historia y vida - abril 2015

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Nº 565 / 3,50 e Prisma Publicaciones Portugal (cont.) 4 e Italia 5,50 e Andorra 3,50 e Canarias 3,65 e ARQUEOLOGíA PONT D’ARC, EL MOVIMIENTO EN LA PINTURA RUPESTRE AMIGUISMO Y CORRUPCIóN EN LA CORTE DE ISABEL II Pinchazo en LAS DUNAS La batalla en que se perdió el liderazgo español en Europa CHARTRES Cómo se planeó la catedral perfecta ARDE MISISIPI El crimen del Ku Klux Klan que ha llevado 40 años resolver LA CAJA DOSSIER Ucrania vs. Rusia Las raíces de una larga enemistad EN 15 CLAVES Con las manos en

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Cana

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3,65

e

arqueología pont d’arc, el movimiento en la pintura rupestre

amiguismo y corrupción en la corte de isabel ii

Pinchazo en las DunasLa batalla en que se perdió el liderazgo español en Europa

chartresCómo se planeó la catedral perfecta

arDe misisiPiEl crimen del Ku Klux Klan que ha llevado 40 años resolver

lA CAjA dossier

ucrania vs. rusiaLas raíces

de una larga enemistad

en 15 claves

Con las manos en

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sumario 04 / 2015

44armonía góticaLa catedral de Chartres

La reina de la luz La catedral de Chartres, erigida a finales del siglo xii, no fue la primera en estilo gótico ni la más grande, pero sí la más ar-mónica. Nunca antes, además, se consiguieron unos efectos lumínicos tan turbadores. J. L.

Corral, doctor en Historia y escritor.

Muerte en las Dunas Fue la batalla de las Dunas, en 1658, y no la de Rocroi, la que dio la puntilla a la supremacía española en Europa. La Francia de Luis XIV se haría con las riendas del continente tras el acuerdo firmado al año siguien-te en la isla de los Faisanes. E. F.

Sicilia Cardona, historiador.

artículos

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Arde Misisipi Los asesinatos racistas en los que se basó la famosa película de Alan Parker, ocurridos hace medio siglo, solo llevaron a su instigador al estrado en 2005. S. Giné, historiador.

CienciaMurciélagos Estigmatizados por numerosas culturas, son realmente básicos para el mantenimiento del eco-sistema. A. Herrera, periodista.

Artetodo queda en faMiliaLos Kano, enigmática y longe-va saga de artistas, protagoni-zan su primera muestra fuera de Japón. A. Echeverría, periodista.

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la corte del dinero fácilDurante el reinado de Isabel II, la camarilla formada en torno a su madre se llenó los bolsi-llos. La corrupción contribuiría al destronamiento de la reina. M. P. Queralt del Hierro, historiadora.

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04 / 2015sumario

Créditos fotográficos: Portada: Copyright © Patrimonio Nacional. Aci Agencia de Fotografía S. L.: p. 41. AGE Fotostock: pp. 46-47, 52-53. Album Archivo fotográfico: pp. 25, 26-27, 29, 31, 32, 33, 36-37, 40-41, 43. Contacto: pp. 8-9 (© Larry Towell / Magnum Photos / Contacto), 66 (© Danny Lyon / Magnum Photos / Contacto). Cordon Press: pp. 62-63, 71, 82. Cordon / Corbis: pp. 67, 68, 68-69, 70. Cordon / Hemis: p. 51. Edu García: p. 7. Getty Images: pp. 15, 21, 37, 65, 86. Getty Images / Thinkstock: pp. 3, 4, 17, 49, 87. Gtres-Online: pp. 11, 42-43. PhotoAISA: pp. 16, 34-35, 38, 39, 54-55, 57, 61, 84. Prisma Archivo: pp. 28, 30. The Picture Desk / Dolfy Agency Ltd.: pp. 44-45, 48, 69. Wikimedia Com-mons / Andrew J. Kurbiko (p. 10) / Hohum (pp. 10-11) / Krassotkin (p. 11) / DcoetzeeBot (p. 16) / Sorenike (p. 22) / Alexcoldcasefan (p. 23) / Legion (p. 23) / Jan Arkesteijn (pp. 56-57) / Alex-coldcasefan (p. 59) / FA2010 (p. 60) / Cadastral (p. 64) / Enfo (p. 83) / Cel·lí (p. 90). Cortesía de MNAD, Madrid: pp. 4, 81. Cortesía de Golem: pp. 4, 89. Cortesía de © Drents Museum: p. 12. Cortesía de Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda: p. 12. Cortesía de Editorial Crítica: pp. 12, 82. Cortesía de Centre Européen de Recherches Préhisto-riques, Vallon Pont d’Arc: pp. 18-19, 19, 20. Cortesía de Grand Projet La Caverne du Pont-d’Arc: p. 20. Cortesía de Grand Projet La Caverne du Pont-d’Arc / DRAC Rhône-Alpes / Minis-tère de la Culture et de la Communication: p. 20. Cortesía de Ministère de la Culture et de la Communication / ©Jean Clottes-Centre National de la Préhistoire: p. 20. Cortesía de Pla-neta: p. 23. Cortesía de José Luis Corral: pp. 50, 53. Cortesía de The Philadelphia Museum of Art: pp. 76-79. Cortesía de Fundación Mapfre, Madrid / © RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski: pp. 80. Cortesía de Museo de Bellas Artes de Bilbao; Rijksmuseum, Ámsterdam; Canal de Historia: p. 81. Cortesía de Grijalbo, Destino, Debate, Ana-grama, Taurus, Debate, Península, pp. 83-87. Cortesía de Good Films, DeAPlaneta, Avalon, Surtsey Films: pp. 88-89. Infografía y cartografía: Enric Sorribas / Geotec, p. 58.

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SeccioneSPrimera planaucrania Las desavenencias entre Rusia y Ucrania, en 15 acontecimientos clave. E. Revert, periodista.

En breve

Perfileserich von stroheim Hollywood abrió y cerró las puer-tas a este excesivo cineasta aus-tríaco. P. García Luaces, periodista.

Anécdotas

Arqueologíaun lienzo único Pont d’Arc, una cueva a la altura de Altamira. A. Baquero, periodista.

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18la cueva de pont d’arc

movimiento en la pintura rupestre

Correo Agenda

Libros y cine - Un espía entre amigos- La ley de los justos- ¡Quemad Barcelona!- Partisanos- Expo 58- La casa del tejado rojo- La dama de oro- Pride

Foto con historiael 68 aztecaLas revoluciones del 68 suelen ubicarse en París y Praga. Pero Ciudad de México también tuvo la suya, que acabó en tragedia.

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El escritor Ramón María del Valle-Inclán, genio del esperpento, calificó el entor-no de Isabel II como la “corte de los milagros”. Esta expresión da nombre a una de las novelas que configuran su ciclo de El ruedo ibérico. Excesos, cama-rillas y escándalos jalonaron a mediados del siglo xix un reinado marcado por la incapacidad de la soberana y la íntima relación entre política y negocios. El

protagonismo de esta lucrativa alianza lo ostentó el círculo más próximo de la monarca. Entre ellos, su madre. Tras la muerte de Fernando VII, María Cristina de Borbón, la reina regente durante la minoría de Isabel, contó con un magnífico aliado para amasar una extraordinaria fortuna. Se trataba de su segundo esposo, Fernando Muñoz, un guardia de corps que, de la noche a la mañana, se convirtió en duque de Riánsares y promotor, junto a su mujer, de las grandes operaciones financieras de la España isabelina.No era un caso único. La Francia de Luis Felipe de Orleans, conocido como “el rey burgués”, fue escenario paralelo de este fenómeno, en el que el poder no solo fomen-tó estas acciones, sino que se benefició de ellas. Algo similar a lo que sucedió durante el reinado de Isabel II. Políticos corruptos y especuladores sin escrúpulos formaron parte del ámbito de la familia real, urdiendo un vínculo de mutua conveniencia. Inver-siones bursátiles, ferroviarias, mineras e inmobiliarias fueron factor clave en aquella época dominada por el enrichissez-vous. Poco parecían importar las consecuencias que aquellas actuaciones tuvieran para la Corona. Todos los hilos estaban controlados. En especial durante la denominada Década Moderada, presidida por el general Narváez. El político conservador, el duque de Riánsares y el banquero José de Salamanca encar-naron la nueva aristocracia del dinero, acorde con el orden social que imperaba en la Europa que se había subido al tren del capitalismo. Si la fiebre especulativa tuvo desiguales re-sultados entre estos magnates, las repercusiones en el trono resultaron nefastas. Aquella espiral de amiguismo y corrup-ción, sumada a los escándalos privados de Isabel II, fue un factor decisivo en la caída de la monarquía en 1868.

editorial

Texto: Isabel Margarit, directora

PORTADA Caricatura de José de Salamanca, por José Parera. Biblioteca del Palacio Real. © Patrimonio Nacional.

historia y vida no se hace responsable de las opiniones expresadas

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Esta revista ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

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historia y vida está editada y publicada por Prisma Publicaciones 2002, S. L. bajo licencia de Mundo Revistas, S. L. U. Av. Diagonal, 477, 16.ª pl. 08036 Barcelona, España. historia y vida es una marca registrada de Mundo Revistas, S. L. U. y está utilizada bajo contra-to de licencia. Copyright © 2014.

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Revista controlada por

PolÍtiCa Y NeGoCioS

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primera plana

empar revert, periodista

rusia y Ucrania fueron de la mano durante doscientos años, aunque siempre con una desigual relación

de fuerzas, la correspondiente a centro y periferia. Aquellos dos siglos arrancaron con la partición del actual territorio ucra-niano entre rusos y austríacos a finales del xviii, y vieron su final con la desintegración de la URSS en los últimos días del xx. En todo ese tiempo, los roces entre rusos y ucranianos han sido incontables, y, como sabemos, han continuado hasta hoy.

Disputándose los orígenes

Sin embargo, las raíces más remotas son, de hecho, compartidas por rusos, ucrania-nos y bielorrusos. Como la capital de Ucra-nia, que lo fue en primer lugar de la Rus de Kiev, estado de entre los siglos ix y xiii que las tres nacionalidades reclaman como antepasado cultural. Tras la fragmentación de la Rus, el suelo ucraniano llevaría suce-sivamente los colores de distintas potencias, entre ellas, Lituania, Polonia, el Imperio otomano, el austrohúngaro y Rusia.

El tratado que Moscú no cumplió

En 1654, en el Tratado de Pereyáslav, Mos-cú prometió a los ucranianos (el centro del

país actual) una serie de libertades que no se materializaron. El acuerdo condujo a una guerra entre Rusia y Polonia (de la que los ucranianos se habían emancipado) que acabó dando a los primeros también el este de Ucrania. Quedó una pequeña parte autónoma en manos de cosacos ba-jo paraguas ruso, situada en el centro nor-te, hasta que Catalina la Grande decidió eliminarla a finales del siglo xviii.

La rusificaciónCon el auge de los nacionalismos

en la Europa del siglo xix, Moscú se lanzó a rusificar sus dominios ucranianos a cos-ta de la cultura local. La importancia de las armadas en todo el continente también se impuso en la corte rusa, que hizo del mar Negro y Crimea (poblada por Catali-na la Grande con ucranianos y rusos a fi-nales del siglo anterior) uno de sus prin-cipales teatros de operaciones navales. Esta península se convirtió, además, por su costa y su clima benigno, en resort de la aristocracia rusa. El turismo sigue sien-do uno de los puntos fuertes de la zona.

Crimea, la península de la discordia

La guerra de Crimea a mediados de aquel siglo fue un desastre para el Imperio ruso.

Con ella, San Petersburgo pretendía ganar una salida al Mediterráneo a través de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos, entonces pertenecientes a un Imperio oto-mano ya en claro declive. Francia y Gran Bretaña se aliaron con los turcos para evi-tar el avance ruso en un mar cuyo dominio consideraban propio. La caída de la ciudad crimea de Sebastopol tras un sitio de casi un año forzó la capitulación del zar Ale-jandro II, pero aquella larga resistencia contra las potencias occidentales se erigió en un símbolo para los rusos.

Ucrania en el ojo del hUracánel largo historial de desavenencias entre rusia y la conocida como el “granero del mundo”.

barricadas de nacionalistas ucranianos en el marco de las protestas en Kiev, febrero de 2014.

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04 / 2015

El nacionalismo ucraniano

En paralelo a los desvelos rusos en el mar Negro, también los ucranianos, a través de sus élites intelectuales, empezaron a cultivar su propio movimiento nacionalis-ta. A finales del siglo xix ya existían par-tidos políticos de corte nacionalista y so-cialista. Desencadenada la Primera Guerra Mundial, los ucranianos se vieron luchan-do en bandos opuestos, junto a los imperios de los que formaban parte: unos con los austrohúngaros y otros con los rusos.

La pérdida de territorios

El fin de ambas potencias imperiales con-dujo, entre 1917 y 1920, a la aparición de varios estados ucranianos, que colisiona-ron en una guerra civil. La república ucra-niana que emergió finalmente sería un miembro fundador de la Unión de Repú-blicas Socialistas Soviéticas. Pero por el camino se dejó una buena parte de sus límites históricos: una zona occidental pasó a formar parte de Polonia, otra pe-queña zona septentrional pasó a Bielorru-

sia, y otras franjas en el este quedaron en poder de la república soviética rusa.

La gran hambrunaEl empeño de Stalin en los años

treinta por industrializar la URSS a la ca-rrera representó para Ucrania una colec-tivización agrícola forzada. El incumpli-miento de unas cuotas de producción totalmente irreales en las granjas colecti-vas se castigó con la privación de grano. Murieron de hambre en la república ucra-niana 10 millones de personas.

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primera plana

Malo conocidoTras la invasión de Polonia en 1939,

la Alemania nazi y la URSS se repartieron aquel país. Las antiguas zonas ucranianas quedaron en la esfera de Kiev. Era la pri-mera vez en la historia que Ucrania que-daba unida como nación. Pero, tras el ataque alemán a la URSS dos años después, se produjeron extrañas parejas de baile. Hubo ucranianos de la desaparecida Po-lonia que se aliaron con los alemanes con-tra Moscú, desatando de paso acciones de castigo contra sus antiguos connacionales. Entre los ucranianos de la URSS, que tan-to habían sufrido, se dio la bienvenida a los germanos, pero el feroz trato de estos cambió las tornas. En conjunto, entre cin-co y ocho millones de ucranianos perderían la vida en la Segunda Guerra Mundial.

Reparto en YaltaPocos meses antes del fin de la con-

flagración, se reunían en esta ciudad de Crimea (en ese momento, parte de la re-pública soviética rusa) los representantes de las potencias aliadas para repartirse sus futuras áreas de influencia. La vecina Ucra-nia estaba destrozada. Todavía se contarían decenas de miles de víctimas a causa de una hambruna algo posterior, además de

las masivas deportaciones a Siberia que Stalin ordenó como represalia.

¿Nos llevamos bien?El sucesor de Stalin, Jruschov, fa-

miliarizado con Ucrania, abordó una apro-ximación entre Moscú y Kiev en los años cincuenta. La cesión de Crimea a los ucra-nianos fue uno de los gestos más claros de esa voluntad de acercamiento. Pero lo relevante para el nivel de vida de la pobla-ción fue la inversión realizada para rein-dustrializar Ucrania. La república se con-virtió en un área puntera en la industria armamentística y en alta tecnología. El desastre nuclear de Chernóbil en 1986, que en Ucrania afectó a una zona habitada por más de dos millones de personas, fue la cruz de aquel progreso.

Independientes al finDisuelta la URSS, la nueva repúbli-

ca independiente de Ucrania se alió con Rusia y Bielorrusia en la CEI, la Comunidad de Estados Independientes, que reúne a diez de las quince exrepúblicas soviéticas y en cuyo seno se negocian acuerdos de cooperación en el plano político, económi-co o de defensa. Ucrania vivió algunos períodos de inestabilidad, como los que

llevaron en 2004 a la Revolución Naranja, una serie de protestas populares contra las sospechas de corrupción y fraude electoral por parte del gobierno del momento.

La batalla del gasLa relación con su gigantesco veci-

no oriental y con la Unión Europea se convertirá en otro de los contenciosos en el país, pero el detonante del trance actual es la disputa con Rusia sobre el gas natural. A principios de este siglo, el 80% del gas exportado de territorio ruso a Europa pa-saba por los gaseoductos ucranianos, que disfrutaban de precios especiales por ser-vir a ese tráfico. Tras la creencia de Moscú de que Kiev desviaba gas para consumo propio, Rusia subió las tarifas a Ucrania, lo que condujo a dos crisis, en 2006 y 2009,

soldados soviéticos preparan balsas con las que cruzar el río dniéper para liberar Kiev en 1943.

yalta, 1945. abajo, una mujer protesta contra rusia en la plaza maidán de Kiev, marzo de 2014.

h i s t o r i a y v i d a 11

04 / 2015

con cortes de suministros que afectaron a varios países europeos.

¿Rusia o Europa?La Unión Europea se dedicó a re-

forzar lazos con exrepúblicas soviéticas, entre ellas, Ucrania. Pero, en noviembre de 2013, esta se zafó de un acuerdo de comercio y colaboración con la UE que debía firmarse días después. Un mes más tarde, Putin, que no oculta su interés en que Ucrania se sume a su unión aduanera con Kazajistán y Bielorrusia, ofrecía a Kiev crédito y una rebaja en el precio del gas.

El ingrediente étnicoA raíz de todo ello, en la parte oc-

cidental del país estallaban las protestas a favor del acercamiento a Europa, mientras en el este de Ucrania, altamente industria-lizado, demográficamente denso y con un alto porcentaje de población de ascenden-cia rusa (en Crimea, un 58%; un 39% en Lugansk; y un 38% en Donetsk), otros se manifestaban a favor de Moscú.

La ficha euroasiáticaCon la tentativa de emancipación

de la rusoparlante Crimea, de la que Rusia tomó el control de manera fulminante en 2014, quedó al descubierto la gravedad de la crisis no ya entre ucranianos, sino tam-bién entre Rusia y Occidente. En las regio-nes orientales de Donetsk y Lugansk, varias milicias prorrusas iniciaron ataques que han colocado la zona en situación de gue-rra civil. El acuerdo Minsk II, firmado el pasado febrero entre Rusia y Ucrania con el empellón de Alemania y Francia, trajo consigo un equilibrio cuya debilidad es reconocida por todos. El destino del anti-guo “granero del mundo” se juega ahora sobre un tablero estratégico mundial.

los líderes de Bielorrusia, rusia, alemania, Francia y Ucrania en minsk, febrero de 2015.

12 h i s t o r i a y v i d a

en breve

A menudo son lo primero que aprende-mos de un idioma, y siempre lo que más hilaridad nos provoca. Pero su vulgaridad no quita el que tengan una rica historia.

Carajo. El término procede del latín cha-raculum, “palo”, “verga”, con dos curiosos eufemismos: caray y caramba.

Cojones. El nombre latino coleus, “bolsa de cuero”, cambia en latín vulgar a coleo, co-leonis, la “bolsa” que sujeta los testículos. ¿Tendrá que ver también con el griego ko-leós, que significa “estuche”?

Coño. Procede de cunnus. Horacio tiene claro que la causa de la guerra de Troya fue “el cunnus de Helena”, sin más rodeos.

Crápula. Del griego kraipale, “borrache-ra”, pasó al latín como crapula y de ahí al español, donde se sumó el significado de “hombre [¿y mujer?] de vida licenciosa”.

Joder. Procede del latín futuere, aunque su origen queda más claro en el italiano fot-tere, el francés foutre, el catalán fotre y el ga-llego y el portugués foder.

Polvo. Aunque deriva del latín pulvis, la expresión “echar un polvo” no surge hasta el siglo xviii, vinculada probablemente al consu-mo de rapé: los caballeros se retiraban a fu-mar ese polvo de tabaco a una habitación, y allí, pues “echaban un polvo”.

Puta. Putus no era más que “mucha-cho”, pero para aludir a las prostitutas había en latín más de medio centenar de palabras. Como meretriz (meretrix), del verbo merere (“cobrar”, “ganar”). O fulana, que quizá ven-ga de rufulana, “pelirroja”, por el color de las pelucas que solían usar. O ramera, que pone un ramus, o ramo, en su puerta para disimu-lar su oficio fingiendo tener una taberna. Prostituta, por su parte, viene de pro, “de-lante”, y statuere, “colocar”. Sencillamente “estar delante”, “a la vista”.

virgilio ortega, licenciado en Filosofía y Letras, ha sido director editorial durante más de cuarenta años. acaba de publicar Palabrotalogía (Crítica).

cosas que tal vez no sabías sobre las

palabrotas7

Más datos sobre la momia que apareció en este insólito envoltorioLa estatua Con sorPresa

vaya susto se llevó el dueño, un ciudada-no holandés, cuando, al encargar la restaura-ción de su flamante estatua china, adquirida un año antes, en 1996, se enteró de que contenía los restos de un ser humano. Ahora, tras un concienzudo examen, se ha establecido que los restos del hombre en el interior, de entre los si-glos xi y xii, pueden corresponder al maestro budista Liuquan, perteneciente a una célebre escuela de meditación china.

el museo drents, en Assen (Países Bajos), se ha encargado de llevar a cabo el es-tudio, al concluir la muestra sobre momias en la que incluyó la estatua. Y su estudio ha dado con un curioso hecho: los órganos de su inqui-lino fueron reemplazados por cachitos de papel

procedente de rollos escritos. Una monogra-fía recogerá las conclusiones de los análisis.La estatua, que estará expuesta hasta princi-pios del mes de mayo en el Museo de Historia Natural de Budapest (Hungría), viajará des-pués a Luxemburgo. Texto: E. R.

¡por europa! esta es una de las dos monedas que emite la Fábri-ca Nacional de Moneda y Tim bre en honor de los 70 años de paz tras la II Guerra Mundial. De oro y con un va-lor facial de 200 € (la otra es de plata y de 10), pertenece a la primera serie “proof” con la imagen de Felipe VI.

14 h i s t o r i a y v i d a

perfiles

Hollywood nos ha dejado nume-rosos casos de actores de éxito que saltaron a la dirección con brillantez. Menos frecuente es que un actor, habiendo triun-

fado como director, sea relegado de nuevo a su papel de intérprete. Este fue el caso de Erich von Stroheim (a la dcha., c 1930), genio desmesurado y director intratable y escandaloso que terminó siendo la “víc-tima propiciatoria” –según la expresión de su biógrafo Peter Noble– de una industria que aceptó de mal grado su libertad crea-dora. Su obstinación en hacer un cine de autor, desafiando el modelo que había encumbrado a los grandes estudios (ba-sado en el entretenimiento ligero y renta-ble), le llevó a la defenestración y al exilio. Sus películas, truculentas y naturalistas, penetraban en la intimidad de los prota-gonistas revelando su lado más sórdido. “Tiene solo una regla para dirigir. Mira de cerca el mundo y continúa haciéndolo hasta que se muestra en toda su crueldad y fealdad”, escribiría el crítico André Bazin. Más que narrar, se diría que Stroheim mos-traba, de ahí su dificultad para descartar y sus metrajes inabarcables, que los estu-dios mutilaban sin criterio. Obsesionado con el más sutil detalle, el director dilata-ba cada secuencia hasta la extenuación del espectador. Para Truffaut fue “el ci-neasta menos elíptico del mundo”, aunque manejaba el tiempo con autoridad, sin resultar aburrido. Sus películas descarna-das sufrieron la censura del puritanismo,

erich von stroheim, creador de filmes descarnados, chocó con las pretensiones de la industria del cine.

el director excesivo

pedro garcía luaces, periodista

pero la peor censura la impusieron las propias productoras, que en la mayoría de los casos ni siquiera se preocuparon por conservar sus montajes originales.

A un lado y otro de la cámara Erich Oswald Stroheim (Viena, 1885-Mau-repas, Francia, 1957) comenzó en el mun-do del cine como figurante de la mano de D. W. Griffith y John Emerson. Ambos enseguida le confiaron tareas de asisten-te, impresionados por su disciplina y su conocimiento de los ambientes europeos,

sobre todo los militares. Eran tiempos de guerra en Europa (1914-18), y el joven Stroheim logró una inmensa popularidad encarnando a aborrecibles oficiales pru-sianos, papeles que llevaron a los estudios a acompañar su foto del eslogan “El hom-bre al que a usted le gusta odiar”. Sin embargo, su verdadera vocación era la dirección. Un día abordó al presidente de la Universal, Carl Laemmle, para expli-carle el argumento de la película que tenía entre manos. Stroheim tenía un increíble carisma para contar historias, y los cinco minutos que el productor le concedió se convirtieron en horas y en un contrato de 130 dólares a la semana. “Hasta la llega-da de Orson Welles fue el debut más im-pactante y significativo de la historia de

Hollywood”, escribió su biógrafo Richard Koszarski. Stroheim logró sendos éxitos con Corazón olvidado y La ganzúa del dia-blo, lo que llevó a la productora a obviar su fijación por lo desagradable, sus largos montajes o aquellos caprichos repentinos que multiplicaban por diez los gastos.

Del éxito al exilio Sin embargo, la irrupción en la Universal de Irving Thalberg –apodado el “wonder boy” (“el chico maravilla”) de Hollywood por su excepcional olfato comercial– pon-dría fin a su carta blanca para sobrepasar presupuestos y horas de metraje. El cho-que entre ambos terminó con el despido del director por “sus repetidos actos de insubordinación, sus extravagantes ideas y sus innecesarios retrasos”. En busca de una mayor independencia, Stroheim fir-mó con Samuel Goldwyn para rodar su obra más personal, Avaricia. Pero, en mi-tad del rodaje, Goldwyn se asoció con Louis B. Meyer, y este contrató a Thalberg como supervisor. Stroheim tuvo que renunciar a las 45 bobinas (nueve horas y media) de su primer montaje, aunque fue incapaz de reducir la cinta por debajo de las 24 bobi-nas. Sobre la versión estrenada, de solo 10, diría: “Fue como una exhumación. En un ataúd diminuto encontré un montón

de polvo, un olor terrible, un poco de co-lumna vertebral y un hueso del hombro”. Stroheim solo estrenaría dos películas más –aunque dejó varios proyectos inacaba-dos– hasta que su fama de dilapidador le cerró las puertas de los estudios. Persona-je atrabiliario y egocéntrico, había alimen-tado tanto su leyenda de “hombre a quien le gusta odiar” que terminó devorado por ella. Pasó sus últimos años en Francia, encarnando versiones paródicas de sus grandes personajes. Stroheim fue el pri-mer actor en aportar matices psicológicos al papel de “malo”, y aún tuvo tiempo para brindar algunas interpretaciones magistrales junto a Jean Renoir y Billy Wilder, pero ningún productor volvió a confiar en él para dirigir una película.

logró una inmensa popularidad encarnando en hollywood a odiosos oficiales prusianos

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erich von stroheim

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anécdotas

GLORIA DAGANZO, historiadora

LA hIstORIA más INsóLItA

1.500LA CIFRA

ejemplares es la tira-da mínima que tuvo

la primera edición de el Quijote, realizada en la imprenta vallisoletana de Juan de la Cuesta a finales de 1604.

la flema de talleyrand Durante el Destierro de Fernando VII (1784-1833) en Valençay, Francia, corrió el rumor de que un ayudante del rey, el duque de San Carlos, había tenido una aventura con la anfitriona de la corte española, Catherine Noele Grand (arri-ba), esposa del ministro francés Talleyrand. Cuando Napo-león tuvo noticia de este escándalo, se lo comunicó al marido presuntamente ofendido, pero este, impasible, le informó de que ya lo sabía. Sorprendido, el emperador le preguntó: “¿Por qué no me lo había dicho?”. A lo que Talleyrand respondió: “Sencillamente, sire, porque la cuestión no aportaba ningún tipo de gloria ni a vos ni a mí”. Y así zanjó la cuestión.

¿Por qué tiembla el rey?Carlos i (abajo, con banda azul), rey de Inglaterra y de Escocia, fue ejecutado un gélido 30 de enero de 1649 en Westminster, Londres. Se cuenta que el monarca pidió que le vistieran con dos camisas para evitar que el frío le hiciera tiritar. No quería que quienes presen-ciaran su muerte creyeran que temblaba de miedo.

helmut von... ¡murphy!una vez, un solDaDo de Helmuth von Moltke (1800-91), el mariscal que contribuyó a convertir Prusia en el estado hege-mónico de Alemania, se equivocó al cumplir una orden de su inmediato superior. Cuando Von Moltke se enteró de ello, dis-culpó al militar de rango inferior y mandó arrestar al superior. Al preguntarle por qué había tomado aquella decisión, respon-dió: “Muy sencillo, caballeros, [el detenido] había dado mal la orden. Recuerden siempre esta máxima: ‘Toda orden que pueda ser malinterpretada, será malinterpretada’”.

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¿SABíAS QUE…? la impresionante Cúpula del Altes Museum de Berlín no es visible desde la calle de forma intencionada. Se cubrió con un parapeto cuadrado para evitar comparaciones con la cúpula de la cercana catedral protestante, la Berliner Dom. In-augurado en 1830, el Altes, obra del arquitecto Karl Friedrich Schinkel, fue el primer museo público de la antigua Prusia.

armenia, caPital ¿madrid?en el siglo xiv, maDriD (aquí, vista de la catedral de la Almudena) fue feudo de un rey de Armenia. Todo empezó en 1375, cuando los mamelucos capturaron a León V, rey de los armenios, en Kapan, actual Turquía. El monarca estuvo preso siete años, hasta que Juan I de Castilla compró su libertad y le reclamó en sus tierras. Una vez en la corte castellana, su libertador le concedió el señorío de Madrid a título vitalicio.

El inglés no es negociola novela Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916) conoció un éxito extraordinario en EE UU durante los felices años veinte. Su autor, Vicente Blasco Ibáñez, coincidió una vez con el magnate de la automoción Henry Ford, que se extrañó de que el escritor no hablara inglés. Este le argumentó sus razones con ayuda de una traductora: “Mire, señor Ford, para hablar inglés necesitaría como mínimo un año de estudio y trabajo, exactamente el mismo tiempo que empleo en escribir una novela que me reporta medio millón de dólares. Evidentemente, si dedico ese tiempo al estu-dio del inglés no puedo escribir. Por tanto, es un mal negocio. ¡Me sale más barato contratar a un intérprete!”.

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arqueología

Un lienzo intactoPont d’arc, en Francia, es la cueva prehistórica con pinturas más antigua, más grande y mejor conservada. esta primavera se inaugura su réplica.antonio BaqUero, Periodista

A finales de 1994, el reputado prehistoriador Jean Clottes recibió el encargo de visitar una cueva en el departamen-to de Ardèche (al sur de Fran-

cia) en la que tres espeleólogos aficiona-dos habían encontrado unas pinturas de animales. Como conservador general de patrimonio en el Ministerio de Cultura, debía determinar la autenticidad del ha-llazgo y, de ser el caso, valorarlo y reco-mendar medidas de conservación. Clottes recuerda el momento en que accedió a la

gruta: “Para mí fue una auténtica con-moción. Nada más verla supe que tenía ante mí un descubrimiento excepcional y que esas pinturas tenían un valor similar a las de Altamira o Lascaux. Era un hallaz-go como solo hay uno en un siglo”.Un hallazgo que se produjo por casua-lidad. El 18 de diciembre de aquel año, los espeleólogos Christian Hillaire, Jean-Marie Chauvet y Eliette Brunel camina-ban por unos acantilados del circo del Estre cuando detectaron una pequeña corriente de aire procedente de un ori-

ficio en la roca. Decidieron inspeccionar. Tras apartar unas cuantas piedras, ob-servaron que se abría un estrecho hueco. Con no pocas dificultades, se introduje-ron e intentaron abrirse paso. Brunel, la menos corpulenta, iba delante, y, redu-ciendo los relieves de la roca a golpe de martillo, pudo avanzar hasta llegar a una estancia donde ponerse de pie. Ahí des-cubrió que estaba en un saliente y que bajo sus pies había un gran vacío.Sus compañeros, heridos debido a la es-trechez del conducto, lograron alcanzarla.

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Pont d’Arc

Pero sus linternas se quedaron sin batería, y todos tuvieron que dar media vuelta. Convencidos de que debían seguir con la exploración, optaron por regresar, pese a que el día tocaba a su fin. Era noche ce-rrada cuando, tras descender por la pared del saliente con ayuda de una escalera de espeleología, arribaron a una gran sala. Luego descubrieron otra estancia. Por el suelo vieron numerosos huesos de ani-males, muchos de los cuales, más tarde, se demostraría que eran de oso cavernario. En el camino de regreso, la luz de Brunel iluminó un pequeño mamut ocre inmor-talizado en una de las paredes.“Nos encontramos bruscamente proyec-tados en un mundo desconocido, sin ninguna referencia espacial ni tempo-ral…”, relataron los tres espeleólogos en La découverte de la grotte Chauvet-Pont d’Arc. No en vano, cuanto más contem-plaban detenidamente las paredes de la roca, más dibujos afloraban. Salieron de la cueva pasadas las doce de la noche. “Una vez al aire libre, mientras

amontonábamos piedras para esconder el acceso, la evidencia nos golpeó en la frente. Habíamos penetrado en un espa-cio inviolado desde hacía decenas de mi-les de años. Un santuario intacto. Un lugar fuera de lo común en unas condiciones óptimas de preservación”.

Triple récordAbrumados por su descubrimiento, avi-saron a las autoridades. El 18 de enero, después de que el profesor Clottes auten-tificara las pinturas, el ministro de Cultu-ra francés Jacques Toubon anunció al mundo aquel tesoro. Pont d’Arc era la decana de las cuevas prehistóricas orna-mentadas (sus dibujos tienen 36.000 años de antigüedad), la de mayor extensión (cerca de ocho mil quinientos metros cuadrados) y la mejor conservada. Entre 1995 y 2013 se realizaron hasta trece campañas de investigación en la cueva. Todas ellas únicamente durante los meses de marzo y octubre, debido a que el resto del año confluye en la gruta

Baile de nombres y de derechos de paternidad.

un hallazgo con Polémica

Un acUerdo firmado entre el gobierno francés y los tres espeleólogos que descubrieron la cueva (en los acantilados de aba-jo) estableció que estos percibirían el 3% del precio de cada entrada a la réplica, lo que supone una au-téntica fortuna. No obstante, a fi-nales de 2014, otros espeleólogos aparecieron para disputar la pa-ternidad del hallazgo. Según uno de ellos, Michel Rosa, la cueva no se encontró el 18 de diciembre de 1994, sino en junio del año ante-rior, fecha en la que se localizó la corriente de aire que condujo has-ta la gruta. Los tres espeleólogos confirman que Rosa estaba con ellos cuando por vez primera ob-servaron la corriente, en la prima-vera de 1993, pero aseguran que su compañero no hizo caso de ella y se puso a explorar otras cuevas.

La paternidad del hallaz-go no es la única polémica que ro-dea la gruta. Desde el principio se la denominó Chauvet-Pont d’Arc, en referencia a uno de sus des-cubridores y su ubicación. No obs-tante, en una carta enviada a las autoridades en junio de 2014, los tres espeleólogos denunciaban la intención del gobierno de inscribir el sitio en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco como la cue-va de Pont d’Arc. El gobierno pare-ce haberse salido con la suya: en la web de la réplica se alude al lu-gar como la caverne du Pont d’Arc.

el murAl de los leones, en lo más profundo de la cueva, es uno de los más grandes.

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arqueología

Recorrido por la cuevalas huellas dejadas por hombres y animales

Mural de los leonesDe 12 m de longitud y 3,50 m de altura, es el mayor fresco de la cueva (aquí un detalle). Represen-ta a ocho leones persiguiendo a osos cavernarios y rinocerontes. Llama la atención el realismo del trazo (incluso se advierte el lagri-mal de uno de los felinos) y el efecto de movimiento conseguido.

Cueva rojaEste color pre-domina en los dibujos y pintu-ras del área más externa.

Cueva negraAsí llamada por el color de sus re-presentaciones.

entrada originalObstruida tras el desprendimiento de rocas hace veinte mil años.

entrada aCtualTapiada desde el descubrimiento de la cueva.

rastro de ososEl oso cavernario fre-cuentó Pont d’Arc. En la cueva se han hallado cerca de dos centenares de cráneos de esta espe-cie, además de arañazos y huellas de pisadas, en-tre otras marcas.

Mural de los CaballosEstas cuatro cabezas de equino parecen cobrar vida en una de las paredes de la sala del cráneo. La pintura, en negro y de casi seis me-tros de longitud, es una de las más emblemáticas.

un búhoEsta es la representación más antigua que se conoce de un búho (corresponde a la especie de búho chico). Fue hecha con los dedos sobre una pared blanda de arcilla. El dibujo muestra la cabeza del ave girada 1800

y las alas de la espalda.

Mano en negativoAquí vemos una de las varias pinturas de manos halladas en la cueva. El autor apoyó esta parte del cuerpo en la su-perficie de la pared y marcó su contor-no mediante la téc-nica del soplado, semejante a la ac-tual aerografía.

h i s t o r i a y v i d a 21

Pont d’Arc

una mezcla de dióxido de carbono y radón nociva para la respiración. Finalizados los estudios, el año pasado la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad.La cueva contiene cerca de un millar de dibujos y grabados, de los que 425 co-rresponden a animales de hasta catorce especies distintas. No obstante, las pare-des también sirvieron de lienzo para re-creaciones de genitales femeninos, hasta entonces inéditas en el arte paleolítico. Esta parte del cuerpo femenino se repre-senta hasta en cinco ocasiones sin formar parte del esbozo de una mujer. Además, aparece ubicada en lugares preeminentes y junto a la entrada de algunas estancias, lo que ha llevado a los expertos a pregun-tarse si indicaba accesos y si albergaba algún significado de tipo espiritual.

una clase magistral¿Qué nos enseña Pont d’Arc? El profesor Clottes se lanza con entusiasmo a respon-der esta pregunta. “Para empezar, revo-luciona el concepto sobre el arte prehis-tórico. Basta fijarse en los dibujos. No son rudimentarios, sino extraordinariamen-te realistas y sofisticados. Hace ya 36.000 años existía un increíble sentido estético y un dominio de técnicas complejas”,

afirma. Por ejemplo, para lograr ritmo y movimiento, algunas de las pinturas están formadas por superposiciones su-cesivas de dibujos de animales, algo que se observa en los murales conocidos como de los leones y los caballos. Tam-bién hallamos auténticas narraciones visuales de escenas de caza y de pelea en el caso de unos rinocerontes.Pont d’Arc destierra la idea de que el ar-te fue evolucionando de forma gradual, de ensayos groseros a dibujos cada vez mejor terminados. Antes de su descubri-miento, se consideraba que el apogeo estético del arte parietal prehistórico era mucho más reciente. Su máximo expo-nente era la cueva de Lascaux, con pin-turas de hasta 19.000 años. Para conocer la otra gran aportación de la cueva hay que fijarse en qué animales es-tán pintados en las paredes. Un 63% co-

rresponde a fieras como leones, osos ca-vernarios, mamuts y rinocerontes lanudos. Se trata de un porcentaje muy elevado si lo comparamos con el de pinturas rupes-tres de épocas más recientes, donde la mayoría de los animales representados son mamíferos corrientes, como gacelas o bóvidos. Esta diferencia “muestra un

cambio de creencias”, afirma Clottes. Los hombres de Pont d’Arc descendían a las profundidades de la cueva para venerar a sus dioses y celebrar sus ritos. “Lo que ahí pintaban [fieras, en vez de animales menos indómitos] tenía un valor sagrado para ellos”, comenta esta autoridad mundial.

Con los cinco sentidosEl acceso a la cueva se vetó desde el primer día para evitar el deterioro de las pinturas. De ahí la expectación que ha despertado la inauguración, prevista para el próximo 25 de abril, de la réplica de esta maravilla. Se trata de la mayor copia en el mundo de una cueva con pinturas rupestres. Hecha a escala real, reproduce las paredes, sue-los y techos decorados de la original en un recorrido compactado en 3.500 m2 y provisto de diez puntos de observa-ción. La réplica, en la que se han inver-

tido 54 millones de euros, se abrirá al público junto a un centro de interpretación.Los expertos han reproducido milimétri-camente las paredes de la cueva y sus pinturas y grabados mediante la tecno-logía en tres dimensiones, en combinación con la anamorfosis, técnica pictórica que recrea la perspectiva y profundidad de lo representado teniendo en cuenta el punto de vista del espectador. Para ello se creó digitalmente una nube de puntos que reprodujo la volumetría de la gruta. Luego se realizaron seis mil fotografías digitales de las decoraciones, que se su-perpusieron a la nube. La fidelidad al original es tal que incluso se ha replicado el ambiente. El visitante sentirá la hume-dad, el silencio, la oscuridad y determi-nados olores propios de Pont-d’Arc.

monográficobrUneL, eliette, chaUvet, jean-marie e hiLLaire, christian. La decouverte de la grotte Chauvet-Pont d’Arc. Saint-Rémy-de-Provence: Éditions Equinoxe, 2014. En francés.

internetWeb del Ministerio de Cultura francés dedi-cada a la cueva. En francés, inglés y español.www.culture.gouv.fr/fr/arcnat/ chauvet/fr/Web oficial de la cueva. En inglés y francés.http://lacavernedupontdarc.org

PArA sAber más

Pont d’Arc destierrA lA ideA de qUe el Arte Prehistórico evolUcionó de formA grAdUAl

Aurélie FiliPPeTTi, exministra de cultura francesa, en su visita a la réplica de Pont d‘arc.

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cartas

correo del lector

Puede escribirnos al e-mail [email protected] o a la siguiente dirección: Historia y Vida, av. Diagonal, 662-664, 2.a planta. 08034 Barcelona (España). historia y vida se reserva el derecho a editar las cartas recibidas.

una faMiLia dE arMas toMarVarios miembros de la familia del Gran Capitán [hyv 564] destacarían en la carrera de las armas. Uno de ellos, Gon-zalo Fernández de Córdoba y Cardona [1585-1635], fue un general español de la guerra de los Treinta Años que, entre otros destinos, combatió en Flandes. Allí, concreta-mente en Fleurus [en la imagen], obtuvo una importante victoria contra los protestantes holandeses en 1622. Más tarde fue gobernador de Milán. Su figura aparece en El puente de los asesinos, una de las novelas de la saga del ca-pitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte. olegario Castaño

ÉCHaLE La CuLPa a GiLda

En 1947, el estreno de Gilda en España desató un escándalo. Para los más conservadores, la escena en que Rita Haywor-th se quita un guante, mientras interpreta Put the Blame on Mame (Échale la culpa a Ma-me), resultaba demasiado sensual. Su condena, lejos de provocar el fracaso de la cin-ta, le dio publicidad gratuita.

A ello contribuyó el rumor de que, en la versión original, la actriz hacía un striptease com-pleto y la censura lo había eliminado [hyv 564]. No fue la única vez que la gente se inventó una película alterna-tiva. Se dijo, por ejemplo, que las hormigas de Cuando ruge la marabunta (1954) eran mu-jeres desnudas. abel díaz

opinión

consultas

¿dEsdE Cuándo ExistEn Los franCotiradorEs? Juan alberto ràmia González

Desde principios del siglo xviii, cuando surgieron los fusiles de largo alcance (de hasta 275 m). A finales de la centuria, duran-te la Revolución Francesa, los francotiradores eran soldados de élite de cuerpos de infantería. Casi un siglo después, en cambio, en el contexto de la guerra franco-prusiana, ya eran guerrilleros solitarios, de ahí que se cuestionara su papel: ¿eran combatientes o terroristas? Tras diversas convenciones inter-nacionales, se les reconoce como beligerantes si llevan signos distintivos y se atienen a las leyes marcadas. Basilio Centeno

¿Por quÉ En VEnEzuELa Hay una Ciudad quE sE LLaMa GiBraLtar? rosario Gómez

Por Gonzalo Piña Ludueña (1545-1600), conquistador nacido en el Peñón, por en-tonces bajo dominio hispano. Piña fundó varias ciudades en la actual Venezuela, entre ellas, la que bautizó como San Antonio de Gibraltar (hoy

Gibraltar) en 1591. En ese lugar había existido tiempo atrás un núcleo urbano, pero fue arrasado por piratas e indígenas. La nueva ciudad respondía a la necesidad de los colonizadores de contar con un puerto. Ernesto Civis

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¡EscríbEnos y gana Esta novEla! historia y vida premiará la próxi-ma carta del mes con la novela Todos los buenos soldados, editada por Planeta. en la car-ta, de hasta diez líneas, deben constar el nombre completo, la dirección y un telé-fono de contacto.

Carta dEL MEsRobert Wise accedió a dirigir Sonrisas y lágrimas [hyv 564, arriba, un descanso en el rodaje], no sin antes mostrar sus reticencias: la historia le parecía demasiado sentimental. Contribuyó a la decisión final el hecho de que le acompa-ñaría parte del equipo de su anterior éxito, West Side Story, como el guionista Ernest Lehman. Wise fichó con acierto al actor protagonista, Christopher Plummer, y a Eleanor Parker para el papel de la baronesa, pese a que la actriz no estaba en su mejor momento de fama. Victoria Carrillo

¿Es CiErto quE La BiodraMina tiEnE un oriGEn MiLitar? raquel de la torre rodríguez

Sí. Durante los preparativos del desembarco de Norman-día (1944, abajo), los aliados buscaron un fármaco contra el mareo. El objetivo era que los soldados estuvieran en condiciones de manejar un arma. El remedio por entonces disponible, la escopolamina, presentaba los inconvenien-

tes de provocar alucinaciones y dilatar las pupilas. Con el dimenhidrinato, el antihista-mínico del que se compone la biodramina, estos dos efectos desaparecían. El medicamen-to llegó a las farmacias espa-ñolas en junio de 1952 de la mano del médico catalán Joan Uriach. Carlos José García

¿intEntaron fuGarsE CarLos iV y María Luisa dE ParMa dE su CautiVErio? remedios Guzmán

En efecto, existieron varios proyectos para eludir el cautiverio impuesto por Napoleón en 1808, pero todos fracasaron por la torpeza de los preparativos. En uno de los intentos, un guardia de corps contactó con los ingleses para que los reyes (arriba, retratados por Goya) escaparan por mar, pero la policía fran-cesa les detectó. En otro caso, Carlos IV se negó a que los británicos le rescataran si no hacían lo mismo con Godoy, su antiguo e impopular ministro. Carlos iglesias Villa

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DOSSIERnegocios en el entorno de isabel ii

34¿asuntos públicos? la corte del dinero

Por maría pilar queralt del hierro

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Amiguismo y corrupción

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dossier

¿asuntos públicos?

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ISABEL II

Con el país en la senda del capitalismo, personajes de la corte aprovechan para hacer negocio de lo público y lo privado con el respaldo de la Corona.

¿asuntos públicos?María Pilar Queralt del Hierro, historiadora

la callE DE alcalÁ en un óleo anónimo del siglo xix. Museo Municipal de Madrid.

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dossier

a raíz de la muerte de Fernan­do VII en 1833, España inició un nuevo período de su his­toria. No solo despegó hacia la abolición definitiva del

Antiguo Régimen, sino que lo hizo inmer­sa en una peculiar situación. Desde la propia corte se manejaron los hilos de una serie de entramados financieros en los que el juego sucio, el intercambio de informa­ción privilegiada y el cohecho fueron pro­tagonistas. Un cambio de valores sociales aunó a burgueses y aristócratas, favoreció la industria y primó los intereses econó­micos. Pero también dio lugar a una espi­ral de amiguismo y corrupción que con­tribuyó a desacreditar a la Corona.

un trono en precarioLa reina viuda María Cristina de Borbón pasó a ostentar el cargo de regente, pues­to que la nueva soberana, Isabel II, solo contaba tres años de edad. Desde ese mis­mo momento, María Cristina se erigió en la esperanza de los liberales, que temían que el hermano del difunto rey, el intri­gante y ultraconservador infante Carlos

María Isidro, se hiciera con el trono invo­cando la ley sálica (que eliminaba a las mujeres de la línea sucesoria). Las inquie­tudes se hicieron realidad, la primera gue­rra carlista no tardó en estallar, y la regen­te, consciente de que solo podía confiar en las huestes liberales, aceptó las modifica­ciones políticas que estas reclamaban. María Cristina firmó el Estatuto Real, que limitaba ligeramente el poder real abso­

luto, con la esperanza de asegurar el trono de su hija y su propio futuro.María Cristina conocía perfectamente lo precario de su situación. La monarquía de Isabel II no tenía una base firme en la que apoyarse. El reino era una España cam­biante donde la burguesía ansiaba el poder que todavía detentaba la aristocracia; las arcas estaban vacías a causa de la guerra y la pérdida de las colonias americanas; y un importante sector social seguía empe­ñado en obtener las libertades que había

intuido con la Ilustración y que había frus­trado el retorno de Fernando VII. Una España en la que se sentaron las bases de un sistema capitalista que tuvo conexiones internacionales y que, si bien conllevó una cierta modernización social y un conside­rable impulso para la industria, a la larga acarreó unas prácticas deshonestas tole­radas y amparadas por la propia corte. Además, la polémica causada por la irre­

gular vida privada de la reina gobernado­ra desestabilizó la institución. El culpable de acabar con el buen nombre de la regente fue un apuesto y calculador guardia de Corps llamado Agustín Fernan­do Muñoz y Sánchez. Inteligente, con una enorme capacidad para relacionarse y una nada despreciable ambición, Muñoz ten­dría un papel determinante en la red que presidió la corte de Isabel II. Desde 1832 prestaba sus servicios en la escolta perso­nal de María Cristina, y la reina viuda no

Muerto fernando vii, la burguesía ansiaba el Poder Que todavía detentaba la aristocracia

maría cristina cuida a Fernando vii durante su enfermedad, por Federico Madrazo, siglo xix.

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ISABEL II

tardó en caer rendida a sus encantos. Los rumores cortesanos, sin embargo, ofrecían otra versión, que situaba el inicio de la relación con anterioridad a la muerte de Fernando VII. Rumores que se incremen­taron cuando, solo tres meses después de fallecer el monarca, el 28 de diciembre de 1833, la reina viuda y el guardia de corps contrajeron matrimonio en secreto. La aventura deterioró la imagen de la Co­rona, aunque no hay que olvidar que, en pleno estallido romántico, la pasión era un valor en alza. Probablemente, si los deslices de María Cristina hubiesen sido exclusivamente de alcoba, la opinión pú­blica habría acabado por perdonarlos. Pero había algo que nadie, ni conservado­res, ni liberales, ni siquiera aquellos inte­grantes del pueblo llano no alineados en

ninguno de ambos bandos, estaba dispues­to a disculpar: su implicación y la de su consorte en negocios poco claros.

las cortes burguesasEn una sociedad en transformación, que se desprendía paulatinamente de los va­lores del Antiguo Régimen y se abría a los principios de una sociedad industrial, el hecho de que las monarquías tuvieran un comportamiento cada vez más burgués actuaba a su favor. Por primera vez en la historia, las cortes de Luis Felipe de Orleans en Francia o de una joven Victoria I en Gran Bretaña mostraban su intimidad. Esta, además, estaba más próxima a la de cualquier familia de clase media que al aparatoso protocolo de la monarquía ab­soluta. Claro que esta presunta democra­tización de la Corona conllevaba el peligro de no respetar la fina línea que separaba lo público de lo privado. Fue el caso de Leopoldo II de Bélgica, que amasó una fortuna gracias a su explotación particular de los recursos naturales del Congo. Pero mientras este peculiar statu quo de la monarquía belga se vio refrendado por

LA IMPLIcAcIón dE LA rEgEntE y Su MArIdo En nEgocIoS Poco cLAroS AcABAríA Por gEnErAr un EScándALo

fErnanDo muñoz, esposo morganático de la regente María Cristina. Grabado, siglo xix.

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dossier

la Constitución, no ocurría lo mismo en la Corona española. La codicia de María Cristina, primero, y la tolerancia de Isa­bel II ante la corrupción financiera, des­pués, provocaron el descontento gene­ralizado de un país todavía novel en operaciones como las bursátiles.

aparece el parqué Inaugurada el 20 de octubre de 1831 en la plazuela del Ángel, la Bolsa de Madrid se creó a imitación de las de París (1724), Londres (1801) o Nueva York (1817). Se convirtió en el medio idóneo para favore­cer los intereses de una pujante burguesía nacida al albur de la Revolución Industrial. En el artículo 64 del Código de Comercio de 1829 se la calificaba de “lugar de reu­nión de comerciantes y agentes mediado­res en donde se conciertan o cumplen las operaciones de contratación de activos mobiliarios”, pero su instauración obede­ció a la necesidad de disponer de un mer­

cado donde dar salida pública a los títulos de deuda del Estado, y así hacer frente a los gastos militares. No obstante, pese a las reticencias de quienes la consideraban un juego de azar, la burguesía vio en este sistema una forma de rentabilizar el aho­rro y optimizar las inversiones.

Sus orígenes fueron modestos: cinco agen­tes de cambio, sesiones de poco más de tres horas y como únicas cotizaciones ban­cos, ferrocarriles y siderurgias, en franca minoría respecto a la deuda pública. La primera guerra carlista tuvo como resul­tado una crisis bursátil, si bien, al finalizar la contienda, la recuperación fue plena. Comenzó entonces una etapa al alza que tuvo entre 1844 y 1846 su momento de gloria, cuando la inversión se generalizó

entre la burguesía. Surgió entonces una nueva aristocracia del dinero, capitaneada por el marqués de Salamanca, que amplió la masa de bolsistas al introducir las ope­raciones a plazo, altamente especulativas.

El “pelotazo”José María de Salamanca y Mayol había llegado a Madrid hacia 1830 desde su Má­laga natal. La amistad de su familia con el moderado Francisco Cea Bermúdez le valió diversos puestos políticos de segun­do orden, hasta que, en 1837, consiguió el escaño de parlamentario por Málaga en las Cortes posteriores a la proclamación del Estatuto Real. Comenzó también a frecuentar los círculos palaciegos, donde trabó una gran amistad con Fernando Mu­ñoz. Por entonces, Salamanca ya se había consagrado como un hábil hombre de negocios, y no solo gracias a sus inversio­nes en la bolsa. En 1839 se agenció el mo­nopolio de la sal, una operación que le había representado ingresos del orden de los 300 millones de reales. Había sido un mero aperitivo; el banquete vendría luego: junto a Muñoz y el general Narváez (pri­mero militar, luego presidente del gobier­no en varias ocasiones) fue el eje del triun­virato que durante un decenio dirigió la vida financiera del reino.La perspicacia de Salamanca se demostró sobradamente en el otoño de 1844, cuan­do, mientras los expertos bolsistas ju­gaban al alza, él comenzó a hacerlo a la baja. La razón no era otra que la informa­ción privilegiada de que disponía. El mar­qués conocía el propósito de una serie de militares de levantarse en armas. Por ello, esperó pacientemente hasta que se supo

del pronunciamiento del general Martín Zurbano en Nájera. Con el fin de que cun­diera el pánico entre los inversores, Sa­lamanca y sus socios se encargaron de difundir el episodio como un alzamiento extendido a la totalidad del reino. Los valores, tan estrechamente vinculados a cualquier fluctuación política, cayeron en picado. Gracias a esta operación, Sa­lamanca se embolsó cerca de treinta mi­llones de reales en un solo día, mientras

el público y el privadoLa complicada situación financiera del Ban-co de San Carlos en 1829 (creado por Car-los III y cargado de deudas tras la guerra de la Independencia) llevó a la fundación del Banco de San Fernando, el primero de ca-rácter público con capacidad de emisión de moneda, pese a que los dos tercios de su accionariado lo constituía el capital privado. Este monopolio de la emisión de billetes convirtió el nuevo banco en una institución inicialmente sólida y exitosa, que, años

después, salvó la liquidez del Tesoro públi-co tras la primera guerra carlista (1833-40). En 1844, ante las exigencias del nuevo sis-tema capitalista, el marqués de Salamanca (en la imagen) se decidió a crear el llamado Banco de Isabel II. Con un capital inicial de 100 millones de reales, esta entidad priva-da no tardó en consagrarse gracias a su prodigalidad a la hora de conceder créditos a las nuevas industrias, y muy especial-mente a las sociedades ferroviarias. No obstante, los dispendios lo llevaron al bor-de de la quiebra y, en 1847, hubo de fusio-narse con un también debilitado Banco de San Fernando (la entidad resultante, el Banco Español de San Fernando, será la precursora del Banco de España).

contra el enemigoLos esfuerzos de ambas entidades se au-naban contra su máximo rival: el Banco de Barcelona. Fundado por el industrial cata-lán Manuel Girona (1817-1905), también gozaba del privilegio de acuñar moneda, y acabó convertido en una de las más pu-jantes bancas privadas de España.

el Gran despeGue y el deFinitivo revés de la entidad Creada por el Marqués de salaManCa

aventuras bancarias

con la bolsa se Quería dar salida a la deuda del estado, y afrontar así los gastos Militares

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ISABEL II

la reina “fértil”maría cristina de Bor-bón-Dos Sicilias procedía de un linaje célebre por su ferti-lidad. Por eso la escogió co-mo esposa Fernando VII, ne-cesitado con urgencia de un heredero. Era su sobrina car-nal. Tenía el mismo paren-tesco con su primera esposa, María Antonia de Nápoles.

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que Muñoz y Narváez recaudaron por lo mismo dos millones cada uno.

El filón del ferrocarrilApenas un año después del gran pelotazo bursátil, Salamanca obtuvo, gracias a la siempre eficiente mediación del padrastro de la reina, la concesión del ferrocarril Madrid­Aranjuez, con un capital de 45 millones de reales repartidos en 22.500 acciones. No obstante, una serie de jugadas fallidas, como la creación del Banco de

Isabel II, dificultaron los prósperos nego­cios del marqués. En un momento dado, tuvo que solicitar la colaboración de la Tesorería de la Real Casa, que, tras la in­tercesión de María Cristina, aportó sus propias acciones para reflotar la iniciativa ferroviaria. Casi cuatro millones y medio de reales en acciones que Isabel II cambió a Salamanca por un lote de cuadros recién adquiridos por este para su pinacoteca. Finalmente, el proyecto se coronó con éxi­to en febrero de 1851. En pocos meses, los

valores del ferrocarril reportaron al mar­qués y sus socios pingües beneficios: entre 45.000 y 50.000 reales diarios. Desde ese momento, la Corona –repre­sentada por María Cristina y Muñoz pri­mero y, luego, a través de Isabel II– no dejó de mostrarse interesada en las vías férreas. No era la única. Para muchos in­versores extranjeros, aportar capital a la construcción del ferrocarril en la penín­sula era un excelente negocio. Entre estos se encontraban los británicos Rothschild y los franceses Péreire, creadores del Cré­dit Mobilier Français. Con el amparo de la Corona, los Péreire fundaron empresas promotoras del ferrocarril en Asturias. La banca Rothschild, por su parte, consolidó la Sociedad Española Mercantil e Indus­trial y pujó por hacerse con la concesión del trazado que abriría el camino desde la corte hasta el Mediterráneo: Madrid­Zaragoza­Pamplona­Barcelona. La línea fue declarada de interés general por el Estado en 1851, aunque la construcción no se autorizó hasta 1855.

caída en barrenaEl gran negocio se derrumbó a principios de 1866. Las compañías ferroviarias con­taban con un alto número de inversores, lo que alimentó la especulación. Sin em­bargo, cuando los trenes entraron en fun­cionamiento, las expectativas de beneficio se frustraron. A la hora de la verdad, la industria española proporcionaba pocas mercancías y menos pasajeros, con lo que las acciones de las compañías del sector se desplomaron. La falta de rentabilidad causó su quiebra, y esta se trasladó al sis­tema bancario y, por ende, al político. Fue una de las causas que contribuyeron a la caída de la monarquía. No era una situación demasiado diferente de la experimentada en el resto de Europa unos años antes. A partir de 1845, la crisis de la agricultura y el exceso especulativo en torno al ferrocarril desembocaron en rotundas quiebras, y el enorme malestar social asociado estalló en las llamadas re­voluciones de 1848. Pero, por entonces, mientras las revueltas y un incipiente mo­vimiento obrero amenazaban a muchas de las grandes fortunas europeas, el go­bierno moderado en el poder y una cierta estabilidad social hacían aún de España una gran oportunidad de negocio.

el astuto presidentenarváez, un militar metido a gran capitalista.

cerca de la reinaDe Isabel II se ha dicho que perma-neció secuestrada emocionalmente por unos políticos obsesionados por el poder, lo que provocaría el colapso institucional. Uno de ellos fue Ra-món María Narváez (1800-68, a la izqda.), duque de Valencia, presiden-te del Consejo de Ministros en varias ocasiones, militar y avispado hom-bre de negocios. Le favoreció en es-te ámbito la estrecha relación que mantuvo con Fernando Muñoz des-de el período en que compartieron exilio en Francia, entre 1840 y 1843.

dictador de factoA su regreso a España, la informa-ción privilegiada de que gozaba por su cercanía al poder saneó su econo-mía, con la colaboración de Muñoz y Salamanca. La alianza quedó de ma-nifiesto en 1847, cuando Narváez, al frente del gobierno, protegió los inte-reses del marqués como deudor y acreedor del Estado a través del Ban-co de Isabel II. La alianza fortaleció su posición en el gobierno. De hecho, incluso le permitió, explotando las debilidades de las personas de su en-torno (la vida privada de la reina, los turbios negocios de Muñoz o el peli-gro de bancarrota de Salamanca), ejercer el poder de un modo casi dic tatorial a partir de 1848, como prevención ante el estallido de las revoluciones de ese año en Europa.

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ISABEL II

provechosas inversionesDe hecho, el éxito de la inversión bursátil en el país durante la Década Moderada (1844­54) no habría sido posible sin el apoyo decidido que la corte dispensó a la nueva institución. La corte funcionaba como una auténtica máquina generadora de ganancias. Tanto María Cristina como Isabel II invirtieron entre 1844 y 1868 en algunas sociedades que cotizaban en

bolsa, y tras ellas lo hicieron los grandes nombres del Ejército y la política, inclui­do Narváez. Una actividad que, conside­rando que fue repetidamente presidente del gobierno, evidencia la utilización de información privilegiada. Lo cierto es que, en la España de Isabel II, negocios y política se entremezclaron del mismo modo que lo hacían la aristocracia de alcurnia y la burguesía de nuevo cuño. Podría decirse que la unión amorosa de la reina y su guardia de corps era el paradig­ma de una sociedad en la que ambas clases

caminaban al unísono. Fernando Muñoz, por ejemplo, consiguió la exclusividad de la explotación de las minas de mercurio de Almadén contando como socio con Manuel Gaviria, conde de Buena Esperan­za, el tesorero de la Corona. Ambos ama­ñaron un concurso público por el cual se otorgó la concesión a los Rothschild, que, a cambio, gratificaron a María Cristina con una cantidad próxima a los dos millones

de reales y al ministro de Hacienda, el conde de Toreno, con otros tantos. Era una iniciativa extraordinariamente apetecible para los Rothschild: obtenían un margen de ganancias del 110% por cada quintal de mercurio que, desde Cádiz y vía Londres, acababa en México, donde era de primera necesidad para la extracción de plata. Los sagaces británicos, advirtien­do las ventajas que la Corona española podía reportarles, no tardaron en abrir sucursal en Madrid, donde se convirtieron en banqueros de Isabel II mediante el ade­

lanto de la recaudación de intereses en Cuba y Filipinas a un 18% de rédito.

El otro bandoNo todo el entorno de la reina deseaba participar en el pastel bursátil y financiero. Frente a la actividad de la camarilla crea­da alrededor de los Muñoz­Borbón, se articuló otro grupo de presión no menos importante: el acaudillado por el rey con­sorte Francisco de Asís, más conservador y partidario de una monarquía tradicional, y, como tal, alejado por completo del mun­do de los negocios. Reaccionario y clerical, el corrillo del rey consorte estaba capita­neado por la célebre “monja de las llagas”, sor Patrocinio, y por el confesor del rey, el escolapio padre Fulgencio. En medio de tal vorágine de inclinaciones se encontraba una inexperta Isabel II, que, en palabras de su biógrafa Isabel Burdiel, “en este primer período de su reinado nun­ca tuvo un grupo de fieles propio y singu­lar” que la secundara. Esta circunstancia, añadida a su licenciosa vida privada y a otras razones políticas, desprotegió su imagen y, a largo plazo, dejó su impronta en el total desprestigio de la Corona.

LoS rotHScHILd grAtIfIcAron A MAríA crIStInA trAS gAnAr un AMAñAdo concurSo PúBLIco

El EDificio DE la bolsa de Madrid, ya en la plaza de la lealtad. litografía del siglo xix.

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La corte d eL dinero

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ISABEL II

Los desaforados manejos económicos de la camarilla de la reina se erigieron en una de las cargas que harían saltar el trono por los aires en 1868.

La corte d eL dineroMAríA PILAr QuErALt dEL HIErro, historiadora

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el grupo que manejaba los hilos de la especulación financiera en el entorno de Isabel II tenía nom-bres y apellidos. Los primeros, los de la reina gobernadora y su

segundo esposo, Fernando Muñoz. Y, a escasa distancia, los del marqués de Sala-manca y una cohorte de nobles aburgue-sados y burgueses ennoblecidos que hicie-ron de los corros político-financieros su particular modus vivendi. La corrupción se evidenciaba en la potestad real de nom-brar alcaldes que no solo atendían a los

intereses de inversión de la corte (en es-pecial en lo relacionado con el ferrocarril y las industrias locales), sino que, a través de un régimen caciquil en sus circunscrip-ciones, garantizaban el triunfo en las urnas de aquellos gobiernos propuestos por la reina. Se creaba así una pirámide de am-biciones económicas estrechamente liga-das a la política que, desde la base muni-cipal, culminaban en la propia Isabel II. La soberana, manejada por sucesivas ca-marillas, capitaneadas bien por su propia madre, bien por el favorito de turno, era

la cabeza visible de una telaraña de ami-guismo que acabaría atrapándola.

Las finanzas “secretas” En la caída de la monarquía de Isabel II en 1868 intervinieron muchos factores: la carencia de una estabilidad política, marcada por una sucesión de pronuncia-mientos; las disensiones en el seno de los partidos; el naciente movimiento obrero; los avatares de la confusa vida amorosa de la reina... Pero entre estas causas no ocupó un lugar menor la percepción, por

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ISABEL II

parte de los políticos progresistas, un sec-tor del Ejército y determinados estamen-tos populares, de que unos pocos se habían enriquecido frente a la enorme mayoría. Tal vez esta gran masa disfrutaba del triunfo del “progreso”, dios supremo, có-mo no, de los integrantes del Partido Pro-gresista. Pero su día a día era tan precario como en épocas anteriores.Fue tras el exilio definitivo de María Cris-tina en 1854 cuando salió a la luz lo que, hasta entonces, había sido una simple sospecha o un hecho solo comprobado por

la cúspide política. Las críticas se exa-cerbaron tras el derrocamiento de la mo-narquía borbónica, y fueron sabiamente utilizadas por el general Prim y sus com-pañeros del Partido Progresista en las Cor-tes de 1869 para promocionar a sus can-didatos de otras dinastías europeas. Se reveló entonces que, pocas semanas después de la muerte de Fernando VII, la reina había dado orden de destinar a un “bolsillo secreto” fuertes cantidades de dinero. Entre 1833 y 1840 ascendieron a algo más de treinta y siete millones de

reales, una absoluta fortuna para la época. Solo la soberana tenía acceso a ese bolsillo, que debía administrar conjuntamente con la herencia del difunto monarca: casi vein-tisiete millones de reales para la viuda y poco más de cincuenta y seis millones para cada una de las hijas, así como las diversas joyas pertenecientes a la Corona y las acciones que Fernando VII poseía en el Banco de San Fernando. El total de bie-nes representaba una suma suficientemen-te importante, pero parece que no lo bas-tante para satisfacer la ambición de la gobernadora y su ávido consorte. Cuando, en 1840, el general Espartero, flamante presidente del Consejo de Minis-tros, obtuvo la custodia de Isabel II, el nuevo intendente de Patrimonio, Martín de los Heros, pidió acceder al bolsillo se-creto, para encontrarse con que estaba prácticamente vacío. Al interrogar a Ma-nuel Gaviria, su antecesor en el cargo y

La reina María Cristina y su repetido ostracismoMedia vida en eL exiLio

erre que erreDesprestigiada por los avatares de su vida privada, y tras fracasar en su propósito de conciliar a progresistas y moderados, en 1840, María Cristina (abajo) cedió la re­gencia a Baldomero Espartero y se exilió a París, donde no dejó de intrigar hasta conseguir la caída del gobierno progresis­ta. No sería su único destierro. En 1844 re­gresó a Madrid, donde permaneció hasta 1854, a excepción de un breve período en 1847, cuando debió exiliarse a causa de su implicación en unas dudosas operaciones del Banco de Isabel II. Ni ella ni su esposo escarmentaron, y, en 1854, su insistencia en inmiscuirse en política y, sobre todo, su participación en los negocios relacionados con la sal, el ferrocarril y el comercio ne­grero le acarrearon su definitiva expulsión del reino y el retiro de la pensión vitalicia que las Cortes le habían concedido.

sin arrepentimientoLa partida de María Cristina cerró el ciclo del moderantismo histórico (el del ala más conservadora de los liberales), pero en lo personal la vivió como una muestra de ingratitud, tanto del pueblo como de

los políticos, y en particular de su hija, la reina Isabel II. Apenas cruzar la frontera, le escribió: “Tus días más prósperos son aquellos en que no me ha hollado la ca­lumnia. Tus días peores son los presentes en que así me ha manchado. Mira si te importa a ti y a todos vosotros mi defen­sa”. María Cristina solo regresó a España con motivo del enlace entre sus nietos Al­fonso XII y María de las Mercedes de Or­leans, en 1878, con la prohibición expresa de instalar su residencia en el país.

con MAríA crIStInA En Su ExILIo dEfInItIvo, SE SuPo QuE cASI HABíA vAcIAdo EL “BoLSILLo SEcrEto” dE LA coronA

FerrocarriL Córdoba-Málaga, 1867. en la pág. anterior, isabel ii jura la Constitución, por Castelaro.

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hombre de confianza de María Cristina, este se negó a dar explicaciones. Gaviria escribió a Muñoz para prevenirle, asegu-rando que las cuentas sobre los gastos realizados con los fondos del bolsillo no debían presentarse nunca públicamente, “tanto por su contenido como porque me exigirían también las anteriores”. Había más. Tampoco se conocía el para-dero de las joyas de la Corona. Martín de los Heros había encontrado 700 estuches vacíos, el equivalente a unos setenta y ocho millones de reales. Y faltaban una serie de valiosos muebles renacentistas

pertenecientes al antiguo Alcázar de los Austrias, que se guardaban en los alma-cenes de palacio y que, ante su desapa-rición, se sospechaba que habían sido subastados en Londres y París. Cuando finalmente se interrogó por vía judicial a María Cristina sobre todo ello, esta re-plicó a través de su secretario personal que no juzgaba oportuno responder has-ta “llegado el momento justo”. En espera de ese supuesto momento opor-tuno, Fernando Muñoz y María Cristina,

con el beneplácito del Partido Moderado, habían seguido conspirando desde París para provocar la caída del gobierno de Espartero. Subvencionaron la acción con-junta de moderados y un sector de progre-sistas que, acaudillada por los generales Narváez, Prim y O’Donnell, descabalgó del poder al regente. María Cristina corrió con los gastos del flete del vapor que tras-ladó a Narváez desde su exilio en Francia hasta el puerto de Valencia en 1843. Des-embolsó 400.000 reales para los tres im-plicados en el complot –“para ellos perso-nalmente”, como escribió Muñoz– y otros

100.000 a repartir entre los civiles que secundaban la trama en Madrid. Entre ellos figuraba un buen amigo de Muñoz: el marqués de Salamanca.

Mucho más que fiestasEl resto ya era de todos conocido. Finali-zado su primer exilio en 1844, María Cris-tina y Muñoz, nombrados duques de Rián-sares por “real gracia”, convirtieron su residencia madrileña, el palacio de las Rejas, frente al Senado, en un centro de

decisiones. En las reuniones celebradas allí, bajo la apariencia de eventos sociales, se ataban y desataban toda clase de nego-cios. En el palacio de las Rejas alternaba el círculo más íntimo de la reina madre con los nombres más conspicuos del mun-do de las finanzas y la política, como el propio Gaviria, el marqués de Retamoso (hermano de Riánsares), el marqués de Salamanca o Francisco Martínez de la Ro-sa, más algún militar conservador como Francisco Lersundi o Narváez. Se originó así una íntima relación entre la política y las finanzas que, dirigida siem-pre desde las Rejas, marcó el gobierno de la Década Moderada (1844-54). Desde Rejas, además, se siguió trabajando con casas como la de los Rothschild. Estos fueron los encargados de avanzar la ele-vada dote de la infanta Luisa Fernanda con motivo de su boda con Antonio de Orleans, duque de Montpensier. Por su parte, Fernando Muñoz ejerció como pres-tamista de altos vuelos. Financió alguna de las iniciativas de Salamanca, al tiempo que abría distintos negocios en Cuba, Puer-to Rico y Estados Unidos relacionados con el tráfico de esclavos. No fueron sus únicos cometidos. A partir de 1846, el nombre de Muñoz estuvo asociado a la mayoría de las grandes empresas de obras públicas

en la residencia de los riánsares en Madrid se ataban y desataban toda clase de negocios

bodas de isabeL ii y su hermana María Luisa Fernanda en 1846. Cuadro de Karl Girardet.

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riánsares y eL neGoCio de Las obras púbLiCasuna alta rentabilidad

a lo largo del reinado de Isabel II, Es­paña experimenta una enorme transforma­ción geopolítica. El desarrollo de la industria da entrada a una sociedad de cuño capitalista que, si bien permite la corrupción, también impulsa mejoras en las obras públicas que re­dundarán en beneficio de la modernización del reino. En cabeza de las mismas estaría, por supuesto, el ferrocarril, pero antes de su implantación definitiva se llevaron a cabo otros proyectos de envergadura. Todos con la característica común de contar, en primera

persona o mediante testaferros, con el duque de Riánsares como principal inversor.

así, la real Compañía de Canaliza­ción del Ebro se constituyó en 1852 con un capital nominal de 31,5 millones de pesetas, procedente de inversores extranjeros, del pro­pio Riánsares y de otras personas de su en­torno. Pretendía abrir el río a la navegación a vapor, pero la consolidación del ferrocarril en el transporte de mercancías obligó a reo­rientar su actividad hacia el riego.

otro tanto suCedió con la cons­trucción de un canal del río Manzanares, que de vía de comunicación pasó a considerarse fuente de abastecimiento de agua para Ma­drid. Quedó olvidado a mediados de siglo, al proyectarse el canal de Isabel II (en la imagen superior). En un principio, el canal del Manza­nares iba a permanecer en manos privadas, con el marqués de Retamoso (hermano de Muñoz) como uno de los principales candida­tos, pero finalmente, en 1855, se formó un consejo de administración y un director jefe para hacerse cargo. Asimismo, entre 1841 y 1847, Riánsares estuvo implicado en la puesta en práctica del proyecto de José de Morós y Morellón para perfeccionar y ampliar la in­fraestructura del puerto de Valencia.

isabel ii

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españolas, entre otras, la canalización de los ríos Manzanares y Ebro o la infraes-tructura del puerto de Valencia.A medida que aumentaba su fortuna per-sonal, crecía el descrédito de la reina go-bernadora. El político francés Élie Decazes expresó en la Memoire sur la situation politique de l’Espagne, redactada a petición del gobierno galo: “La opinión pública le atribuye grandes riquezas situadas en ban-cas extranjeras; yo creo que la cifra ha sido exagerada considerablemente, pero es cierto que tiene una pronunciada inclina-ción hacia la economía. Se la acusa de

haberse beneficiado de su ventaja parti-cular para ciertos negocios financieros, y hay cierta verdad en esa imputación: yo sé, sin que me quepa la menor duda, que ha recibido dos millones de reales en virtud del primer contrato por el cual los señores Rothschild se convirtieron en adjudicata-rios de las minas de mercurio de Almadén”.No es de extrañar que, cuando en 1854 se generalizó el descontento contra la pervi-vencia en el poder de los moderados, en el ideario progresista –reflejado en el Ma-nifiesto de Manzanares– los sublevados se comprometiesen a la “conservación del

trono, pero sin camarilla que lo deshonre”. Tampoco que, apenas iniciada la insurrec-ción, una muchedumbre enfervorizada se dirigiera hacia la residencia de la reina madre, quien, lo más sigilosamente que pudo, se refugió con celeridad en el Pala-cio Real junto con su familia.

Por la “felicidad común”La reacción popular no sorprendió a nadie. Las invectivas contra la reina madre y los negocios de Muñoz llevaban meses mul-tiplicándose. En abril de 1853, el general Manuel de la Concha se había dirigido a

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las Cortes con palabras que aludían clara-mente al duque de Riánsares: “Donde más ha faltado la ley es en los caminos que se han concedido al señor Salamanca, y la razón no es otra que el estar dicho señor asociado a un hombre poderoso”. La pren-sa extranjera se sumaba a las condenas. En un artículo de enero de aquel mismo año, el diario británico The Times exponía: “El Palacio es la escena de intrigas entre Cristina, Muñoz y sus criaturas [los ocho hijos nacidos de la unión]; lo que solo pue-de compararse a los escandalosos excesos de Godoy. La misma reina ha estado más

de una vez a punto de destruir la Carta Constitucional [...], y la casa de Borbón parece tan solo prolongar su existencia en España para mostrar al mundo la degra-dación de una raza de reyes”. La respues-ta del gobierno de los moderados fue, dos meses después, prohibir la entrada del rotativo londinense en España. Pero no se pudo silenciar la prensa clan-destina, y libelos de toda clase circularon por toda la península. En ellos se denun-ciaba la adjudicación, sin concurso pre-vio, del correo entre Cádiz y las Canarias a un testaferro tras el que se encontraba la reina madre; o se ejercía la repulsa manifiesta a Isabel II por consentir tales excesos a los Riánsares. Tras los sucesos de junio de 1854, el periódico La Ilustra-ción publicó un artículo en el que afirma-ba que existía “una sociedad en coman-dita para la explotación de todos los agios, de todos los negocios que el país había de pagar con su sangre. Capitaneábanla Cristina y su gerente Salamanca, mons-truo de inmoralidad, quien era, como el vulgo suele decir, su testaferro”. La situación llegó a ser tan crítica que, un mes después de estallar la Vicalvarada (llamada así porque el levantamiento se inició en Vicálvaro, entonces en las inme-diaciones de Madrid), Isabel II se decidió a llamar a Espartero, por entonces retira-

do, para que formara gobierno. El viejo general no rechazó el cargo, siempre que se aceptaran tres condiciones: convocar Cortes Constituyentes, que la reina se re-tractase públicamente de los errores co-metidos y que María Cristina respondiese ante la justicia de las acusaciones de co-rrupción. Consciente de que le iba en ello la Corona, Isabel II accedió, y el 28 de julio de 1854 hizo público el manifiesto en el que aseguraba a los españoles: “El nom-bramiento del esforzado duque de la Vic-toria [Espartero] para presidente del Con-sejo de Ministros y mi completa adhesión

a sus ideas, dirigidas a la felicidad común, serán la prenda más segura del cumpli-miento de vuestras nobles aspiraciones”. Poco después se encargó a una comisión investigar las implicaciones de María Cris-tina en la contrata de las obras del puerto de Valencia a través de Nazario Carriquiri, su hombre de confianza, cifradas en 11 millones de reales; en las obras del ferro-carril de Langreo con la intermediación del hermano de Riánsares; en la canaliza-ción del Ebro, empresa en la que el propio Fernando Muñoz era titular de 2.248 ac-ciones; y en otros asuntos, como el abas-tecimiento de carbón para Filipinas. La larga serie de movimientos financieros llevaron a escribir al embajador francés en Madrid: “No existe en España un solo ne-gocio industrial en que [ella] o el duque de Riánsares no tomen parte”.Vista la gravedad de las acusaciones, Ma-ría Cristina, de nuevo exiliada en Francia, intentó ser eximida de cualquier delito y recurrió a tres abogados de prestigio, entre ellos, Manuel Cortina, presidente de la Real Academia de Jurisprudencia. El juicio de los eminentes letrados, emi-tido tres años después tras largas delibe-raciones, fue unánime. Exoneraba a la rei na madre de cualquier responsabilidad en las operaciones, que, en todo caso, eran atribuibles a su esposo y a las socie-dades en las que él participaba.

trAS trES AñoS dE dELIBErAcIonES, LoS juEcES ExonErAron A MAríA crIStInA dE todA rESPonSABILIdAd

La VicaLVarada, por eugenio L. velázquez, 1854. a la dcha., los riánsares y una de sus hijas, c 1860.

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especulando con el sueloEl triunfo de la burguesía a raíz de las re-voluciones liberales había implicado en toda Europa una nueva jerarquización social, sustentada en el éxito económico. La burguesía vinculada a la industria, al comercio o a la banca necesitó un marco físico nuevo en el que manifestar estéti-camente su mentalidad y su ascenso social. El resultado fueron los ensanches, es de-cir, las ampliaciones del espacio urbano tras derrocar las murallas medievales, o incluso el derribo de los centros históricos para reconvertir las callejuelas en avenidas arboladas. Era preciso mejorar las condi-

ciones de salubridad de unas ciudades que habían visto aumentar espectacular-mente su población, en parte por la ava-lancha de mano de obra para la industria llegada desde el medio rural. En el caso de Madrid, a mediados de siglo se echó abajo la “cerca” construida por Felipe IV en 1625, que, desde la puerta de Alcalá, subía por la actual calle Serra-no hasta la plaza de Colón. El proyecto, diseñado en 1859 por el urbanista Carlos María de Castro, se inspiraba en el plan que Ildefonso Cerdá había trazado para el Eixample barcelonés. Desde luego, tras la necesaria remodelación urbana latía

la suculenta posibilidad del negocio in-mobiliario, puesto que la pretensión era levantar en los solares grandes mansiones o lujosos pisos, residencias que constitu-yesen el escaparate de la vida confortable y el prestigio social de la burguesía.La especulación del suelo se convirtió en objeto de deseo de inversores como el marqués de Salamanca. Gracias a su proxi-midad a la Corona, en 1847 había ocupa-do la cartera de Hacienda, situación que aprovechó para fusionar el Banco de Isa-bel II, uno de sus más sonados fracasos, con el de San Fernando. Esta jugada y la interpelación del Congreso sobre la trans-

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ISABEL II

parencia de sus negocios ferroviarios de-terminaron el fin de su carrera política. No obstante, tras un corto período de silencio, a partir de 1848 reanudó sus actividades bursátiles y sus intereses en el ferrocarril, tanto en España como en el extranjero. Hacia 1850, utilizando sus contactos y pulsando todos los resortes que la Corona ponía a su alcance, el mar-qués disponía de una fortuna valorada en 200 millones de reales.Fue a partir de 1860 cuando se orientó hacia el pastel inmobiliario que auguraba el proyecto del ensanche madrileño. Ad-quirió terrenos en el entorno del actual

paseo de Recoletos, donde se construyó una espectacular residencia. Dos años después inició la compra indiscriminada de suelo, unas cien hectáreas, en lo que hoy se conoce como barrio de Salamanca. En ellas quería construir 350 edificios agrupados en manzanas de ocho casas y cuatro pisos, con jardines en el interior de las islas. Su importancia estética (y, por tanto, su precio) disminuiría a medida que se ganara altura (de ahí el nombre de “prin-cipal” para las plantas bajas). El éxito de semejante proyecto dependía de su rápida explotación. Sin embargo, el marqués no inició las obras hasta 1864, por lo que, dos años después, la crisis le golpeó de lleno. La caída de la monarquía en 1868 le dio la puntilla. Al año siguien-te recurrió a la emisión de obligaciones hipotecarias de las fincas adquiridas, pero, desprovisto de liquidez, entró en una espiral de créditos hipotecarios, que implicaban vender a medida que se cons-truía, y que le llevaron a perder toda la inversión. Entre 1871 y 1875, la ruina del que había sido el hombre de negocios más poderoso de la corte de Isabel II era total.

Murió en 1883 dejando a sus herederos una deuda de seis millones de reales.

el gran pinchazoLa de 1866 fue la primera gran crisis fi-nanciera de la historia del capitalismo español. Vino precedida de los problemas de la industria textil catalana, que sufrió la escasez de algodón a raíz de la guerra de Secesión norteamericana. Pero el de-tonante fueron las pérdidas de las compa-ñías ferroviarias, que arrastraron tras de sí a bancos y sociedades de crédito. La burbuja inmobiliaria se sumó al desastre. Las malas cosechas del año, con la consi-guiente falta de subsistencias, y la certeza de que el lucro fácil y el amiguismo cam-paban a sus anchas entre las clases altas desembocaron en el levantamiento pro-gresista que derribó la monarquía borbó-nica en 1868. Para buena parte de la so-ciedad española, la Gloriosa marcaba el fin de una era. La “corte de los negocios” de Isabel II debía pasar a la historia.

Biografía Burdiel, isabel. Isabel II. Una biografía (1830-1904). Madrid: Taurus, 2010.torrente fortuño, J. antonio. Salamanca, bolsista romántico. Madrid: Taurus, 1969.

ensayoordóñeZ, miguel Ángel. Dos siglos de bribones y algún malandrín. Madrid: EDAF, 2014.

Para saber Más

LA rEvoLucIón PuSo fIn A LA MonArQuíA dE ISABEL II, MIEntrAS QuE SALAMAncA AcABABA SuS díAS ArruInAdo

eL barrio de salamanca. a la dcha., “La familia modelo”, caricatura de 1870 sobre la familia real.

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CHARTRES

a finales del siglo xii, Chartres erige su catedral en el nuevo estilo gótico. su luminosidad y sus proporciones la convertirían en la más sobrecogedora y armoniosa de todas las catedrales europeas.

la reina de la luz

José Luis CorraL, doCtor en historia y esCritor

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la silueta actual de la catedral de Chartres es impactante, pero el plan original gótico quedó incom­pleto. El proyecto de Chartres incluía ocho torres: las dos de la

fachada principal, de más de cien metros de altura, que se levantan sobre las bases de las románicas, y seis más en los extre­mos del crucero, que nunca llegaron a construirse. No en vano, la de Chartres se planeó como la catedral perfecta, la imagen del paraíso en la tierra. Los recien­tes trabajos de restauración del edificio han generado una encendida polémica. Como sea, debemos tener en mente que, en el siglo xiii, las fachadas de estos tem­plos estaban pintadas de colores muy vi­vos, y las piedras del interior, cubiertas de estuco en tonos dorados.

despegue del románicoLa caída del Imperio romano a finales del siglo v supone el final de un modo de ci­vilización. Rota la unidad estatal que ase­guraba Roma, Europa occidental se frag­menta en varios reinos que, durante más de cinco siglos, sumen al Viejo Continente en las llamadas “Edades oscuras”. Pero, a lo largo del siglo xi, Europa se rehace y comienza a salir de ese letargo: se refuer­zan los Estados, aumenta la producción, mejoran las condiciones de vida, crecen las ciudades y se desarrolla la cultura.El auge del comercio hace posible que una nueva clase, la burguesía, ponga en marcha distintas actividades y genere riqueza, parte de la cual puede dedicarse a la cons­trucción de edificios notables. El oeste de Europa renace de sus cenizas, las ciudades toman el relevo de los cenobios monacales como agentes económicos y culturales; el rumbo de la civilización occidental cambia de manera sustancial.Por toda Europa se levantan edificios en piedra “al estilo de los romanos”. Catedra­les, iglesias, monasterios, castillos... Sin embargo, las técnicas del Románico (de­rivado de lo “romano”) tienen una limita­ción notable: para que no se desplomen, las pesadas bóvedas de medio cañón necesitan unos muros rotundos, sin apenas ventanas, lo que propicia edificios tene­brosos en los que casi no penetra la luz.Al tiempo que las ciudades prosperan, la cultura alcanza niveles desconocidos des­de hace siglos. En la primera mitad del xii

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se fundan escuelas catedralicias en muchas urbes, en las que enseñan grandes maes­tros. Como Bernardo de Chartres, quien, hacia 1120, explica en esta pequeña ciudad del corazón de Francia que “los contem­poráneos solo somos enanos a hombros de gigantes”. O como Pedro Abelardo, que enseña filosofía en París y postula que el hombre ha sido creado a imagen de la to­talidad universal, adelantándose en más

de tres siglos al ideal del Renacimiento. O Anselmo de Canterbury, que dice que se pueden compaginar razón y fe. Se abre así un tiempo en el que la inteligencia se con­vierte en una virtud admirable.Europa crece, las ciudades ven aumentar su tamaño y su población, la cultura en­cuentra nuevos cauces para expresarse. Todo eso está muy bien, pero las iglesias siguen siendo pesadas y oscuras.

GlOSariO

ÁbsideParte situada en la fachada posterior, ge-neralmente de planta semicircular.

ArbotAnteArco de la arquitectura gótica que une el contrafuerte al punto de la pared desde el que se ejerce un empuje interior.

Arco ojivAlArco apuntado del Gótico.

bóvedA de medio cAñónBóveda románica de sección semicircular.

contrAfuerteParte de la obra que sobresale de la cara exterior de un muro para fortalecerlo.

criptAPiso subterráneo utilizado habitualmente como sepultura.

cruceroEspacio en el que se cruzan las naves.

cruz lAtinATipo de planta cruciforme con uno de los ejes más largo que el otro. El longitudinal

se divide en tres o cinco naves. En la cabe-cera se sitúan el altar y la girola, también denominada deambulatorio.

GirolANave o conjunto de naves que circundan el altar mayor, rodeadas por el ábside.

jAmbAPieza labrada que, puesta en vertical a los lados de una puerta o ventana, sostiene la parte superior de estas.

nAveEspacios que, entre muros o filas de arca-das, se extienden a lo largo de un templo.

plAntAFigura que forma la sección horizontal de un edificio (como el esquema inferior).

portAdAConjunto de elementos que forman la puerta de un templo y su ornamentación.

tribunAGalería situada encima de las naves latera-les de un templo, con su misma longitud y anchura y abierta a la nave central.

torres de la fachada

occidental

lAberinto

crucero

Ábside

sAcristíA

cApillA de Saint-Piat

fachada occidental. en la pág. ant., Jeremías, simeón, Juan Bautista y Pedro en el portal norte.

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los detonantes del Gótico El evangelista Juan pone estas palabras en boca de Jesús: “Yo soy la luz del mundo”. Esta frase (Ego sum lux mundi, en latín) orla la figura de Cristo en numerosos fres­cos románicos, pintados en claros y brillan­tes colores que apenas es posible contem­plar en la penumbra de los templos. La idea de Dios como fuente de toda luz ya se en­contraba en la filosofía clásica, como se explica en las escuelas catedralicias.El poderoso abad Suger, que rige en la pri­mera mitad de aquel siglo xii la abadía real francesa de Saint­Denis, al norte de París, está “loco por la luz”. Predica fer­vientemente que, hasta que Cristo se la

devolvió, los seres humanos han vivido largo tiempo sumidos en la oscuridad. El triunfo de Cristo significa el regreso del sol victorioso, que alumbra y guía los corazo­nes de los hombres hacia la verdad.Suger entiende que las iglesias tienen que convertirse en los templos de la luz, y aún más, en una réplica en la tierra de la Je­rusalén celestial. Así pues, el abad de Saint­Denis persigue una nueva arquitec­tura en la que la luz sea la protagonista. Y así se lo transmite al arquitecto de su abadía, un genio de nombre desconocido. Suger quiere que la monumental iglesia que está erigiendo en aquel rico cenobio sea “el edificio de la luz”.

El maestro de obras de Saint­Denis res­ponde al reto con enorme eficacia, y le­vanta una iglesia en la que los muros de pesada y opaca piedra se convierten en muros hechos de luz. Su solución revolu­ciona la historia de la arquitectura. Utili­za el arco ojival, de doble centro, gracias al cual el empuje debido al peso se pro­duce hacia arriba y hacia abajo a través de los pilares. De este modo, y apoyándo­se en contrafuertes y arbotantes, se pueden elevar las bóvedas de los templos hasta alturas imponentes y abrir casi por completo los muros, que ya no necesitan ser gruesos para sustentarlas.La iglesia de Saint­Denis se consagra en junio de 1144 en presencia de los perso­najes más poderosos de Francia, entre los que se encuentran el rey Luis VII y su for­midable esposa, Leonor de Aquitania. El éxito es clamoroso, y Suger se muestra eufórico: ha logrado una obra perfecta. De inmediato, todos los obispos del reino (los de Sens, Senlis, Noyon, Laon, París...) deciden construir catedrales en la línea de aquel asombroso templo abacial.Entre los siglos xii y xv, este nuevo estilo monopoliza los gustos estéticos en Occi­dente, hasta que, a comienzos del xvi, Rafael se refiera a él con dureza, algo a lo

que se suma el también artista y crítico italiano Giorgio Vasari. Entre ambos lo­grarán que el estilo de la luz se asimile con el arte de los godos, es decir, de los bárbaros. De ahí el nombre con el que lo conocemos hoy: “Gótico”.

la ciudad tenazFulcanelli, el misterioso último alquimis­ta francés, publica en 1926 su libro El enigma de las catedrales, en el que escribe: “La más fuerte impresión de nuestra pri­mera juventud [...] fue la emoción que provocó en nuestra alma de niño la vista de una catedral gótica. Nos sentimos in­mediatamente transportados, extasiados,

sin imitaCión PosiBlela fórmula irrecuperable de las brillantes vidrieras de Chartres

el conjunto de vidrieras de Char-tres es uno de los mayores (más de 2.500 m2) de Europa y el mejor conser-vado. En ellas destaca el azul, llamado azul de Chartres. De las 176 vidrieras, 152 son originales del siglo xiii, con unas cinco mil figuras. En los vitrales se repre-sentan motivos bíblicos, y también pasa-jes de la historia de Francia, como los que recrean la vida del emperador Carlo-magno (arriba, dando indicaciones du-rante la construcción de una catedral). En los de la fachada norte se represen-tan las armas de Castilla y las flores de

lis de Francia, pues en 1227 ejercía como regente en el país la reina Blanca, que era hija de Alfonso VIII de Castilla y ma-dre del rey francés Luis IX el Santo.

los colores de las vidrieras del siglo xiii permanecen inalterados ocho si-glos después. A mediados del xx se co-locaron vidrieras nuevas en la catedral de París. Se buscó para ello al mejor vidrie-ro de Francia, que en 1960 intentó imitar los vidrios medievales de Chartres, pero sin éxito. Pese a los intentos, nadie ha podido dar con la fórmula.

suger entiende que Las igLesias tienen que ser una répLiCa en La tierra de La JerusaLén CeLestiaL

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llenos de admiración, incapaces de sus­traernos a la atracción de lo maravilloso, de lo inmenso, de lo vertiginoso que se desprendía de esta obra más divina que humana”. No dice de qué catedral habla, pero bien podría ser la de Chartres. Au­guste Rodin, el famoso escultor francés, ya había publicado en 1914 la obra Las catedrales de Francia, en la que calificaba la de Chartres como “un palacio de armo­nía, paz y silencio”. Y el escritor Paul Clau­del la definirá a mediados del siglo xx como “el paraíso recobrado”.Ubicada a 90 kilómetros al sudoeste de París, Chartres es en el siglo xii una pe­queña ciudad sobre una suave colina en

medio de feraces campos de trigo. Desde el siglo x cuenta con una prestigiosa es­cuela de filosofía, donde enseñan los maestros más importantes de su tiempo, como Bernardo de Chartres y Juan de Salisbury. Allí se lee y estudia a Platón, en cuyo Timeo los estudiantes aprenden que la luz tiene un origen divino.Sede episcopal, Chartres dispone de una catedral románica, consagrada en 1037, que arde casi cien años después, y que se reedifica en estilo románico a mediados de la centuria. Este templo custodia una im­portante reliquia: la camisa de la Virgen María. La noche del 10 de junio de 1194, esta segunda catedral románica, el tesoro

de la ciudad, arde otra vez. Solo se salvan los dos pórticos y las bases de las dos torres. Cuando los vecinos pueden entrar en las ruinas humeantes, descubren que la cami­sa está intacta. Se considera un milagro y se decide erigir una tercera catedral, pero en esta ocasión en el estilo gótico que ha conquistado la región de París.Toda Chartres se vuelca en este objetivo. A fines de aquel año comienzan los traba­jos del nuevo templo, que tiene que repre­sentar el triunfo de la luz, pero también el de los ciudadanos, el del esfuerzo colecti­vo de comerciantes y campesinos. Es un edificio para el culto, pero, sobre todo, el símbolo de la reputación de una ciudad.

nave central de Chartres. al fondo, tras el altar mayor, estatua de la asunción de la virgen maría.

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Se traza una planta que se ajusta a los restos de las torres que han resistido y a la cripta románica, donde se custodia la ca­misa de la Virgen. El arquitecto anónimo de Chartres incluye en su planificación numerosos cambios. Por ejemplo, la eli­minación de las tribunas que se colocaban sobre las naves laterales, como en Notre Dame de París, lo que deja más espacio para las vidrieras, al abrir vanos en toda la verticalidad del muro. La distribución en tres diferentes alturas proporciona al interior mayor esbeltez y luminosidad.La planta es de tres naves, con una cruz latina, ábside semicircular y doble girola. Sus dimensiones son grandiosas: 139 me­tros de longitud, 33 de anchura, que llegan a los 49,50 en el crucero, y una altura de 37,5 metros. En 1220 se convierte en la catedral con la nave más alta de las logra­das hasta entonces en la arquitectura gó­tica en Occidente. No llega a los 43 metros de la cúpula de hormigón del Panteón de Roma, ni a los excepcionales 53 de la de la basílica de Santa Sofía en Constantino­pla, pero el logro es fabuloso. Los cons­tructores de Chartres pueden compararse con orgullo con los romanos.

Pero en Chartres no solo es excepcional el tamaño; sus proporciones son tan equi­libradas que se erige en la más armoniosa de todas las catedrales. Gracias a la me­jora en el conocimiento de la geometría, propiciada por los avances de las mate­máticas, la relación en las medidas apli­cadas se acerca mucho a la considerada perfecta en la Antigüedad, es decir, a la llamada proporción áurea, basada en el número fi. La correspondencia se expresa con la cifra 1,618: la longitud del templo es justo el doble de la del crucero, y la altura de la nave es dos veces y media la anchura de esa misma nave, en una pro­porción de 1 a 2,5, tenida por “el número de Dios”. Estas medidas confieren al tem­plo una verticalidad que facilita el mis­

ticismo al contemplar el interior. El ar­quitecto de Chartres emula la obra de Dios en su catedral, de manera que apli­ca las proporciones que considera divinas, entre ellas, la áurea. La longitud de esta catedral dividida por la anchura del cru­cero es igual a 1,666; no es el número áureo, sino el número de Dios: la misma proporción con la que, según la Biblia, se construyó el arca de la Alianza.Pese a la magnitud del proyecto, los tra­bajos avanzan con una celeridad excep­cional, puesto que se construye en los decenios económicamente más florecien­tes de la Edad Media. En apenas veinti­cinco años se concluyen las obras más importantes, gracias al aprovechamiento de materiales del templo románico. Pese

a todo ello, la iniciativa es tan descomu­nal que la catedral no puede consagrarse hasta 1260. A la ceremonia asiste el mis­mísimo rey Luis IX de Francia.

equipo ganadorLos impulsores de la catedral de Chartres son sus obispos, y su enorme coste se su­fraga con donativos y rentas de todos los ciudadanos. Pero ¿quién la levanta? En ella interviene un equipo de no menos de trescientas personas, entre canteros, transportistas, albañiles, herreros, carpin­teros y vidrieros, que trabajan de sol a sol seis días a la semana. Solo paran durante varias semanas en los meses más crudos del invierno, cuando las heladas impiden que fragüe el mortero. Estos grupos de

Las proporCiones son tan equiLibradas que Chartres se erige en La más armoniosa de todas Las CatedraLes fiGura eScultórica del arquitecto de la catedral de Chartres, en la portada norte del mismo templo.

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artesanos forman cuadrillas itinerantes, constituidas en gremios en torno a una logia. Cada gremio se organiza a partir de un rígido modelo jerárquico, y en su seno se aprende el oficio según las pautas re­gladas en tres niveles de especialización: aprendiz, oficial y maestro.Al frente de todos los gremios, coordinan­do y dirigiendo, se encuentra el maestro de obras, o arquitecto. El que traza los planos de Chartres queda en el anonima­to, pero es, sin duda, un perfil bien paga­do y con una alta consideración social. Este profesional imita en la tierra la obra de Dios en el universo. En las escuelas de teología se enseña en el siglo xii que Dios es el primero y más perfecto de los geó­metras, y por eso se lo representa en las miniaturas manejando un compás, a mo­do de un arquitecto que crea el mundo a partir de los números y las figuras geomé­tricas. Los maestros de obras son a la vez escultores, ingenieros y matemáticos, pero se consideran a sí mismos, por en­cima de todo, geómetras. Su tarea no se limita a planificar la construcción; tam­bién tienen que corregir, a veces con sus propias manos, las esculturas que van a colocarse en las fachadas u otros espacios del templo. Pero, además, no dejan de ser una especie de magos, unos alquimistas capaces de utilizar materiales cotidianos y simples, como piedra, cal, madera y arena, para erigir con ellos una obra ce­lestial y, por tanto, extraordinaria.Una tradición sostiene que los constructo­res de las catedrales góticas se denomina­ban a sí mismos “los niños de Salomón”, es decir, los hijos o los herederos de la sabiduría. Se conservan algunas miniatu­ras en códices del siglo xiii en las que el templo de Salomón se representa como una dorada catedral gótica.

carga de símbolos La de Chartres, además de un templo, es un microcosmos en el que se sintetizan todos los conocimientos de la época. En esta catedral se exponen todas las mani­festaciones sociales y culturales, así como historias y logros políticos. Cabe allí desde la exaltación de las dignidades reales y eclesiásticas –con esculturas o imágenes en las vidrieras de reyes, héroes, papas, santos y obispos– hasta la de nobles o de miembros de los gremios y oficios. Incluso

en el suelo de algunas catedrales góticas aparecen unas figuras geométri-cas que han sido mal interpretadas co-mo laberintos (en Reims, París o Bayeux han desaparecido). En realidad no lo son, pues solamente ofrecen una ruta posible, a través de una vía continua que comienza en la entrada y traza un reco-rrido único, sin posibilidad de pérdida o de elección alternativa.

el de chArtres (en la imagen) es el más grande y el mejor conservado. Es-tá inscrito en un círculo de 12,85 metros de diámetro, la anchura de la nave cen-

tral, en los tramos tercero y cuarto de la nave mayor, con un sinuoso recorrido de 262 metros, en 11 círculos concéntricos y 35 giros. Está formado por losas de caliza de color ocre, que marcan el cami-no, y otras de color negro, que lo limitan y definen hasta el centro. En este halla-mos un círculo, de unos dos metros de diámetro, en el que están inscritos seis absidiolos ultrasemicirculares y un rec-tángulo de poco más de un metro de lar-go por unos setenta centímetros de ancho. En otro tiempo hubo en él un mo-tivo que ha desaparecido. No se sabe cuál era su función ni su significado.

todavía se desconoce la utilidad de este elemento en la nave centralun laBerinto que no Puede serlo

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existe un espacio iconográfico reservado a la fiesta y la trasgresión.Los constructores de Chartres pretenden que su catedral se convierta en un centro simbólico, tal vez en el nuevo ombligo del mundo cristiano. Quieren atrapar la luz solar, la luz divina redentora. Por ello, en el diseño del edificio tienen en cuenta di­versos efectos lumínicos (algunos acaba­rían siendo eliminados en los siglos siguien­tes). Por ejemplo, en el solsticio de verano, un rayo de luz incide en el suelo sobre una losa rectangular colocada de manera obli­cua respecto a las demás. Justo a mediodía, el rayo atraviesa un cristal incoloro de la vidriera de San Apolinar e ilumina la losa. Apenas dura unos instantes, hasta que el sol cambia de posición. La losa que puede verse hoy no es la original; se cambió en

algún momento. Se ha supuesto que, en ese punto, una placa de metal reflejaba la luz de manera especial en el interior del templo. De todos modos, el resultado es que la luz del cielo se refleja en la tierra y la ilumina; y es la Virgen, titular de la ca­

tedral cuya imagen está presente en ese vitral, quien con su mediación rescata así el mundo de las sombras. Todavía existe una vidriera en el lado sur de la nave en la que se representa a Dios creador, a Adán trabajando la tierra y a Eva hilando, además de escenas como la Tentación, el árbol del Bien y del Mal, la

expulsión del Paraíso o Caín asesinando a Abel. En la escena de la expulsión, la cabeza del ángel con la espada de fuego está realizada con un cristal brillantísi­mo, incoloro, que con el sol emite un ful­gor sensacional. Esta alegoría es clara: es

Dios quien ilumina el mundo, y su luz, la única capaz de vencer a las tinieblas.

detalles intencionadosLa catedral está llena de detalles en facha­das y puertas, desde donde se lanzan in­numerables mensajes. Los programas iconográficos de las dos portadas latera­

eL maestro de Chartres quiere atrapar La Luz divina, por Lo que reCurre a distintos efeCtos

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les reflejan esta intención. La portada norte, en la que nunca incide directamen­te la luz del sol, recoge escenas del Antiguo Testamento, con esculturas de los patriar­cas, las virtudes, las bienaventuranzas y las ciencias. En cambio, la sur, esta sí bañada por el sol, está dedicada al Nuevo Testamento: Cristo preside el Juicio Final, donde los justos son salvados y los peca­dores condenados al infierno. En la portada norte aparece una escena inquietante. En una de las imágenes de las jambas puede verse un relieve en el que una inscripción latina en letras góticas mayúsculas reza Archa cederis, que signi­fica “Entregarás el arca”, pero también puede interpretarse como “El arca te ha tocado en suerte”. Esta leyenda se encuen­tra al pie de una carreta de cuatro ruedas

que porta un arcón decorado con pretinas, y de cuyo interior asoman dos objetos, que parecen un libro entreabierto y una espe­cie de jarrón con el cuello hacia abajo. A su derecha, otra escena presenta tres figu­ras decapitadas, vestidas con amplias tú­nicas, que recogen el arcón, con la tapa abierta y el libro y el jarrón asomando. Parecen estar en disposición de guardarlo o esconderlo en la tierra, ya con la tapa cerrada. Bajo esta segunda escena se lee la inscripción Hic amititur archa, es decir, “Aquí será enviada el arca”. El paralelismo bíblico es obvio: si el arca de la Alianza que Dios ordenó construir a Moisés al pie del monte Sinaí estaba consignada en el tem­plo de Salomón, la catedral de Chartres, nuevo templo de la sabiduría, es la depo­sitaria de la nueva arca. Es más que una metáfora; un procedimiento nemotécnico para recordar que, como antaño en el tem­plo de Salomón, es ahora, en los siglos xii y xiii, y aquí, en la catedral de Chartres, donde radica el centro del saber.Todavía se conservan algunas esculturas en piedra en el exterior del lado sur que recogen elementos burlescos, como un asno bailarín y encabritado que muestra obscenamente sus testículos, o un cerdo que toca el laúd, fiel reflejo de una socie­dad en la que, en algunas fiestas, como la del asno o la de carnaval, el orden social se subvierte por unas horas.Chartres es, por fin y sobre todo, el tem­plo de la Virgen María. Hasta ciento se­

tenta y cinco representaciones de la ma­dre de Dios pueden contarse en vidrieras y esculturas, además de las imágenes que se conservaban en el interior, especial­mente la de la Virgen negra, desapareci­da a fines del siglo xviii, en el transcurso de la Revolución Francesa.Esta catedral no es la más antigua, ni la más grande ni la más alta de las góticas europeas, pero cuantos la visitan sienten una insólita atracción al contemplar su exterior y una conmoción extraordinaria cuando penetran en ella. Entrar en este templo es sumergirse en un espacio de piedra y vidrio bañado por una luz muy especial, única en el mundo. La de Char­tres es la catedral que despierta un mayor caudal de emociones.

ensAyoscorrAl, josé luis. El enigma de las cate-drales. Mitos y misterios de la arquitec-tura gótica. Barcelona: Planeta, 2012.erlAnde-brAndenburG, Alain. La catedral. Madrid: Akal, 1995.von simson, otto. La catedral gótica. Ma-drid: Alianza, 1980.

novelAcorrAl, josé luis. El número de Dios. Barcelona: Edhasa, 2004.follett, Ken. Los pilares de la tierra. Bar-celona: Plaza & Janés, 1991.GoldinG, William. La construcción de la torre. Barcelona: Edhasa, 1983.

Para Saber máS

POrtada Sur. a la dcha., vidriera en la que se ve refulgir al ángel en la expulsión del Paraíso.

54 h i s t o r i a y v i d a

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muerte en las DunasNo fue rocroi, sino la batalla de las dunas y el posterior acuerdo firmado en la isla de los Faisanes, lo que dio la puntilla a la preeminencia española en Europa.EnriquE F. Sicilia cardona, historiador

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Casi siempre se había atestiguado que la supremacía militar de los Tercios de Flandes se extinguió en el campo de Rocroi. Ahora se empieza a defender la extremada

capacidad de recuperación de la monarquía hispánica para resarcirse de derrotas tan famosas como aquella. El verdadero fin, tan esperado por muchos, ocurrió más bien en la batalla de las Dunas de 1658, donde la formidable maquinaria de los Austrias españoles sufrió otra derrota mi-litar, agravada por la calamitosa situación económica y la estéril demografía nacional. La nueva realidad la confirmó la prepon-derancia europea obtenida por la Francia de Luis XIV en el tratado firmado el año siguiente en la isla de los Faisanes.

Una vez firmada la Paz de Westfalia un decenio antes, el conflicto franco-español comenzado en plena guerra de los Treinta Años seguía activo. Los teatros se extendían por Italia, Cataluña y, sobre todo, Flandes. Por si fuera poco, los portugueses podían retomar sus ansias de independencia en cualquier momento. Durante 1655 y 1656, los éxitos españoles, con las batallas de Pavía y Valenciennes como triunfal recor-datorio de su antiguo poderío, pusieron sobre la mesa opciones de paz que el car-denal Mazarino, rector de la política fran-cesa, no menospreciaba. Incluso envió a su representante personal a Madrid para tantear esas expectativas, un gesto que fue erróneamente interpretado por los espa-ñoles como signo de debilidad.

Las delegaciones llegaron a estudiar que, a cambio de que Luis XIV no se aliara con Inglaterra y dejara de apoyar las preten-siones portuguesas, los españoles les ce-dieran el Rosellón –ya conquistado por los franceses– y algunas plazas en el Artois y favorecieran las condiciones para el co-mercio mutuo. Parecía un acuerdo pro-metedor, pero dos cuestiones impidieron esta ilusoria paz. Primero, la negativa española a casar a la infanta María Teresa (hija mayor de Felipe IV, sin hijos varones legítimos en esos momentos) con el rey francés. En segundo lugar, y sobre todo, la devolución de los privilegios y propie-dades al Gran Condé, príncipe francés al servicio de España y vencedor anterior-mente ante los Tercios en Rocroi y Lens.

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las dunas

Esto Luis XIV no estaba dispuesto a permi-tirlo, después de los conflictos que había generado el príncipe en su corte.

el cortejo al inglésUn año más tarde, las cosas se presentarían de diferente forma para los antagonistas. El cambio de actitudes lo provocaron In-glaterra y el verdadero vencedor de su guerra civil en dos partes, Cromwell. Con un ejército remodelado y una armada que había disputado con éxito a los holandeses la hegemonía en el canal de la Mancha, el lord Protector deseaba más que nunca intervenir en el continente. Con la prome-sa pactada de adquirir Dunkerque, junto a su voluntad de lanzarse sobre el comer-cio de flotas indiano-español o de apode-

rarse de alguna otra posesión caribeña (ya había conquistado Jamaica), decidió unir-se al rey francés en el Tratado de París, firmado en marzo de 1657. Esta decisiva alianza podía dinamitar el equilibrio existente hasta ese momento, y eso era algo que se temía en Madrid. No en vano, llevaban tiempo cultivando la neutralidad inglesa, y Felipe IV, por ejem-plo, fue el primer monarca europeo que aceptó la proclamación de la República inglesa en 1649. Este indisimulado corte-jo, que Cromwell nunca deseó, terminaba de la peor manera posible. Con 6.000 soldados de infantería ingleses a las ór-denes de Francia y con su poderosa arma-da amenazando, de nuevo, las comuni-caciones del Imperio español.

Los aliados anglofranceses querían caer sobre las ciudades de Gravelinas, Mardyck y Dunkerque, todas ellas ciudades costeras y con un amplio historial de asedios e in-tentonas previas. La única de las tres que fue conquistada durante 1657 fue Mardyck. Turena, el prestigioso general francés al mando, no quiso arriesgarse a plantear el sitio de Dunkerque hasta no tener una superioridad adecuada en esa zona. Por ese motivo, esperó hasta el año siguiente para iniciar la crucial operación. Sería en aquella campaña donde se dilucidase la larga guerra entre los dos colosos. A principios de 1658, los españoles toma-ron por traición la plaza de Hesdin, y en abril pudieron interceptar a una fuerza francesa comandada por el mariscal Hoc-

La papeleta de España en la guerra de los treinta años EL FaLso prEcio dE rocroi

Lo que se conoce como guerra de los Treinta Años (1618-48) empezó siendo un conflicto regional entre el empe-rador del Sacro Imperio y los príncipes ale-manes aliados con los nobles bohemios. Luego derivó hacia un conflicto entre pro-testantes y católicos, para terminar como una pugna política de grandes proporcio-nes en la que se jugaba la hegemonía europea entre dos bloques: el franco-sue-co-holandés y el hispano-imperial.

eL punto de infLexión lo marcó la intervención de Francia en 1635. Su alianza con las potencias protestantes evidenció sus ansias expansionistas, a costa de sacudirse el yugo territorial que le imponían los Habsburgo de España y

Austria. Los choques se sucedieron, y, a pesar de batallas tan reñidas y mitificadas como Rocroi (1643, abajo), en la que la monarquía hispánica no sufrió ninguna pérdida estratégica, la guerra se decidiría en las regiones de Bohemia, con la decisi-va victoria sueca en Jankau, o en Baviera, con la franco-sueca de Zusmarshausen.

La paz de WestfaLia puso fin a las hostilidades. El mapa europeo cam-bió notablemente con la fragmentación alemana, el ascenso francés y la indepen-dencia de Holanda. Asimismo, se implan-tó en el continente la tolerancia religiosa, junto al primigenio concepto de estado-nación con unos límites geográficos afir-mados en la figura absoluta del rey.

firma de un tratado de la paz de Westfalia. En la pág. anterior, batalla de las dunas por Larivière.

58 h i s t o r i a y v i d a

quincourt, al que obligaron a retirarse. Peor le fueron las cosas, un mes más tarde, al mariscal d’Aumont en las cercanías de Ostende. Fue totalmente batido y hecho prisionero, mientras sus tropas sufrían más de mil trescientas bajas, debido a un tai-mado engaño urdido por Juan José de Austria y por el propio gobernador de esa plaza. Habían trasladado al campo francés noticias sobre la existencia en la población de ciertas simpatías hacia Luis XIV y las ganas de rendirse de la guarnición. Nada más lejos de la realidad. En cuanto los franceses se aproximaron a sus abiertas puertas, la noche del 13 al 14 de mayo, sufrieron la letal emboscada.

turena a las puertasEstos contratiempos no desviaron la aten-ción del principal objetivo enemigo, que era Dunkerque, y hacia ella se encaminó el ejército francés –fuerte en unos 17.000 hombres– con el mariscal Turena a la ca-beza. Le acompañaban también un con-tingente inglés de 3.000 hombres y una escuadra de guerra inglesa de bloqueo. El asedio empezó el 25 de mayo, y la plaza estaba defendida por el veterano marqués de Lede, que contaba con unos 3.000

hombres. El alarmismo cundió en Bruselas ante este movimiento, y el español Juan José de Austria quiso responder de inme-diato. Sin embargo, la reunión de sus fuer-zas, unas 14.000 en total, no fue tarea fácil, por falta de bestias de carga y por el mal estado de los caminos. A ello se suma-ba la angustia por socorrer a tiempo Dun-kerque, lo que supondría llegar sin artille-ría, bagajes y pertrechos, algo que al Gran Condé no le pareció lo más sensato.

La mayoría de las fuentes sobre el tema, en especial las firmadas por autores ex-tranjeros, hablan de precipitación espa-ñola en esa decisión, pero hay que tener en cuenta que la caída de Dunkerque sin intervenir habría afectado al prestigio de la corte madrileña. Además, desde que tuvieron noticias de esa ofensiva francesa hasta que llegaron los españoles a la costa flamenca pasaron más de dos semanas, y entre medias hubo dos consejos de guerra para decidir qué opción tomar. En realidad, el movimiento español hacia Dunkerque

fue adecuado y necesario, por la impor-tancia de la incursión enemiga y de la propia plaza escogida. Lo innecesario fue el planteamiento de batalla que siguió a esas decisiones consensuadas. En esas circunstancias, el ejército español se acercaba para levantar el asedio, y el 10 de junio llegaba a Veurne. Tres días después acampó sobre la playa al noreste de Dun-kerque, en la actual Zuydcoote. En el cam-po francés, Turena no estaba ocioso, y

preparaba la bienvenida apropiada. Con aproximadamente 15.000 hombres (9.000 de infantería y 6.000 de caballería), pre-tendía golpear primero y atacar a la posi-ción establecida por los españoles en las cercanías, que estaban desplegados en perpendicular al mar. Avanzó con lentitud desde sus posiciones –recorrió los 5 km que le separaban de sus enemigos en más de tres horas– y formó a sus tropas en tres líneas y una reserva, con la caballería en sus flancos e intervalos, mientras la infan-tería ocupaba el centro. Asimismo, desple-

EL FaLLido iNtENto dE saLvar duNkErquEEntre las dunas

Las fuerzas de Juan José de Austria sucumbieron estrepitosamente ante las de Turena, el mariscal a la cabeza del ejército francés, en la que se co-nocería como la batalla de las Dunas, desencadenada a raíz del intento de los españoles de romper el sitio francés sobre la ciudad de Dunkerque.

Las características dunas de la playa en las que se desarrolló la batalla entorpecieron los movimientos de la, en otros terrenos, poderosa caba-llería hispánica, mientras que los cañoneos de los ingleses desde el mar des-empeñaron también su papel en los aprietos de los españoles. La bajamar dio a los galos la posibilidad de envolver al enemigo por la misma playa.

0 2 km

Dunkerque

Zuydcoote

dunas

Canal de Fernes a Brujas

Mardyck

VeurneMAR

DEL NORTE Escuadra inglesa

Ejército francés

Ejércitohispánicodunas

FRANCIA

HOLANDAINGLATERRA

FLANDES

FRANCOCONDADO

París

Luxemburgo

Bruselas

Rotterdam

GravelinasMardyck

Dunkerque

Ostende Brujas

Londres

HesdinArras

Amiens

Sena

Meuse

Oudenaarde Lille

Ámsterdam

Las Dunas

Rocroi

Valenciennes

Lens

MAR DEL NORTE

Nancy

Reims

Cambrai

Charleroi

Dijon0 50 km

muchoS hablan dE prEcipitación En la dEciSión dE aSiStir a dunkErquE, pEro no FuE ESE El Error

h i s t o r i a y v i d a 59

las dunas

gó su artillería en apoyo de cada flanco situando cinco cañones en cada extremo.

una funesta jugadaEl jefe español no esperaba este movimien-to y tardó en reaccionar. Avanzó luego un poco y dejó que su flanco derecho, forma-do por las tropas españolas, descansara sobre la playa y las típicas dunas de ese litoral, en el que una altura sería el prin-cipal punto de disputa. Su flanco izquier-do, donde estaba situado Condé, se exten-día hasta el canal Brujas-Fernes, y en el centro se encontraban las tropas realistas inglesas del duque de York y el marqués de Caracena con otros contingentes. Detrás de la línea principal de infantería desplegó a casi toda la caballería formada en cuatro líneas más. En un primer momento, la caballería española se situó sobre la playa, pero la intervención de algunas fragatas inglesas –se suelen mencionar tres– obligó a desistir de ese plan.En cualquier caso, la decisión de combatir en ese terreno no fue la adecuada para los españoles. Su numerosa caballería tendría problemas para atacar por el arenal, y el fuego naval tampoco iba a dejarles mover-se a gusto por la playa. Para colmo, la ba-jamar mostró a los franceses una oportu-nidad de cargar por el lado de la costa y envolver las fuertes posiciones que defen-dían las tropas españolas. Y sin artillería disponible, estas no pudieron diezmar a las masas de atacantes que se dirigieron hacia ellos. Lo razonable habría sido reti-rarse al interior y esperar una mejor oca-sión para combatir. Se suele comentar que Condé le sugirió exactamente eso a Juan José de Austria, aunque no es descabella-do pensar que fuese un intento posterior de salvar ciertas dignidades.Hacia las ocho de la mañana del día 14 empezó la batalla. Los ingleses atacaron con fuerza la altura defendida por los es-pañoles, siendo rechazados dos veces. Cuatro horas más tarde, tras varios inten-tos de rupturas mutuas, el ejército español reculaba y se deshacía ante las combinadas tropas victoriosas de Turena. La clave, al final, residió en ese ataque de flanco de la caballería francesa por la playa, que ter-minó por desbaratar el flanco derecho español. Condé, viendo el negro cariz que tomaba la batalla, intentó por la otra ban-da varios contraataques que estabilizaran

la situación, pero no tuvo éxito y acabó optando también por la huida. Dejaron atrás unas 5.000 bajas, la mayoría de ellas prisioneros, y, lo que es más importante, su moral de combate quedó destrozada.

la campaña continúaEs indudable que en las Dunas la figura de Turena destacó sobre el resto. Actuó con

seguridad y temple. Tuvo el acierto de atacar a los españoles en un contexto ven-tajoso para sus fuerzas y estuvo al acecho de los contraataques de Condé. Es muy posible que alentara también el letal en-volvimiento por la costa de la posición española. Sus rivales se fajaron bien, pero plantearon mal su acercamiento a la plaza. Mucho después, Napoleón analizó este

FRANCIA

HOLANDAINGLATERRA

FLANDES

FRANCOCONDADO

París

Luxemburgo

Bruselas

Rotterdam

GravelinasMardyck

Dunkerque

Ostende Brujas

Londres

HesdinArras

Amiens

Sena

Meuse

Oudenaarde Lille

Ámsterdam

Las Dunas

Rocroi

Valenciennes

Lens

MAR DEL NORTE

Nancy

Reims

Cambrai

Charleroi

Dijon0 50 km

Las pasiones de Felipe IV con la co-nocida actriz de la época María Inés Calde-rón dieron como resultado el nacimiento en Madrid de un varón en 1629. En su infan-cia, Juan José vivió varios traslados y tuvo distintos tutores, ante los cuales mostró buena memoria y mejor pluma, además de ser un esmerado jinete y cazador. En 1642 fue reconocido por el rey, y, al año siguien-te, elevado a la dignidad de príncipe. Su buen nombre militar le llegó a mediados de siglo, por sofocar la revuelta de Nápoles y por triunfar en el sitio de Barcelona, que puso fin a la revuelta catalana.

en 1656 fue enviado a Flandes en calidad de gobernador de los Países Bajos. Para llegar tuvo que salvar un ataque a su galera por parte de los piratas berberiscos. Estuvo presente en el triunfo de Valencien-nes ese mismo año. Su estrella se disipó en la batalla de las Dunas, que dejó a merced de los franceses bastantes plazas impor-tantes. Luego regresó a la península para dirigir las operaciones contra Portugal. En 1661 y 1662 encabezó el ejército de Extre-madura con algunos éxitos, para ser total-mente derrotado al año siguiente en la batalla de Ameixial. Murió en 1679.

EL bastardo capazJuan José de austria, el hijo ilegítimo reconocido por el rey en vida

60 h i s t o r i a y v i d a

enfrentamiento y comentó que “don Juan mereció su derrota por avanzar a la vista de Turena, sin artillería o herramientas para atrincherarse”. Además, afirmó que esa victoria “era de esperar, al tener una superioridad de tres a dos en la infantería sobre un suelo mal adaptado para el ca-ballo, que hacía que la superioridad de los españoles en caballería fuera inútil”. Con-cluyó diciendo que “Turena tenía artillería, y su enemigo no”, y reiteró la importancia de “los barcos ingleses, anclados y caño-neando el flanco derecho de los españoles”, para precipitar la desbandada hispánica.Tras su decisiva victoria, Turena continuó sin dilación el sitio de Dunkerque. La muer-te del valeroso Lede precipitó su capitula-ción, y el 23 de junio caía en manos fran-cesas, con el joven Luis XIV presente, observando la escena. Poco después en-tregaban la plaza a los ingleses en virtud de su alianza. Esto incentivó seguramente la continuación de la campaña ofensiva, y los franceses aprovecharon el impulso para tomar Gravelinas en agosto, Oude-naarde en septiembre y otras plazas de

importancia sin casi resistencia. La pene-tración en Flandes fue fulminante –aun-que no llegaron a Bruselas– y quebró el sistema defensivo español como nunca antes había ocurrido. Tal como diría des-pués Juan José de Austria por carta, “cual-quier lugar estaba ahora a su alcance”.

la isla de los faisanesEl lento declinar hispánico se percibía aquel año fatídico. Se imponía firmar la paz. Además, Felipe IV deseaba tener las manos libres para arreglar la situación en Portu-gal, su verdadera obsesión en ese momen-to. Otro hecho circunstancial propició el fin de las hostilidades. Aquellas Navidades había nacido el segundo hijo varón del rey español, y esto facilitaba que este pudiera ofrecer a su hija al monarca francés. Asi-mismo, su enemigo de décadas estaba en

napolEón aFirmó quE la dErrota “Era dE ESpErar” En un SuElo mal adaptado para la caballEría hiSpánica

nacido en sedán en 1611, Enrique de la Tour d’Auvergne-Bouillon, vizconde de Turenne (conocido como Turena por los españoles), tuvo de niño una constitu-ción delicada y no parecía destacar en na-da. Perseverante en el ejercicio físico y muy disciplinado, a los 15 años entró en el ejército holandés, y en 1629 ya era capitán. En la década de los treinta se encontraba al servicio de Francia, y bajo su enseña fue herido en el sitio de Saverne, destacó en Landrecies y participó en la toma de Brei-sach. Herido, otra vez, en el sitio de Tu-rín, asciende al mariscalato a principios de los años cuarenta. Junto a Condé par-

turENa, uNa vida dE bataLLasEl empeño de uno de los mejores líderes con que contó Francia

ticipa en la indecisa batalla de Freiburg, y ambos vencen in extremis en la segunda batalla de Nördlingen. Su posterior unión con los suecos en Baviera finalizaría con éxito la guerra de los Treinta Años.

Luego vinieron los sucesos inter-nos de la Fronda y la lucha final frente a España. Venció en Arras y en las Dunas, aunque fue sorprendido ante Valenciennes. Primer mariscal de Francia en 1660, con-dujo las operaciones de conquista frente a Holanda. Infatigable, luchó contra los im-periales más tarde y los derrotó, hasta caer muerto en Salzbach en 1675.

h i s t o r i a y v i d a 61

las dunas

una situación adecuada, tras sus prestigio-sas conquistas en Flandes –no así en Ca-taluña–, aunque necesitaba un acto oficial para legitimar su posición de privilegio. Por último, a Mazarino le apetecía mucho el acuerdo para proclamar en el interior el éxito de su política y aplacar las voces contrarias a su persona.El llamado Tratado de los Pirineos, firma-do el 7 de noviembre de 1659, tuvo su ostentoso desenlace en junio del año si-guiente sobre la misma isla de los Faisanes, una diminuta marca divisoria entre las potencias enfrentadas bañada por el Bi-dasoa. Allí, ambos monarcas se sintieron complacidos. Luis XIV había recibido el Rosellón e importantes plazas en Flandes, y en ese momento obtenía la mano de la hija del rey español, con una dote en es-cudos de oro que nunca se pagaría (la cuestión serviría al Rey Sol para, mucho más tarde, implicarse en la política hispá-nica con su nieto, el futuro Felipe V). Para el soberano español aquella paz no fue una capitulación total, ya que, de hecho, me-joraba el intento de 1644 y casi igualaba el de 1656. A cambio de algunas pérdidas territoriales, conseguía la no intervención del francés en Portugal, una promesa que

no se cumplió del todo. En los años siguien-tes, los ejércitos españoles centrarían todos sus esfuerzos en la península, donde per-dieron la partida ante los portugueses tras una serie de choques fronterizos.

adiós a una épocaLa monarquía hispánica había demostra-do durante el siglo xvii una gran capacidad de resistencia, como se señala últimamen-te en entornos académicos, que dinamita la imagen de una decadencia extendida. Desde el punto de vista militar, los Tercios siguieron siendo una fuerza muy respeta-ble y en absoluto inferior tácticamente a sus contrapartes. Entonces, ¿cómo se pu-do perder la guerra contra Francia? La respuesta hay que buscarla en el colap-so financiero que arrastraba Madrid desde los primeros años cincuenta del siglo, acreditada en la bancarrota de 1652. Los mandos se quejaban repetidamente de la falta de dinero para pagar a las tropas, y en esas condiciones era muy difícil sacar una ventaja perdurable de los éxitos obte-nidos en batalla. Ese factor fundamental se unió a la escasez de hombres disponibles –por guerras, carestías, pestes...– tras el período de caída de la población entre 1648

y 1654, que limitó el cupo de españoles en los ejércitos en campaña. Finalmente, el acto de aparición inglés en esa década rompió el equilibrio y permitió el ascenso imparable de Francia a primera potencia continental. La batalla de las Dunas puede verse más como una escenografía mortal de esa nueva hegemonía gala que como una derrota catastrófica de las armas es-pañolas. Ni por las bajas producidas ni por la propaganda efectuada entraría en la historia, pero aquel triunfo militar francés confirmó, por sí solo, el contexto impe-rante en Europa: el fin de la supremacía militar y política española.

cLásicosLongueviLLe, thomas. Marshal Turenne. Londres: Longmans, Green, and Co, 1907. En inglés.

ensaYoLiveseY, anthony. Grandes jefes militares y sus batallas. Barcelona: Folio, 1999. Maffi, davide. En defensa del Imperio. Madrid: Actas, 2013.Martínez de caMpos, carlos. España béli-ca. El siglo xvii. Madrid: Aguilar, 1968.

Para saber más

Paz De los Pirineos firmada por Luis Xiv y Felipe iv en la isla de los Faisanes, por Laumosnier.

62 h i s t o r i a y v i d a

Salvador Giné, historiador

hace poco más de medio siglo, en un pueblo de Misisipi, un triple asesinato quedó sin resolver. su instigador, un miembro del Ku Klux Klan, no sería juzgado hasta 2005. El lapso evidencia una discriminación racial que ni los dos mandatos del presidente obama han logrado erradicar.

Arde Misisipi

h i s t o r i a y v i d a 63

SEGREGACIÓN

MArtin L. king en una protesta en 1964. Pueden verse retratos de Goodman, Chaney y schwerner.

64 h i s t o r i a y v i d a

en 1964, la población negra de Estados Unidos era de 20 millo­nes de personas, el 11% del to­tal. El 60% se encuentra en el sur, en los antiguos estados es­

clavistas, y casi la mitad subsiste por de­bajo del umbral de pobreza. En Misisipi, el estado más pobre del país, el nivel de vida de los ciudadanos negros es peor aún que en el resto del sur. Su esperanza de vida (de 61 años los hombres y 68 las mujeres) es siete años menor que la de los blancos. Más de la mitad de sus casas no disponen de agua corriente, y dos ter­ceras partes no cuentan con baño. A estos datos habría que añadir los de la segregación racial, teóricamente abolida. La mitad de los negros abandona los estu­dios en sexto curso o antes, y solo 57 niños de color asisten a colegios de blancos. Por si fuera poco, el acceso a la universidad les está socialmente vetado. Cualquiera que intente matricularse en ella topa con una oposición frontal (que recurre si es nece­sario a las amenazas y la violencia física),

tanto de los estudiantes como de las auto­ridades académicas e institucionales. En 1961, James Meredith se matricula en Ciencias Políticas en Ole Miss, la universi­dad de Misisipi, pero su solicitud es recha­zada al descubrirse que es negro. Recurre ante el Tribunal Supremo, que le da la ra­zón, y en septiembre del año siguiente asiste a la primera clase, pero una multitud blanca le impide la entrada. El ministro de

Justicia, Robert Kennedy –hermano del presidente–, envía fuerzas federales para garantizar el acceso de Meredith a la uni­versidad. En el forcejeo se produce un ti­roteo entre militares y manifestantes, con el resultado de dos muertos. Este caso estuvo precedido en 1958 por el de otro negro, Clennon King, que pre­tendió matricularse también en Ole Miss. El gobernador del estado vació el campus

y permitió que King se inscribiera. Segui­damente, ordenó su detención e interna­miento durante dos semanas en un cen­tro psiquiátrico. Adujo que solamente un negro lunático se atrevería a asistir a una universidad de blancos...Sin embargo, es en el plano electivo don­de se perpetúa de forma más patente el dominio de los blancos. Impedir que los negros voten y accedan a cargos de auto­

ridad es la mejor manera de obstaculizar la efectiva igualdad social. Pero hay un inconveniente. La 15.ª Enmienda a la Constitución, aprobada en 1870, prohíbe negar el voto por motivos de raza o por el hecho de haber sido esclavo. En los estados sureños, este mandato constitu­cional se dificultará a la población negra a base de intimidaciones y palizas. Sin embargo, pronto la oligarquía blanca de

en loS añoS SeSenta, en la práctica, loS neGroS no pueden ni acceder a la univerSidad ni votar

j. Meredith es escoltado a la universidad. a la dcha., votantes en un estado sureño en 1949.

h i s t o r i a y v i d a 65

SEGREGACIÓN

Misisipi halla una brecha legal que, me­diante métodos “civilizados”, trabará el acceso al voto a los escasos osados que quieren ejercer su derecho. Para votar es necesario registrarse en el censo electoral, de modo que los blancos deciden complicar el trámite al máximo a sus convecinos negros. En 1890 se cele­bra la Convención Constitucional de Mi­sisipi, que transforma en parodia legal lo que es una descarada discriminación ra­cial. Aunque contiene requisitos que afec­tan a todos los habitantes, las medidas (en vigor casi hasta finales del siglo xx) están redactadas para despojar a la población negra de su derecho. Así, se estipula que para ejercer el voto son necesarias dos condiciones: un examen escrito y el pago de un impuesto previo de dos dólares. El examen escrito versa sobre preguntas de artículos de la Constitución del estado,

pero, como la mayoría de los negros son analfabetos funcionales, abundan los sus­pensos por desconocimiento o por un ge­nérico “mala letra” (en cambio, los blancos en las mismas condiciones reciben ayuda para aprobar). Por si acaso, la valoración es subjetiva, y los fallos en el examen no se hacen públicos, por lo que todo queda a merced del examinador. Para dar una apariencia de transparencia, los nombres de los inscritos en las pruebas sí se publican en los diarios. En la práctica, esto desa­lienta a los negros, que, si se sabe que se presentan, son increpados, expulsados del trabajo o, peor, puestos en el punto de mi­ra del Ku Klux Klan (KKK). Por último, como en una carrera de obstáculos, a los aprobados se les niega el justificante del pago del impuesto, con lo que de nada sirve el esfuerzo anterior. La ley discriminatoria resulta muy efec­tiva. Si en 1960, en estados segregacio­nistas como Georgia o Luisiana, los negros inscritos en el censo son el 30%, en Misi­sipi, el porcentaje es del 5%. Para revertir

esta situación, a principios del año siguien­te, algunas asociaciones, como la NAACP (Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color) y después el COFO (Consejo de Organizaciones Federadas) y el CORE (Congreso para la Igualdad Racial), inician campañas de preparación y concienciación para que la población negra asuma como propio el derecho al voto. El cometido no será fácil.

La movilización Estas asociaciones, con el apoyo de las homónimas de los estados del norte, e indirectamente auspiciadas por el gobier­no demócrata de John F. Kennedy, diseñan un plan. Además de asesorar sobre los derechos individuales y de voto a los re­sidentes negros, organizan clases de al­fabetización con profesores voluntarios. Los cursos se imparten en las iglesias, que

SE INStAuRA uN ExAmEN SobRE lA CoNStItuCIÓN dEl EStAdo pARA podER votAR, y EN EStE SE SuSpENdE A loS NEGRoS

66 h i s t o r i a y v i d a

MAnifestAción del KKK contra negocios que no apoyan la segregación en atlanta, 1963-64.

h i s t o r i a y v i d a 67

SEGREGACIÓN

se convierten en las llamadas Freedom Schools, “Escuelas de Libertad”. El aumen­to de los cursos de concienciación social confluye con un resurgimiento del KKK, que fija su objetivo en eliminar de raíz cualquier intento de formación de los ne­gros. Con la connivencia de las autorida­des locales y del estado sureño, los actos de amenaza del KKK son extremadamen­te violentos, desde palizas hasta el asesi­nato. En 1961 matan a un asistente de un curso y, en 1963, a Medgar Evers, secre­tario de la NAACP, crímenes que se inves­tigan de forma superficial.Pese a las graves intimidaciones, a prin­cipios de 1964, el COFO prepara un am­bicioso proyecto, el Mississippi Freedom Summer, el “Verano de la Libertad de Mi­sisipi”. Pide a las asociaciones de los esta­dos del norte que envíen a unos ciento cincuenta abogados y a cerca de un millar de estudiantes voluntarios para extender las Escuelas de Libertad a un mayor nú­

mero de iglesias. No obstante, esta inicia­tiva se verá frenada por la violencia de los White Knights (“Caballeros Blancos”), un grupo del Ku Klux Klan. El COFO reduce la cifra de voluntarios y se ciñe, por segu­ridad, a las ciudades más grandes.

Un fatídico viajeEl clan de los White Knights vive su mo­mento álgido precisamente en 1964, cuan­do alcanza en torno a siete mil miembros. Formado por blancos extremistas de clase media­baja, el clan se dedica a apalear a asistentes a los cursos y quema numerosas iglesias. Ante la pasividad total de la po­licía del estado, el Departamento de Jus­ticia obliga a intervenir al FBI, la agencia federal de investigación. La presencia del FBI no detiene los ataques a los templos (solamente de junio a septiembre arden 18), pero servirá para investigar el asesi­nato de tres voluntarios, un suceso que conmociona a todo el país.

Respondiendo a la petición de voluntarios, en enero de 1964 llegan a Misisipi el so­ciólogo Michael Schwerner, un neoyor­quino blanco de 24 años, y su esposa. Schwerner, contratado por el CORE para organizar cursos, se establece en Meridian, una ciudad relativamente “abierta”, en la que, pese a vivir separados de los blancos, los negros poseen negocios propios, e in­cluso existe algún millonario. A los pocos días, Schwerner recibe las primeras ame­nazas del KKK. Entre los voluntarios del CORE destinados a Meridian figura el

también neoyorquino Andy Goodman, un estudiante blanco de Ciencias Políticas de 20 años. Junto a ellos trabaja el local James Chaney, un negro de 21 que, siem­pre a la luz del día, les acompaña en sus desplazamientos fuera de la ciudad. Al mínimo retraso o incidencia, Chaney te­lefonea de inmediato a la sede del CORE para ponerla al corriente.A finales de mayo, los tres miembros del Verano de la Libertad se desplazan a la iglesia metodista Mount Zion, en Longda­le, para iniciar los cursos en su Escuela de

lAS ESCuElAS dE lIbERtAd y SuS CuRSoS dE CoNCIENCIACIÓN SoCIAl CoNfluyEN CoN uN RESuRGIR dEl kkk

El temor a la llegada de forasteros presuntamente hostiles acentuó el fanatismo local en todo el estado.

QuE viEnEn los ¿CoMunistas?

reacción paranoicaCuando se estaba preparando el Verano de la Libertad, los medios de comunica-ción y las autoridades estatales alertaron de una invasión de forasteros, unos “co-munistas” que provocarían disturbios y aniquilarían el cristiano Misisipi. El gober-nador aprueba una partida presupuestaria para sumar ayudantes a la policía e incre-mentar las plazas en las cárceles locales, y hace público que estas medidas se adop-tan en previsión de manifestaciones vio-lentas. Con estas declaraciones, lo único que se consigue (o se pretende) es soli-viantar a los supremacistas blancos, que engrosan las filas de los White Knights –parte de los cuales, además, se postulan como ayudantes de policía–.

ejercicios de cinismoLos White Knights, uno de los clanes más violentos del KKK, fueron creados a partir de otros grupos por Sam H. Bowers (aba-jo) en 1964. A raíz del Verano de la Liber-tad, el clan apaleó a 80 personas, tiroteó a 35 y asesinó a 5. A las muertes de Cha-ney, Schwerner y Goodman se añadieron las de Henry Hezekiah Dee y Charles Ed-die Moore, dos negros de 19 años que aparecieron en el fondo del río Misisipi. Hasta 2007 no se juzgó al cabecilla de los White Knights que ordenó sus asesina-tos. Una prueba de la impunidad con que actuaban: en 1965, un miembro del KKK mató de un disparo a un negro, un ancia-no parapléjico en silla de ruedas. El juez local dictaminó “legítima defensa”.

68 h i s t o r i a y v i d a

Libertad. Tres semanas más tarde, el 16 de junio, los asistentes son apaleados y, por la noche, el edificio es quemado por el KKK. Solo quedan en el solar la campa­na y unos bidones vacíos de gasolina. Los White Knights también buscan a Schwer­ner, a quien han amenazado de muerte, pero no se encuentra allí. El domingo 21, Schwerner, Chaney y Good­man visitan los restos de la iglesia y a los magullados cursillistas. Después de comer deciden volver a Meridian, pero su ve hículo es visto por Cecil Price, ayudante del sheriff del condado de Neshoba y simpatizante del KKK, quien les sigue. Chaney, al vo­lante, que ha sido instruido para no dete­ner el coche en lugares apartados ni por indicación de policías blancos, acelera, pero al final no tiene más alternativa que parar. El joven es detenido por infringir el límite de velocidad, y Schwerner y Good­man, por “sospechosos”. Los tres son en­cerrados en la celda de la comisaría de la pequeña localidad de Philadelphia. A las diez de la noche son puestos en libertad y enfilan los 60 kilómetros que quedan hasta Meridian. Es un montaje del KKK: liberarles en la oscuridad para tenderles una emboscada homicida en una carrete­ra solitaria. Será su último viaje.El lunes por la mañana, la dirección del CORE, que no confía en el sheriff, comu­

nica la desaparición del trío al FBI, que el martes por la tarde encuentra el vehículo, vacío y calcinado, escondido entre unos cañizales cerca de la carretera. Las ame­nazas reales de muerte contra Schwerner hacen presagiar un complot criminal del KKK. El FBI recurre a los restos del coche quemado para bautizar la investigación como MIBURN, Mississippi Burning (ex­presión que Alan Parker utilizó para dar título a su película sobre el tema, llamada en España Arde Mississippi).

el caso MiBUrnLos enviados del FBI interrogan a unos quinientos testigos, incluidos el ayudante del sheriff Cecil Price y el propio sheriff, Lawrence Rainey, así como Edgar Ray Ki­

llen, líder local del KKK. Decenas de pe­riodistas y equipos de televisión llegan a la zona, algunos de los cuales reciben amenazas del Ku Klux Klan. Durante días, la desaparición de los tres cooperantes es noticia destacada en todo el país. El pre­sidente Lyndon B. Johnson pide al FBI el máximo esfuerzo en la investigación y le ordena que abra una oficina permanente

en Jackson, capital de Misisipi, y otra pro­visional en Philadelphia. Pero la investigación no avanza. El miedo paraliza a los testigos blancos. En un en­torno rural en el que todos se conocen, cualquier contacto con el FBI trascende­rá, y será recompensado con el repudio de los vecinos y, tarde o temprano, con

un tiro del KKK. Aun así, alguien informa a la agencia. Su identidad se mantiene en secreto hasta hoy, aunque siempre se ha especulado con que fuese un policía es­tatal que vivía en Meridian (y que renun­ció al cobro de los 30.000 dólares de re­compensa). El informante indica que los cuerpos están enterrados cerca de una presa. Con esta pista, el FBI encuentra

loS blancoS Saben que cualquier contacto con el fbi Será recompenSado con un tiro del kkk

c. price, r. Willis y l. rainey camino del juicio, 1967. a la izqda., el coche de los asesinados.

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SEGREGACIÓN

una parcela cuya tierra ha sido batida por máquinas pocas semanas antes. El 4 de agosto, tras removerla de nuevo con ex­cavadoras, bajo el sol asfixiante del me­diodía aparecen, a cuatro metros de la superficie, los tres cadáveres. Schwerner y Goodman tienen una bala incrustada en el tórax; Chaney, tres. Cuatro meses después, el FBI detiene por asesinato a 21 sospechosos, entre ellos, al sheriff, su ayudante y varios líderes del KKK, como Killen o Sam H. Bowers, fun­dador de los White Knights. La detención salta a todas las portadas. El propio Martin Luther King (que anuncia las detenciones antes de producirse, lo que indica que es­taba en contacto con el presidente Johnson y el director del FBI) alaba que los críme­nes no queden impunes, como era habitual en el sur, y expresa: “Vuelvo a renovar mi fe en la democracia”. No obstante, las ex­pectativas se torcerán pronto.

Un juicio interminable El estado de Misisipi no muestra interés en juzgar a los asesinos. Más de un cargo político comenta que la detención es una maquinación del FBI contra la “gente hon­rada”. El código penal federal no contem­pla el homicidio, así que el FBI acusa ante un juez federal territorial a los arrestados de conspiración por vulnerar los derechos individuales (con penas inferiores a las de homicidio), pero pocos días después la vista preliminar desestima los cargos. La resolución es idéntica a la de otros casos de palizas y homicidios de negros por par­te de blancos: “falta de pruebas”. En 1965, el Departamento de Justicia pre­senta las acusaciones ante Harold Cox, juez federal de Jackson. Este decide man­tener la acusación solamente contra el sheriff Rainey y su ayudante Price, y re­chaza las acusaciones para el resto de en­causados. El Departamento de Justicia

ardE MississiPPi, la PElíCula sobrE las PEsQuisas dEl Fbi.

El foco en el blanco

un clima sofocanteProtagonizada por Gene Hackman y Wi-llem Dafoe como los agentes del FBI en-cargados del caso, Arde Mississippi (Alan Parker, 1988; abajo, un fotograma) recrea la investigación del asesinato de Chaney, Schwerner y Goodman. El filme incluye una irónica escena en la que un negro a las órdenes del FBI, disfrazado a la mane-ra del KKK, secuestra al alcalde y, tras quitarse la capucha, le amenaza con cor-tarle los genitales si no delata a los asesi-nos. La rudeza de algunos de los agentes no se corresponde con la realidad, pero Arde Mississippi muestra claramente la distinta percepción de la población sobre el bien y el mal y la opresiva atmósfera que envolvió la investigación.

segundones de nuevoLo cierto es que el abuso de poder de los blancos se narra a través de un total pro-tagonismo de actores blancos, dejando un papel muy secundario a los persona-jes negros. En todo caso, la cinta ganó un Óscar en 1989 a la mejor fotografía y fue nominada a seis apartados más (mejor película, mejor actor, mejor actriz secundaria, mejor director, mejor sonido y mejor edición). Recibió premios en los principales certámenes cinematográficos.

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recurre la decisión ante el Tribunal Supre­mo estadounidense, que en 1966 anula la decisión del juez Cox y le ordena reabrir el proceso. En este tiempo han “caído” de la lista tres miembros del KKK acusados de encubrimiento, que, libres de cargos, se convierten en héroes de la organización. El juicio empieza en octubre de 1967 en Meridian ante un jurado popular presidi­

do por Cox. Muy pocos en Misisipi creen que se pueda llegar a condenar a 18 blan­cos por el asesinato de un negro (y sus dos “amigos” blancos); se presume que se desestimarán las acusaciones por cualquier motivo banal. Sin embargo, el jurado da la sorpresa. Cinco hombres y siete mujeres, todos blancos, aducen que no pueden lle­gar a ninguna conclusión. El juez les or­

dena que lo hagan. Al día siguiente decla­ran culpable al ayudante del sheriff Cecil Price y a otros seis acusados. El juez impo­ne a estos penas de prisión de entre tres y diez años. Se trata de la primera condena en Misisipi de unos blancos (y miembros del KKK) por delitos contra negros. Entre los absueltos se cuentan el sheriff Rainey y Killen, que además de líder del

Esta Es “la hora dE la justiCia”

cambios socialesEl presidente demócrata Johnson era parti­dario de seguir la estrategia de su predecesor, John F. Kennedy, en lo que concernía a la igualdad racial. Más que cambiar las leyes, creía que debían impulsarse cambios en el seno de la población que obligasen a modi­ficarlas después. Indirectamente, destinó fondos federales a organizaciones como la NAACP para realizar campañas de concien­ciación en los estados del sur, una de las cua­les fue la de los Veranos de la Libertad.

la estrategia del presidente lyndon b. johnson contra la desigualdad contestación interna

Sus decisiones proigualdad encontraron reti­cencias en el seno de su propio partido. En Misisipi, a raíz del proyecto de los Veranos de la Libertad, las organizaciones negras abo­minaron del comportamiento de los líderes demócratas de su estado (blancos de clase media alta partidarios de conservar el statu quo) y crearon un partido paralelo, el Missis­sippi Freedom Democratic Party (MFDP), con el que concurrir a la convención nacional demócrata para reclamar cambios.

Johnson mantuvo siempre buenas relacio­nes con Martin Luther King. En la firma de la Ley de derechos electorales de 1965, este, como invitado de honor, saluda efusivamen­te al presidente. El 15 de marzo de ese año, Johnson pronuncia un memorable discurso, conocido como “We shall overcome” (“Ven­ceremos”), aludiendo a un himno que sim­bolizaba la reclamación de igualdad del movimiento de derechos civiles de los ne­gros. En el discurso, Johnson evoca los trági­cos acontecimientos de Selma y declara que, tras más de un siglo de abolición de la escla­vitud, “la hora de la justicia ha llegado” para que los negros obtengan la igualdad. Arriba, manifestación del MFDP en agosto de 1964.

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SEGREGACIÓN

KKK en el condado es propietario de una serrería y pastor baptista. El jurado alega que no puede culpar de asesinato al “re­verendo” Killen. Según el FBI, este, de carácter furioso e impredecible, es el ver­dadero organizador del crimen. Él habría planeado la emboscada con dos camione­tas llenas de miembros del KKK provistos de palos y armas de fuego; él habría inci­tado al asesinato de los tres cooperantes y su posterior entierro con excavadoras.

consecuencias políticas Aprovechando la consternación por los asesinatos, Johnson acelera la aprobación de una ley impulsada por su antecesor, JFK. En julio de 1964, el presidente ratifi­ca la Civil Rights Act (ley de derechos ci­viles), que prohíbe la segregación racial en los espacios públicos, y al año siguien­te, el Congreso aprueba la Voting Rights Act (ley de derechos electorales), que sus­pende los exámenes escritos. Esta última ley se abre paso después de los disturbios ocurridos durante una marcha popular. El 18 de febrero de 1965 muere en Marion (Alabama) un joven negro por disparos de

un policía blanco. El 7 de marzo se inicia una marcha a pie entre la localidad de Selma y Montgomery, capital del estado, para presentar una queja ante el goberna­dor. La marcha es duramente reprimida por la policía. Retransmitida por televisión, causa un profundo impacto en muchos sectores sociales, y será conocida como “Domingo Sangriento”. Hecha la ley, hecha la trampa. Los estados sureños intentarán esquivar la ley de de­rechos electorales introduciendo cambios que continúen obstaculizando el voto de la población negra. Entre las tácticas usa­das figuran la de cambiar los lugares de votación sin previo aviso, la de no facili­tar papeletas electorales en colegios de zonas habitadas por negros, la de aumen­tar la cantidad económica del impuesto

para votar o la de omitir nombres de la lista del censo electoral.Sea como fuere, el asesinato de Chaney, Schwerner y Goodman sirve para instau­rar nuevas leyes de igualdad social, pero en el terreno judicial todo sigue exacta­mente igual. Cumplida la condena, los acusados (que nunca serán juzgados por asesinato) vuelven a sus casas. En el con­dado se imponen el silencio y el olvido. Solo el paso de los años y el cambio de mentalidad social llevarán a reabrir varios casos que habían quedado impunes. En 1994, uno de los líderes de los White Knights, Byron de La Beckwith, es conde­nado por el asesinato de Medgar Evers, secretario de la NAACP, 31 años antes. En 1998, Sam H. Bowers (uno de los absuel­tos por la muerte de los tres cooperantes) es condenado por el asesinato en 1966 del activista negro Vernon Dahmer, que falle­ció a raíz del incendio de su casa. Sin embargo, el proceso por el caso MI­BURN no llegará hasta 2005. Tras la ne­gativa de siete White Knights a testificar, el fiscal propone como pruebas las trans­cripciones judiciales de testigos ya muer­tos. El juzgado del condado anuncia un hecho trascendental que cerrará muchas heridas: la acusación formal de Edgar Ray Killen por el triple asesinato. El juicio em­pieza el 15 de junio. El día 21, 41 años exactos después de los hechos, el jurado declara al reverendo culpable de tres ho­micidios. Sentado en una silla de ruedas,

Killen, de 80 años, escucha la sentencia del juez: 20 años de cárcel por cada homi­cidio. Apelará, pero la sentencia será ra­tificada por un tribunal superior. Pese a su edad, el iracundo pastor conserva in­tacto su genio desafiante. A su entrada en prisión, un facultativo negro le examina para valorar su estado de salud. “Sr. Killen, ¿tiene usted pensamientos suicidas?”. “Antes te mataría a ti”, responde.Ganada la batalla judicial, sigue pendien­te el reconocimiento público de las víc­timas, que no llegará hasta 2014. El 24 de noviembre, en un acto en la Casa Blan­ca, el presidente Barack Obama entrega a los parientes de James Chaney, Andrew Goodman y Michael Schwerner la Meda­lla Presidencial de la Libertad, en corres­pondencia a su labor de promoción del voto entre la población negra.

ensaYoball, Howard. Justice in Mississippi: The Murder Trial of Edgar Ray Killen. Lawren-ce: University Press of Kansas, 2006. En in-glés.cagin, seth y draY, philip. We Are Not Afraid: The Story of Goodman, Schwer-ner, and Chaney, and the Civil Rights Campaign for Mississippi. Nueva York: Macmillan, 1988. En inglés.

internetArchivo del caso MIBURN del FBI. En inglés.http://goo.gl/ulmw9w

pArA sABer Más

lA ACuSACIÓN foRmAl dE EdGAR RAy kIllEN EN 2005 poR El tRIplE ASESINAto CERRARá muChAS hERIdAS

edgAr rAy kiLLen en los juzgados en una vista en febrero de 2005. Fue condenado por triple asesinato.

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ciencia

Estigmatizados el ébola ha puesto los murciélagos en el punto de mira. Pero estos animales, a menudo asociados al mal, son a su vez imprescindibles para el mantenimiento del ecosistema. ¿a qué se debe su creciente interacción con el hombre?anabEl HErrEra, Periodista

Es uno de los grabados más repre-sentativos de los Caprichos de Goya. Un hombre recostado sobre un escritorio parece haber caído en un sueño del que emergen

amenazantes criaturas nocturnas, entre ellas, murciélagos. El sueño de la razón produce monstruos (1797-99) es, según la interpretación más extendida, una crítica del artista de los desatinos que nos aque-jan cuando nos alejamos de la razón. La asociación del murciélago con el mal ha sido recurrente a lo largo de la historia. El miedo ancestral del hombre a la oscu-ridad, ámbito en el que halla refugio este animal, ha forjado todo tipo de mitos y supersticiones en torno a él. La literatura y el cine no han hecho más que alimentar-los. Basta recordar Drácula (1897), la fa-mosa novela de Bram Stoker protagoniza-da por un vampiro que huye volando de sus perseguidores transformado en un murciélago. Pero solo tres de las cerca de mil doscientas especies conocidas de qui-rópteros (del griego keyros, mano, y ptera, ala) se alimentan de sangre, un número

demasiado reducido como para identifi-carlos solo con lo siniestro y obviar los enormes beneficios que nos aportan.

Vertebrados con alasEstos mamíferos voladores aparecieron hace 52,2 millones de años, durante el Eoceno, cuando los dinosaurios ya se ha-bían extinguido. Los fósiles más antiguos hallados –en Wyoming, en 2003– corres-ponden a esa época geológica y pertenecen a la especie Onychonycteris finneyi, capaz de volar, pero no de orientarse por el eco del ultrasonido. Los investigadores que los descubrieron creen que esos murcié-lagos eran fruto de una evolución de más de veinte millones de años. En ella, peque-ños mamíferos (arbóreos, cuadrúpedos y, posiblemente, insectívoros) que saltaban de un árbol a otro desarrollaron primero membranas planeadoras y luego alas.

Los quirópteros se dividieron en dos su-bórdenes durante el Cenozoico, la “era de los mamíferos” (época que incluye el Eo-ceno en su fase inicial). Por un lado sur-gieron los microquirópteros, un grupo constituido principalmente por especies de pequeño tamaño, insectívoras y dota-das de un sistema de ecolocación que les

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permite orientarse a través de los sonidos y el eco. Por el otro, los megaquirópteros, formado esencialmente por especies de mayores dimensiones, con una alimenta-ción basada en frutos, néctar y polen y capaces de orientarse solo por la vista. Con la progresiva separación de los con-tinentes, cada especie evolucionó de forma distinta. Sabemos que, durante las glacia-ciones del Pleistoceno (ya casi al final del Cenozoico), solo sobrevivieron los mur-ciélagos que migraron hacia las latitudes más bajas –las más cálidas–, y que el hom-bre primitivo de la Edad de Hielo tuvo contacto con ellos. Al menos, así lo prueba una pintura rupestre descubierta hace siete años en una cueva del norte de Aus-tralia. En ella aparecen ocho ejemplares colgados de una vid boca abajo.

Vínculos estrechosHoy, los quirópteros están presentes en todo el planeta, salvo en los dos polos. En el centro y sur de América, hábitat de los murciélagos hematófagos, los pueblos precolombinos estrecharon lazos con ellos. Los tzotziles, indígenas mexicanos cuyo nombre deriva de un vocablo maya que significa “hombre murciélago”, tenían como dios a un quiróptero, al que ofren-daban alimentos. En el sur del país y en las selvas de parte de Guatemala, se rendía

culto a Camazotz, una divinidad con cuer-po de hombre y cabeza de murciélago. En Honduras aún circula la leyenda de un ejemplar gigante que ataca el ganado y se alimenta de su lengua, de ahí que se conozca como “come lenguas”. Y en Bra-sil se habla de otro que devora a sus víc-timas tras absorber toda su sangre.

También en Europa, los quirópteros acu-mulan un largo historial de connotaciones negativas. Ya en el siglo i, el poeta roma-no Ovidio narraba en Las metamorfosis cómo una de las hijas del rey Minias de Beocia fue transformada en este mamífe-ro como castigo por haber ofendido al dios Baco. Por su parte, en España aún persis-

5 TAMAÑO. Su longitud media osci-la entre los 29 y los 33 mm. Su peso

comprende desde los 2 g del murciélago moscardón (Craseonycteris thonglon-gyai), el más pequeño conocido, hasta los 1,2 kg del zorro volador filipino (Acerodon jubatus), este último, por cierto, con una longitud superior al metro y medio.

6 ALAS. Junto con las aves, son los únicos vertebrados capaces de volar.

Su ala es, de hecho, una mano modifi-cada. A excepción del pulgar, todos los dedos se extienden para sostener la membrana de vuelo, llamada patagio.

7 VISIÓN. No son ciegos, aunque sus ojos están poco desarrollados.

Utilizan la vista para ayudarse en el vue-lo, especialmente en distancias largas. Algunas especies perciben la luz ultra-violeta que reflejan algunas flores, lo que les facililita la búsqueda de néctar.

8 ORIENTACIÓN. Pueden localizar y distinguir objetos a través de las

ondas sonoras y el eco (ecolocación). Su cerebro funciona como una brújula in-terna: trabaja en tres dimensiones y les permite orientarse tanto si están cabe-za arriba como boca abajo.

1 ESPECIES. Con cerca de mil doscien-tas especies, representan el segundo

orden más numeroso de mamíferos, por detrás de los roedores. En conjunto han colonizado todo tipo de hábitats natu-rales, salvo las regiones polares (abajo, murciélagos en una cueva de Indonesia).

2 ALIMENTACIÓN. Se nutren ma-yoritariamente de insectos, aunque

también de fruta, polen, néctar, flores, hojas, carroña, sangre, peces, reptiles, anfibios... Esta variedad en la dieta ex-plica, en buena medida, su diversidad morfológica, fisiológica y ecológica.

3 REPRODUCCIÓN. Pese a ser ca-paces de reproducirse en cualquier

época del año, por lo general lo hacen en primavera. Las hembras pueden al-macenar el esperma del macho y pro-ducir la fecundación del óvulo cuando el clima juega a su favor.

4 EDAD. La edad media se sitúa en-tre los cuatro y cinco años, pero

existen excepciones que llaman la aten-ción. El murciélago de Brandt (Myotis brandtii), nativo de las zonas templa-das de Europa y Asia, ostenta el récord de esperanza de vida con 41 años.

animalEs con mEcanismos intEligEntEssin perder el norte

te la creencia de que, si un murciélago golpea la ventana de una estancia donde duerme un enfermo, este morirá.En Oriente, en cambio, traen suerte y son símbolo de la salud y la amistad. No re-sulta extraño que el carácter chino que designa murciélago se pronuncie igual que el que define la felicidad, “fu”. Por

murciélagos

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ciencia

todo ello, debemos interpretar los ejem-plares que aparecen ampliamente repre-sentados en pinturas y bordados como deseos de felicidad. La bondad atribuida a estos animales es tal que en Vietnam y Filipinas incluso se habla acerca de unos quirópteros que adoptan y cuidan a cria-turas abandonadas en la jungla.

Jardineros de la selvaLos murciélagos son absolutamente ne-cesarios para mantener el equilibrio del

ecosistema. Un gran número de especies favorecen la dispersión de las semillas debido a que consumen néctar, polen y fruta. Por eso reciben el apodo de “los jardineros de la selva”, explica Carles Fla-quer, coordinador del área de investiga-ción en quirópteros del Museo de Ciencias Naturales de Granollers, en Barcelona. De hecho, muchas plantas no existirían si no fuera por ellos. Es el caso del ágave tequi-lero, materia prima para la elaboración del tequila en México. La reproducción

de esta planta es posible gracias a que el murciélago narigudo dispersa sus semi-llas cuando se alimenta de su polen.Los quirópteros también resultan útiles como agentes de control de plagas, algo que están empezando a demostrar no po-cas investigaciones. El departamento que coordina Flaquer, por ejemplo, colaboró hace unos años en un proyecto de recu-peración de poblaciones de murciélagos en el delta del Ebro, con el propósito de que estos contribuyeran a reducir la plaga de mariposas que había puesto en peligro el cultivo de arroz en esta zona. “Los mur-ciélagos son depredadores intensos por-que su metabolismo va muy rápido, y comen entre el 60 y el 70% de su peso cada día en insectos”, explica el biólogo. La extinción de los murciélagos en el del-ta del Ebro se debió al uso de insecticidas. Pero este tipo de veneno no constituye la única amenaza a su supervivencia en la Tierra. También lo es el cambio climático. En verano, los murciélagos aumentan su peso un 30% para acumular reservas. Si la llegada del frío se retrasa, postergan su hibernación y consumen esa grasa an-tes de tiempo. Con todo, el aumento de la población humana se erige en el prin-cipal peligro, debido a que supone la in-vasión y deforestación de sus hábitats.“Un hábitat es una estructura compleja en la que cada especie tiene su rol y su posición. Los organismos tienen un sis-

tema inmune que ha desarrollado defen-sas para protegerse de unos patógenos, pero no de otros. En el momento en que el hombre irrumpe en ese hábitat e inte-ractúa con animales salvajes, rompe con el equilibrio, y su organismo se encuentra con patógenos que no conoce y que pue-den matarlo”. Según Flaquer, las acciones humanas son, al menos, tan culpables como los murciélagos de que, desde me-diados de la década de 1990, estén apare-ciendo nuevas enfermedades infecciosas.

los quiróptEros rEsultan útilEs para El Equilibrio dEl EcosistEma y El control dE plagas

los tres “chuPasangres”

CON NOMbRE PROPIOLa imagen de Drácula (abajo interpreta-do por Christopher Lee) hincando sus colmillos en el cuello de sus víctimas y huyendo convertido en un murciélago ha distorsionado nuestra percepción de los quirópteros. En realidad, solo tres especies son hematófogas: el vampiro común (Desmodus rotundus), el de pa-tas peludas (Diphylla ecaudata) y el de alas blancas (Diaemus youngi).

ARMAS DE VAMPIRONinguno de ellos vive en Transilvania, sino en América Central y del Sur. Y

cómo son los quirópteros a los que el legendario conde emulaninguno tiene predilección por la san-gre humana: el vampiro común se nu-tre de la de animales de sangre caliente (caballos, cerdos...), mientras que los otros dos lo hacen principalmente de la de aves. Una especie de sensor de radiación infrarroja situado en la nariz les ayuda a localizar las zonas ricas en sangre de sus presas. A estas no les chupan la sangre, sino que la lamen con su lengua después de hacer un ras-guño en la piel. Su saliva impide que el líquido coagule y su sistema digestivo, al actuar con rapidez, les permite dar-se a la fuga de inmediato.

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Murciélagos

La cadena del contagioLos quirópteros son un reservorio natural para numerosos patógenos, como los virus causantes de la rabia, síndromes respira-torios agudos (SARS y MERS) y fiebres hemorrágicas (Ébola, Marburgo, Hendra y Nipah). No obstante, a menudo no de-sarrollan la enfermedad pese a estar in-fectados. Lo que, en cambio, sí hacen es transmitir los virus a terceros. El contagio de zoonosis (enfermedades que pueden propagarse de animales a hu-manos) no es un proceso tan simple como podría parecer. Depende de las probabili-dades que tengan los animales de interac-tuar con los humanos y, en el caso de los murciélagos, también –en gran medida– de su tipo de alimentación. Así lo explica Juan Emilio Echevarría, jefe de la Unidad de Aislamiento y Detección de Virus del Centro Nacional de Microbiología del Ins-tituto de Salud Carlos III de Madrid. “Por lo general, los murciélagos frugívoros so-lo se encuentran en las zonas tropicales. Comen fruta y tiran los restos al suelo, habiéndolos dejado contaminados con su saliva. La fruta puede ser consumida por el hombre –nos referimos a zonas pobres en las que los recursos alimentarios son escasos– o por animales domésticos o sal-vajes, que pueden infectarse por estos virus y transmitirlos al hombre”. Así ha sucedido con el ébola, contraído por esta vía por chimpancés y otros primates. Cuan-do los cazadores los capturan y los mani-pulan, corren el riesgo de contagiarse por contacto con su sangre y sus tejidos infec-tados. No obstante, a veces, la cadena de transmisión se acorta, por ejemplo, cuan-do se consume directamente la carne de murciélago, un manjar en zonas de África. La propagación de patógenos de murcié-lagos a animales y, de estos, a personas

causó brotes de encefalitis por el virus Nipah en Malasia y Bangladesh. La des-trucción de zonas boscosas, a causa de incendios naturales o provocados por el hombre para crear terrenos urbanizables o de cultivo, había despojado de su hábi-tat natural a los quirópteros. Estos se vie-ron forzados a invadir zonas residenciales, por lo que tanto animales como humanos entraron en contacto con ellos, al consumir alimentos o bebidas contaminados con la saliva de murciélago. En 1999, muchos puercos cayeron enfermos cerca de Nipah, en Malasia, y, tras ellos, humanos, afec-tados de encefalitis. Aquel brote se saldó con decenas de víctimas y con el sacrifi-cio de gran parte de la cabaña porcina. Cuatro años después surgió un brote de SARS en un mercado de la provincia china de Guangdong. Esta vez, la causa fue un tipo de virus transmitido por los murcié-lagos a las civetas, mamíferos comesti-bles. El tránsito de viajeros se encargó de la extensión de la enfermedad a otros lu-gares. Otro ejemplo de contagio nos lleva a la península arábiga y alrededores. Se sospecha que allí, en 2012, camellos infec-tados transmitieron al hombre el MERS.“En nuestro medio –apunta Echevarría–, los murciélagos son insectívoros; única-

mente interactúan con humanos y con animales que no sean insectos de forma accidental, cuando enferman y caen al suelo. Fuera de esas circunstancias es muy raro”. En lo que Echevarría incide es en la importancia de prepararse ante posibles brotes infecciosos, ya sea invirtiendo en vigilancia –debemos estar alerta en el ca-so de las enfermedades que puedan trans-mitir viajeros en tránsito, por ejemplo– o en la permanente adecuación de nuestros laboratorios y centros hospitalarios. “Si alguien nos hubiera dicho hace un tiem-po que íbamos a tener un caso autóctono de ébola en España, nos habría parecido sensacionalista”, concluye.

ENSAYOALTRINGHAM, John D. Bats. From Evolu-tion to Conservation. Oxford: Oxford Uni-versity Press, 2011. En inglés.

INTERNETAsociación Española para la Conserva-ción y el Estudio de los Murciélagos (SECEMU). www.secemu.org Bat Conservation International. En inglés. www.batcon.org

Para sabEr más

A TENER EN CUENTALA RUTA DE LOS MURCIéLAGOSUna investigación en busca de nuevas especies de quirópteros dio origen a la exposición que el Museo de Ciencias Naturales de Granollers, en Barcelona, dedica a estos animales. Titulada “Des-cubre los murciélagos”, presenta un re-corrido didáctico por la naturaleza de estos mamíferos hasta finales de 2017. www.museugranollersciencies.org

anáLisis de un murciélago en el marco de una investigación de patógenos. camerún, 2011.

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arte

Imaginen que Sandro Botticelli hu-biera tenido un hijo tan dotado para el arte como él. Y que este, a su vez, hubiera engendrado a otro genio. Imaginen que los nietos, bisnietos y

tataranietos de Botticelli hubieran conti-nuado su obra, y que una extensa saga de Botticellis hubiera perpetuado el Rena-cimiento generación tras generación, con ligeras variaciones y sutiles mejoras. Algo así ocurrió realmente en Japón. Mientras en Europa se sucedían las modas del Ma-

Los Kano, enigmática y longeva saga de artistas, protagonizan su primera muestra fuera de Japón, concretamente en el Philadelphia Museum of art.

todo queda

ana echeverría, Periodista

nierismo, el Barroco, el Rococó, el Neo-clásico y el Romanticismo, una misma familia de pintores embelleció los palacios de los nobles nipones por espacio de cua-trocientos años, nada menos, impertur-bable y fiel a sus principios estéticos.La referencia al Renacimiento no es gra-tuita, ya que la escuela Kano nació en el siglo xv. Mientras en Occidente se gestaba la revolución de la perspectiva y se reto-maban los cánones griegos, en Japón se manejaban influencias muy distintas. El

país disfrutaba de una paz relativa bajo el mandato del sogún Ashikaga Yoshimasa, los contactos con China eran amistosos y frecuentes, y una nueva variante del bu-dismo hacía furor entre la clase militar japonesa. Se trataba del zen, que dejaba de lado los rituales, poniendo el acento en

en familia

fIguras bajo un pino, de Kao Masanobu, s. xvi. Museo Nacional de tokio. a la dcha., tigres en un bosque de bambú (detalle), de Kano tan’yu, década de 1630. templo de Nanzen, Kioto.

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escuela kano

78 h i s t o r i a y v i d a

arte

la meditación, la simplicidad y el autocon-trol. Esta nueva doctrina del “menos es más” dejó una huella indeleble en la cul-tura nipona. Con ella llegaron los arreglos florales, el minimalismo, la lenta elegancia de la ceremonia del té y la afición a cual-quier actividad sencilla y refinada que invitara a la meditación. Los suibokuga, pinturas monocromas realizadas en tinta y agua, una técnica ya popular en China, cumplían bien estos requisitos.Aquí entra en escena Kano Masanobu, el fundador de la dinastía que nos ocupa. Hijo de samurái, nacido en alguna ciudad del este, llegó a Kioto hacia 1463. Sin que se sepa muy bien cómo, logró hacerse con el favor del sogún, no sin antes convertir-se en un virtuoso del suibokuga. Masano-bu llegó a cumplir 97 años, una longevidad profética que se contagió a su estirpe.

un toque de colorSu hijo Motonobu consiguió más mecenas y llevó aires nuevos al taller, gracias a su matrimonio con la hija de Tosa Mitsunobu, pintor cortesano especializado en yama­to­e, género clásico muy colorido que se usaba para representar leyendas y paisajes, a menudo recurriendo a vistosos fondos dorados. De la sobriedad de los suibokuga y la exuberancia de los yamato­e nació el estilo peculiar de la escuela Kano. El nieto de Motonobu, Eitoku, que fue presentado al sogún a la tierna edad de 10 años, no

un canto a la poesía zenAsí se podría describir este kakemono (pintura enrollada vertical), obra maestra del primer Kano. Pintado en estilo mona-cal, representa al poeta Zhou Maoshu, fa-moso por haber popularizado el símbolo del yin y el yang, así como por sus trata-dos sobre el loto. Esta flor simboliza la virtud por su capacidad para emerger del barro. Destaca la delicadeza de la compo-sición. El pintor simuló profundidad deli-neando el sauce en primer término sin detallar los árboles del fondo.

Zhou Mao shu admirando los lotos, Kano Masanobu , s. xv. Museo Nacional de Kyushu.

la elegancia es bicolor

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escuela kano

tardó en especializarse en obras de gran formato, como biombos y puertas corre-deras, destinadas a la decoración de cas-tillos. Para entonces, hacía tiempo que la estabilidad política se había ido al traste. El final del siglo xv y todo el xvi fueron una sucesión interminable de guerras ci-viles, conocida como período Sengoku. En medio del caos, el clan logró mantenerse activo e incluso prosperar, creando ramas diversas y ofreciendo sus servicios a las distintas facciones rivales. Cuando los To-kugawa trasladaron la capital a Edo, en el siglo xvii, les siguió un precoz Kano Tan’yu, pintor oficial del sogún con tan solo 15

años de edad. Su hermano Yasunobu, aun-que menos brillante, firmó una obra crucial para perpetuar la saga: Secretos de la ma­nera de pintar, un manual para discípulos que mantuvo vivo el estilo de la familia hasta bien entrado el siglo xix, cuando la disolución del feudalismo en la era Meiji, la apertura de fronteras y la influencia de Occidente sentenciaron a la escuela Kano a una lenta decadencia.¿Cuál fue el secreto de su casi inagotable reserva de talento? ¿Poseían los Kano unos genes prodigiosos? En parte sí, puesto que varios de sus creadores más destacados descendían del fundador. Pero es que el

fenómeno tiene truco. Sus talleres, dise-minados por varias ciudades japonesas, atrajeron a un sinfín de voluntariosos aprendices. Los más hábiles se casaron con muchachas de la familia y tomaron el apellido, o bien fueron adoptados e incor-porados oficialmente al clan.

catálogofischer, felice y kinoshita, kyoko (eds.). Ink and Gold. Art of the Kano. Filadelfia: Philadelphia Museum of Art, 2015. En inglés.

Para saber Más

vieNto deL este, vieNto deL oeste

Con el regreso del poder imperial en la era Meiji (1868), Japón abrió sus fronte­ras y exhibió su arte en Europa y Esta­dos Unidos. Los talleres Kano perdieron mecenas, pero siguieron formando discí­pulos destacados, como Kano Hogai.

La escuela Kano más tardía decidió adaptarse al gusto occidental el amigo americano

El gobierno nipón contrató a occidentales, como Ernest Fenollosa, profesor universi­tario y coleccionista que trabó amistad con Hogai. Este, bajo su influencia, ensayó fór­mulas mixtas, como en esta pintura.

¿souvenir o legado?Los dragones, que representan a Orien­te, se enzarzan en una lucha simbólica: el más viejo trata de transmitir sabiduría al joven. Pero este homenaje a la tradi­ción está aderezado con volúmenes y es­corzos que en realidad son propios de la perspectiva occidental.

Dos Dragones [en las nubes], Kano hogai, 1885. Philadelphia Museum of art.

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agenda

ana echeverría, Periodista

eXPosiciones del mes

Plata, deseo y realidadMuseo Nacional de artes decorativas. Montalbán, 12. Madridtel.: 91 532 64 99Fechas: hasta el 27 de abrilAmérica fue una mina para

los conquistadores españoles, en sentido figurado y literal. Las reservas de plata de Gua-najuato y Michoacán (ambas en México) o, más tarde, Po- tosí (en Bolivia) provocaron una explosión económica y desataron el furor por la orfe-

brería. Un floreciente gremio de artesanos se especializó en batir, tornear, fundir, repujar, cincelar y sobredo-rar. Un total de 166 piezas de platería civil y religiosa, de entre los siglos xv y xx, se dan cita en esta muestra.

GiacoMetti. el hoMbre que MiraFundación canal. Mateo Inurria, 2. Madridtel.: 91 545 15 01Fechas: hasta el 3 de mayoExpuso en París, Londres y Nueva York, recibió aplausos

la evasión de los académicosAl AcAdemicismo francés le ha tocado el antipático papel de ser recordado como el archienemigo del Impresionismo. Es difí-cil no imaginar a los académicos como un cónclave de vejestorios envarados, encade-nados a sus propias normas y empeñados en despreciar cualquier idea innovadora que

tuviera la osadía de presentarse al Salón. La exposición rompe una lanza por estos artistas cultos y refinados, que creían en el ideal de belleza clásica y trataban de rein-ventar la tradición, en ocasiones con resul-tados brillantes, caso de Ingres. En vez de usar el arte para expresar su malestar por

los cambios del siglo xix, lo emplearon para evadirse al pasado. Exotismos orientales, escenas mitológicas (arriba, El nacimiento de Venus, de Alexandre Cabanel), historias idealizadas: todo valía con tal de hacer soñar.

El canto dEl cisnE. Pinturas académicas dEl salón dE París. colEccionEs muséE d’orsay. Fundación maPFrE. P.0 dE rEcolEtos, 23. madrid. tEl.: 91 602 52 21. FEchas: hasta El 3 dE mayo

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qué hAy en TV...

gigantes perdidosHace unos años, los hermanos Bill y Jim Vieira (abajo), ambos canteros, descubrieron en una zona boscosa de Massachusetts un conjunto de construcciones y túneles de piedra que calificaron como pruebas de una civilización perdida de América. Esta serie de cuatro capítulos sigue sus pasos.

desenredando el misteriodomingo 19, 22 hLa pareja de exploradores encuen-tra una cámara secreta. Cree que allí puede estar enterrado un es-queleto de grandes dimensiones.

Una foto y un dientedomingo 19, 22.55 hViajamos hasta la meseta de Ozark, en el Medio Oeste esta-dounidense, para descubrir dos piezas únicas.

tras la pista de los huesos domingo 26, 22 hEn la década de 1800 salieron a la luz unos huesos gigantes en Gos-hen (Massachusetts). Los Vieira regresan al lugar para investigar este y otros hallazgos similares.

en la cueva de los huesosdomingo 19, 22.55 hTras investigar la fascinación de Abraham Lincoln por las leyendas de gigantes, Bill y Jim descienden a una cueva en Tennessee.

y galardones, pero murió convencido de no haber sido capaz de esculpir correcta-mente una cabeza humana. Giacometti (1901-66) siem-pre persiguió un imposible: captar la mirada, la chispa de vida que habita en cada mo-delo. Sus figuras siguen resultando conmovedoras.

dibujar el esPacioPalacio de sástago. Coso, 44. Zaragozatel.: 976 28 88 81Fechas: hasta el 17 de mayoY hablando de Giacometti, decía que un buen escultor debe saber dibujar. Los orga-nizadores de esta muestra sobre la escultura española del siglo xx lo comparten. De las 80 piezas expuestas,

45 son dibujos, que revelan la relación entre ambas disci-plinas y trazan un interesante recorrido por las Vanguar-dias, con obras de Dalí, Miró, Chillida, Gargallo, Oteiza...

el PriMer Picasso. a coruña: 2015 Museo de belas artes da co-ruña. Zalaeta, s/n. A Coruñatel.: 881 88 17 00Fechas: hasta el 24 de mayo Picasso pasó de la niñez a la adolescencia en Galicia, don-de vivió durante cuatro años. La Coruña fue escenario de su primer amor, de su prime-ra exposición y de la muerte de su hermana pequeña. En sus obras primerizas, de un virtuosismo precoz, nada ha-ce presagiar los experimentos

vanguardistas del futuro, pero algunos de sus temas favoritos, como los toros y las palomas, ya están presentes.

equiPo cróNica Museo de bellas artes de bilbao. Museo Plaza, 2. Bilbaotel.: 944 39 60 60Fechas: hasta el 18 de mayoEn España, el Pop Art se lla-mó Equipo Crónica. Tres jóve-nes valencianos crearon el grupo en 1964 para saciar su sed de iconoclastia y no deja-ron títere con cabeza. Lejos de la colorida banalidad del Pop británico o del america-no, en la ironía de Equipo Crónica había un toque de amargura. La crítica al último franquismo se transparenta en sus parodias de clásicos de la pintura española.

el reMbraNdt tardíorijksmuseum. Museumstraat, 1. Ámsterdam (Países Bajos) tel.: +31 (0) 900 0745Fechas: hasta el 17 de mayoPasada la cincuentena, Rembrandt se vio obligado a empezar de cero. Había per-dido a parte de su familia y estaba en la ruina. Surgió entonces la versión más emo-tiva e intimista de su arte. Sus últimas obras, reunidas por primera vez, reflejan la fragilidad humana.

arriba, custodia de Gesualdo vesco expuesta en el mnad y el intruso (1969), de equipo crónica. abajo, los síndicos de los pañeros (1662), de rembrandt.

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libros

La guerra fría echaba humo en 1963. Acababa de levantarse el Muro de Berlín, y la crisis de los misiles cuba­

nos había ocurrido pocos meses antes. Fue en este contexto cuando una noticia heló la sangre en el bloque occidental. Kim Philby, uno de los principales agentes de la inteligencia británica, desertó a Moscú tras casi tres décadas prestando servicios ultrasecretos. Según se difundió con estu­por, había estado filtrando información

El espía que traicionó al Mi6 y a su mejor amigo

ENSAYO

Doblemente renegaDo

sensible al NKVD y su sucesor, el KGB, nada menos que desde 1934. Un hombre que había llegado a ser jefe de operaciones del MI6 en Washington.

Colegas y enemigosAutor de diversos ensayos sobre espías, el historiador y columnista de The Times Ben Macintyre aborda este escándalo desde una perspectiva original. Refiere la trayec­toria de Philby junto a la de Nicholas Elliott,

su mejor amigo y su defensor más leal en el Servicio de Inteligencia Secreto hasta la famosa defección, que destrozó al segun­do. Este juego de espejos hace de Un espía entre amigos una de las biografías más exhaustivas sobre el agente doble.No solo por hurgar en aspectos íntimos de Philby, como su sexualidad o su alcoholis­mo, sino también por brindar un intere­sante mapa sociocultural de los coprota­gonistas, su oficio y su época. La relación de Philby y Elliott lleva a estudiar la au­téntica médula de la élite británica, a la que pertenecían ambos, educados en Eton y el Trinity College (origen del célebre Círculo de Cambridge de espías prosovié­ticos), asiduos a las carreras de Ascot y socios de exclusivos clubes privados, como el Athenaeum y el White’s.

MI5 vs. MI6No es un detalle frívolo. Macintyre eviden­cia que ese sistema clasista tuvo mucho que ver con el affaire en cuestión. Ni Elliott ni nadie de su estrato podía creer que un gentleman traicionara no ya a su patria, sino a uno de los suyos. Los prejuicios so­ciales también pesaron en las persistentes sospechas del MI5 acerca de Philby, muy anteriores a su huida. Los chicos de Inte­rior, en su mayoría de cuna menos afortu­nada, recelaban por naturaleza de los niños bien del cosmopolita MI6.Escrito con nervio narrativo y documen­tación que abarca hasta la década actual, Un espía... aventura conclusiones fascinan­tes, como que el SIS (o MI6) permitió la fuga del agente para evitar un juicio pú­blico que habría dejado peor parada a la organización. Más importante, sin embar­go, es cuánto seduce el libro con sus per­sonajes y situaciones, realmente de nove­la. De hecho, cierra el volumen un epílogo de John le Carré. En 1964 tuvo que aban­donar el SIS por las delaciones de Philby, que, a cambio, inspiró sin saberlo parte de su best seller El topo. Texto: Julián Elliot

Un espía entre amigosBen MacintyretraD. De DaviD ParaDela lóPezbarcelona: crítica, 2014448 PP. 22,90 €

kIM phIlby en una foto de 1955, años antes de que se revelara su implicación en el Círculo de Cambridge.

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Del glamur a las bombasNOvElA

La nueva novela de Chufo Lloréns es en buena parte fruto de su educación senti­mental. Los Ripoll, la familia protagonista, viven en el n.º 213 de la barcelonesa calle València: “Se trata de la casa que constru­yó mi abuelo, en la que nací y viví hasta los siete años”, afirma el autor. No es el único punto de contacto con su biografía. Los nombres de las criadas de esta familia burguesa coinciden con los de las que el propio autor conoció. Por su parte, la fi­gura de Germán Ripoll, primogénito del clan, está inspirada en un tío de Lloréns, excampeón de España de esgrima.

Un decenio trepidante Estas conexiones afectivas y ambientales le han permitido crear una trama firme, con multitud de personajes bien dibujados

y ubicados. A ello se ha sumado una pro­fusa bibliografía, procedente de archivos, hemerotecas y ensayos. De todo este ma­terial se ha servido Chufo Lloréns –consi­derado el Ken Follett español– para recrear un decenio trepidante, el que se inicia con la Exposición Universal de Barcelona en 1888 y concluye con la pérdida de las úl­timas colonias españolas en 1898. Barcelona sigue siendo su ciudad fetiche. Pero en este caso abandona el siglo xi, escenario de best sellers como Te daré la tierra y Mar de fuego (Grijalbo, 2008 y 2011), para centrar la acción en aquella capital de los contrastes. Una Barcelona en la que los burgueses viven los últimos y brillantes coletazos de la fiebre especu­lativa y el estrato obrero –encarnado por la familia Bonafont– refuerza su concien­

pasión y MuErtE En la barCElona ModErnista

cia de clase de modo proporcional al in­cremento de sus penurias. Tras la clausu­ra de la Exposición, las diferencias sociales se harán más patentes. Más de ocho mil trabajadores quedarán en el paro al con­cluir el certamen, y, pocos años después, la apertura de la vía Laietana hasta el mar supondrá el derribo de diez mil casas, cu­yos ocupantes son trasladados a las cha­bolas de Montjuïc o del Camp de la Bota.

Capital de contrastesEsta ciudad del Modernismo será también la ciudad de las bombas. Atentados, cons­piraciones anarquistas y trapicheos en el Raval conviven con las citas en el hipó­dromo y las selectas veladas del Liceo. Chufo Lloréns ha querido resaltar esta dualidad a través de una historia de amor entre dos jóvenes de procedencia social antagónica. Un Romeo y Julieta en la Bar­celona modernista. En el ámbito formal, la novela está planteada con una efectiva estructura. Capítulos breves que dan ritmo al largo relato, con una sorpresa final a modo de thriller. Texto: Isabel Margarit

La ley de los justoschUfo LLorénsbarcelona: griJalbo, 2015 1.152 PP. 22,90 €

el gran teatro del liceo de barcelona, inaugurado a mediados del siglo xix.

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libros

Parece que de la Guerra Civil españo­la está todo dicho, pero de cuando en cuando aparece un libro que nos

demuestra que no es así. En ¡Quemad Bar-celona!, una novela basada en hechos rea­les, Guillem Martí rescata del olvido la hazaña de Miquel Serra, hermano de su bisabuelo. En 1939, cuando las tropas re­publicanas preparaban la evacuación de Barcelona, la Unión Soviética dio la orden de aplicar la táctica de tierra quemada. Había que destruir el metro, las instalacio­nes de agua y energía, incluso los servicios sanitarios, para que el enemigo no pudie­ra utilizar las infraestructuras. Puesto que se preveía el inminente estallido de una guerra europea, cualquier medio valía para combatir al fascismo. Los disciplina­dos dirigentes comunistas se dispusieron

El calvario de quien salvó barcelona de la destrucción

NOvElA

contra la barbarie

a obedecer. Serra, del PSUC (Partido So­cialista Unificado de Cataluña), fingió cumplir su cometido, pero en secreto puso todos los obstáculos imaginables, decidido a salvar la capital catalana. En castigo, los rusos le enviarían al gulag, donde sufrió reclusión y torturas.

Ciudad apocalípticaMartí reconstruye la odisea de su parien­te en una ficción muy bien documentada, en la que capta todos los matices de un mundo, el de la Segunda República, que se desmorona. El lector siente la incerti­dumbre de los personajes, obligados a exiliarse para evitar represalias. Por otra parte, el autor disecciona las tensiones internas de los vencidos, incapaces de po­nerse de acuerdo para frenar a Franco. No

había forma de que se entendieran el go­bierno de la República, encabezado por Negrín, y el de la Generalitat, presidido por Companys. Tampoco faltaban las fric­ciones entre la dirección del PSUC y la del PCE (Partido Comunista de España). La aventura del protagonista va acompa­ñada de una gran historia de amor. Para Miquel Serra, el precio más alto por ser fiel a sus convicciones no es la cárcel, sino la separación de Teresa, su compañera. Durante los “tiempos revueltos” de la II Guerra Mundial, se darán por muertos el uno al otro, pero lograrán reencontrarse en México, país que acogió a muchísimos republicanos españoles. Así, nuestro héroe, convertido en una sombra de lo que fue por los continuos sufrimientos, puede co­nocer por fin a su hija Maria Rosa. Guillem Martí ha conseguido su propósito, hacer que nos pique la curiosidad por un hombre que salvó miles de vidas. Ahora falta que un historiador recoja el testigo y escriba la biografía que el tema pide a gri­tos. Texto: Francisco Martínez Hoyos

¡Quemad Barcelona!GUiLLeM MartÍbarcelona: Destino, 2015 575 PP. 20 €

ManIFeStaCIÓn de comunistas en las ramblas de barcelona durante la Guerra Civil española.

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libros

PartisanosserGio LUzzattotraD. De maria Pons irazazábalbarcelona: Debate, 2015384 PP. 24,90 €

A ntes de convertirse en el preso nú­mero 174517 de Auschwitz, el es­critor italiano de origen sefardí

Primo Levi fue partisano. “Realmente no sabíamos nada. Teníamos que inventar la resistencia”, escribirá en El sistema pe-riódico (1975), una novela en la que el historiador Sergio Luzzatto encontró un párrafo con un enigma irresistible: “Nos habíamos visto obligados por nuestra pro­pia conciencia a cumplir una condena, y la habíamos cumplido, pero habíamos salido de ella destruidos, destituidos, de­seosos de que todo acabara y de acabar nosotros mismos”. Brillante ejercicio de microhistoria, Parti-sanos es el resultado de la minuciosa inves­tigación que Luzzatto ha realizado duran­te años para descubrir la condena evocada

investigación sobre el gran enigma del pasado de levi

ENSAYO

la autoconDena

por el autor de Si esto es un hombre. En los primeros capítulos, el historiador italiano desvela el secreto cargado por Levi y sus compañeros partisanos durante décadas: la ejecución de dos miembros de su banda, Fulvio Opezzo y Luciano Zabaldano, “mu­chachos de dieciocho y diecisiete años”, asesinados por su indisciplina, por la es­palda, con una ráfaga de metralleta.¿Estaba Levi entre los que decidieron ma­tarlos? Luzzatto no tiene la certeza, pero sí que se sentía responsable cuando pu­blicó El sistema periódico. Su aventura partisana terminó unos días después, la madrugada del 13 de diciembre de 1943, con una gran redada de tropas alemanas y del régimen de Saló, el estado fantoche de un Mussolini más marioneta de Hitler que nunca. La detención fue la primera

etapa del viaje de Levi a Auschwitz, cuyo horror narraría de forma única.

el capítulo finalDesvelado el enigma, Partisanos se con­vierte en un relato de la guerra civil, “lar­ga y feroz”, que enfrentó a los italianos desde septiembre de 1943, una lucha sin cuartel en la que se enmarca la persecución de los 35.000 judíos del país. Con la vic­toria aliada no llegaría la justicia, sino la venganza inmediata, la pronta amnistía de los fascistas detenidos y la progresiva criminalización de los partisanos, que pa­saron de héroes a bandidos.El historiador, que no oculta sus simpatías, se convierte también en personaje de esta narración, que demuestra las virtudes y los límites de la historia oral. “No siempre los historiadores encuentran lo que buscan y no siempre buscan lo que encuentran”. En su investigación ha descubierto a Edilio Cagni, personaje decisivo en la detención de Levi y en la persecución de los partisanos del valle de Aosta. Un villano de novela, un nuevo enigma. Texto: Joaquín Armada

partISanoS italianos desfilan por Milán el 6 de mayo de 1945 tras la liberación de la ciudad.

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Postdata. Curiosa histo-ria de la corres-pondencia siMon GarfieLd maDriD: taurus, 2015

520 PP. 21 €. género: ensayo

Cicerón, Petrarca o Virginia Woolf protago­nizaron algunos de los intercambios episto­lares más recordados. Garfield, autor del fascinante En el mapa (Taurus, 2013), los analiza mientras bucea en las particularida­des de nuestros antepasados a la hora de intercambiarse misivas. Descubrimos de las más curiosas fórmulas de encabezado a la receta para fabricar tinta invisible.

también en librerías

la catedral de Turing GeorGe dysonbarcelona: Debate, 2015 560 PP. 29,90 €. género: ensayo

El británico Alan Turing, fa­moso por su trabajo en el desciframiento de los códigos de comunicación nazis, intu­yó el futuro, lo que hoy es el universo digi­tal. George Dyson, reconocido historiador de la tecnología, nos ofrece una historia de cómo la informática conquistó el mundo, centrándose en los protagonistas del cam­bio, a los que su padre, un importante fí­sico, trató de cerca. John von Neumann recibe una atención especial: el Steve Jobs de la época no creó nuevos aparatos, pero aportó una innovadora visión.

la memoria del AraratXaVier Moretbarcelona: Península, 2015 270 PP. 17,90 €. género: viaJes

Reconocido cronista de via­jes de El Periódico, Moret se adentra en un país, Ar menia, escenario de profundos con­flictos políticos. Como la guerra de Nagorno Karabaj, que se cobró veinte mil vidas hace dos decenios, y sobre todo el genocidio tur­co de 1915, en el que murieron alrededor de un millón y medio de personas. Por ello, no es extraño que sean más los armenios de la diáspora que los que permanecen en este territorio milenario. Un hijo de exiliados ar­menios, por cierto, es el mítico cantante francés Charles Aznavour.

un inglés en bruselasNOvElA

La Exposición Universal de Bruselas de 1958 –que dejó para la posteridad esa construcción llamada Atomium (arriba)– fue el primer evento de esas características tras la II Guerra Mundial. Se celebró en el apogeo de la guerra fría, un momento du­ro para los británicos, que, en el nuevo orden internacional, de repente y camino de quedarse sin imperio, se encontraron con que, entre rusos y estadounidenses, no pintaban mucho. Expo 58 es una come­dia sobre el típico británico gris de los años cincuenta, escrita por un compatriota con mucha experiencia confeccionando nove­las de humor, Jonathan Coe. ¿Hay algo mejor que los británicos riéndose de sí mismos? Sí. ¡Británicos riéndose de grises británicos que viajan al extranjero!Nuestro protagonista es un funcionario –gris– llamado Thomas Foley, a quien se encarga la noble tarea de supervisar el

Britannia, el pub inglés del pabellón de Gran Bretaña en la Expo. Dada la mala fama de la gastronomía de las islas, co­menta un alto cargo, hay que evitar servir “salchichas, puré de patatas y el pastel de carne de cerdo de la semana pasada, todo regado con una pinta de cerveza tibia”.

Desde bélgica con humorCuando Thomas llegue a Bruselas, su mo­nótona existencia se romperá en mil pe­dazos, su misión resultará ser otra –¡se­ducir a una mujer para robar a los rusos secretos nucleares!– y se cruzará con personajes que le parecerán de otro pla­neta: una sensual azafata, un dúo de agen­tes británicos calcados a los Hernández y Fernández de los libros de Tintín... Nues­tro atolondrado protagonista incluso tie­ne la osadía de decir que los belgas no entienden de cerveza: ¡el colmo de un inglés en el extranjero! Una aventura des­ternillante muy distinta a la de la novela que Thomas está leyendo, Desde Rusia con amor, publicada en 1957 y protagonizada por James Bond, el agente secreto que Ian Fleming se inventó para que el británico gris que no pintaba nada en la guerra fría pudiera soñar que derrotaba a agentes de la CIA y el KGB. Texto: Rafael Bladé

sátira sobrE los britániCos En la GuErra fría

expo 58Jonathan coetraD. De mauricio bachbarcelona: anagrama, 2015 360 PP. 19,90 €

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cine

amor en el japón de la preguerra

retrato poliédrico del controvertido cineasta

Recuerdos de TokioDrama

El octogenario Yoji Yamada sigue en plena forma. Después de su celebrada trilogía sobre los samuráis y la deliciosa Una fa-milia de Tokio (2013), el director japonés clausuró el pasado Festival de Berlín con este melancólico melodrama ambienta-do en la capital nipona durante los años anteriores a la Segun-da Guerra Mundial. Rodada con su habitual estilo clásico, elegante y sereno, La casa del tejado rojo narra, en voz baja y a través de un largo flashback, la historia de amor secreta e imposible entre una criada y su señora. El sensible relato de lesbianismo y adulterio se desarrolla en paralelo a la vorágine imperialista y belicista que, con el paso de los años (la historia comienza en 1923), se va adueñando del país. Texto: C. J.

La casa del tejado rojoDIR.: YOJI YAMADA. INTS.: TAKAKO MATSU, HARU KUROKI, HIDETAKA YOSHIOKA

PasoliniDIR.: ABEL FERRARA. INTS.: WILLEM DAFOE, NINETTO DAVOLI, RICCARDO SCAMARCIO

Los últimos días de Pasolini

El escritor y director Pier Paolo Pasolini fue asesinado hace cuarenta años en cir-cunstancias aún no aclaradas: ¿crimen pasional, asesinato por motivos homófo-bos o complot político de la extrema de-recha italiana? Aunque Pasolini se centra en los dos últimos días de la vida del ci-neasta italiano y escenifica su terrible muerte (su cuerpo apareció desfigurado en una playa de Ostia, a las afueras de Roma), no se detiene a especular sobre esta. El director Abel Ferrara (Teniente corrupto, El funeral) prefiere ahondar en otras cuestiones relacionadas con su vida y obra: su fascinación estética y erótica por la marginalidad y los bajos fondos, su gusto por la provocación como arma intelectual contra la hipocresía burguesa, su irreducible compromiso político (un marxismo de raíz católica que fundió de

forma admirable en su obra maestra, El Evangelio según San Mateo)... Pasolini, escrita por el reconocido guio-nista napolitano Maurizio Braucci (Go-morra, Reality), no es un biopic al uso; es un relato fragmentado y poliédrico (el montaje ha sido muy alabado) donde caben desde escenas cotidianas de la vi-da del cineasta (la relación con sus ami-gos y su adorada mamma) y flashbacks sobre su pasado hasta dramatizaciones de sus últimas entrevistas, secuencias de sus películas y pasajes oníricos de poten-te aliento poético. La película “muestra a un Pasolini, pero no a Pasolini”, ha se-ñalado Willem Dafoe, el actor que da vida al cineasta. Un acercamiento muy libre y personal a uno de los artistas más personales y libres del siglo xx.

Texto: Carlos Joric

BIOPIC

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PrideDIR.: MATTHEW WARCHUSINTS.: BEN SCHNETZER, MONICA DOLAN, GEORGE MACKAYGÉNERO: COMEDIA

¿Mineros y homosexuales luchando juntos por sus derechos? Así ocurrió en 1984 en Gran Bretaña durante las duras huelgas mineras provocadas por las políticas conservadoras de la entonces primera ministra, Margaret That-cher. El choque cultural entre jóvenes activistas gays londinenses y hoscos mineros galeses es el combustible dramático que alimenta el mo-tor de esta exitosa comedia. Conocida como “el Full Monty del siglo xxi”, Pride (“orgullo”) es un emotivo canto a la solidaridad y el rescate del olvido de un hecho muy poco conocido.

CitizenfourDIR.: LAURA POITRAS. INTS.: EDWARD SNOWDEN, JACOB APPELBAUM, JULIAN ASSANGE. GÉNERO: DOCUMENTAL

Ha sido el documental más premiado de la temporada (Óscar incluido). En 2013, la do-cumentalista Laura Poitras comenzó a recibir correos de un tal Citizenfour. En ellos asegu-

otros estrenos

raba tener pruebas de las prácticas ilegales de vigilancia llevadas a cabo por la NSA (Agencia de Seguridad Nacional). Tras ese seudónimo se escondía el exanalista de la CIA Edward Snowden, a quien la cineasta graba en un hotel de Hong Kong mientras este hace públicos sus descubrimientos.

NegociadorDIR.: BORJA COBEAGA. INTS.: RAMÓN BAREA, JOSEAN BENGOETXEA, CARLOS ARECES. GÉNERO: COMEDIA

Borja Cobeaga, guionista curtido en el pro-grama de humor de la televisión vasca Vaya semanita (2003-), dirige esta comedia sobre un tema del que no se suele hacer humor: el terrorismo de ETA. Una mirada tragicómica y melancólica a las negociaciones que durante 2005 y 2006 mantuvieron la banda terroris-ta y el presidente del Partido Socialista de Euskadi Jesús Eguiguren.

National GalleryDIR.: FREDERICK WISEMAN. GÉNERO: DOCUMENTAL

¿Cómo dialoga el público con siete siglos de arte en un museo? El cineasta y director tea-tral Frederick Wiseman, considerado el padre del documental moderno, introduce su cáma-ra en la National Gallery de Londres para ob-servar cómo se desarrolla el trabajo diario de los empleados de la pinacoteca –en especial, su labor de restauración y divulgación– y su relación con los visitantes.

La dama de oroDIR.: SIMON CURTIS. INTS.: HELEN MIRREN, TATIANA MASLANY, RYAN REYNOLDS. GÉNERO: DRAMA

“Esta es nuestra Mona Lisa”, declaró el dueño de la Neue Galerie de Nueva York cuando en 2006 compró Retrato de Adele Bloch-Bauer I (1907), cuadro de Gustav Klimt que fue expoliado por los nazis. Su anterior propietaria, Maria Altmann, luchó durante años para que se la reconociese como la legítima heredera de la pintura, hasta ese momento en poder del gobierno austríaco. La dama de oro cuenta el desarrollo de ese proceso judicial, a la vez que narra la historia del célebre lienzo. Un drama sobre la recuperación de la dignidad per-dida que tiene en la interpretación de Helen Mirren una de sus principales bazas.

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foto con historia

La onda contestataria de 1968 no se limitó a la revuelta parisina de mayo. En todo el mundo, los jóvenes enarbolaron la bandera de la rebeldía frente a la imposi-

ción. En Checoslovaquia, la denominada Primavera de Praga propugnó un socialis-mo de rostro humano, lejos de la ortodo-xia estalinista. En Estados Unidos, el mo-vimiento hippie defendió el amor libre y protestó contra la guerra de Vietnam. En España, estudiantes y obreros se enfren-taron a la dictadura franquista. México no fue una excepción en esta especie de revolución universal. En su caso, los in-conformistas dirigieron sus críticas al go-

El 68 aztEcabierno del Partido Revolucionario Institu-cional (PRI), que monopolizaba el poder con sus prácticas autoritarias y corruptas. A lo largo del año, el gobierno ordenó a los cuerpos armados intervenir contra los manifestantes. Así ocurrió el día en que fue tomada esta fotografía, el 28 de agos-to, cuando varios tanques entraron en la plaza de la Constitución para desalojar a los miles de estudiantes reunidos. Casi un mes después, el 18 de septiembre, los mi-litares tomaron el campus de la Univer-sidad Autónoma Nacional de México. La tragedia se desató el 2 de octubre, cuando el Ejército reprimió con extrema violencia una concentración en la plaza

de Las Tres Culturas, organizada por el Consejo Nacional de Huelga, un organis-mo en favor de la autonomía universita-ria y la liberación de los presos políticos. Según datos oficiales, la intervención se saldó con 20 víctimas mortales, aunque otras investigaciones elevaron la cifra a varios centenares. Es difícil conocer con certeza la amplitud de la matanza, ya que las autoridades ocultaron información. A pocos días de la inauguración de los Juegos Olímpicos, no querían dañar la imagen internacional del país. Ni qué decir tiene que para la oposición fue in-tolerable la cuantiosa suma de dinero destinado a aquel evento.

DATOSFecha 28 de agosto de 1968.

lugar México D. F.

imagen Tanques en una manifestación opositora.