howard hendricks - enseñando para cambiar vidas

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EDITORIALiHOWARD HENDRICKS""ENSENANDOPARA CAMBIAR VIDASLOS GRANDES PRINCIPIOS DE LABUENA COMUNICACINAPLICADOS A LA ENSEANZACONTIENE UNESTUDIO PROGRAMADO POR LAFACULTAD LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS T EOLOGICOSENSENANDO PARA CAMBIAR VIDASEl Dr. Hendricks posiblemente sea el maestrocristiano ms influyente de la ltima mitad delsiglo veinte enNorteamrica. El se ocupa delalumno como individuo y como futuro comunicador,de las verdades que se han de ensear en las clases ydetodo el proceso de la comunicacin excelente.Cuando habla de las "Siete Leyes del Maestro",enseguida usted se da cuenta deque l las vive, yusted tambin querr hacer lo mismo.Estos desafiantes conceptos pueden ser su pasepara una mayor realizacin como maestro, tal comonunca se lo habra imaginado. As que deje que estelibro le ayude a hacer un nuevo inicio en su incompa-rablellamamiento:Ensear para cambiar vidas.EL AUTOREl Dr. Howard Hendricks, uno de los maestros mscapaces denuestros das, ha estado al frente del movi-miento moderno de educacin cristiana. Es profesor enel DalIas Theological Seminary y ha viajado a grannmero de los pases del mundo llamando a pastores yeducadores a ser maestros viaprosos y dinmicos de laBiblia para ver vidas cambiadas. UNILITProducto: 491049Categora: Referencia/ Ayuda pastoralesISBN0-7899-0360-111 111111 ""111" ""11 I 9 780789 903273,..,ENSENANDOPARACAMBIARVIDASHoward HendricksContieneunestudioprogramadopor laFacultadLatinoamericanadeEstudiosTeolgicos, FtPublicadoydistribuidopor Editorial UnilitENSEANDO PARACAMBIARVIDASTercera edicin revisada2003 Logoi. Inc.14540S. W. 136Sto Suite 200Miami, FL. 33186Primeraedicinal espaol 1990Segundaedicin 1997Terceraedicin 2003Ttulooriginal eningls: TeachingtoChange Uves1988por HowardHendricksOriginalmentepublicadopor MultnomahPressPortland, Oregon.Traduccindelaterceraedicin: ElizabethFraguelaEditor: AlbertoSamuel ValdsyJanet Lourdes RamirezDiseotextual: Logoi, Inc.Citas bblicas tomadas deReina Valera, (RV)revisin 1960.Sociedades Bblicas UnidasUsada con permisoTodoslos derechos reservados, ningunapartede estapublicacinpuedeserreproducida,ni procesada, ni transmitidaen algunaforma opor algn medio-electrnicoomecnico- sin permisopreviode los editores, exceptobreves citas en reseas ydebidamente identificadalafuente.Producto: 491049Categora: Referencia/Ayudas pastoralesISBN: 0-7899-0360-1ImpresoenColombiaA mis estudiantesmismaestrosms inquisitivosmi desafo mspersistentemi realizacin msperdurable.Acordndonos sincesardelante del Dios y Padrenuestro de la obra de vuestrafe, del trabajo devuestro amory de vuestra constancia enlaesperanza ennuestro SeorJesucristo.-1Tesalonicenses 1.3ex libris eltropicalDesarrollaporcomunicar unapasinporcomunicar la Palabra de Dios a los adultos oniosenlaiglesia, el hogar,engruposdeestudio bblico o en la escuela.CONTENIDOPREFACIO 7UNAPASiNPOR COMUNICAR 131.LA LEY DEL MAESTRO 172. LA LEY DE LA EDUCACIN 413. LA LEY DE LA ACTIVI DAD 614. LALEY DE LA COMUNICACiN 775. LALEYDEL CORAZN 956. LA LEY DEL ESTMULO 1097.LALEY DE LA PREPARACIN 129HAGALA INVERSiN 147GUA DE ESTUDIO 147PREFACIOHowardHendricks.Dentro de los crculos educacionales evanglicos, ese nombresignifica Educacin cristiana. El Dr. Hendricks no solo ha estadoal frente de los movimientos modernos de educacin cristiana, sinotambin es un maestro de Biblia enrgico y dinmico cuyos mensajestraen como resultado vidas cambiadas. Pero ms que eso, para mpersonalmente, es un gran amigo y un mentor inspirador.Nuestraamistadcomenzcuandoyoeraestudianteenelseminario, yfui cautivadoporlas experienciasdinmicasdeaprendizaje en sus clases. Francamente, hice de Howard Hendricksmi asignatura principal!Por qu yo y muchos, muchos otros estudiantes tomamos tantasclases como nosfueron posibles deestehombre? Porque lsepreocupaba. Sepreocupaba porcadaunode nosotros comoindividuos y como futuros comunicadores. Se interesaba enlasverdades que podamos aprender en sus clases. S ~ interesaba acercade todo el proceso de la comunicacin excelente. S, se preocupabapor nosotros, y esto se perciba en cada palabra que hablaba y encada movimiento quehaca. El hecho es quel estaba msqueenseando a sus estudiantes, l estaba ministrndoles.Es por eso que cuando present mi tesis acerca de cmo usarmtodos revolucionarios de enseanza para la presentacin de unavisinpanormicadel AntiguoTestamento, confienel Dr.Hendrickscomo mi consejero. Yes por eso que cuando comenzamosWalk Thru the Bible Ministries[Ministerios Camine a travs de7Enseando paracambiarvidasla Biblia], como resultado de esa tesis, le ped al Dr. Hendricks quefuerapartedenuestra junta directiva. l sigueinspirndomeydesafindome en esta funcin crucial.Como ve, cada clase que ense el Or. Hendricks durante miscuatro aos en el seminario fue de tanta motivacin y de ayuda quenosotros los estudiantes solamos pensar que, cuando estuviramosen el cuarto ao quizs alguna vezl nos aburrira. Talvez hoymeta la pata. bromebamos. Bueno, todava estamos esperandoque as suceda.A fines de mi ltimo ao en el seminario decid probar al profesorHendricks. Entr a la clase, me sent en la ltima fila y decid noprestarle atencin. Me dediqu a mirar el parqueo a travs delaventana. Quera saber cunto tiempo podra l soportar queunestudiante no prestara atencin.Pues bien, el profe tena una rutina al comenzar cada clase. Sesentabadetrs de su escritorioypodamos ver sus piernasbalancendose durante tres minutos antes de comenzar la clase,como si estuviera dndose cuerda para estar listo y comenzar. Alllegar lahora,abra la boca y comenzaba a hablar. Entoncessequedaba all durante casi ocho minutos, enseando. En ese momento,se levantaba de su silla, iba a la pizarra y dibujaba una gran grfica.Luego deca un chiste pertinente y segua con su bosquejo.Ese da, yo solo miraba a travs de la ventana. Yen menos deun minuto l sali de detrs de su escritorio. Estaba dibujando unasmagnficas grficas enlapizarra, yyoestaba resistiendo comomejor poda el deseo de copiarla" T::: 'ltonces comenz a decir chistes.Muchos chistes. Mientras qu: yo haca lo imposible para no rerme.Luego fue hasta la esquina del saln, directamente en mi camino,gesticulando exageradamente. Pero yo segua mirando a travs dela ventana.A los tres minutos y treinta y siete segundos vino corriendo porel pasillo hacia m, gritando: jWilkinson! Se puede saber qu ests8Prefaciomirando? As que me disculp y comenc a prestar atencin. Y nole cont sobre mi pequeo experimento hasta aos ms tarde.El Dr. Hendricks estaba tan comprometido a que sus alumnosaprendieran, que lo volva loco pensar que estuviera fallando eneste compromiso. Yhara cualquier cosa con talque el alumnovolviera al camino del proceso del aprendizaje. Eso es dedicacin.No, eso es enseanza. Pero, francamente, es el tipo de enseanzaque en nuestros das ya no vemos mucho.En las escuelas, iglesias, santuarios, seminarios, donde quieraque se produzca una situacin de enseanza, en estos das el nombredel juego no parece ser ensear, sino cubrir elmaterial. Y comoresultado, vemos estudiantes sin motivacin, que en lugar de sentirsecautivados por la leccin y disfrutarla, apenas la aguantan ... a lomucho. Estos estudiantes, a quienes las verdades a las que han sidoexpuestos les importa un bledo, pueden cambiar sus vidas.Pero, porque usted ha tomado este libro para leerlo, eso me diceque es el tipo de maestro que le interesa seguir desarrollndose paraver las vidas de sus estudiantes brotar y florecer como Dios quiere.Si esto escierto, entonces ha seleccionado el libro correcto.Porque por primera vez el Dr. Hendricks ha revelado sus dcadasde pericia en el tema de la comunicacin ensiete leyes prcticas,Las siete leyes del maestro. Ellas estn diseadas exclusivamentepara usted, para ayudarlo a generar un impacto aun mayor en lasvidas de aquellos a quienes usted ensea.Estelibro es solo parte de unaseriedenuevasenseanzasprcticas para comunicadores que quieren cambiar vidasy quepresentamos en una serie de seminarios en vivo y por vdeos quehemos llamadoTheAppliedPrincipiesof Learning" [Laaplicacin de los principios del aprendizaje], o APP para hacerlobreve. Las siete leyes del Dr. Hendricks se grabaron en una cintade vdeo exactamente como l las present ante una audiencia decientos de maestrosprovenientes de los alrededores del pas,9Enseandoparacambiar vidaspersonas como usted y yo que queran mejorar sus habilidades deenseanza.Estos siete vdeos de Walk Thru the Bible ministries[Caminea travs de la Biblia], que tambin presentan esbozos dramticos,estn a la venta para su iglesia o grupo de escuela. Adems de estelibro, tambin est disponible una colorida libreta para ayudarlo amantener sus notas e impresiones a medida que ve los vdeos, comotambin para animarlo a travs de los ejercicios prcticos a poneren prctica en su situacin de enseanza las leyes queaprenda.Tambin se puede usar una gua para lderes que ayudar al grupoa obtener el beneficio mximo de esta serie.Mi parte de la serie Aplicacin de los principios de aprendizaje,que complementa las leyes del Dr. Hendricks, se llama Las sieteleyes del estudiante. Misseminarios en vivose ofrecen en unacinta de vdeo como un curso que acompaa al de l, con una libretadel curso, unlibro detexto y lagua del lder. S queustedsebeneficiar de cualquiera de estas series, ya sea que use las sesionesde vdeos o simplemente lea el libro.Puede usar la serie de vdeos del Dr. Hendricks por su cuenta,o como parte de un programa de entrenamiento para maestros ensu iglesia o escuela. Vea cada sesin una vez por semana durantesiete semanas, o durante un retiro de fin de semana para maestros.Asegrese de usar los materiales del libro de trabajo que lo ayudara entender la ley personalmente y aplicarla a su propia enseanza.As que, este libropuedeservir para refrescar laslecciones devdeo del Dr. Hendricks, una fuente a la cual puede volver vez trasvez para fijar esas verdades bblicas en su vida.Leaseguro quecuando comiencea practicar lasleyesquepresentan las series APP, encontrar que su enseanza ser muchoms interesante y satisfactoria que nunca antes porque ver vidascambiadas en sus estudiantes.10PrefacioEso es lo que a m me pas cuando me sent bajo la enseanzade este hombre en un saln de clase del seminario. Y a usted tambinle puede pasar a medida que d vuelta a la pgina, o ponga su vdeoen la pantalla, y oiga al Dr. Hendricks compartir sus percepcionescon usted. El resultado, mi amigo, ser realmente revolucionario.Broce H. WilkinsonPresidente y FundadorWalk Thru the Bible Ministries, lnc.Atlanta, Georgia11UNA PASiNPOR COMUNICARDe la forma en que comenz mi vida, estoy seguro de que pudemorirme e irme al infierno y nadie se hubiera preocupado muchopor m. Nac en un hogar destruido, mis padres se separaron antesde que yo naciera. La nica vez que los vi juntos fue dieciocho aosdespus, cuando me llamaron a testificar en un juicio de divorcio.De nio viv en un vecindario al norte de Filadelfia en donde sedeca que nunca se podra establecer una iglesia evanglica. PeroDios muestra su fantstico sentido del humor cada vez que alguiendecide lo que no se puede hacer. l gui a un pequeo grupo decristianos a unirse, comprar all una casita, y comenzar una iglesia.Uno de los hombres de la iglesia se llamaba Walt. Su educacinsolo lleg hasta el sexto grado. Un da, Walt le dijo al superintendentede la escuela dominical que quera comenzar una clase de escueladominical.-Magnfico, Walt-ledijo---, pero no tenemos un puesto parati.Sin embargo, Walt insisti hasta que por fin el superintendenteledijo:-Bueno, vetey consigue una clase. Cualquier persona queconsigas ser tu alumno.EntoncesWalt vinoami barrio. Laprimeravezque nosconocimos yo estaba afuerajugando a las canicas en el concreto.-Hijo-dijol-, te gustara ir a la escuela dominical?Yo no estaba interesado. No quera saber de nada quetengaque ver con una escuela.13Enseandopara cambiar vidasAs que l dijo:-Qu te parece si jugamos a las canicas?Eso era diferente. As que nos pusimos a jugar a las canicas yla pasamos muybien, a pesar de queme gan todoslos juegos.Para entonces, lo hubiera seguido a donde quiera.Walt recogi un total de trece muchachos de esa comunidadpara su clase de escuela dominical, de lo cuales nueve procedande hogares destruidos. Once de los trece estn ahora dedicados atiempo completo al trabajo de la vocacin cristiana.Realmente no puedo decir mucho de lo queWalt nos deca,pero acerca de l s tengo mucho que contar... porque l me ampor causa de Cristo. l me quiso ms que mis padres.Acostumbraba llevarnos a dar caminatas, yjams olvidar esostiempos. Estoy seguro que le empeoramos el corazn, pero l corracon nosotros por aquellos bosques porque se interesaba en nosotros.l no fue la persona ms brillante del mundo, pero era genuino.Lo saba, y tambin lo saban todos en la clase.As que, mi inters en ensear es mucho ms que profesional.Es tambin intensamente personal, y en realidad es una pasin,porque la nica razn por la cual hoy tengo un ministerio es queDios puso en mi camino a un maestro entregado.Este libro explica siete conceptos estratgicos en la enseanza,y usted notar que los llamamos leyes, principios, reglas.La ley del MaestroLa ley de la EducacinLa ley de la ActividadLa ley de la ComunicacinLa ley del CoraznLa ley de la MotivacinLa ley de la PreparacinSi estassieteleyesse reducen a su esencia, verquetodasellas exigen sentir una pasin por comunicar.14Unapasin por comunicarAos atrs particip en una convencin de escuela dominicalen la Iglesia Moody Memorial de Chicago. Durante un receso paraalmorzar, tres de los que estbamos dando clases en la convencin,cruzamos lacalle para ir a unatiendecita de hamburguesas. Ellugar estaba lleno, pero pronto se desocup una mesa para cuatro.Vimosa unaanciana que, deacuerdoa lacartera quellevaba,sabamos que estaba asistiendo a la convencin y la invitamos aque nos acompaara.Nos dijo que tena ochenta y tres aos y que era de un puebloque estaba en la parte superior de la pennsula de Michigan. En unaiglesia con una escuela dominical de solo sesenta y cinco personas,enseaba una clase de trece jvenes de los tres primeros aos de laescuela secundaria.Lanoche antes dela convencin viajpormnibus hasta Chicago. Por qu? Dicho en sus palabras: Paraaprender algo que me convierta en una mejor maestra.En ese momento pens: La mayora de la gente que tuviera unaclase de trece jvenes en una escuela dominical de solo sesenta ycinco personas se estara dando golpes de pecho y diciendo: Quin,yo? Ir a una convencin de escuela dominical? iYo no necesito deeso, puedo hacerlo yo mismo! Pero no era as con esta mujer.Ochenta y cuatro de los muchachos que se sentaron ante susclases ahora son jvenes dedicados al ministerio. Y veintids songraduados del seminario donde doy clases.Si usted me preguntara el secreto del impacto de esta mujer, ledara hoy una respuesta totalmente diferente a la quele hubieradado hace treinta aos. En aquel entonces se lo hubiera acreditadoa su metodologa.Ahora creo que se debe a su pasin por comunicar.En mi corazn, la preocupacin que siento por usted es queDios le d una pasin como esa... y que nunca la deje morir.y ojal que nunca se canse de sentir la emocin queda quealguien realmente lo escuche y aprenda de usted.15El maestro debe conocer lo que va ensear. ..El conocimiento imperfecto se reflejarnecesariamente en la enseanza imperfecta.-John Milton Gregory

LA LEY DEL MAESTROEl maestro eficaz siempre ensea de lo que fluye de unavida plena.La ley del maestro, declarada sencillamente, es esta: Si dejade crecer hoy, dejar de ensear maana.Ni la personalidad ni la metodologa pueden sustituir este prin-cipio. Usted no puede comunicar desde un vaco. No puede impar-tir lo que no posee. Si no lo conoce, es decir, conocerlo verdadera-mente, no lo puede dar.Esta ley comprende la filosofa de que como maestro soy prin-cipalmente un estudiante; un estudiante entre los estudiantes. Es-toy perpetuando el proceso del aprendizaje, an estoy en camino. Yal convertirme de nuevo en estudiante, yo, como maestro, ver elproceso de la educacin a travs de una perspectiva radicalmentenueva y nicamente ma.Debo seguir creciendo y cambiando. Por supuesto, la Palabrade Dios no cambia pero mi comprensin de la misma s porque soyun individuo en desarrollo. Por eso Pedro nos pudo decir al final desu segunda epstola: Creced en la gracia y el conocimiento denuestro Seor y Salvador Jesucristo.Tal filosofa requiere cierta actitud -laactitud que reconoceque uno todava no ha alcanzado la cspide. La persona queaplica este principio de la enseanza siempre est preguntndose:Cmo puedo mejorar?17Enseando para cambiar vidasConsidrelo de esta manera: Mientras vive, aprende; y mien-tras aprende, vive.Cuando yo era un estudiante de universidad --eso fue antes deque la corteza terrestre se solidificara- trabajaba en el comedoruniversitario y todas los das a las 5:30 de la maana, de camino altrabajo, pasaba por la casa de uno de mis profesores. A travs deuna de las ventanas poda ver la luz de su escritorio, maana trasmaana.Por la noche me quedaba hasta tarde en la biblioteca para to-mar ventaja de las horas nocturnas de estudio, y de regreso a casaa las diez y media u once, volva a ver la luz encendida de su escri-torio. l siempre estaba escudriando sus libros.Un da me invita almorzar en sucasa, ydespus decomer ledije:-Podra hacerle una pregunta?-Por supuesto --contest.-Qu lo mantiene estudiando? Tal parece que usted nuncase detiene.Su respuesta, me enter despus, eran las palabras de otro,pero haban llegado a ser suyas:-Hijo, prefiero que mis estudiantes beban de una corriente deagua que de un charco estancado.Fue uno de los mejores profesores que tuve, un hombre queinfluenci mi vida para siempre.y qu de aquellos a los que usted ensea? De dnde estnbebiendo?Permtame desafiarlo con una afirmacin de Lucas 6, en laltima parte del versculo 40: Todo el que fuere perfeccionado,ser como su maestro.Las personas me dicen que no pueden creer que Jess dijeraesto. En todos los aos de leer los evangelios nunca lo notaron.Pero ahora esto los motiva a pedirle a Dios que por su gracia cam-bie sus vidas, y que las cambie drsticamente. Y qu de usted?18La ley del maestroEse principio en Lucas 6.40 es una expectativa que lo anima, oque lo atemoriza?No importa sus sentimientos al respecto, si usted quiere ministrara otros, pdale a Dios que primero leministre a usted. l quiere obrarpor medio suyo -perono puede hacerlo hasta que l obre en usted.l le usar como su herramienta, pero quiere afilar y limpiar esa he-rramienta para que sea un instrumento ms eficaz en sus manos.Todo esto es verdad porque la personalidad humana es elvehculo de la enseanza eficaz. No me pida que le explique eso.Solo le agradezco a Dios porque puedo experimentarlo.Por mucho tiempo he estado convencido de que Dios podrahaber usado instrumentos mucho ms eficientes que usted o yopara hacer este trabajo; sin embargo, escogi obrar a travs denosotros. Esa realidad la mayora de nosotros solo puede aceptarlapor fe. Y es cierta. El milagro del ministerio es que Dios nos eligipara ser sus representantes a esta generacin. l quiere efectuarun cambio, y al hacerlo, usted ser uno de sus instrumentos esen-ciales. Se imagina eso?As que si quiere fortalecer su enseanza, y es obvio que poreso est leyendo este libro, entonces haga todo lo que est a sualcance para fortalecer al maestro -usted mismo.Quiero ayudarle a hacer eso.La bsqueda de maestrosHace aos una tira cmica mostraba dos escenas en las cualesun Sr. Prez hablaba con una mujer joven en su oficina.En la primera escena l es un superintendente de escuela p-blica, y dice: Srta. Gonzlez, me apena mucho decirle que despusde revisar su solicitud para ocupar el puesto de maestra hemosdecidido que no la emplearemos. Necesitamos a una persona quepor lo menos tenga cinco aos de experiencia y de preferencia conuna maestra en educacin.19Enseandopara cambiar vidasEn la segunda escena el Sr. Prez es un superintendente de laescuela dominical, y dice: Srta. Gonzlez, usted ser una maestramaravillosa. Reconozco que usted es una cristiana reciente y quecree saber poco de la Biblia, pero no hay mejor manera de conocerla Biblia que ensendola. Usted dice que no tiene experiencia enel trabajo conniosde esta edad, pero estoy convencido de quellegar a comprenderlos y amarlos. Realmente, Srta. Gonzlez, lonico que queremos es un corazn dispuesto.Qucomentario tan triste, aunque cierto, acerca de lo pocoque valorizamos la enseanza de la Palabra de Dios. Se necesitaun mnimo de cuatro aos de educacin universitaria para enseara los nios que dos ms dos son cuatro. Sin embargo, para ensearlas inescrutables riquezas de Cristo, cualquier cosa es suficiente...y es por eso que con tanta frecuencia se degenera en un ministeriode mediocridad.En la bsqueda de buenos maestros siempre busco personasque sean fieles, que estn disponibles, y que estn dispuestos a serinstruidos. Lo que tienen en la cabeza no es el factor determinante.Pero,son fielesenloquehanhecho? estn disponibles paraensear, sin ser forzados? estn dispuestos a aprender?En muchas de nuestras escuelas dominicales estamos descu-briendo que conseguimos la mayor cantidad de maestros dedicadoscuando sencillamente los involucramos gradualmente en el proce-so. Y as es que se entregan al trabajo. Por ejemplo, vienen a verlos programas para losde escuela secundaria. Y al rodearse deestos adolescentes, realmente se sienten atrados conla idea deque: (1) ellos pueden tener un ministerio en la vida de estos joven-citos, y (2) es una inversin que trae grandes ganancias.Al principio, lamayoradelos adultos siententemordeinvolucrarse porque su nivel de confianza es muy bajo. Nuestratarea es elevarles el nivel de confianza, y con un poco de tiempo yparticipacin, esto se logra.20La ley del maestroDe paso, tambin agregar que si yo fuera responsable de se-leccionar a los maestros de la escuela dominical, de inmediato eli-minara tres cosas:Primero, todos los anuncios pblicos de este tipo: Hermanos,PORFAVOR, podraalguien ensear en nuestra escuela domini-cal?[HaceSEMANASqueestamos buscando msmaestrosyNADlE quiere ayudarnos!Segundo, todo tipo de presin: Cambie de idea y ensee, qudice? No requiere de tiempo. Tenemos guas trimestrales para losmaestros. Sabe leer, verdad? Si sabe leerlas, tambin puede ense-arlas, as que intntelo, est bien?Tercero, todos los nombramientos de ltimo momento. El ate-rrorizado superintendentede escuela dominical entra repentinamentea la clase de adultos la maana del primer domingo del trimestre, sedirige al individuo que est sentado al final de la fila, y lo sentenciade por vida a ensear en el departamento de jvenes. La moralej ade esto es: No se siente en el extremo de la fila.La realizacindecambiosSi puede, tenga la bondad de tomar una pluma y escribir enalguna parte al margen de esta pgina su respuesta a esta pregun-ta: Cmo ha cambiado ... ltimamente? Digamos, durante la se-mana pasada?, o durante el mes pasado?, en el ao pasado?Puede contestar de forma muy precisa?, o su respuesta serincreblemente vaga?Usted dice que est creciendo. Est bien ... cmo? Buenousted dira, de muchas maneras. Magnfico! Dgame una.Sepa que: la enseanza eficaz solo viene mediante una personacambiada. Mientras ms cambie, ms se convertir en un instru-mento de cambio en las vidas de los dems.Si quiere convertirse en un agente de cambio, tambin usteddebe cambiar.21Enseandopara cambiar vidasPermtame representar grficamente su vida. Si las flechas desuvida -sus linderos, suspreguntas,susintereses,suenergamental- se mueven de esta forma...usted est en el proceso de morir. Pero si las flechas de su vidase mueven en estas direcciones...entonces usted se est desarrollando.A propsito, esto no tiene nada que ver con su edad -tieneque ver por completo con su actitud.Estoy tan cansado de encontrarme con personas que dicen:-Bueno, hermano Hendricks, pero ya estoy muy viejo.22La ley del maestro-Qu considera usted que sea ser muy viejo? -pregunto-Ya se muri?-Oh, no, no, todava estoy vivo.-Bien, entonces aprenda, o de lo contrario poco a poco semorir mentalmente. Sino ser mejor quese acueste y nosotrosnos encargaremos de meterle en el cajn.Las personas mayores pueden ser excelentes aprendices, peroa menudo estn condicionados en contra del aprendizaje. En algnmomento de su vida los infectaron con la idea de que al perro viejono es fcil ensearle nuevos trucos -locual es cierto, si furamosa ensear perros, y si enseramos trucos.Pero ni usted ni yo hacemos ni lo uno, ni lo otro. Estamos ense-ando personas, y estamos enseando la verdad.Algunas de las personas ms entusiastas y satisfechas que seconocen son las personas mayores quehan decidido no dejar deaprender. Conozco estudiantes que tienen veinte o veinte y pico deaosy tienen la cabeza muerta. Sin embargo, tengo amigos quetienen sesenta y cinco o setenta y cinco u ochenta y cinco aosyestn muy llenos de vida.Hace un tiempo traje a uno de ellos a mi clase en el seminario, unhombre denoventa y tresque haba sidosalvo y habaestado sirviendoa Cristopor ochentay cuatro.l le dijo alos estudiantes:Lo nicoquerealmente siento es tener solo una vida que dar para servir a Jesucris-to. La clase se puso de pie y lo aplaudi durante seis minutos.No hace mucho, perd a una de mis mejores amigas, una mujerde ochenta y seis aos de edad, la maestra laica ms entusiasta quehe conocido.La ltima vez que la vi en el planeta Tierra fue en una de esasfiestas aspticas cristianas. Estbamos incmodos, sentados all concaras piadosas, cuando ella entr y dijo: -Bueno, Hendricks, hacetiempo que no lo veo. Cules son los mejores cinco libros que haledo durante este ao?23Enseandopara cambiar vidasElla tena la habilidad de cambiar la dinmica de un grupo. Sufilosofa era: No nos aburramos el uno con el otro; tengamos unadiscusin, y si no hay nada que discutir, peleemos.Tena ochenta y tres aos cuando fue a Tierra Santa por ltimavez. Fue con un grupo de jugadores de la Liga Nacional de FtbolAmericano (NFL). Uno de los recuerdos ms vvidos que tengo deella es verla al frente gritndoles: