informe lucho arango

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Lucho Arango el defensor de la pesca artesanal

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Informe Centro Nacional de Memoria Histórica - Pontificia Universidad Bolivariana: Lucho Arango

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  • Lucho Arangoel defensor de la pesca artesanal

  • Lucho Arangoel defensor de la pesca artesanal

  • Lucho Arangoel defensor de la pesca artesanal

    Investigadores y relatores del grupo regional de memoria histrica de la Universidad Pontificia Bolivariana - Seccional BucaramangaMelba Patricia Quijano TrianaLedis Bohrquez FarfnClemencia Rodrguez

    Coordinacin del informeClemencia Rodrguez The University of Oklahoma

    Asesora tcnica del Centro Nacional de Memoria HistricaMara Emma Wills O. Asesora direccinMara Luisa Moreno R. - Investigadora

    Asesora tcnica de las profesoras asociadas de la Universidad de Los AndesMara Emma Wills ObregnMaria del Rosario Acosta

    CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTRICA

    Gonzalo Snchez GmezDirector General

    Asesores de DireccinAndrs Fernando Surez, Mara Emma Wills Obregn, Patricia Linares Prieto, Paula Andrea Ila, Luz Amanda Granados Urrea, Doris Yolanda Ramos Vega, Csar Augusto Rincn Vicentes

    Directores tcnicos

    Andrs Fernando Surez Direccin para la Construccin de la Memoria Histrica

    lvaro Villarraga SarmientoDireccin de Acuerdos de la Verdad

    Ana Margoth Guerrero de OteroDireccin de Archivo de Derechos Humanos

    Juan Carlos Posada GonzlezDireccin de Museo de la Memoria

    Sonia Stella Romero TorresDireccin Administrativa y Financiera

    Adriana Correa MazueraCoordinacin Equipo de Comunicaciones

    UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

    Pablo Navas Sanz de SantamaraRector

    Carl Langebaek RuedaVicerrector Acadmico

    Hugo Fazio VengoaDecano de Ciencias Sociales

    Mauricio Nieto OlarteMara Catalina Garca ChavesJuan Pablo Ardila FallaDiana Lpez Vicedecanatura de Investigaciones y Posgrados Facultad de Ciencias Sociales

    UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA SECCIONAL BUCARAMANGA

    Mons. Primitivo Sierra CanoRector

    Luis Felipe Casas RamrezVicerrector Acadmico

    Ral Jaimes HernndezDecano de la Escuela de Ciencias Sociales

    Mara Fernanda Serrano GuzmnDireccin General de Investigacin

    Hugo Javier Nio DelgadoDepartamento de Formacin Humanstica

    Olga Beatriz Rueda BarriosDirectora de la Facultad de Comunicacin Social Periodismo

    Grupo Interdisciplinario de Estudios sobre Cultura, Derechos Humanos y MuerteGrupo de Investigacin Comunicacin, Cul-tura y Desarrollo, Grupo TIC y Ciudadana

    United States Institute for Peace (USIP)Financiador

    Esta publicacin fue posible gracias al apoyo del United States Institute for Peace (usip). Los contenidos son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente las opiniones de las entidades a las que se encuentran adscritos.

  • Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    ISBN: 978-958-58524-7-1

    Primera edicin: noviembre de 2014

    Nmero de pginas: 150Formato: 15 x 23 cm

    Correccin de estilo:Fabin Bonnett Vlez

    Diseo y diagramacin:Leidy Snchez

    Fotografas internas: Grupo Regional de Memoria Histrica Universidad Pontificia Bolivariana - Seccional Bucaramanga Luisa Rubiela Brcenas Mantila Unidad de Comunicaciones Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.

    Fotografa de portada:Nostalgia de Cinaga de Olga Mara Torres Duarte

    Centro Nacional de Memoria HistricaCarrera 6 # 35 29PBX: (571) 7965060comunicaciones@centrodememoriahistorica.gov.cowww.centrodememoriahistorica.gov.coBogot d.c. Colombia

    Editado en ColombiaQueda hecho el depsito legal

  • 7AGRADECIMIENTOS

    Este informe y todo el proceso que lo precedi fueron posibles gracias a la participacin de un gran nmero de personas e insti-tuciones a quienes agradecemos profundamente.

    En primer lugar, agradecemos a cada uno de los hombres y mujeres pertenecientes a la Asociacin de Pescadores Artesanales y Acuicultores de El Llanito (apall) y a la Asociacin de Pesca-dores del Magdalena Medio (asopesamm), por su disponibilidad y compromiso con la reconstruccin de la memoria de Lucho Arango, por facilitarnos los espacios donde trabajamos, expli-carnos la importancia de su labor y guiarnos de la mano en los recorridos por la cinaga. As pudimos comprender y conocer el trabajo del pescador, sus ilusiones, sus angustias, sus dolores, sus frustraciones y su compromiso con una vida en armona. Gracias por los encuentros en La Ranchera, donde pudimos entender que la lgica de vida de un pescador est rodeada tanto de la ma-gia de la faena como de la angustia de ser parte de una economa a la que no se presta suficiente atencin.

    Gracias a la familia de Lucho por su acogida y por abrir las puer-tas de su casa y de su corazn para que el equipo investigador se acer-cara a sus vivencias, escuchara sus relatos y conociera la memoria que guarda de Lucho, a travs de todo lo cual nos pudimos aproximar al lder asesinado en su calidad de padre, hermano, amigo, compadre, hijo y pariente. Ello nos permiti reconstruir la figura de un gua ntegro y las dimensiones del vaco que dej su muerte.

  • 8Agradecemos tambin a las organizaciones que contribuy-eron con testimonios, con el acceso a sus archivos histricos, sus registros fotogrficos y su mirada crtica de la regin. Todo ello contribuy a la comprensin del contexto en el cual se configur la vida y el asesinato de Lucho Arango. En particular, debemos nuestro agradecimiento a la Corporacin Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, a la Corporacin Autnoma Regional para el Ro Grande Magdalena (Cormagdalena) y a la Fiscala Novena Especializada de Bucaramanga.

    Agradecemos a Mara Luisa Moreno Rodrguez, del Centro Na-cional de Memoria Histrica, quien se desvivi por apoyar y for-talecer al equipo. Un agradecimiento muy especial va para Mara Emma Wills Obregn por su compromiso con las regiones y su es-fuerzo por descentralizar la construccin de la memoria histrica en Colombia. Fue gracias a su tenacidad y visin que este proyecto se hizo realidad.

    Agradecemos tambin a Alirio Gonzlez, de la Escuela Audio-visual Infantil de Beln de los Andaques, y a Hctor Gmez, de la Universidad Pontificia Bolivariana, quienes nos acompaaron en esta investigacin con la produccin audiovisual.

    Por ltimo, la reconstruccin de la memoria de Lucho Arango y la investigacin en torno al derecho de las vctimas a la verdad, la justicia, la reparacin y la no repeticin fueron posibles gracias a los recursos del Centro Nacional de Memoria Histrica, del Ins-tituto de Paz de Estados Unidos, de la Universidad Pontificia Boli-variana (Seccin Bucaramanga), de la Universidad de Oklahoma y de la Universidad de los Andes.

  • 9Contenido

    Agradecimientos ............................................................................................7

    Prlogo ...........................................................................................................11

    Introduccin ................................................................................................13

    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos .......................................................................191.1. Lucho Arango: pescador, lder y amigo ........................ 191.2. La verdad judicial .............................................................. 281.3. El asesinato de Lucho Arango:

    negligencia institucional? ............................................ 411.4. Los entramados de la guerra .......................................... 45

    2. Los enemigos de la pesca artesanal en el magdalena medio .....492.1. Conflicto armado en la regin ....................................... 52

    2.1.1. Presencia de guerrillas ................................................. 532.1.2. Grupos paramilitares ................................................... 542.1.3. Red de Inteligencia de la Armada Nacional .............. 552.1.4. La fuerza pblica ......................................................... 56

    2.2. Las bacrim o los nuevos paramilitares .......................... 572.2.1. Nmero y caractersticas de las bacrim en el pas ..............592.2.2. Presencia de las bacrim en el Magdalena

    Medio, caractersticas e intereses ............................... 60

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    3. Impacto ambiental de los modelos econmicos en el magdalena medio .........................................................................653.1. La mdula del conflicto:

    la economa versus la naturaleza ................................. 693.2. Confrontaciones del desarrollo:

    afectaciones de la pesca artesanal ............................... 733.2.1. Playones y ganadera .................................................... 733.2.2. La industria del petrleo ............................................. 853.2.3. Palma africana ............................................................. 903.2.4. Navegabilidad y plataformas logsticas ...................... 94

    3.3. El arte ilcito del trasmallo .......................................... 973.3.1.Resistencia de los pescadores al trasmallo ................ 105

    3.4. Historia de la organizacin pesquera ......................... 110

    4. Territorio del magdalena medio......................................................1154.1. Conformacin del territorio ........................................ 1154.2. Corregimiento El Llanito y su cinaga ...................... 118

    5. Impactos ....................................................................................................1215.1. Impactos en la cinaga .................................................... 1215.2. Impactos en las organizaciones apall y Asopesamm ..........1235.3. Impactos en la familia de Lucho ................................... 1255.4. Impactos en la comunidad de El Llanito .................... 1275.5. Impunidad ........................................................................... 130

    6. Recomendaciones ...................................................................................1336.1. Derecho a la verdad ........................................................ 1336.2. Derecho a la justicia ....................................................... 1356.3. Derecho a la reparacin econmica ............................ 1366.4. Derecho a la reparacin simblica.

    Derecho a la memoria ..................................................... 137

    Conclusiones ...............................................................................................139

    Bibliografa .................................................................................................143

  • 11

    PRLOGO

    Con la aprobacin de la Ley 975 de 2005 de Justicia y Paz, Colombia inici un proceso de justicia transicional con organi-zaciones paramilitares. Dentro de este marco, se cre el Grupo de Memoria Histrica (GMH) que produjo una serie de informes sobre casos especficos de violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario as como un Informe Gene-ral, Basta ya: Memorias de guerra y dignidad con el que cerr ese primer ciclo de esfuerzos orientados al esclarecimiento histrico y dignificacin de las vctimas.

    En el 2011, con la aprobacin de la Ley de Vctimas y Restitu-cin de Tierras, se cre el Centro Nacional de Memoria Hist-rica (CNMH) que busc recoger el legado del GMH y avanzar en el mandato de esclarecimiento histrico y dignificacin de las vctimas. En este trnsito, el equipo del GMH hizo un ba-lance de su trayectoria e identific un vaco en su composicin pues la mayora de sus investigadores estaban afiliados a uni-versidades y centros de investigacin ubicados en Bogot. Para corregir este desbalance, el Centro decidi invitar y apoyar el trabajo de memoria histrica realizado por centros de pensa-miento regionales.

    Es en este contexto que el CNMH y la Universidad de Los An-des elaboraron un proyecto para impulsar el surgimiento y con-solidacin de Grupos Regionales de Memoria Histrica (GRMH) que cont con el apoyo del United States Institute of Peace (USIP).

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    Esta publicacin es el resultado del proceso realizado con los GRMH de la Universidad del Magdalena, la Universidad Tecno-lgica de Bolvar con sede en Cartagena y la Universidad Ponti-ficia Bolivariana Seccional Bucaramanga. Cada GRMH escogi un caso que ilustrara una dimensin del conflicto a nivel regional poco estudiada y visibilizada. El CNMH cumpli un papel de apo-yo y acompa otras iniciativas que surgieron durante el proceso y que buscaban contribuir a la recomposicin del tejido social y comunal de las vctimas. Cada GRMH redact un informe sobre el caso investigado y elabor un documental, ambos resultados de trabajo de campo, revisin de archivos y realizacin de talleres con las vctimas. Durante el proceso, surgieron alianzas y un teji-do de solidaridades entre vctimas, organizaciones de vctimas y universidades regionales.

    En estos esfuerzos de investigacin y redaccin de los informes, en su traduccin a un lenguaje visual y en la construccin de este tejido de solidaridades se encuentran los pilares fundamentales de un proceso de construccin de memoria histrica incluyente y reparador: por un lado, la escucha emptica de los testimonios de las vctimas y por el otro, el compromiso con el rigor que exige el esclarecimiento histrico y que permite reconstruir contextos desde un ejercicio juicioso de contrastar fuentes y develar los en-granajes ocultos de la guerra.

    Finalmente, frente a los desafos que tiene el pas para transitar hacia una profundizacin democrtica, una academia comprome-tida, aliada y solidaria con las vctimas, resulta fundamental.

  • 13

    Introduccin

    El 12 de febrero del 2009 fue asesinado Luis Alberto Arango Crespo, ms conocido en el corregimiento de El Llanito, en Ba-rrancabermeja y en el Magdalena Medio como Lucho Arango. Lucho era un lder pescador que viva, como la gran mayora de pescadores artesanales de Colombia, en condiciones de pobreza. Cotidianamente dependa de lo que pescaba para su supervivencia. Su muerte conmocion al corregimiento y a las organizaciones pes-queras y sociales de la regin, as como a las instituciones pblicas y privadas que conocan sus cualidades como lder comprometido con la defensa de la pesca artesanal y el medioambiente.

    Unidad de Comunicaciones del Programa Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

    Lucho Arango con amigo de El Llanito

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    El asesinato de Lucho Arango se convirti en un caso emblemtico del conflicto armado colombiano porque l era el representante de un sector, el de los pescadores artesanales, que ha sufrido calladamen-te los efectos del conflicto armado. Los pescadores del Magdalena Medio encarnan los saberes y formas de vida de este grupo com-puesto casi en su totalidad por hombres, que deriva su sustento del ro y establece con el agua una relacin entraable en la que media una comunicacin delicada y respetuosa, con un lenguaje que solo sus miembros conocen y saben descifrar. Son hombres que han escul-pido su cuerpo a fuerza del manejo de las artes de la pesca en la faena diaria: piernas firmes, abdominales fuertes y brazos de hierro.

    Estos hombres, que construyen sus viviendas a la ribera de ros, cinagas u otras fuentes de agua, han lidiado con todo tipo de grupos armados que llegan a su territorio con el fin de controlar los cuerpos de agua y convertirlos en corredores estratgicos para movilizarse impunemente o para apropiarse de las tierras aleda-as a las comunidades pesqueras cuando son cultivables.

    El asesinato de Lucho Arango fue perpetrado por el grupo ilegal Los Rastrojos, en el 2009, durante la etapa de posdesmovilizacin pa-ramilitar y el reacomodamiento de fuerzas armadas ilegales en la zona. En la regin del Magdalena Medio este grupo ilegal se dedica al con-trol de economas ilcitas, para lo cual la cinaga El Llanito y sus caos son altamente estratgicos. El liderazgo de Lucho como defensor de la ecologa de la cinaga, su lucha en contra del uso del trasmallo (un arte ilegal de pesca) y su llamado a las autoridades para que vigilaran la cinaga y sus caos, puso en riesgo la impunidad con la que se movan Los Rastrojos por la zona, razn por la cual decidieron eliminarlo.

    El tipo de liderazgo de Lucho Arango dista mucho del que ejer-ce un lder autoritario, impositivo y protagnico. Por el contrario, l era respetuoso del pensamiento y las posturas de los dems, capaz de congregar a todos y de conciliar los intereses personales con las apuestas grupales. Esa habilidad para aglutinar alrededor de sueos comunes la volc hacia el compromiso con la reivindica-cin de la pesca artesanal y a hacer de ella una actividad econmi-ca que elevara los niveles de vida de los pescadores y sus familias, siempre en armona con el medioambiente.

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    Introduccin

    Unidad de Comunicaciones Programa Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

    Ceremonia del funeral de Lucho Arango

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    El compromiso que senta con la lucha de los pescadores arte-sanales de la regin lo llev a realizar innumerables sacrificios en el fortalecimiento de los procesos organizativos. Puso siempre los intereses del colectivo por encima de los personales y familiares. Sus compaeros cuentan que llegaba hasta los lugares de encuen-tro ms distantes, as fuera a pie, porque en ocasiones no tena re-cursos para desplazarse. Nunca fue un hombre que quisiera sacar provecho personal de nada, razn por la cual pudo mejorar la or-ganizacin de los pescadores en el corregimiento y en el Magdale-na Medio, en aras del fortalecimiento de la economa pesquera, a partir de la exigencia a las instituciones estatales responsables de proteger el medioambiente de vigilar los cuerpos de agua de los que depende la pesca artesanal.

    Unidad de Comunicaciones Programa Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

    Recorrido funeral de Lucho Arango

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    Introduccin

    Unidad de Comunicaciones Programa Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

    Comunidad en el funeral de Lucho Arango

    El asesinato de Lucho fue un golpe para los pescadores loca-les y regionales. Tras su asesinato, el temor hizo presa fcil a los integrantes de todas las organizaciones de pescadores, quienes nunca han entendido cmo alguien pudo perder su vida por intentar proteger la pesca artesanal, los ros, las cinagas y los caos. Su asesinato debilit la organizacin pesquera, rompi el tejido social y dej secuelas graves en los integrantes de la comunidad.

    La muerte de Lucho Arango pone en evidencia la ausencia de las instituciones estatales, garantes del bienestar del medioam-biente, y le deja un mensaje a las autoridades acerca de la elu-sin de sus responsabilidades en el control de los cuerpos de agua, as como en el desarrollo de polticas, programas y pro-yectos que fortalezcan la economa de la pesca. Todo ello es lo que permite que las familias que devengan su sustento de ella

  • 18

    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    puedan tener una vida digna, con los mnimos bsicos satisfe-chos y con oportunidades de acceso para las nuevas generacio-nes, idnticas a las de los dems colombianos. De igual manera, su muerte es un llamado a las autoridades para que ejerzan un control eficiente de los grupos armados ilegales, que se insertan en la vida de los poblados para mantener desde all sus econo-mas ilcitas y que se apropian incluso del derecho a elegir quin vive y quin muere.

    El presente informe pone en evidencia el abandono en el que ha estado el sector pesquero del pas y las escasas opciones de construir proyectos de vida prsperos y dignos que tienen quienes laboran en l. Describe cmo actores ilegales, como Los Rastro-jos, mantienen el control en ciertas zonas del territorio nacional y usan la violencia y las armas para lograr sus propsitos.

    Este documento est conformado por seis captulos organiza-dos en bloques temticos; el primero documenta el asesinato de Luis Alberto Arango Crespo. El segundo y tercero profundizan las causas estructurales que enmarcan el asesinato: la presencia de grupos armados ilegales en el Magdalena Media y los mode-los econmicos que generan dichos grupos armados. El cuarto captulo es una contextualizacin de la regin del Magdalena Medio y de la comunidad de El Llanito, hogar de Lucho Aran-go. Finalmente, los captulos cinco y seis presentan los impactos en el medio ambiente, las organizaciones sociales, la familia de Lucho y la comunidad en general, y las recomendaciones del equipo de investigacin.

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    1. Pesca artesanal

    en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    1.1. Lucho Arango: pescador, lder y amigo

    El pescador, con sus piernas fijadas como estacas a la canoa, empua el extremo de la atarraya y, con movimientos precisos y fuertes, lanza la red, que se extiende en toda su dimensin para atrapar a los peces que caen enredados en ella. Son pes-cadores de mar, de cinaga, de ro, de lagunas, herederos de un oficio ancestral y una tradicin milenaria, cuyo saber ha sido aprendido en la cotidianidad de sus vidas, en medio de ri-quezas naturales que contrastan con las carencias que, a veces, limitan su existencia.

    Los pescadores artesanales, aquellos que siguen las prcticas tradicionales de pesca, son los protagonistas de este caso em-blemtico, representado en la historia de Luis Alberto Arango. Como pescador, Luis Lucho para sus amigos y su familia aprendi a reconocer los retos, los desafos y los problemas que la pesca artesanal enfrenta.

  • 20

    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    En 1998 Lucho Arango entr a hacer parte de un equipo de pescadores que, auspiciados por el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (pdpmm), recorrieron la regin para iden-tificar las organizaciones de quienes ejercan su oficio, y de paso, constituir una lnea de base sobre el estado de la pesca artesanal y sus procesos organizativos.

    La creacin de un grupo regional de pescadores que analizara la situacin econmica y social del sector podra parecer un tanto desafiante, debido a las disputas territoriales de los grupos arma-dos al margen de la ley, en ese entonces la guerrilla y los paramili-tares. No obstante, el carisma y el compromiso de Lucho lograron generar la confianza necesaria para superar la fragmentacin del territorio en zonas guerrilleras y zonas paramilitares, y conso-lidar un grupo regional de pescadores.

    Ellos se fueron haciendo el recorrido, y consiguieron 15 pesca-dores representantes, uno por municipio. Haba cosas y momentos

    Unidad de Comunicaciones Programa Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

    Lucho Arango con pescadores

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    bacanos, como toda la conversacin que hacan con los dems; por ejemplo, al de Puerto Nare lo dejaron venir a Barranca con una con-dicin. Ellos nos decan que nosotros ramos guerrilleros, y noso-tros, de Yond pa all, que eran paracos, entonces haba una divisin tremenda que [generaba unos riesgos que] usted no poda correr; entonces le dijeron [refirindose a Lucho Arango]: usted se lo lleva bajo su responsabilidad y si le pasa algo usted nos responde; y as fue como los de Puerto Nare y Puerto Berro llegaron a Barranca.

    (Taller de Memoria, Bucaramanga,30 de noviembre 1 de diciembre del 2012)

    Paralelamente al proceso regional, en el 2000 Lucho Arango fue elegido presidente de la Asociacin de Pescadores Artesanales y Acuicultores de El Llanito (apall), en Barrancabermeja. Como lder, asumi la vocera de la Asociacin en los procesos locales y regionales. En esta primera etapa de su gestin como presidente, present a apall ante las dems asociaciones de su corregimiento y comenz a luchar contra el trasmallo y otras formas de pesca il-cita, y a favor de la solucin de los problemas sociales, econmicos y ambientales que ocasionan estas formas de pesca. Su empeo lo llev a proponer los primeros acuerdos para vigilar el oficio en la cinaga de El Llanito y en los caos afluentes del ro Sogamoso.

    apall convocaba pero casi no llegaba nadie. l [Lucho Arango] se tom la molestia de sentarse con los presidentes y las Juntas de Accin Comunal y decirles: Tenemos un problema, est habien-do mucho trasmallo, paliteo y zangarreo, y necesito que ustedes me ayuden, firmemos un acuerdo. Entonces, si estamos en tiempo de verano, no se puede pescar mucho; vamos a pescar una vez al da y va a ser en la maana. Pero el que viole eso no tiene derecho a meter la mano. Si a usted lo encuentran violando las normas de toda la comunidad, estuviese usted o no estuviese en una organi-zacin, esta ley era respetada. Eso lo logr hacer l; por eso era reconocido, porque lograba sentar al ms bravo con l.

    (Taller de Memoria, Bucaramanga,30 de noviembre 1 de diciembre del 2012)

  • 22

    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    Unidad de Comunicaciones Programa Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

    Lucho Arango con pescadores: inicio de recorridos para vigilancia

  • 23

    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    Con posterioridad a la definicin de los primeros acuer-dos, apall asumi un riguroso proceso de socializacin, que consista en la realizacin de reuniones con pescadores y co-munidad en general para explicar las sanciones y condiciones generales del acuerdo. La gente era informada, por ejemplo, de que si era sorprendida trasmallando [haciendo uso del tras-mallo], se le detena la canoa por un mes. Amparado en el acuerdo, apall logr regular la prctica de la pesca ilcita, al tiempo que consolid el liderazgo de Lucho, no solo como representante de los pescadores, sino como lder comunitario en la defensa ambiental.

    Su empeo en el liderazgo local de apall gener su ree-leccin como presidente de esta organizacin hasta el ao de su asesinato, el 2009. Al tiempo que ejerca ese cargo, fue partcipe del proceso regional de organizacin de los pescadores. En el 2001 formaliz la conformacin de la Aso-ciacin de Pescadores y Agricultores del Magdalena Medio (asopesamm), de la que, posteriormente, lleg a ser miem-bro de la junta directiva.

    Unidad de Comunicaciones Programa Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

    Lucho Arango liderando reuniones de pesca con su comunidad

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    El importante papel que desempeaba apall a nivel local tuvo eco en el escenario regional; la asociacin se convirti en ejemplo de or-ganizacin para las dems agremiaciones de pescadores. El carisma y compromiso que proyectaba Lucho hacia los lderes de las organiza-ciones de la regin se sumaron a su particular metodologa de trabajo para desarrollar los procesos de concertacin: el conocimiento de los problemas de la pesca, el uso de la palabra y el respeto hacia los dems.

    Su trabajo en estas dos organizaciones fue un intento por mo-ver al pescador artesanal del margen al centro. Lucho promovi una discusin pblica en escenarios institucionales y comunita-rios sobre los procesos que afectaban tanto el oficio de la pesca como los recursos hdricos de la regin.

    La pulcritud de Lucho no era solamente fsica, sino mental y verbal. l s tena la forma de dar ejemplo, y el ejemplo lo tena adentro de la cinaga. En El Llanito hay de todo, entonces l se agarraba con los ganaderos, con los palmeros; y entonces cuando l se agarraba con los palmeros de ac [El Llanito], de una vez empezaba a ayudarle y darle lnea a Emiliano; cuando se agarra-ba con los ganaderos, empezaba a darle lnea a Berro: Pilas, mtase con Fedegn [Federacin de Ganaderos], etc. Digamos, l empezaba, no s qu tan inconsciente sera, pero l empezaba a trabajar en lo regional desde la perspectiva que l conoca.

    (Entrevista a funcionario del pdpmm, septiembre del 2013)

    Segn el hoy denominado Ministerio de Ambiente y Desarro-llo Sostenible, en el 2002 los dos factores principales de transfor-macin de los humedales estaban relacionados con los impactos antrpicos (a la actividad humana): la reclamacin de tierras con fines agrcolas o ganaderos, la modificacin de regmenes hidru-licos y la reclamacin del espacio fsico del humedal. Sobre este l-timo aspecto, el Minambiente aclara que: implica la apropiacin de espacios pblicos y la expedicin de ttulos de propiedad, previa alteracin de los niveles de agua o desplazamiento de los lmites1.

    1 Ministerio del Medio Ambiente, Repblica de Colombia, 2002, p. 25.

  • 25

    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    Sumado a lo anterior, las mediciones del estudio realizado por Jimnez-Segura y colegas, en el 2012, identificaron de manera es-pecfica las siguientes afectaciones en la cinaga El Llanito (en orden de prioridad): sedimentacin (5), ganadera (3,75), ex-traccin de petrleo (3,75), pesca con tcnicas inadecuadas (3), pesca (3), agricultura intensiva (2,25), densidad riberea (2,5) y residuos humanos (2)2. El mismo estudio propone una relacin causa-efecto entre ciertas afectaciones y la reduccin del nmero de especies de peces encontradas en las cinagas: La actividad ganadera, el control hidrulico y el aislamiento del cauce princi-pal parecen tener alguna influencia sobre el nmero de especies (Jimnez-Segura, 2012, p. 74).

    Lucho Arango, desde su conocimiento de pescador, compren-di muy bien lo complejo de la situacin:

    En la denuncia tras su muerte se afirma que Arango denunci el irrespeto por las rondas que hacen los empresarios de la palma, al sembrar hasta la orilla del ro Magdalena; la modificacin de los caos por cuenta de los ganaderos para ampliar sus potreros; el uso de medios externos para inundar terrenos que sirvan para la cra de bfalos, y el uso del trasmallo como herramienta de pes-ca que va en detrimento del equilibrio ecolgico y ha sido usado por grupos armados para rentarse de manera rpida.3

    Adems, Arango critic a empresas como Ecopetrol, que contaminaban quebradas, ros y cinagas, y la exploracin de petrleo con dinamita en las cinagas4. En su afn por defen-der la cinaga y la pesca artesanal, Lucho emprendi una lucha de aos en contra de los enemigos de las dos. En su quehacer

    2 Las cifras totales de afectaciones de las cinagas del Magdalena estn, segn el estudio de Jimnez-Segura et al., entre 12,25 para las cinagas ms saludables (Encanto y Cachimbero) y 39,25 para la cinaga ms impactada (Cantagallo); la cifra de El Llanito es de 32. De 35 cinagas estudiadas, El Llanito es la octava ms impactada por diferentes causas. Jimnez-Segura et al., 2012, p. 45.3 Vanguardia, 2010b. 4 Verdad Abierta, 2009.

  • 26

    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    como lder, pescador artesanal y ambientalista, Lucho cuestio-n a los ganaderos, a los palmeros, a quienes introdujeron el bfalo en la regin y a las instituciones estatales por su negli-gencia con respecto al respeto de las leyes que protegen los cuerpos hdricos de la regin. Incluso, los mismos pescadores fueron blancos de su causa.

    Cuando algunos sectores de pescadores artesanales adoptaron tcnicas ilegales, como el trasmallo, Lucho emprendi la tarea de erradicar estas formas de pescar.

    Cuando viene el trasmallo, entonces salamos a patrullar de noche, de da, por todas partes con l, hasta nos decan cosas malas, que l no era el dueo de la cinaga, que tal Entonces yo le dije: Compadre, dejemos de patrullar, y dijo: No compa-dre, no podemos, porque ese es nuestro alimento, y si lo dejamos acabar as, qu nos darn los nietos ms adelante? No tenemos ni para comer. Yo, cuando l me dijo eso, pues a m se me revol-vi el alma. Bueno el hombre tiene razn, porque de verdad que ese es nuestro sustento, nuestra cinaga, y si nosotros dejamos perder nuestra cinaga, para dnde vamos? Yo patrull bastante all en el ro, quitamos mucho trasmallo, y a veces mucha ame-naza; le decan que no era el dueo de la cinaga, y yo al hombre le propona que no pusiramos esa cosa [letreros de prohibido el trasmallo]. Ya a lo ltimo yo me jal, porque s, porque uno ve la gente, no? Entonces yo le dije: No, lo que pasa compadre es que nosotros como pescadores no tenemos sentido de pertenen-cia, nosotros los pescadores queremos llenura para hoy y hambre para maana, eso es lo que sucede.

    (Taller de Memoria, El Llanito, 16 de marzo del 2013)

    En el ao 2007 Lucho Arango comenz a recibir amenazas pero, aun as, sigui en su labor de defender la cinaga y la pesca artesanal. En enero del 2009 finalmente se logr con-cretar y firmar un acuerdo de pesca, conocido como el Acuer-do del Rio Sogamoso, entre los pescadores del ro Sogamoso y de la cinaga El Llanito. El acuerdo inclua a la Alcalda y

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    a la Secretara de Medio Ambiente, como entidades estatales responsables de la vigilancia de los cuerpos de agua y la pro-teccin de la pesca artesanal lcita.

    El 12 de febrero del 2009, Lucho Arango fue asesinado por el grupo armado ilegal Los Rastrojos, acto que los pescadores percibieron como un duro golpe a su esfuerzo organizativo y una amenaza constante a su labor y a la defensa de la protec-cin y preservacin del recurso pesquero, lo que ocasion una disminucin de sus actividades. Sobrevino el temor de pertene-cer a las asociaciones y mucho ms de emprender acciones de defensa y proteccin.

    Es importante anotar que el caso de Lucho Arango como lder comunitario fulminado por actores armados es emblemtico en el contexto de los lderes ambientalistas. Es decir, mientras que en general el lder comunitario lucha con y por su comunidad, el lder ambientalista frecuentemente se echa a la comunidad en-cima, porque cuestiona las formas como los propios habitantes explotan y se lucran del entorno natural.

    La historia de la muerte de Lucho es una historia de amor. l fue desde nio un pescador artesanal5. Su territorio de pesca fue la cinaga El Llanito y el ro Magdalena. Lucho se enamor de la cinaga, del ro y de sus humedales, pero estos tienen muchos enemigos y, en su intento por defenderlos, l fue antagonizando con ellos, uno tras otro. Lucho desarroll un liderazgo local con vocera regional, hecho que lo convirti en el pescador ms repre-sentativo y significativo que tenan los pescadores del Magdalena Medio en la lucha ambiental y la defensa de la pesca artesanal.

    El asesinato de Lucho Arango fue ante todo un asesinato poltico. Lucho era la voz de unas fuerzas sociales que, ampa-radas en su soporte histrico, social y cultural, defendan una

    5 Segn la Asociacin Nacional de Pescadores Artesanales, en 1985 haba 150 000 pescadores en el pas y 85 000 en el Magdalena Medio. Otro estudio identifica a 46 000 pescadores artesanales que vivan hacia 1997de la pesca en el Magdalena Me-dio (Gutirrez, 2011, p. 50). Estudios ms recientes establecen el nmero de pesca-dores en el Magdalena Medio, entre el 2000 y el 2011, alrededor de 30 000 y 50 000 (Gualdrn, 2000), 50 000 (Cormagdalena, 2002) y 45 930 (Contreras et al., 2011).

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    nocin de territorio basada en el saber tradicional de la pesca artesanal. Defender esos intereses, esas condiciones, esa tradi-cin, contra los intereses privados, estatales e incluso contra los intereses de una economa ilcita, fue para Lucho su sen-tencia de muerte.

    1.2. La verdad judicial

    A las 5:30 a. m. del 12 de febrero del 2009, a expensas de la penumbra, muy probablemente a la orilla de la hermosa cinaga El Llanito, una mujer se dispona a presentar la excusa final, la carta concluyente para la sentencia de muerte de Lucho Arango.

    Esa mujer, descrita por uno de los integrantes del grupo Los Rastrojos como bajita, gordita6 proveniente de un lugar denomi-nado Las Palmas, lleg ese da a El Llanito.

    El da jueves en la maana lleg una seora de Las Palmas a hablar con [El] Trinche. Ella le dijo que un seor Luis Aran-go era el que estaba sapindolo con el Ejrcito y la Armada, que ese man era el que lo tena pintado en Barranca y en la ribera del ro. Despus de esa reunin, [El] Trinche nos llam a Ingrid, Bryan y a m, nos dijo que nos alistramos que bamos para Barranca, antes de irnos yo le pregunt a [El] Trinche qu bamos a hacer.

    (Acta de Audiencia de Continuacin de Juicio Oral, 2009)

    Despus de esta conversacin, El Trinche se comunic con el comandante de Barranca, alias Isaas, y ambos tomaron la deci-sin crucial de asesinar a Lucho Arango. Se despleg inmediata-mente la logstica para el asesinato. El Trinche cit y organiz a su gente alias Pipe, Bryan e Ingridy ellos se fueron en buseta desde el corregimiento hasta Barrancabermeja.

    6 Acta de Audiencia de Continuacin de Juicio Oral, 2009.

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    a eso de las nueve de la maana nos montaron en la buseta, ah nos montamos los tres: Ingrid, Bryan y yo, porque [El] Trin-che se vino adelante a coordinar todo con la gente de Barranca.

    (Acta de Audiencia de Continuacin de Juicio Oral, 2009).

    Una vez en Barrancabermeja, los integrantes de Los Rastrojos se reunieron en el billar La Libertad a planear el crimen, un acto atroz decidido haca menos de tres horas, determinado aparentemente por la informacin suministrada por esa mujer al comandante re-gional de Los Rastrojos. Al mismo tiempo, ese grupo armado llam a Lucho para decirle que requera que hablara con su jefe en Ba-rranca en una reunin que concertaron para ese mismo da.

    Una vez establecido el plan, cada uno de los implicados sali del billar con la tarea definida y con la disposicin de cumplirla. Bryan se encontr con Lucho en el restaurante Burbujas. All se encontraban tambin sus compaeros de apall a la espera de la hora de una reunin en la Secretara de Educacin. Se vieron y se saludaron. Al salir del restaurante, Lucho y Bryan se fueron cami-nando hacia el comercio y tomaron un taxi.

    A las 9:30 llegamos a Barranca y nos reunimos en el billar La Libertad, que est por los lados del comercio. Hablamos El Trinche, Bryan, Ingrid y unos manes de Barranca, que son alias Mauricio, alias Isaas y Camila. El Trinche coordin todo con Mauricio, se orden que Bryan sacara a Luis Arango del res-taurante Burbujas y lo montara en un taxi hasta el barrio La Vic-toria, donde lo bamos esperar Jonathan y yo para terminar el trabajo A eso de las 11 terminamos la reunin y salimos cada quien a cumplir las funciones acordadas. Yo sal con Jonathan hacia La Victoria y Bryan al restaurante a sacar a Luis Arango.

    (Acta de Audiencia de Continuacin de Juicio Oral, 2009)

    Ese mismo da Lucho se levant muy probablemente a la misma hora que sus verdugos. Sabore un caf hecho por Dary amores y se dispuso a ir a Barrancabermeja a una reunin en la Secretara de Educacin, junto con otros miembros de apall.

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    Segn las declaraciones de algunos miembros de la comunidad y amigos personales de Lucho, ese da se desplaz desde El Llani-to hasta Barrancabermeja. Los declarantes lo vieron reunido con Bryan en el restaurante Burbujas de Barrancabermeja. Los ami-gos de Lucho, que estaban en ese mismo restaurante, se hicieron ver de l, y l los salud. Posteriormente Lucho sali con Bryan, se dirigieron juntos al sector del comercio y tomaron un taxi frente al almacn La Rosita. Los entrevistados manifestaron que pasados ms o menos 20 minutos recibieron una llamada telefnica con la noticia de la muerte de Luis Alberto Arango (Unidad de Apoyo de la Fiscala Segunda de Barrancabermeja, 2009).

    Segn el testimonio de uno de los amigos de Lucho:

    l lleg y se acerc y salud a cada uno de besos y como yo le quedaba lejos, me alarg la mano y yo le dije: Qu pasa mano?, l me dijo: Nada. Mano, qu pasa?!. Yo no le solt la mano hasta que el tipo se adelant; yo lo miraba, porque la primera vez que fuimos amenazados, Lucho no estaba, y cuando le dijimos, a Lucho le temblaba esto, la quijada, y no era capaz de sostener esto; y l cuando tena miedo Yo le pregunt varias veces que qu pasaba y me dijo que nada. Yo voy a ir!. Yo le dije: Lo esta-mos esperando para ir almorzar, y l me dijo: Voy a ir!.

    Una de las chicas que est enfrente ve que l cruza, y ella se suelta de la otra chica que la tena agarrada y sale en carrera; cuando ella viene en carrera de regreso dice: Miriam, a Lucho se lo llevaron en un taxi!. Yo llam a Rosauro y le digo: Dnde est?. l me dice: Cogiendo fresco al frente de Cormagdalena; yo le dije: Estoy aqu con una gran preocupacin, me dijo: Qu fue?, Lucho se em-barc con ese tipo Bryan!. Entonces Rosauro lo llam de una vez: Lucho, di s o no. T vas con ese tipo Bryan? T sientes miedo? No. Te siente en peligro, Lucho? No. Porque si toca mover lo que sea..., y l dijo: No. Pas una media hora, ms o menos, cuando mi hermano me llam y me dijo: Qu ropa tena Lucho puesta?. Yo le dije: Lo mataron, cierto?. l me deca: Qu ropa tena puesta?, Cierto que mataron a Lucho?. Yo le pas el telfono a Rosauro.

    (Taller de Memoria, El Llanito, 16 de marzo del 2013)

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    Las versiones judiciales permiten ver que Bryan condujo a Lu-cho al barrio La Victoria con la excusa de que all se encontrara con el comandante para que sostuvieran una reunin que Los Rastrojos haban solicitado para ver qu haba quedado incluido en el Acuerdo del Ro Sogamoso. El plan de los asesinos consista en que a la entrada del barrio estuvieran los otros dos miembros de Los Rastrojos encargados de darle muerte a Lucho. As suce-di. Cuando el taxi entr, le hicieron seas a Bryan para que deja-ra a Lucho a la entrada del barrio y continuara en el taxi.

    Segn palabras de Pipe, Lucho se baj y se sent a esperar. Pipe y Jonathan pasaron de lado en una moto. Pipe declar cmo en ese momento su compaero de moto se baj y le propin dos disparos en la cabeza, por detrs. Lucho cay muerto.

    Como a las 12:30 lleg un taxi; tan pronto se baj Luis se par al lado de una camioneta blanca que estaba ah. En ese momen-to Jonathan se baj de la moto en la que estbamos y camin como 10 metros hacia l y le hizo dos tiros. El seor Luis Arango cay al piso. En ese momento yo acerqu la moto y Jonathan se mont, como a cinco cuadras l se baj y se llev la moto con el revlver; yo me mont en un taxi y me baj ms adelante como a diez cuadras y cog una moto pirata hasta El Llanito, y me qued esperando a El Trinche, que lleg como a las 4 p. m., y cada quien se encalet por su lado.

    (Acta de Audiencia de Continuacin de Juicio Oral, 2009)

    Casi de inmediato se conoci en Barrancabermeja la noticia del asesinato de Lucho Arango, el lder querido, reconocido y ad-mirado por muchos.

    A mediados de octubre del 2008, lleg un grupo de hombres a imponer su ley en el corregimiento El Llanito, un pequeo po-blado de pescadores. Qu vendra a cuidar o a vigilar este gru-po, cuyos integrantes se identificaron como parte del grupo ilegal armado Los Rastrojos? Qu podra interesarles en un corregi-miento caliente, de calles empedradas y con huecos, con servicios deficientes y donde lo que ms llama la atencin es un cementerio

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    en pleno centro? En un primer momento, Los Rastrojos intenta-ron entrar a la comunidad de El Llanito de la mano de las asocia-ciones de base que ya funcionaban en esta localidad.

    a mediados de octubre del 2008, Hctor Bedoya, alias Trin-che, busc a Juan Tercero y Luis Arango7 para que citaran a los presidentes de las jac y de otras organizaciones para presentarse como el nuevo grupo que tomara el control de la zona, a lo cual ellos manifestaron que los buscaran ellos mismos.

    (Testimonios de la comunidad,Unidad de Apoyo de la Fiscala Segunda

    de Barrancabermeja, 2009)

    Estos mismos testimonios aseguran que el comandante de Los Rastrojos en el corregimiento era Hctor Bedoya Montero, alias El Trinche o Tijeras, oriundo de all mismo, y que otros inte-grantes de la organizacin eran alias Pipe o El Chueco, Ingrid Vega y alias Bryan.

    Los miembros de la comunidad expresaron que a esta primera reunin se presentaron El Trinche, Bryan y Pipe como integran-tes de Los Rastrojos, y dijeron que llegaban contratados por la ma-fia con el fin de controlar varias economas ilegales y los conflictos que se desataran dentro de la comunidad:

    Dijeron que ellos no eran paracos, que eso ya se haba acabado, que ahora eran ellos y que a ellos les pagaba la mafia, que ganaban buen sueldo, que venan a acabar con los ladrones de gasolina y los roba-tubo, a controlar la pesca con trasmallo en la cinaga y en el ro, que ya tenan identificados los nombres de las personas invo-lucradas; pidieron que les prestramos las canoas y motores de la asociacin [apall]. Se les dej en claro que era la primera y ltima reunin que se haca en la oficina, y se les dijo que si eran as las cosas, que ellos reunieran a la comunidad y les dijeran eso. Como

    7 Ambos, lderes de apall que gozaban de gran reconocimiento por parte de la comunidad.

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    a los tres das ellos hicieron una reunin en el saln comunal, don-de Bryan les habl y les dijo lo mismo. Ah, Luis Arango les dijo que no era la asociacin la que haba trado esa gente, y desde ese momento comenzaron las diferencias entre ellos y nosotros.

    (Unidad de Apoyo Fiscala Segunda Barrancabermeja, 2009)

    Paralelamente a la entrada de Los Rastrojos, Lucho Arango, al frente de apall, continu su lucha contra los diferentes factores que afectaban la cinaga, y por ende, la pesca artesanal. Uno de estos factores era la pesca con trasmallo y por ello insisti en que hubiera presencia institucional que monitoreara la cinaga y los caos, con el fin de acabar con esa y todas las dems formas ilega-les de pesca.

    El 17 de enero del 2009, despus de muchos esfuerzos, Lucho logr firmar la que se considerara su mxima conquista para la proteccin del recurso pesquero y la eliminacin del trasmallo: el Acuerdo Ro Sogamoso Complejo Llanito8. Este Acuerdo, firma-do pblicamente por el Alcalde Municipal de Barrancabermeja, el Comandante del Puesto Fluvial Avanzado No. 13 de la Arma-da Nacional, el Comandante de la Estacin de Polica9, el Direc-tor Ejecutivo de asopesamm y Luis Arango, como presidente de apall, plantea cinco puntos:

    1. No pescar en un kilmetro aguas arriba y un kilmetro aguas abajo de la boca del cao San Silvestre, en las tem-poradas de bajanza [el regreso de los peces a la cinaga] y lavanza [momento en que los peces salen al agua corriente a lavarse de una sustancia que los cubre], en el 2009.

    8 apall no tienen evidencia del documento original en fsico. No obstante, la versin escaneada del documento fue facilitada por Juan Carlos Alemn, bilo-go asesor de los procesos de la Asociacin y quien, adems, facilit algunas fotos como prueba de la firma del acuerdo. Cabe destacar que aunque la firma del acuerdo solo involucr al Alcalde como mxima autoridad municipal, en las fotos suministradas se puede apreciar la presencia de algunos secretarios de la administracin municipal.9 Los nombres de quienes firmaron a ttulo institucional fueron: Carlos Contre-ras (como Alcalde Municipal), Walter Crdoba Snchez (como Comandante de la Polica Nacional) y Sandro Gallardo Ropero (como Comandante del Puesto Fluvial Avanzado No. 13 de la Armada Nacional).

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    2. En el da se podr pescar con atarraya, en el rea definida anteriormente.

    3. Se prohbe el uso del deslizado o trasmallo de da y de no-che, en el rea definida anteriormente.

    4. Se prohbe la pesca desde las 6 p. m. hasta las 6 a. m., con cualquier clase de arte y mtodo de pesca.

    5. Se acuerda con la Armada y la Polica el acompaamiento del control y la vigilancia de los artes y mtodos ilcitos de pesca en el ro Sogamoso y el complejo El Llanito.

    Veintiseis das despus de firmado el acuerdo, Lucho Arango fue asesinado. Es muy posible que exista una relacin entre la fir-ma con los mviles del crimen. Por un lado, el trasmallo haba di-vidido a la comunidad de pescadores en dos sectores en conflicto: por un lado, los pescadores trasmalleros, y por otro, los pescado-res conscientes del terrible impacto negativo de esta prctica y de otras formas ilcitas de pesca en la cinaga y los caos. Este ltimo grupo era liderado por apall.

    La presencia de Los Rastrojos en la comunidad, tratando de controlar el territorio, la vida social de la comunidad y varias eco-nomas ilcitas, es un elemento clave en este caso. Es claro que para Los Rastrojos era un problema que la Armada y la Polica estuvieran vigilando la cinaga y los caos, pues estas rutas eran las mismas utilizadas por la banda criminal emergente para circu-lar los bienes producto de sus propios negocios ilcitos. Algunos testimonios exponen la relacin directa entre la firma del acuerdo y los mviles del asesinato.

    Lucho, como a las 9 a. m., se vino para Barranca, y Miriam fue la que se encontr con l. Pero l ya estaba hablando con uno de esos manes, un tal Bryan. Una de las reglas de juego era que ninguno de nosotros tena por qu reunirse con esa gente. Si queran reunirse era en El Llanito, pero que nadie poda sa-lir a reunirse. Pero como ellos andaban detrs del acuerdo que nosotros habamos firmado, decan que queran ese documento. Le haban dicho a Lucho, y l le dijo que fueran a la oficina, que l se los entregaba. Pero ese documento no tiene otra cosa, sino

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    que es basado en la ley y otros compromisos que hicimos entre los pescadores del ro Sogamoso y El Llanito. Era un acuerdo sobre las buenas prcticas de la pesca.

    (Taller de Memoria, Bucaramanga,30 de noviembre 1 de diciembre del 2012)

    El lugar ideal de la prctica del trasmallo son los caos que conectan la cinaga con el ro. En el caso de la conexin de la cinaga El Llanito con el ro Sogamoso, estos caos suelen ser mu-chos y con muy diversa ubicacin, especialmente en las tempora-das de lluvia. Estos caos no solo han servido para la prctica del trasmallo; durante mucho tiempo, y con el conocimiento de las autoridades, por estos caos ha transitado toda suerte de bienes producto de economas ilegales, las armas, la gasolina y la coca entre las ms representativas.

    es trfico, en las cinagas es trfico, armas, gasolina y coca. No se genera en la zona, en la zona no tenemos ninguno de esos problemas, pero el problema de los humedales, y vuelvo a dar con el cuento: Los humedales son tierra de todos, tierra de nadie. Entonces, son unas zonas donde normalmente no trafica todo el mundo, por eso es que son utilizadas para estas actividades ilega-les, y eso fue lo que le cost la vida a Lucho. Entonces mire, toda el rea de divagacin que pueden generar los humedales, todo esto, todo esto es todo lo azul [mostrando un mapa de la cinaga] es agua, entonces son una infinidad de rutas escondidas que utili-zan para moverse, para movilizarse y para no ser detectados. Para movilizar las cosas ilegales. Ese es el pequeito problema de los humedales. Entonces, la capacidad operativa de las Fuerzas Ar-madas y las autoridades de control y vigilancia son muy poquitas, y ellos, por ejemplo, cuando se llamaban, ellos decan [autoridades de control y vigilancia]: Tengo unos problemas muy grandes de conflicto social en otros lados, y entonces no le paran bolas a esto, esto no. No es que las autoridades no sepan que esto existe, ellos saben. No hay la capacidad operativa, esto valdra mucha plata, y tampoco hay la voluntad de prestarle atencin a esto, por-

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    que esto es un problema muy grande. Ahora en verano puede que esto se obstruya y no puedan pasar, pero el problema es invierno, en invierno esto se vuelve casi un mar.

    (Entrevista con un funcionario de Cormagdalena, marzo del 2013)

    La relacin entre los trasmalleros y quienes auspician el tr-fico de economa ilegal es ms evidente en el caso de la gasoli-na. Algunos pescadores movilizan en sus canoas los vikingos, que contienen la gasolina necesaria para el procesamiento de la coca. Aunque la preocupacin de Lucho no era el trfico de los bienes producto de las economas ilegales por los caos, indirectamente su gestin en contra del trasmallo haca visible esas rutas de trfico ilegal, en la medida en que algunos tras-malleros pescaban ilegalmente en los caos que servan tam-bin para esas rutas. Al firmarse el acuerdo, Lucho presionaba para que la Armada y la Polica cumplieran su labor de vigi-lancia en la cinaga y en los caos de El Llanito. Este nivel de presencia institucional no fue bien visto ni por los pescadores trasmalleros ni por Los Rastrojos, quienes finalmente ejecuta-ron a Arango.

    Este es el testimonio de un funcionario pblico que trabaja en la zona:

    Entonces el problema es que en algunos lados, por ejemplo, obligan a los pescadores, obligan no, les solicitan a los pes-cadores que transporten lo que ellos llamaban los vikingos. Esos son como unas bolsas de gasolina robada que las meten por debajo de la canoa, las amarran a la canoa y las transpor-tan, como decir un choricito debajo de una canoa, o al lado de una canoa, y a los pescadores los utilizan para que hagan el re-corrido, porque si viene gente de otros lados sera ms visibles y los podan detectar.

    Al mismo Lucho, l me lo cont, le haban solicitado que hiciera eso y l dijo que no; entonces eso por un lado, y por el otro lado, nosotros empezamos a hacer control y vigilancia con

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    lo del trasmallo, y empezamos a solicitar a las Fuerzas Armadas que vinieran, que acompaaran. A la Armada, a la Polica, que acompaaran a Lucho, o no a Lucho, sino a la organizacin de pescadores, para que no quedaran ellos solos haciendo cosas; ha-ciendo por ejemplo decomisos que es la ilegalidad, y lo estaban haciendo de cuenta de ellos, entonces se estaban metiendo era en otro problema fiscal. Les decamos: Acompamoslos a ellos para que no tengamos un problema; entonces la gente ilegal que est en El Llanito, viviendo en El Llanito, considera que Lucho es el sapo, y que les est denunciando las otras cosas, y eso fue lo que le cost la vida. Entonces, nosotros estbamos haciendo un con-trol y vigilancia del uso del trasmallo para proteger un recurso hdrico, un recurso ictiolgico y l termina asesinado por la gente que est haciendo este trfico.

    (Entrevista con funcionario de Cormagdalena, marzo del 2013)

    Pero, quines eran esos asesinos a sueldo que irrumpieron a finales de octubre del 2008 en la comunidad de El Llanito y, a nombre de un grupo armado ilegal, se otorgaron el derecho de controlar, atacar y asesinar?

    Jaime Pealoza Coronel, alias Bryan, manifiesta que viva solo en El Llanito desde haca tres meses y que antes viva con su hermana en el Hogar Jess de Nazareth, en el barrio Garca Rovi-ra, de Bucaramanga, hogar que se encarga de atender vctimas de minas antipersona. Bryan naci el 12 de mayo de 1982.

    Las declaraciones de la comunidad identifican a alias Bryan como una persona de 24 a 25 aos de edad, de piel clara, cabello mono10, estatura media, contextura delgada, quien para mediados del mes de noviembre del ao 2008 los reuni en las instalaciones del saln comunal del corregimiento El Llanito y pblicamente les manifest ser un integrante de la organizacin Los Rastrojos.

    (Unidad de Apoyo de la Fiscala Segunda de Barrancabermeja, 2009)

    10 Mono en la jerga popular se refiere a una persona con cabello rubio.

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    Los testimonios describen a El Trinche de la siguiente forma: es oriundo del corregimiento, y como seal particular en cada mano solo tiene dos dedos (meique y pulgar); lo describen como una persona de 1,72 de estatura, moreno, de pelo liso, de aproxi-madamente 35 aos (Fiscala General de la Nacin, 2009).

    Segn las mismas actas de la Fiscala, Felipe Arce Gutirrez, alias Pipe o El Chueco, es una persona de tez morena, de 1,70 de estatura, corpulenta, (que) usa cachucha en todo momento (y) anda con una muleta porque tiene una pierna ortopdica (Unidad de Apoyo de la Fiscala Segunda de Ba-rrancabermeja, 2009). Es oriundo de El Banco, Magdalena. Soltero y nacido el 3 de agosto de 1981, tiene educacin pri-maria. Dijo haber pertenecido a Los Rastrojos desde el 31 de octubre del 2008 hasta el da de la muerte de Lucho. Su jefe inmediato era El Trinche. Como motivacin para ingresar al grupo declar que, encontrndose en Bogot para hacerse una prtesis, recibi una llamada de Hctor Bedoya en la que le propona trabajo en El Llanito, y l acept porque estaban hacindole un bien a la comunidad (Acta de Audiencia de Continuacin de Juicio Oral, 2009). Le ofrecieron un sueldo de un milln de pesos. En sus propias palabras, controlba-mos las peleas, la pesca con trasmallo y dems cosas que pa-saban en el corregimiento, todo a nombre de Los Rastrojos (Polica Judicial, 2009).

    Sin embargo, expres que desde un tiempo en adelante, El Trinche entr en pelea con la comunidad y que las cosas em-pezaron a complicarse (Acta de Audiencia de Continuacin de Juicio Oral, 2009).

    En El Llanito, el grupo Los Rastrojos dependa de la estructura de la organizacin en Barrancabermeja. Segn versiones de Pipe, en la primera reunin que Los Rastrojos de El Llanito tuvieron con el comandante de Barranca, conocido como alias Fabin, este les dijo que el comandante del Llanito era Hctor y que todos deban seguir sus rdenes. Cada miembro de Los Rastrojos cum-pla funciones diferentes: despus lleg Bryan, quien cumpla la labor de aplicar inyecciones; la labor de [El] Trinche era que

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    si l se volaba lo mataban, a l lo llevaron como engaado. Mi la-bor era controlar las peleas de los civiles, los robos; entre Hctor y yo controlbamos los trasmalleros (Acta de Audiencia de Conti-nuacin de Juicio Oral, 2009).

    Una vez cegada la vida del defensor de la cinaga El Llanito, las autoridades iniciaron los procesos de rigor de estos casos, es decir, tomaron declaraciones a varias personas de la comu-nidad, y con las pistas acopiadas se traslad al corregimiento con el fin de verificar la informacin recolectada, identificar a las personas relacionadas en la investigacin y ofrecer protec-cin a la poblacin.

    El 13 de febrero del 2009, hacia las 8:30 p. m., un da despus del asesinato, los investigadores de la Sijin identificaron a Pipe como uno de los involucrados. Segn el Oficio 001 de la Fiscala:

    se ubica un seor en va pblica del corregimiento El Lla-nito, a quien vista las caractersticas fsicas, que se asemejan a las suministradas por los entrevistados con relacin a alias pipe, se abord inmediatamente, realizndose una requisa y procediendo a la identificacin, para lo cual mostr una cdula que corresponde al nombre de felipe arche gutirrez, de El Banco, Magdalena. Es de resaltar que el seor felipe arce gutirrez presenta una prtesis en su pierna derecha, caracte-rstica especial dada por los testigos sobre uno de los presuntos miembros de la organizacin a la que se le sindican el hecho, por lo que fue conducido a las instalaciones del saln comunal del corregimiento El Llanito, donde se halla la base mvil de la Polica emcar.

    En el trayecto el seor felipe arce manifest a los policiales de manera informal que saba por qu lo estaban buscando y que l quera colaborar con la justicia, que ayudara a esclarecer el homicidio ocurrido el da anterior en Barrancabermeja del seor lucho arango; continu manifestando que l fue quien condujo la motocicleta en la que emprendieron la huida y que quien dis-par fue jonathan.

    (Unidad de Apoyo Fiscala Segunda Barrancabermeja, 2009)

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    La declaracin de alias Pipe condujo a expedir ese mismo da la orden de captura contra Hctor Manuel Bedoya Montero, alias El Trinche o Tijeras, y Wilson Javier Jaimes Arroyave, alias Jonathan.

    El 15 de febrero del 2009 fue capturado alias El Trinche en el corregimiento El Llanito (Informe Ejecutivo FPJ 3, 2009); el 18 de febrero lo fue alias Jonathan (Acta No. 4, Acta de se-guimiento de los avances de la investigacin dentro del radicado 6808116000135200900094, 2009); y el 25 de febrero alias Bryan (Constancia de Barrancabermeja, 25 de febrero del 2009, de buen trato en la captura de Jaime Pealoza Coronel, alias Bryan). Pipe tambin fue capturado.

    El 17 de marzo del mismo ao, El Trinche acept los cargos en calidad de coautor de los delitos de los que fue acusado y fue condenado por la justicia colombiana.

    realizadas las respectivas indagaciones se estableci que uno de los presuntos coautores y partcipes el reato investigado fue el aqu imputado Hctor Manuel Bedoya Montero, quien pertenece a una organizacin armada al margen de la ley autodenominada como Los Rastrojos, y se desempeaba como jefe o comandante dentro del grupo que delinqua en el corregimiento El Llanito, ju-risdiccin de Barrancabermeja, y fue quien dio la orden de ultimar al hoy occiso y planific cmo debera llevarse a cabo el crimen.

    (Escrito de acusacin con preacuerdo de Hctor Manuel Bedoya Montero, 2009)

    En la misma fecha se hizo la acusacin con preacuerdo de Bryan, con imputacin como coautor de los delitos de concierto para delinquir, homicidio agravado; fabricacin, trfico y porte de armas de fuego o municiones. l acept los cargos.

    El 13 de agosto del 2009 se dio sentencia condenatoria a Pipe de 19 aos y 6 meses; el 21 de agosto del 2009 a El Trinche, de 20 aos y 9 meses de prisin, sentencia que fue apelada por la defensa (Coordinacin de la Unidad Especializada de Fiscalas de Bucaramanga, 2010).

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    El caso judicial seguido contra Wilson Javier Jimnez Arroya-ve, alias Jonathan, quien fue acusado por Pipe como la persona que dispar, sigui un largo proceso en el que sus compaeros de Los Rastrojos inicialmente lo acusaron y despus pretendieron dejarlo por fuera de toda responsabilidad. No obstante, con las pruebas acopiadas y presentadas por la Fiscala Novena Especia-lizada de Bucaramanga, el 11 de diciembre del 2013 fue conde-nado a 43 aos de crcel y una multa de 5000 salarios mnimos legales mensuales vigentes (Juzgado Primero Penal del Circuito de Bucaramanga, 2013).

    1.3. El asesinato de Lucho Arango: negligencia institucional?

    Como ya se mencion anteriormente, el 17 de enero del 2009 se firm el Acuerdo Ro Sogamoso Complejo Llanito para la proteccin del recurso pesquero y la eliminacin del trasmallo. Las clusulas de este acuerdo se relacionan con la gestin de Lu-cho Arango ante las autoridades competentes acerca del control y la vigilancia de la pesca artesanal y la proscripcin de los artes y mtodos ilcitos de pesca en su rea de cubrimiento.

    Vale la pena recalcar de nuevo la relacin que tiene la firma de dicho acuerdo con los mviles del asesinato. En los testimo-nios expuestos se evidencian las dificultades generadas por la lu-cha contra el trasmallo y se entrevn las condiciones ilegales que acompaan esta prctica de pesca.

    Por ley, la entidad que vigila los recursos hdricos es la recin constituida Autoridad Nacional de Pesca (Aunap). Sin embargo, su alcance no incluye el decomiso de instrumentos y productos de la pesca, ni la captura y procesamiento legal de los implicados.

    Entre las funciones de la Aunap, que son las mismas del Inco-der y del Inpa, estn la inspeccin y la vigilancia del recurso pes-quero, que es lo que nos compete en este momento.... en ningn momento la Aunap o la autoridad en pesca toma atribuciones de

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    inspeccin, porque no somos entes policivos; siempre los funcio-narios se tienen que apoyar en la Polica para hacer decomisos, as sea de un pescado o de un arte, o para verificar que no se est haciendo la pesca en los sitios prohibidos, como la boca de los caos... Siempre que vayan a hacer un seguimiento a los artes de pesca lcitos o a las capturas con productos que no cumplan las tallas, o [a la pesca] en sitios apropiados y con las artes que deben ser las artes reglamentarias, estarn juntas la Autoridad Pesquera y la Polica.

    (Entrevista con la Directora regional de la Aunap, Barrancabermeja, junio del 2013)

    La inspeccin y vigilancia del recurso pesquero es, entonces, una funcin institucional no judicial, que debe asumir la entidad competente, en este caso la Aunap. Sin embargo, esta autoridad es de reciente conformacin, por lo que durante el tiempo de lucha contra el trasmallo, apall prcticamente actu sola, ante la falta de asistencia y acompaamiento continuo por parte de las institu-ciones competentes, especialmente del Incoder.

    Mire, las instituciones siempre ha sido de una ausencia total. Hacen dos rondas y ya comienzan a decir: Es que yo [la Polica] no tengo gasolina; () el Incoder dice: Es que no tengo fuerza de seguridad que me acompae. Entonces cada uno tiene una excusa sacaculista. Nadie nos acompaaba. A nosotros no nos inte-resaban las economas ilcitas; a nosotros nos interesaba que nos cuidaran el medio de comer, de subsistir, que es el pez. Cuando bamos a las reuniones, un da escuch al de la Armada decir: No pero mire, que me estn diciendo que dejemos pasar un vi-kingo, y nosotros le dijimos: Eso a nosotros no nos interesa; eso les interesa a ustedes, como Polica y como fuerza pblica, pero a nosotros no. A nosotros lo nico que nos interesa es el trasmallo y el cuidado de los peces. Entonces los nicos que tenan alguna presencia, aunque con muchos resquemores, era los de la Arma-da, pero de resto no.

    (Taller de Memoria, El Llanito, 16 de marzo del 2013)

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    Lucho Arango y apall se quedaron solos ante la eminente ne-cesidad de afrontar la proteccin del recurso pesquero. La insti-tucionalidad colombiana, generosa en su oferta de estamentos, legislacin y procesos polticos y tcnicos de competencia ambien-tal, no supo ver el peligro que estaba asumiendo Lucho en su cau-sa contra el trasmallo, una actividad de absoluta responsabilidad del Estado. Por qu el Estado no la asumi?

    Sobre este tema, un funcionario de la Aunap opina:

    Ese problema que tienen muchas comunidades de pesca-dores que juegan limpio se debe a la falta de presencia insti-tucional. Fsica negligencia del Estado, porque hoy en da, a partir del 2007-2008 ya entr la Polica Ambiental, la fuerza pblica; en cierta medida lo hacen porque est dentro de su plan operacional, pero si usted me cita un ejemplo en este momento, la Armada, que es la que debe hacer los controles en el ro, es inoperante. Hagamos el ejercicio y llamemos al Comandante de la Armada y le digo que si me apoya maana para un operativo; me dice que no tiene combustible, que tie-ne la gente en otros operativos ms importantes, que en este momento las chalupas las tienen all, y uno va, y las chalupas estn ah paradas. Falta de operatividad y falta de compromi-so. Y eso es aqu que lo vemos. Usted imagnese el problema de San Pablo para abajo, de Simit? Por all pasa un bote, una piraa, pero pasa a toda; pero entrando a punto con las comunidades? No.

    (Entrevista con un funcionario de la Aunap, Barrancabermeja, junio del 2013)

    Despus de asesinado Lucho, la organizacin de pescadores no se ocup ms del tema del trasmallo. Buena parte del equipo directivo de la asociacin y de sus amigos cercanos detuvieron sus acciones, pues algunos tambin haban sido vctimas de ame-nazas. El Acuerdo Ro Sogamoso Complejo Llanito, con toda la resonancia institucional que tuvo, nunca se cumpli. La ci-naga se qued sin defensor, sin doliente. El trasmallo y la pesca

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    ilcita, as como el trfico de la economa ilegal en los caos, fueron el Goliat que gan esta batalla, ante la ausencia evidente de una institucionalidad responsable de los procesos de vigilan-cia, control, proteccin y preservacin de la pesca artesanal, y en general de los humedales.

    An hoy, luego de la muerte de Lucho, la negligencia insti-tucional es una constante. La Polica Ambiental y la Armada no patrullan los caos y las cinagas, a menos que sea por solicitud expresa de la Aunap, pero esta institucin no realiza de mane-ra constante estas rondas de vigilancia, y lo que argumenta es que no tiene los recursos econmicos ni el personal suficiente para hacerlo.

    Las constantes rotaciones que se presentan en la fuerza pbli-ca se cuentan tambin hoy como un obstculo a las acciones de vigilancia y control. El siguiente testimonio, ofrecido por quien reemplaz a Lucho Arango en la presidencia de apall, caracteri-za la ineficacia de las acciones de acompaamiento que la organi-zacin demanda de las autoridades militares.

    Llega un comandante del Ejrcito aqu a la base. Listo, me pongo a su disposicin. A los tres meses lo cambian. Despus llega otro que s tiene inters. Luego cambian al de la Armada [] en los tres aos me han llamado como cuatro veces varios de los que cambian: Estamos a sus rdenes. Listo, las piraas11* aparecen en la boca [del cao]. Pero hay otros que no les interesa, no es poltica institucional.

    (Taller de Memoria, El Llanito, 16 de marzo del 2013)

    Si la institucionalidad local, en especial la encargada de las acciones de vigilancia y control de la pesca, hubiese sido efi-ciente, seguramente ni apall ni mucho menos Lucho Arango

    11 * La piraa es una lancha de 76 metros de largo con dos motores de 125 ca-ballos fuera de borda que permiten un desplazamiento mximo de 38 nudos. Su tripulacin es de cuatro y puede transportar hasta diez hombres adicionales. Est armada con una ametralladora calibre 50 y dos de 7.62 milmetros. (El Tiempo, 28 de julio de 1991) (N. del E.)

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    habran asumido estas acciones para mitigar el impacto de la pesca ilcita, y en especial, para preservar el recurso hdrico e ictiolgico de la regin.

    En su afn por darle visibilidad al problema del trasmallo, Lu-cho desafo la clandestinidad del uso alterno de los caos como trnsito de la economa ilegal. La negligencia institucional hacia la vigilancia y el control de la pesca ilcita termin siendo para l su sentencia de muerte.

    1.4. Los entramados de la guerra

    Las fuerzas y dinmicas que confluyeron en el asesinato de Lucho Arango son complejas y confusas. Aunque es claro que los asesinos de Arango son cuatro hombres pertenecientes a la banda criminal conocida como Los Rastrojos, la razn exacta de por qu fue asesinado no es clara. Segn la informacin re-colectada por el Equipo de Memoria Histrica en el trabajo de campo, existen varias hiptesis: 1) Lucho Arango fue asesina-do por su agenda ambientalista, porque para los ganaderos y palmeros de la regin se haba convertido en una piedra en el zapato; 2) Fue asesinado por Los Rastrojos, quienes utiliza-ban los caos, las cinagas y los ros del Magdalena Medio para transportar mercancas ilcitas. La gestin de Arango segura-mente garantizaba la presencia de la Armada, la Polica y otras instituciones de seguridad como vigilantes de cinagas y caos, y converta el territorio libre de Los Rastrojos en un rea vi-gilada; y 3) Lucho Arango fue asesinado por la agudizacin del conflicto entre los pescadores trasmalleros y aquellos que solo utilizan tcnicas tradicionales lcitas; segn esta hiptesis, los trasmalleros se haban saturado de las acciones de Arango, de las rondas de vigilancia en la cinaga y los caos, del decomiso y la destruccin de trasmallos y canoas, y de las acusaciones p-blicas a individuos por pescar con trasmallo.

    Es claro que el asesinato de Lucho Arango surge del entrama-do que se teji entre la comunidad y el grupo armado ilegal. Las

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    condiciones que rodean su muerte ilustran exactamente lo que Stathis Kalyvas argumenta en torno a las guerras civiles. Segn este autor, la caracterstica principal de la guerra civil es que los grupos combatientes involucran a la poblacin civil, es decir, la guerra se lucha a travs de la gente12. El control de la poblacin civil se convierte en un factor definitivo en la lucha por eliminar al enemigo y la violencia es la principal herramienta en el intento por controlar a la poblacin civil13.

    Con base en sus anlisis de guerras civiles, Kalyvas demuestra cmo la violencia en contra de civiles no surge del grupo arma-do exclusivamente, sino del grupo armado en interaccin con la poblacin. Es decir, una tpica guerra civil genera dinmicas y procesos entre el grupo armado y la poblacin civil, y es desde estas dinmicas donde surge la victimizacin de civiles. Kalyvas bautiza este tipo de violencia como conjunta14, ya que los victi-marios incluyen combatientes del grupo armado e individuos de la poblacin civil.

    Los civiles denuncian a individuos de la comunidad, motivados por conflictos intercomunitarios o por problemas personales, ven-dettas, odios o envidias15. Kalyvas afirma que mis investigaciones sugieren que detrs de motivos ostensiblemente polticos acechan enemistades personales, conflictos familiares o enfrentamientos entre distintas facciones dentro de la comunidad16. Es decir, la guerra civil genera una compleja y ambigua serie de articulacio-nes de conflictos locales con conflictos de ndole ms amplia, ya sean conflictos nacionales o polticos.17

    En el caso de Colombia, este tipo de articulaciones se ha dado cuando, por ejemplo, un grupo paramilitar permea conflictos intercomunitarios. Una muestra de esta dinmica es el caso de El Salado, en el 2001, donde un conflicto entre dos familias ter-

    12 Kalyvas, 2000, p. 7. 13 Kalyvas, bid, pp. 8 y 9.14 Jointness of violence es el trmino en ingls utilizado por Kalyvas (bid, p.10).15 Kalyvas, bid, p. 12.16 Kalyvas, bid, p. 12.17 Kalyvas, 2003.

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    1. Pesca artesanal en el magdalena medio: conflictos y liderazgos

    min mezclado con el conflicto entre paramilitares y guerrillas y culmin en una masacre. El conflicto local de dos familias se articul con el conflicto poltico entre paramilitares de dere-cha y guerrillas de izquierda. En el caso del asesinato de Lucho Arango, el conflicto local entre pescadores en torno al uso del trasmallo se entreteji con un conflicto ms amplio entre el gru-po armado ilegal Los Rastrojos y las fuerzas de seguridad del Estado. Segn Kalyvas, el actor central (guerrilla, paramilitar o grupo armado) aprovecha los conflictos locales para aumentar su control sobre el territorio y la poblacin, para reclutar aliados o para conseguir apoyo. Por su lado, el actor local aprovecha los altos niveles de fuerza que el actor central puede ofrecerle. Adems, el actor local elimina a su enemigo sin necesidad de in-miscuirse en el acto violento. En este tipo de sistema la violencia existe como un recurso, no como una herramienta de coercin18.

    Es importante analizar y comprender cmo van surgiendo las dinmicas que enredan a las comunidades en las lgicas de la guerra. Los anlisis de Kalyvas muestran cmo, en una guerra como la colombiana, los grupos armados terminan permeando los conflictos intracomunitarios, como por ejemplo el conflicto entre los pescadores trasmalleros y los pescadores tradicionales. Y este tipo de situaciones agudiza la violencia extrema, como es el caso del asesinato de Lucho Arango. Los actos violentos, aunque responden a motivaciones ajenas al grupo armado, en ltimas lo benefician, ya que la poblacin en general se va doblegando a un entorno dominado por la violencia.

    Comprender las dinmicas del conflicto armado, que final-mente fueron la causa de la muerte de Lucho, implica entender la complejidad de los entramados entre los grupos armados y los procesos econmicos de la regin. Por qu existen Los Rastrojos en el Magdalena Medio? Por qu antes el territorio estaba controlado por los paramilitares? Por qu estaban los paramilitares en el Magdalena Medio? Por la presencia guerri-llera en la regin.

    18 Kalyvas, bid, p. 486.

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    Por otro lado, la presencia de guerrilla y de paramilitares est ntimamente ligada a procesos econmicos, modelos de desarro-llo y formas de tenencia y explotacin de la tierra en el Magdalena Medio. Desde esta perspectiva, los siguientes dos captulos inten-tan explicar la relacin entre el conflicto armado y los modelos econmicos en la regin del Magdalena Medio.

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    2. Los enemigos de la pesca artesanal

    en el magdalena medio

    Lucho Arango supo representar la cotidianidad de la pesca que hace que el pescador desarrolle una relacin muy estrecha con el entorno natural18. As, por ejemplo, durante la faena de pesca, en la cual el pescador pasa semanas y hasta meses en el agua, surge una experiencia cotidiana muy cercana al entorno:

    es que nosotros los pescadores con el tiempo vamos adqui-riendo una experiencia [] con el difunto Lucho bamos andan-do en la canoa y cuando uno vea que va botando la bombita: Sociales, ah va el pescado!, porque del agua sale una bombi-ta pequeita y uno sabe que es pescado. Y cuando es tiempo de crecida, que el pescado est en tiempo de reproduccin, usted escucha el ronquido del pescado: Sociales, pilas que aqu viene la bajanza! Est roncando el comeln, ronca la vizcana. El que es de verdad pescador sabe todo eso.

    (Taller de Memoria, El Llanito, 16 de marzo del 2013)

    18 Segn la ley colombiana en su Decreto 2256 de 1991, artculo 2.4.1., la pesca artesanal es aquella que realizan pescadores en forma individual u organizados en empresas, cooperativas u otras asociaciones, con su trabajo personal independiente, con aparejos propios de una actividad productiva de pequea escala y mediante sistemas, artes y mtodos menores de pesca (Jimnez-Segura et al., p. cit., p. 79).

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    Como modo de produccin, la pesca artesanal ofrece unas condiciones difcilmente equiparables con cualquier otra forma de empleo en la regin. El pescador artesanal es dueo de sus propios horarios y autnomo, realiza su trabajo rodeado de her-mosos paisajes naturales y en constante interaccin con amigos, compadres y vecinos: muchos pescadores prefieren el corra-leo19 [] a travs del corral se fortalecen los lazos sociales, se comparten las experiencias personales, se ponen en prctica los conocimientos y los aprendizajes20,21.

    Asimismo, el pescador artesanal es reconocido como aquel que, adems de hacer uso de los mtodos y artes legales para la pesca, tiene el saber artesanal, que se da tradicionalmente de generacin en generacin, de la construccin y reparacin de sus redes. En territorios como el Magdalena Medio, el pescador ha sido invisible pues, en medio de los procesos econmicos y polticos que han hecho trascender esta regin en el contexto colombiano, es muy poca la referencia que se ha hecho de la pes-ca artesanal y de las afectaciones o los conflictos que enfrenta este oficio. En palabras de la historiadora Amparo Murillo:

    El pescador es un ser ancestral incluso, porque histricamen-te l es el que ha dado la vida al ro, viviendo del ro a la vez. Ha poblado las riberas, las orillas, las cinagas, los caos y ha vivido ah; es los que han hecho la presencia ms estable, de ah su importancia. Ha vivido y ha tenido una serie de prcticas de pes-ca que han permitido tambin que el recurso pisccola se siga reproduciendo. Conoce los ciclos y es un sabio del medioam-biente. [] adems porque [] antes de ser visto contemplativa-mente como el poblador ancestral de las orillas del ro, tambin es un ciudadano colombiano que ante una serie de situaciones

    19 Corraleo es una forma de pescar en la cual varios pescadores, cada uno desde su canoa, acorralan a los peces.20 Jimnez-Segura et al., bid, p. 127.21 En algunas cinagas, como la de Paredes, el trasmallo ha reemplazado por com-pleto a la atarraya y el corraleo; y la agroindustria de la palma ha convertido a la may-ora de los pescadores en trabajadores asalariados (Jimnez-Segura et al., bid, p. 131).

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    2. Los enemigos de la pesca artesanal en el magdalena medio

    Grupo Regional de Memoria Histrica Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Bucaramanga

    Atarraya en El Llanito

    que amenazan su existencia, procede a organizarse para movi-lizarse y defenderse, con justo derecho, porque es el derecho a reclamar su forma de vida.

    (Entrevista con Amparo Murillo, Historiadora de la Universidad de Antioquia Medelln, 2013)

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    2.1. Conflicto armado en la regin

    En ese maravilloso y rico territorio denominado Mag-dalena Medio, diferentes tipos de grupos armados ilegales han hecho presencia, se han gestado, se han enquistado y han llegado a conquistarlo todo. La poblacin del Magda-lena Medio ha tenido que lidiar y resistir su presencia, sus reglas, su fiereza, su barbarie, su crueldad y sus alecciona-mientos durante muchos aos. Ya varias generaciones en la regin han nacido y crecido en medio de una diversidad de grupos armados.

    Por qu la regin del Magdalena Medio es atractiva para los grupos armados al margen de la ley? La nica respuesta es su riqueza: mineral y energtica, como la existencia de oro y carbn; tierras aptas para el cultivo y la formacin de empre-sas agroindustriales; belleza de sus valles y pertinencia para la ganadera; paisaje encumbrado y rstico, idneo para el cultivo de coca; y territorio geogrficamente estratgico para la comunicacin entre el noroccidente y el suroccidente del pas. En este orden de ideas, la relacin entre riqueza territo-rial y presencia de grupos armados ilegales ha sido fundamen-tal en la regin.

    Esta riqueza y la dinmica que se crea a su alrededor tam-bin han llevado a altos y evidentes ndices de exclusin. Di-cen Archila y Bolvar: En el conflicto por la apropiacin de los recursos (petrleo, oro) y por el acceso a la tierra, el Esta-do ha sido incapaz de disear e implementar polticas y refor-mas sociales que beneficien a la mayora de la poblacin22. La riqueza no ha sido para todos y no ha logrado generar condiciones de equidad. Por el contrario, ha generado altos grados de insatisfaccin de necesidades bsicas y violacin de derechos fundamentales.

    22 Archila y Bolvar, 2006. P.41.

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    2. Los enemigos de la pesca artesanal en el magdalena medio

    2.1.1. Presencia de guerrillas

    La presencia de los grupos armados al margen de la ley se conoce en la regin desde los aos sesenta. En general, en el Magdalena Medio se ha establecido una gran diversidad de grupos; entre los grupos guerrilleros que se han manifestado con mayores acciones y han tenido ms influencia han sido el Ejrcito de Liberacin Nacional (eln) y las Fuerzas Revolucio-narias de Colombia (farc).

    El eln es el actor armado con mayor tiempo en la zona, pues un municipio del Magdalena Medio fue la cuna de su nacimiento, a mediados de la dcada de 1960. En la regin el eln logr generar cercanas con sectores de la poblacin urbana, ms que con la poblacin campesina, lo cual explica que en los aos ochenta nacieran las milicias urbanas en luga-res como Barrancabermeja. En realidad, el eln tuvo ms cer-cana con los sindicatos petroleros y con sectores de la Iglesia catlica, que vnculos estrechos con el campesinado23.

    Las farc comenzaron a llegar a la zona tambin en los aos sesenta, actuando simultneamente con las dos tendencias que coexisten en su seno: la poltica y la armada. Su fuerza militar resida en una relacin simbitica entre campesinos de colonizacin y cuadros comunistas24.

    La expansin de las farc alcanz el cubrimiento total de la regin. En la dcada del 80 las farc-ep [crearon] ocho frentes ms, todos con presencia activa, desde Puerto Boyac hasta Aguachica, y desde El Carmen hasta Sonsn25.

    En algunas zonas del territorio, la guerrilla ejerci control social en muchas zonas alejadas de los sectores urbanos, donde estos grupos hicieron la ley. A ellos se acuda para resolver los problemas entre vecinos, e incluso situaciones domsticas.

    23 Molano, 2009, p. 35.24 Molano, bid, p. 36.25 Molano, bid, p. 36.

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    Lucho Arango, el defensor de la pesca artesanal

    2.1.2. Grupos paramilitares

    El Magdalena Medio tambin fue escenario del surgimiento de los grupos paramilitares. All se desarrollaron antes que en otros lugares del pas. A mediados de los aos ochenta surgieron grupos locales de autodefensas campesinas y grupos paramilita-res, como los de la provincia de Chucur, en el corregimiento San Juan Bosco de la Verde, los cuales muy tempranamente fueron captados por los militares para sus fines de lucha contraguerrilla, pero [] siempre mantuvieron una vocacin local reactiva a la guerrilla y nunca pasaron a constituirse en un actor social o pol-tico de la regin (Justicia y paz, 1992)26.

    Otro de los grupos armados ilegales que provoc gran impacto en la regin fue el grupo Muerte a Secuestradores (mas).

    La represin del paramilitarismo que vivi la regin se concentr en la poblacin tanto campesina como urbana que contradeca su imaginario o era indiferente a la propuesta paramilitar, o cuya lucha era contraria a las apuestas del pro-yecto diseado en Puerto Boyac con base en el discurso de la seguridad nacional. Bajo esta lgica fueron perseguidos, tor-turados, desaparecidos, humillados y aleccionados campesi-nos, lderes sociales, activistas de derechos humanos, lderes polticos, sindicalistas, en fin, todos aquellos que se opusieran al proyecto paramilitar o que, desde su percepcin, apoyaran la propuesta insurgente. En la regin, la estrategia paramili-tar se conoca en aquella poca como quitarle el agua al pez. No enfrentaban de manera directa a la guerrilla, sino que ata-caban a la poblacin civil, con el fin de amedrentarla y evitar as cualquier interaccin de apoyo de los civiles a los grupos guerrilleros. En la segunda mitad de los aos ochenta, los grupos paramilitares organizados incurrieron en masacres, asesinatos selectivos y toda serie de acciones que implantaban el terror en la regin.

    26 Archila y Bolvar, 2006.

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    2. Los enemigos de la pesca artesanal en el magdalena medio

    2.1.3. Red de Inteligencia de la Armada Nacional

    A comienzos de los aos noventa una de las mquinas de muer-te que surgi del proceso de reestructuracin de las redes de in-teligencia militar fue la Red de Inteligencia No. 7, que con sus acciones visti de sangre a la regin del Magdalena Medio, en es-pecial la ciudad de Barrancabermeja. La Red No. 7 actuaba bajo el sistema de sicarios y sus principales vctimas fueron sindicalis-tas, defensores de derechos humanos y periodistas27.

    Esta Red era dirigida por la Marina y actuaba coordinadamen-te con el grupo mas. Segn Hernando Calvo Ospina, la Red No. 7 perpetr por lo menos 68 crmenes entre 1991 y 1993. Asumi como objetivo la eliminacin no solo de cualquier sospechoso de apoyar a la guerrilla, sino tambin de miembros de la oposicin poltica, periodistas, sindicalistas y trabajadores de los derechos humanos, especialmente si estaban investigando o criticando sus tcticas de terror28.

    27 Archila y Bolvar, bid, 2006, p.65.28 Calvo Ospina, 2008, p. 226. Para comenzar, el Ejrcito cre treinta redes divi-didas equitativamente entre reas rurales y urbanas. La Marina estableci cuatro, dentro y en los alrededores de los puertos martimos y fluviales ms importantes. La Fuerza Area cre siete redes. Todas las redes deban estar en estrecho contacto con las unidades militares en sus regiones. Cada red fue equipada con personal y bajo el mando de un oficial activo, con gran conocimiento del rea y facilidad para tomar contacto con personalidades de la zona y para mantener una fachada. Este oficial recibira asistencia de un oficial y/o suboficial retirado o en servicio activo y con medios tales como fachada, historia ficticia, vehculo y un sistema de comunica-ciones preestablecido [] Tambin puede ser un civil con preparacin, influencia y digno de confianza [. . .] Cada red puede disponer de hasta cincuenta agentes de inteligencia, quienes deben ser en lo posible suboficiales retirados, entrenados para manejar informantes, procesar informacin [] El estudio, seleccin, instruccin, entrenamiento, ubicacin y la organizacin de cada red, urbana como rural, se hace en forma encubierta y bajo responsabilidad de los comandantes de divisin y briga-das, o sus equivalentes en las otras fuerzas, y de los comandantes de la red [. . .] La Directiva insiste en que se debe exigir a los informantes paramilitares guardar el mayor grado de compartimentacin frente a las personas con las cuales conviven, res