo XIX se instituye el protomedicato, instituciónque respondía a intereses de los criollos y cuya función era fomentar la salubridad pública, docencia y control demédicos y farmacias. Los indígenas y ladinos fueron excluidos del acceso a los servicios de salud. Otros hitosimportantes en la historia de la salud en el siglo XIX son la reforma de la enseñanza médica en la década de 1830, laimplementación de la antisepsia y la asepsia y la separación entre medicina occidental y medicina indígena, tildandoesta última de superstición y mitología, dejándola fuera del conocimiento académico de la época. El siglo XX secaracterizó en sus primeras décadas por las epidemias de influenza y fiebre amarilla. La epidemia de influenza entrelos años 1918 y 1919 afectó principalmente a la población indígena, ocupada en el cultivo del café.

Fuente: Martínez Durán, C. (1941)

16 McCreery, (1994)17 Dessaint (1962).

28 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

do de diciembre de ese año. La fuerzade la tradición excluyente mantuvo sinmodificaciones el régimen de trabajo.

A finales del siglo XIX, las mujeresfueron incorporándose lentamente al tra-bajo público como maestras; no obstan-te, se consideraba “indecente” que unamujer trabajara fuera de su casa, aunqueestuviera calificada para ello. Es ilustra-tivo el caso de las maestras, quienes es-taban inhibidas de contraer matrimonio,toda vez que, tan pronto como se casa-ban eran destituidas de sus cargos.18 Enesa época hubo una importante huelgafemenina, de las escogedoras de café, enuna zona próxima a la ciudad de Guate-mala, en l925. Exigieron jornada de ochohoras, aumento de salario, alternabilidaden el manejo de la maquinaria, y que nohubiese solo capataces masculinos. Lossalarios de las mujeres eran inferiores alos de los hombres.19 Según el censo de1921, más de la mitad de los trabajado-res no agrícolas eran mujeres y el 18%del trabajo rural era femenino.

Un documento de los años veintescompara el régimen de las habilitacio-nes o trabajo forzado por deudas con elsistema de la esclavitud, en el cual lamuerte de un esclavo perjudicaba al pro-pietario sólo en cuanto era perder un bien.Refiriéndose a los indígenas de AltaVerapaz, el autor dice “...En casos deenfermedad y de accidentes, el patrón sepreguntará, fuera de duda, si la muertedel trabajador no le resultaría mas eco-nómica que cargarse con nuevo gastospara su curación, la cual siempre inclui-ría, además de cierto riesgo e inseguri-dad. Por lo tanto, atenderá al indígenaenfermo únicamente hasta el límite queéste le es útil...”.20

La crisis económica de 1929 agravólas condiciones de exclusión del trabajo,al punto que el gobierno de Jorge Ubicose vio obligado a decretar en 1934 la abo-lición de las llamadas ‘habilitaciones’, esdecir, el fin del trabajo forzado para pa-gar deudas, lo cual favoreció a los jorna-leros y colonos de las fincas. Sin embar-go, al mismo tiempo se tomaron previ-siones que reforzaron el régimen de ex-clusiones. El trabajo de vialidad, que yase había extendido, en 1910, a cuatrodías, el Decreto 1474 de Ubico lo exten-dió a dos semanas anuales. En 1934 sepromulgó la Ley contra la Vagancia (oLibreta de Jornaleros), que obligaba a loscampesinos que no tuvieran tierra pro-pia a trabajar por lo menos 150 días entierra ajena, lo que debía constar en undocumento, la Libreta de Jornaleros. Eneste sistema el trabajo aparece como unaobligación que el Estado supervisa. Lacantidad de trabajo que se debe ejecutardepende de la cantidad de tierra que seposee. Se trata de una regulación quetransformó la obligación de trabajar parapagar deudas en una obligación para tra-bajar aunque estas no existieran.

El salario pagado, del cual hay pocosregistros, era arbitrario. Hacia 1915, unacircular oficial establecía el salario entrecinco y seis pesos diarios para los cua-drilleros o temporales. En 1923 era de10 a 14 centavos de quetzal por día. Conla crisis del 29, el salario oficial se fijóen ocho centavos. Hacia 1940, en la se-mana de mayor trabajo según el censocafetalero, había 3.696 empleados admi-nistrativos, 13.247 trabajadores de bene-ficio, 80.421 colonos, 99.0l0 cuadrille-ros temporales y 3.351 varios. La manode obra infantil era más abundante que

18 González (1980).19 Carrillo (1994).20 Roesch (1976).

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la femenina y equivalía al 31% de lamano de obra agrícola.

En mayo de 1945, con el inicio de laRevolución de Octubre, el Congreso dela República derogó las leyes de vialidady contra la vagancia por considerarlasque eran medidas ilegales que violenta-ban el derecho al trabajo libre e instru-mentos de opresión en contra de la po-blación indígena. La abolición legal deltrabajo forzado en Guatemala se dio conel Código de Trabajo21 , que buscó esta-blecer nuevas formas de relación labo-ral. En el Código se definía quienes eranlos trabajadores agrícolas y la forma decontratarlos por parte de los finqueros,de acuerdo “a la fuerza de la costum-bre” en las temporadas de cosecha. Elvigor de los hábitos culturales tradicio-nales explica que la Constitución de1945, que prohibió las tiendas de raya(o comisariatos) y los pagos en fichas(moneda no circulante), aceptara que losfinqueros pudieran cubrir hasta un 35%del salario con alimentos, práctica queaún aparece en la Constitución de 1985.Un informe de la época recuerda que “Laparte correspondiente a la población in-dígena en el total del Producto NacionalBruto fue en 1947/48 de 121 millonesde quetzales, equivalente a Q.0.70 cen-tavos per capita. Esto contrasta aguda-mente con la renta de Q.246.00 per capitaque devenga la población no indígena.La población indígena, por su limitadaparticipación en la economía de cambio,tiene una tasa de tributación escasa, peroen cambio parece suficientemente pro-bado que se benefician de los serviciosdel Estado en proporción menor que lapoblación no indígena.”22

Un paso importante se dio con el De-creto 900, Ley de Reforma Agraria, que

prohibió todas las formas de servidum-bre, esclavitud, repartimiento de indíge-nas, y toda forma de trabajo servil, que,como se ha visto, constituyó el eje de lasexclusiones en la sociedad guatemalteca.No obstante, esta Ley fue derogada en1954.

En el medio urbano, a partir de l945y, aún más, con el Código de Trabajo de1947, se permitió la organización sindi-cal, que en junio de 1954 alcanzó las517 organizaciones y 104.000 afiliados,es decir, un 10.7% en relación con laPEA. En 1997 la tasa de sindicalizaciónera de 2.9%, con 97.000 trabajadoressindicalizados. Entre 1954 y 1963 seemitieron doce decretos de reforma delos 20 artículos del Código de Trabajoque redujeron algunos de los derechosya reconocidos. Las relaciones labora-les en general han sido formalmente fi-jadas en diversas decisiones legislativas.La Constitución de 1985 restableció lamayor parte de los derechos laboralesmodernos, incluida la sindicalizaciónde los empleados públicos. El Dto. 35-96 introdujo reformas que hacen virtual-mente imposible el derecho a la huelgade este sector.

Un importante movimiento sindical sefue formando en toda la década de lossetentas, en parte como respuesta a losgraves problemas económicos originadosen el primer ‘shock’ petrolero: la infla-ción que en 1962 era del 0.6% anual,pasó a un 14.4% diez años después. Elcosto de la vida aumentó en l02% enesa década, en tanto los salarios sólo lohicieron en un 39%. El terremoto de1976 contribuyó a agravar las condicio-nes de vida. El movimiento de protestase inició con una huelga exitosa de maes-tros a escala nacional, la cual fue segui-

21 Código de Trabajo, Decreto 330, del primero de mayo de 1947.22 Adler, Schlesinger y Olson (1947).

30 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

da por un incremento de las organizacio-nes y las demandas obreras. Estas cre-cieron en número – cuatro conflictos en1972 y 229 en 1978 – con una participa-ción superior a los 240.000 trabajado-res.23 Dentro de estas protestas, realiza-das a pesar de la brutal represión guber-namental, fueron importantes la creacióndel CETE (Comité de Emergencia de losTrabajadores del Estado) y la huelga deestos trabajadores, así como la de los delas plantaciones azucareras en la CostaSur. Este movimiento, original y únicoen la historia del país, tuvo una signifi-cación especial porque ocurrió en elmomento de la mayor ofensiva del ejér-cito (marzo de 1980) en el campo y por-que fue exitoso, al lograr el reconoci-miento de un salario mínimo de Q.3.20.La ola de terror oficial liquidó entre 1974y 1978 a 124 dirigentes sindicales, todauna generación de cuadros populares jó-venes.25

2. El eje de las exclusiones en elacceso a la tierra

Resulta difícil separar las exclusioneslaborales señaladas líneas arriba de lasrelativas al derecho a la tierra. El movi-miento de expropiación de tierras comu-nales, baldías o de propiedad campesinamantuvo toda su fuerza durante la dic-tadura de Estrada Cabrera. El vértigo porcrear plantaciones cafetaleras, como seha visto, tuvo dos efectos directos en laestructura excluyente de esta sociedad:expropió tierras comunales de los indí-genas, por un lado, y los obligó al traba-jo en las fincas, por el otro. La crisismundial del 29 tuvo también efectos enel régimen de tierras. Los efectos nega-

tivos de la crisis –disminución en la de-manda y en los precios del café - fueronvarios: produjo desocupación rural, re-baja en los ya escasos salarios yreforzamiento de la agricultura de sub-sistencia. Ubico emitió una disposiciónque reglamentaba la parcelación de nue-vas tierras comunales en extensiones nomayores de dos manzanas por familia ygarantizaba la posesión a quienes se de-dicaran al cultivo de cereales y produc-tos de subsistencia.

El resultado en la estructura de con-centración de la tierra, después de másde un siglo de expropiaciones a los cam-pesinos, se vio reflejado en el censoagropecuario de 1950.24 Algo más de sie-te mil predios acaparaban en ese año el72.2% del total de la superficie cultiva-ble, en tanto que más de trescientos milpredios apenas disponían del 14.3%.

La ejecución en 1952 de la Ley deReforma Agraria inició un proceso demodificación radical del régimen de te-nencia de la tierra, al considerar que ellatifundio y el campesino sin tierra eranobstáculos para el progreso industrial yla modernización de la vida política.Durante los 18 meses de aplicación de laley, fueron repartidas 615.000 hectáreasde tierras privadas (10% del total) y280.000 de tierras nacionales a 138.000familias campesinas, de las que la in-mensa mayoría eran indígenas. La ma-yor parte de la tierra fue otorgada en usu-fructo vitalicio. El proyecto de alterarlas relaciones de propiedad en el campoguatemalteco y disminuir la fuerza de lasexclusiones que se originaban en el sis-tema latifundista, se frustró. El 19 dejulio de 1954 el Estado recuperó las fin-cas nacionales y el 26 de ese mes anuló

23 OIT (1980).24 El Censo Agropecuario de 1950 fue el primero realizado con las nuevas técnicas de registro aplicadas ese mismo año en toda

América Latina. Fue la primera experiencia censal realizada por la Unión Panamericana, de la cual saldría posteriormente la OEA.25 ASIES (1996)

LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

los efectos del Decreto 900, con lo quese inició un proceso de revocación de lapropiedad entregada.

El acceso de la mujer a la tierra nuncafue considerado. En el marco de la Re-volución de Octubre, la titularidad de lamujer aparece en forma ambigua, encaso del fallecimiento del beneficiario.Esta norma se mantuvo vigente en lassucesivas leyes relacionadas con la tie-rra. Se trata de una práctica discri-minatoria hacia las mujeres. Según da-tos del INTA, de las 116.209 adjudica-ciones efectuadas entre 1954 y 1996, sóloel 8% tuvo a mujeres como destinata-rias.26

El régimen tradicional de propiedadse ha mantenido con escasos cambios.Después de 1954 ningún gobierno hadejado de preocuparse por el problemaagrario, pero, al mismo tiempo, sólo hantomaron medidas de poca trascendencia.El 25 de febrero de 1956 se promulgó elEstatuto Agrario que estableció un siste-ma de zonas de desarrollo y el pago deun gravamen, calculado con base en lacalidad de la tierra, que castigaba más alas tierras ociosas. Algunas de estasmedidas estimularon la expansión de lafrontera agrícola, lo que hizo surgir nu-merosas tenencias precarias en zonas deterrenos de mala calidad. Entre 1955 y1961 se distribuyeron 21.729 títulos depropiedad, con una superficie de 210.941manzanas. En el mismo período se en-tregaron 3.831 títulos de propiedad en 18zonas de desarrollo agrario.27

En 1961, durante el gobierno deYdígoras Fuentes, se emitió el Dto. 1551,Ley de Transformación Agraria, que ca-lificó al latifundio como un obstáculopara la prosperidad del país y creó el Ins-

tituto Nacional de Transformación Agra-ria, que orientó la solución del problemapor la vía de la colonización campesinay la distribución de las llamadas FincasNacionales a grandes propietarios.28 Enesta época cobró fuerza la moderniza-ción de la agricultura de exportación, conla aparición de la plantación algodonera,azucarera y ganadera. Las formas depropiedad se alteraron con la dinámicade estos nuevo productos de exportación,que se implantaron especialmente en laboca costa del Pacífico.

Esta modernización de la agriculturaconllevó efectos contradictorios, puesaumentó el empleo agrícola en las épo-cas de cosecha y afectó a los campesi-nos minifundistas de esa región, a los queexpropió. Se produjo un reacomodo a lolargo de los años sesentas y setentas, conconsecuencias importantes en las estruc-turas de exclusión: disminuyó notable-mente el número de mozos colonos, au-mentó el de cuadrilleros o trabajadoresagrícolas, favoreció la subdivisión de laparcela campesina, empujó la fronteraagrícola hacia las zonas boscosas delnoroccidente del país y las migracionescampesinas hacia esa región y Petén, ypropició el surgimiento de nuevos sitiosde campesinos precaristas, en tanto quefortalecía la gran propiedad productiva.29

A raíz de la consolidación de las nue-vas plantaciones en la costa sur, el mo-vimiento de ocupación de tierras se tras-ladó al norte medio, una zona húmedaocupada por campesinos precaristas.Hacia mediados de los setentas el Esta-do empezó a construir carreteras de pe-netración en zonas vírgenes y proyectórealizar una que conectara la región deIzabal, en el este, con las ricas tierras del

26 Deere y de León(1999).27 Moreira et al (1961).28 Moreira et al (1961).29 Williams (1986).

32 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Ixcán, en el oeste. Se construyó así lallamada Franja Transversal del Norte,que fue rápidamente distribuida entremilitares y políticos. Bajo el gobiernodel General Lucas se crearon en esa re-gión grandes propiedades y buen nú-mero de campesinos precaristas fuerondesalojados por la fuerza. Años antes,desde finales de los sesentas, se creó laoficina de Fomento y Desarrollo delPetén (FYDEP), que distribuyó grandesextensiones de tierra entre políticos, mi-litares y empresarios y ratificó de estamanera las políticas de exclusión cam-pesina iniciadas por el régimen liberalde Barrios un siglo atrás.

De hecho, la estructura de propiedadde la tierra, eje de la mayor de las exclu-siones que el país padece, no ha cam-biado sustancialmente en esta segundamitad del siglo XX. Los censosagropecuarios30 de 1964 y el de 1979 pre-sentan pocas diferencias. Según el pri-mero, el latifundio, que representa el2.1% del total de fincas (igual que en1950) poseía el 62.5% de la tierra, esdecir un 10% menos que en la época deArbenz. En el censo de 1979 la concen-tración había subido a 64.5%.31

3. El eje de la exclusióneducativa

Como en otros aspectos de la vidasocial del país, en el tema de la educa-ción se comprueba la fuerza de la tradi-ción de los métodos y las políticas deexclusión que se vienen practicando des-de hace mucho tiempo. La base de estaspolíticas se apoyan en la condición depobreza de la gente, que refuerza, y seconfirma con la condición étnica. Las

políticas educativas de los regímenes li-berales se inspiraron siempre en la ideade constituir una nación homogénea so-bre la base de la asimilación de los indí-genas en la cultura nacional, es decir, dela cultura occidental. Las políticas y losdebates que hubo hasta mediados del si-glo pasado, desde la época de Estrada Ca-brera a la de Ubico, se fundamentabanen la idea de que la existencia de len-guas aborígenes y otros factores cultura-les de estos grupos no solamente eranun factor de atraso sino que constituíanun obstáculo al proyecto de fundar unanación homogénea.

El Estado liberal, sin embargo, nopudo ser congruente con esa estrategiaindigenista. Por un lado, se descuidósiempre la política de alfabetización dela población rural, especialmente de losindígenas. Por el otro, los pocos intentoseducativos llevados a cabo allí partían deque se necesitaba un tratamiento dife-renciado, de acuerdo con su condiciónde trabajadores agrícolas. Hubo, de he-cho, una segregación educativa de baseétnica. La Ley Orgánica de EducaciónPública, del 10 de mayo de 1937, plan-teó nuevamente una educación diferen-ciada que buscaba extinguir las lenguasaborígenes y, al mismo tiempo, reprodu-cir indefinidamente, como un destinofatal, la dedicación de los indígenas a lastareas manuales. Esta ley obligaba a losfinqueros a abrir escuelas rurales en lasaldeas que estaban en sus fincas, allí don-de hubiera más de 10 niños. El Art. 16establecía que estas escuelas tenían comofinalidad difundir el castellano como elidioma nacional. La decisión de Ubicose apoyaba en la de Barrios, sesenta añosatrás, pues el Reglamento de Jornaleros

30 Estas cifras deben tomarse con cuidado, pues los censos no son comparables: El cálculo de la parcela o la gran propiedad se hacecon cifras diferentes.

31 Brockett (1988).

LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

(1877) determinó que los finqueros sehicieran cargo de la educación rural. 32

Esta tarea de alcance nacional no se ha-bía cumplido cuando llegó la Revolucióndel 44, cuya Constitución, en su artículo82, extendió a las fábricas urbanas laobligación de los propietarios de cons-truir escuelas. Este compromiso apare-ce todavía en el Artículo 77 de la Consti-tución de 1985, sin que se haya cumpli-do alguna vez.

El advenimiento de la democracia en1944 facilitó ciertos cambios importan-tes. La Junta Revolucionaria de Gobier-no, en sus Decretos 20 y 72, creó el Co-mité Nacional de Alfabetización y la Leyde Alfabetización Nacional, respectiva-mente, lo que también se recogió en laConstitución33 . Algunos datos comple-tan la información anterior: “En la dé-cada del 44-54 hubo incrementos positi-vos en los indicadores educativos. En1944 la cobertura educativa era de 3.077escuelas en todos los niveles; en 1954había aumentado a 3.829. El número dealumnos pasó de 152.970 a 252.576. Elincremento fue significativo en el sectorrural, donde el número de escuelas fuede un 92%, pasando el número de niñosen la educación primaria de 35.779 a66.993 niños. En el nivel primario se pasóde 76.395 niños a 122.395, aunque para1953 se quedaban sin escuela primaria343.564 niños. Hacia 1953 solo se gra-duaron 27 maestros en educación ruralfrente a un total de 440 maestros en edu-cación primaria urbana.”34

La preocupación por la educaciónpopular en este período fue importante.Sin embargo, dada la pesada herencia delatraso cultural, sus efectos no fueron losesperados. Con la creación del Instituto

Indigenista Nacional, en 1945, el Estadobuscó aplicar políticas inspiradas en laexperiencia mexicana y orientadas por laidea de incorporar al indígena a la cultu-ra nacional, reconocerle ciertos derechospolíticos y tratar también de terminar conlas exclusiones en otros ámbitos. De allíque se reconociera el derecho a la alfa-betización bilingüe y se elaboraran alfa-betos para la oficialización de 12 idio-mas. El IIN buscaba “idear los medios ylas formas de fomentar la actual políticasocial nacional entre los grupos indíge-nas, pero al mismo tiempo, tratar de evi-tar las características traumáticas de lastransformaciones sociales rápidas.”35

Los resultados en materia educativa nofueron los esperados, pero las políticasde desarrollo impulsadas en esa época ylos efectos del ambiente democráticopenetraron en el seno de las comunida-des indígenas y produjeron algunos cam-bios en ellas. Por ejemplo, con la auto-nomía municipal que estableció la Cons-titución, se eligieron en esta época losprimeros alcaldes indígenas.

En el período posterior a 1954 diver-sas políticas educativas han sido inten-tadas. No obstante, el país se encuentratodavía en un estado de atraso educativoy cultural que afecta al conjunto de lanación, pero especialmente al mundorural y en este a los indígenas. En 1956se promulgó una nueva legislación, laLey Orgánica de Educación Nacional, yel Plan Socio-Educativo Rural, como es-trategia para promover la cobertura edu-cativa en zonas del interior del país. Esteera un proyecto para diversificar la edu-cación primaria rural con cursos básicosen agricultura, técnicas pecuarias y sa-lud preventiva. Se concentró especial-

32 Skinner-Kleé (1954).33 Sección IV, Arto. 82, de la Constitución de la República de Guatemala, 11 marzo 1945.34 González (1980).35 Goubaud Carrera, Antonio, fue el primero director del IIN, de 1945 a 1951.

34 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

mente en 574 comunidades indígenas delaltiplano. En 1965 también se promulgóotra Ley Orgánica de Educación, que erauna reiteración de la anterior.

Todo este conjunto de esfuerzos tu-vieron poca incidencia en disminuir elprimero de los mecanismos de la exclu-sión: el analfabetismo. Entre 1950 y1964, cuando se practicó un censo depoblación, el índice de alfabetismo totalcreció de 29% al 37%, en tanto que enlas áreas urbanas aumentó del 48% al60%, lo que refleja el atraso rural, acen-tuado por el hecho que el progreso entreindígenas fue solo del 9.2% al 13.3%.36

Finalmente, en el Censo de 1981 se ob-serva que los índices educativos se mo-vieron en general alrededor a un 43.0%o sea un 6% de aumento. El índice dealfabetismo indígena fue del 32%, esdecir, 11 puntos porcentuales menos queel promedio nacional.

A partir de 1985, en un nuevo ambien-te político, se vienen realizando esfuer-zos por debilitar las exclusiones educa-tivas que afectan a las mujeres, a los in-dígenas y a los habitantes del medio ru-ral. Los avances son pocos y se presen-taron extensamente en los dos anterioresInformes sobre Desarrollo Humano. ElDto. 12-91, Ley de Educación Nacional,promulgada durante el gobierno Serra-no, aún vigente, pone énfasis en la des-centralización y en la participación de lascomunidades indígenas. Es la primeravez que se postula que el sistema educa-tivo debe enmarcarse en un contextomultilingüe, multiétnico y pluricultural.En los últimos años, sobre todo despuésde la firma de los Acuerdos de Paz, unnuevo clima de trabajo estimula las es-trategias educativas, especialmente las

dirigidas al sector rural. El Acuerdo deIdentidad y Derechos de los Pueblos In-dígenas plantea, entre otros aspectos, laejecución de una reforma educativa in-tegral. Es importante, al respecto, la con-versión desde 1996 de la Dirección Ge-neral de Educación Bilingüe In-tercultural, el impulso a nuevasmetodologías, el incremento a los pro-gramas de maestros bilingües y la elabo-ración de libros de texto y materialesdidácticos.37 La Comisión Paritaria deEducación concluyó su labor en julio de1998, al presentar públicamente el dise-ño de reforma educativa. Ellas incluyenla necesidad de formular un proyecto in-tegral para el país, atender la diversidadcultural, estimular la participación de lapoblación y garantizar el derecho de to-dos a una educación de calidad, con aten-ción a los aspectos cultural ylingüísticos.38

4. El eje de las exclusionespolíticas

Las exclusiones políticas han forma-do parte sustancial y permanente de latradición dictatorial que ha experimen-tado el país en la mayor parte del sigloXX. Unas han sido de naturaleza ideo-lógico-política, expresadas en una defi-nición genérica del anticomunismo, yotras se han apoyado en razones étnico-culturales. El prejuicio racial y la dis-criminación han servido como un vehí-culo para el mantenimiento de sistemassociales y políticos excluyentes. Es im-portante recordar que la Constitución li-beral de 1879 rigió hasta 1945 y, en con-secuencia, que se mantuvo hasta allí ladefinición restrictiva de ciudadanía, re-

36 Dirección General de Estadística (1964).37 Según datos del Ministerio de Educación, en 1998 la DIGEBI atendió una población de 350.000 niños,

en 13 idiomas de 17 departamentos del país.38 Comisión Paritaria de Reforma Educativa (1998).

LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

servada ésta a los varones alfabetos o aanalfabetos propietarios de un bien raízvalorado en más de 1000 pesos, a artesa-nos con un taller abierto en una cabeceradepartamental y a los funcionarios mu-nicipales.

La Constitución de 1945 ratificó elvoto como una obligación ciudadana yextendió el derecho a elegir a las muje-res y los analfabetos, pero con carácteroptativo y público. Esta lucha la habíanemprendido las mujeres desde inicios delsiglo XX. Reivindicado el derecho a par-ticipar públicamente y también, el dere-cho al sufragio, las mujeres intelectua-les fundaron organizaciones como laSociedad Gabriela Mistral y la Liga In-ternacional de Mujeres Ibéricas e Hispa-noamericanas.39 En los años cuarenta seformó un “comité pro-ciudadanía de lasmujeres”, y si bien este movimiento nofue masivo, sentó las bases para que sefuera ampliando lentamente desde 1945.Durante la década comprendida entre1944-1954, las mujeres se integraron,aunque en forma minoritaria, a partidospolíticos, sindicatos y a organizacionesde jóvenes. En 1951, fundaron la Alian-za Femenina Guatemalteca y la primeramujer diputada fue electa en 1955.40 LaConstitución de 1965 creó el voto secre-to de los analfabetos, pero mantuvo elque fuera optativo, lo cual finalmentedesapareció con la Constitución de 1985.

En el ámbito local del poder las ex-clusiones del orden liberal se acentuaronen el siglo XX. La Alcaldía Mixta, al fun-cionar en un ambiente racista, fortale-ció el poder no indígena en regiones in-dígenas, situación que en 1927 terminópor legalizarse41 al decidir el gobiernoque el alcalde primero y el síndico pri-

mero fueran siempre ciudadanos no in-dígenas. El gobierno de Ubico, conven-cido de que el orden se mantiene mejorsi se concentra el poder del Estado, sus-tituyó a ambas figuras por la de ‘inten-dente’, nombrado por el Jefe Político(gobernador departamental)42 , el que, asu vez, era nombrado por el Presidente.Era una estructura piramidal de un po-der fuerte, reforzada por la influencia delterrateniente y sus subalternos. Las fun-ciones del alcalde y el síndico y luegodel intendente se orientaron, en primerlugar, a resolver el problema de la manode obra campesina para la explotacióncafetalera, con lo cual servían como me-diadores entre el finquero y el Estado, yluego, a impartir justicia en casos seve-ros de violaciones a la ley. Las autorida-des indígenas se ocupaban del rito reli-gioso y de aplicar las normas consuetu-dinarias en delitos menores.

La revolución de 1944 alteró ese vie-jo orden, al establecer la autonomía mu-nicipal y la elección popular de las auto-ridades. Esta decisión debilitó el poderlocal del finquero y el conjunto de lasestructuras excluyentes al favorecer, porvez primera, la participación indígena enla política nacional, a través de los parti-dos políticos. Esta estructura se ha man-tenido desde entonces, aunque alterada,de hecho, por los cambios habidos des-pués de 1954 y, sobre todo, con ocasióndel conflicto armado. Las acciones mi-litares y políticas llevadas a cabo, a par-tir de 1964, para luchar contra la insur-gencia, las cuales se redoblaron en ladécada de los setentas y comienzos delos ochentas, no limitaron la autonomíamunicipal pero sí la libre participaciónpolítica. De hecho, la represión del ejér-

39 Casaus Arzú (2000).40 Monzón (1998).41 Acuerdo Gubernativo, 31 de mayo de 1927, Recopilación de las Leyes de Guatemala, Tomo XLV, p. 279.42 Decreto No. 1702, 9 de agosto de 1935, Ley de Municipalidades de la República, Recopilación de las Leyes de Guatemala, Tomo

LIX, p. 401 y sigs.

36 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

cito castigó gravemente todas las formasde participación y organización existen-tes (cooperativas, sindicatos, filiales departidos o de organizaciones campesi-nas). En su momento culminante, a co-mienzos de los ochentas, el resultado deestas políticas fue la destrucción de 440aldeas indígenas y el asesinato de alre-dedor de 50.000 campesinos. Se inten-taron varias formas de control, como las“aldeas modelo” y los “polos de desa-rrollo”, de poca duración. Además, seinvolucró a la población rural, especial-mente indígena, en las patrullas deautodefensa civil, una forma paramilitarde organización para el orden local.43

En la década de los ochentas aparecióun movimiento social indígena que pro-movía reivindicaciones culturales ennombre de su identidad maya. Por suparte, la Constitución de 1985 contieneun capítulo dedicado a las comunidadesindígenas, en el que se recogen variasdisposiciones dirigidas a proteger lacultura, los idiomas y las costumbres deesa comunidad. La transición democrá-tica se ha dado con una creciente movi-lización de grupos rurales, mayorita-riamente indígenas. El establecimientode las reglas democráticas vino a asegu-rar a todos, formalmente, la libertad departicipación y de organización y de losotros derechos sociales y civiles. Duran-te los últimos 30 años, las mujeres tam-bién han venido ampliando su presenciapública. La incorporación de las muje-res indígenas en la guerra, la participa-ción de las mujeres en la Asamblea de laSociedad Civil durante el proceso de ne-gociación de la paz y su actual incorpo-ración a las acciones de defensa de los

derechos humanos constituyen clarosejemplos.

Finalmente, están las llamadas exclu-siones ideológico-políticas. Durante casitoda la segunda mitad del siglo XX tu-vieron lugar varias formas de exclusio-nes que se justificaron de múltiples ma-neras como una lucha contra el comu-nismo. El anticomunismo fue un instru-mento de exclusiones que afectaron aamplios sectores de la población. Elambiente de la Guerra Fría explica suextensión y permanencia. Un ejemplode ello es lo ocurrido después de la caídade Arbenz. En julio de 1954 se creó elComité Nacional de Defensa contra elComunismo, dotado de facultades paraperseguir, arrestar y ordenar el castigode cualquier persona considerada comu-nista. Reglamentos posteriores facultaronal Comité para establecer “un registroorganizado técnicamente de todas laspersonas que de cualquier forma hayanparticipado en actividades comunis-tas”.44 Las Constituciones de 1956 y de1965 prohibieron expresamente el fun-cionamiento de organizaciones deorientación comunista.

La discriminación por razones ideo-lógicas es una herencia que viene del si-glo XIX, resultado de las enconadas lu-chas entre liberales y conservadores. Lasexclusiones violentas de la época de Ca-rrera fueron aún más agudas en el largoperíodo liberal, que se manifestaronsiempre por la restricción de partidospolíticos de oposición y por la persecu-ción y castigo de quienes sostenían ideasy conductas disidentes. Las dictadurasmilitares excluyeron siempre a sus opo-sitores. El anticomunismo de la épocade Ubico creció en fuerza frente a las

43 Falla (1992), ODHA (1998) y CEH (1999).44 Decreto 59, 26 de agosto de 1954.

LA HERENCIA HISTÓRICA DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

políticas iniciadas por la revolución del44, y se acrecentó con la política agrariade Arbenz. Los regímenes militares pos-teriores a 1954 mantuvieron, utilizandorecursos violentos, esa estructura de per-secución y marginación política.

La represión por razones políticastuvo varias etapas y expresiones. La pri-mera a finales de los años sesenta, en elnororiente del país; luego, en los prime-ros años de la década de los ochentas, enque hubo de hecho una política de ‘so-ciedad arrasada’ en las zonas indígenas.

En el medio urbano las exclusiones vio-lentas y el terrorismo de Estado se prac-ticaron permanentemente con la elimi-nación de una generación de dirigentessindicales, campesinos, cooperativistas,comunales y de intelectuales, políticos,religiosos, estudiantes y periodistas. Unporcentaje grande de este victimariomasivo fue de mujeres, especialmente enel medio rural. Los documentos que re-gistran estos hechos, señalan más de200.000 muertos.45

45 ODHA (1998), CEH (1999).

DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS

EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

41DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS

EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

CAPÍTULO III

Una de las manifestaciones básicas dela exclusión se da en el ámbito económi-co, la cual, a su vez, condiciona de ma-nera determinante otras manifestaciones.Generalmente, se trata de factores eco-nómicos de carácter estructural que, allimitar la participación de hogares y em-presas en los mercados, frenan el accesode la mayoría a los recursos y al ingreso.A continuación se evalúan diversas for-mas de exclusión económica, se hace unaevaluación preliminar de la pobreza enGuatemala y se analiza la situación delempleo, la tierra, el agua y la vivienda.Con ese fin, se aprovecha la informa-ción generada por la Encuesta de Ingre-sos y Gastos Familiares (ENIGFAM),llevada a cabo entre 1998 y 1999, la cualpone de manifiesto cómo la exclusióneconómica está vinculada a las varia-bles de ingreso, área (urbano y rural),etnia y género. En particular, muestraque la disparidad entre el área urbana yla rural puede ser la fuente más impor-tante de las diferencias económicas, aun-que generalmente va combinada conotras como las existentes entre hombresy mujeres, indígenas y no indígenas ygrupos de mayores y de menores ingre-sos. También ayuda a constatar que, enalgunos casos, cualquiera de estas otrasdesigualdades puede pasar a ser la másrelevante.

A. LA EVOLUCIÓN DE LA POBREZA

EN GUATEMALA DURANTE LA

ÚLTIMA DÉCADA

Tradicionalmente, los datos disponi-bles presentan a Guatemala como unpaís con un alto grado de pobreza y dedesigualdad en la distribución de ingre-sos. Sin embargo, antes de la EncuestaNacional de Ingresos y Gastos Familia-res (ENIGFAM) de 1998-99, las únicasestimaciones disponibles eran bastanteantiguas. De hecho, todos los diagnós-ticos se basaban en las informacionesde la Encuesta Nacional Socio-demo-gráfica de 1989. Con la ENIGFAM de1998-99 ha sido posible, por primeravez, seguir la evolución, en contrastecon esas estimaciones de 1989, de ladistribución del ingreso y del grado depobreza y desigualdad durante la déca-da de los años noventa (recuadro 3.1).

1. Evolución del grado depobreza

A pesar de haber exhibido una mejo-ra durante la década, tanto la extremapobreza como la pobreza continúansiendo elevadas en Guatemala. De he-cho, los datos de los Cuadros 3.1 y 3.2revelan que más de 1/4 (27%) de la po-blación forma parte de familias con un

42 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Recuadro 3.1

Metodología para la Medición de la Pobreza

Existen diferentes métodos para medir la pobreza. Los métodos difieren debido a la importancia que elanalista le de a los juicios del propio individuo sobre su bienestar (ingreso ó consumo) y a la determinación decuándo la persona es pobre (línea de pobreza). En cualquier análisis sobre pobreza, este problema de identifi-cación siempre estará presente.

Existe la tendencia de considerar al consumo como la medida apropiada de bienestar. Los argumentos afavor de la utilización del consumo son que el bienestar se define de mejor manera como el provecho que unindividuo logra por consumir bienes y servicios, y que las familias y los individuos tienen la tendencia aregular el consumo a través del tiempo mediante el ahorro y el desembolso de lo ahorrado.

También existen argumentos a favor de la utilización de los ingresos como indicador de pobreza, dado queéstos son un mejor indicador de las oportunidades existentes para un hogar o individuo. Otro criterio es queposiblemente no todos los gastos correspondan al consumo en un mismo período (bienes duraderos), con locual el consumo presenta una imagen menos estable que los ingresos, o que los gastos puedan estar rezagadosrespecto a los cambios en los ingresos debido a los hábitos, con lo cual el consumo puede reflejar una distribu-ción de recursos del pasado. Otra razón para utilizar los ingresos más que el consumo es que la información esmás fácil de obtener, aunque exista evidencia de una confiabilidad menor en relación con la información sobregasto.

En cuanto a la línea de la pobreza, el enfoque más común es formular la definición conforme a las necesi-dades nutricionales. En primer lugar se estima el costo monetario de una canasta básica de alimentos querefleje las necesidades nutricionales mínimas diarias de un individuo. Posteriormente se multiplica ese costopor la inversa de la proporción del consumo alimentario respecto del consumo total o los ingresos a fin deobtener los ingresos mínimos o nivel de pobreza. Esta metodología requiere una información oportuna y confiablepara lograr el nivel de la línea de pobreza y difícilmente es comparable internacionalmente.

Otra opción es que en vez de estimar las líneas de pobreza basados en cálculos nacionales del costo de lacanasta básica de consumo, se establecen una línea de pobreza arbitraria de US$60 dólares mensuales porpersona (US$2 dólares diarios por persona). El objetivo fundamental de esas estimaciones es obtener líneas depobreza internacionalmente comparables. Sin embargo, las líneas de pobreza nacionales y el nivel de umbralinternacional tienen cierta relación, ya que la línea de pobreza de US$60 dólares mensuales por persona esaproximadamente la media de las líneas de pobreza nacionales. También así se puede establecer la línea depobreza extrema, situación en la que estarán aquellos con niveles de ingresos inferiores US$30 dólares men-suales por persona.

Como se puede notar, las diferencias entre las unidades de medición de la pobreza pueden ser causa dediscrepancia entre las estimaciones de pobreza que se realicen.

43DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

ingreso per cápita inferior a US$1 pordía, es decir, que 2.8 millones de perso-nas son extremadamente pobres, mien-tras que más de la mitad (57%) cuentacon un ingreso per cápita inferior a US$2por día. Es decir 6 millones de habitan-tes son pobres.

Persisten además fuertes diferenciasen la distribución de la pobreza: El por-centaje de pobres en el área rural (75.6%)casi triplica el del área urbana (28.8%);74.2% de la población indígena es po-bre en comparación con un 40.9% de lano indígena. Los contrastes regionalesson también muy fuertes: sólo un 19.3%de la población de la región Metropoli-tana clasifica como pobre en contrastecon el 82.4% de la que habita en la re-gión Norte (Verapaces).

En lo que concierne a la extrema po-breza, 39.9% de la población rural seencuentra en esta situación en compara-ción con 7.0% del área urbana; la po-blación indígena presenta más del doblede extrema pobreza (39.1%) que la noindígena (15.4%). En términos de regio-nes, nuevamente la población de la re-gión Metropolitana está menos afectada(5.1%) que la de la región Norte (52.4%).

No hay duda que a lo largo de la dé-cada de los años noventas hubo un me-joramiento, en términos relativos, ya quela proporción de personas extremada-mente pobres, como también de las po-bres, declinó en seis puntos porcentua-les. El grado de extrema pobreza cayóde 33% a 27%, mientras que el de po-breza, de 63% a 57%. Dado que el por-

Cuadro 3.1Indicadores de la pobreza

1989 y 1998

Indicadores 1989 1998Población total (en millones) 8.7 10.6Porcentual de pobres (P0) 63.1 56.7Número de personas debajo de la línea de pobreza(en millones) 5.5 6.0Distancia media a la línea de pobreza(en porcentaje de la línea de pobreza) 50.4 45.5Recursos necesarios para eliminar la pobreza comoporcentaje del ingreso de las familias 21.8 15.7Recursos necesarios para eliminar la pobreza como porcentajedel ingreso de las familias no pobres 27.7 19.3Ingreso promedio de los pobres(en quetzales por personas, por mes) 193.0 212.2Distancia del ingreso medio de los pobres hasta la línea depobreza (en quetzales por persona, por mes) 196.4 177.2Volumen total de recursos necesarios para extinguir la pobrezaen cada año (mil millones de quetzales) 12.9 12.7

Notas: Se utilizó el ingreso del trabajo sumado a otros ingresos.

La línea de pobreza utilizada fue la de 1999 (Q 389.3 por persona, por mes).

Fuente: Cálculos propios con datos de la Encuesta Nacional Sociodemográfica (1989) y la ENIGFAM 1998/99.

44 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

centaje de extrema pobreza es menor queel de la pobreza, la variación de seis pun-tos en los dos casos indica que la dismi-nución de aquella fue relativamente ma-yor a ésta.

Sin embargo, en términos absolutos,a causa del crecimiento poblacional, elnúmero de pobres se elevó en 500 mil(pasó de 5.5 a 6.0 millones de personas),a pesar de que la cantidad de extremada-mente pobres haya permanecido estableen 2.8 millones. Este dato confirma quela reducción del nivel de pobreza extre-

ma fue más acentuada que el observadoen el de pobreza.

A pesar de que el número de pobresaumentó, la distancia a la línea de po-breza1 se redujo en 10%, lo que llevó aque el volumen mínimo de recursos ne-cesarios para erradicar totalmente dichapobreza, esto es, el requerido para des-plazar a cada pobre hasta la línea de po-breza, declinó en 1.2% (140 millones dequetzales por año). Pasó de Q 12.9 milmillones por año a Q 12.7 mil millones,aproximadamente. Dado el mejor desem-

1 La Línea de Pobreza es un concepto que establece un cierto límite de ingreso, debajo de cual una persona se define como pobre. ElBanco Mundial estableció una Línea de Pobreza de $2 diarios lo que se traduce en términos de Quetzales a Q 389.3 por persona,por mes en 1999.La Línea de Extrema Pobreza es igual a la línea de Pobreza, solo que el límite de la Línea de Extrema Pobreza es de $1 diario, loque se traduce en términos de Quetzales a Q 194.70 por persona, por mes en 1998.

Cuadro 3.2Indicadores de la pobreza extrema

1989 y 1998

Indicadores 1989 1998Población total (en millones) 8.7 10.6Porcentual de extremadamente pobres (P0) 32.7 26.7Número de personas debajo de la línea de pobreza extrema(en millones) 2.8 2.8Distancia media a la línea de pobreza extrema(en porcentaje de la línea de pobreza extrema) 43.5 33.2Recursos necesarios para eliminar la pobreza extrema comoporcentaje del ingreso de las familias 4.9 2.7Recursos necesarios para eliminar la pobreza extrema comoporcentaje del ingreso de las familias no extremadamente pobres 5.2 2.9Ingreso promedio de los extremadamente pobres(en quetzales por personas, por mes) 110.0 130.0Distancia del ingreso medio de los extremadamente pobreshasta la línea de pobreza extrema(en quetzales por persona, por mes) 84.6 64.6Volumen total de recursos necesarios para extinguir la pobrezaextrema en cada año (mil millones de quetzales) 2.9 2.2

Notas: Se utilizó el ingreso del trabajo sumado a otros ingresos.

La línea de pobreza extrema utilizada fue la de 1999 (Q 194.7 por persona, por mes).

Fuente: Cálculos propios con datos de la Encuesta Nacional Sociodemográfica (1989) y la ENIGFAM 1998/99.

45DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

peño del grado de pobreza extrema, losrecursos necesarios para erradicar éstadeclinaron en 24% (680 millones dequetzales), es decir, de Q 2.9 mil millo-nes por año a Q 2.2 mil millones, aproxi-madamente.

En síntesis, no obstante la ostensiblereducción de la pobreza en la década delos años noventas, una parte considera-ble de la población aún permanece vi-viendo con niveles de ingreso per cápitainferior a la línea de pobreza, lo que sig-nifica que los recursos necesarios parala erradicación de ésta representan unaelevada proporción de los recursos na-cionales.

Hay dos razones inmediatas que ex-plican el elevado nivel de pobreza exis-

tente: la pobreza se debe al bajo ingresoper cápita y/o se debe al elevado gradode desigualdad. De forma similar, exis-ten dos causas inmediatas detrás de lareducción acentuada en la pobreza ocu-rrida a lo largo de la década: el crecimien-to en el ingreso per cápita y la disminu-ción en el grado de desigualdad.

2. La evolución del grado dedesigualdad

La gráfica 3.2 muestra datos del gra-do de desigualdad en varios países. Enella se utiliza el coeficiente de Gini2 . Deacuerdo a esta gráfica, Guatemala es unode los países con mayores niveles de des-igualdad en el mundo.

Gráfica 3.1Porcentaje de la población en condición de pobreza,

por área, grupo étnico, sexo y región1998/9

En Porcentajes

Nota: Pobreza extrema: línea de Q.194.67 al mes per cápita.

Pobreza general (no extrema): línea de Q.389.33 mes per cápita.

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

2 El coeficiente de Gini es una medida que muestra hasta que punto se aproxima una determinada distribución del ingreso a laigualdad o la desigualdad absoluta. A medida que el coeficiente se aproxima a cero (uno), la distribución del ingreso se acerca a laigualdad (desigualdad) absoluta.

46 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cálculos basados en la ENIGFAM de1998-99 indican niveles de desigualdadun poco inferiores (coeficiente de Ginide 0.55 e ingreso medio de los ricosaproximadamente 16 a 17 veces mayorque el de los pobres), pero que continúansituándose entre los más elevados. Dehecho, Guatemala y Brasil en AméricaLatina, junto con África del Sur, son lospaíses con más desigualdad del mundo.Sin embargo, a lo largo de la última dé-cada, gracias a un crecimiento más acen-tuado en el ingreso de los más pobres, elgrado de desigualdad ha experimentadouna reducción. El Cuadro 3.3 presentaestimaciones para 1989 y 1998.

Este cuadro revela reducciones acen-tuadas. El coeficiente de Gini pasó de0.58 a 0.55 durante el período, mientras

que la razón entre el ingreso de los ricosy el de los pobres que era de 20 a 23 en1989, pasó de 16 a 17 en 1998-99.

El Cuadro 3.4 muestra la proporcióndel ingreso captado por cada quintil3 dela distribución. Revela también que lafracción correspondiente a todos losquintiles de la distribución creció, a ex-cepción del último que experimentó unareducción.

Este resultado implica que, indepen-dientemente del tipo de medición que seutilice, el grado de desigualdad fue de-creciente durante el período analizado,es decir, que el resultado presentado enel Cuadro 3.3, en los tres indicadores, esválido para cualquier forma de valora-ción que se desee usar.

Gráfica 3.2Grado de desigualdad del ingreso (Coeficiente de Gini) en distintos paises

Nota: El coeficiente de Gini para Guatemala se refiere al año de 1998-99.

Fuente: IPEA (Instituto de Pesquisa Económica Aplicada).

3 El ingreso nacional se dividió en cinco (5) categorías o tramos, que en estadística se llaman ‘quintiles’. Es decir, Guatemala fuedividida estadísticamente en cinco grupos según el ingreso económico que reciben. Tal como lo indica el cuadro, el primer quintilcorresponde al tramo de menor ingreso, tramos que van aumentando sucesivamente hasta llegar al último quintil. El número 5 quecorresponde al tramo de mayor ingreso. Los porcentajes que se encuentran en el interior del cuadro significan el porcentaje delingreso total per cápita captado por cada quintil.

47DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

3. Pobreza, ingreso per cápita ydesigualdad de ingresos

Como fue mencionado en los párra-fos anteriores, la elevada pobreza enGuatemala resulta de la escasez (ingre-so per cápita bajo) y/o de una mala dis-tribución de recursos disponibles (altogrado de desigualdad). En esta secciónse busca evaluar la importancia relativade estos dos factores.

a. Pobreza y escasez derecursos

Con el objetivo de evaluar la impor-tancia de la escasez de recursos se reali-zaron dos tipos de simulaciones. En pri-mer lugar, se tomó una perspectiva com-parada y se estimó cuál sería el grado depobreza si el ingreso per cápita fueraigual al de cada uno de los demás paísesde América Central. La Gráfica 3.3 pre-

Cuadro 3.3

Grado de la desigualdad en la distribución de los ingresos1989 y 1998

Indicadores 1989 1998Coeficiente de Gini 0.58 0.55Razón entre el ingreso promedio de los10% más ricos y los 40% más pobres 21.1 18.2Razón entre el ingreso promedio de los20% más ricos y los 20% más pobres 23.6 17.3

Ingreso promedio (en quetzales) 568.9 640.4

Nota : Se utilizó el ingreso del trabajo sumado a otros ingresos.

Ingresos deflacionados para septiembre de 1998 (IPC).

Fuente: Cálculos propios con datos de la Encuesta Nacional Sociodemográfica (1989) y la ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 3.4Proporción del ingreso per cápita captado por quintil

1989 y 1998

1989 1998Quintiles Por quintil Acumulada Por quintil AcumuladaPrimero 2.7 2.7 3.5 3.5Segundo 6.4 9.1 6.7 10.2Tercero 10.3 19.4 10.7 20.9Quarto 17.4 36.8 17.7 38.6Quinto 63.2 100.0 61.4 100.0

Nota: Se utilizó el ingreso del trabajo sumado a otros ingresos.

Ingresos deflacionados para septiembre de 1998 (IPC).

Fuente: Cálculos propios con datos de la Encuesta Nacional Socio-Demográfica (1989) y la ENIGFAM 1998/99

48 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

senta el PIB per cápita de los países enla región; la Gráfica 3.4, la que sería ob-servada en Guatemala si el ingreso percápita fuera igual al de cada uno de lospaíses centroamericanos.

Estas gráficas revelan que Guatemalatiene un ingreso per cápita intermedio enla región: inferior al de Costa Rica y muysuperior al de Honduras, Nicaragua y ElSalvador. Así, la pobreza en Guatemaladisminuiría sólo sí Costa Rica fuera uti-lizada en la comparación. En este caso,el grado de pobreza en Guatemala dis-minuiría de 57% a 35%. En suma, la di-ferencia en los ingresos entre Costa Ricay Guatemala lleva a que la pobreza seade 22 puntos porcentuales, mayor de loque sería si los ingresos de este país fue-ra igual a la observado en Costa Rica.

En segundo lugar, se adopta una pers-pectiva absoluta para evaluar el impacto

de la escasez de recursos. En este caso,procuramos estimar cómo debería variarel grado de pobreza en el país si el ingre-so per cápita creciera y el de desigual-dad permaneciera inalterado. El resulta-do es presentado en la Gráfica 3.5. Enella se puede observar que para que losgrados de pobreza o de extrema pobrezase reduzcan en 10 puntos porcentualeses necesario que el ingreso per cápitacrezca, manteniendo constante el gradode desigualdad, cerca de 24%.

b. Pobreza y desigualdad

Para analizar la importancia de la des-igualdad en la explicación del elevadonivel de pobreza en Guatemala, se utili-zan cuatro perspectivas. En la primera,basados en informaciones sobre el gra-do de pobreza e ingreso en un grupo de

Gráfica 3.3PIB real per cápita de los países de América Central

Fuente: PNUD (1999).

49DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

países, se estima cuál sería la relaciónesperada entre el grado de pobreza y elPIB per cápita (Gráfica 3.6). Con estainformación en mano, se contrasta enGuatemala el grado de pobreza con elque debería esperarse dado su ingreso porhabitante.

El resultado mostrado en la Gráfica3.6 revela que el nivel de pobreza enGuatemala es muy superior al que sedebería esperar de un país con el mismovolumen de recursos, o de ingresos, exis-tentes. Esto implica que el elevadísimogrado de desigualdad constituye un fac-tor de enorme incidencia en ese elevadonivel de pobreza. De hecho, esta gráficaindica que si Guatemala tuviese un nivelde desigualdad típico de un país con su

nivel de ingreso per cápita, la proporciónde pobres sería inferior en un 38.5%.

Dado que la reducción de un puntoporcentual de la pobreza exige cerca de2.5% de crecimiento del ingreso percápita, se puede constatar que la desigual-dad provoca que, en la perspectiva de lospobres, el país aparente tener un nivel derecursos cuatro veces menor de los querealmente posee.

Una segunda forma de abordar el pro-blema se basa también en una perspecti-va comparada. En este caso, lo que seintenta calcular es el grado de pobreza yde extrema pobreza que se debería espe-rar en caso de que los recursos fuerandistribuidos de la misma forma en la quelo son en cada uno de los países de Amé-

Gráfica 3.4Grado de pobreza en Guatemala si su nivel de ingreso

fuese igual al de los países de América Central(Línea de pobreza Q 389.33)

Fuente: PNUD (2000) - IPEA

50 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

rica Central. En otras palabras, preten-demos simular cuál sería el grado de po-breza en el país si el volumen de recur-sos se mantuviera constante pero con ungrado de desigualdad similar a cada unode esos países.

Los resultados obtenidos son presen-tados en la Gráfica 3.7. Esta gráficamuestra que como el grado de desigual-dad en Guatemala es superior al de losdemás países centroamericanos, la pobre-za siempre aparece reduciéndose , cuan-do la distribución se lleva a cabo comoen los otros países.

La mayor reducción en la pobrezaocurre cuando se simula el patrón de dis-tribución de Costa Rica. En este caso, lapobreza se reduce en 13 puntos porcen-tuales, aproximadamente. Reduccionesmenores, aunque de cualquier forma

destacables, se presentan cuando se uti-lizan los patrones de El Salvador (reduc-ciones de nueves puntos porcentuales) yde Honduras (disminución de cinco pun-tos porcentuales).

De nuevo podemos decir que comouna reducción de un punto porcentualequivale a un crecimiento de 2.5% en elingreso per cápita, en la perspectiva delos pobres la mayor desigualdad en Gua-temala - cuando es comparada con Cos-ta Rica - hace que los guatemaltecos po-bres perciban un país con 33% de recur-sos menos de los que realmente posee.

En tercer lugar, como una variante deeste enfoque, se calcula cuál sería el gra-do de pobreza en Guatemala en caso ende que el volumen de recursos continua-ra siendo el mismo, pero con una frac-ción de estos distribuida como en Costa

Gráfica 3.5Impacto de aumentos en el ingreso per cápita sobre la pobreza

y la pobreza extrema(Línea de pobreza Q 389.33, línea de pobreza extrema Q 194.67)

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

51DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

Rica. Si el 100% de los recursos fuerandistribuidos como en Costa Rica se ob-tendría el resultado descrito arriba, estoes, una reducción de 13 puntos porcen-tuales en la pobreza.

Finalmente, suponemos una perspec-tiva absoluta, y estimamos cómo cam-biaría el grado de pobreza en el país si se

redujera progresivamente el grado dedesigualdad. Esta simulación es equiva-lente a suponer que una proporción cre-ciente de los recursos del país es distri-buida de una forma equitativa entre to-dos los miembros de la sociedad. Losresultados obtenidos se ilustran en laGráfica 3.8. Esta gráfica revela que para

Gráfica 3.6Relación entre el grado de pobreza (medido por el porcentaje de pobres)

y el ingreso per cápita

Nota: Estas son las siglas de los países y el año de los datos: ARL: Argelia (88), BOL: Bolivia (90/91), BOT: Botswuana (85/86), Brasil (89), BUL:

Bulgaria (92), CHI: Chile (92), COL: Colombia (91), COM: Costa de Marfil (88), COS: Costa Rica (89), DOM: República Dominicana (89), EGI:

Egipto (90/91), ETI: Etiopía (81/82), FIL: Finlandia (81/82), GUA: Guatemala (89), GUB: Guinea-Bissau (91), GUI: Guinea (91), HON:

Honduras (92), IND: India (92), KEN: Kenia (92), LES: Lesoto (86/87), MAL: Malasia (89), MAR: Marruecos (90/91), MAU: Mauritania (88),

MEX: México (92), PAN: Panamá (89), PAQ: Paquistán (91), RUA: Ruanda (83/85), SRI: Sri Lanka (90), TAI: Tailandia (92), TUN: Túnez (90),

UGA: Uganda (89/90), VEN: Venezuela (91), ZIM: Zimbabwe (90/91).

Fuente: Penn World Tables Mark 5.5 para el ingreso per cápita y World Development Indicators 1997 (Banco Mundial) para la proporción de pobres.

52 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

reducir la pobreza en cinco puntos por-centuales es necesario disminuir el gra-do de desigualdad en 15%, en caso deque no exista crecimiento. Es decir, queuna reducción en el grado de desigual-dad de 15% equivale, en términos de re-ducción de la pobreza, a 12% de creci-miento.

B. EMPLEO Y EXCLUSIÓN

1. Características generales delempleo en Guatemala

Existen diversas características delmercado laboral guatemalteco que me-recen destacarse. Como puede verse en

la gráfica 3.9, en Guatemala predominael empleo generado por el sector infor-mal, que cubre casi el 40% de la Pobla-ción Económicamente Activa (PEA). Lesigue en importancia el sector de subsis-tencia agrícola (27%), poniendo de ma-nifiesto el predominio de empleo de bajaproductividad. Actividades más moder-nas, como el sector formal (excluido elsector agrícola moderno) cubre sólo el15% de la PEA, y el sector agrícola mo-derno únicamente el 12%.

En el Cuadro 3.5 se identifican lasproporciones de distintas categorías so-cio demográficas vulnerables (menores,jóvenes, trabajadores con baja escolari-dad, mujeres, indígenas, trabajadores

Gráfica 3.7Grado de pobreza en Guatemala si la distribución de recursos fuera igual a

cada uno de los países seleccionados(Línea de pobreza Q 389.33)

Nota: El grado de pobreza para Guatemala se refiere al año de 1998-99.

Fuente: PNUD (1999).

53DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

rurales y trabajadores en el área no me-tropolitana) dentro de segmentos labo-rales que van desde el sector modernoagrícola hasta los desempleados.

En términos generales, los datos delCuadro 3.5 permiten obtener las siguien-tes conclusiones. Primero, existen pro-porciones importantes de menores quetrabajan en el sector de subsistencia agrí-cola (10.1%), en el sector moderno agrí-cola (8.1%) y en el empleo doméstico(6.6%). Segundo, el desempleo está con-formado mayoritariamente (52.0%) porjóvenes y hay una proporción alta de jó-venes en el empleo doméstico (46.8%),bastante mayor a la tasa de participaciónde jóvenes en el sector formal (35.7%),que le sigue en importancia. Tercero, labaja escolaridad caracteriza a los traba-jadores de casi todos los sectores, espe-

cialmente del agrícola y el doméstico.Unicamente los del sector público pre-sentan una proporción relativamente re-ducida (27.8%) de empleados con bajaescolaridad. De esta manera se eviden-cia el gran déficit, en términos de capi-tal humano, que por ahora caracteriza almercado de trabajo guatemalteco. Cuar-to, los sectores de presencia mayorita-riamente femenina son el de empleodoméstico y el informal (54.6%). Quin-to, la presencia de trabajadores indíge-nas es mayoritaria en el sector agrícola ypresenta proporciones elevadas en el deempleo doméstico (49.7%) y el infor-mal (46.1%).

Finalmente, las dos variables espacia-les muestran los resultados esperados.Por un lado, la gran mayoría de los tra-bajadores agrícolas son rurales. Por otro,

Gráfica 3.8Impacto de reducciones en la brecha de desigualdad del ingreso en

Guatemala sobre la pobreza(Línea de pobreza de Q 389.33)

Fuente: Cálculos propios con datos de ENIGFAM 1998/99.

54 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

los del área no metropolitana predomi-nan en todos los segmentos laborales, conla única excepción del formal, con locual se confirma, como contraparte, quelos trabajadores del área metropolitanason los menos vulnerables.

Al analizar la evolución del mercadodel trabajo, se observa como tendenciabásica la reducción del empleo formal,especialmente en el sector público, y laalta tasa de crecimiento de la PEA de lasmujeres (gráfica 3.10). Lo primero tieneque ver con el estancamiento del empleo,que se expresa en la brecha entre creci-miento económico, por un lado, y de lafuerza laboral, por el otro. El crecimientodel PIB en la década de los noventas sólofue ligeramente superior al de la PEA,sin que los contingentes de mano de obraque se sumaban cada año a la fuerza la-

boral pudieran ser empleados en activi-dades de alta productividad (recuadro3.2).

Así, el empleo en el sector formal,medido por los trabajadores que cotizanal Instituto Guatemalteco de SeguridadSocial (IGSS), que podría suponerse ten-dría los índices más altos de productivi-dad, redujo su participación en la PEAde un 28.6% en 1995 a un 25.6% en 1999,reflejo de un crecimiento insuficiente deeste tipo de empleo. Entre 1985 y 1999casi 100 mil jóvenes se incorporaron ala PEA, pero en el mercado formal detrabajo –medido por los cotizantes delIGSS- apenas se crearon 37.600 nuevasplazas. Esto significa que el empleo for-mal cubre poco más de la décima partedel crecimiento anual de la PEA. Al mis-mo tiempo, visto el alto crecimiento de

Gráfica 3.9PEA por segmentos laborales

1998En Porcentajes

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

55DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

la PEA de mujeres, puede suponerse quela participación de éstas en el empleoinformal ha aumentado en la última dé-cada. De acuerdo con la ENIGFAM de1998, el sector informal4 en ese año yaestaba compuesto mayoritariamente portrabajadoras.

Por su parte, la falta de dinamismo delempleo formal está muy influida por elcomportamiento negativo del empleopúblico. Entre 1996 y 1999 el númerode empleados públicos se contrajo en un

Gráfica 3.10Indicadores del mercado laboral en Guatemala

1990-1998Tasa Promedio de Crecimiento Anual

Fuente: Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).

4 Debe tomarse en cuenta que las definiciones de empleoinformal que se utilizan son diferentes. Una definición sebasa en los trabajadores que no cotizan al IGSS, informacióndisponible cada año. Otra, del ENIGFAM, se basa en lostrabajadores empleados en empresas con menos de cincotrabajadores.Tradicionalmente, la OIT ha venido utilizando la dicotomíade empleo formal vs. informal. El primer grupo incluye alempleo en las empresas de más de cinco trabajadores, asícomo a profesionales y técnicos independientes; la segundaincluye al resto de independientes y al empleo en microempresas. Usualmente, se asocia al empleo informal conempleo de “mala calidad”, en el sentido que es un empleo debajas remuneraciones y productividad, y en donde eltrabajador no recibe protección social. La definición deformalidad suele incluir el empleo asalariado en empresas demás de cinco trabajadores y los profesionales y técnicosindependientes.

Cuadro 3.5Población económicamente activa por segmentos laborales

y según categorías sociodemográficas1998

En Porcentajes

Categoría socio Moderno Subsisten- Formal Informal Público Domés- Desem-demográfica agrícola cia agrícola tico pleoDe 7 a 13 años 8.1 10.1 0.8 3.5 0.0 6.6 3.3De 14 a 24 años 37.6 30.2 35.7 25.8 18.3 46.8 52.0Baja escolaridad * 94.7 96.0 50.6 79.4 27.8 92.3 52.2Mujeres 22.9 14.7 30.8 54.6 41.4 97.4 25.8Indígenas 57.5 61.5 28.3 46.1 22.6 49.7 27.9Rural 91.1 87.8 22.9 43.1 21.1 30.1 34.8No metropolitana* 96.9 95.7 40.7 68.6 64.1 51.7 55.8Total de la PEA 507,797 1,143,738 636,653 1,558,270 183,714 98,000 79,774

Nota: * Menos que primaria completa

** Todas las regiones excepto la Metropolitana

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

56 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

14.9%, sobre todo por planilla, en la cualse redujo en un 65%. De esta manera, laconcesión de servicios estatales y laprivatización de las empresas públicashabría significado la pérdida de unos20.500 empleos públicos entre 1996-1999, casi la tercera parte de las plazasque fueron creadas en el sector privadoen ese período (58.100 puestos de traba-jo). Como resultado, la participación delempleo público en el mercado formal detrabajo pasó del 16.0% en 1995 al 13.1%en 1999.

El empleo, tanto en el sector formalcomo en el público, se concentra en eldepartamento de Guatemala. En 1995el 57.3% de los trabajadores formalesestaban contratados en ese departamen-to. En 1999 este porcentaje aumentó al61.2%. La proporción de empleadospúblicos en este departamento (41.1%en 1995 y 40.4% en 1999), aunque semantuvo alta, decreció levemente debi-

do a que la mitad de la reducción deempleados públicos tuvo lugar aquí.

La remuneración de los empleadospúblicos fue ajustada en un 10% cada añoen el último trienio. El balance finalmuestra un alza promedio del 30% anualen los trabajadores por planilla y del 22%en los trabajadores presupuestados.

2. Rasgos generales de la exclu-sión en el mercado laboral

Las personas afectadas por la exclu-sión en el mercado laboral son aquellasque son víctimas a) del desempleo o dela inactividad (mano de obra disponibleque no trabaja fuera del hogar), b) de laprecariedad de las condiciones de traba-jo, o c) del autoempleo de subsistencia.Sumando el total de trabajadores afecta-dos por alguna de estas características,permite estimar que dos tercios (67.4%)del total de la fuerza de trabajo, respecto

Recuadro 3.2

Creación de empleo por medio de trabajo a tiempo parcial

En teoría, la tasa de crecimiento de empleo (TCE) debería ser igual, a largo plazo, al crecimiento de la PEA. Acorto y medio plazo, sin embargo, las políticas y diferencias institucionales pueden ejercer un gran impacto sobre laparte de la población que puede y quiere trabajar.

Una medida para aumentar el empleo, llevada a cabo principalmente por Holanda desde mediados de los añosochenta, es la creación de empleo a tiempo parcial. Como consecuencia, Holanda es, tras Irlanda, el país con la TCEmás alta en Europa. De este modo, la mayoría de los nuevos trabajos creados fueron ocupados por mujeres entre 25y 49 años en el sector de servicios, lo cual aumentó la participación laboral de las mujeres en ese país.

El problema del trabajo a tiempo parcial es que puede sustituir al de tiempo completo. La experiencia europea, sinembargo, muestra que el aumento del tiempo parcial se debió en parte a la pérdida de trabajo de tiempo completo.

El trabajo a tiempo parcial no necesariamente es desfavorable. En Holanda la creación de empleo se debió en granparte a la mayor flexibilidad de los trabajadores a tiempo parcial. Además, encuestas en Europa muestran que el 58%de los trabajadores a tiempo parcial no quieren un trabajo de tiempo completo (72% de los holandeses no quiere untrabajo de tiempo completo).

Fuente: Garibaldi y Mauro (2000)

57DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

de la PEA disponible (4,512,502 perso-nas), está afectada por alguno de estostipos de exclusión laboral. Es decir, seestá ante un fenómeno generalizado y,por tanto, no reducido a ciertos focos delmercado de trabajo guatemalteco.

Una primera visión del efecto del to-tal de los tres tipos de exclusiones iden-tificados se puede observar en el cuadro3.7. Contrasta la región Metropolitana,donde el fenómeno excluyente no es tangeneralizado, con el resto del país, en quedestaca la del Norte, donde la exclusiónafecta a tres cuartas partes de la PEA dis-ponible. Con respecto a los diversos seg-mentos laborales se ven fuertes contras-tes entre tres sectores: el sector público,el único donde no prevalece la exclusión;el formal, en el cual un equilibrio de ten-dencias expresa una gran heterogeneidadinterna y el resto, aquellos en los que laexclusión es generalizada (Cuadro 3.5).

Si bien la mayoría de los hombres, delos trabajadores no indígenas y los habi-tantes de las áreas urbanas se ven afec-tados por alguna forma de exclusión la-boral, son las mujeres, los indígenas y

los trabajadores rurales, los jóvenes y laspersonas con menor escolaridad los quelas sufren más.

a. La preponderancia delsubempleo

El subempleo constituye una de lasformas más notorias de exclusión. Laexpresión histórica más destacada de estefenómeno ha tenido lugar en el sectoragrícola, donde se ha localizado la ma-yor parte de la mano de obra. Allí se hamanifestado en el trabajo estacional, enlas grandes fincas de agricultura de ex-portación, y en las pequeñas explotacio-nes de autosubsistencia que absorben eltiempo restante de trabajo. De esta ma-nera, se ha combinado la temporalidaddel pleno empleo en el sector modernoagrícola con un alto subempleo en el tra-dicional.

Lo anterior significa que una alta tasade desempleo abierto no ha sido una delas características más visibles del mer-cado laboral. La tasa de desempleo abier-

Cuadro 3.6Salarios y número de trabajadores del Estado

1995-1999En Quetzales y Miles de Trabajadores

Presupuestados Por planillaTotal de Trabajadores Salario Trabajadores Salario

Año trabajadores promedio promedio1995 137.3 113.1 1,525 24.2 8071996 127.0 114.1 2,226 12.9 1,7361997 118.4 108.9 2,647 9.5 1,8101998 116.4 108.6 3,080 7.8 1,9501999 116.8 108.4 3,238 8.4* 2,031

Nota: * Incluye supernumerarios

Fuente: Estimaciones del IDIES con cifras del IGSS.

58 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

to reportada (Gráfica 3.11) por laENIGFAM, en 1998, es muy baja y sunivel no muestra variación durante ladécada estudiada.5 En términos de des-empleo, es en el sector formal donde el

abierto alcanza caracteres más pronun-ciados.6 Esto confirma que el desempleoabierto es un resultado de la moderniza-ción previa del mercado laboral.

Cuadro 3.7

Perfiles de fuerza laboral por condiciónde exclusión laboral

1998En Porcentajes

Variables No excluidos ExcluidosSexo Hombres 38.5 61.5 Mujeres 33.2 76.8Edad ( promedio en años) 39.9 30.6Escolaridad (promedio de años) 5.5 4.0Etnia Indígenas 27.1 72.9 No indígenas 37.5 62.5Area Rural 27.8 72.2 Urbana 38.7 61.3Región Metropolitana 42.6 57.4 Norte 24.4 75.6 Nororidente 36.5 63.5 Suroriente 29.6 70.4 Central 27.4 72.6 Suroccidente 28.6 71.4 Noroccidente 26.6 73.4 Petén 35.3 64.7Segmentos Moderno agrícola 29.5 70.5 Subsistencia agrícola 32.0 68.0 Formal 48.5 51.5 Informal 33.9 61.1 Público 55.4 44.6 Doméstico 15.3 84.7

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

5 Las tasas de desempleo respecto de la PEA normal, sin tomar en cuenta a los disponibles, son, ligeramente, superiores.6 Obviamente, ni la búsqueda de empleo por primera vez ni la disponibilidad pueden ser contempladas en estos cuadros.

59DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

Este resultado no es sorprendente, yaque el resto del mercado laboral tiende aajustarse a través del subempleo. Ade-más, hay que añadir el papel que debejugar la emigración. Los datos del cen-so de 1990 de los Estados Unidos mos-traba ya una presencia visible de 225.730guatemaltecos en ese país7 , cifra queaumentó sensiblemente durante la pasa-da década. Un indicador de esta evolu-ción es el envío de remesas: si en 1990representaban 127.8 millones de dólares,nueve años más tarde se habían más quetriplicado (438.6 millones de dólares).8

Esto quiere decir que el crecimiento de

la emigración debe contribuir, junto alsubempleo, a que el ajuste del mercadolaboral no se exprese en términos dedesocupación abierta.

Adicionalmente, los datos de la Grá-fica 3.11 permiten descubrir una mani-festación oculta del desempleo: la de lamano de obra disponible que estaría dis-puesta a trabajar, pero que no busca em-pleo porque no tiene esperanzas de en-contrarlo. Corresponde a lo que podríacalificarse como población que aparen-temente es “inactiva” en el mercado la-boral, pero que en realidad esconde todauna serie de actividades laborales ubica-

Gráfica 3.11Indicadores de exclusión laboral

1989 Y 1998En Porcentajes

Población desempleada o inactiva* Condiciones Auto empleo deinadecuadas subsistencia***de trabajo**

Notas: * Porcentajes respecto a PEA e inactivos disponibles** Porcentajes respecto a asalariados*** Porcentajes respecto a trabajadores por cuenta propia y familiares

Fuente: Cálculos propios con datos de la Encuesta Sociodemográfica 1989 y la ENIGFAM 1989 y 1998/99.

7 Castillo y Palma (1996).8 Departamento de estudios económicos del Banco de Guatemala.

60 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

das en el hogar. Cubre a aquellas perso-nas, en su gran mayoría mujeres, clasifi-cadas en la categoría de «sólo quehace-res domésticos».

En conclusión, el impacto delsubempleo visible es mucho más signi-ficativo que el del desempleo abierto.Dos segmentos destacan por sus nivelessuperiores: el de subsistencia agrícola yel informal. Los datos indican que hayámbitos ocupacionales que están satu-rados y donde las nuevas oportunidadesse hallan muy limitadas. En efecto, laprincipal causa de no poder trabajar mástiempo consiste en que es imposible en-contrar más trabajo: 62.5% de los casosen ambos ámbitos ocupacionales. En elsector informal también hay que desta-car que un porcentaje significativo demujeres (27.3%) no pueden completaruna jornada laboral mayor debido a quesoportan el peso de las obligaciones do-mésticas. Por otra parte, la tasa desubempleo del sector público es similara la del promedio, lo cual puede atribuir-se a que los trabajadores de la educación(48.4% de los empleados públicos) seven especialmente afectados por esesubempleo (43.5%).

b. Las condiciones precariasde trabajo

En cuanto a las condiciones en lascuales los trabajadores realizan su acti-vidad laboral, que constituyen la segun-da manifestación de la exclusión en elmercado laboral, es necesario señalar dosfactores que actúan directamente sobreellas y que a menudo se han conjugado.Por un lado, el escaso dinamismo delempleo formal generado en las zonasurbanas por una industrialización, inicia-da desde la década de los sesentas asícomo por un sector público que, condi-

cionado por el reducido peso que ha te-nido el Estado en la sociedad guatemal-teca, no ha podido ser fuente importantede empleo. Por otro lado, las luchas delos trabajadores y, en particular, del mo-vimiento sindical también han tenido in-cidencia sobre las condiciones de traba-jo.

Como es sabido, el movimiento sin-dical guatemalteco ha tenido períodos degran auge, que, sistemáticamente, hansido sustituidos por represiones que lohan desarticulado. Por ejemplo, al apo-geo durante la Revolución Democrática(1944-1954) le siguió el período repre-sivo iniciado después del derrocamien-to de Arbenz, durante el cual se intentóeliminar las conquistas laborales logra-das en los años precedentes. Así mismo,la recuperación del movimiento sindicalen los 70 fue seguida, en medio de la vio-lencia de fines de esa década y princi-pios de la siguiente, por otra dura repre-sión. En otras palabras, la ausencia deun desarrollo vigoroso y permanente delmovimiento sindical ha sido uno de losfactores causantes de la situación difícilque ha caracterizado las relaciones sala-riales guatemaltecas.

Uno de los principales indicadores deque las condiciones de trabajo no son lasadecuadas y de que la productividad esbaja, se evidencia en el porcentaje demano de obra no calificada sin posibili-dad de capacitarse. En este sentido, casila mitad de la fuerza de trabajo asalaria-da sufre los efectos de esta forma deexclusión laboral, la cual, incluso, se haincrementado ligeramente en los últimostiempos.

Otras fuentes de información permi-ten recabar otras manifestaciones de losproblemas que hacen duras y excluyenteslas condiciones en que los trabajadoresrealizan su actividad laboral. Por ejem-

61DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

plo, la pérdida de la importancia relativadel empleo formal, según lo atestigua lareducción del número de cotizantes alIGSS, representa un indicador del dete-rioro de las condiciones de trabajo. Ha-cia mediados de la década, el porcentajede mano de obra que cotizaba al IGSS yque, por consiguiente, podría considerar-se como sujeto a condiciones salarialesreguladas, era un poco más de un cuartode la PEA, proporción alrededor de lacual giran fuertes disparidades: desde el70% en Escuintla hasta el 5% enTotonicapán.9

Estas diferencias también se han ex-presado en cada segmento laboral. Así,durante los años noventas se dio una re-ducción del peso relativo de los trabaja-dores cotizantes al IGSS en la agricultu-ra, debido a diferentes causas: desde losefectos contradictorios de la apertura(estimulación de las exportaciones porexoneraciones fiscales, pero desalientopor la apreciación del tipo de cambio)hasta factores no económicos (retorno dedesplazados y refugiados del conflicto otemor de ocupación de fincas), pasandopor reconversiones productivas acompa-ñadas de relaciones laborales menosinstitucionalizadas. Por otro lado debeanotarse que se ha dado un crecimientode empleo formal en ramas como servi-cios y construcción que se vierondinamizadas ante la mencionada aprecia-ción del tipo del cambio y la apertura fi-nanciera.

Observando el cuadro 3.8 hay varioshechos que merecen ser destacados res-pecto de las condiciones de trabajo. Pri-mero, en el empleo de menores, que esun indicio de la inobservancia de las nor-mas laborales, los porcentajes parecen ser

bajos. Aunque esto se explica en partepor un subregistro de los casos que sedan, la verdad es que en cuanto a los sec-tores formal y público pareciera que, almenos en este aspecto, la regulación serespeta. En cuanto al resto de sectores elacceso al mercado de trabajo parece ca-racterizarse por una precariedad laboralpermanente, donde la prohibición de tra-bajo infantil es constantemente violada.Este sería el caso de los segmentos agrí-colas y, sobre todo, del empleo domésti-co, ámbitos ocupacionales hasta ahora sinmayores perspectivas incluyentes.

Segundo, condiciones laborales des-favorables, que se manifiestan sobre todoen jornadas laborales demasiado prolon-gadas, tienen lugar en los sectores for-mal e informal. Respecto a este últimono es sorprendente, ya que priva en éluna baja productividad y se hace nece-sario buscar la rentabilidad económicacon jornadas de ese tipo. En el caso delformal, la explicación es más difícil. Estopodría explicarse por dos razones: la apa-rición de industrias donde hay un usoprolongado de la mano de obra, como esel caso de la maquila,10 y el hecho deque la insuficiencia salarial debe ser com-plementada con ingresos generados en unsegundo empleo.

c. Un extenso autoempleo desubsistencia

Finalmente, respecto al autoempleo desubsistencia, que consiste en trabajo nocontratado por otros, y de muy baja pro-ductividad, tercer rasgo de la exclusiónen el mercado laboral, la evidencia (Grá-fica 3.11) muestra que sobre todo se daen los sectores agrícolas de subsistencia

9 ONU (1998).10 Este un rasgo señalado en los estudios de inicios de los 90 cuando la industria de la maquila fue objeto de investigación. Pérez

Sáinz y Castellanos de Ponciano (1991), AVANCSO (1994), Camus (1994).

62 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

y en el informal y muy poco en el formaly en el público. Ello pone de relieve al-gunas de las diferencias entre la activi-dad económica tradicional y la moder-na.

Por un lado, tradicionalmente las pe-queñas y medianas explotaciones cam-pesinas han sido una de las principalesalternativas a que han recurrido los tra-bajadores en las épocas del año en lascuales las grandes empresas agrícolas noles ofrecen trabajo. Esta situación, queha condenado a muchos campesinos avivir entre las faenas de mera subsisten-cia y la proletarización temporal, ha em-pezado a variar con la introducción denuevas tecnologías, la diversificación de

los productos destinados a la exportación,el aumento de actividades no agrícolasen el campo y la emigración de mano deobra hacia el exterior. 11 Por el otro, elcrecimiento del empleo informal ha sidoel corolario de la falta de capacidad delsector formal de absorber la crecienteoferta de mano de obra. Ya en los añossetenta la tasa de crecimiento del empleoinformal era superior a la del formal,fenómeno que se acentuó durante la dé-cada de 1980, cuando la difusión de lasocupaciones informales se convirtió enel principal mecanismo de ajuste delmercado laboral urbano, durante la cri-sis de esa década.

11 ONU (1999).

Cuadro 3.8

Indicadores de exclusión laboral por grupos sociodemográficos1998

En Porcentajes

Indicadores de exclusión Mujeres Menores Rural Totalde 15 años

Población desempleada o inactiva*Cesantía 6.1 6.1 3.3 3.7Búsqueda de trabajo 6.3 14.0 3.0 3.0Mano de obra disponible,sin experiencia, que no busca trabajo 1.0 0.8 0.9 0.3Mano de obra disponible,con experiencia, que no busca trabajo 0.2 0.6 0.2 1.6

Trabajadores no calificados** 42.9 47.8Autodesempleo de subsistencia***

Trabajadores cuenta propia sin local 9.4 1.2 4.7 7.8Trabajadores familiares 27.9 96.6 38.6 33.4

Nota: * Porcentajes respecto a la PEA e inactivos disponibles

** Porcentajes respecto a asalariados

*** Porcentajes respecto a trabajadores por cuenta propia

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/1999

63DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

Debe tomarse en cuenta que este pro-blema se agrava en las áreas urbanas, endonde generalmente prevalece un altogrado de pauperización, y que son muyescasas las actividades informales quelogran encontrar nichos dinámicos, nor-malmente originados en demandas pro-venientes de los sectores medios (conmuy poco peso en la sociedadguatemalteca). Todo esto acaba consti-tuyendo una auténtica economía de lapobreza: pobres que producen para po-bres. En este sentido, lo más digno deresaltar en la Gráfica 3.11 es el carácterpermanente que muestran los niveles deautoempleo de subsistencia, lo que su-giere una manifestación más bien estruc-tural de exclusión laboral.

Por consiguiente, de este conjunto decuadros destacan dos segmentos queconstituyen los extremos de la inciden-cia de la exclusión laboral: el informal,donde esta exclusión adquiere un granpeso, y el público, el cual es el más in-cluyente. Al respecto, vale la pena recor-dar que mientras el primero es el queabsorbe más fuerza de trabajo (más deun tercio del total de la PEA), el segun-do apenas genera empleo para menos delcinco por ciento de esa PEA.

3. Los rasgos de los sectores conmayores grados de exclusión

a. Los jóvenes: mayor desem-pleo o más trabajo noremunerado

Los jóvenes, especialmente aquellosen búsqueda de un primer trabajo, sonlos más afectados por el desempleo abier-to (Cuadro 3.8). Así mismo, el trabajofamiliar, no remunerado, como era deesperar, se muestra como un fenómeno

que afecta, con gran incidencia, a los jó-venes.

b. La mayor informalidad delempleo de las mujeres

Aparte de los jóvenes, las mujeres,especialmente aquellas que pretendenencontrar un primer trabajo, son las másafectadas por el desempleo. Es probable,a su vez, que las necesidades familiaresinduzcan a que sean las mujeres las pri-meras a desalentarse en la búsqueda deempleo, ya que se les relega a trabajosdomésticos tradicionales dentro de launidad doméstica.

Respecto a los trabajadores no califi-cados, un importante indicador para de-terminar las condiciones de trabajo, sólose dispone de información con respectoa las mujeres. Estas participan (42,9%)en empleos con grados de calificaciónlevemente por debajo de la media(47.8%). Tomando en cuenta los nivelesmenores de educación de las mujeres engeneral, una posible explicación del gra-do de su calificación relativamente ma-yor reside en que el sector público, quepresenta una más elevada calificaciónrelativa, es uno de lo que más ocupamano de obra femenina. En efecto, mien-tras el peso específico de las mujeres enestablecimientos privados asciende al30.1%, en el sector público llega al41.1%.También contribuye a explicar esacaracterística el crecimiento del trabajode las mujeres en la maquila, que si bienno exige una elevada calificación, estaes siempre mayor a la promedio del árearural.

Por su parte, el autoempleo de subsis-tencia revela una sobresaliente presen-cia de las mujeres. Como se indicó an-teriormente, la alta tasa de crecimientode la PEA femenina, acompañada de una

64 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

insuficiente generación de empleo for-mal para ellas, está obligando a las mu-jeres a buscar trabajo en actividades in-formales.

c. La baja productividad delempleo de los indígenas.

En relación con un grupo muy vulne-rable en cuanto a condiciones de trabajoy de relevancia insoslayable en Guate-mala, los indígenas, no se cuenta consuficiente información para apreciar de-bidamente el impacto en ellos de las dis-tintas formas de exclusión laboral. Solose puede intentar una aproximación in-directa a través de una relación entre te-rritorio y peso de la población indígena.

Los indicadores sugieren que el des-empleo y la inactividad laboral (Cuadro

3.9) afectan más a la población no indí-gena que a la indígena. Esto no debe sor-prender pues las estrategias de inserciónocupacional de esta última tratan demaximizar más sus recursos laborales.12

Aunque parezca paradójico, la discrimi-nación étnica en el mercado de trabajo,que impide a los indígenas un acceso fá-cil al empleo, implica que los riesgos deldesempleo abierto sean menores. Enefecto, el peso de la mano de obra indí-gena en el sector formal y público, don-de las tasas de desocupación abierta sonlas más altas (cuadro 3.5), es inferior alpromedio total. Al mismo tiempo, comoésta se desplaza especialmente hacia losámbitos laborales de baja productividady, por tanto, de poca remuneración, lasfamilias indígenas se ven obligadas a in-crementar al máximo la movilización dela mano de todos sus miembros.

Cuadro 3.9Indicadores de exclusión laboral y de etnicidad por región

1998En Porcentajes

Región Población inactiva Trabajadores no Autoempleo de Poblacióny desempleada* calificados** subsistencia*** indígena****

Metropolitana 6.1 23.5 38.0 19.3Norte 5.4 61.1 41.5 89.8Noroccidente 5.2 63.5 42.7 75.9Suroccidente 8.7 65.3 43.8 63.2Central 5.2 48.6 41.9 60.3Nororiente 10.2 53.6 35.6 27.7Suroriente 8.0 72.1 42.9 20.6Petén 8.6 50.8 39.9 37.4Total nacional 8.6 47.8 41.2 48.6

Nota: * Porcentaje de población inactiva disponible y PEA desempleada respecto de la total e inactivos disponibles.

** Porcentaje de trabajadores no calificados respecto a asalariados.

*** Porcentaje de TCP sin local y trabajadores familiares respecto a TCP y trabajadores familiares.

**** Porcentaje de población indígena respecto a población total.

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

12 Bastos y Camus (1998).

65DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

C. EL ACCESO A LA TIERRA Y EL AGUA

1. El aumento de familias rura-les sin acceso a la tierra

Desde fines de los setentas no se hahecho un censo agropecuario, ni tampo-co hay encuestas específicas que permi-tan conocer la distribución de la tierraen los últimos años. La reciente Encues-ta de Ingresos de 1998 no ofrece datossobre acceso a la tierra. Sin embargo, secuenta con alguna información de zonasespecíficas del país y la derivada de al-gunas tabulaciones con datos de la En-cuesta Nacional de Salud Materno Infan-til 1998-99 (Cuadro 3.10).

Así, la información disponible permiteconcluir que se ha incrementado el por-centaje de personas dedicadas a la agri-cultura que no disponen de tierra, lo quelas lleva a servir como asalariados nopermanentes. A fines de los setentas, seestimaba que alrededor del 22 % de losjefes de hogares rurales no tenían accesodirecto a la tierra, ya sea como propieta-rios, arrendatarios o colonos. (Cuadro3.10). En 1998 esta cifra se habíaincrementado al 33 %.

Además, quienes trabajan la tierracomo propietarios descendieron de un61 % en 1979 a un 49 % en 1998-99. Almismo tiempo, ha crecido el de quienestrabajan en tierras arrendadas, pasandode un poco menos del 8 % en 1979, a

Cuadro 3.10

Acceso a la tierra y formas de tenencia de la tierra por jefatura de hogar1979 y 1998

En Porcentajes

Región 1979 1998Total del país

Trabajando en tierras propias o de la familia 61.4 49.0Trabajando en tierras arrendadas 7.5 17.0Trabajando como asalariado o familia sin tierra 22.0 33.0En otras formas 9.0 1.0

NorteTrabajando en tierras propias o de la familia 61.2 62.0Trabajando en tierras arrendadas 25.4 9.0Trabajando como asalariado o familia sin tierra 2.9 29.0En otras formas 10.5 0.0

NororienteTrabajando en tierras propias o de la familia 43.3 44.0Trabajando en tierras arrendadas 6.5 19.0Trabajando como asalariado o familia sin tierra 39.5 35.0En otras formas 10.7 1.0

Fuente: Censo Agropecuario de 1979, Estimaciones de familias rurales a partir del Censo de población de 1981 y Encuesta Nacional de Salud

Materno Infantil 1998-99 (Características de los maridos o compañeros de mujeres en edad reproductiva) Preguntas 707, 708.

66 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

un 17 % en 1998-99. En particular haaumentado el arrendamiento entre peque-ños propietarios. Esto ha ocurrido apesar del aumento habido en la superfi-cie agropecuaria en fincas, especialmenteen las tierras bajas del Norte y en Petén.

Varios factores explican estos cam-bios. En primer lugar, aumentó la pre-sión demográfica y la división de lasparcelas por relevos generacionales. En-tre 1981 y 1994 la población rural crecióun 38 % en todo el país; en la regiónNorte en un 60 % y en el Noroccidenteun 42 %. La densidad de población deChimaltenango pasó de 146 habitantespor kilómetro cuadrado en 1985 a 211en 1999. Algo similar sucedió en el restode los departamentos de las regionesCentral y Suroccidental.13

En segundo lugar, se han operado enlas últimas décadas modificaciones en elacceso a la tierra en áreas comunales oen las cubiertas por el régimen de colo-nato. Mientras que en 1950 se señalabaque el 12.3 % de las explotaciones seencontraban en terrenos comunales, en1964 era el 4.8 % y en 1979 únicamen-te el 1.1 %.14 Finalmente, como se veráa continuación, no parece haber habidocambios significativos en la concentra-ción de la tenencia de la tierra.

2. La concentración inalteradade la tenencia de la tierra

La fuerte concentración de la propie-dad de la tierra agropecuaria a fines dela década de 1970 se ha mantenido, par-ticularmente alrededor de los principa-les cultivos de exportación. Las grandes

explotaciones en los cultivos permanen-tes (caña, café, banano, hule) y con buenriego (caña y banano) se expandieron enlas zonas de la Costa y la Bocacosta.También muchas tierras en manos degrandes propietarios, que antes se dedi-caban al algodón pasaron a ser cañeras.Simultáneamente, una parte de la gana-dería se trasladó hacia el Petén.

En todo el país no hubo sustancialesmodificaciones en cuanto a la concen-tración o desconcentración de la tierraque se produce debido a la acción admi-nistrativa del Estado o a los movimien-tos en el mercado de tierras.15 La aper-tura de la frontera agrícola en las tierrasdel norte ha funcionado como válvula deescape de las presiones demográficassobre la tierra en el resto del país, perosólo abarca a una proporción reducida dela población rural: sumando Petén y laregión Norte alcanza menos del 14 %de la población rural de todo el país. Enestas dos zonas los datos disponibles in-dican, particularmente en Petén, quehubo un proceso de ampliación en el ac-ceso a la tierra (Cuadro 3.10), básicamen-te a costa del área boscosa.

Lo anterior significa que continúaexistiendo, como en 1979, un reducidonúmero de grandes propietarios que con-trolan la mayor parte de la tierra. En1979, el 3% de las fincas (empresas gran-des que exportan su producción) abarca-ba casi dos tercios de la superficie (exac-tamente el 65% de las fincas de más deuna caballería de extensión) (Cuadro3.11). Por el contrario, las fincas máspequeñas, con una extensión inferior alas cinco manzanas, agrupaban cerca del

13 En un punto posterior, al analizar la evolución de la tenencia de la tierra en Totonicapán y la zona de Cuchumatanes, se profundizael efecto de fragmentación de la tierra entre 1979 y los años noventas.

14 Reyes y Carrera (1999).15 El mercado de tierras ha operado de manera segmentada: por un lado, se han llevado a cabo transacciones entre relativamente

grandes compradores-vendedores, las cuales se han caracterizado por cierta formalidad ( escrituras de traslación de dominio,historia registral, etc) y, por el otro lado, existe un relativamente amplio mercado de tierras, bastante informalizado en relación conel tipo de títulos generados, entre pequeños compradores-vendedores. Reyes y Carrera (1999).

67DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

78% del total de las explotaciones conel 11 por ciento de la superficie ( Cuadro3.11, sumando las categorías de menosde 2 manzanas y entre 2 y 5 manzanas).Como se ha señalado muchas veces, sedestaca aquí una alta concentración de

la tierra, una de las más elevadas delmundo.

Puede preverse que hacia fines del si-glo XX, este patrón se mantiene en casitodas las regiones del país, con la excep-ción de la región Noroccidente (departa-

Cuadro 3.11

Estructura de la tenencia de la tierra por tipo de fincas y regiones 1979En Porcentajes

Región No suficiente Autosuficiente Empresa Empresa Total(Menos de 2 (de 2 a 5 pequeña grandemanzanas) manzanas) Mercado Mercado

interno externoPaís

Fincas 54 24 19 3 100Superficie 4 7 25 65 100

MetropolitanaFincas 60 23 14 3 100Superficie 5 7 21 67 100

NorteFincas 40 29 29 2 100Superficie 3 6 27 64 100

NoroccidenteFincas 52 26 21 1 100Superficie 8 14 51 27 100

SurocidenteFincas 71 17 10 1 100Superficie 8 8 20 64 100

CentralFincas 63 21 14 2 100Superficie 3 4 13 80 100

NororienteFincas 39 29 28 3 100Superficie 2 5 29 63 100

SurorienteFincas 42 33 21 3 100Superficie 3 8 25 64 100

PeténFincas 13 21 35 31 100Superficie 0 1 14 85 100

Fuente: Negreros (1989).

68 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

mentos de Huehuetenango y Quiché),donde las grandes explotaciones sonmenos. A su vez, en las tierras bajas delnorte (Petén y partes del Nororiente, fun-damentalmente Izabal), se observa unmenor número de las fincas de menosde dos manzanas debido al tipo de sue-los y a que el patrón de apropiación hasido más extensivo, en condiciones delo que se califica como una frontera agrí-cola abierta.

3. Variaciones de las formas detenencia de la tierra

Ha habido más variaciones de las for-mas de tenencia de la tierra. En la déca-da de 1970 la tierra en fincas presentabauna variedad de formas de tenencia de latierra, tal como puede observarse en elcuadro 3.12, tanto en formas propias,arrendadas, colonatos, mixtas, etc. Por unlado, un 51 por ciento de las familias te-

nían un acceso a tierras propias, y unporcentaje menor presentaba una varie-dad de formas de tenencia, incluyendoformas mixtas de tenencia. En arrenda-miento, se encontraban cerca del 4.3 porciento de las explotaciones. A su vez,como colonos, o en parcelas de menosde una cuerda no propias, se encontra-ban cerca del 5.5 por ciento de las ex-plotaciones. Las formas mixtas de tenen-cia, donde se combinan generalmenteparte del área en propiedad y parte bajootras formas, sumaban cerca del 10 porciento del total de las explotaciones delpaís. La presencia de colonos internos alas fincas grandes estaba asociada a acti-vidades cafetaleras tanto de la Costa Surcomo de zonas de las Verapaces.

Las formas de tenencia declaradascomo propias coexistían, y esto conti-núa hasta el presente, con una bajaformalización de la tenencia, debido a laausencia generalizada de títulos de pro-

Cuadro 3.12Acceso y tenencia de la tierra agropecuaria

1979En Miles y Porcentajes

Acceso y tenencia Número de familias(en miles) %

Propias 393.2 51.1Arrendadas 33.4 4.3Comunal 6.1 0.8Colonato 24.9 3.2Otras formas simples 10.6 1.4Formas mixtas de tenencia 63.4 8.2De menos de una cuerda propia 56.0 7.3De menos de una cuerda no propia 17.4 2.3Sin acceso a la tierra 164.0 21.3Total 769.0 100.0

Fuente: Censo Nacional Agropecuario 1979 y estimaciones de familias rurales basadas en el Censo de

Población 1980.

69DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

piedad registrados a nombre de los quetenían la posesión y ejercían el uso. Asímismo, existen formas comunales detenencia, sustentadas en legislación delsiglo XIX y en el derecho consuetudina-rio - que los censos agropecuarios no re-gistran adecuadamente, así como arre-glos precarios, pero sustentados enacuerdos locales entre pequeños produc-tores y sus vecinos, en zonas de la fron-tera agrícola del Norte.

En las últimas décadas se observandos cambios importantes en las formasde tenencia. El primero es que se ha re-ducido el colonato, inicialmente en laBoca Costa, y con posterioridad en otrasregiones. El segundo es que la combi-nación de mayor presión demográfica enlas áreas campesinas y el auge de culti-vos comerciales más intensivos en el usode mano de obra (hortalizas, fundamen-talmente) ha incrementado el arrenda-miento, en pequeña escala, entre peque-ños propietarios y pequeños arrendata-rios.

4. El menor acceso de las muje-res a la tierra agropecuaria

En la Gráfica 3.12 puede observarsela situación diferente que ocupan hom-bres y mujeres en cuanto a la tierra parausos agropecuarios. En este caso, “loshombres” considerados son los espososo compañeros de mujeres en edad fértilentrevistados por la ENSMI 1998-99;“las mujeres” son aquellas que declarantrabajar en la agricultura, ya sean casa-das, compañeras, nunca casadas o ante-riormente casadas. El 41.5% de los hom-bres declaran que trabajan en tierras pro-pias; en tierras de su familia, el 8.2 %;

en arrendadas, el 17.1 % y como asala-riados, el 32.7 % (Gráfica 3.12).

La situación de las mujeres que de-claran trabajar en la agricultura presentaun perfil mucho más restrictivo. Mien-tras que los hombres que trabajan en tie-rras propias o de su familia alcanzan acasi un 50% de los entrevistados, con lasmujeres llega a un poco menos del 38%de las entrevistadas. Algo similar ocu-rre con la posibilidad de arrendar tierras:mientras el 17.1 % de los primeros ex-presa trabajar la tierra por esta vía, sóloun 3.7 % de las mujeres hace lo mismo.En consecuencia, mientras que un ter-cio de los varones labora como asalaria-dos, en las mujeres lo hace un 58 %.(Gráfica 3.12).

De esta forma se constata la situaciónde subordinación de las mujeres campe-sinas que, en su gran mayoría, pertene-cen a hogares con muy débil acceso a latierra, lo cual es aún más ostensible en elcaso de las campesinas indígenas cuyoacceso a la tierra es aún más restringido.

En esto han incidido tanto factoresestructurales como políticas públicasdiscriminatorias en contra de la mujer,ya sea con respecto a la entrega de tie-rras por parte del Estado –a través delInstituto Nacional de TransformaciónAgraria (INTA)-, la participación de lasmujeres en las tierras de las comunida-des devueltas luego de terminado el con-flicto armado interno, o la reinserción enlas comunidades de origen. En general,su condición de esposas/parejas de ac-tuales o eventuales titulares de nuevastierras no les permite, en igual de condi-ciones, la posesión de tierras u otros re-cursos productivos.16

16 ACNUR (1998).

70 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

5. La erosión de las tierrascomunales indígenas

La legislación colonial y la del perío-do independiente, así como los más re-cientes Acuerdos de Paz, señalan el de-recho de los pueblos indígenas a poseertierras comunales. Sin embargo, la apli-cación de otras leyes y la conformaciónde historias registrales sobre determina-das tierras han propiciado la continuareducción de esas tierras.

En algunos casos se ha logrado dete-ner esta tendencia, como ha ocurrido enel municipio de Totonicapán, donde losalguaciles cuidan de manera sistemáticalos títulos reales otorgados por la Coro-na Española. También ha habido adqui-siciones posteriores de tierras con el apo-yo de un conjunto de entidades, como losalcaldes auxiliares y sus respectivas cor-poraciones. Otras organizaciones, másrecientes, se han encargado de cuidar el

bosque y de mantener los sistemas detuberías de agua potable para la pobla-ción.

En los últimos tiempos se han hechoesfuerzos en el área de Ch’orti, departa-mento de Chiquimula que, combinandotécnicas de diagnóstico comunitario ysistemas de información geográficos seden los primeros pasos dirigidos a deli-mitar las tierras comunales de esta et-nia.17 Sin embargo, en general en el paísno se observan avances sistemáticos enla demarcación de esas tierras. En parte,se debe a que sobre ellas se fueron su-perponiendo otras formas de propiedad(tierras ejidales, municipales, nacionales,reclamos sustentados en el principio dela prescripción, títulos supletorios etc.).Estas formas han constituido la historiaregistral como aparecen inscritos en elRegistro de la Propiedad Inmueble yMercantil.

Gráfica 3.12Formas de acceso a la tierra agropecuaria por sexo

1998En Porcentajes

Fuente: Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (ENSMI) 1998-1999.

17 Proyecto de Tierras Comunales Ch’orti (2000).

71DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

6. El registro inadecuado de lapropiedad de la tierra

Los Acuerdos de Paz establecieron elcompromiso de iniciar un catastro ruralen zonas consideradas prioritarias ( par-ticularmente Petén y la Franja Transver-sal del Norte) con el fin de regular y or-denar la propiedad de la tierra. Esto su-pone cambios de los linderos y del ta-maño de las fincas, así como modifica-ciones legales que permitan un funcio-namiento adecuado del Registro de laPropiedad Inmueble.

Modernizar y generalizar adecuada-mente el Catastro y el Registro de la Pro-piedad es extremadamente difícil enGuatemala debido a varias razones. Enprimer lugar, una parte muy importantede la tierra no cuenta con títulos de pro-piedad que, bajo la forma de escriturapública, se encuentren inscritos en elRegistro de la Propiedad y en el Catas-tro. Además, muchas de las inscripcio-nes realizadas están desactualizadas ylas declaraciones sobre áreas indicadasen los títulos no son necesariamenteexactas, tanto en su extensión como enubicación dentro de los municipios. Ensegundo término, existen reclamos, mu-chos de ellos aún potenciales, de tierrasque las comunidades indígenas conside-ran como propias. Estos reclamos pue-den superponerse sobre otros derechosde propietarios de origen ladino. En ter-cer lugar, en la posesión de tierras de lafrontera agrícola se combinan accionesde distintas instituciones del Estado.Además ocurren procesos de traspasos,formales e informales, utilizando muchasveces títulos supletorios, que generansituaciones complejas de tenencia y su-perposición de derechos. En último lu-gar, otros obstáculos que enfrentan la

realización del catastro son un marco le-gal actualmente inexistente, la carenciade los recursos técnicos apropiados parahacer mediciones y la desconfianza dela población cuando se trata de medir sustierras y de mostrar sus de propiedad etc.(Recuadro 3.3).

7. El acceso al agua

a. La abundante oferta de agua

En el país, el potencial de agua, encomparación con su uso actual, siguesiendo elevado, lo cual indica las posibi-lidades de su aprovechamiento en el fu-turo, tanto para consumo humano comoproductivo e hidroeléctrico. Sin embar-go, la mayor parte de este potencial selocaliza fundamentalmente en las ver-tientes atlánticas, donde no están los prin-cipales conglomerados humanos. Estoplantea restricciones crecientes en el usoen muchos de los asentamientos ubica-dos en la vertiente del Pacífico.

Específicamente, desde el punto devista de la oferta de agua se distinguenlas fuentes provenientes de los ríos, ensus tres vertientes: Pacífico (18 ríos), At-lántico (7 ríos) y Golfo de México (10ríos), estrechamente vinculados al tipode manejo de recursos forestales en laparte sur del Petén y en el Altiplano; delagua de lluvias, que es muy importanteen términos comparativos, pero marca-das por una fuerte estacionalidad quehace que durante seis meses no ocurranen buena parte del territorio; y las aguassubterráneas, siendo muy importantes,pero no muy aprovechados hasta el pre-sente, salvo en el Valle de Guatemala,donde existe una situación crítica, desobrexplotación del agua subterránea.18

18 Presidencia de la República.

72 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

En el cuadro 3.13 se observa que lasfuentes principales de agua están concen-tradas en las vertientes atlánticas, mien-tras que la vertiente del Pacífico, quecomprende el conjunto de la Costa, BocaCosta y el Altiplano, concentra el mayorconsumo, tanto para usos domésticoscomo de riego. Esta disparidad entre ubi-cación del agua y localización principalde su demanda plantea situacionescrecientemente complejas en las zonasde mayor densidad de población.

b. El acceso limitado al aguapor parte de los hogares

Una manifestación parcial de la au-sencia de correspondencia entre la ubi-cación geográfica de la oferta y la de-manda de agua es que en la actualidaduna parte importante de la población no

dispone adecuadamente, en las zonasurbanas y rurales, de agua, tanto por sucantidad como por su calidad.

En el ámbito nacional el 67.3% de loshogares recibe agua por medio de acue-ductos y tuberías. Sin embargo, mientrasen las zonas urbanas es el 91.3 %, en lasrurales baja al 48.8 % (Cuadro 3.14).Además, a menudo esa agua se hallacontaminada. Una evaluación realizadaen 1999 estableció que el 12 % de losacueductos tenían contaminaciónbacteriana; que en Totonicapán, alcanzóel 54 % y en el departamento de Guate-mala el 12 %.19

En cuanto al servicio de drenaje en laszonas urbanas llega al 64.3 por % de loshogares, y solo al 1.3 % en los del cam-po. El promedio nacional de coberturaes del 28.6 %. Cabe indicar que casi unacuarta parte de las casas rurales ( 24.5

Recuadro 3.3

Proyectos piloto para establecer el catastro

El inicio del catastro se ha demorado, pero se ha iniciado la ejecución de proyectos piloto que incluyen unamedición catastral y la concientización de la población local sobre las ventajas de la regularizar la tenencia de latierra. Se han seleccionado los municipios de Santiago y San Lucas Sacatepéquez, en el departamento de Sacatepéquez,San Jacinto, en Chiquimula, San Francisco, en Petén, Huite, en Zacapa, Santa Cruz, en Alta Verapaz, Purulha, enBaja Verapaz y La Democracia, en Escuintla.

En estos municipios seleccionados se ha hecho la investigación registral, la fotografía aérea de los suelos, sehan definido los polígonos catastrales y se ha levantado la información de campo. El avance de estas tareas esdesigual en los seis municipios seleccionados, pues son realizados por unidades técnicas distintas, muchas vecescon información no compartida. Está muy avanzada la información computarizada y mapeada electronicamente,para dos municipios, La Democracia, en Escuintla, y San Francisco, en Peten. Una vez completados estos trabajosse podrán hacer comparaciones con estimaciones anteriores, particularmente del Censo Nacional Agropecuario de1979.

El afianzamiento y ordenamiento de la tenencia, junto al acceso a la tierra, es uno de los problemas centrales delas zonas rurales de Guatemala. Para llevar a cabo esta tarea se requiere vencer dificultades de tal calibre como lostemores y desconfianzas de las comunidades sobre lo que se refiera a la tenencia de la tierra o la vinculación queellas perciben entre el Catastro y el Registro y los intentos de incrementar los impuestos.

19 PRMIRH (2000).

73DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

%) no utiliza ningún tipo de drenaje parasus aguas negras, lo cual acentúa la gra-ve amenaza que constituye la prolifera-ción de enfermedades debido al uso do-méstico de agua extraída de pozos o delos ríos (Cuadro 3.14).

El Cuadro 3.15 permite observar lainterrelación entre tipos de hogares y for-mas de obtener el agua para consumo

doméstico. Mientras que en los urbanospredomina el uso por medio de redesdistribuidoras (públicas o privadas), enel campo entre el 40% y el 50% de lasfamilias la extrae de pozos, ríos, lagos omanantiales (Cuadro 3.15). No hay queolvidar que también en las ciudades hayproblemas de cantidad, frecuencia y ca-lidad.20

Cuadro 3.13

Disponibilidad potencial y usos principales del agua,según vertientes2000e

En Porcentajes

Potencial UsosVertientes Superficial Subterráneo Potable Riego Hidroeléctrico

Pacífico 25.3 12.4 40.2 74.0 50.3Atlántico 31.7 19.1 34.8 23.0 4.5Golfo de México 43.0 68.5 25.0 3.0 45.2Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

e/: Cifras estimadas

Fuente: PRMIRH (2000).

Cuadro 3.14Acceso al agua domiciliar: agua potable y desague por área

1998En Porcentajes

Características Urbano Rural TotalAgua de consumo doméstico

Acceso por tubería 91.3 48.8 67.3Acarreo 5.2 46.1 28.3Otro tipo 3.5 5.1 4.4

DrenajeConectado a red de drenaje 64.3 1.3 28.6Excusado o pozo 33.5 74.2 56.6Sin servicio sanitario 2.2 24.5 14.8

Nota: Los datos están considerados sobre el tipo de servicio que se dispone en el hogar y la exclusividad o no de uso.

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

20 OPS et al. (2000).

74 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

c. El acceso limitado al aguade riego

Se estima que en 1997-98 alrededorde 130.000 hectáreas cultivadas poseíanalgún sistema de riego; esto equivalía,aproximadamente, al 8.7% de toda lasuperficie agrícola. De esas 130.000hectáreas, la parte mayor se utiliza comoriego complementario de la caña de azú-car y del banano, que comprenden casi2/3 de las áreas bajo riego. El tercio res-tante se encuentra en las hortalizas y otroscultivos intensivos ( Gráfica 3.13).

Desde el punto de vista de la admi-nistración de los derechos de propiedad,existe una confusión jurídica importan-

te. En efecto, coexisten la visión del aguacomo un bien adherido a la propiedad delsuelo por donde corre, particularmentedel agua subterránea, junto con la depequeños ríos que transitan en el interiorde las propiedades rústicas, a las que seda un carácter “privado”. Finalmente,existe la visión del agua de los grandesríos, lagos, y el agua superficial, comotípicos “bienes públicos”, de accesoabierto.21

Lo anterior constituye una fuenteconstante de conflictos, sobre todo en laszonas rurales densamente pobladas delaltiplano, donde el uso de fuentes, gene-ralmente ‘ojos de agua’ ubicados en par-tes altas, se conecta con sistemas de tu-

Cuadro 3.15Formas de acceso al agua para consumo doméstico

según jefaturas de hogar1998

En Porcentajes por Área, Etnia y Sexo

Red pública Red privada Sin red TotalExclu- Para Fuera Con. Exclu- Para Pozo Lagos Camio- Otras

siva varios del pozo siva varios Manan- nes formashogares hogar hogares tiales cister-

nasUrbano indígena

Hombre 57.3 14.6 5.9 0.2 6.7 2.4 5.1 2.4 1.9 3.3 100Mujer 59.8 10.9 4.7 0.0 6.8 6.7 4.3 1.3 0.3 5.1 100

Urbano no indígenaHombre 60.4 15.9 1.8 0.7 11.1 2.0 1.5 0.2 2.1 4.2 100Mujer 67.0 12.8 1.7 0.0 11.6 2.4 2.1 0.0 0.7 1.5 100

Rural indígena 100Hombre 15.1 1.5 11.1 0.1 21.6 1.1 18.7 25.0 0.0 5.7 100Mujer 14.6 1.4 5.4 0.0 27.3 3.4 17.8 25.2 0.0 4.9 100

Rural no indígenaHombre 17.6 2.0 6.1 0.4 15.6 3.6 33.9 15.3 0.7 4.7 100Mujer 18.9 1.9 5.5 0.3 23.0 1.2 37.7 8.6 0.0 2.9 100

Total de hogares 35.6 7.3 6.0 0.3 15.7 2.4 15.6 11.8 0.9 4.4 100

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

21 PRMIRH (2000).

75DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

bería. El agua la usan tanto los vecinosde la comunidad, como otros. Ocurrenproblemas cuando algún vecino o gru-pos de vecinos quiere ceder sus derechosde propiedad sobre los suelos donde seubica esta fuente de agua, a otra comu-nidad o algún centro urbano cercano.Puede ocurrir que algunos vecinos pier-dan control sobre la fuente de agua.

D. LA VIVIENDA Y LA EXCLUSIÓN

En Guatemala la posibilidad de poseeruna vivienda adecuada es limitada. Si setoman en cuenta las casas que es nece-sario construir para eliminar el hacina-miento, el déficit habitacional ronda las900.000 viviendas. A esta cifra habríaque añadir las 740.000 que deben serreemplazadas por haber sido clasificadascomo deficientes por la calidad de losmateriales usados en su construcción.Además, tendrían que mejorarse losservicios básicos de cerca de 600.000 ydotar de uno o más de estos servicios aotras 800.000 viviendas que no cuentancon ellos.

A continuación se analiza cómo laexclusión se manifiesta en el tipo de vi-vienda al que se puede aspirar, la cali-dad de su construcción y los serviciosbásicos con que debe contar.

1. Condicionantes del tipo devivienda al cual se tieneacceso

El factor que más condiciona la posi-bilidad de obtener una clase u otra dehabitación es el nivel de ingresos. Esevidente que los sectores sociales más

pobres son quienes disponen de casasmenos adecuadas. La vivienda represen-ta en el gasto total de la mayor parte delas familias un rubro muy oneroso: másde una quinta parte (21.6%) de los re-cursos familiares son destinados a cubrirel costo de la vivienda y de servicios deagua, electricidad y combustibles. Laproporción es mayor en el área urbana(24%) que en la rural (17%). 22

En particular, en algunos tipos de vi-vienda se ve muy claramente la inciden-cia del nivel de ingresos (Cuadro 3.16).Los apartamentos constituyen un buenejemplo. A medida que crecen los ingre-sos se acude más a ellos. Así, los hoga-res correspondientes al quinto quintil (elde ingresos más altos) utilizan el 61.6%de estas viviendas. Al contrario, en elprimer quintil (el de menores ingresos)no se reporta un caso de uso de esta cla-se de residencia. Los ranchos muestran

Gráfica 3.13Superficie estimada de cultivos bajo riego

1998Miles de hectáreas

Fuente: PRMIRH (2000).

22 Los datos de esta sección , que se refieren al lugar de habitación de las familias, provienen mayoritariamente de la ENIGFAM 1998/99.

76 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

una situación totalmente opuesta al de losapartamentos: conforme aumentan losingresos decrece su uso, por lo que en elprimer quintil se concentra el 34.8% delas viviendas de este tipo, en contrastecon el 5.2% en el quintil más alto.

También puede encontrarse un nexoentre alfabetismo y tipo de vivienda uti-lizado, el cual está asociado a la rela-ción educación-ingresos y educación-área urbana (Gráfica 3.14). Así, en elcaso de los apartamentos el mayor por-centaje de usuarios es el de alfabetos(92.6%). Al mismo tiempo, el 99.9% deestas viviendas se encuentra en la regiónMetropolitana, donde existe mayor co-bertura educativa y más oportunidadesde empleo. En contraste, la vivienda de“otro tipo” y los ranchos son habitadosen una elevada proporción por personasanalfabetas.

Por otra parte, los datos de laENIGFAM indican que el origen étnicono es un condicionante fundamental deluso de un determinado tipo de vivienda,

sino el nivel de ingresos y la localiza-ción que una cierta clase de vivienda ten-ga en el área urbana o en la rural. Porejemplo, partiendo del hecho de que enla región Metropolitana la población in-dígena representa el 19.3% del total y queel 99.9% de los apartamentos se ubicanaquí, se comprende por qué el 83.2% deestas residencias son ocupadas por per-sonas no indígenas. De igual forma, simás del 90% de los ranchos se hallan enel área rural y allí reside el 73.2% de lapoblación indígena, es totalmente claroque más de la mitad (58.7%) de éstos seautilizada por esta población. (Gráfica3.15).

Finalmente, según los datos de laENIGFAM los hogares guatemaltecosque están encabezados por mujeres o porhombres no muestran diferencias impor-tantes (Cuadro 3.17).

Cuadro 3.16Tipo de vivienda según quintiles de ingreso del hogar

1998En Porcentajes

QUINTILES1 2 3 4 5

Q.83 a Q. 967 a Q.1606 a Q.2447 a Q.4159 aTipo de Vivienda Q.966 Q.1605 Q.2446 Q.4158 Q.156627

Casa formal 19.3 19.6 19.8 19.9 21.5Apartamento 10.7 2.8 25.0 61.6Cuarto encasa de vecindad/palomar 2.1 22.6 30.0 35.5 9.7Rancho 38.1 23.4 20.2 13.0 5.2Casa improvisada/covacha 24.2 26.5 18.7 19.6 11.0Otro tipo 37.0 16.8 22.9 21.1 2.2

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

77DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

Gráfica 3.14Alfabetismo de la jefatura de hogar por tipo de vivienda

1998En Porcentajes

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

Gráfica 3.15Jefatura de hogares indígenas por tipo de vivienda

1998En Porcentajes

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

78 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

2. La calidad de la vivienda

a. Mayor hacinamiento enviviendas rurales, de indíge-nas y con jefatura masculina

El Cuadro 3.18 muestra el promediode miembros por dormitorio, según área,origen étnico, jefatura y composiciónfamiliar. Se considera que existe haci-namiento cuando más de tres personascomparten el mismo dormitorio. A ni-vel nacional, el promedio es 3.6, una si-tuación no deseable. La desagregaciónde datos por área, origen étnico y jefatu-

ra revela que, con excepción de los ho-gares no indígenas del área urbana, losdemás, en promedio, presentan un pro-blema de hacinamiento. Este es clara-mente inferior en las áreas urbanas queen las rurales, en hogares no indígenasque en indígenas, en hogares de jefaturafemenina que en los de jefatura masculi-na (recuadro 3.4).

Existe una relación clara entre haci-namiento e ingresos. Aquel tiende a sermenor en los hogares que correspondena los quintiles de mayores ingresos (Cua-dro 3.19).

Recuadro 3.4

Composición familiar y hacinamiento

De todos los hogares con familias nucleares, solo los urbanos no indígenas con jefatura femenina están pordebajo de tres personas por dormitorio. De los hogares con familias extensas biparentales, únicamente los noindígenas con jefatura femenina (rurales y urbanos) no presentan hacinamiento. Entre los hogares con familiasnucleares monoparentales, el hacinamiento se encuentra en las unidades domésticas indígenas (con excepción delas urbanas con jefatura masculina) y en las no indígenas rurales con jefatura femenina. Así mismo, en los defamilias extensas monoparentales, la línea del hacinamiento es sobrepasada en el área rural por indígenas y noindígenas y en el área urbana por los indígenas.

Cuadro 3.17Tipo de vivienda según sexo de la

jefatura del hogar1998

En Porcentajes

Tipo de vivienda Hombres MujeresCasa formal 79.1 20.9Apartamento 77.0 23.0Cuarto casa vecindad/palomar 73.2 26.8Rancho 90.7 9.3Casa improvisada/covacha 76.8 23.2Otro tipo 80.2 19.8Total 79.5 20.5

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

79DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

b. Mayores inversiones de lasmujeres en la vivienda

El predominio de materiales deficien-tes . De acuerdo con un indicador de ma-terialidad23 elaborado con datos de laENIGFAM se estimó que únicamente un11.8% del total de viviendas fueron in-cluidas en la categoría de buenas, 47.3%en la de aceptables, 3.9% en la de recu-perables y 37.0% en la de deficientes24 .En cuanto al material de las paredes ex-teriores, en el área urbana un 53% de lascasas utilizan el “block” de piedra pómez.A pesar de que como elemento construc-tivo el adobe fue cuestionado por su fra-gilidad después del terremoto de 1976,el 15.9% de las casas reportan el uso deeste material, el cual predomina en elcampo (34.7%), mientras que el 23.6%usa la madera y el 22.2% el “block”.

Inversiones en los techos de la vivienda.En general, las variaciones sonpredecibles: los no indígenas tienden ausar materiales superiores que los indí-genas. Lo mismo ocurre en las áreas ur-banas en comparación con las rurales.Sin embargo, el uso considerable de lateja de barro por los indígenas y los pue-blos rurales, hace que sus casas sean másvulnerables a los terremotos. El techode paja es poco usado en las zonas ru-rales, tanto entre indígenas como entreno indígenas (Cuadro 3.20).

El Cuadro 3.20 muestra que para te-chos, los hombres y las mujeres jefesdel hogar usan las tres clases principa-les de materiales en proporciones simi-lares. Por su parte, las mujeres indíge-nas y no indígenas, así como las que vi-ven en el campo y en la ciudad, tienenuna tasa de uso mayor que sus contra-

Cuadro 3.18Miembros por dormitorio por área, grupo étnico, jefatura y

composición familiar1998

Promedio de Miembros

Urbana RuralIndígena No indígena Indígena No indígena

Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre MujerUnipersonal 1.00 0.82 0.85 0.90 1.00 1.00 0.93 0.96Pareja sin hijos 1.74 2.00 1.66 1.53 1.92 1.72Nuclear biparental 4.02 4.89 3.03 2.85 5.11 5.00 4.30 6.33Nuclear monoparental 2.10 3.82 1.75 2.18 3.78 4.12 2.04 3.81Extensa biparental 4.25 3.95 3.35 2.70 5.35 4.77 2.33Extensa monoparental 3.19 3.83 2.78 2.42 4.42 4.58 4.30 3.82Ampliada 3.63 3.00 4.06 2.56 3.89 4.92Otra 3.17 2.22 1.87 1.67 2.92 2.87 3.18 3.09Total 3.77 3.43 2.86 2.12 4.87 3.93 4.01 3.47

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

23 El Indicador de Materialidad se determinó de acuerdo a la calidad de los materiales utilizados en muros, techo y piso, tanto por suscaracterísticas de ser temporales o permanentes como por su estado de conservación.

24 Drummond (2000).

80 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

partes varones. La diferencia es unifor-me en de todas las categorías.

Inversiones en el piso de la vivienda.Enlo referente al material del piso, de parti-cular importancia en las condiciones desalud, el 43.2% de las unidadeshabitacionales del área urbana utilizan elladrillo de cemento, en contraste con el59.8% de las viviendas del área rural queaún tienen piso de tierra, lo cual consti-tuye uno de los indicadores del alto défi-cit que existe en esas áreas. En el áreaurbana son utilizados otros materiales: latorta de cemento (36.5%), de tierra(16.4%) y otros, como el ladrillo de ba-rro o madera, en porcentajes bastantebajos (Cuadro 3.21).

En la elección de los pisos (Cuadro3.22), las diferencias entre los sectoresson mucho más pronunciadas. Tanto loshogares urbanos como los no-indígenastienen casi dos veces más probabilidadde tener pisos fabricados duraderos, aligual que los indígenas y residentes ru-

rales. Sesenta por ciento de los indíge-nas habitantes en el área rural todavíaviven con pisos de tierra con todos losproblemas implícitos de saneamiento. Enesto, los indígenas rurales están en peorsituación que los no-indígenas rurales.Un alto porcentaje de hogares tienen pi-sos de fábrica, pero las mujeres se clasi-fican por arriba en todas las categorías,excepto en zonas rurales.

Inversiones en las paredes de la vivienda.Los materiales de fábrica para levantarlas paredes es mayor en los hogares conmujeres jefes de familia, excepto en lasmujeres de zonas rurales, y allí es inclu-so parejo. El adobe, más común en lascasas rurales e indígenas, es también másusado en los hogares con jefatura feme-nina que en los de jefatura masculina. Enlos hogares de jefatura femenina existeun nivel más alto de preferencia de ma-teriales de construcción, notable por suuniformidad. Pese a que hay mucho me-nos hogares encabezados por mujeres y

Cuadro 3.19

Hacinamiento por jefatura de hogares por quintil de ingreso ,etnia, área y sexo

1998En Porcentajes

QUINTILES1 2 3 4 5

Q.83 a Q. 967 a Q.1606 a Q.2447 a Q.4159 aTipo de Vivienda Q.966 Q.1605 Q.2446 Q.4158 Q.156627

Indígena 29.2 24.8 24.1 15.4 6.5No indígena 14.1 21.6 20.9 28.2 15.3Urbano 6.9 14.8 26.6 33.1 18.7Rural 29.3 27.1 21.0 15.8 6.8Hombre 21.8 22.8 22.9 21.3 11.2Mujer 26.5 26.4 21.8 19.4 5.9

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

81DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

a que hay evidencia de que ellas son ge-neralmente más pobres que los hombres,las mejores perspectivas de gozar de unacalidad de vivienda superior se da en lasfamilias donde las mujeres tienen la je-fatura del hogar.

3. Los servicios básicos para lavivienda

a. Saneamiento inadecuado

El Indicador de Saneamiento elabo-rado con datos de la ENIGFAM clasifi-có al 23.4% del total de viviendas como

buenas, al 6.2% como aceptables, al31.7% como regulares y 38.7% comodeficientes. Este indicador, que incluyelos componentes de conexión a los ser-vicios de agua, drenaje, servicio sanita-rio, energía eléctrica y alumbrado, seña-la el grado en que determinada viviendacuenta o no con uno de ellos y si su co-nexión –pública o privada- es utilizadapor uno o más hogares. En general, lainformación sobre los servicios de agua,drenajes y electricidad pone de manifies-to que la ubicación de las viviendas –áreaurbana o rural– es el elemento determi-

Cuadro 3.20

Materiales de construcción para el techo, por etnia,área y sexo de la jefatura de hogar

1998En Porcentajes

Fábrica Teja Paja OtroIndígena 75.2 18.1 6.3 0.4 Urbano 91.1 7.6 1.2 0.0 Rural 68.6 22.4 8.3 0.6 Hombre 76.3 16.3 7.0 0.3 Mujer 70.3 25.5 3.1 1.0No indígena 86.7 9.5 3.6 0.2 Urbano 94.8 4.7 0.3 0.2 Rural 76.9 15.3 7.6 0.3 Hombre 86.3 9.3 4.2 0.3 Mujer 88.4 10.2 1.5 0.0Urbano 93.7 5.6 0.6 0.1 Hombre 93.9 5.3 0.6 0.1 Mujer 93.1 6.3 0.5 0.0Rural 72.3 19.3 8.0 0.5 Hombre 73.1 17.5 8.9 0.4 Mujer 68.0 27.3 3.9 0.8Sexo 81.6 13.3 4.8 0.3 Hombre 81.7 12.5 5.5 0.3 Mujer 80.8 16.6 2.2 0.4

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

82 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro 3.21Material del piso del hogar por área

1998En Porcentajes

Urbano Rural TotalLadrillo de cemento 43.2 5.6 21.9Ladrillo de barro 1.5 1.0 1.3Torta de cemento 36.5 33.3 34.7Madera 0.6 0.1 0.4Tierra 16.4 59.8 41.0Otro tipo 1.7 0.0 0.8Total 100.0 100.0 100.0

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 3.22

Materiales de construcción para el piso en el hogarpor etnia, área y sexo de la jefatura de hogar

1998En Porcentajes

Fábrica TierraIndígena 39.6 60.4 Urbano 69.6 30.4 Rural 27.4 72.6 Hombre 42.3 57.7 Mujer 40.0 60.0No indígena 73.3 26.7 Urbano 87.1 12.9 Rural 56.3 43.7 Hombre 72.5 27.5 Mujer 75.8 24.2Urbano 81.8 18.2 Hombre 81.1 18.9 Mujer 84.1 15.9Rural 40.0 60.0 Hombre 40.9 59.1 Mujer 36.6 63.4Sexo 58.2 41.8 Hombre 57.5 42.5 Mujer 60.9 39.1

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

83DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

nante para contar o no con estos servi-cios.

b. La continua falta de accesoal agua

Del total de hogares del país(1,997,537 ) 36.4% no está conectado auna red de agua y de ese porcentaje el88% pertenece al área rural. Según elCenso de 1994 el número de hogares sinconexión de agua era del 47.6%, lo quesignifica que la cobertura de este servi-cio se ha incrementado, si bien aún esbaja. En el área rural el porcentaje de

unidades conectadas a una red de distri-bución varía entre el 42% y el 53%, conexcepción de las regiones Metropolita-na (lo que llama bastante la atención portratarse de la región más urbanizada),Central y del Petén, que cuentan con unacobertura del 30%. En las áreas urba-nas el porcentaje de unidades con esteservicio fluctúa del 80% al 94%, excep-to la región Norte, con el más bajo: 71%.

La posición ventajosa que mantienenlos hogares encabezados por mujeres yque ha sido evidente en el caso de lasinversiones realizadas en vivienda, serepite en relación al agua potable (Cua-

Cuadro 3.23

Uso de materiales en paredes por etnia, área y sexode la jefatura de hogar

1998En Porcentajes

Fábrica Adobe Madera OtroIndígena 27.2 34.7 20.4 17.7 Urbano 51.4 22.3 12.7 13.6 Rural 17.3 39.8 23.6 19.3 Hombre 26.8 32.7 22.4 18.1 Mujer 28.2 43.1 12.2 16.5No indígena 53.0 19.9 15.4 11.7 Urbano 69.8 13.1 8.7 8.4 Rural 32.2 28.2 23.6 16.0 Hombre 51.9 20.1 15.5 12.5 Mujer 56.7 19.1 15.0 9.2Urbano 64.3 15.9 9.9 9.9 Hombre 64.0 15.9 10.2 9.9 Mujer 65.3 15.8 9.0 9.9Rural 23.8 34.7 23.6 17.9 Hombre 24.0 32.9 24.6 18.5 Mujer 23.3 43.1 18.9 14.7Sexo 45.0 26.5 17.6 10.9 Hombre 40.6 25.9 18.6 14.9 Mujer 44.7 29.1 13.8 12.4

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

84 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

dro 3.25) por cuanto casi 70% de loshogares encabezados por mujeres la po-seen. Entre las mujeres indígenas llegaal 63% y a 50% entre las de las de zonasrurales.

Ahora bien, la comparación de lasencuestas realizadas entre 1989 y 1999arroja algunos datos preocupantes: loshabitantes de las zonas urbanas solo hanlogrado mejoras limitadas del servicio,en tanto que los de las áreas rurales másbien han sufrido una disminución. Lasúnicas que muestran algún mejoramien-to real son las mujeres indígenas. Pare-ciera que la población, tanto rural comourbana, crece a una tasa que está sobre-pasando la capacidad nacional y muni-cipal de proporcionar agua. Las diferen-cias son importantes entre el sector ur-bano y el rural.

c. Facilidades sanitariasendebles

En lo que se refiere a alcantarillados,del total nacional de viviendas el 67.4%no cuenta con este servicio; de éstas, el82% pertenece al área rural. Según elCenso de 1994 en ese año este porcenta-je era igual a 73.5%, lo que implica que,como con el agua, su suministro se haincrementado, aunque es evidente que elnivel de exclusión sigue siendo muy ele-vado.

La Región Metropolitana es la másbeneficiada (82%), en contraste con laregión de Petén, donde únicamente el 6%de las viviendas urbanas están conecta-das a una red. En todo el área rural esteservicio cubre apenas al 4% de las uni-dades habitacionales. Petén es el casoextremo: ninguna de sus viviendas estáconectada a algún tipo de sistema de al-cantarillado.

Cuadro 3.24

Hogares con red de agua de cañería por región y área1998

En Porcentajes

Urbano Rural TotalMetropolitana 92.2 28.1 86.0Norte 71.0 50.4 54.2Nororiente 92.0 53.1 62.7Suroriente 91.7 44.0 55.2Central 81.0 38.4 59.1Suroccidente 88.1 42.6 54.8Noroccidente 93.8 44.5 52.7Peten 88.0 21.3 41.4Total 89.6 43.6 63.6

Nota: Los datos están considerados sobre la base de si la vivienda está conectada o no a una red de distribu-

ción.

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

85DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

En general, la posibilidad de que losgrupos indígenas cuenten con facilida-des sanitarias básicas es muy baja. Sepuede comprobar la mayor disponibili-dad urbana de estos componentes sani-tarios al comparar el uso urbano y no in-dígena de sistemas de alcantarillado einodoros. Sólo 1% de los hogares rura-les está conectado a los sistemas de al-cantarillado y únicamente 9% tiene ino-doros (Cuadro 3.27).

Disponer de sistemas de alcantarilla-do es una posibilidad significativamentemayor en los hogares encabezados pormujeres (Cuadro 3.26). En particular,esto es más evidente en las familias deno indígenas, donde asciende a un ter-cio. En todas las categorías, sin embar-go, los hogares con mujeres jefes de fa-milia disponen de más servicio de alcan-tarillado que el resto. Por lo demás, lasdiferencias urbano-rurales son notables.

Cuadro 3.25

Hogares conectados a la red de agua de cañería según jefatura de hogarpor etnia, área y sexo

1989 y 1998En Porcentajes y Puntos Porcentuales

1989 1998 Variación relativa1989 y 1998

(en puntos porcentuales)Indígena 54.6 55.2 0.6 Urbano 82.0 84.2 2.2 Rural 47.7 43.3 -4.4 Hombre 54.7 53.3 -1.4 Mujer 54.4 63.1 8.7No indígena 69.1 70.4 1.3 Urbano 88.4 91.9 3.5 Rural 51.3 44.0 -7.3 Hombre 67.5 68.2 0.7 Mujer 75.7 78.1 2.4Urbano 87.2 89.6 2.4 Hombre 87.0 88.7 1.7 Mujer 88.0 92.3 4.3Rural 49.6 43.6 -6.0 Hombre 49.3 42.2 -7.1 Mujer 51.8 50.4 -1.4Sexo 66.2 66.6 0.4 Hombre 62.8 61.4 -1.4 Mujer 69.6 71.8 2.2

Nota: Los datos están considerados sobre la base de si la vivienda está conectada o no a una red de distribu-

ción.

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

86 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Nótese también que el doble de loshogares no indígenas usan inodoros encomparación con los hogares indígenas(Cuadro 3.27). En las residencias urba-nas la brecha también es considerable.En las poblaciones rurales, las letrinasgeneralmente reemplazan a los inodo-ros: el doble de los indígenas dependenmás de las letrinas que los no indígenas.Sin embargo, allí una cuarta parte de loshabitantes todavía no tiene ni inodorosni letrinas.

d. Mejoras en el acceso a laelectricidad

El servicio eléctrico está concentradosobre todo en el área Metropolitana.Aproximadamente dos tercios de los ho-gares disponen de él en el Centro, elNororiente, el Suroccidente y, un pocomenos, en el Suroriente. En el Norte,Noroccidente y Petén menos de un ter-cio de las cuentan con electricidad (Grá-fica 3.16). Como era de esperarse, la zonarural muestra un déficit mucho mayor

Cuadro 3.26

Hogares con conexión a sistemas de alcantarillado segúnjefatura de hogar por etnia, área y sexo

1998En Porcentajes

Sí NoIndígena 18.8 81.2 Urbano 63.4 36.6 Rural 0.7 99.3 Hombre 18.2 81.8 Mujer 21.5 78.5No indígena 43.7 56.3 Urbano 77.5 22.5 Rural 2.4 97.6 Hombre 40.8 59.2 Mujer 54.3 45.7Urbano 73.3 26.7 Hombre 72.0 28.0 Mujer 77.2 22.8Rural 1.4 98.6 Hombre 1.3 98.7 Mujer 2.1 97.9Sexo 32.6 67.4 Hombre 30.5 69.5 Mujer 40.6 59.4

Nota: Los datos están considerados sobre la base de si la vivienda está conectada o no a una red de

distribución.

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

87DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

que el de las comunidades urbanas, y elde los hogares indígenas más que el delos no indígenas (Cuadro 3.28). La des-ventaja rural es aún más pronunciada enel caso de los indígenas rurales.

Sin embargo, todas estas deficienciasse han reducido mucho en la última dé-

cada. El Cuadro 3.28 muestra tanto no-torios aumentos, como disminucionessignificativas en las brechas por área yetnia. Estas mejoras no han cambiado lasdiferencias de acceso a energía eléctricaentre hogares con jefatura masculina yfemenina.

Cuadro 3.27

Uso de inodoros y letrinas según jefatura de hogar por etnia, área y sexo1998

En Porcentajes

Inodoro Letrina No tiene

Indígena 21.4 60.8 17.8 Urbano 64.9 30.9 4.2 Rural 3.7 73.0 23.3 Hombre 20.7 61.7 17.6 Mujer 23.6 57.6 18.8No indígena 53.4 34.3 12.3 Urbano 83.7 15.0 1.3 Rural 16.2 57.9 25.9 Hombre 51.3 35.3 13.4 Mujer 60.9 30.5 8.6Urbano 78.0 19.8 2.2 Hombre 77.3 20.6 2.1 Mujer 80.4 17.3 2.3Rural 9.0 66.4 24.6 Hombre 9.2 66.1 24.7 Mujer 8.5 67.7 23.8Sexo 41.3 44.6 14.1 Hombre 37.4 47.3 15.3 Mujer 45.2 41.9 12.9

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

88 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Gráfica 3.16Hogares con energía eléctrica por región

1998En Porcentajes

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

89DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LAS EXCLUSIONES A FINALES DEL SIGLO XX

Cuadro 3.28

Hogares con energía eléctrica por etnia, área y sexode la jefatura de hogar

1989 y 1998En Porcentajes y Puntos Porcentuales

1989 1998 Variación relativa1989 y 1998

(en puntos porcentuales)Indígena 25.4 50.9 25.5 Urbano 65.6 83.6 18.0 Rural 15.1 37.6 22.5 Hombre 25.4 49.0 23.6 Mujer 24.9 59.1 24.2No indígena 63.4 74.8 11.4 Urbano 91.8 94.4 2.6 Rural 37.5 50.8 13.3 Hombre 61.7 72.8 11.1 Mujer 71.0 82.1 11.1Urbano 86.8 91.2 4.4 Hombre 86.2 91.5 5.3 Mujer 88.9 90.3 1.4Rural 27.2 43.4 16.2 Hombre 27.2 41.1 13.9 Mujer 27.8 53.9 26.1Sexo 53.1 67.2 14.1 Hombre 48.3 61.9 23.6 Mujer 57.9 72.5 25.2

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS

DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

93LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS

DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

CAPÍTULO IV

A. CIUDADANÍA Y PARTICIPACIÓN

La democracia política es un sistemaque se apoya en el reconocimiento de laciudadanía para todos, hombres y muje-res, con el fin de que puedan participar,de manera libre en la determinación delos asuntos que les competen y en la or-ganización de su vida en sociedad. Laciudadanía tiene una doble faz: es un re-conocimiento constitucional que hace elEstado hacia los habitantes del país y, almismo tiempo, constituye una identifi-cación personal, un sentido de pertenen-cia de esos habitantes a la nación. LaConstitución Política de Guatemala(1986), que es la norma fundamental queorganiza el orden y la dinámica de estasociedad, establece en su Artículo 147que “son ciudadanos los guatemaltecosmayores de dieciocho años de edad. Losciudadanos no tendrán más limitaciones,que las que establecen esta Constitucióny la ley”. Varias leyes ordinarias desa-rrollan esos derechos y limitaciones.

Los principios legales y constitucio-nales que favorecen las inclusiones polí-ticas se han visto fortalecidos, en el pla-no declarativo, por varios de los Acuer-dos de Paz que reiteran la importanciade la participación política. La insisten-cia de estos en esos principios se expli-

ca porque una de las razones históricasque aparecen como causas del conflictoarmado fue la extendida estructura deexclusiones. El contenido de algunos delos Acuerdos se refiere, de manera ex-plícita, a la necesidad de construir unasociedad nueva con base en nuevos me-canismos incluyentes. Los siguientesAcuerdos se refieren a aspectos relacio-nados con la inclusión en la Guatemalapacífica y democrática:• Acuerdo Global sobre Derechos Hu-

manos.1 Señala la urgencia de que elEstado asegure y proteja los derechoshumanos, especialmente los llamadosderechos civiles. La protección de losderechos humanos es un mecanismopoderoso de inclusión social. De ma-nera particular, este Acuerdo tiene ensu Apartado V una referencia norma-tiva para garantizar las libertades deasociación y de movimientos.

• Acuerdo sobre Identidad y Derechosde los Pueblos Indígenas.2 En sus dis-tintas secciones constituye una decla-ración sobre la urgencia de reconocera los guatemaltecos de origen maya suderecho a estar incluidos plenamenteen la dinámica de la sociedad. La lu-cha contra la discriminación es el re-conocimiento de que esta sociedadexcluye por razones étnico-culturales.

1 Firmado en México, D.F., el 29 de marzo de 1994. Este Acuerdo estuvo precedido por el Acuerdo de Querétaro (25, julio, 91) quees un acuerdo marco sobre la democratización y búsqueda de la paz por medios políticos.

2 Firmado en México, D.F., el 31 de marzo de 1995.

94 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Por ello, hay un largo capítulo III so-bre Derechos Culturales. Además, elCapítulo IV se refiere también exten-samente a los derechos civiles, polí-ticos y sociales propios de una cultu-ra diferente. Esta sección debe ser in-terpretada, en la lógica de este Infor-me, como una declaración de princi-pios a favor de que terminen las ex-clusiones para la población indígena.

• Acuerdo sobre Aspectos Socioe-conómicos y Situación Agraria.3 Estees, sin duda, el que habla de maneramás precisa sobre los mecanismos quedeben ser creados o puestos a funcio-nar para asegurar en la Guatemalapacífica y democrática la más ampliaparticipación social. Hay una menciónespecífica para asegurar la participa-ción de la mujer no sólo en la vidapolítica sino en el desarrollo econó-mico y social.

• Acuerdo sobre Fortalecimiento delPoder Civil y Función del Ejército enuna Sociedad Democrática.4 Contie-ne en su sección V una valiosa refe-rencia a cómo el fortalecimiento delpoder civil en la democracia pasa porel aumento de la participación de laciudadanía y la ampliación de lasoportunidades, especialmente de lasmujeres y de los grupos indígenas.

En términos generales, la partici-pación ciudadana no sólo depende de laconstrucción institucional-legal que rea-liza el Estado, sino también de dos fac-tores volitivos: uno, la actitud que seadopta frente a las instituciones, de con-fianza plena a distintas formas de mani-festarse; el otro, la voluntad personalpara participar en la vida pública. Estu-

dios hechos en esta dirección revelan unaprofunda desconfianza en las institucio-nes públicas por parte de la ciudadanía.En una investigación llevada a cabo enCentroamérica por la Institución PRO-CESOS, la opinión publica guatemaltecaes la que revela menos confianza en lasinstituciones. Sólo un 7% cree que sevive en una situación democrática, entanto que el 46% opina que eso no esasí.5 Preguntados acerca de la importan-cia de la participación ciudadana, un60% considera que, aunque haya proble-mas, es importante aumentar la partici-pación, frente a un 30% que no lo creeasí.6

B. EL SISTEMA POLÍTICO Y LA PARTICI-PACIÓN ELECTORAL

En Guatemala hay 5.4 millones depersonas en edad de votar. No todos ejer-cen este derecho y más bien ha habidola tendencia a dejar de hacerlo. En lasúltimas elecciones generales (noviem-bre y diciembre de 1999) solo votaron2.3 millones de ciudadanos, lo que equi-vale a una tasa de participación bruta del44% o, bien, a una abstención del 56%.Esta abstención se llama primaria por-que se calcula sobre la base de todos losguatemaltecos mayores de l8 años queteóricamente debieran votar. En Guate-mala se utiliza otro sistema para calcu-lar la abstención-participación: se haceel cálculo con base en el total de perso-nas inscritas en el Tribunal SupremoElectoral. Así, como en las menciona-das elecciones se encontraban registra-dos 4.4 millones, entonces la participa-

3 Firmado en México, D.F., el 6 de mayo de 1996.4 Firmado en México, D.F., el 19 de septiembre de 1996.5 La encuesta se hizo en octubre de 1997, con una muestra demográficamente representativa de 1.214 guatemaltecos, de 18 años

y más, con un margen de error de 2.8%, con base en la proyección poblacional de CELADE para 1995.6 Rodríguez et al (1998).

95LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

ción, según esta forma de hacer el cál-culo, fue del 54% del total y la absten-ción, que se llama secundaria, del 46%.

El acto de votar es el ejercicio deun derecho ciudadano. Quienes lo lle-van a cabo forman parte del sistemapolítico y del sistema electoral. En Gua-temala constituyen un problema más se-rio los ciudadanos que NO se inscribenque los ciudadanos que NO votan, lo cualse refleja en que la abstención primariaes mayor que la secundaria. La demo-cracia de los ciudadanos se completa conla democracia de partidos. Sin éstos, nopodrían realizarse las elecciones, ni sepodría organizar la representación de losintereses de los diversos grupos socia-les. Además, su presencia asegura doscondiciones claves de la vida democrá-tica: el pluralismo y la competencia elec-toral. En las últimas elecciones partici-paron 16 partidos políticos, la mayorparte de reciente creación7 y se alcan-zó por vez primera en muchos años, unadiversidad ideológica al participar, porejemplo, tanto una fuerza de izquierda,la Alianza Nueva Nación como un par-tido de orientación evangélica, ARDE.

1. Dificultades en el derecho aelegir y a ser electo

La primera manifestación de inclu-sión política es la garantía plena de queel ciudadano tiene derecho a elegir y aser electo. Hay muchas modalidadesde participación política, pero esta es lamás importante porque es la más fácilde ejercer y porque es formalmente igualpara todos. Sin embargo, hay, de hecho,algunas limitaciones que regulan estederecho democrático. Por de pronto, hay

una de carácter sustantivo: todos puedenvotar pero no todos pueden, al menos pordos razones, ser electos: porque los pues-tos son pocos y porque hay condicionesespeciales que un ciudadano tiene quesatisfacer para optar.

El ejemplo más obvio de lo anteriorse encuentra en la opción para el cargode Presidente o Vicepresidente de laRepública. Pueden participar todos losque quieran, pero deben llenar los si-guientes requisitos, según el Artículo 185constitucional: ser guatemalteco de ori-gen8 , ciudadano en ejercicio y mayor decuarenta años. Además, existen ciertasprohibiciones para quienes pretenden lapresidencia. Entre otras, incluyen nohaber participado en ningún movimien-to armado que haya alterado el ordenconstitucional, no ser militar en servicioactivo, no ser ministro de un culto reli-gioso, etc. De todos los que compitensolamente uno es electo. Menos restric-tiva pero igualmente selectiva resulta lade diputados, alcaldes o cualquier otrocargo de elección popular. La conclusiónde este silogismo democrático es queformalmente todos son elegibles, pero nosolo muy pocos pueden ser electos, sinoque pueden aspirar únicamente quienessatisfacen ciertos requisitos. Aún másdifícil es tener acceso a los medios ne-cesarios para lograrlo.

Las exclusiones para ejercer el dere-cho ciudadano a votar pueden deberse avarias causas: por ejemplo, puede ser elresultado de una decisión del Estado quelimite la participación de sus opositores,como ha ocurrido ya en situaciones au-toritarias, o una limitación estructuralde la sociedad, como en el caso de unasituación de pobreza extrema. Tambiénpuede ser consecuencia de una mera

7 Acción Ciudadana et al. (1999).8 Es guatemalteco de origen el nacido en el territorio nacional, hijo de padre o madre guatemaltecos; se asimila a nacidos en

Guatemala a los hijos de los diplomáticos o quienes estén en funciones similares.

96 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

decisión personal de abstenerse o porrazones asociadas a la cultura política,las cuales se manifiestan especialmenteentre jóvenes, mujeres o indígenas. EnGuatemala, la democracia política enconstrucción ya no produce exclusionesrelativas a la primera causa y trata deevitar la última, la apatía electoral, a tra-vés de campañas de promoción electo-ral, pero no puede aún disminuir loscondicionamientos económico-sociales yculturales existentes y que limitan seria-mente la participación electoral.

2. Se excluye a las mujeres de lapolítica

De las muchas carencias que persis-ten en la democracia guatemalteca, lafalta de integración de la mujeres en lapolítica es de las más significativas. Fue-ron expresamente excluidas del derechoal voto hasta 1945. En este año se lesconcedió, pero no solo a condición de quefuesen alfabetas sino como un derechooptativo. Hay que recordar que, en cam-bio, para los hombres era una obligación.

Cuando el voto se hizo universal, se es-tipuló que el de la mujer analfabeta fue-ra público, una exigencia esencialmen-te antidemocrática. Hoy, después de1966, el derecho de la mujer se ha equi-parado al del hombre. No obstante, exis-ten marcadas diferencias en la conductaelectoral de ambos sexos, que se expli-can en general por el atraso social y cul-tural del país, y que se acentúan cuandose analizan la participación electoral apartir de distinciones básicas comoalfabetas y analfabetas, rurales o urba-nas, indígenas o no indígenas. El perfilde la exclusión profunda aparece en elcaso extremo de una mujer analfabeta,joven, del medio rural e indígena.

De cada 100 mujeres guatemaltecasen edad de votar, en 1999, sólo lo hicie-ron 33, estando inscritas en el Registrode Ciudadanos 69. 9 Del total de inscri-tas10 votaron 47, en tanto que 31 no hanacudido a inscribirse nunca. El resumenes que el 67% del total de mujeres ciu-dadanas no votaron. Esta cifra es clara-mente inferior a los promedios naciona-les, pues de cada 100 ciudadanos en edad

9 Los datos son del Tribunal Supremo Electoral (1999)y corresponden a las elecciones generales, primera vuelta, diciembre, 1999.10 Para ser ciudadano elector, una vez cumplida la mayoría de edad, y obtenida la Cédula de Vecindad, se debe acudir al Tribunal

Supremo Electoral o a sus delegaciones en el interior, para inscribirse en el Registro de Ciudadanos. Con la constancia de que se hacumplido con ese requisito, se puede votar. De aquí en adelante, al referirnos a inscripción, se entiende que hablamos del Registrode Ciudadanos.

Recuadro 4.1

El fantasma de la abstención

Llama la atención que en la transición democrática la participación no haya aumentado progresivamente,como ha ocurrido en situaciones similares en otros países. En 1985, la abstención fue del 31.2% del total deciudadanos inscritos. Subió el número de no votantes en las de 1990, al 44.3% y de nuevo se alzó al 53% en1995. La abstención experimentó una alza en el referéndum del 15 de mayo de 1999, pues fue apática el82% de la ciudadanía inscrita. Pero bajó levemente en las últimas elecciones generales de 1999, ya que sólofue de un 47%, cifra que todavía es alta y coloca a Guatemala entre los países de mayor abstención enAmérica Latina.

Fuente: PNUD / TSE (1999)

97LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

de votar, 66 no acudieron a los centrosde votación. De los inscritos, no lo hi-cieron 46.

El voto femenino ofrece otras varia-ciones si se le analiza a la luz del factoreducativo o del étnico, como se presentamás adelante. Numerosas investigacio-nes realizadas explican la tendencia delas mujeres a marginarse de la políticacomo una expresión de la cultura patriar-cal, autoritaria y despótica, que priva enel seno de la familia guatemalteca engeneral y, en particular, en el área ruraly entre los sectores pobres. La convic-

ción expresada por numerosas mujeresindígenas de que “la política es asuntode hombres” exhibe una percepción deminusvalía, propia de una sociedad tra-dicional11 , que define el papel de la mu-jer al margen de los asuntos públicos.Las exclusiones empiezan en la intimi-dad del hogar y las refuerza la sociedadmisma.

El cuadro 4.1 y la gráfica 4.1, pre-sentan, por departamentos, los diversosgrados de participación de la mujer. Hayque hacer notar que el voto femenino fuedel 33% en relación con el total de mu-

11 PNUD-TSE (2000).

Cuadro 4.1Voto total y voto femenino por departamentos

elecciones 1999

Departamento Voto Total Voto Mujer %Guatemala 608,113 284,734 46.8Zacapa 57,335 23,521 40.0Jutiapa 101,141 41,276 40.8Escuintla 123,353 49,786 40.4Retalhuleu 59,469 23,378 39.3Chiquimula 78,436 30,501 38.9Quetzaltenango 149,977 57,982 38.7Jalapa 51,414 19,785 38.5El Progreso 36,462 13,875 38.1Santa Rosa 82,266 31,346 38.1Sacatepéquez 55,442 21,043 38.0Suchitepéquez 101,415 37,495 36.9Chimaltenango 88,064 31,710 36.0Izabal 63,210 22,498 35.6Quiché 105,264 35,425 33.7Totonicapán 61,874 20,176 32.6Baja Verapaz 44,692 14,220 31.8Petén 60,210 19,042 31.6San Marcos 150,768 44,899 29.8Huehuetenango 146,222 42,951 29.4Sololá 64,853 18,549 28.6Alta Verapaz 109,515 20,129 18.4

Fuente: Cálculos propios con datos del Tribunal Supremo Electoral (1999).

98 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

jeres en edad de elegir y del 47% conrespecto a la inscripción femenina en elRegistro. La comparación con el votomasculino resulta muy significativa: loshombres votaron en un 55% en relacióncon el total de ellos con derecho a hacer-lo y en un 58% en cuanto a los inscritos.Como puede verse en el cuadro 4.1, apartir del Departamento de Sacatepé-quez empieza a bajar el porcentaje devoto femenino en relación con el total.

Es mucho menor en los departamentoscon mayor población indígena.

Estas diferencias pueden apreciarsetambién en el gráfico anterior, en el cualel mapa del país aparece dividido en lascuatro categorías que agrupan los depar-tamentos por el porcentaje de poblaciónindígena.

La participación femenina tambiéndebe analizarse en otros aspectos de lavida política democrática. Así, en 1999solo fueron electas ocho mujeres paradiputados sobre 113 y tres para alcalde-sa en relación con 330, y en el gobiernoelegido ese año, se nombró una ministraentre 20, seis viceministras de 47 y dosmagistradas de la Corte Suprema sobre13. Los datos sobre otros cargos en elgobierno son parecidos. Aunque incom-pletos, son reveladores de lo importanteque es alcanzar un equilibrio de géneroen la administración pública. A títuloilustrativo se hace referencia al índice departicipación femenina en el parlamen-to: en Suecia, 42.7%, en Noruega, 36.4%,en Costa Rica, 19.3%, en El Salvador,16.7%, Nicaragua, 9.7%, en Honduras,9.4% y en Guatemala, 8.8%.12

3. Las dificultades para votarentre la población indígena.

Los indígenas, como ciudadanos queson, gozan del derecho a votar y a serelectos. Sin embargo, este derecho, pesea que en el último tiempo se han dadomás facilidades, continúa sin las condi-ciones adecuadas para ejercerlo, pues, engeneral, la sociedad guatemalteca en larealidad no lo reconoce. Es decir, lasdiferentes formas de discriminación exis-ten y se reiteran, aunque frecuentementesin plena conciencia de ello.

Gráfica 4.1Cómo votan las mujeres por departamentos según rangos de

proporción de población indígena1999

Nota: El departamento de Guatemala comprende el 46.8% del voto de mujeres del sector.

Fuente: Cálculos propios con datos del Tribunal Supremo Electoral (1999). 12 PNUD (2000)

99LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

Cualquier forma de discriminación(social, étnica, religiosa o política) es unaexpresión de exclusión. La étnica es másprofunda y extendida e incluye, eviden-temente, la política. En el sistema legalactual no hay disposiciones que exclu-yan a los indígenas de la participaciónpolítica, pero se dan situaciones de he-cho que conducen hacia allí.

El clima prevaleciente después delconflicto favorece fuertemente, como lorecomiendan los Acuerdos de Paz, laparticipación. Aunque ésta no ha aumen-tado significativamente, no cabe dudaque se ha elevado el grado de concienciasobre el problema y se han logrado cier-tos avances. Por ejemplo, en 1999 ya nohubo voto compulsivo, como el del te-rrateniente que llevaba a votar a sus peo-nes para asegurar su lealtad política.

Hay por lo menos dos obstáculos ob-jetivos que entorpecen el ejercicio delvoto entre la población indígena. Uno,de carácter técnico-administrativo, es elrelativo a la inscripción electoral, requi-sito indispensable para votar. Para ins-cribirse el ciudadano tiene que obtener,

primero, su cédula de vecindad y luegoir a una oficina del Tribunal SupremoElectoral. Para muchos indígenas, so-bre todo de zonas remotas, esto significarealizar un largo recorrido e incurrir enalgunos gastos que, por su pobreza, nosiempre pueden realizar. La otra dificul-tad reside en que por decisión del decre-to 48-85 del Ejecutivo (Ley de PartidosPolíticos) las mesas electorales solo seinstalan en las cabeceras municipales, loque obliga a cerca de un 30% de los cam-pesinos indígenas a trasladarse a un sitiode votación que, en promedio, dista 18kilómetros.13 Esto los obliga a caminara pie o pagar por el transporte. En algu-nos casos, las distancias son mayores alos 50 kilómetros, no hay transporte olos caminos son, en algunos meses delaño, intransitables. La dispersión rurales un factor adverso.

Las otras dificultades son de natura-leza cultural. El ejercicio del voto resul-ta una ardua tarea para ciudadanos anal-fabetos o con poca destreza en el mane-jo del idioma español. La minusvalía queesto representa se manifiesta claramen-

Recuadro 4.2

Para compartir el poder

“Entre las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos se encuentra la propuesta del Artículo 212, para quese establezca un porcentaje mínimo del 44% de candidatas/candidatos en las planillas de postulación a cargos deelección popular. Esta propuesta sustituye las aprobadas en otras latitudes, con cifras que oscilan entre el 20 y el35% destinado a las mujeres.... El 31 de mayo de este año, en Colombia se aprobó una legislación ejemplar en quese señala un 30% de los cargos de máximo nivel decisorio para las mujeres...Cito la información anterior, porque enGuatemala se combaten esas iniciativas con ataques personales y no con un análisis meditado y abierto de losposibles beneficios para toda la sociedad. Cito la información anterior porque los países que más se manejan porsistemas de cuotas no son los más señalados por la intervención estatal, sino más bien los que se han caracterizadopor garantizar el mayor nivel de libertad a sus ciudadanos y ostentar el mejor nivel de vida de su población...”

Fuente: Altolaguirre (2000).

13 PNUD-TSE (2000).

100 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

te en el momento de una votación, cuan-do se requiere un cierto manejo de códi-gos culturales, de información y de de-cisión de vencer las barreras que impe-ran en una sociedad donde predominael racismo.

En el cuadro 4.2 se presenta una su-maria información estadística que permi-te comparar dos situaciones extremas: lade los hombres ladinos con algún gradode educación y la de mujeres indígenasque no fueron a la escuela. Esta compa-ración exhibe algunos aspectos de lasdiferencias existentes entre los ciudada-nos, a partir de las variables de género,educación y etnia, que alimentan y ex-plican la fuerza de las exclusiones per-sistentes en esta sociedad.

Las exclusiones que de hecho experi-menta la población indígena correspon-den a lo que se ha llamado razones es-tructurales y, por lo tanto, que tambiénafectan a sectores ladinos. Sin embar-go, siendo Guatemala una sociedadmultiétnica es preciso preguntarse si losindígenas no votan por vivir en condi-

ciones de extrema pobreza, por su con-dición rural o por su condición étnica.Los datos censales no permiten una res-puesta precisa acerca de qué factoresexplican más su conducta política, perohay aproximaciones indirectas como lasque contienen los cuadros anteriores.Conforme con una investigación recien-te14 y con los datos electorales, la parti-cipación de los indígenas en relación conla de los ladinos no muestra diferenciassignificativas, sobre todo si se mantienela distinción entre abstención primaria ysecundaria. Esto quiere decir que losindígenas no se inscriben en el Registroen la proporción en que lo hacen los la-dinos, pero que una vez cumplido esterequisito su participación es similar, talcomo lo indican las últimas tres eleccio-nes generales. En la Consulta Popularde mayo de 1999 aumentó significati-vamente el voto indígena.

No hay datos concluyentes acerca deuna probable abstención en las zonasdonde el conflicto armado fue más agu-do. Tampoco se encuentra una relación

Cuadro 4.2

Voto, inscripción y opinión sobre las elecciones (casos extremos)1999

En Porcentajes

¿Votó el pasado 7de noviembre? ¿Está inscrito? Opinión sobre eleccionesSí No Sí No Le No le

interesan importan NS/NRHombre indígena:primaria o más 81.3 18.7 61.9 38.1 74.4 16.5 9.1Mujer indígena:no fue a la escuela 50.9 49.1 26.6 73.4 20.9 60.1 19.0

Fuente: Encuesta ASIES, sobre 253 casos válidos, Encuesta USAC sobre 334 casos válidos. Presentado en PNUD-TSE (2000).

14 PNUD-TSE (2000).

101LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

inequívoca entre abstención y condiciónétnica ya que al analizar municipios conmás o menos población indígena se en-cuentra una gran dispersión. Es decir,las tasas de participación pueden ser lasmismas en municipios donde el númerode indígenas es mayor o menor. En cam-bio, las diferencias de participación sonmás sensibles cuando se analizan convariables como género y educación.Toda la información disponible confir-ma lo que ya el sentido común indicaba:que la condición indígena actual produ-ce dificultades para el surgimiento delciudadano activo, descrito anteriormen-te. La cultura racista acentúa sus efectosexcluyentes en las regiones rurales muyapartadas de los centros urbanos, en losgrupos con mayor pobreza y desamparomaterial, en quienes no hablan el espa-ñol y en las mujeres.

Por limitada que sea la informaciónobtenida, el cuadro 4.3 aporta un ciertovalor ilustrativo. Con los datos disponi-bles es posible aproximarse a un análisisde cómo participa la gente en la políticade acuerdo con su ubicación en la estra-tificación social. En general, a partir deestudios en otros países, se puede decirque existe una correlación positiva entre

una mejor posición social en la estructu-ra de clases y una mayor predisposiciónpara participar en la vida pública. Hacefalta comprobar esto en el caso de Gua-temala. Aquí se presenta un dato aisladopero suficiente para ver cómo la educa-ción y el ingreso se relacionan positiva-mente con la decisión de registrarse enel Padrón Electoral y, seguramente, conla de votar.

4. Los jóvenes participan poco

El tema de la participación políticaconstituye uno de los más sobresalientesde la época actual. En todas partes seadvierte un creciente desinterés de losciudadanos por intervenir en activida-des políticas y de desconfianza en elliderazgo partidario, y en los partidospolíticos. Es probable que ese estado deánimo se manifieste de manera generalcomo una tendencia a participar menosy que ello afecte también a las nuevasgeneraciones. La información disponi-ble no permite afirmar que en Guatema-la, en términos generales, los jóvenes dehoy sean más apáticos que los del pasa-do y que, de ser así, su indolencia se re-fleje en los porcentajes de abstención.

Cuadro 4.3Empadronamiento según educación e ingreso

1999En Porcentajes

Educación Ingresos TotalPrimaria Menos de De U$200 Más deo menos Secundaria Universidad U$200 a U$400 U$ 400

Sí 73.2 79.6 89.0 76.2 80.5 84.0 78.3No 24.1 16.8 7.3 21.1 15.8 10.9 18.4NS/NR 2.7 3.6 3.6 2.8 3.7 5.1 3.3Total 100 100 100 100 100 100 100Total Encuestado 483 551 166 576 272 140 1200

Fuente: Borge & Asociados, (1999).

102 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Más bien en las últimas elecciones no hayduda que su abstención ha sido menor.También se puede comprobar que la par-ticipación va aumentando con la edad delciudadano.

La información de las elecciones ge-nerales del 7 de noviembre de 1999 con-firma que la abstención disminuye amedida que las categorías de edad sonmayores. En efecto, se abstuvieron el77% de los jóvenes entre los l8 y los l9años, es decir, los que recién empiezan avivir su condición ciudadana (gráfica4.2). El porcentaje baja al 66% entre losde 20 a 24 años, se reduce aun más, al60%, entre los de 25 a 29 años y siguedescendiendo hasta un mínimo del 37%entre los de 45 a 49 años. Obviamente,después la abstención empieza a subirdebido a que a los adultos mayores seles va haciendo más difícil ocuparse departicipar en la política. La exclusión

política se acentúa entre las jóvenes, so-bre todo si son indígenas.

5. También existen otras formasde participación y exclusión

La participación electoral no es la úni-ca modalidad de inclusión en la vida po-lítica. La militancia partidaria es otra for-ma. En las últimas elecciones generalesse presentaron, con registro legal, 16 par-tidos políticos. La pertenencia partidariaen Guatemala es baja, pues solo 273.918ciudadanos se encuentran inscritos enpartidos, es decir, el 6.14% de la ciuda-danía empadronada. De ese total sólo el27% son mujeres. En una reciente en-cuesta las cifras de inscripción partida-ria aumentaron del 8.9% en 1997 al 9.4%en 1999, en el ámbito local15 . Tambiénse organizaron 176 Comités Cívicos, que,conforme a la ley, pueden participar en

Gráfica 4.2Abstención por edad

1999En Porcentajes

Fuente: Cálculos propios con datos del Tribunal Supremo Electoral (1999).

15 Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000).

103LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

la competencia municipal. Esta modali-dad de organización política creció en lasúltimas elecciones, pero con resultadosadversos pues proporcionalmente eligie-ron menos candidatos. Constituye unaforma local de participación política.

Otra peculiaridad de la participaciónpolítica es la de ocupar cargos públicos,tanto en el Estado como en los organis-mos descentralizados y, de manera par-ticular, en las corporaciones municipa-les. También es importante la pertenen-

Recuadro 4.3

Grupos con tendencias a la exclusión electoral

En términos generales las dificultades para participar en la vida política son de orden socioeconómico. Asumien-do esa realidad como modificable en el mediano plazo, el principal problema para aumentar la inclusión ciudadana,en el corto plazo, reside en lograr que los ciudadanos se inscriban en el Padrón Electoral. Los no inscritos constitu-yen un problema mayor que los que si lo están, pero no votan. La abstención femenina es el segundo problema, y lade los jóvenes entre 18 y 24 años, el tercero. En ambos casos es más decisiva la abstención primaria que la secunda-ria. Es decir, pesa más quienes no se inscriben frente a los que no votan. Ello es así porque los inscritos tienen menorpropensión a no votar. Finalmente, están los trabajadores emigrantes que constituyen un grupo humano importantey que no vota. Son los campesinos del trabajo estacional, que con toda razón deciden que es más importante trabajarque votar. Las últimas elecciones generales se han realizado justamente en los momentos pico de las cosechas deexportación.

Fuente: PNUD-TSE (2000).

Gráfica 4.3Asistencia a las reuniones municipales

1995, 1997 y 1999En Porcentajes

Fuente: Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000).

104 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

cia a organizaciones que se relacionandirectamente con los procesos electora-les o los partidos políticos. En el Regis-tro Electoral existen 23 asociaciones quese definen por tener fines políticos y cuyopropósito es analizar, opinar e influir enel campo de la política pero sin actuarelectoralmente. De hecho, hay muchasONG que mantienen una relación políti-ca y que en las últimas elecciones parti-ciparon en las campañas destinadas aestimular el sufragio.

Las medidas tomadas en los últimosaños han abierto un espacio de partici-pación local que tiene una creciente im-portancia en la vida rural, como sucedecon los Consejos de Desarrollo Urbanoy Rural que funcionan en la mayor partede los municipios del país. También haresultado valiosa la participación en loscomités escolares de padres de familia yen servicios de salud y bienestar social.

Gráfica 4.4Peticiones al gobierno local

1995, 1997 y 1999En Porcentajes

Fuente: Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000).

Esta participación fortalece la dimensiónpopular de la sociedad civil.

La información dada a continuaciónmuestra cómo han sido las relacionesentre la participación de los grupos co-munitarios, ocupacionales, y las muni-cipalidades. Es decir, cómo han partici-pado algunas organizaciones de la socie-dad civil local en reuniones municipa-les, o solicitudes presentadas ante losgobiernos municipales y el grado de sa-tisfacción que los ciudadanos tienen conlos servicios que esas autoridades pres-tan.16 Los datos que aparecen en las grá-ficas 4.3, 4.4, 4.5, y 4.6 indican que laparticipación de las organizaciones de lasociedad civil está positivamente asocia-da con la asistencia a reuniones, peticio-nes, satisfacción con los servicios y apo-yo al sistema en general. Los datos delos tres años analizados presentan varia-ciones en las que se aprecia que la parti-

16 Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000).

105LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

Gráfica 4.5Asistencia a reuniones y satisfacción con servicios

1995, 1997 y 1999En Porcentajes

Gráfica 4.6Apoyo al sistema1995, 1997 y 1999

En Porcentajes

Fuente: Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000).

Fuente: Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000).

106 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

cipación o la satisfacción no es siemprela misma.

Las exclusiones políticas tienden a irsesuperando a medida que las personas seocupan de los problemas de su vida co-munitaria. Según la encuesta citada, elgobierno municipal continúa siendo lainstitución política en la cual confía másla población, pese a la disminución ha-bida en esa positiva percepción al pasardel 59% (1997) al 51% (1999) Un 12%de los entrevistados informó que asistea las reuniones municipales y un 18% quesolicitan ayuda a las municipalidades. Laparticipación no se limita a las activida-des oficiales de la municipalidad sino quecubre a otras organizaciones de la socie-dad civil. Los encuestados pertenecen,en un 73%, a alguna organización. Másde un 25% son activistas en dos organi-zaciones y otro 25% en tres o cuatro gru-pos.17 La mayor parte (un 52%) de quie-nes respondieron a la encuesta participaen actividades de la Iglesia. Siguen lue-go (44%) aquellos que se ocupan deactividades escolares (44%). También un44% lo hace en comités o asociacionesde desarrollo.

C. INCLUSIÓN Y MARGINALIDAD

JURÍDICA: LA PROTECCIÓN LEGAL

DEL CIUDADANO

1. Inclusión en el papel, exclu-sión en la vida diaria

Las cinco Constituciones que hatenido Guatemala en su historia republi-cana coinciden en que el fin primordialpor el cual se organiza el Estado es el de

proteger el ejercicio de todos y cada unode los derechos de la persona18 . En laactual Constitución aparecen consagra-dos los derechos que resguardan la con-dición ciudadana, divididos en derechossubjetivos (civiles, políticos y sociales)y adjetivos (las garantías procesales).

Guatemala también ha ratificado losinstrumentos internacionales más impor-tantes relativos a los derechos humanos.Sin embargo, en la historia nacional, lle-na de dictaduras, ha predominado la vio-lación de los derechos humanos por par-te del Estado. Estas violaciones se apo-yaban en formas persistentes y generali-zadas de desprotección legal. De allí queel rasgo sobresaliente de esta cultura po-lítica haya sido la existencia de un abis-mo entre las declaraciones formales denuestras Constituciones y la realidad deuna situación política violenta que hadejado en la desprotección a los ciuda-danos.

Durante el recién concluido conflictoarmado no solo fueron violentados losderechos humanos, sino que no se res-petaron los instrumentos procesales y losrecursos que la ley establece. Se vivióun acentuado clima de desprotección ju-rídica19 que se tradujo en la ausencia degarantías para la detención legal, la de-fensa, el debido proceso, la presunciónde inocencia, la inviolabilidad de la vi-vienda y la correspondencia, libre loco-moción, la emisión del pensamiento y deculto, el asilo, el acceso a los tribunalesy dependencias estatales. La ausencia desalvaguardia de esos principios, propiosde un país civilizado, fue acompañadapor la impunidad total de los actores detales violaciones. Signos visibles de esta

17 Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000). Este documento tiene una valiosa información sobre culturapolítica.

18 Son las constituciones de diciembre de 1879, marzo de 1945, febrero de 1956, septiembre de 1965 y mayo de 1985.19 CEH (1999). Aquí se detallan los crímenes cometidos contra la población civil por parte del ejército y la ausencia de castigo que

todavía persiste.

107LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

situación se materializaron, por ejemplo,en la ausencia de procesos legales con-tra los alzados en armas capturados, quefueron asesinados, o contra los oficialesresponsables de crímenes, que fueronamnistiados, o en la ineficacia de las dosgarantías más importantes de la culturajurídica: los recursos de amparo y deexhibición personal20 , que no fueronrespetados.

Con el fin del conflicto armado, lascondiciones que condujeron a esta bru-tal anormalidad han terminado. No obs-tante, lo peligroso de esta experienciaprolongada por tantos años es que tieneefectos inerciales. No solo por el ladode las prácticas autoritarias que persis-ten y permean la conducta de muchosfuncionarios públicos, sino por la extre-ma debilidad en que aún se encuentra elpoder judicial, responsable de ejercitarlos procedimientos que protegen al ciu-

dadano en relación con su derecho a lajusticia pronta, gratuita y objetiva.

2. Sin instituciones no hayprotección jurídica

El Estado guatemalteco aspira a serun Estado de derecho, posibilidad ciertacon el fin del conflicto armado. Hay ins-tituciones nuevas que han sido diseña-das para proteger al ciudadano, talescomo la Corte de Constitucionalidad yla Procuraduría de los Derechos Huma-nos. Esta última posee las atribucionesde velar por la vigencia de los derechoshumanos, con especial énfasis en la mu-jer, la niñez, la juventud, los discapaci-tados, los adultos mayores, la poblacióndesarraigada, los reclusos y aquellos queestán en una situación de vulnerabilidadjurídica. La Procuraduría ha creado laDefensoría de los Derechos de la Mujer,

Recuadro 4.4

Poca confianza en el sistema judicial

La población guatemalteca todavía no tiene suficiente confianza en el sistema judicial. En una muestra de líderespolíticos, sindicales, intelectuales, empresariales, militares y religiosos, se preguntó si frente a un problema legal esfácil o difícil llevar el caso ante un juez1. Las respuestas de que es fácil sólo alcanzó un 7.8%. El 88.8% consideróque es difícil. Para este último grupo, las razones son las siguientes:

¿Por qué es difícil llevar el caso a un juez?Existe corrupción 14.7%Alta burocracia 11.2%Ineficiencia de los que imparten justicia 15.5%El sistema judicial es muy complicado 10.3%Es muy costoso 9.5%(Solo se incluyeron las cinco respuestas más numerosas)

Fuente: Fundación Myrna Mack (1997).

20 De haber funcionado estas garantías constitucionales, se habrían evitado numeras desapariciones, asesinatos y torturas durantetodo el período del conflicto armado.

108 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

que, entre otras acciones, presta serviciolegal en las denuncias de carácter penal,civil, laboral y administrativo que em-piezan a cobrar impor-tancia21 por lasquejas presentadas. También funciona laOficina Nacional de la Mujer, adscrita alMinisterio de Trabajo y Previsión Socialy la Fiscalía de la Mujer, en el Ministe-rio Público. Esta última Oficina persiguede oficio las denuncias que recibe; en1999 sólo el 5% de las relacionadas conviolencia intrafamiliar se convirtieron enjuicios por delito de lesiones, pues lamayor parte de los casos se resolvieronpor medio de arreglos directos.

En 1997 se crearon los Juzgados dePaz Comunitarios.22 Se encuentran fun-cionando cinco, como experiencia preli-minar, en San Andrés Semetabaj, SanRafael Petzal, San Luis, Santa MaríaChiquimula y San Miguel Ixtahuacán.Estos juzgados constituyen unainstitucionalidad de nuevo tipo porquefallan aplicando los usos y costumbresdel lugar, aunque sólo limitados a la ju-risdicción penal.

Las condiciones para ir eliminandolas diversas formas de exclusión en ma-teria legal dependen de las reformas queviene experimentando toda la estructura

institucional del poder judicial, conside-rado por la opinión pública nacional, ennumerosas encuestas, como un sistemade administración de justicia que toda-vía no presta la necesaria protección a laciudadanía. Diversos análisis señalan, enefecto, la debilidad de esta función esta-tal: la improvisación de los jueces, elexceso de causas por tribunal (es decir,la falta de suficientes tribunales), la co-rrupción, la lentitud. En materia penal,que es donde la desprotección es mássensible, a los problemas anteriores sesuma la casi total ausencia de abogadosdefensores para la inmensa mayoría delos procesados. Las dificultades parapagar un profesional también constituyeuna forma de exclusión de la justicia aúnen el ramo civil. El 64% de la poblaciónpenitenciaria se halla constituida porpresos sin condena23 , resultado casi di-recto de la falta de defensores públicos.

La información disponible permiteconsiderar que los esfuerzos de reformaque se vienen haciendo desde hace unbuen tiempo, sobre todo en los últimoscinco años, están mejorando las posibi-lidades de que el sistema judicial presteun mejor servicio a la población y que laprotección legal aumente. Son varios los

21 Procuraduría de los Derechos Humanos (1999).22 Por reformas introducidas al Artículo 52 del Código Procesal Penal.23 Proyecto Estado de la Región (1999). Se trata de una expresión grave de falencia institucional, pero también de una forma de

desprotección jurídica, de exclusión. Las cifras para Centroamérica son parecidas: 90% en Honduras, 78% en El Salvador, 32% enNicaragua y 20% en Costa Rica.

Recuadro 4.5

Juzgados de paz comunitarios

Con la creación de los Juzgados de Paz Comunitarios se ha facilitado el acceso a la justicia, en elámbito territorial, lingüístico y cultural. Un Informe de MINUGUA señala “que el mayor aciertode la creación de éstos, es el hecho que por primera vez se ha iniciado el cumplimiento de underecho humano tradicionalmente vulnerado a miembros de los pueblos indígenas, como el accesoa la justicia en su propio idioma. Este factor ha contribuido a un aumento de legitimidad y accesi-bilidad a la justicia estatal para estos pueblos.

Fuente: MINUGUA (2000a).

109LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

cambios habidos entre 1994 y 1999, ta-les como el aumento de 9 a 13 Magistra-dos de la Corte Suprema y de 86 a 141de los magistrados de las Salas de laCorte de Apelación. Los jueces de ins-tancia y de sentencia han aumentado de212 a 332, con lo cual, por vez primeraen la historia de Guatemala, todos losmunicipios del país ya tienen juzgadosde paz, ampliamente la presencia del Es-tado en el ámbito nacional. En cinco añosse pasó de 400 a 753 jueces y magistra-dos. También es importante que los jue-ces se nombren mediante un sistema deconcurso público, luego de pasar porcursos de capacitación en la ESEJ. Enlos últimos tres años, 69 jueces han sidonombrados de esta manera, de los que34 son mujeres y 35 hombres.

3. ¿Para quiénes es mayor ladesprotección legal?

Una de las peores herencias de la eta-pa del conflicto armado es la forma comofunciona el sistema de justicia. Pese a losesfuerzos que se vienen intentando a fa-vor de su modernización, persisten losvicios del pasado, tales como la lentitudde su administración, la incapacidad pro-

fesional de los jueces, la corrupción.24

Como resultado de este grave déficitinstitucional, de hecho, es toda la pobla-ción guatemalteca la que padece todavíade desprotección legal. Al mismo tiem-po, esa desprotección no es igual paratodos los sectores, sea porque la ley ad-mite formas explícitas de discriminación,sea porque ésta, que se practica en situa-ciones de hecho, forma parte de una cul-tura implícita. El ejercicio de modalida-des de segregación o exclusión es partede una cultura tradicional que castiga lasdiferencias. Las mujeres, los jóvenes, losniños y, especialmente, los indígenas,experimentan visibles dificultades parasentirse protegidos en condiciones deigualdad ante la ley, ante el sistema dejusticia y ante las instituciones del Esta-do. La falta de protección, de hecho onormativamente prescrita, es una de laspeores formas de exclusión.

4. El tratamientodiscriminatorio a las mujeresy a la niñez

Probablemente es en relación con lasmujeres donde es mayor la distancia en-tre lo que se proclama como compromi-

Cuadro 4.4Centroamérica: Defensores públicos

1998En Número y Tasa

País Defensores Tasa por 100.000 habitantesCosta Rica 153 4.2El Salvador 357 5.8Guatemala 80 0.7Honduras 142 2.3

Fuente: Proyecto Estado de la Región (1999).

24 Véase los diferentes ensayos en MINUGUA (2000b).

110 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

so legal y lo que se hace en el ejerciciocotidiano. En el papel, Guatemala hafirmado La Convención sobre la Elimi-nación de Todas las Formas de Discri-minación contra la Mujer, la ConvenciónInteramericana para Prevenir, Sancionary Erradicar la Violenta contra la Mujer yla Declaración sobre Eliminación de laViolencia contra la Mujer. La verdad dela vida de la inmensa mayoría de lasmujeres nada tiene que ver con las bue-nas intenciones de las convenciones in-ternacionales.

La investigación sobre “La CulturaDemocrática de los Guatemaltecos”, he-cha por ASIES25 , se ocupó de establecerlas opiniones de una muestra represen-tativa sobre el tema de cómo se percibela violencia contra la mujer. Un 57% delos encuestados consideró grave la situa-ción actual, en tanto que un 32% reco-noció que no valora bien la situación.

Persisten en Guatemala fuertes rasgosde una cultura patriarcal y machista que

no sólo se manifiesta en el seno de la fa-milia, sino en el trabajo, en la escuela,en los sitios de diversión, en la políticay, en general, en todas las dimensionesde la vida social donde se producen rela-ciones de género. La conducta machistavaría de acuerdo con el lugar que se ocu-pe en la estratificación social. A juzgarpor las denuncias recibidas, pareciera queen los niveles más bajos de la estructuraclasista, en los cuales predomina la faltade educación, de ingresos, de salud ycondiciones materiales para vivir con mí-nimos de dignidad, el peso de los hábi-tos señoriales es mayor y el clima de vio-lencia también.26 De los muchos aspec-tos de desprotección legal, como la se-gregación laboral, la educativa y la polí-tica, que se examinan en diversas partesde este Informe, se subraya aquí el temade la violencia intrafamiliar, las agre-siones entre convivientes y, especialmen-te la violencia contra la mujer y la niñezpor parte del hombre, una de las mani-

Gráfica 4.7Percepión del grado de violencia contra la mujer, por sexo

1999En Porcentajes

Fuente: Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000).

25 Development Associates, Inc., University of Pittsburgh y ASIES (2000).26 Ministerio Público (1998).

111LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

festaciones más repugnantes del machis-mo, de los rasgos patriarcales todavíapresentes en esta sociedad.

5. Las amenazas a la paz fami-liar constituyen un delito

El maltrato familiar constituye unapráctica delictuosa frecuente, a la cual noes sino recientemente que se le vieneconcediendo publicidad. La falta dedatos no permite afirmar que esas prác-ticas vayan en aumento, pero al volversemás visible lo que crece es el número dedenuncias. Se trata de una conductacriminosa y reiterada, difícil de registrarestadísticamente. En la lógica de esteInforme las agresiones contra la mujer yla niñez no constituyen una forma deexclusión sino más bien la ausencia decastigo, en tanto las personas agredidasno cuenten con una plena protección le-gal. Recientemente se discute que esmejor ampliar el concepto de maltratofamiliar porque muchas veces las agre-siones del hombre no están sólo dirigi-das contra la mujer sino contra la niñez,sean hijos o no, que conviven bajo elmismo techo. Vuelve más compleja lasituación, pues los maltratos contra laniñez son cometidos especialmente pormujeres (madres, parientes, vecinas) ytambién hay violencia contra los ancia-nos.

La violencia en la familia es una agre-sión a su paz interior y, por ello, un pro-blema social de primera magnitud. Tam-bién lo es la respuesta penal represiva,que no siempre es la apropiada a la mag-nitud del delito. Vale la pena empezar aconsiderar que la paz familiar constitu-ye un bien jurídico fundamental, pues laconducta delictuosa que vulnera ese bien

es producida por una situación de domi-nio violento, de opresión de una perso-na sobre su pareja y los menores. Lasamenazas o la ruptura de la paz familiarempieza a ser considerada hoy día comoun delito no solo contra las personas vio-lentadas sino contra la sociedad.

Estas ideas sólo recientemente empie-zan a ser consideradas con el fin de quela sociedad adquiera conciencia jurídicae instrumental sobre ellas. En octubrede 1996 se aprobó la Ley para Prevenir,Sancionar y Erradicar la ViolenciaIntrafamiliar. Un estudio reciente27 sobrela aplicación de esta ley revela que lamagnitud y complejidad del problematodavía no es posible conocerlo a travésde registros institucionales y, en conse-cuencia, que las estadísticas son siem-pre incompletas. Ese trabajo se refiere acómo la estrategia correctiva centradasólo en la ley y en el tratamiento dado alproblema por la justicia resulta insatis-factoria para combatir estas formas deexclusión por desprotección. Hacen fal-ta campañas acerca de cómo esta violen-cia constituyen un grave problema so-cial.

La desprotección legal no es solamen-te una debilidad del sistema judicial sinola expresión de un grave problema so-cial, ya que persisten en el seno familiarmuchos rasgos culturales que estiman‘normal’ la violencia, legitiman y perpe-túan la utilizada contra las mujeres yconsideran que golpear a éstas y castigaragresivamente al niño o al anciano no esmateria penal, sino asunto del fuero pri-vado familiar. Se dice que lo íntimo noes público. Pero, en realidad, la ausen-cia de leyes que castiguen la violenciafamiliar es una forma de exclusión.

27 Decreto 97-96 del Congreso de la República. Karin Wagner (2000) hace un buen análisis de la aplicación de esta ley en MINUGUA(2000b).

112 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

En la encuesta “La Cultura Democrá-tica de los Guatemaltecos”, mencionadaanteriormente, se preguntó sobre percep-ciones acerca de la violencia intra-fami-liar. Las respuestas indican que no haydiferencias entre ladinos e indígenas encuanto a la percepción de la gravedadde la violencia contra la mujer. Tampocosi se comparan esas respuestas segúneducación, ingresos y sexo. Llama laatención las diferencias regionales. Al-rededor del 69% de los encuestados delárea metropolitana y el 65% de las re-giones noroccidental y suroccidental con-sideran muy grave la existencia del pro-blema, en tanto que solo la mitad en lanororiental (53%) y, aún menos, ape-nas dos quintas partes (41%), en lasuroriental del país creen lo mismo.

Finalmente, es importante conocer elgrado en que los guatemaltecos sienten

que se hallan o no protegidos por la ley.En la muestra de líderes de opinión yamencionada28 , las respuestas a la pregun-ta “¿ Hasta qué punto cree que los dere-chos básicos del ciudadano están bienprotegidos por el ordenamiento jurídi-co?”, revelan un estado de ánimo pesi-mista o escéptico prevaleciente. Se tra-ta de una referencia al sentimiento deseguridad legal en el nuevo ambientedemocrático. Los que no se sienten pro-tegidos son el 33.6%; los que se perci-ben más o menos protegidos, un 39.7%;algo protegidos: 20.7%; y solo un 6%se sienten debidamente protegidos.

6. La desprotección legal de losindígenas

Las diversas modalidades de exclu-sión e inclusión que se detallan en este

Gráfica 4.8Delitos reportados

1997 - 1999Número de Delitos

Nota: * No se dispone de dato para estupro

Fuente: Ministerio Público (1998).

28 Fundación Myrna Mack (1997).

113LAS DIMENSIONES JURÍDICAS Y POLÍTICAS DE LAS EXCLUSIONES EN GUATEMALA

Informe adquieren una expresión parti-cularmente grave con respecto a ladesprotección jurídica de los indígenas.Se trata de una situación que surgió des-de los orígenes mismos de la formacióndel Estado nacional y que en esencia semantiene o ha experimentado pocas va-riaciones. La Constitución de 1985, ensu Artículo 58, reconoce el derecho delas personas y las comunidades indíge-nas a su identidad cultural, de acuerdocon sus valores, su lengua y sus costum-bres. Los Artículos 66, 67, 68 y 69 esta-blecen normas sobre los derechos cultu-rales de esos grupos, protección a sus tie-rras y otras disposiciones. Llama la aten-ción el contenido del Art. 69 porque nose refiere a la protección del derecho altrabajo que tienen los campesinos indí-genas sino a la que debe dárseles cuan-do, igual que en el pasado, son transpor-tados en masa por los contratistas pararealizar trabajos temporales fuera de suscomunidades, especialmente hacia lasregiones de la zafra de exportación.

También se han suscrito numerosasconvenciones internacionales en las quese reconocen los derechos de la pobla-ción indígena. La más importante es el

Convenio 169 sobre Derechos de losPueblos Indígenas y Tribales, propuestopor la OIT y ratificado en marzo de 1996por el Congreso de la República. Dehecho, este Convenio inspiró en muchosaspectos de políticas incluyentes de losAcuerdos de Paz. Estos, especialmenteel de Identidad y Derechos de los Pue-blos Indígenas29 , establecen, partiendodel reconocimiento de que la sociedadguatemalteca es una sociedad multi-étnica, pluricultural y multilingüe, unconjunto de disposiciones relativas a laincorporación de la población indígena.El cumplimiento de las numerosas reco-mendaciones que este documento con-tiene tendría efectos directos en la for-mación de una nación incluyente. Se tra-ta de una propuesta normativa de cum-plimiento gradual que conduciría al es-tablecimiento de un Estado nacionalmultiétnico. La desaprobación de las re-formas constitucionales en la ConsultaPopular impidió elevar a categoría cons-titucional varias de esas recomendacio-nes.

La población indígena no ha carecidoformalmente de derechos propios, peroha tenido dificultades serias para su ejer-

Recuadro 4.6

¿Hay que reconocer a las autoridades comunitarias?

Debido a sus costumbres y a que no existen tribunales de justicia en muchos lugares del país,numerosas comunidades indígenas reconocen a sus autoridades comunitarias para que administrenjusticia. ¿Cree Ud. que estas autoridades comunitarias deben ser oficialmente reconocidas o debe-rían seguir el trámite normal de la justicia?1

Ser reconocidas oficialmente: 68.1%Buscar el trámite normal: 26.7%

NS/NR: 5.2%

29 Acuerdo firmado en México, D.F. el 31 de marzo de 1995.

Fuente: Fundación Myrna Mack (1996)

114 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

cicio efectivo, entre las que lograr unaverdadera inclusión es la fundamental.Los indígenas deben vencer numerososobstáculos culturales para utilizar, encondiciones de igualdad con los ladinos,los recursos de la justicia y sufren unaprolongada desprotección jurídica, unade las más persistentes y notorias formasde exclusión en esta sociedad. Es, porejemplo, evidente la desventaja que re-presenta para ellos la diferencia de idio-

Recuadro 4.7

El pluralismo jurídico tiene fuerza incluyente

El Convenio 169, firmado por Guatemala, establece varios principios que, de respetarse, adquieren una granfuerza incluyente. Su Artículo 8.1, por ejemplo, se refiere a la necesidad de tomar en consideración las costumbresde la población indígena al aplicar la legislación nacional, a fin de no disminuir la importancia del derecho consue-tudinario, ni criminalizarlo o manipularlo. El Artículo 8.2 establece el derecho de que conserven sus costumbres einstituciones, siempre que éstas no sean incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el sistemajurídico nacional ni con los derechos humanos internacionalmente reconocidos. La posibilidad del pluralismo jurí-dico en Guatemala aparece también propuesto en los Acuerdos de Paz. El reconocimiento constitucional del dere-cho indígena constituye un imperativo jurídico y político, pues permitiría al Estado responder adecuadamente alcarácter multiétnico y pluricultural de la sociedad.

ma en que la justicia se imparte, lo quese vuelve más grave en el caso de lascuestiones penales, que muchos de ellossean juzgados en una lengua que no en-tienden, que no se les reconozca plena-mente las prácticas de su derecho con-suetudinario y que frecuentemente nopuedan disponer de un abogado para lle-var a cabo con éxito una gestión civil ouna defensa penal.

LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN

A FINALES DEL SIGLO XX

117LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN

A FINALES DEL SIGLO XX

CAPÍTULO V

La sociedad guatemalteca está llenade diferencias y desigualdades. Hay gru-pos que disfrutan de los beneficios deldesarrollo y otros que se encuentran ex-cluidos, en mayor o menor medida, deellos. Como se mencionó en el CapítuloI, diversos factores explican la existen-cia de grupos con distinta propensión ala exclusión social. Cuatro variables in-teresa destacar: la estructura de la pobla-ción, el ingreso, la educación y los me-dios de información y la composiciónfamiliar. Esas dimensiones se analizansegún tres variables que las diferencian,lo urbana o rural, la etnia y el género. Alfinal se incluye por vez primera un aná-lisis de exclusiones poco conocidas queafectan a grupos minoritarios de la po-blación.

A. DIFERENCIAS EN LA ESTRUCTURA

DEMOGRÁFICA

Según la ENIGFAM 1998, el 60.3%de la población total se encuentra en elárea rural y el 39.7% en la urbana. Lasmujeres representan un 51.2% y 48.6%los indígenas. La estructura de edad esde tipo “piramidal”: 43.8% de la pobla-ción es menor de 15 años, 39.8% estácomprendida entre los 15 y los 44, 9.3%

tiene entre 45 y 59 años y 7.1%, 60 omás años. La proporción de hombres esligeramente mayor en los primeros tra-mos de edad, relación que se invierte apartir de los 20 años, donde el predomi-nio es de mujeres.

La composición por edad entre indí-genas y no indígenas ofrece diferencias:entre los primeros, el 48.3% es menorde 15 años, mientras que entre los se-gundos, el 39.5%. También en aquellosel 8.3% tiene 60 años o más, mientrasen estos, el 5.4%. Similares diferenciasaparecen en la distribución urbana-rural.Según la Gráfica 5.2 llaman la atenciónlas diferencias en la estructura de edadsegún ingresos.1 Se observa que en lapoblación ubicada en el primer quintil(menores ingresos) hay predominio demenores de 15 años de edad (48.4%),mientras que en el último quintil (ma-yor ingreso), solamente alcanza un33.2%. En el primer quintil, la poblaciónentre 15-59 años representa un 41% deltotal, en tanto que en el último quintilun 50.1%.

Las gráficas muestran que ciertosgrupos de población (urbano, no indíge-nas y los de mayores ingresos) se en-cuentran inmersos en un proceso de cam-bio demográfico2 que se distingue por-que se reduce la proporción de menores

1 De acuerdo con estimaciones del INE-CELADE, la población guatemalteca para 1998 es de 10,799,132 habitantes.2 A este proceso se le denomina “transición demográfica” y se caracateriza por un cambio mediante el cual una población pasa de una

situación de alta fecundidad (número de nacimientos por mujer) y alta mortalidad a una situación donde la fecundidad y lamortalidad decrecen. Al reducirse la mortalidad y la fecundidad, se incrementa la esperanza de vida, la proporción de población

118 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Gráfica 5.1Distribución de población por edad, total de país y población indígena

1998En Porcentajes

Gráfica 5.2Distribución de población por edad en el primer y último quintil de

ingresos del hogar1998

En Porcentajes

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

119LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

de 15 años del total de la población y seincrementa la de adultos y personas ma-yores de 60 años. Esto tiene importan-tes implicaciones sociales y económicas,dado que emergen nuevas necesidadesque deben ser satisfechas, tales comojubilación y seguridad social para losadultos mayores y la atención de enfer-medades crónicas y degenerativas. Porotra parte, el hecho que el cambio de-mográfico sea tan desigual sugiere queimportantes grupos de población (indí-genas, rurales y de menores ingresos)están siendo excluidos del acceso a lasherramientas básicas para el ejercicio desu derecho a decidir libremente el tama-ño de sus familias: el acceso a los servi-cios de salud y educación y el acceso ala información y métodos deanticoncepción o espaciamiento de em-barazos. Sugiere también la existenciade patrones socio-culturales distintosentre el área urbana y rural y entre gru-pos étnicos, que influyen en las decisio-nes que se toman en la pareja respecto ala fecundidad.

Las mujeres se ven particularmenteafectadas, pues no tienen poder de deci-sión en su relación de pareja respecto aluso de métodos anticonceptivos. Sonademás quienes sufren los riesgos demortalidad asociados al embarazo y alparto. Tienen también a su cargo la res-ponsabilidad de la crianza y educaciónde los hijos.3 Las exclusiones en estecampo han sido documentadas y se evi-dencian al comparar la fecundidad de-

seada con la observada4 en mujeres de15-49 años. Entre 1995 y 1998, a nivelnacional, aumentó la brecha entre fecun-didad deseada y observada, pues solo un82% de los nacimientos ocurridos en elperíodo de estudio que cubre la Encues-ta Nacional de Salud Materno Infantilfueron deseados. La brecha aumentó entodos los subgrupos de población, peroespecialmente en mujeres del área ruraly en las regiones Suroriente y Centraldel país.5

B. DIFERENCIAS EN LA COMPOSICIÓN

FAMILIAR6

El supuesto que la familia es una uni-dad social unívoca, homogénea e inmu-table propia de una sociedad tradicionalha prevalecido en Guatemala. Se evi-dencia en su marco jurídico que ha esta-blecido un cuerpo de normas y regula-ciones que responden más a un estereo-tipo de familia,7 que a un conocimientode su dinámica real. La composiciónfamiliar de los hogares es variada, puesel 48% los forman familias de tipo nu-clear biparental y un 52% de composi-ción diversa: 18% de familias extensasbiparentales, 11% de nucleares mono-parentales y un 7% de extensasmonoparentales. En el resto de los ho-gares vive una persona (4%), una pare-ja (5%), una familia ampliada (1%) o tie-ne otro tipo de composición (6%).

menor de 15 años se reduce y se incrementa la proporción de población adulta y de mayores de 60 años (CELADE, CEPAL y BID1996).

3 Secretaría Técnica del Gabinete Social de la Presidencia (1997).4 “Fecundidad deseada” se refiere al número de hijos por mujer de 15-49 años de edad que teóricamente resultaría si todos los

nacimientos no deseados pudieran ser prevenidos. “Fecundidad observada” se refiere al número de nacimientos ocurridos en los 36meses antes de la realización de la Encuesta de Salud Materno-Infantil 1998/99 (ENSMI 1999).

5 ENSMI (1999).6 Veáse el Glosario (anexo) para la tipología de la composición familiar.7 Según Fauné (1996), el estereotipo de familia es : “monogámica, biparental, patriarcal, estable, basada en el matrimonio, blanca, de

clase media, con tres hijos promedio, nuclear, con residencia neolocal, en la cual la responsabilidad principal del hombre es la deser proveedor y la de la mujer ser una buena madre, esposa y ama de casa y garantizar la crianza de los hijos en sus primeros años”.

120 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

El 56.7% de los hogares se encuen-tran en el área rural y 43.3% en la urba-na. Un 44.8% son de jefatura indígena yun 55.2% no indígena. La jefatura feme-nina ha aumentado significativamen-teen la última década, del 16.9% al 20.5%.De ahí que cuatro quintas partes de loshogares cuenta con jefatura masculina yuna quinta parte con jefatura femenina.En el área urbana esta proporción feme-nina (24.3%) es mayor que en la rural(17.7%). Asímismo, el porcentaje demujeres jefes de hogar es mayor en elprimer quintil de ingreso (24.5%) y me-nor en el último quintil (17.1%). La je-fatura masculina predomina en las fa-milias nucleares o extensas biparentales(83%). En cambio, la femenina es másimportante en las nucleares o extensasmonoparentales (76%). Esto implica queel varón asume la jefatura contando conpresencia femenina, mientras que la mu-jer tiende a asumirla sola.

El promedio nacional de miembrospor hogar es 5.3. El rural (5.6) es másgrande que el urbano (4.8) y el indígena(5.8) mayor que el no indígena (4.7). Loshogares con jefatura masculina (5.5), sonmás grandes que los dirigidos por unamujer (4.4). Esta diferencia de génerose mantiene en ciertos tipos específicosde hogar. Entre los hogares con familiasnucleares (biparentales o monoparenta-les), las que tienen jefe son mayores (5.5)que las que tienen jefa (4.2). Lo mismoocurre entre las familias extendidasbiparentales o monoparentales. Los ho-gares que poseen jefatura masculina (7.2)son más grandes que los que tienen jefa-tura femenina (5.8).

C. DIFERENCIAS EN LOS INGRESOS

Las mayores diferencias en la socie-dad guatemalteca se dan en relación conlos ingresos. Ellas se examinan a conti-nuación con dos tipos de análisis: prime-ro, una dimensión temporal -diez años-según ingresos por localidad, etnia y gé-nero, con base en los datos de la Encues-ta de Ingresos y Gastos de 1998 y la En-cuesta Sociodemográfica de 1989; y, lue-go, las diferencias entre lo urbano/rural,indígena/no indígena, hombre/mujer ycomposición familiar, basándose en da-tos de la encuesta de 1998.

1. Algunas brechas se abren yotras se cierran a lo largo dela década

Los cuadros que se muestran a conti-nuación se basan en las encuestas men-cionadas e indican que en ese deceniode tiempo, el ingreso de todos los hoga-res urbanos mejoró relativamente, talcomo lo ilustra la sección “Area” delcuadro 5.1, al disminuir el porcentaje dehogares en los dos primeros quintiles yen los últimos.8 Resultados contrariosocurrieron en el área rural, donde se pro-dujo un empeoramiento relativo, al au-mentar el porcentaje de hogares conmenos ingresos (primeros quintiles) yreducirse los porcentajes en los quintilesde mayor ingresos. Estos resultados con-firman las tendencias acerca de la diná-mica de la pobreza que aparece en elCapitulo III de este informe.

8 El ingreso nacional se dividió en cinco (5) categorías o tramos, que en estadística se llaman ‘quintiles’. Es decir, Guatemala fuedividida estadísticamente en 5 grupos según el ingreso económico que reciben. Tal como lo indican los cuadros, el primer quintil,que está mas a la izquierda corresponde al tramo de menor ingreso; los tramos van aumentando sucesivamente hasta llegar alúltimo quintil, el número 5, que esta a la derecha del cuadro y que corresponde al tramo de mayores ingresos. Los porcentajes quese encuentran en el interior del cuadro significan el porcentaje de hogares que están en ese tramo de ingreso.

121LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

Si se examina lo ocurrido de acuerdoa su condición étnica, se observa que enel decenio, las familias no indígenasmejoraron su situación, de lo cual se de-duce que aumentaron sus ingresos, lo quese prueba con la disminución del por-centaje de familias en los dos primerosquintiles y un ligero incremento en losdos últimos. Mientras tanto, en los ho-gares indígenas, las variaciones en supobreza no fueron importantes; hubo una

cierta reducción en la proporción de losquintiles intermedios, que se puede in-terpretar como un empobrecimiento delos sectores medios de este sector. Final-mente, entre 1989 y 1998, en los hoga-res considerados de acuerdo con el gé-nero del jefe, se ve un cierto deterioro dela situación económica en los de jefatu-ra masculina y un mejoramiento relati-vo en los de jefatura femenina.

Urbana 1989 10.3 14.3 15.5 23.8 36.2 100.01998 6.0 12.3 19.0 27.4 35.2 100.0

Diferencia -4.3 -2.0 3.5 3.8 -1.0Rural 1989 25.9 23.6 22.8 17.7 10.0 100.0

1998 30.7 26.0 20.7 14.3 8.4 100.0Diferencia 4.8 2.4 -2.1 -3.4 -1.6

No indígena 1989 14.5 18.4 18.1 22.1 27.0 100.01998 11.8 16.9 18.2 24.1 29.0 100.0

Diferencia -2.7 -1.5 0.1 2.0 2.0Indígena 1989 29.9 23.0 23.5 16.3 7.3 100.0

1998 30.1 24.0 22.2 14.8 8.9 100.0Diferencia 0.1 1.0 -1.3 -1.4 1.6

Hombre 1989 17.9 20.1 20.9 20.9 20.1 100.01998 19.0 19.9 20.1 20.1 20.9 100.0

Diferencia 1.1 -0.2 -0.8 -0.8 0.7Mujer 1989 29.9 19.6 15.5 15.6 19.4 100.0

1998 23.8 20.5 19.6 19.4 16.7 100.0Diferencia -6.1 0.9 4.1 3.8 -2.7

Área

Grupoétnico

Sexo deljefe dehogar

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional Sociodemográfica 1989 y de la ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 5.1Porcentajes de hogares según quintiles de ingresos por área,

grupo étnico y sexo del jefe del hogar1998

En Porcentajes

Categoría Año QuintilesRango de ingresos 1er 2do 3er 4to 5to

mensuales por quintil 1989 1 a 160 161 a 300 301 a 452 453 a 825 826 a 100,496

(en quetzales) 1998 83 a 966 967 a 1,605 1,607 a 2,446 2,447 a 4,158 4,162 a 156,627

122 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

2. Hay más hogares ruralespobres que hogares urbanospobres

Según los datos de la ENIGFAM1998, existen marcados contrastes en elingreso de los hogares rurales y urbanosen el mismo año. Si se observa el pri-mer quintil del área urbana (ingresos másbajos), sólo aparece un 6% de familiasen contraste con un 30% de hogares ru-rales, lo que confirma que hay más po-breza en el medio rural. También se com-prueba esta conclusión al comparar losdos últimos quintiles, que son los demayores ingresos y donde predomina elporcentaje de hogares urbanos sobre losrurales.

3. Hay más hogares pobres entrelos indígenas que entre losno indígenas.

Las disparidades se mantienen si secomparan los hogares indígenas y noindígenas para el año 98. En el primerquintil (ingresos más bajos) se registróun 11.8% de los no indígenas y un 30.1%de los indígenas, es decir que en tres ve-ces más hogares de estos últimos habíamenos ingresos que en los otros. La ten-dencia se constata si se compara con elúltimo quintil (el de mayores ingresos),donde hay 29% de hogares no indígenasy apenas un 8% de los indígenas. Diezaños atrás, aunque en una proporciónmenor a la de 1999, también se daba estadiferencia.

Proporción del aporte Área País 74.1 Urbano 71.3 Rural 76.3Grupo étnico Indígena 74.8 No Indígena 73.5Sexo Hombre 75.0 Mujer 70.6Tipo de hogar Hogar nuclear 79.4 Hogar extenso 57.1

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 5.2

Aporte promedio de jefes de hogar al ingreso total,según área, grupo étnico, sexo y tipo de hogar

1998/99En Porcentajes

123LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

4. Hay más hogares pobres conjefatura femenina que conjefatura masculina

Al examinar los datos según el géne-ro de la jefatura de hogar, en el año 1998,se observa que las mismas diferencias afavor de lo urbano y no indígena apare-cen con respecto a la jefatura masculina.Los contrastes son menores pero eviden-tes. En efecto, de nuevo hay que com-parar el primer quintil ( bajos ingresos)con el ultimo (altos ingresos). En el pri-mero, el porcentaje con jefatura femeni-na es mayor que el de los encabezadospor varones ; en el último, al revés. Eseste conjunto de datos lo que permiteafirmar que la brecha, aunque pequeña,existe a favor de hogares con hombres ala cabeza.

5. Los hogares con jefaturafemenina son más vulnerablesa la pobreza

La proporción de los ingresos hoga-reños generados por hombres o mujeres

jefes de hogar, revela, por una parte, laimportancia de éstos como proveedoresy, por otra, el grado de dependencia eco-nómica que el hogar tiene de este ingre-so. Los hogares con una proporción muyalta del ingreso son más vulnerables ariesgos de la pérdida de empleo. En elámbito nacional los jefes de hogar gene-ran casi tres cuartas partes (74.1%) delingreso, lo cual refleja que, independien-temente de la definición de género de lajefatura de hogar, son los proveedoresprincipales. La proporción es mayor enel área rural (76.3%) que en la urbana(71.3%). Asimismo, es mayor en la po-blación indígena (74.8%) que en la noindígena (73.5%) y en familias nuclea-res (79%) que en las extensas (57.1%).Con excepción de quienes se encuen-tran en el primer quintil de ingreso (losmás pobres), en cada uno de los cuatrorestantes la parte generada por los jefeses mayor que la producida por las jefas.En el primer quintil no existe diferencia.Sin embargo, los hogares con jefaturafemenina tienen menos perceptores quelos de masculina.

Cuadro 5.3Participación en la PEA de jefes de hogar y cónyuges,

según sexo y quintiles de ingresos del hogar1998/99

En Porcentajes

QUINTILES1er 2do 3er 4to 5to Total

83 a 966 967 a 1,607 a 2,447 a 4,162 a1,605 2,446 4,158 156,627

Jefes de Hombre PEA 92.9 95.1 95.3 94.4 92.9 94.1hogar Mujer PEA 50.9 55.9 63.7 63.2 61.9 58.7

Total PEA 82.7 86.9 88.9 88.2 87.6 86.8

Cónyuges Hombre PEA 100.0 92.8 74.2 68.8 90.5 80.4Mujer PEA 27.3 31.9 42.6 45.5 58.0 41.5

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

124 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

6. Las mujeres participan menosde la vida económica que loshombres

El grado de participación en la pobla-ción económicamente activa es otro in-dicador de exclusión económica. Losgrupos con menor participación son losmás excluidos. En el interior de cadaquintil la brecha de género en la partici-pación en la PEA es grande y desfavorecea las mujeres jefas de hogar. La diferen-cia de género varía entre 42 puntos por-centuales en el quintil uno a 31 en elquintil cinco. En términos globales, porcada 100 jefes de hogar, hay 6 fuera dela PEA, mientras que por cada 100 jefas,hay 41. Por otro lado, la participación enla PEA de las jefas de hogar (59%) esmayor que la de las que no lo son (41%)Esta diferencia parece estar relacionadacon el hecho de que la mayoría de lasmujeres están a cargo de hogaresmonoparentales, en las cuales constitu-yen el principal proveedor de ingresos.

Con relación a la condición de activi-dad e inactividad, las mujeres son las másexcluidas. De los jefes de hogar que per-tenecen a la PEA, entre el 36% y el 47%tienen empleo pleno. En cambio, sola-mente entre el 25% y el 36% de las jefasse encuentran en esa situación. La situa-ción de no disponibilidad es mayor enlas mujeres (29.6%-49.8%) que en loshombres (2.4%-6.9%). Las condicionesde jubilación e incapacidad física son lasprincipales razones reportadas de inacti-vidad para los hogares de jefatura mas-culina, mientras que para los de jefaturafemenina son los quehaceres domésticos.En general, estos datos sugieren que alasignársele a la mujer, en la división deltrabajo por género, el trabajoreproductivo, su participación en la PEAes baja.

D. DIFERENCIAS EN EL ACCESO A LAS

HERRAMIENTAS DE INFORMACIÓN

Los procedimientos democráticos re-quieren una población con el mayor gra-do posible de información. Esto suponeque esa población tenga acceso a lasmedios necesarios para lograrlo. No ocu-rre así en Guatemala. Si bien no se cuen-ta con ningún dato real sobre la clase deinformación que está recibiendo la po-blación, es posible examinar su acceso alos medios a través de los cuales la ob-tiene. En este apartado se tratan cincoinstrumentos de acceso a los medios deinformación: el alfabetismo, la escolari-dad, el teléfono, la radio y la televisión.

1. Alto analfabetismo en lasáreas rurales a pesar deaumentos del alfabetismoentre los indígenas

El alfabetismo siempre fue conside-rado la principal herramienta para que laspersonas obtuvieran información, peroahora la radio y la televisión ofrecenposibilidades para los analfabetos. Sinembargo, el analfabetismo sigue siendoun gran obstáculo para lograr la educa-ción que se necesita en una época comola nuestra. Al observar la distribucióngeográfica del alfabetismo está claro quelas áreas Norte y Noroccidente presen-tan el déficit más alto. Sin embargo, elproblema es grave en todas partes, ex-cepto en la región Metropolitana.

Los datos de la encuesta sugieren quealrededor del 70% de la población sabeleer y escribir. Las diferencias entre sec-tores siguen siendo altas. La existenteentre las áreas rural y urbana es la ma-yor, siguiendo en importancia la que semanifiesta entre los grupos étnicos, ysiendo la menor la que hay entre géne-

125LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

ros. Durante la década de 1989-1999 elalfabetismo de la población urbana au-mentó menos de 4% y la rural, que ini-cialmente era más baja, aumentó un5.4%. A pesar de que los niveles dealfabetismo rural e indígena siguen sien-do los más reducidos, el del indígenaha aumentado en más de 17%, tanto enel campo como en la ciudad. Aún así,los indígenas rurales mantienen la tasade analfabetismo más alta; además, untercio de los no-indígenas rurales tam-poco saben leer (cuadro 5.4).

Destaca sobre todo que las mujeres,particularmente rurales e indígenas, si-guen manifestando los porcentajes más

bajos de alfabetismo de todos los secto-res. Aunque las indígenas muestran unmayor incremento, no es así entre muje-res en zonas rurales. El aumento del por-centaje entre los hombres indígenas esimportante, al igual que entre los indíge-nas rurales.

2. Cambios en el nivel de escola-ridad entre 1989 y 1998

a. La situación en 1989

Es importante examinar los resultadosen función de la escolaridad de los jefesde hogar. Los cuadros 5.5 al 5.7 traen

Cuadro 5.4Población alfabetizada por área, etnia y sexo

1989 y 1998En Porcentajes

1989 1998 Cambio1989 a 1998

Indígena 40.2 57.5 43.0 Urbano 55.3 74.1 34.0 Rural 36.5 50.9 39.5 Hombre 53.2 67.3 26.6 Mujer 28.1 48.5 72.5No-indígena 76.0 78.6 3.4 Urbano 87.7 89.5 2.1 Rural 65.6 66.2 0.8 Hombre 81.3 81.1 -0.2 Mujer 71.0 76.2 7.2Urbano 81.5 84.5 3.7 Hombre 88.1 87.4 -0.8 Mujer 75.8 82.0 8.1Rural 52.2 57.4 10.0 Hombre 61.8 66.0 6.8 Mujer 42.8 49.1 14.6Sexo 63.1 68.7 8.9 Hombre 71.2 74.7 4.9 Mujer 55.5 63.1 13.6

Fuente: Cálculos propios con datos de la Encuesta Sociodemográfica 1989 y de la ENIGFAM 1998/99.

126 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

esta información. En 1989, el 44% de loshogares eran encabezados por una per-sona sin ningún nivel educativo, 43.8%había cursado primaria, 9.1% secunda-ria y 3.1% educación superior. Al des-glosar estos datos por localidad yquintiles de ingreso, se confirman lasdiferencias entre lo rural y lo urbano yentre más ingresos y menos ingresos.Dicho de otro modo, este cuadro refleja

una situación bien conocida: los porcen-tajes de jefes de hogar sin ninguna edu-cación son más altos en los quintiles deingresos mensuales menores y los quetienen educación superior aparecen en losquintiles de mayores ingresos. Esa orien-tación se mantiene, pero más acentuada,cuando se hace la comparación entrehogares rurales y hogares urbanos.

URBANA

RURAL

Ninguno 1989 53.1 37.0 27.7 20.8 9.5 23.41998 53.9 34.3 29.0 16.1 6.0 19.5

Primaria 1989 37.5 53.8 58.7 54.8 43.7 49.41998 43.9 53.2 51.9 47.7 35.7 44.7

Secundaria 1989 9.4 8.0 12.8 21.6 29.5 19.91998 2.2 12.3 17.6 30.4 32.5 24.8

Superior 1989 0.0 1.3 0.8 2.8 17.4 7.31998 0.0 0.2 1.5 5.8 25.8 11.0

Total 1989 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.01998 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Ninguno 1989 66.8 57.9 59.6 49.3 34.3 56.71998 66.6 54.0 48.7 36.7 33.0 52.6

Primaria 1989 32.8 41.0 38.4 46.2 51.7 40.3199 32.0 42.7 49.0 53.3 46.4 42.6

Secundaria 1989 0.4 0.9 2.0 4.0 10.4 2.51998 1.4 3.2 2.1 9.5 16.7 4.5

Superior 1989 0.1 0.2 0.0 0.4 3.5 0.51998 0.0 0.0 0.1 0.5 3.9 0.4

Total 1989 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.01998 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Sociodemográfica 1989 y ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 5.5

Porcentajes de nivel educacional de jefes de hogares, según área,por quintiles de ingresos mensuales del hogar

1989 y 1998

QUINTILES1er 2do 3er 4to 5to Total

1989 1 a 160 161 a 301 a 453 a 826 aRango de ingresos mensuales, 300 452 825 100,496

por quintiles (en quetzales) 1998 83 a 966 967 a 1,607 a 2,447 a 4,162 a1,605 2,446 4,158 156,627

127LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

Al analizar la escolaridad de los jefesde hogar por etnia, las tendencias seña-ladas se mantienen dentro de los márge-nes de lo esperado, dadas las profundasexclusiones que caracterizan a la socie-dad guatemalteca. La comparación delos porcentajes que aparecen en losquintiles de ingreso mensual menor en-tre indígenas y no indígenas prueba cla-ramente que tales porcentajes son mayo-

res entre los primeros y menores entrelos segundos. Si se compara con losquintiles de mayor ingreso, los porcen-tajes son mayores en los segundos ymenores en los primeros. Si se comparacon los quintiles de mayor ingreso, losporcentajes son mayores en el grupo noindígena y menores en el indígena.

Cuadro 5.6Porcentajes de nivel educacional de jefes de hogares,

según grupo étnico, por quintiles de ingresos mensuales del hogar1989 y 1998

QUINTILES1er 2do 3er 4to 5to Total

1989 1 a 160 161 a 301 a 453 a 826 aRango de ingresos mensuales, 300 452 825 100,496

por quintiles (en quetzales) 1998 83 a 966 967 a 1,607 a 2,447 a 4,162 a1,605 2,446 4,158 156,627

Ninguno 1989 53.7 43.0 38.6 26.8 12.5 32.01998 54.6 45.1 32.1 19.9 9.1 27.3

Primaria 1989 42.4 51.8 53.0 55.5 46.8 50.11998 43.2 46.3 53.1 50.2 36.3 45.2

Secundaria 1989 3.9 4.4 8.0 15.7 26.0 13.31998 2.2 8.5 13.4 25.8 31.0 19.3

Superior 1989 0.0 0.7 0.3 2.0 14.6 4.61998 0.0 0.1 1.4 4.1 23.6 8.1

Total 1989 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.01998 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Ninguno 1989 73.1 65.6 66.3 60.3 48.6 65.91998 69.9 52.0 49.1 33.6 25.9 51.7

Primaria 1989 26.1 33.8 32.4 36.8 41.8 32.21998 28.9 44.9 47.4 49.4 45.9 41.4

Secundaria 1989 0.6 0.5 1.2 2.5 6.8 1.51998 1.2 3.2 3.5 14.3 19.6 5.8

Superior 1989 0.2 0.1 0.1 0.4 2.8 0.41998 0.0 0.0 0.0 2.7 8.7 1.2

Total 1989 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.01998 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

INDÍGENA

NO-INDÍGENA

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Sociodemográfica 1989 y ENIGFAM 1998/99.

128 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Finalmente, la comparación de la es-colaridad del jefe de hogar por sexo re-vela que las exclusiones de género semantienen, en general, a favor de loshombres. La conclusión general es queel aumento del ingreso está asociado aun mayor nivel educacional. Esto es cier-to en general, pero más aún en los hoga-res masculinos (cuadro 5.7).

b. La situación educativa en1998

En 1998 la mayoría de las familiascontinuaban sufriendo de exclusión edu-cativa. Sus miembros tenían niveles deescolaridad promedio menores que elestablecido en la Constitución Política dela República como derecho y obligación

Cuadro 5.7Porcentajes de nivel educacional de jefes de hogares, según sexo,

por quintiles de ingresos mensuales del hogar1989 y 1998

En Porcentajes

QUINTILES1er 2do 3er 4to 5to Total

1989 1 a 160 161 a 301 a 453 a 826 aRango de ingresos mensuales, 300 452 825 100,496

por quintiles (en quetzales) 1998 83 a 966 967 a 1,607 a 2,447 a 4,162 a1,605 2,446 4,158 156,627

Ninguno 1989 60.0 49.2 49.0 35.2 15.9 41.51998 60.7 47.2 36.3 22.8 11.9 35.3

Primaria 1989 37.9 47.5 45.7 51.7 47.0 46.21998 37.6 47.7 55.1 50.8 39.4 46.2

Secundaria 1989 2.0 2.7 5.1 11.5 22.8 9.01998 1.7 5.1 7.8 23.4 27.4 13.3

Superior 1989 0.1 0.6 0.2 1.6 14.3 3.41998 0.0 0.0 0.8 3.0 21.2 5.2

Total 1989 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.01998 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Ninguno 1989 76.0 67.7 58.2 44.8 23.6 56.61998 77.9 54.9 57.6 31.1 14.8 49.6

Primaria 1989 21.4 28.9 35.6 39.7 41.7 31.91999 21.0 37.3 30.7 46.6 32.6 33.1

Secundaria 1989 2.6 3.4 5.9 14.6 27.5 9.91998 1.1 7.6 11.2 15.9 35.0 12.9

Superior 1989 0.0 0.0 0.4 0.9 7.2 1.61998 0.0 0.2 0.5 6.4 17.7 4.3

Total 1989 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.01998 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

HOMBRES

MUJERES

Fuente: Elaboración propia con datos de la Encuesta Sociodemográfica 1989 y ENIGFAM 1998/99.

129LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

(educación media básica o sea nueveaños de escolaridad). Esta desventajasocial es más pronunciada en el área ru-ral, entre la población indígena, entre lasmujeres y entre los más pobres. La esco-laridad varía entre 6.5 años para jefesvarones urbanos y 1.1 para jefas rurales,así como entre 5.2 para jefes varones noindígenas y 1.2 para jefas indígenas. Enlos primeros cuatro quintiles de ingreso,las personas que detentan la jefatura dehogar no llegan, en promedio, a termi-nar la educación primaria. En el primerquintil la escolaridad promedio de estaspersonas no alcanza el segundo grado deprimaria y la jefa sufre mayor exclusióneducativa que el jefe. Además, la posi-ción de la mujer en la generación parentaltambién está asociada con diferencias deescolaridad. Las cónyuges tienen, en pro-medio, menor escolaridad que las jefas(solas o en pareja). Esta diferencia na-cional también se reitera en el área ru-ral.

El género de la jefatura de hogar inci-de en la escolaridad de los hijos. En don-de es femenina, la escolaridad promediode los hijos de 14 a 18 años es 5.33, ma-yor que en los hogares con jefatura mas-culina (4.66). Además, la exclusión edu-cativa se da no solamente entre hogaressino dentro de ellos. En aquellos con je-fatura masculina, existe una brecha degénero entre la escolaridad promedio deljefe y la de la cónyuge, en detrimento deésta. Sin embargo, en los hogares con je-fatura femenina, no existe diferencia sig-nificativa entre la escolaridad promediode la jefa y la del cónyuge. Por otro lado,el nivel de escolaridad de la generaciónfilial (hijos e hijas de 14 a 18 años), equi-valente a menos del quinto año de pri-maria, es mayor que el de la generaciónparental, ya que los jefes y jefas de ho-

gar en promedio no alcanzaron el cuartogrado de primaria. En la generaciónparental la disparidad educacional entrehombres y mujeres es notoria, mientrasque en la filial no lo es, lo cual sugiereun avance importante en una generación.No obstante, al considerar área y carác-ter étnico, los resultados varían. La dife-rencia de escolaridad entre hijos e hijassí es apreciable en hogares rurales, tantoentre indígenas como entre no indígenas.También lo es en los urbanos no indíge-nas pero, contrario a la tendencia gene-ral, es más favorable para las hijas.

3. Acceso a otros medios deinformación

a. Más teléfonos en hogares ur-banos y en hogares con jefa-tura femenina

La disponibilidad del teléfono es unindicador más de la desmedida concen-tración de recursos en la ciudad capital ydel área metropolitana y del abandonode la periferia rural. En general, hayservicio telefónico limitado en las capi-tales municipales, aunque muchas deellas tienen poco más de un teléfono enla comunidad.9 La región central y elSuroccidente, aunque cuentan con esca-so servicio, ocupan el segundo y tercerlugar. Las regiones con menores porcen-tajes de teléfonos son la Norte, Noroes-te y Petén. Tanto la distribución por et-nia como por área muestran la vasta con-centración de teléfonos en las manos delos no indígenas y en las áreas urbanas.Sólo 7% de los teléfonos propiedad delos indígenas se encuentran en las zonasrurales y en el caso de los no indígenasen el área rural equivale únicamente al3%.

9 En este aspecto, el informe cubre el uso del sistema telefónico alámbrico, en vista que no tenemos ningún dato particular sobre losteléfonos celulares. El hecho de que sean móviles dificulta su registro geográficamente.

130 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Las mujeres jefas de hogar, en casitodas las categorías, poseen teléfono enuna proporción mayor que aquellos conjefaturas masculinas. Esto es válido tan-to para los no indígenas como para losindígenas y la ciudad. Únicamente en-tre la población rural los hogares conmujeres jefas de familia tienen una cla-sificación inferior a la de los hombres.

b. Más radios y menos televiso-res

La radio y la televisión tienen una cre-ciente importancia en la vida nacional.

Los radios están disponibles en trescuartas partes de los hogares del país yrelativa poca diferencia por etnia, área ogénero en cuanto a su propiedad. Encuanto a los televisores, el uso es másselectivo, por precio y calidad de ener-gía eléctrica. De nuevo es en el área Me-tropolitana donde hay más televisores;luego, en la región Central. En el restoes mucho menor. En Petén y las regio-nes Norte y Noroccidente desciende amenos de 30%. Seguramente la televi-sión es vista por más personas de que loque sugieren estos datos, pues una bue-na cantidad de gente lo hace en lugares

Cuadro 5.8

Teléfonos, radios y televisores por jefatura de hogarsegún sexo, etnia y área

1998En Porcentajes

Teléfono Radio TelevisorIndígena 4.3 73.8 36.5 Urbano 13.8 76.7 70.1 Rural 0.4 72.6 22.8 Hombre 3.6 74.7 35.8 Mujer 7.2 70.2 39.6No indígena 23.4 74.6 71.8 Urbano 41.1 75.9 91.0 Rural 1.7 73.0 48.4 Hombre 21.8 74.9 70.0 Mujer 29.0 73.6 78.5Urbano 32.9 76.1 84.7 Hombre 31.3 76.0 85.0 Mujer 38.1 76.5 84.0Rural 1.0 72.8 34.0 Hombre 1.0 73.9 32.9 Mujer 0.8 67.7 39.4Sexo 14.5 74.3 56.0 Hombre 13.5 74.8 54.4 Mujer 19.9 72.2 62.2

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

131LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

públicos. Al contrario del caso de losradios, el patrón de propiedad de televi-sores es similar al de otros componentesdomésticos: en los hogares no indígenashay más aparatos de estos que en los in-dígenas y los urbanos más que en los ru-rales.

Las mujeres presentan una tasa de pro-piedad de televisores marcadamentemayor que la de los hombres, salvo enlos hogares urbanos con jefes varones.Las jefas de hogar, tanto en el campocomo entre indígenas, tienen mayorestasas de propiedad que los hombres. Lasencuestas Materno-Infantil de 1995 y1998/99 muestran que para las mujeresurbanas el acceso a estos medios de co-municación ya era alto en 1995. El cam-bio importante se dio en la zona rural,donde tanto la televisión como la prensaaumentaron cerca de 20% entre ambosperiodos. En 1995, los indígenas teníanlas tasas más bajas de televisores y pe-riódicos, 21% y 27%, respectivamente,y sólo tuvieron un pequeño aumento. Losno indígenas, que estaban muy por arri-ba (57% y 71%), experimentaron, asimis-mo, un aumento muy pequeño. El usode la radio descendió ligeramente entre

todos los sectores, excepto en la regiónrural, donde tuvo un aumento conside-rable.

En síntesis, aunque ha habido un cre-cimiento en la última década, los servi-cios telefónicos convencionales cubrenescasamente a un 13% de la poblaciónrural y al 30% de la urbana. En cuanto ala telefonía móvil los datos disponiblesson limitados. Los dos cuadros siguien-tes dan una información resumida decómo se dispone de aparatos de comuni-cación e información modernos.

E. EL ACCESO A LA CULTURA

Una de las expresiones que mejorcalifican la naturaleza excluyente de lasociedad guatemalteca es lo referente ala cultura, entendida aquí como la pro-ducción de símbolos cuyo contenido dasentido a la vida espiritual del individuoy del grupo y enriquece sus experienciasintelectuales. La cultura, en este senti-do, es la producción de bienes que inter-pretan la existencia del sujeto y lo orien-tan hacia formas superiores de vida, ta-les como la literatura, la pintura, la mú-

Cuadro 5.9Mujeres de 15 a 49 años con acceso a los

medios de comunicación masiva1995 y 1998

Total Urbana Rural Indígena No-Indígena1995 1999 1995 1999 1995 1999 1995 1999 1995 1999

Ningún medio de comunicación 16.2 14.1 5.3 5.5 24.6 21.2 30.2 28.0 9.3 8.2Prensa una vez a la semana 44.7 48.4 62.6 62.7 31.0 36.8 20.5 21.5 56.6 60.1Televisión una vez a la semana 56.4 61.4 82.1 82.1 36.8 44.5 27.1 31.0 70.8 74.5Radio todos los días 72.3 69.0 79.9 73.8 66.4 65.0 62.8 62.7 77.0 71.7Los tres medios 31.2 32.2 49.4 45.2 17.2 21.5 9.5 9.9 41.8 41.8Número 12403 6021 5379 2709 7024 3312 4068 1815 8292 4206

Fuente: ENSMI 1995 y ENSMI 1999.

132 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

sica. El punto de partida del acceso a lacultura es el dominio del alfabeto y eldesarrollo de una sensibilidad frente a losdiversos objetos culturales que una so-ciedad multicultural va creando, enrique-ciendo así el conocimiento de la socie-dad, de su pasado y de su proyecciónhacia el futuro. En la sociedad guatemal-

Cuadro 5.10

Indicadores de información y comunicación1996

Medio TasaPeriódicos diarios (tiraje por cada 1000 habitantes) 31

Radios por cada 1000 habitantes 126

Televisiones por cada 1000 habitantes 73

Teléfonos por cada 1000 habitantes 41

Teléfonos móviles por cada 1000 habitantes 6

Computadoras por cada 1000 habitantes 3

Servidores de Internet por cada 10,000 habitantes 0.83

Fuente: Banco Mundial (2000).

Cuadro 5.11Dominios de Internet en Guatemala

a octubre de 1999

Dominio Sector Cantidad

Gt Superior 1

Edu.gt Instituciones educativas 25

Org.gt Organizaciones no gubernamentales 71

Gob.gt Dependencias de gobierno 32

Com.gt Entidades comerciales 467

Net.gt Entidades que proveen infraestructura

a la red nacional 34

Mil.gt Entidades militares 1

Fuente: CIR-Internet Guatemala.

teca, multiétnica y por ello multicultural,la diversidad de la producción culturales potencialmente mayor. Pero en laactualidad, la producción de los objetosculturales, así como el acceso a los mis-mos, se encuentra severamente limita-da.

133LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

Gasto e inversión en recursos culturales.En principio, el gasto total de la socie-dad guatemalteca en “capital cultural”tendría que ser equivalente a la suma delgasto público y privado por este con-cepto y, de esa manera reflejaría una es-pecie de consumo aparente, resultado dela producción (pública y privada) y delcomercio neto de bienes y servicios cul-turales. Los datos para integrar este in-dicador no están disponibles del todo,pero algunas cifras permiten la estima-ción aproximada de su magnitud.

La asignación presupuestaria en edu-cación, cultura y deportes experimentóleves incrementos en 1999. Si la sumadel gasto en educación, cultura y depor-tes representa el 16% del presupuestonacional, las partidas específicas se con-centran en la educación, que constituyeel sector prioritario. El gasto del Estadoen este rubro constituye el 75% del total,con una proporción mínima (10%) asig-nada al sector público que se ocupa dela cultura, mientras que el resto corres-ponde al deporte. Con los recortes pre-supuestarios efectuados para el ejercicio

2000, el sector público cultural cuentacon un presupuesto aprobado deQ128.940.833.00 (poco más de US$ 16millones), equivalente al 5.8% del pre-supuesto total.

El indicador más cercano al gasto pri-vado en cultura está representado por losgastos familiares en ‘tiempo libre y re-creación’ y el de educación. Ambosrubros representan el 7.9% de los gastosfamiliares (4.6% para el primero y 3.3%para el segundo). El monto total ascen-dió a Q 423.5 millones (cerca de US$55 millones) durante el período de 1998-1999. Es evidente el peso del área urba-na y, sobre todo, de la Región Metropo-litana, y significativa la desproporcióndesfavorable de los indicadores en la re-gión suroriental, tanto en el área urbanacomo en la rural.

En el ámbito de los servicios cultura-les se incluyen actividades como la pro-ducción de espectáculos, programas deradio y televisión y los servicios cientí-fico-culturales (museos, galerías de arte,sala de concierto, etc.), mientras que laproducción de bienes se refiere a la pro-

Cuadro 5.12Gasto del Gobierno Central en educación, cultura y deportes

En Millones de Quetzales y Porcentajes

1995 1996 1997 1998Total % Total % Total % Total %Sector gasto Per Sector gasto Per Sector gasto Per Sector gasto Per(Mio.) total cáp. (Mio.) total cáp. (Mio.) total cáp. (Mio.) total cáp.

Presupuestototal 1412 15.8 141.5 1505 15.2 146.9 1900 15.1 180.6 2617 15.7 242.4Crecimientoanual % 6.6 3.8 26.3 22.9 37.8 34.2Funciona-miento 1260 14.1 126.0 1342 13.5 131.6 1632 12.9 155.4 2098 12.6 198.8Inversión 152.3 1.7 152.3 163.3 1.6 16.0 267.9 2.1 25.51 519.6 3.1 49.2

Fuente: SEGEPLAN.

134 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

ducción y comercialización editorial ydiscográfica, obras de arte y otros. Entérminos comerciales, el principal rubroindicativo de esta actividad correspondea la producción editorial, cuyo saldo netoes de más de US$ 18 millones en 1998,que equivale al 36% de los gastos fami-liares destinados a educación, tiempo li-bre y cultura para el mismo período.

A partir de estos datos, es posible con-cluir que la sociedad guatemalteca des-tina recursos bastante magros a su desa-rrollo cultural, lo cual se traduce en quesólo una élite disfruta plenamente de losbienes de la cultura, mientras una mayo-ría queda al margen. Sumando el gastopúblico y el privado familiar, de acuerdo

Cuadro 5.13Gastos familiares en educación, ocio y entretenimiento

1998En Porcentajes y Qutzales

Área Urbana Área Rural Total

Región Gasto totalAdministrativa de los hogares

(Millones dequetzales)

% % % % % % % % %Nivel Nacional 6.6 5.4 12.0 3.5 1.6 5.1 5.4 4.0 9.4 4,508.8 Metropolitana 7.3 6.5 13.9 4.7 2.8 7.5 7.2 6.4 13.6 1,888.1 Norte 6.9 4.2 11.1 3.1 1.1 4.2 4.1 1.9 6.0 223.9 Nororiente 5.0 3.1 8.1 3.0 1.1 4.1 3.7 1.8 5.4 451.4 Suroriente 4.9 2.7 7.6 3.9 1.2 5.1 4.2 1.7 6.0 290.8 Central 5.2 3.4 8.6 5.5 2.1 7.6 5.4 2.8 8.2 474.1 Suroccidente 5.8 3.5 9.3 2.9 2.2 5.2 4.1 2.7 6.8 687.0 Noroccidente 5.1 3.1 8.1 2.6 1.4 4.0 3.2 1.8 5.1 389.3

Petén 5.3 3.1 8.4 3.9 1.2 5.1 4.5 2.0 6.5 104.1

Nota: El total del “capital cultural” es la suma de gasto en ocio y recreación (tiempo libre) y gasto en educación.

Los porcentajes son respecto al gasto total de los hogares (según INE).

Fuente: ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 5.14

Balanza comercial de bienes culturales(Saldo = Importación neta)

En US$

Rubro 1996 1997 1998Libros 11,564,532 12,276,865 13,897,343Periódicos 1,260,558 2,707,340 3,749,435Música impresa 6,345 11,281 67,809Fotografías 385,742 268,091 748,230Películas 40,618 67,954 209,682Instrumentos musicales 1,644,988 1,947,104 2,356,141Obras plásticas 227,423 237,911 156,788Total 15,130,206 17,516,546 21,185,428

Fuente: SIECA.

135LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

con las cifras de 1998, el total asciende aQ 3 mil millones ( US$ 400 millones osea US$ 36 per cápita anual). La inver-sión global señalada equivale a poco másdel 2% del producto interno bruto de eseaño y, consecuentemente, el monto des-tinado a actividades culturales propia-mente dichas sería una fracción apenasde esta cifra.

Los recursos de que dispone la socie-dad para el desarrollo cultural no soloson muy escasos sino que, además, seconcentran abrumadoramente en la ciu-dad de Guatemala, sin que ello signifi-que que esta sea por eso un centro cultu-ral de gran relevancia en el ámbito cen-troamericano. ¿Qué opciones tienen losguatemaltecos o la comunidad para ac-ceder al beneficio de la cultura? A títuloilustrativo, el guatemalteco promediohoy cuenta con menos de dos posibili-dades entre más de 10.000 de recibireducación artística; sólo 2 de cada 1.000guatemaltecos pueden leer un artículo, amenudo de dudosa calidad cultural, enlos diarios; solo 3 de cada 50.000 tienen

la oportunidad de asistir a un concierto alo largo del año; la mitad de la poblaciónno puede leer un libro en su propio idio-ma. Puede afirmarse que la sociedadguatemalteca está generalizadamenteexcluida del acceso a los recursos cultu-rales.

F. OTRAS POBLACIONES ESPECIAL-MENTE EXCLUIDAS

El análisis de las exclusiones presen-tadas hasta aquí corresponde a aspectosmás o menos conocidos. Pero en Guate-mala existen otros grupos también ex-cluidos, a los que se ha estudiado poco.Son exclusiones que, aunque tienen re-lación con los factores estructurales quese han examinado, (ingresos, condiciónétnica o de género, ubicación rural/urba-na, educación) se originan en otros fac-tores socioculturales. Incluye, por ejem-plo, a la niñex, la juventud, los ancianos,los discapacitados, las personas con unaorientación sexual no heterosexual y los

Recuadro 5.1

La diversidad cultural

El reconocimiento de la realidad multiétnica y multicultural de la sociedad guatemalteca ha hecho más comple-jas las formas de abordar los problemas de la cultura. Los Acuerdos de Paz y el clima de democratización, partici-pación y pluralismo abierto por ellos plantean la necesidad de tener en cuenta constantemente las diferenciasetnoculturales entre los grupos no indígenas y los indígenas y entre éstos.

El reconocimiento de esa pluralidad es un paso de indiscutible trascendencia. Sin embargo, es imprescindibleahora impulsar iniciativas, promover la producción cultural de los diversos grupos étnicos, abandonar la idea delfolklore como expresión fundamentalmente comercial, destinar más recursos económicos, crear condiciones paraque haya un desarrollo cualitativamente distinto de cuanto existe en la actualidad. La política multicultural supone,en consecuencia, que ninguna cultura es superior a otra, que ellas pueden convivir y colaborar perfectamente y que,como resultado de esa coexistencia, pueden producirse formas superiores de creación espiritual y material. Laconvivencia democrática es la base de la interculturalidad. Esto significa “democracia cultural” que, al contrariodel proyecto liberal que pretendió la uniformidad de todos bajo el pretexto de la igualdad de todos, subraya laimportancia y riqueza de las diferencias.

136 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

enfermos de sida. Tales grupos son ob-jeto de prejuicios y actitudes discrimi-natorias que desvalorizan su condiciónhumana. Esta sección se ocupa,sumariamente, de algunas de estas exclu-siones.

1. Algunos rasgos de inclusión/exclusión en la niñez

La niñez es un período del desarrollohumano que va desde el nacimiento has-ta la mayoría de edad, establecida enGuatemala al cumplir 18 años.10 La ma-nera en que se vive la niñez determinalas posibilidades de alcanzar, en la edadadulta, un desarrollo equilibrado e inte-gral. La población entre los 0 y los 18años de edad constituye el 51% del total,porcentaje que está vinculado con la altatasa global de fecundidad prevalecientey la tendencia a la baja de la mortalidad

infantil (menores de 1 año) que se ha re-gistrado en los últimos años. De cada 100niños, 51 son hombres y 49 son mujeres,y 34 viven en el medio urbano, frente a66 que habitan en el área rural. De la to-talidad, 53 son indígenas y 47 se recono-cen como no indígenas.11 Por la situa-ción de dependencia económica, socialy afectiva de los niños frente a las perso-nas adultas, y por no constituir sujetosde derecho, la niñez es uno de los gru-pos de población más vulnerable a lassituaciones de exclusión. Un caso extre-mo es lo ocurrido durante el conflictoarmado, como ilustra el recuadro 5.2.

a. Exclusión del acceso a la edu-cación

Después de la familia, la instituciónsocial más importante para el desarrollode la niñez es la escuela. Sin embargo,

10 Rango de edad establecido por la Convención de los derechos del niño, ratificada por Guatemala en noviembre de 1989.11 ENIGFAM (1999).

Recuadro 5.2

La niñez desaparecida durante el conflicto

La niñez desaparecida durante el conflicto armado, ajena a las causas y motivos del mismo, padeció severostraumas que afectaron para siempre su desarrollo personal y oscurecieron sus vidas y las de sus familias. Lasdimensiones que tiene el fenómeno de la desaparición de niños y niñas en Guatemala supera lo que se conoce enpaíses como Argentina y El Salvador. Los informes “Guatemala Nunca Más” del Proyecto de Recuperación de laMemoria Histórica –REHMI- y “Guatemala: Memoria del Silencio” de la Comisión para el Esclarecimiento Histó-rico, hacen referencia, como mínimo, a 444 casos de niñez desaparecida. A pesar de la complejidad geográfica,idiomática, étnico-cultural y la permanencia en la población de factores psicosociales adversos como la desconfian-za y el miedo, en apenas año y medio de trabajo de campo, la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado deGuatemala –ODHAG- documentó ochenta y seis casos de niñez víctima de desaparición. El 86% de los casosdocumentados fueron por desaparición forzada, mientras el 14% fue debido a distintas circunstancias del conflicto.A la vez, según los declarantes, el 92% de los casos documentados señala como responsable directo al Ejército deGuatemala; las Patrullas de Autodefensa Civil –PAC- fueron responsables del 3% de desapariciones y, finalmente,la guerrilla estuvo en el 2% de las mismas. En el restante 3% no está definida la responsabilidad.

Fuente: ODHAG(2000).

137LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

las oportunidades de educación no sonaccesibles para todos. La exclusión edu-cativa en la niñez está asociada a la ca-rencia de recursos educativos (escuelas/maestros), pero también a la baja esco-laridad de los padres o su analfabetismo,la entrada tardía de los niños al sistemaeducativo, las altas tasas de repitencia enlos primeros dos años de la primaria, y aotras razones económicas y sociales. Elingreso tardío pareciera deberse a unapercepción cultural en algunas familiasy comunidades de que a la escuela esmejor ingresar a una edad mayor de larecomendada. En 1996, solamente el41% de los niños en primer grado teníanentre 6 y 7 años, mientras un 32% asistíapor primera vez a la escuela con edadessuperiores a los 7 años. 12 La tasa desobreedad de un 64% para el primer gra-do se convierte en una tasa de 97% paracuando se alcanza el sexto grado. En pri-mer grado la repitencia alcanza cerca de27%, en segundo grado un 14.6% y entercer grado un 11.9%, que revelan se-rias deficiencias en el sistema.13

La deserción constituye otro rasgograve de las exclusiones educativas vi-vidas por la niñez. La tasa de deserciónes más alta en el primer grado de prima-ria variando en el área urbana de un 10%al doble en el área rural. Por otra parte,en el área urbana la tasa de deserción enlos siguientes años de escolaridad des-ciende a poco más de la mitad, mientrasen el área rural baja muy lentamente,hasta alcanzar su nivel menor en el sex-to grado de primaria, pero siempre con-servando un valor más alto del observa-ble en el área urbana.

Durante los primeros grados, la tasade deserción es mayor en las niñas, ten-dencia que se revierte en los últimos dosgrados de primaria. Entre las principalesrazones que se reportan como causas dela deserción están que los padres se lle-van a los niños a trabajar, la emigracióntemporal, falta de útiles escolares, noentienden al maestro o la escuela les que-da muy lejos.14 En cuanto a la exclusióneducativa que viven las niñas, todavíapersisten concepciones tradicionales so-bre su educación que asumen que ellas

Cuadro 5.15

Tasa de deserción urbana y rural por grado de escolaridad primaria1999

En Porcentajes

Deserción Urbana Deserción Rural Deserción Total1. grado 9.9 19.5 17.32. grado 4.5 12.9 10.53. grado 4.5 11.4 9.04. grado 4.2 10.6 8.15. grado 5.2 10.4 8.06. grado 4.7 6.5 5.6Total 5.8 14.2 11.4

Fuente: Elaboración propia con base en datos del MINEDUC 1999.

12 MINEDUC (1997).13 Carrera (1999).14 Ecodesarrollo y UNICEF (2000).

138 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

permanecerán en los hogares luego decasarse. Como resultado de esta concep-ción discriminatoria, solo el 46% de losinscritos en la educación primaria en1998 son niñas. Esta proporción se re-duce hasta un 40% en los departamentosde Quiché y Alta Verapaz.15 Las niñasregistran mayores tasas de ausentismoescolar que los niños, comportamientoque se acentúa en la región Noroccidentey Suroccidente. Las tasas de ausentismose incrementan también ligeramente enregiones con alta densidad indígena. Lasniñas indígenas registran mayor porcen-taje de ausentismo que las no indígenas.

b. El trabajo infantil

La exclusión de la educación tieneuna relación directa con el trabajo infan-til. La mayor parte de los niños que noestán en el sistema educativo están tra-bajando. Si bien existen limitaciones paracuantificar el trabajo infantil, laENIGFAM ilustra respecto a las activi-dades económicas en las que se reportala participación de la niñez, aunque losdatos sólo aplican a la población com-prendida entre los 7 y los 14 años de edad.De esta población, el 36.7% trabaja, seacomo parte de la población económica-mente activa o en quehaceres del hogar,

registrando un aumento con respecto alos datos del Censo de 1994.

Tres de cada cuatro niños trabajan enel área rural, y los niños conforman lamayoría de la PEA de 7 a 14 años, conproporción cercana de 3 a 1 con las ni-ñas. Sin embargo, las niñas están entran-do con mayor celeridad que los niños almercado formal de trabajo, principal-mente en la maquila, empaque y proce-samiento de productos agrícolas.16 En lasregiones con mayor densidad de pobla-ción indígena, se registra un mayor por-centaje de niños que se incorporan al tra-bajo doméstico y a las labores producti-vas de la familia. La mayor proporciónde niños trabajadores se desempeñancomo trabajadores familiares no remu-nerados, especialmente en el área rural.El resto se encuentra como empleado nocalificado y, en menor porcentaje, comotrabajador por cuenta propia. Las niñasparticipan en mayor proporción que losvarones en la categoría de empleadas.Los niños se ubican mayoritariamente enlas actividades agrícolas, la industriamanufacturera y la construcción, mien-tras las niñas lo hacen en la agricultura,los servicios domésticos y la industriamanufacturera, principalmente lamaquila17 . La tendencia es que las niñasparticipen en la actividad familiar cum-

Cuadro 5.16Porcentaje de niños que trabajan

con relación al total de la población de dicha edad1994 y 1999

1994 1999Total 28.6 36.7En la PEA 7.9 13.6En quehaceres del hogar 20.7 23.1

Fuente: ENIGFAM 1998/99 y Censo de Población 1994.

15 MINEDUC (1999).16 Ecodesarrollo y UNICEF (2000).17 Ecodesarrollo y UNICEF (2000).

139LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

pliendo con el papel de amas de casa yencargadas de los quehaceres domésti-cos, a la vez que se incorporan a las acti-vidades productivas de la familia.18

Se estima que anualmente, alrededorde 449,875 niños y niñas comprendidosentre los 7 y los 14 años de edad estánsiendo afectados directamente en su edu-cación escolar (ausentismo, deserción orepitencia) por causa del trabajo infan-til, representando un 18.7% de la pobla-ción total de esa edad. La situación esmás grave en las regiones denoroccidente y norte, principalmente enQuiché y Alta Verapaz. Las niñas son másafectadas por el trabajo infantil que losniños. El costo de oportunidad para lafamilia de enviar a una niña a la escuelaes mayor que el de los varones, debido alas tareas productivas y reproductivasque desarrolla en el hogar. No obstante,el hecho que la deserción en los gradossuperiores del nivel primario son mayo-res para los niños que para las niñas su-giere que a determinada edad (cerca delos 12 años), el trabajo del niño adquieremayor valor para la familia.

Además de verse excluidos de la opor-tunidad de educarse, la niñez trabajado-ra enfrenta una serie de riesgos ocupa-cionales que exponen su salud y hasta suvida: manipulación de herramientapunzocortante, de substancias químicasque se emplean como fertilizantes oplaguicidas en la agricultura y de pólvo-ra en las coheterías. Son comunes lasmalformaciones corporales derivadas delacarreo de bultos y cargas de excesivopeso. En el caso de las niñas, además, seenfrentan tanto los riesgos de acoso yabuso sexual como la carga de responsa-bilidades domésticas al interior de su gru-po familiar.19

2. Algunos rasgos de inclusión/exclusión en la juventud

Los jóvenes constituyen, más queun grupo de edad, una categoría socialque asume características específicas conrespecto a los otros grupos, pero que tam-bién viven las experiencias y condicio-nes del grupo social, étnico, ocupacio-nal y de género al que pertenecen. Se

Recuadro 5.3

Algunos de los principales trabajos de naturaleza peligrosa y explotadora realizados por la niñezen Guatemala

Sector RuralJornaleros, cortadores, manejo de pesticidas y fertilizantes, cargadores de productos, empacadores nocturnos.

Sector UrbanoPara los niños: Limpiabotas, cuidadores y limpiadores de carros, cargadores de mercado, vendedores ambulan-tes, clasificadores de desechos, ayudantes de talleres mecánicos y de albañilería.Para las niñas: Empleadas domésticas, meseras, cocineras, vendedoras de frutas y flores, empleadas en maquila.

Sector Urbano y ruralProceso productivo de la cal, elaboración de piedrín, tejido manual, trabajo con pólvora, elaboración de ladri-llos.

Fuente: Ecodesarrollo y UNICEF (2000).

18 Ecodesarrollo y UNICEF (2000).19 ODHAG (1999a).

140 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

considera “jóvenes” a las personas com-prendidas de los 18 a los 25 años de edad.Sin embargo, en países en desarrollo,como Guatemala, los niños y niñas tam-bién están propensos a vivir experienciaspropias de la juventud, debido a la tem-prana incorporación al trabajo, el iniciode las relaciones sexuales y la formaciónde nuevas familias; es decir, se asumenen forma temprana y a plenitud los rolesde los jóvenes y adultos. Basado en da-tos de la ENIGFAM, los jóvenes consti-tuyen el 13% (1,377,040) de los habitan-tes de Guatemala, de los cuales 54.3%viven en el área rural, 45.6% se conside-ran indígenas y 53.4% son mujeres.

a. Las diferencias estructuralesen las oportunidades de edu-cación

Los jóvenes son el grupo de pobla-ción con mayores niveles de alfabetismo,un 83%, mientras que el promedio na-cional se ubica en 69%.20 Sin embargo,alrededor de 300,000 hombres y muje-res jóvenes pasan a la vida adulta sin sa-ber leer y escribir, lo que representa unobstáculo real para lograr insertarse enel mercado de trabajo, acceder a los ser-vicios sociales básicos y superar la po-breza y las otras exclusiones. 26% dejóvenes rurales son analfabetas, en com-paración con el 6.4% en el área urbana.El 22% de las mujeres en este grupo deedad son analfabetas, mientras que soloel 11.3% de jóvenes varones son analfa-betas. Datos recientes sobre el nivel deescolaridad de la población mayor de 7años21 indican que son los jóvenes el gru-po de edad que más acceso ha tenido a laeducación, particularmente los que tie-

nen entre 20 y 24 años. Del grupo juve-nil, el 17.6% no tiene ninguna instruc-ción, 48.2% ha completado la primaria,29% el nivel medio y solamente el 5.%culminó sus estudios universitarios. Elnúmero de años promedio de escolari-dad alcanzada es de 6, cifra que superaen cerca del 25% el promedio que alcan-zó la generación de sus padres.

En el período 1992-1999, la matrícu-la del nivel básico se incrementó en 45%,principalmente en establecimientos delsector privado. El nivel diversificado re-gistró en el mismo período un incremen-to del 40%, concentrándose en los esta-blecimientos privados del área urbana.Sin embargo, a pesar de incrementos su-periores al 5% anual en la matrícula, eldéficit de atención en el nivel medio eselevado;22 cerca de 150,000 jóvenesabandonan sus estudios. La tasa de es-colaridad global del nivel básico es de35%, pero no refleja la asimetría exis-tente entre el área urbana (80%) y el árearural (9%). Los hombres tienen mayoroportunidad de asistir al nivel básico quelas mujeres, con tasas de escolaridad de39% y 32% respectivamente. Entre lasrazones por las cuales las mujeres jóve-nes abandonan la escuela están: no legusta la escuela (23%), necesita ganardinero (11%), no pudo pagar los estudios(9%), la familia necesita ayuda (7%) ypor casamiento (5%).23

Es en el nivel básico donde se acen-túa el proceso de estratificación educati-va de la población, favoreciendo a losjóvenes varones urbanos. Las familiasmejor acomodadas de las áreas ruraleshacen esfuerzos especiales para que sushijos puedan asistir a centros educativosdel nivel medio en las cabeceras munici-

20 ENIGFAM (1999).21 ENIGFAM (1999).22 MINEDUC (1999).23 ENSMI (1999).

141LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

pales o departamentales. Además, el 45%de los estudiantes asisten a institucionesprivadas, lo que significa una carga adi-cional de la economía familiar para su-fragar los gastos educativos de sus miem-bros más jóvenes. En general, son losjóvenes del área rural, las mujeres y losindígenas quienes quedan excluidos, des-de el nivel básico, de las posibilidadesde continuar con su formación y seguirdesarrollando sus habilidades y destre-zas.

En el nivel diversificado se acentúaesta tendencia. La tasa de escolarizaciónes tan solo 15%, concentrada en el áreaurbana (39%) y con escasa presencia enel área rural (1%). Sin embargo, se redu-ce la asimetría entre hombres (15%) ymujeres (14%). Esto se debe principal-mente a que las mujeres tienen mejorestasas de aprobación que los varones yque, a este nivel acceden estudiantesmejor preparados (los que han superadola repitencia y la deserción), principal-mente de estratos económicos medios yaltos. Guatemala tiene una tasa de cober-tura de diversificado de 32%, pero de-partamentos como Baja Verapaz, Alta

Verapaz, Totonicapán y Quiché no lle-gan a alcanzar el 5% de cobertura. Eneste nivel educativo, el sector privadoatiende más de tres cuartas partes del es-tudiantado. Aunque existen más de uncentenar de carreras del nivel medio, pre-dominan las tradicionales de maestros deeducación primaria, bachillerato, secre-tariado y perito contador. Menos aten-ción se ha prestado al establecimiento decarreras técnicas que hagan uso de lasnuevas tecnologías que abren las puer-tas para la incorporación del país a lasnuevas formas de intercambio y presta-ción de servicios.

b. Diferencias en el acceso alempleo

Los jóvenes representan tres de cadadiez trabajadores del sector formal de laeconomía, lo que demuestra su enormecontribución a la generación de riquezadel país. Las estadísticas oficiales no re-gistran la actividad económica que serealiza en el sector informal, que es don-de los jóvenes se involucran desde tem-prana edad (aún siendo niños). Para el

Recuadro 5.4

La calidad de educación que reciben los jóvenes

Una serie de evaluaciones del rendimiento de estudiantes en primaria y tercero básico, realizadas en 1998 en 521establecimientos oficiales y privados de toda la república, muestran las diferencias existentes entre estos ámbitos.En tercero básico se realizó una prueba de comprensión de lectura (vocabulario y comprensión) y una prueba dematemática (algebra, geometría y trigonometría). En lectura, los alumnos de los establecimientos privados promediaron66, mientras que los oficiales 52; para matemática, en el sector privado se alcanzó 47 y en el sector público 38. Losvarones promediaron mejor que las mujeres. Además deben considerarse que, tanto en los establecimientos públicoscomo en los privados, existe una amplia dispersión de la calidad de los servicios educativos, y en el interior del paíslos establecimientos privados muchas veces tienen condiciones físicas y programas educativos de menor calidad quesus similares en el sector público.

Fuente: UVG (1999).

142 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

grupo de edad entre 15 y 19 años24 , latasa de ocupación es del 54%, que seincrementa para el grupo siguiente a67%, es decir, dos de cada tres jóvenesya trabajan (en el sector formal) cuandoalcanzan los 24 años. Con relación a supropio sector juvenil, el 65.7% de losjóvenes se involucran en la PEA, siendoéstos principalmente hombres (63%).

No es fácil determinar el porcentajede jóvenes que trabajan y estudian; sinembargo, de los que pertenecen a la PEAno activa25 (muchos de los cuales estáninvolucrados en actividades económicasdel sector informal), el 33% son estudian-tes, la mayoría de ellos hombres (54%).De este grupo, son las mujeres las quemás se dedican a los quehaceres del ho-gar, alcanzando una tasa de 92% al lle-gar a los 24 años, cuando la mayoría sehan unido a su pareja y ya tienen su pri-mer hijo. Al iniciar la etapa juvenil, so-lamente el 30% de las mujeres de la po-blación económicamente no activa per-manecen estudiando, y al finalizar estaetapa (24 años), esta cifra se reduce amenos del 10%. Esta situación contrastacon los hombres, pues al inicio de la ju-ventud el 80% de los que no trabajan enla PEA formal se preparan en estableci-mientos educativos y, al terminar estaetapa, cerca del 60% aún lo continúanhaciendo. Estas tendencias tienen corres-pondencia con el estado civil de las mu-jeres, aunque en el caso de los hombres,aún estando casados, tienen más posi-bilidades de continuar con sus estudios.

c. Exclusiones de las oportuni-dades de desarrollo personal:jóvenes embarazadas a tem-prana edad

La proporción de mujeres que tienensu primera relación sexual antes de los20 años es casi del 70%,26 y alrededorde los 22 años de cerca del 80%. La edadmediana (en la que la mitad de las muje-res ya ha tenido su primera relaciónsexual) es de 18.5 años. En el área rurales de 17.6 años y en la urbana de 19.3años. Aún constituye un tabú hablar so-bre temas del sexo en las familias, espe-cialmente entre las indígenas.27

Una de las consecuencias de ladesinformación son los embarazos nodeseados. Generalmente una muchachaembarazada sin haberse casado es malvista por la comunidad, lo que la presio-na a contraer matrimonio en condicio-nes que pueden no ser las mejores. Siesto no ocurre y no opta por el aborto, seconvertirá en una madre soltera, lo cual,a su vez, le acarreará otros problemas. Amenudo se cree que los hombres debencomenzar primero su vida sexual a unaedad temprana, hacia los 16 años, paraevitar problemas físicos y mentales y lo-grar un desarrollo óptimo. Una prácticaaún común es que los padres lleven a sushijos a iniciar la vida sexual a un prostí-bulo. Para muchas mujeres, la primerarelación sexual de la adolescencia coin-cide con el matrimonio o la unión libre;otras consuman una relación prematri-monial y luego se casan.28

La edad promedio del nacimiento delprimer hijo ha cambiado poco en los úl-timos veinte años29 y se ubica alrededor

24 Como en la sección anterior, los datos estadisticos provienen de ENIGFAM (1999), a menos que se indique lo contrario.25 INE (1996).26 ENSMI (1999).27 Méndez y Puac (1998).28 Panos y AGPCS (1997).29 Panos y AGPCS (1997).

143LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

de los 20 años. A los 19 años, el 41% delas mujeres ya son madres y el 44% yahan estado embarazadas por lo menosuna vez. De los embarazos que ocurrenanualmente, cerca de la mitad (48%) sedan en mujeres entre 15 y 24 años.30 Es-tos porcentajes son mayores en el árearural y entre la población indígena. Ade-más, las tasas de fecundidad son mayo-res entre las mujeres que tienen menosinstrucción. El acceso a métodosanticonceptivos es muy limitado; sola-mente el 38% de las mujeres entre 15-24años los han usado alguna vez. Otro temaimportante para la salud de los jóveneslo constituyen las enfermedades de trans-misión sexual y en particular el VIH/SIDA. Datos recientes indican que cer-ca de la mitad de los nuevos contagiosde SIDA se dan en el grupo de jóvenes.31

Uno de cada 20 adolescentes se estimaque sufre de enfermedades de transmi-sión sexual. El Programa Nacional dePrevención y Control de ETS/VIH/SIDAreporta que 13% de los casos reportados

de SIDA son jóvenes entre 15 y 24 años,tres cuartas partes de ellos hombres.Puesto que la mayor proporción se en-cuentra en el grupo de 25 a 34 años, elcontagio de estas personas se dio cuan-do eran jóvenes.

3. La sociedad castiga a losviejos: la exclusión de losadultos mayores

El envejecimiento es un proceso na-tural de disminución de las funciones delos órganos y sistemas y que ocurre du-rante todo el ciclo de vida. Trae consigocambios en el desempeño físico de laspersonas, en la capacidad y oportunidadde relaciones interpersonales, en diferen-tes grados de respuestas afectivas, en lapercepción que cada uno tiene de sí mis-mo, en la valoración que los demás leasignan a uno y en el papel que efecti-vamente desempeñan en su comunidad.El grado en que el envejecimiento afectea alguien es el resultado de múltiples

Recuadro 5.5

Exclusiones del derecho a la vida: La violencia diezma a los jóvenes

La mortalidad de los adolescentes es causada principalmente por factores externos, e incluyen homicidios,suicidios, accidentes y traumatismo. Siguen en importancia las enfermedades infecciosas, complicaciones del em-barazo, parto y puerperio.32 En Guatemala, las tasas de defunción entre los jóvenes son mayores que en el grupo deadolescentes, pero menores que el grupo de niños, adultos y ancianos. Sin embargo, la tasa de mortalidad es mayoren el grupo de 20 a 24 años y superior en los hombres jóvenes, quienes representan dos terceras partes de quienesfallecen.33 Entre las causas identificadas de muerte sobresalen: muerte por arma de fuego (31%, principalmente enel grupo de 20 a 24 años). Particularmente en las víctimas por arma de fuego, estas son en su mayoría hombres (másdel 80%), lo que explica junto a los accidentes de tránsito las mayores tasas de mortalidad juvenil en este grupo. Porotra parte, en comunidades específicas, como Nebaj, se ha evidenciado un aumento alarmante de los casos desuicidio entre jóvenes, especialmente mujeres.34 Debe notarse que este es un fenómeno que parece tener un creci-miento importante en el país y que por igual afecta a jóvenes de distintas clases sociales, etnias y géneros.

30 INE (1997).31 FNUAP (1996).32 FNUAP (1996).33 INE (1997).34 ODHAG (1999b).

144 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

factores personales, socioeconómicos yfísicos. La edad cronológica de acuerdocon el Plan de Acción Internacional so-bre el Envejecimiento empieza a los 60años.

a. Caracterización de las perso-nas adultas mayores

El censo de 1994 reporta que en eseaño en Guatemala había cerca de mediomillón de personas mayores de 60 años,un 5% de la población total. Según pro-yecciones del CELADE y el INE, estenúmero en términos absolutos y porcen-tuales irá en aumento. Estos datos con-trastan profundamente con los reporta-dos por el ENIGFAM 98/99, especial-

mente en la ponderación del grupo depersonas mayores respecto a la poblacióntotal. El 7% de la población tiene en laactualidad 60 años y más El mayor por-centaje del total corresponde a las muje-res, con un 52%; sin embargo, esto cam-bia en los grupos de más edad.

El predominio femenino cambia en elsegmento de los 75 a los 89 años, dondees sustituido por el masculino; en el de90 años y más, es notorio el predominiofemenino, casi tres mujeres por cadahombre. Este dato alerta sobre las nece-sidades de atención de este segmento depoblación que, aunque es mínimo, pro-bablemente ejerce fuertes demandas so-bre los servicios, especialmente los desalud. En lo que respecta al lugar de re-

Cuadro 5.17

Población según grupos de edad respecto a la población total1998

En Porcentajes

Grupo etáreo Porcentaje del totalMenor de 15 años 48.30De 15 a 59 años 49.14De 60 años y más 7.06

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 5.18

Población de 60 años y más según grupos de edad y sexo respecto al total1998

En Porcentajes

Grupos de edad Hombres Mujeres TotalDe 60 a 74 años 47 53 100De 75 a 89 años 53 47 10090 años y más 33 67 100Total 48.2 51.8 100

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

145LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

sidencia se observa que son más las per-sonas mayores que viven en la zona ru-ral, lo cual no cambia según el grupo deedad.

En comparación con los datos del cen-so de 1994, se observa una disminuciónde la “ruralidad” del envejecimiento puesla proporción de personas que correspon-den a los adultos mayores en el área ru-ral pasó de 58% en aquel año a 55% en1999. En el área urbana es mayor el fe-menino y en la rural el masculino. Lacausa puede tener relación con los pa-trones migratorios hacia los centros ur-banos y el nuevo papel de la mujer comofuerza de trabajo, lo que habría obligadoa las abuelas a moverse y asumir el pa-pel de cuidadoras de nietos mientras que

los abuelos tienden a continuar en suslugares de trabajo.

La distribución de la población deadultos mayores en el territorio nacionalrevela grandes diferencias en cuanto alenvejecimiento. Hay departamentoscomo Petén donde la población de 60años y más representa únicamente el 4%,mientras que otros, como El Progreso,muestran valores de 8%, cercanos a paí-ses con transición demográfica avanza-da. Respecto a grupos étnicos, laENIGFAM revela que el 60% de perso-nas mayores de 60 años pertenece al gru-po de no indígenas, patrón que se man-tienen al desagregar los datos según gru-pos de edad.

Cuadro 5.19

Personas mayores según grupos de edad y lugar de residencia1998

En Porcentajes

Rangos de edad Urbana Rural TotalDe 60 a 74 años 44.9 55.1 10075 años y más 44.2 55.8 100Total 44.7 55.3 100

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 5.20

Adultos mayores según lugar de residencia y género1998

En Porcentajes

Total Urbana Rural

Hombres 49 45 52Mujeres 51 55 48

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

146 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

El predominio de las personas mayo-res no indígenas sobre las indígenas pue-de tener su origen en una menor mortali-dad y en la mayor posibilidad de utilizarlos servicios de salud. El estado conyu-gal tiene algunas implicaciones en elbienestar de las personas mayores puespuede reflejar la existencia o no de apo-yo familiar. Debido a que viven más, ose casan más jóvenes, o se vuelven a ca-sar con menor frecuencia, es más proba-ble que las mujeres mayores sean viu-das; el porcentaje de viudas es cinco ve-ces mayor en el grupo de 60 a 74 años ycuatro veces en el de mayores de 75años. Los adultos mayores casados su-peran en número a los viudos y solteros,mientras que las adultas mayores viudassobrepasan a las mujeres cuyo cónyugevive. Un 61% de las personas mayoresviven en hogares ampliados, que suma-do al 30% que viven en hogares nu-cleares y al 2% en compuestos da comoresultado que hay cerca de un 94% quecuentan con algún apoyo de familiar. Un6% de de los adultos mayores (cerca de45.000 personas) viven solos y sin auxi-lio familiar.

b. Algunos rasgos de exclusiónque experimentan las perso-nas adultas mayores

Los adultos mayores tienen necesidad detrabajar para subsistir. A diferencia delo ocurrido en los países desarrollados,el envejecimiento tiene lugar en Guate-mala en un contexto de mayor precarie-dad. Según la ENIGFAM 98-99, el 65%de las personas mayores de 60 años seencuentran por debajo de la línea de po-breza y el 36% en extrema pobreza. Lamenor capacidad de generar ingresospropios, la insuficiente cobertura de losprogramas de seguridad social, los bajosmontos de las pensiones, entre otros fac-tores, inciden en el descenso relativo desu nivel de vida. El envejecimiento, ade-más, se produce de modo diferente deacuerdo con el género, el estratosocioeconómico, el área donde se resida(rural o urbana), la cohorte de edad y, engeneral, por la historia que cada uno haacumulado durante todo el curso de lavida. A pesar de que el envejecimientodisminuye las oportunidades de obtenerbienes económicos, según la ENIGFAMel 76% de las personas mayores de 60años declara ser perceptor de ingresos yel 40% ser el apoyo principal del hogar.

Cuadro 5.21

Personas mayores según grupo étnico y grupos de edad1998

En Porcentajes

Grupos de edad Indígena No indígena TotalDe 60 a 74 años 41 59 10075 años y más 37 63 100Total 40 60 100

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

147LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

La tasa de participación económica delas personas mayores (53%, según laENIGFAM) es inferior a la de los de-más adultos. Esta menor participación,más allá de responder a una decisiónvoluntaria o a una limitación impuestapor problemas de salud, obedece a lasdisposiciones que rigen el retiro de laactividad económica y a algunas carac-terísticas restrictivas del mundo del tra-bajo. La jubilación y la pensión comofuente de ingresos es muy limitada puessolo una minoría ingresa al sistema quelas proporciona.

Únicamente el 12.2% recibe una pen-sión o renta, lo cual significa una dismi-nución de tres puntos porcentuales res-pecto al censo de 1994 (15%); esto esalarmante pues revela cómo se han de-teriorado los sistemas previsionales en sucobertura y han dejado a mucha más po-blación en el desamparo económico. Decualquier manera, la jubilación, aunqueconcebida originalmente como una rei-vindicación de los trabajadores, se hahecho virtualmente obligatoria en mu-chos ámbitos del sector formal de em-pleo. De las personas mayores que tra-

Cuadro 5.22

Personas mayores según grupos de edad y categoría de perceptor de ingresos1998

En Porcentajes

Perceptor de ingresosGrupos de edad No Sí Principal del hogarDe 60 a 74 años 21.8 78.2 41.475 años y más 28.1 71.9 36.6Total 23.4 76.6 40.2

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

Cuadro 5.23

Personas mayores según condición de actividad1998

En Porcentajes

Condición %Jubilado o pensionado 11.5Rentista 0.7Estudiante 0.1Quehaceres del hogar 59.3Incapacitado 14.3Otra 14.0Total 100.0

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENIGFAM 1998/99.

148 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

bajan, la mayoría vive en las zonas rura-les (63%) y el 88% son hombres. A esterespecto hay que resaltar que el trabajofemenino en los hogares resulta invisi-ble y generalmente no remunerado. Unamanifestación de este problema es, porejemplo, el caso de las abuelas que cui-dan nietos con horarios de más de 8 ho-ras y sin ninguna prestación laboral. Enambos sexos, las tasas de actividad tien-den a ser mayores en las zonas rurales,sobre todo en la agricultura.

El panorama es particularmente exclu-yente si se toma en cuenta el contextodonde se desarrolla la actividad de losadultos mayores y donde el desempleo yel subempleo tienen altos índices. Es muydifícil que una persona con rezago tec-nológico y en competencia con trabaja-dores más jóvenes y mejor calificados,pueda ganar. La situación laboral de losadultos mayores se traduce en una dis-minución sustancial de sus ingresos y aun aumento de su vulnerabilidad y ries-go. El hecho de que personas de edadavanzada continúen incorporadas al sec-tor formal y que un porcentaje no deter-minado lo haga en el informal, indica quepara muchas de ellas el trabajo se vuelvauna necesidad imperativa si quieren so-brevivir.

Los adultos mayores carecen de seguri-dad social y cuentan con una débil red deapoyo. La seguridad social, particular-mente los sistemas de pensiones, son unelemento fundamental en el bienestar delas personas mayores. En Guatemala,además del IGSS, existen otros 14 siste-mas independientes que ofrecen pensio-nes complementarias. Los sistemas otor-gan cobertura principalmente a los tra-bajadores del sector estructurado de laeconomía, en su mayoría asalariados ur-banos, y excluyen a quienes laboran en

el campo y en el sector informal. Debi-do a esto solo un pequeño grupo recibeuna jubilación, a menudo tan exigua queno alcanza para costear la subsistencia.Según el censo de 1994, únicamente el15% de las personas mayores de 60 añosrecibían alguna pensión; este panoramavarió en un sentido negativo por cuantoen 1998 ese porcentaje había disminui-do al 12%. El 62.6% de las cuales sonhombres.

Un aspecto particularmente importan-te que incide en el afianzamiento de laindependencia del anciano y en el forta-lecimiento de la solidaridad familiar, esel relativo a la situación conyugal. Se-gún la ENIGFAM, un tercio de la po-blación de 60 años y más, y especialmen-te las mayores de 75 años, no tienen cón-yuge, ya sea porque enviudaron, se man-tuvieron célibes o se divorciaron. Ellocrea carencias afectivas y repercute so-bre su seguridad emocional. La viudezes más común entre las mujeres: apenasentre un cuarto y un tercio de las mayo-res de 75 años y más viven con sus cón-yuges. Esto obedece, en buena medida,a la diferencia de la esperanza de vidaentre los sexos; sin embargo, existenotros factores como el de que los hom-bres se unen a mujeres de menor edad ytienen una mayor probabilidad de esta-blecer una nueva unión después de laviudez.

Por lo general, la pérdida del cónyu-ge acrecienta la dependencia del adultocon respecto a los otros miembros de lafamilia y se convierte en un factor de ten-sión personal que le dificulta la existen-cia cotidiana, limita sus interaccionessociales y contribuye a su aislamiento.Aunque la progresiva reducción de lamortalidad adulta en años recientes hacontribuido a incrementar la superviven-cia de los miembros de las parejas hasta

149LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

edades más elevadas, la tendencia de laviudez femenina ha ido en aumento. Asu vez, la supervivencia más prolongadade las personas de edad avanzada es atri-buible a un cuidado más continuo de lasalud; sin embargo, esta sobrevida llevaconsigo una mayor incidencia de riesgosde discapacidad. Estas circunstanciasinfluyen en la familia, que en muchoscasos no dispone de una capacidad derespuesta ante exigencias de apoyo másintensas y prolongadas que supone laviudez.

4. Las personas con discapacidades

a. Caracterización de la pobla-ción con discapacidad

A lo largo de la historia las personascon discapacidad no sólo han sido ex-cluidas socialmente, sino que han sufri-do incluso agresiones de todo tipo. Lasoportunidades de empleo, de ascensosocial, de participación en el sistemapolítico y otras instancias de la vida so-cial son mínimas, especialmente paraquienes, además, viven en la pobreza.Actualmente se desconoce la cantidad

exacta de guatemaltecos con discapaci-dades físicas, sensoriales y mentales. Elcenso de 1994 reportó que el 0.72% dela población total, equivalente a 59.841personas, presentan alguna forma dediscapacidad: el 60% con discapacidadfísica, el 37% sensorial y 3% mental. El63% de estas personas residen en el árearural y el 37% en la urbana. Sin embar-go, estudios recientes sugieren que es-tas cifras se encuentran subestimadas,pues son datos de quienes asisten a loscentros educativos o de rehabilitación enáreas urbanas. Por ejemplo, en 1998 unestudio del Ministerio de Salud Públicay Asistencia Social (MSPAS), certificó1,841 casos de discapacidad únicamentea consecuencia del enfrentamiento arma-do. Otro estudio, efectuado en 1996 enel municipio de Mixco, mostró que en-tre 6,819 personas estudiadas había un7% con algún tipo de discapacidad, delas cuales el 56% era del sexo masculinoy el 44% del femenino.

Más de la mitad de los discapacitadostienen entre 15 y 59 años de edad (52%);una cuarta parte son menores de 15 añosy otra, mayores de 60 años. Hay unamayor presencia de discapacitados en

Cuadro 5.24

Personas que participaron en el diagnóstico de discapacitados1998

En Frecuencias y Porcentajes

Características Frecuencia PorcentajeDiscapacitados en el conflicto armado 1841 64Lesionados a causa del conflicto, sin discapacidad 589 21Discapacitados por causa ajena al conflicto armado 189 7No lesionados ni discapacitados 209 7Otros 47 2Total 2875 100

Fuente: MSPAS (1998).

150 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Zacapa, Retalhuleu, Escuintla, BajaVerapaz y Santa Rosa. Es importante se-ñalar que las personas quedarondiscapacitadas a raíz del conflicto arma-do no fueron identificadas en el últimocenso. Ello explica, al menos en parte,que la región en la que se concentró laguerra tenga los porcentajes más bajosde discapacidad.

b. Algunos rasgos de exclusiónrelacionadas con la disca-pacidad

Tienen que vencer un sinnúmero de ba-rreras sociales, legales y económicas. Lasociedad guatemalteca aún mantiene nor-mas culturales, hábitos y prejuicios queimpiden la activa participación en la vidapública de las personas con discapacidad.Entre éstas destacan las barreras arqui-tectónicas, relacionadas con el acceso alespacio y a la movilización en las áreasurbanas. Por ejemplo, no hay rampas enlas aceras ni ascensores adecuados paraingresar a los edificios, oficinas públi-cas, teatros, universidades, etc. El dise-ño de las puertas, los sanitarios y deltransporte público los hacen inaccesiblespara ellas. Las aceras están obstaculiza-das por teléfonos públicos, postes, ven-tas callejeras, tragantes. Tampoco existeseñalización de la ciudad en sistemabraille. Solo hay un semáforo sonoro ysólo funciona una pasarela apropiadapara discapacitados.

Alguna legislación limita los dere-chos de las personas con discapacidad.Por ejemplo, el Código Civil, en el artí-culo 13 dice que “quienes padezcan deceguera congénita o adquirida en la in-fancia, y los sordomudos tienen incapa-cidad civil para ejercitar sus derechos,pero son capaces los que puedan expre-sar su voluntad de manera indubitable”.

El artículo 14 se refiere a que “los inca-paces pueden ejercitar sus derechos ycontraer obligaciones por medio de susrepresentantes legales”. El Código deNotariado en el artículo 3 indica que “tie-nen impedimento para ejercer el notaria-do: los civilmente incapaces, los toxicó-manos y ebrios habituales, los ciegos,sordos o mudos, y los que adolezcan decualquier otro defecto físico o mental queles impida el correcto desempeño de sucometido” (Ley del Organismo Judicial,en el artículo 199, sobre Impedimentos).

Para las personas con discapacidadesvisuales o auditivas, el acceso a la co-municación e información está limitado.Los medios de comunicación televisivacarecen de servicios de apoyo, tales comorecuadros con intérpretes en lenguaje deseñas o cintillos textuales. Las personassordas tienen grandes limitaciones en lavida social pues no se cuenta con intér-pretes en lenguaje de señas en las princi-pales oficinas públicas u otras institucio-nes de servicio social. Ninguno de losperiódicos que se publican contienen in-formaciones en sistema braille y muypocas personas ciegas pueden usar losnuevos sistemas tecnológicos de comu-nicación. La falta de información y sen-sibilización de la sociedad en general serefleja en los estereotipos y prejuiciosque predominan en la población y queinfluyen en la convivencia con personasdiscapacitadas. Las barreras actitudinalesson las más difíciles de vencer.

La pobreza también agrava las condi-ciones de vida de los discapacitados,porque ella ocasiona, entre otras cosas,una inadecuada nutrición, carencia deinstrumental técnico, malas condicionesde vida en general, escaso conocimientopara el buen manejo del discapacitado yun ambiente que lleva al conflicto, la vio-lencia y el maltrato. La necesidad de

151LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

proporcionar ayuda a las personas condiscapacidad significa que muchas vecesotro familiar, principalmente una mujer,no puede dejar el hogar para trabajar ycontribuir al ingreso familiar.

Están excluidas de las oportunidades deempleo. Debido a que siempre se las haexcluido de la educación y la capacita-ción, la mayoría de las personas condiscapacidad no han tenido la oportuni-dad de desarrollar destrezas para partici-par activamente en la economía. Hansido enviadas a escuelas especiales, man-tenidas en sus hogares o segregadas entalleres de rehabilitación. Tampoco hanexistido facilidades para su participaciónen las escuelas de primaria y secundariao en la educación comunitaria no formal.Resultado de ello es su muy limitadodesarrollo como recurso humano y la rei-terada percepción de que las personas condiscapacidad, por definición, suponenuna carga para la sociedad en vez de ha-cer una contribución.

El Instituto de Capacitación y Produc-tividad (INTECAP) en 1987 hace refe-rencia a que de los 28.060 participantesegresados de los diferentes programas,un 3.3% (947 participantes) erandiscapacitados. Actualmente se descono-ce la cantidad de personas condiscapacidad que reciben los beneficiosde esta institución, de la cual se egresaronen 1998 114.758 personas.

En el hospital de Rehabilitación delIGSS (1998) se reportó que de los 1.020discapacitados que fueron atendidos,únicamente 174 personas (17%) asistie-ron a los talleres de capacitación que fun-cionan en este hospital. La Asociaciónde Capacitación y Asistencia Técnica enEducación y Discapacidad (ASCATED)en 1997, por su parte, reporta que de 591

personas con discapacidad, el 70% notrabaja; otro 8% realiza las siguientesactividades: zapatero, vendedor ambu-lante, ayudante de herrería, repartidor depan, ayudante en restaurante, lavado decarros, ayudante en mercado, auxiliar decontabilidad, secretaria-contadora.

5. Personas con orientaciónsexual no heterosexual

Se define a las personas con orienta-ción sexual no heterosexual, como unapersona homosexual, que es aquella cuyapreferencia erótica se dirige hacia miem-bros de su mismo sexo y usualmente,aunque no necesariamente, se involucraen relaciones sexuales abiertas conellos35 . La homosexualidad ha existidosiempre, pero en las diferentes etapas dela humanidad ha sido valorada de dife-rentes maneras, aunque casi siempre haimplicado discriminación y maltrato. Enla sociedad guatemalteca existen meca-nismos de segregación en contra de hom-bres y mujeres homosexuales, basadosen prejuicios, normas tradicionales, re-chazos irracionales, prohibiciones, barre-ras legales y/o tolerados que limitan susoportunidades de acceso a los recursosy al ejercicio de sus derechos ciudada-nos. Como resultado de lo anterior, lavivencia de la homosexualidad se mane-ja por lo general en niveles de clandesti-nidad, lo que dificulta el manejo de da-tos representativos del sector. En esteInforme se hace uso de la informaciónde la Organización de Apoyo a unaSexualidad Integral frente al SIDA (OA-SIS), organización no gubernamentaldedicada al trabajo con población homo-sexual.

35 Marmor (1980).

152 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

En Guatemala, las experiencias de tra-bajo organizado con hombres y mujereshomosexuales se tienen básicamente des-de la perspectiva de la prevención en sa-lud, en particular del tema VIH/SIDA.El trabajo con lesbianas ha sido menorpor la falta de recursos, problemasorganizativos y, sobre todo, por la exis-tencia de un enorme silencio alrededordel tema. La realidad de vida de las mu-jeres lesbianas no es ajena al contextosocial en el que viven las mujeres enGuatemala, aunque tiene característicasespecíficas. Ellas viven una doble ex-clusión social: el hecho de ser mujeres yel de serlo con una preferencia sexual noheterosexual.

a. Estratificación socioeconó-mica de la población homo-sexual

Los datos proceden de una muestra36

de hombres homosexuales37 (Cuadros5.25 a 5.27). A partir de estos, se puede

establecer que la población homosexualmasculina tiene niveles de ingreso, es-colaridad y de ocupación muy diversas.Los rangos de ingresos oscilan entremenos de Q.1.000.00 mensuales hastamás de Q.10.000.00. En 1993, más del60% de los participantes en los talleresofrecidos por OASIS tenían ingresos arri-ba de los Q.3000.00 mensuales. En 1998el 100% de los participantes contaba coningresos menores a Q.3.000.00 y 32% seencontraban desempleados (Cuadro5.25). Además de revelar un cambio enel tipo de personas (según sus ingresos)que buscan el apoyo institucional deOASIS, se evidencia que las personashomosexuales provienen de diferentesestratos socioeconómicos.

El nivel de escolaridad también varía.Si bien los datos disponibles muestranque las personas homosexuales que acu-den a esta institución poseen un niveleducativo más alto que el promedio na-cional (3.8 años de escolaridad). En cuan-to a su estado civil, predominan los hom-

36 No se trata de una muestra estadísticamente representativa.37 Los datos que se presentan son específicos de los participantes en los talleres de prevención de VIH/SIDA (talleres holísticos) para

hombres homosexuales realizados en OASIS. La mayor parte de estos datos ha sido recabada con hombres homosexuales del áreaurbana de Guatemala y algunos del área urbana de Quetzaltenango. En cuanto a las lesbianas no se tienen datos cuantitativos. Sinembargo, hay que decir que se hizo un esfuerzo por presentar parte de la realidad de las minorías sexuales.

Cuadro 5.25

Ingresos económicos de la población participante en talleres holísticos (OASIS)En Porcentajes

Nivel de ingresos mensuales 1993 – 1995 1996 1997 1998N=60 N=322 N=99 N=74

Más de Q10.000 3 — 0 0De Q.5.000.01 a Q.10.000.00 17 — 6 —De Q.3.000.01 a Q.5.000.00 42 — 14 —De Q.1.000.01 a Q.3.000.00 33 — 59 45Menos de Q.1.000.00 5 — 21 23Sin trabajo 0 — 0 32Total 100 — 100 100

Fuente: OASIS (1997 a 2000).

153LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

bres solteros aunque se reportan tambiénuna pequeña proporción de hombres ca-sados, en uniones de hecho y divorcia-dos.

En el cuadro 5.27 se constata la exis-tencia de personas homosexuales en unadiversidad de ocupaciones laborales.Sólo un pequeño porcentaje de las per-sonas con membresía de OASIS se dedi-ca al servicio sexual. Este porcentajeaumenta si se ve en el contexto de usua-rios de otros programas o proyectos deOASIS, algunos de los cuales son dirigi-dos específicamente a esta población. Ladiversidad de ocupaciones reportadas porla población homosexual contrasta conla gran cobertura que brinda la prensanacional acerca del comercio sexual y eltravestismo, cuando se aborda el tema dela homosexualidad. Ello contribuye areforzar el estigma y los prejuicios encontra de esta población. Por otra parte,es un hecho que, ante la situación de dis-criminación que viven, muchas personashomosexuales encuentran en el serviciosexual una forma de obtener ingresos

económicos para su sustento y una de laspocas posibilidades de realización de susexualidad.

A pesar de que el concepto de familiaimplica el vivir bajo un techo común ydecidir sobre los gastos, los hombreshomosexuales que han acudido a OASIShan adoptado situaciones familiares par-ticulares (vida en pareja homosexual ocon grupo de personas con la mismaorientación sexual), aunque no en unporcentaje alto, probablemente debido alos escasos recursos económicos de losque disponen. Dichas situaciones de fa-milia se resumen en el cuadro 5.28

b. Algunas manifestaciones deexclusión en personas conorientación sexual homo-sexual

Exclusiones en el ámbito laboral. Las per-sonas homosexuales viven situaciones dediscriminación y acoso en sus centros detrabajo, como se ejemplifican en losrecuadros 5.6 y 5.7.

Cuadro 5.26

Nivel de escolaridad de la población participante en talleres holísticos (OASIS)1998

En Porcentajes

Nivel de escolaridad 1993 – 1995 1996 1997 1998N=60 N=322 N=99 N=74

Primaria completa 2 2 3 —Básicos completos 0 2 5 —Diversificado completo 20 36 78 81Técnico universitario — — — 18Universitario completo 60 60 14 15Postgrado universitario 18 — — 0Total 100 100 100 100

Fuente: OASIS (1997 a 2000).

154 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro 5.27

Listado de ocupaciones y profesiones de asociados y asociadas homosexuales de OASIS

Profesión uOcupación Número Profesión u ocupación Número Profesión u ocupación NúmeroAbogado/a 5 Defensa personal 1 Médico/a 8Activista / investigador/a 3 Dentista 2 Medio ambientalista 1Adm. de Empresas 6 Despachador/a de vuelos 1 Mercadeo 3Agentes de viajes 2 Economista 1 PEM Filosofía 1Antropólogo/a 1 Enfermero/a 2 Periodista 1Arquitecto/a 4 Estilista 3 Policía nacional civil 1Artista 2 Estudiantes38 27 Psicólogos/as 11Asesor/a financiero/a 2 Fotógrafo/a 2 Publicidad y diseño 9Auditor/a 2 Ingeniero/a agrónomo/a 1 Relaciones internacionales 1Bachiller 16 Ingeniero/a civil 4 Restaurador/a 1Bailarín/a 1 Ingeniero/a químico 1 Sociólogo/a 1Biólogo/a 1 Ingeniero/a sistemas 4 Tapicero/a 1Ceramista 2 Joyero/a 1 Trabajador/a sexo 2Cocinero/a 2 Locutor/a 1 Ventas 3Comerciantes 5 Maestros/as (PEM/primaria) 15 Desconocido 2Contador/a 34 Maquilador/a 2Decorador/a 3 Mecánico/a 2 Total 202

Fuente: OASIS (2000).

38 Los estudiantes aquí mencionados se refieren a carreras como Magisterio de Educación Primaria Urbana, Diseño Gráfico,Administración de Empresas, Arquitectura, Bachillerato por madurez, Odontología, Perito Contador, Ciencias Políticas,Psicología, entre otras. Como la Asociación se inició en 1996, algunos de ellos ya son profesionales.

Cuadro 5.28

Entorno familiar de hombres homosexualesEn Porcentajes

Entorno Familiar %Vive con su familia (paterna/materna) 65.6Vive solo 10.9Vive con un grupo de personas heterosexuales 10.9Vive con su pareja 3.1Con un grupo de personas gays/lésbico 4.7Total 100.0

Fuente: OASIS (1998).

155LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

En este, como en muchos casos, noera explícita la sospecha de homosexuli-dad. Pero esta bastante difundido en lasociedad guatemalteca el prejuicio de queun hombre mayor de treinta años quepermanece soltero es homosexual. Lanegación de Alberto a contar su historiaes muy expresiva también de la apren-sión que sienten muchos hombres gaysy mujeres lesbianas acerca de la posibi-lidad, por mínima que esta sea, de que seconozca su verdadera orientación sexual.

Exclusiones jurídico-políticas . La exclu-sión homosexual aparece como falta deprotección legal. Ni en la Procuraduríade Derechos Humanos, ni en el Ministe-rio Público, ni en la Policía NacionalCivil, existen procedimientos específicos

para las denuncias de violaciones a losderechos humanos de los homosexuales,tal como existen para las mujeres, losniños y los jóvenes. El recuadro 5.8 ilus-tra la demanda fundamental de los ho-mosexuales en Guatemala: recibir el tra-to de un ser humano.

6. Las Personas con SIDA

En la historia humana, los portadoresde ciertas enfermedades han sido discri-minados, excluidos y hasta castigados.La lepra es el ejemplo más difundido deenfermedad maldita. Ahora la humani-dad se enfrenta con el VIH/SIDA comouna cruel experiencia de enfermedad queexcluye, que se expresa en serias dificul-tades para optar o continuar siendo

Recuadro 5.6

Caso de acoso sexual en el trabajo

Rodrigo es un joven de 23 años. En 1994, entró a trabajar en una maquila de la zona 12, gracias a Andrés, unamigo homosexual que era socio de Kim, condueño de la maquila. A los cuatro meses de haber entrado a trabajar,Kim lo llamó a su oficina. Luego le pidió que lo acompañara al centro de la ciudad. En el carro le preguntó si legustaban los hombres, a lo que Rodrigo respondió que no sabía (en esa época él aún no se había asumido comohomosexual, aunque ya había tenido relaciones sexuales de ese tipo). Al regresar a la maquila, en el carro, Kim secomenzó a tocar los genitales y le preguntó si no los quería. Rodrigo respondió que estaba loco y que mejor pensaralo que estaba haciendo. Pasaron 15 días desde ese incidente cuando Kim empezó a acosarlo. Lo llamó a la oficinanuevamente y le ofreció dinero, ropa, viajes, aumento de sueldo, etc. Rodrigo salió de la oficina bastante molesto,topándose con Andrés, a quien le contó lo sucedido. Andrés le dijo que tomaría cartas en el asunto, hablándole a Kimpara que lo dejara en paz. Luego trasladó a Rodrigo a la parte de la empresa que le correspondía, con el mismopuesto y el mismo sueldo. Sin embargo Kim siguió hostigando a Rodrigo, llegando a amenazarlo con contarle a sufamilia que él (Rodrigo) era homosexual. Esto le preocupó, por lo que abordó nuevamente a Andrés para que loapoyara y pensó en renunciar. Kim continuó hostigándolo durante 6 meses más, siguiéndolo dentro de la maquila,esperándolo a la hora de salida. Ante esto, Andrés lo trasladó nuevamente, solo que en esta ocasión a otra maquila.

Durante estos seis meses Kim acosó sexualmente también a otros muchachos y otras muchachas de la maquila,quienes presentaron una demanda contra él en los tribunales. Para evadir la demanda Kim, se trasladó a vivir a ElSalvador luego de venderle su parte de la maquila a Andrés, pero dejando a una muchacha embarazada. Al irse Kim,Rodrigo regresó a la primera maquila, pero dos compañeros y dos compañeras empezaron a maltratarlo y a amenazarlo.Otros, a hacerle propuestas sexuales. Entonces, Rodrigo terminó por renunciar.

Nota: Los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de los sujetos.

Fuente: Estudio de caso, OASIS (1998).

156 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

miembro de la sociedad. Tras dieciséisaños de convivir con la epidemia VIH/SIDA en Guatemala, por falta de infor-mación persisten, temores, rechazos ymarginamientos de quienes son víctimasde esta grave dolencia. La prueba de laexclusión es la violación de los derechoshumanos esenciales, como el derecho ala vida, a la igualdad, al trabajo y a laeducación.

a. El VIH/SIDA en Guatemala

El Ministerio de Salud Pública repor-tó el primer caso de SIDA en Guatemalaen junio de 1984. Hasta el 30 de juniodel 2000 se han notificado oficialmente3.692 casos39 , con un subregistro aproxi-mado del 50%. La proporción por sexode las personas reportadas es de 3 hom-bres por cada mujer, con más del 60%

en edades entre l9 y 39 años. En 1986esta relación era de 6.5 hombres por cadamujer, pero según datos de 1998, esadistancia se redujo a 2.4 hombres pormujer, lo que indica que se ha producidouna especie de “feminización” de la epi-demia.

Con el incremento del número demujeres infectadas en edad fértil, tam-bién ha aumentado la posibilidad de latransmisión vertical. En el año 1999 seduplicó, con respecto al año anterior, elnúmero de niños y niñas, menores de unaño, infectados con SIDA. Asimismo,también se han registrado casos de SIDAen niños y niñas entre 4 y 14 años pro-vocados por transfusión sanguínea yabuso sexual.40

La distribución geográfica de la epi-demia en Guatemala coincide relativa-mente con las rutas que atraviesan losdepartamentos con mayor actividad co-

Recuadro 5.7

La exclusión como imposibilidades de ascenso en el trabajo

Alberto es un hombre homosexual de más de 40 años de edad. Hace más de diez años ocupaba un puesto comocuadro medio en una compañía del sector industrial, habiendo iniciado su carrera en un puesto técnico. Durante loscuatro años que laboró en dicha empresa, Alberto ascendió en jerarquía debido a su buen desempeño en el trabajo.Sin embargo, cuando Alberto tenía ya posibilidades de ascender a un puesto de dirección, sus jefes comentaron lanecesidad de que estuviera casado para ocupar dicho puesto. Alberto pensaba que estas presiones eran debidas a quesus jefes sospechaban de su homosexualidad. Ante las continuas presiones y su decisión de seguir soltero y mante-niendo relaciones homosexuales, Alberto decidió renunciar a su puesto en dicha empresa. Diez años después queocurrieron dichos eventos, Alberto fue abordado en una discoteca para hombres gays y mujeres lesbianas de laCiudad de Guatemala. Se le solicitó una entrevista para narrar la experiencia descrita arriba, asegurándole no iden-tificarlo ni a él ni a la empresa por sus nombres. Muy enfáticamente hizo gestos con la cabeza negando la posibilidadde entrevista.

Nota: El nombre ha sido cambiado para proteger la identidad de la persona.

Fuente: Entrevista realizada por investigadores de OASIS, Guatemala, 1999.

39 Programa Nacional de Prevención y Control de ITS/VIH/SIDA (2000).40 Mejía et al. (1992).

157LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

Recuadro 5.8

Orgullo y emancipación de las minorías sexuales

Cada grupo de las minorías sexuales tiene sus especificidades, pero lo que somos es simple: Somos seres huma-nos, expresiones de la diversidad humana. Lo que queremos también es simple. Queremos disfrutar nuestra dignidadhumana en toda su dimensión con el respeto completo de nuestra diversidad. Queremos una vida integral en unmundo incluyente y respetuoso hacia el derecho a la diferencia, y específicamente hacia la diversidad sexual. Igual-dad en la diversidad.

Lo que no es tan simple es el mundo que nos rodea y que crea barreras al pleno ejercicio de nuestros derechos. Esun mundo que difunde desinformación y mentiras acerca de nosotros y nosotras, que fomenta ignorancia y miedo anuestro alrededor, que incita rechazo, discriminación, opresión, represión y violencia en contra nuestra. Es un mun-do que asegura que el trato que recibimos es de un total irrespeto, un mundo que asegura una exclusión aguda en losocial, económico y político, y que asegura la total impunidad para quienes nos hostigan, nos agreden, nos violan onos matan. Las formas de discriminación en nuestra contra son múltiples y variadas, por el hecho de que no existimoscomo un sector dignificado ni en la historia, ni en las leyes, ni en el sistema educativo ni en el de salud, los medios decomunicación, el trabajo, las religiones ni la familia. Sufrimos crímenes de odio, hostigamiento, desprecios, humilla-ciones, chantaje, persecuciones, insultos, golpes, violaciones, detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos. Nos qui-tan trabajos, viviendas, herencias e hijas o hijos. Nos niegan una educación libre de prejuicios, el cuidado digno de lasalud e igualdad ante la ley y nos someten a tratamientos psiquiátricos o aún a la cárcel si no nos conformamos conlas reglas impuestas desde cada institución del Estado y de la sociedad. No se asegura el debido proceso en los casosde delitos en nuestra contra ya que el Ministerio Público no da un seguimiento efectivo a nuestras denuncias. A lavez, el amarillismo de los medios de comunicación trata los hechos en forma aislada y sensacionalista.

Tenemos y queremos ejercer y gozar de nuestros derechos: el derecho a la vida, libertad, seguridad personal,integridad física e igualdad de dignidad, sin sufrir miedo, odio u hostigamiento; el derecho a una vida libre detorturas; el derecho a la libertad de expresión, asociación, organización, movilización y acceso a información; elderecho a igual protección legal y no-discriminación; el derecho al asilo y estatus de refugiada/o; el derecho a laparticipación política, económica, social y cultural; el derecho a la familia, bajo nuestros términos; el derecho altrabajo, a la salud y a la educación libre de prejuicios; el derecho al libre ejercicio de las diferentes opciones sexuales;el derecho a la autodeterminación. También tenemos y queremos gozar de nuestros izquierdos: la risa, el delirio, eldeseo, el amor, la felicidad, los sueños y las utopías. Tenemos mucho que hacer en el mediano y largo plazo paraconstruir nuestras utopías y exigir que se respete nuestra dignidad y que se mejore nuestra condición.

Fuente: Sams (2000).

mercial y que son también las descritaspara la migración externa.41 El departa-mento de Guatemala registra la tasa deincidencia acumulada de casos de SIDAmás elevada del país. En 1999 dicha tasa(71.56 por 100 mil habitantes) era másdel doble de la de nivel nacional, repre-sentando más del 50% del total de casos

reportados. Izabal y Retalhuleu ocupanel segundo y tercer lugar, seguidos deSacatepéquez, Escuintla, Suchitepéquez,Zacapa y Quetzaltenango. Prácticamen-te se conforma un corredor que partien-do de la frontera con México en TecúnUmán, atraviesa el centro del país y ter-mina en la costa atlántica, en Izabal.

41 OIM (1999).

158 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuatro departamentos tienen tasas infe-riores a cinco casos de cada 100 mil:Huehuetenango, El Quiché, Totonicapány Alta Verapaz. Esta presencia de casosde SIDA en estas poblaciones con unavida comunal más tradicional, se asociacon sus hábitos de migración temporalinterna.42

La epidemia del SIDA se encuentra amenudo ligada a otras infecciones detransmisión sexual (ITS). En cerca de50% de los casos de SIDA notificados ala fecha, hay por lo menos una ITS comoantecedente. Algunas de las característi-cas socioculturales vinculadas a la infec-ción de ITS y VIH/SIDA, son las siguien-tes:• El hombre tiene múltiples parejas

sexuales y usa poco el condón. Estoexpone a sus parejas a un mayor ries-go de infección.

• La mayor parte de las mujeres care-cen de autonomía para tomar decisio-nes sobre su sexualidad y, por lo tan-to, para protegerse del ITS y del VIH/SIDA.

• El abuso del alcohol y la violencia degénero favorecen los contextos de vul-

Recuadro 5.9

¿Qué es el SIDA?

En 1981, el mundo escuchó por primera vez acerca del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida). Lainfección que conduce posteriormente al sida es provocada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Estepenetra en el cuerpo humano a través de tres vías bien definidas: por contacto sexual, por contacto con sangreinfectada, y de la madre infectada a su bebé a través del parto y la lactancia materna (transmisión vertical).

Posteriormente viene un período, que puede tomar entre dos y diez años, durante el cual la persona no muestraningún signo o síntoma de enfermedad, sin embargo puede transmitir la infección a otros. Cuando la persona presen-ta el primer síntoma, es en ese momento que desarrolla lo que se conoce como Sida. No antes. Sin medicamentos quecombatan al virus presentará cuadros cada vez más severos de infecciones (por ejemplo: tuberculosis pulmonar ogeneralizada) y fallecerá uno o dos años después.

Gráfica 5.3SIDA en Guatemala

Casos por 100,000 Habitantes

42 Díaz (1993).Fuente: Programa Nacional de Prevención y Control de ITS/VIH/SIDA, septiembre de 1999.

159LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EXCLUSIÓN A FINALES DEL SIGLO XX

nerabilidad que facilitan una potencialinfección43 .

b. Manifestaciones de Exclu-sión en la Población VIH-positiva o con SIDA

Estigmatización de grupos sociales espe-cíficos. La estigmatización de las perso-nas con SIDA se asoció inicialmente conuna alta proporción de hombres que tie-nen sexo con hombres (HSH). Posterior-mente, cuando la epidemia incluyó a lasmujeres, la estigmatización se amplió alas trabajadoras del sexo, a quienes se lesvio como el puente entre los clientes ylas compañeras sexuales de estos. LosHSH, en particular, sufren de doble ex-clusión: por su sexualidad y al infectar-se, por su enfermedad. Su exclusión hasido llevada a tal punto que incluso seevita hacer estudios científicos sobreellos. La ausencia de informaciónsistematizada ha contribuido a limitar laejecución de acciones más estructuradaspara la prevención de la epidemia.

No hay coherencia al diseñar y ejecu-tar programas tanto gubernamentalescomo de las ONGs dirigidas a esos gru-pos más vulnerables. En cambio, se de-sarrollan amplias campañas dirigidas apoblaciones de menor riesgo (poblaciónen general) lo que produce un menorimpacto en la reducción de la epidemia44 .Otros grupos vulnerables son los priva-dos de libertad y las poblaciones quie-nes viven en circunstancias irregulares,por ejemplo, población desarraigada y

repatriada. Asimismo, aunque aún enmenor grado, los indígenas han comen-zado a ser víctimas del mal.45 Finalmen-te, en el último quinquenio la epidemiaha registrado un incremento proporcio-nalmente significativo en las mujeres. Seregistran datos de más de un 1% de lasque acuden a las clínicas de control pre-natal en el IGSS y el HospitalRoosevelt46 en ciudad de Guatemala. Secomprueba así la vulnerabilidad de lamujer a una epidemia que se desenvuel-ve en una sociedad con patrones cultura-les machistas.

La exclusión en vivienda, educación, sa-lud y empleo. La muerte de una personainfectada es muchas veces reportadacomo otra enfermedad. Existe la tenden-cia en la familia a mantener laconfidencialidad, porque el estigma setransmite a veces a quienes sobrevivenal fallecido. Los problemas pueden afec-tar al enfermo cuando se recurre a unapóliza de seguro médico o de vida, pueslas compañías de seguros excluyen delos beneficios de sus pólizas a los quepadecen de SIDA. La restricción de be-neficios alcanza también a préstamos ohipotecas y hasta existen problemas dearrendamiento y de vecindario. El sitiode trabajo también representa un ambien-te hostil. Allí enfrentan irrespeto, aisla-miento, rechazo y finalmente, el despi-do. Los que aplican por primera vez aun empleo, pueden ser rechazados si sonportadores de la enfermedad.47 Desde elinicio de la epidemia los enfermos hanenfrentado dificultades para usar los ser-

43 Hirschmann et al. (1992).44 Recientemente la organización OASIS ha concluido un estudio cualitativo en poblaciones de HSH ( gays, travestidos y trabajadores

sexuales), así como en trabajadoras sexuales en la Zona 1 de Ciudad Guatemala.45 Sac Ixnot, Ikeda y Hearst (2000).46 El SIDA en Guatemala. Presentación del Dr. Carlos Mejía, Jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Roosevelt, a los

Diputados del Congreso Nacional de Guatemala, Abril 2000.47 Ambas circunstancias son consideradas en la Ley Especial de SIDA, recientemente aprobada. Se ha declarado ilegal solicitar la

prueba en este tipo de circunstancias.

160 GUATEMALA: L A FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

vicios médicos del sector público. Esteacceso excluyente presenta diversos per-files:• Algunos trabajadores de la salud con-

tinúan negándose a tratar personas conVIH/SIDA.

• Se les niega operaciones quirúrgicasy atención médica en condiciones noasociadas con su enfermedad.

• Se les restringe el acceso a medica-mentos no-sofisticados, como la tera-pia profiláctica para la tuberculosis. Eltratamiento de sus infecciones casua-les intermitentes es limitado o inexis-tente.

• La terapia se reduce al sector que co-tiza en la seguridad social y a un nú-mero limitado de casos en el sector pú-blico.

Percepciones sobre enfermos con SIDA enla familia. También existe el rechazo dela familia. Este es un factor que con fre-cuencia deteriora con más rapidez el es-tado de salud del enfermo. Casos de estetipo son más frecuentes en ambientessocioeconó-micos más altos, donde lasensación de ‘vergüenza’ para la familiaes mayor, lo cual es reflejo de un escasomanejo de información correcta sobreel tema. Cabe mencionar el papel quejuegan los efectos de la “transferencia”de la exclusión de la población enfermahacia sus familiares, que puede ampliarla base de afectados. Esta transferenciaque en forma de estigma se mantienedespués del fallecimiento, tiene conse-cuencias graves, por ejemplo, para ni-ños huérfanos, que no tienen opcionesseguras para vivir. Pueden convertirseen “niños de la calle” como ya ha sidodescrito. Una vez en estas circunstancias,se encontrarán en un contexto de altavulnerabilidad que les expondrá a unapotencial infección por VIH tarde o tem-prano.

RESPUESTAS SOCIALES

ANTE LA EXCLUSIÓN

163RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

RESPUESTAS SOCIALES

ANTE LA EXCLUSIÓN

CAPÍTULO VI

A. ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA DE

LA POBLACIÓN EXCLUIDA

Este capítulo introduce al conocimien-to de las múltiples estrategias para sub-sistir que son utilizadas por la poblaciónguatemalteca. Sin duda alguna, la prime-ra ha sido aquella orientada a conservarla vida misma. Esto sucedió cuando unsector considerable de la población, so-bre todo rural e indígena, tuvo que recu-rrir, en los primeros años de la década de1980, a dejar sus sitios de vida y trabajoen la búsqueda de seguridad: la emigra-ción y la búsqueda de refugio en el inte-rior del país (desplazados internos) o enel exterior (refugiados y emigrantes).Con la firma de la Paz, cesaron formal-mente las causas de estos movimientos,pero sus secuelas sociales, económicas yculturales siguen afectando a grupos im-portantes de la población. Actualmente,la mayoría de quienes volvieron a sus lu-gares de origen se hallan empeñados,junto con el resto de la población, en unalucha cotidiana por la subsistencia. Mu-chos, incluso, acosados ahora por moti-vos socioeconómicos, se han visto obli-gados a emigrar de nuevo.

Para lograr subsistir la población em-plea una diversidad de estrategias: en elárea rural, la migración temporal para tra-bajar en la agricultura de exportación1 y

la diversificación de la ocupación en laproducción agrícola y no agrícola, quecomplementan la producción para elautoconsumo. Existe también, aunquemenos marcado, un patrón de migraciónhacia las zonas urbanas. En éstas se hanidentificado tres principales estrategiasde obtención de ingresos: el trabajo agrí-cola, el empleo doméstico y el comercioinformal en la calle. Pero por las limita-das expectativas que generan estas acti-vidades, en la última década la emigra-ción hacia los Estados Unidos ha cobra-do una importancia creciente como re-curso de subsistencia.

Se han identificado, además, algunasestrategias disfuncionales, orientadastanto a la obtención de ingresos como ala satisfacción de necesidades de seguri-dad, de pertenencia y estima. Y si bientanto hombres como mujeres estáninmersos en la lucha por la obtención deingresos, las mujeres desarrollan ademáslas iniciativas para la utilización eficien-te de esos ingresos para adquirir alimen-tos, agua, combustible, vestido, etc. ycumplir tareas que implican largas jor-nadas de trabajo muy a menudo no re-conocido ni por el núcleo doméstico nipor la sociedad.

Aparte de evaluar las estrategias desubsistencia de la población excluida, elpresente capítulo también analiza las res-

1 En la actualidad, a la migración temporal a la costa sur, se suma la migración hacia zonas de expansión de la frontera agrícola, antetodo en el norte del país, con el afán de tener acceso a la tierra como medio de subsistencia.

164 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

puestas del resto de la sociedad, inclu-yendo las respuestas comunitarias y deorganizaciones sociales. Asimismo, sonobjeto de atención las respuestas del sec-tor privado y específicamente de las fun-daciones creadas por diversas empresaspara canalizar recursos a la atención desectores excluido. La respuesta del Es-tado frente a los excluidos es evaluadaúnicamente desde la perspectiva de lapolítica fiscal, tomando en cuenta queconstituye el determinante principal dela capacidad del Estado de actuar en estecampo.

1. Estrategias para obteneringresos en el área rural

a. La migración de “tempore-ros” o “jornaleros”

El desplazamiento estacional de unconsiderable número de personas hacia

fincas de cultivos de exportación cons-tituye un rasgo del “dualismo funcional”que, como modelo económico, surgió afinales del siglo XIX. Opera como unmecanismo que permite al campesinominifundista o sin tierra sobrevivir sinabandonar definitivamente su lugar deorigen. La emigración temporal de tra-bajadores agrícolas se realiza hacia dosámbitos: el nacional, que es el más im-portante, y el internacional, hacia el surde México.

En 1992, se calculó que hubo cercade 800.000 trabajadores, de los cuales100.000 (12.5%) se clasificaron comopermanentes y 700.000 (87.5%) comotemporales o migratorios, representan-do estos cerca de 36 % de la poblacióncampesina total del país. Con base encifras parciales de 1999 se estima queen ese año había 250.000 trabajadoresagrícolas migrantes en siete departamen-tos.2 Según estudios disponibles, el 98%

2 Registros procedentes del IGSS/MSPAS (1999).

Cuadro 6.1

Distribución de los trabajadores migrantes temporales segúndepartamento de origen

1995

Departamento de origen % de migrantesQuiché 69.6Baja Verapaz 9.7Chimaltenango 3.0Sacatepéquez 2.5Suchitepéquez 2.5Totonicapán 1.7San Marcos 1.7Huehuetenango 1.3Quetzaltenango 1.39 diferentes departamentos más 4.0No reportado 2.7

Fuente: MSPAS, IGSS, OPS/OMS (1998).

165RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

de los trabajadores agrícolas migranteseran indígenas.3 Encuestas realizadas enlas comunidades de origen de losmigrantes temporales indican que el 59%son hombres y el 41% mujeres. En com-paración, los datos obtenidos en las fin-cas de destino en el departamento deEscuintla indican un predominio de loshombres, con un promedio de 98% en-tre los diferentes cultivos. No existendatos sobre participación infantil, antetodo, de menores de 15 años, en la re-gión de Escuintla.4 El cuadro 6.1 mues-tra la procedencia de los trabajadoresmigrantes estudiados, en orden de im-por tancia .

Destaca claramente el departamentodel Quiché como origen del 70% de lostrabajadores agrícolas emigrantes, perollama la atención que 18 departamentosde los 22 que conforman el país contri-buyen con emigrantes temporales. Esdecir, la migración estacional hacia lasfincas de la costa sur (en este casoEscuintla), constituye todavía una estra-tegia de subsistencia, en diferente medi-da en cada uno de ellos, en todos losdepartamentos con presencia de un cam-pesinado indígena pobre. Así, por ejem-plo, a pesar de su alto porcentaje de po-blación indígena, el departamento deTotonicapán muestra una muy baja cuo-ta de emigrantes agrícolas temporales, ySololá ni aparece en el listado. Ello pue-de obedecer a la existencia de opcionesde diversificación productiva que se handesarrollado en estos departamentos.

La época de migración y permanen-cia de los trabajadores en las fincas esvariable y depende, entre otros factores,

del tipo del cultivo y de la rotación querealizan en las diferentes fincas. El 92%de la población entrevistada en las co-munidades de origen consideró que suestancia en las fincas puede ser hasta desiete meses y que corresponde al cultivode la caña de azúcar el período más pro-longado. En el caso del café, el 95% lohace durante un máximo de seis meses.5

En la caña de azúcar la época del añocon demanda de mano de obra temporalesta bien establecida, pues la zafra esgeneralmente de noviembre hasta abrilo mayo.6 Una corriente específica de tra-bajadores agrícolas temporales es aque-lla que se dirige hacia el sur de Méxicoy, específicamente, a la región del So-conusco, en Chiapas, sobre todo a lasplantaciones de café y, en menor medi-da, a las de caña de azúcar y plátano.Recientemente también trabajan en cul-tivos de cacao, melón, papaya y otros.

Las generalmente prolongadas ausen-cias de los emigrantes temporales con-llevan múltiples implicaciones, talescomo desintegración familiar, si no losacompaña la familia y sobrecarga de tra-bajo y responsabilidades para las muje-res. El 71% de los emigrantes son casa-dos, unidos o viudos, lo que implica quetienen responsabilidades familiares. Delos familiares que permanecen en las co-munidades de origen, el 74% lo hacepara cuidar el patrimonio familiar, el11% porque trabaja y el 15% restante porotras causas. La emigración también traeconsecuencias negativas para los niños,jóvenes y adultos en cuanto a la educa-ción. La mayoría (74%) de las personasque iniciaron su alfabetización, la sus-

3 MSPAS, IGSS, OPS/OMS (1998).4 Sin embargo, en un reciente reportaje publicado por el «Pool de Nuevas Agencias de América Latina» - POONAL, edición alemana

Nº 421, del 25 de febrero de 2000, escrito por Andreas Boueke y titulado «Sobre la espalda de los niños - Trabajo infantil en lasfincas de caña de azúcar en la costa sur de Guatemala», se demuestra con nombres e historias personales la participación infantil enlas duras tareas de la zafra.

5 MSPAS/IGSS;OPS/OMS (1998).6 Según información de Elizabeth Oglesby, aproximadamente el 20% de los trabajadores en los 16 ingenios de la costa sur

permanecen allí hasta unos dos meses más después de la zafra.

166 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

pendieron para viajar a la costa sur. El87% de los animadores educativos notenían posibilidad de acompañarlos paradarle continuidad al aprendizaje. Ade-más, frecuentemente al regresar, por ha-ber perdido el interés y tener que satisfa-cer las necesidades económicas apre-miantes, los emigrantes adoptan una ac-titud negativa hacia la educación quedeben recibir.

b. Diversificación de la produc-ción agrícola y no agrícola

Las personas en situación de pobrezaextrema combinan el trabajo agrícolatemporal y el cultivo de sus parcelas conotras estrategias que, desde su propia lo-calidad, les permitan obtener ingresos.Una de ellas es diversificar la produc-ción agrícola tradicional de sus parcelas;la otra, incursionar en ámbitos producti-vos no agrícolas, tales como el comercioy la producción artesanal. Se estima quepara la segunda mitad de la década delos noventas cerca de 30.000 pequeñosproductores, que representan el 4% detodos los productores del país, se habíanincorporado, de manera intensa y perma-nente, al cultivo de frutas y hortalizas.Actualmente, importantes grupos deminifundistas se preocupan por diversi-ficar su producción. Por ejemplo, se hacreado una caficultura con una gran par-ticipación de pequeños productores, in-cluyendo mujeres.7

Los datos señalan que además de laactividad tradicional de cultivo de cerea-les, el 29% de los trabajadores familia-res no remunerados que en el área ruralse encuentran en situación de pobrezaextrema, se dedican al cultivo de frutas,nueces, especies, hortalizas y plantas

para viveros, silvicultura y, en menorgrado, la crianza de ganado bovino. Tam-bién se da la diversificación de la pro-ducción artesanal y microindustrial ru-ral. La población en situación de pobre-za extrema está involucrada en la fabri-cación de prendas de vestir (realizada enun 76% por trabajadores por cuenta pro-pia, o familiares no remunerados) y enla prestación de servicios domésticos,con el fin de subsanar, en alguna medi-da, la disminución de ingresos entre tem-poradas migratorias o cosechas.8

Al desglosar las ocupaciones ruralespor sexo se hace más evidente la dife-rente contribución de hombres y muje-res a los ingresos familiares. El 78% dehombres indígenas se dedican a la agri-cultura de subsistencia, y de estos, el 26%a otros cultivos (frutas, especies, nuecesy silvicultura). Un 40% de las mujeresse dedica a la agricultura, donde la mi-tad lo hace en cultivos no tradicionales.El 7.1% de mujeres indígenas se dedica,además, a actividades pecuarias. Por otraparte, trabajo de textiles y fabricación deprendas de vestir” constituye un impor-tante rubro de ocupación para las muje-res indígenas (22%). Entre las no indí-genas destaca el trabajo en tiendas deabarrotes (18%) y el servicio doméstico(13%).9 En ambos casos – mujeres indí-genas y no indígenas- la actividad eco-nómica la realizan simultáneamente conel cuidado de los hijos.

2. Estrategias de acceso a ingre-sos en el área urbana

La proporción de personas que utili-zan estrategias de subsistencia en el árearural muestra las dificultades para alcan-

7 ONU (1999).8 ENIGFAM (1999).9 ENIGFAM (1998).

167RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

zar un nivel adecuado de desarrollo hu-mano. Algunos estudios han mostradoque los contrastes socioeconómicos másgrandes se dan entre las áreas urbanas ylas rurales.10 En las primeras existe

mayor inclusión que en las segundas, porlo menos en lo referente al acceso a losrecursos materiales. Eso no significa quela totalidad de habitantes de áreas urba-nas no estén excluidos. Así como existe

Recuadro 6.1

La subsistencia en el área rural: un estudio de caso

La parcela de la familia López-Cifuentes se encuentra localizada en el parcelamiento Chiquirines, municipio deOcós, San Marcos. Manuel y Julia procrearon ocho hijos, de los cuales dos hijas menores –madres solteras- y tresnietos viven con ellos. Los hijos e hijas que no viven en la parcela les ayudan en las labores del campo. Los cuatrovarones y la hija mayor terminaron la educación primaria, en tanto que las hijas menores y doña Julia son analfabe-tas; ellas atienden la casa y colaboran en la cosecha. Manuel cursó hasta segundo grado de primaria. Su viviendaestá construida de madera, hojas de palma y láminas de zinc en el techo. El piso es de tierra. La vivienda no está enbuenas condiciones. El agua se obtiene por medio de un pozo de garrucha, situado a 25 metros de la letrina. Nocuenta con servicio de energía eléctrica y utiliza leña de la misma parcela para la cocción de los alimentos.

La parcela contaba con 160 cuerdas, pero la mitad ha sido entregada en usufructo, en partes iguales, a los hijosvarones. Al inicio, contaban con ganado, pero actualmente solo cultivan maíz, ajonjolí y plátano. Otra parte de laparcela la dedican a cultivar hierbas, plantas medicinales y árboles frutales y maderables. No hay infraestructurapara la producción agropecuaria, tales como silos o riego y la herramienta para cultivo es mínima. Cuentan tambiéncon 36 gallinas, cuatro gallos y un caballo que Manuel utiliza para transportarse y trabajar como vaquero y capadorde animales en haciendas ganaderas de la zona. Julia se dedica a las labores domésticas al igual que sus dos hijas.

Los gastos en la reproducción material de la familia ascendieron en 1995 a Q.5.906. Dos fuentes cubrieron esosgastos: el ingreso monetario, que cubre el 74% (Q.4350), y el ingreso en especie (Q1.556) que se obtiene de lapropia parcela. El 62% del gasto se destina a alimentación, 18% a salud y 13% a energía, mientras que el transportey la ropa absorben 4% y 3%, respectivamente. Aun invirtiendo cerca de dos terceras partes de su ingreso en alimen-tos, la familia no cubre sus necesidades alimenticias, pues para ello necesitaría invertir Q.11.829 anuales, mientrasinvierte solamente Q.3.636 anuales, o sea, el 31% del monto requerido. En cuanto a servicios sociales, no se invierteen educación o capacitación y cuando se presentan emergencias a causa de enfermedades o accidentes, Manuelacude a una carnicería o una farmacia de la comunidad donde obtiene dinero prestado sin pagar intereses.

A simple vista, el balance general entre ingresos y gastos de la familia es positivo ya que el ingreso monetarioneto para ese año fue de Q.6.418 y el gasto monetario en reproducción material de Q.4.350, lo que deja un balancede Q.2.068 a favor de la familia. Sin embargo, deben cancelar Q3.500 de un préstamo que obtuvieron de BANDESA,lo que la deja con un balance negativo de Q1,432. Desde que obtuvo su parcela en 1962, la familia López-Cifuentesha sufrido un proceso de empobrecimiento, que busca revertir a través de la diversificación de su producción agrí-cola, donde destaca la combinación de cultivos cuyo objetivo es el mercado (plátano y ajonjolí) y el autoconsumo(maíz). Esto lo combina con la venta de su fuerza de trabajo.

Fuente: Incer et al. (1999).

10 ONU (1999). Además, la diferenciación socioeconómica es más marcada entre área urbana y rural que la que se muestra entregrupos étnicos o entre los géneros. Esta situación se repite en el acceso a la vivienda.

168 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

una fuerte heterogeneidad en los nivelesde desarrollo económico y social en elinterior las zonas rurales11 , las urbanasy, particularmente, el Área Metropolita-na de la Ciudad de Guatemala(AMCG)12 , enmascaran, tras su fachadade concen-tradoras de los recursos y be-neficios del desarrollo, una diversidad desituaciones de exclusión que pocas ve-ces son registradas en los promedios es-tadísticos.

a. El trabajo agrícola

A pesar de tratarse del ámbito urba-no, los datos muestran que del total de lapoblación en situación de pobreza extre-ma económicamente activa, en 1998 un40% se dedicaba a actividades agrícolas:cultivo de cereales (26%), legumbres yhortalizas (6%), frutas, nueces y especies(5%), silvicultura (1%) y otros produc-tos agrícolas (1%). Del total de indíge-nas económicamente activos, el 60% dehombres y el 17% de mujeres se dedica-ban a la agricultura. En el caso de la po-blación no indígena, la relación es de un48% y un 13%, respectivamente. El 54%de las personas dedicadas al cultivo decereales lo hacía por cuenta propia, comopatrono o como trabajador familiar noremunerado, similar con las hortalizas ylas legumbres (55%). Esto podría indi-car que esta agricultura se destina alautoconsumo o al comercio al menudeo.Lo inverso ocurre con las frutas, nuecesy especies pues el 66% son empleados.

Llama la atención que una proporcióntan grande de la PEA urbana esté vincu-lada a actividades agrícolas, lo que pue-de ser resultado de la definición de lo ur-bano que se aplica en la ENIGFAM. Las

áreas urbanas del interior del país –enparticular las cabeceras municipales-conservan patrones de “uso del suelo”que no se distinguen de los existentesen el medio rural (pero sí de los delArea Metropolitana de la Ciudad de Gua-temala).

b. El servicio doméstico

El empleo doméstico representa el10% de la PEA urbana en pobreza extre-ma. Del total de mujeres en esta situa-ción que se dedican a la actividad, el 55%son indígenas. El 69% se declaran em-pleadas privadas y 11% trabajadoras fa-miliares no remuneradas. Son escasos losestudios actualizados sobre la situaciónde las empleadas domésticas. El recua-dro 6.2, haciendo referencia a un estudiode 1991, expone algunas de las caracte-rísticas que distinguen este grupo de po-blación.

c. El comercio al menudeo y laventa callejera

Existe una fuerte diferencia de géne-ro en los empleos en el comercio. Pocomás de un 26% de las mujeres indígenasurbanas se dedican a alguna forma decomercio al menudeo (tiendas de abarro-tes, ventas menores de textiles, calzadoy cueros, puestos de mercados etc.). Enlas mujeres no indígenas este porcentajeasciende a 30%. Por el contrario, sólo un7% de hombres indígenas y un 9% de noindígenas laboran en este tipo de comer-cio. Los hombres se dedican a la alba-ñilería o caminos: 6.9% indígenas y 7%los no indígenas.

11 Incer et al. (1999).12 El área metropolitana de la ciudad de Guatemala (AMCG) comprende al municipio de Guatemala y municipios conurbados: Mixco,

Villa Nueva, San Miguel Petapa, Villa Canales, Santa Catarina Pinula, San José Pinula, Chinautla, Villa Canales y Fraijanes (Gellert1995).

169RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

Los trabajadores por cuenta propia,que no disponen de un local, y los traba-jadores familiares no remunerados sonquienes, dentro de la economía informalpresentan mayores grados de exclusión.13

Según las categorías de ocupación14 , enlas “tiendas de abarrotes, venta de aba-rrotes especializada, venta menor de tex-tiles, calzado y cuero y puestos de mer-cado”, predominan los trabajadores por

cuenta propia con local. En las “otrasventas al por menor” prevalecen los sinlocal. Con excepción de las “otras ven-tas al por menor”, en todas las otras ca-tegorías y, especialmente, en la de “tien-da de abarrotes”, el trabajo familiar noremunerado es de vital importancia parael éxito del negocio.

13 Véase la sección sobre empleo en el capítulo III.14 ENIGFAM (1999).

Recuadro 6.2

Mujeres y empleo doméstico en la Ciudad de Guatemala

En el universo estudiado, 46% de las empleadas domésticas son indígenas. De éstas, el 64.7% habla algúnidioma maya: 48.6% kakchiquel, 35.1% quiché. Más de la mitad usa corte y huipil (56.1%). Es una población joven:el promedio de edad es de 25.1 años. Predominan las solteras, particularmente entre las indígenas. El número demujeres separadas o divorciadas se duplica entre las no indígenas. La mayoría son migrantes de origen rural. Provie-nen principalmente de los departamentos de Quetzaltenango (14%), Totonicapán (12.3%), Guatemala y Sololá (10.5%).Entre las no indígenas predomina la migración de municipios del departamento de Guatemala (20.9%), Santa Rosa,Jutiapa y Escuintla (13.4%).

El promedio de residencia en el AMCG es de 7.6 años. Un quinto de las mujeres indígenas en el servicio domés-tico esta compuesto por analfabetas, proporción que duplica a la de mujeres no indígenas. En más de tres cuartaspartes de los casos el empleo anterior de estas mujeres era también como domésticas. Se hallan sometidas a una altarotación: el tiempo de permanencia promedio en un trabajo es de 2.5 años para las indígenas y 2.2 para las noindígenas. En cuanto a las razones para abandonar el empleo, un 26.4% por razones monetarias y un 17.3% por losmaltratos que recibían, dato que llama la atención pues el 86.1% de las empleadas domésticas reside en el hogar desus empleadores y tienen jornadas laborales superiores a las 60 horas semanales, a diferencia de las “empleadas pordía” cuya jornada es de 48.1 horas. El promedio de ingresos mensuales era en el año del estudio de Q.161.7, sinmayores diferencias entre ambos tipos de empleadas. Las empleadas domésticas no tienen cobertura del sistema deseguridad social y en un cuarto de los hogares donde las contratan no se les reconocen ni las vacaciones ni elaguinaldo. La gran mayoría de empleadas (95.2%) recibe el mismo tipo de alimentación que la familia donde traba-jan.

En cuanto a sus hogares de origen, las empleadas domésticas vienen de hogares con 6.8 personas en promedio. En44% de los casos, las empleadas domésticas tienen familias nucleares, 14% son jefas de hogar sin cónyuge, 10%tiene familias ampliadas, un 30% más tiene familias extendidas y un 2% tiene otras modalidades de familia. En elcaso de las mujeres que viven en su lugar de trabajo, las jefas de hogar ascienden a 39% del total de ese grupo.

Fuente: Pérez Saínz y Castellanos de Ponciano (1991).

170 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

3. Migración internacional

La migración hacia Estados Unidos –en forma temporal o permanente- cons-tituye una estrategia de subsistenciaempleada crecientemente para lograrcondiciones de vida más dignas. Estaforma de migración, especialmente la de“indocumentados”, aumentó casi en for-ma explosiva durante la década de 1990y así continúa, a pesar de las expectati-vas creadas por los acuerdos de paz y la

estabilidad política. Este movimientopoblacional complementa, aunque esmás importante, que el que se dirige alárea metropolitana de la ciudad de Gua-temala.

La emigración a los Estados Unidosha creado algunas relaciones estrechas,como redes sociales, entre los emigran-tes y sus comunidades de origen, lo cuales especialmente importante cuando setrata de comunidades rurales en las cua-les la emigración ha sido masiva. En los

Recuadro 6.3

La venta callejera de artículos no comestiblesLos buhoneros de la zona central

Los buhoneros son los que expenden “chucherías y baratijas de poca monta, como botones, peines, etc. que entienda portátil o en un cesto o bandeja colgada de los hombros lleva su dueño a vender por las calles” (RealAcademia Española). Existe una división genérica en el trabajo por cuenta propia sin local: la venta callejera deartículos no comestibles aparece como un espacio predominantemente masculino (2.5 hombres por mujer), que seagudiza en el caso de la población indígena, donde el 83% son hombres y 17% mujeres en comparación con 51%hombres y 49% mujeres entre la población ladina. Así mismo, el 65% de los propietarios son hombres y el 35%mujeres; entre empleados, 90% son hombres y 10% mujeres. La preponderancia masculina la explican los vendedo-res por la rudeza de las tareas que les toca efectuar y, en menor medida, por seguridad ante las distintas eventualida-des que ocurren en la calle. La venta supone entre otras cosas, montar y desmontar el puesto rápidamente y cargarbultos desde y hacia la bodega.

Con respecto a la prevalencia de hombres indígenas se señala que «existe la convicción de que es al hombre aquien le corresponde el trabajo remunerado, mientras la mujer se ocupa de las tareas domésticas, que incluyen laatención de las huertas y la crianza de animales. Por eso, es el hombre quien busca colocarse en la ciudad, viene soloy en la mayoría de casos, no pretende traer a su familia sino procurarse recursos para mantenerla en el lugar deorigen. Entre los vendedores no indígenas en cambio, se trata de familias urbanas con otras posibilidades de dividir-se el trabajo y sin medios para el autoconsumo». Pero, no obstante la preponderancia masculina, un rasgo sobresa-liente es el destacado papel de liderazgo que juegan las mujeres no indígenas; son ellas las que han encabezadomovilizaciones y asediado a políticos y funcionarios, las gestoras principales ante la Municipalidad y las que ocu-pan mayor porcentaje de cargos en las directivas.

La venta callejera ambulante es una actividad propicia para los migrantes en general, por ser accesible a personascon grados bajos de escolaridad o sin ellos, y por demandar un mínimo de recursos para comenzar. Es también unsector fundamentalmente indígena, colocado en este aspecto muy por encima de las tendencias generales en lainformalidad urbana y los flujos migratorios, y se puede sugerir que ello expresa además la vocación y aptitudesparticulares de los indígenas para el comercio.

Fuente: Porras (1995).

171RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

últimos años ha ido aumentando, lo cualconstituye uno de los aspectos másnovedosos de la emigración hacia Esta-dos Unidos, la de los indígenas, espe-cialmente en las comunidades del alti-plano occidental.15

Según el Censo de Población de losEstados Unidos de Norteamérica de1990, entre 1980 y 1990 la poblaciónguatemalteca residente en ese país pasóde 63,073 personas a 225,730, constitu-yéndose en la segunda comunidad cen-troamericana más numerosa en ese paísdespués de los salvadoreños16 . Se esti-ma que la cifra de emigrantes se haincrementado durante la década, princi-palmente por el aumento de la emigra-ción indocumentada aunque, por su con-dición legal, es difícil establecer su nú-mero real. Se estima que podría llegar arepresentar como mínimo, cerca de200,000 personas. El 84% de losinmigrantes guatemaltecos reportados

por el Censo norteamericano de 1990residía en las áreas urbanas centrales decinco estados: California (más del 60%),Nueva York, Illinois, Texas y Florida.17

Se estima el envío de remesas en cer-ca de los 438.6 millones de dólares18 quesignifica un importante flujo monetariocon efectos importantes en el gasto y enla expansión de algunos mercados: deconsumo en general, de divisas(dolarización), tierra, construcción, bie-nes y servicios y de trabajo. Es probableque produzca algún incremento de pre-cios, pero también una mayor demandade mano de obra. Ha habido un incre-mento en la compra de electrodomésti-cos, equipos de sonido y de televisión.Esta última alimenta, sobre todo en losjóvenes, nuevas aspiraciones de consu-mo propio de sociedades más desarro-lladas, y, en general, da lugar a un nue-vo concepto del mundo, de la sociedad ydel éxito personal que a menudo le asig-

Gráfica 6.1Guatemaltecos en los Estados Unidos, por estado

Fuente: CEPAL (2000).

15 Información proporcionada por OIM, Guatemala 2000.16 Castillo y Palma (1996).17 Información proporcionada por OIM, Guatemala 2000.18 Información del Banco de Guatemala.

172 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

na menor importancia a los valores desolidaridad. Ello contrasta con la tradi-ción indígena que destaca las mejoras dela posición social y del prestigio con baseen los servicios prestados a la comuni-dad.19

Generalmente la decisión de viajar setoma en el seno familiar por los gastosque el traslado implica, sobre todo si setrata de un indocumentado. Se ha esti-mado que se necesitan por lo menos doso tres años de trabajo en los EstadosUnidos para recuperar la inversión he-cha y por lo menos dos más para que laemigración resulte rentable. El monto de

la inversión aumenta con los crecientesriesgos de deportación.20 Viajan prime-ro el padre y los más jóvenes en formaindividual o juntos. En el caso de las mu-jeres, casi siempre se trata de solteras ode madres jóvenes. La sucesiva salidade miembros de la familia obliga a quie-nes se quedan a una redefinición, muchasveces no explícita, de los papeles fami-liares. Quizás el cambio más importantese da cuando otros deben tomar en susmanos las funciones del padre. Cuandolos hijos son pequeños, lo más frecuentees que la madre asuma esa función. Tam-bién es frecuente que un tío o abuelo

Recuadro 6.4

El caso de San Vicente Buenabaj

San Vicente Buenabaj es una comunidad k’iche’ en el municipio de Momostenango, del departamento deTotonicapán, con aproximadamente 12 mil habitantes. La migración hacia los Estados Unidos empezó con casosaislados a finales de la década de 1980, pero se ha intensificado durante los años noventas. En 1997, el 50-60 % delos hombres –ante todo jóvenes- se encontraban en los Estados Unidos o habían ido temporalmente y regresado. Laparticipación de la mujer en la migración era menor (una a dos mujeres de cada diez migrantes). Por lo menos el80% de los jóvenes proyectan su futuro en la migración hacia Estados Unidos.

En la comunidad, las expresiones más visibles de la migración son el creciente número de casas modernas ycómodas, hasta con dos pisos; la presencia de automóviles y camiones, así como tiendas que ofrecen productos queantes no tenían mercado en la aldea. Ya existe una clara diferenciación en la comunidad entre familias con o sinmigrantes, a partir de un mayor-menor bienestar, que incluye la posibilidad de acceso a tierras por compra, tambiénen otras regiones, como la bocacosta o costa sur.

Esta diferenciación permitió el surgimiento de una nueva élite. No obstante, las tradicionales estructuras depoder y organización comunitaria –quizás debido al corto tiempo de la historia migratoria- siguen todavía intactas,aunque se manifiesta una mayor participación de líderes jóvenes con “nuevas ideas”, muchos de los cuales hanvivido la experiencia temporal de la migración hacia Estados Unidos. Una expresión concreta de la alta eficienciade la organización comunitaria es su situación favorable respecto a dotación de servicios básicos, en comparacióncon otras aldeas de la región: se dispone de escuelas de educación primaria hasta en los caseríos, y en la aldea mismaexiste un instituto básico por cooperativa; hay salones comunales; se cuenta con un centro de salud, servicio domi-ciliar de agua potable, los drenajes corren por tubería, y hay servicio de energía eléctrica.

Fuente: Gellert, Palma y Vásquez (1997).

19 Palma (1998).20 Gellert, Palma y Vásquez (1997).

173RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

materno o un hermano mayor, lo hagan.Con frecuencia la esposa/madre debeagregar a sus responsabilidades domés-ticas la búsqueda de ingresos y, eventual-mente, el cuidado de la parcela cuandose trata de familias campesinas, ademásde la administración de los recursos quellegan del exterior.

Para la mujer, la partida de su cónyu-ge significa muchas veces vivir una si-tuación ambivalente pues podría aprove-char nuevas oportunidades de desarrollopersonal, pero, al mismo tiempo, debemultiplicar sus esfuerzos para atender lafamilia y responder a un entorno socialque la restringe y la vigila.21 La presiónsociocultural es mucho más fuerte en lascomunidades indígenas, donde todos seconocen y el control social es mayor.22

4. Formas disfuncionales desubsistencia

Cuando las estrategias empleadasrompen la frontera de lo permitido so-cialmente o perturban la solidaridad, apa-recen las formas disfuncionales de res-ponder a las exclusiones. Estas formas,pese a lo dañinas que sean, no puedendejar de entenderse como relaciones so-ciales frecuentes en la sociedad. Lodisfuncional produce una fractura en lotradicional, en las costumbres y normasque regulan la actitud y la conducta. Enla sociedad guatemalteca existen una se-rie de acciones disfuncionales con quemuchos tratan de procurarse su subsis-tencia. Entre estas destacan el contraban-do, la violencia, la prostitución, la for-mación de maras, el alcoholismo y ladrogadicción.

a. El contrabando de “hormiga”

Frente a las pocas oportunidades deobtener ingresos por medios dignos ysocialmente aceptables, el contrabandose ha convertido en una importante op-ción de subsistencia. Según la Cámarade Industria de Guatemala, el contraban-do representa una pérdida para el fiscoequivalente a Q. 2.800 millones anuales,de los cuales 1.287 millones provienendel contrabando no documentado, reali-zado fundamentalmente por pequeñoscomerciantes inmersos en el sector in-formal de la economía23 que, según elanálisis realizado aquí, vive en situaciónde pobreza extrema. El contrabando de“hormiga”, como se le ha llamado, se lle-va a cabo por sitios fronterizos sin con-trol. Las fronteras de San Marcos (ElCarmen y Tecún Umán), Jutiapa (ValleNuevo y San Cristóbal), Agua Caliente,Chiquimula y la Mesilla, Huehuetenangoson algunos de los lugares en donde ope-ran grandes redes de contrabandistas. Elcontrabando de todo tipo de mercadería,pero especialmente de alimentos, entrelos que sobresale el de huevos, constitu-ye una fuente de abastecimiento para lasventas callejeras y el comercio al menu-deo. La organización gremial de fabri-cantes de alimentos y la asociación na-cional de avicultores han consideradoque ese contrabando asciende a aproxi-madamente a Q. 615 millones al año.24

b. Prostitución

La prostitución es definida frecuente-mente como la realización de actossexuales con fines exclusivamente lucra-

21 Palma (1998).22 Chirix (1997).23 Prensa Libre (2000).24 El Periódico (2000).

174 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

tivos. Esta convierte el cuerpo en unamercancía que se compra y se vende: engeneral, en la prostitución participan di-versos actores: proxenetas, clientes, tra-ficantes, dueños de pensiones y hotelesy ciertos medios de comunicación. Elmismo Estado también participa al auto-rizar y/o tolerar la prostitución. La pros-titución no está tipificada como delito enel código penal; el proxenetismo y latrata de blancas, sí. A menudo existedesconocimiento de los derechos indivi-duales y de las instancias de proteccióna las que se puede recurrir y se da ciertatendencia a desvalorizar o ignorar laspocas denuncias presentadas en depen-dencias del gobierno.

Los factores fundamentales que em-pujan hacia la prostitución son: pobrezaextrema, abuso sexual en la infancia, cas-tigos inhumanos, desintegración familiaro, frecuentemente, la conjugación devarios de estos factores. La mayoría delas mujeres prostituidas han tenido nuloo escaso nivel de formación educativa,carecen de capacitación técnica para des-empeñar otros trabajos y, cuando lo hanhecho, como trabajadoras domésticas omaquiladoras, a veces se han vistoinvolucradas en un círculo vicioso de

explotación y abuso de autoridad que haterminado por acelerar el paso a su si-tuación actual. La prostitución se ejerceabierta u ocultamente. Son muy pocas lasmujeres que, pese a los pocos requisitosque se exigen, están autorizadas paraejercer la prostitución, tal como lo evi-dencian los datos del cuadro 6.2.

Estos datos no reflejan las tendenciasreales de la práctica de la prostitución.Además de mostrar que muchas veces seejerce de manera clandestina, tambiénindican que quienes la ejercen, así comoquienes solicitan ese servicio, mantienenen constante riesgo sus vidas al no bus-car o no tener acceso a la profilaxis, yasea por desconocimiento, porque no seles atiende o porque es poco accesible omuy costosa. De esta manera, la aten-ción profiláctica se convierte en posibi-lidad solo al alcance de algunas perso-nas o sectores. Mientras la prostituciónse practique como ahora, quienes parti-cipan ponen en grave riesgo su salud ysu vida. Muchas tienen que conformarsecon “recetas” caseras como la de “lavar-se con limón” 25 , lo que multiplica elpeligro de que adquieran y no puedancurarse una enfermedad de transmisiónsexual.

25 Rodríguez, (1999).

Cuadro 6.2Mujeres con licencias para ejercer la

prostitución en el departamento de Guatemala1997-99

Año No. de licencias extendidaspara ejercer la prostitución

1,997 2,0101,998 2,7131,999 3,803

Fuente: Departamento de Control y Tratamiento de Enfermedades de Transmisión Sexual de la Dirección

General de Servicios de Salud Pública.

175RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

Si bien la práctica de la prostituciónse da en ambos sexos, la más conocidaes la de las mujeres. La edad de las quela practican y están registradas oscila en-tre los 16 a 45 años. La más frecuente esla que va de los 18 a 24 años, aunqueexisten casos de 58 y 62 años. En cuantoa la prostitución infantil26 no existendatos debido a su prohibición legal.

A menudo la prostitución está ligadaa la presencia permanente o pasajera degrandes grupos de hombres, como suce-de con los trabajadores temporales en laagricultura, en la minería, el transporte,los destacamentos militares, los puertosetc.

En zonas fronterizas como San Mar-cos, Huehuetenango, Petén, el intensomovimiento migratorio y comercial y laproliferación de bares y pensiones creacondiciones propicias para la prostitu-ción. Ello ocurre también a lo largo de lacosta sur, en casi todos los municipios ydepartamentos como Izabal, Jutiapa, Altay Baja Verapaz y Chimaltenango.

En las ciudades, las prostitutas acu-den asiduamente a lugares cercanos a lasavenidas principales, generalmente muyconcurridos, como sucede en la ciudadcapital con Bolívar, Aguilar Batres, Ca-lle Martí, Trébol o en sitios como elCerrito del Carmen, la línea del tren, la18 y 21 calles, la zona 3, 4, 5 11 y 7 y lazona 12.27 Centros de prostitución, comocasas y bares de acceso exclusivo, sepueden encontrar también en sectoresdonde viven estratos altos de la ciudadcapital y las cabeceras departamentales.En relación con los lugares donde se ejer-ce, se pueden identificar varios tipos deprostitución:

• Las de la calle: las trotacalles,taloneras o taconeras 28 , quienesdeambulan, vistiendo escasa y llama-tiva ropa, por algunos tramos de ave-nidas y calles o se sitúancotidianamente cerca de pensiones,cantinas, paradas de buses y discote-cas.

• Las semisendentarias. Estas permane-cen en calles o callejones en los quehistóricamente se ha tolerado su pre-sencia. Allí pasan el tiempo necesariopara agenciarse el dinero que necesi-tan y luego vuelven a su domicilio.Esta forma, la más frecuente, es la másexpuesta al público y se realiza tantoen el día como en la noche. Allí sepueden ver grupos de mujeres de to-das las edades y travestidos, especial-mente en el centro histórico, y algu-nos sitios de la zona 10 y 4. En la ma-yoría de los casos trabajan poco paralos proxenetas de los bares.

• Las de servicio a domicilio, la cual sehace por medio de contactos previa-mente definidos. como catálogos y lu-gares concertados. Es mucho másoculta y restringida. Esto permite quea la prostitución femenina se agreguela infantil y la masculina heterosexualy homosexual.

c. Las maras

El fenómeno de las pandillas juveni-les o maras es muy complejo y abarcauna gran variedad de matices y situacio-nes, pues se trata de una denominaciónequívoca. Para entenderlas es fundamen-tal diferenciar a las pandillas juveniles

26 Según estudios sobre prostitución infanto-juvenil consideran que las edades oscilan entre los 11 y 12 años.27 PRONICE (2000).28 CDHDF (1990).

176 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

delictivas de aquellas que no lo son.29

En este apartado se trata principalmentede grupos con características de pandi-llas delictivas. En ambos casos, estosgrupos construyen su propio universo,identidad, reglas y códigos de conducta.La proliferación de las “maras” se da enlos núcleos urbanos, particularmente enla ciudad capital, donde existen más de90 pandillas que actúan en 13 zonas ycuentan con cerca de 10.000 integrantesactivos30 . A estas habría que añadir lasque actúan en diversas zonas de los mu-nicipios de Mixco, Villa Nueva yChinaultla. En algunas comunidades alsur de la capital la violencia de las marasempezó desde el momento en que esascomunidades empezaron a existir, entrelos años 1983-84. En las colonias de lazona norte surgieron varias pandillas, congrandes dosis de agresividad, entre fina-les de los años 80 y principios de los 90.En los pueblos periurbanos su presencia,bajo la evidente influencia de las pandi-llas de la misma ciudad31 , es más recien-te.

Una de las acciones más visibles deestas pandillas son las peleas entre ellas,generalmente en defensa del territorioque cada una considera inviolable. Es-tas peleas terminan a menudo con heri-dos y, de vez en cuando, con muertos.Cuando el enfrentamiento se da entrejóvenes pandilleros de la misma comu-nidad, a veces se proyecta a las familiasa las que pertenecen esos muchachos ymuchachas, lo cual aumenta los resenti-mientos, la desconfianza y la desuniónen la comunidad.

En las zonas urbano-marginales ladesintegración familiar, la falta de aten-ción y de orientación de los hijos, y elhecho de vivir cada día bajo el acoso dela pobreza constituyen circunstanciaspropicias para que los jóvenes ingresena las pandillas. En otras palabras, losjóvenes que viven en estos lugares sonmás proclives a formar parte de lo quese ha denominado la “subcultura” urba-na de la violencia, sin que esto signifi-que que todos ellos terminen siendo de-lincuentes. Esto significa que los facto-res sociales, económicos y culturales deriesgo se encuentran allí más presentesque en otras partes, como en los condo-minios de clase alta o las colonias de cla-se media.

El perfil del “marero” medio es unjoven menor de 20 años, nacido y creci-do en la ciudad, con algún grado de edu-cación, perteneciente a familias pobresde la clase trabajadora y las capas me-dias empobrecidas; que usa drogas habi-tualmente y roba para poder conseguir-las; procede de familias desintegradas,con padres o padrastros violentos, alco-hólicos e incomunicativos, con malasexperiencias escolares. Un rasgo decisi-vo para entender su psicología es que lamayoría siente que no tiene futuro.32

Desde mediados de los años noventasalgunas nuevas tendencias han marcadoel desarrollo de estas pandillas.33 Porejemplo, antes eran organizaciones pre-dominantemente masculinas; ahora, uncreciente número de muchachas han pa-sado a integrarlas, ya sea impulsadas porlos mismos motivos que los varones o

29 Un estudio sobre las grupalidades juveniles de barrios populares hace la distinción entre los grupos juveniles de esquina por un ladoy las pandillas juveniles por otro, recalcando la estigmatización que conlleva el segundo término. “No pretendemos afirmar que ladelincuencia, la drogadicción y otros aspectos que pueden calificarse de actividades ilícitas no se presenten en [grupos juveniles deesquina] pero consideramos que el fenómeno es mucho más complejo como para quedar definido sólo por esos aspectos.” (Marcial1996).

30 Siglo Veintiuno (1999) y Prensa Libre (1999).31 AVANCSO (1999).32 AVANCSO (1998).33 Entrevista con personal de Casa Alianza, hecho por AVANCSO en mayo del 2000.

177RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

por una relación estrecha con algúnmiembro. El grado de participación eidentificación con el grupo varía entre susmiembros. Algunos participan perma-nentemente y otros solo en algunas ac-ciones. Las maras predominan en lasdenominadas “bolsas urbanas de pobre-za”. En los últimos años las pandillasjuveniles se han entrecruzado con losniños de la calle.34 Anteriormente los dosse diferenciaban por sus distintos modosde operar y vivir: a diferencia de los ni-ños de la calle, los miembros de las pan-dillas delictivas solían mantener algúnvínculo familiar, regresaban a sus casasy se identificaban con una red de marerosnumerosa y geográficamente extensa.

Ahora el contacto entre ambos gruposse produce en espacios y actividadescompartidos: uno es el consumo del“crack”, droga cuyo uso va en aumentoentre los jóvenes; otro son los encuen-tros en los centros preventivos del siste-ma penitenciario. Las maras como gru-pos fuertes y numerosos, con estructu-ras jerárquicas, son objeto de admiraciónde los niños de la calle. El perfil del pan-dillero tiene una doble cara: por una par-te, es la víctima del ambiente que lo ro-dea, necesitado de identidad y de desa-rrollar lazos de camaradería y complici-dad y es vulnerable a adiccioneseuforizantes y alucinatorias que le per-miten olvidar por momentos que es unindividuo marginal, un adulto sin futu-ro. Por la otra, es un temible agresor, or-gulloso de su fama de rebelde y de de-lincuente, con actitudes violentas inclu-so contra los mismos integrantes del gru-po. Estos jóvenes se ven en la necesi-dad de adquirir identidad de grupo y deestablecer lazos de camaradería que les

ayuden a crear “un espacio de referenciadel que normalmente carecen dentro desu familia”.35

d. Alcohol y drogas

El uso del alcohol se apoya en ciertoscaracteres culturales que afectan a losdiferentes sectores de la población, peroen general el proceso de alcoholizaciónen Guatemala ha sido constante, hastaalcanzar dimensiones epidémicas.

El uso del alcohol está generalmenteasociado al consumo de sustanciaspsicoactivas, lo que vuelve más com-plejo el análisis en la perspectiva de laexclusión. Concurren en el fenómenono sólo factores personales sino tambiéndel ambiente social, económico y cultu-ral. Así, no es casual que la cirrosis he-pática afecte a los más pobres, debilita-dos por una mala alimentación; y que elconsumo de drogas, que ocurre en todoslos estratos sociales, se acentúe entre gru-pos marginales de menor ingreso.

Un ejemplo es un estudio realizadoen Nahualá.36 En este se reporta una co-rrelación significativa entre el consumo

Cuadro 6.3

Muertes por cirrosis hepática en Guatemala

Año Frecuencia1,985 6811,992 1,3221999 666

Fuente: Datos de la unidad de la Dirección General de Servicios de Salud de

Guatemala.

34 Entrevista con personal de Casa Alianza, hecho por AVANCSO en mayo del 2000.35 Zepeda López (1999).36 Adams (1998).

178 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

alcohólico y la poca tierra de que se dis-pone para cultivar. Además, los consu-midores presentaron caracteres de alie-nación, medida ésta por tasas de aisla-miento social, percepción de falta depoder personal y ausencia de normas. Sepuede especificar la relación entre pobre-za y tendencia al consumo alcohólico,especialmente clandestino, con lo que seaumenta la toxicidad y se potencia laadicción y la muerte prematura.

Existen reportes frecuentes de todo elpaís en que se describen casos de alco-holismo que se consideran ligados a laviolencia del conflicto bélico. Al menosen un área del departamento del Quiché,que estuvo sometida a ese conflicto, sehan constatado cifras llamativamente al-tas de consumo de cocaína. En dichodepartamento también se han reportadorecientemente una cantidad inusual desuicidios de adolescentes. El alcoholis-mo y aún el uso de otras drogas como lacocaína suele asociarse a las modas cul-turales de la modernidad y a intentos deevasión vinculada a diversas formasanormales de adaptación frente a lasexclusiones.

Parecieran existir ciertos “factores deriesgo” en el uso de sustancias psicoac-tivas37 , con una mayor probabilidad deque los adolescentes consuman drogaso alcohol, si son fumadores, viven en unambiente hogareño de tensión y agresi-vidad y/u otros amigos de su edad yalos consumen. Una cierta combinaciónde esos factores facilita el uso de esasdrogas, hasta el punto que se encontróque muchos niños con un promedio deocho años de edad se inician en el con-sumo.38

5. La transformación del ingresoen bienes básicos para la vida

a. El papel de las mujeres en lasubsistencia

El hogar es el ámbito donde se gestanlas estrategias de subsistencia y dondesus resultados se transforman en bienesbásicos para la vida familiar. Sin embar-go, no constituye un espacio homogéneodonde prevalecen relaciones armónicasy equitativas entre sus integrantes. Hom-bres y mujeres difieren en cuanto a susnecesidades, a los papeles que les tocadesempeñar en el proceso de reproduc-ción social, en cuanto al acceso a los re-cursos y el control sobre ellos, en cuantoa sus posibilidades de independencia.39

Además, junto a los factores económi-cos existen otros de índole social y cul-tural que confieren matices particularesa las condiciones específicas en que sesubsiste, lo que también señala diferen-cias entre los integrantes de una unidaddoméstica. Por ejemplo, a los hombresse les asigna el papel de proveedores, loque les permite ocupar un lugar hegemó-nico en la toma de decisiones.40 A lasmujeres se les asigna uno diametralmentedistinto, cuidar de los miembros del ho-gar y mantener un uso óptimo de los bie-nes de que se dispone, área donde puedetomar decisiones. A veces, también seven forzadas a obtener ingresos y bie-nes, sin que ello implique, necesariamen-te, una modificación de sus funcionestradicionales.

No obstante, aún en la distribución delos recursos las mujeres mantienen unpapel subordinado; la atención de sus

37 AVANCSO (2000).38 SECCATID (1998).39 Clert (1998).40 Con procesos clave para la toma de decisiones se hace referencia a decisiones relacionadas con la posesión de bienes materiales, la

inserción laboral, el acceso a la educación, la participación política y el control sobre el cuerpo y el ejercicio de la sexualidad.

179RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

propias necesidades sólo se cumple unavez satisfechas, al menos medianamen-te, las de los demás. Lo contrario ocurrecuando se trata de cargar con los “costosocultos” de la subsistencia de familia.Las mujeres tienden a asumir el cuidadodel hogar, la crianza de los niños, la aten-ción médica de los enfermos, el cuidadode discapacitados y de las personas ma-yores, muchas veces en forma paralela asus funciones productivas y a costa deprolongar sus jornadas de trabajo, afec-tar su salud o mermar sus oportunida-des de educación o de obtener un trabajomejor remunerado.

b. Estrategias para optimizar ladisponibilidad y el consumode bienes necesarios para lasubsistencia

Disponibilidad y consumo de alimentos yagua. La población en situación de po-breza extrema gasta, en promedio, un70% de sus ingresos mensuales en ali-mentación.41 En el área rural la princi-pal fuente de alimentación son los culti-vos para el autoconsumo. Una familiade cinco miembros requiere, como mí-nimo, una hectárea de tierra para sem-brar y criar algunos animales.42 No obs-tante, la mayoría de quienes viven allídeben ingeniárselas para complementarsus ingresos y su alimentación con el usode otros recursos: reservas de productosque han quedado de las cosechas, el true-que, los cambios en los patrones de dis-tribución y consumo de los alimentos.Estos cambios van desde el aumento dela frugalidad, la disminución del núme-ro de comidas y el remplazo de alimen-tos en la dieta tradicional, hasta la venta

de bienes y la reducción de la actividadfísica y del gasto energético.43

En el área urbana, cuando los ingre-sos no son suficientes para la compra dealimentos, se inician reajustes de diver-sa naturaleza que reducen aún más losniveles de vida, sacrificando comida, sa-lud, educación y la fecundidad, a vecesa través del aborto. También se buscaempleo para otros miembros de la fami-lia. Se intensifica el papel de la mujercomo compensadora de los cambios enlos patrones alimenticios del grupo do-méstico. Surge la costumbre de hacerprioridades en cuanto a la distribuciónde los alimentos dentro de la familia.Con frecuencia la máxima prioridad latienen los hombres adultos, los niños ypor último las mujeres. Los familiares ovecinos suelen realizar compras colecti-vas para bajar precios, se aprovechan loslazos familiares o de amistad entre quie-nes se trasladaron a la ciudad y quienesse quedaron en el campo. Se produce unaespecie de trueque de “favores”: porejemplo, alojamiento a cambio de pro-ductos agrícolas.44

En cuanto al abastecimiento de agua,en promedio, un 2% del ingreso mensualde las familias en situación de pobrezaextrema se asigna a su compra, con dife-rencias entre el área urbana y rural. Enla primera, el promedio del gasto men-sual es de Q.19.36, mientras que en lasegunda de Q.12.63. También en la pri-mera el 63% de las casas reciben el lí-quido directamente por medio de la redpública. Otro 12% lo recibe igualmentede esa red, pero debe recogerla de unchorro de servicio colectivo. El 24% res-tante se ve obligado a recurrir a los ríos,comprar a camiones distribuidores y a

41 Cálculos a partir de la ENIGFAM (1999).42 INCAP (1999).43 INCAP (1999).44 INCAP (1999).

180 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

otras formas de acceso.45 El abasteci-miento a través de sistemas colectivoscomo los “llenacántaros” descritos sehace con precios especulativos o empleode tiempo en el acarreo.46 En el campo,35% de los hogares en pobreza extremacuentan con agua entubada, 26% se sur-te de agua de ríos, lagos o manantiales yun 19% la extrae de un pozo. El 97% dequienes se ocupan de resolver los pro-blemas de abastecimiento del agua do-méstica son mujeres.47

Salud y subsistencia. La exclusión en sa-lud se expresa por la inequidad, entendi-da esta última como las diferencias entregrupos de la población en el acceso a losservicios de salud, así como en el estadode salud propiamente dicho, a consecuen-cia de situaciones no sólo innecesarias yevitables sino que además se consideraninjustas.48 Las exclusiones en salud afec-tan principalmente a la población indí-gena y los residentes en el área rural.

Un rasgo que denota las exclusionesen salud es el patrón de enfermedad ymuerte que aún se caracteriza por el pre-dominio de enfermedades transmisibles,que se ha demostrado en otros contextosque son prevenibles. Sobresalen las in-fecciones respiratorias agudas, diarreas,parasitismo intestinal, tuberculosis, ma-laria y dengue. El tener acceso a los ali-mentos que se necesitan para el adecua-do mantenimiento del organismo es unacondición importante para garantizar lasalud; sin embargo, la población en pro-medio tiene un déficit de 200 kilocalorías

diarias;49 EL 46% de los niños menoresde cinco años tienen desnutrición cróni-ca. Dos terceras partes de los niños y ni-ñas de madres sin educación o indígenassufren retardo en su crecimiento, el do-ble del nivel de desnutrición observadoentre los niños no indígenas (34%) y másde cinco veces la desnutrición de los ni-ños de madres con educación secunda-ria o más (13%).50

En el área rural, la infraestructura delos servicios de salud del Ministerio deSalud y Asistencia Social no permiteampliar la cobertura ni prestar servicioscon calidad. Más de un tercio de la po-blación guatemalteca que demanda aten-ción en dichos servicios debe caminar enpromedio 12 kilómetros o dos horas parallegar al puesto o centro de salud máscercano: el 60% del equipo para prestarel servicio no es funcional; 37% de loscentros de salud requieren reparación yel 28% ya no son funcionales. En la ciu-dad de Guatemala, a pesar de la concen-tración de recursos en salud, la propor-ción de consultas por habitante al año noes superior al promedio nacional (0.5).Mientras tanto, el sector privado de sa-lud beneficia a un pequeño grupo de po-blación a través de esquemas de segurosprivados u otros mecanismos de pago.Su cobertura está concentrada en lasáreas urbanas más grandes, particular-mente en la ciudad de Guatemala, dondese localizan el 78% de los hospitales y el76% de las clínicas privadas.51

A pesar de los esfuerzos que el Mi-nisterio de Salud ha hecho en años re-

45 ENIGFAM (1999).46 Ilustrativo es el caso de un asentamiento de la zona 18 donde el tonel de agua se vende a Q5.00; si se toma en cuenta que una

persona satisface sus necesidades básicas con un mínimo de 54 litros/día y que las familias en promedio son de seis miembros, elgasto en agua al mes puede alcanzar Q150.00. Los que cuentan con el servicio municipal, en promedio, pagan menos que aquellosque no; por ejemplo: en algunas colonias de la zona 21 la cuota es de Q35.00 por servicio (35 m3 base), en la zona 13 de Q53.90 (49m3), en la zona 12 Q62.70 (57 m3) (Drummond 2000).

47 USAC, DIGI y PUIEG (1997).48 Whitehead (1991).49 Menchú (1998).50 ENSMI (1998).51 Información proporcionada por la Oficina Panamericana de la Salud Guatemala.

181RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

cientes para ampliar el acceso a los ser-vicios a la población más necesitada,52

el acceso a los servicios para los pobrescontinúa siendo limitado. En condicio-nes de pobreza extrema, es virtualmenteimposible considerar la salud como unaprioridad. Aún así, la condición física quepermita la funcionalidad de continuarluchando por la subsistencia los obliga arealizar algunos gastos. Según laENIGFAM, el gasto en salud, en núme-ros absolutos, equivale en promedio aQ.73.33 mensuales por hogar, o sea un8% del total de sus ingresos. El gasto ensalud se realiza así: productos farmacéu-ticos, 73%; servicios médicos no hospi-talarios, 20.6%; servicios hospitalarios,

5%; y aparatos ortopédicos y prótesis1%.

En términos de frecuencia de gasto,ocupa el primer lugar el destinado a losservicios médicos no hospitalarios, esdecir la atención médica en clínicas ge-nerales (10%); en segundo lugar, la com-pra de medicinas no especificadas (6%)y en el tercero, la compra de aspirina(5%) y vitaminas no especificadas (4%).De las consultas, 60% se realizan en clí-nicas u hospitales privados, 27% en cen-tros o puestos de salud, 6% en hospita-les públicos, 6% con personas particu-lares.53 Los datos disponibles no permi-ten analizar el comportamiento de la po-blación en situación de pobreza extrema

52 Desde 1997 el gobierno ha venido desarrollando un proceso de extensión de cobertura de los servicios de salud y ampliación de laatención primaria en salud. A este proceso se le conoce como SIAS –Sistema integrado de atención en salud- e involucra lacontratación de ONGs y otras organizaciones en la prestación directa de los servicios para áreas donde anteriormente no se contabacon ningún tipo de servicio.

53 Las cifras se refieren a porcentajes de pagos realizados en el rubro de salud. No incluye cotización del IGSS (ENIGFAM 1999).

Recuadro 6.5

Demanda y gasto en salud en el altiplano guatemalteco

En 1997 se realizó un estudio que evaluó la demanda y el gasto en salud en cuatro departamentos: Quetzaltenango,San Marcos, Sololá y Totonicapán. Se tomaron en cuenta cuatro parámetros: la percepción de problemas de saludpor parte de la población, la decisión de buscar atención dentro y fuera del hogar; la elección de proveedor deservicios de salud y la cantidad de dinero gastada.

Entre los resultados principales destaca que un 24% de la población declaró haber presentado un problema desalud durante los 30 días anteriores a la encuesta. El nivel de percepción fue mayor en Sololá, San Marcos yTotonicapán, en los grupos indígenas y en los hogares con menores ingresos, lo cual constituye un indicio de queentre estas poblaciones pueden existir mayores problemas de salud. La automedicación –el consumo de remedios ymedicamentos sin prescripción médica y sin previa consulta profesional- es la opción primera en la búsqueda deatención, mientras que hacerlo en un establecimiento de salud es la que sigue. Los que poseen una mayor percepciónde tener problemas de salud son quienes menos tienden a buscar un establecimiento de salud como primera opción.Esto reflejaría, en parte, que la población rural de menos recursos tiene también menos oportunidades de tener unaatención médica de mejor calidad. Se detectó también un bajo porcentaje de hospitalización, en particular entre losgrupos más pobres, indígenas y de los departamentos con predominio rural e indígena (Sololá, San Marcos yTotonicapán), probablemente porque acuden al hospital únicamente en casos de suma urgencia y cuando lo hacen,van preferentemente a los establecimientos públicos.

Fuente: INE et al. (1997).

182 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

a la hora de enfrentar un problema desalud, pero un estudio reciente del alti-plano proporciona algunos indicios,como se expone en el recuadro 6.5.

Al igual que en salud, la población ensituación de pobreza extrema asignamagros recursos a la educación. En pro-medio, Q.24.00 mensuales por hogar, locual corresponde a 3% del ingreso total.Esto equivale a poco menos de la quintaparte de lo que la población no excluidaemplea, en promedio, por hogar, en edu-cación. El gasto más frecuente es en úti-les escolares (64%), seguido de costosasociados a la participación en la escue-la pública (17%). El 80% de las fami-lias envían sus hijos a los centros edu-cativos públicos.54

Disponibilidad de vivienda, vestido y cal-zado. La vivienda, el vestido y el calza-do constituyen los principales medios deprotección frente a los cambiosclimáticos. Sin embargo, la población ensituación de pobreza extrema sólo invier-te sumas ínfimas en estos rubros. Encuanto a la vivienda, la ENIGFAM re-porta que los hogares asignan un prome-dio del 17% de su ingreso mensual.55

Otro estudio, efectuado en más de 300familias de la Ciudad de Guatemala, re-veló que aquellas con ingresos mensua-les inferiores a $US170 habían inverti-do, como promedio, menos de $US800en gastos iniciales y posterior moderni-zación de la vivienda.56

Cuando los ingresos no son suficien-tes, los egresos en vivienda se reducen yse buscan otros medios más precariospara procurarse un techo. En el Área

Metropolitana de la Ciudad de Guatema-la (AMCG), los denominados “asenta-mientos precarios” se han formado, ensu mayoría, a raíz de invasiones a terre-nos baldíos.57 Las personas que habitanen esos asentamientos varían según lacalificación de lo “precario” pero se co-incide en que esta condición seincrementa año tras año. En 1986 había130 asentamientos, con una población deaproximadamente 450.000 habitantes.58

A fines de 1991, su número se habíaincrementado a 232 asentamientos y702.100 habitantes.59 En 1994 se conta-bilizó 300, con 425.000 habitantes. Enla actualidad, se estima que aproxima-damente un millón de personas viven allí.

Desde el momento en que se inicia lainvasión de un terreno urbano, son lasmujeres y los niños quienes adquierenel papel protagónico, pues permanecenen viviendas improvisadas (champas)con el fin de consolidar la ocupación einiciar otro tipo de construcción. En elprimer momento predomina la construc-ción hecha con materiales de desechode plástico y cartón. En los más anti-guos, las viviendas se levantan con ma-teriales duraderos, como la lámina me-tálica, el “block”, la madera y el concre-to. En todo caso, las casas no puedenconsiderarse de buena calidad, pues lamayoría son edificadas sin mano de obracalificada, lo que las convierte en un fac-tor de riesgo, principalmente ante lostemblores y los derrumbes. Por otro lado,hay carencia del equipamiento comuni-tario (salones comunales, edificios esco-lares, centros de salud, etc.), aunque laelectricidad es un servicio fácil de pro-

54 ENIGFAM (1999).55 ENIGFAM (1999).56 BID (1997).57 De acuerdo a información de varios estudios, su porcentaje varía entre el 100% y 57% (Drummond 2000).58 Comité de Reconstrucción Nacional (1992)59 UNICEF y SEGEPLAN (1993).

183RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

veer. En algunos casos, la Empresa Eléc-trica ha puesto a disposición contadorescomunitarios, en otros la gente comprala electricidad en casas vecinas o se co-necta ilegalmente.

Hay que destacar en el mejoramientopaulatino de la vivienda y los serviciosla importancia de la organización comu-nitaria, un poderoso instrumento paradefender los intereses colectivos, y pararesolver los conflictos que surgen en elinterior del asentamiento. En el área ru-ral la falta de tierra es la principal causade las demandas e invasiones de terre-nos. Sin embargo, estas también se pro-ducen para resolver el problema de lavivienda. Allí el asentamiento se basa enviviendas dispersas, la autoconstruccióny la ayuda comunitaria. En 1995, al me-nos el 80% de las familias habitaban enpequeños poblados y en viviendas dis-persas y en malas condiciones.61 En rea-lidad poco se conoce de las experien-cias de acceso a la vivienda en el campo.

Una manera de enfrentar el problema seilustra en el recuadro 6.6.

En cuanto al vestido y calzado, la po-blación en situación de pobreza extremales asigna un 8.6% de su ingreso men-sual. Un 56.8% de las compras de vesti-do o calzado se realizan en mercados,12.7% en tiendas, 9.5% con personasparticulares. Un 4.2% compra ropa usa-da.62 No hay datos disponibles para esti-mar qué peso tiene la fabricación domés-tica de ropa o calzado, para consumo pro-pio, en el abastecimiento de estos bie-nes.

B. LAS RESPUESTAS COMUNITARIAS YDESDE LA SOCIEDAD

Las exclusiones se experimentande manera individual o colectiva y lasrespuestas pueden ser personales, comoformas particulares de adaptación; o pue-den ser movimientos organizados para

Recuadro 6.6

Solución habitacional de las viudas de la Región Ixil

La región Ixil la constituyen los municipios de Nebaj, Chajul y Cotzal. Según datos del censo de PRODERE de1992, en condición de viudez se encontraban 1507 personas, de las cuales 193 eran hombres y 1314 mujeres; ladiferencia en la distribución por sexo se explica como uno de los efectos del enfrentamiento armado, que tuvo uno desus escenarios principales en esa zona.

La construcción de viviendas para viudas en extrema pobreza propone un diseño tradicional que ayude a conser-var sus rasgos culturales. Privilegia a las mujeres pues el diagnóstico preliminar evidenció que ellas presentabanfuertes limitaciones para encaminarse a una vida diferente, en ausencia de su compañero de vida. Puesto que eran loshombres quienes asumían toda la responsabilidad en el mantenimiento económico del hogar, su ausencia es un obs-táculo para que las mujeres puedan aspirar al crédito, a la propiedad de la tierra y a otros beneficios. Sus tradicionesestablecen que es el hombre el encargado de construir la vivienda. Pero ahora son ellas las que se encuentran al frentedel hogar y deben solucionar los problemas.

Fuente: DIGI (1999).

61 Viceministerio de la Vivienda (1996).62 ENIGFAM (1999).

184 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

asegurar la titularidad y el disfrute dederechos, informaciones u oportunidadescolectivas. En un ambiente democrático,las posibilidades de valerse de estas últi-mas aumentan más. Las siguientes sonlas respuestas más importantes.

1. La respuesta comunal y/omunicipal

La participación local tiene hoy díamuchas oportunidades y más expresio-nes que nunca. En la dimensión política,ocurren la participación electoral y enpartidos políticos. Esta no resulta fácil,a veces porque los mismos partidos noalcanzan a tener una expresión nacional,otras porque despiertan poca confianza.Lo importante en este momento es queempieza a percibirse a la Municipalidadcomo la expresión del poder más cerca-no a la población y como la forma másdirecta de relacionarse con el Estado. Losciudadanos locales han privilegiado dosrespuestas con voluntad de inclusión

política, los comités cívicos (electorales)y los comités locales de vecinos.

Los comités cívicos constituyen unaforma alternativa y provisional de parti-cipación política. Postulan candidatospara la corporación municipal al margende los partidos, candidatos que por logeneral son nominados en una consultademocrática. La inmensa mayoría deellos se originan en el medio rural, conpredominio indígena. En 1999 se orga-nizaron 176 comités, que tuvieron esca-so éxito electoral. En relación con la par-ticipación política femenina en el ámbi-to local, ella ha aumentado ligeramenteentre 1995, en que se les adjudicó 88cargos (2.8%) y en 1999, 144 cargos(4.0%). El número de mujeres alcaldes,para ambos años, bajó de 5 a 2. Lapostulación y elección de mujeres indí-genas para el Congreso ha aumentado de8 a 13 diputados (10% y 11% respecti-vamente).

Los comités locales de vecinos, o promejoramiento, son formas asociativas

Cuadro 6.4Comités cívicos y alcaldías

1985-1999 (*)

Elecciones Municipios Comités cívicos Alcaldías Relación: alcaldíaconvocados participante obtenidas obtenida /comité

1985 30 24 5 20.51988 272 46 13 28.21990 300 76 4 5.21993 276 101 18 17.81995 300 157 22 14.01998 30 18 0 -1999 330 174 25 14.3

Nota: (*) Las diferencias en el número de municipios se deben a la regulación que dividía las municipalidades

en categorías y le daba a sus corporaciones tiempos distintos. Ello fue suprimido por la reforma

constitucional de 1994, pero todos los municipios se equipararon a las fechas de elecciones generales

hasta 1999.

Fuente: Para 1985-1998: González y Torres-Rivas (1999). Para 1999: datos del TSE.

185RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

que expresan la voluntad de los ciudada-nos locales para finalidades de desarro-llo limitadas a la jurisdicción municipal.Se interesan, por ejemplo, en aspectoscomo introducción de agua, mercados,caminos, escuelas, dispensarios y/o ac-tividades culturales diversas que inclu-yen a veces aspectos religiosos. La his-toria de su formación es diversa, pero enel último tiempo se ha estimulado sucreación y funcionamiento por las nue-vas asignaciones financieras al munici-pio, por el estímulo de las actividades delos consejos de desarrollo urbano y ru-ral, y por las actividades relacionadas conlos fondos sociales. Una encuesta infor-mativa atendida por 30 alcaldes, de l7departamentos (un 10% del total de al-caldes) indica que hay en ellos 1.743comités63 inscritos que tienen diversogrado de organización y de compromisode trabajo, lo que revela la importanciade los mismos.

2. Las respuestas desde lasociedad

En el ámbito del mercado libre, laexistencia de empresas pequeñas o me-dianas aparece como una voluntad em-presarial de no dejarse excluir por unadinámica que privilegia la producción engran escala. Diversas esfuerzos tantodesde el Estado como de la sociedad sevienen haciendo para mantener una acti-vidad inclusiva, destacándose en ese es-fuerzo la Coordinadora Nacionalde Microempresas de Guatemala(CONMIGUAT), que funciona desde1995, (personería jurídica desde 1998).Tiene actualmente más de 5.000 miem-bros agrupados en 17 asociaciones. Conuna presencia institucional más antigua,fundada en 1987, está la Federación de

la Pequeña y Mediana Empresa(FEPYME), con 1.600 asociados en ochogremiales. Sus objetivos son parecidos,aunque esta última se ocupa más de laformación profesional, la asesoría técni-ca y el fomento financiero y económicode sus asociados.

La mayor de las exclusiones econó-micas ocurre en este país en relación conla propiedad y el uso de la tierra. Estetema fue considerado en el informe“Guatemala: el Rostro Rural del Desa-rrollo Humano, 1999”, y reiterado comocausa de exclusiones en el Capítulo IIIde este Informe. Aquí sólo se mencio-nan algunas respuestas organizativas delcampesinado, de luchas por acceder a esedisfrute. Pueden mencionarse, en primerlugar, el Comité de Unidad Campesina(CUC), que fue muy activo en los añosochenta y que se ha replanteado su ac-cionar en el marco de los Acuerdos depaz. También esta la Coordinadora Na-cional de Pequeños y Medianos Produc-tores, aunque con muy poca actividadactualmente, así como la CoordinadoraNacional Indígena y Campesina(CONIC), fundada en 1992, con una baseindígena, aunque con participación decampesinos pobres no indígenas. Agru-pa a 209 comunidades, de 51 municipios,y están interesados en el desarrollo ru-ral, cultural y de género. En general, lasorganizaciones campesinas fueron todasmuy golpeadas en la época del conflictoarmado y solo con el actual período depaz y como efecto de los Acuerdos co-rrespondientes, han empezado a organi-zarse localmente, a manifestar algunasformas de descontento y a formular va-riadas demandas económicas. La estruc-tura de la tenencia de la tierra no sóloaleja al campesino de ella, excluyéndo-lo, sino que en el ambiente político ac-

63 Investigación preliminar realizada por FLACSO, (Guatemala, abril de 2000), sobre una muestra no intencional de municipios, quetiene un buen valor informativo,

186 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

tual, vuelve difícil organizar esta clasede luchas en favor de un reordenamientoagrario.

La eventual demanda de tierra no haestado acompañada por estrategias na-cionales de desarrollo rural, aunque haypequeñas iniciativas locales estimuladaspor ONGs. En este marco de trabajo sepueden mencionar algunas formas nue-vas de participación en la vida producti-va, como las que representan la Coope-ración para el Desarrollo Rural de Occi-dente (CDRO), la Coordinadora de Aso-ciaciones de Desarrollo Integraldel Sur Occidente de Guatemala(CADISOGUA), y el MovimientoTZUK KIM POP, con dirección y fuertepresencia indígena. Estas organizacio-nes tienen finalidades múltiples como elestudio de la región, la educación para laparticipación, formación de recursos hu-manos, fomento de la interculturalidady, por supuesto, finalidades productivas.

El empleo es otra fuente de exclusio-nes, como lo desarrolla el Capítulo IIIde este Informe. En esta parte se hace

una referencia a la respuesta sindical, esdecir, en la óptica de la vigencia de losderechos que deben respetarse en todarelación laboral. Ello tiene que ver conlas condiciones en que se cumplen losderechos del contrato laboral, según lalegislación correspondiente. Según loconfirma la historia de las luchas socia-les el respeto por las leyes del trabajo seaseguran en una sociedad democrática.La historia reciente del país recuerda queen las condiciones de dictadura, ni lasorganizaciones sindicales ni los derechosobreros fueron respetados. La experien-cia en general es que los derechos que laConstitución y el Código de Trabajo es-tablecen (y de manera particular las Con-venciones Internacionales) se aseguranmás cuando los trabajadores se organi-zan y los reivindican. A la fecha existentres agrupamientos, la ConfederaciónGeneral de Trabajadores de Guatemala(CGTG), la Confederación de UnidadSindical de Guatemala (CUSG) y la Uni-dad Sindical de Trabajadores de Guate-mala (UNSITRAGUA). Hay un total de

64 Ministerio de Trabajo y Previsión Social (1999).

Cuadro 6.5

Presencia estimada de mujeres, indígenas y jóvenes enorganizaciones campesinas y de desarrollo integral

2000En Porcentajes

Organización Mujeres Indígenas JóvenesCUC 40 60 20CONIC 50(*) 95 25CONAMPRO 20 80 20CDRO 40 95 20CADISOGUA 30 95 20A. CAMPESINAS (**) 25 90 40

Nota: (*) La participación de las mujeres tiende a incrementarse en épocas de cosecha.

(**) Se refiere a las creadas recientemente como asociaciones civiles no lucrativas al amparo del arto.18

del Código Civil

187RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

1.351 organizaciones inscritas y 473 ac-tivas con 61.532 afiliados.64 De este to-tal, un 11% son mujeres.

El nivel de organización sindical hasido más alto en otros momentos de lahistoria del país. Actualmente, el 76%de sindicatos pertenecen al sector priva-do y el 66% al sector urbano. En cuantoa las ramas de actividad, son los servi-cios comunales y personales los que con-centran mayor organización (33%), se-guidos por la agricultura (32%), en tantoque la industria manufacturera, que es elsitio más propicio para el movimientoobrero, solo representa el 3%. Hacia1997, se suscribieron 68 pactos colecti-vos de condiciones de trabajo, casi lamitad de los que se alcanzaron a comien-zos de la década de los noventa.65

3. Otras respuestas incluyentes

Existen en el país otras modalidadesde respuestas organizadas para enfrentarla cultura de exclusiones que caracteri-zan todavía a esta sociedad. Las organi-zaciones indígenas de carácter local, re-gional o departamental han crecido en losúltimos cinco años, y por lo general sededican a atender problemas de desarro-llo local, de educación, entrenamientoorganizativo y aspectos relativos a laafirmación de su identidad cultural. Suvariedad es grande, e incluye el trabajoorganizativo de las alcaldías indígenas deChichicastenango y Sololá, la defensoríamaya y la defensoría de la mujer indíge-na, la asociación de alcaldes indígenas,el consejo de organizaciones mayas deGuatemala, las fundaciones Kaqchikel yKaquljá, centros culturales y educativosdiversos, etc.

Tienen una creciente importancia po-lítica y cultural las organizaciones de

mujeres, que han llegado a constituir unmovimiento social nuevo en el ambientenacional. Su origen está relacionado conel movimiento popular, pero el carácterde sus reivindicaciones son específicasa la condición femenina, a los derechosde la mujer y a otros problemas deriva-dos de la condición de género. Muchasde esas organizaciones tienen un carác-ter local o sectorial y están vinculadas almovimiento indígena, que se menciona-ron anteriormente. Pero hay algunas quetienen una dimensión nacional como laFundación Guatemala, La AsociaciónMujer Vamos Adelante, el Consejo deMujeres Mayas, el Comité de Beijin, laRed de la No Violencia, la Coordinado-ra de Acciones Legales a favor de lasMujeres, la Secretaría de la Mujer de laAsamblea Consultiva de la PoblaciónDesarraigada, la Comisión Nacional Per-manente de Derechos de las Mujeres In-dígenas de COPMAGUA, el Centro deInvestigación, Capacitación y Apoyo ala Mujer y el Foro Nacional de la Mujer.Esta es una instancia que da seguimien-to a los compromisos asumidos en losAcuerdos de Paz en lo referente a lasmujeres.

Estrechamente relacionadas con losproblemas de género, por un lado y conel tema étnico, por el otro, pero ademáscon una agenda de intereses mucho másamplia, funcionan en el país las Organi-zaciones no Gubernamentales. Se men-cionan aquí porque ellas constituyenimportantes formas de respuesta colec-tiva, desde la sociedad, al fenómeno delas exclusiones. Las ONGs mantienencomo una de sus finalidades substanti-vas, como la razón de ser de ellas, unavoluntad de constituirse en intermedia-rias entre los desposeídos y el poder, ode ser organizaciones que compensan lo

65 Ministerio de Trabajo y Previsión Social (1999).

188 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

que el Estado no provee. Este tipo deorganización, construida en la base de lasociedad e independiente del poder gu-bernamental, ha llegado a constituir unamodalidad importante de participaciónpopular y fuente de experiencias orgáni-cas, técnicas y sociales para una nuevageneración.

No es posible hacer referenciasmás precisas sobre las ONGs, dada laimportancia que se han ganado en la lu-cha contra diversas expresionesexcluyentes. Además, es difícil construiruna definición común por la multiplici-dad de formas, objetivos y finan-ciamientos que tienen. Hacia 1997 seregistró un número aproximado de 443ONGs solo de desarrollo y derechos hu-manos, pero su crecimiento ha sido muyalto. Un cálculo reciente, a fines de 1998,registra 2.064 organizaciones, de las que700 serían de desarrollo, y la mayor par-te de ellas vinculadas a problemas rura-les y étnicos.66 Estas organizaciones ocu-pan un lugar importante en la soluciónde los diversos problemas que plantea lasociedad, en parte, porque complemen-tan la acción del Estado y porque, a suvez, organizan la iniciativa local. Unaparte importante de la cooperación inter-nacional es ahora canalizada a través deaquellas que han alcanzado más desarro-llo y eficacia. Las respuestas comunita-rias a las exclusiones encuentran en lasONGs un instrumento para enfrentarlascon éxito.

C. LA RESPUESTA DEL SECTOR PRIVADO

Desde mediados de la década de losochenta, y particularmente desde los no-venta, se han constituido organizaciones

de ayuda social por parte de algunos gru-pos económicos del sector privado. Es-tas organizaciones, con la modalidad ju-rídica de fundaciones, comenzaron aconstituirse a partir de 1986/87 por em-presarios del sector de las bebidas alco-hólicas y del cemento. Posteriormentese crearon otras fundaciones por parte delos intereses de la cerveza, del azúcar yel café, la banca y bebidas gaseosas. Conla excepción de los grupos cafetaleros,los otros son sectores donde predominanmercados de carácter monopólico uoligopólico, lo que supone altos nivelesde rentabilidad. Las iniciativas que in-tegran a varias fundaciones (Consejo deFundaciones Privadas de Guatemala yFundación Guatemala 2000) son másrecientes (1996/98) (cuadro 6.6).

Las actividades de las fundaciones hantenido una orientación especial en aspec-tos relativos a promover las oportunida-des educativas y culturales. La tipologíade proyectos financiados o ejecutadospor las fundaciones ha sido amplia, abar-cando campos como los siguientes: a)educación (apoyo a la alfabetización,educación básica, nivelación, entrega deinsumos clave, apoyo al esquemaautogestionario de provisión de servicio,financiamiento de infraestructura yequipamiento); b) salud (apoyo a enti-dades que proveen servicios, además departicipar en el esquema del SIAS); c)apoyo al desarrollo municipal; y d) apo-yo al área de cultura y deportes (cuadro6.7).

El financiamiento de las actividadesde las fundaciones ha combinado, en gra-do variable, fondos provenientes del sec-tor empresarial con recursos contratadoscon el Estado. Aunque no se tiene undato preciso sobre el total de recursos

66 Alvarado Browning, Carrera y Girón (1998).

189RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

aportados por las fundaciones, el montocorrespondiente al total de proyectos queimpulsan las fundaciones del Consejo deFundaciones Privadas de Guatemala al-

canzó casi los Q 70 millones a fines de1999. Incluye recursos del Estado enproyectos ejecutados por las fundacionesprivadas. Entre los más importantes es-

Cuadro 6.6Principales fundaciones privadas en Guatemala

Sector económico Año dede origen Creación Nombre Area de ActividadBanca 1978 Banco del Café Promoción Educación, artes, deportes y

trabajo con minusválidos1994 Fundación G&T Mueve la conservación del patrimonio cultural

Licores 1986 Fundación por Financia programas educativos, de saludLa Vida preventiva y de recreación de niños

Cemento 1987 Fundación Financia becas, proyectos educativos y deCarlos Novella capacitación, nutrición, salud, cultura y de

medio ambienteAzúcar 1990 FUNDAZUCAR Financia proyectos sociales y de desarrollo

municipal, principalmente de educación y salud.También actúa como ejecutor de proyectos oprogramas de gobierno en educación

Cerveza 1990 Fundación Mariano Financia proyectos de educación,y Rafael Castillo incluyendo desayunos escolares y becasCórdoba

Azúcar 1993 Fundación Da becas, financia proyectos de educaciónPantaleón y de salud

Otro 1993 Fundación Ramiro Financia, proyectos de educaciónCastillo Love

Caficultura 1994 FUNRURAL Financia becas y proyectos de desarrollo rural,especialmente en educación y salud

Consorcio de fundaciones; 1996 Consejo de Financiamiento de proyectos de desarrolloCarlos Novella, Fundaciones social especialmente educativasFUNDAZUCAR, Privadas deFundación G&T, GuatemalaFundación Manuel deCastillo, FUNRURAL yFundación por la VidaBebidas gaseosas 1998 Fundación María Financia proyectos de educación y alimentación

Luisa Monje de de niños, y de capacitaciónCastillo

Multisectorial 1998 Fundación Financiamiento (catalizador) de estudiosGuatemala 2020 y proyectos

Fuente: Investigación directa de los autores, PNUD, Guatemala, 2000.

190 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro 6.7

Proyectos que impulsaban las fundaciones que integran el consejo defundaciones a finales del 1999

En Miles de Quetzales y Miles de Beneficiarios

Tipo de proyecto Monto Acumulado BeneficiariosEducación 38,329.1Becas para las niñas 14,606.7 46.6Juntas Escolares 14,317.2 183.8Equipamiento escolar 2,432.0 32.0Bolsa didáctica 1,755.6 3.0Infraestructura 1,592.0 60.0Nivelación varios grados 1,101.6 1.4Escuela rural activa 956.0 16.9Escuelas Fundación Por la Vida 940.0 0.7Clubes La Pedrera y Progreso 300.0 0.1Programa de básicos 226.0 0.2Museo Popol Vuh 70.0 33.0Nivelación primer grado 32.0 0.1Salud 27,793.6Participación en SIAS 18,106.6 489.6Consulta externa Hospital Escuintla 4,026.1 34.2Centro especialidades médicas 1,655.9 16.1Centros asistenciales 1,377.3 204.8Varios Hospital Roosevelt 725.0 24.0Farmacias comunitarias 629.0 264.4Puestos de salud 442.3 25.4Unidad proveeduría médica 295.9Guía nutricional 185.0 1,650.0Clínica Médica San Camilo 105.0 9.0Casa del Adolescente 100.0 0.3Educación médica contínua 91.1Convenios con ONGs y OGs 54.4Medio Ambiente 324.7Lago de Atitlán 114.0Tratamiento desechos sólidos 112.7 90.0Apoyo Hospital Roosevelt 66.0Parque ecológico Villa Lobos 32.0 80.0Otros 3,309.2Limpieza tramos viales 1,998.9Planificación de proyectos 416.5Formulación inversión municipal 123.8Capacitación alcaldes y gobernadores 116.1Capacitación personal municipal 70.2 0.1Otros 583.7 8.0Total 69,756.6 3,273.7

Fuente: Investigación directa, con información obtenida del Consejo de Fundaciones Privadas de Guatemala.

191RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

tán el SIAS, PRONADE (apoyo a juntasescolares) y las becas para niñas.

No es posible establecer tendenciasfuturas en relación con instituciones deresponsabilidad social patrocinadas porempresarios guatemaltecos. Parecierahaber un movimiento empresarial porampliar sus actividades e involucrar anuevos sectores, así como buscar mayorefectividad en las acciones público/pri-vadas. El entorno internacional subra-ya hoy día la responsabilidad de los em-presarios en la mejoría de los niveles decapital humano y social.

D. LA RESPUESTA DESDE EL ESTADO:LA POLÍTICA FISCAL FRENTE A LA

EXCLUSIÓN

Desde el Estado se promueven políti-cas que buscan disminuir o acabar conla estructura excluyente de esta sociedad.Son numerosas y variadas, difíciles deregistrar en este Informe. Se ha escogi-do la dimensión fiscal porque las políti-cas sociales dependen de la capacidadfinanciera del Estado, que conforme loindican los Acuerdos de Paz, tiene quefortalecerse en provecho de las mayoríasdesatendidas. El análisis se centra enlos años más recientes, especialmente en1999, tomando en cuenta los compromi-sos fiscales asumidos como parte de losAcuerdos de Paz en 1996. En el inicio,debe recordarse que la reducción del gas-to público fue la variable de ajuste porexcelencia en los programas de estabili-zación implementados desde los añosochenta. A la magnitud de los recortesdel gasto, se sumaron resultados medio-cres en materia de recaudación tributaria.El impacto global fue una pérdida de efi-ciencia y eficacia de la maquinaria del

Estado y un deterioro acelerado en lacobertura y calidad de los servicios pú-blicos, que debilitaron su capacidad dedar respuestas a la exclusión.

Durante la segunda mitad de la déca-da de los noventa el objetivo fundamen-tal de la política fiscal cambió. Inicial-mente fue una variable de ajustemacroeconómico para evitar que el ex-ceso en el gasto por encima de los ingre-sos provocaran presiones sobre el tipo decambio o la tasa de interés. Posterior-mente prevaleció la idea del gasto comoun instrumento tímido de desarrollo so-cial, condicionado por razones electora-les. Un reflejo de lo anterior es que du-rante 1996 y 1997 el déficit fiscal prácti-camente fue nulo (0.1% y 0.8% del PIB,en su orden) mientras que en 1998 y 1999pasó al 2.2% y 2.8% del PIB, respecti-vamente.

1. La debilidad de los ingresosfiscales

A fines de la década de 1990 era evi-dente que el ingreso nacional había sidoinsuficiente para cubrir el nivel de gastopúblico y privado, por lo que fue nece-sario financiarlo con ahorros del exterior,particularmente a finales del gobiernoanterior. Las presiones del déficit fiscalestuvieron acompañadas de un crecientedesajuste en la cuenta corriente de ba-lanza de pagos (que pasó de 2.8% del PIBen 1996 al 5.9% del PIB en 1999), hastallegar a los niveles más altos de la déca-da. Ello se debió a la contracción delflujo de capitales externos, no sólo porlas condiciones económicas internacio-nales, sino también por la inestabilidadpolítica y financiera que experimentó elpaís a partir de 1998.

67 El sistema tributario de Guatemala depende de cuatro tipos de impuestos: IVA, ISR (y otros gravámenes al capital), los derechosarancelarios y el impuesto sobre productos industriales (petróleo, cigarrillos y bebidas). En su conjunto representan casi el 93% delos ingresos tributarios.

192 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

En 1999, como en años anteriores, losingresos del gobierno67 no sólo no au-mentaron al ritmo que habría sido nece-sario para acortar la magnitud y el perío-do del ajuste fiscal, sino que tambiénaumentó la participación de los impues-tos indirectos, especialmente del IVA.

Se recaudó poco debido fundamental-mente a la debilidad de las medidasadoptadas por el gobierno para aumen-tar los ingresos, que según larecalendarización de los Acuerdos dePaz debían alcanzar una carga tributariadel 12% para el año 2002. Así, las prin-cipales medidas adoptadas en 1999 fue-ron: (i) el Acuerdo 39-99. Reforma la Leydel Impuesto al Valor Agregado (Decre-to 27-92) y la Ley del Impuesto sobreCirculación de Vehículos (Decreto 70-94), (ii) la rebaja del 10% a los arancelespara la importación de gasolinas y (iii)el incremento de aranceles para produc-tos lácteos de 15% a 39%.

La medida con mayor impacto fue ladel Acuerdo 39-99, que afectó principal-mente el IVA por concepto de venta devehículos usados y además estableciónuevos procedimientos para el trasladode los mismos. Esta modificación pre-

tende incentivar la documentación de laventa de automóviles usados, que ante-riormente era evadida para no cargar conel pago del IVA; ahora, la tarifa máximaa pagar es de Q.500. Por tanto, si bien seprevé una reducción en la recaudaciónindividual por la baja en las tarifas, porotro lado se espera un efecto positivo dela mayor cantidad de ventas documenta-das de vehículos usados.

Las otras medidas respondieron a ob-jetivos no tributarios: la rebaja de aran-celes a los derivados del petróleo preten-dió aliviar la carga sobre los consumido-res. El resultado fue poco perceptibleporque el alza en el tipo de cambio y enel precio del petróleo a nivel mundialdiluyeron su efecto. En el caso del alzade aranceles, se tuvo como objetivo pro-teger al sector lechero de la competen-cia de las importaciones. En síntesis,no se adoptaron medidas tributarias queaumentaran los recursos para enfrentarde manera decidida las exclusiones y dela pobreza.

Cuadro 6.8

Estructura de ingresos del Gobierno Central1996-1999

Porcentaje respecto a los ingresos tributarios

Concepto 1996 1997 1998 1999Impuestos directos 24.7 22.7 20.7 21.8 Sobre la renta 18.4 12.7 13.9 13.6 ISET 6.2 9.8 0.4 0.0 A empresas mercantiles 0.0 0.0 6.3 8.1Impuestos indirectos 75.3 77.3 79.3 78.2 Importaciones 17.9 15.2 14.7 13.6 IVA 42.7 45.4 46.1 46.8

Fuente: Cálculos propios con cifras del Ministerio de Finanzas Públicas.

193RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

2. El menor crecimiento de losingresos totales

De acuerdo con datos del Ministeriode Finanzas Públicas, el rubro de Ingre-sos y donaciones de la ejecución del pre-supuesto de 1999 indican que durante eseaño los ingresos totales del gobierno seincrementaron en 11.0% en términos rea-les68 , lo cual es levemente menor al cre-cimiento experimentado durante 1997 y1998 (11.6%). La menor dinámica seexplica por una caída de los ingresos decapital respecto al año anterior y del cre-cimiento más bajo de los ingresos no tri-butarios, que tuvieron una participaciónimportante en los ingresos totales durante1998 y 1999, al ser equivalentes en am-bos años en cerca de un 1% de la pro-ducción nacional (o Producto InternoBruto –PIB). El comportamiento de losingresos no tributarios del Gobierno Cen-tral se vio favorecido por los ingresos porla subasta de frecuencias del espectroradioeléctrico realizadas por laSuperintendencia de Telecomunicacio-nes (SIT), que durante 1999 seincrementaron en 202.8% en términos

reales. Por otro lado, los ingresos de ca-pital se redujeron ostensiblemente deQ.70.1 millones a Q.9.8 millones y lasdonaciones se incrementaron en 89.9%en términos reales.

3. Fortalezas y debilidades de laAdministración Tributaria

Durante la segunda mitad de la déca-da de 1990 se cobró conciencia de laimportancia de un ente como laSuperintendencia de AdministraciónTributaria (SAT), para lograr autonomíaen el manejo de los recursos humanos yfinancieros; depurar su cuadro de perso-nal, pagando salarios compatibles con losrequerimientos de los puestos de trabajodefinidos y desarrollar actividades paraestimular el cumplimiento voluntario delos contribuyentes.69 Sin embargo, en1999 incluía deficiencias que incidían enque la evasión estimada superaba al 40%de la recaudación potencial. Estas defi-ciencias incluían un énfasis excesivo enla acción preventiva, carencia de infor-mación oportuna (por ejemplo, un regis-tro actualizado de contribuyentes y un

68 Los datos nominales fueron transformados a términos reales utilizando el IPC promedio de cada año.69 Dos Santos (1999).

Cuadro 6.9Ingresos tributarios como proporción del PIB

1995-1999

Impuesto 1995 1996 1997 1998 1999IVA 2.86 3.75 4.19 4.27 4.62ISR 1.60 1.56 1.17 1.30 1.34Aranceles 1.88 1.55 1.40 1.36 1.34Petróleo 0.71 0.63 0.87 1.02 1.04Activos e ingresos 0.00 0.52 0.91 0.61 0.80Otros 0.86 0.78 0.81 0.76 0.71Total 7.96 8.82 9.37 9.33 9.85

Fuente: Ministerio de Finanzas Públicas.

194 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

sistema de cuenta corriente), y rezago enel desarrollo de sistemas informáticos.Además la Constitución Política y elCódigo Tributario disminuían la capaci-dad de accionar de la SAT. En el primercaso, se pueden identificar cuatro proble-mas: la no exigencia de garantías paraimpugnar los actos de la SAT, la posibi-lidad de plantear la inconstitucionalidadparcial o total de una ley, la prohibiciónde multas superiores al 100% del impues-to debido y la posibilidad que se otorgaal Presidente de la República de rebajarmultas e intereses. El Código Tributariode Guatemala vigente en 1999 adolecíade problemas técnicos, entre los cualesestaban la dificultad de la aplicación desanciones, los plazos otorgados en díashábiles y que el código establece proce-dimientos y reglamenta asuntos que po-drían ser reglamentados por el Organis-mo Ejecutivo.70

En 1999 se adoptaron decisiones im-portantes, tales como las siguientes: (i)La SAT asumió totalmente las funcionesde recaudación de impuestos así comode control y fiscalización de los contri-buyentes que antes tenía a su cargo laDirección General de Rentas Internas yla Dirección General de Aduanas, (ii) lacontratación de verificadoras preembar-que, (iii) la descentralización de la recau-dación tributaria (históricamente el 96%de la recaudación se realizaba en las ofi-cinas centrales de la Dirección Generalde Rentas Internas y en 1999, esto se re-dujo a 73.7%), (iv) amnistía en el pagode impuestos atrasados y (v) acciones demodernización (recuadro 6.7).

De acuerdo con la SAT (2000), a prin-cipio de 1999 se previó un efecto positi-vo de las mejoras en la administración

tributaria del orden del 0.4% del productointerno bruto. No obstante, las condi-ciones en las cuales se supuso que la eco-nomía se desenvolvería cambiaron y noentraron en operación las verificadoraspre-embarque, las cuales generarían ga-nancias significativas en la recaudación(Q.190 millones). Esto afectó negativa-mente la evolución del pago de impues-tos, aunque por otro lado los acuerdosgubernativos 214-99 y 680-99 rebajaronmultas, intereses y recargos a los contri-buyentes morosos, en el caso de presen-tarse voluntariamente a solventar susobligaciones. Como resultado de ambosdecretos se recaudó Q.292.5 millones.Esto contribuyó a que al final la SAT tu-viera efecto positivo estimado sobre larecaudación equivalente a 0.6% del PIB.

4. El aumento del gasto público

El gasto ejecutado durante 1999 no fuesolamente el más elevado de la historiadel país, al alcanzar casi 19 millardos dequetzales (equivalente al 13.8% del PIB),sino que representó uno de los porcenta-jes de ejecución más elevados de la his-toria reciente.71 Ello ocurrió a pesar deque el gobierno se retractó de ampliar elpresupuesto en Q.3,037 millones en sep-tiembre de ese año (Dto. 36-99), lo cualpuso fin a un clima de incertidumbre anteel anuncio de aumento del gasto públi-co. El alza en el gasto fue por tercer añoconsecutivo superior al 15% en términosreales, aunque representó una tasa infe-rior a la del año anterior (25.4%). Estecrecimiento estuvo influenciado por loscompromisos de gasto contraídos por losAcuerdos de Paz, que en 1999 tomó unimpulso adicional debido a que fue un

70 Dos Santos (1999).71 De acuerdo con el Ministerio de Finanzas Públicas (2000), la ejecución estuvo por encima del 90% del presupuesto vigente.

195RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

Recuadro 6.7

Acciones encaminadas hacia el fortalecimiento y modernización de la administración tributaria.

1. Técnicas de recaudación: Traslado total a los bancos del manejo de impuestos con un límite de cinco días paraacreditar los fondos. Esto redujo el costo de recaudación de Q.3.37 por cada mil recaudados a Q.0.85(*). Existeun régimen sancionatorio para evitar el incumplimiento de obligaciones por parte de los bancos.

2. Segmentación de contribuyentes: El Departamento de Contribuyentes Especiales (DCE) atiende a quienescorresponden a esta categoría en función de sus ingresos brutos anuales y el monto de sus activos. Inicialmentese conformó un directorio con contribuyentes cuyos ingresos anuales y activos superan los Q.5 millones en formasimultánea. En 1999 se contaba con 500 contribuyentes listados, mientras que se pretende 1,500 en el año 2000.Dentro de las funciones del DCE están: atención, gestión y orientación; envío permanente de información;seguimiento diario del cumplimiento de obligaciones y fiscalización dirigidas hacia los contribuyentes especia-les.

3. Simplificación tributaria: Simplificación de formularios, puesta a disposición de los contribuyentes de 7 formatosde declaración y recibo de pago en medio magnético, mejoras en los procesos de inscripción, actualización ymodificación del Registro Tributario Unificado (RTU)y la simplificación del Registro Fiscal de Vehículos.

4. Información de los derechos y obligaciones de los contribuyentes: atención de consultas planteadas vía tele-fónica a la unidad de atención al contribuyente, consultas por correo electrónico, uso de medios masivos parainformar a los contribuyentes, y complementariamente se publicó información en la página de Internet de la SAT.

5. Esquema de fiscalización: Realizado en dos etapas diferentes: (i)ayudar a los contribuyentes con auditoriasorientadas al cumplimiento de sus obligaciones y (ii)ejercer el poder sancionatorio que conceden las leyes tributarias.Estas auditorias reportaron en su conjunto multas y ajustes por Q.106.1 millones, de los cuales se cobraronQ.12.6 millones y se iniciaron trámites legales para el cobro del resto. Además se detectaron 367 establecimien-tos, que incurrieron en faltas que ameritan el cierre de negocios; de estos, después de cubrir el proceso judicialfueron cerrados 9 de ellos.

6. Mejoras tecnológicas del servicio: mediante la simplificación de la presentación de declaraciones (formularioselectrónicos, aplicaciones para planilla del IVA y llenado de formularios), mejora en la infraestructura (moderni-zación del equipo, sitio de Internet y plan para prevenir el efecto Y2K), y avances en los procesos de gestión(mejoras en el tiempo de inscripción en el RTU y de autorización de documentos, entre otros).

7. Modernización del sistema aduanero: basada en el fortalecimiento de las aduanas en el área administrativa,normativa y de informática; y profesionalización de los colaboradores de aduanas mediante cursos de capacita-ción. Esto ocasionó incremento en las declaraciones procesadas, baja en el costo del servicio, incremento en larecaudación por funcionario. Como resultado el arancel promedio efectivo subió, pese a que durante 1999 conti-nuó el programa de reducción arancelaria(**).

Notas: (*) No obstante este costo no incluye los intereses que se dejan de percibir por los cinco días que los bancos tienen en su poder el dinero. Dos

Santos (1999) sugiere incrementar el pago a los bancos por formulario procesado y aflorar los costos ímplicitos como los mencionados

anteriormente. (**) El arancel promedio efectivo es igual a la recaudación de impuestos a las importaciones dividido entre el valor total las

importaciones ingresadas al país.

Fuente: SAT (2000).

196 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

año electoral. Para el período 1996-99se gastó Q62,216 millones distribuidosasí: 57% en Administración y personal,72

33% en Inversión pública, y 10% pa-gos de servicio de la deuda pública.73

En conjunto, los gastos de personal,administración y deuda pública absor-bían un 71.3% del gasto público en 1995y del 61.0% en 1999, reflejando un ses-go positivo a favor de los gastos de in-versión, pero en el marco de una pérdi-da gradual de la solidez fiscal del país.74

Entre 1990 y 1998 el gasto social re-presentó, en promedio, un 36.0% delgasto público y un 4.1% del PIB. En1999, el gasto social ya equivalía al 5.1%del PIB. En la década pasada el gastosocial por habitante prácticamente seduplicó, influido por el repunte en la se-gunda mitad de los años noventa. En1990, un 81% de la asignación a gastosocial lo constituían los gastos de fun-

cionamiento; en 1999 se había reducidoal 63%.

El 59.8% del gasto social ejecutadoentre 1995 y 1999 fue asignado a educa-ción; el 33,2% a salud, el 6,4% a vivien-da y el 0,6% a trabajo. No obstante laprioridad asignada a la educación y lasalud, el impacto en los principalesindicadores ha sido más bien moderado.Esos cambios de composición tambiénhan sido relevantes a escala institucionaly territorial. Por un lado, la ley estipulaque un 21% de los ingresos corrientesdel gobierno deben transferirse a las mu-nicipalidades y a otras entidades autóno-mas. Por otro, destaca la creciente parti-cipación de los fondos sociales en la in-versión pública. Esa desconcentración(fondos sociales) y descentralización(municipalidades) de la ejecución de lainversión pública representaba un 31%en 1995 y llegó al 56% en 1999.

72 En respuesta, según los informes oficiales, al alza de los salarios de los empleados públicos y del número de maestros, médicos ypolicías.

73 En el gobierno anterior, la deuda interna aumentó 1.6 veces (pasó de Q4,486 millones en 1995 a Q7,807 millones en 1999) y la deudaexterna se incrementó en una cuarta parte (pasando de US$2,107 millones en 1995 a US$2,631 millones en 1999). No obstante, elpeso de la deuda pública en relación al PIB sigue siendo moderado. Incluso, el servicio total de la deuda (pago de capital másintereses) se redujo de 3.6% del PIB en 1995 a 2.2% del PIB en 1999. Esto, sin embargo, es consecuencia de los períodos de gracia yplazo de pago diferido de los nuevos compromisos, que repercutirán en la disponibilidad de recursos de los gobiernos próximos.

74 Esto se refleja no sólo en el aumento del déficit fiscal, sino también en la existencia de “pasivos escondidos”: pérdidas acumuladas delBanco de Guatemala del 6% del PIB, costo eventual de una crisis del sistema financiero, garantías a gobiernos municipales yempresas públicas, saneamiento en marcha de empresas privatizadas, obligaciones pensionales.

Cuadro 6.10Gasto ejecutado del gobierno central

1995-1999En Millones de Quetzales y Porcentajes

Año Gasto Total Recursos Administración Inversión Intereseshumanos Deuda pública

Q. % Q. % Q. % Q. %1995 7,827.1 2,266.6 29.0 2,361 31.3 2,308 28.7 864 11.01996 8,733.8 2,524.2 28.9 2,954 30.5 2,591 28.4 1,066 12.21997 11,540.1 2,878.1 24.9 3,319 30.9 4,256 36.9 812 7.21998 15,430.3 3,562.6 23.1 4,266 32.0 5,684 36.1 1,361 8.81999 18,685.1 4,249.5 22.7 4,781 30.7 6,687 37.0 1,749 9.6

Fuente: Ministerio de Finanzas Públicas y Banco de Guatemala.

197RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

Los fondos sociales tienen una agili-dad operacional de contratación que con-trasta con la falta de control sobre sus

acciones por parte de las autoridades fis-cales75 . Hasta 1999 no era posible co-nocer con detalle el destino de estos re-

Cuadro 6.11

Cumplimiento de metas fiscales de los Acuerdos de Paz1995-1999

En Porcentajes y Millones de Quetzales

Concepto 1995 1996 1997 1998 1999Ejecutado Ejecutado Meta Ejecutado Meta Ejecutado Meta Ejecutado

Salud y asistencia social 750.4 821.1 1,089.5 1,132.9 1,366.1 1,351.5 1,608.5 1,899.7Educación, Ciencia y Cultura 1,411.9 1,508.7 2,059.3 1,908.7 2,678.9 2,617.2 3,138.6 3,285.3Vivienda 14.2 1.7 151.5 68.0 173.6 667.7 200.4 393.9Seguridad interna 289.2 351.3 421.8 571.6 548.2 683.9 643.6 982.6Organismo judicial 150.8 273.2 217.5 289.9 290.2 364.3 340.7 399.4Totales 2,616.5 2,956.0 3,939.6 3,971.1 5,057.0 5,684.6 5,931.8 6,960.9Carga tributaria (%) 8.0 8.8 9.4 9.4 9.8 9.6 10.3 9.9

Fuente: Ministerio de Finanzas Públicas y MINUGUA.

Cuadro 6.12Evolución del gasto social

1995-1999En Quetzales

Concepto 1995 1996 1997 1998 1999Millones de quetzalesSalud y asistencia social 750 821 1,133 1,352 1,900Educación, ciencia y cultura 1,412 1,509 1,909 2,617 3,285Vivienda 14 2 68 668 394Trabajo 16 18 17 27 34Gasto Social 2192 2,349 3,126 4,663 5,613Gasto Total 7,827 8,734 11,540 15,430 18,685Gasto social/Gasto total (%) 28 27 27 30 30Quetzales de 1996 por habitanteSalud y asistencia social 83 80 100 108 119Educación, ciencia y cultura 157 146 169 210 233Vivienda 2 2 6 54 241Trabajo 2 0 2 2 7Gasto Social 243 229 277 374 437Gasto Total 869 850 1,022 1,237 1,398

Fuente: Cálculos propios con datos del Ministerio de Finanzas Públicas.

75 Ohana(1999).

198 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

cursos. Adquiere vital importancia laevaluación del gasto de los fondos so-ciales pues de acuerdo con datos delMinisterio de Finanzas Públicas, su par-ticipación en el gasto total se elevó al12% del total del gasto público en 1999,comparado con el 4% de 1995.76

Por otra parte, si bien la política de“ruralización” de la inversión públicalogró modificar en forma positiva lospatrones de gasto social, en 1999 persis-tían dos discrepancias importantes: labaja asignación al norte del país (inclu-yendo Petén) y un aumento moderado dela región Central.

El cambio más relevante es que la re-gión metropolitana redujo en forma con-siderable su participación en el gasto so-cial en favor de las regiones con índicesde desarrollo humano bajo, como puedeobservarse en el cuadro 6.14 y 6.15.

No obstante el aumento significativodel gasto social y de la “ruralización” dela inversión pública, el avance todavíaes limitado. Una comparación de lasNecesidades Básicas Insatisfechas (NBI)

Cuadro 6.13

Inversión ejecutada por los fondos sociales y transferencias municipales1995-1999

En Millones de Quetzales

Año Inversión Aportes a InversiónFondos Sociales Municipalidades Pública total

1995 243.5 464.5 2,308.41996 475.9 631.2 2,591.11997 1,001.8 868.6 4,256.21998 1,734.1 1,055.2 5,684.21999 2,428.0 1,313.2 6,687.3

Fuente: Gabinete Social (1999).

Gráfica 6.2Evolución de la asignación a los fondos sociales

Fuente: Ministerio de Finanzas Públicas. 76 Ministerio de Finanzas Públicas (2000).

199RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

en 1994 y en 1998 muestra un balancemixto. Según ese indicador, se habríanlogrado avances moderados en la satis-

facción de tres NBI (calidad de vivien-da, servicio sanitario e ingreso), pero enlas otras tres (hacinamiento, servicio de

Cuadro 6.14

Distribución geográfica del gasto social ejecutado1995-1998

En Porcentajes Sobre el Gasto Social Total

IDH** Densidad de % de laREGION 1995 1996 1997 1998 1999 1998 Población población*Metropolitana 55.6 43.3 30.3 39.1 43.6 0.65 1,177 22.6Norte 3.6 4.9 6.2 5.9 5.6 0.49 83 8.8Nororiente 6.0 7.9 9.8 8.1 7.5 0.52 61 8.8Suroriente 5.3 7.0 8.1 6.6 6.4 0.52 116 8.6Central 6.6 7.7 9.7 8.6 7.9 0.53 168 10.3Suroccidente 14.0 18.3 22.3 15.7 17.9 0.49 227 25.1Noroccidente 6.9 8.4 10.3 5.2 8.2 0.46 91 12.9Petén 1.9 2.5 3.2 2.8 2.9 0.51 9 2.7

Nota: * Porcentaje de la población total según Censo de 1994

** Se refiere al Indice de Desarrollo Humano.

Fuente: Elaboración propia con cifras del Ministerio de Finanzas Públicas e INE.

Cuadro 6.15Gasto social ejecutado y desarrollo humano

participación por bloque de regiones1995 y 1999

En Porcentajes Sobre el Gasto Social Total

VariaciónBloque de Regiones 1995 1999 (puntos porcentuales)IDH alto 55.6 43.6 - 12.0 MetropolitanaIDH medio 19.9 24.7 4.8 Nororiente Suroriente Central PeténIDH bajo 24.5 31.7 7.2 Norte Suroccidente Noroccidente

Fuente: Elaboración propia con cifras del ONU (1999).

200 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

agua y asistencia escolar) el país enfren-ta ahora mayores índices de insatisfac-ción.

A escala sectorial, los resultados su-gieren que la política social tuvo éxitoen reducir la insuficiencia de ingreso ymejorar la calidad de la vivienda, peroesto último a costa de un aumento delhacinamiento en todas las regiones, locual sugiere viviendas con mejores ma-teriales pero más pequeñas y/o insufi-cientes para cubrir el incrementopoblacional y los flujos migratorios. Esasituación es similar a la política de am-pliación de cobertura de agua y sanea-miento. A pesar del énfasis propuesto enlos documentos de la política social y enlos Acuerdos de Paz, el índice de insatis-facción del servicio de agua potable au-mentó en siete de las ocho regiones (ex-cepto la Nororiente) y el servicio sanita-rio logró mejorarse sólo en tres regiones

(Metropolitana, Norte y Suroccidente,véase anexos).

5. El aumento del endeudamien-to público

a. Deuda interna

El crecimiento del déficit fiscal pro-vocó que la deuda interna del gobiernocentral tuviera un crecimiento de 18.5%en términos reales, el cual fue un eventosin precedentes en los años noventa. Enel futuro el pago por servicios de la deu-da -que había venido reduciéndose- seincrementará de nuevo por el crecimien-to de la deuda durante 1999. La deudacreció principalmente durante el segun-do semestre, con mayores tasas de inte-rés con respecto al primer semestre. Loanterior confirma un futuro incrementodel servicio de la deuda.

Gráfica 6.3Comportamiento de la deuda interna mensual (1996-99)

En Millones de Quetzales de cada año

Fuente: Banguat (2000).

201RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

Como se observa en la gráfica 6.3, elcrecimiento de la deuda pública internapasó de casi Q.6 mil millones (abril1999) hasta casi Q.8 mil millones a fi-nales de año. Este aumento estimuló elincremento en las tasas de interés: en elprimer trimestre las tasas activas estabanen 18.8% y en el último trimestre subie-ron a 20.6%.

b. Deuda externa

La gráfica 6.4 muestra que la tenden-cia hacia la baja que había mostrado elendeudamiento del sector público se re-virtió a partir de 1997, aunque el total dela deuda del gobierno central y del restodel sector público en 1999 aún era infe-rior a la deuda del gobierno central en1990. Pese a sus desventajas el endeu-damiento externo puede contratarse encondiciones más favorables (tasas de in-terés más bajas, plazos más largos) por

lo que las tasas de interés domésticas ele-vadas pueden ser un instrumento atracti-vo para financiar el gasto público. Sinembargo, también plantea riesgos, espe-cialmente frente a déficits comercialeselevados y déficits públicos crecientes,que pueden traducirse en expectativas dedepreciación e influir en el comporta-miento del tipo de cambio. Con ello seeleva el costo (en moneda nacional) depagar la deuda externa. En 1999 el cos-to adicional de la depreciación fue supe-rior a dos mil millones de quetzales.77

6. La modernización de laadministración pública.

Los esfuerzos78 para modernizar elmanejo de los recursos públicos mediantemecanismos de evaluación y control hantenido un ritmo de ejecución gradual,sin abarcar la totalidad de las entidadespúblicas y su velocidad ha estado acor-

Gráfica 6.4Evolución de la deuda externa del sector público (1990-99)

Como porcentaje del Producto Interno Bruto

Fuente: Banco de Guatemala (2000).

77 El cálculo realizado fue el siguiente: Costo adicional es igual a la deuda en 1998 multiplicada por la variación absoluta en el tipode cambio promedio.

78 Mostajo (2000).

202 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

de con la capacidad de cada institución.Con excepción del SIAF, para 1999 nose había ejecutado transversalmente unproceso de modernización entre las ins-tituciones del sector público. Se esta-ban desarrollando aisladamente algunosprogramas de este tipo, en sus primerasfases, como por ejemplo en el Ministe-rio de Salud Pública (Plan piloto de con-tratos de desempeño), Dirección Técni-ca de Presupuesto del Ministerio de Fi-nanzas Públicas (Proyecto en fases ini-ciales de medición del desempeño),Contraloría General de Cuentas de laNación (Auditoría del desempeño en es-pera de aprobación parlamentaria), ySecretaría de Planificación (Proyecto enelaboración de evaluación de progra-mas). Existen otras iniciativas como re-forma de la Ley de la Contraloría deCuentas de la Nación79 , que data de hace40 años, y la reforma del Organismo Ju-dicial promovida por el Banco Mun-dial.80

7. La corrupción

El índice de percepciones sobre lacorrupción de 1999, elaborado por Trans-parencia Internacional81 , ubica a Guate-mala en el puesto 68 de una muestra de99 países. De acuerdo con lo anterior,Guatemala es el tercer país de CentroAmérica con un menor grado de corrup-ción y el octavo en América Latina82 . Apesar de que en el contexto latinoameri-cano estos resultados no indican queGuatemala esté entre los países máscorruptos, la calificación es bastante baja

(3.2 sobre 1083 ), lo cual indica que elpaís, al igual que la región, deben avan-zar mucho para combatir este problema.

La falta de prioridades claras del gas-to público, la incapacidad para evaluarlas acciones gubernamentales tanto en loque respecta a sus efectos así como eldesempeño de los funcionarios públicos,la ausencia de control institucional y ciu-dadano, facilitan los actos de corrupción.Durante 1999 en artículos de prensa fuemuy común ver señalamientos de corrup-ción para funcionarios públicos sin queexistiera la posibilidad de aclarar la ve-racidad de dichas acusaciones, ya que noexistían mecanismos adecuados para larendición de cuentas. Por lo demás, nun-ca se habla de los corruptores, los quecompran voluntades y utilizan el tráficode influencias. Por otra parte, los casosde TELGUA y FONAPAZ, denunciadoscomo casos de corrupción, tienen carac-terísticas en común84 : “un alto grado dediscrecionalidad en la toma de decisio-nes y en el manejo de recursos públicos,irrespeto de la legalidad y existencia denormas legales ambiguas y permisivas,carencia de control y posible conflictode intereses, y carencia del escrutiniociudadano”.85

8. La descentralización fiscal

Aunque durante la segunda mitad dela década de 1990 no se contó con unaestrategia de largo plazo coherente ycomprehensiva para descentralizar, losesfuerzos se enfocaron en descentralizarciertas funciones del sector público y en

79 Acción Ciudadana (2000).80 Los objetivos de esta reforma son: fortalecimiento de la capacidad institucional del Organismo Judicial, proveer soporte

anticorrupción, fortalecer el acceso a la justicia y mejorar la comunicación social (Banco Mundial).81 http://www.transparency.de/documents/cpi/1999/index.es.html82 Sin embargo, el Indicador de Corrupción sobre Guatemala tiene el defecto de basarse en un número muy reducido de encuestas.83 El puntaje se refiere a la percepción del nivel de corrupción según empresarios, analistas de riesgo, y el público general, en una

escala de 10 (altamente limpio) a 0 (altamente corrupto).84 Ver con más detalle en Acción Ciudadana (2000).85 Acción Ciudadana (2000).86 Banco Mundial (1999).

203RESPUESTAS SOCIALES ANTE LA EXCLUSIÓN

fortalecer la autonomía municipal86 . Losesfuerzos de descentralización incluye-ron: (i) la creación de unidades de ad-ministración financiera descentralizadasen las instituciones del Estado: (ii) ladesconcentración parcial de los Minis-terios de Educación, Salud y Agricultu-ra; (iii) programas formales de descen-tralización como PRONADE y SIAS;(iv) transferencia formal de programasde inversión pública a través de los fon-dos sociales; (v) la descentralización dela administración de impuestos (mayoractividad de las oficinas locales de laSAT); y (vi) la rehabilitación de cami-nos por parte de municipalidades selec-cionadas como parte de un programa pi-loto del Banco Mundial87 .

Durante 1999 la Dirección General delCatastro del Ministerio de Finanzas Pú-blicas continuó con el programa de des-centralización del IUSI en 13 municipios,con lo cual llegó a 65 el número de mu-nicipios que administran este impuesto.La recaudación tributaria realizada porlas municipalidades ascendió a solo

25.2% del total de ingresos en 199888 ,incluyendo la recaudación por conceptode IUSI, que fue del 10.6%. Los impues-tos transferidos han sido muy importan-tes, ya que en 1998 equivalían al 74.8%de los ingresos tributarios de las munici-palidades, incluyendo la transferenciadel IVA-PAZ, que representaba el 57.8%del total. Esto refleja la poca autonomíafinanciera que todavía poseen las muni-cipalidades.

Esta autonomía podría verse deterio-rada por el incremento en el endeuda-miento de los gobiernos municipales. En1999 se conoció que el endeudamientode algunas municipalidades alcanzó ni-veles preocupantes, hasta el punto decomprometer seriamente los ingresos delos siguientes períodos electorales. Deno corregirse esto, harán difícil la labormunicipal y obligarán al Gobierno Cen-tral a tomar cartas en el asunto. En 1998los préstamos que el INFOM89 había rea-lizado y que tenían probabilidad de serrescatados por el gobierno equivaldríanal 0.08% del PIB.90

87 Banco Mundial (2000).88 ANAM y AGAAI (2000).89 El Instituto de Fomento Municipal es una institución financiera que concede crédito a las municipalidades con el objetivo de

fortalecer la inversión municipal y cubrir gastos de emergencia.90 Ohana (2000).

UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA

SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

207UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA

SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

CAPÍTULO VII

A. EL DERECHO A SOÑAR... CON LOS

PIES EN LA TIERRA

Toda sociedad tiene derecho a imagi-nar mundos mejores y a expresar su des-acuerdo con la realidad existente. Lasociedad guatemalteca termina el sigloy comienza el milenio con muchas ex-clusiones, con bajos índices de desarro-llo humano. Como puede deducirse dela información contenida en este infor-me, muchas de tales exclusiones se ori-ginan en la manera cómo se ha llevado acabo el desarrollo desde hace más de unsiglo. Otras tienen su origen en modali-dades de la vida política y cultural másreciente. Por lo tanto, es posible pensarque se pueden alterar los resultados ac-tuales de cómo se ha organizado la so-ciedad en distintos momentos de su his-toria. Pensar en una Guatemala conmenos exclusiones es por ello un ejerci-cio de realismo de la voluntad, no de lafantasía.

Construir una sociedad con menosexclusiones es un desafío que esta ge-neración puede enfrentar, para que lapróxima, la de los hijos, la de los quevienen después, pueda vivir en una Gua-temala más justa, participativa, integra-da. La complejidad de ese reto se en-cuentra en la necesidad de enfrentar cin-co brechas: entre los que obtienen ma-

yores y menores ingresos, entre el áreaurbana y rural, entre hombres y mujeres,entre indígenas y no indígenas y entreciudadanos que en la práctica tienen dis-tintos derechos. Una vez más, debe de-cirse que son dimensiones reales, mar-cadas por la pobreza y la exclusión, cuyamodificación depende de la voluntad detodos los guatemaltecos. No constituyenuna fatalidad impresa en un destino es-crito para siempre.

El propósito fundamental del creci-miento económico es proporcionar a laspersonas la dignidad de verse libres dela indigencia, aspecto destacado por laperspectiva del desarrollo humano. Dosson los resultados visibles del cambioque debe ocurrir: eliminar las exclusio-nes y reducir los niveles de pobreza ac-tualmente existentes. En relación conesto, lo más importante es que losguatemaltecos tengan capacidades y quedesarrollen formas de conciencia de queel cambio es posible, de que es factibleenfrentar con éxito esos desafíos. Debenestar animados por una confianza com-partida en la posibilidad de construir undestino mejor para el país, sabiendo quenadie los ayudará si no son capaces deayudarse a sí mismos.

208 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Recuadro 7.1

El vuelo de la luciérnaga

“La luciérnaga emerge de las tinieblas con luz propia. Brilla en medio del caos y de la ausencia de luz. Esdecir, en un país de luciérnagas, nada es casualidad, es responsabilidad de todos y, en esa medida, nuestradiversidad se sustenta en nuestra identidad nacional. Así, dentro de esa visión de largo plazo, la nación seconvierte en un lugar imaginario incluyente.”

A partir de la firma de la paz, en este escenario definido como la Visión, se dan las condiciones, en el primerperíodo (1991-2000) para fortalecer el poder local y el reconocimiento de la diversidad que permite que la cosmovisiónmaya sea ampliamente conocida. En el escenario se presenta también una mayor toma de conciencia -en particular,a partir del Serranazo – sobre la necesidad de mejorar la participación, aspecto que se apuntala con el surgimientode comités cívicos y el dinamismo que muestra el poder local. Por otra parte, la mayor libertad de expresióncontrasta con la poca democracia dentro de los partidos políticos. En otra dirección del escenario, la valentía paraenfrentar la historia se ve compensada con los avances en la lucha contra la impunidad. Mientras prosigue el avancede la reconciliación, se empieza a abatir la brecha de los privilegios, sobre todo a partir del reconocimiento de lasdesigualdades. Hay síntomas de fortalecimiento económico y estrategias de competitividad; además, crece la in-versión en infraestructura. En materia educativa, la educación se establece como objetivo nacional, permitiendo lamultiplicación de esfuerzos por erradicar el analfabetismo. La incipiente conciencia de los cambios ambientales noimpacta lo suficiente para incrementar el financiamiento público dirigido al rubro del medio ambiente. Para elsegundo y tercer período (2001-2012/2013-2020) del escenario, son evidentes los logros en el fortalecimiento demedios de comunicación multilingües e interculturales, lo que consolida la identidad nacional, aspecto que esfactible en la medida que las condiciones sociales permiten ejercer los derechos culturales. Este conjunto de líneasde comportamiento favorece el sentimiento de orgullo y pertenencia. El hecho de revertir la apatía electoral seexplica en la democratización de los partidos políticos y una cultura cívica que da sustento a un Estado multiétnicocon equidad e igualdad en un marco de corresponsabilidad. La reconciliación fortalece la cultura de la diferencia.Las nuevas actividades, intensivas en generación de empleos y crecientes niveles de productividad, así como elrediseño del régimen previsional y seguro social, permite visualizar con seguridad un ambiente económico estable.El significativo aumento del ahorro interno y el fortalecimiento del Estado, en torno a la inversión social consolidaun programa de competitividad. La estrategia económica está estructurada alrededor de una buena gestión de losrecursos naturales y una adecuada integración a los mercados internacionales. En el rubro educativo, se produceuna revolución educacional, que incluye la interculturalidad como método, el mejoramiento del nivel académico yla introducción de la informática. El medio ambiente y la historia se convierten en ejes centrales de la educación.Al sentarse las bases para una adecuada resolución de los conflictos de tierra y agua, las instituciones ambientalesse ven fortalecidas, lo que a su vez abona en beneficio del establecimiento de una agenda ambiental nacional. Así,dentro de ese contexto, se da un marco de políticas que compatibiliza el crecimiento económico con la reducción debrechas sociales y con los límites impuestos por el sistema natural. Finalmente, el escenario permite visualizar unEstado moderno, eficiente y subsidiario, con un sistema autónomo de justicia, donde se acaban los privilegios y laimpunidad. La reconciliación es profunda, lo que posibilita que la página de la historia, al haberla conocido, seavolteada.

Fuente: Visión Guatemala (1999).

209UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

B. LOS PUNTOS DE PARTIDA

Los escenarios del futuro no puedenser resultado de un desbordamiento des-enfrenado de la imaginación. Lasbuenas intenciones sirven para muchascosas en la vida, pero no para trazarmetas objetivas que sean susceptibles dealcanzarse en esta transición. Construirun escenario es proponerse una hipóte-sis de trabajo sobre la base de lo sucedi-do y de lo que podría suceder. El Re-cuadro 7.1 es un ejemplo de un escena-rio deseable.

Existen varios puntos de partida fa-vorables. Se vive hoy día en Guatemalaun ambiente democrático, pese a las li-mitaciones que aún persisten. El fin delconflicto armado ha dado la oportuni-dad de construir en un ambiente de paznuevas formas de convivencia y recon-ciliación. Los Acuerdos de Paz trazanperspectivas para alcanzar una sociedadmás respetuosa de la pluralidad étnica ymulticultural, con un Estado de derechoplenamente consolidado, un poder civilfirme, la vigencia total de los derechoshumanos y el fin de la impunidad.

El punto de partida debe ser un esta-do de conciencia general de que la reali-dad actual debe cambiar y que ello pue-de alcanzarse en el lapso de una genera-

ción. Son varias las dimensiones de lavida social en que es posible lograrlo.Así lo demuestra el éxito inicial delProyecto Visión Guatemala, que reunióa destacados representantes de diversossectores y, en un ejercicio de diálogoabierto y plural, logró edificar, utilizan-do una metodología de aproximacionesrealistas, viables y animadas por unaconfianza en lo que puede hacerse co-lectivamente, varios escenarios proba-bles para el futuro. La base de este Pro-yecto es la confianza que se desarrollacuando se enfrenta unitariamente el fu-turo. También se plantean visiones delo que puede ser el siglo XXI para todala humanidad, lo cual debe tomarse encuenta en un contexto de crecienteglobalización (Recuadro 7.2).

C. LAS EXCLUSIONES QUE DUELEN

El desarrollo es un proceso de crea-ción de riqueza y de oportunidades cul-turales y políticas para quienes partici-pan en él. La noción de desarrollo hu-mano es más amplia, pues postula quelas oportunidades de participación debenser iguales para todos, a fin de que susnecesidades, sus aspiraciones y sus de-rechos puedan ser satisfechos. Sin em-

Recuadro 7.2

Una visión para el siglo XXI

El siglo XXI debería ser el siglo de la difusión de las libertades en todo el mundo. Todas laspersonas tienen derecho a gozar de siete libertades, a saber, a no ser discriminadas, a no vivir en laindigencia, al desarrollo personal, a estar libres de amenazas a su seguridad personal, a la participa-ción, a no ser objeto de injusticias y a tener un trabajo productivo. Cada una de esas libertadesrequiere una visión digna del esfuerzo colectivo de todas las naciones del mundo. Y la universali-dad de los derechos humanos proporciona los fundamentos de esta visión mundial.

Fuente: PNUD (2000)

210 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

bargo, en Guatemala no ha ocurrido así.La lógica ha sido más bien lo contrario:no todas las personas han contado concondiciones para lograr una participa-ción igual en el desarrollo, muchas másbien se han quedado al margen de este,mientras otras han concentrado de unamanera excesiva los beneficios, lo cualha provocado mayor desigualdad y ex-clusión.

Son cinco los aspectos actuales en quelas diferencias son notorias y las exclu-siones múltiples y evidentes. Muchas deellas vienen del siglo XIX, se han pro-longado durante el siglo anterior y debe-rán atenuarse notablemente en este siglopara que esta sociedad se convierta enincluyente:• La división rural y urbana: La hen-

didura más importante, según el aná-lisis de este Informe, ocurre entre losguatemaltecos que viven en la ciudadcapital y algunos pocos centros urba-nos y los que habitan en el resto delpaís. Se trata de una separación per-sistente entre lo rural y lo urbano queno sólo condiciona sino que agrava lasexclusiones que aquí se señalan. Dehecho existen dos sociedades, la ciu-dad capital, el área metropolitana, unoscuantos centros urbanos y el resto delpaís.

• La diferencia en los ingresos: Exis-te la ya tradicional diferencia en losingresos personales y familiares de losque más tienen y los de aquellos quese hallan por debajo de la línea de lapobreza. Depende de la calidad del em-pleo, de si se tiene tierra y agua, o unnegocio más o menos grande y renta-ble. Esta diferencia es importante puesmuchas de las satisfacciones de lasnecesidades materiales y culturales seresuelven con un ingreso razonable.

• La brecha entre indígenas y no in-dígenas: Con excepciones que no ha-cen sino confirmar la regla, la posiciónque ocupan los indígenas en la actualestructura social no les permite dis-frutar de las ventajas materiales y cul-turales que ofrecen muchos de losavances económicos, sociales y tecno-lógicos de nuestra época. Los indíge-nas ocupan el lugar más bajo en la es-tratificación social y muestran losindicadores más desfavorables deldesarrollo social.

• Las desigualdades de género: Nosolo las mujeres sufren una serie dedesventajas y discriminaciones, en to-dos los campos de la vida social, conrespecto a los hombres, es decir su pro-pia exclusión, sino que las experimen-tan de manera diferente. La discrimi-nación y el desigual acceso a las opor-tunidades se originan en patrones cul-turales que subordinan a las mujeresfrente a los hombres y que limitan supapel al ámbito doméstico y las exclu-yen de la toma de decisiones y la par-ticipación ciudadana.

• Distintos grados de participaciónpolítica: Pese a la igualdad que ga-rantiza la ley y a que la firma de losAcuerdos de Paz ha abierto espaciospara reducirlas, en la realidad todavíaexisten diferencias en la participaciónpolítica de los ciudadanos, las cualesrefuerzan las ya señaladas.Las cinco disparidades anteriores, jun-

to con otras exclusiones de grupos mi-noritarios, como las de edad (jóvenes yancianos) y de otros tipos (discapaci-tados, homosexuales, enfermos conSIDA, etc.) producen efectos importan-tes en el uso de los derechos relaciona-dos con la participación en el mercado yla sociedad política, con la posibilidad

211UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

de obtener información y cultura y dis-poner de buenos servicios públicos, pro-tección jurídica y justicia pronta y gra-tuita, con las condiciones para un usoprovechoso del tiempo libre y el disfrutede una vida con seguridad, dignidad yrespeto.

D. HACIA UNA SOCIEDAD INCLUYENTE

Entre las exclusiones que caracteri-zaron el siglo XX en Guatemala, las delas extremas desigualdades, de la pobre-za, de la abismal distancia que separa alos ricos de los pobres y a los mundosde lo rural y urbano, fueron las másapremiantes, agudas y profundas y lasque sirvieron de base a otros tipos deexclusión. En el año 2020, el tiempoen que se forma una nueva generación,esa situación ya es distinta en el sentidoque las desigualdades son menores y entodo caso, menos flagrantes. Los Acuer-dos de Paz contienen numerosas previ-siones para superar esas diferencias.Ellos deben formar parte de la lucha poruna sociedad incluyente.

Es necesario para alcanzar esa clasede sociedad aplicar una estrategia paratratar de reducir la brecha entre la ciu-dad y el campo, el mundo urbano y elrural, otra para disminuir la de los ingre-sos y erradicar la pobreza extrema y otrapara elevar el nivel educativo y culturalde la población y combatir la discrimi-nación, el racismo, el machismo y la in-tolerancia. En síntesis, se requieren tresestrategias: una para reducir la pobreza,otra para impulsar el desarrollo rural, yotra para reformar y fortalecer la educa-ción y la cultura.

1. La revolución de la educacióny la cultura

a. Las inclusiones a través de laeducación

Una experiencia milenaria y una mul-titud de estudios han llevado a compro-bar lo que ya se ha convertido en unaverdad elemental: la importancia de laeducación y de la información para po-der aprovechar las oportunidades de lavida moderna y superar las barreras dela exclusión. Se sabe que una personacon educación puede ejercitar y defen-der mejor sus derechos, aumentar susingresos, mejorar su calificación profe-sional, contribuir mejor al desarrollo desu país. La falta de educación ha permi-tido situaciones tan dolorosas como es-tas: en Guatemala los niños que no asis-ten a la escuela son los más fácilmentereclutados para el trabajo infantil y losanalfabetos, más las mujeres que loshombres, realizan los trabajos peor re-munerados. La falta de protección legaly la abstención política han estado aso-ciadas a los más bajos niveles de educa-ción.

b. En el 2020 Guatemala no ten-drá ciudadanos analfabetos

Las dimensiones de la exclusión es-tán todas ellas interconectadas y se in-fluyen mutuamente. Por ejemplo, la po-breza impide obtener un mejor nivel edu-cativo y, al mismo tiempo, la falta deeducación acentúa la pobreza. En efec-to, no hubiese habido movilidad socialascendente, ni reclasificación social endirección de fortalecer los estratos me-dios de la sociedad si no se hubiesenmejorado las oportunidades de educaciónpara todos, pero de manera muy espe-

212 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

cial para los jóvenes indígenas de ambossexos. Pero el primer paso de las estra-tegias de cambio, alcanzado a la alturadel 2005, fue terminar de una vez portodas con la herencia del analfabetismo,habiendo sido decisivo liquidarlo ahídonde era masivo, es decir, en el árearural y entre indígenas y especialmentelas mujeres.

c. Y educación primaria para to-dos

Pero tener ciudadanos que sepan leery escribir sólo fue el primer paso. El se-gundo fue asegurar la educación prima-ria para todos hacia el 2010. El esfuerzofue nacional, pero se dirigió de maneraespecial hacia el área rural, donde losniveles de escolaridad eran secularmentebajos y, en particular, a los indígenas.

El énfasis puesto en la educación pri-maria se hizo pensando en las nuevasgeneraciones, pues hoy el alto grado deinformación, conocimientos, entrena-miento laboral, calificación del empleo,

disfrute espiritual, logros artísticos, sólose han podido alcanzar, porque, almodificarse los antiguos patrones de laeducación, se está en capacidad de ele-var la productividad y contar con ciuda-danos más activos.

En materia de educación, enfrentar losdesafíos de la alfabetización y de la edu-cación primaria universal ha resultadouna experiencia extraordinaria porque losbajísimos niveles que se tenían en el año2000 se apoyaban en las profundas di-ferencias de ingreso y, sobre todo, en ladistancia que separaba la gente del me-dio rural del urbano. En una sociedaddefinida como multiétnica se atendierontambién otras dimensiones. Una de ellasfue la educación bilingüe generalizada,con maestros y textos ajustados a las ne-cesidades de la población. Los conteni-dos de los textos debieron atender a lahistoria, las tradiciones y la cosmovisiónde los diversos grupos étnicos y, al mis-mo tiempo, dar una visión general quepermitiera alcanzar también una identi-dad dentro del Estado nacional.

Recuadro 7.3

El aislamiento rural termina con la educación

El aislamiento personal, familiar, comunal, es parte del atraso de una sociedad. Su expresión es el recogimientocampesino. La primera ruptura de esa soledad cultural se logra con el aprendizaje de leer y escribir, para conocer lariqueza de oportunidades de conocimiento que ofrece la sociedad. El horizonte se amplió con la educación primariay secundaria. Hay que romper el aislamiento para terminar con las exclusiones. El mundo moderno no podría fun-cionar hoy día sin teléfonos, televisión, cine, fax, correo electrónico, diarios, revistas y sin las novedades deconocimiento, cultura y ocio que se renuevan, día a día, con el sistema intercomunicador del Internet. Navegandopor Internet, un usuario solo ya no está aislado y aun con pocos recursos económicos pero con alguna informacióntécnica, puede hoy día aproximarse a un universo múltiple en posibilidades, a un ambiente que puede ser conocidoy utilizado en su provecho, a una realidad virtual vastísima que enriquece el entorno personal, familiar y comunal.La segmentación entre internautas y los que no lo son no debe ampliarse, sino que, al contrario, debe reducirse paracubrir cada vez más a hombres y mujeres del mundo rural o de los estratos de menores ingresos. Entre los niños, talsegmentación debe ser aún menor.

213UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

Los retrasos en materia educativa hansido muy grandes y en el lapso de unageneración sólo pueden sentarse las ba-ses de una profunda reforma que moder-nice todo el sistema. Por ejemplo, aúnqueda pendiente mejorar la calidad de laeducación primaria, elevando las tasas deretención y bajando las de repitencia. Lamayor deserción se produce entre niñosdel área rural, de indígenas y de muje-res. Hay que ampliar las oportunidadesde ingreso a la educación secundaria y,sobre todo, a la universitaria. Lo que seha logrado hasta el 2020 se ha debido,en parte, al fuerte aumento de los gastosdel Estado, donde el rubro de educaciónalcanza a ser el 18% del total, y a la par-ticipación de los empresarios que hanconsiderado que la inversión en educa-ción tiene efectos productivos inmedia-tos y que la competitividad y la calidadproductiva para enfrentar los nuevos de-safíos de la globalización se logran me-jor elevando la calificación profesionalde los trabajadores.

d. El acceso a los medios de co-municación

Existen varios canales de educación einformación que en el mundo contem-poráneo resultan indispensables para lle-var una existencia social provechosa: te-ner acceso a la radio y a la televisión,poder hacer uso permanente del teléfo-no, incluido el celular, y las computado-ras para trabajar, estudiar, informarse,divertirse. Alrededor de este año 2020el país ha venido resolviendo sus atrasoshistóricos en cuanto a estos aparatos. Losteléfonos pasaron de 41 por cada milhabitantes en 1999, a 250 y de 73 televi-sores a 300. El aprendizaje con la utili-

zación de computadoras se generalizó enel medio rural. El número de usuariosguatemaltecos de Internet (también pormil habitantes) que en 1999 no teníaregistro, ya es de 100 en el 2020. 1

Pero lo más importante es que la dis-paridad entre los diferentes grupos tam-bién varió. La brecha entre el uso de TV,radio y teléfonos en las áreas urbanas yrurales se redujo considerablemente. Losteléfonos públicos se generalizaron entoda el área rural. Disminuyeron las di-ferencias entre indígenas y no indígenasen la utilización de todos estos aparatos,tanto en el campo como en la ciudad. Lasdiferencias de ingreso económico, impor-tante como variable que separa, no im-pidieron que se aproximaran los secto-res de menor ingreso a los niveles deconsumo de teléfono, radio y TV que tie-ne la clase media. Con una ciudadaníaalfabeta, el consumo de papel periódicoaumentó. Es este un indicador que utili-za la UNESCO para sugerir tendencias ala modernización cultural de una socie-dad.

2. Hacia un nuevo desarrollorural

a. El impulso del desarrollorural

La grieta entre lo rural y lo urbano eramuy fuerte en Guatemala y funcionabacomo el mayor factor estructural de di-ferenciación humana y como una pode-rosa causa de exclusión y que por logeneral, estaba acompañado por la con-dición educativa, étnica, de género queactuaban entonces como causa adicional.Se puede reconocer esta situación recor-

1 Los datos hipotéticos para el año 2020 corresponden a los que tiene un país como Argentina en 1999. La informaciónutilizada con fines comparativos aparece en PNUD (2000).

214 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

dando varios ejemplos, tomados al azar,de los datos de 1999 (Gráfica 7.1).2 Entérminos de facilidades sanitarias dispo-nibles, los hogares con sistemas de al-cantarillado eran un 73.3% en el mediourbano y solo 1.4% en el rural, en tantoque entre no indígenas e indígenas, del43% y el l8%. Otro ejemplo ratifica el‘efecto’ de lo rural en el malestar ciuda-dano: el 68% del sector informal, de sub-sistencia, corresponde al área no metro-politana, en tanto que sólo el 46% esindígena. Del total de hogares, los delárea rural recibían un ingreso promediode Q.2.070.76 , mientras que los del áreaurbana de Q. 4.723.35. El ingreso pro-medio indígena era de Q.2.162.79 (Grá-fica 7.1).

La sociedad guatemalteca sigue sien-do heterogénea, llena de discordancias,

pero ya no en la magnitud tan caracterís-tica de final del siglo anterior. Hacia elaño 2020 las exclusiones más extremas,lo rural y urbano y lo indígena y no indí-gena se han venido debilitando grande-mente, son menos ostensibles. Es impo-sible borrarlas del todo, pues nunca lavida de una mujer campesina indígenaque cultiva la tierra podrá ser semejantea la de un ingeniero fabril que realiza lamayor parte de su trabajo utilizando lacomputadora.

Las diferencias que separaban al mun-do rural de la metrópoli capitalina fue-ron el resultado de una abusiva concen-tración en ésta de bienes y recursos, enmenoscabo de aquél. El gran cambio deestos años ha sido el énfasis puesto en eldesarrollo rural, el cual partió del reco-nocimiento de dos aspectos sustantivos:

Gráfica 7.1Ingreso promedio total según jefatura de hogar por área y etnia

1998En Quetzales

Fuente: ENIFGAM 1998/99.

2 La información estadística que se da a continuación aparece en el texto de este Informe y la fuente corresponde a la ENIGFAM(1999).

215UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

a) el que el campo se encontraba profun-damente deprimido en lo económico ysocial: la mayor parte de los campesinosproducían apenas para su consumo o nisiquiera para eso y no había infraestruc-tura adecuada para empezar; b) el ca-rácter multiétnico y multicultural de lasociedad guatemalteca.

Las políticas de desarrollo rural en-frentaron los altos niveles de exclusiónsocial y las asimetrías regionales que pre-valecían en el campo, con ayuda de va-rios instrumentos, entre ellos los Acuer-dos de Paz. El primer problema fue elde la seguridad alimentaria que afectabaa un millón de familias campesinas asen-tadas en zonas montañosas que, aunqueecológicamente deterioradas, no queríanabandonar. Para volver sostenible sueconomía se necesitaron ingentes recur-sos financieros, humanos y políticos.

Ha sido importante, con ese fin, la re-versión de la tendencia centralista quehabía en las inversiones públicas, la so-lución de los problemas del catastro, delFondo de Tierras, de los servicios finan-cieros rurales y la creación de una juris-dicción agraria y para temas del medioambiente. También se avanzó con el for-talecimiento de las estructuras de poderlocal, ampliando su papel en la toma dedecisiones sobre la base del reconoci-miento de la diversidad étnica y cultu-ral.

En esta empresa de modernizar a lasociedad guatemalteca, jugaron un papelmuy valioso, en primer lugar, las refor-mas que condujeron al establecimientode un Estado de derecho, moderno, de-mocrático y eficaz, el surgimiento de unempresariado más sensible y atento alcrecimiento nacional con equidad, y, so-

bre todo, al papel jugado por las organi-zaciones sociales, culturales y políticas,en particular las indígenas, que, con suparticipación e influencia, contribuyeronal éxito de las políticas de desarrollo tra-zadas.

b. La creciente importancia dela urbanización

La sociedad guatemalteca tenía en1999 un 60% de población rural, de lacual 73.2% era indígena. Ahora, esosporcentajes han cambiado a favor de unamayoría urbana. Los criterios para de-finir qué es lo rural y lo urbano cambia-ron definitivamente, al dejarse atrás elviejo decreto del general Ubico3 . Hoydía se considera urbano el asentamientohumano mayor de diez mil habitantes.El desarrollo ha generalizado el uso deciertos servicios básicos, tales como laenergía eléctrica, el agua potable, el al-cantarillado, comunicación directa porcarretera con la ciudad capital y el acce-so permanente a la prensa, radio y TVnacionales, no solo en la ciudad, sinotambién en el campo.

La creciente urbanización del país yla indigenización de las ciudades se ex-plican por dos razones estructurales dis-tintas. Por un lado, porque en estos añosse produjo una intensa movilidad geo-gráfica u horizontal, que se ha manifes-tado sobre todo como un paulatino tras-lado de gente del campo a los centrosurbanos. Por el otro, porque las cabece-ras departamentales y algunos munici-pios en particular han experimentadosobresalientes cambios modernizadoresque les han permitido incorporar el dis-frute de mejores servicios básicos.

3 En ONU (1999) aparece en un recuadro el Decreto de la época de Ubico, de 1935, que estuvo vigente hasta el año 2000.

216 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

3. Reducción de la brecha deingresos y de la pobreza

a. Las inclusiones por medio delempleo o mayores ingresos

Para superar las exclusiones provoca-das por las grandes brechas de ingresosy el elevado número de pobres, fue ne-cesario aumentar el empleo, especial-mente en el medio rural. La estrategiade reducción de la pobreza tuvo comouno de sus pilares un programa compar-tido de inversión entre el sector públicoy el privado, lo que aumentó tanto elcapital físico como el capital humano. Elnuevo empleo generado fue de crecienteproductividad, lo cual permitió que au-mentaran gradualmente los salarios. Elaumento de la inversión y del empleo secombinó con un creciente acceso a otrosactivos productivos, como la tierra, elcrédito y los recursos naturales que ad-mitían una explotación sostenible. En elmedio rural esto benefició especialmen-te a la población indígena. Los nivelesdel salario mínimo ahora ya están porencima de la línea de la pobreza. Nadiese encuentra situado por debajo de esta.

Los esfuerzos en estas dos primerasdécadas han sido dirigidos a detener yrevertir las tendencias que han produci-do las tres formas de exclusión en estesector: el desempleo, las condiciones pre-carias de trabajo y el autoempleo de sub-sistencia. Las políticas económicas ysociales hacia el 2020 ya han determina-do que el sector formal de la PEA se hayavuelto mayoritario, tanto en el mediourbano como en el campo, con base enun proceso de diversificación que inte-gra a la agricultura con la industria y aambas con los servicios, lo cual ha ase-gurado condiciones competitivas de pro-ducción para todos los sectores.

Al ocurrir tales cambios a lo largo deestas dos décadas, el desempleo ha dis-minuido hasta alcanzar las tasas norma-les de cualquier sociedad moderna. A suvez, la población con empleo exhibemayores tasas de escolaridad, ya sin dis-tinción de género. De hecho, como re-sultado de los cambios habidos en dis-tintas dimensiones de la vida social, lasotrora graves deficiencias del capitalhumano se han superado y ha aparecidouna mano de obra bien calificada, espe-cialmente entre quienes se incorporan porvez primera al mercado, como los jóve-nes y las mujeres. El cambio más im-portante ha ocurrido entre los indígenas,que han llegado a constituir un porcen-taje grande del empleo industrial y deservicios, han abandonado la economíainformal de subsistencia y son mayori-tarios en el sector agrícola moderno.

Constituye un rasgo nuevo de la so-ciedad guatemalteca la feminización dela mano de obra calificada, la cual haaumentado su presencia en el sector for-mal de la economía y en el sector públi-co. La oferta de empleos domésticos hadisminuido sensiblemente en relacióncon la demanda, lo que ha modernizadonotablemente las relaciones laboralesentre el empleador y la antigua ‘sirvien-ta’, relación que ahora está regulada porla ley y cubierta por el seguro social.

Variaron significativamente los movi-mientos migratorios hacia el extranjero.La salida masiva hacia el norte ha dis-minuido en intensidad. La comunidadde guatemaltecos en los Estados Unidosmantiene otros vínculos con sus comu-nidades de origen, a las que provee deasistencia para impulsar iniciativas pro-ductivas, culturales y sociales. Lasremesas han disminuido relativamentepero han sido sustituidas por un intercam-bio que enriquece la vida comunal, tanto

217UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

de quienes viven en el exterior como delos que se han quedado en casa.

En el 2020 la sociedad guatemaltecaha experimentado, paulatinamente, uncambio sustancial en la actitud de la gentefrente a su propia vida y su futuro. Unacreciente confianza personal y social hasustituido su antiguo pesimismo. Perci-be que en relación con su existencia so-cial las cosas van mejorando, que se sien-te más bien que antes y algo más impor-tante, que sus hijos vivirán una mejorvida. Eso solo ocurre cuando hay movi-lidad ascendente efectiva, y cuando nu-merosos grupos humanos ingresan a otrascategorías superiores de la estructurasocial. En el cambio ascendente, ellosse sienten pertenecer o realmente perte-necen a alguno de los variados estratosmedios.

b. Una sociedad con movilidadascendente

Una política sostenida de desarrolloproduce un paulatino ascenso social paratodos, pero experimentado de maneraespecial por algunos sectores que vienende tener menores ingresos. No todas lasfamilias pobres han podido experimen-tar de manera igual este efecto del buenfuncionamiento del sistema. Este resul-tado es muy importante que haya ocu-rrido en el país, pues en los últimos añosdel siglo XX no sucedió nada parecido alo que era dable esperar en la lógica delsistema. Este efecto se conoce comomovilidad social ascendente. Ella nosolamente corresponde a la sensaciónsicológica de estar (relativamente) me-jor en relación con un momento de tiem-po anterior (efecto de seguridad), sinocon la traducción de esa mejoría en nue-vas pautas de educación, de consumo yde mejores oportunidades de prosperar

(efecto de ascenso). Se resume todo loanterior en la percepción de hombres ymujeres, del grupo familiar, de que es-tán bien pero probablemente el futuropodría ser mejor.

El resultado de esto en la óptica gene-ral de la sociedad es que, efectivamente,han ocurrido cambios en la estratifica-ción social. La movilidad social ascen-dente está sucediendo siempre, pero enel pasado se producía de manera aislada,individual, sobre todo entre las familiasnucleares biparentales, los no indígenasy los habitantes de las áreas urbanas. Loimportante es que desde hace tiempo, lafuerza del desarrollo y las políticas dequienes toman las decisiones en la vidapública, interesados en que el país tuvie-ra menos exclusiones, promovieron queesa movilidad abarcara a otros sectoresantes excluidos. Por lo tanto, ésta ha sidode naturaleza estructural, lo que signifi-ca que ha comprendido a hombres ymujeres, indígenas y no indígenas y,sobre todo, a quienes viven en el mediorural. En la Guatemala del 2020, loshijos e hijas de los campesinos y losobreros ya ingresaron a la educación su-perior. No todos los descendientes deellos tienen por qué hacerlo. De hecho,muchos no lo harán, pero es decisivo quesegmentos importantes de esos sectores,especialmente las mujeres indígenas y noindígenas, hayan aprovechado tales opor-tunidades.

c. Guatemala: una sociedad declases medias

El efecto más importante de estoscambios se produjo con respecto a lasclases medias. Estas crecieron mucho, alpunto que ahora, en este 2020, Guate-mala podría ser definido como un paísde clases medias. Los sectores medios

218 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

crecieron como resultado de las mejo-ras en la distribución del ingreso. Se iden-tifican por ocupar una especie de puntomedio en los ingresos, entre los de losmuy ricos y los de los muy pobres, aun-que comparten más rasgos con estos úl-timos que con los primeros, a los queaspiran a imitar. Han contribuido a im-pulsar, con sus niveles de educación ycultura, sus formas de consumo y sutendencia natural a participar activamen-te en la vida pública, a modernizar lasociedad.

Hay que señalar que estos sectores hansurgido y se han agrandado no solo en laciudad capital o en algunas otras ciuda-des del interior, sino también en el me-dio rural También allí el fortalecimientode los propietarios medios ha facilitadola incorporación de innovaciones tecno-lógicas, culturales y políticas en el cam-po. En las comunidades indígenas tam-bién se han desarrollado. Esto podría sig-nificar que en la próxima generación enel interior de estas comunidades se pro-duzca una gran diferenciación social.Cuando esto ocurra, como se mencionamás adelante, las distinciones entre lorural y lo urbano no serán tan visibles.

4. Una nueva concepción de lasrelaciones entre hombres ymujeres

En el año 2020 la sociedadguatemalteca ha alcanzado un alto gra-do de sensibilización sobre el tema de ladiscriminación y la desigualdad de gé-nero . Se han promovido una serie demedidas políticas, culturales, económi-cas y sociales encaminadas a reducir lasbrechas existentes entre hombres y mu-jeres. La incorporación de las mujeres ala producción, a la educación y a la par-

ticipación política ha logrado que las di-ferencias disminuyan ostensiblemente.

También ha incidido el hecho de que,a raíz de la implementación de los Acuer-dos de Paz, el Estado y las entidades nogubernamentales hayan promovido en lasociedad la difusión de valores de respe-to e igualdad hacia la mujer. Además,desde finales del siglo XX el movimien-to de mujeres aumentó en número y sefortaleció orgánicamente. Se hanimplementado cambios importantes en lamanera en que se definen las políticaspúblicas en este campo, con buenos re-sultados. Por ejemplo, una mayor pro-porción de mujeres se ha hecho cargo depuestos importantes en el sector formalde la economía y las leyes prohiben ex-plícitamente que se les pague menos porrealizar el mismo trabajo que los hom-bres.

Asimismo, los partidos políticos hanreconocido desde hace una década laimportancia estratégica de incorporar alas mujeres a la actividad política en unplano de igualdad con los hombres; ellose refleja en que se ha alcanzado mayorequidad en la distribución de cargos enlos partidos y que las mujeres ocupenlugares importantes en las listas de can-didatos. Más mujeres han llegado a pues-tos de dirección pública de alto nivel quenunca antes en la historia del país y handemostrado una elevada capacidad paradesempeñar sus funciones.

Mientras tanto, los hombres han ve-nido reconociendo cada vez más que lastareas del hogar, que incluyen el cuida-do y la crianza de los hijos, no son úni-camente responsabilidad de las mujeres.Cada vez más hay más parejas dondelas responsabilidades hogareñas de am-bos es equitativa. Los hombres han to-mado conciencia de los efectos

219UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

deletéreos que implica para ellos mismosel papel de “machos proveedores ydominadores”, que los hace más propen-sos a sufrir y a emplear la violencia ensu relación con su pareja y los hijos. Au-menta el número de grupos de hombresque se reúnen para reflexionar sobre susituación y plantear, desde su propia pers-pectiva, soluciones a sus necesidades eintereses particulares. Esto ha produci-do algunas alianzas incipientes con elmovimiento de mujeres, lo cual prometegenerar en el futuro profundas e impor-tantes transformaciones para la sociedad.

5. Nuevos ciudadanos y másparticipación

Ya hacia el 2010 el período de transi-ción a la democracia política y las insti-tuciones y leyes que durante este se hancreado, estaban consolidadas. Se resol-vieron bien los difíciles desafíos surgi-dos con respecto a la desmilitarizaciónde la sociedad y del Estado, al cumplirsefinalmente lo indicado en los Acuerdosde Paz y convertirse el ejército en unainstitución profesional, moderna, al ser-vicio de la soberanía nacional y bajo elcontrol del poder civil.

De manera paralela, ahora se experi-menta un ambiente de confianza haciauna bien capacitada Policía NacionalCivil, la cual colabora eficazmente conla policía municipal en el mantenimien-to del orden público. Los ciudadanosviven en un ambiente de mayor confian-za, pues aun cuando la criminalidad noha podido ser eliminada, al funcionarmejor el sistema de justicia se ha elimi-nado el nefasto vicio de la impunidad yse ha combatido con mayor eficacia lacorrupción.

El poder judicial recuperó desde hacecasi un decenio su independencia. Aho-

ra cuenta con mejores condiciones paradar una justicia pronta, gratuita y eficaz.Este poder y la justicia en general se hanadaptado a las circunstancias de una so-ciedad pluriétnica como la guatemalteca.No resultó fácil conciliar en la prácticadiaria, en una serie de aspectos, la legis-lación nacional con las normas consue-tudinarias de los indígenas. Tampoco fueuna tarea simple asegurar igualdad deacceso a la justicia, civil, laboral, admi-nistrativa y penal, a aquellos sectoresindígenas que aun no dominan plena-mente el idioma español. Una estructu-ra complementaria de jueces y defenso-res bilingües todavía ayuda a asegurarprotección jurídica a estos sectores mar-ginales.

Los rasgos patriarcales de la familiase han debilitado grandemente, debidoen gran parte al aumento de la capacidadde denuncia de las mujeres y los niñosagredidos y las posibilidades reales decastigo de los culpables. Las institucio-nes protectoras les brinda más ayuda aquienes sufren maltratos. LaProcuraduría de Defensa de los Derechosde la Mujer, creada en 2005, se ha exten-dido a todo el país. La protección legala los niños, especialmente a los de la ca-lle, mejora, al mismo tiempo que dis-minuye la cantidad de estos. En cam-bio, se ha vuelto un difícil problema, laatención del creciente número de adul-tos mayores, hombres y mujeres. Losrecursos públicos y privados no son su-ficientes para atender ese sector, que aho-ra representa el 8% de la población.

Los enfermos del SIDA no sólo dis-ponen de nuevos medicamentos que cu-ran su mal, sino que se ha venido resol-viendo favorablemente su condiciónmarginal, gracias a una nueva actitud dela sociedad. Los descubrimientos de laciencia, los nuevos fármacos y el cam-

220 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

bio de actitud han vuelto muy difícil elcontagio. El número de enfermos deSIDA se ha reducido notablemente. Porotra parte, la sociedad guatemalteca haaprendido a tratar a las personas condiscapacidad y a los homosexuales ylesbianas de una forma más incluyente,tolerante y comprensiva. A su vez, losniveles de organización de tales gruposson mucho mayores. Sus derechos aho-ra son mejor protegidos por la ley y másrespetados por el público.

Finalmente, hay que decir que la con-solidación de las instituciones democrá-ticas, como se indicó anteriormente, seha apoyado en la paulatina formación deciudadanos más activos, con mayor ca-pacidad de hacer valer sus intereses,derechos y aspiraciones. El problema dela abstención electoral dejó de serlo ha-cia el 2006, con el aumento de las tasasde alfabetización, el mejoramiento delingreso, las facilidades para sufragar yun aumento en el interés por la política yel fortalecimiento del sistema de parti-dos políticos.

La abstención primaria tendió a vol-verse igual a la secundaria, es decir quecasi todos los que tienen edad de votarestán inscritos y casi todos los inscritos,votan. Para alcanzar estos resultados hasido decisiva la creación del Carné Úni-co de Identidad (CUI), el cual suprimióla antigua cédula de vecindad y se alcan-

za casi el cien por ciento de la inscrip-ción electoral. El CUI ha dado un fuerteimpulso a la participación electoral, yopera como un mecanismo que facilitala identidad legal y refuerza la persona-lidad jurídica del ciudadano para queejerza sus derechos.

Alcanzar un nivel óptimo de partici-pación es difícil, pero la intervención delos indígenas en los asuntos que les ata-ñen directamente ha venido creciendomucho en el ámbito municipal. La so-ciedad civil rural creció en fuerza y com-batividad cuando las políticas dedesconcentración, de descentralizaciónse aplicaron efectivamente junto alreforzamiento financiero del municipio.Existen comités de vecinos en todas lasaldeas de los municipios del país. Lamunicipalidad se ha convertido en pun-to de referencia política y orgánica paralas distintas organizaciones de desarro-llo local. Ahora, se ha superado la vi-sión fragmentaria y particularista quedurante años tuvieron las agrupacionesindígenas y ya existen varias de sus or-ganizaciones indígenas a nivel o nacio-nal. Por su dinamismo, los movimien-tos sociales pan-mayas han contribuidoa darle a la democracia guatemalteca uncarácter étnico bien definido, pese a losresabios de una fuerte herencia de cul-tura racista y discriminadora y las ten-siones que a veces se producen.

221UNA VISIÓN DE FUTURO: UNA GUATEMALA SIN EXCLUSIONES EN EL 2020

Recuadro 7.4

Las fuerzas motrices del escenario

• Reconocimiento, valorización y potenciación de la identidad interculturalguatemalteca

• Aumento de la participación ciudadana• Cambio de actitudes y valores: valentía para enfrentar la historia, respeto a la

diversidad y corresponsabilidad ética y civismo• Aumento sostenido de la productividad• Esfuerzos constantes para reducir brechas en la educación• Creatividad e innovación• Crecimiento económico sostenido que reduce brechas al ofrecer igualdad de

oportunidades• Esfuerzos por lograr la reconciliación nacional, la cual es asumida por todos

los sectores• Lucha por consolidar un Estado democrático de derecho• Construcción de una nación incluyente

Fuente: Visión Guatemala (1999).

223ANEXO METODOLÓGICO

ANEXO METODOLÓGICO

1. ILUSTRACIÓN DE LA METODOLOGÍA DE CÁLCULO DEL ÍNDICE DE DESA-RROLLO HUMANO (IDH) DE LA REPÚBLICA PARA 1998

Ilustración del uso de la metodología

Para calcular el índice, se han establecido valores mínimos y máximos decada uno de los indicadores que componen el IDH.

Para cada uno de los componentes del IDH, se computan índices indivi-duales según la fórmula, para el caso de los componentes de Salud yEducación la fórmula general es la siguiente:

Valor xi – Valor xi mínimoIndice =___________________________

Valor xi máximo – Valor xi mínimo

Para el componente del ingreso:

log y – log y min

W(y) = _______________ log y

max – log y

min

Mínimos Máximos• Salud:

- Esperanza de vida al nacer (en años): 25 85• Educación:

- Alfabetización de adultos (%) 0 100- Tasa de matriculación combinada (%): 0 100

• Ingreso:- PIB per cápita real (PPA en dólares) 100 40,000

224 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Ilustración del uso de la metodología para la región Noroccidente:

Para 1998, la información para la Región del Noroccidente es la siguiente1 :Esperanza de vida (años): 68Alfabetización de adultos (%): 49.59Tasa combinada de matriculación: 17.60Ingreso per cápita real anual en US$: 926.94

Indice de Esperanza de Vida (IEV)

68 – 25Indice = __________ = 0.71667

85 – 25

Indice de Alfabetización de adultos:

49.59 – 0Indice = ____________ = 0.4959

100 – 0

Indice de la tasa de matriculación combinada (IMC) en primaria, secundariay terciaria:

17.6 – 0Indice = __________ = 0.17554

100 – 0

Indice de nivel educativo

2(0.4959) + 1(0.17554)Indice = _____________________= 0.38911

3

Indice del Ingreso real per cápita (IIP) (PPA en dólares)

Para obtener el índice del ingreso real per cápita, se le aplica el SDR deflatoren dólares que proporcionó el Banco Mundial

Log (926.94) – Log (100)Indice =_______________________

Log (40000) – Log (100)

1 ENIGFAM (1999).

225ANEXO METODOLÓGICO

2.967052709 – 2Indice =___________________ = 0.37165

4.602059991 – 2

IEV + IMC + IIPIndice de Desarrollo Humano = __________________

3

0.71667 + 0.38911 + 0.37165Indice de Desarrollo Humano =_____________________________

3

Indice de Desarrollo HumanoPara la Región Noroccidente = 0.49

2. ILUSTRACIÓN DE LA METODOLOGÍA DE CÁLCULO DEL ÍNDICE DE EXCLUSIÓN

DEL DESARROLLO SOCIAL O ÍNDICE DE POBREZA HUMANA2

El índice se concentra en tres elementos de la vida humana que ya se refleja en elIndice de Desarrollo Humano (IDH): la longevidad, los conocimientos y un nivelde vida decoroso. El primero se refiere a la supervivencia, la vulnerabilidad ante lamuerte a una edad relativamente temprana. La segunda se refiere a los conocimien-tos, quedar excluido del mundo de la lectura y la comunicación. La tercera se rela-ciona con el nivel de vida decoroso en términos del aprovisionamiento económicogeneral.

Para calcular el Indice de Exclusión del Desarrollo Social (IEDS) o Indice de Po-breza Humana (IPH) se establecen los indicadores siguientes:

Longevidad:P1: Proporción de personas que no sobrevivirán hasta la edad de 40 años.Privación de conocimientos:P2: Porcentaje de adultos analfabetos.Nivel de vida decoroso (P3):P31: Porcentaje de personas sin acceso a agua potable.P32: Porcentaje de personas sin acceso a servicios de salud.P33: Porcentaje de niños menores de cinco años de edad con peso moderado yseveramente insuficiente.La variable compuesta P3 se calcula tomando un promedio simple de las tres varia-bles que la componen.

(P31

+ P32

+ P33

)P

3 =__________________

3

2 PNUD (2000).

226 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Ya determinados los componentes del índice se desarrolla la fórmula siguiente:

IEDS = [1/3 ( P1

3 + P2

3 + P3

3 ) ]1/3

Ilustración del uso de la metodología para la región Noroccidente:

Primer Paso

Año P1 P2 P31 P32 P33

(%) (%) (%) (%) (%)

1998 0.93 48.6 47.3 34.1 33.4

(P31

+ P32

+ P33

)P

3 =_____________________ = 38.3

3

Segundo Paso: Cálculo del IEDS

[1/3((P1)

3 +(P

2)

3+(P

3)

3)] 1/3

[1/3 (0.933+48.6

3+38.3

3)] 1/3

Resultado:IEDS: 38.5

3. METODOLOGÍA PARA EL CÁLCULO DEL ÍNDICE DE POTENCIACIÓN DE GÉNERO

(IPG)3

El índice de potenciación de género es una propuesta de medición de la partici-pación relativa de hombres y mujeres en la actividad económica y en la toma dedecisiones en la esfera política. Se calcula en base a la proporción de puestos ocupa-dos, tanto por hombres como por mujeres, en el Congreso, en la dirección o admi-nistración de organizaciones o empresas y en cargos profesionales o técnicos. Tam-bién se considera el nivel del ingreso, de la misma forma que en el índice de desa-rrollo de la mujer, pero sin ajustarlo.

Para calcular el IPG se extrae la media aritmética de tres indicadores:IRP: Índice de Representación Parlamentaria,ICP: Índice Combinado de Puestos Administrativos y Ejecutivos y Puestos Profe-sionales y Técnicos yIID: Índice de Ingreso Igualmente Distribuido

3 PNUD (2000).

227ANEXO METODOLÓGICO

A. Para calcular los primeros dos índices, se requieren los siguientes datos:

Pm: Proporción de mujeres en la población,Ph: Proporción de hombres en la población,Pm

i: Proporción de mujeres en i=1: el Congreso, i=2: puestos administrativos

y ejecutivos e i=3: puestos profesionales y técnicos.Ph

i: Proporción de hombres en i=1: el Congreso, i=2: puestos administrativos

y ejecutivos e i=3: puestos profesionales y técnicos.

Con esta información se aplica la fórmula siguiente:

Índice = 2[Pm(Pmi)-1 + Ph(Ph

i)-1]-1,

El IRP se obtiene directamente. El ICP se obtiene de la media aritmética de losíndices para i=2 e i =3.

B. Para calcular el IID se requieren datos de ingreso real per cápita para mujeres(Irm) y para hombres (Irh). Con estos datos se obtienen índices de ingreso paramujeres y para hombres (IIm e IIh), aplicando la fórmula siguiente:

IIx = (Irx – 100)/(40,000 –100), x = hombres o mujeres.

Disponiendo de los índices de ingreso, se obtiene el índice de ingreso igualmen-te distribuido (IID), aplicando la fórmula:

IID = [Pm (IIm)-1 + Ph (IIh)-1]-1.

C. Finalmente se obtiene el IPG de la siguiente manera:

IPG = 1/3 (IRP + ICP + IID).

Ilustración del uso de la metodología para la región Noroccidente4 :

A. Cálculo de los índices de representación parlamentaria y combinado de pues-tos ejecutivos y administrativos y profesionales y técnicos.

IRP = 0

ICP = 1/2 (0.98 + 1.00) = 0.99

4 Elaboración con datos de la ENIGFAM (1999) y del TSE (1996).5 En este caso se considera cero y no se aplica la fórmula del inciso A. de la metodología.

Índices

X Px Px1 Px2 Px3 i = 1 i = 2 i = 3

Mujeres 0.535 0.000 0.591 0.518 0.005 0.98 1.00

Hombres 0.465 1.000 0.409 0.482

228 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

B. Cálculo del Índice de Ingreso Igualmente Distribuido (IID)

IID = [0.535 (0.009)-1 + 0.435 (0.034)-1]-1 = 0.014.

C. Cálculo del índice de potenciación de género:

IPG = 1/3 (0 + 0.99 + 0.014) = 0.335.

X Irx IIx

Mujeres 461.89 0.009Hombres 1,460.47 0.034

229ANEXO ESTADÍSTICO

ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.1 Resumen ejecutivo: indicadores básicos ................................... 232

A. Compromiso de Los Acuerdos de PazCuadro A.2 Metas y ejecución sectorial:

compromisos presupuestarios de los Acuerdos de Paz.............. 234

B. Desarrollo HumanoCuadro A.3 Indicadores básicos: desarrollo humano.................................... 235Cuadro A.4 Indice de desarrollo humano,

de la mujer, exclusión social y potenciaciónde género por región y área ...................................................... 236

Cuadro A.5 Indice de desarrollo humano delos paises Centroamericanos...................................................... 237

Cuadro A.6 Necesidades básicas insatisfechas -NBI- por región ................. 238

C. Características DemográficasCuadro A.7 Indicadores básicos:

características demográficas ...................................................... 239Cuadro A.8 Proyecciones de población por región y departamento ............. 240Cuadro A.9 Estimación de la población por región, área, etnia y sexo ........ 241Cuadro A.10 Densidad de la población por región y departamento ............... 242Cuadro A.11 Distribución de personas por grupo de edad, según área

y grupo étnico ............................................................................ 243Cuadro A.12 Proyecciones de población economicamente activa.................. 245Cuadro A.13 Proyecciones de población economicamente activa por

departamento y sexo .................................................................. 246Cuadro A.14 Población economicamente activa

por región, etnia y sexo ............................................................. 248

D. Actividad EconómicaCuadro A.15 Indicadores básicos: actividad económica................................. 250Cuadro A.16 Principales indicadores del sector real ..................................... 251Cuadro A.17 Gastos dedicados al producto interno bruto a

precios de mercado .................................................................... 252

230 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.18 Ingresos del Gobierno Central ................................................... 253Cuadro A.19 Gastos del Gobierno Central ..................................................... 254Cuadro A.20 Financiamiento del Gobierno Central ....................................... 255Cuadro A.21 Saldo y servicio de la deuda pública

interna y externa del Gobierno ................................................. 256Cuadro A.22 Panorama monetario .................................................................. 257Cuadro A.23 Balanza de pagos internacionales .............................................. 258Cuadro A.24 Valor de las exportaciones FOB por

principales productos ................................................................ 260Cuadro A.25 Valor CIF de las importaciones ................................................. 261

E. EmpleoCuadro A.26 Indicadores básicos: empleo ...................................................... 262Cuadro A.27 Estimación de trabajadores afiliados

cotizantes al IGSS..................................................................... 263Cuadro A.28 Trabajadores afiliados al IGSS como

porcentaje de la PEA ................................................................. 264Cuadro A.29 Personas ocupadas y desocupadas

por región, área, grupo étnico y sexo ........................................ 265Cuadro A.30 Rama de actividad por región y sexo ....................................... 267Cuadro A.31 Categoría de ocupación por región,

grupo étnico y sexo................................................................... 269Cuadro A.32 Categoría de ocupación por región,

grupo étnico y sexo: área urbana .............................................. 271Cuadro A.33 Categoría de ocupación por región,

grupo étnico y sexo: área rural ................................................. 273

F. InfraestructuraCuadro A.34 Indicadores básicos: infraestructura .......................................... 275Cuadro A.35 Hogares conectados a una red de agua

por región, área, grupo étnico y sexodel jefe de hogar ........................................................................ 276

Cuadro A.36 Hogares conectados a una red de drenajespor región, área, grupo é tnico y sexo deljefe de hogar .............................................................................. 278

Cuadro A.37 Hogares conectados a una red deelectricidad por región, área, grupoétnico y sexo del jefe de hogar ................................................. 280

G. EducaciónCuadro A.38 Indicadores básicos: educación ................................................. 282Cuadro A.39 Tasa de analfabetismo por departamento y sexo ...................... 283Cuadro A.40 Tasa de deserción nivel primario por departamento y área ....... 285Cuadro A.41 Tasa de retención nivel primario por departamento y área........ 286

231ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.42 Tasa de repitencia nivel primario por departamento y sexo ...... 287Cuadro A.43 Tasa de incorporación al sistema por departamento .................. 288Cuadro A.44 Población alfabeta por región, etnia y sexo ........................... 289Cuadro A.45 Tasa neta de asistencia por región y nivel educativo................ 291

H. SaludCuadro A.46 Indicadores básicos: salud ....................................................... 292Cuadro A.47 Tasa de mortalidad infantil, de fecunidad, desnutrición

por región, área y etnia ............................................................. 293

Cuadro A.1Resumen ejecutivoindicadores básicos

1989, 1994, 1995 - 1999

1995 1996 1997 1998 1999METAS PRESUPUESTARIAS DE LOS ACUERDOS DE PAZ (Porcentaje del PIB ) 1/

Real Meta Real Meta Real Meta Real Meta Real Meta - Salud y Asistencia Social 0.88 0.88 0.86 1.05 1.01 1.09 1.10 1.40 1.19 - Educación 1.66 1.66 1.58 1.77 1.91 2.11 2.16 2.43 2.32 - Seguridad Interna 0.34 0.34 0.37 0.53 0.39 0.55 0.44 0.73 0.48 - Organismo Judicial 0.18 0.18 0.29 0.27 0.20 0.29 0.23 0.30 0.25 - Defensa Nacional 0.99 0.99 0.82 0.74 0.88 0.72 0.77 0.68 0.66 - Vivienda 0.21 0.02 0.67 1.50 5.77 1.50 2.95 1.50 - Ministerio Público 0.11 0.11 0.12 0.14 0.12 0.15 0.14 0.15 0.15

DESARROLLO HUMANO 2/

1989 1994 1998Indice de Desarrollo Humano -IDH- 0.47 0.51 0.54Indice de Desarrollo de la Mujer 0.17Indice de Exclusión delDesarrollo Social 27.20 25.90Indice de Potenciación de Genero 0.46

CARACTERISTICAS DEMOGRAFICAS (En millones de personas y porcentajes) 3/

Población total(en millones) 10.0 10.2 10.5 10.8 11.1Densidad de la población(personas/ km2) 92 94 97 99 102Población económicamenteactiva -PEA- (%) 29.9 30.4 30.8 31.1 31.5

ACTIVIDAD ECONOMICA (En porcentajes, tasas de variación y millones de US$)SECTOR REAL 4/

(Tasas de variación) PIB Real 3.0 4.4 5.0 3.6 PIB nominal 12.1 13.0 15.0 9.0 Inflación acumulada 10.9 7.1 7.5 4.9SECTOR FISCAL5/ (%) Ahorro en cuenta corriente/PIB 2.7 3.2 2.3 2.4 Déficit fiscal /PIB 0.0 0.8 2.2 2.8 Ingresos tributarios/PIB 8.8 9.4 9.3 9.9 Servicio total de la deuda/PIB 3.6 3.1 2.3 2.2 Deuda interna/PIB 5.3 5.4 5.2 5.8 Deuda externa/PIB 13.0 12.3 13.2 15.1SECTOR MONETARIO4/

Tasa de interés (al 31 de diciembre de cada año) Activa 22.4 16.4 17.9 20.6 Pasiva 7.7 5.2 7.1 11.3

233ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.1 cont.

1995 1996 1997 1998 1999SECTOR EXTERNO4/ (%) Déficit cuenta corriente /PIB 2.8 3.6 5.5 5.9 Déficit cuenta comercial/PIB 6.8 8.4 11.5 12.0 Exportaciones/PIB 12.9 13.7 14.1 14.4 RIN (Millones de US$) 815.5 1102.5 1345.3 1219.7 Tipo de cambio promedio ponderado (al 31 de diciembre de cada año) Quetzales x US$ 1.00 6.00 6.19 6.84 7.82

EMPLEO (En porcentajes) 6/

Afiliados IGSS/PEA 27.4 26.3 26.4 25.6EDUCACIÓN (En porcentajes)

Analfabetismo 7/ 36.2 34.5 31.7 29.81989 1994 1998

Tasa de asistencia neta 2/

Primaria 47.0 55.4 55.5 Secundaria 16.6 18.2 19.5 Diversificado 3.2 3.1 4.8

SALUD (En tasas) 8/

1987 1995 1998Tasa de mortalidad infantil (Defuncionespor cada 1000 nacidos vivos para los cincoaños anteriores a la encuesta) 73 51 45Tasa Global de Fecundidad (Período detres años antes de encuesta) 5.6 5.1 5.0Tasa de Desnutrición Crónica (Menores decinco años sg. Talla para la edad) 57.9 49.7 46.4Tasa de Desnutrición Global (Menores decinco años sg. Peso para la edad) 33.5 26.6 24.2Tasa de natalidad (por 1000 hab.) 9/ . 39 36.6Tasa de mortalidad general (por 1000 habitantes) 9/ . 9 7.4Esperanza de vida al nacer (años) 9/ . 63 64

Nota: Real = Presupuesto de Estado ejecutado como porcentaje del PIB; Meta = Meta como porcentaje del PIB en el caso de Vivienda es como

porcentaje de los Ingresos Tributarios.

Fuente: 1/ MINUGUA, Ministerio de Finanzas Públicas y Banco de Guatemala; 2/ Cálculos propios con datos para 1989, de la Encuesta Nacional

Sociodemográfica 1989; 1994 del Censo de 1994; y 1998 de la ENIGFAM 1998/99; 3/ Proyecciones de población INE-CELADE 1950-2050 e

INE; 4/ Memoria de Labores, varios años, Banco de Guatemala; 5/ Ministerio de Finanzas Públicas 6/ IGSS e INE; 7/ CONALFA; 8/ ENSMI

1998-99; 9/ INE

234

LA F

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A I

NC

LU

YEN

TE D

EL D

ESA

RRO

LLO H

UM

AN

O

235ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.3Indicadores basicos: desarrollo humano

1989 1994 1998Indice de Desarrollo Humano1/

-IDH- 0.47 0.51 0.54 Urbana . . 0.62 Rural . . 0.49Indice de Desarrollo de la Mujer1/ . . 0.17Indice de Exclusión del DesarrolloSocial1/ 27.2 25.9Indice de Potenciación de Genero1/ 0.46Necesidades Básicas Insatisfechas2/

Calidad de vivienda . 23.1 15.5 Hacinamiento . 41.2 55.2 Servicio de agua . 12.3 17.6 Servicio sanitario . 22.1 21.4 Asistencia escolar . 17.9 19.4 Insuficiencia de ingresos . 17.4 7.2

Fuente: 1/ Cálculos propios con datos de la Encuesta Nacional Sociodemográfica 1989,

Censo 1994 y ENIGFAM 1998/99.

2/ INE.

236

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237ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.5Indice de desarrollo humano

de los países Centroamericanos1997 - 1998

Guatemala El Salvador Honduras Nicaragua Costa Rica 1997 1998 1997 1998 1997 1998 1997 1998 1997 1998

Información básica Esperanza de vida (años) 64 64 69 69 69 70 68 68 76 76

Alfabetismo (%) 66.6 67.3 77.0 77.8 70.7 73.4 63.4 67.9 95.1 95.3 Matriculación combinada (%) 47 47 64 64 58 58 63 63 66 66 Ingreso (PPA US$) 4,100 3,505 2,880 4,036 2,220 2,433 1,997 2,142 6,650 5,987Indice por componente Salud 0.65 0.66 0.74 0.73 0.74 0.74 0.72 0.72 0.85 0.85 Educación 0.60 0.61 0.73 0.73 0.67 0.68 0.63 0.66 0.85 0.86 Ingresos 0.62 0.59 0.56 0.62 0.52 0.53 0.50 0.51 0.70 0.68Indice de Desarrollo Humano(IDH) 0.62 0.62 0.67 0.70 0.64 0.65 0.62 0.63 0.80 0.80

Fuente: Human Development Report 2000.

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239ANEXO ESTADÍSTICO

C. CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS

Cuadro A.7

Indicadores básicos: características demográficas

1995 1996 1997 1998 1999Población total (en millones) 1/ 10.0 10.2 10.5 10.8 11.1Composición de población2/ (%) Area Urbana 39.7 Rural 60.3 Grupo Etnico Indígena 48.6 No indígena 51.4 Sexo Hombres 48.8 Mujeres 51.2Población por grupos de edad2/ (%)0 - 14 43.815 a 64 51.165 y más 5.1Densidad de la población3/ (personas) 92 94 97 99 102Población económicamente activa4/ -PEA- (%) 29.9 30.4 30.8 31.1 31.5 Sexo Hombres 24.5 24.5 24.5 24.5 24.5 Mujeres 5.5 5.9 6.2 9.1 6.9Población económicamente activa1/ -PEA- (%)Composición de la PEA (%) Area Urbana 43.5 Rural 56.5 Grupo Etnico Indígena 47.7 No indígena 52.3 Sexo Hombres 63.8 Mujeres 36.2

Fuente: 1/ Proyecciones de población 1950-2050 INE-CELADE.

2/ Cálculos propios con datos de ENIGFAM 1998/99.

3/ Cálculos propios con estimaciones del INE.

4/ Estimaciones del INE.

240 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.8Proyecciones de población por región y departamento

1995 – 1999En Número de Personas y Porcentajes

1995 1996 1997 1998 1999Total en personas 9,975,927 10,243,110 10,517,450 10,799,132 11,088,361País 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0RegionesI. Metropolitana 22.2 22.3 22.4 22.5 22.6II. Norte 8.5 8.6 8.7 8.8 8.8III. Nororiente 9.0 8.9 8.9 8.9 8.8IV. Suroriente 8.9 8.8 8.8 8.7 8.6V. Central 10.5 10.5 10.4 10.4 10.3VI. Suroccidente 25.4 25.3 25.1 25.1 25.0VII. Noroccidente 12.8 12.9 12.9 12.9 12.9VIII. Petén 2.7 2.8 2.8 2.9 2.9DepartamentosGuatemala 22.2 22.3 22.4 22.5 22.6Alta Verapaz 6.6 6.7 6.9 7.0 7.0Baja Verapaz 1.8 1.8 1.8 1.8 1.8Zacapa 1.9 1.9 1.9 1.9 1.9Chiquimula 2.8 2.8 2.8 2.8 2.8Izabal 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0El Progreso 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3Jutiapa 3.6 3.6 3.5 3.5 3.4Jalapa 2.4 2.4 2.4 2.4 2.4Santa Rosa 2.9 2.9 2.9 2.9 2.8Sacatepéquez 2.2 2.2 2.2 2.3 2.3Chimaltenango 3.8 3.8 3.8 3.8 3.8Escuintla 4.6 4.5 4.4 4.4 4.3Quetzaltenango 6.0 6.0 6.0 6.0 6.0Totonicapán 3.2 3.2 3.2 3.2 3.2San Marcos 7.6 7.5 7.5 7.5 7.4Sololá 2.7 2.7 2.7 2.7 2.7Retalhuleu 2.2 2.2 2.2 2.2 2.1Suchitepéquez 3.7 3.6 3.6 3.6 3.6Quiché 5.2 5.2 5.2 5.2 5.2Huehuetenango 7.6 7.6 7.7 7.7 7.7Petén 2.7 2.8 2.8 2.9 2.9

Fuente: Proyecciones de población 1950-2050. INE-CELADE.

241ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.9Estimación de la población por región, área, étnia y sexo

1998En Número de Personas y Porcentajes

Total Urbana Rural Indígena No-Indígena Indígena No-IndígenaPaís (en númerode personas) 10,553,326 1,378,422 2,807,639 3,754,069 2,613,196 Mujeres 5,402,935 734,810 1,463,134 1,905,151 1,299,840 Hombres 5,150,391 643,612 1,344,505 1,848,918 1,313,356País 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Mujeres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Hombres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Regiones

I. Metropolitana 23.0 29.5 62.7 1.6 7.7 Mujeres 23.3 30.0 62.5 1.2 7.8 Hombres 22.7 29.0 63.0 2.1 7.6II. Norte 7.5 7.0 1.4 16.4 1.6 Mujeres 7.3 6.8 1.4 15.8 1.6 Hombres 7.7 7.2 1.4 16.9 1.5III. Nororiente 10.7 4.4 6.9 6.7 23.8 Mujeres 10.0 4.3 6.9 6.1 22.5 Hombres 11.4 4.5 6.9 7.3 25.1IV. Suroriente 7.8 2.3 5.5 3.7 19.2 Mujeres 7.8 2.2 5.7 3.5 19.8 Hombres 7.9 2.4 5.4 3.9 18.7V. Central 11.0 23.4 8.2 10.1 8.9 Mujeres 10.9 23.0 8.0 9.9 8.6 Hombres 11.2 23.7 8.3 10.3 9.2VI. Suroccidente 23.0 23.0 9.7 32.4 23.8 Mujeres 23.2 23.0 9.7 32.8 24.7 Hombres 22.7 23.0 9.7 32.1 22.9VII. Noroccidente 14.0 9.0 3.3 26.5 10.1 Mujeres 14.6 9.3 3.5 28.2 10.2 Hombres 13.3 8.7 3.1 24.8 9.9VIII. Petén 2.9 1.4 2.3 2.5 5.0 Mujeres 2.8 1.4 2.2 2.4 4.9 Hombres 3.1 1.5 2.3 2.7 5.1

Fuente: Calculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

242 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.10Densidad de la población por región y departamento

1995 - 1999En Número de Personas

1995 1996 1997 1998 1999País 92 94 97 99 102RegionesI. Metropolitana 1044 1075 1108 1142 1177II. Norte 71 74 77 80 83III. Nororiente 56 57 58 60 61IV. Suroriente 107 110 112 114 116V. Central 154 157 160 164 168VI. Suroccidente 207 212 216 221 227VII. Noroccidente 81 83 86 88 91VIII. Petén 8 8 8 9 9DepartamentosGuatemala 1044 1075 1108 1142 1177Alta Verapaz 76 80 83 86 90Baja Verapaz 59 60 61 62 64Zacapa 70 72 74 75 77Chiquimula 116 119 122 126 129Izabal 33 34 35 35 36El Progreso 67 68 70 71 73Jutiapa 111 113 115 117 118Jalapa 114 117 121 124 127Santa Rosa 99 101 102 104 106Sacatepéquez 472 489 506 523 539Chimaltenango 190 195 200 205 211Escuintla 104 105 106 107 109Quetzaltenango 307 315 323 331 339Totonicapán 304 311 317 324 333San Marcos 199 204 208 213 218Sololá 251 258 265 273 282Retalhuleu 120 122 124 126 128Suchitepéquez 145 148 151 154 158Quiché 62 64 66 67 69Huehuetenango 102 106 109 112 115Petén 8 8 8 9 9

Fuente: Cálculos propios con información de Proyecciones de población 1950-2050.

INE-CELADE e INE.

243ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.11Distribución de personas por grupo de edad, según área y grupo étnico

1998En Número de Personas y Porcentajes

Total Urbano Rural Indígena No-Indígena Indígena No-IndígenaPaís (personas) Mujeres 5,402,935 734,810 1,463,134 1,905,151 1,299,840 Hombres 5,150,391 643,612 1,344,505 1,848,918 1,313,356 Total 10,553,326 1,378,422 2,807,639 3,754,069 2,613,196País Mujeres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Hombres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.04 años o menos Mujeres 14.2 12.5 10.5 17.4 14.6 Hombres 15.4 13.7 12.1 19.1 14.3 Total 14.8 13.1 11.3 18.2 14.4de 5 a 9 años Mujeres 14.5 14.4 11.7 16.5 14.7 Hombres 16.3 16.2 13.2 18.8 16.2 Total 15.4 15.3 12.4 17.6 15.5de 10 a 14 años Mujeres 13.0 11.9 10.9 14.3 14.2 Hombres 14.3 14.2 11.9 15.8 14.5 Total 13.6 13.0 11.4 15.1 14.3de 15 a 19 años Mujeres 10.9 11.7 10.9 10.8 10.6 Hombres 11.6 12.4 11.9 10.5 12.3 Total 11.2 12.0 11.4 10.6 11.4de 20 a 24 años Mujeres 8.2 9.0 9.8 7.3 7.5 Hombres 7.1 7.1 9.2 5.9 6.8 Total 7.7 8.1 9.5 6.6 7.1de 25 a 29 años Mujeres 6.2 7.3 6.7 5.9 5.3 Hombres 5.0 5.2 5.9 4.6 4.7 Total 5.6 6.4 6.4 5.2 5.0de 30 a 34 años Mujeres 5.8 6.4 7.2 5.0 5.2 Hombres 5.6 6.0 6.5 4.9 5.4 Total 5.7 6.2 6.9 4.9 5.3de 35 a 39 años Mujeres 6.0 6.0 6.1 5.8 6.0 Hombres 4.7 5.3 6.0 4.3 3.8 Total 5.4 5.7 6.1 5.0 4.9de 40 a 44 años Mujeres 4.3 4.2 4.8 3.9 4.6 Hombres 4.1 4.2 4.6 3.6 4.2 Total 4.2 4.2 4.7 3.7 4.4de 45 a 49 años Mujeres 4.2 4.4 5.3 3.6 3.8 Hombres 3.9 3.4 4.9 3.6 3.6 Total 4.1 4.0 5.1 3.6 3.7de 50 a 54 años Mujeres 3.2 3.3 4.3 2.0 3.6 Hombres 2.9 2.5 3.5 2.4 3.2 Total 3.0 2.9 3.9 2.2 3.4

244 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.11 cont.

Total Urbano Rural Indígena No-Indígena Indígena No-IndígenaPaís (personas)de 55 a 59 años Mujeres 2.3 2.5 2.7 1.6 2.6 Hombres 2.1 2.0 2.3 1.6 2.7 Total 2.2 2.2 2.5 1.6 2.6de 60 a 64 años Mujeres 2.1 1.7 2.5 2.0 2.1 Hombres 1.9 2.7 1.9 1.5 2.0 Total 2.0 2.2 2.2 1.7 2.1de 65 a 69 años Mujeres 1.9 1.6 2.5 1.4 2.2 Hombres 1.8 1.7 2.1 1.2 2.2 Total 1.8 1.7 2.3 1.3 2.2de 70 a 74 años Mujeres 1.5 1.5 1.8 1.2 1.4 Hombres 1.5 1.4 1.9 1.2 1.6 Total 1.5 1.5 1.9 1.2 1.5de 75 a 79 años Mujeres 0.8 0.7 0.9 0.6 1.2 Hombres 1.1 1.2 1.2 0.8 1.4 Total 1.0 0.9 1.0 0.7 1.3de 80 a 84 años Mujeres 0.4 0.4 0.5 0.4 0.3 Hombres 0.4 0.4 0.3 0.2 0.8 Total 0.4 0.4 0.4 0.3 0.5de 85 a 89 años Mujeres 0.2 0.1 0.4 0.2 0.2 Hombres 0.3 0.2 0.4 0.2 0.4 Total 0.3 0.1 0.4 0.2 0.3de 90 a 94 años Mujeres 0.1 0.2 0.3 0.0 0.0 Hombres 0.0 0.1 0.1 0.0 0.0 Total 0.1 0.1 0.2 0.0 0.0de 95 o más años Mujeres 0.0 0.1 0.0 0.1 0.0 Hombres 0.0 0.0 0.0 0.0 0.1 Total 0.0 0.0 0.0 0.0 0.1

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

245ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.12Proyecciones de población económicamente activa

por región y sexo1995 - 1999

En Número de Personas y Porcentajes

1995 1996 1997 1998 1999País 2,985,566 3,111,404 3,237,243 3,363,084 3,488,925

Mujeres 544,750 600,718 656,684 712,655 768,624Hombres 2,440,816 2,510,686 2,580,559 2,650,429 2,720,301

País 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Mujeres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Hombres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

RegionesI. Metropolitana 26.5 26.4 26.4 26.3 26.3

Mujeres 48.4 46.2 44.4 42.8 41.5Hombres 21.6 21.7 21.8 21.9 22.0

II. Norte 7.9 8.0 8.1 8.2 8.3Mujeres 4.7 5.1 5.4 5.7 5.9Hombres 8.6 8.7 8.8 8.9 9.0

III. Nororiente 8.8 8.8 8.8 8.8 8.8Mujeres 6.6 6.8 7.0 7.1 7.2Hombres 9.3 9.3 9.3 9.2 9.2

IV. Suroriente 8.5 8.5 8.4 8.4 8.3Mujeres 5.1 5.4 5.7 5.9 6.1Hombres 9.3 9.2 9.1 9.1 9.0

V. Central 10.5 10.4 10.4 10.3 10.3Mujeres 8.9 9.0 9.1 9.2 9.2Hombres 10.8 10.7 10.7 10.6 10.6

VI. Suroccidente 23.6 23.6 23.6 23.6 23.6Mujeres 17.8 18.4 18.9 19.3 19.6Hombres 24.9 24.9 24.8 24.7 24.7

VII. Noroccidente 11.5 11.6 11.6 11.6 11.6Mujeres 7.1 7.6 8.0 8.4 8.7Hombres 12.5 12.5 12.5 12.5 12.4

VIII. Petén 2.7 2.7 2.7 2.8 2.8Mujeres 1.3 1.5 1.6 1.7 1.7Hombres 3.0 3.0 3.0 3.1 3.1

Fuente: Cálculos propios con información del INE.

246 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.13Proyecciones de población económicamente activa por departamento y sexo

1995 – 1999En Número de Personas y Porcentajes

1995 1996 1997 1998 1999DepartamentosGuatemala 26.5 26.4 26.4 26.3 26.3 Mujeres 48.4 46.2 44.4 42.8 41.5 Hombres 21.6 21.7 21.8 21.9 22.0Alta Verapaz 6.2 6.4 6.5 6.6 6.7 Mujeres 3.6 3.9 4.2 4.4 4.6 Hombres 6.8 6.9 7.0 7.1 7.2Baja Verapaz 1.7 1.7 1.6 1.6 1.6 Mujeres 1.1 1.2 1.2 1.3 1.3 Hombres 1.8 1.8 1.8 1.8 1.7Zacapa 1.9 1.9 1.9 1.9 1.9 Mujeres 1.6 1.6 1.6 1.7 1.7 Hombres 2.0 2.0 2.0 2.0 2.0Chiquimula 2.8 2.8 2.8 2.8 2.8 Mujeres 2.3 2.3 2.4 2.4 2.4 Hombres 3.0 2.9 2.9 2.9 2.9Izabal 2.9 2.9 2.9 2.9 2.9 Mujeres 2.0 2.0 2.1 2.2 2.2 Hombres 3.1 3.1 3.1 3.1 3.1El Progreso 1.2 1.2 1.2 1.2 1.2 Mujeres 0.8 0.8 0.9 0.9 0.9 Hombres 1.3 1.3 1.3 1.3 1.3Jutiapa 3.4 3.4 3.3 3.3 3.3 Mujeres 1.8 1.9 2.1 2.2 2.2 Hombres 3.8 3.7 3.7 3.6 3.6Jalapa 2.2 2.2 2.2 2.2 2.2 Mujeres 1.5 1.6 1.7 1.7 1.8 Hombres 2.4 2.4 2.4 2.4 2.4Santa Rosa 2.9 2.9 2.9 2.8 2.8 Mujeres 1.8 1.9 1.9 2.0 2.0 Hombres 3.1 3.1 3.1 3.1 3.0Sacatepéquez 2.4 2.4 2.4 2.4 2.4 Mujeres 2.9 2.8 2.8 2.8 2.8 Hombres 2.3 2.3 2.3 2.3 2.4Chimaltenango 3.5 3.5 3.5 3.5 3.5 Mujeres 2.6 2.7 2.8 2.9 2.9 Hombres 3.7 3.7 3.7 3.7 3.7Escuintla 4.5 4.5 4.4 4.4 4.3 Mujeres 3.4 3.4 3.5 3.5 3.5 Hombres 4.8 4.7 4.6 4.6 4.5

247ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.13 cont.

Departamentos 1995 1996 1997 1998 1999Quetzaltenango 5.6 5.6 5.6 5.6 5.6 Mujeres 5.0 5.1 5.2 5.2 5.3 Hombres 5.7 5.7 5.7 5.7 5.7Totonicapán 3.0 3.0 3.0 3.0 3.0 Mujeres 2.4 2.5 2.5 2.6 2.6 Hombres 3.2 3.2 3.1 3.1 3.1San Marcos 7.0 7.0 7.0 6.9 6.9 Mujeres 4.4 4.6 4.8 5.0 5.1 Hombres 7.6 7.5 7.5 7.5 7.4Sololá 2.5 2.5 2.5 2.5 2.5 Mujeres 1.5 1.6 1.7 1.8 1.8 Hombres 2.7 2.7 2.7 2.7 2.7Retalhuleu 2.0 2.0 2.0 2.0 2.0 Mujeres 1.5 1.6 1.6 1.6 1.7 Hombres 2.2 2.1 2.1 2.1 2.1Suchitepéquez 3.5 3.5 3.5 3.4 3.4 Mujeres 3.0 3.0 3.0 3.1 3.1 Hombres 3.6 3.6 3.6 3.6 3.5Quiché 4.8 4.8 4.8 4.8 4.8 Mujeres 3.2 3.4 3.5 3.6 3.7 Hombres 5.2 5.1 5.1 5.1 5.1Huehuetenango 6.7 6.7 6.8 6.8 6.9 Mujeres 3.9 4.2 4.5 4.8 5.0 Hombres 7.3 7.3 7.4 7.4 7.4Petén 2.7 2.7 2.7 2.8 2.8 Mujeres 1.3 1.5 1.6 1.7 1.7 Hombres 3.0 3.0 3.0 3.1 3.1

Fuente: Cálculos propios con información del INE.

248

LA F

UERZ

A I

NC

LU

YEN

TE D

EL D

ESA

RRO

LLO H

UM

AN

O

249A

NEX

O E

STA

DÍS

TIC

O

250 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.15Indicadores básicos: actividad económica

1996 – 1999

1996 1997 1998 1999Sector Real1/ (Tasas de variación) PIB Real 3.0 4.4 5.0 3.6 Demanda interna real 0.6 5.7 8.5 3.1 Demanda global real 1.7 6.1 7.5 3.2 PIB nominal 12.1 13.0 15.0 9.0 Inflación acumulada 10.9 7.1 7.5 4.9Sector Fiscal2/ (%)Ahorro en cuenta corriente/PIB 2.7 3.2 2.3 2.4Déficit fiscal /PIB 0.0 0.8 2.2 2.8Ingresos tributarios/PIB 8.8 9.4 9.3 9.9Ingresos tributarios/Ingresos totales 93.3 94.4 90.3 89.5Impuestos directos/ingresos tributarios 23.9 22.4 20.6 21.8Sobre la renta/Ingresos tributarios 17.7 12.5 13.9 13.6Impuestos indirectos/ingresos tributarios 76.1 77.6 79.4 78.2IVA/ingresos tributarios 42.5 44.8 45.8 46.7Servicio total de la deuda/PIB 3.6 3.1 2.3 2.2Deuda interna/PIB 5.3 5.4 5.2 5.8Deuda externa/PIB 13.0 12.3 13.2 15.1Sector Monetario1/

(Tasas de variación) Medio circulante (M1) 12.8 31.3 13.5 14.2 Medios de pago (M2) 12.4 25.1 12.5 7.9Tasa de interés(al 31 de diciembre de cada año) Activa 22.4 16.4 17.9 20.6 Pasiva 7.7 5.2 7.1 11.3 Márgen de intermediación 14.7 11.2 10.8 9.3Sector Externo1/ (%) Déficit cuenta corriente /PIB 2.8 3.6 5.5 5.9 Déficit cuenta comercial/PIB 6.8 8.4 11.5 12.0 Exportaciones/PIB 12.9 13.7 14.1 14.4 Tasa de variación Exportaciones 3.3 16.3 7.2 -2.7 Importaciones -4.4 22.4 20.7 -2.0Reservas Monetarias Internacionales Netas(Millones de US$) 815.5 1,102.5 1,345.3 1,219.7Tipo de cambio promedio ponderado(al 31 de diciembre de cada año) 6.00 6.19 6.84 7.82 Quetzales por US$ 1.00

Fuente: 1/ Cálculos propios con datos del Banco de Guatemala.

2/ Cálculos propios con datos del Ministerio de Finanzas Públicas.

D. ACTIVIDAD ECONÓMICA

251ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.16Principales indicadores del sector real

1995 – 1999En Millones de Quetzales y Porcentajes

1995 1996 1997 1998 1999I. Consumo Total 86.6 86.2 86.1 86.9 86.3 Privado 78.1 78.0 77.7 78.1 77.3 Público 8.5 8.2 8.4 8.7 9.0II. Inversión Interna Bruta 11.1 9.1 10.5 13.6 13.0Formación geográfica bruta de capital fijo 10.4 9.9 11.7 13.0 13.4 Privada 7.6 7.0 8.2 9.5 9.8 Pública 2.9 2.9 3.5 3.5 3.6 Variación de existencias 0.6 -0.8 -1.1 0.6 -0.3IV. Exportación de bienes y servicios 16.6 17.5 18.1 17.7 17.7V. Importación de bienes y servicios 14.2 12.9 14.8 17.5 17.0VI. Producto Interno Bruto 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 Agricultura, silvicultura, caza y pesca 24.2 24.1 23.7 23.4 23.1 Explotación de minas y canteras 0.4 0.5 0.5 0.6 0.6 Industria manufacturera 14.1 14.0 13.7 13.6 13.4 Construcción 2.2 2.2 2.3 2.4 2.6 Electricidad y agua 3.0 3.1 3.4 3.4 3.7 Transporte, almacenamiento y comunicaciones 8.6 8.7 8.8 9.0 9.2 Comercio al por mayor y al por menor 24.8 24.7 24.6 24.7 24.5 Banca, seguros y bienes inmuebles 4.8 5.0 5.0 5.2 5.3 Propiedad de vivienda 4.7 4.7 4.7 4.6 4.6 Administración pública y defensa 7.4 7.3 7.4 7.4 7.4 Servicios privados 5.8 5.8 5.8 5.7 5.7

- Millones de quetzales de 1958 -Producto Interno Bruto real 4,179.8 4,303.4 4,491.2 4,715.5 4,887.1Demanda Interna 4,081.5 4,104.0 4,338.9 4,706.1 4,853.4Demanda global = Oferta Global 4,775.3 4,858.0 5,154.0 5,540.7 5,717.9Producto Interno Bruto per cápita(en quetzales) 419.0 420.1 427.0 436.7 440.7

- Millones de quetzales de cada año -Producto Interno Bruto nominal 85,156.7 95,478.6 107,873.4 124,022.5 135,214.4

- Indices -Indice mensual de la actividad económica-IMAE- 100.3 103.2 108.7 114.6 119.5Inflación acumulada -Tasa de variación- 8.6 10.9 7.1 7.5 4.9

Fuente: Cálculos propios con datos del Banco de Guatemala.

252 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A. 17Gastos dedicados al producto interno bruto a precios de mercado

1995 – 1999En Porcentajes y en Millones de Quetzales

Concepto 1995 1996 1997 1998 19991. Gastos en consumo de las personas e

instituciones privadas sin fines de lucro 85.6 87.0 87.0 85.0 84.72. Gastos en consumo del gobierno general 5.5 5.1 5.0 5.7 6.23. Formación geográfica bruta de capital fijo 14.5 13.3 15.1 16.6 17.9 Privada 12.0 10.8 12.1 13.7 14.8 Pública 2.5 2.5 3.1 3.0 3.14. Variación de existencias 0.5 -0.6 -1.4 0.7 -0.55. Exportaciones de bienes y servicios 19.3 17.8 18.0 18.2 19.06. Menos: Importaciones de bienes y servicios 25.4 22.6 23.6 26.3 27.4Producto Interno Bruto 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Producto Interno Bruto (nominal) 85,156.7 95,478.6 107,873.4 124,022.5 135,214.4

Fuente: Cálculos propios con datos del Banco de Guatemala.

253ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.18Ingresos del Gobierno Central

1995 – 1999Millones de Quetzales

Concepto 1995 1996 1997 1998 1999Ingresos Totales 7,543.6 9,031.3 10,704.7 12,815.2 14,923.9Ingresos Corrientes 7,518.9 9,019.4 10,668.2 12,745.1 14,914.1Ingresos Tributarios 6,775.1 8,422.7 10,102.6 11,573.4 13,362.6Impuestos Directos 1,400.7 2,016.4 2,260.9 2,379.9 2,907.3

Impuesto sobre la Renta 1,364.5 1,491.2 1,263.3 1,610.3 1,815.7Impuesto sobre la propiedad y otros 35.6 27.2 21.1 9.4 12.3Impuesto Extraordinario 0.6 498.0 976.5 37.9 3.5Impuesto a la Empresas Mercantiles 0.0 0.0 0.0 722.3 1,075.8

Impuestos Indirectos 5,374.3 6,406.3 7,841.7 9,193.5 10,454.0Impuesto al Valor Agregado 2,439.7 3,579.0 4,523.3 5,299.1 6,241.0

Doméstico 1,080.9 1,737.1 2,083.6 2,190.7 2,685.1Importaciones 1,358.8 1,841.9 2,439.7 3,108.4 3,556.0

Derechos Arancelarios 1,597.1 1,475.5 1,511.5 1,682.6 1,813.8Petróleo 603.4 604.0 933.9 1,267.2 1,403.3

Otros Indirectos 623.4 626.2 795.3 883.0 924.0Alcoholes 141.4 142.7 153.5 221.4 250.9Tabaco 143.1 158.9 181.6 193.9 175.3

Timbres Fiscales 191.2 196.9 168.6 226.3 251.1Vehículos 131.1 112.3 141.2 142.4 148.1

Regalías 7.0 9.0 137.3 21.2 1.3Salida del País 9.6 6.4 13.1 77.8 98.5Otros 110.6 121.6 77.7 62.2 71.8

No Tributarios y Transferencias 743.8 596.7 565.6 1,171.7 1,551.5Ingresos de Capital 24.7 11.9 36.5 70.1 9.8

Fuente: Estadísticas Financieras del Gobierno Central, Dirección de Análisis Fiscal, Ministerio de Finanzas Públicas.

254 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.19Gastos del Gobierno Central

1995 – 1999Millones de Quetzales

Concepto 1995 1996 1997 1998 1999Gastos Totales 7,974.4 8,997.4 11,518.0 15,517.1 18,728.1Gastos Corrientes 5,666.0 6,406.3 7,261.8 9,832.9 11,641.7 Remuneraciones 2,559.7 2,813.4 2,878.1 3,745.8 4,311.6 Bienes y Servicios 855.6 798.6 1,016.6 1,369.2 1,554.9 Descuentos y Bonificaciones 10.7 99.6 527.3 737.3 716.7 Intereses 864.3 1,065.6 812.2 1,360.6 1,789.3 Deuda Interna 594.0 650.1 456.4 885.3 1,095.4 Deuda Externa 270.3 415.5 355.8 475.2 693.9 Préstamos 270.3 415.5 355.8 395.1 585.7 Bonos 80.1 108.2 Transferencias 1,375.7 1,629.2 2,027.6 2,620.0 3,269.2 Resto del Gobierno General 725.8 869.9 1,103.8 1,443.0 1,772.1 Sector Privado 573.1 726.3 773.4 909.1 1,210.0 Sector Externo 76.8 32.9 150.4 267.9 287.2Inversión 2,308.4 2,591.1 4,256.2 5,684.2 7,086.5 Formación Bruta de Capital Fijo 1,093.8 1,276.6 1,787.4 2,159.3 2,499.7 Inversión Financiera 302.4 241.2 543.6 1,215.8 1,607.5 Transferencias 912.2 1,073.3 1,925.2 2,309.0 2,979.3 Resto del Gobierno General 634.1 827.7 1,863.9 2,253.1 2,256.9 Sector Privado 245.9 206.0 18.5 9.9 156.1 Sector Externo 32.2 39.6 42.8 46.1Balance de Cuenta Corriente 1,852.9 2,613.1 3,406.4 2,912.2 3,272.5Balance Presupuestal -430.8 33.9 -813.3 -2,701.9 -3,804.2

Fuente: Estadísticas Financieras del Gobierno Central, Dirección de Análisis Fiscal, Ministerio de Finanzas Públicas.

255ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.20Financiamiento del Gobierno Central

1995 – 1999Millones de Quetzales

Concepto 1995 1996 1997 1998 1999Financiamiento 430.8 -33.9 813.3 2,701.9 3,804.2Financiamiento Externo Neto 320.7 270.6 1,713.3 1,815.1 3,379.0 Desembolsos 609.7 691.3 2,038.4 2,227.9 3,932.9Préstamos 609.7 691.3 1,132.6 1,815.1 2,604.8Negociaciónes no Residentes 0.0 0.0 905.8 412.8 1,328.1Amortizaciones 289.0 420.7 325.1 412.9 553.8Financiamiento Interno Neto 110.1 -304.4 -900.0 886.8 425.1Negociación Neta Bonos Residentes -359.5 608.2 769.1 -18.3 219.6Creación Neta Deuda flotante 240.1 -851.0 -661.7 0.0 0.0 Creación Deuda flotante 1,187.5 107.3 0.0 0.0 0.0 Pago Deuda Flotante 947.4 958.3 661.7 0.0 0.0Desincorporación de Activos 0.0 0.0 0.0 3,754.6 0.0Variación de Caja 229.5 -61.6 -1,007.4 -2,849.5 205.6

Fuente: Estadísticas Financieras del Gobierno Central, Dirección de Análisis Fiscal, Ministerio de Finanzas Públicas.

256 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.21

Saldo y servicio de la deuda pública interna y externa del gobierno1995 – 1999

En Millones de Quetzales y US$

1995 1996 1997 1998 1999Deuda Interna(millones de Quetzales) 4,486.5 5,093.0 5,864.9 6,259.4 7,807.1Deuda Externa(millones de US$) 2,107.0 2,074.0 2,135.1 2,371.9 2,631.3 Resto Sector Público 496.0 442.8 435.1 480.5 470.0 Gobierno Central 1,230.7 1,308.2 1,491.3 1,735.5 2,034.4 Banco de Guatemala 380.3 323.0 208.7 155.9 126.9Servicio total de la deuda(millones de quetzales) 2,905.1 3,419.5 3,307.9 2,751.0 2,887.1 Capital 1,882.4 1,959.2 2,095.9 1,217.8 1,027.5 Intereses 1,022.8 1,460.3 1,211.9 1,533.2 1,859.5Servicio de la deuda externa 1,909.2 2,140.1 1,992.5 1,731.2 1,791.9 Capital 1,295.6 1,385.1 1,397.6 1090.0 1,027.5 Intereses 613.7 755.0 594.8 641.2 764.3 Pública 1,073.3 1,404.3 1,018.2 1,245.4 1,478.8 Capital 675.9 818.6 551.5 703.1 795.0 Intereses 397.4 585.7 466.7 542.3 683.7 Banco de Guatemala 835.9 735.8 974.3 485.8 313.1 Capital 619.7 566.5 846.1 386.9 232.5 Intereses 216.2 169.2 128.1 98.9 80.6Servicio de la deuda públicainterna 995.9 1,279.4 1,315.4 1,019.8 1,095.2 Capital 586.8 574.1 698.3 127.8 0.0 Intereses 409.1 705.3 617.1 892.0 1095.2

Nota: En los datos del servicio total de la deuda se utilizo el tipo de cambio siguiente: 1995 Q.6.0; 1996 Q.6.00; 1997 Q.6.1; 1998 Q.6.73 y 1999

Q.7.67.

Fuente: Banco de Guatemala.

257ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.22Panorama monetario

En Millones de Quetzales

Concepto 1995 1996 1997 1998 1999Monetización Externa 2,597.9 3,179.4 4,546.0 7,297.0 6,318.8 Activo Externo 4,571.9 5,914.8 7,384.7 11,136.8 10,305.7 Pasivo Externo -1,974.0 -2,735.4 -2,838.7 -3,839.8 -3,986.9 CDP´s en US$ -8.0 0.0Activos Internos Netos 16,993.5 18,849.3 23,018.2 23,702.7 27,137.4 Actividad Créditicia 14,390.8 15,659.3 17,901.5 19,334.9 22,552.3 Posición Neta con el Sector Público 1/ 125.9 -133.9 -1,045.5 -4,514.6 -3,782.0 Al Sector Privado 12,479.4 14,007.2 16,604.1 21,144.4 24,099.9 A Bancos 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 A Financieras 1,785.5 1,786.0 2,342.9 2,705.1 2,234.3 Encaje -18.3 -24.6 -17.0 -42.9 -46.4 Otros Activos Netos 7,412.7 8,740.7 9,403.8 7,743.9 7,966.8 Obligaciones Mediano y Largo Plazo -1,599.5 -1,439.8 -1,170.8 -1,197.0 -996.1 Bonos de Estabilización -411.5 -302.1 -149.4 -28.6 -11.3 Operaciones Compra Venta de Valores -2,780.8 -3,784.3 -2,950.0 -2,107.6 -2,327.9 Con Entidades Públicas -1,771.6 -2,414.4 -2,980.7 -2,116.0 -2,167.2 Otros Inversionistas -1,009.2 -1,369.9 30.7 8.4 -160.7Creación de Liquidez 19,591.3 22,028.6 27,564.2 30,999.7 33,456.2Medio Cirulante 8,064.9 9,099.0 11,948.2 13,565.6 15,497.2 Numerario en Circulación 4,018.4 4,177.8 4,888.8 5,631.7 7,751.4 Depósitos Monetarios 4,046.5 4,921.2 7,059.4 7,933.9 7,745.8Cuasidinero 2/ 11,526.3 12,929.6 15,615.9 17,434.1 17,959.0Medios de Pago 19,591.3 22,028.6 27,564.2 30,999.7 33,456.2

Nota: Tipo de cambio para 1995 Q.5.99454; 1996 y 1997 Q.6.16782; para 1998 y 1999 Q.7.79230

1/ Incluye obligaciones financieras en circulación.

2/ Incluye 50% de recursos del ISET.

Fuente: Banco de Guatemala.

258 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.23Balanza de pagos internacionales

1995 – 1999Millones de US$ dólares

Concepto 1995 1996 1997 1998 1999 p/

Cuenta Corriente -572.7 -449.7 -634.4 -997.2 -1,015.9Mercaderias -1,301.7 -1,089.9 -1,461.3 -2,088.3 -2,067.2

Exportaciones FOB 1,990.8 2,056.3 2,390.6 2,562.7 2,492.8Principales Productos 1,048.0 954.9 1,174.8 1,167.9 1,055.5Otros Productos 942.8 1,101.4 1,215.8 1,394.7 1,437.3

Importaciones CIF 3,292.5 3,146.2 3,851.9 4,650.9 4,560.0Petroleras 400.6 457.6 395.9 374.2 438.6No Petroleras 2,891.9 2,688.6 3,456.0 4,276.8 4,121.3

Servicios 237.8 111.9 220.1 385.7 336.5Ingresos Provenientes de Inversiones -159.4 -229.8 -239.1 -151.6 -200.3

Utilidades, dividendos y regalías 4.6 -1.8 -1.3 0.3 -6.2Utilidades no distribuidas -27.9 -28.1 -30.7 -34.5 -32.6Utilidades reinvertidas -9.3 -9.3 -10.3 -11.4 -10.8Intereses privados -22.4 -18.1 -12.4 17.5 -1.4Intereses de bancos y entidades oficiales -71.6 -114.8 -97.5 -68.5 -72.6Diversos -32.8 -57.7 -86.9 -55.0 -76.7

Transporte y Seguros 11.2 23.7 36.9 67.3 64.5Crédito 61.5 69.8 82.5 112.6 114.7Débito 50.3 46.1 45.6 45.3 50.2

Turismo y Viajes 71.2 81.8 147.1 157.3 172.9Turismo 45.6 53.3 98.0 106.3 97.3Estudiantes -0.9 -1.0 -1.1 -1.0 -0.3Diversos 26.5 29.5 50.2 52.0 75.9

Otros Servicios 314.8 236.2 275.1 312.6 299.4Servicios del Gobierno 15.7 3.9 22.6 26.5 15.3

Gastos diplomáticos y Consulares -0.6 -6.2 16.9 8.1 1.6Aportes y Cuota de Organismos Internacionales 5.0 -0.7 5.0 2.5 -1.5Diversos 11.3 10.8 0.7 15.9 15.2

Servicios Misceláneos 299.1 232.3 252.5 286.1 284.2Servicios de Compañias -23.5 -10.8 -8.7 -1.3 -14.3Comisiones No Bancarias -20.7 -6.3 4.8 0.5 -6.0Devoluciones y sobrantes 1.2 0.4 6.1 0.0 3.1Sueldos y Salarios 15.0 18.8 6.3 11.9 19.7Servicios de transformación 166.5 175.6 212.2 284.9 287.7Diversos 160.6 54.6 31.8 -9.9 -6.0

259ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.23 cont.Balanza de pagos internacionales

1995 – 1999Millones de US$ dólares

Concepto 1995 1996 1997 1998 1999 p/

Transferencias Corrientes (Netas) 491.2 528.3 606.8 705.3 714.8Donaciones 142.0 161.5 218.5 277.6 272.6Remesas 349.7 362.8 387.5 423.1 438.6Pensiones y jubilaciones -3.4 -0.1 -0.2 -1.0 -0.3Diversos 2.9 4.1 1.0 5.6 4.0

Cuenta de Capital y Financiero 415.4 626.1 921.5 1184.7 705.9Transferencias de Capital 61.6 59.1 85.0 71.0 68.4Total operaciones de capital 353.8 567.0 836.5 1113.7 637.5

Capital oficial y bancario -60.0 17.1 253.0 264.2 406.6Sector Público no Financiero 17.8 86.7 335.1 318.3 432.5

Préstamos del Gobierno e Instituciones 11.9 91.2 235.5 252.5 296.0Diversos 5.9 -4.5 99.6 65.8 136.4

Banco de Guatemala -77.8 -69.6 -82.1 -54.2 -25.9Préstamos del Banco de Guatemalacon sus corresponsales -43.6 -42.1 -57.8 -35.9 -6.9Préstamos del Banco de Guatemalacon instituciones internacionales -19.2 -17.6 -15.1 -15.3 -15.9Financiamiento compensatorioMéxico-Venezuela -14.9 -9.9 -9.2 -3.0 -3.0

Capital Privado 413.8 550.0 583.5 849.5 230.9Inversión Directa 75.3 76.8 84.5 672.8 154.6

Inversiones Extranjeras 525.6 479.7 625.0 1338.4 916.9Desinversiones Extranjeras -455.9 -408.3 -547.1 -673.5 -770.0Préstamos y aport. en especie 5.6 5.3 6.5 7.9 7.8

Capital de Mediano y Largo Plazo 165.3 366.7 433.7 448.5 544.0Acciones, bonos y activos -22.6 -11.6 -20.1 -11.8 -46.0Bonos de estabilización (quetz.) 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0Repatriación de Capitales 125.0 199.3 217.3 232.0 198.6Préstamos en efectivo 62.9 179.0 232.6 218.7 390.1Diversos 0.0 0.0 3.9 9.6 1.3

A Corto Plazo 173.3 106.5 65.3 -271.8 -467.7Obligaciones Comerciales 479.6 639.9 667.5 550.5 735.9Préstamos en efectivo 19.3 -32.9 -41.6 -30.5 -65.3Diversos -182.0 -428.7 -638.3 -791.8 -1138.4

Saldo No Determinado -143.6 -71.8 77.7 55.1 184.6Total Operaciones Internacionales -157.3 176.4 287.0 242.6 -125.4Variación en las Reservas MonetariasInternacionales Netas (aumento) 157.3 -176.4 -287.0 -242.6 125.4

Nota: p / preliminar.

Fuente: Banco de Guatemala.

260 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.24

Valor de las exportaciones FOB por principales productos1995 – 1999

Millones de US$

Productos 1995 1996 1997 1998 1999Total 2,157.3 2,231.9 2,602.7 2,847.6 2,780.5Tradicionales 1,048.0 954.9 1,174.8 1,167.9 1,055.5Café 578.6 472.6 620.4 584.5 587.1Azucar 245.4 220.4 258.4 310.6 188.1Banano 145.6 162.2 161.6 177.9 143.1Carne 4.9 0.0 0.0 0.0 0.0Cardamomo 40.7 39.4 37.9 36.6 56.4Petroleo 32.8 60.3 96.5 58.3 80.8No Tradicionales 1,109.3 1,277.0 1,427.9 1,679.7 1,725.0Centroamerica 565.4 578.0 683.3 748.5 789.9Maquila 166.5 175.6 212.2 284.9 287.7Otros 377.4 523.4 532.4 646.3 647.4 Aceites esenciales 1.4 1.1 1.2 1.4 1.8 Ajonjoli 30.1 31.0 29.8 18.6 17.4 Algodón, Derivados de 0.1 0.2 0.1 0.0 0 Articulos de Vestuario 16.0 15.9 23.9 36.8 20.6 Articolos típicos 1.7 1.8 0.0 0.0 0 Cacao 0.4 0.0 0.0 0.0 0 Camaron, Pescado y Langosta 23.2 27.5 19.9 24.7 28.1 Carne 0.0 1.4 0.3 0.0 0 Caucho natural 30.8 43.1 34.6 24.5 22.6 Chicle y chiquilbul 0.0 0.0 0.0 0.0 0 Flores, Plantas y Similares 31.2 40.4 42.6 43.3 44.3 Frutas y sus Preparados 29.6 44.4 45.6 59.4 65.3 Madera y Manufacturas 8.6 10.3 9.9 10.6 12.4 Miel de Abeja 0.8 2.3 1.2 2.1 1.2 Miel de Purga (Melazas) 11.5 17.0 14.6 12.8 4.1 Minerales 3.2 9.6 6.4 5.0 3.3 Productos Alimenticos 25.0 29.5 31.5 52.9 48.2 Productos de Vidrio 7.8 7.1 7.6 6.1 8.8 Productos Metalicos 3.3 4.1 10.7 20.3 23 Productos Químicos 48.7 77.4 82.0 91.7 111.7 Tabaco en Rama y Manufactura 14.1 21.3 27.6 26.9 23.1 Tejidos, Hilos y Hilazas 6.5 16.3 12.2 36.5 11.7 Verduras y Legumbres 40.3 49.0 45.9 51.7 50.5 Otros 42.9 72.8 84.8 121.0 149.3

Nota: El total de las exportaciones incluye maquila.

Fuente: Banco de Guatemala.

261ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.25Valor CIF de las importaciones

1995 – 1999Millones de US$

Grupo Económico 1995 1996 1997 1998 1999Total 3,292.5 3,146.2 3,851.9 4,650.9 4,560.0Bienes de Consumo 925.5 877.9 1,085.0 1,371.5 1,279.2

No Duraderos 607.0 626.6 809.5 968.9 960.3Duraderos 318.5 251.3 275.5 402.6 318.9

Materias Primas y Productos Intermedios 1,245.6 1,150.2 1,443.3 1,622.4 1,523.6Para la Agricultura 114.1 115.3 142.3 114.6 107.8Para la Industria 1,131.5 1,034.9 1,301.0 1,507.8 1415.8

Combustibles y Lubricantes 286.6 329.7 269.0 284.2 321.6Materiales de construccion 83.0 94.8 123.5 150.4 125.2Bienes de Capital 748.7 690.6 930.7 1,222.2 1,310.1

Para la Agricultura 35.9 33.7 40.8 64.1 51.1Para la Industria, Telecomunicaciones y Construcción 477.2 470.9 669.7 869.4 950.9Para el Transporte 235.6 186.0 220.2 288.7 308.1

Diversos 3.1 3.0 0.4 0.2 0.3

Fuente: Banco de Guatemala.

262 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.26Indicadores básicos: empleo

1996 – 1999En Porcentajes

1996 1997 1998 1999Afiliados IGSS/PEA1/ 27.4 26.3 26.4 25.6Personas ocupadas 2/ Area Urbana 43.0 Rural 57.0 Grupo Etnico Indígena 48.1 No indígena 51.9 Sexo Hombres 63.6 Mujeres 36.4 % de Personas por Rama de Actividad2/

Agricultura 39.3 Hombres 51.2 Mujeres 20.4 Minería 0.2 Hombres 0.3 Mujeres 0.0 Industria 16.7 Hombres 12.6 Mujeres 23.2 Electricidad 0.3 Hombres 0.4 Mujeres 0.2 Construcción 5.2 Hombres 8.4 Mujeres 0.1 Comercio 19.6 Hombres 13.,0 Mujeres 30.1 Transporte y Comunicaciones 2.8 Hombres 3.8 Mujeres 1.1 Servicios financieros 2.1 Hombres 2.2 Mujeres 2.0 Otros 13.8 Hombres 8.1 Mujeres 22.8

Fuente: 1/ Cálculos propios con datos del IGSS e INE

2/ Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

263ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.27Estimación de trabajadoresafiliados cotizantes al IGSS

1995 - 1999En Número de Cotizantes y Porcentajes

1995 1996 1997 1998 1999País (Total en personas) 855,596 852,243 851,292 887,228 893,126País 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Regiones I. Metropolitana 54.7 54.4 55.0 56.7 58.5II. Norte 3.1 3.0 3.4 3.3 3.3III. Nororiente 5.7 5.7 5.8 5.5 5.3IV. Suroriente 3.6 2.8 2.6 2.6 2.7V. Central 15.4 15.3 14.8 13.9 13.1VI. Suroccidente 14.5 15.7 15.7 15.1 14.1VII. Noroccidente 2.2 2.2 2.0 2.0 2.0VIII. Petén 0.8 1.0 0.8 0.9 1.0Departamentos Guatemala 54.7 54.4 55.0 56.7 58.5Alta Verapaz 2.5 2.3 2.7 2.6 2.6Baja Verapaz 0.6 0.7 0.7 0.7 0.7Zacapa 1.0 1.0 1.1 1.2 1.2Chiquimula 0.7 0.8 0.8 0.8 0.7Izabal 3.4 3.3 3.3 2.9 2.6El Progreso 0.6 0.6 0.6 0.6 0.7Jutiapa 0.7 0.6 0.7 0.7 0.7Jalapa 0.5 0.4 0.4 0.5 0.5Santa Rosa 2.3 1.7 1.5 1.5 1.5Sacatepéquez 2.4 2.0 1.8 2.0 2.0Chimaltenango 1.6 1.6 1.6 1.6 1.6Escuintla 11.4 11.8 11.4 10.3 9.5Quetzaltenango 4.1 4.3 4.5 4.6 4.4Totonicapán 0.4 0.4 0.3 0.3 0.3San Marcos 2.9 3.7 3.8 3.7 3.4Sololá 0.8 0.8 0.8 0.6 0.6Retalhuleu 2.4 2.4 2.3 2.2 2.0Suchitepéquez 3.8 4.2 4.0 3.8 3.4Quiché 1.0 0.9 0.8 0.8 0.8Huehuetenango 1.2 1.3 1.2 1.2 1.2Petén 0.8 1.0 0.8 0.9 1.0

Fuente: Cálculos propios con información del IGSS.

264 LA FUERZA INCLUYENTE DEL GESARROLLO HUMANO

Cuadro A.28

Trabajadores afiliados al IGSS como porcentaje de la PEA1995 - 1999

En Porcentajes

1995 1996 1997 1998 1999País 28.7 27.4 26.3 26.4 25.6Regiones I. Metropolitana 59.2 56.4 54.8 56.8 56.9II. Norte 11.4 10.2 11.0 10.6 10.0III. Nororiente 18.5 17.7 17.3 16.4 15.3IV. Suroriente 12.1 9.0 8.1 8.3 8.3V. Central 42.1 40.3 37.6 35.5 32.7VI. Suroccidente 17.6 18.2 17.5 16.9 15.4VII. Noroccidente 5.6 5.2 4.5 4.5 4.5VIII. Petén 8.4 9.7 7.6 8.9 8.8Departamentos Guatemala 59.2 56.4 54.8 56.8 56.9Alta Verapaz 11.5 9.8 11.0 10.6 9.8Baja Verapaz 11.0 11.7 10.7 10.5 10.9Zacapa 14.7 14.2 14.7 16.2 16.1Chiquimula 7.4 7.5 7.7 7.4 6.5Izabal 33.6 31.3 30.5 26.4 23.7El Progreso 14.3 14.2 12.2 13.8 14.6Jutiapa 6.0 5.0 5.3 5.2 5.6Jalapa 6.8 5.4 5.0 5.4 5.7Santa Rosa 23.2 16.4 13.7 14.3 13.5Sacatepéquez 28.5 22.9 20.0 21.4 21.0Chimaltenango 12.7 12.1 11.9 11.6 11.6Escuintla 72.1 71.9 67.7 62.7 56.8Quetzaltenango 21.1 21.1 21.1 21.3 20.0Totonicapán 4.1 3.3 2.9 2.9 2.9San Marcos 12.1 14.4 14.4 13.9 12.5Sololá 8.8 8.3 8.0 6.5 6.2Retalhuleu 34.3 32.1 30.1 28.7 25.8Suchitepéquez 31.2 33.1 30.0 28.7 25.1Quiché 6.1 5.1 4.5 4.3 4.2Huehuetenango 5.2 5.2 4.6 4.7 4.6Petén 8.4 9.7 7.6 8.9 8.8

Fuente: Cálculos propios con información del IGSS e INE.

Cuadro A.29Personas ocupadas y desocupadas por región, área, grupo étnico y sexo

1994 y 1998En Número de Personas y Porcentajes

1994 1998TOTAL URBANO RURAL TOTAL URBANO RURAL

INDÍGENA NO INDÍGENA INDÍGENA NO INDÍGENA INDÍGENA NO INDÍGENA INDÍGENA NO INDÍGENAOcupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu-

dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados

(as) (as) (as) (as) (as) (as) (as) (as)

País (personas) 2,477,006 218,415 1,804 740,049 6,976 750,333 6,359 747,153 5,917 4,207,946 604,184 11,047 1,172,590 40,9551,380,163 11,228 971,235 16,544Mujeres 470,362 49,375 367 248,937 1,743 73,602 963 94,318 1,057 1,522,445 266,039 2,379 5159,55 12,575 444,295 2,501 275,564 3,137Hombres 2,006,644 169,040 1,437 491,112 5,233 676,731 5,396 652,835 4,860 2,685,501 338,145 8,668 656,635 28,380 935,868 8,727 695,671 13,407

País 100.0 100.0 100.0 100 .0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Mujeres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Hombres 100.0 100.0 100.0 100 .0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

RegiónI. Metropolitana 26.7 21.7 16.6 59. 3 57.8 4.9 5.8 17.6 17.0 25.7 31.7 54.4 64.0 68.1 1.6 5.9 8.4 4.0

Mujeres 49.0 37.0 22.9 67. 4 67.7 10.0 10.2 37.8 24.5 30.2 36.1 35.5 63.7 66.9 0.9 0.0 7.5 21.3

Hombres 21.4 17.3 15.0 55. 1 54.5 4.3 5.0 14.7 15.3 23.1 28.2 59.6 64.2 68.7 1.9 7.7 8.8 0.0

II. Norte 7.8 8.3 12.5 1.8 1.7 18.3 21.1 3.1 2.3 7.1 6.2 9.8 1.5 0.9 16.1 23.9 1.7 0.0

Mujeres 4.5 8.9 11.2 1. 6 1.5 14.2 13.7 2.2 1.6 6.9 6.0 20.1 1.7 0.6 16.3 0.0 2.5 0.0

Hombres 8.6 8.2 12.8 1 .9 1.8 18.7 22.4 3.3 2.4 7.2 6.3 6.9 1.3 1.0 16.0 30.8 1.4 0.0

III. Nororiente 8.8 1.9 3.0 6 .7 8.6 4.7 3.6 17.0 19.4 10.1 3.8 2.5 7.0 6.4 6.7 3.0 22.3 49.2

Mujeres 6.6 1.6 2.2 5 .8 5.9 4.2 2.9 13.3 14.5 7.9 3.4 3.4 6.8 5.9 5.2 0.0 18.6 10.7

Hombres 9.3 1.9 3.2 7.2 9.5 4.7 3.7 17.5 20.4 11.4 4.1 2.2 7.1 6.6 7.4 3.8 23.8 58.2

IV. Suroriente 8.5 2.4 1.1 6 .1 5.4 2.9 0.8 18.4 10.5 8.1 2.2 1.1 5.6 5.0 3.8 2.1 21.0 8.9

Mujeres 5.2 1.4 1.4 4 .2 3.4 2.8 1.0 11.5 10.5 7.3 2.0 5.1 5.7 2.1 3.5 9.2 21.7 39.4

Hombres 9.3 2.7 1.0 7 .0 6.1 2.9 0.8 19.5 10.5 8.5 2.5 0.0 5.6 6.3 4.0 0.0 20.7 1.7

V. Central 10.5 21.8 15.5 10. 2 9.2 6.7 4.7 11.3 13.0 11.9 24.5 14.4 8.0 10.4 11.1 13.7 10.0 6.4

Mujeres 8.9 16.5 12.8 7.7 8.0 6.3 4.7 9.9 12.8 11.8 21.5 16.2 8.0 7.4 11.5 14.2 10.2 22.6

Hombres 10.9 23.4 16.2 11.5 9.7 6.7 4.8 11.5 13.0 12.0 26.9 13.9 8.0 11.8 11.0 13.5 9.9 2.6

Cuadro A.29 cont.Personas ocupadas y desocupadas por región, área, grupo étnico y sexo

1994 y 1998En Número de Personas y Porcentajes

1994 1998TOTAL URBANO RURAL TOTAL URBANO RURAL

INDÍGENA NO INDÍGENA INDÍGENA NO INDÍGENA INDÍGENA NO INDÍGENA INDÍGENA NO INDÍGENAOcupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa-Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu- Ocupa- Desocu-dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados dos (as) pados

(as) (as) (as) (as) (as) (as) (as) (as)VI. Suroccidente 23.5 33.0 34.1 11.3 12.3 36.3 31.3 19.8 25.6 22.0 22.4 12.9 8.6 5.3 33.2 27.3 22.6 29.5

Mujeres 17.4 27.6 34.3 10.0 9.8 37.1 33.4 16.0 23.9 22.9 22.5 5.1 9.0 13.9 36.3 0.0 28.4 0.0

Hombres 24.9 34.5 34.0 11.9 13.1 36.2 31.0 20.4 25.9 21.5 22.4 15.1 8.3 1.5 31.7 35.2 20.3 36.4

VII. Noroccidente 11.7 10.1 16.6 2.7 3.4 24.2 31.3 8.3 9.0 12.8 7.9 3.9 3.2 2.4 25.4 21.9 9.9 1.1

Mujeres 7.2 6.6 14.2 2.3 2.5 23.9 32.4 7.0 9.1 11.6 7.4 10.4 3.3 2.8 25.2 76.6 9.0 6.1

Hombres 12.7 11.2 17.3 2.9 3.7 24.2 31.2 8.5 8.9 13.4 8.4 2.1 3.1 2.3 25.5 6.2 10.3 0.0

VIII. Petén 2.6 0.8 0.6 2.0 1.5 2.1 1.3 4.4 3.3 2.4 1.2 1.0 2.1 1.4 2.1 2.2 4.2 0.8

Mujeres 1.3 0.4 1.1 1.0 1.1 1.4 1.7 2.3 3.1 1.5 1.0 4.1 1.9 0.5 1.1 0.0 2.1 0.0

Hombres 2.9 0.9 0.5 2.4 1.6 2.2 1.2 4.6 3.4 3.0 1.3 0.1 2.3 1.8 2.6 2.8 4.9 1.0

Fuente: Cálculos propios con datos del Censo 1994 y de la ENIGFAM 1998/99.

267A

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275ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.34Indicadores básicos: infraestructura

1998En Porcentajes

Tipo Infraestructura 1998Hogares conectados a red de agua

AreaUrbana 38.8Rural 24.7

Grupo EtnicoIndígena 24.7No indígena 38.8

SexoHombres 48.8Mujeres 14.7

Hogares conectados a una red de drenajesArea

Urbana 31.8Rural 0.8

Grupo EtnicoIndígena 8.4No indígena 24.1

SexoHombres 24.3Mujeres 8.3

Hogares conectados a una red de electricidadArea

Urbana 39.5Rural 24.6

Grupo EtnicoIndígena 22.8No indígena 41.3

SexoHombres 49.2Mujeres 14.9

Nota: La Información se basa en que la vivienda esta conectada a una red de la distribución sea agua,

drenaje o electricidad.

Fuente: Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

276

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282 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A.38Indicadores básicos: educación

1996 - 1999En Porcentajes

1996 1997 1998 1999Analfabetismo1/ 36.2 34.5 31.7 29.8 Sexo Hombres 29.2 27.8 26.3 24.8 Mujeres 43.5 41.4 39.8 34.9Tasa de retención -Primaria- 2/ 87.1 88.6 Area Urbana 95.6 94.2 Rural 82.3 85.8Tasa de deserción -Primaria-2/ 12.9 11.4 Area Urbana 4.4 5.8 Rural 17.7 14.2Tasa de repitencia -Primaria-2/

Sexo Hombres 16.2 17.1 Mujeres 14.9 15.0Tasa de incorporación al sistema2/

Primaria 59.6 65.8 57.9 56.3 Secundaria 16.1 15.0 17.1 19.1 Diversificado 13.3 14.0 14.8 14.6Tasa neta de asistencia3/

Primaria 55.5 Secundaria 19.5 Diversificado 4.8

Alfabetismo4/ 68.7 Area Urbana 84.5 Rural 57.4 Grupo Etnico Indígena 57.5 No indígena 78.6 Sexo Hombres 74.7 Mujeres 63.3

Nota: Para la definición de los terminos vease el Glosario.

Fuente: 1/ CONALFA

2/ MINEDUC

3/ Cálculos propios con datos de la Encuesta Nacional Sociodemográfica 1989, Censo 1994 y ENIGFAM

1998/99

4/ Cálculos propios con datos de la ENIGFAM 1998/99.

283ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A. 39Tasa de analfabetismo por departamento y sexo

1996 - 1999En Porcentajes

Departamentos 1996 1997 1998 1999País 36.2 34.5 31.7 29.8 Mujeres 43.5 41.4 39.2 34.9 Hombres 29.2 27.8 26.3 24.8DepartamentosGuatemala 12.9 11.8 11.2 11.0 Mujeres 15.5 14.2 13.5 13.2 Hombres 10.4 9.5 9.0 8.9Alta Verapaz 66.9 61.6 58.2 51.3 Mujeres 80.3 73.9 69.9 61.6 Hombres 53.9 49.6 46.9 41.4Baja Verapaz 50.7 46.6 44.1 41.9 Mujeres 60.8 56.0 52.9 50.3 Hombres 40.8 37.6 35.5 33.8Zacapa 33.6 30.9 29.2 28.4 Mujeres 40.3 37.1 35.1 34.1 Hombres 27.0 24.9 23.5 22.9Chiquimula 47.8 44.0 41.7 39.2 Mujeres 57.4 52.9 50.0 47.1 Hombres 38.6 35.5 33.6 31.6Izabal 36.4 33.5 31.7 31.0 Mujeres 43.8 40.3 38.1 37.2 Hombres 29.4 27.0 25.6 25.0El Progreso 30.3 27.9 26.4 25.1 Mujeres 36.4 33.5 31.7 30.1 Hombres 29.0 22.5 21.3 20.2Jutiapa 36.9 34.0 32.1 30.8 Mujeres 44.3 40.8 38.6 37.0 Hombres 29.7 27.3 25.9 24.8Jalapa 44.7 41.1 38.9 36.8 Mujeres 53.6 49.3 50.0 44.2 Hombres 35.9 33.1 33.6 29.6Santa Rosa 33.2 30.6 28.9 29.2 Mujeres 39.9 36.7 34.7 35.1 Hombres 26.8 24.7 23.3 23.6Sacatepéquez 21.4 19.7 18.6 16.4 Mujeres 25.7 23.6 22.4 19.7 Hombres 17.3 15.9 15.1 13.3Chimaltenango 36.5 33.5 31.7 31.1 Mujeres 43.8 40.2 38.1 37.3 Hombres 29.4 27.0 25.6 25.1

284 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A. 39 cont.

Tasa de analfabetismo por departamento y sexo1996 - 1999

En Porcentajes

Departamentos 1996 1997 1998 1999Escuintla 29.8 27.8 25.9 26.0 Mujeres 35.7 33.4 31.1 31.2 Hombres 24.0 22.4 20.9 20.9Quetzaltenango 32.2 29.6 26.5 27.4 Mujeres 38.7 35.6 31.8 32.9 Hombres 26.0 23.9 21.3 22.1Totonicapán 50.5 46.5 44.0 43.3 Mujeres 60.6 55.8 52.8 52.0 Hombres 40.7 37.5 35.4 34.9San Marcos 40.7 37.4 34.4 33.5 Mujeres 48.8 44.9 41.3 40.2 Hombres 32.8 30.2 27.7 27.0Sololá 56.1 51.6 49.8 47.9 Mujeres 67.3 62.0 59.8 57.5 Hombres 45.2 41.6 40.2 38.6Retalhuleu 33.5 30.8 29.1 25.6 Mujeres 40.2 37.0 35.0 30.7 Hombres 27.0 24.8 23.5 20.6Suchitepéquez 40.5 37.3 35.3 33.8 Mujeres 49.8 45.8 43.3 41.6 Hombres 32.7 30.1 28.4 27.3Quiché 63.9 58.8 56.6 53.5 Mujeres 76.7 70.6 68.0 64.3 Hombres 51.5 47.4 45.6 43.1Huehuetenango 52.8 48.5 45.9 41.6 Mujeres 63.3 58.2 55.1 50.0 Hombres 45.5 39.1 37.0 33.5Petén 41.1 37.9 35.8 31.6 Mujeres 49.4 45.5 43.0 37.9 Hombres 33.2 30.5 28.9 25.5

Fuente: CONALFA.

285ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A. 40Tasa de deserción nivel primario por departamento y área

1998 y 1999En Porcentajes

1998 1999Total Urbana Rural Total Urbana Rural

País 12.9 4.4 17.7 11.4 5.8 14.2DepartamentosGuatemala 3.2 2.2 5.7 10.9 10.9 10.7Alta Verapaz 34.4 6.8 40.5 24.2 1.3 28.0Baja Verapaz 19.0 9.0 21.6 9.2 4.8 10.3Zacapa 13.5 11.1 14.6 12.9 6.5 15.7Chiquimula 13.6 7.8 15.9 17.5 3.8 21.6Izabal 15.4 10.4 16.6 16.8 6.3 19.1El Progreso 8.8 9.5 8.5 11.3 0.0 15.7Jutiapa 11.7 5.5 13.2 12.8 12.8 12.8Jalapa 17.9 6.4 22.5 0.0 0.0 0.0Santa Rosa 11.4 4.4 13.4 9.3 13.7 8.0Sacatepéquez 3.6 1.0 11.2 0.0 0.0 2.6Chimaltenango 3.5 1.3 5.1 11.2 0.0 19.0Escuintla 9.4 8.0 10.3 1.7 0.0 3.1Quetzaltenango 13.0 10.4 14.8 1.6 0.0 5.4Totonicapán 12.3 4.7 14.0 5.7 0.9 6.5San Marcos 16.7 6.0 18.8 14.0 6.5 15.3Sololá 11.2 1.5 15.5 8.1 4.0 9.8Retalhuleu 9.6 5.2 11.5 7.1 4.8 8.0Suchitepéquez 9.5 6.1 12.0 12.0 4.2 16.1Quiché 27.0 7.2 31.0 22.0 2.0 25.4Huehuetenango 14.2 2.6 17.0 7.5 5.2 8.0Petén 18.4 1.7 21.5 17.0 6.3 18.6

Nota: La Tasa de Deserción es el cociente entre el número de alumnos y alumnas que desertan de un grado (curso) de un ciclo o nivel de enseñanza

de un año dado (año t) y la matrícula de ese grado (curso) y año (año t).

Fuente: Ministerio de Educación.

286 LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

Cuadro A. 41Tasa de retención nivel primario por departamento y área

1998 - 1999En Porcentajes

1998 1999Total Urbana Rural Total Urbana Rural

País 87.1 95.6 82.3 88.6 94.2 85.8DepartamentosGuatemala 96.8 97.8 94.3 89.1 89.1 89.3Alta Verapaz 65.6 93.2 59.5 75.8 98.7 72.0Baja Verapaz 81.0 91.0 78.4 90.8 95.2 89.7Zacapa 86.5 88.9 85.4 87.1 93.5 84.3Chiquimula 86.4 92.3 84.1 82.5 96.2 78.4Izabal 84.6 89.6 83.4 83.2 93.7 81.0El Progreso 91.2 90.5 91.5 88.7 100.0 84.3Jutiapa 88.3 94.5 86.8 87.2 87.2 87.2Jalapa 82.1 93.6 77.6 100.0 100.0 100.0Santa Rosa 88.6 95.6 86.6 90.7 86.3 92.0Sacatepéquez 96.4 99.0 88.8 100.0 100.0 97.5Chimaltenango 96.5 98.7 94.9 88.8 100.0 81.0Escuintla 90.6 92.0 89.8 98.3 100.0 96.9Quetzaltenango 87.0 89.6 85.2 98.5 100.0 94.6Totonicapán 87.7 95.3 86.1 94.4 99.1 93.5San Marcos 83.3 94.0 81.2 86.0 93.5 84.7Sololá 88.8 98.5 84.5 91.9 96.0 90.2Retalhuleu 90.4 94.8 88.5 92.9 95.2 92.0Suchitepéquez 90.5 93.9 88.0 88.0 95.8 83.9Quiché 73.0 92.8 69.0 78.0 98.0 74.7Huehuetenango 85.8 97.4 83.0 92.5 94.8 92.0Petén 81.6 98.3 78.5 83.0 93.7 81.4

Nota: La tasa de Retención es la proporción de alumnos(as) de cada promoción que continúa normalmente sus estudios (no repite ningún grado

(curso) después del primero) dentro de un nivel y ciclo.

Fuente: Ministerio de Educación.

287ANEXO ESTADÍSTICO

Cuadro A.42

Tasa de repitencia nivel primario por departamento y sexo1998 – 1999

En Porcentajes

1998 1999Hombres Mujeres Hombres Mujeres

País 16.2 14.9 17.1 15.0DepartamentosGuatemala 10.9 9.3 12.6 9.1Alta Verapaz 22.5 23.8 21.8 20.0Baja Verapaz 19.2 18.7 17.9 17.3Zacapa 19.5 15.5 20.8 15.6Chiquimula 16.7 14.4 22.2 17.8Izabal 20.7 18.6 20.6 19.5El Progreso 18.5 15.0 19.0 25.3Jutiapa 18.0 15.2 18.2 15.4Jalapa 18.9 18.3 16.7 15.4Santa Rosa 18.4 15.8 18.3 15.3Sacatepéquez 12.8 11.5 11.8 10.4Chimaltenango 16.2 15.2 17.0 15.5Escuintla 16.2 14.4 15.4 13.4Quetzaltenango 14.9 14.0 16.2 14.5Totonicapán 14.9 15.9 13.4 14.2San Marcos 16.6 16.6 17.3 16.0Sololá 18.4 18.6 25.4 17.2Retalhuleu 14.7 13.2 15.5 14.9Suchitepéquez 16.0 14.4 20.5 20.4Quiché 20.6 21.3 20.7 20.6Huehuetenango 15.8 15.7 15.4 15.7Petén 20.9 20.0 20.5 18.9

Nota: La tasa de Repitencia es el cociente entre el número de repitentes del mismo grado (curso) del año

siguiente (año t+1) y el número de alumnos (as) del grado(curso) de ese año (año t).

Fuente: Ministerio de Educación.

288

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Cuadro A. 44Población alfabeta por región, étnia y sexo

1994 y 1998En Número de Personas y Porcentajes

Regiones 1994 1998Total Total

pobla- Total Urbana Rural Pobla- Total Urbana Rural

ción de 7 alfa- No No ción de 7 alfa- No No

años a más beta indígena indígena indígena indígena años a más beta indígena indígena indígena indígena

País (total de personas) 6,502,883 4,202,499 364,085 1,620,561 866,315 1,351,538 8,340,993 5,728,740 828,722 2,104,009 1,422,739 1,373,270Mujeres 3,328,633 1,963,386 161,139 839,366 329,883 632,998 4,320,323 2,726,076 415,209 1,092,417 576,314 642,136

Hombres 3,174,250 2,239,113 202,946 781,195 536,432 718,540 4,020,670 3,002,664 413,513 1,011,592 846,425 731,134

País 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Mujeres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Hombres 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

RegionesI. Metropolitana 22.9 30.8 18.2 56.4 5.5 19.7 24.2 30.3 32.4 63.8 2.6 6.3

Mujeres 23.7 33.6 18.9 57.1 5.7 20.8 24.6 33.1 35.6 63.7 2.9 6.5

Hombres 22.1 28.3 17.7 55.6 5.4 18.6 23.7 27.7 29.1 63.8 2.4 6.1

II. Norte 8.1 4.8 8.4 2.0 11.9 2.7 7.2 5.8 6.0 1.5 15.4 2.2

Mujeres 8.0 4.2 8.2 2.0 10.6 2.7 7.3 5.3 5.6 1.6 15.2 2.6

Hombres 8.2 5.4 8.5 2.0 12.7 2.8 7.2 6.2 6.5 1.5 15.4 1.9

III. Nororiente 9.0 8.8 1.9 7.1 3.6 16.0 10.8 9.6 3.7 6.6 5.1 22.4

Mujeres 9.0 9.2 1.9 7.1 3.9 16.5 9.9 9.1 3.7 6.4 4.6 21.4

Hombres 9.1 8.5 2.0 7.1 3.5 15.6 11.7 10.0 3.8 6.9 5.5 23.2

IV. Suroriente 9.0 8.9 2.3 6.3 3.0 17.6 8.1 8.1 2.6 5.3 4.0 19.9

Mujeres 8.9 9.2 2.4 6.3 3.3 17.9 8.1 8.5 2.5 5.4 5.3 20.4

Hombres 9.1 8.7 2.2 6.4 2.9 17.5 8.2 7.8 2.7 5.2 3.2 19.5

V. Central 10.6 11.6 23.8 10.3 9.2 11.5 11.2 11.8 23.1 7.6 13.5 9.8

Mujeres 10.4 11.5 23.5 10.0 10.2 11.3 11.0 11.5 21.4 7.2 14.7 9.6

Hombres 10.8 11.7 24.0 10.7 8.6 11.6 11.5 12.2 24.9 8.0 12.8 10.0

Cuadro A. 44 cont.Población alfabeta por región, étnia y sexo

1994 - 1998En Número de Personas y Porcentajes

Regiones 1994 1998Total Total

pobla- Total Urbana Rural Pobla- Total Urbana Rural

ción de 7 alfa- No No ción de 7 alfa- No No

años a más beta indígena indígena indígena indígena años a más beta indígena indígena indígena indígena

VI. Suroccidente 25.3 23.8 34.5 12.6 44.1 21.3 22.7 22.1 23.6 9.8 36.3 25.2

Mujeres 25.1 22.3 34.6 12.5 45.1 20.4 23.0 21.2 23.0 10.3 35.6 25.5

Hombres 25.5 25.1 34.5 12.8 43.5 22.1 22.3 22.9 24.1 9.2 36.8 25.0

VII. Noroccidente 12.4 8.8 10.1 3.1 20.9 7.5 13.2 9.9 7.1 3.3 21.0 10.1

Mujeres 12.4 7.7 9.7 3.0 19.8 7.0 13.8 8.9 6.7 3.4 19.8 10.0

Hombres 12.4 9.8 10.3 3.1 21.6 8.0 12.5 10.7 7.4 3.2 21.8 10.1

VIII. Petén 2.6 2.4 0.8 2.1 1.6 3.7 2.7 2.5 1.5 2.1 2.1 4.1

Mujeres 2.4 2.3 0.8 2.0 1.5 3.5 2.5 2.4 1.5 2.0 1.9 4.0

Hombres 2.7 2.5 0.8 2.3 1.6 3.9 2.8 2.6 1.4 2.1 2.2 4.2

Nota: Analfabetismo: Es la persona de 7 años y más de edad, que no sabe leer ni escribir, o que sólo sabe leer o bien solamente escribir su nombre.

Fuente: Cálculos propios con información del Censo 1994 y ENIGFAM 1998/99.

299LISTADO DE ABREVIATURAS Y SIGLAS

LISTADO DE ABREVIATURAS Y SIGLAS

ACNUR Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas paralos Refugiados

AGA Asociación General de los AgricultoresAGPCS Asociación Guatemalteca de Prevención y Control de SIDAAIDIPI Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos IndígenasAMCG Área Metropolitana de la Ciudad de GuatemalaARDE Acción Reconciliadora DemocráticaASCATED Asociación de Capacitación y Asistencia Técnica en Educación

y DiscapacidadASIES Asociación de Investigación y Estudios SocialesAVANCSO Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guate-

malaBANDESA Banco Nacional de Desarrollo AgrícolaBID Banco Interamericano de DesarrolloBIRF Banco Internacional de Reconstrucción y FomentoCADISOGUA Coordinadora de Asociaciones de Desarrollo Integral del Sur

Occidente de GuatemalaCDHDF Comisión de Derechos Humanos del Distrito FederalCDP Certificado de Deposito a PlazoCDRO Cooperación para el Desarrollo Rural de OccidenteCEAR Comisión Especial de Atención a RetornadosCEH Comisión para el Esclarecimiento HistóricoCELADE Centro Latinoamericano de DemografíaCENACEP Centros de Aprestamiento de EducaciónCEPAL Comisión Económica para América Latina y el CaribeCETE Comité de Emergencia de Trabajadores del EstadoCGTG Confederación de Trabajadores de GuatemalaCI Cooperación InternacionalCICAD Comisión Interamericana para el Control del Abuso de DrogasCIEN Centro de Investigaciones Económicas NacionalesCIRMA Centro de Investigaciones Regionales de MesoaméricaCONALFA Comité Nacional de AlfabetizaciónCONAMPRO Coordinadora Nacional de Pequeños y Medianos Productores

300 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

CONIC Coordinadora Nacional Indígena y CampesinaCONMIGUAT Coordinadora Nacional de Microempresa de GuatemalaCOPMAGUA Coordinación de Organizaciones del Pueblo Maya de GuatemalaCUC Comité de la Unidad CampesinaCUI Carne Único de IdentidadCUSG Confederación de Unidad Sindical de GuatemalaDCE Departamento de Contribuyentes EspecialesDIGEBI Dirección General de Catastro y Avalúos de Bienes InmueblesDIGI Dirección General de Investigación (USAC)DSN Doctrina de Seguridad NacionalEDUCA Editorial Universitaria CentroamericanaEEGSA Empresa Eléctrica de Guatemala S.A.ENIGFAM Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos FamiliaresENSMI Encuesta Nacional de Salud Materno InfantilFAO Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la

AlimentaciónFEPYME Federación de la Pequeña y Mediana EmpresaFLACSO Facultad Latinoamericana de Ciencias SocialesFODIGUA Fondo de Desarrollo Indígena GuatemaltecoFOGUAVI Fondo Guatemalteco para la ViviendaFONAPAZ Fondo Nacional para la PazFONATIERRA Fondo Nacional para la TierraFONDETEL Fondo para el Desarrollo de la Telefonía RuralFUNDAZUCAR Fundación del AzúcarFUNRURAL Fundación para el Desarrollo RuralFYDEP Fomento y Desarrollo del PeténHSH Hombres que Tienen Sexo con HombresIDH Índice de Desarrollo HumanoIDIES Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (URL)IGSS Instituto Guatemalteco de Seguridad SocialIIES Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (USAC)IIN Instituto Indigenista NacionalINDE Instituto Nacional de ElectrificaciónINDH Informe Nacional de Desarrollo HumanoINE Instituto Nacional de EstadísticaINFOM Instituto de Fomento MunicipalINTA Instituto Nacional de Transformación AgrariaINTECAP Instituto de Capacitación y ProductividadIPC Índice de Precios al ConsumidorIPG Índice de Potenciación de GéneroISET Impuesto de Solidaridad Extraordinaria y TemporalISR Impuesto sobre la RentaITS Infecciones de Transmisión SexualIUSI Impuesto único sobre InmueblesIVA Impuesto sobre el Valor Agregado

301LISTADO DE ABREVIATURAS Y SIGLAS

LASA Latin American Studies AssociationMINEDUC Ministerio de EducaciónMINUGUA Misión Verificadora de las Naciones Unidas en GuatemalaMSPAS Ministerio de Salud Pública y Asistencia SocialNBI Necesidades Básicas InsatisfechasOASIS Organización de Apoyo a una Sexualidad Integral frente al

SIDAODHAG Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de GuatemalaOEA Organización de Estados AmericanosOIM Organización Internacional de MigraciónOIT Organización Internacional del TrabajoOMS Organización Mundial para la SaludONG Organización No GubernamentalONU Organización de las Naciones UnidasOPS Organización Panamericana de la SaludPAC Patrullas de Autodefensa CivilPAN Partido de Avanzada NacionalPEA Población Económicamente ActivaPIB Producto Interno BrutoPLADES Plan de Desarrollo SocialPNUD Programa de las Naciones Unidas para el DesarrolloPOONAL Pool de Nuevas Agencias de América LatinaPPA Paridad de Poder AdquisitivoPRONICE Pro Niña y Niño CentroamericanosPRMIRH Plan de Manejo Integrado de los Recursos HídricosPRONADE Programa Nacional de Autogestión EducativaPROTIERRA Comisión Interinstitucional para el Desarrollo y Fortalecimiento

de la Propiedad de la TierraPVVS Personas que Viven con VIH/SIDAREMHI Proyecto de Recuperación de la Memoria HistóricaRTU Registro Tributario UnificadoSAT Superintendencia de Administración TributariaSECCATID Secretaria Ejecutiva Comisión contra las Adicciones y el Tráfi-

co Ilícito de las DrogasSEGEPLAN Secretaria de Planificación y Programación de la Presidencia de

la RepúblicaSEPAZ Secretaria de la Paz de la PresidenciaSER Plan Socio Educativo RuralSIAF Sistema Integrado de Administración FinancieraSIAS Sistema Integrado de Atención en SaludSICA Secretaria de la Integración de CentroaméricaSIDA Síndrome de la Inmunodeficiencia AdquiridaSIECA Secretaria de Integración Económica de CentroaméricaSIG Sistemas de Información GeográficosSISG Seminario de Integración Social Guatemalteca

302 GUATEMALA: LA FUERZA INCLUYENTE DEL DESARROLLO HUMANO

SIT Superintendencia de TelecomunicacionesTELGUA Telecomunicaciones de Guatemala S.A.TSE Tribunal Supremo ElectoralUNAM Universidad Autónoma de MéxicoUNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Cien-

cia y CulturaUNICEF Fondo de las Naciones Unidas para la InfanciaUNOPS Oficina de Servicios para Proyectos de las Naciones UnidasUNSITRAGUA Unidad Sindical de Trabajadores de GuatemalaURL Universidad Rafael LandívarURNG Unidad Revolucionaria Nacional GuatemaltecaUSAC Universidad de San Carlos de GuatemalaUVG Universidad del Valle de GuatemalaVIH Virus de la Inmunodeficiencia HumanaY2K Año 2000

303GLOSARIO DE TÉRMINOS

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CAPÍTULO VII

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