historiografia de la revolucion mexicana

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LA PRIMERAS VISIONES DE LA REVOLUCION MEXICANA A manera de introducción Los historiadores tenemos fascinación por las rupturas o coyunturas históricas, nos atraen los periodos de conflictos y los cambios abruptos, las cuestiones bélicas y los personajes misteriosos, heroicos, cuya participación haya sido crucial en algún acontecimiento. Por ello, La Revolución Mexicana es uno de los periodos más estudiados de la Historia de México y también uno de los más controvertidos. Durante la mayor parte del siglo XX se escribió sobre la misma y actualmente ya en el siglo XXI, da de que hablar, considerando que aún hay mucho por investigar. La producción historiográfica sobre ese acontecimiento es tan basta y de diferente contenido que se han dividido en tres paradigmas: La historiografía tradicional u oficial, la revisionista y la posrevisionista o cultural 1 . Los primeros 1 El paradigma oficial o clásico, enaltece a la Revolución a través del discurso, los monumentos, la música, la fotografía, se ve como el gran evento, el parte aguas histórico y forjadora de un nuevo Estado Nacional; idea sostenida por el grupo de poder de 1920 a 1960. A mediados de los 50s, aparece una generación del Colegio de México como Daniel Cosío Villegas, Silva Herzog, José C. Valadez, Bertha Ulloa, entre otros, a quienes les tocó vivir un tiempo de muchos movimientos sociales por lo que hacen una crítica muy fuerte al régimen político. Empieza así, la etapa del revisionismo: se cuestiona el paradigma oficial, se compara la Revolución Mexicana con la Revolución Cubana, y entonces se ve disminuida, traicionada, todo debido a las represiones de los movimientos sociales, que sacudió las conciencias y acentuó la sensación de desencanto hacia el proyecto revolucionario. A ello se aunó la profesionalización del historiador, la revolución cultural de los 60s y el contexto mundial, además de la creación de los centros de 1

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Page 1: Historiografia de La Revolucion Mexicana

LA PRIMERAS VISIONES DE LA REVOLUCION MEXICANA

A manera de introducción

Los historiadores tenemos fascinación por las rupturas o coyunturas

históricas, nos atraen los periodos de conflictos y los cambios abruptos,

las cuestiones bélicas y los personajes misteriosos, heroicos, cuya

participación haya sido crucial en algún acontecimiento. Por ello, La

Revolución Mexicana es uno de los periodos más estudiados de la

Historia de México y también uno de los más controvertidos. Durante la

mayor parte del siglo XX se escribió sobre la misma y actualmente ya en

el siglo XXI, da de que hablar, considerando que aún hay mucho por

investigar.

La producción historiográfica sobre ese acontecimiento es tan

basta y de diferente contenido que se han dividido en tres paradigmas:

La historiografía tradicional u oficial, la revisionista y la posrevisionista o

cultural1. Los primeros que empezaron a escribir sobre la Revolución

1 El paradigma oficial o clásico, enaltece a la Revolución a través del discurso, los monumentos, la música, la fotografía, se ve como el gran evento, el parte aguas histórico y forjadora de un nuevo Estado Nacional; idea sostenida por el grupo de poder de 1920 a 1960. A mediados de los 50s, aparece una generación del Colegio de México como Daniel Cosío Villegas, Silva Herzog, José C. Valadez, Bertha Ulloa, entre otros, a quienes les tocó vivir un tiempo de muchos movimientos sociales por lo que hacen una crítica muy fuerte al régimen político. Empieza así, la etapa del revisionismo: se cuestiona el paradigma oficial, se compara la Revolución Mexicana con la Revolución Cubana, y entonces se ve disminuida, traicionada, todo debido a las represiones de los movimientos sociales, que sacudió las conciencias y acentuó la sensación de desencanto hacia el proyecto revolucionario. A ello se aunó la profesionalización del historiador, la revolución cultural de los 60s y el contexto mundial, además de la creación de los centros de investigación y de enseñanza como el INEHRM y el CONDUMEX. El nuevo modelo “revisionista” intentó ver a la historia desde otra perspectiva, con los estudios de Luis González, se inaugura la Microhistoria, o como él lo denominó, la Historia Matria; con John Womack y su obra Zapata y la Revolución Mexicana, se ve el movimiento desde la Historia Regional, obras que utilizaron otras herramientas teóricas y metodológicas, que brindaron un nuevo mosaico de revoluciones; ya la Revolución Mexicana no se ve homogénea, sino que engloba muchas revoluciones en sí. Hubo una segunda etapa del “Revisionismo”, la de los grandes balances, liderada por Friedrick Katz con “La Guerra Secreta en México”, Ramón Eduardo Ruiz, Francois-Xavier Guerra, Alan Knight, John Manson Hart y Hans Werner Tobler, que le dieron a los estudios de la Revolución la interdisciplinariedad y multidisciplinariedad, la utilización de nuevos materiales y al ser en su mayoría extranjeros, la pudieron ver de manera más objetiva, lo que los llevó a encontrar las continuidades porfirianas que subsistieron a pesar del conflicto, se comienza hacer historia desde abajo, encontrando nuevos sujetos y desmitificando la Revolución. Ya en la década de los 90s, se da el paradigma posrevisionista o cultural, donde se tratando de ver otros temas distintos a la cuestión política o armada, como la vida

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Page 2: Historiografia de La Revolucion Mexicana

fueron los intelectuales y políticos que formaron parte del régimen de

Porfirio Díaz, algunos otros fueron maderistas o participaron en todo el

conflicto. Su visión de cómo vivieron el movimiento, las situaciones en

las que se vieron envueltos y las soluciones que ellos consideraban

ayudarían a mejorar el país, son objeto de estudio indispensable para los

estudiosos de la Revolución Mexicana.

Así las cosas, el presente ensayo pretender dar un recorrido por

los personajes y las obras que nos mostraron las primeras visiones de la

Revolución, a fin de conocer con mayor profundidad a estos hombres

que les tocó vivir la transición del antiguo régimen a la Revolución, como

diría Francois Xavier Guerra. Anotaremos, algunas cuestiones relevantes

de su vida, en qué circunstancias escribieron y a groso modo sus

opiniones vertidas en su obra. Asimismo, seguiremos las pautas del

curso de Interpretaciones de la Revolución Mexicana y por cuestiones de

tiempo, las referencias serán en su mayoría artículos localizados en el

internet o los libros de que se disponen en la biblioteca de nuestra

institución y en la particular, al igual que textos leídos en el curso. La

intención es llenar algunas lagunas personales de individuos de los

cuales escuchamos hablar, pero que, por circunstancias muchas veces

de gustos o ajenas, no conocemos como deberíamos.

“Historiadores” de los años revolucionarios

Muchas personalidades que formaron parte de la cúpula de poder en el

periodo porfirista, intelectuales, que no estaban ajenos a las

circunstancias de su tiempo, que les tocó vivir ese periodo de transición,

u hombres que se vieron envueltos en el conflicto armado, escribieron

cotidiana, el estudio sobre los grupos marginales, entre otros. Presentación en power point, del Dr. Eduardo Mijangos en el Seminario de Interpretaciones de la Revolución Mexicana.

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Page 3: Historiografia de La Revolucion Mexicana

sus visiones de lo que estaban observando. Obras, que hoy día son pieza

clave para comprender e interpretar el movimiento revolucionario.

Entre los historiadores de los años veinte, encontramos a

Francisco Bulnes2, conocido político y periodista, escritor de obras muy

polémicas y personaje que tuvo un papel muy importante durante el

Porfiriato, por formar parte de este grupo allegado al General Díaz

conocido como Los Científicos.

En sus obras encontramos, como diría Ariel Rodríguez,

“entreverado con los excesos de su escritura (el uso indiscriminado de

los adjetivos, la sintaxis dislocada por la pasión),.. un diagnóstico político

y social de la realidad mexicana. Pero hay, asimismo, evidencias de la

impotencia y de la soledad de un intelectual que, sin haber sido de

ninguna manera un incondicional de Porfirio Díaz, aparece ante nosotros

como un elemento insustituible de la cultura política del Porfiriato”.

Bulnes va tener una participación muy importante en dos momentos

cruciales de la historia de México, de los cuales fue testigo e incluso

actor: el asunto de la reelección de Porfirio Díaz en 1903-1904, y la

prefiguración, desarrollo y desenlace de la revolución maderista3.

2 Bulnes nació en la Ciudad de México el 4 de octubre de 1847 y murió el 22 de septiembre de 1924. Estudió ingeniería y fue profesor en la Escuela Nacional de Ingeniería, impartió clases de meteorología y economía política en el Colegio de Minas y en la Escuela Nacional Preparatoria. Fue elegido diputado y senador durante el gobierno de Porfirio Díaz. Presidió la comisión de México enviada a Japón para estudiar el tránsito del planeta Venus por el disco del Sol en 1874 y es mucho más conocido por haber sido miembro prominente del grupo denominado los Científicos. Dirigió el periódico El Siglo Diez y Nueve en 1891, y colaboró para El Imparcial y El Universal. Su obra literaria e histórica, polémica, fue abundante, entre ellas encuentran: Sobre el hemisferio norte, once mil leguas. Impresiones de viaje, (1875). El porvenir de las naciones latinoamericanas ante las recientes conquistas de Europa y Norteamérica. Estructura y evolución de un continente. México, (1899). El verdadero Juárez y la verdad sobre la intervención y el imperio, (1904). Las grandes mentiras de nuestra historia: la Nación y el Ejército en las guerras extranjeras, (1904). Juárez y la revoluciones de Ayutla y de Reforma, (1906). El verdadero Díaz y la Revolución, (1920). Los problemas de México, (1926). http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Bulnes3 Rodríguez Kuri, Ariel, “Francisco Bulnes, Porfirio Díaz y la Revolución Maderista” en, Estudios de historia moderna y contemporánea de México, Álvaro Matute (editor), Ricardo Sánchez Flores (editor asociado), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 13, 1990, p. 187-202. http://www.historicas.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc13/172.html

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Page 4: Historiografia de La Revolucion Mexicana

A grandes rasgos, veremos lo sucedido en estos dos momentos.

Los científicos convocaron a una gran convención para preparar las

elecciones de 1904, la cual se inauguró el 21 de junio de 1903 y Bulnes

con su discurso4 dio la nota a la reunión. Sus palabras fueron vibrantes y

provocadoras; el tema central del discurso fue la sucesión presidencial.

Presentaban a Díaz como “el hombre necesario”, el único capaz de

garantizar la estabilidad política nacional. Para Bulnes la sexta

reelección era necesaria para que el presidente completara su obra,

organizando las instituciones con el objeto de que la sociedad en lo

sucesivo, ya no dependiera de los hombres, sino de sus leyes. Así, en el

discurso hizo una valoración de los límites de un sistema tradicional y

personalista, y propuso un cambio radical en el modelo político, como el

único camino posible para salvar los logros alcanzados por el régimen5.

Con este discurso, Bulnes evidencia los peligros de la estabilidad del

régimen, para él, la única forma era una transición dirigida por el

presidente a través de la creación de un partido político.

Crítico de su país, de Estados Unidos al reconocer el gobierno de

Victoriano Huerta, de Villa, visto solo como un bandido, Bulnes también,

elogió a varios personajes como Madero, o Zapata “un apóstol”, y a

Obregón, el “verdadero césar de la revolución”, destinado a la

presidencia. No obstante, lo dejaría marcado el “ultraje al ídolo nacional”

don Benito Juárez, que en su tiempo le valió el exilio por algún tiempo,

pero hasta la actualidad, parece que su obra El verdadero Juárez, lo ha

enviado a la lista de los villanos de nuestra historia de bronce. Sin

4 Bulnes, Francisco, "En torno a la reelección". Discurso pronunciado en la Cámara de Diputados (1903), en Álvaro Matute (comp.), Antología. México en el siglo XX. Fuentes e interpretaciones históricas, México, Universidad Nacional Autónoma de México (Lecturas Universitarias, 12).5 Salmerón, Alicia, “Mecánica de un régimen personalista”, en Rojas, Beatriz, Mecánica política. Para una relectura del siglo XIX mexicano, México, Instituto Mora, Universidad de Guadalajara, 2006. Pp.305-307. La autora presenta la correspondencia que suscitó tan notado discurso entre Los Científicos, Bernardo Reyes y el Propio Díaz.

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Page 5: Historiografia de La Revolucion Mexicana

embargo, Bulnes ofreció alternativas a lo que veía venir, por lo que,

como diría Brading, fue profeta del PRI6.

Una persona con la que parece haber tenido grandes roses, fue

Bernardo Reyes. Visto como el depositario de todas las desconfianzas

civiles del grupo de los Científicos; no fue obra de la casualidad que

Bulnes haya publicado, Las grandes mentiras de nuestra historia, donde

procuró demostrar con lujo de detalles el papel nefasto que, según él,

tuvo el ejército a lo largo del siglo XIX. Esta obsesión por Reyes y el

militarismo parece evidenciar una serie de debilidades políticas

estructurales del Estado porfirista, y que Bulnes, como otros

intelectuales del Porfiriato, pudo identificar antes de 19107.

Un antimaderista connotado, en el que se percibe una búsqueda

por encontrar un hilo conductor que posibilite la explicación del

problema maderista, y que además critica los hechos de los hombres

maderistas. Es razonable sostener que Bulnes encontró la verdadera

génesis de la revolución maderista, y, ubicó, sus debilidades. Como esa

crítica a la conciliación que Madero hizo con porfiristas, o el que haya

podido concebir una estrategia general, coherente, para una

restauración porfirista, sin don Porfirio. Ello no sucedió así, no sólo

porque Bulnes lo consideró imposible -sobre todo después del golpe de

febrero de 1913-, sino porque en muchos sentidos tal posibilidad no le

interesaba. La lectura de sus libros posteriores a la revolución

maderista, parecen demostrar este hecho8.

Otro actor en el escenario revolucionario y que además escribió

sobre su contexto fue Manuel Calero y Sierra9 (1868–1929) quien ocupó

6 Brading, D., “Francisco Bulnes y la verdad acerca de México en el siglo XIX”, p. 649.7 Rodríguez Kuri, Ariel, ““Francisco Bulnes,… Op. Cit.8 Ibidem.9 Juan Signoret Garibi del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México en su “Informe de búsqueda sobre Manuel Calero y Sierra” plantea en sus primeras hipótesis que se trataba de un pensador considerado secundario por la historia académica y prácticamente olvidado fuera del mundo académico, ya que no

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Page 6: Historiografia de La Revolucion Mexicana

cargos políticos durante el régimen de Díaz. Estudió en la Escuela

Nacional Preparatoria y en 1895 recibió el título de abogado por

la Escuela Nacional de Jurisprudencia, siendo posteriormente, diputado.

En 1900 suscribió escritos en el periódico Regeneración. Fue miembro

del 'Club Democrático', que más tarde se convirtió en el 'Club

Organizador del Partido Democrático. El 27 de mayo de 1909, Díaz lo

nombró como subsecretario de Fomento. Fue un Secretario de

Relaciones Exteriores de México en el año 1912 en el transcurso del

gobierno de Francisco I. Madero10.  Así, fue un personaje que vio la

transición de poder y el transcurrir de los conflictos revolucionarios.

Una de sus obras más significativas fue, sin lugar a dudas

Cuestiones electorales11, en donde expresa que la "generosa misión" del

gobierno porfirista estaba a punto de quedar exitosamente concluida.

Argumentaba que, en otros tiempos el país había sufrido los efectos de

las destructoras corrientes de la anarquía, éstas habían sido ya

dominadas por obra del gobernante excepcional y estaban en vías de

convertirse "en corrientes de vida, difundidoras del bienestar y la

abundancia". El pueblo, había aprendido la suprema lección de la vida

civilizada: la de la obediencia, y dada esta circunstancia se podía

confiadamente esperar que aquellas energías antaño desbordadas y que

tantos males habían causado al país se orientaran ahora hacia la

conservación del orden y el cultivo de la libertad12.

contaba con páginas dedicadas de manera exclusiva a su persona, al término de su ensayo llega a la conclusión de que en internet podemos encontrar muchas fuentes del autor. En muchas partes coincidí, ya que para buscar información sobre Calero debemos de hacer búsquedas avanzadas y gracias a este artículo, pude localizar el de Ignacio del Río, que más adelante cito. http://shial.colmex.mx/textos/Juan_Signoret.pdf10 http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Calero_y_Sierra11 Calero, Manuel, Cuestiones electorales. Ensayo político por [...], diputado al Congreso de la Unión, México, Imprenta de Ignacio Escalante, 1908.12 Río, Ignacio del, “Manuel Calero y Esteban Maqueo Castellanos: dos opiniones sobre la solución histórica del porfirismo,” en: Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Álvaro Matute (editor), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 10, 1986, p. 137-154: http://www.iih.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc10/127.html

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Page 7: Historiografia de La Revolucion Mexicana

Consideraba que el sucesor de Díaz no podía ser otro que el

pueblo, ese mismo pueblo al que el dictador había con mano firme

encauzado por el camino del orden y la obediencia. Calero, repitió aquel

argumento –menciona Ignacio del Río- que se había utilizado para

justificar la existencia del régimen, pero le dio ya el carácter de una

fórmula de aplicación inmediata: la dictadura tenía que ser "el prólogo

de una democracia funcionante", dijo, asegurando luego que en el

conjunto de ciudadanos comenzaba nuevamente a florecer, tras un largo

periodo de latencia, el amor a la libertad y que claros signos de ello

podían percibirse en el ambiente. "La obra de este estadista inmenso,

debe ser continuada por el pueblo, por un pueblo trabajador, amante de

la paz, obedecedor de la ley y enemigo de dictadores". Significaba esto

que, desaparecido el caudillo, ya no podría volverse a identificar a la

nación con un autócrata13.

Calero, se movía entre la convicción de que era necesario destruir

en alguna forma la estructura política cerrada del régimen dictatorial, y

el temor de que las concesiones democráticas provocaran un

movimiento popular incontrolable. Así, se vio inclinado a proponer una

solución intermedia: la que podríamos llamar de la democracia

restringida. Consistía ésta, en suma, en la implantación del sufragio

directo para la elección de los titulares del Poder Ejecutivo Federal y los

miembros de las cámaras legislativas, limitando el derecho de voto, sin

embargo, a los varones mayores de veintiún años que supieran leer y

escribir el idioma castellano. La fórmula había sido diseñada y propuesta

ya, años antes, en su antecedente ensayo llamado La nueva

democracia14. 

  Puesto que la ley electoral era la parte que contenía los impulsos

democráticos, Calero, consideró que la transformación de esa ley, en el

13 Ibidem.14 Ibidem

7

Page 8: Historiografia de La Revolucion Mexicana

sentido que él proponía, era la más urgente necesidad política. Una vez

resuelto, el proceso democrático se pondría en marcha de una manera

espontánea, aunque advertía, que podría ser que en un principio, no

todos los individuos con derecho a voto acudieran a las urnas, pero que

los ensayos serían, de cualquier modo, perfectibles y habría que confiar

en que, al cabo de dos generaciones participantes ya de la práctica

política ejercida con libertad, la nación arribaría al fin a una democracia

"sincera, efectiva y completa"15.

Continuando con los políticos que escribieron en el periodo

revolucionario, tenemos a Emilio Rabasa Estebanell (1856-1930), quien

estudió Derecho en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca,

titulándose en 1878 y junto con Fausto Moguel y Emilio Pimentel,

condiscípulos suyos en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, formó

parte de una generación que reunió a tres esperanzas regionales en la

carrera de derecho16.

Es en, La evolución histórica de México17, escrita por Rabasa en

1920, es donde encontramos una visión general de nuestro desarrollo,

sosteniendo que la historia de México tiene dos etapas: la de formación

15 Ibidem16 Colaboró para el periódico oficial de Chiapas llamado La Iberia, para El Porvenir de San Cristóbal de las Casas en 1881 y para El liberal de Oaxaca en 1883. Dentro de sus principales obras, firmadas bajo el seudónimo Sáncho Polo, encontramos narrativa como los relatos de La Bola, La Gran Ciencia y La Guerra de los Tres Años, por las que se le ha reconocido como iniciador del realismo en México. Sin embargo, su principal aportación literaria lo fue para el Derecho y la Ciencia Política, con sus famosos escritos El Artículo 14 y el Juicio Constitucional, La Constitución y la Dictadura y La Evolución Histórica en México. http://es.wikipedia.org/wiki/Emilio_Rabasa17 Rabasa, Emilio, La evolución histórica de México, 33a. ed., México, Porrúa, 1972. En los textos de Rabasa hay una discrepancia significativa respecto a la periodización, y que al parecer obedece a que en los ocho años que median entre la publicación de La Constitución y la dictadura (1912) y La evolución histórica de México (1920) la experiencia política de lo ocurrido hizo que sus puntos de vista variaran. La discrepancia es parcial, pues pese al juicio anterior que Rabasa incluye en el "Resumen" que aparece en la parte final de la obra aludida, en el curso de ésta utiliza para la Independencia la periodización asentada en La Constitución y la dictadura. Villegas Moreno, Gloria, “La visión Histórica de Emilio Rabasa”, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Álvaro Matute (editor), Ricardo Sánchez Flores (colaboración), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 8, 1980, p. 97-125. http://www.historicas.unam.mx/moderna/ehmc/ehmc08/099.html

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Page 9: Historiografia de La Revolucion Mexicana

oscura y revuelta que corresponde todavía al gobierno de Juárez18; y la

de crecimiento que, después de la pausa de Lerdo de Tejada, comienza

con Porfirio Díaz. Califica a la primera como la época de las "evoluciones

violentas", y a la segunda como la de la "evolución pacífica".

Una parte que parece muy interesante, es que Rabasa sostiene

que se invirtió el orden deseable en los acontecimientos, ya que el

primer paso debería haber sido formar políticamente al pueblo, y

después, elaborar los preceptos que rigieran sobre ese pueblo. Lo que

necesitaba el país era, "la transformación de las conciencias para llevar

a cabo sus dictados a la organización del gobierno, y esa transformación

fue la obra realizada por dos revoluciones nacionales y la guerra

extranjera"19.

Para Rabasa, la Guerra de Reforma evidenció lo que de negativo

tenía el clero como obstáculo para la formación del Estado nacional,

quedando unido el liberalismo al sentimiento de patria. La guerra con

Francia consiguió la derrota final de los conservadores, así, todo esto,

dotaba por fin de prestigio a un sistema de gobierno, y vinculaba, por lo

menos por la vía del sentimiento en una tarea común al pueblo. A esta

etapa siguió la dictadura, cuya necesidad histórica quedaba probada por

18 El primer hecho al que le concede propiamente importancia histórica es a la conquista, y le parece que la Historia de México, en sentido estricto empieza aquí, pasando prácticamente de largo el periodo prehispánico. El pueblo nace impregnado de heterogeneidad, resultante de la mezcla racial que propició la combinación de temperamentos y caracteres diferentes. La Colonia, observa, es ambivalente. Criticable por la forma como España manejó sus posesiones, pues ésta no era la administración de "un reino sino la explotación de un fundo", y cuyo desprestigio generó su acabamiento. Por otra parte, esta época le parece positiva, pues dentro de la Colonia se empezó a perfilar la conciencia nacional. Es la independencia un hecho clave en la historia de México, pues en ella concluyó el proceso de individuación, primer paso de la conformación auténtica de una entidad histórica. El equilibrio que había privado durante la Colonia quedó roto, y todo estaba por hacerse. Así, justifica los tropiezos políticos que sufre la vida del país durante los años posteriores al movimiento de independencia, pues mientras la evolución dictaba un camino, las minorías -los grupos directores- no estaban plenamente identificados con él. A Iturbide, por ejemplo, se le desmorona la posibilidad de la construcción nacional; los miembros del Congreso de 1824 empeñados en una tarea legislativa ideal y divorciada de la realidad del pueblo sobre el que legislaban, propiciaron el desprestigio de las instituciones y la violación de los preceptos que deberían de ser normativos de la vida nacional. Ibidem.19 Ibidem.

9

Page 10: Historiografia de La Revolucion Mexicana

los propios requerimientos del país. Después de Díaz -que había

trabajado en la hechura de la nación mexicana-, la dictadura había

quedado liquidada como forma de gobierno, y se imponía el

establecimiento de una etapa constitucional, posible, entre otras cosas,

porque los estudios históricos y sociológicos esbozaban ya las leyes de

la evolución socia20l.

El futuro inmediato que Rabasa observa en 1912 y 1920 es

diferente. En 1920 estima que la Revolución de 1910 se desató por un

proceso de desgaste, de envejecimiento y de inmovilidad del régimen de

Díaz; y que la evolución deseada y posible, entonces al parecer a corto

plazo, se había desvirtuado y postergado parcialmente. Competía así, a

los grupos directores del curso histórico retomar el rumbo, teniendo a la

vista las vivencias del país. Por ello, dedica la tercera parte de La

evolución histórica de México a los problemas nacionales que exigen una

solución consciente: el indio, la tierra y la instrucción.

Uno de los personajes más conocidos del periodo, por su labor

educativa fue Justo Sierra Méndez21 nacido en Campeche el 26 de

enero de 1848; fue un escritor, historiador, periodista, poeta y político

mexicano. Entre su vasta obra, dirigió la publicación de México, su

Evolución Social, (1900 -1902) y de la "Antología del Centenario",

20 Ibidem.21 Algunos de sus poemas de juventud se publicaron en el periódico El Globo; a partir de 1868 publicó sus primeros ensayos literarios; en El Monitor Republicano inició sus "Conversaciones del Domingo", artículos de actualidad y cuentos que después serían recogidos en el libro Cuentos románticos; publicó en la revista El Renacimiento su obra El Ángel del Porvenir, novela de folletín que no tuvo mayor impacto. Escribió también en El Domingo, en El Siglo Diez y Nueve, La Tribuna, en La Libertad, de la que fue su director y en El Federalista. Asimismo, publicó en El Mundo su libro En Tierra Yankee. Abordó además el género dramático en su obra Piedad. Varias veces diputado al Congreso de la Unión, lanzó un proyecto que sería aprobado en 1881 y que daba a la educación primaria el carácter de obligatoria. En ese mismo año presentó un proyecto para fundar la Universidad Nacional de México que no prosperó, tardaría sin embargo 30 años para verlo realidad. Desde 1892, expuso su teoría política sobre la “dictadura ilustrada”, pugnando por un Estado que habría de progresar por medio de una sistematización científica de la administración pública; en 1893 dijo aquella célebre frase: "el pueblo mexicano tiene hambre y sed de justicia". En 1901 se trasladó a Madrid con el objeto de participar en el Congreso Social y Económico Hispanoamericano; presidió la Academia Mexicana, correspondiente de la Española. http://es.wikipedia.org/wiki/Justo_Sierra_M%C3%A9ndez

10

Page 11: Historiografia de La Revolucion Mexicana

(1910). En colaboración con Manuel Gutiérrez Nájera, Francisco Sosa y

Jesús E. Valenzuela creó la Revista Nacional de Letras y Ciencias donde

se publicó su libro La evolución política del pueblo mexicano.

Fue también Ministro de la Suprema Corte de Justicia en 1894, de

la que llegó a ser Presidente. Ocupó posteriormente importantes cargos

en el gabinete porfirista como Subsecretario de Justicia e Instrucción

Pública y Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, entre los años de

1901 y 1911. A su iniciativa se creó en 1905 la Secretaría de Instrucción

Pública y Bellas Artes, siendo nombrado el primer titular de ella y puso

en práctica hacia 1905 su anhelado proyecto: dar a la educación

primaria el carácter de nacional, integral, laica y gratuita. En lo político,

supo ser amigo de Porfirio Díaz sin ser su adulador y Díaz lo respetó

siempre como a un hombre superior. En lo económico, creía que la

generación de la riqueza debía estar unida a una responsabilidad social.

Las empresas, decía, "deberían ser las primeras en promover

capacitación y educación y los grandes favorecidos de la fortuna, los

primeros obligados a sostener centros de investigación, enseñanza,

cultura y bellas artes".

En palabras de Leopoldo Zea, en su artículo sobre “Un Sierra

singular”, menciona que si del porfirismo, únicamente se salva la obra

de Sierra, el porfirismo se salva con ella, ya que toda la fuerza y

voluntad de un hombre para llevar acabo determinada tarea social,

como la realizada por Sierra, sería inútil si no contara con el apoyo de

fuerzas capaces de realizarla y el más consciente de ello, fue el mismo

Sierra. Él sabía también que ese mismo pueblo, podría un día recuperar

los derechos que delegaba y abdicaba y su grupo no concordaría más

con los de este pueblo, esto es cuando el porfirismo dejó de ser un

instrumento de su evolución, transformándose en obstáculo. Etapa, que

no puede ser vista como una pérdida, sino como algo necesario para su

evolución, dentro de la cual, la obra educativa de Justo Sierra representó

11

Page 12: Historiografia de La Revolucion Mexicana

el elemento más activo. Su obra trasciende al régimen y ofrece uno de

los elementos más constructivos de la Revolución Mexicana22.

Partícipe de la educación positivista de finales del siglo XIX, Jorge

Vera Estañol, se graduó como abogado en la Escuela Nacional de

Jurisprudencia, fue procurador general de la República y Secretario de

Instrucción Pública al finalizar el gobierno de Porfirio Díaz. Asumió el

Ministerio del Interior durante los momentos finales de aquel régimen,

por lo que tuvo un papel destacado en el cumplimiento de los Tratados

de Ciudad Juárez, que pusieron fin al gobierno porfiriano. En febrero de

1913, durante el fin del gobierno de Francisco I. Madero y la toma del

poder por Victoriano Huerta, ocupó la cartera de Educación. En junio de

1913, luego de que éste le pidiera su renuncia, fue electo diputado en la

XXVI Legislatura, la cual fue disuelta por Huerta en octubre del mismo

año. Fustigado por huertistas y revolucionarios se trasladó a Europa y

Estados Unidos, regresando a México en 193123.

Tanto sus escritos políticos como historiográficos dan cuenta de

los matices de su participación en la vida pública. No dudó en apoyar en

sus inicios la propuesta maderista de cambio político, para lo cual,

incluso, convocó a la formación del Partido Popular Evolucionista, donde

si bien se deslindó del régimen porfirista en el que se había

desempeñado, expresó su firme postura respecto a la necesidad de

mantener las transformaciones sociales en el campo de la

institucionalidad.

Expresó sus simpatías por los dos principios: el de no reelección y

el de sufragio efectivo, que constituían su lema”, acotando que “si el

movimiento político antirreeleccionista en los momentos actuales fuera

salvador y simplemente perturbador, me afiliaría a ese partido, porque

con él están mis ideales políticos”, y, respondiendo a las acusaciones de

22 Zea, Leopoldo, “Un Sierra Singular”, pp. 122-123. http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/CYHLFBYP33VV3P7IBKYMLAK8G4G52V.pdf23 www. wikipedia.com

12

Page 13: Historiografia de La Revolucion Mexicana

actuar contra la Revolución, aclaró: “Toda mi labor en el gobierno fue

encaminada a este fin: detener, si era posible, la revolución armada,

para ver si era posible evitar sus males, dar curso a la revolución de las

ideas liberales dentro del régimen constituido. No soy revolucionario,

menos aún soy un contrarrevolucionario, he sido, soy y me prometo ser

un hombre de orden y de espíritu patriótico y cuando he aceptado, por

mi plena voluntad, la substitución del antiguo régimen por el nuevo y he

contribuido directamente a la forma en que esa substitución se operó

como Ministro del gabinete anterior, lo fue con amplitud de miras, por

verdadero patriotismo, y sería ilógico y absurdo, que pretendiera atacar

en la esencia misma de sus principios un régimen que solamente

impugno por sus métodos y por algunos de sus hombres”24.

Elaboró una crítica feroz de la Revolución, y de la Constitución

elaborada por la facción carrancista, en Al Margen de la Constitución,

donde disertó sobre la ilegitimidad del nuevo pacto político,

reconociendo las causas del descontento que llevó a la movilización

violenta, pero reclamando la incapacidad de los autores del decreto, el

autoritarismo de Carranza y la inviabilidad de poner en práctica un

programa que, en su base, desconocía los derechos adquiridos por los

particulares. Mismas críticas que le valieron el exilio25.

Transformado en el autor de la “visión de los vencidos” por la

Revolución, Vera escribió su Historia de la Revolución Mexicana.

Orígenes y resultados (1957), donde hace un balance crítico sobre el

movimiento, cubriendo prácticamente desde el antiguo régimen hasta

su muerte (1958); y una de cuyas conclusiones fue que el sufragio

efectivo, una de las banderas revolucionarias más apreciadas, solo se

había ejercido “en apariencia”26.

24 Romero, Navarrete, Lourdes, “Jorge Vera Estañol, revisando un clásico en los estudios del agua”, ponencia presentada en el 2do. Congreso de la Red de Investigadores Sociales sobre el Agua (Red-ISSA) Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México, 21-23 marzo de 2012. Pp. 6-7. http://redissa.hostei.com/congreso_2012/Romero.pdf25 Ibíd. P. 826 Ibíd. P. 9-10

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Page 14: Historiografia de La Revolucion Mexicana

Los anteriores autores, expresaron su opinión a través de textos

de historia, sin embargo, otros lo hicieron a través de novelas, como el

caso de José López Portillo y Rojas (1850-1923)27, que en sus obras

literarias, La Parcela y Los Fuertes y los Débiles, nos muestra dos

opiniones diferentes, dado al tiempo en el que se escribió cada una de

ellas: la primera durante el régimen de Díaz, la segunda cuando

finalizaba el conflicto armado. Victor Adib, comenta que ningún novelista

mexicano de la segunda mitad del siglo XIX, ejerció tanto atractivo por

el campo y la vida rural como López portillo, en quienes constituyó la

base y fundamento de su concepción literaria y el centro a partir del cual

se construye la nacionalidad28.

Con este personaje finalizamos la lista de “Historiadores” de los

años revolucionarios, que aunque no todos escribieron historias de

México, si nos brindaron un panorama de lo ocurrido en la época y las

soluciones u opiniones respecto a lo que acontecía. A continuación

pasaremos a los que participaron en el movimiento armado por su

convicción a los ideales de la Revolución y que de la mano de varios de

los “caudillos” dejaron testimonio de dicho acontecimiento.

Los Revolucionarios

El poblano, Luis Vicente Cabrera Lobato (1876-1954) es muy

reconocido por su ideología de protección al campesino y sus

propuestas, que fueron la base para el desarrollo de la Ley Agraria

promulgada el 6 de enero de 1915 por Venustiano Carranza29. Para 27 Escritor y político mexicano, realizó estudios en Derecho y fue diputado, senador y gobernador de Jalisco, entre sus obras figuran: Egipto y Palestina, apuntes de viajes (1874), La Parcela, La Raza indígena, Seis leyendas y El Derecho y la Economía política. Cultivó casi todos los géneros literarios y sus obras más conocidas son sus novelas en las que plasma su nacionalismo.28 Adib, Víctor, “López Portillo, novelista rural”, p. 574. http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/J8JU511VHD17DXRG3TQP6R5GD6XFFM.pdf29 Cabrera analizó a fondo el problema agrario y los reclamos de Emiliano Zapata contenidos en el Plan de Ayala, intentó buscar un solución desde su escaño, el 3 de diciembre de 1912 pronunció ante la Cámara de Diputados el discurso sobre la Reconstitución de los Ejidos de los Pueblos como medio de Suprimir la Esclavitud del Jornalero Mexicano, sin embargo, sus peticiones no fueron aprobadas. Años más tarde la

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Page 15: Historiografia de La Revolucion Mexicana

firmar sus ensayos políticos y obras, utilizó los seudónimos de Lic. Blas

Urrea de Lucas Ribera. Colaboró como redactor para el periódico El hijo

del Ahuizote, y en sus artículos se manifestó en contra del régimen

porfirista. En 1908, tenía colaboraciones de crítica política en los

periódicos: Partido Democrático, Diario del Hogar , El Dictamen, La

Patria y El Colmillo Público. Ese mismo año, junto con sus hermanos

Federico, Alfonso y Lucio, participó en la organización del Club Central

Antirreleccionista de México que poco después se convirtió en el Partido

Nacional Antirreleccionista. Conoció a Jesús Urueta, quien dirigía

el Partido Democrático, e inició en 1909 una fuerte campaña de crítica

contra el presidente Porfirio Díaz y el Partido Científico30.

Sus escritos fueron contestados por una de las personalidades más

destacadas de la época: José Ives Limantour. Sus dimes y diretes a

través de El Diario Oficial y El Partido Democrático, uno atacando a Díaz

y el otro defendiéndolo, fueron muy sonados. El ganador fue Cabrera.

Sus artículos sobre el grupo en el poder tuvieron impacto entre los

lectores comunes, los entendidos y los aludidos. Mientras Limantour

trataba de apuntalar el dique que sostuviera al régimen a costa de lo

que fuera, Cabrera tomaba asiento para ver su derrumbe. En tanto que

Limantour buscaba desesperado un salvavidas, Cabrera afilaba su pluma

para analizar la vorágine de los acontecimientos31. Las vidas se

propuesta de Cabrera influyó notablemente en la redacción del artículo 27 constitucional en torno a la cuestión agraria.30 Fue seguidor de la ideología política de Francisco I. Madero, al iniciar el movimiento armado de la Revolución mexicana, redactó una carta pública a Madero bajo el seudónimo del Lic. Blas Urrea, en la cual exhortaba a continuar el movimiento armado, tratando de finalizar la violencia lo más pronto posible pero sin dar oportunidad a las fuerzas federales de reabastecerse para terminar con el Porfiriato, y una vez restablecida la paz, atender los diversos problemas sociales para evitar nuevos brotes armados. Cabrera trato de convencer a Madero de no firmar los Tratados de Ciudad Juárez del 21 de mayo de 1911, aconsejándole proseguir la revolución hasta terminar con los simpatizantes del régimen. Cuando Porfirio Díaz abandonó el poder, Francisco León de la Barra le ofreció el puesto de subsecretario de Gobernación, pero Cabrera rechazó la oferta y presentó su candidatura como diputado por el XI Distrito Electoral. http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Cabrera_Lobato31 Vázquez del Mercado, Angélica, “Cabrera v.s. Limantour: a dos de tres caídas”, http://www.inehrm.gob.mx/Portal/PtMain.php?pagina=exp-luis-cabrera-articulo

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Page 16: Historiografia de La Revolucion Mexicana

distanciaban: uno fue un ferviente defensor de la evolución y el otro,

Cabrera, de la revolución, que abogó siempre por la transición pacífica,

aunque las circunstancias no dieron para ello.

  Se unió al movimiento del Ejército Constitucionalista el 19 de

diciembre de 1913 en Nogales, Sonora32. Participó en la Convención

Militar celebrada el 2 de octubre de 1914 en la Ciudad de México, e

intentó convencer a Emiliano Zapata para que éste depusiera las armas,

pero no logró su objetivo. En diciembre de 1914, Carranza nombró a

Cabrera titular de la Secretaría de Hacienda, puesto que ejerció hasta el

1 de mayo de 1917. A finales de 1916 y principios de 1917, participó en

la comisión binacional que discutió y negoció la problemática generada

por la invasión al territorio mexicano de las fuerzas comandadas por el

general John J. Pershing en la Expedición Punitiva contra Francisco Villa,

aunque las fuertes reclamaciones realizadas por Venustiano Carranza

dieron fin a las conferencias el 6 de enero de 1917. Fue nombrado

nuevamente secretario de Hacienda, desempeñando el puesto hasta la

muerte de éste último.

Se manifestó abiertamente en contra de los gobiernos de Álvaro

Obregón, de Plutarco Elías Calles y del camino que tomó la Revolución

mexicana. El 30 de enero de 1931, pronunció el discurso El balance de la

Revolución en la Biblioteca Nacional de México condenando el Pacto de

Sonora,15 por tal motivo, el presidente Pascual Ortiz Rubio ordenó su

captura y destierro a Guatemala.

En dicho discurso criticó el camino que había seguido la revolución

mexicana argumentando que… 

32 En enero de 1914, Carranza lo envió a Washington D.C. para negociar el embargo de armas que había impuesto el gobierno de Woodrow Wilson, sin embargo el Departamento de Estado de los Estados Unidos condicionó la negociación solicitando la convocatoria de elecciones antes del derrocamiento del gobierno huertista y el permiso para cruzar la frontera México-Estados Unidos con tropas estadounidenses bajo el argumento de proteger a los ciudadanos estadounidenses que habitaban en México. Cuando Carranza escuchó las peticiones respondió de forma negativa y dio por terminada las negociaciones. Ibidem

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Page 17: Historiografia de La Revolucion Mexicana

“…la resolución de nuestros problemas políticos requiere valor civil, honradez y patriotismo, de que desgraciadamente andamos muy escasos los mexicanos. Los problemas políticos no pueden resolverse en la forma democrática pura mientras subsistan nuestras desigualdades social y económica. Hemos hecho algo en lo económico y en lo social; pero la Revolución no ha hecho nada por resolver los problemas políticos, y lo que había hecho lo deshicimos vergonzosamente. Por último, la Revolución económica y social de México no puede consolidarse sin una reforma política que permita la participación de los mexicanos en el gobierno de su República. Mientras las reformas sociales y económicas de México tengan que sostenerse por medios dictatoriales, no sabremos si podremos mantenerlas y consolidarlas o si son un vano ensayo que más tarde habrá que abandonar…que no puede haber libertad política sin igualdad económica y social; pero que tampoco puede haber bienestar económico y social sin libertades”33.

Originario de Zacatecas, Roque Estrada Reynoso (1883-1966) fue

un abogado, periodista y escritor que participó en la Revolución

Mexicana. Fue fundador del Centro Antirreeleccionista de México. Con

Francisco I. Madero promovió la creación de nuevos clubes y el

antirreeleccionismo. Después de la postulación de Madero a la

presidencia de la República, lo acompañó en su gira electoral y colaboró

con la redacción del Plan de San Luis, que llamó a iniciar la Revolución el

20 de noviembre y desconoció la reelección de Porfirio Díaz. Por no estar

de acuerdo con los términos en que se firmó la paz en Ciudad Juárez, se

separó de Madero, aunque logró disuadirlo para que conservara algunas

tropas revolucionarias como cuerpos rurales.

Al consumarse el asesinato de Madero y Pino Suárez, en febrero de

1913, se incorporó a los maderistas del norte de Jalisco y del sur de

Zacatecas para combatir la usurpación. En la víspera del levantamiento

contra Victoriano Huerta fue detenido por las tropas federales.

Permaneció en la prisión de San Juan de Ulúa, en Veracruz, hasta el mes

33 http://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/CAL76.html

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Page 18: Historiografia de La Revolucion Mexicana

de abril de 1914, en que con motivo de la ocupación del puerto y la

ciudad de Veracruz por los norteamericanos, todos los reclusos fueron

puestos en libertad. Al dividirse los revolucionarios en la Convención de

Aguascalientes se adhirió al grupo constitucionalista. Secretario

particular de Venustiano Carranza hasta diciembre de 1914, cuando se

enroló en la División de Occidente que se dirigía a recuperar la ciudad

de Guadalajara, Jalisco. Por las acciones en que participó recibió el grado

de general brigadier. Designado gobernador de su estado natal, pero no

ocupó el cargo porque Álvaro Obregón le encargó la reorganización

administrativa de Aguascalientes. Cumplida esta encomienda, se le

nombró secretario de Justicia el 20 de agosto de 1915. En 1920 trató

inútilmente de evitar el enfrentamiento entre Carranza y Obregón.

Permaneció neutral ante la promulgación del Plan de Agua Prieta34.

La Revolución y Francisco I. Madero fue escrita por el licenciado

Roque Estrada en la ciudad de Guadalajara, entre octubre de 1911 y

marzo de 1912. La obra es de carácter testimonial, ya que Estrada

participó en la campaña política de Madero, enarbolando la bandera del

antirreeleccionismo. El autor afirma que su obra pretende ser un

“estudio sereno y meditado sobre las causas que incubaron la

Revolución y las determinantes de su periodo insurreccional, en sus más

culminantes y decisivos factores, hombres y circunstancias”; con el

propósito de “cooperar en la medida de mis fuerzas en la obra

urgentísima de regeneración nacional”. Identificó en su obra cuatro

momentos clave en el proceso revolucionario: el primero es en el que se

producen necesidades individuales y sociales, no satisfechas ni por la

sociedad ni por el gobierno; el segundo es la concentración de estas

necesidades en un solo movimiento; en el tercero, la fuerza social

recurre al uso de las armas para llevar a cabo una transformación y,

finalmente, en el cuarto se produce la reconstrucción35.

34 http://es.wikipedia.org/wiki/Roque_Estrada_Reynoso

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Page 19: Historiografia de La Revolucion Mexicana

La obra se divide en tres partes, de acuerdo con los hechos más

relevantes de esta etapa de la historia de México. En la primera, titulada

“Esquema político–social”, el autor explica los orígenes de la Dictadura;

critica las concesiones y privilegios otorgados por Díaz al capital

extranjero, la represión política ejercida por su gobierno, la explotación

de la clase obrera y el deterioro de la instrucción pública. “La Entrevista

Díaz-Creelman y el Partido Democrático” conforman el segundo

apartado, que en opinión de Estrada, “tuvo una influencia decisiva en el

despertar nacional…”, puesto que: “Los síntomas de un ya muy próximo

despertar político eran demasiado inequívocos y elocuentes…”. A partir

de ese momento, proliferaron las agrupaciones políticas

antirreeleccionistas, de entre las que surgió la figura de Madero36.

Era un hombre radical, que creía que solo a través de las armas se

podía acabar con el sistema político imperante, así narra su intensa

campaña política a lo largo de casi todo el territorio nacional al lado de

Madero, acciones que le valieron su aprehensión en 1909. Este

acontecimiento se convirtió el tema de inicio de la tercera y última

etapa de la obra. En ésta, expone el Plan de San Luis Potosí, y hace un

recuento dela etapa revolucionaria encabezada por Madero, desde sus

comienzos y hasta la renuncia de Porfirio Díaz, a través de la firma de

los Tratados de Ciudad Juárez. Estrada concluye su obra afirmando:

“Podrá decirse que la insurrección no tiene el privilegio de conquistar

enormes beneficios, pero si tiene, cuando menos, el de evitar enormes

perjuicios. Se le podrá negar a un individuo el derecho a gozar, pero

nunca se le podrá negar el de evitarse males. Es el caso de legítima

defensa”37.

35 http://www.senado2010.gob.mx/docs/cuadernos/historiografiaRevolucion/b08-historiografiaRevolucion.pdf36 Consideraba la obra de Madero, La Sucesión Presidencial, como un trabajo carente de profundidad, criterio y observación a la vez que afirmó que “no es un libro de ciencia política; fue un libro de oportunidad política”. Criticó duramente la ligereza con la que Madero aludía al establecimiento de la democracia por la vía política, pero le creía un hombre de valor y carisma. Ibíd. P. 137 Ibíd. P.3

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Page 20: Historiografia de La Revolucion Mexicana

El chihuahuense, Martín Luis Guzmán Franco (1887-1976) fue un

periodista, intelectual, diplomático y literato mexicano al que se le

considera, junto a Mariano Azuela, pionero de la novela revolucionaria,

un género inspirado en las experiencias de la Revolución mexicana, la

cual observó siguiendo a las tropas del general Francisco Villa. Inició la

carrera de Leyes en la Escuela Nacional de Jurisprudencia en el año de

1909, pero interrumpió sus estudios para ocupar la cancillería del

Consulado de México en Phoenix Arizona. Formó parte del Ateneo de la

Juventud e impartió conferencias en la Universidad Popular Mexicana.

Entre 1908 y 1913 fue parte de la redacción de El Imparcial, y en el

gobierno de Madero fue director de la Biblioteca Nacional. Durante

la Decena Trágica fundó El Honor Nacional, órgano periodístico

antihuertista. Más tarde, se incorporó al Estado Mayor de Venustiano

Carranza y posteriormente a las órdenes de Francisco Villa, figura

relevante de su vida y su obra, a quien representó en la Ciudad de

México durante la entrada de las fuerzas constitucionalistas, en agosto

de 191438.

  El delito político, es el asunto principal de La sombra del Caudillo,

en donde da forma literaria a los hechos de la Revolución Mexicana con

seres de carne y hueso, protagonistas de la historia. Comenta Alejandro

Maldonado, que toda su obra es una narración de la tremenda lucha por

el poder y las emociones de sus actores, sus motivaciones y

38 En 1915 viaja a España, donde publica su primer libro: La querella de México. Al año siguiente se instala en Nueva York, en donde imparte clases de español y literatura española en la Universidad de Minnesota. Al mismo tiempo dirige el periódico El Gráfico, de Nueva York. A su regreso en 1920, a la Ciudad de México funge como jefe de la sección editorial de El Heraldo de México, fundada por Salvador Alvarado. Ese mismo año publica A orillas del Hudson. En 1922 funda el diario de la tarde El Mundo, el cuál se deja de publicar dos años después. De septiembre de 1922 a diciembre de 1923 funge como diputado federal. En 1925 se exilia en España en donde permanece hasta 1936. Durante su estancia colabora con los periódicos españoles El Sol y La Voz y establece una estrecha relación política y de amistad con Manuel Azaña. En España publica El águila y la serpiente (1928), memorias de las luchas civiles en México; La sombra del caudillo (1929), recreación novelada de la masacre de Huitzilac. En 1940 dirige la revista Romance y funda en 1942 en el semanario Tiempo. En 1948 inicia la serie de volúmenes intitulada El liberalismo mexicano en pensamiento y acción. En 1951 es nombrado embajador de México ante las Naciones Unidas y se publican en un volumen las Memorias de Pancho Villa, (publicadas parcialmente desde 1936 por el diario mexicano El Universal). http://es.wikipedia.org/Martin_Luis_Guzmán

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Page 21: Historiografia de La Revolucion Mexicana

justificaciones para efectuar sus fechorías. El pistolerismo y las

inconductas que aplastan la cultura y la ética en política, son narradas

en la novela de Guzmán; la corrupción, traición, oportunismo, la

depravación del sistema burocrático se manifiesta en todas sus formas,

el soborno, los acuerdos, las masacres, las teorías lombrosianas39, en sí,

todo lo cruento del conflicto que el mismo autor conoció con nombres y

fechas.

En 1960, su novela La sombra del caudillo fue llevada al cine, pero

fue prohibida durante varios años debido a su contenido, aunque su

vocación cinematográfica se puede constatar en “La fiesta de las

balas”, sección de El águila y la serpiente. Otro de los episodios de esta

novela, titulado “La película de la Revolución”, aborda un tema

cinematográfico dentro de la literatura. A lo largo del episodio, Guzmán

subraya el poderío que tiene el cine de crear mitos, su capacidad para

transformar a sus protagonistas en figuras de mayor dimensión que la

real.

Conclusión

El estudio de cada uno de estos personajes, da por si solo un trabajo

amplio de magnitudes impensables. Afortunadamente, muchos

investigadores los han utilizado para “Revisar” este periodo tan

controvertido, lo que ha arrogado nuevas interpretaciones. Así, a pesar

de lo criticado que ha sido Bulnes, desde perspectivas actuales,

sabiendo cual fue el resultado de la Revolución, podemos verlo como un

visionario de su tiempo, que propuso una alternativa viable para que no

se rompiera la estabilidad del régimen: el partido político. Lo mismo

podemos decir de Calero, que proponía la ley electoral, para calmar los

reclamos del pueblo, o la opinión de Emilio Rabasa que ve la etapa

39 Maldonado, Aguirre, Alejandro, “La sombra del Caudillo de Martín Luis Guzmán”. Pp. 71-77. http://www.bibliojuridica.org/libros/5/2246/10.pdf

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Page 22: Historiografia de La Revolucion Mexicana

porfiriana como de crecimiento económico y de creación de la nación

mexicana, que realmente lo fue. O la crítica de Vera Estañol a los

resultados de la Revolución donde nunca se llegó a concretar el sufragio

efectivo tal cual, solo en apariencia. Todos ellos vertieron sus opiniones

sin demeritar lo realizado por Díaz durante su gobierno40.

Los personajes que anduvieron al lado de los revolucionarios más

importantes como Madero, Villa y Carranza, nos ofrecen otra visión del

movimiento, como Roque Estrada y Luis Cabrera que en sus obras

narran el acontecer de los hechos desde sus campañas

antireleccionistas, hasta el final de la lucha armada y su desilusión ante

los resultados obtenidos. Los trabajos literarios de José López Portillo y

Rojas y Luis Guzmán, son obras clásicas para conocer el periodo

revolucionario, sus narrativas del campo, los conflictos políticos además

de los vicios de la época, resultan ser fuentes primarias para los

estudiosos de este tiempo.

Los autores anteriores, no son los únicos escritores destacados de su

tiempo, pero sí, algunos de los más importantes; con ellos, se inaugura

la historiografía de la Revolución Mexicana que hasta la fecha se sigue

escribiendo; sus obras, continuarán analizándose para ofrecer nuevas

visiones. Sabemos los resultados que ha arrogado la Revolución, sus

éxitos y fracasos, sin embargo, aún hacen falta nuevas perspectivas de

análisis para distintos acontecimientos y obras, hasta la forma en la que

miramos la Revolución y lo que esperamos encontrar de ella, como dice

Sandra Kuntz, “tal vez el problema radica, entonces, en que hemos

sobre estimado la capacidad redentora del cambio violento”41.

40 Si utilizamos las tres categorías principales que utilizó Paul Garner para dividir la historiografía porfiriana, estaríamos hablando de la etapa denominada porfirismo, donde predomina el retrato favorable de Díaz y ponen en relieve la longevidad del régimen y su éxito al lograr una estabilidad y una paz política, su patriotismo, heroísmo y sacrificio personal. No obstante, a pesar de estar allegados al poder, -lo que tal vez les brindó esa visión tan acertada-, pudieron reconocer los aciertos y debilidades del régimen. Garner, Paul, “Porfirio Díaz: ¿Héroe o Villano?”, septiembre de 2003.41 Kuntz, Ficker, Sandra, “¿Qué nos dejó la Revolución Mexicana?”, en Revoluciones, México, UNAM, noviembre, 2002, P. 30

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Page 23: Historiografia de La Revolucion Mexicana

A pesar de la lista interminable de obras sobre la Revolución aún hay

temas que están por explorarse, algunos que apenas empiezan a

escribirse, pero que sin lugar a dudas, el periodo revolucionario

continuará ofreciéndonos un campo fértil para la investigación.

Ana Lilia Olaya Escobedo

UMSNH IIH.

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