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De GALILEO a GAIA 183 IDEA FUNDANTE 5 CIUDAD SUSTENTABLE CIUDAD SUSTENTABLE

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De GALILEO a GAIA 183

IDEA FUNDANTE 5

CIUDAD SUSTENTABLECIUDAD SUSTENTABLE

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RUALDO: La ciudad sustentable y la sostenibilidad en sí misma se convirtió un tanto en una palabra ambigua, por el uso muy amplio. Hay empresas de explotación de petróleo que se creen sostenibles. De hecho, es difícil comprender lo que es la ciudad sostenible, porque de alguna manera la ciudad no puede ser sostenible en sí misma, sino que contribuye a la sostenibilidad.

RUBÉN: Lo primero que podemos discutir entre nosotros es si es sostenible o sustentable. Ustedes aquí en Brasil no tienen dificultad, ustedes usan sustentable. En castellano, a mi manera de ver, se hizo una pésima traducción del inglés o del francés inclusive e inventaron sostenible. Yo digo que no hay que usar este concepto, hay que desterrarlo, porque si la sustentabilidad se basa en la homeosis autoequilibrante, se basa en la reincorporación de los flujos de materia y energía y no en el desperdicio ni en el impacto, si la sustentabilidad se basa en la autonomía de los sistemas, usar la palabra sostenible es negar la sustentabilidad, porque la idea de sostener es insustentable. Yo sostengo este anteojo porque no se sustenta. En castellano hay una diferencia gigantesca entre sostener y sustentar, gigantesca.

RUALDO: Sustentar es desde abajo, sostener es desde arriba.

RUBÉN: La economía capitalista quiere hablar de sostenible, que sostengamos los valores naturales, los recursos, los pobres, merced a subsidios, merced a colonización, merced a justamente lo contrario de la sustentabilidad. La sustentabilidad sería que Venezuela demostrara que sin petróleo se mantiene como país. La sustentabilidad sería que en Argentina no bastara con que las vacas de noche procrearan terneros para que el país se sostenga. Tenemos economías y tenemos sociedades que no se sostienen por sí mismas, requieren energía externa, y con energía externa hacemos un mundo dependiente, no un mundo sustentable. Así que se trata de una diferencia semántica colosal. Nosotros creemos que en español tiene que hablarse de sustentable.Bueno, en cuanto a la ciudad, si decimos que puede constituirse en una biosfera urbana es porque sus funciones, sus interacciones, sus raíces profundas como decíamos, la convierten en una esfera de la vida tan importante que por momentos la creemos sustitutiva de la esfera de la vida rural. Efectivamente, hoy una ciudad con un buen aeropuerto puede traer alimentos desde 20.000 km de distancia, puede traer algunas fuentes de energía desde muchísima distancia. Claro, cuesta carísimo, no es sustentable, no es sostenible como se sostuvo a Berlín durante 40 años de posguerra. Berlín se sostenía, pero no era sustentable, y apenas se voltea el muro vuelve a surgir Berlín como capital europea de la cultura, como lo fue hace algunos años, una ciudad magnífica, con una cultura magnífica. Cortada por la mitad no era una ciudad sustentable, había que sostenerla.Entonces, la ciudad puede ser objeto de una forma de conservación, de un interés biosférico. Tenemos que encontrar la forma de hacerla sustentable. ¿Esto es una quimera o es una utopía? Hasta ahora viene siendo una quimera, casi nadie lo ha logrado. Uno de los modelos más referibles es Curitiba. Sin embargo, hace unos 5 años atrás fui a Curitiba y estaba con un profesor de arquitectura bastante conocido en una congestión de automóviles terrible. Le digo “¿Qué pasa?

JoHN CELECiA.

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¿Y el modelo?”, y me responde “Ah, no. Acá se instaló la fábrica de Volkswagen hace tiempo, con beneficios enormes. A los obreros les dieron autos baratos y quebró el modelo de transporte público”. Entonces, la propia Curitiba no es fácil sustentarla, autosustentarla, pero es un modelo referible muchas veces. Uno de los grandes aspectos es el transporte público para una mayor autosustentabilidad. Pero, en definitiva, ¿cómo hacemos para diagnosticarla racionalmente con análisis de diagnósticos, síntesis y pronósticos tradicionales? Es muy compleja. Mientras estamos haciendo ese diagnóstico, la ciudad ya cambió. Entonces, desde hace años se vienen buscando otros modos de hacer lo sustentable.Nosotros hemos desarrollado un enfoque conceptual y una metodología para afrontar las ciudades sustentables, que es una de las cosas con la cual nos ganamos la vida ¿no? Haciendo procesos de autosustentabilidad de las ciudades.

Acabamos de hacer un proceso que me tiene muy orgulloso. Se acaba de aprobar por unanimidad el ensanche de Punta del Este, Maldonado, en un proceso guiado por el gobierno del departamento uruguayo de Maldonado. El Plan resultante fue al Consejo Deliberante y fue aprobado por unanimidad, partido oficial y partidos enemigos. El Plan CEPA, lo llaman. ¿Por qué? Porque lo hicimos con un proceso participativo, planteamos una ecoforma innegociable y la gente quedó comprometida con esa premisa considerando inclusive la filtración de aguas subterráneas, los vientos, el gran humedal del Arroyo Maldonado. Planteamos una ecoforma innegociable y a partir de eso zonificamos la ciudad. Creamos centralidades alternativas, salimos del modelo radio-concéntrico, lo dejamos de lado, y fuimos a un modelo policéntrico en red.¿Las novedades? Participación social, legitimidad política, diálogo de saberes (fue un equipo totalmente transdisciplinario, por supuesto), percepción de campo (trabajo de campo), la percepción como instrumento de conocimiento, y salimos de la división de la ciudad en zonificación, en los cuadraditos que vos decías… ¿De qué científico decías?

RUALDO: Bacon.

RUBÉN: De Bacon, de Francis Bacon. Salimos de eso para más bien observar el funcionamiento de los sistemas sociales, económicos, inmobiliarios, ecológicos, antropológicos, culturales, etc. Y los criterios son los de la ciudad sustentable. ¿Cuáles son? En breve, la innegociable ecoforma, el crecimiento económico con oportunidad de distribución equitativa, son los principios de la sustentabilidad, y la inclusión social que se encontró facilitada por un gobierno de izquierda, como es el gobierno actual de Uruguay. El Gobierno del departamento de Maldonado es del mismo partido que el Gobierno Nacional.

AVENiDA APARiCio SARAViA, DEPARTAMENTo DE MALDoNADo, URUGUAY. PLANo GENERAL.

Ver recuadro: “Mundo urbano y vaciamiento del territorio”.

Ver recuadro: “La construcción de la ciudad sustentable”.

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PERSPECTiVAS AÉREAS DEL ÁREA DEL PRoYECTo.

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PERSPECTiVAS A NiVEL PEAToNAL DE LA AVENiDA APARiCio SARAViA.

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La concertación como proceso de producción; no la empresa privada y el poder público reprimiendo, no. La empresa privada quiere hacer esta transformación, el Gobierno permite estas transformaciones, vamos a concertarlas. La concertación mueve el sistema y encuentra un nuevo equilibrio, ninguno puede perder demasiado. Cae el gobierno y el negocio no es sustentable, los dos tienen que seguir ganando. Tiene que seguir ganando la visión de una ciudad inclusiva para un gobierno progresista y tiene que seguir ganando el negocio inmobiliario, pero no negociando la calidad ecológica. Así que otro principio importantísimo de la ciudad sustentable es la concertación en la producción del paisaje urbano.otro de los principios fundamentales es darle mucha más importancia al espacio público que al espacio privado. Se define que acá hay un paseo y acá un mirador, una laguna a conservar, luego se definen cómo van los lotes, no antes. ¿Me explico? La posesión de la propiedad privada es consecuencia de la innegociable forma ecológica y de la casi innegociable forma social. Se invierten los roles. Por lo tanto, es una crítica al negocio inmobiliario feroz, pero estamos navegando en la incertidumbre.

RUALDO: Esto es algo impresionante en el mundo, desde Nueva York, Berlín, en el que el negocio inmobiliario feroz se volvió una supervivencia del capitalismo feroz. ¿Qué tiene de novedoso el capitalismo de hoy? ¿Qué hay de novedadoso para sostener estos sistemas? Las industrias culturales, las industrias del turismo, todo esto, no lo sostienen. Ya está España en crisis, Grecia en crisis porque la idea de los servicios es buena, pero no sostienen una economía. Este capitalismo agonizante produce edificios no ciudades, entonces la ciudad sustentable es realmente un tema de gran importancia hoy, porque mientras agonice el capitalismo de esta manera, no se puede dejar que destruya el patrimonio humano.

RUBÉN: imaginate lo que es el suelo en un lugar como Punta del Este, con esos sistemas naturales, una tradición turística sensata de playas bonitas. Esto se está convirtiendo en un súper negocio inmobiliario de argentinos y brasileños que van a terminar con el bosque. Lo que hicimos nosotros es poner marcas de garantías a esta sustentabilidad. Treinta concejales votaron a favor, solo 14 del gobierno, 7 el segundo partido, 6 del tercer partido, 4 del último partido; unanimidad.

RUALDO: Sí, porque la consecuencia es una vida muy dañada en la ciudad. Ahora, hay otro punto que es muy difícil para poner sobre la mesa de las discusiones públicas, técnicas, científicas, culturales, que es el problema del metabolismo urbano. El metabolismo urbano es un tema que no tiene espacio en el urbanismo clásico. La arquitectura pensó que se puede tener en nuestras casas un lugar para guardar un auto, pero no tiene lugar para el metabolismo de los individuos. Entonces, así cómo es posible que las ciudades no piensen que la vida de una colonia humana, así como una colonia de abejas, tiene funciones de las cuales depende la vida de toda la colonia. En la colonia humana, las funciones metabólicas no forman parte.

RUBÉN: Exactamente. Algunos de los principios se refieren directamente a eso, a cómo manejar

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los flujos de energía y materia para evitar todas las externalidades negativas. Produzco residuos y no sé dónde deshacerme de ellos, produzco contaminación del aire y no hago nada para atenuarla. En nuestro plan de Punta del Este, todo eso está contemplado, la creación de centralidades muy cerca de donde viven para que uno caminando pueda ir a hacer sus compras, pueda ir al colegio. Esto es un viejo ideal del urbanismo socialista de los años ‘20, ‘30 que se cumplió muy escasamente; Brasilia no lo cumple, por ejemplo. Y en otros casos es esquemático, cada barriada con su escuela, etc. Esa figura es un tanto stalinista, de que todo se puede diseñar como células cerradas, no va en la ciudad de la que estamos hablando. Estamos hablando de que la ciudad responde a ADN muchísimos más complejos, cadenas tróficas infinitas, complejidades culturales inalcanzables de comprender siquiera.Entonces, la ciudad sustentable también tiene como alguna de sus premisas fundamentales el manejo homeostático, autoequilibrante, de los flujos de materia y energía. Aunque según hemos visto, nosotros hicimos una gran investigación con la UNESCo en ecología urbana, en los años ’80, ‘85, y ahí descubrimos, merced a un sociólogo que quiero mencionar, Mario Robirosa, que en los flujos urbanos los más importantes no son la materia y energía, sino la información. Con la información puedo manejar la materia y la energía, con la materia y la energía no puedo manejar la información. Entonces, si la ciudad no tiene mecanismos de regulación homeostáticos, sociales, culturales, políticos… Ahí se hace imprescindible el cuarto principio nuestro, que es la forma de gestión. Ecoforma, fundamental; socioforma, fundamental; tiempo-forma para entender el proceso; y forma de gestión para entender cómo modelarla democrática y republicanamente.

RUALDO: Un aspecto muy difícil de las ciudades es que no se dejan conocer, porque el conocimiento va en contra de la ambición inmobiliaria. Entonces, conocer la ciudad no es algo que los nodos de coalición del paradigma urbano del concreto, del hierro, permiten; no dejan conocer la ciudad porque exactamente la información puede valorizar o no el sitio. Es increíble que la civilización racional sea una civilización que no deja que se conozca el hábitat humano, que mire la circulación de la información como una cosa mala.

RUBÉN: : Exactamente. Porque vos decías que el saber da poder, y, en cambio, lo que sucede es una acumulación del poder por el poder mismo, no del saber. Un politólogo muy amigo nuestro Sergio Labourdette escribió en un libro muy bonito “Del saber del poder al poder del saber”.

RUALDO: Muy bonito. Claro que una ciudad sustentable tiene que tener el poder del saber. Esto es una utopía que está aun en los griegos clásicos, que dicen los ciudadanos tienen que conocer su cosmos, su ciudad, su sistema político, su gestión. Hoy esto ya de los ciudadanos no tienen nada de esto, los ciudadanos no tienen más una idea de cosmos, no tienen cosmovisión, no tienen visión de su paisaje.

MARio RoBiRoSA.

Ver recuadro: “¡Saber hacer la ciudad para saber vivirla mejor!”.

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TESTIMONIOS PROYECTUALES

- 2007 - cOMODORO RIVADAVIA- 2010 - nueVO león- 2013/2030 - peM - MAR Del plATA

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2007 - cOMODORO RIVADAVIA

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1- Contexto regional. Rol regional de Comodoro Rivadavia.

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3- Detalle del microcentro y nuevo frente costero marítimo.

2- Valorización paisajística: el mar, los cordones forestales y los cerros al oeste. Una eco-forma revalorada y adoptada como base para la organización territorial.

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4 y 5- imagen del frente costero visto desde el sudeste, el área central de la Ciudad del Conocimiento, con el edificio emblemático (Ágora del Conocimiento).

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6- Perspectivas aéreas esquemáticas, donde se advierte la reorganización de la ciudad, median-te la circunvalación al oeste y el arco paisajístico del cordón forestal y los cerros. También se destacan la nueva centralidad y la ampliación del Puerto.7- Calles internas del área de la costanera.

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8 y 9 - Perspectivas peatonales de la costanera.

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2010 - nueVO león 1 2

31- Nuevo León y el contexto regional.2- Plan Estatal de Desarrollo Urbano Nuevo León 2021.3- imagen aérea de la ciudad.

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4- Sub Regiones del Estado.5- Modelo Regional.6- Zona periférica.

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7 y 8- Zona Metropolitana de Monterrey.

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2013/2030 - peM - MAR Del plATA

1- Macro eco-formas del territorio.2- Esquema modelo de los cuatro frentes.

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3- Sistema de Gestión Comunitaria.

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4Frente Verde4- Entre las prioridades del frente verde se presenta la necesidad de proteger las áreas de preservación y paisaje protegido así como los arroyos, lagunas y humedales. Entre los paisajes se incluyen el paisaje serrano, la laguna de los padres y por supuesto la costa (playas, dunas, acantilados, etc.).También se indica en este plano la proyección del paisaje productivo rural (intensivo y extensivos) con sus valores culturales asociados y la recuperación de las áreas de cavas desactivadas.

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5Frente Azul5- En el plano vemos los tres tramos que definen claramente, a partir de los límites del tejido urbano y las relaciones y presiones que éste provoca sobre el frente marítimo. De esa manera tenemos un sector Norte desde el Aº La Tapera hasta el límite con el municipio de Mar Chiquita, un sector Central desde el Aº La Tapera hasta el Faro Punta Mogotes y un sector Sur desde el Faro hasta el límite con el municipio de Gral. Alvarado.

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6Frente Social urbano y comunitario6- La Centralidades deben estar distribuídas en todo el territorio. Por ello, serán de diversas escalas y complejidad.Algunas ya exísten, y cada una cumplen ese rol, otras deben ser potenciadas para mejorar la eficiencia urbana.Esto deberá ser desarrollado a partir de las potencialidades existentes, respetando las características propias de cada barrio ó buscando dinamizar una parte o sector específico de la ciudad.

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7Frente económico, productivo y Tecnológico7- Es necesario reinventar la logística de transportes y de equipamientos de servicios para la producción, ya que en la actualidad se concentran en algunos espacios sin planificación suficiente. Se debe concebir una trama de ingresos a la ciudad con el nuevo arco de circunvalación que se permita reciclar la Av. Champagnat como un corredor prestigioso de actividades comerciales y logísticas (rediseño urbanístico y vial), comunicando la ciudad del Este con la ciudad del oeste. Los grandes equipamientos logísticos pueden desviarse hacia el nuevo corredor verde de circunvalación, compartiendo funciones con otros grandes equipamientos de diverso tipo, para lo cual, este espacio está predestinado.Por último, esta nueva avenida de circunvalación permite canalizar también los accesos ferroviarios de carga y posibilitar un tren urbano de pasajeros.

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8- Modelo Escala Urbana Ciudad de Mar del Plata.

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RECUADROS IDEA FUNDANTE 5

La construcción de la ciudad sustentableMundo urbano y vaciamiento del territorio¡Saber hacer la ciudad para saber vivirla mejor!

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La construcción de la ciudad sustentable

El cansancio del errorHay un tiempo para denunciar y un tiempo para reconstruir. Durante años estuve obsesionado por la necesidad de descubrir en su raíz los males de nuestra vida en las ciudades actuales, especialmente en las más grandes Denuncié y lo hice -creo- sin tapujos ni hipocresías, tres males urbanos esenciales:

Leonia (la ciudad consumista) que todo lo malentiende como valor de cambio; y compra y vende el suelo, el paisaje, la historia, la identidad, el silencio, la limpieza del aire y del agua, con tal de usufructuar especulativamente su valor de cambio. Hasta que se convierte en una montaña inmensa de residuos, o en un mar de estacionamientos que aíslan -como el mar a las islas- a los edificios donde la población compra, vende, descansa o trabaja cada vez más alienada e individualistamente.

Pentesilea (la ciudad toda periferia) condenada a soñar con ser ciudad y no llegar nunca a serlo, o, si lo hace, es con el estigma de su dependencia de la ciudad original. Cada vez más lejos de aquella, cuanto más grande es la conurbación. Cada vez más “in-urbana” cuanto más se parece a la ciudad-dormitorio o a la quimera de la ciudad-jardín. Es para los ricos (que la eligieron como modo de vida en un “ghetto” de lujo) solitaria, insegura, aislada, aburrida. Es para los pobres (que se aferran a ella quizás como la única posibilidad de vivir en algún lado) una ilusión que no se cumplirá jamás, jamás tendrá servicios, jamás alcanzará la urbanidad merecida.

Zora (la ciudad que se congela por reglamentos) condenada a “ser igual a sí misma”, y que entonces se deshace como polvo. Manías museológicas que todo lo quieren conservar, edificios, barrios, costumbres. Reglamentos que admonitoriamente dicen a la ciudad y su gente todo lo que no pueden hacer. Reglamentos que están pensados (como las multas) para evitar que los males destruyan la ciudad, y sólo consiguen con ello refrenar la creatividad de los más, el resto de los ciudadanos, que eternamente la enriquecieron con su espontaneidad no reprimida. Zora, la ciudad triste, producto de la abstracción de los “planificadores”.

Estamos cansados de nuestros errores urbanísticos, que seguramente son también errores políticos y errores ciudadanos, a juzgar por el origen etimológico del vocablo ciudad.

Estamos hastiados de pensar (y asumir) que ha terminado la historia de la ciudad como sede creadora de intensas y estimulantes relaciones humanas. Quizás deberá ser -y seguramente lo será- bien distinta de la nueva ciudad de la urbanidad, y por ser distinta y nuestra es que nos gustará más; pero es posible lograrla si nos empeñamos en hacerlo.

La reconquista de la ciudad es la reconquista y el reconocimiento del concepto de civitas, el ámbito del ciudadano, por sobre la perdurabilidad del de urbis o continente construido albergante. En otras palabras: es el replanteo del “continente” urbano, deformado y lisiado por décadas de especulación y represión urbanísticas, para hacer renacer el “contenido” urbano, la condición de lugar para sostener mejores y mayores relaciones humanas.

La cuestión sin embargo es bien difícil. Se trata de uno de los más grandes dile-mas (concretos) de nuestro tiempo. ¿Es posible el renacimiento de la “civitas”?A juzgar por las tendencias de la “ modernización” casi se diría que no.

La telemática y la informática facilitan almacenar información, transmitirla a distancia y a un número ilimitado de receptores, y ello permite distanciar cierto tipo de relaciones humanas, cuya necesidad de proximidad en tiempos anteriores, motivaron el nacimiento y la evolución de la ciudad.

Se aduce en tal sentido que el “sistema de fábricas” ha sido puesto en crisis y que hoy enclaves cuaternarios dirigen desde los centros hegemónicos del poder (un piso en Manhattan o un búngalo en las Bahamas, bien a lo agente 007) aquello que se produce en varias unidades productivas descentralizadas y que quizás se administra en la sede visible de la vieja fábrica original. La ciudad, en este esquema, ¿dónde quedó? Bien lejos, gracias. Sin embargo (y a pesar de cuanto han sostenido los economistas urbanos) la ciudad sobrevive y prosigue el proceso mundial de concentración urbana.

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El “sistema de oficina” es en parte quien la sostiene, con su concentración de empleos terciarios y el desarrollo de figuras nuevas, como el ejecutivo, el “manager”, el auge de profesionales universitarios y (últimamente) los oficios de la informática. Pero también sostiene a la ciudad (“artefacto” que permite las relaciones humanas más frecuentes, intensas y complementarias, necesarias en la amplia división del trabajo de los sistemas económicos productivistas-consumistas) la voluntad humana de la proximidad, de la diversidad, y en fin, de nuestra gran apreciada urbanidad.

Es arrolladora la vuelta a los mecanismos de contacto social que permite la ciudad, que una vez fueron obligados, como consecuencia de la vida asociada, y hoy son voluntarios o provocados, cuanto que los medios de transporte y la comunicación a distancia pueden hacer funcionalmente prescindible el con-tacto de la vecindad.

Algunos de los ejemplos de la pletórica búsqueda de la urbanidad son las calles y zonas peatonales ya adoptadas por toda ciudad “ aggiornata”; la revaloración de las plazas; el redescubrimiento de la cultura en las calles, en los barrios; la desesperada búsqueda de espacios para la convivencia en los nuevos conjun-tos habitacionales; miles y miles de estudios y experiencias que demuestran la necesidad (fisiológica y psicológica, comportamental, cultural en suma) de la convivencia, la bella “conviabilitá” de la cultura italiana. Por ahora son sin embargo minoritarios los emprendimientos que privilegian esta tensión en pos de la calidad de las relaciones sociales en la ciudad.

Sobre todo son minoritarios en cantidad de ciudadanos por ellos beneficiados, pues el sector público olvidó durante décadas las inversiones en este sentido. Pero también porque el urbanismo (hacer la “urbis” y la “civis”) y las ciencias políticas (de gobernar la “polis” o la ciudad) olvidaron en sus doctrinas el protagonismo del hombre concreto y con él, el de la sociedad concreta como conjunto, en su tiempo y lugar.

Olvidaron la calidad de vida, o la confundieron con cantidades, abstracciones y retórica tecnocrática.

Alguna vez sostuvimos que “la costumbre de producir herejías se nos ha ido instalando como una necesidad”. Cada herejía es un proyecto, o cada proyecto es en sí una presunta herejía. El conjunto de proyectos destila una doctrina herética, de cambio, una presunta posibilidad de cambio.

De eso trataremos en este capítulo. Del cansancio y el hastío del error de la ciudad in-urbana y de la pasión por re-proyectarla, refundarla y reconquistarla en su bello valor de humanidad. De reconferirle los valores de la urbanidad que la hicieron memorable como la casa de la sociedad.

LA CONCEPCION AMBIENTAL DE LA CIUDAD:Diversidad y sustentabilidad

Tres graves impactos dañan hoy a nuestras ciudades:

a- El impacto de su voracidad, de sistema altamente consumidor, que recicla poco y nada de lo que consume. Italo Calvino la llamó “Leonia” y es la ciudad que será sofocada por sus propios residuos. Corresponde al funcionamiento de la “Sociedad de flujos lineales”, que depreda los recursos -incluso los humanos- pagando poco lo que extrae a la naturaleza y no reciclándole casi nada.

b- El impacto de la periferización, que es también una manifestación de con-sumismo (en este caso del recurso suelo) producto de no recelar la vieja ciudad, de no replantear sus intersticios vacíos, sus densidades y su proceso social de producción. El cambio de escala de los sistemas sociales, las inmigraciones hacia las ciudades del proceso generalizado de urbanización que acumula la población expulsada del medio rural en cinturones y bolsones de pobreza en torno a la ciudad consolidada son fenómenos que no han sido manejados de modo inteligente. Se trata en realidad de una manifestación estructural de la sociedad contemporánea (de un ambiente que es el nuestro).

La ciudad histórica se periferiza, agregando población migrante, o expulsán-dola de su viejo centro invivible, consumiendo su rica interfase urbano-rural, y no encontrando un rol mejor que la tercerización formal e informal.

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Todas evidencias de su flujo lineal, dependiente, depredador y más consumi-dor que productor.Calvino la llamó “Pentesilea”. Es la ciudad toda “urbis”, donde la “civis” es di-fícil de hallar o está casi sumergida en la alta conflictualidad de sus millones de choques tipo social, entre flujos de tránsito, entre redes infinitas de servicios, entre sistemas inmanejables de seguridad y control. Esta ciudad no es civis: es sólo “sub-urbe” (suburbio).

c- El impacto de sus sistemas de planificación obsoletos, pues se la tiende a congelar mediante planes artificiales, conservando sectores urbanos como pie-zas de museo, especulando con la retención del suelo o su movilización sólo para aumentar su valor de cambio. Calvino la llamó “Zora” y es la ciudad que se pretende manejar artificialmente, no respondiendo a su verdadera di-námica evolutiva, y generando conflictos permanentes entre un “querer ser” auténtico -aunque complejo- y un “deber ser” que la práctica y en su misma concepción es esquemático, ignorante y obsoleto.

Sistemas discontinuos y sociedades plurales

En realidad, no se trata sólo de ceguera o estupidez. Los hombres hemos incu-rrido en estos tres males (que se usan aquí como emblemas de muchos otros que se les incluyen) por la aceleradísima transformación de nuestros sistemas artificiales que hicieron posible el triunfo de la ciudad sobre el medio rural: producción concentrada, comercialización y distribución descentralizada, tec-nificación integrada, administración a distancia.

Pero sucede que estas ciudades modernas contienen sociedades plurales, jóve-nes, migrantes, que no se conocen entre sí, y tienen prácticas sociales y territo-riales diferentes y, a veces, incluso contrapuestas.

La ciudad histórica, que llegó a funcionar como un sistema maduro (equili-brando entradas y salidas, reciclando recursos, roles y espacios, con baja entro-pía relativa a su condición de sistema vivo, en permanente evolución) a dado lugar a la ciudad actual, cuyo funcionamiento es mucho más errático, proba-bilístico e incluso discontinuo (de alta incertidumbre).

Así son en efecto los sistemas complejos, con alta tendencia a la entropía, y ésta se manifiesta en los impactos ya descriptos y la continua conflictualidad entre sub-culturas representativas cada una de intereses diversos.

Si una sociedad plural no acuerda un comportamiento de flujos cíclicos poco se podrá hacer para lograr mejorar el sistema, reconociendo a tiempo sus déficits o excesos en entrada y salida. En realidad se trata de una ciclicidad evolutiva (como una helicoide, que se funda como condición en su apertura (es un sistema abier-to) pero necesitado de cierta modelación o control que mantenga el equilibrio biológico, psicológico y funcional entre sus miles y miles de partes.

El dilema es control sin diversidad, y muerte del sistema, diversidad sin control y dispersión entrópica , o control “on-line”, “soft”, y en permanente reajuste. En otras palabras, control cíclico, retroalimentación, ajuste y modelación de la pluralidad y las contradicciones implícitas.

El poder de los flujos de información-comunicación

En una sociedad homogénea (una cultura, o varias microculturas concertadas) las decisiones son consensuadas pues surgen de una comunicación continua nutrida de identidades. Los flujos de materia y energía son conducidos cíclica-mente, pues son nutrientes compartidas y custodiadas en común.

En una sociedad plural, compuesta de subculturas en la búsqueda de su reco-nocimiento (en el deseo de emerger de sus distintos grados de sumergimiento, económico, religioso, cultural o tecnológico), las decisiones son contraórdenes y conflictos o son tomadas por concentraciones de poder que deciden por to-dos los demás.

El poder de los flujos de información domina la sociedad, que pasa de la red igualitaria de la comunidad solidaria,a la comunidad jerárquica, para llegar a la casta dominante y el anonimato de la masa.

Pero no habrá mejoramiento del ambiente sin control social concertado de sus múltiples y complejos fenómenos. Es necesario auspiciar la vuelta a la im-

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portancia de lo local, pues es autogestionable y fácilmente concertable. No se trata de negar la escala global, planetaria, de la sociedad actual, pero tampoco de dejarse engañar por expresiones tan omnipotentes.

Sin acción local será imposible mejorar la condición global, y además el am-biente que se vive y al cual se pertenece es el primer e ineludible dador de identidad.

Sólo en una nueva cultura fundada en la ética de la solidaridad será posible mejorar el ambiente (tanto el humano como el natural, el biótico como el abiótico) pues cada cual se siente comprometido con su cultura, su gente y sus compañeros de ruta en la evolución de la vida.Esa conciencia es aún hoy existente en el nivel microcultural (la comunidad o la identidad) y es desde allí que podernos empezar el cambio de los flujos de comunicación y toma de decisiones: de lo local, crecientemente, hacia lo regional y lo global.

La ciudad es la experiencia local por definición: es la “civis”, y la “asociación social”. Es la sociedad posible (aquella que los hombres supimos armar) y que nos esté fallando es una señal de alarma para la misma noción de sociedad.

La cuidad debe poder volver a funcionar como un ecosistema autoequilibrante o quizás, hoy deba hacerlo como una compleja biosfera cultural, donde millo-nes de fenómenos entretejen un difícil metabolismo, pero donde debe ser po-sible una modelación concertada y solidaria. De lo contrario no es sustentable y se torna una cruel amenaza ecológica y cultural. ¿De la biodiversidad a la diversidad?Necesidad y belleza de la biodiversidad.

Hemos aprendido a reconocer biológica y ecológicamente la necesidad y la belleza de la diversidad. Sabemos que en los procesos ecológicos las cadenas alimentarias se sostienen en la medida que existan las especies componentes. Y sabemos de la magnificencia de esos roles o nichos complementarios, que hablan de una inconmensurable riqueza genética de la naturaleza.

Sabemos también que los cánones morfogenéticos de la naturaleza son sor-prendentes, y la belleza de una mosca con sus antenas y sus alas se nos aparece contundente cuando la lente de ampliación nos muestra su inigualable arqui-tectura e ingeniería.

En la naturaleza aceptamos y aún admiramos el pluralismo y la heteronimia de los procesos genéticos y morfogenéticos.

Pero somos mucho más ilusos (y reaccionarios) cuando nos referimos al am-biente humano. Muchos creen todavía en la virtud de razas puras, de inteli-gencias superiores, de gentes mejores que otras gentes por su religión, por su estirpe o por cualquier otra diferencia.

Los latinoamericanos sabemos en cambio que la mezcla de razas o culturas -aunque difícil- es un proceso fascinante de aumento de tolerancia y mejora-miento de la belleza. Claro que a condición de que se ejerza en libertad y con verdadera voluntad de integración.

La diversidad también es belleza: la de una vocación estética relacionadora, procesual, heterónoma, realista y mágica al mismo tiempo, como la literatura de mis tierras, antes que la estética del purismo, dudoso ética y artísticamente.

La geometría del ambiente y la morfogénesis de la ciudad

Los hombres preferimos un control iluminista de nuestro ambiente antropiza-do, y lo artificial gozó de más prestigio que lo natural. La forma de nuestro hábitat quiso ser “inteligente” más por diferenciarse que por integrarse.Tres geometrías fueron exploradas: a) crecimiento genéticob) el orden preconcebidoc) el crecimiento funcionalista (acumulativo)

Hoy sabemos que los tres son insuficientes. El crecimiento genético no soporta la gran escala ni la pluricultura de nuestros conglomerados urbanos actuales

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El orden preconcebido es necesario, pero con patrones mucho más abiertos, sistemáticos y no esquemáticos y simplistas.El crecimiento acumulativo -nuestra sub-urbe actual- es insustentable.

Sin embargo, hemos avanzado en el conocimiento de estructuras más profun-das de la geometría del ambiente que nos enseñan la sabiduría sistemática (más flexible, más rica) de combinaciones multiaxiales, multiplurales, interseccio-nes, planos superpuestos y toda una gama de generaciones-procesos genéticos-de alto rendimiento ante la organización de sistemas complejos.

Las interfases como la forma del orden complejo

Sabemos sobretodo que los sistemas vivos interactúan entre sí en ecotonos o interfases, donde dos o más ecosistemas se tocan, confrontan e intercambian. Las interfases son el área de mayor interés de los estudios ambientales actuales, por ese valor de diversidad suplementaria: biodiversidad en la homeósis de dos o más ecosistemas. También son (por esa misma razón) el componente de mayor capacidad de información del sistema: contiene la de sus integrantes, y efectúa además una positiva o negativa interacción de las emisiones de datos de cada parte.

En una visión de biosfera (debemos comparar la ciudad actual por su comple-jidad, antes a una biosfera que a un ecosistema) las interfases entre sus sistemas son la forma esencial: la forma o estructura de su complejidad. Y es así que el sistema ambiental urbano -“ambiental” como sinónimo de la interacción del medio natural, el construido y el socio-económico cultural puede ser reinter-pretado como un sistema complejo donde las interfases expresan su mayor evidencia.

Interfases y formas de la diversidad cultural

Mileto, la famosa ciudad helénica, diseñada por Hipodamo y considerada la primera ciudad planificada que se conozca, contenía una sola cultura. Tenía una Interfase cultural: el ágora, el gimnasio, el teatro; una Interfase producti-va: el puerto y su mercado; y un borde continuo de Interfase natural: el mar.

Nuestras ciudades históricas occidentales tuvieron barrios con fuerte identi-dad, que aún conservan en parte. Barrios caracterizados por sus parroquias, sus monumentos, su microcultura. En realidad esas ciudades eran sistemas de microculturas con Interfases cultu-rales (la iglesia, el club, la escuela, la plaza) e Interfases físicas (un parque, un río, un desnivel, un área ferroviaria o industrial) que las separaba y unía a la vez. Y con el campo establecían una interdependencia de Interfase muy posi-tiva, en sus chacras o tierras de pan llevar.Las interfases expresaron (y apoyaron) la diversidad de las partes en la unicidad del conjunto.

Las mega-ciudades de hoy, y aún las no tan grandes pero enfermas de vora-cidad, periferización y mal planeamiento, borran sus interfases y entran en el desorden. Degradan sus bordes y accidentes naturales, entuban sus arroyos y arrasan sus cerros, contaminan sus recursos naturales y ahuyentan la biodiver-sidad, marginan a la mayoría de su diversidad cultural y construyen “ ghettos” de lujo para defender la cultura dominante.

Las luchas urbanas de Los Ángeles en 1992, pusieron al descubierto esta dura verdad: no son ciudades; son sólo grandes conurbaciones, donde se “acumulan miles de subculturas en pugna, con interfases negadas o negativizadas entre ellas.

Sólo el respeto por la diversidad - natural y sociocultural - y el manejo delicado de las Interfases entre ellas, podrá dar alguna oportunidad al futuro de nues-tras ciudades. En Los Ángeles se sabía que la sociedad está organizada casi por castas, con privilegios y marginaciones urbanas aberrantes, pero poco o nada se hizo por solucionarlo. El “lock-out” se produjo y se produce en realidad día a día, en la violencia que tan claramente muestra su propio cine.

La ciudad y la diversidadLa ciudad como interfase natural y cultural

La ciudad contemporánea, y en especial la que se está formando para el futuro

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próximo, o hace de su diversidad su condición de riqueza informacional/ cul-tural, y su crisol de diversidad humana (sin descuidar la preservación de la biodiversidad de su fauna y flora), o se arriesga a que se conviertan en reales y concretos los premonitorios y alucinantes infiernos de “1984”, “Metrópolis”, “Blade Runner” o “Brazil”, para citar sólo algunas de las obras literarias y ci-nematográficas que ilustraron el horror de ciudades prostibularias, carcelarias, sanguinarias y dependientes hasta del aire para respirar.

La ciudad fue en cambio creada para el intercambio sustentable: hinterland y ciudad; mercado y comercio exterior; entradas y salidas en equilibrio; fábrica y consumo; todo se reciclaba en la ciudad: materia, energía, información, y otras ciudades compraban y vendían entre si sus excedentes.

La ciudad es una gran interfase cultural; pero también natural: entre ella y el campo; entre ella y la producción primaria, que ella transforma, exporta, co-mercia.

No está mal la existencia de la ciudad. Mal hacen quienes quieren ruralizar las ciudades (devolverles más y más ecología natural) y con ello, queriendo o no, apoyan el modelo extendido de urbanización de los Estados Unidos: sin diversidad, sin intercambio cultural, individualista, anti “civis”, con todas sus avizorables consecuencias sociales y “civilizatorias”.

Bueno sería urbanizar el territorio, en el sentido de llevar la urbanidad al te-rritorio: las Interfases socio-económicas y culturales de la ciudad en todo el territorio y hacerles convivir en armonía con un soporte físico-natural bien manejado para la conservación evolutiva de la biodiversidad.

La ciudad es diversidad: tolerancia, pluralismo, integración, sociedad.La ciudad es una interfase, formada por múltiples interfases.

Ciudad y civilización diversificada

Defender la ciudad es defender entonces la diversidad, sólo que para ello la lucha está entablada: la ciudad diversificada, plena de diversidad (natural y

cultura, física y social) debe ser una ciudad democrática, manejada como so-ciedad de flujos cíclicos, modelada como un sistema abierto, y participativo como una red comunicacional .

Además, los grandes flujos migratorios continúan hacia las ciudades, y es iluso por lo tanto cualquier otro modelo abstracto o voluntarista de “civilización”.La ciudad es la posibilidad; pero deberá ser distinta: abierta, de escala local, aunque integre conjuntos gigantescos; multicultural, aunque en cada lugar permita vivir microculturas; difundida en el territorio, aunque conservándolo y modelándolo para salvarlo.

Jane Jacobs detectó que las ciudades exitosas (sustentables) son aquellas con-cebidas como “ciudad-región “: conglomerados federados de ciudades o regio-nes con ciudades que actúan complementariamente (las del Valle del Po y las de la Cuenca del Ruhr son ejemplos elocuentes).

En realidad, estamos pensando en la necesidad de admitir y propiciar la multi-focalidad (muchas Interfases sociales), dentro de cada ciudad, y como sistema de ciudades en una región.

Diversidad y valoración de las interfaces

Si lo pensamos bien, retornamos al concepto esencial: el pensamiento de interfases.Si multiplicamos las interfases positivas, la ciudad (la civis) recupera tolerancia, seguridad y control, dentro del pluralismo multicultural que hoy se le exige. Si custodiamos el valor biológico de las Interfases físicas naturales, recuperamos o conservamos el estado de los recursos agua, aire, suelo, fauna y flora, y en general (como coexisten en las interfases) todos interactivamente entre sí.

Si custodiamos el valor cultural y simbólico de cualquier interfase (una puerta de ciudad, la transición hacia un bosque, una playa o una pradera) crearemos -conciencia para que se desarrolle la cultura solidaria (relacional, de proceso) que irá poco a poco reemplazando nuestra cultura objetual, sectorial, materia-lista e individualista.

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Principios para rescatar y propiciar la diversidad en los Sistemas Urbanos

No es este ensayo el ámbito para desarrollar en toda su amplitud los principios teóricos y metodológicos para una mejor vida ciudadana (con diversidad y biodiversidad) hemos ejercitado, a partir de los criterios expuestos durante una larga experiencia en proyectos urbanos y regionales.

Solo es posible entonces una sucinta enumeración, que permita su enlace con-ceptual con cuanto dicho hasta ahora y ofrezca la posibilidad (para el inter-cambio) de seguir buceando en esta fascinante cuestión.Los emergentes de esta praxis son :

Multipolaridad: Se basa en la idea de crear o reforzar Interfases sociales como focos de vida asociada: muchas pequeñas ciudades reconocibles dentro de la gran ciudad, o ciudades que se asocian en ligas regionales para aumentar su diversidad de oferta y demanda y hacer más segura su sustentabilidad.

La multipolaridad permite:- crecimiento, sin gigantismo - gran escala social, con escala local en cada subsistema.- roles diversos y complementariedad.- generando, en síntesis, mas interfases entre culturas, y mayor diversidad y tolerancia en la ciudad. Este principio implica aceptar la escala del sistema urbano en cualquiera de los casos que podamos imaginar desde las exageraciones de una ciudad como Melbourne, con tan poca población en tanto espacio, al de Roma, que sigue siendo ejemplar a pesar de sus males actuales.

Aceptar la escala de los sistemas urbanos y su evolución futura (aceptar la es-cala de los sistemas sociales) parece ser un camino irreversible de la sociedad, pero debemos bregar porque ese crecimiento no sea gigantismo; una cosa es crecimiento y otra gigantismo, son dos evoluciones genéticas muy distintas. ¿De qué manera? Luchando por disminuir la escala de los subsistemas dentro de los complejos sistemas urbanos actuales. No estamos en Mileto, con una

única cultura y un único centro, estamos en sistemas complejos donde inter-vienen muchas microculturas, muchas narrativas, muchas realidades y estos son subsistemas de civilización mucho más interesantes e importantes, que el subsistema de transporte o cualquier otro. Más que sistemas tecnológicos - como el agua, la cloaca y los residuos - pensemos en los subsistemas culturales. No digo que los otros no interesan, pues son también fundamentales .Pero un buen sistema de agua limpia es fundamental sólo si está gestionado por una civilización digna y limpia.

En esa nueva escala de los subsistemas (esa escala humana si ustedes quieren, o social o cívica de los subsistemas) deben permitirse o garantizarse los distintos roles de la diversidad que permitan cumplir la libertad a cada uno de los gru-pos sociales y no la marginalidad aceptando la introducción del “ghetto” como regla fija de vida urbana.

Debemos terminar con la vida urbana actual, caracterizada por tender hacia un conjunto de ghettos, ghettos de ricos, de pobres, los de ricos rodeados de murallas, guardias y perros, los de pobres marginados en las cuencas inunda-bles, en los intersticios de los morros y en las zonas abandonadas.

En el caso de la ciudad nueva de Nordelta, en Tigre, a sólo 30 km del centro de Buenos Aires , que CEPA proyectó entre 1990 y 1993, propusimos no sólo una nueva polaridad urbana, recualificando la periferia, sino que esa polari-dad es multiuso y multipropósito como una verdadera ciudad, rechazando la sumatoria de ghettos (country clubes, urbanizaciones privadas, etc.) que hoy caracterizan la tendencia dominante.

Sistema de Interfases: Que extiende la importancia de pensar en “interfases” (el pensamiento relacional) al medio físico y natural y para ello promueve res-catar todos los accidentes naturales, creando:

- amortiguadores a la artificialidad (que protege la escala barrial);- protectores de la diversidad (corredores de fauna y flora, preservación de cuencas superficiales, conservación de la topografía y su funcionamiento);- paisaje urbano más bello y sano.

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Pero creando o recuperando también el valor de las interfases construidas, que pueden actuar de manera semejante a las naturales (interrupciones del continuum de la conurbación). ¿Cuáles pueden ser estas modernas interfases construidas benéficas?:- canales y sus riberas- paseos y boulevares- terrazas o fuertes desniveles topográficos utilizados con equipamiento social- grandes conjuntos como universidades, aeropuertos, puertos, parques tecno-lógicos y otros.

Este principio es aún más complejo, e inclusive para algunos puede ser nove-doso, técnica o científicamente, pues representa la atención a las interfases o «otoños entre ecosistemas, antes que éstos (las fases) propiamente dichos

Las interfases son interrelaciones entre dos o más sistemas. Una interfase es la que puede tener una persona con quien es su compañera en determinado momento (se aceptan, se rechazan, etc.). Una interfase son los golpes de la medianera que vienen del terreno vecino; si son muy molestos es una interfase negativa, si son poco molestos es un derecho.

La ciudad, si queremos que sea multipolar, que permita roles diversos y reco-nozca sus subsistemas, tiene entonces que enfocar ante todo sus problemas de interfases.

Es un concepto desarrollado por CEPA desde hace más de diez años y que hoy por hoy se ha transformado en una especie de bagaje cultural común a FLACAM.

¿Qué quiere decir ver la ciudad como un sistema de interfases? Si son natura-les, articularse con ellas, articularse con la naturaleza urbana, no negarla. Allí donde hay un río que pasa por la ciudad conservarlo como río y no entubarlo; allí donde hay un morro conservarlo como naturaleza y no cubrirlo de casas. Articularse, respetando las interfases de la naturaleza. Porque las interfases, siendo un lugar de conflictos (por ejemplo donde pasa el caudal de un río si pongo población al costado genero un problema; si pongo población arriba de

un morro puedo provocar deslizamientos, erosiones) suelen contener gravísi-mos problemas. No respetar las interfases naturales suele provocar catástrofes naturales.

Sin embargo, ¡en las ciudades hemos sido especialistas en hacerlo!. Hasta en Río de Janeiro se han arrasado morros, siendo que son su tarjeta turística.Suelen ser graves las consecuencias ecológicas de la degradación de interfases naturales; además, si las respetamos, nos permite crear corredores naturales, concepto moderno de conservación de la biodiversidad. La biodiversad no se conserva en zoológicos; las especies necesitan corredores de fauna, corredores de aire, el clima. El concepto de corredor ecosistémico es fundamental para la salvaguarda de fauna y flora. Por eso es que se están cambiando totalmente los conceptos de conservación. Cerrar y aislar no es la forma de conservación, por-que provocamos ecosistemas “isla”. Quiero decir que, si este es un territorio, cualquiera sea y cualquiera sea lo que quiero salvar, un relicto de chimpancés o de pastizales pampeanos, preservar un ecosistema isla no sirve, porque todo, el aire, el agua, los animales, los nutrientes, se mueven circulando dinámica-mente por el territorio.

Hoy un sistema de conservación en este mismo territorio generaría un co-rredor de conservación que tratarían de tomar todas las muestras, todos los componentes ecosistémicos del mismo. O sea que reconstruiría una interfase o un sistema de interfases entre todos los componentes y subsistemas de ese complejo sistema ambiental.

La crisis de un ecosistema no está en sí mismo, por lo mismo que hemos se-ñalado, sino en su interacción con los sistemas vecinos. Los sistemas naturales son sistemas vivientes abiertos, viven de su retroalimentación. Por lo tanto, si niego la interfase niego la retroalimentación y muere el sistema.

En el caso del Plan Maestro de la Franja Costera de Asunción, que FLACAM realizara en 1993, la interfase ciudad-río es hoy la más conflictiva pero puede resultar la solución integral de toda la ciudad. Propusimos una rearticulación, transformando su negatividad actual -inundaciones, pobreza, contaminación, deterioros de ecosistemas de alta diversidad- en parques urbanos, paseos,

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barrios altos y bien trazados, centralidades, reservas ecológicas y generación de empleos, entre otras cosas.

Urbanidad y Espacios Abiertos: Que reconoce la necesidad de conservar (o crear si no existen) las microinterfases dentro de la trama urbana: puntos de convergencia social, de cultivo de la urbanidad (la “civis”), tanto de fuertes atributos construidos cuanto naturales, que son en realidad “espacios abiertos” por su posibilidad de apropiación social generalizada. En su versión hacia el futuro, estos herederos de la gloriosa tradición de ágoras, foros y plazas, pue-den ser:- centros culturales- parques deportivo-recreativos- asociaciones vecinales- clubes- y la recuperación de plazas y calles de encuentro social

Su condición de calidad es la noción de “abierto” pluralidad, diversidad, y para ello vale en especial la interacción de grupos diversos en espacios comunes son, en síntesis, las interfases entre lo público y lo privado, lo público y lo privado y lo privado entre si, y de allí su inmenso valor relacionador.

Los espacios abiertos urbanos son la manifestación construida artificial de las interfases naturales. En los espacios abiertos cada civilización creó sus interfa-ses, económica para intercambio, social para encuentro, religiosas, etc.Si en la ciudad los negamos, negamos la diversidad social, y no es casual que las ciudades actuales no tengan plazas ni buenos espacios públicos. La periferia no tiene espacios públicos y la acumulación de casas ricas o pobres y calles no hacen ciudad (civis)

Tenemos que crear interfases sociales como las crearon en Mileto, pero ahora tenemos que crear muchas y distintas. ¿Cuáles son? ¿Cómo sabemos las inter-fases que quieren todos los grupos? Debemos descubrirlo: ¿son las plazas, los “mall”, centros culturales, centros de encuentro, de lucha barrial, de re-creación, educativos o son las iglesias?. En cada lugar serán distintos ante cada sistema distinto Y habrá, seguramente, que regenerar, recuperar, conservar o

innovar. Ofrecer ocasiones de intercambio plural. Potenciar no sólo la acep-tación, sino el goce de la diversidad, y la creencia de aquello que decíamos de Roger Barker: que la complementariedad estimula la creatividad.

En el Proyecto de Renovación Urbana de Luján, que CEPA proyectó entre 1984 y 1987, se afrontó la crisis por inundación de la interfase “río” y la crisis por obsolescencia de los espacios y servicios recreativos y culturales, fomen-tando un gran espacio abierto (interfase de urbanidad) a escala urbana y del centro de peregrinación (de significación nacional) que es Luján.

Flujos: Se trata de un principio, que hemos establecido hace ya algunos años la Ciudad como sistema de flujos. Porque a pesar de todo el énfasis precedente, creemos que hay que trabajar también la ciudad como sistema de flujos, recu-perando seriamente la importancia de disciplinas como la ingeniería y todas sus ramas, que tradicionalmente se han ocupado de estas cuestiones.

Los flujos de materia, de energía, los flujos de transporte son problemas gra-vísimos de las ciudades actuales, que pueden condicionar por ejemplo la mul-tipolaridad. Porque multipolaridad, no es fragmentación, sino muchos polos interactuando. Imaginemos la extendida Melbourne: no es posible cortarla en pedacitos y declarar la independencia de cada uno, sino enfatizar algunos polos, quizás crear otros, fomentar una fuerte interacción entre ellos (Com-plementariedad económica, cultural, social, etc.), y tender a través de la salva-guarda de las interfases (segundo principio), a que lo que está entre ellos baje su densidad y comience a establecer un mejor diálogo con la naturaleza.

He tenido mucha alegría al descubrir que un notable ambientalista de Berke-ley, San Francisco, Richard Register, plantea exactamente lo mismo para esa ciudad, con el mismo propósito, que hemos siempre postulado en nuestros proyectos urbanos.

En el caso de Asunción, propusimos estimular que crezca la densidad, en algu-nos focos, y en cambio le quitamos la actividad a los intersticios, de modo que se vayan recuperando como lugares naturales. Es un principio ecosistémico, no dije ecológico, de renovación.

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Para esta situación, que funcione bien el sistema de flujos es fundamental, pero flujos cíclicos no lineales; el manejo de la basura, pero no para eliminarla sino para reciclarla; el manejo del transporte, pero no para que consuma todo el petróleo del mundo sino para economizar energía y recursos. El manejo de un sistema de agua potable, pero no como si ella fuera un recurso ilimitado sino con reciclaje, con cuidado del consumo, con una tecnología que evite pérdidas y en fin con un replanteamiento general del manejo de los recursos.

En el proyecto de la ciudad nueva de Nordelta, se estudiaron atentamente los flujos de agua -superficial y subterránea-, de residuos (recelados), de trans-portes (propiciando el transporte público, la integración como sistema multi-modal, la energía eléctrica) y de personas y actividades y su impacto sobre el territorio adyacente. Siempre con objetivos de reciclado reaprovechamiento, disminución de consumos y prevención de la contaminación.

Participación social: Que implica ante todo un reclamo de legitimidad en toda acción de transformación de la ciudad. La ciudad o es para todas sus mi-croculturas y subculturas emergentes, en diversidad, libertad y democracia; o es sectaria, marginadora y antidemocrática; por lo tanto deben todos sus ciu-dadanos sentirse participes de sus cambios y sus grandes decisiones.

Ponemos énfasis en la expresión sentirse partícipes pues la participación puede ser directa (manos a la obra, do it yourself ), y esto suele ser utópico y peligro-so, pues no siempre se conocen los complejos problemas a resolver; o indirec-ta: consultiva, de respeto y reconocimiento a través de la indagación técnica y el diálogo hacia la concertación, pero donde la modelación final vuelve a ser técnica.

Lo que importa es que se legitimen las decisiones, incorporándoles toda la diversidad de necesidades y aspiraciones del cuerpo social de esa ciudad, recu-perando así la idea de cultura urbana, que integra diferencias y marginalidades y exalta la diversidad y su evolución a través de la historia. La ciudad fue el primer lugar en tener visitantes extranjeros, mercaderes, embajadores y sabios, así como pobres y esclavos en búsqueda de libertad y trabajo. Esto no es nuevo y fue muy bueno. Debe volver a serlo.

Todos creemos en la necesidad imperiosa de legitimar las decisiones, hacer que aquellas que se toman sobre la transformación urbana estén legitimadas por la comunidad, recuperar la cultura, y romper las marginalidades.

Cuando propusimos el Eje del Centenario, en 1982, para el centenario de nuestra ciudad de La Plata, creímos que para sustentar la idea urbanística de revaloración del Eje Monumental de la ciudad debíamos someterla a intensa participación

Para ello, mejor que reuniones o asambleas, pensamos en utilizar el experi-mentalismo, y durante casi un mes se simuló, se probó ( escala 1: 1) el nuevo centro propuesto. Un millón de personas utilizó el eje, se hicieron encuestas y se midieron los flujos de vehículos y peatones. Cuando se propuso la estrategia final urbanística, se disponía de una cabal experiencia real, sobre la cual habían opinado todos, y sobre la base de vivencias y no sólo de planos.

Es quizás una modalidad extrema de participación y no siempre fácil de ins-trumentar, que marca la necesidad y la conveniencia de legitimar los proyectos mediante interfases de diálogo y concertación. La importancia de las interfaces entre las personas y los grupos.

La producción de la ciudad: Que reconoce que una ciudad multifocal, de interfases, de espacios abiertos, de flujos y participativa no se puede producir como la de hoy, monopolizada por dos extremos de poder: la producción co-mercial especulativa; y la producción de las clases marginadas, mediante ocu-paciones ilegales de tierra.

Ambos extremos son formas de violencia y antilibertad. Debemos aprender a concertar la producción, articulando intereses y prioridades;Promoviendo para ello, nuevas técnicas más justas, tales como;- definir y legitimar socialmente las grandes líneas directrices;- pero abiertas para actuaciones “on-line”, continuas, adaptables, autogestables por cada microcultura;- incorporando tanto las formas de la economía social como el capital econó-mico-financiero, tutelados o promovidos por el Estado, en acuerdos progra-

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máticos integradores,- generando, en síntesis, una interfase de intereses en la búsqueda de su con-certación.

Porque: ¿Cómo se produce la ciudad? Podemos estar totalmente de acuerdo en los seis principios formulados o no, ustedes pueden privilegiar incluso otros, pero en todo caso alguien produce la ciudad. ¿Quién? Hay algunos libros que tratan de explicar la mala producción (el sistema de poder, el autoritarismo, la acumulación) pero nadie dice cómo se lo puede hacer alternativamente

Hubo en el siglo pasado, y por supuesto en otras épocas de la humanidad, criterios clarísimos para producirla. Todos sabían cómo producirla. Hoy la producimos, pero nadie sabe cómo ni quien se ocupa de hacerlo.

Creemos necesario recuperar la producción autogestada y multipropósitos. Con la multipolaridad enfatizamos una nueva escala local de los subsistemas urbanos. Con las interfases reconocemos la naturaleza y las diferencias entre las áreas urbanas. Con los espacios abiertos fomentamos el intercambio social plural, la diversidad. Con los flujos posibilitamos esa diversidad con la partici-pación se asume esa diversidad y se ejercita de alguna manera su autogobierno; pero ello debemos lograrlo en la producción y no sólo en la propuesta. Tene-mos que recuperar modelos autogestionarios y multipropósitos; y ello desmi-tifica la participación por la participación misma. Debemos sumar todas las fuerzas productivas (no solamente los que no tienen ninguna posibilidad hoy de producir la ciudad), porque en realidad estaríamos asumiendo de entrada una impotencia. El sistema tiene que ser manejado no solamente a través de grandes operaciones duras, sino de un control permanente “on-line”, de una renovación permanente. Los planes reguladores no sirven son estáticos. Las grandes infraestructuras, como un sistema de transporte duro, tampoco sirven siempre porque la ciudad va cambiando.

Sólo sistemas estratégicos, “on-line”, “software”, basados en procesos de con-certación, comunicación y gestión pueden neutralizar los dominios monopó-licos o especulativos, en aras del bien común.

Para profundizar este aspecto (ver cuadro adjunto) conviene ver dicho proce-so en forma comparada entre la producción actual y la producción deseable. Asimismo confrontar los roles que le deberían tocar en dicha producción a la gestión pública y a la privada, en forma articulada o separada. Por último debe distinguirse cómo actuar, según se trate de las distintas cuestiones o áreas de la ciudad. Es un camino nuevo, complejo, que se parece más (otra vez) a conducir un velero, o una gran empresa, que a la iluminación del arquitecto diseñador y la improvisación del político.

El Cuadro aquí presentado es fruto de experiencias amplias de producción, como el caso de Nordelta y de la Franja Costera de Asunción, con acuerdos programáticos público-privados, con Comités Mixtos para la Gestión, con promociones y comunicaciones siempre insuficientes...Un proceso de nuevos conocimientos, desde una perspectiva ambiental de la ciudad, debe abrirse como demanda ineludible.

Seis nuevas maneras para soportar la presión de la diversidad sobre las viejas estructuras urbanas y sus obsoletos sistemas de producción, y transformar la pre-sión de conflicto en génesis de riqueza cultural, histórica y social.Seis principios para frenar la destrucción de “civis”, defender la diversidad huma-na y la biodiversidad en el cada vez más extendido y agresivo territorio urbano.

Fuente: “La construcción de la ciudad sustentable”. 1995. Rubén Pesci. Documentos A/MBIENTE. Proyectación ambiental. Nº2 Serie Desarrollo Sustentable. Editorial Fundación CEPA. La Plata, Argentina.

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LAS CUESTIONESCONCEPCIÓN GESTIÓN

1- El área central

2- Los bandos consolidados

3- Los bordes

4- La expansión reciente

5- Sistema urbano/ rural (cuenca de abastecimiento)

Flujos de materia y energía

Patrones de producción actual (Objetual) Rol Sector PúblicoPatrones de producción

deseables (Ambiental) Rol Sector Privado

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• Alto valor de cambio• Producción x parcelas y retención de suelo• Superposición de funciones• Obsolescencia de la infraestructura• Unica IS (a) ( +)• Un subsistema decisor

• Pérdida de roles y funciones (ls y if)• Pérdida de identidad• Producción de parcelas y retención de suelo

• Promover la multifocalidad • Propiciar la producción articulada• Propiciar la movilización del suelo urbano

• Estructura urbana: sistema de interfases• Puesta en valor del If• Sistema de EA

• Estrategia global de consolidación y rellenamiento de áreas afianzadas• Ídem de reconversión a rural mediante incentivos por proyectos• Ídem de núcleos urbanos integrales (polos reestructuradores)

•Acciones urbanas globales (polos reestructuradores, multifocalidad )• Planeamiento riguroso: prescriptivo y restrictivo Evaluación Preventiva del Impacto Ambiental (EPIA)

Idem• PyMES agroindustriales

• PyMÉS• Incubadoras de empresas y polos tecnológicos• Industria de reciclaje• Empresas de saneamiento

• Competitividad y asociaciones de “región urbana” (РуМЕ у otras)

• Políticas integradoras interjurisdiccionales Énfasis en la gestión economica local autosustentable

• Control de sustentabilidad• Monitoreo ambiental permanente• Desarrollo de nuevas tecnologías urbanas

• Región urbana asociada• Sistema urbano/rural integrado y autosuficiente, con manejo sustentable• Potenciar todos los tipos de capital• Potenciar capital instalado

• Degradación ecológica • Periferización if (I)• Cancelación de vacíos • Abandono de EА

• Sustitución de tierra rural por tierra urbana• Producción por loteos indiscriminados y alteraciones ecológicas• Producción por grandes operaciones sectoriales• Succión (polos vaciadores)• Desatención y desaprensión• Subuso ambiental• Producción primaria con escasa plusvalía

• Soc. de flujo lineal:• Capital económico• Plazo corto• Stock fijo (consumo sin reposición)• Accionar sectorial• Control público de la iniciativa, control privado de los excedentes.

• Soc. de flujos cíclicos:• Todos los tipos de capital• Corto, mediano y largo plazo• Consumo según disponibilidad de recursos• Accionar intersectorial• Manejo integrado de los servicios• Manejo integrado de los transportes

• Descentralización• Desconcentración• Producción con fines sociales (interfase social): renovación, reconversión, sist. EA, peatonalización y puertos de estacionamientos.

•Promoción, organización y control de gestión• Premios a la creatividad privada• Subsidios a la calidad ambiental• Promoción a la participación social• Promoción a las operaciones de renovación

Idem Idem

Idem• Autogestión concertada con comunidades barriales

Idem

•Inversión de riesgo con control publico•Inversiones a mediano y largo plazo con condición de sustentabilidad

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Mundo Urbano y Vaciamiento del Territorio

Proceso global de urbanización

La humanidad ha acrecentado exponencialmente sus índices de urbanización. Esto es, ha pasado de la situación de inicios del siglo XX, en donde más del 80% de la población era rural, de vida campesina, a la situación de inicios del siglo XXI, donde ese porcentaje corresponde ahora a la población urbana, de vida industrial o dedicada a los servicios. Una imagen satelital nocturna, con las luces encendidas, muestra en muchos continentes la dominación de constelaciones luminosas, muchas veces en forma de corredores, manchas de aceite, o enormes puntos luminosos, por sobre las zonas oscuras del mundo rural, cada vez más despobladas.

Esta situación es casi excluyente. Hoy la población urbana constituye más del 95% del total en Europa Occidental y los Estados Unidos de Norteamérica, coincidiendo con el mundo más desarrollado, pero también se hace presente en muchos países latinoamericanos, cuya tasa de urbanización es muy alta desde hace más de un siglo, y donde se han formado megalópolis infinitas como Buenos Aires, México y San Pablo.

Este proceso es bien conocido, y también lo es su dramaticidad. La evolución tecnológica permitió que con mucha menos mano de obra se resolvieran las tareas rurales, en tanto el auge industrial reclamaba mano de obra en las ciudades, explicándose así el primer proceso de migración moderno que concentró en las ciudades grandes cinturones de obreros, y vació el campo de sus tradicionales campesinos.

Pero el proceso ha continuado en la sociedad post-industrial y en la sociedad de la información, pues la ciudad aumentó su poderío como centro de servicios, captando el excedente de empleo industrial en ese sector, y profundizando aún más la sustitución de empleos rurales por empleos urbanos.

MEGALOPOLIS VERSUS REGIÓN URBANA

El proceso aludido ha sido imparable y ha provocado el problema socioambiental

más destacado de entre los conflictos concretos: el mundo se está volviendo megalopolitano, donde todos los impactos juntos parecen dueños de la situación.Consumo energético sin reposición, sustitución de la tierra productiva por tierra improductiva, contaminación del aire, del suelo, del agua y acústica; exclusión social, inseguridad e insolidaridad, difícil sino imposible gobernabilidad de un crecimiento explosivo y exponencial.

Pero la ciudad es también vida asociada, complementariedad del trabajo, creatividad espontánea, máxima diversidad, y por ello aún en esas megalópolis subsiste parte de la grandeza de la sociedad urbana.

Cuando el crecimiento urbano se ha podido articular en múltiples centros, conformando lo que Jane Jacobs llamó “regiones urbanas”, se está frente a casos de aprovechamiento de las externalidades positivas de los fenómenos urbanos, y se han evitado muchas de las externalidades negativas antes mencionadas. La misma Jacobs cita el caso de la región del Ruhr, en la cuenca del Rhin, en Alemania, y el del Valle del Río Po, en Italia, como ejemplos de estas regiones.

En ellas se han articulado docenas de ciudades intermedias, muy ligadas a su entorno rural histórico, conformando una “metápolis” (varias ciudades interligadas sin continuidad entre ellas). De ese modo se genera un mercado de oportunidades varias veces millonario en población (pero sin las desventajas de la mancha urbana infinita), capaz de posibilitar el máximo potenciamiento de las energías rurales, sin la presión de vaciamiento ejercida por la megalópolis. Diversidad y articulación, gran escala formada por asociación de mediana y pequeña escala, competitividad entre ciudades y excelencia del conjunto o sistema resultante. El modelo evita ser un Titanic fácilmente hundible, y se conforma en realidad como una flotilla de veleros, hábiles, livianos, complementarios y astutos.

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¿ES POSIBLE LA RUR-URBANIZACIÓN?

En los ejemplos de regiones urbanas mencionados, las ciudades componentes conservan los atributos de núcleos intensos, asociativos, diversificados, pero de escasa población y de superficie pequeña, siendo el resto del territorio de clara ruralidad. Aun cuando se han extendido mucho los asentamientos residenciales extraurbanos amenazando el modelo, se aspira a limitarlos, y se establecen en algunos casos planes reguladores del uso del suelo muy restrictivos, destinando las superficies de menor interés y tamaño para los asentamientos residenciales. Avanza en este momento un esfuerzo sistemático para ajustar estas relaciones y lograr un modelo genuinamente rur-urbano, sosteniéndose que no hay solución del territorio urbano sin articulación integral urbano-rural, adentro-afuera. Y muchos claman por la descentralización, buscando evitar la macrocefalia de las grandes megalópolis y sus periferias insustentables, pero para ello conviene discutir al menos 4 grandes tipos de posiciones y experiencias en relación a urbanización y territorio:

1- DISPERSIÓNLa “suburbio”, como llamaba Lewis Mumford a las expansiones residenciales norteamericanas, y su origen en la ciudad jardín anglosajona. Estos casos terminan invadiendo el territorio rural con inmensas urbanizaciones de bajísima densidad, que arrasan con las calidades naturales, económicas y sociales del medio rural, y no logran crear asociatividad y diversidad urbanas.

2- DIFUSIÓN DISPERSASe trata del modelo idealizado en la “Broadacre City”, de F. Ll. Wright, donde las parcelas urbanas tienen un cuarto de hectárea, en lugar de los pocos centenares de metros cuadrados habituales.Más que de una dispersión se trata de una difusión o diseminación de los criterios de articulación urbana, pero en escala automotriz, de la sociedad movilizada (Mobocracy), típica idealización del bienestar y la tecnificación de los Estados Unidos de Norteamérica en las primeras décadas del Siglo XX.

Probablemente es el modelo ideal de muchísimos ciudadanos que quieren convivir con la naturaleza (Wright pensaba que las amplias parcelas iban a ser

cultivadas como huertas, y que en otras parcelas más amplias perduraba la vida rural) y por ello muchos autores aseguran que el pensamiento urbanístico de Wright es el que más influyó en el Siglo XX. Pero hoy sabemos del riesgo que tiene este modelo, que en su versión banalizada y especulativa se ha transformado en el modelo dispersivo antes descripto. La ciudad difundida en el territorio no es compatible con ambientes de alta densidad poblacional y baja superficie disponible; tampoco lo es en sociedades subdesarrolladas, donde la movilidad individual es muy cara o imposible; y tiene aspectos de insustentabilidad energética, por los altos costos de distribución de infraestructuras, transporte, etc.

3- DIFUSIÓN CONCENTRADAA fines del Siglo XX comenzó a practicarse otro modelo, aún incipiente, y que presenta sólo algunos casos interesantes en Europa. Se trata de retomar los antiguos poblados rurales, muchos de ellos abandonados por la emigración hacia las grandes ciudades, y recuperarlos como verdaderas ciudadelas o condominios de vida asociada.

Un caso célebre en este sentido es el del poblado de “Coletta di Castelbianco”, en los Apeninos italianos, concebido y diseñado por Giancarlo De Carlo, donde se instaló una verdadera comunidad de ex-residentes en grandes ciudades cercanas.

Con todos los atributos de la informática y la telemática, estos “ciudadanos del medio rural” viven inmersos en la más intacta naturaleza de las colinas montañosas, y se conectan con el mundo sin necesidad de moverse de su ciudadela.

Es claramente una alternativa para sociedades ricas y de alto desarrollo intelectual, producto de una potencialidad tecnológica que se está democratizando en la sociedad de la información y el conocimiento, y para la cual se avizora un amplio futuro.

4- DESCENTRALIZACIÓN CONCENTRADASe trata de un modelo muy actual y apoyado por la mayoría de los urbanistas

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de la sustentabilidad: descentralizar fuertemente las grandes ciudades, para recobrar la escala humana en sus barrios y núcleos urbanos cercanos, y disminuir el consumo de energía en movimientos y transporte, pero mantener fuerte concentración en esos multifocos, en la concepción de alta densidad (compatible con la vida asociada) y pequeño tamaño (compatible con el desplazamiento casi peatonal). En realidad este modelo aspiraa la región urbana, como fue descripta en el segundo apartado, sólo que fragmentando, casi como un proceso fractal, la propia metrópolis o megalopolis hacia adentro.

Este modelo en realidad es más una aspiración que el producto de logros concretos. En la modelización del planificador es una de las alternativas más lúcidas y sustentables, y en algunos pocos casos ha sido eficaz. Curitiba lo intentó con cierto éxito, a través de la idea de corredores de centralidad, y grandes áreas residenciales a sus lados.

París logró en parte parar su gran expansión, creando 6 ciudades nuevas que ya tienen casi 2 millones de habitantes. Pero no son muchos más que estos los testimonios realizados. De todas maneras es quizás el modelo más positivamente sustentable de todos los mencionados, y seguramente el que asume la sociedad urbano - metropolitana, y trata de darle una estructura y una disposición en el espacio donde (en los intersticios de su multifocalidad), se puedan renovar todos los pactos y cánticos a la ruralidad y el encuentro con la naturaleza.

DE LA PREPOTENCIA A LA LEVEDAD

Esta frase la acuñamos en enero de 2002, cuando estuvimos presentes en el II Forum Social Mundial, en Porto Alegre, y la reafirmamos este año en la tercera edición del mismo.

Nos parece que describe en poquísimas palabras lo esencial de la insustentabilidad y el reto ambiental. Casi todas las actuaciones de la sociedad productivista-consumista han venido siendo prepotentes, por la toma de decisiones, por los designios del capital económico, por las consecuencias en la exclusión, y por los impactos negativos en la fragilidad del territorio.

Según Italo Calvino la levedad es un principio básico en la composición artística en el Siglo XXI. Y nos ha resultado pertinente extender este concepto a todas las actuaciones humanas sobre el ambiente. Actuar levemente, sin prepotencia, significa diversificar, articular, evitar externalidades negativas, descentralizar, difundir. Las tres últimas alternativas de urbanización y territorio expresadas contienen esa búsqueda. La dispersión es en cambio un profundo equívoco, de sólo aparente levedad, pero que en realidad disemina la prepotencia ocupando todo el territorio.

PARA LLENAR EL TERRITORIOPaís de los paisanos

Llenar el territorio, reapropiárselo, es nuestra aplicación de la levedad, rechazando tanto su vaciamiento y abandono (que conlleva a alojar muchos millones de personas en enormes concentraciones), como la diseminación urbana dispersiva (que produce depredación del ambiente natural y pérdida de la vida rural).

Pero para ello el territorio debe reconvertirse, volver a ser “paisaje”. Como decía Elena Chiozza, líder de la geografía en Argentina, “paisaje es el país de los paisanos”, y con ello nos decía que el paisaje se constituye como tal, cuando lo reconocemos y lo hacemos nuestro^ sabemos sus leyes, valoramos su lenguaje, que es quizás el macro lenguaje de la sociedad que lo habita y de todos quienes lo gozan. Fernand Braudel dijo que Toscana, en Italia, es el paisaje más conmovedor del mundo, y seguramente es así porque ha sido modelado por la mano del hombre durante más de 2.000 años, manteniendo íntimas conexiones de ruralidad y urbanidad, tanto económicas como ecológicas, y en especial sociales, durante casi toda la historia del mundo occidental.En una versión más moderna, de la cual en realidad queremos decir más industriosa, populosa y dinámica; las ciudades de la llanura del Po, en Italia, la misma destacada por Jane Jacobs como modelo de “región urbana”, constituyen un paisaje tan unitario como complejo y diversificado, tan lleno de ciudades espléndidas como de campiñas hipercultivadas, que dan un testimonio de la idea de región urbana, de la más alta significación.

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Más de 10 millones de personas habitan esta región, que tiene uno de los más altos índices de riqueza en el mundo. Pero en ella cada tramo, cada rincón, es un paisaje memorable, y hasta las industrias difundidas en el mismo, consiguen una más que aceptable sustentabilidad ecológica.

Los paisanos de estas tierras pueden co-habitar ciudad y campo al mismo tiempo, trabajar a la mañana en una industria y a la tarde en un huerto, producir micro-chips y jamones o quesos de la máxima calidad. Todo ello cantando ópera y viviendo lúdicamente, casi anárquicamente. Sergio Los propuso una modelación intencionada para un pequeño sector de esa misma región, cerca de Padua, al que denominó “la ciudad invisible”, tomando la idea también de Calvino, y argumentando que es una ciudad que no pesa en ningún lado y está presente en todos. La operación propuesta por Los es sencilla: interligar la región con autopistas veloces, interconectar las ciudades y pueblos con redes paralelas a las autopistas, y dejar la ruralidad intacta entre esos ejes paralelos. Paulatinamente se irían conduciendo el crecimiento urbano hacia esos corredores (una suerte de ciudad lineal) y en realidad en todos los puntos del territorio la urbanidad y la ruralidad tendrían un diálogo próximo y permanente.

Curiosamente o no, se trata de una reinterpretación de la “ciudad lineal” de Soria y Mata, y luego de Le Corbusier, pero con la astucia de una formulación tramada, más compleja y natural.

Levedad 1DISEÑAR CON LA NATURALEZA

En realidad en las áreas de milenaria decantación de experiencia, con bajo crecimiento poblacional y períodos muy largos de bonanza económica, se supo diseñar con la naturaleza, como reclama Ian Mc. Harg. Y en la articulación de sociedad rural - sociedad urbana, se fue produciendo una estructuración “leve” del territorio, fácil de corresponder a un modelo de sustentabilidad y que hoy puede ser ayudado con las más modernas tecnologías de saneamiento e información.

Se tienen probados instrumentos para reconocer dónde, cómo, de qué manera se debe actuar con levedad, y en cuáles otras áreas del territorio es posible asumir más riesgos y no provocar impactos mayores. Tenemos la convicción de que la cuestión esencial no es la adopción de eco-técnicas o métodos más o menos sofisticados de manejo de los condicionantes ambientales, sino un cambio de enfoque, un nuevo paradigma de sociedad rur-urbana, multifocal, difusa pero concentrada, desde la cual la articulación sociedad-naturaleza tiene un principio de factibilidad.

Pero la otra dimensión fundamental es la del arte del territorio (o como preferimos llamarlo, el arte del ambiente), donde además de organizar y distribuir, hay que modelar y embellecer. Leonardo da Vinci lo hacía intencionalmente, con sus paisajes y puentes de Toscana, y sus canales del territorio milanés.

El Valle Sagrado de los Incas, en Machu-Picchu, es una gran arquitectura de 50 kilómetros de largo, donde los cultivos son terrazas, las terrazas son colinas y las colinas son el cosmos. Los instrumentos de modelación sustentable del territorio deben encontrar sus mejores patrones de belleza en la propia inspiración de articularse con la naturaleza.

Y debe superarse la antinomia clasicismo-organicismo (destacarse-integrarse; contrastar-disimular; lenguaje antropomorfo-lenguaje ecomorfo), para una nueva síntesis, tan vieja como la historia, tan nueva como desafiante.

Levedad 2:LAS INTERFASES: LA NUEVA FORMA DEL TERRITORIO

Hace años que sostenemos que los ecotonos o interfases entre ecosistemas, son el punto de mayor interés de los estudios y propuestas ambientales. En esos ecotonos o interfases, dos o más ecosistemas se intersectan o interactúan, produciéndose la mayor concentración de intercambio de materia, energía e información, y por ello son los sitios privilegiados para comprender los ciclos de la naturaleza, sus energías, y el aprendizaje para manejarse con su complejidad sistémica. Pero además contienen una gran información cultural: son sitios de agregación, de densificación, de atracción. Y por ello los antiguos

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comprendieron muy bien su valor y establecieron criterios claros de valoración de estas interfases en la ocupación del territorio:

- Privilegiando costas para establecer asentamientos.- Cuidando relictos de bosques, en una llanura de cultivos.- Custodiando el manejo del agua en las cuencas y microcuencas.- Exaltando terrazas y miradores.- Potenciando oasis en el vacío de la inmensidad.Las plazas y espacios abiertos urbanos fueron interfases inventadas, para potenciar la vida asociada.

En el enorme cambio de escala actual de los sistemas sociales, con sus consecuencias en grandes aglomeraciones urbanas, el respeto y rescate por las grandes interfases naturales constituye la nueva dimensión, la nueva frontera de los espacios abiertos de escala multitudinaria.

Se puede visualizar así un territorio urbano, superpuesto o enhebrado a una red natural perdurable, y en esa trama compleja y diversificada, recobrar calidad de vida, biodiversidad y escala humana en cada fragmento, barrio o trozo del sistema. Identificar y diseñar cariñosamente el mejor manejo de estas interfases, con respeto por los ciclos ecosistémicos naturales, y con dedicación para los ciclos ecosistémicos culturales, puede ser la punta de lanza para reorientar los procesos de descentralización urbana y reocupar los vacíos territoriales.

En nuestra actividad de proyectistas ambientales debimos enfrentar en múltiples ocasiones las graves cuestiones mencionadas al inicio de este texto, pudiendo asi explorar los distintos modelos alternativos mencionados. Daremos aquí una breve semblanza de algunas de esas experiencias, según cuatro escalas de aproximación.

ESCALA URBANA-MICRO URBANA

La modelación paisajística de las grandes interfases entre una ciudad y sus bordes naturales, es una ocasión para recomponer la sustentabilidad casi siempre perdida en las periferias urbanas.

En el caso del Proyecto de la Franja Costera, en Asunción, Paraguay (1993-94), pudimos trabajar un borde ribereño de 16 kilómetros de largo y casi 1600 hectáreas de superficie, donde una ciudad de casi 1 millón de habitantes se venía secularmente negando al mismo, y expulsando hacia sus zonas bajas inundables la población más excluida.

La solución, recientemente aprobada por Ley Nacional y con apoyo financiero del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), consistió en remodelar ese borde costero, creando nuevas terrazas altas como las que la naturaleza le había brindado a la ciudad, libres de inundación, para allí reinstalar a la población inundable. Una nueva forma macroescala para la ribera alta, y una gran oportunidad de más de 500 hectáreas urbanizables para reinstalar la ciudad frente al río.

Las formas son sinuosas, como las de las corrientes del río; los usos son variados, al estilo de la tropical vida asunceña; y la arquitectura de detalle será creada por múltiples actores técnicos y populares, en base a patrones culturales probados.Las 1.600 hectáreas nacen así a una nueva vida, y más de 1.000 de ellas son dedicadas a parques y reservas naturales.

Es un típico caso de interfase, que de negativa se propone cambiar a positiva, y para ello rescata los mejores patrones de funcionamiento del sistema ambiente que se quiere mejorar.

Vale la pena mencionar que en este caso se usó rigurosamente la metodología informática de interfases que venimos desarrollando, y que es una tecnología muy adecuada para un análisis de alta sensibilidad del territorio y la detección de sus energías, en la escala de píxel que se desee. Para este proyecto esa escala fue de 1 hectárea, y con ella se ajustaron las unidades ambientales del diagnóstico, el reconocimiento de interfases y sus escenarios posibles de actuación.

ESCALA URBANA-RURAL

En esta escala la cuestión de la rur-urbanidad (quizás el ideal de Wright) es donde se puede practicar específicamente. En el Plan para el Municipio de

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Imbituba, en Santa Catarina, Brasil (2000-2001), pudimos modelar un amplio territorio costero, bellísimo, de unos 40 kilómetros de largo por 15 kilómetros de ancho, caracterizado por su baja población permanente (pues la actividad principal es el turismo de verano), distribuida en 5 asentamientos urbanos.

Compartimos con la población (mediante talleres participativos) una gran experiencia de salvaguarda de todos los paisajes de valor natural, y de producción rural, acotando la dimensión de los centros urbanos a la mínima posible, conectándolos por el tren y por una pequeña y sinuosa carretera, diseñada paisajísticamente, evitando puentes y otras obras fuertes de infraestructura, y produciendo el máximo posible de paisajes de conservación.

Este Plan es para apenas 40 mil habitantes estables, pero que superan los 100 mil durante la estación de verano. Se consideró la naturaleza y el turismo como las principales fuentes de riqueza, y se planificó el proceso de desarrollo como si todo el conjunto fuera un gran patrimonio ambiental, o una reserva de la biosfera según la UNESCO. También aquí las ecotécnicas fueron usadas muy intensamente, para un reconocimiento de valores y riesgos socioambientales. Pero el método fue menos informático y más perceptivo. Trabajando codo a codo con grandes sectores de la población, por todo el territorio, se logró modelar (en detalle y con patrones locales) la articulación de interfases naturales tan bellas como delicadas.

ESCALA URBANA-REGIONAL

En muchos sitios de la Argentina, el proceso de colonización estableció ciudades o centros poblados rurales a intervalos de 20 kilómetros unos de otros. Fue un modelo de colonización del gran espacio vacío que casi podría homologarse al modelo teórico de Christaller, y que dio buenos resultados durante más de 100 años.

Cuando se nos pidió modelar la región de Salto Grande, en la provincia de Entre Ríos (2000-2001), encontramos dicho modelo partido por la mitad, pues al construirse la represa del mismo nombre y su gran embalse sobre el río Uruguay, se fracturó la otrora bien lograda interrelación entre los centros

urbanos y sus áreas frutícolas intensivas naturales tan bellas como delicadas.Consensuamos con la población y las autoridades un Plan Estratégico de Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial, y se rubricó el acuerdo creando la “Microregión de Salto Grande”.

La modelación de un paisaje de unos 3.000 kilómetros cuadrados quedó así establecida, con fuerte preservación de los ecotonos naturales, valoración de los huertos y quintas, y ajuste de los centros poblados a sus mejores características.

Algo así, al menos en intenciones, como un trozo de la Borgoña francesa, o del Valle del Po, en Italia.

Y un detalle tecnológico fundamental en este caso: la experiencia de Salto Grande fue planteada desde el inicio como una asignación de inversiones, públicas y privadas, de unos 25 millones de dólares al año, y en esa asignación (correspondiente a 6 dólares por habitantes por mes) la propia participación social consideró no sólo las inversiones de desarrollo económico sino las de desarrollo paisajístico y conservación natural. Una verdadera visión de sustentabilidad, para una verdadera economía sustentable.

A veces la modelación trata de gobernar más precisamente las variables paisajísticas físicas (como en Imbituba), y otras, agrega o privilegia las variables sociales o económicas. Una población identificada con un modelo adecuado de desarrollo puede ser coautora de la calidad del paisaje físico, con menos ordenación territorial, y más proyectos y creatividad de cada grupo o sector participante.

ESCALA REGIONAL-MACRO REGIONAL

En esta escala parece imposible agregarle algún valor a la modelación que la misma naturaleza realizó hace millones de años. Pero es tal el conjunto de impactos y alteraciones que la sociedad productivista-consumista le ha producido desde hace más de un siglo, que el territorio a gran escala también debe ser sujeto a una nueva modelación más sustentable.

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En el litoral de la provincia de Buenos Aires, hace más de 20 años comenzamos un proceso para rescatar la tradición gauchesca que pobló esas tierras desde hace casi 300 años, y que mantuvo adecuadamente los delicados ecosistemas costeros (dunas, humedales, playas, bosques nativos) mediante sus prácticas tecnoeconómicas leves. Comenzamos por un pequeño tramo de ese litoral, que denominamos “Parque Costero del Sur”, del cual logramos la declaración de Reserva de Biosfera de Unesco en 1984. Unas 25.000 hectáreas en una angosta franja de casi 80 kilómetros de largo, se modelaron como una interfase manejada, con baja ocupación humana concentrada en pequeños poblados y establecimientos de estancias seculares.

Cada metro cuadrado del territorio fue diseñado, o en realidad resultó resignificado por un diseño sobre la base de sus valores ambientales. Puertas, hitos, mojones, sendas, conjuntos, fueron una metodología entremezclada entre las ideas de Kevin Lynch, la taxonomía de las reservas de biosfera, y el paseo y la conversación en el ambiente mismo. El conjunto, es en realidad un gran diseño arquitectónico macro-escala, como creemos que diseñaban los antiguos, y elude toda tentación de zonificación abstracta, como en cambio creyó la ciencia de la planificación contemporánea. No es posible reducir la riqueza y complejidad ambiental a un cartesianismo positivista, abstracto.

El éxito de esa zona, llevó a extender la escala a 500 kilómetros de longitud del litoral de Buenos Aires, con el Programa “Camino del Gaucho” (1995 en adelante), que en realidad recupera los viejos caminos de tropas y troperos, que en su desarrollo vincula reservas naturales y paisajes casi prístinos. Y a la manera de las antiguas postas en esos caminos, selecciona “ecomuseos” (museos de la vida, estancias, comederos, artesanos, escuelas), que brindan los servicios y el reposo para el turismo cultural.

El éxito de la iniciativa, ya constituida como producto turístico y movimiento cooperativo cultural/productivo, está contagiando la extensión de este Camino del Gaucho a los litorales de Uruguay y del sur de Brasil, donde la tradición y la naturaleza se conjugaron de igual modo. Y esta suerte de Reserva de Biosfera gigantesca, en constelación, se constituye como una Red de cultura, paisaje y territorio, de 2.000 kilómetros de longitud, basada en sus sitios de ecomuseos,

e interligado por circuitos espléndidos de naturaleza y cultura.

PARA NAVEGAR LA LEVEDAD

El “Camino del Gaucho” es quizás el proyecto más sustentable de desarrollo y ordenamiento territorial que hayamos producido, aunque su magnitud pareciera provocar lo contrario.Aprendimos (en el decurso de más de 20 años en que se desarrollaron los proyectos antes presentados), que cuanto más “planificado” esté el ordenamiento, más provoca reacciones encontradas, o decididamente contrarias, aunque se haya hecho mucha tarea participativa, se disponga de recursos económicos, y se cuente con apoyo de grandes organismos. La Franja Costera de Asunción tuvo que esperar hasta hoy, después de 10 años de su concepción, para que una Ley Nacional aprobara un gran financiamiento del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), pues en realidad la opinión pública y los decisores tardaron ese tiempo en consensuarla.El Plan de Imbituba se acaba de aprobar, después de 2 años, porque lesiona intereses económicos y exige un gran coraje para su entera aplicación. El desarrollo de Salto Grande era dependiente de la fuerte inversión pública prevista (aunque muy baja respecto de cada habitante y sus beneficios) y la crisis Argentina actual lo tiene demorado.

El Camino del Gaucho es un proyecto que se va construyendo como proceso, como redes enhebradas por pequeños y medianos empresarios locales (los ecomuseistas) que lo van construyendo como una gran cooperativa independiente. Es un proyecto privado, flexible, adaptable, que crece con las voluntades auténticas de sus participantes que, a medida que se van enhebrando, van tejiendo actuaciones sobre el territorio. Arreglando caminos, mejorando paisajes, aumentando el arte y las artesanías, la gastronomía y las costumbres, el manejo ecológico y el respeto por la vida. Es sustentable porque es autogestionado “desde abajo” y no depende de decisiones duras, verticalistas, inestables.Es muy difícil “gobernar” la incertidumbre de la complejidad, y es mucho mejor acostumbrarse a navegar la incertidumbre, con las técnicas con que se maneja un velero.

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Fuente: Revista digital a/mbiente nº92. Año 2003. Editorial Ambiente.

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Muchos veleros, como los ecomuseístas del Camino del Gaucho, pueden navegar mejor la re-conceptualización y resignificación sustentable del territorio.

Para lograrlo creemos que se precisan algunas audacias (o travesuras hacia una nueva libertad):

1- Manejar el ambiente con ternura, con levedad, como paisaje social y natural.

2- Quebrar las divisiones de escala territorial para reestablecer el diseño artístico de todo el territorio, urbano y rural, natural y productivo.

3- Reordenar las ciudades como regiones urbanas.

4- Detectar las interfases y diseñar la macronaturaleza del territorio.

5- Recuperar los patrones que organizan esas interfases y utilizarlos como herramienta de proyectación.

6- Convertir a los actores de ese territorio en verdaderos co-autores para el mismo.

Estamos probando, empíricamente.

Estamos aprendiendo a navegar.

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Boyden para Hong Kong, se estudió la ecología urbana como flujos de materia y energía y se diagnosticó su funcionamiento de «flujo lineal», o de generación de desechos y escaso aprovechamiento de los recursos. En el caso de Lerner, para Curitiba, se intervino centralmente también en los flujos, sobre todo de residuos, para conseguir hacerlos más cíclicos (a través del reciclaje) y de transporte público de pasajeros, para ahorrar combustible y eficientizar la desconcentración urbana.

Ambos casos estaban buscando expresar el modelo que tan cabalmente desarrolló la Sociedad ESAN para un grupo de Municipios de los Países Nórdicos europeos, cuando enfrentó el paradigma de la sociedad de flujos lineales, con el paradigma de la sociedad de flujos cíclico.

La sociedad de flujos lineales realiza el clásico ciclo producción de recursos-elaboración social-producción de desechos con una amplia desaprensión hacia la agotabilidad o degradación de dichos recursos, consciente de que hasta ahora se lo puede pagar muy poco a la naturaleza por lo que se le extrae, y al mismo tiempo duda muy poco en considerar los residuo: como desechos (incluso en la gama más amplia de los recursos, como son los recursos humanos y la vejez como su etapa final), pues la naturaleza parece también cobrar muy poco el recibirlos para la disposición final.

Por ello hablamos de una sociedad de flujos lineales, porque no recicla, porque no reelabora, porque no relaciona interactivamente a todos los elementos de sistema, y en esa sociedad el sistema científico-tecnológico está poco valorado, así como la cultura en general, considerándoselos dependientes del sistema económico.

La sociedad de flujos cíclicos, en cambio, reconoce esa interacción relacional, sabe que de ella depende su sustentabilldad y también su capacidad de ser justa, y por ello valora intensamente el manejo adecuado de sus recursos, también la sabiduría de los viejos, se considera que los residuos no son desechos y que por su alto valor económico-ecológico deben ser reciclados.

¡Saber hacer la ciudad para saber vivirla mejor!

Pero la ciudad de los flujos y la sustentabilidad quizás se comprende mejor y sobretodo, se descubren más facetas correctivas de las crisis de insustentabilidad: actual, cuando se la mira en escala regional.

Cuando hablamos de la noción de “región urbana” nos referimos concretamente a redes de ciudades, múltiples polos articulados en un territorio rural. Ya hemos aludido a descentralizar desde adentro y descentralizar desde afuera, dos estrategias complementarias para enfrentar estos complejos problemas.

Estas regiones urbanas, que Jane Jacobs vislumbra como la base de la riqueza de las naciones avanzadas, se complementan entre sí, produciendo una alta autosustentabilidad:

- disminuyen dependencias externas- reciclan producción y consumo complementariamente- utilizan conjuntamente sus recursos y sus excedentes- aumentan el intercambio, haciendo funcionar intensos flujos de información.

En definitiva, es un modelo basado en los flujos -vínculos entre los nodos -pero no depredatorios, como los de la ciudad unifocal /unipolar, que succiona del territorio y luego le devuelve residuos -sociedad de flujos lineales- sino productivos, interactivos, de calidad ecosistémica.

Veremos más adelante esta idea para introducir nuevas escalas de actuación urbana en patrones de producción más exitosos y eficaces para la prosperidad de los sistemas económicos, incluido el caso del sistema de mercado.

Los temas de nuestros principios para una nueva ciudad de la urbanidad y su relación con esta imperiosa necesidad de la sustentabilidad requiere un mayor énfasis.

Es la hora de hacer un balance y confrontarlo con otros ejemplos que estudiaron o atacaron aspectos bien específicos. En el caso del estudio conducido por S.

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En consecuencia, protege y promueve su cultura, diversidad, y considera el sistema científico-tecnológico motor y base de operaciones para un sistema económico-productivo sustentable.

Pero la sociedad de flujos cíclicos supone poner en práctica un proyecto de sociedad que en realidad todavía no actúa, excepto en casos experimentales. Pues los dos tipos de sociedad se oponen en sus aspectos centrales.

Evidentemente, sólo logrando cambiar los principios básicos de la sociedad de flujos lineales, por aquellos de la sociedad de flujos cíclicos podremos avanzar hacia una visión conservacionista de los recursos y por ende a un ambiente más sustentable. ¿Cómo se traducen en técnicas urbanísticas dichos principios? Es simple advertir la coherencia de la columna izquierda con la centralidad, la negación de relaciones (interfases) y del pluralismo (espacios abiertos, participación).

En realidad multisectorial, integral, holístico, renovabilidad son las nociones paradigmáticas que hicieron surgir desde nuestra experiencia proyectual los principios de multifocalidad, interfases, EA y participación.

¿La hipótesis es entonces que estos principios aseguran la sustentabilidad?No exactamente. Deberemos tener debida cuenta de la sustentabilidad económica de cada proyecto y de su propia sustentabilidad ecológica, pero, si con principios urbanísticos generales contribuímos a facilitarla -pues son unívocos a su obtención- caminaremos más fácilmente en la dirección ansiada.

Veamos cómo demuestran nuestros principios su aporte a la sustentabilidad, en relación al manejo y la buena administración de los flujos de materia, energía e información (el enfoque ya clásico de la ecología urbana):

*¿qué logra la multifocalidad?:

Flujos de materia:Acorta distancias intrametropolitanas y ahorra materiales a consumir en las interconexiones; la menor escala de los focos disminuye su presión

concentradora y la demanda de recursos que ella genera (sistemas pesados y gigantescos). Además, la multifocalidad extraurbana (la idea ya expuesta de región urbana) ahorra flujos de materia y su mismo consumo, así como el de energía.

Flujos de energía:Es la ventaja más evidente, pues al disminuir viajes (los focos son más autónomos) se ahorran combustibles; lo que acontece también al bajar las hiperdensidades (ascensores, acondiciona-dores de aires, etc.)

Flujos de información:Es la razón de «sustentabilidad» que le da a la multifocalidad mayor valor ambiental, pues aumenta la interacción social, protege las identidades, propicia las microculturas, restablece, en suma, la razón de ser social de la ciudad.

* ¿Para qué sirve poner en valor las interfases?:

Flujos de materia:Corrigen los daños que sufren los recursos naturales más sensibles (cursos de agua superficiales, campos aledaños a la ciudad) preservándolos en su funcionamiento cíclico.

Flujos de energía:Como en las interfases suelen concentrarse energía natural (hidráulica, eólica, etc.) y cultural (interacción social), lograr manejarlas sustentablemente es acumular energía o no malgastarla.

Flujos de información:Se refiere precisamente a la fuerza cultural de las interacciones de información, y en las interfases es donde se concentran las mayores probabilidades de comunicación, o sea información activa e interactiva. Es en la diversidad de las interacciones donde se aprende a ser solidario, y frente a un mundo aquejado de pérdida de solidaridad y de diversidad, alentar las interfases es salvaguardar la posibilidad de comprender y amar la diversidad.

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* ¿por qué proyectar ciudades con muchos y buenos espacios abiertos?:

Flujos de materia y energía:Porque como en el caso de las interfases naturales, también mejoran el uso de los recursos suelo, aire, agua, flora y fauna; y procuran en su uso social un aprovechamiento más solidario de materia y energía (es menos consumidor mantener una pradera de césped para un amplio grupo social que una para cada grupo familiar).

Flujos de información:Porque son la sede histórica de la generación de flujos de información - comunicación - toma de decisiones; alientan la sociabilidad -la urbanidad de saber vivir juntos- y con ella la «sustentabilidad» social.

* ¿por qué respetar la participación?:

Flujos de materia y energía:Porque la participación define la conciencia social en el buen manejo de los recursos y por lo tanto asegura mejores usos de los mismos. En otras palabras define para quién es la sustentabilidad, y si la participación es profunda y genuina, desplaza la uni-sustentabilidad o auto-sustentabilidad de los poderosos, hacia una sustentabilidad más social.

Flujos de información:Porque la participación es la información formativa (no alienante ni enajenante), y con ello asegura la sustentabilidad cultural.

Veamos cómo nuestro último principio, las estrategias productivas para una ciudad de la urbanidad, son la síntesis de los principios anteriores y ponen el acento en la gestión para lograrlo. Pues es ésta una dimensión clave para hacer sustentable la calidad de vida urbana.

En el caso de Curitiba hubo una gestión sustentable, la de Lerner -y su equipo- que hizo posible 20 años de continuidad sensata e imaginativa, y que hoy sigue líneas semejantes con sus amigos políticos y sus discípulos técnicos. La

sustentabilidad de la gestión hace sustentable la aplicación de principios más técnicos y culturales para lograr la urbanidad.

Me gustaría terminar enfatizando aquello que ratificamos al estudiar en términos de ecosistemas las ciudades del Sistema Urbano Pampeano: los flujos de materia y energía se suelen manejar muy mal en nuestros actuales conglomerados dependientes e insustentables, pero ello es así porque una sociedad confundida, cortoplacista, por momentos ciega, comprende muy mal sus metas y toma decisiones -o deja que se tomen- incorrectas.O sea, porque funcionan mal los flujos de información - comunicación - toma de decisiones.

Para reobtener la sustentabilidad no sólo es posible entonces trabajar centralmente materia y energía. La ciudad sustentable que deseamos será sustentable -lo reiteramos- si su sociedad acuerda en que lo sea.

Y por ello la importancia de la gestión social en la producción de la ciudad.

Fuente: “La ciudad de la urbanidad”. 1999. Ruben Pesci. Editorial Klicwkosky Publisher/ ASPPAN CP67. Buenos Aires. Argentina.

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La ciudad in-urbana. 1985. Rubén pesci, editorial A/mbiente, la plata.

The Urban Place and the nonplace urban. “comunidad sin proximidad”. 1964. Melvin Webber (1920/2006).

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